Publicación Cuatrimestral Año i1 N° 6 Febrero

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Publicación Cuatrimestral Año i1 N° 6 Febrero
Publicación Cuatrimestral Año i1
N° 6 Febrero 2016 - mayo 2016 Buenos Aires, Argentina
Unidad Sociológica
ISSN 2362-1850. Publicación cuatrimestral.
Año 2, N° 6. Enero 2016 - Mayo 2016.
Grupo de lectura sobre análisis sociológicos
clásicos y contemporáneos (GLASCyC)
Manuel Ugarte 2341, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
http://www.unidadsociologica.com.ar
Directores
Federico Luis Abiuso (Universidad de Buenos Aires, Instituto de Investigaciones Gino Germani)
Tatiana Kravetz (Universidad de Buenos Aires, Universidad Nacional de las Artes)
Comité Editorial
Ignacio Rullansky (Universidad de Buenos Aires, Departamento de Medio Oriente UNLP)
Darío Lanzetta (Universidad de Buenos Aires)
Miguel Ángel Forte (Universidad de Buenos Aires, FLACSO)
Gisele Kleidermacher (Universidad de Buenos Aires, CONICET)
Guillermo Ferrón (Universidad de Buenos Aires)
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Unidad Sociológica es una revista digital que tiene como objetivo contribuir a un diálogo colectivo en torno a
las ciencias sociales, y a la disciplina sociológica en particular.
Editada por docentes y sociólogos de la Universidad de Buenos Aires, nos proponemos indagar desde su interior
al campo científico. Campo en el cual ocupamos una posición, participamos e intervenimos cotidianamente desde
nuestras prácticas como docentes e investigadores sociales. Nos encontramos inmersos en múltiples disputas que se
dan en este espacio de juego acerca de la hegemonía y la autoridad científica, la cual entendemos como la capacidad
de intervenir y discutir legítimamente en materia de conocimiento científico.
Creemos imperante como cientistas sociales tomar una postura clara en esta lucha simbólico-material, en la cual
persisten ciertos prejuicios del sentido común y que comparten muchos científicos, de relegar a un segundo puesto
las ciencias sociales, por debajo de las ciencias naturales, exactas y tecnológicas. En este sentido, invitamos a participar de una sociología reflexiva procurada por objetivar al sujeto de objetivación. Reflexión que implica, servirse
de las propias herramientas conceptuales de las ciencias sociales, para entender y cuestionar muchas de nuestras
prácticas naturalizadas como docentes e investigadores sociales.
Cuando más controvertida, más crítica se vuelve nuestra práctica como científicos. Para ello, es necesario llevar
a cabo una vigilancia epistemológica constante, una sociología reflexiva que nos direccione hacia una reflexividad
colectiva, la cual convocamos con esta publicación.
Bajo la condición de modernidad, mucha, muchísima
gente vive en circunstancias en las que las instituciones
desancladas, que enlazan las prácticas locales con las
relaciones sociales globalizadas, organiza importantes
aspectos del vivir de cada día.
Anthony Giddens
ÍNDICE
La globalización y los Estados nación: ¿desaparición o reconfiguración fortalecedora?
Agostina Costantino y Benjamin Temkin.....................................................6-15
Los límites de la inclusión: Globalización, capitalismo neoliberal y políticas estatales
de control fronterizo
Leonidas K. Cheliotis..............................................................................16-24
Cuando los grupos primarios dejan de interactuar cara a cara (comunicación
mediada por computadora)
Alvaro Gascue.......................................................................................25-29
Globalización y tecnologías digitales: un estado de situación
Martín Gendler ....................................................................................30-40
Modernidad y globalización: una perspectiva a través del turismo
Bárbara Catalano y Laura Tottino..............................................................41-50
Un nuevo paradigma de “democracia”, una significativa consecuencia de la
globalización
Raúl Ernesto Rocha Gutiérrez..................................................................51-57
Globalización, Estado-Nación yValores posmateriales
Guillermo R. Ferrón................................................................................58-66
Teoría sociologica clasica y contemporanea
La intencionalidad colectiva. Entre naturaleza y cultura
Ariel O. Dottori......................................................................................69-77
¿Por qué los sociólogos nos preguntamos para qué sirve la Sociología?
Carlos Castro Herrera........................ ....................................................78-86
El esquivo objeto de la sociología. El límite de la filosofía y el surgimiento de la teoría
social en las obras tempranas de Marx y Engels
Iván Kitay..............................................................................................87-95
Normas de publicación............................................................................99
Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI
La globalización y los Estados nación:
¿desaparición o reconfiguración fortalecedora?
Agostina Costantino y Benjamín Temkin*
Frente a la generalización de los procesos usualmente asociados a la globalización surgieron muchas interpretaciones que diagnostican la
obsolescencia de los Estados Nación como reguladores del orden político y económico de los países.En este sentido,la pregunta en torno al fortalecimiento o debilitamiento del poder de los Estados resulta ineludible:¿estamos asistiendo a la caída de las estructuras que han organizado
nuestras sociedades desde hace cinco siglos, o por el contrario los Estados nación se están refuncionalizando para adaptarse a este fenómeno
que ha dado en llamarse “globalización”? Para intentar responder a esta pregunta realizamos una exploración empírica tratando de evaluar
cuál de estas visiones corresponde mejor a los datos disponibles.
PALABRAS CLAVE: Globalización - Estados nación - Desarrollo
Faced with the generalization of processes usually associated with globalization, many interpretations have emerged that diagnose the obsolescence of nation states as regulators of the political and economic order of countries. In this sense, the question about the strengthening
or weakening of the power of States is inescapable: we are witnessing the collapse of the structures that have organized our societies for five
centuries, or on the contrary nation states are refunctionalizing themselves in order to adapt to the phenomenon that has been called “globalization”?To try to answer this question we carry out an empirical exploration trying to evaluate which of these perspectives is supported
by the available data.
KEYWORDS: Globalization - Nation States - Development
Introducción
Para ello, y a falta de una variable que tenga en cuenta
las múltiples dimensiones que conforman la fortaleza
de los Estados, construimos un “indicador de fortaleza
estatal” incluyendo las dimensiones de imperio de la ley,
intervención y capacidad de financiamiento. De esta forma,
evaluaremos qué relación existe entre este indicador y el
grado de globalización de los países. Para finalizar, en el
apartado 5 se presentan las principales conclusiones del
trabajo.
D
ado que la globalización es el proceso resultante de la
capacidad de ciertas actividades de funcionar como
unidad de tiempo real a escala mundial (Castells,
2009), implica la formación de un sistema trasnacional de
poder (Sassen, 2003) y erosiona todo tipo de fronteras (por el
flujo de capitales, transacciones e ideas) (O’Donnell, 1998),
la pregunta en torno al fortalecimiento o debilitamiento del
poder de los Estados resulta ineludible: ¿estamos asistiendo
a la caída de las estructuras que han organizado nuestras
sociedades desde hace cinco siglos, o por el contrario los
Estados nación se están refuncionalizando para adaptarse a
este fenómeno que ha dado en llamarse “globalización”?
Para intentar responder a esta pregunta en el apartado
siguiente haremos un breve repaso de las distintas posturas
teóricas en torno a este problema y en los apartados 2 y
3 realizaremos un ejercicio empírico tratando de mostrar
cuál de estas visiones se apega más a los datos disponibles.
I. Debate en torno a la globalización y los
Estados nacionales
En un interesante y completo estado del arte en torno
a la posiciones sobre la globalización, Held y Mc Grew
(2000) distinguen entre lo que ellos llaman “globalistas”
y “escépticos”. Para los primeros, la globalización es un
fenómeno que existe y se refiere a la unificación del mundo a
través de flujos, movimientos y redes altamente extensivas,
* Agostina Costantino es becaria postdoctoral del CONICET en el IDAES-UNSAM.
Benjamín Temkin es profesor investigador de FLACSO-México.
6
Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires
intensivas y rápidas entre las regiones y los continentes.
Este proceso estaría erosionando la soberanía, legitimidad y
autonomía de los Estados conduciendo a su declinación y a
un aumento del multilateralismo. Además, la globalización
no se referiría sólo a cuestiones económicas, sino que
estaría produciendo la homogenización de las culturas a
nivel mundial, a la vez que desapareciendo las identidades
políticas nacionales. Por su parte, para los “escépticos” no
existiría tal fenómeno como una globalización, pues sólo
se trataría de un “mito” para justificar la aplicación de las
políticas neoliberales o de un fenómeno que nada tiene de
nuevo en la historia del capitalismo. Más bien, lo que se
estaría dando sería una mayor internacionalización de los
capitales y los procesos productivos. Para los escépticos,
además, el Estado no sólo no estaría perdiendo poder sino
que en muchos casos se estaría fortaleciendo; y respecto
a la cultura, estarían resurgiendo los nacionalismos y las
identidades religiosas, étnicas y regionales1.
Estos autores comparan ambas posturas en torno
a varias dimensiones (poder, cultura, economía). Sin
embargo, no se concentran en la cuestión de la relación
entre la globalización y las capacidades históricamente
propias de los Estados nacionales. Para poder entender las
visiones de los distintos autores en torno a este problema
proponemos entonces la siguiente tipología, que resulta
de la combinación de las tipologías propuestas por Weiss
(1997) y Kébabdjian (2006): (i) quienes consideran
que la globalización es un fenómeno fuerte y se estaría
produciendo un debilitamiento de los Estados nacionales;
(ii) quienes consideran que la globalización es un fenómeno
débil (ya sea porque se trata de un mito o porque no es un
fenómeno nuevo) y, por lo tanto, los Estados no estarían
perdiendo su fortaleza; y (iii) quienes consideran que la
globalización es un fenómeno fuerte, pero que no debilita
sino que redefine a los Estados nación. Pasaremos, a
continuación, a explicar cada una de estas posturas y sus
autores más representativos.
de poder Estado-mercado, porque ha minado una de las
razones principales de la propia existencia de los Estados
(su capacidad para repeler el ataque de otros) y porque la
competencia entre las empresas por una mayor participación
en los mercados ha reemplazado la competencia entre los
Estados por el territorio; y (ii) un factor financiero, referido
a la pérdida de poder por parte de los Estados frente a
las empresas trasnacionales (la competencia obligaría a
una menor tributación, desfinanciando los Estados) y a su
disminución en la participación como reguladores de la
banca y los mercados financieros.
Dentro del marxismo, Hardt y Negri (2000) también
adoptan esta postura. En su libro Imperio sostienen que la
globalización ha generado la homogenización casi absoluta
del espacio económico planetario, transformando a los
Estados Nación en meros instrumentos que registran
los flujos de capitales y personas que las empresas
trasnacionales ponen en movimiento. Esta es la base
con la cual los autores argumentan que el imperialismo
ha desaparecido y lo que hoy existe es, más bien, un
Imperio. Es decir, mientras el imperialismo se caracteriza
por la expansión de los Estados nación más allá de sus
fronteras, las relaciones coloniales y la agresividad militar
y económica de las naciones ricas respecto de las naciones
pobres, el Imperio se basaría en una circulación de poderes
y valores en un espacio económico homogenizado, sin
centros ni jerarquías imperialistas.
(ii) Globalización débil / Estados fuertes
La principal referente dentro de esta perspectiva
es Linda Weiss (1997, 2007). Para la autora, la idea de
que la globalización constriñe a los Estados nación se
trata de un mito con el cual muchos líderes políticos
“vendieron” la idea de que la aplicación de las políticas
neoliberales era inevitable y que las políticas de los países
estaban crecientemente constreñidas por las “tendencias
económicas globales”.
Por el contrario, según Weiss, los Estados nación
son cada vez más importantes. En primer lugar, porque
antes que una declinación de sus funciones, lo que se está
produciendo es una adaptación de los Estados. Si bien están
perdiendo control sobre las políticas macroeconómicas
(fiscal, monetaria y cambiaria) debido a los procesos de
integración, las políticas industriales son cada vez más
importantes, es decir la capacidad de las autoridades
políticas para movilizar ahorros e inversión es cada
vez mayor; por lo que aumenta la capacidad de ajuste
doméstico de los Estados. En segundo lugar, los Estados son
facilitadores, antes que víctimas, de la internacionalización.
