Revista ARS 7 sic - Secretaría de Cultura

Transcripción

Revista ARS 7 sic - Secretaría de Cultura
Índice
Título sección
5
6
Editorial
- Elisa Huezo Paredes
- Rubia Soledad
- Katheryn Rivera Mundo
- Miroslava Rosales
- Silvia Elena Regalado
- María Cristina Orantes
Páginas
Intemporales
El Dios triste
Gabriela Mistral
7
Archivo
Gabriela Mistral y
El Salvador
9
A Gabriela Mistral
Claudia Lars
10
11
20
38
Un poema visual de
Efraín Rivera Caravantes
40 Cuentos
40
Evocación de Gabriela
Mistral
Claudia Lars
Vidas cruzadas
Abigaíl López
41
Cartas de Gabriela
Mistral a Claudia Lars.
Notas de la Dra. Matilde
Elena López
Tan oscura como una
noche sin luna
Krisma Mancía
44 Libro
Gabriela Mistral y el
millonario Vanderbilt
Carlos Chávez
22 Ensayo
Negra Álvarez, obra en
retrospectiva
Bélgica Rodríguez
27 Crónica
Telarañas
Harry Castel
(Jennifer Valiente)
2
29 Poemas de
Orlando de Virginia
Woolf
Astrid María Bahamond
47 Autoras, autores
Ilustraciones
50 e ilustradores
Editorial
Nueva era
Número 7
Año 2015
ARS
ARS, Revista de la Dirección
Nacional de Investigaciones
en Cultura y Arte de la Secretaría
de Cultura de la Presidencia.
ARS, arte en latín. Fue el nombre de
la revista de la
extinta Dirección de Bellas Artes.
Retomamos el título
y retomamos, en la medida de
nuestras fuerzas, algo de la fe que la
hizo crecer.
SECRETARIO DE CULTURA DE LA
PRESIDENCIA
Ramón Rivas
DIRECTOR NACIONAL DE
INVESTIGACIONES
EN CULTURA Y ARTE
Sajid Alfredo Herrera Mena
DIRECTOR DE ARS
Ricardo Lindo
COMITÉ EDITORIAL DE ARS
Astrid María Bahamond
Miroslava Rosales
Ricardo Roque Baldovinos
Óscar Meléndez
Guillermo Cuéllar
CONTRAPORTADA
Bernardo Crespín
COORDINACIÓN EDITORIAL
Jasmine Campos
DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN
Gabriela Morán
Las opiniones vertidas en ARS son de
exclusiva responsabilidad de sus autores.
El contenido de esta revista puede ser
reproducido total o parcialmente citando
la fuente.
Secretaría de Cultura de la Presidencia,
Dirección Nacional de Investigaciones en
Cultura y Arte
Centro de Gobierno, San Salvador.
Por siglos y por siglos la historia del arte y
la literatura fue una historia de hombres.
Había escritores, arquitectos, escultores,
pintores, músicos, etc., pero no su equivalente femenino. Las excepciones son
menos que mínimas y más apreciables
por ello. Pensamos en Sor Juana Inés de
la Cruz, pionera del feminismo, poeta,
dramaturga, escritora subversiva, monja
mexicana que no vacila en dedicar poemas de amor a una Virreina y cuya voz es
finalmente acallada por la Santa Inquisición. Pero no podemos multiplicar esos
ejemplos. Habría que esperar el siglo XIX
para que una tímida brecha vaya abriéndose y el XX para que magníficas artistas
irrumpan exitosamente en todos los ámbitos del arte.
Por sugerencia de la poeta Miroslava Rosales, esta edición de ARS va dedicada a
las mujeres en el arte. Escritos de mujeres
y escritos sobre mujeres. Obras de arte de
una gran pintora y escultora salvadoreña,
Negra Álvarez que mereció elogios del Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa
(ver ARS N° 2), y cuya obra se encuentra
en importantes museos del mundo.
En ARS n.° 7 nos centramos en dos excepcionales poetas pioneras en América
Latina, Gabriela Mistral y Claudia Lars, y
en la larga amistad que las unió. La poesía
había dado algún espacio a las mujeres,
siempre y cuando se detuviesen en los correctos límites de los tiernos sentimientos.
Inversamente, parecía afeminado y por
tanto culpable que un hombre los expre-
sara. Pero, en esa primera mitad del siglo
XX, aisladas voces femeninas van rompiendo parámetros. Ciertamente tienen
Gabriela y Claudia encantadores versos
dedicados a la infancia, que han opacado
quizás un tanto el resto de sus respectivas
obras, pero también fueron a temas que
eran entonces reservados a los hombres,
la angustia existencial y el amor corporal,
por ejemplo. Pero, de ellas y de la relación
de Gabriela con El Salvador verán más en
el archivo que se les dedica.
Sigue un ensayo sobre Negra Álvarez de
una gran crítica de arte venezolana, Bélgica Rodríguez, y unas reflexiones sobre
las letras a la par incisivas y teñidas de
humor de Jennifer Valiente.
Vienen, después, poemas. Desde la ya fallecida Elisa Huezo Paredes hasta voces
femeninas que habitan hoy entre nosotros.
Esta muestra da un atisbo de la rica variedad de expresiones de la poesía femenina
salvadoreña.
Pero termina la sección de poemas un
hombre joven, Efraín Rivera Caravantes,
con un poema visual que nos habla de una
dama cuasi inmaterial, que dibuja y escribe, LA LÍNEA.
Y vienen después cuentos, uno brevísimo y muy cruel de una joven estudiante
de química que publica por primera vez,
Abigail López, y otro breve y cruel también de una joven escritora ya con trayectoria, Krisma Mancía.
Concluimos con la relectura de Astrid María Bahamond de un libro célebre, el ORLANDO de Virginia Woolf, novela que, al
otro lado del Atlántico, iba abriendo brecha
a la literatura escrita por mujeres en la primera mitad del siglo XX. La misma brecha.
ILUSTRACIONES
Negra Álvarez
5
Páginas Intemporales
Páginas
intemporales
Dios
triste
Archivo
El
Gabriela Mistral
6
Y pienso que tal vez Aquel tremendo y fuerte
Señor, al que cantara de locura embriagada,
no existe, y que mi Padre que las mañanas vierte
tiene la mano laxa, la mejilla cansada.
Mirando la alameda, de otoño lacerada,
Se oye en su corazón un rumor de alameda
la alameda profunda de vejez amarilla,
de otoño: el desgajarse de la suma tristeza;
como cuando camino por la hierba segada
su mirada hacia mí como lágrima rueda
busco el rostro de Dios y palpo su mejilla.
y esa mirada mustia me inclina la cabeza.
Y en esta tarde lenta como una hebra de llanto
Y ensayo otra plegaria para este Dios doliente,
por la alameda de oro y de rojez yo siento
plegaria que del polvo del mundo no ha subido:
un Dios de otoño, un Dios sin ardor y sin canto
“Padre, nada te pido, pues te miro a la frente
¡y lo conozco triste, lleno de desaliento!
y eres inmenso, ¡inmenso!, pero te hallas herido”.
7
Archivo
Mistral y
El
E
8
Gabriela
Salvador
rróneamente se ha venido repitiendo que Gabriela Mistral denominó a El Salvador “el Pulgarcito
de América”. Esa expresión es del poeta
salvadoreño Julio Enrique Ávila. Pero sí
tuvo relación con nuestra patria la Premio
Nobel chilena. Aunque sólo estuvo unos
días dando charlas y conferencias, fue
por influencia suya que se publicaron los
CUENTOS DE BARRO de Salarrué en
Chile y mantuvo con nuestra gran Claudia
Lars una correspondencia de muchos años.
Y Claudia fue huésped suya en California.
Poco antes de morir Claudia llevó una cesta con fotos y documentos a la Dra. Matilde
Elena López. En esa cesta estaban, entre
otras cosas, las cartas de Gabriela. Siempre
dijo la doctora que las publicaría con un
estudio. No lo hizo y perdió la memoria. Un
acucioso periodista de La Prensa Gráfica, el
Sr. Carlos Chavez, obtuvo entonces de Floritchica Valladares, hija única de Matilde
y de Roy Beers, hijo único de Claudia, autorización para publicarlas. La Dra. López
las había mecanografiado, tarea difícil pues
la caligrafía de Gabriela Mistral no era nada
clara. Las cartas ya transcritas aparecieron
en la revista Séptimo Sentido del mencionado periódico el domingo primero de marzo
de 2009, en fotomontaje sobre la intrincada
escritura de la gran poeta chilena. Vemos
en sus líneas la amistad que unía a Claudia
Lars con otro chileno excepcional, el poeta
Juan Gumán Cruchaga. Junto a estas cartas
vemos en Séptimo Sentido otras dos cartas
de admiración que dedican a Claudia la célebre poeta uruguaya Juana de Ibarborou y
el escritor chileno Arturo Torres Rioseco,
Mistral
Archivo
A
Gabriela
Claudia Lars
Una rosa de angustias -mar y vientoy la estrella que gime en tierra oscura;
una secreta herida de ternura
y el camino interior del pensamiento.
Tu nombre fijo, tu divino intento,
la suelta voz que llega, larga y pura;
este compás de sangre, que asegura
quien dejó huella en la historia de la crítica
hispanoamericana. Sólo hemos retomado,
por de pronto, las cartas de Gabriela Mistral. Y retomamos del ciberespacio un precioso artículo de Carlos Chávez hablando
de su paso por nuestra tierra en 1931. La
página del periodista data de 2009. Él declara que su artículo es un esbozo, algo que
no deseaba publicar formalmente en aquel
momento, sin embargo nos ha autorizado
ahora a reproducirlo. Pero leamos primero
dos poemas que Claudia dedica a Gabriela, muy distantes en el tiempo, y leamos
esta correspondencia que muestra la profunda amistad y la mutua admiración que
se profesaron.
tus cantos recogidos en mi acento.
