¡ERES MÍA! - Teléfono de la Esperanza

Transcripción

¡ERES MÍA! - Teléfono de la Esperanza
Numero 258 I JULIO - SEPTIEMBRE 2015
Revista del Telefono de l a Esperanza
avivir
www.telefonodelaesperanza.org
¡ERES MÍA!
La plaga de la
violencia de
género alcanza a
los jóvenes
El Whatsapp y las redes
sociales, principal vía de
acoso a los jóvenes.
Por Herminio Otero
Cómo atrapar a una mujer.
Por María Guerrero Escusa
“Una violencia que puede
surgir desde los 12-13 años”.
Entrevista con Diana Díaz
Álvarez de la ONG ANAR
SUMARIO
SUMARIO
Carta del director // Violencia adolescente de género // 5
A fondo
El contagioso virus de la violencia de género
Según la OMS, la agresión a las mujeres es casi una pandemia
Por Herminio Otero Martínez
// 6
¿De dónde surge el machismo? // 14
La hegemonía masculina se ha sustentado en los más variados argumentos
Por Alfonso Echávarri Gorricho
Cómo atrapar a una mujer // 20
Para el dominador es fundamental aislar a la víctima
Por María Guerrero Escusa
Igual que papá y mamá // 26
La familia, clave para la transmisión de comportamientos no sexistas
Por José María Jiménez Ruiz
¡Así trato yo a mi chica! // 32
Urge saber diferenciar una relación sana de otra basada en el dominio
Por José Luis Rozalén Medina
Entrevista // 40
Con Diana Díaz Álvarez, psicóloga clínica
y subdirectora de ANAR
Por Gloria Díez Fernández
Testimonio // 48
Fátima Djarra Sani: Indomable.
A pie de calle // 54
Un reto para los medios de comunicación:
Informar y formar a los jóvenes en igualdad
Por Antonio Saugar Benito
Comunicando // 60
Ochenta voluntari@s del Teléfono de la Esperanza se forman para gestionar grupos de autoayuda – “El Teléfono es auxilio y esperanza
para situaciones críticas” – El Ayuntamiento de
Laredo cede locales al Teléfono de la Esperanza – La Universidad de Jaén y la UNED firman
acuerdos con el TE – “Los almerienses nos
sentimos orgullosos de vuestra gente solidaria” – Los ayuntamientos de Salamanca y León
renuevan su compromiso con nuestra ONG –
El Teléfono de la Esperanza participó en la I
Jornada “Suicidio en jóvenes y adolescentes”
Colaboradores:
Herminio Otero
Alfonso Echávarri
María Guerrero
Redactor jefe y Publicidad:
José María Jiménez
Gloria Díez
José Luis Rozalén
Norberto Alcover
Diseño gráfico:
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Coordinación:
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Teléfono de la Esperanza
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Carta del Director
Violencia adolescente de género
Uno piensa, según las apariencias, que las nuevas generaciones están en
“otro rollo” respecto a sus padres. Visten diferente, les gustan otra música,
otra política o pasan de ella, y tienen otras inquietudes cuando las tienen.
Por eso resultan sorprendentes las conclusiones de este número de AVIVIR.
Entre los aspectos negativos que los jóvenes están copiando de los mayores
las estadísticas arrojan que los imitan en su concepción machista de la mujer y por tanto en la horripilante violencia de género.
¿Atavismo genético? ¿Contagio sociológico y psicológico? ¿Herencia cultural? Lo cierto es que las adolescentes ya a partir de los 12 o 13 años empiezan a verse acosadas por el dominio de sus
novios, pretendientes o compañeros. Frases como “eres mía”, “mándame una foto para saber con quién estás”, “que
no te vea con otro” constituyen solo el principio de una actitud de dominio que puede desembocar frecuentemente en
maltrato psicológico e incluso físico.
El único componente que diferencia este machismo y subsiguiente esclavitud del que caracteriza a sus mayores es su
carácter tecnológico. La abusiva vigilancia y las formas de control han cambiado: ahora el dominio se ejerce a través
del móvil, Internet, las redes sociales, whatsapp, youtube, en fin los mil ojos cibernéticos que nos espían.
Resulta chocante que en un mundo donde se busca la paridad de sexos en el trabajo y la política, cuando los gobiernos
anuncian una lucha sin cuartel contra la violencia de género y se airean las continuas noticias de esta triste pandemia,
se facilitan teléfonos y asistencia para paliarla, precisamente los jóvenes tropiecen con la misma piedra.
Recuerdo cuando estos sucesos o semejantes, como puñaladas, ajuste de cuentas y asesinatos, se reducían a lo que
se llamaba “un suelto” –una pequeña noticia en un rincón del periódico- o se amplificaban solamente en las publicaciones despreciadas por su especialización en noticias morbosas, como, por ejemplo, El Caso. Hoy son noticias de
primera página, objeto de amplios reportajes de televisión, donde a los autores y víctimas del suceso se convierten
en protagonistas, por no hablar de las series y películas que, con aparente intención ejemplificadora, se regodean con
todo detalle e imágenes violentas e historias de maltratos. ¿No tienen estas imágenes un efecto propagador más que
inhibidor entre los jóvenes?
Una vez más AVIVIR intenta en este número analizar los aspectos sociológicos, psicológicos, familiares, prácticos y
culturales de este preocupante fenómeno, que ya cuenta con una ONG especializada, teléfonos de consulta y medidas
más o menos eficaces por parte de gobiernos y otras instituciones.
Pero la pregunta, como siempre, hemos de hacérnosla a nosotros mismos. Toda violencia es fruto del miedo a perder o
intento de conservar a la fuerza cuanto creemos nuestra propiedad exclusiva. Los criterios de la sociedad de mercado
han invadido también el mundo del espíritu. Igual que decimos “mi coche”, “mi casa”, “mi dinero”, hemos convertido a los demás en objetos, de los que consciente o inconscientemente unos se sienten dueños y otros por desgracia
aceptan ser su mercancía. Pero el ser humano ha nacido para la libertad y nadie tiene derecho a arrebatársela y menos
por la violencia conculcando sus derechos fundamentales. La gran pregunta es: ¿qué valores vamos a dejar a nuestros
hijos en la familia, la escuela, la política, la economía, la cultura, los medios de comunicación? ¿No tenemos los jóvenes que nos estamos mereciendo?
Pedro Miguel Lamet
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A Fondo
El contagioso
virus de la
violencia de
género
Según la OMS, la
agresión a las mujeres
es casi una pandemia
Cada vez más, las adolescentes y jóvenes son también víctimas del
virus de la violencia machista. Los datos cantan. Y para desactivarlos,
es absolutamente necesario, entre otras cosas, abordar el aprendizaje
afectivo desde la infancia y enseñar a los adolescentes a ‘desconectarse’
y a no dejarse controlar.
Por Hermino Otero Martínez
6
A Fondo
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A Fondo
La violencia contra las mujeres parecer haber estado presente a lo largo de toda la historia, pero
da la impresión de que se está incrementando en
estos momentos, cuando podríamos pensar que
debería haber desaparecido. No es así. La Organización Mundial de la Salud (OMS) manifestaba
en 2013 que la violencia hacia las mujeres había
adquirido proporciones pandémicas en el mundo.
De las 2.630 millones de mujeres mayores de 15
años que había en el planeta, el 35% había sufrido alguna vez violencia física de su pareja o una
agresión sexual por parte de otra persona. De
otra forma: cientos de millones de hombres ejercen o han ejercido violencia contra las mujeres.
Si damos un salto y aterrizamos en España, encontramos algunos datos reveladores: la violencia
doméstica, en la que se incluye la violencia contra
el cónyuge pero también contra padres, madres,
hijos e hijas, concentra el pico más alto en los menores de 18 años y se manifiesta con especial crudeza en las chicas entre 18 y 19 años, con una tasa
de 39,9 sobre 100.000 de población femenina. Y
cada vez hay más mujeres menores de edad que
son víctimas de la violencia machista. En 2013, de
las 48 mujeres muertas en España a manos de sus
parejas, 13 tenían menos de 30 años; de éstas,
dos tenían entre 17 y 18 años, y una, apenas 16.
Las más jóvenes y las mayores
A principios de mayo de 2015, el Instituto Nacional de Estadística (INE) hacía públicos algunos
datos, según los cuales las víctimas de violencia
machista a las que los jueces otorgaron medidas
cautelares u órdenes de protección, aumentaron
en 2014 entre las mujeres más jóvenes: en el
registro central del Ministerio de Justicia figuraban en 2014 un total de 576 mujeres menores
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de 18 años, un 15,4% más que el año anterior.
Quizás ese incremento se deba a que los estudios
y campañas específicas sobre la violencia de género entre menores han hecho aflorar los casos
realmente existentes y antes desconocidos.
El aumento también se dio entre las mujeres de
65 a 69 años, en las que el número de víctimas
se incrementó un 21,3% y en las de 70 a 74,
con un aumento del 25,9%, y se mantuvo en el
resto de edades. De las 27.087 mujeres víctimas
de violencia de género sobre las que se dictaron
medidas cautelares u órdenes de protección en
2014, casi la mitad (el 49,3%) tenían entre 25 y
39 años. Y las denuncias repuntaron ese mismo
año, después de cinco años de caídas: un total
de 126.742 mujeres (¡347 cada día!) presentaron una denuncia por maltrato, un 1,5% más con
respecto a 2013.
Un total de 26.987 hombres figuran como denunciados, y la mitad de ellos se concentraron en las
edades de 30 a 44 años. Y dato curioso, como en
el caso de las víctimas, el mayor aumento en el
número de denunciados por violencia de género
se dio en los menores y en los mayores.
Según datos de la Comunidad de Madrid, basados en estudios realizados por la Universidad
Complutense, el 25 por ciento de los adolescentes reconoce que su novio o ex pareja ejerce un
control abusivo a través del teléfono y el 23,2%
ha tratado de aislarle de sus amistades. Los datos cantan y son preocupantes: se trata de uno
de cada cuatro adolescentes. Y van en aumento, según revela el «Informe Violencia de Género
2014» presentado a mediados de mayo de 2015
por la Fundación ANAR (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo).
A Fondo
“Siete de cada diez
adolescentes españoles,
han oído decir alguna vez a
un adulto, que los celos son
una señal de amor”
Normalizan la violencia
Leticia Mata, directora del Teléfono ANAR, lo concretó así: «En 2009 apenas nos llamaban menores para decir que sufrían violencia de género.
Hoy la situación ha cambiado. En 2014 el número
de casos aumentado un 24,4% respecto al año
2013. De las 1.920 llamadas atendidas el pasado
año, 278 eran adolescentes que estaban sufriendo violencia de género por parte de su novio o ex
pareja». Y continúa el desglose: el agresor era su
novio en el 67,6% de los casos y, en más de un
30%, lo era su ex pareja. Con un agravante: «en
el 51,1% de las llamadas atendidas, la menor víctima no era consciente del problema que tenía».
Es decir, la mitad de las adolescentes habían normalizado la violencia de género, llegando incluso
a disculpar o defender a su agresor. Lo que nos
lleva a otro dato preocupante: en el 60% de las
llamadas no se denunciaba la violencia de género
ni se detectaba una intención firme de poner una
denuncia. Y, de hecho, en el 68% de los casos
quien llamaba era la madre de la adolescente:
«Mi hija viene con moratones y lo niega. Y su novio le dice que si no es de él no será de nadie».
Otro dato concreto: siete de cada diez adolescentes españoles han recibido alguna vez de un adulto el mensaje de que “los celos son una expresión de amor”. Así lo confirma un estudio sobre
violencia de género en la adolescencia elaborado
por la catedrática de Psicología de la Universidad
Complutense de Madrid, María José Díaz Aguado, y hecho publico a finales de 2013. Tres años
antes el porcentaje de chicas que había recibido
esta falsa enseñanza a menudo o muchas veces
era del 29,3%; en 2013 había aumentado hasta
el 35,8%. En el caso de los chicos, se pasó del
29,3% al 36,8%.
9
A Fondo
Y los datos siguen revelando tendencias: en la
mayoría de los casos (el 62,6%), las víctimas tenían entre 16 y 17 años. Pero cada vez llaman
más jóvenes. De hecho, el 16,5% de las llamadas
tenían entre 13 y 14 años (dos años antes fueron el 12 %). Y en un alto porcentaje de casos
–65,6%– la violencia también se da a través de
las nuevas tecnologías.
El acoso viaja en red
Un estudio del Gobierno titulado ‘El ciberacoso
como violencia de género en los jóvenes: un riesgo en la sociedad de la información y del conocimiento’, alertaba ya en 2013 del riesgo de las
redes sociales como una nueva forma de ejercer
la violencia de género. De hecho, seis de cada
diez chicas recibían insultos machistas de novios,
ex parejas y amigos de su pandilla en el móvil. El
10% de ellas manifestaba que esos mensajes les
habían hecho sentir miedo. Además el WhatsApp
(estaba entrando con fuerza pero no había lle-
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gado a la omnipresencia actual), Tuenti (estaba
en auge todavía) y llamadas del móvil eran los
medios más frecuentes para enviar y recibir estos
mensajes machistas.
El estudio ponía de manifiesto la extensión de las
conductas violentas en las redes sociales entre
las parejas jóvenes y adolescentes y, evidenciaba
la baja percepción de este riesgo entre ellos, que
son quienes más utilizan estas nuevas formas de
comunicación. De hecho, uno de cada cuatro jóvenes y adolescentes, concretamente el 17,4%
de las chicas y el 23% de los chicos, colgaría en
Internet una foto suya que su padre o su madre
no autorizarían. Además el estudio alertaba de la
práctica del intercambio de videos o fotos privadas como una prueba de confianza o como una
prueba de amor entre la pareja. Como después
se ha demostrado, ese intercambio es una puerta
abierta al acoso, porque después esas imágenes
íntimas, de contenido erótico o sexual, pueden
ser difundidas sin control y, a veces, entre los
adolescentes, con aviesas intenciones.
A Fondo
Las redes sociales y sobre todo el whatsapp
se han convertido en recursos muy potentes
y muy voraces para los adolescentes y jóvenes, y muy eficaces en relación con la violencia psicológica a la vez que muy difíciles de
controlar. Los adolescentes y jóvenes son capaces de asociar la violencia de género con
el maltrato físico pero les cuesta identificar la
violencia psicológica y el control que ejerce la
pareja sobre la ropa o el maquillaje o el uso
del teléfono.
“El intercambio de fotos
privadas a través de las
redes sociales, abre la
puerta a un posible acoso
cuando la relación se
rompe”
Muy pocas adolescentes dejarían que sus padres
cotilleen el móvil e inspeccionen sus whatsapps,
y casi todas se muestras resistentes a darles las
contraseñas voluntariamente. Pero lo que no permiten a sus padres, sí se lo permiten a su novio,
“el amor de su vida” en ese momento, pero que en
muchos casos será solo flor de un día, de unos meses o de poco más de un año. Y es así como, poco
a poco, muchas adolescentes, sin darse cuenta,
“acaban cediendo al control y al chantaje emocional de su pareja, que va haciéndose más fuerte y
que llega a aislarlas de amigos y familiares, controlando qué hacen en todo momento y, cuando
ya ha conseguido «someterlas» a su voluntad, no
dudará en hacer uso de la violencia física.”
Como la edad de las primeras relaciones de noviazgo se está adelantando en España a los 13
años, hay más casos de maltrato entre niñas y
adolescentes cada vez más pequeñas, y por ellos
más indefensas emocionalmente. Por eso los expertos se dirigen a ellos de forma muy clara: «No
compartáis fotos con vuestra pareja ni aceptéis
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A Fondo
que ejerza control sobre vosotros. El amor y el
control nunca van parejos. Si os veis en una situación así decidle que os respete; la confianza o
el amor no incluyen el control». Y la policía concreta: «Vuestra intimidad es vuestra intimidad.
