historia insolita del caudillo jose tomas boves el urogallo?
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historia insolita del caudillo jose tomas boves el urogallo?
RESUMEN DE UNA HISTORIA INSOLITA DEL CAUDILLO JOSE TOMAS BOVES EL UROGALLO EN VENEZUELA UROGALLO Por el Historiador, Julio Barreiro Rivas (farandlo) Una canción montañesa se escucha allá en los lejanos cabriales.” Comían pan y morcella, que lo dijo Melchor, ¡Que tan vaina eres tú como yo, y yo como tú, pero somos los dos! Este hombre cantaor y encantador de oficio tenía una familia, se había casado prematuramente por obligación, por haber “pescado la trucha antes de madurar”, una muchacha muy joven, apenas tenía 15 años, cuando fue arrendada por el galán cantaor, se trataba de una “inclusera” El “Picaflor”, fue obligado a darle protección a la “niña preñada, y al niño que tendría que nacer”… Se dice, que cuando al trovador le preguntaron ¿el porqué había puesto sus ojos en la jovencita a su temprana edad?...él contestó: “me pasó como al Urogallo”, ¡cuando la vi, se me fue la vista perdí todos los sentidos!...¡es por eso, que me agarraron De aquel amor de zarzamora nació nuestro héroe Boves ASTURIAS UN PARAISO NATURAL “Asturias Patria querida, Asturias de mis amores, quien estuviera en Asturias en algunas ocasiones”…Tengo que subir al árbol, tengo que coger la flor, y dársela a mi morena, que la ponga en el balcón, que la ponga en el balcón, o que la deje de poner, tengo que subir al árbol, y la flor he de coger”…. Esta era la canción preferida de Manuel Rodríguez de Boves, Cuando entraba en su casona, en donde lo esperaba su esposa Manuela de la Iglesia. Manuel, casi siempre traía en sus manos callosas, un ramo de flores silvestres, que él mismo cortaba de una de las frondosas mimosas que abundan por los páramos de los Cabriales asturianos. Así pasaba la vida esta hidalga familia recién constituida, pues aunque la señora Manuela de la Iglesia era de procedencia inclusera, el señor Manuel Rodríguez, era de linaje hidalgo, puesto que de esa casta le venía el nombre de Boves. Muy cerquita de Oviedo, en un pequeño pueblo, nacieron los tres hijos de este matrimonio asturiano, los que fueron recibiendo el Sacramento bautismal en la Iglesia parroquial de San Isidro el Real en la ciudad de Oviedo. SAN ISIDRO REAL BAUTIZO DE BOVES El mismo día en que vino al mundo el único varón, fue presentado en la pila bautismal, así consta en su partida de bautismo, del día 18 de Septiembre de 1.782, día que tomó nombre cristiano el niño José Tomás Rodríguez de Boves y de la Iglesia. Cuando el niño José Tomás tenía cinco años, fue sorprendido por la noticia, que a su padre, el único sostén de la familia, había sido gravemente herido una “faca de pico è loro”, se le había incrustado en la espalda empujada por un rudo montañés celoso, que según se dijo, el “Boves” le hacía la segunda cuando el montañés estaba ausente. Parece ser, que un día en una romería, el hombre “cornudo” (marino de profesión), llegó de improvisto, y encontró a su mujer de muy mala posición en los brazos de Manuel el “Boves”. Sin más comentarios, aprovechando que el “Boves” con la emoción amorosa, no escuchaba la presencia de nadie, en silencio y sin premeditación, le asestó un navajazo asturiano en la espalda, que según se contó más tarde, le llegó muy cerca del corazón. Cuatro días más tarde dejaba de existir, Manuel Rodríguez de “Boves”. Por este motivo de haber sido herido el “Boves” en un trance amoroso, sin que advirtiera la presencia del marido “cornudo” por la emoción del amor, tomó el nombre del famoso pájaro silvestre muy abundante en Asturias llamado el “Urogallo”. Se dice que esta ave, es muy semejante a un gallo, con la diferencia que cuando está de celo con una hembra, se retuerce de tal forma que pierde el sentido del olfato, vista y oído, siendo muy fácil de sorprender en sus amoríos. Fue así como pronto surgieron coplas, como era costumbre en el lugar, y en todos los parajes de los Cabriales asturianos, se escuchaban las canciones montañesas en donde se anunciaba el drama amoroso de “Boves el Urogallo”. POR ANDAR DE ENAMORADO LO MATARON La madre de José Tomàs Rodríguez, muy maltrecha económicamente, vendió por muy poco dinero la Casona, heredada de su esposo; puesto que los gastos ocasionados por los estudios de su hijo, habían hecho crecer mucho la cuenta que tenía con un prestamista (usurero) “Guijones Mientras esto pasaba con la madre del joven navegante, este a su muy corta edad, puesto que solo tenía 15 años, se enfrentaba con la vida cruzando mares y soñando con ganar pronto dinero, para solucionarle el problema económico a su madre y a sus hermanas. .José Tomás Boves, así se hacía llamar desde que llegó a Venezuela, se quitó la (b) grande de Boves, y le colocó la (v) pequeña, y se quitó el apellido, para el año de 1.798, a 1.803. El joven José Tomás, tenía licencia de piloto de primera, y se había empleado en la casa comercial española llamada: “Pla y portal”, cuyos corresponsables en Venezuela eran: Lorenzo y Joaquín García Joves (asturianos Era un hombre muy elegante, las tenía todas consigo, 1,80 de estatura, un cuerpo atlético, de pelo Roxu (dorado), un poco rizoso, ojos verdes y vivaces como las esmeraldas, sediento de dinero y de mujeres bonitas. Por casta le venía la nobleza de “Boves”, jefe del Puerto de puerto Cabello, bien recomendado. ¿Pero qué pasó?...- Parece ser que en los tiempos pasados, en sus correrías marineras por el mediterráneo, el joven había sido iniciado en el contrabando de mercancías de mala procedencia. Estas experiencias pirantes cas, las había arraigado, que según las siguió practicando en el Caribe, (o sea antes de tocar puerto legal en la Guaira, el joven marinero ya era baqueano en la interconexión marinera Antillana), transportando mercancías robadas entre las diferentes islas caribeñas. (O sea que cuando le entregan la guardia y custodia del puerto de Puerto cabello para que no permita el tráfico de contrabando, le están entregando a un lobo, el cuido de un rebaño de ovejas). DESDE ENTONCES EL PUERTO ESTUVO EN MANOS DE LOBOS Este era el medio ambiente en donde nuestro personaje “Boves” se encontraba, cuando un día llegó el diablo y arrasó con todo. Cuando ya el mozo se encontraba todo orondo de sus esfuerzos y de su dignidad rescatada, le llegó una carta gris que le partió el corazón, que de grande que lo tenía casi no le cabía en el pecho. La carta le participaba que “Teresita” su hermana mayor ya con tres meses en cinta, se había ido a vivir con el viejo “abacero”, con quien tenía cuenta abruptamente. La madre le decía “José, el dinero que tú me mandas no es suficiente como para mantener honestamente a las hembras de la familia”. Una puñalada recibió José Tomás en su corazón, al enterarse que aquel gordinflón, calvo y rechoncho, con los dientes picados, un prestamista “usurero”, se había salido con las suyas, mientras que él había tenido que salir en busca de un mejor sostén para su familia, como el único hombre de la casa… El Astur barrigón, le estaba prácticamente violando la familia, pues José Tomás, bien sabía que su hermana siempre había odiado la presencia de aquel asqueroso hombre.. Ese mismo día después de leer la carta, el guarda marinas del Rey, decidió no guardar más los intereses de nadie, y aceptó de una vez por todas las propuestas que con tanta insistencia le hacía un tal: “manuelita”…Desde hacía tiempo el contrabandista lo venía invitando para que depusiera su vigilancia y dejase entrar por los lados de “Patinemos” una goleta llena de seda procedente de Curazao, y un facucho de queso procedente de Aruba. . SERA QUE VOLVEMOS A LOS TIEMPOS DE BOVES Los beneficios obtenidos por esta nueva actividad de contrabando, en menos de un año fueron superiores a los calculados por “manuelita”, hasta el punto que José Tomás Boves, decidió piratear por su cuenta propia….Ahí fue donde conoció a: “Rosalino el pulpero”….Durante tres meses los negocios funcionaron sin contratiempo. José Tomás Boves desembarcaba en la madrugada por los alrededores de “Bar burata”, y en la salida del sol, arreaba las mulas con su cargamento hasta la cumbre, donde lo esperaba “Rosalino”, a la noche siguiente el zambo “Rosalino”, proseguía el viaje hasta los valles de Aragua, donde era distribuida la mercancía procedente del contrabando. Concentrado en estos tristes pensamientos, marchaba nuestro héroe:”José Tomás Boves el Taita” vía hacia Calabozo. Un día la fortuna llego a su fin, fue atrapado y encarcelado. GERMÁN ROSCIO REDACTOR DE LA CONSTITUCIÓN Al enterarse el señor Lorenzo Joves, buscó a su abogado al Dr. “Germán Roscio”, y la pena le fue conmutada por el confinamiento, por el mismo tiempo de ocho años, pero en libertad en la ciudad llanera de Calabozo. – Lorenzo Joves recomienda al joven, a un amigo que el tenía en esa ciudad de Calabozo, un próspero ganadero de apellido