Historias de cuevas, culebras y diablos
Transcripción
Historias de cuevas, culebras y diablos
Historias de cuevas, culebras y diablos Agua Así soy yo Campo y campesinos Comida y recetas Conejo y Coyote Creencias, dolencias y remedios Cuentos de animales Cuentos de engaños, para hacer reír y fantásticos De la cuna a la tumba en las comunidades Historias de cuevas, culebras y diablos secretaría de educación pública Gigantes, duendes y salvajes Historias de cuevas, culebras y diablos Historias de espantos, seres que se transforman, tesoros escondidos y matrimonios engañosos Las comunidades. Fundación, historia, percances y festejos Maíz Oficios y ocupaciones Orígenes y dueños. Por qué son así algunas cosas del mundo y cómo otras suceden en el monte Refranes, adivinanzas, acertijos, trabalenguas, juegos y chistes Versos, arrullos y canciones De las cosas que se cuentan secretaría de educación pública Historias de cuevas, culebras y diablos Directorio Emilio Chuayffet Chemor Secretario de Educación Pública Alma Carolina Viggiano Austria Directora General del Consejo Nacional de Fomento Educativo Alejandro Verde López Director de Administración y Finanzas Martha Beatriz Rivera Fernández Directora de Educación Comunitaria e Inclusión Social Fernando Rojas Espinosa Director de Planeación y Evaluación Marco Antonio Mendoza Bustamante Director de Comunicación y Cultura Marco Antonio Hernández Martínez Director de Cooperación con Sociedad Civil y Organismos Internacionales Katy Villarreal Saucedo Directora de Asuntos Jurídicos Silvia Arleth Austria Escamilla Directora de Delegaciones y Concertación con el Sector Público Fernando Sánchez de Ita Titular del Órgano Interno de Control EL Consejo Nacional de Fomento Educativo agradece a Mauricio Gómez Morín y a Chac por la asesoría y dirección general de los talleres de plástica. Asimismo, reconoce la labor de Felipe Ugalde Alcántara, Alejandra Eugenia Gutiérrez Aldana, Lydia Andrea Gutiérrez Aldana, Roberto Martínez Martínez, Guillermina Aragón Rivas, Antonio Ramírez Intzin, Ana Patricia Martos Enciso, Carolina Hope Sánchez Mejorada, Sebastián Santis Gómez, Germán Ponciano Vargas e Isaac Hernández, coordinadores regionales de dichos talleres. También agradece la valiosa colaboración de María de Jesús Salazar Muro, Martha Fabiola Torres Muñoz, José Carmen Díaz Miguel, Ari Hida Pazos Macías, Germán Valdivia Pueyo, Rosa María Daffunchio, Virginia Tenorio Sil, Pascuala Sánchez Hernández, Jaime Robles Pineda, Francisco Javier Félix Valdez, Rocío Casariego, Héctor Solís, Feliciano de Jesús López, Antolín López Mendoza, Claudia Huitrón Acosta y Antonio Gil Zurita, por su participación en el proceso de investigación. Historias de cuevas, culebras y diablos De las cosas que se cuentan Historias de cuevas, culebras y diablos Edición Consejo Nacional de Fomento Educativo Adaptación Elisa Ramírez Castañeda Diseño Cynthia Valdespino Sierra Ximena Pérez Viveros Coordinación editorial Pedro Antonio López Salas Rodolfo A. Montes Martínez Primera edición (versión electrónica): 2013 D.R. © Consejo Nacional de Fomento Educativo Insurgentes Sur 421, edificio B, Conjunto Aristos, col. Hipódromo, CP 06100, México, D.F. www.conafe.gob.mx ISBN (Obra completa) 978-607-419-260-5 ISBN 978-607-419-269-8 IMPRESO EN MÉXICO 12 De las cosas que se cuentan… 16 17 Ch’en Ajtealjá El túnel de Ajtealjá 18 19 Tlatoli tlen yiwekauitl La cueva de los jabalines 20 21 Ti men un sexe El hombre perdido 22 23 Ñatansha cruxi La cruz cortada 24 25 Mba’al nií ra’jp gahdx ihjc La culebra de siete cabezas 26X-Tabay 27 La X-Tabay 28 29 Te pukl El diablo sombrerón 30 31 Má’í sal Cerro del Diablo 34 35 Toib xho ne toib buin dxaab El señor y el diablo Índice 10Presentación 36 37 Ja’ jä’äy mëta’ mëku’ La persona que caminaba de noche 38 39 Li xpoxil li k’ux ch’ute El hijo del diablo 40 41 San Miguel wanikal San Miguel y el diablo 46 47 En Zaragoza io t sexi kunda’u El saco del diablo 50 51 Jem dyablu i jem yaachapaps El pobre y el diablo 54 55 Se telpokatl iuan inantsin El yerno del diablo 60 61 Li a’mtel yu’un vokolale El jornalero del infierno 62Bindxab 63 El diablo sin pies 64 65 Nhñu ‘bede ya johodo ner tz’ithu Los tres hermanos y el diablo 66 67 Te une y te yatzibü El niño y el diablo 68 69 Takaam tsaj tëjk La promesa sin cumplir 70 71 U tsikbali’ k’aak’asba’a Cuento de una bestia 72 73 Su’usi, tee ji tachi Dios y el diablo 76Glosario 78 Índice de escritores 82 Listado de ilustradores Presentación Tu idioma es la casa de tu alma. Ahí viven tus padres y tus abuelos. En esa casa milenaria, hogar de tus recuerdos, permanece tu palabra. Jorge Miguel Cocom Pech, escritor maya Las historias surgen para ser contadas. Se cuenta lo que se ve o lo que otros han contado. Hacedores de las Palabras son eso: historias tramadas en el hilo del tiempo con palabras que tejen el testimonio escrito de un legado cuyo valor es incalculable. Los autores, los hacedores de las palabras, son niños indígenas de diversas regiones del país que, en sus lenguas, cuentan y con ello conservan la herencia cultural que poseen: lo que viven, saben y ven. La serie Hacedores de las Palabras consta de 18 títulos, cuyos temas son las fiestas, los trabajos, los animales, las leyendas, frases y refranes conocidos en diversas comunidades del país. Los más de quinientos textos contenidos en estos libros fueron seleccionados en dos concursos que el Consejo Nacional de Fomento Educativo promovió para reunir las voces de niños hablantes de alguna lengua originaria: náhuatl, kiliwa, maya, chol, rarámuri, zapoteco, tzotzil, mixteco, etcétera. Cada obra refleja, en la heterogeneidad de sus lenguas, formas afines de interpretar el mundo. Después de once años de su primera publicación, el Consejo ofrece ahora (2012) una segunda edición de la serie para continuar el reconocimiento a este invaluable trabajo. Como en la primera, se respetaron las formas de expresión escrita que los hablantes originarios de las lenguas indígenas consideraron adecuadas, así como las traducciones al español llevadas a cabo, casi todas, por ellos mismos. Las ilustraciones que acompañan los textos surgieron de los talleres de plástica organizados expresamente para la primera edición de este material. Sirva, pues, Hacedores de las Palabras como homenaje a todos los mexicanos poseedores de la riqueza de una lengua originaria. Historias de cuevas, culebras y diablos 11 De las cosas que se cuentan… Las cuevas son la boca del inframundo, del lugar que a veces se llama infierno, de donde pocos o ninguno regresan. Quien entra y vuelve no puede contar mucho, porque no puede seguir vivo sobre la tierra. Por lo que se alcanza a saber, las cosas allá, a pesar de ser parecidas, son en el fondo muy distintas. Quienes estuvieron allá un instante, regresan y descubren que aquí han transcurrido muchos años; los que acarrean oro se encuentran acá con un saco lleno de hojas secas o carbón. Bestias, culebras y diablos habitan los túneles y cuevas. A veces estos seres andan entre nosotros, pero siempre acaban llevándose a quien no cumple sus promesas, los reta o cuenta sus secretos. Se les topa por accidente, llamándolos o haciendo pactos; pero el trato con ellos es siempre difícil, aunque sea accidental. Las historias de diablos y seres malignos se cuentan de noche, en voz baja, a la luz de las velas o de la hoguera, para asustar y advertir, para jugar y divertir. Porque... ¿a quién no le gusta asustarse, aunque sea tantito? 16 Tzeltal Ch’en Ajtealjá Hacedores de las Palabras Jun k’aal ay la stsob sba joeb mamaletik bajt’ik la yilik jun ch’en te nopol ay ta lum Ajtealjá. Jich la te mamaletike bajtik laj lea’ te ban ti ay te ch’en, chapalik ta beel sok sk’ajk’ik k’alala k’otik ta ban ay te ch’en nailaj la sp’isik sitik te mamaletike, te k’ala mat’o oxch’ik ta yutil te ch’en, in ts’in te joeb mamaletike, och’ik la beel tsiín ta yutil te ch’en. Najt’ laj baemikixaa te kalal la staik makel ta olil ch’en. Ay la mach’a awun lea ta bantí yutil te ch’en “jich la yal” max k’axatikix le a meto ay laj mach’a xi te bantí yutil ch’en. Jich yu’un ja te’ joeb mamaletike k’axikto la be’el malaj xiwik yu’un jich laj maba ya xbenikix najt’ jam be’el te tite ch’en, in te mamaletike mala sn’a bantí bajt’ikix na’t jamla beel te ti chen, bajtík tsiín yu’un bujum tiknax te bajt te ch’en. Jich te mamaletike xiwiklaj sutik laj te lokel jich laj te yayejibal jun ch’en. Un día se juntaron cinco viejos para ir a ver un túnel que queda cerca de la comunidad de Ajtealjá. Y así los señores, curiosos de conocer el túnel, alistaron sus linternas para poder ver, y al llegar al túnel lo primero que hicieron, antes de entrar, fue persignarse. Entonces entraron y comenzaron a caminar. Ya habían avanzado mucho cuando una voz les gritó desde dentro del túnel: “ya no pasen”. Los señores se detuvieron y aunque ya habían caminado mucho se regresaron a su casa; tomaron otro camino dentro de la cueva, porque seguía. 