fortuna varia de un chiste gongorino

Transcripción

fortuna varia de un chiste gongorino
F O R T U N A VARIA DE U N CHISTE GONGORINO
C o n o c i d o es el epitafio ingenioso y c r u e l c o n que Góngora
remata e n 1589 el p r i m e r o de sus romances sobre H e r o y L e a n d r o .
Este epitafio, dictado p o r l a desventurada H e r o en el momento de
precipitarse desde l a torre sobre las rocas de l a playa a l ver ahogado
a su L e a n d r o , resume c o n burlesca concisión l a tragedia de los i n f e l i ces amantes:
1
" E l Amor, como dos hueuos,
quebrantó nuestras saludes:
él fue passado por agua,
io estrellada m i fin tuue" .
2
L a pareja de amantes clásicos, cuya historia, a fines d e l siglo x v i ,
h a hecho derramar tiernas lágrimas a tantos lectores y h a inspirado
y seguirá inspirando tantos conmovidos sonetos y romances y poemas,
queda r i d i c u l i z a d a y degradada c o n ese devastador símil c u l i n a r i o .
L a f o r t u n a d e l chiste de los huevos —aplicado unas veces, como
en Góngora, a l a historia de H e r o y L e a n d r o , y reelaborado otras
veces e n contextos diferentes— fue notablemente larga y n u t r i d a ,
según trataré de mostrar en las páginas que siguen.
N o fue Góngora, s i n embargo, e l p r i m e r o que discurrió ese
feliz juego de palabras. Antes de cultivarse sistemáticamente e n l a
literatura española de l a época barroca, el equívoco conceptista tenía
ya u n a larga h i s t o r i a . E n 1574 se podía leer este cuentecillo recogido
p o r M e l c h o r de Santa C r u z e n su Floresta:
3
1
Romance
"Arrojóse
el mancebito",
publicado por primera vez en la
Quarta y quinta parte de Flor de romances, recopilados por Sebastián Vélez de
Gueuara, Burgos, 1592, foís. 185 v°-i87 v° (reeditada ahora p o r A N T O N I O R O D R Í G U E Z M O Ñ I N O , Las fuentes del Romancero general, M a d r i d , 1957, t. 4), de donde
pasó a l a Q u i n t a parte del Romancero general de 1600 (ed. A . González Falencia, M a d r i d , 1947, núm. 345). Véase m i estudio " L o s romances de Hero y Leandro", en el Libro jubilar de Alfonso Reyes, México, 1956, pp. 15-16.
2
Obras poéticas de D. Luis de Góngora, ed. R . Foulché-Delbosc [y Alfonso
Reyes], N e w York, 1921, t. 1, p. 122.
"Esta afición —dice F E R N A N D O L Á Z A R O C A R R E T E R en su valioso estudio
"Sobre l a dificultad conceptista", EMP, 6 (1956), p. 369— parece u n a constante
del gusto nacional; hallamos sus rastros en todos los escritores popularistas,
desde J u a n R u i z , pasando por el Romancero, el Lazarillo, l a Celestina, J u a n del
E n c i n a . . . " ; H E N R Y R . B E R S H A S , "Cardenales: the case history of a p u n " , RPh, 9
3
ANTONIO
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ALATORRE
Mandó u n señor a su criado que saliesse a ver el cielo si estaua
estrellado, porque quería salir fuera. Como estuuiesse muy nublado,
respondió: "Señor, no está estrellado, sino passado por agua" .
é
Y probablemente d o n L u i s Zapata n o conocía el romance de
Góngora cuando en su curiosísima Miscelánea contaba e l "atrevim i e n t o sobrenatural" de cierto arrojado jinete, que hacía c o n su
caballo u n a suerte m u y peligrosa:
E l pretal era angosto.. . , y por allí metía desde fuera el caballo; y
al pasar... le hacía dar dentro en la puente u n salto que, a errar u n
punto, ahogado primero y pasado por agua, fuera a parar en tan
manifiesto peligro al infierno .
5
("Ahogado y pasado por agua", como e l joven nadador L e a n d r o ) . Y
el m i s m o Zapata nos transmite otra faceta d e l chiste cuando más
adelante recuerda
aquello que acaesció a don Alonso de Aguilar, en Córdoba, que p i diendo al ayuntamiento una cosa leve, todos le dijeron que sí, que le
servirían con gran voluntad por sí cada uno, y después todos juntos
no hicieron nada, y ansí él después les dijo: "Señores, estrellados os
beso las manos a cada uno, y en tortilla echóos todos a rodar" .
6
Exactamente l a m i s m a f o r m a presenta el chiste en u n a poesía
p u b l i c a d a en 1593 ( u n a ñ o después de i m p r i m i r s e e l romance de
Góngora). C o m o en l a anécdota de l a Floresta, l a imagen se refiere
aquí a l cielo:
De auerse Albano mudado
no te as de espantar, Belilla;
pues el cielo, si as mirado,
a l a noche está estrellado
y a la mañana en tortilla .
7
(1955-56), 23-26, historia de u n chiste "conceptista" análogo al que aquí estudio,
lo encuentra ya en u n poeta del siglo xv, Pérez de Guzmán: " a mugeres baxas
v i descalabradas, / sin mitra e anillo traer cardenales". (Su último ejemplo es
de Jardiel Poncela).
Floresta española (15J4), p o r M E L C H O R D E S A N T A C R U Z D E D U E Ñ A S , ed.
Bibliófilos Españoles, M a d r i d , 1953, p. 94.
4
5
Miscelánea de Zapata, ed. P. de Gfayangos], Madrid, 1859 (Memorial
histórico español, t. 11), pp. 119-120. (¡Qué falta hace una buena edición moderna de l a MisceláneaX N o cuento, por supuesto, l a de I. Montiel, M a d r i d , 1949).
Ibid., p. 235. —Como en l a Floresta de Melchor de Santa Cruz (o en Las
seiscientas apotegmas de Juan R u f o y las demás recopilaciones de esa índole),
abundan en l a Miscelánea de don L u i s los juegos de palabras y los chistes conceptistas. L a mejor muestra de ese gusto es el capítulo intitulado " D e u n agradable monstruo" (pp. 177-180), obra de "autor incierto", cuya relación con el
Monstruo imaginado de Alonso de Ledesma no sé si se ha estudiado.
6
7
Estribillo de una composición del Ramillete de flores: Quarta, quinta
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Años después, e l joven Mateo Vázquez de Leca, f u t u r o secretario
de l a Inquisición, canónigo de Sevilla y arzobispo de C a r m o n a ,
r i d i c u l i z a e n u n soneto los amores de H e r o y L e a n d r o , siguiendo las
huellas de Góngora y copiando, c o n u n a leve modificación, e l chiste
de los huevos:
¡Cuerpo de Dios, Leandro enternecido!
¡Quánto mejor te fuera auer passado
en vareos de l a vez el mar salado,
que no passar a nado desde A b i d o !
¿No te fuera mejor auer viuido
y a pies enxutos tu muger gozado,
y no llegar a Sesto resfriado
en l a primera noche de marido?
N o son tan necios otros amadores,
que passan a T r i a n a de Seuilla
todas las noches en varquetes nueuos .
¡Buen aliño tuuieron tus amores:
tú passado por agua, Hero en tortilla,
y cenóse el diablo el par de hueuosP
8
y sexta parte de Flor de romances nueuos, Lisboa, 1593, fol. 125 r° (reeditado
por A .
RODRÍGUEZ
MOÑINO,
Las fuentes del Romancero general, t.
5); se lee
también en l a Sexta parte de Flor de romances nueuos, Toledo, 1594, fol. 70 v°
(reeditada por el mismo R O D R Í G U E Z M O Ñ I N O , Las fuentes.,., t. 8). L a poesía
pasó luego a l a Sexta parte del Romancero general de 1600 (ed. cit., núm. 408).
Estos "varquetes nueuos" en que pasan cada noche los galanes de Sevilla
a T r i a n a bien se merecen una nota. Aparecen en no pocas seguidillas de fines
del x v i y comienzos del x v i i . H e aquí una: "Salen de Seuilla / barquetes nueuos,
/ que de verde aya / lleuan los remos" ("Les romancerillos de Pisa", RHi, 65,
1925, 153 ss., núm. 79; también en uno de los "cartapacios salmantinos", BRAE,
1, 1914, p. 311). Otra: "Barcos enramados / van a T r i a n a : / el primero de
todos / me lleva el alma" (Lope de Vega, Amar, servir y esperar, I I , AcadN, t.
