Territorios e identidades en Lomé (Togo).
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Territorios e identidades en Lomé (Togo).
Ressac – núm. 2 – 1ro semestre de 2009 Territorios e identidades en Lomé (Togo). Proceso de categorización, dinámicas espacio-residenciales y lógicas del lugar. de Blandine Agoma Traducción de Nathalie Greff-Santamaria & Alejandro Toro Vallejo c on la explosión demográfica, la ciudad contemporánea hace metamorfosis. Las relaciones de los ciudadanos con el espacio y el mundo social se van transformando: la movilidad se acelera; las relaciones sociales se desarrollan según criterios territoriales. El punto interesante de análisis tiene que ver con la correspondencia entre los territorios urbanos y las prácticas e identidades sociales que caracterizan a cada uno de ellos. De allí que numerosos estudios se hayan ocupado de la forma en que las distintas poblaciones se distribuyen alrededor de la ciudad y cómo se desarrolla su cohabitación. Así por ejemplo, vivir “cerca de los suyos”, de los “parientes” o bien de sus “congéneres”, refuerza el sentimiento de seguridad de la población. La "fragmentación" urbana, a menudo asociada de manera mecánica a una fragmentación social, así como la incorporación de distintas formas de movilidad en las prácticas y representaciones cotidianas, transforman tanto al Norte como al Sur, la imagen de una ciudad compacta y unitaria, hecha de inmediaciones y continuidades, y también de planificación centralizada, jerarquizada, supuestamente productora de sentido común, identidad y pertenencia. Los investigadores que examinaron la lógica urbana en la ciudad de Lomé, República de Togo, África, evidenciaron la existencia de la relación entre las pertenencias étnicas, profesionales, o religiosas y la elección de los barrios de residencia. De hecho, la gente prefiere vivir cerca de sus "paisanos” para no romper la cadena de solidaridad que habitualmente debilita la integración a la vida urbana. Esta territorialización de los grupos étnicos se acentuó en los años noventa con los disturbios sociopolíticos, la elección residencial no se hizo más con el fin de estar en "su casa”, más bien, en aras de estar en “nuestra casa”. A pesar de todo, estos barrios aparentemente homogéneos no son impermeables a la presencia de las otras comunidades, pero hay una sobrerepresentación de un grupo étnico en relación con los demás. Es el caso del barrio Adéwui donde hay una sobrerepresentación de los Kabyè; del barrio Lossossimé dónde los Losso son dominante; del barrio Adidogomé dónde los éwés de Kloto dominan etc. ¿Cómo comprender los procesos que conducen a la aparición de tales configuraciones socioespaciales en la urbe? En otros términos, se busca indagar sobre los desafíos relativos a la producción de las identidades en el espacio urbano. Más allá de la localización, la cuestión de la identidad se plantea en términos de patrimonio material o inmaterial. En efecto, la territorialización de la identidad - o dicho de otro modo, la distribución por lugares geográficos, variables pero representativos, de una identidad perceptible con relación a la etnia, la religión o la profesión - favorece también el control político del espacio social, ofreciendo a los poderes establecidos un campo concreto, claramente situado y orientado, de legitimidad y acción. La concretización urbana de los territorios genera un paradigma de caracterización muy eficaz de las identidades sociales de todo tipo: el territorio se demarca, se hace notorio. Desde este punto de vista, ¿qué demuestra la identidad de un barrio en Lomé y lo vuelve atractivo para los ciudadanos? Es decir, ¿cómo las identidades interfieren en los modos de composición urbana determinando o influyendo en la elección del asentamiento de los ciudadanos? 1 Ressac – núm. 2 – 1ro semestre de 2009 En efecto, el recorrido de los individuos durante su vida constituye un conjunto de "referencias espaciales" que desempeñan un papel muy importante en la calidad de su relación con el territorio. Con "relación territorial" nos referimos a la interfaz entre un individuo y su territorio. Para cada habitante entonces, el tejido urbano se constituye de un conjunto de unidades de percepción y referencias que se yuxtaponen o encajan mutuamente. Estas unidades se basan en dos elementos principales: las formas urbanas (patrimonio visible) y los contenidos sociales descifrados y codificados a través de las prácticas diarias de la ciudad, que no son visibles, pero permanecen en el imaginario urbano de los individuos. Dicha percepción de lo urbano a través de los mecanismos de