revista marzo 2013 - Asociación de Kinesiología del Deporte
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revista marzo 2013 - Asociación de Kinesiología del Deporte
AÑO 20 N°54 ÓRGANO DE DIFUSIÓN DE LA ASOCIACIÓN DE KINESIOLOGÍA DEL DEPORTE REVISTA MARZO 2013 AKD Lesiones deportivas en torneos internacionales de fútbol organizados por fifa entre 1998 y 2006 Guía de práctica clínica de las lesiones musculares. Epidemiología, diagnóstico, tratamiento y prevención Efectos de la entrada en calor sobre la prevención de lesiones en el deporte COMISIÓN DIRECTIVA AKD Editorial Presidente: Crupnik, Javier Vicepresidente: Viñas, Gabriel Secretario: Rivas, Diego Estimados colegas. Pro-secretario: Passalenti, Andrea Acorde a los objetivos que nos propusimos a principio de año, y cumpliendo con Tesorero: Conrado, Adrián nuestro continuo anhelo de llegar a todos los colegas de cada lugar del país y de paí- Pro-tesorero: Rijavec, Fabián ses hermanos, la Asociación de Kinesiología del Deporte se encuentra dictando, en Sec. Prensa y difusión: Brunetti, Gustavo modalidad virtual, el VI Curso de Actualización en Kinesiología Deportiva AKD 2013, Pro-Secretaria Prensa y difusión Krasnov, Fernando Vocales Titulares Carelli, Daniel Reich, Cristian que finalizará el 16 de diciembre. El curso se divide en 5 módulos (Introducción a la Kinesiología del Deporte, Patologías del Miembro Inferior, Patologías del Miembro Superior, Abordaje de las Cadenas Musculotendinosas, y Deporte No Convencional), dictándose en total 24 conferencias. Entre los disertantes del curso contamos con miembros de la AKD (Javier Crupnik, Panza Julio Oscar Rojas, Daniel Clavel, Jorge Fernández, Diego Rivas, Antonio Kokalj, Gabriel Gays, Cristian Viñas, Gustavo Brunetti, entre otros), de la Asociación Argentina de Artroscopia, de Franco, Javier la SONAFE, y de la SOKIDE. Fernández, Pablo Actualmente el Curso cuenta con cerca de cien participantes. Es abierto para todos los Vocales Suplentes Kokalj, Antonio Goldmann, Alejandro Betti, Matias colegas, con un arancel diferencial para los socios de la AKD. Para más información y para asociarse, sugerimos entrar al sitio de nuestra Asociación www.akd.org.ar o por mail a la dirección [email protected]. En modalidad presencial y en el marco de nuestras ya clásicas Reuniones Científicas continuamos con los Simposios que abordan temas de evaluación, tratamiento Com. Rev. Cuentas Titular Romañuk, Andrés Pardo, Gonzalo De Brasi, Gabriel y talleres de nuestra especialidad, dictados por colegas de reconocida trayectoria en el ámbito deportivo. Esta actividad es sin cargo para los socios de la AKD, y abierta también a colegas no socios y estudiantes. La inscripción se realiza en [email protected]. ar y recordamos que los cupos son limitados. Com. Rev. Cuentas Suplente También podremos encontrar en nuestro sitio web información sobre becas para los Schettini, Javier socios en diferente eventos científicos; la Revista AKD, ahora en formato digital, y Comisión honoraria Fernandez, Jorge Mastrangelo, Jorge otras actividades de interés. En los albores de esta Asociación, hace ya casi 17 años, nos trazamos como compromiso desarrollar una actividad que nos identifique en nuestra especialidad tanto en González, Alejandro lo institucional como en lo científico. Y hoy, con nuevos y antiguos nombres, vemos Clavel, Daniel H. como seguimos cumpliendo con ese objetivo inicial, acompañados por la nueva tec- Rojas, Oscar nología comunicacional que mejora la posibilidad de contactarnos con más colegas. Villafañe, Juan José De esta manera la Asociación de Kinesiología del Deporte continúa con la actividad Secretaria Hidalgo, María Contador de la AKD académica formativa, tanto de manera presencial como virtual, y fortaleciendo vínculos con instituciones amigas nacionales y extranjeras, para mutuo enriquecimiento profesional. Los esperamos siempre. Barenas, Agustín Lic. Daniel Carelli Miembro de la Comisión Directiva SOCIOS REPRESENTANTES Córdoba: Verrúa Banegas, Enrique La Pampa: Kiriachek, Andrés Mendoza: Sarfati, Gabriel ASOCIACIÓN DE KINESIOLOGÍA DEL DEPORTE E-mail: [email protected] | Web: www.akd.org.ar - Tel: 54 11 3221-0798 México: Cóccaro, Carlos Neuquén: Fernández, Mario Río Negro: Auada, Ricardo San Juan: Arévalo, Oscar Alberto Santa Cruz: Poggiese, Ernesto Santiago del Estero: Neme, Cecillia Tucumán: Hamada, Rodrigo SEDE LEGAL DE LA AKD Av. del Libertador 16.664 (1642) San Isidro, Buenos Aires DOMICILIO POSTAL Manuela Pedraza 2529 4to C - C.A.BA, Buenos Aires SECRETARÍA DE LA AKD Sra. María Hidalgo: Tel: (0054-11) 3221-0798 | Cel. 15 6484-9603 1 Trabajo 1 Lesiones deportivas en torneos internacionales de fútbol organizados por fifa entre 1998 y 2006 (Compilación, registro, análisis y conclusiones de los datos obtenidos) Autor Lic. Edgardo Néstor Flijer Lic. Kinesiólogo – Fisiatra (UBA) Especialista Universitario en Kinesiología del Deporte (UBA). Docente en la Carrera de Especialista en Kinesiología Deportiva - Fac. de Medicina – UBA Ex docente de la Cátedra de “Técnicas Kinésicas I, en la Escuela de Kinesiología UBA Jefe Servicio de Kinesiología de Consultorios Médicos Privados S.A. de Ramos Media Ex Kinesiólogo de Planta del Servicio de Medicina Deportiva de la Asociación del Fútbol Argentino (A.F.A) Ex Kinesiólogo de Selecciones Nacionales Juveniles de la Asociación Del Fútbol Argentino (A.F.A.) Ex Kinesiólogo del Plantel Profesional de Fútbol del Club Deportivo Morón E-mail de contacto: [email protected] Palabras claves Fútbol | F-MARC | Lesiones | Juegos Olímpicos | Copa del Mundo | Lesiones por Partido Resumen A partir de la implementación de un sencillo registro, para la recolección de datos en las distintas competencias, por parte de F-MARC (Centro de Evaluación e Investigación Médica de la FIFA), se pretende obtener la mayor cantidad de datos posible respecto de las lesiones que se generan en todas las competencias organizadas por la Federación Internacional del Fútbol Asociado (FIFA) Este trabajo pretende: Agrupar y sistematizar un conjunto de datos, obtenidos a partir de los informes del los cuerpos médicos de las delegaciones participantes, en 14 competencias mundiales y olímpicas, de ambos sexos, diferentes categorías de edad y especialidad (campo y sala) organizadas por FIFA. 2 Sumary Since the implementation of a simple record system to gather data of the different competitions created by FMARC (FIFA’s Evaluation and Investigation Medical Center) it’s expected to obtain the greatest number possible of information about the injuries that occurs in every competition organized by the International Federation of Football Association (FIFA) to be able to prevent them. With this Paper I expect to, gather and organize a group of information obtained from the reports obtained from the medical group delegation that participates in 14 Worldwide and Olympic competitions of both genders, different age range and specialty (soccer field and indoor soccer) organized by FIFA. Introducción Las competencias deportivas, en este caso, las Copas del Mundo de Fútbol, Juegos Olímpicos, etc, son acontecimientos, de gran convocatoria a nivel mundial, tanto en las sedes, donde se desarrollan, como así también, por su difusión a través de la prensa escrita, oral y televisiva. Estas competencias generan, entre los participantes, lesiones de distinta magnitud, que en múltiples ocasiones, fueron registradas y agrupadas por calidad, intención, etc. Los resultados obtenidos, aplicando distintas metodologías, no permiten su correcta evaluación, comparación, e interpretación que permitieran arribar a resultados válidos La confiabilidad del sistema de obtención de los datos, como así también su comparación, depende de poder definir con certeza los parámetros a tomar en cuenta: lesión, fuentes de información, metodología utilizada, etc. Objetivos 1. Presentar los datos obtenidos, por F-MARC (Centro de Evaluación e Investigación Médica de la FIFA), y publicados por integrantes de la Comisión Médica de la FIFA: Dres. Astridd Junge, Jiri Dvorak, Baumann de Toni y Lars Peterson, en distintas publicaciones, a partir de los informes generados por los cuerpos médicos de las delegaciones participantes en 14 torneos mundiales y olímpicos de fútbol para jugadores masculinos y femeninos de diferentes niveles de edad y especialidad (campo o sala), organizados por FIFA, sobre lesiones deportivas en el fútbol. 2.Agruparlos, ordenarlos, y analizarlos , para así poder establecer pautas para la prevención de las lesiones generadas en la práctica del Fútbol de alta competencia. Concepto de lesión Las lesiones en el Fútbol y las consecuencias, que estas generan deben ser analizadas, para poder establecer las pautas a seguir para su tratamiento y prevención. Existen múltiples antecedentes respecto de registros de lesiones durante torneos de fútbol, utilizando distintas metodologías: encuestas, efectuadas a participantes de torneos, que toman en cuenta el momento de la lesión, si hubo o no impacto, etc; observación directa externa, en el mismo campo de juego o por medios de registren, partidos televisados, etc Fuentes de obtención de informacion de los datos: Para dar mayor veracidad a los datos obtenidos, resulta imprescindible determinar los parámetros a tener en cuenta. Estas podrían ser: el jugador lesionado, cuerpo técnico, cuerpo medico, observadores externos a la competencia, televisión o videos, etc, pero nadie mejor que el jugador sabe si se ha generado una lesión en su organismo. Cuanto más precisa, especifica y detallada sea la información, más objetivos serán los datos utilizados para el estudio. diagnóstico. Sector corporal afectado, tipo de lesión; momento del juego en el que se produjo la falta, con o sin contacto con el adversario, Actuación del arbitro en el episodio, sanción o no de la misma y si es posible registrar los días de ausencia deportiva. Material utilizado Para la recolección de datos en las distintas competencias, F-MARC (Centro de Evaluación e Investigación Médica de la FIFA), ha desarrollado un sencillo formulario, que permite obtener información respecto de las lesiones que se generan en todas las competencias organizadas por la Federación Internacional del Fútbol Asociado (FIFA), incluidos los Juegos Olímpicos, desde la Copa Mundial de Fútbol de 1998 en Francia, hasta la fecha. El formulario de registro está compuesto por una hoja a doble página en la que todas las lesiones, fueron descriptas y tabuladas. Está disponible en cuatro idiomas (inglés, español, francés y alemán). Definiciones de todos los parámetros a documentar se expresan en el reverso del formulario utilizado. (formulario adjunto) A todos los médicos de los equipos participantes se les solicitó que registraran las lesiones originadas durante los encuentros en dicho formulario. Los formularios de registro fueron distribuidos y recogidos por un oficial médico de la FIFA. Y dicha documentación fue remitida al centro F-MARC, garantizando la más absoluta confidencialidad de toda la información obtenida. Dicho formulario solicita: número de camiseta del jugador, minuto del partido en el que se produjo la lesión, sector corporal y tipo de lesión, circunstancias del juego en el que se originaron las lesiones, con o sin contacto físico, actitud del árbitro (si hubo infracción al juego y si fue sancionada o no), incluyendo el posible tratamiento y tiempo previsto, para el regreso a la práctica del deporte Se han obtenido, compilado y agrupado los datos regis3 trados en los formularios desarrollados por F-MARC, correspondientes a 14 torneos de fútbol, organizados por FIFA desde 1998 hasta 2006: • Copa Mundial Masculina: 1998, 2002 y 2006. • Copa Mundial Femenina: 1999 • Campeonato del Mundo Sub-20: 1999 y 2001. • Campeonato del Mundo Sub-17: 1999 y 2001. • Copa de Confederaciones: 1999 y 2001. 4 • Campeonato Mundial de Clubes: 2000. • Campeonato Mundial de fútbol sala: 2000 • Juegos Olímpicos masculinos: 2000 • Juegos Olímpicos femeninos: 2000 Total: • 12 Torneos masculinos con jugadores de distintas edades y especialidades (sala, campo, etc.) • 2 Torneos femeninos. Método estadístico El método estadístico utilizado, por F- Marc, para la obtención de datos fue el de la frecuencia, registrándose lesiones por: partido, torneo, sexo, cada mil horas de juego, segmento corporal y tipo de lesiones. A los efectos de un mejor agrupamiento, los datos recogidos de las encuestas se expresan en: 1) Número de lesiones por partido 2) Número de lesiones por 1000 Hs de juego. •Fútbol de campo: 22 jugadores (11 x equipo) x 90 minutos de juego por partido / 60 minutos = 33,00 horas de juego por partido. •Fútbol sala: 10 jugadores (5 x equipo) x 40 minutos de juego por partido/ 60 minutos = 6,67 horas de juego por partido. El tiempo extra y la reducción del número de jugadores en el campo de juego no fueron tomados en cuenta, porque sólo unos pocos partidos entraron en tiempo extra y la exclusión de un jugador es considerada una excepción. El total de horas de cada uno de los partidos se computaron de la siguiente manera: 5 Resultados obtenidos (agrupados por competencia en una misma categoría): Tabla I: General Agrupados por Categorías 6 Tabla 2: Lesiones deportivas registradas en 14 torneso de fútbol de diferentes edades, sexo y especialidad 7 Continuación Tabla 2 8 Continuación Tabla 2 9 Copa Mundial Masculina Mayores 1998, 2002, 2006 y Juegos Olímpicos Masculinos 2000. Tabla 3: Campeonatos Mundiales y Olímpicos Masculinos. Mayores 10 • La respuesta de la encuesta promedio fue muy elevada, 99 %, variando del 97% al 100%. •El número de lesiones, varió entre 145 y 171. El promedio fue de 2.6 (1.2%) lesiones por partido; 12.6 (0.2%) por cada 1000 Hs. de juego •Se registraron 272 (46.8%) en el 1er tiempo y 309 (53.2%) en el 2º tiempo. •El 31.2% (181) de las lesiones se originaron en acciones con contacto con otro jugador que generaron infracciones al juego. El 55.8% (101) de ellas fueron sancionadas por el árbitro. Copa Mundial Sub-17 y Sub-20 1999, 2001 Tabla 4: Campeonatos Mundiales Masculinos Categoría Sub-20 / Sub-17 11 • La respuesta de la encuesta fue incrementándose en todos los casos, llegando a un promedio del 81%. •El número de lesiones varió entre 53 y 206. El porcentaje promedio fue de 2.7 (0.6%) lesiones por partido; 9.8 (0.2%) por cada 1000 Hs. de juego. •Se registraron 182 (40%) en el 1er tiempo y 274 (60%) en el 2º tiempo. •El 34.0% (131) de las lesiones se originaron en acciones con contacto con otro jugador que generaron infracciones al juego. El 67.0% (88) de ellas fueron sancionadas por el árbitro. Copa Mundial Femenina 1999 y Juegos Olímpicos Femeninos 2000 Tabla 5: Campeonatos Mundiales y Juegos Olímpicos Femeninos Mayores 12 •La respuesta de la encuesta promedio fue del 80%, variando del 73% al 94% •El número de lesiones varió entre 30 y 32 según el torneo. El porcentaje promedio fue de 1.3 (2.1%) lesiones por partido; 20.5 (1.6%) por cada 1000 Hs. de juego •Se registraron 13 (21%) en el 1er tiempo, 19 (31%) en el 2º tiempo y 30 (48%) no fueron informadas. 