3, p. 227&). Y otra: "Barcos de Sevilla / pasan a T r i a n a , / porque d a más gusto
8
/ l a puente del agua" (Lope, Amar sin saber a quién, III, AcadN, t. 9, p. 312&;
aquí, l a seguidilla está asimilada a u n romancillo). H a y muchas más. L a seguidilla era, en ese momento, u n género juvenil y pujante (y demasiado fácil).
9
Primera parte de las Flores de poetas ilustres de España, ordenada por
Pedro Espinosa, Valladolid, 1605, fol. 47 r°-v°. Cf. l a ed. de J . Quirós de los
Ríos y F. Rodríguez Marín, Sevilla, 1896, p. 87 (y l a nota respectiva, p. 362).
Acerca del autor, véase el voluminoso libro de J O A Q U Í N H A Z A Ñ A S Y L A R Ú A ,
Vázquez de Leca (1573-1649), Sevilla, 1918. E l soneto está también en el ms. 4117
de la B. N . M . , fol. 74 v°, con este epígrafe: " T r i s c a " , que no entiendo (en folios
anteriores hay sonetos con epígrafes más claros: " L o p e " , "Servantes"). Fue traducido al inglés por Sir J o h n Bowring, quien, naturalmente, no pudo encontrar
u n juego de palabras equivalente, y prefirió dar al soneto otro remate, de su
propia cosecha: " . . .True, love may graze us, —but the drowning plan / is a
mistake, which neither o i l ñor ointments, / ñor wit, ñor wisdom, can get over,
man" (The sonnets of Europe, A volume of translations, sel. and arranged, with
notes, by S A M U E L
181).
WADDINGTON,
L o n d o n , 1886 [y también: New York, 1887], p.
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ANTONIO
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ALATORRE
M u y aficionados a nuestro chiste se muestran en el p r i m e r cuarto
del siglo x v n dos grandes poetas conceptistas: A l o n s o de L e d e s m a
y sobre todo d o n Francisco de Quevedo. E l p r i m e r o de ellos nos
propone en sus Juegos de Nochebuena l a siguiente adivinanza —cuya
respuesta, naturalmente, es " E l H u e v o " :
10
Enigma catorze, en metáfora de v n parto monstruo [sic].
Píntase vn honbre de amarillo, cubierto
de velos blancos.
. . .Muchos me Ueuan por tierra
a las jornadas que marcho,
aunque el passarme por agua
suele ser muy de ordinario.
Quando no temía perder
la vida que Dios me ha dado,
me estrellaua con qualquiera,
aunque fuera Viernes santo...
Muchos juzgarán por clara
esta enigma de que trato,
y a fe que no es clara toda,
como lo verá el más sabio .
11
12
Y en sus Epigramas y hieroglíficos repite parcialmente la agudeza,
aplicándola nada menos que a l a V i r g e n María. H a y en ese l i b r i t o
(fols. 67 v ° - 8 4 r°) u n largo " C o l o q u i o entre l a F a m a y Erezma, río de
Segouia", acerca de las grandezas y antigüedades de l a ciudad. E l río
presenta en u n a cuarteta cada u n a de las cosas notables: "Ésta
es l a famosa p u e n t e . . . " , "Éste es el Alcázar r e a l . . .", etc., y la F a m a
dedica a cada u n a de ellas u n a décima de ingenioso comentario. U n a
de las "grandezas" es la imagen de l a V i r g e n de los Huertos, traída
milagrosamente por las aguas del p r o p i o río Eresma durante u n a
peste que afligía a Segovia:
1 0
Es raro que no se mencione a Ledesma en la historia de la literatura de
Á N G E L V A L B U E N A P R A T (ed.
de
1946)
ni
en
la
de
Á N G E L D E L R Í O (ed.
L o estudian, en cambio, Á N G E L G O N Z Á L E Z P A L E N C I A
1949, p. 522, y sobre todo L U D W I G P F A N D L , Historia
española de la Edad de Oro, trad. J . R u b i o Balaguer,
519. Recientemente, el profesor F L O R I A N L . S M I E J A
y
de
JUAN HURTADO,
1948).
ed. de
de la literatura nacional
Barcelona, 1933, pp. 517ha escrito sobre él una
amplia y erudita tesis, aún inédita: The poetry of Alonso de Ledesma, with
special reference to the rise of the religious "concepto". ( A l profesor Smieja
debo el conocimiento del segundo de los textos de Ledesma que aquí reproduzco, como también el de la Gatomaquia de Lope, que luego copiaré).
1 1
"Estrellarse una persona con otra —explica C O V A R R U B I A S (Tesoro, s.
v.)— es arrojarse a dezirle su parecer libremente, y oponérsele con peligro de
perderse, siendo más poderoso el acometido".
A L O N S O D E L E D E S M A , Juegos de Noche Buena moralizados a la vida de
Christo, martirio de santos y reformación de costumbres, Madrid, 1611, fol.
1
2
164 r°-v°.
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EREZMA:
Esta Virgen de los Huertos
vino por el río Erezma,
como droga en infusión,
estando Segouia enferma.
FAMA:
T r a x o Erezma en agua vn día
vna imagen de marfil,
que por lo blanco y sutil
forma de hueuo tenía:
Es del A u e de María,
y según Segouia está,
cena de enfermo será,
tan sana como suaue;
porque el hueuo de tal Aue
passado por agua v a .
1 3
Y he aquí, ahora, a d o n Francisco de Quevedo. Sea p r i m e r o el
romance i n t i t u l a d o "Suceso n o c t u r n o " , e n e l cual nos describe su
encuentro con dos horrorosas estantiguas, mujeres de m a l a v i d a :
Salió trocada en menudos
la luna en su negro coche,
y diome su luz en quartos
que parecieron chanflones.
Estrellada como huebo
salió la mulata noche;
estaua Pisuerga mudo,
Eco roncando en sus montes.. .
1 4
M u y parecido a éste es otro romance en que e l poeta relata su abyecA L O N S O D E L E D E S M A , Epigramas y hieroglíficos
a la vida de Christo,
festiuidades de Nuestra Señora, excelencias de santos y grandezas de Segouia,
1
3
M a d r i d , 1625 [edición postuma], fol. 74 v°. (Es libro bastante raro; sólo he
visto u n ejemplar en l a H . S. A . y otro en el British Museum; este último lleva,
por cierto, el sello de l a Biblioteca Nacional de Lima). —Parecido juego de palabras y parecidas rimas había empleado Hernán González de Eslava en su Coloquio XIV, " D e la pestilencia que d i o sobre los naturales de México", en el
cual, con su ingenua técnica de costumbre, extrae u n a enseñanza espiritual
de l a calamitosa peste de 1576. ( E l coloquio puede haberse escrito el año
siguiente). A l final se alegoriza l a convalecencia del Enfermo; pregunta l a
Clemencia: "¿Y podrá comer de u n ave}"; y contesta el Remedio: "Coma u n
ave cada día, / digo, de u n Ave María, / que es comida muy suave / de consuelo
y alegría" (Coloquios espirituales y sacramentales [1610], ed. J . García Icazbalceta, México, 1877, P- &5)Cito por el rns. 3890 de la B. N . M . , fols. 17 v°-i9 v°, que habrá que añadir
a los tres que menciona L . Astrana Marín en su ed. de las Obras en verso de
Quevedo, M a d r i d , 1943, p. 242. (La versión de ese ms. parece coincidir con l a
del que copió Gallardo, que es el tercero de los que menciona Astrana).
l
1 4
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ANTONIO ALATORRE
ta aventura con u n a monstruosa prostituta, "frisona en l o gordo, /
punto menos que elefante". E l romance comienza también con u n a
descripción de l a noche:
. . . L a luna, entre clara y yema,
alumbraba a los mortales
(que m i gana de comer
buscó apodo semejante)...
Viendo estrellada la noche,
la noche quise cenarme.. .
