GUÍA: Acciones en centros educativos en apoyo a la campaña

Transcripción

GUÍA: Acciones en centros educativos en apoyo a la campaña
GUÍA:
Acciones en centros educativos en apoyo a la campaña #Reúne, familias que buscan.
Material elaborado por el Movimiento ciudadano Para que no se repita, invitando a maestros a participar con sus aportes
 Estimado lector o lectora/ colega:
Te hacemos un llamado para que te sumes a la iniciativa de la Coordinadora Nacional de
Víctimas de la Violencia Política – CONAVIP quienes con apoyo del Movimiento ciudadano
Para que no se repita y otras instituciones están impulsando la campaña #Reúne (familias que
buscan). La campaña propone conocer las historias de 4 personas desparecidas entre los
años 1980 y 2000, y sumarnos a la causa de sus familiares para intensificar su búsqueda.
Estamos realizando acciones conjuntas de difusión y movilización que permitan que más
peruanos y peruanas conozcan y se sensibilicen frente a la situación que viven los familiares
de las personas desaparecidas quienes a pesar de los esfuerzos del Ministerio Público no han
podido encontrar los restos de sus seres queridos y darles una sepultura digna.
A los maestros, maestras y formadores de líderes de todo el Perú los invitamos a abordar esta
problemática promoviendo la LECTURA DE TESTIMONIOS y una VIGILIA POR LA PAZ con
sus estudiantes y, si es posible, con toda la comunidad educativa, en sus instituciones,
organizaciones y localidades.
A continuación, te alcanzamos una propuesta sobre estas actividades y te sugerimos que,
como docente o formador/a de líderes, comprometido/a, prepares una actividad didáctica para
realizar con tus alumnos y alumnas o desarrolles acciones movilizadoras para diferentes
grupos.
Sería oportuno que compartas tus acciones enviándolas al siguiente correo electrónico:
[email protected],
las
colgaremos
en
las
redes
sociales
(ww.facebook.com/ReunePeru ) y la página web www.paraquenoserepita.org.pe. De esta
manera ayudarás a que otros docentes y líderes se animen a participar apoyando la causa de
los familiares de los desaparecidos y hacer un camino humanitario que permita dar soporte a
los familiares y nuestra sociedad en su conjunto.
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Primera Actividad: “Lectura de testimonios”
Motivando la participación y el diálogo en los alumnos y líderes:
¿Has escuchado alguna vez un testimonio sobre personas desaparecidas?
¿Cómo te enteraste?
¿Qué pudiste conocer?
¿Cuál fue tu reacción?, ¿Qué es lo que más te impresionó?
Explorando nuestra historia…
En el Perú antiguo, y en casi todas las culturas del mundo, cuando los grupos o colectivos
pierden a uno de sus miembros los líderes o familiares más cercanos muestran interés y
preocupación por encontrar con vida a la persona desaparecida o recuperar su cuerpo en caso
de fallecimiento.
El cuerpo de una persona que fallece es cuidado y enterrado mediante distintos ritos según las
costumbres o creencias de los grupos. Casi todas las culturas del mundo entierran o dan
sepultura a sus muertos.
En el Perú antiguo se realizaban distintos ritos de entierro. En zonas de la costa, las tumbas
estaban conformadas por cámaras funerarias bajo el suelo y se techaban. En zonas de la
sierra, las tumbas las colocaban en cuevas naturales o artificiales y estas se hallaban en los
cerros. Algunos incas como los aymara conservaban a sus difuntos sobre el suelo y alrededor
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construían un mausoleo que consistían en gruesos bloques de piedra. Durante el Virreynato los
rituales sufrieron algunas modificaciones sin embargo, y hasta hoy se conserva la práctica del
entierro.
Los incas pensaban que el bienestar en el ayllu dependía de la buena conservación de sus
muertos (antepasados). Visitaban a sus muertos por lo menos una vez al año, celebraban la
fiesta de los difuntos, que en quechua es aya marcay quilla. En la actualidad gracias a esas
costumbres se celebra el día de los difuntos en el mes de Noviembre.
En la actualidad, en el Perú, existen alrededor de 16 mil personas desaparecidas entre 1980 y
2000. Sus familiares, no han cesado en la tarea de buscar sus cuerpos, ni han perdido la
esperanza de darles un entierro digno a pesar de los años. Es probable que su búsqueda no
cese mientras no hallen el cuerpo de sus familiares, pues sin la evidencia de su muerte no es
posible iniciar el duelo o descartar que se encuentren con vida.