Tu whatsapp es tuyo y tu contraseña para desbloquear el teléfono también. Quizá tus padres la
compartan, pero ellos te llevan 30 años».
“Algo habrá hecho ella”
En las últimas décadas se ha producido un acercamiento de chicos y chicas en cuanto actitudes,
aspiraciones y proyectos de futuro, de modo que
la igualdad es cada vez mayor, pero siguen existiendo estereotipos sexistas preocupantes que
alimentan la violencia de género. Según el informe “Jóvenes y género, el estado de la cuestión”, del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia
y Juventud de la Fundación de Ayuda contra la
Drogadicción, hecho público en mayo de 2015,
sigue habiendo aspectos básicos en los que esta
igualdad intergénero es más aparente que real.
En concreto, persisten estereotipos sexistas en
las relaciones de pareja que llevan a una minoría
no desdeñable a exculpar la violencia machista.
Por ejemplo, el 30 % de los chicos y el 12 % de
las chicas está de acuerdo con la frase: “Cuando
una mujer es agredida por su marido, algo habrá
hecho ella para provocarlo”.
En las últimas décadas han sido profundos los
cambios en el comportamiento sexual de los jóvenes, para quienes –tanto ellos como ellas– los
17 años es la edad media de la primera relación
sexual completa. Pero sigue latiendo el estereotipo machista a la hora de calibrar las actitudes
masculinas y femeninas: se acepta que ellos
tengan relaciones con varias chicas, pero no al
revés. Según las conclusiones del estudio, estos
estereotipos sexistas, el empleo y las tareas domésticas son los retos pendientes para la igualdad de género.
En el ámbito del comportamiento sexual y la identidad de género, perviven estereotipos a la hora
de señalar las cualidades que más se aprecian en
los chicos y las chicas, consideradas como el gran
caldo de cultivo de la desigualdad y la violencia.
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A Fondo
Los hombres valoran en las mujeres el atractivo
físico, seguido de la simpatía; las mujeres valoran cualidades de los hombres relacionadas con
el poder, la fuerza y la valentía: casi un tercio de
ellas (el 28%) señala que el hombre agresivo es
más atractivo.
La elevada valoración de “tener pareja” (la
necesidad de no quedarse sola) y el mito del
“amor romántico” están directamente relacionados con la justificación “más o menos encubierta” de cierta violencia machista. De hecho,
el mito del amor romántico sigue muy interiorizado en las chicas más jóvenes, y cuestiones que se creían superadas vuelven a aparecer para desconcierto de algunos observadores
ingenuos. En casi todos los casos subyace el
sentimiento de “sin ti no soy nada”. No es de
extrañar: la cultura que consumen les manda
constantemente ese tipo de mensajes, y no,
por ejemplo, que “una relación de amor y afecto siempre se construye sobre la libertad, el
respeto y el apoyo mutuo”.
men: “Tras años de avances en igualdad, los
expertos alertan de que falla la educación y de
que sigue dominando una visión romántica del
amor en la que las chicas lo aguantan todo, seducidas por una figura dominante y protectora.
Según los sociólogos, los adolescentes se saben
la teoría y racionalmente rechazan la violencia,
pero alertan de que el nivel de machismo es
demasiado elevado para una generación que ha
crecido en el siglo XXI.”
“El cine y la publicidad,
están inoculando
continuamente virus
sexistas, a través los
modelos femeninos que
ofrecen, tanto a hombres,
como a mujeres”
La pedagoga Nora Rodríguez acaba de publicar
el libro El nuevo ideal del amor en adolescentes
digitales, en el que alerta de los efectos que las
redes sociales tienen en las nuevas relaciones de
pareja. Extractamos lo que decía en una reciente
entrevista, que ilumina tanto lo referido al amor
romántico como lo señalado antes sobre las redes sociales.
Cosas de casados
Muchos adolescentes, sin embargo, creen que
la violencia machista es solo un problema de
parejas casadas y, sin quererlo, siguen perpetuando estos comportamientos con relaciones
enfermizas. Por otra parte, el cine y otros ámbitos de comunicación, y sobre todo la publicidad, están inoculando continuamente virus indestructibles a través los modelos que ofrecen,
especialmente los femeninos, creando imágenes de aprobación social instintiva, tanto por
parte de los hombres, que las ven y las viven
como objeto de deseo, como por parte de las
mujeres, que sienten la necesidad de prepararse para ser deseadas. Y los entendidos resu-
Y piensan que, para desactivar el virus de la
violencia machista, es absolutamente necesario
abordar el aprendizaje afectivo desde la infancia
y, en edades más avanzadas, enseñar a los adolescentes a ‘desconectarse’ y a tomar conciencia de que, desde fuera, nada ni nadie les puede
controlar.
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A Fondo
¿De dónde surge
EL MACHISMO?
La hegemonía
masculina se ha
sustentado en
los más variados
argumentos
Por Alfonso Echávarri Gorricho
14
A Fondo
No era fácil estar casada con Einstein. Tenía cualidades difíciles de soportar. Cuando se enfrascaba en un tema, como hacía con frecuencia,
desaparecía para él todo comportamiento social normal. Cuando en 1926
fue a visitarle el filósofo Hermann Friedmann, se retiró enseguida con
su invitado al cuarto de la torre. Elsa, como atenta ama de casa, llevó
una bandeja con refrescos y quiso empezar con las habituales preguntas:
“¿Ha tenido usted un viaje agradable? ¿Cómo está su amable esposa?”
Einstein interrumpió: “Molestas. No sabes lo que molestas”.
Armin Hermann. Einstein, en privado
Aunque con cierto grado de osadía en la afirmación, podemos decir que esto que hoy conocemos como machismo, comenzó a gestarse, posiblemente, en la división de tareas que
se produjo en los primeros asentamientos del
ser humano. Los roles comenzaron a hacerse
más patentes en materia de abastecimiento y
de caza por parte del hombre y de crianza y
cuidado de la progenie por parte de la mujer.
Ambas tareas constituían la base de la supervivencia, tanto individual como de especie y si
el ser humano continúa sobre este planeta, es,
probablemente, en parte por esta decisión a la
hora de adjudicar responsabilidades. Pero esto,
que en origen se nos antoja positivo, ha ido a
la largo de la historia dotándose de un despropósito ficticio que atenta severamente contra
la dignidad de las personas. Casi por inercia,
las diferentes sociedades, con escasas excepciones, fueron tiñéndose de un androcentrismo
excluyente, en el que el hombre, por el mero
hecho de poseer una anatomía diferente, tomaba un papel principal en la estructura social. Y
tomar un papel principal, supone la automática
asignación de un papel secundario. Después se
utilizaron diferentes pseudoargumentos, algunos basados en las capacidades intelectuales
de hombres y mujeres y otros referentes a fortalezas y debilidades, con el propósito de dotar
“Cierta publicidad, que sigue
cosificando a la mujer para
incentivar la venta, sigue
colándose en nuestras casas
de puntillas, casi sin hacer
ruido”
de credibilidad a la tradición. Todo esto supuso
que durante buena parte de la historia y a lo
largo de las más influyentes sociedades, fuese
el hombre quien puso como excusa el género,
para continuar siendo el centro, tanto a nivel
colectivo como individual.
En las siguientes líneas voy a centrarme en el
medio en el que habitualmente nos movemos, en
nuestro entorno conocido. Como es obvio, un machismo más radical, dañino y peligroso, está significativamente presente en muchos otros constructos sociales que escapan a nuestras fronteras,
ante el cual no debiéramos mostrar indiferencia ni
tolerancia. Tampoco voy a referirme al fenómeno
de la violencia llamada de género, no porque no
sea importante, sino porque necesitaríamos muchas más páginas para hablar sobre ello con un
mínimo de seriedad.
15
A Fondo
No somos iguales
Es verdad que hoy en día nos hemos sacudido buena parte de esta falacia, pero también es cierto,
por lo menos a mí me lo parece, que hemos caído
en otra trampa, la de pensar que no existen diferencias entre mujeres y hombres. Y no me quedo
en lo visible, en la anatomía, sino en otros aspectos como la diferente forma de procesamiento a
nivel cerebral, que implica tanto a los fenómenos
de percepción y razonamiento, como al entramado emocional. El avance científico nos ha aportado
mucha luz al respecto, como las técnicas de neuroimagen que nos muestran que zonas cerebrales
se activan ante determinados estímulos.
Y no, no somos iguales. Recuerdo con mucho cariño, que durante un curso de verano en La Rioja
titulado “Cerebro de hombre, cerebro de mujer”
en el que me encontraba invitado como ponente,
propuse un sencillo ejercicio basado en la discriminación cromática, es decir, en la apreciación de
colores. Proyecté, sobre una pantalla, un cuadro
con multitud de colores y propuse que primero
un hombre identificase todos aquellos que apreciase. Lo previsto, algunos colores básicos. Rojo,
verde, azul… Cuando llegó el turno de una mujer,
hablábamos de “blanco nube” y hasta de “amarillo pollo”. Ahora cuando voy de compras, aunque
no sepa de qué estoy hablando, puedo opinar sobre si el blanco “roto” de una camisa es “menos
roto” que el de la que lleva puesta un maniquí.
“Creo que me quedará muy bien con la corbata
azul turquesa cobalto”.
Pero también están presentes una serie de funciones difícilmente desarrolladas igualmente por mujeres y por hombres. Sirva de ilustración el establecimiento temprano de una estructura de apego
sano entre el bebé y su madre, que difiere temporalmente del de la figura paterna, como así nos lo
indican diferentes investigadores del desarrollo.
Existen diferencias entre la mujer y el hombre,
pero estas diferencias en absoluto tienen que significar distintos niveles de dignidad, ni de consideración, ni de posibilidades. Sin embargo, algo
sigue fallando en nuestra sociedad, cuando comprobamos que, determinadas personas, aún siguen resistiéndose a esta afirmación.
16
Causas que fortalecen la resistencia
1.Algunas leyes que no velan por lo distintivo
Aun cuando existen leyes en vigor (Ley Orgánica 3/2007 del 22 de marzo) que tratan
sobre la igualdad efectiva entre los géneros, la realidad es que en demasiados medios laborales existen sesgos respecto a la
valoración de la capacitación profesional a
favor de los hombres. Sin embargo, estas
leyes hablan constantemente sobre igualdad, cuando lo que sería deseable es que
contemplasen lo distinto desde los mismos
derechos y oportunidades y de forma irrenunciable.
Podría escribir cientos de palabras sobre
esto, pero así, a modo de ejemplo, mientras una mujer tema que su puesto de trabajo y su proyección profesional pueden
verse comprometidos por ser madre, sería
deseable que los legisladores le dieran un
par de vueltas al asunto. No quiero hablar
más, que me enciendo.
A Fondo
2.Algunos medios de comunicación y alguna publicidad
Es verdad que hoy en día sería impensable
que desde los canales de comunicación se
presentase a la mujer como lo hacían en los
años 60 y 70. Consulta esta dirección en
Internet, y después hablamos.
http://www.marketingdirecto.com/actualidad/checklists/20-anuncios-vintage-quellevan-el-machismo-al-extremo/
Parece mentira que todo esto esté tan cercano en el tiempo y yo no sé si estos anuncios
publicitarios han conseguido arrancarte una
sonrisa o te han llevado la mano a la cabeza en señal de perplejidad y rechazo. Claro,
hoy en día esto sería impensable, ¿verdad?
Sin embargo casi pasan desapercibidos ciertos programas –ahora se llaman realitiesque en demasiadas ocasiones sobrepasan
los límites del respeto hacia las personas,
especialmente dirigiendo el foco hacia la
mujer. Y bajo la necesidad que tienen los
productores de dichos programas de conseguir audiencias que garanticen una semana
más el circo, perdón, el espectáculo, no se
duda, ni por un solo instante, en coquetear
con la dignidad de algunas mujeres. La excusa suele ser que son personajes públicos,
aunque en realidad acaban siendo personajes del público. A todo esto, me llama la
atención que este tipo de programas tenga
una gran acogida entre una buena parte de
la población femenina.
Lo mismo ocurre con cierta publicidad, que
sigue cosificando a la mujer en favor del
buen funcionamiento del mercado y que sigue colándose en nuestras ciudades y nuestras casas de puntillas, casi sin hacer ruido.
“En demasiados medios
laborales la valoración
profesional está sesgada en
favor de los hombres”
3.Micromachismos y miedos
Los “micromachismos” son conductas de
dominación y violencia de baja intensidad,
ejercidas de forma cotidiana por algunos
hombres hacia las mujeres con el fin de
mantener la hegemonía sobre ellas.
Son “micromachismos” los pequeños controles sobre la pareja, las imposiciones, la
asignación no escrita de tareas y logística
en el hogar, la casi exclusiva atención educativa de los hijos, el cuidado de las personas mayores y el éxito profesional de la
mujer supeditado a todo lo anterior. Lo que
en el fondo subyace es el miedo, por parte
de algunos hombres, de perder un status
ficticio asentado en la comodidad y en un
falso autoconcepto.
Un antídoto es un medicamento que contrarresta la acción de un veneno. No me atrevo a decir
que esta sociedad en la que vivimos está llena
17
A Fondo
de ponzoña machista, porque creo que no es así.
Sin embargo aún se siguen produciendo no pocas
conductas asociadas al machismo sustentadas
por estereotipos con rango de creencias. Es decir,
que a base de repetir los mismos argumentos,
aunque sin base que los sustenten, estos acaban
adquiriendo la categoría de verdad. Así, todos los
negros fueron lo que fueron en Sudáfrica, todos
los judíos en Centroeuropa, todos los musulmanes en la actualidad o todas las mujeres en cualquier tiempo. Vamos, un sinsentido.
Trabajar activamente sobre los puntos 1, 2 y 3
anteriores y tener la valentía de cambiarlos. Este
es el antídoto.
dividuo, con la apuesta decidida de velar por la
dignidad de todas las personas, independientemente de que tengan un par de cromosomas XX
o la pareja XY.
“Existen diferencias entre
la mujer y el hombre, pero
estas diferencias, no pueden
significar distintos niveles de
dignidad, ni de consideración,
ni de posibilidades”
El remedio, la educación
En cuanto a la vacuna, si te preguntase, ¿qué
solución darías para que las conductas machistas fuesen perdiendo fuerza en ciertas personas
y sectores de la sociedad? Eso es. Lo mismo estoy pensando yo. La educación. El androcentrismo tuvo su origen en la asignación de diferentes
roles de los primeros asentamientos, siendo desarrollado en las familias extensas y asimilado en
las nucleares, a través de entramados sociales y
religiosos cada vez más estructurados. Esto trajo
consigo un modelo educativo en la familia muy
sesgado hacia la preponderancia del hombre en
los ámbitos de decisión, relegando a la mujer hacia espacios muy definidos y socialmente apenas
cuestionados.
Es precisamente en el entorno familiar donde
las tornas pueden cambiar con consistencia. No
solo es cuestión de tiempo, como estamos acostumbrados a escuchar a modo de solución a tantos problemas. El elemento definitorio está en
los cambios que se puedan ir introduciendo en
el marco y convivencia familiar en su dimensión
tanto trasversal como longitudinal, es decir, a través de las generaciones. Podemos observar que
algunos de estos modelos educativos van cambiando. Las familias ya no hablan de capacidades
ni de posibilidades diferentes en función del sexo
de sus hijos. También la escuela ha implantado
modelos en sus aulas que intentan garantizar la
igualdad de oportunidades en el desarrollo del in-
18
Pero asignar toda la responsabilidad de la tarea a las autoridades educativas y a las acciones en el medio escolar es, como poco, demasiado atrevido. Y es que podemos ver que se
están encendiendo no pocas alarmas sociales
al comprobar la proliferación de determinadas
conductas machistas entre los jóvenes, paradójicamente entre aquellos que están inmersos
en planes educativos de igualdad. El verdadero
cambio se tiene que producir en y desde la familia, con modelos parentales decididos y comprometidos en hacer personas libres e iguales
en la diferencia.