Dulce don invisible para el día
de la flor y la erguida melodía,
con el pájaro leve y la campana.
Lo diste sin saber, pero se advierte
que te sigue, imantado hasta la muerte,
el paso fiel de tu pequeña hermana.
De ROMANCES DE NORTE Y SUR (1946)
POESÍA COMPLETA DE CLAUDIA LARS
TOMO I, Dirección de Publicaciones e Impresos
(DPI), 1999, pág. 335.
9
Gabriela Mistral
En su casa de Santa Bárbara, California
Claudia Lars
Tu retiro apenas recogía
rumores de la ciudad mecanizada
isla para viajeros locos,
llena de ciruelas y libros.
No olvido nuestras lecturas
bajo una lámpara,
ni las visitas del escritor noruego
que hablaba de la cuarta dimensión
iba del Tranquilo Compasivo al Amoroso Sufriente
afirmando que los dos podían alumbrar la tierra entera
desde un mismo candelabro.
Casa tan quieta y limpia
me obligaba a caminar de puntillas
y era dulce recibir, sin pedirlo,
el oro de tu palabra.
como si hablara de Oslo.
Fácilmente regreso a los álamos azules
y a ciertos afanes mañaneros
entre remolachas y coles.
Gocé un verano inmerecido
y rompí noches del corazón
queriendo descubrir abismos.
querían descansar en tu cabeza
y el perro destructor de escarabajos
cerca del libro más cristiano entre todos
Tu profunda mirada
10
Tengo en mis manos los manuscritos que Gabriela Mistral escribiera a Claudia Lars, la primera de las cuales es un acuse
de recibo de “Estrellas en el pozo”, el primer libro de poesía de
nuestra gran lírica.
Son siete cartas reveladoras de la profunda amistad entre estas
dos mujeres finas y espirituales, creadoras de belleza. ¡Cuánto
dicen las cartas y cuanto revelan entre líneas! Aunque no conocemos la otra parte de la historia – las cartas de Claudia a
Gabriela perdidas en algún baúl en su casa de Santa Bárbara,
California-, a través de las epístolas de Gabriela se descubre
un rasgo, el pliegue medio oculto del carácter, el temperamento
apenas de aquella Gabriela “de andar reposado y estatura prócer
de su ascendencia vasca y aymara…” y de Claudia, con su ascendencia irlandesa y salvadoreña.
Admirada y buena compañera:
Entonces comprendí las líneas
Con no poca vergüenza vengo acusándole recibo de las “Estrellas en el pozo”, solamente ahora. Primero fue que deje en Madrid mis cajones con libros, luego que he tenido un largo tiempo
de dolencias. Pero el librito tapas azules lo he leído varias veces,
y luego he hallado poemas suyos en el “Repertorio”.
y ahora padezco el largo fuego
de todos tus versos.
y el Cristo medioeval en su cruz de viernes
agonizaba encima de la consola.
CARTA 1 (1937)
y ya ves: me han matado mis muertos”…
de un rostro severo
Un Buda de marfil tenía asiento
Notas de la Dra. Matilde Elena López
llegas hasta mis huesos para observarme
“Amiga curiosísima:
se transformaba al oír nuestras voces
en cordero de felpa.
Gabriela Mistral
a Claudia Lars
Mas, las cartas de Gabriela son señales al camino de aquella
amistad que se mantuvo a lo largo de la vida. La primera carta, sin fecha, escrita en tarjetas con membrete del consulado de
Chile, es breve, casi protocolaria:
Por eso dijiste al fin con voz resignada:
Mariposas sin rumbo
Cartas de
POESÍA ÚLTIMA (1972)
POESÍA COMPLETA DE CLAUDIA LARS
TOMO II, DPI, 1999, pág. 353.
Archivo
Archivo
Evocación de
Usted mejora, se depura y se decanta día a día. Quiero decirle
que me gustan mucho, pero mucho, sus temas maternales e infantiles. Bien quisiera yo tener esa limpidez y levedad de verso.
Su poesía comenzó mucho más formada de lo que comenzó la
mía. No sé dónde está usted. ¿En Costa Rica? Mando estas palabras a la dirección de don Joaquín. Él se las hará llegar. Reúna
11
Gabriela
“Estrellas en el pozo” se publicó en Costa Rica en 1934, bajo el
signo de Joaquín García Monge, a cuya dirección envía Gabriela
Mistral su carta.
Él sólo quiso aludir al entrenamiento pedagógico. Este es el país
donde reina Doña Metodología; y se valorizan los métodos más
que la propia materia. Y eso te lo dijo en habanero. No quiero
esconderte que tú has perdido una posición clave. Todo está en
que te conozcan, en que entres, lo demás va solo. El profesor no
está lastimado; es hombre de muchas experiencias humanas.
Archivo
Archivo
usted esos mismos y lindos poemas que le conozco. No dejé la
poesía por ninguna razón de esas que dan mamás y parientes.
Nos faltaría una muy bella hermana en el grupo de las mujeres
que hacemos versos. Siéntame siempre su lectora admirativa y
su amiga adicta. Y mis recuerdos a los amigos costarricenses.
juguetonas. Te ha herido talvez aquella frase de “humor” que te
puso. En La Habana oirías muchas más fuertes. No son fuertes,
son habla confianzuda. En fin, ya eso se perdió. Parece que tú
deseas quedarte en San Francisco. Tienes toda la razón por el
lado del ambiente. No la tienes en cuanto al clima.
Tu vida en la fábrica no podía ser otra. Son cosas inadmisibles
para gente de tu clase y de tu línea.
No olvides que yo te ofrecí esta casa. Es todo lo que podría hacer
(1). A causa del cambio de residencia, yo hice una hipoteca aquí.
(Además de que esto es mío sólo a medias).
CARTA 2 (entre 1946 y 1948)
La hipoteca es dura y ahora casi he arrendado un cuarto. Yo sony
cónsul de 2da. Clase; de hecho de 4ta. Clase y de 9° grado. Digo
que te ofrecí lo que tenía, casa, no dinero.
La siguiente carta está escrita en el mismo tipo de libreta de
papel corriente, talvez más grueso y sin anotar lugar ni tiempo.
Pongo mucha fe en tu trato con el personal de “Mills”. Es un
colegio fino. L Munguía y Rotunda –y el Rector- son algo cualitativo y tendrán que darse cuenta de ti, con leerte y con oírte.
Posiblemente desde Santa Bárbara y en la época en que Claudia
hace un viaje a Estados Unidos, ubicándose en San Francisco.
Este viaje es distinto al que realizó la joven Claudia la casa de
las hermanas de su padre, distinto al de su boda con Roy Beers.
Ahora Claudia se enfrenta a la vida, la fina alondra “nerviosa
como el primer viaje de la alondra” en el cantar de Dávila Andrade, y allá rompe sus alas. Claudia nos contaba que trabajó en
una fábrica de galletas en San Francisco, California, y que Juan
Guzmán Cruchaga, que fue embajador de Chile en El Salvador,
iba a recogerla por la noche, pues él se hallaba por la década de
los cuarenta con su esposa Raquel en Estados Unidos. Este es el
ambiente que enmarca la carta de Gabriela.
Carísima Claudia:
Ya telegrafié a Guzmán Cruchaga porque me pareció cosa seria
el que no aprovechases una ocasión para ingresar en la primera
Universidad de Los Ángeles. Lo principal era la entrada. Ese
señor al que tú no has entendido, el profesor González, más sentidor que auditivo que yo, parece que adivinó lo que te pasaba
en San Francisco.
12
Es justo que yo te diga que se trata de una persona muy delicada,
tanto como nuestro Juan, “en las entrañas del alma”. Es un amigo; tiene don de amistad. Pero tú no conoces (tachado de un lado)
al criollo de afuera de Costa Rica. Chilenos, cubanos y dicen que
los venezolanos también somos gentes crudas, y chacoteras, o
Permíteme aconsejarte que no seas susceptible. Lo digo por lo
del señor González y por algo mío…
Se trataba de las RC por ahí, en una mesa. Yo dije que eran
(que son) muy jerárquicas y que yo también entiendo eso de la
jerarquía. Creíste que yo quería imponerte jerarquías: a ti! y me
respondiste algo que no contesté. A pesar de mi “cotorrismo”, yo
me callo como un indio cuando el caso viene.
Dime lo que sale de “Mills” pata ti. Y recuerda que en California
hay una cantidad loca de empleos con relación a nuestra lengua.
Alegría puede darte listas. Si de Mills nada saliese, no te retardes
en buscar. ¿El muchacho estudia o trabaja? ¿Está contento? No se
desalienten. La lucha sólo comienza. Pero yo veo que todo el mundo arregla su problema después de un “tiempecito”, lo arreglan.
Hay ½ millón de mexicanos y no sé cuántos de nosotros.
Olvidaba: el yanqui también es chacotero. El tuyo era fino, pero
los más son bruscos y gruesos. Haz como si no los oyeras. Tu
compañera tiene 26 años de errantismo. Y de ellos 14 con dinero
escasísimo, y de estos 14, 6 sin renta ni jubilación. La tierra, el
planeta, es duro. Un abrazo de Gabriela.
(1)
Casa quería decir cuarto y comida.
13
Muy querida mía:
¡Por fin supimos de ti! tuvimos cierta ansiedad respecto de ese
viaje fantástico. Fue medio alivio tener tus líneas.
Es triste, Claudia nuestra, que hables de esos 15 dolaritos. Tú me
los devolverás algún día, si me encuentras corriendo por el mundo y yo no tengo “dos” centavos. Antes de ese día no. Te di muy
poco. Oye: yo no soy una pasmosa “distraída” y “no entendí”
aquello de que ibas... a Panamá, entendí que irías allá después.
