pascua 2006 urda - Jóvenes Dehonianos

Transcripción

pascua 2006 urda - Jóvenes Dehonianos
PASCUA 2006 URDA
Del 12 al 16 de abril
Grupo de jóvenes dehonianos
1
Miércoles Santo
Pascua Urda 2006
Dinámica de Presentación
En una habitación grande, dos personas sujetan una soga larga. Se van haciendo
preguntas si/no. Quien conteste sí, se pone a la izquierda de la soga y quien conteste no
a la derecha. Cada vez que pasan a uno u otro lado se pone música bailable y pasan el
―limbo‖. Las dos personas van bajando o subiendo según su mala leche…
Preguntas
1. Los que sean de Madrid para arriba a la derecha, los del sur para la izquierda.
2. Los que están porlados la izquierda, los que no a la derecha.
3. Los que sepan qué es un ―paluego‖ a la izquierda y los que no a la derecha.
4. Quien haya ido al Camino de Santiago a la izquierda.
5. Los que hayan estado en una pascua a la izquierda, los que no a la derecha.
6. Todos tenemos fallos de memoria. Los que no recuerden una noche de juerga
que pasen a la izquierda.
7. Quien haya recibido un ―campal‖ a la izquierda. Que expliquen el pascual que
recibieron.
8. Quien se haya meado alguna vez en la ducha, a la izquierda. (No mintáis
¡golfas!)
9. Quien se haya traído secador a la izquierda…
10. Quién se le haya escapado un pedo en público a la izquierda, quien tenga un
tapón en el culo a la derecha.
11. Quien les salga pelotillas en el ombligo a la izquierda. (Hacemos comprobación
y castigo de los que hayan mentido. Quien mienta tiene que pasar por debajo a
dos palmos de altura de la cuenta.
12. Quien sea postulante a la izquierda y se presente. (Chicas no tocar)
13. Quien venga sin depilar a la izquierda. (Comprobación, de chicas y de chicos)
14. Quién sepa donde están las galletas Siro a la izquierda (que se presenten las de
Venta)
15. Quien se haya bañado en la Malvarrosa de noche a la izquierda. Y ahora que nos
diga cómo y con quien.
16. Quien sepa seguir esta canción a la izquierda: ―La manta al coll…‖
17. El que diga ―ejjjjque‖, a la izquierda.
18. Los que hayan estado alguna vez en el ―Palmar de Troya‖ a la izquierda… ¡Que
nos inviten a una ronda!
2
Miércoles Santo
Pascua Urda 2006
Dinámica sobre “Amar la Vida”
Introducción al personaje de Vivian
Bearing:
Vivian Bearing es una mujer de éxito. Es profesora, doctora en poesía del s.
XVII. Hizo una de las tesis doctorales más aclamadas sobre John Donne, un complejo
poeta metafísico cuyos poemas tratan sobre la muerte desde todos los ángulos. De
hecho, la doctora Bearing escribió toneladas de libros, artículos, ensayos… Era toda una
eminencia. La gente se apartaba a su paso y la saludaba en el campus. Daba unas charlas
excelentes, sin apuntes ni transparencias, sin una palabra fuera de lugar, aunque muchos
alumnos la odiaban. No era exactamente una delicia. Ya sabéis, era estricta, exigente e
intransigente. Una mujer muy dura y muy fuerte. Le encantaban los retos. Tal y como
daba las clases, más bien parecían un campamento militar.
Ahora tiene cáncer. Para ser más exactos, le han diagnosticado un cáncer ovárico
metastásico en fase 4. Y… no existe la fase 5 ¿Sabéis a qué me refiero?
Sin embargo, es precisamente ahora, tras toda una vida de estudio y búsqueda del saber,
cuando va a hacer el más importante descubrimiento de su vida. Y quiere compartirlo
con vosotros…
Proyectar el fragmento de “Amar la Vida” comprendido en: [52 m
30 s – 1h 00 m 00 s]
Reflexión sobre el primer fragmento:
Busca ahora en tu vida. Examina las relaciones que tienes con tus padres, con tus
amigos. Con los profesores, los compañeros de clase, el panadero, el cartero, el portero
de tu edificio… Es decir, con TODA la gente que de una manera u otra va pasando por
tu vida día a día, aunque no reparemos en ellos.
¿Qué tienes en común con Vivian? ¿Qué exiges a la gente y qué le niegas? Son
las mismas cosas o son diferentes… ¿Cómo afrontas el día a día? ¿Lo afrontas con la
cabeza, con el corazón, una mezcla de ambos o sólo vives automáticamente? ¿Cuál de
estas maneras de vivir predomina en ti?
3
Miércoles Santo
Pascua Urda 2006
Se dejan unos minutos de silencio en los que cada uno reflexione sobre las
preguntas propuestas.
Pregúntate…
1. ¿Cómo te relacionas con los demás?
2. Vivian pedía humanidad y amistad
del doctor, pero éste la trata como un
experimento clínico. Y tú ¿te paras a
pensar lo que los demás necesitan de
ti, o los tratas según lo que te
interesa de ellos?
4
Miércoles Santo
Pascua Urda 2006
Conclusión:
Veamos ahora lo que tiene que decirte Vivian al respecto…
Proyectar el fragmento de “Amar la Vida” comprendido en: [1 h 06
m 04 s – 1 h 08 m 20 s]
Reflexión final:
Creo que no hay mejor forma de explicar la manera en la que hay que vivir la vida. Y
centrándonos en lo que hemos venido a vivir aquí, sólo así, con sencillez, con bondad,
dejando el corazón abierto, liberándose de todas las cosas que traemos de fuera… es
como vamos a poder descubrir el auténtico milagro que nos propone Jesús. ¿Te atreves
a intentarlo?
Carta a Vivian
Cuando lo pasamos mal es cuando nos damos cuenta de qué es lo fundamental en
nuestra vida. Es lo que le pasa a Vivian. Cuando se ha enfrentado cara a cara con la
muerte, es cuando se ha dado cuenta de que la vida hay que vivirla con sencillez y
bondad, y con eso basta. Ella misma dice que ha sido descubierta, como pillada
infraganti. “Y yo que me creía que era tan inteligente…” Muchas veces vivimos la vida
absolutamente volcados en cosas intrascendentes.
Es el momento de que tú también te tomes la vida en serio, sin esperar a que te ocurra
algo parecido a lo que le ocurre a Vivian. ¿Estás dispuesto?
Imagínate que vas a visitar a Vivian durante una hora. ¿Qué le dirías?, ¿qué razones
para vivir y afrontar las dificultades le darías?, ¿tendrías razones para afrontar lo que
Vivian está afrontando?
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Jueves Santo
Pascua Urda 2006
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Jueves Santo
Pascua Urda 2006
ORACIÓN DE LA MAÑANA
LAUDES
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo
Dios mío ven en mi auxilio
Señor date prisa en socorrerme
Himno
No me mueve, mi Dios, para
quererte
el cielo que me tienes
prometido;
ni me mueve el infierno tan
temido
Muéveme, al fin, tu amor, y en tal
manera
que, aunque no hubiera cielo, yo
te amara,
para dejar por eso de ofenderte.
y, aunque no hubiera infierno, te
temiera.
Tú me mueves, Señor; muéveme
el verte
No me tienes que dar porque te
quiera;
clavado en esa cruz y
escarnecido;
pues, aunque lo que espero no
esperara,
muéveme el ver tu cuerpo tan
herido;
lo mismo que te quiero te
quisiera. Amén
muévenme tus afrentas y tu
muerte.
Antífona 1
Mira, Señor, fíjate que estoy en peligro
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Jueves Santo
Pascua Urda 2006
Salmo 79
Pastor de Israel, escucha, tu que guías a José como a un
rebaño;
tu que te sientas sobre querubines,
resplandece ante Efraím, Benjamín y Manasés;
despierta tu poder y ven a salvarnos.
¡Oh Dios!, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve.
Señor Dios de los ejércitos,
¿hasta cuando estarás airado mientras tu pueblo te suplica?
Le diste a comer llanto, a beber lágrimas a tragos;
nos entregaste a las disputas de nuestros vecinos,
nuestros enemigos se burlan de nosotros.
Dios de los ejércitos, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve.
Sacaste una vid de Egipto, expulsaste a los gentiles, y la
trasplantaste;
le preparaste el terreno y echó rices hasta llenar el país;
Su sombra cubría las montañas, y sus pámpanos, los cedros
altísimos;
extendió sus sarmientos hasta el mar, y sus brotes hasta el
Gran Río.
¿Por que has derribado su cerca paras que la saqueen los
viandantes,
la pisoteen los jabalíes y se la coman las alimañas?
Dios de los ejércitos, vuélvete:
mira desde el cielo, fíjate, ven a visitar tu viña,
la cepa que tu diestra plantó, y que tu hiciste vigorosa.
La han talado y le han prendido fuego: con un bramido
hazlos perecer.
Que tu mano proteja a tu escogido, al hombre que tu
fortaleciste.
No nos alegaremos de ti: danos vida, para que invoquemos
tu nombre.
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Jueves Santo
Pascua Urda 2006
Señor Dios de los ejércitos, restáuranos, que brille tu rostro y
nos salve.
Antífona: Mira, Señor, fíjate que estoy en peligro
Antífona 2
Él es mi Dios y Salvador, confiaré y no temeré
Cántico Is. 12,1-6
Te doy, gracias, Señor, porque estabas airado contra mí,
pero ha cesado tu ira y me has consolado.
Él es mí Dios salvador: confiare y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación.
Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de salvación.
Aquel día, diréis: Dad gracias al Señor, invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas, proclamad que su nombre es
excelso.
Tañed para el Señor, que hizo proezas; anunciadlas a toda la
tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
"¡Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel!"
Antífona: Él es mi Dios y Salvador, confiaré y no temeré
Antífona 3
El Señor nos alimentó con flor de harina, nos sació con miel silvestre
Salmo 80
Aclamad a Dios, nuestra fuerza: dad vítores al Dios de Jacob:
acompañad, tocad los panderos, las cítaras templadas y las
arpas;
tocad las trompetas por la luna nueva, por la luna llena que
es nuestra fiesta;
9
Jueves Santo
Pascua Urda 2006
Porque es una ley de Israel, un precepto del Dios de Jacob,
una norma establecida para José al salir de Egipto.
Oigo un lenguaje desconocido:
"retiré los hombros de sus cargas, y sus manos dejaron la espuerta:
Clamaste en la aflicción, y te libré, te respondí oculto entre los
truenos,
te puse a prueba junto a la fuente de Meribá.
Escucha, pueblo mío, doy testimonio contra ti:
¡ojalá me escuchases, Israel!
No tendrás un Dios extraño, no adoraras un dios extranjero:
yo soy el Señor Dios tuyo, que te saqué del país de Egipto:
abre tu boca y yo la saciaré.
Pero mi pueblo no escuchó mi voz, Israel no quiso obedecer:
los entregué a su corazón obstinado, para que anduviesen según
sus antojos.
¡Ojalá me escuchase mi pueblo y caminase Israel por mi camino!
En un momento humillaría a sus enemigos
y volvería mi mano contra sus adversarios.
Los que aborrecen al Señor te adularían, y su suerte quedaría
fijada;
te alimentaría con flor de harina, te saciaría con miel
silvestre."
Antífona: El Señor nos alimentó con flor de harina, nos sació con miel silvestre
Lectura breve: Hb 2, 9-10
Vemos a Jesús coronado del gloria y honor por su pasión y muerte. Así, por la gracia de Dios,
ha padecido la muerte para bien de todos. Dios, para quien y por quien existe todo, juzgó
conveniente, para llevar a una multitud de hijos a la gloria, perfeccionar y consagrar con
sufrimientos al guía de su salvación.
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Jueves Santo
Pascua Urda 2006
Responsorio breve
Nos has comprado, Señor, con tu sangre.
Nos has comprado, Señor, con tu sangre.
De toda raza, lengua, pueblo y nación.
Con tu sangre
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Nos has comprado, Señor, con tu sangre.
Benedictus
Antífona: He deseado enormemente comer esta comida pascual con vosotros, antes de
padecer.
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su
pueblo,
suscitándonos una fuerza de
salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde
antiguo,
por poca de sus santos profetas.
temor,
arrancados de la mano de los
enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros
días.
Es la salvación que nos libra de
nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos
odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro
padre Abrahán.
Para concedernos que, libres de
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Jueves Santo
Y a ti, niño, te llamarán profeta del
Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la
salvación,
el perdón de sus pecados.
Pascua Urda 2006
nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo
alto,
para iluminar a los que viven en
tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Por la entrañable misericordia de
Antífona: He deseado enormemente comer esta comida pascual con vosotros, antes de
padecer
Preces
Oremos a Cristo, Sacerdote eterno, a quien el Padre ungió con el Espíritu Santo para
que proclamara la redención a los cautivos, y digámosle:
Señor, ten piedad
Tú que subiste a Jerusalén para sufrir la pasión y entrar así en la gloria,
–
conduce tu Iglesia a la Pascua eterna.
Tú que exaltado en la cruz quisiste ser atravesado por la lanza del costado,
–
sana nuestras heridas.
Tú que convertiste el madero de la cruz en árbol de vida,
–
haz que los renacidos en el bautismo gocen de la abundancia de los frutos
de este árbol.
Tú que clavado en la cruz perdonaste al ladrón arrepentido,
–
perdónanos también a nosotros, pecadores.
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Jueves Santo
Pascua Urda 2006
Padre nuestro
Oración
Nuestra salvación, Señor, es quererte y amarte; danos al
abundancia de tus dones y, así como por la muerte de tu Hijo
esperamos alcanzar lo que nuestra fe nos promete, por su gloriosa
resurrección concédenos obtener lo que nuestro corazón desea.
Por nuestro Señor Jesucristo que contigo vive y reina en la unidad
del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
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Jueves Santo
Pascua Urda 2006
Sentido del día
Meditación sobre el Icono “La hospitalidad
de Abraham”.
Oración personal
El lavatorio de los pies
Introducción
La última cena y el lavatorio de los pies forman parte de un mismo acto simbólico en el que
Jesús quiso resumir toda su vida y su mensaje. Es más, en ellos quiso anticipar el significado de
lo que pasaría a continuación: su pasión y su muerte. Estamos ante un momento crucial. Es
como si Cristo se sentara delante de nosotros y nos dijera: ―Atentos, que ahora os voy a explicar
el porqué de todo‖. Por eso debemos estar atentos para que no se nos escape ningún detalle.
Deseo
Descentrarme de mí mismo para identificarme y unirme con Jesús siervo mío, que se entrega
voluntariamente por mí.
Petición
―Señor ábreme el corazón para que sienta los mismos sentimientos que tu Hijo cuando entregó
su vida por mi‖
Sugerencias para la oración
1. La vida de Jesús no es una suma de buenas acciones y de bonitas palabras. A veces,
nosotros creemos solamente en frases que suenan bien, en acciones de Jesús que nos
sorprenden. Llega la hora de decidir si somos discípulos y creemos en Él, con su historia
completa. Jesús en su persona entera es el amor de Dios en acción. El lavatorio de los
pies simboliza quién es Dios, y qué quiere de nosotros. Jesús se arrodilla y lava los pies
a sus discípulos: el Dios todopoderoso, se arrodilla delante de nosotros y actúa como un
esclavo. El amor es así. Dios quiere que nos abandonemos al amor: a ese amor que se
abaja (kénosis) para elevar al otro. Nuestro amor suele ser diferente: amamos del otro lo
que nos produce beneficio, placer, bienestar. En el lavatorio de los pies, Jesús
revoluciona toda la moral.
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Jueves Santo
Pascua Urda 2006
2. Lee atentamente Jn 13, 1-20.
3. Subraya palabras que indican radicalidad: extremo, todo, fin, etc. Subraya también las
que indican abajamiento: siervo, toalla, arrodillarse, etc.
4. Imagínate la escena: la sala, la mesa con la cena ya preparada, los discípulos sentados
esperando… ¿Qué hablan?, ¿a qué huele?, ¿qué hacen? De repente Jesús se levanta y se
pone a lavar los pies a los discípulos. ¿Qué sientes tú al ver eso?
5. Te va a llegar el turno a ti. ¿Qué significa para ti que Cristo te lave los pies? ¿Qué es lo
que tiene que lavar en ti? Ponle nombre. ¿Te vas a dejar lavar? ¿Vas a dejar que Dios se
manche con tus pecados? Vuelve a leer el diálogo con Pedro.
6. Mientras Jesús te lava, ¿qué te dice? ¿cómo te toca? ¿qué te pide?
7. Lee finalmente a partir del versículo 12. Observa que Jesús se vuelve a poner el manto:
el manto simboliza dignidad. Hacer de siervo no le ha hecho perder su dignidad, no es
servilismo. Escucha lo que te dice a ti en concreto.
8. Termina dialogando con él durante cinco minutos. Pídele, agradécele, cuéntale, lo que
hay en tu corazón.
9. Reza un padrenuestro. Ve a otro lugar y escribe en una hoja los pensamientos,
sentimientos, deseos y tentaciones que has tenido durante esta hora.
Descansa
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Jueves Santo
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La cena
Deseo
Descentrarme de mi mismo y sentir los sentimientos de Cristo que se entrega por mí.
Petición
―Señor hazme sentir el amor de tu Corazón cuando te entregas por mí.
Sugerencias para la oración
1. La Eucaristía es otra acción que expresa toda su vida: la tomó, dio gracias, la partió
y se la dio. Jesús no vivió al día. Todo su mensaje y sus acciones fueron objeto de una
decisión de entrega. Sólo quien decide vivir por amor y entrega su vida, puede luego
tomarla en sus manos. Es extraño: solo quien pierde su vida la salva. Cuando se vive del
amor, todo te parece gracia, don, regalo: por eso Jesús dio gracias. El hecho de partir
el pan es un símbolo bastante elocuente de lo que fue su propia vida: llegado el
momento se dejó partir brutalmente por la violencia y la injusticia. Jesús no solo da su
vida en la última cena: toda su vida fue un vivir-para-otros, un des-vivirse.
2. Lee Lc 22, 14-23. Métete en la escena. Vuelve a imaginar la sala, la mesa, a todos
reunidos en torno… Observa como, de repente, las conversaciones se acallan y Jesús
dice: ¡Cuánto he deseado celebrar esta Pascua contigo!
3. Tomó el pan. El pan es su cuerpo, él mismo. Cada vez que se nos da en la eucaristía es
él mismo. Jesús se nos da constantemente, a pesar de nuestras infidelidades, se pone
en nuestras manos, sin pedir nada, dejándonos libres para acogerle o rechazarle.
Déjate desbordar por su abandono, por su entrega. Él se entrega por ti, por ti, por ti.
El cuerpo significa la capacidad de amar, el ser, la afectividad, el deseo. Cristo pone
todo lo que es en nuestras manos. ¿Qué haces tú con tu cuerpo?, ¿con tu afectividad?,
¿con tus deseos?
4. Tomo el cáliz lleno de vino. Es su sangre. Su fuerza vital, sus sueños y proyectos de
futuro: ¡Jesús también soñaba con un futuro! Él quería el Reino y tenía sus planes
para hacerlo llegar. Pero tenía aún más claro que sus planes no eran tan importantes
como la voluntad de su Padre. Por eso Él dice que su sangre será derramada por
nosotros, y no entregada como el cuerpo. El abandono, la disponibilidad total a la que
Cristo nos invita supone un sacrificio, supone derramar, perder, renunciar a nuestros
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Jueves Santo
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deseos omnipotentes de dominar y controlar nuestro futuro. Para hacer esto hay que
tener una total confianza en el Padre.
5. Imagina que es Cristo mismo el que, delante de ti, te entrega el pan y te dice: Esto es
mi cuerpo que se entrega por ti. Toma el cáliz y te dice: esta es mi sangre, que será
derramada por ti.
6. Mira a tu alrededor, observa a los discípulos: un traidor, uno le negará, otro no creerá
que ha resucitado, todos huirán. ¿Qué es lo que les capacita para la misión de
evangelizar? ¿por qué los eligió Jesús? ¿Por qué te ha elegido a ti? Cuando Cristo elige
“pan” y “vino”, elementos tan humildes y sencillos, para ser su cuerpo y su sangre, nos
está diciendo aquello que S. Agustín ya formuló: solo lo asumido es salvado. Al asumir
el pan y el vino y convertirlo en cuerpo y sangre suya, Cristo ha asumido la naturaleza
y la humanidad; ha asumido tu pobreza, tu debilidad, tus contradicciones y las quiere
transformar. ¡Déjate transformar por lo que comes!
7. Lee 1Cor 11, 17-33. El contexto en el que Pablo recuerda las mismas palabras de Jesús
es polémico. Pablo reprende a la comunidad de Corinto porque no se esperan para
celebrar juntos la eucaristía y no les importa que unos coman y otros pasen hambre.
Estas son dos dimensiones irrenunciables de la eucaristía. Jesús nos ha dado su
cuerpo y sangre para que lo comamos y bebamos juntos, es decir, para crear
comunidad. Comunidad no es donde todos nos llevamos bien, sino donde todos venimos
a compartir nuestra fe y a renovar nuestra decisión de vivir en torno a Cristo. Por
otro lado, la eucaristía no puede tolerar la injusticia: la comunión debe hacerse
efectiva fuera de la capilla, en la entrega y el servicio a los más necesitados. Comunión
y servicio, esta es la tarea que Jesús encomendó a sus discípulos y que nos
encomienda a nosotros, cada eucaristía.
8. Termina con un diálogo abierto con el Señor.
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Pascua Urda 2006
Textos de apoyo
Un Dios que no fuese más que el amor infinito no obraría como Jesús en el lavatorio de los
pies. Había que buscar, pues, algo más, y hemos visto que era la humildad. Esta no nace en
el hombre. Su ruta no es ascendente, sino descendente. La actitud del pequeño que se
inclina ante el grande, todavía no es humildad. Es, simplemente, verdad. El grande que se
humilla ante el pequeño, ese si es verdaderamente humilde. La encarnación es la humildad
fundamental. Y en el capítulo segundo de la carta a los Filipenses, Pablo habla de la idea
que inspira la encarnación desde toda la eternidad. Dice del hijo de Dios: “Quien, siendo
Dios, no tubo como algo codiciable el mantenerse igual a Dios, sino que se anonadó (se
hizo nadie), tomando la condición de esclavo y haciéndose semejante a los hombres” (Fil 2,
16). Así, surgió en él, pero en un profundidad insondable a toda cualquier psicología, la
voluntad de “anonadarse” a sí mismo, de despojarse de esa existencia gloriosa, de esa
plenitud soberana de amor a nosotros. Nuestra redención no fue para Dios un acto que
realizó como un gesto lejano, que no lo conmoviera para nada. La tomó mucho más en
serio.
(Romano Guardini)
Toda la existencia del
Señor se encuentra
resumida, recapitulada
en la escena del lavatorio
de los pies. Al venir al
mundo, el Señor toma el
uniforme de los esclavos.
Esta escena ilustra y
simboliza el programa de
la vida del Salvador:
rescatar el mundo
mediante la entrega
absoluta. Esta acción de
unos instantes resume
toda una existencia y
hace presentir –
misteriosa anticipación–
la eucaristía y el
calvario, donde Jesús se
entregará, en provecho
de todos, para la
remisión de los pecados.
(Charles Hauret)
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Jueves Santo
Pascua Urda 2006
―¿Cómo es posible que, en países de mayoría católica, mucha gente piadosa que frecuenta la
Iglesia, que todos los días recibe la Eucaristía y que habla de Cristo y adora a Cristo, viva
indiferente ante la injusticia y la desigualdad y, más aún, contribuya con sus opciones políticas y
económicas a mantener cada vez más la desigualdad y la injusticia‖.
A Paoli
―Aquella noche Jesús se acordó del amor de su Padre y de la confianza que le permitía hablar
con autoridad; veía, además, los conflictos a los que le habían arrastrado, poco a poco, sus
solidaridades. Acorralado, como otros muchos antes y después de él; consciente de que habría
podido hallarse del otro lado, del de los fuertes y poderosos, y sabiendo que aún podía luchar
espada en mano, lo que hizo fue tomar un trozo de pan, partirlo y distribuirlo entre sus amigos
diciendo: «Ésta es mi vida y os la doy a vosotros. Siempre que, de una u otra forma, os
encontréis en mis circunstancias, acordaos de mí y haced lo que yo hago ahora». Ésta es la
historia que mueve a los cristianos a reunirse de cara a sus decisiones, sus opciones de
solidaridad y los riesgos de su existencia para acordarse de Jesús, cuya vida y la de ellos mismos
comparten bajo la forma de pan, continuando hoy de este modo en sus vidas lo que él vivió: su
muerte y el sacrificio de su existencia en fidelidad a sus solidaridades. La muerte de Jesús se
halla en el centro mismo de la Eucaristía, porque ésta remite a los cristianos a los conflictos
históricos en que se encuentran metidos. Les indica que es precisamente en esos conflictos y en
esas crisis y no en las nubes donde se puede discernir quien es Dios y cuál es el Dios de Jesús.
La ejecución de éste plantea, con toda la seriedad que conllevan la muerte y el rechazo, la
cuestión de nuestras solidaridades y de las solidaridades de Dios‖.
G. Flourez Sacramentos y vida del hombre Santander 1983.
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Jueves Santo
Pascua Urda 2006
Celebración
de la Cena
del Señor
Canto de Entrada
SALUDO DEL PRESIDENTE
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
La gracia del Señor Jesucristo, que nos amó hasta el extremo y se entregó a la
muerte para darnos vida, esté con todos vosotros.
MONICIÓN
En el atardecer del primer Jueves Santo, Jesús se reunió con sus amigos para celebrar
la Pascua. En aquella cena Jesús les lavó los pies a sus discípulos e instituyó la
Eucaristía.
Fueron dos gestos inolvidables, que resumían y expresaban todo lo que había sido su
vida: una apuesta apasionada por los más pobres y necesitados, una vida volcada en
los demás.
Desde aquel día, los que creemos en Jesús sabemos que está entre nosotros cuando
mantenemos la unidad, cuando nos metemos en el corazón del mundo, sin temer
ningún tipo de ambiente y hacemos de nuestra presencia viva, significativa y
transformadora, una apuesta de servicio a los demás, en especial a los más pobres... y
gritamos a los cuatro vientos que Dios nos ama y que la vida del hombre tiene
sentido... Es entonces cuando podemos reunirnos en comunidad y repetir el gesto de
la Eucaristía.
Esta celebración que hoy hacemos en memoria de la Cena del Señor, debe confirmar
nuestro compromiso cristiano de apostar por los pobres, por los necesitados, por
aquellos que esta sociedad margina y desintegra. Es la mejor manera de hacer realidad
el deseo de Jesús: ser servidores los unos de los otros.