Recordando nuestra historia…
¿Por qué compartir testimonios y recordar a las personas desaparecidas? ¿Cuál es su
importancia ahora?:
A partir de este texto se pueden realizar diversas actividades que ayuden a los alumnos a fijar
la información recibida, como por ejemplo:
 Realizar, en grupos, la lectura de testimonios (4) de las personas desaparecidas.
 Presentar como un elemento de aproximación a la situación contada fotos de las personas
desaparecidas y los Quipus de la memoria tejidos por los familiares de las personas
desaparecidas.
 Investigar sobre las historias o personas desaparecidas en su localidad entre 1980 y 2000.
 Motivar a los estudiantes a tejer un quipu en memoria de los desaparecidos de su
localidad.
 Motivar a los estudiantes a escribir una carta para mostrar su solidaridad con las familias
de las personas desaparecidas, etc.
La lectura de testimonios es un recurso que permite unirnos y mostrar nuestra solidaridad
porque:
 El testimonio es un recurso que ofrece al o la participante la vivencia de la familia de los
desaparecidos y los motiva a tomar una acción de empatía a través de la redacción de un
mensaje dirigido a los familiares de la persona desaparecida.
 Este recurso puede ser empleado en centros educativos o espacios públicos, con
adolescentes, jóvenes y público general.
 Existen alrededor de 75 mil peruanas y peruanas que no han podido dar entierro digno a
sus familiares desaparecidos durante 1980 a 2000.
 La imposibilidad de hacer duelo o tener certeza de la pérdida es una condición que daña la
salud mental de las personas que viven el drama de la desaparición de un familiar.
 Las normas existentes para atender la desaparición de personas en el país necesitan ser
modernizadas. Darles a los familiares la oportunidad de recuperar los cuerpos de sus seres
queridos en tiempos muy cortos, que alivien su sufrimiento y les permitan recuperar la
tranquilidad de haber cumplido con su deber como familiar (hermano, hermana, padre,
madre, hijo, hija, abuelo, abuela, esposa, esposo), de darle entierro.
 En el país existen opiniones encontradas sobre lo ocurrido durante 1980 a 2000, una
herida profunda ocasionada por las situaciones que se produjeron durante esta época de
violencia. Personas que perdieron a sus seres queridos por lo abusos de los terroristas o
los militares; familias y comunidades enfrentadas o dividas. La violencia de 1980 a 2000 es
la situación más terrible que le tocó vivir a nuestro país. Todos y todas estamos
convencidos que no puede ni debe repetirse la barbarie.
 Promover la búsqueda de las personas desaparecidas nos abre un camino a la paz, y a la
solidaridad con quienes siguen sufriendo, nos da la oportunidad de hacerles conocer
nuestro apoyo como sociedad.
Preguntas a trabajar con las/los estudiantes y líderes:
 ¿Conocías esta situación? Comparte con algunas de tus experiencias con tus
compañeros/as.
 ¿Cómo te has sentido al escuchar el testimonio?, ¿Cómo te sentirías si te pasara a ti?
 ¿Crees que se deben modernizar las normas para que las familias de los desaparecidos
puedan recuperar prontamente sus cuerpos?
 ¿Qué puedes hacer?
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Los mensajes o quipus que se elaboren podrán ser entregados a los familiares de los
desaparecidos de la localidad o ser remitidos por el grupo que implementa la
campaña a la Secretaría ejecutiva del PQNSR para que en un acto simbólico haga
entrega de las cartas a los familiares de las personas desaparecidas que han
compartido sus testimonios (21 de setiembre).
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Segunda Actividad: “Vigilia por la Paz” (llamado de solidaridad con los familiares de
personas desaparecidas durante 1980 a 2000)
Motivando la participación y el diálogo en los alumnos y líderes:
¿Haz participado alguna vez en una vigilia?
¿Cuál fue el objetivo de la vigilia?
¿Has necesitado algo para la vigilia? (implementos)
¿Qué experiencia te dejó la vigilia? ¿Tuviste alguna anécdota o hecho que recuerdes?
Explorando nuestra historia…
La paz puede y es definida de distintas formas, en los variados contextos. Se suele utilizar la
palabra PAZ para referirse a la ausencia de guerra o de la violencia. La paz puede ser
entendida como un estado de tranquilidad, sosiego, o bien como una ausencia de disturbios o
de agitación. Independientemente de su significado, la paz es un estado que deseamos y
buscamos todos/todas, y una condición muy necesaria en la educación de futuros ciudadanos.
