instituto nacional de salud pública - SEDESOL

Transcripción

instituto nacional de salud pública - SEDESOL
INSTITUTO NACIONAL DE SALUD PÚBLICA
CENTRO DE INVESTIGACIÓN EN NUTRICION Y SALUD
Informe Final
Estudio de magnitud de la desnutrición infantil,
determinantes y efectos de los programas de
desarrollo social 2007-2012
Descripción de los principales problemas de nutrición y análisis de la
integralidad de los programas sociales para resolver las principales
causas del problema
Investigadores responsables: Teresa Shamah Levy, Juan A. Rivera Dommarco,
Salvador Villalpando Hernández, Lucia Cuevas Nasu, Armando García Guerra.
Colaboración: Erika Mayorga Borbolla, Danae Gabriela Valenzuela Bravo.
Cuernavaca, Morelos. 1ro de octubre de 2012
SÍNTESIS EJECUTIVA
La desnutrición es la consecuencia más directa del hambre, provoca efectos
negativos en la salud, en la educación y a lo largo del tiempo en la productividad y
el crecimiento económico de un país.
En México, la desnutrición en niños menores de 5 años de edad durante varias
décadas ha sido considerada uno de los principales problemas de salud pública
asociada a una alta prevalencia de morbilidad y mortalidad. Con base en lo
anterior, se han llevado múltiples esfuerzos gubernamentales a través de la
implementación de diversos programas dirigidos a mejorar la salud y la nutrición
de los niños, mismos que, a través de los años, han sido evaluados, modificados
y mejorados, adaptándose a las necesidades de la época, basándose en
evidencia científica proporcionada por las distintas evaluaciones de dichos
programas.
Uno de los mayores problemas aún vigente en México, en la población menor de 5
años es la talla baja, la cual indica que el individuo que la padece ha pasado por
periodos prolongados de deficiencias nutricias que le impiden crecer y
desarrollarse normalmente. A pesar de que en los últimos 20 años en México se
ha observado una disminución en la prevalencia de talla baja, esta continúa siendo
un problema grave de salud pública en menores de 5 años. Otro problema de
malnutrición asociado a la deficiencia es la anemia. Como consecuencia, las
implicaciones de estas carencias resultan en daños físicos y cognitivos
irreversibles, mismos que pueden perjudicar el estado de salud y nutrición de los
niños y en el futuro tener consecuencias sociales y económicas.
Con base en lo anterior, el objetivo de este documento es generar información
relevante y actualizada sobre la frecuencia, distribución y tendencia de las
condiciones de desnutrición infantil y sus determinantes, así como sobre la oferta
institucional de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) para atender los
problemas de nutrición de dicha población, además de cuantificar la magnitud de
la desnutrición en la población de menores de cinco años, en general, en los que
forman parte de hogares del cuartil más pobre de la población.
Para el presente análisis, partimos de la base que la desnutrición infantil tiene
orígenes complejos que involucran determinantes biológicos, socioeconómicos y
culturales.
Al respecto, la información que se tiene para monitorear la magnitud y distribución
de la desnutrición en nuestro país son las Encuestas Nacionales de Salud y
Nutrición (ENSANUT 2006 y 2012).
prevalencia
De acuerdo con la ENSANUT 2012
la
nacional de talla baja (puntaje Z de talla para la edad <-2
desviaciones estándar (DE), OMS) en niños menores de 5 años es de 13.6%, la
cual representa una disminución de 1.9 puntos porcentuales con respecto a la
prevalencia observada en la ENSANUT de 2006 (15.5%). La prevalencia de
anemia para el 2012 se ubicó en 23.3% para los menores de 5 años de edad, 0.4
puntos porcentuales menor que
la prevalencia reportada en 2006 (23.7%). A
pesar de los esfuerzos llevados a cabo para su erradicación, estas cifras
permanecen altas.
Asimismo, se estimaron los indicadores de desnutrición, anemia y percepción de
los hogares con inseguridad alimentaria a partir de la información de la ENSANUT
2012 en población menor de 5 años de edad representativos del cuartil de
condiciones de bienestar bajo, es decir del 25% de la población más pobre en
nuestro país.
Para el cuartil bajo de acuerdo al índice de condiciones de bienestar (ICB)
(información representativa también para zonas urbanas y rurales), la ENSANUT
2012 obtuvo información de 4,280 hogares que aplicando los factores de
expansión representan a 2,372,700 hogares. Los resultados más relevantes
muestran que la proporción de hogares con experiencia de hambre o percepción
de inseguridad alimentaria en el cuartil más bajo de acuerdo al índice de
condiciones de bienestar fue de 72%, de los cuales el 33.5% corresponden a
hogares en inseguridad leve, 22.7% en inseguridad moderada y 15.9% en
inseguridad severa. Al aplicar los factores de expansión, se calcula que alrededor
de 1,709,300 hogares de los más pobres en el país, se encuentran en alguna
categoría de inseguridad alimentaria de acuerdo a su percepción o experiencia de
hambre.
Se analizaron datos de 4,016 niños menores de 5 años de edad pertenecientes al
cuartil bajo de nivel de condiciones de bienestar de la ENSANUT 2012 con datos
de peso y talla (longitud en menores de 24 meses) válidos que representan a una
población de 3,345,600 niños. El tamaño de muestra fue de 1,600 menores en
zonas urbanas, que representan a 1,707,400 menores y de 2,416 en zonas rurales
que representan a 1,638,200 niños en el cuartil bajo de acuerdo al índice de
condiciones de bienestar en todo el país.
La información de la ENSANUT 2012 refirió que cerca de 765 mil menores de
cinco años del nivel bajo clasificados por el ICB tienen talla baja (22.9%), 179 mil
presentaron peso bajo (5.4%) y 64 mil 500 emaciación (1.9%). Este retardo en el
crecimiento lineal es mayor para los menores que habitan en las localidades
rurales (27.4%) en comparación con las urbanas (18.5%). Por otro lado, los niños
que presentaron peso bajo fueron poco más de 106 mil en localidades rurales
(6.5%) en comparación con 72,500 en localidades urbanas (4.2%). Si
comparamos con el resto del país, podemos decir, que la situación de la talla baja
empeora hasta 9.3 puntos porcentuales (pp), para los niños que pertenecen a las
familias en las peores condiciones de bienestar (13.6 vs. 22.9%).
Para anemia se contó con información de 2,547 niños y niñas menores de cinco
años pertenecientes al cuartil bajo de acuerdo al ICB, que representan a
2,487,600 individuos, de los cuales 947 habitan en zona urbana, que representan
a 1,166,000 individuos y de 1,600 en zona rural que representan a 1,321,500
individuos.
La prevalencia de anemia en 2012 para los menores de 5 años de ambos sexos
del cuartil bajo del ICB es de 26.5%. Esta cifra se ubica por debajo (6 pp) de la
prevalencia de anemia observada en la ENSANUT de 2006. La distribución por
sexo muestra que, actualmente, la anemia es mayor para los niños (28.1%) que
para las niñas (24.9%), siendo que en 2006 ocurría lo contrario: las niñas tenían
mayor prevalencia (33.9%) que los niños (31.1%). En ambos sexos, el pico más
alto de prevalencia de anemia se presenta en el grupo de edad de 12 a 23 meses.
Con base en el análisis de la información de la ENSANUT 2006 y la actual de
2012, se puede mencionar que este estudio documentó que el retardo en
crecimiento (baja talla) continúa siendo un problema de salud pública que afecta
principalmente a los niños más pobres del país. La anemia afecta mayormente a
los niños pertenecientes al cuartil más pobre, y sobre todo a los niños de 1 a 2
años de edad.
Respecto a los niños que tienen baja talla y son beneficiarios del Programa de
Desarrollo Humano Oportunidades (Oportunidades) y el programa de Abasto
Social de Leche (Liconsa), se obtuvo que la prevalencia tanto de la talla baja como
de la anemia está por debajo del 10% en niños menores de dos años que habitan
en las condiciones más precarias de bienestar.
Por otra parte y como es de esperarse, al igual que la baja talla, los niños que
habitan en las condiciones más pobres y en zonas rurales del país son los que
han percibido mayor experiencia de hambre en sus hogares y son más
vulnerables a la desnutrición y a la anemia.
Aproximadamente el 70% de los hogares en donde habitan niños menores de
cinco años y que presentan ICB bajo, han experimentado hambre, siendo que de
éstos el 38.6% presentan carencia por acceso a la alimentación, según métodos
de CONEVAL.
Las altas prevalencias de desnutrición se concentran en el cuartil menor de
bienestar, especialmente en zonas rurales y en la población del sur del país,
mientras que las altas prevalencias de anemia, aunque afectan en su mayoría a la
población de menores condiciones de bienestar, se encuentran también en los
sectores de condiciones medias de bienestar. El descenso en la desnutrición ha
sido insuficiente y las políticas y programas a partir del 2012 deben dirigirse a
lograr mayor efectividad en la disminución de la desnutrición en los sectores más
vulnerables.
El marco multicausal de la desnutrición propuesto por la UNICEF 1,2, muestra una
perspectiva de la problemática vista desde sus causas básicas, mostrando a la
pobreza como eje central de la misma y en la que la carencia de recursos es un
determinante de la falta de acceso a la educación, los alimentos, los servicios de
salud y de saneamiento básico que forman parte de las causas subyacentes de la
desnutrición. Como consecuencia de las causas subyacentes, se obtiene una
ingesta inadecuada de alimentos y un estado repetido de enfermedad que puede
establecer un ciclo vicioso y dar como resultado repercusiones a corto plazo tan
importantes como lo son la mortalidad, la morbilidad y la discapacidad y otras a
largo plazo que repercuten en la vida adulta del individuo, provocando una menor
capacidad intelectual, productividad económica y desempeño reproductivo,
además de mayor propensión a desarrollar enfermedades cardiovasculares y
metabólicas.
Las intervenciones en salud y nutrición que atiendan todas estas causas, es decir,
que ataquen a la desnutrición desde un enfoque multicausal pueden lograr
reducciones importantes de la carga de enfermedad y la mortalidad atribuibles a la
misma.
Es importante resaltar, que las intervenciones deben realizarse en el periodo que
va desde la gestación hasta los 24 meses de vida, al cual se le ha denominado
“ventana de oportunidad”. Durante este periodo, las acciones que se emprendan
tienen más probabilidades de prevenir las carencias nutricionales y el
distanciamiento en el crecimiento entre un niño con desnutrición y un niño con un
estado de nutrición normal.
En general, los programas operados por la SEDESOL atacan las causas
subyacentes e inmediatas de la desnutrición señaladas en el marco conceptual de
la desnutrición de la UNICEF.1,2 Por su parte, el programa Oportunidades
implementa intervenciones que abarcan desde las causas básicas de la
desnutrición hasta las inmediatas, debido a que cuenta con un componente
educativo, proporciona alimentos fortificados y apoyos monetarios condicionados
para evitar el acceso insuficiente a alimentos, y cubre el problema de acceso a
servicios de salud al brindar a sus beneficiarios la oportunidad y obligación de
acudir a centros de salud comunitarios a recibir atención médica gratuita,
abordando las causas subyacentes e inmediatas del problema.
El Programa de Apoyo Alimentario (PAL) y el programa de leche Liconsa por otro
lado, abarcan principalmente las causas subyacentes e inmediatas, otorgando a
sus beneficiarios, en el caso del PAL transferencias monetarias no condicionadas
y alimentos fortificados, y en el caso de Liconsa, leche fortificada. Se sugiere
evaluar y mejorar de manera continua estos programas con el fin de garantizar
efectos permanentes o a largo plazo. Para alcanzar la erradicación de la
desnutrición en México es también necesario implementar políticas de desarrollo
social que incluyan la promoción del crecimiento económico sostenido, políticas de
distribución del ingreso, de acceso de la población a agua limpia, infraestructura
sanitaria, alimentos saludables, educación nutricional y servicios de nutrición y
salud para la población, particularmente la que se encuentra en situación de
pobreza.3,4
ÍNDICE GENERAL
CONTENIDO
PAG
I
INTRODUCCIÓN
1
1.
Descripción de los principales problemas de nutrición
3
2.
Reporte de principales indicadores nutricionales
13
3.
Análisis de la integridad de los programas sociales para resolver las
principales causas del problema
17
4.
Conclusiones
26
5.
Principales fortalezas, retos y recomendaciones (análisis FODA de
la política de desarrollo social en materia de nutrición)
35
6.
Anexos
41
7.
Bibliografía
62
INTRODUCCIÓN
A principios del siglo pasado la desnutrición en niños menores de 5 años de edad
era considerada uno de los principales problemas de salud pública en México,
debido a la alta prevalencia de morbilidad y mortalidad.5 Con el fin de lograr un
impacto positivo en el estado de nutrición de la población, las autoridades
gubernamentales se dieron a la tarea de crear diversos programas que atendieran
las prioridades en salud y nutrición del país. A través de los años, algunos de ellos
han sido evaluados, modificados y mejorados adaptándose a las necesidades de
la época, basándose en evidencia científica proporcionada por las distintas
evaluaciones de dichos programas.
Uno de los mayores problemas aún vigente en México en la población menor de 5
años es la talla baja, la cual indica que el individuo que la padece ha pasado por
periodos prolongados de deficiencias nutricias que le impiden crecer y
desarrollarse normalmente. Como consecuencia, las implicaciones de estas
carencias resultan en daños físicos y cognitivos irreversibles, mismos que pueden
perjudicar el estado de salud y nutrición de los niños y en el futuro tener
consecuencias sociales y económicas.
Aunado a ello, otro problema de malnutrición en nuestro país que se ha tratado
pero no erradicado, es la anemia, tanto en niños como en mujeres en edad
reproductiva. En lo que respecta a los menores de 5 años, este problema tiene
consecuencias importantes tales como alteraciones del desarrollo psicomotor,
retardo del crecimiento físico, disminución de la capacidad motora cuando ocurre
antes de los dos años, alteraciones en la inmunidad celular y como consecuencia
aumento de la duración y severidad de las infecciones, en edades posteriores.6,7,8
En las mujeres, la anemia se asocia a mayor mortalidad y morbilidad materna,
también se relaciona con disminución de la respuesta inmunológica, la capacidad
de trabajo físico, el rendimiento cognoscitivo y el desarrollo psicosocial.9,10
1
El objetivo del presente documento es generar información relevante y actualizada
sobre la frecuencia, distribución y tendencia de las condiciones de desnutrición
infantil y sus determinantes, así como sobre la oferta institucional de la SEDESOL
para atender los problemas de nutrición de dicha población, además de cuantificar
la magnitud de la desnutrición en la población de menores de cinco años, en
general, en los que forman parte de hogares del cuartil más pobre de la población.
