apendice i - cuadrilleros, capataces y costaleros

Transcripción

apendice i - cuadrilleros, capataces y costaleros
APÉNDICE I
CUADRILLEROS, CAPATACES Y COSTALEROS
Antonio de la Rosa Mateos
y Rafael Sánchez Bernal
Durante setenta y cinco años se pueden escribir muchas páginas de historia en una
hermandad; más, si cabe, si es sobre el mundo de los capataces y costaleros y si uno se pone a
pensar cuántos hombres durante todo este tiempo han llevado sobre sus hombros las imágenes
del Señor flagelado o la Virgen de la Amargura, cada uno con un pensamiento, los de ahora y
los de antes, los antiguos o “profesionales”, sin que entendamos nunca por qué algunos
utilizan el segundo término para denigrarlos. Llevar a las benditas imágenes era la solución para
sus casas, debido fundamentalmente a la precaria economía que existió hasta finales de la
década de los sesenta.
Recordemos que estos denominados profesionales eran personas
dedicadas a oficios duros, algunos arrumbadores, mientras que otros se afanaban en las tareas
del campo; sin embargo el mayor número de ellos lo componían los llamados “trepaores” que
era el nombre que recibían en su jerga. Dichos “trepaores” se ocupaban de la carga y descarga
de sacos llenos de grano que portaban sobre sus hombros desde un camión o desde los
vagones del tren a los graneros y silos, o viceversa. Podemos reseñar en este punto un dato
significativo y es que antes de portear los sacos, se acomodaban otro vacío a modo de
almohadilla que le recubría la cabeza, el cuello y parte de la espalda, evitando así tanto la
suciedad como el roce. Este recurso habría originado el nacimiento del costal en el caso
sevillano y de la “molía”, como variante de éste (una vez arrollado), que llegó a nuestra ciudad
de la mano de los propios profesionales o quizá por algún paisano nuestro influido por los
aires y forma de la capital hispalense. Pero todo cambia, que dirían los Heráclitos, y con ellos
los tiempos, y los de ahora, los hermanos-costaleros, ya sin tener que pensar en otras cosas, se
centran en llevar a las imágenes con todo su amor y cariño.
En definitiva, lo verdaderamente importante y con lo que hay que quedarse es la
seguridad de que todos los que alguna vez han podido llevar en estos setenta y cinco años las
imágenes de la hermandad de la Amargura, tendrán marcado en el corazón ese alto honor,
como puede tenerlo cualquier nazareno que acompaña a sus titulares.
Esta corporación se ha caracterizado en el mundillo de los costaleros por su estilo
sevillano. Mientras que sólo los primeros años el paso del Señor fue llevado por cuadrilleros y
cargadores, el paso de palio siempre fue llevado por costaleros. Desde 1943 a 1960, ambos
inclusive, el palio fue llevado por costaleros de la capital hispalense, comandados en los
primeros años por Antonio Muñoz Sánchez “El Seguridad” y, años después, por el que fue su
segundo, José Ramos Canela “Quicote”. También entre esas fechas, el paso de misterio fue
dirigido por ellos algunos años.
Por la cofradía han pasado los mejores capataces profesionales de nuestra ciudad y
valgan como ejemplo: Juan Letrán “Gorrión”, Manuel Olmedo “Papi”, Pepe Domínguez o
Francisco Martínez “Sacrificio”. Con la creación de las cuadrillas de hermanos y desde la
fundación de éstas, la hermandad cuenta con capataces de reconocido prestigio, como los
hermanos José y Manuel Olmedo en el paso de misterio y Francisco Yesa, en el paso de palio.
Tras esta introducción debemos indicar que en este capítulo se ha intentado reconstruir
cronológicamente la historia de estos hombres que con buenos momentos y, por qué no
decirlo, con otros no tan buenos, han puesto su granito de arena para hacer grande esta
cofradía del Miércoles Santo.
En 1929 la hermandad realizará la primera salida con sus titulares: las andas del Señor
de la Flagelación serían llevados por los hermanos a hombros. Para tal fin en marzo se tomó
nota de los cofrades que se ofrecieron para portarlo. El palio sería llevado por costaleros.
