¡Suelta la mano! - Editorial Las Animas

¡Suelta la mano! - Editorial Las Animas

¡Suelta la mano!
Aunque nos hayan hecho creer que escribir es muy difícil y que
hay que ser escritor para decir lo que sientes y piensas, la noticia
es que no es así: todos podemos escribir, claro, mientras ya sepas
escribir.
Escribir es como hacer carpintería o cocinar o pintar un cuadro. En el escritor se da una combinación de aprendizaje con talento. Hay gente que tiene mucho talento pero poca disciplina, así
que poco le sirve. Quizá no quieras dedicarte a ser escritor, pero
las habilidades de la escritura te ayudarán a comunicarte mejor
en cualquier área del conocimiento y la técnica. Entre mejor te
comuniques, más efectivo y eficiente será tu trabajo, independientemente de lo que decidas hacer en la vida. Escribir no es fingir
ni hacerte pasar por quien no eres: escribimos con el corazón y
tratamos de expresar nuestras ideas.
Ahora bien, para poder escribir y expresarnos mejor necesitamos conocer una serie de reglas y usos de la lengua. El lenguaje es
una convención, y hay que conocerlo para poder usarlo e incluso
para poder experimentar con él.
Cuando te encuentres con alguien que te diga: “No tengo
palabras para expresarlo”, sugiérele que busque en un diccionario
o que se ponga a realizar alguna de las actividades que vas a encontrar en este libro, porque el lenguaje es, en verdad, tan rico y
amplio que con él podemos decirlo todo, y si no, pregúntale a los
filósofos, a los científicos, a los literatos y a los poetas de todos
los tiempos.
A veces estamos tan expuestos a los medios de comuni­
cación: radio, periódicos, televisión, que nos llenamos de los lugares comunes que expresan y en nuestra mente se van formando
“machotes”; es decir, arquetipos que seguimos al escribir. Asimismo, en algunas ocasiones, nuestro lenguaje presenta una mayor
carga de oralidad, lo cual es inherente, claro, pero escribir cierto
tipo de textos, como los literarios requiere de un sentido más agudo: precisión, originalidad, efectividad y, por supuesto, de saber
usar las palabras en un sentido más impecable y bello.
Capítulo
1.
Lee en voz baja y luego contesta las
preguntas.
París, a 17 de febrero de 1903
Muy distinguido señor Franz Xaver Kappus:
Hace sólo pocos días me llegó su carta, por cuya grande y afectuosa confianza quiero darle las gracias. (…) No puedo entrar en
minuciosas consideraciones sobre la índole de sus versos, porque
me es del todo ajena cualquier intención de crítica. Y es que, para
tomar contacto con una obra de arte, nada, en efecto, resulta
menos acertado que el lenguaje crítico, en el cual todo se reduce
siempre a unos equívocos más o menos felices.
Las cosas no son todas tan comprensibles ni tan fáciles de expresar como generalmente se nos quisiera hacer creer. La mayor
parte de los acontecimientos son inexpresables; suceden dentro
de un recinto que nunca holló palabra alguna. Y más inexpresables que cualquier otra cosa son las obras de arte: seres llenos de
misterio, cuya vida, junto a la nuestra que pasa y muere, perdura.
Usted pregunta si sus versos son buenos. Me lo pregunta a
mí, como antes lo preguntó a otras personas. Envía sus versos a las
revistas literarias, los compara con otros versos, y siente inquietud
cuando ciertas redacciones rechazan sus ensayos poéticos. Pues
bien —ya que me permite darle consejo— he de rogarle que renuncie a todo eso. Está usted mirando hacia fuera, y precisamente
esto es lo que ahora no debería hacer. Nadie le puede aconsejar ni
ayudar. Nadie... No hay más que un solo remedio: adéntrese en sí
mismo. Escudriñe hasta descubrir el móvil que le impele a escribir.
Averigüe si ese móvil extiende sus raíces en lo más hondo de su
alma. Y, procediendo a su propia confesión, inquiera y reconozca
si tendría que morirse en cuanto ya no le fuere permitido escribir.
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Ante todo esto, pregúntese en la hora más callada de su noche:
“¿Debo yo escribir?” Vaya cavando y ahondando, en busca de
una respuesta profunda. Y si es afirmativa, si usted puede ir al
encuentro de tan seria pregunta con un “Sí debo” firme y sencillo,
entonces, conforme a esta necesidad, erija el edificio de su vida.