Corrales; el que le daría protección al joven español en aquellas tierras bravías del llano “Juan Germán Roscio”, un abogado mestizo y muy caritativo, logró que aquellos españoles verdugos, le cambiasen ocho años de encierro, por un confinamiento proporcional en otro calabozo. Una villa llanera rodeada de pastizales, pero a cien leguas de las azules aguas del mar Caribe, que llegaban hasta su tierra asturiana Las famosas mazmorras de Puerto Cabello Era largo el camino de Puerto Cabello a Calabozo. “José Tomás Boves” lo ignoraba, puesto que era la primera vez que se adentraba en el territorio de Venezuela, cuando en esa mañana tomó la vereda de San Esteban, y se adentró por la serranía. Una tristeza húmeda de acuario sucio, lo aplastaba contra la bestia que subía lentamente el empedrado. Ni el canto de los pájaros mañaneros, ni el paso de los campesinos saludantes que bajaban al mar, desentumecieran su apesadumbrada mirada de cautivo, después de diez meses de encierro achiquerado en el castillo Muchos recuerdos llegaban a su mente “Humboldt” compañero de viaje, le aconsejó acerca del sexo, previniéndolo JOSE M. ESPAÑA BOVES HUMBOLD contra las (bubas, y las purgaciones) enfermedades que padecen la mayor parte de las mujeres de América. Ese mismo año habían ejecutado al Patriota traidor de España: “José María España”, su cabeza “frita en aceite”, se exhibía a las puertas de la Guaira en una jaula de hierro, toda babosa de aceite y llena de “herrumbre”. A pocos metros de distancia de la jaula, había un negro con aspecto de “mandril” y con manos blancas por dentro y negras por fuera, vendía “pirulís” colocados sobre una mesa, manoseándoles constantemente, las moscas volaban continuamente dando vueltas de los caramelos al despojo humano, primera vez que José Tomás veía una “cabeza humana en estas condiciones salvajitas”, las últimas que había visto, eran talladas en piedra rodando entre las piernas del caballo de “Santiago de Compostela” en la plaza del “Lobradoiro”…El joven asturiano, tenía conocimientos de que en la batalla de “Clavijo”, habían rodado por los suelos cuatro mil cabezas, y otras tantas en la batalla de “Covadonga . EL CONDE DE LA GRANJA Y EL CEPO JUSTICIERO LA NEGRITA PREÑADA DE JUAN PALACIOS EL BRUJO DEL GUAYABAL NEGRO PRIMERO El sol comienza a calentar la mañana fría, una paraulata canta en la trinitaria que envuelve la Casa grande, el Ávila se desespereza de entre las nubes, huele a yerba buena y a bosta de vaca. Dos caballos se acercan al galope, son don Fernando y su mayordomo. Los cascos hacen chispas en el patio enlosado, los negros esclavos, se le acercan a besar los estribos del caballo. Don Fernando sin saludar a nadie riposta: ¡Epa, negra del carajo!....¿Con que creías que no te íbamos a agarrar?...La negra gorda Sinforosa, se arrodilla frente a don Fernando…¡Perdónela mi amo! Ella no tuvo la culpa, fue ese bicho de “Juan Palacios”. Don Fernando ordena: ¡Que suelten la negra!, y la envaren en cuatro estacas, y le den cincuenta azotes. Fue así como clavaron cuatro estacas en el suelo, como la cruz de San Andrés, y abrieron un hueco en el medio, para que le quepa el vientre de ocho meses de embarazo, amarran a la negra barriga abajo. Los negros y negras, se amontonan en silencio como chamiza mojada. Resuena el primer latigazo, …un ¡ay! Leve que se quedó en el aire, hace callar a los pájaros. Siguen cayendo los latigazos. La negra Teresa ya no siente. Se quedó muerta en el primer latigazo, mientras soñaba que correteaba con “Juan palacios” su diablo “Luongo” por los caminos de “biringo”. Don Fernando el conde, dueño y señor de la Casa grande, de la granja de las Mercedes en caracas, era un fiel representante de todos los mantuanos de Venezuela. Así lo anotó José Tomás Boves, en su bitácora BOVES UN PATRIOTA NACIONAL 5 de Julio 1.811 día de la firma del Acta de la Independencia El día 05 de Julio, fue el día fijado en todas las provincias de la Capitanía general de Venezuela, para declarar la Independencia, en Calabozo como en Caracas, valencia y otras partes de Oriente, hubo fiestas y jaranas a granel. José Tomás, entusiasta como ninguno, tenía preparada una bandera “Tricolor” con una leyenda que decía: “Viva la Patria” que aquella mañana colgó a la entrada de su pulpería. En aquel momento declaró su casa como una verdadera “embajada protectora de los llanos”. En la puerta de su casa, empezó a disparar cohetes, que él solo tenía en la ciudad por haberlos traído ya premeditadamente para el caso conjuntamente con la bandera … Servía aguardiente ayudado por Juan Caribe y su caporal el indio Eulogio. ¡Que viva la Independencia, y abajo los chapetones!...Clamaba lleno de júbilo, arrieros, caporales, cimarrones, indios y zambos, entraban y salían de la tienda, y él a todos alegremente invitaba…¡Que viva la libertad!..Decía de vez en cuando con un grito a todo pulmón…¿Se echa un palito ñu Domingo?...Le decía a un zambo viejo...o, venga paca mi hermano,…para que disfrute de un “Cocuy” que me mandaron del “Tocuyo”. En fin, José Tomas el Taita, había convertido su pulpería como una pila de agua bendita, con sólo pensar, en que los mantuanos que tanto lo habían humillado, se le había amolado la “uña en el rabo”. . EL TAITA ES ACUSADO DE TRAIDOR POR JALON José Tomas Boves el Taita, es traicionado en San Carlos por el posadero “Corpòforo Medina” y el Coronel “Jalón”. Lo que ellos no sabían, es que la bella mulata “María Trinidad”, ya hacía tiempo que le había contado a Boves acerca de la amistad que tenía Corpòforo con el Coronel; y que ella siempre sospechó que estos dos personajes planeaban algo en contra del asturiano. Justamente los dos rufianes que habían preparado la trampa a José Tomas, para terminar con su existencia. José Tomas Boves el Taita, el hombre fuerte del llano, el protector de los esclavos, negros, mulatos e indios, el que mentaban el “Taita” por cariño, había sido fuertemente amarrado por orden del Coronel “Jalón” por culpa de las insinuaciones maquiavélicas del “ventero y cornudo” Corpòforo; quien había hecho la carta falsa, para poder acusar a Boves de traidor, inventando esta “babosada brollera”. El Coronel “Jalón”, una vez que comprobó, que el asturiano Boves estaba bien sometido (Persia) continuó su alocución:..Ya una vez probada la traición del referido señor Boves, y aprovechando que está en vigencia la Ley marcial, pido a esta asamblea la pena de muerte para este “sujeto”… ¡Señores!...gritó el patriarca don Ignacio,…¡Se va a cometer una increíble injusticia, con este buen hombre, a quien conozco desde hace más de ocho años!...La voz del patriarca, congeló en el aire la marejada homicida de la asamblea. Y a provechando esa ventaja prosiguió:… ¡Pido por favor, que escuchen mis razones!...Y después decidan lo que ustedes crean más conveniente,… Comencemos por el hecho de que el Boves no merezca nuestra confianza, por ser español, pero de ¿Dónde es acaso el Comandante de la plaza Diego Jalón?...¿No es acaso también español?...¿Por qué hemos de tener más confianza en Jalón, que en don José Tomas Boves? …. ¡Boves es un hombre con el cual muchos de nosotros, hemos mantenido excelentes relaciones comerciales y personales!... ¡Vamos a otro punto!..la acusación que le hacen, se fundamenta en una pretendida carta, que el indio “Reyes Vargas” le envía al señor Boves…Esa carta no prueba nada, ya que ha podido ser escrita por cualquiera que desee perjudicar a este buen señor,…Y luego fíjese bien en esto porque es muy importante…El indio “Reyes Vargas”, no sabe escribir, …Yo se lo digo, porque lo sé, lo conozco bien, el indio Reyes, habla español y de milagro…¿Cómo va a escribir una carta el indio?...Es que ustedes son tan tontos, que no pensaron que todo esto es una vulgar trampa que le están haciendo a Boves. Esa misma tarde don “Ignacio” convenció a la asamblea de la inocencia de su amigo,..José Tomas Boves, que salió ileso del juicio. – Lo que no pudo hacer, fue devolverle el crédito para que lo nombraran Comandante de la caballería de San Carlos, para atajar a tiempo al marino “Monteverde”, llamado el “pacificador”. En la mañana siguiente, lacerado por el trato, cogió el camino de calabozo; mientras caminaba a paso de trote, pensaba: ¿porqué un hombre como “Jalón” tan antipático, vacío por dentro, y desconocido en San Carlos, podía robarle en un instante ocho años de probada eficacia?,.. ¿Será que se dejaron deslumbrar por el uniforme militar?,…pues yo les demostraré, que para triunfar en la guerra, no hacen falta, botas ni galones, lo que si hacen falta son “Cojones…. COMO FUE LA TRAICIÓN BOVES caudillo de Venezuela, que sin “decreto” eliminó todos los “cepos y rollos justicieros” y sentó en la misma mesa de los patronos a los esclavos, no permitiendo más nunca Cuando estalló la revolución patriota en el año 1.810 y más tarde con la firma de la Independencia, el día 05 de Julio de 1.811, José Tomás Boves se encontraba