Apunte Reología para Estructural
Transcripción
Apunte Reología para Estructural
REOLOGIA DE LOS MATERIALES GEOLÓGICOS José Sellés-Martínez GEOLOGÍA ESTRUCTURAL - Curso 2011 DPTO. DE GEOLOGÍA FCEyN - UBA 1 CONTENIDO Pág. INTRODUCCIÓN LA DEFORMACIÓN DE MATERIALES CONTÍNUOS Fundamentos Comportamientos reológicos Teorías de fracturación Análisis de las relaciones entre el esfuerzo y la deformación Representación gráfica de las relaciones entre esfuerzo y deformación Parámetros que influyen en la deformación Mecanismos de deformación Flujo frágil Plasticidad cristalina Transferencia de masa por difusión Formación de foliaciones LA DEFORMACIÓN DE LOS MATERIALES PARTICULADOS Fluidos en medios porosos Teorema de Pitágoras Teorema de Bernoulli Ley de Darcy Materiales particulados Compactación y consolidación Deformación plástica de materiales particulados Análisis de las relaciones entre el esfuerzo y la deformación Ilustración de tapa: Simulating folds, faults and thrusts (Cadell, H., 1890. Experimental researches in mountain building, Trans. Royal Soc. Edinburgh, 35, 337 ps.) 2 INTRODUCCIÓN FUNDAMENTOS DE REOLOGÍA DE MATERIALES GEOLOGICOS Un material geológico al ser sometido a esfuerzos sufrirá un proceso de deformación, a través del cual alcanzará un nuevo estado. Si la fuerza que conduce a la deformación se renueva constantemente, lo que es normal en ciertos entornos geodinámicos, el proceso es continuo, de lo contrario sólo perdura hasta que la fuerza se disipa y los esfuerzos por ella originados se desvanecen. No todos los materiales geológicos presentan las mismas propiedades ni reaccionan del mismo modo frente a un estado tensional similar, el efecto de la aplicación de la fuerza sobre el material geológico será, por lo tanto, diferente de acuerdo a como se comporte el mismo. Al disiparse la fuerza y los esfuerzos resultantes de su aplicación, el material podrá haber cambiado de posición, de orientación, de tamaño y de forma, o bien presentar una combinación de algunos o todos estos efectos, es decir, se habrá deformado. Los parámetros materiales que controlan el comportamiento frente al esfuerzo están en general vinculados a la composición y a la estructura cristalina, pero son influenciados además por las estructuras micro y mesoscópicas preexistentes en aquél. El comportamiento del material está, además, influenciado por los parámetros ambientales (presión, temperatura, presencia de una fase fluida) y por los parámetros mecánicos de la deformación (velocidad de aplicación de la fuerza, magnitud y orientación del campo de esfuerzos principales, magnitud del esfuerzo de cizalla). Las propiedades mecánicas de los materiales en general son estudiadas por la reología y las de los materiales geológicos en particular son el campo de estudio de la mecánica de rocas y de la mecánica de suelos, incorporándose dentro de esta última la mecánica de los materiales particulados o granulados, de sumo interés en el estudio del comportamiento de los materiales inconsolidados (aún cuando los mismos no constituyan estrictamente un suelo). El estudio de las propiedades reológicas de los macizos montañosos (distintas de las de las rocas a escala de probeta de ensayo o de pequeños volúmenes) es también un interesante campo de investigación, dada la dificultad en incorporar la influencia de las estructuras, inhomogeneidades y discontinuidades presentes en los macizos. Existen por lo tanto en el estudio de las propiedades reológicas de los materiales geológicos, problemas que surgen tanto de la magnitud de los períodos tomados en consideración, de las escalas abarcadas y de los métodos de observación y medición utilizados como también de las características intrínsecas de dichos materiales. Cabe agregar que los cambios en el estado tensional de un cuerpo de roca pueden deberse tanto a procesos naturales como a las obras de ingeniería que adicionan cargas (caso de un embalse), sustraen cargas (canteras), eliminan elementos de sustentación (cortes de laderas, cavado de túneles) o bien introducen cambios en la presión de fluidos por extracción (hidrocarburos, agua) o por inyección (dióxido de carbono, salmueras,etc.) entre los más habituales. 3 Figura 1.1: Ingeniería Geológica (2002), pág. 213. Fuerza y esfuerzo La aplicación de una fuerza sobre una masa imprime a la misma una aceleración, si la masa se encuentra libre para desplazarse lo hará, pero si está total o parcialmente impedida para moverse, se desarrollarán esfuerzos en su seno. Estos esfuerzos actuarán de modo de neutralizar la fuerza aplicada generando deformaciones en la masa. Figura 1.2: Al aplicar una fuerza a un cuerpo que se encuentra en reposo este adquiere una cierta aceleración y, si no está impedido de hacerlo se desplaza; pero si algo impide su desplazamiento se desarrollan esfuerzos en su interior y el material se deforma. La intensidad de la deformación será tanto mayor cuanto más persistente sea la fuerza aplicada, pero depende de otros varios factores entre los cuales se señalan las propiedades mecánicas del los materiales involucrados y las condiciones de presión, temperatura, etc. en las que la deformación tiene lugar. Los esfuerzos principales a que puede estar sometido un material pueden ser representados en un sistema de coordenadas ortogonales, ya sea planar, si se consideran sólo dos dimensiones o tridimensional si se toman en cuenta los esfuerzos en las tres direcciones perpendiculares. Cuando los tres esfuerzos σ1 , σ2 , σ3 tienen igual valor el estado tensional es hidrostático. Como consecuencia los materiales sólo experimentarán cambios en su volumen, pero no actuarán esfuerzos cizallantes. Es el denominado estado standard, que está caracterizado por: 4 Condiciones en la superficie: El aire no soporta esfuerzos cizallantes (es un fluido) por lo tanto no existen esfuerzos de cizalla sobre la superficie terrestre. σzx = σzy = 0 σz = Patmosférica Condiciones en profundidad: El esfuerzo vertical es el resultado de la sobrecarga sobre el punto. σz = ρ .g . z Se habla de condiciones de esfuerzo litostático, cuando en ausencia de otro tipo de esfuerzos distintos de la sobrecarga los esfuerzos horizontales están relacionados con el esfuerzo vertical mediante el Módulo de Poisson (ν) correspondiente al material involucrado: σz = ρ .g . z σx = σy = ν . σz Se denomina esfuerzo medio al cociente resultante de dividir por tres la suma de las magnitudes de los tres esfuerzos principales. σm= (σ1 + σ2 + σ3) / 3 La diferencia tensorial entre el tensor de esfuerzo y el esfuerzo medio se denomina esfuerzo desviatorio o deviatórico. σd = σn - σm Se denomina esfuerzo diferencial a la diferencia entre el esfuerzo máximo y el esfuerzo mínimo. σdif = σ1 - σ3 este es el máximo valor de esfuerzo de cizalla que puede alcanzarse con esta configuración de esfuerzos principales ¡si el material no cede antes! . Si los tres esfuerzos principales son iguales la componente deviatórica es nula y las condiciones de esfuerzo son hidrostáticas. En estas condiciones el material sólo puede deformarse a través del cambio de volumen pero no de forma. Figura 1.3: Un cuerpo deformado en condiciones hidrostáticas cambia su volumen pero no sufre distorsión de forma. El tensor que describe el esfuerzo desviatorio (o deviatórico) puede ser descompuesto para analizar su valor sobre un determinado plano, en dos componentes, una normal a ese plano, (σn) y otro paralelo al mismo (γ). 5 σ σn γ Figura 1.4: La fuerza aplicada genera un esfuerzo que, para un plano dado, puede descomponerse en una componente normal y otra paralela, o de cizalla. Cuando el esfuerzo deviatórico es no nulo, los esfuerzos de cizalla (γ) que se desarrollan producen distorsiones diferentes del mero cambio de volumen. Figura 1.5: Las componentes no hidrostáticas, es decir, las de cizalla, generarán una distorsión o cambio de forma del cuerpo. 6 LA DEFORMACIÓN DE MATERIALES CONTÍNUOS COMPORTAMIENTOS REOLOGICOS Lo primero que llama la atención al analizar el comportamiento de los materiales geológicos es que, como se ha señalado, no todos ellos reaccionan de la misma manera al ser sometidos a los mismos esfuerzos aún en las mismas condiciones ambientales. La primera distinción que puede hacerse al comparar comportamientos radica en separar aquellos en los cuales el cambio de forma se logra sin pérdida de la continuidad (deformación dúctil) y aquellos en los que ésta se produce, es decir el material se fractura (deformación frágil). En el primer caso el comportamiento del material está vinculado a la velocidad de deformación, en el segundo a la magnitud del esfuerzo de cizalla. Existe una posibilidad intermedia con estructuras características en la cual el material cede en parte en forma frágil- y en parte dúctilmente, y se denomina transición frágil-dúctil. Figura 2.1: De Sitter (1976), pág. 53 Figura 2.2: Ing. Geológica (2002), pág. 155. Las superficies de deformación que producen la pérdida de continuidad del cuerpo deformado se denominan fracturas. 