13 Copa Mundial de Clubes 2000 y Copa Federación de Selecciones de 1999 y 2001 Copa Confederaciones y Mundial de Clubes 14 •La respuesta de la encuesta promedio fue del 72% , variando entre el 47% y 100% •El número de lesiones varió entre 13 y 33 según el torneo. El porcentaje promedio fue de 1.7 (2.2%) lesiones por partido, (0.01%) por cada 1000 hs. de juego •Se registraron 40 (53%) en el 1er tiempo y 36 (47%)en el 2º tiempo. Tabla 7: Fútbol de Salón (Futsal) Guatemala 2000 15 Segmentos corporales más afectados: (ver tabla 1) Diagnósticos más frecuentes: (ver tabla 1) Tobillo……………………………….........….211 (17,3 %) • Contusiones…………………………..........…..…..639 (53%) Muslo………………………………..........…..201 (16.5 %) • Lesiones musculares………………......…..……142 (12%) Pierna:…………………………….........…….186 (15.3 %) • Esguinces…………………………………...............136 (11%) Cabeza y cuello………………....….……..169 (13.9 %) • Laceraciones o erosiones de piel………..…...72 ( 6%) Rodilla……………………………..........…….139 (11.4 %) • Fracturas…………………………………...............…19 ( 2%) Tronco:……………………………..........….… 91 ( 7.5 %) • Conmoción cerebral…………………........…….....18 ( 1%) Otros:……………………..……….........………88 ( 7.2%) • Tendinosas, meniscales y ligamentarias….…13 ( 1%) Miembro superior………………....…..…….70 ( 5.8%) • Luxaciones…………………………………..................7 ( 1%) No descriptas…………………….......………62 ( 5.1%) • No descriptas………………………….............……..88 ( 7%) Total………………………..………….....1217 (100%) • Otras…………………………………….................…...83 ( 7%) Total………………………………….............… 1217 (100%) Conclusión A partir de los datos obtenidos, por los oficiales de FMARC, se observa que: • La respuesta total a las encuestas, registrada en los 14 torneos analizados, 526 encuentros y 14362 Hs. de juego, fue muy elevada: 88 % (923 sobre 1052 posibles) las cuales fueron entregadas a un oficial médico de FIFA. •Se informaron 1217 lesiones en 526 partidos, equivalentes a 2.3 lesiones por encuentro o 11.8 lesiones por 1000 horas de juego, aproximadamente 1 por partido. En 12 torneos se tomaron en cuenta las circunstancias de la lesión (no fueron registrados los datos en la Copa confederaciones de 1999 y Copa Mundial de clubes de 2000) 16 •El menor promedio de lesión por partido, 1.3 se registra en la Copa Mundial Femenina de 1999 y de Fútbol Sala de 2000. •El mayor promedio de lesión por partido, se registra en la Copa Mundial Sub-20 y Sub- 17 de 1999 y 2001 y Juegos Olímpicos Masculinos de 2000. •En el caso de las lesiones por cada 1000 Hs. de juego, los resultados se repiten, excepto en el caso del Fútbol Sala 2000, que registra el mayor número de lesiones, 191, por cada 1000 Hs. de juego, más del doble que la incidencia promedio para los hombres en 9 torneos de fútbol de campo (92 lesiones por cada 1000 horas), pudiendo asociarse estos resultados a la naturaleza de esta especialidad: movimientos rápidos, y potentes, en espacios reducidos que originan mayores posibilidades de contacto físico con el rival. •El 22% de las lesiones (273) se originaron sin contacto con otro jugador. •EL 74 % de las lesiones (901) se originaron por contacto con otro jugador y de ellas, aproximadamente el 38% (344) fueron causadas por infracción al juego, siendo el 60% (205) de ellas, sancionadas por el arbitro. •El 43% (526) de las lesiones, se produjeron durante la primera mitad del partido y el 54% (661) durante la segunda mitad del partido. El 2% restantes no fueron informadas. •Los torneos femeninos registran una menor, porcentaje de lesiones que los masculinos. •Las lesiones totales y ausencias por sexo en las competencias de campo son mayores en el caso de los torneos masculinos respecto de los femeninos •El 56% (679) de las lesiones, determinaron una ausencia a entrenamientos o partidos de 0 a 3 días; el 7% (81) de 4 a 7 días, el 5% (65), de 7a 30 días, el 1% (16) más de 30 días, el 31% (376) no fueron informadas. No se toman en cuenta, en este rubro, los datos de competencias femeninas ya que sólo fueron informadas y registradas las lesiones en un solo torneo. (ver tabla en Anexo) Bibliografía 1. Noyes FR, Lindenfeld TN, Marshall MT: What determines an athletic injury (definition)? Who determines an injury (occurrence)? A• Dvorak J, Junge A: Football injuries and physical symptoms: A review of the literature. Am J Sports Med 28: S3–S9, 2000. 2. Astrid Junge,, Jiri Dvorak, Toni Graf-Baumann,, and Lars Peterson, from the F-MARC, FIFA - Medical Assessment and Research Centre, Zurich, Switzerland, the Schulthess Klinik, Zurich, Switzerland, the Office for Management in Medical Research, Teningen, Germany, and the|Gothenburg Medical Center, Vastra Frölunda, Sweden. Football Injuries During FIFA Tournaments and the Olympic Games, 1998–2001.Development and Implementation of an Injury-Reporting System 3. Dvorak J, Junge A, Chomiak J, et al: Risk factor analysis for injuries in football players: Possibilities for a prevention program. Am J Sports Med 28: S69–S74, 2000. 4. Junge A, Dvorak J: Influence of definition and data collection on the incidence of injuries in football. Am J Sports Med 28: S40–S46, 2000.. 5. Junge A, Dvorak J, Graf-Baumann T: Football injuries during the FIFA World Cup 2002. Am J Sports Med 6. Germany Medical report from the 2006 FIFA World Cup. Jiri Dvorak, Astrid Junge, Katharina Grimm and Donald Kirkendall. doi:10.1136/bjsm.2006.034579 Br. J. Sports Med. 2007;41;578-581; originally published online 17 May 2007;Suppl., 2004. •Los segmentos corporales más afectados fueron: Tobillo: 211 (17.3%); Muslo: 201 (16.5%) y Pierna: 186 (15.3%) •Los segmentos corporales menos afectados fueron: Miembro Superior: 70 (5.8%) y Cabeza: 3 (0.05%). •Los diagnósticos más frecuentes fueron: Contusiones: 639 (53%), Lesiones musculares: 142 (12%) y Esguinces: 136 (11%) •Los diagnósticos menos frecuentes fueron: Conmoción cerebral: 18 (1%); Luxaciones: 7 (1%) y lesiones tendinosas, meniscales y ligamentarias:13 (1%). •En los 1eros. tiempos de competencias masculinas los valores variaron entre el 40% en Copas Mundiales Sub-20/Sub-17 y 53% en Copas Federación y Mundial de Clubes. •En los 2dos tiempos de competencias masculinas los valores variaron entre el 47% en Copas Federación y Mundial de Clubes y 60% en Copas Mundiales Sub-20/ Sub-17. 17 Trabajo 2 Autor Antonella María Colombo Kinesióloga (UBA) Profesora en Kinesiología Especialista en Kinesiología Deportiva (UBA) Especialista en Gestión y Dirección de Instituciones de Salud E-mail de contacto: [email protected] Palabras claves Fútbol Club Barcelona | Lesiones musculares | Isquiosurales | Protocolos | Prevención Resumen Este artículo describe los principales parámetros sobre la incidencia de las lesiones musculares del primer equipo de fútbol de FC Barcelona en cuatro temporadas consecutivas desde 2003 al 2007. Se trata de una Guía de Práctica Clínica (GPC) de las lesiones antedichas enfocada en los aspectos epidemiológicos, histopatológicos, imagenológicos, diagnósticos, protocolos de tratamiento y medidas de prevención. Como estrategia preventiva, proponen la realización del Programa F-MARC 11 creado por el Centro Médico de Investigación y Evaluación de la FIFA. Abstract This article describes the main parameters on the incidence of muscle injuries that suffered the first team of FC Barcelona, in four consecutive seasons from 2003 to 2007. This is a Clinical Practice Guideline (CPG) of the lesions mentioned above, focused on epidemiological aspects, histopathological, imagerys, diagnostics, treatment protocols and measure of prevention. As a preventive strategy they propose the implementation of Program F-MARC 11 created by Medical Center Research and Evaluation of FIFA. Comentario del artículo Este artículo constituye una excelente iniciativa de presentación de una Guía de Práctica Clínica (GPC) ante la problemática prevalencia epidemiológica de las lesiones 18 musculares en el fútbol. Aún reconociendo que la incidencia de las mismas es alta y que la metodología para su abordaje ha sido consensuada por expertos internacionales y controlada por el comité médico de la UEFA, mencionan que existe poca evidencia científica en aspectos de importancia como la prevención y el tratamiento. Lo presentan como un protocolo de acciones diagnósticas, terapéuticas y preventivas que se aplicaron ante las diferentes lesiones musculares, con una prevalencia porcentual del 30 % del bíceps femoral, que sufrieron los deportistas del FC Barcelona y que fue mensurado y objetivado entre las temporadas 2003-2007. El criterio por el cual seleccioné este artículo y decidí comentarlo se basó, primordialmente, en la observación y el análisis comparativo del programa de recuperación de las lesiones musculares que ellos implementan, en relación al que aplicamos en nuestros equipos, específicamente en lo que respecta a la Etapa/Fase de Entrenamiento de Rehabilitación. Eisingbach la define como “El tratamiento sistemático de toda lesión ó disfunción del aparato locomotor activo, de los aparatos de sostén y de apoyo pasivo, de los sistemas neuromuscular y cardiopulmonar con el fin de restablecer la función normal orientado al rendimiento deportivo”. Tiene como objetivos recuperar al deportista al nivel previo a sufrir la lesión, en el menor tiempo posible y prevenir la recidiva de la misma. Según se detalla en la publicación, en el FC Barcelona, las lesiones musculares son controladas y tratadas por un equipo multidisciplinario con especializaciones muy específicas, con un criterio muy riguroso de incorporación y transferencia del jugador al campo de acción de cada uno de los integrantes de dicho equipo. En plena etapa de entrenamiento de rehabilitación (Descripta como Fase 3) aparece la figura del Preparador Físico con una tarea específica de mejorar las cualidades físicas y coordinativas además del Readaptador Físico para la progresión del ejercicio terapéutico de la estructura lesionada y la reanudación del gesto deportivo. Los preparadores físicos también son responsables del trabajo diferenciado específico individual y progresivo (Descripta como fase 4) y del trabajo de prevención de lesiones. En nuestro medio, es el Kinesiólogo especializado en Deportología quien tiene a cargo la realización del entrenamiento de rehabilitación, mediante la planificación, ejecu- ción y ajuste de las diferentes fases que lo constituyen. En nuestros equipos, el Preparador Físico trabaja con el jugador sólo una vez que el médico le ha dado el alta médica y deportiva, por lo cual, lo autoriza a entrenarse con el resto del plantel. Asimismo, si hablamos de intervenciones destinadas a la prevención de lesiones, afortunadamente muchos cuerpos técnicos reconocen y permiten que sea el profesional de la Kinesiología quien cuantifique estadísticamente la magnitud del problema, reconozca factores predisponentes posturales y/ó mecanismos lesionales y diseñe estrategias preventivas, que se hacen efectivas trabajando conjuntamente con el Preparador Físico. Aspiramos y debemos intensificar esfuerzos para que estos programas sean adoptados en todas las disciplinas deportivas, en sus diferentes categorías. Guía de práctica clínica de las lesiones musculares. Epidemiología, diagnóstico, tratamiento y prevención SERVICIOS MÉDICOS DEL FÚTBOL CLUB BARCELONA Introducción cialmente en la anamnesis del mecanismo lesional, y en la exploración física. Los estudios de imagen mediante la ecografía musculoesquelética y la resonancia magnética (RM) son complementarios, a pesar de que cada vez pueden ser más útiles a la hora de confirmar un diagnóstico y sobre todo emitir un pronóstico5- 7. No se dispone de un marcador bioquímico lo bastante específico que ayude al diagnóstico de gravedad y al pronóstico definitivo de cada una de las diferentes lesiones musculares8,9. Las lesiones musculares son muy frecuentes en el mundo del deporte, especialmente en el fútbol. Los estudios epidemiológicos más recientes muestran que las lesiones musculares suponen más del 30% de todas las lesiones (1,8-2,2/1.000 h de exposición), lo que representa que un equipo profesional de fútbol padece una mediana de 12 lesiones musculares por temporada que equivalen a más de 300 días de baja deportiva1-4. En otros deportes profesionales, como el baloncesto y el balonmano, la