en Calabozo, ejerciendo de pulpero, arriero, comerciante, importador, y tratante de caballos y ganado vacuno; por esta actividad Boves disfrutaba de una buena posición económica. La que puso a las órdenes de la futura República revolucionaria patriótica, cuando se presentó en San Carlos y en una Asamblea de notables, propuso que le entregaran 50 caballos con 50 jinetes lanceros, que él estaba dispuesto a pararle la carrera a ese marino de agua dulce Monteverde. Fue allí cuando apareció Diego Jalón acusándolo de traidor, al tiempo que mostraba una supuesta carta falsa que acusaba a Boves de traidor. En ese momento el Coronel Diego Jalón, pidió a la Asamblea de notables, que José Tomás Boves fuese fusilado. En esa ocasión, el Boves se salvó por la pronta y oportuna intervención de un amigo ganadero muy influyente en San Carlos, pero el Coronel Diego Jalón, mandó otra carta falsa a Calabozo acusando a José Tomás Boves de traidor para que fuese ajusticiado. Por estas intrigas de Jalón, el Boves fue llevado al rollo (o cepo de justicia) azotado y sentenciado a muerte. Gracias a la pronta intervención del canario Coronel Antojanzas, que lo rescató del calabozo en donde estaba en capilla ardiente esperando la muerte. HAZ BIEN Y NO MIRES A QUIEN LLEGÓ ANTOÑANZAS Ese día nació en Calabozo el caudillo Boves el Taita, que sin duda se convirtió en el terror de los mantuanos y de los blancos, y nació un Legendario justiciero, Libertador de los esclavos, negros, mulatos, pardos e indios. Siendo el Taita Boves el único, que no permitió que los negros siguieran comiendo las migas que a los mantuanos le caían de sus mesas. José Tomas Boves será ejecutado., En la plaza de Calabozo.. ( Son gritos del Taita Boves en capilla ardiente!!!). Lo consuela este pensamiento, pero también siente vergüenza que el Taita haya suplicado, recoge sus palabras y grita como un energúmeno: ¡José Revenga!!!.... ¡Maldito seas!!!... El gigantón se lo quedó mirando y se hizo la señal de la Cruz, y dejó susurrar unas palabras: ¡Jodete Asturiano de mierda..!. – La voz de Boves seguía gritando: ¡José Revenga, esto me lo pagarás muy caro y muy pronto!!!... La desesperación del prisionero Boves, arrecia. - La furia se expande. - El dolor de sentirse abandonado y traicionado, lo sacude: ¡Si yo pudiera vivir!!!...Y por un momento piensa en “Juan Palacios” y sus conjuros, y pone todas sus esperanzas en su “boca de cabra”. “Juan Palacios”, era un negro que él había conocido cuando estuvo preso en el castillo de puerto cabello. El negro se había hecho muy amigo del asturiano, y le adivinaba el futuro de vez en cuando, hasta que un día “Juan Palacios” el adivinador, se esfumó de la cárcel, sin que nadie supiera cómo había salido. Lo cierto es que a los días siguientes, un guardia apareció con unos pantalones ensangrentados, diciendo: ¡Esto fue lo que dejaron los tiburones de Juan Palacios!, pero los pensamientos fugaces de sus compañeros presos, sabían que “Juan Palacios” no era de los que se dejaban agarrar por un tiburón. Tal vez el guardia decía esto, para que dejaran de buscar al “negro hechicero”. Le decía “Juan Palacios” al asturiano,La cosa es fácil José Tomás!, le decía con lengua en “tirabuzón”…¡Lo que se necesita, son b…., y tú las tienes!. ¡Cuando te decidas, no tienes sino que decirlo tres veces y muy lentamente!!. José Tomás veía más claro que nunca, la figura amiga del negro “Juan Palacios”; los negros y los pardos habían sido sus únicos amigos a lo largo de su dolorosa vida, así como los blancos lo odiaban y desdeñaban, todo lo bueno que recordaba de este mundo, venía de los negros, pardos, mulatos e indios. ¡Ayúdame Juan Palacios!!! – murmuraba brevemente con los ojos cerrados, y se quedo pensando en las fantasías del adivinador “Juan Palacios”, que cada vez que lo ensalmaba le decía: “Tú serás el hombre más grande de toda Venezuela”, una alucinación de “Juan Palacios”. JUAN PALACIOS EL BRUJO DEL GUAYABAL. De repente: ¡Cataplum!...una carcajada triunfal resonó dentro de la celda. Cuando el Boves abrió los ojos, la carcajada venía de la calle. Un negro tan alto como “Juan Palacios”, pero no era “Juan Palacios”, pero le susurró entre sus dientes blancos, como diciéndole: ¡Pendejo…di la cosa tres veces!. José Tomás dijo la cosa tres veces, muy lentamente, como le había dicho el negro; y luego hizo la cosa aquella. El dolor fue inmenso, una nube roja lo privó del sentido por un instante. José Tomás, entró en trance, se quedo dormido, unos sueños muy confusos le llegaron a la mente. Había nacido blanco con los ojos azules, y era español Vikingo de los legítimos. Esto era el primer delito de su desgracia. La segunda era, el que gracias a su inteligencia, se había superado económicamente, llegando a igualarse con los mantuanos, que no querían perdonarle su éxito. Otra de las envidias que le tenían, era que José Tomás no era racista, su preferencia eran los negros, mulatos e indios. Cuando más feliz se sentía, era cuando gozaba de la compañía de estos, de los caballos y perros. Un arrastrar de sillas y poltronas, se acomodaban alrededor del cepo, para dar asiento al mantuanaje que presenciarían la ejecución del “Taita Boves” . José Tomás Boves, también llamado cariñosamente el “Taita”, por toda la indiada y negrada del llano, estaba acostado en todo el centro del estrecho calabozo, que le había sido asignado como capilla ardiente, para pasar su última noche antes de ser ejecutado. Era muy de mañanita, se escuchaba relinchar los caballos en los tranqueros, y algunos rebuznos de burros caseros, voces perezosas de la soldadesca, guindada en los chinchorros en las matas de tamarindo, y lamentos quejosos del prisionero Boves, pensando en las pocas horas que le quedaban de vida, los “miaus” cariñosos de un gato negro, mezclados con el arrastrar de sillas y poltronas en la plaza, para dar asiento al mantuanaje, para presenciar la escena de la ejecución. – La luz del amanecer empalidecía la hoguera que había servido para asar carne, cantaban los turpiales, y un gallo de voz ronca, tapaba la voz sonora de otro más lejano. En sus manos el prisionero Boves, apretujaba un rosario que le había dado el Padre Llamozas sin saber cómo utilizarlo en su defensa. – De repente, ¡Pum!, un tiro de fusil resonó en la plaza, luego otro, y otro, y finalmente una descarga cerrada. - Los soldaditos que dormían plácidamente bajo los tamarindos, dejaron de dormir, trataron de incorporarse; pero cayeron en la segunda descarga como si fueran mangos maduros, que les llegó sin saber de dónde. José Tomás, atisbaba por la ventana con el rosario en la mano, pero al darse cuenta que eran tiros que venían de todas partes, prefirió atisbar por entre una hendidura de una de las cañas de la pared del calabozo, por si un tiro le barría la mirada. No hubo resistencia, “Eusebio Antoñanza”, con un socorrido ardid, le había hecho creer a los patriotas, que seguía acampado en el rastro, mientras sigilosamente dirigido por el indio “Eulogio”, entraba por la misión de abajo, camino del pueblo de Calabozo. EL RESCATE DE JOSE TOMAS BOVES, EL TAITA. Los soldados ante la presencia de los realistas, entregaron de inmediato sus armas, Delgado y Reyes, conjuntamente con otros oficiales, se encerraron en el ayuntamiento, a los pocos instantes sacaron la bandera blanca, en señal de “rendición”; en ese momento entraba en la plaza, “Eusebio Antoñanza”. - Era un español de unos 40 años, grueso, alto, de piel muy morena, y de aspecto marcial, lucia imponente desde su cabalgadura, a su lado, los ojos verdes de José Tomás, que estaba como “ratòn enjaulado”, avisto, que venía su caporal el indio “Eulogio”. A la solicitud de capitulación de los insurgentes, respondió Antoñanza con voz bronca. : ¡OLE,… salgan de uno en uno, con las manos en alto, y desarmados!!! – El primero en salir, fue el Teniente Delgado, seguido por dos Cabos y dos Sargentos; a lado y lado del Ayuntamiento en doble fila de honor estaban los “Lanceros de Antoñanza”. Los prisioneros caminaban por el doble callejón de lanzas. Al final Antoñanza, con su estado mayor, esperaba a los vencidos. A una señal suya, se cerró el callejón, y cincuenta lanceros clavaron al Teniente y sus soldaditos…La escena fue cruel. Aún para José Tomás, que atisbaba desde el calabozo, acostumbrado a las crueldades de la sabana. Los soldaditos restantes se aglomeraron llenos de espanto al centro de la plaza, los rodeaban los lanceros de Antoñanza. José Tomás, se da cuenta de que èl no ha visto salir del Ayuntamiento a José Revenga. – Casi en el mismo instante de su pensamiento, divisa al gigantón, arrastrándose como una serpiente por los tejados; mientras que a pocos pasos lo sigue el indio “Eulogio” con una lanza en la mano. Al final lo alcanza y lo clavó sobre las tejas rojas del Ayuntamiento. Los ciento cincuenta soldados, fueron arremolinados en la plaza, y fueron muertos a tiros y lanzazos justamente en el sitio en donde iba a ser ejecutado el Taita Boves, cuando terminó la masacre, una inmensa charca de sangre brillaba bajo los tamarindos. José Tomás, fue liberado del calabozo por su caporal, por su fiel indio “Eulogio”. ¡Taita!, “…A Dios gracia y a la Virgen del Carmen que llegamos a tiempo”, dijo el indio “Eulogio” mientras le besaba las manos con unción…el Capitán Antoñanza, que lo conocía de oídas, y al saber de que a usted lo iban a pasar por el filo hoy en la madrugada, decidió adelantar la maniobra para liberarlo. MONTEVERDE BOVES ANTOÑANZAS JOSE TOMAS BOVES FUE NOMBRADO COMANDANTE. DE CALABOZO El Capitán Antoñanza le estrechó la mano con simpatía y le dijo: “Se salvó usted en lo librado señor Boves”.