La experiencia literaria de la muerte. En torno a La muerte de Iván

Transcripción

La experiencia literaria de la muerte. En torno a La muerte de Iván
Revista de la Utllversidad Autó!1Dma del EstadD de México
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO
---------Dr. en A. P.José Martínez
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5
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Guadarrama
15 AÑos
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Jordán
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Estudios Avanzados
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LITERATURA,
20
AMIGO COMÚN
DE MANN)
DE MONTAIGNE A PASCAL: ORIENTACIONES PARA LA ESCRITURA
DEL ENSAYO FILOSÓFICO
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y LA MONTAÑA MÁGICA
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DE DICKENS
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DE LA COLMENA. EL ESFUERZO EDITORIALY SUS CONTINGENCIAS
Inocente Peñaloza Garda
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..
Vilchis
26
LA EXPERIENCIA LITERARIA DE LA MUERTE. EN TORNO A
LA MUERTE DE IvÁN IUCH DE LEÓN TOLSTOI
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34
LA MEMORIA EN LA FILOSOFÍA Y EN LA LITERATURA
Francisco Castro Merrjfield
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Luis Guerrero Martínez
41
LA "CRISIS KANTIANA" DE KLEIST
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48
HACIA UNA FILOSOFÍA LITERARIA: LA FRÁGIL FRONTERA
DE LAS PALABRAS
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MIJAIL MALISHEV
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LUIS GUERRERO
MARTÍNEZ
No se trata del intestino ciego ni del riñón sino de la vida y ... de la muerte. La vida existe
pero he aquí que se va y no soy capaz de retenerla. ¿Para que engañarse a sí mismo?
¿Acaso no están convencidos todos, excepto yo, de que me voy a morir y de que la cuestión estriba tan sólo en la cantidad de semanas o días que me quedan de vida? Tal vez,
ahora mismo ... Aquello era la luz y esto son las tinieblas. Entonces estaba aquí y ahora
me voy allí. Pero ... ¿A dónde?
TOLSTOI,
\
LA MUERTE
DE
lvÁN lUCHo
n qué medida es posible reflexionar sobre la muerte? Para algunos
filósofos esta es una de las preguntas
más radicales
que el ser humano
puede hacerse, pues lo conduce al problema ontológico de la realidad. Para
~
~
otros, en cambio, es una pregunta sin sentido, ya que pretender reflexionar
sobre la muerte ha conducido a los seres humanos a elucubraciones carentes
de fundamento.
~
En el parágrafo 6.4311 del Tractatus Logico-Philosophicus,
:~ afirma que "La muerte no es un ningún acontecimiento
1
no se vive." (Wittgenstein,
1984: 199). Para entender
Wittgenstein
de la vida. La muerte
en todo su sentido
g esta lacónica afirmación
'?;-
debe tomarse en cuenta el prólogo del mismo
Tractatus ... , donde Wittgenstein explica el propósito de la obra, que es el de
trazar un límite al pensamiento
para poder eliminar los pseudoproblemas
que la filosofía
a lo largo de su historia;
2G
lO
ha acumulado
Luis Guerrero Martínez
ese límite al
La experiencia literaria de la muerte. En torno a La muerte ...
pensamiento
sólo puede ser trazado
los hechos que constituyen
desde el lenguaje y desde
la totalidad del mundo. De ahí que lo
que acontece con la muerte es impensable,
en el sentido que no
muerte
es una
horizonte
mortales.