No supe por qué. Imagino lo mal que andarías con ese puñadito de monedas. “Voladuras” tengo (…) y que me da vergüenza
contar. Oye, Claudia-hijita: aunque yo ande trotando por México
donde esté allí –creo que será en una pensión- esa casa es la
tuya, como esta misma.
¿Sabes, Chiquita? Yo dudo un poco de “alcanzar” a Guatemala.
Por aquello de la altura. Y me ha echado a perder lo de Venezuela, el nombramiento de uno de la “clique” de S. Videla como
embajador allí. Me duele por Gallegos, a quien admiro y quiero.
Además, yo tengo fuerzas muy falaces. Me agoto a poco de andar,
por el corazón flaco. Dejaste aquí, querida, un aura poética-espiritual tan viva y a pesar de lo delgada, tan fuerte que te recordaremos constantemente. Es lindo que te alegrasen los árboles de
tu casa. También tú vas a pasar en el amor de plantas y animales.
El mundo está de veras satánico, y da espanto allegársele en
cualquier canto del mundo.
Que escribas. Eso también es refugio. Que hagas poesía, para
defenderte del periodismo, el cual daña mucho. La copia “Al
padre” es maravillosa. Y mándamelo para hacerlo publicar en
alguna buena revista. Y sigue en esa línea, no lo malogres con
el abandono.
Da mis “Memorias” y cariños a tu madre y al niño que me duele
no haber visto.
La “Línea mía” es mi defensa, Claudia. No es naturaleza, no.
Dios te guarde. Dame noticias de libros. BC. Que yo no tenga.
Listas dame. Tampoco sé de lo último –lo nuevo- filosófico. Y
cuando quieras esos libros para ti me lo dices también.
Un abrazo tierno de Coni y mío
Otra vez “Dios te guarde”. Gabriela.
22 de agosto. El 13 (fue viernes 13) de este mes, fueron los cinco
años de Yin. Reza por él.
14
Nota: Ella le llamaba también Yin-yin. Era su sobrino Juan Miguel.
CARTA 4 (19 de diciembre de 1948)
El 19 de diciembre Gabriela escribe una nueva carta justo en
vísperas de su cumpleaños -20 de diciembre- y de Navidad:
Archivo
Archivo
CARTA 3 (22 de agosto de 1948)
Querida mía, bastante me ha preocupado –y algo me ha dolidotu silencio tan largo Claudia, tanto.
Tengo la impresión, Claudia buena, de que quedaste muy poco
tiempo con nosotras. También esto me duele. Porque yo necesito
el mes y el año para oír y responder. Soy mucho más lenta de
lo que la gente puede imaginar, Claudia. Y te fuiste a poco de
llegarme, contando el sartal doble de nuestras confidencias; ¡tan
retenidas y retardadas!
Ya no te he llamado desde lejos, 1º porque no vine a durar y
2º, porque el colapso cardíaco-hepático de Mérida me dejó con
el cuerpo tan vago como las neblinas, una cosa que es y no es,
Claudia mía y buena. Tres horas estuve –sé ahora- entre los dos
mundos. Y volví sabiendo algo inesperado, claro y fuerte. Viví
adentro de eso un estado de conciencia tan dulce, maravilloso
y piadoso como no se sabe decir. Y con esto me fue dada una
muerte tan inédita que me parecía una cita con alguna Potencia
sin rostro que hubiese querido hacerme saber lo no aprendido.
Al volver me dolió el regreso y me hizo sonreír ver la cara espantada de la gente que llenaba el cuarto.
Los yucatecos fueron para mí de una bondad indecible. ¡Qué
raza querida! Si no los conoces, ve a verles. Y dímelo para servirte de algo en ese viaje. Nunca se olvidará aquello ni por mí
ni por ti.
Tengo tu poema por lo más bello que me han dado aquí abajo. Y
lo he leído y releído, celebrando el arte y agradeciendo con mi
corazón colmado, la generosidad loca, que me sobrepasa y un
poco me agobia por el exceso.
Gracias te doy yo. Pero qué agradeces tú a quien tan poco te dio,
¿qué? A mí me alegra mucho tu nuevo arte. Aunque lo primero
ya valiese tanto, éste se trae consigo tu vida más profunda, mejor, la más recóndita e inédita de tu vida. Y esta clase de vida,
Claudia, no me la sé en la escritura de nadie. Y debes seguir
soltándola, prestándola a tanto pobre en espíritu que aúlla de
hambre, sin saber que es hambre lo que tienen.
15
Creo ir a Puerto Rico. Me dices si aquello te interesa como descanso. Me lo dices. Estamos en Fortín de las Flores, estado de
Veracruz, por unos días. Después de eso y según como siga, el
avión para las Antillas. La dirección provisoria allí es “Universidad, Río Piedras; Puerto Rico”.
Reza por Yin, buena mía. A ver si él se alegra, te va y me encomienda a ti, pues eres tanto más fuerte que yo. Y Dios te lo pague.
Te repito mi encargo: compra para ti y para mi los libros nuevos
que te gusten. Y me dices lo que costaron, como una niña buena
y por ello, obediente. Hazlo.
Cuéntame cómo anda allí tu vida, si fácil o dura. Yo quiero saberlo.
El abrazo tierno de tu Gabriela y finos recuerdos de Coni. Gabriela.
21 de enero
¡Feliz año, querida!
P. S. Hacer llegar este chequecito a D. Joaquín. Es la suscripción
del “Repertorio” por el año antepasado (1947). Pero dile que
sólo me mande los números que yo deba leer. Porque la vista me
da aún para muy poco.
Don Joaquín García Monge, a quien alude, fue fundador y director de la Revista Repertorio Americano, una de las publicaciones más importantes para la cultura latinoamericana. A
su muerte la mantiene la Universidad de Heredia, Costa Rica
(Joaquín nació en 1881 y murió en 1981. En Repertorio Americano se publicaron los primeros poemas de Claudia Lars con
una presentación de Salomón de la Selva: “Una mágica poetisa
de nuestra Patria Grande”, Vol II, San José, Costa Rica, lunes
30 de mayo de 1921. La carta de Salomón de la Selva a García
Monge fue enviada desde Nueva York. 28 de abril de 1921. Es
más que una presentación: Salomón consagra a Claudia desde
sus primeros versos.
Archivo
Archivo
Parece que no voy a Guatemala. A menos que haya barcos de
Veracruz a San José, cosa que aún ignoro. Porque el avión sube
tan alto que yo no puedo con eso. (El corazón ha quedado mucho
más flaco que antes).
19 de diciembre ¡Feliz Navidad, querida!
CARTA 6 (febrero o marzo de 1950)
CARTA 5 (21 de enero de 1949)
Cara Claudia Lars
Me he quedado inquieta de saber, por Palmita, que han llegado a
su casa 2 o 3 cartas tuyas. Yo no recibí sino la que acompañaba
tu maravilloso recado para mí. Y te escribí sobre él. Las cartas a
que alude Palma me las reexpidió hacia Fortín y Mocambo (Veracruz); pero no han llegado a mí.
El mar me está rehaciendo. Mi colapso de Yucatán no fue cosa
muy grave. Espero quedar aquí 1 mes más. Tal vez sigo a Guatemala, si me siento ya fuerte. No olvido que en tal caso pediré
a Arévalo algo para ti. Yo quedaré en alguna aldea a 100 metros
de altura, tú irías a verme ahí y darías conferencias o lecturas en
la capital. Háblame de esto.
Dice la carta:
Te piensa, y quiere, y admira
Y no te escribí yo diciéndote algo concreto, porque cuando lo
supe ya estaba vencida mi estadía aquí. (Las comisiones se dan
por 1 año; yo llevo 1 año tres meses).
Gabriela
16
Desde el hotel Mocambo, Veracruz, México, envía a Claudia Lars
una larga carta de cinco hojitas en papel sencillo, delgado, como
tomadas de una libreta de apuntes. Esta fue guardada sin duda
por la importancia de los sucesos y personajes a los que alude,
así como el bello comentario de Gabriela a la poesía de Claudia,
que ya para entonces había escrito “Canción redonda”, 1937;
“La casa de vidrio”, 1942; “Romances de norte y sur”, 1946;
“Sonetos”, 1946; y “Ciudad bajo mi voz”, 1946.
Tan cara, tan pensada Claudia Lars:
Una sola noticia sobre ti, desde hace 15 meses, desde que llegué
a México. Esta decía que estabas en Guatemala. Creí que de allá
te pasarías a México. No has venido.
17
No odedecí, porque era una grosería cuando acababan de darme
una tierra aquí, 60 hectáreas, nada menos. Pero ya no vivo de
P.N: (¿Premio Nobel?): yo vivo de mi sueldo de cónsul, dear, y
tengo que obedecer.
Archivo
Archivo
Estoy nombrada para dar conferencias por toda Italia y quedar
en el punto climatérico que yo escoja. Esto quiere decir que debo
quedarme allá en definitiva.
Ayer y hoy he sentido mi corazón muy fatigado, rendido. No sé
si sea el calor de Veracruz. Yo creo que es harto difícil que yo
tenga fuerzas para la navegación de regreso a México ni a Chile.
Es la 1ª vez que a lo largo de 8 horas mi corazón no vale nada. Ni
mi cuerpo. He ido al hotel en auto, de ida y vuelta. Son 4 calles.
Poca esperanza tengo, pues, de volver a verte. A menos que ese
hombre fuerte, corajudo y bueno que es el presidente de Guatemala (Juan José Arévalo) te diese una Comisión para Italia.
Cuando yo esté ya posada en algún lugar, voy a ensayar diversos
puntos. Pero esta fatiga cardíaca. Yo saldría de aquí en 20 ó 35
días más. Mis señas serán, por mientras, el Consulado de Chile
en Génova, Italia.