Que hasta en su hora de menor interés y de menor importancia
debe llegar a ser signo y testimonio de ese apremiante impulso.
Acérquese a la naturaleza e intente decir, cual si fuese el primer
hombre, lo que ve y siente y ama y pierde.
No escriba versos de amor. Rehúya, al principio, formas
y temas demasiado corrientes: son los más difíciles. Pues se
necesita una fuerza muy grande y muy madura para poder dar
de sí algo propio, ahí donde existe ya multitud de buenos y, en
parte, brillantes legados. Por esto, líbrese de los motivos de
índole general. Recurra a los que cada día le ofrece su propia
vida. Describa sus tristezas y sus anhelos, sus pensamientos
fugaces y su fe en algo bello; y dígalo todo con íntima, callada
y humilde sinceridad. Valiéndose, para expresarse, de las cosas
que lo rodean. De las imágenes que pueblan sus sueños. Y de
todo cuanto vive en el recuerdo.
Si su diario vivir le parece pobre, no lo culpe a él. Acúsese a sí
mismo de no ser bastante poeta para lograr descubrir y atraerse
sus riquezas. Pues, para un espíritu creador, no hay pobreza. Ni
hay tampoco lugar alguno que le parezca pobre o le sea indife­
rente. Y aun cuando usted se hallara en una cárcel, cuyas paredes
no dejasen trascender hasta sus sentidos ninguno de los ruidos del
mundo, ¿no le quedaría todavía su infancia, esa riqueza preciosa y
regia, ese camarín que guarda los tesoros del recuerdo? Vuelva su
atención hacia ella. Intente hacer resurgir las inmersas sensaciones
de ese vasto pasado. Así verá cómo su personalidad se afirma,
cómo se ensancha su soledad convirtiéndose en penumbrosa morada, mientras discurre muy lejos el estrépito de los demás. Y si de
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Capítulo
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este volverse hacia dentro, si de este sumergirse en su propio
mundo, brotan luego unos versos, entonces ya no se le ocurrirá
preguntar a nadie si son buenos. Tampoco procurará que las
revistas se interesen por sus trabajos. Pues verá en ellos su
más preciada y natural riqueza: trozo y voz de su propia vida.
Una obra de arte es buena si ha nacido al impulso de una
íntima necesidad. Precisamente en este su modo de engendrarse radica y estriba el único criterio válido para su enjuiciamiento: no hay ningún otro. Por eso, muy estimado señor, no
he sabido darle otro consejo que éste: adentrarse en sí mismo
y explorar las profundidades de donde mana su vida. En su
venero hallará la respuesta cuando se pregunte si debe crear.
Acéptela tal como suene. Sin tratar de buscarle varias y sutiles
interpretaciones. Acaso resulte cierto que está llamado a ser
poeta. Entonces cargue con este su destino; llévelo con su peso
y su grandeza, sin preguntar nunca por el premio que pueda
venir de fuera. Pues el hombre creador debe ser un mundo
aparte, independiente, y hallarlo todo dentro de sí y en la natu­
raleza, a la que va unido.
Pero tal vez, aun después de haberse sumergido en sí
mismo y en su soledad, tenga usted que renunciar a ser poeta.
(Basta, como ya queda dicho, sentir que se podría seguir viviendo sin escribir, para no permitirse el intentarlo siquiera). Mas,
aun así, este recogimiento que yo le pido no habrá sido inútil:
en todo caso, su vida encontrará de ahí en adelante caminos
propios. Que éstos sean buenos, ricos, amplios, es lo que yo le
deseo más de cuanto puedan expresar mis palabras.
Con todo afecto y simpatía, Rainer Maria Rilke.1
1
http://www.ciudadseva.com/
textos/teoria/opin/rilke.htm.
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Escribe aquí las palabras que encontraste en esta carta y que es
la primera vez que lees o que no conoces su significado.
2.
Responde.
¿Alguna vez le has mostrado un escrito tuyo a alguien?
a) sí b) no
Si respondiste sí, ¿qué te dijo?, ¿cómo te sentiste con sus respuestas?
Si respondiste no, ¿por qué?
¿Para qué una persona muestra lo que escribe a otra?
¿Consideras que la respuesta de Rilke a Franz pueda ayudarle en algo?
La gente escribe versos para...
c)
d)
a)
b)
e)
15
Capítulo
A quién:
3.
Escribe una carta, primero elige a quién y
luego el motivo.