La muerte de una persona
cercana
de reflexionar
propia muerte
la muerte misma. Siguiendo
a Epicuro, Kierkegaard
relación con esta imposibilidad
lo siguiente:
ella (la muerte) no está; y cuando
estoy yo." (Kierkegaard,
Esta
objeción
a
afirmó en
"Cuando estoy yo,
está ella (la muerte), ya no
1997: 100 (SV1, IV 258))
considerar
la
muerte
como
filosófico se contrapone
a la relevancia
filosofía contemporánea
dicho problema, especialmente
fenomenología
y el existencialismo,
pretende
o la proximidad
o accidente,
de nuestra
por vejez, enfermedad
pueden
constituirse
en
una situación límite que nos ayuda a
contrastar la realidad de nuestra vida
con el hecho de su fragilidad. Para este
problema
que ha tenido para la
para la
como puede constatarse
en
Heidegger, Jaspers, Sartre, Levinas y Trías, entre otros. Ninguno
de estos autores
en cuanto
vital, ya que nos sabemos
podemos o, más bien, no estamos en la condición epistemológica
sobre la muerte, pues habría que hacerlo desde
realidad
pensador alemán, las situaciones límite
son una
alarma,
una
luz roja, una
señal que nos ayuda a saber que hay
algo que nos concierne directamente
a
nosotros y que nos cuestiona el sentido
ir más
allá del límite o conocer lo que está
más allá de la muerte; sin embargo,
este acontecimiento
x
es para ellos
punto clave para entender un rasgo
antropológico
fundamental
forma fenomenológica
y una
de acceso al
ser. Mientras Wittgenstein
dedica
en el Tractatus ... sólo unos pocos
párrafos a la muerte, en aquellos
autores
el
tema
ocupa
partes
relevantes de sus respectivas obras.
En El ser y el tiempo, Heidegger
explica la posibilidad de reflexionar
sobre la muerte
manera:
El tránsito
de la siguiente
al "ya no ser ahí"
saca al "ser ahí" justamente
la posibilidad
este tránsito
de experimentar
y de comprenderlo
como experimentado.
cosa puede
rehusada
de
estarle
Semejante
ciertamente
al "ser ahí" del caso por lo que se refiere a él
de nuestra vida. Las situaciones límite
mismo: tanto más incisiva es, empero, la muerte de los otros.
provocan en nosotros un proceso auto
El "ser ahí" puede conseguir
reflexivo, en donde se re-conoce que es
una experiencia
sobre todo dado que es esencialmente
(Heidegger,
de la muerte
"ser con" los otros.
1986: § 47, 260)
la propia existencia la que se encuentra
en juego. Surgen entonces las preguntas
Entre los filósofos del siglo XX que han abordado el tema de la
más
muerte, Karl Jaspers ocupa un lugar privilegiado por la forma
como embona este tema con el resto de su filosofía. Para él la
planteamos
y, gracias
enfrentamos
a la fragilidad de nuestro
La experiencia literaria de la muerte. En torno a La muerte ...
fundamentales
que
Luis Guerrero IYIartínez
podemos
a ellas,
nos
27
ser temporal.
en
"La existencia
general
es
concebida
como límite y experimenta
la situación
empírica
intensa y tal vez más reflexiva que una muerte real, o al menos
entonces
preparamos
este ser en
límite, la cual patentiza
para ser más receptivos ante ésta.
Como es bien sabido, la literatura puede conducir al lector, por
medio de la imaginación, a mundos que éste no había explorado, a
el problematismo de! ser en e! mundo
vivir dramas imaginarios como si fueran reales o bien a enfrentar
y de mi ser en él." (Jaspers,
1959: 73).
situaciones en las que no había estado. La literatura ofrece al lector
Jaspers, al igual que Heidegger, insiste
la posibilidad de involucrarse en el relato como si éste .fuera una
en que la reflexión en torno a la muerte
experiencia propia y que re-viva los sentimientos
no puede resultar del hecho de nuestra
propia muerte, como algo ya dado, pues
que la trama recrea. Pondré de forma sucinta dos ejemplos de este
efecto de la literatura antes de abordar directamente la obra de
cuando ocurre nuestra propia muerte ya
Tolstoi con referencia a la proximidad de la muerte como situación
no estamos en condición de responder.
La reflexión sobre la muerte o la muerte
límite. El primero de estos ejemplos se refiere a la experiencia
como situación
los buenos relatos de tormentas).
límite se refiere a la
proximidad
de lo que entendemos
el término
de la vida, en cuanto
por
al
carácter temporal de ésta.