diferenciación y jerarquización del espacio, actúa profundamente sobre las formas de movilidad residencial. Estos mecanismos limitan, para cada persona, el abanico de los deseos y elecciones de localización. En la formación del espacio de la ciudad, numerosos grupos de población, más o menos bien individualizados, contribuyen a la producción del sentido del espacio urbano. Desde luego, la percepción de la imagen urbana, es decir la representación mental de la ciudad, es diferente de los procesos concretos de ocupación de la misma por las poblaciones. Sin embargo reconocemos que estos dos enfoques y métodos de investigación son complementarios. La percepción de la ciudad puede ser un factor determinante en la elección del lugar de residencia. Esto nos lleva a preguntarnos sobre las inversiones y las prácticas del espacio. Ocupación de la ciudad de Lomé y esquemas de división del espacio urbano. Esquema concéntrico La ocupación según el esquema concéntrico (desde el centro de la ciudad hacia las periferias) fue elaborada por el sociólogo americano Ernest Burgess, quien lo desarrolló al interior de la ciudad de Chicago. Según Burgess, los barrios centrales, ocupados en parte por las industrias, sirven de primera habitación a los nuevos emigrantes; estos barrios no son codiciados por las clases más acomodadas, que al contrario prefieren instalarse en las periferias para evitar diversas molestias. En Lomé la extensión también se hizo del centro hacia las periferias, las familias antiguas, generalmente latifundistas se localizan en el centro de la ciudad (Bè, Amoutivé), así como los comerciantes extranjeros (Libanés, Nigerianos, etc.) y los funcionarios públicos. Una vez agotadas las tierras disponibles del centro, los recién llegados no tienen otras opciones que instalarse en las periferias. A medida que se acaba la densificación de un barrio comienza la de otro: es la “política del enjambre" para adoptar el término de Y. Marguerat o de "sucesión" para tomar el de Burgess. En general se describe la ciudad de Lomé de la siguiente forma : el barrio administrativo es muy aireado, muy verde, y se encuentran numerosos edificios coloniales, el centro de comercio es denso y animado. Los barrios centrales, encontrándose dentro del arco de círculo constituido por el Bulevar Circular que se ha convertido en "Bulevar del 13 de Enero", y un poco más allá, están constituidos esencialmente por un armazón antiguo que es un “hábitat en patio”1 Los barrios peri céntricos son muy extensos y por lo general considerados como uniformes: calles no asfaltadas excepto los ejes principales, mezcla de patios y chalés, densidad media. Dentro de estos barrios se distinguen islotes particulares por sus paisajes: los antiguos núcleos campesinos de Bè, Bassadji y Amoutivé. La densidad es más fuerte y el dibujo de las calles no es ortogonal. Estos barrios, llamados peri céntricos se extienden entre el Bulevar Circular y la laguna, e incluyen también una buena parte de los barrios de Tokoin. Se describen todos los barrios situados al norte de Akossombo, de Tokoin Tamé y de Nukafu, y al este de Bè kpota, 1 término técnico específico para ese tipo de hábitat particular muy común en África del oeste. 2 Ressac – núm. 2 – 1ro semestre de 2009 como barrios periféricos, de poca densidad en la construcciones y mal equipados. No obstante deseamos recordar que este esquema no tiene valor universal, de hecho el mismo Burgess lo destacó, porque se observan habitualmente zonas residenciales acomodadas en la parte central de casi todas las ciudades tanto africanas, como europeas o americanas. Los altísimos precios de los terrenos en el centro de Lomé hacen que sea muy difícil para los pobres vivir allí comparativamente con los ricos que pueden ofrecerse este lujo. Las clases más humildes se ven así obligadas a conformarse con las periferias donde los precios de los terrenos están al alcance de sus bolsillos. Compartimos pues la posición del autor en cuanto a lo que se refiere a la extensión del centro hacia las periferias lo que es, además, característico casi de todas las ciudades del mundo pero rechazamos la idea según la cual los pobres ocupan los centros de las ciudades. Mapa 1: Lectura de la extensión de Lomé. Fuente: P. Gervais-Lambony (1994) asocia cada sector con una clase social o una función particular. En Lomé, el espacio urbano permite esta lectura sectorial; la laguna divide la parte Septentrional, de la parte Meridional de la ciudad; la ciudad se extiende según tres ejes: norte, este y noroeste; siendo el sur bloqueado por el mar, y el suroeste por la frontera con