Industria y arquitectura moderna en España, 1925-1965
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Industria y arquitectura moderna en España, 1925-1965
A todos los miembros del Comité de Registros. Con amistad, gratitud y deuda. CELESTINO GARCÍA BRAÑA Industria y arquitectura moderna en España, 1925-1965 RECHAZO Y NOSTALGIA La industria, como todo ejercicio humano que se dedica a la bús- aquello que, en definitiva, se vio como un mal, genera pensamientos queda tenaz por mejorar las condiciones vitales o a la expresión de sus nostálgicos y, ahora, cuando nos encontramos frente a la realidad de modos de “estar sobre la tierra”, ha ido dejando su impronta en los su desaparición, agita mentes, sentimientos y sensibilidades, cla- espacios habitados y en el territorio, a veces sosegadamente, con len- mando de un modo u otro por su conservación. Es la eterna condición titud y paciencia, otras de modo violento, casi instantáneo. Tiene, por humana, siempre temerosa hacia el futuro y nostálgica y compasiva tanto, el mismo valor que otras actividades del hombre, con sus con- hacia el pasado. quistas y sus grandes destrucciones, siempre desplegando artificios En el proceso destructivo que, en mayor o menor grado, acom- que transformen la naturaleza originaria o restos de anteriores huellas paña a toda implantación industrial, la idea burguesa de progreso humanas. ha jugado un papel de allanar dificultades, contribuyendo a superar Sin embargo, es necesario reconocer y señalar, pues tendrá suma aquellas voces, por lo demás escasas, que clamaban contra aque- importancia en el ámbito del que nos vamos a ocupar, una caracte- lla destrucción, transformando no sólo el espacio físico, sino también rística específica de la industria que, por primera vez, aconteció en la las mentalidades, como escribe Ernst Jünger: “La marcha triunfal de historia: la rapidez de su instalación y su tremenda capacidad para la técnica deja tras de sí una amplia estela de símbolos destruidos”. transformar entornos inmediatos y lejanos, con una tupida red de Las “aldeas perdidas” dejaban de serlo en cuanto la explotación carreteras, ferrocarriles e infraestructuras diversas que, como una tela minera o industrial hacía su aparición, con dolor y drama una nueva de araña, vincula amplias extensiones territoriales. realidad se imponía. Por el contrario, hoy se asumen como un bien 1 Este amplio tejido que las grandes instalaciones industriales des- cultural las huellas de aquellas implantaciones, y más allá incluso del pliegan, se extiende rápida y bruscamente sobre el territorio, organi- significado económico de su pérdida, se clama por su conservación zado por el hilo conductor de la eficacia productiva y la rentabilidad o reutilización, de modo que, permaneciendo en alguna manera su de los recursos, en muchas ocasiones con claras desviaciones de cri- valor rememorativo, el valor estratégico para la economía se trans- terio, arrinconando todo argumento lógico en su implantación y, a forme ahora en bien de explotación turístico-cultural.2 veces, consumiendo más recursos “reales” que los beneficios que pue- Probablemente sean mentalidades similares, si la transposición dan reportar. Sólo en algunos temas de la lógica militar podremos temporal fuera admisible, las que, frente a la industria minera, cla- encontrar en el pasado circunstancias parangonables. Eficacia y rapi- maban por la conservación intacta de los territorios y las economías dez, al margen de cualquier otra consideración, une los argumentos agrícolas, en definitiva, por sus respectivas aldeas perdidas, y tam- con que las implantaciones militares e industriales se han construido en bién quienes hoy proponen, a toda costa, la conservación de los vie- el pasado, (¿sólo en el pasado?). jos tinglados industriales. Unas y otras visiones temporales se confun- Sin embargo, y como casi siempre ocurre, lo que en su día fue den, en la medida en que ambas parten de sus respectivos presen- rechazado, lo que destruyó idílicos paisajes agrícolas, lo que trans- tes como realidades incontrovertibles, como bienes a conservar por formó radicalmente los modos de vida de comunidades enteras, sí mismos, sin buscar realidades más amplias, ignorando aquellas 1 JÜNGER, Ernst, El Trabajador, pág. 157, Tusquets, Barcelona, 1993. La primera edición apareció en Berlín en 1932. 2 Referencia a la novela La aldea perdida de Armando Palacio Valdés (1903), que narra la confrontación que en “la tranquila vida de la comunidad campesina originó la primera industrialización.” Fabrikstadt, Marianne Werefkin, 1912, témpera sobre cartón Fábrica Van Nelle, 1925-1931, Rotterdam Jan Brinkman, Leen van der Vlugt posibles iniciativas capaces de canalizar “positivamente” las ener- “natural” en el alma misma de lo que constituyó el núcleo fundamen- gías transformadoras de cada momento. Las negaciones totales, por tal y las líneas básicas del Movimiento Moderno, que a su vez muestra reduccionistas, inevitablemente conducen a semejantes paradojas. cada vez más irisaciones, lejos de los monolitismos definitorios de sus Naturalmente, esto no puede hacernos olvidar que si el control de segundos momentos. la Técnica y de su derivada, la Industria, escapa en buena medida, en Derivadas de la “racionalidad” de los procesos industriales, o nuestro presente, a los principios de una ordenada implantación, mejor, tras la eficacia extremadamente economicista de su razón de cuánto más en el pasado, en que los valores ampliamente dominan- ser y de su propia naturaleza, tienen lugar en el terreno de lo arquitec- tes de la burguesía no permitían más consideraciones que el más tónico, de lo urbano y de lo territorial, dos consecuencias evidentes: inmediato de los beneficios. por un lado, la tendencia a la racionalidad de sus contenedores, des- Como todos los grandes acontecimientos, Técnica e Industria difí- pojados de elementos ornamentales, y por otro, la extremada anar- cilmente admiten definiciones concluyentes, siempre estarán sujetas quía en su instalación, con funestos resultados desestructurantes para a los específicos puntos de vista desde los cuales se analicen. En rela- la realidad que ha de soportarlos. Ningún objetivo fuera de su propia ción con ellas, entre las idílicas esperanzas depositadas inicialmente estrategia rentabilizadora merece su atención, las consecuencias son en sus fértiles futuros y las realidades explotadoras descritas por nove- claramente destructoras, tanto de territorios como de conjuntos cons- listas, pintores o poetas, median abismales diferencias. truidos. Nada permanece, todo se altera con extremada velocidad. Velocidad de cambio que ya en sus “Estampas Parisienses” había per- TRABAJO INDUSTRIAL Y NUEVA SENSIBILIDAD cibido Baudelaire, haciendo de ello una de las características de la La complejidad del fenómeno industrial no admite, por tanto, miradas modernidad, en este caso de aquella incipiente modernidad. únicas capaces de explorar todas sus dimensiones. Aquí, en buena Por todo lo anterior, quizá las formas más dignas, las que más cla- medida, sólo interesarán aquellas que puedan dar cuenta de su con- ramente ponen de manifiesto su propia racionalidad y, desde luego, dición arquitectónica, urbana y territorial. las que más y mejor se han utilizado en la expresión de esa contun- Ninguna intención que pueda motivar una pervivencia fuera de dente razón de ser hayan sido, en primer lugar, las desnudas estructu- lugar y de tiempo de lo que fue. Tampoco se pretende reflejar una ras metálicas y, después, toda la expresión arquitectónica vinculada supuesta valoración canónica de los edificios a que ha dado lugar. Se al Movimiento Moderno. La racionalidad que esta arquitectura predi- trata de documentar e interpretar una historia, una parte que consi- caba es convergente con la propia racionalidad de la Técnica, con- deramos importante de un pasado arquitectónico reciente, que cons- virtiéndose así, no sólo en un buen vehículo de eficacia, sino también, tituya un instrumento para su mejor conocimiento y valoración cultu- a la postre, de simbología. Desde las implantaciones industriales de ral, quizá también un apoyo a la necesaria reflexión y toma de deci- Albert Kahn en Detroit, hasta la Van Nelle, por poner algún ejemplo, el siones acerca del papel que estas instalaciones industriales pueden hilo conductor de lo moderno está presente y asume cómodamente llegar a jugar en un inmediato futuro, si así se juzgara conveniente. el papel de contener los organizados y eficientes sistemas productivos. No se defiende su indispensable conservación, se proclama su Así, la arquitectura del Movimiento Moderno, pese a reclamar la valor. El cometido que puedan desempeñar en el futuro dependerá vivienda como principal objetivo de sus preocupaciones, es en la en cada caso de múltiples consideraciones y circunstancias. Se trata, industria donde encuentra más fácil acomodo, donde es asumida sin por tanto, de reconocer su contribución a la configuración espacial grandes contradicciones. No es la carencia de lo simbólico en la indus- de ciudades y territorios, cómo han llegado a constituirse en memoria tria lo que aparentemente facilita la adopción de este lenguaje arqui- colectiva y qué han aportado estas instalaciones industriales a la tectónico, es más bien al contrario, que la simbología del progreso y arquitectura del Movimiento Moderno, contribuyendo significada- de la eficiencia tecnológica encuentran dignidad en el ropaje de lo mente a su afirmación e implantación. Esa aportación ha resultado moderno. Los grandes magnates de la industria que construyen sus decisiva, pues en ellas la arquitectura, liberada, aunque sólo en cierta mansiones apoyándose en el prestigio de la historia y sus estilos, adop- medida, de simbolismos y representaciones, apoyada de modo casi tan con facilidad para sus edificios industriales el lenguaje moderno. exclusivo en las necesidades tecnológicas, ha entrado de modo Todo queda, así, en perfecta sintonía. Fábrica Fagus, 1911-1913 Alfeld an der Leine Walter Gropius, Adolf Meyer Reforma de la Meyer-Kauffmann Textile Company, 1922-1923 Wüstegiersdorf, Silesia Erich Mendelson, Erich Laaser La “desnudez” de la arquitectura moderna, su sinceridad cons- zan esfuerzos ostensibles dirigidos a reducir las dimensiones creativas a tructiva, es adecuada envoltura para la eficacia de la industria. Nada cosas materiales, que puedan colgar de una pared, ser escuchadas se mueve sin símbolos y la dura industria también requiere de los suyos. en una sala de conciertos, o ser dispuestas para su contemplación en La verificación inmediata de lo anteriormente escrito nos la pro- cualquier otro lugar, donde personas ociosas y siempre insatisfechas porciona Adolf Behne, en su importante libro 1923. La construcción tienen buen cuidado de reunirse para ensalzar mutuamente su cul- funcional moderna.3 Basta recorrer las ilustraciones que acompañan tura. Quien quiera, en cambio, obrar de manera verdaderamente cre- al texto, para comprobar que en su casi totalidad están dedicadas a ativa, aquel que se aventura donde rigen leyes superiores como las de edificios industriales y que apenas cuenta con alguna vivienda de la tonalidad, de la línea y del color, se encaminará hacia un lugar Loos o de Le Corbusier, cuando, por el contrario, A. Kahn, H. van de donde impere la ley de la personalidad. Necesitamos artistas que Velde, O. Bartning, P. Behrens, W. Gropius y H. Meyer, H. Haring, E. Men- dominen el arte en sus aspectos industriales. Necesitamos maestros del selsohn, H. Poelzig, B. Taut, los hermanos Luckardt, T. Garnier, A. Perret, método industrial. Necesitamos hombres que tengan la fuerza de N. Ladovski, etc., aparecen representados con sus propuestas para transformar a la masa política, social, industrial y éticamente informe, edificios industriales. en una totalidad sana y proporcionada. Hemos coartado el talento En este mismo texto, Behne toma unas citas de Henry Ford que, creador y lo hemos profanado imponiéndole fines triviales. Necesita- por su oportunidad, parece conveniente recoger también aquí: “La mos hombres que nos den un plan de trabajo dirigido hacia todo lo condición necesaria para una eficiencia mayor y un proceso produc- correcto, bueno y deseable”.5 Y al referirse a sus últimas intenciones, tivo humano es un espacio fabril limpio, luminoso y bien ventilado. en cuanto a sus edificios industriales se refiere, Ford es taxativo: “No Nuestras máquinas están dispuestas muy próximas una a otra: cada pensamos levantar edificios suntuosos como símbolo de nuestros éxi- pie cuadrado de espacio significa naturalmente un cierto incremento tos. La financiación de construcción y mantenimiento significaría tan de los costes de producción, que junto con los costes adicionales de sólo una carga estéril para nuestros productos: tales monumentos del transporte que se originan cuando las máquinas están separadas seis éxito se convierten con excesiva frecuencia en monumentos funera- pulgadas más de lo necesario, acaba siendo cargado a los consumi- rios. Un gran edificio administrativo puede resultar necesario en alguna dores. Por eso nuestras máquinas están más juntas que en cualquier ocasión, pero cuando lo veo, siempre se levanta en mí la sospecha de otra fábrica del mundo. Al lego pueden parecerle que están monta- la existencia de un exceso. Siempre hemos considerado superfluo un das directamente unas sobre otras, y sin embargo están instaladas de aparato administrativo complicado, y preferimos ser conocidos por acuerdo con un método científico, no tan sólo según el orden de las nuestros productos, no por las edificaciones donde son fabricados”.6 distintas operaciones, sino según un sistema que proporciona a cada Difícilmente se puede expresar de manera más sintética y precisa obrero todas y cada una de las pulgadas cuadradas del espacio que un programa edificatorio para la industria, difícil parece también no le son necesarias, pero, cuando es posible, ni una pulgada cuadrada deducir la lógica que relaciona, casi de modo inmediato, los presu- –y ciertamente ni un pie cuadrado– más [...]. Cuando se levantaron puestos del Movimiento Moderno con las aspiraciones que más iden- nuestras viejas edificaciones, la ventilación no estaba avanzada como tifican la producción industrial. hoy. En todos los edificios de nueva planta, los pilares están huecos,de La influencia que este modo de entender la construcción de los manera que a través de ellos se bombea al exterior el aire viciado y se edificios industriales se extenderá rápidamente, como muy acertada- aporta aire limpio. Durante todo el año se pretende conseguir una mente escribe Antonio Pizza: “la ejemplar alianza entre A. Kahn y H. temperatura constante, y durante el día no existe en ningún momento Ford representará un modelo encomiable de acuerdo entre el mundo la necesidad de iluminación artificial. Los rincones oscuros, que invitan de la industria y la profesión; la construcción de las fábricas america- a toda inmundicia, se pintan de blanco. Donde no hay limpieza no nas, de acuerdo con un escrupuloso respeto de los requisitos de efi- hay moral. Disculpamos tan poco la negligencia en la conservación ciencia funcional, uso de materiales modernos y garantizado bienes- de la limpieza como la negligencia la producción”.4 Más adelante, y tar de los ambientes de trabajo, constituirá un canon imprescindible al como referencia al valor que el propio Ford daba a la dimensión sim- que deberían atenerse los proyectistas europeos”.7 bólica en los edificios industriales, aparece la siguiente cita: “Se reali- Mucho más, teniendo en cuenta que aquellas realidades con- 3 BEHNE, Adolf, 1923, La construcción funcional moderna, Col·legi d’Arquitectes de Catalunya, Demarcació de Barcelona, Barcelona, 1994. 