Heidegger,
Jaspers
literaria de una tormenta
(reconozco de antemano
y las pasiones
mi gusto por
El autor canadiense
Ross King
describe en algunos de los capítulos de su novela Ex libns (King,
2002) las horas de angustia que viven los pasajeros y tripulantes
de un barco durante una fuerte tormenta en los mares europeos en
y Sartre
coin-
algún momento del siglo XVII. La descripción que realiza el autor
ciden en afirmar, cada uno a su modo,
en un contexto de drama y persecución,
la importancia
aquellas horas como si fuera un pasajero más de la embarcación
de la muerte
como
reveladora de la propia existencia.
Ante la muerte como situación límite
mientras
o
valiosa biblioteca que es transportada
experiencia
fenomenológica
fun-
escucha el rugir de la tempestad
maderas a punto de quebrarse;
damental se percibe el carácter temporal
y desea que los protagonistas
del ser humano;
descripción,
a su paso, lo trivial
hace que el lector viva
y el rechinar de las
siente temor de que se pierda la
en las bodegas del barco
no mueran. Gracias a la excelente
el lector puede involucrarse
intensamente
en los
cede, y surge el problema del sentido de
acontecimientos,
la existencia y de la realidad.
un temporal en alta mar. El segundo ejemplo es El nombre de la
A partir de estas reflexiones cabe la
incluso si no ha vivido la experiencia de estar en
rosa (Eco, 2005). La novela recrea con mucha viveza el fascinante
pregunta de si un relato literario puede
mundo de los libros y la enorme fuerza ideológica de éstos, la cual
provocar
justifica el esmero religioso con que se les cuida. En ese mundo,
en el lector una
límite; si la muerte
situación
de un personaje
los laberintos
que forman la biblioteca de una abadía medieval
literario puede tener la fuerza de una
hacen que el lector experimente
muerte
real
prohibidos, pero también la persecución y la muerte. El suspenso
propia
posición
que
tambalea
ante
la
respuesta a estas cuestiones
nuestra
vida.
La
solamente
que producen
la fascinación
los fallecimientos
intensifica
por los libros
la imaginación
lector al hacerla sentirse parte de los acontecimientos
del
y favorece
puede ser dada por cada lector, según
su propia composición de cada uno de los rincones de la abadía
su
y su biblioteca.
experiencia.
Muchos,
entre
los
Históricamente,
que me incluyo,
responderíamos
afirmativamente.
Si bien un relato
lugar privilegiado.
como La muerte de Iván llich, de León
son muestras
Tolstoi, no nos enfrenta directamente
tradiciones
con nuestra
y los autores
propia muerte
o con la
de un ser querido, su lectura puede
llevamos a una situación límite tan
28
""
Luis Guerrero Martínez
la literatura
ha dado al tema de la muerte un
La muerte de Aquiles o las tragedias
griegas
de ello, y lo mismo puede decirse de las grandes
literarias,
radican
pero las diferencias
que hay entre éstas
en el papel que se asigna
en cada obra. Hay diferencias
la muerte como un acto heroico
importantes
a la muerte
entre presentar
(Hornero) y en hacerla
La eX7)erzellczaliteraria de la muerte. EII torllo a La muerte ...
a
parte
de la intriga en una novela contemporánea.
podemos sentir la proximidad
modos distintos;
de la muerte mil veces y de mil
sin embargo, no por esa proximidad
es una situación
límite en el sentido
produzca este fenómeno
la conjunción
Con la literatura
descrito.
antropológico-existencial
de dos factores fundamentales
la muerte
en el lector hacia el personaje central
de la novela. El drama del sentido de
Para que se
la vida ante la cercanía de la muerte se
es necesaria
hace patente
de la experiencia
literaria. En primer lugar se necesita una obra en que, por su
estilo o temática, la muerte constituya
condición referida, pues generaempatía
uno de los ejes centrales
presenta
en Iván Ilich. La novela
la historia
que encarna
parámetros
de una
persona
el estilo de vida y los
existenciales
de muchas
de la concepción y la trama, pero no al modo de las novelas
personas,
de detectives o policíacas
para
cuestionados
sino
proximidad de la muerte.