17 El túnel de Ajtealjá Historias de cuevas, culebras y diablos 18 Náhuatl Tlatoli tlen yiwekauitl Hacedores de las Palabras Yiuekauitl itech no altepetl otlapanok tlamouisoli itech se ostok tlen itoka “Kachtitla”. Okajka tlakame tlen okintemouaya tekuanime, se tiotlak oyake itech ostok iwan okitake miak kopitzome iwan se okimiktike, pampa okajka miake itech ostok iwan ikon okixotlaltike kuauitl pampa makisakan kopitzome o mamikikan. Okse tonali oyaki ika yehwan, otlachiato xoch omike tekuanime, ikuakon okalaki otlatemoke nochten okalaki nawin tlakame iwan se omoka tlatentli tlen okalake otlatemohjke nochten iwan amitla okasike, iwan okisaskia ikuakon omotlatzak iwan ompa omike; axhan tlen omoka plapohua tlenotlapanok, pampa miak kitowan tlen tlakatl omoka kahlan yen tlahtlakole okinimaka ika miak tohmi, tlen ompa itech ostok. Hace muchos años en mi comuni- dad ocurrió un accidente muy sorprendente en una cueva llamada Kachtitla. Había hombres que se dedicaban a cazar animales; una tarde se dirigieron a la cueva y de repente vieron varios jabalines. Entonces, emocionados mataron a un jabalí, pero adentro de la cueva había varios. Prendieron fuego para que salieran los jabalines o se murieran, para que a la mañana siguiente fueran por ellos. Al otro día muy tempranito los hombres fueron a ver si los animales se habían muerto, decidieron entrar y entraron; uno quedó afuera de la cueva. Al estar adentro buscaron y no encontraron los jabalines y decidieron salir. Al llegar a la entrada, la cueva se cerró y no pudieron salir y murieron. Esta historia la cuenta el señor que quedó afuera de la cueva. Así también cuenta la gente que el hombre que quedó afuera vendió a los hombres que entraron por varias monedas de oro y que en esa cueva existen cosas de oro. 19 La cueva de los jabalines Historias de cuevas, culebras y diablos 20 Zapoteco del Sur Ti men un sexe Hacedores de las Palabras Ngok tivez timen nguiti ylu ti alliyche tala gllicale Siren horcale mencá usin segue nsak besttola wislomtomp, plante pero uñentme usebme tilen y luseme guatola len lyu según rnime axta sun cano rssin naasca rnime quelen qyiyca nsu maytola, nsumenno, xlena, kiaw, rnime que yter tilin uñome len túnel leme uru axta San Carlo osea leme mdet prop scuentme. Una vez un señor decidió pasear en un ce- rro muy grande, cerro La Sirena. A las pocas horas llegó a donde había oreja de león ante un gran peñasco. Empezó a juntar estas plantas, pero sin darse cuenta se metió en una cueva o candona. Así siguió caminando bajo tierra. Según decía, en ese cerro había un gran túnel que llegaba hasta San Carlos. Dentro de ese cerro había muchos animales, personas, árboles frutales y ríos. Así que vivió en ese túnel un año y por fin salió a San Carlos. Y él contó su propia historia. 21 El hombre perdido Historias de cuevas, culebras y diablos 22 Mixteco alto Ñatansha cruxi Hacedores de las Palabras Nxee kua’a kuia ña ki shi uni se’e ñan San Juan Ixtaltepec san kuashá san kuaxa kava Ranchu Duxi ya’a n maxi ti san dava dava xiti kava, iyo n kava, kan nu san nani kava, yoo san dantuvi nashá kava, san dava dava yituvi n cruxi ñakui xi ñutun san n n xan xa’a cruxi san mismuni momento ñukuan cruxi keshá keni san tiuni shui san kuanu diki kava, dio se’e ña shan xa’a cruxi san ko’oyo diki kava, san shi’i san tuvi compañeruxi danu ña’an sanshidoñaan san xiva’aña’a’n ka’a kava, mientra kua’an kian shi familiashi ña shi’in’ san ña xaku do’oxi ña xi’i noticia kixi tine’en ña shi’i san nshakaña’an nxan ve’exi san shikintuxi san panteón nukuan panteón ñu’u. Hace muchos años vinieron tres hombres de San Juan Ixtaltepec y se subieron a la peña de Rancho el Águila y llevaron un machete. Y en medio de la peña hay una cueva muy grande que se le llama Cueva de la Luna. Entonces esos hombres llegaron a donde está la cueva y en medio estaba puesta una cruz de madera. Uno de ellos cortó la cruz y en ese mismo momento la cruz comenzó a sangrar; y ellos se asustaron y se bajaron de la peña, pero el hombre que había cortado la cruz se cayó de la peña y se murió. Sus dos compañeros lo bajaron cargando y lo escondieron debajo de la peña mientras fueron a avisarle a su familia que se había muerto. Al escuchar la noticia fueron a traer al muerto y se lo llevaron a su casa y lo enterraron en ese panteón que hay en ese pueblo. 23 La cruz cortada Historias de cuevas, culebras y diablos 24 Zapoteco del Istmo Mba’al nií ra’jp gahdx ihjc Hacedores de las Palabras Ru’u miññ didx guíu’ too miñgúhl ni guhg. Xhiiñ no gabiazme buc gahl xhimdoome. To dzé zame guexh dxi tohpme yahjc. Zume chehx guiajc, coo to cuev tohdxi guzló gayob leññ me no guhl xhiiñ me we. Vie’me garu’u gahdx ihjc de leeme no ru va garu’u ni ultim no xhpa’n per xhpa’n cal rnaziu gre’ lhqui. Min guhl nexh bzieme ru bieme le no gudeme ni guudxi ru cal, gahg no bza’ ame lee leññ cuev ru gudahp xhiñ me. Zame xhi riu’me no guhdxi me xhimquieme ni nexh uliu, rame lee guhti xhiññ me no peadxime lee. Min guhl dzé riume xhi riu’me nga’adxga par gdeme ni gaadxi xhiñ me ni naacg to mba’al de gahdx ihjc, per briu’ to mquie ni gluadx le’eme no vie’ ma calzto. Dzé miñguhl gupguiat xhigadxi xhiñ bieme va queñ. Biome leema nexh gudxialme leu. Per xhigw ni güiie’ guznal mba’al cal lehti nhuieme va lo riu’ma. Ma cal dxigñme leñ to cuev no hue via’ñma no cuev leu cuev le yahp, gahx ru guhl mba’al cal. Ruyme diidz ma’ cal bia’n len cuev hue no ruuma xhta na, no dahñ nuu zta’ajl mi’iñ. Cuenta la leyenda que había una señora que se llegó a embarazar y espera- ba el nacimiento de un hijo. En una ocasión se fue al monte a juntar leña. Estaba al otro lado del río, junto a una cueva, cuando empezó a sentir dolores. La señora se alivió. Vio que salían siete cabezas y al último una cola unida a las siete cabezas. La señora, a pesar de ver esto, no se espantó sino que le dio de mamar en ese instante y lo dejó en la cueva donde llegó a aliviarse. Se fue a su casa y le dijo a su esposo una mentira: que se había muerto el hijo y lo había enterrado. La señora siempre escapaba de su casa a escondidas para amamantar a la culebra de siete cabezas, pero no faltó una persona que la espiara y llegara a ver al animal. Al otro día la señora regresó a dar de mamar a la cría y notó que no estaba. Por más que la buscó no la halló. Pero el señor que la había visto siguió a la culebra, para saber el paradero del animal. El animal llegó a una cueva y allí se quedó. Ahora el lugar se llama La Cueva de Chayotepec, cerca del lugar donde nació la culebra. Cuentan que el animal se quedó en esa cueva y sigue existiendo hasta ahora, y en el cerro de Chayotepec vive mucha gente. 25 La culebra de siete cabezas Historias de cuevas, culebras y diablos 26 X-Tabay Maya Hacedores de las Palabras U p’el k’ine u tu nojoch ma’a ke tunbin tu p’e beje ka’ bin tu yila juntul x-chup ka’ bin tu yilaje exch’upo ma’an ki’icnpaan bin le x-ch’upo k’a bin tu ya’ala bin te mako biisen ti nayi tumen satlen ka’a tu ya’ale mako mia’alo in viskeche tu’ux ka ka’jtal te bandaja ka bin tu ya’ala x-ch’upo sajak le mak bino tú yila bine x-ch’upo tso’oku sutu de x-chayican katu vise nojoch mako ich saika’a ka’a tu kinsaje nojoch ma’ako yetu úbek’echi lunej bin tu ni’ ka ki’imi, je’elo le mako ku man yetelo tu manu kaxté kabintu yilaje ti nikiikbalu’ bake’ le ma’ako ichi le sajkabó. Un día un señor estaba viendo, cuando apareció una mujer muy bonita y le dijo: —Llévame a mi casa, porque estoy perdida. —Está bien, te llevo, ¿dónde queda tu casa? Entonces le dijo al señor: —Queda por allá. El señor vio que la mujer ya se formó como culebra y llevó al señor dentro de la cueva y lo mató con la cola de la culebra. El señor se murió y el que andaba con él vio los huesos de su amigo. 