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Jueves Santo
Pascua Urda 2006
ACTO PENITENCIAL
Presidente:
“Vosotros estáis limpios, pero no todos”, decía Jesús, interpretando su lavatorio.
Tampoco nosotros nos sentimos limpios; por eso, necesitamos que el Señor nos lave y
nos purifique de pies a cabeza. Que el Señor nos quite el polvo de nuestras rutinas y la
costra de nuestros egoísmos, que limpie las manchas de nuestros vicios y el barro de
nuestras impurezas.
Acerquémonos con fe a Jesús, reconozcámoslo como Señor y Salvador nuestro. Y
pidámosle que tenga piedad de nosotros. (Silencio)
Lector: Jesús quiso resumir lo que había sido su vida y nos dejó la Eucaristía con el
encargo de que la repitiéramos en su memoria. Y así lo hemos hecho de generación en
generación... Pero con tanto hacerlo ha entrado la rutina, y lo que era un gesto
entrañable y expresivo quedó reducido a un culto vacío y sin vida.
Al recordar hoy lo que el Señor nos confió y al ver lo que hemos hecho le pedimos
perdón por la parte de culpa que en esto tenemos cada uno.
Cantor: Señor, ten piedad
Lector: En la Última Cena ante la sorpresa de sus apóstoles, Jesús les lavó a todos los
pies. De esta forma, el Maestro daba a sus discípulos una lección: que el amor, para
que sea verdadero, ha de hacerse servicio de unos a otros. Sin embargo, nosotros
hemos olvidado su lección: muchas veces no vivimos sino al servicio de nosotros
mismos y nos cuesta salir fuera.
Por eso necesitamos pedir perdón, por las veces que nos escaqueamos de estar
presentes en medio del mundo negando nuestra ayuda y servicio.
Cantor: Cristo, ten piedad
Lector: La Eucaristía es una comida de hermanos: el altar es la mesa familiar a la que
nos sentamos los que vivimos la fe y la vida en fraternidad, comprometidos en la
transformación del mundo. Pero, esto, en gran parte, es una bonita teoría. Porque en
la vida, también nosotros hemos entrado por lo que es norma general: “Cada cual a lo
suyo”.
Hoy tenemos que pedir perdón por nuestra falta de conciencia comunitaria, por el
individualismo, por dejarnos arrastrar por los falsos valores de la sociedad en que
vivimos.
Cantor: Señor, ten piedad
Presidente:
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Jueves Santo
Pascua Urda 2006
Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos
lleve a la vida eterna..
GLORIA
Hoy cantamos festivamente el Gloria a Dios en el cielo, que volveremos a entonar,
todavía más gozosamente, en la Noche de Pascua, en la Eucaristía de la Vigilia.
Cantemos con alegría este himno de alabanza a Dios que nos ama y nos salva del
pecado.
ORACIÓN COLECTA
Oremos.
Señor Dios nuestro
nos has convocado esta tarde
para celebrar aquella misma memorable Cena
en que tu Hijo, antes de entregarse a la muerte,
confió a la iglesia el banquete de su amor,
el sacrificio nuevo de la alianza eterna;
te pedimos que la celebración de estos santos misterios
nos lleve a alcanzar plenitud de amor y de vida.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios
por los siglos de los siglos.
Liturgia de la Palabra
22
Jueves Santo
Pascua Urda 2006
MONICIÓN
En este Jueves Santo, leeremos en primer lugar la historia de la cena de la Pascua de
los judíos, que era la memoria de su liberación de Egipto. El propio Jesús celebró esta
cena antes de su muerte, y en ella instituyó la Eucaristía.
San Pablo nos recordará cómo Jesús se ha entregado hasta la muerte. Y que esta
entrega debe ser también la nuestra.
Y en el Evangelio, el propio Jesús nos enseñará qué es lo que celebramos: que él,
nuestro maestro, nos ha amado hasta el extremo. Y que este amor debe ser también
nuestro amor.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Éxodo 12,1-8.11-14
En aquellos días, dijo el Señor a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto:
— «Este mes será para vosotros el principal de los meses; será para vosotros el
primer mes del año. Decid a toda la asamblea de Israel: "El diez de este mes cada uno
procurará un animal para su familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña
para comérselo, que se junte con el vecino de casa, hasta completar el número de
personas; y cada uno comerá su parte hasta terminarlo.
Será un animal sin defecto, macho, de un año, cordero o cabrito.
Lo guardaréis hasta el día catorce del mes, y toda la asamblea de Israel lo matará al
atardecer. Tomaréis la sangre y rociaréis las dos jambas y el dintel de la casa donde lo
hayáis comido.
Esa noche comeréis la carne, asada a fuego, comeréis panes sin fermentar y
verduras amargas.
Y lo comeréis así: la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano;
y os lo comeréis a toda prisa, porque es la Pascua, el paso del Señor.
Esta noche pasaré por todo el país de Egipto, dando muerte a todos sus
primogénitos, de hombres y de animales; y haré justicia de todos los dioses de Egipto.
Yo soy el Señor.
La sangre será vuestra señal en las casas donde estéis: cuando vea la sangre,
pasaré de largo; no os tocará la plaga exterminadora, cuando yo pase hiriendo a
Egipto.
Este día será para vosotros memorable, en él celebraréis la fiesta al Señor, ley
perpetua para todas las generaciones.»
Palabra de Dios
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Jueves Santo
Pascua Urda 2006
SALMO RESPONSORIAL: Sal 115,12-13.15-18
El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo.
¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación, invocando su nombre.
Mucho le cuesta al Señor la muerte de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo, hijo de tu esclava;
rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios 11,23-26
Hermanos:
Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he
transmitido:
Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó pan y, pronunciando
la acción de gracias, lo partió y dijo:
«Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía».
Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo:
«Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que lo
bebáis, en memoria mía.»
Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte
del Señor, hasta que vuelva.
Palabra de Dios
Canto de aclamación al Evangelio
EVANGELIO
(Durante el Evangelio se realizará el lavatorio de pies)
Lectura del santo Evangelio según san Juan 13,1-15
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Jueves Santo
Pascua Urda 2006
Lector: Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de
pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo,
los amó hasta el extremo.
Estaban cenando, ya el diablo le había metido en la cabeza a Judas Iscariote, el de
Simón, que lo entregara, y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus
manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y,
tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los
pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido.
(Sin decir nada, el sacerdote que preside, se levanta y comienza a lavar los pies a
personas que hayan sido previamente avisadas. Otros irán a los bancos con
palanganas, toallas y jarras para ofrecer a la gente el lavarse las manos unos a otros.
Mientras se puede hacer una música de fondo o silencio, pero no un canto.)
Al acabar, continúa el Evangelio:
Lector: Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les
dijo:
Sacerdote: «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis "el
Maestro" y "el Señor", y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os
he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros; os he dado
ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis»
Palabra del Señor
HOMILÍA
ORACIÓN UNIVERSAL
Antes de celebrar la cena del Señor, pidamos al Padre que todos los hombres
compartamos el amor que significa y realiza este sacramento de unidad y de paz.
Respondamos diciendo: ¡Enséñanos, Señor, a amar!
Lector: Para que todos aquellos que en la Iglesia ejercen un ministerio, lo vivan como
un servicio a Dios y a los hombres. Oremos.
Lector: Para que todos los hombres vivamos en actitud de búsqueda y de servicio a
los demás, pues para eso hemos sido creados. Oremos.
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Jueves Santo
Pascua Urda 2006
Lector: Por aquellos que más necesitan de nuestro amor y de nuestra ayuda: los
pobres, los enfermos, los que no tienen trabajo, los que son rechazados por otros, los
que viven solos, los que no encuentran nadie que les escuche,... Oremos.
Lector: Por nosotros y por todas las comunidades cristianas, para que la fracción del
pan nos lleve a compartir nuestro amor y nuestros bienes con los hermanos. Oremos.
Ayúdanos, Señor, y capacítanos para amar como tú nos has amado, y seamos así
testigos de tu amor. Por Jesucristo nuestro Señor.
Liturgia Eucarística
OFERTORIO
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor,
participar dignamente en estos santos misterios,
pues cada vez que celebramos
este memorial de la muerte de tu Hijo,
se realiza la obra de nuestra redención.
Por Jesucristo nuestro Señor.
PREFACIO
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
Presidente:
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Jueves Santo
Pascua Urda 2006
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno,
por Cristo, Señor nuestro, verdadero y único sacerdote.
El cual, al instituir el sacrificio de la eterna alianza,
se ofreció a sí mismo como víctima de salvación,
y nos mandó perpetuar esta ofrenda en conmemoración suya.
Su carne, inmolada por nosotros, es alimento que nos fortalece;
su sangre, derramada por nosotros, es bebida que nos purifica.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles
y con todos los coros celestiales,
cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
SANTO
PLEGARIA EUCARÍSTICA I
Presidente:
Padre misericordioso, te pedimos humildemente
por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor,
que aceptes y bendigas estos + dones,
este sacrificio santo y puro que te ofrecemos,
ante todo por tu Iglesia santa y católica,
para que le concedas la paz, la protejas,
la congregues en la unidad y la gobiernes en el mundo entero,
con tu servidor el Papa Benedicto, con nuestro Obispo N,
y todos los demás Obispos que, fieles a la verdad,
promueven la fe católica y apostólica.
Concelebrante primero:
Acuérdate Señor, de los ancianos y enfermos
y de todos los aquí reunidos, cuya fe y entrega bien conoces;
por ellos y todos los suyos,
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Jueves Santo
Pascua Urda 2006
por el perdón de sus pecados y la salvación que esperan,
te ofrecemos, y ellos mismos te ofrecen,
este sacrificio de alabanza,
a ti, eterno Dios, vivo y verdadero.
Concelebrante segundo:
Reunidos en comunión con toda la Iglesia para celebrar el día santo
en que nuestro Señor Jesucristo fue entregado por nosotros,
veneramos la memoria, ante todo, de la gloriosa siempre Virgen María,
Madre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor;
la de su esposo, san José;
la de los santos apóstoles y mártires Pedro y Pablo, Andrés,
y la de todos los santos;
por sus méritos y oraciones concédenos en todo tu protección.
Presidente:
Acepta, Señor, en tu bondad, esta ofrenda de tus siervos
y de toda tu familia santa,
que te presentamos en el día mismo en que nuestro Señor Jesucristo
encomendó a sus discípulos la celebración del sacramento
de su Cuerpo y de su Sangre;
ordena en tu paz nuestros días, líbranos de la condenación eterna
y cuéntanos entre tus elegidos.
Extendiendo las manos sobre las ofrendas, dice:
Bendice y santifica, oh Padre, esta ofrenda,
haciéndola perfecta, espiritual y digna de ti,
de manera que sea que nosotros
Cuerpo y Sangre de tu Hijo amado, Jesucristo, nuestro Señor.
El cual, hoy, la víspera de padecer por nuestra salvación
y la de todos los hombres,
tomó pan en sus santas y venerables manos,
y, elevando los ojos al cielo,
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Jueves Santo
Pascua Urda 2006
hacia ti, Dios, Padre suyo todopoderoso,
dando gracia te bendijo, lo partió,
y lo dio a sus discípulos, diciendo:
TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL,
PORQUE ESTO ES MI CUERPO,
QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS.
Del mismo modo, acabada la cena,
tomó este cáliz glorioso en sus santas y venerables manos,
dando gracias te bendijo, y lo dio a sus discípulos, diciendo:
TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL,
PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA,
QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS
Y POR TODOS LOS HOMBRES
PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.
Éste es el Sacramento de nuestra fe.
El celebrante prosigue con las manos extendidas (los concelebrantes, en voz baja):
Por eso, Padre, nosotros, tus siervos, y todo tu pueblo santo,
al celebrar este memorial de la muerte gloriosa
de Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor;
de su santa resurrección del lugar de los muertos
y de su admirable ascensión a los cielos,
te ofrecemos, Dios de gloria y majestad,
de los mismos bienes que nos has dado,
el sacrificio puro, inmaculado y santo:
pan de vida eterna y cáliz de eterna salvación.
Mira con ojos de bondad esta ofrenda y acéptala,
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Jueves Santo
Pascua Urda 2006
como aceptaste los dones del justo Abel,
el sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe,
y la oblación pura de tu sumo sacerdote Melquisedec.
Te pedimos humildemente, Dios todopoderoso,
que esta ofrenda sea llevada a tu presencia, hasta el altar del cielo,
por manos de tu ángel,
para que cuantos recibimos el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo,
al participar aquí de este altar, seamos colmados de gracia y bendición.
Concelebrante primero: (Extiende las manos)
Acuérdate también, Señor, de los que nos han precedido con el signo de la fe
y duermen ya el sueño de la paz.
A ellos, Señor, y a cuantos descansan en Cristo,
concédeles el lugar del consuelo, de la luz y de la paz.
Concelebrante segundo:
Y a nosotros, pecadores, siervos tuyos, que confiamos en tu infinita misericordia,
admítenos en la asamblea de los santos apóstoles y mártires
Juan el Bautista, Esteban, Matías y Bernabé,
y de todos los santos;
y acéptanos en su compañía, no por nuestros méritos, sino conforme a tu bondad.
Por Cristo, Señor nuestro, por quien sigues creando todos los bienes,
los santificas, los llenas de vida, los bendices y los repartes entre nosotros.
Elevando el pan y el vino consagrados, concluye la plegaria eucarística, diciendo:
Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
Rito de la Comunión
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Jueves Santo
Pascua Urda 2006
Hoy, día del amor fraterno, es cuando más sentido tiene proclamar, sentir la palabra
cariñosa de todo hijo hacia su Padre, ese Padre que nos hace a todos hermanos en
Jesús, haciéndonos partícipes de su misma vida, siendo mensajeros por el mundo de la
Buena Noticia, diciendo a todos que nuestro Dios nos ama y nos quiere. Pidamos al
Padre que nunca nos falte el pan de la Eucaristía, el pan que nos hermana.
Padre nuestro...
Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros días,
para que, ayudados de tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado
y protegidos de toda perturbación,
mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.
R. Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles:
“La paz os dejo, mi paz os doy”,
no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia
y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad.
Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos.
La paz del Señor esté siempre con vosotros.
Daos fraternalmente la paz.
Cordero de Dios...
Comunión
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios todopoderoso, que la cena de tu Hijo,
que nos alimenta en el tiempo,
llegue a saciarnos un día en la eternidad de tu reino.
Por Jesucristo nuestro Señor.
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Jueves Santo
Pascua Urda 2006
Reserva de la Eucaristía
MONICIÓN
Todo lo que hemos hecho en esta celebración lo hemos realizado en memoria del
Señor Jesús. Él, al terminar aquella su última cena, les dijo a sus amigos: “Haced esto
en memoria mía”. Por eso nosotros hemos repetido las palabras y los gestos de Jesús
y así hemos querido ser fieles a lo que Él nos mandó.
Ahora vamos a proceder a la reserva solemne del Cuerpo de Cristo para la comunión
de mañana. A partir de ahora es un buen momento para que dediquemos un tiempo
de oración y meditación, dando gracias a Cristo por este sacramento eucarístico en el
que él ha querido hacerse alimento para nosotros.
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Jueves Santo
Pascua Urda 2006
Canto: Amaos
COMO EL PADRE ME AMÓ YO OS HE
AMADO.
PERMANECED EN MI AMOR.
Cantos
Ubi caritas et amor. Ubi caritas Deus ibi est.
PERMANECED EN MI AMOR (BIS).
Si guardáis mis palabras y como hermanos os amáis
compartiréis con alegría el don de la fraternidad.
Si os ponéis en camino sirviendo siempre a la
verdad, fruto daréis en abundancia mi amor se
manifestará.
No veréis amor tan grande como aquél que os
mostré. Yo doy la vida por vosotros. Amad como
yo os amé.
Si hacéis lo que os mando y os queréis de corazón,
compartiréis mi pleno gozo de amar como El me
amó.
CANTEMOS AL AMOR DE LOS
AMORES
Cantemos al Amor de los amores, cantemos al
señor. Dios está aquí: venid adoradores,
adoremos a Cristo Redentor.
GLORIA A CRISTO, JESÚS.
CIELOS Y TIERRA, BENDECID AL
SEÑOR.
Al amor más sincero
HONOR Y GLORIA A TI, REY DE LA
GLORIA.
Al amor más sincero, al amor sin fronteras,
AMOR POR SIEMPRE A TI, DIOS DEL
AMOR. (BIS)
al amor que dio su vida por amor...,
encontré un día cualquiera.
Y a ese amor sin fronteras, a ese amor tan
sincero a ese amor que dio su vida por amor, le
entregué mi vida entera.
Al amor más sincero, al amor sin fronteras, al
amor que dio su vida por amor..., encontré un
día cualquiera.
Y a ese amor tan sincero, a ese amor sin
fronteras, a ese amor que dio su vida por amor,
le entregué mi vida entera.
NADA NOS SEPARARÁ
Nada nos separará,
nada nos separará,
nada nos separará del amor de Dios.
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Jueves Santo
Pascua Urda 2006
Hora Santa
El sacerdote lleva en procesión el Santísimo Sacramento al monumento, mientras se
hace un canto de alabanza. Al colocarlo en el Monumento, se arrodilla junto con los
demás ministros y asamblea y hace oración en silencio.
MONICIÓN DE ENTRADA
A esta noche del Jueves Santo se le llama con razón: “Día del amor fraterno”.
Las palabras de Jesús, las cosas que realizó, los gestos inolvidables durante la última
Cena, proclaman bien alto su generosidad desbordante y su amor incondicional. Antes
de entregarse a la muerte, por amor quiere darnos la prueba suprema del mismo y nos
quiere dar las pautas para enseñarnos cómo tenemos que amar a los demás.
Cristo conoce bien el corazón del hombre. Sabe que muchas veces traicionamos las
promesas; que no somos fieles a nuestros compromisos; que somos débiles a la hora
de la entrega; que muchas veces amamos solamente de palabra. Él mismo fue testigo
y experimentó esta misma amargura en uno de los suyos.
En la escuela de Jesús, próxima a la Cruz, podemos hoy aprender la gran lección que
Él nos brinda.
Con espíritu recogido y en piadoso silencio, empecemos nuestra celebración mirando al
Señor, ejemplo supremos de amor y de entrega.
CANTO
Lectura de la Palabra
Lc 22, 39-46
Salió y fue, según su costumbre, al monte de los Olivos. Sus discípulos lo
acompañaban. Cuando llegó al lugar, les dijo: «Orad para no caer en la tentación». Él
se apartó de ellos como un tiro de piedra, se arrodilló y se puso a orar, diciendo:
«Padre, si quieres, aleja de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya». Y
se le apareció un ángel del cielo reconfortándolo. Entró en agonía, y oraba más
intensamente; sudaba como gotas de sangre, que corrían por el suelo. Se levantó de
la oración, fue a sus discípulos y los encontró dormidos por la tristeza. Y les dijo:
«¿Por qué dormís? Levantaos y orad para que no caigáis en la tentación».
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Jueves Santo
Pascua Urda 2006
Los tentadores
El que hace de Jesús se pone en medio, arrodillado o de pie.
Jesús: ¡Me muero de angustia! ¿Por qué, Señor, por qué? ¿Por qué tiene que acabar todo así? Si
yo he hecho el bien, ¿Por qué he de terminar así? ¿Por qué he de morir? ¿No he hecho lo
suficiente? ¿Qué más quieres de mí?
(Se les tapa los ojos a todos con la pañoleta. Mientras se pone una música de la Lista de
Schindler. Cuando están todos con los ojos tapados, siguen el diálogo Jesús y los tentadores)
Jesús: Padre, todo lo he hecho según Tú me has ido diciendo. Dejé mi casa, mi trabajo, aguanté
insultos, fracasos, traté a todo el mundo con la ternura que tú me enseñaste. ¿Por qué he de
morir? ¿Por qué debo terminar así?
Tentador 1: ¡Claro Jesús! ¿Por qué has de terminar así? Tú ya has hecho suficiente. Tu Padre no
puede pedirte más. Has cumplido. Pasarás a la historia como uno de los mejores hombres de
todos los tiempos. Será muy difícil igualarte. Tu fama llegará a todas partes. No crees que es
suficiente.
Tentador 2: Jesús, déjalo ya. ¿O es que crees que con tu muerte las cosas van a ir mejor? ¿Crees
que los poderosos de la tierra se van a arrepentir por verte morir? No. El mundo seguirá siendo
igual. Pero tú tienes la oportunidad de rehacer tu vida.
Tentador 3: ¿Cuántos de los que están aquí presentes estarían dispuestos a entregar su vida
aunque fuese por una buena causa, Jesús? Mírales, ¿es por ellos que vas a morir? ¿Vas a morir
por personas que ni siquiera creen de verdad en ti?
Tentador 4: Ni uno de ellos daría ni un solo minuto de su tiempo por ti. No están dispuestos a
sacrificar casi nada por aquellos a los que quieren, ¿cómo lo van a hacer por ti? Estás solo,
Jesús.
Tentador 1: Tu proyecto ya ha acabado. No vas a salvar el mundo. Con tu muerte, simplemente
desaparecerás. La gente seguirá siendo tan insensible como hasta ahora. No seas iluso y
recupera tu vida.
Tentador 2: Hay tantos sueños que todavía puedes realizar. Tanta vida. Puedes hacer feliz a una
mujer. Con tu inteligencia puedes triunfar en aquello que te propongas. Es más. Podrías seguir
siendo un rabino, un predicador. Pero claro, tendrías que moderar tu mensaje. Ya sabes, no ser
tan crítico con los poderosos, ser más respetuoso con el Templo y los sacerdotes… Pero,
básicamente podrías seguir hablando del amor tan maravillosamente como lo haces.
Tentador 3: En el fondo es lo que le gusta a la gente. Fíjate cómo han disfrutado todos estos que
están aquí durante todo el día, hablando del amor. Si es lo tuyo. Habla del amor pero no
mueras…
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Jueves Santo
Pascua Urda 2006
Audición: 2000 años después
Coro de tentaciones
No hay pena de muerte. Hay que dar la vida, quien para él la guarda la tiene perdida. Cuando el
lobo acecha, no se va el pastor. Hay que dar la vida. No hay mayor amor…
Coro de tentaciones
Eres aún muy joven. Vive y sé feliz. No hay más que una vida, ¿para qué morir? Retírate ahora.
Tu miedo es mayor. Es una locura morir por amor.
Jesús
Los ojos no se cierran y velan los olivos. Tal vez brilla una estrella. Quizá se apaga ya. Mi vida
es como un río. ¡Y agua, cuánta lleva! Decidle al océano que aguarde un poco más.
La vida me la dieron, la tomo entre mis manos. La tomo entre mis manos. La palpo aún caliente.
La quiero conservar. Me dicen que la entregue. Y si mis palmas abro, veré un mar de palomas al
cielo azul volar.
¿Por qué he de morir si amo la vida? ¿Por qué no vivir un poco más ¿Por qué he de
apurar tanta amargura? ¿Por qué no he de hacer mi voluntad?
Escucho unas palabras, resuenan de aquel libro… ―Feliz, si perseguido tú eres por mi amor‖.
―Tú vales más que un pájaro, más que una bella rosa‖. ―Y así sabrán que eres también hijo de
Dios‖. Escucho estas palabras, Yo sé que soy su hijo. Un hijo tan amado y ungido de dolor. Su
voz es el aliento, el aire que respiro: ―Mi Hijo, eres mi hijo si mueres por amor‖.
¿Por qué he de morir si amo la vida? ¿Por qué no vivir un poco más?
¿Por qué he de apurar tanta amargura? ¿Por qué no he de hacer mi voluntad?
Pero que los tormentos es el abandono. Yo sé que mis amigos jamás lo entenderán. Que no vale
la pena que entregue así mi vida. Que el fuego pone a prueba la auténtica amistad. Quizá sabrán
amarse como he amado yo. Y que al amarse así morir no es un fracaso. Es descansar en brazos
cálidos de Dios.
Aunque he de morir amo la vida. Y sé que de amar hasta el final. ¿Por qué he de apurar
tanta amargura? Quiero cumplir tu voluntad.
Aunque he de morir amo la vida. Y sé que he de amar hasta el final. ¿Por qué he de
apurar tanta amargura? Quiero cumplir tu voluntad.
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Jueves Santo
Pascua Urda 2006
Terminan las tentaciones
Jesús: No, una cosa es hablar del amor y otra muy distinta es morir por amor. Solo así mi vida
merece la pena. ¡Sí, Señor. Yo soy tu Hijo. Confío en ti aunque ahora no entienda. Haré tu
voluntad aunque implique mi muerte.
MONICIÓN
Hermanos y hermanas: ahora, aquél a quien estamos adorando con nuestro corazón y
nuestro canto, aquél en quien creemos realmente presente en el sacramento de la
Eucaristía, será quien nos hablará y a quien nosotros escucharemos gracias a las
palabras con las que, en el evangelio de San Juan, se despide de los suyos después de
la última Cena. Jesús se nos mostrará como el camino para llegar al Padre, nos hablará
de la caridad con que espera que actúen los que creen en él, y sobre todo, lo
escucharemos orando para que vivamos en la
unidad más plena, en la comunión más total con Él y con el Padre. Escuchémosle.
YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA.
Lectura del santo Evangelio según San Juan.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: No perdáis la calma, creed en Dios y creed
también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias: si no fuera así, ¿os
habría dicho que voy a prepararos sitio?. Cuando vaya y os prepare sitio os llevaré
conmigo, para que donde estoy yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya
sabéis el camino.
Tomas le dice: Señor, no sabemos a donde vas. ¿Cómo podremos saber el camino?.
Jesús le responde: Yo soy el Camino y la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por
mí. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo
habéis visto.
Felipe le dice: Señor, muéstranos al Padre y nos basta. Jesús replica: Hace tanto que
estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe?. Quien me ha visto a mí ha visto al
Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”?. ¿No crees que yo estoy en el Padre y
el Padre en mí?. Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que
permanece en mí, Él mismo hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre
en mí. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mí, también él hará las
obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre.
Palabra del Señor
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Jueves Santo
Pascua Urda 2006
CANTO
MOTIVACIÓN (se lee despacio)
Comulgar es llegar a ser lo que comemos. Es desear vivamente “tener los mismos
sentimientos” de Jesús. Es incorporar, hacer propia su misma vida. No otra cosa es ser
cristiano que vivir con Jesús, vivir como Jesús, vivir para Jesús, vivir en Jesús. Como
crecemos en edad, en conocimientos, en experiencia, también hemos de crecer en
identificación con Él. Puestos, de nuevo, los ojos en Jesús-Eucaristía pensamos en qué
y cómo nos vamos pareciendo a Él, y en las dificultades que tenemos para asimilar
vitalmente su vida de modo que se transparente a los demás.
PARA MEDITAR
*Recordemos frases del mensaje del Evangelio de Jesús: “No atesoréis tesoros en la
tierra”, “Prestad sin esperar nada a cambio”, “Tuve hambre y me distéis de comer”.