4 Ibid., pág. 38. 5 Ibid., pág. 39. 6 Ibid., pág. 39. 7 PIZZA, Antonio, “La arquitectura de la industria como Zeitstil de la modernidad”, en Arquitectura del Movimiento Moderno. Registro DOCOMOMO Ibérico, pág. 264, DOCOMOMO Ibérico/Fundacion Mies Van Der Rohe, Barcelona, 1996. Nave del Matadero de Lyon, 1915 Tony Garnier Torre de elaboración de lejía en una fábrica química, 1923 Nikolai Ladovski trastaban fuertemente con la edificación habitual de las industrias del tiempo vincula de manera indisoluble rentabilidades económicas, efi- momento. “¿Cómo había sido hasta entonces la construcción de cacias técnicas y austera simplicidad expresiva, y si la arquitectura fábricas en Alemania?” Así se interrogaba y así responde A. Behne: moderna se adopta con naturalidad como lenguaje de la Industria es “Las fábricas, aquí como en todas partes, se levantaban de la manera porque así lo exige la Técnica. Su naturaleza, la del Movimiento más tosca y barata, con el mayor desdeño. No se malgastaba en ella Moderno, resulta conveniente a la Técnica, a su propia expresión de ninguna mínima intención configuradora, y si ocasionalmente se dis- eficacia y poder. “El Estilo de la Industria”,10 así titulaba Frank Lloyd ponía alguna torrecilla gótica o un frontón renacentista, se conseguía Wright la segunda de sus famosas conferencias impartidas en Prin- tan sólo falsear el resultado. La fábrica de patios sombríos, pasadizos centon en el año 1930, con ello, su autor venía a reconocer “lo indus- estrechos, vidrieras ciegas, espacios bajos y oscuros, más parecida a trial” como una nueva etapa en el desarrollo de la humanidad en la una prisión que a un lugar de trabajo productivo, la fragua del aire que todo se vería profundamente afectado. viciado, repulsiva y funesta, era la pareja perfecta de los cada vez más aterradores interiores en crecimiento de las Mietkaserne de la gran ciudad, donde la mayoría de los esclavizados de la gran ciudad debían vivir”.8 Con todo lo anterior, se comprenden perfectamente los acentos ESTÉTICA DE LA MÁQUINA, ESTÉTICA DEL INGENIERO La característica más determinante de todo el pensamiento arqui- arquitectónicos que P. Behrens pondría en su interpretación de lo que tectónico del primer tercio del siglo XX es la necesidad de responder los edificios industriales deberían ser: “La organización de las necesi- adecuadamente a los requerimientos de una sociedad en la que la dades de la producción dicta la ordenación de los espacios. El con- presencia de la Máquina, también de la Industria, se estaba haciendo trol general, la facilidad y maniobrabilidad en los traslados, el trasiego vertiginosamente omnipresente. Para los más significativos arquitectos de los productos fabricados, la libre movilidad del utillaje, de las de estos años, la preocupación fundamental no era otra que definir máquinas o de los vehículos, exigen naves amplias, francas y diáfanas. unos principios arquitectónicos en la formulación de lo que Wright, Conviene que los lugares de trabajo sean tan luminosos y el espacio como ya indiqué, denominaría “el Estilo de la Industria”. disponible tan grande como sea posible”, para a continuación tradu- Pero el personaje que de un modo natural estaba inmerso en los cirlo a un lenguaje arquitectónico expresivo de las propias necesida- problemas específicos de la Técnica ya existía, no era otro que el Inge- des de lo industrial: “A este fin, es recomendable desplazar las cajas niero. De modo natural se fue abriendo paso el protagonismo de la de escalera y los ascensores al exterior, con lo cual el efecto arquitec- figura del ingeniero que cabalgaba cotidianamente a lomos de aque- tónico se hace más impresionante, tanto en el interior, por la larga ali- lla condición emergente del siglo XX. Viollet-le-Duc, que ya había refle- neación de las salas de trabajo, como en el exterior, por la pintoresca xionado a mediados del siglo XIX, si no sobre la belleza, si al menos sobre animación que las cajas de escalera proyectadas hacia fuera intro- el carácter de la locomotora, afirmó con naturalidad: “Los ingenieros ducen en las hileras de ventanas, y por las torres de ascensores que que han hecho locomotoras no han pensado en copiar el enganche superan la altura del caballete. Dado que en la construcción de fábri- de una diligencia”. Con una sentencia tan elemental estaba definiendo cas hay que contar con la abertura de grandes ventanales –porque un carácter esencial de la producción industrial, que derivaba obvia- la luz es condición necesaria de un buen trabajo–, deben tener un mente del propio desarrollo de la Técnica, esta condición esencial no papel preponderante, dominar la superficie del cuerpo edificado y era otra que la exigencia de la más estricta funcionalidad como requi- ayudar a sostener el efecto fabril: por ello, no deben presentarse sito indispensable de la condición técnica. Ciertamente, el método como grandes agujeros en el muro, sino situarse en el mismo plano racional, es decir cálculo y precisión, serán los instrumentos fundamen- que la cara exterior del mismo, y dar así a la pared del edificio un tales del trabajo de los ingenieros. aspecto más grato”.9 Pero la producción de objetos, máquinas o presas hidroeléctricas Si tenemos en cuenta que este texto fue escrito en el año 1920, es necesita inevitablemente de recursos formales que se apoyen en una fácil deducir su influencia sobre las ideas posteriores de Gropius o Le materialidad, lo que, antes o después, no podría dejar de poner de Corbusier en la formulación de los principios del Movimiento Moderno. manifiesto el problema que de ello deriva, es decir su valoración esté- Su búsqueda en pos de una arquitectura que reflejara el espíritu de su tica. Y si bien esta valoración de la forma fue, en principio, negativa 8 BEHNE, Adolf, op. cit., pág. 40. 9 BEHNE, Adolf, op. cit. pág. 42. 10 WRIGHT, Frank Lloyd, El futuro de la Arquitectura, Poseidón, Buenos Aires,1958. para los productos de la ingeniería, no es necesario recordar las polémicas suscitadas por el Cristal Palace de Londres (1851), o la torre Eiffel en París (1889), en los primeros años del siglo siguiente se abriría paso una nueva sensibilidad. Cuando Hermann Muthesius, y en general todas las personas vinculadas al Werkbund, establece que los argumentos básicos que ha de seguir toda producción, desde el objeto al edificio, deben guiarse por la finalidad, el material empleado y los procedimientos técnicos de su construcción, a fin de alcanzar la ansiada belleza, estaban argumentando a favor de los procedimientos de la ingeniería, y ello independientemente de que Muthesius, como es bien conocido, no confiara en las simples razones de la utilidad como argumentación exclusiva para la obtención de la belleza.11 Lo que resultaba indudable era que, sin el rigor del procedimiento técnico, Crystal Palace, 1951 Londres Joseph Paxton todo otro modo de aspirar a la belleza sería recorrer caminos condenados al fracaso. La formulación que Joseph August Lux establecía en “Ingenieur-Aesthetik”, su importante texto de 1910: “La forma estética debe ser inventada ex novo sobre la base de los nuevos elementos. Este es el problema que todos estamos empeñados en resolver” 12 marcaba confiadamente el camino de no retorno y la esperanza en los indudables beneficios del progreso técnico y la nueva era maquinista. En realidad, sólo quedaba aguardar a que se cumpliera el siempre necesario periodo de acomodación, para que las desnudas nue- nuevo concepto de belleza”.15 vas formas fueran naturalmente asimiladas, ya que “en ellas se El siempre atento Le Corbusier sólo tenía que recorrer el camino hallaba la expresión de férreas necesidades”.13 Fue necesario cambiar trazado unos años antes y reorientarlo en función de sus propios inte- el sentido de la mirada, dotándose de una nueva sensibilidad, para reses, la fruta había madurado, apenas se necesitaba abrir los ojos, así poder afirmar: “Este ojo nuevo ve, en el lugar de la desolación, ger- extender la mano y recogerla. minar el secreto de una nueva belleza y percibe, a despecho de la his- la esencia de sus propios propósitos y de la naturaleza de sus aspira- LOS TRES INGENIEROS: ALBERT KAHN O EL INGENIERO PRAGMÁTICO, LE CORBUSIER O EL INGENIERO “FACTOTUM”, PETER PALCHINSKY O EL INGENIERO HUMANITARIO ciones, fue el ingeniero, de modo que también inevitablemente fuera Sin embargo, la cuestión no sería tan sencilla, y en la actitud frente al necesario exclamar explícitamente: El verdadero arquitecto de nues- papel a desarrollar por el ingeniero, la línea de continuidad se quie- tra época es el ingeniero”.14 bra, siendo posible distinguir al menos tres posiciones claramente dife- toria del arte, las construcciones de la técnica desde un punto de vista artístico o, al menos, desde un punto de vista estético. Ciertamente, quien primero se dota de aquel nuevo ojo de modo natural, siguiendo Él, el Ingeniero, era quien no había dudado, quien había com- renciadas. La primera, digamos para entendernos, la de la “solvencia prendido tempranamente la nueva situación y quien, mirando de técnica”, defendida por A. Kahn y por su hermano Moritz, quien en la frente a la nueva realidad, se había dotado, con fe, de los nuevos ins- temprana fecha de 1917 publica The Desing and Construction of trumentos necesarios para abordar las inevitables consecuencias de Industrial Building,16 libro en el que ordena y sistematiza el conjunto de la nueva era tecnológica. Así, su figura resulta notablemente agigan- ideas que deben tenerse en cuenta en la búsqueda del edificio ade- tada, ya que “es sustancialmente más cómodo y más fácil divertirse cuado destinado a la producción industrial. La primera condición que combinando de distinto modo los motivos estilísticos tradicionales que establece es conocer a fondo todas las características que cada pro- interrogar a la vida acerca de sus necesidades latentes, con la inten- ducción industrial conlleva,”entendida como un flujo continuo y con sidad que lo hace la técnica moderna, que efectivamente ha enri- la menor cantidad de tiempos muertos e interrupciones”.17 Así, el sis- quecido la vida humana con un gran número de admirables estruc- tema productivo propugnado por Ford penetra en la misma concep- turas. La técnica no sólo ha ampliado nuestros conocimientos, sino ción del edificio. Simultáneamente, entiende las posibles técnicas también nuestras facultades, en suma, el ámbito de la potencia constructivas a utilizar como variables que, “aplicadas con propie- humana, y nos ha proporcionado fuerzas que hace sólo cincuenta dad”, han de implicar la reducción de tiempos, tanto de ideación años eran aún sueños de fábula. Es aquí entonces, en el campo de la como de ejecución. Además, los edificios para la industria deben Técnica, en donde deben buscarse los orígenes de una nueva arqui- cumplir con la idea de Ford y favorecer la predisposición del obrero tectura. Puesto que de lo que se trata, a fin de cuentas, es de esta- hacia el trabajo “a partir de la mejora de la cualidad global del blecer contactos con la naturaleza fuera de nosotros, de extender la ambiente”. Las condiciones estéticas del edificio quedan, para Moritz esfera de la acción de nuestros órganos y de nuestros nervios. Nuestra Kahn, en un segundo término, pues no pierde nunca de vista que el voz y nuestros brazos quieren atravesar el océano, quieren conectar objetivo fundamental es la “organización del espacio interior con- a las naciones, abreviar las distancias espaciales y temporales, con forme al ciclo de producción”.18 Con gran sentido práctico, reclama el cable, el piróscafo veloz, los automóviles, con numerosas instala- una nueva figura que juzga indispensable para lograr los fines pro- ciones y espacios, con vías, puentes y túneles, con estructuras de todo puestos: el “Factory Designer”, que tendrá la misión de “unir su cono- tipo, cuya forma surge de la necesidad y de la finalidad concreta, sin cimiento de la arquitectura con el de la ingeniería civil, la mecánica y atribuir ninguna importancia a los conceptos estilísticos preexistentes la electrónica”.19 heredados del pasado. Aquí, entonces, está la vida. Surge un nuevo Con semejantes argumentos, no es de extrañar que A. Kahn des- concepto de espacio y forma, una nueva idea de la arquitectura, un deñara la visión sustentada por Le Corbusier de “un genérico ingeniero 11 12 13 14 15 16 17 18 19 Hermann Muthesius. LUX, Joseph August, “Estética de la ingeniería”, en MALDONADO, Tomás, Técnica y Cultura, Ediciones Infinito. Buenos Aires, 2002. Ibid., pág. 87. Ibid., pág. 88. Ibid., pág. 91. Ibid., pág. 98. BUCCI, Federico, L’architetto di Ford, pág. 23, Città Studi, Milán, 1991. Ibid., pág. 24. Ibid., pág. 24. Ford Motor Company 1909-1918 Highland Park, Detroit Albert Kahn Packard Motor Car Company, edificio nº 10, 1905 Detroit Albert Kahn, Ernest Wilby Ford Motor Company ampliación, 1918 Vista exterior Highland Park, Detroi Albert Kahn factotum”, frente a su pragmática propuesta de una oficina de pro- viene a enfrentarse con la realidad para que puedan nacer nuevos yectos en la cual estuvieran eficazmente integrados todos los saberes Tiempos (al menos una nueva arquitectura). Stanislau von Moos, con- necesarios. Tampoco le interesaban a Kahn los resultados que los tinúa su texto tan ilustrativo: “La editorial del penúltimo numero de la arquitectos europeos alcanzaban, de quienes criticaba su apego a revista (L’Esprit Nouveau) es, de este modo, sintomática: el texto, diri- exhibir grandes superficies vidriadas, que eran más el resultado razo- gido por Ozenfant y confirmado por Jeanneret, no tiene nada de la nes estéticas que de “precisos controles de orden funcional”. Para él, furia propagandística de las primeras proclamas. Nada de exhorta- lo definitivamente importante era lograr un edificio industrial “como ciones al artista y al arquitecto para que abracen la técnica y la indus- perfecta máquina productiva”,20 a diferencia de Le Corbusier que lo tria como base de una reforma cultural universal. Al contrario, neta entendía como “magnífica primicia de nuestro tiempo”. Por otra separación del trabajo del arte, la poesía y la ciencia (que no deben parte, la actitud de Kahn no hace sino seguir la extrema lógica de la nada más que a sí mismos), y compromisos confortables y lucrativos situación, sin intentar salirse de ella ni un milímetro, ya que como enun- con la gloria y el éxito: es preciso optar entre Mercurio y Apolo”.23 ciara años después Ernst Jünger con su precisión acostumbrada: “La Frente al ingeniero de Le Corbusier, frente a Ford o Taylor, está la técnica halla un lenguaje nuevo; eso quiere decir: renuncia a todos actitud del ingeniero ruso Peter Palchinsky (1875-1929), quien se distin- los resultados que no sean los ya contenidos, como resultado de una gue nítidamente de ellos al valorar el papel que la técnica debe jugar operación aritmética, en la utilización de ese lenguaje”.21 La actitud en el progreso de la humanidad. Su “advertencia” a los jóvenes gra- que A. Kahn adopta en otros proyectos alejados del tema industrial, duados en las escuelas de ingeniería rusas era de otro calibre. “Creen ayuda a comprender su radical sentido práctico con relación a los que todo problema es puramente técnico, con lo que suponen que edificios fabriles, pues no traslada ninguna consideración