El teléfono celular - Facultad de Estudios Internacionales y Políticas
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El teléfono celular - Facultad de Estudios Internacionales y Políticas
El teléfono celular Su incorporación a la vida social UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SINALOA Dr. Víctor Antonio Corrales Burgueño Rector Mc. Ilda Elizabeth Moreno Rojas Directora de Editorial Dr. Guillermo Ibarra Escobar Director de la Facultad de Estudios Internacionales y Políticas Públicas Ana Luz Ruelas El teléfono celular Su incorporación a la vida social Facultad de Estudios Internacionales y Políticas Públicas Universidad Autónoma de Sinaloa Juan Pablos Editor México, 2013 Cuerpo Académico Internacionales UAS-SIN-CA-131 PIFI-2012 El teléfono celular. Su incorporación a la vida social de Ana Luz Ruelas Primera edición, 2013 D. R. © 2013 Ana Luz Ruelas D. R. © 2013 Facultad de Estudios Internacionales y Políticas Públicas Universidad Autónoma de Sinaloa Prol. Josefa Ortiz de Domínguez s/n, Ciudad Universitaria Culiacán, Sinaloa, 80040 D.R. © 2013 Juan Pablos Editor, S. A. 2a. Cerrada de Belisario Domínguez 19, Col. del Carmen, Del. Coyoacán, 04100, México, D.F. <[email protected]> ISBN Impreso en México Reservados los derechos ÍNDICE AGRADECIMIENTOS 9 INTRODUCCIÓN 11 1. LOS ORÍGENES DE LA TELEFONÍA MÓVIL La historia del dispositivo Su desarrollo en Estados Unidos La convergencia y diversificación del servicio móvil Olas de innovación Los antecedentes del I-mode Contrastes en la introducción del celular El sistema de pago por adelantado 21 21 23 29 30 39 45 55 2. NIÑOS Y ADOLESCENTES, USUARIOS DEL CELULAR El pánico moral a la nueva tecnología La adolescencia y la tecnología Ser o no ser responsables Códigos sociales en construcción Experiencias de adopción en varios países Factores de la rápida diseminación El papel de la identidad juvenil Las expectativas de empleo El sentimiento de seguridad 69 69 73 77 81 83 87 88 90 91 [5] 6 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL 3. EL CELULAR Y EL ESPACIO PÚBLICO Y PRIVADO Definiciones de espacio ¿Un tercer lugar? ¿Privatización del espacio público? Cambios en el hogar Vida comunal Identidad Estatus y clase social Reglas o códigos de conducta El teléfono y su significado simbólico El celular y la moda 97 100 103 107 109 111 114 117 119 122 124 4. EL TELÉFONO CELULAR EN LA BRECHA DIGITAL. JÓVENES 129 Introducción 131 Perspectivas teóricas para estudiar al celular 132 Enfoques para el caso mexicano 136 El celular para poblaciones deprimidas 139 Crecimiento celular en México 141 La telefonía fija en México 144 Datos y metodología 147 Familias, ubicuidad y seguridad 148 ¿Es intenso el uso del celular por los jóvenes? 151 Impacto económico y preferencias por los formatos de comunicación en los estudiantes 154 El prepago y pospago 155 Actualización forzada del equipo 158 Usan el celular desde todos los espacios 159 Los novios o novias son los que más se contactan por el celular 160 SINALOENSES: ADOPCIÓN, USOS Y ADAPTACIONES 5. EL KEITAI. LA CULTURA TRASTOCADA DE JAPÓN Mitos y realidades sobre la tecnología La telefonía móvil El keitai 167 170 174 177 ANA LUZ RUELAS Características y servicios de los keitai Cultura keitai Personalización Keitai versus smartphone 7 180 187 195 198 6. EL TELÉFONO MÓVIL EN EL MUNDO Y SU COBERTURA EN 213 CANADÁ. PRIMEROS AÑOS Estadísticas del uso del celular 218 El teléfono celular en Canadá 224 El prepago 226 7. CANADÁ Y SUS CONTRASTES EN ADOPCIÓN Y USO DEL TELÉFONO CELULAR La agenda de investigación Canadá y su infraestructura en telecomunicaciones El mercado Tarifas Cada año más hogares tienen un celular Resultados de la encuesta en Sherbrooke ¿Importa o no que el último modelo de celular no se encuentre disponible en Canadá? El desbloqueo de celulares BIBLIOGRAFÍA 231 232 235 240 242 244 247 253 255 259 AGRADECIMIENTOS Tengo mucho que agradecer a personas e instituciones que colaboraron para que pudiera culminar y concretar este libro. En primer lugar a la Universidad Autónoma de Sinaloa y su rector el doctor Víctor Antonio Corrales Burgueño (2009-2013) por el gran apoyo que me brindó para la edición y publicación. Reconozco que en la Facultad de Estudios Internacionales y Políticas Públicas donde soy profesora desde su fundación en 2002, tuve en los últimos dos años el ambiente inigualable para hacer y rehacer los borradores necesarios, con colegas, colaboradores y amigos. Estoy en deuda con un equipo de jóvenes altamente capacitados, egresados de la FEIyPP que me asistieron en todo momento para diferentes tareas del libro: a Tannya Ceballos Álvarez, Diana Zomera Partida, Fabián Rivera y Judith Ramos. A mi sobrino, el doctor Jorge Ibarra Martínez, por su gran disposición para relevarme temporalmente en mi curso de Derecho Constitucional que me permitió finalizar las revisiones y estar al tanto de la edición de la obra. Con Ana Elizabeth Ramírez y Melissa Frías Rocha, que siempre estuvieron pendientes, desde San Luis Potosí y Madrid, de mis avances, proveyéndome de noticias y novedades oportunas sobre el teléfono celular e internet. [9] 10 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL Ellas han dejado una huella imborrable en mis proyectos académicos. Javier Velázquez y Frida Rodelo han sido soporte eficaz en la revisión, corrección y diagramación del texto. Les brindo mil gracias por todo. Quiero dedicar especialmente este libro a mi amiga, la señora Norma Aguilar Navarro, por su generosidad, atenciones y comprensión para con el trabajo de investigación del que ha estado pendiente. Desde luego dejo constancia de mi profundo cariño a mis hijos Ana Alejandra y Benedicto por su comprensión y compañía. A mi esposo, Guillermo; como siempre, por darme impulso profesional, apoyo irrestricto y certeros consejos día tras día. INTRODUCCIÓN La diversificación de las tecnologías de información y comunicación parecen no tener fin. El teléfono celular que llegó hace poco más de una década para sostenerse como el ícono de la innovación más sofisticada por la movilidad que permitió, ahora se ve pasado de moda si lo asumimos como un artefacto exclusivo para hablar. Pensar en la convergencia tecnológica equivalía a posibilitar por un mismo canal de comunicación la obtención de voz, imágenes, textos y datos fijos. Ahora el futuro aparenta estar en las comunicaciones móviles, que no significan únicamente telefonía móvil, sino cómputo móvil inteligente con docenas de aplicaciones para hacer lo mismo que antaño, pero mientras se está en movimiento: escribir, leer textos extensos, obtener datos e información al instante desde cualquier punto geográfico donde lleguen las diversas redes de telecomunicaciones. Los artefactos movibles como los teléfonos inteligentes y las tabletas contienen muchas tecnologías que se han combinado: las de tercera y cuarta generación, las redes wireless fidelity, televisión, los radioteléfonos, etcétera. Las innovaciones están a la orden del día, porque se busca alcanzar a diferentes sectores poblacionales a la vez, con la tecnología de comunicación a la medida; para [11] 12 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL la clientela occidental, oriental, para las grandes urbes, para zonas rurales, para adultos y adolescentes, pero también para los infantes, para llevarles información, entretenimiento, juego, lectura, seguridad, ubicuidad. Sería una exageración decir que los celulares emergen como pequeños “centros multimedia” hasta la segunda década del nuevo siglo. Hacia allá han evolucionado, pues son una verdadera mina para la industria manufacturera y de servicios de telecomunicaciones porque se ha creado un mercado ávido de nuevas aplicaciones o plataformas para realizar múltiples actividades desde un aparato diminuto, a bajo o alto costo, para todas las posibilidades económicas. Las comunicaciones de datos se volvieron omnipresentes hasta hace cinco años; pero hace diez, twitter y las redes WiFi eran inexistentes. El número de suscriptores a telefonía celular de hace una década era la quinta parte de la que es actualmente, y pronto no tendrá sentido estar contabilizando suscriptores sin hacerlo de manera fragmentada como se hace por ejemplo de acuerdo al tipo de contrato o con acceso a banda ancha. Es innegable que el poblamiento de miles de millones de artefactos susceptibles de usarse en cualquier espacio donde lleguen las radiofrecuencias, ha venido a trastocar un sinfín de actividades de naturaleza privada o pública. El celular es quizá junto con el televisor, el artefacto electrónico que se ha adoptado con mayor rapidez y fruición por todas las clases sociales. Los usuarios celulares ya invadieron al mundo, pues si para 2007 había alcanzado los 3,300 millones de clientes, o sea la mitad de la población mundial, para 2009 el número de suscriptores (4.7 mil millones) ya se acercaba a la población total (6.8 mil millones), sin que de ninguna manera signifique que su distribución sea equitativa, pues solo 59 países tenían una penetración del 100% amén de que hay usuarios que cuentan con dos o más teléfonos. Además, la Unión Inter- ANA LUZ RUELAS 13 nacional de Telecomunicaciones, acertadamente está tomando como referente adicional para medir la penetración móvil, a los suscriptores de banda ancha móvil, donde continúa reflejándose las desventajas históricas de las regiones más pobres. El uso del celular provoca múltiples efectos porque es un artefacto socio técnico, atado a la forma como se produce, para qué se produce, a quien va dirigido, cómo se adopta, o se rechaza. Es decir, es un dispositivo sociocultural. Es sabido que las comunicaciones de nueva generación, las que se basan en las tecnologías digitales y las transmisiones electrónicas, entre ellas el celular, reflejan e impactan a la sociedad y cultura donde se insertan. El estudio sobre el teléfono movil ha adquirido gran interés y carta de naturalización entre la comunidad académica principalmente en Europa y Estados Unidos. Lo que se vio en los albores de su introducción con cautela, por tratarse de una tecnología pegajosa o mundana, ahora ha adquirido dimensiones respetables como objeto de estudio. Esto se constata por las publicaciones que a partir de 2002 se han hecho por editoriales de prestigio como Verlag de Inglaterra. En ellas se ha venido discutiendo la pertinencia de los enfoques teóricos que pueden utilizarse para analizar este fenómeno social. Se viene cuestionando si los asuntos teóricos y prácticos de la adopción del teléfono móvil son una extensión de preguntas ya trabajadas, que se adaptan en todo caso a las nuevas TICs (entre ellas el teléfono celular), y si estimulan la innovación teórica y conceptual. Otros se han enfocado a asuntos más específicos como la profundización de teorías de la domesticación de la tecnología, la interacción social, intimidad, privacidad, reconstrucción de los conceptos de tiempo y espacio. Pero también proliferan diversos estudios empíricos o etnográficos sobre los usos, patrones de su difusión y adop- 14 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL ción, significados o impactos sociales de este medio de comunicación, aunque para la región de América Latina como dicen los editores en la invitación a contribuir en la revista Convergence en agosto de 2012, “los usos sociales y el desarrollo se encuentran poco teorizados y pobremente estudiados”. Particular atención ha llamado el tema de los adolescentes y niños en diversos proyectos, como abordamos en el capítulo 2. K. Nyiri (2005) se ha atrevido a señalar que la impresionante penetración de los teléfonos móviles trajo cambios fundamentales que retan la denominada división digital. Efectivamente, así es. Pero insistimos que la fragmentación de los usuarios móviles sencillamente ha cambiado de condiciones. Se mantienen visibles diferenciaciones que van desde la calidad del aparato, los contenidos a que se pueden acceder, la velocidad de la conexión, los costos del servicio, entre otras. Poseer teléfono celular ya no es más un signo de distinción. Es para millones de personas el primer teléfono en su vida porque nunca tuvieron teléfono fijo de casa y es un artículo de primera necesidad para desempeñar un oficio o empleo. Estudios de mercadotecnia empezaron a mostrar que las etnias más pobres eran quienes tenían mayormente solo celular. En 2007, 15% de los adultos hispanos en Estados Unidos, por ejemplo usaban solamente teléfono celular, frente a los adultos negros que eran 13%, los asiáticos 12% y los blancos 11% (CNN, 2007). No obstante, la televisión y la radio están ampliamente diseminadas entre la población, los televidentes y las audiencias, no se relacionan tan inmediata ni directamente con productores y conductores en esos medios, cosa que si ocurre con el celular, que lo mismo sobrepasa la familia, lo doméstico, los pequeños grupos, lo individual. Primero superó a la comunicación por correo electrónico “tradicional”, para luego ser el medio idóneo para ANA LUZ RUELAS 15 comunicaciones de negocios o la administración de asuntos domésticos, el entretenimiento y la participación ciudadana. En este libro presentamos a lo largo de los siete capítulos, experiencias de adopción, usos e introducción de la tecnología en culturas disímbolas como la finlandesa, japonesa, estadounidense, canadiense, del Reino Unido y mexicana. Dedicamos un capítulo especial, el 4 a Japón, los 6 y 7 a Canadá, así como al caso local de Sinaloa en el 3. Aunque son diferentes contextos, se observan impactos, consecuencias y prácticas comunes en torno al celular. El contacto telefónico llena un amplio rango de necesidades sociales y humanas: para aliviar el sentimiento de soledad, obtener seguridad e independencia, diversión, entretenimiento, compartir momentos en tiempo real. Muchas personas adultas, al dejarse subyugar por la eficacia y omnipresencia del teléfono móvil, hacen que su cotidianidad se acelere y se transforme. También la situación de aislamiento, la marginación, adición y el declive de la interacción tradicional se han visto seriamente interferidos por la comunicación móvil (Kopoma, 2000: 5). Para Holladay, Crutcher et al. (1997: 173), las comunicaciones telefónicas dan grandes ventajas sobre la comunicación cara a cara particularmente para la gente adulta: se superan las distancias geográficas para la interacción, se obtienen accesos en tiempo real para asuntos que no es posible atender frente a frente o en alguna situación particular; se realza la percepción del control personal, amén del acceso a información y servicios. Desde hace casi 25 años, cuando se introdujo el celular de manera elitista —comercialmente hablando—, y hasta la actualidad se le ve más bien como un artefacto común y corriente en prácticamente todos los confines del mundo. Se le ha convertido en una tecnología para comunicación de voz y texto en la vida diaria de miles de millones de 16 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL personas y se reconoce como algo central para la transformación cultural, la práctica social y los nuevos desarrollos en cómputo, medios, telecomunicaciones, Internet y entretenimiento. Podemos decir, que la historia de los medios de comunicación es indudablemente la historia de cómo se contactan los usuarios a través de ellos (Baym, 2012:17). El telégrafo se distinguió porque hacía llegar asuntos urgentes o muy esporádicos a personas e instituciones distantes, pero los puntos a donde llegaban las noticias era a las oficinas telegráficas; luego con el teléfono fijo que se conoce también como teléfono de casa el contacto se establecía o establece a los hogares u oficinas. Ahora a través del celular las personas se enlazan directamente, de individuo a individuo, permitiendo gran cercanía. De la misma manera, la historia del celular puede identificarse por los usuarios principales que ha tenido en diversas etapas: en sus inicios fueron los ejecutivos de compañías porque solo ellos podían pagar las altas tarifas; luego llegó a las clases medias y altas, y a medida que bajaron los costos y se adaptan esquemas de pago, la tecnología se popularizó entre adolescentes, jóvenes y prestadores de servicios personales a domicilio. De hecho, ahora es una herramienta de mano para el trabajo de grandes ejecutivos y oficiales públicos, pero también para obreros o personas cuyos oficios requieren mucha movilidad y aparte les evita tener una oficina a donde recibir solicitudes de servicios como plomería, mecánicos, taxistas, servicios personales de enfermería, limpieza. Y no se diga de los profesionistas cuya eficiencia depende grandemente de este teléfono: los médicos, abogados, agentes de seguros, etcétera. Se puede decir que al celular se le ha involucrado o ha hecho confluir una historia de larga data de las telecomunicaciones tanto en el sentido tecnológico como en sus ANA LUZ RUELAS 17 significados sociales. Con el telégrafo por las semejanzas entre el envío de señales que ahora son mensajes de texto y a veces tan ininteligibles para algunos por los fonemas utilizados y la abreviación de la escritura, como ocurría con la telegrafía de finales del siglo XIX y principios del XX. Pero también porque con el celular se buscó el objetivo primigenio del teléfono tradicional que es la comunicación de y por la voz; y por ser, a su vez, el teléfono símbolo por excelencia de los principios tecnológicos que rigen las telecomunicaciones. El celular es un fenómeno de masas, pero también es un artefacto personalísimo. En la década de 2010 con los teléfonos inteligentes, prácticamente al teléfono se le ve como un artefacto personal y comunal, según la conveniencia de ser vehículo para la conversación personapersona, o entre muchos por la conectividad para fungir como una red social. Ahora nos ha tocado testificar la mutación extraordinaria del teléfono móvil hacia un transmisor de texto que ha catapultado su uso preponderantemente por los jóvenes y niños. Es una tecnología que se ha hecho atractiva, pegajosa para estos sectores sociales que hasta hace poco estaban fuera de los circuitos del mercadeo de las comunicaciones electrónicas. También somos testigos de la mutación del celular a una computadora móvil con el advenimiento del I-mode, que da funciones de navegación por una web selectiva. Una de las relaciones sociales que se vienen redimensionando por efecto del extensivo e intrusivo uso del celular son las relacionadas con los espacios públicos, como tratamos en el capítulo 3. Al celular se le puede catalogar como una forma nueva de comunicación, pues la gente antes no tenía la posibilidad de hablar por teléfono mientras estaba en movimiento o se desplazaba. Lo que era en los inicios de la década del 2000 un paisaje de los cam- 18 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL pus universitarios atiborrados de jóvenes ensimismados, hablando cabizbajos aparentemente consigo mismos, o con la mirada puesta en puntos etéreos, hoy se ve por igual en aeropuertos, centros comerciales, parques, jardines, banquetas, etcétera. Cuando se escucha hablar a alguien en un espacio común no necesariamente significa que tiene una compañía presente, sino una ausente o virtual, con quien se comparten textos, fotografías o videos al instante. Entre las cosas nuevas que se crearon para regular la privatización de los espacios urbanos por efectos del congestionamiento de los celulares están las reglas de etiqueta. Si bien es cierto que los operadores telefónicos llegaron a elaborar Guías de Etiqueta para usar los móviles como los de Cellnet en el Reino Unido y Westel en Hungría, hoy en día resultan totalmente inútiles pues es muy difícil poner cierto orden en cuanto a cuándo y cómo usarlos. Cada grupo social va desarrollando sus propias normas sobre donde y como hablar en base a sus culturas y experiencias cotidianas. Se da una especie de entendimiento común de que es de mal gusto o embarazoso por ejemplo, hablar durante la proyección de una película en el cine, durante un sepelio, cuando se está platicando con alguien cara a cara, en las iglesias, cuando se está ante una autoridad o un superior. Los estudios más relevantes sobre el celular se empezaron a desarrollar en Europa, particularmente para los segmentos de la juventud, por ello son nuestra fuente de consulta preponderante. Oksman y Turtiainen hicieron un recuento de los que se había realizado para 2002 (2004: 320). En Noruega encontramos los de Ling y Helmersen, (2000) y luego los de Ling (2002), y de Ling y Ytrii (2002) y Skog (2002); en el Reino Unido por Green (2002) y Haddon (2002); en Italia por Fortunati (2002); en Alemania por Hoflich y Rossler (2002); en España por ANA LUZ RUELAS 19 Lorente (2002) y Francia (Rivière, 2002). Una de las primeras conclusiones a las que llegaron los estudios comparativos de la región europea, es que la cultura de los jóvenes en cuanto a la comunicación móvil incorporaba más similitudes que diferencias nacionales. En Finlandia, en la Universidad de Tampere, Oksman y Turtiainen (2004) iniciaron el estudio del uso del celular por los jóvenes desde 1997, bajo el proyecto Everyday Life and Mobile Communication of finís Youth and Families with Children, enfocándose a los menores de 18 años, mediante métodos cualitativos, realizando 168 entrevistas individuales y grupales a jóvenes, entre la primavera de 2000 y el invierno de 2002. Se han desarrollado congresos internacionales que específicamente congregan a académicos, manufactureros, prestadores de servicios, gobiernos interesados en la telefonía celular. La Universidad de Sydney en Australia, convocó para el 2/4 de julio de 2007, al congreso denominado Mobile Media and International Conference on Social and Cultural Aspects of Mobile Phones, Convergent Media, and Wireless Technologies para analizar y debatir sobre los medios móviles, explorando sus estructuras emergentes, prácticas, cadena de valores, relación entre productores y audiencia, aspectos e implicaciones culturales, estéticas, comerciales y sociales. La International Communications Association en su conferencia anual de 2006 llevó a cabo una preconferencia desarrollada en Bremen, Alemania, específicamente sobre teléfono celular, los participantes provenían de una diversidad de universidades europeas y estadounidenses donde se habían incubado proyectos para investigar esa realidad. El instituto de investigación filosófica de la academia de ciencias de Hungría, en colaboración con T-Mobile, desde 2001 y cada año ha celebrado un congreso anual bajo la cobertura del proyecto inter- 20 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL disciplinario Communications in the 21st Century, cuyo objetivo central es estudiar las necesidades colectivas y personales que la telefonía movil ha venido satisfaciendo y los cambios sociales y para la vida individual que ha introducido. El proyecto denominado The socio-technical shaping of mobile multimedia personal communications (STEMPEC) es patrocinado por cuatro operadores de redes: BT Cellnet, One2One, Orange y Vodafone, así como por el proveedor de contenido digital Granada Multimedia. Bajo este proyecto se han conducido investigaciones durante tres años, empezando en 1999, sobre la producción, regulación y consumo de tecnologías móviles a través de métodos cualitativos y etnográficos en el Reino Unido. Las investigaciones han sido conducidas por el Digital World Research Centre (DWRC) de la School of Human Sciences en la Universidad de Surrey. Finalmente, debemos advertir que mas allá de los encantos por la innovación y aplicaciones mismas, debemos interesarnos cómo las personas aceptan esta forma de comunicación, y si da pie para que revisemos los valores y prácticas sociales existentes, o escudriñar quienes influyen en su definición. Discernir que la emergencia de esta nueva tecnología, presenta ante nosotros un blanco movible, que cambia constantemente. Por ello, como dijo Steve Woolgar (2005), las ideas iniciales, referidas a que su modo primario de uso como artefacto para comunicación de voz fue equivocado, “porque pocos predijeron su rol masivo en los mensajes de texto”. Pero igualmente, ahora las estimaciones que hacemos sobre su influencia pueden estar magnificadas. Requerimos entender que cualquier tecnología pasa por el ciclo de exageración de sus cualidades y efectos nocivos, hacia un acomodo subsecuente dependiendo siempre de los usos en la vida social. 1. LOS ORÍGENES DE LA TELEFONÍA MÓVIL LA HISTORIA DEL DISPOSITIVO El teléfono celular, el dispositivo móvil que ha causado sensación en todos los estratos sociales a nivel mundial, es el resultado de una asociación de eventos regulatorios, mercantiles y tecnológicos que tienen una larga data. La telefonía móvil comercial inició a paso muy lento en la década de los cuarenta y fue hasta los noventa cuando el sistema celular adquirió gran fuerza. El estancamiento de este servicio se ha atribuido a razones regulatorias, tecnológicas, exceso de cautela empresarial, pero sobre todo a la segunda conflagración mundial. Para nuestras reflexiones retomamos algunas experiencias europeas, pero principalmente de Estados Unidos, ya que este país fue clave para que dicha tecnología se posicionara en México y otras naciones debido a la dependencia económica. La entrada del teléfono celular, de hecho, fue muy parecida a la implementación de la telefonía convencional en nuestro país que aconteció en 1878, paralelamente a la de Estados Unidos. En cuanto al aspecto económico y comercial, se ha señalado que la revolución inalámbrica —soporte indispensable de la telefonía móvil— comenzó una vez que bajaron los costos de los microprocesadores y la conmu[21] 22 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL tación digital estuvo disponible. Ello fue precedido por el desarrollo de la “bobina y el tubo de vacío que posibilitaron un avance temprano de la red telefónica en Estados Unidos dominada por el consorcio Bell” (Farley, 2004), el cual es considerado como el mejor sistema de telefonía fija en el mundo, aunque dicho consorcio se movió vacilante e incluso con desinterés por la telefonía inalámbrica, ya que ellos dominaban la red telefónica y el equipo que se conectara a ella, por lo cual consideraron que no les convenía económicamente el sistema inalámbrico pues las frecuencias disponibles eran limitadas y en consecuencia también el número de clientes (Farley, 2004). Precisamente, el éxito mercantil posterior de la telefonía celular recayó en el re-uso de las frecuencias de radio. Sin embargo, la disponibilidad de éstas ha sido un problema regulatorio recurrente en el progreso de las telecomunicaciones. En Estados Unidos se ha señalado con insistencia que la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés), ente público encargado de controlarlas, ha tenido fallas en su administración, pues según Farley (2004): “La reglamentación y su falta de respuesta, constituyen los factores más importantes que impidieron el desarrollo del teléfono, sobre todo con la radio celular, retrasándola en Estados Unidos por alrededor de diez años”. Lo interesante de esta historia radica en cómo la telefonía móvil celular retardó su avance, así como en los impedimentos que hubo para su incorporación al mercado, pues al parecer durante la Guerra Fría se priorizaron las inversiones en inteligencia artificial, en cómputo y armas nucleares, mientras que para el sistema celular hubo un fuerte regateo (Edwards, 1997, tomado de Brown, 2002: 7). ANA LUZ RUELAS 23 SU DESARROLLO EN ESTADOS UNIDOS De acuerdo con Brown (2002), si bien el primer sistema comercial de telefonía móvil en Norteamérica se terminó y puso en operación en los años cuarenta, éste tardó décadas en alcanzar un mercado masivo ya que se favorecieron otras tecnologías y las decisiones se dilataron debido a las erráticas predicciones sobre su aceptación por los famosos Laboratorios Bell.1 Aunque, ciertamente, en la década de los setenta los científicos de este laboratorio realizaron la investigación que resultó en la portabilidad de muchos artefactos de comunicación, entre ellos los teléfonos celulares, reemplazando así los pesados tubos de vacío por los transistores (Brock, 2003, tomado de Goggin, 2006: 26). En los cuarenta el sistema de telefonía móvil se basaba en una tecnología elemental. Los radios para automóviles —muy conocidos en los servicios de taxis— difundían y recibían transmisiones de una estación o base fija, donde los canales podían estar conectados a una línea telefónica terrestre. Para usar el sistema, una persona buscaba manualmente una radio-frecuencia libre, tomaba al receptor y se conectaba, luego podía introducir su número de suscripción (para propósito de facturación), buscar el número de teléfono deseado y el operador podía marcar la llamada y enlazar la línea telefónica terrestre con el canal de radio. Este sistema aún no ha sido sustituido del También en estos laboratorios se desarrolló un gran número de tecnologías que posibilitaron la telefonía celular: en cómputo y lenguaje de cómputo, software o programas de software para la conmutación de llamadas telefónicas, apagado y encendido de radios, cambio de radiofrecuencias y conexión automática de radios al sistema telefónico; lo que hoy es el edificio sobre el que descansa la red de telefonía móvil (Goggin, 2006: 26). 1 24 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL todo por su bajo costo y más bien se complementa con el servicio de telefonía celular. Aunque funcionó bien, el sistema padeció una sistemática falta de capacidad, pues en virtud de que las radiotransmisiones viajan a distancias considerables, las frecuencias usadas para una llamada no se podían reutilizar, sino que se bloqueaban por la llamada mientras la radiotransmisión se recibía. Eso significaba que tenía que haber un canal separado para cada llamada, por lo que la falta de canales obstaculizaba este incipiente sistema de telefonía móvil. El funcionamiento técnico de la comunicación móvil es explicado por Juan José Domínguez Sánchez, ingeniero de Alcatel, quien define a la telefonía celular como un sistema que da servicio a los teléfonos móviles: “Un teléfono celular básicamente es un walkie-talkie2 bidireccional que funciona como un teléfono”. Precisamente, el walkietalkie se distingue por su carácter móvil y que sólo sirve para hablar, idénticas funciones con las que inició el celular, pues cada teléfono se “conecta mediante un enlace de radio a una estación base, que a su vez se conecta a las redes telefónicas nacionales y del mundo (Red Telefónica Pública Conmutada, PSTN por sus siglas en inglés)” (Domínguez, 1999). Los primeros sistemas móviles, señala Domínguez, “utilizaban una asignación fija de una frecuencia para cada pareja móvil-estación base, de forma que cada canal se asignaba a un móvil específico”. Pero lo que le dio su principal característica y posibilitó el sistema celular y la movilidad es que “en vez de utilizar una gran estación base para una amplia área geográfica, a cada estación base se le dio cobertura para una área geográfica limitada”, a la 2 Fue el primer radioteléfono portátil lanzado en 1943. ANA LUZ RUELAS 25 que se le denomina celda. “Cada celda tenía instalada su propia antena y una serie de canales que tiene asignados. Si el teléfono se mueve y cambia de celda, la conexión pasa a un estación base adyacente y permite la movilidad de los teléfonos y la reutilización de frecuencias por estaciones base cercanas pero no adyacentes”. Es decir, “un sistema celular básico consiste en un teléfono móvil, una estación base, un centro de conmutación y las conexiones a la red pública telefónica conmutada” (véase figura 1). La infraestructura necesaria para que funcione la telefonía móvil celular no es costosa, siendo éste uno de los nuevos ingredientes para la industria de las telecomunicaciones, pues es inevitable compararla con lo oneroso que resulta la infraestructura para las telecomunicaciones tradicionales, como la telefonía fija. Por tal razón, el mercado de la primera no presenta significativas economías de escala y se define por la competitividad, más que ser un monopolio natural, esto es, la estructura de la demanda de servicios móviles se enfoca en la elasticidad de los precios, en la diferenciación del producto y en las FIGURA 1. DIAGRAMA DEL SISTEMA CELULAR BÁSICO Elaborado a partir de Domínguez (1999). 26 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL externalidades de la red (Iimi, 2005). De tal manera que para su expansión la mercadotecnia resulta esencial, así como la incorporación de diferentes aditamentos y funciones que hagan atractivo utilizar esta moderna herramienta de comunicación e información. La competencia de la industria de las telecomunicaciones ha sido atendida por las autoridades regulatorias en virtud de sus características, como son pertenecer a las grandes economías de escala, contar con externalidades de red y una interconexión entre diferentes modos de telecomunicación (por tal motivo, un largo tiempo se le consideró como monopolio natural, por lo que debían regularse los precios y la entrada de empresas competidoras a la red principal). No obstante la popularidad que adquirió el teléfono celular en Estados Unidos a mediados de los setenta, su mercado fue contenido, pues mientras 44,000 personas tenían teléfono móvil en 1976, había 20,000 que estaban en una lista de espera por cinco y hasta por 10 años (Roessner et al., 1998, tomado de Brown, 2002). Sin embargo, desde 1947 ya existía una solución al problema de la capacidad, pues en los laboratorios Bell de AT&T se había ideado la división del área de cobertura en células individuales para permitir que a medida que se moviera el receptor, dejara una célula libre y ocupara otra, por lo que la célula liberada podía volver a usarse por otro receptor o emisor de una célula a otra,3 lo que 3 También en Bulgaria y en la URSS se habían inventado aparatos móviles de bolsillo. En el primer país, en 1966 ya había uno que era operado automáticamente, el RAT-0.5, el cual era coordinado con una estación base RATZ-0.5, mientras que en el segundo, Leonid Kuprivanovich había experimentado en 1957 un modelo automático que se podía cargar personalmente: “Este ingeniero que había desarrollado igualmente el radioteléfono, le llamó a su modelo el LK-1 y era ope- ANA LUZ RUELAS 27 conllevaba a la optimización de las frecuencias por la liberación de célula a célula. Además, si se necesitaba mayor capacidad, podía bajarse el poder de los transmisores y dividir la célula en cuatro más pequeñas, cada una con la capacidad de la célula más grande. Este invento hizo viable la telefonía celular y la creación de un mercado masivo gracias a la posibilidad de usar las frecuencias de una célula a otra y el consiguiente incremento de capacidad para llamar. Pero, aplicar esta tecnología enfrentaba serios retos, en primer término que el teléfono fuera suficientemente compacto para poderse portar, o al menos que cupiera en un automóvil, así como transmitir en una banda corta sin que interfiriera con otras llamadas. Estos problemas no eran irresolubles, y aunque en 1960 se hizo la primera llamada no experimental de un tren de Nueva York a Washington, fue hasta 1973 cuando la tecnología ya pudo ser pequeña para ser cargada. A pesar de lo anterior, el teléfono móvil se dilató en los setenta por decisiones regulatorias y de negocios entre el gobierno estadounidense y las compañías telefónicas. La FCC (que controla la asignación del espectro de radio) se rehusó a asignar espectro a una tecnología no probada, privilegiando las frecuencias para nuevos canales de televisión. Hubo también largas disputas legales entre los operadores de servicios telefónicos y AT&T demoró los servicios durante esa década. Para 1983, cuando empezó el primer mercado masivo comercial de celular en Esta- rado con una estación base, usaba una batería con duración de carga para 20-30 horas y funcionaba dentro de una distancia de 20-30 kilómetros y pesaba 3 kilogramos. Leonid patentó el teléfono móvil en 1957 y desarrolló un año después una versión de bolsillo que pesaba 0.5 kg.”, véase Lounge Lifestyle (2009: 1). “History of the cell phones”. Disponible en http://lifestyle.iloveindia.com/lounge/history-of-cell-phones4593 [Consultado el 12 de septiembre de 2009]. 28 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL dos Unidos, habían pasado 37 años desde el primer servicio de teléfono de carro (Brown, 2002: 8). En otros países, aun cuando no existió este tipo de impedimentos regulatorios, el servicio se introdujo muy marginalmente; por ejemplo, el sistema escandinavo se lanzó en 1981, sólo dos años antes que en el país norteamericano. El segundo error, de estrategia mercantil, lo cometió AT&T a inicios de los ochenta cuando estaba en plena reestructuración jurídica y comercial. Este consorcio pidió a los consultores de McKinsey que predijeran el número de teléfonos móviles que se venderían en los primeros años del siglo XXI, a lo que respondieron que el mercado mundial podría tener 900,000 usuarios debido a la baja calidad de los aparatos y los costos de las llamadas telefónicas (The Economist, 1999). Los ejecutivos de AT&T no imaginaron que esa pudo haber sido una tabla de salvación y evitar la venta de sus activos y el fin del centenario gigante de las telecomunicaciones en 1974-1976. Como señala Brown: “No tuvieron la visión de pensar que las tasas de crecimiento del mercado mundial para principios del siglo iban a ser esas 900 mil gentes pero diariamente las que se incorporarían a la red celular, aunque 400 mil fueran de reemplazo” (2002: 3). Incluso a mediados de los noventa, una vez que en otros países había iniciado el despegue, Estados Unidos mantuvo estancado su desarrollo comercial. Esta situación se le atribuye al conflicto por las radiofrecuencias o el manejo del espectro de radio, pues como señalan Gow y Smith (2006: 21), “este recurso natural involucra ya no sólo a ingenieros en radiocomunicación como se concibió hasta hace poco, sino manejar variados intereses donde se involucran las personas de la industria, el dinero, la tecnología, la cultura y el poder” que se disputan una parte del espectro, que es finito. ANA LUZ RUELAS 29 LA CONVERGENCIA Y DIVERSIFICACIÓN DEL SERVICIO MÓVIL Una clave del crecimiento ha sido la convergencia tecnológica. Los desarrolladores de innovaciones tecnológicas móviles se afanaron por ganar mercados aceleradamente. Muy pronto el teléfono celular entró en abierta competencia o complementación con otras tecnologías de comunicación que se digitalizaron: la computadora, la cámara fotográfica, la videocámara, así como la posibilidad de acceder a Internet. A diferencia de la computadora personal, el teléfono móvil rápido evolucionó a un tamaño pequeño para poderse portar, mantener la batería cargada y brindar conexión permanente, constituyéndose en la primera ola de la tecnología móvil. Estas características son el principal atractivo para el uso personal y para los negocios, lo que llevó a proyectar que sobrepasarían a las computadoras personales en su nivel de aceptación. Por su parte, Weiser y Norman señalaron que una solución a lo complicado que resultaba manejar una computadora era incorporarla a un artefacto más sencillo e incluso previeron que se perdería de vista dentro de éste, “devendrá —dijeron— en un ubicuo aparato que no se notará en el ambiente” (Brown 2002: 5). Además, afirmaron que la computadora personal es un caso de falla exitosa, refiriéndose a que también puede ser sustituida. Al convertir a la computadora en aparato multifuncional —en cuanto a tareas—, su manejo se ha vuelto dificultoso. Esa complejidad para muchos deviene en confusión, mientras que para otros más en frustración. A pesar de su amplia popularidad, la mayoría de las personas tiene poca idea de cómo usar la más sencilla de sus funciones; lo mismo sucede con los celulares, ya que olvidamos que tienen más poder que el que tenían las computadoras personales en los años ochenta. 30 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL En la actualidad, por cierto, la computadora ha “desaparecido” dentro del celular. Entre estos dos artefactos cada vez más se pierden las diferencias o mejor dicho, quedan subsumidos uno en el otro, pues ahora con el iPhone se libra una batalla por ver qué funciones de qué aparato terminan imponiéndose. Podríamos decir que el teléfono celular tiende a ser una computadora en miniatura y que las funciones o el software propio de aquélla ya está inserto en el celular y, al mismo tiempo, a través de la computadora es posible comunicarse por voz. El teléfono celular contiene muchas funciones tecnológicas que han contribuido a su éxito: además de que se comunican entre sí, envían y reciben llamadas de teléfonos convencionales. Cada vez más su tarea básica queda relegada, ya que ahora pueden ser cámara fotográfica, videocámara, grabadora, directorio, calendario, agenda, despertador, calculadora, juegos, sirven para enviar mensajes de texto, escuchar la radio, música, acceder a datos en línea, reconocer la voz e identificar llamadas con reconocimiento de nombres, correo de voz personal con acceso móvil, e Internet. Así pues, ya hicieron a un lado al walkman y al iPod para escuchar música, a las cámaras fotográficas, a la calculadora, entre otros dispositivos. El componente móvil, sin embargo, sigue siendo la característica más importante del teléfono celular, al menos para los adultos. No lo compramos por los juegos o por el correo de voz, sino para “estar en contacto cuando estamos fuera del alcance de los teléfonos convencionales” (Brown, 2002: 7). OLAS DE INNOVACIÓN La evolución móvil comprende cuatro grandes secuencias: telegrafía inalámbrica, la era pre-celular, la era celular y la era móvil. La funcionalidad móvil se ha mejorado sustan- ANA LUZ RUELAS 31 cialmente al pasar de las plataformas analógicas a las digitales, luego al celular multimedia y de banda ancha. Antes de ver cada una de estas etapas, es conveniente distinguir lo que es la telefonía celular de la telefonía inalámbrica o sin hilos. Esta última es la que se diseña para el usuario en un área bien definida, teniendo una estación base conectada a la PSTN; se trata del teléfono inalámbrico doméstico o de casa cuyo radio de alcance es limitado. En cambio, el teléfono celular es, como ya hemos dicho, el que se compone de una estación base que puede enlazar a una cantidad importante de aparatos emisores-receptores. Está diseñado para una cobertura determinada de usuarios y su particularidad es que se cuenta con cobertura de llamadas mientras se mueve la persona, incluso a grandes velocidades (Domínguez, 1999: 5) El primer antecedente de la telefonía móvil se remonta a 1895, cuando el italiano Guillermo Marconi (1874-1937) transmitió señales inalámbricas a más de una milla, lo que se considera como el nacimiento de la radio. O sea que la actual telefonía móvil es el resultado de la cohesión del desarrollo general de la radiocomunicación que inició a fines del siglo decimonónico. El trabajo de Marconi continuaba el del escocés James C. Maxwell (1831-1879), el alemán Heinrich Hertz (1857-1894) y otros que tuvieron un papel central en el ámbito de la radiocomunicación. A lo largo de la última década del siglo XIX Marconi cursó señales de radio a distancias cada vez más largas, pasando de cientos de metros a cientos de kilómetros y luego entre los océanos, ya que en 1891 envió un mensaje de radio desde Cornwall, Inglaterra, a Newfoundland, Canadá. Las comunicaciones marinas también incitaron al desarrollo de la comunicación móvil de radio (Ling, 2006: 6). La radiotelefonía —o sea, la integración de las transmisiones por radio con la red telefónica conmutada— no era de ningún modo examinada con superficialidad (Brooks, 32 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL 2005). En 1920, en Detroit, la radiocomunicación se usó para coordinar actividades de la policía y los taxis, entre otras corporaciones; este servicio ha tenido una larga duración, pues hasta la fecha existen las radiocomunicaciones para flotillas de trabajadores, no obstante tienden a absorberse porque ahora son parte de una aplicación de los artefactos telefónicos móviles. A través de la radiocomunicación, como ya señalamos, una persona denominada despachador central manda un mensaje hablado a un grupo completo pero dirigiéndose sólo a uno de los receptores, lo que permite controlar las conversaciones, esto es, el mensaje se difunde y no hay circuitos dedicados para la comunicación personal (Ling, 2005: 7); esto todavía lo usan algunas empresas de taxis, agricultores, repartidores, bomberos, entre otros. Curiosamente, esta función también se ha incorporado a los celulares de hoy, es decir, operan como radiocomunicadores. A inicios de 1920 la innovación inalámbrica fue dominada por la técnica de modulación de amplitud convencional (AM), a la que le siguió la técnica de modulación de frecuencia (FM) y luego, durante el periodo de entreguerras, hubo otros desarrollos. El invento del transistor después de la Segunda Guerra Mundial trajo un significativo impulso a la telefonía móvil, es decir, el uso regular de la telefonía para comunicaciones conmutadas. Desde fines del siglo XIX las líneas telefónicas comunicaban a una persona con otra a través de circuitos conmutados; un circuito o una línea se dedicaban para que una persona llamara a otra. Los primeros conmutadores era simples aparatos manuales que manejaba una persona, a la que se indicaba con quien se deseaba conectar y entonces ésta enchufaba un cable a la caja o conmutador. Estos conmutadores se automatizaron progresivamente hasta que hoy se conmutan automáticamente cientos de millones de conversaciones, local o internacionalmente, sin intervención de un técnico. ANA LUZ RUELAS 33 El nacimiento del concepto celular fue posterior a la revolución electrónica. En 1965 se empezó a documentar acerca de los circuitos integrados en las computadoras personales, en los controles automáticos para automóviles y en equipo personal de comunicación portátil (Steinbrock, 2005: 36). Para mediados de los sesenta se desarrolló un sistema automático de asignación de canales que permitía ser usado simultáneamente por una docena de personas en un área específica. En 1976 estuvo disponible en Nueva York y lo usaron casi 550 personas, y como las terminales eran muy pesadas y requerían traer una batería como la de los coches, se les denominó “teléfonos móviles de automóviles”. A la vez los manufactureros empezaron a diseñar aparatos que pudieran las personas cargar en el bolsillo en lugar de tener una batería en el automóvil para que pudiera funcionar. Cuando se introdujeron por primera vez los celulares, a principios del decenio de 1980, éstos estaban circunscritos, por su peso, a usarse desde automóviles4 y limitados por los requerimientos de potencia; pero a medida que se fueron fabricando aparatos más livianos, baratos y atractivos, éstos se sacaron del automóvil y se trasladaron al portafolio, la cartera, y el bolsillo. Esto hizo que desde mediados de los noventa se popu- 4 En 1973 un aparato digital pesaba casi un kilogramo y medía 25 centímetros de largo, ocho de grosor y casi cuatro de ancho. En cambio, el conocido como “zapato teléfono” de los cincuenta, que era lo más cercano a un portátil, se tenía que cargar y conectar a un automóvil pues pesaba mas o menos 13 kilos y costaba miles de dólares. “Un usuario tuvo que hacer un hueco en su auto para instalar la antena y la mayoría de los aparatos se colocaban en la cajuela y se colocaba una unidad de control con un auricular dentro del auto”, (Iwatani, 2003). “El inventor del celular —Martin Cooper— sigue teniendo sueños”, El Universal, 8 de abril. 34 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL larizara entre los jóvenes, de tal suerte que para finales de 2003 casi 69% de los usuarios era del sistema Global System for Mobile Communication (GSM). La era 1G: celular análogo La primera generación de telefonía móvil se distingue por ser analógica y ser solamente útil para voz de calidad baja y velocidad reducida, e incluso la seguridad no se contemplaba. En los ochenta se desarrolló una variedad de estándares de telefonía móvil, que son procesos necesarios para que las redes se puedan interconectar sin importar de dónde parta una intención de llamada. Las negociaciones entre los operadores principales por lograr la interconexión5 comúnmente devienen en conflictos legales y prácticas retardatarias por los fuertes intereses en cooptar los mercados. En Europa, el Nordic Mobile Telephone (NMT) fue el primer estándar exitoso que automatizó la ruta de llamadas y permitió el roaming6 internacional. Éste se estableció a principios de los ochenta en Suecia, Dinamarca, Noruega y Finlandia (Ling, 2005: 10). Sin embargo, como era incompatible con el Total Access Communication System del Reino Unido (TACS), el Radiotelephone Mobile System (RMS) de Italia, RadiCom de Francia, entre otros, se tra- 5 Cuando hay un operador dominante se complican los acuerdos sobre los precios de interconexión, pues los nuevos entrantes al mercado, que generalmente son pequeños, compiten con el primero usando parte de su red, sobre todo la última milla para llegar a los clientes finales. Los nuevos entrantes comúnmente se dedican a instalar sus facilidades de red en edificios, y utilizan líneas arrendadas cuando se dedican a revender servicios. 6 Capacidad de realizar llamadas fuera del área de servicio de una compañía. ANA LUZ RUELAS 35 bajó conjuntamente con los operadores de las redes públicas telefónicas, la Comunidad Europea y el Instituto Europeo para los Estándares de las Telecomunicaciones. En la actualidad, el estándar GSM que permite el roaming automático, compatible con otros sistemas, posibilita el envío y recepción de datos como el Wireless Application Protocol (WAP), mensajes cortos, identificación de llamadas, llamada en espera y el correo de voz. El móvil celular, con el que nace la primera generación de redes (1G) sobre transmisiones análogas, se comercializó a inicios de los ochenta. Éste fue concebido sólo para la comunicación de voz —por lo que la calidad de enlaces y velocidad eran muy bajas— a partir de dos estándares clave: el nórdico NMT y el americano Advanced Mobile Phone System (AMPS). Por otro lado, un problema muy acentuado en aquella década, insistimos, fue la diversidad de estándares7 para la telefonía móvil, ya que éstos empezaron compitiendo entre sí, aunque también por falta de compatibilidad tuvieron dominio en determinadas regiones. Incluso en Estados Unidos también en esa época se desarrollaron estándares incompatibles entre sí. Además del AMPS, también estaba el Narrowband Advanced Mobile Phone System (NAMPS), el Time-Division Mul- La estandarización no implica reemplazar económicamente la infraestructura de una red por otra completamente nueva, sino de determinar de acuerdo a factores de demanda del mercado, tecnología y regulaciones cuando es procedente establecer las condiciones técnicas y regulatorias para que dos o más redes se puedan enlazar, ya sea a nivel local, de un edificio, urbano, suburbano o global, cuidándose aspectos como selección de tecnología, uso del espectro, definición de interfaces de señalamiento, servicios, numeración e identificación, calidad de servicio, seguridad, operación y administración. Véase Beaubrun y Pierre (2001). 