1 5
U n a de las más escalofriantes caricaturas del amor y de l a mujer
que llegó a escribir Quevedo es su r o m a n c i l l o " H e r o y L e a n d r o en
paños m e n o r e s " , furioso vendaval que destruye, implacable, hasta
la menor b r i z n a de idealismo y ternura en l a historia de los legendarios amantes. A él, Quevedo, n o le interesan "pataratas", sino l a
" v e r d a d " , l a verdad desnuda, sórdida, feroz. E l epitafio burlesco de
Góngora es aprovechado y minuciosamente glosado. P r i m e r o , e n l a
parte relativa a L e a n d r o , ese " a p r e n d i z de r a n a " . ¿Se v a a ahogar
en las olas d e l Helesponto? M u y b i e n , nada más n a t u r a l :
16
Ya no hará en sorberse
el mar mucha hazaña
un amante huevo
pasado por agua...
Y luego, m u y particularmente, en l a parte relativa a H e r o , "moza
de u n a venta. . ., / corita en cogote / y gallega e n ancas". Góngora
se l i m i t a b a a decir que l a doncella de Sesto murió "estrellada" como
huevo. Quevedo necesita aclarar, acentuar, recargar. Para freír u n
huevo hace falta aceite; y aquí hay aceite a l a m a n o : e l de l a lámpara
que H e r o enciende en l a torre, o mejor dicho, e l c a n d i l q u e ella
asoma " p o r u n a ventana, / farol de cocina / que e l viento le apaga".
L a H e r o - M a r i t o r n e s de este r o m a n c i l l o , después de su último discurso,
calló, y lo primero
el candil dispara,
y, por no mancharse,
las olas se apartan.
Se apartan las olas, muertas de asco, y dejan que e l c a n d i l escacha1 5
Obras en verso, ed. cit., p. 253. C o n vanantes —que no afectan al pa-
saje que aquí copio—, en las Poesías varias... recogidas por Josef Alfay (ed. J .
M . Bflecua], Zaragoza, 1946, pp. 37-40), versión reproducida por Astrana Marín
en u n "Post scriptum" de su edición, pp. 1535-1536.
Véase m i art. cit., " L o s romances de H e r o y Leandro", pp. 29-32.
1 6
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rrado derrame el aceite sobre l a piedra viva. Se arroja entonces H e r o
desde l a torre:
dio sobre el aceite
del candil, de patas;
y en aceite puro
se quedó estrellada.
E n el epitafio —escrito p o r A m o r " c o n letra bastarda" —resuena no
sólo e l eco de Góngora, sino también e l d e l soneto de Vázquez
de L e c a ("y cenóse el diablo el par de hueuos"):
"Cual güevos murieron
tonto y mentecata;
Satanás los cene,
buen provecho le h a g a " .
17
P o r ú l t i m o , en el exuberante " B a i l e de los nadadores", Quevedo
da u n paso más. H e r o y L e a n d r o , prototipos de los amantes, son u n
par de huevos (verdad establecida): huevos serán también todos sus
seguidores, los m i l y m i l mentecatos de toda laya q u e v a n tras sus
huellas. N o sólo estrellados y pasados p o r agua, sino fritos y revueltos, tiernos y asados, dulces y en tortilla, perdidos y h u e r o s . . . :
18
Los amores, madre,
son como huevos:
los passados por agua
son los más tiernos.
Leandro en tortilla,
estrellada E r o ;
los pobres, perdidos;
los ricos, rebueltos;
los zelosos, fritos;
asados los necios;
los pagados, dulces;
los sin blanca, güeros .
19
Obras en verso, ed. cit., pp. 243-245 (versión del Parnaso español de
González de Salas), y Apéndice X I I , pp. 1267-1269 (versión del ms. 3797 de la
B. N . M . , que ofrece muchísimas variantes).
N o me consta, por supuesto, cuál sea el orden cronológico de las composiciones de Quevedo que aquí estudio. Las fechas que da L . Astrana Marín
parecen casi siempre caprichosas y sin fundamento, y creo que será mejor no
tomarlas en cuenta. E l problema de l a cronología quevedesca es ciertamente
peliagudo. Todos esperamos que l a próxima edición de José Manuel Blecua
arroje mucha luz sobre él.
17
1 8
Romances varios de diuersos autores, agora nueuamente recogidos por
el licenciado Antonio Diez, Zaragoza, 1663, p p . 109-114 (y también Obras en
verso de Quevedo, ed. cit., pp. 517-518). Estos versos, intercalados a manera
19
de estribillo, se repiten al final del "Baile", con u n a variante en el último: "los
sin paga güeros".
ANTONIO
49°
ALATORRE
NRFH, XV
Después de estos pasajes de Quevedo, sobre todo el r o m a n c i l l o
de H e r o y L e a n d r o , cargado de pasión, preñado de saña y de ponzoña, las ingeniosidades de Salas B a r b a d i l l o nos suenan necesariamente
a cosa hueca. Nuestro chiste reaparece en l a " A u e n t u r a segunda" de
Don Diego de Noche, en u n " E p i s t o l a r i o yocoso" que es más b i e n
u n a r d u o ejercicio retórico. Salas B a r b a d i l l o , escritor perfectamente
representativo de l a vaciedad intelectual de la España post-tridentina, no nos trae nada a nosotros, como no sea el testimonio de esa
atmósfera de frío sepulcral. L a Epístola undécima, d i r i g i d a " A v n
corredor de mohatras, auiéndosele anegado v n hermano en la m a r " ,
a b u n d a en simétricas y cerebrales antítesis:
. . .Su hermano de V . m . al tercer día de su nauegación se ahogó
en la mar: y V . m . , tras tantos años, nunca ha corrido tormenta en
las ondas de la Puerta de Guadalaxara. Auenturóse el mocuelo a la
jornada de las Indias con peligro del mar inconstante: V . m . , con
seguridades infalibles, halla las Indias en breue orizonte. Mas es la
distinción del caso, que el difunto passado por agua se yría a ser
estrellado en el cielo: y V . m . , fatigando la tierra, está muy cerca
de rodar al infierno.. .
2 0
E n cambio, Quiñones de Benavente n o carece de gracia y de
h u m o r . U n h u m o r m u y distinto del de Quevedo, no sarcástico y venenoso, sino discreto y u r b a n o . E n la Jácara que se cantó en la compañía de Olmedo hay u n a cómica riña de O s o r i o con tres de las
actrices:
OSORIO—Estas jembras no se acuerdan
que en los almendros de Olías
yo f u i Conde de Carrión,
y ellas del C i d fueron hijas.
Pues por el agua mehor,
2
0
A L O N S O G E R Ó N I M O DE SALAS BARBADILLO,
Don Diego de Noche, M a d r i d ,
1623, fols. 39 r°-4o r°. M Y R O N A . P E Y T O N , "Salas Barbadillo's Don Diego de
Noche", PMLA, 64 (1949), 484-506, observa que el ingenio de este autor "tends
to be either callous, coarse, or i n bad taste, judged by our standards of today",
y cita como ejemplo de esta tosquedad y dureza la frase " e l difunto passado por
agua", aplicada al pobre mozuelo que se ha ahogado en el mar {loe. cit., pp.
501-502). De hecho, Quevedo puede ser infinitamente más duro y grosero, y sin
embargo su humor no nos deja insensibles. L o malo de Salas Barbadillo no es,
creo yo, su "callousness", sino esa cualidad deshumanizada de su obra, en la que
pocas veces encontramos algo que se parezca a la vida. H a y que añadir que el
artículo de Peyton es muy valioso, lo cual me temo que no se pueda decir del
de R A Y M O N D L . G R I S M E R , "Classical allusions i n the poetic works of Góngora",
H, 30 (1947), 496-504. Grismer, incapaz de comprender el arte de Góngora, lo
condena con gran severidad porque "our poet does not approach that inexhaustible spring of poetic inspiration, mythology, with the respect and seriousness that many of us feel are due i t " (y pone, entre otros ejemplos, el romance
"Arrojóse el mancebito", tan irrespetuoso y "ofensivo").
NRFH, X V
F O R T U N A D E U N C H I S T E GONGORINO
491
que es l a del avemaria,
que s i . . . —quédese en que si;
no descubramos la tina.
A N T O N I A — ¡ T i n o s a s nos ha llamado!
¡Ay, qué deshonra enfermiza!
¡ay, qué agravio de hospital!
¡ay, qué asquerosa mohína!