La lectura de La m uerte de Iván llich
las investigaciones
en que una muerte es ocasión
realizadas
por el personaje
que la muerte sea presentada
pueda conocer vívidamente
que desaparece
principal,
como drama de la vida y el lector
el mundo temporal de una persona
al morir. Este punto está estrechamente
a la sensibilidad
ligado
obra literaria no pueda causar el efecto de una situación
límite,
pues en realidad cualquier muerte lo podría hacer; sin embargo,
esto no suele ser lo ordinario.
también cierta disposición
En segundo
o sensibilidad
o vivir en carne propia, mediante
reflexiva, la situación
lugar,
se requiere
del lector para re-vivir
su imaginación
y capacidad
límite que la obra literaria puede producir
en él. Lo que para un lector es trágico o conmovedor,
es aburrido o desagradable.
para otro
por la enfermedad
puede hacerse -entre
y la
otras formas-
en tres niveles superpuestos:
El primero es el nivel de la crítica social
del autor: a la pasión de su propia existencia.
Lo anterior no significa que una muerte aislada descrita en una
los cuales son bruscamente
que Tolstoi propone en la mayor parte de
su obra. En el caso de La muerte ... dicha
crítica recorre dos caminos; el primero
es el de la insensibilidad social ante la
muerte de los demás y el otro es el de la
vida de una persona que refleja el vacío
al que habitúan
sociales.
los convencionalismos
El segundo nivel es el del recorrido
Lo que para un lector puede resultar
resto de su vida, para otro puede reducirse a una lectura más, sin
existencial ante la proximidad de la
muerte, El relato abarca los últimos
mayores consecuencias
meses de la vida de Iván Ilich en todo
una experiencia
que lo lleve a la reflexión y lo marque
por el
para su propia concepción del mundo.!
La muerte de Iván llich, escrita por León Tolstoi en 1886, es
una obra paradigmática
sobre la muerte como situación
Por ello es una obra privilegiada
en el sentido
límite.
de la primera
su paroxismo. Tolstoi acentúa el drama
con el doble contraste
que establece
en el relato. Por una parte, presenta
a una persona que se apaga mientras
El problema
que puede presentarse
con la lectura como ocasión para una si-
tuación límite es el de la mayor fugacidad
del impacto literario
con respecto
a la realidad. Cuando se concluye la lectura de una obra. y más en el caso La
muerte de lván J/lich, que es una novela corta, los sentimientos
que provoca
la lectura
aquí donde se observa
aunque
pueden
diluirse
fácilmente
una clara distinción
el lector se sienta consternado
y reflexiones
al paso de los días. Es
entre literatura
y realidad,
pues
recuerda los momentos
confronta
Lo mismo puede decirse de
padecimiento
con
la
de los demás: su esposa,
hijos, médicos, colegas, etcétera.
por el relato de Ja vida y la muerte de
cercana y querida.
su
indiferencia
El tercer nivel tiene que ver con
Iván Ilich, la vida diaria no Je impone el luto que es obligado cuando se trata
de la muerte de una persona
en que gozaba
de salud, éxito y riquezas; y por otra,
la
brevedad
y
contundencia
del
la enfermedad del personaje, que dura únicamente Jo que el lector tarda en
hacer Ja lectura. En cambio, si éste debiera sufrir la enfermedad o el pade-
parágrafo
cimiento de una persona
principio: el último pensamiento
de
Iván es "Ha terminado la muerte. Ya
que le es cercana,
real, por así decirlo, e incluso
lentamente
Sin embargo,
y se extiende
la sensación
de que transcurre
más allá de lo que marcan el reloj y el calendario.
los parámetros
existenciales
reflexiva, pueden ser modificados
que le provoque
eJ tiempo tendría una extensión
se produciría
de una persona,
de manera
definitiva
sobre todo si es
por las impresiones
la lectura.
La ext>enellc¡a literaria de la 1Il1le¡1e.t'll torno a La muerte ...
no existe,"
de Wittgenstein
al
(Tolstoi, 1975: 1170). En
este nivel -en
sentimiento
citado
el que está presente un
de extrañeza-
Luis Guerrero Martínez
hay una
29
propuesta muy del estilo de Tolstoi, en
este caso en relación con el significado
de la muerte.