-Boves contesta: “…A usted le debo la vida capitán, cuente conmigo” respondió emocionado el Boves: “..De no haber usted adelantado la maniobra, a esta hora yo sería un cadáver”… Antoñanza con risa de General le dice: ¡Eso se lo debe usted al indio Eulogio y a su propia bondad!. Como el Boves hiciera un gesto de sorpresa, el Capitán le comentó: “Usted, señor Boves”, seguramente no se recordará, pero hace más de tres años usted socorrió a una viuda de apellido de Carvallo, que se quedó en la más absoluta miseria cuando murió su marido. - José Tomás se acuerda de la bella canaria, y dice así:.. ¿Una pobre señora con dos muchachitos, que tenía una pulpería en Calabozo?... preguntó Boves con ingenuidad.Antoñanza le contesta: ¡Si, que usted los recogió de la calle!, Boves se siente extrañado, pero Boves le dice como restándole importancia al hecho,: ¡Una obra de caridad se le hace a cualquiera! “…aparte de que su marido era amigo mío”. La mujer era guapa ¿verdad?..¿No es verdad?... pregunta con malicia Antoñanza, bueno,… ¡Sí!, reconoce el Boves, “muy guapa…ahora que me recuerdo”…-“Ha podido quedarse con ella”-¿No?...José Tomás niega, apresurado y confuso argulle que nunca le ha gustado comercial con la miseria humana; una mujer en las condiciones de aquella viuda, carecía de atractivo. Antoñanza le dice: “Usted le pagó tanto a ella como a sus hijos el pasaje de retorno a España”...¿No es verdad?...- Boves comienza a ponerse nervioso. ¿Cómo es posible que aquel hombre esté tan al corriente de un detalle de su vida? del cual èl casi no guarda memoria?...- ¿Y usted como sabe todo esto?, le preguntó intrigado a aquel hombretón que parecía el justiciero, y que acababa de salvarle la vida. “Antoñanza” se pone serio y le dice: …Esa mujer se llama Lucía Antoñanza de Carvallo, y es mi única hermana….allá en Garachico en las Islas, al diario lo recuerda y lo bendice…por ella decidí tomar a Calabozo antes de tiempo…¿Qué le parece?. LUCIA ANTOÑANZA DE CARVALLO TE BENDICE DESDE GARACHOCO EN LAS ISLAS TIERRA DE MONTEVERDE,ANTOÑANZAS FRANCISCODE MIRANDA Ese mismo día almorzaron juntos Antoñanza y Boves. “Antoñanza, era un oficial de Monteverde y Canario como él”... le contó cómo entre ambos decidieron echar por tierra aquella mascarada de independencia, planeada por otro canario Francisco de Miranda ¿LA VENGANZA DE BOVES? Al día siguiente de la noche justiciera de las hogueras después de la batalla de Santa Catalina, el Boves continuó con la parodia del tribunal de justicia, entre las siete y las nueve de la mañana cuando el sol ya había despuntado, fueron fusilados el resto de los oficiales, y algunos otros prisioneros escogidos al azar. Vicente Berroteràn envuelto en su cobija, y tapada su cara con un sombrero de cogollo que le había facilitado uno de sus hombres, continuaba pasando desapercibido. Luego el Boves reaccionó. La cara se le encendió, los ojos le brillaron atormentados y dejó salir la voz como un trueno entremezclada con un lamento: ¡ Por fin te agarro gran carajo…! ¡Ay que ver que tu si eres resbaloso!,… ¡Pum pun! Y le descargó con furia el puño sobre la boca. La boca del hombre gordo se cubrió de sangre. “…Déjamelo a mi Taita”…dijo por detrás de Boves una voz, era el mulato “Andrés machado”. El caudillo astur, estaba al corriente de lo sucedido entre su lugar teniente y el mantuano de Calabozo, sonrió con beneplácito, después de que Andrés machado le asestó unos cuantos golpes, el Boves le dice: “…No, Andrés, este hombre es mío y me lo voy a comer poco a poco”. Dirigiendo una mirada a un hormiguero gigante que estaba a orillas del camino, le preguntó al indio: ¿Qué te parece Eulogio, si se lo soltamos a las tambochas? (hormiga gigante), el indio sonrió con su aire de máscara funeraria. Vicente Berroterán, fue enterrado hasta el cuello a pocos pasos del hormiguero. El sol de las diez de la mañana empezaba a quemar. “…Póngame el chinchorro debajo de aquel Cují” - dijo el caudillo – que esto merece verse con calma. LA BATALLA DE SANTA CATALINA Boves con su propia mano, derramó un tarro de melado de caña sobre la cabeza del ganadero. A los cinco minutos llegó la primera hormiga. Media hora después la cabeza de Vicente era una masa gigantesca cubierta de insectos, que se fueron comiendo sus carnes y sus gritos. Otra hora más tarde sólo quedaba una calavera pulcramente diseñada, que parecía mirar desde el fondo de las órbitas de sus ojos la recua trágica de sus asesinas tambochas. Antes de marcharse, cuando el grueso de la tropa iba ya lejos, el mulato Machado le dio una patada al cráneo descarnado de su antiguo patrón. LA BATALLA DE LA PUERTA DEL LLANO Primera vez que en la historia de toda la guerra de la Independencia, se encuentran tantos jefes patriotas reunidos, para enfrentar a un solo comandante, al Coronel José Tomás Boves el “Taita de los llanos”. ¡Comienza la Batalla!...En ese instante, avanza la infantería realista hacia los cerritos donde está Diego Jalón. Una escasa caballería los apoya. Resuena la artillería. Más de treinta hombres caen en la primera andanada. El Batallón Aragua, al mando de Freitas, descarga su fusilería. La gente de Boves está siendo diezmada. La caballería espera, es el momento de aniquilar a la caballería de Boves que huye presurosa. Un estruendoso y largo trueno de cascos se desprende de la Puerta hacia San Juan de los Morros. Mil caballos al galope avanzan como un ariete contra los realistas del Taita que huyen en desbandadas. La victoria para los patriotas de Bolívar parece segura. Pero de pronto el Coronel José Tadeo Monagas, se quedó pálido. Porque oculta tras los matorrales lanza en ristre está el grueso de la verdadera caballería de Boves, que no come cuento. Más de dos mil lanceros como una marejada de hierro, arrollan en un instante a las tropas patriotas que ya se creían vencedoras. Buena parte son lanceados, otra parte rodeadas, y otros salen huyendo al galope. El Batallón Aragua, se bate en retirada. Diego Jalón, desde sus alturas los ve venir una descarga de sus baterías pone fin a una docena de lanceros que se les venía encima a los orientales. Pero es inútil. Otro Batallón de lanceros de Boves, vuelven de nuevo a la carga y, van cayendo como figuritas los soldados de Nariño. Freitas clava la bandera en tierra, y con una pistola se salta la tapa de los sesos. Su Batallón es finalmente destrozado. - Jalón vuelve a descargar sus cañones. De repente comienzan a caer alrededor suyo los hombres que sirven a sus cañones. Jalón no entiende, no sabe de dónde viene el fuego, pero no tarda en descubrirlo. Detrás de sí, en los cerritos que están a sus espaldas, disparan contra él. Una voz se impone desde las rocas vecinas: ¡Ríndase…Coronel Jalón!... Jalón mira en rededor suyo. La infantería ha sido diezmada. Parte de la caballería ha quedado inútil envuelta por los lanceros de Boves, y el resto ha huido vergonzosamente. Sin inmutarse saca el sable de su vaina, y coloca un pañuelo blanco en su punta, se lo enseña al enemigo, mientras le dice a sus hombres: ¡Ríndanse muchachos…que esto se ha perdido!... Con las manos en alto, los vieron llegar. - Al frente de ellos venía “Chepino González”, con su carota amplia y una ancha sonrisa. Le preguntó uno de sus soldados: ¿Y este es el hombre?... ¡Este es mi Capitán,…el Coronel Jalón! ¡Caramba, caramba! Exclamo “Chepino” como si hubiera encontrado un niño perdido que buscaba por mandato de su padre… ¡Lo contento que se va a poner el Taita!...amárrenlo bien,…que por él, desde esta madrugada,…ando encaramado en estos cerros. Un mecate le maniató las manos, “Chepino” con una genuina amabilidad fingida, lo ayudó a bajar la loma, al tiempo que le decía: ¡Pero hombre! - ¿Para qué te encaramaste tan alto? - ¡Cuidado mi Coronel, si se resbala!,…que tengo orden del Taita de llevarlo totalmente sano, y usted es muy joven para morirse aún, ¡Mi Coronel! – seguía diciendo “Chepino” como si aquello fuese una excursión campestre viendo los pajaritos. “Desde la otra cumbre cercana” un Sargento le gritó a “Chepino” ¿Y qué hacemos con estos… Capitán?...