Ghana. La gente desarrolla entonces estos tres ejes en función de su eje de procedencia o inmigración adentro de la ciudad; por ejemplo, los originarios de Kpalimé son mayoritarios a lo largo del eje Lomé-Kpalimé; aquellos provenientes del Norte del país se extienden a lo largo del eje Lomé-Kara; del mismo modo, los originarios de los lagos son mayoría a lo largo del eje Lomé-Aného. Esta tendencia a la extensión sectorial sobre los tres ejes se explica en parte por la influencia de las vías de comunicación y los medios de transporte sobre las estrategias de ocupación del espacio, pero se vincula también con las localizaciones identitarias. La ocupación sectorizada de la ciudad tiene también una incidencia sobre la vida política: la parte meridional de la laguna se considera generalmente como el “cuartel general” de la oposición, y la parte septentrional de la laguna como el feudo del partido oficialista. Mapa N° 2: Ocupación a lo largo de los ejes de inmigración en la ciudad Esquema sectorial: Este esquema es relativo a los flujos de población a lo largo de una dirección dada, independientemente de la distancia al centro. Fue elaborado por el sociólogo americano Hoyt, también de la escuela de Chicago. Según el autor, la ciudad se extiende en sectores alrededor de las vías de transportes que parten del centro; se Esquema nodular: El espacio de la ciudad está constituido por núcleos de poblaciones más o menos específicos que pueden 3 Ressac – núm. 2 – 1ro semestre de 2009 constituir, en casos extremos, "enclaves" muy caracterizados desde el punto de vista de la pertenencia social, la región, el país de origen, etc. Elaborado por los sociólogos Harris y Ullmann de la escuela de Chicago, este modelo esquematiza la extensión de las ciudades a través de varios núcleos; lo que los autores designan por el término de "polinuclear". Este esquema es casi el mismo que el esquema anterior a diferencia de la idea de reagrupación de las poblaciones, la cual no sigue las direcciones estudiadas. En la ciudad de Lomé se observan núcleos de poblaciones agrupados en barrios llamados “populares” que están habitados generalmente por la gente de una misma comunidad religiosa, profesional o étnica. El barrio Adéwui oficialmente llamado Doumassesse, donde hicimos nuestro trabajo de campo, es un ejemplo de núcleo de población; está constituido mayoritariamente por el Kabyè 2 y cualquier Loméen lo ve como el barrio de los Kabyè. Habitantes del barrio Adéwui, sentado en pequeños grupos en torno a un vendedor de una bebida local llamada "Tchoukoutou" Enfoque ecológico de la lógica espacial. Explica lo social a través de lo espacial, es decir, estudia la ciudad como orden espacial y orden moral, el análisis de los comportamientos humanos y las formas de organización social y los cambios sociales. Es así como no debe entenderse este enfoque con el sentido de conservación natural del que parece provenir. Los ecologistas no piensan el espacio como principio explicativo u objeto de análisis como algunos autores lo pensaron, sino más bien como un sistema social, una organización, un funcionamiento y sus transformaciones. Los mecanismos que Park y Burgess, partidarios de este enfoque, creen poder definir en el espacio urbano son de carácter social, donde el espacio no es entonces más que el reflejo de la vida social. Para estos autores los individuos se localizan y se desplazan de distinta manera en el espacio urbano; en tal o cuál sector en particular tienden a concentrarse los ciudadanos que tienen entre ellos afinidades o características comunes. De hecho, en la ciudad de Lomé, la gente que comparte las mismas afinidades familiares, amistosas, profesionales o religiosas se agrupa a menudo en un mismo sector urbano, lo que los ecologistas llaman las "superficies naturales". Pero la movilidad residencial, explicada principalmente por la movilidad social, no es sin embargo independiente de esta influencia del espacio. El hecho de vivir en alguna parte pesa sobre la elección a la hora de mudarse: en Lomé por ejemplo, el Kotokoli 3 que pretende elegir barrio contempla prioritariamente la "tierra prometida" representada según él por el barrio Zongo donde viven la mayoría de sus correligionarios musulmanes. Por su parte, el recién llegado sufre la influencia del barrio donde se instala y "se adapta regularmente a sus condiciones y a sus códigos", tal como lo hace ver el sociólogo Park, que por otra parte destaca, con mucha razón, la importancia de las historias vividas para entender concretamente las interacciones permanentes entre los flujos residenciales de las familias. Estrategias de inserción urbana en Lomé. 3 2 Etnia al norte del país, más precisamente de la provincia de la Kara. De una etnia de la provincia central del Togo, donde están ubicados la mayoría de los musulmanes. 