Yo te habré parecido una ingrata, tal vez nadie ha dicho de mí cosas bellas como tú, ni tan bellas tampoco. Y tengo, aparte de eso,
una admiración muy subida de tu nueva poesía. Sigue, sigue; no
te dejes jamás al derrotismo de nuestra raza. Y lee a tus ingleses
sin descanso. Hay en ti, a causa de tus dos sangres, unas virtudes
y una profundidad de la entraña espiritual que no tenemos ninguna de las mujeres-poetas del Continente, sábelo tú y siéntete
obligada a escribir más y a vivir mucho.
Para eso, cuídate. De cuerpo y de alma. Líbrate de los estados depresivos, no te abandones, querida; ama tu oficio y siéntelo divino.
Ignoro cómo vas viviendo allí. Dile al Sr. Arévalo que haga por ti,
antes de irse, lo que iba a hacer por mí. Dile que tú eres una Gabriela joven, y a la que hay que ahorrar miseria y luchas. Porque
esto quiebra y daña a una mujer. Yo lo sé por mí.
Si yo no caigo en Brasil y no me matan lo único que quedaba de
los míos, yo no estaría en este punto de flaqueza y acabamiento
físico. Que él halle para ti algo estable, Claudia. Él que te mande
a Europa. Tú podrías llevarme información suficiente de Guatemala y daríamos en Italia unas conferencias –juntas- sobre esa
patria y Centro América además.
CARTA 7 (1950)
Caros Carlos Samayoa y Claudia Lars.
Por fin se sabe de ustedes. Yo estaba un poco adolorida de que
me olvidasen tanto! Carlos ha escrito el mejor libro sobre “los fenómenos criollos” y políticos que me conozco, lado a lado con el
de Asturias. Qué prosa tan limpia y culta, y fresca. Yo me conocí
al fenómeno Ubico. Usted ha sido para él veraz sin crueldad.
Ojalá no abandones el género biográfico: es noble y necesario
para formar a los muchachos. Claudia querida: no viniste. Y yo
me voy a Italia. Y tengo la certidumbre de que no volveré por
estas tierras. Te estoy dando, pues, una cita para la otra vida, la
verdadera.
Me han nombrado cónsul en Nápoles.
No se me borra la impresión magnífica del poema tuyo sobre tu
padre navegador. Cópialo y mándamelo cuando te dé mis señas.
(Se refiere al poema “Instante y elegía de un marino”). Y que la felicidad conyugal no te aleje e la poesía. Es pecado mortal asfixiar
el don y despedir la gracia… Escribe más, querida Claudia mía.
Sean felices y no se olviden de mí.
Un abrazo para los dos.
Vuestra Gabriela Mistral.
Mucho me han cuidado aquí; pero tal vez el calor de Veracruz me
haya dañado. Yo te mando un abrazo tierno, mi pena de no volver a
verte y mi deseo el más vivo que nos reencontremos en este mundo.
Gabriela Mistral
Hotel Mocambo, Veracruz, México.
18
19
Mistral y el millonario
Archivo
Archivo
Gabriela
Vanderbilt
Carlos Chávez
H
ace años escuché, soñé o leí que
Gabriela Mistral, la chilena premio Nobel, visitó El Salvador.
Confirmar eso me convendría mucho para
el artículo que estoy trabajando. Uno que
prefiero no revelar aún, porque no está afinado….
Gasté toda la mañana preguntándole a
medio país si era cierto lo de la visita de
Mistral. Consulté con mi septuagenaria
abuela que, al igual que la chilena, fue
maestra, y me respondió: “Sólo Dios sabrá” . Leí cuatro biografías, platiqué con
dos ancianas transeúntes, dos jóvenes que
me repreguntaron si ella vivía aún, y de
Internet obtuve lo mismo: nulas respuestas. Empecé a sentirme iluso.
20
La Libertad el viernes 18 de septiembre,
en un vapor que venía de Panamá. Desde
La Libertad tardó tres horas en ascender
hasta el Hotel Nuevo Mundo, en San Salvador. Fue recibida con champaña y capitalinos ávidos de aliento cultural.
Según la vetusta nota de periódico, la poetisa sorprendió a los salvadoreños. Muchos la imaginaban con rasgos indígenas.
Como india araucana. Pero ¡no! Resultó
sonriente, blanca, rozagante, casi rubia,
de ojos casi verdes y casi amarillos. Lo
que no añadieron es que tenía 44 años.
Tampoco intuían, quizás, que ganaría el
Nobel después, en 1945.
Sin embargo, la sorprendida fue Mistral:
“En El Salvador se ha hecho en un mínimun
Entonces recordé, joven de memoria corta- de territorio un máximun de trabajo”, dijo.
que en la redacción trabaja un periodista
La pensadora y diplomática chilena estude más de 80 años. Don Alfonso Salazar es
vo 20 días en el país, tiempo en el que louna enciclopedia británica viviente, con
gró salpicar de notas el periódico. Inaugulos tomos aún completos y legibles. Cuanró una escuela y la “roto-prensa” de este
do le pregunté por Gabriela Mistral me
periódico. Declamó poemas. Fue homenaaclaró, primero, que él es menor: “Cuanjeada a saciedad. Visitó San Miguel, Santa
do ella vino aquí, yo apenas era un niño”,
Ana y Ahuachapán. La hicieron subir el
dijo mientras se quitaba los lentes, como
cerro de Las Pavas… para que se inspirapara recordar mejor las cosas. 10 minutos
se… luego la llevaron a Mejicanos… para
después supe, gracias a él, que Gabriela
explicarle que fue allí donde terminó, con
Mistral estuvo aquí en octubre de 1931.
belicosidad, el sueño expansionista mexiCon esa información corrí a la hemerocano, y que se inspirara de nuevo.
teca. A consultar periódicos de la época
cuaternaria: Mistral arribó al puerto de
Pero Gabriela fue opacada no por un
temporal que afectaba a casi todo el
país, sino por un avión de Pan-am
que hizo escala en San Salvador.
De él se “asomó” el magnate estadounidense Cornelius Vanderbilt.
Algo así como el hijo del Bill Gates
de antes, pagó, en 1936, parte de la
millonaria película “Lo que el viento
se llevó”. Mientras saludaban a la
multitud, Cornelius y su “hermosísima esposa” fueron sensación. No
cuesta imaginar que fue así.
Una breve nota, más debajo de Vanderbilt, explica que el 8 de octubre
Mistral tomó un tren hacia Guatemala, “y se nos va casi con la certeza de
que no regresará”.
Sí, Gabriela Mistral estuvo en el
país. Y no, no regresó más.
21
Negra Álvarez,
Ensayos
Ensayos
Ensayos
obra en retrospectiva
Bélgica Rodríguez
(Comentario a la retrospectiva de
Negra Álvarez en noviembre de 2013)
D
e frutos sagrados y protestas de
la tierra, exposición retrospectiva
de Negra Álvarez (Margarita Álvarez), conocida artista de El Salvador,
recogió cuarenta y cinco años de trabajo
artístico representado en ochenta y nueve
obras, entre pinturas, esculturas, fotografías e instalaciones. Este grandioso conjunto, presentado en el Museo de Arte de
El Salvador a fines del pasado año 2012,
significó el reconocimiento a la constancia
creadora de una artista que ha dedicado
su vida al arte, a su país, a su familia y a
sus amigos. Cuando conocí a la Negra, a
principio de los años noventa, estaba dedicada a una expresión de fuerte temática
político-social, no por acercarse a un realismo social, ni tampoco a lo panfletario
que puede ser un discurso visual ligado
a ese tema. En esos años trabajaba esculturas, unas tallas en madera que “representaban” la tragedia de un país sufriendo
la tragedia de una guerra (El caminante,
1988, de la serie Los Mutilados). En un
texto que escribí en 1990, hablé de esto,
22
puntualizando que “este lenguaje en el
trabajo de la Negra Álvarez está ligado, de
una u otra manera, a una posición existencial autobiográfica, tanto individual como
colectiva”.
Las diferentes etapas por las que ha transitado esta artista centroamericana, y de
la mano de la magnífica curaduría de Jorge Palomo, fueron expuestas y analizadas
en los textos de Palomo con profundidad.
De ellos pueden inferirse varias conclusiones partiendo de los importantes datos biográficos que tienen relación con el
medio y contexto en los que ha producido una obra ligada a la vida del hombre y
naturaleza salvadoreña. Pero, no por esto
podría considerársele una artista local, o
localista. Todo lo contrario, ella muestra, y
demuestra, la capacidad de expresarse en
un lenguaje universal a partir de elementos e imágenes que su tierra le ofrece: seres humanos, frutos, paisajes, situaciones
sociales. Un recorrido por los diferentes
períodos artísticos transitados por Negra
Álvarez, muestra la preocupación de una
artista de fuerte carácter iconoclasta que
a lo largo de una carrera, conducida sin
prisa pero sin pausa, ha logrado armar un
“cuerpo de arte” que la ubica con propie-
23
Ensayos
Ensayos
dad en la escena del arte contemporáneo,
centroamericano y latinoamericano, aunque no sea, todavía, lo suficientemente conocida. Ahora bien, el carácter iconoclasta
que la caracteriza la ha inducido a utilizar
diversos medios de expresión y modalidades formales. La tela, el papel, metal, madera, mármol, le han servido como soporte
a sus diferentes investigaciones visuales
reflejadas, práctica y teóricamente, en pintura-pintura, escultura, dibujo y otros. Al
lado de esto, es importante mencionar sus
experimentaciones e investigaciones con
objetos encontrados, con materiales reciclados, con la chatarra, tanto obtenidos
directamente de la naturaleza, del entorno
que la rodea, e incluso tomados de la vida
doméstica. Es extraordinario el uso que
hace de fragmentos de árboles, de láminas
de metal, de puertas. Con todo este arsenal
de conocimiento y conciencia de las ideas
y conceptos, así como de los materiales
que maneja, la artista ha podido crear y
realizar una obra que le pertenece.