teórica rela- cualquier solución que incorpora los últimos adelantos científicos es la cionada con la industria a temas como viviendas o edificios institucio- mejor”.24 nales, en los que actúa eclécticamente sin ninguna dubitación, de lo Palchinsky había comenzado su labor profesional en la cuenca que es plenamente consciente y queda reiteradamente justificado en del Don, allí fue enviado en 1901 para realizar un estudio sobre el fun- sus escritos. cionamiento de las minas. Elabora un informe minucioso sobre ellas, La relación entre Técnica y Arquitectura en Le Corbusier queda pero añade de propia iniciativa la descripción del modo de vida de dibujada con precisión por Ignasi de Solà-Morales: “Antes y ahora, la los mineros, sus infames alojamientos, dibujados con precisión, y el arquitectura es mediación entre las técnicas, las imágenes, el pano- penoso desarrollo de su vida cotidiana, que causó una profunda rama que la cultura de cada momento ofrece y lo que Le Corbusier impresión entre los responsables de los Ministerios de Comercio e Indus- llamará el orden del universo. Se trata de una palabra más genérica, tria y del de Finanzas. Simpatizante del Partido de los Socialistas Revo- más allá de la determinación técnica o práctica de cada obra. Es una lucionarios, fue desterrado a Siberia en 1906. Su visión de la ingeniería mediación entre el entorno técnico al cual los ojos del arquitecto parte de una premisa básica: los seres humanos deberían ser objeto deben estar bien abiertos y la finalidad estética que constituye el de la máxima consideración en la planificación industrial. Huido de último objetivo de la obra arquitectónica. La mediación de la arqui- Siberia, trabaja en Alemania, Francia, Inglaterra, los Países Bajos e Ita- tectura no se juega, en último término, en el nivel práctico, productivo, lia. Cuando se le encargaron, en razón de su prestigio, informes sobre particular de los objetos, sino en el discurso, expresión o mensaje que las actividades portuarias de Amsterdam, Londres y Hamburgo, “advir- desde ellos puede establecerse, como manifestación del tiempo pre- tió que no se podrían ejecutar con eficacia las labores de estiba y sente”.22 Las diferencias con A. Kahn son obvias, y se acentuarán desestiba si los trabajadores no tenían interés y preparación para ello”. cuando Le Corbusier, desilusionado por no encontrar verdaderos hom- Regresa a Rusia en 1913, donde continúan sus problemas políticos y bres de la industria en Francia, fracasadas las experiencias con Gabriel funda un centro para el “estudio racional de los recursos naturales de Voisin y la corta colaboración con Henry Frugès, se retira en sus cuar- Rusia”. Defensor y partícipe en el Gobierno Provisional, con la Revolu- teles de invierno, “a cincelar su autorretrato de artista”. Nunca más ción de Octubre, será de nuevo encarcelado, saliendo de prisión por una imagen de industrial, sino el retrato de un “gran hombre” que intervención directa del propio Lenin, del que difería notablemente 20 Ibid., pág. 24. 21 Ibid., pág. 51. 22 SOLÀ-MORALES, Ignasi de, “High-tech. Funcionalismo o retorica”, en Arquitectura nº 300. 23 MOOS, Stanislaus von, “Standard et élite: le syndrome Citrohan”, en voz “Industrie”, en Le Corbusier, une encyclopédie, Centre Georges Pompidou, París, 1987. 24 GRAHAM, Loren R., El fantasma del ingeniero ejecutado, págs. 61 y ss., Editorial Crítica, Barcelona, 2002. Ford Motor Company, ampliación, 1918 Vista interior Highland Park, Detroit Albert Kahn Export Building, ChryslerDodge Half-Ton Truck Plant, 1938 Vista interior Temple Beth, 1903 Detroit Albert Kahn con relación al entendimiento global del desarrollo industrial en la Unión Soviética. Mientras Lenin afirmaba en 1918: “Debemos introducir el sistema taylorista y los sistemas científicos de los americanos para Casa Kuhb, 1914 Grosse Point, Michigan Albert Kahn, Ernest Wilby pretar el mundo. Naturalmente, esa permeabilización de la arquitectura por el mundo de la industria tenía viejos y abundantes antecedentes. aumentar la productividad del trabajo en todo lo ancho de Rusia”, Podrían ponerse muchos ejemplos del largo proceso bajo aquella Palchinsky y sus colaboradores se “preocupaban de los efectos atur- influencia progresiva, me quedaré con el que me parece más emble- didores que podrían tener para los trabajadores la imposición de los mático, dadas la categoría y circunstancias de su protagonista. métodos de Taylor y Ford”. Como señala Loren R. Graham, él propo- Cuando en fechas anteriores preparaba su viaje a Inglaterra, que nía otro enfoque general: “El mundo para los seres humanos”. Su fór- tuvo lugar entre el 16 de abril y el 22 de agosto de 1826, lejos estaba mula era: la “ingeniería humanitaria”, que tenía como idea elevar los Karl Friedrich Schinkel de intuir las consecuencias que tal aconteci- conocimientos de los trabajadores hasta tal grado que los primitivos miento tendría para su visión de la arquitectura y, a la postre, para la métodos del taylorismo, pensados para obreros sin experiencia, fue- arquitectura misma. Y eso que Schinkel realiza el viaje acompañado ran innecesarios: “Los trabajadores bien informados serían dueños de de Peter Beuth, buen conocedor de las novedades industriales de su trabajo, no sus esclavos”. Profesor del Instituto de Minería, consejero Inglaterra, pues ya había estado en este país tres años antes. De la estatal de grandes proyectos, importante y respetado ingeniero, impresión que los edificios industriales producen en Beuth quedan miembro del Gosplan, sus ideas acerca de los principios que deberían varios textos25 en los que este refleja aquel impacto, alguno dirigido orientar el trabajo de la ingeniería no dejarían de acarrearle conti- al propio Schinkel en 1823: “El milagro de nuestro tiempo, querido nuados problemas políticos. El enfrentamiento final no tardaría en lle- amigo, son para mí las máquinas y los edificios construidos para ellas, gar. Mientras que Stalin sostenía que: “no hay fortaleza que los bol- llamadas factory. Un ejemplo usual puede tener hasta ocho y nueve cheviques no puedan tomar por asalto” y “la tecnología lo decide pisos de alto, y tiene además hasta cuarenta ventanas a lo largo y al todo”, Palchinsky, más socrático, reflexionaba de otra manera: “No menos cuatro de profundidad. Las columnas son de metal y las vigas somos magos, no podemos hacer cualquier cosa”. Nada puede que se apoyan sobre estas también. Un gran número de estos conte- extrañar que la defensa de aquellas ideas le llevara al aniquilamiento. nedores se encuentra también en puntos muy elevados que dominan Fue ejecutado, clandestinamente, en 1929. los alrededores, a esto se le suma un bosque de chimeneas aún más Probablemente, si Le Corbusier no se hubiera sentido mago en su altas. Producen un maravilloso efecto desde lejos, sobre todo de edificio para el Centrosoyus en Moscú, quizá habría obtenido mejores noche, cuando millares de ventanas se iluminan con la luz de gas”. Y resultados. si del exterior le impacta la imponente presencia, en el interior le llama la atención el sistema constructivo adoptado en alguno de aquellos edificios: “Las bóvedas se apoyan sobre vigas y columnas de hierro INDUSTRIA Y ARQUITECTURA MODERNA colado” y también el ambiente de limpieza dentro de las fábricas: Con probabilidad de acierto, puede decirse que donde más clara- “después de una visita que duró muchas horas, mi vestido no refle- mente se han concretado las características de la modernidad arqui- jaba la más mínima mota de polvo”, sacando la conclusión, como tectónica ha sido en la resolución de los problemas planteados por los nos relata Marco Pogacnik, de que “todo esto no era un lujo inútil; el requisitos de indispensable cumplimiento del edificio industrial y en la hecho de trabajar en ambientes limpios y con máquinas construidas adecuada expresión de los mismos. En cierto modo, las características con cuidado y precisión animaba al operario a agradecer y repro- arquitectónicas desveladas en los edificios de carácter industrial aca- ducir en su trabajo la misma inteligencia y decisión”. Sin duda, clara barían imponiéndose como argumentos definitorios de la nueva arqui- anticipación, con todas las lógicas diferencias, de lo que serían, ya lo tectura, del mismo modo que la nueva era industrial acabaría trasto- hemos visto, las ideas de Ford y Taylor al respecto. cando los viejos valores y alumbraría un nuevo modo de ver e inter- Más adelante, la masiva disponibilidad de materiales como el 25 POGACNIK, Marco, “La fabbrica e l’architetto. Il viaggio in Inghilterra di Schinkel”, en Casabella nº 651-652. Apuntes de Schinkel de su viaje a Inglaterra Sastrería Esders, 1919 París Auguste Perret hierro, el hormigón y el vidrio, propiciada por el mismo desarrollo CENTRALES HIDROELÉCTRICAS industrial, pondrá a disposición de la arquitectura, como es bien Un tipo de industria ha tenido especial transcendencia en el periodo temporal que estamos tratando: la hidroeléctrica. Circunstancia perfectamente esperable, ya que la producción de electricidad ha constituido una de las características fundamentales del siglo XX. Así lo había entendido clarividentemente Tony Garnier, que en varias de las laminas más significativas de su Cité Industrielle, representa la fábrica de producción eléctrica en el valle y, en lo alto, la presa de contención del río, como si la nueva ciudad, y toda nueva ciudad, dependiera ya, inevitablemente, de la “nueva” fuente de energía. Garnier, por lo demás, no hacía sino seguir aquí los pasos de su admirado novelista e ideólogo Emile Zola y de otros novelistas de la utopía, como William Morris o Anatole France, preocupados por encontrar salida a las terribles condiciones urbanas y humanas que las ciudades de la primera revolución industrial habían creado. Luc, el ingeniero (¡por cierto!) protagonista de Travail, siguiendo el camino iniciado por su maestro Jordan, es capaz de controlar la energía eléctrica, domesticarla y “sus turbinas transformarán la naturaleza misma de la vida”, y así alumbrar la nueva Cité Radieuse.26 La aportación de la electricidad ha sido decisiva en toda la transformación económica y cultural del siglo pasado, una vez que se superaron las dificultades para su transporte, desde los lugares de producción a los del consumo. Al mismo tiempo, las mismas instalaciones hidroeléctricas alcanzarán significación por su capacidad transformadora de amplios territorios y la construcción de nuevos paisajes directamente derivados de su implantación. La presencia de la ingeniería a gran escala, la atención que generalmente prestaron las firmas promotoras de estas industrias, dotadas, necesariamente por su naturaleza, de una importante capacidad financiera, así como la calidad y representatividad de sus edificios, plantearon, desde el principio de sus actividades, un tema de notable interés cultural en relación con las decisiones proyectuales a adoptar: se hacía absolutamente indispensable la presencia simultánea del ingeniero y de la “sensibilidad arquitectónica” a fin de dotar al resultado final de la calidad emblemática que se perseguía. La “modernidad” de la electricidad, el convenci- sabido, nuevas posibilidades expresivas y también una nueva configuración espacial. Efectivamente, la resolución de los problemas del funcionamiento interno y la aspiración a lograr la necesaria flexibilidad funcional, conducirán, básicamente, a dos tipos de estructura: la retícula de pilares y los grandes espacios abovedados, el primero adoptando indistintamente el acero o el hormigón y el segundo basado fundamentalmente en este material. En ambos casos late la misma idea: la necesidad de resolver lo que Auguste Perret llamaba “los requisitos permanentes y los efímeros” a partir de la idea del abri souverain. Y si la estructura afirma siempre su contundente presencia en el moderno edificio industrial, a su vez las necesidades de una iluminación idónea y la aspiración a exhibir su propia racionalidad, haciendo de esta exhibición una de sus razones expresivas, imponen la idea de la ligereza que, en cierta medida, va asociada con la idea de transparencia. Ligereza y transparencia aparecen entonces como recursos expresivos de lo moderno, lo que implica entre otras consecuencias un nuevo discurso de la fachada. La literalidad de la transparencia juega un papel fundamental en la exhibición del funcionamiento interno del edificio, lo que permite mostrar al mundo la idoneidad de lo que en el interior se está produciendo, la literalidad de lo que es, sin ningún tipo de mediaciones. Y ello será posible a partir de dos consideraciones constructivas, por un lado el radical abandono de la condición portante de la fachada y, por otro, la incorporación del vidrio en las amplias superficies del cerramiento. Pero el vidrio, de condición transparente, adquiere matices y brillos por efecto de la luz, que acentúan sus posibilidades expresivas hacia la desmaterialización. Por otra parte, la combinación del vidrio con la luz eléctrica, también producto de la reciente industria, abrirá nuevas posibilidades al lenguaje arquitectónico. Si la luz artificial había cambiado la fisonomía de las ciudades, ahora podrá cambiar, en la nocturnidad, la de los edificios modernos, cuyos arquitectos muestran un inusitado aprecio por esta nueva posibilidad. Si la arquitectura, desde el templo griego, siempre reconoció en la luz natural un material propio, la luz eléctrica, como señala A. Luçart, será ahora uno de sus “nuevos elementos”. 