(i) Globalización fuerte / Estados débiles
Según Weiss (1997), ésta es la visión dominante
dentro de los estudios sobre globalización. Su principal
representante es Susan Strange (1996), quien afirma que las
fuerzas impersonales del mercado son ahora más poderosas
que los Estados, a quienes se supone pertenece la autoridad
política sobre la sociedad y la economía. Esto es así, afirma
la autora, debido a la confluencia de dos factores: (i) un
factor tecnológico, que se refiere a que el acelerado cambio
tecnológico es una de las causas del cambio en el balance
1
En un sentido semejante, ver Kellner (2002).
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Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI
Es decir, los procesos de relocalización de las empresas son
más un esfuerzo público coordinado que una respuesta ad
hoc de las empresas individuales actuando aisladamente.
Entonces la capacidad estatal sería una condición necesaria
de los procesos de internacionalización exitosos, por
lo que la autora presenta a la globalización como un
fenómeno inducido más política que tecnológicamente. Y,
en tercer lugar, están surgiendo Estados “catalizadores” que
consolidan las redes de comercio e inversión nacionales y
regionales, a través de la proliferación de acuerdos entre
naciones y entre los Estados y las corporaciones locales.
Por su parte, Hirst y Thompson (1995), con un
argumento levemente diferente al de Weiss, también
afirman que los Estados no están perdiendo fortaleza. Para
los autores, la actual economía altamente internacionalizada
no tiene nada de nuevo; es sólo una coyuntura dentro del
marco internacional que ha existido desde que la economía
basada en la tecnología industrial moderna comenzó a
generalizarse desde 1860. En algunos aspectos, incluso, la
actual economía internacional es menos abierta e integrada
que el régimen que prevaleció entre 1870 y 1914.
Además, la economía mundial está lejos de ser “global”,
pues el comercio, la inversión y los flujos financieros están
concentrados en la tríada Europa-Japón-Norteamérica y
esta dominación parece estar vigente. Por todo esto, los
autores no consideran que el argumento del debilitamiento
de los Estados a causa de la globalización pueda seguir
sosteniéndose.
De la misma manera, Wallerstein (1999) afirma que
la etapa actual de la expansión del capital viene desde la
etapa colonial, pues el autor localiza el origen del moderno
sistema mundial en la Europa del siglo XVI, donde se puso
en movimiento una expansión de la economía y la política
de la que resultó la red mundial que existe actualmente.
Sin embargo, a diferencia de otros autores, Wallerstein
no considera que esta mundialización se expanda
homogéneamente en todo el mundo, sino que lo hace de
manera diferenciada entre los países centrales y los países
periféricos.
capital global a lo que todavía son territorios nacionales
bajo el control exclusivo de sus Estados. La idea detrás de
este proceso es pasar a tratar de manera igualitaria a las
empresas y bancos domésticos respecto de los extranjeros.
Entonces, más que una desestatalización de los países,
se trataría de una desnacionalización de los Estados, que
seguirían conservando su fortaleza.
En este mismo grupo se encuentra Manuel Castells
(2009), que sostiene que el nuevo sistema global es, a
la vez, altamente incluyente (de todo lo que tiene valor
pecuniario) y excluyente (de todo lo que no tiene valor
para el sistema), a partir del criterio fundamental de
la rentabilidad económica. Sometido a estas presiones,
el Estado se transforma: hacia arriba (cooperación
internacional) y hacia abajo (devolución de poder a ámbitos
sub-nacionales); formando lo que el autor denomina los
“Estados-red”. Éstos permiten la supervivencia del Estado
en la etapa de la globalización a través de la reconfiguración
de identidades en redes de colaboración entre el Estado y la
sociedad civil y el Estado junto con otros Estados.
Desde una perspectiva latinoamericana, O’Donnell
(1998) se refiere a la globalización como una movimiento
contrapuesto que implica un rápido y objetivo
achicamiento del mundo (por la mejora en los transportes
y las comunicaciones) y por otro lado, el ensanchamiento
subjetivo de las conciencias a partir de la creencia cada
vez más generalizada de que las circunstancias de las
personas (y los países) están determinadas (y originadas)
en ámbitos más amplios y lejanos. La particularidad, afirma
el autor, es que este movimiento globalizador coexiste,
paradójicamente, con una tendencia a la democratización en
la mayor parte del mundo. La democratización presupone
un Estado fuerte y bien delimitado: no hay democracia sin
ciudadanía y no hay ciudadanía sin un Estado fuerte que la
delimite territorialmente. Es decir, según el autor se da
un juego complejo y contradictorio entre una globalización
que cuestiona la propia verosimilitud del Estado como
concentración suficiente de poder y voluntad para la
gestión efectiva del bien común, y el requerimiento de
esa misma globalización de “Estados amplios” dotados con
la autoridad necesaria para mantener la efectividad de
su legalidad (no sólo en términos punitivos sino también
educativos y sociales). Por lo tanto, la única forma de
lograr esto es a través de la democratización de los Estados,
“en este sentido es sumamente market friendly defender un
Estado fuerte” (p. 16).
Por último, muchos autores marxistas también se
encuentran dentro de esta posición. Osorio (2004)
diferencia al Estado nación (como entidad que reclama
fronteras establecidas para el ejercicio del poder político
(iii) Globalización fuerte / Estados fuertes
Dentro de esta visión se encuentran varios autores
críticos de la perspectiva predominante respecto a la
relación entre globalización y Estados nación. Una de ellas
es Saskia Sassen (2003), quien habla de la “globalización
económica” como un sistema trasnacional de poder, donde
los Estados cumplen un rol fundamental. Es decir, las
leyes, la jurisprudencia y las agencias ejecutivas producen
los mecanismos necesarios para acomodar los derechos del
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Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires
II. Metodología y operacionalización de las
variables
sobre el territorio) de la soberanía nacional (como la
capacidad estatal de decidir con autonomía en el interior
y hacia el exterior, sin condicionamientos establecidos por
otros Estados o entidades). En este sentido, la mundialización
requeriría el fortalecimiento del poder político de los
Estados nación (para mantener las condiciones necesarias
para la reproducción del capital a través del leyes, poder
de policía, tratados, etc.) y a la vez del debilitamiento de la
soberanía nacional para poder imponer desde afuera estas
mismas condiciones2. Es decir, las regulaciones serían
impuestas desde afuera, pero su cumplimiento tendría
que ser garantizado al interior por los propios Estados. En
el mismo sentido, Astarita (2006) afirma que los Estados
nación y sus diferencias siguen siendo fundamentales para
dar cuenta de la mundialización: (i) porque la estructura
anárquica del capitalismo requiere de una institución que
se ponga por encima de los capitales en competencia; y (ii)
porque los Estados garantizan las condiciones materiales y
sociales de la reproducción de los capitales (regulación de
salarios, infraestructura, investigación y desarrollo, etc.).
Luego de haber repasado estas tres principales
visiones en torno a la relación entre la globalización y el
fortalecimiento/debilitamiento de los Estados, pasaremos
a continuación a realizar una evaluación empírica tratando
de relacionar estas dos variables para ver cuál de estas tres
posturas se acerca más a la realidad de los datos.
Para evaluar empíricamente la relación entre la
globalización y la fortaleza de los Estados nación es necesario
operacionalizar ambas variables, con todas las dificultades
que esto conlleva, dadas las múltiples dimensiones que
ambas abarcan.
En el caso de la globalización utilizamos el “índice
de globalización” construído por el Instituto Económico
Suizo KOF. El mismo tiene en cuenta tres dimensiones
(KOF, 2013): (i) globalización económica, que se refiere
a los flujos entre países de bienes, capital y servicios, así
como la información y las percepciones que acompañan a
los intercambios comerciales3; (ii) globalización política,
que se refiere a la interacción e integración política de
los diferentes países en instituciones, marcos y tratados
internacionales4; y (iii) globalización social, que considera
la difusión de las ideas, la información, las imágenes y las
personas5. El índice toma valores de 0 a 100, cuanto más
cerca de 100, más globalizado es el país.
3
Las variables incluidas en esta dimensión son: comercio exterior
(% PBI); IED (% PBI); inversión de portafolio (% PBI); pagos a los
extranjeros (% PBI); barreras para-arancelarias a la importación; tasa
media de aranceles; impuestos al comercio internacional (% del total de
los impuestos) y restricciones a la cuenta capital.
4
Las variables incluidas en esta dimensión son: cantidad de embajadas
en el país; membresías en organizaciones internacionales; participaciones en
el Consejo de Seguridad de la ONU y cantidad de tratados internacionales.
5
Las variables incluidas en esta dimensión son: tráfico telefónico;
transferencias (% PBI); turismo internacional; población extranjera
(% población total); cartas internacionales; usurario de internet (1000
habitantes); televisión (1000 habitantes); comercio de periódicos (%
PBI); cantidad de Mc Donalds (per cápita); cantidad de Ikea (per cápita) y
comercio de libros (% PBI).
2
Los autores marxistas, en general, hablan de “mundialización”
en lugar de “globalización”, pues este último concepto tiende a enfatizar
los procesos de homogenización del mundo (patrones culturales, de
consumo, etc.), mientras que el concepto de “mundialización” enfatiza
la profundización de la heterogeneidad entre los países en términos
económicos y políticos (Osorio, 2004).
9
Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI
Tabla 1. Dimensiones, variables y fuentes incluidas en el índice de fortaleza estatal
El problema resultó ser un poco más complejo para la
medición de la “fortaleza del Estado”, pues ésta es una variable
que puede incluir múltiples dimensiones e interpretaciones.
Para esta investigación decidimos construir un indicador
teniendo en cuenta tres dimensiones, usualmente utilizadas
por los estudios: imperio de la ley, intervención del Estado
en la economía y capacidad para financiarse. Cuanto más
fuerte sea el imperio de la ley, la capacidad de intervenir en
la economía y la capacidad para financiar esa intervención,
mayor será la fortaleza del Estado. En la tabla 1, se muestran
las variables incluidas en cada dimensión y sus fuentes.
Para construir el indicador, dado que se desconocían
a priori las ponderaciones que debían tener cada una de las
variables, se decidió realizar un Análisis de Componentes
Principales. Esta técnica permite reducir las múltiples
dimensiones incluidas en el análisis a unos pocos componentes
principales. Cada componente principal es una combinación
lineal de cada una de las variables incluidas en el análisis, y su
ponderación depende de la varianza de la distribución de los
casos (la ponderación es tal que la varianza es máxima). De
esta forma, se decidió utilizar el valor del primer componente
principal como un “índice de fortaleza estatal”, definido como
la combinación lineal de las variables incluidas en la tabla 1.
Creemos que esta estrategia es válida pues resultó que todas las
variables incluidas en la tabla están altamente correlacionadas
de manera positiva con el primer componente principal, y
éste explica el 72.39% de la varianza total de los datos.
III. Resultados
En el anexo de este artículo se encuentra la lista de los
78 países incluidos en este estudio con su correspondiente
10
Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires
adelante retomamos este dato para pensar en una tipología en la
que seguir profundizando.
índice de globalización e índice de fortaleza estatal, ordenados
de acuerdo al índice de globalización. Los países se seleccionaron
de acuerdo a la disponibilidad de información para construir
ambos guarismos.
Como dijimos en el apartado anterior, el primer indicador
toma valores entre 0 y 100. En este caso, entre los países
incluidos, el índice de globalización más bajo es 30.81 (ver tabla
2) y corresponde a Liberia, mientras que el valor más alto es
91.33 y corresponde a Países Bajos. Además, de los 78 países,
51 se encuentran por debajo del promedio en cuanto al índice
de globalización se refiere.