24
hasta hoy, como el resultado de una mente
reflexiva sobre lo artístico y lo humano, de
una artista con sensibilidad social que se
nutre del mundo exterior, pero fundamentalmente de sus preocupaciones hacia el
Ser y la naturaleza, de su espíritu y profunda sensibilidad social. En consecuencia, la suya es una obra cuya temática
plantea problemas fenomenológicos, que,
a la vez, acusa un fuerte carácter ontológico, puesto que se relaciona con el Ser en
su realidad “real” y su acontecer histórico, sin dejar de lado, por supuesto, el sustrato más importante en toda obra de arte
que corresponde a la práctica artística y
sus códigos formales.
Para Negra Álvarez la práctica artística,
junto a una autocrítica seria, ha sido compleja. No solo por el abordaje de diversos
materiales, sino también por las también
diversas maneras de considerar los temas
que la han preocupado, no solo como artista sino también como ser humano. De
acuerdo a este análisis, podría afirmarse
De acuerdo a lo expuesto en el párrafo an- que existen dos grandes corrientes temáterior, se mira y aprecia la totalidad de la ticas, figurativas siempre, enfocadas de
obra de Negra Álvarez, desde sus inicios acuerdo a atmósferas de silencios, pre-
guntas y respuestas: una simbólica que
corresponde a conceptos (lo racional) y
vivencias (lo emocional); y otra, la icónica, anclada en una icnografía representada en imágenes de la violencia, explícitas
y también subliminales, casi poéticas, representativas del daño que al hombre hace
una violencia universalmente repudiada.
De acuerdo a lo estrictamente plásticoformal, Negra Álvarez es una artista de
gran fuerza cromática, aún en aquellas
obras centradas en el tema de la violencia
donde utiliza gamas apaisadas de colores
de baja temperatura. Por otro lado, siendo
figurativa, la estructura compositiva, en
todas sus expresiones, es abstracta. Entonces, aunque paradójico, abstracción y
figuración se relacionan armónicamente.
La figura lidera siempre, haciéndose más
visiblemente fuerte de acuerdo al tema y
el soporte que la contiene. Por ejemplo, el
marco de una ventana, de una puerta, le
sirve de anclaje formal a la figura, humana
o natural (Niños en terremoto, 1986). Los
fragmentos de árboles son soportes de un
dibujo o de una pintura (Bodegón y paisaje, 1993), o se convierten en esculturas
en sí mismos, el trozo de madera que acuna una manzana (Frutos, ca. 1992). Y de
aquí puede pasar a una forma geométrica
constante en su obra: el círculo, encerrado, protegido, expuesto en columnas cuya
verticalidad está resuelta en complejidad
totémica (Fruto sagrado I, 1993), y otras
veces en horizontalidad paisajística (Canasta básica, 2005).
Cuarenta y cinco años de trabajo, comprueban que la coherencia de la propuesta
artística de Negra Álvarez, se ha mantenido constante en sus planteamientos conceptuales, en sus preocupaciones temáticas, expuesto todo en una obra realizada
con honestidad, en un trabajo de arte resultado de profundas necesidades creadoras y preocupaciones humanas.
25
Telarañas
Crónica
Ensayos
CRÓNICAS
Harry Castel
(Seudónimo de Jenniffer Valiente.
Este texto ha sido retomado de su
blog La Gaticueva)
E
ntré a la Gaticueva y me espanté
al ver que la última entrada fue el
último sábado de septiembre, creo.
Generalmente escribía los sábados por la
tarde, el único remanso de cuatro horas en
mi atolondrado y apretado cotidiano, donde
me desconectaba de todo y simplemente
me soltaba frente a la pantalla. Pero luego entré en la vorágine del último trimestre del año, ese momento caótico donde se
acumulan los trabajos (por gracia y fortuna)
y de repente te encuentras escribiendo por
encargo una docena de cuentos y un par de
piezas... escribir por encargo, montar por
encargo son cosas que antes me cabreaban
mucho, pero que hoy hago con gusto y mucho estrés, primero porque significa que alguien cree que eres lo suficientemente bueno como para encargarte algo y atreverse a
pagar por ello y luego porque te ayuda a seguir puliendo el oficio así sea bajo presión.
Y no es que deje de escribir, todos los
días a las cinco de la mañana me levanto
a escribir una página en mi diario, meditar, hacer yoga, salir a caminar con el
Niche y preparar el desayuno, esas cosas
que uno increíblemente hace aunque el
cerebro comience a funcionar después de
las diez de la mañana y el segundo café
del día, solo para no terminar perdiendo
26
la razón por el oficio de burócrata y tener
mucho contacto con la realidad. Todas
las noches escribo o corrijo religiosamente por una hora, corregir, esa especie de
deporte nacional en mi planeta, que a veces se convierte en TOC. Lo dicho, no es
que haya dejado de escribir, pero con La
Gaticueva creo que estaba esperando el
momento adecuado, ese ritual de sábado
en que me daba cita con la pantalla, me
sentaba decentemente a la mesa, con luz
de día y taza de café al lado, en fin, ese
momento de sentirse como escritor más o
menos formalito y en personaje, ya saben,
como los de los libros, qué les digo, una
también tiene sus momentos de ilusión...
y en buscar el momento adecuado se pasó
un mes, hasta que en una actividad literaria en que estuve en esta semana, alguien
se me acercó a saludar: ¡Harry! ¿qué tal?
Siempre leo 365 los sábados... y sin saber
porqué me acordé de Papá Buck.
En algún lugar leí algo de Papá Buck,
en el tiempo de la Cofradía de Bukowsky, cuando nos compartíamos las santas
escrituras con Héctor, en algún lugar leí
algo sobre esperar el tiempo perfecto para
escribir, decía algo como que el tiempo
perfecto para escribir no existía, si tenías
que escribir escribías, aunque te hubieran
27
POEMAS
Y al levantarme hoy a las cinco de la mañana, en lugar de escribir mi diario, meditar, hacer yoga y salir a caminar con el
Niche, agarré un trapo y me puse a sacarle
las telarañas a la Gaticueva, a ver si queda
medio decente y quien sabe, tal vez este
sea el inicio de un nuevo ritual de sábado,
que de momento dejo hasta acá porque el
Niche me ve con cara de: ¿Y al fin vamos
a salir o qué? Y es que este perro, como
yo, es un animal de rituales, por eso me
simpatiza.
del
corazón
Mensaje a Claudia
Elisa Huezo Paredes
(Lars)
Desde el cercano ayer del corazón te guardo, Claudia.
mas al instante se tornaba dulce tu sonrisa fugaz
Con tu rostro de flor amanecida,
y nuevamente, ya conmigo, sentada frente a ti, leías
tus transparentes ojos asombrados
de poeta o de niño que es lo mismo
y tu níveo perfil de imagen tibia.
Con tu largo cabello recogido
en suaves ondas de avellana obscura.
Desde el cercano ayer del corazón te guardo, Claudia.
Con tu frágil figura que despertaba
alegre con los pájaros
en tu casa de luz y cielo abiertos
para el viento y el sol que se colaban
las frescas líneas de tu letra clara.
Me miraban tus ojos fijamente y tu voz grave y rítmica
Emergía en la estancia.
Yo iba en pos de ti como se va detrás de la
esperanza,
llevaba el alma desasosegada,
una flor sin abrir y un libro abierto…
Y escuchando miraba tu silueta,
tu piel traslúcida tus ojos grandes
por las claras cortinas volanderas.
que iban desde tus páginas a mis ojos suspensos;
Y yo entraba en tu busca y gritaba
“Moreno el dormido…”
tu cromático nombre cristalino
de aquel tierno poema en gestación.
y tú me respondías a veces desde el
antiguo patio
Y olvidaba el motivo de mi busca,
otras, desde tu mesa de trabajo; pero
entonces
28
Poemas
Crónica
cortado la luz, aunque no hubieras comido
nada en todo el día, aunque no estuvieras
seguro de si lo que ibas a escribir era bueno o simplemente te estabas engañando
pensando que lo de escribir era tu oficio,
simplemente te sentabas delante de la máquina de escribir y escribías, porque no
podías no hacerlo. Si, de esas asociaciones mentales en mi planeta, que no sabes
por qué autopista vino, pero que me hizo
abrir de nuevo La Gaticueva, por el malsano gusto de compartir banalidades con
los cibernautas desprevenidos.
tu rostro era solemne,
porque yo iba a verte y a contarte,
a mostrarte mi angustia y mi congoja
a decirte mi duda y mi pregunta,
29
pero la voz se me quedaba presa
que se alzaban…bajaban
y se hacía un ovillo
con el cálido azul de tu lectura.
que se iba enlazando en tu poema,
***
I
Así se repitieron muchos días
lento, ondulante, casi cadencioso:
en el lejano ayer en que te guardo, Claudia
“Las torres de la nieve
sin sospecharlo yo, tú mucho menos
con el corazón plagado de dolores.
tienen altas palomas congeladas.
que el hondo cauce era un camino abierto
Sonrisa de tiempo se asila en mi piel.
La niña toca aquel invierno inmóvil
en mi guardada palabra recogida hacia
adentro
Mis palabras de sombra
ya no tenían su porqué primero;
se habían diluido por seguirte en la luz,
el hombre, el ángel, la manzana, la flor: la
poesía.
para hacerla surgir en este ahora
también con tu palabra, con tu sereno rostro
y tus espesos párpados morenos
hoja que hiere al viento,
He mutilado mis deseos.
agua que sana al verbo,
Enfrento al espejo
animal que pare en silencio
sos.