26 VIDLER, Anthony, “L’Acropole moderne”, en Tony Garnier. L’oeuvre complète, Centre Georges Pompidou, París, 1989. Central eléctrica de la Cité Industrielle de Tony Garnier miento de que su “limpieza” podría obviar muchos de los inconvenientes generados por el carbón como fuente de energía y toda la ideología progresista que en su alrededor se fue consolidando, están seguramente en el fondo de la notable calidad arquitectónica que, en general, acompañó a estas instalaciones industriales en todos los países, desde la Unión Soviética a los Estados Unidos, por citar geografías extremas. Vapor Aymerich, Amat i Jover, 1909 Terrassa Lluís Muncunill de los años veinte. Sirvan las anteriores citas como ejemplos especialmente significativos que, en razón del espacio temporal de este estudio, preciso es que queden fuera de él. También cabría añadir aquellos otros en que las “contaminaciones” estilísticas hacen muy problemático establecer rotundas filiaciones con lo “moderno”, por ejemplo: la fábrica Esperanza y Cía, construida en 1928 por C. Uriarte en Markina-Xemeín (Vizcaya); la industria automovilística Firestone Hispania de P.Mendizábal y M. Bas- ARQUITECTURA MODERNA E INDUSTRIA EN ESPAÑA Cuestiones de metodología tida (1932) en Basauri (Vizcaya); SACEM de Luis Astiazaran (1939) en Para estudiar lo que ha sido la influencia del Movimiento Moderno en Tarragona) que el colaborador de Gaudí, Cesar Martinell, proyecta nuestro país es necesario definir algunos planteamientos metodoló- en 1936. El hecho de limitar decididamente este Registro a la arqui- gicos que orienten la prosecución de este objetivo. El primero de tectura industrial claramente vinculada al Movimiento Moderno, ellos es reconocer la ruptura que supuso la Guerra Civil con la tradi- allana algunas dificultades de decisión, lo que no obvia, desde ción cultural de la República, en la que había surgido una potente luego, la formulación de sugerentes e inquisitorias preguntas a cerca arquitectura “moderna”, aunque ciertamente vinculada a muy de los límites conceptuales y temporales de lo estilístico. Villabona (Guipúzcoa); la Paperera Catalana (Picamoixons, Valls, escasos territorios ibéricos. Esta ruptura ha sido generalmente acep- De las obras que aparecen en este registro conviene hacer tada para hablar de un antes y un después en relación con el Movi- algún comentario previo de conjunto, que ayude a enmarcar sus cir- miento Moderno. cunstancias. Señalar, en primer lugar, la importante presencia numé- En España, solamente en el País Vasco y en relación con los edi- rica de industrias que no forman parte del cuadro habitual de ficios industriales, se pueden reconocer rasgos de una cierta conti- empresas de fuerte implantación económica o de tamaño. Me nuidad con lo moderno después de la contienda civil, lo que puede refiero a pequeñas industrias vinculadas a sectores productivos encontrar argumentos explicativos en la inmediatez de la relación como, por ejemplo, la alimentación, el tabaco, las conserveras o el forma-función de la arquitectura industrial y también en el poco calzado. La explicación a esta aparente anomalía hay que buscarla espacio para la representación que se le reconocía a este tipo de en las peculiaridades del incipiente desarrollo industrial y lo que se instalaciones. ha venido en llamar “la cara oculta de la industrialización espa- Otra consideración inicial merece la cuestión de las fechas. Por ñola”,28 entendiendo por ello el conjunto de un gran numero de diversos argumentos, DOCOMOMO Ibérico viene adoptando como pequeñas empresas, basadas en recursos locales tanto de produc- espacio temporal en que acotar sus estudios, los años comprendidos tos como energéticos, localizadas tanto en ciudades como en entre las fechas de 1925 y 1965,27 y aquí ciertamente va a seguirse, pequeñas poblaciones rurales, que permeabilizaron para el proceso no sin alguna dificultad, pues es difícil aceptar que determinados industrial amplios territorios hispanos. Entre las industrias de fuerte ejemplos queden fuera de este registro. Pienso, por ejemplo, en: la implantación económica o tecnológica debe resaltarse la aporta- fábrica textil Aymerich, Amat y Jover, construida en Terrasa entre los ción de las hidroeléctricas a la arquitectura moderna. años 1907-1909 por el arquitecto Lluís Muncunill i Parellada, con sus Otra circunstancia que puede resultar clarificadora es el reparto 11.000 m2 y 161 bóvedas catalanas apoyadas sobre vigas curvas de territorial de las industrias cuyos edificios aquí se registran. Quizá el hormigón, que a su vez descansan sobre pilares de fundición; los aspecto más llamativo sea la enorme densidad de edificios de cali- talleres de la Babcock & Wilcox (1919) en Baracaldo; algunos de los dad vinculados a la arquitectura del Movimiento Moderno que se tinglados mineros asturianos o los iniciales talleres del Metro madri- encuentran en Asturias, con ventinueve elementos seleccionados, leño (1920-1923), debidos al arquitecto Palacios y al ingeniero Ota- de Madrid se referencian ventidós, veintiuno del País Vasco y Nava- mendi; también las importantes instalaciones industriales de Altos rra, dieciséis de Cataluña, apareciendo con un número significativo Hornos del Mediterráneo, en Sagunto, que se ejecutan en la década de edificios Comunidades Autónomas en las que se consideraba 27 PÉREZ ESCOLANO, Víctor, ” El registro de arquitectura del movimiento moderno”, en Arquitectura del Movimiento Moderno. Registro DOCOMOMO Ibérico, págs. 8-10, DOCOMOMO Ibérico/Fundacion Mies Van Der Rohe, Barcelona, 1996. 28 SOBRINO, Julián, Arquitectura industrial en España, 1830-1990, pág. 206, Cátedra, Madrid, 1996. Torre de la luz, 1955 Cádiz M. Toscano Fábrica de calzados “Comanche”, 1965 Burgos Luis Peña Ganchegui Laboratorios Jorba, 1965 Madrid Miguel Fisac que la industrialización, en los años aquí abarcados, era práctica- periodo recogidas en el presente registro, de un territorio tan tem- mente inexistente. pranamente industrializado como Cataluña. Se trata de la fábrica Finalmente, señalar que el conjunto de los edificios industriales Myrurgia (Barcelona, 1927-1929), que encaja su planta en media analizados lo han sido en función de estar relacionados con alguna manzana del ensanche de Cerdá, incorporando en la composición actividad directamente productiva, por lo tanto, quedan fuera de de las fachadas y en la organización de sus espacios interiores un este registro otros relacionados exclusivamente con servicios, trans- amplio abanico de referencias estilísticas, desde el noucentisme al portes o almacenaje; es el caso de notables estructuras como la Torre racionalismo, pasando por el art-déco. La segunda obra aquí reco- de luz de Cádiz (M. Toscano, 1955) que tanto recuerda alguna de las gida es la fábrica de tejidos Germans Batló (Barcelona, 1935), repre- importantes construcciones del ingeniero soviético Vladimir G. Suchov sentativa de las industrias textiles que tanta importancia tuvieron en (1853-1939). También señalar que nos referimos a obras construidas y la economía catalana de este periodo. que al día de hoy presentan un razonable estado de conservación y No puede dejar de significarse uno de los complejos industriales de identidad con sus características iniciales, lo que impide hacer refe- más relevantes del momento, como fueron los Altos Hornos de rencia a edificios industriales que fueron notables en su momento, Sagunto, recogiéndose en este Registro los “interiores” del almacén como los de SEAT en la plaza Cerdà de Barcelona, calzados Coman- de efectos y repuestos, singular obra del año 1927 que confía al hor- che (Burgos) de Luís Peña Ganchegui o los laboratorios Jorba (Madrid) migón su potente solución estructural. de Miguel Fisac. La industria vinculada a la agricultura dejó singulares instalaciones en algunos territorios de la geografía española, de muchas de las Las obras más significativas de los años republicanos cuales hoy sólo resta lamentar su desaparición, alguna tan intere- El escueto desarrollo industrial en la España inmediatamente anterior sante como la ampliación de la fábrica de Chocolates Orús (Ara- a la Guerra Civil, viene reflejado en la escasez de ejemplos tanto por gón), construida en la década de los años treinta. Afortunadamente, calidad arquitectónica como por la concentración geográfica de los en este territorio aún se conserva la Azucarera de Alagón (Alagón, mismos. También en la casi nula atención que las publicaciones espe- 1925-1940) de la que se recoge la nave de pulpa, en cuya resolución cializadas dedicaban al tema; baste poner de manifiesto que en estructural (90 x 18 x 10 m) se combinan hormigón armado y mate- AC, la revista del GATEPAC, sólo se hace mención a la industria y su riales y procedimientos tradicionales, con un gran sentido construc- repercusión en la arquitectura, en el apartado de Edificios Industria- tivo aplicado a las disponibilidades materiales. les, al edificio de Rubió Tudurí para la Metro Goldwyn Mayer Ibérica En zonas tan poco industrializadas como Extremadura o las dos SA en Barcelona y a la instalación del periódico de Buenos Aires, La Castillas, existen una serie de pequeñas industrias, en buena medida Nación.29 vinculadas a la agricultura y a la llamada “industrialización oculta”. De los conjuntos reflejados en el presente registro, la mayor parte Cabe destacar la fábrica de cementos Lafargue-Asland, empresa se sitúan en el industrializado País Vasco, con ejemplos tan significa- que había comenzado su funcionamiento a partir de la temprana tivos como la fábrica Laborde Hermanos, construida en fecha tan fecha de 1901, por iniciativa de Eusebio Güell y Bacigalupe, con una temprana como 1928 por Luis Tolosa, en Andoain (Guipúzcoa), apo- primera fábrica en Pobla de Lillet. Buscando satisfacer los nuevos yándose compositivamente en una contundente horizontalidad. mercados del centro peninsular, se construye la de Villaluenga de la Merecen la pena destacar, por su voluntad de integración en el Sagra, en la que se encuentra la Nave de Talleres (1927-1929) reco- lugar, la Harino Panadera de Antonio Araluce (1933-1936) en Getxo gida en este Registro. En Palencia, mención especial requiere La (Vizcaya) y la fábrica de Chocolates de Loyola de D. Lizaur (1936- Yutera Palentina (1936-1938), obra de los desatacados arquitectos 1939) en Oñati (Guipúzcoa). Aunque quizá el ejemplo más significa- Luis Carlón Méndez-Pombo y Julián Laguna, destinada a la elabora- tivo de la época y en estos territorios sea Las Vidrieras de Llodio (Viz- ción de sacos de yute y que fue concebida como un gran complejo caya), construida en 1935. industrial con escuela, guardería, viviendas y campo de deportes, y Especial relieve hay que dar a una de las dos obras de este 29 A.C./GATEPAC nº 3 y 14, 1931-1937. en el que la confianza en el lenguaje racionalista organizaba todo el Vidrierías de Llodio, 1935 Llodio Nave de talleres de la fábrica de cemento Lafargue-Asland, 1927-1929 Villaluenga de la Sagra Fábrica Myrurgia, 1927-1929 Barcelona Antoni Puig i Gairalt La Yutera Palentina,1936-1938 Palencia Julián Laguna, Luis Carlón Mendez-Pombo Pozo de Santa Bárbara, Mieres,1913-1965 Parroquia de San Andrés, La Rabaldana, Turón, Mieres Fábrica de gas y electricidad de Oviedo, 1932-1936 Miguel García Lomas-Somoano y Joaquín Vaquero Palacios, Joaquín Vaquero Palacio, Ildefonso Sánchez del Río y Pisón. Oviedo conjunto. Vinculada a la minería, debe destacarse aquí la nave de aunque no decididamente vinculadas al Movimiento Moderno, almacén de material de Aldea Moret, por su singular estructura abo- cabe señalar solamente dos: la primera construida en la temprana vedada de hormigón, construida en el año 1930. fecha de 1928 por el arquitecto vigués Francisco Castro, con una sor- En Valladolid, Constantino Candeira construye las oficinas de la prendente fachada de raíz claramente expresionista, y la construida refinería de aceites Hipesa, que por su moderna formalización aca- en Cangas del Morrazo (Pontevedra) en 1941, sobre una amplia baría siendo conocida como la Casa del Barco (1935-1936). extensión que incluía áreas específicas de fábricas de harina, hielo, La industria del tabaco dejó en Santa Cruz de Tenerife una obra envases y producción de electricidad, se completaba con vivien- singular de la mano del arquitecto canario Miguel Martín Fernández das, hotel, campo de deportes, guardería, etc., y en la que su arqui- de la Torre, al construir la fábrica La Belleza (1929-1930), de cuidada tecto, Tomás Bolívar, utiliza grandes paños vidriados en clave racio- composición y claridad organizativa, pero cuya presencia urbana nalista.30 Sí se incluye la ampliación de los silos de la Panificadora de ha perdido parte de su singularidad al adosársele, posteriormente, Vigo (1930), en la que participa el arquitecto Manuel Gómez Román una nueva edificación, privándola de su originaria esquina. junto a un equipo de ingenieros alemanes, y que constituye un con- Otro territorio en el que la industrialización dejó sentir pronto sus tundente ejemplo de silos construidos mediante la técnica de enco- efectos tempranos es Asturias. Aquí, las industrias más importantes en frado deslizante, con sólo diez centímetros de espesor y más de estos años están relacionadas con la extracción del carbón, prolife- veinte metros de altura, que bien podría haber ilustrado las paginas rando los castilletes metálicos, tan característicos de los pozos mine- del libro de Reyner Banham, La Atlántida de hormigón, en su capí- ros, alguno de cuyos ejemplos más significativos son el de Pozo Santa tulo “El elevador de grano”, o del “Amerika: Bilderbuch eines Archi- Bárbara (1913) de la Sociedad Hullera del Turón (Mieres) o el del Pozo tekten” (1926) de Erich Mendelsohn.31 San José (Mieres), aunque este de fecha posterior (1947), ninguno de No se puede cerrar este apartado de obras referidas a años los cuales se recoge aquí, por entender que, a pesar de su induda- anteriores a la Guerra Civil sin mencionar dos de singular interés, ble interés constructivo e histórico, resultan difíciles de situar en el debido a su belleza paisajística y territorial, aunque la segunda de ámbito de lo estrictamente arquitectónico, al igual que las contun- ellas no se halle recogida en el presente Registro. Me refiero, en pri- dentes tolvas de carbón de Cementos Fradera de 1929 en Pola de mer lugar, a las minas de oro de Rodalquilar en el Cabo de Gata Laviana. Sí se incluye una obra de indudable interés, como la fábrica (Almería), cuya explotación comenzó en los últimos años del siglo XIX; de das y electricidad de Oviedo, que sufre un proceso complejo de interrumpidos los trabajos durante años, posteriormente se reanuda- obras sucesivas, la primera de las cuales se inicia en 1932, y en la que ron a partir de 1928, alcanzando el nivel de extracción su punto participan profesionales tan significativos como el ingeniero Ildefonso álgido después de 1952. Lo que hoy queda de estas minas es un Sánchez del Río y los arquitectos Joaquín Vaquero Palacios y Miquel lugar fantástico, donde las obras necesarias para la adecuada García Lomas. Este interesante conjunto de edificios se encuentra, explotación, muros de contención, tolvas, depósitos, etc., junto a la como tantos otros, con el problema de su destino futuro. La caduci- áspera topografía natural del terreno, acabaron por formar un con- dad funcional ha alcanzado a estas instalaciones industriales, a las junto inseparable de artificio y naturaleza, que aguarda el conoci- que, además, el tiempo, debido al crecimiento de la ciudad, sitúa miento, la decisión y el empuje necesarios para convertir todo el en terrenos de muy codiciada centralidad. conjunto en lugar de atracción y visita, a partir de una adecuada y También en la Galicia del noroeste la industria ha dejado huellas de su actividad, naturalmente reducida a ejemplos esporádicos, salvo los dedicados a la industria pesquera. De voluntad moderna, atenta reutilización para fines que satisfagan necesidades propias de nuestro presente. La segunda referencia es hacia los blancos montículos recorta- 30 SOBRINO, Julián, op. cit. pág. 206. 