OSVALDO JOSE GREGORIO GIRIBALDI DNI 7.652

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OSVALDO JOSE GREGORIO GIRIBALDI DNI 7.652
OSVALDO JOSE GREGORIO GIRIBALDI
D.N.I. 7.652.122, CI 107.890. Nació el 4 de Junio de 1949 en
Santiago del Estero. Ingresó a la Facultad de Agronomía en
1967 (L.U. 1030/67) y se inscribió como alumno hasta 1972.
Hasta el momento de su secuestro tenía aprobadas 18
materias (5º año). También era empleado del Ing. Ledesma.
Fue secuestrado de su lugar de trabajo el 28 de mayo de
1976 en El Talar, Jujuy. En el momento de su secuestro y en
forma paralela fue allanada su casa (donde vivía con su
mujer y sus dos hijos) por personal de las fuerzas de
seguridad que se trasladaba en una camioneta del Ingenio
Ledesma. Un informe (a todas luces fraguado, por las fechas…) suministrado por la
División Antecedentes Personales de la Policía de Jujuy y adjuntado al juicio a las
juntas (causa 13/84), indica que Giribaldi había sido detenido legalmente el 1º de junio
de 1976, por infracción a la ley 20.840, habiendo sido liberado el día 10 de tal mes y
año, por falta de mérito. (La Ley 20840 del 30 de septiembre de 1974 llamada de
“Seguridad Nacional” sanciona a quienes preconizan la sustitución del orden
económico, político y social de la Nación por vías no establecidas en la legislación
vigente.)
Lo cierto es que Giribaldi fue visto en la Cárcel de Gorriti el 14 de junio de ese mismo
año por los santiagueños Julio Bravo y Mario Condorí.
También se encuentra en calidad de desaparecido el hermano menor de Osvaldo,
Mario A. Giribaldi (estudiante de abogacía de la UCSE, una hija), secuestrado junto a
Cecilio Kamenetsky en Santiago del Estero a principios de 1976. Un compañero de
cautiverio de Mario pudo hablar mucho con él mientras estaban cautivos en la prisión
de la Calle Alsina de Santiago del Estero y Mario le contó que lo habían llevado al
campo de concentración de Arsenales en Tucumán, donde le mostraron a su hermano
Osvaldo torturado.
Efectivamente, en octubre de 1976 Osvaldo fue visto en el Campo de Exterminio de la
Compañía de Arsenales 5 Miguel de Azcuénaga, en Tucumán, junto a otros
secuestrados de Jujuy.
Los testigos de su secuestro en Arsenales son los santiagueños Héctor “Pito” Galván,
Miguel A. Scat y su propio hermano Mario, quienes lo vieron junto al soldado Concha,
Gloria Figueroa y su hermano Miguel Ángel (todos santiagueños desaparecidos en
Tucumán).
Osvaldo estaba casado y al momento de su desaparición tenía 27 años de edad, dos
hijos y su mujer embarazada de una tercera hija (no lo sabía Osvaldo) a la que no
pudo conocer aunque se enteró de su existencia en Arsenales. (nº CONADEP 02191).
Su madre interpuso los recursos de hábeas Corpus Nº 888/83 y 1239/81, ambos ante
el Juzgado Federal de Jujuy.
Osvaldo Giribaldi integra la lista de casos de desaparecidos de origen italiano
denunciados en el escrito presentado el 15 de Abril de 1994 en Roma.
El 14 de agosto de 2006 se presentó querella penal acusando al Comandante del IIIer
cuerpo de Ejercito (Menéndez), Bussi, jefe de la subzona 32 (Salta, Tucumán y Jujuy)
la Guarnición Militar de de Jujuy y el R.I.M 20 comandado por el Coronel Néstor
Bulacio, el Servicio Penitenciario de SS de Jujuy, el Comisario Ernesto Haig (Jefe del
Centro de Operaciones Policiales de Jujuy) y José Américo Lezcano (LE 8194882- Ex
comisario General y del grupo de tareas de El Talar, San Pedro y Ledesma).
Poema de Rosana Giribaldi (hija menor de Osvaldo, a quien no conoció) para su
abuela materna, leído 1º de Junio de 2007 en el Acto por la Memoria, en el Aula
Magna de la Facultad de Agronomía y Zootecnia de la UNT.
Mujer
Mientras una paloma abraza tu cien
Rezas
Marchas
tus ojos, no ven otra cosas que la búsqueda,
el sueño de amamantar sus huesos con una lápida.
Amor
y el amor
amor que nos sobra,
en vertientes te derramas.
Son dos tus cielos perdidos
y a mis ojos trasciende tu esperanza vana.
Amor
y el amor
amor que nos falta
el cáliz
el cirio y la alfombra
en tus pies se hacen migajas,
pero el tamaño de tu sombra será más grande
que las cúpulas y el silencio que por debajo descansa.
Pienso en los niños quietos que en las noches te esperaban
y entiendo
más inocencia se consume en la espera
que aquella escondida en la voz de sus causas.
Cómo apretar tus párpados con los míos
para saber de su olor y su enseñanza.
Cómo acariciar las fotos en blanco y negro
sin buscarme en algo de su forma antigua y petrificada.
Bebiendo
voy bebiendo
de néctar y rocío
de verso a vino,
bebiendo
voy bebiendo
la vida en la misa
la pausa y la extrañeza
la otredad,
Y sin embargo su presencia en mí, en esta prisa
se encuentra y desencuentra
se toca y resbala.
Mientras ellos aparecen
Nuevas palomas blancas al cielo se levantan,
Que no seas tú y que descanses
que aguantes, y lleguen a tus brazos tus niños dormidos
que te quedes aquí
y que te marches.
Cómo jurar, como prometerte
que haré tu llanto mío.
Para que alcances el asilo en sus mundos pequeños
en sus rodillas rojas
y sus palmas perforadas.
Cómo pedir que te quedes
Cómo rezar por que te vayas.
Si eres el nido abuela mía,
si eres la cuna de aquellas alas
que nos precipitaron a la búsqueda interminable
para la justicia un Vacío
y para la utopía una Garganta.
Meciéndote en mis brazos nuevos
bailaría sobre las babas del tremendo monstruo si lo venciéramos
hallándote en mis palabras
recogidos sobre el mundo
en la bandera de un sueño
donde el hombre y la mujer en un nuevo canto
desnudos y al cielo se lanzan,
y decir en la Belleza de la vida
está la vida
con sus misteriosas formas de alabanza,
en Sacrificio humano y Brutal por la belleza
de mártires ciegos por vislumbrar la esperanza,
que destella los cielos y más cielos
que acongoja a los mortales y a los muertos abraza.
Y a los santos derramados por su pueblo
por el pan y el cuchillo
por la savia que en las raíces sumergidas
aguarda su canto de gracia.
Concede la vibración permanente de una plegaria
en resonancia con los pulsos de la vida,
entre los músculos tensos de la humana batalla.
Mientras aguardan el polvo de otro suelo
para sepultarse en una segunda y circular alabanza,
donde las curvas armoniosas del tiempo todo lo encuentran.
Y en el florecimiento de las pieles nuevas,
Resurja la poesía y renazca la esperanza.
Para sosegar el horror de aquellos criminales,
Para que duerman tranquilos en sus celdas con sus pupilas rancias
y recupere la forma de especie este Bestiario
donde me lanzo a la Súplica de un cielo digno
más transparente que estos ojos
y mas fugaz y eterno que el batir de sus alas.