7 36 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL tiple Access (TDMA) y el Code-Division Multiple Access (CDMA). Esta proliferación de estándares condujo al desarrollo e implantación del GSM para Europa Occidental a finales de los ochenta, y luego empezó a dominar en el mundo al permitir el roaming internacional, el envío de mensajes cortos, la llamada en espera, el correo de voz y sobre todo el establecimiento de un sistema tarifario común, ya que esto sería crucial para provocar la producción y comercialización masiva de los celulares en la década de los noventa. Para 1983, en la cúspide de la era precelular, el sistema japonés propiedad de NTT cooptaba un cuarto del mercado mundial, principalmente en la región del Pacífico asiático; pero para 1991 el estándar estadounidense ya abarcaba la mitad de la demanda mundial. Un derivado del estadounidense AMPS, el estándar británico, dominaba dos quintas partes de Europa Occidental como lo había hecho el estándar nórdico. La gran aceptación de la telefonía inalámbrica causó que en muy poco tiempo se saturaran las formas de acceso, por lo que se requirió desarrollar e “implementar formas de acceso múltiple al canal y transformar los sistemas analógicos a digitales para darle cabida a mayor número de usuarios” (Martínez Martínez, 2001: 1). La era 2G: el celular digital Esta tecnología que arribó en 1990 era digital, esto es, ya no era analógica. Si bien soporta la transmisión de voz con gran velocidad, es limitada para comunicación de datos, no obstante puede brindar servicios auxiliares como datos, fax y mensajes cortos (short message service, SMS). A principios de los noventa la Comisión Europea estableció para el continente el mandato GSM. Dada la ope- ANA LUZ RUELAS 37 ración con bajo poder de la red GSM digital, fue posible disponer de aparatos más pequeños y ligeros, con gran seguridad y una mayor duración de la batería. Las compañías manufactureras líderes regionales de la tecnología inalámbrica —la sueca Ericsson, la finlandesa Nokia y la inglesa Vodafone— aumentaron sus ventajas en los mercados externos. Mientras tanto Estados Unidos, como hemos comentado, durante una década se quedó rezagado debido a los problemas con las licencias. Para el año 2000 Europa Occidental tuvo casi dos quintas partes del mercado mundial, e incluso el estándar GSM acaparó 57% del mercado regional de Asia Pacífico. Las tecnologías predominantes durante la generación 2G fueron GSM, IS-136 y CDMA, que ya permitieron la encriptación. Debido a su limitación en comunicaciones de datos, pronto surgieron otras tecnologías que constituirían la tercera generación (3G). La era 3G: multimedia celular Este tipo de celular, que empezó a operar a inicios del año 2000, se caracteriza por permitir una amplia convergencia de voz y datos con acceso inalámbrico a Internet, así como aplicaciones multimedia y altas transmisiones de datos; soporta más alta velocidad de información que va más allá de la voz, tales como audio (MP), video en movimiento, videoconferencias y rápido acceso a Internet (Martínez Martínez, 2001: 2). En suma, la transición de voz a datos, la evolución móvil, se entendió como una progresión lineal de lo análogo a lo digital, y de celular multimedia a banda ancha celular (1G, 2G, 3G y 4G), siendo la competencia menos ordenada. Inicialmente la meta fue lograr un estándar único global (UMTS) para la era 3G, pero el europeo GSM era avasallado por la tecnología CDMA, 38 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL de la estadounidense Qualcomm, puesto que era más eficiente. Todavía el GSM fue la guía para la evolución de plataformas hasta que el concepto de Internet emergió como un paradigma dominante a finales de los noventa después de una secuencia de conflictos comerciales, intrigas políticas y esfuerzos por flexibilizar los estándares regionales. La primera adopción de la plataforma 3G no coincidió con la transición de voz a datos, pues en Japón la corporación NTT Docomo (Do Communications on the Mobile) fue pionera al poner en marcha la transición a datos en 1999, dos años antes de la implementación de la primera generación del 3G (Agar, 2004: 101). El estándar Modo de Internet (I-mode) Este sistema Modo de Internet (I-mode) japonés inició con el siglo XXI y gracias a que es una versión ligera del HTML, el código usado en Internet, facilita el desarrollo de sitios parecidos a la web, proporciona acceso a una variedad de servicios y permite enviar y recibir mensajes cortos y correo electrónico. Al introducir para su operación una versión ad hoc del lenguaje HTML se volvió exitoso y marcó el desarrollo de sitios web en una pantalla miniatura, los que fueron administrados y vigilados por la misma Docomo, por lo que el I-mode, al dar acceso a una enorme variedad de servicios de información, representó un sistema con infraestructura y mercadeo (Ling, 2005: 10). La introducción de este producto al mercado es un caso de éxito contundente, pues a nueve meses de haber puesto el I-mode a disposición del público, para octubre de 1999 NTT Docomo había registrado un millón de suscriptores, que en septiembre de 2003 se había catapultado a 39 millones (Deighton, 2003, octubre 16). Otro aspecto único del I-mode es que su compañía ANA LUZ RUELAS 39 Docomo vigila y administra los sitios disponibles, por lo cual se puede decir que no es Internet abierto, sino una Intranet extendida donde se tiene acceso a muchos servicios, pero ajustados. Esta compañía proporcionó desarrolladores con estilo de libro, lo que garantiza una disposición similar para los diferentes sitios. Los usuarios tienen una variedad de servicios libres o por suscripción, adjuntos a las tradicionales funciones de voz y texto de otros sistemas telefónicos. Asimismo, Docomo factura y carga un 9% por los ingresos generados por los diferentes sitios y recibe un pago estándar por la transmisión de datos a través de su red. Por tal razón, I-mode es considerado no tanto como una tecnología, sino un sistema de infraestructura y mercadeo (Ling, 2005). El invento del I-mode vino a llenar las expectativas de jóvenes y adultos. El artefacto ya tenía funciones de micrófono, altavoz, radiotransmisor y receptor, pero con el chip o microprocesador que se le incorporó adquirió funciones de cómputo, como enviar, recibir, almacenar, modificar datos o convertirlos a diferentes formatos, de tal modo que empezó a ser común el envío y recepción de fotografías y videos en movimiento. LOS ANTECEDENTES DEL I-MODE En abril de 1996, el Grupo Celular DDi introdujo el servicio de texto a través del celular, seguido por servicios similares ofrecidos por IDO y NTT Docomo. A finales de 1997, J-Phone (actual Vodafone) empezó el servicio de Skywalker mediante el sistema GSM, lo que permitía la transmisión de e-mail vía Internet; esto provocó en Docomo una valiosa pérdida de jóvenes usuarios, por lo que se vio obligada a desarrollar rápidamente el servicio móvil de Internet (I-mode) a gran escala, el cual lanzó al mercado en 1999. 40 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL El intercambio de mensajes en las pantallas, similar al de los localizadores, fue el gran impulso de la comunicación multimedia y llevó a consolidar el proceso de comunicación en un solo artefacto móvil. La comunicación multimedia se define como la capacidad de un medio para interactuar de manera fluida con otros modos de comunicación como el texto, sonido e imágenes. Existen cinco tendencias en el proceso de innovación y desarrollo de medios que llevan a la multimedia: 1) disposición de múltiples modos, 2) interactividad, 3) propiedades de hipertexto, 4) tendencia hacia las aplicaciones digitales y 5) capacidades de enlaces en red (Kobayashi, tomado de Okada, 2005: 47). Para finales de los noventa, en el periodo de introducción del I-mode, los jóvenes cambiaron el localizador por el teléfono celular japonés llamado keitai, que se verá con detalle en el capítulo 5 de este mismo libro. El envío de mensajes por el localizador fue el antecedente de la inclusión del correo electrónico por el celular, es decir, con el localizador se tenía que hablar a una central telefónica para enviar un mensaje sobre el número de teléfono al que había que reportarse. Pero el detonante para que se masificara entre los jóvenes fue la reducción del costo de la suscripción en 1993 y la implementación del sistema de compra de la terminal en 1995. Esto también se vio determinado por el hecho de que para 1994 NTT Docomo cambió el sistema de adquisición de los aparatos celulares: los vendió en vez de rentarlos, y también redujo el costo de las suscripciones aproximadamente a la mitad. Los demás operadores tuvieron que adoptar esas mismas medidas para seguir en la competencia (Okada, 2005: 45). Así, la transmisión de mensajes escritos por el celular se ha convertido en la forma de comunicación masiva por excelencia, aceptada por los jóvenes de todo el mundo. Los ANA LUZ RUELAS 41 factores decisivos que influyeron para que esta población los adoptara, fueron de manera sucesiva o simultánea: la disminución de costos hasta llegar al más económico, que es el envío de mensaje; la creciente urbanización y estilos de consumo relacionada con el decreciente tiempo que la gente pasa en su casa (Okada, 2005: 47); y la individualización de diferentes medios de comunicación, que se concreta en el uso de artefactos personales (primero fue el localizador y ahora es el celular). De este modo empezó lo que hoy es un lenguaje que de inmediato adquirió carta de naturalización: el envío de mensajes cortos donde se combinan números, letras y códigos propios de jóvenes y adolescentes. Pero este medio de comunicación todavía estaba dividido entre la recepción de señales en el localizador y el tener que usar el teléfono para completar la comunicación. El origen de los nuevos códigos de lenguaje entre los jóvenes en gran medida se debió por la necesidad de tener que comprimir las palabras y buscar su equivalencia con los números. Por ejemplo, en japonés el 0840 es ohayo y equivale a “buenos días”, mientras que el 7241 es nanishiteri y equivale a “¿cómo estás?” (Okada, 2005: 51). Hacia la era 4G: aumento de la banda ancha inalámbrica Para 2010, las redes evolucionaron hacia el sistema 4G y diversos países comenzaron a ofrecer el servicio hacia la próxima generación de plataformas inalámbricas de banda ancha. Con cada subsecuente plataforma celular, las tecnologías han ido incrementando la capacidad del espectro de manera sustancial. En la década de los noventa, los líderes de la industria móvil buscaron agresivamente desarrollar nuevas redes inalámbricas de alta velocidad. Listos para entrar al negocio inalámbrico, creadores de tecnologías de información como Microsoft e Intel innovaron el 42 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL ancho de banda inalámbrico, no obstante los retrasos en la implementación de la 3G. De esta manera, el 10 de enero de 2007 el consorcio Apple presentó en San Francisco, California, uno de los productos que vino a cristalizar la convergencia digital entre la televisión y el teléfono. Presentó el iPhone, un reinvento del teléfono inteligente y que da una nueva dimensión al iPod, con el que se pretende llevar lo digital con el mismo sistema operativo de Apple: música, correo electrónico, cámara fotográfica, contactos, calendarios, sitios web. Este invento se desarrolló tomando en cuenta que las pantallas son las ventanas a través de las cuales se experimenta el entretenimiento, el conocimiento y por supuesto la interacción social: si en el pasado la pantalla era determinante para incorporar contenidos, hoy Apple va de la pantalla de la computadora a otras dos pantallas, la de la televisión y el teléfono, que le dan forma y definen las experiencias comunicativa. Así, proporciona el hardware y software para tres dispositivos: la televisión, la computadora y el celular. Asimismo, lo que parecía difícil de lograr, ocurrió en 2010. Los operadores de las redes celulares pretendían que las redes de telecomunicaciones no controlaran el nuevo valor que significaba enviar Internet por teléfono celular.8 Se creía que era necesaria una nueva versión de Internet alámbrico para adaptarla a los aparatos móviles, pues aquél fue diseñado para pantallas grandes y teclados, que no era apropiado para usarse en teléfonos celulares con pequeñas pantallas y sin teclados. El éxito fue rotundo, Es decir, que Teléfonos de México (Telmex), por ejemplo, no fuera quien controlara ese magnífico mercado a través de su filial América Móvil-Telcel. 8 ANA LUZ RUELAS 43 porque Apple más que recrear Internet, se enfocó en rediseñar el teléfono móvil. En suma, se tuvieron que desarrollar numerosas soluciones para datos móviles que usaran tanto contenido simplificado y baja velocidad de transmisión de datos. En 1997 se promovieron, entre otras, el Wireless Application Protocol, una versión simplificada de Internet inmóvil, aunque resultaron con velocidades inadecuadas para soportar formatos como páginas web con fotografías. Como mencionamos, fue en 1999 cuando NTT Docomo introdujo el sistema I-mode, el que, aunque todavía con baja velocidad, tuvo mucho éxito (West y Mace, 2010: 282). Por otro lado, el presidente de Microsoft, Steve Ballmer, en el año 2000 se refirió a las metas del gigante de Internet: “[si] en los últimos 25 años decíamos que nuestra misión era poner una computadora en cada casa y en cada escritorio… ahora decimos que para empoderar a la gente les pondremos software en cualquier momento, en cualquier lugar y en cualquier artefacto” (Steinbrock, 2005: 37). Como puede verse, entre los principales desarrolladores de la industria de telecomunicaciones existía la certeza de que el sector móvil tendría como nuevo motor del crecimiento a la banda ancha inalámbrica, la cual vendría a reducir el capital y los gastos de operación. Incluso sectores como la construcción y ventas al menudeo cambiarían a banda ancha inalámbrica (Steinbrock, 2005: 38). Predecían que “la red estaría en todos lados y el equipo cambiaría de computadoras personales a un cómputo orientado a los consumidores, usando artefactos multimedia personales inalámbricos” (Danneels, 1998). Dicha predicción no resultó desacertada, pues el éxito de las comunicaciones personales inalámbricas es avasallante. Se trata del sector con mayor crecimiento de las telecomunicaciones, pues los teléfonos móviles experimentan una incesante innovación, siendo un accesorio 44 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL cotidiano para cientos de millones de gente de todos los niveles económicos, tanto en países desarrollados como en países en desarrollo. Los operadores de la telefonía tradicional, como veremos, han cambiado sus estrategias sustituyendo la telefonía fija por la móvil, ofreciendo esta última como servicio Premium con soluciones de comunicación de voz y datos a tarifas competitivas con las de la red fija. Los pronósticos más elocuentes se han quedado cortos, como el que hizo el presidente de Nokia, Jorma Ollila en febrero de 2004, al decir que para 2015 la mitad de la población del mundo tendría un celular, cuando eso ocurrió desde 2007, con un mercado y usuarios ávidos por estar en la carrera de la innovación sin freno. Cuando el iPhone se introdujo en 2007, “las ganancias obtenidas por servicios móviles de voz habían declinado dramáticamente. Los operadores enfrentaban mercados saturados de diferentes servicios y su batalla era por una parte del mercado que les diera suma-cero”; por ello las expectativas de crecimiento de ganancias se cifraron en los servicios móviles de datos (West y Mace, 2010: 272). La cobertura inalámbrica es casi universal en los países desarrollados, mientras que en los países en desarrollo se ha convertido en un sustituto de las redes de hilo a medida que declinan los costos de instalación de redes inalámbricas. Las predicciones sobre la predominancia de la demanda de acceso inalámbrico para telecomunicaciones globales ha sido un acierto, pues desde inicios del siglo XXI los suscriptores de telefonía móvil viene superando aceleradamente a los de líneas fijas, pues en términos netos estas últimas para 2010 alcanzaron a alrededor de mil millones de usuarios mundiales, mientras que los suscriptores móviles celulares fueron para ese mismo año 5.3 mil millones, excediendo a las primeras (UIT, 2010), ANA LUZ RUELAS 45 que desde 2005 se estancaron, a la vez que los móviles ascendían a pasos agigantados, pues para ese mismo año 78 de cada 100 personas tenían un celular, mientras que 17.2 de cada 100 contaban con teléfono fijo. La telefonía móvil celular ha venido a subsanar problemas de comunicación en distintos países, tanto en los desarrollados como en desarrollo. De hecho, desde 2003 los celulares ya habían superado a nivel mundial al número de teléfonos fijos, los que ya no crecieron y entraron en un franco estancamiento observable hasta 2011, cuando existían 5.9 billones de suscriptores móviles que en términos generales cubrían a 87% de la población mundial, convirtiéndose en la tecnología de comunicaciones en llegar a más personas más rápido. Aunque con esta penetración no se puede hablar de equidad, con esta tecnología los países en desarrollo alcanzaron el 79% de ese total de suscriptores, no obstante donde se superó ese límite de manera más temprana fue en los países con mayor desarrollo. El primer país en registrar mayores suscriptores de teléfonos móviles que fijos fue Finlandia, en 1998, y para el siguiente año, en julio, 78.5% de los hogares poseían un teléfono móvil frente al 75.8% que tenía aparatos fijos; en ese mismo año, la compañía Sonera introdujo el uso de tarjetas prepagadas (OCDE, 2000: 14) CONTRASTES EN LA INTRODUCCIÓN DEL CELULAR Japón Fue en Japón donde se lanzó el primer servicio comercial de celular, en 1979, aún bajo el régimen de propiedad pública de la industria de telecomunicaciones. La compañía Nipon Telegraph and Telephone ofreció el servicio en las ciudades de Tokio y Osaka, pero para finales de los ochenta, después de haber pasado en 1985 por el pro- 46 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL ceso de privatización, el mercado móvil ya era atendido por otras dos compañías celulares: la Nipon Idou Tsushin (IDO) en Tokio y la Daini Dende Incorporated (DDI) en Kansai; no obstante, la filial de NTT, Docomo, que se independizaría en 1992, en 2004 llegó a concentrar 60% del mercado. Para 1989, después de haber afrontado problemas por el manejo de diferentes estándares, se adoptó un estándar digital por tres consorcios encabezados por NTT, Nissan y Japan Telecom, con lo que se inicio un rápido crecimiento del servicio que llegó a cerca de 9 millones de suscriptores; para finales de 1995 abarcaba un 7% de la población (Agar, 2004: 96). Como se recuerda, en 1990 se introdujo al mercado japonés el keitai, cuyo uso era casi exclusivo para los negocios, pues era un lujo y las empresas sólo se lo asignaban a unos cuantos ejecutivos. A partir de la entrada en operación del sistema digital en 1993, pero sobre todo con la reducción de los costos y el esquema de adquisición del aparato celular en 1994, se registró un gran crecimiento de suscriptores, la clave estuvo en suprimir el arrendamiento de los aparatos y ya no pagar un depósito y una cuota por activación. Estos últimos conceptos serían gradualmente eliminados en 1996. Según Kohiyama (2005: 64), la reducción de los costos de suscripción fue muy efectiva para detonar la suscripción, y para febrero de 1997 llegó a 10 millones y sólo 18 meses más tarde alcanzó la impresionante cifra de 20 millones. Para el año 2000 ya eran 30 millones y alrededor de 40 millones en 2002 (Agar, 2004: 96). De acuerdo con Hashimoto, en 2001 Japón tenía una penetración de 75% de su población de mayores de 12 años con celular (Rivière y Licoppe, 2005: 103). Sin embargo, el acontecimiento tecnológico que colocó a Japón en la atención mundial fue la puesta en marcha ANA LUZ RUELAS 47 en 1999 del I-mode por parte de la compañía Docomo, subsidiaria de NTT, que vino a llenar las expectativas de los jóvenes en particular, constituyéndose en un éxito inmediato, pues en ese año hubo suscripciones por 10 millones (Kohiyama, 2005: 62.) La incorporación del modo Internet a los teléfonos celulares, con la convergencia completa y todas las posibilidades que ello brinda, inscribió a la comunicación móvil en una nueva época. Además de que el aparato celular tenía micrófono, altavoz, radiotransmisor y receptor, se le incorporó un chip o microprocesador para que realizara funciones de cómputo: enviar, recibir, almacenar, mostrar y cambiar datos en diferentes formatos. A través de la tecnología móvil, la Docomo logró lo que ninguna compañía de telefonía tradicional del mundo había podido: enviar fotografías o ver al instante a quien se estaba llamando. Pero también se tocó la puerta de entrada a un mercado explosivo: el de los adolescentes y los jóvenes. El I-mode no sólo les permitió a los jóvenes el acceso instantáneo a nuevos servicios, sino que también los puso en contacto permanente, intensificando los cambios en los patrones de estilo de vida (Agar, 2004: 101). En la actualidad se afirma que el móvil ha transformado las comunicaciones interpersonales en Japón; en virtud de que su cultura se orienta hacia un estricto control de las expresiones o emociones en público, con el envío de mensajes a través del celular los usuarios se vieron beneficiados por la discreción y disminución de riesgos de verse avergonzados por la interacción por voz, además, al darse un intercambio menos formal, casi no se exponen a apenarse por el uso de códigos sociales interpersonales (escribir un mensaje es más directo y uno puede usar cualquier estilo sin las formalidades que exige una conversación telefónica). El sociólogo japonés, Hashimoto, ha expresado: 48 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL Usted sabe, tenemos muchos sufijos y verbos auxiliares para indicar respeto. Ahora hay una tendencia a omitir todas esas marcas en el intercambio de mensajes escritos por la velocidad y por la necesidad de escribirlos cortos… Es normal y se tolera hacer eso entre compañeros... Los estudiantes hablan también más informalmente con sus profesores… eso no cambia las profundas convenciones lingüísticas para el intercambio respetuoso (Rivière y Licoppe, 2005: 116). El otro invento que trajo significativos cambios en las relaciones interpersonales fue el correo móvil, pues en una conversación telefónica, por ejemplo, se observaban una empatía o deseo de ser bien portado, mientras que el receptor de una llamada usualmente restringía su conversación para que no fuera costosa para su interlocutor. Ahora, según Rivière y Liccope, con el correo móvil se ven efectos de liberación en tres niveles: releva al usuario del esfuerzo psicológico de anticiparse al hecho de si la persona está o no disponible; los libera de las convenciones lingüísticas y les permite expresarse más directamente y con menos comedimiento; y les quita la presión de preocupaciones de costos para ambos (2005: 117). Hoy se puede enviar correo a la hora que se desee o se esté inspirado, sin importar que el destinatario esté dormido, cenando o trabajando, pues lo podrá leer en sus lapsos disponibles sin tener que interrumpir sus actividades. En ese sentido, el envío de mensajes o correo electrónico por celular, quita ataduras sobre la disponibilidad y accesibilidad de la personas. ANA LUZ RUELAS 49 Reino Unido A mediados de los sesenta, Post Office empezó a cambiar su reacia política de interconexión de los servicios de radiotelefonía por los de la red principal. En 1959 se experimentó con un servicio de ese tipo en los alrededores de Manchester, Liverpool y Preston; y en 1965 se lanzó un servicio denominado Sistema I en el oeste de Londres, el cual era muy caro y exclusivo, pues una llamada costaba de una a tres libras por los primeros tres minutos y sólo era usado por los choferes de los diplomáticos y acompañantes. Dos años más tarde el servicio de emergencia se conectó a la red telefónica. En los albores de la introducción de la telefonía celular, 14 mil personas eran los privilegiados usuarios del radioteléfono, pues únicamente las terminales costaban 3 mil libras y la suscripción anual era un cuarto de esta suma. No es raro, entonces, que la mayoría de los usuarios del “sistema 4” eran dueños de automóviles Rolls-Royce, BMW, Mercedes Benz o Range Rover (Agar, 2004: 76-77). Fue hasta 1982, una vez que se había iniciado la política de privatización de las telecomunicaciones por parte de la primera ministra Margaret Thatcher, cuando se otorgaron dos licencias para prestar servicios de telefonía celular análoga. Una se le acreditó al consorcio Vodafone y la otra a British Telecom con Cellnet (de Estados Unidos), y para 1989 se incorporaron tres compañías más. El estándar adoptado fue el estadounidense Total Access Communications Systems (TACS), en vez del nórdico NMT, ya que este último no proporcionaba suficiente capacidad para el área central de Londres. La primera llamada del nuevo servicio se hizo el 1 de enero de 1985 (Agar, 2004: 81). Para 2001, el celular había alcanzado dimensiones espectaculares en Europa Occidental, con 70% de penetración, mientras que a nivel mundial era el 16%. En Norteamé- 50 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL rica aún era de 42%. Para finales de 2005 había cerca de 2 billones de usuarios móviles, con una tasa de penetración de 31% mundial y ya estaba relegando a las cámaras fotográficas, pues en ese año cerca de 700 millones de celulares vendidos traían cámaras integradas, mientras que sólo se registraron compras de 80 millones de cámaras digitales. Con estos datos el filósofo búlgaro Nyiri (2005) retó provocativamente la denominada división digital, caracterizándola como un mito. Finalmente, la convergencia tecnológica —tan discutida por reguladores y consorcios desde 1977 y a lo largo de los ochenta y noventa—, se hizo realidad en 2007 mediante una especie de diminuta computadora-teléfono inteligente (iPhone, de Apple), con un hardware disponible, pantallas LCD, velocidad de un microprocesador, vida de la batería y ancho de banda para soportar datos; asimismo, se empezaron a fabricar aparatos telefónicos con aplicación para manejar un teclado compacto alfabético o teclado virtual para escribir letras y números, pantalla táctil y corrediza, correo electrónico (caso del Blackberry), música, radio, agenda, grabadora, etcétera. En 2008 ya se le había adaptado el Sistema de Posicionamiento Global (GPS, por sus siglas en inglés), un receptor que proporciona servicios de localización de domicilios, según la ciudad o área donde se encuentre el usuario. Finlandia Es uno de los países emblemáticos del despegue del uso del celular, ya que desde un inicio registró gran presencia de jóvenes y adultos. Dentro de las naciones nórdicas, Finlandia es la segunda con mayor antigüedad en el mundo (1982), después de Suecia (1981), en adoptar el sistema celular con su propia red (Ross, 1993: 449). Anteriormente, el servicio de radiotelefonía había tenido gran ANA LUZ RUELAS 51 importancia económica y social, pues era el medio para comunicar los trenes con las estaciones, así como entre las estaciones costeras y los barcos. Estos antecedentes tecnológicos beneficiaron el desarrollo de la telefonía móvil en todo el mundo, es decir, se partió de la necesidad de enviar una señal de una estación a otra y sucesivamente sin que se interrumpa, hasta llegar o rastrear al teléfono receptor (roaming). Aunque los datos de densidad celular tendrían un significado muy coyuntural, Finlandia destaca por ser de los primeros países en lograr crecimientos espectaculares. En enero de 1992 ya tenía 70 teléfonos móviles por cada 100 habitantes, muy por encima de Alemania, Francia y Japón, que apenas tenían 10 por cada 100 habitantes, mientras que Estados Unidos contaba con 25 y el Reino Unido con 20 (Ross, 1993: 450). La gran expansión la detonó la clientela joven en 1997 gracias a la introducción de dispositivos baratos y tarifas de servicio competitivas. El número de mensajes (SMS) durante los primeros meses de 1998 se incrementó siete veces respecto del año anterior y la suscripción de 1998 a 1999 se duplicó (Oksman y Turtiainen, 2004). La primacía en cobertura de Finlandia, que se mantuvo hasta 1998, llamó poderosamente la atención de instituciones y analistas. Según la UIT (1999), ello obedecía a tres factores: 1. La temprana adopción de tecnología celular le permitió adquirir un cúmulo de experiencia en materia de comunicaciones móviles. En 1982 introdujo en todos los países nórdicos el sistema analógico de Teléfono Móvil Nórdico (TMN) y diez años después fue el primero en introducir la norma digital GSM, que se adoptaría en Europa. 2. Tradicionalmente en el país existían numerosas cooperativas que ofrecían servicios telefónicos locales a tasas muy bajas y con un alto nivel de penetración. Por tal 52 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL razón, para que la telefonía móvil tuviera éxito, las tarifas debían competir con las del servicio fijo. Además, a diferencia de la mayoría de los países, el principal operador, Sonera (anteriormente Telecom Finlandia), no ejercía un monopolio sobre los servicios telefónicos locales, por lo que estaba obligado a buscar otros modos de aumentar sus ingresos. 3. Por otro lado, los finlandeses parecen ser más proclives a adoptar nuevas tecnologías. Además de tener la mayor penetración de móviles en el mundo, es uno de los pioneros en acceso a Internet, y han preconizado el uso de la tecnología móvil para otras aplicaciones, como la transmisión de mensajes de texto y servicios de datos, salas de charla, entre otras. De acuerdo con Ross (1993), este temprano incremento también se debió al sistema de bienestar establecido en los países nórdicos, junto con las positivas connotaciones que lo acompañan, así como a la eficiente infraestructura de un país tecnológicamente avanzado, donde la red telefónica tradicional era altamente desarrollada. Otras razones de este expansivo crecimiento son las tarifas competitivas y la posibilidad de que las personas adquirieran la propiedad del equipo. A contracorriente del modelo neoliberal que existe en el mundo, en Finlandia la tradición de libre mercado es escasa, por lo que el Estado ha tenido el monopolio de sectores económicos clave como la producción e importación de energía, los ferrocarriles, el servicio postal, la telefonía de larga distancia y la venta de alcohol (Ross, 1993: 447). Estas condiciones fueron esenciales para que rápidamente se estableciera un sistema móvil integrado (NMT), lo que costó mucho trabajo en la mayoría de los países, y para que la señal fuera accesible durante los largos traslados de un país nórdico a otro, así como que las personas “usaran realmente el teléfono, y no lo trajeran ANA LUZ RUELAS 53 sólo para presumirlo como en París o Nueva York” (Ross, 1993: 447). El exponencial crecimiento de usuarios y la intensa adopción del celular, junto con las anteriores condiciones estructurales como la disposición de un sistema integral móvil, se explican por la imperante necesidad de los finlandeses de estar conectados mientras viajan largas distancias que separan a un país nórdico de otro. Pero también se debe a un fundamental “accidente histórico” (Ross, 1993: 448-449): el hecho de que la propiedad telefónica estatal fuera muy rentable y que los componentes tecnológicos fueran locales, ya que Nokia es un manufacturero finlandés privado y líder mundial en la industria de teléfonos portátiles, además que desde un principio esta empresa sostuvo una estrecha relación con los políticos del país y durante el siglo XX destacó por ser una coalición industrial entre los madereros, sogueros, cableros y huleros. Para 2010, Suecia y Finlandia se ubicaban entre los países más avanzados en disponibilidad de tecnologías de información y comunicación (TIC). De acuerdo al Índice de desarrollo en las TIC en el mundo, de la UIT, Suecia ocupaba el segundo lugar y Finlandia el quinto, mientras que en el primero estaba Corea del Norte, Islandia en el tercero y Dinamarca en el cuarto (UIT, 2010). Si observamos la distribución de los usuarios individuales del teléfono móvil de acuerdo con los países en desarrollo y desarrollados, vemos que ésta se ha convertido en la tecnología por excelencia de los primeros, es decir, los que por lo general no han logrado una sólida infraestructura de telecomunicaciones. Mientras que en 2006 los segundos concentraban 649 millones de usuarios y en los primeros había 501 millones, para 2011 la tendencia se había invertido, pues los primeros poseían 1396 millones y los segundos sólo 870 millones (UIT, 2010). 54 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL México En México el despegue de la radiotelefonía se logró ya casi a finales de los noventas, no obstante que dos de las empresas tradicionales, Iusacell y Radiomóvil Dipsa, obtuvieron sendas concesiones en los cincuentas, aunque más bien por el impulso del mercado externo. Si en Estados Unidos la primer licencia para prestar servicio comercial celular se otorgó en 1981 a Ameritech, en Chicago, en México ocurrió en 1989 después de que Radiomóvil Dipsa obtuvo una concesión para dar el servicio de telefonía móvil celular, que a la postre se convertiría en la marca Telcel, filial de América Móvil que se desmembró de Teléfonos de México (Telmex). Aunque Telcel es una marca muy joven, sus orígenes se remontan a 1978 cuando se inició la instalación y operación de un sistema de radiotelefonía móvil (teléfono en el automóvil) en el Distrito Federal, no obstante este servicio empezó a comercializarse hasta 1981 y sólo tres años más tarde obtuvo la concesión para explotar la red de servicio radiotelefónico móvil en el área metropolitana de la ciudad de México, bajo la denominación de Radiomóvil Dipsa, SA de CV. En 1987 se autorizó la instalación del sistema celular en Mexicali y al año siguiente Radiomóvil solicitó la modificación de la concesión para operar la telefonía celular a nivel nacional. En 1989, cuando la Secretaría de Comunicaciones y Transporte (SCT) aprobó la introducción de la tecnología celular en todo México, surgió Telcel, empresa que sería dominante desde entonces, cuando comenzó a ofrecer el servicio en Tijuana. La compañía Telcel recibió ventajosas condiciones para dominar el mercado, pues fue muy favorecida con la concesión y obtención de frecuencias para operar a nivel nacional, por lo que opera en las ocho zonas en que 55 ANA LUZ RUELAS TABLA 1. MÉXICO: EVOLUCIÓN DE LA TELEFONÍA CELULAR (MILLONES) Indicador Suscripciones a telefonía celular (miles) 1996 2000 2005 2010 2011 1 021.9 14 077.9 47 128.7 91 362.8 94 565.3 Teléfonos celulares por cada 100 hab. 1.12 14.08 44.26 80.55 82.38 Proporción de suscriptores celulares por líneas fijas 0.1:1 1.1:1 2.4:1 4.6:1 4.8:1 Fuente: Elaborado con datos de la UIT (2011). fue dividido el territorio para asignar concesiones, y después de una década de reacomodo de grupos empresariales para explotar el mercado, mantiene su predominio e incluso se ha expandido al mercado latinoamericano. Como se aprecia en la tabla 2, el crecimiento de usuarios despegó exponencialmente en 1996, pasando de 1.02 millones de suscriptores a 94.5 millones para 2011; de hecho, a partir del año 2000 las líneas fijas ya eran rebasadas en una proporción de 1.1 por 1. EL SISTEMA DE PAGO POR ADELANTADO Varios elementos se han conjugado para que la telefonía celular se convierta en una tecnología asequible en distintos países, pero es el sistema de pago por adelantado el 56 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL que sobresale, ya que se dirige a sectores de bajos ingresos y que no están en condiciones o se resisten a firmar un contrato de servicios. El sistema de pago por adelantado inició en Alemania y Suiza en 1995, con las tarjetas de prepago (GSM Osby Mikro, 1999), aunque éstas no se podían recargar. Se trataba de un servicio muy caro frente a las tarifas estándar y se usaba casi exclusivamente para los viajeros de negocios internacionales más que para el mercado doméstico. No obstante, varios países empezaron a basar sus comunicaciones por el teléfono celular más que por el de casa, por lo que las contrataciones de líneas de este último comenzaron a estancarse. Como se aprecia en la tabla 2, la proporción de suscriptores de teléfonos celulares es mayor que el de líneas fijas; uno de los primeros países en lograr esta ventaja fue Finlandia debido a su temprano y exitoso desarrollo, en 1997, y gracias a que consolidó este medio de comunicación superó ampliamente a otros países, pues mientras en 2011 tenía una proporción de 8.3 celulares por cada fijo, TABLA 2. PROPORCIÓN DE SUSCRIPTORES MÓVILES CELULARES POR LÍNEAS TELEFÓNICAS FIJAS País 1996 2000 2005 2010 2011 Estados Unidos 0.3 0.6 1.2 1.8 2.2 Finlandia 0.5 1.3 2.5 6.7 8.3 Japón 0.4 1.1 1.7 1.9 2.0 México 0.1 1.1 2.4 4.6 4.8 Canadá 0.2 0.4 0.9 1.4 1.6 Nota: La proporción de teléfonos celulares de la tabla es a “1” de líneas de teléfono fijo. Fuente: UIT (2011). ANA LUZ RUELAS 57 en Estados Unidos era de 2.2, en Japón de 2 y en Canadá de 1.6. Más que la disponibilidad de la tecnología, la adopción masiva de este dispositivo tiene que ver con la combinación de un conjunto de factores como competencia, regulación y cultura. Es indudable que el esquema de tarifas impuesto para el territorio estadounidense —sin necesidad del roaming que opera en México, por ejemplo— hizo más práctico contratar el servicio (por un mínimo de dos años) que depender del prepago. Además, aunque ha tenido un estancamiento, Estados Unidos cuenta con una de las infraestructuras para telefonía fija con mayor alcance y de las más altas penetraciones en el mundo. Igual que en Estados Unidos, en Canadá —como veremos en capítulo aparte—, se adoptó de manera tardía el celular, pero enseguida desarrolló una infraestructura para cubrir prácticamente todo el territorio. Como se observa en la tabla 3 relativa a los suscriptores de celular, ambos países iniciaron más tarde que Dinamarca, Finlandia, Japón y Corea del Norte. Mientras que en Canadá era adoptado por apenas 22.7% y en Estados Unidos por 30.8%, Finlandia ya los había triplicado y duplicado, respectivamente; en tanto, Dinamarca y Corea del Norte ya tenía casi a la mitad de su población con teléfono celular, mientras que Japón abarcaba a 44.9%. La situación canadiense se mantuvo todavía hasta 2005, cuando tenía 51.6% y Finlandia y Dinamarca ya habían rebasado el 100%. Un país que sobresale por el uso de tarjeta de prepago es Portugal, puesto que en 1995 ya se podía recargar en cajeros automáticos, lo que se convirtió en un éxito; pronto este sistema sería imitado por los demás países, siendo la clave para que el número de usuarios celulares aumentara en aquellos donde aún la penetración no era considerable. 58 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL Lo curioso de este sistema es que consolidó un esquema para recibir llamadas o estar disponible y no tanto para iniciarlas. En efecto, aunque fue concebido para personas que no querían hacer muchas llamadas y así controlar sus gastos, rápido fue adoptado por hombres de negocios y profesionistas, como fue el caso de Suecia, donde los operadores reportaron que quienes lo usaban eran particularmente los guardias de seguridad y los artesanos (OCDE, 2000: 61). El impacto de este esquema de pago ha sido inmenso, pues los suscriptores de servicios móviles de Telecom Portugal, por ejemplo, se incrementaron anualmente de manera espectacular. En 1996 creció 65% respecto del año anterior, y en 1997, por ejemplo, creció 129% comparado con 1996. A finales de 1997, 63% de los clientes usaban prepago y para junio de 1999 alcanzaba al 85% (OCDE, 2000: 60). TABLA 3. SUSCRIPTORES DE CELULAR POR CADA 100 HABITANTES (PORCENTAJES). PAÍSES CON MAYOR ÍNDICE DE POSPAGO País 1999 2000 2001 2002 2003 2004 Canadá 22.7 28.4 34.3 Dinamarca 49.4 63 73.9 Finlandia 63.4 72 2005 2010 2011 37.8 41.8 46.6 51.6 70.6 75.3 83.3 88.4 95.7 100.9 125.8 126.5 80.5 86.8 91.1 95.6 102.7 156.4 166 Japón 44.9 52.7 58.8 63.6 67.8 71.6 75.5 97.4 102.7 Corea del Sur 50.3 57 61.3 67.9 70.2 76.1 79.4 105.3 108.5 Estados Unidos 30.8 38.8 43.2 51.3 54.5 62.8 71.8 89.9 105.9 Fuente: Elaborado a partir de OCDE, Communications Outlook (2007) y UIT (2011). ANA LUZ RUELAS 59 En el primer semestre de 1999, la empresa española Telefónica ya tenía la mitad del total de sus clientes (6.5 millones) con pago por adelantado, y los productos de prepago por servicios digitales móviles fue el principal factor de crecimiento, pues más de tres cuartas partes de sus registros mensuales correspondían a ese concepto (OCDE, 2000: 61). Por su parte, Telecom Italia Mobile lo adoptó en 1996 y el impacto fue inmediato, pues en junio de 1999 el 80% de sus usuarios eran de prepago (OCDE, 2000). En México, en la década de 2000 el mercado de las telecomunicaciones experimentó una fuerte transformación, similar quizá a la que se vivió a inicios de los noventa. Los servicios tradicionales de voz rápidamente fueron desplazados por los nuevos servicios. La telefonía celular empezó a dinamizar el mercado y superó a otros segmentos; para mediados de 2003 participaba con 36% de los ingresos totales del mercado de servicios de voz, mientras que el servicio de larga distancia internacional aportaba apenas 9% y el de larga distancia nacional 15%, frente al local, que lo hacía con 40%. Lo anterior también se reflejó en la paralización del crecimiento de la telefonía fija, pues para ese mismo año el director general de Telmex expresaba que la compañía tenía alrededor de un millón de cancelaciones anuales, mantenía un millón de “líneas en anaquel, y que más de 50% de su base instalada eran consumidores de sólo renta mensual” (Guadarrama, 2003). Para ese año había un total de 26.7 millones de usuarios de teléfonos celulares, contra 15.1 millones con telefonía fija. En ese contexto es que el prepago se convirtió en una estrategia de mercado. Concretamente se avizoró para consumidores de limitado consumo y de zonas deprimidas, junto con otras medidas, como ofrecer equipos a bajo precio y con aplicaciones avanzadas pero fáciles 60 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL para atraer a las personas que aún no adoptaban el celular. Todo esto contribuyó para que la aceptación del prepago entre la gente fuera histórica y se convirtiera en la forma común de pago. Para mediados de 2003, cuando ya los celulares duplicaban a los fijos, apenas 8% de los usuarios tenían contratado el servicio de pospago (Mejía Guerrero, 2003), de ahí que las compañías realicen agresivas campañas publicitarias para incitar al consumo de tiempo aire y para que renueven constantemente los equipos. Evolución del prepago en México y factores que lo favorecen El éxito del prepago en México, además de los factores presentes en varios países, se suma el de la desconfianza o preferencia por mantener en privado los datos personales. Otro factor es que, sin un cargo fijo mensual, los usuarios tienen la sensación de poder controlar sus gastos, mientras que en el caso de los operadores los costos de facturación se reducen. Asimismo, el prepago ha hecho que el servicio sea accesible para millones de personas que no tienen suficiente perfil crediticio para calificar por un paquete; en Australia, por ejemplo, una vez que 40% de los solicitantes fue rechazado por no cubrir los requisitos para un crédito, el gobierno se vio impelido a introducir ese esquema de pago en junio de 1997 (Beaubrun y Pierre, 2001: 153). Sin embargo, lo que más ha favorecido la expansión de la telefonía celular por prepago ha sido el bajo perfil económico de la población. En el caso de México esto es más que evidente, pues quienes no pueden pagar el teléfono tradicional, han dado el salto a la telefonía móvil; mientras en el año 2000 había 14% de usuarios, en 2011 ya había alcanzado el récord de 82.3%. Pese a estos avances, nuestro país continúa con un gran rezago en telecomuni- ANA LUZ RUELAS 61 caciones respecto a América del Sur; por ejemplo, Argentina pasó de 17% en 2000, a sobrepasar el 100% desde 2007, y para 2011 ya tenía un universo de 134.9%, y para los mismos años Brasil pasó de 13.2% a 123.1% y Chile de 22% a 129.7%. Los precios de las llamadas han generado un conflicto entre los operadores de las redes públicas y los operadores de telefonía celular, quedando los usuarios a expensas de los convenios que logren estas partes; además, también fijan los costos sobre el pago por interconexión, recolección de impuestos, notificación a los usuarios de las tarifas, condiciones o términos de los cargos y facturación. Aun cuando en diversos países las autoridades del sector de telecomunicaciones tienen atribuciones para intervenir en pro del interés público, a final de cuentas los intereses de los conglomerados terminan imponiéndose. En este sentido, se requiere de una autoridad fuerte y de la activa cooperación entre las compañías participantes, principalmente de la operadora de la red pública conmutada, pues en caso de que alguna no esté de acuerdo puede interrumpirse o posponerse una medida, o bien entrar en largos e interminables conflictos legales. Otro paso crucial para facilitar el acceso a la telefonía móvil fue la regulación del pago por recibir llamadas, proceso conocido coloquialmente como “el que llama paga” (calling party pay), que significa pagar de manera compartida una llamada (OCDE, 2000: 65). Las opciones pueden ser: a) si la llamada se inicia de un teléfono fijo a un celular, el primero paga el costo entero de la llamada; b) si el usuario móvil inicia la llamada a un teléfono fijo, el primero paga el costo completo; y c) si el usuario móvil inicia la llamada dirigida a un usuario móvil, el que inicia paga el costo completo. Por su parte, en el esquema “el que recibe paga” o RPP 62 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL TABLA 4. INTRODUCCIÓN A MÉXICO DEL ESQUEMA “EL QUE LLAMA PAGA” Tipo de llamada De celular a celular Marcación a celulares Los 10 dígitos del celular Ejemplos Fecha de introducción 5512345678 Mayo de 1999 De fijos a 045 más los 10 celular de dígitos del celuotra localidad lar 045+ 5512345678 2003 De E.U.A. y Canadá a celular 011+52+1+ 5512345678 Noviembre de 2006 00+52+1+ 5512345678 Noviembre de 2006 011 52 1 y los 10 dígitos del celular Internacional 052, el nuevo (otros destiprefijo 1, y los nos) a celular 10 dígitos del celular Fuente: Telmex (2012). (receiving party pays) se pueden presentar las siguientes opciones: a) si se inicia la llamada de un teléfono de casa a un celular, el primero paga un cargo estándar fijo y el segundo por los cargos móviles; b) si el usuario marca de un móvil a uno fijo, el primero paga el costo entero de la llamada; c) si es de móvil a móvil, ambos pagan los costos de la llamada (OCDE, 2000: 51). El esquema de “el que llama paga” se introdujo en 1999 en México, pero no para las diversas opciones de enlaces, sino que se hizo de manera escalonada, empezando a nivel local. Un hecho que ha sido determinante para el establecimiento de estos sistemas es que la operadora dominante de la red fija y la principal compañía celular forma un monopolio, por lo que las disputas con los competido- ANA LUZ RUELAS 63 res en el segmento móvil constantemente dificultan los acuerdos. Precisamente, la compañía que se oponía a la entrada del esquema “el que llama paga” fue Telmex, principal accionista de Telcel, la compañía celular más fuerte; su argumento fue que los cargos de llamar de la red fija a las redes móviles eran muy altos, sin embargo, una vez que se inició el sistema de pagos en mayo de 1999, se dio un crecimiento récord, de tal suerte que en julio de 1999 los suscriptores llegaron a 1.1 millones, experimentándose en algunos meses crecimientos de hasta 9.4%. La segunda etapa inició a partir de 2003, cuando se discutió la introducción del sistema “el que llama paga” a nivel nacional, después de haberse dado el consenso entre los cuatro proveedores del servicio celular: Telcel, Telefónica Móviles, Iusacell y Unefon, pues se vio que era conveniente dado el considerable aumento del tráfico de llamadas. Eso significó que los usuarios celulares no tendrían que pagar por recibir llamadas cuando se encontraran fuera de la región donde utilizaran el servicio, y también, desde entonces, que la persona que llama de larga distancia a un celular asume los cargos de tiempo aire, independientemente de la tarifa de interconexión y los gastos de cobranza y facturación. El sistema nacional resulta más complejo, ya que requiere el cobro por tiempo aire consumido más la llamada de larga distancia, el roaming, la interconexión, la cobranza y la facturación. En la ciudad de México se instauró en 2003, y consistía en que quien realizara la llamada se encargara de pagar el tiempo-aire consumido, adicionando 1.90 pesos por interconexión y 0.60 centavos por conceptos de facturación y cobranza (Guadarrama, 2003). Del mismo modo que ocurrió con la introducción de la modalidad “el que llama paga” local, en 2005 las posiciones de la industria estaban en franca contradicción sobre los beneficios y la pertinencia de adoptar “el que llama 64 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL paga nacional e internacional”. Fue hasta el 4 de noviembre de 2006, cuando Telmex anunció que se adoptaba esa modalidad para la recepción de llamadas en el celular provenientes del extranjero o de fuera del área telefónica y que no implicaba cobro para el receptor: “Contestar no cuesta”, era el lema publicitario (Lozano, 2005). Y también se dieron instrucciones sobre cómo marcar (véase tabla 4). Sin embargo, la empresa también advirtió que “cobraría el tiempo aire de recepción de llamadas nacionales e internacionales provenientes de las empresas inconformes”, haciendo referencia a los procesos legales interpuestos por diversos operadores de larga distancia en contra de la aplicación de la modalidad “El que llama paga nacional”, por lo que Telcel identificaría cuándo se estaba ante una llamada de esos operadores para que el usuario decidiera si aceptaba o no el cargo correspondiente (Telcel, 2012). Por otra parte, una forma de identificar el nivel económico de los usuarios del teléfono celular en México es según la modalidad de pago que adopten. Desde finales de los noventa hasta 2011 se estableció una diferenciación entre quienes pagan mensualmente (que registran datos personales y cargan a sus cuentas de crédito) y los que escogen el prepago (que pagan por adelantado lo que van a consumir de servicio). Entre los primeros se encuentran los ejecutivos de compañías privadas y funcionarios gubernamentales, mientras que entre los segundos están los jóvenes y con menos recursos, que usan el prepago mediante tarjetas con un costo bajo (aunque a menudo con altos cargos) y son los que se “mantienen en el anonimato” porque no necesitan registrarse en la compañía o en alguna otra oficina. Por cierto, en 2009 se intentó elaborar un censo de los usuarios, el Registro Nacional de Usuarios de Celular, pero fue un rotundo fracaso. La intención era ANA LUZ RUELAS 65 tener un control sobre la información y datos de quienes usaban el celular para actividades ilícitas, como secuestros y extorsiones. El envío de mensajes fue propiciado por el uso de tarjetas prepagadas, ya que de los paquetes que ofertan las compañías proveedoras, los clientes optan por ahorrar tiempo y dinero a través del envío de textos en lugar de usar varios minutos en una conversación. En Estados Unidos los mensajes tardaron en ser populares, pues los teléfonos celulares no eran compatibles y resultaba más costoso. Por ello, la cultura del mensaje fue menos rica que en países como Finlandia, Italia, Reino Unido y, por supuesto, la capital del texto en el mundo, Filipinas (Agar, 2004: 108). Sin embargo, para 2009 Estados Unidos y Filipinas eran las capitales de los SMS, con un 35% del volumen mundial. La amplia diseminación del teléfono móvil se debió a que para millones de personas fue también la primera computadora que poseyeron, de ahí que se haya convertido en la plataforma de cómputo más extendida en el mundo. Asimismo, se predijo que para 2009 habría alrededor de 2.6 mil millones de teléfonos móvil usados de manera regular (BBC News Channel, 2005), sin embargo dicho cálculo también falló rotundamente, pues ese número casi se duplicó, alcanzando los 4.7 mil millones. La carrera de la telefonía móvil continúa bajo una impresionante combinación tecnológica, cuyo ritmo es impuesto por los mercados y los conglomerados de las telecomunicaciones. Hoy ya es tiempo de que el cobro basado en el tiempo y la geografía pase a la historia, como señalan los especialistas, pues los protocolos VoIP (voz sobre Internet) permiten manejar paquetes de contratación que incluyan el envío de voz y datos por celular o línea fija, de acuerdo a las necesidades de cada familia. Con la “convergencia de voz y datos los usuarios pueden 66 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL pagar cuotas mensuales de acceso por el uso de sus teléfonos, pero no por llamadas individuales” (Economist Intelligence Unit, 2006). Hay que recordar que la convergencia es consustancial a las redes de telecomunicaciones y que la interconexión se logra entre reguladores, corporativos y usuarios. Las redes inalámbricas, por ejemplo, se pueden integrar con sistemas y servicios optimizados para diferentes aplicaciones, mismas que se agrupan en sistemas de localización, teléfonos inalámbricos, celulares de radio, datos inalámbricos, áreas de redes locales inalámbricas, móviles satelitales, entre otros (Beaubrun y Pierre, 2001: 143). Finalmente, lo que puede ocurrir es que la propaganda comercial se apodere de nosotros, contactándonos a través del teléfono móvil, que es un aditamento personal insustituible. De hecho se perciben los impactos en las familias, los negocios, la educación y la identidad, como veremos en los siguientes capítulos, pero también en la homogeneización de los más disímbolos grupos sociales, por lo que puede decirse que el teléfono celular sirve para tomar el pulso al desarrollo económico y social de naciones enteras. ANA LUZ RUELAS 67 FIGURA 2. CELULAR COMO TERMÓMETRO FIGURA 3. ESTADOS UNIDOS. DESESPERACIÓN EN NEWTOWN, 2012 68 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL FIGURA 4. SACANDO FOTOS FIGURA 5. TOMANDO FOTOS DESPUÉS DE HUCARÁN 2. NIÑOS Y ADOLESCENTES, USUARIOS DEL CELULAR EL PÁNICO MORAL A LA NUEVA TECNOLOGÍA La diseminación sin cortapisas de una tecnología de comunicación masiva entre la población, particularmente en los niños y adolescentes, siempre provoca reacciones desfavorables. Los miedos que con regularidad aparecen con la adopción de nuevas tecnologías de comunicación históricamente están asociados con aspectos de la salud, las conductas y las relaciones sociales. A estas reacciones adversas que se presentan ante eventos o fenómenos novedosos se les ha denominado como “pánico moral”. En palabras de Cohen (2002: XXII), el término implica que hay una reacción social desproporcionada hacia un evento calificado como riesgoso, dañino o peligroso, es decir, la reacción puede ser más severa, irracional e injustificada que el evento, el peligro, la alarma o conducta misma (2002: XXVIII). El pánico moral presenta cinco características: 1) preocupación sobre el peligro real o imaginado, 2) hostilidad hacia actores o agencias que personifican o se les responsabiliza del problema (políticos, médicos, trabajadores sociales), 3) consenso, o sea, un acuerdo de que el peligro existe, que es serio y algo tiene que hacerse (los gru[69] 70 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL pos influyentes, especialmente los medios masivos deben compartir este consenso), 4) desproporción, es decir, se exageran los números de casos, daños causados, ofensas morales, los riesgos potenciales, y 5) la volatilidad, es decir, así como surge el pánico, repentinamente se disipa (Cohen, 2002: XXII). Los objetos del pánico moral, señala Cohen (2002), son predecibles y se representan por: algo nuevo, pero también lo viejo; son perjudiciales en sí mismos, aunque también sólo muestran señales de precaución; y son transparentes, esto es, cualquiera puede ver que está pasando. El teléfono celular encarna estos rasgos del pánico moral: es un artefacto nuevo y su masiva diseminación lo hizo perceptible en cualquier lugar, es decir, son transparentes. En sus inicios, generó una situación muy polarizada en cuanto a su aceptación o rechazo. Sin embargo, es la adopción de las TIC por parte de niños y adolescentes lo que más recibe los rechazos frontales de los adultos, padres de familia, críticos de los medios masivos y autoridades públicas. Con el argumento de la inmadurez o la minoría de edad y de que son el futuro de la humanidad, se trata de protegerlos, si bien es una reacción natural que no deja de tener sustento. De acuerdo con Marsh y Melville (2011: 2): […] de tiempo en tiempo las sociedades experimentan periodos de pánico moral. Puede ser que emerja en los medios masivos de comunicación un episodio, persona o grupo de personas como una amenaza a los valores o intereses comunes que son fijados como barreras morales por editores, jerarcas de las iglesias, políticos y otras personas de pensamiento de derecha que los presentan o definen de manera estilizada y estereotipada [...]