3. La boda rife§a -amplio - Centro de Enseñanzas Virtuales de la
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3. La boda rife§a -amplio - Centro de Enseñanzas Virtuales de la
Las bodas bereberes rifeñas La tradición de las bodas bereberes rifeñas según las fuentes bibliográficas Para el estudio del ritual de la boda, núcleo central de todas las prácticas musicales de los habitantes de Guelaya han sido consultadas una serie de fuentes bibliográficas cuyo análisis y valoración se hace necesario en la búsqueda de una epistemología rigurosa. Estas fuentes no sólo abordan el ritual en la región de estudio, sino que algunas de ellas han sido realizadas desde una perspectiva rifeña en general. Teniendo en cuenta que muchos de los principios de tipo ritual son comunes a todas las regiones del Rif, son utilizadas en este estudio por su aportación documental y por ser los únicos testimonios de tales prácticas en períodos anteriores. Para el amazige, las prácticas musicales de las bodas no sólo se constriñen al canto y la ejecución instrumental, sino que se trata de un universo sonoro donde ocupa un lugar el texto hablado o recitado, los sonidos de las joyas utilizadas en los trajes tradicionales y que al bailar sirven según la tradición para espantar a los malos espíritus, los gritos de alegría de las mujeres y todo aquello que, aunque puede pasar a veces desapercibido, tiene una función, significado o valor simbólico para los individuos. Los cambios y la pérdida de elementos rituales acaecidos en la realización de las bodas hacen prácticamente imposible poder tener una referencia concreta de un completo ritual bereber tradicional en nuestros días. Lo que hoy puede ser observado son sólo reflejos, secciones o fragmentos de lo que, según tanto las fuentes consultadas como los relatos de los informantes, fueron una de las más importantes manifestaciones musicales de la colectividad. La música ha podido ser trasladada desde la memoria de una cantora a la partitura musical, pero la realidad de la festividad en su completa exposición solo ha podido ser reconstruida desde el análisis de las fuentes documentales, las aportaciones de las entrevistas realizadas y las observaciones de las bodas actuales. No creo necesario un debate entre la tradición y la modernidad. Es importante la reconstrucción y ordenamiento tanto del repertorio como del ritual, al no existir ninguna obra o investigación desde la etnomusicología que revele una parte tan significativa del patrimonio cultural de los bereberes del Rif. Tal debate debe ser posterior a esta obra, desde una perspectiva donde se tengan elementos estructurados de la tradición y puedan ser contrastados con la modernidad, no obstante, en este trabajo se hace mención en todo momento de la permanencia o no del elemento ritual en nuestros días. Valoración de las fuentes bibliográficas consultadas La presencia militar española en el Rif durante todo el periodo del protectorado, y en particular en Melilla desde su fundación, es un aspecto significativo al valorar algunas de las fuentes bibliográficas que se utilizan en esta investigación. Muchas de ellas fueron escritas por militares destinados en la zona y transmiten una visión condicionada por los valores castrenses, a la vez que ponen en evidencia el enfrentamiento entre la cultura dominante y la dominada. El acercamiento de los militares españoles a la cultura amazige no es análogo en todos los casos. Por ejemplo, la figura del teniente coronel de Infantería del Alto Estado Mayor Emilio Blanco de Izaga (1892-1949), marca un punto de inflexión y diferencia dentro de esta visión, dado que para Izaga, su permanencia en el Rif se tradujo casi en un deslumbramiento: “Nunca he sido más feliz que en los años en tribu [...] de este Rif de misérrima y asolada tierra” (Moga Romero, 1997:153). A nuestro juicio, la mayor aportación al estudio de la cultura rifeña desde la perspectiva de España es la realización por parte del padre Esteban Ibáñez del Diccionario rifeño español (1944); esta obra continúa siendo un texto de consulta lingüística ineludible, ya que incluye todas las diferencias dialectales de las diferentes regiones rifeñas. Realizar una valoración de todas las fuentes bibliográficas utilizadas para el estudio de las bodas berebereres de la región nos lleva a la búsqueda de una síntesis dentro de los contenidos referidos en ellas, por lo que se adoptan una serie de criterios metodológicos de tipo reduccionista que posibiliten hacer una selección y su posterior valoración. Son estos: 1.- Que la fuente esté directamente relacionada con el objeto de estudio (la boda) o, en su defecto, aporte elementos “musicales” o de conocimiento de la realización del ritual. 2.- Que, aunque la obra no esté relacionada de manera lineal con el tema, aporte elementos dentro de la cultura bereber rifeña que puedan incidir en la música utilizada en las bodas tradicionales. 3.- Que la fuente sea el resultado de un trabajo de campo o de procesos de observación dentro del territorio del Rif y en especial el de la región de Guelaya. 4.- Que su utilización pueda brindar un enfoque histórico del estado de la música en el ritual o de la música rifeña en general. 5.- Que en ella aparezcan transcripciones musicales de cantos utilizados en el ritual de la boda, u otros, que proporcionen a la investigación elementos característicos del repertorio musical de las bodas. Una vez aplicados estos criterios, son cuatro las fuentes bibliográficas que son objeto de un análisis crítico, donde la búsqueda de su contextualización a través de una aproximación a la figura del autor, la época en que fueron realizadas y los aportes que brindan a esta investigación, desvelan su riqueza documental y el porqué de su inclusión. Debe destacarse que ninguna de las fuentes bibliográficas relacionadas es el resultado de estudios científicos dentro del campo de la etnomusicología. Tres de ellas han sido realizadas por personas sin una formación musical conocida que, en algunos casos, han precisado de la colaboración de músicos; ante tal situación no se especifica si estos músicos participaron en la investigación. A continuación se enumeran algunas generalidades que aportan dichas fuentes al estudio de los cantos y ritmos de boda: 1.- Dan a conocer parcialmente el rito y su estado a lo largo del siglo XX comprendido entre los años 1902 y 1959, aunque no de forma ininterrumpida. 2.- Muestran la importancia y la utilización de la música y la danza en el ritual. 3.- Describen los instrumentos musicales, así como su utilización en la celebración. 4.- Proporcionan textos de cantos y en algunos casos partituras de los mismos. 5.- Ofrecen elementos significativos de la vida y el comportamiento de los músicos semiprofesionales y su participación en el ritual. 6.- Aportan conocimiento acerca de la sociedad rifeña y del papel que la música desempeña dentro de ella. 7.- Muestran iconos de la cultura como la gastronomía, la vestimenta, la artesanía y otros. Fuentes bibliográficas de mayor interés para la investigación sobre la boda bereber CUEVAS, TEODORO F. de (1992): “Una boda en el Rif", en: Melilla: Recuerdos de mi estancia (1902- 1906), Melilla, La Biblioteca de Melilla. Cuevas, capitán de infantería del ejercito español, presenta a través de su narración una clara visión de superioridad cultural, como miembro de la cultura dominante, que es plasmada en numerosos comentarios sobre la vida y costumbres de los rifeños, los cuales son tratados con cierto desdén y apatía. 2 Este capítulo narra la asistencia a una boda en Farhana1 poblado cercano a Nador, en la región de Guelaya entre los años 1902-1906, sin definir exactamente, ni el mes ni el año, aunque hace mención como referencia temporal al verano, por lo que puede deducirse que se realiza entre los meses de julio a octubre. Según la descripción se trata de la llegada de la comitiva de boda a la casa del novio y el final de toda la celebración. El autor comenta además el ritual o ceremonia de la muestra de la pérdida de la virginidad de la novia, aunque no estuvo presente en dicho acto. Los aportes de esta fuente se concretan en mostrar elementos del ritual de la boda tradicional bereber en los primeros años del siglo XX, pudiéndose observar la presencia de los músicos semiprofesionales Imdyazen y otros elementos de interés como son: la descripción de los instrumentos musicales y de alguna danza utilizada en la festividad. RUIZ ALBÉNIZ, VÍCTOR (1994): “Hombres, usos y costumbres del Rif”, en: España en el Rif (1908-1921), Melilla, Ayuntamiento de Melilla, Fundación Municipal Sociocultural, Archivo Municipal. Este autor era conocido como "El Tebib Arrumi2" (médico no bereber) y permaneció durante ocho meses, entre los años 1908-1921 en Beni- Bu- Ifrur (según el autor), Ait Buyafrur (según la antigua denominación tribal enmarcada en la comarca o región de Keloaya) al frente de las minas de Uixán de la mencionada localidad. Su relato describe la asistencia a una boda en Atlaten, un poblado cercano a Buyafrur, donde se encuentra la casa del novio. Desde esta situación presencia el traslado de la novia a la casa del novio, por consiguiente, la llegada de la comitiva nupcial y la festividad que concluye el ritual de los esponsales. No existen datos que señalen la fecha de