Hagamos el gesto interior de “tragarnos” eso, de comulgar con ello, de desear al
menos ir poniéndonos de acuerdo con Jesús, creciendo en afinidad con Él. (Pausa).
*Caigamos un poco más en la cuenta de lo que significaría “tragarnos” su mentalidad,
sus preferencias, sus opciones, su estilo de vida, su extraña manera de vivir, de pensar
y de actuar. (Pausa).
Silencio para la oración personal
ORACIÓN (todos)
Cristo Señor, Cabeza del Cuerpo en constante crecimiento,
de tu Iglesia y de todo el universo,
Tú nos has prometido estar con nosotros
todos los días hasta el fin de los tiempos;
al contemplar este signo del pan Eucarístico,
que tú mismo elegiste para manifestarnos tu nueva presencia,
te adoramos en la plenitud de tu Misterio.
Te adoramos a ti, el Hijo eterno y bendito,
que hoy, como ayer, te das por entero al Padre y te recibes de Él;
enséñanos a ser también nosotros hijos de Dios,
dichosos de recibirlo todo del Padre y de darnos a Él.
Te adoramos a ti, que entregaste tu vida por los hombres
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Jueves Santo
Pascua Urda 2006
y a quien el Padre resucitó con el poder del Espíritu;
concédenos la gracia de acceder al conocimiento de tu amor,
que excede todo conocimiento,
y de saber dar también la vida por nuestros hermanos.
Te adoramos a ti, que te haces presente
en el pan y el vino, frutos de la tierra;
nos reconocemos ante ti, no como amos y señores del universo,
sino como servidores y sacerdotes de tu creación
de la que tu harás que broten la tierra nueva y los cielos nuevos.
Te adoramos a ti, Cristo eucarístico,
porque junto a ti se acrecienta nuestra conciencia
de que nos amas gratuita e incansablemente.
¡Te adoramos a ti rebosantes de agradecimiento,
Cristo presente en la humildad de este sacramento!. Amén.
Todos se ponen de rodillas
ALABANZAS AL SANTÍSIMO SACRAMENTO DEL ALTAR
Bendito sea Dios. R/
Bendito sea su santo nombre. R/
Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre. R/
Bendito sea el nombre de Jesús. R/
Bendito sea sacratísimo corazón. R/
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar. R/
Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito. R/
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima. R/
Bendita sea su santa e inmaculada Concepción. R/
Bendita sea su gloriosa Asunción. R/
Bendito sea el nombre de María, Virgen y Madre. R/
Bendito sea San José su castísimo esposo. R/
Bendito sea Dios en sus ángeles y en sus santos. R/
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Jueves Santo
Pascua Urda 2006
Bendición
Oración Final
Gracias, Señor, por tu entrega generosa. Concédenos que nuestra vida sea siempre
sincera acción de gracias por todo lo que has hecho por nosotros. Y que el ejemplo de
tu amor nos lleve a amar de verdad a los que nos necesitan. Por Jesucristo.
Todos se retiran en silencio.
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Viernes Santo
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ORACIÓN DE LA MAÑANA
LAUDES
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo
Dios mío ven en mi auxilio
Señor date prisa en socorrerme
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu
Santo
Como era en el principio, ahora y siempre
por los siglos de los siglos.
Himno
¡Oh, Cruz fiel, árbol único en nobleza!
Jamás el bosque dio mejor tributo
en hoja, en flor y en fruto. ¡Dulces
clavos!
¡Dulce árbol donde la Vida empieza
con un peso tan dulce en su corteza!
Cantemos la nobleza de esta guerra,
el triunfo de la sangre y del madero;
y un Redentor, que en trance de
Cordero,
sacrificado en cruz, salvó la tierra.
Dolido mi Señor por el fracaso
de Adán, que mordió muerte en la
manzana,
otro árbol señaló, de flor humana,
que reparase el daño paso a paso.
plena,
y a Dios como el menor de los
humanos?
Llorando en el pesebre, pies y manos
le faja una doncella nazarena.
En plenitud de vida y de sendero,
dio el paso hacia la muerte porque él
quiso.
Mirad de par en par el paraíso
abierto por la fuerza de un Cordero.
Vinagre y sed la boca, apenas gime;
y, al golpe de los clavos y la lanza,
un mar de sangre fluye, inunda, avanza
por tierra, mar y cielo, y los redime.
Ablándate, madero, tronco abrupto
de duro corazón y fibra inerte;
doblégate a este peso y esta muerte
que cuelga de tus ramas como un
fruto.
Y así dijo el Señor: "¡Vuelva la Vida,
y que el Amor redima la condena!"
La gracia está en el fondo de la pena,
y la salud naciendo de la herida.
Tú, solo entre los árboles, crecido
para tender a Cristo en tu regazo;
¡Oh plenitud del tiempo consumado! tú, el arca que nos salva; tú, el abrazo
Del seno de Dios Padre en que vivía,
de Dios con los verdugos del Ungido.
ved la Palabra entrando por María
en el misterio mismo del pecado.
Al Dios de los designios de la historia,
que es Padre, Hijo y Espíritu, alabanza;
¿Quién vio en más estrechez gloria más al que en la cruz devuelve la
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esperanza
de toda salvación, honor y gloria.
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Amén.
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Antífona 1
Dios no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros
Salmo 50
Misericordia, Dios mío, por tu
bondad;
por tu inmensa compasión
borra mi culpa;
lava del todo mi delito, limpia
mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi
pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
que se alegren los huesos
quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista
borra en mi toda culpa.
¡Oh Dios!, crea en mi un
corazón puro,
renuévame por dentro con
espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu Santo Espíritu.
cometí la maldad que
aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio brillara tu rectitud.
Mira, que en la culpa nací,
pecador me concibió mi
madre.
Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculpas
sabiduría.
Rocíame con el hisopo:
quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco
que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría,
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afiánzame con espíritu
generoso;
enseñaré a los malvados tus
caminos,
Los sacrificios no te satisfacen;
si te ofreciera un holocausto
no lo querrías
Mi sacrificio es un espíritu
quebrantado:
un corazón quebrantado y
humillado
los pecadores volverán a ti.
tu no lo desprecias.
Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,
Dios, salvador mío!,
Señor, por tu bondad,
favorece a Sión,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios
reconstruye las murallas de
Jerusalén:
y mi boca proclamará tu
alabanza.
entonces aceptaras los
sacrificios rituales,
Devuélveme la alegría de tu
salvación,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán
novillos.
Antífona: Dios no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros
Antífona 2
Jesucristo nos amó y nos ha librado de nuestros pecados por su sangre
Cántico
Ha. 3, 2-4. 13a. 15-19
¡Señor, he oído Tu fama,
me ha impresionado Tu obra!
En medio de los años, realízala;
en medio de los años manifiéstala;
en el terremoto acuérdate de la
misericordia.
la tierra se llena de su alabanza;
su brillo es como el día,
su mano destella velando su
poder.
Sales a salvar a tu pueblo,
El Señor viene de Temán;
a salvar a tu ungido;
pisas el mar con tus caballos,
el Santo, del monte Farán:
su resplandor eclipsa el cielo,
revolviendo las aguas del océano.
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Lo escuché y temblaron mis
entrañas,
al oírlo se estremecieron mis labios;
me entró un escalofrío por los
huesos,
vacilaban mis piernas al andar.
gimo ante el día de la angustia
que sobreviene al pueblo que nos
oprime.
Aunque la higuera no echa yemas,
las viñas no tienen frutos,
aunque el olivo olvida su aceituna
y los campos no dan cosechas,
aunque se acaban las ovejas del
redil
y no quedan vacas en el establo,
yo exultaré con el Señor,
me gloriaré en Dios mi Salvador.
El Señor soberano es mi fuerza,
él me da piernas de gacela
y me hace caminar por las alturas.
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Antífona: Dios no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros
Antífona 3
Tu cruz adoramos, Señor, y tu santa resurrección alabamos y glorificamos; por el madero ha
venido la alegría al mundo entero.
Salmo 147
Glorifica al Señor Jerusalén;
alaba a tu Dios Sión:
que ha reforzado los cerrojos
de tus puertas
y ha bendecido a tus hijos
dentro de Ti;
ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como
ceniza;
hace caer el hielo como
migajas
y con el frío congela las
aguas;
envía una orden y se derriten;
sopla su aliento, y corren.
Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a
Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus
mandatos.
Antífona: Tu cruz adoramos, Señor, y tu santa resurrección
alabamos y glorificamos; por el madero ha venido la alegría al
mundo entero.
Lectura breve
Mirad, mi siervo tendrá éxito, subirá y crecerá mucho. Como muchos se espantaron de él,
porque desfigurado no parecía hombre, ni tenía aspecto humano, así asombrará a muchos
pueblos, ante él lo reyes cerrarán la boca, al ver algo inenarrable y contemplar algo inaudito.
Responsorio breve
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Cristo, por nosotros, se sometió incluso a la muerte, y una muerte de cruz.
Benedictus
Antífona: Encima de su cabeza colocaron un letrero con la acusación: “Jesús el Nazareno, el
rey de los judíos”.
Preces
Adoremos a nuestro Redentor, que por nosotros y por todos los hombres quiso morir y
ser sepultado para resucitar de entre los muertos, y supliquémosle, diciendo:
Señor, ten piedad de nosotros
Señor y Maestro nuestro, que por nosotros te sometiste incluso a la muerte,
–
enséñanos a someternos siempre a la voluntad del Padre.
Tú que, siendo nuestra vida, quisiste morir en la cruz para destruir la muerte y todo su
poder,
–
haz que contigo sepamos morir también al pecado y resucitemos contigo a
una vida nueva.
Rey nuestro, que como un gusano fuiste el desprecio del pueblo y la vergüenza de la
gente,
–
haz que tu Iglesia no se acobarde ante la humillación, sino que , como tú,
proclame en toda circunstancia el honor del Padre.
Salvador de todos los hombres, que diste tu vida por los
hermanos,
–
enséñanos a amarnos mutuamente con un amor
semejante al tuyo.
Tú que al ser elevado en la cruz atrajiste hacia ti a todos los
hombres,
–
reúne en tu reino a todos los hijos de Dios dispersos
por el mundo.
Padre nuestro
Oración
Mira Señor de bondad, a tu familia santa, por la cual Jesucristo,
nuestro Señor, aceptó el tormento de la cruz, entregándose a sus
propios enemigos. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén
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Sentido del día
Meditación sobre el icono del Salvador.
Oración Personal
Meditar la pasión
Podemos meditar la Pasión de Jesús desde dos ópticas:
-
Desde lo que sufrió Jesús en su momento
-
Desde lo que la humanidad sigue sufriendo hoy.
Si nos fijamos solamente en lo que Cristo sufrió por mi, seguramente saldremos con un gran
sentimiento de culpabilidad. Contemplaremos la Pasión como una injusticia en la que somos
responsables y merecemos castigo por ello. No es esta la intención de la Iglesia en el Viernes
santo, aunque algunos sectores parece que insisten en ello.
A lo que nos invita la Iglesia es a contemplar la Pasión de Jesús como pasión salvadora. En el
sufrimiento de Jesús está el sufrimiento de los inocentes de todas las épocas. Sin embargo, Cristo
sufre por mi y por ti, pero no para suscitar culpabilidad sino para demostrarnos hasta donde es
capaz de amarnos. Esta es la óptica que debe predominar en todo lo que contemplemos y
celebremos este día.
Cuando ahora invitemos a sentir dolor con Cristo doliente, lo que pretendemos es suscitar
solidaridad con todos los que sufren, hacer presente el dolor del mundo dentro de mi, para
comprender el verdadero significado de la cruz.
Petición
Señor hazme consciente de tanto dolor en el mundo, y de cómo tú lo soportaste hasta la
muerte en cruz, por mi.
Deseo
Suscitar dentro de mi el deseo de abrazar la cruz, de solidarizarme con todos los
sufrientes del mundo y compadecerlos.
Sugerencias para la oración
1. Pensar primero en Dios Padre; considerar cómo la Divinidad se esconde cuando su Hijo
sufre. Cómo pudiendo destruir a sus enemigos, no lo hace, y permite padecer a su propio
Hijo, para hacerse solidario de todos los sufrimientos humanos (S. Ignacio).
S. Juan nos dice en su Evangelio: “A Dios nadie lo ha visto jamás; el Hijo único que está
junto al Padre nos lo ha contado” (Jn 1,18). Sin embargo, nosotros nos lo inventamos a nuestra
medida y para nuestras conveniencias. Quisiéramos que Dios nos facilitara todo y nos evitase todos
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los peligros. Pero ese es un Dios infantil. Pues bien, este “dios inventado” por nosotros
desaparece (se esconde) en el sufrimiento de Jesús. Ante el sufrimiento Dios calla. Habla
mediante la entrega de su Hijo en la cruz.
Pero el Dios del que nos habla Jesús, su Hijo, es perdón y cariño porque es Padre de todos
y quiere la recuperación, no la destrucción, de sus hijos. El ―dios‖ en el que creían todos aquellos
que rodeaban a Jesús tenía que bajar de la cruz y destruir a los ―malos‖. Pero no bajó. Esto es lo que
nos cuenta el Evangelio que pasó al pie de la cruz: (ver Lc 23,33-43; Mt 27,39-44; Mc 15,29-32).
Así nos cuenta su Hijo cómo es Dios: Padre de todos y sólo quiere lo bueno, por eso ―hace salir
el sol sobre buenos y malos, llover sobre justos e injustos‖ (Mt 5,43-48; Lc 6,35-36); y donde hay
sufrimiento y necesidad, allí está él esperando que respondamos: (Mt 25, 31-46).
Lo que sí es verdad es que en su vida no aguantó ver sufrimiento a su alrededor, y nos
pedirá cuenta de si hemos respondido a las necesidades de los que nos rodean sin darles la espalda
y haciendo lo que él hizo en su vida. Hubiese sido una trampa ―destruir‖ a los culpables sin abrirles
los ojos para que se recuperasen, como ocurre con el centurión (jefe de los soldados); (Mt 27,54; Lc
23,47-48). Nos salva liberándonos, no castigándonos...
2.- LA PASIÓN “POR MÍ”. Considerar cómo todo esto lo padece por mis pecados, y qué
debo yo hacer y padecer por él.
Atención, Cristo padece por mis pecados, no por mi culpa. (Por ejemplo: no es lo mismo que yo
atropelle a uno y ―por mi culpa‖ quede inválido; que alguien por salvarme de un accidente lo sufra
él. En el primer caso sería ―por mi culpa‖; en el segundo sería ―por mí‖ y esto le llena a uno de
agradecimiento). Podemos ver un trozo de Jn donde aparece esto (Jn 18,1-11): ―Si me buscáis a mí,
dejad ir a éstos‖: Jesús se pone en lugar de sus amigos, que se libran. Es también lo que vemos en
la última Cena de Jesús, cuando ofrece su cuerpo que será entregado por nosotros, y ofrece su
sangre que será derramada por nosotros.


Contempla a Jesús dando la vida hasta el extremo y cómo él te mira y mira la
humanidad y el mundo desde estas situaciones...
Contempla la humanidad sufriendo la injusticia y la muerte, y como Cristo ha
pasado por ese mismo sufrimiento para sanar las heridas, para consolar y
salvar.
3. LA HUMILLACIÓN: de casa de Caifás a Pilato, y de Pilato a Herodes, y de Herodes a Pilato.
Lc 23,1-31; Jn 18,28-40
 Jesús es tratado como un títere del que se quiere sacar un provecho, algún beneficio. Herodes
lo utiliza para divertirse; Pilato, para mejorar su imagen y ganarse un favor de los jefes
judíos. Jesús, entregado, sufre “como uno de tantos”.
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Viernes Santo
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 Ver cómo se vulnera la dignidad de tantos seres humanos para que los poderosos puedan
elevarse un poco más a costa de ellos.
4. LA CRUZ: de casa de Pilato hasta ser puesto en cruz, y desde que la cruz hasta que
expiró. Mc 15,21-41; Jn 19,1-37.
 Jesús en la cruz queda clavado en el margen del mundo: en el lugar y la situación que
―parece‖ que aleja más de Dios y de los hombres. Muere como un maldito. La cruz era, en
aquel tiempo, como hoy la silla eléctrica hoy: donde morían los asesinos, lo peor de la
sociedad. Siente el abandono hasta el extremo, - ―¡Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has
abandonado?!‖ (Sal 22) -, pero también así, se entrega. El amor va más allá de los
sentimientos, y la confianza más hondo que las ideas.
 Ver a los crucificados de la historia, a los arrojados fuera de nuestras fronteras, de nuestro
―bienestar‖, muchas veces ―clavados‖ en su situación de modo irreversible. Ver también las
veces en mi vida que he muerto a algo, que he pasado por humillación, insulto, renuncia,
indignidad, ver cómo Jesús desnudo, humillado, crucificado me mira y dice: ―tengo sed yo
también‖, ―yo también estoy desnudo, yo también muero‖.
5. EL SEPULCRO: desde la cruz hasta el sepulcro, y desde éste hasta la casa donde María
fue después de sepultado su Hijo .Mc 15,42-47; Jn 19-38-42.
 La vida sin Jesús. El Padre ante la muerte de su Hijo amado, y ante la muerte de cada uno
de sus hijos. María, con el cuerpo muerto de Jesús yacente en sus brazos. Los discípulos,
desolados, escuchando tras las puertas cómo se extiende la noticia en la ciudad. Y yo..., ¿y
yo, sin Jesús, cómo me siento?
 La vida de Jesús, la que él ha entregado, late vacilante como esperanza dentro de mí, dentro
de tantos hombres y mujeres que sienten su ausencia, el vacío de una vida despojada,
luchando contra la desesperación, contra la injusticia y contra toda muerte provocada...
6. LA PASIÓN “JUNTA”: “contemplación de toda la pasión junta, considerar todo aquel
día, cuanto más frecuente podrá”...
 Estar, mirar, compartir con Jesús todo lo que sufrió hasta morir, quedándonos al final
junto a María, su Madre, ―con tanto dolor y fatiga‖. Ella afrontó al pie de la cruz el dolor de
Jesús; Con ella debemos acompañar ahora nosotros el dolor y la soledad.
 Situarnos con los que sufren...
Otras lecturas: Is 52,13 – 53,12;
31-46;
Sal 22;
Flp 2, 5- 11;
1 Cor 1, 17-31;
Mt 25,
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Vía crucis
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Después de decir la estación
V/ Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
R/ Porque con tu santa cruz redimiste al mundo
Primera estación: Jesús en el
Huerto de Getsemaní
Del Evangelio según San Lucas 22, 39-46
Aparece por una calle, antes de llegar la muchedumbre un grupo de 13 personas
representando a los discípulos y a Jesús:
Narrador: Salió Jesús y fue como de costumbre, al monte de los Olivos; le siguieron
también los discípulos. Llegado al lugar, les dijo:
Jesús: ―Orad para no caer en tentación‖. (Los discípulos se colocan en una esquina y se
van quedando dormidos mientras Jesús ora solo. Música opcional).
Narrador: Y se apartó de ellos como a un tiro de piedra y puesto de rodillas, oraba
diciendo.
Jesús: Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz; pero no se haga mi voluntad, sino la
tuya.
Narrador: Y entrando en agonía oraba con más intensidad. Y le vino un sudor como de
gotas de sangre que caían hasta el suelo. Cuando se levantó de la oración y llegó hasta
los discípulos, los encontró adormilados por la tristeza. Y les dijo:
Jesús: ¿Por qué dormís? Levantaos y orad para no caer en tentación.
Reflexión:
En momentos importantes de su vida Jesús reza: vuelve los ojos al Padre y entabla
con Él ese diálogo lleno de confianza, ese diálogo de amor. Y ahora, en el momento
decisivo, recurre a la oración. Es en la intimidad de la oración donde descubre, la
voluntad del Padre. Por eso Jesús ha invitado a los discípulos diciéndoles: "vigilad
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Viernes Santo
Pascua Urda 2006
y orad para no caer en la tentación". Pero ellos no saben ofrecerle el consuelo de
estar a su lado, ni siquiera con la plegaria.
La necesidad no es fe. La fe es confiar en Dios y en su voluntad no en lo que
realmente deseo yo. ¿Cuántas veces pretendo llevar a cabo mi voluntad
olvidándome de Ti? ¿cuántas veces, en mis oraciones, me olvido que debo a
aprender a amar y aceptar Tu voluntad en lugar de Mi necesidad?
Segunda estación:
Jesús es traicionado por Judas,
es arrestado
Al igual que en la primera estación, en otra esquina aparecen los apóstoles con Jesús.
Todos excepto Judas. Más tarde aparecerán dos soldados que prenderán a Jesús.
Del Evangelio según San Lucas 22,4748.52-54ª
Narrador: Todavía estaba hablando, cuando llegó un tropel de gente, y el llamado
Judas, uno de los doce, los precedía y se acercó a Jesús para besarle. Jesús le dijo:
Jesús: Judas, ¿con un beso entregas al hijo del Hombre? (...)
Narrador: Jesús dijo a los que habían venido contra él, sumos sacerdotes, oficiales del
Templo y ancianos:
Jesús: ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y garrotes? Mientras estaba
con vosotros todos los días en el Templo, no alzasteis las manos contra mí. Pero ésta es
vuestra hora y el poder de las tinieblas.
Narrador: Entonces le prendieron, se lo llevaron, y lo metieron en casa del Sumo
Sacerdote.
Reflexión:
Judas había sido elegido personalmente por Jesús. Era de los Doce, del grupo
inicial que más cerca estuvo de Él: vio sus milagros, escuchó sus palabras de vida.
El Señor había tenido con él gestos de confianza y predilección. ¿Cuál es la
respuesta? La traición. Judas vende a Jesús por dinero; cambia su amistad por
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Viernes Santo
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unas monedas. Y la traición, como ocurre en tantas ocasiones, trata de ocultarse
con el disfraz, se viste de apariencia: con un beso, gesto de amor y amistad Judas
entrega a su Maestro, a su amigo. Sabe cubrirse las espaldas: junto a él vienen
soldados armados.
Cuestiones para la reflexión:
¿Soy capaz de venderte por unas cuantas “monedas” cuyo valor es el prestigio
dentro de esta sociedad tan secularizada? ¿Cuántas veces a lo largo del año te he
traicionado y abandonado dejándome llevar por los placeres de la comodidad?
Padrenuestro
Tercera estación:
Jesús es condenado a muerte por
el Sanedrín
Del Evangelio según San Mateo 26,59-67
Narrador: Los príncipes de los sacerdotes y todo el Sanedrín buscaban un falso
testimonio contra Jesús para darle muerte; pero no lo encontraban a pesar de los muchos
falsos testigos presentados. Por último, se presentaron dos que declararon.
Testigo 1: Este dijo: Yo puedo destruir el Templo de Dios y edificarlo de nuevo en tres
días.
Narrador: Y, levantándose, el Sumo Sacerdote le dijo:
Sumo sacerdote: ¿Nada respondes? ¿Qué es lo que éstos testifican contra tí?
Narrador: Pero Jesús permanecía en silencio. Entonces el Sumo Sacerdote le dijo:
Sumo sacerdote: Te conjuro por Dios vivo a que nos digas si tú eres el Mesías, el Hijo
de Dios.
Narrador: Jesús le respondió:
Jesús: Tú lo has dicho. Además os digo que en adelante veréis al Hijo del Hombre
sentado a la diestra del Poder y venir sobre las nubes del cielo.
Narrador: Entonces el Sumo Sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo:
Sumo Sacerdote: ¡Ha blasfemado! ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Ya lo veis,
acabáis de oír la blasfemia: ¿Qué os parece?
Narrador: Ellos contestaron:
Todos: Es reo de muerte.
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Viernes Santo
Pascua Urda 2006
Comentario
En estas horas turbias y oscuras van a condenar a muerte al Señor. Quieren matarle, y
han amañado el juicio. Lo de menos es si aquel hombre es o no inocente; ellos sólo
reparan en que Jesús va contra sus intereses. Y aunque la Ley prohibía juzgar de noche,
y sin oír la defensa del reo, no se detienen ante nada: convocan el Sanedrín. No les
importa la verdad. Por eso, Jesús calla. Y ahora, que lo vemos frente a sus acusadores,
llenos de envidia y de odio, nos conmueve todavía más ese silencio del Señor ante la
acusación injusta. Nosotros, que tantas veces buscamos quedar bien, porque la verdad
resulta tantas veces incómoda, sentimos el reproche de ese silencio.
Cuestiones para la reflexión:
¿Cuántas veces juzgo y condeno a los demás sin conocer los verdaderos motivos de sus
actuaciones?, ¿soy capaz de escuchar, o por el contrario, en ocasiones pienso que la
verdad absoluta me ampara?
Avemaría
Cuarta estación: Jesús es negado
por Pedro
Del Evangelio según San Mateo 26,69-75
Narrador: Entre tanto, Pedro estaba sentado fuera, en el atrio; se le acercó una sirvienta
y le dijo:
Sirvienta: Tú también estabas con Jesús el Galileo.
Narrador: Pero él lo negó delante de todos, diciendo:
Pedro: No sé, de qué hablas.
Narrador: Al salir al portal le vio otra vez y dijo a los que había allí: (la sirvienta se
dirige a la gente que está realizando el “vía crucis”)
Sirvienta: Este estaba con Jesús el Nazareno.
Narrador: De nuevo lo negó con juramento:
Pedro: No conozco a ese hombre.
Narrador: Poco después se acercaron los que estaban allí y dijeron a Pedro:
Personaje 1: Desde luego tú también eres de ellos, pues tu habla lo manifiesta.
Narrador: Entonces comenzó a imprecar y a jurar:
Pedro: No conozco a ese hombre.
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Viernes Santo
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Narrador: Y al momento cantó el gallo. (suena el gallo) Y Pedro se acordó de las
palabras que Jesús habla dicho: Antes de que cante el gallo, me negarás tres veces". Y,
saliendo afuera, lloró amargamente.
Comentario:
Pedro había estado con Jesús desde el principio, desde ese encuentro junto al mar de
Galilea, que había cambiado su vida. Y lo quería de verdad. Era un hombre sencillo y
apasionado; entonces, ¿por qué niega a su maestro? Pedro, el impulsivo, el que sabe
sacar la espada en un momento delicado, no sabe medir sus palabras, y alardea de que
nunca le abandonará: "aunque todos te nieguen, yo no lo haré". Pedro confía más en si
mismo que en el Señor, se apoya en sus propias fuerzas, y cuando fallan, se desmorona.
Se ha fiado más de si mismo que de la palabra de Jesús. Por eso, cuando llega la hora de
la verdad, se deja llevar por el miedo a quedar mal ante los demás, por los respetos
humanos, y surge la cobardía, el miedo, y la traición.