Alforza encumbrada en el Sumpul,
II
tu cansado mirar guarda
Desnudos
la florida feria de tu primer amor,
a la vuelta del tiempo en que te miro
con los pies heridos
tus piernas moldeadas de soles y lluvias
con la misma sorpresa en tus pupilas,
avanzamos siguiendo el ombligo
de nuestras madres
asistieron muchas batallas,
tu bullicioso hablar, tu risa a veces
de niña maliciosa, tus rencores que duran
Y la mañana se escapaba veloz por las lo que el humo en el viento
cortinas
y tu noble explicar de los errores.
Con su azul y su blanco y su verdura
Pero aquí estás, estamos como siempre
Y al despedirse en oro nuestra tarde
con las manos unidas
Yo tomaba el camino entre los árboles,
y los ojos de frente,
El gritar de los pájaros y el viento.
con el lenguaje limpio
En la puerta rural de tu vivienda
que me ha hecho decir esta mañana:
a lo lejos veía tu figura que me decía adiós.
Desde el cercano ayer del corazón te
Y eso era todo porque yo me llevaba una guardo, Claudia
alegría
30
Rubia Soledad
persiguiendo la ruta de tu acento
con los guantes de lana”.
Poemas
Poemas
Albertina
(Poema publicado en el libro VOCES SIN
TIEMPO, DPI, 1978).
Bajamos al infierno en busca del eterno fuego
arco en la oscuridad que resiste a la muerte
guerrera insaciable de nocturnas fruiciones.
IV
saliva sagrada, que en jícara nues-
tra sangre
Cicatriz andante somos,
perpetua.
lágrima
universo marino atrapado en la pupila,
III
Albertina.
recuerdo primitivo
de formas primeras,
Origen de todos los umbrales
sangre de la nana más vieja
tus manos son la cuenta del eterno camino:
que fertiliza nuestra tierra.
peña base del siglo,
31
Poemas
Poemas
Poemas de
Katheryn Rivera Mundo
Tallaré mi tristeza en una sábana,
serán paredes los silencios,
las horas se disfrazarán de moho,
allí olvidaré los besos maquillados.
Temblará la sangre
sobre hojas de cemento.
Bordaré de fuego el nácar que me espera,
allí guardaré los ojos
y los labios alimentados de tortura.
Ustedes se amaron sin prisa
Saben que uno es el resultado de uno más uno
en compañía de inviernos que fueron
hoguera.
y no se dividen siquiera,
en la enfermedad que es hormiguero del otro.
Sin saber que eran a la medida exacta
se vistieron el uno con la piel del otro.
Veo el horizonte
de sus caricias sin ausencias
Llevaron el pétalo de su amor como escudo.
en compañía de dos gaviotas
tatuadas con su misma sangre.
Enterraron horas de lágrimas y llagas.
Nací con ustedes
Bajo el palpitar de la luna,
donde los dos nacieron,
jamás el murmullo de su espalda don la otra.
y crecí en el agua de sus días,
en sus calles no hay caídas en la tentación
del brazo ajeno,
donde fui la raíz de su primer beso.
descansan solo en sus miradas.
No sé si volveré a ser niña
o el perro que devora la náusea de una burla.
32
33
Poemas de
Miroslava Rosales
Poemas
Poemas
(Los siguientes poemas fueron previamente
publicados en la revista mexicana CUADRIVIO)*
barrio
el
ángel
jugaban
y la tarde caía como pétalos sobre las casas de adobe
6 disparos
6 disparos
el juego de los ángeles es cubierto por la sangre
micheeelleee
un disparo en su risa de abundante agua
y flores amarillas
fernando
el pequeño fernando
tan pequeño
el recién llegado al barrio
es herido en la cabeza
los límites del territorio:
la muerte
lourdes
un padre rebana la vida de sus 2 hijos
ni trompetas en búsqueda del alba
con la noche de aliada
y de los cometas
y luego se mata
ni caballitos de mar
estos niños
en lourdes
ya no serán columpios
2 niños tan pequeños como una medalla son ahorcados
en un parque con grama bien cuidada por el sol y la lluvia
34
ni la risa colmada de azúcar y avena
* http://cuadrivio.net/literatura/poesia/variaciones-de-la-ciudad/
35
Tejido
Poemas de
María Cristina Orantes
el agua nunca tuvo sed y fluyó libre
Putas
como laboriosas arañas
Monas putas
tejamos nuestra casa
porque fuimos las niñas más rebeldes
Volvamos los humanos y humanas
Solos hacia la hondura del silencio
en ese secreto antiguo
Entrañables
extraños Desechable
Desconocidos ellos y cercanos,
Desechable.
entrañables extraños,
Tu estampa, tu palabra, tu mirada, tus manos.
Al igual que los platos y los vasos de los días de picnic,
del sustento y la espera
Bichas putas
encendidos en nuestra misma llama,
del movimiento que fluye al detenerse
porque fuimos mar y cuerpo en estallido
capaces de arañar por nuestra causa,
Busquemos en lo mínimo las claves
Mujeres putas
la verdad es plural y multiversa
porque no nos derrumbaron con la ofensa ni la injusticia
Bajo el sol y la lluvia nuestra casa
nos extienden los fraternales puentes de sus brazos,
nos ofrecen el néctar de sus áureas
corolas,
nos abren el recinto de luz en el que
habitan,
tejida contra la tempestad
Viejas putas
nos estrechan en sus vastas alas
de los desgarramientos
por nuestra sabia voz de brujas
y allí bajo su abrazo nos muestran su
verdadero rostro:
tejida para la luz en sus rincones,
tejida en la felicidad del hilo que se anuda a otros hilos
Satanaces.
Esa fue la condena.
Volvamos las humanas y humanos
Poemas
Poemas
Poemas de
Silvia Elena Regalado
como las servilletas de papel.
¿Vida útil? Lo que dure tu temple.
¿Amigos? un buen número
en tanto permanezca la etiqueta adherida a la sonrisa plástica.
Desechable.
Tu nombre, el tiempo que ofrendaste, tus
milagros,
como las cucharitas, los cepillos de dientes,
las máquinas clonadas, las medias, los pañales
y los preservativos.
¿Tiempo de vida? Lo que dura una mueca,
habitemos el templo
Nosotras, las ingobernables,
que nacerá de las ruinas
ese voluble gesto inexplicable
la resolvimos a nuestro favor…
que cambia a la vuelta de la esquina.
no busquemos en horizonte ajeno
Nada nos hace falta
36
Todo fue suficiente desde siempre.
37
Poemas
Poemas
Un poema visual de
Efraín Rivera Caravantes*
V
Estoy, entonces,
y dibujo lo que amo
como en un sueño.
VI
I
Solo estoy dibujando un mapa
El espacio.
con aguas y puentes y un tesoro enterrado,
II
Punto. Punto. Punto… línea.
La línea recta comienza a no ser estable ni constante:
segmentos altos y bajos, zigzagueantes,
y luego vueltas,
enredos,
círculos,
espirales.
Solo estoy siguiendo la línea del mundo.
III
señalado con una X.
Líneas que van juntas y nunca se tocan,
La X puede estar en una esquina del
mundo,
líneas que se cortan y se vuelven rojas,
líneas que se yuxtaponen, se frotan, se abrazan,
a la orilla de un continente,
y hacen tramas.
o en medio de mi pecho.
en una isla
Solo estoy haciendo tramas:
sombras cada vez más oscuras
y reservas de espacios en blanco
VII
para la luz futura.
Solo estoy dibujando mi corazón extraño,
deforme y precioso.
IV
Solo estoy dibujando algunas letras,
Solo estoy trazando algunas líneas
con mis manos.
algunas palabras, algunos nombres y
algunos rostros,
Solo estoy borrando algunas líneas
como dios en sus primeros días.
de mis manos.
Solo estoy naciendo de nuevo por siempre.
21 de diciembre de 2013
* https://www.youtube.com/watch?v=UR_uNIB7M7s
38
39
Vidas
cruzadas
Abigaíl López
U
na mañana silenciosa, un muchacho con lágrima en los ojos salió
de un cementerio, se dirigió a la
parada de buses y esperó. En su mano
arrugaba un pedazo viejo de papel. Levantó la mirada y vio a su compañero acercarse, éste le saludó, le dio una palmada en
la espalda y le hicieron parada a un autobús. Subieron. Su compañero se sentó al
fondo y él se quedó detrás del conductor.
El muchacho se miró al espejo, limpió su
cara y desarrugó el papel, lo vio, suspiró
y lo volvió a arrugar, giró su cabeza hacia donde se encontraba su compañero y
de pronto sus ojos se encontraron con los
de una pequeña sentada al lado opuesto a
40
Krisma Mancía
-Hasta aquí llegas, vato.
él. Regresó la mirada al frente y una gota
se asomó a su ojo. Agachó la cabeza, volvió a ver a su compañero y se dirigieron a
una señora robusta justo detrás de donde
estaba sentada la pequeña, y le quitaron
sus collares y anillos. Los muchachos se
bajaron corriendo y se confundieron entre la gente. La pequeña del autobús se
levantó del asiento con su mamá y se dirigieron hacia la salida. En la grada estaba
un papel arrugado. La pequeña lo recogió
y leyó: “Niña de 11 años muere por bala
perdida en brazos de su hermano”. Curiosamente el hermano de esa niña era el
muchacho que se llevó las joyas y la niña
de la foto se parecía a ella.
mi madre usaba, cuando era apenas una
adolescente subida a unos zapatos de plataforma, y desde donde esperaba conocer
a mi padre con esos ojos marrones ocultos
detrás de sus lentes oscuros de Ray Ban.