celebración de la boda. En la edición original (Madrid, Hispania, 1921), reeditada como facsímil en 1994, aparecen dos cantos transcritos, sin que se haga mención del autor de dichas transcripciones. Estas deben de ser atendidas con precaución y para este trabajo, aunque se utiliza una de ellas, no se tiene en cuenta como un antecedente fiable desde el punto de vista musical. Debido a esto aparece en la tabla comparativa, que incluimos al final de la valoración de las fuentes, con los signos X?. El Tebib Arrumi incluye en su relato las descripciones de los instrumentos musicales que participan de la fiesta y una crónica casi cinematográfica de la comitiva nupcial, datos que corroboran el estado de la celebración en los años veinte del siglo pasado, lo cual posibilita el establecimiento de una cierta cronología del rito. BLANCO IZAGA, EMILIO (1946): "Las danzas rifeñas", en: África 55-57 y 59-60. Madrid. Este artículo, que apareció fraccionado en varios números de la revista África, aporta datos referente a cantos y bailes utilizados en las bodas. Aunque no se relate ni se comente la asistencia a ningún tipo de celebración nupcial, Blanco Izaga conocía el ritual de la boda bereber tradicional, ya que existe un escrito titulado "La Boda", conservado en el archivo de la familia Izaga, según se señala en un artículo dedicado a su figura en (Moga Romero, 1996:168). El archivo familiar fue donado a la Ciudad Autónoma de Melilla, y en febrero de 2003 se encontraba en proceso de catalogación por lo cual no fue posible consultarlo. Los escritos sobre las danzas rifeñas publicados en la revista África de 1946, narran sus impresiones de una década anterior, como el propio autor hace constar: 1 2 También puede aparecer como Farxana. También puede aparecer como arumi (no bereber). Nos limitamos a reseñar lo que sentimos, lo que nuestros propios ojos vieron, nuestros oídos escucharon y mi lápiz coquizó, sin otro bagaje que el interés, sorpresa y emoción que me ocasionaron, allá por mis mozos, hacia el año 1930 (Blanco Izaga,1946: nº 56-57:316). Es de destacar el esfuerzo y tenacidad con el que este oficial, del Servicio de Intervenciones Militares durante la época del protectorado español en Marruecos (19121956), se dedicó al estudio de la cultura de los bereberes rifeños. La música y la danza sólo son una muestra pequeña del universo por él abordado, donde aparecen: la etnografía, la sociología, la arquitectura y la plástica. Vicente Moga Romero, gran apasionado de la figura del berberófono Blanco de Izaga, reproduce un fragmento de una carta de su hijo, Agustín Blanco Moro, dirigida a don Adolfo de la Sierra Ochoa, arquitecto municipal de Tetuán, fechada en 1951 y donde puede apreciarse la dimensión humana y afectiva que el oficial español mantuvo con el Rif: Mi padre fue un arquitecto nato, un artista con una gran capacidad de amar y una sensibilidad exquisita [...]. Su exagerado espíritu de autocrítica nos ha privado de su obra definitiva "Cuadernos de arte Berberisco". En ellos iba recogida, a través de veinte años de continuas sedimentaciones, su pasión por el Rif (Moga Romero, 1996:163). Aunque el tema fundamental del trabajo que en cuestión se analiza se basa en un enfoque generalizado de las danzas rifeñas y un esbozo de posibles clasificaciones, esto adquiere una gran importancia para este estudio, ya que aporta datos significativos sobre cantos que según todos los informantes consultados, son utilizados en las bodas tradicionales. Ellos son los conocidos como: Lal la buya, según Blanco Izaga <<ARAL-LI IARAL-LI-BUIA>> y Mali Mali (Blanco Izaga,1946: nº 55:70) de los cuales hace una referencia de su estado y trata de abordar sus orígenes. Aparecen en dicho artículo textos y partituras de los cantos; los primeros en dos versiones la castellana y la chelja (nombre vulgar con el que se conoce también al tamazight). Al no emplear un estándar de escritura, pues utiliza una forma de tipo fonética, es difícil su valoración y en algunos casos su comprensión por los propios amaziges. Las transcripciones musicales fueron realizadas, según señala el propio autor, por el maestro don Severiano Gil “que en nuestra presencia anota” (Blanco Izaga, 1946, nº 5960:70), no pudiendo concretarse si las transcripciones fueron realizadas in situ o sobre una grabación. Como puede apreciarse en la figura siguiente, aparece un comentario sobre la partitura de la canción Mali mali en el margen derecho que dice: “sacado al oído” y una escritura a dos claves. En el pentagrama de la clave de Fa, según el transcriptor dedicado a la orquesta, no se hace distinción de los instrumentos que la componen, no pudiendo valorarse el mencionado acompañamiento orquestal. 4 Música de la canción Mali Mali (Blanco Izaga,1946, nº 55:71) Los cantos que aporta la fuente de Blanco de Izaga se analizan y contrastan con los recopilados y mostrados en este trabajo en el capítulo dedicado al análisis musical de los cantos de boda. Más allá de las lógicas diferencias que los métodos y medios tecnológicos actuales ofrecen para la transcripción musical, las del maestro Severiano Gil muestran un estado, un camino y fundamentalmente la existencia en dicha época de estos tipos de canto, pero al no aportar datos de los informantes ni exactamente el lugar donde fueron recogidos, no se cree conveniente tenerlos en cuenta para el establecimiento de ningún tipo de valoración desde el punto de vista evolutivo, al no poder conocer dentro de qué marco contextual de tipo tribal enmarcarlos. Gracias a la casualidad he podido conversar con el nieto de Don Severiano Gil, de igual nombre y cuyo oficio de escritor ha dado una de las mejores obras sobre el estudio de la comunidad sefardí de Melilla. Según él, su abuelo, maestro director de la banda militar en Nador había estado en contacto con Emilio, quien le encargó la transcripción de algunos cantos, desconociendo si existió grabación de los mismos, afirmándome que siempre le han contado que su abuelo llevaba al mercado papel pautado y tomaba té con algunos informantes mientras él transcribía los cantos. Es plausible que Severiano Gil haya realizado una occidentalización de los cantos al parecerle anómalo la modalidad de los mismos, cosa que por demás fue común entre otros músicos españoles de la época. Debido a que no se ha podido encontrar ninguna versión fiable del canto de “Mali Mali” no se puede realizar un análisis comparativo con la transcripción anterior, pero lo que si podemos asegurar es que no existe en todo el corpus estudiado ningún canto cuya estructura de organización en las alturas coincida con la tonalidad occidental. KINGSMILL HART, Ursula (1998): Tras la puerta del patio. La vida cotidiana de las mujeres rifeñas, Melilla, Servicio de Publicaciones de la Ciudad Autónoma, UNED. Esta autora fue la esposa de David Montgomery Hart, uno de los más destacados antropólogos que ha estudiado la región del Rif. En su libro relata de forma detallada y de manera lineal su presencia en los tres días de la celebración de una boda en la casa de una novia, donde se encuentra como invitada de la familia. La fecha de la boda es octubre de 1959 y el lugar hace mención al territorio de la tribu de los Ait Waryaghar, cercano a la actual provincia de Alhucemas. La publicación utilizada de 1998 es la segunda edición traducida al castellano por el propio Montgomery Hart un año después del fallecimiento de la autora; la primera edición original es en Inglés y fue publicada en los Estados Unidos de América en 1994. Aunque en esta fuente no aparecen ni partituras ni textos de cantos de boda, aunque sí bastantes descripciones de éstos, es una de las más completas referencias de lo que acontece en la casa de la novia durante la celebración nupcial; los aportes que realiza a este trabajo son innumerables por tratarse de una observación llena de detalles, que desvelan la delicadeza, la pasión y la ternura de la feminidad, además se hace evidente la posibilidad brindada a la autora de entrar dentro de lugares y observar ritos negados desde antaño a la mirada de los hombres. En esta obra aparecen numerosos comentarios de la autora sobre vivencias y conceptualizaciones realizadas por su esposo, quien llevaba ya algunos años conviviendo entre los rifeños; éstos han sido muy útiles en la valoración de algunos temas, como por ejemplo la aproximación al estudio del origen de los Imdyazen (Kingsmill Hart, 1998:83). Según el relato, los esposos Hart realizaron grabaciones de la música de aquella boda, pero ha sido imposible su localización. El archivo personal de Montgomery Hart fue donado a la fundación que lleva su nombre y en estos momentos está siendo trasladado a su definitiva ubicación en la localidad de Beni Enzar, provincia de Nador, en el Reino de Marruecos. Sobre las mencionadas grabaciones desconozco si alguna vez fueron estudiadas o transcritas y si en un futuro puedan ser utilizadas. Desde luego, su aparición podría ser de gran interés para enfrentar un estudio evolutivo de los cantos de boda rifeños. BOWLES, PAUL (1991): “El Rif por su música”, en: Cabezas verdes manos azules, Madrid, Alfaguara. El músico y escritor Paul Bowles fue discípulo de Nadia Boulanguer. Realizó una recopilación de la música de Marruecos para los archivos de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos de América en Washington por encargo de la Fundación Rockefeller. Su estancia en el Rif es bastante breve pues dio comienzo en Alhucemas el 29 de agosto de 1959, y concluyó a mediados de septiembre del mismo año. Su relato desvela el estado de algunos tipos de cantos, así como descripciones bastante interesantes relativas a la música y danza de los bereberes. Aunque su aproximación a la organología no se puede considerar del todo como científica, aborda la definición de los instrumentos musicales utilizados por los músicos semiprofesionales (Imdyazen), profundizando sobre todo en el zamar3, instrumento del cual tenía algunas referencias y que venía buscando por ser típicamente rifeño: "Lo que yo buscaba era el zamar, instrumento de doble caña coronado por unos cuernos de toro" (Bowles, 1991:116), y que finalmente encontró en Segangan, poblado cercano a Nador a pocos kilómetros de la ciudad de Melilla. Bowles no asistió a celebraciones de boda, por lo que no aporta datos concretos en este campo de estudio, sin embargo, su visión musical es una puerta abierta a muchos temas que la brevedad de su estancia le impidió comprender, y que pueden ser futuros objetos de estudio de la etnomusicología contemporánea. También desvela algunos elementos metodológicos relacionados con el trabajo de campo, en concreto con la realización de las entrevistas, que me proporcionó un conocimiento de los errores en los que pudo incurrir. Al valorar críticamente el relato de sus grabaciones pueden observarse situaciones como las siguientes que lastran negativamente la investigación: 1. Su trabajo estaba sometido a la disposición de los cauces oficiales de dirección territorial (caíd o jefe de la tribu) y en muchas oportunidades lo que le fue mostrado como folclore estaba mediatizado. Un ejemplo de ello lo sintetiza la descripción siguiente: 3 Ortografía utilizada por el propio Bowles. 6 Cuando las muchachas llevaban treinta y cinco minutos más y la cinta se había terminado, crucé de nuevo la sala de puntillas para hablar con el Caíd. - ¿Van a ser así de largas todas las canciones? - Oh, no. Seguirán hasta que yo les diga -respondió. Toda la noche si usted quiere. - ¿La misma canción?. - Sí. Es una canción que habla de mí, ¿quiere que canten otra? (BOWLES, 1991: 124). 2. El utilizar una grabadora que solo funcionaba con electricidad, le impidió realizar grabaciones en zonas rurales y pequeños poblados que en la época no la poseían, cosa que el propio Bowles reconoce, dando como resultado, que no puede grabar lo que quiere sino, lo que puede: "Era la electricidad lo que siempre daba al traste con el plan; nos habían proporcionado un transformador pero no un generador, y Enzoren parecía ser el único pueblo de la región con corriente alterna (BOWLES, 1991:128). 3. Nunca llegó a introducirse dentro de la sociedad debido a su situación de eventualidad, por lo que pasó desapercibido a sus ojos toda la riqueza de simbolismos y elementos tradicionales vinculados a la música; da la impresión de que lo grabado es una música fuera del contexto donde se realiza, y sobre todo, porque no sabe qué pedir a los informantes, ellos le muestran lo que quieren. Sin embargo, a pesar de la brevedad de su estancia y de los contratiempos de su trabajo de campo, Bowles proporciona unas definiciones musicales muy interesantes respecto a la organización melódica, la utilización de escalas y el tratamiento del ritmo, que solo un gran conocedor del lenguaje de la música había sido capaz de dilucidar en tan poco tiempo y con tan pocos ejemplos reales. Son sus propuestas en lo musical las que, a pesar de no poder ser corroboradas con ejemplos de partituras musicales, pudieran hacer posible un análisis comparativo y las que más se acercan a los resultados del análisis de los cantos recopilados y transcritos en este trabajo. Finalmente, en aras de contribuir a una mayor comprensión y establecer un análisis comparativo esquemático de las fuentes bibliográficas, se brinda una tabla comparativa donde pueden observarse los aportes específicos de cada una de ellas al objeto de estudio. Se aplica en su realización un criterio organizativo que obedece a una concepción de tipo historicista, apareciendo junto a cada fuente el año concreto o el periodo en que fue realizada la recogida de los datos. Tabla comparativa de las fuentes valoradas Aportes a la investigación CUEVAS, TEODORO F. (1992) 1902-1906 Perspectiva de la Observación (Casa de la novia) Perspectiva de la observación X (Casa del novio) Define los días de la boda (Características principales) RUIZ ALBÉNIZ,BLANCO IZAGA, KINGSMILL VÍCTOR (1994) EMILIO (1946) HART, Úrsula (1998) 1908-1921 1930 1959 X X X BOWLES, PAUL (1991) 1959 Fiesta del compromiso Comidas típicas de la celebración Vestimenta de la novia Vestimenta del novio Danzas (Descripción) Descripción de la música (Comentario) Textos de cantos Transcripciones de cantos Asistencia de los Imdyazen al ritual Descripción de Instrumentos musicales Ritual de la alheña (Novia) Pregón (Descripción) Fecha de realización de la boda Llegada a la casa del novio Fiesta de la desposada Demostración pública de la pérdida de la virginidad Canto y danza de Lal la Buya o <Ara-li iaral-li buia> Canto y danza de Maali Maali Fotografía de músicos e instrumentos X X X X X X X X X X X X X X X X X X X? X? X? X X X X X X X X X X X X X X X X X X? X Partiendo de los escasos documentos y de las descripciones existentes, el enfrentar un análisis de los cantos de boda entraña múltiples laberintos por los que hay que transitar, entre los que destacan: el contexto geográfico y social, la noción de pertenencia tribal, la oralidad de la lengua, la transmisión de la tradición, el "concepto de música" que ha de aplicarse y la definición del ritual. Para el estudio de los cantos de bodas rifeños ha sido necesario abordar y definir el complejo ritual nupcial, donde intervienen múltiples elementos culturales cargados de 8 simbolismo. Las bodas son una gran puesta en escena de la cultura rifeña en general. Música, baile, vestuario, escenarios, gastronomía y dramaturgia conforman un todo en el cual la música entra y sale del ritual siguiendo un libreto diseñado y conservado por la tradición dentro de la concepción de “principalidad compartida”4, no sin mencionar la subsistencia de elementos animistas donde la hechicería y demás sortilegios también están presentes. Es por lo tanto la definición del ritual y sus implicaciones musicales lo primero que he abordado desde una perspectiva histórica. La dualidad y simultaneidad dentro del ritual de las bodas añade mayor complejidad al estudio. En los ritos nupciales tradicionales la boda se celebra en la casa de la novia y en la del novio simultáneamente; ambos centros tienen unas celebraciones rituales que implican una participación de la música diferente tanto en variedad como en intensidad. Además, novio y novia participan cada uno por su parte de la celebración de la boda, llegando la ansiada unión solamente en la noche final de todos los festejos. Esta dualidad afecta al recorrido histórico sobre las fuentes documentales, debido a que es imposible tener descripciones de las dos localizaciones sincrónicamente, pudiéndose valorar la observación en algunos casos desde la perspectiva de la casa del novio y otras desde la de la novia. Definición del ritual nupcial: La ceremonia y sus partes según las fuentes. La bibliografía consultada - como ya ha sido dicho -, brinda una descripción parcial del ritual. Sus diferentes enfoques perceptivos, unas veces desde la casa de la novia, otros desde la casa del novio, junto a la falta de presupuestos unificadores de toda la información, hacen imposible una descripción íntegra de la celebración y de la participación en ella de la música en las etapas en que se produjo la observación por parte de los diferentes autores. Se han extraído de esas fuentes aquellos aspectos que permitan una aproximación al rito siguiendo la secuencia cronológica de la ceremonia, con el fin de poder contrastarlos posteriormente con los datos obtenidos durante el trabajo de campo. El compromiso de boda Al comentar el proceso de establecimiento de un compromiso nupcial, aparecen en las fuentes consultadas las siguientes definiciones: La boda era un arreglo de familia. El padre de Funa (novio), y su amigo Ben Mohamed, agricultor de Barraca, convinieron el casamiento (Ruiz Albéniz, 1994: 63). Cuando apenas cuentan las hembras tres lustros, entres los hombres se concierta su matrimonio, sin darlas de ello noticia; el futuro esposo, en países pobres como el Rif, va pagando el precio estipulado (Ruiz Albéniz, 1994: 61). También someramente queda establecido que no se conocían los novios hasta la propia fiesta, ... cambia de domicilio la hembra y pasa al de su nuevo señor, a quien ve a veces por primera vez en la noche de su boda (Ruiz Albéniz, 1994: 62). Y de la importancia de la virginidad femenina para el matrimonio. 