Cuestiones para la reflexión:
¿cuántas veces te he negado por el miedo al ―qué dirán de mí‖?¿hasta qué punto sería
capaz de defenderte en público si así fuera necesario?
Quinta estación: Jesús es
juzgado por Pilato
Los judíos han condenado a muerte a Jesús, pero tienen que ratificar la condena ante los
romanos. Por eso, a pesar de ver en ellos unos usurpadores, recurren a Pilato, el
procurador romano, que ha de dar el consentimiento.
Del Evangelio según San Juan 18, 36-38.
19, 14-16.
Narrador: Jesús respondió:
Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores
lucharían para que no fuera entregado a los judíos.
Narrador: Pilato le dijo:
Pilato: ¿Luego tú eres Rey?
Narrador: Jesús contestó:
Jesús: Tú lo dices: yo soy Rey. Para esto he nacido y para esto he venido al mundo,
para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz.
Narrador: Pilato le dijo:
Pilato: ¿Qué es la verdad? (...)
(antes de que responda Jesús, Pilato da media vuelta y se va sin escucharlo)
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Viernes Santo
Pascua Urda 2006
Narrador: Era la Paresceve de la Pascua, hacia la hora sexta, y dijo a los judíos:
Pilato: He ahí a vuestro Rey.
Narrador: Pero ellos gritaron:
Gente: Fuera, fuera, crucifícalo.
Narrador: Pilato les dijo:
Pilato: ¿A vuestro Rey voy a crucificar?
Narrador: Los pontífices respondieron:
Gente: No tenemos más rey que el César.
Narrador: Entonces se lo entregó para que fuera crucificado.
Comentario
Pilato ve que le han entregado a Jesús por envidia, por rencillas religiosas; se da cuenta
de que no ha hecho mal a nadie..., pero no hace nada por salvarle, porque eso le
comprometerá. Es la actitud de tantos, que por no darse un mal rato tratan de pactar con
el error, con el pecado. Y para tranquilizar la propia conciencia, pregunta al Señor: ¿qué
es la verdad? Se lo pregunta a Jesús, que es el Camino, la Verdad y la Vida. Pero,
aunque hace la pregunta, no le interesa la respuesta y antes de que le pueda decir nada,
se marcha, no quiere escucharlo. Tiene miedo a agotar la verdad, a que la verdad le
exija más de lo que él quiere dar. Tiene miedo a perder su posición, y da una sentencia
contraria a lo que piensa, lavándose las manos ante su propia injusticia.
Cuestiones para la reflexión:
Pilato sabía que Jesús era inocente pero no fue capaz de reconocerlo en público, de
echar marcha atrás…Cuando cometo un error ¿soy capaz de reconocerlo y pedir perdón
o mi orgullo me lleva a tomar otro tipo de actitudes hirientes con los demás?
Padrenuestro
Sexta estación:
Jesús es azotado y coronado de
espinas
Del Evangelio según san Mateo 27,26-30
Narrador: Entonces les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de haberle hecho azotar, se
lo entregó para que fuera crucificado. Los soldados del Procurador llevaron a Jesús al
Pretorio y reunieron en torno a él a toda la cohorte. Le desnudaron, le pusieron una
túnica roja, y trenzando una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza, y en su mano
derecha una caña; se arrodillaron ante él y se burlaban diciendo:
Soldados: Salve, Rey de los judíos.
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Narrador: Le escupían, le quitaron la caña y lo golpeaban en la cabeza. Después de
reírse de él, le despojaron de la túnica, le pusieron sus vestidos y lo llevaron a crucificar
Comentario
Pilato busca contentar a los judíos; y entrega a Jesús a sus soldados que lo desnudan y lo
atan a una columna. Comienzan los azotes sin asomo de piedad: Uno tras otro descargan
sus golpes hasta quedar exhaustos. Se producen desgarrones, sufridos en un silencio que
no sirve para conmoverlos. A la tortura terrible de los latigazos, se unen los ultrajes,
llenos de frivolidad de los soldados.
Cuestiones para la reflexión:
¿En qué me parezco a los soldados que azotaron a Jesús? ¿Yo también me burlo
del prójimo? ¿Azoto con mis comentarios hirientes?
Canto
Séptima estación: Jesús carga
con la cruz
Los romanos emplearon como pena de muerte la crucifixión. El reo de muerte debía
llevar el madero, instrumento de suplicio, hasta el lugar previsto: fuera de la ciudad,
para mostrar más claramente que era un indeseable.
Del Evangelio según San Juan 19,16-17
Narrador: Entonces Pilato se lo entregó para que fuera crucificado. Tomaron, pues, a
Jesús; y él, con la cruz a cuestas, salió hacia el lugar llamado de la Calavera que en
hebreo se dice Gólgota.
(aparecen los soldados y la persona que represente a Jesucristo que carga la cruz.
Pueden aparecer otros personajes que aprueben la injusticia)
Comentario
Jesús toma la cruz. La abraza. Y le pesa. Le abre las heridas de sus hombros llagados.
Es cruz redentora. ¡Qué duro se hacen los pasos por la Via Dolorosa! En torno a Él se
forma un cortejo de curiosos y de gente sin escrúpulos que aprueba la injusticia. Pero, a
pesar de su debilidad, avanza sudoroso y sediento, con una sed de amor. ¡Nosotros,
ahora, no podemos permanecer impasibles ante el Señor que carga con todas nuestras
debilidades. Porque la cruz, que era signo de deshonra, va a ser instrumento de nuestra
salvación. Y al contemplar a Jesús sentimos en nuestro interior, una vez más, su
invitación constante: "Si alguno quiere venir en pos de mi, niéguese a si mismo, tome su
cruz de cada día y sígame".
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Viernes Santo
Pascua Urda 2006
Cuestiones para la reflexión
Señor, ¿y yo?, ¿tomo mi cruz, la mía, la de cada día, la que tanto me cuesta?, ¿cargo con
la cruz del dolor, de la enfermedad, de las incomprensiones, con la cruz de la derrota
por muy pesada que sea a pesar de mis heridas?
Octava estación:
El Cireneo ayuda a Jesús a
llevar la cruz
Del Evangelio según San Lucas 23, 26
Narrador: Cuando le llevaban echaron mano de un tal Simón de Cirene, que venía del
campo y le cargaron la cruz para que la llevara detrás de Jesús.
(Alguien que se encuentre entre la gente que está realizando el vía crucis puede hacer
de Simón de Cirene si así lo desea)
Comentario
A veces nos encontramos con la cruz sin buscarla. Simón de Cirene tampoco contaba
pensaba encontrarse con el Señor. Habla realizado, como todos los días, su trabajo en el
campo, y volvía a casa para el merecido descanso. Sin embargo, los planes de Dios, son
distintos y se le exige un esfuerzo añadido. Jesús sale a buscamos cuando menos lo
esperamos, y nos pide que le ayudemos a llevar tantas cargas... Y eso, a pesar de que
nuestros planes sean muy distintos. Hemos de saber "cambiar nuestros planes" ante
cualquier insinuación del Señor, como Simón.
Cuestiones para la reflexión:
¿Soy Cireneo de los demás cuando lo necesitan? Y por otro lado…¿soy capaz de pedir
ayuda cuando la necesito o mi orgullo no me lo permite en determinadas ocasiones?
Padrenuestro
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Viernes Santo
Pascua Urda 2006
Novena estación:
Jesús encuentra a las mujeres de
Jerusalén
Del Evangelio según san Lucas 23, 27-31
Narrador: Le seguía una gran multitud del pueblo y de mujeres, que lloraban y se
lamentaban por él. Jesús, volviéndose a ellas, les dijo:
Jesús: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad más bien por vosotras y por vuestros
hijos, porque he aquí que vienen días en que se dirá: dichosas las estériles y los vientres
que no engendraron y los pechos que no amamantaron. Entonces comenzarán a decir a
los montes: caed sobre nosotras; y a los collados: sepultadnos; porque si en el leño
verde hacen esto, ¿qué se hará en el seco?
Comentario Muchas veces vemos pasar a nuestro lado el dolor: en algunas ocasiones lo
padecemos en nuestra propia carne; en otras, quizá no menos dolorosas, lo sentimos a
nuestro alrededor: claro y rotundo. El misterio del dolor. Pero no nos engañemos; no
valen los lamentos estériles, ni siquiera la "resignación cristiana", sino volver la mirada
hacia Jesús, que quiso cargar con el peso de todos nuestros pecados. Es el momento de
contemplar a Jesús doliente, que nos invita a purificar ese lamento. A derramar, más
bien, las lágrimas por nuestros pecados y por los ajenos. Nos invita al verdadero
consuelo: perdonar a los enemigos, desagraviar por tantas faltas de amor, dar esa ayuda
eficaz para que el pecador se arrepienta y vuelva los ojos a Dios.
Cuestiones para la reflexión:
¿Me preocupo sólo de mi dolor? O ¿lo hago también por el del prójimo? ¿Consuelo al
que está a mi lado o, por el contrario, sólo lo hago con el que está de mi lado?
Décima estación:
La crucifixión del Señor
Del Evangelio según San Marcos 15, 2227
Narrador: Y lo llevaron al lagar del Gólgota, que significa lugar de la Calavera. Y le
daban a beber vino con mirra, pero él no aceptó. Y le crucificaron y repartieron sus
ropas, echando suertes sobre ellos para ver qué se llevaba cada uno. Era la hora tercia
cuando lo crucificaron. Y el titulo de la causa tenla esta inscripción: El Rey de los
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Viernes Santo
Pascua Urda 2006
Judíos… También crucificaron con él a dos ladrones, uno a su derecha y otro a su
izquierda.
Comentario
Esta es la respuesta del hombre a la condescendencia de Dios, que se hace carne
para llegar a nosotros: desgarrones al quitarle sus vestidos, martillazos que clavan
sus manos al madero, una lanzada que rompe su corazón entregado por nosotros.
Al dolor se junta, la indiferencia, la ingratitud... La cruz, signo de deshonra, de
fracaso, de negación, va a convertirse en signo de redención, de triunfo. El Hijo de
Dios nos está invitando a poner la cruz, su cruz en nuestro ser y en nuestro obrar.
Porque desde que Cristo subió a la cruz, lo que era patíbulo de bandidos se ha
transformado en camino de salvación.
Cuestiones para la reflexión:
Cristo se entregó hasta el final, con el desprendimiento más radical. Se quedó sin
nada; sólo con la desnudez de la cruz. ¿Soy capaz de prescindir de lo superfluo de
mi vida (dinero, comodidad, deseo de poder) a pesar de que muchas veces estas
cosas me lleve más al terreno de la tristeza que al de la satisfacción?
Undécima
estación:
Jesús promete su reino al ladrón
bueno
Del Evangelio según San Lucas 23,39-43
Narrador: Uno de los ladrones crucificados le injuriaba diciendo:
Ladrón 1: ¿No eres tú el Cristo? Sálvate a ti mismo y a nosotros.
Narrador: Pero el otro le reprendía:
Ladrón 2: ¿Ni siquiera tú que estás en el mismo suplicio, temes a Dios? Nosotros, en
verdad, estamos merecidamente, pues recibimos lo debido por lo que hemos hecho;
pero éste, no hizo mal alguno. Jesús, acuérdate de mí, cuando llegues a tu Reino.
Narrador: Y Jesús le respondió:
Jesús: En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el Paraíso.
Comentario Allí está Jesús, cosido al madero, contado entre los malhechores. Estas dos
vidas, que también se están apagando junto a El, son el ejemplo de tantas existencias
apartadas de Dios; apartadas incluso de los hombres, porque están ancladas en el
egoísmo, en la desesperanza, en la falta de ideales nobles. A pesar de las propias
limitaciones y errores, no podemos tener una visión pesimista y oscura de la propia
vida. La misericordia de Dios es más grande que nuestros fallos. La promesa de Cristo
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Viernes Santo
Pascua Urda 2006
al buen ladrón es una invitación a luchar por amor hasta el último instante. No podemos
tener miedo a acogernos al perdón de Dios.
Padrenuestro
Duodécima estación:
Jesús colgado en la cruz, su
Madre, el discípulo
Del Evangelio según San Juan 19, 25-27.
Narrador: Estaban junto a la cruz de Jesús su madre y la hermana de su madre, María
de Cleofás, y María Magdalena. Jesús, viendo a su madre y al discípulo a quién amaba,
que estaba allí, dijo a su madre: Mujer, ahí tienes a tu hijo. Después, dice al discípulo:
He ahí a tu madre. Y desde aquel momento el discípulo la recibió en su casa.
Comentario María ha querido asociarse a la obra de nuestra salvación. Unida
especialmente a su Hijo, su corazón de madre se ve traspasado por un dolor hecho de
entrega. Ella, que dijo al ángel: "hágase en mi según tu palabra", vuelve ahora a renovar
esa entrega total, absoluta a los planes de Dios.
Contempla Jesús a su Madre y se cruza entre ellos una mirada de ternura, de amor sin
tasa.
Avemaría
Décimo tercera estación:
Jesús muere en la cruz
Del Evangelio según San Marcos IS, 3337.
Y al llegar la hora sexta, toda la tierra se cubrió de tinieblas hasta la hora nona. Y a la
hora nona exclamó Jesús con fuerte voz: Eloí, Eloí, ¿lamá sabacthaní? que significa:
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? Y algunos de los que estaban cerca,
al oírlo decían: Mirad, llama a Elías. Uno corrió a empapar una esponja con vinagre y,
sujetándola a una caña, le daba de beber, mientras decía: Dejad, veamos si viene Elías a
bajarlo. Pero Jesús, dando una gran voz, expiró".
Comentario Colgado del madero, sólo y abandonado de todos, Jesús quiere abrazar a
todo hombre. A cada uno de nosotros. Se ha inmolado hasta el sacrificio supremo.
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Viernes Santo
Pascua Urda 2006
Quiere apurar el cáliz hasta la última gota y hace aprenda de su vida al Padre. Todo
queda consumado. Jesucristo ha traspasado la barrera de la muerte, se ha dejado arropar
por ella. También en esto nos da ejemplo: no teme a la muerte, porque la muerte no es el
final, porque la muerte es el paso que nos lleva a la vida verdadera, a la vida eterna que
Dios ha preparado para sus hijos. ¡Jesucristo con su muerte y resurrección nos ha
concedido la herencia eterna; somos ya hijos de Dios!
Cuestiones para la reflexión:
"No hay mayor amor que el de dar la vida por los amigos". Este es uno de los legados
que Jesús nos dejó. Dio su vida por amor.
Y yo, en mi vida diaria ¿entrego mi vida al necesitado?
Décimo cuarta estación:
Jesús es colocado en el sepulcro
Del Evangelio según San Marcos 15, 4247.
Narrador: Y llegada ya la tarde, puesto que era la Parasceve, que es el día anterior al
sábado, vino José de Arimatea, miembro ilustre del Consejo, que también él esperaba el
Reino de Dios y, con audacia, llegó hasta Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Pilato se
sorprendió de que ya hubiera muerto y, llamando al centurión, le preguntó si
efectivamente había muerto. Cerciorado por el centurión, entregó el cuerpo a José.
Entonces éste, habiendo comprado una sábana, lo bajó y lo envolvió en ella, lo depositó
en un sepulcro que estaba excavado en una roca e hizo arrimar una piedra a la entrada
del sepulcro. María Magdalena y María la de José observaban donde era colocado.
Comentario José de Arimatea y Nicodemo son ahora, en los momentos más difíciles,
cuando todos huyen, los que dan la cara. Se preocupan del cuerpo del maestro,
ofreciéndole lo único que pueden: un lugar para su reposo. El que nació sin nada, yace
ahora en un sepulcro que no es suyo. Se ha despojado de todo, hasta de su propia vida.
Es tiempo de espera. Es la hora del silencio, de descubrir que nuestro lugar definitivo no
es la tierra, sino que estamos hechos para el cielo.. Porque todo no acaba en la cruz. El
Señor ha vencido a la muerte.
Cuestiones para la reflexión:
José y Nicodemo no se quedan parados, sin hacer nada tras la muerte de Jesús. En
nuestra vida no podemos quedarnos anclados, hay mucho que cambiar y es hora de
tomar decisiones, de comprometernos, de responder a Tu llamada. ¡nunca es demasiado
tarde! ¿Realmente, me planteo cambiar determinados aspectos de mi vida o considero
de forma conformista que no hay nada que remodelar en ella?
Padrenuestro
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Pascua Urda 2006
Materiales Vía Crucis
Primera estación: Jesús en el Huerto de Getsemaní
13 albas (apóstoles + Jesús)
tela
Segunda estación: Jesús es traicionado por Judas, es arrestado
Soldados: trajes alba
Vestuario primera estación
Tercera estación: Jesús es condenado a muerte por el Sanedrín
Sumo sacerdote: Alba + escapulario (por ejemplo).
Cuarta estación: Jesús es negado por Pedro
Sirvienta: alba + pañuelo a la cabeza
Pedro: el mismo vestuario que la primera estación
Personaje 1: alba
Quinta estación: Jesús es juzgado por Pilato
Jesús: vestuario primera estación
Pilato: capa azul
Sexta estación: Jesús es azotado y coronado de espinas
Túnica roja?????
Caña
Látigo o cuerda
Corona de espinas. Con sarmiento….por ej.
Soldados: vestuario segunda estación
Séptima estación: Jesús carga con la cruz
NADA, sólo se lee.
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Pascua Urda 2006
Octava estación: El Cireneo ayuda a Jesús a llevar la cruz
Cruz
Corona
Vestuario Jesús
Novena estación: Jesús encuentra a las mujeres de Jerusalén
Cruz
Corona
Vestuario Jesús
Mujeres: mismo vestuario que la sirvienta: alba + pañuelo (se van
intercambiando las albas de estación a estación)
Décima estación: La crucifixión del Señor
Undécima estación: Jesús promete su reino al ladrón bueno
Se podrían hacer tres cruces de corcho o cartón y apoyarlas plantadas en la
pared. Los personajes se apoyarán sobre ellas con los brazos en cruz
simulando la crucifixión. NO SÉ NO SÉ. MEDITAR
Duodécima estación: Jesús colgado en la cruz, su Madre, el discípulo
Se podría usar la cruz de corcho si se decide llevar a cabo lo anterior.
Las tres marías: lo de siempre. Alba + pañuelo
Décimo tercera estación: Jesús muere en la cruz
Aquí yo creo que nada…Se aceptan sugerencias
Décimo cuarta estación: Jesús es colocado en el sepulcro
Aquí tampoco. Simple lectura.
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Pascua Urda 2006
Celebración de la Pasión de
Nuestro Señor
Introducción
(Antes de la entrada de los ministros)
Nos hemos reunido esta tarde en torno a Jesús que camina hacia la cruz. Él vivió su vida
entera como un gran acto de amor, él abrió los ojos de los ciegos, él anunció la
liberación para los pobres, él transformó muchos corazones, él invitó a vivir la ternura
inagotable del Padre. Y ahora lo han detenido, lo han torturado, lo han condenado a
morir en el suplicio de los esclavos, allí en las afueras de la ciudad santa.
Hay mucho mal en nuestro mundo, hay mucho mal en nosotros mismos. Por eso muere
Jesús.
Pero nosotros, hoy ante la cruz, queremos renovar nuestra fe en él. A pesar de nuestra
debilidad, a pesar de nuestra infidelidad, nosotros creemos en Jesús. Creemos que en él
está nuestra vida, la única vida. Y oramos para que esta vida fecunde el mundo entero, a
todos los hombres y mujeres del mundo. Pongámonos en pie.
Ritos iniciales
(El altar desnudo, sin velas ni manteles. El sacerdote revestido de rojo sale sin canto de
entrada y se postra en silencio como signo de adoración. Todos nos ponemos de rodillas
y oramos durante unos minutos. Después de esto hace la oración.)
Oración
Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas; santifica a tus hijos y
protégelos siempre, pues Jesucristo, tu Hijo, en favor nuestro instituyó por medio de su
sangre el misterio pascual. Por Jesucristo nuestro Señor.
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Viernes Santo
Pascua Urda 2006
Liturgia de la Palabra
Monición
Vamos a leer dos lecturas antes de escuchar la Pasión. Se trata de dos lecturas que nos
dan la clave para entender lo que Cristo va a hacer por nosotros. La primera lectura es
del profeta Isaías. Este profeta predijo 400 años antes de Cristo, que Dios nos iba a
salvar por medio de un Siervo, un hombre que no iba a utilizar la violencia ni el poder
para salvarnos, sino la humildad y el propio sacrificio. Ese Siervo de Israel, desfigurado,
despreciado, es Cristo mismo que carga con nuestros pecados y muere por nosotros.
Escuchemos atentos.
Lectura del libro de Isaías (52,1353,12)
He aquí que mi siervo prosperará, se elevará, crecerá y será magnífico. Y
si muchos se habían horrorizado al verlo –tan desfigurado estaba su
semblante que no tenía ya aspecto de hombre–, muchos pueblos se
llenarán de asombro; a su vista los reyes cerrarán la boca, porque verán
un suceso no contado jamás y contemplarán algo inaudito. ¿Quién
creerá lo que oímos decir? ¿A quién se ha manifestado el poder del
Señor? Creció ante él como un brote, como raíz en tierra seca. Sin gracia
ni belleza para atraer la mirada, sin aspecto digno de complacencia.
Despreciado, desecho de la humanidad, hombre de dolores, avezado al
sufrimiento, como uno ante el cual se oculta el rostro, era despreciado y
desestimado.
Con todo, eran nuestros sufrimientos los que llevaba, nuestros dolores los
que le pesaban, mientras nosotros le creíamos azotado, herido por Dios y
humillado. Ha sido traspasado por nuestros pecados, triturado por
nuestras iniquidades; el castigo, precio de nuestra paz, cae sobre él, y a
causa de sus llagas hemos sido curados. Todos nosotros, como ovejas,
andábamos errantes; cada cual siguiendo su propio camino. Y el Señor
ha hecho recaer sobre él la perversidad de todos nosotros. Era
maltratado, y no se resistía ni abría su boca; como cordero llevado al
matadero, como oveja ante sus esquiladores, no abría la boca. Con
violencia e injusticia fue apresado; de su causa, ¿quién se cuida? Fue
arrancado de la tierra de los vivos, herido de muerte por los pecados de
mi pueblo. Se le preparó una tumba entre los criminales, en su muerte se
le juntó con malhechores, siendo así que él jamás cometió injusticia ni
hubo engaño en su boca. Pero el Señor quiso destrozarlo con
padecimientos. Si él ofrece su vida por el pecado, verá descendencia,
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Viernes Santo
Pascua Urda 2006
prolongará sus días, y la voluntad del Señor se cumplirá gracias a él.
Después de las penas de su alma, verá la luz y quedará colmado. Por sus
sufrimientos mi siervo justificará a muchos y cargará sobre sí las
iniquidades de ellos. Por eso le daré en herencia multitudes, y gente
innumerable recibirá como botín, pues se entregó indefenso a la muerte
y fue contado entre los malhechores, él, que llevaba los pecados de
muchos e intercedía por los malhechores.
Salmo Responsorial
Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu.
A ti, Señor, me acojo;
Pero yo confío en ti, Señor;
que jamás quede yo defraudado;
lo confirmo: «Tú eres mi Dios»;
libérame, pues tú eres justo;
mi vida está en tus manos,
líbrame de mis enemigos,
En tus manos encomiendo mi
espíritu;
tú me rescatarás, Señor, Dios
verdadero.
Soy la irrisión de todos mis
opresores,
asco de los vecinos
de mis perseguidores;
mira a tu siervo con ojos de
bondad
y sálvame por tu amor.
Ánimo, sed fuertes
todos los que esperáis en el Señor.
y espanto de los que me conocen;
los que me ven en la calle huyen
de mí.
Se olvidan de mí, como si ya
estuviera muerto,
soy un objeto de basura.
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Viernes Santo
Pascua Urda 2006
Monición
La carta a los Hebreos nos da otra clave. ¿Por qué decimos que Cristo en la cruz nos ha
salvado? Pues porque Dios se ha compadecido de nosotros hasta el punto de asumir el
sufrimiento y la injusticia él mismo. De manera que, quien hoy sufre la soledad, el
abandono, la violencia, la injusticia, no pueda decir que Dios no ha pasado por lo mismo.
Tenemos un Dios capaz de compadecerse.
Lectura de la carta a los Hebreos
Puesto que tenemos un sumo sacerdote extraordinario, que ha
penetrado en los cielos, Jesús, el Hijo de Dios, permanezcamos firmes
en la fe que profesamos. Pues no tenemos un sumo sacerdote
incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, ya que fue
probado en todo a semejanza nuestra, a excepción del pecado.
Acerquémonos, pues, con confianza al trono de la gracia, a fin de
obtener misericordia y hallar la gracia del auxilio oportuno.
Él, en los días de su vida mortal, presentó con gran clamor y lágrimas
oraciones y súplicas al que podía salvarle de la muerte, y fue
escuchado en atención a su
obediencia; aunque era hijo, en el sufrimiento aprendió a obedecer;
así alcanzó la perfección y se convirtió para todos aquellos que le
obedecen en principio de salvación eterna.
Canto
TUS HERIDAS NOS HAN CURADO.
Y TU MUERTE NOS TRAE LA SALVACIÓN.
EN LA CRUZ NOS DAS LA VIDA,
POR TU SANGRE, EL PERDÓN.
Te condenan a muerte por ser fiel, inocente, testigo del amor.
Y te cargan el peso de la cruz, olvidado en tu pena y tu dolor.
Hoy, Señor, te volvemos a clavar en los hombres que mueren sin razón,
torturado, hambriento, sin hogar, siendo injustos, cerrando el corazón.
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Viernes Santo
Pascua Urda 2006
Pasión de nuestro Señor Jesucristo según
S. Juan 18, 1-19,42
NARRADOR.-
En aquel tiempo Jesús salió con sus discípulos al otro lado del torrente
Cedrón, donde había un huerto, y entraron allí él y sus discípulos, Judas, el
traidor, conocía también el sitio, porque Jesús se reunía a menudo allí con sus
discípulos. Judas entonces, tomando la patrulla y unos guardias de los sumos
sacerdotes y de los fariseos, entró allá con faroles, antorchas y armas. Jesús,
sabiendo todo lo que venía sobre él, se adelantó y les dijo:
JESÚS:
¿A quién buscáis?
NARRADOR:
Le contestaron:
TODOS:
A Jesús el Nazareno.
NARRADOR:
Les dijo Jesús:
JESÚS:
YO SOY
NARRADOR:
Estaba también con ellos Judas, el traidor. Al decirles «Yo soy», retrocedieron
y cayeron a tierra. Les preguntó otra vez.
JESÚS:
¿A quién buscáis?
NARRADOR:
Ellos dijeron:
TODOS:
A Jesús el Nazareno.
NARRADOR:
Jesús contestó:
JESÚS:
Os he dicho que soy yo. Si me buscáis a mí, dejad ir a éstos.