La chica más linda de la escuela.
Un galán de televisión.
El perro que vive en tu calle.
Un director de escuela muy estricto.
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Motivo:
Ya no quieres salir con esa persona.
Debes avisarle que estás enamorado(a).
Te parece muy gracioso lo que hace.
Quieres pedirle perdón por algo
que hiciste.
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¿Escribir yo?… ¿por qué?, ¿para qué?, ¿para quién?
Habrá quien no pueda vivir sin escribir, habrá quien no quiera escribir
nunca. Pero hay algo seguro: la escritura es una herramienta que te
ayudará no sólo a expresar tus emociones, pensamientos, sentimientos,
sino también a seducir o a convencer a alguien de que serás la persona
ideal para lo que tú quieras.
Algunos quizá quieran llegar a perfeccionarlo como un arte, otros
tal vez quieran lograr, a través de la escritura, plantear un mundo mejor,
crear nuevas realidades, convencer de una idea o sustentar un descubrimiento o pensamiento.
4.
Une las columnas como más te guste.
Escribo:
Una carta de amor
Un ensayo biográfico
Un reportaje de ecología
Un artículo de política
Un cuento de suspenso
Un poema en verso
para…
conmover a los alumnos.
dar a entender mis ideas.
emocionar a los niños.
llenar de gozo a mis lectoras.
concientizar a la población.
enamorar a alguien especial.
Seguro descubriste que la actividad anterior tiene muchas respuestas.
Tal vez, si deseas enamorar a alguien le escribes una carta amorosa, pero
la escritura es tan rica que con un buen ensayo puedes hacer que alguien
se desmaye de amor, o quizá con un buen verso lograrás que un niño
grite de emoción, como si se tratara de un cuento de suspenso.
17
Capítulo
Escribe una línea de cómo iniciaría cada texto:
Una carta de amor:
Una biografía:
Una noticia escandalosa:
Un artículo de política:
Un cuento de suspenso:
5.
Responde con
sinceridad.
¿Qué es lo que más te disgusta del tema de la escritura, la literatura
y las clases de español?
¿Qué te gustaría aprender a hacer con las palabras?
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Una historia cualquiera.
Todos podemos contar una historia y escribirla también. No se necesita
ser un escritor encumbrado para hacer un buen cuento. Más adelante
iremos conociendo las herramientas, pero en este momento la idea es
jugar. Vamos a inventar una historia, no lo pienses demasiado, deja que
las ideas salgan y ponlas en el papel. ¡Vamos a ver qué sale!
6.
Elige una frase de cada columna y escribe abajo el resultado.
Continúa la historia con las palabras entonces, de pronto,
repentinamente. Sigue el ejemplo:
Una hormiga neurótica se acercó al precipicio una mañana para creerse los
cuentos de hadas, entonces…
¿Quién?
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El viejo s
se acercó al precipicio
una mañana
decidió cortarme las uñas
firmó un contrato
por dos años
no paraba de cantar
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¿Para qué?
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libros de la biblioteca
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¿Qué tienes que contar?
Todos tenemos algo que contar. Quizá algo que te pasó esta mañana, o
algo que te sucedió a los cuatro años. La memoria siempre nos tiene un
montón de historias para narrar. Puede ser acerca de tu primera bicicleta
o sobre la mascota que más has querido.
Escribir es como emprender un viaje; para poder iniciarlo sólo necesitas tu imaginación y las herramientas del lenguaje escrito. Cada quien
posee el don de imaginar, aunque a veces podamos tenerla un poco
bloqueada por tantos videojuegos o televisión. En ese caso, hay que
buscar la forma de destaparla. Las herramientas del idioma, al menos
las básicas, ya las has asimilado desde el día en que aprendiste a hablar
y a escribir; las demás irás adquiriéndolas en el camino.
7.
Responde.
El escritor ante todo es un lector, así que desde este momento es necesario que te comprometas con la lectura. Podemos darte mil razones de
por qué es bueno leer, pero es mejor que tú lo vayas descubriendo solo.
Cada vez que termines de leer un libro, cuando llegues a la última página,
recordarás por qué te hace tan bien leer.
¿Qué libro estás leyendo actualmente?
¿Cuál es el libro que más te ha gustado y por qué?
Si en este momento te regalaran tres libros, ¿cuáles pedirías?
21
Capítulo
8.
