Año 6 - Edicion 16 - Mayo 2016 - Colegio de Generales de la Policia

Transcripción

Año 6 - Edicion 16 - Mayo 2016 - Colegio de Generales de la Policia
Estrella Policial
publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia
Año 6
/
edición 16
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MAYO DE 2016
/
bogotá d,c. - colombia
/
“La credibilidad y confianza
en nuestras instituciones,
es un invaluable
patrimonio moral que ha
significado la sinergia y
la estabilidad de nuestro
Estado de Derecho.”
issn 1909-0269
Una cúpula con grandes retos
E
sta foto ilustra el día en que fue nombrado y reconocido como
Director General de la Policía Nacional el señor Mayor General
Jorge Hernando Nieto Rojas con la misión concreta de recuperar
la dignidad y el buen nombre de la institución salpicada por varios
escándalos.
“El nuevo director se enfrenta a una misión pues es hoy por hoy
más exigente que nunca, tiene que recuperar la unidad, el buen nombre, la respetabilidad y la confianza de la Policía ante los ojos de la ciudadanía.
Pero además debe avanzar eficazmente en la cruzada que se ha emprendido
contra el crimen que agobia a los ciudadanos”. También tiene como reto seguir trabajando por la convivencia y seguridad ciudadana, por el mantenimiento de las condiciones de libertad y orden tal como lo promulga la
Constitución Política de Colombia en la misión que le fuera otorgada por su
naturaleza al cuerpo de Policía.
Según el General Nieto el propósito institucional será consolidar cuatro
pilares de éxito, contenidos en el plan estratégico institucional, como el fortalecimiento de la seguridad rural y urbana, optimizar la investigación criminal y dinamizar la cooperación internacional con rapidez y eficacia.
publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia
2
La unidad y la identidad de
propósitos: una necesidad
Estrella Policial
“Caballerosidad, gratitud y afecto”
publicación del colegio de generales
de la policía nacional de colombia
Edición Nº 16
ISSN 1909-0269
Av. Boyacá No.142A-55 Bogotá, D.C.
Web. www.colgenerales.com.co
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BG. (RA) José Laureano Sánchez Guerrero
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Secretario Ejecutivo
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CONSEJO DE REDACCIÓN
General (RA) Víctor Alberto Delgado Mallarino
General (RA) Miguel Antonio Gómez Padilla
BG. (RA) Fabio Arturo Londoño Cárdenas
BG. (RA) José Domingo Murcia Florián
BG. (RA) Pablo Elbert Rojas Flórez
EDITOR
BG. Guillermo León Diettes Pérez
FOTOGRAFÍA
Estrella Policial
Archivo Revista Policía Nacional
DISEÑO E IMPRESIÓN
Editorial La Unidad S. A. El Nuevo Siglo
4139200 - Ext. 124
NOTA: Los artículos no reflejan el pensamiento del
Colegio de Generales de la Policía Nacional, son
de exclusiva responsabilidad de sus autores, y por
razones de espacio podrán ser editados.
Foto portada: El Mayor General Jorge
Hernando Nieto Rojas, asumió la Dirección
General de la Policía Nacional de Colombia
el pasado sábado 20 de febrero en el campo
de ceremonias de la Escuela de Cadetes
de Policía “General Francisco de Paula
Santander”.
E
Por: Mayor general (RA) HECTOR DARÍO CASTRO CABRERA
Presidente del Colegio de Generales de la Policía Nacional
n los últimos días hemos conocido opiniones y conceptos que
demuestran que muchos de nuestros conciudadanos consideran que están desinformados o mal informados sobre las acciones y decisiones del gobierno respecto de las proyecciones
sobre los temas de mayor trascendencia para nuestro Estado de
Derecho, para nuestra nación y para nuestra Patria.
Esta situación es sin duda alguna delicada y preocupante, pues los colombianos deben conocer los detalles que se constituyen en las bases de lo que será el futuro de toda la nación. Las
especulaciones o dar rienda suelta a la imaginación en temas de tanta importancia, no son para nada convenientes en un proceso tan
importante, al contrario deben analizarse con gran profundidad y
eliminar las imprecisiones o ligerezas. Cualquiera que sea la causa de
la incertidumbre que parece existir, debe ser revisada para generar
seguridad y transmitir optimismo.
Hace algunos pocos días asistí a una conferencia sobre la incertidumbre y las consecuencias que de ella se derivan. Sin duda alguna la
incertidumbre se genera por el desconocimiento del futuro o por la inseguridad ante una situación en que la solución propuesta para un problema no aparece como la respuesta más adecuada o porque consideramos
que esa solución no nos corresponde a nosotros, no nos sentimos capacitados para tomar las decisiones, no nos consideramos representados
por quienes las toman o porque los resultados esperados se presentan
confusos e inciertos.
Las diferencias profundas entre algunas personas que se pronuncian, a título individual y a veces institucional, confunden a la comunidad, hacen que la gente se considere desinformada y quizás manipulada, al no encontrar suficientemente convincentes los argumentos
y llegan a considerar que las apreciaciones que se hacen sobre temas
de especial interés general, corresponden a ligerezas o caprichos, al no
aparecer claro que exista un consenso en torno de un objetivo que se
observa como esencial para la sociedad. En una palabra, una gran mayoría de nuestros conciudadanos considera que no saben para donde
vamos y que desconocen los verdaderos propósitos que inspiran las
acciones que se adelantan para lograr acuerdos que deben significar un
mejor futuro para la nación y que a juicio de muchos se interpretan
desde diferentes ángulos, aparentemente imbuìdos por intereses personales y no generales.
Esa incertidumbre produce ansiedad y la ansiedad genera actuaciones o conductas producto de impulsos y no de una sana y lógica
reflexión. Desde luego que cuando el ser humano actúa atendiendo a
la impulsividad y no a la reflexión inteligente, el resultado es el error, la
equivocación y el desacierto.
Desde esta tribuna lo hemos dicho, pero vale la pena repetirlo,
que la falta de acuerdos ante las diferentes tendencias de la clase dirigente, sobre lo esencial, o lo fundamental, como lo afirmara el doctor
Álvaro Gómez, nos ha generado consecuencias desastrosas. Las voces
discordantes desde diferentes sectores respecto a temas que concentran
la atención nacional, hace que se generen dudas sobre las verdaderas
intenciones que animan a unos y a otros, lo cual crea esa situación de
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incertidumbre. Las expresiones de falta de confianza en los gobernantes
deben ser una voz de alerta para quienes están manejando los temas
vitales y buscar la manera de llegarle al pueblo, con la información convincente que lo lleve a la confianza y la certeza sobre la bondad de los
proyectos en discusión.
Como lo expresa el novel Mario Vargas Llosa: “La incertidumbre
es una margarita cuyos pétalos no se terminan jamás de deshojar”.
Pero como lo que se requiere es coincidir y buscar el consenso en el
logro de los propósitos, no debemos caer en la situación que expone
Víctor Hugo cuando nos dice: “El futuro tiene muchos nombres. Para
los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para
los valientes es la oportunidad”. Tuve también la oportunidad de escuchar del señor expresidente Samper, hace ya varios años en Cartagena,
que todas las sociedades necesitan tener unos factores de unidad y de
identidad que hagan que cada uno de sus integrantes se sienta involucrado en todos los propósitos y comprometido en el logro de los objetivos comunes. En el mundo hay muchos ejemplos de esos factores
de unidad que identifican a las comunidades y que reciben el respaldo
consiente y generalizado de todos los asociados. Esta sinergia es lo que
les ha permitido superar graves crisis y convertirlas en oportunidades,
es decir, para seguir a Víctor Hugo, debemos promover la valentía para
que todos veamos el futuro como una oportunidad, en medio de unas
circunstancias que compartimos y defendemos por convicción y que
al final se convierte en el mejor mensaje de optimismo hacia todos los
integrantes de la comunidad”.
La necesidad de unirnos en torno de un propósito común es urgente e inaplazable, no podemos buscar entendimiento, armonía y comprensión en medio de una convulsionada situación, entre despiadados
ataques que solo dejan el sabor de falta de tolerancia y entendimiento
ante situaciones que comprometen un interés supremo nacional.
El llamado es, entonces, a la cordura, a la sensatez, a la aceptación
de las diferencias, a la comprensión y el entendimiento entre todos
los sectores, con lo cual se enviaría un mensaje de seguridad sobre la
conveniencia y bondad de los propósitos, que así y solo así pueden
recibir el apoyo y el aval de todos los colombianos y que se termine
con esa incertidumbre que está generando ansiedad a gran parte de
nuestros conciudadanos, que los está llevando a obrar por impulsos y,
en consecuencia, a equivocarse con frecuencia, lo que genera un mayor grado de confusión. Todos los hechos desafortunados que se han
presentado, que han generado alarma, temor y descontento, impactan
al más desprevenido ciudadano que se siente desconocido o excluido,
por desinformación. Es urgente e importante que se adelante una gran
campaña de información para que las gentes dejen” de pensar que se
está aplicando una injustificable reserva, lo que es causa de especulaciones, sobre temas de tanta trascendencia como la estabilidad de
nuestro estado de Derecho.
Aunque la incertidumbre hace parte de la vida existe un evidente
rechazo hacia ella, generalmente preferimos manejar las noticias malas
que vivir la incertidumbre, quizás por eso hay tantas tendencias que
buscan adelantarse para conocer el futuro o los resultados de nuestras
actuaciones; también es cierto que nuestra naturaleza nos ha protegido
dotándonos de fortalezas para enfrentar situaciones o eventos adversos;
sin embargo, no han sido suficientes para vencer ese temor que se deriva de la innegable realidad humana de desconocer cómo terminan las
acciones que hemos emprendido o en aquellas que sin emprenderlas
nosotros mismos, sí llevan inmersos nuestros intereses y expectativas.
Es por esta especial circunstancia por lo que se requiere mantener a
las personas interesadas, que en este caso somos todos los colombianos,
suficientemente informadas de los detalles y evolución de la situación
para disminuir la incertidumbre, evitar especulaciones y generar un sólido ambiente de confianza.
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3
Análisis de la pertinencia de los egresados en Colombia
Por: Jaime Zafra Bueno
Economista M.P. N° 2556 C.N.P.E - Docente Universitario
P
ara tratar con propiedad el tema de la
Pertinencia, se requiere de los necesarios conocimientos y las experiencias,
con la finalidad de proporcionar credibilidad a las IES que las quieran aplicar
en los diferentes programas y así conocer si sus egresados son competitivos
en el mercado laboral colombiano y, por qué no
decirlo, en el mercado internacional.
Cabe mencionar que una de las tareas de la
Educación Superior es precisamente analizar que
el mundo está cada vez más internacionalizado y
en el cual las ventajas dinámicas, son el resultado
de complejas construcciones, en las que la política
pública desempeña un papel central.
Se hace necesaria, entonces,
la construcción de un sistema, sobre el cual se
permitan movilizar a
los diferentes actores sociales,
sin olvidar que los programas
considerados como estratégicos, comprenden, además
del mundo de la producción,
los campos de lo social y de lo
político. En el sector de la producción, se requiere la acumulación de competencias, el desarrollo de habilidades, con el
ánimo que los egresados de las universidades del país enfrenten, sin sobresaltos,
los cambios bruscos del mundo de hoy.
La sociedad actual se encuentra en
proceso de cambios constantes que afectan e interaccionan con las costumbres, los patrones de conducta y los modos de vida de los grupos
sociales (ANUIES, 2000).
Entre los principales fenómenos detonadores
de las alteraciones de la vida social, están, entre
otras: la globalización económica, la mayor interdependencia mundial, la problemática cultural, política y ambiental; las bases técnicas de
producción, distribución y consumo de bienes,
servicios y mercancías; las nuevas formas de la
organización del trabajo y la presencias de innovaciones continuas.
En tal escenario, el dominio del saber se constituye en un factor relevante de desarrollo. Como
lo mencioné al inicio de este artículo, el tránsito
de la sociedad hacia una etapa basada en el conocimiento, ofrece nuevos horizontes a las IES de
alto nivel superior, comprometiéndose, por consiguiente, a formar profesionales investigadores
y tecnólogos especializados, para contribuir, de
alguna manera, al desarrollo económico del país.
Las universidades colombianas inmersas en
un contexto social, en que persistan tasas de empleo, pocas vacantes, sueldos escasamente competitivos y una sobre-oferta de profesionales, técnicos y tecnólogos, que terminan por subemplearse
en actividades que poco o nada tienen que ver con
su formación profesional. Las IES pretenden reforzar, de manera desordenada, los programas que
conforman su oferta educativa, como también la
formación de cualidades y competencias profesionales, que reclama el mercado laboral, bien sea
privado o del sector público.
Es bueno que las IES colombianas, tengan en
cuenta esta observación: los empleadores tienden,
por lo general, a valorar como deficiente la formación de profesionales, técnicos y tecnólogos; es
decir, consideran que el
perfil del egresado carece de los conocimientos y las
capacidades ligadas al aprendizaje de habilidades, razonamiento
y la solución de problemas, que
sus empresas requieran.
Por lo tanto, la problemática referida a la vinculación y
pertinencia social de las universidades colombianas, viene
a originar dos problemas: por
una parte, que las IES no
incluyen la formación de
conocimientos y capacidades de los egresados que el
desarrollo integral del país
requiere, y por la otra, que
tampoco logran ajustarse a
las necesidades y requerimientos de las multinacionales, mipymes y pymes colombianas.
En lo que tiene que ver con el factor de pertinencia en la formación de profesionales, la Educación Superior (ES) se enmarca en un fenómeno social, que, para su estudio y análisis, requiere
puntos de equilibrio entre las demandas de los
diferentes sectores de la sociedad, y las necesidades del individuo como ser humano, dentro de un
contexto histórico, social y cultural.
Cuando se otorgan los títulos a los profesionales, técnicos, tecnólogos egresados de los diferentes
programas académicos de las IES, es precisamente
para definir que la educación es un factor determinante, para conocer la congruencia entre las Instituciones de Educación Superior y el “factor de pertinencia”, con el cual los docentes comprometidos
han debido preparar a sus discentes de acuerdo a las
necesidades que el mercado laboral requiera.
La meritocracia en la selección de profesores,
es precisamente para que actúen con ética, principios morales y pertenencia por las IES, comportamiento que redundará en elevar el factor de
pertinencia y la competitividad de los egresados,
en este mundo globalizado.
La Unesco (1998 a) en “Políticas para el
Cambio y Desarrollo de la Educación Superior”,
establece que la “pertinencia” de la educación, depende de la función de su cometido y su puesto
en la sociedad, de sus funciones con respecto a la
enseñanza, la investigación y los servicios conexos,
así como con los nexos en el mundo del trabajo.
