Causando una buena impresión

Transcripción

Causando una buena impresión
f e at u r e
Causando una
buena impresión
En muchos casos penales, describe Roy Stemman, el dedo acusador apunta a los pies.
N
o existen dudas de que las
huellas digitales han sido
de gran ayuda en la lucha
contra el crimen. Sin embargo, algunos
expertos han argumentado que otra
parte de la anatomía humana – el
pie – podría dejar inclusive más pistas
que las huellas digitales en la escena
del crimen.
De hecho, no sería el pie sino el
calzado que lo cubre el que dejaría
una prueba útil a la hora de capturar
a los delincuentes.
Una huella digital puede identificar
a alguien una vez que se haya hecho
el estudio correspondiente con
la base de datos, sin embargo, la
impresión del calzado puede darnos
pistas precisas acerca del sexo, altura
y estilo del malhechor – por ejemplo
¿prefiere zapatillas o zapatos de cuero?
– permitiéndonos así achicar la lista de
sospechosos. Y ésto no es todo.
Un criminal experimentado
seguramente usaría guantes para
asegurarse de no dejar huellas ni
pruebas que lo incriminen. Por lo
tanto, las posibilidades de que, aún un
investigador forense experimentado,
encuentre patrones de huellas en la
propiedad en la que ha ingresado el
malhechor, son muy bajas.
Sin embargo, mientras saquea
una casa u oficina, sus pies están
constantemente en contacto con el
piso y esto les permite a los forenses
obtener un nuevo método de ligar a
los individuos con el crimen o delito
cometido. Se nos ha informado que
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las marcas del calzado se pueden
encontrar en el 40 por ciento de las
escenas del crimen, convirtiéndolas
en la segunda forma más común de
obtener pruebas.
Las técnicas han evolucionado en
los últimos años, y de esta manera,
nos han permitido que la detección y
el registro de huellas de calzados sean
mucho más fáciles y que la calidad de
las imágenes sea mucho más clara.
Los detectives de la ficción como
por ejemplo Sherlock Holmes,
invariablemente deducían información
muy útil de las huellas del calzado
en la nieve o en el lodo. Lo que han
logrado hoy en día los expertos
forenses al utilizar estas técnicas
científicas de avanzada es simplemente
impresionante y G4S Care and Justice
(UK) está haciendo grandes aportes a
su trabajo.
La mayoría de las personas creen
que sus zapatos o zapatillas no son
únicos, que miles de personas están
usando exactamente el mismo
tamaño y estilo de calzado, y creen
que sería imposible que su calzado
pueda asociarlo a un crimen o a un
delito. Se equivocan.
Ni bien una persona comienza a
usar un calzado nuevo, éste comienza
a tomar características únicas, recoge
pequeños trozos de piedras o vidrio,
tiene rajaduras por superficies rugosas
y sufre otros tipos de desgaste que
reflejan el peso y el estilo de caminar
de sus dueños.
Cuando un equipo forense
encuentra huellas de calzado en la
escena del crimen – con frecuencia,
invisibles al ojo humano – éstas son
registradas cuidadosamente a través
de diversos métodos. Si se encuentra
un sospechoso, la policía intentará ligar
la evidencia existente con el calzado
que está utilizando o que tiene en
algún otro lugar.
Como el delincuente no sabe que
ha dejado huellas incriminatorias en
el lugar del hecho, es posible que no
destruya los zapatos, botas o zapatillas
que utilizó al momento del crimen
y/o del delito en cuestión. De hecho,
es probable que el malhechor utilice
este calzado regularmente, dejando su
impresión en cada lugar al que va … y
en tal caso podría hacerse justicia.
Aún cuando la policía tiene una gran
base de datos de huellas digitales que
se pueden comparar con las huellas
encontradas en el lugar del hecho,
hasta hace muy poco tiempo atrás,
no existía nada similar con respecto al
calzado. Esto cambió en febrero de
2007, momento en el cual, el Servicio
de Ciencias Forenses del Reino Unido
creó la primera base de datos de
huellas de calzados.
Estas bases de datos no contienen sólo impresiones tomadas en las
escenas del crimen sino que también
cuentan con impresiones del calzado
de sospechosos. Como resultado de
la legislación introducida el año
pasado, se puede registrar el calzado
de aquellos sospechosos que no sean
posteriormente condenados.
Esto habitualmente se realiza en
una celda custodiada en la que los
delincuentes o sospechosos son
investigados e interrogados y es en
este preciso momento en el que los
empleados de G4S Care & Justice a
cargo de la detención de civiles, pone
en práctica los tecnicismos.
Cuando la división de Servicios
de Apoyo a la Policía de G4S fue
adjudicada un contrato para colaborar
con la policía del sur de Gales en
2004, esta división comenzó a trabajar
desarrollando algunas tareas básicas,
como por ejemplo, alcanzar bebidas a
los detenidos, tomar huellas digitales,
fotografías y muestras de ADN.
Este contrato ha sido renovado
hasta el año 2014 y se extendió
su alcance, según explica Darren
Graves, gerente regional de la Región
Oeste de G4S, “A medida que
cumplíamos con nuestras obligaciones
contractuales, el alcance de nuestras
obligaciones se extendía gracias a
nuestro servicio de excelencia”.
Ahora también desarrollamos
pruebas de drogas en aquellos casos
que parecen estar relacionados con
el consumo de drogas. También
tomamos huellas del calzado y
estamos comenzando a trabajar en
las instalaciones de video con testigos.