7 Figura 2.3: Un mismo material puede deformase más o menos dúctilmente de acuerdo con las condiciones en las cuales se produce el proceso. Más allá de los ejemplos ideales, la realidad muestra que la deformación final puede resultar de la sumatoria de diversas estructuras que aparecen asociadas en un mismo espécimen, algunas de las cuales se desarrollan en forma simultánea y otras en forma sucesiva. Figura 2.4: (19 ), pág 269 Como se ha señalado, los materiales pueden deformarse en forma frágil y/o dúctil y, de acuerdo a la forma en que alcanzan el estado deformado final, podemos diferenciar tres tipos principales de comportamiento. El comportamiento elástico, el comportamiento plástico y el comportamiento viscoso. Con el fin de obtener una imagen más clara de los diferentes comportamiento de los materiales usualmente se utilizan analogías que combinan elementos físicos (resortes, pistones, bloques que se deslizan con rozamiento) cuyo funcionamiento es fácil de interpretar. Cuerpo elástico o Sólido de Hook: Se representa mediante un resorte, al que se supone perfecto y sin masa. Cuando se tira del resorte éste se deforma inmediatamente 8 y la recuperación de la forma original es total una vez que se retira la fuerza. La deformación es proporcional al esfuerzo, reversible e independiente del tiempo. Figura 2.5: Twiss y Moors (1992), pág. 362 Cuerpo plástico o de Saint-Venant: Su modelo analógico es un bloque apoyado sobre una superficie. Hasta tanto el esfuerzo no supera un determinado valor (el rozamiento en el caso del modelo) el material no se deforma, pero una vez logrado esto y sin que exista la posibilidad de aumentar más el esfuerzo, la deformación es imparable, salvo que durante el proceso se disipe o elimine la causa del esfuerzo. La deformación no es recuperable ya que el bloque está imposibilitado para recuperar su posición inicial. Figura 2.6: Twiss y Moors (1992), pág. 363 Los cuerpos reales muestran comportamientos que pueden ser sucesivamente elásticos, plásticos o viscosos en el tiempo o en función del esfuerzo aplicado. Pueden así construirse diversos modelos más o menos complejos. Cuerpo viscoso o líquido de Newton: El modelo correspondiente es un pistón perforado, que se desplaza en el seno de un líquido. No existen fuerzas de rozamiento entre el pistón y la camisa y el líquido es perfecto y sin inercia. La deformación es 9 proporcional al tiempo de aplicación del esfuerzo y se conserva al desaparecer éste. A diferencia de la deformación en el cuerpo elástico, no es recuperable, y a diferencia de aquélla en el cuerpo plástico no posee umbral. Figura 2.7: Twiss y Moors (1992), pág. 363 Cuerpo visco-elástico o de Kelvin: El modelo es un pistón y un resorte actuando en paralelo. La presencia del resorte permite la recuperación de la forma inicial al retirarse la fuerza, pero el proceso no es instantáneo debido a la acción del pistón. Figura 2.8: Twiss y Moors (1992), pág. 367 Cuerpo elasto-plástico o de Pandtl: Consiste en un resorte que está unido a un bloque apoyado sobre una superficie. El resorte debe deformase lo suficiente como para que la fuerza transmitida al bloque supere el rozamiento estático. A partir de ese momento el sistema se deforma indefinidamente. Si se retira la fuerza, sólo persiste la deformación representada por el bloque, recuperándose la del resorte. 10 Figura 2.9: Twiss y Moors (1992), pág. 366 Cuerpo elasto-viscoso o de Maxwell: Representado por un pistón unido a un resorte. El pistón no comenzará a moverse hasta tanto el resorte no haya alcanzado su máxima elongación. Al retirar la fuerza sólo se conservará la deformación en el pistón. Figura 2.10: Twiss y Moors (1992), pág. 366 Cuerpo elasto-plástico-viscoso o de Bingham: El modelo de Bingham consiste en un pistón, anclado a un punto fijo, al que se une un bloque que se desplaza con rozamiento el que lleva adherido un resorte, en cuyo extremo se aplica la fuerza. La iniciación del movimiento en el conjunto requiere que se superen la elongación del resorte, la resistencia del bloque y la resistencia del líquido en el pistón. Al retirarse la fuerza sólo se recupera la deformación en el resorte, permaneciendo aquélla acumulada en el bloque y el pistón. 11 Figura 2.11: Twiss y Moors (1992), pág. 367 TEORIAS DE FRACTURACIÓN Las superficies de deformación que producen la pérdida de continuidad del cuerpo deformado se denominan fracturas. Figura 2.12: Los tres modos de fracturación (xxxx, xxxx, pág. Xxx) Figura 2.13: Desarrollo de fracturas de acuerdo con la configuración de los esfuerzos principales (xxxx, xxxx, pág. ). Al producirse la fractura del material puede ocurrir que las fuerzas aplicadas se desequilibren y se produzca el desplazamiento de un bloque con respecto al otro. Este mecanismo de fractura y desplazamiento relativo se conoce en geología con el nombre 12 de fallamiento. Con el aumento del grado de deformación, y desde el punto de vista del análisis de las estructuras originadas, puede verse una gradación que va desde la pérdida de la textura inicial observable a nivel microscópico (recristalización, formación de zonas de cizalla dúctil), a la pérdida o destrucción de estructuras pre-existentes sin pérdida de continuidad (clivaje de crenulación, fallas dúctiles, por ejemplo), para finalmente alcanzar el desarrollo de zonas de cataclasis o fallas frágiles al aumentar la magnitud de la deformación y producirse la pérdida de continuidad del cuerpo de roca. El análisis de las causas por las cuales un material se fractura han sido objeto de estudio intensivo, sin embargo el problema no está aún claramente resuelto. Entre los criterios de fracturación más aceptados merecen citarse: Criterio de Coulomb: Establece una relación lineal entre el esfuerzo de cizalla necesario para fracturar un material y dos propiedades intrínsecas de este, su cohesión y el ángulo de fricción interna. Figura 2.14: Ragan (1985), pág. 133 Hipótesis de Mohr: Modifica el criterio anterior de forma tal que la relación puede ser representada por una recta o una curva (envolvente de Mohr), según las características del material. Los valores de esfuerzo normal y de cizalla en el momento que se produce la fractura pueden ser calculados con las ecuaciones correspondientes al Círculo de Mohr para las condiciones de la experiencia y el valor del ángulo entre el plano de fractura y el esfuerzo máximo determinado a partir del punto de tangencia entre la envolvente y el Círculo de Mohr. Figura 2.15: Ragan (1985), pág. 134 El diagrama de Mohr permite visualizar rápidamente el comportamiento mecánico de los materiales. Generalmente se trabaja en dos dimensiones, ya que se asume que el comportamiento está condicionado por el esfuerzo diferencial (σ1 - σ3 ), al que se asocia el máximo valor de cizalla, y en este caso no existen razones de peso para incluir en el diagrama al esfuerzo intermedio, σ2, lo que de todos modos puede hacerse. 13 Figura 2.16: Ramsay (1977), pág. 209 Si diferentes probetas de un mismo material son deformadas en diferentes experiencias, y se registran los valores de esfuerzo alcanzados en el momento de la ruptura en cada caso, éstos pueden representarse en el eje de coordenadas. Para cada par de valores de los esfuerzos principales máximo y mínimo se tendrá un valor del esfuerzo de cizalla en el momento de la ruptura. La posición y tamaño de las circunferencias correspondientes a cada ensayo no será azarosa, ya que puede trazarse una curva tangente a todas ellas. Esta curva, representativa de la resistencia a la fractura por cizalla, se denomina envolvente de Mohr o envolvente de fracturación. Figura 2.17: Mattauer (1976), pág. 57 Aquellas situaciones de esfuerzos que se representen como circunferencias por debajo de la curva indicarán condiciones de estabilidad del material, a las circunferencias tangentes les corresponde una situación de inestabilidad y ruptura, mientras que aquellas que son cortadas por la curva han superado ya el límite de resistencia del material. La intersección de la envolvente con el eje de abscisas, tiene lugar generalmente sobre los valores negativos del mismo y corresponde a la resistencia a la tracción del material, mientras que su intersección con el eje de ordenadas representa la cohesión del material, y su pendiente se relaciona al coeficiente de fricción interna. 