Mi viejo, detenido en una fotografía del
álbum familiar y que la abuela le mostraba a mi novia que ya estaba ahogada de
tantas atenciones. De pronto, llegó el café
y el pastel para romper la dieta que ella
había mantenido, cubiertos desechables
que odiaba porque era profanar su creencia ambientalista, el sobrino que llegó corriendo y girando con su vaso de jugo y
que lo derramó sobre la falda blanca que
adoraba, que se había sido tejido en la India y que siempre se ponía para ir a eventos importantes. Me miró con la expresión
de que ya estaba harta, pero en mi mente
lo traduje como un quiero estar a solas
contigo en el hotel. Mi hermana mayor
se afanaba en limpiar y extender con un
trapo la mancha de su falda y diciéndole
cosas que no entendía. Mi cuñado, ebrio
ya de cerveza, me decía en tono de broma,
que tal vez esa princesa de ébano necesitaba su ayuda para quítarle la falda, que
qué lástima que no es una fiesta de bikini.
Él desnudaba a mi novia con una mirada
de pérfido y mi hermana se sonrojaba intentando ocultar su vergüenza ajena con
una sonrisa fingida y forzada.
Él me apuntaba con su arma y yo en el suelo de una casa que ya no era mía. Detrás
de él, otros tres hombres se reían. Lucían
de igual modo: cabezas rapadas, jeans flojos, camisetas de algún equipo deportivo,
y tenis blancos de los Nike. La moda de
los delincuentes, me dije, cuando ella y
yo habíamos abierto la puerta dispuestos
a huir de la fiesta. Ella estaba aburrida
mucho antes de que la abuela apagara las
velitas de sus noventa años cumplidos,
cercanos a una muerte provocada por el
El sol bajó hasta el ocaso. Hora de desesfuerzo de soplar las velitas sin la ayuda
pedirnos. La tía besó a mi novia y le dijo
de su tanque de oxígeno.
que regresara pronto. Novia sosa, dijo,
El tiempo se había detenido y retrocedido. detrás de mi espalda, la prima que siemSonaba la canción “Hit the road Jack”, de pre había soñado con casarse conmigo, y
Ray Charles en el viejo tocadiscos de mi que tartamudeaba cada vez que decía mi
hermana. Una joya que se había comprado nombre, y que suspiraba cuando terminaen una tienda de antigüedades y que para ba de pronunciarlo. Prima tonta, dije por
sorpresa funcionaba de maravilla y tenía debajo. El incesto no estaba en la lista de
los discos intactos. Mi hermana se diver- mis preferencias. El gen de mi abuelo no
tía cambiando los discos con una destreza me había tocado. Viejo loco, dije para mis
natural, como si ella hubiera crecido en la adentros cuando pasé frente a su retrato
misma época de faldas cortas y felices que de boda, ¿cómo pudiste casarte con tu pri-
Cuentos
Cuentos
Cuentos
41
Me pregunto si mi madre había tomado sus
pastillas para sus alucinaciones auditivas.
Esas voces eran mi pesadilla, aunque a veces eran voces amables que la instruían en
realizar cosas extrañas como ese pequeño
jardín japonés en el patio trasero, o ese
candelabro de botellas de vino, o ese pollo
a la marinera que no estaba en el libro de
recetas, o ese raro objeto que ella soplaba
para hace burbujas, o esa poción de rosas,
42
sal y vinagre que hervía, dejaba una noche
al aire libre y luego esparcía por la casa, o
esa premonición de advertirme y rogarme
que no me fuera. Nada que temer, mamá,
mi novia estará mejor en el hotel.
Cuentos
Cuentos
ma? En tus tiempo habían tantas mujeres,
¡y mira qué mujeres! Y tú tan francés, con
tus hábitos de la segunda guerra mundial
en la que nunca participaste. Más nazi
que cualquier otro dolor del mundo. Más
católico y presionado por la familia para
procrear la especie. Una especie pura de
sangre y venas. La única ideal era la prima, ¿verdad? Y yo hablaba con tu retrato,
mientras mi novia era cuestionada por su
piel oscura. Tan oscura como una noche
sin luna, dijo mi madre. Ella no comprendió. El español nunca lo entendía, menos
en metáforas. Ella se limitaba a sonreír.
Sabía cinco idiomas, pero nunca imaginó
que se enamoraría de alguien que tuviera
una familia que hablara español. Nadie la
preparó para eso. Solo podía mostrar sus
dientes blancos, mientras mi madre decía
que no podía dejar de verla. Era la primera vez que miraba a una mujer negra. La
tocaba para ver si era real.
¿Habrá previsto que abriríamos la puerta
donde nos esperaban con las armas dispuestas?
Y yo en el suelo sin nada que me defendiera, sin entender qué sucedía y sin saber
quién me disparaba. Me lamenté de amar
a esa mujer de piel tan oscura como una
noche sin luna que había nacido en Kenia,
que había sido reconocida a los doce años
por su padre, un exportador de café, y que
consideró que por su inteligencia y belleza fuera enviada y educada en un colegio
británico. Cuando la vi entrar al metro de
Nueva York, no paré de observarla hasta
bajar con ella en Queens donde daba clases de francés. Quererla tanto y tener la
idea de traerla a mi país para que la conociera mi familia y que, después de partir
el pastel de la abuela que cumplía noventa
años, anuncié que me casaría con ella.
Amor, los delincuentes tardarán mucho en
vaciar la casa, en matar a todos, en violar
las cerraduras y a las mujeres, en huir con
el tocadiscos de mi hermana. Amor, no
tardará en llegar la policía y ambulancia.
Will you love me tomorrow?
43
Orlando
Libros
Libros
Libros
Virginia Woolf
Astrid María Bahamond
Hogarth Press,
Traducción de Jorge Luis Borges,
Londres, 1928
V
irginia Woolf es una de las grandes escritoras del siglo XX de
habla inglesa. Su obra de ficción
humanista, imaginación y genio poético
sigue siendo objeto de homenajes en la literatura actual. Su época dominada por la
novela como género tiene en Orlando una
propuesta contemporánea a nivel mundial. Su estética consiste en formas inéditas de composición musical, pictográfica,
escenográfica, que rompen con el academisismo y los tabúes de la época.
44
pre optando por lo que se supone es lo que
debe ser el rol del buen biógrafo. En este
punto se denotan las enseñanzas del padre
de la escritora, Leslie Stephen, él mismo
un destacado biógrafo dentro del convencionalismo victoriano, con las aportaciones de eminentes autores victorianos tales
como Carlyle y Thomas Mccouley.
Sin embargo en la novela existe una cronología bien marcada (1588-1928). Si
hablamos de la sensibilidad de Woolf, no
significa que ella se convierta a la hora de
La escritora es individualista —en con- escribir en una disciplinada trabajadora,
traste con otros autores coetáneos que se meticulosa, perseverante y original.
comprometen con la realidad que los roPractica la crítica visual, y en su obra el
dea—, Virginia Woolf es mucho más subuniverso de la pintura le sirve de punto
jetiva, más audaz y acorde a su sensibilide intriga, punto de peripecias, punto de
dad, a su cosmovisión, a sus sentimientos.
estudios, y, sus personajes son como bosEducada con la música atonal, la pintura
quejos. Establece un sistemas de relacioabstracta y ciertas escuelas literarias, las
nes entre las unidades narrativas, que son
cuales influyen en crear una novela escrilos objetos, las escenas y los personajes,
ta siguiendo un formato de biografía que
el pasaje de a simultaneidad óptica a la
obviamente haciendo una burla de los
continuación narrativa. Además es remarconvencionalismos de la biografía de la
cable su interés político y especialmente
época: la referencia al tiempo y al trascursu militancia en defensa de los derechos
so del mismo no es precisa; Woolf comende la mujer, los cuales se ven reflejados
ta en varias partes de la obra lo que debe
en su obra.
hacer un buen biógrafo y lo que no, siem-
La libertad sexual dentro del grupo de
Bloomsbury: experiencia única en los
albores del siglo XX se ve plasmada en
Orlando. El personaje no sólo cambia de
sexo, sino que en diversos puntos del libro, se puede interpretar que mantiene relaciones homosexuales. En última instancia, la autora transmite el mensaje de que
el sexo y los roles de sexo que se deben
asumir son completamente ridículos y artificiales. Orlando no dejó de ser la misma
persona al convertirse en mujer, pero tuvo
que soportar todo el peso que significaba
pertenecer al “sexo débil”.
Virginia Woolf se esfuerza por saciarse de
la vida, al mismo tiempo que está paralelamente relacionada a la muerte…siempre recurre al diálogo o a la descripción o
monólogo interior, que se efectúa muchas
veces, sin explicación, sin transición.
La producción literaria de la escritora (el
cuarto de Jacob, Mrs Dalloway, Viaje al
faro, Las Olas, La marca sobre el muro,
Kew Gardens, Una novela no escrita, Objetos masivos, Una sociedad, Lunes o martes, El vestido nuevo, Un colegio femenino
visto desde el exterior, Azul y verde, Una
dama ante el espejo…) no hubiera sido
posible sin la cuádruple conjunción de
una cultura sólida, literaria, de una vida
intelectual, de una inmensa capacidad de
trabajo, y sobre todo, evidentemente de un
temperamento funcionalmente artístico.
45
Libros
GABRIELA MISTRAL
Seudónimo de Lucila de María del Perpetuo
Socorro Godoy Alcayaga (Vicuña, 7 de abril
de 1889 – Nueva York, 10 de enero de 1957).
Fue una poeta, diplomática, feminista y pedagoga chilena. Autora de TALA, EL POEMA DE CHILE y otras obras, fue la primera
y hasta ahora la única mujer latinoamericana
en recibir el Premio Nobel (1945).
CLAUDIA LARS
Seudónimo de Margarita del Carmen
Brannon Vega (Armenia, Sonsonate, 20 de
diciembre de 1899- San Salvador, 22 de
julio de 1974). Poeta y prosista salvadoreña, dejó una obra rica y variada. Citamos
entre sus libros TIERRA DE INFANCIA,
DONDE LLEGAN LOS PASOS, SOBRE
EL ÁNGEL Y EL HOMBE.
MATILDE ELENA LÓPEZ
Nacida en San Salvador en 1919 y fallecida
en la misma ciudad en 2010, Matilde Elena López fue poeta, ensayista y dramaturga.