31 GARCÍA BRAÑA, Celestino, AGRASAR QUIROGA, Fernando, ”Introducción” en Arquitectura Moderna en Asturias, Galicia, Castilla y León. Ortodoxia, Márgenes y Transgresiones, pág. 16, COAA/COAG/COACYLE/COAL, La Coruña, 1998. Salinas de Brac del Port. Santa Pola Conservera, 1941 Cangas de Morrazo T. Bolivar Instalaciones mineras de producción de oro, 1954-1956 Bancada de los molinos de trituración Cabo de Gata La Panificadora, 1924-1930 Vigo Manuel Gómez Román, Otto Werner dos en el paisaje que constituyen las Salinas Braç del Port en Santa que un magnífico conjunto de clara vinculación moderna está Pola, cuyas grúas móviles y “caminos de hierro” elevados recorren rematado por un templete clasicista, buen ejemplo de las muchas centenares de metros desde 1934. contradicciones del momento; BITA (1947, Pasaia, Guipúzcoa), en el que su autor, Fausto Gaiztarro, pretende lograr una adecuada inte- Después de la Guerra Civil gración en el espacio urbano de su entorno. Se produce un corte radical con todo aquello que hubiera tenido De estos primeros años de la posguerra apenas pueden seña- connotaciones de cualquier tipo con la Segunda República. La larse dos ejemplos fuera del País Vasco: la fábrica textil Artextil sociedad española sigue un camino diferente a la casi totalidad de (Sabadell, Barcelona) de Santiago Casulleras y Forteza, y la fábrica los países europeos y, desde luego, no sólo en el ámbito de lo arqui- de harinas Bufort (Alicante), de Miguel López, ambas construidas tectónico. Se sucumbe intencionadamente a unas ideas trasnocha- entre 1940 y 1941. das, apartadas de lo real y ancladas en la metafísica, ignorando u ocultando que, en aquellos años, en los países de nuestro entorno Arquitecturas de la electricidad cultural, habían triunfado definitivamente lo racional, el pragma- Afortunadamente, en la península Ibérica podemos contar con un tismo y la ciencia; Europa transitaba por estos senderos, mientras que amplio panorama de importantes industrias hidroeléctricas alberga- la sociedad española de posguerra continúa añorando un viejo das en magnificas arquitecturas, que reflejan las específicas carac- pasado, por cierto inexistente y fabulado, sin querer darse cuenta de terísticas de cada región geográfica, sus modos de gestión, así como dónde estaba el camino del futuro inmediato, que las fuerzas emer- los particulares enfoques de los arquitectos e ingenieros que intervi- gentes estaban inequívocamente señalando. Se negaba toda vali- nieron en su construcción. dez al pensamiento indagador, refugiándose en supuestas glorias del En España, el mito y la realidad de la energía eléctrica se inicia pasado, prefiriendo, en expresión de Robert Musil, “obedecer los en Barcelona a partir de los experimentos de Francisco Domènech, oscuros, temerarios dictámenes del alma”. químico y farmacéutico, que en junio de 1852 consiguió iluminar su En el terreno de lo arquitectónico tampoco hubo lugar para farmacia en la calle de La Unión. A partir de 1858, con el nombre de acontecimientos que contradijeran la tónica general, aunque cier- “Aplicaciones de la electricidad y la luz” se enseñaba en las Escuelas tamente quedó cierto margen para algunas excepciones: en terri- Especiales de Ingenieros Industriales. En 1872, se exhibe en la Exposi- torios como León, Zamora, Palencia o Galicia, arquitectos vincula- ción de Viena la primera máquina “Gramme”, que se importa poco dos al régimen franquista, o al menos no mal vistos por él, realizaron, después para lo que sería la primera fábrica de luz eléctrica en la en años inmediatamente posteriores a 1939, algunos edificios de Rambla de Canaletas, poco después, en 1881, se constituirá la viviendas en clave expresionista. Por otra parte, en el terreno de la Sociedad Española de Electricidad. Madrid también inicia pronto la industria también se dieron pequeños márgenes para alguna “trans- “carrera de la electricidad”. Edificios pioneros serán el del Ministerio gresión moderna”, especialmente en el País Vasco. Ejemplos signifi- de la Guerra y el del Ayuntamiento. El camino surge imparable y cados de esta circunstancia son: SACEM (1939, Villabona, Guipúz- rápido, buques de guerra y teatros son los primeros artefactos en coa) de Luis Astiazaran; Manufacturas Olarán (1939, Beasaín, Gui- incorporar la electricidad para la iluminación, y lo hacen con natu- púzcoa) de Florencio Morocoa; Aurrera (1940, Éibar, Guipúzcoa) de ralidad, como si de algún modo estuvieran aguardando por ella, lo Raimundo Alberdi; Sefanitro (1942-1950, Barakaldo, Vizcaya) de Ger- cual es posible por la adaptabilidad de la técnica en el proceso de mán Aguirre; los talleres Muñoz Mendizábal, también conocidos su imparable implantación. A ello se refiere, una vez más, E. Jünger: como el Edificio Tigre, (1942, Bilbao, Vizcaya) de Pedro Ispizua, en el “Así, es notable el hecho de que la técnica emplee fuerzas motrices Sefanitro, 1942-1950 Almacén de Sulfato Barakaldo Germán Aguirre Fábrica Artèxtil, 1940-1941 Sabadell Santiago Casulleras i Forteza Presa de Canelles, 1958-1962 Río Noguera Ribagorzana Eduardo Torroja y Carlos Benito Presa y central de Mequinenza, 1958-1964 Mequinenza Manuel Sánchez del Corral cada vez más precisas, sin que por ello experimente variación Pero será en Asturias, sin duda alguna, donde se construirán nota- alguna la idea fundamental de sus medios que, por ejemplo, con bilísimos ejemplos de arquitecturas vinculadas a los ideales del Movi- posterioridad a la fuerza del vapor, emplee el motor de explosión y miento Moderno, promovidas por dos empresas: Hidroeléctrica del la electricidad, fuerzas cuyo círculo de utilización será quebrantado, Cantábrico y Eléctrica del Viesgo. Curiosamente, ambas contarán a su vez, en un tiempo previsible, por unas potencias dinámicas altí- con los dos arquitectos asturianos más cualificados: Hidroeléctrica del simas. La técnica es siempre, por así decirlo, el mismo carruaje, al Cantábrico con Joaquín Vaquero Palacios y Eléctrica de Viesgo con cual está aguardando un nuevo tiro de caballos”.32 el equipo formado por el ingeniero Juan José Elorza y el arquitecto La energía hidroeléctrica, que inicialmente sólo es aprovechable inmediatamente al lado del lugar de producción, se desarrolla Ignacio Álvarez Castelao, aunque en este caso debido a la insistente petición del arquitecto y, según parece, de forma gratuita.33 con rapidez, como ya se indicó, una vez que se vencen los obstácu- La más temprana se encuentra en Grandas de Salime (1953- los técnicos para su transporte, dando lugar a una tupida red de 1954), en la que Vaquero Palacios comienza su participación embalses y centrales eléctricas que se repartirán por toda la penín- cuando las obras estaban notablemente avanzadas, concentrando sula y, en general, siendo ocasión para edificios e instalaciones de su actuación en tres puntos: en el frente de la entrada, incorporando notable interés arquitectónico. un gran muro de hormigón con bajorrelieves alegóricos a la energía Del periodo de tiempo que nos ocupa, y con decididas vincula- eléctrica; en el interior, a través de una cuidadísima escalera de hor- ciones al Movimiento Moderno, se recogen en este registro la presa migón, muy bien iluminada, con barandillas exquisitamente dibuja- de Anchuricas (Santiago de Espada, Jaén, 1957), de E. Becerril y J. A. das en acero, se llega a un espacio “catedralicio” que aloja dife- García; en Aragón la de Mequinenza (1958-1964), del ingeniero rente maquinaria, entre la que destacan las potentes turbinas, los Manuel Sánchez del Corral –sus grandes dimensiones, supera los 450 controles automatizados, el puente grúa y una pasarela interior m de anchura, requirieron una construcción muy sofisticada y una situada en lo alto, próxima a la cubierta inclinada, sostenida por una cuidada disposición en el lugar–, y la presa de Canfranc (1945-1969), serie de ménsulas de hormigón expresivamente pintadas, labor que de Conrado Sancho Rebollida y Miguel Fisac; en Cataluña la presa se extiende a los muros laterales, donde también trabaja su hijo, el de Canelles (río Noguera Ribagorzana, Lleida, 1958-1962), proyec- pintor Vaquero Turcios. Juntos elaboran un gran mural en el que, tada por Eduardo Torroja y Carlos Benito según la tipología de ¡cómo no!, interpretan toda la epopeya constructiva y tecnológica bóveda, con una altura en torno a los 140 m, y con un sistema de ali- de la electricidad. Finalmente, en el exterior, unas potentes volume- viadero, aguas arriba, que permite que el agua no rebose sobre la trías, que parecen surgidas de las profundidades del pantano, alo- pared exterior de la presa, lo que la hace recorrible exteriormente jan los mecanismos de las compuertas, cuyos remates superiores se mediante un sistema de bancales y escaleras, que confrontan sus constituyen en miradores hacia la superficie de las aguas y el fondo “escultóricas” formas con las de su envolvente naturaleza; la presa del valle y, a su vez, desde la lejanía, en potentes volúmenes de de Cavallers (Vall de la Noguera del Tort, Lleida, 1958-1960) de remate de clara inspiración mendelsohnniana, mostrando la habili- Gerard Millet y Felipe Costa, también hermosamente integrada en el dad de Vaquero Palacios en el manejo del hormigón. En una de las entorno, y la de Susqueda (río Ter, Susqueda, Girona, 1963-1968); de laderas del valle se perciben los restos del poblado construido para la Comunidad Valenciana la estación hidroeléctrica de Cirat (Río los obreros durante la construcción del pantano y las imponentes Mijares, Castellón, 1960-1962). Singular valor paisajístico ha producido infraestructuras de contención de tierras, lo que constituye, en la el embalse de Puerto Peña (Talarrubias, Badajoz, 1963), del ingeniero actualidad, un extraño y abigarrado paisaje en que se mezclan, en Antonio Lanseros. un orden no descifrable, ruinas y naturaleza. 32 JÜNGER, Ernst, op. cit. pág. 164. 33 ARANCÓN, Gerardo, “Viviendas de la Eléctrica de Aguilar de Campóo”, en GARCÍA BRAÑA, Celestino, op. cit. pág. 256. Central y salto de Grandas de Salime, 1945-1956 Río Navia, Grandas de Salime Juan José Elorza, Ignacio Álvarez Castelao Central de Silvón, 1955-1958 Río Navia, Cedemonio, Boal Juan José Elorza, Ignacio Ávarez Castelao Presa del embalse de García de Sola o Puerto Peña, 1963 Talarrubias Antonio Lanseros Central de Arbón, 1962-1969 Sala de máquinas Tramo bajo del río Navia, Villayón Juan José Elorza, Ignacio Álvarez Castelao Aguas abajo, otro singular arquitecto, Ignacio Álvarez Castelao, reconoce en la memoria del proyecto: “El compromiso era tan construirá, junto al ingeniero Elorza, dos centrales eléctricas: la de Sil- maravilloso como arriesgado. Nada hay más difícil que hacer lo que vón (1955-1958) y la de Arbón (1962-1969) para Eléctrica del Viesgo, uno quiera”. Más adelante justifica su opción por el potente tallado con notables resultados, frecuentes en este tipo de industrias, como de los muros, se trataba de lograr: “un aspecto muy movido de pla- consecuencia de la acertada conjunción de empresa, ingeniero y nos que dan un claroscuro vigoroso, aun cuando la luz, como es arquitecto. corriente en este clima, no sea intensa la mayor parte de los días del En la central de Silvón, la sofisticada maquinaria se aloja en un año”.34 La presencia del escueto volumen de la escalera que contundente volumen de hormigón, horadado en una de sus caras accede a la cubierta, los bajorrelieves interpretando “signos de la para introducir unas elementales y extremadamente poéticas ilumi- Antigüedad que se refieren al hombre y la naturaleza”, y el conjunto naciones. Efecto similar consigue en el interior, resaltado también por de murales en su interior, confirman la aspiración de Vaquero Pala- “poveras” luminarias metálicas. En el exterior, los edificios de válvulas cios a la obra de arte total, donde aquella intención, tan repetida- parecen apoyar sus volumetrías de hormigón, fuertemente colore- mente manifestada en la Europa de la primera mitad del siglo XX, ado, sobre el agua. hacia la “integración de las artes”, encuentra aquí cumplida con- Siguiendo el cauce del río, en la presa de Arbón, el nítido espacio de la sala de máquinas concentrará toda su expresividad en la creción, pues en la figura de su autor, arquitectura, escultura y pintura estaban de antemano integradas. iluminación superior, a través de sutiles láminas de hormigón que, en En tierras del norte castellano, en Aguilar de Campóo (1962), vol- sus breves desplazamientos, permiten el paso de la luz; en el muro verá Álvarez Castelao, de nuevo con el ingeniero Elorza, a tratar el testero, un único ventanal a la altura de la vista posibilita la contem- tema de las centrales eléctricas, esta vez combinando dos peque- plación del espacio exterior. Otra vez aquí, la sola presencia de las ños volúmenes, dedicados a sala de turbinas y de control cuidado- turbinas encuentra su envoltura en un singular espacio, en el que samente compuestos en clave clasicista, que quizá cabría poner en resuenan los ecos de toda la confianza puesta en esta fuente de relación con las de Castel Giubileo (Roma, 1948-1950) y Ponte Felice energía, a la que se homenajea con un espacio de proporciones (Viterbo, 1959), ambas del ingeniero italiano Gaetano Minnucci, catedralicias quien en su texto “La arquitectura y la estética de los edificios indus- Todavía en Asturias, habrá ocasión para otro ejemplo singular de triales”, había escrito sobre la oportunidad de concebirlos combi- este tipo de instalaciones industriales, vendrá otra vez de la mano de nando las necesidades estéticas y funcionales, “armonizando la rela- Vaquero Palacios y será en la central de Proaza (1964-1968), donde ción entre forma y posibilidad técnica y forma y exigencia práctica”, proyecta un escultórico volumen de hormigón, en el que serán dis- y en la memoria de su trabajo para la central de Castel Giubileo, tinguibles las tres partes de su programa funcional. En él, nueva- señalando que la idea que guió su proyecto” ha sido realizar una mente, el espacio que aloja las turbinas tendrá el protagonismo forma plástica de su función unidas integralmente, valiéndose úni- máximo. Se desarrolla a triple altura, haciendo siempre visible la pre- camente del organismo estructural y del valor expresivo de los mate- sencia de la “máquina” que se situará simbólicamente en una cota riales empleados” que, en esta obra de Castelao, son el hormigón y inferior al terreno, permitiendo así, además, que toda la planta baja el gresite blanco.35 sea transparente, propiciando la comunicación espacial a ambos En territorios gallegos, los iniciales y modestísimos molinos produ- lados del tallado volumen. La respuesta de Vaquero Palacios va más cían casi solamente para el autoconsumo. Hay que esperar hasta el allá del estricto cumpliendo del programa, frente a un lugar tan año 1925 para que de la mano de la Sociedad General Galega de sugerente, rodeado de montañas, la apuesta es, para él, total. Así lo Electricidad se instale la primera central sobre el río Tambre, con una 34 GARCÍA POLA, Miguel Ángel, “Asturias, la épica del desarrollo”, en Quaderns nº 215. 