NARRADOR:
Y así se cumplió lo que había dicho: «No he perdido a ninguno de los que me
diste». Entonces, Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió al
criado del sumo sacerdote, cortándole la oreja derecha. Este criado se
llamaba Malco. Dijo entonces Jesús a Pedro:
JESÚS:
Mete la espada en la vaina. El cáliz que me ha dado mi Padre, ¿no lo voy a
beber?
NARRADOR:
La patrulla, el tribuno y los guardias de los judíos prendieron a Jesús, lo
ataron y lo llevaron primero a Anás, porque era suegro de Caifás, sumo
sacerdote aquel año, el que había dado a los judíos este consejo: «Conviene
que muera un solo hombre por el pueblo».
NARRADOR:
Simón Pedro y otro discípulo seguían a Jesús. Ese discípulo era conocido del
sumo sacerdote y entró con Jesús en el palacio del sumo sacerdote, mientras
Pedro se quedó fuera a la puerta. Salió el otro discípulo, el conocido del sumo
sacerdote, habló a la portera e hizo entrar a Pedro:
TODOS:
¿No eres tú también de los discípulos de ese hombre?
NARRADOR:
El dijo:
PEDRO:
No lo soy.
71
Viernes Santo
NARRADOR:
Pascua Urda 2006
Los criados y los guardias habían encendido un brasero, porque hacía frío y se
calentaban. También Pedro estaba con ellos de pie, calentándose.
El sumo sacerdote interrogó a Jesús acerca de sus discípulos y de la doctrina.
Jesús le contestó:
JESÚS:
Yo he hablado abiertamente al mundo. Yo he enseñado continuamente en la
sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos, y no he dicho nada a
escondidas. ¿Por qué me interrogas a mí? Interroga a los que me han oído, de
qué les he hablado. Ellos saben lo que he dicho yo.
NARRADOR.
Apenas dijo esto, uno de los guardias que estaba allí le dio una bofetada a
Jesús, diciendo:
TODOS:
¿Así contestas al sumo sacerdote?
NARRADOR:
Jesús respondió:
JESÚS:
Si he faltado al hablar, muestra en qué he faltado; pero si he hablado como se
debe, ¿por qué me pegas?
NARRADOR:
Entonces Anás lo envió atado a Caifás, sumo sacerdote. Simón Pedro estaba de
pie, calentándose, y le dijeron:
TODOS:
¿No eres tú también de sus discípulos?
NARRADOR:
Él lo negó diciendo:
PEDRO:
No lo soy.
NARRADOR:
Uno de los criados del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro cortó
la oreja, le dijo:
TODOS:
¿No te he visto yo con él en el huerto?
NARRADOR:
Pedro volvió a negar, y enseguida cantó un gallo.
(Silencio. Meditamos lo leído hasta ahora a través de diapositivas)
NARRADOR:
Llevaron a Jesús de casa de Caifás al Pretorio. Era al amanecer y ellos no
entraron en el Pretorio para no irrumpir en impureza y poder así comer la
Pascua. Salió Pilato afuera, adonde estaban ellos y dijo:
PILATO:
¿Qué acusación presentáis contra este hombre?
NARRADOR:
Le contestaron:
TODOS:
Si éste no fuera un malhechor, no te lo entregaríamos.
NARRADOR.
Pilato les dijo:
PILATO:
Lleváoslo vosotros y juzgadlo según vuestra ley.
NARRADOR:
Los judíos le dijeron:
TODOS:
No estamos autorizados para dar muerte a nadie.
NARRADOR:
Así se cumplió lo que había dicho Jesús indicando de qué muerte iba a morir.
Entró otra vez Pilato en el Pretorio, llamó a Jesús y le dijo:
72
Viernes Santo
Pascua Urda 2006
PILATO:
¿Eres tú el rey de los judíos?
NARRADOR:
Jesús contestó:
JESÚS:
- ¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?
NARRADOR:
Pilato replicó:
PILATO:
¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí;
¿qué has hecho?
NARRADOR:
Jesús contestó:
JESÚS:
Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia
habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es
de aquí.
NARRADOR:
Pilato le dijo:
PILATO:
Con que, ¿tú eres rey?
NARRADOR:
Jesús contestó:
JESÚS:
Tú lo dices: yo soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo;
para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz.
NARRADOR.
Pilato le dijo:
PILATO:
Y, ¿qué es la verdad?
NARRADOR:
Dicho esto, salió otra vez adonde estaban los judíos y les dijo:
PILATO :
Yo no encuentro en él ninguna culpa. Es costumbre entre vosotros que por
Pascua ponga a uno en libertad. ¿Queréis que os suelte al rey de los judíos?
NARRADOR.
Volvieron a gritar:
TODOS.
A ése no, a Barrabás.
NARRADOR:
(El tal Barrabás era un bandido).
Entonces Pilato tomó a Jesús y lo mandó azotar. Y los soldados trenzaron una
corona de espinas, se la pusieron en la cabeza y le echaron por encima un
manto color púrpura; y, acercándose a él, le decían:
TODOS:
¡Salve, rey de los judíos!
NARRADOR
Y le daban bofetadas. Pilato salió otra vez afuera y les dijo:
PILATO:
Mirad, os lo saco afuera para que sepáis que no encuentro en él ninguna culpa.
NARRADOR:
Y salió Jesús afuera, llevando la corona de espinas y el manto color púrpura.
Pilato les dijo:
PILATO:
Aquí lo tenéis.
NARRADOR.
Cuando lo vieron, los sacerdotes y los guardias gritaron:
TODOS:
¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!
NARRADOR.
Pilato les dijo:
PILATO:
Lleváoslo vosotros y crucificadlo, porque yo no encuentro culpa en él.
NARRADOR
Los judíos contestaron:
73
Viernes Santo
Pascua Urda 2006
TODOS:
Nosotros tenemos una ley, y según esa ley tiene que morir, porque se ha
declarado Hijo de Dios.
NARRADOR:
Cuando Pilato oyó estas palabras, se asustó aún más, y entrando otra vez en el
Pretorio, dijo a Jesús:
PILATO:
¿De dónde eres tú?
NARRADOR:
Pero Jesús no le dio respuesta. Y Pilato le dijo:
PILATO:
¿A mí no me hablas? ¿Sabes que tengo autoridad para soltarte y autoridad
para crucificarle?
NARRADOR:
Jesús le contestó:
JESÚS:
No tendrías ninguna autoridad sobre mí si no te la hubieran dado de lo alto.
Por eso el que me ha entregado a ti tiene un pecado mayor.
NARRADOR:
Desde este momento Pilato trataba de soltarlo, pero los judíos gritaban:
TODOS:
Sí sueltas a ése, no eres amigo del César Todo el que se declara rey está en
contra del César
NARRADOR:
Pilato entonces, al oír estas palabras, sacó afuera a Jesús y lo sentó en el
tribunal, en el sitio que llaman “El Enlosado" (en hebreo Gábbata). Era el día
de preparación de la Pascua, hacia el medio día. Y dijo Pilato a los judíos:
PILATO:
Aquí tenéis a vuestro rey.
NARRADOR:
Ellos gritaron:
TODOS:
¡Fuera, fuera; crucifícalo!
NARRADOR:
Pilato les dijo:
PILATO:
¿A vuestro rey voy a crucificar?
NARRADOR:
Contestaron los sumos sacerdotes:
TODOS:
No tenemos más rey que al César.
NARRADOR:
Entonces se lo entregó para que lo crucificaran.
Tomaron a Jesús, y él, cargando con la cruz, salió al sitio llamado "de la
Calavera" (que en hebreo se dice Gólgota), donde lo crucificaron; y con él a
otros dos, uno a cada lado, y en medio, Jesús.
(Silencio. Meditamos lo leído hasta ahora a través de diapositivas)
NARRADOR
Pilato escribió un letrero y lo puso encima de la cruz, en él estaba escrito:
«Jesús el Nazareno, el Rey de los judíos».
Leyeron el letrero muchos judíos, porque estaba cerca el lugar donde
crucificaron a Jesús y estaba escrito en hebreo, latín y griego. Entonces los
sumos sacerdotes de los judíos le dijeron a Pilato:
TODOS:
No escribas "El Rey de los judíos", sino “Este ha dicho: 'Soy rey de los judíos".
NARRADOR.
Pilato les contestó:
PILATO:
Lo escrito, escrito está.
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Viernes Santo
Pascua Urda 2006
NARRADOR:
Los soldados, cuando crucificaron a Jesús, cogieron su ropa, haciendo cuatro partes,
una para cada soldado, y apartaron la túnica. Era una túnica sin costura, tejida toda
de una pieza de arriba abajo. Y se dijeron:
TODOS:
No la rasguemos, sino echemos a suertes a ver a quién le toca.
NARRADOR:
Así se cumplió la Escritura: «Se repartieron mis ropas y echaron a suerte mi túnica».
Esto hicieron los soldados. Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de
su madre María la de Cleofás y María la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y cerca
al discípulo que tanto quería, dijo a su madre:
JESÚS:
Mujer, ahí tienes a tu hijo.
NARRADOR
Luego dijo al discípulo:
JESÚS.
Ahí tienes a tu madre.
NARRADOR.
Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa. Después de esto, sabiendo
Jesús que todo había llegado a su término, para que se cumpliera la Escritura, dijo:
JESÚS:
Tengo sed
NARRADOR:
Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada en vinagre a
una caña de hisopo, se la acercaron a la boca. Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo:
JESÚS:
Está cumplido.
NARRADOR.
E inclinando la cabeza, entregó el Espíritu. (nos ponemos de rodillas en señal de
duelo, durante unos momentos y continuamos)
Los judíos entonces, como era el día de la preparación, para que no se quedaran los
cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día solemne, pidieron a
Pilato que le quebraran las piernas y que los quitaran. Fueron los soldados, le
quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero
al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que
uno de los soldados con la lanza le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua.
El que lo vio da testimonio y su testimonio es verdadero, y él sabe que dice verdad,
para que también vosotros creáis. Esto ocurrió para que se cumpliera la Escritura:
“No le quebrarán ni un hueso” y en otro lugar la Escritura dice: «Mirarán al que
atravesaron».
NARRADOR
Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo clandestino de Jesús por miedo a
los judíos, pidió a Pilato que le dejara llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato lo autorizó.
Él fue entonces y se llevó el cuerpo. Llegó también Nicodemo, el que había ido a verlo
de noche, y trajo unas cien libras de una mixtura de mirra y áloe.
Tomaron el cuerpo de Jesús y lo vendaron todo, con los aromas, según se acostumbra
a enterrar entre los judíos. Había un huerto en el sitio donde lo crucificaron, y en el
huerto un sepulcro nuevo donde nadie había sido enterrado todavía. Y como para los
judíos era el día de la preparación, y el sepulcro estaba cerca, pusieron allí a Jesús.
(Silencio. Meditamos lo leído hasta ahora a través de diapositivas)
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Viernes Santo
Pascua Urda 2006
Audición: Cristo (Kairoi)
Oración Universal
Oración universal, realizada por varias personas, que salen ante la cruz.
Canto: Señor óyeme.
Por la Iglesia
Oremos, hermanos, por la Iglesia santa de Dios, para que el Señor le de la paz, la mantenga
en la unidad, la proteja en toda la tierra, y a todos nos conceda una vida confiada y serena,
para gloria de Dios Padre.
(Participación de peticiones)
Dios todopoderoso y eterno, que en Cristo manifiestas tu gloria a todas las naciones, vela por
la obra de tu amor, para que la Iglesia, extendida por todo el mundo, persevere con fe
inquebrantable en la confesión de tu nombre. Por Jesucristo nuestro Señor.
Por el Papa
Oremos también por el Papa Juan Pablo II para que Dios, que lo llamó al orden episcopal, lo
asista y proteja para bien de la Iglesia como guía del pueblo de Dios.
(Participación de peticiones)
Dios todopoderoso y eterno, cuya sabiduría gobierna todas las cosas, atiende bondadoso
nuestras súplicas y protege al Papa, para que el pueblo cristiano, gobernado por ti progrese
siempre en la fe. Por Jesucristo nuestro Señor.
R: Amén
Canto: De noche iremos de noche, que para encontrar la fuente, solo la sed nos alumbra.
Por la unidad de los cristianos
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Viernes Santo
Pascua Urda 2006
Oremos también por todos aquellos hermanos nuestros que creen en Cristo, para que Dios
nuestro Señor asista y congregue en una sola Iglesia a cuantos viven de acuerdo con la
verdad que han conocido.
(Participación de peticiones)
Dios todopoderoso y eterno, que vas reuniendo a tus hijos dispersos y velas por la unidad ya
lograda, mira con amor a todos los que siguen a Cristo. Para que la integridad de la fe y el
vínculo de la caridad congregue en una sola Iglesia a los que consagró un solo bautismo. Por
Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.
Por los que no creen en Cristo
Oremos también por los que no creen en Cristo, para que, iluminados por el Espíritu Santo
encuentren también ellos el camino de la salvación.
(Participación de peticiones)
Dios todopoderoso y eterno, concede a quienes no creen en Cristo que, viviendo con
sinceridad ante ti, lleguen al conocimiento pleno de la verdad, y a nosotros concédenos
también que, progresando en el amor fraterno y en el deseo de conocerte más, seamos ante el
mundo testigos más convincentes de tu amor. Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.
Canto: Señor óyeme,
Por los gobernantes
Oremos también por los gobernadores de todas las naciones, para que Dios nuestro Señor,
según sus designios, les guíe en sus pensamientos y decisiones hacia la paz y libertad de
todos los hombres.
(Participación de peticiones)
Dios todopoderoso y eterno, que tienes en tus manos el destino de todos los hombres y los
derechos de todos los pueblos, asiste a los que gobiernan, para que, por tu gracia, se logre en
todas las naciones la paz, el desarrollo y la libertad religiosa de todos los hombres. Por
Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.
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Viernes Santo
Pascua Urda 2006
Por los que sufren
Oremos, hermanos, a Dios Padre por todos los que en el mundo sufren las consecuencias del
pecado, para que cure a los enfermos, de aliento a los que padecen hambre, libere de la
injusticia a los perseguidos, redima a los encarcelados, conceda volver a casa a los
emigrantes y desterrados. Proteja a los que viajan, y de la salvación a los moribundos.
(Participación de peticiones)
Dios Padre bueno, consuelo de los que lloran y fuerza de los que sufren, lleguen hasta ti las
súplicas de quienes te invocan en su sufrimiento, para que sientan en sus adversidades la
ayuda de tu misericordia. Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.
Canto: De noche iremos de noche
Adoración a la cruz
Terminada la Oración universal y antes de la entrada de la cruz el monitor dirige las
siguientes palabras.
MONICIÓN
Comenzamos ahora la segunda parte de nuestra celebración: la adoración de la cruz. La cruz
es hoy el centro de nuestra celebración. En ella contemplamos agradecidos la entrega de
Jesús por nosotros; en ella vemos el resultado del mal y el dolor que se acumulan en nuestra
historia humana; en ella descubrimos la fuerza luminosa de Dios que, desde la misma cruz,
vence para siempre el mal y la muerte.
En la Cruz, signo de muerte, nosotros los cristianos reconocemos la vida. En ella, hemos
experimentado el amor de Dios y hemos conocido su perdón. Además, desde aquel primer
Viernes Santo, las cruces y los dolores de los hombres adquieren nuevo sentido y todo su
valor al unirse a la cruz y al dolor de Cristo. Recibamos y adoremos a la cruz de Jesús.
Después de la monición pasamos a una acción simbólica muy expresiva propia de este día:
la veneración de la Santa Cruz.
Es presentada solemnemente la Cruz a la comunidad, cantando tres veces la siguiente
aclamación:
CELEBRANTE: Mirad el árbol de la Cruz,
donde estuvo clavada la salvación del mundo.
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Viernes Santo
Pascua Urda 2006
RESPUESTA: Venid a adorarlo.
Y todos nos arrodillamos unos momentos cada vez; y cuando la cruz se encuentre en el
centro se hace la siguiente monición:
MONICIÓN
Es ahora el momento de mirar a nuestro interior y examinarnos acerca de nuestra fidelidad a
Dios. Y el mejor modo de hacerlo es ante esta cruz, signo de la fidelidad y el amor de Dios a
todos los hombres.
Postrémonos confiados ante este Dios fiel, y hablémosle en silencio, con el lenguaje del
corazón. Confiémosle nuestros fracasos como seguidores suyos, y pidámosle las fuerzas
necesarias para emprender de nuevo el camino de su búsqueda.
Situémonos frente a esta cruz y dejémonos sondear por la verdad. Descubramos cuáles son
nuestras pequeñas o grandes cruces; pero no para hundirnos en ellas, sino para depositarlas
junto a la cruz de Jesús y dejar que él nos haga sentir que camina a nuestro lado,
compartiendo el peso de nuestras limitaciones con nosotros.
Podemos, ahora, pasar y adorar personalmente la cruz.
Entonces vamos, en procesión, a venerar la Cruz personalmente, con una genuflexión (o
inclinación profunda) y un beso (o tocándola con la mano y santiguándonos). Mientras
tanto habrá momentos de silencio, y cantos.
Comunión
Después de la adoración de la cruz, los ministros colocan el mantel y el corporal sobre el
altar. Mientras el Presidente va a buscar la Reserva eucarística.
PADRENUESTRO
Unidos a Jesús, muerto en la cruz, oremos al Padre para que su Reino, su amor, llegue a
todos los hombres. Y pidámosle que a nosotros nos conceda su perdón y nos libre de todo
mal.
Padre nuestro...
Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros días,
para que, ayudados de tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado
y protegidos de toda perturbación,
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Viernes Santo
Pascua Urda 2006
mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.
R. Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles:
―La paz os dejo, mi paz os doy‖,
no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia
y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad.
Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos.
La paz del Señor esté siempre con vosotros.
Daos fraternalmente la paz.
Cordero de Dios...
Comunión
Ritos de conclusión
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Oremos.
Dios todopoderoso, rico en misericordia,
que nos has renovado con la gloriosa muerte y resurrección de Jesucristo,
no dejes de tu mano la obra que has comenzado en nosotros,
para que nuestra vida, por la comunión en este misterio,
se entregue de verdad a tu servicio.
Por Jesucristo nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO (Con las manos extendidas sobre el pueblo)
Que tu bendición, Señor, descienda con abundancia sobre este pueblo,
que ha celebrado la muerte de tu Hijo con la esperanza de su santa resurrección;
venga sobre él tu perdón, concédele tu consuelo,
acrecienta su fe, y consolida en él la redención eterna.
Por Jesucristo nuestro Señor.
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No hay bendición y todos salen en silencio.
Canto
VICTORIA, TÚ REINARÁS, OH CRUZ, TÚ NOS SALVARÁS.
El Verbo en ti clavado, muriendo nos rescató;
de ti madero santo, nos viene la Redención.
Extiende por el mundo tu reino de salvación,
oh, Cruz, fecunda fuente de vida y bendición.
Impere sobre el odio tu reino de caridad,
alcancen las naciones el gozo de la unidad.
La gloria por los siglos a Cristo Libertador.
Su cruz nos lleve al cielo, la tierra de promisión.
Canto: En tu cruz
TÚ, EN TU CRUZ SIGUES HOY.
sigues hoy
CONTINÚAS MURIENDO ANTE MÍ.
En tu cruz sigues hoy, Jesús, te acompaña por
donde vas.
SIGUES CLAVADO EN CRUZ (BIS).
En el hombre que está en prisión,
Has vivido la destrucción. Has probado la esclavitud.
en el que sufrirá la tortura en nombre de Dios.
El desprecio y la ambigüedad han marcado tu piel,
Cada llanto de un niño es un clamor que se
eleva a ti.
han dejado un surco en ti.
Me recuerda que aún, veinte siglos después,
continúas muriendo ante mí.
Las rodillas al tropezar han tocado este mundo cruel.
Tu mirada es hoy más profunda que ayer.
Continúas muriendo ante mí.
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Encuentro de Oración por la
noche
Posibilidad A
1. se tapa la cruz que estará recostada sobre los dos primeros escalones,
con una tela negra como símbolo de muerte. En una esquina se colocará un
foco con luz tenue (o bien cubierta con otro paño) para que la gente
pueda colocarse en sus asientos.
2. se apaga la luz
3. se quita la tela y se colocan las personas asignadas con anterioridad
alrededor de la cruz con dos velas cada una (apagadas)
4. se pone el cd y después que suene el trueno cada una de las personas
colocadas alrededor de la cruz va encendiendo correlativamente cada
vela que sostiene. Las velas se colocarán alrededor de la cruz simulando
su silueta
5. monición de entrada
6. canto : tuyo soy
7. entre testimonio y testimonio se ponen diapositivas. Cuando terminen de
hablar los personajes se pasa a la imagen de la vela (símbolo de
esperanza) donde se lanza la pregunta de reflexión.
Hay momentos y situaciones en la vida en las que las palabras sobran y sólo los
gestos pueden describir los sentimientos. Ante la Pasión y la Cruz al creyente le faltan
las palabras adecuadas para expresar lo que su corazón contiene; por eso, ahora, la
palabra deja paso al gesto beso de la cruz. Que esta tarde, nuestro beso a la cruz sea
expresión de un compromiso: aceptar el Evangelio de Jesús como centro de nuestra
vida.
Monición de entrada:
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Viernes Santo
Pascua Urda 2006
"Nuestro grupo se reúne esta noche, en la hora en que Jesús murió, para unirse
a su Pasión y Muerte. Sí, también en la muerte le estamos acompañando. En estos
momentos quizás desearíamos esconder el gesto de dolor de Cristo, pero nunca
dejaríamos solo a un amigo que necesita nuestro cariño y nuestra compañía.
¡Fijémonos en esta cruz por la que nos ha venido la alegría y la paz! ¡Abrámosle el
corazón! ¡Reconozcamos en esta muerte injusta todo el amor que Dios nos tiene a cada
uno!
Signo de amor es todo lo que Él hace por nosotros. El Padre creó un mundo lleno
de amor y de vida, y el hombre lo va destruyendo igual que destruyó a Jesús. ¡Y es algo
que pasa todos los días!
Aún así, Dios ha hecho de la cruz donde se da la muerte injusta, el lugar de
Salvación de todos los hombres"
Testimonios:
SOLDADO:  METRALLETA
Hola Jesús, me llamo Zoran y soy un excombatiente de la guerra de Bosnia,
aunque seguro que ya lo sabes. La guerra ya ha terminado, pero mi país está destruido.
Desde entonces no he vuelto a coger un fusil, sin embargo, no puedo olvidar a todas las
personas que he matado. Todas tenían familia, hogar, amigos... y yo acabé con ello. Por
las noches intento olvidarlos pero sueño con ellos, y sueño también contigo. Sueño que
cuando les apuntó con mi fusil te estoy apuntando a Ti, y que todo el daño que he hecho
te lo he hecho a Ti. Esta noche ya no estás junto a mi, y por eso te estoy contando todo
esto, porque no tengo el valor de decírtelo a la cara. Simplemente una última cosa antes
de marcharme: lo siento.
INMIGRANTE:  MALETA VIEJA, ABRIGO VIEJO....
Señor, ¿dónde estás ahora?, ¿dónde estás que no te encuentro? Hace meses dejé atrás
mi casa y mi familia; pagué mucho dinero por un viaje en patera y crucé el estrecho.
Sentí que durante todo el viaje estabas conmigo, sentí que me protegías; pero ¿dónde
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estás ahora? Señor, me siento muy solo, tengo hambre y frío; lo único que me queda
eres Tú, no me abandones ahora, sin Ti tengo miedo.
RICO:  JOYAS, MALETÍN ELEGANTE
"Vivo sin esperanza. El hecho de tener que vivir en una ciudad grande, con todos los
recursos, hace que me vuelva un egoísta, sin solidaridad con aquellos que viven en la
misma situación que yo. Sería bueno intentar trabajar juntos para solucionar nuestros
problemas"
ENFERMO DE SIDA: > VAQUEROS, CAMISETA NEGRA...
Señor, ¿cómo me has hecho esto?, ¿cómo has podido? Yo he confiado en ti toda mi vida,
te he tenido presente tanto en mis momentos malos como en los buenos. Yo tenía un
futuro grandioso: medallas, éxito, un gran futuro,...el deporte era mi vida. Y
simplemente por compartir jeringas con mis compañeros y amigos del callejón y no
saberme controlar caí en mi enfermedad, me contagiaron el SIDA. Enfermo para el
resto de mi vida, adiós carrera, adiós deporte y, por supuesto, adiós vida. ¿Qué he
hecho yo?, ¿por qué no estabas ahí para evitar ese error?. ¿Por qué yo?, ¿por qué?.
PEDRO:  Alba
Maestro soy Pedro. Tu discípulo, el que te prometió estar cerca de ti, el pescador que
compartió contigo los momentos más felices de su vida. Dejé todo y te seguí, decidí
conocer tu camino, tu verdad y tu vida. Pero que sucedió, no soy capaz de comprenderlo
todavía. Tú me dijiste “antes que cante el gallo me negarás tres veces”, yo pensé que
eso era imposible, que yo jamás te fallaría. Pero sucedió, te negué, te fallé. Hoy no te
puedo ni mirar a la cara, no me siento con fuerzas.
JOVEN DEL CENTRO:  vestida normal
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" Yo... la verdad, no soy malo. Estoy enrollado en el Centro, asisto a la mayoría de las
reuniones, me apunto a todo lo que dicen... Pero a veces me doy cuenta de que todo esto
pinta poco en mi vida cotidiana, en mi vida de verdad. Cuando estoy en el Centro me
pongo la chaqueta de cristiano, pero cuando salgo con mis amigos me olvido de todo ello,
me siento otra persona distinta, me importan otras cosas distintas. Es como si viviera
dos vidas y una no tuviera nada que ver con la otra... Creo que llegará un día en que pase
de todo...
MARÍA:  Vestido representación Navidad
Ahora estoy aquí sentada sin saber qué decir ni lo qué hacer. No tengo fuerzas para
sentir este dolor tan profundo que me está atormentando. Sólo puedo recordar tu
imagen de hijo muerto. No puedo aguantar esa imagen, ¡no puedo!.
¿Qué me ocurre Jesús?, ¿qué me está pasando? No consigo recordarte vivo en este
momento en el que ni siquiera soy consciente de que has muerto. ¿Acaso te he olvidado?
o es que me has abandonado hijo mío, y tanto me ha dolido que te fueras de mi lado, que
te arrancaran de mis brazos, que ahora sólo siento rabia; la rabia de un sentimiento que
no puede más, que se ha roto en pedazos con mi viejo corazón carcomido por la
tristeza. ¡Enfermedad mortal que está acabando conmigo!, ¡silencio eterno que se
apodera de mi alma!.