¿Los amarramos? “Chepino” sin modificar su amable tono de voz y siempre conservando el tono confidencial con que se dirigía a Jalón, le gritó al Sargento ¡Ráspalos!...Mira que hay órdenes de Boves, de no cargar preso amarrado. La Batalla terminó en una colosal derrota para los insurgentes patriotas. - Doscientos muertos, trescientos heridos y quinientos prisioneros, fue el cálculo primero que hizo el canario Morales. Simón Bolívar y su estado mayor, se libraron milagrosamente de ser capturados salieron a millón en una huida feroz. En dos horas recorrieron las cuatro leguas que los separaban de la ciudad de la Victoria. Bermúdez pudo escapar de una partida de llaneros que lo perseguía de cerca porque se quitó su preciosa capa y se la tiró a sus perseguidores. Estos, imitando como si fueran fieras rabiosas en la disputa por quedarse con la capa, dejaron escapar al furibundo jefe patriota. Todos los prisioneros fueron ejecutados. Los que estaban heridos fueron lanceados en el mismo sitio donde habían caído, y doscientos fueron degollados a la orilla del río Guárico. - Boves con su estado mayor, estaba acampado debajo de un frondoso matapalo. Mandó que le trajeran las doscientas cabezas para él verlas de cerca, para ver si reconocía algún pillo y amontonarlas allí como si fuera una carga de melones, los cuerpos como si fueran morcillas podridas, mandó que los echaran al río, él y los suyos veían con satisfacción como las aguas del río Guárico se tornaban color escarlata. El caudillo achispado por el aguardiente, gritaba a pleno pulmón: ¡Este mismo río nos vio salir de los esteros del Guayabal y de Calabozo! -¡Que él mismo cuente mi historia….y la historia de esta batalla!, “cuando las lavanderas de mi pueblo laven las ropas y las saquen tintas en sangre, ya sabrán que el Taita ha ganado y ha hecho temblar la tierra. “EN LA VILLA DE SAN LUIS DE CURA, EL CAUDILLO BOVES HACE JUSTICIA”. ESTA CIUDAD FUE FUNDADA EN EL AÑO 1.722, “La Batalla de la Puerta”, le había costado a los Republicanos Patriotas, liderizados por el Libertador Simón Bolívar, más de mil muertos, y mil quinientos soldados puestos en fuga, incluyendo a Simón Bolívar, Nariño y a toda su plana mayor, con la sola excepción del Coronel Freitas, que él mismo se voló la tapa de los sesos para no ser hecho prisionero; y Pedro Sucre, que fue conducido junto con Jalón a lomo de mula a Villa de Cura. – Por cierto, nunca antes en Venezuela se había organizado una estampida tan significativa históricamente de los patriotas, en donde Bolívar era el primero en correr, “paticas pá que te tengo” en pro de su existencia porque detrás viene Boves cortando cabezas. Nadie debe glorificar a ningún Prócer de la Independencia de Venezuela de la 1º y 2º República por grande que haya sido su participación en ellas puesto que según la historia, todos sin excepción, “tienen rabo de gamelote” (paja)… El caudillo Boves se ríe a carcajadas junto con su soldadesca, mientras que las doscientas cabezas cortadas a los patriotas, se iban amontonando al pie del árbol llamado “matapalo”. Trescientos hombres más, fueron colgados de las frondosas y elegantes Ceibas, como haciendo guardia, desde la Puerta a Villa de Cura. A la ciudad sólo llegaron vivos: Pedro Sucre y el Coronel Jalón. – Jalón fue tratado con todas las consideraciones de su rango, a lomo de mula hizo el recorrido, desde el campo de batalla a la ciudad. A su lado “Chepino” hablaba todo el tiempo en la misma forma amable que había tenido con él desde su captura. Cuando llegaron a la Villa de Cura, fue encerrado junto con el Coronel Sucre en una casa grande, frente a la plaza mayor, tan sólo un piquete de guardia colocado en la puerta, les daba la sensación de estar detenidos. Jalón alimentó una esperanza (…) a lo mejor José Tomas olvida lo malo sucedido en San Carlos, y recuerda lo bueno, sucedido en puerto Cabello. Al fin y al cabo, ambos son españoles; y como le insinuó “Chepino” “La sangre es la sangre” y “Paisano es paisano”. – Pedro Sucre por lo contrario, no se hace ilusiones y piensa ¡Nos reservan para un mejor espectáculo,…Ya verás…Si lo puedes ver!… ¡No se equivocó el Cumanés! – Esa misma tarde fue conducido a la plaza, y ante una turba de negros borrachos y alborotadores, el Cumanés Pedro Sucre fue fusilado. Cuando Simón Bolívar firmó el “Decreto de guerra a muerte” contra los españoles y canarios, a estos últimos los estaba sentenciando a morir en la picota dos veces, una por tener el delito de haber nacido bajo la dominación de España, y la otra por ser canarios, pero Bolívar con este decreto firmado en Trujillo el día 15 de Junio de 1.813, lo que hizo fue darle al enemigo, los mismos derechos que él decía tener, o sea, si él podía matar sin piedad a todos los que habían nacido en España, o en las canarias, ellos también tenían ese mismo derecho; y eso mismito, era lo que estaba haciendo José Tomas BOVES EL TAITA PUSO EN FUGA A BOLÍVAR Y SU PLANA MAYOR. Le dice el Taita al “Chepino” antes de salir de la “Puerta”, ¡Estos mil muertos que se quedan aquí lanceados, degollados y ahorcados,…son en honor a Simón Bolívar y de su decreto de Guerra a muerte!...Mientras que él corre como un cobarde, por tener la mala costumbre de ponerse siembre a buen resguardo, en donde tenga campo abierto para escapar, pero que no se preocupe,…que algún día caerá en mis manos,…lo mismo que cayó mi amigo Jalón,…con quien tengo que emparejarme. Pedro Sucre estaba muerto, amarrado al cepo o (rollo justiciero) en el centro de la plaza, en donde los soldados, borrachos, trasnochados, se meaban, vomitaban y escupían sus últimos tragos de ron de la noche anterior. El sol ya empezaba a calentar los valles de Aragua. Dice un borracho: ¡Pronto tienen que quitar ese muerto de ese cepo! - dice otro borracho: “Para que no se ponga hediondo”, a lo que contesta el primero: ¡No!- para poner el otro, ¿Tú no sabes que el Taita trajo dos? …¡Sí!...pero eso será para festejar en la tarde. A medio día se presentó “Chepino González” y con su llaneza habitual, le dijo a Jalón: ¡Mi Coronel, el Taita Boves lo invita a almorzar. Y sin más guardia que él mismo. “Chepino” atravesó la calle hasta la casa de enfrente, donde Boves tenía su Cuartel general. Era una inmensa casa, con más de cuartel que de vivienda. En medio del patio y bajo una sombreada mata de mamón, estaba el caudillo Boves esperando a su amigo Jalón. Los dos hombres se midieron como “gallos con miedo”. El caudillo mostrando cordialidad dijo: ¡Hola Diego! – Jalón, amoscado no encontró que trato darle a Boves le martilló con saña, para luego añadir: ¡Ay José Tomas,…viejo José Tomas…estas más viejo! - ¿Cómo que te ha tratado mal el tiempo?... ¡En cambio tú…estás igualito! - ¿Tú crees? - ¡Será por fuera! – le apuntó el caudillo con la misma reticencia. ¡Pero siéntate…que tenemos que hablar mucho! ¡Que traigan vino! ordenó el Taita – Durante dos largas horas con olor a muerte, hablaron los dos hombres. – Boves le recriminaba suavemente las trastadas que le había hecho en San Carlos, pero sin sombra de rencor en su voz, tomando aquellas viejas ofensas, como si vinieran de un niño cuando lo quiso fusilar. Boves el pulpero de Calabozo, le dice: ¡Ya ves Jalón, por tu culpa me dicen Taita, si tú me aceptaras en San Carlos, yo estaría con vosotros defendiendo la Republica!, le preguntó a Jalón repetidamente por los jefes patriotas, en particular por Simón Bolívar y Mariño, ¡puesto que son los que más quiero conocer de cerca! dijo, se intercambiaron chistes, de lo bien que corrían Bolívar y Mariño en sus carreras de escape. Recordaron tiempos pasados de añoranzas en Puerto Cabello. Enjuagaron lágrimas. Pensaron en el viejo asturiano Joves, y levantaron las copas en brindis. Luego pasaron a la mesa y se comieron un suculento pastel de “morrocoy” que una de las vecinas le había obsequiado, comieron queso llanero y de postre “cabellos de angel”. Tomaron café bajo la mata de mamón del patio, y se fumaron dos largos y perfumados tabacos de Barinas. El Coronel Jalón, totalmente distendido, se veía plácido y confiado. - Cuando de repente pasos marciales y órdenes de mando le sacudieron el El silencio adormilado de la tarde, se pobló de gente armada. El canario Tomas José Morales, el lugarteniente del caudillo, apareció en el umbral vestido de gran gala, lo seguían “Chepino”, el mulato Machado y el indio “Eulogio”. ¡Ya todo está listo mi Coronel Taita! le dijo Morales luego de saludarlo militarmente, el Boves, lentamente se para de la silla y le dice a Jalón: ¡Ven con nosotros acompáñanos a esta ceremonia!.. Al salir a la puerta, el asturiano le dice a Jalón dándole una palmadita en el hombro ¡Adiós amigo,…enfréntate al destino de tu vida que tu mismo te marcaste. – Jalón sintió un escalofrío. Tres mil hombres, aproximadamente la mitad del ejército, en correcta formación, lo miraban fijamente. En medio de la plaza, al lado del rollo o (cepo) de la justicia, estaba la bandera española, un Cura y el verdugo con capucha negra. Boves apenas tenía soldados blancos en sus filas, entre