. Cuando esas personas y expertos en la materia se pro- ANA LUZ RUELAS 71 nuncian en contra de tal o cual tecnología puede cundir el pánico en la sociedad. En Japón, cuando un psicólogo social sostuvo que los jóvenes usuarios del keitai se convertían en delincuentes juveniles a más altas tasas que los no usuarios, causó gran revuelo y preocupación (Nakamura, citado por Habuchi, 2002: 165). Históricamente ha existido un dilema sobre la adopción o no de medios y tecnologías de comunicación por parte de niños y adolescentes, en especial sobre la televisión y sus efectos (Levinson, 2004: 86-87). A inicios del siglo XX hubo una intensa preocupación por las consecuencias negativas que las películas causaban en los infantes; por ejemplo, en algunas revistas estadounidenses de 1910 ciertos films eran catalogados como “escuela para los delincuentes” y que “destruían la reserva moral del futuro”. De hecho, se aludía que “el lema de las productoras de películas podría ser: «Un barrio bajo de fácil acceso a todos los hogares. Vea los asesinatos y el libertinaje mientras usted espera. Sólo le cuesta un centavo»” (William y McKeever, 1910: 185.) Para mediados del siglo, los temores cambiaron hacia la televisión y los comics, que se pensó creaban fuertes adicciones especialmente en los niños, llegándose a sostener que ver televisión podría causar cáncer (Mander, 1978). En esa misma lógica, en la época finisecular surgió un villano mayor: el Internet. El ejemplo más palmario de la incipiente animadversión y temores hacia los medios de comunicación se dio quizá en Estados Unidos, cuando en 1996 se aprobó la Communication Decency Act, la cual contemplaba multas mayores a los cien mil dólares y dos años de prisión si el material indecente que se publicaba en la red circulara de tal forma que pudiera ser visto por los niños; más tarde la Suprema Corte congeló esta propuesta por inconstitucionalidad. Asimismo, en 2003 se aprobó en Japón una legislación 72 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL para restringir el acceso de niños y menores de 18 años a sitios de encuentros amorosos en la web. Gran parte de la crítica hacia el keitai es hacia los sitios de Internet porque “aceleran la criminalidad” al facilitar los “encuentros amorosos en línea” o donde los jóvenes buscan nuevos amigos o novios. Como los accesos se dan fácilmente a través de varios artefactos, con la incorporación del Internet en el celular la suspicacia ha aumentado, por lo que ha sido declarado como un problema social (Habuchi, 2002: 164). Si comparamos el potencial que tienen la televisión y el Internet de influir en los niños mediante ideas no aptas para su edad, nos percatamos que la primera luce inocua frente a la segunda opción, pues por éste circulan millares de imágenes pornográficas por segundo, y teóricamente toda persona puede ver e incluso interactuar. Además, con la anexión de la televisión en el móvil, la percepción puede adquirir tonos alarmantes. Si alguien por error teclea una palabra que se parezca a un término “prohibido”, al instante puede obtener cientos de sitios que conducen e incitan a su interacción, por lo que después se tienen que realizar una limpieza de la computadora para evitar que aparezcan automáticamente. Los efectos maravillosos de las máquinas, como advirtió Postman (1992), muchas veces nos inducen a hacer caso omiso de las ideas contenidas en ellos, a dejar de ver el significado ideológico o lo que pretenden inducir quienes están detrás de su diseño. Como dice Zimmer (2008), es preciso trabajar para quitar las “anteojeras de las consecuencias no deseadas”. Ahora bien, la omnipresencia del celular en niños y adolescentes puede generar un impresionante pánico moral debido a la hipercomunicación (comunicación teóricamente en todo tiempo y lugar), además de ser un aditamento acondicionado a las diferentes edades, persona- ANA LUZ RUELAS 73 lísimo, interactivo y que otorga identidad cultural tanto a jóvenes como adultos, así como por su movilidad y mayor accesibilidad que el Internet. Se puede decir que el celular representa un mayor daño potencial para los niños —incluso más que la web— por la intensa y extensa convergencia tecnológica, la que ha logrado la transmisión de diferentes contenidos que hasta hace poco sólo circulaban por Internet. En efecto, la pornografía es el contenido que se reenvía más intensamente por celular a raíz de la 3G, pues tiene una ventaja que las noticias por radiodifusión y publicidad no tienen: es una mercancía flexible que puede entregarse y tasarse de diversas maneras (como voz o como video), se acomoda a la noción de intimidad, que es una caracteristica de los móviles, y es abierta a todos los mercados. Lo más disruptivo que ocurre en el Reino Unido, como observan algunos autores (Wilson, 2006: 234), es que para mediados de los noventa un 38% buscaba “contenido para adultos” a través del móvil. Además, para pesar de las compañías, esto podría salirse de control cuando millones de imágenes o videos pornográficos puedan ser descargados sin pago de por medio. LA ADOLESCENCIA Y LA TECNOLOGÍA La comunicación que establecen niños y adolescentes tiene distintas manifestaciones y condicionantes propias de estas etapas biológicas. Como afirma la doctora Valeria Csépe (2002), del Departamento de Psicofisiología de la Academia de Ciencias de Hungría, para entender la pasión y destreza con que éstos han adoptado el celular, se tienen que conocer los factores del desarrollo cognitivo. Las habilidades tempranas de niños y adolescentes se explican por las diferencias entre la memoria procedimental y la memoria explícita. La primera es muy prominente 74 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL y robusta en los bebés, mientras que la segunda empieza a la edad de 3 o 4 años porque ciertas partes del cerebro, por ejemplo el hipocampo, no se ha terminado de desarrollar, es decir, es todo con lo que los niños cuentan. Por lo tanto, la memoria procedimental es una de las mejores herramientas para aprender el funcionamiento de un artefacto, ya que no involucra pensamiento consciente, por ejemplo acordarse cómo manejar un carro o bicicleta, tocar el piano o decodificar un texto. Esta memoria no ayuda a recordar “qué se conoce”, sino cómo se conoce. En una investigación hecha por Csépe “para probar el desempeño procedimental de niños (de entre 10 y 14 años) y adultos, se confirmó la hipótesis de que la memoria procedimental contribuye a mejorar las destrezas de los niños cuando usan los teléfonos móviles. En cambio, los adultos al incorporar una herramienta tecnológica tienen necesariamente que pasar por la etapa supeditada al desarrollo psicomotor, pero también social, donde intervienen instituciones como la familia, las amistades, la escuela, entre otros. Antes de abordar la incorporación del celular en el mundo de los adolescentes, es conveniente retomar algunos de los conocimientos acerca de la relación de los niños con el teléfono tradicional. En primer lugar, se tiene que a las edades de 7 u 8 años, de acuerdo con Veach (Ling, 2004: 90-91), los niños todavía tienen algunos problemas con el manejo del teléfono y aún piden permiso a los mayores para usarlo. Es cierto que poseen habilidades motoras para manipularlo y entienden como marcar y hablar con las personas. Asimismo, aunque atienden e identifican la conversación con quien contesta y reconocen las señales de ocupado, o el mensaje de la grabadora, sólo son capaces de abrir una conversación simple ya que no tienen las suficientes habilidades para mantener una rutina o secuencia de conversación y cerrarla. ANA LUZ RUELAS 75 Ahora bien, de los 10 a 12 años de edad ya muestran destrezas para entablar una rutina conversacional con diferentes tipos de personas: adultos, otros niños, amigos o extraños, lo que nos da una pauta para conocer qué tan competentes son en el manejo del teléfono móvil y la interacción social que despliegan. No obstante, no deja de sorprender su enorme habilidad para usar con arrojo todo tipo de aparatos electrónicos. Para el caso de los adolescentes, existen otras consideraciones sobre su relación con los teléfonos celulares. Como viven un periodo de transición social y de madurez física, uno de sus principales retos es entender el funcionamiento del ámbito ajeno a la familia y tienen que empezar a administrar su propia economía, interactuar con otras instituciones y burocracias, tratar con amigos, FIGURA 6. LÍA Y JAVIER CONCENTRADOS EN SU CELULAR Cortesía de Iliana Padilla Reyes. 76 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL conocer el rol del sexo y la sexualidad, adquirir un estilo personal y cuidar de su integridad (Ling, 2004: 93). Es decir, entran en un periodo de transición donde expanden su horizonte social, cambian de escuela, de área geográfica al pasar de un nivel de educación a otro dependiendo de la ciudad donde vivan y conocen nuevos amigos. Algunas diferencias entre la sociedad preindustrial y la actual sociedad de la información, es la irrupción de la tecnología móvil en los jóvenes y niños. Según Ling (2004: 95), en la primera etapa había cierta estabilidad generacional, lo que explica que el conocimiento y las tecnologías tuvieran lapsos de aplicación entre unas y otras generaciones, donde los padres enseñaban a los hijos las técnicas que ellos dominaban. Sin embargo, esto cambió en la sociedad industrializada y sobre todo en la de la información, debido al enorme flujo y acelerada innovación tecnológica. Los tipos de empleos y experiencias de los abuelos y padres ya no son los mismos, lo cual se refleja en las ocupaciones que requieren manejo de cómputo y enviar mensajes electrónicos. Estamos, pues, ante un factor clave de la brecha generacional. Puesto que la popularidad del teléfono celular ha rebasado todas las expectativas de crecimiento, las reacias actitudes de los padres para que niños o adolescentes lo porten han tenido que ceder. En México, al igual que en otros países, tardó en asimilarse que los escolares de educación primaria (menores de 12 años) portaran un teléfono celular, pero ya entrada la segunda década del siglo XXI, no es nada extraño que desde los 6 o 7 años los niños traigan su propio teléfono. ANA LUZ RUELAS 77 SER O NO SER RESPONSABLES Las reacciones de los adultos a la enorme exposición de adolescentes y jóvenes a tecnologías que ellos no dominan con suficiente destreza, han ido más allá de temer por eventuales actos delincuenciales, secuestros, estafas, pedofilia y otros riesgos. Para Levinson (2004: 90), curiosamente las preocupaciones sobre el impacto adverso del teléfono móvil en este sector no se limita a que estén expuestos a artefactos que los padres objetan, sino que al estar siempre disponibles no pueden separarse de éstos y tardan más en hacerse responsables de sus actos y en adquirir independencia personal y emocional, puesto que el celular les facilita tomar cualquier decisión, por más intrascendente que ésta sea. Sin embargo, también se reconoce que puede afianzar la personalidad y responsabilidad del niño o adolescente, ya que es capaz de decidir por sí mismo. Por ello, se cree que el celular es un asistente idóneo en el proceso de transformación de la personalidad, tanto de la niñez a la adolescencia, como de joven a adulto. Sin duda la parte instrumental de la comunicación es vital para que padres e hijos se mantengan en contacto, aunque en el periodo de transición de adolescentes a adultos no es lo mejor para inducir la autosuficiencia. A la vez, el celular estrecha y extiende los vínculos familiares. Para bien o para mal, señala Levinson, (2004: 89), no hay sitio para que alguien de la familia pueda ocultarse. Si anteriormente era la casa donde la familia compartía espacios físicos y el diálogo, ahora con el celular la comunicación puede mantenerse intacta. La casa, desde el punto de vista de su ubicación física, ahora es menos relevante para dicha acción, pues los aspectos importantes de la cotidianidad es compartida a distancia gracias a la posibilidad de distribuir información de manera instan- 78 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL tánea. Precisamente, apelando a la coordinación doméstica que el móvil brinda, todas las compañías telefónicas incluyen en sus esquemas de mercadeo el paquete familiar,1 donde se comparten minutos-aire, tarifas únicas y numeración consecutiva. Estos paquetes son particularmente irresistibles para una madre o padre que desea proteger y cuidar en cualquier momento y desde donde se encuentre a sus hijos, en sus horas de trabajo o escuela, los fines de semana, y sobre todo en ocasiones de esparcimiento y diversión. En un análisis sobre las conductas de los adolescentes ingleses y su relación con la nueva tecnología como son los celulares, Harper y Hamill (2005: 61) refieren que lo que se debe investigar no es si las formas de conversar y relacionarse son una manifestación novedosa o expresión de una sociedad que no ha cambiado, sino saber si la sociedad tiende a involucrar a las nuevas tecnologías en formas tales que las hacen únicas, cualquiera que sean esas propiedades: ya sean menos importantes o menos visibles. Es todavía difícil afirmar que hay o no cambios, y es muy pronto para dar respuestas concluyentes a las preguntas si los teléfonos móviles son benéficos o perniciosos, o si los adolescentes están cambiando en razón de su uso, aunque es indudable que los aditamentos o funciones de los aparatos sí obedecen a las demandas de comunicación de las personas. Para conocer el rol del teléfono móvil en la vida de los adolescentes de Inglaterra, se estudiaron sus conductas en relación al pago del servicio, así como las reglas de eti- 1 En Estados Unidos, como la mayoría de los padres (68%) es la que decide comprar un celular a sus hijos, un alto porcentaje de jóvenes entre 13 y 17 años (62%) estaba suscrito a un plan familiar, mientras que solo el 15% de ese grupo usaba el prepago (véase Johnson, 2006). ANA LUZ RUELAS 79 queta que aplican en diferentes situaciones: quién llama a quién, cuándo y sobre qué. Para su investigación, Harper y Hamill (2005) recogieron datos de vidas en familia, dándoles seguimiento diario y haciendo entrevistas en hogares del Reino Unido y Suecia; se monitorearon e hicieron entrevistas a 59 personas en 21 casas, todas con celular y teléfono fijo. Fue revelador que las conductas de los jóvenes sobre la administración, uso y pago del teléfono fijo y el móvil no cambiaban, como ocurre comúnmente en las relaciones padres e hijos. Es decir, se encontraron conductas irresponsables de los hijos frente al uso de la línea fija y el celular: la factura del teléfono fijo aumentó por llamar más a teléfonos móviles, lo cual habría resultado más barato si esas llamadas se hubieran hecho por la misma red de la telefonía móvil. Uno de los padres interpretó este asunto como “colectivo o familiar”. En cambio las hijas lo tomaron como algo individual más que de colaboración entre la familia, mostrando con esa conducta “poca preocupación por los otros” (Harper y Hamill, 2005: 65). Estas situaciones son semejantes en distintas latitudes. No es inusual que padres e hijos se confronten por los gastos para el sostenimiento de un hogar, incluso es normal en una familia de clase media. Lo interesante es constatar cómo la tecnología sirve de pretexto para que esto ocurra (Harper y Hamill, 2005: 65), pues al administrarles los pagos del celular a los hijos, los padres ejercen coerción para que actúen como ellos dispongan. Los autores sostienen que lo que debe preocupar para el desarrollo de competencias comunicativas de los jóvenes no es en sí mismo el cambio de estatus, sino cómo ese cambio junto a otros se está dando en las conductas de los adolescentes. Por ejemplo, en lugar de usar los artefactos para posibilitar una comunicación libre, muchas veces lo adaptan para hacer más rígidas y jerárquicas las reglas y convenciones de interacción social; ejercen coerción sobre 80 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL los otros al estilo tradicional cuando, por ejemplo, eluden rituales del saludo a través del celular. Aunque no es exclusivo de ellos, seguido deciden a quien contestarle un mensaje de “hola”, cuándo hacerlo y por qué. Incluso, entre ellos mismos establecen pistas para monitorearse y dar imagen de cierto estatus ante una comunidad o sus escuelas. Se vigilan para saber quiénes tienen celular, qué modelo, tipo de servicio (plan), la estética y las funciones con las que cuenta. Estas son formas importantes de cómo los adolescentes negocian su posición social dentro de las complejas relaciones comunitarias, con quiénes se hacen acompañar, qué hacen, dónde acuden, etcétera (Green, 2002: 40). En este sentido, más que para abrir el círculo de amistades y relaciones juveniles, el celular contribuye para cohesionar y cerrar el ya establecido y conferirle una identidad. De manera similar, de Gournay sostiene que la actual configuración de las relaciones sociales (que excluye las relaciones funcionales y organizacionales) “no se corresponde con la imagen de una red, porque muchos acercamientos ya no se mantienen por encuentros físicos y espacios sociales” (1999: 202-203), sino que dependen principalmente del teléfono “que lleva a relaciones bilaterales y exclusivas”, a semejanza de la “fusión de parejas o cordones umbilicales (madre-hijo)”. Asimismo, se ve un deseo de cerrar las redes de amigos, limitándose a los más cercanos y a la familia nuclear. Esto es así porque los usuarios controlan la disponibilidad de sus números telefónicos y pueden restringir o excluir a quienes no son sus cercanos. Por su parte, las normas de etiqueta construidas por el uso del celular han producido un sistema de urbanismo complejo, sutil, fuertemente clasificatorio y punitivo o penalizador: los jóvenes no actúan acorde a los dictados de quienes tienen poder sobre ellos, sino que ellos ANA LUZ RUELAS 81 mismos —como ya mencionamos— construyen procesos cerrados (Harper y Hamill, 2005: 71). Así, utilizan el teléfono para manejar rígidamente los detalles de su comunicación cotidiana en tiempo real y virtual, y evitan contestar llamadas de los no identificados, igual como lo hacen con los teléfonos fijos de casa. El resultado es que en vez de estar siempre disponible al contacto, que es el propósito del teléfono móvil, sus prácticas constriñen el círculo social: sólo quienes tienen el derecho a contactarlos lo pueden hacer, y los que están excluidos raramente son accedidos, y cuando lo hacen, son para rechazarlos. Por otra parte, Mizuko Ito, et al. (2005) señala que mediante el uso del celular los adolescentes japoneses aprenden, entre otras cuestiones, el desarrollo de reglas de etiqueta de comunicación en los espacios públicos. Por ejemplo de cómo dan por terminada una llamada en el camión cuando está próxima una parada, o cuando le dice al amigo que detenga el envío de mensajes porque está por entrar a un salón de clases; esto indica que las relaciones entre espacio y acción son contingentes y arbitrariamente se adecuan al momento. En cuanto a los rituales cotidianos de la comunicación, se registra un cúmulo de expresiones que los jóvenes se dirigen entre sí, por ejemplo el texto de buenas noches que envía el joven a su novia cuando salen fuera ahora es un requisito social, y cuando falla un mensaje se pide una disculpa. El envío de una pequeña nota durante las horas de clases es también un signo de dedicación y apego. CÓDIGOS SOCIALES EN CONSTRUCCIÓN En torno al uso del celular se vienen observando patrones y reiterados códigos sociales en diferentes culturas. En una comparación entre Japón y Francia, Rivière y Liccoppe (2005) advierten que en el país oriental se envían 82 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL mensajes de texto entre personas de diferente estatus social para evitar “meter la pata”, pero entre esposo y esposa no se tiene temor y la llamada de voz se hace a cualquier hora. En contraste, en Francia el envío de texto se usa no tanto para evitar cometer errores sino para sortear la violencia emocional en relaciones muy estrechas: las chicas prefieren enviar sus quejas al novio para no tener que escuchar los arrebatos de él, mientras que éste prefiere el texto para expresar sus propias quejas y no oír llantos. A veces el texto no sólo permite evadir estas reacciones emocionales, sino que el medio influye para que ocurran, lo cual ilustra que la tecnología móvil coadyuva a la formación de patrones de conducta más refinados y controlados: se cuida lo que se dice, a quién y cuándo, y se depura la manera de hablar. También a través de los mensajes cortos es posible esconder la personalidad: cuando alguien se comunica por el SMS puede comportarse como una persona decidida, pero en la vida real sea más bien reservada, lo que puede tener consecuencias para el inicio y sostenimiento de una relación. En una extensa investigación de campo entre los jóvenes finlandeses, Kasesniemi y Rautiainen (2002: 182) hallaron que una chica de 15 años durante dos semanas envió mensajes de texto a los investigadores pidiéndoles que la entrevistaran puesto que tenía mucho que decirles. El mensaje reflejaba gran confianza en sí misma, pero cuál fue la sorpresa que en el encuentro se encontró a una jovencita “‘quieta como un ratón’, encerrada y sospechosamente no quiso responder al investigador”. Igualmente detectaron a una pareja de jóvenes que a diario se veían en la escuela y que según ellos “estaban enamorados, pero que sólo se enviaban mensajes de texto por las noches”. Otra muestra de que los jóvenes de diversas culturas empiezan a desarrollar patrones comunes y elaborados de ANA LUZ RUELAS 83 la comunicación es el lenguaje escrito a través de mensajes cortos. En español también acostumbran mezclar frases del inglés que se acomodan al oírse más que en la escritura. Un sector preocupado por el efecto negativo en la escritura de los jóvenes es el de los profesores, debido a que los mensajes rápidos y cortos no respetan las normas gramaticales requeridas en los textos escolares. Por ejemplo, estos mensajes son escritos en minúsculas o todo en mayúsculas, han abreviado las palabras, y en el caso de la lengua finlandesa ya no usan el carácter inflexivo de las terminaciones. Si el mensaje no se puede acomodar en los 160 caracteres que abarca el SMS, no dejan los espacios entre palabra y palabra. Es decir, se parece más a un código que a la lengua estándar (Kasesniemi y Rautiainen, 2002: 185). Sin embargo, también se reconoce que este estilo de escritura es una oportunidad para la creatividad, pues se toman palabras de otras lenguas que agilizan el comunicado, como utilizar la C para significar el verbo see del inglés, o se compone una frase para optimizar los caracteres: “C U 2MORROW 9”. Esta manera de escribir está determinada por los costos de los mensajes; se recurre a esquemas o convenciones para evitar cargos de las compañías telefónicas. Así, como muchas veces el remitente sólo requiere que se le reconozca, lo que se acostumbra es marcar, dejar que suene una o dos veces el teléfono, y colgar; entonces el remitente ya se da por enterado de que su contraparte tiene el mensaje o el número de su teléfono. EXPERIENCIAS DE ADOPCIÓN EN VARIOS PAÍSES Las primeras reacciones que provocó el keitai en la convivencia y relaciones familiares preocuparon a los 84 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL japoneses y a otras sociedades. La asiduidad al keitai se parece un poco a la adicción de fumar entre los adultos. Entonces, es obligado averiguar las implicaciones del sobreuso de las tecnologías para su posterior desarrollo, pues todavía hay poca evidencia sobre las consecuencias del cambio tecnológico en la vida cotidiana de los niños. Por cierto, el impacto del videojuego Super Mario Brothers, lanzado en septiembre de 1985, ya debe ser visible en aquella generación infantil e incluso juvenil, pues en sus diversas versiones los acompañó en su crecimiento.2 Lo evidente, por lo pronto, es que, ahora el celular se adopta a edades más tempranas. Después de haberse diseminado en su segunda etapa entre adultos y estudiantes de universidad, ahora llega a grupos de menores edades como los de educación primaria e incluso de preprimaria, debido principalmente a que las estrategias comerciales de las compañías de telefonía celular, que ya han saturado el mercado de los adultos, ahora se han enfocado hacia estos sectores. La adopción entre los niños es muy vertiginosa. Una encuesta en Reino Unido encontró que mientras en el año 2000 un 17% de estudiantes de educación primaria y un 58% de secundaria tenían su propio teléfono móvil, para el siguiente año en una encuesta aplicada a 1000 jóvenes reveló algo excepcional: 90% de los adolescentes con edades entre 11 y 15 años ya lo tenían (Pain et al., 2005: 814). Es evidente que las innovaciones tecnológicas en comunicación se vienen expandiendo más rápido que sus predecesoras; si las líneas telefónicas fijas tardaron 50 años en alcanzar al 50% de la población, a los teléfonos móviles les llevó 20 años en tener esa misma cobertura, y a Internet aproximadamente 10 años; al celular VoIP se calcula que podría llevar dos o tres años (Minoura, 2001). 2 ANA LUZ RUELAS 85 El Reporte Media Literacy Audit, que en marzo de 2006 midió en Reino Unido el acceso a diversos medios como Internet en casa, televisión digital, radio digital y teléfono móvil, arrojó que un 65% de los niños, entre 8 y 15 años, ya tenían celular, pero la cifra se disparó a 82 % entre el grupo de 12 a 15 años. También de los 10 a los 11 años los porcentajes crecieron: mientras que para los de 10 años era 40 %, los de 11 años pasaron a 78 %. Entonces como hoy, el uso más popular era para enviar mensajes, hacer llamadas y jugar. En cuanto a diferencia de género, mientras los niños querían mantener su comunicación con la familia, las niñas dijeron que era sobre todo para mantenerse en contacto con los amigos. Según el Reporte, de acuerdo con estimaciones hechas por los padres, éstos pagaban un promedio mensual de 10.50 libras por el servicio para los hijos de 8-15 años, 9 libras para los de 8-11 años y 11.50 para los de 12-15 años. Los padres con hijos de entre 8-11 años reportaron haber discutido seriamente las reglas de uso, mientras que con los de 12-15 debatían sobre todo la forma de pago. En 2002 se reportaba que prácticamente todos los hogares finlandeses tenían teléfono celular, e incluso en algunas regiones la penetración entre los jóvenes ya era mayor que en los adultos (Kasesniemi y Rautiainen, 2002: 191.). En Noruega, a inicios del siglo XXI dos tercios de la población de 15 años poseía o tenía acceso a teléfonos móviles (Skog, 2002: 255). La penetración del celular en los jóvenes de Estados Unidos en 2005 estaba a la par que los países europeos; aunque sólo un 12% de niños de entre 8 y 12 años tenían teléfono móvil, esta cifra alcanza al 49% si se contemplan el grupo de entre 13 y 15 años. En otros resultados del Centro de Investigaciones Pew, con datos recabados en octubre y noviembre de 2005 a 1100 a personas entre 12 y 17 años sobre las preferencias para comunicarse con sus 86 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL amigos, se reportó que 45% de los jóvenes tenían celular frente a un 68% de los adultos. Todavía el acceso a la computadora era mayor, con 73%, que al celular y por lo tanto el medio dominante para comunicarse con los amigos era el teléfono de casa con un 51%, frente al 12% que optaba por el celular (Lenhart, Madden y Hitlin, 2005). Asimismo, el grupo estadounidense de 18 a 21 años registraba una penetración similar a la de Europa, de 81% que tenían celular, poco más que el promedio de los adultos, que era de 80%. Aunque un 57% de los adolescentes entre 13 y 17 años poseían el móvil a inicios de 2006, eran menos que los mayores de 18 años. Como ningún otro grupo, éste era catalogado como los “conectados por oído, vista y tacto” y era visto como el de los usuarios más prometedores por el mercado de la televisión y de servicios de datos por celular. Una razón que adujeron los niños estadounidenses para tener celular era por seguridad, cuyos padres decidían el servicio a contratar, con un 68%; por otro lado, 62% de los niños entre 13 y 17 años contaba con un plan familiar de contrato y otro 15% usaba prepago. Los jóvenes pagaban en promedio 57 dólares mensuales, lo que incluía mensajes, juegos, servicio de fotografías e información deportiva (Johnson, 2006). En los países escandinavos las estadísticas destacan una adopción mayor que otros países, y de más usuarios jóvenes que adultos. En 1999 había en Finlandia una penetración general de 58%, 51% en Suecia, frente a 31% en Japón y 25% en Estados Unidos. En cuanto a los jóvenes suecos de entre 15 y 17 años, en el año 2000 había alrededor de 75% que tenían celular; en Helsinki, que registró en ese año el porcentaje más alto, un 80% de jóvenes de 15 años tenían este aparato y cerca de 90% los de 16 a 18 años (Sherry y Salvador, 2002: 106). En Italia, de acuerdo con Fortunati (Nyiri, 2003: 240), en 2003 un 60% de las personas entre 7 y 15 años tenían ANA LUZ RUELAS 87 celular; el estudio se realizó con un universo de 4600 niños y adolescentes, de los cuales se tomó una muestra de 1200. A mediados de los noventa, este dispositivo era el regalo más popular de Navidad, cumpleaños y primera comunión entre los menores, y que ahora ocurre en los diversos países. Pero el caso más notable es el los japoneses. En 2001 el rango de usuarios fue de 64.4% en general, según un amplio estudio aplicado a 3000 hogares. Sin embargo, hubo una gran variación en la tasa de adopción por edad y generación, encontrándose que más de 80% de las personas usaban keitai a los 20 años, pero el porcentaje decreció con el incremento de la edad. Lo extraordinario fue que los estudiantes de colegio mostraron el más alto porcentaje de adopción, con el 97.8%, y los de bachillerato, con un 78.6% (Habuchi, 2002: 168-169). FACTORES DE LA RÁPIDA DISEMINACIÓN Varios factores han influido para la rápida diseminación del celular entre niños, adolescentes y jóvenes. Es un hecho que el sistema de pago por adelantado o prepago ha facilitado la adquisición del servicio, pues la flexibilización ha generado una mayor afluencia de clientes, pero también se debe a su versatilidad, es decir, el celular puede brindar las funciones de un juguete y servir de distracción. En Japón, según Miyaki (2005: 277), los esquemas de pago y control son apropiados para los usuarios infantiles. El sistema de prepago facilita la compra, pues no hay cargos mensuales, y si se pierde o roba el artefacto — algo común entre estas edades— no hay un gran impacto financiero, ya que se dispone de un seguro en contra de su uso excesivo. Con un servicio estándar, por lo general los cargos mensuales se hacen automáticamente a una 88 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL cuenta de banco, pero con el prepago los padres pueden manejar más fácil los cargos, puesto que no se podrá gastar mas allá de lo que se ha prepagado. Con la incorporación del Internet en el celular, la limitación de enviar 140 caracteres por SMS ocasionó que se ingeniaran mensajes menos largos mediante la compleja combinación de un amplio rango de números y caracteres. Por cierto, como ya vimos, Japón se jacta de ser el país que introdujo una de las innovaciones más espectaculares en el teléfono móvil (keitai): el I-mode, que en ese entonces fue la culminación de una serie de innovaciones que hicieron de este aparato un multimedia. ¿Cuál ha sido el motor que ha impulsado la carrera tecnológica del keitai? Según Okada (2005: 60), el celular japonés tiene una trayectoria única, ya que para su desarrollo se ha tomado como referente los elementos clave de la cultura popular juvenil, la cual tiene una estrecha identificación con las innovaciones tecnológicas, igual que sucede en otros países. De hecho una tendencia de los mercados más dinámicos del mundo es ver a los jóvenes como los mayores clientes potenciales, tomándolos como una base para la introducción de nuevas opciones de manejo y servicio. EL PAPEL DE LA IDENTIDAD JUVENIL Si el celular se ha expandido con gran rapidez entre los jóvenes, es obligado estudiar los impactos que está provocando en este segmento, el cual no sólo es un consumidor de las facilidades técnicas (bajar tonos de música, logos, fotografías, juegos; por su diseño, colores, modelos), sino que también le ha puesto su sello identitario. La flexibilidad y el contacto social que permite esta tecnología han logrado que se convierta en parte de la identidad juvenil (Skog, 2002: 255). ANA LUZ RUELAS 89 Además, es el artefacto perfecto de la globalización. Su popularidad puede verse a la luz de tres tendencias de los procesos formativos de la identidad juvenil: a) la reflexibización, b) la maleabilidad y c) la individualización de su cultura (Groding y Lindlof, tomado de Skog, 2002: 255). La reflexibilidad es una forma individual, subjetiva, social o cultural de identificarse a través de imágenes simbólicas en los medios, en el lenguaje o en la interacción cara a cara (Skog, 2002: 255). Según Habuchi (2002: 179), el keitai simboliza la modernización reflexiva a un nivel micro, y al mismo tiempo acelera el ciclo reflexivo en el que intervienen: la autotransformación, el reconocimiento del otro, la transformación del grupo al que se pertenece y la transformación de uno mismo. Según Castells (2000), la auto-identificación es un proceso mediante el cual la persona adopta características culturales para entenderse a sí misma y su significado estructural. Por tal razón, se puede inferir que las nuevas formas de comunicación que tienen lugar a través del celular influyen en el reconocimiento de uno mismo (Habuchi, 2002: 179). La maleabilidad es la perspectiva que ve a la personalidad y el estilo de vida como factores influenciables, es decir, las personas toman decisiones en atención al contenido más que aceptar pasivamente una tradición. La individualización o personalización implica que a medida que se desarrolla la sociedad industrial, el peso de los antecedentes o conocimientos sociales decrece mientras que la importancia subjetiva del mundo interno o individualización se incrementa. En consecuencia, la identidad ha devenido a ser más multifacética, personal, auto-reflexiva y sujeta a la innovación (Kellner, en Skog: 256). Así, el teléfono móvil objetiviza un artefacto tecnológico que permite a los jóvenes crear y negociar su iden- 90 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL tidad en función de su mundo interno, pero también del género y clase social a la que pertenecen (Skog, 2002: 256). LAS EXPECTATIVAS DE EMPLEO Un aspecto revelador de las expectativas de los jóvenes sobre su futuro empleo, a partir de su relación con el teléfono móvil, es que la capacitación informal —más que la educación formal— se está constituyendo en un factor determinante para su futuro ocupacional. En lo anterior, también es decisivo que en las ocupaciones digitales se seleccione a personas por sus competencias más que por su educación formal. En 1999 se les aplicó un cuestionario a 2979 estudiantes noruegos del noveno grado en 70 escuelas, y se encontró que una alta proporción de usuarios de celular aspiraba a una educación de corto tiempo, una posición administrativa y a altos ingresos, a diferencia de los no usuarios. Dentro de los planes para continuar su educación universitaria, llama la atención que sólo 39% se inclinó a favor, mientras que 44% señaló no tener intención. En contrapartida, un 61% de no usuarios mencionó tener planes de ir a la universidad y sólo 56% dijo que no (Skog, 2002: 260). Es decir, los jóvenes le están apostando a una educación informal que los equipa con habilidades para obtener empleo en el medio digital. El estudio revela que una alta proporción de jóvenes de 15 años que poseen celular también usan otras tecnologías, lo que es indicativo de sus competencias digitales, mientras que los no usuarios se describen en términos de competencias tradicionales orientados por la escuela. Cuando el I-mode por celular fue lanzado al mercado japonés, los principales diarios del mundo destacaron a los jóvenes como uno de los segmentos más prometedo- ANA LUZ RUELAS 91 res del mercado móvil. Por ello muchas de las innovaciones de la industria reflejan las prácticas de comunicación que han establecido en buena parte los jóvenes, como es el intenso envío de SMS por celular, que en la cultura finlandesa, por ejemplo, también tiene un gran significado, pues un mensaje se debe contestar en un lapso de entre 15 y 30 minutos, ya que no contestarlos denota falta de cortesía. Una novedad de entonces fue cuando los operadores ofrecieron una notebook ideal para enviar SMS con espacio para cada mensaje, retención de mensajes especiales y una guía para elaborar mensajes de manera rápida y fácil; asimismo, se le introdujeron frases hechas para ser utilizadas de manera expedita y para situaciones acordes a la limitación de caracteres (160). Con las redes sociales la escritura basada en frases hechas tuvo un inusitado auge, ya que se podían encontrar expresiones de sentimientos (amor, tristeza, enojo), así como “lo siento” “te veo luego”, “dónde estás”, “qué novedad”. En virtud de que los textos se usan a menudo de manera similar que una conversación cotidiana y crea muchas expectativas para contestarse, se hicieron innovaciones en el teclado: se fabricó en miniatura para que fuera manipulado con el tacto dentro del celular, similar al de las computadoras, permitiendo agilizar la velocidad de la escritura de mensajes (Kasesniemi y Rautiainen, 2002: 188). EL SENTIMIENTO DE SEGURIDAD La seguridad y el crimen se asocian con mayor frecuencia con el uso del teléfono celular en los últimos años. Este tema se potencia cuando se trata de jóvenes y sobre todo en sus relaciones con los padres y los sentimientos de seguridad que infunde este artefacto. Una de las diez razones que aducen los estadouni- 92 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL denses de 15 años para obtener un celular es la seguridad. Esto no sorprende, puesto que a esas edades son los padres quienes deciden cuando los chicos pueden tener su móvil, escogen el servicio y lo pagan. A principios de 2006 casi dos tercios (68%) decidían qué compañía o servicio contratar. Ello obedecía, a diferencia de otros países, que en Estados Unidos las compañías promovieron la conveniencia del pospago, por ello 62% de los adolescentes de 13 a 17 años estaba con planes familiares y otro 15% recurría al prepago (Johnson, 2006). Ante tal situación, la percepción de los jóvenes y las expectativas de las familias estadounidenses empezaron a modificarse. Es común que los jóvenes quinceañeros, reconozcan que el celular alteró la interacción con sus madres, sobre todo cuando de control de los horarios se trata: “antes cuando iba a casa, era como decir voy a estar allí a tal hora, o antes de tal hora, y hoy puedo salir porque no tengo que decir que voy a salir o llegar. Si ella no está en casa, yo me puedo ir y cuando ella llegue y ve que no estoy sólo me llama. Ahora es muy fácil” (Lenhart, Madden y Hitlin, 2005: 10). A su vez, asuntos de vigilancia y monitoreo mutuo, visibilidad y responsabilidad conducen a otras cuestiones sociales e individuales muy sensibles, como son la privacidad y la confianza entre individuos, organizaciones e instituciones (Green 2002: 42). El concepto vigilancia tiene un significado altamente contextual, pues debe atenderse más en términos comunes y corrientes (Green, 2002: 42), es decir, en atención a la práctica y las experiencias diarias. Por ejemplo, lo que para los padres puede definirse como una preocupación por la seguridad de los hijos, para los jóvenes puede significar una vigilancia sobre sus actividades, dependiendo del lugar donde se viva. Dos estudios realizados por Pain et al. (2005) sobre la ANA LUZ RUELAS 93 relación de los jóvenes con los celulares en el noreste de Inglaterra, en Gateshead, arrojaron importantes conclusiones para el estudio de la vida urbana juvenil y la emergencia de la cultura del celular; uno abordó el impacto de los teléfonos móviles en la seguridad y el otro las experiencias de la victimización y el miedo.3 Los autores examinaron el impacto en la seguridad de jóvenes de diferentes edades y en relación con sus antecedentes sociales, mientras que con el grupo de 11 a 14 años se enfocaron en los riesgos a que se exponían durante los momentos de esparcimiento; y con el otro proyecto, con un grupo de 10 a 16 años, revisaron las experiencias de victimización del crimen y los miedos de los jóvenes en esa misma área. En ambos vieron el rol que tiene el celular, mediante la aplicación de cuestionarios, entrevistas y grupos de discusión. Una de las revelaciones más interesantes sobre el significado de seguridad es que los jóvenes en vez de evitar los lugares riesgosos, llevan el celular consigo para sentirse seguros. Esto puede interpretarse en el sentido de que a la mayoría de los padres, ante la imposibilidad de imponerse a los deseos de sus hijos adolescentes, no les queda más remedio que asirse del teléfono para sentir que están al pendiente o vigilantes (Pain et al., 2005: 819). Los mismos jóvenes expresaron que los móviles los hacían sentirse seguros en lugares públicos, porque podían llamar a sus padres ante alguna preocupación o incidente. Igualmente, otros adolescentes señalaron que llevaban consigo Ambos proyectos se realizaron en una zona donde el ingreso promedio está muy por debajo del nacional. No obstante, la difusión del móvil era entre los jóvenes de un 60% (Leisure Risk Project); y en el otro (Crime Victimization Project) se infiere que la mayoría lo tenía (a este grupo no se le preguntó expresamente si poseían o no celular) (véase tabla 2 de Pain et al., 2005: 818). 3 94 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL el celular por los miedos de sus padres más que por los propios, hecho que les permitía negociar mayores libertades (Pain et al., 2005: 820). Efectivamente, el celular se transforma en un medio que reduce los miedos de los padres por la seguridad de sus hijos cuando están fuera de casa, pues les proporciona un amplio contacto temporal y espacial, pero también los hijos se sienten libres de los horarios rígidos en que deben regresar a casa y les permite burlar la supervisión espacial y decidir qué tanta información le dan a sus padres. Es decir, esta tecnología no ha venido tanto a modificar patrones sociales e interrelaciones establecidas; en todo caso, exacerba las diferencias entre quienes tienen acceso al teléfono movil y los que no. Los beneficios o ventajas de tener teléfono celular es que posibilitan una mejor protección, dan sensación de seguridad, mejora la coordinación padres-hijos, hay una apropiación del espacio urbano, entre otros. Así, más que tener un amplio control de la vida de los jóvenes, parece que han venido a reforzar la protección existente para aquellos que pueden costearlos. Además del rol trascendente en la seguridad o de influir más ampliamente en los movimientos espacio-temporales de éstos, los teléfonos móviles, según Jones (Pain et al., 2005: 815), son una tecnología inherentemente espacial con importantes consecuencias para la vida de los jóvenes, en virtud de su flexibilidad, portabilidad, interactividad y por supuesto movilidad. Debido a los teléfonos móviles la definición de los espacios personales de los jóvenes ha cambiado profundamente, pues ahora tienen mayor control sobre éstos mientras se mueven o bien los expanden, a la vez que aminoran el miedo en los espacios públicos dándoles seguridad psicológica. Igualmente es revelador que las nuevas tecnologías, como es el hecho de poseer un teléfono, se adapten a la vida de adolescentes y jóvenes, en ANA LUZ RUELAS 95 sus problemas y particularmente en cuestiones de vigilancia entre jóvenes y adultos, en la naturaleza contradictoria de las relaciones con los espacios públicos, y en la extensión de los patrones de victimización existentes y en la conducta para tomar riesgos. En síntesis, los celulares han venido a remodelar, más que reducir o exacerbar, el pánico moral y las preocupaciones de los padres cuando los hijos están fuera de casa. En consecuencia, en ese sentido, las nuevas tecnologías también ejercen una función transformadora en la vida urbana, aunque no disruptiva, es decir, más que causar problemas, son una extensión de las relaciones socioespaciales ya establecidas. 