LA VIDA Y LA MUERTE
COMO UN ASUNTO
TRIVIAL
La literatura rusa del siglo de oro -que
incluye a Tolstoi, Dostoievsky,
Gogol
y Chejov, entre los principaleses
calificada como realista no solamente
porque expone con mucha nitidez las
pasiones
de la naturaleza
humana
y
la enorme variedad de personalidades
de seres humanos
en que éstos
porque
y las circunstancias
se desenvuelven,
también
presenta
sino
los
usos
sociales como un reflejo de los vicios
de la sociedad.
El ejemplo
de esta
narrativa propuesto aquí es el relato
de la muerte de Iván Ilich.
El dramatismo
existencial
con el
que Iván Ilich vive la proximidad
su muerte tiene un contrapunto,
sólo acentúa
ese dramatismo,
de
que
cuando
de otra persona
como algo que nos atañe,
al fin y al cabo el
Tolstoi expone la trivialidad con la que
se enfrenta la muerte de los demás.
que se muere es otro. "Aparte de las reflexiones
Si bien Heidegger mencionaba
consigo ese fallecimiento,
que la
nombramientos
y cambios
en el servicio,
sobre posibles
que podría
traer
el hecho mismo de la muerte de un
muerte de otro puede ser ocasión para
conocido provocó en cuantos recibieron la noticia, según ocurre
reflexionar sobre el carácter temporal
siempre, un sentimiento
del ser humano,
no ellos." (Tolstoi, 1975: 1135). Jaspers explica este fenómeno
a menudo ocurre que
de alegría, porque había muerto otro y
la muerte de otra persona se convierte
de distanciamiento
en un acontecimiento
hombre que sabe que ha de morir, considera este acontecimiento
que despierta el
hacia la muerte de la siguiente
manera:
"El
morbo: ¿cómo fue su muerte?, ¿cuántos
como una expectación
para un indeterminado
punto del tiempo;
hijos deja?, ¿qué va a ser de su mujer?,
etcétera. En el relato, las cavilaciones
pero, en tanto que la muerte no desempeña
para él otro papel
que tener cuidado de evitada,
de otros están dirigidas a las vacantes
hombre una si~w::cién límite." (Jaspers, 1959: 91)
laborales que el fallecimiento
de Iván
Illich producirá. Una parte del contexto
:~ en que estas reacciones son detalladas
Incluso
obligación
además,
la muerte
el sepelio
resulta
fastidiosa,
pues no saben qué hacer ni qué decir;
interrumpe
para
sigue sin ser para el
sus rutinas
los amigos
y compromisos
de Iván una
sociales
más
es el de los convencionalismo s fúnebres
agradables
que Tolstoi deja al descubierto.
de la esposa en el velorio se resume en guardar las apariencias
En cualquier
tendencia natural
de ocasión, ya que la principal preocupación
30
caso,
hay una
a evadir la muerte
Luis Guerrero Martínez
en los que se sentirían
cómodos. En tanto, la actitud
que tiene en mente
no es la muerte de su esposo sino el futuro de ella; en especial,
La experiencia literaria de la muerte. En torno a La muerte ...
le preocupa la forma de obtener todo el dinero posible de los
pensaban
seguros de vida.
Pero la crítica de Tolstoi va mucho más allá con el recorrido
siempre. Eso era lo que más hacía sufrir
a Iván Ilich." (Tolstoi, 1975: 1152). En
que hace por la vida de Iván y, en especial,
especial es sensible a la soledad que le
meses. A Iván Illich le enfadan
de sus últimos
los rituales y la hipocresía
los médicos, quienes no atinan a hacer un diagnóstico
un remedio; y sin embargo,
ni a dar
siempre tienen la falsa actitud de
tenerlo todo bajo control y se dan aires de importancia,
si de ellos dependiera
de
como
la vida del paciente, a lo que se suma la
molesta simplificación
que hace el resto de los personajes
de los
sufrimientos de Iván, para quienes el enfermo no sigue al pie de
la letra las indicaciones médicas.