El habla de mi pueblo
José Luis Rozalén Medina, colaborador habitual de “A Vivir”, acaba de publicar un libro de notable
mérito. Su título es “El habla
de mi pueblo”. En él, este conquense, catedrático de Filosofía,
ha recogido una larga y paciente
investigación lingüística sobre el
lenguaje de su tierra.
Su objetivo ha sido: “Que no se
vayan al olvido las viejas y bellas
palabra que constituyen al alma de
mi pueblo, los localismos, arcaísmos, dichos y decires que han ido
expresando la pequeña intra-historia de mis antepasados, para que
las nuevas generaciones no olviden de dónde vienen, para que, a
través del lenguaje de sus padres y
abuelos, sepan enlazar armónicamente el pasado con su futuro”.
Una frase de Miguel de Cervantes abre el volumen: “En cualquier palabra del pueblo se esconde siempre una gran fuente de sabiduría”. José
Luis Rozalén ha salido a buscarla.
A Fondo
Cómo
atrapar
a una
mujer
Para el dominador es fundamental aislar a la víctima
Por María Guerrero Escusa
20
A Fondo
Una buena parte de los jóvenes no son capaces de identificar determinadas formas
de violencia machista. Les resulta fácil detectar la agresión cuando es física, sin
embargo, aceptan la violencia de control, que asocian con el amor y que es especialmente preocupante, ya que es la antesala de otras formas más graves de maltrato.
Esta tolerancia con los comportamientos sutiles de agresión, como las amenazas
verbales, el control de los horarios, la fiscalización, los celos desmedidos o la desvalorización, se debe en su mayor parte al desconocimiento y la falta de experiencia.
En la mayoría de los casos, tanto el maltratador
como el maltratado, provienen de familias disfuncionales, donde existían dificultades para tratar
los problemas que afectan al núcleo familiar, en
las que no se podían expresar abiertamente los
miedos, los sentimientos, las emociones, adoptándose la alternativa de los gritos o el silencio para abordar los problemas, por lo que sus
miembros no pudieron satisfacer sus necesidades
emocionales de seguridad, pertenencia, amor,
estima y valoración.
Estas carencias favorecen un sentimiento arraigado de “no ser suficiente”, y eso lleva a buscar
una compensación, colocándose en sus relaciones, o bien por encima, imponiendo sus criterios
y adoptando posturas dominantes, o por debajo,
adoptando posturas pasivas y sumisas.
La violencia de género es la expresión más brutal de la desigualdad entre hombres y mujeres.
Canciones como Sin ti no soy nada, películas
como A tres metros sobre el cielo, en la que aparece el típico “chico malo” al que ella, princesa
frágil y buena, rescata gracias al amor, junto con
otros mensajes, que permanentemente recibimos en los medios de comunicación, muestran
el ideal del amor romántico, en el que hay que
darlo todo.
“El celoso nunca se siente
tranquilo y su exigencia
es cada vez mayor. En
su mente se acumula la
tensión como consecuencia
de un flujo permanente de
pensamientos distorsionados
que le hieren”
Amor y tolerancia al control
El amor está idealizado y a cambio de mantener esa idea, se incrementa la tolerancia a ser
controlada. A esto se une que el príncipe azul ya
no es como en los cuentos, comprensivo y romántico, ahora se identifica con un chico fuerte y
varonil, que resulta aún más atractivo, si exhibe
comportamientos agresivo.
Por su parte, los medios también transmiten
modelos sexistas, que no ayudan a promover la
igualdad entre hombres y mujeres. La mujer está
cosificada, es un objeto sexual y lo que se cosifica, se despersonaliza y por tanto puede ser
poseído y maltratado.
Los hombres y las mujeres tienen motivaciones
diferentes a la hora de controlar a su pareja. Los
jóvenes reflejan más miedo a la pérdida de prestigio entre su grupo de pares, mientras que las
mujeres muestran más miedo a que la pareja fracase o a un posible abandono.
21
A Fondo
Mientras que los varones son los que ejercen mayor violencia, las mujeres están más dispuestas a
dejar de lado sus actividades y sus vínculos sobre
todo cuando son novias.
El ciclo de la violencia
La violencia machista suele aparecer al poco tiempo de iniciar una relación, se manifiesta de forma
sutil, a través de mecanismos de control, que,
poco a poco, van creando las condiciones para
asentar su dominio, lanzando redes para aislar a
la víctima y debilitar el apoyo que pueda tener en
las personas cercanas.
Susana, una joven de 15 años me contaba: “Me
sentía muy sola, no le gustaban mis amigas y terminé por no verlas, tampoco podía saludar ni a
mis compañeros de instituto, porque me acusaba
de que tenía “algo” con ellos. Tenía muchos problemas con mis padres, porque no cumplía con sus
horarios y es que, si le decía que me tenía que ir,
se enfadaba y decía que ya era mayor para hacer
lo que ellos querían, entonces me quedaba y se le
pasaba el enfado. Dejé de ponerme la ropa que
me gusta, porque me decía que parecía una puta
con la falda tan corta. Me sentía cada vez peor,
no estaba contenta, pero pensaba que todo eso
lo hacía porque me quería mucho y sus celos eran
porque no quería perderme, eso le halagaba”.
Al principio de la relación la chica confunde el
control con el amor y no es consciente del peligro
que corre al entrar en esta red que, en la mayoría
de los casos, evolucionará hasta la agresión física, cuando ella no acceda a los deseos impuestos
y de la que le costará mucho salir.
Consecuencias devastadoras
El ciclo de la violencia es una espiral que va aumentando en intensidad a medida que se va repitiendo
en el tiempo y termina por convertirse en un modelo de relación. Se establece una dinámica circular,
existe un punto álgido que coincide con la explosión
violenta, al que sigue la llamada “luna de miel”, la
fase de los perdones, las lamentaciones y las promesas de que nunca más va a volver a repetirse.
22
Las consecuencias de este ciclo son devastadoras para la mujer víctima de maltrato. Al principio aparecen los sentimientos de desorientación y desconcierto respecto a la pareja que, en
unos momentos se presenta ante ella como una
persona violenta y agresiva y en otros amable y
entregado. ¿Quién es la persona con la estoy?.
Se siente paralizada y confundida sin saber qué
hacer, llegando a perder habilidades sociales y
dejando olvidadas sus capacidades de respuesta.
Los momentos de luna de miel la hacen creer que
la relación puede funcionar y va modificando sus
comportamientos para lograr que la tranquilidad
y la calma sean más continuas, así que va dejando atrás comportamientos que piensa que son los
que provocan el conflicto y cede continuamente
ante su pareja.
Cuando la mujer siente que ya no puede más e intenta “escapar” poniendo fin a la relación, el maltratador despliega sus artes de seducción y promete que va a cambiar, en algunos casos hasta
A Fondo
indirecta de sus amistades, el provocar situaciones incómodas y el desprestigio de su víctima,
acusándola de loca, rara o enferma.
Los celos, son un signo claro de inseguridad
y otra manera de mantener el control. El propio miedo es proyectado sobre el otro, al que se
hace responsable de la propia tranquilidad, sin
embargo, el celoso nunca se siente tranquilo y su
demanda es cada vez más exigente y agresiva,
porque acumula tensión como consecuencia del
flujo permanente de pensamientos distorsionados, lo que termina traduciéndose en explosiones de agresividad psicológica y física. Los celos
también se utilizan para aislar, él no quiere que
ella trabaje, ni que estudie, ni que salga, lo que
termina consiguiendo. Muchas jóvenes, como es
el caso de Susana, interpretan que los celos y el
control son necesarios para conservar una relación, porque son manifestaciones de amor.
accede a someterse a una terapia, lo que le hace
creíble a los ojos de la mujer, que le da otra oportunidad. Este ciclo es una de las principales causas de la dificultad de la mujer para salir de la
situación de violencia en la que se encuentra. En
su interior sabe que las cosas no cambiarán, pero
hasta que no tome conciencia de ello, dará vueltas sin salida.
Las señales del maltrato
El aislamiento es fundamental para que el maltratador pueda ejercer sus conductas de dominio.
Sin embargo, el aislamiento de la mujer, no se
produce generalmente a través de prohibiciones
directas, sino mediante comportamientos que favorecen que sea ella misma la que se vaya alejando de sus relaciones, por el alto coste emocional que le supone mantenerlas. Los comportamientos que los maltratadoras suelen usar para
conseguir sus propósitos, son la crítica directa o
El control, se va ejerciendo de forma gradual,
paulatina e indirecta, aunque una vez que se consolida, se ejerce de forma directa y tajante. La
mujer va cediendo al principio en cosas sin demasiada importancia, como la ropa o el maquillaje,
con tal de evitar problemas con su novio, luego,
se va acostumbrando a ceder, hasta que es cada
vez menos ella misma, hasta quedar anulada.
La desvalorización que el maltratador hace de
su pareja respecto a sus opiniones, actuaciones y
capacidades, son permanentes, suponiendo una
grave merma para su autoestima. Los criticas
son constantes y tanto de forma privada como
pública.
Sin embargo, muchos jóvenes no identifican los
insultos, reproches, amenazas y desprecios habituales como signo de maltrato.
Chantaje emocional. Es una poderosa forma de
manipulación en la que queda claro que nos castigarán si no cedemos a las exigencias que se nos
plantean, bien sea a través de intimidar, juzgar,
criticar, corregir, ignorar y negar afecto o de la
victimización. Sea cual sea el modo, las consecuencias son la disminución de la autoestima, los
sentimientos de culpa, la impotencia o los sentimientos de estar contra la pared.
23
A Fondo
Control y nuevas tecnologías
Los mecanismos de sometimiento se han adaptado
a las nuevas tecnologías, que suponen una herramienta muy potente para el acoso. Internet y las
redes sociales son otra forma de invadir la intimidad
y un medio para controlar, acosar, difamar y amenazar a la pareja. “Si me quieres dame tus claves
del Twitter o de Facebook”. Esta exigencia se basa
en el argumento de que en la pareja no debe haber
secretos. “Si no me las claves, es porque tienes algo
que esconder”. Una vez conseguidas las claves, espía y fisgonea, incluso llega a decir a quién tiene
que mantener la mujer como amigo y a quien debe
borrar. Con las claves en su poder, puede hacerse
pasar por ella o amenazarla con publicar contenidos
íntimos si no accede a sus peticiones.
24
El móvil, con su localizador, es otra fuente de
control para saber dónde está en cada momento. Las nuevas tecnologías permiten demandas
como “mándame una foto”, con la que podrá
comprobar dónde está, con quién está y qué
ropa lleva.
El aspecto más dañino del maltrato es la tortura
mental que lleva a la persona a vivir aterrorizada.
¡Qué vergüenza!, ¿cómo cuento yo esto? Las víctimas viven atrapadas y encerradas en sus cárceles de horror, sin darse cuenta de que la llave
está en su bolsillo.
“Al principio de la relación,
la chica confunde control
con amor y no es consciente
del peligro que corre, al
entrar en una red, que
puede evolucionar hacia la
agresión física”
A Fondo
Susana, la joven de nuestra historia solía decir: “Cuando ya no podía más se lo dije a mi
madre, fue la mejor decisión que he tomado en
mi vida.
Tenía miedo de que no me comprendiera, pero
cuando lo vencí, me di cuenta de que no estaba
sola. Gracias a su ayuda estoy en esta terapia
que me devuelve a mi vida”.
No te calles, no permitas que el miedo te paralice,
¡Cuenta lo que te pasa!, busca ayuda, fortalécete
y recupera tu vida.
Si te hace daño, no es verdad que no puedes vivir
sin él, la realidad es que no puedes vivir contigo
mismo/a a solas.
Si te amenaza con que te dejará de querer o pone
en cuestión su amor si no haces lo que te pide, es
que no te quiere.
¡Corta con él! Cuanto más se alargue la relación,
más cuesta salir de ese círculo envenenado de
dolor y miedo.
“Cuando la mujer siente
que ya no puede más
e intenta poner fin a la
relación, el maltratador
despliega sus artes de
seducción y le promete que
va a cambiar”
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A Fondo
Igual que papá y mamá
La familia, clave para la transmisión de
comportamientos no sexistas
Por José María Jiménez Ruiz
26
A Fondo
No se puede decir que el machismo no sea en nuestra sociedad una de las lacras más repudiadas. Cada vez es más evidente la sensibilización frente a una
de sus más oscuras expresiones como es el maltrato a la mujer. Sin embargo,
a pesar de las diversas campañas, la última, mientras escribo este artículo,
protagonizada por famosos tenistas, a pesar de los programas que en radios
y televisiones abordan este importante problema, a pesar de la existencia de
líneas telefónicas que atienden expresamente a las víctimas de violencia de
género…, lo cierto es que ésta se nos hace presente casi a diario, llenándonos
de indignación y desconcierto. Con demasiada frecuencia nos topamos con
noticias que nos muestran uno de los más feos rostros de la barbarie.
La última, a este respecto, ha estado protagonizada por un septuagenario que acabó con la
vida de su mujer en circunstancias que acentúan
la brutalidad de un crimen abominable. Tenía razón D. Hume cuando decía que la calificación de
ciertos hechos morales dependía, no tanto de la
razón cuanto de los sentimientos.
Hay comportamientos, sostenía el ilustrado inglés, que producen en los seres humanos un
sentimiento de profunda repulsión y merecen ser
calificados de especialmente perversos. Que una
mujer sea asesinada por su propio marido mientras convalece en la cama de un hospital conmueve las entrañas de cualquier bien nacido. Si
eso se produce, además, tras haber sido víctima
de una brutal paliza, el hecho entra a formar parte de ese tipo de sucesos que nos sitúan ante el
espejo de lo moralmente inaceptable, de lo que
traspasa todas las fronteras de lo tolerable y supera los límites todos de lo que se percibe como
absolutamente impensable.
“Todavía hoy no recibe
la misma sanción moral
la adolescente que se
queda embarazada que
el adolescente que la ha
embarazado”
Porque, aunque desde el punto de vista de la objetividad, todos los crímenes produzcan el mismo
resultado, algo nos dice, allá en lo más hondo
de nuestro corazón, que hay variables que acentúan su perversidad, que lo convierten en especialmente odioso, en algo abyecto para lo que es
difícil hallar apropiada calificación moral. A ese
tipo de desatinos pertenece el perpetrado por
ese tal Aniceto que, en una soberbia expresión
de dominio, se creyó, primero, en el derecho de
agredir, hasta dejar malherida a su esposa Isabel
y, posteriormente, en el de acabar con su vida,
mientras se reponía en el hospital de la brutal paliza que él mismo le había propinado. ¡Qué insoportable expresión de machismo!, ¡qué criminal
endiosamiento de quien se cree dueño de la vida
de la compañera que con él, nunca sabremos en
qué condiciones, la había compartido!
27
A Fondo
El machismo enmascarado
Pero, desgraciadamente, el machismo no sólo se
expresa en esas formas salvajes de maltrato físico. Son éstos los más llamativos y los que quizá más conmueven la conciencia colectiva, pero
no son los únicos. Las hay más enmascaradas y
sutiles que, en ausencia de golpes y gritos, responden, no obstante, a un modelo de relaciones
entre hombres y mujeres que consagran estereotipos masculinos y femeninos absolutamente periclitados y, en consecuencia, dignos de ser
abandonados.