4 Concepto enunciado por Josep Martí en debate( Seminario Sibe : Barcelona: 2003) La novia debe de ser virgen, pues en caso de que al casarse se descubriera que no lo es, habría que devolver todo el dinero de la sadaq a la ultrajada familia del esposo (Kingsmill Hart, 1998: 59). La duración de una boda tradicional y el lugar de celebración Kinsmill Hard al hablar sobre los días de celebración y el lugar donde se realizan, dice: Las bodas, a fin de cuentas, unos de los acontecimientos que más se festejan en la sociedad, y en el Rif concretamente duran tres días, acompañadas de música y baile (Kingsmill Hart, 1998:57). Las primeras dos noches de celebraciones tendrían lugar en fiestas separadas en la casa de la novia y del novio (ibd:60). La costumbre es que sea la familia del novio quien se encargue de todo lo referente a comida y diversión durante los tres días de fiesta (ibd: 58). Al no hallar datos que puedan refutar esta afirmación, se adopta la división del ritual en “primer, segundo y tercer día”, aceptando de igual forma las dos diferentes localizaciones (casa de la novia –casa del novio). Primer día en la casa de la novia Aparecen referencias en este día a comidas tradicionales y la utilización de cantos y bailes con los que se ameniza la fiesta. ... kilos y kilos de verdura [...] ensartados en pinchos con trocitos de carne, que habían estado previamente en adobo de aceite y hierbas. Aromáticos guisos se cocían en ollas de barro puestas sobre el fuego de leña (Kingsmill Hart, 1998:77). Las chicas comenzaron a divertirse entre ellas. [...] tocando a ratos los panderos y componiendo estrofas destinadas a las canciones que iban a cantar durante las fiestas (ibd). Fue a eso de las diez de la noche cuando la fiesta empezó de veras. Los hombres se reunieron en el patio [...]. Los jóvenes solteros en primera fila [...]. Respondiendo a la señal de un solo tamboril, éstos hacían girar sus panderos en el aire, iniciando la música con un ritmo trepidante (ibd). Las ejecutantes en línea horizontal, más que bailar, andaban gravemente atrás y adelante. De repente luego, había un vivo y rápido <<dum dum >> en los panderos de los hombres indicando un cambio de ritmo, e inmediatamente las chicas respondían acelerando su paso y tamborileo ( ibd: 79). Dos chicas, dejando cuidadosamente a un lado sus panderos, dieron unos pasos al frente y, con los pañuelos describiendo rápidos giros, movían y ondulaban sus caderas y hacían vibrar sus pechos (ibd). Entre los cantos utilizados se hace mención a los conocidos como Lal la buya señalando además algunas de sus características. El aire vibraba con el sonido de los panderos, las mujeres casadas ocultas tras la puerta, hicieron gorjeos y albórdolas cuando las chicas se pusieron a cantar. Casi me estalla el corazón al oír los estribillos de los que tanto y con tanto 10 entusiasmo me había hablado Dave. Estaba escuchando <<Aya –ralla- buya>> en su propio contexto y ambiente (Kingsmill Hart, 1998:68). Respondiendo al ritmo de los panderos, las chicas, cuatro a la vez, surgieron de la oscuridad. Ellas también llevaban panderos y, retomando el repiqueteo iniciado por los hombres, se pusieron a cantar al unísono. Estas canciones, todas con el mismo estribillo, incorporaban los versos que habían compuesto haciendo referencia a los sucesos más memorables del año, punteados a intervalos con el animado <<Aya-ralla buya>>(ibd: 90). Varias horas seguidas del nasal canto a coro de las chicas <<Aya –rallabuya>> acaba haciéndose algo muy monótono, sobre todo cuando una no entiende bien las letras acerca de lo sucedido durante el año (ibd). Primer día en la casa del novio No existen referencias en las fuentes consultadas a lo que acontece en la casa del novio durante la celebración del primer día de la boda. Segundo día en la casa de la novia Sólo una fuente describe la llegada de los Imdyazen en la mañana del segundo día para su incorporación a la festividad. Sobre la cima de la colina, surgieron de pronto cinco hombres cabalgando, y que presentaban una silueta esplendorosa [...]. Además de un clarinete largo y aflautado, que recibe el nombre de ghaita- y que suena como tal-, un hombre llevaba colgado alrededor de su cuello un extraño instrumento, compuesto por un par de bien encorvados cuernos de vaca unidos a un único tronco provisto de una embocadura. Los músicos se habían apeado de los animales y se les estaba dando órdenes con un aire más bien de superioridad [...]. David me explicó que esto se debía a que eran músicos y, en su mayor parte, gente sin propiedades [...] eran Imdhiazen [...]. En el tiempo de la trilla van de un sitio para otro tocando en diferentes casas, donde se les da alojo y comida, y una cierta cantidad de grano y dinero en pago. Eran personas extremadamente pobres, incluso a los ojos de los rifeños (Kingsmill Hart, 1998:83) Destaca en el segundo día de la boda un ritual conocido como Alheña en él se hace mención de un determinado tipo de canto que lo acompaña, pero no se tienen referencias musicales. <<El gran ritual de la alheña>> Se trata de algo estrictamente íntimo y familiar, y muy característico del Rif [...] ello tenía lugar en la noche segunda de los tres días de celebraciones (Kingsmill Hart, 1998: 87). Durante la noche, las parientes de más edad pintan con alheña las manos y los pies de la novia, entonando al mismo tiempo una cantinela muy antigua (Kingsmill Hart, 1998: 87). El canto cobró mayor intensidad y tristeza [...] las lágrimas corrían por las mejillas de las chicas según daban ellas, despacio, la alheña en las manos y en los pies de la novia [...]. Sean cuales sean los verdaderos sentimientos es indispensable que la hija que se va haga esta demostración de pena (ibd: 92). Segundo día en la casa del novio No existen referencias en las fuentes consultadas a lo que acontece en la casa del novio durante la celebración del segundo día de la boda. Tercer día en la casa de la novia Las descripciones muestran la preparación del traslado de la novia a casa del novio. Ésta debe de ser peinada y engalanada con una vestimenta tradicional para emprender el viaje a su nuevo hogar. Se menciona en este día la preparación de unos huevos alheñados que viajarán junto a la novia como símbolo de virilidad y fecundidad. Todas las fuentes mencionan este traslado como una apoteosis de música y alegría. Otro nuevo día estaba amaneciendo: era ya el tercer día último día de boda. El melancólico ritual de la alheña había concluido y todo era ahora bullicio y animación (Kingsmill Hart, 1998:93). En silencio, y por turnos removían la pasta de la alheña en el sentido contrario a las agujas del reloj [...] sacó de la alheña un par de huevos cocidos sin cáscara [...]. Los huevos simbolizan virilidad y fertilidad para la joven pareja (ibd: 91). Lo que había sobrado de la alheña se lo aplicaban las damas de honor para que les trajera suerte, mientras que los dos huevos alheñados, luciendo ahora un intenso color naranja, reposaban de modo llamativo dentro de un tazón en lo alto del baúl (ibd: 94). En la tercera noche, la última antes que la novia salga para casa del novio al día siguiente, se recibe a la gente de los alrededores, y es ésta la fiesta que es recordada por todos (ibd: 60). Los imdhiazen atronaban el aire con su música, todos eran buenísimos y las damas de honor agarraron sus panderos para tocar un animado ritmo [...] levantó en brazos a la novia y la llevó hasta la mula, subiéndola luego sobre la albarda. El grupo nupcial se puso en marcha [...] los imhediazen tocaron y le dieron a los atabales con verdaderas ganas hasta que se perdió de vista (ibd: 96). La novia, jineta sobre un caballo blanco, con blancas vestiduras ataviadas, cubierta toda ella, cara manos, pies, sin dejar rendija a los mirares curiosas, por donde pudieran dar en la seguridad de que aquello era una mujer, y no un fardo de telas níveas, como parecía (Ruiz Albéniz, 1994: 64). El cortejo nupcial no hizo pausa alguna en sus canciones ni dejó de tocar por un momento los panderos [...]. No fue hasta que nos aproximamos a la casa del novio tres horas más tarde, que el acompañamiento musical cesó en deferencia a la familia de éste (Kingsmill Hart, 1998: 96). 12 Tercer día en la casa del novio Este día aparece como el traslado y la llegada de la comitiva nupcial a la casa del novio seguida de una gran fiesta, donde, siempre se menciona el uso de cantos y bailes. Dado que muchos de los relatos estudiados son testimonios de épocas en los que el Rif ha estado en guerra, se menciona con bastante frecuencia la utilización de armas de fuego como medio acústico para producir grandes algarabías, siendo esta forma de expresión de júbilo empleada hasta la independencia rifeña de España en el año 1956. ... una descarga cerrada seguida de muchos tiros sueltos y alaridos de mujeres, muy semejantes al silbido de una locomotora, me hicieron buscar instintivamente la culata de mi revolver, sorprendiéndome desagradablemente. Mohamed me miró sonriéndome y me señaló una comitiva que avanzaba a lo lejos, por las laderas de la vertiente opuesta. Era la boda [...] (Cuevas, 1992:105). Las últimas luces del día permitíannos ver cómo ascendían a media ladera las gentes del cortejo nupcial. Delante la chiquillería; en pos, los amigos y deudos del novio y de la novia, salmodiando sin tregua sus canciones más alegres, acompasadas por el tan-tan monótono de un enorme pandero que una de ellas zumbaba; detrás la novia, jineta sobre un caballo blanco [...]