El Día Internacional de la Paz fue creado en 1981 por la Asamblea General de las Naciones
Unidas (ONU) como un llamamiento a afirmar nuestro compromiso permanente con la Paz (por
sobre cualquier interés o diferencia) a través de la solidaridad y del respeto a los derechos
humanos.
¿Por qué hacer una vigilia por la Paz ahora?
Creemos que el desasosiego en que viven los familiares de las personas desaparecidas por la
ausencia de sus familiares y la imposibilidad de darles entierro nos compromete a todos los y
las peruanas. Es tiempo de manifestarles nuestra solidaridad y hermanarnos con su causa.
La vigilia es un llamado también a las autoridades a atender su demanda, y a las/los
ciudadanos a demostrar nuestra empatía.
Recomendaciones y sugerencias adaptadas a la realidad de cada institución o localidad:
1. Lugar: Patio de la institución educativa o una plaza o un parque de la localidad.
2. Fechas y lugares: acordes a la realidad de la institución (hasta el 21 de setiembre).
3. Formación: circular cuando sea posible.
4. Participantes e invitados:
 Directores, docentes, alumnos, alumnas, padres y madres de familia,
 Representantes de asociaciones de afectados y familias de personas desaparecidas,
 Defensoría del Pueblo, Movimiento ciudadano Para que no se repita,
 Autoridades
 Comunidades educativas, iglesias, gremios, funcionarios, asociaciones varias.
 Músicos (de la institución educativa o invitados)
5. Materiales: distribuir testimonios, hojas impresas con la ceremonia o con las partes en que
todos cantan el coro de la campaña. Instrumentos musicales (si los hubiera) como pututo,
quena, zampoña, otros
6. Personajes a homenajear: representantes o familiares de las personas desaparecidas de la
localidad
7. Acto simbólico: entrega de cartas de solidaridad a familiares de personas desaparecidas de
la localidad y firma de petitorio a favor de la Ley de búsqueda de personas desaparecidas
de 1980 a 2000.
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Testimonios #1
César Rafhael Jerí Patiño (Rafito)
Nació en Lima el 20 de mayo de 1976, cumple años el mismo día
que su papá, y es el mayor de sus hermanos.
“Era un niño que amaba a su familia, tenía 15 años, no
militaba en ningún partido político, le agradaba mucho leer,
no simpatizaba con ideas extremistas, y era fan declarado
de Pink Floyd, su banda de rock favorita” (J.J).
Cursaba el 5to año de secundaria en el Colegio Claretiano de
Huancayo (Junín) y jugaba para la selección de básquetbol de su
colegio. La última vez que fue visto por sus padres, el 9 de abril de
1992, llevaba puesto su uniforme escolar, se dirigía a su colegio
ubicado en la urbanización San Carlos, muy cerca de su casa.
En San Carlos todos los días aparecían personas muertas por las
acciones subversivas o contra subversivas.
En 1990, en el camino hacia su colegio, César fue interceptado por
miembros del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA)
quienes acostumbraban secuestrar a alumnos de su colegio por
algunas horas, torturarlos y amenazarlos para que se enrolaran a su
agrupación so pena de muerte; otras veces solían pedir rescates.
Aquella vez, César ofreció su bicicleta y un artefacto eléctrico en
compensación de su libertad, los subversivos accedieron y le
pidieron que no denunciara el hecho; él no los denunció para no
preocupar a sus padres. En 1992, César volvió a ser amenazado y
secuestrado por miembros del MRTA quienes finalmente no lo
dejaron volver a su casa.
Desde entonces sus padres, don Julio y doña Ana, lo buscaron en
morgues, hospitales y comisarías sin obtener respuesta sobre su
paradero. Los mecanismos legales para encontrarlo no han dado
frutos y hoy buscan una Ley que permita la pronta ubicación del
cuerpo de su hijo.
“No hay día en que nosotros cerremos los ojos, al
anochecer, o al abrirlos al amanecer, que no nos
preguntemos que ha pasado con nuestro hijo. (…), en el
fondo de mi alma hay un ser triste, pienso que no puede
haber un hecho más dramático que perder un hijo” (J.J).
Mensaje para la familia Jerí Patiño:
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Testimonios #2
Zósimo Tenorio Prado
Nació en Ayacucho el 4 de enero de 1955. Era carpintero metálico
y trabajaba en su propio taller. Estaba casado con Adelina García
Mendoza, con quien tuvo solo una hija.