35 VITTORINI, R., “L’architettura delle centrali tra classicismo e funzionalismo”, en AA. VV., Paesaggi elettrici, Enel, 1998. Central hidráulica de Proaza, 1964-1968 El Puente s/n, Proaza Joaquín Vaquero Palacios Viviendas de la eléctrica de Aguilar de Campoo, 1962 Aguilar de Campoo Ignacio Álvarez Castelao Central de Castel Giubileo, 1948-1950 Roma Gaetano Minnucci Central de Ponte Felice, 1959 Viterbo Gaetano Minnucci potencia de 12.000 kWA. La temprana preocupación por dotar a nacido en Madrid en 1899; Carlos Fernández Casado, también rio- estas edificaciones de un carácter emblemático lleva a encomendar jano, había nacido en Logroño en 1905, y obtiene el título de inge- el proyecto del edificio de la central al arquitecto Antonio Palacios, niero en 1924; curiosa coincidencia la de finalizar sus estudios en quien lo ejecutará totalmente en piedra, definiendo una clara volu- años correlativos, lo que les llevó a compartir enseñanzas y maestros, metría de inspiración neorrománica. Después vendrían las de Las Con- que hubieron de ser de notable calidad, destacando entre todos chas, Los Peares, Eume, Belesar y Velle. Será en la presa de los Peares, ellos la personalidad de Ribera. inaugurada en 1955, donde el arquitecto coruñés Antonio Tenreiro El destino de los tres estará marcado por la excepcionalidad de realice las obras del edificio de la central eléctrica al pie de la presa, sus obras, en un periodo y circunstancias históricas difíciles, para dividida en dos cuerpos de composición racionalista, destacando la quienes, como ellos, necesitaban de un importante bagaje teórico mayor altura del volumen de la sala de excitratices, con su contun- y conocimientos técnicos; su capacidad y trabajo fueron capaces dente cubierta curva. En 1960 se inaugura la presa que el ingeniero de superar aquella situación. Luciano Yordi Carricarte construye sobre el río Eume, con una sober- Sánchez del Río deja obras de notable interés en Asturias, territo- bia implantación paisajística, resuelta con forma de bóveda o rio al que se vincula, finalizados sus estudios, como ingeniero munici- cúpula con una altura de 103 m, iniciando así este tipo de soluciones pal de Oviedo. En el ámbito de reciente bibliografía37 se han citado en nuestro país. El mismo ingeniero Yordi Carricarte, esta vez junto obras como el depósito municipal de aguas (Oviedo), en la tem- con el arquitecto Castañón de Mena, construye también la de Bele- prana fecha de 1926, para el que propone una planta circular, sar (1959-1963), sobre el río Miño. Levantan el edificio de válvulas que cubierta con arcos parabólicos soportados por contrafuertes exte- “se coloca en medio del agua, pareciendo flotar sobre ella cuando riores, y una cámara de llaves cilíndrica situada en el centro. Tam- el embalse está lleno y ofreciendo una sorprendente imagen futu- bién el mercado municipal de Siero, sobre un difícil terreno triangu- rista, apoyado en una potente estructura de hormigón cuando está lar que cubre con un arco funicular (de 50 m) sobre dos superficies vacío o a medio llenar, exhibiendo siempre sus fachadas transpa- cilíndricas, y que realiza con decidido ánimo: “Enemigo declarado rentes: aquí el vidrio y el metal son los únicos protagonistas. En el edi- de seguir todo lo que la fuerza de la costumbre impone y conven- ficio administrativo, la solución será doble, y si una fachada está cido de que mediante un estudio racional podría conseguirse el emparentada con el edificio de válvulas, la que da sobre la subes- aprovechamiento perfecto del terreno”. Su filosofía como ingeniero tación se cierra con granito. En ambas soluciones, la elección del se apoya en la respuesta a la finalidad y en la definición del carácter material y su puesta en obra está determinada por condiciones muy del edificio, que él mismo resume concisamente: “dar impresión de precisas”.36 realidad y verdad, porque las obras han de proyectarse única y exclusivamente para lo que son y deben dar sensación clara de su La aportación de los ingenieros, Ildefonso Sánchez del Río, Eduardo Torroja, Carlos Fernández Casado destino”. Su apego a las enseñanzas más avanzadas del momento, y La arquitectura moderna en España tiene la fortuna de contar con tructibilidad”, queda patente cuando escribe: “cuando el ingeniero tres ingenieros de excepcional interés que, por razones biográficas, concibe sus obras, no basta con que las vea realizadas en su mente, recorrieron de principio a fin, puntualmente, los años de los que este sino que es preciso que su mente vea, a la vez, con toda claridad, el Registro se está ocupando. Efectivamente, Ildefonso Sánchez del Río modo práctico y constructivo de realizarla”. Se recogen en este y Pisón nace en Haro (La Rioja) en 1898, graduándose como inge- Registro el taller de cañones de la fábrica de armas (Oviedo, 1940) y niero en 1922, un año antes que Eduardo Torroja Miret, que había la fábrica de ladrillos refractarios de Viella (Siero), realizada el año en concreto al pensamiento de J. Gaudet y su teoría de la “cons- 38 36 LIZANCOS MORA, Plácido, “Subestación del embalse de Belesar”, en GARCÍA BRAÑA, Celestino, AGRASAR QUIROGA, Fernando, op. cit. pág. 138. 37 GALGUERA, Luís, PISA MENÉNDEZ, Pedro, “100 años de ingeniería. Ildefonso Sánchez del Río”, en La Voz de Asturias (2-5-1998). 38 Ibid. de los Peares, 1955 nio Tenreiro Bronchón Salto del Eume, 1960 L. Yordi Carricarte stación del embalase de Belesar, 1959-1963 sar Castañón de Mena, L. Yordi Carricarte Mercado de Pola de Siero, 1928 Ildefonso Sánchez del Río Depósito de aguas de Oviedo, 1928 Loma de Picayón, El Cristo Ildefonso Sánchez del Río 1958 con un sistema de bóvedas que, años después, llevará a su tiones tan decisivas como “la relación entre ingeniería y arquitec- máxima expresión con luces entre los 84 y 100 m, en el palacio muni- tura” o la tan determinante “relación entre utilidad y belleza”. Res- cipal de deportes de Oviedo. pecto a esta cuestión, que ha atravesado todo el debate da la De la importantísima y muy influyente obra de Eduardo Torroja, modernidad, la opción de Fernández Casado, formulada en la varias han tenido como tema específico el edificio industrial. El pri- revista Gallo, que se publicaba en Granada (1928) bajo la dirección mero que se recoge es el de los hangares y talleres de Barajas de García Lorca, es clara y está expresada con la nitidez de quien (Madrid, 1942-1945) para la industria aeronáutica, en los que Torroja ha comprendido todo el alcance de tema: “La máquina realiza la despliega todos sus conocimientos teóricos y su inigualable capaci- adecuación entre la voluntad del hombre y la armonía universal. El dad constructiva: debía cubrir un espacio de considerables dimen- ingeniero proyecta la máquina resumiendo en ella el conjunto de siones, 182,88 m de largo y 47,24 m de ancho. Para abordarla tiene intuiciones y experiencias que supone una alteración de la econo- presente las fuerzas actuantes: peso de la nieve, peso propio y mía universal. La naturaleza reacciona, siendo necesario, para que acción del viento, siendo esta última la de mayor importancia. A par- la máquina se logre, llegar a un equilibrio entre ambas: voluntad del tir de ahí, elige su sistema estructural metálico teniendo en cuenta lo hombre que la impulsa, armonía universal que la limita. Pero este que tantas veces repetiría en sus clases: “La belleza de las construc- equilibrio es transitorio, pues el hombre enriquece sus conocimientos ciones se basa en la autenticidad, en la racionalidad de la estruc- a costa de la máquina y surge una nueva visión, una nueva imagen, tura, la elegante sencillez y la razonada justificación funcional. En una nueva teoría, mediante la cual realiza una máquina más per- 39 construcción no cabe la fórmula del arte por el arte”. Para resolver fecta, para la cual la reacción de la naturaleza es menos intensa y los difíciles problemas de puesta en obra decide ejecutar toda la le permite avanzar más en la realización de su ideal. Y la máquina va estructura en el suelo, después, mediante gatos hidráulicos, la ele- siendo cada vez más bella, porque va conformándose en lo natural; vará a su posición definitiva, cuyo punto más alto está a 18,30 m. A va siendo cada vez más útil, porque va adecuándose al fin para el partir de 1953 comienza la instalación del Instituto de la Construcción que se creó”, formulación que viene a coincidir con el texto de E. y el Cemento, que Torroja dirigía desde 1949, participando en las Jünger cuando se refiere, en la obra tantas veces citada, El trabaja- obras junto a los arquitectos Manuel Barbero y Gonzalo Echegaray. dor, a la perfectibilidad de las máquinas: “Aun cuando sean cada En sucesivas construcciones, el conjunto busca situarse apacible- vez mayores las dimensiones y las funciones de las máquinas, ellas mente sobre el terreno, para ello Torroja también tenía su máxima: mismas permanecen sumergidas, por así decirlo, en un medium que “Utilizar el paisaje como zócalo y acompañamiento. La construcción, permite que se las vea cada vez más como una unidad. En esa en medio del paisaje, debe rimar con él. La construcción, con su misma medida, las máquinas van alcanzando no sólo un rango ener- dinamismo y proporciones, se impone sobre el paisaje, dominán- gético y económico mayor, sino también un rango estético mayor, dolo”. Tan acertada resultó la fórmula que acabaría llamándose en una palabra: van adquiriendo necesidad”. “Costillares”, en razón de la forma que adopta la marquesina que cubre un paseo que bordea parte del edificio.40 41 También Fernández Casado se interna en el espinoso problema de la relación entre la utilidad y belleza en la obra de ingeniería, y su La obra de Fernández Casado, para los intereses de este trabajo, aportación no es banal, no se escapa, define claramente cual es su se centra en Asturias y, fundamentalmente, en los proyectos que postura con contundencia: “Enfrascado el ingeniero estructural en la construye para ENSIDESA en Avilés a partir del año 1952, en los que resolución de estos problemas, ineludibles para llegar al dominio de quedan reflejadas algunas de sus preocupaciones respecto a cues- las nuevas estructuras, se obsesionó con su cálculo, siempre farra- 39 FERNÁNDEZ ORDÓÑEZ, José Antonio, NAVARRO VERA, José Ramón, ”Quince mandamientos estéticos Eduardo Torroja”, en Eduardo Torroja, ingeniero, Ediciones Pronaos, Madrid, 1999. 40 MANTEROLA ARMISÉN, Javier, “Artículos: fragmentos”, en AA VV, Carlos Fernández Casado, pág. 96 y ss., Fundación Esteyco, Madrid, 1997. 41 JÜNGER, Ernst, op. cit. pág.163. Palacio municipal de deportes, 1964 Oviedo Ildefonso Sánchez del Río Hangar de Barajas y talleres, 1942-1945 Madrid Eduardo Torroja Fábrica de ladrillos refractarios de Viella, 1958-1960 Viella, Siero Ildefonso Sánchez del Río goso, que le absorbía una parte muy importante del tiempo disponi- industrial, como el complejo para NITRASTUR (Barros, Langreo, 1950- ble para cada proyecto, en detrimento del correspondiente a las 1954) y la nave de fundición de ENDASA (Celuán, Gozón,1956-1957). otras fases del mismo, más importantes y creativas, como son el diseño de las formas, el perfeccionamiento de los detalles y los modos Las otras notables arquitecturas de construir. Esto producía una tristeza inevitable que se sumó con Señalé anteriormente la falta de ambiciones culturales del régimen aquella otra de fondo social, a la que ya hemos aludido, por lo que de Franco, o mejor la negación de cualquier atisbo de tensión frente no pudo reaccionar contra el lamentable axioma de incompatibili- a los verdaderos temas de impacto cultural en los años inmediatos a dad; o todo lo más argumentó, con verdadera pereza mental, que la la posguerra. La arquitectura no pudo ser una excepción, obvia- belleza de una obra de ingeniería reside en su utilidad, lo cual, aun- mente, a este actuar general, lo que no significaba una profunda que parezca una conclusión positiva invalidando el axioma, supone reflexión hacia lo interior, como en alguna ocasión se quiso hacer ver, realmente el total desentenderse con respecto a las bellas artes. sino la vulgarización de algunos supuestos temas propios y, desde Indiferencia o incompatibilidad conducen a lo mismo: falta de luego, la total indiferencia a los aires frescos que podrían llegar del relación entre belleza y utilidad, y así, cuando el punto de vista en la exterior y que tan fructíferamente habían agitado sus raíces en los cuestión es el del ingeniero, aparece el desprecio total de las cuali- años republicanos. dades estéticas de su obra, y si es el de los conspicuos guardadores Será preciso esperar a los primeros años de la década de los cin- de las artes decimonónicas, la exclusión de la ingeniería del recinto cuenta para encontrar un nuevo clima de sensibilidad hacia las de las bellas artes.”42 corrientes artísticas más actuales, y también arquitectos y arquitec- La obra más importante que construye en Avilés es, sin duda, los turas que proclamen abiertamente su intención de superar aquel talleres para el tren de laminación (1952-1959). Consta de siete naves estado de frustración. Dos acontecimientos me parecen especial- adosadas, seis de 30,2 m de luz y una séptima de 20 m, con la consi- mente significativos de este nuevo modo de sentir y de actuar, por- derable longitud de 905 m. La sección de la cubierta, de cuidadísimo que supusieron una penetración en el interior mismo de las institucio- dibujo, aúna la eficacia constructiva con las necesidades de ilumina- nes oficiales. El primero de ellos, el curso de arte abstracto que diri- ción y la potencia expresiva. Recorriendo su inmensidad se desea que gió el arquitecto José Luis Fernández del Amo en la Universidad Inter- alguna cámara cinematográfica capte toda la dramática intensidad nacional Menéndez y Pelayo de Santander, en el verano del año de sus espacios interiores y, desde luego, que fuera posible alguna 1953, quien en el discurso de inauguración del mismo pronunció importante iniciativa que posibilitara su reutilización; viene a propósito palabras explicativas del momento que se estaba viviendo: “Este citar a Vicente Todolí, nombrado recientemente director de la Tate pueblo español, que en momentos históricos alardea de valor con Gallery, cuando refiriéndose al edificio inglés, dice: “La sala de turbi- perfecto derecho, es masivamente cobarde frente a la aventura de nas (...) es un espacio que pesa, y está muy cargado. Cargado de la inteligencia, frente al riesgo de la sensibilidad. No es más que memoria, pero también de una monumentalidad no pretendida, que miedo lo que les mantiene extraños a la gran epopeya del arte con- es la más potente, la de la arquitectura industrial”.43 temporáneo. Y son los intelectuales cultivados en alguna especiali- Sucesivamente, Fernández Casado va completando su actua- dad los que ofrecen mayor resistencia a la permeabilidad en el acto ción en Avilés con el taller de calderería (1952-1954), el taller mecá- de la contemplación. Ellos han formado de su propia ciencia, como nico (1952-1954) y el taller de fundición (1953-1956), actuaciones que el molusco, la concha en la que se encierran”.44 El segundo al año había simultaneado con otras, también de notable arquitectura siguiente, cuando a Javier Sáenz de Oíza y J. L. Romaní se les con- 42 MANTEROLA ARMISÉN, Javier, op. cit. 43 Entrevista a Vicente Todolí, “Babelia”, El País (11-1-2003). 44 FERNÁNDEZ DEL AMO, José Luis, Palabra y Obra, escritos reunidos, pág. 146, COAM, Madrid, 1995. Capilla en el Camino de Santiago Francisco Javier Saénz de Oíza, Romaní Talleres de laminación, ENSIDESA, 1952-1959 Avilés Carlos Fernández Casado y Amalio Hidalgo Instituto de ciencias de la construcción Eduardo Torroja, 1948-1952 Madrid Gonzalo Echegaray, Manuel Barbero Rebolledo, Eduardo Torroja Sociedad Ibérica del nitrógeno (NITRASTUR), 1950-1954 Barros, Langreo Carlos Fernández Casado cede el Premio Nacional de Arquitectura por su proyecto de Capilla la economía del país empezará a ser determinante: el PIB industrial en el Camino de Santiago. Explicando los propósitos de su proyecto, superará a su correspondiente agrícola. escribió Oíza: “La arquitectura parte de una estructura geométrica El crecimiento de la industria de la electricidad será notable, espacial formada por elementos lineales metálicos, aristas de una impulsado por el Plan de Obras Públicas que, como es sabido, era un ideal malla poliédrica, que, apoyándose en limitados puntos de una apartado de los dos Planes Generales de Obras Públicas (Leyes de malla, sitúa en el espacio una red múltiple de puntos fijos, que pue- 11-41939 y 18-4-1941, respectivamente). den servir de apoyo y soporte –mejor diríamos suspensión o sostén– a Algunas zonas, Badajoz por ejemplo, serán objeto de amplias la cubierta concebida como una superficie ligera plegada en zig- operaciones colonizadoras, que a través de su conocido Plan de zag”, y poco más adelante, continuando con sus argumentos: “se Obras, Colonización e Industrialización (7-4-1952) impulsarán la cre- comprenderá que no hemos tenido inconveniente en recurrir a las ación de singulares industrias. formas más audaces, más avanzadas, más de acuerdo con los Por su parte, la II Guerra Mundial y posteriormente la de Corea medios y herramientas de nuestra industria y nuestra cultura: ni igle- harán sentir su influencia en el ámbito de la minería. Industrias mine- sias de barro cocido, piedra o madera; iglesias nuevas con materia- ras, vinculadas a la extracción del Wolfrang dejarán su impronta en les nuevos, que, artificiales hoy en sus primeros usos, pronto se con- territorios como Galicia, y en concreto en Fontao (Villadecruces) y su vertirán en medios tan naturales como los que directamente se brin- poblado minero, del que más adelante me ocuparé. daban al hombre primitivo sobre el paisaje de sus días. ¿Habremos El Plan de Estabilización (1959), juntamente con las medidas eco- de renunciar a ello porque, siendo en sí naturales, hayan surgido de nómicas del nuevo gobierno de 1957, propiciará la creación de nue- la Naturaleza a través de una herramienta mayor que la primitiva vas industrias, básicamente asentadas en los llamados Polos de hacha de sílex con que el hombre primitivo labraba la piedra, y que Desarrollo: Vigo, La Coruña, Valladolid, Zaragoza y Sevilla fueron sus venimos hoy en llamar industria moderna?”