14 Criterio de Hoek y Brown: Este criterio está basado tanto en concepciones teóricas como resultados experimentales y ha resultado de aplicación muy exitosa en el área de la ingeniería geológica. Se basa en establecer una relación entre los esfuerzos principales en el momento de la fracturación para un material frágil que contiene distintos tipos de discontinuidades no sistemáticamente orientadas. Figura 2.18: Herget (1988), pág. 85 Teoría de Griffith: Más que un elemento de uso práctico para la predicción de comportamientos, la teoría de Griffith provee bases teóricas sobre las que analizar el proceso de fracturación. Asume que la fracturación se produce en todos los casos por concentración de esfuerzos traccionales en los extremos de las microimperfecciones presentes en los materiales naturales. Si bien esta teoría describe el proceso de crecimiento de las microfracturas y provee una envolvente parabólica, no resulta aplicable cuando el aumento del esfuerzo normal produce el cierre de las mismas y el aumento del rozamiento entre sus paredes. La teoría fue modificada posteriormente para tomar en cuenta esta circunstancia y llega a un modelo en el cual, una vez que todas las microfracturas se cierran, el comportamiento es idéntico al proporcionado por la Teoría de Coulomb, proporcionando una envolvente lineal. Figura 2.19: Herget (1988), pág. 87 15 Figura 2.20: Twiss y Moores (1992), pág. 175 Mecánica de deterioro Una forma de encarar el problema de la deformación de los materiales geológicos puede ser separar los procesos actuantes de acuerdo a su escala. Así, por ejemplo, cuando los procesos tienen aún efecto a nivel microscópico, se habla de mecánica de deterioro (damage mechanics) y a partir del momento en que las microfracturas comienzan a coalescer se entra en el campo tradicional de la mecánica de fracturación. Tabla 1: Xie (1993), pág. 154 ANÁLISIS DE LAS RELACIONES ENTRE EL ESFUERZO Y LA DEFORMACIÓN El análisis de las relaciones entre el esfuerzo y la deformación puede realizarse experimentalmente a través de ensayos de laboratorio en los cuales se tiene el control de algunos parámetros y se observa la evolución de uno de ellos (variable en estudio) con respecto a los otros. Cuando el material tiene un comportamiento perfectamente elástico, es decir recupera su forma y dimensiones originales al disiparse el esfuerzo, las deformaciones son directamente proporcionales a éste y se expresan mediante la Ley de Hook, que estable que la relación de proporcionalidad entre el esfuerzo normal aplicado y la deformación alcanzada es igual al Módulo de elasticidad (también llamado Módulo de Young) del material. σ = E .ε 16 σ es el esfuerzo normal aplicado, E es el módulo de elasticidad, ε es la deformación expresada como ∆l / l (relación entre la variación en la longitud y la longitud inicial) Las deformaciones elásticas alcanzadas por lo materiales cristalinos suelen ser menores del 2%. Existe una relación matemática entre la deformación producida en una dirección y la experimentada por el mismo material en la dirección perpendicular a aquella. Este cociente entre las extensiones en dos direcciones perpendiculares se denomina Módulo de Poisson. ν = εlat. / εlong. Figura 2.21: Twiss y Moors (1992), pág. 166 El Módulo de rigidez o Módulo de cizalla, puede calcularse, si los valores de cizalla no son muy grandes, como el factor de proporcionalidad entre el esfuerzo de cizalla (τ) y la deformación por cizalla (γ) asociada a él (véase en el apéndice: Los parámetros que describen la deformación por cizalla simple). τ=G.γ Para materiales elásticos isótropos estos tres módulos están interrelacionados por la expresión. E = 2G (1 + ν) En el caso de los materiales elásticos, suele denominarse con la letra K, a un cuarto módulo, el módulo de compresibilidad, que relaciona la variación elástica de volumen ∆v con el esfuerzo medio. σ = K . ∆v 17 En el caso de los materiales particulados, como los suelos, deben utilizarse parámetros diferentes, que serán descriptos más adelante, ya que el comportamiento de aquéllos es diferente al de los sólidos elásticos. REPRESENTACIÓN GRÁFICA DE LAS RELACIONES ENTRE EL ESFUERZO Y LA DEFORMACIÓN La representación gráfica de los resultados de experiencias de laboratorio sobre probetas de materiales continuos con diferentes comportamientos permite obtener interesante información sobre sus propiedades. Entre los gráficos más usuales se destacan: Curvas esfuerzo-deformación. Este tipo de curvas se obtiene sometiendo una probeta a compresión, en una configuración en la cual generalmente σ1 > σ2 = σ3, y se va registrando el cambio de longitud asociado a cada incremento en σ1. Los resultados se grafican en un sistema de coordenadas cartesianas en el cual la abscisa representa la deformación (generalmente expresada como γ, la deformación por cizalla) y la ordenada el esfuerzo, expresado como esfuerzo diferencial (σ1 - σ3). En una curva típica se observan: una primera parte, que corresponde a una recta con elevada pendiente, representativa de una variación lineal de la deformación con el esfuerzo, definiendo un comportamiento elástico. Luego aparece una inflexión más o menos abrupta, que corresponde al límite de elasticidad del material. Si se interrumpe la deformación en este punto, el material recupera su forma original. A partir del límite de elasticidad la línea representativa del comportamiento del material reduce notablemente su pendiente, la que puede ser nula o aún negativa, si la deformación continúa aún con una disminución del esfuerzo (es decir de la fuerza aplicada). Este fragmento de la línea representa el comportamiento plástico del material y si el proceso se interrumpe en este lapso el material no recupera su forma original, sino sólo la porción elástica de la deformación. En el momento que el material cede por ruptura la línea se interrumpe. Esta interrupción puede producirse antes de que el material desarrolle un comportamiento plástico, o puede no alcanzarse nunca, si el material fluye indefinidamente una vez superado su límite elástico. Si la deformación acumulada antes de la rotura es pequeña se habla de materiales de comportamiento frágil o competentes, por el contrario, si es importante corresponde a materiales de comportamiento dúctil o incompetentes. Un material puede cambiar su comportamiento de elástico a plástico por una variación en los parámetros ambientales que controlan el proceso de deformación. Figura 2.22: Mattauer (1976), pág. 50 Curvas tiempo-deformación. En experiencias como la anterior la aplicación del esfuerzo tiene lugar en forma rápida. Sin embargo existen materiales que modifican su 18 comportamiento en función del tiempo durante el cual están sometidos a esfuerzo. Los gráficos que se construyen representan tiempo en el eje de abscisas y la deformación en el de ordenadas. Durante estas experiencias el esfuerzo permanece constante. Se observa que en la curva que describe el comportamiento del material la primera parte presenta una concavidad hacia arriba. Si en este momento se suspende la experiencia, el material recupera su forma original (deformación elástica), si la experiencia se suspende en el tramo siguiente de la curva, la deformación es sólo parcialmente recuperada. Se denomina deformación permanente a la deformación residual que no es recuperada. En la última etapa, cuando la curva retoma una pendiente elevada, el material fluye generalmente hasta la ruptura. La implicancia geológica de este comportamiento radica en que un mismo material, que ante esfuerzos de corta duración presenta un comportamiento elástico, si los esfuerzos permanecen un tiempo suficiente, puede deformarse plásticamente antes de ceder por fractura. Figura 2.23: Mattauer (1976), pág. 52 Figura 2.24: Passchier y Trouw (1996), pág. 22 PARAMETROS QUE INFLUYEN EN LA DEFORMACION Las propiedades reológicas de los materiales geológicos pueden ser fuertemente afectadas por las variaciones en los parámetros ambientales, entendiéndose por tales la temperatura, presión de fluidos, etc. Los efectos más notables son: 19 Temperatura: Las variaciones en la temperatura modifican siempre las propiedades de los materiales, pero no siempre en el mismo sentido. Al ser deformadas a mayor temperatura, muchas rocas (aunque no todas) requieren un menor esfuerzo para comenzar a deformarse plásticamente y adquieren una mayor ductilidad. Pero esto tampoco tiene lugar en la misma forma si los ensayos son en compresión o en tracción, siendo más fácil aumentar la ductilidad con el aumento de temperatura si el material es comprimido. Figura 2.25: Mattauer (1976), pág. 59 Figura 2.26: Mattauer (1976), pág. 60 20 Figura 2.27: .........................., ............. Presión confinante: Se define como presión confinante a la acción ejercida por σ2 y σ3, frente a σ1. En la corteza, y en ausencia de esfuerzos tectónicos, la presión confinante está dada por los esfuerzos horizontales que guardan una