¿Por qué?, ¿por qué te has ido de mi vida? No entiendo nada, no sé qué me pasa pero no
puedo comprender las causas de tu sufrimiento y luego no entiendo el porqué de que los
perdonases. Ayúdame Señor para que pueda perdonar a quienes han condenado a mi
hijo, a quienes le han hecho daño y le han mentido.
Nota: Después de escuchar los testimonios, los chavales escribirán los propios
sentimientos que ellos sienten al estar delante de la cruz o simplemente podrán
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acercarse para hacer algún gesto a la cruz. Todo esto será ambientado con música de
fondo. La capilla se abandona en silencio y cada uno cuando vaya acabando.
Propuesta B: Contemplación de la
Piedad de Ribera
ADORACIÓN A LA CRUZ
A través de la
iconografía
de Ribera
José de Ribera es uno de los pintores españoles más innovadores e importantes del siglo
XVII. Nació en Valencia, aunque casi toda su obra la desarrolló en Nápoles y Roma. Es uno
de los más destacados pintores religiosos de la época, y la mayor parte de sus obras se
orientan en este sentido.
Su estilo es tenebrista: estudio de la luz para hacer salir de la oscuridad solo aquello que
quiere resaltar para darle mayor dramatismo; y naturalista: se busca intencionadamente un
profundo realismo.
En concreto, el tema de la Piedad o del Entierro de Cristo muerto, fue un tema bastante
frecuente en él y sobre todo lo trata de una manera particular, tanto en la composición, la
expresividad y, sobre todo, el sentido religioso.
Por eso, en este rato de meditación vamos a utilizar su iconografía como provocación para
introducirnos en el innombrable misterio de la cruz.
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Jusepe de Ribera, La Piedad (el entierro de Cristo) 1633, Museo Thyssen-Bornemisza
Este cuadro recoge una cautivadora escena compuesta por cinco personajes, cuatro
de ellos en primer plano. Domina la imponente figura en diagonal del Cristo muerto,
con una anatomía impecable, resaltan las heridas de los clavos y la lanzada. El rostro
imprime una solemne serenidad y belleza. El lienzo, que apenas cubre su cuerpo
acentúa más la sensación de fragilidad.
El cuerpo de Cristo es sostenido por Juan, el discípulo amado, con una expresión
desoladora de confusión y desconcierto. Por encima de él, apenas se ven los rasgos
desdibujados de José de Arimatea que tiene la mirada perdida en algún objeto a la
izquierda del cuadro, quizá la cruz vacía.
El centro visual del cuadro lo constituye la figura triangular de María, cuyo vértice
lo protagoniza su rostro en penumbra y el sobrecogedor gesto de sus manos en
oración. El rostro es hermosísimo, a pesar del dramatismo. La mitad del rostro en
oscuridad acentúa la expresividad del mismo.
A los pies de Jesús se sitúa María Magdalena arrodillada, sosteniendo y besando los
pies de Cristo muerto en un gesto de inconmensurable ternura.
Se trata de una representación conmovedora del tema. Se palpan realmente tanto el
sentimiento de pérdida de los personajes como la presencia de Cristo muerto del
cual se desprende una luz impresionante. Parece como que Ribera haya querido
presentar al espectador toda la escena queriéndole decir ¡Mira y conmuévete!
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Los hechos
Al caer la tarde, como era la preparación de la pascua, es decir, la víspera del sábado, José
de Arimatea, insigne miembro del tribunal supremo, que esperaba también el Reino de Dios,
se atrevió a ir a Pilato a pedirle el cuerpo de Jesús. Pilato se extrañó de que ya hubiese
muerto; llamó al oficial y le preguntó si había muerto ya. Al saberlo por el oficial, concedió
el cadáver a José. Éste compró una sábana, lo bajó de la cruz, lo
envolvió en la sábana y lo puso en un sepulcro excavado en la roca. Luego hizo rodar una
losa para cerrar la puerta del sepulcro. María Magdalena y María la madre de José estuvieron
mirando dónde lo ponían. (Mc 15, 42-47)
Los personajes
La muerte, la impotencia, el sufrimiento es algo que golpea al hombre a lo largo de su vida
de una manera brutal. No importa que esté avisado, es igual. A cada uno, cuando nos toca
nos descoloca hasta el extremo.
Hemos vivido la muerte de Jesús y sus sufrimiento durante todo el día, de una manera
intensa. Ahora se trata de contemplar, de mirar con los ojos del corazón. No es momento de
sacar conclusiones sino de sentir, de orar con el corazón. Todas las palabras ya se han dicho.
Aquí tenemos al Cristo muerto de Ribera, y en torno una serie de personajes que reaccionan
todos de distinta manera. Son una descripción simbólica de nuestras propias posturas ante el
dolor y la pérdida: la incomprensión, el dolor, la ausencia. Sin embargo, detrás de estas
actitudes, cada personaje añade otra que es típica del discípulo, del seguidor. En concreto: la
fe, la esperanza y la caridad. Os invitamos a meteros en el cuadro y contemplar la escena
como si fuerais cualquiera de los personajes representados.
Juan: el desconcierto y la fe
Representa el desconcierto, la confusión total en la que se hunde alguien que no se cree
todavía lo que ha sucedido. Es una reacción típica que también nos ocurre a nosotros. Ante
lo implacable de la muerte, las preguntas que surgen siempre son ¿por qué? ¿por qué a mi?
¿qué sentido tiene todo esto? ¿merece la pena vivir?
El discípulo amado de Jesús, el que estuvo apoyado en su pecho hace unas horas se niega a
considerar la posibilidad de que aquella tragedia tenga sentido. Todavía mira la cruz con
incredulidad. Es joven, se rebela, no se resigna.
Nosotros reaccionamos ante nuestras cruces de la misma manera.
Sin embargo, hay otra actitud que nos desvela algo más profundo y misterioso. Juan no
entiende pero actúa: está sosteniendo el cuerpo de Jesús. No comprende, los acontecimientos
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le sobrepasan, pero continúa siendo discípulo a pesar de todo, y en vez de posar la cabeza en
el pecho de Jesús, es él el que aguanta el cuerpo del Maestro entre sus manos.
Juan nos da la clave de la fe. La fe que nos hace actuar a pesar de no ver nada claro. La fe
del discípulo que acepta la cruz y sus consecuencias aún sin comprender nada.
María: el dolor y la esperanza
El gesto, la muñeca derecha doblada, las manos entrecruzadas, la sombra que cubre la mitad
del rostro, los ojos irritados por las lágrimas, y ese gemido que parece salir de los delicados
labios de la Madre. María es, después del impresionante cuerpo muerto de Cristo el centro
del cuadro. También es el centro de la fe.
Si alguien sufrió aquella pérdida fue María. María sufre como sólo puede sufrir una madre.
Es más. Si Cristo murió concentrando en su muerte todos nuestros pecados, María concentra
en sí la capacidad de sufrimiento de todas las madres del mundo.
María no solo sufre. María recuerda que el anciano Simeón ya profetizó que una espada le
traspasaría el alma. María mira hacia el cielo en oración como preguntando ¿es esta la
espada? ¿es este el final del hijo que me diste? ¿es éste el premio de mi disponibilidad?
Pero a parte del dolor, María no se curva sobre sí misma hundida en la más absoluta
desesperación. Su figura está erguida, de rodillas, con los ojos mirando al Padre. ¡María está
orando! En el fondo de su dolor sabe que Dios es Dios, que esto no puede acabar así, y por
eso interroga a aquel que la hizo Madre de su hijo. María ora porque todavía tiene esperanza.
Está apabullada por la pérdida pero no se resigna a que el Dios de la promesa, el Dios Padre
del que hablaba su Hijo ahora calle para siempre.
María Magdalena: la ausencia y el
amor
La tragedia y el dolor se concentran en la parte derecha del cuadro. La parte izquierda, sin
embargo, saliendo de las sombras el pintor ha concentrado en la parte inferior una escena de
exquisita ternura. María besa los pies del que ha sido su Señor y Salvador. No le da
repugnancia tener este último gesto de cariño hacia él. Es más, parece un gesto habitual ante
la muerte de un ser querido: tocarle, besarle; como si uno se resistiera a dejarle marchar. Es
la rebeldía contra la ausencia. Ante la pérdida nos gustaría quedarnos con el cuerpo, con algo
que nos dijese que todavía está con nosotros.
María Magdalena besa los pies llagados como intentando que su inmenso amor retenga por
un momento el alma del ser amado.
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Sin embargo, este gesto, al igual que el de María y Juan, tiene segunda parte. No puede
menos que recordar a aquella vez que, en casa de Simón, María de Magdala derramó
perfume a los pies de Jesús y se los besaba llena de agradecimiento. En aquel momento se
sintió perdonada, se sintió amada, a pesar de que no era una persona amable. Aquel
momento cambió toda su vida.
El gesto es el mismo: agradecimiento, amor incondicional. Besándole los pies ahora, la
Magdalena supera la desesperación y se lanza a lo único que sabe hacer desde que se
encontró con Jesús: amar. El amor de Jesús le hizo volver a la vida a ella. Ahora no puede
hacer otra cosa que pagar amor con amor.
José de Arimatea, el espectador
Se trata de una figura enigmática, detrás de Juan, en un segundo plano, casi como si el pintor
no hubiera querido pintarlo. Sin embargo, si está ahí es porque Ribera quería decirnos algo.
Su rostro es el de un anciano de perfil. Casi cubierto por las sombras, parece ausente de la
escena. No mira a Cristo. Sigue mirando la cruz.
En este caso, su actitud no es doble, es plana. Se trata del espectador impasible que muchas
veces somos. El que mira la cruz, pero no ve al crucificado. El que sigue con la nostalgia de
aquellos tiempos en los que todo era mejor. Es el creyente que todavía no ha entrado a tocar
el misterio profundo de la muerte de Dios. Está ahí mirando, en la sombra sin dejarse tocar
el corazón.
El cuadro nos presenta una descripción de lo que es las distintas maneras de ser discípulo. El
discípulo, o arranca de la experiencia de la cruz o no será más que simpatizante. ¿Cómo
vamos a contemplar hoy nosotros? Repasemos cada personaje. Quitémosle el rostro.
Pongamos el nuestro. ¿Hemos sentido alguna vez lo mismo que ellos? ¿Podemos asumir
también hoy la actitud de discípulos que representa cada uno de ellos?
Tiempo de silencio y contemplación
El personaje escondido
En el cuadro hay un personaje que no está pero que todos reclaman: Dios. Es el Padre del
Hijo muerto, es al que suplica María, por el que se pregunta Juan, a quien Magdalena
añora...
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Es el que tiene todas las respuestas. ¿Dónde está Dios ahora? ¡Si es Hijo de Dios, que lo
salve! Resuenan todavía en los oídos de María las burlas de la gente. Pero es cierto, ¿Dónde
está el Padre cuando su Hijo muere? ¿Es verdad que lo ha abandonado?
Miramos este otro cuadro: La Trinidad, también de Ribera. El cuerpo de Cristo descansa
sobre el regazo de Dios Padre. Entre los rostros de ambos, el Espíritu en forma de paloma.
Llama la atención que el rostro y el cuerpo de Cristo son idénticos al cuadro de la Piedad.
Otra cosa llama también la atención. La postura del Padre acogiendo al Hijo en su regazo
parece una copia de otra Piedad que Ribera pintó para la Purísima de Salamanca.
Deliberadamente el pintor nos está mostrando que Dios se identifica con la Madre que ha
perdido al hijo.
El cuadro está en movimiento, el manto del Padre, la Paloma, el escorzo de Cristo
sosteniéndose en el lienzo por medio de ángeles. Parece que el misterio de Dios no es estático
sino movimiento continuo.
Un último detalle: Dios le está quitando la corona de espinas a Jesús.
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Jusepe de Ribera, La Trinidad, principios de la década de 1630. Museo del Prado.
Jusepe de Ribera, Piedad, Iglesia de la Purísma, Salamanca.
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Viernes Santo
Pascua Urda 2006
Dios ¿el gran ausente?
¿Dónde está Dios cuando su Hijo sufre y muere? Es la pregunta que muchos teólogos se han
hecho. H. Urs von Balthasar respondió una vez de manera misteriosa: Dios está muriendo
con su Hijo.
Ribera lo ha pintado como una Piedad, porque Dios ha perdido también un Hijo. El Padre
también ha pasado por la pasión. Dios ha sacrificado a lo que más quiere.
Todo está cumplido
El gesto de quitarle la corona de espinas a Cristo contiene una delicadeza extraordinaria.
Parece decir con ello: –Ya es suficiente. Ya basta de sufrimientos. Cumpliste hasta el final.
Ahora descansa...
El rostros de Dios
Detengámonos en el rostro del Padre. Se trata de un anciano cansado y serio. Con los ojos
enrojecidos de haber llorado. Es una mirada triste, pero no desesperada. Es la mirada que
puede tener un Padre después de haber llorado la pérdida de su Hijo. Este es el gran misterio
de Dios. ¿Qué hace Dios cuando sufrimos?¡Sufre con nosotros la pérdida de un Hijo!
¿Qué podría esperar yo de Dios? ¿Qué le puedo pedir cuando estoy sumido en el tormento
de la desesperación? Al menos eso, que sea solidario conmigo, que sufra conmigo.
Contemplación
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Viernes Santo
Pascua Urda 2006
Mirad a Cristo muerto. Descansando ya en el regazo del Padre. El regazo caliente de Dios.
Pongámonos, a pesar de nuestros sentimientos, en el regazo de Dios. Dejémonos quitar la
corona de espinas de nuestros sufrimientos y pesares: la corona simboliza todo lo que nos
hiere, todas nuestras heridas abiertas, nuestros errores y pecados que han contribuido a la
muerte del inocente. Ahora, en esta hora última, es el Padre el que viene y te la quita con
suma delicadeza, para que no te haga más daño.
Mira el rostro de Dios. El rostro del Padre que ama y sufre precisamente porque ama. Te
ama tan profundamente que no ha dudado en perder a un hijo por ti. Un Padre que llora
contigo. Un Padre con rostro de Padre. Déjate mirar por él.
Ahora que tú le contemplas, déjate contemplar por esos ojos tiernos de Dios.
Contemplación
Adoración a la cruz
Después de contemplar el misterio que implica la cruz, ahora si podemos adorarla. En
silencio, intentado concentrar lo que sentimos en nuestro corazón, nos levantamos poco a
poco, ponemos nuestra cabeza en el leño seco de la cruz durante unos minutos y al final la
besamos.
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Viernes Santo
Pascua Urda 2006
Poema final
Al fin de la batalla,
Y muerto el combatiente vino hacia él un
hombre
Clamando: –Tanto amor, y no poder nada
contra la muerte.
Pero el cadáver, ¡ay!, siguió muriendo.
Y le dijo: –no mueras, te amo tanto.
Pero el cadáver, ¡ay!, siguió muriendo.
Le rodearon millones de individuos
Con un ruego común: –Quédate, hermano
Se le acercaron dos y repitiéronle:
Pero el cadáver, ¡ay!, siguió muriendo.
–no nos dejes, valor, vuelve a la vida.
Pero el cadáver, ¡ay!, siguió muriendo.
Acudieron a él, veinte, cien, mil,
quinientos mil,
Entonces, todos los hombres de la tierra
Le rodearon. Les vio el cadáver triste,
emocionado;
Incorporóse lentamente,
Abrazó al primer hombre; echóse a andar.
Oración
Tú Señor que nos has concedido contemplar los misterios de tu pasión y tu cruz, concédenos
que sean motivo para nuestra conversión. Y ahora, después de quehacer del día danos la
gracia del descanso sabiendo que mañana nos espera la alegría de tu resurrección, que vives
y reinas en la unidad del Espíritu Santo. Amén.
A todos se les invita a que vayan saliendo cuando quieran y en silencio, y que respeten el
silencio en la zona de la capilla. Quien quiera puede permanecer en la capilla un rato más.
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Sábado Santo
Pascua Urda 2006
SÁBADO SANTO
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Sábado Santo
Pascua Urda 2006
Oración de la mañana
Laudes
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo
Dios mío ven en mi auxilio
Señor date prisa en socorrerme
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu
Santo
Como era en el principio, ahora y siempre
por los siglos de los siglos.
Himno
Dame, Señor, que cuando al final
vaya perdido
Hijo del Hombre, Humanidad
completa,
al final de esta noche tenebrosa
en la increada luz que nunca
muere:
en que soñando el corazón se
acorcha,
me entre en el claro día que no
acaba,
¡Mis ojos fijos en tus ojos, Cristo,
mi mirada anegada en Ti, Señor!
fijos mis ojos en tu blanco cuerpo,
(Miguel de Unamuno)
Antífona 1
Harán llanto como llanto por el hijo único, porque siendo inocente fue muerto el Señor.
Salmo 63
Escucha, oh Dios, la voz de mi
lamento,
protege mi vida del terrible
enemigo;
escóndeme de la conjura de los
perversos
y del motín de los malhechores:
afilan sus lenguas como espadas
y disparan como flechas palabras
venenosas,
para herir a escondidas al
inocente,
para herirlo por sorpresa y sin
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Sábado Santo
riesgo.
Se animan al delito,
calculan como esconder trampas,
y dicen: "¿quién lo descubrirá?"
Inventan maldades y ocultan sus
invenciones,
porque su mente y su corazón no
tienen fondo.
Pero Dios los acribilla a flechazos,
por sorpresa los cubre de heridas;
Pascua Urda 2006
su misma lengua los lleva a la
ruina,
y los que lo ven menean la
cabeza.
Todo el mundo se atemoriza,
proclama la obra de Dios
y medita sus acciones.
El justo se alegra con el Señor,
se refugia en El,
y se felicitan los rectos de corazón.
Antífona: Harán llanto como llanto por el hijo único, porque siendo inocente fue muerto el Señor.
Antífona 2
Líbrame, Señor, de las puertas del abismo
Cántico Is 38, 10-14. 16b-20
Yo pensé: "En medio de mis días
tengo que marchar hacia las
puertas del abismo;
me privan del resto de mis años".
Día y noche me estás acabando,
sollozo hasta el amanecer.
Me quiebras los huesos como un
león,
día y noche me estás acabando.
Yo pensé: "ya no veré más al
Señor
en la tierra de los vivos,
ya no miraré a los hombres
entre los habitantes del mundo.
Levantan y enrollan mi vida
como una tienda de pastores.
Como un tejedor, devanaba yo
mi vida,
y me cortan la trama".
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Sábado Santo
Estoy piando como una
golondrina,
gimo como una paloma.
Mis ojos mirando al cielo se
consumen:
¡Señor, que me oprimen, sal
fiador por mí!
Me has curado, me has hecho
revivir,
la amargura se me volvió paz
cuando detuviste mi alma ante
la tumba vacía
y volviste la espalda a todos mis
pecados.
Pascua Urda 2006
El abismo no te da gracias,
ni la muerte te alaba,
ni esperan en tu fidelidad
los que bajan a la fosa.
Los vivos, los vivos son quienes te
alaban:
como yo ahora.
El padre enseña a sus hijos tu
fidelidad.
Sálvame, Señor, y tocaremos
nuestras arpas
todos nuestros días en la casa del
Señor.
Antífona: Líbrame, Señor, de las puertas del abismo
Antífona 3
Estaba muerto, pero ahora vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del
abismo.
Salmo 150
Alabad al Señor en su templo,
alabadlo en su fuerte firmamento.
alabadlo con arpas y cítaras,
alabadlo con tambores y danzas,
alabadlo con trompas y flautas,
Alabadlo por sus obras
magníficas,
alabadlo por su inmensa
grandeza.
alabadlo con platillos sonoros,
alabadlo con platillos vibrantes.
Alabadlo tocando trompetas,
Todo ser que alienta alabe al
Señor.
Antífona: Estaba muerto, pero ahora vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la
muerte y del abismo.
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Lectura breve
Así dice el Señor: “en su aflicción madrugarán para buscarme y dirán: –Vamos a volver al
Señor: él, que nos despedazó, nos sanará; él, que nos hirió, nos vendará. En dos días nos
sanará; al tercero nos resucitará; y viviremos delante de él”.
Responsorio breve
Cristo, por nosotros, se sometió incluso a la muerte, y una muerte
de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el
“Nombre-sobre-todo-nombre”.
Benedictus
Antífona: Salvador del mundo, sálvanos; tú que con tu cruz y tu sangre nos redimiste,
socórrenos, Dios nuestro.
Preces
Adoremos a nuestro Redentor, que por nosotros y por todos los hombres quiso morir y
ser sepultado para resucitar de entre los muertos, y supliquémosle, diciendo:
Señor, ten piedad de nosotros
Oh Señor, que junto a la cruz y a tu sepulcro tuviste a tu Madre dolorosa que participó
en tu aflicción,
–
haz que tu pueblo sepa también participar en tu pasión.
Señor Jesús, que como grano de trigo caíste en la tierra para morir y dar con ello fruto
abundante,
–
haz que también nosotros sepamos morir al pecado y vivir para Dios.
Oh Pastor de la Iglesia, que quisiste ocultarte en el sepulcro para dar la vida a los
hombres,
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Sábado Santo
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–haz que nosotros sepamos también vivir escondidos contigo en Dios.
Nuevo Adán, que quisiste bajar al reino de la muerte para librar a los justos que, desde
el origen del mundo, estaban sepultados allí,
–
haz que todos los hombres, muertos al pecado, escuchen tu voz y vivan.
Cristo, Hijo del Dios vivo, que has querido que por el bautismo fuéramos sepultados
contigo en la muerte,
–
haz que, siguiéndote a ti, caminemos también nosotros en una vida nueva.
Padre nuestro
Oración
Señor todopoderoso, cuyo Unigénito descendió al lugar de los
muertos y salió victorioso del sepulcro, te pedimos que concedas a
todos tus fieles, sepultados con Cristo por el bautismo, resucitar con
él a la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo.
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Oración personal
APARICIONES DEL RESUCITADO
Dios no ha dejado a su hijo en la muerte. No nos ha abandonado. El amor triunfa por
encima de la injusticia. Esta es la otra cara de la cruz: la vida, y la vida en abundancia.
Vamos a meternos en la realidad de la Resurrección a través de sus testigos. Vamos a
ponernos en su lugar, para que el Resucitado entre en nosotros y nos llene de vida.
Deseo
Desear que la luz de la resurrección ilumine todas nuestras zonas oscuras
Petición
Pedir "Gracia para alegrarme y gozar intensamente de tanta alegría y gozo por
Cristo Resucitado”.
Solamente una amistad honda permite alegrarnos con la alegría del otro. Pues supone
que mi propio yo ha sufrido un proceso de descentramiento, vaciado de mí mismo,
haber salido de "mi propio amor, querer e interés". La alegría de la resurrección no es
una alegría que pueda brotar de uno mismo, sino que viene de Cristo mismo. Por eso es
una alegría que nadie nos puede arrebatar. "Vivo en este cuerpo, pero no yo, es Cristo
quien vive en mí" (Gal 2,20).
Apariciones del resucitado
Las apariciones del Resucitado no hay que interpretarlas como apariciones
espectrales con luces y todo eso. Los evangelios las narran como
―conversaciones‖, como diálogos con personas muy queridas. Son encuentros
con sus amigos, vividos de forma inefable. La resurrección es, más que un
milagro sorprendente, una experiencia personal, vivida interiormente desde la fe.
Todos estos encuentros se dan en una situación humana de soledad, tristeza,
turbación, desconfianza...
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Sábado Santo
Pascua Urda 2006
Siempre hay una pregunta de Jesús, una interpelación directa y personal, un
toque al corazón... La iniciativa la toma Jesús que nos devuelve a lo esencial de
la vida .
Siempre hay una revelación nueva, una aparición luminosa, una clarificación de
sentido, que de repente nos hace comprender y reconocer que "Es el Señor".
La alegría brota sin saber cómo. Surge la alabanza, la comunión. Se produce la
conversión: el pecado que nos mataba desaparece..., al menos nuestra vida ya no
parece marcada por nuestros errores, se abre paso "una vida nueva" (Rm 6, 4).
Se trata de una vocacional, sea la edad que sea, implica una renovación de la
primera vocación...
Se nos invita a transmitir la vida recibida "Ay de mí si no lo anunciara" (Rm 9,
16-17). La misión es consecuencia ineludible de la experiencia del resucitado.
La experiencia pascual es posible cuando nos experimentamos a nosotros
mismos y nos aceptamos como gracia de Dios. Experiencia de perdón,
reconciliación y paz. Valemos no por lo buenos que seamos, sino porque somos
amados tal cual somos.
Todos los que ven al Resucitado, vuelven a la comunidad de discípulos a contar
lo que han visto. Se construye la comunidad. Se nos da un tesoro que genera
iglesia.
Contemplación
Se trata de imaginarse cada una de las historias y contemplar como si me hallase
presente.
1. A María Magdalena (Jn 20, 11-18). María, expresión del amor siempre
insatisfecho. Se parece mucho a nosotros, quizá también nosotros arrastremos un
gran pecado a la espalda. Siempre insatisfechos, buscando algo más. Es la que
busca al Señor a pesar de la muerte. Se fía de sus propios esquemas.
Desorientada. Pregunta y busca fuera de ella. Por ello no le reconoce, aunque
está a su lado. Pregunta clave de Jesús: ¿por qué lloras? Siente cómo Jesús te
hace a ti la misma pregunta. Oye cómo pronuncia tu nombre.
2. Tomas el dividido: el que siempre duda (Jn 20, 24-29). A veces creyente a
veces increyente, ¿se parece a alguien? Siempre le faltan argumentos para creer.
Jesús le muestra las manos y el costado, lasa heridas son su señal de identidad
(el agua y la sangre, signos sacramentales de la Iglesia). Se llenaron de alegría.
Repite: "Señor mío y Dios mío". Es una confesión de fe impresionante. Es la fe
del que cae vencido después de haber estado luchando contra sus propios
argumentos y excusas. La confesión de fe (final del proceso del discípulo). De
aquí debe brotar la confianza de quien pone todo en sus manos.
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Pascua Urda 2006
3. Emaus (Lc. 24, 13 ss). Jesús se hace compañero de camino. Es un relato
eucarístico. Le reconocieron en el partir del pan. Nos recuerda que el resucitado
lo encontraremos por el camino, no espectacularmente, y sobre todo, en la
Eucaristía, donde vuelve a abandonarse en nuestras manos. La alegría, la vuelta
a la comunidad y la misión.
4. El lago (Jn 21). Es un relato impresionante y completísimo. En el riesgo de
seguir la palabra está el fruto. Vuelve a insistir que Jesús está en la vida
cotidiana. Que hay que mojarse y desnudarse de falsas pretensiones para
encontrarle. Vuelve a invitarnos a la Eucaristía preparada por él mismo. ¿Quizá
es una llamada a vivir nuestras relaciones en fraternidad? Cámbiate por Pedro y
escucha: ¿me amas...? Apacienta a los míos... ¡Sígueme! Los relatos de
apariciones siempre terminan con una invitación a la misión. ¿Qué vas a hacer tú
después de esta pascua?