El derrumbe
espiritual
de Iván está motivado,
lugar, por los dolores que experimenta
en una convicción
que su muerte
ocasionado
padecimientos.
y que se le presentan,
que crece en el paciente,
está próxima,
por la indiferencia
en primer
pero también
como señales
ese derrumbe
que los demás sienten
que todo seguía
resulta de la indiferencia
igual que
de su propia
familia, pues para su esposa y su hija
la enfermedad
y quejas de Iván, así
como los cuidados
que requiere,
son
molestos en la medida que alteran su
vida diaria. Uno de los fragmentos
más dramáticos de la obra sobre la
soledad es el que describe la actitud
de su hija. En una ocasión, al regresar
de un médico, Iván comienza a relatar
de
a su mujer las opiniones
es
a medio relato, "entró su hija, con el
por sus
La convicción de que se está muriendo y de que
sombrero
puesto:
con Praskovia
se disponía
Fiodorovna
lo rodeaban
escuchar las palabras aburridas de Iván
comprenderlo,
y
para
[su madreJ.
Hizo
o no querían
esfuerzo
a salir
a nadie le importa se traduce en una enorme soledad. "Los que
no lo comprendían
un
del médico,
sentarse
a
Ilich; pero no pudo resistirlas
hasta el
final, ni la madre tampoco"
(Tolstoi.
1975: 1151). Para la hija, fuerte, sana
y enamorada,
la enfermedad
padre es irritante
felicidad.
porque
Por su parte,
de su
estorba
su
Iván quiere
que alguien lo compadezca
y le tenga
lástima, la que se le tiene a un niño
enfermo.
LA MUERTE
COMO REVELADORA
El contraste
DE LA VIDA
entre los intereses
vida ordinaria
de la
que la sociedad impone
y el drama de una vida que se apaga
se manifiestan en la soledad de Iván
Ilich. Gracias a la recreación
x
sentimiento
posible
de este
por parte de Tolstoi es
comprender
suele constituir
de la muerte.
la trampa
que
el rejuego de la vida y
El miedo a la muerte no es sino una
proyección del deseo de vivir y suele
encerrar
La exp>ertl?llclaliteraria de la 1/luerte. EIl tomo a La muerte ...
la trágica
paradoja
Luis Guerrero Martínez
de que
••• 31
_
mientras cercena los impulsos de la vida
Por su parte, Nietzsche insiste en esta misma idea a lo largo de
se dejan de asumir los riesgos que ésta
su obra. En un texto muy similar al de Kierkegaard
incluye. De esta forma, al protegemos de
siguiente:
la muerte imposibilitamos
de la vida.
En esta
paradoja
el desarrollo
la sociedad
afirma lo
En el fondo todo hombre
sabe muy bien que sólo está una
vez, en cuanto
único,
ejemplar
sobre
la tierra.
Lo sabe,
y
pero lo esconde,
los estereotipos culturales favorecen
el adormecimiento de la vida. En la
convencionalismo
y se oculta tras él. Pero ¿qué es lo que
sociedad
lleva al individuo
[a] temer a su vecino, a pensar y obrar con
es muy fácil protegerse,
al
menos en apariencia, de los peligros de la
de conciencia.
como si se tratara
de un remordimiento
¿Por qué? Por miedo al vecino, que exige el
el rebaño y a no estar contento
de sí mismo? En algunos,
vida, pero esa protección tiene un costo:
pocos y raros, tal vez el pudor. En los más, la comodidad,
la vitalidad cede ante los parámetros y
inercia, en una palabra,
convencionalismo s sociales. Kierkegaard
(Nietzsche, 2000: 25)
la tendencia
la
a la pereza.
y Nietzsche coincidieron en este punto.
