Ciencias 1 - La Ciencia en tu Escuela

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Ciencias 1 - La Ciencia en tu Escuela
 Ecosistemas ­ Sesión 1 Aprendizajes esperados ● Reconocer algunas interacciones que ocurren en un ecosistema. ● Reflexionar acerca de la influencia de los seres humanos en la transformación, control y regulación de algunos ecosistemas. ● Discutir, aclarar y enriquecer los conocimientos previos con respecto al tema de ecosistemas y sus transformaciones. ● Comprender los niveles de organización en el ecosistema (individuo, especie, población, comunidad). ● Apreciar la interdependencia de los seres vivos. ● Comprender el concepto disolución​
. ● Relacionar el concepto disolución​
​
con problemas de contaminación ambiental. ● Apreciación de las relaciones entre un todo y sus partes. ● Conciencia de los cambios producidos por las actividades humanas en el medio ambiente físico. ● Conciencia del impacto que tienen las actividades humanas en otros seres vivos. Información preliminar El enfoque del programa de primaria para la asignatura de Ciencias Naturales pretende que los alumnos tengan varias oportunidades para realizar actividades de síntesis que les ayuden a construir nociones importantes como la de “ecosistema” y puedan integrar, poco a poco, una visión más amplia y completa del medio en el que viven, basada en las múltiples interacciones entre los elementos que lo conforman. La integración de los fenómenos naturales se da en su totalidad, de allí que el alumno debe estudiar diversos campos que componen las ciencias naturales desde el punto de vista de sus interrelaciones. La comprensión de los problemas relacionados con el mantenimiento del equilibrio ambiental y el papel que el hombre juega en el mismo, es fundamental en las generaciones en formación. Para lograr lo anterior, es necesario que el docente tenga un mayor dominio de los conocimientos que se asocian a los sistemas ecológicos; de ahí la importancia de abordar los contenidos que se proponen en este bloque. En las clases de ciencias naturales los maestros solemos manejar los conceptos ecológicos de una manera descriptiva y parcial, esto se debe a que encuentran grandes dificultades para la contextualización e integración de los conceptos. A lo largo de las actividades propuestas en este bloque se pretende apoyarlos para que puedan reconocer los conocimientos que tienen sobre el tema, así como enriquecer y ampliar la información de base con la que cuentan para lograr un mayor nivel de comprensión, integración y aplicación de conocimientos en el salón de clases. Introducción Un aspecto importante en el estudio de los seres vivos y su medio es la interacción que se da entre ellos, y que propicia el paso de la materia y de la energía del medio a los seres vivos, de unos seres vivos a otros, y de los seres vivos nuevamente al medio. Actividad 1: ¿Qué sabes de los ecosistemas? Comenta con tus compañeros de equipo las siguientes preguntas: ● ¿Por qué son tan importantes los ecosistemas? ● ¿Qué hace cambiar a los ecosistemas? ¿Cómo se transforman?, ¿Para que los transformamos? ● ¿Qué pasará si seguimos transformando los ecosistemas? ● Comparte con el grupo las conclusiones del equipo y registra las principales ideas y escríbelas a continuación. Actividad 2: Asociación de palabras. ● Anota aquí las palabras que se asociaron a ​
ECOSISTEMA: Actividad 3: El diccionario científico.