Por su parte, el índice de fortaleza estatal construido, según
lo visto en el apartado anterior, de acuerdo a la técnica de análisis
multivariado de componentes principales, quedó formado por
valores que van de -1.65 (valor correspondiente a Liberia) a
2.19 (valor correspondiente a Dinamarca). En este caso, 46
países de la muestra se encuentran por debajo de la media de este
indicador. Es de destacar, que sólo dos países latinoamericanos,
Chile y Uruguay, se encuentran por encima de la media en el
caso de los dos indicadores (Uruguay se encuentra justo en el
límite en el caso del índice de globalización), el resto de los
países de América Latina se encuentra por debajo. Un poco más
Tabla 2. Estadísticos descriptivos de las
variables utilizadas
Fuente: Elaboración propia en base a KOF,WJP, Banco Mundial y CEPAL.
Al correlacionar ambos indicadores (globalización y
fortaleza estatal) encontramos que la correlación es positiva e
igual a 0.815, es decir, existe una fuerte relación positiva entre
ambos fenómenos. Además, presentamos a continuación un
gráfico de dispersión entre ambas variables (los ejes incluidos
en el gráfico corresponden a las medias de ambas variables).
Gráfico 1. Gráfico de dispersión entre el índice de globalización y el índice de fortaleza estatal
Fuente: Elaboración propia en base a KOF,WJP, Banco Mundial y CEPAL. Notas: Los años utilizados para las distintas variables son: índice de globalización (2013), imperio de la ley (2012), gasto público con
respecto al PBI (2010), recaudación fiscal con respecto al PBI (2009). Los ejes en el gráfico son las medias correspondientes a cada variable.
11
Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI
Es decir, la evidencia que encontramos indica
claramente que cuanto mayor es la globalización, mayor es
la fortaleza estatal. Este resultado parecería confirmar la
tercera de las posturas teóricas desarrolladas en el apartado
1, aquella que postulaba que la globalización era un
fenómeno importante que no debilita, sino que en muchos
casos fortalece a los Estados nacionales. Entonces, ya sea
porque se refuncionalizan (Sassen), porque se forman
“Estados-red” (Castells), porque se amplían (O’Donnell)
o porque tienen que garantizar la reproducción del capital
(Osorio, Astarita), los Estados nación no se debilitan sino
que incluso aumentan su fortaleza estatal a medida que
aumenta su grado de globalización. En definitiva, la visión
dominante en el debate teórico (primera postura) no
parecería tener sustento empírico.
Si bien excede los fines de este trabajo, observando a
“simple vista” la ubicación de los países respecto a las medias
de ambas variables, podríamos pensar en la existencia de
cuatro tipos de países:
• Aquellos abiertos (en términos de globalización) y
con un Estado fuerte (cuadrante superior derecho), entre
los que se encuentran países como Dinamarca, Suecia y
Finlandia.
• Países abiertos con Estado débil (cuadrante inferior
derecho), entre los que se encuentran países como Panamá,
El Salvador y Ucrania.
• Países cerrados con Estado fuerte (cuadrante
superior izquierdo), entre los que se encuentran países
como Japón, Corea y Botsuana.
• Países cerrados con Estado débil (cuadrante
inferior izquierdo), formado casi en su totalidad por países
latinoamericanos y africanos, como Argentina, México y
Etiopía.
Parecería que los países menos globalizados y con Estados más
débiles son los países más pobres (como Etiopía, Kenia, Liberia,
etc.), mientras que los países más globalizados y con Estados más
fuertes son los países más ricos (como Dinamarca, Finlandia,
Austria, etc.). Para poder ilustrar mejor esto, agrupamos
los países de acuerdo al valor del IDH (índice de desarrollo
humano) según el método de Ward (máxima similitud con los
miembros del grupo y máxima diferencia con los miembros
de otros grupos). El resultado se muestra en el gráfico 2.
Gráfico 2. Gráfico de dispersión entre el IG y el IFE, con los países agrupados de acuerdo al IDH
Fuente: Elaboración propia en base a KOF,WJP, Banco Mundial, CEPAL y UNDP. Nota: el año del IDH utilizado es el de 2010. Los ejes en el gráfico son las medias correspondientes a cada variable.
12
Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires
Excepto por algunos casos excepcionales (como
Argentina y Bielorrusia), vemos que el índice de
globalización y el índice de fortaleza estatal van aumentando
a medida que aumenta el nivel de desarrollo de los
países. Aunque excede los objetivos de este trabajo, sería
interesante indagar las causas (y el sentido de la causalidad)
de esta relación. De hecho, Dreher (2006) arguye que
existe una relación causal entre estas tres variables, pues la
fortaleza institucional permitiría aprovechar los beneficios
de la globalización económica.
usualmente usadas (aunque por separado) en la literatura.
Definimos nuestro índice de fortaleza estatal, como la
combinación lineal de determinadas variables, con una
ponderación tal que maximizara la varianza de los casos
(análisis de componentes principales).
El resultado final fue que parece existir una fuerte
relación positiva entre el grado de globalización y el grado
de fortaleza estatal, rechazando de esta forma la visión
predominante que existe en la literatura y respaldando
las visiones heterodoxas de autores como Saskia Sassen,
Manuel Castell, Guillermo O’Donnell, Jaime Osorio y
Rolando Astarita, entre otros. Vemos, entonces, que las
distinciones entre los Estados siguen existiendo, aunque no
todos los Estados tienen el mismo poder y capacidad de
influencia en la toma de decisiones a nivel mundial
¿Estamos asistiendo a la caída
de las estructuras que han
organizado nuestras sociedades
desde hace cinco siglos, o por
el contrario los Estados nación
se están refuncionalizando para
adaptarse a este fenómeno que ha
dado en llamarse globalización?
Bibliografía
Arceo, E. (2005). El impacto de la globalización en la
periferia y las nuevas y viejas formas de la dependencia en
América Latina. Cuadernos del CENDES, 22(60), 1–17.
Astarita, R. (2006). Valor, mercado mundial y globalización.
Buenos Aires: Kaicrón.
IV. Conclusiones
Belloni, P., y Wainer, A. (2014). El rol del capital extranjero
y su inserción en la América del Sur posneoliberal. Problemas
del Desarrollo, 177(45), 87–112.
La visión predominante en los estudios sobre
globalización hace referencia a que ésta estaría minando
la fortaleza de los Estados nación llegando, en algunos
casos, a su misma desaparición. La importancia de este
debate en términos de Política Comparada, teniendo en
cuenta que el principal objeto de estudio de esta disciplina
son los Estados nación (aunque no subestimamos la
importancia de la comparación a nivel sub o supra
nacional), nos llevó a preguntarnos si efectivamente
los Estados se estaban debilitando con el aumento de
su inserción en el mundo (a nivel económico, político y
social) o bien se estaban transformando de formas que,
incluso, los fortalecían.
En este sentido, el debate teórico en torno a esta
problemática nos permitió entender los mecanismos causales
con que cada una de las posturas explica el debilitamiento
o fortalecimiento de los Estados a medida que los países
se globalizan. Así, realizamos un ejercicio empírico para
analizar cuál de estas tres posturas se apegaba más a la
evidencia empírica. Para ello, y a falta de un indicador
multidimensional de la fortaleza de los Estados, construimos
uno teniendo en cuenta el imperio de la ley, la intervención
en la economía y la capacidad de financiamiento, variables
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Tabla 3. Lista de países con su índice de globalización e IFE correspondiente, ordenados
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14
Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires
Fuente: Elaboración propia en base a KOF,WJP, Banco Mundial y CEPAL.
15
Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI
Los límites de la inclusión: Globalización, capitalismo
neoliberal y políticas estatales de control fronterizo*
Leonidas K. Cheliotis**
Introducción
responsabilidad por la seguridad y el bienestar hacia los
hombros de los individuos privados. En realidad, sin embargo,
y no muy diferente de la desterritorialización, la adopción de
las ideas, ideales y políticas del capitalismo neoliberal es en
última instancia el resultado de decisiones en gran medida
autónomas tomadas por élites gobernantes nacionales a favor
del capital local, a pesar de que los intereses, influencias y
presiones externas de ningún modo pueden ser ignorados
(Bourdieu y Wacquant, 1999; ver también Cheliotis y Xenakis,
2010; Cohen, 2006; Weiss, 1998).
En efecto, la globalización en general y la desterritorializacion en particular son condiciones cruciales que los
Estado-nación tienen que cumplir con el fin de lograr y
sostener la neoliberalización de sus respectivas economías.
Aunque, como Aihwa Ong (2006) lo demostró en su
trabajo etnográfico en estados del Este y Sudeste Asiático,
la doctrina del neoliberalismo es maleable en su aplicación,
y de este modo es tomada de manera diferente por distintos
regímenes – tales diferencias son otra prueba de que la
soberanía del Estado-nación perdura–, un rasgo constante
de las economías estatales neoliberalizadas es su estricta
dependencia de las políticas y prácticas de desfronterización.
No es simplemente que la pobreza extrema, las guerras, las
persecuciones, los abusos de los derechos humanos y otras
adversidades en varias partes del mundo se hayan combinado
para dar lugar a un ejército de reserva global de trabajadores
migrantes explotables, al cual los estados neoliberales pueden
permitir entrar, regularmente o de otra manera, de acuerdo
a las necesidades del mercado interno (De Giorgi, 2010). Así
como los estados neoliberales más poderosos pueden estar
dispuestos a relajar sus fronteras nacionales para “importar”
mano de obra extranjera barata, estados neoliberales más
débiles pueden estar dispuestos a hacer que dicha mano de
obra esté fácilmente disponible al “exportar” debidamente
trabajadores locales flexibles al extranjero.
Un ejemplo ilustrativo de ello son los flujos de
E
s imposible hablar sobre la globalización sin hacer
referencia a las fronteras geográficas y a su control.
En la medida en que la globalización consiste
prácticamente en la mayor movilidad de capital y en el
aumento de interconexiones internacionales fundamentales
entre Estados-nación -siendo incorporadas en la economía
global (Nelken, 2011)-, requiere necesariamente la
alteración y la relajación de fronteras territoriales
fuertemente arraigadas, o lo que se conoce en los estudios
de referencia como el proceso de “desterritorialización”. Sin
embargo, este proceso no debiera implicar una disminución
de la soberanía estatal. En todo caso, como Wilson y Donnan
(2012: 5) argumentan, el advenimiento de la globalización
y de la desterritorialización coincidió con “más estados,
más instituciones estatales, más intromisión del Estado en
la vida cotidiana de ciudadanos y habitantes (a partir de la
utilización de nuevas tecnologías), y más intervención estatal
en la economía política global”.
La persistencia y, de hecho, la expansión de los
Estado-nación en la superficie de la globalización es quizás
más evidente en aquellos países que han visto a sus economías
someterse a la neoliberalización rápida y exhaustiva. En el
triple sentido de flujos financieros desregulados, controles
administrativos flexibles en el mercado de trabajo y gasto
social recortado. Aquí la globalización es evocada para
legitimar la entrega de las economías nacionales a los mercados
financieros, en línea con el dogma del capitalismo neoliberal.
Es decir, la neoliberalización de la economía es justificada
como un mandato del destino; ya sea negativamente, como
un sub-producto inevitable de las fuerzas invisibles de la
globalización, o positivamente, como el único camino a
la prosperidad individual y nacional en un ambiente de
competencia en el mercado mundial. Esta doble teleología
recalca los discursos que buscan naturalizar el viraje de la
* Este articulo se publicó originalmente como capítulo del libro Rethinking Border Control for a Globalising World (2015, Routledge),
editado por Leanne Weber. Traducción realizada por Federico Luis Abiuso.
** Profesor adjunto de Criminología en el Departamento de Política Social, London School of Economics and Political Science.
Editor del Brithish Journal of Criminology. Sus principales temas de investigación se agrupan en torno a la economia política y la
psicologia social del castigo y la aplicación y las consecuencias de las políticas penales.