HUGO ANTONIO NARVAEZ HERRERA
DNI 10.742.086, CI 120.184. Nació el 17 de Julio de 1953 en
Jujuy. Ingresó a la Facultad en 1973 y se inscribió por última vez
en 1976 (L.U.1972/73). Tenía 5 materias aprobadas.
Alquilaba, junto a otros estudiantes jujeños, un departamento en
la Calle 9 de Julio 89 5º Piso de la Capital.
Desapareció en la madrugada del 17 de julio de 1976 en la Peña
“El Alto de las Lechuzas”, de 24 de Septiembre y Marco
Avellaneda, en oportunidad en que festejaban su cumpleaños
con otros estudiantes de Ledesma (Jujuy).
A la medianoche, mientras los jóvenes se divertían en la peña Alto La Lechuza, un
grupo de encapuchados allanó el departamento. Buscaban a Eduardo Cáceres, pero
no lo encontraron; sólo estaban Osvaldo Jayat, Gerardo Herrera y Víctor Lemme,
quienes se habían quedado estudiando. Obligaron a éstos, mediante amenazas, a
decir dónde se encontraban los otros; luego los dejaron, en calzoncillos, en medio de
los cañaverales de un paraje llamado El Manantial.
A las 2 de la mañana entraron 6 encapuchados armados al local, encerrando a los
presentes en una habitación del fondo, a excepción de un oficial del Ejército (vestido
de civil) que al identificarse como tal fue autorizado a permanecer en su sitio.
En esa ocasión secuestraron también a Juan Gerardo Jarma, José Manuel Cabrera,
Rubén Molina y Rubén Canseco, todos de Ledesma, Jujuy. Fueron llevados en un
Ford y un Torino Negros y sin patentes, sin que se tengan hasta ahora noticias de sus
paraderos.
Ese día, también fueron detenidos dos jujeños en San Miguel de Tucumán: Juan
Carlos Espinoza, estudiante de Derecho y Ciencias Exactas, y Roberto Alejandro
Polanco, estudiante de Medicina.
Existen indicios de que en los secuestros de “El Alto de las Lechuzas”, así como en
otros de estudiantes jujeños estaría relacionada Leoni Susana Auad, conocida como
“La Piturra”, acusada de colaborar con los servicios de inteligencia del Ejército. Habría
participado en tareas de inteligencia dentro del CCD “El Arsenal Miguel de Azcuénaga”
e integrado grupos de tareas, secuestrando a estudiantes de la Facultad de
Arquitectura y otros oriundos de Ledesma, Provincia de Jujuy, de donde ella proviene.
Hilda Figueroa secuestrada - detenida durante el denominado “Apagón de Ledesma”
recuerda haberlo escuchado quejarse, hablar o gritar a Hugo en el Centro Clandestino
de detención (CCD) Guerrero (una hostería ubicada en el pueblo del mismo nombre,
sobre la ruta provincial Nº 4 a catorce kilómetros de San Salvador de Jujuy). En el año
1976 era una hostería que usaba el Obispado para hacer retiros espirituales, se
supone que era propiedad de la empresa Ledesma. Luego pasó a ser la Escuela de
Policía y en la actualidad es un sitio recreativo de los sindicatos de SMATA, UPCN y
UOCRA. Durante el juicio por la verdad histórica llevado a cabo en la Provincia de
Jujuy, se deduce que el centro estuvo activo durante 30 a 60 días entre los meses de
Julio y Agosto del 76, que coinciden con los denominados “apagones de Ledesma”. Se
estima que por él pasaron de 120 a 150 personas, provenientes principalmente de
Calilegua y el Departamento Ledesma, o que habían sido traídas de Tucumán. El CCD
Guerrero estaba custodiado por la mañana por la policía provincial, por la tarde por el
Ejército y por la noche por la Gendarmería.
Raúl Bartoletti detenido en el CCD Guerrero declara: “Cuando llegamos era de noche.
Ellos habían concentrado a los que detuvieron en Ledesma y en Calilegua y los
compañeros que estaban estudiando en Tucumán pero que eran de la zona... Yo
gracias a Dios no tuve picana, sí trompadas y patadas; pero sentía como torturaban a
los compañeros y compañeras”.
Datos no confirmados indican que Hugo fue visto tiempo después en el Campo de
Exterminio de la Compañía de Arsenales 5 Miguel de Azcuénaga, en Tucumán.
Sus familiares hicieron gestiones ante la policía Provincial, Federal, Cdo. De Brigada
V, Juzgado Federal, Ministerio del Interior, Cdo. Del III Cuerpo de Ejército (Córdoba) y
CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos-OEA)
Su madre Enriqueta Herrera lo recuerda así: Después del festejo se venía a Jujuy
porque se casaba mi sobrino que estaba en ese momento; por eso yo me aferro a la
idea que es el Ejército el que ha secuestrado a mi hijo, porque le dice “perdóneme
mayor”. Le faltaba un año para recibirse de ingeniero agrónomo. Con el secuestro casi
nos morimos todos, porque lo conocían que era rebueno. Que podemos hacer, llorar
nada más, de mi hijo no nos olvidamos.
El era cuidadoso, llegaba del baile y se sacaba el traje, cepillaba bien el pantalón, lo
doblaba y colgaba. Para vestirse era de primera, yo le compraba la ropa en Tucumán,
en Modart; trabajaba en la telefónica en Libertador, le encantaba vestirse bien.
Cuando se recuerda el apagón, lloró toda la noche, no tengo ni que vivir... yo digo “Voy
a dar mi último suspiro pensando en mi hijo”. Mi marido se ha muerto con pena del hijo
porque ese día que estaba muy grave me dijo “Esta noche me muero a las nueve y
mirá si aparece Hugo” y se murió como a la hora que dijo.
Espero que si hay un Dios, espero la justicia de Dios, porque ya del hombre no creo
nada; que la justicia de Dios me la haga ver que estén todos presos los asesinos, que
me la paguen, que paguen lo que han hecho. Que no sean tan cobardes; para mí, son
cobardes, ¿por qué una persona que no es cobarde, va a encapuchar, va a ir con
armamentos a sacar a los chicos que están en una peña o que están en la cama
durmiendo? Para mí son cobardes, para mí no son personas, y yo creo que para
nadie.
Hugo Narváez Herrera perteneció a la promoción 1972 de la Escuela Normal de
Libertador, de la cuál hay seis detenidos desaparecidos: De ellos, cuatro eran
estudiantes universitarios de la UNT.
El día de su secuestro Hugo festejaba su cumpleaños número 23. (Nº CONADEP
03575)
DOMINGO FAUSTINO REALES
DNI 11.965.049. (L.U. 2562/75). Ingreso a la Facultad en 1975
y se inscribió por última vez en 1976.
Nació el 15 de febrero de 1957 en Calilegua, Jujuy.
Lo secuestraron el 10 de julio de 1976 junto con Leandro
Córdoba, Rubén Carrazana y Luís Burgos en la calle Alsina
1518. Se realizaron trámites y recursos de Hábeas Corpus en
el Juzgado Federal, Ministerio del Interior, Nunciatura
Apostólica, Cruz Roja y CIDH.
Sus familiares hablaron con Monseñor Emilio Graselli en Prov. de Buenos Aires,
diciéndoles éste que rezaran porque algo malo habría hecho.