Las ciencias naturales, al igual que las demás ciencias, utilizan un lenguaje particular para describir y abordar sus temas. Este lenguaje está constituido por representaciones teóricas, construidas según un modo particular de interpretar la realidad y, para comprender estas construcciones teóricas, se requiere tener los conocimientos necesarios que permitan acercarse a dicha interpretación. Por esta razón, no debe darse por supuesto que los niños por sí solos pueden interpretar un término científico; por lo general, son poco comunes para ellos y los emplean de manera imprecisa o con un sentido diferente. Los alumnos de quinto grado deberán entender que explicar los fenómenos y procesos naturales implica, entre otros aspectos, aprender a emplear un lenguaje particular, que a pesar de ser complejo, pueden incorporarlo a su lenguaje cotidiano. Para lograrlo, es importante reflexionar y explicar estos términos y es también necesario utilizar estrategias específicas, como la elaboración de un diccionario científico, para habituar a los alumnos a seleccionarlos y organizarlos dentro de un contexto. El uso del diccionario científico presupone e implica el manejo de todo un conjunto de habilidades, estrategias y criterios de organización y resulta una actividad muy formativa. Usarlo sistemáticamente promueve el uso de un lenguaje más apropiado. En su elaboración es conveniente evitar no copiar las definiciones del diccionario; en lugar de ello, se propone propiciar una reflexión de su significado, mediante una discusión grupal. Lo importante al elaborar el diccionario científico es explicar los conceptos con sencillez y claridad, utilizando un ejemplo y una ilustración. La idea es que realmente la palabra tenga un significado para quien lo elabora. Posteriormente, se propone apoyar y orientar a los niños para consultar otras fuentes de información que les permita avanzar en su nivel de explicación. Hay diversas propuestas para elaborar el diccionario científico y una de ellas puede ser la que aquí se presenta. Diccionario científico Ecosistema Individuo Población Especie Comunidad Otro concepto Actividad 4: ¿Qué hay en una comunidad? En muchas ocasiones para poder estudiar algo y profundizar en ello, es necesario construir modelos que permitan hacer interpretaciones desde un determinado punto de vista, y para ello, debe existir un conjunto de elementos teóricos previos que se constituyen en requisitos indispensables. Material para cada equipo: ● Un tablero ● Caja con dibujos Instrucciones: ● Coloca el tablero sobre una superficie regular. Acuerda con tu asesor los nombres de los dibujos que hay dentro de la caja. Agita la caja que contiene los dibujos y vierte éstos sobre el tablero. Deja los dibujos en el lugar donde hayan quedado, asegurandote que todos queden a la vista. Identifica en tu tablero cuáles de los dibujos ejemplifican seres vivos y cuáles no. ● Registra esta información en el siguiente cuadro: Seres vivos Materia inerte ● Observa los dibujos e identifica cuáles son los vegetales y cuáles los animales. ● Registra esta información en el siguiente cuadro: Vegetales Animales Cuenta el número de individuos, especies y poblaciones, y regístralo en la tabla correspondiente. Número de individuos Número de especies vegetales Número de especies animales Total de especies Nombre de la especie Número de individuo Total de poblaciones Análisis de resultados: Compara las observaciones que hicieron en tu equipo con las que hicieron los demás y discutan: ● ¿Existen diferencias y/o similitudes? ● ¿A qué creen que se deba? ● ¿La comunidad incluye la misma cantidad de individuos y de especies? ● ¿A qué piensas que se debe la diferencia? ● ¿Puede una comunidad estar conformada como la que tú tienes en el tablero? ● ¿Por qué piensas que se colocaron los dibujos al azar en el tablero? ● ¿Cuál es la especie que tiene mayor población? Tarea ● Aplicar la estrategia del diccionario científico con sus alumnos y entregar 3 producciones de ejemplo (a manera de evidencia) de lo que éstos hicieron. ● Entregar un comentario de la lectura: “Señorita, ¿ese factor es biótico o abiótico?” de Laura Irene Lacreau; especificando qué relación guarda el contenido de la lectura con lo que se trabajó en la sesión. Lectura Señorita, ¿Este factor es biótico o abiótico? Laura Irene Lacreu1 Un concepto relevante dentro de la ecología es el de ​