27 La X-Tabay Historias de cuevas, culebras y diablos 28 Te pukl Tzeltal Hacedores de las Palabras Jun buelta tul winik, laj sta jpukj k’an smilta machito y la xi te pukuje, jauk jauk ts’in meto lokta alimal, jauk meto te pukuje jala te chiin winik ja sbil sombreron teyax och to yutil ch’en kalal la yaix stojol te winike k’ejel ayixaa le ayix lajta jun yutil ch’en sok la’j te ts’ey la layilte pu’ kuje jetik jiek bayal xiel yuun. Ju’uk laj meto ay la yak k’axel wineketik leate banti te’eltike, y la yaiy stojol le ay awta yutil ch’en jieh bajti yilik jieh laj tehajik koel laso jih kolkbeel, el kot state winike soktetsie jieh lok tel ta yutil ch’en te winike, ja smul te pukaja jafein la la sokebexik tebitil och beel ta yutilte ch’ene jich la yal ja la yik’o beel te sombrerones jich laj kax beel jun k’aal te winikej tsakot laj ta chamel ta k’ux ch’at’ul y soy k’ux jolol y la sta yorall laj te winike sok te tsie ja yu’un texiw bayal te beluk laj staa. Había una vez un señor que se encon- tró un diablo. Lo iba a matar con machete y se espantó el diablo, de repente salió corriendo. Pero era un sombrerón que entró en la cueva. El señor iba con su perro; cuando se dio cuenta, estaba dentro de una cueva junto con su perro. Vieron unos demonios y se espantó mucho el señor. De repente pasaron unos señores por la montaña, escucharon el grito que había en la cueva. Esos señores consiguieron unos lazos, bajaron dos señores al mismo tiempo y vieron que ahí estaba el señor con su perro. Sí salió el señor que estaba en la cueva por culpa del sombrerón. Ya cuando salió le preguntaron por qué estaba en la cueva y contestó el señor: —Mirá, me llevó el sombrerón. Cuando pasaron unos días empezó a enfermarse con dolores de estómago, dolor de cabeza y por fin falleció el señor por el susto que tuvo con su perro. Así terminó este cuento. 29 El diablo sombrerón Historias de cuevas, culebras y diablos 30 Chinanteco Má’í sal Hacedores de las Palabras Echa ju lä il ma’ ki sal, enafe ene kon toñko e juo ta ma ñia etá tsa kián ma, asá lt la iltn ná, ena seá komi, asa wtn ñi sa li tan tsa ñi kua kon fie etán ö tsatä tsama támá já mat ja m matí kataa tsa teñi ña esö naya eté ku ne ñía etá sea w casoa ku ne ja ñia emale koa kon ma ti wa jan tsa í sem yá ñia emasaa kon maú el ku ne. Jan kasea tsa atsa xia makaa, ñia vachaa laj iman ñia asemä bea samatä ija emakuoi, lajt tñi ja la il ku, sm ñia eka sta ifa bea smajo imá nem. Enaj ñia m ñia jan tsa kasëa tsa kian to ñi kon ené na kuo na kú. Ñia ekua tsa, chan jan chaa juñt ñia mo choa ju ñia jo roa lajt lo eliye ma’ajea. Cuentan que aquí en el Cerro del Diablo pasan muchas cosas, pues hay una cueva muy profunda que habitan personas que son de ese cerro. Pero no son personas como nosotros, sino que cambian por algún defecto. Estas personas no salen de allí, como tampoco puede entrar nadie. Una vez entraron dos señores que andaban pescando, cuando empezó a llover. Fueron a meterse allí en esa cueva; pero ellos no sabían nada de lo que pasaba allí. Y entraron hasta adentro y encontraron unos jarros de oro y ellos, contentos, empezaron a agarrarlos. Pero en ese momento apareció un señor vestido con una piel de tigre y en la mano tenía un bastón de oro que brillaba mucho. Les dijo a los señores que no tocaran nada, que dejaran en su lugar todo lo que habían agarrado y que se olvidaran de salir porque se iban a quedar en esa cueva para siempre, que ellos iban a tener allí todo: dinero, ropa, comida, sin necesidad 31 Cerro del Diablo Historias de cuevas, culebras y diablos 32 Hacedores de las Palabras Laje tsa lé tsyé ñia mal tsa tá sew safö m toa w tamatá ch o tö. Tsajo tsa í, ñia tsa kí tamá eg t m toa w tama ta’ ch ö tö. Tsajo tsa í, ñia tsa kí tama’ eg f m koo asn ñi taan tsa tan kuago wea ja kachía né. Ja mané a tán fa tsaw ja ja kon mchí ja mea ñia ekipaa, s w taan tsa tán kuago wea ñia toon tsa ajo ten, enef m ña vatán skuago í ja ma takiaa tí ñia bomba ñ ma ja matoo ko teñ tó ja seb sta igá kon ta matage saí, jonma ganaá asa tom vátaa. Lla mna eka je ta güetsa, no makón cha meñi en soón ñia t kon joo y, lal m’n, l la l né asta limoaná larre la soó. Konlá mañ too tsa té je jeje milä kima’ mi soché m ñia se chi maí tóma jo kon lé b ku ñia ni ko m kó tama fa n lije eliyemi ö too ja lfa etaa jín loa majé teñi já sema n too lo ne ja ma né kima ja. Historias de cuevas, culebras y diablos de trabajar; y si alguien intentaba salir, moriría a los tres o cuatro días. Pasaron ocho días y uno de los señores le dijo al jefe de esa cueva: —Quiero que me des dinero. Y le dio, pero dicen que era de noche cuando el señor escapó y se fue a su casa y empezó a contarle a toda la gente que había estado en un lugar muy bonito y que había muchas cosas bonitas de oro y mucha comida. Pues como ese señor empezó a contar todo eso, la gente empezaba a ir, pero no entraba porque en la entrada de la cueva había un viento muy fuerte, nadie podía asomarse. Bueno, el señor que escapó, a los tres días murió, así como el jefe de la cueva le dijo. Pasó mucho tiempo sin que nadie fuera a ese lugar, hasta que un día un grupo de gringos que decían ser exploradores llegó a ese lugar a tomar fotografías y filmar películas. Y ellos trataron de entrar; apareció un animal de una gran cabeza que los arañó y los golpeó. Algunos se salieron y escaparon y otros se quedaron dentro, ya muertos. Luego dicen que volvieron a regresar esos gringos trayendo bombas y armas, y dizque pusieron una bomba dentro de la cueva y 33 que no explotó. Y ellos se sorprendieron al ver que la bomba no tronaba. Esos gringos se fueron, ya no regresaron nunca. Ahora en esta cueva por las noches a veces se escuchan risas o voces, y cada fin de año se escucha mucha música dentro. Y el reflejo de una luz lastima la vista. No se sabe todavía qué hay en verdad en esa cueva. Y de la gente de aquí, de Isla Crucero, varios hemos ido. Ya no hay mucho viento pero se siente frío, muchísimo frío, y se oye un ruido muy feo. Pero sí es bonito en el suelo, parece que tiene piso en la entrada, pero más adentro no hemos ido y esto es lo que pasa en el Cerro del Diablo. 34 Toib xho ne toib buin dxaab Zapoteco del Istmo Hacedores de las Palabras Nap rabez toib beel laain toib guiee. Toib dxuu toib xhoo ni caduuid ne toib guiib la bibibu guiig beelcu, ne bicuagbu lamu. Gooit belcú ne guira xhiruñmo gogni nis xhina. Xho cu bibi lamu lo bacáal que belcula bindxaab lamu ne godxmu lamu: —¿Xhigoom bigaaidlona? Guxhica non gaitlo. Orni goyonila, peel noné xhoca xhilá ne gooitbu. Dicen que vivía una culebra en una piedra. Un día un señor que pasaba por allí y traía un rifle vio la cabeza de la culebra, le apuntó. La culebra se murió y toda su sangre se volvió agua roja. El señor vio en su sueño que la culebra era el diablo. —¿Por qué me mataste? Mañana mismo te vas a morir —le dijo. Cuando amaneció, el señor tenía calentura y se murió. 35 El señor y el diablo Historias de cuevas, culebras y diablos 36 Mixe alto Ja’ jä’äy mëta’ mëku’ Hacedores de las Palabras Jamëk jay tu’uk nyitxy mëëj käjpjot’p kootsitëk, ta tu’uk jaay t’ixpäty mij it jotyp, jantsy pojën ojts wyïnmay: tatäm nmëku’kj kyëta’ky. Kojëk wyinkonëj ta oy t’ïxkapy, ju’kpëk ja jääy wënaty jëtsek ja kyojup yëk wënaty jëtsëk tsäpts ja nyïxuuy. Kuk ojts wyinkonë tak ojts ja jöäy y’ awäk tu’uty nayëtenëk ja mëku’ nyikxy. Tajëk wyinmäy tsyänet jya’ tukpëkt, tajëk ojts, mëët nyatsyikyëj jëyëk jaakam ja jääy yëk wëpeptäky kojëk pyiti’ky tëjëk it tjöätjikëy tak t’pa’xy tamëk tyanë ja mëku’ xonëk ja’ yony, tajëk ojts yo’ytsyo’nëj ja jääy yek xon tsyë’jkënë tajëk jam nyekxne mä jë jäyën tak ojts ja jääy pa’an myo’yëj kyepëk y’uk määnëj uu mëk ojts kyuxiinyënë ontsëk ja jeky pya’am ko’knë kimy jekyëk ojts y’okknë ta yäjk ne täjnë määj ja nääx. Había un señor que iba caminando para el pueblo, ya bien obs- curo; como a medianoche vio a una persona que venía bajando en el bosque. Luego pensó: “parece que allí viene un amigo que va bajando”. Cuando ya venía más cerca el señor distinguió bien: fumaba y tenía puesto un sombrero negro y camiseta roja. Cuando ya estaba muy cerca, le empezaron a bailar los ojos, luego se hizo a un lado y el diablo también se hizo a un lado, venía de frente a él. El señor pensó: “¡Ahorita verá! ¿Quién cree que soy?” El señor se peleó con el diablo a trancazos, fue a dar muy lejos y allí se quedó tirado. Cuando se levantó ya había quedado como loco y luego vio que allá estaba parado el diablo y que estaba bien alto. Luego el señor siguió su camino, pero tenía miedo; se fue donde vivía gente y luego le dieron sábana. Pero ya no podía dormir, se mantenía despierto. Cuando ya amaneció se había vuelto mudo, estuvo mucho tiempo enfermo, después se murió y lo enterraron en la tierra. 