El Ministerio de Educación Nacional, establece una política de seguimiento y vinculación
a los egresados en las IES en el país, razón por la
cual se crea, en el año 2005, observatorio laboral
del MEN, que permite conocer sus condiciones
laborales y la demanda de los egresados en el país.
Se trata pues, de un sistema de información
que brinda herramientas para analizar la pertinencia de la educación, a partir del seguimiento
a los egresados y su empleabilidad en el mercado
laboral para contribuir de esta manera, al mejoramiento de la calidad y de la pertinencia de los
programas académicos ofrecidos.
En respuesta a esta política, las IES han incorporado a sus estructuras orgánicas y en función
de sus quehaceres académicos, una dependencia
(Oficina de egresados), que asuma el deber y la
gran responsabilidad administrativa - académica,
de adelantar la gestión propia de desarrollar planes, programas y proyectos, en el orden de hacer
el seguimiento a los egresados, con el fin de evaluar realizaciones del mismo en el mercado laboral colombiano; de otra parte, corresponde a esta
dependencia la labor de estudiar los impactos, que
tiene el egresado en el medio socio - laboral.
Pero brilla por su ausencia, en la mayoría de
las oficinas de egresados del país, un programa de
actividades, que no sólo busquen el beneficio de
los egresados, sino que apunten también al mejoramiento de la Institución de sus afectos, con la
finalidad de fortalecer los lazos de cooperativismo
solidario en materia académica, que debe impartir
la oficina de egresados, de acuerdo con su retroalimentación y experiencia de quienes optaron un
título profesional.
Cabe resaltar que las IES están enfocadas en
procesos dirigidos hacia la calidad, entendida esta
última como la satisfacción al cliente. Sus funciones
y cada una de las acciones que se realizan al interior
de ellas, están descritas en un mapa, esquema o documento que contempla factores internos o externos, que puedan intervenir en el flujo de actividades desarrolladas, para prestar el servicio indicado.
Las IES
pretenden
reforzar,
de manera
desordenada,
los programas
que conforman
su oferta
educativa,
como también
la formación
de cualidades y
competencias
profesionales,
que reclama
el mercado
laboral, bien sea
privado o del
sector público.
publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia
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4
La cuarta revolución industrial
Un compromiso del hoy con el mañana
La Fuerza
Pública ya se
ha incursionado
en la Cuarta
Revolución
Industrial:
drones,
comunicaciones
de alta gama,
cámaras
especializadas,
instrumentos
de última
generación para
el control del
terrorismo.
E
Por: William R. Fadul
Dirigente gremial
l futuro es un compromiso ineludible:
construir el mañana desde este momento.
Valga decir, es un mandato que nos obliga
a emprender desde hoy las acciones que
habrán de condicionar el futuro ambicionado. El pasado, la historia con su acerbo
de sabiduría, y que tanto pesa en nuestro
comportamiento, es una responsabilidad por lo
que hicimos, cuyas consecuencias nos condujeron
a donde estamos.
Ante el compromiso del mañana cito una frase
que leí en la Revista Semana de marzo 13 de 2016:
“ …el 80% de los millenneals, los nacidos entre
1980 y 2000, la primera generación nativa digital (referido a los Estados Unidos de América, acota el autor),
para el año 2020 no pisarán una oficina bancaria en
su vida, pues realizarán por medio del teléfono móvil
toda su relación con esas entidades financieras. Por ello,
todos los bancos se están ajustando a la nueva realidad
digital.”
Pues bien. Esa realidad ha sido motivo de preocupación en el seno del más influyente encuentro
global entre el mundo corporativo y la dirigencia
gubernamental. El evento se convoca en el pueblito de Davos, Suiza, bajo el sugestivo rótulo de Foro
Económico Mundial. A él asisten los primeros mandatarios de muchos países, los ejecutivos de centenares de empresas y un total de 3.000 personas,
entre miembros del organismo, observadores, periodistas y demás. Su director, el señor Klauss Schwab,
ha definido así lo que ellos ven en el más allá y que
han dado en llamar la Cuarta Revolución Industrial:
“Se trata de un cambio fundamental en la forma
en la que producimos, consumimos y nos relacionamos unos con otros, impulsado (dicho conglomerado, acota el autor) por la convergencia del mundo
físico, el mundo digital y los seres humanos”.
El propósito de los anteriores comentarios y citas no es otro que llamar la atención sobre lo que
está por llegar, premonición que casi siempre ponemos a un lado en favor de la realidad mediática
que los medios de comunicación priorizan en nuestra mente y que nos lleva luego a concentrar en lo
de ahora nuestro pensamiento, nuestros esfuerzos
y nuestras estrategias como personas, empresarios,
ciudadanos y a veces como conductores del Estado.
Así, víctimas de la anestesia mediática, descuidamos
lo que se debe hacer en el presente para lograr lo que
queremos en el futuro. Me explico:
l Obras y cambios institucionales para aumentar
la productividad y mejorar la competitividad de
la economía;
l Medidas para equilibrar el reparto de esa riqueza, valga decir el traído y llevado PIB. En otras
palabras, mejorar el reparto para corregir poco
a poco la inequidad social. Y no al revés, como
nos está aconteciendo.
l Acciones para mejorar la educación y los desarrollos en ciencia y tecnología, materia en la
cual Colombia como Estado resulta ser un penoso ejemplo de atraso y desidia. Hago la salvedad de acciones institucionales como las de la
Cámara de Comercio de Bogotá y el Congreso
Global del Emprendimiento, GEC 2016, en
Medellín, que tiene el apoyo de diversas entidades (Sena, Cámara de Comercio, Andi, Bancolombia, otros).
l
Acometida, en fin, de las diversas necesidades
que los economistas y los pensadores de la
ciencia política reclaman a diario en la prensa
nacional.
¿Entonces, hacia dónde voy con esta larga digresión?
Nada más ni nada menos que a formular un
lamento e invocar nuestro compromiso ciudadano. El lamento se confina en que las pocas acciones estatales que se han planteado en el campo de la
ciencia y la tecnología se han diluido en vórtice de la
política. Para nadie es un secreto que la conducción
de los programas que se realizan con los recursos del
10% del presupuesto de las regalías –asignado a ese
propósito– lo controla el Departamento Nacional
de Planeación y no, como debía ser, Colciencias, entidad relegada a una ser una cuota burocrática más.
En cuanto al compromiso ciudadano de elegir bien a sus gobernantes, no cumplido por demás,
circunscribo el hecho, por razones de espacio en esta
nota, al deber que todos tenemos con el futuro del
país y al adeudo electoral de escoger con criterio
sano a nuestros representantes en los organismos de
elección popular. Pongo un ejemplo:
Barranquilla hace unos pocos años, menos de
diez, parecía un caso perdido de gestión municipal.
Hoy por hoy, luego de un pacto entre ciudadanía,
empresarios, universidad y clase política, el país entero mira hacia ese experimento con admiración y
hasta con envidia. Créanlo o no, esos cuerpos cívicos de la ciudad le está apostando al desarrollo de la
otra ribera del río Magdalena, la oriental, como lo
hicieron en Buenos Aires, Argentina, en el entorno de Puerto Madero. Claro que no menos puede
decirse de Medellín, el departamento de Antioquia,
Montería, Cali, Bucaramanga y otras localidades y
regiones. ¿Entonces, si se puede hacer regionalmente, por qué no en el orden nacional? Es materia de
liderazgo y reacción ciudadana.
Confieso que cuando incursiono en esas divagaciones, me pregunto, con nostalgia y saudade
patrioteras: ¿Será que Bogotá y el estado central
colombiano son irredimibles? Ojalá que la realidad
futura derrote mi inquietud pesimista. Eso es lo que
anhelo, mi querido alcalde Peñalosa y mis respetados funcionarios del gobierno nacional.
Dado que esta nota es para el periódico Estrella Policial, debo acotar que en este cuerpo de la
Fuerza Pública ya se ha incursionado en la Cuarta
Revolución Industrial: drones, comunicaciones de
alta gama, cámaras especializadas, instrumentos de
última generación para el control del terrorismo y,
en fin, tantas otras innovaciones que -como ejemplo- deberían copiar el resto de las dependencias del
estado, mucha parte del sector empresarial y la gran
mayoría de las universidades-negocio que pululan de
manera precaria en el inquietante mundo de la educación superior. Termino como empecé, haciendo
un llamado para que un día –más adelante- seamos
un país desarrollado, justo y en paz verdadera:
Las acciones del presente constituyen una
obligación de hacer ahora, y bien, lo que
condiciona el futuro.
publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia
Estrella Policial
5
Cruzada internacional por la
protección infantil en la web
Por: Brigadier General
William René Salamanca Ramírez
Director de Protección y Servicios
Especiales Policía Nacional
L
a Policía Nacional de Colombia, miembro de Virtual Global
Taskforce (VGT), se constituye
como pionera en Latinoamérica
en la lucha contra crímenes cibernéticos infantiles.
La Policía Nacional de Colombia, institución con 124 años de existencia
utiliza un enfoque multidisciplinario para garantizar la seguridad y la convivencia de todos
los habitantes de Colombia. Desde la década
de 1950, cuenta con un servicio especializado
encargado de brindar protección a los niños,
niñas y adolescentes que en un principio se
llamó “Policía Infantil”. Sin embargo, en el
año 2006 al promulgarse el Código de Infancia y Adolescencia, la Institución adopta esta
denominación para identificar a la Policía de
Infancia y Adolescencia, siendo un proceso
misional de la Dirección de Protección y Servicios Especiales (DIPRO).
La Policía de infancia y adolescencia
cuenta hoy en día con 2.508 hombres y
mujeres policías en todo el país que desarrollan la Estrategia de Protección Integral
de la Infancia y Adolescencia (EINFA) a
través de tres componentes: la prevención,
la vigilancia y control y la investigación criminal, para garantizar la protección de los
15,5 millones de menores de 18 años en
Colombia, especialmente en la explotación
sexual en sus diversas formas.
Con la emisión del Código de la infancia y Adolescencia, a la DIPRO le fue
otorgada la función de policía judicial y en
consecuencia asumió la investigación penal
en los casos en que las víctimas son niños,
niñas y adolescentes, así como de aquellos
delitos cometidos por los adolescentes o
donde son instrumentalizados por adultos
para la comisión de delitos, en una acción
interinstitucional e interagencial tanto a nivel nacional como internacional integrando
los esfuerzos del sector público y privado
en la lucha contra la violación de los derechos de los niños. En 2011, DIPRO crea
la Unidad de Investigación Criminal de
Infancia y Adolescencia, especializada en la
Por: Mayor General José Ángel Mendoza Guzmán
Director de Antinarcóticos Policía Nacional
E
l aumento demográfico en nuestro país y la concentración de la gente en centros poblados junto a otras circunstancias sociales que incluyen el
desempleo, las desigualdades, las migraciones y
la falta de oportunidades, entre otros, han traído
consigo un aumento paulatino y paralelo de las
dificultades de convivencia, tranquilidad y hasta
de seguridad ciudadana en nuestra patria, a pesar de los
grandes esfuerzos que hacen las autoridades de seguridad
y en particular la Policía Nacional.
Adicional a lo anterior desde la institucionalidad y
en particular desde la fuerza pública y con una muy buena participación de la Policía Nacional se ha combatido
la subversión, el terrorismo, el narcotráfico, la minería
criminal, temas en donde aún queda una ardua tarea por
cumplir.
Como una manera de adaptarse a las circunstancias
cambiantes del entorno y buscando lograr una descen-
investigación de delitos en contra de niños
y adolescentes, unidad que ha desarrollado
importantes operaciones contra los depredadores sexuales.
El 13 de mayo del 2.014 en Bruselas
(Bélgica), la Policía Nacional de Colombia
participó en una reunión para explicar la labor que se adelanta en la protección de niños, niñas y adolescentes en atención a una
invitación del consejo directivo de VGT;
posteriormente el 4 de noviembre del año
2.014 en Ámsterdam (Holanda), el Consejo Directivo por votación unánime acepta
que la Policía Nacional de Colombia hiciera parte de esta élite mundial de fuerzas de
Policía, constituyéndose en el primer país
latinoamericano que es aceptado para hacer
parte de esta alianza.
Nuestra participación en
Virtual Global Taskforce
¿QUE ES VGT? Virtual Global Taskforce (VGT), es una alianza internacional
de cuerpos de policía, agencias estatales de
apoyo a la justicia y organizaciones privadas; cuyo objetivo es el intercambio de
Las regiones
de Policía
tralización del mando que ayude al nivel central a orientar, dirigir, liderar, supervisar y evaluar constantemente
el servicio policial y los requerimientos ciudadanos a lo
largo y ancho del país, se reestructuró la institución policial en el tema mediante la resolución 010 del 05 de
enero de 2006 emanada de la Dirección General de la
Policía Nacional creándose dentro de la nueva organización LAS REGIONES DE POLICIA, cuya jurisdicción
y competencia se definieron teniendo en cuenta la división político administrativa, la idiosincracia de nuestro
pueblo - país de regiones-, la problemática criminal, la
densidad poblacional, la mejor posibilidad de conexión
en los territorios etc.
información para fortalecer la lucha contra
crímenes cibernéticos infantiles. La Policía
de Colombia es anfitriona de la primera
junta bianual para 2.016 realizada en Cartagena los días 4, 5 y 6 de abril, escenario en
el que se discutieron maneras de fomentar
el papel de la VGT en la lucha contra los
delitos de abuso sexual infantil.
En esta ocasión se buscaron nuevas estrategias que permitan combatir la explotación sexual infantil en línea y otras formas
transnacionales de explotación sexual de
menores de edad. “Es de gran orgullo que
entidades internacionales se reúnan en nuestro país para tratar temas que permitan atacar y contrarrestar ese tipo de actos delictivos
que afectan el bienestar de nuestros niños,
niñas y adolescentes” refirió el Director de
Protección de la Policía Nacional, Brigadier
General WILLIAM RENÉ SALAMANCA
RAMÍREZ, quien a su vez invitó a toda la
comunidad en general a vincularse a la campaña #YoMeCuidoEnLaWeb, que busca entregar herramientas para que los padres de
familia puedan detectar situaciones de vulneración en contra de sus hijos y denuncien
este tipo de hechos.
Estas dependencias fueron creadas con el ánimo que
cada Comandante de Región fuera una especie de Director
General de la Policía Nacional en su jurisdicción, aunque
con relativa autonomía administrativa y ninguna atribución de ejecución presupuestal ni de ordenador del gasto;
esto último con la conciencia de no aumentar burocracia y
en cambio sí fortalecer la calidad del servicio policial.