incidencia también es alta, aunque no llega a los valores obtenidos en el fútbol. A pesar de su alta frecuencia y del interés por buscar soluciones, existe poca evidencia científica en aspectos tan importantes como son la prevención y el tratamiento. Algunos puntos débiles los resaltamos a continuación: • La pauta de tratamiento de las lesiones musculares no sigue un modelo único, a pesar de que no se han modificado mucho las diferentes alternativas10-12. Últimamente, se han abierto nuevas expectativas gracias a la investigación en el ámbito de la reparación y de la regeneración biológica13-15. • El diagnóstico de las lesiones musculares se basa en la clínica, fundamentalmente en la sintomatología y espe- • Determinados programas de prevención primaria y secundaria pueden disminuir la incidencia de padecer le19 siones musculares, pero la evidencia científica aún es limitada y sólo se ha podido comprobar en determinados grupos de deportistas16-20. El objetivo de este documento es protocolizar las actitudes diagnósticas, terapéuticas y preventivas que se deben tomar ante las diferentes lesiones musculares que padecen los deportistas del FC Barcelona. No pretende ser una revisión exhaustiva de la patología muscular en el deporte sino un documento de trabajo claro, práctico y completo. Los protocolos se basan en el conocimiento actual y en la experiencia de los últimos años en el trabajo diario con este tipo de lesiones. Claficación de las lesiones musculares Las lesiones musculares se clasifican, según el mecanismo lesional, de forma clásica en extrínsecas (o directas) o intrínsecas (o indirectas). • Las lesiones extrínsecas, por contusión con el oponente o con un objeto, se clasifican según la gravedad en leves o benignas (grado I), moderadas (grado II) o graves (grado III). Pueden coexistir con laceración o no. • Las lesiones intrínsecas, por estiramiento, se producen por la aplicación de una fuerza tensional superior a la resistencia del tejido, cuando éste está en contracción activa (contracción excéntrica). La fuerza y la velocidad con que se aplica la tensión son variables que modifican las propiedades viscoelásticas del tejido, cambiando la susceptibilidad a la rotura. También pueden influir la fatiga local y la temperatura tisular. El jugador nota un dolor repentino, en forma de tirón o de pinchazo, y se relaciona normalmente con un sprint, un cambio de ritmo o un chut. La clasificación de las lesiones intrínsecas es más compleja. Siguiendo los conceptos más actuales proponemos las siguientes tablas de clasificación de las lesiones musculares (tablas I y II) según diferentes criterios21,22. Respecto al pronóstico, los días de baja son orientativos, varían en función del músculo lesionado, de su topografía y de la demanda que posteriormente se haga. Tanto la ecografía musculoesquelética como la RM permiten obtener información exacta de la lesión muscular en relación con el tejido conectivo afectado. Si bien casi la totalidad de las lesiones se asientan sobre la unión mioconectiva, según el tipo de afectación miotendinosa o interaponeurótica, así como la extensión topográfica de cada tipo de lesión, el pronóstico puede variar y, por tanto, se deberá tener en cuenta para dar el alta deportiva para la vuelta a la competición. En este sentido varios estudios empiezan a dar evidencia clara de esta cuestión, y lo que parece claro es que cuando más afectado esté el componente conectivo y el área de la lesión, peor será el pronóstico5-7. Una buena historia clínica y exploración física, conjuntamente con las clasificaciones propuestas anteriormente, tienen que permitir llegar a un diagnóstico. Con el fin de poder clarificar mejor proponemos seguir la pauta siguiente para etiquetar cada una de las lesiones musculares: primero damos el nombre del tipo de lesión muscular según criterios clínico-anatomopatológicos; después el primer apellido, que expresa la localización concreta donde se asienta la lesión y, concretamente, si tiene o no relación con el componente conectivo, y finalmente, el segundo apellido, que detalla el grupo muscular afectado en concreto. • Nombre: Rotura muscular grado II • Primer apellido: de la unión musculotendinosa proximal • Segundo apellido: del bíceps femoral TABLA 1: Clasificación de las lesiones musculares con criterios histopatológicos. (Las lesiones de grado 0 se entienden como lesiones en las que queda afectado muy poco tejido muscular. Si la lesión es más extensa pueden comportarse como lesiones más graves y, por tanto, de peor pronóstico) 20 TABLA 2: Clasificación de las lesiones musculares según criterios por imagen Estudios epidemiológicos Durante un período de cuatro temporadas (2003-2007) hemos estudiado la incidencia lesional del primer equipo de fútbol mediante la metodología que diferentes grupos de expertos internacionales han consensuado y que el comité médico de la UEFA controla y tutela para los diferentes equipos que juegan la Champions League23,24. Es un estudio prospectivo que controla todas les lesiones que se producen y las horas de entrenamiento y de competición para conocer el riesgo de padecer los diferentes tipos de lesiones. El cálculo del riesgo lesional se hace mediante la fórmula siguiente: Número de lesiones/Horas de exposición al entrenamiento y/o competición por 1.000 h Hoy se considera el patrón universal que permite comparar equipos, clubs, deportes, etc. El riesgo de padecer cualquier lesión en el fútbol profesional es de 6 a 9 lesiones por 1.000 h de exposición, lo que explica que este riesgo laboral representaría, en una empresa de 25 trabajadores, que cada mes hubiera 9 trabajadores de baja laboral. El riesgo de lesionarse durante la competición es de 4 a 6 veces más frecuente que durante los entrenamientos1,2. En la tabla III se presenta la descripción de diferentes parámetros sobre incidencia lesional, respecto a las lesiones musculares del primer equipo de fútbol del FC Barcelona durante cuatro temporadas. Son datos revisados por el comité médico de la UEFA y que se publican por primera vez en este documento. Según las referencias de la literatura, se calcula que un equipo profesional de 25 jugadores padecerá una mediana de 40- 45 lesiones por temporada, de las cuales entre 16 y 20 serán poco importantes (tiempos de baja de menos de una semana); entre 16 y 20 serán moderadas (entre 1 y 4 semanas), y entre 8 y 10 serán graves (más de un mes de baja). En las lesiones musculares, que suponen el 30-40% de todas las lesiones, el riesgo lesional es de casi 2 por 1.000 h de exposición, y cada equipo puede padecer entre 10 y 14 lesiones musculares por temporada. En las tablas IV y V presentamos los datos sobre la incidencia lesional general del estudio que la UEFA ha realizado con la mayoría de los equipos de la Champions League durante un período de cuatro temporadas (20032006). Como puede verse, la lesión más frecuente es la muscular y, más concretamente, las lesiones de los músculos isquiosurales, entre los que el músculo bíceps femoral es el más afectado. Estos datos son importantes porque definen muy bien cuáles son las principales lesiones que se dan en el fútbol profesional y, por tanto, hacia dónde se deben dirigir los esfuerzos para planificar estrategias preventivas. Lo que es mensurable es más susceptible de mejora. La recogida de estos y de próximos datos nos ofrecerá los resultados de las medidas preventivas adoptadas en la reducción del número de las lesiones. 21 TABLA 3: Descripción de los principales parámetros sobre incidencia lesional del primer equipo de fútbol del FC Barcelona en 4 temporadas consecutivas. Se han eliminado casi todos los decimales por un motivo de practicidad. TABLA 4: Descripción del número y porcentaje relativode todas les lesiones comunicadas del estudio UEFA en el período de las temporadas 2003-2007 TABLA 5: DDescripción del número y porcentaje relativo de lesiones musculares del estudio UEFA en el período de las temporadas 2003-2007 TABLA 6: Anamnesis DIAGNÓSTICO El diagnóstico de las lesiones musculares es principalmente clínico, es decir, basado en la historia clínica y en la exploración física. En la anamnesis (tabla VI) es necesario: • Recoger los antecedentes locales y generales. ¿Lesiones similares padecidas anteriormente? ¿Se conoce una susceptibilidad a padecer lesiones? ¿Qué antecedentes farmacológicos tiene?... 22 • Describir el momento lesional. ¿Cuál ha sido el mecanismo? ¿Durante qué carga de trabajo, entrenamiento o competición? ¿Ha sido en el inicio, a media sesión o al final de ésta? • Recoger la evolución inmediata. ¿Ha podido seguir la sesión de trabajo o ha tenido que abandonar? ¿Como evoluciona el dolor? En la exploración física (tabla VII) se tiene que hacer: • Inspección. ¿Presenta equimosis o deformidades del perfil de las masas musculares? • Palpación. Buscar puntos dolorosos o espasmos de la musculatura. • Solicitar la contracción activa del músculo afectado, primero con el músculo con estiramiento, más sensible en lesiones leves, y después contra resistencia manual. ¿Es posible? ¿Es dolorosa? ¿En qué tipo de contracción (concéntrica, isométrica o excéntrica)? Ya hemos dicho que las pruebas complementarias como la ecografía musculoesquelética y la RM facilitan mucho la tarea de conocer lo más pronto posible el grado de lesión y, sobre todo, el pronóstico de los días de baja. La RM tiene mucha sensibilidad y es precisa al identificar la estructura afectada; por otra parte, la ecografía musculoesquelética es un estudio dinámico que complementa la exploración clínica, permite los seguimientos evolutivos, la evacuación guiada de cavidades y se complementa con la ecopalpación dolorosa de un músculo determinado, ya identificado en la ecografía; es de gran ayuda de cara al diagnóstico topográfico. En la tabla VIII se expone de forma cronológica qué momento es el más adecuado para realizar las diferentes pruebas complementarias, que serán más o menos extensas en función del criterio del médico y de la disponibilidad de recursos. ¿Qué fases seguimos una vez se haya producido una lesión muscular? • Valorar la flexibilidad analítica del músculo. Si existe o no dolor al estiramiento pasivo. TABLA 7: Exploración física > Inmediatamente. Una vez producida la lesión, mediante una encuesta dirigida al jugador (¿qué has notado?, ¿cuándo?, ¿cómo?, ¿dónde?, ¿qué has hecho?) y con una exploración física estructurada (inspección, palpación, qué movimientos producen dolor, pasivos y activos) podremos hacer una primera orientación diagnóstica. Cuando la lesión no es una rotura importante el diagnóstico precoz no es fácil. Es importante y necesario saber y esperar unas horas para ver su evolución, así como realizar las pruebas complementarias adecuadas. TABLA 8: Cronología para la realización de pruebas complementarias en la lesión muscular > A las 12 h. El estudio ecográfico en esta fase inicial no permite tampoco hacer un diagnóstico de certeza en lesiones musculares leves, pero sí a partir de lesiones de grado II. Sólo personal muy especializado y entrenado en el estudio ecográfico es capaz de efectuar un diagnóstico de certeza del grado de lesión. Así pues, a las 12 h tan sólo podríamos hacer un diagnóstico de certeza en las lesiones de grado II o superior. S i la lesión es muy leve y no tenemos claro si es de grado 0 o I, la determinación en suero de la proteína miosina nos permite hacer un diagnóstico precoz de lesión grado I. Esta proteína contráctil intramuscular tiene un peso molecular muy grande y no tiene por qué estar presente en la sangre. Su presencia determina lesión fibrilar clara. Para estudios de cinética parece ser 23 que entre las 12 y las 24 h es el momento más óptimo para determinarla.No es una prueba que pueda pedirse rutinariamente y su evidencia se basa en la experiencia de este grupo de trabajo que recientemente ha publicado un primer estudio que creemos puede ser de gran interés, y en el futuro abre una nueva herramienta para caracterizar mejor las lesiones musculares25. > A las 24 h. Es el momento más consensuado por especialistas en RM para establecer un diagnóstico y un pronóstico muy adecuados. Como siempre, se requiere también que el personal que interprete la RM tenga una amplia experiencia en este tipo de lesiones. Actualmente, sobre todo en las lesiones de los músculos isquiotibiales, y concretamente la lesión de la unión musculotendinosa proximal del músculo bíceps femoral, se ha postulado que la longitud total de la lesión, la relación entre la tuberosidad isquiática y el inicio proximal de lalesión, y el área total afectada, son factores pronósticos del tiempo necesario para la vuelta a la competición y del riesgo de re-lesión7,26. > A las 48 h. Es el momento óptimo para establecer un diagnóstico y un pronóstico más adecuados con el estudio ecográfico. Últimamente se ha propuesto una técnica de evaluación del “tono muscular” denominada tensiomiografía27. Si bien hasta ahora hay poca evidencia científica de esta metodología, quizás en un futuro será interesante para monitorizar la recuperación funcional del músculo y ser un complemento para el control evolutivo de la lesión muscular conjuntamente con la ecografía musculoesquelética. TRATAMIENTO El principio básico al que más autores dan soporte es que las lesiones musculares tienen que tener una movilización y funcionalidad precoz, sobre todo a partir del tercer día, ya que se ha comprobado que de esta forma: • Aumenta más rápidamente la vascularización del tejido muscular comprometido. • Aumenta la regeneración de las fibras musculares. • Mejora la fase final reparativa, evitando cicatrices fibrosas. • Se recuperan más rápidamente las características viscoelásticas y contráctiles del músculo, en definitiva, la funcionalidad global del músculo28-31. 