Coloquio:
Hablar con el Señor, como
un amigo habla con otro.
Hacer mío el diálogo de
Jesús con Pedro. Ver que
tocamos nuestra intimidad,
el abandono y la confianza.
Enviado a cuidar de los
demás, de los más débiles,
"los de Jesús".
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Textos de apoyo
"Con frecuencia acampo al borde de la alegría. No soy plenamente
feliz porque dando a disgusto, sufro todavía de lo que doy y no soy libre
para acogerlo todo. Si quieres ser feliz, dalo todo, sin medida, sin queja.
Sólo entonces tendrás espacio para recibirlo todo. La alegría te espera,
pero hay que hacer lugar para la alegría."
M. Quoist: "A corazón abierto", n. 205, pg. 168
"Somos responsables de la alegría y de la fiesta: «Haced esto en
memoria mía» (Le 22,19). La dimensión festiva comunitaria del Reino debe
ser permanente hasta el final de los tiempos. Construir el Reino es permitir
que la fiesta comunitaria vaya ganando espacio y profundidad y siga
fermentando la historia entera, hasta que llegue la fiesta sin límites del
Reino plenamente realizado, el pan compartido sin restricciones de ningún
tipo en la misma mesa del Padre.
Desde las primeras comunidades cristianas, que compartían el pan con
alegría de corazón en la asamblea reunida en la casa pequeña de algún
cristiano, hasta nuestras grandes liturgias masivas, pasando por tantas
alegrías clandestinas de eucaristías amenazadas, la Iglesia es fiel al
mandato de Jesús. También él compartió el pan y el vino en una cena festiva,
en una situación abrumada por «el poder de las tinieblas». En cualquier
situación vamos celebrando la Pascua, «hasta que tenga su cumplimiento en
el Reino de Dios» (Le 22,16).
Celebrar no es opcional. Somos responsables de la alegría y de la
fiesta, como lo somos de la creatividad y de la fidelidad hasta la cruz. El
Jesús que nos fue fiel en la pasión hasta la muerte, también nos es fiel en la
resurrección. La alegría pascual, inexplicable y desconcertante, es una
manifestación de su resurrección. Cuanto más comprometida esté en la
historia esa comunidad, y lo haga desde una desproporción tan grande como
el pequeño grupo de discípulos en la mañana de Pentecostés, más poderoso
será ese signo de vida nueva. Es la alegría imposible, inalcanzable, pero real
y gratuita como don del Resucitado.
A veces da miedo asomarse al abismo de donde brota esa alegría sin
lógica aparente. ¿Será fantasma? (Le 24,37) ¿o fantasía? (Le 24,1 l). ¿No
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será más bien el sentido último de la vida, la presencia del Resucitado que se
aparece en la comunidad de los creyentes?"
Benjamín Glz. Buelta: "Signos y parábolas para contemplar la
historia", pp. 145-46
"Para anunciar esta "buena noticia" a vuestros compañeros, es preciso "encarnar" el
misterio de Dios, haciendo visibles las imágenes sanadoras y, con frecuencia,
contraculturales del evangelio: la misericordia del Padre que vuelve incansablemente al
camino para abrazar al pródigo, la gratuidad irracional del que paga lo mismo al viñador de
la primera hora que al de las cinco 5 de la tarde, la ternura de Jesús cercano con los más
pobres y deteriorados, la libertad y amor que a nadie excluye... La disponibilidad de María,
cuya absoluta apertura a Dios hacen tan fecunda e inspiradora su vida."
Peter-Hans Kolvenbach, SJ: Discurso a los jóvenes (4.12.99)
Pocos escritores han logrado hacernos intuir el vacío inmenso de un universo sin
Dios, como el poeta alemán Jean Paul en su escalofriante Discurso de Cristo muerto,
escrito en 1795.
Jean Paul nos describe una visión terrible y desgarradora. El mundo aparece al
descubierto. Los sepulcros se resquebrajan y los muertos avanzan hacia la resurrección.
Aparece en el cielo un Cristo muerto. Los hombres corren a su encuentro con un terrible
interrogante: ¿no hay Dios?, y Cristo muerto les responde: No lo hay.
Entonces les cuenta la experiencia de su propia muerte: “ He recorrido los mundos,
he subido por encima de los soles, he volado con la vía Láctea a través de inmensidades
desiertas de los cielos. Pues bien, no hay Dios. He bajado hasta lo más hondo a donde el ser
proyecta su sombra, he mirado dentro del abismo y he gritado allí: ¡Padre! ¿Dónde estás?
Sólo escuché como respuesta el ruido del huracán eterno a quien nadie gobierna… Y cuando
busqué en el mundo inmenso el ojo de Dios, se fijó en mí una órbita vacía y sin fondo…”
Entonces los niños muertos se acercan y le preguntan: Jesús, ¿ya no tenemos Padre? Y él
contestó entre un río de lágrimas: Todos somos huérfanos. Vosotros y yo. ¡Todos estamos
sin Padre!...
Después Cristo mira al vacío inmenso y la nada eterna. Sus ojos se llenan de lágrimas y dice
llorando: En un tiempo viví en la tierra. Entonces todavía era feliz. Tenía un Padre infinito y
podía oprimir mi pecho contra su rostro acariciante y gritarle en la muerte amarga: ¡Padre!,
saca a tu hijo de este cuerpo sangriento y levántalo a tu corazón. Ay, vosotros felices
habitantes de la tierra que todavía creéis en él. Después de la muerte, vuestras heridas no
se cerrarán. No hay mano que nos cure. No hay Padre…”
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De repente el poeta despierta de esta terrible pesadilla, y dice así: Mi alma lloró de alegría
al poder adorar de nuevo a Dios. Mi gozo, mi llanto y mi fe en Él fueron mi plegaria.
Cristianos habitados por una fe rutinaria y superficial, ¿no deberíamos sentir algo
semejante en esta mañana de Pascua? Alegría. Alegría incontenible. Gozo y agradecimiento.
“Hay Dios. En el interior mismo de la muerte ha esperado a Jesús para resucitarlo.
Tenemos un Padre. No estamos huérfanos. Alguien nos ama para siempre.”
Y si ante Cristo resucitado, sentimos que nuestro corazón vacila y duda, seamos sinceros.
Invoquemos con confianza a Dios. Sigamos buscándole con humildad. No lo sustituyamos por
cualquier cosa. Dios está cerca. Mucho más cerca de lo que sospechamos.
(J. Antonio Pagola, Buenas noticias, 165-166)
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La resurrección de Jesús y la
plenitud de toda la creación
«Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad».
1 Tim 2,4
«No fue Dios quien hizo la muerte, ni se recrea con la destrucción de los vivientes; él
todo lo creó para que subsistiera».
Sab 1,13-14
«Así dice el Señor Dios: Juro que no quiero que el impío muera sino que cambie
su mala conducta y viva».
Ez 33,11
1. La Encarnación y la Resurrección
La encarnación y la resurrección de Jesús indican que, en su sentido último, no
existe rivalidad entre lo genuinamente humano y lo completamente divino (por ejemplo,
1 Tim 2,4). Gracias al amor de Dios que se expresa despojándose a sí mismo hasta
llegar a compartir nuestra existencia, lo verdaderamente humano y lo absolutamente
divino no son dos realidades que se excluyen mutuamente o que sólo de forma violenta
—a martillazos— logran convivir una al lado de la otra. Puesto que entre lo
genuinamente humano y lo íntegramente divino no existe ni antagonismo ni
competencia, ensalzar a uno de los dos no aplasta simultáneamente al otro sino que, al
contrario, exalta a ambos. Por consiguiente, si en la encarnación Dios abraza
completamente a la condición humana, en la resurrección Dios la transforma
radicalmente al tiempo que la respeta de forma íntegra.
2. La muerte de Jesús y la muerte de Dios
No nos engañemos ante la crucifixión: Dios,
en la persona de Jesús, realmente sufrió y murió
en la cruz. La realidad de la pasión de Jesús y
la autenticidad de su condición divina nos invitan
a examinar la concepción que tenemos de Dios.
¿Pensamos que Dios es un ser todopoderoso,
omnipotente, omnisciente, absoluto, “puro” y,
por lo tanto, inmortal? Pero, entonces, ¿cómo
puede un ser así encarnarse y, más aún,
verdaderamente morir en la cruz? Obviamente,
ante la realidad de la cruz es necesario
reexaminar la idea que tenemos de Dios. En
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otras palabras, nuestra imagen de Dios, por pobre que sea y por mucho que
distorsione la realidad a la que apunta, debe incorporar el dato de que, en la
cruz, Dios verdaderamente padeció y murió. En efecto, la realidad de Dios es
capaz de acoger todo lo que existe en la creación, inclusive a la mismísima
muerte.
3. Jesús descendió a los infiernos
Al descender a los infiernos (1 Pe 3,18-19;
4,6), la presencia salvadora de Dios toca nuestra
realidad más oscura y más alejada de él, al
tiempo que nos invita a sumergirnos en los
infiernos que existen en nuestro mundo actual.
4. El cielo (o vida eterna) como una visión
beatífica y sus inconvenientes
Siguiendo la primera carta de Juan, la vida
eterna puede entenderse como el estado
beatífico que disfrutan aquellos que contemplan el rostro de Dios por toda la
eternidad. El texto bíblico nos dice que
«ahora somos hijos de Dios; aunque todavía no se ha
manifestado lo que hemos de ser. Sabemos que cuando se
manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual
es» (1 Jn 3,2).
El papa Benedicto XII escribe en el año 1336 que las almas salvadas
“ven la divina esencia con una visión intuitiva y cara a cara (...).
La divina esencia se les manifiesta de un modo inmediato, sin
velos, clara y abiertamente” (FIC 1328).
Pero esta visión de lo que es la resurrección es demasiado intelectualista
(¿sólo resucita nuestra mente?), excesivamente individualista y desconectada
totalmente de la vida, muerte y resurrección de Jesús.
5. El cielo (o vida eterna) y la imagen del banquete del reino
El banquete del reino, anticipado en las comidas de Jesús y conmemorado
en la eucaristía, es también imagen y presencia auténtica de la vida eterna. En
las comidas de Jesús, los pecadores y marginados ocupan un lugar
privilegiado. Además, estos banquetes —escandalosamente— se convierten
en un marco para el perdón. Ya el Antiguo Testamento utiliza la imagen del
banquete para referirse al reino de Dios consumado:
«Yavé de los Ejércitos preparará para todos los pueblos, en este
cerro, una comida con jugosos asados y buenos vinos, un
banquete de carne y vinos escogidos. En este cerro quitará el
velo de luto que cubría a todos los pueblos y la mortaja que
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envolvía a todas las naciones. Y así destruirá para siempre a la
Muerte. El Señor Yavé enjugará las lágrimas de todos los
rostros; devolverá la honra a su pueblo, y a toda la tierra, pues
así lo ha determinado Yavé» (Isa 25,6-8).
6. La resurrección de Jesús aún no está completa
Pablo, en su carta a los Efesios, escribe que Dios Padre
«colocó todo bajo los pies de Cristo para que, estando más arriba
que todo, fuera cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo. Él, que
llena todo en todos, despliega en ella su plenitud» (Ef 1,22-23).
En otras palabras, el cuerpo de Cristo está formado por la comunión de todos
los creyentes, con el mismo Cristo como única cabeza. Si Cristo es sólo la
cabeza del cuerpo, entonces la resurrección del Cristo total, por así decirlo, aún
está incompleta puesto que le falta la resurrección de todos nosotros, que
constituimos su cuerpo.
De esta forma, nosotros formamos parte del
despliegue de la victoria obrada por Cristo sobre la muerte al incorporarnos al
cuerpo del Cristo total. Es por esto mismo que Pablo escribe en su carta a los
Colosenses que él se alegra en sus padecimientos puesto que así va
completando en su carne lo que falta a los sufrimientos de Cristo, para bien de
su cuerpo, que es la iglesia (Col 1,24). Es decir, que el cuerpo de Cristo aún
hoy sigue sufriendo y espera con fe y esperanza la resurrección a él prometida
y ya acaecida a través de su cabeza.
7. La resurrección que nos espera es
una transformación
Pablo, al describir la resurrección de
los muertos, menciona que tras esta vida
tendremos un cuerpo espiritual (1 Cor
15,42-49 y Fil 3,20-21). Esta nueva
realidad corporal-espiritual que seremos
indica que en la resurrección se da no
sólo una discontinuidad con lo que había
antes, que vendría a ser el elemento
espiritual, sino también una continuidad,
que sería la dimensión corpórea. Quizás
lo más importante a recalcar, por lo tanto,
sería que en la resurrección no se da una
discontinuidad sin más. Así, un Dios que
“ama la vida” (Sab 11,24-26) no busca
des-hacer lo hecho con sus propias
manos. Sería impensable que este Dios
actuara para aniquilar —es decir, reducir
a la nada— lo por él originalmente rescatado, por así decirlo, de la nada. El
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Sábado Santo
Pascua Urda 2006
cuerpo espiritual del que habla Pablo subraya que Dios no busca desdecirse a
sí mismo aniquilando elementos constitutivos de su propia creación. Por
consiguiente, la fidelidad de Dios hacia su creación, según la visión paulina,
implica que Dios no busca aniquilar o violentar lo por él creado sino
transformarlo respetando, de alguna forma, sus elementos más intrínsecos.
De esta manera el término cuerpo espiritual describe una paradoja que
acentúa el hecho de que, tras la muerte y resurrección, nos sobrevendrá un
radical cambio que simultáneamente respetará de forma absoluta nuestra
naturaleza corpórea; es precisamente este cambio radical y absolutamente
respetuoso lo que se entiende por transformación. Por otra parte, aunque la
visión bíblica también habla de la aniquilación o desaparición de ciertos
elementos, como lo son la muerte y el pecado (por ejemplo, Isa 25,6-8; 1 Cor
15,26; Ap 20,14), éstos no se refieren a componentes constitutivos e
intrínsecos de la creación.
8. El mundo presente también importa en la
resurrección que inaugura Jesús
La salvación obrada por Jesús tiene una
dimensión cosmológica que afecta a toda la
creación y por esto mismo ésta gime a la espera de
su propia plenitud (Rom 8,19-23) cuando será
recapitulada o reconciliada por y en Cristo (Ef 1,10;
Col 1,20). Por otra parte, si la resurrección que nos
espera fuera una en la que el mundo actual regresa
a la nada, parecería lógico preguntarse por el
sentido que tiene todo esfuerzo que busca una
mayor justicia y equidad entre los hombres, sobre
todo con respecto a los más débiles. Como indica
Ruiz de la Peña,
“a nadie se le ocultan hoy las raíces dualistas de la tesis
cataclismática, que se imagina el fin de la historia como
destrucción del mundo presente y creatio ex nihilo [creación de la
nada] del mundo futuro. Este esquema sustitutivo, propio de la
apocalíptica extracanónica [fuera de la Biblia], en el que
desaparece cualquier rastro de continuidad en favor de una total
ruptura, es desconocido tanto para el Antiguo Testamento como
para el Nuevo (...). El principio axiomático [evidente] de la
teología bíblica de la creación (...) es que el designio creador
divino se confunde con su designio salvador, de donde se colige
que todo lo creado va a ser salvado. Si la nueva creación no es
este mundo, sino otro, éste no tiene salvación; ¿cómo entonces,
o para qué, ha podido ser creado?” (La pascua de la creación:
escatología. Madrid: BAC, 2000, p. 188).
De igual modo, el Concilio Vaticano II, en el número 38 de la Gaudium et Spes,
dice que
“los dones del Espíritu Santo son diversos: si a unos llama a dar
testimonio manifiesto del anhelo de la morada celestial y a
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Sábado Santo
Pascua Urda 2006
mantenerlo vivo en la familia humana, a otros los llama para que
se entreguen al servicio temporal de los hombres, y así preparen
el material del reino de los cielos”.
En efecto, ante la problemática de la relación entre «la nueva tierra» del fin de
los tiempos y «esta tierra», la Gaudium et Spes rechaza toda visión que las
equipara sin más o que las diferencia radicalmente. Asegura, en cambio, que
hay una innegable continuidad entre este mundo y la futura creación plena.
Esta continuidad significa que la transición entre este mundo y el venidero no
puede incluir un paso aniquilatorio intermedio, sino que se da sólo una
transformación tal y como ya la hemos descrito.
En resumen, entonces, existen dos posturas extremas a evitar con respecto
a la relación que existe entre este mundo y el venidero. Por una parte, aquella
que piensa que la salvación consumada de toda la creación (en otras palabras,
el reino de Dios) es idéntica al progreso temporal y, por la otra, aquella que
afirma que el progreso de este mundo no importa. Tanto la humanidad
resucitada como la creación nueva están en continuidad con la humanidad y el
mundo presente; así, la nueva creación no nace de cero tras una fulminante
aniquilación del mundo tal y como existe ahora.
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Celebración de la Noche Santa
de Pascua
Ritos iniciales. Lucernario
MONICIÓN DEL PRESIDENTE
(Mientras se enciende el
fuego)
Hermanos y hermanas:
Esta es la noche de las noches, la fiesta más importante de la Semana Santa y de todo el año
litúrgico, pues en ella Jesucristo ha pasado de la muerte a la vida.
Cuando la luz del nuevo día no ha disipado aún las tinieblas, la comunidad cristiana se congrega
en vigilante espera, para repetir los signos salvadores que perpetúan la Pascua del Señor hasta
que vuelva. Oyendo su Palabra y celebrando sus sacramentos también nosotros triunfaremos de
la muerte para vivir siempre en su presencia.
Procuremos estar atentos para que la intensidad y riqueza de esta fiesta aviven nuestra fe y nos
renueven interiormente.
ORACIÓN DE BENDICIÓN DEL FUEGO
Oremos.
Oh Dios, que por medio de tu Hijo has dado a tus fieles el fuego de tu luz,
+ santifica este fuego
y concédenos que la celebración de estas fiestas pascuales
encienda en nosotros deseos tan santos
que podamos llegar con corazón limpio a las fiestas de la eterna luz.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén
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Pascua Urda 2006
Preparación del Cirio Pascual
1. Cristo resucitado, ayer y hoy, .................................................... (vertical de la cruz)
2. principio y fin, .......................................................................(horizontal de la cruz)
3. alfa .............................................................................(alfa sobre el tramo vertical)
4. y omega. .................................................................. (omega bajo el traza vertical)
5. Suyo es el tiempo ............................................... (primer número del año en curso)
6. y la eternidad. .......................................................................... (segundo número)
7. A él la gloria y el poder, ................................................................ (tercer número)
8. por los siglos de los siglos. Amén .................................................. (cuarto número)
El presidente enciende el Cirio con el nuevo fuego y los fieles encienden sus velas de él.
MONICIÓN
Como en otro tiempo los hijos de Israel, guiados en la noche por la columna de fuego,
pasaron de la esclavitud de Egipto a la libertad de Canaán, así también ahora nosotros,
iluminados por la luz del Cirio pascual, seguiremos a Cristo que sale resplandeciente del
sepulcro y, a la luz de su triunfo, nos dispondremos a inaugurar las fiestas pascuales.
PROCESIÓN DE LA LUZ
Antes de empezar la procesión, el ministro levanta el Cirio y canta: (lo hace en tres
momentos)
Luz de Cristo.
Y la asamblea responde:
Demos gracias a Dios.
Llegados a la Iglesia, el sacerdote en la sede, el cirio pascual sobre el candelabro y los
fieles con las velas encendidas, se anuncia el pregón pascual.
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PREGÓN PASCUAL
Exulten por fin los coros de los ángeles, exulten las jerarquías del cielo,
y por la victoria de Rey tan poderoso que las trompetas anuncien la salvación.
Goce también la tierra, inundada de tanta claridad,
y que, radiante con el fulgor del Rey eterno, se sienta libre de la tiniebla
que cubría el orbe entero.
Alégrese también nuestra madre la Iglesia, revestida de luz tan brillante;
resuene este templo con las aclamaciones del pueblo.
En verdad es justo y necesario aclamar con nuestras voces
y con todo el afecto del corazón a Dios invisible, el Padre todopoderoso,
y a su único Hijo, nuestro Señor Jesucristo.
Porque él ha pagado por nosotros al eterno Padre la deuda de Adán
y, derramando su sangre, canceló el recibo del antiguo pecado.
Porque éstas son las fiestas de Pascua, en las que se inmola el verdadero Cordero,
cuya sangre consagra las puertas de los fieles.
Ésta es la noche en que sacaste de Egipto a los israelitas, nuestros padres,
y los hiciste pasar a pie el mar Rojo.
Ésta es la noche en que la columna de fuego
esclareció las tinieblas del pecado.
Ésta es la noche en que, por toda la tierra, los que confiesan su fe en Cristo
son arrancados de los vicios del mundo y de la oscuridad del pecado,
son restituidos a la gracia y son agregados a los santos.
Ésta es la noche en que, rotas las cadenas de la muerte,
Cristo asciende victorioso del abismo.
¿De qué nos serviría haber nacido si no hubiéramos sido rescatados?
¡Qué asombroso beneficio de tu amor por nosotros!
¡Qué incomparable ternura y caridad!
¡Para rescatar al esclavo, entregaste al Hijo!
Necesario fue el pecado de Adán, que ha sido borrado por la muerte de Cristo.
¡Feliz la culpa que mereció tal Redentor!
¡Qué noche tan dichosa!
Sólo ella conoció el momento en que Cristo resucitó de entre los muertos.
Ésta es la noche de la que estaba escrito:
«Será la noche clara como el día, la noche iluminada por mí gozo.»
Y así, esta noche santa ahuyenta los pecados, lava las culpas,
devuelve la inocencia a los caídos, la alegría a los tristes,
expulsa el odio, trae la concordia, doblega a los poderosos.
En esta noche de gracia, acepta, Padre santo,
este sacrificio vespertino de alabanza
que la santa Iglesia te ofrece por medio de sus ministros
en la solemne ofrenda de este cirio, hecho con cera de abejas.
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Sabernos ya lo que anuncia esta columna de fuego,
ardiendo en llama viva para gloria de Dios.
Y aunque distribuye su luz, no mengua al repartirla,
porque se alimenta de esta cera fundida,
que elaboró la abeja fecunda
para hacer esta lámpara preciosa.
¡Que noche tan dichosa en que se une el cielo con la tierra, lo humano y lo divino!
Te rogarnos, Señor, que este cirio, consagrado a tu nombre
arda sin apagarse para destruir la oscuridad de esta noche,
y, como ofrenda agradable, se asocie a las lumbreras del cielo.
Que el lucero matinal lo encuentre ardiendo,
ese lucero que no conoce ocaso
y es Cristo, tu Hijo resucitado, que, al salir del sepulcro,
brilla sereno para el linaje humano,
y vive y reina glorioso por los siglos de los siglos.
R: Amén.
Liturgia de la Palabra
Terminado el Pregón Pascual, se apagan las velas de los fieles y el presidente, sentado
en la sede, le la siguiente monición introductoria a la Liturgia de la Palabra.
MONICIÓN DEL PRESIDENTE
Hermanos: con el Pregón solemne de Pascua, hemos entrado ya en la Noche santa de
la resurrección del Señor. Escuchemos ahora, largamente y en silencio meditativo, la
Palabra de Dios. Recordemos las muchas y variadas maravillas que Dios ha realizado a
través de la historia para salvar al primer Israel y como, al llegar los últimos tiempos,
envió al mundo a su Hijo para que, con su muerte y resurrección, la salvación alcanzara
a todos los hombres.
Mientras contemplamos la gran trayectoria de esta Historia santa, oremos
intensamente, para que el designio de salvación universal, que Dios inició con la
creación del mundo, prosiguió salvando a Israel y culminó con la resurrección de
Jesucristo, llegue a su plenitud con el anuncio del Evangelio a todos los pueblos y con la
incorporación de toda la humanidad a la victoria de la resurrección del Señor.
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PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Génesis 1,1 — 2, 2
Al principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra era un caos informe; sobre la faz del
abismo, la tiniebla. Y el aliento de Dios se cernía sobre la faz de las aguas.
Y dijo Dios:
— «Que exista la luz.»
Y la luz existió.
Y vio Dios que la luz era buena. Y separó Dios la luz de la tiniebla; llamó Dios a la luz
«Día»; a la tiniebla, «Noche».
Pasó una tarde, pasó una mañana: el día primero.
Y dijo Dios:
— «Que exista una bóveda entre las aguas, que separe aguas de aguas.»
E hizo Dios una bóveda y separó las aguas de debajo de la bóveda de las aguas de
encima de la bóveda.
Y así fue.
Y llamó Dios a la bóveda «Cielo».
Pasó una tarde, pasó una mañana: el día segundo.
Y dijo Dios:
«Que se junten las aguas de debajo del cielo en un solo sitio, que aparezcan
los continentes.»
—
Y así fue.
Y llamó Dios a los continentes «Tierra», y a la masa de las aguas la llamó «Mar».
Y vio Dios que era bueno.
Y dijo Dios:
— «Verdee la tierra hierba verde que engendre semilla, y árboles frutales que den
fruto según su especie y que lleven semilla sobre la tierra.»
Y así fue.
La tierra brotó hierba verde que engendraba semilla según su especie, y árboles que
daban fruto y llevaban semilla según su especie.
Y vio Dios que era bueno.
Pasó una tarde, pasó una mañana: el día tercero.
Y dijo Dios:
— «Que existan lumbreras en la bóveda del cielo, para separar el día de la noche,
para señalar las fiestas, los días y los años; y sirvan de lumbreras en la bóveda del
cielo, para dar luz sobre la tierra.»
Y así fue.
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E hizo Dios dos lumbreras grandes: la lumbrera mayor para regir el día, la lumbrera
menor para regir la noche; y las estrellas. Y las puso Dios en la bóveda del cielo, para
dar luz sobre la tierra; para regir el día y la noche, para separar la luz de la tiniebla.
Y vio Dios que era bueno.
Pasó una tarde, pasó una mañana: el día cuarto.
Y dijo Dios:
— «Pululen las aguas un pulular de vivientes, y pájaros vuelen sobre la tierra frente a
la bóveda del cielo.»
Y creó Dios los cetáceos y los vivientes que se deslizan y que el agua hizo pulular
según sus especies, y las aves aladas según sus especies.
Y vio Dios que era bueno.
Y Dios los bendijo, diciendo:
— «Creced, multiplicaos, llenad las aguas del mar; que las aves se multipliquen en la
tierra.»
Pasó una tarde, pasó una mañana: el día quinto.
Y dijo Dios:
— «Produzca la tierra vivientes según sus especies: animales domésticos, reptiles y
fieras según sus especies.»
Y así fue.
E hizo Dios las fieras según sus especies, los animales domésticos según sus especies
y los reptiles según sus especies.