.45 sedes, lo que tendrá importantes consecuencias en su desarrollo Los aires de cambio eran mucho más que dulces brisas, venda- urbano. vales agitarían a partir de ahora aquel triste y anodino paisaje cultural, en los que el arte y la arquitectura tendrán importantes dosis de Los grandes complejos industriales protagonismo, como ya unos años antes se ha había encargado de En el terreno que nos ocupa, la mayor transcendencia de aquella anticipar Miguel Fisac, con su edificio para el CSIC (1950-1952), y nueva política económica será la puesta en marcha de importantes poco después harían Alejandro de la Sota en el Gobierno Civil de complejos industriales, algunos de los cuales serán ocasión para Tarragona (1954-1957) y Corrales y Molezún en el Pabellón Español señalados acontecimientos “arquitectónicos modernos”. de Bruselas (1956-1958). El 25 de abril de 1941 se fundaba el Instituto Nacional de Indus- Simultáneamente, a partir de los primeros años de la década de tria (INI), totalmente inspirado en el Instituto per la Recostruzione los cincuenta se experimentaron importantes transformaciones eco- Industriale (IRI) italiano que, como este, debía de atender a las nómicas, que tendrían singular importancia sobre el objeto de este tareas de reorganizar y desarrollar las industrias básicas. Tal y como estudio, ya que, como consecuencia de ella, se habrían de implan- se recoge en la propia formulación de la ley, debía: “financiar al ser- tar una serie de importantes industrias y sus correspondientes edifi- vicio de la nación la creación y resurgimiento de nuestras industrias, cios, muchos de los cuales se construirían en clave moderna. en especial las que se proponen como fin principal la resolución de Efectivamente, ya a partir del año 1951, el peso de la industria en los problemas impuestos por la defensa del país o que se dirijan al 45 SÁENZ DE OÍZA, F. Javier, “Una Capilla en el Camino de Santiago”, en Revista nacional de Arquitectura nº 161. Poblado de las minas de Fontao, 1954-1958 César Cort y Basilio Bas desenvolvimiento de nuestra autarquía económica”.46 Fábrica de la perfumería Gal, 1956-1970 Alcalá de Henares Manuel Sainz de Vicuña El valor de la estructura Una de las primeras actuaciones llevadas a cabo por el INI fue el Uno de los esfuerzos más denodadamente perseguidos por los arqui- importante complejo industrial de Puertollano, comenzado en 1943 tectos modernos fue expresar el valor de la construcción y, como es y que, como otros, debían cumplir la misión de dotar al país de com- natural el de la estructura, que adquiere un especial significado en los bustibles que suplieran la carencia de petróleo, en este caso a partir edificios industriales, por la necesidad de estar dotados de amplios del tratamiento de pizarras bituminosas. Dos piezas son de destacar, espacios que fueran capaces de adaptarse con facilidad a los reque- la central térmica (1947-1951), según proyecto de Javier García rimientos funcionales, tan exigentes en este tipo de edificios. No es de Lomas y también, probablemente, de Fernando Moreno Barberá, y extrañar, por lo tanto, que, en el periodo que aquí se estudia, la pre- el silo de abonos nitrogenados (1955-1958) de Manuel Valdés Larra- sencia de la estructura adquiera rasgos notables. El hormigón y el ñaga, en ambos la importancia de sus estructuras se confía al hor- acero, con sus características y posibilidades específicas, fueron los migón armado. Relacionado con parecidos empeños y bajo la materiales protagonistas, y casi únicos, de estos acontecimientos; misma iniciativa se construyó en Madrid el Centro de Investigación materiales modernos por excelencia, juntamente con el vidrio. Calvo Sotelo (1953) para la empresa Nacional de Combustibles Líqui- En la búsqueda de los grandes espacios diáfanos, el hormigón dos y Lubricantes, según proyecto de Moreno Barberá, y que debe permitía ser utilizado básicamente de dos maneras: como estructura su traza final al complejo sistema de circulaciones que en su interior se reticular o como sistema abovedado creando vastos espacios sin desarrollaba entre la central térmica, los almacenes, talleres, ferroca- soportes intermedios. Conforme a esta última posibilidad, pueden rril, talleres de montajes, escuelas de aprendices, vestuarios. citarse notables ejemplos recogidos en este registro. Así, por ejemplo, También en Madrid y en la temprana fecha de 1954, Manuel Sáinz la nave de la Unión de Explosivos de Río Tinto (El Hondón, Cartagena, de Vicuña proyecta la fábrica de la Perfumería Gal, un amplio com- 1953-1957) y las cinco naves para ganado en la estación de Talavera plejo que, además de laboratorios y naves de fabricación de una la Real, (1955-1957) tienen cada una de ellas una sección parabólica, amplísima gama de productos cosméticos, cuenta con central tér- de muy afinado grosor, construidas con una hábil utilización de ele- mica, almacenes, oficinas, locales sociales, comedor, piscina, vestua- mentales recursos constructivos. Las fábricas para la empresa Cross, rios y viviendas para los técnicos, ocupando diferentes edificios de tanto en Valencia, como la de Pontevedra (1954), están resueltas con clara inspiración moderna. grandes bóvedas longitudinales que rematan transversalmente en Mención singular merece el complejo industrial de Sefanitro, que otras más pequeñas que les sirven de contrafuerte estructural; la nave se construye entre 1942 y 1950 en Baracaldo, según proyecto de principal del centro de acondicionamiento y fermentación del Germán Aguirre, y que en sus 194.123 m2 mantiene un notable nivel tabaco (Candeleda, Ávila, 1961-1963), de arcos rebajados de hormi- arquitectónico. gón que soportan una losa armada ondulada y alabeada; también Pero será en Avilés-Corvera-Gozón donde, debido al interés por las cinco naves del almacén general de la refinería de petróleos desarrollar el sector de la producción siderúrgica, tendrá lugar la cons- CEPSA (Santa Cruz de Tenerife, 1957-1959), proyectada por José trucción del mayor complejo industrial de estos años, solamente la Robles Blasco. nave de los talleres de laminación tenía 182.190 m2. De la mano de Las estructuras de hormigón resueltas con pilares han dado lugar a arquitectos como José Manuel Cárdenas y Francisco Goicoechea y diferentes soluciones de interés espacial, como la de la fábrica Intel- del ingeniero Carlos Fernández Casado, como principales protagonis- horce (Málaga, 1958-1959), proyectada por Ramón Vázquez Molezún tas, se construirán los diferentes edificios que constituyen esta magna y el ingeniero Manuel María Valdes, en el que los pilares soportan una obra de arquitectura industrial, guiada por los principios de la racio- estructura en diente de sierra, formada por semibóvedas de hormi- nalidad constructiva que impone la prefabricación. gón, que producen un interior de interesantes efectos lumínicos; también la luz es protagonista del espacio interior del edificio de Tecosa (La Carolina, Jaén, 1964-1967), según proyecto de Fernando Higueras, 46 MATÉS BARCO, Juan Manuel, “La economía durante el régimen de Franco (1939-1975), en PAREDES, Francisco Javier (coord.), Historia contemporánea de España (Siglo XX), págs. 806-835, Ariel Historia, Barcelona, 2002. Naves ganaderas de la antigua estación de Talavera la Real, 1955-1957 adajoz Fábrica de la Cross, 1954 Pontevedra Ingeniería Proquiber Nave principal del centro de acondicionamiento y fermentación del tabaco, 1961-1963 Carretera de Oropesa km 28, Candeleda, Ávila en el cual la luz penetra por los planos que dejan paraguas de sección que permitiera entender la hora de la comida como un tiempo de asimétrica; asimismo, la luz cualifica los interiores de la central lechera descanso entre la jornada laboral. Lo notable de su acierto arquitec- Clesa (Madrid, 1959-1963), en los que Alejandro de la Sota deja mues- tónico hizo que obtuviera el Reynols Memorial Award auspiciado por tra de su poética austeridad constructiva. el American Institute of Architecture y presidido el jurado por Mies van La investigación del hormigón logra cotas de renovado interés der Rohe. También de Ortiz-Echagüe, esta vez acompañado de con las estructuras pretensadas, que permiten luces no alcanzables Rafael Echaide, son los Laboratorios de la Seat (1958-1960) en Barce- por métodos tradicionales. El ejemplo más temprano de esta tecnolo- lona. En este caso, la estructura metálica organiza toda la planta con gía del hormigón lo encontramos en la factoría arrocera de Sueca una clara separación entre las áreas de trabajo y las de circulaciones. (1954-1955), de la mano de Mauro Lleó como arquitecto y del inge- Singular importancia tiene la estructura metálica en las naves del niero Francisco Ruvira, en la que levantan una impresionante nave de Centro Nacional de Investigaciones Metalúrgicas, CENIM, que de la 105 m de longitud, cubierta con luces de 34 m. También Fisac, unos Sota construye en 1963 en la Ciudad Universitaria madrileña. La estruc- años después, exploraría las posibilidades de los pretensados, en este tura afirma su presencia tanto en el interior como en el exterior, con caso recurriendo a vigas de sección osiforme, para lograr un espacio soluciones que remiten directamente al lenguaje miesiano en su que asegurara una uniformidad lumínica, tal y como requería la labor etapa americana, influencias que también se recogen en los muros experimental a desarrollar en el interior del Centro de Estudios Hidro- laterales del edificio Arriba de Francisco Cabrero (Madrid, 1960-1963). gráficos (1960), en el que el protagonismo del hormigón es absoluto. La versatilidad de un interior “soberano”, en el sentido de Perret, Ligereza y transparencia queda asegurada con la uniforme retícula modulada de 5 x 6 m de Una de las varias aspiraciones derivadas del mundo industrial y de la los Laboratorios Profiden, construidos por Corrales y Molezún en el año técnica, en su búsqueda de la máxima eficacia, es la ligereza. En el 1965 en Madrid. ámbito de lo arquitectónico, ésta cuestión se traslada tanto al diseño Singular estructura resuelven Antonio Vallejo y Santiago de la de la estructura, anteriormente lo hemos visto, como a unas nuevas Fuente en la fábrica de tableros de Tafisa (Valladolid, 1963-1965), relaciones entre esta y el cerramiento. La especialización funcional donde la planta baja es un pórtico abierto, formado por ocho pilares de lo constructivo conduce inevitablemente a un aligeramiento de de hormigón que soportan un sistema de dobles vigas; en la planta la fachada y, desde luego, sale al encuentro de lo que podría superior la estructura es metálica, quizá toda ella reciba la influencia entenderse como la esencialidad de lo arquitectónico en la era de directa de la fórmula estructural adoptada en el pabellón Suizo por Le la máquina, esta es la aspiración contenida en las palabras de Sota Corbusier. cuando, a propósito de la capilla de Romaní y Sáenz de Oíza en el El protagonismo de las estructuras metálicas se inicia en España en Camino de Santiago, escribe: “Es necesario pensar en metales aun- 1954, cuando César Ortiz-Echagüe, Manuel Barbero y Rafael de la que usemos piedras; las usaremos de forma mucho más pura, más Joya comienzan la elaboración del proyecto para los comedores de noble; contraste entre macizo, pesadez y fragilidad, ligereza.” Y si la Seat, industria que estaba recibiendo un fuerte impulso estatal esto lo escribía en la temprana fecha de 1954, volvería sobre el como consecuencia de las nuevas orientaciones económicas e indus- mismo argumento en repetidas ocasiones, como en el texto titulado 47 triales que se adoptan a partir de 1950, cuando se decide impulsar las “Sentimiento sobre cerramientos ligeros”,48 de 1963: “Así, por ejem- industrias del acero, de los combustibles y de la automoción. Las difi- plo, se sabe que en un periodo evolutivo y perfectivo en todo como cultades de la cimentación orientan a los arquitectos hacia una es el actual, siempre se tiende (y se ha tendido) a la ligereza, al ali- estructura metálica realizada en aluminio, diseñada con notable pre- vio del peso de la materia; es una natural aspiración humana. Pasa cisión en colaboración con los técnicos de la industria aeronáutica en las artes, en las letras y en las técnicas, cuando son inteligentes. Si CASA. Los comedores se distribuyen en pabellones, enlazados por añadimos la claridad como concepto, podríamos decir que clari- espacios ajardinados, con la intención de crear un ambiente relajado dad y ligereza caracterizan hoy la sublimación de las cosas: su ingra- 47 SOTA, Alejandro de la, “Una Capilla en el Camino de Santiago”, en Escritos, conversaciones, conferencias, pág. 32, PUENTE, Moisés (ed.), Gustavo Gili, Barcelona, 2002 48 Ibid., pág. 156 Factoría Arrocera de Sueca, 1954-1955 Mauro Lleó Serret, Francisco Ruvira Senent Sueca Fábrica Tecosa, 1964-1967 La Carolina Fernando Higueras Centro de estudios hidrográficos, 1960 Madrid Miguel Fisac Central lechera Clesa, 1959-1963 Madrid Alejandro de la Sota Fabrica de Tableros de Fibras, TAFISA, 1963-1965 Valladolid Antonio Vallejo Acebedo, Santiago de la Fuente Viqueira videz es un factor positivo”. Es la aspiración a la esencialidad, a la Fernández-Albalat y Antonio Tenreiro. ligereza, lo que transmiten obras suyas, como la factoría Clesa En todos estos casos, la transparencia no sólo sirve como exhibi- (Madrid, 1959-1963), donde las cubiertas parecen flotar sobre las ción de lo que en su interior está ocurriendo, sino que además busca diferentes áreas de trabajo, también en las naves del CENIM, en las el efecto de la iluminación nocturna, horas en las cuales el edificio que elementales perfiles metálicos apenas si dejan notar su presen- se muestra en todo su esplendor, constituyendo una llamada de cia en los amplios espacios, tamizados por tenue y eficaz ilumina- atractiva y poderosa atención que también refleja la intensa influen- ción, y en las que separaciones vidriadas hacen un profundo elogio cia de la arquitectura de Mies van der Rohe. de la transparencia. está presente en los comedores de la SEAT (C. Ortiz Echagüe, M. Bar- De los materiales tradicionales a los prefabricados bero, R. de la Joya, Barcelona, 1954-1956), en este caso como modo Ciertamente, toda la “ideología” de lo industrial muestra una deci- de conectar el interior a los agradables jardines del inmediato exte- dida preferencia por los materiales de nueva factura: acero, vidrio y rior. “El programa sólo exigía que el edificio cumpliese la función de hormigón; no podía ser de otra manera, ellos asumen la definición poder servir 2.000 comidas en dos turnos. Pero detrás de esa “pro- de lo estructural y el protagonismo en el cerramiento. Sin embargo, saica” exigencia, señalaba Ortiz-Echagüe con