Estados Unidos
Reino Unido
Una huella ensangrentada del pie pareció ser la vedette en el
juicio penal más publicitado en la historia en el que una estrella
deportiva y actor O.J. Simpson fue acusado de asesinar a su
ex mujer, Nicole Brown Simpson, y a su amigo Ron Goldman.
William Bodziack, un experto en este campo declaró que las
huellas del pie eran de un tamaño poco usual de un calzado de
marca italiana que contenía una suela Silga con una impresión
tipo waffle (con cuadros salientes)
Aunque Simpson negó tener un par de zapatillas con esas
características, se presentaron fotografías en las que Simpson
aparecía luciendo un par de zapatillas con exactamente las mismas
características. En 1995, fue absuelto, pero las familias de las dos
víctimas iniciaron una causa por daños en 1997 y el jurado por
unanimidad resolvió que existía suficiente prueba para encontrar a
Simpson culpable en ambos casos – un veredicto que fue ratificado
por la cámara de apelaciones un año más tarde.
La policía que investigaba el horripilante asesinato de una mujer y
sus dos hijas adolescentes en Manchester en el año 2007 describió a
este caso como la escena del crimen más limpia que jamás hubieran
encontrado ya que todas las pruebas habían sido erradicadas.
Convocaron a un ex novio de una de las víctimas, Pierre Williams, para
interrogarlo, y aunque compareció a la estación de policía se rehusó a
dar cualquier tipo de información ni siquiera declaró su domicilio.
Williams sabía que sólo podría estar detenido unas 92 horas y durante
ese período se negó a cooperar con la policía. Sin embargo, la policía
descubrió donde vivía a través de los registros de llamadas de su
teléfono celular e ingresó a su domicilio.
Aunque había destruido los zapatos que había usado durante el
homicidio, los expertos forenses encontraron una huella en su casa
que coincidía con una huella sangrienta encontrada en el lugar del
crimen. Fue condenado a tres sentencias perpetuas con una prisión
mínima de 38 años.
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También tenemos un papel más
importante en el planeamiento
estratégico para las fuerzas policiales y
ellos han valorado nuestro apoyo.”
G4S comenzó a tomar huellas
de calzados en un juicio en agosto
de 2008 en todas las celdas de la
División “C” - Cardiff – así como en
los alrededores de Barry. Estas tareas
han resultado tan exitosas que se
han convertido en algunas de las
obligaciones permanentes que surgen
del contrato celebrado con la policía
del sur de Gales.
¿Pero este método es efectivo
para detener o impedir un crimen?.
La respuesta a esta pregunta debe
ser respondida por los expertos de la
Unidad de Apoyo Científico cuya tarea
principal es comparar las pruebas
tomadas de la escena del crimen con
otros datos que podrían incriminar a
una persona.
G4S ha recibido cartas de
felicitaciones por nuestro “excelente
trabajo”, en las que se destacaba
especialmente la labor de Mark
Hutchinson, Greg Roberts, Rebecca
Thomas, Matthew Hall y Jonathan
Edwards Neath por suministrar
impresiones de las huellas del
calzado de detenidos que fueron
posteriormente ligados a escenas de
crímenes o delitos.
Además de tomar la impresión de
una huella por la suela del calzado,
mediante la utilización de una tinta
vegetal y papel absorbente, los
agentes de seguridad registran el
número de custodia de la persona
indagada, su nombre, la fecha y hora
así como el tipo de calzado y el
tamaño. También se agrega el número
del empleado y toda esta información
es posteriormente enviada al
laboratorio forense.
“En todos los casos en los que
nuestra gente recibió un feedback
positivo” explica Darren Graves, ”hubo
una coincidencia entre las huellas
tomadas y las pruebas forenses, el
caso fue enviado a la corte y se
resolvió adecuadamente”. Es por
todo esto que la Unidad de Apoyo a
la Policía de G4S está causando una
buena impresión en el sur de Gales. n
India
Huellas en el tiempo
Huellas en el espacio
En algunas partes del continente, las
huellas (de los pies) encontradas en
las escenas del crimen corresponden
en mayor medida a pies descalzos
que a pies calzados. Un estudio
reciente realizado por K. Krishan del
Departamento de Antropología de la
Universidad de Punjab comparó las
huellas de los pies de 1.040 personas
adultas de sexo masculino en la región
Sub-Himalaya al Norte de la India.
Se notaron algunas características
específicas y se registró su frecuencia.
El objetivo de este estudio es ayudar
a la policía a identificar a los individuos
cuyas huellas de los pies hayan sido
encontradas en alguna escena de un
crimen o delito.
Un ser humano (homo erectus) que
caminara hacia arriba en una colina
al norte de Kenia 1 millón y medio
de años atrás dejaría un conjunto
de huellas que se preservarían en
el sedimento. Estas serían las huellas
más antiguas que se conozcan de un
ser humano y su descubrimiento fue
anunciado en el boletín de Ciencias
en febrero de 2009. Inclusive algunas
huellas anteriores de 3,7 millones de
años de antigüedad – encontradas
en Tanzania en 1978 – eran más
similares a las de un mono, con
un pie capaz de agarrarse de la
superficie.
La primera huella del hombre
fuera del planeta Tierra se tomó
cuando el astronauta americano
Neil Armstrong descendió a la
superficie de la luna el 20 de
julio de 1969. A esta pisada se la
denominó: “Este es un pequeño
paso para el hombre, un paso
gigante para la humanidad”. Las
huellas durarán millones de años ya
que no existen vientos en la Luna
que pudieran borrarla.
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