Pues, espulgón madrigado,
delincuente sarnicida,
¿cómo l a opinión abollas
de u n tres en raya de ninfas?
V I C E N T A — ¡ A l t o , yo quiero estreliarlel
J A C I N T A — ¡ Y o quiero hacerle en tortilla!
A N T O N I A — Y yo pasarle por agua,
que es la muerte más mezquina .
21
T r a s Quiñones de Benavente sigue en este desfile u n personaje
inesperado: e l humanista valenciano Vicente M a r i n e r , traductor
fenomenal que puso e n latín u n número increíble de versos griegos
y de anotaciones de los escoliastas, y autor asimismo de decenas de
miles de versos latinos originales, casi siempre "panegíricos" y piezas
de circunstancias. Seguramente data de 1623, el año e n que estuvo
en España e l Príncipe de Gales, Carlos Estuardo, l a extensa composición latina a él dedicada: Panegyris ad serenissimum
Carolum
Stubardum,
Wallice Principem,
Magnce Britannice heredem, en l a
c u a l interpola, s i n v e n i r m u y a l caso, hasta 324 hexámetros que
n a r r a n los amores de H e r o y L e a n d r o :
Littore divisus, sed multo junctus amore
magnus Abydenus dum nat freta pervia ponti,
Sestana ardebat vehementiüs igne p u e l l a . . .
Los versos de M a r i n e r , preciso es confesarlo, n o son n i n g u n a marav i l l a . Escritos evidentemente m u y de prisa, carecen de elegancia y
p u l i m e n t o , y p r o d i g a n los vulgarismos de vocabulario y de sintaxis
en m u c h o mayor m e d i d a q u e los de los humanistas d e l siglo x v i .
Desde luego, n o se puede comparar a este coetáneo de L o p e de Vega
con u n J u a n Verzosa o c o n u n A r i a s M o n t a n o . E n todo caso, su
relato de l a historia de H e r o y L e a n d r o v a perfectamente e n serio,
con algún leve sabor o v i d i a n o , hasta q u e de pronto, de manera
a b r u p t a y absurda, cambia e l tono. L a tentación de terminar con el
chiste de Góngora h a sido irresistible. H e r o decide arrojarse desde
la torre a l ver e l cuerpo muerto de L e a n d r o :
E . C O T A R E L O Y M O R Í (ed.), Colección
de entremeses, loas, bailes, jácaras
y mojigangas..., t. 1, vol. 2 (NBAE, 18), M a d r i d , 1911, p. 515a. Debo l a noticia
de este texto a H a n n a h E . Bergman, l a máxima conocedora de l a obra de Quiñones.
2
1
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ALATORRE
T u n e cecidit, fregítque artus, vitámque reliquit,
perfractisque suis siluit morte incita membris,
utque ovum periere ambo sub cor tice toto:
hic sub aquis mersus, detritis artubus i l l a .
2 2
(Claro que el chiste n o tiene ya, en latín, n i sombra de sentido).
E n l a Silva segunda de l a Gatomaquia, u n a de sus últimas obras
—publicada en 1634—, introduce L o p e de V e g a u n a breve p a r o d i a
de los versos de Góngora, " E r a d e l año l a estación florida. . . " Se
trata, como en e l comienzo de las Soledades, de u n a c o m p l i c a d a
alusión perifrástica a l a época d e l año, c o n mención mitológica de
una de las constelaciones d e l Zodíaco: el signo de Géminis, compuesto de dos estrellas, en las cuales convirtió J ú p i t e r a sus hijos
Castor y Pólux (nacidos d e l " h u e v o azul de L e d a " ) :
Estaba el sol ardiente
una siesta de mayo calurosa,
aunque amorosamente,
plegando el nácar de la fresca rosa,
que producen los Niños abrazados,
huevos del Cisne (y huevos estrellados,
pues que los hizo estrellas),
cuando M i z i l d a con las manos bellas
la cara se lavaba y componía.. .
2 3
Superficial es el recuerdo d e l chiste en el gracioso Panegírico
chocolate (1640) d e l capitán Castro de T o r r e s :
al
Cuando vienen del Sur los galeones
y tormenta deshecha los combate;
cuando los amenazan los tritones
y como a güevos los revuelve y bate,
ricos al mar arrojan los cajones
de plata y oro: sólo al chocolate
de conservarle todo el mundo trata:
¡perezca el oro, húndase la p l a t a !
24
E l ingeniosísimo J e r ó n i m o Cáncer d a u n n u e v o y sorprendente
giro a l chiste de los huevos en u n a breve v i d a de Santo D o m i n g o de
Guzmán, escrita e n q u i n t i l l a s , cada u n a de las cuales contiene u n a
2 2
Vincentii Marinerii
Valentini Opera omnia, poética
et oratoria in IX.
libros diuisa..., T u r n o n i , 1632 (imponente volumen de 863 apretadas páginas).
L a Panegyris al Príncipe de Gales está en las pp. 216-276; el pasaje sobre Hero
y Leandro, en las pp. 242-252. Véase la comunicación de J . S E R R A N O C A L D E R O ,
"Las obras del humanista Vicente Mariner (-f 1642). Sus manuscritos existentes
en l a Biblioteca Nacional de M a d r i d " , en Actas del primer Congreso español
de estudios clásicos, M a d r i d , 1958, pp. 500-506.
La Gatomaquia, ed. F. Rodríguez Marín, M a d r i d , 1935, pp. 25-26.
C i t . por G A L L A R D O , Ensayo, t. 2, col. 356.
2 3
2 4
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F O R T U N A D E U N C H I S T E GONGORINO
agudeza piadosamente irreverente. D i c e n las vidas del santo que en
el m o m e n t o de bautizarlo apareció u n a estrella l u m i n o s a e n su
frente. Y a tiene Cáncer los elementos para reelaborar e l chiste
de Góngora y dejarlo como nuevo:
Diéronle con gran cuidado
el bautismo consagrado,
donde l a gracia se fragua;
y al ille a passar por agua
vieron que estaua estrellado.. ,
25
Cáncer, el más b r i l l a n t e de los continuadores de Ledesma, ejerció
a su vez m u y gran influencia sobre los poetas de convento y " v i l l a n c i q u e r o s " a l o d i v i n o durante l a segunda m i t a d del siglo x v n y a u n
en e l x v m . U n o de sus seguidores es e l aragonés Vicente Sánchez,
coplero " o f i c i a l " a q u i e n se acudía cada vez q u e se celebraba en
Zaragoza l a solemne profesión de u n a monja, y a q u i e n se encargab a n , año tras año, los villancicos que se cantaban en las más sonadas
fiestas de l a iglesia. Vicente Sánchez repite casi a l a letra e l chiste de
Cáncer e n u n a jácara " A Santo D o m i n g o " (que empieza " O y g a ,
reuerendo p a d r e . . . " ) :
26
. . .Tuvo estrella al bautizarse,
milagro que me suspende,
que al ser passado por agua
estrellado pareciesse .
27
L a Lyra d e Sánchez nos ofrece otras tres composiciones dedicadas a l
m i s m o santo. E n las tres se alude a l a estrella, pero e l poeta, consciente de que los devotos que escuchan su v i l l a n c i c o en l a iglesia son
los mismos q u e h a n oído y festejado e l d e l a ñ o anterior, hace l o
i n d e c i b l e p o r n o repetirse. H e aquí u n a de esas alusiones:
. . .mas por cierto tengo yo
que si el santo se estrelló,
con los hereges sería ,
28
donde ya n o se piensa, claro está, e n e l huevo estrellado.
Éste vuelve a aparecer, en cambio, en otra reelaboración que hizo
Cáncer d e l viejo chiste. S i e n e l bautismo de Santo D o m i n g o había
G E R Ó N I M O C Á N C E R Y V E L A S C O , Obras varias, M a d r i d , 1651, fol. 53 r°.
Las quintillas se pueden leer también en las Delicias de la lengua castellana,
Milán, 1655, p. 88 (var.: "y allí al passarlo por agua..."). Véase F. L Á Z A R O
2
5
C A R R E T E R , art. cit., p. 368.
N o cuento entre ellos a don P E D R O D E V A R G A S M A L D O N A D O , de quien he
visto unas Poesías..., i6jg, copia manuscrita del siglo x i x ( H . S. A . ) ; l a composición sobre Santo Domingo que allí aparece es simplemente l a de Cáncer.