Me refiero, por citar sólo alguna de ellas, a la
educación sexista. Ese tipo de educación que,
en el propio hogar o en la escuela, trasmite valores diferentes a niños y niñas, privilegia a un
sexo sobre el otro o da por válidos arcaicos estereotipos de hombre y de mujer moralmente ya
superados. Con la torpe colaboración de medios
de comunicación que, utilizando el sexo como
reclamo, venden modelos de mujer ligados, en
unos casos y ¡todavía!, a su protagonismo en las
tareas del hogar y, en otros, a su condición sexual
que las convierte en uno más de los objetos que
oferta la sociedad de consumo y de los que, por
supuesto, es apetecible disponer y disfrutar.
Cómo no insistir, naturalmente, en la nada razonable separación del trabajo que todavía
hoy persiste. Históricamente se había aceptado
como algo incuestionable que todo lo relativo a
la administración de la casa era un rol que correspondía, en exclusiva, a la mujer. Mucho han
variado las cosas, hay que reconocerlo, en ese
sentido. Pero quizás no lo suficiente. No lo suficiente porque en la mentalidad de bastantes
varones su contribución a las tareas domésticas
y su incorporación a las responsabilidades de
la crianza de los hijos sigue siendo considerada
como si se tratara de una ayuda generosa, como
una gratuita concesión que se le hace graciosamente a la mujer.
Queda lejos aún la razonable interpretación de que
no es una cuestión opcional que dependa de la
buena voluntad, en este caso, de los varones, sino
de un deber que debe ser acordado en igualdad
de condiciones con quien se tiene por compañera.
28
Respetando siempre, como es lógico, el protagonismo de la madre, sobre todo en los primeros años
de la vida de los niños, en función de las especiales
relaciones vinculares que con éstos mantiene, no
parece razonable y no es, en consecuencia, admisible que los varones deleguen en sus esposas
todo lo relativo a la crianza de los hijos.
“Las diferencias pueden
empezar desde la cuna. En
esa etapa ya se impone un
color diferente en la ropa
de niños y niñas, lo mismo
ocurre con los primeros
juguetes”
A Fondo
Tampoco, por supuesto, las cuestiones relativas a la intendencia y al cuidado del hogar. La
igualdad en este sentido, aun atendiendo a la
peculiaridad de los respectivos trabajos fuera de
casa, debiera ser absoluta. No entenderlo así
supone sembrar la semilla de perniciosas disfunciones.
Y ¿qué decir? de esas leyes discriminativas que
todavía hoy persisten en algunos países. Esos en
los que el testimonio de una mujer tiene menos
valor que el de un hombre, en los que la subordinación al varón alcanza niveles de verdadero
escándalo o en los que la violación no está penada
por la ley. Aunque, en el paradigma cultural en el
29
A Fondo
Que nosotros nos desenvolvemos, tales extremos resultan inconcebibles, no está de más que
recordemos que también entre nosotros se dan
algunos hechos que no son defendibles, ni justificables. Pensemos, por ejemplo, en la discriminación que se produce en relación a los salarios
cuando, por igual trabajo, no percibe la misma
remuneración un hombre que una mujer. Lo que
no deja de ser una forma más de un machismo
que, derrotado moralmente y huérfano del soporte justificativo con el que contó socialmente en
otros tiempos, sigue constituyendo un lastre que
es urgente superar y erradicar definitivamente.
Distinto color desde la cuna
Porque el machismo se puede iniciar desde el momento mismo del nacimiento. Desde esos primeros instantes, se impone una primera diferenciación entre niños y niñas reservando las prendas
de color azul para ellos y las de color rosa para
ellas. Lo miso digamos de los primeros juguetes
con que familiares y amigos de los papás obsequian a los recién nacidos. Sigue siendo lo habitual que la naturaleza de éstos, con la excepción
de aquellos que son comunes para ambos géneros, esté determinada por la condición sexual del
neonato… Esas convenciones constituirán, con el
paso del tiempo, una forma de lenguaje analógico que trasmite a los niños sutiles informaciones sobre el rol que se espera desempeñen en la
vida: muñecas, cocinitas y sillas trasporta bebés
para ellas y vehículos, pelotas y construcciones
preferentemente para ellos.
Afortunadamente existen cada vez más padres y
madres instruidos que rompen esos moldes y se
niegan a imponer un modelo de educación en el
que los oficios o las profesiones que sus hijos habrán de desempeñar en el futuro sean condicionados, desde la más temprana infancia, mediante los juegos en que participan o las actividades
con que naturalmente se les identifica.
Y no menos relevante para quienes se sienten
comprometidos con un modelo educativo que
persiga la igualdad para niños y niñas es lo relativo a la formación moral. Porque no deja de ser
una expresión inaceptable del más rancio machis-
30
mo considerar que grado de censura que merece
una determinada conducta esté en relación con el
género de quien la ha protagonizado. Probablemente sea en el ámbito de la educación sexual
donde esa discriminación se haga más llamativa.
Todavía hoy no recibe la misma sanción moral
la adolescente que se queda embarazada que el
adolescente que la ha embarazado. Por razones
obvias, las consecuencias no son, ni pueden ser
las mismas para la una que para el otro, pero ello
no debiera impedir que en todo lo que tiene que
ver con la formación en la responsabilidad que
obliga a hacerse cargo de las consecuencias de
la propia conducta se trasmitiera a los adolescentes, con independencia de su género, los mismos
valores e idénticos criterios morales.
A Fondo
El modelo parental
En cualquier caso, son los padres y las madres
quienes deben asumir el compromiso de ofrecer,
encarnados en sus propias vidas, unos arquetipos de hombre y de mujer que, desde su natural
condición de seres sexuados, expresen idénticos
valores y trasmitan a los menores la conciencia
de igualdad y de dignidad en que ambos, más
allá de cualquier diferencia, coinciden.
“Nos enfrentamos al desafío
de apostar por la formación
de seres humanos que
abracen la equidad en las
relaciones entre hombres y
mujeres”
Porque no se puede ignorar que los hijos son
como absorbentes esponjas que incorporan con
pasmosa naturalidad lo que ven y lo que viven. Y
que, en el futuro, tenderán a reproducir de manera semiautomática, las conductas que han observado protagonizaban sus progenitores. Señalan a
este respecto los expertos que cuando una mujer
es agredida físicamente, maltratada psicológicamente o chantajeada económicamente por su pareja, esas expresiones perversas de poder parental se gravan en el subconsciente de los menores
convirtiéndose en un elemento más que empuje a
la reproducción futura de la violencia doméstica.
Sucede lo mismo, evidentemente, cuando es la
mujer quien actúa como agresora. La prudencia
debiera también extremarse cuando se emiten
juicios, a veces extremadamente livianos, acerca de hombres o mujeres. Dibujando estereotipos nada ejemplares o formulando juicios despectivos que reproducen modelos absolutamente repudiables. Gravísimo error que hace daño a
los propios hijos a quienes con tales conductas
no se les enseña precisamente a respetar la dignidad humana con independencia de cualquier
otra consideración.
Y así podemos concluir que la educación en el
machismo, se inicia desde la misma cuna. Es
inculcado, a veces, por la propia madre que, si
no ha desarrollado una cierta actitud crítica, tiene perfectamente integrado el rol que históricamente se le ha asignado. Con la anuencia, por
supuesto, del varón “beneficiado” por una tradición anclada en un modelo cultural no fácil de
superar.
El desafío, en consecuencia, al que nos enfrentamos es el de romper esos moldes, abandonar
estereotipos familiares insostenibles y apostar
por la formación de seres humanos que abracen
como principio irrenunciable la equidad en las relaciones entre hombre y mujeres. El hogar será,
una vez más, la mejor escuela para humanizar
las relaciones y hacer que hombres y mujeres,
abandonado el viejo paradigma de poder y sumisión que estuvo vigente en épocas felizmente
superadas, interaccionen desde un nuevo paradigma de igualdad y desde el reconocimiento de
su común e inalienable dignidad.
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A Fondo
Urge saber
diferenciar una
relación sana de
otra basada en el
dominio
¡Así trato
yo a mi
chica!
Por José Luis Rozalén Medina
32
A Fondo
“Hay que tenerlas bien sujetas”, me dice con desparpajo Jorge, un joven de
18 años que se las da de duro y castigador, “si no quieres que se te suban a
las barbas y te engañen con el primer aprovechado que se les ponga a tiro”.
Y no es ésta la única opinión preocupante: Inés, 19 años, empleada de unos
grandes almacenes, se manifiesta así: “Estoy convencida de que se exagera
mucho en este asunto. Hay muchas chicas que provocan continuamente y
luego se asustan de las consecuencias. Yo creo que en algunas ocasiones
está justificado el sexismo: el chico debe marcar las normas para que muchas lagartonas no se desmanden y les pongan los cuernos”.
Y la triste realidad es que la Policía nos ha recordado hace poco que, según el último estudio de
violencia entre parejas que ha realizado el Ministerio de Sanidad, uno de cada tres chicos ve
aceptables las conductas de control sobre sus novias, y el 30% de las chicas las ha padecido.
Por supuesto que, en la preparación de este artículo, también he recogido opiniones y actitudes
que nos llenan de esperanza: Gonzalo, 20 años,
universitario, nos manifiesta que “le parecen
oscuras e inviables las relaciones entre chico y
chica basadas en la desconfianza, en el control
enfermizo del otro, en la violencia más o menos
explícita: el verdadero amor, nos dice Gonzalo, se
fundamenta en la libertad y en la confianza en la
persona amada, sabiendo que ella siempre te va
a respetar, siempre te va a ser fiel, siempre te va
a decir lo que le pasa, nunca te va a mentir”.
Y Mayte, joven licenciada en historia, nos recuerda con tristeza: “Yo dejé mi vida en manos de mi
verdugo. Era muy joven entonces y mi vulnerabilidad era absoluta. Era como un pelele asustado en
manos de mi maltratador… Y encima lo perdonaba
una y otra vez, porque estaba convencida de que
él iba a cambiar, ya que me lo prometía entre
sollozos una y mil veces. Pero, nunca cambió.
“El violento tiene muy
interiorizado el concepto
de amor como “propiedad
privada”, con un sentido
egoísta, acaparador, con
una idea de romanticismo
mal entendido”
Por fin, tomé la decisión de separarme de él. Entonces, recuperé mi libertad y mi dignidad… y
ahora soy feliz”.
Sin embargo, a pesar de estas dos últimas opiniones tan esperanzadoras, las situaciones injustas
y lamentables se mantienen vivas: Conocemos
todos los días casos en los que un chico amenaza, insulta y agrede, incluso mata, a su novia;
la controla, vigila su vestimenta, su peinado, sus
palabras, sus amistades, su móvil, con quién habla cuando no está conversando con él; conocemos todos los días ejemplos en los que, cuando
se rompen las relaciones (porque la situación se
hace insoportable), el chico, despechado, publica
fotos y vídeos íntimos de su novia que circulan
impune y vergonzosamente por las redes sociales; y todo este proceso, según las más recientes
estadísticas, está apareciendo en edades cada
vez más tempranas.
33
A Fondo
Una variable de la violencia
No cabe duda, de que esta violencia especial entre hombre y mujer, entre chico y chica, es una
variable más de la violencia generaliza y latente que nos amenaza por doquier en este mundo
agresivo y frío en que nos ha tocado vivir, y de la
que ya hablamos extensamente en el número anterior de AVIVIR; pero, no cabe duda, también, de
que esta nueva violencia de la que hoy hablamos,
al tener como punto de arranque (aunque luego
se tuerza y se corrompa) el amor o la atracción
entre dos personas, presenta matices muy especiales y delicados que conviene conocer, para
comprender en toda su dimensión el problema y
saber cómo actuar.
En una reciente macro-encuesta realizada por el
Instituto Nacional de Estadística se nos muestra
cómo el 12% de las mujeres que viven en España
(unos 2.5 millones) han sido golpeadas, o forzadas a mantener relaciones sexuales por miedo.
Se muestra también la violencia psicológica del
control emocional que sufre una de cada cuatro
34
mujeres: En estos casos, la víctima no puede ver
ni hablar con sus amistades o con su familia, es
atosigada para saber dónde ha estado todos los
minutos del día, es sospechosa de infidelidad,
recibe insultos y menosprecios, intimidaciones y
amenazas verbales…
Un porcentaje del 10.8 % de mujeres ha visto
como su cónyuge no les deja tener dinero o trabajar fuera de casa (violencia económica), y un
“Antes de poner fin a su
propia vida, tras haber
matado a su esposa, el
hombre dejó una carta:
“Una vez logrado mi
objetivo, mi vida ya no tiene
sentido”. Sencillamente,
había vivido para matar”
13% asegura simplemente que sufre miedo de
forma constante; una violencia que muchas veces va acompañada de agresiones físicas. En un
alto porcentaje, en estas mujeres se manifiestan
frecuentemente síntomas de ansiedad, depresión, insomnio, temor e inseguridad, tristeza, falta de autoestima, depresión… Y muchas de ellas
acaban golpeadas, arrastradas, con moratones,
A Fondo
con heridas, con lesiones más o menos graves,
y, en muchas ocasiones, tristemente, con un final
trágico.
El miedo y la vergüenza
diez hijos (la mayoría menores de edad) presenciaron o escucharon escenas de violencia, e
incluso sufrieron también en sus propias carnes
la violencia del agresor. El segundo es que los
malos tratos aparecen en edades cada vez más
tempranas.
Sin embargo, a pesar de toda esta situación tan
humillante, hay que decir que el 67.75 % de las
mujeres que han sufrido violencia (sobre todo las
jóvenes y menores de edad) no han acudido a
denunciar los hechos. La razón aducida se repite constantemente en éste y otros informes: “La
agresión, manifiestan ellas, tuvo poca importancia, no fue suficientemente grave… tengo miedo
a las represalias… siento vergüenza…, en el fondo
En ocasiones, las situaciones de desamor y odio
llegan a un punto álgido, sin posibilidad de marcha atrás. Se produce, entonces, una búsqueda
constante y enfermiza por parte del violento del
aniquilamiento físico y moral de la persona que
tiene a su lado; y expresa, creo yo, un profundo sentimiento de odio, un desquiciado deseo
de destrucción radical del otro, de acabar con
su existencia. El odio humano se retro-alimenta
me quiere”. Incluso, en muchas ocasiones, estas
mujeres, bajo el efecto de un verdadero “síndrome de Estocolmo”, han paralizado el proceso judicial una vez iniciado, porque no se sentían con
fuerzas para seguir adelante.
constantemente y es expresión de lo que puedep llegar a ser la maldad humana. Me quedé
sorprendido, y estremecido, cuando, hace unas
semanas, después de asesinar a su esposa, el
asesino en cuestión se suicidó y dejó una carta
en la que decía: “Una vez logrado mi objetivo, mi
vida ya no tiene sentido”. Sencillamente, había
vivido para matar.
Finalmente, se señalan otros males añadidos,
y muy graves: El primero es que seis de cada
35
A Fondo
Reaccionar contra el exceso
Ante esta frecuente y malsana situación, es preciso
que nuestros jóvenes-adolescentes tomen conciencia de este grave asunto y reaccionen con celeridad,
para no tolerar un control excesivo y dañino en las
relaciones de pareja, y para que sepan diferenciar
perfectamente entre una relación afectiva sana
y una relación basada en el dominio de uno sobre otro, relación que, en muchas ocasiones, desemboca en actos de verdadera y cruel violencia.
Me ha interesado mucho, por su carácter educador, el curso que la Universidad Popular de Valencia ha programado para trabajar la prevención
de la violencia, sensibilizando a sus alumnos en
el respeto a la otra persona, en la familia, en el
lenguaje, en la Escuela, en la calle, en las relaciones amorosas o sentimentales, en los Medios de
Comunicación… Se les habla a los chicos y chicas
de los procesos de violencia en la pareja, cómo se
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gestan, cómo avanzan, cómo crecen; se desarrolla en los jóvenes una cultura de la igualdad, de
empatía con las personas más vulnerables.