todos no llegaban a un centenar. En esta ocasión sin embargo los cien españoles con el uniforme de gala de soldados regulares de su Majestad el Rey, estaban presentes en una doble fila, haciendo como un triángulo que se estrechaba al llegar al rollo o (cepo) al lugar del suplicio. Dos oficiales blancos se acercaron a paso militar a donde estaba el grupo, dirigiéndose a Boves y con mirada fija sobre Jalón, dijeron: ¡Señor Boves, entréguenos al prisionero, que ha llegado la hora de hacer justicia!...Jalón se puso amarillo, acaba de comprender el juego trágico y cruel de Boves, el cual poniéndose ferozmente serio le dijo a los oficiales: ¡Hagan justicia señores, con este traidor…con este insurgente patriota republicano!... A redoble de tambores y con el ejército dándole la espalda, Jalón fue degradado Morales le arrancó las charreteras, le quebró el sable, y le rompió la guerrera, mientras los cien españoles a lo unísono clamaban: ¡Muerte al traidor….!!!. último, tirado a un estercolero. En seguida lo ataron al rollo y le propinaron doscientos azotes. Con la espalda llagada, le dieron vuelta y lo fusilaron. Luego el verdugo lo decapitó. Puso su cabeza frita en aceite, en una jaula, y su cuerpo fue arrastrado a la cola de un caballo. UNICA FORMA QUE TIENE BOVES DE TRANSFORMAR LOS BLANCOS EN NEGROS Las noticias que continúan llegando, eran cada vez peores. El enemigo se acerca, el mulato Machado viene quemando, asesinando, y violando todo cuanto encuentra a su paso. Se a erigido como jefe de una revolución que ha decidido matar a todos los blancos mantuanos. Por su culpa, arden todas las haciendas del Tuy, un mar de cadáveres llenan las cementerios. Zamuros en círculos como humo marcan su paso como “Almas negras voladoras”, la única forma que tiene Boves de transformar a los blancos en negros… Fueron gente del Tuy los que le quemaron la pulpería a Boves, luego de violar y de masacrar a su hermana Tomasa,… ¿Qué quieren que haga?,…En Caracas no hará nada, informaba impertérrito el Conde, que estaba equivocado en todo, puesto que el Boves no tenía hermana. Lo que si tenía en Calabozo, era a Juan Caribe, y en Valencia a su mujer María Trinidad, violada y linchada. El día 03 de Julio de 1.814, la avanzada del antiguo mayordomo de don Fernando, se rodó hasta las “Cocuizas” El Mulato Andrés Machado. venia sediento de sangre. LA EMIGRACIÓN A ORIENTE Veinte Mil personas, las tres cuartas partes de la población de Caracas, se aprestan para la fuga. Esa noche la lluvia hacía más corporal que nunca a la tristeza infinita de la ciudad. La emigración se puso en marcha, el día 06 de Julio de 1.814, Caracas era un verdadero infierno lluvioso. A las cuatro de la mañana y bajo una lluvia fina y pertinaz, veinte mil caraqueños, en su mayoría mujeres, viejos y niños, pero todos de las mejores familias blancas mantuanas, salieron hacia Barcelona. Más de sesenta leguas a través de caminos sin caminos, EL NEGRO PRIMERO,JUAN PALACIOS TESTIGO DE LA EMIGRACIÓN A ORIENTE “CARACAS SE QUEDÓ SOLA”. – Desde el techo de una pulpería a la entrada de Sabana Grande, el negro Juan Palacios agazapado mira pasar al gentío de la ciudad que huye despavorido. Un largo cordón de fugitivos se contempla, que llega desde la hacienda Ibarra hasta la Floresta, LA CORTADA DE GUAYABO En Representación del caudillo Boves. Con el grueso de sus hombres El mulato Machado avanza hasta la cortada del guayabo, pasando por San José, San Diego, Carrizales, A su paso no queda casa con tejas ni blanco con vida, El Conde de la Granja, confiado del mensaje que Andrés Machado le ha dado, de que ni a él ni a su familia le pasará nada, se ofrece para ir a un encuentro con Machado. Algunos de los presentes le señalan los peligros de aquel hombre desalmado que ha jurado muerte a todo blanco mantuano. – Dice el Conde: “Yo conozco al mulato, no se les olvide que fue mi mayordomo” Don José Marcano y Mariano Herrera Toro, se ofrecen para acompañarle. El Obispo don Narciso, le da la bendición. ¡Vayan que Dios los bendiga!. Es mediodía, cuando los tres mantuanos toman el camino de la cortada del guayabo, pero a la salida del Valle, divisan el gentío formado por los lanceros de Machado. - Un pelotón de caballería, se les viene encima. Los tres delegados agitan al aire la bandera blanca y la bandera española, gritan: - ¡Viva el Rey! ¡Viva Boves!. Los rodean con aspecto feroces. Casi todos van desnudos de la cintura para arriba, algunos llevan pañuelos de colores amarrados a la cabeza. ¿Y ustedes quiénes son, y que quien?... Le pregunta un zambo colosal con cara de “cocho alzado”…”Representamos a su majestad el Rey”…contesta altivo don Fernando el conde de la Granja. – El zambo lo mira despectivo, mientras ve con codicia un prendedor de brillantes que exhibe don José Marcano en el corbatín. – “Aquí no hay más representantes del Rey, que mi jefe Andrés Machado – dice el zambo. –“Cuidado con lo que dice” le responde aún más altivo el Conde de la Granja. - Condúzcame inmediatamente ante su Capitán Machado. ¡Ya va, viejito, ya va! – le dice burlón mientras le mira la pistola que cuelga del arnés del Conde. Un pelotón de caballería se acerca. Al frente de él, viene Andrès Machado. Luce irritable y cansado. Al divisar al Conde de la Granja, se incorpora en la silla, y lo mira entre confuso y resentido. ¡Andrés!, dice afectuoso don Fernando. El mulato no responde. La situación lo cohíbe. Por meses ha acariciado este encuentro con su antiguo amo. Veinte veces se ha imaginado lo que le va a decir, y lo que le va a hacer. Veinte veces le ha dicho “viejo de mierda”, y veinte veces le ha cortado la cabeza de un machetazo. Pero ahora que lo tiene delante, se siente como siempre, abrumado por los modos del Patricio Conde. – Piensa en Tomasa su hermana, perseguida por el hijo del patrón, y escarnizada por la gente patriota del Tuy. – siente entonces que la sangre se le a galopa en las sienes. Se recuerda de la negra en el cepo la mujer de Juan Palacios – Un rugido de bestia furiosa, sale de su garganta. Las palabras se le atropellan. Salen insultos a borbotones, los llama traidores, cabrones y aprovechadores. Don Fernando empalidece. Andrés Machado, se le acerca. Tiene el rostro contraído y un largo sable en la mano. Mariano Herrera y José Marcano prudentes dan vuelta entera y salen en estampida como alma que lleva el diablo. Pero tienen el tiempo suficiente para ver como Andrés Machado deja caer sobre el cuello del Conde de la Granja, todo el peso de su espada. La cabeza se desprende en seco y cae roleteando por el suelo. LA CABEZA DEL CONDE DE LA GRANJA Corre carajo, que detrás lo que viene es candela. – De tanto correr, llegaron a Mampote, todos hediondos, por casualidad toman un descanso bajo la sombra de una Ceiba, de donde pende de una de sus ramas, un recién ahorcado. : GERMAN ROSCIO SE SALVA DE MORIR EN EL CEPO. El Dr. Germán Rosco sale del cepo todo magullado con cara torturada y lleno de excrementos, no reconoce a su benefactor. El ex presidario tampoco se lo recuerda, pero lo toma en brazos al tiempo que le acaricia su cara dándole un beso en la frente, lo lleva a una banca y le lava la cara, y le limpia todo el cuerpo, tal cual fuese su padre. – Con voz enérgica, ordena que le traigan un plato de sopa caliente, y de inmediato lo trasladen a la cama de una casa vecina…… Tomando al sargento por el correaje, le pregunta su nombre y le dice… “Mire usted sargento, me responde usted por su vida”, al tiempo que le devolvía las llaves del cepo, le ordenó de no movilizar para nada a este hombre, que pongo bajo su cuidado y custodia…¿oyó?..Si señor responde atemorizado el mulato. Boves salió a galope tendido, se corrió las cinco cuadras que lo separaban del despacho de Monteverde. Allá con voz suplicante, le pidió al capitán canario, “Piedad para con el abogado patriota”, a quien le debe su libertad cuando purgaba su pena de pirata y contrabandista en Puerto Cabello. A Monteverde, le hace gracia la historia tan sincera del Boves, y le dice: “Ya decía yo, que tu tenías algo de marino”; por algo Eusebio Antoñanza, y yo, te queremos tanto y te sentimos como gente nuestra”…. Luego le explica: ¡pero mira Boves, el doctor Roscio, es una de las figuras más connotadas de la insurrección, y que por eso hay que ser duro con él. Pero finalmente ante los ruegos de Boves, accede a que el prisionero, sea trasladado a una de las celdas de las monjas Concepciones. Se le dará asistencia médica en vista de su mal estado… El convento de las monjitas Concepciones, ocupa una manzana de la plaza mayor, por orden de Monteverde, Boves fue el encargado de trasladar al prisionero y de hacer los trámites con las autoridades del convento… “Lo cuidaremos bien” le contestó con voz helada “Sor de las llagas” Superiora de la congregación…Una hermana estará al cuido del enfermo, hasta que se reponga totalmente. Todas las tardes José Tomás, visitaba al