V I C E N T E S Á N C H E Z , Lyra poética, Zaragoza, 1688 [ed. postuma], p. 111.
Ibid., p. 112. Sobre estrellarse en este sentido, cf. supra, nota 11.
2 6
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2 8
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ANTONIO
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ALATORRE
X V
agua, en el m a r t i r i o de San J u a n Evangelista había aceite h i r v i e n d o .
E r a preciso sacarle partido. Y así l o hace Cáncer en su d i v e r t i d a
jácara " A S. I u a n Euangelista en el m a r t i r i o de la t i n a " :
. . .Adoleció de vna T i n a ,
que es vn(a) achaque m u i malo,
y estuuo tan de peligro,
que llegó [a] estar oleado.
Salió burlando el martirio,
más terso, luciente y claro,
que el azeyte le ayudó
a parecer estrellado.
Con todo, desde aquel día
no quedó m u i limpio el santo,
que las lámparas le duran
hasta en sus mismos retablos .
29
Las posibilidades d e l chiste n o dejaron de ser explotadas en Portugal. H e encontrado variantes en tres poetas de esta nación: Jacinto
Freiré de A n d r a d e (1597-1657), A n t o n i o Serráo de Castro (16101684?) y J e r ó n i m o B a i a (f 1688).
Freiré de A n d r a d e recurre a la imagen del huevo en u n a Fábula
de Polifemo e Galatea escrita en "romance burlesco", que se i n i c i a
con u n a alusión expresa al Polifemo de Góngora:
Lá donde o mar de Sicilia,
diz o Cordovez famoso,
lava os joannetes daquelle
levantado p r o m o n t o r i o . . .
E l poeta portugués altera el desenlace de la fábula. Según él, A c i s
y Galatea "estaváo juntos h u m d i a , / ella p o m b a e elle p o m b o " ,
cuando los v i o el cíclope, el cual tomó sin más ceremonias al mancebo y l o partió en dos contra u n a peña, como q u i e n parte u n huevo
para freí r i o :
. . .e p e g a n d o d o c o i t a d o ,
como quem pega de hum ovo,
deu com elle n'hum penhasco
e fez-lhe em cacos o corpo .
30
J e r ó n i m o B a i a inserta íntegramente el chiste en otro romance
mitológico burlesco, l a Fábula de Júpiter e Europa, llena de los
equívocos habituales en esta clase de obras a lo largo del siglo x v n .
29
Obras varias, fols. 73 r°-74 r°; Delicias..., pp. 109-111. También esta
jácara figura, íntegra, entre las Poesías de V A R G A S M A L D O N A D O , ms. cit.
C i t o por la 2* ed. de A Fénix renascida, t. 3, Lisboa, 1746, pp. 322-328.
3 0
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495
J ú p i t e r , q u e bajo l a figura de u n toro h a sido " e l m e n t i d o robador
de E u r o p a " , abandona e l disfraz u n a vez consumada su fechoría:
. . .Mudou Júpiter a pelle,
porém foy só na apparencia;
pois bem que a pelle mudou,
na vida nao poz emenda.
Poz Jove o touro no Ceo,
e porque foy nesta empreza
no mar passado por agua,
ficou estrellado na esfera .
31
" E s t r e l l a d o " , porque es ahora u n a de las constelaciones d e l Zodíaco. (Recordemos a Castor y Pólux en l a Gatomaquia, "estrellad o s " también, aunque n o pasados p o r agua).
A n t o n i o Serráo de Castro (o " d e Crasto"), autor d e l notable
poema satírico Os ratos da Inquisigao, fue m i e m b r o de l a A c a d e m i a
dos Singulares de L i s b o a (1663-1665), donde se leyeron i n f i n i d a d de
versos aburridísimos que e l estudioso puede ver e n dos polvorientos
volúmenes impresos en 1665 y 1668. E l "assumpto" de l a décima
academia o sesión fue " o naufragio [sic] de L e a n d r o , 8c despenho de
H e r o " , y sobre él se h i c i e r o n cuatro sonetos españoles y dos portugueses, y u n a silva y u n romance en portugués. Serráo de Castro leyó
u n soneto c o n cola ( " H o j e he L e a n d r o bacalhao de m o l h o . . . " ; las
rimas son -olho, -alho, -ulho -ilho). H e aquí e l último terceto y l a
cola. M u e r t o s ya H e r o y L e a n d r o ,
f
Ambos juntáráo, quaes dous graos de milho,
delles fizeráo de hüa cova entulho,
e estas letras lhe abrem cum pampilho:
"Dous ovos aqui com magoa
Amor tem depositado:
hum em fatias quebrado,
outro passado por agoa" .
32
T a m b i é n fuera de España, pero esta vez en los Países Bajos, nos
encontramos c o n l a contradictoria figura de M i g u e l de Barrios, o,
c o n su n o m b r e de converso a l judaismo (verdadero nouveau
juif),
D a n i e l Leví de Barrios. L a poesía e n q u e inserta e l chiste de los
huevos f o r m a parte de u n a larga y apasionante historia, excelentemente estudiada hace poco p o r I. S. R é v a h . E n 1656, e l supremo
Mahamad de A m s t e r d a m excomulgó a dos heterodoxos, u n o poco
33
Publicada ibid., p p . 158-169.
Academia dos Singulares, T o m o segundo, Lisboa, 1668, p. 255. (Reimpreso a plana y renglón en l a misma ciudad, 1698). ¿Por qué em fatias quebrado
y no simplemente estrelado? ¿No sería muy común en portugués el verbo estrelar en ese sentido? Pero cf. supra los versos de Baia.
I. S. R É V A H , Spinoza et Juan de Prado, Paris-La Haye, 1959.
3 1
3 2
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ANTONIO
ALATORRE
NRFH, XV
conocido, llamado J u a n (o D a n i e l ) de Prado, y el otro famosísimo:
B a r u c h Spinoza. N u e v e años después, J u a n de Prado se encuentra
en l a parte católica de los Países Bajos, y dedica a M i g u e l de Barrios
u n soneto que se p u b l i c a en los preliminares de u n l i b r o de éste, l a
Flor de Apolo (Bruselas, 1665). A Barrios, j u d í o nada ortodoxo, n o
le molestaba evidentemente l a situación de Prado, expulsado de l a
c o m u n i d a d de A m s t e r d a m por sus ideas ''ateístas" (o mejor, deístas)
y p o r sus tendencias epicúreas. Pero unos años después muere Prado
en u n accidente. Y esta vez, Barrios no tiene empacho en lanzar u n a
feroz invectiva contra el amigo de otros días, quizá para congraciarse
c o n las comunidades judías ortodoxas. L a poesía va precedida de u n
largo epígrafe en que se e x p l i c a n las circunstancias de la muerte
de P r a d o y se recuerdan sus ideas ateístas y materialistas:
Castiga la Divina Justicia al Doctor Juan de Prado, maestro de
falsos dogmas , que no tenía más religión que la que convenía a su
cuerpo, n i más alma en su opinión que de cavallo; y dando palabra
de casamiento a una Fulana Loba, la desfloró; y yéndose a casar con
otra, ordenó la Suprema Justicia que, por u n carro que se le atravessó
en una puente, cayesse della con su cavallo en u n río, donde le imitó
en la muerte como en la v i d a .
34
35
L a poesía, en quintillas, está l l e n a de los juegos conceptuales de
m o d a . Barrios se esfuerza en t e r m i n a r cada q u i n t i l l a con u n a agudeza:
. . D o n Q u i x o t e en Rozinante, / y en el comer Sancho Pamja";
. .donde, como era gran perro, / osó embestir a u n a L o b a " , etc.
H a c i a el final, recuerda expresamente l a historia de H e r o y L e a n d r o :
Por la E r o que amó astuto,
Leandro de la ficción,
nadava de llanto enjuto;
tan César de su opinión,
que a morir vino por Bruto.
Pero antes, hay otras dos q u i n t i l l a s que d i c e n :
Su estrella quedó tan rota,
que, por el divino fallo,
quando de hombre dio más nota,
queriendo triumphar de sota
se vio arrastrar de cavallo.