Entre otros recursos metodológicos, en el citado
curso escuchan y analizan canciones y poemas
que abordan este preocupante tema. Recuerdo
ahora una estremecedora estrofa de Víctor Manuel en su canción El club de las mujeres muertas: “¡Cuántas vidas humilladas, cuántas lágrimas calladas…! A veces, porque miran, a veces
porque callan, a veces porque piensan… se delatan; a veces, porque cuentan, porque lloran,
porque no entienden nada…”
Y Jackal, en otra canción protesta, grita al que quiera escuchar: “No más golpes, no más palizas, no
más odio, hazle caso al ángel de tu hombro y no al
demonio… No te aguantes más mujer, porque sólo
es un cobarde, dale un grito de rabia y de orgullo,
no eres suya, aunque él cree que sí lo eres”.
A Fondo
Y, como contraste de los muchos anuncios publicitarios que se pueden ver en los Medios de
Comunicación de claro color machista (perfumes,
prendas íntimas, dietas…), recuerdo ahora con
agrado el mensaje que acabo de leer en varios
periódicos: Aparece en primer plano el bello rostro de la excelente tenista rusa María Sharapova
que mira directamente al lector y le interpela:
“¿Te gusta sentir que eres más fuerte? A MI NO
ME GUSTAS TÚ. Rechaza el maltrato”.
El concepto de pertenencia
La psicóloga Alazne Aizpitarte, en su tesis doctoral, sitúa la clave de la violencia entre parejas, frecuentemente entre parejas jóvenes, en una idea
insana, en un error de percepción: “Tú eres mía,
tú eres mío, tienes que estar solamente conmigo,
eres sólo para mí…” El violento tiene muy interiorizado el concepto de amor como “propiedad pri-
vada”, como algo extremadamente “romántico”,
pero con un romanticismo mal entendido, con un
sentido perverso, egoísta, acaparador, asfixiante…
Estas situaciones, que al principio no suelen ser
muy graves, pueden ser el preludio de comportamientos muchos más violentos. A veces, afirma
la psicóloga, la violencia puede ser bidireccional y
también las chicas, en ocasiones, pueden actuar
de forma insana y peligrosa, por celos, por despecho, por falta de seguridad en ellas mismas.
Hay que tener en cuenta que en la edad adolescente se actúa muchas veces por emulación de los
amigos, de la pandilla, del ambiente, de los Medios
de Comunicación…, más que por las enseñanzas de
los padres, de la familia, aunque no cabe duda de
que el ejemplo de unos progenitores que han educado a su prole en unos valores de respeto, de libertad, de afecto, de compromiso, influye decisivamente en el comportamiento posterior que tendrán
esos chicos y chicas en sus relaciones amorosas.
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A Fondo
“El “imaginario colectivo”
de los jóvenes está
bastante alejado de ciertos
valores democráticos, de
ciudadanía, de igualdad, de
respeto…a veces no pasa
de ser una formulación
teórica”
En un Estudio realizado hace unos meses en la
Universidad de Granada se reveló la necesidad de
intervenir con urgencia en la educación afectivosexual de los jóvenes para favorecer la igualdad
sexual y de género y prevenir todo tipo de violencia.
Según estos investigadores granadinos, el “imaginario colectivo” de los jóvenes vive realmente bastante alejado de ciertos valores democráticos, de
ciudadanía, de igualdad, de respeto… ya que, si
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los viviesen realmente, plenamente, no solamente
“de boquilla”, el respeto entre chicos y chicas sería
una realidad, y no simplemente una formulación
teórica, bonita, que queda bien como ´aspiración
guay´, pero que, en muchos casos, como estamos
comprobando, ni se cree en ella, ni se cumple.
Las actitudes violentas y agresivas son comportamientos que se pueden ir eliminando y educando desde muy pequeños, para, de ese modo, ir
aprendiendo caminos de comunicación y de relaciones humanas mucho más afectuosos y personalizadores. Todos debemos todos seguir trabajando en la cauterización de esta herida social
que está sangrando más de lo debido. Además
de mejorar los mecanismos jurídicos, policiales
y asistenciales, la educación desde los primeros
años, en el hogar y en la Escuela, debería aparecer como una tarea fundamental e imprescindible, si es que de verdad queremos dirigir las
relaciones humanas hacia la dignidad, la libertad,
la comprensión y el respeto mutuo.
ENTREVISTA
Por Gloria Díez Fernández
Fotos: Cristina Bezanilla Echeverría
Diana DÍAZ ÁLVAREZ
Psicóloga clínica y subdirectora de ANAR
“La violencia de género puede afectar
desde los 12-13 años”
40
ENTREVISTA
La fundación ANAR lleva 21 años escuchando a niños y adolescentes, aunque
no solo, porque muchas veces son sus familiares los que llaman. Disponen de
varias líneas de atención y sus teléfonos están abiertos las 24 horas del día.
Su función es esa: escuchar, apoyar y si el problema lo requiere, derivan el
caso hacia los recursos asistenciales que sean necesarios. Mantienen un programa específico para la violencia de género y acaban de publicar un informe
donde se recogen sus conclusiones. Diana Díaz, psicóloga clínica y experta en
psicología positiva, es la subdirectora de la ONG. Nos recibe en su despacho
mientras, en la habitación del fondo, los psicólogos trabajan.
La relación entre hombres y mujeres, ha sufrido una lenta evolución a lo largo de los siglos, pero siempre ha sido un tanto “complicada”, ¿no?
Bueno, nosotros podemos hablar desde el punto
de vista de los adolescentes que nos llaman, son
los testimonios con los que contamos y el público al que nos dirigimos. Constatamos, por ejemplo, que hay cuestiones, como el mito del amor
romántico, la idea de que el amor lo puede todo y
lo justifica todo, que, a veces, subyace en situaciones de violencia. Nosotros lo que hacemos es
hablar de relaciones afectivas saludables: el respeto, la tolerancia, la comunicación, la igualdad,
también, ¿no? Pero lo hacemos desde la reflexión
de la propia menor. Si hablamos de violencia de
género, intentamos que se plantee lo que le gustaría que pasara en una relación de pareja ideal,
sana, con confianza, cómo debería ser.
Hablar de violencia de género es hablar de
relacionen de dominación es decir, es hablar
de poder.
Sí, se sigue el esquema: dominio/sumisión.
Cuando hablamos de violencia de género, el chico
ejerce, en cierto modo, este poder sobre la chica,
“Más de la mitad de las
llamadas de adolescentes
víctimas, revelan que las
chicas no son conscientes
de estar sufriendo violencia
de género”
y ella lo normaliza y lo tolera. Las adolescentes
han evolucionado mucho a nivel intelectual, pero
todavía se dan estos modelos que parecen antiguos. Hay un gran avance en la información,
pero, a nivel de afectos, queda mucho trabajo
por hacer.
El violento es “pareja” o “ex pareja”, así que
la violencia se produce dentro del vínculo
de la sexualidad y la afectividad.
Sí, para hablar de violencia de género nos basamos en una definición legal, estamos hablando
de pareja o ex pareja, de una relación sentimental que, o se mantiene en el presente, o existió en
el pasado y que, aunque ya no se da, esa persona
sigue ahí, manteniendo ese vínculo, ejerciendo,
de alguna manera, esa relación de poder. De hecho, las adolescentes muchas veces no identifican que hay una situación de violencia de género,
41
ENTREVISTA
ellas nos hablan de “problemas sentimentales”. Y
creo que éste es un dato interesante que hemos
obtenido en el informe: la conciencia del problema. En el 51,1% de las llamadas de orientación
especial atendidas, la adolescente víctima no es
consciente del que está sufriendo violencia de género. En cuanto al tipo de violencia, encontramos
la violencia psicológica, la violencia física, la violencia social (te desprecio delante de los demás,
o no te dejo tener relaciones con otras personas) y también el abuso sexual, el presionar para
mantener relaciones sexuales sin que la adolescente dé su consentimiento o esté preparada.
¿Por qué se reproducen los esquemas?
Ese tipo de esquemas, los de dominación
¿cómo se transmiten? ¿Por qué se reproducen?
A nosotros nos parece que falta coherencia en
los mensajes sobre lo que es una relación sana.
¿Qué información tienen los adolescentes? ¿Cuáles son sus fuentes? Podemos decir que el modelo
42
“Los padres, las series de
televisión, las canciones y la
escuela son referentes que
confunden a los jóvenes”
ENTREVISTA
de referencia más fuerte son siempre los padres,
cómo se vinculan afectivamente, el respeto que
existe entre ellos… Por otro lado están las escuelas, que ya están llevando a cabo, muchas veces,
programas de prevención y por último, están las
canciones que escuchan, las series de televisión
que ven ¿Qué se está transmitiendo desde ahí?
¿Con qué se quedan ellos cuando hay mensajes
muy diferentes?
La violencia de género aparece cada vez antes. ¿O siempre se ha producido y ahora se
detecta?
Cada año tenemos llamadas de adolescentes que
están sufriendo violencia de género a edades más
tempranas. Hay un tanto por ciento, no muy elevado, de menores que están en la franja de 1213 años. Estamos hablando de edades en las que
todavía no hay una madurez psicológica, ni una
perspectiva para mantener una relación de pareja, con todas las dudas que eso supone, con todas
las decisiones que hay que tomar…y desde esa
confusión, las chicas están sufriendo situaciones
“En el 65% de los casos la
relación y la violencia se
ejercen a través de Internet
y las redes sociales”
que no manejan, no saben cómo poner límites a
ciertas cosas y las van tolerando…
Según sus encuestas la violencia de género en el caso de adolescentes es sobre todo
psicológica, aunque no falta la física.
Sí, y en un porcentaje sorprendentemente elevado dado que hablamos de adolescentes
Que además no conviven…
Claro, que no están conviviendo, pues, incluso
así, el tanto por ciento es más de la mitad. En el
51,4 por ciento de los casos, hay violencia física,
ppaparece el empujón o los golpes; pero siempre como base, como preámbulo, está la violencia psicológica, es decir, antes de eso, ya se ha
producido el control, el insulto, el desprecio, todo
eso es la antesala de la violencia física.
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ENTREVISTA
“Encima de lo que sufren, las
chicas se sienten culpables”
Las madres, las que más llaman
También dicen las encuestas que son las
madres las que más llaman, dentro del entorno familiar.
Las madres, en cualquier problema del teléfono
ANAR, son las que más llaman.
Pero ¿llaman con el consentimiento de la
hija o sin que la hija lo sepa?
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Pues hay todo tipo de situaciones, a veces nos
llaman, simplemente, para les ayudemos a saber
qué está pasando: “Mire, yo no sé qué situación
está viviendo mi hija, pero llega de estar con su
novio y llega muy mal, le he visto algún moratón…”. Llaman, por un lado, para saber si lo que
están identificando es correcto y por otro, para
saber qué pasos tienen que dar. Lo fundamental es favorecer la comunicación con su hija, en
este caso adolescente, que está viviendo esa situación, le vamos a dar pautas para acercarse
a ella, para que se sienta acompañada en todo
el proceso y al final, sea ella misma la que acceda a obtener ayuda; pero los padres tienen
que dar esos pasos, porque tienen que proteger
a su hija. El teléfono ANAR siempre está atendido por un psicólogo, siempre vamos a dar una
orientación psicológica, pero también, tras evaluar la situación, vamos a poder derivarles a un
ENTREVISTA
otros riesgos añadidos, porque la propia chica
ha podido enviar, en el contexto de una relación
de pareja, una foto de contenido sexual de riesgo para ella. La adolescente, al tener escasa
experiencia de la vida, piensa que esa relación
va a ser para toda la vida y cuando la relación
se rompe, esa foto, en cuestión de segundos,
puede estar en la red. El fenómeno del sexting
nos lo encontramos muy relacionado con la violencia de género.
Una montaña rusa emocional
El control sobre el otro se basa en la violencia pero también en la manipulación: conseguir que la víctima se sienta culpable.
“No sé qué situación vive
mi hija, pero llega muy mal,
con algún moratón”
recurso, en este caso de adolescentes víctimas
de violencia de género, y si estamos hablando
de una situación de grave riesgo, daremos una
orientación jurídica: a dónde se tienen que dirigir para formular una denuncia o solicitar una
orden de protección.
Lo que sí es nuevo es el ámbito en el que se
manifiesta la violencia de género: el control
a través de los medios digitales, un terreno
en el que los jóvenes se mueven como pez
en el agua.
Sí, eso es muy manifiesto, efectivamente, pero
durante la relación de pareja e incluso cuando
se ha roto. ¿Qué pretende el agresor? Pues evocar la relación sentimental, los buenos momentos que han vivido juntos y así conseguir que
la adolescente se replantee la situación y finalmente vuelva con él. Es el ciclo de la violencia
de género, que tiene sus fases: primero está la
fase de tensión, que es cuando ocurre el maltrato, muchas veces la adolescente consigue romper y escapa de esa situación, entonces viene el
arrepentimiento por parte de él y la promesa de
que eso no va a volver a suceder, entramos en
la fase de “luna de miel”, pero en cuanto aparezca otra situación que él encuentre sospechosa, se volverá a generar la tensión y tras la tensión el conflicto.
Pero el circuito es cada vez más rápido, ¿no?
Sí, pero sin ser reflexivos respecto a sus riesgos. Es verdad que son nativos digitales y casi
toda la comunicación, sobre todo porque veíamos que no hay convivencia, es a través de las
redes sociales. Incluso la relación de pareja se
desarrolla en gran parte a través de las nuevas
tecnologías. Nuestro informe refleja que en más
del 65% de las ocasiones, la violencia se ejerce
a través de las redes: Internet, WhatsApp… sobre todo el control, el control voraz: “Por favor
cuando llegues a ese sitio donde dices que vas,
envíame la foto, porque quiero saber que estás ahí realmente y con quien…” Y luego, están
Si el tiempo entre fases es cada vez más breve, la
parte más positiva de la relación se erosiona cada
vez más y ya sólo aparece la parte negativa, la culpa, el reproche. Las adolescentes, cuando nos llaman al teléfono ANAR, tienen mucha “carga” por
todo lo que ellas mismas “han hecho mal”, justifican
lo que ocurre en la relación de pareja, incluso los
celos que tiene él, por algo que han hecho ellas.
¿Se sienten culpables?
Exactamente.
45
ENTREVISTA
para la vida de adolescente víctima pueden ser
importantes: miedo, angustia, dificultades para
conciliar el sueño, todo eso está presente.
El binomio amor y celos
¿Por qué se puede confundir celos con amor?
¿Cuándo se convierten en patológicos?
En un momento dado, todos podemos sentir
cierta inseguridad en cualquier tipo de relación,
aquí estamos en la relación de pareja, pero puede pasar entre hermanos, en el trabajo… es muy
amplio. Cuando hablamos de pareja y de sentimientos que me hacen sentir inseguro, es importantísimo, si la persona tiene habilidades, poder
afrontarlo en una comunicación con su pareja y
decir: “Mira, a mí me está pasando esto, no me
siento bien cuando se producen estas situaciones”. Es importante poder hablarlo y desde ahí
encontrar una solución. Cuando uno detecta que
la situación de inseguridad le hace sentir muy
mal, es momento de buscar ayuda profesional.
¿La violencia de género puede suponer un trauma difícil de superar para una adolescente?
Desde luego, la violencia de género produce un
daño, de ahí la importancia de no perder de vista el
episodio, no pensar que simplemente fue algo que
sucedió, ella lo pasó muy mal, pero afortunadamente, ya salió de ahí… Las consecuencias psicológicas
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¿En frecuente que aparezca la idea de suicidio como salida?
Sí, pero en un porcentaje bastante bajo.