factores bióticos ​
y ​
abióticos ​
en el ecosistema, y como tal es jerarquizado tanto por los libros de texto como por los docentes en sus clases de ciencias naturales. A la vez, es a mi juicio uno de los contenidos más conflictivos, y sirve para ejemplificar el problema que estamos discutiendo. Presentaré algunas situaciones que analizaremos más adelante: ¿Cómo encaran los docentes este concepto? Veamos la siguiente actividad de evaluación realizada por alumnos de 4° grado: Dibuja un ecosistema y señala un factor biótico y uno abiótico​
. 1
Tomado de: ​
Ecología, ecologismo y enfoque ecológico en la enseñanza de las ciencias naturales. Variaciones sobre un tema​
. En: Weissmann, Hilda., ​
Didáctica de las Ciencias Naturales. Aportes y reflexiones​
., Buenos Aires, Paidos Ecuador, 1997. Esta era la actividad de evaluación de ciencias naturales que tenía mayor puntaje: 3 puntos. El alumno obtuvo este puntaje. Aparentemente, había aprendido los conceptos “factores bióticos y abióticos de un ecosistema”. En un ítem posterior en el que se les pedía completar la frase, el mismo alumno lo resolvió de la siguiente manera: ● Factores bióticos: los que tienen vida. ● Factores abióticos: los que no tienen vida. Y obtuvo también la totalidad del puntaje, ¡cuatro puntos de diez, destinados a evaluar los conocimientos de los alumnos acerca de estos factores! ¿Qué saben los maestros acerca de este contenido? En cierta oportunidad, durante un curso para maestros, presenté a un grupo de alumnas (maestras) un frasco que contenía agua turbia, algunas piedras, ramitas y restos de vegetales. Luego en un momento dedicado a la exploración, pregunté: ​
­ ¿Cómo podrían definir lo que tienen sobre la mesa? ¿Podría ser un ecosistema? ¿Qué tendríamos que averiguar acerca de este objeto para saber si es o no un ecosistema ­ Si existe equilibrio... Si puede establecerse una cadena alimentaria... Si hay factores bióticos y abióticos. ­​
¿Y qué son los factores bióticos? ­​
Los que tienen vida. ­​
¿Y los abióticos? ­​
Los que no tienen vida. ­​
¿Qué representantes de estos factores están presentes en el frasco? ­ El agua, la tierra, las piedras serían factores abióticos, y suponemos que debe haber bacterias o algo así, que serían factores bióticos. ­ ¿Y cómo clasificarían los restos de plantas que hay dentro del frasco, como bióticos o como abióticos? A partir de esta pregunta, se generó una interesante discusión y hubo argumentos en ambos sentidos. Evidentemente, según la definición de ambos términos los restos de seres vivos no tenían un lugar muy definido en la clasificación. Luego de leer un texto en el cual se explicaba qué son estos factores y que, los factores bióticos de un ecosistema, incluyen a los seres vivos o restos de seres vivos, pudieron completar su clasificación. ¿Qué dicen al respecto algunos libros de texto? El lugar que visitaste es un ecosistema terrestre, formado por la interacción entre la comunidad de vida allí presente y los factores abióticos (aquellos que no tienen vida). Entre los factores abióticos se encuentran la luz, la humedad, el aire, el viento, etc. Los factores bióticos (los que tienen vida) son todos los seres vivos de la comunidad visitada (manual para 5° grado). Los seres vivos de un ecosistema se llaman factores bióticos. Los elementos no vivos de una comunidad se llaman factores abióticos2​
​
(4° grado). En un ecosistema, los elementos inertes o factores abióticos son muy importantes para el desarrollo de la vida de las plantas y animales que viven en la zona. [...] En un ecosistema hay dos clases de elementos vivos o factores bióticos: los vegetales y animales3 (Manual para 6° grado). En estos ejemplos, tanto en los tomados de los libros de texto como los de las situaciones de aprendizaje, se nota una especial preocupación por definir y aplicar ciertos términos. Sin embargo, las definiciones no logran dar a los términos su significación precisa y sistemática. ¿Cuál es esta significación? ¿Qué encierran en esencia los términos mencionados? 2
Nótese que en una misma página se habla por un lado de factores bióticos de un ecosistema y luego de factores abióticos de una comunidad. Aunque antes se había definido comunidad como el conjunto de poblaciones de seres vivos que habitan en una misma zona. 3