relación determinada con el vertical. Con el aumento de la profundidad, el aumento en la sobrecarga está acompañado por un aumento en la presión confinante. Los ensayos de laboratorio han puesto en evidencia que el aumento en la presión confinante aumenta la resistencia a la ruptura de la roca. Es importante señalar que, como en el caso de la temperatura, la variación no es igual en compresión que en tracción. Debe tomarse debida nota de que el aumento de la resistencia a la fracturación de los materiales asociado al aumento de la presión confinante tiene un límite que se visualiza claramente en la construcción de Mohr. Este límite, la transición frágil-dúctil, está representado por el punto en el cual el esfuerzo necesario para producir una fractura es igual al esfuerzo necesario para producir el deslizamiento sobre ella. En este punto la envolvente se hace horizontal, el ángulo de fricción interna se hace nulo y cualquiera sea el valor del esfuerzo máximo no es necesario incrementar el esfuerzo diferencial para producir la deformación. Figura 2.28: Mattauer (1976), pág. 61 21 Figura 2.29:.............. (19 ), pág. 207 Presión y composición de fluidos: Los fluidos presentes en los poros de una roca actúan de dos maneras. Por un lado, la presión de fluidos modifica el estado tensional del sistema al modificar el valor del esfuerzo normal en el esqueleto clástico, por otro los fluidos introducen procesos de ataque químico (corrosión) que modifican en forma sustancial (y en el corto plazo) las propiedades reológicas de los materiales que los contienen, siendo su efecto general debilitarlos, disminuyendo su resistencia. Desde el punto de vista de su acción sobre el estado tensional, la presencia de un fluido a presión tiene un efecto que puede parecer contradictorio a primera vista. Su efecto es disminuír los esfuerzos normales y sin embargo facilita la fracturación. Ello se explica si se tiene en cuenta que la disminución en el esfuerzo normal efectivo (σ - p), no modifica el esfuerzo diferencial y por lo tanto tampoco reduce el esfuerzo de cizalla, que es el responsable de la fractura. Figura 2.30: Mattauer (1976), pág. 62 En general para la mayoría de los materiales la fracturación en presencia de fluidos se produce antes de que se alcance el valor de esfuerzo de cizalla requerido para la ruptura en seco, ello se visualiza fácilmente en el gráfico de Mohr, dado que la presión de fluidos se traduce en un desplazamiento del círculo de Mohr hacia el centro de coordenadas. Figura 2.31: Mattauer (1976), pág. 22 Figura 2.32: ........................., pág. 220 La variación conjunta de los parámetros descriptos, sumada al hecho general de que los sistemas naturales son generalmente heterogéneos en su composición, y a que los fluidos pueden ingresar al sistema o salir de él en diferentes momentos de su historia deformativa y además, que ello puede ocurrir en determinados niveles estratigráficos y no en otros, introduce una cantidad de variables que hace el estudio del comportamiento reológico de los materiales geológicos sumamente complejo. Influencia de la anisotropía. La existencia de una fábrica, es decir de una orientación preferencial de los elementos lineares o planares dentro de una roca, genera una anisotropía, es decir una variación direccional en sus características físicas. Esta anisotropía puede ser muy importante factor de control de la deformación al hacer variar completamente su geometría con respecto a la de un material isótropo en similares condiciones. Su efecto más inmediato es controlar la orientación de las superficies de fractura, obteniéndose diferentes curvas de esfuerzo-deformación según el ángulo entre el plano de anisotropía y el esfuerzo máximo. El esfuerzo necesario para fracturar el material es máximo cuando la anisotropía se orienta a 90o y mínimo cuando lo hace a 30o, aunque este valor es algo dependiente del material. Por otra parte la existencia de anisotropías induce rotaciones internas en las direcciones de los ejes de esfuerzos (refracción de las trayectorias de esfuerzos) con complejas consecuencias en la orientación de las estructuras resultantes. 23 Figura 2.33: Mattauer (1976), pág. 63 Figura 2.34: ........................., pág. .... "Ablandado" y "endurecimiento" de los materiales como consecuencia de la deformación Como consecuencia de las modificaciones que el proceso de deformación introduce en la fábrica interna de los materiales, muchos de ellos presentan un comportamiento reológico variable en el tiempo. Puede tratarse tanto de un "endurecimiento" como de un "ablandado". Como consecuencia de ello, en el primer caso pueden hacerse necesarios esfuerzos diferenciales mayores a los esperados para alcanzar un determinado nivel de deformación y a la inversa, en el segundo, pueden alcanzarse estados de deformación con esfuerzos menores que los calculados asumiendo un comportamiento constante del material. Este endurecimiento o ablandamiento puede quedar expresado también como la necesidad de aumentar o disminuir la velocidad de deformación en caso de permanecer constante el esfuerzo aplicado. Como consecuencia del endurecimiento o ablandado del material también 24 puede ocurrir que el mismo adquiera un comportamiento relativamente más frágil o más dúctil de lo esperado. Figura 2.35: Passchier y Trouw (1996), pág. 23 MECANISMOS DE DEFORMACION La observación de campo y en laboratorio sólo nos permite reconocer y describir los productos (roca deformada) de un proceso que no conocemos en sus detalles. Este proceso o conjunto de procesos que han actuado simultánea o secuencialmente ha impuesto a la roca una serie de características, que generalmente se reúnen bajo las denominaciones de textura y fábrica, que nos permiten, en primer lugar, reconocer la acción de procesos deformativos. Una roca deformada presenta características texturales y de fábrica identificables y diferenciables de las texturas y fábricas primarias. El resultado observable ha sido alcanzado a partir de la acción de mecanismos de deformación. La acción de uno y otro mecanismo de deformación estará controlada por factores intrínsecos, propios del material original y por factores externos, propios del ambiente de deformación. Teniendo en cuenta la definición de deformación, que involucra cambios de posición, de orientación y/o de forma, los mecanismos responsables de esta última, resultado de la denominada también "deformación interna" pueden ser reunidos en tres grandes grupos: • • • Flujo Frágil Plasticidad Cristalina Transferencia de Masa por Difusión Flujo frágil: Este mecanismo está caracterizado por un primer estadio de deslizamiento friccional (frictional sliding), por desplazamiento relativo de los granos (desplazamiento intergranular), con poca o ninguna fracturación asociada. Cuando la estructura íntima del grano es afectada se inician nuevos mecanismos de deformación intragranular por fracturación y cataclasis. El primer mecanismo es característico de los materiales inconsolidados o poco consolidados, en los que las fuerzas que unen los granos entre sí son menores que la necesaria para fracturar el material que compone los granos. La fracturación y la cataclasis son características de los materiales continuos. El deslizamiento friccional intergranular produce como efecto el desplazamiento y rotación de unos granos con respecto a los otros, pero cada grano permanece esencialmente indeformado, comportándose como un cuerpo rígido. Borradaile (1981) 25 denominó a este proceso "Independent particulate flow" y en él, el deslizamiento se produce a partir del momento en el que el esfuerzo acumulado supera la cohesión del material y la resistencia friccional entre los granos. Se distingue del deslizamiento sobre los bordes cristalinos que tiene lugar a mayor temperatura porque a diferencia de éste se asocia a la pérdida de cohesión y no está controlado por la difusión de defectos en el borde del grano. La mayor cantidad de deformación sería absorbida por los espacios entre granos, produciéndose una importante modificación del empaquetamiento, con sus secuelas en la porosidad y permeabilidad. Fenómenos de fluidificación y licuefacción, así como posteriormente de rotación de partículas estarían asociados a la incorporación, desplazamiento y expulsión de fluidos en una roca que está siendo deformada por un proceso de deslizamiento friccional. El estudio de estos mecanismos es, por razones obvias, de fundamental importancia en el análisis de los mecanismos de activación y deslizamiento de fallas y en el análisis y prevención sísmicos. Entre los principales elementos que controlan el mecanismo de deslizamiento friccional se encuentran la presión de confinamiento, la presión de fluidos y el grado de acople mecánico