2
DESCRIPCIÓN DE LOS PRINCIPALES PROBLEMAS DE NUTRICIÓN
Los principales problemas de nutrición en la población infantil mexicana, con
énfasis en los niños menores de 5 años de edad son la desnutrición
específicamente la baja talla y la anemia por deficiencia de hierro.
1.1. DESNUTRICIÓN
A pesar de que en los últimos 20 años en México se ha observado una
disminución en los diferentes tipos de desnutrición infantil la prevalencia de baja
talla, continúa siendo un grave problema de salud pública en menores de 5 años
de edad.
La baja talla es reflejo de los efectos negativos acumulados a lo largo del tiempo.
Este tipo de desnutrición está definido por el indicador antropométrico talla para la
edad (puntaje Z de talla para la edad <-2 desviaciones estándar (DE), OMS). Es el
tipo desnutrición infantil más importante para la evaluación de la desnutrición a
largo plazo, ya que refleja el crecimiento lineal y se correlaciona de manera
consistente con el efecto de una nutrición deficiente o salud inadecuada por un
periodo largo y acumulado. A este tipo de desnutrición también se le conoce como
desmedro. En los niños menores de 2 a 3 años de edad la baja talla se interpreta
como un reflejo de un proceso continuo de “no crecer”, de detención del
crecimiento; mientras que en niños mayores de 3 años de edad su interpretación
tiene que ver con un proceso de “no haber crecido”. 11,12
Los resultados arrojados por la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012
(ENSANUT 2012) muestran una prevalencia de talla baja en niños menores de 5
años de 13.6%, la cual representa una disminución de 1.9 puntos porcentuales
(pp.) con respecto a la prevalencia observada en la ENSANUT de 2006 (15.5%)
(Figura
1.1).
A
pesar
de
su
disminución
las
cifras
continúan
siendo
inaceptablemente altas.
3
Otro tipo de desnutrición infantil es el que relaciona la masa corporal con la edad
cronológica de los niños y está influida por la talla y el peso. Este tipo de
desnutrición está definido por el indicador antropométrico peso para la edad
(puntaje Z de peso para la edad <-2 DE, OMS) y se le conoce como bajo peso
para la edad. En términos epidemiológicos, el uso de este indicador se
recomienda como el estimador más fidedigno de la prevalencia actual de
desnutrición en los niños menores de cinco años. Una de las principales
desventajas de este indicador es que falla en detectar niños bajos o altos según su
peso corporal.
En el ámbito nacional, la prevalencia de bajo peso disminuyó de 3.4% en 2006 a
2.8% en 2012 (Figura 1.1)
La relación del bajo peso corporal con la talla se le conoce como emaciación
(puntaje Z del peso para la talla por debajo de -2 DE, OMS). Su uso no es
recomendado en poblaciones que hayan sido afectadas de manera prolongada en
su crecimiento por el efecto de la desnutrición crónica, ya que los segmentos
corporales superior e inferior se encuentran distorsionados en su proporción, por
lo tanto, impide la comparabilidad con la población de referencia, misma que se
basa en niños con crecimiento y relación de segmentos normales. La emaciación
o desnutrición aguda nos indica un déficit en tejidos y masa grasa comparado con
un niño de la misma estatura. En nuestro país la prevalencia de emaciación se ha
mantenido desde la encuesta de 1999 en menos del 2% en la población de niños
menores de 5 años de edad.
Para la población más pobre de nuestro país (25% de población en el índice de
condiciones de bienestar (ICB) bajo*) la baja talla se presentó en poco más de 765
*
ICB: Se construyó un Índice de Condiciones de Bienestar, el cual se asocia a las condiciones de pobreza de los hogares,
utilizando el análisis de componentes principales con variables de las características de las viviendas, bienes y servicios
disponibles. Se seleccionaron 8 variables que son: los materiales de construcción del piso, las paredes y el techo, el número
de cuartos que se usan para dormir, la disposición de agua, la posesión de automóvil, el número de bienes domésticos
(refrigerador, lavadora, microondas, estufa y boiler) y el número de aparatos eléctricos (tv, cable, radio, teléfono y
computadora). Se seleccionó como índice el primer componente que acumula el 40.5% de la variabilidad total, con un valor
propio (lambda) de 3.24. Finalmente, se clasificó el nivel en cuartiles para identificar al 25% de los más pobres del país.
4
mil niños y niñas, lo cual representa una prevalencia del 22.9%. Si comparamos
con el resto del país, podemos decir que la situación de la talla baja empeora
hasta 9.3 pp, para los niños en condiciones poco favorables para el crecimiento
(13.6 vs. 22.9%). (Ver anexo 6.1 para mayor detalle en la metodología de análisis).
En cuanto al bajo peso, 179 mil menores de cinco años lo presentaron (5.4%) y 64
mil 500 emaciación (1.9%) (Cuadro 1.1.1). El retardo en el crecimiento lineal (baja
talla) es mayor para los menores que habitan en las localidades rurales más
pobres del país (27.4%) en comparación con las urbanas (18.5%). Por otro lado,
los niños y niñas que presentaron peso bajo fueron poco más de 106 mil en
localidades rurales (6.5%) en comparación con 72,500 en localidades urbanas
(4.2%) (Ver anexo 6.2.).
La tendencia en el tiempo (cuadro 1.1.1) muestra una disminución en la
prevalencia de baja talla de 42.7% en 1999 a 22.9% en 2012 en la población más
pobre del país, es decir, una disminución de casi 20 puntos porcentuales en 13
años. A pesar de que para las localidades rurales la talla baja pasó de 47.7% en
1999 a 27.4% en 2012, es decir 1 de cada 3 niños, las cifras continúan siendo
altas (figura 1.2).
En el anexo 6.2.2, 6.2.3 y 6.2.4 se presenta la información de las prevalencias de
desnutrición en los menores de cinco años por entidad federativa en 2006 y 2012.
Los estados con las mayores prevalencias de baja talla en el cuartil bajo de ICB en
2006 fueron Yucatán (48.3%), Guerrero (37.7%), Chiapas (36.8%), estado de
México (35.8%) y Jalisco (35.5%). Actualmente estos mismos estados presentan
prevalencias menores al 30%, con excepción del estado de Chiapas que
actualmente es el estado con la mayor prevalencia de baja talla (36.6%), con más
de 150 mil niños en dicha condición (ver anexo 6.2.3).
La prevalencia de emaciación (peso bajo para la talla) en el ámbito estatal en las
localidades más pobres en 2012 oscila en el rango de 0.2% a 3.7% en 19 estados
de la república mexicana. El estado de Zacatecas tiene la prevalencia más alta
(6%), sin embargo se recomienda considerar la cifra con cautela debido al
5
reducido tamaño de muestra (se trata de la estimación en sólo 5 niños menores de
cinco años en el estado). Alrededor de 13 estados no presentaron niños con
emaciación (ver anexo 6.1.4). Estas bajas prevalencias en nuestro país son
importantes pues la desnutrición aguda incrementa el riesgo de infección y muerte,
en especial entre los niños que no son alimentados al seno materno.
En contraste, un problema actual de malnutrición en nuestro país es el elevado
consumo de alimentos de baja calidad, asociado a múltiples factores 13, que genera
que la población infantil se encuentre en riesgo de presentar sobrepeso u
obesidad. A pesar de no ser uno de los objetivos del estudio, se presenta
información sobre la prevalencia de sobrepeso y obesidad en la población menor
de cinco años de la ENSANUT 2012, la cual mostró un aumento de 1.3 puntos
porcentuales de 2006 (8.4%) a 2012 (9.7%) en los menores de 5 años (sobrepeso
más obesidad: puntaje Z del índice de masa corporal para la edad >+2 DE, OMS).
Estas cifras son altas dadas las graves consecuencias para la salud en el corto y
largo plazo que acarrean. En el presente documento no se ahonda en la magnitud
de este grave problema de salud pública ni sus causas; sin embargo, es un tema
relevante y con una tendencia al aumento que requiere un análisis de mayor
profundidad.
6
Figura 1.1. Comparación de la prevalencia de bajo peso, baja talla y emaciación
en menores de 5 años de edad de la ENN-88, ENN-99, ENSANUT-2006,
ENSANUT-2012 y del cuartil bajo de ICB. México.
%
Bajo peso
45
40
35
30
25
20
15
10
5
0
Baja talla
Emaciación
42.7
26.9
26.5
22.9
21.5
15.5
10.8
6.2
ENN 1988
5.6
2.1
ENN 1999
13.6
3.4 2.0
2.8 1.6
ENSANUT
2006
ENSANUT
2012
11.2
5.3
2.4
ENN 1999
Nacional
5.4
2.4
ENSANUT
2006
1.9
ENSANUT
2012
Cuartil bajo del ICB
Cuadro 1.1.1. Prevalencia de bajo peso, baja talla y emaciación en menores de
cinco años del cuartil bajo de ICB de la ENN-1999, ENSANUT 2006 y ENSANUT
2012, por tipo de localidad de residencia y a nivel nacional. México
ENN-1999
Localidad
Urbano*
Rural*
Cuartil
Bajo*
Nacional
ENSANUT-2006
ENSANUT-2012
Condición
%
IC95%
%
IC95%
%
IC95%
Bajo Peso
10.8
(9.8,11.9)
4.7
(2.8,7.6)
4.2
(3.0 , 5.9)
Baja Talla
32.8
(29.8,35.9)
20.8
(16.8,25.5)
18.5
(15.6 , 21.8)
Emaciación
2.2
(1.8,2.6)
3.1
(1.9,4.9)
1.7
(1.0 , 2.8)
Bajo Peso
11.4
(9.7,13.4)
5.9
(4.3,8.0)
6.5
(5.3 , 8.0)
Baja Talla
47.7
(44.8,50.7)
31.6
(27.1,36.5)
27.4
(24.2 , 30.8)
Emaciación
2.5
(2.0,3.2)
1.7
(1.1,2.8)
2.2
(1.5 , 3.2)
Bajo Peso
11.2
(10.0,12.6)
5.3
(4.0,7.0)
5.4
(4.4 , 6.4)
Baja Talla
42.7
(40.3,45.0)
26.5
(23.3,30.0)
22.9
(20.7 , 25.3)
Emaciación
2.4
(2.0,2.9)
2.4
(1.7,3.3)
1.9
(1.4 , 2.6)
Bajo Peso
5.6
(5.1,6.2)
3.4
(2.8,4.2)
2.8
(2.4,3.3)
Baja Talla
21.5
(20.2,22.6)
15.5
(13.9,17.1)
13.6
(12.6,14.7)
Emaciación
2.1
(1.7,2.4)
2.0
(1.6,2.6)
1.6
(1.3,2.0)
*Datos representativos del cuartil bajo del ICB
7
Figura 1.2. Comparación de la prevalencia de baja talla en menores de 5 años de
edad del cuartil bajo de ICB de la ENN-88, ENN-99, ENSANUT-2006 y ENSANUT2012 por localidad. México
60
47.7
50
40
42.7
32.8
30
%
20
31.6
27.4
26.5
20.8 18.5
ENN 1999
22.9
ENSANUT 2006
ENSANUT 2012
10
0
Urbano
Rural
Cuartil bajo
1.2. ANEMIA
Otro problema importante de salud pública en nuestra población, mencionado al
inicio de este capítulo, es la anemia por deficiencia de hierro. Actualmente, de
acuerdo con datos de la ENSANUT 2012, 23.3% de los menores de 5 años de
edad presentan anemia; tan sólo 0.4 puntos porcentuales menos que en la
prevalencia reportada en 2006 (23.7%)†. A pesar de los esfuerzos llevados a cabo
para su erradicación, estas cifras permanecen altas.
Existen otros tipos de anemia ajenos a la deficiencia de hierro, asociada a la
deficiencia de otros micronutrientes. Los datos más recientes de prevalencias de
deficiencias de micronutrimentos en niños menores de 5 años corresponden a la
ENSANUT 2006. En dicha encuesta la prevalencia de deficiencia de reservas de
hierro fue de 26% (medida como concentración de ferritina sérica <12µg/L) y la
prevalencia de deficiencia de hierro tisular fue de 15.7% (medida como
concentración de receptor de transferrina sérico >6mg/L). Además, se encontró
una prevalencia de riesgo de deficiencia de zinc de 28.1% (medida como zinc
sérico <65µg/L).14 Estos valores ya presentaban una disminución en relación a las
† Para conocer la metodología para la medición de esta variable ver anexo 6.1.
8
prevalencias de 1999 (datos no mostrados).15 Sin embargo, por el momento estos
datos aún no se han analizado en la ENSANUT 2012, por lo que habrá que
esperar para conocer las nuevas cifras.
En lo que respecta al cuartil más bajo del ICB de la ENSANUT 2012, se analizaron
datos de 2,547 niños menores de 5 años de edad, que representan a 2,487,600
individuos. La prevalencia de anemia en 2012 de esta población es de 26.5%
(Cuadro 1.2.1; (ver anexo 6.3.1)). Esta cifra se ubica 6 puntos porcentuales por
debajo de la prevalencia de anemia observada en la ENSANUT de 2006. La
distribución por sexo muestra que, actualmente, la anemia es mayor para los niños
(28.1%) que para las niñas (24.9%), siendo que en 2006 ocurría lo contrario: las
niñas tenían mayor prevalencia (33.9%) que los niños (31.1%). En ambos sexos,
el pico más alto de prevalencia de anemia se presenta en el grupo de edad de 12
a 23 meses, aunque cabe mencionar que los datos desglosados por grupo de
edad no son representativos.
Cuadro 1.2.1. Prevalencia de anemia en población de 1 a 5 años de edad, del
cuartil bajo de ICB de la ENSANUT 2006 y 2012, por edad y sexo. México
MASCULINO
ENSANUT 2006
ENSANUT 2012
Grupo de
edad
(meses)
%
IC95%
%
IC95%
12 a 23
44.8
(36.1,53.9)
42.8
(34.8,51.1)
24 a 35
35.0
(27.5,43.4)
35.9
(29.0,43.3)
36 a 47
28.4
(22.0,35.9)
18.0
(12.3,25.5)
48 a 59
12 a 59*
18.7
31.1
(12.9,26.3)
(27.5,34.9)
16.2
28.1
(11.5,22.5)
(24.8,31.6)
FEMENINO
12 a 23
57.0
(46.4,67.0)
39.4
(31.3,48.2)
24 a 35
38.3
(30.1,47.2)
29.0
(21.7,37.6)
36 a 47
31.3
(21.6,43.0)
18.7
(13.1,25.8)
48 a 59
12 a 59*
15.8
33.9
(10.4,23.2)
(29.0,39.2)
12.1
24.9
(6.6,21.2)
(21.2,29.1)
9
CUARTIL BAJO
12 a 23
50.9
(43.7,58.1)
41.1
(35.4,47.0)
24 a 35
36.6
(30.9,42.7)
32.5
(27.5,37.9)
36 a 47
30.0
(23.6,37.2)
18.3
(14.2,23.3)
48 a 59
12 a 59*
17.2
32.5
(12.9,22.6)
(29.3,35.9)
14.2
26.5
(10.4,19.2)
(24.1,29.1)
*Datos representativos del cuartil bajo del ICB
Por tipo de localidad de residencia (Cuadro 1.2.2), se observa la misma
prevalencia de anemia en 2012 para localidades urbanas 26.4% y localidades
rurales 26.7%. No obstante, estas cifras son menores a las reportadas en 2006
(anexo 6.3.2), donde 34.4% de niños de localidades urbanas presentaban anemia
y 30.8% de los niños y niñas de las localidades urbanas, de la misma condición
socioeconómica la presentaban.