Al año siguiente, en enero, se acuerda hacer unas andas para el Señor, que estarían casi
terminadas a mediados de marzo. Se necesitarán 24 cargadores, cinco hombres en delantera y
trasera y siete en cada lateral. También se nombran en acta a los cuadrilleros y al capataz: en el
misterio Arturo Fernández y Bernardo González y en el palio Carlos Fernández Fuentes.
La hermandad no haría procesión en los años de la Segunda República 1932, 1933 y
1934, aunque según recoge el acta número 16, de 22 de agosto de 1934, se nombran para 1935
como cuadrilleros a Arturo Fernández y Antonio Villa, y como suplentes a José Viaña Garrido
y Antonio González. Estos señores pudieron desarrollar su labor ya que la cofradía vuelve a
realizar su procesión después de tres años sin hacerlo.
Nuevamente en 1936, debido a los acontecimientos previos a la Guerra Civil, ninguna
corporación pudo realizar su salida.
La normalidad vuelve en 1937 y la hermandad sale el Miércoles Santo. Al año siguiente
se nombra cuadrillero a José Viaña Garrido y es multada la cofradía como se recoge en el acta
n.º 24 (y que copiamos fielmente):
(…) era injusta la sanción ya que las paradas solo una de ella fue de más
duración de lo debido, motivada exclusivamente, para darle de beber y descanso a
los cargadores del paso de la Santísima Virgen y que, solo se compone de una sola
cuadrilla (...).
En 1938 la primera subvención que concedió el ayuntamiento a la hermandad por los
costaleros fue de 202,40 pts. Del 39 destacaremos el apartado que a los cuadrilleros les dedican
las nuevas reglas, en las que ya se preveía la posibilidad de cambiar los cargadores del Señor
por costaleros:
Los Cuadrilleros: Para el paso del Señor serán dos, nombrados por la
Junta de Gobierno, quien los elegirá entre aquellos cofrades que reúnan las
condiciones adecuadas para el mejor desempeño de su cometido y será destituidos
por dicha Junta cuando a juicio de ésta lo estime necesario (…).
Los cofrades cargadores en el paso del Señor podrán ser sustituidos por
cuadrilla de costaleros, en cuyo caso los cuadrilleros pasarán a Celadores o
Diputados de Insignias (…).
Prosiguen los años y sólo destaca en 1940 la renuncia del hermano que desempeñaba
uno de los cargos de cuadrilleros del paso del Señor, acordándose no cubrir la vacante. En
1942, consta en el acta de 18 de marzo sobre el capataz del paso de la Virgen:
En vista de las deficiencias que de años anteriores se vienen observando en la
dirección del paso de la Stma. Virgen, se acuerda por la junta prescindir de los
servicios del Sr. Fernández Fuentes y ponerse al habla con don Juan Letrán para
que se encargue de dicho cometido, comunicándose a aquel la decisión de la
hermandad una vez llegue a un acuerdo con el que ha de reemplazarle.
En marzo de 1943 se nombrará una comisión compuesta por los señores Gómez y
Goñi, para entrevistarse con el señor Díaz, para la contratación de una cuadrilla sevillana para
el paso de palio. La hermandad acuerda traer la cuadrilla de Antonio Muñoz “El Seguridad”
acompañada de su auxiliar José Ramos Canela “Quicote”, ya que por aquellos años dirigían
pasos en nuestra ciudad151.
La prensa local recogía en portada el Jueves Santo de 1944:
El paso de Nuestra Señora de la Amargura, verdaderamente suntuoso, iba
llevado por una cuadrilla de costaleros sevillanos, marcando el compás de la música
el clásico mecido, imprimiendo al paso en su andar un sello de majestad grato a la
vista del público.
1 A. de la Rosa Mateos, “Pasos y cuadrillas sevillanas en Jerez”, Boletín de las cofradías de Sevilla, n.º 530 (Especial
Semana Santa), abril 2003.
Esta cuadrilla volvería a ser la de Antonio Muñoz “El Seguridad” por una
remuneración total de 1 200 pts., corriendo a cuenta del capataz en dicho precio el seguro de
sus hombres y de la hermandad los gastos del desplazamiento y la comida.