Encierra en un círculo los temas sobre los que
te gustaría escribir.
enfermedad política naturaleza música amigos insectos mecánica novios
jardinería
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amor
problemas humanos
trastornos
platillos voladores guerra
pintura familia
animales
cocina
árboles juegos escuela
ataques extraterrestres
arquitectura
biología
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9.
Si escribieras un libro,
¿de qué se trataría?
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Ray Douglas Bradbury (1920-2012) fue un escritor estadounidense que
aportó fantásticos textos a la literatura de terror y ciencia ficción. Sus
obras más conocidas son Crónicas marcianas (1950) y Fahrenheit 451 (1953).
En 2001 compartió en una conferencia estos consejos para jóvenes escritores. Si quieres oírlo de su propia boca mira el siguiente enlace:
www.youtube.com/watch?v=_W-r7ABrMYU&feature=player_embedded
• No comiences escribiendo novelas. Toman mucho. Empieza escribiendo
“una cantidad endemoniada de cuentos”, al menos uno por semana.
• Ocupa tu mente. Lee muchísimo, al menos un cuento o un poema cada
noche, pero no modernos sino clásicos.
• Deshazte de los amigos que no creen en ti. Si alguien cree que no puedes
ser escritor, sácalo de tu vida.
• Vive en la biblioteca. No vivas en la computadora ni en el televisor ni en
el videojuego.
• Enamórate del cine. Preferiblemente del viejo.
• Escribe con alegría. Diviértete mientras escribas.
• Enlista 10 cosas que amas y 10 cosas que odias. Escribe sobre lo que amas
y “asesina” lo que odias y tus temores, a través de la escritura.
• Cuando estés bloqueado, haz asociaciones de palabras. Escribe listas y
listas de palabras o escribe en una hoja todo lo que te venga a la mente
al despertar.
2
http:/pijamasurf.com.
23
Capítulo
Con nuevos ojos
Aprender a escribir también significa ver nuestro entorno con una nueva
mirada. El escritor mira lo que le rodea como si fuera la primera vez que
lo hiciera.
Desde hoy intenta contemplar todo lo que te rodea con extrañeza,
como si fuera tu primera vez frente a todo. Escribir es redescubrir el
mundo con nuevos ojos, como ponerte los anteojos de un extraterrestre
y observar tu mochila como si fuera la primera vez que vez una mochila,
observar a un bebé que sonríe como si jamás hubieras visto uno, entrar
a una enorme catedral como quien acaba de descubrir esa edificación
en otro planeta. Cada quien posee capacidad de asombro pero es necesario desempolvarla, sacarla a la luz y practicarla. Al principio puede
parecer un acto mecánico y artificial, pero en cuanto recuerdes cómo
te asombrabas cuando eras un niño (a) podrás regresar a ese estado de
sorpresa ante todo.
10.
Vamos a imaginar que eres un emisario llegado del
pasado, gracias a una máquina del tiempo creada en
el siglo xv de nuestra era.
Elige una situación y descríbela con los ojos de alguien que viene del
siglo xv.
Un niño está jugando videojuegos en un tablet.
Debajo de un puente hay una niña pidiendo limosna a los conductores
de automóviles.
Un rascacielos está siendo construido.
Varios televisores están encendidos, mostrando escenas de guerra.
Pasa un helicóptero muy bajo, cerca de la avenida.
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11.
¿Qué hay? ¿Qué hacen? ¿Qué sientes al ver eso?
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Capítulo
12.
Ahora vamos al futuro. Escribiremos un relato breve.
Imagínate que viajaste al año 2030.
Escribe en primera persona, con lápiz: luego lee tu texto en voz alta y
corrige.
Considera que tu texto debe tener preferentemente un inicio, un desarrollo y un final.
Continúa con la frase:
Yo pensé que sería casi igual, pero es totalmente distinto de como me lo
imaginaba…
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Todos tenemos cualidades para escribir (y para ser artistas), pero es
necesario potenciar nuestro talento.
En esta lección vamos a ejercitar nuestra mente, vamos a tratar de
cambiar nuestra percepción de la realidad, de las palabras, de la literatura.
Para cambiar y activar tus habilidades es necesario:
Ejercitar la imaginación.
Desarrollar tu sentido de la observación.
Ejercitar tu memoria.
Desde este momento ponte los anteojos de un escritor: escudriña lo que
te rodea con nuevos ojos, con los ojos del extrañamiento que veíamos
en la lección 1; observa todo con una conciencia de testigo, como si hubieras dado un paso atrás, y mirarás la vida como si fuera la primera vez.
