HUEVOS DE TIBURON

Transcripción

HUEVOS DE TIBURON
HUEVOS DE TIBURON
¿Han visto alguna vez un huevo de tiburón? ¿O de algún
pariente cercano, como las rayas? Son muy diferentes a la idea que
generalmente tenemos de un huevo como algo blanco y más o menos
redondo.
La pintarroja es un pequeño tiburón que debe su nombre a las
manchas rojizas de su áspera piel. En inglés se les llama a sus huevos
monederos de sirena debido a la curiosa forma que tienen: son
pequeñas bolsitas rígidas, alargadas y de color dorado que parecen
tener una jareta con un cordoncito en su extremo, como una bolsita
para guardar las monedas. Y como es fácil encontrar en la playa estas
pequeñas bolsas cuya procedencia es el mar, la imaginación popular
dio lugar a su fantástico nombre.
Huevo de pintarroja
También en la playa a veces aparecen otros pequeños restos de los
que salieron curiosos pececillos: las rayas. Si encuentra paseando por
la orilla una pequeña cápsula marrón, con forma de cojín y los
extremos alargados y puntiagudos, esta usted ante un huevo de raya.
Los extremos puntiagudos de los huevos de raya y los ricitos de los
extremos de los de pintarroja les sirven para anclarse entre algas,
posidonias y rocas del fondo, donde no se los lleva la corriente y
permanecen camuflados y protegidos para que no se los coma nadie.
En general, los huevos de tiburón son cápsulas duras con una
forma almohadillada más o menos aplastada dentro de las cuales vive
el embrión que se nutre de la yema del huevo.
En el Acuario de Almuñecar tenemos crías y huevos de pintarrojas, y
son muchas las veces que después de estar mirando e intentando
adivinar que es aquello que prende de un hilo de tanza, algún
visitante señala y nos pregunta: ¿Eso…qué es? Y cuando les
contestamos que son huevos nos miran sorprendidos, aunque una
pista importante es que se encuentran en el mismo acuario de las
crías de pintarrojas. Aunque otras veces, aunque nunca hubieran
visto ninguno antes, los visitantes caen en la cuenta de que son lo
que son. Esto ocurre cuando el huevo esta en un estado de desarrollo
avanzado, ya que entonces se puede ver perfectamente al pequeño
pez enroscado sobre sí mismo y moviéndose a través de las paredes
traslúcidas. Es impresionante pensar que de esos curiosos envoltorios
nacerá uno de los animales mas temidos del planeta.
Pero esta no es la única particularidad en su manera de
reproducirse de los tiburones. Casi todos los peces sueltan al mar
millones de huevos en cada puesta que son después fecundados
externamente. Así se produce un gran despilfarro, ya que la
mortalidad de los huevos y larvas al estar tan desprotegidos es
enorme. Por eso los tiburones han optado por una estrategia distinta
y más eficiente: los huevos se fecundan internamente y producen
menos crías pero más protegidas. Así que si la fecundación es
interna, como la nuestra, los machos necesitan introducir los
espermatozoides en la hembra de alguna manera (como nosotros).
Para llevar a cabo esta misión fertilizadora, cuentan no con un órgano
sexual, sino con dos: los pterigópodos (ahí nos han ganado a
nosotros). Y una vez que el tiburón macho fertiliza a la hembra, la
forma de llevar a cabo el “embarazo” varia según el tipo de tiburón.
En algunas especies la hembra simplemente deposita sus huevos
rectangulares entre algas o rocas, como el resto de los peces. En
otras las hembras dan a luz a los pequeños tiburones, que
previamente han sido alimentadas en el útero por medio de la
placenta, como si fuesen mamíferos. Y en otras la cosa es más
compleja, ya que tienen lo que se llama canibalismo intrauterino, que
con ese nombre imagínense. En este caso los huevos se desarrollan
en el útero materno hasta su eclosión, y los que primero eclosionan
dan lugar a tiburoncitos que siguen dentro del útero. Y estas
criaturas, que suelen ser las crías más fuertes, se comen a sus
hermanos que van eclosionando, y a veces incluso antes de
eclosionar. El tiburón toro es uno de los que tienen este tipo de
reproducción.
Tiburón toro del Acuario de Almuñecar
En esta especie la hembra tiene dos cámaras intrauterinas de las
cuales sólo sobre vive un hijo de cada una: el que ha ido comiéndose
al resto. Así que una vez que se han zampado a sus proyectos de
hermanos, estos dos angelitos salen de su madre al exterior.
Después de explicar a los visitantes cómo son los huevos de
pintarrojas y algo acerca de la reproducción de los tiburones, me doy
cuenta de lo que algunos piensan cuando atraviesan el túnel de
oceanario y ven deslizarse a los tiburones toros entre rayas y águilas
marinas. “Y yo pensaba que me llevaba mal con mi hermano…”
Beatriz Diaz
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