¿En la relaciones homosexuales se da también la violencia de género?
Claro, pero como la violencia de género por definición es del hombre hacia la mujer, sería violencia en una pareja, pero no sería violencia de
género, pero claro que sí, existe. En el teléfono
ANAR se atiende todo tipo de violencias: de padres a hijos, entre familiares, abusos sexuales por
parte de un tercero, es decir, son todas las posibilidades de violencia. Es la misma situación, con
los mismos riegos, pero estamos en otro terreno.
Y para terminar, ¿recogen casos de maltrato
de la mujer hacia el hombre? También hay
chicas manipuladoras.
Si pero en un porcentaje bastante menor, por lo
menos, en las llamadas que nosotros recibimos
en el teléfono ANAR, el porcentaje es absolutamente incomparable.
Bueno, pues en cierto modo es un alivio…
ENTREVISTA
47
A Fondo
48
A Fondo
Fátima Djarra,
indomable
Fátima Djarra Sani nació en 1968 en Guinea- Bissau. A los cuatro años, a golpe de navaja, perdió la mayor parte de su clítoris. La violencia de la ablación,
lejos de someterla, despertó en ella un poderoso instinto de rebeldía. Ediciones Península acaba de publicar su biografía. El libro se titula Indomable.
Cuando hablamos de la violencia de género, conscientes de que la equidad
en nuestro “primer mundo” está aún lejos, conviene recordar que el camino
que se ha recorrido empieza muy atrás, y que, por desgracia, las desigualdades existentes entre mujeres de distintos países, resulta abrumadora.
¿Cómo imaginar una mayor violencia de género que la mutilación genital?
Fátima Djarra, en la actualidad, trabaja como mediadora de Médicos del Mundo Navarra ante la comunidad africana y es vocal del Consejo Navarro de
Igualdad. Su lucha se orienta a evitar las mutilaciones y fomentar la igualdad
entre hombres y mujeres de África.
Este es el primer capítulo de su historia.
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A Fondo
1
EN TIERRA DE NA
Nunca me adentré en la selva donde ella dio sus primeros pasos, donde modeló sus sueños antes de
que la pertinacia de los adultos los devorase sin compasión. Pero aunque no me hizo partícipe de las
penurias que la privaron de la felicidad, debía hacer justicia con quien me transmitió el coraje necesario para sobreponerme a cada latigazo de la vida.
Para los demás era Quinta Alexandre Almeida; para mí, na, «mamá» en mandinga. Nació el 24 de
septiembre de 1947 en la región sureña de Catió, un vergel donde los mangos y los cocoteros crecen
salvajes, los críos juguetean desnudos con cachivaches oxidados, las mujeres exhiben sus pechos y la
humedad anega el alma de los lugareños.
Pertenecía a una familia animista de la etnia pepel, que subsistía con cierta holgura en Nhala, un
pueblo de unos mil habitantes, gracias a un huerto donde mis abuelos plantaban arroz y yuca. Tuve
que alcanzar la madurez para apreciar el poso que había dejado en mí y descifrar el porqué de ciertas
decisiones que de niña se me antojaban arbitrarias y equívocas. Ahora sé que nadie muere hasta que
se le olvida.
De semblante circunspecto, nariz desmochada y fornidos brazos, se balanceaba como un péndulo al
caminar debido a sus más de ochenta kilos. Tenía tres hermanos de dos madres distintas, ya que su
padre, Alexandre, se divorció de mi abuela, Isabel Borge. Pero él no ejercía la poligamia.
En aquella época, los colonizadores portugueses obligaban a los guineanos a registrar a sus hijos con
nombres y apellidos de la metrópoli, a pesar de que no más del 15 por ciento hablaba su lengua. El
criollo, más fácil de asimilar, le había ganado terreno.
Aunque no constara oficialmente, mis compatriotas también solían tener una identidad africana. Debido a mi pésima memoria, olvidé los nombres portugueses de algunos familiares y, de otros, olvidé los
guineanos. La interculturalidad se pone de manifiesto en detalles como éste.
Ella no pudo estudiar. Tras la ruptura de mis abuelos, se había centrado en echar un capote a su
madre. Pero siempre hubo un espíritu inconformista acurrucado tras sus prolongados silencios y sus
concisas explicaciones.
Por eso quiso alistarse con las tropas rebeldes que lograrían la independencia de Guinea-Bissau en
1973, reconocida por la ONU antes incluso del derrocamiento del dictador Antonio Salazar.
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A Fondo
Aunque Portugal no hizo lo propio hasta un año después, mi país fue la primera colonia lusa que se
emancipó. El proceso había comenzado en 1956 con la fundación del Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGC), de corte socialista, por parte de Amílcar Cabral. Agentes
secretos portugueses lo asesinaron en Guinea-Conakry en 1973. Su hermano Luiz lo sucedió como
máximo dirigente del PAIGC.
Na tenía veinte años cuando surgió la posibilidad de liberar a nuestra nación. Miles de mujeres se
enrolaron, a pesar de que su sociedad las relegaba a un segundo plano. Algunas empuñaron fusiles;
otras ejercieron como enfermeras, cocineras, encargadas de suministros…
Antes de partir junto a varias amigas hacia Mato, la región selvática donde se habían atrincherado los
rebeldes, mi madre viajó a la capital para comprar víveres, jabón y aceite. Decidió instalarse por unos
días en casa de sus abuelos, Alexandre y Sábado, y de su tía Famata. Preocupada por el riesgo que
iba a asumir, una hermana de su abuela le propuso que se olvidara de la guerra.
- ¿Por qué no te formas, como están haciendo algunas de tus primas?
- ¡Me encantaría! —exclamó na entusiasmada.
Llevaba más de diez años esperando escuchar aquellas palabras. Pero Famata le dejó bien claro que
no le permitiría matricularse en la escuela.
- ¡Ni hablar! ¡Eres demasiado mayor!
Nadie se enfrentó a Famata, a la que habían practicado la ablación y se había convertido al islam para
casarse con un mandinga. Na se derrumbó. Lloraba a solas, impotente, buscando en vano un pretexto
que revirtiera la situación. Porque en África nos enseñan a respetar la voluntad de los mayores, aunque no sean nuestros padres. Ella no nos contó lo que pasó por su cabeza durante aquellas lóbregas
horas, pero sí nos confesó a mis hermanas y a mí que aspiraba a darnos una vida digna y una educación. Hay sentimientos que no entienden de razas ni de culturas. Porque toda madre busca para sus
hijos lo que ella no tuvo. Por matices como éste sigo convencida de que no existen tantas diferencias
entre africanos y occidentales como nos hacen creer.
Mientras mis abuelos permanecían ajenos al calvario que na estaba sufriendo, en pocos días Famata
concertó el enlace de ésta con Braima Sani, unos veinte años mayor que ella, mandinga, musulmán
y defensor de la poligamia y la mutilación genital. Había tenido seis hijos con Fatumata: Djilan, que
falleció por problemas de estómago y a la que obligó a unirse en matrimonio con un primo carnal suyo;
Cadí, que ahora tiene unos sesenta años; Binta, que murió de hepatitis a los treinta; Bacar, que ha
rebasado el umbral de los cincuenta; y dos varones más que perdieron la vida de críos. Tiempo atrás,
Braima se había separado de otra mujer debido a su esterilidad.
Él vivía en el barrio de Amedalai, el mismo que mis bisabuelos y de mayoría mandinga. Ahora las etnias están bastante mezcladas en Bissau, pero entonces cada una se asentaba por regla general en
una zona concreta de la ciudad. Eso sí, todas tenían algo en común: la pobreza.
Había nacido en Cabuca, una aldea de unos quinientos habitantes situada en la comunidad de Gabú.
Pertenecía a una familia muy cerrada y tradicional. Su padre, Bacar, se dedicaba a la pesca y había engendrado seis hijos con Djilan, aunque ambos se hicieron cargo de varios sobrinos más tras la muerte
de algunos de sus hermanos. Djilan no tenía un nombre portugués porque no contaba con una partida
de nacimiento.
51
A Fondo
Braima siguió la estela de su progenitor. Primero trabajó en pequeñas embarcaciones, luego como
marinero del Estado… Pero la mayor parte de su vida se dedicó a capturar cocodrilos desde esquifes a
motor de nueve o diez metros de eslora. Los portugueses demandaban las pieles para fabricar zapatos, bolsos, cinturones…
Apresaba los ejemplares con arpones, no con rifles como en Estados Unidos. Y ganaba lo suficiente para sustentar a los suyos. Mientras sus sobrinos retornaban a puerto cada semana, él
pasaba meses enteros navegando por el magno estuario del río Geba, que desemboca en el Atlántico, y las 88 islas que conforman el archipiélago de las Bijagós, declarado Reserva Mundial de
la Biosfera por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(UNESCO) en 1996.
Varado en la esquina oeste del continente, el archipiélago, aún prístino e indiferente al progreso, acoge
amplias poblaciones de hipopótamos, adaptadas al agua salada que baña sus manglares y lagunas;
manatíes; delfines mulares y jorobados; tortugas marinas de cinco especies; aves migratorias; monos verdes y de nariz blanca; antílopes jeroglíficos; varanos; serpientes... Ojalá las grandes cadenas
hoteleras y los cárteles suramericanos de la droga, que usan la ruta africana para introducir la cocaína
en Europa, no profanen tan preciado santuario natural.
El oficio de Braima no estaba exento de peligros. En una ocasión, un arpón le atravesó un pie y lo dejó
malherido. Pero medía más de un metro ochenta y era muy corpulento, y muy negro. Imponía mucho.
Hasta las palmas de sus manos rezumaban oscuridad.
Enseguida se encaprichó de na. Deseaba una segunda esposa que le diera más descendencia porque
la primera sobrepasaba con creces los cuarenta. Pero na se oponía al matrimonio, entre otros motivos
porque la hija mayor de su pretendiente superaba los veinte, como ella. Él no le gustaba nada. Nunca
supe su verdadera edad, pero cuando nací ya tenía el pelo cano y fungoso como una bola de algodón
recién cogida de la planta. Para mí jamás fue Braima Sani, sino baba —papá—.
En Occidente critican a los africanos por traer hijos a este mundo sin control, pero en mi cultura
los niños reflejan la perpetuidad de la estirpe y la prosperidad de la familia. No les preocupa si
contarán con los recursos necesarios para alimentarlos, ni que los gastos que generen excedan
a los ingresos que pueden percibir gracias a su esfuerzo o en forma de dote, como sucede con
las hijas.
Mi madre no tuvo opción de eludir la boda. Es más, varios policías la trasladaron a la comisaría más
cercana y le propinaron una paliza por encararse con Famata. Así que no le quedó otra alternativa
que someterse a la ablación, creo que de primer o segundo tipo. En mi vigésimo primer cumpleaños,
le sonsaqué que la herida tardó en cicatrizar y que no quería lo mismo para nosotras. Pero como la
mayoría, no charlaba abiertamente sobre la mutilación genital y el sexo, de manera que no se explayó
demasiado.
El compromiso se selló sin que lo supieran sus padres, que entonces vivían a varias horas de Bissau
en canoa. Primero se convocó una reunión entre las dos familias. En este caso, la de baba y la tía y
los abuelos de na. Los cónyuges no acudieron.
Los padres de baba llevaron nuez de cola, un fruto sagrado que nace de un árbol perteneciente a la
familia de las malváceas, con un alto contenido de cafeína, de aspecto similar a las castañas y que
encarna el acuerdo y la pedida de mano; así como hilo, una aguja, sal y una esterilla, que representan
las tareas de la casa, la cocina y el lecho de la pareja.
52
A Fondo
Rompieron la nuez de cola en pequeños fragmentos, que repartieron como símbolo del inminente casamiento. Ignoro si en el encuentro participó un imán o algún líder tradicional de la comunidad como
testigo. Mi madre, además, cumplía uno de los requisitos fundamentales para consumar el matrimonio: ser virgen. Poco a poco, esta costumbre ha variado. Y, obviamente, no se considera necesaria en
las mujeres divorciadas o viudas.
Ambas familias acordaron la dote que entregarían los allegados del marido, así como combinar el ritual
mandinga con el pepel. Pero ni siquiera la acompañaron sus padres en la ceremonia, sino sus abuelos
y su tía. No se lo comunicaron porque no había teléfonos ni correo.
El día de la boda, varias ancianas escoltaron a mi madre hasta el río, la ducharon, la vistieron de blanco y le colocaron una diadema roja —habría sido negra de haber mantenido relaciones sexuales con
anterioridad—. Acto seguido, la condujeron a casa de baba, donde le azotaron en la espalda para que
obedeciera a su esposo. Algunas lo hicieron con más brío que otras. Eso ya dependía del corazón de
cada una…
Na y baba irrumpieron en el patio bailando al ritmo de los djembés y con una calabaza en la mano,
que debían transferirse el uno al otro. Pero para oficializar la unión, faltaba degustar el cubamba, un
plato tradicional a base de arroz, leche, azúcar y aceite de palma.
Antes de probarlo, los invitados esperaron a ver cuál de los cónyuges introducía primero la mano en
el cuenco. En teoría, quien lo consiguiera mandaría en casa. Y el sexo del primer hijo vendría determinado por ese gesto. Desconozco si mi madre se adelantó, porque yo soy la mayor de mis hermanos,
pero no tengo ninguna duda de que no capitaneaba aquella relación.
Ya por la tarde, un imán presidió el himeneo mandinga, en el que un integrante de cada familia habló
sobre la importancia del matrimonio. Nuevamente se recurrió a un plato típico para sellar el ritual: el
piesdentro. Primero se pone una capa de arroz en un cuenco de calabaza; luego, un pollo frito, en cuyo
interior se introducen las patas del animal; después se recubre todo con arroz otra vez; y, finalmente,
se coloca un segundo pollo con sus patas entre las tripas. Nadie puede tocar la comida hasta que las
viejas dan su visto bueno.
Dos o tres horas antes del amanecer, guiaron a la novia hacia el dormitorio de baba, donde éste la
esperaba ansioso. Me hubiera gustado saber qué sintió mi madre cuando mi padre la penetró. Pero
únicamente constaté que, durante el coito, él utilizó un pañuelo para acreditar la virginidad de na. Y
que en torno a las cinco de la mañana, baba devolvió aquel trozo de tela manchado de sangre a las
ancianas. Al alba, éstas recorrieron las calles del barrio cantando y bailando, enseñándolo a vecinos
y curiosos. Si mi madre les hubiera engañado, su familia habría recibido el pañuelo limpio en señal
de vergüenza.
La semana siguiente, se encerró en casa de baba para recibir las visitas de sus amigas y familiares,
que le enseñaron a comportarse como una buena esposa, a ejercer como madre y a respetar a la primera mujer de su marido como a una hermana mayor.
Y, un mes más tarde, se quedó embarazada de mí. Dio a luz el 29 de septiembre de 1968. Después
llegaron mis hermanas Cadí, de cuarenta y dos años, y Muscuta, de treinta y nueve. Entre medio, na
perdió a una cuarta niña. Pero no tramitó el libro de familia hasta que Guinea-Bissau se independizó.
Así pudo incluir mi nombre nativo, Djarra, junto al de Fátima.
53
A Fondo
Un reto para
los medios de
comunicación:
informar y
formar a los
jóvenes en
igualdad
A PIE
DE CALLE
Uno de cada tres
jóvenes considera
aceptable
controlar la vida
de su pareja
Por Antonio Saugar Benito
54
A Fondo
La aceptación, por parte de los jóvenes, de medidas de control sobre sus
parejas puede ser un primer escalón hacia la violencia de género. Los medios
de comunicación juegan un papel importante no sólo informando sobre estas
actitudes, sino formando a los más jóvenes para lograr una sociedad más
igualitaria, más justa y sin violencia de género.