24 Tan sólo respecto de la primera fase del tratamiento de las lesiones musculares, entre el primer y el quinto día de la lesión, hay un consenso internacional gracias a los pocos ensayos clínicos que han podido demostrar un cierto grado de evidencia científica10-15. Después hay una gran disparidad de criterios y de propuestas según diferentes autores y escuelas. En esta guía daremos cuenta del tratamiento inmediato estándar de las lesiones musculares. Seguidamente, explicaremos qué otras alternativas se han propuesto y, finalmente, presentaremos los protocolos específicos para distintas lesiones musculares que estamos llevando a cabo en el FC Barcelona, basados en la experiencia de nuestros profesionales y en la experiencia de diversos autores. Primera fase: el tratamiento inmediato poslesión Consiste en el denominado RICE, que en inglés significa: Rest: reposo deportivo Ice: hielo Compression: compresión Elevation: elevación Es el tratamiento más consensuado durante los primeros tres días32-34. La inmovilización en la primera fase puede prevenir futuras retracciones de la rotura y hacer más pequeño el hematoma. Se ha demostrado que también el uso de la crioterapia hace significativamente más pequeño el hematoma, disminuye la inflamación y acelera la reparación. La compresión, aunque disminuye el flujo sanguíneo intramuscular, parece que tiene un efecto antiinflamatorio muy potente. Lo más interesante es que hay que combinar la compresión y la crioterapia repitiendo intervalos de 15 a 20 min de duración cada 3 o 4 h aproximadamente. En este punto hay que matizar: • Que este tiempo puede ser superior dependiendo de la masa muscular del músculo implicado; por ejemplo, un músculo cuádriceps de un adulto puede requerir hasta 30 a 40 min. • Que en lesiones musculares por contusión directa (“bocadillo”) el gel lo pondremos en posición “de estiramiento soportable”. • Que hay que tener mucho cuidado con la aplicación de la crioterapia, con respecto a los intervalos propuestos, y controlar la susceptibilidad individual, para evitar lesiones cutáneas. Segunda fase: del tercer al quinto día • Activación muscular. Es muy importante la movilización precoz y progresiva. Si la primera fase se ha pasado co- rrectamente y sin complicaciones, hay que empezar a hacer los ejercicios siguientes gradualmente, teniendo en cuenta el grado de tolerancia al dolor: – Ejercicios isométricos. De forma progresiva y teniendo en cuenta que tienen que ser de intensidad máxima hasta llegar a la aparición de dolor. El dolor que buscamos es la molestia soportable y se considera óptima entre un 5-10% de la escala visual analógica (EVA). También será importante usar progresivamente diferentes amplitudes y realizarlos en diferentes posiciones y ángulos. El protocolo que proponemos con esta guía es realizar los ejercicios isométricos en 3 amplitudes diferentes y con una pauta de tiempo que se puede empezar con 6 s de contracción y 2 s de relajación. • Trabajo complementario. En esta fase hay que tener muy en cuenta varias cosas: – Trabajo sobre la estabilización y movilización de la cintura lumbopelviana. Es el que cada vez más se define como programas de ejercicios dirigidos a mejorar el core estability con tal de mejorar y prevenir las lesiones musculares del aparato locomotor35-37. - Terapia física. Este apartado ha sido siempre motivo de controversia. Se utiliza en todo el mundo pero en cambio no hay –o hay muy poca– evidencia científica. La terapia física más utilizada es: a) Electroterapia de efecto analgésico y descontracturante para favorecer la refuncionalización muscular. b) Temperatura: ultrasonido (se aconseja hacerlo con estiramiento sin pasar el punto de dolor), hipertermia (hay que tener en cuenta la profundidad de la lesión y por lo tanto es muy importante el estudio ecográfico previo) o diatermia. Actualmente la terapia física que estamos aconsejando y proponiendo es la diatermia, y en la próxima versión esperamos tener un protocolo que haya demostrado su evidencia científica y clínica. – Estiramientos. El estiramiento del músculo en esta fase tiene que ser sin dolor, siguiendo la premisa de molestia soportable. Aconsejamos iniciar con pautas de 12 s de estiramiento y 12 s de reposo. El estiramiento de menos riesgo y aconsejable es el estiramiento activo por el método de la contracción activa de los músculos antagonistas en rotación axial, para estirar el músculo lesionado y mejorarle las condiciones viscoelásticas y disminuir el riesgo de padecer cicatrices fibrosas y relesiones. – Mantenimiento cardiovascular. Es otro aspecto impor- tante para mejorar la recuperación muscular, e implica: a) Seguir trabajando sobre la estructura no lesionada. Se pueden utilizar diferentes tipos de ejercicios ya sea con piscina, bicicleta estática, según lo permita el músculo lesionado. b) Respecto a la estructura propiamente lesionada, siempre que respetemos el principio de llegar al dolor o molestia tolerable, se puede permitir caminar a partir del tercer día durante 30 min e ir aumentando 10 min diarios hasta que pueda incorporarse a la carrera en la siguiente fase. Aquí queremos hacer un comentario respecto a que últimamente está de moda la utilización del kinesiotape (vendaje neuromuscular) con la idea de disminuir la tensión muscular por su efecto sobre las fascias y tener un efecto analgésico. Esta técnica necesita estudios rigurosos que puedan comprobar su efectividad. A partir del cuarto-quinto día hay que volver a hacer una valoración clínica y radiológica (ecografía musculoesquelética) para evaluar el defecto muscular y si hay o no un hematoma intramuscular, que normalmente es el tiempo que tarda en organizarse. La presencia de un hematoma puede hacer recomendable realizar una punción de aspiración mediante control ecográfico, mantener dos días la compresión y empezar de nuevo el protocolo de la fase 2. A partir del séptimo día aproximadamente, como hemos explicado, no encontramos un tratamiento estándar consensuado y cada grupo o autor va incorporando progresivamente más intensidad y complexidad a los ejercicios tanto de incremento de la carrera continua y los de estiramientos, como de fortalecimiento muscular (isométrico, concéntrico y excéntrico). Nosotros proponemos en esta guía que a partir de que el deportista pueda caminar 1 h con “molestia soportable” ya puede pasar a realizar un trabajo de carrera continua; inicialmente se aconseja un ritmo submáximo a 8-10 km/h, que es justo la fase superior a caminar rápido. El “dolor” volverá a ser el marcador que utilizaremos para ir pasando de fase. En el próximo capítulo de esta guía detallaremos los diferentes programas de recuperación de determinadas lesiones musculares desde el primer día hasta a la vuelta a la competición. OTROS TRATAMIENTOS Medicación En el instante en que se produce una lesión muscular se pone en marcha una secuencia de fases que consisten en la degeneración, la inflamación, la regeneración miofibrilar y, por último, la formación de tejido fibroso15,34. 25 La utilización de analgésicos o antiinflamatorios durante las primeras horas ha sido tema de debate, ya que su uso iría a favor de disminuir la fase inflamatoria, cuando parece ser que gracias a las reacciones que se producen en ella se desencadenarían todos los mecanismos posteriores de la fase regenerativa. No hay estudios de control que valoren claramente la relación beneficio-riesgo del uso de los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) ni de los glucocorticosteroides, pero en cualquier caso, parece ser que el uso de AINE durante les primeras 48-72 h no es perjudicial y no interfiere en la fase de regeneración si su uso no es continuado38,39. Igualmente, debe recordarse que algunos autores aseguran que el uso indiscriminado de analgesia en las primeras fases de las lesiones musculares puede tener un efecto enmascarador del dolor que dificulta el diagnóstico y puede favorecer la recaída40,41. Por otra parte, el uso de medicamentos antifibróticos, como el interferón gama, la suramina y el decorín, aún en fase de experimentación clínica, puede ser en un futuro un buen tratamiento complementario en el tratamiento de la lesión muscular42,43. Por último, un diurético, el losartán, también ha demostrado tener propiedades antifibróticas44. 1. Deportistas mayores de 18 años que padecen la lesión en un músculo de alta solicitación por el deporte que se practica. La hiperoxigenación del tejido lesionado por medio de instrumentos que facilitan la difusión del oxígeno como la hiperbárica está en proceso de investigación. Parece ser que es eficaz pero de difícil aplicación real45. • Lesión muscular con desinserción tendinosa parcial (>50%) o total. Infiltraciones y uso de PRP Determinadas escuelas han utilizado infiltraciones sobre el foco de la lesión con diferentes productos, como corticosteroides y la combinación de productos homeopáticos (Traumeel®) u otros de procedencia dudosa (Actovegin®)46-49. En los últimos años, además, se ha popularizado en España el uso del plasma rico en plaquetas (PRP), también denominado “factores de crecimiento”. Parece interesante que si en cada fase de la reparación muscular (primera, de destrucción y inflamatoria; segunda, de reparación y regeneración, y tercera, de remodelación final) fuéramos capaces de añadir el factor de crecimiento más adecuado podríamos obtener los mejores resultados. Es un tema de debate clínico y científico de gran actualidad50. Faltan ensayos clínicos rigurosos que demuestren • Cuando hay un hematoma intramuscular muy grande que no responde a la punción de aspiración repetitiva. que con este tipo de tratamiento se mejora el tiempo de recuperación de la lesión muscular y disminuye el riesgo de recaída. Por la falta de estos estudios, en el servicio médico del FC Barcelona se ha consensuado que la indicación de infiltración de PRP se hará cuando se cumpla el criterio 1 junto con el criterio 2 o 3. 26 2. Lesiones cavitarias recurrentes intramusculares o miofasciales como son la rotura miotendinosa distal del músculo recto anterior o la del músculo gemelo interno (la denominada tennis leg). 3. Lesiones de evolución compleja y crónica. En este sentido, hoy podemos utilizar los PRP gracias al ensayo clínico [Proyecto de investigación FIS, concedido por el Instituto de Salud Carlos III del Ministerio de Ciencia e Innovación] que llevamos a cabo en las lesiones musculares que afectan a la musculatura de la pierna (trícepsbíceps sural) denominadas tennis-leg. Tratamiento quirúrgico Las lesiones musculares tienen que ser tratadas de manera conservadora, pero hay unas indicaciones quirúrgicas generales muy consensuadas10,34. • Lesión muscular de grado III, rotura total. • Lesión muscular de grado II, con afectación de más del 50% del vientre muscular. Igualmente, hay que tener en cuenta diferentes especificidades, y así puede estar indicada la opción quirúrgica en el caso de re-lesiones musculares recurrentes que forman importantes cicatrices fibrosas y que generan adherencias con afectación neural. Por otra parte, en cambio, en algunos tipos de músculo, como es el músculo aductor largo, en una lesión grado II-III puede no ser necesario el tratamiento quirúrgico, ya que se ha visto que con el tratamiento conservador evolucionan favorablemente. No es el motivo de esta guía, pero hay que recordar que después de este tipo de cirugía hace falta una rehabilitación muy cuidada, programada y larga. Se estima que la vuelta a la práctica deportiva puede tardar, en función del músculo, desde algunos meses hasta a un año. PROTOCOLOS DE RECUPERACIÓN ESPECÍFICOS DE LAS LESIONES MUSCULARES En este apartado exponemos de manera exhaustiva los diferentes protocolos que aconsejamos para las lesiones musculares más frecuentes en nuestro entorno. Protocolo 1. Lesión grado I de la UMT del músculo bíceps femoral porción proximal (tabla IX) Es la lesión que afecta el tendón común de los músculos isquiotibiales, también denominada en nuestro medio “cremallera alta”. Se trata de una lesión compleja que se produce en el músculo bíceps femoral y en relación estrecha con el músculo semitendinoso y que tiene un peor pronóstico, como hemos comentado anteriormente, cuanto más larga sea la lesión, cuanta más área ocupe y cuan- TABLA 9 to más cerca esté de la tuberosidad isquiática6,7,26. En esta lesión la regla “tantos centímetros de largo, tantas semanas de baja” tiene evidencia empírica y, como hemos comentado, cierta evidencia científica. Así pues, en el protocolo 1 proponemos una lesión tipo de grado 1 que puede ser una lesión de 1 a 2 cm de largo del músculo bíceps femoral, y en el próximo protocolo veremos el protocolo a seguir con una lesión mucho más extensa. En ambos casos ha de hacerse un control evolutivo de la clínica y mediante ecografía para ir pasando fase y no dar el alta médica precozmente, ya que es una lesión que recidiva con facilidad. Protocolo 2. Lesión grado II de la UMT del músculo bíceps femoral porción proximal (tabla X) El protocolo cuando la lesión es de segundo grado, con un pronóstico de recuperación de unas 6-8 semanas aproximadamente. El protocolo que proponemos es muy parecido al propuesto por varios autores10-12. Comentario El ejercicio isométrico lo realizamos a partir del tercer día, y el número de series, el tiempo de contracción y el trabajo al menos con tres amplitudes son de referencia, ya que se hará según el dolor. Este trabajo isométrico y los estiramientos activos ayudarán a reducir el edema, a que la lesión cicatrice correctamente y a que mejore la funcionalidad y la capacidad viscoelástica del músculo. En lesiones de musculatura isquiotibial daremos más importancia al trabajo de refuerzo excéntrico dada su etiología. Algún autor10 propone a las 4 semanas realizar un estudio analítico de la fuerza y/o potencia muscular para objetivar posibles déficits de fuerza. Por último, se tiene que plantear un trabajo individualizado para cada tipo de jugador en la última fase según sus características. Protocolo 3. Lesión grado II de la UMT del músculo bíceps femoral distal (tabla XI) El protocolo de recuperación es muy parecido al protocolo 2. Esta lesión es lo que se denomina en nuestro medio “cremallera distal”, con un pronóstico de recuperación de unas 4-6 semanas aproximadamente. 