37 La persona que caminaba de noche Historias de cuevas, culebras y diablos 38 Tzotzil Li xpoxil li k’ux ch’ute Hacedores de las Palabras K’alaluk jun kerem k’uxtajek xch’ute musk’an xtajin, musk’an xve; yu’un oy jun chamel naka lukumetik ja’o k’alaluk taj lajestik k’usi ik’ik’ xchiuk litas lajestik askale mi muj k’antik jun chamele sk’an jpoxtatik ja’ xpoxil li yi’vel koko’one taj meltsantik ta jun litro jo’ li’june taj lakantik la juneb’ minuto timi ji ta’aje tax kuch’tik jun vasu ta k’ak’al ja’o lik’alal muyuk bu ve’emotike li’june chkuchtik jun xemuna mi laj kuch tik ti jun xemunae’ li lukumetike tax paj li ta yut jch’utike. Hace muchos años los hombres dicen que había mu- chos diablos. Una vez una señora salió a las cuatro de la mañana. Pero a la señora se la cargó el diablo. Se fue a la cueva del diablo y tuvo tres hijos. La señora quería regresar a su casa. Cuando su hijo creció, le dijo: —Quiero ir a mi casa. El niño la llevó a su casa, pero cada tarde la venía a ver el diablo. La señora no quería eso, no quería que viniera su esposo. Le dijo a su hijo: —¿Por qué regresa cada tarde tu papá? —¡Ay, mamá! Si te espantás, voy a matar a mi papá. De ahí lo mató, le cortó la cabeza con una espada en la orilla de su cueva y se murió su papá para siempre. 39 El hijo del diablo Historias de cuevas, culebras y diablos 40 Totonaco San Miguel wanikal Hacedores de las Palabras Wankan huma ya makgan tachuwin wa San Pedro wanika limakutut ama akaskawini lhuwa karisiano y takalhin wali matapanukal ni ku xwi lenka nak pupunu wankan pi San Pedro ni lay makutulh wanikal pi na wakan San Pedro pekgkua akan chalh wa ni lay makutulh y watu xla tlawa taspt’li wanika tu ku ni lay li makutulh watu tlawakal makanka chuna stalalh José tamakasputul, San Miguel akalistan makankalh San José wix tlakgxa tliwekge na pina makutuya kit kmakaman San José. Walitum tachuwin wanikal ni tu minkgasat pala akit xkglakasli xkwan wix ni tu minkgasat y akit mi mapekgsina. Akan kaxmatli huma San José taspitli lichuwinal tu lalh. Ama chixku tiku xmakanit wanilh pi lu lan ’ni wakal hama makamparay a chatum. Alh San Pablo wanikal napina makutuya xaxantlih watiya tachiwin wanikal. Ma si wix limakapinkanita Santo wix ni kintimakutu la kakilhikal tu ku xlakoltol ni limakutul pixlimapekgsikanit pi na makutuy wanikal pi na makankan San Martin Caballero wanilh ama akgskawini y wi lanka chuchut na ta kul’tatanu ki mapakgs’kanit wix na takuta tanu akgskawini xtajuma lanka chuchut wampa xtachiwin tu xwanit wa ama Santo ni tu xlimakuani takalpitsil, putum chuchut ta naxgkali kosli tama Martin Caballero, pekgua amputul talakatsuwi nakglay ama kawayo wa tu xlawal taspithi lakgchilhkin tlatikan wanil pi ni lay makutul xlachipaputu. Akalistan makanka a chatum wanikan Santiago Caballero wanikal pi natamakutuya na lipina min kawayo la tatsakgsa makapitsin nilaytamakutu Santiago Caballero kilah. Wanikal C uenta la antigua leyenda que a San Pedro le dijeron que sacara al demonio, pues se comía a mucha gente y a los animales. Por eso querían que lo quitara de su lugar y lo llevara al mar. Dicen que San Pedro no lo pudo sacar. El diablo le dijo que se lo iba a comer. Se espantó San Pedro cuando llegó y ya no lo pudo sacar. Mejor se regresó. Le preguntaron por qué no lo había sacado. Mandaron a José. —Tú eres el más poderoso. Vas a sacarlo porque yo te estoy mandando, San José. El diablo le dijo las mismas palabras que al otro: —Eres cosa insignificante. Si quisiera, te comería, porque tú no eres nadie y yo soy tu rey. Al escuchar esto, San José regresó y contó lo que le había sucedido. El Señor que lo había mandado le dijo que lo bueno era que no se lo habían comido, que iba a mandar a otro. Fue San Pablo, le dijeron: —Ve a sacarlo. Llegó con las mismas palabras: —Aunque te hayan nombrado de santo, tú a mí no me sacas. Lo regañaron porque no lo había sacado como le habían ordenado. Mandaron a San Martín Caballero, y le dijo al demonio que estaba en la laguna: —Salte de allí, me han ordenado que tienes que salir de allí. Tampoco pudo. Luego mandaron a otro, que se llama Santiago Caballero. Le dijeron que lo sacara y lo arrastrara con su caballo, porque ya los demás habían ido y no pudieron. Santiago Caballero fue y el demonio le dijo: —Te voy a comer con todo y caballo. El demonio abrió la boca y toda el agua se movió. Y el caballo del santo se espantó y no quiso acercarse. Santiago Caballero mejor se regresó. 41 San Miguel y el diablo Historias de cuevas, culebras y diablos 42 Hacedores de las Palabras takilakochi makapitsin xlakgskujni min tlatikan paks kawaputul ni lay kin ta makatlajay anta hu nitiku kintimakutul lanka chuchut wan akgskawini, Santiago taspit’li xasluntu, akalistan al San Miguel haya chil ti nakgalhakgaxpata na makutuyan nakgalhakgaxpata masihuman xpupulkan chu spada wa akgs kawinikg ti lakachixkuwin pakgs ta kilakoche xlakgskujni min tlatikan kintamakgasitsil nakwayan ama akgskawani takalpitsil lampara waputu San Miguel maxil akgtum tasnokgni akgskawini kilhal ni kiwalini nak ta anan likasnongli y espada tapalalhi akgtum lakaskonot putum chuchut tanakgalhi lanka sin antiya kgtiji akgskawini wa chu kintampulakgchin masi ni litampulakgchin wa akgtum lanka luwa. San Miguel wani nikgkalhaskin mintampulakgchin ka tlawanti ho nakgsnokparayan anta niku kgleman nakg chiwaliyan nakinkgalhakgaxpata ho hak waliniparayan, ama akgskawini akan walinika ama akgskawini pekuaxnil kiltaxtul lanka lhukuyat ama dkgskawini chilenka laxglankalichin xtampun pupunu, wankan lanchu pi taxtuputun nimaxikan talakaskin nataxtuy mat para nataxtuy na kawakoy putum karisiano akan sinan tsukuy makglipa wa San Miguel makgtakalha. Historias de cuevas, culebras y diablos Llegó ante Jesús con las manos vacías y le dijo que no pudo sacarlo. Siguió San Miguel. —Ha venido el que respetarás y te sacará. Y mostró su balanza y la espada y el demonio dijo: —No respeto a nadie, pues han venido todos los discípulos de Jesús y ya me hicieron enojar. Ahora te voy a comer. El demonio abrió la boca para comerse a San Miguel, pero el santo le dio un espadazo. El demonio gritó: —No me pegues, te acompañaré. El golpe de la espada se convirtió en un gran relámpago. Todas las aguas de la laguna se movieron y se volvieron un gran aguacero. Ya en el camino el demonio dijo: —Mi faja, mi faja. Pero no era una faja, era una gran serpiente. San Miguel le dijo: —No me digas nada de tu faja y sigue caminando o te vuelvo a pegar. Donde te voy a dejar estarás amarrado y me tienes que respetar; si no, te pego. 43 Cuando le pegó, el demonio sintió un gran miedo, hasta le salió una gran flama de fuego por la boca. El demonio fue llevado amarrado con grandes cadenas en el fondo del mar, y cuentan que hasta hoy quiere salir y no le dan permiso, porque si llega a salir acabará de nuevo comiendo personas. Cuando se enoja comienza a relampaguear y San Miguel se encarga de cuidarlo. 46 Mixteco En Zaragoza io t sexi kunda’u Hacedores de las Palabras O sexi o matrimoniu ngunda’u xa ña tu naxanxio, konguida decearte nantú tiempu xa bá nadu xa u nguite xa na chinde ña’a kuitna, ten xiote ie xi xa nyukida decearte tenxé xo xa kua’ate xuku xigantaute kuina na kada presentarex. Tenguida presentari kuitna ten xiga tnu’ux sexi kunda’u nayando xuiute chi mey kida ayudar na’y tenquida contesto. Seyi, nda se lo kunda’ur siempre kida decearir na chindeña’a kuitna xi’i tuini. Chi mer nú familiá ña tu naxa kada mantenerir ngo nguida contestá kuitna xanda amigo nu xiga ku deceaun te kada ayudarna’ar, ko kadaro’ nüeu tratú nú sha kada prometerin te na kadaro nüi tratú nú sha cada determinacion, tenguida contestar sey te sha kaaró te kada prometeró ku xa kú te xia’a kuitna, nú xasxa hión fe; te xa’a kú promesa, promesa kadan kú uxa xuia, kada rrecorerin nu nasxiu, te datma nitnon maku nadaman ma kuchin ni ma deten dekin nun, te dandon dahian ñadtún kiya kú compromisu. Ihoba’a ni te na kada kumplirir ku seyueu xiá, tenxiánu kuitna sakú, na tashnur sakuhía te dangonditan na xino plazo nguendoro, te nda sha ndoñun dikoní daquendan bolsa te tawan xandoñun xeyueu ntnueu sakú tenyikono inyikondote, nyete nun yeute tienda katnu xinde ñayiu diko ga ndandote ñadukute xi dahiate; dat kua’ate nyete nunchin duxite tuini, nyicate nyete nun yigate pasada xa ndote nyite xa kutriste daydueute nundote, ten Había una vez un matrimonio po- bre, retrasado de dinero. Pero el hombre deseaba que el diablo lo ayudara; ése era su deseo y su fe. Un día se fue el hombre al monte y le rogó al diablo que se presentara. De pronto se le apareció el diablo y le preguntó al hombre qué se le ofrecía, que él lo podía ayudar. —Señor, yo soy muy pobre. Siempre he querido que el diablo me dé dinero porque no tengo para mantener a mi familia. —Sí, amigo, si eso deseas te puedo ayudar. Pero vamos a hacer un trato. Si de veras prometes tener fe, vamos a tratar. El hombre aceptó. —Lo que se dice y se promete, se cumple. —Mira bien si tienes fe —dijo el diablo—. Vas a hacer promesa de recorrer el mundo por siete años. No te quitarás la ropa que traes ahorita, no te bañarás, no te rasurarás el cabello ni los bigotes, abandonarás a tu esposa y a tus hijos. —De acuerdo, yo lo cumplo —dijo el hombre. El diablo le prestó su saco. —Este saco te lo presto, y cuando metas la mano en la bolsa, allí tienes el paquete. El hombre tomó el saco y se fue a recorrer el mundo. Llegó a un pueblo y pidió posada en una tienda de abarrotes. El tendero le dio posada. Pero como vendía la tienda, el pobre se la compró y fue por su esposa y sus hijos. Los dejó en la tienda y siguió su camino. 