En el anexo 6.3.3 se presenta la prevalencia de anemia en 2006 y 2012 por
entidad federativa. Actualmente, las mayores prevalencias se registran en los
estados de Campeche (42.7%) y Quintana Roo (40.1%). Estos mismos estados en
2006 presentaron una prevalencia de anemia de 22.5% y 14.5%, respectivamente
En 2006, los estados con las mayores prevalencias de anemia fueron Sinaloa,
Distrito Federal, Aguascalientes, México, Sonora, Michoacán, Querétaro y Baja
California con prevalencias por arriba de 40%, actualmente registran cifras
menores al 30% (ver anexo 6.3.3).
10
Cuadro 1.2.2. Prevalencia de anemia en la población de 1 a 4 años de edad,
del cuartil bajo de ICB de la ENSANUT 2012, por tipo de localidad de
residencia y edad. México
ENSANUT 2006
%
IC95%
ENSANUT 2012
%
IC95%
Localidad
Grupos de
edad
(meses)
Urbana
12 a 23
49.4
(38.4,60.5)
39.8
(30.6,49.8)
24 a 35
36.9
(28.4,46.3)
32.5
(24.6,41.7)
36 a 47
35.3
(25.4,46.7)
19.4
(12.5,29.0)
48 a 59
12 a 59*
15.2
34.4
(10.4,21.8)
(29.5,39.6)
14.0
26.4
(8.1,23.2)
(22.2,31.0)
12 a 23
52.8
(44.8,60.7)
42.2
(35.6,49.1)
24 a 35
36.4
(28.9,44.5)
32.4
(26.5,39.0)
36 a 47
24.7
(17.8,33.3)
17.3
(13.2,22.4)
48 a 59
12 a 59*
18.6
30.8
(12.4,27.0)
(26.8,35.2)
14.4
26.7
(10.1,20.2)
(24.0,29.5)
Rural
*Datos representativos del cuartil bajo del ICB
1.3. SEGURIDAD ALIMENTARIA
La proporción de hogares con experiencia de hambre o percepción de inseguridad
alimentaria en el cuartil más bajo de ICB se obtuvo de la ENSANUT 2012 a través
de la aplicación de la Escala Latinoamericana y Caribeña de Seguridad
Alimentaria (ELCSA) (ver anexo 6.1) y ésta fue de 72%, de la cual el 33.5% se
percibe en inseguridad leve, 22.7% en inseguridad moderada y 15.9% en
inseguridad severa. Al aplicar los factores de expansión (ver anexo 6.4.1 ), se
calcula que alrededor de 1,709,300 hogares de los más pobres en el país, se
encuentran en alguna categoría de inseguridad alimentaria de acuerdo a su
percepción o experiencia de hambre (Cuadro 1.3.1).
Se observa un porcentaje similar entre los hogares que han experimentado
hambre o perciben inseguridad alimentaria por localidades urbanas o rurales –
71% urbano, 73% rural-, ligeramente los hogares de localidades rurales perciben
mayor inseguridad leve (35.9%) en comparación con los hogares de localidades
11
urbanas (31.2%). En el ámbito nacional –información no presentada en Cuadros
en este informe- los hogares de localidades urbanas con inseguridad alimentaria
representan el 51% y de localidades rurales el 66.7%. Es decir, el porcentaje de
hogares con inseguridad alimentaria a nivel nacional, es menor a lo encontrado en
el 25% de la población más pobre que se presenta en este informe.
Cuadro 1.3.1 Prevalencia de inseguridad alimentaria en hogares del cuartil bajo de
ICB* de la ENSANUT 2012, por tipo de localidad de residencia. México.
CLASIFICACIÓN DE
INSEGURIDAD
ALIMENTARIA
ELCSA
URBANO
RURAL
Cuartil bajo
%
IC95%
%
IC95%
%
IC95%
28.9
31.2
23.0
(25.5 , 32.5)
(27.8 , 34.6)
(20.2 , 26.0)
26.9
35.9
22.3
(24.2 , 29.7)
(33.4 , 38.5)
(20.4 , 24.3)
28.0
33.5
22.7
(25.7 , 30.2)
(31.3 , 35.6)
(20.9 , 24.5)
SEVERA
16.9
(14.2 , 19.9)
14.8
*Datos representativos del cuartil bajo del ICB
(12.8 , 17.0)
15.9
(14.1 , 17.7)
SEGURIDAD
LEVE
MODERADA
12
2.- REPORTE DE PRINCIPALES INDICADORES NUTRICIONALES: MARCO
MULTICAUSAL DE LA DESNUTRICIÓN
La desnutrición infantil, que afecta sobre todo a niños menores de 5 años viviendo
en países de ingresos bajos y medios tiene un impacto importante en el
incremento de la mortalidad y la carga de enfermedad de estos países.
A nivel global, los principales problemas de nutrición son la talla baja o
desnutrición crónica, la emaciación o desnutrición aguda, las deficiencias de
vitamina A, zinc, hierro y yodo. En conjunto estos problemas son responsables de
millones de muertes infantiles y de un gran porcentaje de la carga total de
enfermedad de un país.16
En el caso particular de México, los principales problemas referentes a la
desnutrición son la talla baja y la anemia.
La desnutrición infantil tiene orígenes complejos que involucran determinantes
biológicos, socioeconómicos y culturales. El marco conceptual multicausal de la
desnutrición de la UNICEF1,2 (Figura 2.1) muestra las causas básicas,
subyacentes e inmediatas de la desnutrición infantil. Las determinantes inmediatas
se refieren a factores y patrones de conducta individuales, mientras que las
subyacentes tienen que ver con la disponibilidad y acceso a alimentos y servicios
educativos, sanitarios y de salud en el ámbito comunitario, y las causas básicas se
refieren a la manera en que la sociedad se organiza y distribuye los recursos
materiales, la riqueza y el poder político. El grado de equidad en la distribución de
la riqueza, el poder, la información y la capacidad de influir en decisiones políticas
determina que algunos grupos sociales se encuentren en riesgo de padecer
desnutrición, mientras que otros no.
La pobreza, funge como eje central del marco multicausal de la desnutrición ya
que la carencia de recursos es un determinante de la falta de acceso a la
educación, los alimentos, los servicios de salud y de saneamiento básico que
forman parte de las causas subyacentes de la desnutrición. De entre estas
13
causas, el acceso limitado a servicios de salud de calidad y de saneamiento
básico, así como la falta de higiene (tratamiento de agua en el hogar, lavado de
manos, control de enfermedades parasitarias), pueden llevar al niño o niña que las
padece al estado de enfermedad grave. Por otro lado, la falta de educación y
promoción nutricional, prácticas inadecuadas de lactancia materna exclusiva y
alimentación complementaria y falta de seguridad alimentaria en el hogar, pueden
ocasionar una ingesta inadecuada de alimentos. Esto aunado al estado de
enfermedad lleva a la manifestación de desnutrición infantil, lo que puede
establecerse como un círculo vicioso en el cual la desnutrición propicia un cuadro
agudizado de enfermedad y ésta a su vez produce mayor desnutrición.
El estado de desnutrición en niños menores de 5 años y especialmente en niños
menores de 2 años tiene repercusiones a corto plazo tan importantes como lo son
la mortalidad, la morbilidad y la discapacidad. Es importante destacar que la
desnutrición también tiene consecuencias a largo plazo que repercuten en la vida
adulta del individuo, comenzando por una menor capacidad intelectual, una menor
productividad económica, un menor desempeño reproductivo, además de
convertirse en adultos propensos a desarrollar enfermedades cardiovasculares y
metabólicas17. Acciones que disminuyan la pobreza y la brecha de desigualdad
lograrían una disminución en la desnutrición infantil; a su vez, las intervenciones
en salud y nutrición pueden lograr reducciones importantes de la carga de
enfermedad y la mortalidad atribuibles a la misma.16
La importancia de una buena nutrición se presenta desde la concepción donde un
adecuado estado de nutrición materno tiene como resultado un bebé saludable,
por el contrario cuando la madre tiene un índice de masa corporal bajo puede
presentarse restricción en el crecimiento intrauterino, lo cual a su vez puede
ocasionar bajo peso en el recién nacido.16
Después del nacimiento, las prácticas inadecuadas de lactancia materna y
alimentación complementaria por parte de la madre hacia el infante pueden causar
de manera inmediata desnutrición, la baja prevalencia de lactancia materna
exclusiva durante los primeros 6 meses de vida y la inadecuada introducción de
14
alimentos complementarios de calidad y en cantidad necesaria a partir de los 6
meses de edad pueden llevar al menor a manifestar desnutrición crónica.16
La mayor incidencia de talla baja o desmedro se da en los dos primeros años de
vida, ya que es en este periodo donde existe una gran demanda de nutrientes y
una alta prevalencia de enfermedades infecciosas, en especial de enfermedad
diarreica que provoca una disminución en la absorción de nutrientes, anorexia y
catabolismo. Por consiguiente una dieta limitada en cantidad y calidad, aunada a
episodios repetidos de enfermedad pueden llevar a un retraso importante en el
crecimiento, y el efecto sinérgico de la enfermedad infecciosa junto a la
desnutrición provoca aumentos importantes en la mortalidad infantil.16
El bajo consumo de alimentos de origen animal (carnes, pescados y aves), que es
muy común en familias de escasos recursos, es la principal causa de anemia por
deficiencia de hierro. El riesgo de padecer dicha enfermedad es mucho mayor en
los dos primeros años de edad ya que los requerimientos de hierro son elevados y
el consumo del mismo es muchas veces insuficiente.16
Por otro lado, la inseguridad alimentaria que se destaca como causa inmediata de
la desnutrición, que es resultado directo de la pobreza, pone en estado de
vulnerabilidad a las familias que la padecen. La seguridad alimentaria se torna de
vital importancia en familias que tienen entre sus miembros a niños menores de 2
años, los cuales como ya se ha mencionado, si no cuentan con los alimentos
suficientes, inocuos, nutritivos y culturalmente aceptables para alcanzar sus
requerimientos diarios pueden padecer desnutrición crónica.
Una intervención cuyo enfoque se centre en la multicausalidad de la desnutrición
infantil tomará en cuenta que muchas veces, las manifestaciones de la
desnutrición se dan en conjunto. Un ejemplo de ello es la deficiencia de zinc que
no sólo se encuentra relacionada con una talla baja, sino también con un aumento
en la morbilidad y mortalidad como resultado de una disminución en la función
inmune del niño.16
15
Figura 2.1. Marco conceptual multicausal de la desnutrición UNICEFc
c
Adaptado de: UNICEF.
1,2
16
3.- ANÁLISIS DE LA INTEGRALIDAD DE LOS PROGRAMAS SOCIALES PARA
RESOLVER LAS PRINCIPALES CAUSAS DEL PROBLEMA
Entre las políticas y programas aplicados en México se han incluido, en diversas
épocas, los siguientes: subsidios a la producción y el consumo de alimentos
(incluyendo apoyos generalizados y dirigidos), venta al menudeo de alimentos
básicos subsidiados, programas de distribución directa de alimentos a hogares,
desayunos escolares, la fortificación de alimentos de consumo generalizado y,
más recientemente, la distribución de vitamina A en dosis farmacológicas y de
suplementos con micronutrientes en dosis dietéticas y la fortificación de alimentos
con micronutrientes dirigidos a poblaciones específicas. Varias de estas
estrategias se han acompañado de componentes de comunicación educativa. A
pesar de ello, la desnutrición continúa como uno de los retos de salud pública más
importantes en el país. Se han analizado y examinado desde su diseño e
implementación las principales estrategias, programas y políticas que han operado
en México.18,19,20 En la actualidad, los programas de la SEDESOL que están
enfocados a combatir la desnutrición en la población son el programa de
Desarrollo Humano Oportunidades (OPORTUNIDADES), el Programa de Apoyo
Alimentario (PAL), el Programa de Abasto Social de Leche a cargo de Liconsa S.A
de C.V. y el Programa de Abasto Rural a cargo de Diconsa, S.A de C.V. los cuales
cuentan con componentes nutricionales y acciones dirigidos a erradicar este
problema.
La información sobre las prevalencias de baja talla, anemia e inseguridad
alimentaria que se presentan en este capítulo no son representativas de los
beneficiarios de los programas sociales, únicamente ofrecen una visión de cómo
se comporta el fenómeno de la baja talla, la anemia y la inseguridad alimentaria en
la población del cuartil bajo del ICB beneficiarios de los programas de la
SEDESOL al momento del levantamiento de la ENSANUT 2012.
La desnutrición en cualquiera de sus tipos (bajo peso, baja talla y emaciación), la
anemia y la inseguridad alimentaria, son problemas de salud pública que van más
17
allá de ser sólo de carácter alimentario, ya que van de la mano de diferentes
factores que contribuyen al desarrollo de estos problemas. En la figura 3.1 se
presenta un modelo conceptual global sobre los factores que se relacionan con la
nutrición, así como las diferentes vías que afectan a la mortalidad y la
discapacidad. Actualmente se llevan a cabo diversas intervenciones con el fin de
disminuir dichos problemas, pero a pesar de que algunas de éstas se han llevado
a cabo por mucho tiempo, no han logrado erradicarlos.
Las intervenciones que son de probada eficacia para combatir la desnutrición
infantil son:
Promoción de lactancia materna (consejería individual y grupal)
Cambio en las conductas de comunicación para mejorar la alimentación
complementaria
o Suplementos
alimenticios
adicionales
en
poblaciones
con
inseguridad alimentaria
Suplementación con zinc en el manejo de la diarrea
Fortificación o suplementación de vitamina A
Yodación universal de la sal
Intervenciones de higiene o lavado de manos
Tratamiento de la emaciación severa
Suplementación en contextos situacionales específicos:
o Programas de transferencia de dinero condicionado (con educación
nutricional)
o Desparasitación
o Programas con fortificación y suplementación de hierro
o Telas de mosquitero tratadas con insecticida21
Con estas intervenciones es viable reducir la baja talla, la deficiencia de
micronutrientes y la mortalidad infantil.