La novedad llegará en 1945 cuando se estrena el paso de misterio (de alrededor de 5,50
m x 2,40 m). El 11 de febrero la Junta de Gobierno reunió a los hermanos cargadores para
informarles de que el misterio de la Flagelación sería llevado por costaleros y, en efecto, ese
año fueron costaleros sevillanos quienes cargaron los dos pasos, lo que se repitió en las dos
Semana Santas siguientes2.
Los gastos eran elevados y en enero de 1949 se acuerda que a partir de la Semana Santa
venidera el paso de la Virgen siga con la cuadrilla sevillana de años anteriores, pero para el
misterio se acuerda contratar la cuadrilla de Manuel Olmedo Corralero “Papi”, lo que se
repetiría hasta 19573.
Podríamos reseñar muchísimas curiosidades sobre la cuadrilla de José Ramos
“Quicote”: así en 1954 y 1955 la cuadrilla venía en tren4 y regresaban a Sevilla en camión, una
vez entrada la cofradía, además se le daba una cena cuando llegaban a nuestra ciudad.
2
A. de la Rosa Mateos, Chicotá. Historia de la costalería en Jerez de la Frontera, Publicaciones del Sur, Jerez de la
Frontera, 2001.
3 Manuel Olmedo cobró en la Semana Santa de 1954, 1955 y 1956 la cantidad de 2 450 pts. por cada Miércoles
Santo. El precio ascendió en 1957 a 3 000 pts.
4 Al final de este apéndice figura como “documento” el contrato de la cuadrilla sevillana de José Ramos Canela
“Quicote” en 1954.
El capataz sevillano José Ramos “Quicote” a finales de los años cincuenta
(en foto del llorado Eduardo Pereiras).
Concretamente en el Ayer del Miércoles Santo 6 de abril de 1955, Rodrigo de Molina en
un artículo titulado “El palio de mi Virgen” (con ocasión de su estreno) hacía este comentario:
Todo cielo, todo alegría, rumor de celestiales luces, vaivén, cuando las caídas de
ese palio van y vienen con el andar de los costaleros, costaleros sevillanos
que no andan sino se deslizan graciosamente, acostumbrados a
llevar sobre sus hombros las Vírgenes Macarena, Esperanza de
Triana, Amargura de la Palma, la de los Gitanos, vaivén como decía
de una gloria infinita que hoy, Miércoles Santo, se nos cuela en la tierra (...).
En 1958 surgen algunos inconvenientes con Manuel Olmedo como se refleja en las
actas de la hermandad y se decide otra vez traer las dos cuadrillas de Sevilla. Al año siguiente se
vuelve a contratar costaleros de la ciudad para el misterio: esta vez será la cuadrilla de Pepe
Domínguez, con el cual se firma contrato el 28 de enero por la cantidad de 6 000 pts.
Tras años de éxito, en los que la entrada en la carrera oficial del paso de María
Santísima de la Amargura era esperada por toda la ciudad, la cuadrilla sevillana de José Ramos
Canela “Quicote” pondría su punto final en la Semana Santa de 1960. La razón fue su elevado
coste, 4 500 pts., por llevar el paso, a lo que había que añadir el transporte de los hombres, el
seguro y la merienda de éstos, además del hecho de que aquel año su actuación no dejó
satisfecha a la cofradía. Antes de aquella Semana Santa José Ramos “Quicote” comunicó por
carta a la hermandad que ese año habría una subida de honorarios. Juan Luis López, hermano
mayor por entonces, contestó que la cofradía no esperaba para ese año ninguna subida y que se
había observado desde hacía varios años que el desfile de su cuadrilla no era como el de antes,
aceptando dicha subida a cambio de traer mejor personal. Y a ello se comprometió “Quicote”.