Imitó al hijo de Phebo,
" I I est. . . clair que, pour les contemporains Sefardim d'Amsterdam,
naturellement mieux renseignés que les biographes tardifs de Baruch, c'était
le D r . J u a n de Prado q u i était le véritable responsable de l'apostasie d u jeune
Spinoza" ( R É V A H , op. cit., p. 23).
Es curioso encontrar aquí los mismos elementos que en la anécdota
de la Miscelánea de Zapata (supra, nota 5): el jinete, el caballo, el puente, el
río (y, luego, la expresión "pasado por agua"). N o se sabe la fecha exacta de
la muerte de J u a n de Prado (cf. R É V A H , op. cit., p. 35).
3 4
3 5
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que a cavallo subió osado:
pues por el carro, estrellado
cayó, donde como huebo
se vio por agua passado .
SQ
E n l a poesía de Barrios acabamos de ver u n a alusión a D o n Q u i jote. La aventura de los Batanes de Don Quixote de la Mancha es
el asunto que eligió el licenciado Francisco Pa^os para u n romance
de p i e quebrado, leído en 1675 en u n a academia madrileña. E l
romance comienza, como los dos de Quevedo, c o n u n a descripción
de l a oscuridad de l a noche:
. . . L a noche huyó de ser huevo:
que además de no ser clara,
no tuvo vna luz mexida
n i estrellada .
sl
Años después, en 1684, se cantaban en México unos villancicos
de Sor J u a n a Inés de l a C r u z en h o n o r de San P e d r o Apóstol . E l
sexto villancico se refiere a l episodio de Simón M a g o , narrado en los
Hechos d e los Apóstoles, y t e r m i n a así:
38
A otro Simón pagarás
tu grosero atrevimiento,
que le ayunan las vigilias
los más briosos al V i e j o .
A fe que presto lo vio:
volar quiso el hechicero,
y sin decir "Dios me valga",
estrellóse como un huevo.
39
40
(Pocos años antes, en u n v i l l a n c i c o en h o n o r de l a L i m p i a Concepción, Sor J u a n a había dicho que l a V i r g e n " l a cabeza se estrelló /
s i n haber dado c a í d a " ) .
41
Coro de las Musas, Bruselas, 1672, pp. 355-361.
op. cit., p p . 70-74.
Academia que se celebró por Carnestolendas..., M a d r i d [1675], pp. 7678. Cf. otra poesía de academia, l a Fábula de Iúpiter y Semele, Iocoseria, de
3
6
MIGUEL
D E BARRIOS,
Poesía reproducida por
RÉVAH,
37
d o n J u a n de Salcedo Ponce de León, escrita en "endechas endecasílabas"
(Academia que se celebró en Badajoz.. ., M a d r i d , 1684, fols. 22 v°-24 r ° ) : después de dejar achicharrada y hecha ceniza a l a pobre Semele, Júpiter "empegó
muy de espacio / a escarbar la ceniza con su cetro. / / Y en ella v n tierno
infante, / que él mismo le auía hecho, / estaua: ¿y quál estaua? / en la forma
que suele assarse vn hueuo".
S O R J U A N A I N É S D E L A C R U Z , Obras completas, ed. Alfonso
Méndez
Planearte, t. 2, México, 1952, p. 299.
Sor J u a n a se dirige aquí al Mago; el "otro Simón" es Simón Pedro.
Méndez Planearte explica (loe. cit., p. 497): 'hasta los más valientes
tienen respeto y rinden culto a San Pedro'.
3
8
3,9
4 0
4 1
Obras completas, t. 2, p. 20.
49»
ANTONIO
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ALATORRE
Y a m u y entrado e l siglo x v m , M a n u e l Montañés y M o n t e - A l e g r e
escribe u n largo " O b i l l e j o " en e l cual "Refiere las desgracias q u e
padeció desde Salamanca a unas Aldeas llamadas las Taberas", relato q u e quiere ser humorístico:
. . .Quando assí piso sombras, dudas sigo;
el Cielo todo se estrelló conmigo;
pero ¿qué lo dudaba m i desvelo,
si ya dexé estrellado a todo el Cielo? . . .
" V i e n d o quán poco a l u m b r a n las estrellas", e l poeta les dice, " p o r
c o n j u r o " , u n estrafalario soneto: "Signos de m i desdiha [sic], astros
e r r a n t e s . . . " , cuyos tercetos contienen u n apostrofe en e l cual se a p l i ca nuestro chiste, como en l a Gatomaquia de L o p e , a l a constelación
de los Gemelos:
Y vos, hijos de un huevo, ya estrellado,
Castor y Pólux, dos alhajas raras,
pues u n Poeta veis descalabrado,
decid, hijos de puta, y a las claras:
¿por qué l a cataplasma avéis negado,
teniendo en vuestras luces tantas claras}
42
L o más notable d e l chiste cuya historia se acaba de leer me parece, n o tanto su perduración a través de u n siglo y medio, cuanto l a
variedad de facetas y sentidos que a l o largo de ese tiempo llegó a
d e s a r r o l l a r . N o l o he encontrado c o n posterioridad a 1735. Recojo,
sin embargo, dos ejemplos modernos de l a expresión pasado por
agua, empleada para designar a l h o m b r e que, física o espiritualmente,
ha cruzado e l Atlántico. E n 1868, M a n u e l d e l Palacio p u b l i c a en
M a d r i d su l i b r o Un liberal pasado por agua: Recuerdos de un viaje
a Puerto Rico. Y hacia 1886, doña Soledad Olaguíbel de M a i l l e f e r t
expresaba su aprecio p o r M a n u e l Gutiérrez Nájera, su f u t u r o yerno,
como " h o m b r e . . . pasado por agua *, es decir, 'culto', conocedor de
la l i t e r a t u r a y e l arte europeos .
43
9
44
Poesías lyricas, que escrivía don Manuel Montañés y Monte-Alegre,
dedicadas a la gloriosa virgen y mártyr Santa Bárbara..., Madrid, 1735, pp. 1554 2
168 (el soneto, en las pp. 163-164).
H . N . B E R S H A S termina así su estudio sobre el chiste de los cardenales
(art. cit., p. 26): " T h e foregoing list amply attests the vigor of the p u n as well
as its Protean mutations. T r u l y , i n the hierarchy of nobility of word plays, this
one must be accounted a Prince of Wales". A mí, francamente, no me parece
muy "proteico" ese juego de palabras; los términos son siempre los mismos:
cardenal 'moretón' (de ordinario, el que dejan los azotes) y cardenal 'príncipe
de l a Iglesia', mientras que en el chiste de los huevos, los sentidos figurados de
4 3
estrellado y de pasado por agua son muy variados.
M A R G A R I T A G U T I É R R E Z N Á J E R A , Reflejo: Biografía anecdótica de Manuel
4
4
Gutiérrez Nájera, México, 1960, p. 66. (Debo este dato a Raimundo Lida).
NRFH, X V
F O R T U N A D E U N CHISTE GONGORINO
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APÉNDICE
L a afición de los poetas barrocos a entretejer de chistes sus composiciones en honor de Cristo, la Virgen y los santos, puede parecer chocante
a los lectores de hoy, sobre todo si son espíritus religiosos. Nos hallamos
ante u n fenómeno histórico-social que solicita nuestra comprensión, y
que bien merecería la atención cuidadosa de los hispanistas. Es claro que
esos poetas no se sentían culpables de irreverencia cuando decían que Cristo, azotado y sangrante desde la coronilla hasta la planta de los pies,
"llamó a congregación de cardenales", o cuando declaraban, a propósito
de la negación de San Pedro, que no era maravilla que el gallo cantara
al ver semejante gallina, o que el mismo San Pedro, al cortarle a Maleo
la oreja, había argumentado con u n silogismo en ferio, o que Santo
Domingo, al mortificarse con azotes, " u n domingo quebrantaba / muy
sin cargo de conciencia".
E n las páginas que preceden hemos visto varios de estos chistes en
jácaras y villancicos dedicados a l a Virgen María (Ledesma, Sor Juana
Inés de la Cruz), a Santo Domingo de Guzmán (Cáncer, Vicente Sánchez),
a San Juan Evangelista (Cáncer) y a San Pedro Apóstol (Sor Juana). Para
redondear u n poco la materia, voy a ocuparme aquí de otras composiciones poéticas relacionadas en alguna forma remota con el chiste de los
huevos, o que muestran u n tipo análogo de "humor culinario".