16
Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires
trabajadores inmigrantes de las Filipinas a su vecina Malasia.
En respuesta a las recientes escaseces en sus plantaciones
locales y en las industrias de la construcción, Malasia ha
atraído cada vez más a trabajadores inmigrantes baratos de las
Filipinas. Además Malasia también depende de los filipinos
para la provisión de trabajadores de servicios y empleadas
domésticas en particular. De este modo, cuando la ayuda
doméstica barata se convierte en una necesidad inevitable
para un número cada vez mayor de familias de clase media
malaya con dos ingresos que quieren alcanzar o conservar
un estándar alto de vida, el estado filipino ha ido tan lejos
como para hacer publicidad a nivel mundial del “valor de
exportación” de las mujeres indígenas como trabajadores de
servicios, naturalmente dotadas de disciplina y un sentido
de responsabilidad, mientras estimulan a las mujeres, ellas
mismas migrantes en potencia, a buscar trabajos en el
extranjero porque sus ingresos van a ser necesitados por el
país y sus familias (véase Ong, 2006; y también Ehrenreich y
Hochschild, 2003).
Sin lugar a dudas, el capitalismo estatal siempre ha
dependido inextricablemente de la relajación selectiva
de los controles fronterizos como un medio de facilitar la
emigración e inmigración laboral masiva. Por ejemplo,
como los historiadores económicos Timothy Hatton y
Jefrey Williamson (2008) argumentan, una migración
masiva mundial de una naturaleza no forzada se remonta
a principios del siglo XIX, cuando alrededor de sesenta
millones de europeos zarparon al abundante-en-recurso y
escasa-mano-de-obra “Nuevo Mundo”, la mayoría de ellos en
un intento por escapar de las empobrecidas condiciones de
vida en las que se encontraban. Esto no quiere decir que la
combinación de miseria económica en los países de origen,
por un lado, y fronteras nacionales distendidas tanto en los
países de origen y de acogida, por otro lado, provea una
explicación suficiente para la magnitud de flujos migratorios
no-forzados en cualquier momento dado. En todo caso, y
en este punto siguiendo nuevamente a Hatton y Williamson
(2008), las tasas de emigración pueden ser las más bajas de las
regiones y los hogares más pobres dentro de un determinado
país, incluso cuando las políticas de inmigración al extranjero
son en gran medida liberales.
Una importante variable aquí faltante es el avance en las
tecnologías de transporte y comunicación, en la medida en
que ayuda a reducir, aunque de ninguna manera erradicar, los
costos y la incertidumbre de la migración.
Los avances tecnológicos y su expansión geográfica son
claves para entender, por ejemplo, cómo los trabajadores de
las regiones pobres de Europa (Italia, Polonia, entre otras)
empezaron a ser capaces de emigrar en grandes cantidades al
“Nuevo Mundo” desde mediados del siglo XIX en adelante, y
cómo, a pesar de la existencia de políticas relativamente más
estrictas de inmigración, una vasta extensión de trabajadores
de países del denominado “Tercer Mundo” en Asia, África y
América Latina han logrado llegar a las ricas e industrializadas
naciones del “Primer Mundo” durante fines del siglo XX y
comienzos del XXI.
La inclusión es parte del
problema a ser resuelto, no parte
de la solución, y aquellas
intervenciones críticas que, en
el campo de la política simbólica,
tienen como objetivo avanzar
hacia la «paz en la frontera»
necesitan ajustar en consecuencia
sus vocabularios y aparatos
conceptuales.
Por supuesto, con respecto a los migrantes irregulares en
potencia (esto es, migrantes sin documentación), el acceso a
cualquier tecnología avanzada o incluso básica de transporte,
no es siempre una opción, de ahí que muchos acudan a
caminar miles de millas. Tampoco el acceso a la tecnología
del transporte necesariamente socava los riesgos que el cruce
clandestino de fronteras supone a menudo para la vida de uno,
ya sea debido a peligros naturales (por ejemplo, tempestades)
o debido a las prácticas nocivas que las autoridades de la
frontera adoptan en flagrante violación de la legislación
internacional de derechos humanos (por ejemplo, el abandono
en el mar; ver Amnesty International, 2012; Inda, 2006). Sin
embargo, para la inmensa mayoría de migrantes irregulares, y
especialmente para aquellos que inician su viaje desde países
lejanos, la migración sería simplemente impensable sin una
pizca de acceso a mejores tecnologías de transporte (véase
Hernández-León, 2013).
No es de extrañar que los informes críticos y los
comentarios acerca de la relación entre globalización,
capitalismo neoliberal y políticas y prácticas de control
fronterizo, generalmente se centren en la variedad de
esfuerzos nacionales e internacionales por dirigir los
flujos de inmigrantes pobres a las economías avanzadas de
Occidente. Además la idea central de esas obras tiende a
girar en torno a la noción de exclusión física o geográfica,
con los continentes y Estados-nación siendo típicamente
descriptos como “fortalezas” impermeables (véase por
17
Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI
ejemplo Carr, 2012). En este artículo se buscará demostrar
que tales críticas son en un grado significativo inapropiadas.
Como se ha mencionado anteriormente, esto no es sólo
porque las políticas y prácticas excluyentes de control
fronterizo son por diseño imperfectas en su eficacia sobre
el terreno. Es también porque el fracaso de excluir total y
permanentemente a los migrantes pobres de sus territorios
nacionales es, de hecho, necesario para una variedad de
proyectos de dominación político-económica, objetivos
que en realidad se extienden más allá de los trabajadores
migrantes en sí mismos a la sociedad general en su totalidad.
Además, para que estos proyectos sean exitosos, la inclusión
de los migrantes pobres necesita adoptar una combinación
de formas específicas y determinables: si no escasa, al menos
incompleta, en lo que hace a la provisión de los derechos
y las prestaciones sociales y legales, sin embargo, rígida y
dinámica en el campo del control carcelario. En este sentido,
sugiero que la inclusión es parte del problema a ser resuelto,
no parte de la solución, y aquellas intervenciones críticas
que, en el campo de la política simbólica, tienen como
objetivo avanzar hacia la “paz en la frontera” necesitan ajustar
en consecuencia sus vocabularios y aparatos conceptuales.
Las ambiciones de la vida no pocas veces son expresadas en
términos de movilidad, libre elección de lugar, el recorrer
y ver el mundo; por el contrario, los miedos de la vida son
referidos en términos de encierro en un lugar, falta de cambio,
ser excluidos de sitios que otros pueden fácilmente atravesar,
explorar y disfrutar. La “buena vida” es la vida en movimiento;
más precisamente, la comodidad de estar seguro de la facilidad
de trasladarse a cualquier lugar en caso de permanecer en
no más satisfechos. La libertad llegó a significar sobre todo
libertad de elección, y la elección adquirió, visiblemente, una
dimensión espacial [...] La inmovilidad forzada, la condición
de estar atado a un lugar y no poderlo abandonar, parece la
más abominable, cruel y repulsiva situación; es la prohibición
en blanco para desplazarse lo que vuelve a esa condición
especialmente ofensiva. Ser prohibido es un símbolo más
potente de impotencia e incapacitación –– y el más agudo de
los dolores. (Bauman, 2000: 38-39)
Lo mismo puede decirse de la movilidad que se impone. Lo
que permite encontrar satisfacción ontológica en el proceso de
turismo, por ejemplo, es que los turistas “viajan porque quieren”, en
oposición a los vagabundos, multitudes de refugiados e inmigrantes
que viajan “porque no tienen otra elección soportable”. De hecho,
como Bauman continua argumentando, “la vida de los turistas no
sería la mitad de placentera de lo que es, sino hubiere alrededor
vagabundos mostrándoles cómo sería una alternativa a esa vida”
(Bauman, 1998: 94,98-99; ver también Salecl, 2004).
Sin embargo, los análisis críticos del control fronterizo
exageran frecuentemente la impermeabilidad de las fronteras
nacionales, tratándolas estrictamente como estructuras lineales
cuando son en realidad puntos de intensidad variable (Rahola,
2011; ver también Bourbeau, 2011). Al hacer eso, además, los
análisis críticos del control fronterizo generalmente pasan por
alto o socavan la importancia de la forma de movilidad migrante
que es también forzada al interior de los territorios nacionales.
De hecho, para explicar adecuadamente la porosidad de las
fronteras nacionales uno tiene que desplazarse a un análisis
que vaya más allá de considerar puramente los impedimentos
prácticos del efectivo control fronterizo (por ejemplo, las
fronteras extensas, la falta de recursos financieros), y examinar
las funciones político-económicas facilitadas por los controles
fronterizos, los cuales son diseñados para ser suficientemente
inefectivos para permitir que la movilidad migrante forzada
continúe al interior de los Estado-nación.
Como fue mencionado anteriormente, los Estados capitalistas
neoliberales necesitan relajar los controles fronterizos nacionales
como medio de propiciar una inmigración masiva de mano de
obra barata. De hecho, si la movilidad laboral migrante va a ser
de alguna utilidad para los Estados receptores y sus ciudadanos,
necesita extenderse al interior de los territorios nacionales. A
Fronteras Nacionales: Fronteras Porosas,
Abundante Mano de Obra Barata
Existe una fuerte tendencia entre los investigadores y
comentaristas críticos de describir las políticas y prácticas
sistemáticamente adoptadas de control fronterizo en las
economías capitalistas neoliberales como procesos de
“refronterización”; esto es, como intentos de solidificar las
fronteras nacionales contra los flujos de migración global,
y especialmente, frente a la inmigración de las zonas más
pobres del mundo. A primera vista, podría parecer contrario
a la intuición que sugiriese lo contrario. En la medida en
que la libre movilidad se ha desarrollado como un sinónimo
de la vida exitosa bajo las condiciones de la globalización
neoliberal, uno podría razonablemente suponer que la
inmovilidad, o al menos la exclusión del propio territorio
nacional, es el destino reservado para aquellos expedidos de
los denominados “estados fallidos” de todo el mundo. Que
los migrantes irregulares sean frecuentemente forzados por
las autoridades fronterizas a navegar zonas fronterizas de
riesgo (por ejemplo Australia, Grecia y la frontera Estados
Unidos-México), y que muchos de ellos mueran como
resultado (véase Weber y Pickering, 2011), parece prestar
apoyo a este argumento.
La consideración de Zygmunt Bauman de la convergencia
cultural entre los conceptos de libertad y movilidad espacial,
y entre sus opuestos, es útil aquí:
18
Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires
en el mercado de trabajo. Esto es porque las condiciones
flexibilizadas de trabajo y el aumento de la precariedad laboral
en particular, aseguran una mayor explotabilidad de la fuerza
de trabajo. Este fenómeno es el que Pierre Bourdieu (1999:
125-26) describe con el término híbrido de “flexplotación”;
concretamente, “un modo de dominación de nuevo [neoliberal]
cuño, basado en la institución de un estado generalizado
y permanente de inseguridad que tiende a obligar a los
trabajadores a la sumisión, a la aceptación de la explotación”.
En sí misma, la inseguridad laboral en el capitalismo
neoliberal se incrementa aún más mediante la creación y
el mantenimiento de un gran ejército de reserva de mano
de obra. Al mismo tiempo, la eficacia de la inseguridad en
el empleo como un mecanismo de control del trabajo es
reforzada haciéndola cada vez más preferible a la perspectiva
de desempleo a través de la reducción de las prestaciones
sociales tanto para los que todavía están adentro del mercado
de trabajo como para aquellos que esperan su inclusión fuera
del mercado laboral. Las grandes extensiones de migrantes
pobres del “Sur global” que continúan cruzando las fronteras
porosas de los países neoliberalizados de Occidente (en el
“Norte global”) en busca de un mejor futuro se prestan ellos
mismos idealmente tanto como trabajadores explotables y
como reservas entusiastas. Esto no es sólo debido a su pobreza
y a su masividad, sino también comúnmente gracias a su
condición de irregular, la cual automáticamente los excluye
modo de ilustración, así como los migrantes pobres necesitan
estar aptos para desplazarse entre las áreas rurales y urbanas de
acuerdo a las necesidades del mercado local, también necesitan
estar capacitados de cruzar las fronteras invisibles y presuntamente
rígidas de los barrios de negligencia donde generalmente residen,
con miras a facilitar las vidas de los trabajadores ricos. Como
Jock Young nos lo recuerda en su crítica de la tesis de la “ciudad
dual” de la ecología humana, la razón por la cual los trabajadores
pobres (por ejemplo, mucamas, enfermeras, taxistas y porteros)
tienen permitido realizar regularmente su camino a través de las
fronteras invisibles del gueto de Washington DC es porque “la
disponibilidad de tal ‘ayuda’ barata […] habilita a las familias de
dual carrera a continuar” (Young, 1999: 472).