27 Comentario En general el pronóstico de este tipo de lesión es mejor que la del tercio proximal. Muchas veces queda afectado tanto el músculo bíceps femoral porción larga y corta haciendo efecto de “cremallera”, como hemos comentado anteriormente. A veces puede quedar un hematoma miofacial residual que no tiene que alterar su vuelta a la competición, siempre y cuando su funcionalidad sea completa. Por el efecto de la doble inervación de las dos cabezas del bíceps femoral, es interesante tener en cuenta que hay que trabajar con rotación interna e externa de la pierna para activar selectivamente las dos cabezas. Protocolo 4. Lesión grado II de la UMT del músculo aductor medio (tabla XII) Es importante diferenciar este tipo de lesión de la lesión de la unión tendoperióstica, de características crónicas. Es una lesión aguda que genera una impotencia funcional inmediata, que normalmente crea un hematoma rápido. Ecográficamente, se ve un defecto laminar por debajo de la expansión aponeurótica del músculo aductor medio. Tiene una buena evolución, pero si la lesión es amplia, de más de 3 cm, en el jugador de fútbol hay que esperar una recuperación de entre 4 y 6 semanas. TABLA 10 Comentario En este tipo de lesión será muy importante hacer una correcta valoración de la estabilidad lumbopélvica por la relación tan frecuente con problemas de pubis y, más concretamente, con la osteopatía dinámica de pubis (ODP). Por eso hay que valorar ecográficamente o mediante RM 28 la sínfisis pubiana, ya que si ésta está afectada, puede retardar la vuelta a los entrenamientos con normalidad. No es infrecuente encontrar jugadores que después de padecer una lesión de este tipo inicien una pubalgia que probablemente sea consecuencia de que al dejar de entrenar se desestabiliza la sínfisis y todo el anillo lumbopelviano, por tanto será muy importante estar atentos a este hecho. Por eso será muy importante incidir con los estiramientos activos y evitar una excesiva potenciación del músculo aductor medio que provocaría un desequilibrio a nivel de la sínfisis púbica con el consecuente riesgo de padecer una ODP. Por otra parte, hay que recordar que este músculo permite hacer muchos ejercicios sin molestias pero que en cambio, como interviene de forma activa en jugadas muy específicas del fútbol como el chut, cambios de dirección, etc., hará que se alargue la fase de readaptación funcional al gesto deportivo antes de permitir la vuelta a la competición. Protocolo 5. Lesión grado I miofacial del músculo sóleo (tabla XIII) En este tipo de lesión es típico el pequeño pinchazo bajo la pantorrilla, pero el jugador normalmente puede continuar haciendo un trabajo submáximo, lo que retarda a veces el diagnóstico definitivo. Es importante realizar el diagnóstico diferencial con todas las lesiones llamadas tennis leg. El diagnóstico hay que confirmarlo mediante RM más que por ecografía. Comentario En este tipo de lesión, y desde el punto de vista de la fisioterapia, entendemos que es muy importante hacer un trabajo progresivo, amplio y largo de los ejercicios isométricos. Hay que asegurar una buena reparación tisular y una absoluta ausencia de molestias al efectuar cualquier movimiento o ejercicio por parte del jugador. Es muy frecuente la re-lesión. TABLA 11 29 Hay que asegurar una pauta de ejercicios concéntricos y excéntricos diarios, y si bien hay una mejora clínica importante los primeros días, no tenemos que acelerar las fases ni la vuelta a la competición, ya que el músculo no estará preparado para hacer actividades explosivas en plenas garantías hasta las 3 semanas. Y recordar que si la lesión es de grado II la vuelta a la competición puede alargarse hasta las 6 semanas. El trabajo osteopático de la correcta situación y movilidad de todas les articulaciones del pie, el tobillo y la rodilla, así como la valoración de un podólogo, pueden ayudar (tener en cuenta los cambios en el calzado del deportista, los cambios de superficie, etc.). Protocolo 6. Lesión grado II del músculo gemelo interno (tabla XIV) Esta lesión consiste en la rotura parcial de la cabeza medial del músculo gemelo interno en su unión muscultendinosa, y es conocida popularmente como tennis leg. Hay que ser muy prudente con este tipo de lesión y será muy importante realizar un seguimiento ecográfico periódico para controlar la reparación con una cicatriz laminar o bien si se produce un hematoma miofacial (llamado también mioaponeurótico) entre el músculo gemelo interno y el músculo sóleo, ya que si aparece este hematoma la evolución será más lenta y habrá que alargar los plazos de reincorporación a los entrenamientos no menos de 8 a 10 semanas. TABLA 12 Comentario En este tipo de lesión aconsejamos, aparte del RICE, durante los primeros días un vendaje para evitar el posible hematoma que se produce entre el músculo gemelo interno y el músculo sóleo51. La presencia de un hematoma interfacial contraindica la hipertermia. Si la evolución no es buena y persiste un hematoma miofacial indicamos 30 TABLA 13 hacer un tratamiento basado en la punción-aspiración del hematoma, y en casos difíciles puede estar indicada la punción y en el mismo acto introducir plasma rico en plaquetas, tal como hemos comentado anteriormente. Otro aspecto a tener en cuenta en este tipo de lesión es, al realizar el estudio ecográfico, descartar la trombosis venosa profunda que a veces se asocia52. Protocolo 7. Lesión grado II del séptum intermuscular del músculo recto anterior (tabla XV) Las lesiones del músculo recto anterior se clasifican en lesiones del séptum intramuscular, de la unión musculotendinosa directa y superficial y de la unión musculotendinosa profunda. La lesión del séptum es la típica lesión del jugador de fútbol que padece durante el chut de la pelota, y tiene un alto riesgo de cronificarse y de recidivar. El pronóstico de una lesión extensa del séptum no debería ser menor de 6 semanas. Comentario Las recomendaciones más importantes son: • Control evolutivo de la lesión mediante el estudio ecográfico periódico. Las lesiones más proximales y en relación al músculo sartorio son de peor pronóstico53. • Vigilar el momento de inicio de los ejercicios excéntricos. Mientras no tengamos una imagen de formación de tejido conectivo o fibroso no empezaremos la fase de refuerzo con ejercicios excéntricos. Éstos podrían provocar un “latigazo” sobre la estructura muscular que envuelve el séptum y provocar una fricción mecánica que no deja reparar el tejido muscular. • Esta acción puede generar una cicatriz “blanda” que facilita las recidivas. • Igualmente hay que ser muy prudente a la hora de incorporar el trabajo de campo, los ejercicios tipo saltos y los chuts repetitivos. • Es muy útil controlar desde el comienzo la mecánica de chut y los ejercicios de frenada en el campo. • Como siempre, hay que hacer un trabajo complementario de refuerzo y estabilización lumbopélvica y los músculos rotadores de la cadera. 31 TABLA 14 MODELO SECUENCIAL DEL TRATAMIENTO DE LAS LESIONES MUSCULARES (FIG. 1) En este apartado exponemos nuestro modelo secuencial del tratamiento de las lesiones musculares. Este modelo es muy importante para entender como se incorporan progresivamente los diferentes profesionales dentro de la recuperación de cada lesión muscular. Es importante que la lesión muscular de un jugador sea controlada y tratada por pocos profesionales, pero con equipos profesionales, donde exista un equipo multidisciplinario con especializaciones muy concretas, y, aún más, es preciso ser muy rigurosos en la incorporación y la transferencia del jugador con cada uno de los profesionales que intervienen. Normalmente el médico de equipo tiene que ser el principal gestor y coordinar los otros profesionales como los fisioterapeutas, los preparadores físicos y los readaptadores. Los readaptadores son profesionales muy característicos de los equipos de fútbol profesional que se han especializado en optimizar al máximo la transferencia del jugador desde “la camilla al campo”, para que después los preparadores físicos puedan trabajar las capacidades condicionales y coordinativas en plenas garantías. Inicialmente, el equipo multidisciplinario realiza de forma consensuada un programa de recuperación teniendo en cuenta los protocolos básicos descritos anteriormente (fig. 1). Normalmente se proponen una serie de controles valorativos y una fecha posible de alta médica y deportiva. (Anexamos un modelo de planificación al final de este documento.) El protocolo siempre tiene que ser individualizado, y hay que comprobar que los objetivos de cada fase han sido alcanzados. De esta manera la percepción del jugador es buena, ya que hay una buena coordinación. 32 TABLA 15 Entendemos que los conceptos de alta médica y deportiva quedan claros, pero en la realidad se confunden. Normalmente, cuando damos el alta médica damos también el alta deportiva, ya que es el momento en que el jugador pasa a trabajar con el grupo con absoluta normalidad. Se entrena entonces durante unos días y, si todo funciona bien, vuelve a ser apto para jugar partidos. CRITERIOS PARA DAR EL ALTA DEPORTIVA Cuando el jugador lesionado ha acabado el proceso de rehabilitación y readaptación, empezará a entrenarse con el equipo. Habrá que tomar una decisión sobre cuándo puede volver a jugar con absolutas garantías de no volver a lesionarse. El riesgo de padecer una re-lesión en el mis- mo sitio es muy alta en las lesiones musculares, del 14 al 16% durante los siguientes dos meses de dado de alta31. La decisión normalmente se toma siguiendo criterios de experiencia, tanto del jugador como del entrenador, del médico y del fisioterapeuta, y con la realización de algún test de fuerza, o bien de campo, y alguna prueba de imagen complementaria, como una ecografía o una RM. Tampoco hemos encontrado en la bibliografía revisada estudios que muestren una evidencia científica clara del hecho de seguir determinadas estrategias. Nosotros aconsejamos seguir, evidentemente, la experiencia de todos, pero disponemos de unos criterios que pueden ser muy útiles para tomar la decisión óptima. Los 33 FIG. 1: Programa de recuperación exponemos en las tablas XVI y XVII, modificadas de Orchard31. Respecto a la tabla XVII habría que puntualizar algunas cosas: el criterio de imagen como marcador para dar el alta deportiva hay que matizarlo y normalmente no es determinante. Muchas veces, y sobre todo en lesiones miofaciales, podemos dar el alta deportiva aunque persistan imágenes de hematomas interaponeuróticos. En cambio sí son de gran importancia la fuerza y la flexibilidad. Cuando estas dos capacidades condicionales están igual que antes de padecer la lesión podemos estar muy tranquilos. Evidentemente, hay otros factores que no salen en las tablas XVI y XVII y que normalmente hay que tener en cuenta. Son factores muy difíciles de objetivar pero que aportan la experiencia de todos los profesionales que estamos alrededor del jugador. Los mencionamos para que cada uno reflexione y los valore ante cada situación en que se encuentre: • Estado laboral contractual. • Estado psicoemocional: ansiedad, hipermotivación, miedos. • Situación de veterano o novato dentro del equipo. • Deporte, y en este sentido intervienen varios factores, desde las características del jugador, del propio juego, del gesto deportivo, del terreno de juego, etc.; así, por 34 ejemplo, una lesión del músculo bíceps femoral de segundo grado puede tener una vuelta a la competición que puede ir desde 3 semanas en un jugador de baloncesto hasta 6 semanas en un futbolista. Y después, al final se tendrá que decidir cuándo es mejor volver a jugar: ¿partido en casa o fuera? ¿Empieza a la primera parte o a la segunda?, etc. Como criterios objetivables finales para permitir la incorporación a la práctica deportiva, nosotros proponemos los siguientes puntos: • Criterios clínicos: clínica y exploración física. • Criterios por imagen: ecografía • Criterios funcionales: – Test de fuerza (estudio isocinético, muscle lab, etc.). – Test físico general. – Test físico específico. Igualmente, nunca tendremos la certeza del 100% de que un jugador no se puede volver a relesionar, y los riesgos hay que ponderarlos según todas las circunstancias en las que nos encontramos. Como siempre, en nuestro ámbito (deporte profesional) no podemos ser conservadores pero sí prudentes, y cuanto más conocimiento y experiencia tengamos mejor tomaremos la decisión final. TABLA 16: Criterios conservadores para un óptimo retorno a la competición TABLA 17: Criterios positivos y negativos para un óptimo retorno a la competición Y queda claro que lo primero que hay que hacer es un buen estudio epidemiológico lesional para conocer cuál es la magnitud real del problema. Después, una vez evaluados los factores de riesgo más evidentes y teniendo en cuenta los mecanismos lesionales de cada lesión, hay que diseñar