Esa primera experiencia de la existencia e implementación de las Regiones de POLICIA, personalmente la
viví en virtud a que durante los años 2012 a 2015 fui por
momentos encargado y la mayoría de este período titular
del comando de las Regiones cinco y seis (nororiente y noroccidente de Colombia) y por tanto soy testigo presencial
de la evolución positiva y mejorada que ha venido dándose a esta figura administrativa y organizacional de nuestra
Policía Nacional a través de la constante evaluación y seguimiento institucional y buscan entregar cada vez mayor
empoderamiento y responsabilidades a los Comandantes
de estas unidades, por lo que en conclusión se considera
que debe seguir su funcionamiento y proceso de mejora
continua para beneficio de la actuación institucional en
favor de los colombianos.
publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia
6
Redefinición de roles en las
instituciones con la fuerza pública
L
Por: Mayor General (r) Alberto Ruiz García
Un policía
se forma
para atender
prioritariamente
los conflictos
individuales
y los motivos
de policía
que surjan en
el escenario
de su natural
desempeño: la
calle.
os pronunciamientos de algunos militares, columnistas y funcionarios públicos
en los últimos días, así como de algunos
mandatarios y dirigentes políticos respecto de reemplazar la Policía Nacional
por Ejército en algunas regiones y poblaciones del país, me han inducido a
participar de la discusión sobre el tema de las funciones y responsabilidades de las Fuerzas Militares
y de la Policía Nacional en el mantenimiento de la
convivencia (seguridad, tranquilidad, moralidad,
y ecología públicas), no desde el punto de vista
doctrinal, sino desde la óptica de la objetividad y
el sentido práctico para aprovechar el conocimiento que sobre la materia se dispone.
Al respecto la Constitución Nacional es clara y precisa en definir taxativamente, qué le corresponde a cada fuerza realizar para cumplir los
mandatos de la seguridad en general y la defensa
nacional. Los artículos 217 y 218 son más que dicientes en este sentido. Como la mayoría de los
colombianos y los integrantes de las entidades con
fuerza pública en actividad y en retiro ya conocen
su contenido, obviaré su cita.
Vale la pena, entonces, analizar somera pero
rigurosamente, algunas de las manifestaciones y
comunicaciones que se vienen ventilando por los
diferentes medios de comunicación nacionales e
internacionales, sobre la participación del Ejército
Nacional en tareas que son del resorte político, social y científico de la Policía Nacional.
En primer término, se expresó y difundió por
los medios de comunicación a inicios del año en
curso, por parte del alcalde de Barranquilla, que
iba a disponer de los efectivos militares de la región para atender las demandas de la inseguridad
en la ciudad. La verdad sea dicha me quedé esperando la respuesta inmediata del alto mando
policial, para hacerle entender al dignatario en
comento, de lo perjudicial y desatinado de su propuesta, pues él como alcalde es el jefe de policía en
su jurisdicción, y por lo tanto resulta contradictorio que le asigne esta responsabilidad al Ejército
Nacional así sea compartida, cuando la Constitución demarca claramente a quién corresponde esta
indelegable responsabilidad.
Prácticamente la institución no respondió a
esta inconveniente propuesta. Si lo hizo, no se notó.
Pero sí tuvo eco la propuesta en otros mandatarios
como el de Cartagena, quien según nota radial de
Estrella Policial
la emisora la W del 29 de marzo solicitó el servicio
de la Infantería de Marina para mejorar, según su
parecer, la seguridad pública en su localidad.
Otra cosa hubiera sido que los mandatarios de
las capitales del Atlántico y de Bolívar, solicitaran
la asistencia militar, para enfrentar el problema de
inseguridad que viven sus localidades. Como el
tema es de vital importancia, solamente me remitiré a explicar los siguientes aspectos de carácter
general sobre la inconveniencia de colocar a los
militares a cumplir funciones de policía:
l Un hombre policía se forma para atender prioritariamente los conflictos individuales y los
motivos de policía que surjan en el escenario
de su natural desempeño: la calle.
l Un militar, además del cumplimiento del mandato constitucional, colabora con la Policía,
como integrante con fuerza pública, en la atención de las situaciones graves de desorden público
que sobrepasen la capacidad de la Policía Nacional en materia de recursos humanos o logísticos;
no para dilucidar los conflictos individuales que
surgen de la trasgresión de los parámetros de la
convivencia, excepto en caso de flagrancia.
l El miembro de la Policía es formado para la
convivencia, y por ello es el amable componedor de las disputas y motivos de policía al
actuar en forma preventiva, a través de la convicción y el convencimiento de las personas,
agotando todos los recursos posibles para causar el menor daño a las personas y a los bienes. Para el efecto, utiliza medios o elementos
disuasivos (revólver, pistola, bastón de mando,
gases, escudos antimotines, agua, entre otros).
Las armas siempre serán su último recurso.
l Un militar es formado para enfrentar la guerra,
y por eso utiliza armas de largo alcance, de artillería y de sofisticada tecnología, para atacar
o defenderse del enemigo y así proteger la soberanía, la independencia y la integridad del
territorio nacional.
l La Policía tiene asignadas por mandato constitucional, funciones de policía judicial. Esto no
ocurre con los militares.
l Las personas esperan y reclaman al policía para
que, los escuchen y atiendan debidamente y
en especial, que le solucione su conflicto. Si el
militar actúa en la calle tendrá que acudir a la
policía por desconocimiento de los procedimientos, lo cual entraba la atención oportuna
al necesitado y facilita la acción del delincuente que sí sabe hasta dónde puede llegar haciendo uso de sus derechos.
l El policía tiene autonomía para proceder, pues
no está supeditado al principio de obediencia
debida, sino reflexiva. El militar debe, simplemente, acatar la orden superior, por ello hasta
para emplear las armas, debe esperar que su
superior lo ordene. En los casos de solución de
conflictos individuales en sitios públicos, abier-
Estrella Policial
tos al público o inclusive privados, cuando trascienden a lo público, un militar, no preparado
para el efecto, no es garantía para las gentes en
la solución a sus problemas, y en el caso que nos
ocupa de la ciudad de Barranquilla, finalmente
quien actuará será la Policía Nacional.
l Los militares al asumir el rol de policías podrían incurrir en procesos penales y disciplinarios por desconocimiento e inexperiencia,
además de contribuir a incrementar la impunidad y las demandas al Estado, por indebido
manejo de la escena del crimen y de las pruebas, entre otras falencias.
Los resultados en los avances de la criminalidad en las ciudades de Barranquilla y Cartagena,
en el primer semestre, indican que la determinación no fue la mejor. Los homicidios pasaron de
135 a 138 en la primera y de 50 a 49 en la segunda; las lesiones personales y el hurto al comercio,
de igual manera tuvieron incrementos interesantes en la ciudad de Barranquilla. Lo anterior con
base en las estadísticas aún en proceso del primer
semestre del 2016, aportadas por la DIJIN.
Lo que sí está claro es que en Colombia, por
razón del conflicto interno y la lucha denodada de los gobiernos y de los organismos con la
fuerza pública, por vencer los fenómenos graves de la criminalidad como el narcotráfico, la
subversión, el paramilitarismo y las mafias de la
delincuencia organizada de todo orden, la policía
y el ejército nacionales han tenido que asumir
roles que no son de su naturaleza, dando margen
a una confusión en su accionar, de tal magnitud,
que una parte significativa de la clase dirigente
de este país, y de la población, tienden a asimilar lo militar con lo policial, y a tratar a unos y
otros como si fueran los mismos, pues hasta sus
uniformes, prendas e inclusive grados , armas y
equipos, se confunden.
Es por ello, quizá, y en un segundo plano, que
del análisis de un importante exministro de Hacienda, ahora esté diciendo en su columna de “El
Tiempo” del 10 de abril del año en curso, “que
como el Ejército está rediseñando su estrategia, el
gobierno ha decidido que asuma responsabilidad
sobre la seguridad pública y la seguridad y convivencia ciudadanas”.
En tercer lugar, como elemento de análisis
según información publicada en el periódico El
Colombiano el 06 de marzo de 2016, indicó que
los líderes militares colombianos, han identificado
las siguientes áreas para las operaciones del Ejército en un escenario de acuerdo posterior a la paz:
l Defensa Nacional;
l Seguridad pública;
l Seguridad ciudadana;
l Gestión de riesgos y atención de desastres;
l Contribuir al desarrollo nacional;
l Cooperación internacional; y
l Protección del ambiente y recursos naturales.
publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia
7
Lo anterior agrava más la posición de la Policía ante la proximidad de un acuerdo de paz,
y aunque se nos ha reiterado por parte del señor
Presidente de la República y del señor ministro de
defensa, que no se van a producir modificaciones
de esta magnitud en la institución, todo coincide y parece indicar, que va a ser una realidad este
cambio de roles, que implicarán necesariamente,
una reforma constitucional.
De otra parte, en la reciente gira presidencial
por algunos países de Centroamérica, que ya han
vivido las experiencias de procesos de paz, como
Guatemala, El Salvador y Honduras, el mandatario
colombiano manifestó que se prepara la creación
de un organismo nuevo dentro de las instituciones
con fuerza pública, apenas esté listo y confirmado
el proceso de paz con las FARC. Se trata de la policía de fronteras, que estaría integrada por cerca de
15000 hombres, en su mayoría provenientes del
Ejército de quienes hoy enfrentan a las guerrillas
colombianas. Ello implicaría, de acuerdo con lo
manifestado por el señor Presidente de la República, desmontar la actual Policía fiscal y aduanera.
Como puede observarse el futuro institucional es incierto, y lo peor es que no se escuchan
las voces autorizadas e idóneas, que aclaren estas
afirmaciones que provienen de altos funcionarios
del gobierno.
La decisión del burgomaestre de Barranquilla,
la columna periodística de un exministro de Hacienda, y las declaraciones del Gobierno Nacional,
resultan, además de contraproducentes, peligrosas,
pues sencillamente están dando a entender que
la Policía es ineficiente y que hay que sustituirla.
Todo lo anterior a escasos meses de que se firme
un acuerdo de paz, en el cual las FARC han sostenido que a la policía hay que reformarla, lo cual
considero viable para solucionar algunos de sus más
graves problemas, pero nunca al amaño y gusto de
los oportunistas, que insisten en que la Policía debe
ser desmembrada del Ministerio de Defensa, para
ubicarla en otro ministerio y así poder politizarla,
sindicalizarla y adaptarla a sus protervos intereses.
¿Qué hacer entonces?
Por lo menos efectuar un seguimiento a estas
intenciones para actuar en calidad de retiro policial en su oportunidad, pues la historia dirá que no
hubo pronunciamientos drásticos y contundentes,
de quienes teníamos la obligación moral de hacerlo.
Lo que sí resulta urgente es realizar un estudio
serio y visionario de cuál será el papel primordial de
la Policía del futuro, ad-portas de una inminente
reforma, en donde el tema de la redefinición de roles de las Fuerzas Militares y de la Policía Nacional,
sea prioritario, para así acabar de una vez por todas
con esas dualidades, sustituciones, entrometimientos y paralelismos actuales, en que los miembros de
policía hacemos de tímidos militares y los militares
de soberbios policías. Otra cosa muy diferente ha
sido y será la colaboración armónica y decidida de
las Fuerzas Militares y de la Policía Nacional, para
enfrentar la cruenta lucha armada que ha agobiado
al país y la tortuosa criminalidad que le espera.
No hay que olvidar que a partir de 1991 a
la Policía Nacional interpretando el sentir de la
sociedad por los logros obtenidos en la lucha en
el mantenimiento del orden y la seguridad, se
le otorgó Estatus Constitucional por parte de la
Asamblea Constituyente de la época, eliminando
de tajo la inveterada costumbre de estar al vaivén
de intereses políticos, de clases sociales o de la
conveniencia de particulares para su desarrollo y
evolución. Lo mínimo que debemos exigir es que
se cumpla la constitución y la ley, y que seamos
invitados a cualquier tipo de reforma que se proyecte de nuestra institución.
Ya que muchos callan, permítasenos, sin que
no se nos tilde de enemigos de la paz, ni mucho
menos de estar alimentando una áspera relación
con nuestras apreciadas y reconocidas Fuerzas Militares, poder desfogarnos y sincerarnos para defendernos de una sistemática y soterrada estrategia
orientada a sacrificar la policía de los colombianos
que, dígase lo que se diga, no ha hecho nada diferente a defender la democracia de este querido y
martirizado país.
Un proceso de paz, por trascendental que sea,
no borra la sangre de los policías que entregaron
su vida convencidos de su causa y de que sus principios no iban a ser negociados, y menos de unas
familias desprotegidas y desconcertadas que observan con indignación y tristeza, que el sacrificio
de sus progenitores y seres queridos fue en vano.
Nuevamente hago la invitación a que nos
integremos para defender nuestras convicciones,
principios y virtudes. La solución política también
puede ser nuestro mecanismo de defensa. Crear
un partido no es una idea descabellada, es una
oportunidad irrepetible. No es la mejor opción,
pero no nos dejan otra alternativa.
Un militar,
además del
cumplimiento
del mandato
constitucional,
colabora con la
Policía, como
integrante
con fuerza
pública, en la
atención de
las situaciones
graves de
desorden
público que
sobrepasen la
capacidad de la
policía nacional
en materia
de recursos
humanos o
logísticos.
publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia
8
Estrella Policial
¿El glifosato es perverso contra la producción de
cocaína y heroína y muy útil en cultivos lícitos?
Por: Brigadier General (r) Gustavo Socha Salamanca
Vicepresidente Colegio de Generales
La política de
reducción de
los cultivos
ilícitos,
mediante la
erradicación
aérea ha hecho
parte, no
sólo de una
estrategia de
control de la
oferta de las
drogas, sino
ha constituído
una forma de
quebrar las
finanzas de
los grupos
insurgentes,
como parte
de la cadena
criminal y de
apoyo a la
violencia.
E
I. INTRODUCCIÓN
s bien conocido que un importante grupo
de países que hacen parte de las Organizaciones de Naciones Unidas (ONU) y
de los Estados Americanos (OEA) y sus
órganos de control, han venido trabajando intensa y conjuntamente para hacerle
frente a uno de los más devastadores problemas que presenta el crimen organizado como delito transnacional, el cual ha generado globalmente
efectos catastróficos en el orden socioeconómico,
cultural y político para las naciones afectadas: el flagelo del narcotráfico.
También es clara la relación entre cultivos ilícitos, drogas psicoactivas, pobreza, violencia y guerra,
que sólo puede entenderse como un sistema integral. Al igual que la cadena de conductas criminales
del narcotráfico: cultivos ilícitos, delitos ambientales, contrabando y desvío de precursores químicos, transporte criminal de sustancias controladas,
comercialización de la droga, lavado de activos y
delitos conexos como: el enriquecimiento ilícito, el
testaferrato, blanqueo de capitales y aquellos que la
legislación penal colombiana ha tipificado como delitos relacionados con la producción, distribución
y uso de “drogas prohibidas” o “sustancias prohibidas”.