18
Específicamente la lactancia materna y la fortificación y suplementación con
vitamina A y zinc tienen un potencial enorme para reducir la carga de mortalidad y
morbilidad infantil.21
Otras intervenciones en niños que se han evaluado son estrategias para la
diversificación de la dieta, suplementación con yodo y cocinar en ollas de fierro.
Sin embargo, estas intervenciones cuentan con insuficiente o variable evidencia
de efectividad.21
Las intervenciones en niños que han mostrado tener poco o ningún efecto son:
Monitoreo del crecimiento
Suplementación con vitamina D
Programas de alimentación preescolar21
Pocas son las intervenciones para la nutrición materna que han sido evaluadas en
la escala de evidencia suficiente; sin embargo, no se descarta que éstas puedan
ayudar a los resultados de la salud materna y del recién nacido. Las
intervenciones evaluadas son: suplementos de hierro y ácido fólico, múltiples
micronutrientes, calcio y balance de energía y proteína.21
Aunque las intervenciones que actualmente se llevan a cabo podrían hacer una
clara diferencia a corto plazo, la erradicación de la baja talla también requerirá
inversiones a largo plazo para mejorar la escolaridad, el nivel socioeconómico y el
empoderamiento de la mujer.21
19
Figura 3.1 Modelo conceptual de las vías de muerte y discapacidad
relacionadas a la nutrición.
Pobreza
Restricción de
crecimiento
intrauterino
Infección
Contexto
social y
Político
Incremento en
la exposición a
infecciones
Inseguridad
alimentaria
Acceso o
utilización
pobre a
servicios
Deficiencia
de micronutrimentos
Discapacidad
Desnutrición crónica
(baja talla)
Ingestión
reducida de
energía
Emaciación
severa
Lactancia
materna
Muerte
Infección
Fuente: Bhutta, Z. A., Ahmed, T., Black, R. E., Cousens, S., Dewey, K., Giugliani, E., et al.
(2008). What works? Interventions for maternal and child undernutrition and survival. The
Lancet, 371(9610), 1-24.
20
Por otro lado, tenemos que tener en cuenta que existen intervenciones que se
deben de implementar en un momento específico de la vida para que realmente
tengan un efecto reversible sobre la baja talla o desmedro. Este momento es lo
que se conoce como la ventana de oportunidad, que es el periodo que va desde la
gestación hasta los 24 meses de vida22, en el cual, es crucial atacar las carencias
nutricionales y el distanciamiento del crecimiento de un niño con desnutrición con
respecto a un niño en un estado nutricional normal. Dicho de otro modo: a medida
que se alcanza un peso normal para la edad durante los 2 primeros años de vida,
disminuye la mortalidad infantil.
Se ha observado que durante los dos primeros años de vida la diferencia es
sustancial cuando un niño cubre o no sus requerimientos nutricionales para
propiciar el crecimiento normal. Cuando no se alcanzan estos requerimientos, para
lograr recuperar lo “perdido”, se debe atacar el déficit dentro de este periodo. Por
otro lado, se ha observado que los niños desnutridos a partir de los dos años de
vida, por más que se le proporcionen los requerimientos nutricionales según su
edad, ya no logran recuperar esos centímetros perdidos; lo único que se logra es
evitar que persista la desnutrición crónica y se pierdan más centímetros de
estatura y que haya una ganancia de peso.22
Es por ello que los dos primeros años de vida son considerados como el periodo
de oportunidad para intervenir a estos niños. Cabe mencionar que en diversos
estudios, se ha observado que el atacar la desnutrición en este periodo no sólo
tiene efecto a corto plazo, sino que también sus efectos repercuten de manera
transgeneracional. Es decir, los niños que desde la gestación hasta los dos años
de vida son intervenidos nutricionalmente para revertir el déficit de crecimiento, en
la vida adulta tienen hijos con mejor peso al nacer, además de que su calidad de
vida mejora, ya que logran tener una mayor escolaridad y por ende mejores
oportunidades en la vida laboral.22
Sin embargo, se ha observado que en los niños mayores de dos años en los que
se busca un aumento en el peso para la edad, los problemas ya ocasionados en el
tiempo previo, no se revierten e incluso se propician problemas de salud durante la
21
adultez, tales como aparición de enfermedades crónico degenerativas, como
diabetes e hipertensión.23
De ahí la importancia de enfatizar la prevención del déficit nutricional en mujeres
en edad reproductiva y en los niños menores de dos años y enfocar mayores
esfuerzos de salud pública en estas etapas de la vida.
Por todo lo mencionado previamente se observa que los beneficiarios de los
programas operados por la SEDESOL con componente nutricional, en su mayoría
cuentan con intervenciones de probada eficacia. En este sentido, aunque la
información no es representativa, en el 76.7% de las familias que reciben
el
programa Oportunidades, en 79.2% de las que reciben leche Liconsa y en 75.9%
de las familias beneficiarias del PAL, los menores de cinco años de edad tienen
una talla adecuada para su edad (cuadro 3.1). Sin embargo, se debe continuar
con los esfuerzos que hasta el momento se han realizado, ya que aún existe una
proporción de familias beneficiarias de estos programas con niños menores de 5
años con baja talla, en especial menores de 2 años de edad. Aunque no es
representativa, la prevalencia de baja talla en familias con niños entre los 2 y 5
años de edad, es mayor respecto a las familias con niños más pequeños; esto
podría explicarse por el daño ocasionado en los años previos, el cual es
irreversible, por lo cual, por más que los beneficios que otorguen los programas
sean adecuados, estos no logran revertir los daños producidos por las carencias
nutricionales pasadas.
Cabe enfatizar que la información que se presenta en esta sección no es
representativa y es sólo una aproximación de la situación nutricional de los
beneficiarios de los programas operados por SEDESOL al momento del
levantamiento de la ENSANUT 2012. En el anexo 6.5 se muestran los cuadros con
las prevalencias de baja talla, anemia e inseguridad alimentaria estratificado por
edad, de la población del cuartil bajo del ICB de dichos programas.
En el Cuadro 3.2 se muestra el porcentaje –no representativo- de familias con
niños preescolares con y sin anemia, que nos permite tener un panorama de su
22
comportamiento en la ventana de oportunidad para su intervención, es decir, los
menores de 2 años de edad beneficiarios de los programas Oportunidades, leche
Liconsa y PAL del cuartil bajo del ICB.
En este sentido,
la proporción de familias con niños menores de 5 años sin
anemia son de 77.4%, 71.4% y 75.1% para Oportunidades, leche Liconsa y PAL,
respectivamente. A pesar de que estos programas cuentan con intervenciones de
probada eficacia, tales como alimentos fortificados con hierro, zinc y vitamina A y
transferencias monetarias condicionadas con componente educativo, se puede
observar que la proporción de familias con niños menores de 2 años de edad con
anemia en el programa Oportunidades es de 8.7%, para el programa de leche
Liconsa es de 8.6% y para el PAL es de 5.6%.
Cuadro 3.1 Porcentaje de familias con niños con talla baja menores de cinco años
de edad del cuartil bajo de ICB* que reciben algún beneficio de programas de
desarrollo social en México, estratificado por edad
Programas
Familias con
preescolares sin talla
baja
Familias con
Menores de 2 años
de edad con talla
baja
Familias con niños de
2 a 5 años de edad
con talla baja
%
IC 95%
%
IC 95%
%
IC 95%
Programa de Desarrollo
Humano Oportunidades
76.7
(74.0 , 79.1)
8.7
(7.2 , 10.3)
14.6
(12.6 , 16.8)
Leche LICONSA
79.2
(72.6 , 84.5)
6.4
(4.0 , 9.9)
14.4
(9.4 , 21.3)
Apoyos monetarios del
Programa de Apoyo
Alimentario (PAL)
75.9
(65.3 , 84.0)
9.9
(4.2 , 21.3)
14.2
(9.8 , 20.0)
*Datos no representativos
Entre las acciones que se deben reforzar dentro de los componentes de los
programas para revertir los diferentes tipos de desnutrición, están la práctica de la
lactancia materna y la práctica adecuada de alimentación complementaria. Como
se ha observado en resultados de encuestas anteriores, como ENSANUT 2006, la
práctica de la lactancia materna se da en poco más del 90% de los niños,
reportando que la recibieron en algún momento de sus vidas. Sin embargo, el
problema real está en la duración de ésta de manera exclusiva, ya que la duración
23
media de la lactancia materna exclusiva o predominante es de menos de 1 mes.
Tan sólo el 22.3% de los menores de 6 meses recibían lactancia materna
exclusiva en 2006. Así mismo, se debe orientar a las mujeres sobre el tipo de
alimentos que deben de introducir a sus hijos a partir de los 6 meses de edad,
enfatizando que lo más recomendable es que continúen con la lactancia materna
mixta hasta los 2 años de edad.
Por otro lado, se debe hacer mayor hincapié en las prácticas de higiene en las
familias, tales como lavado de manos, hervir el agua, eliminación de cacharros
para evitar fauna nociva, así como la desparasitación 2 veces al año, ya que estas
acciones contribuyen al mejoramiento del estado de nutrición.
Cuadro 3.2. Porcentaje de familias con niños con anemia menores de cinco años
de edad del cuartil bajo de ICB* que reciben algún beneficio de programas de
desarrollo social en México, estratificado por edad
Programas
Familias con
preescolares sin
anemia
%
IC 95%
Familias con Menores de 2
años de edad con anemia
Familias con
niños de 2 a 5
años de edad con
anemia
%
%
IC 95%
IC 95%
Programa de Desarrollo
Humano Oportunidades
77.4
(73.8 , 80.6)
8.7
(6.7 , 11.2)
13.9
(11.5 , 16.8)
Leche LICONSA
71.4
(62.0 , 79.2)
8.6
(4.4 , 16.2)
20.0
(13.4 , 28.8)
Apoyos monetarios del
Programa de Apoyo
Alimentario (PAL)
75.1
(63.4 , 84.0)
5.6
(2.3 , 12.6)
19.3
(11.0 , 31.7)
*Datos no representativos
Ahora bien, con base en el marco multicausal de la desnutrición de la UNICEF1,2 y
el marco conceptual de las vías de muerte y discapacidad relacionadas a la
nutrición, la inseguridad alimentaria es una causa subyacente de esta
problemática. En el cuadro 3.3 –con información no representativa del cuartil bajo
de ICB- se puede observar que las prevalencias más altas de percepción de
inseguridad alimentaria se dieron en los hogares beneficiarios de leche Liconsa
74.3% (29.5% inseguridad leve, 28.3% inseguridad moderada y 16.5% inseguridad
24
severa); seguidos de los hogares beneficiarios del PAL 69.3% (20.0% inseguridad
leve, 28.6% inseguridad moderada y 20.7% inseguridad severa) y del programa
Oportunidades 65% (23.4% inseguridad leve, 24.4% inseguridad moderada y
17.2% inseguridad severa).
En otro panorama, considerando la metodología de CONEVAL24, la mayor
prevalencia de inseguridad alimentaria moderada y severa como indicador de
carencia alimentaria se dio en los hogares beneficiarios del PAL (49.3%).
Cuadro 3.3 Prevalencia de inseguridad alimentaria en hogares del cuartil bajo de
ICB* de la ENSANUT 2012 que reciben algún tipo de beneficio de programas de
desarrollo social. México.
Seguridad
Programas
Programa de
Desarrollo
Humano
Oportunidades
Leche
LICONSA
Apoyos
monetarios del
Programa de
Apoyo
Alimentario
(PAL)
Leve
Moderada
Severa
%
IC 95%
%
IC 95%
%
IC 95%
%
IC 95%
35.0
(31.7 , 38.2)
23.4
(21.0 , 25.9)
24.4
(21.4 , 27.6)
17.2
(14.9 , 19.8)
25.7
(20.8 , 31.1)
29.5
(22.5 , 37.4)
28.3
(20.6 , 37.5)
16.5
(10.7 , 24.6)
30.7
(21.9 , 41.1)
20.0
(13.8 , 28.0)
28.6
(16.6 , 44.5)
20.7
(13.6 , 30.0)
*Datos no representativos
En general, podemos destacar que los programas operados por la SEDESOL
mencionados en este capítulo, atienden las causas subyacentes e inmediatas de
la desnutrición señaladas en el marco conceptual de la desnutrición de la
UNICEF.1,2
Además, el programa Oportunidades implementa intervenciones que abarcan
desde las causas básicas de la desnutrición hasta las inmediatas, debido a que
cuenta con un componente educativo, proporciona alimentos fortificados y apoyos
monetarios condicionados para evitar el acceso insuficiente a alimentos,
25
abordando las causas subyacentes e inmediatas. Asimismo, uno de los
compromisos que adquieren sus beneficiarios, es acudir a sus centros de salud
comunitarios, con lo que se cubre el problema de acceso a servicios de salud,
como causa subyacente, y contribuye a prevenir enfermedades, que es una causa
inmediata.
El PAL y el programa de leche Liconsa abarcan principalmente las causas
subyacentes e inmediatas, otorgando a sus beneficiarios, en el caso del PAL,
transferencias monetarias no condicionadas y alimentos fortificados, y en el caso
de leche Liconsa, leche fortificada.
Finalmente, el Programa de Abasto Rural (PAR) a cargo de Diconsa que también
pertenece al grupo de programas alimentarios de la SEDESOL está enfocado a
causas subyacentes relacionadas al acceso de alimentos mediante el abasto de
productos de la canasta básica. Sin embargo, debido a que la ENSANUT 2012 no
recabó información del programa, no se da mayor información al respecto en el
presente informe.
26
4.- CONCLUSIONES
Con base en la información de las Encuestas Nacionales de Nutrición y la actual
ENSANUT 2012, este estudio documentó que el retardo en crecimiento (talla baja)
continúa siendo un problema de salud pública que afecta principalmente a los
niños que habitan en las localidades más pobres del país. En este sentido,
podemos observar que los niños menores de cinco años que están en el cuartil del
ICB más bajo presentan talla baja (22.9%), alcanzando a 27 de cada 100 niños en
el medio rural pobre y 18 de cada 100 en el medio urbano pobre.
La anemia se presentó en un 4% más de los niños menores de cinco años
pertenecientes al cuartil más pobre en relación al resto del país, siendo
especialmente grave en los niños de entre 1 y 2 años de edad, sin diferenciación
urbano/rural.
En este estudio se evaluaron a los programas sociales operados por SEDESOL
que se incluyen en la ENSANUT, cuyos objetivos incluyen la mejora de la nutrición
o alimentación de la población, y buscan lograr un impacto en reducir la
desnutrición, desarrollar capacidades y reducir la pobreza alimentaria a través de
apoyos económicos y/o de alimentos en los hogares más pobres del país con
menores de 5 años. Estos programas son: Programa de Desarrollo Humano
Oportunidades (PDHO), Programa de Apoyo Alimentario y Programa de Abasto
Social de Leche a cargo de Liconsa S.A. de C.V.