un protocolo de prevención adecuado para cada tipo de lesión. Este protocolo debe tener muy bien definidos los objetivos y cada uno de los ejercicios que hay que hacer, el tiempo de duración, el número de repeticiones por semana, etc. Un vez diseñado, hay que aplicarlo a una determinada población y comprobar si es lo bastante sensible y eficaz para inducir cambios positivos en la incidencia lesional. Hasta la actualidad, y si nos centramos en las lesiones musculares, hay muy pocos trabajos científicos que demuestren que un determinado protocolo preventivo ha sido efectivo y que, por tanto, ha ocasionado una disminución estadísticamente significativa de las lesiones musculares. Para poner un ejemplo, aún hoy en día no tenemos la evidencia científica para poder recomendar los ejercicios de estiramiento pasivo como método estándar preventivo de las lesiones musculares FIGURA 2: Modelo casual de prevención de Van Mechelen54. ESTRATEGIAS DE PREVENCIÓN (FIG. 2) Estos últimos años se ha dado un paso cualitativo en el campo de la prevención de las lesiones deportivas al incorporar el método científico con objeto de evaluar si las diferentes estrategias que se realizan para disminuir la incidencia lesional son efectivas o no. En este sentido, presentamos el esquema de Van Mechelen que sintetiza este modelo54, el primero y más sencillo, si bien los investigadores actuales en este ámbito tienen en cuenta muchos más factores que habrá que tener presente en un futuro55,56. En el caso concreto de la prevención de las lesiones de los músculos isquiosurales, por ejemplo, hay muy poca investigación basada en la evidencia. Sólo algunos protocolos que combinan determinados tipos de ejercicios de estiramientos para mejorar la flexibilidad y algunos protocolos con ejercicios de tipo excéntrico han demostrado una clara disminución de la incidencia de lesiones sobre los músculos isquiosurales. Así pues, basándonos en los pocos estudios publicados hasta ahora, y más teniendo en cuenta nuestra experiencia, proponemos un protocolo para la prevención de las lesiones musculares más frecuentes en el fútbol, si bien 35 hemos podido adaptarlo a otros deportes, como el baloncesto, con buenas expectativas por el momento. No entraremos a hablar de medidas de tipo general, como son los aspectos higiénico-dietéticos, el tipo de calentamiento, etc., que consideramos básicos e imprescindibles y que entendemos que se realizan correctamente. El protocolo que proponemos (fig. 3) se basa en el que conocemos como programa “F-MARC 11”, creado por el centro médico de evaluación e investigación de la FIFA (FMARC) en cooperación con un grupo de expertos internacionales3. En estos momentos se están llevando a cabo varios estudios longitudinales prospectivos en diferentes deportes para comprobar su efectividad57. Por ejemplo, Arnason58 publicó en 2008 los resultados de un estudio que, utilizando parte de este programa, encuentra una menor incidencia de lesiones de los músculos isquiotibia- FIGURA 3: Póster del programa F-MARC de la FIFA. les en futbolistas profesionales. Es un programa preventivo sencillo, atractivo, muy eficaz y que no requiere ningún equipo en especial, sino tan sólo una pelota, y puede hacerse en 15 min. Los objetivos principales de este programa de ejercicios son, básicamente, la estabilización lumbopelviana, el control neuromuscular, la pliometría y la agilidad. Este programa hay que realizarlo en cada sesión de entrenamiento, después del calentamiento y de los estiramientos de los principales grupos musculares. Es muy importante que los ejercicios se realicen tal como están diseñados. Los describimos a continuación: Primer ejercicio: aguantarse sobre el antebrazo (fig. 4) Postura inicial: Nos mantenemos en posición ventral y con la parte superior del cuerpo con los brazos en ángulo recto. Hay que colocar los pies de forma vertical en el suelo, tal como indica la figura 4. Acción: Levantamos el abdomen, las caderas y las rodillas de forma que todo el cuerpo forme una línea recta, desde los hombros hasta los talones. Los codos tienen que estar en posición vertical, por debajo de los hombros. Contraemos los músculos abdominales y los glúteos. Presionamos los omoplatos hacia dentro. Levantamos la pierna derecha unos centímetros del suelo y mantenemos la posición unos 15 s. Volvemos a la posición inicial, nos relajamos y repetimos el ejercicio con la otra pierna. Repetimos el ejercicio 3 veces. 36 FIGURA 4: Aguantarse sobre el antebrazo. Segundo ejercicio: aguantarse sobre el antebrazo en posición lateral (fig. 5) FIGURA 6: Músculos isquiosurales. Postura inicial: Nos ponemos de lado, mantenemos el tronco con un brazo de manera que el codo se encuentre en posición vertical a la misma altura que el hombro y el antebrazo en contacto con el suelo. Flexionamos la rodilla que está debajo unos 90°. Acción: Levantamos la pierna de encima y las caderas hasta que estemos a la misma altura de los hombros, formando una línea recta y paralela al suelo. Mantenemos la posición durante 15 s. Volvemos a la posición inicial, nos relajamos y repetimos el ejercicio 3 veces. FIGURA 5 : Aguantarse sobre el antebrazo en posición lateral. Cuarto ejercicio: esquí de fondo (fig. 7) Posición inicial: Nos mantenemos de pie con una sola pierna, la derecha, y relajamos la otra sin apoyarla en el suelo. Flexionamos la rodilla y las caderas ligeramente de forma que el tronco se incline hacia delante. Si lo miramos de frente, la cadera, la rodilla y el pie de la pierna apoyada tienen que estar en línea recta. Tercer ejercicio: músculos isquiosurales (fig. 6) Posición inicial: Nos ponemos de rodillas en el suelo manteniendo todo el cuerpo recto. El espacio entre las rodillas tiene que ser el mismo que la anchura de las caderas. Cruzamos los brazos delante del pecho. Un compañero tendrá que coger fuerte los tobillos por detrás contra el suelo con las dos manos. Acción: Efectuamos genuflexiones con la pierna apoyada, balanceando al mismo tiempo los brazos de forma alternada. Flexionamos la rodilla al máximo. Hay que distribuir el peso en toda la planta del pie. Mientras la pierna está en extensión no tenemos que mantener la rodilla rígida. La pelvis y el tronco tendrán que estar en equilibrio y ligeramente inclinados hacia delante. Lo repetimos 15 veces. FIGURA 7: Esquí de fondo. Acción: Nos inclinamos ligeramente hacia delante con el tronco recto y las caderas en posición vertical. Las piernas, las caderas y el tronco forman un solo bloque. Mantenemos esta posición recta del cuerpo tanto tiempo como podamos mientra nos dejan caer hacia delante hasta que nos paramos con las manos. Repetimos el ejercicio 5 veces. 37 Quinto ejercicio: apoyo sobre una pierna con lanzamiento (fig. 8) FIGURA 9: Apoyo en una pierna y flexión del tronco. Posición inicial: Nos situamos cara a cara con un compañero a una distancia de 3 m aproximadamente, ambos apoyados sobre la pierna derecha. Las rodillas y las caderas estarán ligeramente flexionadas. Mantenemos el peso del cuerpo sobre el centro del pie. Si lo miramos de frente, la cadera, la rodilla y el pie de la pierna apoyada tienen que formar una línea recta. Acción: Lanzamos la pelota hacia delante y hacia atrás. Si estamos apoyados sobre la pierna derecha, lanzamos la pelota con el brazo izquierdo, y a la inversa. Atrapamos la pelota con las dos manos y la devolvemos con una sola. Cuanto más rápido pasamos la pelota más efectivo será el ejercicio. Lo repetimos 10 veces con cada pierna. FIGURA 8: Apoyo sobre una pierna con lanzamiento. Acción: Igual que en el ejercicio 5, lanzamos la pelota hacia delante y hacia atrás, pero antes de volverla a pasar hacemos “ochos” entre las piernas, primero alrededor de la pierna apoyada, inclinando el tronco hacia delante, y después alrededor de la pierna de impulsión, manteniéndonos lo más rígidos posible. Lo repetimos 10 veces con cada pierna. FIGURA 10: Apoyo en una pierna haciendo “ochos”. Sexto ejercicio: apoyo en una pierna y flexión del tronco (fig. 9) Posición inicial: Igual que en el ejercicio 5, nos ponemos cara a cara con un compañero a 3 m de distancia, ambos sobrela pierna derecha. Acción: Igual que en el ejercicio 5, lanzamos la pelota hacia delante y hacia atrás, pero antes de devolverla tocamos el suelo con la pelota sin hacer fuerza. Lo repetimos 10 veces con cada pierna. Séptimo ejercicio: apoyo en una pierna haciendo “ochos” (fig. 10) Posición inicial: Igual que en el ejercicio 5, nos ponemos cara a cara con un compañero a 3 m de distancia, ambos sobre la pierna derecha. 38 Octavo ejercicio: salto con las dos piernas (fig. 11) Posición inicial: Nos paramos, teniendo en cuenta que la separación entre las rodillas y la parte inferior de las piernas tiene que ser la misma que la amplitud de las caderas, a aproximadamente 20 cm al lado de una línea. Flexionamos ligeramente las rodillas y las caderas de forma que el tronco se incline un poco hacia delante. Si se observa desde el frente, la cadera, la rodilla y el pie de la pierna de apoyo tienen que formar una línea recta. Los brazos tienen que estar ligeramente flexionados y cerca del cuerpo. FIGURA 11: Salto con las dos piernas. FIGURA 12: Salto en zig-zag. Acción: Saltamos con las dos piernas juntas, lateralmente, por encima de la línea y volvemos al sitio de origen tan rígidos como nos sea posible. Aterrizamos suavemente sobre las puntas de los dedos de los pies con las rodillas ligeramente flexionadas. Lo repetimos 10 veces. FIGURA 13: Saltos largos y altos. Noveno ejercicio: salto en zigzag (fig. 12) Posición inicial: Nos mantenemos de pie al principio del trayecto en zigzag (6 marcas a una distancia de 10 × 20 m), con las piernas separadas a la misma distancia de la amplitud de las caderas. Flexionamos las rodillas y las caderas de forma que el tronco esté inclinado hacia delante durante el ejercicio. Un hombro tiene que estar en la misma dirección del movimiento. Acción: Zigzagueamos de lado hasta la próxima marca, giramos de manera que el hombro esté en la dirección de la marca siguiente y complementamos el trayecto en zigzag con la mayor celeridad posible. Saltamos y aterrizamos siempre sobre los dedos del pie. Repetimos 2 veces todo el trayecto. Décimo ejercicio: saltos largos y altos (fig. 13) Posición inicial: Nos mantenemos de pie sobre la pierna de impulso con el tronco rígido. El brazo del mismo lado de la pierna de impulsión tiene que estar delante del cuerpo. Si se observa de frente, la cadera, la rodilla y el pie de la pierna de apoyo tienen que formar una línea recta. Acción: Saltamos tan arriba como sea posible con la pierna de impulso y levantamos también al máximo la rodilla de la pierna posterior, flexionando a la vez el brazo contrario y pasando delante del cuerpo. Con la rodilla ligeramente flexionada, aterrizamos suavemente sobre la parte anterior del pie. Recorremos dos veces este trayecto de aproximadamente 30 m. 39 ANEXO 1: Modelos de planificación individual de recuperación de la lesión (ejemplo) Bibliografía Al final de cada cita aparece una letra mayúscula (A, B, C, D) que indica el nivel de recomendación en función del nivel de evidencia científica. Los criterios se establecen en la tabla XVIII. 1. Junge A, Dvorak J, Graf-Baumann T. Football injuries during the World Cup 2002. Am J Sports Med. 2004;32 Suppl 1:23S7S.C 2. Waldén M, Hägglund M, Ekstrand J. UEFA Champions League study: a prospective study of injuries in professional football during the 2001-2002 season. Br J Sports Med. 2005;39:542-6. B 10. Järvinen TA, Järvinen TL, Kääriäinen M, Kalimo H, Järvinen M. Muscle injuries: biology and treatment. Am J Sports Med. 2005; 33:745-64. B 11. Croisier JL. Factors associated with recurrent hamstring injuries. Sports Med. 2004;34:681-95. D 12. Orchard J, Best TM. 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Wright-Carpenter T, Klein P, Schäferhoff P, Appell HJ, Mir LM, Wehling P. Treatment of muscle injuries by local administration of autologous conditioned serum: animal experiments using a muscle contusion model. Int J Sports Med. 2004;25:5827. C 48. Dvorak J, Feddermann N, Grimm K. Glucocorticosteroids in football: use and misuse. Br J Sports Med. 2006;40 Suppl 1:i4854. D 49. Shneider C, Schneider B, Hanisch J, van Haselen R. The role of a homoeopathic preparation compared with conventional therapy in the treatment of injuries: An observational cohort study. Complement Ther Med. 2008;16:22-7. D 50. Mishra A, Woddall J, Vieira A. Treatment of tendon and muscle using platelet-rich plasma. Clin Sports Med. 2009:28:11325. D 51. Kwak H, Lee K, Han Y. Ruptures of the medial head of the gastrocnemius (tennis leg). Journal of Clinical Imaging. 2006;30:48-53. D 52. Delgado GJ, Chung C, Lektrakul N, et al. 