Somos conscientes que en la lucha contra el
narcotráfico a nivel mundial, Colombia es el Estado
que más se ha comprometido con los propósitos y
responsabilidades fijadas en las diferentes convenciones mundiales y regionales suscritas por los países miembros y ha implementado diversas y costosas estrategias de orden jurídico-judicial, operativo,
preventivo y de control para reducir la oferta y la
demanda de productos psicoactivos que atentan
contra la salud de la humanidad, con enormes sacrificios en la vida de héroes policías y militares, y
autoridades políticas y judiciales, y con efectos nocivos en la riqueza ambiental de nuestro patrimonio.
Dentro de las tácticas desarrolladas por Colombia para combatir los eslabones del narcotráfico,
todas pueden ser consideradas exitosas; de lo contrario, Colombia sería un estado fallido y paria ante
los ojos del mundo.
Nadie puede negar que las operaciones de interdicción para incautar cocaína, precursores químicos, enormes sumas de dinero y joyas, o destruir la-
boratorios de procesamiento, entre otros; contra los
grupos guerrilleros, paramilitares, clanes, BACRIM
y narcotraficantes, han contribuido efectivamente en la guerra contra el terrorismo y narcotráfico.
Tampoco se pueden desconocer: la extinción de
dominio, la neutralización de los enormes capitales
acumulados con el narcotráfico o la extradición y las
reformas legales y penales, como formas de lucha
válida para atacar y debilitar estas mafias criminales.
Todas esas formas de lucha se deben integrar a
la erradicación de cultivos ilícitos, que ha sido una
herramienta eficaz en el control de la producción
de marihuana, cocaína y heroína y cuando se ha
debilitado por cualquier causa o circunstancia esa
erradicación, la producción de estas drogas ilícitas
se ha incrementado de manera ostensible, como lo
han podido comprobar recientemente, las oficinas
respectivas de Naciones Unidas y de la CIA de los
EE.UU.; razón por la cual, le dedicaré un rápido
análisis a las decisiones del Gobierno Nacional, de
suspender esa erradicación de cultivos ilícitos por
medio de la aspersión aérea.
II- DE LA ERRADICACIÓN
CULTIVOS ILÍCITOS
A. GENERALIDADES:
Los cultivos ilícitos han tenido varias clasificaciones a través de la historia en el mundo, pero en Colombia esa denominación se le
ha dado a los cultivos de marihuana, coca y
amapola y su erradicación se ha argumentado
por la necesidad de prevenir o reprimir las secuelas relacionadas con la producción y tráfico
de drogas ilícitas, los graves daños al medio
ambiente y el ingreso de otras especies vegetales destinadas a la extracción de compuestos
psicoactivos.
La política de reducción de los cultivos ilícitos, mediante la erradicación aérea ha hecho
parte, no sólo de una estrategia de control de
la oferta de las drogas, sino ha constituído una
forma de quebrar las finanzas de los grupos insurgentes, como parte de la cadena criminal y
de apoyo a la violencia.
Estrella Policial
Para combatir la producción y tráfico de drogas, la principal estrategia tal como se ha manifestado, fue la aspersión aérea de los cultivos de
coca. Lamentablemente se tomó la decisión de
suspenderla.
En el país se han empleado diferentes métodos de erradicación de las plantas ilícitas. La erradicación manual, que consiste en la eliminación
de cultivos ilícitos de una manera artesanal, mediante la fuerza física, a partir de la creación de
grupos de policías, militares, campesinos, familias
guardabosques y desmovilizados. La erradicación
mecánica, que consiste en crear barreras perimetrales que impiden el acceso a los lugares de cultivo con telas metálicas, cercas con alambre de púas,
o barreras humanas, con personal de la fuerza de
seguridad, etc., muy costoso esfuerzo y nada práctico para el objetivo deseado. La erradicación por
quemas en zonas de muy difícil acceso y con agentes biológicos, consistente en utilizar organismos
vivos (virus, bacterias, hongos, nemàtodos, etc.)
para que a través de su actividad biológica destruyan el cultivo al utilizar por ejemplo mariposas
elorianoyesi, diurnas y nocturnas, cuya larva consume solamente la hoja de la planta y el gusano
denominado broca, de color amarillo, del tamaño
de la broca del café, y al que han bautizado con
el nombre de “gringo”, que tuvo en jaque, hace
algunos años, a los cultivadores de hoja de coca en
el Putumayo; el animalito ataca el tallo de la mata
de coca secándola por completo. Y, la erradicación
por aspersión aérea usando sustancias como el glifosato reducido con 1% de “Cosmo flux”, 025%
de “Cosmo Inn” y 55% de agua.
Por la situación de desorden público que ha
afectado al país, durante varias décadas, el método más efectivo y de menor riesgo ha sido el de la
erradicación de los cultivos ilícitos por medio de la
aspersión aérea, dado que los demás métodos no
se han podido realizar eficazmente por los ataques
de grupos de armados ilegales o de bandas del
narcotráfico que atacan a los operadores manuales
con las minas quiebrapatas, la activación de explosivos a control remoto o la ubicación estratégica
de francotiradores, con resultados lamentables en
los cuales han perdido la vida varios servidores
pertenecientes a la Policía Nacional, a las Fuerzas
Militares y campesinos erradicadores.
B. LA ASPERSIÓN AÉREA:
Después de estudiar diferentes documentos
sobre este tipo de operaciones, puede definirse el
proceso por el sistema de aspersión aérea, como
una modalidad de operaciones de riego de una
mezcla de glifosato limitado, dirigidas a eliminar
o reducir los cultivos de coca y amapola en forma
de “lluvia”, debidamente localizados, tendentes a
evitar la producción de sustancias psicotrópicas.
C. DELITO DE LOS CULTIVOS ILÍCITOS:
Nuestra legislación penal contempla varias
conductas relacionadas con este problema y san-
publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia
9
ciona a quien “cultive, financie o conserve plantaciones de marihuana o cualquier otra planta de las
que pueda producirse cocaína, morfina, heroína o
cualquiera otra droga que produzca dependencia, o
más de un (1) kilogramo de semillas de dichas plantas, quienes incurrirán en prisión de seis (6) a doce
(12) años y en multa de doscientos (200) a un mil
quinientos (1.500) salarios mínimos legales mensuales vigentes”.
Pero, además, sanciona con prisión a quienes
destinen muebles e inmuebles a estas actividades
criminales y a la extinción del dominio.
D. ESPECIFICACIONES TÉCNICAS DEL
PROCESO DE ASPERSIÓN AÉREA:
La Policía Nacional, responsable de estas delicadas operaciones cumple con esta misión de manera muy profesional y responsable, con respeto a
las normas constitucionales y legales, mediante las
siguientes fases:
1. Fase detección y georreferenciación:
El objeto del proceso de detección es identificar, caracterizar y ubicar con exactitud, mediante
coordenadas geográficas, las áreas afectadas por
los cultivos ilícitos al prestar especial atención al
tratamiento diferencial que se debe aplicar a las
zonas de exclusión del programa que hacen parte
del sistema nacional de parques, zonas de reserva,
zonas de protección ambiental, áreas de interés
ecológico, fuentes de agua y franjas urbanas.
Esta caracterización precisa, siempre ha estado
fundamentada con las imágenes satelitales “Landsat, Ikonos, Astery Spot image” especialmente,
acompañadas de verificaciones aéreas realizadas
con ingenieros agrónomos y forestales y soportada
con fotografías aéreas y cartografía que alimentan
el sistema integrado de monitoreo de cultivos ilícitos – SIMCI.; además, se adiciona la información
suministrada sobre cultivos ilícitos encontrados en
patrullajes de miembros de la Policía, el Ejército y
de campesinos.
Posteriormente, se realiza el trabajo de campo
por parte del personal de la Dirección de Antinarcóticos con el objeto de identificar los usos del
suelo, la presencia de asentamientos humanos y
la delimitación de las áreas del “Sistema Nacional
de áreas Protegidas”, zonas ecológicamente frágiles, ambiental, social y económicamente sensibles,
para efecto de adelantar la zonificación ambiental
básica para cada operación.
Toda esa información es utilizada para planear
y ejecutar cada una de las operaciones de aspersión
con exactitud y los cuidados que corresponden.
2. Fase de la aspersión:
Por razones de seguridad, ubicación y acceso
a los lotes de cultivos ilícitos, las aspersiones se hacen desde aeronaves “Turbo Thrush”, acondicionadas específicamente para tal fin, de acuerdo con
los requisitos técnicos de navegación y de aspersión, como la altura de vuelo, velocidad del viento, tamaño de las gotas, dosificación y el efecto de
la deriva, en que se procura siempre, minimizar
los riesgos potenciales.
3. Fase de verificación:
Corresponde al seguimiento de las diferentes
actividades realizadas en la aspersión aérea por
parte del personal responsable de la Dirección de
Antinarcóticos, para lo cual deberá contar con los
registros de los resultados logrados en las operaciones de aspersión.
La información de zonificación ambiental
de las áreas asperjadas normalmente, han estado
auditadas por expertos del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, del
I.C.A., del Ministerio de Agricultura, del Ministerio Público y de una auditoría ambiental
contratada por Naciones Unidas y el gobierno
de los Estados Unidos de Norteamérica, con el
fin de establecer la verdad ante denuncias, demandas y quejas, sin resultados de alarma.
Continúa en la próxima edición
Por razones
de seguridad,
ubicación y
acceso a los
lotes de cultivos
ilícitos, las
aspersiones se
hacen desde
aeronaves
“Turbo Thrush”,
acondicionadas
específicamente
para tal fin, de
acuerdo con
los requisitos
técnicos de
navegación y de
aspersión
publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia
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Estrella Policial
Semblanza
Brigadier General Fabio Arturo Londoño Cárdenas
Por: Brigadier General (r) Guillermo León Diettes Pérez
Presidente de la Academia Colombiana de Historia Policial
N
Antecedentes
os complace de manera especial presentar en esta entrega la semblanza correspondiente al señor Brigadier General Fabio Arturo Londoño Cárdenas,
quien además de su dedicación total
al servicio institucional, ha sobresalido
como un verdadero estudioso y maestro de las ciencias de policía.
En el año de
1960 terminó
sus estudios
de Derecho
y Ciencias
Políticas en la
Universidad
Libre. En el año
1961 contrae
matrimonio con
doña Consuelo
Fernández R.,
en cuyo hogar,
nacen sus hijas
Constanza,
Jimena y
Marcela.
Biografía breve
Don Fabio Arturo nació en la ciudad de Medellín, detrás de la Iglesia de Buenos Aires, el 21
de febrero de 1929. Son sus padres don Arturo
Londoño Londoño y doña Judith Cárdenas de
Londoño. Este hogar estuvo conformado además
por otros siete hermanos.
Adelantó estudios primarios en esa ciudad y
su bachillerato en el Liceo Antioqueño.
Culminó estudios secundarios en el año de
1948 y salió a recorrer el país, por lo que viajó a
Bogotá, luego a Puerto Carreño en el Arauca y regresó a la capital de Antioquia, donde se incorporó como aspirante al curso de oficial de la Policía
Nacional.
Ingresó a la Escuela de Cadetes de Policía
General Santander en el mes de marzo de 1950
y se graduó como “Subcomisario a prueba” (hoy
correspondiente al grado de Subteniente) el 17 de
diciembre de 1950 como parte del curso número
8, promoción “Coronel Juan José Rondón Delgadillo”, conocido como “El Curso de los Sabios”.
En el año de 1960 terminó sus estudios de
Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad
Libre. En el año 1961 contrae matrimonio con
doña Consuelo Fernández R., en cuyo hogar, nacen sus hijas Constanza, Jimena y Marcela.
Su carrera Policial
El servicio policial lo llevó a trabajar en las siguientes unidades:
Bogotá; Antioquia y laboró en vigilancia,
tránsito y operaciones conjuntas contra los bandoleros; regresa a Bogotá como oficial de vigilancia en varias estaciones; en 1952 fue enviado al
Chocó para trabajar en vigilancia y luego es nombrado como Alcalde de Quibdó; regresa a Medellín y de allí se le destina a prestar servicios en el
Departamento de Policía Bogotá y en la Dirección
General de la Policía; en Medellín asume como
Director de la Cárcel de la Ladera, y pasa, más tarde como Comandante de los Departamentos de
Policia Norte de Santander, Tolima y Bogotá. Fue
Inspector Delegado, Jefe de la Rama de Personal y
de la de Servicios de Policia.
Después de haber ejercido como Agregado de
Policía ante el Gobierno de Venezuela y cumplir
su tarea en el servicio diplomático, a su regreso
a Colombia asume la Dirección de la Escuela de
Cadetes de Policía General Francisco de Paula
Santander.
En la Escuela, Alma Mater de la Policía Nacional, se convierte en uno de los herederos del
legado que dejaron los grandes Policiólogos de
nuestra institución doctores Miguel Lleras Pizarro, Álvaro Castaño Castillo y Roberto Pineda
Castillo donde se preocupó por transmitir sus enseñanzas y criterios. Este trabajo conjunto los ha
hecho reconocer como los padres de una nueva
ciencia: “EL DERECHO DE POLICIA”.
Lo que hoy es la escuela, con sus programas
y planes de estudio para las diferentes modalidades de la función pública de policía, se debe a las
enseñanzas que ellos dejaron sentadas en el departamento académico del instituto; Lleras Pizarro
aceptó la formación militar como elemento para
la disciplina de los hombres con uniforme, pero
dando prelación al trato respetuoso y amable a la
comunidad; Castaño Castillo, investigó la historia de los cuerpos de policía en el mundo; Pineda
Castillo se preocupó y predicó siempre la diferencia entre lo militar y lo policial, como parte fundamental para el acercamiento y la comprensión entre la comunidad y los ciudadanos con uniforme.
A esta escuela del pensamiento policial pertenece el señor Brigadier General Fabio Arturo
Londoño Cárdenas; no vacilamos en decir que es
su discípulo más destacado y el continuador de su
filosofía. Como testimonio, ahí están las múltiples conferencias, las traducciones del inglés, del
francés y del alemán, sus versiones sobre distintos
temas policiales y sus escritos siempre elaborados
de manera cuidadosa, con el estricto empleo de las
reglas gramaticales y, naturalmente, el pulimento
del contenido.