4 Ressac – núm. 2 – 1ro semestre de 2009 La inserción de los migrantes en Lomé se hace según un esquema ya conocido en la mayoría de las ciudades africanas, en particular, en Abiyán o Bamako. Está asumida al principio por un miembro de la misma familia o, en su defecto, de la misma casa, del mismo barrio de origen. Esto puede confirmarse en los estudios ya citados de Jean-Marie Gibbal en 1986 sobre el Tiokossi de Mango y por Danielle Pontie en 1982 sobre el Mobas de Lomé. Ambos llegaron a las mismas conclusiones: el hermano de sangre, pueblo o etnia es la mejor agencia inmobiliaria para el nuevo inmigrante tanto el Tiokossi como el Moba. Hicimos una cuantas entrevistas dentro del trabajo de campo, con el objetivo de conocer mejor las estrategias de inserción de los Ewé y los Kabyè en Lomé (los Ewé y los Kabyè son grupos étnicos numéricamente importantes en Lomé) Las hipótesis de los estudios anteriormente citados parecen confirmarse: en primer lugar un padre o un amigo albergan al emigrante tanto Kabyè como Ewé. Se convierte después en inquilinos y finalmente propietarios de una casa. En la mayoría de los casos, el primer punto de llegada de un nuevo emigrante es el círculo parental, a menudo el hermano mayor o un tío. Las redes familiares favorecen la inserción de los emigrantes en Lomé y cuándo llegará el tiempo para ellos de construir una casa, lo harán, dentro de lo posible, en el mismo barrio para no romper la cadena de solidaridad. Estas reflexiones nos llevan a preguntarnos sobre los determinantes del método de ocupación del espacio en Lomé Determinantes del método ocupación del espacio en Lomé. de Nuestras investigaciones ante los propietarios de casas en los barrios Adéwui y Adidogomé nos permitieron determinar los factores explicativos de la elección de estos barrios de residencia. La mayoría los encuestados declaró haber elegido su barrio por razones de reconstitución de la unidad familiar y necesidad de estar con gente de habla y costumbres comunes. De la misma forma, la encuesta hizo comprender que preferían estar con la gente de su comunidad para tener menos dificultades en la gestión de sus problemas. Además de estos factores familiares, también están aquellos relacionados con la seguridad, en efecto, los disturbios sociopolitiques de los años noventa relacionados con la ola democrática desempeñaron también un papel determinante en la constitución de los barrios identitarios. No sólo tenían una connotación política sino también étnica: cuando se presentan tiempos de inseguridad, la gente prefiere reunirse con sus conocidos para aumentar su sensación de protección mutua. La religión también puede ser un factor determinante al momento de elegir el lugar de residencia. Mépori Anastassiadou-Dumont 4 destacó las modalidades según las cuales los musulmanes se distribuyen en el medio urbano. Según el autor, aunque la heterogeneidad entre musulmanes y no musulmanes se conciba, la tendencia natural está a la territorialización de las comunidades musulmanes: "Cada uno con los suyos; vivir cerca de sus correligionarios traduce una propensión del hombre a vivir su prójimo." Los barrios Zongo en Lomé son un ejemplo palpable y nos permiten tener en cuenta el factor religioso que puede pesar en la balanza al momento de elegir su barrio de residencia. Las personas que practican la misma profesión suelen agruparse en un mismo barrio con el fin de acercarse a su lugar de trabajo; así se puede hablar del barrio obrero ; del barrio de los pescadores como el de Katanga, situado a lo largo del mar en la parte Este de Lomé ; del barrio de los tejedores, artesanos, comerciantes, 4 « Vivre ensemble en pays d’islam : territorialisation et marquage identitaire de l’espace urbain » (Vivir juntos en el país del Islam : territorialisación y marcadas del espacio urbano), Revues des mondes musulmans et de la Méditerranée, n° 107-1106- « Identités confessionnelles et espace urbain », septembre 2005, mis en ligne le 12 Janvier 2006, (consulté en Février 2007). 