En el ámbito literario, Saint-Exupéry
Para ambos existe un peligro mayor que
descripciones esta misma idea; baste recordar el siguiente pasaje
de Tierra de hombres:
el de la muerte: la pérdida del yo por
miedo a la vida o, en otras palabras, por
Viejo burócrata,
la comodidad que produce ser uno más
en la sociedad.
con cemento,
Kierkegaard, a través de uno de sus
seudónimos,
manera:
lo expresa de la siguiente
primitiva
en su estrucestá
cuidadosamente
natural
dispuesto
para
has
como una bola en tu seguridad
en los ritos asfixiantes
de tu vida
esa humilde
contra
alzado
y las mareas
y las estrellas.
con los graves problemas,
olvidar tu condición
planeta
errante,
todas las salidas
bastante
de hombre.
no planteas
muralla
No quieres
trabajo
inquietarte
has tenido con
No eres el habitante
preguntas
los
sin respuesta.
de un
Nadie
ser un yo, por lo que no debe,
te ha sacudido por los hombros cuando aún era tiempo. Ahora
de ninguna
la arcilla con la cual estás hecho se ha secado y endurecido
manera,
renunciar
a ser sí mismo por miedo a los
nada en ti podría, en adelante,
hombres.
o al poeta, o al astrónomo
Sin embargo,
con tan-
to mirar a la muchedumbre
los hombres
tanto
de
en torno suyo, con
ajetreo
negocios
en toda clase de
mundanos,
con tanto
afán por llegar a ser prudente
el conocimiento
en
de la marcha de
(Saint-Exupéry,
despertar
y
al músico dormido,
que quizá te habitaban
al principio.
1977: 19)
La muerte de lván llich está en la misma línea reflexiva que los
textos anteriormente
citados. Tolstoi relata la vida de Iván Ilich
como una vida muy afianzada
profesión, los éxitos laborales,
en los estereotipos
sociales: la
la influencia que tiene, el estatus
social que ha adquirido y el ajetreo diario de un hombre citadino
todas las cosas en el mundo, el
en la Rusia decimonónica.
yo va olvidándose
ante la vida encierra un contrasentido.
En un primer momento,
a Iván Ilich le aterroriza
de la muerte, sobre todo
sin atreverse
mismo,
mucho
pues
de sí mismo,
ya a tener fe en sí
es infinitamente
más fácil y seguro
como los demás,
mono de imitación,
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y
en tus rutinas,
provinciana,
tu paz a fuerza de bloquear
como lo hacen las termitas,
la luz. Has rodado
burguesa;
vientos
Todo ser humano
tura
hacia
has construido
recoge en muchas de sus
ser
es decir, un
un número
Sin embargo, la aparente
la posibilidad
porque se siente cómodamente
instalado
en la vida.
El ejemplo del silogismo que había aprendido
Kiseveter:
'Cayo es un hombre;
Por tanto, Cayo es mortal',
seguridad
en la lógica de
los hombres
son mortales.
le parecía aplicable solamente
a
en medio de la multitud.
Cayo, pero de ningún
(Kierkegaard,
como todos, yeso era perfectamente justo; pero él no era Cayo,
1969: 81)
Luis Guerrero Martínez
modo a sí mismo. Cayo era un hombre
La experiencia literaria de la lIll/crte. Entorno
a La muerte ...
no era un hombre como todos, sino que siempre había sido
la clara conciencia y aceptación de que
completamente
los parámetros
distinto de los demás."2 (Tolstoi, 1975: 1156)
Su estilo de vida constituye
puede despojado
un bien preciado del que la muerte
que transcurren
por la
vida de Iván eran equivocados. En este
sentido, el miedo a la muerte como
de la muerte. En los pocos meses
sujeción a esos parámetros ya no tenía
súbitamente,
enfermedad y la proximidad
pero es confrontado
desde los primeros síntomas
hasta el día de su fallecimiento,
del sinsentido
paulatinamente
en
enfermedad lo que le angustia
de la muerte ya no es la pérdida
sino el vacío de su propia vida;
de morir sin haber vivido, no quiere morir
teniendo una fuerte deuda con la vida. "Luchaba
a sus ideas de antes,
cabida,
aquellas
por volver
ideas que le ocultaban
la de la
y en consecuencia,
tampoco
tenía ya sentido el miedo a la muerte
que lo atormentaba.