Su hermana Marta Gladis lo recuerda así:
Mi hermano, era un chico inquieto, que le gustaba investigar y compartir lo que sabía
con sus amigos. Estudiaba Ingeniería civil en Tucumán. Estudiaba y trabajaba para
pagarse los estudios. Siempre fue buen alumno y de chico era abanderado de la
escuela. Compinche y cariñoso con sus hermanas. Fue secuestrado y desaparecido el
10 de julio de 1976. Mi madre estuvo desde el principio junto a Olga* y marchaba.
Todos los jueves. Solía traer a mi hijita Agustina con un pañuelito en la cabeza. Y
cuándo ya su enfermedad no la dejo venir a las marchas, se quedaba en casa
llorando. Fue una luchadora, fue Sixta Tejerín de Reales.
Mi hermano y mi madre nos acompañan y nos dan fuerzas para seguir buscando
justicia. Para todos, no sólo para mi hermano, para los treinta mil. Yo tengo fe y
confianza que, con el tiempo, la justicia ha de llegar...”
Su hermana María del Milagro comenta: Domingo o Mingo como le decíamos en casa,
fue mi único hermano varón, fue mi gran amigo y cómplice de miles de travesuras
cuando niños. De adolescentes, fue el confidente incondicional. Fue poeta que
plasmaba en un papel, todas las ensoñaciones que su tierna juventud le inspiraba, las
que se basaban en un mundo de justicia, de equidad y de verdad. Cuando se lo
llevaron, la vida se detuvo, de golpe y bruscamente el cielo anocheció. La
desesperada incertidumbre de mi madre le robó para siempre la sonrisa.
Entonces, junto a ella, mi padre y mis hermanas emprendimos el interminable, infinito
camino de la búsqueda. Tocamos miles de puertas, esperanzados en la posibilidad
imaginada de que alguna vez, brillará la luz de su voz, de su presencia. Sin embargo,
no encontramos nada más que el eterno silencio. Nada más que la oscura espalda de
aquellos que desconocen desgraciadamente el respeto por la vida, de esos que se
creen los “dueños del perdón”.
Y aquí estoy amado hermano...
Aún después de tantos años, después de tanta vida recorrida. Hoy como siempre, digo
presente, aunque vientos nuevos refrescaron mi rostro y aliviaron mis húmedos ojos.
No pasó ni pasará jamás un solo día sin recordarte Mingo, sin hablar de ti, sin sentir tu
vida pura junto a mi camino, sin cansarme de decir de gritar que ni aún el recuento de
tantos años borrarán tus pasos.
¡¡¡ Mingo Reales, amado hermano, estás siempre presente!!! Como están presente,
ahora y siempre los treinta mil detenidos desaparecidos.
Su amigo Guillermo Sergio Quispe con quien compartió la facultad y la pensión por
algún tiempo nos dice: Era alegre bromista, no dejaba de sonreír... era un buen
compañero. El Flaco está presente en cada día y se que alguna vez volveremos a
encontrarnos. Por eso lucho, por él y su recuerdo y por mis hijos, para que tengan un
país mejor. Un país donde no haya impunes.
Domingo Reales fue visto en “Guerrero” por H. Campos el 1-8-76.
(Leg. 2545 CONADEP).
Tenía 20 años.
* Se Refiere a la Señora Olga de Arédez luchadora incansable por los derechos humanos,
fundadora del grupo de Madres de Plaza de Mayo de Ledesma.
LEANDRO RODOLFO CÓDOBA
LE 10.008.469. También figuraba inscripto en la Facultad de
Ciencias Exactas. Nació el 8 de febrero de 1952 en Calilegua,
Jujuy. Fue secuestrado de su domicilio de estudiante, en Alsina
1518, San Miguel de Tucumán en la madrugada del 10 de Julio de
1976 junto con Carrazana, Burgos y Reales. Sin embargo el
testimonio de su hermana contradice la edad y el lugar de
secuestro de Leandro (ver más abajo).
Testigos oculares que no se identificaron por razones de seguridad manifestaron que
en ese procedimiento actuó personal uniformado, fuertemente armado (que al parecer
sería de la Federal o del Ejército) que ingresaron volteando puertas y ventanas,
llevándose a los estudiantes con rumbo desconocido en un patrullero y un celular.
Trasladados los familiares al lugar de los hechos sólo encontraron vestigios de lucha y
toda la ropa despedazada a tirones.
En la Central de Policía de Tucumán les dijeron a los familiares que habían sido
detenidos por orden del Coronel Carlos Néstor Bulacio, Jefe del R.I.M. 20 (Regimiento
de Infantería de Montaña 20) de Jujuy.
Denuncia uno de los familiares que en ocasión de relatar los hechos a Monseñor José
Miguel Medina (Obispo de Jujuy), detrás de unas cortinas se encontraban dos militares
grabando la conversación. Medina les dijo que rezaran y que fueran más a misa,
diciendo que la desaparición de Leandro se debía a la mala crianza y que en algo
estaría metido.
Su hermana Gloria Córdoba los recuerda así: mis hermanos eran Leandro Rodolfo y
Germán Tomás. Ellos como toda persona joven estudiaban, trabajaban y tenían
amigos. Leandro tenía 27 años. Desaparece de acá (Calilegua), se lo llevan de mi
casa. Vino la policía. Entraron a la casa amenazando a toda la familia, nos apuntaban
con unas ametralladoras así como si fuéramos unos delincuentes, unos asesinos. Era
de madrugada, nos levantaron de la cama a toda la familia, nos hicieron poner cabeza
sobre la pared, me acuerdo que mi Papá estaba descalzo y uno de mis hermanos
desaparecido, tenía un solo zapato. Revolvieron todo, tiraron todo, mi madre solía
tener dinero, cosas de oro, todo se robaron. Decían que el Sr. Germán Córdoba en la
comisaría. Se lo llevaron. Mi mamá decía “Che, no vienen tu hermano y tiene que ir a
trabajar”. Mis dos hermanos fueron hasta la comisaría, cuando llegaron ya lo estaban
subiendo a la camioneta. Se lo llevan a Jujuy, después nunca más. Siempre nos
decían” están incomunicados”. Nosotros le dejábamos cigarrillos, jabón, galletitas pero
nunca nos han dejado verlo. Nunca los vimos, nunca más. Mi madre desde que
desaparecieron mis hermanos lloró todos los días de cada día. Fue muy doloroso.
Todos se apartaron, en el pueblo nos decían “los hermanos son subversivos .Nosotros
nos preguntábamos “Dios, ¿Qué hicimos? Nada, nada, nada”.
A nosotros nos costó muchos años superar, yo veía un policía en la calle y se me
deformaba la cara aunque yo creo que uno nunca olvida...
Lo bueno de estas marchas es que hay mucha gente. En cambio antes nadie nos
apoyaba, sólo las madres y los hermanos. Íbamos marchando y todos nos miraban
como sapo de otro pozo. Pienso que por fin la gente está tomando conciencia, a mí
me parece bien que sea pacífico. Ellas marchan calladitas, y con su pañuelito blanco.
Yo a mis hermanos siempre los voy a llevar en el corazón, son hermanos aunque no
estén. Yo siempre los he criado a mis hijos con la idea de esos dos hermanos, de sus
tíos. Siempre les hablo de esos dos hermanos desaparecidos y lo que causó a mis
padres que nunca lo superaron. Mi madre llora y llora todas las noches y ella tenía la
esperanza de que sus hijos iban a llegar, pero nunca han llegado.
Su hermano Germán Tomás también detenido desaparecido perteneció a la
promoción 1972 de la Escuela Normal de Libertador, de la cuál hay seis detenidos
desaparecidos.