47 El saco del diablo Historias de cuevas, culebras y diablos 48 Hacedores de las Palabras yigatnute naxa tna’an te xiy xa, thé xino plazo deudatar te ñatú tuini xa queyaú, te guindeña’a ñañá ve’er, te xiate xa un xaxa ndoñún tuini te natashnur tuini, doñun, koña tu nguiday kasu, xi ngaxiriy xa na tuini kune’e ht nitea’a daka ten yiotnuiy kuiy xa luchika, te xia la nuxaxas meun ñandoñun favorko rukoxa kueur kajar favor, tenyey xiay, xa ¿nda xa ih’o tuinin xa tashnún? Xirucosta ndoñu tuini xa xuyau tar un tauté date xia seyueu xa rú kuianu tuini nu xasxa ndoñu’u, date kanden ngua nde un tay xiay xa, tatá cachi sr nguinhxe xa taxnute tumi xa khuyaún tnu’e te xia’a tay xa nuxaxa na taxnus te inio ba’ani date xia’a muchacha xa kuini na kueur shiun ko taxnú tuini ndoñutar, tenuntu kueú ku’u nguete kua’ate, nyete nun, yete karrúva’a date nyeni tiempu yindueu plazu, ten yikote nangone’ete saku, te xia kuitna xa max’ku ndunate erencia nyigay, te xiate xa io kumplido dada nyikote nyite, damate, detete dkte, nute datenyakue kate karu, date ngonditate xi’iy, nxio uiko nguhio ngund tnandate, xiga nxini dichinxatnu dada na tuiniy, ntnariniy nxe nguekahuay. Doko ndute dichi iga ku kuenda kuitna. Historias de cuevas, culebras y diablos Llegó a otro pueblo, pidió posada en una casa. El dueño de la casa tenía dos hijas preciosas, pero el padre de las muchachas tenía que pagar pronto una deuda. El pobre, greñudo y mugroso, le preguntó a la hija mayor: —¿Qué se le ofrece a tu padre? Yo lo puedo ayudar. —Mi papá debe pagar una deuda mañana y no tiene con qué. —Yo le presto, ¿cuánto quiere? La muchacha pensó: “¿Qué dinero ha de tener este mugroso?” Pasó la hermana menor, y el pobre le preguntó lo mismo. Él le dijo que le podía prestar para que pagara. —¿De veras? La muchacha dijo a su papá: —Papá, el señor que llegó dice que te presta dinero para que pagues tu deuda. —Si me presta, qué bien. La muchacha se enamoró del pobre, pero el hombre se fue. Cuando llegó a otro pueblo se compró un carro último modelo y siguió su camino. Cuando menos sintió, ya habían pasado los siete años. 49 Regresó a encontrarse con el diablo, le entregó el saco que le había prestado siete años y se despidieron. Desde lejos el diablo le gritó: —Pero, ¿sabes qué?, me vas a dejar herencia. El hombre no adivinó qué quería decir y regresó a su casa. Se bañó, se rasuró bien y se fue a recoger su carro. Fue por la muchacha y se casó otra vez. Hicieron un grandioso baile. Cuando celebraba su matrimonio, la hermana de la novia, por coraje de no haberle hecho caso al hombre pobre, se fue a un pozo de agua y se mató. Ésa fue la herencia del diablo. 50 Popoluca-zoque Jem dyablu i jem yaachapaps Hacedores de las Palabras In matyajpa’ iga tum pixin tsam yaachap dya tyimi i maats pakpa’ i maniktam. Jiispa tum tum jaama’ ampatpa’ yoxakuy jexpam siga’ tsuts tikmi, nas tum traytyi si’ i kuam yoxaji, jem pixin joobidyam nimaytya i wagaytya jayan puyni ata hukyaj jemum kin, jemum yoxaji kumu xix, jemum it’yajum; i wat kuenta jem xixyaj, tum jaama pud ni dya nim mi i put i nik i tyikkim, jem tun dya wi idyik, jeeykum i ñaxukmi, nuk i tyikkik. Cuentan que un señor era muy pobre, que no tenía con qué mantener a su familia; entonces, pensativo todos los días se decía: “Tengo que encontrar trabajo así sea en el infierno”. Pasaban por ahí buscando trabajadores y se encontraron con el señor. Firmó muy pronto el contrato y se fue con el muchacho, caminando largo rato hasta llegar a la casa del patrón. Se puso a trabajar; como era un rancho, su trabajo fue cuidar las vacas. Un día el señor salió de su trabajo sin pedir permiso y fue a su casa, pero el camino le pareció muy raro. Cuando llegó a la estación anterior y llegó a su casa, su familia estaba desesperada porque no sabían dónde había estado todo ese tiempo. Cuando lo vieron se alegraron mucho y le preguntaron dónde estaba. —Les tengo una noticia —contestó—, ya encontré trabajo y les traeré dinero. Pero les dio una condición: “Harán lo que yo diga”. Su familia estuvo de acuerdo. Más tarde el señor regresó a su trabajo, a medio caminar lo alcanzó la noche. A lo lejos miró la casa del dueño; cuando llegó, el dueño le hizo preguntas. Él le contestó que estuvo visitando a su familia. El señor embrujó a su patrón que era el diablo. El señor fue muy vivo, porque el diablo le preguntó: —¿Cuánta familia tienes? Le contestó que nada más una. —¿Quién es tu ser más querido? El señor le contestó: —Ninguno. —¿Entonces por qué los visitas? —Para que no se preocupen. El diablo hacía tantas preguntas porque quería comerse a la familia del señor. —¿Por eso desapareciste un día? —Sí. —Bueno, ve a ver a las vacas. —Sí, ya voy. —Cuando te agotes vienes a comer. —Sí, patrón. El señor pensó: “Si el diablo no me paga, ¿adónde voy a encontrar otro trabajo?” En eso iba cuando vio una moneda de plata y pensó: “¿Qué compro?, galletas, se me acabarán pronto. ¡Ah!, ya sé, lo daré a mi familia para que hagan una casa”. 51 El pobre y el diablo Historias de cuevas, culebras y diablos 52 Hacedores de las Palabras I jem i wiichoomo an yakneyaj i dyik iga dya i jodonyaj juty idyik i inne’, okmi’ may may a yaj i dyam mas nimaytyaj tyi jam i paat yoxakuy — manamiñaytyam timiñ, peru’ in wattampa tyi a nimpa, ik nik kum kupinchak jumi i am jem tum tik di jem nawat i oomí jé judy oy; je inimay jem i oomi jutten i maanik ini ity ñimay iga wisten, akkuagoy gakum juuppik in maytyooba, ni tyum, i tyiga nikpa’ iñ amyaj iga odoy anyakyajiñ, dya i tyoobay i tyumpiy je i dyik i kuday tyooba i tyumpiy jem i maaniktam tum jaama nikya i amyaj jem xixyaj, jem pixin jis siga dya a yojpa’ juty nikpa’ an wak yoxakuy, maymaya’ jesik i ix tum tumiñ i pin nim ¿tyi an juypa? an juypa kaxtyañ añi peru yajpa joobity’ tyim mejor nikpa’ an tsagay an wichoomo i iwaadyiñ tum tik i kukejajom nik. Historias de cuevas, culebras y diablos Al día siguiente le pidió permiso al dueño para ir a ver a su familia, el dueño le contesto que sí. —Pero vas con Chilia —y se fueron caminando muy lejos hasta que por fin llegaron y le dio a su mujer para que hiciera la casa. Su mujer se puso muy contenta, pero tuvieron un problema y la esposa gastó todo el dinero, que aunque la moneda no era una fortuna, él sí lo consideraba así. Pensando en la moneda de plata, el pobre señor soñaba con la casa que le había encargado a su mujer, sin saber lo que pasó en la casa; y la mujer, por supuesto, triste. Después, pasado un mes, un día el pobre señor regresó y preguntó: —¿Dónde está la casa que encargué? La señora contestó: —Tuvimos problemas, gastamos el dinero. —¿Y de qué problema me hablas? —Es que me ofrecieron un becerro y no tenía dinero. Lo compré, pero el resto aquí lo tengo. —Pues ya no te preocupes, en el costal traigo mucho dinero para hacer una casa de dos pisos. Pero no se dio cuenta de que el diablo lo siguió y, cuando platicaba con su familia, se quedó parado a cien metros. El diablo parecía un caminante. Preguntó que cómo estaban. 53 —Bueno, aquí les dejo el dinero, ya me voy. ¡Adiós! Pasaron varios días, no regresó. Un día el señor se montó en un caballo; el caballo subió disparado y el señor se cayó. Se levantó y agarró al caballo y le dio algunas palizas. El caballo ya no pudo correr. El señor se lastimó la pierna, se curó él mismo, y al caballo también, pero se le quitó lo brioso. El diablo investigó si de verdad el señor no tenía familia; él le contestó que no. Pasó mucho tiempo con lo mismo, investigando. Después de tanto tiempo investigó si de verdad no tenía familia. El pobre fue a pedirle permiso y el diablo fue detrás de él y como a los cien metros mató a cien gentes y persiguió al pobre. Y se quedó parado mirando al pobre y vio que el pobre tenía mucha familia. El pobre al regreso pasó de largo y el diablo pensó: “¿A éste qué le pasa? Se fue de largo, ya no me quiere hablar. A mí no me hace nada, lo voy a esperar, voy a acabar con eso”. Pasó un año y después el diablo decidió convertirse en un aire y desbarató la casa del pobre. Toda su familia se murió y el pobre también se murió. 