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Comprehensive warm-up programme to prevent injuries in young female footballers: cluster randomized controlled trial. BMJ. 2008;337;a2469. C 42 58. Arnason A, Andersen TE, Holme I, Engebretsen L, Bahr R. Prevention of hamstring strains in elite soccer: an intervention study. Scand J Med Sci Sports, 2008:18:40-8. C 59. Harbour R, Miller J. A new system for grading recommendations in evidence based guidelines. BMJ. 2001;323:334-6. A Autores y colaboradores Autores. Servicio Médico del FC Barcelona Gil Rodas, doctor en medicina y médico del deporte Ricard Pruna, médico del deporte Lluís Til, traumatólogo y médico del deporte Carles Martín, fisioterapeuta Colaboradores de los servicios médicosdel FC Barcelona Josep Antoni Gutiérrez, médico del deporte Jordi Puigdellívol, médico del deporte y traumatólogo Franchek Drobnic, doctor en medicina y médico del deporte Miquel Albanell, médico del deporte y de empresa Ramon Pi, médico del deporte Xavier Valle, médico del deporte Dani Medina, médico del deporte Jordi Marcos, médico del deporte Xavier Yanguas, médico del deporte Gemma Hernandez, médico del deporte Miquel Andolz, traumatología y médico del deporte Paco Seirul·lo, licenciado en Educación Física Toni Caparrós, licenciado en Educación Física Lorenzo Buenaventura, licenciado en Educación Física Toni Bové, fisioterapeuta y enfermero Ferran Arnedo, fisioterapeuta y enfermero Salvador Hellín, fisioterapeuta y enfermero Albert Andreu, fisioterapeuta Jaume Jardí, fisioterapeuta Emili Ricart, fisioterapeuta Gabriel Layunta, fisioterapeuta Jordi Parés, fisioterapeuta Jaume Munill, fisioterapeuta David Alvarez, fisioterapeuta Juanjo Brau, fisioterapeuta Albert Altarriba, fisioterapeuta Jaume Langa, fisioterapeuta y enfermero Roger Gironés, fisioterapeuta Miembros de la Comisión Médica del FC Barcelona Joan Nardi, doctor en medicina y traumatólogo Enric Càceres, doctor en medicina y traumatólogo Colaboradores externos Ramon Balius, doctor en medicina y médico del deporte Ramon Cugat, doctor en medicina y traumatólogo Àngel Sánchez, doctor en medicina y médico rehabilitador Lluís Orozco, doctor en medicina y traumatólogo Robert Soler, doctor en medicina y médico reumatólogo Esteban Gorostiaga, doctor en medicina y médico del deporte Carles Pedret, médico del deporte Marta Rius, médico del deporte Alfons Mascaró, fisioterapeuta Trabajo 3 Efectos de la entrada en calor sobre la prevención de lesiones en el deporte Autores Esteban Oscar Rojas Profesor Nacional de Educación Física (INEF n°1) Lic. Klgo. Fisiatra (UBA) Presidente AKD 2008-10 Desarrollo profesional en deportes: Fútbol (C.A. Excursionistas, C.A. Tigre, Boca Juniors (inferiores) y Racing Club); Voleibol (Club de Amigos); Handball (Ferrocarril Oeste, Selección Nacional) E-mail de contacto: [email protected] Demián Ezequiel Krynski Estudiante.Último año en curso. Profesorado de Educación Física · ISEF N°1 Dr. Enrique Romero Brest E-mail de contacto: [email protected] Palabras claves Lesiones deportivas | Entrada en calor | Prevención. Resumen La entrada en calor podría ser concebida como una serie de ejercicios empleados para acondicionar a los deportistas para un óptimo desarrollo en su posterior actividad. Uno de los objetivos perseguidos por la entrada en calor es la disminución de lesiones deportivas, pero la evidencia científica que soporta su eficacia no es concluyente. El objetivo de nuestro trabajo fue realizar una revisión de estudios científicos para corroborar si la entrada en calor es eficiente en la prevención de lesiones en el deporte. La búsqueda de los artículos se realizó sobre las bases de datos SPORT DISCUS, EBSCO HOST entre los años 2002 y 2012 utilizando dos palabras claves: “warm up” y “injuries”. Solo seleccionamos los artículos que nos permitían la bajada del texto “full text” en forma gratuita. Inicialmente encontramos treinta, y luego de analizar los contenidos y los resúmenes, decimos utilizar finalmente sólo algunos de ellos. Además agregamos algunos artículos seleccionados de diversas publicaciones relacionadas con la medicina y la rehabilitación deportiva. 43 Sumary The warm up could be conceived as a set of exercises that athletes use for optimal development in their future activity. One of the goals pursued by the warm up is to reduce sports injuries but the scientific evidence that supports its efficacy is not conclusive. The purpose of our job was to review scientific studies to corroborate if the warm up is efficient in preventing sports injuries. The searching of the articles was done over the SPORT DISCUS,EBSCO HOST database between 2002 and 2012, using two key words: “warm up” and “injuries”. We only selected the free articles which allow us the download the full text. At the beginning we found thirty and after analyzing the contents and the summaries we finally decided to use only a few of them. Also we added some selected articles from diverse publications related to medicine and sports rehabilitation. Conclusiones: síntesis La entrada en calor previene lesiones, pero solo si cumple con determinadas condiciones en relación al tiempo, la intensidad y especificidad del estímulo. El estímulo de la propiocepción, el equilibrio y el control neuromuscular han sido enunciados como factores que determinan la disminución de la probabilidad de riesgo de lesión inducida por el deporte. El aumento de la temperatura corporal, junto con una relación adecuada de tiempo e intensidad en las actividades específicas que no desencadenen procesos de fatiga, logra reducir objetivamente la producción de lesiones. Por otra parte, la adherencia y predisposición al trabajo sistemático son factores determinantes en las rutinas de prevención. Introducción La práctica deportiva en general coloca a los sujetos en situaciones riesgosas que inducen a la producción de lesiones. Con el aumento progresivo del número de lesiones inducidas por el deporte, numerosos estudios se han realizado intentando aclarar esta temática. Un estudio realizado en la Liga profesional de Fútbol de Noruega (Bjørneboe, s/a) sobre la base de más de 600 horas de análisis de vídeo de los partidos entre el año 2000 y 2010, reveló un aumento significativo de casos de lesiones de alto riesgo durante el período de observación de 10 años. Dicho trabajo de la Liga de Campeones mostró que la incidencia de las lesiones agudas durante el partido se ha incrementado en el fútbol Noruego profesional desde 2002 44 a 2007, lo que sugiere que el estilo de juego puede haber cambiado durante este período. Los autores concluyen que encontraron un incremento tanto en las lesiones por contacto como las de no contacto, en el año 2010 comparado con los 10 años anteriores, y sugieren que se refuercen las reglas del juego y sea más estricta la interpretación del reglamento por parte de los árbitros, con el objetivo de reducir el riesgo de lesión. Consideramos “lesión deportiva” a aquella ocurrida durante la práctica y que le provocó al deportista la ausencia al entrenamiento y/o partidos, seguida por la necesidad de un diagnóstico anatómico del tejido dañado y el tratamiento correspondiente. Las lesiones deportivas se agrupan por su gravedad, de acuerdo al tiempo de recuperación que lleve al deportista a realizar una práctica, entrenamiento o competencia, sin restricción alguna. Consideramos “leves” a aquellas en que el deportista regresa entre uno y siete días de producida la lesión; “moderadas” cuando su regreso a la práctica es entre los ocho y veintiún días; y “graves” cuando necesita más de ventiún días para su regreso (Dvorak, 2000). El laboratorio de Fisiología del Ejercicio del ISEF N°1 Dr. E. Romero Brest, define a la entrada en calor como “todo movimiento o actividad motora instrumentada como ejercicios, dirigidos y dosificados progresivamente preparando al sujeto para una posterior actividad física con el objetivo de alcanzar la eficiencia acorde al rendimiento físico, mental y técnico esperado”. Safran (1989) considera entrada en calor a una serie de ejercicios de preparación con el fin de mejorar la posterior competencia, que se compone de 3 períodos diferentes: un período de ejercicio aeróbico para incrementar la temperatura del cuerpo; un período de estiramiento de la musculatura específica para realizar el deporte; un periodo de actividad incorporando movimientos similares a los que serán utilizados en el ejercicio posterior”. Woods (2007) concibe el término calentamiento o entrada en calor al conjunto de actividades o ejercicios físicos orientados al aumento progresivo de rendimiento, determinada por cambios funcionales que se irán propiciando en el sistema neuroendocrino, el aparato locomotor, y el incremento de la temperatura corporal. Según dicho autor, la entrada en calor tiene dos finalidades prioritarias: por un lado, disminuir el riesgo de lesiones músculo tendinosas; y por el otro preparar al individuo para las demandas físicas del ejercicio o deporte a realizar. Queremos saber si los trabajos científicos nos pueden brindar información válida o confiable acerca de los efec- tos de la entrada en calor sobre la prevención de las lesiones en el deporte. Buscamos evidencias científicas que soporten el pensamiento popular. Desarrollo En el intento de disminuir lesiones provocadas por el deporte, los profesionales relacionados con la actividad física –como parte de su plan de trabajo- realizan una entrada en calor. Existe una variedad muy grande de entradas en calor que se adecuan a diferentes objetivos y circunstancias. La entrada en calor puede ser tanto pasiva como activa (Bishop D., 2003). El calentamiento activo puede ser clasificado también en general o específico. El calentamiento pasivo es aquel donde la temperatura corporal es incrementada por elementos externos. Estos pueden incluir, por ejemplo, duchas calientes, saunas o aplicaciones calientes (Safran MR, 1989). El calentamiento activo involucra algún tipo de actividad física. El calentamiento general envuelve cualquier movimiento global del cuerpo, no específico como correr o andar en bicicleta, o también ejercicios analíticos de distintos segmentos corporales. El calentamiento específico utiliza actividades y estiramientos que son específicos para la actividad a la cual uno se está preparando. Las técnicas de calentamiento más efectivas parecen ser las específicas. Posiblemente, debido al hecho que imita la actividad que va a ser realizada (Shellock FG, 1985). Sería razonable pensar que distintos tiempos, modalidades e intensidades de ejercicios durante la entrada en calor producirían diferentes efectos que podrían correlacionarse con la prevención de lesiones en el deporte, por lo que entonces comenzaremos describiendo algunos de los efectos fisiológicos producidos por la actividad física durante la entrada en calor. Según lo investigado, el flujo de sangre a los músculos y la elasticidad durante la realización de ejercicio aumentarán con el calentamiento que consiste en correr y realizar ejercicios de estiramiento (Kato, 2000). A partir de la entrada en calor el tejido muscular adquiriría propiedades viscoelásticas apropiadas, la oxigenación sería mayor, y la temperatura corporal aumentaría debido a la vasodilatación. Estas alternativas podrían mejorar el funcionamiento de receptores de movimiento y la sensibilidad cinestésica (Bouet, 2000). Se ha comprobado que el aumento de la temperatura en 1 °C disminuiría el umbral de los mecanorreceptores y mejoraría la sensibilidad táctil (Riemann, 2002). Al disminuir el umbral de excitabilidad el potencial de acción de las enzimas -que catalizan las funciones metabólicas- aumentaría para facilitar la pre- paración de los músculos para una mayor actividad (Montelpare, 2001). La excitabilidad de los mecanorreceptores articulares y la velocidad de los impulsos nerviosos aumentan por el ejercicio. El calentamiento acorta el tiempo de reacción y el tiempo de respuesta muscular, y aumenta la facilitación neuromuscular mediante el aumento de la sensibilidad de los receptores implicados con el sentido de la posición articular. Cuando una persona entra en calor, las fibras musculares están activadas. Dicha actividad está regulada por los husos musculares que controlan la cantidad de trabajo que los músculos necesitan para el ejercicio, lo que significa que puede ser regulado el perfil de estímulo-trabajo del sistema neuromuscular (Young, 2003). Durante el calentamiento la función de control del huso muscular restringe respuestas rápidas o completas de los músculos y utiliza solo el número necesario de fibrillas. Así se ahorra energía, y se ven facilitadas la coordinación y la preparación del sistema nervioso que evita el daño (Riemann, 2002). La propiocepción, es un componente importante del equilibrio y el control postural que percibe la posición o el movimiento de las extremidades y segmentos del cuerpo en el espacio. Una vez que la posición de las articulaciones y el control del equilibrio son mayores, las lesiones se podrían prevenir. El equilibrio es una función que requiere el ajuste de la actividad muscular y la posición de la articulación para preservar el centro de gravedad de la estructura de acuerdo con su base de apoyo en condiciones estáticas o dinámicas (Kovacs, 2004). El mantenimiento del equilibrio depende del estímulo visual, vestibular y propioceptivo. Las fibras aferentes propioceptivas capsulo-ligamentosas y musculares son importantes en la prestación de la estabilidad articular (Subasi, 2008). En niveles de subfatiga de actividad, una mayor sensibilidad de mecanorreceptores proporcionaría la necesaria mejora de los mecanismos de protección de reflejo neuromusculares (Barlett, 2002). Como vimos anteriormente, el equilibrio y la propiocepción podrían disminuir las lesiones deportivas, por lo que deberíamos averiguar cuál es la forma de trabajo para su mejor estimulación. Uno de los factores que incide en la dosificación de las entradas en calor es el tiempo utilizado para la misma. Respuestas parciales hemos encontrado en el artículo de Subasi (2008), donde dos grupos realizaron diferentes tiempos de entradas en calor para observar las respuestas de la propiocepción y el equilibrio. Estas consistieron en trotes y estiramientos, según el siguiente cuadro: 45 GRUPO A GRUPO B Tiempo total de entrada en calor 5 minutos 10 minutos Tiempo de trote 2, 30 minutos 5 minutos Tiempo de estiramiento 2, 30 minutos 5 minutos Cuádriceps 3 x 15 segundos 3 x 30 segundos Isquiotibiales 3 x 15 segundos 3 x 30 segundos Gemelos 3 x 15 