Fue visto por última vez en el Campo de Concentración de Guerrero, Jujuy, por
Ernesto Samán. Su legajo no se encontró en la facultad.
Tenía 24 años (Nº CONADEP 01222, Decl.No:4891)
RUBÉN HORACIO CARRAZANA
LE 10.375.974. (L.U. 1865/73). Ingreso a la Facultad en 1973 y
se inscribió por última vez en 1976.
Nació el 27 de agosto de 1952 en Ledesma.
Encontrándose en un asado en calle Alsina 1518, su domicilio
en Tucumán, fue secuestrado por un grupo de la Policía
Federal el 10 de Julio de 1976 a las 2 de la mañana, junto a
sus compañeros Córdoba, Reales y Burgos (todos de Jujuy).
Se realizaron trámites ante Policía Federal, Cdo. De Brigada
V, Policía de Jujuy, Ministerio del Interior y CIDH. (Nº
CONADEP 00941, Decl.No:4892).
Su madre Amanda Murillo de Carrazana lo recuerda así: Yo tuve seis hijos, tres
varones y tres mujeres. Mi hijo Rubén estudió en la Escuela Normal de Ledesma y de
ahí se fue a la Universidad de Tucumán. Estudiaba Ingeniero Agrónomo.
Mi esposo, que hace dos años murió, era un hombre ejemplar, me decía “Amanda
tenés que viajar a Tucumán a pagar todo lo que Rubén estudiaba”. Él era el más
chico, tenía 24 años.
Mi hijo, le digo, y que Dios sabe era estudioso. Cuando yo iba a Tucumán él me decía
“mamita voy a clase y espérame a que yo salga”. Íbamos al parque y ahí comíamos
los dos. Él estaba conmigo y yo le preguntaba “¿Cómo es tu vida, papito, cómo
andás? Y el me decía “mamita, no te hagas problema, ya me falta poquito, quizás en
un año ya me reciba, mamita de ingeniero agrónomo”.
Cuando lo llevan de Tucumán y me avisan me enloquecí en ese rato. Ha sido a las 12
del día, en que yo estaba sirviendo la comida a mi esposo.
Dicen que ellos porque estaba con unos compañeros de Jujuy, era de tardecita, un 9
de julio habían idos a ver el desfile. Mi hijo estaba con Domingo Reales, Burgos y con
Córdoba, que son de san Pedro, que también son desaparecidos.
Yo en esos días le había hecho un giro para que se venga porque era el bautismo de
su sobrino.
Me contaron que dicen “Che, que les parece si vamos a comer algo en la puza”. No
habían comenzado a comer que el hombre que ha hecho el asado (un viejito del
frente) salió a la puerta y ha visto que toda la cuadra la habían tapado los milicos y ahí
se lo han llevado a mi hijito. Después cuando me avisaron salí como loca a Tucumán.
Anduve por ahí solita. Después fuimos con las chicas Reales. Hemos andado allá, por
dónde no hemos andado. Donde había un ejército íbamos a la puerta.
Nos habían contado que era la federal la que lo habían llevado, también hemos ido
allí. Después salen al rato y dicen “No, no está” y Ud. sabe que entrábamos y nos
apuntaban con armas y nos preguntaban “¿Qué buscan?” Y Yo les dije “Ay señor, por
favor, mi hijo no ha sido un delincuente, nunca en la vida ha sido un delincuente”.
“Bueno” dice “ya le vamos a buscar y cuando lo encontremos, le avisamos” con eso
nos han largado. Una vez decían que estaba en la frontera de Jujuy, Paraguay por ahí.
Me fui con una señora, mis hijos me dieron cada uno un poquito para que yo pueda
viajar.
Yo digo como siempre la Doña Olga*, pobre ella siempre quería salir, antes éramos
poquitos los que íbamos a las marchas, no se animaban a salir. Yo se lo juro por Dios
que no tenía miedo ¿sabe que pensaba?, si mi hijo no va a aparecer, que me maten
de un tiro. Decía yo “Por Dios, no voy a poder seguir viviendo” pero yo iba a mi casa
tenía mis tres nietos criando. Así que yo tenía mis tres chicos chiquitos.
Ahora siento que hay más gente, más apoyo esa gente que viene que he visto de Bs.
As. Cuándo estaba Alfonsín que hicimos una marcha grandísima yo he estado ahí, en
Bs. As., he estado debajo de la bandera donde decía “los desaparecidos de Ledesma”.
Yo mientras viva voy a estar al lado de todos, porque es una búsqueda más intensa. Y
tenerlo siempre presente. Día y noche penaba y de lo bien que estaba decía “Ay, mi
hijo ¿dónde estaría?”
Usted sabe como es una cosa que me imagino que yo lo voy a ver, pero ... ya no, pero
verlo, siquiera a los huesos de él. Cuando murió mi esposo, hice hacer un nichero para
mi hijito, que algún día si estoy viva me lo entreguen y quizás muera yo con
tranquilidad.
Rubén Horacio Carrazana perteneció a la promoción 1972 de la Escuela Normal de
Libertador, de la cuál hay seis detenidos desaparecidos. De ellos, cuatro eran
estudiantes universitarios de la UNT.
* Se Refiere a la Señora Olga de Arédez luchadora incansable por los derechos humanos,
fundadora del grupo de Madres de Plaza de Mayo de Ledesma.
No hay testimonios de su paso por un Campo de Concentración. Tenía 23 años.
JUAN CARLOS PASTORI
LE. 11.909.139. (L.U. 1987/73). Registra su última inscripción
en la facultad de Agronomía en 1974. Al parecer luego se pasó
a la facultad de Arquitectura.
Existen indicios de que en su secuestro estaría relacionada
Leoni Susana Auad conocida como “La Piturra” acusada de
colaborar con los servicios de inteligencia del Ejército. Habría
participado en tareas de inteligencia dentro del CCD “El
Arsenal Miguel de Azcuénaga” e integrado grupos de tareas,
secuestrando a estudiantes de la Facultad de Arquitectura y
otros oriundos de Ledesma, Provincia de Jujuy, de donde ella proviene.
Unos días después del secuestro de Pastori fue secuestrada su novia NORA CAJAL,
también estudiante de arquitectura, liberada posteriormente a los 40 días, la cual
estando en cautiverio pudo ver a Juan Carlos en el Arsenal.
Juan Carlos estaba incorporado como soldado conscripto a la Compañía de
Comunicaciones V desde el 22 de abril de 1975. Su desempeño como soldado le valió
el ascenso a dragoneante. Hoy es uno de los 129 soldados desaparecidos por la
dictadura que José Luís D'Andrea Mohr describe en su libro “El Escuadrón Perdido”
(Los genocidas le agregaron a sus desapariciones la cobarde acusación de
“desertores”).
Según las autoridades de la V Compañía de Comunicaciones, con sede en Tucumán,
Juan Carlos salió en comisión el 25 de septiembre de 1976 y a las 20.45 fue agredido
por una patota después de lo cual regresó al cuartel haciendo conocer tal novedad a
su superior inmediato. Este le indicó que fuera a hacerse curaciones y que se retirara
a su domicilio. A partir de entonces está desaparecido; pero la familia cree que todo el
episodio fue urdido por personal militar.
Esa teoría está reforzada por la “baja por deserción”, sin búsqueda militar ni policial en
el domicilio.