entre granos (forma, cementación). La fracturación y cataclásis tienen lugar cuando el esfuerzo acumulado no puede ser acomodado por rotación y desplazamiento de los granos y el material cede mediante fracturas que cortan a través de los granos. Es decir el movimiento se producirá ahora sobre superficies nuevas, producto del mismo proceso de deformación. Como resultado inmediato se produce la fragmentación y desmembramiento del material y en forma similar al caso anterior, la rotación y deslizamiento de unos fragmentos con respecto a otros, la dilatancia del sistema y el flujo de fluidos. Entre los productos de este proceso podemos reconocer jaboncillos y brechas. Figura 2.36: Passchier y Trouw (1996), pág. 2 26 Figura 2.37: Passchier y Trouw (1996), pág. 25 La fracturación de los granos puede producirse por distintas causas microscópicas: • Por acumulación de esfuerzos elásticos en los bordes de microfracturas • Por concentración de zonas débiles asociadas a procesos cristaloplásticos. • Ídem por procesos de difusión. • Modificación de las propiedades mecánicas por reacciones mineralógicas y cambios de fase. • Acción mecánica y química de la presión de fluidos. Puede además tener lugar con distinta intensidad. Es así como se distingue la molienda o atrición sobre un plano de deslizamiento, molienda por interposición de un obstáculo o la fracturación explosiva asociada a un cambio brusco de volumen de la roca (cambios en la presión de fluidos, cambios en el nivel de esfuerzos). Plasticidad cristalina: Este conjunto de mecanismos involucra la acumulación de deformación por procesos que tienen lugar dentro de la red cristalina, tales como la migración de dislocaciones y el maclado. Adquieren gran importancia en el control de este proceso la presencia de impurezas y defectos dentro de la estructura cristalina. El mecanismo actuante a bajas temperaturas es el de deslizamiento sobre planos de dislocación discretos (dislocation glide). Generalmente conduce a un bloqueo de las posibilidades de deformación y por lo tanto a un aumento de la resistencia mecánica del material (work-hardening). Con el aumento de la temperatura los desplazamientos de las dislocaciones pueden transladarse fuera del plano de deslizamiento que era activo a baja temperatura. Esto puede producirse tanto por captura como por emisión de defectos puntuales en áreas cercanas del cristal (dislocation climb). A mayor temperatura aún, el flujo del material (dislocation creep) está caracterizado por una compensación y superación de los efectos del "work-hardening" por los mecanismos de deslizamiento intracristalinos. Los procesos de recuperación que actúan en estas instancias pueden generar un conjunto de estructuras características tales como una homogeneización de la densidad de distribución de dislocaciones y una estabilización de las mismas, una proliferación de estructuras subcristalinas bien definidas en los contactos entre granos, con orientaciones subparalelas de la red cristalina en los bordes de contacto. o bien el desarrollo de nuevos granos por migración de los subgranos en los contactos entre granos con redes cristalinas muy oblicuas. 27 Figura 2.38: Passchier y Trouw (1996), pág. 31 Figura 2.39: Kornprobst (1996), pág. 36 Transferencia de masa por difusión: Este proceso, denominado en inglés "difussion mass transfer" e identificado con las siglas DMT presenta como característica principal el transporte de materia desde aquellas zonas de contacto entre granos que se hallan sujetas a un importante esfuerzo compresivo, hacia aquellas dónde el esfuerzo es menor. El resultado geológico de este proceso es una disminución de volumen, asociado a cambios en la porosidad y permeabilidad de la roca. Las circunstancias físico-químicas que activan y controlan el proceso están asociadas a la variación o gradiente del potencial químico entre aquellos puntos con distintos valores de esfuerzo. Estos gradientes de esfuerzo producen también gradientes asociados en la presión de fluidos y en la energía interna de los granos. En la acción de la transferencia de masa por difusión pueden reconocerse una serie de etapas o episodios que se denominan generación, migración y depositación. Ello siempre con respecto al material que es movilizado. La fuente de generación está caracterizada por la acción de mecanismos de provisión del material. Se refieren éstos a los procesos por los cuales los materiales, bajo la forma de iones, pasan a un circuito de difusión. Incluye aquellos controles que influencian la difusión a través del cristal, la difusión en los bordes del mismo y también los procesos de reactividad química y de corrosión. El transporte o desplazamiento del material es función de mecanismos de migración, el que puede tener lugar a través de diferentes trayectorias. Uno de estos mecanismos es la difusión a través de la estructura cristalina, que recibe el nombre de Fluencia de Nabarro-Hering. Cuando la difusión se produce a través de los defectos de la red cristalina en los contactos sólido-sólido, el mecanismo se denomina Fluencia de 28 Coble. La solución por presión identifica a la difusión de las partículas hacia una delgada capa de fluido en la superficie de los cristales. Finalmente el transporte en solución sería responsable de los mayores desplazamientos posibles y se produciría al ingresar los iones a un fluido que se encuentra él mismo en movimiento. La depositación final, precipitación o fijación del material cierra el proceso de transferencia de masa por difusión y tiene como resultado el crecimiento de nuevos cristales. Se ha denominado "solución-precipitación incongruente" al proceso de transferencia de masa en el cual el producto final es mineralógicamente diferente del inicial. Esto se debería a un cambio notable en muchas de las características ambientales desde el punto de generación al de fijación. Figura 2.40: Passchier y Trouw (1996), pág. 26 Figura 2.41: Ramsay y Huber (1983), pág. 114 FORMACIÓN DE FOLIACIONES La formación de foliaciones es uno de los más evidentes indicios de deformación en un material geológico y tiene como consecuencia un fuerte cambio en la composición química, petrográfica, estructural y en las propiedades reológicas del material. Los mecanismos que conducen a la formación de foliaciones pueden separarse inicialmente en dos grupos principales, aquellos que van acompañados de la destrucción mecánica del material preexistente (cataclasis) y aquellos que no se acompañan de este proceso. Entre los segundos se destacan. Rotación mecánica de los granos y alineamiento de los granos inequidimensionales. Transferencia en solución. Asociada a solución por presión y recristalización. Puede subdividirse en 1. Solución diferencial de algunos de los minerales en el 29 agregado; 2. Cambio de forma de algunos de los minerales sin migración del soluto fuera del sistema ("rotación química"). Deformación cristalo-plástica. En sus dos subtipos: 1. Flujo de dislocación, cuando el deslizamiento se produce sobre los planos cristalográficos; 2. Difusión sólida o Fluencia de Nabarro-Herring. Recristalización dinámica. Crecimiento mimético. Puede producirse tanto por el reeplazo de minerales preexistentes como por la coalescencia de cristales adyacentes. Crecimiento controlado por el campo de esfuerzos, que impone direcciones preferenciales de crecimiento. Microplegamiento. El plegamiento a pequeña escala puede originar transposiciones del clivaje, clivajes de crenulación y finalmente recristalización y crecimiento mimético en los limbos, finalmente puede producirse un "bandeado tectónico" por migración de minerales más o menos solubles en limbos y charnelas. Figura 2.42: Passchier y Trouw (1996), pág. 69 30 Figura 2.43: Latham (19 ), pág. 246 31 LA DEFORMACIÓN DE LOS MATERIALES PARTICULADOS Recibe el nombre de sedimento una acumulación de partículas en la superficie terrestre, acumulación que puede tener un origen físico, químico o biológico. Aún cuando en una definición muy amplia del término roca los sedimentos podrían quedar englobados en ella (roca es todo material que constituye la corteza terrestre, por ejemplo), los mismos no lo son en términos estrictos. El proceso que transforma el sedimento en roca recibe el nombre de litificación. La litificación presenta dos aspectos fundamentales, una litificación física asociada a los procesos de compactación y una litificación química asociada a la diagénesis. La diagénesis, por su parte, se asocia a procesos de cementación, recristalización o transferencia de masa por difusión y solución por presión. La compactación es una deformación y se asocia al cambio de volumen de la masa de sedimento, compactación que puede o no asociarse a un cambio en la masa total del material según exista