Por otra parte y como es de esperarse y al igual que la baja talla, los niños que
habitan en las condiciones más pobres y en zonas rurales del país son los que
han percibido mayor experiencia de hambre, presentan mayor vulnerabilidad a la
desnutrición y a la anemia.
Cerca del 70% de los hogares en donde habitan niños menores de cinco años y
que presentan ICB bajo, han experimentado hambre, de éstos el 38.6% padecen
carencia a la alimentación, según métodos de CONEVAL25 (inseguridad moderada
27
y severa), sin mayores diferencias entre áreas urbanas y rurales. En más de un
tercio de los hogares se presenta preocupación por falta de alimento (inseguridad
alimentaria leve).
En los hogares en donde habitan los niños beneficiarios de los programas de
mayor cobertura como Oportunidades y Liconsa, es en donde se encuentra mayor
percepción de inseguridad alimentaria o que han experimentado hambre, ello,
podría llevar a reflexionar que se están dirigiendo los programas a quien más lo
necesita, siendo los pertenecientes al cuartil más pobre del país. No obstante,
habría que profundizar y realizar análisis más exhaustivos en relación a sus
periodos de duración de cobertura, objetivos, impactos y alcances.
Ante esta perspectiva, se puede observar que la reducción en las tasas de la
desnutrición en México durante el periodo de 1999 al 2012 (presentadas en
secciones anteriores), se produjo en un período de reducción sostenida de la
pobreza. Sin embargo, es posible que el aumento de la pobreza alimentaria
registrado entre el 2008 y el 2010 resulte en una reversión de estas tendencias
favorables, por lo tanto la reducción reportada para el 2012 no fue tan acentuada
como en el periodo establecido entre en las encuestas de 1999 a 2006.
A pesar de los esfuerzos realizados por la SEDESOL que implementa programas
que contribuyen al objetivo de alcanzar seguridad alimentaria en los hogares
mexicanos, para erradicar los casos de talla baja y de anemia en menores de 5
años, se requiere que los programas sociales que incluyen acciones para lograr
este objetivo mejoren de manera continua.
Tanto en México, como a nivel internacional se han documentado diversas
intervenciones de probada eficacia para reducir el retardo en talla, la anemia y
deficiencia de micronutrimentos.26
28
Entre las estrategias nutricionales que han mostrado su impacto en la reducción
de la talla baja, se encuentran el mejoramiento de la alimentación complementaria
en los niños más pequeños, a través de estrategias como consejería y provisión
de alimentos complementarios fortificados, los programas de transferencias
monetarias condicionadas y la promoción de la higiene. Asimismo, la reducción de
las deficiencias de micronutrientes se puede lograr a través de la consejería sobre
lactancia materna y prácticas adecuadas de alimentación complementaria, la
provisión de micronutrientes en polvo o de alimentos complementarios fortificados,
la suplementación terapéutica con zinc y la suplementación con vitamina A.24
Con base en lo anterior y con los resultados obtenidos en este estudio, es de
hacer notar que aún cuando los programas sociales pueden ser un apoyo para
reducir la desnutrición y anemia, debemos considerar, que estos problemas
nutricionales tienen una etiología multifactorial, y que se requieren atacar las
causas de
manera integral, considerando como base el marco conceptual
planteado por UNICEF1,2 según los diferentes niveles de causalidad, sin dejar de
visualizar que la desnutrición requiere de atención integral. Este marco que se
presenta en la Figura 2.1 del presente documento, identifica determinantes
básicas, subyacentes e inmediatas. Estos determinantes sociales de la
desnutrición implican que las políticas dirigidas a su prevención y control deben ir
dirigidas al logro del desarrollo de la población y la equidad social. En este sentido,
cabe mencionar que en México la política económica y la de desarrollo social
podrían disminuir la desnutrición mediante la modificación de las causas básicas
de dicha condición, su combate y acercarse a la erradicación requiere de la
modificación de sus determinantes inmediatas y subyacentes. Es decir, aún
cuando ha habido avances en su disminución, los programas en general, a
excepción del programa Oportunidades, no han logrado enfocarse a atacar las
causas inmediatas y subyacentes, aun cuando México cuenta con una larga
historia de implementación de políticas y programas orientados a mejorar la
nutrición de grupos vulnerables.
29
De manera general, al analizar los programas alimentarios PASL, PDHO y PAL, se
observa que el PASL y el PAL han centrado sus esfuerzos a combatir la
desnutrición a través de la distribución de alimentos y que el PDHO brinda a la
población beneficiaria orientación alimentaria, lo cual los ubica en las causas
inmediatas de la desnutrición, que se ubican en
prevenir la muerte infantil y
“curar” la desnutrición, a través de programas de alimentación suplementaria (para
corregir la ingesta inadecuada de alimentos) o mediante la promoción nutricional.
Entre las intervenciones que se ubican al nivel de causas subyacentes de la
desnutrición, se encuentra el programa Oportunidades que tiene estrategias como:
1) seguridad alimentaria familiar (acceso, disponibilidad y calidad del alimento), 2)
comportamientos, conductas y prácticas de cuidado del niño y de la mujer
(lactancia materna, alimentación complementaria, estimulación temprana (en fase
de implementación), cuidado y alimentación de la mujer embarazada, entre otras);
y 3) el acceso (utilización y calidad) de los servicios de salud, de agua, y
saneamiento básico, así como el entorno saludable a nivel de la familia y
comunidad, lo cual aún cuando se requiere de más tiempo y recursos es
mayormente sostenible y crea capacidad instalada tanto en las instituciones como
de las familias con el fin de obtener y poder aplicar mejores conocimientos y
prácticas en salud y nutrición.
Asimismo, el programa Oportunidades ha atacado las causas básicas o
estructurales, se ha abocado al mejoramiento de la inversión social priorizada en
aquellos que más la necesitan, las estrategias de lucha contra la pobreza, la
relación con las políticas de seguridad alimentaria y aquellas orientadas a la
educación con énfasis en las niñas y las mujeres. Por lo que potencialmente
podría esperarse que al largo plazo tenga efectos duraderos o permanentes.
A manera de resumen se puede observar que existen avances en la reducción de
la desnutrición en el país, sin embargo, todavía persisten altas prevalencias de
desnutrición crónica y anemia. Dichas prevalencias son superiores a las
30
encontradas en países de América Latina con ingresos similares o incluso
inferiores a México.
Las altas prevalencias de desnutrición se concentran en el cuartil menor de
bienestar, especialmente en zonas rurales y en la población del sur del país,
mientras que las altas prevalencias de anemia, aunque mayores en la población
de menores ingresos, se encuentran también en los sectores de condiciones
medias de bienestar. A pesar de ello, el descenso en la desnutrición ha sido
insuficiente, por lo que las políticas y programas a partir del 2012 deben dirigirse a
lograr mayor efectividad en la disminución de la desnutrición en los sectores más
vulnerables de México. Uno de los retos actuales es identificar las estrategias y
acciones que permitirán aumentar la efectividad en los grupos poblacionales más
pobres.
Aunado a ello, ante el aumento en las tasas de sobrepeso en niños, debe tomarse
en consideración, el desarrollo de acciones para la prevención de la desnutrición
que eviten la ganancia excesiva de peso a lo largo del curso de vida. Esto implica
que los programas de ayuda alimentaria deben considerar el aporte de alimentos
ricos en micronutrientes y otros nutrientes esenciales, pero que no tengan un
elevado contenido de energía.27
En otro orden de ideas, dados los efectos adversos de la desnutrición durante el
período crítico en el crecimiento, desarrollo y supervivencia y sus efectos a largo
plazo en el desarrollo de capacidades, en el riesgo de enfermedades crónicas y en
la muerte prematura, se considera que las inversiones en nutrición durante el
período crítico son de importancia suprema para el desarrollo social. La causalidad
multifactorial de la desnutrición llama a desarrollar acciones, políticas y programas
multisectoriales que consideren tanto sus determinantes biológicas como sociales
para prevenir o corregir el problema y evitar sus consecuencias.
31
Las acciones e intervenciones a seguir deben basarse en la evidencia científica,
de manera que muestren efectividad masiva para abordar el problema de la
desnutrición, orientando sus acciones a quienes más los necesitan: mujeres, niños
pequeños (especialmente aquellos menores de 2 años) y a los pobres, así es
posible tener efectos más significativos sobre la desnutrición materno-infantil.
Por ello, se recomienda enfatizar las intervenciones en nutrición durante el período
de la gestación hasta los primeros dos años de vida, siendo antes de los 24 meses
la ventana de oportunidad para evitar un daño irreversible que afecte la vida adulta
del niños y tener consecuencias en las siguientes generaciones, como una de las
inversiones más efectivas para mejorar la salud y el desarrollo de capital humano
y para interrumpir el ciclo intergeneracional de la pobreza. Debe continuarse la
implementación de intervenciones puntuales y de probada eficacia, basadas en
evidencia científica. Al respecto se debería realizar un análisis puntual y a
profundidad de las diferentes evaluaciones realizadas a los programas, las cuales
hayan mostrado efectividad y se continúe reforzando su implementación;
especialmente las evaluaciones del programa Oportunidades y el programa de
distribución de leche enriquecida Liconsa.
Se sugiere adaptar las acciones y programas a las características sociales y
culturales de la población, bajo esquemas de promoción local, en donde los
actores sean las propias comunidades, tomando en consideración que la nutrición
debe ser una prioridad en todos los niveles (regional, nacional y mundial), puesto
que representa el componente central del desarrollo humano, social y económico.
En este sentido, la literatura ha documentado ampliamente intervenciones que han
mostrado efectividad para reducir el bajo peso, el retardo del crecimiento, las
deficiencias de micronutrientes y la mortalidad infantil. Entre las intervenciones
analizadas disponibles en la actualidad, la consejería sobre lactancia materna, la
adecuada alimentación complementaria y la vitamina A y el zinc son las que tienen
más posibilidades de reducir la mortalidad infantil y la carga de enfermedad futura
relacionada con la desnutrición. Las intervenciones que buscan reducir las
32
deficiencias de hierro y de yodo son significativas para la supervivencia de la
madre y para el desarrollo cognitivo, la capacidad de educarse y la productividad
económica futura de los niños.21
Por ello, una de las medidas iniciales debería enfocarse a garantizar la promoción
de la lactancia materna exclusiva y la alimentación complementaria oportuna, que
sin duda apoyarán el sano crecimiento y desarrollo de los niños menores de dos
años, periodo de mayor vulnerabilidad nutricional.
La consejería sobre la alimentación complementaria resulta más efectiva para
reducir el retardo del crecimiento que la promoción de la lactancia materna. Sin
embargo, se debe considerar el uso de alimentos y la transferencia de dinero para
optimizar la alimentación complementaria, en donde es importante diferenciar
entre poblaciones con seguridad alimentaria y aquellas con inseguridad
alimentaria.17
Finalmente se sugiere evaluar la congruencia y la pertinencia de los programas
con base a la población objetivo, tomando en consideración los problemas de
malnutrición (desnutrición, sobrepeso y obesidad), así como características
culturales, locales y la conveniencia de su permanencia y evaluar la importancia
de trascender en todos los programas a abordar las causas estructurales de la
desnutrición, con el fin de garantizar efectos permanentes o a largo plazo. Del
mismo modo, es necesario hacer una revisión a detalle de toda la evidencia
generada en las evaluaciones rigurosas que han tenido los diferentes programas,
puesto que una mejor evaluación de los programas actuales diseñados para
abordar la desnutrición materno-infantil ayudaría a calcular con mayor precisión la
efectividad de los esfuerzos.
En conclusión, para erradicar la desnutrición en México es necesario implementar
políticas de desarrollo social que incluyan la promoción de crecimiento económico
sostenido, políticas de distribución del ingreso, de acceso de la población a agua
limpia, infraestructura sanitaria, alimentos saludables, educación nutricional y
33
servicios de nutrición y salud para la población, particularmente la que se
encuentra en situación de pobreza.28
La desnutrición constituye un factor clave en el desarrollo del niño, la salud
materna y la productividad. La prevención de la desnutrición materno-infantil es
una inversión a largo plazo que beneficiará a la generación actual y a sus hijos,
por lo cual debería estar presente en la agenda de gobierno como problema de
interés nacional.
34
5.- PRINCIPALES FORTALEZAS, RETOS Y RECOMENDACIONES: ANÁLISIS
FODA DE LA POLÍTICA DE DESARROLLO SOCIAL EN MATERIA DE
NUTRICIÓN
En esta sección se presenta un análisis FODA para determinar las fortalezas que
promueven y las debilidades que obstaculizan el cumplimiento de los objetivos de
los programas de desarrollo social pertenecientes a SEDESOL para erradicar los
problemas de desnutrición en niños menores de 5 años en México, así como las
oportunidades y amenazas que existen en torno a los mismos (contexto nacional).
Una vez identificados estos cuatro aspectos, se formularán recomendaciones, las
cuales son una serie de acciones y medidas correctivas que permitirán maximizar
las fortalezas y oportunidades existentes y que a la vez minimicen las debilidades
y amenazas, con el fin de lograr los objetivos de cada uno de estos programas.
5.1. Programas de la SEDESOL con componente alimentario
(OPORTUNIDADES, PAL y PASL)
5.1.1 Fortalezas y Oportunidades
Prioridad
FO1
Descripción
Estado de nutrición:
Fuente de análisis
ENSANUT- 2012
Ubicación en el
documento
(sección)
Sección 3
Desnutrición y Anemia
La focalización de los programas se centra en
familias y localidades de alta marginación.
Distribución de alimentos enriquecidos con
vitaminas y minerales.
La leche Liconsa que se distribuye por el
Programa PASL y a través del PAR tiene un
contenido nutricional apropiado para cumplir el
objetivo de proporcionar los nutrientes
necesarios a los menores de 5 años.
En el caso de PDHO cuenta con componentes
de probada eficacia: educativo, de salud y de
nutrición.
Distribución
enriquecido
minerales.
de
con
suplemento
alimenticio
energía, vitaminas y
35
FO2
Seguridad Alimentaria
ENSANUT -2012
Sección 3
Los programas PDHO y PAL otorgan
transferencias monetarias que permiten a las
familias tener un mejor poder adquisitivo para
un mayor acceso a los alimentos.
Existen convenios interinstitucionales para
ampliar la cobertura de los programas.
El PDHO tiene la menor proporción de
hogares con percepción de inseguridad
alimentaria y la mayor cobertura en zonas
rurales.
Operan en las 32 entidades federativas del
país.