Los militares responsables de la Compañía en esa época son:
Jefe: Mayor Alfredo Francisco ANDUJAR
Comandante de Zona: General Luciano Benjamín MENENDEZ
Comandante de Subzona: General Antonio Domingo BUSSI
Jefe de Área: Teniente coronel Ernesto ALAIS
Jefe del Destacamento de Inteligencia 142: Teniente coronel Eusebio GONZALEZ
BREARD.
El señor Andrés PASTORI, padre del soldado desaparecido, realizó trámites ante el
mayor Alfredo Francisco ANDUJAR, jefe de su hijo; ante el Comando en Jefe del
Ejército, el Ministerio del Interior, la Gobernación de Tucumán, la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos y la Organización de las Naciones Unidas.
Además, intentó el camino de la Iglesia católica. En marzo de 1979 el señor PASTORI
recibió una carta de sor Beatriz GUTIERREZ que terminaba así: "Cuando se espera
con FE, sin esperar o indagar demasiado, rezando con serena esperanza y sin temer,
perdonando a quienes obraron sin luz, entonces Dios y la Virgen se complacen en
escucharnos".
Juan Carlos fue visto tiempo después en el Campo de Exterminio de la Compañía de
Arsenales 5 Miguel de Azcuénaga, en Tucumán, donde muere a causa de las torturas
recibidas.
Juan Carlos Pastori perteneció a la promoción 1972 de la Escuela Normal de
Libertador, de la cuál hay seis detenidos desaparecidos. De ellos, cuatro eran
estudiantes universitarios de la UNT.
Tenía 23 años. (Nº CONADEP 03871).
JOHNNY VARGAS OROZCO
LE 11-826.622. (L.U.2049/73). Ingreso a la Facultad en 1973 y
se inscribió por última vez en 1976.
Nació el 29 de Abril de 1952 en Cochabamba, Bolivia y se
había nacionalizado como argentino tres meses antes de ser
secuestrado.
Estando en su domicilio de Ledesma, Jujuy, se apersonó el 17
de Julio de 1976 a la una de la mañana, el Comisario Américo
Lezcano (jefe de la seccional de policía Nº 24 del Dpto.
Ledesma) con ropa de civil, el Cabo Sánchez y un Alférez de la Gendarmería Nacional
afectado al Ingenio Ledesma. Le indicaron que lo dejarían en libertad luego de algunas
averiguaciones, conduciéndolo a la Seccional 24 de Ledesma, a cargo de Lezcano.
Al amanecer fueron su madre y esposa a quienes les dijeron que lo habían llevado a la
Central Policial de Jujuy. Allí los recibió el Comisario Ernesto Haig, quién confirmó su
detención en ese lugar diciendo que estaba incomunicado. Al día siguiente les dijo que
sería muy difícil que recuperara jamás la libertad pues estaba a disposición del
Coronel Carlos Néstor Bulacio (Jefe del RIM 20) y que se hicieran a la idea de que no
lo verían más. Luego se enteraron de que fue visto en el Campo de Concentración de
Guerrero junto a los estudiantes desaparecidos en Tucumán.
Denuncias en la OEA (CIDH) y Hábeas Corpus con resultados negativos. Fue visto por
Ernesto Samán (leg. 4841 CONADEP) en “Guerrero” en Julio de 1976.
Su hermano José Vargas lo recuerda así:
Mi hermano en esa época estudiaba Agronomía en la UNT, y como hermano, por
supuesto, ha sido una buena persona. Nunca ni hemos imaginado lo que ha pasado
cuando lo han detenido, no pensamos que iba a ser un desaparecido.
Nosotros vivíamos en Ledesma desde el año 1973. A él lo vienen a buscar en la casa,
vino el ejercito inclusive estuve yo. El que lo llevó fue el comisario (José Américo)
Lescano, en una oportunidad tuvimos ocasión de hablar, casi nos vamos a las manos,
decía “no sé”, negaba rotundamente que él había sido, pero él participó porque
nosotros lo vimos. Se lo llevan esa noche del apagón, uno no tomaba conciencia lo
que había pasado, era como un apagón cualquiera. Al otro día tampoco nadie se daba
cuenta de lo que estaba pasando. A la semana recién se empezó a comentar de todos
los detenidos, de todo lo que había pasado. Después vamos a averiguar y nadie nos
quería decir nada. Inclusive amenazaban que si yo seguía averiguando me hacían
desaparecer. Nosotros empezamos a venir al RIM 20 (Regimiento de Infantería de
Montaña) porque decían que acá los tenían detenidos. Decían que estaban bajo el
poder de los militares que no daban a conocer nada porque era sumario secreto.
Entonces les decían a las madres que no se preocupen, las reunían a las pobres
madres y les decían que en cualquier momento podían aparecer que era nada más
que para una investigación. Venimos de Ledesma (a San Salvador de Jujuy) cada día
por medio pero nunca se supo nada, nadie quiso dar ninguna noticia real.
... Nosotros hemos sido una familia chica, estaba mi madre y yo, nada más, el resto de
la familia estaba en Bolivia. Mi madre fue la que se puso al frente con el tema de la
búsqueda. Inclusive fue a Bolivia, a Norteamérica, a las Naciones Unidas, hizo cartas
pero no hubo caso.
... Se empiezan a hacer reuniones, para ver si se podía organizar una marcha de
repudio. Y creo que después del año la gente había tomado conciencia de lo que
había pasado. Pero realmente al principio no se sabía con exactitud si ellos eran
realmente desaparecidos o estaban detenidos. Mi madre murió en 1995 ella ha estado
siempre presente en las marchas.
.... Mi hermano nació en Bolivia pero se nacionalizó tres meses antes de que lo
detengan. Nosotros nos vinimos de chicos, nos criamos en Córdoba. Con mi hermano
nos llevamos cuatro años de diferencia. Mi hermano era de carácter distinto al mío.
Era más sumiso, medio callado, el apodo de el era el “Trunchi”, así le decían sus
compañeros de la Escuela Normal, inclusive en el curso de él hay como diez
desaparecidos. Hay anécdotas de irse a bañar al río, cosas de esas (...)
En Ledesma decían que había tirado una bomba a las máquinas, era mentira eso era
una patraña de los de Ledesma con los mismos policías y el ejercito. Eso yo me enteré
después, por los mismos empleados de Ledesma.
Mi hermano nunca trabajo para Ledesma, el siempre estudió, yo trabajaba en una
casa de repuestos. Hay una anécdota, había un jefe de gendarmería, (Mario) Patanes,
era muy allegado al negocio, no era amigo mío, pero había cierta confianza y me dijo
una vez que si yo tenía un hermano que estudiaba en Tucumán, que tenga cuidado
porque lo iban detener, que si se podía ir a otro lado se vaya, el me decía “ustedes son
bolivianos” ¿Cómo no se va tu hermano a Bolivia? Decía que lo iban a detener nada
más, no decían otra cosa, que iban a tomar medidas tan grandes como la han tomado.
Me acuerdo que viajamos con otro muchacho a Tucumán y lo quisimos traer para
llevarlo a Bolivia y él no quiso viajar. Yo realmente no supe ni nunca me contó nada
pero después me enteré por los muchachos que estuvieron detenidos y liberados que
en Tucumán se juntaban, se reunían, que ha estado participando pero no sé de qué
partido.
(...) Con mi mamá siempre estuvimos participando de las marchas. Después cuando
me vine para acá (a San Salvador de Jujuy) ya no. No fui ni el año pasado ni el
anteaño. Pero a todas las marchas sí (...)