expulsión de fluidos porales o no. A diferencia de la deformación de materiales consolidados o cristalinos (como es el caso de las rocas en las cuales la variación en el volumen del cuerpo de roca puede ser nula y los mecanismos que condicionan la deformación son en su mayoría de carácter intergranular) la deformación de los sedimentos se asocia generalmente a importantes cambios de volumen y al flujo de partículas. Acompañando el pasaje desde la roca intacta a la roca fracturada a diferentes escalas y a los sedimentos de diferente granulometría, se producen cambios importantes en las propiedades reológicas de los materiales, que a su vez condicionan también los métodos que deben ser utilizados para su estudio. Estos métodos deben adaptarse también a las características de la composición (ya que no es igual el comportamiento de los granitos que el de las arcilitas o de la halita) como a la escala a la cuál debe hacerse el análisis (Macizo rocoso, cuerpo de roca en afloramiento, muestra de laboratorio). FLUIDOS EN MEDIOS POROSOS El estudio de la influencia que, en el comportamiento mecánico de los materiales, tienen los fluidos presentes en sus poros o fracturas es de fundamental importancia, tanto por las modificaciones que introduce la presión de fluidos en el campo de esfuerzos como por los cambios químicos que pueden tener lugar. La presión de fluidos puede ser resultado del peso de la columna de fluidos en el material poroso o bien, si el material se encuentra aislado de la superficie por una capa impermeable, pueden acumularse presiones mayores o menores a las esperables, que conducirán a modificaciones sustanciales en los valores del esfuerzo normal efectivo, con consecuencias en el comportamiento del material que puede encontrarse sobre o subcompactado (con respecto a la profundidad de soterramiento a la cual se encuentra) y, en consecuencia comportarse en forma más dúctil o más frágil que lo esperado. La presión de fluidos El cálculo de los parámetros correspondientes a la presión de fluidos a una determinada profundidad en un medio saturado es equivalente al cálculo que se realiza cuando se trata de una masa de agua. El valor de la presión de fluidos a una determinada profundidad en un sistema freático está dado por Pz= ρw (z-y) 32 en dónde ρ es la densidad del fluido, z la profundidad a la cuál se desea conocer la presión de fluido e y la profundidad a la cuál el material geológico se satura en dicho fluido. Figura 42: González de Vallejo (2002), pág. 28 Efecto mecánico de la presencia de fluidos Igualmente a como ocurre en el caso de la deformación de materiales cristalinos, la introducción de un fluido en el medio tiene efectos químicos y mecánicos. En el caso de los segundos cabe destacar la modificación que introducen en la configuración de los esfuerzos, ya que debe deducirse del esfuerzo principal el valor de la presión de fluido para obtener el llamado esfuerzo efectivo σ´: σ´= σ - Pfluído Tal como se ha señalado en numerosas oportunidades, la consecuencia inmediata de la presencia de fluidos en el medio es una fragilización del medio como resultado de la disminución de la presión confinante sin disminución del esfuerzo de cizalla, visible fácilmente como un desplazamiento del Círculo del Mohr hacia el centro de coordenadas una distancia igual al valor de la presión de fluido sin variación del radio, lo que puede producir que un sector del círculo cruce la envolvente de estabilidad correspondiente al material. El Teorema de Bernuilli Esta expresión, desarrollada para condiciones ideales en las cuales los fluidos involucrados son incompresibles y los flujos son de tipo laminar, indica, a partir del concepto de conservación de la energía total, las transformaciones de energía cinética a energía potencial (o viceversa) que tienen lugar entre diferentes puntos del sistema. La expresión de la energía para cada punto es: H= z + P/ ρw + v2 / 2g En dónde los dos primeros términos corresponden a la energía potencial y el tercero a la energía cinética, siendo z una altura geométrica sobre el nivel que se ha tomado como referencia, P la presión de fluido, ρw el peso específico del fluido, v la velocidad de flujo y g la aceleración de la gravedad. 33 La variación de energía es cero para las condiciones ideales, sin embargo es diferente de cero en condiciones reales y la variación se vincula a la pérdida de carga hidráulica, como resultado del trabajo que debe realizar el fluido para vencer el rozamiento con el medio, valor que depende, entre otros parámetros de la geometría y densidad de la red poral, de la composición y densidad del fluido y de la composición, forma y textura de los clastos. Figura 43: González de Vallejo (2002), pág. 28 La Ley de Darcy La Ley de Darcy describe el flujo de agua en los medios porosos como: v= k i en dónde v es la velocidad aparente de desplazamiento de una partícula de fluido entre dos puntos del sistema, k es un parámetro que describe la facilidad con que dicha partícula se desplaza (correspondiente a la permeabilidad del material) e i es el gradiente hidráulico definido como la relación entre la diferencia de potencial hidráulico entre dichos dos puntos y la distancia horizontal que los separa. El valor k se expresa en unidades de velocidad y suele ser menor que 1 y mayor que 10-8. Figura 44: Davis (1971), pág. 209 COMPACTACIÓN Los elementos que participan en la deformación de un material de origen geológico son: 34 Gravedad Fluidos porales Otras fuentes de esfuerzos no gravitatorias (intrusiones magmáticas, carga de hielo, desecación, fuerzas tectónicas, etc.) El comportamiento de los sedimentos y suelos escapa a los comportamientos típicos de los materiales continuos e isótropos que son considerados generalmente al presentar los conceptos de deformación en la mayoría de los textos de geología Estructural y de Geodinámica. Es, sin embargo, extensamente desarrollado en los de Mecánica de Suelos y se lo incluye en estas notas por cuanto los mismos constituyen una parte importe de los materiales de la parte superficial de la corteza terrestre y muchos de los procesos y estructuras tanto de la geomorfología como de la diagénesis están directamente controlados por las propiedades reológicas y el comportamiento mecánico de los materiales particulados. Figura 45: González de Vallejo (2002), pág. 41 Como proceso característico en la deformación de los materiales particulados cabe destacar la compactación, proceso que implica la reducción del volumen de una masa determinada. Puede ser el resultado tanto de la rotación y desplazamiento de las partículas como de la disminución de la porosidad. La consolidación es un tipo especial de compactación en cuanto es la reducción mecánica de volumen que se produce a lo largo del tiempo como resultado de la aplicación de una fuerza sobre la masa de sedimento (es decir que es función del tiempo y de la sobrecarga) y se asocia a la expulsión de los fluidos porales. Durante el proceso de consolidación tiene lugar la disipación de los excesos de presión de fluidos que resultan de la aplicación de la sobrecarga y el restablecimiento de nuevas condiciones de equilibrio. 35 Figura 46: González de Vallejo (2002), pág. 21 Figura 47: González de Vallejo (2002), pág. 40 Es importante señalar que la presencia de fluidos en los poros (una circunstancia habitual en la mayor parte de los medios sedimentarios), hace que en el proceso anterior se distingan dos etapas: a. Una primera etapa controlada por la velocidad de expulsión del fluido poral, a la que se denomina consolidación primaria. b. Una etapa póstuma en la que se producen reajustes en el esqueleto clástico por rotación y desplazamiento de las partículas. El significado de los términos compactación y consolidación excluye para muchos autores el proceso de cementación, por lo cual no deben ser usados como sinónimos de litificación. LOS PROCESOS DE CONSOLIDACIÓN Para realizar el análisis de los procesos de consolidación se supone que el sistema es lo suficientemente extenso en la horizontal como para que cualquier plano 36 vertical sea un plano de simetría del sistema no importa cuál sea su orientación. Se supone también que los esfuerzos principales coinciden con las direcciones vertical y horizontal y que la deformación se produce sólo en la vertical (deformación lateral nula). Figura 48: Maltman (1994), pág. 39 Consolidación natural Este proceso tiene lugar como respuesta al aumento de la sobrecarga por depositación de nuevas partículas en la cuenca. Es interesante observar que: a- para una misma sección del terreno las condiciones de esfuerzos son diferentes en cada nivel de profundidad. b- a medida que una cierta porción del terreno alcanza profundidades mayores las condiciones a