. Las bridas del trotón llevábanlas dos jóvenes moritas solteras, y detrás y delante de la cabalgadura y a los lados de ésta, los varones, los mozos amigos del novio, que por turno, destacábanse en el camino en leve carrera ante la comitiva, y tras varias fantasías y piruetas disparaban al aire sus fusiles, tremendamente cargados de pólvora [...]. Y vengan gritos guturales, y disparos, y eternamente el canturreo monótono de las moras del pandero, porque a este soniquete aplican gran cantidad de letras todas improvisadas (Ruiz Albéniz, 1994 64). ... cuando penetraba la comitiva, deteniéndose a la entrada. Formábanla varios hombres que disparaban sin cesar y algunas mujeres, conduciendo entre todos un caballo, sobre el cual cabalgaba una figura de mujer, cubierta por flotantes vestiduras [...] formaron los hombres en dos filas, desde la puerta de la casa hasta el punto donde había hecho algo la comitiva y se atravesó el caballo al final de aquella calle formada por lo moros, entonces, de entre el grupo de mujeres formado bajo el cobertizo, salió el novio que recorrió tres veces aquella calle bajo los simulados golpes de los que la formaban y pasó otras tantas bajo vientre del caballo. Hecho esto, ayudó a apearse a la novia que se unió a las mujeres las cuales la condujeron al interior de la casa, y los hombres se dispersaron en todas direcciones para disparar sus fusiles con atronador estrépito [...] (Cuevas, 1992: 110). Los hombres, armados de farolillos con velas, alineáronse formando calle ante la novia y hasta la puerta del aduar. El caballo de la novia quedó atravesado al otro cabo de la esta calle humana (Ruiz Albéniz, 1994: 65). Entonces de la casa surgió el novio y atravesó la calle velozmente, resistiendo simulados golpes de los hombres que la formaban, hasta salir de ella por debajo de las patas del caballo. Por tres veces se repitió la maniobra y a la cuarta, el padre de la novia que mantenía del bridón al caballo, entregó éste a su dueño y señor, exclamando <<Te la entrego. Tú eres su dueño y señor. ¡Qué Alá haga su vientre fecundo!>>. [...] los músicos reventaban a tocar, y las mujeres y chicos gritaban desenfrenadamente, con chillidos de locomotora lanzada a todo vapor (Ruiz Albéniz, 1994: 65). En los relatos de diferentes autores se hace referencia a la presencia de los Imdyazen en la festividad que prosigue a la llegada de la novia. Estos músicos animan la fiesta junto con los invitados. A esta música original (los Imdyazen), acompañaban los guturales alaridos, semejantes al silbo de la locomotora [...] lanzados por muchas mujeres, casi todas jóvenes, que con sus vistosas galas, bailaban al compás de la música, una danza de movimientos suaves y ondulantes, un tanto lúbricos, mezclados con repentinos y cautelosos saltos de costado (Cuevas, 1992:110). Y empezó la zambra, una zambra desenfrenada, loca. Las mujeres, de una parte, presididas por la novia; los hombres, de otra, en unión del consorte [...]. Los hombres, formando corro, sentábanse en cuclillas en el suelo, tomaban té mientras uno bailaba al son de un pandero y de esa monótona canción sin palabras, soniquete contrapuntado por las palmadas acompañadas de todos (Ruiz Albéniz, 1994:66). [Podría ser un canto tipo Lal la-buya] Se describe también un extraño ritual que tenía como función la recaudación de dinero para sufragar los gastos de la boda. Los hombres sentados sobre las piernas, formando un círculo, fumaban y tomaban té, en tanto que otro bailaba en el centro; de pronto, el que bailaba, parábase delante de cualquiera de los invitados, figurando dispararle su fusil; entonces el apuntado se levantaba, en una gran bandeja colocada en el centro ponía una cantidad proporcionada a sus recursos y o bien continuaba el baile o apuntaba a otro invitado, que repetía el baile y nuevo disparo simulado[...]. Es este un medio de recaudar para los gastos de la boda (Cuevas, 1992:111). El bailador, después de hacer fantasías con su fusil, y con ese baile a la pata coja, que es el único y característico del Rif, marchando de costado, a saltitos, y balanceándose a cada salto de uno a otro lado, se paraba ante cualquiera de los sentados, hacía unas fantasías, le apuntaban con un fusil a otro de los reunidos, que de nuevo repetía la operación [...] con el dinero en cuestión el novio se ayudaba para los gastos de la boda (Ruiz Albéniz, 1994:65). Al finalizar la fiesta se hace mención de lo que acontece en la casa del novio. La novia se retira antes de la llegada del sol, confinada a la custodia de sus amigas. El novio, al medio día, se despide de sus amigos y va en busca de su esposa. Pero las amigas de esta han puesto por toda la casa sinnúmero de trampas, hechas con cintas y cordeles, que el novio no puede saltar ni cortar, sino desanudar (Ruiz Albéniz, 1994:66). Al mediodía entra el novio en la cámara nupcial, entreteniéndose delante de dichas amigas, en desatar algunas <<trampas>>, como ellos les llaman, o nudos difíciles que hacen con las cintas del tocado de la novia, que es entregada al marido al anochecer (Cuevas, 1992:111). 14 Existe una tradición que consiste en exhibir una prueba de la virginidad de la novia ante los familiares, pero en la bibliografía estudiada no hay unanimidad en cuanto al día en que esto se produce. Cuando amanece el nuevo día, acuden de nuevo los invitados e invitadas, que prorrumpen otra vez en sus alaridos guturales, en tanto que los hombres disparan rabiosamente sus fusiles, ante la repugnante prueba de la virginidad de la nueva esposa, representada por sus ropas interiores. Si esta prueba no existe, el padre se lleva nuevamente a su hija, abonando los gastos de la boda (Cuevas, 1992:111). [Este dato es contradictorio ya que siempre se ha mencionado un pañuelo blanco manchado, como muestra de la virginidad, aunque el autor hace mención en una nota de que según la zona puede variar el ritual]. Al tercer día reúnense ante la casa de los invitados; en el sitio más alto de ésta, al rayar el día, el novio debe colocar la camisa de su mujer con inequívocas pruebas de haber pasado ésta de soltera a casada. Si tales pruebas existen, los invitados promueven nueva algarabía y disparo de fusiles, el novio los obsequia por última vez, y terminan los festejos (Ruiz Albéniz, 1994:66). 2. Aportes de la investigación al conocimiento de las bodas tradicionales rifeñas y su música. Los aportes de la investigación al conocimiento de las bodas tradicionales rifeñas, la participación de la música y su evolución, se materializan en establecer una clara estructuración de la celebración y de los arquetipos sonoros que en ella intervienen. Por vez primera se nombran a la manera tradicional bereber rifeña, los tres días de la festividad anteriormente mencionados por las fuentes documentales que han sido valoradas para este trabajo aportando, además, partes del ritual nunca antes descritos. Antiguamente las celebraciones nupciales rifeñas estaban ligadas al ciclo agrícola, haciéndose coincidir con la época de la recolección. En la actualidad, son otros los factores los que determinan el establecimiento de la época de las bodas como pueden ser: la terminación del calendario escolar y las visitas de los familiares residentes en Europa durante los meses de verano coincidiendo con las vacaciones, concentrándose las celebraciones nupciales entre los meses de junio a septiembre. También puede apreciarse un amplio espectro en cuanto a la duración y el lugar de celebración de las bodas, pudiéndose encontrar bodas que mantienen la tradición rifeña de los tres días de celebración y otras en las que se ha comprimido la festividad en un solo día coincidiendo con el tercer y último día. En cuanto al lugar de celebración, depende en gran medida de la adopción de la cantidad de días de celebración, ya que si se realiza la boda durante los tres días tradicionales, lo común es que se celebre la boda simultáneamente en las dos localizaciones, la casa del novio y de la novia los dos primeros días y el tercero en la casa del novio, pero cada vez más, se van concentrando las celebraciones en un solo día, ya sea por una razón económica o por el progresivo cambio en las costumbres y comportamientos sociales. Debe tenerse en cuenta que los hábitos de celebración ligados al espacio de la casa familiar se han ido transformando en el contexto urbano en la utilización de espacios construidos para la ocasión con la instalación de carpas en la vía pública o pequeños solares en los barrios donde se realizan las fiestas. Estas carpas, dotadas en muchos casos con todas las comodidades para el servicio, sirven de escenario donde se realizan las prácticas musicales que otrora solo se realizaban en el seno familiar, dándose también el caso de escenarios mixtos (casa –novia y carpa –novio o viceversa). Lo que a continuación se expone hace referencia en lo fundamental al carácter y estructura de la boda tradicional de los pobladores de Guelaya y del Rif en general aunque los cambios que se prefiguran en la actualidad son nombrados y debe atenderse a las grandes diferencias existentes entre el campo y la ciudad que condicionan en gran medida la coexistencia de elementos tradicionales y modernos. El preludio de la boda: Roedran El establecimiento de un compromiso de boda aparece reflejado en las fuentes bibliográficas como una concertación entre familias establecida y dirigida por los hombres (padres de los novios) (Ruiz Albéniz, 1994:63) (Kingsmill Hart, 1998:59). Los datos recopilados