Esta definición desconoce la existencia de bacterias, hongos y otros microorganismos que no son ni vegetales ni animales. Los conceptos de biótico y abiótico cobran sentido en el marco de las interrelaciones que se establecen dentro del ecosistema y de la manera como unos y otros contribuyen o no al mantenimiento de su estabilidad. En este sentido se les denomina “factores”, y es sólo en este marco en el que podemos considerarlos como tales. De manera que ​
no es lo mismo hablar de factores bióticos que de conjunto de seres vivos, ni tampoco de elementos vivos​
. Podrían existir elementos vivos dentro de un ecosistema que fueran circunstanciales, por lo tanto, no constituirían factores dentro de él. Los factores bióticos participan de un modo específico en las transformaciones de la materia y la energía dentro del ecosistema. Entre ellos, los restos de los seres vivos (la materia orgánica muerta) son el principal sustrato de los organismos descomponedores que devuelven sustancias minerales al medio. Es decir, tanto los unos como los otros constituyen eslabones fundamentales dentro de estas transformaciones. La omisión sistemática de los restos de los seres vivos en la definición de factores bióticos constituye una traba significativa para la comprensión global del concepto de ecosistema. El análisis de los ejemplos anteriores nos permitirá hacer algunas reflexiones. Tomemos la evaluación para 4° grado. ¿Qué hubiera contestado el alumno si la consigna hubiera sido “Señala un ser vivo y uno no vivo”? En principio, lo mismo. Sin embargo, lo que se estaba evaluando aparentemente era la comprensión de otro concepto: el de los factores bióticos y abióticos en el ecosistema. Podríamos preguntarnos entonces si “ser vivo” es un sinónimo de “factor biótico”, y “no vivo”, de “factor abiótico”, y, si nos atenemos a lo expresado en el párrafo anterior, la respuesta es ​
no​
. Por lo tanto, la actividad no estaba realmente enfocada a evaluar lo que supuestamente se proponía, puesto que tanto el planteo como la solución no toman en cuenta las interrelaciones dentro del ecosistema en cuyo marco se incluyen estos factores y fuera del cual estos términos pierden su verdadera dimensión. Si tomamos ahora el tratamiento que se hace de estos conceptos en los libros, reconoceremos una deficiencia similar agravada por el hecho de que en ningún momento se hace referencia a la materia orgánica muerta ni a los microorganismos que actúan como descomponedores que, como dijimos, son importantes factores dentro del ecosistema. Teniendo en cuenta, finalmente, lo expresado por los docentes en el ejemplo presentado, el círculo se cierra y se pone en evidencia una total coherencia entre lo que los libros de texto dicen, lo que los maestros enseñan y lo que los alumnos aprenden. Pero esta coherencia no es la más deseable, ya que se funda sobre la base del aprendizaje de un vocabulario por lo común descontextuado del marco general, lo cual, como dijimos, es una fuente de errores conceptuales. A modo de cierre, presentaré dos últimos ejemplos: 1. Durante la clase para maestros mencionada anteriormente, luego de haber reconocido lo incompleto de su interpretación de la palabra “biótico”, una maestra ejemplifica: “por ejemplo, el pizarrón es un factor biótico porque, aunque no es un ser vivo, está hecho de madera, que es parte de un árbol”. 2. Una alumna de sexto grado, resuelve así la siguiente actividad: Señala en el dibujo, con una cruz, dos factores bióticos: La maestra califica “Muy bien”. Analizando estos dos casos, podemos reconocer que en ninguno de ellos es correcto hablar de “factores”, ya que ni el pizarrón está formando parte de un ecosistema (al menos no dentro del marco de los ecosistemas naturales, que es lo que estamos analizando), ni el sombrero de cuero del gaucho es un componente estable del ecosistema que pueda influir de algún modo en su estabilidad. Los alumnos han incorporado nuevos términos a su vocabulario, pero no su concepto. La ecología es una cosa seria Llegados a este punto, me parece necesario hacer una distinción entre lo que significa estudiar ecología y estudiar las ciencias naturales desde un enfoque ecológico. La ecología estudia las relaciones mutuas que establecen los seres vivos entre sí y éstos con su ambiente físico. Como ciencia, procura