Sin embargo, la pobreza del migrante no es suficiente para
dar cuenta de su explotabilidad en tanto mano de obra. Como
argumento en el siguiente apartado, esto último se encuentra
garantizado, o al menos, maximizado mediante el acompañamiento
de la porosidad relativa de las fronteras nacionales y la movilidad
de mano de obra migrante con la amenaza del encierro dentro de
las fronteras rígidas de un sistema carcelario expansivo.
Fronteras Carcelarias: Fronteras Rígidas,
Trabajo Flexible, Público Gestionable
Un componente inherente a la neoliberalización de la
economía es el relajamiento de los controles administrativos
19
Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI
del acceso a todo lo que ha quedado de derechos laborales
y asistencia social (véase Bigo 2002; Melossi 2003; Calavita
2005; Lawrence 2005; De Giorgi 2010; Lazaridis 2011,
Brotherton and Barrios 2011; Sawyer and Blitz 2011).
En ocasiones, las estrategias de control del trabajo migrante
se asemejan a las tecnologías de encarcelamiento, o incluso de
esclavitud. En Singapur y Malasia, por ejemplo, la mayoría de
trabajadores domésticos extranjeros no tienen garantizados
días de descanso, y, en cualquier caso, sus empleadores de
clase media comúnmente los confinan al interior de la casa
y en el interminable turno de labores domésticas al retener
sus pasaportes y documentación de trabajo, bajo el pretexto
de impedir que escapen (Ong, 2006: 201-205). En la enorme
plantación de frutillas de Nea Manolada en Grecia, por su
parte, los trabajadores migrantes agrícolas se han vistos
obligados a vivir en cuarteles bajo condiciones degradantes y
a pagar más de la mitad de su escaso salario a los empleadores
en carácter de alquiler; una situación prolongada tolerada por
los funcionarios del Ministerio de Trabajo griego y la cual sólo
llego a la atención del gran público en 2013, cuando unos 200
trabajadores se vieron bajo fuego por capataces griegos que
exigían seis meses de salarios impagos (véase Channel 4, 2013;
más generalmente también Lawrence, 2005).
Pero el encarcelamiento apropiado es incluso más
significativo para el control de la mano de obra migrante, en
particular debido al alcance de la intervención reguladora que
permite. De acuerdo con lo que se conoce en la literatura
penológica como el principio de “menor elegibilidad”,
conforme al cual los trabajadores y desempleados pobres
son controlados al ser constantemente amenazados con un
destino peor que su pobreza - la inminente posibilidad de
penas prolongadas de prisión por infracciones menores, y
bajo condiciones más severas, las cuales añaden impulsos a
la explotabilidad de los segmentos más marginalizados de la
población en el mercado laboral - forzándolos tanto a aceptar
cualquier condición disponible de trabajo en la sociedad
libre como a la espera de su oportunidad de una manera
disciplinada. En esta medida, y al menos en lo que concierne
a los migrantes pobres, las implicancias político-económicas
de la porosidad de las fronteras nacionales dependen de
la rigidez de las fronteras carcelarias, ya sean las fronteras
de las prisiones convencionales o aquellas de los centros de
detención de inmigrantes. Para referirse a esta cuestión en
términos de los estudios de la frontera, la desfronterización
externa requiere la refronterización interna (véase Wacquant,
1999; Calavita, 2005; De Giorgi, 2010).
Paralelamente en el amplio y creciente número de países
alrededor del mundo que han visto sus economías someterse
a la neoliberalización rápida y completa, el uso expandido del
encarcelamiento convencional y de la detención de inmigrantes
contra los pobres lleva a cabo una función simbólica, si en última
instancia todavía materialista, sobre el público en general. En
este caso, el encarcelamiento es implementado por las élites
gobernantes como un remedio catártico conveniente para un
amplio rango de descontentos socio-económicos intensificados
entre la ciudadanía: desde su propia inseguridad laboral a la
propagación del desempleo, desde la pobreza y el hambre a
las ansiedades ontológicas tales como no poder disfrutar sin
restricciones de la movilidad espacial.
La imposición de dolor a
través del uso del encarcelamiento
contra otros más débiles se
presta a sí misma como una salida
políticamente conveniente para la
descarga catártica de ansiedades
obstinadas entre el público.
Debe ser reiterado que lo que se presenta como las fuerzas
“elusivas” de la globalización son evocadas como una justificación
política para entregar las economías nacionales a los mercados
financieros, así como para transferir la responsabilidad por
la seguridad y el bienestar desde el Estado a los individuos
privados, en línea con la ideología del capitalismo neoliberal.
Sin embargo, en democracias multipartidarias, la mezcla de
una disminución en la responsabilidad gubernamental y las
inseguridades públicas permanentes puede generar una crisis
de legitimación del orden político-partidario establecido,
y eventualmente resultar en votar a favor de la oposición. A
pesar de que esto no desafía necesariamente al capitalismo
neoliberal como tal – pese a declaraciones contrarias, el
capitalismo neoliberal puede ser adoptado igualmente por
políticos de centro derecha o de centro izquierda (Wacquant,
2009)–, las elites neoliberales en ejercicio pueden enfrentar
una posibilidad real de perder el poder.
La imposición de dolor a través del uso del encarcelamiento
contra otros más débiles se presta a sí misma como una
salida políticamente conveniente para la descarga catártica
de ansiedades obstinadas entre el público, mientras estas
ansiedades son canalizadas a la resolución provista por el
encarcelamiento mediante un discurso que aumenta y exacerba
la preocupación por la delincuencia callejera violenta. En sí
misma, esta última invita a una intervención estatal decisiva
en la forma relativamente barata de expandir la práctica de
encarcelación al sacar provecho de argumentos consolidados
de racionalidad y moralidad; castigo, por ejemplo, a través
20
Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires
del cual la inmovilización mediante el encierro de custodia
es merecida para aquellos que supuestamente restringen la
movilidad de otras personas al convertir los lugares públicos
en “zonas peligrosas” o “zonas prohibidas”. Pero – y esto es
crucial para el anterior proceso de desplazamiento de ansiedad
–, la delincuencia callejera violenta también crea angustias
adecuadamente análogas a las que resultan de las políticas
socio-económicas neoliberales, incluyendo la reducida
habilidad de ser geográficamente móvil debido al agotamiento
de recursos privados. Dada la débil posición política que
usualmente ocupan en la sociedad, la consecuencia en gran
medida de las políticas socio-económicas injustas de orientación
neoliberal (véase Cheliotis, 2013a; también Kubrin, et al,
2012) no debería ser una sorpresa que los extranjeros y los
inmigrantes sean comúnmente chivos expiatorios teniendo la
responsabilidad principal de los crímenes violentos en las calles.
Este argumento se puede profundizar aún más: además
del hecho de su inmovilización custodial, las condiciones
inhumanas y degradantes bajo las cuales se los mantiene
encarcelados a extranjeros e inmigrantes cumplen asimismo
importantes funciones simbólicas en el dominio público y
político. Es decir, tales condiciones ayudan inconscientemente
a mitigar los malestares de la movilidad descendente y de
los decrecientes estándares de vida del ciudadano promedio,
reasegurando que continúan disfrutando de ventajas
materiales sobre aquellos que se encuentran en la periferia de
la sociedad. El argumento aquí no es tanto que los prisioneros
sean retenidos bajo condiciones que permanecen inferiores a
aquellas encontradas en libertad, como el principio de “menor
elegibilidad” lo estipula, sino que la misma sociedad libre tiende
a interpretar notoriamente las condiciones sub-estándares del
encarcelamiento en términos de la superioridad personal y
en grupo – como si fuera una forma de “mayor elegibilidad”
(Cheliotis, 2013b).
Por todos estos motivos, y a diferencia de lo que el
discurso político dominante sugiere (y que investigadores
criminológicos pertinentes frecuentemente toman por dado),
hay en la práctica mucha menos determinación por parte
de la elites neoliberales en ejercicio de reducir el número
de extranjeros y migrantes al interior de las fronteras de
sus respectivos estados-nación o, de hecho, de mejorar las
condiciones de la inclusión extranjera e inmigrante, ya sea en
la sociedad en general o tras los muros de las instituciones
carcelarias. Allí parece haber una relación inversa entre, por un
lado, las inseguridades socio-económicas y los concomitantes
problemas de legitimación de los partidos gobernantes, y, por el
otro, el grado de compromiso gubernamental de contrarrestar
la infiltración de las fronteras nacionales, deportando
poblaciones extranjeras y migrantes “excedentarias”, y
mejorando las condiciones bajo las cuales se los retienen a
extranjeros y migrantes en prisiones convencionales y centros
administrativos de detención. De hecho, sea por encargo o
por omisión, los gobiernos parecen jugar frecuentemente un
rol clave en mantener las cosas como están.
El caso de Grecia – el principal punto de entrada para
la migración irregular en la Unión Europea, pero también
un país que proclama encarnarse como un arquetipo de la
hospitalidad a los extraños – es elocuente. El extenso e infame
alambre de púas cercado en la región de Evros fue construido
con una demora inversamente proporcional a la urgencia
atribuida por el discurso político dominante como medio de
prevenir la inmigración irregular en Grecia a través de las
fronteras continentales con Tur quía. De manera similar,
aunque no parecen haber ocurrido en años recientes cambios
sustanciales en el tamaño de la población migrante irregular
residente en Grecia, el volumen anual de detenciones de
migrantes irregulares en el país se redujo aproximadamente
a la mitad entre 2008 y 2012. Además, mientras la duración
legal máxima de detención al inmigrante se ha sometido a
repetidas extensiones desde 2009 –de hecho, desde abril del
2014, los migrantes irregulares deben estar retenidos tan
indefinidamente en Grecia en tanto su eventual deportación
no se haya hecho todavía posible – se ha registrado en general
una significativa tendencia decreciente en el volumen de las
deportaciones realmente llevadas a cabo.
A pesar de las críticas y censuras sostenidas por actores
locales e internacionales, el Estado griego tampoco dejó
de hacer, mientras tanto, uso excesivo de la detención de
inmigrantes, ni buscó enfrentar las condiciones deplorables
bajo las cuales los migrantes irregulares son retenidos en el
país. Todo esto ayudó tanto a mantener un suficientemente
grande ejército de reserva de mano de obra, cuanto a conservar
un alto grado de explotación en el mercado laboral informal.
Al mismo tiempo, le permitió a los partidos gobernantes
gestionar un rango de descontentos entre el público en
general, desde elevadas ansiedades socio-económicas a un
incrementado enojo con las elites políticas; a la propagación
de un sentido de humillación nacional ante las audiencias
extranjeras desde que la crisis financiera golpeó a Grecia en
2009, y la posterior introducción de medidas de austeridad
neoliberal a fin de satisfacer las condiciones de los rescates
sucesivos (véase Cheliotis, 2014).
Más allá de la inclusión:
para una Ética Global
En democracias representativas, las preferencias
del ciudadano promedio establecen límites al diseño e
implementación de políticas gubernamentales (ver por
ejemplo, Page y Shapiro, 1983; Gibson, 1992). Esto no
21
Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI
debería llevar a implicar que las elites gobernantes cargan con
una responsabilidad reducida para sus decisiones políticas.