3. EL CELULAR Y EL ESPACIO PÚBLICO Y PRIVADO El teléfono celular no sólo ha impactado la vida familiar y organizacional, la conducta de niños y jóvenes, sino que también su intensa diseminación ha modificado o redimensionado el espacio, ya sea público o privado, e incluso impacta en la construcción de nuevos lugares. Las tradicionales ideas sobre el espacio cambian a medida que proliferan las tecnologías de comunicación y cómputo y por consecuencia el entorno se satura; cada día más personas hablan con alguien que no está presente físicamente: tanto en el transporte público, aviones y centros comerciales; en los espacios comunes, como son jardines, calles, banquetas o plazas, sitios de espera, en las colas. La naturaleza del espacio público y los aspectos de la geografía social están cambiando, pero también los espacios adaptados para la vida privada o la privacidad, como en la casa y oficinas. De la misma manera, se habla de que el celular ocupa simultáneamente varios espacios: desde donde se habla o recibe una llamada, que es físico, y el espacio virtual, que se construye en la conversación dependiendo con quien se esté hablando (Palen, Salzman y Youngs, 2001). Por ejemplo, si se recibe una llamada de alguien muy íntimo en la oficina, a la vez que crea un espacio apropiado para atender o ponerse a tono con una conversación de ese tipo, se sustrae tiempo laboral. [97] 98 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL Los conceptos de espacio público y privado se han venido redimensionando por el intenso uso del celular, dando la oportunidad de repensar y recrear las formas de comportamiento y de conductas que se asumen en diferentes sitios por efecto de su mediación, y a los estudiosos nos permiten ver cómo se relacionan las personas, si se crean otras relaciones o se mantienen las mismas, qué reglas de interacción social y de urbanidad se vienen imponiendo o si se yuxtaponen a las establecidas y cuáles otras se están superando. El teléfono celular no es la primera tecnología de comunicación que causa sobremanera la imbricación entre lo público y lo privado. Medios como la televisión que se introdujeron como una tecnología del hogar, con la creciente mediatización social vinieron a ocupar diferentes espacios considerados tradicionalmente como reservados para la convivencia en público. Es ya muy habitual ver que restaurantes, cafés, tiendas departamentales, consultorios médicos e incluso oficinas gubernamentales de atención al público tengan instalados aparatos televisivos cuya programación sintonizada muchas veces no es para audiencias con los mismos intereses o incluso que no es apta para todas las edades. También el teléfono fijo en casa se asoció con ciertos momentos de intimidad, dependiendo con quien se comunicara. Pero ahora, con el teléfono celular esos lapsos se han trasladado a un sinfín de espacios cuya identidad se ve trastocada por el uso indiscriminado de éste. Lo que fue un accesorio del hogar, que tenía un lugar fijo y relegado en las esquinas, ahora con ser móvil se ha convertido en el centro de atención (Goffman, 1959: 99). Muchos jóvenes lo toman como pretexto para escapar de la vigilancia paterna dentro y fuera de casa, pero también lo aprovechan para crear su propia intimidad, siendo difícil ANA LUZ RUELAS 99 que lo presten o que les permitan a los padres checar su agenda, su directorio, sus fotografías. Los conceptos de espacio se actualizan con la persistente presencia del celular. Un aspecto muy debatido es sobre los enormes cambios en las dimensiones físicas y psicológicas de lo público y lo privado; es decir, si los espacios públicos se están privatizando y si a la vez los espacios privados se pierden por el enorme acceso o interferencias de las comunicaciones móviles. Las nuevas tecnologías de comunicación e información como el teléfono celular en gran medida contribuyen a cambiar el significado de las conductas en relación con los espacios, particularmente entre los del ámbito laboral y de relajamiento. Gracias a que las personas no están sujetas a una locación en un determinado tiempo, el significado de la división entre el trabajo y la vida personal tiende a difuminarse. Ya otras tecnologías han influido y transformado los significados del tiempo. Por ejemplo, con la electricidad las instituciones y fábricas extendieron los horarios de trabajo, se crearon turnos nocturnos y la vida social y familiar se transformó hasta que se volvió en un asunto cotidiano. A su vez, con la computadora, el correo electrónico y la web, el tiempo de las personas se ha visto modificado por la posibilidad de jugar, trabajar, divertirse y compartir ideas a cualquier hora. La casa es ya una extensión del trabajo, cambiándose con ello la función del hogar como sitio no tradicional de trabajo. En la actualidad, con la irrupción del teléfono celular muchos oficios ampliaron sus horarios de servicio, y también para efectos laborales se habilitaron o habitaron, de acuerdo con Gant (2005: 122), restaurantes, automóviles y lugares públicos como lugares de uso mixto. Pero sobre todo, las conductas se están trastocando en virtud de que 100 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL los lugares están perdiendo también su identidad por la irrupción de esta tecnología. Con el celular también se reactualiza el significado de la intimidad o los sentimientos hacia los objetos. Cuando las personas expresan que sin este teléfono no pueden vivir, salir de casa o dejarlo olvidado en el automóvil o en un lugar de paso, quieren decir que a través de él se sienten cercanas a los demás (los padres con los hijos, por ejemplo). Para algunos oír que timbra el teléfono celular representa que alguien está pensando o está al pendiente de ellos, más si le han asignado un tono particular que identifique de quién proviene la llamada (amigo, oficina, padres, etcétera). Sin embargo, cabe aclarar que más que aceptar que los teléfonos móviles pueden afectar cada aspecto de las vidas profesionales y personales, directa o indirectamente, como sostienen Katz y Aakhus (2002: i), sobredimensionando con ello los efectos de la tecnología, más bien nos inclinamos por ubicar a ésta en los contextos sociales en los que es producida, como un medio de entendimiento entre las personas y con una función, y donde también la sociedad se muestra. Enfocarse en los efectos de la tecnología con una perspectiva determinista puede conducirnos, como dice Humphreys (2005a: 811), a malinterpretar los contextos sociales y culturales que refleja. DEFINICIONES DE ESPACIO Existen similitudes y diferencias entre espacio público y privado. Por ejemplo, Lofland (Humpreys, 2005a: 368) identifica a los espacios urbanos como públicos porque en ellos las personas son extraños, o se conocen sólo en términos de sus ocupaciones o de otras categorías de identidad no personales, y también este autor distingue las características físicas y relacionales que ayudan a definir ANA LUZ RUELAS 101 el espacio. En el sentido de lo físico, el espacio privado puede equipararse a un sitio dentro de la casa, pero a la vez puede entenderse como una metáfora sicológica que refiere al sentido de privacidad e intimidad de las personas. En términos psicoanalíticos, Modell (Humpreys, 2005b: 368) reconoce dos modelos, el público y el privado. Este último hace referencia a lo independiente y autónomo, es decir, que el sentido psicológico de la privacidad puede separarse del espacio físico. Por ello, debido a las múltiples dimensiones de lo espacial, es posible que una persona que se encuentre físicamente en un espacio público psicológicamente se sienta en privado, pero también puede ser que esté físicamente en un sitio privado y psicológicamente se sienta como un extraño. Esto puede ocurrir con el uso de los teléfonos celulares, pues advertimos que cuando alguien recibe una llamada en un centro comercial o en el pasillo de una escuela de inmediato tiende a buscar un sitio apartado para atender o concentrarse en la plática, pero también para buscar cierta intimidad, con lo que privatiza, aunque fugazmente, un espacio. Es decir, una persona puede crear su propia privacidad en un lugar público. Una de las estrategias para crear ésta es similar a otras conductas que ocurren, por ejemplo, cuando alguien quiere evitar el contacto con extraños en un espacio común, si es en el transporte público (autobús o avión) se pone a leer un periódico o un libro, dando así señales de que quiere concentrarse en esa actividad y no entablar una conversación. Si bien el teléfono celular supera distancias entre lo público y lo privado, los efectos y formas de usarse tienen consecuencias en la conducta de las personas e interfieren en lo que tradicionalmente se entiende por espacio público. 102 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL Los medios han echado abajo la relación tradicional en el mundo físico y el social, por lo que algunos autores como Meyrowitz piensan que la gente tiende a “no saber más su lugar en el mundo” (Hoflich, 2005), que el significado tradicional del lugar cambió y ya no se sabe con certeza cómo se va a comportar o cómo se puede actuar; es decir, en el espacio se han perdido algunos patrones de conducta que anteriormente proveían una orientación. Como han señalado Ling y Yttri (2002), hay “una balcanización” del espacio debido a que los usuarios de teléfonos móviles se comportan como “tribus” que colonizan áreas de la esfera pública con su propio discurso, mostrándose reacios a comportarse en los términos tradicionales y orillando a los demás a incorporarse a una “interacción banal”. Con los nuevos medios electrónicos las personas asumen el lugar de una manera inusual. Si una conversación telefónica tradicional absorbe la atención de lo que está aquí y ahora (la locación física de la comunicación), en la conversación por celular ocurre lo contrario: la presencia de un tercer lugar interviene como factor importante, porque quien llama no puede estar seguro donde está quien contesta en ese momento. Así, para contextualizar la plática, la pregunta más socorrida es “¿dónde estás?” o “¿desde dónde llamas?”. A través del teléfono móvil se está abiertamente privatizando la arena pública, por dos razones principales: a) Porque todavía es un medio privado, ya que se enlazan personas que previamente son conocidas o que pueden tener una fuerte relación personal. Esto se ilustra por el hecho de que sólo un círculo limitado de gente tiene el número de un celular. No existe, excepto en algunos países, un directorio telefónico de celulares y cuando se añade al directorio público es más bien para ANA LUZ RUELAS 103 anunciar servicios comerciales o profesionales.1 En México, el teléfono celular es el medio de comunicación por excelencia para la prestación de servicios en el caso del autoempleo (tales como plomeros, jardineros, electricistas, entre otros). b) Porque al usarse el teléfono móvil en público, las personas convierten en privado ese espacio físico (Fortunati, 2002b; y Kopomaa, 2000: 92-93). En efecto, el usuario forma una especie de isla, busca un lugar apartado donde puede hablar sin ser distraído, “improvisa una caseta telefónica inalámbrica” (Lasen, 2005), quizá porque muchas veces las personas entienden que una llamada obstruye el orden publico tradicional y ya el timbre por si solo representa una molestia (Hoflich, 2004: 124). Aunque la mayoría de la gente se ha habituado a oír que se habla por teléfono en cualquier lugar, hay sitios como los restaurantes y cines donde algunos se ofenden cuando alguien lo usa. Si ahora a esas personas se les cataloga como intolerantes, o con bajo umbral de tolerancia, a medida que el celular se difunda tenderá a crear una cultura de tolerancia hacia los que hablan sin parar. ¿UN TERCER LUGAR? Por efecto de la adopción las TIC, y en especial del celular, se abren nuevos espacios donde las personas hablan a la par que se mueven. En algunos casos las características de los lugares se han redimensionado por atraer cierto tipo y número de usuarios, pues las aplicaciones Es decir, las personas íntimas tienen en el teléfono celular un instrumento para encontrarse, pero también a los que forman parte de una selecta red social, a los que “sólo se les da permiso de llamar”, introduciéndose una nueva categoría de relaciones sociales (Fortunati, 2002b: 524). 1 104 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL que les dan los hacen apropiados para la movilidad y también rompen con las limitaciones de la infraestructura, por ejemplo las estaciones de autobuses o tren, terminales aéreas, la escuela, el centro de compras, los estadios, entre otros. Existen dos tipos de espacios donde se usa el celular con mayor frecuencia. Uno son los espacios indefinidos, ocupados momentáneamente como las plazas, los centros comerciales, las calles, en lo que no se puede referir una actividad específica, son los que se usan cuando se está esperando a alguien en un lugar público o cuando se aguarda el inicio de algún evento. El otro son los lugares que están destinados para una actividad preestablecida como la oficina, el salón de clases, el cine, etcétera. Precisamente, por la tecnología se le está dando sentido a estos tiempos y lugares insignificantes (Caronia, 2005: 97), desde donde se construyen relaciones interpersonales que pueden ser o no importantes. ¿Cuántas llamadas se reciben o hacen en esos no lugares, cuando se espera el camión, se camina hacia un sitio, en la calle o en sitios y momentos que no pueden ser definidos con exactitud por su naturaleza neutral? Cuando se camina entre estudiantes en los campus universitarios o en las banquetas, es común ver el ensimismamiento de las personas en una llamada, inmersos en un soliloquio. Con el usuario móvil un espacio urbano se vuelve menos específico, en el sentido de su ubicación, para efectos de un encuentro o reunión. En el proceso de microcordinación o de coordinación mutua diaria, mayormente entre jóvenes, el sitio urbano se convierte en un punto de encuentro, se da un ajuste progresivo de la locación por la facilidad del celular. Asimismo, la puntualidad se ha convertido en una construcción progresiva por los miembros de un grupo debido a la facilidad que les da la comunicación por celular. ANA LUZ RUELAS 105 En una conversación telefónica se acepta que la locación real pierde relevancia. En amplio sentido, el lugar al que uno siente que pertenece, cede de cara a la obligación de una red de comunicación. Se da la ambigüedad ausencia / presencia en el espacio, que ocasiona la transformación del sentimiento de pertenencia a una red de comunicación y al lugar (la familia, el país y la raza) (Fortunati, 2002b). A esto también se le denomina “tercer lugar” (2005), o sea, es un ciberespacio constituido por la comunicación y que da la ambivalente sensación de presencia/ ausencia. Una llamada del teléfono celular que es recibida por un individuo en un espacio público lo hace sentir como si estuviera solo, pues pese a que esté rodeado por una multitud, tiende a abstraerse. Quien habla puede estar físicamente presente, pero su orientación mental es hacia otro no presente y en ese sentido crea su propio lugar. Es decir, independientemente de que una persona se encuentre usando su celular, se crea el efecto de estar presente / ausente (Gergen, 2002), ya que hace sentir a su poseedor que otros están con él. Otra categoría de espacio en construcción es el interespacio, que tiene lugar en los intersticios diarios donde se coordinan actividades cotidianas, preferentemente de microcordinación. Éste se construye cuando jóvenes o adultos, mujeres u hombres, por ejemplo, acuerdan sus encuentros y tiempos paso a paso, momento por momento, a medida que se mueven hacia un punto en común. Así, los jóvenes modifican los rituales preestablecidos para sostener sus reuniones, que ya no es más una acción que tiene un tiempo y espacio determinado, sino que es un proceso de acuerdos, fluido y cambiante, que se da gracias al celular (Caronia, 2005: 100). En este sentido, se tiene que los medios electrónicos les han permitido a las personas jugar con el espacio de una manera inusual. Una conversación telefónica tradi- 106 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL cional absorbe la atención de lo que está aquí y ahora, de la locación física de la comunicación. Sin embargo, con el celular ocurre lo contrario: la presencia de una tercera parte (el lugar) es siempre un factor, porque quien llama no puede estar seguro donde está la persona que contesta en ese momento. ¿Qué tanto se vulnera o se transforma la norma social de la conversación, producto de la masificación del uso del celular, en los espacios públicos? Veamos una comparación entre caseta pública y el teléfono celular. Los cambios sobre el concepto de espacio público relacionados con el teléfono se pueden visualizar nítidamente si los relacionamos con el uso de las casetas públicas de antaño. Estas últimas fueron diseñadas especialmente para ubicarse en espacios abiertos, de manera fija y para tener cierta privacidad, pero con la telefonía celular ese concepto se vino abajo y hoy son los propios usuarios quienes tienen que buscar esa intimidad en dichos lugares. Además, las casetas se colocaban en lugares apropiados y para dar libertad de expresarse a los usuarios, sin necesidad de esconderse. El diseño típico es para brindar protección de las bajas temperaturas y las lluvia, asi como privacidad, como ocurre en Londres, en cambio, en Estados Unidos se hicieron en forma de pequeñas cajas que sólo protegen la cabeza de las personas y se colocaron a un lado de las entradas de los supermercados, en los pasillos de los centros comerciales, en esquinas de calles muy concurridas y a la salida de condominios; en México, algunas se adaptaron para proteger al usuario mínimamente del sol o del ruido circundante y se ubican en sitios de mucha afluencia, aunque en los últimos años, debido al incontrolable vandalismo urbano, se optó por ubicarlas donde tuvieran cierta vigilancia: dentro de pequeños abarrotes, en talleres mecánicos, en pasillos de escuelas y centros recreativos. ANA LUZ RUELAS 107 Hoy ese paisaje urbano, al menos en ciudades con alta diseminación del celular, está desapareciendo, pues rápidamente esos pequeños espacios se remueven y cada vez resulta más difícil encontrarlas. Hay ciudades en Estados Unidos, como Iowa, donde es una odisea encontrar un teléfono público. Es de esperarse que la obligación de su instalación sea suprimida muy pronto en las leyes y programas estatales. En ciudades colombianas como Bogotá de plano se han transformado en “servicios vivientes”, es decir, en la calle hay docenas de jóvenes que ofrecen el servicio de llamadas desde los celulares que ellos rentan por minutos, o sea, hacen las veces de “casetas telefónicas humanas”. ¿PRIVATIZACIÓN DEL ESPACIO PÚBLICO? Uno de los temas más recurrentes en los estudios sobre esta nueva tecnología de comunicación es saber si por efecto del celular los conceptos de espacio se están alterando. A menudo los académicos discuten los cambios sobre las dimensiones físicas y psicológicas de lo público y lo privado; que los espacios públicos se están privatizando, pero también que los espacios privados se pierden por el indiscriminado acceso o interferencias de las comunicaciones móviles. De acuerdo con Puro (2002), el teléfono celular efectivamente privatiza los lugares públicos; desde el punto de vista psicológico, cuando uno habla crea su propio espacio privado, porque se está menos abierto a los contactos o interacciones sociales, y se está físicamente presente, pero mental y socialmente uno se traslada a otro lugar. Además, al tratar asuntos personales por el celular en espacios públicos, “el aire se llena con asuntos privados” y así se privatiza un espacio público. No obstante, para Humphreys (2005b: 372) el uso del 108 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL celular no privatiza el espacio en sentido estricto, a pesar de que ahora lo encontramos en diferentes sitios, sino que sus usuarios tienen que renegociar constantemente la división entre lo público y lo privado. Señala que no hay una clara diferenciación entre ambos, pues en la medida que una llamada empieza y termina en un lugar o en otro, el usuarios negocia tácitamente su sentimiento de estar o no en público. En un estudio realizado durante un año con las técnicas de observación de campo y entrevistas a personas en las ciudades de Filadelfia y Nueva York, y Raleigh, Carolina del Norte, con el objeto de entender cómo la gente usa el teléfono celular en espacios públicos (calles, cafeterías, restaurantes, cines, bares, parques, bibliotecas, aeropuertos, estaciones de tren y en el transporte mismo), Humphreys (2005a) encontró que la gente monitorea su alrededor y luego “negocia” su sentido de pertenencia al espacio público o privado. El individuo se separa mental y físicamente de los otros para tener una conversación privada, creando nichos para proteger su conversación y asegurar que quienes están próximos no escuchen información embarazosa o anodina. Pero también, cuando se crea el espacio privado delante de otro (un acompañante), éste puede caer en lo que Goffman (1973) denomina como desatención civil. Es evidente que el teléfono móvil contribuye abiertamente a privatizar la arena pública, por dos principales razones: a) Es un medio privado porque enlaza a personas que se conocen previamente o que pueden conectarse por una fuerte relación personal. Esto se ilustra por el hecho de que sólo un círculo limitado de personas conoce un número celular. b) Porque cuando se lleva un teléfono móvil a la esfera pública, ésta se transforma de inmediato en algo privado, ANA LUZ RUELAS 109 con la consecuente apropiación incontrolada del espacio público, como dicen Fortunati (2002b) y Kopomaa (2000). El usuario del celular en un espacio público, de acuerdo con Lasen, forma una especie de isla, busca un lugar apartado donde puede hablar sin ser distraído, “improvisa una caseta telefónica inalámbrica”, y cuando el teléfono timbra frente a otros, se vuelve obtrusivo del orden público porque puede molestar a los presentes (2005, 124). CAMBIOS EN EL HOGAR Otro concepto que se ha transformado con la irrupción del teléfono celular es el espacio del hogar,2 que es por definición un espacio íntimo, reservado para los miembros de una familia. Es el reducto donde tienen lugar los encuentros y las relaciones familiares más estrechas e íntimas. En ese espacio el teléfono convencional ha sido motivo de negociación familiar, estableciéndose reglas tácitas, sobre la duración de las llamadas y horarios adecuados para hablar. Se asume que una llamada no debe entrar o muy temprano o muy tarde, o en las horas pico de la familia cuando se está comiendo o se está por salir a trabajar o a la escuela. La privacidad familiar es entendida como un valor universal. Por ello se han desarrollado todo tipo de estrategias y tecnologías para conservarla, para no permitir llamadas El concepto de hogar pasa por la condición de género. El modelo dominante en las relaciones de género es representado en la definición de hogar. El hombre lo define como el sitio para el descanso, pues en la sociedad industrial se distingue porque es el que está empleado fuera de la casa; mientras que para la mujer es un sitio de trabajo, independientemente de que ella trabaje o no fuera de la casa. La mujer allí tiene un sentido de responsabilidad doméstica continua (David Morley en Mackay, 1997: 251). 2 110 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL telefónicas indeseadas a través de un código de identificación o el bloqueador de ciertos números. Por otra parte, debido a que ahora cada uno de los miembros de la familia cuenta con un teléfono celular, se han generado aislamientos en la propia casa, pues se limitan las posibilidades de conocer quién llama, para qué, a qué hora. Por tal razón, Mackay afirma que las TIC nos aíslan en nuestra propia casa (1997: 261). En este sentido, Caronia (2005: 99) sostiene que el uso del teléfono móvil está revirtiendo el significado cultural sobre lo que es la casa, y su imagen como un lugar privado aparece como algo opuesto en el caso de los jóvenes, pues representa “una esfera pública, un lugar donde se necesita construir un espacio personal, un oasis íntimo fuera del oído de los otros miembros de la familia”. Ese oasis lo crean a través del móvil, ya que les facilita marcar sus propias fronteras, y esa manera de asumir el uso específico del celular ubica a los demás miembros de la familia como los “otros”, los que están afuera de ese “territorio simbólicamente marcado” por ellos. La casa u hogar fue originalmente el espacio escogido por los estudiosos de las tecnologías de la comunicación para formular el enfoque de la domesticación, pues las relaciones que se dan en ella son trascendentales y tienen amplios significados sociales (Haddon, 2001: 6). La incorporación de las tecnologías en casa ha tenido un profundo impacto en las relaciones familiares, particularmente cuando se toma como centro de trabajo, generándose un ambiente pesado, o bien, con el uso del videojuego los niños crean su mundo aparte. El concepto de la domesticación ha sido ampliamente retomado en los estudios de las TIC, sobre todo porque millones de hogares en los países industrializados se ha visto saturados por diversos artefactos electrónicos: la televisión, el teléfono fijo, la computadora personal, videocaseteras, DVD, vide- ANA LUZ RUELAS 111 ojuegos, discos compactos de música y los teléfonos móviles, entre otros. Así, las rutinas familiares se supeditan a la disposición de muchos de estos artefactos, por lo que algunos sociólogos sostiene que la familia ha cambiado, pues de ser una unidad de producción pasó a ser una de consumo (Mackay, 1997: 265). Otro espacio que también adquirió un significado diferente al que comúnmente tenía fue el de la escuela, pues al usarse en ella el teléfono celular habría magnificado muchas actitudes exhibicionistas de los jóvenes. En una investigación realizada por Caronia en Montreal, Canadá con muchachos en los espacios del hogar y en la escuela, encontró que el 70% de las llamadas recibidas en la escuela fueron delante de otros compañeros y ello representaba una oportunidad para algunos de exhibirse como líderes entre grupos estudiantiles (2005: 99). VIDA COMUNAL También la utilización extensiva del teléfono celular puede funcionar para “colectivizar el espacio público” (Rheingold, 2002), sobre todo al agilizar la comunicación entre redes de personas, y gracias a la ubicuidad y movilidad que proporciona da lugar a la concentración.3 Un ejemplo emblemático de este efecto es el de Filipinas, denominada en 2001 como la capital mundial del SMS, ya que a través de ellos miles y miles de personas pudieron congregarse en la plaza pública para protestar con- 3 La gente enviaba mensajes gracias a que 80% de los clientes de Globe Telecom usaba tarjetas prepagadas adquiridas desde los 5 dólares, por lo que no sólo la élite filipina se comunicaba por teléfono celular, sino la vasta población pobre que poseía los anónimos mensajes de texto (Agar, 2004: 109). 112 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL tra el presidente Joseph Estrada, lo que llevaría a su dimisión en enero de 2001; se reconoce que los rumores por ese medio “exageraron y algunos imaginaron historias de corrupción”. Se enviaron alrededor de 100 millones de mensajes diarios en toda Filipinas, empezando con bromas como: “El NPA —los rebeldes comunistas— han secuestrado a Erap Estrada”. En tagalo, erap significa “amigo retrasado”. La misma opinión comparte Gergen (2003: 105), cuando cataloga al celular como una tecnología única, en el sentido de que ayuda a restaurar la vida comunal y posibilita una reconexión instantánea y continuada de personas o grupos que se ven cara a cara. Las conexiones son replicadas, se comparten opiniones y valores, expresiones de apoyo y mutuo entendimiento, y se profundiza el conocimiento sobre los otros. Esto hace diferente al celular de otras tecnologías que tienen efectos centrífugos, es decir, que dispersan los significados de los sistemas convencionales, por ejemplo con la entrada de la televisión o del aire acondicionado los espacios comunes para platicar y departir con la familia se fueron cerrando —es como si se pusieran aparatos de televisión en cada pieza de la casa—, lo que hizo que cada miembro de la familia viviera, como afirma Gergen (2003), “una vida psicológicamente separada”. En cambio, el celular, frente a esto, tiende a funcionar como una fuerza centrípeta, porque con él se comparten de manera inmediata asuntos comunes, lo que ha llevado a considerarlo como un dispositivo penetrante, que brinda la sensación de una continua presencia, o sea, que proporciona la sensación de tener a la mano a familiares, compañeros o colegas que están físicamente ausentes (Gergen, 2003). Hoy se puede decir que el concepto de comunidad no está ligado a una locación geográfica específica, pues teó- ANA LUZ RUELAS 113 ricamente —y si existen las condiciones sociales— pueden potenciarse a través de un artefacto como el celular y las redes sociales. En este sentido, las comunidades estan siempre en un estado potencial. También a través del celular puede dar lugar a lo que se denomina como “mundo flotante” o formación de “microcomunidades”, es decir, la forma como la comunicación móvil sostiene la conexión entre pequeños grupos que eventualmente pueden no tener una localización física, por ejemplo cuando las personas se encuentran viajando (Geser, 2005, 106), pero también puede presentarse lo que se denomina como hipercomunicación debido a la integración de un grupo en términos emocionales (Ling e Yttri, 2002, en Katz y Aakhus, 2002). Fortunati (en Katz y Aakhus, 2002) va más allá al sostener que a través de éste se estimula la intimidad debido a la continua comunicación entre los que pertenecen a un red social, desarrollándose un alto grado de mutua confianza y entendimiento. Una cualidad intrínseca del teléfono celular es que teóricamente la comunicación se puede dar en cualquier tiempo y lugar. Y aunque técnicamente no se requiere saber dónde está el otro interlocutor, es común que se le pregunte en qué sitio se encuentra. Según Arminen (2006: 321), la pregunta sobre el lugar donde se recibe una llamada es determinante para saber su disponibilidad para platicar o interactuar y para hacer compromisos inmediatos, como reunirse para comer, ir al cine, verse en casa de un amigo. En una ciudad compleja esas llamadas son parte de las actividades a desarrollar en tiempo real, ya que pueden ser para coordinar actividades mutuas: a qué hora se llegará a casa, alertar sobre congestionamientos de tráfico, entre otras. Uno de los atributos de la tecnología, de acuerdo al enfoque de la construcción social y por ser un producto cultural, es su significado simbólico (Mackay, 1997: 275). En el 114 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL caso del celular se ilustra por su impacto en el cambiante significado de tiempo, pero también sobre la locación. Este autor lo denomina como transgresor de las fronteras públicas y privadas, pues es una tecnología para conducir conversaciones privadas en espacios públicos. Su uso para fines privados en espacios públicos genera fáciles antagonismos. En una de las primeras encuestas sobre las reacciones a las llamadas recibidas en público, realizada en Helsinki en 1996, casi la mitad de los encuestados dijo que en algún momento se sentían molestos o irritados y en otra encuesta del mismo año, ante la pregunta sobre la conveniencia de restringir el uso del celular en público, dos tercios estuvieron a favor (Kopomaa, 2000: 93). En la actualidad eso ha cambiado radicalmente por la masificación, ya que el celular se ha convertido en un artículo de primera necesidad, y ahora lo extraño es ver a alguien que no lo posee. IDENTIDAD El uso del celular no sólo ha ocasionado que la localización de las personas sea una antes de esta tecnología y otra después (Hulme y Truch, 2005: 143-144), sino que también ha influido en otros ámbitos como el de la identidad social, que se ha reconfigurado. La identidad social depende del ambiente donde el individuo se encuentra en un momento específico. Por ejemplo, cuando se está en casa existe la propensión a conducirse bajo los hábitos paternos o maternos, porque se está con la familia; en cambio, si se encuentra en el trabajo es más probable desplegar la identidad social con los colegas. En suma, como cada rol está íntimamente unido al ambiente físico, con el teléfono celular se empezaron a propiciar cambios debido a que las llamadas privadas que se reciben en lugares públicos, por ejemplo, hacen que un ANA LUZ RUELAS 115 individuo juegue con dos identidades simultáneas. Una persona al recibir una llamada en público asume diferentes roles porque se enfrenta a un conflicto generado por los espacios sociales, pues a menudo se entrecruzan diferentes actividades, es decir, al atender una llamada o al realizarla, la ubicación personal de manera automática se traslada a dos espacios: el físico, donde se está presente, y el virtual, donde tiene lugar la conversación. Como señalan Palen, Salzman y Youngs: “Cuando entra una llamada, o más aún, cuando se hace una llamada, el usuario decide consciente o inconscientemente qué cara poner, acorde con el entorno físico donde se encuentra, o bien la del espacio conversacional” (2001: 121). Podemos identificar tres categorías de conductas que la persona asume cuando recibe una llamada por celular en público (Plant, 2002): a) La que se denomina “de huida”, que se caracteriza porque al recibir una llamada la persona tiende a moverse inmediatamente, apartándose de los demás, para buscar privacidad; muchas veces este acto es instintivo y puede ser porque no se desea interferir en quienes están físicamente presentes, o bien porque el receptor requiere privacidad. b) La de suspensión, que se presenta cuando al recibir una llamada el usuario se detiene o deja de moverse hasta que la conversación termina; ello puede obedecer a que el receptor requiera concentración para abordar el asunto o bien porque se corra algún riesgo por estar en movimiento c) La persistente, que describe a usuarios que cuando reciben una llamada se mantienen en el mismo contexto, caminan y tratan de seguir poniendo atención a lo que ocurre a su alrededor. Como podemos observar, esta comunicación está dando paso a nuevos tipos de sociabilidad y patrones de conducta 116 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL en los espacios públicos. En varias ciudades de México se han impuesto restricciones para que no se maneje el automóvil mientras se habla por teléfono celular; en cambio en Chicago está prohibido usarlo cuando se está enfrente de sitios muy concurridos como a las afueras de las escuelas, mientras que en otras ciudades estadounidenses se puede usar con “diadema” por considerarse que mantener ocupada una mano limita los reflejos ante situaciones imprevistas. En Inglaterra y Japón se ha puesto especial atención al uso durante el traslado en trenes, con el fin de conservar el sentido de tranquilidad mientras se viaja. Asimismo, sitios como restaurantes han dispuesto normas de etiqueta para su uso o han adaptado áreas para hablar por celular y mantener así un cierto sentido de respeto hacia los demás (Plant, 2002: 36). La manera de usar un celular identifica, de cierta forma, la personalidad de un sujeto. En una misma situación alguien lo puede utilizar con timidez o con presunción; por ejemplo, si es en un restaurante, uno puede atenderlo con rubor, mientras otro puede presumir que atiende negocios importantes. También hacer caso a una llamada en medio de una reunión a puerta cerrada puede denotar poco respeto hacia las reglas de convivencia grupales. El antropólogo Kopytoff (1986) afirma que es posible trazar la biografía o la carrera de un objeto como si fuera la vida de una persona (Haddon, 2001: 46). Señala que si se examinan los cambios no sólo en la posesión y uso, sino en cómo los objetos son culturalmente definidos y redefinidos, se revela mucho acerca de la sociedad. Así, podemos decir que la forma en cómo una persona adopta y usa el celular en espacios públicos no sólo refleja su personalidad, sino que también su identidad, su pertenencia a una cultura o grupo social. Por estas razones, los estudios sobre el teléfono celular también deben analizar las ANA LUZ RUELAS 117 diferencias culturales de los usuarios, o bien para entender si muestran o no las normas sociales establecidas en la comunidad. En Londres, donde por lo común las personas son introspectivas, se aprecia que con el celular han cambiado el trato de sus asuntos en espacios públicos, pues ahora hablan abiertamente de cualquier tópico; sin embargo en Inglaterra vive el más alto porcentaje (21%) de personas de Europa Occidental que se molesta si se usa el celular en público (Fortunati, 2002b). ESTATUS Y CLASE SOCIAL Sobre el factor de la clase social, los jóvenes noruegos presentan un curioso contraste. Se ha documentado que aquellos cuyos padres son de clase trabajadora poseen más teléfonos celulares frente a los que trabajan en el sector servicios, que es de suponerse perciben más altos ingresos como para adquirir en mayor proporción la telefonía móvil. Este hecho puede significar que el teléfono móvil no sea considerado un factor de estatus entre los jóvenes noruegos o que ha existido resistencia ideológica para su adopción, no obstante también podría indicar que la aceptación por parte de los adolescentes siguió un proceso consciente individual, es decir, que ellos tienen distracciones, intereses y estilos de vida donde el teléfono móvil no acapara toda la atención. Pero sobre todo, esto refleja que ahora que casi todos tienen un móvil, éste ya no se ve como un símbolo de estatus social, por lo que se tienen que buscar otras formas de exclusividad (Skog, 2002: 267). Ahora bien, no todas las personas tratan de crear su nicho privado en público al momento de recibir una llamada. Cuando el móvil empezó a proliferar, a mediados de los noventa, recibir una llamada en público daba la oportunidad de presumir y provocaba cierta envidia o 118 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL rechazo de quienes no disponían de uno. Esto se explica por el consumo conspicuo de la gente, término que acuñó Veblen (2005) para destacar que la clase rica y exitosa necesita proclamar su estatus. Con el celular esto quedó demostrado de manera patente en los primeros años, pero una vez que se masificó, la estratificación se ha mantenido mediante diferenciados costos, calidad y variedad en los modelos y servicios que se ofrecen. Actualmente la omnipresencia de esta tecnología está resultando una molestia y se está buscando cómo evitarla. Por ejemplo, es común que en ciertos restaurantes se prohíban las conversaciones telefónicas, pero esto no sucede en los establecimientos de comida rápida como fondas, cenadurías, cafés, hamburgueserías. ¿Por qué ocurre así en los primeros? Sencillamente porque los clientes están pagando el privilegio de comer bajo las mejores condiciones o circunstancias, lo que implica no tener que oír el timbre del celular de otros. De acuerdo con Levinson (2004: 81), esto es un revés interesante al consumo conspicuo de Veblen (2005), ya que el rico empieza a dejar de alardear por medio de su celular y además ya tiene quien tome ciertas llamadas para no atender más que las que considera necesarias. Por otro lado, cuando algunos hablan fuerte los que están a su alrededor se sienten incómodos o irritados, pero no tanto como los que crean sus nichos privados. No es lo mismo, e incluso es un signo de descortesía que un acompañante en un lugar público o privado reciba una llamada que lo orille a dejar de prestar atención, o que alguien cree su propio espacio para poder hablar. Es decir, se puede interpretar que la llamada entrante es más irresistible que la persona que está enfrente. En cuanto a los factores que influyen en la selección de un teléfono móvil, la cuestión de género es interesante: las mujeres tienden a lo simbólico (color, diseño), ANA LUZ RUELAS 119 mientras que los hombres hacia lo funcional (desempeño tecnológico, logos, marcas), es decir para estos últimos la importancia del celular se relaciona con sus cualidades funcionales, prácticas e instrumentales, mientras que para las jóvenes la atención es para aspectos expresivos y simbólicos (Skog, 2002: 268). Esto significa que la relación género-teléfono móvil refleja el rol tradicional de género, o sea, pone de manifiesto aspectos centrales de la cultura masculina y femenina. No es casual, pues, que los manufactureros los diseñen con los tonos, sonidos, colores, logos, etcétera, a partir de este rol tradicional. Generalmente la tecnología se ha diseñado pensando en las habilidades de los varones, aunque las mujeres cada vez más son usuarias de artefactos técnicos como las computadoras. REGLAS O CÓDIGOS DE CONDUCTA Una de las primeras apreciaciones sobre el uso del celular, cuando éste aún no estaba extendido, fue que se empleaba como un instrumento de autopresentación, como una estrategia para mostrar la personalidad al tratar de impresionar a los que estuvieran alrededor, ya sea hablando sobre asuntos importantes o de sí mismos. Esto ha pasado a segundo término debido a la masificación y ahora a veces se le utiliza como un pretexto para deshacerse deliberadamente de quienes están alrededor, generándose con ello una “falta de atención civil” (Goffman, 1973: 83). También podemos calificar a alguien de respetuoso o irrespetuoso por la manera como se decide o no a tomar una llamada, o si la inicia mientras se está rodeado de otras personas. En muchas ciudades mexicanas es frecuente que en una sala de cine, mientras se proyecta la película, se conteste y platique con cierta libertad por 120 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL el teléfono celular, o que se esté consultando Internet o conectándose a las redes sociales, sin ningún rubor o cuidado sobre los que están próximos y se interfiera en la audición. Por lo común en las aulas de clase los estudiantes no utilizan el celular, y tácitamente se acepta que tampoco en el teatro o en la iglesia, lo que revela el significado de dichos espacios tanto para los jóvenes como para los adultos. En el aula los estudiantes apagan el celular por respeto al profesor y porque es el ámbito donde se enseña, pero además la figura del profesor tiende a tomarse como una autoridad indiscutible. En el teatro o la iglesia se asume que asiste un público dispuesto a guardar silencio y poner atención a la obra o la liturgia y que una llamada interfiere y causa molestia a los demás. Es decir, se asume que el resto no tiene interés por escuchar una conversación privada y sí en cambio interfiere en su concentración. En diversos sitios como camiones, bibliotecas, cines y restaurantes se están creando expresa o tácitamente nuevos códigos de conducta debido al uso del celular. En algunos las reglas son estrictas y en otros se gestan de manera informal. Existen sitios donde es aceptable encender el celular y donde se debe apagar. Los mexicanos, por ejemplo, tienden a poner en espera una llamada cuando están tratando personalmente asuntos importantes, y por su parte los franceses y alemanes son más propensos a hacer esto en un restaurante que los italianos, españoles e ingleses (Hoflich, 2005: 125). Hay situaciones donde indiscutiblemente se percibe con molestia el uso del celular: en el teatro, los museos, en una conferencia, en la iglesia, etcétera. En una investigación realizada en mayo de 2006 con estudiantes universitarios, en Culiacán, encontramos que les resultaba indistinto contestar el teléfono en el camión, en el cine o ANA LUZ RUELAS 121 en la calle, pero no así en el salón de clases, en la iglesia o en un funeral. Respecto de las normas de interacción social, es decir, del conjunto de reglas de conductas o convivencia establecidas para atenderse en los lugares y ocasiones donde ocurre el contacto cara a cara, Goffman (1959) señala que para dichos espacios existen normas generales a las que los individuos se sujetan, como la forma de saludarse, conversar, la entonación de voz, pero también de cómo disponen del espacio público y cómo interactúan. En particular esas normas tácitas de interacción social en el espacio público, y que Goffman denomina involucramiento mínimo, identifican algunos hábitos que una persona solitaria en un sitio público despliega para legitimar su presencia: “La gente rara vez se sienta en un lugar público sin hacer absolutamente nada: lee, camina, escucha música, mueve o tamborilea los pies o los dedos, se muerde las uñas, para indicar que está haciendo algo y justificar su presencia” (Goffman, 1973: 7). Ahora con el celular las personas han encontrado un “excelente compañero” para manifestar que no se está solo, ya que teóricamente es un recurso que está a la mano y facilita la compañía a distancia, permitiendo demostrar que se cuenta con amistades o relaciones sociales, es decir, “que se está solo en público, pero no porque no se tengan amigos o se viva en el ostracismo social” (Humpreys, 2005a: 369). En el mismo sentido, se ha comprobado que cuando una persona está sola en un lugar público tiende a prolongar la conversación telefónica, lo que no ocurre cuando está con compañía. Esto nos permite reconocer que no se cae por completo en lo que Goffman (1959) calificó como desatención civil. En un estudio realizado en Udine, Italia en mayo de 2003, se hicieron 126 observaciones (36 mujeres y 90 hombres) para medir la duración de las llamadas telefónicas en un espacio público, encontrándose 122 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL que aquellas que tenían compañía tuvieron una duración promedio de 2.5 minutos, siendo más cortas que las de los que estaban solitarios, cuyo promedio fue de 3.4 minutos (Hoflich, 2004). Es decir, de alguna manera la presencia de otro tiene efecto disciplinario en la duración de las conversaciones. Por otro lado, los individuos asignan un conjunto de significados al celular por el hecho de mantener o intercambiar una serie de detalles con los demás (Geser, 2005). Estos significados pueden ser de: a) Formar parte de un grupo o comunidad selecta. b) Tener el poder, con pulsar un botón, de energizar o poner en movimiento a una comunidad. c) Que la posibilidad de contacto con las personas ahí está, independientemente de su distancia o en el lugar donde se encuentren. d) Que existe una relación extraordinaria entre la persona y el celular por el conjunto de emociones que se pueden detonar con una llamada en cualquier momento y lugar. EL TELÉFONO Y SU SIGNIFICADO SIMBÓLICO Los análisis de las tecnologías de comunicación tradicionalmente giraban en torno a qué tipo de problemas o necesidades resolvían, si bien el enfoque de los usos y gratificaciones asumía que las audiencias tienen una activa participación en la selección de los medios de comunicación (Blumber y Katz, 1974). No obstante, esa no es la más importante o única función de una tecnología de este tipo. Cuando una persona decide o no adoptar una tecnología, como sostienen Katz y Sugiyama (2006: 321), no sólo toma en cuenta su utilidad o porque mejora su comunicación o le facilita desarrollar una tarea, sino porque considera significados simbólicos como estar a la moda o ANA LUZ RUELAS 123 porque le representa un símbolo de estatus social. Esto es analizado más propiamente por la teoría de la domesticación, que permite ver cómo el individuo fija su atención en la naturaleza simbólica de los objetos (Haddon, 2001) y ayuda a entender la forma en que la tecnología celular, en cuyo inicio fue exclusiva —dado su costo— de los hombres de negocios, ahora se ha convertido en una tecnología personal integrada a nuestros cuerpos y sentido de la moda, es decir, se ha domesticado. El móvil irrumpe cada vez con mayor intensidad en la esfera pública, se acepta sin miramientos y se vuelve un artefacto que da identidad social. El celular es al mismo tiempo una tecnología útil y simbólica. Con base en ese enfoque se puede afirmar que el celular se ha convertido en un ícono, sobre todo para los jóvenes, más allá de la cultura a la que pertenezcan. Por ser un artefacto simbólico tiene gran relevancia, ya que un símbolo y su significado se transfieren fácilmente y la persona se adjudica un estatus al usar un objeto (Duncan, 1972, en Ling, 2004: 103). A través del celular la interacción de los jóvenes se ha vuelto fluida, muestran que están accesibles y son convocados por quienes piensan en ellos o son como ellos.4 Pero también, como hemos dicho, si no están accesibles puede significar que son excluidos de ese círculo que se identifica a partir de un instrumento de comunicación, ya que su posesión proyecta haber alcanzado cierto nivel económico y también de competencias o habilidades en su manejo. A la vez, la posesión del tipo o 4 En una muestra entre la población noruega, los quinceañeros y adultos jóvenes, entre 20 y 24 años, reportaron una gran cantidad de nombres grabados en el directorio de sus celulares: en promedio, los primeros tenían 98 y los segundos 106. El grupo de edades entre 55 y 66 años sólo tenían 20 y los mayores de 67 sólo 9 (véase grafica 5.3 de Ling, 2004: 109). 124 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL modelo más reciente de un teléfono móvil, muestra a los adolescentes como seguidores de la moda. A partir de la premisa de que el teléfono celular tiene un significado simbólico, podemos vislumbrar que la moda que contiene indicaría cómo o para qué las personas lo usan en determinados contextos sociales. EL CELULAR Y LA MODA En la actualidad estar a la moda en cuanto a tecnología significa portar un celular de la última generación, que tome fotografías, envíe mensajes y correos, se conecte a Wi Fi y las funciones que se le vayan incorporando. En suma, es portar el modelo más reciente. Dentro de la perspectiva de la interacción simbólica la moda brinda un amplio margen para estudiar al teléfono celular, ya que a través de ella se comunica e informa de forma muy valiosa (Katz y Sugiyama, 2006). Se tiene que la gente usa la tecnología no sólo para expresar su identidad, sino también para percibir y entender a los demás. No obstante, señalan ambos autores (2006: 322), esta perspectiva es insuficiente para dar cuenta de la importancia y el rol dinámico que juega en la vida de las personas. Una connotación generalizada sobre los motivos de adquirir un teléfono celular era que se trataba de un aparato para yuppies, elitista, selectivo, y que representaba además un gasto superfluo. Tal carácter de innecesario hizo que se juzgara —en sus primeros años de introducción— como un artefacto que era casi siempre para presumirlo, para proyectar una personalidad de cierto estatus social y estar a la moda. Esta última aún sigue siendo una apreciación muy reiterada en ciertos sectores, sobre todo en aquellos donde los ingresos no son suficientes para cubrir un servicio que es alto. Analizar la telefonía móvil en relación a la moda parece ANA LUZ RUELAS 125 todavía un tema distante de los tópicos tradicionales de la comunicación, pero muy prometedor, como dice Katz et al. (2003: 76). A través de este enfoque se puede interpretar especialmente lo que es la identidad juvenil y la pertenencia a un grupo social, pues los teléfonos celulares son hoy como una segunda piel con la que se proyectan los otros, las mujeres, los niños, los jóvenes, los hombres de negocios, los ejecutivos, los políticos. Es raro ver, por ejemplo, una fotografía del presidente de Estados Unidos hablando por teléfono celular, aunque Barack Obama haya sido el candidato de las redes sociales. En México, la prensa mexicana destacó que a seis meses de que el presidente Vicente Fox culminara su mandato en 2006 ya había empezado a contestar personalmente su celular, significando con ello que se estaba asumiendo como un ciudadano más. La moda que sigue la gente en su cotidianidad a través de la tecnología y la comunicación personal es central para el significado de cómo se hace presente, con qué se identifica, de qué manera organiza su acción cotidiana. Es indiscutible que un determinado diseño de la tecnología puede inhibir el acercamiento o contacto. Se entiende que un diseño, dependiendo si va acorde con la moda o es demodado, “llama” al acercamiento o al rechazo. Así, a través del modelo de celular que se porte, es posible que dos jóvenes se identifiquen, que tenga un significado simbólico semejante para ambos. En tal virtud, la profesora de la Universidad de Pensilvania, Diana Crane (2000) sostiene que la moda juega un rol decisivo en la determinación del significado de un bien cultural: necesitamos poner atención sobre cómo se producen los significados de los bienes, o sea, por quién y en qué contexto se diseñan y manufacturan; los significados que encierran y los que portan al ponerse en circulación, así como la naturaleza de los espacios públicos donde se 126 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL difunden. El lucimiento de distintos artefactos y la moda es esencial en los rituales culturales, su importancia es similar al día en que se contrae matrimonio o se titula en la escuela. El teléfono móvil proporciona un alto significado simbólico, el cual adquiere forma en determinados contextos. El hecho de apagarlo en ceremonias o lugares cerrados como el cine, el teatro, en un funeral, en actos religiosos o solemnes, indica que no es propio ponerse a platicar con otros a través de este aparato. Es como si nos pusiéramos a comer durante una misa católica. Pero también la moda refleja nuestra personalidad e identidad de grupo: el género, función, ocupación, estatus económico, creencias políticas, etcétera. George Simmel (1971) estudió la moda en el contexto de la interacción, revelando que ésta tiene muchas dimensiones y una naturaleza dinámica: “en la moda uno encuentra la mezcla del deseo del individuo por mostrar un estatus y al mismo tiempo, y de manera opuesta, el deseo de identificarse con un grupo. Existen dos tendencias sociales en el establecimiento de la moda: la necesidad de unión por un lado y la de aislamiento por el otro” (Simmel, 1971; citado por Ling, 2005, 94-95). Entre los jóvenes se busca la identidad con sus pares y la necesidad de marcar diferencias con otros grupos juveniles, y en particular con los miembros pertenecientes a otras generaciones. En la cultura de los adolescentes, y en la cultura en general, se presenta la necesidad de marcar las fronteras entre los grupos. Y precisamente, los artefactos se usan para ello (Douglas e Isherwood, 1979). La relación de los adolescentes con el teléfono móvil es un excelente ejemplo de la moda, pues en esta etapa es cuando establecen su estilo personal; en efecto, ellos usan la moda y el despliegue de varios artefactos como una forma de identificarse con sus compañeros (Lynne, 2000, en Ling, 2004: 106), que pueden ser deportistas, punks, ANA LUZ RUELAS 127 roqueros, etcétera. Es decir, usan ropa y artefactos, entre ellos el celular, para marcar fronteras grupales (Douglas e Isherwood, 1979). Pero también la moda, expresada en la ropa, lenguaje y la posesión de artefactos puede ser la base tanto para la inclusión como para la exclusión, pues andar a la moda excluye a los que no la siguen. Los que se resisten por diversas razones a adoptarla, o llegan tarde a ella, son catalogados peyorativamente como demodados o desfasados. O sea, que si no se quiere aparecer demodado, se debe adquirir el celular de última generación. 