descubrir cómo un organismo afecta su ambiente viviente y no viviente, cómo es afectado por éste, y definir cómo estas interacciones determinan los tipos y cantidades de organismos existentes en un determinado lugar y en un determinado momento4 . Para estudiar los intercambios e interdependencias anteriormente indicados, es preciso conocer previamente tanto los propios organismos como sus respectivos ambientes. El ecólogo debe conocer, ante todo, los materiales con que trabaja. Debe tener buena idea de la clasificación y de la estructura de los vegetales, así como de su funcionalismo. Al mismo tiempo, deberá estar completamente al corriente de la naturaleza del ambiente en cuestión, tanto en lo que se refiere a los factores biológicos como a los no biológicos. Debe estar familiarizado con las diferentes clases de terrenos o suelos y con las diferentes propiedades del agua en el océano, lagos y ríos. No puede desconocer tampoco las especiales condiciones ambientales determinadas por los diferentes tipos de vegetación, ni las condiciones en que se verifica la circulación del agua y del aire en el suelo, así como los procesos dinámicos que tienen lugar en el mismo5 . 4
5
​
Curtis, H,. Biología, Buenos Aires, Ed, Médica Panamericana, 1985 ​
Clarke, G:l:, Elementos de Ecología, Buenos Aires, Omega, 1993. Así, la ecología, como toda disciplina, posee un objeto de estudio particular que se centra en las interacciones que ocurren en el mundo natural. Este concepto resume, a su vez, la idea de cambio y modificación a través del tiempo. Posee también una terminología que le es propia. Esta terminología cobra sentido dentro de la disciplina, en tanto y en cuanto alude a conceptos que también le son propios. Ejemplos de estos conceptos son: “hábitat”, “ecosistema”, “factores bióticos”, “factores abióticos”, “comunidad”, “nivel trófico”. Construye, a su vez, modelos explicativos más o menos sencillos, como las pirámides de energía, las cadenas y redes tróficas, y otros mucho más complejos basados en el análisis de sistemas. Utiliza además conceptos de otras ramas de la biología, como la genética de poblaciones, la evolución, el comportamiento y muchos otros. Y, por supuesto, se vale de conceptos de otras ciencias, con la particularidad de que, precisamente por basarse en las interrelaciones, requiere prácticamente de todas las otras disciplinas, desde la física, la química y la geología, pasando por la geografía y la meteorología, hasta las ciencias sociales, como la sociología y la economía, ya que el hombre es un ser vivo que interactúa de un modo particular con el medio que lo rodea. Esta breve pero breve reseña da cuenta de cuál es el objetivo de estudio de la ecología y de algunas de sus características como disciplina. Sirve, además, como punto de partida para comenzar a discutir la importancia y viabilidad de enseñar ciencia en la escuela primaria desde un enfoque ecológico. Pero, antes, es necesario definir qué entendemos por enfoque ecológico. Si el término “enfoque” hace referencia a “la manera de mirar”, es decir, a la visión más general con que se observa, analiza y estudia un determinado fenómeno, entonces un enfoque ecológico centraría el estudio de la naturaleza en las interacciones entre los seres vivos entre sí y con su ambiente, y en las modificaciones mutuas resultantes de estas interacciones. Por esta razón encarar el estudio de las ciencias naturales desde esta óptica puede constituir un excelente recurso, ya que la naturaleza y los fenómenos naturales son intrínsecamente interactivos. Aunque pueda parecer reiterativo, quisiera recalcar que un enfoque ecológico no necesariamente debe centrar su mirada siempre en el ecosistema sino en este concepto más amplio que es el de las interrelaciones. Creo que este tiene que ser el centro de la cuestión. No siempre los alumnos podrán reconocer dichas interrelaciones desde un principio, ya que muchas veces necesitamos aislar un objeto para estudiarlo y profundizar en él. ​