E l punto de partida es Alonso de Ledesma. " H o y es inimaginable
—dice Fernando Lázaro Carreter — l a fama de este escritor a quien sus
contemporáneos dieron el dictado de divino. Ledesma concibe siempre
de manera alegórica. Asombra su capacidad para descubrir insospechados
paralelos entre las cosas". Lázaro menciona a varios de sus secuaces, como
Alonso de Bonilla, Jerónimo Cáncer y el predicador Jerónimo de Florencia, grandes adeptos de la alegoría conceptista y del juego de palabras.
E n este Apéndice nos encontraremos con otros nombres, menos conocidos, de poetas que cultivan el chiste piadosamente irreverente.
Hemos visto antes la jácara donde Cáncer dice que San Juan Evangelista, en l a tina de aceite hirviendo, parecía huevo estrellado. Ledesma
hizo sobre ese asunto varias composiciones festivas. U n a se intitula " A
S. loan Evangelista ante portam L a t i n a m , en metáfora de freyr peces".
Lleva al margen algunas glosas explicativas, para l a mejor comprensión
de los equívocos:
45
46
Concepto
A pescar se puso Dios
en el mar de Galilea,
y quantos peces dessea
los saca de dos en dos.
V n o grande fuystes vos,
y dixo Pedro esta vez:
"¿Qué se ha de hazer deste pez,
que me parece el mayor?"
á 5
46
(Apóstoles)
(Excelencias del Euangelista)
"Sobre la dificultad conceptista", art. cit., p. 362.
Así se llama, en efecto, la festividad litúrgica del martirio de este santo (mar-
tirio en que no murió): In festo S. Ioannis ante Portam Latinam (6 de mayo).
ANTONIO
5°°
NRFH, X V
ALATORRE
Respondióle el pescador:
"Quiérole para guardar,
y pues tanto h a de durar,
frito quedará m e j o r " .
47
(Sic voló eum manere)
(Martyrio)
O t r a de las poesías desarrolla una metáfora diversa, pero siempre a
base del aceite:
Sois lámpara, Iuan sagrado,
de gran luz y resplandor,
y aora luzís mejor
del modo que os an ceuado.. ,
4 8
Y en otra más, una tercera metáfora cuyo punto de partida no es ya el
"aceite", sino l a " t i n a " :
V n tintorero traydor
oy ha metido en su tina
v n paño de lana fina
para mudalle el c o l o r . . .
4 9
E n el epigrama a Santo Domingo de Guzmán, Ledesma no dice nada
que anuncie l a genial innovación de Cáncer. Pero en l a página dedicada
a San Nicolás T o l e n t i n o , a quien se representa con u n hábito sembrado
de estrellas, encontramos
este jeroglífico:
"Pintóse
v n cielo todo
estre-
l l a d o " , y esta letra:
Si al cielo de v n a alma justa
falta nube de pecado,
¿qué mucho se vea estrellado?
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U n seguidor de Ledesma, J u a n de L u q u e , " n a t u r a l de Jaén", publica
en 1 6 0 8 tres villancicos " A S. I u a n Evangelista en l a T i n a " , pero sus
metáforas siguen otro camino. H e aquí u n breve ejemplo, gracioso por
ALONSO DE LEDESMA, Tercera parte de Conceptos espirituales, Lérida, 1612, f o l .
6g v°. Sobre e l verso "los saca de dos en dos", cf. San Lucas, 10:1 "misit illos binos
ante faciera suam"; y sobre e l resto d e l epigrama, cf. San J u a n , 21:21-22 (a continuación
de u n a escena de pesca): " H u n c ergo [Ioannem] c u m vidisset Petrus, d i x i t Iesu: D o mine, h i c autem quid? D i x i t e i Iesus: Sic e u m voló manere doñee veniam, q u i d a d te?"
— E n sus Epigramas y hieroglíficos,
op. ext., f o l . [27] r°, Ledesma reelabora esta composición p a r a darle, como a todos los epigramas d e l l i b r i t o , forma de décima. Se i n t i t u l a
" A San I u a n Evangelista en l a T i n a " ("ante p o r t a m Latinam", " e n la Tina"; ¡milagro
que a Ledesma se le haya escapado este juego de palabras!), y dice, esta vez sin glosas:
"Preguntóle v n pescador / a su señor cierta vez: / ¿Qué se h a de hazer deste pez, / que
me parece mayor? / Respondióle su señor: / Quiérole para guardar, / y siendo t a l el
manjar, / n o h a de faltar, a fe mía, / q u i e n en azeyte le fría / para que pueda d u r a r " .
ALONSO DE LEDESMA, [Primera parte de] Conceptos espirituales, M a d r i d , 1600,
fol. 131 r°. E n los Epigramas y hieroglíficos
hay, en cada página, u n a décima y una
brevísima letra de tres versos con que se explica e l jeroglífico. E l jeroglífico de San
J u a n Evangelista es: "Pintóse v n a lámpara a r d i e n d o " ; y l a letra: " A p a g a r quiso su luz,
/ y como azeyte l a echó, / nueuo resplandor l a d i o " (fol. [27] r°). —Estas letras son de
una concisión extraordinaria. L a d e l jeroglífico de l a Coronación de espinas ("Pintóse
vna granada abierta") es m u y hermosa: " F r u t a que rompe su pecho / y sus entrañas
ofrece, / ser coronada merece" (fol. 14 r°).
[Primera parte de] Conceptos espirituales, f o l . 132 r°.
Epigramas y hieroglíficos,
op. ext., f o l . 37 r°. ( E l relativo a Santo D o m i n g o , en
el fol. 34 r°).
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reflejar ciertas ideas de los médicos de entonces, terriblemente recelosos
en materia de higiene personal:
Aunque es peligroso el vano
que en l a tina, luán, os days,
como vos tan sano estáys,
prouecho os haze y no d a ñ o .
51
Medio siglo más tarde, u n poeta de la academia del Conde de Lemos,
Josef Navarro, volverá de nuevo a l humor culinario en u n villancico " A
San Juan Evangelista":
. . .vnos vinagres sayones
lo echaron en el azeite.
Aunque el tirano enojado
anduvo astuto (a m i ver),
pues le pareció al malvado
que estando el Santo mojado
fuera fácil de torcer.
Mas con airados estremos
dixo: "Pues n o te fatigas,
aunque el azeite tenemos,
no me parece que haremos
entre los dos buenas migas" .
52
Otro excelente chiste culinario, referido a San Juan Bautista, encontramos en l a extrañísima comedia de Damián Salucio del Poyo, Vida y
muerte de Judas. Escena: el desierto; interlocutores: San Juan Bautista
y dos ladrones, Dimas y Grismas [=Gestas], los mismos que a su debido
tiempo serán crucificados con Cristo. San Juan predica penitencia; Dimas
da muestras de su buen corazón; Grismas, en cambio, impaciente e
iracundo, le grita al santo: "¡Mas que os parta la cabeza!", a lo cual replica él con exquisita mansedumbre:
—Ser m i cabeza partida
no puede, aunque yo quisiera,
porque se ha de dar entera
por postre de una c o m i d a .
53
Esta clase de chistes ponía loco de entusiasmo a Gracián, el gran teorizador y loador de la agudeza, del equívoco, del "significar a dos luces".
Entre los poetas más elogiados por él están justamente Ledesma y
Cáncer. Del primero dice: "Son las obras del divino Ledesma u n equívoco continuado; fue plausible en este genio, y quiso más ser el primero
J U A N DE L U Q U E , Divina poesía y varios conceptos [nótese esta palabra] a las
fiestas principales del año, L i s b o a , 1608, p . 74.
JOSEF NAVARRO, Poesías varias, Zaragoza, 1654, p p . 112-113.
Citado p o r JOSÉ P í o TEJERA y R . DE MONCADA, Biblioteca del murciano, M a d r i d , 1924, p . 644. — N o resisto a l a tentación de citar otro buen chiste relativo a l a
muerte d e l Precursor de Cristo. Es de GERÓNIMO CÁNCER Y VELASCO en u n a jácara " A
San J u a n Bautista", q u e termina: " . . .Y en medio de estas finezas / de santidad y de
fe, / hay q u i e n diga q u e le v i o / muerto p o r u n a m u g e r " (Obras varias poéticas,
M a d r i d , 1761, p . 132).