Los medios de comunicación han llenado páginas
y minutos informando de la violencia de género.
De cómo una pareja rota o a punto de romperse
acaba en sangre (la de la mujer) porque el hombre no sabe comprender que uno de los derechos
más importantes de una persona es ser libre.
Desgraciadamente, los protagonistas de este tipo
de agresiones son cada vez más jóvenes. Algo
que a periódicos, radios y televisiones no se les
escapa a la hora de informar. Si los jóvenes de
hoy no cambian su actitud hacia sus parejas, se
puede llegar a un futuro con una sociedad en la
que la violencia de género experimente un aumento que agravará la convivencia.
Uno de cada tres jóvenes considera aceptable
controlar la vida a su pareja. Este dato, procedente de un estudio de la Secretaría de Estado
de Servicios Sociales e Igualdad, llenó un buen
número de páginas y de informativos de radio y
televisión. Los medios se mostraron preocupados
por este asunto.
El estudio “Percepción social de la violencia de
género en la adolescencia y la juventud”, encargado al Centro de Investigaciones Sociológicas
por la Delegación del Gobierno para la Violencia
de Género, señala que uno de cada tres jóvenes
“Según un informe del
Parlamento Europeo, las
discapacitadas tienen un
riesgo cuatro veces mayor
de sufrir violencia sexual”
(de 15 a 29 años), considera normal controlar a
su pareja en horarios, estudios, en sus relaciones
con familiares o amigos, en su trabajo, y decirle
qué puede hacer o no.
Tiempo de control férreo
La juventud española parece vivir en aquellos
tiempos en los que, para comprar una lavadora
o abrir una cuenta corriente, la mujer tenía que
ir acompañada por su marido, padre o hermano.
En aquellos tiempos en los que el control sobre la
mujer era férreo.
Este informe señala también que las mujeres más
jóvenes son menos críticas con ciertos tipos de
violencia, como los casos de control de la vida de
la pareja. El 71 por ciento de las mujeres de todas las edades considera inaceptable la violencia
de control; entre las jóvenes es el 68 por ciento
el que lo considera así.
55
A Fondo
Ante estos y otros preocupantes datos del informe de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género, los medios dedicaron mucho espacio a este asunto. Publicaron los datos, algunos
solicitaron opiniones a expertos en sociología, en
violencia de género, que mostraron su preocupación. En este caso, los medios cumplieron con
la obligación de informar, de llevar una noticia
a sus lectores, oyentes o espectadores para que
pudieran tener una visión lo más clara posible de
esta situación.
El problema viene cuando esta noticia –o cualquier otra relacionada en este caso con la violencia de género-, “se enfría”, se ve relegada ante
la llegada de otros hechos noticiosos que la hacen bajar en el escalafón de las más importantes, hasta que desaparece, para volver a ocupar
un puesto relevante cuando aparece otro estudio
similar o se produce una agresión. ¿Qué deben
hacer los medios de comunicación para que los
jóvenes no acepten estos hechos que ya son violencia de género?
Sensibilizar contra la violencia
Aquí entra el papel formador que tienen los medios de comunicación que, en casos como el de la
violencia de género entre los más jóvenes, pasan
a ser elementos de prevención de este tipo de actitudes. Los medios tienen que informar sobre las
campañas de sensibilización contra la violencia
de género, para formar a la población afectada,
especialmente cuando el un 78 por ciento de los
adolescentes jóvenes piensan que estas campañas ayudan.
Los medios pueden considerar “poco atractivo”
informar sobre las campañas de prevención y
en consecuencia, dedicarles poco espacio. Pero
aquí juega un papel importante el llamado Periodismo Social y, también, pisar la calle (algo
que el periodista hace cada vez menos). Informar sobre la puesta en marcha de una campaña institucional contra la violencia de género,
no es sólo publicar una foto en el periódico o
emitir unos pocos segundos de imágenes y sonidos de las autoridades de turno cuando la
presentan.
56
Este tipo de información hay que complementarla
hablando con los jóvenes, acudiendo a sus centros escolares y zonas de ocio, para preguntarles
si conocen estas campañas y qué opinan de ellas,
y para tratar de conocer qué pasa en su grupo.
Los medios tienen que hablar con los profesores,
con familiares. Plasmar todo esto en una página
de periódico, en dos minutos de televisión o en
cinco de radio permitiría que jóvenes con problemas de violencia de género puedan salir de ella;
daría a conocer el tema a toda la sociedad. Y, especialmente, servirá para evitar que la sociedad
del futuro siga sufriendo el drama de la violencia
de género.
Lógicamente, este papel formador de los medios
tiene que verse incrementado a través de las
Redes Sociales, especialmente al tratarse de los
más jóvenes. En la sociedad de las Nuevas Tecnologías, ambiente en el que la juventud se mueve
como pez en el agua, las ediciones electrónicas
de los medios y sus Redes Sociales pueden -deben- convertirse en elementos de formación para
evitar males futuros.
A Fondo
Si damos un vistazo a lo que publican o emiten
los medios de comunicación, vemos que los jóvenes suelen ser protagonistas de informaciones
negativas. La juventud es noticia por sus malas
notas, por desconocimiento de las asignaturas
que cursan o por hechos relacionados con la violencia de género, el acoso escolar, la violencia en
general o el consumo de alcohol y drogas.
“Desgraciadamente,
los protagonistas de la
violencia de género son
cada vez más jóvenes”
Ocuparse más de la gente joven
Tampoco los jóvenes son noticia de forma habitual. Los medios no suelen hacer un seguimiento
de este sector de población para tratar de formar
a estos individuos a través de la información, y
para acercar al resto de la sociedad sus inquietudes y problemas.
En ese sentido, las ediciones electrónicas de los
medios pueden convertirse en una plataforma de
formación e información, por ejemplo, mediante
vídeos que muestren cómo son los jóvenes, sus
opiniones, sus temores, sus ambiciones.
Da la sensación de que el periodismo no se interesa demasiado por los jóvenes. Que no se ocupa
de ellos como lo hace con otros grupos sociales
(mayores, personas con discapacidad, afectados
por determinadas enfermedades...) bien es cierto
que estos grupos están formados por adultos que
se han organizado y que saben cómo moverse
para llegar a periódicos, televisiones y radios.
Los jóvenes, el sector poblacional que será el futuro de la sociedad, que se mueve muy bien en
las Redes Sociales, no saben llegar a los medios
de comunicación, no están organizados para que
los medios se ocupen de sus vidas –salvo lo relacionado con protestas estudiantiles-. También es
cierto que esos medios que se ocupan de huelgas
y manifestaciones de estudiantes, no van más
allá, para llevar a sus informativos los otros temas
que también interesan a quienes son el futuro.
57
A Fondo
Una vez más, los medios pueden jugar un papel
importante para erradicar algunos de los problemas sociales que más preocupan. Las personas
cambian, los medios cambian sus formatos y
también han de cambiar su manera de llegar a la
sociedad para tratar de dirigirla (en el buen sentido de la palabra) hacia un futuro mejor
“El hombre no sabe
comprender que uno de los
derechos más importantes
de una persona es ser libre”
La discapacidad aumenta el riesgo
Las mujeres y niñas con discapacidad están expuestas a un mayor grado de violencia. Las investigaciones señalan que más de la mitad de las
mujeres con discapacidad han sufrido abusos físicos, en comparación con la tercera parte de las
mujeres sin ella; o que un 40% de las mujeres
con discapacidad sufre o ha sufrido alguna forma
de violencia, como señala el Consejo de Europa.
Ante este panorama, la ONCE ha creado el Observatorio de Igualdad de Oportunidades para,
entre otras cosas, prevenir y erradicar la violencia de género sobre las mujeres ciegas afiliadas a
la Organización, al considerar que son un sector
de población de especial vulnerabilidad.
Dentro del Plan de Actuación del Observatorio,
destaca la puesta en marcha de la Estrategia de
la ONCE y su Fundación en la lucha contra la Violencia de Género (aprobada en marzo de 2013),
y la realización de un estudio para conocer la situación de las mujeres afiliadas a la ONCE ante
la violencia, haciendo una reunión sistemática de
datos y detallando sus causas y consecuencias.
En 2014, la ONCE y su Fundación fueron premiadas por su especial implicación en la lucha contra la violencia de género, principalmente en el
caso de las mujeres con discapacidad, expuestas
a una situación de mayor vulnerabilidad ante la
violencia y el abuso.
Según el Informe del Parlamento Europeo sobre
la situación de las mujeres de los grupos minoritarios en la Unión Europea de 2004, casi el
80% de las mujeres con discapacidad es víctima
de la violencia y tiene un riesgo cuatro veces
mayor que el resto de mujeres de sufrir violencia sexual.
58
Así como las mujeres sin discapacidad son objeto
de una violencia mayoritariamente causada por
su pareja o ex pareja, las mujeres con discapacidad, el 68% de las cuales vive en instituciones,
están expuestas a la violencia de personas de su
entorno, ya sea personal sanitario, de servicio o
cuidadores.
El hecho de presentar una discapacidad incrementa sustancialmente el riesgo de maltrato. la
prevalencia de maltrato es mayor entre los menores que presentan alguna enfermedad física o
trastorno mental (7,80%) que entre los que no la
presentan (3,57%), o que los menores que tienen alguna discapacidad sufren mayores tasas
de maltrato (23,08%) frente a los menores que
no presentan ninguna (3,87%), según el informe
“Maltrato Infantil en la familia en España”, de la
Dirección General de Política Social, de las Familias y de la Infancia y el Centro Reina Sofía para
el estudio de la violencia.
A Fondo
59
Comunicando
Los voluntarios posan sonrientes durante el encuentro.
Ochenta voluntari@s del Teléfono de
la Esperanza se forman para gestionar
grupos de autoayuda
El año pasado más de 15.000 personas participaron en las actividades grupales
La atención en crisis y la promoción de la salud
emocional a través de cursos, talleres y grupos
terapéuticos es una de las áreas más importantes
del trabajo desarrollado por el Teléfono de la Esperanza. El pasado año, más de 15.000 personas
participaron en las diversas actividades grupales
desarrolladas por toda España.
Con el objetivo de reforzar esta área, cada año,
el Teléfono de la Esperanza organiza, a nivel nacional, espacios formativos para sus voluntarios,
donde adquieran las habilidades básicas para
abordar esta apasionante tarea de gestionar talleres y grupos de autoayuda.
El pasado fin de semana, más de ochenta
voluntari@s se reunieron en Villagarcía de Campos (Valladolid), bajo la dirección de Juan Sánchez
y María Guerrero, para continuar con su formación
en la gestión grupal. Con alegría y una gran dosis
de entusiasmo, voluntarios de Salamanca, Valla-
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dolid, Palencia, Cantabria, La Rioja, Vizcaya, Madrid, León Cáceres y Zamora se dieron cita los días
8, 9 y 10 de Mayo para consolidar sus habilidades
y conocimientos en torno a la animación de grupos
de autoayuda y promoción de la salud mental.
Los voluntarios y voluntarias son el activo más
valioso de nuestra Asociación y su formación un
objetivo prioritario para seguir ofertando a la sociedad española, especialmente a aquellos que
más sufren, un servicio de calidad.
Aprovechamos la ocasión para agradecer la hospitalidad de los Jesuitas de Villagarcía de Campos que nos ofrecieron unas estupendas instalaciones, en un entorno natural privilegiado, donde
encontramos un espacio idóneo para la reflexión
y la convivencia. Debemos, también, agradecer
al Teléfono de la Esperanza de Salamanca, y especialmente a su presidente, Alfredo García, por
la excelente organización del encuentro.
Comunicando
El Ayuntamiento de Laredo cede locales
al Teléfono de la Esperanza
El Teléfono de la Esperanza en Cantabria es joven, pero muy dinámico. Desde hace tiempo,
viene impartiendo talleres de promoción del
bienestar emocional por toda la autonomía.
Gracias a la colaboración del Ayuntamiento de
Laredo da un paso más en este proceso de consolidación en las bellas tierras cántabras. Las
voluntarias del Teléfono de la Esperanza de Laredo comienzan a reunirse en el espacio que el
Ayuntamiento ha puesto a su disposición para
atender el teléfono.
Voluntarias de Laredo frente al Ayuntamiento.
“El Teléfono es auxilio y esperanza para
situaciones críticas”
La ONG recibe 24.000 euros de la Junta de Extremadura para sus programas
La Junta de Extremadura ha concedido 24.000
euros al Teléfono de la Esperanza. Se trata de
un apoyo que se inscribe dentro del Programa
de Inclusión para Colectivos en Riesgos de Exclusión Social, dotado con más de 600.000 euros. La
ayuda llegará a 27 Organizaciones No Gubernamentales (ONG’s) e instituciones sin ánimo de lucro para la realización de programas destinados
a los colectivos más vulnerables.
Las ayudas, convocadas en enero, ya han sido resueltas, y entre otras asociaciones se beneficiarán
entidades como Fundación Triángulo, Cruz Roja,
EANP o el Teléfono de la Esperanza, cuyas instalaciones ha visitado la consejera de Empleo, Mujer
y Políticas Sociales, María de los Ángeles Muñoz.
En su encuentro con los voluntarios que atienden
el Teléfono de la Esperanza, que recibe más de
24.000 euros para el desarrollo y mantenimiento
de su programa de atención telefónica, la consejera ha agradecido la labor que desempeñan
La Consejera de Empleo junto a voluntarios del Teléfono en
Extremadura.
todas y cada una de las personas que asisten voluntariamente un servicio que el año pasado recibió más de 5.500 llamadas.
“Un recurso de auxilio, apoyo y esperanza fundamental para los para los extremeños que sufren situaciones personales críticas y delicadas, que requieren una atención especializada, un cuidado, un
apoyo, cercanía y cariño, y que encuentran en el
Teléfono de la Esperanza una ayuda inmediata”, ha
dicho Muñoz refiriéndose a la ONG, como informa
el Gobierno extremeño en una nota de prensa.
61
Comunicando
“Los almerienses nos sentimos orgullosos
de vuestra gente solidaria”
La Diputación de Almería concede ayudas del Teléfono de la Esperanza
Órganos de Almería; y la Asociación Internacional del Teléfono de la Esperanza.
Gabriel Amat con los representantes de las ONG´s, que han
recibido subvenciones.
La Diputación Provincial de Almería ha afianzado hoy el compromiso del equipo de Gobierno
con 11 asociaciones sin ánimo de lucro y Organizaciones No Gubernamentales asentadas en
la provincia. El presidente, Gabriel Amat, se ha
reunido hoy con los máximos responsables de
las mismas para hacerles entrega de las resoluciones mediante las que se hacen efectivas
las ayudas destinadas a financiar sus proyectos sociales.
Las asociaciones que se han beneficiado de este
paquete de ayudas que ha puesto en marcha el
Área de Presidencia son: El Misionero y El Mundo; A Toda Vela; la Asociación Española Contra
el Cáncer; la Asociación Provincial de Personas
Sordas de Almería (ASOAL); la Asociación Almeriense para el Síndrome de Down; Asociación
a favor de las personas con Discapacidad Intelectual del Suroeste de Almería (ASPRODESA);
Asociación de Madres y Padres Protectores de
Personas con Discapacidad Intelectual de Almería (ASPAPROS); Asociación de Padres; Asociaciones de Padres, Familiares y Amigos de Minusválidos Psíquicos de la zona norte de Almería
(APAFA); Asociación de Familiares y Allegados
de Personas con Enfermedad Mental ‘El Timón’;
Asociación de Donantes de Sangre, Tejidos y
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El presidente de Diputación ha felicitado a los
responsables de las 11 ONG´s por su labor
desinteresada y por ser el motor de las causas
por las que trabajan dedicando todo su tiempo libre, y en algunos casos hasta su dinero,
en defensa de las personas que les necesitan.