en este trabajo mantienen la existencia de un acuerdo familiar, pero apuntan hacia las mujeres (madres) como sus verdaderas artífices, interviniendo los hombres sólo en su ratificación. Tal cambio de posicionamiento es debidamente confirmado a través de los numerosos testimonios ofrecidos por los informantes, y su inclusión obedece a la ingente necesidad de mostrar la información necesaria para sustentar una refutación a las premisas presentadas por las fuentes documentales. Fatima Alalah y Nounout Hammouti cuentan cómo las mujeres iniciaban y mantenían una serie de visitas como preámbulo a todo el proceso de acercamiento entre las partes implicadas, la familia del novio y la de la novia. Estos primeros contactos marcaban el comienzo de una larga cantidad de acontecimientos sociales y festivos que de llegar a buen término culminarían con la boda. La madre del futuro novio va a la casa de la chica con pilones de azúcar y algunos alimentos. Al entrar en la casa, la otra madre, le brinda comúnmente té, pañuelos y pastas y comienzan a hablar para buscar un acuerdo, le dice: “mi hijo no hace falta que vea a tu hija”; contestándole la otra madre en los mismos términos. Si hay acuerdo entre las partes, la madre de la novia le ofrece a la invitada alimentos y huevos como regalo y muestra de la buena intención en el establecimiento de un compromiso nupcial. Cuando la madre del novio llega a su casa y se encuentra a su hijo le dice: “ya he encontrado mujer para ti” y el hijo, siempre mostrando vergüenza ante su madre le contesta: “haz lo que tú quieras madre (Fatima Alalah y Nounout Hammouti, Melilla, 17-02-2001). A los pocos días las madres organizan un encuentro entre los padres donde se conversa sobre el acuerdo al que han llegado ellas. Los padres por su parte, establecen de mutuo acuerdo la fecha para de la ceremonia “del compromiso”, estableciendo las cantidades y tipos de alimentos que el padre del novio debe de ofrecer a la casa de la novia (cantidad de borregos y pollos) para los días de celebración y que dependen siempre de la situación económica de la familia del novio. Mimunt Kaddur reafirma: Cuando van a pedir una chica por primera vez, antiguamente nunca iba el novio, primero iba la madre y si hay un acuerdo entonces van los padres, tíos o familiares cercanos. En la casa de la novia piden oraciones a Dios para que todo salga bien. Se habla también de la dote, quedando todo arreglado para la celebración del roadran, que es como se le llama al día en que el padre del novio lleva a la casa de la novia, un toro (o ganado), alimentos (frutos, harina, pan), vestidos para la novia, y se firma el acta matrimonial (Mimunt Kaddur, Melilla, 12-07- 2002). Lugar de celebración: Casa de la novia. En ninguna fuente documental aparece mencionada esta celebración. El Roedran aunque no puede ser considerado como parte constitutiva de los tres días de boda, es una ceremonia 16 cuyo objetivo fundamental es la plasmación ante notario del compromiso previamente establecido entre las familias. Debido a la presencia de bailes y cantos en su celebración, entendemos necesario su inclusión por constituir un verdadero preludio musical de lo que acontecerá en la boda. Una vez que ambas familias han llegado a un acuerdo, se decide su formalización mediante un acta de compromiso o matrimonial. En su realización intervienen los notarios y algunos testigos aportados por las dos familias. Ese día se celebra roedran y las mujeres, vecinas y amigas de la futura novia van cantando en grupo, llevan algunos regalos y una bandeja con Alheña. Preparábamos los alimentos e íbamos andando, ya podía ser cerca o lejos, cantábamos, tocábamos el pandero y casi al llegar a la casa de la novia cantamos un verso para pedir la entrada. El roedran se celebra con alegría, se baila, se canta lal la buya y otros cantos, se come carne, miel y dulces, todo en casa de la novia (Mimunt Kaddur y Hrima Ajja, Melilla, 15-082002). En el acta matrimonial ante notario y con testigos se incluye la dote (Ssadaq) compuesta por las joyas (pulseras, pendientes, collares y otros), los muebles del dormitorio de los futuros esposos (armarios, cama, baúl ....) y la cantidad de dinero que debe aportar el padre del novio para afrontar los gastos de la boda, que puede ser pagada de una sola vez o en varios plazos, en cuyo caso deberá de figurar en el acta. La música que se utiliza en este día se sustenta en cantos de fiesta, pudiéndose encontrar el tipo lal la buya y otros con textos donde se ensalza la figura de los novios y sus familiares. Se tiene constancia de unos versos que se usaban para pedir la entrada y despedirse de la casa de la novia cantados por las mujeres, vecinas y familiares acompañadas con el ritmo de los panderos. Este tipo de versos que son utilizados además en otras ocasiones del ritual los he denominado versos de protocolo por la función que desempeñan dentro de la celebración. No existe ninguna referencia que atestigüe la participación de los Imdyazen en la celebración del roadran, por lo que se puede entender que al ser un acto más bien íntimo entre los familiares y vecinos de los comprometidos no sea apropiada su presencia, pero no queda descartado que puedan existir casos aislados en los que asistan. Antiguamente el novio no asistía a este acto, sin embargo en la actualidad puede asistir. Este cambio de concepción evidentemente obedece a la evolución hacia la igualdad de género de la sociedad, indicando que tales cambios solamente son observables dentro de los núcleos urbanos de la región, Nador como centro principal o Melilla, sin embargo en las zonas rurales la tradición se mantiene y no es común ver al novio en la fiesta. Primer día de boda: A Rebbi Nuta – Dfuo Lugar de celebración: Casa de la novia. El primer día de la boda es conocido como A Rebbi- Nuta (los preparativos) y Dfuo significa “la entrega”, por lo que hace referencia al ganado y alimentos que la familia del novio debe de llevar en este día a la casa de la novia para ser consumidos durante los tres días que durará la celebración. La cantidad de tal aportación ya se había establecido de antemano en la Ssadaq, que fue firmada por ambas partes en la celebración del roadran. Los relatos ofrecidos por los informantes anotan que la principal expresión del ambiente festivo se produce en el momento de la entrega, situación que es reforzada con los cantos y sonidos guturales más conocidos como yu-yu o arbórdolas de las vecinas y familiares. Una vez terminada la entrega se marchan los familiares del novio, quedando en la casa de la novia las mujeres más allegadas a su familia y sus vecinos. Entre todas las mujeres se comienza a preparar las comidas y dulces para los próximos días de fiesta. La participación de la música en A Rebbi- Nuta Dfuo se resume a versos cantados dedicados a los novios y dos versos del tipo de protocolo. En el primero, los familiares del novio piden la entrada a la casa de la novia, y el segundo se utiliza para la despedida de la comitiva que lleva la “entrega”. Los versos de “protocolo” son cantados por las mujeres pertenecientes a la familia del novio acompañadas de panderos. En el recorrido de esta comitiva no se descarta la utilización de cantos de fiesta. No existen datos que puedan inducir a la creencia de que los Imdyazen participen en Arebbi- Nuta. El uso de un criterio puramente pragmático al valorar el arduo trabajo de las mujeres en la preparación de todas las comidas, promueven la creación de una sólida hipótesis que desaconseja su presencia en esta festividad. Los cambios sociales originados en las relaciones comerciales antiguamente de autoconsumo o autoproducción de los entornos rurales hacen que este día en la actualidad haya perdido en gran medida su significado en el ritual en las ciudades y también en pequeños núcleos rurales ya que en muchos de los casos son empresas contratadas las que se ocupan de la gastronomía de la fiesta. Habría que señalar además que se observa en las ciudades una yuxtaposición entre la tradición y los cambios acaecidos a ésta, que hacen patente el que en algunas bodas haya una reducción de los días de celebración con la finalidad del ahorro económico así como un desplazamiento del lugar de celebración antaño la casa familiar, por la instalación de carpas alquiladas en los barrios o lugares habilitados para fiestas como se puede observar en la siguiente fotografía. Lugar de celebración: Casa del novio. En la festividad de Arebbi- Nuta cada una de las partes celebra su fiesta con las personas más allegadas. Debe destacarse que existe un mayor protagonismo de celebración en la casa de la novia. Los informantes al referirse a lo acontecido en la casa del novio, lo hacen con parquedad, mencionando solamente algunas muestras de expresión festiva, pero siempre bajo un contexto cerrado al entorno familiar. En cuanto a la música, lo más significativo es la salida de la comitiva de mujeres y familiares del novio hacia la casa de la novia cantando y tocando los panderos con el Dfuo. El recorrido de la comitiva debe también entenderse como un método efectivo para la difusión de tan importante acontecimiento en el marco de la comunidad, donde se muestra a través de la cantidad de ganado y alimentos el nivel económico de la familia del novio, debido a los cambios de localización de la boda este tipo de cantos es raramente escuchado en las ciudades o núcleos urbanos quedando su uso a las zonas rurales donde se mantiene la celebración de las bodas en las casas familiares. Segundo día de boda: Tazeuda - Reodariyet- Asensi Lugar de celebración: Casa de la novia. 