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en él que segundo en otros". Y de Cáncer: "Oyeron una m u i gustosa
jampona, mas por tener cáncer la Musa que la tocava, a cada concento
se le equivocavan las vozes" . También alaba Gracián la "grande sutileza" de Góngora, a propósito de u n equívoco, muy en el gusto de Ledesma, que don Luis coloca en su romance a la beatificación de Santa Teresa
de Ávila . E l chiste se basa en el nombre de Teresa de Cepeda y Ahumada y en el del obispo de Ávila, Alfonso Tostado de Madrigal, famoso
por el volumen de sus escritos:
54
55
T a n t o i tan bien escribió,
que podrá correr parejas
su espíritu con la pluma
del Prelado de su Iglesia:
pues Abulenses los dos,
ia que no iguales en letras,
en nombre iguales, él fue
Tostado, Ahumada ella.
E n el caso de San Lorenzo, la comicidad "culinaria" venía desde
época muy remota. L a célebre frase del mártir: Assum est, uersa et
manduca, aparece ya en el De officiis de San Ambrosio . E l cordobés
Pedro Clemente Negrete (f 1630) la elabora simplemente en una Vida
de S. Laurencio escrita en quintillas "joco-serias". E l santo, una vez asado
en la parrilla, sufre el martirio de los garfios:
56
. . .Las uñas de acero empuña
la crueldad, rigor no chico,
y el santo cuerpo razguña;
y porque le juzgan rico,
luego le meten la u ñ a .
57
Y Francisco Carrillo de Córdoba, en su Certamen histórico por la
patria del exclarecido protomártir San Laurencio (Córdoba, 1673), nos
asegura con la mayor seriedad del mundo que "en u n libro manuscrito
que se titula Academia espiritual'', obra de insigne antigüedad (¡del año
1042, nada menos!) se leen los siguientes versos, francamente espantosos:
H o y pone Dios en su mesa
u n fénix, vándalo asado,
que después de estar quemado,
la vida eterna interesa...
Aqueste fénix suave
mucho gusto al cielo da,
que como endiosado está,
a todos a Dios les sabe .
58
Apud F. LÁZARO GARRETER, art. cit., p. 367.
Obras completas de Góngora, ed. cit., t. 2, p. 199. E l elogio de Gracián, en la
Agudeza y arte de ingenio, discurso xiv (Obras completas, ed. E. Correa Calderón,
54
55
Madrid, 1944, p. 111a).
Véase ERNST ROBERT CURTIUSJ Literatura europea y Edad Media latina, México,
1955, Excurso IV ("Bromas y veras en la literatura medieval"), t. 2, pp. 605-606.
5 6
57
Poesías de D. Pedro Clemente Negrete, ms. de la H . S. A . (se trata de una
n
copia relativamente moderna).
Cit. por GALLARDO, Ensayo, t. 2, col. 246. A . GONZÁLEZ PALENCIA y J . HURTADO,
Hist. de la lit. esp., ed. cit., p. 538, copian los siguientes versos en honor de San Lo58
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F O R T U N A D E U N CHISTE GONGORINO
E l franciscano fray Damián Cornejo, autor de la voluminosa C¡irónica seráphica, perpetró también no pocos villancicos "joco-serios" en honor
de los santos de su orden, sobre todo San Francisco y San Diego de Alcalá. E n u n "Romanze" a este último hay algún eco remoto del chiste
de los huevos. L e dice a l santo que, por favor, sea bueno y no haga ya
tanto milagro:
. . . A los pobrecillos ziegos
que os vienen buscando a tientas,
no sentándoles l a mano
les hagáis ver las estrellas .
59
E n unas "Quintillas" a Santa Clara, el eco es más preciso:
Oy m i deboción aclama,
puesto que en estilo nuebo [!],
a una virgen que fue dama
de San Francisco, y se llama
lo que no es yema en el huebo.
Su nombre es bien conozido,
y tanto en el mundo vale,
que a mí me tiene aturdido
ver que esté tan esparcido
quien del cascarón n o sale .
60
E n estos secuaces de Ledesma pensaba Polo de Medina cuando criticaba, no sin gracia, l a epidemia villanciqueril. E n la segunda de las
Academias del jardín, el Licenciado "Pues sea" ha soltado u n villancico
estupendo en honor de San Sebastián:
—Si V . m . prosigue —dijo Jacinto—, ha de ser cosa de espanto.
— N o me ha de quedar —respondió el Licenciado— santa n i santo en el
cielo a quien no le haga una jacarandina a lo divino, con que pienso dejarme atrás a Cairasco con toda l a millarada de sus otavas, que escribo yo más
en una hora que el Tostado en toda su vida.
Y más adelante, en l a academia cuarta, dice D o n Juan:
. . .Pues vamos a las monjas con los villancicos. A sólo San Juan Bautista
tengo hecho más de u n siglo de coplas. Pues al Evangelista le tengo compuestas otras tantas. Pero digan: ¿me ha valido algo? ¡Ni una rosquilla! .
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renzo como ejemplo de las "extravagancias" de Ledesma: "Seréis sabroso bocado / para
la mesa de Dios, / pues sois crudo para vos / y para todos asado", y añaden: " P o r
extravíos t a n ridículos como irreverentes, l a Inquisición prohibió u n o de sus l i b r o s " .
Según parece, l a Inquisición se alarmó también por algunos chistes demasiado irrespetuosos de Cáncer; hasta ahora, s i n embargo, no he conseguido ver ninguna de las
ediciones expurgadas. Sobre " L a hostilidad contra los villancicos" véase el Estudio
l i m i n a r de ALFONSO MÉNDEZ PLANCARTE a las Obras completas de Sor Juana, t. 2, p p .
l i i i - l i x . C f . también l a censura de fray P a b l o Yáñez de Aviles a las Obras lyricas
[1720] de Francisco A n t o n i o de Bances y C a n d a m o , ed. F. Gutiérrez, Barcelona, 1949,
p p . 40-43.
Obras poéticas M.S. del Rev.
Padre Fr. Damián
Cornejo, B r i t i s h M u s e u m ,
ms. E g . 1889, f o l . 54 v°.
Ibid., f o l . 65 v°. —Característicamente f r a i l u n a es l a mezcla de las ingeniosidades piadosas y de las obscenidades tontas. Véase, como ejemplo, e l soneto " Y a n o
puedo v i v i r si n o m e capo" (ibid., fols. 17 v°-i8 r°); y también, los nauseabundos " V e r sos en ecos a l desengaño del m u n d o " (fols. 32 r°-33 v°).
5 9
6 0
mo
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ANTONIO ALATORRE
L o cual nos proporciona u n dato de interés acerca de la clientela de esa
clase de composiciones.
Cerremos nuestro largo desfile con don Joseph Tafalla Negrete, " v i llanciquero" profesional como Vicente Sánchez, y aragonés como él. E n
su Ramillete poético hay sobre todo jácaras y jacarandinas y vejámenes
y villancicos a los santos. Sólo en honor de Santo Domingo hay cinco
romances y una poesía en quintillas. Tiene varias alusiones a la estrella,
pero sin el chiste del huevo estrellado. Por ejemplo:
E n el cielo de su frente
luze vna estrella brillante.
¡Rara dicha! E nfin,ay hombres
que ya con su estrella n a c e n . . .
O este recuerdo del Polifemo de Góngora (".. .de u n ojo ilustra el orbe de
su frente"):
T o d o el orbe de su frente
se iluminava de v n astro,
que a tanto golpe de luzes,
le dexó el rostro estrellado .
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ANTONIO
ALATORRE
E l Colegio de México.
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SALVADOR JACINTO POLO DE MEDINA, Obras escogidas, ed. J . M . de Cossío, M a -
d r i d , 1931 (col. " L o s clásicos olvidados"), p p . 164 y 221. Cf. también, e n e l Hospital
de incurables, l a d i v e r t i d a requisitoria contra los q u e andan "trabucando las coplas
de h u m a n o en d i v i n o " (ibid., p p . 313-314).
JOSEPH T A F A L L A NEGRETE, Ramillete poético, Zaragoza, 1706 [ed. postuma], p p .
6 2
244-247.

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