4. EL TELÉFONO CELULAR EN LA BRECHA DIGITAL. JÓVENES SINALOENSES: ADOPCIÓN, USOS Y ADAPTACIONES1 En el capítulo se analizan en particular los usos y adopciones del teléfono celular por los jóvenes en Culiacán, Sinaloa, a partir de los resultados de una encuesta aplicada en mayo de 2009. En este caso nos guiamos por el enfoque de la división digital que consideramos apropiado para un universo donde existen serias carencias económicas, pero no desinterés por la tecnología. Lo que subyace es una forma diferenciada de adopción que depende no sólo de la brecha generacional, sino fundamentalmente de la brecha económica, pues a medida que la tecnología se innova, las brechas celulares se van ensanchando, Este capítulo se escribió durante una estancia sabática de investigación (2009-2010) en el International Forum for U.S. Studies de la Universidad de Illinois, Urbana-Champaign. Agradezco a mis estudiantes del curso de Nuevas tecnologías de información y comunicación en la Facultad de Estudios Internacionales y Políticas Públicas de la Universidad Autónoma de Sinaloa (2008-2009) la aplicación de la “Encuesta sobre usos del celular a estudiantes universitarios” en mayo de 2009, y también que hayan compartido conmigo sus experiencias como usuarios del celular. A: Yamilet Larrañaga, Alondra Vergara Jiménez, Tania G. López Chairez, José Carlos Cisneros Guzmán, Miguel Ángel Navarrete, Andrea Rojo Castañeda, Norma F. Guerrero Calderón, Ana Isabel Flores, Jessica López Moreno, Emmanuel Ramírez Velarde, Brenda E. Galaviz Aragón y Paulina Castro Estrada. 1 [129] 130 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL se hacen más evidentes. Algunas variables que nos ayudan a explicar la brecha celular son: el tipo de suscripción, la duración de las llamadas, el acceso a teléfono fijo, la forma de pago, el uso de mensajes de texto y la periodicidad con que se renueva el equipo. La adopción y uso del teléfono celular ha sido vertiginosa y las personas lo han adaptado a su vida cotidiana, en las relaciones familiares y las relaciones interpersonales. El teléfono móvil ha agregado una nueva dimensión a la movilidad virtual con tendencia a una más rápida y personalizada interacción social. El grupo social que ha atraído mayormente la atención de los estudiosos de la comunicación por celular son los jóvenes, por la lógica razón de que son los más apasionados, asiduos y creativos usuarios. Se han constituido históricamente en la segunda generación de usuarios después de la élite de ejecutivos o funcionarios públicos que lo portaban en la primera ronda con toda naturalidad, en la medida que podían sufragar los altos costos de su introducción. Hoy felizmente los jóvenes no son sólo entusiastas portadores, sino los que impulsan, inspiran o generan ideas para la innovación tecnológica. Los jóvenes son los primeros en domesticar la tecnología (Haddon, 2001), e inspirar aplicaciones como los mensajes de texto, almacenamiento de música y envío de fotografías. No es fortuito que a partir del éxito de los mensajes cortos de texto, las industrias lanzaran nuevos diseños y se presentaran las convergencias tecnológicas con la cámara fotográfica, los videoteléfonos, el Internet móvil, el almacenamiento de música, etcétera. Inicialmente la variable principal que movió los estudios sociales del celular, era el número de usuarios que lo adoptaba, pero hoy se centran en los tipos de usos y sus consecuencias sociales, pues los incentivos para su posesión cada vez se ensanchan o diversifican por las expecta- ANA LUZ RUELAS 131 tivas que crea, la presión de amigos, gente cercana y familiares que ya disponen de él. Es sabido que, en especial los jóvenes, son más propensos a las influencias externas o a dejarse llevar por normas colectivas para modificar sus patrones de consumo. Muchos adoptan el móvil sólo porque otros ya lo tienen o por seguir una moda, lo que pone de manifiesto su naturaleza colectiva, es decir, que es difícil suponer que cada persona decide de motu proprio sobre la adopción, sino que obedece a un proceso que se da para estar a la par de un grupo (Ling, 2001). INTRODUCCIÓN Nuestro estudio de jóvenes mexicanos nos permite entender cómo una tecnología de comunicación es significativa para la vida cotidiana de los jóvenes, para mantenerse en contacto o estar disponible para el novio o novia, para la familia, para los amigos, para el trabajo. Aquí tratamos de explicar algunas prácticas sociales que se manifiestan con su uso a partir de una encuesta a un grupo de jóvenes universitarios sinaloenses, estudiantes de la Universidad Autónoma de Sinaloa en el campus de Culiacán, donde se refleja el contexto donde tiene lugar sus relaciones familiares y amistosas, la cultura del consumo, la forma de asumir responsabilidades y cómo incorporan en general los nuevos medios en su vida cotidiana. Encuestas previas representativas fueron aplicadas a estudiantes en el mismo campus en mayo de 2006 y mayo de 2007, y fueron nuestro referente para contrastar algunos indicadores útiles para nuestro universo de 2009. Describimos cómo los jóvenes sinaloenses han adoptado la tecnología, qué hacen con ella, pero de manera muy especial discutimos cómo adaptan el formato de comunicación a sus posibilidades económicas y cómo contribuyen bajo esa condición, a su vez, a moldear la 132 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL oferta de planes de gastos de las compañías. La efervescencia por poseer un celular es de tal magnitud en México, que aun con alrededor de la mitad de la población (de un total de 108 millones) con carencias de patrimonio elementales, existían a mediados de 2009 poco más de 70 millones de personas con celular; adquisición impulsada o facilitada por los proveedores del servicio que han introducido esquemas de pagos que se ajustan a las posibilidades económicas de una población ávida de satisfacciones, y que requiere del celular como instrumento de trabajo, o bien para satisfacer necesidades de comunicación cotidiana. PERSPECTIVAS TEÓRICAS PARA ESTUDIAR AL CELULAR Desde una perspectiva teórica, el móvil se puede ver como una tecnología para ajustar los conceptos de espacio público y privado (Humphreys, 2005), con capacidad de alterar patrones sociales y de organización comunitaria, tal como ha ocurrido con otras tecnologías, como el automóvil, las líneas telefónicas fijas, televisión e Internet, que tienen el potencial de transformar patrones de movilidad, actividades y contactos en el tiempo y el espacio. La historia nos dice que la diseminación del automóvil trasformó la movilidad física, y de una interacción lenta se pasó a una más rápida, incrementó las actividades espaciales de la gente y trajo una fragmentación del tiempo. Al teléfono fijo se le catalogó como complemento más que sustituto de los viajes físicos y los encuentros cara a cara (Fischer, 1992), pero también contribuyó a transformar prácticas sociales, intensificar los contactos con familiares y amigos, y se convirtió en una herramienta de planeación y coordinación de actividades conjuntas y reuniones sociales, por lo que las visitas espontaneas y no planeadas se hicieron más comunes. A largo plazo, ANA LUZ RUELAS 133 estas tecnologías posibilitan intensificar la interacción, las redes sociales, extender el concepto de espacio, así como mayor tiempo dedicado a la comunicación. También han tenido fuertes repercusiones en las comunidades locales, aunque hay controversia si ellas se han visto más liberadas (Wellman, 1999) o erosionadas en su cohesión (Putnam, 2000; tomado de Thulin y Vilhelmson, 2005: 238). Las líneas telefónicas fijas ampliaron el acceso a los individuos, aunque el uso personal se constriñe a tiempos y espacios; se limita a la casa y los lugares de trabajo donde está instalado el teléfono, y a que éste se encuentre desocupado. El teléfono móvil supera esos constreñimientos por ser un instrumento que conecta individuos en movimiento, más que lugares. Un número celular se asocia a una persona, por lo que está al margen de tiempo y lugar. La adopción del celular es multideterminada por factores variados que van desde los instrumentales, gratificantes, emotivos, pero sobre todo por las posibilidades económicas de los usuarios. En particular, la participación de los jóvenes en los nuevos medios de información y comunicación es diversa: en las formas de adopción, el consumo, diseño y desde luego en sus aplicaciones. La adaptan a sus posibilidades, condiciones y circunstancias. Su acceso a las tecnologías de información y comunicación es diferente de acuerdo a experiencias, prácticas y herramientas a su alcance, lo cual tiene consecuencias en el desarrollo de su identidad y su lugar en el mundo (Thulin y Vilhelmson, 2007). Es indudable que las condiciones socioeconómicas, como afirma Clark (2009: 389) imponen diferencias en las funciones que los medios de comunicación desempeñan en la vida de las familias; dan paso a una inequidad digital, o sea diferentes formas de adopción determinadas por la pobreza, el analfabetismo, desempleo, discrimina- 134 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL ción racial y étnica (Kvasny, 2006: 161; Rice y Haythornthwaite, 2006). Clark (2009: 388) sostiene que no obstante que las desventajas económicas provocan una brecha digital generacional, las familias desarrollan estrategias para enfrentar esos déficits de manera creativa y efectiva, como también lo hacen los jóvenes. Rich Ling (2004) coincide en señalar que los usos del celular han pasado de ser puramente funcionales o prácticos —como hablar, enviar textos, organizar actividades diarias—; a otros que reflejan valores simbólicos como la identidad y estilo de los jóvenes. Esto se da por ejemplo con el deseo de tener el último modelo de celular,2 recibir constantes mensajes, o tener un directorio amplio, que demuestra qué tan importante o bien relacionado se está. Pero también da visibilidad a cualquier persona que lo porta exhibiéndose como un ornato más de la vestimenta y otros accesorios portátiles. Asimismo, el modelo, color y aditamentos decorativos del celular dan identidad de género. Es decir, el celular es moda, se luce, es un artefacto íntimo, se personaliza, que se compara con otros tan necesarios para el trajinar cotidiano como las bolsas de mano o las llaves de la casa. Además, la emocionalidad que proporcionan es alimentada al incluírsele tonos de música, almacenamiento de fotografías y mensajes, cubiertas adornadas que dan identidad a cada usuario, por lo que Analistas del grupo de comunicaciones móviles de Gartner en Europa, destacaban que 2003 fue “un año fenomenal para la industria de teléfonos móviles”, pues tuvo una tasa de crecimiento promedio cercana al 20 por ciento; y su principal detonador, “en mercados maduros”, fueron las ventas de reemplazo con aparatos cuyas pantallas a color y teléfonos con cámara fotográfica dominaron las preferencias de los consumidores. El Universal (2004), “Estiman en 510 millones celulares vendidos en 2003”, México, martes 10 de febrero. 2 ANA LUZ RUELAS 135 se considera como parte del estilo de vida, y no como un medio de comunicación (Geser, 2006). Pero también para los jóvenes el móvil es un vínculo personal, siempre abierto a una red local de amigos, que fácilmente se contactan en cualquier lugar, a cualquier tiempo y por cualquier razón. Otros estudios muestran que el uso frecuente del celular se asocia con la interacción cara a cara más frecuente (Ling y Haddon, 2001); generan, intensifican y a veces transforman las prácticas de comunicación, los patrones de contacto y las redes sociales (Madell y Muncer, 2005; Ling y Haddon, 2001). Asumimos que la posesión y uso del teléfono móvil, al igual que diferentes medios de comunicación, no puede entenderse como la suma de patrones individuales de uso, pues este uso involucra interacciones sociales, o sea relaciones bilaterales, multilaterales, o entre grupos (Geser, 2006). La ubicuidad de comunicación que da el móvil también crea incentivos adicionales para poseerlo, especialmente cuando las ocupaciones o rutinas ameritan alta movilidad diaria, es decir, juega un papel importante en la microcoordinación. Las implicaciones por el incremento de uso del teléfono móvil en los horarios, la agenda y uso del tiempo para actividades sociales e interacción, son drásticas (Cooper, 2002; Ling, 2004; Ling y Haddon, 2001). Antes del móvil el reloj era el principal instrumento para poner una cita o coordinar actividades en espacios públicos o privados. Con él, ahora constantemente se negocia y renegocian acuerdos para reuniones y actividades conjuntas en tiempo real o a medida que las circunstancias cambian. Los planes para el día cambian, se vuelven flexibles, dan paso a lo espontáneo, a decisiones impulsivas que son comunes entre la gente joven (Ling y Yttri, 2002). 136 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL ENFOQUES PARA EL CASO MEXICANO Investigaciones basadas en el paradigma de la difusión de innovaciones tecnológicas ponen de relieve las variables demográficas en el uso de los medios de comunicación para predecir su adopción, especialmente en la etapa inicial de la difusión (Rogers, 1995). Para Howard Rheingold (2002) el real impacto de las comunicaciones móviles vendrán no de la tecnología misma, sino de cómo la gente la usa, lo cual no se concibe por ningún diseñador, ni tampoco los cambiantes usos de esas herramientas fueron previstos por sus vendedores o diseñadores. Es decir, emerge lo que el mismo Rheingold denomina smart mobs, o sea artefactos que se catalogan como inteligentes a medida que más personas los adaptan a sus propias necesidades para sus redes sociales y la acción colectiva; se convierte en un aparato vestible, ubicuo, multifuncional, para comprar y vender, entretenerse, y también conflictuarse. Estudios sobre mercadeo y diseño de nuevas tecnologías muestran que para elaborar un producto final se retoman ideas implícitas y explícitas de los usuarios y los usos que le dan a dichos productos, lo que se conoce como la configuración del usuario (Woolgar, 1991). E incluso las personas le dan forma a la tecnología al escoger o rechazar un modelo en particular, utilizar o no algunas de sus aplicaciones, o usarlas de manera que no se tenían contempladas. Según diversas investigaciones empíricas, los primeros en adoptar una tecnología tienden a ser las élites en una sociedad —jóvenes, los profesionales mejor educados, los que tienen mayores ingresos— cuando se trata de un artículo de lujo (Rogers, 1986). También, investigaciones sobre la adopción del teléfono celular destacan las variables de la edad, ingresos y educación como fac- ANA LUZ RUELAS 137 tores predictivos de dicha adopción (Leung y Wei, 1998; Wei y Lo, 2006). Por ello, para explicar los altos accesos a la tecnología celular resulta apropiado conocer el contexto social donde tiene lugar la adopción y empleo. Para Williams y Edge (1996), los estudios sobre la tecnología ameritan tomar en cuenta el concepto sociotécnico, es decir, que los servicios, aparatos y aplicaciones no son sólo tecnología, sino construcciones sociotécnicas que involucran inversión en infraestructura, aparatos, acuerdos sobre servicios, modelos de negocio y condiciones de uso (Stewart, 2005: 168). Las estrategias mercadotécnicas se han moldeado para atacar un mercado que es particularmente apasionado de una tecnología definida como ubicua, híbrida y transparente, pero fundamentalmente, se han ajustado a las brechas socioeconómicas en nuestros países, sin dejar de lado el factor cultural indispensable que rige las preferencias de las personas. Sería difícil explicar la altísima adopción del celular en países que como el nuestro presentan grandes segmentos poblacionales con pobreza alimentaria o de patrimonio, al margen de conocer la situación socioeconómica prevaleciente. Asumimos, como lo señala Stewart (2005), que es preciso conocer que un conjunto de factores dan forma a una tecnología: si se llama constantemente por el teléfono celular por ejemplo, para emergencias, la prevalencia es de mensajes cortos. Se debe tomar muy en cuenta que los precios y tarifas son determinantes del tiempo aire que se usa un dispositivo de comunicación como el celular y de la suscripción a Internet, la disponibilidad de banda ancha, la calidad del servicio. Es decir, implica no perder de vista un amplio rango de factores, aunque aparentemente sean neutrales. En algunos casos, los nuevos medios han puesto de relieve inesperadas diferencias sociales, subculturales e 138 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL identidades. Aunque es difícil hablar en términos binarios de división digital celular, es decir, los que acceden al celular y los que no, lo que subyace o se ha manifestado en su difusión en México es una forma diferenciada de adopción que depende no sólo de la brecha generacional entre jóvenes, adultos, niños y adolescentes, sino por la brecha económica. A medida que la tecnología se moderniza, las desigualdades o brechas celulares también se van ensanchando, se hacen más evidentes o visibles.3 Algunos elementos que nos ayudan a explicar la brecha celular mexicana y que expondremos en los resultados de nuestro estudio sobre estudiantes sinaloenses son: el tipo de suscripción, la duración de las llamadas, el acceso a teléfono fijo, la forma de pago, el uso de mensajes de texto, la periodicidad con que se renueva el equipo. Los resultados nos dan pautas para apreciar la enorme inventiva y capacidad de adaptación de la tecnología que logran los jóvenes orillados por sus circunstancias de limitados recursos económicos y los planes tarifarios de las telefónicas. Hemos escogido el estudio de jóvenes por la razón, de que son el grupo más accesible para conocer la formación de nuevos hábitos y patrones de contacto (Thulin y Vilhelmson, 2005: 237), la evolución, periodos y lugares donde se utiliza, para qué tipo de actividades y sus efectos diferentes a los de otros medios de comunicación. La etapa de la juventud es el periodo de la educación, tiempo de entretenimiento, de hacer amigos y redes sociales; y se piensa que las rutinas y contactos establecidos durante Cada vez es más evidente que los hogares y grupos étnicos que sólo tienen celular tienden a ser de los más pobres. En Estados Unidos, 15% de los adultos hispanos, 13% de los adultos negros, 12% de los asiáticos y 11% de los blancos en Estados Unidos solamente tenían teléfono celular. Lo mismo sucede con 22% de los más pobres. http://bit.ly/ VNeeQW. 3 ANA LUZ RUELAS 139 estos años es el que perdura para la vida adulta (Inglehart, 1997; Robinson y Godbey, 1997; tomados de Thulin y Vilhelmson, 2007). El estudio del celular, asimismo, debe enlazarse con otras formas de comunicación que no realizamos aquí, como el correo electrónico, las conversaciones en línea, los mensajes instantáneos. Para nuestro universo hemos tomado como referente la disposición de teléfono fijo en casa, que nos ayuda a caracterizar la división digital tradicional en México, que es de los países que no alcanzó una óptima penetración de teléfonos convencionales (con 19.2% de los hogares), y lo mismo ocurre en el estado de Sinaloa, que se mueve en la media nacional. Entonces estamos ante un universo mayormente nativo celular, es decir, jóvenes cuya niñez y parte de la adolescencia transcurrió sin acceso al teléfono convencional en sus hogares, y el celular es su primer referente de comunicación telefónica. Para ellos, el celular es “el teléfono”, lo cual fue advertido al hacer la pregunta sobre disposición o no de teléfono en casa en un sondeo a estudiantes universitarios en mayo de 2006, pues muchos jóvenes titubearon al momento de responder por lo que se les tuvo que precisar las diferencias entre uno y otro sistema telefónico. Se llama nativos digitales a aquellos que nacieron con Internet y las nuevas formas de comunicación digital, en contraste con los migrantes digitales o personas adultas que se adaptaron a las nuevas herramientas y tecnologías, sin haber estado familiarizados y sentirse confortables con ellos (Godwin-Jones, citado por Geser, 2006: 3). EL CELULAR PARA POBLACIONES DEPRIMIDAS Este artículo ubica el uso del celular por parte de estudiantes universitarios, de clase baja y media baja, en una ciudad media mexicana con alrededor de 600 mil habitan- 140 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL tes, con importante circulación poblacional de la región pues es centro de abastecimiento de servicios y productos del área rural circundante. Nuestro marco de referencia es amplio, pues tomamos en cuenta el contexto social en el que tienen lugar las relaciones de los usuarios con la tecnología celular, en su calidad de mediador de relaciones afectivas, familiares, así como los hábitos o rutinas de su uso. Tomamos el concepto de vida cotidiana como un patrón estable de actividades diarias: cómo y con quien interactúan los individuos, sus hábitos o rutinas con el celular. Mostramos la frecuencia e intensidad de uso del celular, la función que tiene en la vida cotidiana de los jóvenes estudiantes, sus actividades más recurrentes, contactos y relaciones sociales y familiares, gastos y actualización del equipo, así como espacios donde se abstienen de utilizarlo. Pero sobre todo ponemos énfasis en las argucias que han ideado para poder disponer aunque sea limitadamente de la tecnología móvil celular. Para ello realizamos una encuesta a universitarios en mayo de 2009, en el campus principal de la Universidad Autónoma de Sinaloa en la ciudad de Culiacán.4 Esta universidad es la cuarta más grande del país pues atendía para 2008 a 106 mil alumnos, siendo alrededor de 45 mil 400 de nivel superior o licenciatura, a quienes dirigimos nuestra atención. Pero también hacemos algunas comparaciones con sondeos previos realizados en mayo de 2006 y mayo de 2007 en el mismo campus de la UAS, a muestras similares. 4 Culiacán es la ciudad con mayor concentración de población del estado de Sinaloa. En 2005, según el II Conteo de Población y Vivienda de INEGI, de 2.6 millones de habitantes, alrededor del 30% habitaban allí, con 605 mil, le siguen Mazatlán con 352 mil y Los Mochis con 231 mil. ANA LUZ RUELAS 141 CRECIMIENTO CELULAR EN MÉXICO En México, los servicios de telefonía celular inician formalmente en 1989, cuando se concesionaron a nueve compañías, nueve regiones para prestar el servicio, con la particularidad de que Radiomóvil Dipsa (o Telcel, filial de Teléfonos de México) obtuvo un trato preferente, es decir, se le otorgó la única concesión para cobertura nacional. No obstante, tardó casi una década para que la difusión del celular despegara. En 1990 sólo había 64 mil suscriptores, y para finales de 1999, Motorola anunciaba que ellos habrían vendido más de 6 millones de aparatos activados, que duplicaban los del año anterior.5 También en ese año se introdujo el esquema “el que llama paga” (calling party pays), lo que trajo consigo un impresionante crecimiento. De hecho en 1999 los suscriptores celulares sobrepasaron al número de teléfonos fijos existentes;6 para 2005 el número se había incrementado a 44 millones y para mayo de 2009 había alcanzado, según la Comisión Federal de Telecomunicaciones, 77.4 millones de usuarios. Para 2008 la penetración media nacional por hogares era de 70.3%, y Sinaloa se encontraba por arriba con 83.7% de los hogares.7 De acuerdo con INEGI, para 20088 los hogares con solo teléfono fijo eran 19.2%, mientras que 32.2% sólo tenían celular. Combinados dan una disposición de servicio telefónico de 75.5% de los hogares. De nuestra muestra, el El Universal, 22 de octubre de 1999. Véase gráfica 6.1. “Fixed versus mobile telephony in Mexico, 19902005” en Mariscal y Bonina (2008: 66). 7 http://www.cft.gob.mx/wb/Cofetel_2008/Cofe_densidad_de_telefonia_movil_por_entidad_feder. Este enlace cambió a http://siemt.cft. gob.mx/SIEM/ 8 http://www.inegi.org.mx/prod_serv/contenidos/espanol/bvinegi/ productos/encuestas/especiales/endutih/ENDUTIH_2008.pdf 5 6 142 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL 71% dijo disponer de teléfono fijo en casa. Del 29% que no tiene, la causa principal (60%) es por los costos y 14% dijeron que porque tienen celular. Es común en nuestro medio que los papás tomen medidas para que el teléfono fijo no esté expuesto para ser usado por cualquier persona en el hogar, para que no se dispare el servicio medido9 o las llamadas de larga distancia. En cambio con el móvil se pueden controlar mejor los gastos y se lleva un registro de minutos y saldo disponible. La pobreza de tecnologías de comunicación y conectividad digital es evidente en el país, pues en 2008 sólo 25.7% de los hogares poseía computadora y casi la mitad de éstos, 13.5%, a su vez contaba con conexión a Internet. La televisión abierta es el medio masivo de comunicación tradicional con mayor disponibilidad nacional, pues 9 de cada 10 hogares tienen televisión, pero el sistema restringido, o televisión de paga, apenas 23.9% puede contratarlo mediante pago mensual (INEGI-ENDUTIH, 2008). En la misma encuesta de INEGI se obtuvo que en los hogares que tienen computadora sin Internet, un 53.8% de sus moradores dijeron que era por falta de recursos económicos, y otro 6% adujo que su equipo era insuficiente. O sea que la pobreza digital reconocida está determinada por razones eminentemente económicas. En este contexto el teléfono celular es como un catalizador del enorme rezago existente en las otras tecnologías, pues los esquemas comerciales para adquirirlos al margen de contratos y los sistemas de pago dan una accesibilidad prácticamente a todas las clases sociales. Por ello el rubro de ingresos por servicios de telefonía celular de Es el concepto bajo el cual la compañía telefónica cobra mensualmente por realizar 100 llamadas, pero una vez que se sobrepasa entra el cobro por cada llamada adicional. 9 ANA LUZ RUELAS 143 las compañías de telecomunicaciones es el que observa mayor crecimiento. De acuerdo con el reporte de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), el monto del gasto mensual promedio que realizan las familias mexicanas en servicios de telecomunicaciones es superior al que destinan a otros bienes o servicios básicos como el cuidado de la salud o energía eléctrica, y ya casi alcanza al presupuesto para vestido y calzado. Cada vez es mayor el número de familias que consumen estos servicios; pues en 1994, sólo 8.1 millones de hogares reportaron gastos en comunicaciones (el gasto en conjunto de las familias en telecomunicaciones fue de 2.4 mil millones de pesos por trimestre) y en 2004 este número se duplicó al sumar 17.1 millones de familias (con 22.2 mil millones de pesos). Las cifras del INEGI indican que mientras en 1994 los hogares destinaban 2.5% de su gasto total a comunicaciones, 10 años después subió a 4.1% de sus percepciones.10 No obstante, el uso de las telecomunicaciones está concentrado en los hogares de mayor poder adquisitivo, pues poco más de la mitad del total de este gasto lo realizan 20% de los hogares más ricos del país. A ello hay que añadirle los esquemas tarifarios que manejan las compañías prestadoras del servicio, que lo hacen oneroso. En México el tráfico por minutos en llamadas a teléfonos móviles y de larga distancia se cobra por minuto, y los segundos se redondean11 a minutos, lo que ha traído beneficios para el proveedor, pues el usuario viene cargando un costo extra cada vez que llama. Por 10 El Universal (2006). “Sube el gasto familiar en telecomunicaciones”. Lunes 10 de julio. 11 El redondeo se da en llamadas a teléfonos móviles desde teléfonos fijos y móviles y en llamadas de larga distancia desde teléfonos fijos y móviles. 144 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL ejemplo, si el “cliente realiza una llamada de 1.5 minutos, se le factura una llamada de dos minutos, implicando un sobrecobro de 33%. Es decir, el consumidor paga un porcentaje adicional al costo de su llamada por tiempo que nunca ocupó” (Del Villar, 2006: 45). Del Villar (2006: 45) advierte que aunque la principal compañía de telefonía celular en México, Telcel, empezó a ofrecer a sus clientes de prepago la modalidad de pago por segundo, a (final de cuentas) resultó favorecida ella misma. Estableció “a 4.5 pesos por el primer minuto de la llamada y 0.086 por segundo a partir del primer minuto”, lo cual siguió favoreciendo a la compañía, pues “con este esquema de pago, el costo de una llamada de 3 minutos es de 14.82 pesos; mayor a los 12 pesos que le costaría al usuario bajo el esquema tradicional de 4 pesos por minuto”.12 El esquema cambió en noviembre de 2012 a cobro por segundo. Para 2006, Merryl Lynch calculaba que el ingreso promedio por minuto celular en México era de 0.14 dólares por minuto, mucho más caro que en Estados Unidos donde estaba a 0.06 dólares (tomado de Del Villar, 2006: 60). LA TELEFONÍA FIJA EN MÉXICO No alcanzó niveles óptimos de diseminación bajo ninguno de los esquemas de propiedad de la principal compañía Para obligar a las compañías al cobro por segundo se reformó el 18 de diciembre de 2012 el artículo 60 de la Ley Federal de Telecomunicaciones, por el cual se obliga a los concesionarios a implementar la medición, tasa de cobro y facturación de los servicios tomando como unidad de medida mínima el segundo, sin perjuicio de los planes que sean cuantificados por minuto, por evento, por bloque o cualquier otra modalidad, aunque todavía se les concedieron 6 meses para hacerlo efectivo. El Universal (2012, 19 de diciembre). 12 ANA LUZ RUELAS 145 telefónica, ni como monopolio público ni como monopolio privado. Al privatizarse Telmex en 1989 apenas se cubrían 9% de los hogares, y ya como empresa privada 20 años después sólo alcanzó, como ya mencionamos, al 19.1% de dichos hogares.13 Por ello, el advenimiento de la telefonía celular fue la tabla de salvación de la comunicación telefónica en el país, con una población mayoritariamente pobre. Para adecuarse a esa realidad, las compañías han seguido estrategias de ofertar aparatos y servicios celulares enfocándose a esos segmentos de menores ingresos a través del sistema del prepago o las famosas tarjetas prepagadas, a partir de 1995, y más recientemente, las denominadas recargas celulares que se hacen en las cajas de tiendas de autoservicios. Éstas últimas han venido desplazando rápidamente a las tarjetas pues son una manera versátil de proveerse de tiempo aire y sobre todo tienen la particularidad de que se pueden comprar ‘minutos aire’ por una módica cantidad de 20 pesos. Lo interesante de este sistema es que brinda la posibilidad a los usuarios de estar disponible aunque no puedan ellos iniciar llamadas, sino ser simples receptores, es decir, con una conectividad limitada o a medias. De hecho es común entre los jóvenes, sean estudiantes o no, cuando se les pregunta si pueden cursar una llamada, contestar que no tienen saldo. Los proveedores de telefonía celular han enfocado sus estrategias a facilitar a la gente el gasto en servicios telefónicos, sin arriesgar recuperación de créditos, sin someterlos a la firma de contratos, o solicitar requisitos para otor- En telefonía fija se han presentado más bien decrementos. Durante el periodo julio-septiembre de 2007, por ejemplo, se activaron 90 mil líneas, llegando a 19.9 millones, que representó una disminución de 0.7%. http://bit.ly/Woy1e6. 13 146 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL garles crédito. Es decir, estamos en presencia de esquemas irresistibles o posibilidades de obtener un servicio telefónico para quien no puede obtener crédito. Son sistemas para gente de bajos ingresos, con reducidas opciones financieras, o bien para quien opta por no tener gastos fijos mensuales por el concepto de telefonía. Ahora tienen gran auge en Estados Unidos las tarjetas de crédito bancarias recargables. Son micas de prepago que se adquieren fácilmente en tiendas de autoservicio y farmacias. Se anuncian para atraer clientela diciendo que “no se necesita cuenta de cheques” y que “son más seguras que traer el efectivo y no se requiere cuentas bancarias”. Es una industria que data de hace 10 años y que ha alcanzado a 80 millones de consumidores en Estados Unidos. Entre sus principales clientes están los estudiantes que optan por no meter su tarjeta en compras por Internet o adolescentes que no son elegibles para una tarjeta de crédito. El mercado más grande está, por lo tanto, en los que no tienen banco o créditos.14 Esto ha dado muy buenos resultados. Mariscal y Bonina (2008: 70) informan que mientras en 2003 sólo 9% de los individuos clasificados en los niveles de ingresos económicos más bajos del país usaban teléfono móvil, para 2005 el número se había triplicado alcanzando el 27% de esa población. Concuerdan que los accesos al celular en esos grupos económicos obedece a los bajos costos que proporciona el sistema de prepago y el esquema “el que llama paga”, pues los usuarios “tienen la ventaja de controlar sus gastos telefónicos; no tienen cargos fijos mensuales y pueden decidir el nivel de uso y gastos”. En México, donde a diferencia de Estados Unidos, si se ha implantado el sis- 14 The New York Times (2009). “Prepaid, but not prepared for debit card fees”, martes, 6 de octubre. ANA LUZ RUELAS 147 tema “el que llama paga” los celulares pueden usarse solamente como receptores, sin que se ocasionen cargos. DATOS Y METODOLOGÍA Los resultados empíricos que presentamos fueron obtenidos en mayo de 2009 mediante una encuesta a 121 estudiantes universitarios en Culiacán, México (con edades de entre 18 y 23 años), de las diversas escuelas profesionales de la Universidad Autónoma de Sinaloa, campus Culiacán (véase tabla 5 en adelante). Solo tres contestaron no tener celular. Los usuarios, 67 mujeres y 51 hombres, tuvieron gran disposición a contestar el cuestionario en los pasillos de las escuelas, y tomó en promedio 20 minutos en responderlas. Se abarcó tanto a los estudiantes que ingresaban al primer semestre como a los que estaban por culminar su paso por la universidad, y comprendieron a todas las carreras que se imparten en ese campus, que van desde las humanidades, la salud, hasta las ingenierías. Se trata de una población combinada de jóvenes de clase media baja, la mayoría de la zona urbana de Culiacán, y un 20% provenientes del área rural, pues esta ciudad, la más grande y urbana del estado de Sinaloa, es centro de provisión de servicios a la periferia, y concentra las oficinas de gobierno estatal. La ciudad está marcada por un alto índice de violencia y con un preocupante predominio de actividades ilícitas y sede de uno de los carteles de las drogas dominantes a nivel nacional. En los últimos dos años se ha recrudecido sensiblemente la violencia local. De acuerdo a datos sobre municipios más violentos del país por semestre de diciembre de 2006 a mayo de 2009 (Guerrero, 2009: 35), Culiacán ocupó los primeros lugares. En el primer semestre, de diciembre de 2006 a mayo de 2007, estuvo en el primer lugar con 103 asesinatos; en 148 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL el segundo semestre, de junio a noviembre de 2007, con 91; en el tercero, de diciembre de 2007 a mayo de 2008, con 103; en el cuarto semestre, de junio a noviembre de 2008, también ocupó el tercero con 247; y en el quinto semestre, de diciembre de 2008 a mayo de 2009, siguió en el tercer lugar con 171. Con el agregado de que otros dos municipios del estado de Sinaloa, Mazatlán y Navolato, estaban en esa clasificación nacional. FAMILIAS, UBICUIDAD Y SEGURIDAD Para entender adecuadamente las interacciones que propicia el celular es necesario contextualizarlo (Christensen, 2009: 434), es decir, conocer las circunstancias y acciones donde tienen lugar su adopción y usos. Un factor indispensable a tomar en cuenta para nuestra investigación es el contexto local, particularmente las condiciones de inseguridad pública que prevalecen en la ciudad de Culiacán, como una de las ciudades mexicanas con los mayores índices de violencia en los años recientes como vimos arriba, y por lo cual las familias viven en zozobra permanente por lo que pueda acontecer en las calles y barrios por donde los familiares, hijos y amigos transitan diariamente. Por ello, la ubicuidad que da el celular se redimensiona en regiones como la nuestra, pero también ocurre algo similar con el sentimiento de control y seguridad que da la posibilidad de conocer los pasos que siguen los integrantes de la familia, especialmente los jóvenes. El celular indiscutiblemente da cierta seguridad a los padres por la posibilidad de saber dónde se encuentran a cada momento los hijos, tanto de los estudiantes que tienen residencia permanente en la casa paterna como la de los que viven en poblados rurales y acuden entre semana a la universidad. En el caso de los hijos que viven permanen- ANA LUZ RUELAS 149 temente con sus padres, opera con los mismos propósitos, e incluso durante los fines de semana se convierten en un instrumento de vigilancia de las diversiones nocturnas y el esparcimiento. En el pasado los controles y la coordinación cotidiana familiar se limitaban a saber que los hijos se encontraban en un lugar específico previsto. Hoy este control es compatible con desplazamientos impredecibles de los jóvenes, pues las llamadas telefónicas llegan directamente a la persona en particular, no al lugar. Estudios cuantitativos como el de Wei y Lo (2006) muestran que el teléfono celular ayuda a mantener las relaciones familiares, estar en contacto con los más cercanos y refuerza los vínculos entre los miembros de la familia. Otros estudios (Christensen, 2009: 435) indican que el móvil juega un papel importante en el manejo de las relaciones familiares y las relaciones interpersonales; e incluso ayuda a entender la dinámica social en la cual esas prácticas tienen lugar. El celular facilita lo que se conoce como “presencia conectada” (Christensen, 2009: 433), es decir, es un medio que fortalece las relaciones familiares y hace sentirse cercanos a hijos y padres, cuando están físicamente separados, lo que se aprecia por la frecuencia de llamadas y mensajes entre los integrantes de la familia. El sentimiento de seguridad y el seguimiento de los desplazamientos de los jóvenes se vuelven cruciales en una ciudad como Culiacán, por su clima de inseguridad. De hecho de nuestra muestra de 118 jóvenes con celular, encontramos que no es fortuito que el 30% hayan hecho recientemente llamadas a números de emergencia (a la Cruz Roja, policía municipal, a los agentes de tránsito y a los bomberos). Según Rich Ling, ese es uno de los motivos más fuertes para comprar muchas veces un celular, y explica en gran parte su amplia diseminación (Haddon, 2001), aparte de resolver las contingencias diarias o retra- 150 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL sos, asuntos no planeados y eventualidades como accidentes o urgencias imprevistas. A la pregunta de para qué te llaman tus papás, tanto hombres como mujeres de todas las edades del rango, 75% respondieron que para localizarlos, que puede ser consecuencia de la preocupación por saber que los hijos están bien. En contrapartida sólo 8% dijo que sus padres les hablan para pedirles algo, y 17% reportaron recibir llamadas de sus padres para informarles algo. Pero curiosamente solo una minoría de 11% respondió que se sienten vigilados, contra 56% que dijo nunca sentirse vigilados por ellos, y 31% a veces se sienten vigilados. Es decir, los jóvenes universitarios no asumen como una invasión a su privacidad o interferencia, que los padres les llamen constantemente, pues 71% de ellos siempre contestan las llamadas que entran de sus hogares. Ello fortalece la postura, según uno de nuestros estudiantes, de que los jóvenes “no se sienten vigilados por sus padres, por lo menos no todo el tiempo, ya que de otra manera no siempre contestarían las llamadas”. No obstante, hay un segmento importante de casi una cuarta parte de la muestra que dijo no contestar algunas veces las llamadas de los padres, que concuerda con 37% de los jóvenes que dijeron haberse sentido algunas veces vigilados, y marca una tendencia que puede reflejar una situación familiar de conflicto. Las respuestas nos muestran una clara tendencia en el uso del celular por parte de los padres como una herramienta de localización portátil de sus hijos, lo que deja de lado la función principal del celular como medio de comunicación, mostrándose como una extensión de la presencia de los padres en las actividades de los jóvenes. Cabe aclarar que nuestros jóvenes tienen un fuerte vínculo económico con sus padres, pues de nuestra muestra, a 44% de ellos les sufragan el costo del celular. ANA LUZ RUELAS 151 ¿ES INTENSO EL USO DEL CELULAR POR LOS JÓVENES? Entre los jóvenes universitarios sinaloenses existe una amplia adopción del celular, pues de nuestra muestra de 121 estudiantes sólo tres dijeron no tenerlo aunque señalaron estar dispuestos a adquirir uno; pero a la pregunta sobre cuántas personas en su casa lo tienen, 33% dijeron que tres integrantes de la familia, 24% dijeron que cinco, y 22% nos reportaron que cuatro; por lo que suponemos que casi todos los miembros adultos, adolescentes y hasta niños de una familia tienen celular. Sin embargo, la extensa adopción que se registra no significa necesariamente que se use con semejante intensidad, pues nuestros jóvenes tienden a hacer pocas llamadas diarias y de corta duración, 81% dijeron hacer entre una y cinco llamadas (y más de la mitad, 45 de los 118, hacen sólo de una a tres), y sólo 18% hace más de cinco. Pero lo más sorprendente es que sus llamadas tienden a ser breves: 41% hacen llamadas de uno a tres minutos, 27% de entre tres y cinco minutos, y sólo 31% dijeron que pasan los cinco minutos.15 Algo similar se obtuvo en una encuesta nacional a jóvenes (de entre 15 y 24 años) en Suecia en 2006, pues se encontró que el promedio de sus llamadas diarias era bajo, de cuatro,16 lo que contradice el estereotipo, como señalan Thulin y Vilhelmson (2007), de que usan constantemente su celular, e indica que no es automático que un alto nivel de acceso a los artefactos produzca un uso extensivo. Los países que cobran las llamadas locales por minuto, como es el caso de México, tanto para la telefonía fija como la celular, tienden a tener llamadas más cortas (Del Villar, 2006, 61). 16 Incluso una encuesta nacional en Suecia entre jóvenes de 15 a 24 años reveló en 2006 que no hacían más de cuatro llamadas por día (Thulin y Vilhemson, 2007: 241). 15 152 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL Esto nos revela que la intensa comunicación entre los jóvenes es predominantemente para la microcoordinación, para hablar rápidamente sin ahondar en una conversación. Lo hacen para ajustar o verificar un horario o agenda, previo compromiso para encontrarse cara a cara. La limitante del tiempo de llamada también puede significar que la red social sea muy selectiva a la hora de hablar por teléfono, como veremos en el apartado de los contactos más frecuentes. Los asuntos para los que más se usa el celular es para localizar a alguien (71%), lo que se ajusta a las altas tarifas de las llamadas, y confirma que la tecnología se adecua perfectamente a la movilidad que caracteriza a los jóvenes y brinda la ilusión de no perderse de nada, de estar al alcance. 25% mencionó que para platicar y sólo 4% por cuestiones de trabajo y esto a pesar de que cerca del 34% de nuestra muestra de estudiantes trabajan. Significa, por otra parte, que ajustan sus conversaciones o pláticas a esquemas tarifarios por minutos transcurridos. Aunque llega a ocurrir, como dice uno de los estudiantes, que “el método puede ser estorboso y molesto porque algunos celulares no cuentan con temporizador y uno descuida el tiempo transcurrido y ya no entras en la promoción, siendo el ahorro nulo o la llamada finalmente sale más cara”. Los estudiantes universitarios sinaloenses recurren en mucha menor proporción al celular como multimedia, para jugar, escuchar música, pues en promedio al día, más de la mitad lo utiliza por una hora, y 32% hasta dos horas. Aquí es donde ha aparecido el ingenio, combinado con las facilidades que dan otros medios como Internet, para no incurrir en gastos a la hora de jugar o escuchar música. José Carlos relata: “En sí, por la música y los juegos, paga el que quiere o no le busca o de plano porque al ANA LUZ RUELAS 153 reproductor o celular se le pide un formato especial. Aunque hay celulares en promoción que ya traen canciones gratis de un artista determinado o como el Nokia más reciente. Claro que te cuesta un ‘ojo’ este celular porque tiene conexión a las redes sociales, Facebook, Myspace, Twitter, etc. La mayoría, continúa, bajamos la música de Internet por P2P (peer to peer); excepto aquellos que tengan IPod, que astutamente la compañía Apple hace que solamente los que tengan el formato de Itunes puedan reproducirla, aunque los piratas cibernéticos ya lograron ‘brincarse’ este requisito”. Si se quiere tener música en el celular, continúa, “pues se descarga de Internet, ahí la traes grabada y la escuchas cuantas veces quieras, sin que te cobren. Incluso algunas canciones se graban desde la radio… pero la calidad no siempre es buena. Si quieres una música en especial, de tu gusto, busca las páginas y, si eres afortunado y alguien las subió, lo bajas y no te cobran. Otras páginas sí te cobran pero no por bajar la canción sino por darte una membrecía de 30 días a 30 pesos y bajas todas las canciones o videos que quieras”. José Carlos se explaya contándonos que “en los juegos electrónicos es igual, los podemos descargar P2P, pirata, y ya si los compramos cuestan 20-30-50 pesos, depende de lo novedoso y del modelo de celular. Hay más económicos de 12 pesos pero son estilo tetris, o a blanco y negro. También nos unimos a la causa de no gastar mucho, y nos pasamos los juegos por Bluetooth! En la tele sale que enviemos por ejemplo la palabra JUEGO al 21111 y te envían el juego directo a tu celular, aunque esto no es confiable porque es un gancho, te cobran seis pesos por el mensaje y después quince pesos por el juego en sí”. Estas estrategias son del amplio dominio de los jóvenes, pues a través de sus redes sociales informales se comuni- 154 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL can rápidamente los trucos para racionalizar lo más posible los gastos en sus comunicaciones. Otros definitivamente se resignan y señalan que para economizar no hay cómo zafarse. Uno dice: “simplemente trato de no llamar mucho, sólo en emergencias y tener en ‘números preferentes’ gratis a la persona a la que puedo necesitar más, que es mi papá”. IMPACTO ECONÓMICO Y PREFERENCIAS POR LOS FORMATOS DE COMUNICACIÓN EN LOS ESTUDIANTES Los resultados relativos a los gastos mensuales por el servicio, el tipo de suscripción con que se cuenta y las percepciones que tienen sobre la calidad del servicio reflejan dos cosas: un usuario de nivel bajo de ingresos, como ya hemos visto, que se ha vuelto experto en manejar los tiempos del celular y que se adapta a los planes comerciales implantados por las operadoras. Así, tenemos los planes para llamadas cortas, de cinco minutos, el de 15 minutos por seis pesos, el registro de l0 números preferentes17 a un peso la llamada. Una de nuestras estudiantes nos señala que “las pláticas que se mantienen vía celular, se ajustan a esos tiempos. Lo que pasa es que con el plan de los cinco minutos, la persona que realiza la llamada se encuentra constantemente viendo el reloj para que no se le vayan a pasar los cinco minutos…” También asegura que quienes hacen menos de tres llamadas al día, “son los que de plano andan bajos de dinero, y sólo llaman para preguntar ¿en dónde estás?, es decir, las que se hacen no para platicar, sino simplemente para Un número preferente tiene que ser al de la misma compañía y se puede llamar cuantas veces se quiera sin rebasar los cinco minutos cada ocasión, sin que cuente para restar minutos del plan mensual. 17 ANA LUZ RUELAS 155 localizar a alguien o saber dónde se encuentra”. Esto fundamentalmente permite a los jóvenes usar el servicio de manera muy autoregulada para no sobrepasar los límites que incluye cada plan. Una chica nos relata: “Tengo un plan, me costó como 250 el chip incluido, y tengo 10 números nacionales (de la misma compañía Telcel) a los cuales puedo hablar gratis por 5 minutos, no importa en donde esté, es decir, puede ser ilimitado y no me cobrarían roaming, pero si me paso de los 5 minutos, me cobran lindo y bonito la larga distancia”. En cuanto a las recargas, tienen el inconveniente de que el plazo otorgado para ejercer el crédito se vence pronto, y si no se ejerce se cancela. Los mensajes son los más socorridos entre nuestra población de jóvenes sinaloenses, pues sólo 12 de nuestra muestra respondieron que no es la función más utilizada. Prefieren los mensajes por dos razones: son la manera práctica y barata de mantener comunicación constante y estar en contacto con amigos y familiares, sin quedarse desconectado. Además, cumplen una función emotiva importante, “no son como una llamada que es efímera, puedes almacenar los que son románticos, las felicitaciones, dependiendo del gusto de cada persona”. Aunque para cuestiones importantes y en caso de emergencia las llamadas se imponen. Además, y fundamentalmente, el servicio de mensajes es el más económico, y para guardar su saldo los jóvenes se despiden de sus amigos diciendo “me mandas un mensaje a mi cel”. EL PREPAGO Y POSPAGO Un indicador que nos ayuda a dilucidar qué tipo de usuario es el joven universitario sinaloense es la disposición de contrato de servicio celular (pospago) o si son usua- 156 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL rios de prepago. Tal como prevalece mundialmente (Ruelas, 2010), nuestro universo resultó con un alto porcentaje de usuarios de prepago con 88%, y solo 11.8% con plan o contrato. De los usuarios de prepago 59.6% hacen recargas y 40.3% usan tarjetas que se están desplazando rápidamente por las primeras, pues son mas practicas, y admiten cantidades mínimas de 20 ó 30 pesos para tener crédito. Aunque ya se hacen contratos por 190 pesos mensuales, los jóvenes no se convencen pues requiere firmar contratos, cumplir requisitos de crédito, dar domicilio y nombre. La tesis del salto tecnológico que establece que los países pueden saltarse ciertos estadios del desarrollo usando tecnológicas móviles (Castells, 2006: 216), no es solo económica En opinión de Bichler (2008: 80) tiene dos tiene dos deficiencias. Primero la difusión de dispositivos móviles debe complementarse con una infraestructura de red adecuada, que es una condición básica. En los países en desarrollo ambos componentes solo se encuentran en zonas urbanas donde la economía actúa como fuerza impulsora para la instalación de dicha infraestuctura que es muy costosa. No obstante, el asunto de la rentabilidad se mantiene incierto. En algunos países con bajo desarrollo, los celulares por ejemplo son usados casi exclusivamente en forma de servicio prepagado, esto resulta en que se recurra a ellos primariamente para recibir llamadas, que se manifieste en el lenguaje diario. En India por ejemplo, es común “darle a alguien una llamada perdida”, lo que significa que en lugar de hacer una llamada telefónica, se deja que el teléfono suene. Se observa el mismo fenómeno en Malawi donde la frase “I flash you”18 es común en una conversación diaria. También en México, Te parpadeará”. 