Fue miembro de la Academia Salvadoreña
de la Lengua y Premio Nacional de Cultura.
Entre sus obras citamos DANTE, POETA Y
CIUDADANO DEL FUTURO (1965), ESTUDIOS SOBRE POESÍA (1973) y el poemarios LOS SOLLOZOS OSCUROS (1982).
CARLOS CHÁVEZ
San Salvador, 1980. Se graduó en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) en 2008 en el área de comunicaciones. Durante más de siete años trabajó
para La Prensa Gráfica, donde solía escribir crónicas y reportajes de largo aliento
en su revista dominical, Séptimo Sentido.
En 2010, recibió un reconocimiento de la
UCA por su labor periodística en favor de
los derechos humanos. En 2013, participó
con el curso de periodismo Iberis, en Madrid, España. Y actualmente estudia un
máster sobre “Investigación de la comuni-
46
cación como agente histórico-social,” en la
Universidad de Valladolid, España.
BÉLGICA RODRÍGUEZ
Nacida en Venezuela, 1941, Bélgica Rodríguez es historiadora e investigadora de arte,
curadora de exposiciones, docente universitaria, conferencista, miembro de jurados,
directora de instituciones museísticas y gerente cultural. Licenciada en Letras por la
Universidad Central de Venezuela. Master of
Art del Courtauld Institute of Art, Universidad de Londres. Posee un doctorado en Historia del Arte por la Universidad La Sorbona,
París, con mención de Honor. En la misma
universidad es diplomada en museología y
museografía. Fue directora del Museo de Arte
de las Américas, Organización de los Estados
Americanos (OEA). El artículo que ahora publicamos había permanecido inédito.
Autores/Ilustradores
AUTORES
HARRY CASTEL
Seudónimo de Jennifer Valiente. Ha ganado
certámenes nacionales en poesía y narrativa, además de los Juegos Florales de Chalatenango en narrativa en 1996 y ser selección
de la VII Bienal de Dramaturgia Femenina
“La escritura de las diferencias” en 2014.
Su poesía, narrativa y dramaturgia han sido
publicadas en El Salvador, Costa Rica y Estados Unidos. Mantiene la columna de microcuentos 365 en el Suplemento Tres Mil
de Co Latino y el blog La Gaticueva.
ELISA HUEZO PAREDES
Nacida en Santa Tecla en 1913, Elisa Huezo
Paredes fue poeta y pintora. Si bien publicó solo un libro, VOCES SIN TIEMPO (San
Salvador: Dirección General de Publicaciones e iImpresos, 1978) su obra ha sido reconocida por diversos estudiosos y antólogos.
RUBIA SOLEDAD
Firma asimismo como soledad quetzaltepec (en minúsculas). Rubia Soledad nació
47
troamericana STIGAR publicada en Suecia
en el 2004. Entre sus poemarios, citamos
PIELES DE MUJER, DESNUDA DE MÍ,
IZQUIERDA QUE AÚN PALPITAS.
MARÍA CRISTINA
ORANTES
Poeta salvadoreña nacida en México D.F.
en 1955. Abogada y notaria. Cofundadora
del grupo literario de mujeres Poesía y Más.
KATHERYN RIVERA
Se encuentra en la antología POESÍA DEL
SIGLO XX EN EL SALVADOR (España:
MUNDO
Poeta salvadoreña nacida en 1989. Ha sido Editorial Visor, 2012). Ha publicado varios
promotora cultural en la ciudad de Santa poemarios de los cuales el más reciente es
Tecla y San Salvador. Docente en educa- EL GRITO ES HACIA ADENTRO (San
ción parvularia. Perteneció al primer taller Salvador: DPI, 2011).
literario y de teatro del Palacio Tecleño y
al taller literario El Perro Muerto. Ha pu- EFRAÍN RIVERA
blicado en diferentes periódicos y revistas CARAVANTES
nacionales e internacionales. Su primer (El Salvador, 1983). Poeta y artista visual
poemario fue ganador del Primer Certamen salvadoreño. Ha participado en varias exposiciones colectivas. Obtuvo el primer lugar
Ipso Facto, por editorial Equizzero.
en poesía en el I Certamen Letras Nuevas
MIROSLAVA ROSALES con el poemario MEMORIA DE POEMAS,
Nació en El Salvador en 1985. Forma par- La Prensa Gráfica (2004) y el tercer lugar en
te de la Dirección Nacional de Investiga- el XI Premio de Arte Joven por la obra NAciones en Cultura y Arte. Tiene a cargo TURALEZA MUERTA, creada en conjunla sección “El vértigo de Hispanoaméri- to con Nadie (Javier Ramírez), en el Centro
ca”, de la revista española Kiliedro. Per- Cultural de la Embajada de España (2010).
teneció al extinto taller literario El Pe- Sus textos han sido publicados en diversos
rro Muerto. Su trabajo aparece en varias suplementos y en la antología de poesía joantologías, en cuenta THE THEATRE ven salvadoreña UNA MADRUGADA DEL
UNDER MY SKIN. CONTEMPORARY SIGLO XXI de Vladimir Amaya.
SALVADORAN POETRY (Teatro bajo mi
piel. Poesía salvadoreña contemporánea) ABIGAÍL LÓPEZ
(El Salvador: Kalina Editorial, 2014) y Nació en San Salvador en 1995. Formó
RESISTENCIA EN LA TIERRA (Chile: parte del taller de poesía, con Silvia Elena
Regalado, en la Casa del Escritor. Desde
Ocean Sur, 2014).
hace años y hasta la fecha asiste al taller de
narrativa breve de la DNI (Dirección de InSILVIA ELENA
vestigaciones de la Secretaría de Cultura).
REGALADO
(San Salvador, 31 de agosto de 1961). Poe- Estudia licenciatura en Laboratorio Clínico
ta y directora de Casa del Escritor, Museo en la Universidad de El Salvador.
Salarrué, Secretaría de Cultura de la Presidencia. Su poesía ha sido publicada en va- ASTRID MARÍA
rias antologías, incluidas OCHI DI ROSSA BAHAMOND
INFURIATA (Italia, edición bilingüe), en la Salvadoreña, doctora en Historia del Arte
antología en francés Poesía Salvadoreña de por la Universidad Carolina de Praga, ReMaría Poumier (2002) y en la antología cen- pública Checa, es autora de PROCESOS
Autores/Ilustradores
Autores/Ilustradores
48
en Quezaltepeque, Departamento de La
libertad, en 1991. Actualmente cursa el
último ciclo de la Licenciatura en Historia en la Universidad de El Salvador. Trabaja como investigadora adjunta del programa Cultura y Religión, dirigido por la
Secretaría de Cultura de la Presidencia y
la Universidad Evangélica de El Salvador.
49
Autores/Ilustradores
DEL ARTE EN EL SALVADOR (San Salvador: DPI, 2012) y, juntamente con Jorge Palomo, del catálogo CARLOS CAÑAS
PREMIO NACIONAL DE CULTURA (San
Salvador: Secretaría de Cultura de la Presidencia, 2012). Ha sido curadora de varias
exposiciones de arte y es autora de numerosos artículos sobre el tema.
KRISMA MANCÍA
Nacida en San Salvador en 1980, Krisma
Mancía es profesora egresada de la Universidad de El Salvador (UES). Perteneció al
taller de talentos de la Casa del Escritor. Ha
publicado LA ERA DEL LLANTO (2004).
En 2006 ganó el I Premio de Poesía Joven
La Garúa de Santa Coloma de Gramenet,
Barcelona, con el poemario VIAJE AL IMPERIO DE LAS VENTANAS CERRADAS.
Agradecemos a Séptimo Sentido la autorización para reproducir el material sobre
Gabriela Mistral y Claudia Lars.
Ilustraciones
e Ilustradores
NEGRA ÁLVAREZ
palabras de Goethe: “Divino arte, cuántas
Nacida en Santa Ana en 1948, Margarita veces en los momentos más desgraciados
Álvarez de Martínez, más conocida como de mi vida fuiste mi único consuelo”.
Negra Álvarez, su nombre artístico, es una
de nuestras más reconocidas artistas. Tra- BERNARDO CRESPÍN
bajos suyos hay en diversos museos del El autor de nuestra contraportada, Bernardo
mundo y el Premio Nobel Mario Vargas (o Bernabé) Crespín nació en San Salvador,
Llosa le dedicó una elogiosa página (ver en 1949. A los 15 años ingresó a la Academia de Dibujo y Pintura de Valero Lecha
ARS n.º 2).
La portada corresponde a la serie HUE- donde permaneció hasta 1970. Ese mismo
LLAS DE UNA EXISTENCIA y es un re- año partió del país e hizo estancias cortas
ciente dibujo a tinta y acuarela. La mayoría en Panamá y Colombia “pintando decorade las imágenes aquí reproducidas corres- dos y haciendo retratos.” Con ello ahorró
ponden a las series YO Y MI SOMBRA y para ir a Francia. Expuso dibujos en París
SOBREVIVIR. Se trata de fotografías in- en 1972 y en El Salvador ha expuesto en ditervenidas y son obra de la larga reclusión versas galerías. Hay obra suya en MARTE
de los dos últimos años de la autora en el (Museo de Arte de El Salvador).
hospital donde cuidaba a su esposo agoniFotografías de
zante, el pediatra Guillermo Martínez que
Gabriela Mistral
ahora en paz descanse, gran persona de
http://blog.elsupuesto.com/cultuquien ella recibió siempre gran apoyo. Dera/2013/04/gabriela-mistral-ternura/
bemos pues ver estas láminas como un úlhttp://radio.uchile.cl/wp-content/
timo canto de amor y un esfuerzo contra la
uploads/2014/05/1381466-620x771.jpg
adversidad. Bien podemos evocar aquí las
50

Documentos relacionados