Su paso por la Escuela General Santander, fue
transcendental; generó cambios en la estructura
académica y por mandato suyo se creó la “Revista
de la Escuela de Cadetes de Policía General Santander” aprobada mediante resolución número
01407 del 30 de abril de 1975, emanada de la Dirección General de la Policía Nacional. Implantó
normas de disciplina y conceptos filosóficos para
aplicación por parte de los futuros oficiales de la
institución e incluso en los oficiales que en ese
momento adelantaban curso de ascenso (cuando
este requisito académico se cumplía en las instalaciones del barrio Muzú).
Estrella Policial
Publicaciones
Uno de los campos en que más se ha distinguido el señor Brigadier General Londoño Cárdenas es el de las continuas publicaciones sobre
textos de filosofía, ciencia y doctrina policiales, de
los cuales presentamos un breve resumen:
l “Cuestiones policiales”. De la serie de publicaciones que tuve la fortuna de crear con el
título de “Biblioteca policial” en la Editorial
Plaza & Janés; obra publicada en dos ediciones. Define la Policía, analiza la terminología
de Naciones Unidas, de la Policía de Alemania y otros conceptos de policía en el mundo;
de otros Estados especialmente Alemania; sus
análisis rigurosos permiten diferentes enfoques
del concepto policial y avanzar en investigaciones sobre la ciencia policial. En un capítulo sobre la Escuela de Cadetes General Francisco de
Paula Santander, nos deleita con unos apuntes
sobre la misma y un homenaje al “Hombre de
las Leyes”. Los servicios de policía, la Defensa
Civil y las calamidades públicas, anteceden a
unas reflexiones policiales sobre don Quijote,
la prevención, los derechos del hombre, el Código de Policía y el terrorismo. (Dos ediciones,
agotadas).
l “Evolución del Derecho de Policía y planteamientos contemporáneos”. Libro escrito
en secuencia histórica del derecho de policía;
otra visión sobre la teoría general del derecho
de policía y su importancia en el campo jurídico social; hay planteamientos claros sobre
los motivos de policía y propuestas de reforma al código nacional de policía; luego expone el tema de la nueva tesis sobre “seguridad
democrática”, los mitos en policía y la policía
del futuro.
l “Analectas para una filosofía policíaca”. Empieza por analizar las categorías de seguridad e
inseguridad; continúa con la evolución histórica de la filosofía desde el pensamiento griego
hasta nuestros días; pasa por la escolástica, la
modernidad, el racionalismo, el empirismo,
el positivismo, el marxismo y el pensamiento
actual. Recuento similar hace sobre la metafísica. La tercera parte de este libro, se refiere
a las ciencias jurídico-policiales y a tres temas
fundamentales para nosotros: el derecho de
policía, el poder de policía y el régimen de policía.
l “Nociones de ética general y deontología policial”. Tratado que fundamenta y enseña las
reglas del buen vivir y del buen actuar para el
hombre policía. Nos recuerda las nociones de
la ética en general, la moral, los actos humanos, la ley eterna, la ley moral y la ley natural,
la sociedad, el bien común, la familia, la deontología, el concepto de deontología policial y
las virtudes del hombre policía.
Además de las anteriores, enumeramos los siguientes libros:
publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia
11
y con el pueblo, como reza el juramento que hacemos al quedar investidos de autoridad; y para
que sepan defender y enaltecer lo que diariamente
van a desarrollar como actividad, imprimiéndole
la calidad de una verdadera profesión.
Condecoraciones
Ha sido reconocido con todas las condecoraciones señaladas para un oficial que, con sus
condiciones y cualidades ha prestado sus servicios
a través de los 30 años como oficial de vigilancia y en cargos administrativos desempeñándose
además de manera especial como docente y conferencista. No conforme con haber portado el uniforme durante tanto tiempo en la institución ha
continuado por más de 20 años preocupado por
el devenir de ella.
3 Introducción a la filosofía policial.
3 Microenciclopedia policial. Complementación y edición de una serie de definiciones del
derecho de policía, elaborada por el doctor Roberto Pineda Castillo.
3 Recopilación de los artículos publicados por el
doctor Pineda Castillo, en distintos órganos de
policía con el título de “Doctrina del Derecho
de Policía en Colombia”.
3 Excerpta de la convivencia (fin de la ciencia y
el derecho policial).
3 Reedición de las “Nociones de ética general y
deontología policial”.
3 Esbozo de una teoría general de la ciencia de
policía.
3 La nacionalización de la Policía (folleto publicado como un número más de la antigua “Biblioteca policial”).
Esta es una recopilación de las obras y del
pensamiento filosófico y doctrinario de lo policial,
que nuestro ilustre general y maestro de policía
Fabio Arturo Londoño Cárdenas, ha plasmado
con tinta indeleble y de obligatorio estudio para
quienes abrazamos esta profesión; es sin duda, el
escritor más prolífico de nuestra institución; en
todas estas obras están las bases para que los jóvenes que hoy se forman como cadetes de la Escuela y de todos los centros de estudio policial,
conozcan, entiendan y sepan cuál es el verdadero
sentido de nuestra profesión, del compromiso que
se adquiere sagradamente con Dios, con la patria
Epílogo
Su retiro del servicio activo de la institución
se produjo a solicitud propia en el año de 1980.
Pasó a ocupar el cargo de Director Administrativo de la Universidad de la Sabana donde cumplió una tarea reconocida por directivos y estudiantes de esa casa de estudios superiores; en 1987
fue nombrado Director de la Caja de Sueldos de
Retiro de la Policía Nacional hasta el año de 1989.
Es Cofundador de la Academia Colombiana
de Historia Policial y actualmente ocupa el cargo
de Director del Centro de Estudios en Ciencias
de Policía, donde transmite sus enseñanzas en la
Academia Superior de Policía, todos los cursos de
ascenso y a los coroneles que adelantan el curso
para oficiales generales de la Policía Nacional.
Es Cofundador
de la Academia
Colombiana de
Historia Policial
y actualmente
ocupa el cargo
de Director
del Centro de
Estudios en
Ciencias de
Policía.
“Promociones de Oficiales”
El Coronel Norberto Mujica Jaime, Director de la Escuela de
Cadetes de Policía “General Francisco de Paula Santander”
en coordinación con la Academia Colombiana de Historia
Policial, se propone actualizar el libro “Promociones de
Oficiales” que publicamos en el año 2010.
Invitamos a los señores Generales y demás Oficiales para
que nos hagan llegar sus observaciones y correcciones a
los listados y fechas de los diferentes cursos que aparecen
en el anterior texto.
Agradecemos enviar sus comunicaciones, dentro del menor
tiempo posible a:
Academia Colombiana de Historia Policial
Escuela de Cadetes de Policía
General Francisco de Paula Santander
(Calle 45 A Sur No. 50 A 91
Teléfono 7246407 Bogotá D.C.)
([email protected])
([email protected])
publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia
12
Estrella Policial
La Policía Nacional de Colombia y su constante preocupación
por la actualizacion de la legislacion del Derecho de Policía
Por el doctor GUSTAVO GÓMEZ PORRAS
Abogado. Catedrático universitario
A
nte las recientes y reiteradas declaraciones expresadas en los medios de
comunicación, por parte de los corresponsables de la conservación del orden
público recién posesionados (gobernadores, alcaldes, secretarios de gobierno
local) en el sentido de que por arte de
magia y gracias a su efectiva gestión es inminente
la aprobación por parte del Congreso de la República de la Ley que reemplace el Decreto 1355
de 1970, considero oportuno y necesario hacer
algunas precisiones históricas, y actuar en legítima
defensa institucional, actividad con la cual se aspira a dejar en claro y sin lugar a controversias que
la Policía Nacional de Colombia, desde su misma
creación por el Decreto 1000 de 5 de noviembre
de 1891 ha sido la institución del Estado, que en
forma permanente ha liderado los procesos de innovación y actualización en la legislación sobre el
Derecho de Policía.
Algo de historia
Por razones de espacio y por la precisión de
este sencillo escrito no nos remontaremos a la
prehistoria de la legislación de policía y nos concentraremos en las normas aún vigentes pero susceptibles y que con nota de urgencia reclaman su
actualización, actividad que se realiza en los siguientes términos.
La Escuela de Cadetes de Policía General
Francisco de Paula Santander desde su fundación
(16 de mayo de 1940), a través de sus Directores
y profesores ha promovido el estudio del derecho
de policía y la elaboración de un Código Nacional
de Policía.
En desarrollo de esa actitud, mediante la Ley
16 de 1968 expedida por el Presidente de la República, se creó el Comité de Normas de Policía y
fue, precisamente el ordinal 13 del artículo 20 de la
mencionada Ley, que se autorizó al gobierno para
determinar las contravenciones y procedimientos
y la competencia para sancionarlas como también
para conceptuar acerca de la situación de los estados
llamados antisociales o inadaptados a la sociedad.
El Decreto 2366 de 1968 integra los comités
de especialistas con el fin de estudiar las normas
pertinentes a cada una de las materias que señalaba la Ley 16 de 1968. El comité de Normas de
Policía estuvo integrado, entre otros, por los siguientes profesionales: doctores Miguel Antonio
Lleras Pizarro y Roberto Pineda Castillo, exdirector, tratadistas y profesor de Derecho de Policía
de la Escuela, así como el doctor Alfonso Reyes
Echandía para la época profesor de la Escuela.
También hacían parte el coronel Jacinto Nicolás
Ríos Mesa en ese preciso momento Director del
Instituto, el coronel Víctor Alberto Delgado Mallarino y el doctor Alfredo Iriarte. Todos ellos se
distinguieron por los planteamientos trazados en
el seno de dicha comisión. El Decreto que concretó el proyecto elaborado por el comité fue el
#1355 de 5 de agosto de 1970, obra legislativa
denominada Código Nacional de Policía, ampliamente difundido y colocado como modelo en la
materia, a nivel suramericano.
La estructura básica del Código Nacional de
Policía (Decreto # 1355 de 1970) es la siguiente.
Título Preliminar: consta de seis artículos,
allí se concreta la razón de ser de la Policía. Se define el concepto de orden público interno y los
elementos que le conforman. Igualmente hace referencia a la libertad y sus límites, se prohíbe a la
Policía el empleo de medios incompatibles con los
principios humanitarios.
Se contempla la división entre Policía Administrativa y Policía Judicial, cuando dice que las
normas y los servicios de estas son medios para
prevenir la infracción penal.
Menciona el artículo sexto del capítulo preli-
minar con absoluta precisión el límite de la actividad de policía: “que no puede contrariar a quien
ejerza su derecho, sino a quien abuse de él”.
Libro primero: de los medios de policía.
Libro Segundo: del ejercicio de algunas libertades públicas.
Libro Tercero: de las contravenciones nacionales de policía.
En el título I se ocupa de las medidas correctivas y las autoridades encargadas de aplicarlas.
El Título III habla del procedimiento, cuando
se trata de las denominadas contravenciones nacionales.
Algunas de las razones que señalan la necesidad de modificar el actual Código Nacional de
Policía, son entre otras las siguientes:
1. La norma vigente en la actualidad (Decreto
1355 de 1970), no corresponde hoy, a la realidad que vive el pais después de promulgada la
Constitución de 1991.
2. En el marco del ordenamiento jurídico colombiano con relación al derecho de policía,
es imperativa su adecuación a los desafíos que
impone el siglo XXI.
Estrella Policial
3. Dentro de la dinámica de la misma sociedad,
se presentan cambios de comportamiento y
circunstancias especiales que razonan la absolución de algunas normas o parte de ellas, por
desuso o simplemente porque no son aplicables.
4. Por efecto de la evolución social se aprecia de
manera clara el ambiente de conductas que
afectan la convivencia ciudadana y el surgimiento de otras que no han sido objeto de regulación legal y que por ello demandan una
urgente actualización del Código de Policía,
con un alcance mayor, el de convivencia con el
fin de establecer en forma objetiva, principios,
comportamientos, medidas, medios de policía
y procedimientos conformes El legislador a lo largo de 46 años, en ejercicio
del poder que posee, habiéndose incrementado a
partir de 1.991, con motivo de la vigencia de la
nueva Carta Política, en su afán de introducir un
marco legal efectivo, se ha preocupado por regular los diferentes comportamientos que afectan la
convivencia ciudadana; no obstante, estas disposiciones carecen de una lógica normativa sistémica,
coherente y dinámica.
Tema de actualidad
Dentro de los múltiples intentos de reforma
al Código Nacional de Policía, la Policía Nacional
no ha sido indiferente y ajena a este noble propósito sino que por el contrario ha asumido una
posición de apoyo, colaboración y compromiso,
actividad que se ha reflejado en la presentación
publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia
13
de proyectos preparados por las diversas unidades
académicas de la Institución, tales como la Escuela
de Estudios Superiores de Policía, Centro de Pensamiento Policial, Academia Superior de Policía y
la Dirección Nacional de Escuelas.
Esta gestión se expresa también con la redacción de obras jurídicas pertinentes y en artículos
en revistas institucionales, boletines, directivas,
periódicos y demás medios de comunicación escritos y verbales nacionales, simposios, foros y
conversatorios, con la intervención de profesores
de la Institución, tratadistas, magistrados y la oficialidad en todos sus niveles. Todos estos eventos
son dirigidos tanto a jefes de policía, Policía Nacional, comunidad académica y público en general, expresión de esta gestión y actividad de la P
olicía Nacional en el sentido de comprometerse
con el presente y futuro del Derecho de Policía.
Socialización del proyecto actual
Con motivo de un proyecto de reforma al
Código Nacional de Policía presentado al Congreso de la República en los años 2007 y 2008
con el apoyo de la Institución Académica Buen
Gobierno y obviamente de la Policía Nacional,
una comisión integrada por los señores Brigadier
General Edgar Orlando Vale Mosquera, para la
época Director Nacional de Escuelas, el General
Miguel Antonio Gómez Padilla Exdirector de la
Policía Nacional y el Brigadier General Guillermo León Diettes Pérez, Presidente de la Academia
Colombiana de Historia Policial, emprendieron
una correría por las principales ciudades del país
(Bogotá, Medellín, Cali, Bucaramanga, Barranquilla, Ibagué) con el propósito de difundir el
contenido del proyecto de Código ante Jefes de
Policía, miembros de la Policía Nacional, comunidad académica en general, profesionales, estudiantes y líderes de la comunidad.
Además de la difusión del proyecto del Código los integrantes de la comisión, escucharon y
tomaron nota atenta de las sugerencias, observaciones, recomendaciones y críticas planteadas por
los estamentos mencionados.