5.1.2 Debilidades y Amenazas
Prioridad
DA1
Descripción
Estado de nutrición:
Fuente de
análisis
ENSANUT 2012
Ubicación en el
documento
(sección)
Sección 3
Desnutrición y Anemia
Los suplementos alimenticios que se otorgan no
han logrado erradicar el problema de talla baja y
anemia en menores de 5 años del cuartil más bajo
del ICB.
Los apoyos monetarios otorgados por el programa
pueden ser destinados a un fin diferente al
alimentario.
Uso inadecuado de suplementos alimenticios
(repartición dentro del hogar, dilución inadecuada
del suplemento, entre otros).
Rezago de la desnutrición como problema de
salud pública importante.
Falta de conocimiento por parte de la población
beneficiaria acerca de los signos, síntomas y
consecuencias de la anemia y la talla baja.
Prácticas inadecuadas de lactancia materna y
alimentación complementaria.
36
Seguridad Alimentaria
DA2
ENSANUT 2012
Sección 3
Las familias beneficiarias de los programas, en su
mayoría se perciben con algún grado de
inseguridad alimentaria.
Pobreza a nivel de hogar aunado a la inflación, la
cual provoca un aumento de los precios de la
canasta básica.
Distribución de los beneficios otorgados a los
menores de 5 años, entre todos los miembros de
la familia.
En el caso de PASL, los costos de producción de
la leche podrían exceder a los recursos
financieros destinados a este programa, por lo
que para abastecer a sus beneficiarios se vería en
la necesidad de comprar leche a un costo mayor.
5.1.3 Recomendaciones
Prioridad
Relación
R1
DA1
Instancia(s)
responsable(s)
Recomendación
Gestión de políticas públicas que favorezcan la
adecuada nutrición de los menores de 5 años.
Promover proyectos
internacionales.
financiados
con
recursos
SEDESOL
SEP
SH
Concientizar a los tomadores de decisiones acerca
de la importancia que aún representan la desnutrición
y la anemia.
Capacitar al personal de salud cercano a la población
beneficiaria para detectar a tiempo signos, síntomas y
consecuencias de la desnutrición y la anemia.
Diseñar estrategias enfocadas a la capacitación de
los encargados de la alimentación de los menores de
5 años, acerca del consumo óptimo del suplemento y
hacer hincapié en la importancia de que solamente
los niños que requieren el suplemento lo reciban.
Diseño de estrategias para promover y proteger la
lactancia materna, así como la forma correcta de la
introducción de alimentos a los menores de un año.
R2
DA2
Aprovechar el carácter de trabajo interdisciplinario de
las
organizaciones
internacionales,
no
gubernamentales y gubernamentales para contribuir
a la generación y difusión de políticas públicas y
SEDESOL
SEP
37
gestión de recursos financieros que beneficien a las
familias con menores de 5 años.
SH
Hacer uso de convenios interinstitucionales para
asegurar el abastecimiento de leche a bajo costo a
los beneficiarios.
Capacitar a las madres de familia, ya que ellas son
las que reciben los apoyos económicos, para
optimizar estos recursos y de esta forma darles un
uso eficiente para el abastecimiento de los insumos
básicos al hogar para una buena nutrición.
38
6. ANEXOS
6.1 METODOLOGÍA
A continuación se describe la metodología de análisis de las variables utilizadas
para el procesamiento de información en la población más pobre del país.
VARIABLES DE INTERÉS
DESNUTRICIÓN
Para llevar a cabo el análisis del estado de nutrición, se obtuvieron mediciones de
peso y de talla (en niños de 2 años y más) o longitud (en niños menores de dos
años) realizadas por personal capacitado y estandarizado según procedimientos y
protocolos convencionales.29,30
Para los menores de 5 años de edad, el estado de nutrición se evaluó mediante
índices antropométricos construidos a partir de las mediciones de peso, talla y
edad.31 Los índices antropométricos fueron transformados a puntajes Z usando la
norma de la referencia de la OMS del 2006.32 Se clasificó con bajo peso, baja talla
y emaciación, a los niños cuyo puntaje Z fue menor a -2 desviaciones estándar en
peso para edad, longitud o talla para edad y peso para longitud o talla,
respectivamente.33 Se incluyeron como datos válidos los siguientes intervalos de
valores por cada indicador antropométrico: entre -6.0 a +5.0 puntos z del peso
para la edad; entre -6.0 a +6.0 puntos z de la talla para la edad y entre -5.0 a +5.0
puntos z del peso para la talla, respecto de la media de la población de referencia
antes mencionada. Cuando el puntaje z de alguno de los indicadores se ubicó
fuera del intervalo de valores válidos, se eliminó la serie de puntajes z de todos los
indicadores para dicho individuo.
ANEMIA
Se midió la concentración de hemoglobina (Hb) en una muestra de sangre capilar
del dedo anular (preferentemente) en niños de 1 a 4 años de edad; utilizando un
39
fotómetro
portátil
marca
Hemocué
(HemoCue,
Angelholm,
Sweden).
La
absorbancia de las muestras se leyó a dos longitudes de onda diferentes (570 y
880 nm) para compensar por turbidez.34,35
Los criterios para definir anemia fueron los propuestos por la OMS; 36,37 el punto de
corte en los niños de 1 a 4 años de edad fue <110.0 g/L. Se ajustó por altitud en
localidades mayores a 1,000 metros sobre el nivel del mar utilizando la fórmula
propuesta por Cohen y Hass.38 Posterior al ajuste por altitud, se eliminaron los
valores menores de 40.0 y mayores de 185.0 g/L en los niños y niñas de 12 a 59
meses, por considerarlos valores implausibles.
INSEGURIDAD ALIMENTARIA
Inicialmente se considera importante tener clara la idea del concepto de seguridad
alimentaria. Según la FAO, ésta se define como: “La seguridad alimentaria existe
cuando todas las personas, en todo momento, tienen acceso físico y económico a
suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades
alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos, a fin de llevar una vida
activa y sana”.39
El estado de inseguridad alimentaria, de acuerdo a la percepción y las
experiencias hambre de los hogares, se midió usando la versión adaptada para
México de la Escala Latinoamericana y Caribeña de Seguridad Alimentaria
(ELCSA).25 La ELCSA constó de 15 preguntas con opciones de respuesta “Sí” o
“No” dirigidas al jefe de familia o de la mujer encargada de preparar los alimentos
en el hogar. El período de referencia para las preguntas son los tres meses
previos a la aplicación de la escala.40
Con el fin de comparar la evolución en el tiempo de la prevalencia de percepción
de inseguridad alimentaria en hogares, reportada en estudios nacionales previos
por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social
(CONEVAL),41 se construyeron las categorías de inseguridad alimentaria
utilizando 11 de las 15 preguntas de la ELCSA, mismas que utiliza CONEVAL en
sus estimaciones.24 La escala clasifica a los hogares en cuatro categorías
40
dependiendo del número de respuestas positivas y si cuentan o no con integrantes
menores de 18 años:
Categorías de inseguridad alimentaria
Número de respuestas positivas
Hogares con
Hogares sin
integrantes menores
integrantes menores
de 18 años
de 18 años
0
0
Categoría
Seguridad alimentaria
Inseguridad Leve
1-3
1-2
Inseguridad Moderada
4-7
3-5
Inseguridad Severa
8-11
6
A continuación, se describe la dimensión que mide cada pregunta usada en la
escala, en su versión de 11 preguntas. Los hogares que se clasifican en la
categoría de inseguridad alimentaria leve, experimentan primero preocupación por
el acceso a los alimentos, sacrificando la calidad de la dieta. Cuando los hogares
se encuentran en inseguridad alimentaria moderada, se observan restricciones en
la cantidad de alimentos consumidos. Los hogares en inseguridad alimentaria
severa presentan situaciones de hambre en adultos y finalmente en niños.42
Dimensión que mide cada pregunta de la escala de seguridad alimentaria1
Pregunta
Algún
adulto
ha
Dimensión que
Categoría de
mide la
inseguridad
pregunta:
alimentaria
tenido
variedad limitada
Calidad
Inseguridad Leve
Menores han dejado de tener
alimentación sana y variada
Algún adulto ha pasado algún
día sin comida
Algún adulto comió menos
Calidad
Cantidad
Inseguridad
Moderada
Cantidad
41
Menores comieron menos
Menores
disminuyen
Cantidad
la
cantidad de comida
Cantidad
Algún adulto quedó sin un
tiempo de comida
Algún adulto pasó hambre
Cantidad
Hambre
Algún adulto pasó todo un día
sin comer
Hambre
Inseguridad Severa
Menores se acostaron con
hambre
Hambre
Menores pasaron un día sin
comer
Hambre
¹ Fuente: Adaptado de Melgar-Quiñonez H, Samayoa L. Prevalencia de
inseguridad alimentaria del hogar en Guatemala. Encuesta Nacional de
Condiciones de Vida 2011 (ENCOVI).
INDICE DE NIVEL SOCIOECONÓMICO
Se construyó un índice de condiciones de bienestar (ICB) utilizando un análisis de
componentes principales con variables de las características de las viviendas,
posesión de bienes y servicios disponibles. Se seleccionaron 8 variables que son:
los materiales de construcción del piso, las paredes y el techo, el número de
cuartos que se usan para dormir, la disposición de agua, la posesión de automóvil,
el número de bienes domésticos (refrigerador, lavadora, microondas, estufa y
boiler) y el número de aparatos eléctricos (tv, cable, radio, teléfono y
computadora). Se seleccionó como índice el primer componente que acumula el
40.5% de la variabilidad total, con un valor propio (lambda) de 3.24.
Se clasificó el nivel en cuatro categorías, utilizando como puntos de corte cuartiles.
Para fines del presente informe se presenta únicamente la información del cuartil
bajo que representa al 25% de la población más pobre del país.
42
ANÁLISIS ESTADÍSTICOS DE LAS VARIABLES EN EL 25% MÁS POBRE
Para todas las variables de interés mencionadas anteriormente se calcularon
prevalencias o proporciones con su intervalo de confianza al 95%, para la
población del 25% más pobre y según distribución de lugar de residencia: urbana
y rural. Para algunas variables se presentan resultados por sexo y en algunas
variables la comparación con las encuestas de nutrición de 2006 y 1999. En todos
los análisis se utilizó el ajuste por el diseño de la encuesta.
Los paquetes estadísticos utilizados para procesar la información fueron STATA
versión 12 y/o SPSS para Windows versión 18 (PASW ® Statistics 18). Chicago, IL,
2009.