las que se halla sometida evolucionan. Esto implica dos aproximaciones diferentes al problema de la descripción del sistema, una es la variación en el espacio para un mismo instante (“la foto”) y la otra la variación en el tiempo para una misma porción de suelo (“la película”). Surge así el concepto de "historia" del suelo, de gran importancia en el análisis de sus propiedades, ya que las mismas están en algunos casos fuertemente influenciadas por ella. Índice de poros Una forma de medir el estado de consolidación del material es expresar su deformación por consolidación como índice de poros, el que disminuye a medida que aumenta la consolidación. Ocurre generalmente que los espacios entre los clastos, que constituyen los poros del material, están ocupados por fluidos que, en condiciones normales, son expulsados del sistema a medida que éste va consolidándose. La relación N entre el volumen de poros y el volumen total del material en un determinado momento se denomina porosidad: N= Vporos / Vsedimento La relación entre el volumen de poros y el volumen de sólido se denomina relación de vacíos 37 E= Vporos/ Vclastos Ambos valores pueden ser relacionados teniendo en cuenta que el volumen del sedimento es igual a la suma de los volúmenes de poros y de clastos. Figura 49: González de Vallejo (2002), pág. 98 Consistencia Al describir el comportamiento reológico de los materiales particulados, se hace referencia a la consistencia, una propiedad vinculada a su contenido en agua y que puede describirse como la capacidad del material para deformarse sin fracturarse. Se hace necesario para ello definir un parámetro w, que describa la relación entre las cantidades de agua y de sólido en el agregado, al que se denomina contenido de agua: w= Pfluido poral / peso granos secos y el contenido neto de agua, whúmedo, que se expresa como: whúmedo = Pfluido poral / peso granos húmedos Las relaciones entre ambos valores pueden establecerse fácilmente en función de las densidades involucradas. DEFORMACIÓN PLÁSTICA DE MATERIALES PARTICULADOS La deformación plástica es, por definición, aquella componente de la deformación total que no puede ser recuperada una vez retirada la fuerza responsable de esa deformación. Esta deformación plástica en muy importante en los materiales particulados ricos en arcillas y está fuertemente influenciada por la cantidad de agua presente en los mismos. Existen límites en el comportamiento plástico. Por debajo de un determinado valor, denominado límite plástico, el material cede por fractura, 38 mientras que por encima del denominado límite líquido, el material fluye bajo la sola influencia de su propio peso. Ambos límites son conocidos también como límites de Atterberg y entre ambos valores se define el rango o índice plástico del material. Existe, para determinadas condiciones de composición, constitución y forma de los granos y para un determinado valor de la sobrecarga, un valor de consolidación considerado normal. Sin embargo, por diferentes razones (influencia de la presión de fluidos, erosión rápida, etc.) el valor real puede ser menor (subconsolidación) o mayor (sobreconsolidación) que el que correspondería bajo las condiciones consideradas normales para ese material, a esa profundidad y con esa sobrecarga. El comportamiento de los materiales sub- y sobre-consolidados es diferente del de los materiales normalmente consolidados frente a las mismas condiciones de esfuerzos y, por lo tanto, pueden desarrollar procesos o estructuras diferentes de las esperadas. En ambos casos el material presenta un comportamiento más frágil que el que presentaría en condiciones normales. Es importante destacar que al estudiar la deformación de los materiales particulados, el análisis se concentra en la resistencia a la deformación por cizalla, ya que la deformación en condiciones hidrostáticas (todos los esfuerzos son iguales) sólo implica cambios en el volumen. La resistencia a la deformación por cizalla de un sedimento no es el resultado de la resistencia del material en sí mismo, como en el caso de los sólidos con estructuras cristalinas y/o de los materiales cementados, sino de fuerzas más tenues, como la fricción entre los clastos y la cohesión, una propiedad con particulares características cuando se trata de partículas finas y que es fuertemente modificada por la presencia, presión y composición de los fluidos porales. La resistencia a la deformación por cizalla τ, está dada por la expresión de MohrCoulomb τ = C + σ tg θ en la que C es la cohesión y θ el ángulo de fricción interna. Para la descripción de la resistencia a la deformación por cizalla de un sedimento pueden utilizarse diferentes términos como Duro, Firme y Blando (equivalentes en castellano de los términos sajones hard, stiff, firm y soft). Un sedimento cuya fábrica original ha sido profundamente perturbada por alguna causa, recibe la denominación ".........................." (remoulded), este proceso introduce profundos cambios en su comportamiento frente a lo esperado si hubiera conservado sus condiciones originales. Se denomina sensitividad a la diferencia entre la resistencia a la cizalla antes y después de ser perturbado. El valor de la resistencia a la cizalla aumenta desde unos pocos KPa en los sedimentos superficiales, hasta algunos centenares de KPa en cuanto se han alcanzado unas pocas decenas de metros de soterramiento. Una arenisca puede ya alcanzar una resistencia de hasta algunos centenares de KPa. El particular origen de las fuerzas cohesivas en los materiales particulados (cargas electrostáticas, fricción entre clastos) hace que las resistencias relativas a la deformación por cizalla en materiales con tamaños de clastos en la fracción arcilla y arena sean inversos cuando se analizan en superficie o profundidad. 39 La deformación de un sedimento puede contener una componente inicial de deformación elástica, asociada a la deformación de la red tridimensional del esqueleto clástico, antes de que se produzcan movimientos relativos ente ellos. Estos movimientos, que se inician tan pronto el esfuerzo impuesto supera la resistencia friccional en los puntos de contacto, se traducen en un reacomodamiento del esqueleto por deslizamiento friccional. Efecto de la carga sobre el suelo En un material particulado los clastos están en contacto tangencial entre sí y los espacios porales pueden estar ocupados por líquido y/o gas. El peso del material sobreyacente (o la fuerza que pueda ser ejercida desde el exterior sobre el mismo) está sostenido por cadenas verticales más o menos regulares de clastos, con poca interacción lateral. Cuando se añade una sobrecarga a un suelo natural, se produce un reacomodamiento de las fases sólida y fluida y se origina una nueva estructura, en equilibrio con las nuevas condiciones de carga. Este equilibrio puede ser alcanzado por dos procesos que actúan en situaciones opuestas: • • Compresión Hinchamiento La compresión implica la reducción de volumen de poros, con expulsión de la fase fluida y rotación y deslizamiento intergranular en la fase sólida. El hinchamiento, por el contrario, se acompaña por una expansión del empaquetamiento y la absorción de fluidos como consecuencia de la dilatación de material. Es importante señalar que dada la anisotropía estructural natural de la mayoría de los suelos, los mismos son también anisótropos en sus propiedades mecánicas, estando por otra parte fuertemente influenciadas éstas por la historia tensional del suelo en cuestión. El análisis del suelo y sus propiedades puede encararse a nivel microscópico, lo cuál, si las partículas son muy finas (arcillas, por ejemplo) y las fuerzas físico químicas son de mayor relevancia que la fuerza de gravedad en el control de los procesos actuantes, hace sumamente complicado el trabajo. Es por ello que habitualmente se asume al suelo como un material continuo, pero sin dejar de lado la presencia de las fases fluidas. Postulado de Terzaghi El postulado de Terzaghi señala que cualquier modificación en la estructura y propiedades mecánicas de un suelo (compresibilidad, resistencia al corte) es consecuencia de la modificación en los esfuerzos efectivos activos en el suelo. Los esfuerzos efectivos en el seno del suelo resultan de sustraer a los esfuerzos principales (σ σ) la presión de los fluidos intersticiales (p). σ´ = σ - p 40 La componente isótropa del campo de esfuerzos produce cambio de volumen, mientras la componente desviatórica genera los esfuerzos tangenciales que producen distorsión de la forma. La presión de fluidos actúa en el seno del líquido y es igual en todas direcciones, mientras que los esfuerzos efectivos sólo actúan en la fase sólida y no necesariamente son iguales en las tres direcciones normales entre sí. Figura 50: Maltman (1994), pág. 45 Figura 51: Maltman (1994), pág. 14 41 Figura 52: Maltman (1994), pág.14 Fuerzas de filtración La existencia de un gradiente en la presión del fluido que ocupa los espacios porales del suelo, se induce el flujo de dicho fluido y, si las fuerzas que mantienen unidos los clastos entre sí llegan a ser menores que la fuerza de arrastre del flujo, el material puede llegar a desagregarse. Los parámetros que controlan el proceso son: Cohesión del material Densidad de las partículas Tamaño de las partículas Forma de las partículas Empaquetamiento de las partículas La fuerza de arrastre del agua, por su parte, depende del gradiente hidráulico. 