Rufino Lizárraga detenido y secuestrado en el CCD Guerrero reconoce las voces de
Johnny Vargas cuando se encontraba secuestrado en Guerrero.
Raúl Bartoletti (detenido – secuestrado en el CCD de Guerrero) le rindió un
reconocimiento y homenaje público recientemente en la Escuela Normal de Libertador.
... “Un compañero que estuvo conmigo en el CCD de Guerrero; un día cuando me
llevan para interrogarme él estaba presente y le preguntan ¿Lo conocés, es tu amigo?
Sí, contesta. ¿Él en qué andaba, que grado tiene en la organización? No en nada.
Pero ¿Él era? No, en nada. Si él en ese momento por miedo o por dolor, hubiese dicho
algo, a lo mejor hoy yo no estaría acá.”
Johnny Vargas Orozco perteneció a la promoción 1972 de la Escuela Normal de
Libertador, de la cuál hay seis detenidos desaparecidos, de los cuales cuatro eran
estudiantes universitarios de la UNT.
Estaba casado y al momento de su desaparición tenía 24 años. (Nº CONADEP
05241).
GLORIA CONSTANZA CURIA
DNI 12.414.552. Nació el 10 de abril de 1953 en Tucumán.
Era bachiller Egresada de la Escuela Sarmiento. Tenía
estudios de la Licenciatura de Artes Plásticas. Ingresó a la
FAZ en 1976 (L.U. 2618/76) siendo a la vez empleada de
oficina. Registra su última inscripción el 30/03/76. Pero sólo
sería alumna de nuestra facultad por un mes y medio.
A las 0.30 del 12 de Mayo de 1976, irrumpió en su domicilio
familiar de esta ciudad, un grupo de 5 enmascarados, con
armas largas y uniformes de guerra, preguntando por
Constanza y su Hermano Fernando (20 años, también
desaparecido) a los que encañonaron y vendaron los ojos, llevándolos por la fuerza.
Se fueron en dos vehículos y a pesar de todas las diligencias ante autoridades
militares, policiales, judiciales y eclesiásticas, nunca se supo su posterior destino
(Policía Federal, CIDH y varios Hábeas Corpus ante el Juez Federal).
Constanza y su Hermano fueron vistos por Juan Martín en el Campo de Concentración
de la Jefatura de Policía en Agosto de 1976.
Tenía 23 años. (Nº CONADEP 01324, Decl.No:5545).
OSCAR RAMÓN CABRAL
L.E. 11.157.376. (L.U. 2374/75). Ingresó a la Facultad en 1975
y se inscribió por última vez en 1976. Desapareció el 2 de
febrero de 1977 en Aguilares, donde residía, cuando se dirigía
a una reunión en casa de amigos. En circunstancias en que
transitaba en el auto de su padre (aproximadamente a las 22
hs.) fue interceptado por un automóvil que se cruzó, bajando
dos hombres con armas, quienes lo obligaron a subir al
vehículo de ellos, secuestrándolo.
Todo esto ocurrió en pleno centro de Aguilares y en presencia
de transeúntes.
Denuncia radicada en Comisaría local y Juzgado Federal (causa: “Autores
desconocidos S/secuestro”).
Era muy alto (medía 1,90 m) y fue visto muy delgado en su cautiverio. Fue visto en
1977 en el Campo de Concentración del Ex-Ingenio Nueva Baviera por Juan Martín y
en la Comisaría 4ª de Mar del Plata (En testimonios Nos: 9013, 3596 y 00440).
(Nº CONADEP 00767, Decl. No:5885). Tenía 24 años.
Carta para Oscar Cabral leída por su hermana el 1º de junio de 2007 en el Acto
por la Memoria, en el Aula Magna de la Facultad de Agronomía y Zootecnia de la
UNT.
Oscar, querido hermano:
Hacía tiempo que no pronunciaba tu nombre en voz alta… Quizás por no tener a quién hablarle
de vos. Pero vos sabes que yo siempre te hablo, porque desde siempre y para siempre estás en
mi pensamiento y en mi corazón.
Hablar de vos, hermano mío, es hablar de la alegría, de la esperanza hecha sonrisa y canción,
es hablar de los sueños por un mundo distinto, es hablar de las ansias de justicia, pero de
justicia vivida dentro de uno, trabajada día a día, hombro a hombro, con sacrificio, con
entrega, con solidaridad.
Tu amor por la vida, y por la vida digna, te hizo sembrar en todos lo que te conocieron,
semillas de bondad, de templanza, de paz. Fuiste un constructor de sueños. Desde tu guitarra y
tu dulce voz, llenabas los oídos de los que te rodeaban con un canto de esperanza, de fe, de
ilusión.
Si,….creías que era posible, que devolverle la sonrisa a aquel niño que sufre, era posible. Que
abrigar con tu abrigo a aquel que tiembla de frío, era posible. Y te ocupaste de hacerlo.
Desde mi fresca adolescencia te vi procurar el bienestar de otros.
Tu vida no pasaba por encontrarte con la miseria y mirar para otro lado. Tu vida consistía en
preocuparte y ocuparte. Así es como de pronto tenías una remera menos o de menos un
pantalón, porque estaban de seguro, y a tu criterio, en mejores manos.
No sé el por qué de tu desdichado destino. Se lo pregunto a Dios a cada instante. Si tu mirada
era limpia, transparente, generosa. Si era tan limpio y noble tu corazón…
Ni un rasgo de violencia, de rencor, de mezquindad empañaba tus actos. Fuiste un hijo
ejemplar, un hermano cariñoso y sobre protector, un amigo leal, un muchachito simple, lleno
de sueños que recién comenzaba a transitar y construir su vida.
Seguramente estarás en algún lugar del cielo. Allí fueron a buscarte mamá y papá, que jamás
bajaron los brazos y que se fueron en un viaje eterno, tranquilos sonrientes, tal vez con el deseo
de encontrarte y abrazarte.
Te rindo mi homenaje, hermano de mi corazón; le rindo homenaje a la vida que viviste y a la
memoria que hoy nos convoca. Que sea YA NUNCA MÁS pero también un Nunca más a la
violencia., Que el Fin JAMÁS JUSTIFIQUE LOS MEDIOS. Que el odio y el rencor no nos
hagan cometer más errores. Honremos la vida, cuidemos La Vida. Por nuestros hijos y por los
que vienen detrás. Construyamos un mundo de paz.
LUIS BURGOS
DNI 12.007.023, CI 8.302.576. (L.U. 1853/73). Se inscribió por
última vez en 1976.
Nació el 17 de abril de 1950 en Jujuy y residía en Bolívar 1975,
Barrio Ciudadela.
Estando en un asado en la calle Alsina 1518, donde residían
otros compañeros, se presentó a las dos de la mañana del 10 de
Julio de 1976 un grupo de la Policía Federal y lo detuvo junto
con los compañeros Córdoba, Reales y Carrazana, también de
nuestra facultad.
Se realizaron trámites ante la Central de Policía de Tucumán y Cdo. De Brigada V.
Al momento de su secuestro tenía 26 años (Nº CONADEP 09182)
SUSANA IRENE MACOR DE DÍAZ
LC. 11.116.530. Nació el 15 de Diciembre de 1954. Era
egresada en 1972 de la Escuela Sarmiento, e ingresó en 1973
a la carrera de zootecnia (L.U. 2088/73) donde cursaba el 1er
año. Se inscribió por última vez en 1974.