“No pensábamos que nos iba a afectar la violencia en carne
propia. Yo tenía 20 años y el 27 cuando desapareció. Lo he
buscado entre los muertos, entre los desequilibrados que
merodeaban las calles pensando que con tanto golpe o
tortura tal vez había perdido la memoria, pero nunca lo
encontré” (A.G).
Zósimo gustaba de su trabajo, y estaba ahorrando para comprar
un terreno para vivir con su familia en una casa propia, más
grande. Guardaba sus ahorros bajo su colchón y hacía planes
sobre el futuro de su familia con Adelina. No estaba involucrado en
actividades políticas, su rutina diría consistía en desarrollar
actividades propias de su oficio y volver a casa para ver a su
esposa.
El 01 de diciembre de 1983, cuando dormían, 25 encapuchados
entraron a su casa derrumbando la pared de la entrada. Patearon
la puerta de la habitación dando gritos, insultos y amenazas; los
interrogaron, preguntaron por él.
Zósimo se identificó e inmediatamente lo llevaron sin especificar el
motivo de su detención, y sin una orden judicial de por medio.
Adelina preguntó a los encapuchados los motivos de la detención,
quiso detenerlos, pero recibió un golpe que la dejó desmayada.
Horas más tarde inició la búsqueda de su esposo, y desde
entonces no ha parado. Invirtió el dinero que tenían ahorrado en la
búsqueda de su esposo pero nunca lo encontró. Los oficiales del
Ejército le dijeron que su esposo estaba detenido en el Cuartel Los
Cabitos 51. Durante su búsqueda pudo conocer a otras mujeres
que como ella buscaban a sus seres queridos, con ellas al poco
tiempo formaron la Asociación Nacional de Familiares de
Secuestrados, Detenidos y Desaparecidos del Perú – ANFASEP.
Individual y colectivamente recorrió
diferentes lugares de
Ayacucho, Huatatas, Infiernillo, entre otros.
“Siempre vamos a buscar a nuestros familiares, nunca los
vamos a olvidar. Queremos darle cristiana sepultura, tal vez
así vamos a descansar. Si los hubiéramos enterrado y
hubiéramos visto su tumba, tendríamos un sitio donde llevar
un ramo de flores, en su cumpleaños, día del padre (...), por
eso vivimos en tortura” (A.G)
Mensaje para mamá Adelina García y su familia:
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Testimonios #3
Candelario Raymundo Cuarite De La Riva
“Con la ley policial, después de tres años lo dan por fallecido
y ahí no más queda. No podemos pasar la página, es
desesperante, psicológicamente uno se enferma, los hijos
enferman. (…) Mis hijos extrañaban a su papá, les hace falta”
(L.A).
A Candelario le gustaba la vida militar. Se incorporó al Ejército
muy joven. Cuando formó su familia con Lilian Araujo dejó el
Ejercito y se interesó en ser miembro de la Policía Nacional;
ambos trabajaron para lograr el sueño de Candelario. Con sus
ahorros postuló a la Policía, donde alcanzó el grado de Sub
oficial.
A pesar de los peligros él creía firmemente en su vocación. Fue
destacado a Huánuco, Aucayacu y Tingo María para desempeñar
su trabajo, su familia se mudó con él por doce años. Cuando sus
hijas e hijos empezaron a estudiar se asentaron en Huánuco.
Candelario tenía muchos sueños, quería estudiar derecho, y
quería que sus hijos varones se involucraran también en el mundo
militar.
En 1991, en Tingo María, fue desaparecido por Sendero
Luminoso. Había salido a un lugar alejado del centro del pueblo,
un grupo de subversivos uniformados como miembros del Ejército
se lo llevaron a un pueblo alejado donde presuntamente habría
fallecido.
Lilian recibió la noticia a través de su compadre, quien le envió
una carta desde Tingo María; ella llevaba unos días sin poder
hablar con él. Desesperada buscó información en la Comandancia
Policial y en los pueblos donde habría desaparecido su esposo.
Nadie le dio mayor información, todos vivían atemorizados por la
presencia de Sendero Luminoso. En aquella época este grupo
terrorista tenía como práctica la mutilación (les cortaban la lengua
a los “soplones”) y otros castigos físicos con los que intimidaba a
la población local.
“Cuando conocí a mi esposo fue una cosa muy bonita, era
muy educado, respetuoso. Tengo esperanza de que algún día
Mensaje para Lilian Araujo y su familia:
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Testimonios #4
Rigoberto Tenorio Roca
Nació en Cangallo, Ayacucho, el 4 de enero de 1944.