Ejercita tu imaginación:
Apaga la computadora, tu tablet, tu celular, el televisor, por unas cuantas horas, y mira por la ventana.
Ten un cuaderno junto a tu cama, para que al despertar escribas todo
lo que venga a tu mente. No es necesario que lleve un orden, ni tampoco que pienses, o que intentes redactar algo, sólo escribe sin parar. No lo
leas después ni lo corrijas.
Desarrolla tu sentido de la observación:
Cuando vayas caminando por la calle mira lo que nunca ves: encuentra
puntos, intersecciones, esquinas, busca “el otro lado” de las cosas.
Camina distinto: agáchate, mira arriba, abajo, abre una puerta y ve detrás.
Encuentra en tu camino a la escuela al menos 10 cosas que nunca habías
visto.
27
Capítulo
Ejercita tu memoria:
Repite el teléfono de 10 personas, de memoria.
Camina con los ojos cerrados por tu casa y trata de recordar qué cosas
hay a tu alrededor.
Lee en voz alta el siguiente fragmento de “Walking around”, poema del
chileno Pablo Neruda (1904-1973). Apréndetelo de memoria rápidamente: sólo tienes cinco minutos para memorizarlo. ¡Corre tiempo!
Sucede que me canso de ser hombre.
Sucede que entro en las sastrerías y en los cines
marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro
navegando en un agua de origen y ceniza.
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1.
Lee en voz baja y luego en voz alta. Finalmente
lean en equipos de tres o cuatro personas:
vayan alternándose las líneas.
Altazor
Vicente Huidobro
(fragmento, Canto III)
Las miradas serán ríos
Y los ríos heridas en las piernas del vacío
Conducirá el rebaño a su pastor
Para que duerma el día cansado como avión
Y el árbol se posará sobre la tórtola
Mientras las nubes se hacen roca
Porque todo es como es en cada ojo
Dinastía astrológica y efímera
Cayendo de universo en universo
Manicura de la lengua es el poeta
Mas no el mago que apaga y enciende
Palabras estelares y cerezas de adioses vagabundos
Muy lejos de las manos de la tierra
Y todo lo que dice es por él inventado
Cosas que pasan fuera del mundo cotidiano
Matemos al poeta que nos tiene saturados
Poesía aún y poesía poesía
Poética poesía poesía
Poesía poética de poético poeta
Poesía
Demasiada poesía
Desde el arco-iris hasta el culo pianista de la vecina
Basta señora poesía bambina
Y todavía tiene barrotes en los ojos
El juego es juego y no plegaria infatigable
Sonrisa o risa y no lamparillas de pupila
Que ruedan de la aflicción hasta el océano
Sonrisa y habladurías de estrella tejedora
Sonrisa del cerebro que evoca estrellas muertas
En la mesa mediumnica de sus irradiaciones
Basta señora arpa de las bellas imágenes
De los furtivos comos iluminados
Otra cosa otra cosa buscamos
Sabemos posar un beso como una mirada
Plantar miradas como árboles
29
Capítulo
Enjaular árboles como pájaros
Regar pájaros como heliotropos
Tocar un heliotropo como una música
Vaciar una música como un saco
Degollar un saco como un pingüino
Cultivar pingüinos como viñedos
Ordeñar un viñedo como una vaca
Desarbolar vacas como veleros
Peinar un velero como un cometa
Desembarcar cometas como turistas
Embrujar turistas como serpientes
Cosechar serpientes como almendras
Desnudar una almendra como un atleta
Leñar atletas como cipreses
Iluminar cipreses como faroles
Anidar faroles como alondras
Exhalar alondras como suspiros
Bordar suspiros como sedas
Derramar sedas como ríos
Tremolar un río como una bandera
Desplumar una bandera como un gallo
Apagar un gallo como un incendio
Bogar en incendios como en mares
Segar mares como trigales
Repicar trigales como campanas
Desangrar campanas como corderos
Dibujar corderos como sonrisas
Embotellar sonrisas como licores
Engastar licores como alhajas
Electrizar alhajas como crepúsculos
Tripular crepúsculos como navíos
Descalzar un navío como un rey
Colgar reyes como auroras
Crucificar auroras como profetas
Etc. etc. etc.
Basta señor violín hundido en una ola ola
Cotidiana ola de religión miseria
De sueño en sueño posesión de pedrerías
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