La insinuación aquí es más bien que cualquier esfuerzo para
contrarrestar las injusticias inherentes a las políticas neoliberales
de control fronterizo necesita incorporar intervenciones en el
campo de las políticas simbólicas y participación directa en el
debate público. Tales intervenciones, quisiera argumentar en
lo que queda de este artículo, deben evitar las explicaciones
engañosas y las prescripciones contraproductivas para las
acciones ofrecidas por el discurso de la exclusión, tal como
este es comúnmente empleado para criticar las políticas
neoliberales de control fronterizo.
“Paz en la frontera” requiere que a la dominación
neoliberal se la lleve a un fin, no simplemente a la exclusión.
El discurso de la exclusión no sólo socava el grado en el cual
las fronteras nacionales son en realidad permeables; también
reafirma la conveniencia del “interior”, excluyendo así análisis
críticos, tanto de los términos de la inclusión como del orden
político-económico subyacente (Allen, 2005a). De lo que sigue
que la transición de la exclusión a la inclusión, el movimiento
horizontal desde “afuera” hacía “adentro”, no puede tomarse
en sentido literal como remedio a la dominación, lo cual
es, después de todo, un problema de relaciones sociales
verticales, de arriba hacia abajo (Allen, 2005b; ver también
Philippopoulos-Mihalopoulos,
2008;
PhilippopoulosMihalopoulos y FitzGerald, 2008). La inclusión puede ser,
de hecho, una condición necesaria de la dominación: como
fue explicado anteriormente, por ejemplo, la explotación
de mano de obra sólo puede ocurrir en la medida en que un
grupo suficientemente grande de trabajadores explotables
“excedentarios” se haya hecho disponible dentro de un
territorio determinado.
Uno podría argumentar que la inclusión geográfica,
en la medida en que ya se ha producido, al menos ofrece
oportunidades concretas para la acción directa frente a las
condiciones injustas de la inclusión socio-económica. Sea
como fuere, las posibilidades de la conducta moral no están
agotadas con la prevención de una mayor injusticia hacia los
afectados que están en la mira o dentro del alcance. Bauman
(1997) emite un llamado que trasciende los estrechos
confines de la territorialidad, el microespacio donde se
desarrollan los encuentros interpersonales y donde las
demandas particulares de ayuda y justicia salen a la luz. En
vez de contentarnos con actuar sobre otro presente, Bauman
proclama, deberíamos reconocer nuestra responsabilidad por
todos los casos posibles de sufrimiento humano e injusticia,
ya sean próximos y visibles o no (Žižek, 2005).
Pero podemos aumentar nuestras aspiraciones incluso
más alto y combinar la generalización espacial de la ética con
un desplazamiento temporal: desde expresiones prácticas
de empatía, después de haberse producido un acto con la
necesidad de respuesta empática, a la prevención de tales actos
en primer lugar. Sin embargo, la realización de uno o ambos
mandatos está sujeta a permanecer como un ideal programático
en la medida en que se encuentra estrechamente ligada a las
potencias variables de la abstracción y la imaginación individual.
A menos que los procesos socio-políticos que determinan qué
es representado en el dominio público y bajo cuales términos
– los muchos procesos que ubican limitaciones sobre la
generalizada viabilidad de la abstracción y la imaginación –
sean expuestos y redirigidos hacía inquietudes macro-éticas en
una escala amplia y societal.
Como Bourdieu (2008: 65) advierte, el reconocimiento
formal de la responsabilidad personal por toda la humanidad
necesita estar acompañado de una perseverante reflexión
crítica acerca de las estructuras sociales en su totalidad, o bien
uno deriva rápidamente en “moralismo como universalismo
egoísta”; un discurso sensacionalista que deja la consciencia
intacta y oscurece la necesidad de la intervención política
(ver también Chouliaraki, 2006: 211-212). Sin embargo,
la reflexión crítica presupone criterios típico-ideales con
los cuales comparar y después de lo cual modelar arreglos
sociales existentes. La pregunta inmediata no concierne
simplemente al contenido constitutivo de los criterios a ser
elegidos, sino más bien se extiende a las implicancias que tales
elecciones conllevan para los objetos que han de evaluarse. En
particular, ¿es posible apoyar leyes antropológicas dadas sin
comprometerse con una normativa autoritarita – no diferente
al discurso monolítico que legitima el neoliberalismo y allana
el camino para la explotación laboral? La respuesta es que la
realidad puede ser bien evaluada en referencia a los principios
del universalismo que sí pretende fomentar siempre que se
arrojó suficiente luz sobre su significado esencial (Bourdieu,
1998). Las raíces de la solidaridad humana, por ejemplo, se
ubicarán al interior de estructuras de igualdad, y las raíces
mismas de la igualdad dentro de estructuras que promueven
diferencia más que uniformidad.
Sin embargo, ante todo, dado que los seres humanos
son particularmente proclives a aferrarse a narrativas
ideológicas clasificatorias al sentirse enredados en situaciones
intensas de inseguridad en cuanto a sus perspectivas de vida
reales, incluyendo las situaciones que son creadas por el
advenimiento de las políticas socio-económicas neoliberales,
cualquier esfuerzo para contrarrestar las injusticias ejercidas
por los controles fronterizos neoliberales necesita exponer al
neoliberalismo tanto como el motor detrás de los controles
fronterizos condicionalmente inclusivos, y en cuanto crea
el contexto al interior del cual se les da más efectivamente
apariencias de legitimidad a las injusticias de la inclusión.
Una vez que tales avances hayan ocurrido en el campo
22
Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires
de las políticas simbólicas, va a ser razonablemente posible
presionar por políticas socio-económicas más justas – desde
la creación de trabajo y elevadas protecciones contra la
explotación en el mercado laboral, a considerablemente
aumentados salarios mínimos, al acceso a suficiente bienestar,
a impuestos progresivos sobre los ricos – a fin de empezar
a revertir prácticamente las claras desigualdades de riqueza
e ingreso dentro de los Estado-nación. Mientras tanto,
internacionalmente ya no será utópico convocar a una nueva y
más representativa autoridad financiera mundial que remplace
a aquellas instituciones dominadas por Estados Unidos como
el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la
Organización Mundial del Comercio (véase Barry, 2005)
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24
Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires
Cuando los grupos primarios dejan de interactuar
cara a cara (comunicación mediada por computadora)
Alvaro Gascue*
La sociología ha dado un papel privilegiado en la socialización de los individuos a los grupos primarios y a los grupos de pertenencia
partiendo de la premisa, entre otras más, de que los integrantes de los mismos interactúan cara a cara. ¿Qué ocurre cuando los integrantes de
estos grupos se relacionan también o exclusivamente a través de comunicación mediada por computadora? La pregunta se ha vuelto pertinente
desde que la tecnología ha hecho posible que las interacciones puedan tener lugar con independencia de la localización y del espacio temporal
de los individuos intervinientes,de modo tal que es posible generar y sustentar grupos permanentes.En el presente artículo se abordan algunos
aspectos teóricos relacionados con esta realidad al día de hoy ya no tan novedosa pero no por ello menos desafiante.
PALABRAS CLAVE: Comunicación mediada por computadora - Grupo primario - Grupo de pertenencia -
Teoría social
The sociology has given a privileged role in the socialization of the individuals, to the primary groups and the ownership groups; based on
the premise,between others,of that the members of the same ones interact face to face.What happens when the members of these groups relate
also or exclusively across computer-mediated communication? The question has become pertinent since the technology has made posible that
the interactions could take place with independence of the location and of the temporary space of the individual interveners, in a such way
that is possible to generate and to sustain permanent groups. In the present article there are approached some theoretical aspects related to
this reality in the day of today, already not so new but not for less challenging it.
KEYWORDS: Computer-mediated communication - primary group - Ownership group – Social theory
Introducción – Comunicación, grupo
primario y grupo de pertenencia
La placa redonda que tenía en sus manos comenzó a brillar.
Una luz débil azul la cruzó hasta tornarse morada y en
ella podía verse la imagen de su hijo, que vivía al otro lado
de la Tierra, y que también podía verla a ella.
G
E.M.Forster, La máquina se detiene (1909)
rupo primario y grupo de pertenencia, dos
conceptos -cuya diferencia entre ambos estriba
en que los grupos primarios no son elegidos
por el individuo y los de pertenencia sí pueden serlopatrimonio de la tradición sociológica, han sido durante
décadas un eficaz recurso explicativo del proceso de
aprendizaje del comportamiento social por parte de las
personas.
Cooley fue el primero que señaló el papel de los grupos
primarios y de la interacción social haciendo hincapié en
la acción comunicativa en el desarrollo de la personalidad.
Así, en su modelo, el yo (self) se desarrolla dentro de
un contexto de relaciones sociales, y en todas sus obras
importantes afirma que el yo es social. Ese yo social el
autor lo vincula con tres factores conductuales: el modo
de imaginar la apariencia propia ante los demás, el modo
de imaginar el juicio de los otros de esa apariencia, y una
capacidad de tener sentimientos propios acerca del yo en el
transcurso de la representación social (1909). La familia, el
grupo deportivo y la vecindad íntima interesaron a Cooley,
quien reconocía la ubicuidad de los grupos primarios en
todas las organizaciones sociales. Alexander (1989) sugiere
que el éxito de estos conceptos, grupo primario y grupo
de pertenencia, de significativa capacidad explicativa, se
consolida por la importancia que les dio posteriormente
Parsons en su andamiaje teórico.
* Docente investigador perteneciente al Departamento de Teoría y Metodología de la Facultad de Información y Comunicación
de la Universidad de la República (Uruguay)
25
Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI
Grupos primarios en la teoría clásica
en los que miles de personas se ven implicadas de manera
aparentemente caótica y anónima tal como es el caso de
la comunicación y la autocomunicación de masas1. A vía
de ejemplo durante un largo tiempo primó la idea de que
los mensajes publicitarios estaban dirigidos a un público
numéricamente amplio, heterogéneo y geográficamente
disperso, al que se influía básicamente por esta última razón,
de manera directa. Este fue el razonamiento de Laswell
(1938) que lo llevó a formular la teoría hipodérmica, el
mensaje de los medios influía en las personas y si no lo hacía
con eficacia era porque el mensaje estaba mal formulado. Sin
embargo ya en una investigación, en este caso, acerca de los
efectos de las campañas publicitarias presidenciales de 1940
sobre la decisión del voto de los habitantes del condado de
Eri (Estados Unidos) Lazarsfeld, Berelson y Gaudet (1962)
demostraron que los mensajes propagandísticos de los
candidatos solamente eran atendidos por un pequeño número
de líderes de opinión. Luego éstos influían en el voto de los
amigos, parientes, vecinos o compañeros de trabajo. Lo que
los autores están diciendo es que aún la comunicación masiva
es tamizada por los grupos primarios o los de pertenencia2.
Pero Bauman pone en duda explícitamente la eficacia de tal
mecanismo cara a cara:
Timasheff (1961) sintetiza las características de
ambos grupos al señalar que presentan una asociación
íntima y cara a cara de sus integrantes, una alternancia de
cooperación y antagonismos y un juego relativamente libre
de los sentimientos a su interior.
Pero en todos los casos y para todos los autores clásicos
tanto los grupos primarios como los de pertenencia son
siempre típicos grupos de interacción cara a cara.
De hecho hasta la aparición de las comunidades o
grupos de relación basados en comunicación mediada por
computadora (en adelante CMC) nunca habían sufrido
ambos conceptos un desafío tan drástico como el actual.
Hoy es posible afirmar que a través de Internet o de la
telefonía móvil se pueden constituir grupos primarios y de
pertenencia cuya comunicación pasa por CMC con efectos
equivalentes a las relaciones basadas en la comunicación
cara a cara. Cada vez se ha hecho más evidente que la
irrupción de esta modalidad de comunicación en los grupos
primarios y de pertenencia no ha supuesto una sustitución
sino que, por lo general, se manifiesta como una modalidad
complementaria (Boase et al., 2006, Valkenburg y Peter,
2009, Bakardjieva, 2011).