Era sub oficial y profesor de Instrucción Pre Militar en el
colegio Gonzáles Vigil de Huanta. Se casó con Cipriana
Huamaní Janampa con quien tuvo 8 hijos.
En 1971 fue destacado a Huanta para desempeñar sus
labores; allí creció su familia, su esposa y sus hijos
permanecieron a su lado durante hasta su desaparición.
El 7 de Julio de 1984, Rigoberto y Cipriana viajaban a
Huanta con dirección a la ciudad de Ayacucho para
averiguar cuándo iniciarían las labores de Rigoberto en
aquella ciudad. El bus en el que viajaban, de la empresa
de Transportes “Hidalgo”, fue detenido por personal de la
Infantería de la Marina quienes acostumbraban a hacer
inspecciones.
Rigoberto no temía por su vida, no estaba vinculado a
organizaciones políticas y era miembro de la Policía
Nacional. Cuando lo detuvieron un efectivo murmuró:
“aquí hemos encontrado a un Tenorio”, vinculándolo a
presuntos senderistas. Rigoberto le pidió a Cipriana no
bajarse del autobús, ella apenas pudo verlo cuando
subió a la tanqueta de la Infantería. Esa fue la última vez
que vio a su esposo con vida; a sus 40 años, apreciado
por la comunidad educativa donde trabajó como
instructor, era inspiración y soporte de muchos jóvenes.
Horas más tarde Cipriana, sola y a cargo de 8 hijos,
comenzó su búsqueda, con temor y esperanza de
volverlo a ver. Acudió a varias dependencias estatales
sin encontrar respuesta certera.
Posteriormente tuvo que dejar Ayacucho, pero continuó
su búsqueda desde Lima donde junto a otros familiares
de personas desaparecidas fundó el Comité Nacional de
Familiares Detenidos y Desaparecidos (COFADER).
“No quería irme de Huanta mientras no encontrara a
mi esposo. Me fui a Lima, y parecía que me estaba
negando a buscar a mi esposo. Los primeros años
fueron muy duros, tristes y traumáticos para mí y
para mis hijos; todavía no nos recuperamos,
queremos enterrarlo” (C.H).
Mensaje para Cipriana Huamán y su familia:
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Testimonios #5
Martín Cayllahua Galindo
Nació el 21 de junio de 1962. Era Secretario de la
Municipalidad distrital de Chuschi, ubicado en la
provincia de Pamapa Canagallo, en Ayacucho. Estaba
casado con Irene Huamaní Conde, tenían 4 hijos.
“Queremos ver su cuerpo, aunque sea sus huesos,
para poder rezar una oración, llorar y darle una
cristiana sepultura. Eso nos podrá aliviar de tanto
dolor y sufrimiento que padecemos” (I.H).
En 1990, Pampa Cangallo y otras provincias de
Ayacucho fueron intervenidas por las fuerzas militares
que buscaban detener el avance de los grupos
terroristas. En Pampa Cangallo la base contra
subversiva solicitó a las autoridades y comuneros de
Chuschi prestar apoyo a su estrategia formando
rondas campesinas que se enfrentarán a Sendero
Luminoso. Las autoridades de Chuschi no atendieron
el pedido.
La noche del 14 de marzo de 1991, el alcalde de
Chuschi, Manuel Pacotaype Chaupin (32 años); el
Teniente Gobernador, Marcelo Francisco Cabana
Tucno (22 años); el secretario de la Municipalidad,
Martin Cayllahua Galindo (30 años); y el comunero
Isaias Huamán Vilca (18 años) que cursaba 2do año
de secundaria fueron los detenidos por miembros de la
base militar, acusados de ser terroristas. Martín fue
sacado a empellones de su casa, en presencia de su
esposa y de su hijo Santos Cayllahua.
Esa misma noche, los familiares de los desaparecidos,
incluida Irene y el padre Martín, Víctor Esteban
Cayllahua Micuylla, fueron al puesto policial de
Chuschi a preguntar sobre el paradero de sus
familiares. No hallaron respuesta.
La pérdida de las autoridades dejó intimidada a la
comunidad de Chuschi; las víctimas dejaron viudas e
hijos huérfanos quienes enfermaron de desnutrición.
“yo recuerdo claramente cuando se llevaron a mi
padre, el día de su desaparición” (S.C).
Mensaje para Santos Cayllahua y familia:
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