18 “ ANA LUZ RUELAS 157 hay recursos como no contestar la llamada si se trata de alguien que está en la lista de números frecuentes, por los cuales se paga una cuota fija mensual, y el cliente solo tiene que cuidar que cada conexión no dure más de 5 minutos. Hay otros factores que influyen en cómo se utiliza el celular, atingentes a las compañías. Una estudiante nos advierte: “el pospago no se usa por diversos factores porque en ocasiones el usuario encuentra muchas dificultades y engaños por parte de la empresa al momento de realizar aclaraciones o quejas, usualmente cargan llamadas no realizadas, no respetan los diez números frecuentes… La gente no lo utiliza por no estar en ese estire y afloja con la compañía”. En realidad los jóvenes son bastante moderados en sus gastos mensuales con el celular: de nuestra muestra, un tercio, 33%, gasta solo hasta 200 pesos mensuales, 16.1% hasta 300 pesos, 23.7% más de 300 pesos; pero hay un 27.1% que no pasa de los 100 pesos.19 Es decir, estamos ante un sector que tiene serias carencias, pero que con todo ello posee un teléfono portátil. Más de la mitad admitió que frecuentemente —o a veces— se limita o abstiene de usar el teléfono, y opinan que la compañía celular es abusiva por lo que cobra. Por la misma razón, 55.9% de nuestra muestra mencionó que la compañía es abusiva y 40.6% sostuvieron que nunca realizan llamadas de larga distancia, sólo 26.2% las hacen cada mes, 16.1% cada semana y solamente siete respondieron que sí hacían diariamente. Para 2006, Pyramid calculó que el ingreso promedio para las compañías por usuario celular al mes en América Latina, era de 15 dólares y se estima que para 2010, sea ligeramente menor a esta cantidad. El Universal 2006,“México, líder en telefonía móvil en América Latina”, miércoles 18 de enero. 19 158 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL Todos estos resultados nos hacen pensar que estamos frente a usuarios jóvenes que se han hecho expertos y muy responsables en utilizar su celular optimizando los planes tarifarios y el tiempo aire para aprovecharlo al máximo. ACTUALIZACIÓN FORZADA DEL EQUIPO En general el reemplazo del equipo es frecuente, pero ello no es originado como se puede pensar por el afán de poseer un modelo más reciente, con las últimas funciones o aplicaciones, sino que obedece a factores propios de las edades juveniles: 51.6% dijeron que lo cambian después de un año, 29.6% lo hace cada 12 meses, y 18.6% lo actualiza más frecuentemente, a los 6 meses. De ellos, una alta proporción, 39.8%, dijeron que porque el equipo falla, que alguna pieza ya no funciona (algún botón o la pantalla), o simplemente la señal ya no es captada con la calidad que tenía al momento de estrenarse. La segunda más importante razón por la que se tiene que adquirir otro teléfono es porque se extravía, 29.6%, lo que también es propio de la edad, en la cual tienden a ser descuidados y olvidadizos. Fortunatti (2002) cuestiona la portabilidad del celular, y atribuye la tendencia a olvidarlo o perderlo a la dificultad de encontrarle en nuestro cuerpo una parte apropiada donde cargarlo, atado al cinturón, en compartimentos especiales en los bolsos, en los bolsillos de los pantalones o camisas. Tendemos a liberarnos de él, a encontrarle un lugar donde colocarlo. Por ello es común dejarlos abandonados en los restaurantes, en los camiones, por donde deambulamos. Otros universitarios, 14.4%, la minoría, se ven influenciados por un diseño más atractivo y las funciones que traen los nuevos modelos, que van desde una memoria con más capacidad de almacenamiento de mensajes de ANA LUZ RUELAS 159 texto o música, fotografías, o una cámara fotográfica con mejor resolución o para grabar videos. Otro aspecto que llama la atención de los jóvenes es que el aparato que reemplazan tienden a conservarlo (44%), o también lo obsequian (29.6%), lo tiran a la basura (15.2%), y sólo siete dijeron venderlo. USAN EL CELULAR DESDE TODOS LOS ESPACIOS Los jóvenes sinaloenses tienen propensión a usar el celular desde cualquier lugar, lo cual refleja la prevalencia de normas de urbanidad relajada, pero también de una cultura de la espontaneidad, la afabilidad que caracteriza a la población sinaloense en general. Arturo Santamaría (2009) sostiene que entre la sociedad sinaloense se da una comunicación interpersonal muy rápida, pues las personas en estas ciudades poseen un carácter abierto y comunicativo en general.20 Esta cualidad favorece la ubicuidad del celular. De nuestra muestra de estudiantes admitieron que el lugar más respetado por ellos para no usar el celular es el salón de El 18 de agosto de 2012, en un correo electrónico, el ingeniero sinaloense de Culiacán, Arturo Murillo Monge, compartió sus sabias reflexiones sobre lo que es el ser sinaloense: “Nos es más fácil congeniar” con los extranjeros. “Lejos de ser adustos, honestos y francos como los norteños; no somos, por otro lado, ladinos como los sureños, ni solitarios y solemnes como los serranos”. Los evangelizadores basaron sus enseñanzas aquí, matizando “los episodios con irreverencias y palabras altisonantes y nos volvimos proclives a lo mal hablado”. La tan anunciada franqueza del sinaloense, “…que es más bien irreflexión e imprudencia aunque tenga la frescura de lo espontaneo, le exige no admitir que puede ser frugal en lo privado. Todo lo hecho en público es grande o no lo es. Así, el sinaloense no tiene el valor paciente y sacrificado del mártir sino solamente el arrojo del temerario. Naturalmente sincero es fácil mentirle una vez. Es digno de confianza y poco salamero (zalamero). Escaso de gracias sociales...” 20 160 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL clases, que fueron casi la mitad de ellos (45.6%). Lo que es admitido como una norma obligatoria porque sus profesores exigen no haya interferencias. Pero lo más importante de esta pregunta es que la inmensa mayoría lo usa desde cualquier lugar, pues solamente 13.5% dijeron no usarlo desde el cine, 0.08% desde el camión o transporte público, y 11 desde los bancos. Desde el salón de clases se limitan de contestar porque los profesores se fastidian, e incluso en ocasiones los mismos compañeros. Otros no entienden, como nos comenta una de las estudiantes, que las llamadas en lugares públicos son molestas, como en el cine. Tenemos el agregado de que “en el camión urbano el usuario no atiende las llamadas, no porque irrite en sí a los otras personas”, sino porque “el ruido del transporte y de los demás que viajan con él no le permite escuchar bien la llamada”, y si se obliga a “gritar para poderse comunicar, causa mucha molestia entre los otros pasajeros y tampoco tiene privacidad”, nos cuenta otro alumno. LOS NOVIOS O NOVIAS SON LOS QUE MÁS SE CONTACTAN POR EL CELULAR El uso del móvil es espejo de la etapa personal que se está viviendo y eso se refleja claramente en el caso de los jóvenes, que están en la edad del noviazgo. Considerando las edades de los encuestados (18 a 23 años) y las inclinaciones sentimentales que muestran a esta edad, se deduce también que la prioridad de ellos es mantenerse en contacto con la novia o el novio. En nuestra muestra de usuarios, 67 mujeres y 51 hombres, encontramos que la comunicación más intensa es con el novio o la novia, con el 39% de las preferencias; le siguen los que tienen en sus amigos a los más cercanos, 29%; y otro grupo significativo, 27%, están en mayor comunicación con sus padres ANA LUZ RUELAS 161 y hermanos. Ello confirma que hay una correlación estrecha entre usos frecuentes del celular e interacción cara a cara. Es decir, el celular es un reforzador del contacto social y de la comunicación e interacción fuera de casa o fuera de los espacios de concentración de los jóvenes como es la universidad. Sus llamadas tienden a ser afectivas, con sus novios, amigos y familia, y para mantener las relaciones con los más cercanos. Esto revela que es un fenómeno complementario de las relaciones, de la gente que emplea más tiempo fuera de casa y por eso mismo usa más el celular. Indudablemente que la telefonía celular ha venido a resolver un problema añejo de comunicaciones electrónicas insuficientes en el país. Ahora lo que se observa son múltiples diferencias sociales por los modelos que se portan y el tipo de servicio que se contrata. Lo que se observa en el país, es que el sistema de monopolios existentes en el sector de la telefonía celular, viene incidiendo en qué tanto o para qué se habla, quién habla y cómo se usa el celular. Se viene dando un sector reducido de la población que accede inmediatamente a las innovaciones y otro que se mantiene rezagado por la imposibilidad de sufragar los costos de introducción. Nuestro estudio nos indica que la incorporación de nuevas tecnologías de información y comunicación trae consigo adicionales o nuevas brechas digitales, y que se siguen manteniendo accesos privilegiados primigenios. Por ello, la regulación del desempeño de los proveedores de los servicios de comunicación celular se hace más ingente ante estas realidades. Para ciertos sectores de la población mexicana, el teléfono móvil es más un accesorio portátil que un instrumento de comunicación. 162 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL TABLA 5. ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS SINALOENSES USUARIOS DEL CELULAR (N=121) Pregunta / respuesta Absolutos 1. ¿Tiene teléfono fijo en casa? Sí No Total 86 35 121 2. ¿Por qué no tiene teléfono fijo? Por los costos 5 Porque no hay líneas disponibles 1 Porque tenemos celular 24 Otra 5 Total 35 3. ¿Cuentas con equipo de telefonía celular? Sí No Porcentaje 71,1 28,9 100,0 14,3 2,9 68,6 14,3 100,0 118 97,5 3 2,5 121 100,0 4. ¿Cuánto tiempo duran en promedio tus llamadas? De 1 a 3 minutos 49 41,5 De 3 a 5 minutos 32 27,1 Más de cinco minutos 37 31,4 Total 118 100,0 5. ¿Cuánto tiempo usas en el celular en promedio al día para jugar, enviar mensajes, escuchar música? 1 hora 61 51,7 Entre 1 y 2 horas 19 16,1 Más de dos horas 38 32,2 118 100,0 6. ¿Cada cuánto cambias de celular? 6 meses 22 18,6 12 meses 35 29,7 Más de 12 meses 61 51,7 7. ¿Por qué razón cambias de equipo? Diseño atractivo 17 14,4 Más funciones 10 8,5 Porque falla 47 39,8 ANA LUZ RUELAS 163 Porque lo pierdo 35 29,7 Otra 9 7,6 8. ¿Qué haces con el aparato que cambias? Lo tiro a la basura 18 15,3 Lo entrego a la compañía 1 0,8 Lo conservo 52 44,1 Lo regalo 35 29,7 Lo vendo 7 5,9 Se pierde 3 2,5 No contestó 2 1,7 9. ¿Desde dónde acostumbras no atender las llamadas a tu celular? Trabajo 8 6,8 Salón de clases 55 46,6 Cine 16 13,6 Calle 1 0,8 Camión 10 8,5 Carro 2 1,7 Banco 11 9,3 Gasolinera 2 1,7 Otro 6 5,1 No contestó 4 3,4 No se limitan 2 1,7 Cuando no quiere 1 0,8 10. ¿Cuánto inviertes en el celular al mes? 100 pesos 32 27,1 200 pesos 39 33,1 300 pesos 19 16,1 Más de 300 pesos 28 23,7 11. ¿Cuántas llamadas realizas aproximadamente al día de tu celular? Menos de 3 45 38,1 Entre 3 y 5 52 44,1 Más de 5 21 17,8 12. ¿Quién costea los gastos de tu celular? Ingresos propios 62 52,5 Papás 52 44,1 Otros 5 4,2 164 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL 13. ¿Qué forma de pago utilizas? Por plan 14 11,9 Tarjeta 42 35,6 Recargas 62 52,5 14. Además de las llamadas, ¿en que otras funciones gastas en tu celular? Mensajes 106 89,8 Bajar tonos, imágenes 1 0,8 Pasar saldo 4 3,4 Accesorios 4 3,4 Participar en concursos 0 0,0 No contestó 3 2,5 15. ¿Sientes que te limitas de usar el teléfono? A veces 50 42,4 Frecuentemente 16 13,6 Nunca 52 44,1 16. ¿Qué opinas de la compañía de telefonía celular? Da un excelente servicio 41 34,7 Da pésimo servicio 5 4,2 Es abusiva por lo que cobra 66 55,9 Da muchas facilidades 6 5,1 17. ¿Qué opinas de Carlos Slim? Es un gran empresario 40 33,9 Se preocupa por el bien de México 2 1,7 Es un monopolista 21 17,8 Es un explotador 13 11,0 Es un critico del gobierno 2 1,7 El gobierno le tiene miedo 0 0,0 No lo conoce 39 33,1 No contestó 1 0,8 18. ¿Has llamado a algún número de emergencia? Tránsito 9 7,6 Bomberos 2 1,7 Policías 11 9,3 Cruz Roja 14 11,9 Otro 2 1,7 Nunca 79 66,9 No contestó 1 0,8 ANA LUZ RUELAS 19. ¿Para qué utilizas más tu celular? Llamadas 61 Mensajes 48 Radio 1 Escuchar música 7 Otras funciones 1 20. ¿Para qué asuntos llamas más por celular? Para el trabajo 5 Para localizar a alguien 84 Para platicar 29 21. ¿Con qué frecuencia haces llamadas de larga distancia? Diario 7 Cada semana 19 Cada mes 31 Cada año 13 Nunca 48 22. ¿Con qué persona te comunicas más a través del celular? Padres 28 Hermanos 4 Amigos 34 Pareja/novio (a) 46 Trabajo 6 23. ¿Tienes hermanos menores que usan celular? Sí 65 No 53 24. ¿Para qué te llaman más tus papas? Para localizarme 89 Para pedirme algo 9 Para informarme algo 20 25. ¿Has llegado a sentirte vigilado por tus papas a través del celular? Siempre 14 A veces 37 Nunca 67 26. Cuando ves que te llaman de tu casa, ¿contestas? Siempre 84 Algunas veces 30 Nunca 2 No contestó 2 165 51,7 40,7 0,8 5,9 0,8 4,2 71,2 24,6 5,9 16,1 26,3 11,0 40,7 23,7 3,4 28,8 39,0 5,1 55,1 44,9 75,4 7,6 16,9 11,9 31,4 56,8 71,2 25,4 1,7 1,7 166 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL 27. ¿Utilizas larga distancia para comunicarte desde tu celular? Algunas veces 51 43,2 Frecuentemente 16 13,6 Nunca 51 43,2 28. ¿Cuentas con llamadas a celular desde el teléfono de tu casa? Sí 48 40,7 No 37 31,4 Total 85 100 5. EL KEITAI. LA CULTURA TRASTOCADA DE JAPÓN Ana Luz Ruelas y Juan Carlos Ochoa Se ha considerado que la tecnología marcha en forma paralela al desarrollo de Japón por lo menos desde la década de los cincuenta, sin embargo también se ha cuestionado su falta de originalidad y creatividad, afirmándose que presenta una tendencia a la imitación (Whitehill, 1994: 117). Si bien es cierto que la modernización industrial parece estar basada en una mezcla de flexibilidad, emulación y adaptación con la que ha obtenido destacados logros, tampoco se ignora que aún antes de 1914 habían realizado descubrimientos e invenciones gracias a investigaciones propias, por ejemplo el cultivo puro del bacilo del tétanos por parte del bacteriólogo Kitasato Shibasaburo (Inkster y Satofuka, 2000: 1-2). Después de la Segunda Guerra Mundial la estrategia japonesa consistía en conseguir información técnica y científica en Occidente, adquiriendo patentes y moderna maquinaria que era desarmada y estudiada para descubrir sus defectos y producir modelos mejores a un precio más bajo. Entre 1950 y 1978, la inversión total en tecnología fue de 9000 millones de dólares, equivalentes a una quinta parte de lo que Estados Unidos gastó por año en ese periodo. La mayor parte de ese capital se utilizaba para comprar tecnología occidental, lo que resultaba más rentable que invertir en el desarrollo de la propia, con[167] 168 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL siguiéndose una poderosa expansión económica (Rojo, 2004). Efectivamente, la capacidad de desarrollo tecnológico ha sido un factor clave del éxito industrial de Japón, pues se supo aprovechar los recursos de manera eficiente y sin derroche, dado que adquirían el conocimiento ya existente y lo usaban de punto de partida, evitando gastos excesivos como habría significado comenzar desde cero; esto le permitió expandir su economía y aumentar sus capacidades tecnológicas, así como contar con la ventaja de poder ofrecer los productos a un menor costo. La aceleración de las capacidades creativas japonesas se hizo evidente a partir de la Primera Guerra Mundial (Inkster y Satofuka, 2000: 2), aunque el cambio de estrategia de adoptar, refinar y mejorar la tecnología extranjera sucedió alrededor de los años ochenta, cuando ya se había asimilado casi todo lo que europeos y norteamericanos ofrecían y no tenía más opción que crear la propia (Moritani, 1982, en Whitehill, 1994: 117). Pero sobre todo los nipones marcaron la pauta por la fiebre de la alta tecnología en 1971, cuando el gobierno publicó el Plan para una sociedad informática, que fue ideado antes del nacimiento del chip y anticipó con ello la importancia que tendrían las computadoras, la información y por lo tanto la tecnología de la información (Forester, 1992: 29). En primera instancia el plan fue presentado ante el gobierno por una organización no lucrativa, el Japan Compute Usage Development Institute (Rojo, 2004), y consistía en una iniciativa para responder al desafío que implicaba la llegada de nuevas tecnologías (Rau de Almeida y De Sousa, 2012). Entre los experimentos del también denominado Plan JACUDI se encuentra el cableado de ciudades como Tama e Higashi-Ikoma (Rojo, 2004). La Oficina de Ciencia y Tecnología mostró que en 1970 ANA LUZ RUELAS 169 sólo se habían gastado 5 mil millones de dólares en investigación y desarrollo, lo cual representaba el 1.96% del ingreso nacional, sin embargo, en 1986 la cantidad había ascendido a 49 mil millones equivalentes a un 3.18% de dicho ingreso (Whitehill, 1994: 118). Así, no cabía la menor duda de que se entraba en la carrera del desarrollo tecnológico, ya que tras haber dedicado una pequeña inversión en investigación y tecnología que generalmente se destinaba para adquirir maquinaria y patentes extranjeras, se comenzó a aumentar el presupuesto, lo que contribuyó al impulso y progreso de esta área. En la actualidad muchas novedades llegan con frecuencia desde Japón, como son las fibras ópticas, sistemas de reconocimiento de voz y traducción computarizada, siendo la robotización un ejemplo paradigmático de creatividad en diseño y aplicación, pues un 70% de los robots utilizados en el mundo tienen su origen en esta nación. Asimismo, ha creado productos con diseño exquisito, embalaje superior y excelente calidad gracias a su incomparable habilidad para combinar lo mejor de la tecnología con lo mejor de la estética (Whitehill, 1994: 117118). El sistema educativo también ha sido fundamental para el éxito del país al formar recursos humanos cualificados. En este sentido el gobierno se ha preocupado por brindar al mayor número de jóvenes una educación con elevados estándares (Rojo, 2004). Ahora bien, aunque los asombrosos avances de Japón partieron de una estrategia de importación para cerrar la brecha con los países más avanzados, su capacidad de asimilación e investigación, pero sobre todo su alta inversión en el desarrollo tecnológico y la educación, le permitieron que en poco tiempo fuera competitivo. 170 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL MITOS Y REALIDADES SOBRE LA TECNOLOGÍA Debido a que Japón ha sido un protagonista en el ámbito tecnológico, ha surgido una serie de mitos acerca del país y la tecnología, que a continuación abordamos para desentrañar la realidad subyacente. En primer lugar, muchas personas imaginan una nación donde la más cotidiana de las tareas requiere alta tecnología, percibiéndolo como un paraíso tecnológico, con sorprendentes dispositivos que no podrían ser vistos en ningún otro lugar del mundo. Una de las peculiaridades que por lo común esperan encontrarse son las máquinas dispensadoras con exóticos artículos, ya que son publicadas con frecuencia en la red, como ropa interior femenina y otros objetos. Si bien es cierto que existen casi 5.5 millones de estas máquinas, la mayoría son sobre todo de bebidas, dulces, comida, cigarros y juguetes, mientras que las de los productos más inusuales están casi limitadas a establecimientos especializados, por lo que se podría viajar por largos tramos a través del país y nunca ver algo parecido (Strange, 2010). Otra particularidad en la percepción es la representación relacionada con los robots. El país ha sabido sobresalir dado su avance tecnológico y sus importantes logros en el área de la robótica, siendo muchos de sus productos visibles en la red, lo cual ha fomentado una imagen de un lugar donde los robots son parte del panorama cotidiano y la cultura japonesa, de ahí que hayan nombrado al personaje de ficción Doraemon como el “embajador de anime” del país y construido la figura del robot Gundam con una altura de 59 pies. Sin embargo, fuera de estas réplicas y símbolos culturales, para tener la oportunidad de ver un robot real se debe acudir a un parque científico o a un museo especial, lugares en los que casi exclusivamente se encuentran. Si bien los robots no dominan la vida diaria ANA LUZ RUELAS 171 del país, existen varios sistemas automatizados en puertas, escaleras y trenes que están acompañados de voces robóticas que dan instrucciones a la población (Strange, 2010). Respecto a la disponibilidad de Internet, se supone que si la tecnología es una de las fortalezas del país, entonces la velocidad de conexión debería ser destacable. Pero no es así. En un reporte elaborado en abril de 2012 por la corporación Akamai, Japón apareció en el segundo lugar del ranking de los nueve países con el Internet más rápido del mundo, con un promedio de 9.1 Mbps, solamente por detrás de Corea del Sur cuyo promedio es de 17.5 Mbps (Palis, 2012); a pesar de su posición, en otro reporte más reciente realizado por la misma corporación el mismo año, acerca de las 50 ciudades que cuentan con el Internet más veloz, 38 se encontraban en Japón, con lo que se demostró los importantes avances en infraestructura que el país ha tenido en esta materia (Fingleton, 2012). Otras de las historias es aquella sobre la ciudad Akihabara y su relación con los amantes de la tecnología. Akihabara posee el mote de la “ciudad electrónica” y ahí se espera encontrar dispositivos más raros, por lo que encabeza la lista de visitas de los fanáticos de los artefactos tecnológicos. La realidad es que en gran medida su inventario puede equipararse con productos que se encuentran en tiendas de las grandes ciudades de Estados Unidos, siendo su real atracción los componentes de computadoras y circuitos, sin embargo, respecto a productos listos para consumirse que sean nuevos y extraños existen en pequeñas cantidades y no exclusivamente en Akihabara a pesar de sus luces neón, tiendas de cómputo, estaciones de videojuegos y demás atracciones a las que debe su apodo (Strange, 2010). Una creencia más es la vinculada a las estudiantes japonesas y su afición por la alta tecnología, concibiéndolas 172 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL como un sector que sobresale por su sabiduría del tema. Sin embargo, la realidad es otra. Las estudiantes forman parte de un mercado potencial para algunos servicios y productos domésticos, los que son elaborados por hombres que siguen las señales de mercado proporcionadas por el anime y el manga, también dominado por ellos (Strange, 2010). Ahora bien, más que agentes con habilidad de predecir tendencias o con una sabiduría superior respecto a la tecnología, los japoneses son consumidores de artículos con rasgos estéticos basados en señales de mercado de otras ramas que vienen a resultar el mercado potencial, sin por ello significar que el impacto de tal o cual dispositivo tendrá una trascendencia global. El gusto japonés por la miniaturización logró el desarrollo y la manufactura de productos cada vez más compactos y funcionales, lo que contribuyó al dominio de la industria del consumo electrónico, sin embargo el panorama ha cambiado y las recientes transformaciones globales han marcado el ascenso de los mercados emergentes como motores del crecimiento, sin que haya un aumento proporcional en la demanda de los electrónicos nipones. Muchos consumidores han optado por otras marcas, quizás carentes de la tecnología japonesa pero a mitad de precio (Naoki, 2012). Es decir, la estrategia de la miniaturización tecnológica, junto con la idea de que generaba un crecimiento económico sostenido, se ha visto desplazada como un pase seguro al éxito debido a la competencia de las marcas extranjeras. Una vez que hemos revisado algunas de las principales representaciones sobre el país, se tiene que no todo se reduce a la existencia de extraños artefactos que resuelven las más diversas tareas, por lo que ahora haremos referencia a aquella parte de Japón que no es tan conocida. Como hemos mencionado, al verse a Japón como sinó- ANA LUZ RUELAS 173 nimo de tecnología, se espera la existencia de diversos artefactos tan novedosos que no estén al alcance del resto del mundo. No obstante, existe el panorama de un país limitado tecnológicamente en diversos aspectos de su vida cotidiana que, por lo común, no suele ser parte de la imaginación de una persona pendiente de las noticias de su desarrollo, avance y capacidad en el área técnica. Por ejemplo, existen estaciones de policía que no poseen computadoras, o cajeros automáticos que cierran al mismo tiempo que el banco; esto puede parecer extraño debido a una concepción de predominante alta tecnología, la que es promovida por el gobierno, las compañías electrónicas y la rama turística (Fitzpatrick, 2010). Incluso en la actualidad los japoneses insisten en utilizar las máquinas de fax, las cuales se considera viven una “segunda juventud” a pesar del desplazamiento que han tenido debido a las facilidades de la era digital y la llegada del correo electrónico (Oi, 2012). Estas afirmaciones pueden parecer desconcertantes, sin embargo, antes de comenzar a hablar de un atraso en su sociedad o de una imagen montada debe considerarse más bien como un factor cultural, ya que para ellos un correo electrónico es algo frío e impersonal, pues tienen una arraigada costumbre de escribir a mano, de tal suerte que por lo general así presentan un currículo de vida, ya que las compañías japonesas juzgan la personalidad de un postulante por su escritura, de ahí que la clase de caligrafía sea una de las más cotizadas (Oi, 2012). Además, otro hecho por el que la gente recurre más a sus habilidades manuales y se aleja de las tecnologías como la computadora es el gusto por los documentos reales en la mano, con tapa dura y no sólo papel blando. La población está acostumbrada al papel, sobre todo porque más de la mitad es mayor de 65 años, de ahí que al menos un 58.6% de los hogares aún posea máquina de fax con la 174 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL función adjunta del teléfono; esto ha hecho que no exista la necesidad de que éste se presente como un artículo anticuado, pues siguen lanzándose al mercado con novedosas funciones como la posibilidad de enviar un fax por Internet (Oi, 2012). Más que un atraso tecnológico, lo que se percibe es un país con una población en edad avanzada, lo cual puede ser un factor que impide adoptar modernas tecnologías dado que no crecieron con ellas, además de los rasgos culturales prevalecientes. El hecho de no usar una computadora para elaborar un currículo, un informe o un documento importante se debe al sentido de impersonalidad que ello denota, además de la preferencia por lo tangible, que se puede apreciar y guardar, considerando al correo electrónico algo más efímero que puede extraviarse entre archivos, no llegar o dañarse por algún problema en la computadora. Asimismo, el funcionamiento del sistema bancario y sus cajeros automáticos también puede atribuirse a una explicación cultural, ya que la sociedad prefiere usar dinero en efectivo, y ésta es una de las recomendaciones que se hacen a los turistas que visitan el país o a personas que pasarán largas estancias (Temple University Japan Campus, 2012). De hecho, las populares tarjetas de crédito no son aceptadas tan ampliamente en las tiendas, y las tarjetas extranjeras sólo pueden ser utilizadas en algunos cajeros automáticos (Keio University SFC), en hoteles, tiendas departamentales o grandes negocios (Osaka Gakuin University), mientras que en supermercados, farmacias o establecimientos de comida locales no son recibidas. LA TELEFONÍA MÓVIL Uno de los aspectos más sobresalientes del país es el avance en la tecnología móvil y su influencia y penetración en la ANA LUZ RUELAS 175 cultura. Su historia se remonta al teléfono inalámbrico que se usaba en los barcos mercantes en 1953, cuyo propósito principal era conectar a los buques con teléfonos ubicados en tierra. Tres años más tarde se implementó un servicio experimental que conectó teléfonos fijos con los trenes del Kitetsu Express, entre Osaka y Nagoya (Ito, Okabe y Matsuda, 2005: 42). Sin embargo, el primer artefacto / pocket de mensajería móvil fue el pokeberu ( bell), lanzado por la compañía Nippon Telephone and Telegraph (NTT) en 1968, que sería el prototipo del sistema de mensajería conocido como beeper o pager y que aún se utiliza internacionalmente (Crow, Longford y Sawchuk, 2010: 103). Los pagers o localizadores fueron concebidos como herramientas de negocios para contactar a los trabajadores, pero devino muy popular cuando fue adoptado por los adolescentes (Ito, 2004). En 1979, la NTT desarrolló el teléfono de automóvil, siendo el primer servicio de telefonía celular en el mundo; en 1985 creó el “teléfono de hombro”, que también era de automóvil pero podía ser llevado fuera de éste; dos años después se dio un salto, cuando la compañía puso en el mercado mundial el primer celular de mano (Ito et al., FIGURA 7. POKEBERU. Tomado de: Trends in Japan (1997). 176 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL 2005: 42), siendo un teléfono individualizado, mucho más pesado que los demás aparatos contemporáneos y aun así rápidamente fue muy aceptado por los empresarios y agentes de ventas que debían viajar (Crow et al., 2010: 103). Así, la NTT revolucionó el mundo de la telefonía. Sin embargo, los usuarios no crecieron sostenidamente, sino hasta en 1993. Aunque hay numerosas razones para que la adopción fuera lenta, la principal para Matsuda (2005: 22) fueron los costos, condicionantes de que sólo fueran adquiridos por una necesidad laboral. Fue en 1992 cuando comenzó a observarse un despunte en el servicio de mensajería móvil. Las tarifas de suscripción disminuyeron y nuevos modelos de pagers salieron al mercado con la característica de que mostraban un número al cual regresar la llamada. En 1993 los usuarios adolescentes empezaron a dominar, con un 70%, las nuevas suscripciones. Esta tendencia llevó a los proveedores a lanzar nuevos diseños de pagers que pudieran recibir tanto texto como números (Ito, 2004), dando paso a lo que se conoce como personalización (Ito et al., 2005: 43). En julio la empresa Tokyo Telemessage lanzó el “Mola”, un nuevo pager que podía recibir mensajes de texto y la demanda del sector juvenil fue tan grande que se tuvieron que suspender las nuevas suscripciones. En 1996 las contrataciones de pagers experimentaron tal auge que alcanzaron más de 10 millones (Ito et al., 2005: 44), de tal suerte que ese mismo año el 48.8% de los estudiantes de secundaria y preparatoria de Tokio tenía uno (Ito, 2004). Una vez más la tecnología se ponía al alcance del consumidor con un novedoso tipo de pager, con atractivas características, lo que provocó un incremento de nuevas suscripciones, ampliando su éxito en el mercado adolescente. Sin embargo, para este momento la competencia con otras dos tecnologías era manifiesta y el tiempo mostraría cambios en los patrones de consumo. ANA LUZ RUELAS 177 EL KEITAI En 1995 hubo un cambio de tendencia respecto al pokeberu hacia los teléfonos PHS y posteriormente a los keitai (Baber, 2005: 8). El término keitai denwa ( ) o simplemente keitai, como se abrevia en la vida cotidiana japonesa, tiene su etimología en la combinación de dos palabras: keitai (portable) y denwa (teléfono) (Ito et al., 2005: 20). En adelante nosotros lo utilizaremos para referirnos al teléfono celular común o feature phone japonés. Cuando el keitai se introdujo, igual que el pokeberu era un artículo de lujo utilizado para los negocios, pues las corporaciones se lo otorgaban a unos cuantos trabajadores seleccionados para utilizarlo como una herramienta ejecutiva (Ito et al., 2005: 63). Sin embargo, con la tendencia de personalización del pager vino también un incremento en la adopción del keitai gracias a la reducción de costos de suscripción (Ito et al., 2005: 45). En abril de 1994 la NTT Docomo lanzó un sistema de ventas para teléfonos móviles en contraposición a los de renta y redujo drásticamente el costo de las nuevas suscripciones casi a la mitad. Además, el lanzamiento de servicios del Personal Handyphone System en 1995 proveía a los usuarios de un artefacto más barato que un teléfono celular (Ito et al., 2005: 45) y su objetivo era ser eficiente tanto en el hogar como en la oficina, pero también que pudiera utilizarse en público (Papadimitriou et al., 2003: 147). La competencia entre estos tres productos fue intensa entre 1994 y 1996 (Ito et al., 2005: 64). El pager se convertía en una fuerza tan poderosa entre los adolescentes que algunas escuelas les prohibían llevarlo. Mientras tanto, los proveedores de keitai trabajaban para hacerlo más competitivo mediante la reducción de costos. Por ejemplo, con la eliminación gradual de la cuota de depósito en 1996 y de la activación que se requería 178 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL inicialmente, así como la estandarización del sistema de ventas, se ayudó a impulsar la adopción. Dos meses después de estos cambios, las estadísticas de Telecommunications Carriers Association mostraron que el crecimiento en nuevos suscriptores ya sobrepasaba a los servicios de teléfonos fijos (Ito et al., 2005: 64). Dado el éxito del servicio de mensajería, los proveedores de teléfonos móviles comenzaron a ofrecer un servicio de mensajes a bajo costo en 1996 y 1997, lo cual llevó a los jóvenes a aceptar la oferta que proporcionaban los PHS y posteriormente a la mensajería vía celular (Ito, 2004). Para el año 2002 las suscripciones de pagers iban en declive, mientras que el keitai ascendía, aunque su único obstáculo era el PHS (Ito et al., 2005: 64). La introducción de una nueva característica y los cambios realizados por sus proveedores llevaron al keitai a despuntar y superar al pager. La publicidad intensiva del PHS obligó a los proveedores del keitai a reducir los costos. A pesar de su pequeña área de cobertura, el PHS fue exitoso por su bajo costo y larga duración de la batería, compartiendo ambos hasta 1995 equitativamente el mercado, pero a partir de ese año el primero comenzó a perder terreno y el segundo empezó a liderar la industria de las comunicaciones móviles (Ito et al., 2005: 64), y desde entonces se ha mantenido como el líder en la comunicación móvil, insertándose en la sociedad japonesa como algo más que tecnología. Sin embargo, la competencia continuaría. En febrero 1999 comenzó el Internet móvil (I-mode) introducido por Docomo, registrándose casi 61 millones de contratos en febrero de 2003 (Negishi, 2003: 58). El I-mode no consistía simplemente en un teléfono, sino que era una convergencia entre telefonía e Internet (Hjorth, 2011: 115), donde la “I” representó al Internet, información, interacción y yo (por su traducción del inglés). Cuando apare- ANA LUZ RUELAS 179 ció este servicio, los especialistas se mostraban escépticos sobre su futuro debido a que la pantalla del teléfono era muy pequeña y el sistema de 10 teclas era pobre para el manejo de caracteres japoneses, sin embargo el I-mode se volvió popular entre los jóvenes (Negishi, 2003: 59). El servicio de Internet móvil marcó una nueva etapa en la comunicación telefónica, expandiéndose rápidamente sobre todo entre la población adolescente, siendo una de las características más utilizadas en los keitai, y debido a su módico precio se hizo sumamente accesible. Su información es provista por compañías y bancos en asociación con la NTT y son denominados “sitios oficiales”, los que operan con base en una tarifa de servicio que es cobrada por NTT Docomo junto con los usuales cargos telefónicos. También se puede acceder a sitios ordinarios, pero se necesita una página personalizada para ajustarse a la pequeña pantalla (Negishi, 2003: 59). Cuando inició el servicio sólo había 67 páginas oficiales, mas en febrero de 2003 esta cifra había ascendido a 3435 y a 63415 la de sitios voluntarios (Negishi, 2003: 59; Foljanty-Jost, 2004: 68). Por otro lado, el obstáculo de las teclas se superó gracias a que los pagers y PHS ya habían preparado el camino, pues en el periodo en el que los celulares eran demasiado caros para adquirirlos, los usuarios ya habían desarrollado habilidades de escritura rápida mediante este tipo de teclados (Negishi, 2003: 59). Al volverse tan exitoso el servicio de Internet móvil de NTT Docomo, otros proveedores lo siguieron (Negishi, 2003: 60). También I-mode, Vodaphone y Au se convirtieron en plataformas populares entre los jóvenes para enviar correos y navegar en la web (Steinberg, Parmar y Richard, 2006: 183). La siguiente aplicación en el campo de la telefonía móvil fue la de los servicios basados en la localización, 180 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL muy prometedores pues son diseñados para determinar con precisión la localización del keitai, utilizándose ahora como terminales con Servicio de Posicionamiento Global (GPS, por sus siglas en inglés) ofreciendo una gran exactitud (Ito et al., 2005: 69). Por otra parte, en 2002 se introdujeron los teléfonos 3G, que estaban por detrás de la segunda generación en cuanto a área de servicio, vida de la batería y costo. El interés por la llamada en video a través de este medio fue bajo al no haber captado por completo la atención de los usuarios, sin embargo el dramático crecimiento de áreas con redes de Wi Fi disponibles en cafés, hoteles, estaciones de tren, fue fundamental para la adopción de los teléfonos 3G y 4G (Ito et al., 2005: 70). La historia de la telefonía móvil en Japón es de larga data y ha experimentado numerosos cambios. Desde la entrada del pager como artefacto dominante, los teléfonos para automóvil, hasta con la versión portable con características más bastas de hoy, se han realizado aportes al keitai que lo posicionaron como un aparato líder. En la actualidad, tanto jóvenes como adultos lo emplean en su vida cotidiana para asuntos personales. Las compañías venden modernos modelos que además de llamadas ofrecen servicios de mensajería, Internet, video y localización, volviéndolo un aparato multifuncional, por lo que es común ver a los japoneses portando un celular y realizando todo tipo de actividad con él. Sin embargo, debe analizarse el profundo impacto que dicho aparato ha tenido en la cultura de ese país. CARACTERÍSTICAS Y SERVICIOS DE LOS KEITAI Para comprender la forma en que el keitai se ha integrado a la cultura japonesa y a ser parte de la vida cotidiana, es necesario repasar sus características. ANA LUZ RUELAS 181 Recordemos que la palabra “keitai” proviene de una abreviación de “keitai denwa” o teléfono portable, por lo que el significado literal sería “algo que puedes llevar contigo” (Baron, 2008: 133). Este término es empleado por Matsuda (2005: 20) para fijar su posición respecto a que no son tecnologías importadas, sino que es una tecnología incrustada en la sociedad. Estudiar los keitai significa examinarlos como parte de una sociedad en particular, en este caso Japón, y por extensión como una sociedad con keitai. También la palabra keitai se utilizará para hacer referencia a una cuestión cultural de la sociedad japonesa y más específicamente a los feature phones utilizados en este país. Por tanto, es necesario mencionar las características que poseen estos artefactos. En primer lugar, estos teléfonos están pensados tanto en funcionalidad como en formato para el público nipón. Sus principales características son: una pantalla grande (entre 2.8 y 3.2 pulgadas) separada del teclado para facilitar la compleja escritura japonesa. Su diseño es especial para navegar por Internet, poseen una alta resolución de pantalla y aplicaciones para ver, por ejemplo, televisión digital. Además, están orientados a la personalización (Hoy.es, 2012). Es decir, operativamente se concibió para satisfacer las necesidades del consumidor japonés, habiendo tomado en cuenta los aspectos culturales. Los servicios y funciones se especifican en el sitio oficial de NTT Docomo: cuenta con las funciones básicas para hacer y recibir llamadas, así como identificador de llamadas, llamada en espera, buzón de voz y llamadas de larga distancia al extranjero, entre otras características ya comunes en el sistema de comunicación móvil mundial; a su vez, este servicio se vio ampliado por la posibilidad de efectuar video llamadas. Pero además los keitai envían y reciben correos electró- 182 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL nicos bajo dos modalidades: I-mode y SP mode mail. La primera permite transmitir datos como texto, imágenes fijas y videoclips a otros celulares, ya sea de la misma compañía u otras, así como a computadoras personales, por lo que se pueden intercambiar correos electrónicos con alguien que tenga una dirección electrónica en Internet. La segunda modalidad se trata de un proveedor (ISP) que funciona mediante aplicaciones para utilizar una dirección de correo electrónico de la compañía, por ejemplo @docomo.ne.jp, siendo funcional también vía Wi Fi. La utilidad primaria del keitai es la misma de un teléfono móvil, que es enviar y recibir llamadas y entre otras opciones disponibles en los teléfonos, aunque esta modalidad puede ser cambiada a video llamada para interactuar. Sin embargo, la principal diferencia surge al analizar su sistema de mensajería, ya que utiliza el servicio de e-mail en sus dos versiones, a pesar de estar a su alcance la interacción vía SMS. Se tiene así que sólo 40 % de los japoneses utiliza el servicio de SMS, a diferencia de los tres cuartos de población en Estados Unidos u 82 % en Europa. Esto se debe a que los nipones prefieren comunicarse mediante el correo electrónico, función que los proveedores han hecho posible desde hace varios años, por lo que un 54 % usa sus teléfonos para ello, frente a un 28 % de los estadounidenses y un 19 % de los europeos, aun cuando a través de los smartphone ya es común el envío de e-mails tanto en Estados Unidos como en Europa (Wakabayashi, 2010). Por lo tanto, los correos electrónicos son más que los SMS, tendencia que lleva años en el país debido a los servicios ofrecidos por los proveedores de telefonía móvil, y si bien esta función es posible en Occidente, no tiene la predominancia que ha alcanzado en la sociedad japonesa. El proveedor de Internet móvil en el caso de Docomo ANA LUZ RUELAS 183 es I-mode, que ha causado una revolución tanto en el ámbito de los negocios como en el personal, pues existen más de 95 mil sitios que proveen diversos contenidos (NTT Docomo). Las posibilidades de acceso a Internet y del envío de correos electrónicos mediante el servicio de I-mode en Japón son viables gracias a la intervención de proveedores de Internet móvil, volviéndola una característica elemental en el uso del keitai. Asimismo el acceso a Internet, desde el servicio que fuere, facilita la descarga de contenido al teléfono celular. En efecto, mediante el Internet y las aplicaciones de la compañía de servicios telefónicos es posible acceder a descargas de programas de TV y música al teléfono, incluso con la opción de programar los horarios para que la descarga sea automática, por lo que esta acción no interferiría con las diversas actividades del propietario. La comFIGURA 8. PROGRAMA DE TELEVISIÓN VISTO CON ONE-SEG Tomado de Trends in Japan (2011). 184 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL pañía Docomo ofrece este servicio bajo la razón de Music & Video Channel, y también pueden descargarse canciones de moda y escucharse cuando se desee o establecerse como ringtone (Trends in Japan , 2011). En este mismo ámbito se encuentra One-Seg, que consiste en un servicio de transmisión de TV digital terrestre para móviles, el cual es muy común en este país, pues el 22 % de los japoneses ven TV o video en sus teléfonos, a diferencia del 5% de estadounidenses y europeos (Wakabayashi, 2010). FIGURA 9. DIVERSOS USOS DE OSAIFU-KEITAI Tomado de NTT Docomo (noviembre de 2012). FIGURA 10. FUNCIONAMIENTO DE OSAIFU-KEITAI Tomado de Softbank (noviembre de 2012). ANA LUZ RUELAS 185 Aunque las personas se han vuelto más dependientes de un solo artefacto, con sólo pasar el keitai sobre un lector se accede a un gran número de posibilidades que hacen más práctica la vida cotidiana, ya que les permite tener acceso al transporte, a la casa e incluso las compras. Además, pueden transmitir datos por infrarrojo para intercambiar números y direcciones electrónicas, y también se puede acceder a los juegos y las aplicaciones de GPS para proveer información en tiempo real del clima o servicios relacionados con la ubicación (Trends in Japan , 2011). La cámara también es una característica común del keitai desde 1999, la cual se ha popularizado por el intercambio de fotografías o la personalización del teléfono, ya que es posible, por ejemplo, contar con un fondo de pantalla propio. FIGURA 11. CÁMARA FOTOGRÁFICA (IZQUIERDA) E INTERCAMBIO DE DATOS VÍA INFRARROJO (DERECHA) Tomado de Trends in Japan (2011). 