18 Se conoce al segundo día de celebración de una boda tradicional en el Rif y en Guelaya con los nombres de Tazeuda, Reodariyet y Asensi, por alusión a dos acontecimientos diferentes que se producen en la casa de la novia (Tazeuda y Reodariyet), mientras que Asensi designa la fiesta nocturna del segundo día. Con el nombre de Tazeuda se designa la parte del ritual relacionada con los preparativos para la aplicación de la alheña y se caracteriza por el ofrecimiento por parte de los familiares del novio y las amigas de la novia de una bandeja con alheña y huevos, en la que se lleva a cabo lo que comúnmente se denomina la “medición”, ya que la novia con la palma la mano ha de medir la alheña depositada en la bandeja. Mimunt y Hrima describen la actividad musical de la comitiva que llevaba la bandeja: “Van a la casa de la novia cantando y tocando los panderos, al llegar frente a la casa piden la entrada con un determinado verso y al despedirse utilizan otro” (Melilla, 15-08-2002). Al segundo día se le llama también Asensi, se invita a toda la gente (vecinos y amigos). La fiesta se celebra por la noche y se realiza el Reodariyet que está asociado a los regalos que llevaban las jóvenes y mujeres invitadas a la boda: En pequeños grupos, las mujeres van cantando a la casa de la novia con bandejas que llevaban vestidos, joyas y otros obsequios para la novia. Era costumbre que se proclamaran estos regalos, por lo que siempre había alguien que realizaba la función de pregonero: El que hace de pregonero, anuncia los regalos que aportan los invitados y agradece a los mismos su asistencia (Sellan Rifi, Alhucemas, 3-06-2002). En este segundo día recuerda Fadma: “daban de comer cuscus y en la casa de la novia hay una gran fiesta con cantos y bailes” (Fadma Laarbi, Farxana, 17–09- 2002). Se cantaban versos que hacían mención a la novia y al novio, también Lal la buya y bailan. Los cantos se acompañan con panderos y se alternan dos coros formados por un grupos de mujeres, cada uno tenía entre cuatro o cinco y se situaban uno frente al otro. Si una mujer de las de un coro empezaba un verso, el otro coro le respondía. Cuando cantaban también bailaban, los coros se unen y se alejan como en un ir y venir de un centro imaginario, esta danza lleva también movimiento de los pies, las caderas y los brazos mientras se tocaban los panderos. A esta forma de baile se le llama adur, o dar su dar (Mimunt Kaddur, Melilla, 12-07- 2002). Más tarde las mujeres dan comienzo al ritual de la alheña. Según Fadma, Mimunt, Miluda y Zhara: Se trituraba la alheña con un mortero de hierro, (casquillos de balas de cañón) y a la vez se cantaba el rhenni , que tiene un solo verso y es muy repetitivo. Cuando la alheña ya estaba triturada, se mezclaba el polvo con agua (queda una pasta de color rojo intenso) y se le aplicaba a la novia en las manos y en los pies (Fadma Laarbi, Farxana. 17–09- 2002. Mimunt Kaddur, Melilla, 12-072002. Miluda Bachiri y Zahra Bahri, Melilla. 19-02-2001). Todas las consultas realizadas aclaran que para dicho canto no se utilizaba el acompañamiento de los panderos y lo que marcaba el ritmo o pulso básico regular era el mortero con que se trituraba la alheña. Una vez concluido el ritual de la alheña todos los invitados se marchaban hasta el próximo día. Mortero de hierro que se utiliza para triturar la alheña (Melilla, 19-02-2001) En la música de este segundo día, además de los cantos festivos y versos con dedicatorias a los novios y sus familiares, debe destacarse la aparición del canto de la alheña vinculado al ritual del mismo nombre que solo es cantado durante su desarrollo. Se puede incluir, aunque no con carácter de generalidad la presencia de los Imdyazen. Ellos podrían llegar en la noche del segundo día a la casa de la novia y participar en la fiesta con sus instrumentos y cantos característicos. Lugar de celebración: Casa de la novio. Al relatar la celebración del segundo día en la casa del novio sólo se menciona Asensi, ya que los términos de Tazeuda y Reodariyet carecen de significado, al no producirse en la casa del novio los acontecimientos rituales a los que hacen referencia. En las casa del novio hay diversión, se canta y se baila . Al igual que a la novia se le ofrecen regalos, también anunciados por la figura del pregonero. En el pregón se le dan las gracias y a la vez se desea a los invitados la misma dicha que tendrá el novio. Los regalos, sobre todo en dinero, son una forma de ayuda a los jóvenes que se casan para los gastos de la celebración. Cuando han comido todos los invitados, visten al novio con un traje, se le coloca después una chilaba, un gorro rojo y se le pone una capa negra. Arropado en todo momento por los amigos y familiares masculinos, lo sacan a la calle y le cantan Seboainuxaleq. En este canto no intervienen las mujeres, es cosa de los hombres (Anónimo, Farxana, 17-09-2002. (El informante ha pedido expresamente que no se revele su identidad). Los hombres, formando pequeños grupos (semicoros), acompañan siempre al novio en un paseo por la calle de su casa. Uno de los grupos canta un verso y otro le responde de forma antifonal. El ritual de Seboainuxaleq se sigue practicando en nuestros días aunque como puede apreciarse en la siguiente fotografía es más común el uso de la capa y zapatillas blancas y en muchos casos, una bandera también blanca. la simbología de la bandera está relacionada con el hecho sincrético de su uso cuando se va a realizar la peregrinación a la Meca o con las cofradías del Islam que también utilizan banderas. Ningún informante ha mencionado su uso en las bodas tradicionales, pero es muy frecuente ver estas banderas blancas en las bodas actuales, también habría que mencionar la utilización de un canto en árabe conocido como Marhaba, incorporado al ritual presumiblemente por la influencia de la religión islámica. Cuando se acaba el canto, introducen al novio en su casa y le preparan un asiento con telas y un almohadón. El novio está sentado, los familiares comienzan a machacar en un mortero la alheña, y se canta el rhenni canto de alheña, que es el mismo que se le canta a la novia, pero 20 también se cantan otros que son sólo para el novio, cuando tiene las manos pintadas con la alheña, lo levantan y se lo llevan cogido de los brazos un grupo de personas a su habitación y con las palmas de la mano efectúa unas marcas en la pared, dejando como testimonio plástico las huellas de sus manos en color rojizo. Es una tradición muy antigua y la alheña es una cosa buena y bondadosa que está presente en todas las fiestas bereberes ... siempre ha existido. Esto lo dejó el profeta (Hrima Ajja, Melilla, 15-08-2002). También es común que mientras se aplique la alheña al novio, los presentes que están por casarse participen de ella, se les brinda: Los jóvenes que aún no se han casado, se untan un poco en el centro de la palma de la mano, como símbolo de un futuro mejor para el matrimonio. Debido al cambio de localización que se produce en algunas bodas y con la finalidad de mantener el ritual de la alheña de untar la palma de las manos y poner la huellas en la pared de la habitación del novio, cuya simbología significa la huella palpable del cambio que se produce con su matrimonio, se dan algunos casos en los que por no celebrarse la boda en su casa sino en una carpa, el novio no puede realizar este ritual y en su lugar se dejan las huellas en un cuadro blanco que posteriormente debe de ser colgado en su habitación. Esto debe ser apreciado como una adaptación encaminada a propiciar la conservación de la tradición. Novio dejando las huellas con alheña en un Lo más significativo musicalmente de este día es la aparición de nuevos cantos para el ritual de la alheña, que sólo son cantados al novio y la celebración del Seb;ainuxaleq, al que se asocia un canto específico sólo interpretado por los hombres y de forma antifonal. Tercer día de boda: Urar Lugar de celebración: Casa de la novia. El tercer día de la boda está considerado el clímax de toda la celebración. En él se producen los momentos de mayor carga dramática del ritual: desde la tristeza de la novia por abandonar a su familia y la casa donde ha nacido, hasta la alegría eufórica que se produce durante el traslado a la casa de su futuro esposo. No debe perderse de vista que los novios no se conocían antiguamente. Se supone que nunca han hablado y que debido a la aceptación de unas determinadas normas sociales establecidas por la tradición, la elección del matrimonio ha recaído en las madres, reafirmada por los padres. Entre los preparativos que se llevan a cabo para el traslado de la novia, destaca su embellecimiento: A la novia la peinaban, le hacían unas trenzas, le colocan un pañuelo en la cabeza con un duro (moneda antigua española) envuelto a la altura de la frente. Le cuelgan adornos, tagract y taoacurt (pequeñas cuentas de collar) ( Nounout Hammouti, Melillla, 14-02-2001). Mientras le preparan el tocado, que recibe el nombre de zedjumentas, es cuando se canta ayettum. Su significado es desconocido por los informantes, pero cuando las mujeres entonan esta melodía todos se entristecen y comienzan a llorar como nos cuenta (Hrima Ajja, Melilla, 15-08-2002). Las lágrimas de la novia ofrecen a su padre el testimonio de su respeto. Según la tradición, ésta debe llorar para demostrar la aflicción que le ocasiona el tener que abandonar a su familia. El escenario de tristeza se ve trocado en un breve lapso de tiempo por la alegría de los cantos y la algarabía que trae una comitiva formada por los familiares del novio (sus hermanos, hermanas y amistades), que vienen con una mula o caballo para recoger a la novia. Cuando vamos a entrar a la casa de la novia, se canta un verso en el que decimos “venimos a recoger a nuestra novia querida” y cuando salimos otro de despedida. También se canta mientras la novia es conducida a la mula por los hermanos, hermanas y familiares del novio (Mimunt Kaddur, Melilla. 