Es el docente quien tendrá presente esta cuestión en el momento de realizar su planificación y quien podrá entonces encontrar, a lo largo de su desarrollo, momentos de análisis o de síntesis de recorte o de apertura, en los cuales plantee situaciones que permitan a los alumnos ir integrando y relacionando los conceptos progresivamente. Los conceptos científicos y la enseñanza de las ciencias naturales Por lo general, los contenidos que figuran tanto en los Diseños Curriculares como en los libros de texto suelen estar expresados en términos de conceptos científicos. Pero los conceptos científicos constituyen representaciones teóricas, construidas según un modo particular de interpretar la realidad. De manera que para comprender estas construcciones teóricas, los alumnos deberían tener los conocimientos necesarios que les permitan acercarse a dicha interpretación. Para aclarar este aspecto incluiremos algunos ejemplos: Muchos docentes, tanto de primaria como de secundaria, afirman que los conceptos de ecología son los más sencillos de enseñar “porque uno lleva a los chicos a un lago o un bosque y ellos pueden ver allí el ecosistema”. Sin embargo, un lago ​
no es ​
un ecosistema o, al menos, no lo es para cualquier observador. Un lago es un volumen de agua ubicado en un determinado lugar físico, en el cual habitan determinados seres vivos. ¿Por qué hacemos esta aclaración? Porque el concepto de ecosistema responde a una interpretación de la realidad que va más allá de la realidad visible y palpable. Cuando hablamos de ​
ecosistema​
, hablamos de un conjunto de seres vivos que interactúan entre sí, y con un ambiente físico determinado. Y cuando decimos que interactúan, nos referimos a que existe una relación recíproca entre seres vivos y ambiente. Así como las características del ambiente influyen sobre los seres vivos, éstos también modifican las condiciones ambientales. Por ejemplo, solemos decir que la humedad del ambiente influye sobre la cantidad y la calidad de la vegetación que se encuentra en dicho ambiente, pero muchas veces olvidamos que el tipo de vegetación modifica también la humedad que hay en él. En estas interacciones se establece un ​
ciclo de materia ​
y un ​
f​
lujo de energía ​
entre seres vivos y el ambiente. En relación con esto es que surgen los conceptos de ​
productores, consumidores y degradadores​
, que designan el papel que cumplen las distintas especies animales y vegetales como intermediarios en este intercambio de materia y energía. Las relaciones tróficas entre estos tres niveles dentro de un ecosistema son representadas a través de las ​
redes ​
y las ​
cadenas alimentarias​
. Tanto unas como otras constituyen modelos elaborados por los ecólogos, que permiten estudiar e interpretar dichas relaciones desde un determinado punto de vista. Pero ni las redes ni las cadenas ​
s​
on observables, ni existen ​
como tales, puesto que constituyen interpretaciones ajustadas pero parciales de la realidad. Finalmente, la idea de transformaciones dentro del ecosistema no sólo incluye a las que ocurren en un determinado momento sino que también dan cuenta de un proceso histórico en el que tanto seres vivos como ambiente se modifican. Por eso decimos que un lago no es (y mucho menos para los chicos) un ecosistema. Ellos no ​
ven ​
allí productores ni consumidores; en todo caso ven peces, patos, árboles, hierbas, algas. Tampoco ​
ven ​
las cadenas alimentarias, aunque puedan tener suerte de observar a algún pájaro comiendo un insecto. Y mucho menos puede ​
ver ​
el ciclo de la materia o el flujo de energía. Todos estos aspectos vinculados al concepto de ecosistema no pueden ser ​
vistos​
; sólo pueden ser interpretados, y para ello existe un conjunto de elementos teóricos previos que se constituyen en requisitos indispensables. Tomemos otro ejemplo: “Las adaptaciones de los seres vivos al medio”. Este concepto constituye también un modelo teórico que da cuenta de la enorme diversidad de seres vivos, en cuanto a estructura y comportamiento, que habitan en diferentes ambientes. La adaptación de los seres vivos al ambiente es el resultado inconcluso de un proceso histórico a lo largo del cual seres vivos y ambiente se han ido modificando. Todos los seres vivos poseemos en nuestro material genético la información necesaria que nos permite realizar nuestras funciones en relación con un tipo de ambiente. Sin embargo, tanto el material genético de una especie como el ambiente pueden modificarse, en cuyo caso puede ocurrir que las nuevas características (de la especie o del ambiente) sean más o menos favorables para que la vida pueda continuar. En términos generales, podemos