El viaje de ida se realizó en el tren de las tres y media y la vuelta en camión. Podemos destacar
el problema que ocurrió en el viaje de vuelta: se efectuó en el camión del hermano de la
cofradía Juan de la Chica, con matrícula CA-8973, y, cuando se dirigía de vuelta en la
madrugada del Jueves Santo con destino hacia Sevilla, fue sancionado por llevar 39 personas
sin autorización con una multa de 9 750 pts., cantidad altísima en aquella época. El hermano
mayor de la cofradía, Juan Luis López, recurrió al Gobernador Civil explicándole los motivos y
la escasa disponibilidad de la hermandad para hacer frente a tan elevada suma. Dicha carta
fechada el 16 de mayo de 1960 tuvo que surtir efecto ya que la corporación no tuvo que
abonarla5.
Todos estos inconvenientes harán que en 1961 Pepe Domíguez6 coja los dos pasos que
dirigirá hasta 1965.
5
Archivo de la Hermandad de la Amargura.
Pepe Domínguez estipuló los contratos por llevar los dos pasos de la hermandad en 1961, 1962 y 1963, a 10 500
pts. cada uno.
6
Desde 1959 a 1965 Pepe Domínguez fue el encargado de dirigir el palio
de la Virgen de la Amargura.
Manuel Olmedo “Papi” en su segunda etapa en la hermandad se hizo cargo de los
pasos de la cofradía en 1966, manteniéndolos hasta la creación de la cuadrilla de hermanos
costaleros. En 1971 la hermandad firmó un contrato con el Sr. Olmedo por el que llevaría a 48
costaleros para el paso de misterio, 35 para el palio, 2 aguadores, 2 horquilleros y 4 contraguías,
todos ellos a 500 pts. cada uno, más dos capataces a 2 500 pts. por capataz y el seguro de
accidente por 3 500 pts.: un total de 52 000 pts., de las que sólo se hizo efectivo el 50% debido
a que la cofradía no realizó su procesión por la lluvia. En 1973 el costo de la salida en materia
de costaleros, y según contrato con el Sr. Olmedo, ascendió a 75 900 pts.
Sin embargo a comienzos de esos años 70, aires de cambio se advierten en el seno de
varias hermandades jerezanas. En sus corazones late la idea de que sean los propios hermanos
los encargados de portar sobre sus hombros a sus sagrados titulares. Esta iniciativa la llevó a
efecto la Hermandad de las Angustias, que fue la primera en nuestra ciudad en 1974, como así
consta en un banderín que conmemora tal efeméride y en el que se puede leer Prima inter omnia.
Causa nostrae laetitiae.
Un año histórico para la Corporación será el Miércoles Santo de 1975, cuando por
primera vez el paso de misterio será llevado por hermanos-costaleros, comandados por José
Olmedo Vázquez, siguiendo aquella iniciativa de las Angustias, como también lo harían las
hermandades de la Borriquita o la Candelaria. El palio, no obstante, sería guiado por Manuel
Olmedo “Papi”, con profesionales.
La hermandad envió una carta a los hermanos en enero, de la que transcribimos una
parte:
Querido Hermano:
Siguiendo la tónica que actualmente comienza a florecer entre las hermandades
de Penitencia, de que sus hermanos carguen los pasos y estimando que es un
sacrificio que puede agradarte, hemos decidido llevarlo a efecto, teniendo en cuenta
que ya tenemos ejemplos como Las Angustias, el pasado año en Jerez, El Cristo
de la Buena Muerte y El Gran Poder en Sevilla, y otras que tienen en proyecto
hacerlo.
Como estamos iniciando esta nueva andadura cofradiera, y queremos ser de las
primeras en realizarlo, te dirigimos estas líneas, por tener conocimiento de tu cariño
por la hermandad, en la confianza de que contaremos con tu valiosa cooperación
para llevar sobre tus hombros a Nuestro Señor de la Flagelación.
Y, en efecto, la primera cuadrilla de hermanos-costaleros del paso del Señor de la
Flagelación en 1975 fue ésta:
J. L. Zarzana
G. Sánchez
S. Monje
J. Camacho
M. Bohórquez
J. Neupaver
P. Bernal
J. C. Fabregat
L. García
S. Espinar
C. López
F. Hera
M. Borrego
G. Cantalejo
J. Martín
J. Domínguez
A. Díaz
J. Salguero
G. Palomo
F. Padilla
A. Franco
M. Ramírez
A. Reyes
L. Márquez
F. Sola
R. Guzmán
A. López
P. Sánchez
A. Mateos
J. L. Cantalejo
R. Navarro
F. Pinto
J. Moreno
M. Cantalejo
A. Salas
J. Valderas
Reservas: F. Corona, A. Muñoz, E. Santos y M. Valderas.