12-07- 2002). La novia sale de su casa con la cara tapada, van cantando y realizando ese particular yu yu, tocan los panderos las mujeres, los hombres y los Imdyazen (Muyaid Haluma, Segangan, 11-02-2001). El novio nunca va a recoger a la novia a su casa, debe esperar pacientemente hasta que la comitiva se la lleve. Mientras se traslada a la novia se canta, pero las mujeres van por un lado y los hombres por otro acompañando a la novia. Hay muchos panderos sonando y gritos de alegría, se canta Lal la buya. Dependiendo de la distancia de la casa de la novia a la del novio, este traslado puede en ocasiones durar uno o dos días. La novia llega a la casa del novio montada encima de una mula o burro, ella viene con la cara tapada con el Rqubbet (capucha que impide ver el rostro de la novia). El novio la observa desde su ventana, ambos amanecen en su nuevo hogar y todos los familiares y amigos se marchan (Sellan Rifi, Alhucemas, 3-06-2002). Los cantos dedicados a la novia o el novio según nos dicen, son diferentes en cada pueblo: Alhucemas, Ait Tuzin, Temsaman y otros, tratándose sobre todo de particularidades en la utilización de una determinada temática textual. “En Ait Cicar (Guelaya), en las fiestas de las bodas, los versos que utilizaban tenían mucha gracia, yo recuerdo un verso que decía, si hay sacos de harina, vamos a comer” (Mimunt Kaddur, Melilla, 12-07- 2002). La música del tercer día aporta un canto específico para el peinado de la novia y versos cuyo contenido aluden a su recogida por los familiares del novio. Debe destacarse al enunciar las particularidades musicales de este día, la participación de los Imdyazen en la animación de la fiesta en la casa de la novia y en el traslado de la misma junto a la comitiva nupcial. Esto se encuentra ampliamente sustentado en las fuentes bibliográficas consultadas y en las entrevistas realizadas para la investigación. Lugar de celebración: Casa de la novio. 22 El recibimiento de la comitiva nupcial y las muestras de alegría que a su llegada se desatan determinan la celebración del Urar en la casa del novio, convirtiendo todo el lugar en un verdadero escenario de fiesta. A la llegada de la comitiva, el novio: ... al salir de la casa encuentra en el suelo una jarra de barro que tiene que romper para poder traspasar la puerta donde los amigos están preparados para el juego. Lo empujan, le sacuden en la espalda, el novio sale corriendo, y se le da dos o tres vueltas alrededor de la mula donde está sentada la novia. El novio recibe a su esposa vestido con la túnica del día anterior, compuesta por una capa de color negro. Rápidamente, para evitar las bromas de los amigos entra corriendo a la casa, para salir después sin la túnica, entonces recoge a la novia para juntos entrar definitivamente en el nuevo hogar. (Sellan Rifi, Alhucemas, 3-06-2002). La novia entra a la casa del novio con toda su vestimenta tradicional, joyas y demás atuendos. Ella trae en la mano una moneda de cinco duros con una cinta roja. Los amigos del novio, que son los que le han celebrado sebaoinuxaleq no se marcharán hasta que éste les haga entrega de un huevo a cada uno como gesto de agradecimiento. Al marcharse los invitados, el novio entra a destapar a su mujer - en muchos casos es la primera vez que se ven. El ritual también prescribe que el novio debe deshacer las numerosas trenzas que lleva en el tocado. Algunos informantes aseguran que tras este día comienza un periodo obligatorio de luna de miel de siete días en los que la novia no sale de su habitación. Se les pone en el lecho nupcial todo tipo de frutas, frutos secos, dulces, y alimentos para que puedan estar esos siete días sin salir de la casa, y antiguamente al octavo día se celebraba una pequeña fiesta familiar, para ver la cara de la novia que está tapada con un velo, se realiza en forma de subasta, y quien pague más, es el primero en verla. Este dinero se consideraba una forma de regalo para los recién casados (Mimón el Kadiri y Moussa el Kassmi. Nador: 20-06- 2002). En cuanto a la participación musical, no se han encontrado diferencias con lo acontecido en la casa de la novia que hagan necesario el establecimiento de valoraciones oportunas; los cantos y bailes son ampliamente descritos en las fuentes bibliográficas reseñadas y no han sido aportados nuevos datos al respecto. El día siguiente: Amendir. Amendir es el día siguiente de la boda. La familia de la novia lleva preparados a casa del novio varios platos de comida: frutas, huevos, carne y pollos. Se sientan con la novia una vez que se ha efectuado la comprobación de la virginidad femenina que consiste en mostrar un pañuelo blanco con una mancha de sangre. Si esto se produce, se ha consumado definitivamente el matrimonio. Este tipo de manifestación solo puede ser observable en las zonas rurales más apartadas, ya que ha desaparecido, por suerte para todas las mujeres del Rif, de los entornos urbanos de la región. Según Morilla Aguilar: Si tras la noche nupcial el marido se da cuenta de que su esposa no es virgen, que ha sido engañado, no sucede una tragedia y todo se reduce a solicitar le sea devuelta “la dote”[…..] En estos casos concretos, antes y ahora, cual sucede en todas partes, siempre había alguna bruja o celestina dispuesta a practicar “ciertos oficios destinados a evitar estos desagradables inconvenientes utilizando sus mañas “(1994: 31). 3. Caracterización y análisis de los cantos de boda. Para la realización de la caracterización y el análisis de los cantos de boda, los ritmos que lo acompañan y su ejecución instrumental, se han valorado un total de 100 muestras sonoras que son temáticamente catalogadas. La catalogación hace posible enmarcarlos en los diferentes momentos del ritual. Una vez realizada su ubicación, se ha efectuado un análisis auditivo y posteriormente la selección para la transcripción y análisis musical. El primer aspecto que rige la caracterización de los cantos de boda es el establecimiento del papel o función de los cantos en el ritual. Este acercamiento analítico permite la agrupación de todos los cantos recopilados en dos grupos genéricos: cantos rituales y cantos festivos. La definición adoptada para estos dos grupos de cantos no se encuentra en la bibliografía al uso y ha sido el resultado del análisis de toda la información recopilada. A estos dos grupos, son asignados los diferentes tipos establecidos previamente en la organización de las muestras y transcripciones y a su vez, son subdivididos en los casos que sea necesario para el esclarecimiento de las oportunas diferenciaciones. Cantos rituales Los cantos rituales se caracterizan por estar asociados a una determinada parte de la ceremonia y sólo son cantados en ella u otra paralela del ciclo de la vida. Los tipos encontrados en las muestras recogidas son: cantos de aplicar la Alheña, cantos para el peinado de la novia y el canto de Seboainuxaleq. Al carácter puramente ritual de estos cantos puede deberse su extendido conocimiento entre las mujeres y las personas mayores, no encontrando desde el punto de vista musical una gran cantidad de variantes. Debe destacarse entre una de sus características más relevantes la aparición de la figura del profeta musulmán y otros hombres santos rifeños como Sidi Mulay Thami en sus versos. Los pocos casos en que aparecen diferentes melodías para un mismo texto, según ha sido explicado por muchos informantes, se debe a una reafirmación de la diferenciación tribal, recordando que cada región, tribu o agrupación de ellas, pretende marcar determinados rasgos propios para sus bodas. En las transcripciones musicales que acompañan a cada tipo de canto se hace mención a la pertenencia tribal a través de la denominación regional para que pueda ser tenida en cuenta. Cantos festivos Los cantos festivos tienen como patrón común su indistinta utilización en los días de celebración de la boda incluido también el roadran y la no asociación con ningún momento específico del ritual. Los tipos de cantos incorporados a este grupo son: los versos cantados, cantos de fiesta y el conocido como Lal- la buya. El siguiente esquema representa la organización adoptada para la caracterización y análisis de los cantos de boda. Cantos rituales Cantos de aplicar la Alheña Cantos para el peinado de la novia Canto de Seboainuxaleq Cantos festivos Versos cantados Cantos de fiesta Cantos de Lal-la buya 24