Desapareció el 27 de Mayo de 1976 en Tucumán, fue vista por
última vez, en compañía de su esposo, “Parche” Díaz, y un
hermano, en el Campo de Concentración de la Jefatura de
Policía de Tucumán por Juan Martín el 1-8-76
Tenía 21 años. (Nº CONADEP 08786).
RAMÓN ANTONIO JIMENEZ
Desapareció con sus documentos el 19 de Diciembre de 1976. Salió de la facultad y
nunca regresó a su hogar en Banda del Río Salí. Cursaba 4º año de Agronomía. Su
legajo no se encontró en la Facultad.
Tenía 27 años. (Nº CONADEP 02618).
RODOLFO ALBERTO RUSSO
DNI 11.065.614, CI 388.999. Nació el 7 de Abril de 1954.
Ingresó a la F.A.Z. en 1973 (L.U. 2019/73) y tenía 10 materias
aprobadas (4º año). Registra su última inscripción el 22/3/79.
Además de estudiar trabajaba vendiendo libros.
Desapareció el 17 de Julio de 1979.
En el ANEXO del Informe de la CONADEP se cita a una
persona de apellido Ruso (con una sola “s”) vista en la Escuela
de Mecánica de la Armada (ESMA) el 1-8-79, época
coincidente con la desaparición de Rodolfo.
Tenía 25 años cuando desapareció. (Nº CONADEP 09124).
RAMÓN AMÉRICO AMAYA “Mori”
LE 10.857.437. (L.U. 1824/73). Ingreso a la Facultad en 1973.
Nació en Aguilares el 25/7/53. Además de estudiante, era
empleado en el Ingenio Aguilares (sección laboratorio).
A las 6 hs. Del 15 de octubre de 1976, un grupo de personas de
civil que se identificaron como policías lo sacaron de su lugar de
trabajo sin dar explicaciones. Se denunció en Policía Provincial y
Federal, Cdo. De Brigada V, Ministerio del Interior, Presidencia de
la Nación, Cruz Roja internacional y Hábeas Corpus ante el Juez
Federal.
Fue visto por el detenido (y luego liberado) Juan Martín, en el Campo de
Concentración del Ex-Ingenio Nueva Baviera: “A mediados de Diciembre de 1976, a
siete u ocho prisioneros entre ellos Leandro Fote (dirigente sindical y ex senador
provincial), Fernando Ojea y Ramón Amaya, nos ordenaron salir del laboratorio celda y
nos subieron a una camioneta Ford. Durante dos horas circuló por caminos de tierra,
ingresando luego nuevamente a Nueva Baviera. Por comentarios de la guardia
supimos que se habría hecho una inspección al Ingenio, organizados por miembros de
algún organismo internacional. El propósito de Bussi y Arrechea era claro: volviendo a
secuestrar a los prisioneros ya secuestrados alojados en el campo de concentración
podían demostrar que no había ningún campo ilegal de reclusión, ni se torturaba”.
En Nueva Baviera se vio al General Bussi (Gobernador y Cdte. De la V Brigada), al
Coronel Cattáneo (2º Cdte. De la Brigada), al Tte. Cnel. Arrechea (Jefe de Comando
de Zona de Operaciones) y al Mayor Augusto Neme. El “Grupo Operativo” para
secuestros y tortura estaba integrado por 25 o 30 policías liderados por el Cabo Iº
Héctor Calderón.
“En una reunión en el Comando participaron integrantes del Estado Mayor Conjunto de
las FF.AA. Presidía la reunión Bussi, quien presentaba a los prisiones con nombre y
apellido y realizaba un breve historial de cada uno antes de instar a los oficiales
presentes a que nos interrogaran. Entre los que fueron llevados allí, todos esposados
con las manos a la espalda, estaba, Julio Abad, Rodolfo Lerner, Leandro Fote, Ramón
Amaya, Aída Villegas y un correntino de apellido Mauri”.
“otra reunión similar (también en el Comando) se hizo con oficiales del Estado Mayor
del Tercer Cuerpo, presidida por su Comandante, General Luciano Benjamín
Menéndez. Los prisioneros interrogados en esa oportunidad fuimos Fernando Ojea,
Ramón Amaya y yo. Esta vez nos llevaron con los ojos vendados hasta el recinto. Al
quitarnos las vendas, lo primero que vimos fue a los oficiales del Ejército y un cartel
colgado a nuestros cuellos donde se consignaba nuestro nombre, apellido y edad”.
Con anterioridad, en octubre de 1976, Mori fue visto en la Comisaría 4ª de Mar del
Plata (ANEXO CONADEP).
A fines de 1977 se disuelve el Campo de Nueva Baviera siendo trasladados los
detenidos a otros centros de reclusión y tortura.
Leandro Fote por ejemplo fue visto en Febrero e 1977 en el Campo de exterminio del
Arsenal Miguel de Azcuénaga en Ruta 9. Julio Abad, que también estuvo en la
Comisaría 4ª de Mar del Plata fue visto a fines de 1976 en Arsenal. También Rodolfo
Lerner fue visto en 1977 en el Arsenal. Sin embargo no hay más noticias sobre
Amaya.
Al momento de su detención Mori tenía 23 años. (Nº CONADEP 00214).
SANTIAGO OMAR VICENTE
L.E. 10.020.107; C.I. 8.698.183 (Pol. Fed.). Nació el 25 de
Julio de 1952 en Santiago del Estero. Ingresó a la Facultad
en 1970 (L.U. 1364/70). Se inscribió por última vez en 1973.
Había sido detenido en Santiago en 1974, ocasión en la que
el CEAZ, con la firma de Horacio Olmos, Manolo Juárez y
Pablo López pide por su libertad y denuncia las torturas a las
que fue sometido, siendo luego liberado.
Desapareció el 1º de Febrero de 1976 (antes del golpe
militar) en San Miguel de Tucumán, cuando salió de casa de
sus suegros para hacer unas compras. A pesar de haber
ocurrido en la vía pública no se conocen testigos del secuestro.
El mismo día secuestran a su esposa (que hacía poco había tenido familia) en
Santiago del Estero, a la que posteriormente trasladan a Tucumán.
Santiago y su esposa se reconocen mutuamente en un Campo de Concentración
(posiblemente en la Jefatura de Policía) a pesar de no poder verse por estar
“tabicados”, es decir con los ojos vendados. Son trasladados juntos a varios centros
clandestinos de detención (3 o 4) en el lapso de un mes donde se comunican por
toses y por los gritos provocados por los golpes y torturas. Recién tienen oportunidad
de hablar brevemente en el Campo de Concentración de “La Escuelita” en Famaillá,
desde donde son trasladados nuevamente a la Jefatura.
Entre el 10 y el 14 de Marzo de 1976 su esposa es “legalizada”, siendo trasladada a
disposición del P.E.N. a la prisión de Villa Urquiza, donde se alojan luego sus dos hijas
con ella. De esa fecha guarda la última imagen de Santiago, con el pantalón
destrozado, descalzo y sin camisa, abatido por los golpes y la tortura.
La respuesta que recibía su esposa en Villa Urquiza era que Santiago estaba prófugo,
pero que lo matarían en el lugar en que lo encontrasen y que se olvidara de él. Sin
embargo supo por otras detenidas que había sido visto en otro Campo de
Concentración y que había preguntado por sus hijas.