54 Náhuatl Se telpokatl iuan inantsin Hacedores de las Palabras Se telpokatl nemiya san iuan inantsin, kiya xnexti nkin iuan tinemis ineua san nikualo tlakemayan xok eka akin mitstlakualtis, okinankili un telpokatl xok nikneki tlaninonamiktis neua ikuelita ninomachtis tlaninonamiktis xokuelis ninomachtis. Itlaj akin iuan ninemis kitos maniktlakenti para tla ninomachtis xokuelis on inantsin kiya niman xok uelis niman ipan kech tonali okontake se ichpokatl, neualatika kiya o tepokatl akinon ne ualatika uatlatsotsontiu ika kotlakuikali kema, on telpokatl sanpouanixpilo kema ekotiu on ichpokatl on telpokatl sanken ixpilkatl, melak yokualan maski kititia melak yokualan kema oya on ichpokatl niman setonali okse ojekok kema on telpokatl sa ontlachixtika. Kema on ichpoka on tenots pokuanankili on telpokatl kijyaj tlatimomachtis on nokotlakuikal melak kualtsin kiya tlamanikonyeko, kema okimakak kiya tlaj okikuilitak tiaske nochan onpa nimitsmachtis tlatiaske tiaue ojoneke on telpoka kiya on inantsin kanon tiatika yokinankili, sanken yaue sekanka panoua itik tlakoyo sekan okinextito tlakoyoj niman uitstla san kanekatsi okinextito teostotl, kema on ichpokatl ponkalak kiya tikintlapalotias on nopiuan kema okiminextito nokuanamiktoke on kouamej niman san tlatlako opanoke niman sanka ikuatlaseual kintlapalotiu san panekatsin okonotske on ichpokatl, itatsin kiya xpaki xueuetska xmotsintetlatlasini kema panpa yonikekoti momon kema pokikako malo on tlakatl onomotij kiya tlaiuan tinemis on nuchpach kiya iuan ninemis tlakon nimistlakentis nimon nimikstepos kaktis kiya ixmona miktikan ipan se tonali yejua okiminamikli on malo kema on telpokatl enonemilia kiya on isiuau kemanon koyoniske nokakjuan, kilia neixkikauati kan noxixa notatsin sanse yauali manpakochikan tikomontas yokoyunke kema okinkuito niman okimititito on imonta kixeilia, on malo oman ixtati monantsin kema on malo sanpouanotlan kuatelkets niman pokichichiu uakax kema oualku on Un muchacho vivía con su mamá, ella le decía al muchacho: —Encuentra con quién vas a vivir porque yo me enfermo a cada rato y, si me muero, ya no habrá quien te cuide. —Yo no quiero casarme y no me gusta. Lo que quiero es estudiar y si me caso ya no podría estudiar porque me pedirá que la vista y le dé para su alimentación, y todo lo demás. Unos días después vieron a una muchacha que traía una guitarra. —¿Quién viene allá? —le dijo su mamá, y el muchacho le habló. La muchacha se le acercó y le dijo al muchacho: —¿Quieres enseñarte a tocar mi guitarra? Está bonita, muchacho. De verdad se enojó. La muchacha se fue rumbo a su casa. Al otro día llegó otra muchacha también con una guitarra y ahora el muchacho se quedó viéndola. Al llegar a su casa se metió hasta dentro: —Te traje esta guitarra para que toques. Él contestó: —A ver, déjame tocar. —Si te gusta vamos a mi casa, allá te enseñaré. —Pues vamos. Y se fueron, su mamá preguntó: —¿Adónde vas? —y no le contestó. Se fue caminando entre monte y cerro hasta que llegaron a una cueva y la muchacha se fue adelante. Le dijo al muchacho que vaya saludando a todos sus tíos y tías. Luego encontraron unas serpientes con cabeza y ellos pasaron en medio y él iba saludando con su sombrero. Más adentro le habló al papá di- 55 El yerno del diablo Historias de cuevas, culebras y diablos 56 Hacedores de las Palabras uakax okasike pokinkalakike kan nitotia on uakaxtin kema san se uelta. Niman se yokomaili se tlakatl mas opeu se kimailia tlakame niman naui okimaile kema okikixtike pitik techinantli okisaloke jitech koj tli mas etlajoka otlato, okito tla katejua on pagrito kilia xnesi kuiliti namauan un tekon pagre oya okin kuito kuak osekok niman okin kualti onokue tlakatl kema okitetlatlatouil tlenon ipan onochiui. Historias de cuevas, culebras y diablos ciéndole que se riera y palmejara a su novio, que ya hice llegar a tu yerno. Salió el diablo, espantoso y el muchacho se espantó feo. El diablo le dijo: —Muchacho, si vas a vivir con mi hija te daré todo. —Sí viviré con ella. —Si vas a vivir, cásate con ella. Y los casó él mismo. Más tarde, el muchacho quedó pensativo, y dijo: —¿Cuándo se acabarían mis huaraches? Y le dijo su esposa: —Vete a ver allá donde va al baño mi papá. Y es que es una noche nada más y verás que ya están agujerados. Al día siguiente vio, estaban agujerados. El diablo le dijo: —Vas a ir a ver a tu mamá, si está bien o mal. Y el diablo lo bendijo y se convirtió en un toro muy grande, empezó a caminar a una fiesta y se metió al corral del toro. Empezó a bailar; en unos cuantos minutos mató a un jinete y siguió matando a muchos. Después lo sacaron del corral amarrado a una estaca. Más tarde habló y dijo: —Aquí estás, compadrito, por favor ve a traer mis documentos. Y el compadre se fue, al regreso le dio a tragar los documentos y después se convirtió en ser humano y empezó a contar todo lo que le sucedió. 57 60 Tzotzil Li a’mtel yu’un vokolale Hacedores de las Palabras Ti bone-e oy to ox jun vinik muyuk yamtel muk’usi xmal-o yu’un k’ak’al y laj yal: —Jta to amtel k’ukchaal bokol. Ja ti lok tas nae jis tato ta be jun vinik laj yakb’e amtel y jmoj xa bat xchu’uk tis b’a yamtel la ti abate jis bok’ ixim ta ju bus muktik ixim sak, ixim tsoj, ixim ik’, ji k’o tik xiniche’etik ji koltaunuk june li yalbe ak’o ba yich’ tal s’i sventa k’ok ta slok’esik maktik b’oketik sjunul kokal ti vinike chiam si y las xonik li k’ok’e, jun k’ak’ale jun v’och la yalbik: —Ti jo’on kutike mauk mero bochumkutik yum se alel li ichom bokol jo’otik li oyotike li yum laj mutik to k’im mukto’ox bu lajemkutik ti b’a kixa b’at li mas kom kom sjol la takim albo a k’o xak k’elan beik junuk boch. Hace mucho tiempo vivía un hombre que no tenía tra- bajo. Desesperado dijo: —He de encontrar trabajo, aunque sea en el infierno. Cuando salió de su casa encontró en el camino a un hombre que le ofreció trabajo y se fueron juntos. La primera tarea que le dio fue separar por colores unos montes enormes de maíz: maíz blanco, maíz rojo, maíz negro. Unas hormigas llegaron a ayudarlo. Después le ordenaron que fuera a leñar para atizar la lumbre y sacar unas jícaras muy grandes. Todos los días el hombre iba a traer la leña y encendía el fuego. Un día una jícara le dijo: —Nosotras no somos verdaderas jícaras, sino almas en el infierno y estamos aquí porque enterramos dinero antes de morir. Cuando te vayas no pidas tu paga en dinero, pide que te regalen una jícara para que nos saques de aquí. 61 El jornalero del infierno Historias de cuevas, culebras y diablos 62 Zapoteco de Guevea Bindxab Hacedores de las Palabras Nu to dze ghiguul nirto’o. To dze teidme gato’me ru guiad xhigule lo gwial no lo guiuial, vieeme to bindxab xajpme to mziid yuxh no to cach, no nexh rajome ñë’e, to bindxab dezie’jme Mardoñ no bie’eme xhgue camión, no Mardoñ binme de dxie’elb no di ñal ni’ime, ru bindxad guiiu’u leñyu guiu’u gueéme no xhigul Mardoñ gue’e ukme diñal zoome rixhdxe’e bia’aga riup tajime ruup dxijñme xhiriume dxünme gayu’unme no xhim na’ame segaj gayonme por xhim na’ame gulanime le’emé per Mardoñ ne xher ni’i deime ni rajme no rajme per ne xher ni’ime bre’e guial loa ernime gume xhin na’ame nik xhaikme briu’u to bindxab nexh que’e ni’eme ca’ame to mziid y uxh no bindxab dzie gueme no diral ni’jme xhigule ris cuazime le’eme per nexher viazme. Le’esu briu’ bindxab guirlome per xhigule bria’aga ñejtme ru’ubaa bialme ba yac teidme gwial xhan guiwiali. H abía una vez un señor que vendía. Un día pasó a vender. Cuando se regresó el señor, en la noche en el picacho vio a un diablo: tenía un cuerno y un sombrero roto y no tenía pies. El diablo espantó a Mardonio y se apagó la luz de su carro. Mardonio lloraba de miedo y no pudo hablar. Cuando el diablo entró al suelo, se prendió la luz. El señor Mardonio se volvió loco y no pudo manejar, casi se iba a rodar. Cuando se fue a su casa, llegó llorando y su esposa lloraba también. Lo habían asaltado, pero Mardonio no hablaba; le daban de comer, comía pero no hablaba. Al siguiente día ya hablaba y le dijo a su mujer que así le pasó: que salió un diablo sin pies, tenía un sombrero roto y ese diablo le apagó su luz y no podía hablar. Pero a ese señor le hacían la parada y no se paraba, por eso le salió el diablo en la cara. El señor se iba a morir de miedo, pero cuando sanó jamás pasaba de noche por ese lugar. 