5 Ressac – núm. 2 – 1ro semestre de 2009 etc. Esta reagrupación está a menudo vinculada por la proximidad geográfica con el lugar de trabajo: la proximidad de la Universidad de Lomé hizo que el barrio Adéwui absorbiera a muchos estudiantes y profesores. Gervais-Lambony 5 resaltó en su estudio que los obreros y artesanos residen sobre todo al Este de la ciudad de Lomé (zona industrial), mientras que la proporción de los funcionarios se hace más fuerte al oeste donde se encuentran muchos servicios administrativos. Este fenómeno es observable en todas las ciudades, y en mayor medida en aquellas industriales. Véronique Dupont 6 hizo la experiencia con los obreros de la industria textil en Jetpur, una pequeña ciudad industrial hindú. La yuxtaposición del mapa de las residencias de los obreros con el de la localización de las industriales muestra claramente una tendencia a la instalación residencial cerca de los lugares de trabajo. La heterogeneidad social: ¿cómo está visto? Todos los investigadores que examinaron el problema de propiedad raíz y el hábitat en Lomé convienen en cuanto a las facilidades para acceder a la titularidad de lotes y terrenos urbanos. Todo el mundo está libre de adquirir su parcela allí, donde quiere y donde puede. Por ello, el pobre puede comprar junto al rico. No hay ninguna normativa sobre este tema; es la superficie y más tarde la calidad del alojamiento construido la que permite diferenciar posteriormente las categorías sociales. Esta forma inusitada de cohabitación entre ricos y pobres, según Maguerat 7 , al parecer no plantea aún 5 De Lomé à Harare : le fait citadin (De Lome hasta Harare : el hecho citadino), Karthala-IFRA, Paris-Nairobi, 1994. 6 « L’insertion résidentielle des travailleurs dans l’espace d’une petite ville industrielle en Inde » (La inserción residencial de los trabajadores en el espacio de la pequeña ciudad industrial en la India); in ANTOINE P. et BARA DIOP A., La ville à guichets fermés ? Itinéraires, réseaux et insertion urbaine, IFAN-ORSTOM, Dakar-Paris, 1995. 7 MARGUERAT Y., « Lomé, Les acteurs de la croissance urbaine » (Lome, Los actores del problemas sociales mayores en la población, se explica por la naturaleza del mercado inmobiliario. No obstante, sin contradecir al autor, pensamos que es necesario matizar estas afirmaciones, ya que, si bien pobres y ricos viven como vecinos directos, siempre queda entre ellos cierta distancia social. El pobre y el rico no tienen el mismo estilo de vida y a veces esta cohabitación puede crear conflictos. La ciudad reúne personas que son básicamente diferentes uno del otro desde el punto de vista social, mientras que muy pocas veces el ciudadano abandona cierta distancia en el centro de las relaciones sociales. En efecto, en el medio urbano, la proximidad física no tiene necesariamente este efecto mecánico de uniformidad de los individuos y reafirmación permanente de las relaciones sociales. La distancia social que separa a los ciudadanos, se debe antes que todo a la inevitable heterogeneidad de la sociedad urbana. Una superficie natural nunca está totalmente homogénea, como nos lo recuerda Park8, y el vecino de cada quien no es realmente "su semejante". En estas condiciones, entonces, la proximidad física no excluye la distancia social. Puede, al contrario, revelarla y reforzarla, suscitando tensiones y conflictos muy diferentes, en cuanto a su naturaleza. Recordamos, por ejemplo, de las pequeñas fricciones observables en barrios como el de Adigomé, el caso de un basurero instalado cerca del consultorio de un médico, el cual causó vivas tensiones. Sin embargo, reconocemos que a veces la presencia de gente acomodada en el barrio puede representar una ventaja para el desarrollo de la zona; por ejemplo, pueden tomar iniciativas y generar cambios en el barrio (habilitación de calles deterioradas, instalación de perforaciones, extensión de las líneas eléctricas, etc.) Lo cierto es que la proximidad física no es siempre el garante de una proximidad social. crecimiento ubano), Articles et documents (19841993), collections Patrimoines, n° 1, Presses de l’UB, Lomé, 1993. 8 PARK R., La communauté urbaine : un modèle spatial et un ordre moral (La comunidad urbana : un modelo espacial y un orden moral, 1925, p. 205. 6 Ressac – núm. 2 – 1ro semestre de 2009 Según los sociólogos de la escuela de Chicago, si la proximidad física no es el garante de una proximidad social, es porque "el espacio no es el único obstáculo a la comunicación y la distancia social no es mensurable en términos puramente físicos". El obstáculo último a la comunicación, añade Park, es "el autoconocimiento", la preocupación que tiene cada uno de afirmar su individualidad frente a otros, lo que lo lleva "a la competición para su estatus, a la lucha para mantener su prestigio personal, su opinión y su autoestima." En la ciudad, la comunicación opera sobre un esquema de distancias, tanto sociales como físicas, que todas las formas de movilidad urbana contribuyen a reforzar. 7