En la época de la detención, los familiares fueron a la casa donde vivían, encontrando
sólo el contrapiso. Todos los muebles y artefactos fueron saqueados por las fuerzas
de “seguridad”. En la Jefatura, su esposa reconoció el sonido particular de su heladera
y vio a detenidos vendados y vestidos con sus ropas. Al solicitar agua, le fue servida
en sus propios vasos.
La esposa de Santiago fue trasladada a Villa Devoto donde pasó dos años sin ver a
sus hijas. Salió en libertad en Mayo de 1979 sin que se le haya abierto ninguna causa.
Nunca hubo respuesta oficial sobre la situación de Santiago, a pesar de haberse
presentado Hábeas Córpus, denuncia ante la Policía Provincial (de donde desapareció
toda constancia) y ante la Cruz Roja Internacional.
Al momento de su desaparición Santiago tenía 23 años. (Nº CONADEP 05322).
El Periódico de Tucumán, informó recientemente que la ex Presidenta de la Nación,
María Estela Martínez de Perón, procesada por el juez federal Norberto Oyarbide por
la represión ilegal previa al golpe militar de 1976 podría ser citada a declarar en los
tribunales federales de Tucumán por la causa de Santiago Omar Vicente que figura
como uno de los hechos en los cuales se presentó como querellante ante el fuero
federal tucumano el Secretario de Derechos Humanos de la Nación, Luís Eduardo
Duhalde.
Estudiantes detenidos en una toma de la Quinta Agronómica en 1974. El que
encabeza la fila es Santiago Vicente. El Segundo es Domingo Reales.
Texto leído por Andrea Vicente en homenaje a su padre el 1º de Junio de 2007 en
el Acto por la Memoria, en el Aula Magna de la Facultad de Agronomía y
Zootecnia de la UNT.
El 1ro de febrero de 1976 era secuestrado en la vía pública Santiago Omar Vicente, “Santi” le
llamaban sus amigos, y yo, para ese entonces, ya había aprendido a decirle “papá”.
Tenía 23 años, era estudiante de la carrera de agronomía en esta facultad.
En aquel momento en Tucumán se habían cerrado 11 ingenios y el comedor estudiantil había
dejado de funcionar, la crisis se había profundizado y muchos estudiantes, obreros, docentes y
dirigentes sindicales llegaron a la conclusión de que “había que poner el mundo del derecho,
que se logra paradójicamente por la izquierda”. (Como diría años después desde la selva
chiapaneca un Sub-Comandante).
Mi papá, como muchos jóvenes de esa época, luchaba por una Argentina distinta, por una
Argentina con Justicia Social, donde la tierra fuera de los que la trabajaran, donde tener
hambre fuera igual al derecho a comer, donde la palabra trabajo fuera sinónimo de dignidad.
Por un país con una Universidad al servicio del pueblo y no de los grandes capitales, con
escuelas para todos; por una educación democrática, plural y que sirviera como una
herramienta para la transformación de la sociedad. Luchaba por una Argentina con salud para
todos.
Es ese proyecto de país el que lo llevó a que dejara sus estudios, que renunciara a sus
comodidades para ir a vivir con los más empobrecidos de ese entonces. Mi papá y muchos que
hoy no están, creían fehacientemente en que un verdadero militante debía trabajar duro y tener
una vida sencilla. Es por eso que cuando yo era todavía una bebé nos mudamos al interior de la
provincia, y mientras mi papá aprendía los oficios en el Ingenio la Esperanza mi mamá tenía
que caminar un trecho largo hasta llegar a la bomba donde sacaba el agua para lavar, a mano,
el montón de pañales o para preparar mi leche y el mate cocido de ambos.
No hubo en su militancia o en su vida cotidiana ni un ápice de egoísmo. Mi abuela suele contar
que él siempre llevaba algún compañero a la casa, porque sabía que no había comido. Y dice
mi mamá que era capaz de regalar su campera un día de frío si veía que había alguien que la
necesitaba.
Y esto fue tan así, que cuando alguien alguna vez le pregunto- después de las corridas y
enfrentamientos con la policía- en medio de la dictadura- de lo que hoy se conoce como el
“QUINTAZO” ¿porque hacen todo esto? Mi papá respondió que lo hacía porque su padre le
había enseñado que es mejor morir de pie que vivir de rodillas.
Porque militar significaba eso, entregar sin egoísmos ni mezquindades aún hasta la propia vida
en pos de una Argentina sin explotadores ni explotados.
La dictadura vino a aplastar todo eso. Pero aún en medio de la peor noche de nuestra historia
retoñaron nuevamente las banderas de esa Argentina. Primero los pañuelos blancos de las
madres y luego un sinnúmero de luchas que se fueron propagando y permitieron terminar con
ese horror.
Pero la dictadura dejo sus resabios en un sistema económico que aún no hemos podido
cambiar, en un aparato represivo que aún no ha sido desmantelado.
Como dijeron los estudiantes de la Reforma del 18 –los dolores que nos quedan son las
libertades que nos faltan- porque es una aberración dolorosa que un profesor que entregaba
listas al SIDE y quemaba libros hoy pueda aspirar a retirarse con honores de la Universidad o
que ese misma SIDE no haya sido desarticulada, que los asesinos caminen por las calles, que
los militares de la dictadura sigan teniendo rango o cobren jubilaciones de privilegio, que
algunos de sus secuaces hoy ocupen cargos públicos en el gobierno, en la justicia o en la
universidad.
Esa semilla de país con lo que soñaba esa generación podemos verla en la lucha de los
docentes, de los pueblos originarios, de los campesinos sin tierras, de los desocupados que
exigen trabajo genuino, en los trabajadores que se unen para defender su dignidad, en los
HIJOS, en las MADRES, en las ABUELAS y en los familiares de desaparecidos que continúan
luchando por la justicia, la verdad y la identidad.
El 1ro de Febrero de 1976 era secuestrado en la vía pública Santiago Omar Vicente, “Santi” le
llamaban sus amigos, y yo, para ese entonces ya había aprendido a decirle “papá”.
29 años después, el primero de Febrero de 2005 nació mi hijita Ana Lucía.
Esa fecha que hasta ayer fuera el sinónimo de muerte, de pérdida, de dolor, hoy es sinónimo de
alegría porque cuando la veo no puedo evitar pensar que la sangre de mi papá corre por sus
venas, porque la veo como él sueño con una Argentina mejor, porque la miro y pienso que es
verdad que:
“PODRAN ARRANCAR TODAS LAS FLORES PERO NUNCA PODRAN DETENER LA
PRIMAVERA”.
MARIANA HAYDEE CISNEROS
Se incorpora oficialmente en la lista de personas desaparecidas ahora, pues su padre
se oponía a hacer ningún tipo de denuncia; fue su madre la que tomó la decisión de
hacerlo una vez que su esposo falleció. Nació en Buenos Aires, trasladándose junto a
su familia a Catamarca. Luego vino junto a su hermano a estudiar en Tucumán.
Residían en una pensión para estudiantes ubicada en calle Bolívar 1975 de esta
Ciudad. Su novio también está desaparecido René Humberto Cruz "Tucho" estudiante
de 4º año de Arquitectura, oriundo de Jujuy. El 1º de Junio de 1977 ambos salieron de
la pensión y no se supo nada más. Los familiares del joven Cruz denunciaron la
desaparición de ambos como si hubiese sido en Jujuy. Mariana estaba relacionada
con otros estudiantes de Agronomía: Oscar Ramón Cabral y con Luís Burgos, quien
vivía en la misma pensión que Mariana.

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