segundos 3 x 30 segundos Ejercicios de estiramiento de: 46 Los dos grupos tuvieron efectos positivos, tanto en la propiocepción como en el equilibrio, corroborando así la hipótesis que el ejercicio previo aumenta la respuesta motora posterior. Sin embargo, encontramos diferencias en el nivel de mejoría, observando que aquellos que realizaron 10 minutos de calentamiento mejoraron más que los que realizaron 5 minutos. Un programa de 10 minutos de ca- ejercicio no deben causar fatiga, ya que ésta disminuye el sentido de posición, deteriora la respuesta muscular y el control motor. Si la alta concentración de H + relacionada con la acidosis no se produce, el rendimiento muscular estará protegido”. Varios intentos de disminuir las lesiones provocadas por el deporte a través de rutinas de ejercicios en la entrada en lentamiento parece ser más eficaz para la propiocepción de rodilla y el equilibrio. Una posible explicación intenta el autor haciendo referencia a los mecanismos fisiológicos que desencadena la entrada en calor: “Dos mecanismos explican el por qué de que la entrada en calor de 10 minutos sea más efectiva: en primer lugar, por una respuesta adecuada de los husos musculares. Riemann et al (2002) indicaron que los husos musculares son responsables de la transmisión de información con respecto a la longitud del músculo y la velocidad de los cambios de longitud. La activación de los elementos contráctiles periféricos de las fibras intrafusales extienden las regiones centrales del huso que contienen los receptores sensoriales de ambos extremos. Esto resulta en un aumento en las tasas de disparo de la terminación sensorial y aumentan la sensibilidad de los husos musculares a los cambios de longitud; en segundo lugar trotar aumenta el flujo sanguíneo en los músculos y la velocidad de los impulsos nerviosos, por lo tanto el tiempo de reacción del músculo disminuye (inmediatas respuestas reflejas) después de 10 minutos de ejercicios de calentamiento. La respuesta refleja apropiada e inmediata puede proteger a las estructuras de la rodilla de las lesiones, y darle más sensibilidad para resguardarlas de las fuerzas dañinas”. Tripp (2004) sugiere que la entrada en calor no lleve al organismo a la fatiga, por lo que el tiempo y la intensidad de los ejercicios son dos factores cuya interrelación es estrictamente necesaria: “el tipo de ejercicios y la duración del calentamiento deben disponerse muy cuidadosamente para obtener eficacia óptima en la entrada en calor siendo necesario comprender que el período y la intensidad del calor han sido propuestos con diferentes grados de éxito. Fradkin (2006) analizó cinco trabajos científicos relacionados con diferentes entradas en calor, los seleccionó acorde a su nivel de validez científica, tomando como parámetro la escala PEDro que evalúa la metodología utilizada para la investigación, valorando 11 criterios. Los trabajos analizados cumplían por lo menos con 7 de los 11 criterios requeridos. Concluyó que tres de ellos redujeron significativamente las lesiones. Mientras que los otros dos arrojaron que la entrada en calor no fue eficaz en reducir significativamente el riesgo de lesiones. Uno de los trabajos analizados se realizó con hombres en fútbol americano, que ejecutaron solo 3 minutos de entrada en calor que consistió en: skiping, carreras, sprint, saltos, elongaciones y rotaciones de tronco. Con esto llegó a reducir significativamente la incidencia de lesiones. Sin embargo, no encontró diferencia en el número total de lesiones. Cita también un trabajo con mujeres en hándbol, donde realizaron 10’ a 15’ de ejercicios prevalentemente aeróbicos, similares al deporte, incluyendo trabajos sobre un disco de tobillo y actividades funcionales para los músculos principales. Con esta entrada en calor se encontró una reducción del número de lesiones en el grupo de intervención. Otro trabajo analizado fue realizado por hombres y mujeres en hándbol cuya entrada en calor duraba un total de aproximadamente 20 minutos, centrados en 4 tipos de ejercicios: con pelota, con disco de tobillo, de equilibrio e inespecíficos, logrando una reducción significativa de lesiones en miembros inferiores concluyendo que un estructurado programa de calentamiento redujo la inci- dencia de las lesiones agudas de tobillo y la rodilla por lo menos en un 50%. Se destaca que en estos 3 estudios los participantes eran adolescentes. Sin embargo, en el cuarto trabajo analizado los participantes fueron corredores adultos recreativos varones, a los que se aplicó una entrada en calor de aproximadamente 20 minutos con ejercicios de carrera, de relajación, y estiramiento de miembros inferiores. No se registraron diferencias significativas en el grupo control y en el de intervención. El autor refiere que esto puede haber sucedido porque hubo una alta deserción y un bajo cumplimiento del programa de calentamiento. En el quinto trabajo los sujetos fueron reclutas masculinos que realizaron su rutina de preparación física inicial de 12 semanas de duración. La entrada en calor consistió • 3ra Parte: Tres ejercicios de carrera a velocidad moderada/ alta combinados con movimientos de cambio de dirección. en un estiramiento, intercalado con 4’ de trote y de galope lateral. No se vieron resultados significativos. En otro estudio, la FIFA y su Centro de Evaluación e Investigación Médica (F-MARC) desarrollaron un paquete completo de ejercicios de calentamiento al que llamaron “11+” que sustituía a la habitual entrada en calor previa al entrenamiento. Numerosos estudios e investigaciones han demostrado que la aplicación de los “11+” pueden reducir las lesiones entre un 30 y un 50%. El programa de prevención de lesiones los “11+” fue desarrollado por un grupo internacional de expertos basándose en su experiencia práctica con distintos programas de prevención de lesiones para jugadores aficionados mayores de 14 años. Los equipos que practicaron los “11+” regularmente al menos dos veces por semana tuvieron un 37% menos de lesiones durante el entrenamiento y un 29% menos de lesiones en los partidos. Las lesiones graves se redujeron en casi un 50%. Este estudio se publicó en el renombrado British Medical Journal en 2008. En el 2010, Soligard realiza otro trabajo, esta vez analizando el grado de obediencia y actitudes de los participantes del calentamiento preventivo de lesiones. El 77% de los equipos completaron el programa de prevención durante todos los entrenamientos y partidos de la temporada. Si comparamos los resultados con aquellos jugadores cuya obediencia no fue tan sistemática vemos que los de alta obediencia tuvieron 35% menos riesgo de sufrir cualquier tipo de lesión. El cumplimiento del programa de prevención de lesiones fue alto, y aquellos jugadores con altos niveles de obediencias resultaron favorecidos. Las actitudes positivas por parte de los entrenadores hacia la prevención de lesiones tuvieron directa relación con altos niveles de obediencia y menor riesgo de sufrir lesiones. El grado de aceptación y de convencimiento por parte de los preparadores físicos como de los jugadores influyen en la eficacia del resultado. Los “11+” se compone de tres partes con un total de 15 ejercicios que deberán realizarse al comienzo de cada sesión de entrenamiento, siguiendo el orden especificado: • 1ra Parte: Seis ejercicios de carrera a poca velocidad combinados con estiramientos activos y contactos controlados con el compañero. • 2da Parte: Seis grupos de ejercicios, centrados en la fuerza del tronco y las piernas, el equilibrio y la pliometría/agilidad, cada uno con tres niveles de dificultad creciente. El programa revisado (“Los 11 +”) incluyó ejercicios clave y ejercicios adicionales para proporcionar la variación y la progresión. También incluye una nueva serie de ejercicios estructurados en ejecución que lo hicieron más adecuado como también un exhaustivo programa de calentamiento para el entrenamiento y los partidos. El programa de prevención fue multifacético y abordó muchos factores que podrían estar relacionados con el riesgo de lesión, y no es posible determinar exactamente qué ejercicios o factores podrían haber sido responsables de los efectos observados. Se necesitan más estudios para determinar cuáles son los componentes clave para futuros programas. Conclusiones 1. La alteración de propiocepción y del equilibrio son factores que pueden ocasionar lesiones deportivas, una mejoría en dichos factores traería aparejado una disminución de la posibilidad que se produzcan dichas injurias, por lo que estaríamos en condiciones de sugerir la estimulación de estas capacidades como elemento de prevención. 2. Las respuestas fisiológicas sobre el aumento de la temperatura de los tejidos como consecuencia del aumento del flujo sanguíneo, produce un aumento en la viscoelasticidad de los tejidos que lo hace más dúctil 47 para adaptarse al estiramiento (Garrett, W. E., 1990). Las lesiones musculares se producen por contracciones excéntricas, es decir, una tensión muscular veloz durante la fase de estiramiento. Por lo que estaríamos en condiciones de sugerir actividades que aumenten la temperatura durante la entrada en calor para disminuir el riesgo de lesiones por estiramiento brusco. 3. Las actividades motoras durante el calentamiento, al facilitar el control neuromuscular y reducir los tiempos de reacción del músculo para realizar el gesto apropiado, disminuirían las lesiones que se producen por alteraciones coordinativas. 4. Analizando los tiempos utilizados en los trabajos que tuvieron disminución de lesiones deportivas, podemos decir que habría un tiempo óptimo para lograr el mayor beneficio en la entrada en calor, que estaría entre los 10 y los 15 minutos de calentamiento, obteniendo mejores resultados con actividades específicas que con actividades generales. También podemos decir que en la entrada en calor no se debería llegar a la fatiga. 5. Aquellos jugadores con altos niveles de adherencia a los ejercicios de prevención tuvieron menor riesgo que aquellos con niveles de baja adherencia. Las actitudes positivas por parte de los entrenadores hacia la prevención de lesiones tuvieron relación directa con los menores riesgos de sufrir lesiones. 6. La rutina debería permitir que el protocolo se realice dentro de los 15 minutos inmediatamente antes de la actividad a fin de recibir la mayoría de los beneficios 7. La entrada en calor previene lesiones originadas por el deporte solo si cumple con determinadas condiciones, respecto del aumento de la temperatura, del tiempo e intensidad de trabajo, de la especificidad de las actividades, y del grupo etario. 8. Futuras investigaciones son necesarias para obtener datos concluyentes acerca de la efectividad de la entrada en calor en la prevención de lesiones inducidas por el deporte. Discusión Resulta muy difícil hablar de entrada en calor en forma general, ya que distintos deportes originan diferentes tipos de lesiones. Algunas de ellas son traumáticas, es decir, por acciones producidas por el oponente, como por caídas, giros, cambios de dirección brusco, etc. Mientras 48 que otras lesiones se producen por gestos específicos repetidos, por ende que las diferentes entradas en calor debieran tener en cuenta cuáles son las patologías más frecuentes en ese deporte en particular. No tenemos dudas en que uno de los objetivos perseguidos por la entrada en calor está referido a la preparación mental para el logro del máximo rendimiento, por lo cual aspectos psicológicos deberían tenerse en cuenta en el calentamiento. Nuestro trabajo no siguió esa línea de estudio pero debería complementarse con trabajos específicos relacionados con la preparación mental. Muchos de los trabajos analizados en la bibliografía utilizaron adolescentes como sujetos de estudio, cuyas características físicas, motrices y niveles de aprendizaje son diferentes a otros grupos etarios. No se podría concluir que los resultados obtenidos en dicho estudio puedan ser trasladados a otro tipo de poblaciones. En el trabajo de Fradkin (2006), donde se compararon 5 programas totalmente diferentes, solo 3 de ellos lograron disminuir la producción de lesiones. Sin embargo, ninguno de estos cumplió con un protocolo similar de calentamiento. Tal resultado nos hace pensar que no hay una entrada en calor ideal, y que esta dependerá de distintos factores, como el tipo de deporte, el tipo de lesiones a prevenir, el grupo etario, las condiciones ambientales, el grado de entrenamiento, el nivel de competencia, etc. Probablemente esta falta de concordancia entre los tiempos, ejercicios y modalidades empleadas sea la que mantiene la controversia actual. El programa de prevención realizado durante la entrada en calor que se aplicó en corredores no logró diferencias significativas entre el grupo intervención y el grupo control. El autor refiere que los magros resultados de tal estudio se relacionaron con falta de adherencia al programa. Nosotros pensamos -a su vez- que la carrera, al ser un deporte cíclico, tiene menor riesgo de lesión comparada con los deportes de situación. Por lo que demostrar la efectividad de un protocolo de entrada en calor ha demostrado ser dificultoso. Nosotros pensamos que la variable tiempo es un condicionante importante, pero no se puede dejar al azar la variable intensidad, ya que no es lo mismo por ejemplo hacer una carrera durante 5 minutos al 80% del VO2 MÁX, que 10 minutos al 40% del VO2 MÁX. Según nuestro criterio, las intensidades de la entrada en calor para disminuir lesiones deberían tenerse en cuenta. Bibliografía 1. Barlett, M.J., & Warren P.J. (2002). 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