Frente al proyecto del Código Nacional de
Policía que cursa en el Congreso de la República la
Policía Nacional no ha sido ajena al proceso pues
algunos Oficiales y Profesionales no uniformados
de la Institución como los generales Miguel Antonio Gómez Padilla, Guillermo León Diettes Pérez
y Carlos Alberto Pulido Barrantes y los profesores
Leonel Olivar Bonilla, Gustavo Gómez Porras y
Juan Carlos Cardona González, le han hecho un
seguimiento y entrado en contacto con algunos
miembros de la Comisión Primera Constitucional permanente del Senado de la República donde
actualmente cursa el Proyecto de Ley No 99 de
2014 “Por el cual se expide el Código Nacional
de Policía y Convivencia” entre otros, los Honorables Senadores Germán Varón Cotrino y Paloma
Valencia, con quienes se han intercambiado ideas,
propuestas e iniciativas en procura de perfeccionar
y agilizar el trámite legislativo.
Por lo anteriormente expuesto y ante la intempestiva aparición de mecenas y héroes de turno que se quieren abrogar la autoría del Derecho
de Policía y la urgencia e impulso de la expedición del Nuevo Código Nacional de Policía, hago
válidas las palabras que utilicé en la introducción
del texto de Derecho de Policía, Seguridad y Convivencia Ciudadana, que con los auspicios de la
Escuela de Cadetes de Policía y de la Academia
Colombiana de Historia Policial y de mi autoría,
lanzamos ante la comunidad académica en agosto
de 2013, a saber:
“…se envía un llamamiento angustioso de la
comunidad, la academia, la Policía Nacional, profesionales, funcionarios de Policía con destino al
Gobierno Nacional y al Congreso de la Republica
para que expida el Código Nacional de Policía y
Convivencia que ha de reformar el Decreto 1355
de 1970 (Código Nacional de Policía) que se reciente de vetusto, desactualizado y desvertebrado
por la vigencia de la Constitución de 1.991 y por
las múltiples sentencias de la Honorable Corte
Constitucional”.
“Derecho de Policía, Seguridad y
Convivencia Ciudadana”
Autor Gustavo Gómez Porras
Publicación de la Academia
Colombiana de Historia Policial
Broker Ediciones S.A.S.
Primera Edición julio de 2013.
publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia
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14
¿Diálogos de paz: Traspiés cronológico…
¿Renovación de la esperanza?
Por: Brigadier General (r) Jairo Rolando Delgado Mora1
Nuevas preocupaciones
Que la presión de Timochenko, utilizando la carta
que envió a sus estructuras, termine haciendo ceder
al Gobierno en el aumento del número de “Zonas de
ubicación temporal”. Se considera que en los actuales
momentos se estaría estudiando la posibilidad de crear
entre 25 y 30 zonas de concentración en el país.
l Que las FARC exija la conformación de una “Fuerza de
Seguridad Provisional” integrada por guerrilleros para verificar y hacer cumplir los protocolos que en esta materia
se acuerden para las zonas de concentración insurgente.
l Que la veeduría de las Naciones Unidas carezca de instrumentos de control eficientes, para exigirle a la guerrilla unas normas de comportamiento que garanticen el
respeto y la protección a la población civil en estas zonas
y en su periferia.
F
inalmente, se cumplió la crónica de una expectativa incumplida. El esfuerzo que hizo el Presidente Juan Manuel Santos por llegar al epílogo de las
conversaciones de paz con las FARC en un día
específico -el 23 de marzo- fracasó.
Algunas de las lecciones aprendidas fueron las
siguientes:
l La presión y el respaldo internacional no son determinantes para decidir una fecha final para los diálogos.
l Los buenos anhelos y el clamor de paz de la “sociedad
civil” no constituyen un factor de influencia en la voluntad de la guerrilla para hacerla cumplir fechas.
l Tratar de sacar el proceso de diálogos de coyunturales
monotonías, anunciando con demasiada antelación fechas para la culminación de ciertas fases, es un error
político.
l Los gestos del Gobierno y de las FARC -o de cualquier
sector- sobre tiempos para firmar el Acuerdo, marchas
por la paz, visitas especiales, pedagogías en uno u otro
sentido, son intrascendentes y se convierten en cargas
simbólicas, mientras la negociación se estanca en temas
especialmente sensibles, como las características y condiciones de las denominadas Zonas de Ubicación Temporal, entre otros.
l Debe resolverse la conflictividad “blanda”, propia de las
discusiones sobre los temas acordados para desarrollar
en el proceso de terminación del conflicto. De esta manera, se descontaminan los ánimos y se puede obrar con
sensatez, cuando haya notificaciones sobre “avances”,
para evitar que luego se incumplan y terminen en una
cadena de excusas que deterioran la credibilidad ante la
opinión pública.
l La madurez de los diálogos no se demuestra únicamente en el volumen de lo que se acuerda parcialmente, ni
en el tiempo prolongado de las conversaciones; la verdadera madurez se refleja en el consenso auténtico o en
la coincidencia plena de las partes en negociación, sobre
cada aspecto fundamental de la temática de la Agenda.
Ésta característica reviste de mayor legitimidad el proceso de paz.
l Hay que centrarse en la Agenda de diálogos hasta superar totalmente las discrepancias y preocuparse menos por
introducir en la mesa una especie de teoría de juegos,
donde las probabilidades de acertar en fechas son muy
remotas mientras se mantengan diferencias sustanciales.
Por otro lado, la cuestión de la pedagogía “insurgente”,
demostró la visión que las FARC tendría de su futura des-
sucia” y solicitarle al primer mandatario enviar a Enrique
Santos a La Habana para “fijar la posición” insurgente.
Enrique Santos debió, por lo tanto, viajar a Cuba y,
asumiendo un rol transitorio de Alto Comisionado para la
Paz ad hoc, actuó como el mediador principal del proceso
de diálogo para encontrar alternativas de solución, empezando por aclimatar el inconformismo de Timochenko y
por recuperar la capacidad negociadora de las partes, siendo superado parcialmente el escollo.
l
movilización y participación política. El experimento de la
dirigencia subversiva en el corregimiento de Conejo, jurisdicción del municipio de Fonseca, Guajira (18 de febrero
de 2016), donde en aras de informar a sus bases los resultados parciales de las negociaciones en Cuba, la guerrilla
realizó un sorpresivo despliegue militar, trajo a la mente de
la opinión pública nacional el fantasma de la “paz armada”2 No se trató de una equivocación del grupo insurgente; fue una acción debidamente planificada cuyo objetivo
fue mostrar la vigencia como “Ejército del Pueblo” de las
FARC e insistir en su capacidad militar.
El desconcierto fue grande y la incertidumbre mayor
en relación con las verdaderas intenciones de las FARC, sobre la forma de hacer política. La retórica del grupo subversivo sobre la voluntad de paz quedó nuevamente opacada.
El caso de Conejo evidenció que para los insurgentes aún
es compatible la actividad política con la presión armada,
situación que la mayoría de los colombianos rechaza.
En consecuencia, surgieron las correspondientes tensiones en La Habana, que aumentaron cuando alias Timochenko envió el 7 de marzo una carta a sus estructuras en la
que reconoció que el proceso estaba “ante una situación crítica”. La razón principal fue el cambio que se habría producido en el documento inicial que se preparó conjuntamente
con la subcomisión técnica militar-policial, sobre el procedimiento de concentración de las FARC una vez se diera por
iniciado el cese bilateral y definitivo de hostilidades.
Llama la atención, además, dos aspectos: una fuerte desconfianza de las FARC hacia el presidente Santos,
cuando manifiesta “no permitirle que nos haga una jugada
Implicaciones de política
Los gobernadores y alcaldes no tienen definida aún su
función, responsabilidad o actividad en relación con las Zonas de ubicación temporal que se instalarán en sus territorios. Es importante en consecuencia que se definan, desde
el gobierno nacional, las condiciones para determinar si los
mandatarios locales harán parte del sistema de transición de
la guerrilla hacia su desmovilización o si estarán marginados
hasta la reintegración de toda la insurgencia y el inicio formal
del proceso de construcción de paz desde las regiones.
Recomendaciones
Es oportuno evaluar si la carta de alias Timochenko a
sus estructuras, en efecto produjo en los colombianos
un síndrome de la expectativa incumplida, acarreando
un alto costo político para el Gobierno Nacional y el
aumento de la desconfianza con las FARC.
l Evitar que el escollo de marzo signifique o se interprete
como una estratagema de las FARC para obtener concesiones del Gobierno y de esta manera se vuelva a generar temor en la opinión pública nacional por las desfavorables implicaciones políticas, económicas, sociales
y de seguridad que traerían estas condiciones para la
población civil.
l Establecer si la carta de alias Timochenko a los guerrilleros fue solo una táctica de endurecimiento en las negociaciones o se trata de nuevos inamovibles aportados por
las FARC, que aumentarán las dificultades del proceso
y dilatarán más el tiempo de los diálogos. De ser así, se
generará gran incertidumbre y mayor incredulidad sobre
las reales posibilidades de llegar al acuerdo final.
l
1. Investigador principal, Instituto de Ciencia Política Hernán Echavarría Olózaga.
2. El Jefe negociador del gobierno Nacional, doctor Humberto de la Calle fue enfático en advertir a los colombianos que no habría paz armada. Intervención en un foro sobre el proceso
de paz realizado en la Universidad del Rosario de Bogotá el 3 de agosto de 2015.
Estrella Policial
publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia
15
Un centenario
El maestro Luis A. Calvo es
gloria musical de Colombia
Por: doctor Antonio Cacua Prada
Numerario de las Academia de Historia y de la Lengua,
y Honorario de la de Historia Policial de Colombia.
A
un sencillo caserío de cerca de mil almas, denominado por nuestros antepasados chibchas “Gámbita”, o “Pueblo de las flores”, construido en un idílico valle sobre la cordillera oriental, como último
baluarte de la Provincia Comunera, en las ariscas
breñas del Departamento de Santander, llegó en
las huestes del general charaleño Leónidas Torres,
a mediados del mes de diciembre de 1881, el corneta Félix
Serrano, nativo de la ilustre villa de Zapatoca.
El músico del batallón se dedicó a enamorar y a festinar a la joven Marcelina Calvo, hija de Fernando Calvo y
Teresa Rondón, cuya casa de habitación estaba situada en
la esquina noroeste de la plaza principal de la simpática
población, donde tenían y atendían una tienda.
El galanteo concluyó en un aguinaldo, que después de
las nueve lunas, el lunes 28 de agosto de 1882, trajo Marcelina a este mundo, convertido en un precioso bebé. Diez
días después, el 7 de septiembre, siguiente, el presbítero
Wenceslao Serrano, con el padrinazgo de Andrés Acevedo,
cristianó en la iglesia parroquial, y lo llamó Luis Antonio
Calvo Rondón.
Así lo escribió el propio Luis Antonio, en un texto autobiografiado en Agua de Dios, en abril de 1924: “En el año de
1882 se meció mi cuna al suave impulso de las brisas perfumadas y fui arrullado por el lejano rumor de la cascada de Santa
Fe de Gámbita, pequeño pueblecito del sur de Santander. Muy
niño aún, me extasiaba en la contemplación de la naturaleza,
libro divino donde se muestra el Dios omnipotente con toda su
magnificencia. Al mismo tiempo sentía grande inclinación hacia la música, la que fue objeto de mis primeras lágrimas y mis
largos desvelos”.
La joven panadera Marcelina Calvo, con su labor de
amasijo y la ayuda del padrino Andrés Acevedo, se dedicó
por entero a la crianza del pequeño quien desde niño dio
pruebas de su amor y afición a la música.
Con solo tres meses de escuela pública primaria, madre
e hijo se trasladaron a vivir a Tunja, donde Luisito recibió
clases de música del profesor Pedro Gómez León, quien lo
transformó en el Beethoven colombiano. Su rendimiento
admirable lo llevó a los coros de las principales iglesias de
la capital boyacense y a la Banda departamental de Boyacá.
En 1905 se radicaron en Bogotá y Luis ingresó al
Conservatorio Nacional de Música, donde estudió armonía y contrapunto, y alcanzó numerosos éxitos.
Cuando en el Conservatorio se glorificaban sus triunfos, el martes 14 de marzo de 1916, le dictaminaron que
padecía el mal del “rey de los espantos”. El domingo 14
de mayo se internó en la ciudad de Agua de Dios, en el
leprocomio atendido por los Padres Salesianos, fundados
por San Juan Bosco.
Esta infausta noticia sacudió todos los estamentos artísticos nacionales, hace exactamente cien años.
En “la Ciudad del Dolor” junto con los doctores Adolfo León Gómez y José María Marmolejo, adelantó la construcción del “Teatro Vargas Tejada”, y dirigió la Banda de
Música Municipal. Sus composiciones son numerosísimas.
Todavía se escuchan, en el bello piano que le obsequió
la sociedad capitalina, sus sentidos “Intermezzos”; el No. 1º
compuesto en Bogotá en 1908 y el No. 2 “Lejano Azul”,
en 1916.
Además “Anhelos”, “Amor Humilde”, “Eclipse de Belleza”. Las danzas: “Adiós a Bogotá”, “Carmiña”, “Betty”,
“Simpatía”, “María Helena”, “Qué Delicia”.
Los pasillos: “Arroyito que murmuras,” “Emmita”,
“Noel”, “Muchachita en flor”, “Trébol agorero”, “Navidad”, “Acuatizando”. Los Bambucos: “El republicano”,
“Yerbecita de mi huerto”, “Por un querer”, “Rosas de alborada” y “Ricaurte”.
Valses: “Chavita”, “El despertar del Ruiseñor”, “Mi
primer vals”, “Amor de artista”, “Flor de ilusión”, “Soñando amores”, “Ruth”. Fox Trot: “Mariposita mía”, “La róndela”, “Princesita de Ávila”, “Por qué bajas los ojos”.
Opereta: “Una noche en París”. “Encenas Pintorescas
de Colombia”, “Entre naranjos”, ronda. “Arabesco”. “Mazurca No. 4”. “Capricho Cartagena”. La romanza, “La
Orden de Lázaro”, la danza, “Libia”, y el vals, “Anhelos”,
para solo citar algunas de sus célebres piezas. Escribió varias
obras para la Banda de la Marina de Estados Unidos que
le valieron grandes elogios del Presidente Roosevelt, entre
ellas “Ay negra” y “Elegía”. En Italia imprimieron un álbum con su música religiosa: “Arpa Mística”.
El inspirado compositor santandereano, fue el autor de
la música del himno de la ciudad de Sonsón, laureado, en el
concurso nacional abierto con motivo de la celebración del
centenario del natalicio del “armonioso poeta geórgico de Colombia”, Gregorio Gutiérrez González, el 9 de mayo de 1926.
La incomparable San José de Ezpeleta de Sonsón le
otorgó al maestro Calvo una “Lira de Oro”, por la célebre
marcha “Apolo”, que le dedicó al destacado municipio antioqueño.
La música, como lo anotó Enrique Heina, es “la patria
del alma”.