42 Figura 53: González de Vallejo (2002), pág. 47 Si la presión de fluido excede la cohesión del material (por ejemplo debido al ingreso de energía en el sistema al ser alcanzado por una onda sísmica), puede producirse la licuefacción del mismo y su resedimentación, con una importante modificación del esqueleto clástico. Figura 54: Maltman (1994), pág. 97 43 Figura 55: Maltman (1994), pág. 47 Figura 56: Maltman (1994), pág. 47 Esfuerzos en el seno de un suelo El esfuerzo vertical en un punto del sistema está relacionado con la sobrecarga por encima de dicho punto y es directamente proporcional a la densidad del material (ρ . g). En el cálculo de la densidad deben considerarse tanto el esqueleto clástico como los fluidos que puedan ocupar total o parcialmente los espacios porales. σv = ρ . g. z Figura 57: Maltman (1994), pág. 44 44 Figura 58: González de Vallejo (2002), pág. 43 Es importante recordar que aún cuando todas las fases contribuyen directamente a la sobrecarga, el estado tensional efectivo debe recalcularse teniendo en cuenta la presión de fluidos (p). σ´ = σ - p Relaciones entre los esfuerzos verticales y horizontales En el caso de los materiales particulados los esfuerzos que se desarrollan en dos direcciones, que por razones prácticas corresponden a la relación entre el esfuerzo vertical y el esfuerzo horizontal, están vinculados por el parámetro K, denominado coeficiente de empuje en reposo: K= σx/σy Cuando el parámetro K vale 1, es decir que σx (el esfuerzo horizontal) y σy (el esfuerzo vertical) son iguales se habla de consolidación isotrópica. En condiciones normales el valor de K oscila alrededor de 0,5. El coeficiente K0 Cuando el esfuerzo horizontal es la respuesta a la sobrecarga, su magnitud será función del esfuerzo vertical y de las propiedades del sedimento, y solamente la necesaria para que no se produzca cambio de forma en la dirección horizontal. El coeficiente que relaciona los esfuerzos horizontal y vertical en estas condiciones se denomina K0 45 Figura 59: Maltman (1994), pág. 61 Figura 60: Maltman (1994), pág. 62 Aplicación de cargas sobre suelos saturados Al considerarse cargas puntuales con respecto a las dimensiones del sistema, se produce una diferencia entre las condiciones de esfuerzos en el punto de aplicación y el entorno, generándose gradientes de esfuerzos y de presión de fluido. Este último da lugar a un flujo radial de material dirigido hacia fuera del punto de aplicación. El proceso se detiene cuando se equilibran las presiones de fluidos y cesa el flujo. 46 Figura 61: González de Vallejo (2002), pág. 50 El comportamiento de los suelos saturados frente a la aplicación de una carga será netamente diferente según el proceso tenga lugar con drenaje de los fluidos o si el mismo se encuentre impedido. Se considerarán a continuación ambos casos. Figura 62: Maltman (1994), pág. 214 47 Figura 63: Maltman (1994), pág. 54 Carga con drenaje La posibilidad de que el sistema expulse los fluidos cuando es sometido a esfuerzos conduce a su consolidación. La consolidación de un suelo es así el proceso por el cuál se produce la disipación del exceso de presión de fluidos generado por la aplicación de una sobrecarga cuando el proceso tiene lugar en condiciones drenadas y el agua en exceso para el nuevo volumen de poros puede ser expulsada. Los parámetros que influyen en la velocidad de disipación de la sobrepresión son: - permeabilidad del medio - velocidad de aplicación de la sobrecarga - homogeneidad del terreno La descripción de la evolución del sistema puede hacerse del siguiente modo: 1- En el estado inicial el esfuerzo principal es igual al esfuerzo efectivo más la presión de fluido. σ=σ´+ p 2- Al aumentar el esfuerzo principal, esto producirá también un aumento igual en la presión de fluidos y que no equilibra inmediatamente con la presión de fluidos en la periferia del lugar en el cual se ha aplicado la fuerza. Se crea así un gradiente de presión en el fluido que genera la circulación del mismo hacia la periferia. 3- Al progresar el proceso, el agua en exceso es expulsada del sistema y disminuye la presión de fluidos hasta que el gradiente hidráulico se anula o se estabiliza con el regional. Figura 64: Maltman (1994), pág. 49 Carga sin drenaje En estas condiciones no se produce flujo de agua, no hay posibilidad de disipar el exceso de presión de fluidos y no habrá por lo tanto cambio en el volumen de suelos al no tener lugar el proceso de consolidación. 48 Figura 65: Maltman (1994), pág. 45 Figura 66: Maltman (1994), pág. 49 Esfuerzos inducidos durante la carga no drenada En este caso, al no poder eliminarse el fluido, todo el incremento en el esfuerzo vertical es absorbido inicialmente por la fase fluida y la variación en el esfuerzo efectivo es nula, @σ =@p @σ´=0 esto implica que, como los esfuerzos efectivos no varían, de acuerdo con el Postulado de Terzaghi el suelo no se modifica. En términos ingenieriles, el hecho de que el proceso se produzca en condiciones no drenadas puede significar sólo que la velocidad de disipación del exceso de presión es mucho menor que la velocidad de acumulación del exceso de sobrecarga, con lo cual el efecto práctico es similar a la ausencia de drenaje. 49 Figura 67: González de Vallejo (2002), pág. 52 Figura 68: González de Vallejo (2002), pág. 56 Curva de compresión noval Si se representa gráficamente la variación del índice de poros con el aumento del esfuerzo vertical efectivo (es decir con la profundidad) se obtiene la curva denominada curva de compresión noval. 50 Figura 69: González de Vallejo (2002), pág. 98 Figura 70: González de Vallejo (2002), pág. 59 Esta curva representa por una parte el estado de consolidación para las diferentes profundidades (asumiendo una litología homogénea) y por otra la evolución del índice de poros para una misma porción del suelo a medida que va siendo soterrada. Si se observa la curva, puede verse que, para un mismo incremento en la presión efectiva, se producen diferentes incrementos en el índice de compactación, siendo menor el incremento para los materiales situados a mayor profundidad, los que muestran, por lo tanto, un comportamiento más rígido (más resistente a la deformación). Procesos de descarga Si por alguna razón geológica se produce una disminución del espesor de sedimento que sobreyace a un determinado punto, se produce una variación negativa en el estado tensional del mismo por lo que debería esperarse una hinchazón o dilatación del material en estudio. Si se representan en un gráfico esfuerzo-deformación los diferentes estadios del proceso de pérdida de sobrecarga (curva de descarga), se observa que la trayectoria de la curva no se sobreimpone a la curva de carga. Esto es consecuencia de que el suelo conserva una cierta "memoria" de sus estados anteriores y mantiene un grado de consolidación mayor que el que le corresponde al nuevo estado tensional. 51 En la curva de carga el suelo va adquiriendo valores de consolidación normal y por lo tanto se dice que está "normalmente consolidado" en cada punto de ella; cuando se recorre la curva de descarga, el suelo se encuentra "sobreconsolidado" para las nuevas condiciones de esfuerzo. Figura 71: González de Vallejo (2002), pág. 57 Curva de recarga Si se interrumpe el proceso de erosión en la superficie de la cuenca y la misma vuelve a actuar como receptora de sedimentos, se reinicia el proceso de carga y la curva tiende a aproximarse a la curva inicial de carga hasta que se constituye en su prolongación. Figura 72: González de Vallejo (2002), pág. 61 Efectos mecánicos de la consolidación y la sobreconsolidación La curva de carga representa una trayectoria de deformación plástica en cuanto la deformación no es recuperada aún cuando se elimine el esfuerzo vertical (salvo un pequeño porcentaje de recuperación elástica del esqueleto clástico). 52 La curva de descarga-recarga por el contrario muestra un comportamiento elástico del material, por cuanto éste recupera las condiciones iniciales al completarse el ciclo. Figura 73: Maltman (1994), pág. 180 Figura 74: Maltman (1994), pág. 179 53