prisionero, que al tercer día ya tenía mejor semblante. El cuarto día José Tomás, le contó quién era él, y el ¿porqué? De su actitud. El abogado se lo agradeció con una sonrisa. Una de tantas veces que José Tomás hablaba con Roscio, entró al calabozo una monjita. Roscio se la presentó:…¡mira José Tomás, esta es la hermanita que me ha estado cuidando todos estos días!... La muchacha se volteó hacia José Tomás…Y José Tomás de repente, se encontró con los ojos de “Eugenia” vestida de novicia…José Tomás, sin poder contenerse exclamo: ¡Cónchale doctor Roscio, con razón se ha recuperado Ud., tan pronto! EUGENIA BLANCO PRIMA AMANTE DE BOLÍVAR. La sobrina de Doñana, entornó impúdica los ojos, y abrió la boca. José Tomás tuvo la sensación de que estaba tan prisionera como el doctor Roscio. “Eugenia”, era sobrina de “Doñana”, y estaba en el convento castigada porque la habían encontrado varias veces haciéndole ojitos al mayordomo de la granja, al mulato Andrés Machado El 09 de Julio, llegan unos emisarios de Caracas con varios pliegos firmados para Boves y para el gobernador Espejo, les participan la rendición de caracas, y el deseo expreso de su población, de que el caudillo pase lo más pronto posible a tomar posesión de la Capital. – Gritos de júbilos sacuden al campo realista La resistencia es inútil. Una bandera blanca se eleva en la torre de la iglesia. Es el día 10 de julio de 1.814. “Valencia se ha rendido, tres días después de Caracas”… La emigración de Caracas hacia oriente, ese día andaba por los breñales del camino abrupto de Ataira por los lados de Capaya, pretenden llegar al mar cuanto antes EN VALENCIA VENGÓ A MARIA TRINIDAD Señores,…lamento mucho tener que decirles, que las personas que voy a nombrar, quedan arrestadas desde este mismo momento, por conspirar contra mi autoridad!!!... Juan de Escalona, Francisco Espejo,… Afortunadamente para Espejo y Escalona, el presentimiento de este había sido fructífero. – Trepando paredes, pasadizos secretos, y rompiendo tejas, se habían puesto a salvo de aquella mortal redada. – Más de cincuenta hombres de los allí presentes en el baile, fueron maniatados frente a sus mujeres, y sacados a empujones a la calle, para ser lanceados – Un inmenso lamento sacudió la casa del suizo. – Lloraban a gritos destemplados las mujeres, al ver a sus hombres camino del suplicio. – Boves intentó callarlas,. – Al ver que era inútil le arrebató un látigo a uno de sus soldados, y luego de dar un cuerazo contra el piso, gritó: ¡Carajo,…se me callan,…que aquí se viene a bailar y no a llorar!!! – la que llore se va a arrepentir. – Mientras esto decía el Boves, los músicos del señor Melo, seguían rascando sus violines… ¡Fueraaaa , esos músicos pendejos,…y que los maten…!!! – Que toquen los míos, pa que baile mi gente. - ¡A ver maestro,…que me toquen el “Pi quirico”,…la tonada gachipina, que cantaba mi mulata María Trinidad!!!. – La tonada alegre sacudió la sala, las mujeres y doncellas Valencianas, se tragaban sus lágrimas, en tanto caían sobre ellas, los hercúleos soldados de caballería. – Boves borracho hacía chasquear el látigo en medio de la sala, mientras sus negros y mulatos arrastraban entre lloriqueos a las mujeres por los cuartos grandes y complacientes del hotel del suizo. La noche más aterradora que vivió Valencia en toda su historia, fue la noche del baile del “Pi quirico”. Una melodía muy antañona, pero que cantaba con mucha gracia la mulata María Trinidad Bolívar. – José Tomás Boves el Taita, se excitaba cuando escuchaba esta melodía, y le daba rienda suelta a sus pasiones amorosas frustradas, porque unos aberrados sexuales le habían violado a la mujer de sus sueños, la madre de su único hijo reconocido. Esa misma noche, el canario Tomás Morales entró en la casa de las señoritas Ulloa, donde estaban presos los oficiales patriotas, y a todos sin excepción los mató a cuchillos. – Igualmente fueron degollados todos los soldados que estaban heridos en el hospital, y al día siguiente se inició la más espantosa cacería del hombre por las calles y casas de Valencia. – Hubo muchachos que al ocultarse bajo los faldones de sus madres, fueron asesinados entre sus piernas. Quinientos muertos le costó a Valencia la promesa de paz, que había jurado José Tomás Boves en el Altar Mayor de la Catedral. El doctor Francisco Espejo y el Coronel Escalona, que habían logrado huir y esconderse en el sótano de una casa amiga, fueron denunciados por sus espalderos, el zambo Vicente, aquel muchacho que Espejo había criado como un hijo desde que era niño. Cuando camino de la plaza donde iban a ser ejecutados, Boves los saludó burlón, diciéndoles: ¡Adiós Espejo,…hasta hoy te duró tu luz! . ¿Pero quién fue francisco Espejo? : Un proyector de luz que iluminó los senderos de la Independencia de Venezuela. Un ilustre abogado, nacido en Siquiera Estado Miranda, el 16 de Abril de 1.758 – hijo de Francisco Espejo y Bárbara Caamaño Bermúdez. Francisco espejo, fue uno de los fundadores del colegio de abogados de Caracas, en el año 1.771. Siendo el primer decano de esta institución. – Desde muy temprana edad, demostró su apoyo a la causa republicana. Durante los acontecimientos del 19 de Abril de 1.810, ejerció como Fiscal de la Real audiencia. – Francisco Espejo, fue el abogado que realizo la instrucción en el proceso seguido a Cual y España, por su conspiración. En el año 1.798, participó como Fiscal en la causa seguida contra unos revolucionarios franceses en Maracaibo, y fue Fiscal militar en contra de Francisco de Miranda, por su invasión a Coro en el año 1.806.- El 19 de Abril de 1.810, firmò junto a Juan Vicente Amparan el acta de la destitución del Gobierno español, y de la nueva Constitución del naciente gobierno republicano. – Francisco Espejo, fuè el primer Presidente de la república de Venezuela, y miembro del segundo Triunvirato, hasta el día 25 de Julio de 1.812, y firmó el acta de la Capitulación con Monteverde. Como consecuencia de la Campaña Admirable, Simón Bolívar lo nombró gobernador civil de Valencia. – Cuando el Taita Boves tomó a Valencia en represalias, por el linchamiento que en esta ciudad se había hecho a su mujer María Trinidad, fusiló a media ciudad, y entre los justiciados, estaba el doctor Francisco Espejo, al que le dijo el día 15 de Julio de 1.814 : “Espejito, hasta aquí te llegó tu alumbradora”. “LA MATANZA EN CUMANÀ, TERMINÒ CON EL “PIQUIRICO” “Juan José Landaeta, coronado con la letra de: Gloria al bravo Pueblo” “La toca cincuenta veces, antes de morir” PEDRO CAMEJO SE ESTA CANSANDO DE BOVES Así no se pelea…carajo! –exclamó el brujo del Guayabal con voz quebrada y con la expresión descompuesta. –Sobrecogido por la ira, bajó Juan Palacios las escalinatas de la catedral; al tiempo que le dirigía una furibunda mirada de reproche a Boves. El asturiano se lo quedó viendo burlón y haciendo un gesto de desequilibrio, al tiempo que lo apuntaba con un dedo le dice. ¡…Mira a ese negro!!! –y una tremenda carcajada atronó en la plaza… La mantuana Carmen Mercier, la que se había escondido en la Sacristía con Eugenia Blanco y su hermana, yacía en el suelo, partida en dos pedazos, por la espada criminal de su antiguo enamorado, el negro Rondón. La matanza de civiles continuó toda la tarde. -Al día siguiente como era ya de su costumbre, Boves organizó un espléndido baile, en una de las mejores casas de la vecindad. – Mantuanos sin memoria asistieron. Lo pagaron con creces. A media noche resonó el “Piquirico”. Y todos los hombres blancos fueron lanceados, para seguir la fiesta con mujeres blancas y hombres de color. Boves estaba completamente embriagado. De súbito, su rostro embotado se iluminó. –La totalidad de esos músicos aunque fuesen pardos, eran compañeros de Bolívar, ya que salieron con la emigración de Caracas. Treinta profesores hacían sonar sus instrumentos, mientras la soldadesca borracha, danzaba en medio de cálidos bambucos. –El primer músico en ser tomado en cuenta por Boves fue: “Juan José Landaeta”. –El Boves utilizando voz de caudillo pidió silencio para rendirle un homenaje al autor del “Gloria al Bravo pueblo”. –Le ordenó que tocase cincuenta veces seguido su himno preferido, “pero completito”. Mientras que los soldados hacían un receso en el baile. –Aproximadamente una hora estuvieron los músicos, tocando el “Gloria al bravo pueblo” –Una vez que terminaron de tocar, el primer músico en ser ejecutado fue: “Juan José Landaeta” para que no echara de menos los laurees del autor, ordenó que a manera de corona de laureles, le ataran en la cabeza, la letra de su célebre composición. Con su habitual solemnidad, el mulato Landaeta, viendo a su vértigo le gritó a tiempo de salir a la calle: ¡Viva la Libertad! –a la que Boves le respondió con trompetilla. ¡Viva! la que fue muy celebrada por la concurrencia. En la acera de enfrente, una descarga cerrada, desafinó los violines. –Uno a uno, fueron fusilados los veintinueve