186 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL En este sentido, la tendencia a individualizar los artefactos de uso cotidiano por parte de los japoneses ha sido ampliamente explotada. Otra característica más que muestra la especialización de los keitai es la alarma sísmica, un servicio básico de alerta al instante en caso de emergencia, la cual es provista por la Agencia Meteorológica de Japón a las áreas en riesgo (SoftBank). Todas estas funciones descritas han sido pensadas y desarrolladas con el fin de satisfacer las necesidades o brindar una función útil para los habitantes de Japón. Desde el hardware diseñado para lograr una óptima visibilidad por sus funciones de televisión, navegación de Internet y reproducción de video, pasando por su teclado, el cual cuenta con un eficiente método de ingreso de información que resulta práctico ante la dificultad del idioma, hasta el software con el que funciona y las aplicaciones que cubren varios aspectos de la vida cotidiana. Por lo anterior, estos aparatos son conocidos como modelos Galápagos, ya que sus innovaciones tecnológicas están diseñadas a la medida de las necesidades de los consumidores japoneses y no han sido adaptadas para un uso más amplio fuera del país (Wakabayashi, 2010). Ahora, si bien los aparatos occidentales no se han beneficiado con la mayoría de estas características, muchas ya están disponibles o son funciones cada vez más similares; además hay que considerar que su uso no está tan extendido como en Japón debido a que allá se han implementado desde hace tiempo, y lo que para nosotros es una novedad, ya es algo habitual para ellos. Se tiene, pues, que el keitai forma parte fundamental de su vida, creándose toda una cultura en torno suyo, con nuevas prácticas que se han arraigado fuertemente a la modernidad del país. ANA LUZ RUELAS 187 CULTURA KEITAI En la sociedad japonesa el keitai ha formado una serie de prácticas y situaciones que debe analizarse para comprender su importancia dentro de la cultura del país. Y es que las prácticas en torno a los keitai están construidas sobre la anterior cultura de los pagers, los que comenzaron a circular en la década de los ochenta (Baron, 2008: 134). Por principio, casi todos los adolescentes y adultos jóvenes poseen un keitai, siendo menor su popularidad sólo entre la población de mayor edad. Es decir, el teléfono móvil es ya una parte integral de la vida personal de la juventud japonesa contemporánea, como se refleja en las numerosas llamadas y mensajes de texto que diariamente se hacen a la familia y amigos; por ejemplo, de acuerdo con un estudio realizado por Ito (2004), una pareja de adolescentes intercambió treinta mensajes en un lapso de tres horas, mientras cenaban y hacían su tarea (Kleinman, 2009: 42). En la actualidad, la cifra de llamadas y mensajes ha ido en aumento, pues es común que los japoneses permanezcan en un estado de constante comunicación con sus familias y amigos, así con quienes mantienen una relación sentimental. De ahí que el impacto social sea tan grande que ha marcado la creación y modificación de pautas de comportamiento. Por ejemplo, en este país, donde abundan los tabúes sociales y protocolos, el uso del celular en espacios públicos estaba severamente limitado antes de la llegada de los mensajes de texto (Crow et al., 2010: 110) y había quejas por llamadas en los trenes, donde los japoneses no hablan en tonos altos, así que aplicaron una doble solución: la introducción de la mensajería y el control social (Baron, 2008: 134-135). De esta forma el consenso social fue: “deben evadirse las llamadas, pero enviar e-mail en el transporte público 188 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL es aceptado” (Ito et al., 2005: 205), por lo que donde una llamada puede resultar molesta y trasgredir la tranquilidad de otros, como en las estaciones y los trenes, se ha adoptado el común acuerdo de evitar el uso del keitai al menos en lo referente a hacer y recibir llamadas, contrario a lo que suele ocurrir en otros lugares. Otro cambio ha sido en las relaciones personales con familiares y amigos, así como la manera y lugares en los que se utiliza mayormente el teléfono celular. La vida japonesa está fraccionada en espacios dicotómicos como: en casa / fuera de casa, trabajo / ocio, público / privado, familia / no familia, por lo cual hay regímenes discretos de prácticas que son apropiadas de acuerdo a cada uno de los espacios, sin embargo esto se ha ampliado en la medida que el keitai ha difuminado estas distinciones (Crow et al., 2010: 111). Se ha comprobado que el principal lugar en el que se utiliza el keitai es en el hogar, ya que es donde se pasa más tiempo (Ito et al., 2005: 220), y si bien se puede usar TABLA 6. USO DE LOS CELULARES EN DIFERENTES LUGARES (INCLUIDOS MENSAJES DE TEXTO Y LLAMADAS) (PORCENTAJES) Lugar Mensajes escritos Llamadas Hogar 93 83 Escuela 39 32 Restaurant / café 21 13 Calle 48 49 Estación / parada de autobús 31 24 Tren / autobús 36 5 Fuente: Baron (2008: 136). ANA LUZ RUELAS 189 en cualquier lugar y momento, las personas acostumbran utilizarlo para fomentar sus relaciones y capital social ya existentes, lo cual aplica a las relaciones familiares (Goggin y Hjorth, 2009: 64). Con la aparición del keitai, los espacios tan diferenciados que suelen tener los japoneses en sus relaciones personales han visto difuminados sus límites, ya que ahora observan una incesante comunicación y una interacción entre dichos espacios. Aun así, con las diversas funciones que ofrece el keitai, su principal uso es para fomentar las relaciones que ya existen, sobre todo las de la familia (véase tabla 6). Así pues, bajo este contexto moderno los miembros de la familia han optado por beneficiarse de la funcionalidad del keitai y utilizarlo como un agente para estrechar los lazos comunicativos, los que habían decrecido. Esto ocurre con las necesarias llamadas a casa, pero también con la llamada kaeru, que se hace usualmente en consideración del miembro de la familia que está esperando saber la hora a la que se regresará a casa. Por otro lado, cuando alguien está ocupado puede utilizar el keitai para ajustar los horarios o crear una copresencia, además, a través de mensajes de texto también se puede expresar algo que es difícil decirlo en persona, lo cual es común entre parejas casadas y padres e hijos (Goggin y Hjorth, 2009: 65). Con frecuencia los padres aprovechan esta tecnología para mantenerse en contacto con sus hijos, ya que debido a su sistema educativo y cultura pueden tener un exhaustivo horario que les obligue a regresar tarde al hogar, siendo la costumbre que vayan y retornen sin la compañía de sus papás. Asimismo, como la percepción sobre la seguridad pública se ha deteriorado, éstos usan el celular para cerciorarse del bienestar de los niños, debido a las alarmas preventivas contra el crimen, y el GPS que 190 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL permite tener localizado al poseedor del keitai (Goggin y Hjorth, 2009: 66). Por otra parte, de acuerdo con un estudio del Mobile Communication Research Group realizado en 2002, la pareja sentimental es el receptor más común de correos electrónicos, pero también son frecuentes para contactar a antiguos amigos que regularmente no se ven (Ito et al., 2005: 125), por ejemplo compañeros de la misma escuela, más que diversificar los lazos de amistad (Ito et al., 2005: 127). También el estudio reveló que la pareja sentimental recurre más a las llamadas telefónicas, seguida de los amigos en la escuela o del trabajo, siendo el motivo más sobresaliente las citas o acordar reuniones, en tanto que la principal razón para hablarle a la familia es para avisar la hora de llegada a casa (Ito et al., 2005: 128). Respecto a la amistad, cabe hacer notar que a los antiguos amigos se les contacta vía correo electrónico, en tanto que a los actuales mediante la vía telefónica. Sin duda, la población joven es la que más ha sido influida por el teléfono celular, pues el mismo estudio indicó que la tasa de uso es de un 86.8% entre las personas que están en el rango de los 20 años, siendo el grupo dominante con posesión de un keitai (Ito et al., 2005: 128). También Mitsuko Ito, quien investigó el uso del teléfono móvil por estudiantes de preparatoria y universidad, concluyó que la juventud japonesa utiliza el celular como un medio para subvertir el poder de los padres y profesores para monitorear y controlar sus comunicaciones, pues con el keitai tienen la posibilidad de mantenerse en contacto con sus amigos sin la mediación de los padres que solían controlar el teléfono fijo en el hogar (citado por Crow et al., 2010: 109). Además, el hecho de que el keitai se vuelva un artefacto tan adictivo en la vida de los adolescentes se debe, según ANA LUZ RUELAS 191 Ichiyo Habuchi, a que funciona como un medio para conseguir constantemente información y retroalimentación acerca de sí mismos, es decir, averiguan qué piensan sus amigos de ellos, cómo deben comportarse en situaciones específicas de acuerdo al estatus que tienen en su grupo social, entre otras cuestiones, por lo que con el envío de cientos de correos electrónicos al día buscan confirmar “quién soy” (Matsuda, 2009: 69 ). Sin embargo, el impacto del keitai no se reduce a la renegociación de poder entre el maestro y el estudiante en la escuela, o entre padres e hijos en el hogar y la familia (Crow et al., 2010: 110), pues los límites entre los dominios públicos y privados —como ya se ha mencionado— se difuminan, dándose ahora por sentado que uno puede ser contactado a cualquier hora en cualquier lugar (Goggin y Hjorth, 2009: 69). Por ejemplo, una chica universitaria puede estar en una cafetería con su profesor y otros estudiantes y recibir una llamada de su novio, o bien un hombre de negocios caminar al aeropuerto con su jefe y recibir una llamada del profesor de su hijo. Al momento de contestar se puede observar un cambio en cuanto a la comunicación verbal y no verbal, y hay una desconexión de un rol que cede el paso a la configuración en tiempo/ lugar de otro (Crow et al., 2010: 110). Debido a lo anterior, los jóvenes japoneses llevan una vida seccionada y negocian redes de relaciones más amplias de las que era posible bajo las previas restricciones de la autoridad institucionalizada tradicional y los regímenes de estricta disciplina, ambos en el hogar y la escuela (Crow et al., 2010: 111). Así, los compartimientos definidos que simbolizaban la vida en el hogar, en la escuela y en el trabajo, han sido invadidos con el keitai y generado que sus límites se desdibujen. Esto afecta a los usuarios en general, pero son los jóvenes que rondan los veinte años los que son impactados en mayor medida, 192 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL pues amplían sus redes de relaciones, además de tener una personalidad más moldeable y de aceptación a los cambios que la de una persona adulta. Por si lo anterior fuera poco, ocurre que con el keitai se da paso a relaciones personales anónimas, y si bien dicha práctica no fue introducida ni se da sólo con el uso del teléfono móvil, sí es más usual. En efecto, esta práctica sucede también con Internet y el deai-kei (encuentros / citas) (Ito et al., 2005: 27). El término deai-kei significa “tipo de encuentro” y es propio de Internet para reflejar una clase de comunicación donde existen dos amplias categorías: deai, cuyo objetivo es conocer a otra persona ya sea virtualmente o cara a cara, y meeru-tomo, que literalmente significa “amigo por mail”. El deai, que se da en un sitio de Internet al que frecuentemente se tiene acceso mediante un keitai (Gottlieb y McLelland, 2003), posibilita a los usuarios terminar con el anonimato, es decir, que una relación electrónica pase a un intercambio cara a cara, de ahí que se le asocie con cuestiones de citas, compañía, sexualidad y romance (Gottlieb y Mclelland, 2003). Generalmente recurren a él, los no muy hábiles en la comunicación cara a cara o también para escoger relaciones anónimas y evitar salir lastimados en relaciones reales (Ito et al., 2005: 28). Sin embargo, el deai es un tema controversial en la sociedad, ya que es un riesgo el hecho de exponerse a mantener un intercambio de llamadas o mensajes con una persona que no se conoce previamente. Esto trae de nuevo a colación la preocupación de los padres por los hijos, quienes temen que al poseer un keitai se conectarán a sitios de deai, pornografía y violencia que los pondría en problemas con “peligrosos extraños” (Goggin y Hjorth, 2009: 68). Estas preocupaciones se han visto exacerbadas debido a los crímenes asociados con el deai, los que se dan a conocer notoriamente en los medios, que enfati- ANA LUZ RUELAS 193 zan los peligros y riesgos, y refuerzan la imagen negativa de estas relaciones anónimas, lo que ha llevado a asociar a los sitios deai con comportamientos inapropiados (Ito et al., 2005: 28). Por otra parte, la adaptación del teléfono celular a la vida cotidiana es impresionante, al grado que algunas personas han desarrollado tal habilidad en su uso que se refieren a éste como oyayubi-zoku, esto es, “tribu del pulgar”, lo que describe la manera en la que mueven sus dedos con una velocidad increíble para presionar las teclas (Gottlieb y Mclelland, 2003). Asimismo, por la manera en que los jóvenes incorporan el keitai a su vida se les ha denominado la generación nagara, que significa “mientras se hace algo más”, refiriéndose a la capacidad de hacer múltiples tareas en forma simultánea y asincrónica mientras se camina, se está en movimiento o se juega (Ito et al., 2005: 80), leer mientras se ve televisión o comer mientras se camina. Al describir el panorama urbano, Fujimoto utiliza el concepto mobilismo nagara para referirse al uso del keitai mientras se camina o se usa la bicicleta (Ito, 2004). Sobre todo los estudiantes de preparatoria poseen esta cultura nagara, porque a la par que caminan o montan sus bicicletas, hablan entre ellos y se sumergen en un constante intercambio de texto y fotos vía móvil que envían a sus meeru tomo (Ito et al., 2005: 83). Una muestra más de la influencia del teléfono móvil se refleja en el ámbito literario con el surgimiento de la figura de las keitai shôsetsu, lo cual significa novela móvil o portable, que es una de las figuras más prominentes de la cultura keitai. Generalmente son escritas por autores amateur y compartidas en un sitio web especializado, donde son leídas por la audiencia mientras se crean (Kim, 2012: 476). El keitai se utiliza para esto debido a que no es caro, es práctico, móvil y accesible (Thurlow y Mroczek, 194 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL 2011: 88). El género se encuentra dominado sobre todo por mujeres jóvenes que usualmente escriben bajo seudónimos de un solo nombre. La primera novela keitai fue Deep Love, escrita por Yoshi en 2003 y desde entonces se observa un auge considerable de esta figura (Rowthorn et al., 2009: 71). Las novelas que poseen un ranking más alto de acuerdo a los votos de los fans, llegan a publicarse de forma física e incluso se adaptan a películas o dramatizaciones para televisión y comics (Thurlow y Mroczen, 2011: 88). En 2007, cinco de los diez libros más vendidos en Japón se habían originado como novelas keitai (Rowthorn et al., 2009: 71). De acuerdo con una encuesta de junio de 2010, 56% de los usuarios usó el keitai como el medio para leer dichas novelas, siendo la mayoría mujeres jóvenes, mientras que sólo el 3% utilizó el smartphone. Esto se debió que los sitios tienen una mejor vista si se accede mediante los keitai, debido al formato que poseen y a la pantalla rectangular vertical (Kim, 2012: 477). Además, quizás esta preferencia se deba también a que facilitan el acceso a la banda ancha, pues son un medio para la navegación en Internet (Kim, 2012: 480). Asimismo, los autores forman una relación cercana con los lectores, ya que reciben mucha retroalimentación a través del intercambio de mensajes (Mayu, 2010 en Thurlow y Mroczen, 2011: 90), sin la presencia de un intermediario como lo sería un editor (Yoshida, 2008 en Thurlow y Mroczen, 2011: 90). A pesar de que se le denomina como un nuevo tipo de literatura, los usuarios replican que no es una nueva experiencia, ya que ellos se han acostumbrado a los e-mails vía keitai (Kim, 2012: 483). ANA LUZ RUELAS 195 PERSONALIZACIÓN Otra de las características más destacadas en el uso del keitai en Japón es la personalización, a nivel físico y emocional. Si bien existen protocolos para que alguien que pasa frente a un teléfono que está sonando conteste y tome el mensaje, con el keitai funciona de manera diferente. Existe un tabú social en contra de utilizar el móvil de un amigo o de un extraño: un keitai que se encuentra timbrando deberá dejarse sonar ante la ausencia del propietario. Esto sucede por la naturaleza altamente individualizada del uso y propiedad del teléfono móvil (Crow et al., 2010: 103). La personalización también ha influido en el intercambio de números telefónicos. Los usuarios suelen dar su número a la familia inmediata, amigos cercanos y a colegas de trabajo o clientes principales. Algunos adultos poseen dos keitai, uno para uso laboral y otro para uso personal (Crow et al., 2010: 104). En un ámbito más subjetivo, el keitai se coloca como un aparato muy personalizado a diferencia de un teléfono fijo, el cual es por lo general compartido ya sea en el hogar o en el trabajo, siendo el móvil una herramienta que permite estar comunicado en cualquier lugar y momento y cuyo uso es exclusivo de su propietario. Desde el aspecto físico, los keitai casi siempre poseen algún tipo de personalización que puede ser algo muy elaborado, sobre todo entre chicas adolescentes (Baron, 2008: 134), las que le prestan una atención extraordinaria y le agregan accesorios, canciones y sonidos, así como imágenes y descargas con las que se busca crear un espacio interno único (Nilan y Feixa, 2006: 82). Se tiene así que la dedicación a ajustar la apariencia física del teléfono móvil es mayor que en cualquier otro país del mundo. 196 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL Lo anterior ha generado un gran mercado de periféricos y ornamentación para los keitai. Existen tiendas especializadas que venden carátulas de varios materiales, miríadas de straps decorativos, fundas y ringtones, de tal suerte que el teléfono celular se ha convertido en un híbrido de moda, dispositivo de comunicación y protésico (Crow et al., 2010: 104). Incluso ha surgido un intenso lenguaje gráfico, pues los mensajes de texto suelen personalizarse por medio de emoticones. A este lenguaje se le denomina emoji, y es resultado del uso de texto para formar imágenes repreFIGURA 12. ACCESORIOS DE DECORACIÓN PARA KEITAI. Tomado de Trends in Japan (2011). ANA LUZ RUELAS 197 sentativas de las emociones del usuario; existen cientos de pequeñas imágenes, ya sea estáticas o animadas (DiMarco, 2004: 49), siendo estas últimas conocidas como deco mail. Esta cultura pictográfica única es popular sobre todo en las mujeres y se utiliza para expresar lo que no se puede comunicar textualmente (Trends in Japan , 2011). De esta manera ha nacido todo un nuevo lenguaje, que se ha visto alimentado por el intercambio habitual de correos electrónicos entre los usuarios y que ha evolucionado al incluir imágenes que dan mayor amenidad y transmiten emociones que el receptor es capaz de percibir. El keitai también funciona como un integrador de las subculturas japonesas. Los jóvenes acceden a la música pop más reciente y en sus protectores de pantalla o accesorios colocan personajes de animación como Pokémon, Doraemon y Chihiro. Los usuarios están tan motivados que incluso le dan un valor equivalente a amuletos o mascotas (Ito et al., 2005: 87). Otra característica del teléfono móvil es que podría FIGURA 13. EMOJI, EXPRESIONES ELABORADAS CON BASE EN TEXTO (IZQUIERDA) Y EN IMÁGENES ESTÁTICAS O ANIMADAS, CONOCIDAS COMO DECO MAIL (DERECHA). Tomado de Trends in Japan (2011). 198 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL denominársele “vestible”, debido a que se pueden incorporar en chaquetas, cintos, bolsas de manos y portafolios, es decir, se puede colocar en un pequeño espacio para “vestirse” y acceder a él rápidamente (Crow et al., 2010: 104). Los portadores de keitai, sobre todo los jóvenes, plasman en él sus emociones convirtiéndolo prácticamente en una extensión de sí mismos que les permite mantenerse en contacto. El gran mercado de accesorios, que sigue creciendo y que representa la moda y subculturas japonesas, ha convertido al celular en un dispositivo más ameno, del agrado del dueño y de cierta manera diferenciado del resto, con lo que se ha creado un microespacio personal. KEITAI VERSUS SMARTPHONE A pesar del arraigo del teléfono celular en la sociedad FIGURA 14. PERSONALIZACIÓN DE SMARTPHONES La personalización se ha propagado incluso entre los portadores de smartphone en Japón, creando artículos exclusivos para decorarlos como este accesorio que se coloca en la entrada para audífonos con forma de gato. ANA LUZ RUELAS 199 japonesa y de haberse desarrollado prácticas que conforman la cultura keitai, con la llegada de los smartphone al país se introdujo una nueva tendencia. Como ya se ha descrito, los keitai fueron diseñados para satisfacer las necesidades del consumidor local, que desde hace varios años utilizan características que en el resto del mundo apenas son incorporadas en los nuevos modelos. De forma paradójica, a pesar de ser dispositivos tecnológicamente avanzados no lograron posicionarse fuera de este país, lo que ha sido conocido como Síndrome de Galápagos. Por cierto, grandes compañías de las comunicaciones han intentando incursionar en el mercado japonés, pero han tenido poco éxito debido al dominio y sofisticación de los celulares domésticos, además de contar con una avanzada red de 3G que complicaba a las firmas extranjeras competir con las compañías locales (BBC News, 2008). Por ejemplo, Nokia intentó incursionar en este país, pero a finales de 2008 anunció que dejaría de vender teléfonos, salvo su marca de lujo, al tener dificultades para incrementar sus ventas, pues en 2007 sólo había llegado al 0.3% del mercado (Wakabayashi, 2012). Finalmente, Nokia se retiró en 2011 (CTV News, 2011). Lo mismo ha sucedido con los consorcios de Samsung y LG. La brecha tecnológica existente dificultó por mucho tiempo la importación de modelos extranjeros, así como la exportación del keitai aún con la diversidad de funciones que había sido desarrollada desde hacía varios años. Nokia, Samsung y LG son sólo algunos ejemplos de las compañías que tuvieron problemas para posicionarse Japón, ya que les resultó difícil cambiar el comportamiento de un consumidor que se encontraba habituado a un producto local altamente funcional, que resolvía sus necesidades particulares y en torno al cual había desarrollado ciertas prácticas. 200 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL Sin embargo, a pesar del poco éxito de estas compañías extranjeras, recientemente se ha visto un cambio que ha venido de la mano de los smartphone y que ha debilitado a los keitai, sobre todo con el arribo del iPhone, que en 2007 hizo su debut en Japón (Wakabayashi, 2012) y en junio de 2008 se anunció que el iPhone 3G sería lanzado el 11 de julio de ese mismo año por SoftBank Mobile Corp (SoftBank, 2008). Hasta ese momento el futuro de dicho dispositivo lucía incierto. No había buenas expectativas por parte de los ejecutivos de Japón, ya que muchas de las características que ofrecía el teléfono y eran una novedad para el resto del mundo, no era el caso para la sociedad japonesa, lo cual los llevaba a considerar que sus teléfonos domésticos eran lo suficientemente buenos. Al igual que en otros lugares del mundo, antes del 11 de julio, los consumidores nipones hicieron largas filas frente a las tiendas para el lanzamiento del iPhone, y fue tal la demanda que en muchos locales se agotó casi de inmediato. Pero para septiembre la compra había caído a FIGURA 15. PARTE DE LA FILA PARA ADQUIRIR EL IPHONE 3G EN LA TIENDA PRINCIPAL DE SOFTBANK EN HARAJUKU, Y UN CARTEL SEÑALANDO QUÉ PARTE DE LA FILA TENDRÍAN QUE ESPERAR AL DÍA SIGUIENTE Fuente: García (2008). ANA LUZ RUELAS 201 un tercio, sobre todo por el alto precio del artículo y además porque Japón es el hogar de los teléfonos más avanzados del mundo (Kane, 2008). La sensación inicial que causó fue vencida por el escepticismo japonés, y después de su lanzamiento hubo críticas como la de Tadashi Onodera, quien señaló lo poco adecuado que era el producto para dicho mercado. También Eimei Yokata, un analista de MM Research, vio al iPhone como un teléfono de difícil uso para el japonés por carecer de características, como el emoji, y Noriko Tanaka, una clienta de SoftBank, declaró que le parecía divertida la pantalla táctil, pero que no estaba segura si podría acostumbrarse a ella. A pesar de esto existían grandes expectativas debido al renombre de la compañía y su popularidad con base a los iPod y sus computadoras Macintosh. Asimismo, un fuerte punto a favor y atribuible al dispositivo fue la novedosa introducción del App Store, la cual fue necesaria publicitar para instar a los japoneses a que aprovecharan las posibilidades que brindaba y así incrementar las ventas, pues como señaló Takuro Hiraoka, analista de GfK Marketing Services Japan Ltd, éstos no sabían FIGURA 16. COMPARACIÓN DE UN KEITAI CON UN IPHONE Fotografía cortesía de Toei (2012). 202 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL qué hacer con un iPhone y necesitaban que les mostraran ejemplos (Kane, 2008). El artefacto introducido por Apple carecía de funciones que los japoneses estaban acostumbrados a utilizar, como la decoración en sus mails y para entonces el iPhone aún no era importante en la cultura móvil del país, aunque sí tenía ciertos niveles de popularidad (Johnson, 2009). Esto cambió en 2011 con el lanzamiento del iPhone 4S, que obtuvo un récord en ventas y fue un éxito para su proveedor Softbank, así como para KDDI, que después también ofreció el dispositivo, por lo que ambas firmas se colocaron como serias competidoras para el líder Docomo (Stewart-Smith, 2011). Pese a las declaraciones que había hecho la antigua gerencia de KDDI, en el sentido de que el producto sería poco satisfactorio para el consumidor local, acertó al introducir el iPhone a su oferta, pues se convirtió en su teléfono más vendido (Wakabayashi, 2012). El éxito del iPhone 4S se basó en que era más acorde a las expectativas de los consumidores japoneses, así como por la cantidad de aplicaciones disponibles que tenía (Stewart-Smith, 2011). Los smartphone poco a poco adquirieron un mayor mercado y en algunas ocasiones dominaron las listas semanales de teléfonos más vendidos en Japón, incluso por encima de modelos del keitai. Esto era un signo de que cambiaba la tendencia de los hábitos de consumo en el país. En 2009, Apple tuvo un crecimiento de 3.6% en las cuotas de ventas respecto al iPhone 3G, que había sido de 1% en 2008. Las marcas extranjeras, incluida Apple mas no Sony Ericcson, crecieron de un 4.5% en 2008 a un 10%, y Apple tuvo un papel clave en el crecimiento del mercado de smartphone en 2009 (Hiraoka, 2010). Para 2010, el iPhone permaneció durante casi todo el mes de octubre en los primeros puestos de ventas (Kei- 203 ANA LUZ RUELAS tai Watch, 2010). Resulta especialmente interesante la semana del 25 al 31 de octubre, donde un reporte por GfK Japón mostró que de los 10 teléfonos más vendidos en el país, cinco puestos eran ocupados por smartphone, dominando esta vez al Samsung Galaxy S ofrecido por Docomo (GfK Japan, 2010). Como se observa en la tabla 7, tanto las primeras tres posiciones como la quinta y sexta muestran las fuertes ventas de cinco tipos de smartphone, ocupando el iPhone dos puestos (cuya única diferencia es en la capacidad de memoria). Cabe destacar que el modelo del dispositivo de Apple mostrado en esta tabla es el iPhone 4, es decir, aquel antecedido por el 4S lanzado en 2011. Finalmente, el Dentsu Innovation Institute, en su reporte “2011 Hit Products in Japan”, cuyos datos fueron TABLA 7. RANKING DE LOS TELÉFONOS CELULARES MÁS VENDIDOS EN JAPÓN, 25-31 DE OCTUBRE, 2010 Posición Posición previa 1 Nombre del modelo — GALAXY S Compañía NTT Docomo 2 1 iPhone 4 (32GB) SoftBank 3 2 iPhone 4 (16GB) SoftBank 4 3 P-07B NTT Docomo 5 8 IS01 Au 6 4 Xperia SO-01B NTT Docomo 7 6 Au 8 5 Beskey Au 7 NTT Docomo 9 10 11 F-08B Fuente: GfK Japan (2010). K004 NTT Docomo 204 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL resultado de una encuesta aplicada a consumidores japoneses en noviembre del 2011, anunció que por segundo año consecutivo los smartphone alcanzaban el primer lugar de la lista. Por otra parte, desde la perspectiva de los sistemas operativos, Android, que ingresó a Japón en 2009, también recibió señales positivas por parte de los consumidores japoneses. El celular HT-03 relevó al HT-03A, y si bien fue desarrollado por un manufacturero taiwanés, era el primero en Japón en emplear la plataforma Android creada por Google de Estados Unidos, sin tener cambios por parte de Docomo. Podía utilizar como método de entrada un diseño de teclado qwerty o también un software que permitía introducir hiragana,1 pero no ofrecía la característica de e-mail de I-mode (Oomori, 2009). Una parte del ascenso del smartphone en 2010 también se debió a que las tres mayores compañías introdujeron modelos con el sistema Android. Este sistema operativo logró pasar de un 11% en el año fiscal de 2009 a un 57% en 2010 en el segmento de mercado de los smartphone (NTT Docomo USA). Aunque en 2009 dicho segmento se encontraba bajo el dominio del iPhone, y Android aún no poseía un porcentaje amenazante, para 2010 éste logró superar al sistema lanzado por Apple. Sin embargo, es oportuno aclarar que esto sucede sólo si se toma en cuenta el sistema operativo, ya que Android es implementado en modelos de diferentes manufactureros y ofrecidos por las tres compañías, mientras que Apple lanza sólo al iPhone ofrecido por KDDI y SoftBank, por lo que, desde la perspectiva del Hiragana es uno de los silabarios utilizados en la escritura del japonés con el cual se expresan principalmente palabras de origen meramente japonés. 1 ANA LUZ RUELAS 205 modelo, iPhone se ha mantenido como el líder en ventas en el mercado del smartphone. Como parte de la estrategia utilizada por Docomo para la aceptación de Android y ayudar a los usuarios a navegar en el mundo de las aplicaciones, se creó el servicio Docomo Market en abril de 2010, que posibilitaba acceder a sitios que ofrecían contenido y aplicaciones móviles con descripciones fáciles en japonés (NTT Docomo USA). En marzo de 2011, más de 9.7 millones de personas poseían smartphone en Japón, lo cual significaba un incremento de 71% sólo desde septiembre de 2010. En esa misma fecha Google Android se posicionó como plataforma dominante, duplicando su número de suscriptores en tan sólo tres meses. Así, Apple y Android compartían entre ellos el 87% del mercado total de smartphone en ese país (comScore, 2011). Midiendo un periodo de tres meses, finalizando en febrero de 2012, Android tuvo un aumento de 28% en FIGURA 17. PRIMER CELULAR CON ANDROID EN JAPÓN, HT-03, CON SU TECLADO EN PANTALLA PARA HIRAGANA Tomado de Omori (2009). 206 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL comparación con noviembre, alcanzando un 61.4% en el segmento de smartphone, seguido de Apple con un 34.2% (comScore, 2012). En este sentido, Docomo ha dispuesto aplicaciones que benefician a los usuarios del smartphone, logrando una navegación más accesible y con descripciones en el lenguaje nativo para vencer la barrera del idioma. El éxito se vio reflejado en su rápido ascenso en las ventas, colocándose como la plataforma dominante en el mercado del smartphone y dominando al segmento junto con Apple desde 2010, con un constante crecimiento. En un estudio de agosto de 2012 de la compañía comScore, se señala que uno de cada cuatro consumidores en Japón posee un smartphone, registrándose un aumento de 43% en sus ventas en comparación con los primeros meses. En general, Sharp sigue como líder del mercado total, con un 22.6%, mientras que en el mercado de smartphone el mayor porcentaje lo poseen los dispositivos con Android, con un FIGURA 18. SMARTPHONE DE PANTALLA TÁCTIL CON UN TECLADO FÍSICO INCLUIDO Tomado de Trends in Japan (2011). ANA LUZ RUELAS 207 64.1%, seguido de Apple, con un 32.3%. Respecto al porcentaje de penetración de los smartphone, para febrero de 2012 se había logrado un 25.5%, teniendo un incremento de alrededor de 5% en tan sólo cinco meses (D2C, 2012). Por otro lado, la compañía Sharp, que funge como manufacturero, y Docomo, como telefónica, han desarrollado un móvil híbrido gracias a que reunieron características que antes eran exclusivas de los keitai. De esta manera las necesidades de consumidores japoneses podrían verse satisfechas, ya que permite que se sumen a la nueva ola de smartphone sin tener que renunciar a las capacidades a las que están acostumbrados. Durante 2011 Docomo dio a conocer 24 modelos para su línea de verano, de los cuales nueve eran smartphone, aunque no todos eran de compañías locales, ya que entre ellos se encontraban dispositivos como el AQUOS PHONE f SH-13C, de Sharp, anunciado como el primer celular en el mundo capaz de recargar su batería de forma inalámbrica. En cambio, toda la línea contaba con servicios de Oisafu-keitai y funcionaban con el sistema Android (NTT Docomo, 2011). Para la colección de invierno se lanzaron 14 smartphone, cuyos modelos fueron elaborados por Sharp, Panasonic y Fujitsu, y cada uno contaba con OneSeg, lo que permite el intercambio infrarrojo, así como estaban equipados con Area Mail, la alerta preventiva de terremotos (NTT Docomo, 2011). Para su colección de invierno 2012, Docomo anunció una línea de 16 modelos de los cuales nueve son smartphone y sólo cuatro son feature phones, el resto son una tableta, un photo panel y un mobile Wi Fi router (NTT Docomo, 2012). Es notable cómo los smartphone están incorporándose rápidamente a la vida japonesa y cómo se han desplegado estrategias comerciales en torno a su propia área. En años previos era muy difícil encontrar una variedad de modelos debido al dominio del keitai, el que dejaba poco margen de 208 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL competencia a las compañías extranjeras si sus modelos no se ajustaban al estándar japonés. Sin embargo, desde 2011 se lanzó un modelo tras otro, con lo que se mostró cada vez más variedad, y al menos Docomo sobrepasó el resto de modelos lanzados y causó una evolución en las compañías locales como Sharp, Fujitsu y Panasonic, las que promueven sus propios modelos con capacidades específicas, utilizando en la mayoría el sistema Android y adaptando algunas funciones de un keitai para obtener lo mejor de ambas partes. En la actualidad, en Japón se libra una auténtica guerra comercial entre compañías locales y extranjeras por un mercado hasta ahora por iPhone y Android. Quizás un ejemplo de esto sea el lanzamiento del iPhone 5, ya que durante su preventa SoftBank declaró que podrían TABLA 8. RANKING DE TELÉFONOS MÁS VENDIDOS EN JAPÓN DEL 17 AL 22 DE SEPTIEMBRE DE 2011 Posición Posición anterior Nombre del modelo (compañía) 1 — iPhone 5 64GB (SoftBank) 2 — iPhone 5 32GB (SoftBank) 3 — iPhone 5 16GB (SoftBank) 4 — iPhone 5 32GB (Au) 5 — iPhone 5 64GB (Au) 6 7 1 GALAXY S III SC-06D — iPhone 5 16GB (Au) 8 2 iPhone 4S 16GB (SoftBank) 9 3 ARROWS X F-10D 10 4 SH-11C Fuente: GfK Japan (2010). ANA LUZ RUELAS 209 no tener suficientes teléfonos para satisfacer la demanda (Reuters, 2012), hubo japoneses que acamparon afuera de la tienda y dos personas declararon haber esperado dos días allí para con tal de obtener su aparato (CNN México, 2012), mientras que las filas se extendían por varias cuadras. Como consecuencia, el iPhone 5 sería ofrecido de nuevo por SoftBank y KDDI (Westlake, 2012). Una vez más Docomo estuvo fuera de las compañías que ofrecieron la nueva versión del iPhone de Apple, cuyo lanzamiento ya levantaba expectación y ya era un éxito en preventas. Finalmente el smartphone salió a la venta el viernes 21 de septiembre, formándose largas filas para adquirirlo ante las tiendas de Apple que incluso abrieron antes de su horario normal (Efe, 2012). Frente a la tienda de Ginza, por ejemplo, cientos de personas se TABLA 9. RANKING DE TELÉFONOS MÁS VENDIDOS EN JAPÓN DEL 15 AL 21 DE OCTUBRE DE 2011 Posición Posición anterior Nombre del modelo (compañía) 1 3 iPhone 5 32GB (SoftBank) 2 10 iPhone 5 16GB (SoftBank) 3 4 iPhone 5 32GB (au) 4 11 iPhone 5 16GB (au) 5 6 5 GALAXY S III SC-06D — Optimus G L-01E 7 1 iPhone 5 64GB (au) 8 7 SH-11C 9 9 AQUOS PHONE si SH-01E 10 2 iPhone 5 64GB (SoftBank) Fuente: GfK Japan (2010). 210 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL hallaban formadas, entre ellos un grupo de 10 amigos que dijo haber instalado un campamento improvisado desde el lunes 17 (Efe, 2012). El presidente de SoftBank, Masayoshi Son, expresó que la demanda era mucho más grande que la del primer iPhone, mientras que KDDI declaraba que el modelo se les había agotado ese mismo día (Reuters, 2012). De este modo el iPhone 5 se convirtió en el teléfono más vendido en la primera semana de lanzamiento, posicionándose entre los cinco primeros lugares y en el séptimo de acuerdo con sus diferentes capacidades y a las compañías que lo ofrecían (GfK Japan, 2012). Todavía durante la tercera semana de octubre mantenía su liderazgo en ventas, si bien con variaciones en cuanto a la compañía y capacidades, pero conquistando aun así los cuatro primeros lugares, el séptimo y el décimo lugar (GfK Japan, 2012). No obstante, queda por ver si su modelo más reciente podrá mantenerse y superar de nuevo a sus competidores en el mercado. Cabe recordar que la primera introducción del iPhone a Japón, en 2008, marcó diferencia en una sociedad japonesa acostumbrada a sus modelos locales —altamente funcionales para los propios japoneses, más no para el resto del mundo—, y alrededor de los cuales había formado una cultura keitai, razón por lo que ninguna compañía extranjera había tenido éxito de penetrar en el mercado. Ahora bien, aunque el debut del iPhone no generó muchas expectativas, puede considerarse un parteaguas debido a todo lo que trajo consigo: modificó hábitos de consumo, se convirtió en pionero en la introducción de una nueva tendencia, logró lo que ninguna otra compañía extranjera había podido y se convirtió en líder de un segmento de mercado. Además, posibilitó la entrada de otro tipo de smartphone de compañías foráneas, que si bien no son occidentales en su totalidad, al competir en el país ANA LUZ RUELAS 211 con este tipo de modelos, han influido en la fabricación de los aparatos locales por las mismas compañías que poseían el dominio con los keitai, permitiéndoles incorporar las características de ambos tipos de teléfonos. Sin duda hoy los smartphone se han convertido en una tendencia, como se demuestra en los rankings anuales de los productos hit en Japón. Con nitidez su crecimiento se aceleró en 2011, cuando iPhone y Android tomaron el liderazgo como modelo y sistema, respectivamente. En la actualidad existe un incremento en su adopción, comparado con su entrada al mercado y aún respecto a su despunte del año anterior, es decir, se puede observar cómo mes a mes las cifras suben y los smartphone de nueva cuenta, son adquiridos no sólo en ciudades grandes, sino en pequeñas regiones. Sin embargo, esto apenas es el comienzo. 6. EL TELÉFONO MÓVIL EN EL MUNDO Y SU COBERTURA EN CANADÁ. PRIMEROS AÑOS Ana Luz Ruelas y Guillermo Ibarra Escobar Sobre el teléfono celular podemos encontrar una variedad de conceptos como variadas culturas o puntos de vista se adopten sobre él. Para los japoneses es el keitai (que se carga), para los franceses es le portable, los finlandeses le llaman kannykka o kanny, que refiere a una extensión de la mano, en Alemania es el handy (término importado del inglés), en árabe algunas veces se le llama el movile pero también el sayaar o makhmul (algo que se carga), en china es sho ji o máquina de mano (de Souza e Silva, 2006: 31). Para los norteamericanos y los mexicanos, es el celular, que refiere a la tecnología que le da origen más que a sus cualidades útiles o extensión del cuerpo. Pero en todos los rincones y las latitudes se cataloga como un dispositivo fabuloso, es revolucionario, es una maravilla de la modernidad, es una tecnología esencial para el manejo de la rutina diaria de adultos, jóvenes y niños, pero también recibe calificativos de superfluo o algo que se adquiere para no quedar fuera de la moda. Para los estudiosos de este fenómeno de la sociedad de información es un artefacto omnipresente (Vincent, 2005: 95), ubicuo (de Souza, 2006: 24), que redefine los conceptos de espacio y tiempo (Plant, 2002; Taylor, 2005; Höflich, 2004 y 2005, Humprheys, 2005), actualiza el estudio de las relaciones familiares en casa y fuera de casa (Haddon, [213] 214 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL 2004), en la escuela, en el proceso de enseñanza aprendizaje (Mifzud, 2005). Se volvió también un pretexto formidable para estudiar la cultura de los niños y adolescentes (Kasesniemi y Rautiainen, 2002; Johnsen, 2003; Ling, 1998; Oksman y Rautiainen, 2001; Taylor, 2005) (Ito, 2005), los efectos social e individuales (Kavoori y Arceneaux, 2006; Plant, 2002), los vínculos comunitarios o grupales, o las redes sociales (Rheingold, 2002). Al teléfono de hoy ya no se le puede considerar un mero vehículo para la comunicación. A diferencia del teléfono convencional, que en más de cien años concitó a estudios preferentemente desde la economía política y la regulación económica, el celular es objeto de conocimiento multi e interdisciplinario desde la sociología, la antropología, la etnografía, la psicología social, la educación, la pedagogía y por supuesto desde la ciencia de la comunicación, pues se ha convertido en un verdadero medio de comunicación masivo. El teléfono celular desata una euforia de estudios multidisciplinarios por conocer los impactos de su acelerada difusión, que no parece aún ser el caso de los canadienses, sobre lo cual haremos nuestras conjeturas en este capítulo. Lo que fue en sus inicios un artefacto elitista que sólo podían costearse los ejecutivos de empresas y altos funcionarios de gobierno, como se mencionó en capítulos previos, es sin duda el medio de comunicación popular por excelencia, que viene rebasando la aceptación de otras tecnologías del ramo como a radiorreceptores, discos en formato DVD, e incluso a los televisores. Es ya el competidor más fuerte o quizá el complemento perfecto de Internet según se le quiera ver. Ante las extensas penetraciones del celular en Europa para el período 2001- 2005, que alcanzaron en Hungría, por ejemplo, casi al 90% de la población, el filósofo de ese país, K. Nyíri (2005), sostuvo que el teléfono móvil ANA LUZ RUELAS 215 es “el medio de comunicación dominante, ya no es un asunto meramente particular o un tópico exótico de las ciencias sociales, como lo era en 2001. Ahora, asevera, al ser parte del ambiente comunicacional del científico social, ha transformado a las ciencias sociales mismas”. Efectivamente el comportamiento personal, colectivo y social —objeto de estudio de estas ciencias— ocurren ya en espacios híbridos, con pautas de acción que ponen en desuso los paradigmas que explicaban los fenómenos de una sociedad sin comunicación irrestricta. El uso del celular e Internet como medios de comunicación, desplazan de manera sostenida a los servicios de telefonía fija convencional. A través del protocolo de Internet para voz (VoIP) es posible conectar a dos usuarios sin tener que establecer un circuito específico, por lo que se codifica la llamada telefónica como una corriente de paquetes de datos de dos vías transportadas por una conexión de alta velocidad de Internet a través de una computadora. Así, el suscriptor de banda ancha envía paquetes y llamadas por Internet por el mismo precio, o por el precio de una llamada local.1 A su vez, a través del envío de mensajes de texto entre usuarios celulares y por medio de Internet también se rebasa el formato de llamadas tradicionales. En 2006, el servicio de mensajes de texto en México fue el de mayor crecimiento para los operadores móviles; pasó de 3.5 millones a 60 millones de mensajes, 17 veces más respecto a 2005. A nivel regional, México y Brasil concentraron el 58 por ciento del mercado de los datos móviles. Aunque todavía los servicios de voz son los más importantes, pues representan 70-80% de los ingresos de la industria en todo el mundo, se predice que el ingreso podrá llegar a ser cero, pues el servicio de voz desciende anualmente en los principales países desarrollados, siendo 10% en France Telecom, 6% en Deutsche Telecom y 5% en BT. 1 216 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL En este capítulo establecemos algunas tendencias y diferencias que presenta Canadá frente a otros países en cuanto a difusión de telefonía, tanto convencional como móvil, y también exponemos algunas conjeturas sobre su prolongado rezago que se puede apreciar en la tabla 2 del primer capítulo. Por ser una tecnología de muy reciente incorporación social, los estudios del teléfono móvil no despegaron pronto. Sin embargo, a diferencia del estudio de la telefonía convencional, que fue desdeñada por los teóricos de diferentes disciplinas sociales y humanísticas (Katz, 1999: 3), el celular atrae fuertemente el interés en los últimos años sobre todo en Europa y en los países escandinavos. Así, se destacan los proyectos conducidos en la Academia de Ciencias de Hungría con el filósofo Kristóf Nyíri como líder, el proyecto COST2 2483 y 269;4 el Digital World Research Centre de la Universidad de Surrey, el proyecto Socio-Technical Shaping of Multimedia Personal Communications STEMPEC en Gran Bretaña, las investigaciones conducidas por Rich Ling desde el Telenor Research Institute, de la compañía noruega de telecomunicaciones. El proyecto Communications in the 21st Century coordinado por la compañía T-Mobile y el Instituto para la Investigación Filosófica de la Academia de Ciencias de 2 Red intergubernamental que apoya el desarrollo de la ciencia y la tecnología en 35 países europeos. La participación de Canadá en la red ya se había iniciado. Véase el sitio: www.cost.esf.org. 3 Con la cobertura de la acción Cost 248 (y la editorial Telia) se publicó en 1997 Communications on the move: the experience of mobile telephony in the 1990’s, coordinado por Leslie Haddon. 4 Bajo esta sección se realizaron tres publicaciones. Una de ellas es el reporte que trata sobre el teléfono móvil titulado From Mobile to Mobility: the con-sumption of ICT in everyday life, de L. Haddon, C. de Gourney, et al. (2001). ANA LUZ RUELAS 217 Hungría condujo extensa investigación interdisciplinaria de enero de 2001 a 2005, sobre las necesidades colectivas y personales cubiertas por la telefonía móvil así como los cambios sociales e individuales que ha impulsado. En la primer fase del proyecto que se denominó “The mobile information society”, involucró a teóricos de la comunicación, filósofos, psicólogos, sociólogos, economistas, lingüistas, politólogos e historiadores de la ciencia El Digital World Research Centre se estableció en 1998 en la Escuela de Ciencias Humanas en la Universidad de Surrey, con el objeto de desarrollar procesos de innovación de tecnología digital tomando como referente los procesos humanos, los usuarios, los negocios, el diseño y la tecnología.5 El proyecto Socio-Technical Shaping of Multimedia Personal Communications STEMPEC de Gran Bretaña fue patrocinado por Cellnet (luego O2), One2One (T-Mobile) Orange y Vodafone, que inició en 1999, programado a tres años para investigar con métodos etnográficos la trayectoria y el desarrollo de nuevas tecnologías. Parte del reconocimiento de que las proyecciones basadas solamente en las capacidades técnicas tienen alcances limitados por lo que se propusieron estudiar los factores sociales que influyen las trayectorias, formas emergentes y patrones de uso de las nuevas tecnologías.6 También se establecieron programas de investigaciones específicas sobre los impactos y metodologías para estudiar las nuevas tecnologías de información y comunicación, incluido el teléfono móvil en la London School of Economics and Political Science en su Departamento de Uno de sus resultados es el libro Mobile World, de Hamill y Lassen, 2005. 6 http://bit.ly/QIqNvG. 5 218 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL Comunicaciones y Medios, en la Universidad de Udine (Facultad de Educación), y en Finlandia en la Universidad de Tampere en el Information Society Research Centre. En Estados Unidos empezaron en el periodo a darse resultados de investigación sobre las consecuencias e impactos sociales del celular, principalmente desde los departamentos de información, educación, comunicación y medios, en universidades como Georgia, University of Southern California, Fordham University, University of Pennsylvania, North Carolina State University, Ohio State University. En 1999 James Katz, de Rutgers University, publicó uno de los primeros volúmenes donde se estudia al teléfono celular dentro de lo que son las comunicaciones móviles desde un punto de vista social y cultural. Este mismo autor publicó para 2002 el influyente libro Perpetual Contact, sobre la telefonía móvil y la conducta social. En Canadá este tema todavía no encontraba eco entre quienes se interesan en las temáticas de las nuevas tecnologías de información y comunicación, los que estudian Internet por ejemplo; donde sí existen considerables y muy importantes aportaciones es en las Universidades de Toronto, Calgary, New Brunswick y Carleton. Entonces el estudio de la telefonía celular con métodos etnográficos cualitativos estaba por llegar a nuestro país de interés. Por ello, aquí retomamos las estadísticas que ha publicado la Unión Internacional de Telecomunicaciones y algunos reportes producidos por Statistics Canada, desde donde se han hecho algunas comparaciones con los Estados Unidos. ESTADÍSTICAS DEL USO DEL CELULAR Los fenómenos que destacan con la introducción del celular en el mundo son principalmente dos: su intenso ritmo de crecimiento, de tal forma que el celular ya sobrepasa ANA LUZ RUELAS 219 FIGURA 19. SUSCRIPTORES DE CELULAR EN EL MUNDO (MILES DE MILLONES) Fuente: Elaborada con estadísticas de la UIT (2006). FIGURA 20. SUSCRIPTORES DE TELÉFONO MÓVIL EN PAÍSES SELECCIONADOS, 2000-2005 (MILLONES) Fuente: Elaborada con estadísticas de la UIT (2006). 220 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL al número de teléfonos fijos tanto en países desarrollados como en los que se hallan en desarrollo; y la adopción del esquema de pago por adelantado, que se realiza a través de las populares tarjetas de prepago. En la figura 19 sobre número de suscriptores de celular en el mundo de 2000 a 2006, se aprecia un ritmo de crecimiento general sostenido del celular, cuando ocurrió una expansión espectacular de casi tres veces el número de suscriptores en el mundo, período en el que pasó de casi un mil millones a 2.7 mil millones de suscriptores. Esa tendencia se patentiza en un grupo de países de alto desarrollo que hemos escogido (véase figura 20), donde Estados Unidos sobresale con un incremento de casi el doble de suscriptores del año 2000 (109,478 millones) al 2005 (201,650 millones), en tanto que Canadá también estuvo a punto de duplicar sus suscriptores pasando de 8.7 a 16.6 millones. Sin embargo, si analizamos esta penetración de acuerdo FIGURA 21. SUSCRIPTORES DE CELULARES Y LÍNEAS TELEFÓNICAS FIJAS, 2005. MÉXICO Y PAÍSES LATINOAMERICANOS (MILLONES) Fuente: Elaborada con estadísticas de la UIT (2006). ANA LUZ RUELAS 221 a la cobertura en proporción a los habitantes, encontramos que mientras Estados Unidos contaba con 67.6 suscriptores por cada cien habitantes, Canadá se quedaba atrás con 51.4, , mientras países europeos con los que ellos se miden, tenían penetraciones que superaban considerablemente a los dos países de América del Norte: Japón cubría 73.9 de cada 100 habitantes, Alemania alcanzó los 95.8, Francia 79.4, Holanda 97.5, Finlandia 99.6. Pero los dos países que ya habían sobrepasado el número de habitantes con celulares fueron el Reino Unido con 102.1 e Italia con 124.2. En la figura 21, donde tenemos a ocho países latinoamericanos, también se muestra una tendencia similar de alta diseminación del celular. Se encuentra, como puede verse, a Colombia y Brasil con los mayores crecimientos pues el primero pasó de 2.25 millones de usuarios a 21.85, es decir tuvo un crecimiento de 57.5% en el período, FIGURA 22. CANADÁ Y MÉXICO FRENTE A PAÍSES DESARROLLADOS. LÍNEAS TELEFÓNICAS FIJAS, 2000-2005 (MILLONES) Fuente: Elaborada con estadísticas de la UIT (2006). 222 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL mientras que Brasil triplicó los suscriptores pues de tener 23.18 millones en el año 2000 llegó a 86.21 en 2005. Esto da como resultado que ya existan más suscriptores a servicios celulares que a telefonía fija. El caso de esta región tiene su explicación en que la infraestructura telefónica principal no alcanzó los niveles óptimos de penetración. La cobertura celular por número de habitantes en estos países en general estaba por debajo de la alcanzada en países europeos y Japón. Algunos como Argentina y Chile tenían coberturas de 57.2 y 67.9, es decir, más altas que la de Canadá y similares a la de Estados Unidos. Es previsible que la metodología para medir la penetración celular cambie por una que tome como referente los minutos de uso, por ejemplo, aunque también se ve una diferenciación en usuarios de acuerdo a si se tiene o no un contrato firmado por el servicio. Sin embargo, en otras comparaciones más realistas, en relación con la telefonía fija, los índices que presentan FIGURA 23. MÉXICO Y PAÍSES LATINOAMERICANOS. LÍNEAS TELEFÓNICAS FIJAS, 2000-2005 (MILLONES) Fuente: Elaborada con estadísticas de la UIT (2006). ANA LUZ RUELAS 223 países de Latinoamérica palidecen por el grave retraso en obtener niveles óptimos de penetración entre la población. De acuerdo a la Economist Intelligence Unit, la telefonía fija presentaba ya una marcada tendencia hacia el estancamiento y/o disminución. Esto es típico en los países que alcanzaron el óptimo desarrollo desde los ochentas. Canadá y Estados Unidos, junto con otros países europeos, vieron retroceder el uso del teléfono fijo de casa (véase figura 22). De 2000 a 2005 Canadá bajó el número de líneas telefónica fijas, pasando de 20.8 millones a 18.2, y Estados Unidos tuvo una tendencia en el mismo sentido pasando de 192.5 a 177.9 millones. México, en cambio, pasó de 12.3 a 19.54 millones pero con una cobertura de 18.2 líneas por cada 100 habitantes. De la misma manera, pero sin haber alcanzado una infraestructura suficiente de telefonía tradicional, los países latinoamericanos, incluido México, ya superaban el uso del celular en relación con el teléfono fijo, pues mientras Brasil tenía 86.2 millones de suscriptores a celulares sólo contaba con 42.3 millones de líneas telefónicas fijas, México presentaba un panorama similar con 47.4 frente a 19.5, Argentina 22.1 frente a 8.8, Colombia 21.8 frente a 7.6, Chile 10.5 frente 3.4, respectivamente (véase figura 21). De hecho la omnipresencia del teléfono móvil es más patente en los países subdesarrollados; según Genevieve Feraud (responsable de tecnologías de la información y de la comunicación y de negocio electrónico de la UNCTAD),7 esta es la “única herramienta de las TIC que cuenta En una conferencia de prensa realizada en Ginebra, la experta detalló que, según datos manejados por UNCTAD, de los 2.17 millones de usuarios de móvil que había en el mundo al final de 2005, 809.9 millones estaban en los países industrializados, mientras que 1.17 millones vivían en el mundo en desarrollo. http://es.biz.yahoo. com/161/2006/185. 7 224 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL con más usuarios en los países subdesarrollados que en el mundo industrializado”. Para esos años el celular ya había desbancado a Internet en diseminación de la tecnología de comunicación por excelencia del nuevo siglo, al que había superado al doble en penetración mundial, pues mientras éste abarcaba al 15.6 por ciento de la población, el celular ya casi alcanzaba el tercio.8 Por supuesto que esto tiene su explicación en la exitosa convergencia tecnológica que ha acumulado el celular; como es sabido, por el celular no sólo se envía o recibe voz, sino imágenes, fotografías, correo electrónico; incluso se le incorporó el Internet como herramienta de información y lo último es que se podrán enviar imágenes desde ellos a la televisión convencional. Esta situación se estaba generalizando, sin ser privativa de los países deprimidos, sino que ocurre en todo tipo de economías. Los lugares donde para 2005 había más de un móvil activo por persona son, según la UNCTAD, Lituania (donde la penetración asciende al 127 por ciento), Italia (123), Hong Kong —China— (122), la República Checa y Macao —China— (115), Israel (113), Portugal (109), Estonia (108), Islandia, Bahrein y Noruega (103), Irlanda y Singapur (101), y Dinamarca y Emiratos Árabes (100). EL TELÉFONO CELULAR EN CANADÁ Canadá no ha quedado fuera de la fiebre de la tecnología móvil celular. Al igual que en otros países este versátil artefacto inició su rápida expansión allá en 1998. En el 8 En la Europa desarrollada (los 25 países de la Unión Europea además de Andorra, Islandia, Liechtenstein, Noruega, San Marino y Suiza) alcanza el 96.1 por ciento, según la Conferencia de la ONU para el Comercio y Desarrollo (UNCTAD) (http://es.biz.yahoo.com/16112006/185/mastres-habitantes-mundo-telefono- movil.html). ANA LUZ RUELAS 225 año 2000 había 8.7 millones de suscriptores y para 2005 ya ascendía a 16.6, es decir, en cinco años duplicó el número de usuarios celulares, cubriendo poco más de la mitad de su población (51.4 suscriptores por cada 100 habitantes) (véase figura 20 más arriba). Sin embargo, ¿qué ha pasado en Canadá, que no mostró la tendencia predominante en los países con niveles de competitividad y desarrollo similares?, pues mientras en Europa en la mayoría de los países ocho de cada 10 habitantes contaban con teléfono móvil, en Canadá la media era de sólo cinco de cada 10. La diseminación inició más lenta que en otros países, pues de 1998 a 2000 creció a un ritmo de penetración sobre la población de 5% anual, pero el crecimiento mayor fue en el periodo 2000-2001, cuando lo hizo a 7%; pero ya de 2001 a 2002 bajó a 3%, es decir, volvió a los ritmos de crecimiento que estaba observando de 1996 a 1998 (ver página http://bit.ly/P5KAXR) Esto no sucedió con otros países como Finlandia, Francia, Alemania, España, Italia, Reino Unido, que tuvieron crecimientos espectaculares en los años 2000 y 2002, llegando a abarcar hasta el 80 ó 90% de la población. Otro elemento que debemos tomar en cuenta para el análisis canadiense es la tendencia similar que presenta al decrecimiento de líneas fijas, como ya señalamos más arriba, lo que es normal en países que desde los ochentas alcanzaron el óptimo desarrollo y penetración de su infraestructura telefónica fija; y en los que no se llegó o no se ha llegado, ahora se suple o complementa con la telefonía celular, de tal forma que existen millones de hogares en países subdesarrollados cuyo primer acercamiento al teléfono es el celular. 