63 El diablo sin pies Historias de cuevas, culebras y diablos 64 Otomí Nhñu ‘bede ya johodo ner tz’ithu Hacedores de las Palabras Nar pa mi boy nar dätä botsï co yoho ya jhodo jnam chilo y na ma dethä, ar dätö. Ja mi ne na nei y como jinti mi ñheje ya tada ynui ma ts’its’i ya tolo jioje nubu shta ma da nei, un nar pa ui yede que un jar tejé mi yo be ar tzu’ntbu ar dätö vi mo que nda guadi ar ney ne ga maha, pe no bi dini un nar shuts’i mar na söthä y vi nejui un mi juadi ar nei vi ma car tojo, pe noho chichilo jimvi ma y buho yoho vi senicar toyo y vi käts’i car shuts’i y ne vi jiandi un ar shuts’i con nuho vi nejui y vi jiöncar zunthä y ar chuts’i y ja güenjiga ne vi mor bots’i ingo gëñi ngmui ogi när doro ne vi dicui ar rhiry y vi jio un ar jodo y vi gose. Había una vez un niño ma- yor con sus dos hermanos, un menor y un mediano. Y al mayor le gustaba mucho el baile y como no tenían padres se llevaba a sus hermanitos, siempre iba al baile. Un día escucharon que en el cerro estaba el diablo, y el mayor dijo: —Terminando el baile, nos vamos. En el baile se encontró con una niña muy bonita y bailaron. Terminando el baile se fueron al cerro, pero el menor no fue; y los otros dos llegando al cerro se asomaron a la cueva y vieron a la niña con la que bailó y les dijo: —¿Qué buscan? —Busco al diablo. —Yo soy —dijo la niña. —Tú no eres. De repente se transformó en un toro feroz y los correteó y los mató y el hermano menor se quedó solo. 65 Los tres hermanos y el diablo Historias de cuevas, culebras y diablos 66 Te une y te yatzibü Zoque Hacedores de las Palabras Ytuna tumnaka tumü une yospano tmij masandujkama komo, pagreis kioyosese te une gene’rena mujsabiabu wuru kionusü tumij jama sutu mau ñukü punü tumü meyaomo akabaya tyüsbiebana ponüis tzaya una wuku dyakoü y hizo tumü karru te püt münu y kianmetzu te una nüjmayu tiyune tzüku y ajsokiu teuneis numayu ne nüjütu punü y ñyatzpana porke jina ispüki peru te une jina iajsowe peru te te itzi ja tziü porke te ja tzaku te une kümuku y ñümayu ü tük tema bure y tar imiatzagamayu te wirün mituna jamoye tumü müja bü tukomo ituna miak tzama tasu bü tejin y tambien jasana makos burro müa tuwi mixo kaxi tzibu maü pokstük petzu jalo kandxin tunuj’k y tambien ituno miümo tiyü nüituna kotzükpünio tüitu jade nüirüba de ütü y te yatzibü jenerena tzübabu koke nuka jide txükikü y tambien te une jenena ñatzpa porke jaya isi nuka deka ituj’ y nümbana te une ü nemaku porke ü jinü mi ispü y te yatzibü’is jina yak mawe porke subano te yatzibüis y yük nuka jima miawe ikamioka ützi makatzi miak kae y te une jiümitzibi y te put makana konuksi cada 8 jamaran y te yatzibü jenerena tzikpabu tiran porke yüti made konük te une majdobona miamakümü y te une teje y toe mujaajo y nikü maku tumu zokomo y jinamna jikmoy y tambien jinjü i tapana wakes. Había una vez un niño que trabaja- ba en una iglesia como servidor del sacerdote; el niño era muy inteligente para las oraciones. Este niño contaba con ocho o nueve años. Un día decidió ir a pescar a la orilla de una laguna, tiraba su anzuelo para cazar pez. De pronto vio venir un carro; un señor se bajó y le preguntó al niño qué estaba haciendo. Y contestó el muchacho que le tenía miedo porque no lo conocía; seguía callado. El señor se dio por vencido, decidió explicarle que su casa era cerca y se acercó al niño, le tapó los ojos. El niño dio un parpadeo, se levantó y se dio cuenta que estaba en una hacienda y vio que había muchas cosas y estaba lleno de diferentes animales: vaca, burro, cabra, cochigato, perro, gallina, pato y pavo, y tiene tienda y un buen equipamiento, entre otros. El señor encanto le invitaba buena comida y hospedaje, quería que el niño se fuera con él. El señor le dio todo, todo. Un día lo llevó a la iglesia todo el domingo, lo cargaba en los hombros. El señor se veía como un abandonado del diablo con cachos, cola, alas. Siempre, cada domingo hacía así, con cacho, cola: cuando el sacerdote hace la misa y cuando levanta el cáliz, el diablo se lo quita, y le gusta hacer lo que hace; cuando alumbra la luz de la estrella, alumbra al diablo; cuando se cae en el piso, se cae el diablo. Cuando el diablo dejaba al niño en una sola parte, el niño veía lo que hacía el diablo. Cuando regresó le ofrecieron trabajo y dijo que no: —Soy como un hijo tuyo. Como un acompañante, lo llevaba en una cabra con tiro a donde comen sangre. El diablo come pura sangre de los hombres donde pelean, donde le ponen cuchillo, machete. Entonces el muchacho se fue a su casa y luego se hizo sacerdote. Cuando el diablo lo tenía, el niño rezaba y rezaba y lo bañaba bien de perfume y le dijo: —Te voy a dejar a tu casa donde estabas pasando. Y luego terminó. Esto sucedió en Tuxtla Gutiérrez. 67 El niño y el diablo Historias de cuevas, culebras y diablos 68 Takaam tsaj tëjk Mixe Hacedores de las Palabras Je’eky je’e alpanyil tuun myejts tsaj tëjk mu’utspë më taka’am kajpt. Je’e alpanyil tëkëëyëk je’e mu’utspë y jëtu’un je’e myaanany ko je’e tsaj tëjk najty ya’j maaya’ty ko je’e tseey najty ka’anë ia’axy. Je’e alpanyil kap tsaj tëjk yaj maay, manit je’e tseey yaaxy ko najty ka’anë jyoopë’ëy, y kaap tuun yaj maay je’e tsaj tëjk. Hace muchos años que llegó un albañil para empezar a construir una iglesia en el pueblo de San Juan Guichicovi. El albañil comenzó a construir la iglesia y dijo que debía terminar antes de que un gallo cantara. El albañil no pudo terminar la iglesia, porque un gallo cantó antes de amanecer y el albañil no pudo terminar de construir la iglesia, porque se cayó. Y la iglesia no se terminó. Las personas de San Juan han querido terminar de construir la iglesia pero no han podido hacerla. Y la iglesia quedó abandonada. Es una historia de la iglesia de San Juan Guichicovi. 69 La promesa sin cumplir Historias de cuevas, culebras y diablos 70 Maya U tsikbali’ k’aak’asba’a Hacedores de las Palabras Chuun u p’ée aak’ab ti’ u p’ée chan kajtale’ ya’ab maako’ob ku kaltalo’ob yéetel tun búulo’ob yok’o u p’e tuunich tu tseel jun p’ée u hotoch yum k’uj’ min chumuk ak’abe’ ka tu yilo’ob u jook’o juntuul chan paal te’ tu ts’u le lúumo, ka tu yilobe tun bin u nojochta’, tu ch’akta tak le u ka’anli’ le u hotoch yum k’uj’ leeti’obe jook’ yaalkabo’ob tak tu naajilo’ob mix ka jok’o’ob búuli’. Un día en un pueblo estaban muchos señores tomando y jugando baraja, sobre una piedra al lado de la iglesia. Ya casi como a las doce de la noche vieron que salía un niño de abajo de la tierra y poco a poco fue creciendo, hasta quedar más alto que la torre de la iglesia. Salieron corriendo rumbo a sus casas y desde ese día no volvieron a jugar baraja. 71 Cuento de una bestia Historias de cuevas, culebras y diablos 72 Mixteco Su’usi, tee ji tachi Hacedores de las Palabras Kakaa jankuu xee kuita ni skuunu su’usi de ni nkivixa ini iin yutnu tnunikma. Tachi nkeja’a jee teenuu kon titaa jee teenuu yekoo ja’a ka ntaanu nni nkuita ja jeet xeenu de kua no’o tukade ni nxee su’usi de nuu ichi ntaniita iin teeja jinee de satiñude de nni jina ata. —¿Naa sa’ani ta ña’anu? De teu nni nka’ade: —Chi’i sa iin nnundua. Tee de su’usi nka’ata: —Ntuku nteeni tee ichi tuu kine’eni de tuka de ni kua’aya, de nkuuxa kivi nuu ñuu tee satiñuun jito tee tuvi tuka de ni jika kato de tani’ixa inka tee ja satiñu de ni jiña’ava: ¿Nao sa’ani ta ña’anu? De teo nni nka’ude: —Chi’isa iin nnunda’a ntuchi nuu. Su’usi kuinixa, ja kine’e va’axeesa ja kuku suchi kuenchi ja, kakuni. De su’usi nni ka’ata: —Suku nara, kuku ntuchi kine’eni nuu uu kuvi, de nni —nka’axa— chisa iin tuntnu. Teeta de nuu nasa kuu yaa tachi de jaituruña kuñaani ja, jancha’asa jan kuu tee kuita. De soka de chaa tachi, ja ntiki su’usu de jaituu nuu tee o nuni’i xutnu teexa de xutnu va’a ja. —Ka’anu nu de ja nteva’anu te’eta de nuu jata’a inini kaani iin teexa de tachi, tuni jini ja ntejaa, jiti de nuni jaa ni jukunee xiki suku. Cuentan que hace muchos años el diablo estaba correteando al Dios y se metió dentro de un árbol de cazahuate. El diablo empezó a cortar el árbol, pero conforme iba cortando le salían nuevas ramas. Se cansó de tanto cortarlo y se fue. Luego salió el Dios y en el camino encontró un señor que estaba trabajando. El Dios le preguntó: —¿Qué estás haciendo, buen hombre? El señor contestó: —Estoy sembrando un puño de piedras. Y el Dios le dijo: —Échale muchas ganas, pues cosecharás piedras. Y así se fue el Dios y días después en el terreno aquel donde había estado el señor había muchas piedras. Después de caminar el Dios se encontró otro hombre que trabajaba y le preguntó: —¿Qué estás haciendo, buen hombre? Y éste le contestó: —Estoy sembrando un puño de frijoles. Si Dios quiere, levantaré una buena cosecha para los niños, pues lo necesitan. Y el Dios dijo: —Pues bien, frijoles cosecharás dentro de dos días, y además —le dijo— voy a sembrar este arbolito de durazno. Si acaso pasa el diablo y pregunta por mí, dile que pasé ya hace muchos años. Y así pasó el diablo, que andaba persiguiendo al Dios y le preguntó al señor que estaba sembrando frijoles si había visto a un Dios. Éste le contestó que sí. —Pasó hacía años, porque sembró ese arbolito y ya está grande, ya tiene duraznos; y si usted gusta, pruebe un durazno. Y el diablo, sin saber que tenía hueso, a la hora de comerlo se le atoró en la garganta. 