de tal suerte que hacia el final de su
de sus éxitos y sus comodidades,
se siente incapaz
de su enfermedad
Iván Ilich va cobrando conciencia
de su vida, se va gestando
él una transformación,
que habían guiado la
El segundo motivo y tal vez el más
fuerte
es la conciencia
de que aún
había tiempo de corregir; la convicción
de que aún era posible hacer algo por
los demás, al menos para no causades
daño y liberados
de los sufrimientos
muerte. Pero cosa rara: lo que antes velaba, ocultaba y destruía
que su situación
la conciencia de la muerte no producía ahora el mismo efecto."
ambos casos, los últimos pensamientos
(Tolstoi, 1975: 1156)
de Iván atestiguan
Finalmente
perder habían
comprende
que aquellas
constituido
durante
cosas que no quería
gran parte de su existencia
el medio para perder su vida. Paradójicamente,
su seguridad
lo que constituía
les provocaba.
En
la convicción
de
Tolstoi de que la muerte que se teme
es la misma muerte que impide la vida
y la convierte en vacío.
ante la vida había sido su ruina. El último día de
su vida, lván aceptó su situación:
"Su carrera, su modo de vivir,
su familia y aquellos intereses de la sociedad y del servicio, todo
BIBLIOGRAFÍA
podía haber sido distinto de lo que debía ser. Trató de defender
todo aquello
ante
la inconsistencia
sí mismo.
Súbitamente,
de lo que defendía;
se dio cuenta
de
y ya no quedó nada por
México, Debolsillo.
Heidegger,
defender." (Tolstoi, 1975: 1168)
La novela
concluye
que parecen
des-
)aspers,
y e! tiempo,
la muerte, pensó lo siguiente:
de su vida, se dijo: "Ha terminado
la muerte. Ya no
Karl (1959), Fi!osQ/la, Madrid, Revista
Vela].
S0ren (1969), La erifermedad mor-
Kierkegaard,
ta!, Madrid, Guadarrama,
'¿Qué hago con él? Wónde estás,
dolor?'" (Tolstoi, 1975: 1170). Y minutos después, en los últimos
instantes
(1986), E! ser
de Occidente, 2 T., [trad. Fernando
concertantes en una primera lectura. De pronto aquel hombre que
'''¿y el dolor?', se preguntó.
Martin
México, FCE, [trad. José Gaos].
con dos párrafos
había sufrido y había rechazado
(2005), El nombre de !a rosa,
Eco, Umberto
[trad. Demetrio G.
Rivera].
__
(1997),
Trotta,
Migqjas fi!osQ/icas,
King, Ross (2002), Ex fibris, Barcelona,
existe." (Tolstoi, 1975: 1170)
Madrid,
[trad. Rafael Larrañeta].
Seix Ba-
rral, [trad. R. M. Bassols].
Lo que hasta
un día antes
desapareció súbitamente.
había
atormentado
La misma narración
motivos detrás del acontecimiento.
a Iván,
nos muestra
El primero tiene que ver
dos
Friedrich (2000), Schopenhauer como
educador, Madrid, Editorial Biblioteca Nue-
COh
va, [trad. )acobo Muñoz].
Nietzsche,
Antoine (1977), Tierra de hombres, Buenos Aires, Editorial Traquel, [trad.
Saint-Exupéry,
2
)aspers insiste en que el individuo
da que desea conservar
busca desligarse
los intereses
de la muerte en la medi-
y bienes que posee en la temporalidad.
"Cuando me comporto sólo como individuo viviente, persigo finalidades,
tendo la duración
y consistencia
ge la aniquilación
del bien realizado,
tengo que experimentar
de todo." (Jaspers,
La
pre-
de todo lo que para mí tiene valor. Me aflila desaparición
el fin, pero vivo olvidando
de los seres queridos;
su inevitabilidad
1959, II: 91).
literaria de la lIluerte. En torno a La muerte ...
y el fin
Eduardo
Paz].
Tolstoi, León (1975), La muerte de lván lfich, en
Obras,
4a ed., Madrid, Aguilar,
[trad. [rene y
Laura Andresco].
Wittgenstein,
Ludwig (1984), Tractatus Lógico-
Phifosoph icus,
6a ed., Madrid, Alianza
Edi-
torial, [trad. Enrique Tierno Galván].
Luis Guerrero Martínez
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