Es relevante además tomar en cuenta que éstos grupos
a pesar de su pequeñez vertebran fenómenos colectivos
1
La comunicación de masas es la vehiculizada por los medios, la
autocomunicación por los propios individuos.
2
Teoría de los dos pasos (tw step flow)
26
Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires
’70 y los ’80 aparecen artefactos como el walkman, los
diskettes, discos compactos, reproductores de videocasetes
y DVD a los que podemos agregar el auge de la televisión por
abono, marcando una nueva etapa en la que el sujeto se ubica
como un consumidor individual. Con la consolidación de la
computadora como medio de comunicación a mediados de
los ’90 se evidencia una nueva fase relacionada con lo que
podría etiquetarse como individualismo en red.
Paul Lazarsfeld escribió sobre los “líderes de opinión
locales”, quienes filtran, evalúan y elaboran para los
demás residentes locales los mensajes que llegan desde
“afuera” a través de los medios de comunicación. Para
cumplir esta función, los líderes locales debían hacerse oír
por la localidad: necesitaban un ágora donde los locales
pudieran reunirse a hablar y escuchar. En esa ágora,
las voces de los líderes competían con las que venían de
lejos y con su convicción eran capaces de sobreponerse a
los recursos de la autoridad, debilitada por la distancia.
Dudo que Lazarsfeld llegara a la misma conclusión si
repitiera su estudio hoy, apenas medio siglo después.
(Bauman,1999:36)
Con la consolidación de la
computadora como medio de
comunicación a mediados de los
’90 se evidencia una nueva fase
relacionada con lo que podría
etiquetarse como individualismo
en red.
Esta nueva realidad que constata Bauman se potencia
cuando la comunidad está sustentada en Internet. En efecto
¿qué ocurre con el proceso de formación de la opinión
pública en las decisiones personales cívicas, de consumo o
sentimentales cuando una parte del grupo de pertenencia
o incluso todo el grupo no están localizados en un entorno
basado en comunicaciones cara a cara?. ¿Pueden quienes se
vinculan personalmente con el individuo seguir influyendo
en sus decisiones del mismo modo que antes, ahora que
puede existir como contrapeso otro grupo primario, que
además, para desdicha de quienes pretenden influir, puede
ser invisible a sus ojos?
Wellman (2000), quien acuñó esta última definición
sostiene que aunque se suele pensar que la sociedad se
organiza en grupos, en realidad se estructura en redes. En las
sociedades organizadas en red, las fronteras son permeables,
las interacciones se dan con terceros muy diversos, las
conexiones alternan entre múltiples redes y las jerarquías
pueden ser menos piramidales. Con el individualismo en red
las personas se contactan más como individuos que como
miembros de una familia o de una localidad.
Individualismo en red
Desde hace más de dos décadas el estudio de la relación
sociedad-Internet ha llevado a los investigadores de este
campo a elaborar explicaciones teóricas que sobrepasan
las contrastaciones empíricas acerca del uso y los efectos
de las comunicaciones mediadas por computadora. Estas
explicaciones desbordan la relación sociedad - Internet o
telefonía móvil y han derivado en algunos de los supuestos
que caracterizan a la sociedad informacional.
El concepto de sociedad red es quizás el ejemplo más
acabado de esto último.
Desde la perspectiva de la sociología de la comunicación
Cobo Romaní (2007) hace una síntesis de este proceso al
sugerir que es interesante observar cómo la evolución
histórica de los medios de comunicación masiva ha ido a la
par de la transformación de la vida en sociedad. A comienzos
del siglo XX, los principales medios de comunicación y
propaganda (periódico y radio) apuntaban a la entonces
llamada “masa”. A mediados del mismo siglo, la invención
de la televisión –primero en blanco y negro y luego en
color– consolida la formación de públicos, es decir, personas
agrupadas en perfiles y con intereses en común. Entre los
Comunidades sustentadas en CMC, de virtuales
a reales
El primer investigador de las denominadas comunidades
virtuales que alcanzó una difusión masiva fue Rheingold,
cuya definición de comunidad virtual se ha vuelto clásica:
Las comunidades virtuales son agregados sociales que
surgen de la Red cuando una cantidad suficiente de
personas lleva a cabo estas discusiones públicas durante un
tiempo suficiente con suficientes sentimientos humanos
como para formar redes de relaciones personales en el
espacio cibernético. (Rheingold, 1996:20)
La investigación de Rheingold tiene lugar cuando en
Internet las comunicaciones eran fundamentalmente
asincrónicas y su insumo eran los tablones de noticias o de
discusión, los e-mails y los MUD3.
Wellman le sale al paso a Rheingold con una nueva
3
Zona de juegos de rol (RPG) en línea.
27
Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI
establecidas tienen efectos sobre la vida de los individuos. Se
trata de un continuo que abarca tanto las interacciones cara
a cara como las sustentadas en comunicación mediada por
computadora. Finalmente, dando un paso más, es posible
afirmar que los lugares de encuentro en Internet se han
convertido también en lugares reales.
Pero, volviendo a la pregunta que nos hacíamos al
principio del artículo, no debemos perder de vista que la
característica de la comunicación cara a cara es solo una
dimensión de los grupos primarios por lo cual todas las otras
probablemente siguen vigentes. Esta afirmación constituye
un buen punto de partida para seguir indagando al respecto
en el futuro
definición que tiene algunas similitudes pero deja de lado
el concepto de virtual:
Defino comunidad como una red de relaciones interpersonales que provee sociabilidad, soporte, información,
sentimiento de pertenencia e identidad social. No limitaría
la definición de comunidad a vecindarios y villorrios. Esta
es una buena precaución para esta época y especialmente
pertinente para el siglo XXI. (Wellman, 2001:3)
Wellman, lejos ya de la época en que, en sus propias
palabras, Internet era investigada como una terra ignota
ha avanzado lo suficiente como para constatar que las
redes sociales sustentadas en CMC presentan una alta
correspondencia de integrantes con las redes cara a cara.
Esta constatación abarca tanto a los listados de contactos
de Facebook como los de la telefonía móvil. La CMC no
reemplaza los medios existentes de comunicación, sino que
provee una nueva forma de comunicación entre los sujetos
a través de sus redes personales que incluso incrementa la
interacción entre ellos.
El último paso lo da Castells al afirmar que:
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En la práctica, los usuarios de Internet (la mayoría de la
población en las sociedades avanzadas y una proporción cada
vez mayor del Tercer Mundo) viven con Internet. Como se
ha podido constatar en múltiples investigaciones, Internet,
en sus distintas aplicaciones, es el tejido de la comunicación
de nuestras vidas: para el trabajo, los contactos personales,
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Algunas reflexiones finales
Las definiciones clásicas de grupo primario y grupo de
referencia, basadas en la interacción cara a cara, están en
cuestión dado que al presente una parte de estas interacciones
se sustentan en comunicaciones mediadas por computadora,
interacciones que frecuentemente se realizan en tiempo real
y forma cotidiana.
Pero si bien la localización física y temporal de los actores
ha empezado a perder peso no lo ha perdido el efecto social
de sus interacciones.
Esta constatación nos lleva de la mano a otra que es y
seguirá siendo motivo de discusión, debate que abrieron
en América Latina Gómez, Arvizu y Galindo (2005) al
crear, en su momento, el término de realidad mediada por
computadora dejando de lado la polarización realidad virtualidad. Comparto la idea de que ambos planos deben
ser considerados como reales ya que las interacciones
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29
Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI
Globalización y tecnologías digitales:
un estado de situación
Martín Ariel Gendler*
El presente artículo tiene como finalidad presentar un estado de situación de diversas problemáticas relacionadas con el actual proceso de
globalización y las tecnologías digitales comprendiendo que ambas son co-constitutivas. Para ello, se realiza un recorrido por definiciones del
término “globalización” analizando el lugar brindado a las TICS y comprendiendo a su vez el papel desarrollado por la lógica del neoliberalismo y del capital financiero en este proceso. Se plantea así una triada neoliberalismo-tecnologías-finanzas que sirve para comprender
y elaborar un estado de situación respecto al actual proceso globalizador, focalizando en la producción global y en las configuraciones de
Internet en diversos países. De este modo, se problematiza el papel y accionar desarrollado por Estados, empresas y sociedad civil en la lógica
capitalista global actual.
PALABRAS CLAVE: Globalización - TIC - producción - vigilancia - Estado
The purpose of this article is to present a status of various issues related to the current process of globalization and digital technologies
realizing that both are co-constitutive. For this, we explore the definition of the term “globalization” to analyze the place that is given toTIC
understanding the role played by the logic of neoliberalism and finance capital in this process.A triad neoliberalism-tecnologies-finance is
setted to understand and develop a status report on the current globalization process, focusing on global production and Internet´s setting in
various countries.Thus, the paper problematizes the role and action developed by governments, enterprises and civil society in today’s global
capitalist logic.
KEYWORDS: Globalization -TIC - production - surveillance - State
I. Introducción
económica, política, social y cultural que han trabajado y
problematizado las diversas ciencias humanas y otras en las
últimas tres décadas.
Cabe destacar que el concepto “Globalización” como
objeto de estudio académico e incluso a nivel coloquial/
cotidiano ha notado una baja de interés y repercusión
en la última década. Diversos hechos coyunturales y
nuevas teorías (Sociedad de la Información, capitalismo
informacional, capitalismo cognitivo, sociedad de control,
sociedad red, entre otras.) han tomado la posta en la
carrera de las explicaciones de los diversos fenómenos
relacionados con la globalización y las tecnologías digitales
desplazando a este concepto, cuyas problemáticas instaladas
en su apogeo distan de estar resueltas.
El presente artículo tiene como finalidad presentar
un estado de situación actual de diversas problemáticas
relacionadas con la globalización y las tecnologías digitales
comprendiendo que ambas son co-constitutivas.
D
esde hace ya varias décadas que vivimos la llamada
“revolución de las tecnologías de la información
y comunicación (TIC)”.
Este proceso, iniciado con los postulados y planteos de
la cibernética y cuyo punto inicial podemos signarlo en las
Conferencias de Macy (1946-1953) ha ido sufriendo diversos
cambios y modificaciones hasta alcanzar la potencialidad que
vivimos hoy en día donde las tecnologías digitales han permeado
las diversas esferas de la vida social, política, económica y
cultural en las distintas sociedades de nuestro tiempo.
El neoliberalismo como doctrina económica, como
re-conversión de los sectores productivos y de los diversos
Estados Nación, pero más bien pensado como una grilla de
inteligibilidad (Foucault, 2007) ha acompañado este proceso
forjando en su conjunción, principalmente tras la caída
del Muro de Berlín, el (actual) proceso de Globalización
* Licenciado en Sociología (Universidad de Buenos Aires, Facultad de Ciencias Sociales) - Instituto de Investigaciones Gino
Germani - Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas.
30
Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires
Si bien el campo de análisis es basto y muy amplio, para
los fines de este artículo se enfoca principalmente en los
cambios y el actual panorama del sector productivo y en
las configuraciones de Internet en diversos países del globo
(para abordar las relaciones entre los Estados, las empresas
y los usuarios en estas configuraciones).
Estos temas no serán analizados de forma aislada sino
que se busca en todo momento detallar la interrelación
entre los mismos y respecto del proceso de globalización
actual.
americana” so riesgo de que el mundo se sumerja en el caos.
La otra línea, a inicios de los 80, sería la postulada por Billy
Brandt la cuál sostenía que el norte (“desarrollado”) y el sur
(“en desarrollo”) tenían intereses recíprocos los cuáles son
complementarios y por tanto se debe apuntar en una mayor
integración económica, política y social entre esos dos
polos para acortar la “brecha que los separa” en un proyecto
que no tendría como actor hegemónico a EEUU sino a la
Organización de Naciones Unidas (ONU). En ambos casos,
los Estados Nacionales recortarían sus áreas de influencia y
potestad, a favor de la guía estadounidense (primera línea) o
de un árbitro internacional (segunda línea).