“Como presidente de Diputación quiero que sepáis que todos los almerienses nos sentimos
orgullosos de gente solidaria y comprometida
como la que conforma vuestras asociaciones y
que dedican su vida a mejorar la vida de los
demás”, señaló.
Las ayudas, que suman los 20.500 euros, permitirán financiar proyectos sociales, actividades
de sensibilización y concienciación; así como los
gastos de mantenimiento de las estructuras asociativas.
El Teléfono de la Esperanza destinará la ayuda de
Diputación para financiar los gastos de funcionamiento de su sede, que es fundamental para el
desarrollo de su proyecto ‘Intervención en Crisis’.
Se trata de una actuación de carácter provincial,
que está dirigida a la realización de actividades
de promoción de la salud emocional.
Comunicando
Para dar a conocer la labor de la ONG en el ámbito académico
La Universidad de Jaén y la UNED firman
acuerdos con el Teléfono de la Esperanza
El Teléfono de la Esperanza de Jaén inicia una nueva etapa en la capital
jiennense con la firma de un convenio de colaboración con la UJA (Universidad
de Jaén) y la UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia). Durante el curso 2014/15 se está realizando el
Practicum de alumnos universitarios de Psicología y Trabajo social en el último año de su formación académica. Las prácticas se desarrollan en el
último trimestre del año escolar a través de la supervisión de tutores (coordinadores de grupo) y
profesionales, pertenecientes al voluntariado del
Teléfono de la Esperanza de Jaén. Se incluyen las
siguientes actividades:
- Formación teórica y práctica en la elaboración de proyectos sociales.
- Participación como usuario en el taller de
promoción de la salud emocional “Autoestima”; y realización y coordinación de una
sesión grupal, mediante el copilotaje supervisado con un coordinador de grupo.
- Formación teórica en el “Seminario de Agentes de ayuda”, y desarrollo de prácticas a través de “llamadas grabadas teatralizadas”.
- Conocimiento de la Asociación Internacional Teléfono de la Esperanza (ASITES) y del
centro de Jaén, y su desarrollo en las redes
sociales.
- Conocimiento y actualización de la “Guía de
recursos sociales” del centro, y realización
de la difusión de nuestra labor social divulgativa en asociaciones e instituciones públicas y privadas.
- Prácticas de comunicación y expresión emocional con el usuario, llamante y asociaciones e instituciones públicas y privadas.
Desde el TE se presta atención a la salud emocional.
- La acogida del usuario en el Teléfono de la
Esperanza en situaciones de crisis, y la selección de usuarios para la asistencia a cursos y talleres.
- Práctica divulgativa de la labor del Teléfono
de la Esperanza en el ámbito escolar.
La prácticas finalizan con un acto de comunicación y creatividad que los alumnos universitarios
realizarán en el IESS “Jabalcuz” de la capital,
con alumnos y profesorado de 3º de la ESO, sobre la “Comunicación y la Escucha empática”. Las actividades se desarrollaron durante la
semana 5 al 14 de mayo de 2015. Una toma
de conciencia sobre la necesidad de la práctica
de la buena comunicación y la escucha en la sociedad actual.
Nuestro objetivo es que nuestra labor de prevención y atención de la salud emocional sea conocida en el seno de la comunidad educativa y
universitaria. Gracias a todos los que han hecho
posible esta acción social.
63
Comunicando
Voluntarios leoneses en su sede.
Los ayuntamientos de Salamanca y León
renuevan su compromiso con nuestra ONG
El Ayuntamiento de Salamanca ha renovado de
los convenios que mantiene con cerca de medio
centenar de entidades y colectivos de la ciudad
que trabajan en el ámbito social.
La Comisión de Bienestar Social ha aprobado
ayudas por importe de 707.069 euros, lo que supone un incremento del 17,10% respecto al año
anterior. Estas aportaciones se enmarcan dentro
del compromiso del Consistorio de facilitar el trabajo de una serie de entidades que realizan una
encomiable labor con los mayores, personas con
discapacidad o necesitadas de ayuda.
Gracias a esta colaboración El Teléfono de la Esperanza seguirá promocionando el voluntariado en
la ciudad, atendiendo más de 2.000 llamadas de
personas en crisis, fortaleciendo sus programas
de prevención de suicidio y organizando talleres y
cursos de promoción del bienestar emocional.
El cariño de León
Por su parte, desde sus inicios, el Teléfono de la Es-
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peranza en León, ha recibido la colaboración y el cariño de los ediles municipales. Un año más, las subvenciones municipales se han acordado de nuestra
Asociación y los recursos que pone a nuestra disposición serán básicos para seguir mejorando la atención de la gente que más sufre en la ciudad.
El Teléfono de la Esperanza es un referente en la
promoción y formación del voluntariado en la ciudad. La colaboración municipal nos ayudará a seguir sembrando esperanza y comprometiendo a las
gentes leonesas en la ardua y gratificante tarea de
ser voluntarios.
Los fondos serán empleado, igualmente, en la organización de talleres para personas y familias en
crisis y en la promoción del bienestar emocional
de las personas.
Fieles a nuestra vocación seguiremos atendiendo, cada día las 24 horas, ese teléfono que acerca una voz amiga a la persona que sufre y se encuentra sola.
Comunicando
Se trató la prevención y el modo de afrontarlo
El Teléfono de la Esperanza participó
en la Jornada “Suicidio en jóvenes y
adolescentes”
El jueves 28 de mayo, se celebró en Lérida la I Jornada para la reflexión y
el debate “El Suicidio en Jóvenes y Adolescentes. Prevención, detección y
modo de afrontarlo”, organizada por el Servei de Suport al Dol de Ponent,
asociación de apoyo al duelo con más de doce años de experiencia.
Según datos de la OMS, el suicidio es una de las
cinco primeras causas de mortalidad en la franja
de edad entre 15 a 19 años, y en muchos países
llega a ser la primera. Por este motivo, el propósito de la jornada fue poner de relieve la importancia del problema entre los jóvenes y adolescentes,
abordando el tema desde una perspectiva integral,
con ponentes de diferentes disciplinas como la psiquiatría, la psicología, la filosofía, la sociología o la
antropología.
Entre los objetivos de la jornada se encontraban generar reflexiones y debate sobre el modo de afrontar el problema, las posibles causas y la prevención
de riesgos; así como identificar estrategias, prácticas y recursos asistenciales; explorar el impacto de
la muerte por suicidio en el proceso de duelo de los
familiares; y aclarar la interacción de las redes sociales en la detección de conductas suicidas.
A lo largo del día, se trataron temas como la resiliencia ante las crisis, las estrategias de prevención en el sistema sanitario o la dimensión social y filosófica del suicidio. Asimismo, la jornada
contó con intervenciones de supervivientes del
suicidio y familiares de víctimas, que enriquecieron el encuentro con sus experiencias personales. La Presidenta de la Asociación Després
del Suïcidi – Associació de Supervivents, Cecilia Borrás, expuso las particularidades del duelo
por suicidio y las intervenciones específicas que
requieren las personas que se sienten profundamente impactadas por el suicidio de un familiar,
amigo o allegado.
El papel de la redes
El Teléfono de la Esperanza
participó en la jornada con
la ponencia “Redes Sociales e ideas Suicidas: ¿altavoz o prevención?”, sobre
el papel de las redes sociales en la prevención del
suicidio, las acciones que
se llevan a cabo desde el
Teléfono de la Esperanza
en este sentido y la colaboración que presta la Asociación a la red social Facebook como socio para la prevención del suicidio.
Adecuadamente utilizadas, las redes sociales pueden jugar un papel importante a diferentes niveles: como herramienta social, en la mejora y mantenimiento de las redes de apoyo; como canal, en
la difusión de información apropiada; como fenómeno, en la sensibilización de un problema silenciado; como fuente de detección de casos; y, por
último aunque no menos importante, como espacio de comunicación donde las personas que lo
necesiten puedan expresar sus sentimientos de
angustia y desesperanza.
La ponencia estuvo a cargo de Isabel Ponce, antropóloga y Directora Técnica del Teléfono de la
Esperanza de Madrid, que también expuso ante
los asistentes los recursos que ofrece Facebook
en colaboración con la Asociación para preservar
la salud emocional y detectar casos de riesgo.
65
Directorio
CENTROS DEL TELÉFONO DE LA ESPERANZA EN ESPAÑA
Atención en Crisis
902 500 002
ALBACETE
C/ Federico García Lorca, 20-1º
02001 ALBACETE
Tel.: 967 52 34 34. Fax: 967 52 34 48
E-mail: [email protected]
CASTELLÓN
C/ Segorbe, 8
12004 CASTELLÓN
Tel.: 964 22 70 93. Fax: 964 22 02 58
E-mail: [email protected]
MURCIA
C/ Ricardo Zamora, 8
30003 MURCIA
Tel.: 968 34 34 00. Fax: 968 34 35 66
E-mail: [email protected]
ALICANTE
C/ Benito Pérez Galdós, 41-Entr. C
03005 ALICANTE
Tel.: 96 513 11 22. Fax: 96 512 43 49
E-mail: [email protected]
CÓRDOBA
C/ Concepción, 7 - 1º Puerta 2
14003 CÓRDOBA
Tel.: 957 47 01 95
E-mail: [email protected]
NAVARRA
C/ San Blas, 13 - bajo
31014 PAMPLONA
Tel.: 948 23 70 58. Fax: 948 38 20 34
E-mail: [email protected]
ALMERÍA
C/ Francia, 131
04009 ALMERÍA
Tel.: 950 26 99 99. Fax: 950 26 07 89
E- mail: [email protected]
GRANADA
C/ Horno del Espadero, 22
18005 GRANADA
Tel.: 958 26 15 16. Fax: 958 26 15 06
E-mail: [email protected]
PALENCIA
C/ Francisco Reinoso, 3 - 3º D
34003 PALENCIA
Tel.: 979 17 01 00
E-mail: [email protected]
ARAGÓN
C/ Lagasca, 13 - 1º
50006 ZARAGOZA
Tel.: 976 23 28 28. Fax: 976 23 41 40
E-mail: [email protected]
HUELVA
Avda. de Andalucía, 11 - Bajo
21004 HUELVA
Tel.: 959 28 15 15. Fax: 959 54 07 27
E-mail: [email protected]
SALAMANCA
Paseo de Canalejas, 56 - 1º B
37001 SALAMANCA
Tel.: 923 22 11 11. Fax: 923 22 62 35
E-mail: [email protected]
ASTURIAS
Avda. de Bruselas, 4 bajo
33011 OVIEDO
Tel.: 985 22 55 40. Fax: 985 27 65 00
E-mail: [email protected]
ISLAS BALEARES
C/ Miguel Marqués, 7 - 1º
07005 PALMA DE MALLORCA
Tel.: 971 46 11 12. Fax: 971 46 17 17
E-mail: [email protected]
SANTIAGO DE COMPOSTELA
C/ San Pedro de Mezonzo, 26 bis 2ºB (Viviendas San Fernando)
15701 SANTIAGO DE COMPOSTELA
Tel.: 981 51 92 00
E-mail: [email protected]
BADAJOZ
C/ Ramón Albarrán, 15-1º dcha.
06002 BADAJOZ
Tel.: 924 22 29 40. Fax: 924 25 65 08
E-mail: [email protected]
JAÉN
C/ Peso de la Harina 1, 4º
23001 JAÉN
Tel.: 953 26 09 31
E-mail: [email protected]
SEVILLA
Avda. Cruz del Campo, 24
41005 SEVILLA
Tel.: 95 457 68 00. Fax: 95 458 23 75
E-mail: [email protected]
BIZKAIA
Avda. Sabino Arana, 42, 1º
48013 BILBAO
Tel.: 944 100 944
E- mail: [email protected]
LA RIOJA
C/ Duquesa de la Victoria, 12
26003 LOGROÑO
Tel.: 941 49 06 06
E-mail: [email protected]
TOLEDO
C/ Panamá, 2 - 1º N.
45004 TOLEDO
Tel.: 925 23 95 25
E-mail: [email protected]
CÁCERES
Avda. de los Pilares, 1- bloque 8-3ºB
10002 CÁCERES
Tel.: 927 62 70 00.
E-mail: [email protected]
LEÓN
Avda. Padre Isla, 28 4º Izda.
24002 LEÓN
Tel.: 987 87 60 06
E-mail: [email protected]
VALENCIA
C/ Espinosa, 9- 1º- 1ª
46008 VALENCIA
Tel.: 96 391 60 06. Fax: 96 392 45 47
E-mail: [email protected]
CANARIAS
C/ Mesa de León, 4 - 3º dcha.
35001 LAS PALMAS DE G.C.
Tel.: 928 33 40 50. Fax: 928 33 60 60
E-mail: [email protected]
MADRID
C/ Francos Rodríguez, 51 - Chalet 44
28039 MADRID
Tel.: 91 459 00 50. Fax: 91 459 04 50
E-mail: [email protected]
VALLADOLID
C/ San Fernando, 7 - Local
47010 VALLADOLID
Tel.: 983 30 70 77
E-mail: [email protected]
CANTABRIA
C/ Santa Lucía, 43. Entresuelo, puerta 1
39003 SANTANDER
Tel.: 942 36 37 45
E-mail: [email protected]
MÁLAGA
C/ Hurtado de Mendoza, 3 - “Villa Esperanza”
29012 MÁLAGA
Tel.: 95 226 15 00. Fax: 95 265 26 51
E-mail: [email protected]
ZAMORA
Plaza del Seminario, 2, despacho 4.
49003 ZAMORA
Tel.: 980 535 365
E-mail: [email protected]
66
Directorio
CENTROS DEL TELÉFONO DE LA ESPERANZA EN EL MUNDO
BARRANQUILLA (COLOMBIA)
Calle 53, 50-53
BARRANQUILLA
Tel.: (00 57 5) 372 27 27
E-mail: [email protected]
PASTO (COLOMBIA)
Parroquia de Santiago Apóstol de los Hermanos Capuchinos
Tel.: (00 57) 3014927430 / (00 57) 3104987978
E-mail: [email protected]
BOGOTÁ (COLOMBIA)
Cra 25 calle 48-11
4813 BOGOTÁ
Tel.: (00 57 1) 323 24 25
E-mail: [email protected]
QUITO (ECUADOR)
C/ Capitán Edmundo Chiriboga
N-47227
Tel.: (00 593 2) 6000 477 / 2923 327
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CHILLÁN (CHILE)
C/ 18 de septiembre, 456
380-0650 CHILLÁN
Tel.: (00 56 42) 22 12 00/02/08
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SAN PEDRO SULA (HONDURAS)
Colonia Alameda, 13 y 14 Avenidas, 5ª calle, N.E.
Tel.: (00 504) 2558-0808
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GUAYAQUIL (ECUADOR)
C/ Guatemala, 403 y Washington (Barrio del Seguro)
Tel.: (00 593 4) 2335839
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TEGUCIGALPA (HONDURAS)
Col. Florencia Norte. 1ª Calle, 1ª Avenida. Casa 4058, 2ª Planta
TEGUCIGALPA
Tel.: (00 504) 2232-1314
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LIMA (PERÚ)
C/ Gustavo Yabar 221-225.
Urbanización Vista Alegre. Santiago de Surco.
Tel.: (00 51 1) 273-8026
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VALENCIA (VENEZUELA)
Av. Principal Callejón Mañongo. Hogar San José de Mañongo
N° 2 Urb. Mañongo.
Naguanagua. Edo. Carabobo. Venezuela. Zona Postal 2001.
Tel.: (00 58) 241 8433308
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MEDELLÍN (COLOMBIA)
Carrera 49 - 58 - 40
Tel.: (00 57 4) 284 66 00
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ZÚRICH (SUIZA)
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OPORTO (PORTUGAL)
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