verdadera satisfac- en el periodo que estudiamos quedan resquicios para que materia- ción, se adivinaba la estupenda posibilidad de que el tiempo dedi- les o tecnologías tradicionales puedan expresarse en algunos signifi- cado al almuerzo sirviera de verdadero cambio de ambiente a esos cativos ejemplos recogidos en este registro, ya que, como señala 2.000 obreros sometidos a la monotonía de la fabricación en serie. Y Antonella Greco: “Construir para la industria no significa construir con pocos cambios de ambiente pueden resultar más gratos que el paso la industria”.50 Ligereza, como vehículo de la transparencia, que de igual modo de una gran nave industrial a un jardín, con esa vegetación exube- Francisco de Inza y Heliodoro Dols construyen, en Segovia, su rante que proporciona el clima mediterráneo. Nos propusimos, por conocida fábrica de embutidos (1963-1966), en la que un uso reite- tanto, hacer una construcción muy transparente, con los elementos rado y obsesivo del ladrillo acaba imponiéndose con rotundidad en imprescindibles para defenderse del clima”.49 las duras tierras segovianas. Uso del ladrillo que Sota utiliza como El muro cortina fue el mecanismo constructivo que de un modo envolvente en las naves del CENIM, aunque en este caso con un len- más repetitivo se utilizó en esta búsqueda de la transparencia, que, guaje alejado de cualquier expresionismo, todo lo contrario, como a diferencia de los ejemplos antes citados, hacía de lo transparente el mismo arquitecto diría, recurriendo a “fundamentos miesianos en vehículo de exhibición, también de propaganda de la empresa y de la composición general”,51 fundamentos que también se exhiben en sus productos. Es el caso del edificio para la industria Nau Ivanov los muros laterales del edificio Arriba (Madrid, 1960-1963) de Cabrero, (Barcelona, 1959-1961), de Jordi Figueras i Anmella, y de la fábrica mientras que la perfilería metálica y la envoltura de fibrocemento de cervezas El Águila (Córdoba, 1962-1965), que construyen Rafael centran el protagonismo en la nave de los talleres. de la Hoz y Gerardo Olivares. También Coca-Cola utiliza este recurso En la fábrica de la Empresa Nacional de Motores de Aviación, en su factoría de Barcelona (1961-1963), de Josep Soteras i Mauri, y Enmasa (Barcelona, 1950-1957), su arquitecto Robert Terradas desa- de un modo más contundente en La Coruña (1961), obra de Andrés rrolla una considerable imaginación constructiva, que aplica a los sis- 49 POZO, José Manuel, Los comedores de la SEAT: La primera arquitectura tecnológica española, AACC2. T6 ediciones, 1999 50 GRECO, A., ”Architetti italiani per l’industria”, en Prometeo, pág. 30, Electa-SIPI 51 SOTA, Alejandro de la, en Alejandro de la Sota, arquitecto, pág. 88, Ediciones Pronaos, Madrid, 1989. Comedores Seat, 1954-1956 Barcelona César Ortiz-Echagüe, Manuel Barbero, Rafael de la Joya Naves del Centro Nacional de Investigaciones Meetalúrgicas Cenim, 1963 Madrid Alejandro de la Sota temas de cerramiento, ventanas, forjados, aislamientos, etc., en un conjunto de apreciable equilibrio como resultado final. Por otra parte, la aspiración a la modulación y la estandariza- Edificio de fábrica y oficinas de Coca-Cola, 1960 La Coruña A. Fernández-Albalat y A. Tenreiro Brochón Refiriéndonos a estos últimos, son ciertamente notables los que construyen Bonet Castellana en la central de Vandellós y José Ferragut Pou en la central térmica de Alcudia (1957-1960). ción, expresión del rigor racional maquinista y vehículo de la cons- Entre 1961 y 1969, Ignacio Álvarez Castelao construye varios trucción industrializada, da pie a nuevas posibilidades constructivas, poblados industriales para Electra del Viesgo y Térmicas Asturianas, que alcanzan con la manipulación mecánica e industrial del hormi- y César Cort y Basilio Bas uno para la minería del Wolfrang en Fontao gón notables resultados. Algunos ejemplos elocuentes son, la fábrica (Vila de Cruces, Pontevedra, 1954). La explicación de su existencia Citesa (Málaga, 1962-1963) de Rafael García de Castro y Ricardo debe entenderse como apuesta personal en el caso de Fontao, Mexía, recurriendo en el exterior a un cerramiento dentado de pane- dada la vinculación de Cort con la propiedad de la mina. En el caso les prefabricados de hormigón, de fuerte composición horizontal, de los poblados de Castelao, a su decidida voluntad de moderni- con otras piezas prefabricadas también en hormigón; la fábrica de dad y a las industrias promotoras, que entendieron su labor cons- envases de plástico Cydeplas (Dos Hermanas, 1964-1965), proyec- tructiva como operaciones de prestigio, vinculadas a una cierta tay- tada por un equipo de técnicos dirigidos por Felipe Medina, en el lorizacion y a inversiones de largo alcance y duración. Si toda indus- que combinan la estructura metálica del interior, con los paneles pre- tria es portadora del sentido de la oportunidad y de la caducidad, fabricados del cerramiento en el edificio administrativo y paneles de quizá sea la hidroeléctrica la más alejada de la idea de lo momen- fibrocemento en la nave de producción. táneo, lo que deja sentir su influencia en los modos de operar, sensi- Sin embargo, será Fisac quien más confiadamente se implique en el empleo de prefabricados de hormigón, con sus conocidos ele- bles a la potente ideología de progreso de la que la electricidad era portadora en su origen. mentos osiformes en los que emplea la técnica del pretensado, que Aunque cada uno de estos poblados, obviamente, tiene sus le permite lograr considerables luces. Ejemplo sorprendente de este peculiaridades y atractivos específicos, mantienen sin embargo unos proceder de Fisac fueron los laboratorios del Centro de Estudios rasgos similares. Todos ellos se caracterizan por una valoración de los Hidrográficos (Madrid, 1960), en cuyo interior logra un sorprendente espacios comunes, resaltando una especial relación entre las vivien- espacio cuyo protagonismo único, como ya indicó, corresponde al das y los espacios libres en que se sitúan, aportando un clima de hormigón, continuando experiencias ya utilizadas en los laboratorios “bienestar, sosiego, silencio, tranquilidad armónica, comodidad”. Y Made (Madrid, 1961-1963) si alguno de ellos puede ser resaltado del conjunto es el de Navia, donde la calidad de los espacios habitables exteriores alcanza Los poblados de la industria mayor calidad. Aquí “la linealidad y la repetición” organizan una A veces, no demasiadas, las actividades industriales han sentido la sofisticada disposición, en la que el espacio que se pierde entre los necesidad de promover directamente alojamientos para sus traba- intersticios que las viviendas van dejando, abre sutiles perspectivas, jadores. En la mayor parte de los casos con arquitecturas de nulo a cuya calidad colabora el ajardinamiento, definido desde el pro- interés. Sin embargo, no siempre fue así y, aunque en contadas oca- yecto y magníficamente conservado hasta hoy. siones, a veces las arquitecturas para la vivienda de la industria han La construcción está en ellos planteada desde el realismo y las adquirido cotas significativas de dignidad. Cuando esto ha tenido posibilidades inmediatas, pero donde la intención poética en deta- lugar, los poblados industriales han recurrido a ropajes de corte his- lles y texturas está siempre presente, como en el poblado santande- toricista, con referencias claras a una cierta tradición inglesa relati- rino de La Hermida de Álvarez Castelao, donde “los blancos muros vamente reciente, es el caso, por ejemplo, del poblado de Com- de ladrillo pintado revelan texturas de claras influencias nórdicas, y postilla (1954) en Ponferrada, de Esquer y Bellosillo, en otras ocasio- una confianza sin límites en la geometría, que se opone aquí a la nes a lenguajes decididamente vinculados al Movimiento Moderno. extraordinaria fuerza del lugar”,52 y es que, efectivamente, la bús- 52 GARCÍA BRAÑA, Celestino, “Donde la construcción late. Arquitecturas de los 50 en Asturias y Galicia”, en Los años 50: La arquitectura española y su compromiso con la historia, pág. 73, ETSA, Universidad de Navarra, 2000. Fábrica de embutidos Postigo, 1963-1966 Segovia Heliodoro Dols Morell, Francisco De Inza Campos Cydeplas, 1964-1965 Dos Hermanas OTAISA Poblado en Ribera de Arriba, 1962-1968 Ribera de Arriba Ignacio Álvarez Castelao Fábrica Enmasa, 1950-1957 Barcelona Robert Terradas i Via, Vicente Alegre Laboratorios farmacéuticos Made, 1961-1963 Madrid Miguel Fisac queda y el logro de una adecuada relación con la naturaleza son nómicas de ellas derivadas, también las ecológicas, las culturales y, una de las características de la arquitectura de este importante desde luego, las arquitectónicas. arquitecto asturiano. Y sin embargo, antes o después, estas ruinas industriales se verán todas ellas sometidas a estrategias de renovación, como lo han sido, por ejemplo, los cascos históricos de nuestras ciudades. En el marco LAS RUINAS INDUSTRIALES COMO PROBLEMA europeo ya ha habido ocasión para comprobar alguna de las afir- Derivada muy importante para el territorio y la ciudad es aquel maciones aquí contenidas, las intervenciones renovadoras sobre la carácter de provisionalidad del que toda industria es portadora, y al región de Lorraine, la cuenca del Ruhr, Fondiaria (Florencia), la que hice referencia en las primeras líneas de este texto. Nada hasta Bicoca (Milán) o la intervención de Renzo Piano en la fábrica de Lin- ahora en la historia había tenido esta intrínseca voluntad de rápida gotto, son buena prueba de ello. transitoriedad. Las instalaciones industriales configuradas con pautas ligadas al Los paisajes industriales que hoy contemplamos, fruto de la indus- Movimiento Moderno están hoy en una decisiva encrucijada. Su trialización de hace cincuenta o setenta años, son paisajes de deso- caducidad, cualesquiera que hayan sido sus orígenes, plantea la lación, caducados como los propios instrumentos técnicos que en su ineludible necesidad de contemplarlos como centro de importantes día les dieron vitalidad. La movilidad y el cambio, factores intrínsecos operaciones, en las que la disyuntiva entre el desmantelamiento o la de la industrialización, están siendo, o lo han sido también por su recomposición, encontrándoles nuevas actividades, estará siempre misma lógica, factores de aniquilación de aquellas primeras instala- presente. ciones, y si en el origen produjeron notables trastornos, su desmante- Dado que estas ruinas constituyen en muchos casos fuertes ele- lamiento en el presente produce igualmente efectos negativos, no mentos de identidad de los territorios en que se asientan y de las per- sólo económicos y sociales, sino también sobre su marco físico, en sonas que los habitan, independientemente, o a pesar, de los tras- nuestras ciudades y territorios industriales, dando lugar, en tan poco tornos o destrucciones que en muchos casos originó su existencia, tiempo, a edificios agotados en sus funciones, a veces arruinados o permanecer, de un modo o de otro, aparece como una fuerte ten- muy deteriorados, también a amplias superficies de terrenos que han dencia. Son áreas en las que, por otra parte, el decaimiento indus- perdido su razón de ser, abandonados por ya inservibles y, cuando trial contagia una fuerte sensación de fracaso y abandono entre las es posible, a la espera de nuevos destinos. gentes que antaño de ellas vivieron, lo que se traduce en entender En el futuro inmediato será preciso desarrollar los instrumentos una cierta continuidad como símbolo de recuperación de identida- adecuados, el corpus científico preciso, que permita afrontar la tota- des y valores cívicos. También un sentido práctico aboga por la con- lidad de los valores que están en juego. Su adecuada ordenación y tinuidad, pues en buena parte de los casos ocupan lugares de la de sus, a veces, excepcionales arquitecturas, hacen de estas cir- importante densidad de población, la que ellos mismos han creado, cunstancias uno de los problemas urbanístico-arquitectónicos más lo que representa una excelente ocasión para traducirse en oportu- interesante de nuestro presente. Será necesario abordarlos con nue- nas reordenaciones urbanísticas. Todo lo anterior transmite la urgen- vas estrategias de proyecto, por las dificultades que implican, no cia de encontrar nuevos destinos a tan vastas áreas degradadas y siendo la menor, pero tampoco la única, la derivada de su tamaño, avanzar en su saneamiento y recuperación. pues las direcciones de trabajo se bifurcan en cuanto se atiendan los Suelen ser ocasión singular para nuevos temas arquitectónicos y problemas urbanísticos: parques, infraestructuras, viviendas, equipa- paisajísticos, tanto si proceden del abandono industrial como si se mientos culturales, o las grandes inversiones y consecuencias eco- trata de antiguas explotaciones mineras. En cualquier caso, imponen ado de Compostilla, 1954 errada er, Francisco Bellosillo Central térmica de Alcudia, 1955-1958 Puerto de Alcudia Ramón Vázquez Molezún, Pedro Reus Poblado de las minas de Fontao, 1954-1958 César Cort y Basilio Bas por su artificialidad. Su naturaleza y sus formas dependieron directamente de la máquina y su capacidad transformadora. Acercarse a ellas con propósitos arquitectónicos implica también trabajar con la idea de lo sublime, que transmiten no solamente su tamaño, sino también su condición de ruina, la añoranza de pasados esplendores, los esfuerzos humanos en ellas ahora enterrados y también una cierta idea de tenebritud, como la que se percibe en la gran nave del taller de laminación de Ensidesa en Avilés Puede ser necesario adoptar los mecanismos de conservación oportunos y, en este sentido, hay que augurar un buen futuro a la reciente iniciativa del Instituto del Patrimonio Histórico Español, por la primera selección de 49 bienes industriales del Plan de Patrimonio Industrial y, desde nuestra perspectiva, desear que pronto se extienda a edificios y complejos industriales vinculados a la arquitectura del Movimiento Moderno. Para nuestras ciudades industriales, como Bilbao, Sagunto, Barcelona, Avilés, Sevilla o Éibar, se abren, o ya lo han hecho, importantes problemas como consecuencia de aquella evolución de sus áreas industriales, planteando posibilidades de notable transcendencia para su futuro, que no deben entenderse como situaciones de desgracia, sino, bien al contrario, como ocasiones de oportunidad en la que ciudades o territorios ahora abandonados por la industria, tienen ante sí la ocasión de tomar decisiones capaces de orientar hacia nuevas perspectivas su futuro. Efectivamente, los territorios acosados por la desoladora presencia de las ruinas de la industrialización de finales del siglo XIX y primera mitad del xx, están obli- gados a superar la sorpresa inicial, el desconcierto público y privado que ello provoca, concitando los esfuerzos colectivos capaces de transformar el abatimiento en energía, hacia la transformación de la ruina del pasado en bienestar del futuro. En su gestión será necesario tomar graves decisiones, sopesando todas las alternativas posibles, quizá optar por caminos de síntesis entre opciones contrapuestas, aprender de experiencias más madrugadoras pero sin traslados miméticos, contar con los mecanismos capaces de articular la amplia y necesaria perspectiva interdisciplinaria. Viviendas del personal de la Central hidroeléctrica de Arbón, 1961-1964 Navia Ignacio Alvarez CastelaoPrimera fase: Parque en una siderurgia, Caen (Francia). Dominique Perrault Parque Duisburg Norte Cowperplatz Duisburg (Alemania) Peter Latz