músicos restantes. Cada cierto tiempo, Boves apuntaba a una víctima elegida, la cual era arrastrada hasta la calle vecina. Al final era tétrico y risible oír el toque nervioso y rápido del último músico, que convulsivo y aterrado, mendingaba la vida. Fue inútil, Boves lo derribo de un pistoletazo. “Se acabó la fiesta” –dijo el asturiano. ¡Ahora,… que vengan las putas!!! –A una señal suya, Andrés Machado se acercó y le dijo. “Hemos capturado 132 mujeres, jóvenes y bonitas” –dijo el mulato Juan Machado. “Eso es viendo” –Y diciendo esto se encaminaron a la catedral, donde se guardaban las prisioneras. Sentado en una silla de baqueta, y rodeado de su estado mayor, Boves ebrio y de espaldas a la plaza, ordenó el desfile de las cautivas. Interjecciones como descargas, señalaban su paso. –Durante una hora desfilaron ansiosas. –Cuando parecía haber finalizado el espectáculo, el indio Eulogio se apareció con Eugenia y María Teresa. ¡Mire lo que encontré en la Sacristía…escondiditas Taita!!! Andrés Machado, se mordió los labios al divisar a Eugenia. Juan Palacios se tornó morado. –Boves a punto de caerse de la borrachera le dirigió una mirada de apetito a tiempo que se preguntaba. “¿Dónde carajo he visto yo….a esta mujer? –Sin saber porqué, pensó en su madrina, una monja Carmelita allá en Oviedo. –Enclaustrado por el deseo gritó al mulato Machado. ¡Andrés,…llévatela al castillo…que dentro de un rato le caigo allá!!! -¡Si mi jefe! –respondió el mulato. –Eugenia marcha con desenfado, y con una expresión sonriente. –Ella si ha recordado en Boves, al Capitán de urbanos, que dos años atrás en el convento de las concepciones en Caracas, BOLÍVAR ABANDONA A EUGENIA EN CUMANA –“Eugenia Blanco, la amante de los Libertadores” Compañera de su primo bolívar. En la emigración. Hemos contado más atrás, que Andrés Machado era el caporal de la casa grande de las Mercedes y conocía bien a Eugenia, que siempre había estado enamorado de ella. El mulato Machado, era el que había entrado a Caracas el día 6 de Julio, dando inicio desde ese día a la emigración de oriente. En esta ocasión, se había encontrado con Eugenia, la que no pensaba entregársela al caudillo Boves. –El mulato salió con la encomienda de llevar a Eugenia al Castillo, pero al llegar a la calle, y tan pronto como dobló en la esquina, Andrés Machado toma a Eugenia en vilo y la monta en el caballo, llevándola de las riendas atravesó la ciudad desierta. –Poco a poco, la algarabía de la plaza se la va tragando la calle solitaria, Andrés guarda silencio. Tan sólo se oye el paso cloquearte de los caballos. Al llegar a un recodo sombrío, el hombre se detiene. Ve a un lado y a otro y rompe las ligaduras de la prisionera, en tanto que le dice. ¡Señorita…prepárese, para parar la cola…mire que en eso nos va la vida!!! –Cuando llegaron a la esquina, dieron vuelta en dirección contraria, y nadie les impidió el paso. –Dos horas más tarde se detuvieron a la orilla de un río. La luna brillaba, la arena de la playa guardaba el calor de la tarde, Eugenia sintió su contacto como una caricia y se revolcó en ella. Una dulce y lánguida quietud abrazaba el aire. Eugenia se volvió de cara toda hacia el mulato y le vio los ojos encendidos por el deseo. Con la mirada fija a pasos menudos, avanzó hasta Andrés y lo desnudó ella misma. –En la seguridad de que nadie los veía, Andrés y Eugenia, le enseñaban sus ombligos a la luna. Así entre luna y luna, pasaron toda la noche. ANDRÈS MACHADO, ABANDONA A BOVES JUNTO CON EUGENIA BLANCO “El brujo del Guayabal “Negro Primero” Juan Palacios también lo abandona” “Son recibidos en Maturín por Manuel Piar y Juanita Ramírez” -La pareja de enamorados había pasado la noche en un verdadero romance. Pero ya en la madrugada la temperatura cayó a pique, (hacía frío oriental). –Andrés Machado encendió una hoguera a cuyo rescaldo (brasas) se refugiaban los amantes como dos tortolitos abandonados por un destino muy original. –Ya para amanecer se oyó a lo lejos el galopar de un caballo. El mulato pegó el oído al suelo y luego de escuchar atentamente, dijo con suavidad. ¡Es un solo caballo el que viene…ocultémonos tras los matorrales! -Atrás se quedó Eugenia y el mulato se agazapó adelante, con la esperanza que el desconocido se acercara al fuego. -¿Quién podría ser, el hombre que corría impunemente de una trinchera a la otra? - El paso del caballo se acercaba, tal y como lo había supuesto Andrés Machado; el desconocido se acercó a la hoguera. –El mulato Andrés se quedó sorprendido, al ver que el caminante era Juan Palacios “El brujo del Guayabal”. Este, con la tranquilidad que le caracterizaba, echó la vista para todos los lados. Luego con una brasa que tomó del rescaldo, encendió un tabaco. –Chupó largo una bocanada…y otra, con la mirada puesta en el infinito más allá de las trincheras patriotas, como adivinando algo (…) –Estaba serio y triste. –Luego se le iluminó la cara con una sonrisa. –Se puso en pie y montándose sobre su caballo se alejó, buscando la línea patriota. -Dos días más tarde cuando Boves salió de Cumanà camino de “Úrica”, Andrés Machado y Eugenia, ya alcanzaban al ejército patriota. –El General Manuel Piar, al verle la cara al mulato Machado y a la bella Eugenia que traía consigo, a él no vaciló en ratificarle su cargo de Capitán de los ejércitos patriotas y a ella la recomendó personalmente con “La avanzadora” Juanita Ramírez. -El mismo día, una hora antes, un retén patriota había detenido a Juan Palacios en las cercanías de Cariaco. Mientras los soldados le apuntaban, un Teniente le preguntó, ¡épa negro! ¿Quién eres…y que quieres? … Soy un venezolano que anduvo con Boves y quiero servir de ahora en adelante a la causa de la libertad. -¡Bienvenido compatriota…Ven con nosotros!!! –le respondió el oficial. - ¿Cómo te llamas compañero? … “Juan Palacios” ¿Se inventó ese nombre? ¡No, también me llaman el Negro Primero y el brujo del Guayabal. -La deserción de Juan Palacios y de Andrés Machado, más aún llevándose a su “Ninfa”, la que debería estar en el castillo esperándolo. –Sumieron al caudillo Boves, en una agudizante ira y un pronunciado abatimiento. Por varios días se emborrachó hasta caer exhausto, entregándose a toda clase de exceso. –Dio órdenes de no dejar vivo ni a un solo blanco en Cumanà. – Cuando salió de Cumaná, la orden había sido cumplida a cabalidad. De esta “degollina”, no se salvaron ni los mismos blancos, que militaban en sus filas. Para satisfacción general del pardaje, que así se lo pidieron, más de cincuenta españoles fueron asesinados el mismo día en que Boves salió de Cumanà, en dirección a “Úrica”, donde lo esperaba el canario Morales, acampado con tres mil hombres. EL PRIMER CAUDILLO DE VENEZUELA FUE JOSÉ TOMÀS BOVES EL TÀITA Fue el verdadero Libertador de los esclavos, negros, pardos y mulatos Murió en la Batalla de Uríca, el día 04 de Diciembre de 1.814, “Enguayabado” Boves y el caballo Urogallo -José Tomas Boves el Taita de los llanos, con su caballo llamado el “Urogallo” que le regaló su amada Inés Corrales, se enfrenta en “Urìca” a José Félix Rivas, Bermúdez, y a su compadre, también llamado el Taita de la Cordillera, Pedro Zaraza. -Dice el caudillo Boves antes de dar la orden de: “carguen”. ¡Yo puedo morir en esta batalla, pero mis hombres terminarán con las tropas republicanas patriotas –sus cabezas serán cortadas y fritas en aceite,…Y tendrá fin, la llamada segunda Republica, en esta inmortal “Batalla de Urìca”. ¡Carguen,…adelante, hasta la muerte!!! –Como un dique que se revienta, se desbordaron los lanceros sobre las tropas patriotas que venían desenfrenadas. –Pero el caudillo Boves, se quedó trabado, como si una fuerza misteriosa le agarrotara las patas a su caballo. - ¿Qué pasa? –dijo Boves: ¡Arre Urogallo! –ordena imperioso, pero sólo logra que la bestia se le pare en dos patas cuando le hincó las espuelas. –El choque de los lanceros de Boves, cubrió el pantano de lamentos, sangre e insolencias. –El batallón “Tiznados” con su jefe trabado en la retaguardia, ha despedazado a los patriotas que huyen en desbandadas hacia la sabana perseguidos por los hombres del asturiano. –Pero Pedro Zaraza, alertado por el trabamiento en que estaba Boves con el Urogallo, seguido de seis lanceros ha transpuesto la línea y corre desaforado en un lance homicida hacia el caudillo, que con la bestia paralizada, está inerte frente al enemigo. ¡Arre Urogallo!!! –grita desesperado el caudillo, mientras ve venir convergente seis lanzas que buscan su cuerpo. A la cabeza del grupo, viene su compadre Pedro Zaraza y su lugar teniente Machado Belisario. -¡Arre Urogallo! ¿Qué te pasa Urogallo?... -Inés, ¿Porqué me regalaste este caballo? -Los ejércitos republicanos comandados por José Félix Rivas, Bermúdez y Zaraza, entre otros patriotas, fueron perseguidos por las tropas del caudillo Boves, sin saberse que el caudillo ya estaba muerto. A QUÍ DESCANSAN LOS RESTOS DEL CAUDILLO BOVES FIN