M. Antúnez
J. L. Vázquez
A. Jaén
A. Rincón
J. Galán
M. Gutiérrez
A. Neupaver
J. Montiel
F. Garrido
Cuadrilla de hermanos del Señor de la Flagelación ya a principios de los 80.
En 1978 el paso de palio será llevado por la cuadrilla de Francisco Martínez García
“Sacrificio”, quien sería el encargado de dirigir dicho paso hasta el Miércoles Santo de 1989. El
nivel de vida había subido muchísimo en la última década. Así llegamos a los ochenta y los
capataces profesionales de nuestra ciudad tienen año tras año cada vez más problemas para
encontrar costaleros tras la retirada de los antiguos y la creación de las cuadrillas de hermanoscostaleros. La cuadrilla de “Sacrificio”, igual que las demás, aumenta su precio cada año: en
1980 se le abonan 146 000 pts., en 1982 el precio asciende a 168 000 pts., al año siguiente
costaría 204 000 pts. y en 1987 las remuneraciones a costaleros alcanzarían las 380 000 pts.
La saga de los “Sacrificio” dirigió con profesionales en la década de los 80
el palio de la Amargura.
Después de la Semana Santa de 1989, se comienza a pensar en la creación de la
cuadrilla de hermanos para el paso de palio. El hermano mayor, José Luis Zarzana, propone
como capataz ideal a Francisco Yesa, por aquellos años capataz del palio de la Virgen del Valle.
Si éste no aceptara se buscaría una segunda opción.
La gestión fue fructífera y el Miércoles Santo de 1990, a las órdenes de Francisco Yesa
Ruiz, el palio de María Santísima de la Amargura, salió por primera vez a hombros de su
cuadrilla de hermanos-costaleros.
La cuadrilla estaba comandada por Francisco Yesa, auxiliado por José Montiel Casado
y Diego Yesa Pérez. Como contraguías, Manuel Navarrete Expósito y Diego de la Chica
Bernal. Y como costaleros: Javier M.ª Calatayud “Calata”, “Jordi” Lobato Ortega, Isaac
Sánchez Pérez, Antonio J. Reina López, Arturo Paz Coiras, José M. Alcántara “Marciano”,
Miguel Bustillo Garat, Antonio Marrufo Aguera, José Blas Moreno, Juan Carlos Moreno
“Chico”, José M. Guillén Galán, Manuel R. Díaz González, José M.ª Piñero Menacho, Ángel
Terán Valle “Monaguillo”, Miguel González Ramírez, Juan Félix Bellido “Melena”, Francisco
J. García “Poema”, Antonio Aguilar Rey, “Salva” Argudo Martínez, Francisco Soto “Cabeza”,
Francisco Sola Sibaja, José C. Galán “Negro”, José A. Faiguel Bello “Fai”, José M.ª García
Torres, Rafael Guzmán Moscoso, Juan J. Quirós Valle, José M. Rosa Guillén, “Pepito” Terán
Valle, Cristóbal Menacho Cabeza, Manuel Romero Salas, Esteban Ceballos del Pino, José
Ramón Rodríguez Gutiérrez, José Vega Bello, Esteban Valenzuela “Flequi”, Francisco Coro,
Daniel Barba López, Juan M. Márquez Salado, Manuel J. Holgado García, Francisco J.
Rodríguez “El Indio”, Manuel Ortega García, Miguel A. González “Isra”. A esta lista hay que
sumar a Miguel Benítez Camacho, que, aunque hizo los ensayos, por problemas de última hora
no pudo salir de costalero.
Desde 1990 el paso de palio es dirigido por Francisco Yesa al mando
de la cuadrilla de hermanos.
En 1991 se estrenó para el paso de palio una nueva parihuela de 2,51 m (la anterior
tenía 2,34 m x 3,93 m x 1,50 m) para un total de 40 costaleros. En cada una de las ocho
trabajaderas va escrito un versículo del Ave María.