Y vio Dios que era bueno.
Y dijo Dios:
— «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine los peces del
mar, las aves del cielo, los animales domésticos, los reptiles de la tierra.»
Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los
creo.
Y los bendijo Dios y les dijo:
— «Creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla; dominad los peces del mar, las
aves del cielo, los vivientes que se mueven sobre la tierra.»
Y dijo Dios:
— «Mirad, os entrego todas las hierbas que engendran semilla sobre la faz de la
tierra; y todos los árboles frutales que engendran semilla os servirán de alimento; y a
todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra, a
todo ser que respira, la hierba verde les servirá de alimento.»
Y así fue.
Y vio Dios todo lo que había hecho; y era muy bueno.
Pasó una tarde, pasó una mañana: el día sexto.
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Y quedaron concluidos el cielo, la tierra y sus ejércitos.
Y concluyó Dios para el día séptimo todo el trabajo que había hecho; y descansó el
día séptimo de todo el trabajo que había hecho.
Palabra de Dios
SALMO RESPONSORIAL: Salmo 103, 1-2a. 5-6. 10 y 12. 13-14. 24 y 35c
Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.
Bendice, alma mía, al Señor;
¡Dios mío, qué grande eres!
Te vistes de belleza y majestad,
la luz te envuelve como un manto.
Asentaste la tierra sobre sus cimientos,
y no vacilará jamás;
la cubriste con el manto del océano,
y las aguas se posaron sobre las
montañas.
De los manantiales sacas los ríos,
para que fluyan entre los montes;
Junto a ellos habitan las aves del cielo,
y entre las frondas se oye su canto.
Desde tu morada riegas los montes,
la tierra se sacia de tu acción fecunda;
haces brotar hierba para los ganados,
y forraje para los que sirven al hombre.
Cuántas son tus obras, Señor,
y todas las hiciste con sabiduría;
la tierra está llena de tus criaturas.
¡Bendice, alma mía, al Señor!
ORACIÓN
Oremos.
Dios todopoderoso y eterno, admirable siempre en todas tus obras, que tus redimidos
comprendan cómo la creación del mundo en el comienzo de los siglos no fue obra de mayor
grandeza que el sacrificio pascual de Cristo en la plenitud de los tiempos.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén
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SEGUNDA LECTURA
Lectura del libro del Éxodo 14,15-15,1
En aquellos días, dijo el Señor a Moisés:
— «¿Por qué sigues clamando a mí? Di a los israelitas que se pongan en marcha. Y
tú, alza tu cayado, extiende tu mano sobre el mar y divídelo, para que los israelitas
entren en medio del mar a pie enjuto. Que yo voy a endurecer el corazón de los
egipcios para que los persigan, y me cubriré de gloria a costa del Faraón y de todo su
ejército, de sus carros y de los guerreros. Sabrán los egipcios que yo soy el Señor,
cuando me haya cubierto de gloria a costa del Faraón, de sus carros y de los
guerreros.»
Se puso en marcha el ángel del Señor, que iba al frente del ejército de Israel, y pasó
a retaguardia. También la columna de nube de delante se desplazó de allí y se colocó
detrás, poniéndose entre el campamento de los egipcios y el campamento de los
israelitas. La nube era tenebrosa, y transcurrió toda la noche sin que los ejércitos
pudieran trabar contacto. Moisés extendió su mano sobre el mar, y el Señor hizo soplar
durante toda la noche un fuerte viento del este, que secó el mar, y se dividieron las
aguas. Los israelitas entraron en medio del mar a pie enjuto, mientras que las aguas
formaban muralla a derecha e izquierda. Los egipcios se lanzaron en su persecución,
entrando tras ellos, en medio del mar, todos los caballos del Faraón y los carros con sus
guerreros.
Mientras velaban al amanecer, miró el Señor al campamento egipcio, desde la
columna de fuego y nube, y sembró el pánico en el campamento egipcio. Trabó las
ruedas de sus carros y las hizo avanzar pesadamente.
Y dijo Egipto:
— «Huyamos de Israel, porque el Señor lucha en su favor contra Egipto.»
Dijo el Señor a Moisés:
— «Extiende tu mano sobre el mar, y vuelvan las aguas sobre los egipcios, sus carros
y sus jinetes.»
Y extendió Moisés su mano sobre el mar; y al amanecer volvía el mar a su curso de
siempre. Los egipcios, huyendo, iban a su encuentro, y el Señor derribó a los egipcios
en medio del mar.
Y volvieron las aguas y cubrieron los carros, los jinetes y todo el ejército del Faraón,
que lo había seguido por el mar. Ni uno solo se salvó.
Pero los hijos de Israel caminaban por lo seco en medio del mar; las aguas les hacían
de muralla a derecha e izquierda.
Aquel día salvó el Señor a Israel de las manos de Egipto. Israel vio a los egipcios
muertos, en la orilla del mar. Israel vio la mano grande del Señor obrando contra los
egipcios, y el pueblo temió al Señor, y creyó en el Señor y en Moisés, su siervo.
Entonces Moisés y los hijos de Israel cantaron este canto al Señor:
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SALMO RESPONSORIAL: Ex 15, 1-2. 3-4. 5-6. 17-18
Cantaré al Señor, sublime es su victoria.
Cantaré al Señor, sublime es su victoria,
caballos y carros ha arrojado en el mar.
Mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue
mi salvación.
Él es mi Dios: yo lo alabaré;
el Dios de mis padres: yo lo ensalzaré.
El Señor es un guerrero,
su nombre es «El Señor».
Los carros del Faraón los lanzó al mar,
ahogó en el mar Rojo a sus mejores
capitanes.
Las olas los cubrieron,
bajaron hasta el fondo como piedras.
Tu diestra, Señor, es fuerte y terrible,
tu diestra, Señor, tritura al enemigo.
Los introduces y los plantas en el monte
de tu heredad,
lugar del que hiciste tu trono, Señor;
santuario, Señor, que fundaron tus
manos.
El Señor reina por siempre jamás.
ORACIÓN
Oremos.
Oh Dios, que has iluminado los prodigios
de los tiempos antiguos
con la luz del Nuevo Testamento:
el mar Rojo fue imagen de la fuente bautismal,
y el pueblo liberado de la esclavitud
imagen de la familia cristiana;
concede que todos los pueblos,
elevados por su fe a la dignidad del pueblo elegido,
se regeneren por la participación de tu Espíritu.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén
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TERCERA LECTURA
Lectura del libro de Isaías Is 55,1-11
Así dice el Señor:
«Oíd, sedientos todos, acudid por agua,
también los que no tenéis dinero:
venid, comprad trigo, comed sin pagar
vino y leche de balde.
¿Por qué gastáis dinero en lo que no
alimenta,
y el salario en lo que no da hartura?
Escuchadme atentos, y comeréis bien,
saborearéis platos sustanciosos.
Inclinad el oído, venid a mí:
escuchadme, y viviréis.
Sellaré con vosotros alianza perpetua,
la promesa que aseguré a David:
a él lo hice mi testigo para los pueblos,
caudillo y soberano de naciones;
tú llamarás a un pueblo desconocido,
un pueblo que no te conocía correrá
hacia ti;
por el Señor, tu Dios,
por el Santo de Israel, que te honra.
Buscad al Señor mientras se le
encuentra,
invocadlo mientras esté cerca;
que el malvado abandone su camino,
y el criminal sus planes;
que regrese al Señor, y él tendrá
piedad,
a nuestro Dios, que es rico en perdón.
Mis planes no son vuestros planes,
vuestros caminos no son mis caminos
— oráculo del Señor—.
Como el cielo es más alto que la
tierra,
mis caminos son más altos que los
vuestros,
mis planes, que vuestros planes.
Como bajan la lluvia y la nieve del
cielo,
y no vuelven allá sino después de
empapar la tierra,
de fecundarla y hacerla germinar,
para que dé semilla al sembrador
y pan al que come,
así será mi palabra, que sale de mi
boca:
no volverá a mí vacía,
sino que hará mi voluntad
y cumplirá mi encargo.»
Palabra de Dios
SALMO RESPONSORIAL: Is 12, 2-3. 4bcd. 5-6
Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación.
El Señor es mi Dios y Salvador:
confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el
Señor,
él fue mi salvación.
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación.
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso.
Tañed para el Señor, que hizo proezas,
anúncialas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
«Qué grande es en medio de ti
el Santo de Israel.»
Dad gracias al Señor
invocad su nombre,
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ORACIÓN
Oremos.
Dios todopoderoso y eterno, esperanza única del mundo, que anunciaste por la voz de
tus profetas los misterios de los tiempos presentes: atiende los deseos de tu pueblo,
porque ninguno de tus fieles puede progresar en la virtud sin la inspiración de tu gracia.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.
CUARTA LECTURA
Lectura de la profecía de Ezequiel Ez 36,16-28
Me vino esta palabra del Señor:
«Hijo de Adán, cuando la casa de Israel
habitaba en su tierra, la profanó con su
conducta, con sus acciones; como
sangre inmunda fue su proceder ante
mí.
Entonces derramé mi cólera sobre
ellos, por la sangre que habían
derramado en el país, por haberlo
profanado con sus idolatrías.
Los esparcí entre las naciones,
anduvieron dispersos por los países;
según su proceder, según sus acciones
los sentencié.
Cuando llegaron a las naciones donde
se fueron, profanaron mi santo nombre;
decían de ellos: "Éstos son el pueblo del
Señor, de su tierra han salido"
Sentí lástima de mi santo nombre,
profanado por la casa de Israel
en las naciones a las que se fue.
Por eso, di a la casa de Israel:
Esto dice el Señor: "No lo hago por
vosotros, casa de Israel, sino por mi
santo nombre, profanado por vosotros,
en las naciones a las que habéis ido.
Mostraré la santidad de mi nombre
grande, profanado entre los gentiles,
que vosotros habéis profanado en medio
de ellos; y conocerán los gentiles que yo
soy el Señor — oráculo del Señor—,
cuando les haga ver mi santidad al
castigaros.
Os recogeré de entre las naciones,
os reuniré de todos los países, y os
llevaré a vuestra tierra.
Derramaré sobre vosotros un agua
pura que os purificará: de todas
vuestras inmundicias e idolatrías
os he de purificar; y os daré un corazón
nuevo, y os infundiré un espíritu nuevo;
arrancaré de vuestra carne el corazón
de piedra, y os daré un corazón de
carne.
Os infundiré mi espíritu, y haré que
caminéis según mis preceptos, y que
guardéis y cumpláis mis mandatos.
Y habitaréis en la tierra que di a
vuestros padres.
Vosotros seréis mi pueblo,
y yo seré vuestro Dios."»
Palabra de Dios
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Pascua Urda 2006
SALMO RESPONSORIAL: Salmo 41, 3. 5bcd; 42, 3. 4
Como busca la cierva corrientes de agua,
así mi alma te busca a ti, Dios mío.
Tiene sed de Dios,
del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver
el rostro de Dios?
Cómo marchaba a la cabeza del grupo,
hacia la casa de Dios,
entre cantos de júbilo y alabanza,
en el bullicio de la fiesta.
Envía tu luz y tu verdad;
que ellas me guíen
y me conduzcan hasta tu monte santo,
hasta tu morada.
Que yo me acerque al altar de Dios,
al Dios de mi alegría;
que te dé gracias al son de la citara,
Dios, Dios mío.
ORACIÓN
Oremos.
Oh Dios, poder inmutable y luz sin ocaso, mira con bondad a tu Iglesia, sacramento de
la nueva alianza, y, según tus eternos designios, lleva a término la obra de la salvación
humana: que todo el mundo experimente y vea cómo lo abatido se levanta, lo viejo se
renueva y vuelve a su integridad primera, por medio de nuestro Señor Jesucristo, de
quien todo procede.
El, que vive y reina por los siglos de los siglos.
R. Amén.
MONICIÓN DEL PRESIDENTE (Gloria):
Hemos escuchado el largo camino de la humanidad, el largo camino del pueblo de
Israel guiado por el amor de Dios. Ahora, antes de escuchar el término de este camino,
cantemos gozosamente la alabanza a nuestro Dios, el himno de su gloria. Porque la
gloria de Dios es la vida del hombre.
Iluminación del altar y canto del
Gloria Pascual
Gloria a Dios en el cielo...
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Pascua Urda 2006
ORACIÓN COLECTA
Oremos.
Oh Dios, que iluminas esta noche santa con la gloria de la resurrección del Señor, aviva
en tu Iglesia el espíritu filial, para que, renovados en cuerpo y alma, nos entreguemos
plenamente a tu servio.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
R. Amén.
EPÍSTOLA
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 6,3-11
Hermanos:
Los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo fuimos incorporados a su muerte.
Por el bautismo fuimos sepultados con él en la muerte, para que, así como Cristo fue
resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos
en una vida nueva.
Porque, si nuestra existencia está unida a él en una muerte como la suya, lo estará
también en una resurrección como la suya.
Comprendamos que nuestra vieja condición ha sido crucificada con Cristo, quedando
destruida nuestra personalidad de pecadores, y nosotros libres de la esclavitud al
pecado; porque el que muere ha quedado absuelto del pecado.
Por tanto, si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él; pues
sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; la
muerte ya no tiene dominio sobre él. Porque su morir fue un morir al pecado de una
vez para siempre; y su vivir es un vivir para Dios.
Lo mismo vosotros, consideraos muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús.
Palabra de Dios
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SALMO RESPONSORIAL: Salmo 117, 1-2. 1 6ab 17. 22-23
Aleluya, aleluya, aleluya.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa.
No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor.
La piedra que desecharon los
arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
Ha sido un milagro patente.
Aleluya
Una del grupo empieza cantando sola el Aleluya. La segunda vez que lo canta, levanta a otra
persona del grupo y así se va sucediendo hasta que el grupo que está arriba y en los primeros
bancos va levantando a todo el mundo mientras se canta el aleluya.
EVANGELIO
+ Lectura del santo evangelio según san Marcos 16, 1-7
Pasado el sábado, María Magdalena, María la de Santiago, y Salomé compraron
aromas para ir a embalsamar a Jesús. Y muy temprano, el primer día de la semana, al
salir el sol, fueron al sepulcro. Y se decían unas a otras:
— «¿Quién nos correrá la piedra de la entrada del sepulcro?» Al mirar, vieron que la
piedra estaba corrida, y eso que era muy grande. Entraron en el sepulcro y vieron a un
joven sentado a la derecha, vestido de blanco. Y se asustaron. Él les dijo:
— «No os asustéis. ¿Buscáis a Jesús el Nazareno, el crucificado? No está aquí.
resucitado. Mirad el sitio donde lo pusieron.
Ha
Ahora id a decir a sus discípulos y a Pedro: Él va por delante de vosotros a Galilea.
Allí lo veréis, como os dijo.»
Palabra del Señor.
HOMILÍA
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Liturgia Bautismal
MONICIÓN
Hemos escuchado la Palabra de Dios que nos anuncia la vida nueva de Jesucristo.
Ahora, esta vida nueva se nos hará signo visible. El agua del bautismo será ahora el
centro de nuestra reunión, el agua que nos incorpora a Jesucristo, el agua que nos
hace hijos de Dios.
La liturgia del agua renovará nuestro bautismo, por el que volvimos a nacer de nuevo.
Somos cristianos porque queremos practicar la justicia del reino y porque hemos
recibido el don de la fe y el bautismo en el nombre del señor. Es noche de profesión de
fe y de compromisos.
BENDICIÓN DEL AGUA BAUTISMAL
Terminadas la monición, el Presidente, con las manos juntas, bendice el agua
bautismal, diciendo la siguiente oración:
Oh Dios, que realizas en tus sacramentos obras admirables con tu poder invisible,
y de diversos modos te has servido de tu criatura el agua
para significar la gracia del bautismo.
Oh Dios, cuyo Espíritu, en los orígenes del mundo, se cernía sobre las aguas,
para que ya desde entonces concibieran el poder de santificar.
Oh Dios, que incluso en las aguas torrenciales del diluvio
prefiguraste el nacimiento de la nueva humanidad,
de modo que una misma agua pusiera fin al pecado y diera origen a la santidad.
Oh Dios, que hiciste pasar a pie enjuto por el mar Rojo a los hijos de Abraham,
para que el pueblo liberado de la esclavitud del Faraón
fuera imagen de la familia de los bautizados.
Oh Dios, cuyo Hijo, al ser bautizado por Juan en el agua del Jordán,
fue ungido por el Espíritu Santo;
colgado en la cruz, vertió de su costado agua, junto con la sangre;
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y después de su resurrección mandó a sus apóstoles:
«Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos
en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.»
Mira ahora a tu Iglesia en oración y abre para ella la fuente del bautismo.
Que esta agua reciba, por el Espíritu Santo, la gracia de tu Unigénito,
para que el hombre, creado a tu imagen y limpio en el bautismo,
muera al hombre viejo y renazca, como niño, a nueva vida por el agua y el Espíritu.
Sumerge una o tres veces el Cirio en el agua, diciendo:
Te pedimos, Señor, que el poder del Espíritu Santo, por tu Hijo,
descienda sobre el agua de esta fuente,
(con el Cirio en el agua, prosigue)
para que los sepultados con Cristo en su muerte, por el bautismo,
resuciten con él a la vida.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.
RENOVACIÓN DE LAS PROMESAS DEL BAUTISMO
Después de la bendición del agua, todos de pie van encendiendo sus velas del Cirio
Pascual, mientras se dice la monición
Este cirio que preside nuestra celebración simboliza a Jesús resucitado. Él nos precede.
Él es nuestra luz para caminar por la vida. Todos nos acercamos a Él y tomamos de su
luz para dar calor y claridad a nuestro corazón.
Cuando nos bautizaron, nos dieron un cirio encendido con esa luz, y un encargo: «¡No
la dejes apagar!» y si alguna ráfaga de viento en la vida te la apaga, vuelve a Jesús y
enciéndela de nuevo en su llama.
Por eso, ahora, encenderemos todos nuestra vela en la llama del Cirio pascual, con la
luz de Cristo y, como en el día de nuestro bautismo, diremos a Jesús, con la llama en
las manos, que queremos ser sus seguidores y sus amigos.
Presidente:
Hermanos, por el misterio pascual hemos sido sepultados con Cristo en el bautismo,
para que vivamos una vida nueva. Por tanto, terminado el ejercicio de la Cuaresma,
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renovemos las promesas del santo bautismo, con las que en otro tiempo renunciamos a
Satanás y a sus obras y prometimos servir fielmente a Dios en la Santa Iglesia católica.
Sacerdote: Así pues, ¿renunciáis a Satanás, esto es: al pecado, como negación de
Dios; al mal como signo del pecado en el mundo; al error, como ofuscación de la
verdad; a la violencia, como contraria a la caridad; al egoísmo como falta de testimonio
del amor?
Asamblea: Sí, renuncio.
Sacerdote: ¿Renunciáis a sus obras, que son: vuestras envidias y odios; vuestras
perezas e indiferencias; vuestras cobardías y complejos; vuestras tristezas y
desconfianzas; vuestras injusticias y favoritismos; vuestros materialismo y
sensualidades; vuestras faltas de fe, de esperanza y caridad?
Asamblea: Sí, renuncio.
Sacerdote: ¿Renunciáis a todas sus seducciones, como pueden ser el creeros los
mejores; el veros superiores; el estar muy seguros de vosotros mismos; el creer que ya
estáis convertidos del todo; el quedaros en las cosas, medios, instituciones, métodos,
reglamentos, y no ir a Dios?
Asamblea: Sí, renuncio.
Sacerdote: ¿Creéis en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra?
Asamblea: Sí, creo.
Sacerdote: ¿Creéis en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que nació de Santa
María Virgen, fue sepultado, resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha
del Padre?
Asamblea: Sí, creo.
Sacerdote: ¿Creéis en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Católica, en la comunión
de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de la carne y en la vida
eterna?
Asamblea: Sí, creo.
Sacerdote: Que Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos
regeneró por el agua y el Espíritu Santo y que nos concedió la remisión de los pecados,
nos guarde en su gracia, en el mismo Jesucristo nuestro Señor, para la vida eterna.
R./ Amén.
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ASPERSIÓN Y CANTO
ORACIÓN UNIVERSAL
Presidente:
Llenos de alegría por la resurrección de Jesucristo, conscientes de que quien nos ha
creado y nos llama a la vida eterna no nos negará lo que necesitamos, le presentamos
nuestras súplicas a Dios nuestro Padre diciendo:
Señor, haznos testigos de tu vida.
Lector: Por todos los que, reunidos en asamblea por todo el mundo, renuevan esta
noche su adhesión a Cristo Jesús. Oremos.
Lector: Por la Iglesia, para que el mensaje central de todo su trabajo sea siempre la
vida nueva, la resurrección de Jesús. Oremos.
Lector: Por los cristianos, para que nos sintamos renovados y enviados a proclamar en
el mundo entero la vida que procede de Jesús. Oremos.
Lector: Por quienes tienen responsabilidades de gobierno en nuestro país y en todos
los pueblos y naciones. Que la vida de Cristo ilumine su corazón y su mente para hacer
un mundo justo. Oremos.
Lector: Por toda la humanidad que, rescatada en Cristo de la muerte, todavía sufre en
la espera de su plena liberación. Oremos.
Lector: Por nosotros, para que vivamos la Pascua como una llamada y un reto a
trabajar con esperanza para transformar nuestro mundo. Oremos.
Oración conclusiva:
Dios, Padre nuestro, que has levantado a tu Hijo de entre los muertos, porque eres un
Dios de vida, mira a tus hijos reunidos para celebrar la resurrección de Jesucristo y
danos fuerza y valor para ser testigos de tu amor entre los hombres. Por Jesucristo
nuestro Señor.
R. Amén
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Liturgia Eucarística
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Escucha, Señor, la oración de tu pueblo y acepta sus ofrendas,
para que la nueva vida que nace de estos sacramentos pascuales
sea, por tu gracia, prenda de vida eterna.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.
PREFACIO PASCUAL I
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
Presidente:
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación
glorificarte siempre, Señor;
pero más que nunca en esta noche
en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
Él es el verdadero Cordero que quitó el pecado del mundo;
muriendo destruyó nuestra muerte, resucitando restauró nuestra vida.
Por eso, con esta efusión de gozo pascual,
el mundo entero se desborda de alegría,
y con la asamblea de los ángeles y de los santos
cantamos el himno de tu gloria:
SANTO
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PLEGARIA EUCARÍSTICA III
Presidente:
Santo eres en verdad, Padre,
y con razón te alaban todas tus criaturas,
ya que por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro,
con la fuerza del Espíritu Santo, das vida y santificas todo,
y congregas a tu pueblo sin cesar, para que ofrezca en tu honor
un sacrificio sin mancha desde donde sale el sol hasta el ocaso.
Por eso, Padre, te suplicamos que santifiques por el mismo Espíritu
estos dones que hemos separado para ti,
de manera que sean
Cuerpo y + Sangre de Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro,
que nos mandó celebrar estos misterios.
Porque él mismo, la noche en que iba a ser entregado, tomó pan,
y dando gracias te bendijo,
lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:
TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL,
PORQUE ESTO ES MI CUERPO,
QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS.
Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz,
dando gracias te bendijo,
y lo pasó a sus discípulos, diciendo:
TOMAD Y BEBED TODOS DE ÉL,
PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,
SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA,
QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS
Y POR TODOS LOS HOMBRES
PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.
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Éste es el Sacramento de nuestra fe.
El celebrante prosigue con las manos extendidas (los concelebrantes, en voz baja):
Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la pasión salvadora de tu Hijo,
de su admirable resurrección y ascensión al cielo,
mientras esperamos su venida gloriosa,
te ofrecemos, en esta acción de gracias, el sacrificio vivo y santo.
Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia,
y reconoce en ella la Víctima
por cuya inmolación quisiste devolvernos tu amistad,
para que, fortalecidos con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo
y llenos de su Espíritu Santo,
formemos en Cristo un solo cuerpo y un solo espíritu.
Concelebrante primero:
Que él nos transforme en ofrenda permanente,
para que gocemos de tu heredad junto con tus elegidos:
con María, la Virgen Madre de Dios,
los apóstoles y los mártires, y todos los santos,
por cuya intercesión confiamos obtener siempre tu ayuda.
Concelebrante segundo:
Te pedimos, Padre,
que esta Víctima de reconciliación traiga la paz y la salvación al mundo entero.
Confirma en la fe y en la caridad a tu Iglesia, peregrina en la tierra:
a tu servidor, el Papa Benedicto XVI,
a nuestro Obispo N., al orden episcopal, a los presbíteros y diáconos,
y a todo el pueblo redimido por ti.
Atiende los deseos y súplicas de esta familia
que has congregado en tu presencia
en la noche gloriosa de la resurrección de nuestro Señor Jesucristo según la carne.
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Atiende los deseos y súplicas de esta familia
que has congregado en tu presencia.
Reúne en torno a ti, Padre misericordioso,
a todos tus hijos dispersos por el mundo.
A nuestros hermanos difuntos y a cuantos murieron en tu amistad
recíbelos en tu reino, donde esperamos gozar todos juntos
de la plenitud eterna de tu gloria,
por Cristo, Señor nuestro,
por quien concedes al mundo todos los bienes.
Elevando el pan y el vino consagrados, concluye la plegaria eucarística, diciendo:
Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
RITO DE LA COMUNIÓN
Hermanos y hermanas, el Espíritu que resucitó a Jesús de entre los muertos está en
nosotros y ora en nosotros. Unidos a él, y uniendo nuestras manos, nos atrevemos a
decir:
Padre nuestro...
Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros días,
para que, ayudados de tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado
y protegidos de toda perturbación,
mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.
R. Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles:
“La paz os dejo, mi paz os doy”,
no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia
y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad.
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Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos.
La paz del Señor esté siempre con vosotros.
Daos fraternalmente la paz.
Cordero de Dios...
COMUNIÓN
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Ritos de Conclusión
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Oremos.
Derrama, Señor, sobre nosotros tu espíritu de caridad,
para que vivamos siempre unidos en tu amor
los que hemos participado en un mismo sacramento pascual.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.
BENDICIÓN SOLEMNE
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
V. Que os bendiga Dios todopoderoso en esta noche solemne de Pascua,
y que su misericordia os guarde de todo pecado.
R. Amén.
V. Y el que os ha redimido por la resurrección de Jesucristo
os enriquezca con el premio de la vida eterna.
R. Amén.
V. Y a vosotros, que al terminar los días de la pasión del Señor
celebráis con gozo la fiesta de Pascua, os conceda también alegraros
con el gozo de la Pascua eterna.
R. Amén.
V. Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros.
R. Amén.
V. Hermanos y hermanas, anunciad a todos la alegría del Señor resucitado.
Podéis ir en paz. Aleluya, aleluya.
R. Demos gracias a Dios. Aleluya, aleluya.
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