43
ANEXO 6.2. DESNUTRICIÓN
6.2.1. Prevalencia de bajo peso, baja talla y emaciación en menores de cinco años del cuartil bajo de ICB* de la
ENN-1999, ENSANUT 2006 y ENSANUT 2012, por tipo de localidad de residencia y a nivel nacional*. México
ENN-1999
Localidad Condición
Urbano
Rural
Cuartil
Bajo
Nacional
ENSANUT-2006
Expansión
ENSANUT-2012
Expansión
Muestra
n
Número
(miles)
%
Bajo Peso
75
100.2
10.8
(9.8,11.9)
42
63.7
42
(2.8,7.6)
71
72.5
4.2
(3.0 , 5.9)
Baja Talla
220
303.5
32.8
(29.8,35.9)
206
285.2
20.8
(16.8,25.5)
295
316.3
18.5
(15.6 , 21.8)
Emaciación
22
20.5
2.2
(1.8,2.6)
32
41.9
3.1
(1.9,4.9)
25
28.8
1.7
(1.0 , 2.8)
Bajo Peso
167
207.5
11.4
(9.7,13.4)
71
89.5
71
(4.3,8.0)
119
106.5
6.5
(5.3 , 8.0)
Baja Talla
701
865.8
47.7
(44.8,50.7)
314
482.5
31.6
(27.1,36.5)
562
449
27.4
(24.2 , 30.8)
Emaciación
40
45.7
2.5
(2.0,3.2)
27
26.3
1.7
(1.1,2.8)
40
35.7
2.2
(1.5 , 3.2)
Bajo Peso
242
307.9
11.2
(10.0,12.6)
113
153.2
5.3
(4.0,7.0)
190
179
5.4
(4.4 , 6.4)
Baja Talla
921
1169.3
42.7
(40.3,45.0)
520
767.7
26.5
(23.3,30.0)
857
765.3
22.9
(20.7 , 25.3)
Emaciación
62
66.2
2.4
(2.0,2.9)
59
68.2
2.4
(1.7,3.3)
65
64.5
1.9
(1.4 , 2.6)
Bajo Peso
401
569844
5.6
(5.1,6.2)
235
324120
3.4
(2.8,4.2)
307
302279
2.8
(2.4,3.3)
Baja Talla
1650
2162586
21.5
(20.2,22.6)
1021
1452846
15.5
(13.9,17.1)
1482
1467757
13.6
(12.6,14.7)
163
205681
2.1
(1.7,2.4)
140
189716
2.0
(1.6,2.6)
159
171982
1.6
(1.3,2.0)
Emaciación
*Datos representativos
IC95%
Muestra
n
Número
(miles)
Expansión
%
IC95%
Muestra
n
Número
(miles)
%
IC95%
44
6.2.2. Prevalencia de bajo peso en menores de cinco años del cuartil bajo de ICB de la ENSANUT 2006 y ENSANUT
2012, por entidad federativa. México
ENSANUT 2006
ENTIDAD
FEDERATIVA
TOTAL
Muestra
número
Expansión
Aguascalientes
51
Número
(miles)
12.9
Baja California
28
Baja California Sur
ENSANUT 2012
CON BAJO PESO (ZPE<-2)
Expansión
Muestra
número Número %
IC95%
(miles)
TOTAL
Muestra
número
Expansión
1
0.1
1.1
(0.2 , 7.1)
56
Número
(miles)
13.3
43.3
0
0.0
0.0
-
93
43
9.1
0
0.0
0.0
-
Campeche
90
29.1
3
2.1
7.1
Coahuila
31
33.4
1
2.1
Colima
59
11.1
0
Chiapas
162
290.8
Chihuahua
34
Distrito Federal
CON BAJO PESO (ZPE<-2)
Muestra
número Número
(miles)
Expansión
%
IC95%
5
1.2
9.1
(3.6 , 21.1)
67.7
0
0.0
0.0
-
59
10.3
2
0.4
3.8
(1.4 , 9.9)
(2.4 , 19.2)
201
34.8
4
1.0
3.0
(0.9 , 9.7)
6.2
(1.4 , 23.3)
66
38.1
0
0.0
0.0
-
0.0
0.0
-
99
14.8
1
0.0
0.2
(0.0 , 1.1)
10
18.6
6.4
(2.7 , 14.7)
390
419.6
36
41.1
9.8
(7.5 , 12.7)
47.0
3
3.8
8.2
(2.5 , 23.5)
63
54.1
3
2.2
4.1
(1.5 , 10.5)
16
65.4
0
0.0
0.0
-
39
76.2
2
7.2
9.5
(1.8 , 36.8)
Durango
76
41.9
4
2.8
6.6
(2.0 , 19.5)
102
44.6
2
0.3
0.8
(0.2 , 3.0)
Guanajuato
54
124.4
3
5.6
4.5
(1.3 , 14.3)
89
109.6
5
5.1
4.6
(2.0 , 10.2)
Guerrero
164
197.0
12
12.7
6.4
(3.9 , 10.4)
291
245.5
30
25.2
10.3
(6.7 , 15.4)
Hidalgo
103
78.4
5
6.0
7.6
(3.2 , 17.3)
131
83.4
6
3.1
3.7
(1.6 , 8.4)
Jalisco
31
69.5
1
1.5
2.1
(0.3 , 14.1)
57
103.0
2
4.0
3.8
(0.9 , 14.8)
México
82
312.5
8
27.7
8.9
(2.9 , 24.3)
122
415.9
6
13.0
3.1
(1.3 , 7.3)
Michoacán
82
105.0
3
5.0
4.8
(1.3 , 16.2)
122
129.5
6
6.6
5.1
(1.6 , 15.0)
Morelos
77
44.7
2
1.6
3.6
(0.7 , 16.2)
104
47.7
5
1.7
3.5
(1.4 , 8.5)
45
Nayarit
71
25.9
3
2.6
9.9
(2.1 , 35.8)
90
22.5
2
0.3
1.2
(0.3 , 4.6)
Nuevo León
16
20.6
1
0.7
3.4
(0.4 , 22.9)
58
70.9
1
2.2
3.1
(0.5 , 17.8)
Oaxaca
165
221.4
8
10.2
4.6
(2.4 , 8.6)
276
215.9
12
9.1
4.2
(2.4 , 7.4)
Puebla
116
256.7
7
15.3
6.0
(3.0 , 11.5)
196
257.8
14
22.2
8.6
(4.7 , 15.4)
Querétaro
56
36.0
1
0.8
2.3
(0.4 , 13)
92
39.2
4
1.7
4.4
(1.7 , 10.5)
Quintana Roo
73
39.2
7
1.9
4.8
(1.7 , 12.7)
106
26.8
1
0.3
1.1
(0.2 , 6.1)
San Luis Potosí
81
73.9
2
1.7
2.3
(0.6 , 8.8)
147
73.0
7
3.5
4.8
(2.1 , 10.4)
Sinaloa
51
53.9
2
2.8
5.2
(1.6 , 15.2)
69
54.2
2
4.4
8.1
(1.4 , 35.9)
Sonora
49
44.0
1
1.1
2.5
(0.4 , 14.6)
82
51.0
0
0.0
0.0
-
Tabasco
112
81.0
5
4.9
6.0
(2.5 , 13.8)
252
119.0
8
3.9
3.2
(1.5 , 6.8)
Tamaulipas
41
51.2
2
2.2
4.3
(1.0 , 16.7)
102
85.3
3
2.1
2.5
(0.6 , 9.8)
Tlaxcala
117
37.5
6
1.7
4.4
(1.6 , 11.5)
76
23.3
6
2.0
8.6
(3.4 , 19.9)
Veracruz
144
345.1
6
11.6
3.4
(1.5 , 7.5)
175
305.6
5
11.6
3.8
(1.4 , 9.9)
Yucatán
92
68.1
4
5.3
7.8
(3.1 , 18.1)
101
49.8
6
1.7
3.4
(1.2 , 9.4)
Zacatecas
47
25.6
2
1.1
4.3
(1.1 , 15)
110
43.2
4
1.9
4.3
(1.2 , 14.1)
2414
2895.4
113
153.2
5.3
(4.0 , 7.0)
4016
3345.6
190
179.0
5.4
(4.4 , 6.4)
Total cuartil bajo
de ICB
46
6.2.3. Prevalencia de baja talla en menores de cinco años del cuartil bajo de ICB de la ENSANUT 2006 y
ENSANUT 2012, por entidad federativa. México
ENSANUT 2006
ENTIDAD
FEDERATIVA
TOTAL
Muestra
número
ENSANUT 2012
CON BAJA TALLA (ZTE<-2)
Expansión
Expansión
Muestra
Número
Número número
%
IC95%
(miles)
(miles)
12.9
10
1.9
14.6 (6.5 , 29.8)
TOTAL
Muestra
número
56
CON BAJA TALLA (ZTE<-2)
Expansión
Expansión
Muestra
Número
Número número
%
IC95%
(miles)
(miles)
13.3
12
2.9
21.8 (12.4 , 35.3)
Aguascalientes
51
Baja California
Baja California Sur
Campeche
Coahuila
Colima
28
43
90
31
59
43.3
9.1
29.1
33.4
11.1
3
4
25
5
3
2.2
1.1
9.5
8.2
0.4
5.1
(1.5 , 16.2)
12.6 (4.5 , 30.6)
32.7 (19.8 , 49)
24.7 (10.5 , 47.7)
3.5
(0.7 , 15.8)
93
59
201
66
99
67.7
10.3
34.8
38.1
14.8
10
11
34
2
10
6.1
2.0
7.3
1.1
1.1
9.0
(4.3 , 17.8)
19.6 (12.5 , 29.3)
21.0 (13.5 , 31.1)
3.0
(0.8 , 10.4)
7.6
(3.7 , 14.7)
Chiapas
162
290.8
47
107.0
36.8 (26.7 , 48.2)
390
419.6
155
153.7
36.6 (30.0 , 43.8)
Chihuahua
34
47.0
4
6.8
14.5
(6.1 , 31.0)
63
54.1
15
13.6
25.1 (14.8 , 39.1)
Distrito Federal
16
65.4
2
12.8
19.6
(5.0 , 53.0)
39
76.2
9
22.7
29.8 (11.2 , 59.0)
Durango
76
41.9
8
5.6
13.3
(5.7 , 27.8)
102
44.6
13
5.4
12.2
(7.0 , 20.6)
Guanajuato
54
124.4
11
25.1
20.2
(9.4 , 38.1)
89
109.6
13
15.6
14.2
(8.3 , 23.2)
Guerrero
164
197.0
58
74.2
37.7 (26.8 , 49.9)
291
245.5
88
72.2
29.4 (22.8 , 37.0)
Hidalgo
103
78.4
23
19.5
24.9 (15.1 , 38.1)
131
83.4
30
15.6
18.7 (11.5 , 29.0)
Jalisco
31
69.5
8
24.6
35.5 (13.8 , 65.3)
57
103.0
9
16.1
15.6
México
Michoacán
Morelos
82
82
77
312.5
105.0
44.7
28
13
11
112.0
19.7
7.1
35.8 (22.6 , 51.7)
18.8 (10.2 , 31.8)
15.8 (8.0 , 28.9)
122
122
104
415.9
129.5
47.7
30
21
15
96.4
19.1
6.4
23.2 (14.2 , 35.5)
14.8 (8.5 , 24.4)
13.3 (7.8 , 22.0)
Nayarit
71
25.9
3
1.5
5.8
(2.1 , 15.1)
90
22.5
14
3.8
17.1 (10.4 , 26.7)
(8.0 , 28.3)
Nuevo León
16
20.6
3
4.3
21.1
(7.4 , 46.9)
58
70.9
7
11.5
16.3
Oaxaca
165
221.4
44
67.5
30.5 (21.0 , 42.1)
276
215.9
78
54.8
25.4 (17.8 , 34.7)
(6.9 , 33.8)
47
Puebla
116
256.7
23
56.2
21.9 (11.8 , 37.1)
196
257.8
54
75.2
29.2 (20.4 , 39.8)
Querétaro
56
36.0
11
6.6
18.4 (11.4 , 28.3)
92
39.2
16
6.5
16.5
(9.2 , 27.8)
Quintana Roo
73
39.2
25
13.7
34.8 (24.3 , 47.1)
106
26.8
20
3.9
14.6
(7.9 , 25.4)
San Luis Potosí
81
73.9
14
14.0
18.9
(9.5 , 34.1)
147
73.0
28
13.0
17.8 (11.3 , 26.7)
Sinaloa
51
53.9
8
10.2
19.0
(7.4 , 40.8)
69
54.2
15
12.4
22.9 (11.6 , 40.2)
Sonora
49
44.0
7
4.0
9.0
(3.5 , 21.3)
82
51.0
7
6.3
12.3
(5.5 , 25.4)
Tabasco
112
81.0
19
16.9
20.9 (13.6 , 30.7)
252
119.0
29
14.3
12.0
(7.7 , 18.2)
Tamaulipas
41
51.2
2
3.1
6.1
(1.6 , 20.7)
102
85.3
9
11.3
13.2
(5.0 , 30.6)
Tlaxcala
Veracruz
Yucatán
117
144
92
37.5
345.1
68.1
21
30
41
5.9
89.4
32.9
15.8 (11.4 , 21.4)
25.9 (18.3 , 35.2)
48.3 (34.3 , 62.6)
76
175
101
23.3
305.6
49.8
22
38
29
6.7
69.1
13.5
28.8 (18.5 , 42.1)
22.6 (15.3 , 32.1)
27.2 (19.9 , 36.0)
Zacatecas
47
25.6
6
3.7
14.3
(5.7 , 31.7)
110
43.2
14
5.6
13.0
2414
2895.4
520
767.7
26.5 (23.3 , 30.0)
4016
3345.6
857
765.3
Total cuartil bajo
de ICB
(6.6 , 24.1)
22.9 (20.7 , 25.3)
48
6.2.4. Prevalencia de emaciación en menores de cinco años del cuartil bajo de ICB de la ENSANUT 2006 y
ENSANUT 2012, por entidad federativa. México
ENSANUT 2006
ENTIDAD
FEDERATIVA
TOTAL
Muestra
número
Expansión
Aguascalientes
51
Número
(miles)
12.9
Baja California
Baja California Sur
Colima
28
43
90
31
59
Chiapas
ENSANUT 2012
CON EMACIACIÓN (ZPT<-2)
Expansión
Muestra
número Número %
IC95%
(miles)
TOTAL
Muestra
número
Expansión
0
0.0
0.0
-
56
Número
(miles)
13.3
43.3
9.1
29.1
33.4
11.1
0
1
1
0
1
0.0
0.1
0.5
0.0
0.3
0.0
1.2
1.6
0.0
3.0
(0.2 , 7.2)
(0.3 , 9.1)
(0.4 , 19.1)
93
59
201
66
99
162
290.8
3
7.1
2.5
(0.8 , 7.1)
Chihuahua
34
47.0
2
2.2
4.7
Distrito Federal
16
65.4
1
3.2
Durango
76
41.9
1
Guanajuato
54
124.4
Guerrero
164
Hidalgo
103
Jalisco
México
Michoacán
CON EMACIACIÓN (ZPT<-2)
Expansión
Muestra
número Número %
IC95%
(miles)
0
0.0
0.0
-
67.7
10.3
34.8
38.1
14.8
0
0
4
0
0
0.0
0.0
1.3
0.0
0.0
0.0
0.0
3.7
0.0
0.0
(1.2 , 10.8)
-
390
419.6
8
12.3
2.9
(1.3 , 6.4)
(0.6 , 27.5)
63
54.1
3
1.8
3.4
(1.2 , 9.2)
4.9
(0.7 , 26.8)
39
76.2
1
0.1
0.2
(0.1 , 0.2)
0.4
1.0
(0.1 , 6.7)
102
44.6
2
0.6
1.4
(0.4 , 5.5)
2
4.6
3.7
(0.9 , 14.8)
89
109.6
2
2.1
1.9
(0.4 , 8.8)
197.0
4
3.2
1.6
(0.5 , 4.8)
291
245.5
6
7.0
2.9
(1.1 , 7.0)
78.4
3
4.3
5.5
(1.7 , 16.7)
131
83.4
2
1.7
2.0
(0.5 , 7.8)
31
69.5
0
0.0
0.0
-
57
103.0
0
0.0
0.0
-
Morelos
82
82
77
312.5
105.0
44.7
2
1
2
6.8
0.7
1.8
2.2
0.7
4.0
(0.5 , 9.3)
(0.1 , 4.9)
(0.9 , 16.7)
122
122
104
415.9
129.5
47.7
3
3
0
9.2
2.2
0.0
2.2
1.7
0.0
(0.6 , 7.6)
(0.5 , 5.2)
-
Nayarit
71
25.9
3
1.2
4.8
(1.7 , 12.7)
90
22.5
1
0.6
2.6
(0.3 , 17.5)
Campeche
Coahuila
49
Nuevo León
16
20.6
1
0.7
3.4
(0.4 , 22.9)
58
70.9
0
0.0
0.0
-
Oaxaca
165
221.4
6
6.8
3.1
(1.2 , 7.8)
276
215.9
4
4.6
2.1
(0.8 , 5.2)
Puebla
116
256.7
3
3.4
1.3
(0.5 , 3.9)
196
257.8
8
11.1
4.3
(2.2 , 8.3)
Querétaro
56
36.0
1
0.7
2.0
(0.3 , 12.7)
92
39.2
2
1.0
2.4
(0.6 , 9.9)
Quintana Roo
73
39.2
2
0.8
2.0
(0.5 , 7.9)
106
26.8
0
0.0
0.0
-
San Luis Potosí
81
73.9
0
0.0
0.0
-
147
73.0
1
0.2
0.3
(0.1 , 1.9)
Sinaloa
51
53.9
0
0.0
0.0
-
69
54.2
0
0.0
0.0
-
Sonora
49
44.0
1
1.1
2.5
(0.4 , 14.6)
82
51.0
0
0.0
0.0
-
Tabasco
112
81.0
1
0.6
0.8
(0.1 , 5.3)
252
119.0
3
2.0
1.7
(0.4 , 6.4)
Tamaulipas
41
51.2
4
4.9
9.6
(2.8 , 28.6)
102
85.3
3
1.2
1.4
(0.5 , 3.8)
Tlaxcala
Veracruz
Yucatán
117
144
92
37.5
345.1
68.1
7
4
1
2.1
9.2
0.6
5.7
2.7
0.9
(2.9 , 10.9)
(0.7 , 9.2)
(0.1 , 6.1)
76
175
101
23.3
305.6
49.8
1
3
0
0.4
2.5
0.0
1.8
0.8
0.0
(1.4 , 2.3)
(0.3 , 2.4)
-
Zacatecas
47
25.6
1
0.6
2.5
(0.4 , 15.7)
110
43.2
5
2.6
6.0
(1.3 , 23.5)
2414
2895.4
59
68.2
2.4
(1.7 , 3.3)
4016
3345.6
65
64.5
1.9
(1.4 , 2.6)
Total cuartil bajo
de ICB
50
ANEXO 6.3 ANEMIA6.3.1. Prevalencia de anemia en población de 1 a 5 años de edad, del cuartil bajo de ICB de la
ENSANUT 2006 y 2012, por edad y sexo. México
ENSANUT 2006
ENSANUT 2012
MASCULINO
Expansión
Expansión
Grupo de
edad (meses)
Muestra
número
Número
(miles)
%
IC95%
Muestra número
Número (miles)
%
IC95%
12 a 23
243
266.2
44.8
(36.1,53.9)
309
302.8
42.8
(34.8,51.1)
24 a 35
248
296.5
35
(27.5,43.4)
339
331
35.9
(29.0,43.3)
36 a 47
280
300.8
28.4
(22.0,35.9)
340
334
18
(12.3,25.5)
48 a 59
304
327.2
18.7
(12.9,26.3)
319
310.4
16.2
(11.5,22.5)
12 a 59*
1,075
1,190.70
31.1
(27.5,34.9)
1,307
1,278.20
28.1
(24.8,31.6)
FEMENINO
12 a 23
226
264
57
(46.4,67.0)
299
296.7
39.4
(31.3,48.2)
24 a 35
236
271.8
38.3
(30.1,47.2)
328
325.1
29
(21.7,37.6)
36 a 47
278
349.8
31.3
(21.6,43.0)
316
288.9
18.7
(13.1,25.8)
48 a 59
285
353.2
15.8
(10.4,23.2)
297
298.7
12.1
(6.6,21.2)
12 a 59*
1,025
1,238.80
33.9
(29.0,39.2)
1,240
1,209.40
24.9
(21.2,29.1)
CUARTIL BAJO
12 a 23
469
530.2
50.9
(43.7,58.1)
608
599.4
41.1
(35.4,47.0)
24 a 35
484
568.3
36.6
(30.9,42.7)
667
656.1
32.5
(27.5,37.9)
36 a 47
558
650.6
30
(23.6,37.2)
656
623
18.3
(14.2,23.3)
48 a 59
589
680.4
17.2
(12.9,22.6)
616
609.1
14.2
(10.4,19.2)
12 a 59*
2,100
2,429.50
32.5
(29.3,35.9)
2,547
2,487.60
26.5
(24.1,29.1)
*Datos representativos
51
6.3.2 Prevalencia de anemia en la población de 1 a 4 años de edad, del cuartil bajo de ICB de la ENSANUT 2012,
por tipo de localidad de residencia y edad. México
ENSANUT 2006
Localidad
Urbana
Rural
ENSANUT 2012
Expansión
Expansión
Grupos de
edad
(meses)
Muestra
número
Número
(miles)
%
IC95%
Muestra
número
Número
(miles)
%
IC95%
12 a 23
246
300
49.4
(38.4,60.5)
212
278.3
39.8
(30.6,49.8)
24 a 35
216
246.7
36.9
(28.4,46.3)
249
307.3
32.5
(24.6,41.7)
36 a 47
252
323
35.3
(25.4,46.7)
245
286.6
19.4
(12.5,29.0)
48 a 59
263
284.7
15.2
(10.4,21.8)
241
293.9
14
(8.1,23.2)
12 a 59*
977
1,154.30
34.4
(29.5,39.6)
947
1,166.00
26.4
(22.2,31.0)
12 a 23
223
230.2
52.8
(44.8,60.7)
396
321.2
42.2
(35.6,49.1)
24 a 35
268
321.5
36.4
(28.9,44.5)
418
348.8
32.4
(26.5,39.0)
36 a 47
306
327.7
24.7
(17.8,33.3)
411
336.4
17.3
(13.2,22.4)
48 a 59
326
395.7
18.6
(12.4,27.0)
375
315.2
14.4
(10.1,20.2)
12 a 59*
1,123
1,275.10
30.8
(26.8,35.2)
1,600
1,321.50
26.7
(24.0,29.5)
*Datos representativos
52
6.3.3 Prevalencia de anemia en población de 1 a 4 años de edad del cuartil
bajo de ICB de la ENSANUT 2006 y ENSANUT 2012, por entidad federativa.