Una de las predilecciones del maestro consistió en ponerles música a las poesías de varios aedas colombianos. Los
seleccionados fueron: Adolfo León Gómez, Ismael Enrique Arciniegas, Diego Uribe, Abel Marín, Nicolás Bayona
Posada, para solo citar algunos.
Al maestro Luis Antonio Calvo lo llamaron: “El Artista
de los Intermezos”.
El muy conocido Número 1º se lo dedicó a su progenitora, doña Marcelina, el jueves 23 de enero de 1908, a la
edad 28 años. La letra la compuso el Presbítero doctor Luis
Eduardo Ardila, nacido en Chima, Santander, el jueves 19
de agosto de 1880, cuyo texto dice:
INTERMEZZO No.1
“Adiós, mi dulce madre, amada madre mía,
la suerte abre un abismo entre nosotros dos;
enfermo está mi cuerpo, mi alma en su agonía;
te da el último beso y el postrimer adiós”.
“Adiós, edén bendito de perfumadas flores,
marchitas esperanzas, fantástica ilusión;
no llores madre mía, amor de mis amores,
doquiera que tu vayas, irá mi corazón”.
La perfecta comunión de sentimientos de las almas del
músico y del sacerdote.
“La Perla del Ruíz”, danza, en honor a Manizales, fue
la primera creación que estampó en Agua de Dios y “Mi
copetoncita y yo”, pasillo, la última, dedicada a su amorosa
y solícita esposa, doña Ana Rodríguez Rodríguez de Calvo,
con quien contrajo matrimonio el domingo 18 de octubre
de 1843, en Anolaima. Ella le sobrevivió hasta el martes 18
de diciembre de 1990, cuando se marchó para acompañarlo en la gloria de los cielos.
El domingo 22 de abril de 1945 el Maestro Luis A.
Calvo, pronunció en Agua de Dios, sus últimas palabras
“Un final que nunca acaba”, y expiró.
La Universidad Industrial de Santander U.I.S., nominó su magnífico Auditorio “Luis a. Calvo”, para recordar al
gran compositor y músico gambiteño.
El maestro Luis A. Calvo es uno de los grandes compositores colombianos, quien tradujo en el pentagrama de su
música los más bellos sentimientos atesorados en las reconditeces de su alma.
publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia
16
Estrella Policial
Injusto penal o
infracción de deberes
en la legislacion especial
Por: Alexandra Casas Piñeros
Abogada. Magister en Derecho Penal y Criminología.
La Policía
Nacional es un
cuerpo armado
permanente,
cuyo fin
primordial es el
mantenimiento
de las
condiciones
necesarias para
el ejercicio de
los derechos
y libertades
públicas, y el
aseguramiento
del orden
colectivo,
para que los
colombianos
vivan en paz.
F
rente al criterio de si se trata de una verdadera violación de bienes jurídicos o, por el
contrario de un derecho penal de infracción de deberes respecto de las conductas
penales ocasionadas por miembros de la
Fuerza Pública, es menester partir de la
afirmación de que estamos frente a unos
verdaderos bienes jurídicos, en contraposición a lo
sostenido por parte de algunos doctrinantes, que
los determina más en la órbita del derecho disciplinario.
Los bienes jurídicos pueden ser: constitutivos
del sistema jurídico (aquellos directamente provenientes de derechos fundamentales reconocidos en
la Carta Política), o instrumentales, esto es, aquellos
a través de los cuales se genera una protección de los
primeros. Los bienes jurídicos en materia de derecho penal militar hacen parte de los instrumentales,
puesto que su consagración en un Estado Social y
Democrático de Derecho responde específicamente a la necesidad de contar con una Fuerza Pública
capaz de garantizar el cumplimiento de los fines del
Estado, y sobre todo de los intereses y derechos fundamentales de las personas.
La importancia de la organización y mantenimiento de las Fuerzas Militares y todo su aparato
funcional, se hinca en que sólo cuando una asociación política reclama con éxito para sí el uso exclusivo
y soberano de la coacción física, puede ser llamada,
en términos sociológicos, Estado.1
¿Cómo pueden concebirse, entonces, derechos fundamentales y su efectividad misma, sin la
existencia de una Fuerza Pública debidamente organizada? La respuesta a este interrogante no puede ser generada por persona alguna, puesto que
cualquier explicación al respecto sería tautológica,
o no pasaría más allá de la retórica.
El Estado moderno, entendido no como Estado de Derecho, sino desde su perspectiva social,
exige que las instituciones ejerzan funciones y centren su existencia en el cumplimiento y garantía
cabal de los intereses de los coasociados, pues no
es viable una entidad estatal paquidérmica y sin
función alguna.
Este carácter de antropocentrismo constitu-
cional (e institucional), genera una gran importancia de los derechos subjetivos, en especial los
consagrados en el contrato social (Constitución
Política), y de allí que podamos inferir que el servicio es un bien jurídico instrumental.
Se reconoce que puede generarse confusión
sobre el carácter disciplinario y el carácter penal
de algunas conductas, pero en estricto sentido jurídico, no existe tal. El doctrinante Christian Donayre Montesinos, aclara:
Al hablar de la potestad administrativo-sancionadora se hace alusión a aquella capacidad de la
Administración (conjunto de personas, instituciones -órganos u organismos- y canales procedimentales a través de los cuales el Estado cumple sus
objetivos) que le permite castigar la conducta de
aquellos funcionarios y servidores que a pesar de
formar parte de ella, se comportan de tal manera
que desvían a ésta de sus fines.2
Definición realizada por el jurista peruano
que resulta un gran aporte, pues nos pone en el
panorama la solución al problema de caracterización de los delitos contra el servicio, puesto que
no podrían confundirse con faltas disciplinarias,
en tanto no desvían de sus fines a la Fuerza Pública, sino que anulan la acción de éstas con comportamientos que, en últimas, ponen en peligro la
vida de los asociados de un Estado Determinado.
En el espectro jurídico colombiano, es claro y
evidente que:
La Carta Política dispone la integración de un
pie de fuerza, compuesto por dos aparatos institu-
cionales: las Fuerzas Militares y la Policía Nacional.
Las primeras encargadas de la defensa nacional, se
encuentran a su vez integradas por el Ejército, la
Armada y la Fuerza Aérea, teniendo como finalidad
primordial la defensa de la soberanía, la independencia, la integridad del territorio nacional y del
orden constitucional. Por su parte, la Policía Nacional es un cuerpo armado permanente, cuyo fin
primordial es el mantenimiento de las condiciones
necesarias para el ejercicio de los derechos y libertades públicas, y el aseguramiento del orden colectivo, para que los colombianos vivan en paz.
Lo que responde, sin lugar a dudas, a una
concepción del Estado moderno y contemporáneo, que al tiempo que rodea de garantías al hombre para su realización en los distintos ámbitos de
su existencia, le encarga, en la dimensión de los
deberes autoconstructivos, de las cargas de autobeneficio, del cumplimiento de un conjunto de
deberes, la mayoría de los cuales con alcances solidarios, cuando nó (sic) de conservación de los
principios de sociabilidad, que permitan realizar
una civilización mejor o hacer más humanos los
efectos del crecimiento económico, y de los desarrollos políticos y sociales.3
Interpretación que debemos tomar al tenor del
artículo 2 de la Carta Política, que señala que las autoridades están instituidas para el cumplimiento de
unos fines estatales y la efectividad de los derechos
fundamentales e intereses de los ciudadanos colombianos. Pues bien, la Corte en alguna de su jurisprudencia ha dado indicios de esta especial situación, dispersando cualquier hesitación al respecto:
Estrella Policial
Así las cosas, el legislador al excluir del beneficio
de la ejecución condicional de la sentencia, de la libertad provisional, de exceptuar de la posibilidad de
prestar caución juratoria o prendaria y de establecer
la procedencia de la detención preventiva para los
delitos contra la disciplina, contra el servicio, contra el honor, en bienes del Estado destinados a la
seguridad y defensa nacional y contra la seguridad
de la Fuerza Pública o de inutilización voluntaria,
buscó como finalidad desestimular la comisión de
estos delitos en los miembros de la Fuerza Pública, dada la misión constitucionalmente otorgada a
las Fuerzas Militares, la cual exige una alta calidad
operativa, de suerte que se puedan verificar los fines
esenciales del Estado como son, entre otros, defender la independencia nacional, mantener la integridad territorial y asegurar la convivencia pacífica y la
vigencia de un orden justo.4
No podemos limitar la existencia de bienes jurídicos a su identidad con derechos fundamentales
de las personas, en tanto De la protección de intereses de marcado contenido individualista (tutelas
de los derechos subjetivos) en sus comienzos, parece
haberse llegado a la admisión de bienes jurídicos difusos, sin titular determinado (delitos sin víctima) en
aras de la preservación de la armonía social, como
entidad superior5, sino que debemos abrirnos al
paradigma de la protección de los derechos fundamentales mediante la imposición de penas por
conductas que puedan alterar las condiciones básicas del Estado Social de Derecho.
En este contexto, el profesor GÒMEZ PAVAJEAU cita a la Corte Constitucional:
publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia
17
Por sentencia de noviembre 24 de 1993 vuelve
la Corte Constitucional a precisar que (sic) objeto
de protección de la norma penal son los derechos
fundamentales y recientemente se ha consolidado
tal posición, en fallo claro, explícito e inequívoco
sobre la materia: “Las leyes penales protegen los
bienes jurídicos esenciales de las personas que integran la comunidad. Los derechos fundamentales
consagrados en la Constitución y en los tratados
internacionales suscritos por Colombia, corresponden justamente a esas condiciones básicas de la vida
individual y colectiva, cuya tutela reforzada asumen
las leyes penales, pues en ellos se traducen y proyectan con toda su intensidad la igualdad, la libertad y
la dignidad de la persona humana, objeto y fin del
derecho […] El derecho penal se justifica y torna
imperioso como una de las formas más importantes de protección de todas las personas residentes
en Colombia, en su vida, honra, bienes, creencias,
derechos y libertades (C.P., art. 2°)”6
De esta manera, el derecho penal, incluso penal militar, se torna relevante para la protección
de bienes jurídicos propiamente dichos y no de
infracciones de deber, en tanto el buen funcionamiento de la Fuerza Pública (a través de un correcto comportamiento de sus miembros, sin poner
en riesgo a terceros), nos lleva precisamente a unas
acciones positivas dentro del Estado, para garantizar el cumplimiento de los fines estatales.
Y es que en un Estado de derecho las prohibiciones legislativas sólo deben recaer en comportamientos que resulten socialmente dañinos por su
efecto negativo en los presupuestos básicos de la
pacífica convivencia.
Esos presupuestos básicos de la pacífica convivencia son, indudablemente, los derechos fundamentales. Con ello se le suministra substantividad
a la teoría del bien jurídico.
No existe ningún tipo de confusión posible en
relación con el carácter de bien jurídico del servicio,
puesto que sólo a través de una buena prestación
del mismo por parte de los miembros de la Fuerzas
Militares y la Policía Nacional en cualquiera de sus
rangos, es posible la materialización de los derechos
fundamentales y de la pacífica convivencia. De otra
manera, estaríamos ante un Estado de caos, configurante de otro tipo de derecho.
Nota del Editor: De acuerdo con el Derecho de policía
colombiana, la fuerza pública no es un órgano o varios, sino una
facultad de fósiles, de obligar a cumplir con una norma o deber
de la persona, en consecuencia la policía y las fuerzas militares;
tienen fuerza pública, no son fuerza pública; y tampoco son las
únicas entidades con esa facultad, porque también la tienen: el
CTI, el INPEC y las superintendencias.
1. WEBER, Max. Economía y Sociedad. México: Fondo de Cultura Económica, 1987.
2. DONAYRE MONTESINOS, Christian. La justicia militar en el Derecho
comparado en general y en América Latina en particular. Algunos elementos
a tomar en cuenta para determinar la fórmula aplicable en el Perú. Revista
Derecho y Sociedad N° 001, 2004.
3. Corte Constitucional, Sentencia C-511 de 1994. MP Fabio Morón Díaz.
4. Corte Constitucional, Sentencia C-709 de 2002. MP Alfredo Beltrán Sierra.
5. GÓMEZ PAVAJEAU, Carlos Arturo y Otro. Bien Jurídico y Derechos
Fundamentales. Sobre un Concepto de Bien Jurídico para Colombia. Bogotá:
Universidad Externado de Colombia, 1996.
6. Ídem.
¿Por qué somos indiferentes?
C
Por: Brigadier general (r) Mauricio Gómez Guzmán
on profunda indignación y repugnancia, percibí la
publicación, por vía
“WhatsApp” de la
imagen que ultraja
el escudo de nuestra
Policía Nacional; en ella alteran la estrella y más grave aún,
el escudo de la República de
Colombia, símbolos que ratifican el significado de la Institución Policial para la Nación, por una imagen morbosa que no vale la
pena recordar ni describir, porque la gran mayoría de los colombianos y
de manera especial los Policías, visualizamos.
JK. ROWLING, dijo: “A veces, la indiferencia y, la frialdad hacen
más daño que la aversión declarada”.
La Indiferencia recobra actualidad al ver que se determina con esta
al individuo que ni siente, ni padece, que está asociado a la insensibilidad, al desapego y a la frialdad. Ser Indiferente implica que nada nos
importa, que no sentimos nada, que todo nos da igual.
¿Será posible que podamos aislar nuestras emociones de aquellas
circunstancias que de algún modo nos afectan? Lo visto no es más que
una transgresión a la Ética y a la Moral, es un atentado contra el honor
y la dignidad de un País y de la Policía Nacional.
Valorar los irreparables daños causados por quien ideó y transmitió, a través de dicha red social, en cierta forma desmoraliza, mina el
prestigio y atenta contra la majestad Institucional.
Conocer quién fue el creativo y qué lo motivó a hacerlo, sería interesante; cuán bueno sería que empleara esas capacidades para construir
y para enaltecer a las Instituciones que bien le sirven a la sociedad.
Este episodio merece toda la censura y genera preocupación por
la Indiferencia de muchos que no manifiestan rechazo alguno acerca
de esos memes pornográficos, aberrantes, groseros, burdos, baratos y
simplones.
Las virtudes humanas que son universales, en nuestra sociedad están deterioradas. Cuando hablamos de lo Ético y lo Moral, nos referimos a las pautas de comportamiento que regulan las conductas, que
se adquieren durante el desarrollo individual, pero que brillan por su
ausencia, porque quienes carecen de estos creen que a nuestra Policía
la pueden irrespetar con los argumentos de que está permeada por la
corrupción, por la inoperancia, la falta de mística o algunos aislados
malos comportamientos. Están muy equivocados y no pueden creer
que con imágenes, escritos y videos en las redes sociales van a menoscabar nuestra imagen.