decir que según cuál sea el resultado de esta interacción puede ocurrir una mejor adaptación de la especie al ambiente o, en caso desfavorable, la especie se extinguirá. Como vemos, el estudio de la adaptación de los seres vivos requiere de otras teorías explicativas propias de la biología, en particular de la genética, de la genética de poblaciones y de la teoría de la evolución, y de otras ciencias como la física, la geología y la química. Desde este punto de vista, este y muchos otros conceptos científicos son de difícil abordaje en la escuela primaria, y aún en la escuela secundaria. Estas dificultades suelen promover en los docentes diferentes actitudes, por ejemplo: 1. Renunciar a enseñar ciencias en la escuela primaria. 2. Ofrecer a los alumnos definiciones más o menos correctas apoyadas por algunos ejemplos puntuales, suponiendo que de este modo podrán “incorporar” el concepto. 3. Reconocer que el aprendizaje de estos conceptos científicos constituye un objetivo más o menos lejano en el proceso de construcción del conocimiento, y que requiere la construcción previa de otros que pueden resultar más cercanos y de un menor nivel de complejidad para el alumno. En mi opinión, la construcción de los conocimientos científicos a largo plazo constituye una alternativa. La escuela primaria es el ámbito donde comienzan a sentarse las bases del conocimiento en forma sistemática​
. ​
Por lo tanto, es posible plantearse la enseñanza de tal modo que, al finalizar la escolaridad, esperamos de los alumnos un cierto nivel de conceptualización que, no siendo el de la ciencia, constituya un soporte para la profundización y construcción de nuevos conceptos en etapas posteriores. Esta postura no responde a una posición “economicista” en cuanto al conocimiento. No se me escapa en absoluto que para la mayoría de los chicos de América latina la escuela primaria puede ser, con suerte, el único nivel de educación formal al que acceden. Por el contrario, pienso que ​
favorecer la comprensión real y la reflexión acerca de los diversos fenómenos naturales que nos rodean, los pone en mejores condiciones para interpretar hechos o informaciones vinculadas a ellos y para actuar en consecuencia, ​
antes que su mera enunciación y la aceptación pasiva de las explicaciones. No propongo, por lo tanto, economía de información sino economía de esfuerzos, en el sentido de diseñar estrategias que favorezcan el aprendizaje de aquellos contenidos que sí pueden ser alcanzados en un cierto nivel de complejidad, de poner el esfuerzo en organizar e integrar esos conceptos en niveles cada vez mayores de conceptualización, de ahorrar esfuerzos estériles en el aprendizaje de vocablos a favor del aprendizaje de conceptos a los cuales luego pueden adjudicárseles nombres (pero sólo una vez comprendidos) y, una vez realizada esta tarea, poner a disposición de los alumnos, y trabajar con ellos, la lectura de información de un nivel de mayor complejidad, para cuya interpretación se encontrarán en mejores condiciones Entonces, si los chicos no pueden alcanzar el concepto de “adaptación” en el sentido mencionado anteriormente, ¿Qué es lo que sí pueden aprender? Pueden aprender, por ejemplo: ● Que todos los seres vivos tienen necesidades semejantes (alimentarse, respirar, reproducirse) y que todos lo hacen en relación al medio en el que viven. ● Que resuelven estas necesidades de maneras diferentes. ● Que las estructuras a través de las cuales resuelven dichas necesidades guardan relación con la función que han de cumplir y con el medio en que se desarrollan. ● Que el interjuego de estos tres factores (estructura / función / medio) da como resultado una amplia diversidad en los seres vivos. ● Que esta diversidad no sólo se da en los órganos y las estructuras sino también en su comportamiento, y que ambos están ligados entre sí. ● Que los seres vivos y el ambiente no han sido siempre como actualmente los conocemos, sino que también se han ido modificando mutuamente a lo largo de su historia común. La articulación progresiva de estos y otros conceptos, organizados en los distintos ciclos y en secuencias didácticas adecuadas para cada ciclo, pondrá a los alumnos en buenas condiciones para una comprensión cada vez más ajustada del concepto de adaptación. 

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