Hoy en el aniversario de su fundación, y después de la Semana Santa del año 2003,
cuando los dos pasos de la cofradía con sus capataces al frente, José y Manuel Olmedo en el
misterio, y Francisco Yesa y Pepe Montiel en el palio, volvieron a demostrar la valía de sendas
cuadrillas de hermanos, la Hermandad de la Flagelación y de la Amargura vive también una
brillante etapa en lo que corresponde al asunto que en estas páginas se ha tratado.
Cuadrilla del paso de misterio en los primeros años del siglo XXI.
Documento
CONTRATO QUE FORMALIZAN LOS SEÑORES DON JOSÉ RAMOS
CAMPOS Y DON JUAN LUIS LÓPEZ DE MEDINA EN REPRESENTACIÓN DE LA
HERMANDAD DE NAZARENOS DE LA SAGRADA FLAGELACIÓN Y NTRA.
SRA. DE LA AMARGURA DE JEREZ DE LA FRONTERA.
--------------------------------------PRIMERO.- El Sr. Ramos Canela como capataz de cuadrilla se compromete a sacar el “paso” de la
referida cofradía y Virgen de su Iglesia de Los Descalzos situada en la calle Medina de Jerez de la Frontera el
próximo Miércoles Santo a la hora que dicha cofradía estime oportuno en la tarde del mismo día.SEGUNDO.- El número de costaleros que ha de traer de Sevilla habrá de ser el de 32, como asímismo un
contra-guía.TERCERO.- El personal y dicho Sr. Ramos, podrán tomar el tren que llega a Jerez aproximadamente a las
tres y media de la tarde, con objeto de que tan pronto se encuentre en dicha Ciudad, puedan ir a cenar a donde
dicha cofradía tenga por conveniente, después de haberse efectuado la cena, se pondrá en contacto con los
costaleros para que con la debida anticipación se encuentren en la Capilla y prepararse para la salida.CUARTO.- Dichos costaleros como el referido Sr. Ramos, se harán cargo del “paso” de Ntra. Sra. de la
Amargura.QUINTO.- Comenzada la procesión, el capataz se hará cargo del “paso” y se pondrá en contacto con un
hermano mayor que designará la directiva, poniéndose de acuerdo con el mismo para las paradas que habrán de
verificarse durante la carrera, conviniendo en que éstas sean las menos posibles en sitios donde haya
establecimientos de bebidas.SEXTO.- El capataz se hará responsable de que los costaleros no vengan bebidos y que éstos salgan del
“paso” solamente en imperiosas necesidades, también los susodichos costaleros recibirán órdenes del referido
capataz haciendo caso omiso de ruegos particulares.SÉPTIMO.- El capataz será responsable de cualquier alteración del personal y disconformidad que pueda
surgir en el mismo.OCTAVO.- La hermandad tiene derecho a asegurar el personal, como asimismo al capataz, tanto cuando
vaya cargando o en la carretera de regreso a Sevilla.NOVENO.La hermandad abonará al Sr. Ramos la suma de PESETAS DOS MIL
TRESCIENTAS (2 300) por el referido trabajo, por consiguiente, dicho Sr. Ramos abonará a los costaleros
y contra-guía la cantidad que él estime conveniente, ya que éste asunto afecta solamente a él.DÉCIMO.- El transporte de dicho personal como el del Sr. Ramos, será para Jerez en tren y de regreso en
camión para Sevilla, estando éste una vez entrada la cofradía en la puerta de la Iglesia.UNDÉCIMO.- Si por causa del mal tiempo la cofradía no pudiese salir, el Sr. Ramos recibirá la suma
intacta de DOS MIL TRESCIENTAS PESTAS (2 300), siempre que el personal se encontrase en la
Capilla a la hora de la salida.El Sr. Ramos responderá de cualquier desperfecto que ocurriese en el trabajo que a él le afecte o sus
trabajadores que trae a sus órdenes.-
Y para que este contrato surta los efectos debidos, se firma por ambas partes en Jerez de la Frontera a
15 de febrero de 1954.EL CAPATAZ,
José Ramos (rubricado)
EL MAYORDOMO,

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