73 Dios y el diablo Historias de cuevas, culebras y diablos 74 Hacedores de las Palabras Historias de cuevas, culebras y diablos 75 Glosario Candona Cochigato Palmejara Hueco oscuro o cueva. Ave zancuda de cabeza y cuello negro, con collar rojo, vientre verde y pico largo y fuerte. Que diera palmadas, que le aplaudiera. Índice de escritores 16 Ch’en Ajtealjá El túnel de Ajtealjá Josefina Gómez Santis, 10 años, tzeltal, Barrio Ajtealjá, Oxchuc, Chiapas. Informante: Juan Gómez. Traductor: Benjamín Gómez. 24 Mba’al nií ra’jp gahdx ihjc La culebra de siete cabezas Ángela Altamirano, 10 años, zapoteco del Istmo, El Caracol, Santa María Guienagati, Oaxaca. Informante: Acxel Iglesias. 18 Tlatoli tlen yiwekauitl La cueva de los jabalines José Tlaxcala Tlaxcala, 13 años, náhuatl, Xilotla, Atlahuilco, Veracruz. 26 X-Tabay La X-Tabay Severiano Tuz Canul, 13 años, maya, Santa Isabel, Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo. 20 Ti men un sexe El hombre perdido Ernesto Bernabé Luis Díaz, 14 años, zapoteco del Sur, Rancho Viejo II, Santiago Xanica, Oaxaca. Informante: Francisco López. 28 Te pukl El diablo sombrerón Mario Méndez Santis, 12 años, tzeltal, El Mash, Huistán, Chiapas. 30 Má’í sal Cerro del Diablo Marciana Campos Montor, 16 años, chinanteco, Isla el Crucero, San Lucas Ojitlán, Oaxaca. 22 Ñatansha cruxi La cruz cortada Florina López García, 11 años, mixteco alto, Rancho el Águila Almoloyas, San Juan Bautista Cuicatlán, Oaxaca. Informante: Carlos López. 34 Toib xho ne toib buin dxaab El señor y el diablo Eloir Enríquez, 12 años, zapoteco del Istmo, El Caracol, Santiago Lachiguiri, Oaxaca. 36 Ja’ jä’äy mëta’ mëku’ La persona que caminaba de noche Jaime Ubaldo Pérez Martínez, 15 años, mixe alto, Llano Ocotal, Santo Domingo Tepuxtepec, Oaxaca. 38 Li xpoxil li k’ux ch’ute El hijo del diablo Juan López Núñez, 13 años, tzotzil, San Andrés Chaquilhucum, Larráinzar, Chiapas. 40 San Miguel wanikal San Miguel y el diablo Maria Teresa Texco Lorenzo, 13 años, totonaco, Catziquilín, Coyutla, Veracruz. Informante: Manuel Texco. 46 En Zaragoza io t sexi kunda’u El saco del diablo Julio César José Santos, 12 años, mixteco, San José Zaragoza, Santiago Tilantongo, Oaxaca. 50 Jem dyablu i jem yaachapaps El pobre y el diablo Juan Hernández Pascual, 11 años, popoluca-zoque, Alto Lucero, Hueyapa de Ocampo, Veracruz. 54 Se telpokatl iuan inantsin El yerno del diablo Rodrigo Francisco Anastacio, 13 años, náhuatl, Xilonautli, Chilapa, Guerrero. 60 Li a’mtel yu’un vokolale El jornalero del infierno Ramiro Sánchez Díaz, 13 años, tzotzil, La Colina, Tecpatán, Chiapas. Historias de cuevas, culebras y diablos 79 62 Bindxab El diablo sin pies César Cabadilla Reyes, 12 años, zapoteco de Guevea, La Reforma, Guevea de Humboldt, Oaxaca. 64 Nhñu ‘bede ya johodo ner tz’ithu Los tres hermanos y el diablo Rogelio Ramírez Martínez, 11 años, otomí, Santiago Mezquititlán, Amealco, Querétaro. 66 Te une y te yatzibü El niño y el diablo Clara Estrella Sánchez de la Cruz, 10 años, zoque, El Paraíso, San José Chapultenango, Chiapas. 80 Hacedores de las Palabras 68 Takaam tsaj tëjk La promesa sin cumplir Francisco Francisco Plutarco, 12 años, mixe, La Aurora, San Juan Guichicovi, Oaxaca. 70 U tsikbali’ k’aak’asba’a Cuento de una bestia Isaías Kumul Cauich, 11 años, maya, San Pedro, Valladolid, Yucatán. 72 Su’usi, tee ji tachi Dios y el diablo Marcelina Feria Vázquez, 12 años, mixteco, Cabacuaa, Magdalena Peñasco, Oaxaca. Informante: Marcelino Feria. Traductor: Demetrio Bautista. Listado de ilustradores Alberto Francisco Ramón, 10 años, náhuatl, Tepetzingo, Cuetzalan, Puebla. Albina Díaz de la Cruz, 13 años, huichol, El Cora, Tepic, Nayarit. Apolinar Gallardo Gutíerrez, 10 años, mixe, Taller de pintura Ayuujk, Tlahuitoltepec, Oaxaca. Arturo Campos Hipólito, 13 años, chinanteco, Isla el Crucero, San Lucas Ojitlán, Oaxaca. Belina Valdez Amaya, 12 años, rarámuri, Chipuachi, Guachochi, Chihuahua. Claudia Ortiz Cruz, 12 años, mixteco, Loma Reyes, San Juan Mixtepec, Oaxaca. Damián Reyes Peralta, 12 años, Zapoteco del Valle, La Magdalena, San Carlos Yautepec, Oaxaca. Diana Laura Apanteno Palmas, 6 años; Ambrosio Francisco Vazquez, 11 años; Bartolo Francisco Vázquez, 9 años; Eleazar Molina Morales, 8 años; náhuatl, Tepetzingo, Cuetzalan, Puebla. Diego Ignacio Reyes Velarde, 8 años, náhuatl, Tepeyac Cuayo Piaxtla, Tancanhuitz de Santos, San Luis Potosí. Eduardo Campos Olivera, 12 años, mixteco, Llano Tigre, Mesones Hidalgo, Oaxaca. Enedina Hernández Santos, 11 años, mixteco, Montenegro, Santiago Tilantongo, Oaxaca. Eusebio Sánchez Hernández, 12 años, chinanteco, Nuevo San Antonio, San Juan Lalana, Oaxaca. Federico Benítez Jiménez, 14 años, mixe alto, Casa Grande, Asunción Cacalotepec, Oaxaca. Jorge Armando Vizcaíno Cota, 14 años, kumiai, Juntas de Nejí, Tecate, Baja California. Florencio Marcos Marcelo, 10 años, náhuatl, San Antonio, Tamazunchale, San Luis Potosí. José Epitasio Cerecedo Ramírez, 12 años, náhuatl, Xoloxtla, Huejutla, Hidalgo. Iván Ortigoza López, 9 años, mixteco, Barrio Centro, Tezoatlán, Oaxaca. Julio César José Santos, 12 años, mixteco alto, San José Zaragoza, Santiago Tilantongo, Oaxaca. Jacinto Rubén Flores Fuentes, 11 años, náhuatl, Tepetomayo, San Pablo del Monte, Tlaxcala. Javier Alfonso Díaz Vargas, 6 años. Jesús Antonio Cruz, 9 años, náhuatl, Totomoxtla, Axtla de Terrazas, San Luis Potosí. Jonatán Hernández González, 10 años, zapoteco del Sur, La Ciénega Buena Vista, Santiago Xanica, Oaxaca. Justo Vidal Ek Ek, 13 años, maya, San Pedro, Tahdziú, Yucatán. Manuel de Jesús Tun Tuz, 12 años, maya, Kankabchén Tepich, Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo. Manuel Texco Vázquez, 14 años, totonaco, Benito Juárez, Coyutla, Veracruz. Historias de cuevas, culebras y diablos 83 Margarita Cruz Bustillo, 15 años, rarámuri, Cumbre de Río Verde, Guachochi, Chihuahua. María Antonia Alonso Hernández, 13 años, náhuatl, La Laja, Axtla de Terrazas, San Luis Potosí. Maricela Arroyo Corrales, 13 años, náhuatl, El Cayaquito, Aquila, Michoacán. Marta Feria Solano, 11 años, mixteco, Cabacúa, Magdalena Peñasco, Oaxaca. Mateo Martínez José, 9 años, mixteco-tacuate, Rancho la Virgen Santa María Zacatepec, Oaxaca. Mauro Merino Gracida, 14 años, mixteco, Loma Reyes, San Juan Mixtepec, Oaxaca. 84 Hacedores de las Palabras Minerva Martínez Pereda, 12 años, mazateco alto, San Jorge Buenavista, San José Tenango, Oaxaca. Noé López Juárez, 12 años, zapoteco de la Costa, El Carrizalillo, Santa María Tonameca, Oaxaca. Palemón Dircio Esteban, 13 años, tlapaneco, Llano de la Parota, Acatepec, Guerrero. Patricio Victoriano Vázquez, 9 años, náhuatl, El Naranjito, Aquila, Michoacán. Paula Guzmán Tapia, 8 años, náhuatl, Cuaxilotitla, Tlapa, Guerrero. Pedro Soto Martínez, 10 años, mixteco, Rancho la Virgen, Tlaxiaco, Oaxaca. Ramón Flaviano Francisco, 10 años; Máximo Méndez Cortes, 10 años; Aida Salgado, 6 años; Gelacio Chico Salgado, 10 años; nahuatl, Tepetzingo, Cuetzalan, Puebla. Rigoberto Martínez Hernández, 10 años, mixe, Taller de pintura Ayuujk, Tlahuitoltepec, Oaxaca, Roberto Campos Alvarado, 13 años, náhuatl, El Zapote, Aquila, Michoacán. Rolando Jiménez Gómez, 11 años, mixe, Taller de Pintura Ayuujk, Tlahuitoltepec, Oaxaca. Rosita Rivera Martínez, 14 años, mazateco alto, La Raya, Santa María Chilchotla, Oaxaca. Sabina Luis Vásquez, 13 años, zapoteco del Valle, Rancho Maya, San Miguel Tilquiápam, Oaxaca. Santa Martínez Hernández, 13 años, tének, La Yerbabuena, Aquismón, San Luis Potosí. Teodoro Pérez Morales, 12 años, tének, Jagüey Cercado, Aquismón, San Luis Potosí. Virginio Hernández Carrillo, 14 años, huichol, Vado del Cora, Santiago Ixcuintla, Nayarit. Zenaida Alamilla Canul, 11 años, maya, San Felipe, Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo. Historias de cuevas, culebras y diablos 85 Historias de cuevas, culebras y diablos Agua Así soy yo Campo y campesinos Comida y recetas Conejo y Coyote Creencias, dolencias y remedios Cuentos de animales Cuentos de engaños, para hacer reír y fantásticos De la cuna a la tumba en las comunidades Historias de cuevas, culebras y diablos secretaría de educación pública Gigantes, duendes y salvajes Historias de cuevas, culebras y diablos Historias de espantos, seres que se transforman, tesoros escondidos y matrimonios engañosos Las comunidades. Fundación, historia, percances y festejos Maíz Oficios y ocupaciones Orígenes y dueños. Por qué son así algunas cosas del mundo y cómo otras suceden en el monte Refranes, adivinanzas, acertijos, trabalenguas, juegos y chistes Versos, arrullos y canciones De las cosas que se cuentan secretaría de educación pública