226 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL EL PREPAGO Uno de los factores cruciales para la intensa diseminación del celular en el mundo es el sistema de prepago, o uso de tarjetas pagadas por adelantado. Este mecanismo facilita la adopción de la tecnología, pues los usuarios no realizan una suscripción previa o contrato para acceder al servicio, lo que conlleva a comprobar domicilio, ingresos, contratar por períodos obligados o amarrados, que son mínimamente de dos años. Evadir la contratación formal también otorga un sentido de anonimato para el usuario que no desea quedar en los registros de la compañía telefónica. Aunque en la inmensa mayoría de los países la tónica fue el uso del prepago, Canadá no presentó esa dinámica. FIGURA 24. SUSCRIPTORES A CELULAR Y CON PREPAGO POR CADA 100 HABITANTES EN PAÍSES DE LA OECD, 2009 Fuente: OECD Indicadores clave de ICT; www.oecd.org/sti/ ICTindicators. ANA LUZ RUELAS 227 Para 2009, como se observa en la figura 24, Canadá era todavía de los seis países de la OECD cuyos usuarios celulares no adoptaban el prepago, pues menos de 20 % del total de los usuarios eran bajo ese concepto, habiendo disminuido ligeramente, ya que para 2006 habían sido 20.8 %, siendo que en otros como Italia y México tenían más del 90%, aunque en 2009 México los bajó considerablemente a 63 % e Italia los aumentó hasta 121 % siendo de los más altos con prepago. Para 2006, sólo se encontraban por debajo de la media de los países de la OECD, que era del 35 %, Dinamarca, Finlandia, Corea, Japón, Estados Unidos y Canadá. No obstante, en 2009 la media de ese grupo era de 40 %, seguían por debajo de ella Finlandia, Dinamarca, Noruega, Francia, Estados Unidos y el mismo Canadá. Japón y Corea ya habían erradicado el pago por adelantado. A falta de estudios etnográficos que ofrezcan explicaciones de estas tendencias, tanto de menores ritmos de crecimiento como de preferencias por facturación mensual, como es el caso de los canadienses a contrapelo de lo que prolifera en Europa y América Latina, recurriremos a algunas conjeturas que nos ayuden a explicar esta situación. Algunas pistas que se puede utilizar como hipótesis las encontramos en un reporte de investigación de 2006 sobre conectividad en Canadá (Sciadas, Statistics Canada: 2006). Con datos acerca de tráficos de voz sobre líneas convencionales telefónicas se ha detectado que los canadienses hablan menos que los estadounidenses. Al menos eso ocurría para finales de los ochenta. En Estados Unidos para 1980 se hacían 8.4 llamadas diarias por línea telefónica, lo que daba 3.8 llamadas per cápita; sin embargo, en Canadá no llegaban a 7 (6.9) tres años después (con 3.3 llamadas per cápita). Dicho de otro modo, en Canadá hasta 1987 se alcanzaron a hacer las lla- 228 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL madas per cápita que ya se hacían en Estados Unidos siete años antes, en 1980 (3.8 llamadas por día por persona). Esa tendencia se mantenía. En Estados Unidos para 2001 se cursaban 47 minutos de llamadas (sobre líneas telefónicas tradicionales) por día per cápita, volumen que se alcanzó en Canadá sólo dos años después, en 2003. Esto no obedece a efectos de las externalidades de la red en este último país, pues en ambos, para principios de los ochentas, la penetración telefónica en la población se completó. Con la adopción del celular este fenómeno parece no cambiar mucho, es decir, que los canadienses tienden a hablar menos que sus vecinos del sur. El mismo reporte de Sciadas registra que mientras en Estados Unidos para 1993 el volumen de tráfico celular per cápita al día fue de 0.3 minutos, en Canadá fue de 0.2; pero esta pequeña diferencia tiende a ensancharse, pues mientras en Estados Unidos para 2002 se cursaron 6.7 minutos al día per cápita, en Canadá fue de 3.5, pero para un año después, es decir en 2003. Con estos elementos y a partir de los resultados sobre menor densidad del sistema de prepago en Canadá y el menor ritmo de crecimiento en el mismo, se pueden destacar algunas ideas que comentamos. La telefonía celular es un adelanto tecnológico inscrito en la aceleración de la vida social, que David Harvey (1990) llama compresión tiempo y espacio, que imponen los valores de la instantaneidad, efimeralidad y diversificación, que invaden las formas de comunicación cotidiana, familiar y de negocios. En la base de esta aceleración se encuentra una nueva economía flexible y una revolución en el consumo. No obstante, en cada sociedad y geografía específica este proceso adquiere características peculiares. En Canadá, suponemos que la intensidad en la comu- ANA LUZ RUELAS 229 nicación celular es menor que en el promedio mundial porque es una sociedad más organizada, con un estado de derecho eficiente, con instituciones más transparentes que ofrecen menor incertidumbre a sus individuos. Lo contrario ocurriera en una sociedad con débil estado de derecho que impone la contingencia y la aleatoriedad exagerada. Asimismo, en Canadá el prepago es menor que en el promedio mundial porque hay mayor estabilidad en la estructura de ingresos y las expectativas racionales de los consumidores son más seguras, lo cual permite una cierta planeación en el gasto cotidiano. En cambio en un país con grandes desigualdades, incertidumbre en el empleo, informalidad económica, ingresos inciertos, es previsible que la gente no comprometa a futuro un ingreso que no cree que con seguridad lo tendrá, lo cual llevará, como en el caso de México, a un alto porcentaje en uso del prepago, que significa “gasto si tengo, si no, no lo hago”. Si hubiera personas dispuestas a utilizar tarjetas de crédito telefónico ya hubieran prosperado esos instrumentos en México. Una línea de trabajo adicional sería indagar sobre la peculiaridad cultural de los canadienses, que es una sociedad más introspectiva, con códigos de comunicación más pasivos y crípticos; es decir, a diferencia de los latinoamericanos, por ejemplo, en promedio es menos verbalizada. Estas circunstancias deben llamar la atención de los estudiosos de la cultura y la comunicación en Canadá. Incluso vale la pena estudiarlas desde perspectivas interdisciplinarias que se están ensayando para otras latitudes. 7. CANADÁ Y SUS CONTRASTES EN ADOPCIÓN Y USO DEL TELÉFONO CELULAR1 El hilo conductor de este capítulo gira en torno a una interrogante: ¿por qué Canadá adoptó más lenta y tardíamente el uso del teléfono celular que la mayoría de los países? Aquí tratamos de dar elementos que ayudan a explicar esta interrogante, para lo cual, en primer lugar, indagamos el estado de la infraestructura de comunicaciones, para lo cual recurrimos a resultados de estadísticas globales y de Statistics Canadá, y discutimos la tendencia de bajo perfil en la adopción de las tecnologías móviles por parte de los canadienses, basándonos en argumentos y explicaciones de algunos académicos y la industria canadiense. Asimismo, analizamos los resultados de un sondeo propio aplicado en noviembre-diciembre de 2009 en la ciudad de Sherbrooke a una muestra de 100 usuarios y no usuarios de teléfono celular. Canadá es un caso contrastante frente a los otros que nos hemos referido en capítulos anteriores como Finlandia y Japón en accesos y usos de tecnologías de comunicación, particularmente en disposición de telefonía celuLa autora agradece la participación de Daniela Kokina y Luis Gerardo Sánchez, la aplicación de la Encuesta a usuario de teléfono celular en la ciudad de Sherbrooke, Canadá, en noviembre-diciembre de 2009. 1 [231] 232 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL lar. Mantuvo persistentemente una penetración menor, y sobre todo una adopción más lenta que la de países de similar desarrollo económico y social; pero también respecto de algunos de menor desarrollo como México y Brasil. Esta es una tendencia que despierta mucho interés de investigación sobre todo porque otras naciones han dado gran atención al fenómeno de diseminación de las comunicaciones móviles, mientras que en Canadá hubo cautela2 (Best, 2009). Debemos destacar que, estudiar los procesos de comunicación en Canadá nos ayuda a entender cómo se han insertado los canadienses en las nuevas tendencias de difusión y adopción tecnologías de comunicación, que es un fenómeno omnipresente, socio técnico y cultural de dimensiones planetarias, y que por lo tanto tiene consecuencias en individuos, la familia y grupos sociales, genera la formación de redes sociales, y que desde luego impactan en el desarrollo de la industria de telecomunicaciones. LA AGENDA DE INVESTIGACIÓN La agenda de la investigación sobre comunicación en Canadá está definida, según los profesores de la Universidad de Ottawa, Eid y Pare (2008), por la proclividad de los investigadores a retomar preguntas sobre la relación tecnología y cultura, que a su vez refleja la paradójica relación que Canadá tiene con el cambio cultural y tecnológico. Pero también, el carácter ambivalente de estas tecnologías, pues tienen el potencial, por una parte, de “dañar la identidad canadiense”, pero por otra, son vis- Suerte similar ha corrido el estudio de Internet (Middleton y Sorensen, 2005). 2 ANA LUZ RUELAS 233 tas como una “herramienta vital para sostener la soberanía nacional”. Desde principios de los noventa, afirman, el miedo a una invasión cultural estadounidense a través de la radiodifusión, telecomunicaciones y medios impresos, ha sido tema dominante en la política cultural y comunicación canadiense Estas apreciaciones nos ayudan a entender y acercarnos al fenómeno de la diseminación de la comunicación móvil en la sociedad canadiense. El teléfono celular es el artefacto de comunicación más popular en el mundo por varias razones, que podemos agrupar en dos grandes rubros: por las características intrínsecas de la tecnología; y el segundo, por sus cualidades subjetivas. Estas últimas se asocian con el confort, la moda, el estilo de vida, es decir, la gente adopta las tecnologías en función de los usos y gratificaciones que pueden obtener de ellas. Dentro de las características tecnológicas intrínsecas del móvil, tenemos las que distinguen a la tecnología móvil celular de otras tecnologías similares, como el teléfono fijo, como son: la portabilidad, movilidad y su adaptación como multimedia. Es decir, ahora el celular es un verdadero medio de comunicación, prototipo de la convergencia tecnológica que permite la comunicación de voz, imágenes, textos; es decir, se le han incorporado opciones de comunicación que antes eran exclusivas de medios y artefactos separados como la televisión, la fotografía, la grabadora, el video e Internet. Estas capacidades han llevado a las más disímbolas consideraciones conceptuales que nos ayudan a entender el explosivo fenómeno de la comunicación móvil: la moda (Ling, 2003), la identidad (Hulme y Truch, 2005), las redes sociales, la microcoordinación, la hipercomunicación (Ling y Yttri, 2002), el control social (Green, 2002), la civilidad o netiqueta, etcétera. Es por ello que estos 234 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL FIGURA 25. TICS EN CANADÁ Y MÉXICO Nota: Las líneas telefónicas, los abonados a teléfono celular, los usuarios de Internet, las computadoras personales y los suscriptores de Internet de banda ancha se calculan por cada 100 habitantes de 2008. El acceso a Internet en las escuelas corresponde al puntaje marcado en el Global Competitiviness Report 2009-2010, donde el más alto es 7. Fuente: Elaborado a partir de World Economic Forum. 2009. The Global Competitiveness Report 2009-2010. Ginebra, Suiza. medios deben ser concebidos como “una interrelación ecológica” (Hawk, Rieder y Oviedo, 2008), y en términos de sus potenciales manipulaciones culturales (Pedersen, 2008: 494). El análisis del teléfono celular no es tan recurrente en 235 ANA LUZ RUELAS TABLA 10. CELULARES POR CADA CIEN HABITANTES EN PAÍSES CON MAYOR PREPAGO (PORCENTAJES) País 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 Italia 52.8 74.3 89.7 92.9 98.4 108.0 122.2 Portugal 45.9 65.2 77.5 82.3 96.1 98.7 108.5 Reino Unido 40.8 60.1 75.5 82.3 86.5 97.6 106.3 Irlanda 42.7 53.2 71.8 78.4 85.7 93.1 Suecia 57.9 71.8 80.7 89.1 98.2 97.7 100.6 Países Bajos 43.0 69.1 71.7 73.1 80.7 97.8 99.8 Hungría 15.6 30.1 48.8 67.8 78.4 86.3 92.4 Polonia 10.1 17.6 28.1 36.4 45.6 60.5 76.4 Turquía 12.1 22.3 26.8 33.5 39.4 48.3 60.5 México 8.0 14.3 21.7 25.6 29.3 37.0 44.8 101.5 Fuente: OECD (2007). la academia canadiense, como si lo es para Estados Unidos y Europa. Ello se corresponde en parte por la lenta adopción que observaron los canadienses del teléfono móvil. CANADÁ Y SU INFRAESTRUCTURA EN TELECOMUNICACIONES La información más difundida en el mundo sobre la situación de las telecomunicaciones en Canadá es impactante, pues se impone con frecuencia como uno de los países líder en redes y tecnología del sector telecomunicaciones. Según el World Economic Forum (Global Competitiveness Report 2009-2010), se encuentra entre los diez primeros países mejor ubicados en competitividad en el mundo (sube un lugar en 2009, al noveno, después de haberse integrado en 2008 a los 10 primeros lugares), que se debe en primer lugar, a su excelente infraestructura de trans- 236 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL portes y telefonía (séptimo lugar en el pilar de Infraestructura), mercados altamente eficientes, en especial su mercado laboral y financiero (posicionados en el séptimo y onceavo lugar respectivamente), y el buen funcionamiento y transparencia de sus instituciones (17 lugar). Además, es catalogado frente a muchos otros países como exitoso en el cuidado de sus recursos humanos, en salud, en educación desde elemental hasta enseñanza superior (se clasifica en séptimo lugar en salud y educación primaria y en el noveno en enseñanza superior y capacitación).3 Todas estas condiciones son una verdadera fortaleza para que su población pueda adoptar las últimas tecnologías para su uso y aprovechamiento, lo cual ocurre de manera parcial, como veremos más adelante. Los contrastes con México y Estados unidos son evidentes, tomando en cuenta los resultados del mismo reporte 2009-2010 de competitividad del Foro Económico Mundial, en infraestructura para las comunicaciones que incluyen telefonía fija, disposición de computadoras en los hogares, suscriptores de telefonía celular y acceso de Internet en los hogares como se aprecia en la figura 25. Respecto de México, los indicadores de cobertura por cada 100 habitantes en líneas telefónicas (55.5%), computadoras personales (94.6%) y usuarios de Internet (73%) son contundentemente favorecedores en Canadá. Lo mismo Las dos subastas de espectro más recientes en Canadá ha traído cuestionamientos sobre la prevalencia del interés público en la asignación de ese recurso común, pues se ve como una imposición del Ministerio de Industria. En enero de 2004 y enero de 2005 se licitaron los espectro en el rango de 2300 Mhz y 3500 Mhz para obtener licencias para prestar y mejorar servicios de banda ancha inalámbrica tradicionales. Esta licitación se calificó como una imposición del ministerio de industria. Marita Moll y Leslie Regan Shade (2008). For sale. To the highest bidder telecom policy in Canada, Ottawa, Canadian Centre for Policy Alternatives, pp. 101-102. 3 ANA LUZ RUELAS 237 se advierte en disposición de Internet en las escuelas donde se ubicaba con un puntaje de 5.9 (siete es el más alto) del GCR en lugar 12 (el primero es el de Islandia que tenia 6.6), mientras que México apenas llegaba a 3.4, en el lugar 77. México aun muestra indicadores de marcado atraso en tecnologías de comunicación, pues no remonta la baja diseminación de infraestructura básica telefónica, que apenas alcanza al 19.1% de la población, pero tampoco se actualiza en las nuevas tecnologías como computadoras personales y acceso a Internet. El único rubro de TIC del GCR 2009-2010 donde México supera a Canadá es en diseminación de telefonía celular, que es precisamente lo que pretendemos explicar en este capítulo. Aunque el fenómeno de alta diseminación de la tecnología celular es casi universal, es importante destacar que muchos países de bajo nivel de desarrollo se valen de las características de las redes celulares4 para superar los déficits en la telefonía fija, como es el caso de México. Como vimos en el capítulo 1, una red de telefonía celular se compone básicamente por un conjunto de estaciones transmisoras-receptoras de radio (repetidoras,) y una serie de centrales telefónicas de conmutación que posibilitan la comunicación entre los teléfonos portátiles o entre estos y los teléfonos de la red fija tradicional. En las tablas 2 y 3 se apreciaba todavía una lentitud de Canadá respecto de diferentes países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para el periodo de 1999 a 2004 donde vemos que por La tecnología se ha dispersado a los mercados emergentes más rápidamente que en ninguna etapa anterior. En el siglo XIX el tiempo entre el invento y la diseminación de una tecnología era largo. El teléfono fijo tardó 100 años en alcanzar una cobertura de 80% en general: la radio tomó 60 años; la computadora personal, 25; Internet, 19; y el celular sólo 16. http://www.economist.com/science/displaystory.cfm. 4 238 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL ejemplo países como Dinamarca, Finlandia, ya habían superado el 95% de los usuarios con ese aparato de comunicación, mientras que Estados Unidos, Japón y Corea avanzaban a 70%. Lo que resalta de estas figuras macro, es que los canadienses no han abrazado con tanta pasión al celular, como ya lo hicieron docenas y docenas de países. Si tomamos 1999 como año común de despegue de la telefonía celular en varios países, Canadá figura en los que se tardaron en hacerlo, con un alcance de 22.7% de su población usuaria de celular; pero lo que persistía hasta 2004 es el lento crecimiento de sus usuarios, pues mientras muchos países estaban rebasando al 100%, Canadá alcanzaba apenas al 46.6% de su población (ver tabla 3 en el capítulo 1 de este libro). Realizamos la comparación de Canadá con los países que lideran en usuarios tanto de pospago (tabla 3, capítulo 1), como de prepago para mostrar que ese factor no interviene en otros países que han observado el crecimiento estandarizadamente alto, como son Dinamarca, Finlandia, Japón, Corea y Estados Unidos, que están entre los de mayores índices de pospago. Pero también, los que tienen altos prepagos observan fuertes crecimientos celulares, como son México, Italia, Portugal, Reino Unido, entre otros. Frente a ambos grupos de la OECD Canadá seguía manteniendo su perfil pausado en adopciones. Aunque este país se encuentra en el grupo de los países con menor índice de suscriptores de prepago (23% para 2004), existen otros como Estados Unidos con 11% y Dinamarca con 18.2%, con una cobertura marcadamente creciente en las adopciones celulares desde 2004 para el primer país y desde años antes para el mismo Dinamarca (2000) y Finlandia (1999). En una de las entregas de las estadísticas de telecomunicaciones, en septiembre de 2006, Statistics Canadá reconocía la situación de lentitud en la adopción de las teleco- ANA LUZ RUELAS 239 municaciones inalámbricas en ese país, pues para ese año había 52 suscriptores por cada cien habitantes, nivel que ya había alcanzado pero para tres años antes Estados Unidos, y era el mismo promedio que tenían los países de la OECD pero cinco años antes.5 Mientras que para 2006, Canadá apenas cubría poco más de la mitad de su población con celular (51.4%), Japón cubría 73%, Estados Unidos 67.6% y Francia 79.4%. Asimismo, Alemania (95.8%), Holanda (97.5%), Finlandia (99.6) habían superado al 90% de su población. Dos países que ya habían sobrepasado al número de habitantes con celulares fueron el Reino Unido con 102.1 e Italia con 124.2 (Ruelas e Ibarra, 2006: 16). Incluso la OECD registraba en 2007 que Canadá era de los últimos países entre los 30 miembros en penetración inalámbrica móvil (SeaBoard Group, 2007), teniendo un crecimiento promedio anual, de 1996 a 2006 de 19.2%, frente al promedio del grupo de la OECD de 25.6% (OECD, 2007). Traducido el rezago por sectores de la población, concretamente en jóvenes y adolescentes, que son los más entusiastas usuarios del celular en el mundo, Canadá también va a contracorriente y todo indica que sus jóvenes se mantuvieron a la zaga de las nuevas dimensiones de la movilidad virtual o de una mayor comunicación interpersonal. En comparación con otros países tenemos que mientras el Reino Unido, por ejemplo, registraba en 2007 que más del 75% de los niños de once años ya contaban con un teléfono celular (Ofcom, 2007) en Canadá solo eran el 30% de los adolescentes de 13 a 15 años pero en 2008 (CWTA, 2008). En Suecia, por su parte, en 2003, 98% de los jóvenes entre 18-24 años ya portaban uno (Thulin y Vilhelmson, 2007: 236) 5 Telecommunications Statistics (2006). Wednesday, septiembre 13. 240 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL Con todo, el sitio del organismo que afilia a los proveedores de telefonía celular difunde que el teléfono inalámbrico es uno de los productos que ha tenido un crecimiento más rápido en la historia en Canadá (CWTA, 2009). Significa entonces que la adopción tardía de tecnología es una tendencia, o característica en Canadá, amerita que explorar con detenimiento. Veamos ahora algunas razones que hemos detectado en la literatura y de nuestras propias conclusiones, que ayudan a explicar esa lentitud en abrazar las tecnologías por parte de los canadienses. Manejamos dos hipótesis relacionadas entre sí y que tienen que ver, una, con las tarifas y la estructura del mercado, y la otra, relativa a las preferencias y la cultura. EL MERCADO La primera hipótesis refiere a que las tarifas y la estructura del mercado han operado como camisas de fuerza para una mayor celeridad en la adopción del celular en Canadá y que esa sociedad carece de mecanismos informales que destraben esas condicionantes como ha ocurrido en otros países, pues por ejemplo, en México, sin que sea menos oneroso el servicio, se han establecido por parte de las telefónicas sistemas de prepago mínimos que permiten a los clientes de bajos ingresos acceder al celular (Ruelas, 2010). Al igual que varios mercados mundiales, la telefonía celular en Canadá es dominada por unas cuantas compañías. Son tres los proveedores de servicios de telefonía móvil predominantes y que están catalogados como monopolios en su región: Bell, Rogers y Telus,6 que se caracte- 6 Para 2006, en Canadá existían 17 operadores de servicio móvil celular; ANA LUZ RUELAS 241 rizan por tener una amplia cobertura nacional, al 98% de la población y avasallan los mercados más grandes de ese país, en las zonas metropolitanas de Vancouver, Toronto y Montreal. Ellos concentran el espectro de frecuencias para prestar transmisiones móviles. En 2004 y 2005 hubo dos subastas de espectro cruciales, pues dieron lugar a más de 800 licencias, de las cuales, Bell, Rogers y Telus obtuvieron 458, por las que pagaron 56 millones, cinco veces más que el resto de las 28 compañías que ganaron alguna licitación, lo cual reafirmó la monopolización del mercado nacional por estos tres operadores. También existe una situación especial con las dos redes en Canadá, que no son compatibles una con la otra, y cuando un usuario pretende cambiar de compañía, comúnmente estas les complican el proceso y el cambio de aparato.7 Telus (Vancouver) y Bell (Montreal), utilizan un mismo estándar CDMA (code division multiple access),8 que es popular en America del Norte y partes de Asia; mientras que Rogers (Toronto), utiliza la GSM (global sys- de ellos uno poseía 36.4% del mercado, dos el 26.9%, y tres el 36.7%. En México había 18 compañías, pero una sola concentraba el 78.9% del mercado, dos tenían 14% y tres detentaban 4% (OECD, 2007: 37). 7 El costo de un nuevo aparato celular es mayor que pagar los primeros 12 o 18 meses de servicio. Tomado de Aparita Bhandari, CBC News (2007), “Cell phone breakout. The pros and cons of unlocked handsets”, 16 de abril. 8 En 1999, la UIT adoptó el concepto de una Familia de Normas o el IMT 2000 (International Mobile Telecommunications 2000) para agrupar la multiplicidad de sistemas existentes —sistemas terrenales de macrocelulas, microcelulas y picocelulas; sistemas inalámbricos; sistemas de acceso inalámbrico; y sistemas de satélite- para facilitar la prestación de un servicio mundial. Buscaba una itinerancia mundial sin discontinuidad, velocidades superiores y estándar de prestación normalizada del servicio (UIT, 1999: 6, Informe sobre el desarrollo mundial de las telecomunicaciones). 242 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL tem for mobile), que es el estándar más común fuera de América del Norte y era de más de dos mil millones de suscriptores en el mundo (Bhandari, 2007). Telus y Bell, que tienen acuerdos de roaming desde 2001, anunciaron en 2008 que adoptarían para 2010 el GSM desplegando su red a 3G HSPA y orillados por la presión ante la introducción en otros mercados mundiales de nuevos estándares tecnológicos.9 Es decir, el estándar CDMA ha evolucionado a una red de cuarta generación (4G LTE) que llevará a un punto de inflexión los servicios celulares en la próxima década en América del Norte, se pretende construir una red más eficiente y rápida, así como acceso a artefactos de nueva generación y servicio de datos, pero también para incentivar la competencia (Park, 2008). TARIFAS Las tarifas telefónicas son un factor de suma importancia que incide en el lento crecimiento celular en Canadá, según se aprecia en los resultados de encuestas a hogares. Aunque no es un factor exclusivo de Canadá, es algo que atosiga sobremanera a los usuarios canadienses tanto de telefonía fija como celular y nos ayuda a entender un esquema de adopción diferente. En la suscripción de Internet desde los hogares, ocurre también un fenómeno parecido, pues las tarifas se están convirtiendo en un factor en el que ellos insisten afecta la disponibilidad de la red en casa (Ruelas, 2008). En un estudio de finales de 2005, donde se comparan los precios de la telefonía celular entre diez ciudades de Canadá, Estados Unidos y Europa, la consultora Seaboard Group Lo mejor de GSM es que a través de él “no hay cargos por roaming, y venden directamente a las compañías” (Bhandari, 2007). 9 ANA LUZ RUELAS 243 (2007) emite algunas conclusiones que ilustran la situación tarifaria de Canadá en contraste con su vecino y Europa: a) Que los usuarios más asiduos en Canadá pagan en promedio 1.5 más que un cliente similar, con un plan equivalente en Estados Unidos. b) Que los usuarios moderados, llamados también usuarios de sobrevivencia, pagan 27% menos que en Estados Unidos, pero si vivieran en Estocolmo pagarían 42% menos (SeaBoard group, 2007). c) Que si un usuario constante quiere pagar la mejor tarifa tiene que moverse a Atenas, Georgia, donde con un plan de 95 dólares al mes llamaba ilimitadamente, la mitad de lo que costaba en Canadá un plan que no incluía el beneficio de llamadas nacionales ilimitadas. También en 2007, se estableció que el promedio de un recibo telefónico en Canadá es un tercio mayor que en Estados Unidos y es de los más altos de los 30 países de la OCDE, lo que afecta negativamente desde luego la adopción de la tecnología. Esto es una constante, pues en 2005 el mismo Seabord Group reportaba que los canadienses pagaban 60% más que los estadounidenses (CBC News, 2007), lo que ayuda a explicar por qué, mientras Gran Bretaña, Alemania y Estados Unidos tenían 102.2, 86.4 y 75 teléfonos celulares por cada 100 habitantes en 2005, Canadá solo tenía 56. Las reacciones de las compañías a la difusión de las altas tarifas no se hacen esperar. El vicepresidente de Telus Mobility, contradijo tales resultados diciendo que los números europeos están distorsionados, pues los usuarios allá tienen más de un plan celular para evitar los cargos por roaming,10 pero tienen tarifas residenciales más 10 Sin embargo, para noviembre de 2008, se informaba que 69% de las casas en Canadá tenían dos o más celulares (CWTA, 2008). 244 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL altas (CWTA, 2008). Según Seabord, los altos precios en Canadá suprimen la demanda de servicios inalámbricos y piden que el gobierno impulse un mercado más competitivo y dinámico con las subastas del espectro. Las tarifas celulares en Canadá y en todos los países son un tema sensible, pero en nuestro país de análisis, se manifiesta una expresión abierta y razonada en los medios de comunicación de esas quejas y llama la atención el gran interés que despierta en el publico, como mostraremos a continuación. CADA AÑO MÁS HOGARES TIENEN UN CELULAR El cambio a solo celular en los hogares es un fenómeno global, y ocurre también sostenidamente en Canadá,11 ya sea a costa de cancelar contratos de telefonía fija, o simplemente siendo el primer servicio telefónico por el que optan los hogares. Mientras en 2005, se registraba que 4.5% de los hogares tenía solo celular, para 2006 alcanzó al 5%, y en 2008 ya eran el 8% (CBC News, 2007 y 2009). Los hogares que tienen ambos también han crecido: en 2006, eran 67.1%, en 2007 subieron a 72.4% y en 2008 ya eran 74.3%. En 2008, solo un 24.8% de los hogares disponían solo de teléfono fijo (CBC News, 2007 y 2009). Esta situación ha sido sopesada sorprendentemente bien por parte del público en diferentes ciudades de la nación. En junio de 2009, CBC News (2009) sacó una nota donde señalaba que en el país cada vez los hogares de Esta tendencia se presenta también en los países en desarrollo, pero obedece a razones opuestas, pues en los primeros no ha alcanzado a desplegarse una red pública básica de telecomunicaciones, y esa deficiencia se ha subsanado con las redes celulares. 11 ANA LUZ RUELAS 245 matrimonios jóvenes se quedan solo con el celular, sin teléfono fijo. De los más de cien comentarios que se hicieron en línea a esta noticia, predominan las quejas contra las tarifas, el servicio y las multas celulares; pero lo que llama poderosamente la atención son las comparaciones penetrantes que hacen entre los dos sistemas: tienden a encontrarle muchas bondades y a revalorar al teléfono fijo: una tecnología “vieja” frente a otras invasivas como el Internet, la mensajería instantánea, las comunicaciones inalámbricas, como se aprecia en las críticas que transcribimos. Rydi de Toronto señala que solo puede costear uno, y se decidió por el fijo donde paga 15 dólares al mes que es la tarifa más baja, que no necesita larga distancia pues la hace por Internet. Otro se queja de que las compañías ponen muchos cargos, y por ello las ganas de hablar con sus amigos o familia se hacen a un lado, y cataloga al proveedor de telefonía como un “vampiro demoniaco festinando sobre sus finanzas”. Una persona de Victoria se queja de las tarifas y da sus razones de por qué abandonó el celular de pospago. Lo reemplazó por uno de prepago, para poder atender una necesidad médica y es estrictamente para eso y su número no lo conoce nadie. Que el celular está bien para gente que lo requiere en el trabajo o para emergencias, y que prefiere que no lo interrumpan en el restaurante o cuando está haciendo compras. Que el celular se convierte en una molestia y en ciertos casos una amenaza real. Alguien de Winnipeg, con gran conocimiento de los usos del celular, hace un extenso señalamiento que mantiene su línea fija porque es mas económica (ya no sirve la batería de su celular de 2005). “Dice que no recibe, ni hace llamadas importantes como para pagar 350 dólares al año. Y que también ahorra en baterías”. Opina que “muchos lo usan como juguete o para conversaciones 246 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL fútiles, o bien para no tener la sensación de aislamiento, y sentirse queridos manteniéndose en constante contacto: y que otros juegan a que son importantes y que están ocupados”. Teri de Vancouver advierte que su línea fija le da un “servicio ejemplar, es más barata que el celular y que no se va a embarcar en un plan de varios años por el que tenga que pagar un monto ridículo de dinero por usarlo fuera o bien tener que cancelarlo por cualquier razón”. Dice que no tiene teléfono, “que no necesita estar disponible para cualquiera las 24 horas y los siete días de la semana, que si la necesitan pueden dejarle un mensaje en su contestador y ella regresar la llamada”. Otro usuario relata que “es más importante la relación cara a cara y que es rudo que una llamada interfiera en una plática viva”. Otro aclara que “sin el celular él controla su tiempo, y no tiene que preocuparse de lo que piensa alguien si no responde la llamada inmediatamente, o no responde al mensaje”. Se queja también de que “no existan allí los pagos compartidos de las llamadas” (calling party pay o “el que llama paga”). Taz de Ottawa proporciona varias razones para mantener su teléfono de casa y “admite que no va a contratar celular a menos que se vea forzado, que las líneas fijas son más baratas y seguras, no necesita recargar o reemplazar el celular con cierta periodicidad y tampoco tiene que cambiarlo cada dos o tres años para mantenerse al día en los avances tecnológicos… Prefiere que no le roben con los paquetes de largo plazo, o por excederse cuando cursa más de los mensajes de texto que le permite su plan, o bien pagar roaming por llamadas entrantes o salientes”. Aclara que si la gente la necesita la encontrará tenga o no celular. El teléfono, dice convencida, “aunque estés en las islas del norte en medio de nada, no se necesita ni es útil”. ANA LUZ RUELAS 247 Royster de NS da cinco razones para mantener su línea fija: por conveniencia (el teléfono fijo no se pierde, ni se lo roban); por libertad (cuando se está fuera de casa se está fuera del alcance del teléfono, que no entiende eso de estar siempre al alcance); por seguridad (estar al margen de tentaciones de hablar desde el carro, y violar la ley de transito); por educación (es mala educación hablar con otros cuando estas con la familia o amigos); por las reuniones (si necesitas hablar por teléfono siempre habrá tres o cuatro gentes alrededor tuyo que tendrán un teléfono). Aunque está convencido que esa libertad terminará algún día. Nos encontramos pues ante un usuario canadiense conocedor de los impactos de la tecnología, sus ventajas y desventajas; reflexivo, que da opiniones calificadas y sobre todo que se queja de los abusos que cometen las grandes telefónicas con tarifas y cargos que se salen de los presupuestos individuales o familiares. Pero además, es consecuente con eso que aclama porque efectivamente usa de manera limitada o controladamente el celular. RESULTADOS DE LA ENCUESTA EN SHERBROOKE En nuestra propia encuesta (véase tabla 11) aplicada en noviembre-diciembre de 2009 a 100 jóvenes (45 mujeres y 55 hombres) en la Universidad de Bishop y en las calles aledañas de la misma universidad en la ciudad de Sherbrooke, pudimos constatar que efectivamente la tendencia en nuestro país de estudio, es a no abrazar al celular con el entusiasmo que se da en la mayoría de los países, aun cuando estamos en presencia de usuarios jóvenes. De nuestra selección, un altísimo porcentaje, 58%, no tiene celular. Las razones que aducen son dos principales, porque es muy caro y porque no es necesario. En contraste encontramos que ellos siguen siendo 248 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL fieles al teléfono fijo, que juega la función de principal medio de comunicación de voz, pues el 86% de todos los encuestados dijo que si lo dispone. Además, el otro medio que compite con el celular es Internet puesto que insistentemente referían que disponen de Internet en la Universidad en todos los espacios y que lo usan para comunicarse por correo electrónico y otros tipos de mensajería instantánea. Pero sobre todo enfatizaban que este servicio no traía algún costo adicional. Igualmente nos percatamos que en los campus de la Universidad de Bishop se encuentran todavía varias casetas públicas telefónicas y que se usan frecuentemente por los estudiantes. A diferencia de otros campus sobresale también entre nuestros encuestados que son muy afectos a dejar mensaje de voz, tanto en los buzones de los teléfonos fijos como en los celulares, lo que ya es muy difícil que ocurra en el caso de los usuarios jóvenes en México. El canadiense joven adopta muy tardíamente el celular, pues de nuestra muestra el tiempo promedio de los que tienen celular es apenas de hace 23 meses, siendo la edad promedio de 29 años, es decir, adoptaron el celular teniendo alrededor de 27 años. El canadiense tiende a ser racional en el manejo del servicio, pues la mitad de los usuarios hace solo 1 a 2 llamadas al día y se rehúsa a gastar en ambos servicios telefónicos, que ahora son más bien complementarios. Con esto tiene también estrecha relación el hecho de que 52% de todos los encuestados señalaran que el celular es poco o nada importante para la vida. Estamos en presencia de una población que usa de manera mesurada o racional el celular, pues casi la mitad de los que dijeron tenerlo se consideran a sí mismos medidos en su uso. Además, del total de nuestra muestra usuarios y no usuarios, cuando se les preguntó como consideraban al celular para su vida diaria, más de la mitad ANA LUZ RUELAS 249 TABLA 11. ENCUESTA A USUARIOS Y NO USUARIOS DE CELULAR EN SHERBROOKE, CANADÁ, 2009 (PORCENTAJES) Pregunta 1. Total Hombres Mujeres 2. Edad promedio 3. Origen étnico Canadiense No canadiense 4. Origen de los no canadienses Colombia Uruguay Perú México Chile Ucrania Francia Rusia Túnez Armenia 5. ¿Cuenta con teléfono celular? Si No 6. Tiempo promedio como usuario celular 7. ¿Por qué no cuenta con teléfono celular? Porque es muy caro No lo necesito No es importante Otro 8. ¿Usa prepago o pospago? Prepago Pospago Porcentaje 100 45 55 29 76 24 21 13 13 8 8 4 4 4 4 4 42 58 23 meses 21 24 11 2 13 29 250 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL 9. ¿Por qué usas prepago? Más barato Más práctico No pagar un plan multimensual Porque no lo usa mucho Mayor control 10. ¿Por qué usas pospago? Más barato Más ventajoso Más control Más práctico Trabajo paga Papá paga Error de juventud Porque puede pagar con tarjeta de crédito 11. ¿Cuenta con teléfono fijo en su casa? Si No 12. Promedio gasto mensual celular 13. Llamadas al dia realizadas desde teléfono celular 1a2 2a3 5 5 a 10 14. ¿Usa de manera medida o racional su celular? Siempre A veces Nunca 15. Importancia del celular en tu vida diaria Extremadamente importante Muy importante Medianamente importante Poco importante No del todo importante 46.2 23.1 7.7 7.7 15.4 58.6 10.3 3.4 6.9 10.3 3.4 3.4 3.4 86.0 14.0 32.67 CAD 43.0 19.0 26.0 12.0 21.0 16.0 5.0 8.0 20.0 30.0 26.0 16.0 ANA LUZ RUELAS 251 lo consideran mediana a extremadamente importante. Es decir, el teléfono es visto como indispensable por los que lo usan, pero también una porción de los no usuarios, 16% lo catalogan como importante que se supone querrían tenerlo, pero por razones poderosas no está a su alcance: 21% dijeron que es muy costoso y 24% consideran que no lo necesitan. Otro factor que puede afectar la adopción, es que tenemos un segmento de 24% de todos los encuestados que no son canadienses, que pueden ser estudiantes que temporalmente residen en el país y no les es redituable firmar un contrato por dos o tres años. Pero incluso del 76% que dijo ser canadiense todavía hay un porcentaje importante, 12%, que no lo disponen. De los usuarios, predominan los que tienen contrato por el servicio, o sea de los 42 que dijeron tener celular, casi tres cuartas partes, 29, tienen contrato de servicio o pospago, lo que se corresponde con la prevalencia de este sistema de pago en general en Canadá. Pero curiosamente, tanto los que usan prepago como pospago, se decidieron por esas opciones por ser más baratas. De los que usan prepago, 46% consideran que es más barato; y de los que optan por el pospago 58.6% advierten lo mismo. Es decir, estamos en presencia de una población que responde lentamente ante las nuevas tecnologías de comunicación, es mesurada, toma decisiones muy racionales al optar por servicios de comunicación tradicionales, disponibles, que no le representen gastos adiciones, como es el caso del teléfono fijo. También valora la ventaja de tener a la mano el servicio de Internet gratuito y que usa adecuada y convenientemente el buzón de voz en el teléfono fijo. Una hipótesis sumamente valiosa que nos ayuda a entender las resistencias de los canadienses a las tecnologías móviles como el celular nos la brinda Kirsty Best. 252 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL Ella sostiene que las resistencias de la gente a adoptar o usar ciertas aplicaciones de los artefactos se relacionan con experiencias de control sobre la tecnología, y pone como ejemplo el celular. En entrevistas profundas realizadas de 2005 a 2007 a 38 usuarios de artefactos digitales, encontró que muchos de los canadienses ponen resistencia o muestran desdén por las aplicaciones de sus aparatos portátiles. Esos rechazos, que también encontramos en los comentarios anteriores a la nota de CBC News, llevan implícito, “un reclamo al control” que ejercen las tecnologías sobre la vida cotidiana y que a veces son una presión persistente (Best, 2009) El estudio de Best contribuye al conocimiento de por qué ciertas tecnologías no son aceptadas, o no llaman tanto la atención para poblaciones como la canadiense. Sus entrevistados12 expresaron desdén por aplicaciones como tomar fotos o escuchar música que “resultan horribles” (406). Algunos establecen fronteras con la tecnología para lo cual construyen categorías de uso apropiado, y lo utilizan por motivos puramente funcionales, para la comunicación interpersonal y organizacional, no de entretenimiento. La opción de no emplear todas las funciones disponibles en el artefacto, ignorando por ejemplo, los juegos o acceder a Internet, confirma que los canadienses tienden a controlar el tiempo y energía que demanda el artefacto, es decir a usarlo racionalmente, que es, según la autora, una expresión de control sobre el artefacto. De la ciudad de Ottawa, de 18 a 66 años, de ocupaciones varias, con ingresos de moderados a altos, de extracción multicultural, con diversos grados de familiaridad con la tecnología móvil, de cómputo o Internet y celular, seleccionados para capturar un perfil amplio de usuarios, con alto grado de validez por lo real, rico y profundo del estudio (p. 399). 12 ANA LUZ RUELAS 253 La autora saca conclusiones: que los entrevistados no se involucran en el medio como sí se ve en otros contextos, que incluso cuando usan las aplicaciones tienden a entrar y salir rápido. Las quejas sobre la calidad las relacionan con el uso de medios tradicionales que les son familiares (p409), tal como apreciamos en los comentarios a la nota de CBS News. En otra vertiente de nuestra explicación al enlentecimiento de los canadienses por abrazar las tecnologías de comunicación móvil, encontramos un evento sugerente de cómo es entendido en los medios de comunicación el mercado canadiense de las nuevas tecnologías de información. ¿IMPORTA O NO QUE EL ÚLTIMO MODELO DE CELULAR NO SE ENCUENTRE DISPONIBLE EN CANADÁ? Isabel Pedersen (2008) refiere a un evento comercial, que encuentra revelador de la exclusión tecnológica de que son objeto los canadienses dentro de la retórica de la exclusión. Trata de demostrar como la cultura que rodea los nuevos medios se desparrama en las prácticas sociales y altera los contextos diarios. Apoyándose en el uso del concepto de cultura participativa de Henry Jenkins13 y del análisis de notas perio- 13 Jenkins (2006) contrasta la noción de espectador pasivo en los medios. Más que hablar de productores y consumidores de medios con roles separados, sostiene que ellos participan e interactúan en ese proceso. Considera al consumo es un proceso colectivo. Jenkins argumenta que las personas contribuyen a dar contenido a los medios, cuando participan en política, o le dan sentido a la convergencia. Sostiene que la participación cultural tiene un trasfondo social y es impredecible, y que la convergencia es todavía muy mediada por el régimen estatal y el mercado. 254 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL dísticas en varios diarios de Canadá y Estados Unidos a raíz de que no se introdujo el iPhone en Canadá al mismo tiempo que en su vecino país, encuentra que en distintos medios se trata a los canadienses como excluidos de la tecnología móvil. Analiza 16 eventos noticiosos (en periódicos como Calgary Herald, Harbour City Star, The Edmonton Journal, The Globe and Mail, entre otros) que tuvieron lugar en el verano de 2007, cuando con una intensa propaganda Apple anunció la introducción del iPhone en Estados Unidos, y a pesar de que dicha propaganda entró en los medios canadienses, el artefacto no fue ofertado en este país, sino hasta un año más tarde. Luego de examinar los contenidos de la propaganda del iPod e iPhone en Canadá, Pedersen (2008: 503) encontró que los canadienses son catalogados como una “totalidad excluida”. Entiende que la palabra exclusión significa estar cerrado a la participación, y también implica ser expulsado de un lugar habitado previamente, de una inclusión previa. Este se ajusta considerablemente a este caso, pues más que ser marginados o segregados (que significa una posición más concreta), ellos se ven excluidos de la membresía social que implica la cultura iPod / iPhone (Pedersen, 2008: 496). La autora establece que la retórica de la exclusión que se ve en las noticias funciona no solo para describir la exclusión canadiense, sino también para construirlos como excluidos, que es un acto retórico que prueba que la cultura de los artefactos móviles es significativa. Selecciona una columna del Globe and Mail que refiere sarcásticamente a la espera de los canadienses por la llegada del iPhone, diciendo que “el sonido de los dispositivos hace salivar a los millones de usuarios en el mundo… Pero si usted es canadiense, se puede ahorrar esa saliva”. En el Gazette de Montreal se contextualiza la historia escrita en Los Angeles Times sobre el evento: “La espera ANA LUZ RUELAS 255 tiene su virtud. Mientras los canadienses pretenden disponer del iPhone que ya está aquí, al menos ellos aprenden de los desafíos que tienen los nuevos propietarios en Estados Unidos, pues miles de estadounidenses buscan como desentrañar los misterios del iPhone” (Pedersen, 2008: 504). Esto, según Pedersen (2008: 505), retrata a los canadienses como “quietos, buenos, mansos y subordinados” frente a los estadounidenses, que son “retadores, curiosos, llenos de energía, renegados, que toman las cosas en sus manos cuando de violar los códigos de Apple se trata”. Por su parte un columnista del Winnipeg Free Press, concentra el sentimiento que tuvieron los canadiense por ese esquema de comercialización: “No Apple iPhone? You must be Canadian”. EL DESBLOQUEO DE CELULARES Otro factor que contribuye a dibujar la cultura de los canadienses frente a la tecnología es la respuesta que dan ante el fenómeno del desbloqueo de aparatos celulares,14 que es muy socorrido. No obstante la incompatibilidad de redes en Canadá, comprar un teléfono para desbloquearlo se cataloga como un movimiento de “desobediencia civil contra la industria de telecomunicaciones” (Bhandari, 2007). En Europa y Asia, por el contrario, existe una fuerte cul- En agosto de 2007, apenas tres meses después del lanzamiento del iPhone el 29 de junio en Estados Unidos, exclusivo para AT&T, un joven consiguió desbloquearlo para usarse con cualquier operador de telefonía, incluyendo a la rival T-Mobile. También, unos días antes, un grupo denominado iPhoneSIMfree.com había desarrollado un software que al instalarse en el iPhone, lo hacía utilizable con otras compañías celulares”. El Universal (2007), “Brincan la protección de datos del ‘iPhone’”, 27 de agosto. 14 256 EL TELÉFONO CELULAR. SU INCORPORACIÓN A LA VIDA SOCIAL tura de compra de teléfonos desbloqueados, “se es menos dependiente de las operadoras, existe mayor competencia, se desliga al manufacturero del prestador del servicio y finalmente es algo que va en el interés del consumidor” (Bhandari, 2007). En México tenemos una situación muy contrastante con la de Canadá, hay más hogares con solo celular que fijo, el desbloqueo de celulares es una práctica cotidiana y predominan los usuarios de prepago, incluso hay negocios formales donde se ofrece el servicio y no se diga los informales que abundan por las áreas céntricas de las grandes ciudades y también en las áreas periféricas puesto que se ha creado un mercado negro de venta de celulares por el alto robo de ellos. La importante adopción del celular que existe, a pesar de los altos niveles de pobreza patrimonial, se explican por una cultura del mexicano que superando las graves carencias económicas, adopta el celular bajo esquemas de pago mínimo, sin contrato de por medio, y con el consecuente uso acotado o a medias de una tecnología que se ha hecho accesible por los proveedores para poder alcanzar a un mayor número de clientela. La sociedad canadiense se distingue por no haber abrazado con tanta pasión u obsesión el celular, a diferencia de otras como la de los latinos, donde a pesar de las grandes carencias económicas, se hacen ajustes o adaptaciones en sus gastos para tener uno a la mano, sin consumir minutos y más bien para lucirlo, para no sentirse excluidos de la frontera tecnológica. En disponibilidad de telefonía celular para su población Canadá presenta una situación de excepción. Contrasta frente a otros países, pues por un lado es de los líderes mundiales en disponibilidad de infraestructura de telecomunicaciones, pero por el otro, sus habitantes tienen resistencias a adoptar las más recientes tecnologías como lo es el celular y optan por continuar apegados a una tec- ANA LUZ RUELAS 257 nología tradicional como es la telefonía fija, que se asocia a un modo de vida más sedentario. Son dos los factores que han influido principalmente en la adopción lenta y tardía de la tecnología celular en Canadá: la estructura del mercado y las tarifas, y la cultura del canadiense. Los consumidores canadienses cambian muy lentamente sus hábitos de comunicación, tanto por razones de racionalidad económica pero también se resisten a ser controlados por la tecnología. Ello los visualiza al exterior, como excluidos tecnológicamente. Los jóvenes particularmente van a contracorriente de la ola utópica del celular, tienden a redimensionar las ventajas del teléfono fijo y usar Internet como medio de comunicación accesible. BIBLIOGRAFÍA Agar, Jon (2004). Constant touch. A global history of the mobile phone, Cambridge: Icon Books. Arminen, Ikka (2006). “Social functions of location in mobile telephony”, Personal Ubiquitous Computing, vol. 20. Baber, Zaheer (2005). CyberAsia: the Internet and society in Asia, Leiden: Koninklijke Brill NV. Baron, Naomi (2008). 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