México
ENSANUT 2006
Entidad federativa
Muestra
número
Expansión
ENSANUT 2012
Número
(miles)
%
IC95%
Muestra
número
Expansión
Número
(miles)
%
IC95%
Aguascalientes
52
13.9
47.7
(30.1,65.9)
25
7.1
23.3
(7.2,54.4)
Baja California
21
40.1
40.8
(19.3,66.5)
61
46.5
28.4
(17.1,43.4)
Baja California Sur
24
8.2
30.9
(15.2,52.7)
43
7.1
23.1
(10.0,44.7)
Campeche
77
22.5
22.5
(12.5,37.0)
121
27.4
42.7
(33.2,52.9)
Coahuila
25
22.8
18.7
(9.6,33.1)
46
26.9
11.9
(7.0,19.7)
Colima
50
8.5
17.5
(8.6,32.4)
64
12.9
11.6
(5.9,21.8)
Chiapas
148
252.8
22.5
(14.7,32.7)
245
330.3
29.0
(23.6,34.9)
Chihuahua
29
32.4
32.8
(19.0,50.3)
46
42.7
24.9
(11.1,46.7)
Distrito Federal
12
51.0
51.5
(24.9,77.2)
27
51.1
19.2
(6.1,46.2)
Durango
75
38.4
33.4
(23.2,45.4)
78
34.4
23.2
(13.5,36.8)
Guanajuato
52
103.8
27.0
(15.1,43.5)
47
76.8
30.7
(17.5,48.0)
Guerrero
137
165.4
32.9
(22.9,44.7)
168
180.4
32.3
(23.3,43.0)
Hidalgo
91
71.2
34.3
(23.5,47.0)
80
63.2
18.2
(11.0,28.8)
Jalisco
27
57.4
5.3
(1.2,20.9)
28
55.3
32.5
(17.3,52.5)
México
75
276.6
44.4
(30.1,59.8)
88
315.1
36.8
(26.7,48.2)
Michoacán
73
87.1
43.3
(31.4,56.0)
81
98.9
16.4
(8.8,28.4)
Morelos
68
35.4
21.7
(11.8,36.6)
57
34.0
20.8
(12.2,33.3)
Nayarit
64
21.4
12.1
(6.4,21.9)
61
17.1
22.7
(14.3,34.1)
Nuevo León
15
19.4
31.6
(8.8,68.8)
40
47.4
16.0
(5.7,37.5)
Oaxaca
144
174.3
31.4
(23.4,40.8)
181
185.0
22.7
(15.8,31.4)
Puebla
109
213.6
33.7
(23.5,45.7)
107
186.6
20.2
(13.9,28.5)
Querétaro
51
32.6
41.6
(29.9,54.2)
73
32.6
29.5
(18.1,44.2)
Quintana Roo
49
35.3
14.5
(5.3,34.0)
62
17.8
40.1
(19.9,64.2)
San Luis Potosi
77
65.3
35.3
(24.4,47.9)
99
54.7
13.3
(7.0,24.1)
Sinaloa
43
38.0
60.0
(40.6,76.7)
42
31.2
26.1
(12.6,46.2)
Sonora
44
42.3
44.4
(33.5,55.8)
62
36.2
26.2
(15.4,41.1)
Tabasco
97
65.3
31.7
(22.5,42.6)
152
90.7
28.5
(20.3,38.5)
Tamaulipas
26
38.5
8.3
(2.8,21.8)
73
61.7
16.0
(5.7,37.5)
Tlaxcala
103
31.9
35.7
(25.4,47.6)
35
13.6
35.9
(20.8,54.3)
Veracruz
121
283.2
32.8
(24.1,42.9)
134
245.2
27.3
(18.4,38.6)
Yucatán
78
57.7
29.2
(20.1,40.2)
47
29.4
27.3
(17.1,40.6)
43
2,100
22.8
2,429.5
22.5
32.5
(9.4,44.9)
(29.3,35.9)
74
2,547
28.2
2,487.6
15.1
26.5
(6.4,31.4)
(24.1,29.1)
Zacatecas
Total
53
Anexo 6.4 Seguridad Alimentaria
6.4.1 Prevalencia de inseguridad alimentaria en hogares del cuartil bajo de ICB* de la ENSANUT 2012, por tipo de localidad de
residencia. México.
URBANO
Expansión
CLASIFICACIÓN DE Muestra
INSEGURIDAD
n
ALIMENTARIA ELCSA
n
(miles)
%
IC95%
RURAL
Muestra
Cuartil bajo
Expansión
Muestra
Expansión
n
n
(miles)
%
IC95%
n
n
(miles)
%
IC95%
SEGURIDAD
476
353.5
28.9 (25.5 , 32.5)
686
309.9
26.9
(24.2 , 29.7)
1162
663.5
28.0 (25.7 , 30.2)
LEVE
538
380.8
31.2 (27.8 , 34.6)
915
413.4
35.9
(33.4 , 38.5)
1453
794.2
33.5 (31.3 , 35.6)
MODERADA
396
281.3
23.0 (20.2 , 26.0)
585
256.8
22.3
(20.4 , 24.3)
981
538.1
22.7 (20.9 , 24.5)
SEVERA
*Datos representativos
303
206.5
16.9 (14.2 , 19.9)
381
170.5
14.8
(12.8 , 17.0)
684
377.0
15.9 (14.1 , 17.7)
54
Anexo 6.5 Programas Sociales con componente nutricional dirigidos a familias con menores de 5 años de edad en México
Cuadro 6.5.1. Porcentaje de los hogares del cuartil bajo del ICB de la ENSANUT 2012 que reciben ayuda alimentaria por programa
y tipo de localidad de residencia*. México.
Programas Sociales
Programas
Cuartil bajo
Muestra
Urbano
Expansión
Muestra
Rural
Expansión
Muestra
Expansión
n
n (miles)
%
IC 95%
n
n (miles)
%
IC 95%
n
n (miles)
%
IC 95%
Oportunidades1
3710
2359.5
43
(40.1 , 45.9)
1484
1228
27.9
(24.3 , 31.7)
2226
1131.5
59.5
(55.8 , 63.0)
LICONSA2
3730
2369.1
11.4
(9.5 , 13.7)
1492
1233.1
14.4
(11.2 , 18.2)
2238
1136
8.2
(6.4 , 10.4)
PAL3
3733
2371.3
5.2
(3.9 , 6.8)
1493
1233.8
6.7
(4.4 , 9.8)
2240
1137.5
3.6
(2.6 , 4.7)
*Datos no representativos
1 Programa de Desarrollo Humano Oportunidades
2 Programa de Abasto Social de Leche Liconsa
3 Programa de Apoyos monetarios del Programa de Apoyo Alimentario (PAL)
55
Cuadro 6.5.2 Porcentaje de familias con niños con talla baja menores de cinco años de edad del cuartil bajo de ICB que reciben
algún beneficio de programas de desarrollo social en México, estratificado por edad*
Programas
Familias con preescolares sin talla baja
Muestra
Oportunidades1
LICONSA2
PAL3
Expansión
Grupo de edad
Familias con Menores de 2 años de edad con
talla baja
Familias con niños de 2 a 5 años de edad con
talla baja
Muestra
Muestra
Expansión
Expansión
n
n (miles)
%
IC 95%
n
n (miles)
%
IC 95%
n
n (miles)
%
IC 95%
1306
776
76.7
(74.0 , 79.1)
139
87.7
8.7
(7.2 , 10.3)
263
148.2
14.6
(12.6 , 16.8)
267
214.9
79.2
(72.6 , 84.5)
24
17.3
6.4
(4.0 , 9.9)
40
39.1
14.4
(9.4 , 21.3)
120
91
75.9
(65.3 , 84.0)
14
11.8
9.9
(4.2 , 21.3)
26
17.1
14.2
(9.8 , 20.0)
*Datos no representativos
1 Programa de Desarrollo Humano Oportunidades
2 Programa de Abasto Social de Leche Liconsa
3 Programa de Apoyos monetarios del Programa de Apoyo Alimentario (PAL)
56
Cuadro 6.5.3 Porcentaje de familias con niños con anemia menores de cinco años de edad del cuartil bajo de ICB* que reciben
algún beneficio de programas de desarrollo social en México, estratificado por edad
Familias con Menores de 2 años
Familias con preescolares sin anemia
de edad con anemia
Muestra
Expansión
Muestra
Expansión
n
n
n
(miles) %
IC 95%
n
(miles) %
IC 95%
Programas
Oportunidades
1
Familias con niños de 2 a 5 años de
edad con anemia
Muestra
Expansión
n
n
(miles) %
IC 95%
839
514.9
77.4
(73.8 , 80.6)
94
57.7
8.7
(6.7 , 11.2)
156
92.8
13.9
(11.5 , 16.8)
LICONSA
150
123.4
71.4
(62.0 , 79.2)
19
14.8
8.6
(4.4 , 16.2)
44
34.6
20
(13.4 , 28.8)
3
82
58.7
75.1
(63.4 , 84.0)
7
4.3
5.6
(2.3 , 12.6)
18
15.1
19.3
(11.0 , 31.7)
2
PAL
*Datos no representativos
1 Programa de Desarrollo Humano Oportunidades
2 Programa de Abasto Social de Leche Liconsa
3 Programa de Apoyos monetarios del Programa de Apoyo Alimentario (PAL)
57
Cuadro 6.5.4. Prevalencia de inseguridad alimentaria en hogares del cuartil bajo de ICB* de la ENSANUT 2012 que reciben algún
tipo de beneficio de programas de desarrollo social. México.
Seguridad
Programas
Muestra
Leve
Expansión
Muestra
N
n
(miles)
%
IC 95%
Oportunidades1
612
349.9
35
LICONSA2
105
67.6
37.5
PAL3
52
*Datos no representativos
Moderada
Expansión
Muestra
n
n
(miles)
%
IC 95%
(31.7 , 38.2)
421
234
23.4
25.7
(20.8 , 31.1)
79
77.7
30.7
(21.9 , 41.1)
33
24.4
Severa
Expansión
n
n
(miles)
%
IC 95%
(21.0 , 25.9)
382
244.3
24.4
29.5
(22.5 , 37.4)
89
74.7
20
(13.8 , 28.0)
41
35
Muestra
Expansión
n
n
(miles)
%
IC 95%
(21.4 , 27.6)
276
172.5
17.2
(14.9 , 19.8)
28.3
(20.6 , 37.5)
52
43.6
16.5
(10.7 , 24.6)
28.6
(16.6 , 44.5)
34
25.2
20.7
(13.6 , 30.0)
1 Programa de Desarrollo Humano Oportunidades
2 Programa de Abasto Social de Leche Liconsa
3 Programa de Apoyos monetarios del Programa de Apoyo Alimentario (PAL)
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