¿Será que detrás de esto existen intereses perversos para debilitar la
Institución Policial con la anuencia de oscuros intereses de diferente
orden y que pretenden reformarnos?
Que lo publicado nos sirva para reflexionar y para pensar que ahora, más que nunca, tenemos un gran compromiso: recobrar el respeto,
dejar a un lado el mal gusto, no hacer juego con los reenvíos y sobretodo con la Indiferencia.
publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia
18
Estrella Policial
Las crisis del Cuerpo Institución Policial
Por: el General Miguel Antonio Gómez Padilla
Exdirector General de la Policía Nacional
“La policía Nacional de Colombia debe ser
motivo de orgullo de nuestro país ante el continente
y ante el mundo. Desde 1992 está en un proceso de
renovación, modernización y de profesionalización
que no se ha detenido. Ello le ha permitido
ganarse el respeto de la población, el temor de la
criminalidad y estar a la vanguardia del desarrollo
tecnológico. Esta institución ha pagado un precio
enorme que ningún colombiano puede olvidar.
La vida de oficiales, agentes, de suboficiales ha sido
cobrada en inmensas cantidades”.
Francisco Santos Exvicepresidente de Colombia
E
s ya recurrente que al Cuerpo Institución Policial le inventen “crisis”, algunas
reales, pero siempre magnificadas; otras,
muy artificiales. Todas definitivamente
terminan en reformas (de ellas nos referiremos más adelante) para satisfacer
intereses políticos.
Indudablemente ha cometido o le hicieron cometer muchos errores, pero también ha tenido inmensos aciertos. “También los policías son padres de
la patria, pero anónimos, abnegados y silenciosos”.1
Cada vez que quieren le inventan crisis. Es
como si quisieran revolver el agua del estanque,
para que no se vea el fango del fondo.
Esas crisis las podemos clasificar de acuerdo
con sus causas; así:
3 Por las guerras civiles;
3 Como fruto de la violencia partidista;
3 Generadas por la corrupción social en auge.
l Las guerras civiles.
La Policía en estos lapsos (1839-1842; 18991902-1909) se adscribía, invariablemente, al Ministerio de Guerra, con los nombres de Gendarmería o Guardia Nacional y quedaba totalmente
militarizada, desvirtuándole su objeto, su fin y su
naturaleza.
l La violencia política partidista.
Los gobiernos de turno, rojos y azules, utilizaban a la Policía como aparato coercitivo contra
sus enemigos políticos; de allí los nombres despectivos de “Popol” y “Chulavitas” entre otros, lo que
hacía difícil hablar de profesionalización.
El 15 de julio de 1943, fue muerto el boxeador Francisco A. Pérez (alias “Mamatoco”) quien
fungía de periodista, publicaba un pasquín y a
quien se sindicaba de conspirador. La investigación concluyó en que hubo participación directa
de miembros de la Policía y de la División cercana
al Palacio Presidencial. Todos los oficiales superiores fueron relevados por esta razón, hecho que
más tarde tuvo gravísimas consecuencias para la
institución policial.
El 9 de abril de 1948, es asesinado el líder popular liberal Jorge Eliécer Gaitán. Se acusa a la V
División de armar a las turbas y de participar
en la revuelta. Lo cierto es que la Policía estaba
bastante “politizada” (pues había tomado posición partidista) y los mandos eran los abogados
ascendidos a comandantes, después de un curso
superficial en la Escuela de Policía General Santander y quienes habían reemplazado a los oficiales de carrera retirados por el suceso “Mamatoco”.
Estos comandantes, como se dijo anteriormente,
carecían de liderazgo, eran desconocidos por sus
subalternos y a los primeros fogonazos abandonaron sus puestos de mando. La Policía Nacional
fue disuelta en todo el país. Era evidente que el
gobierno de turno no confiaba en ella.
En la sección “Hace 50 años -1954- de El
Tiempo” se registra: “Sigue depuración en la Policía. Dentro de la campaña de depuración en que
viene empeñada la Policía Nacional, el Comando
del Valle destituyó a más de 80 agentes, por haber contemporizado con quienes en días pasados
asolaron el Municipio de Caicedonia y otros del
norte del departamento.”
Estrella Policial
A finales de 1958, un gran número de agentes
son trasladados de Boyacá a Bogotá por un hecho baladí: sesionaba la Asamblea y una multitud
coreaba en las afueras “vivas” al general Gustavo
Rojas Pinilla. Uno de los manifestantes, hace varios disparos al aire. El teniente responsable de la
seguridad de los diputados captura al revoltoso y
lo libera cuando descubre que el arma era de juguete. El traslado se realiza porque a los policías
los sindicaban de conservadores y “rojistas”.
El doctor Luis Carlos Galán, dijera que, el
conflicto entre la población y el Estado, se inició
con la Policía política. (2)
La intransigencia, el fanatismo religioso y político afectó a toda la nación; además, con mandos
que no eran policiales, era muy difícil que pudiera
la Policía sustraerse del morbo politiquero, amén
si gobernadores y alcaldes nombraban sin formación alguna como oficiales, suboficiales y agentes
a sus seguidores sectarios.
Además, de la interpretación errónea del principio de confianza, que lo entendían como la fidelidad a las personas del presidente, gobernadores
o alcaldes y a sus partidos políticos; difícil y penosa situación. Sólo después de un largo proceso,
los policiales entendieron que la fidelidad es a la
Constitución, a las leyes y al Jefe del Estado, liberándose así del mal politiquero que deterioró a la
institución y al país.
l La corrupción.
La explicación que se da acerca que el narcotráfico enlodó a todas las instituciones, no puede
ser válida totalmente en lo policial. Entre 1989
y el 2000, más de 15.000 funcionarios entre oficiales, suboficiales y agentes fueron retirados del
servicio por mala conducta y por múltiples causas
que van desde el abandono del lugar de servicio,
hasta delitos gravísimos. “Tolerancia cero”, es un
programa que viene aplicándose desde la publicación del Decreto No 2010 de 1989, en el gobierno del doctor Virgilio Barco Vargas.
Definitivamente ella ha sido creada para batirse en las tempestades, pero siempre ha salido airosa. Nunca le ha fallado a Colombia. Post nubila
Phoebus (Después de las tinieblas, la luz).
LAS REFORMAS
Las reformas del Cuerpo-Institución, siempre
siguen a las llamadas crisis, inventadas algunas,
exageradas otras y con marcada frecuencia, en la
mayoría de los casos, para atender exigencias e intereses políticos soterrados.
En la medida en que se torna independiente,
adquiere fama y prestigio y se convierte en el fiel
de la balanza y no simplemente en el soporte del
“statu quo”, no faltan quienes sueñen con doblegarla.
l Las primeras reformas históricas.
Disuelto el cuerpo de “Serenos” y en ejercicio
la nueva Policía organizada por el Comisario Mar-
publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia
19
celino Gilibert, éste debió afrontar su primer reto:
el “clientelismo”.
“Fuertemente armados con recomendaciones
de políticos influyentes, empezaron a ingresar a
la Policía elementos por lo general indeseables y
que distaban en mucho de presentar las especificaciones que exigía el reglamento. Según informó
el Comisario, “el cuerpo se llenó de ebrios, holgazanes e incluso delincuentes.”
En 1895 el Presidente Caro, con el pretexto
de la guerra, sacó a la Policía del Ministerio de
Gobierno y la adscribió al de Guerra, con los consecuentes efectos nocivos para la incipiente Institución, acción que se repetía en cada guerra civil.
En 1909, la policía recobra su naturaleza civil
al disolverse la Gendarmería.
l La ley 15 de 1935.
El gobierno de la “Revolución en marcha”, en
su espíritu renovador expidió la ley 15 de 1935.
En desarrollo de la misma se dictaron varios decretos así:
3 2014 de 1935: Que reestructuró la Dirección
General y el Departamento de Vigilancia
3 1994 de 1935: Que creó el Departamento Administrativo
3 1715 de 1936: Que dispuso la nacionalización
de los Cuerpos departamentales y municipales
3 1277 de 1937: Por el cual se funda la Escuela Nacional de Policía Francisco de Paula Santander.
l Los comandantes abogados.
Varios policiales fueron declarados responsables del asesinato de “Mamatoco”. El gobierno
procede a destituir a todos los comandantes y dicta el Decreto 1718 de 1943, por medio del cual
se ordenan cursos especiales y extraordinarios. En
la Escuela General Santander, se realiza un curso
extra rápido para abogados que son nombrados
comandantes de las divisiones y como sus asesores
en policía, les asignan capitanes del ejército. Los
resultados de esta nefasta decisión se apreciarán el
nueve de abril.
l El nueve de abril.
El gobierno aprovecha los hechos de aquel
funesto día y licencia a todos los policías. Se organiza para la vigilancia, la Policía Militar (decreto
2244 de 1948), que recibe entrenamiento, en la
Escuela General Santander, por parte de oficiales
de la policía reincorporados para tal efecto.
El decreto 2136 de 1949, como estatuto orgánico, reorganiza la institución policial.
l La cuarta fuerza armada.
Mediante el decreto No 1814 de 1953, se modifica la estructura del Ministerio de Guerra y dispone que “las Fuerzas Armadas están constituidas
por las Fuerzas Militares y las Fuerzas de Policía”.
Para la institución hubo un renacer:
3 Se reorganizó la carrera de oficiales.( Decreto
2295 de 1954)
Igualmente la de suboficiales (Decreto2687 de
1959)
3 Se reorganiza la Caja de Sueldos de Retiro de la
Policía Nacional (Decreto 417 de 1955)
3 Se crearon las escuelas: Eduardo Cuevas, Antonio Nariño, Alejandro Gutiérrez y Simón
Bolívar
3 Los grados, regímenes salariares y prestacionales se equiparan a los de las Fuerzas Militares.
El peligroso morbo de la política partidista
comienza a desaparecer, con lo cual se afianza el
proceso de profesionalización.
l La Ley 62 de 1993.
Esta ley, se adecúa a lo preceptuado en la Carta Magna de 1991 y establece:
3 El control social positivo;
3 La dependencia de la autoridad político administrativa;
3 Las obligaciones y deberes de los comandantes
respecto a los gobernadores y alcaldes;
3 Las atribuciones y obligaciones de los gobernadores y alcaldes en relación con los comandantes de Policía;
3 Crea el Consejo Nacional de Policía y seguridad ciudadana;
3 Crea el Comisionado de Policía;
3 Crea el “Instituto de Seguridad Social y Bienestar Social” para la Policía Nacional
3 Reconoce que la función policial es una profesión.
l La contra reforma.
Suprime el “Instituto de Seguridad Social y
Bienestar Social”, para atender intereses personales y políticos.
REFLEXIÓN.
Post nubila phaebus - Después de la tormenta,
la luz…
1. Carlos Castro Saavedra. El elogio de los oficios.
2. Alape Arturo. La paz, la violencia – Testigos de excepción. Edit. Planeta 1985.
Las reformas
del CuerpoInstitución,
siempre
siguen a las
llamadas crisis,
inventadas
algunas,
exageradas
otras y con
marcada
frecuencia,
en la mayoría
de los casos,
para atender
exigencias
e intereses
políticos
soterrados.
publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia
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Estrella Policial
Tutelando nuestra Policía
Por: General (r) Luis Ernesto Gilibert Vargas
L
La Reserva
policial
honra las
declaraciones
del señor
Ministro de
Defensa el
pasado 18
de febrero, al
confirmar la
permanencia
de la Policía
Nacional en el
Ministerio de
Defensa.
os horrores a que ha sido expuesta la Policía Nacional por los deslices verdaderos
o no, de sus hombres, (pero, por fortuna
hoy en proceso de investigación en diferentes entidades de control y justicia),
han generado una serie de percepciones
negativas al interior de la sociedad, corporaciones, asociaciones y en las fuerzas vivas del
país.
Situación triste y vergonzante que obliga a
buscar claridad para tratar de hacer entender a
todos estos ciudadanos, que no es la institución
la responsable de tales acciones, y que urge marginarla de responsabilidades por actividades venidas
de los hombres, nunca de su filosofía, doctrina,
discernimiento, ni organización; y, menos justo
es, señalar a la policía y no a los individuos, como
comprometida en irregularidades.
Convenientes resultan, los pronunciamientos
de la reserva institucional, como el Consejo de ex
directores, el Colegio de Generales, el Colegio de
Coroneles y la Asociación Colombiana de Oficiales en Retiro, quienes guiados por el dolor institucional dejan en un comunicado la constancia de
su sentir. Manifestaciones de cuyo texto me permito transcribir algunos apartes, así:
“Que la Policía Nacional es una institución
acogida y apreciada por la comunidad colombiana, no solo por su función y gestión, sino por el
servicio que los vecindarios aprecian y las comunidades locales apoyan.
Que desde su incorporación, hace sesenta y
tres años, al Ministerio de la Defensa, la Policía
Nacional ha logrado escalar hasta obtener muchos
reconocimientos nacionales e internacionales, dada
su estructura, organización y doctrina policial, que
merece ser fortalecida y no exponerla a un riesgo
evidente.
Que pretender menoscabar la buena imagen
de la Policía Colombiana con las naturales excepciones humanas que la misma institución castiga,
es asumir una irresponsabilidad y un tremendo
Condolencias
Encontrándose en prensa esta edición, el día 4 de mayo
falleció en Bogotá la señora Betsabé Peña, esposa del señor
Brigadier General José Laureano Sánchez Guerrero.
El Colegio de Generales de la Policía Nacional de Colombia
acompaña a nuestro colegiado, a sus hijos Laura, Julio y
Andrés.
desconocimiento de la historia institucional antes
de su paso al Ministerio de Defensa.
Que someter a la institución a la dirección de
personas que no han sido formadas para la disciplina y espeto jerárquico, es lanzar un cuerpo
armado al devenir político y a los intereses partidistas de los cuales da buen testimonio la historia
de los años anteriores a 1953, hechos en la vida
nacional enmarcados en incalificables actos de
violencia partidista.
Que la Policía Nacional sufre de situaciones
de desconcierto, generadas, no por su tipo de organización, sino por problemas de tipo presupues-
tal y administrativo, que no han podido solucionar desde hace ya muchos años, como es el caso
del escalafón del personal del Nivel Ejecutivo en
que no se evidencia responsabilidad de sus cuadros de mando.
Que la Reserva policial honra las declaraciones del señor Ministro de Defensa el pasado 18
de febrero, al confirmar la permanencia de la Policía Nacional en el Ministerio de Defensa, hasta
que mejoren definitivamente las condiciones de
seguridad y el país se normalice, ratificando de esa
manera lo expresado por el señor Presidente de la
República”.

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