Schooyans a su vez señala como pronto, y especialmente
tras la caída del Muro de Berlín, mundialización empezaría
a virar hacia un proyecto de integración (y dominio
hegemónico) mayormente político y globalización hacia un
carácter más específicamente económico, donde el proyecto
retomaría el viejo enfoque de David Ricardo en torno a las
ventajas comparativas de la economía de cada país en la cuál
estos deberían especializarse para contribuir de ese modo a la
“economía global”.
Dentro del abanico de definiciones sobre Globalización,
II. Globalización ¿finalmente, que es?
Siguiendo a Schooyans (2000) el término “globalización”
surge en conjunto con el de “mundialización” ambos
apuntando a la creciente interdependencia de las sociedades
humanas a finales de la década del 60. Según el autor, dos
líneas comenzaron a tomar fuerza al respecto: por un lado,
la línea de Zbigniev Brzezinski en 1970 donde se postulaba
que debido al rol protagónico en el bloque occidental y en
el desarrollo tecnológico, EEUU debía asumir la conducción
mundial consolidando el proyecto hegemónico de la “paz
31
Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI
Mundial (2000) el cuál
podemos apreciar esta línea mayormente económica.
Siguiendo al Fondo Monetario Internacional (FMI):
se propone aprovechar la fuerza de la acción colectiva para
fomentar la responsabilidad cívica de las empresas de modo
que éstas puedan contribuir a la solución de los retos que
plantea la globalización. De esta forma, el sector puede
ayudar a hacer realidad la visión del Secretario General:
una economía mundial más sostenible e inclusiva. (Estatuto
Pacto Global, 2000)
La “globalización” económica es un proceso histórico,
el resultado de la innovación humana y el progreso
tecnológico. Se refiere a la creciente integración de las
economías de todo el mundo, especialmente a través
del comercio y los flujos financieros. (…) El uso de este
término se utiliza comúnmente desde los años ochenta, es
decir, desde que los adelantos tecnológicos han facilitado y
acelerado las transacciones internacionales comerciales y
financieras. La globalización no es un fenómeno reciente.
Algunos analistas sostienen que la economía mundial estaba
tan globalizada hace 100 años como hoy. Sin embargo,
nunca antes el comercio y los servicios financieros han
estado tan desarrollados e integrados. El aspecto más
sorprendente de este proceso es la integración de los
mercados financieros, que ha sido posible gracias a las
comunicaciones electrónicas modernas. (FMI, 2000)1
Esto nos permite entrever la importancia que comenzarían
a tomar en este proceso las empresas privadas a nivel mundial
como “actores globales”, especialmente las relacionadas a las TIC.
Asimismo, estos procesos, especialmente focalizando en
el auge del sector privado y en la reconversión de los Estados,
son descriptos por Beck al analizar que
la política de la globalización, no pretende solamente
eliminar las trabas de los sindicatos, si no también las del
Estado nacional; con otras palabras, pretende restar poder a
la política estatal-nacional. La retórica de los representantes
económicos más importantes en contra de la política social
estatal y de sus valedores deja poco que desear en cuanto a
claridad. Pretenden, en definitiva, desmantelar el aparato y
las tareas estatales con vistas a la realización de la utopía del
anarquismo mercantil del Estado mínimo. (Beck, 2011: 8)
Vemos así que el foco está puesto principalmente en la
integración de los mercados y los flujos de capital (financiero)
“más allá de las fronteras” y se destaca el papel de las tecnologías
en la consecución de este proceso. Asimismo, se le pone un
punto de partida (la década del 80) si bien se menciona que es
un proceso que tiene “100 años”, la consolidación del proceso
se da por la integración.
Siguiendo a Serrano, la globalización se define como
Siguiendo al autor, estos procesos son acompañados de
la instalación del “globalismo” como la doctrina dominante
mayormente de tinte económico liberal en el marco de una
“globalidad” la cuál postula una integración y pluralidad
mundiales entre los distintos países a través principalmente
de la interconexión generada por las TIC.
Estas definiciones nos ayudan a poder componer el
concepto actual hegemónico de Globalización, donde se
habla principalmente de un proceso histórico que apunta
principalmente a la integración e interconexión económica
y financiera a nivel mundial facilitada (y propulsada) por la
revolución, desarrollo e interpenetración de las TIC, donde
se signan países “desarrollados” y “en desarrollo” (los cuáles
deben intentar completar ese proceso de desarrollo en clara
lógica positivista), proceso el cuál se rige (en forma de grilla
de inteligibilidad) por una lógica globalística-neoliberal que
reconfigura el papel y los alcances de los Estados Nación y
abre el juego al sector privado global signando a su vez su
papel preponderante. Asimismo este proceso tiene como
hitos la crisis del petróleo de 1973 y la caída del muro de
Berlín de 1989, los cuáles han sido retomados por múltiples
teorías actuales como explicaciones de la caída del modelo
estatal-welfarista y el inicio del “mundo unipolar”, el cuál
el proceso de interconexión financiera, económica, social,
política y cultural que se acelera por el abaratamiento de
los transportes y la incorporación en algunas instituciones
(empresas, grupos sociales,...) y a nivel particular, de
tecnologías de la información y de la comunicación (TIC)
en un contexto de crisis económica (1973), de victoria
política del capitalismo (1989) y de cuestionamiento
cultural de los grandes ideales. (Serrano, 2006: 9).
Vemos aquí un panorama más amplio que el meramente
atribuido a la integración económica. La palabra clave es la
“interconexión” y nuevamente las tecnologías (en este caso
las TIC) vuelven a tener un papel predominante. Asimismo,
se nos indican dos “hitos históricos” donde se configuraría el
actual proceso de globalización: la crisis del petróleo de 1973
y la caída del muro de Berlín en 1989. Cabe destacar que en
el 2000, la ONU no solo apela a los Estados Nación como
actores en un “mundo globalizado”, sino también da un lugar
privilegiado al sector privado especialmente con el Pacto
1
El resaltado es propio. Cabe destacar que en la página del Banco
Mundial la definición es casi idéntica.
32
Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires
comanda (directa o indirectamente) este proceso globalizador.
Cabe mencionar aquí el análisis de Mayos (2011), el cuál
realiza una genealogía de la globalización desde los primeros
contactos de los pueblos pre-letrados para dar cuenta de que
la globalización no es un fenómeno reciente y novedoso, sino
que podemos hablar de diversos procesos y actores que han
ido configurando lo que conocemos (y acabamos de definir)
como el actual proceso globalizador.
de la lógica de la especulación financiera, brindando un mayor
estímulo a la Investigación+Desarrollo (I+D) y comenzando
el proceso de traslado de la producción industrial a países con
mano de obra “con menor costo” en los países “en desarrollo”
(Harvey, 1998) lo que permite empezar a entrever un
carácter trasnacional de la producción. Asimismo, esto es
acompañado de la desregulación de los mercados financieros
y especialmente de las inversiones directas en el extranjero y
transferencias de flujos monetarios, lo cuál es completamente
estimulado por el nuevo formato que adquiere el Estado
bajo la lógica neoliberal. Sumado a esto, los procesos de
“toma de deuda externa” facilitados por la nueva coyuntura
y fomentados por diversos Estados centrales en conjunción
con el FMI y el Banco Mundial comienzan a expandirse por
los países “en desarrollo” dando un mayor impulso al sector
financiero y también creando una nueva herramienta de
dependencia económica, política y social.
Cabe destacar a su vez y retomando la definición de
Globalización del FMI, la alusión al papel de las TIC en la
veloz y segura transferencia de los flujos financieros como
parte vital de este proceso.
De este modo podemos ver como esta interrelación
(e integración) entre el trío TIC-neoliberalismo-finanzas
configura el actual proceso de Globalización al disponer de
una lógica de maximización de las ganancias económicas
(principalmente de sectores privados) fomentado y permitido
por un Estado en proceso de retirada de la lógica keynesiana,
motorizado y acelerado por las TIC (que a su vez son
apuntadas como el principal foco de desarrollo post-fordista)
que tiene su epicentro en que se permita que los flujos e
inversiones de capital financiero puedan trasladarse sin trabas
ni regulaciones a través de los distintos países del globo.
En palabras de Castells (2001: 110), “el sector financiero
es la fuerza que impulsa la formación de un mercado
financiero global conectado electrónicamente, la fuente
última de inversión y creación de valor de toda la economía” .
Cabe asimismo destacar que este proceso consigue su
mayor despliegue y expansión justamente al abordar el
segundo hito: la caída del muro de Berlín, el fin de la Guerra
Fría y el predominio de EEUU y del bloque occidental a
nivel mundial, impulsores ambos de esta modalidad de
globalización antes descripta.
III. Las TIC como sustento y motor de la globalización
Múltiples teorías que analizan la relación entre sociedad,
conocimiento y tecnologías digitales, entre las cuales
podemos encontrar la teoría del Capitalismo Informacional
(Castells, 2001, Valderrama 2012), Capitalismo Cognitivo
(Rullani, 2004; Boutang, 2004), entre otras, nos hablan de
que la Crisis del Petróleo de 1973, originada por el boicot
de los países árabes de la OPEP al occidente keynesiano,
instala tanto un punto de quiebre en el modelo del Estado de
Bienestar fordista.
El estancamiento de esta forma de producción capitalista
sufre así su golpe de gracia, habilitando el campo para la
instalación con fuerza de las teorías neoliberales que hasta
ese momento se consideraban marginales (Foucault, 2007)
y para que el foco se traslade hacia las TIC como motor de la
producción.
En palabras de De Charras (2006):
El abandono del modelo industrial fondista y el Walfare
State necesitaba algún nuevo punto de anclaje que oficiara
de principio estructurante del nuevo desarrollo económico
por venir y que a su vez, permitiera explicar la crisis en
términos transicionales (…) Con el inicio de la crisis
“posfordista” aparecen los primeros planteos futuristas
que verán en la tecnología y su capacidad de almacenar,
manipular y transmitir información no sólo una puerta
de salida para el colapso económico, sino que también
encontraban allí la llave que democratizaría a la sociedad.
(pp. 28-29)
De este modo, poco a poco se iniciaría un proceso de
reestructuración de la economía occidental y del rol del
Estado en ella auspiciado tanto por el clivaje neoliberal como
por el desarrollo y fomento acelerado de las TIC, los cuáles
ambos convergerían en las finanzas y en el sector servicios.
Por un lado la producción industrial comenzaría a mermar
de diversas formas en los distintos países, focalizando en un
proceso de terciarización de la economía (Villareal, 1985) vía
cierre de fábricas, feroces ataques a sindicatos y crecimiento
IV. El ámbito productivo de las TIC: Una
Nueva división del trabajo internacional
En cuanto a la producción, las tecnologías (especialmente
las de la información y comunicación) pasan a desempeñar
un papel privilegiado en la economía post-fordista. Desde la
década de 1970 la llamada “revolución de la tecnología de
33
Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI
la información”, siguiendo a Castells (1995), lleva a cabo
un proceso fundamental de reestructuración del sistema
capitalista signado por los cambios en su modo de desarrollo,
los cuales
—patentes, derechos de autor, licencias, contratos—
o monopolistas la posibilidad de copiar, de imitar, de
«reinventar», de aprender conocimientos de otros. En
otros términos: el valor del conocimiento no es el fruto de
su escasez —natural—, sino que se desprende únicamente
de limitaciones estables, institucionalmente o de hecho, del
acceso al conocimiento. (Rullani, 2004: 4).
son los dispositivos tecnológicos mediante los cuales el
trabajo actúa sobre la materia para generar el producto,
determinando en definitiva la cuantía y calidad del excedente.
Cada modo de desarrollo se define por el elemento que es
fundamental para fomentar la productividad en el proceso
de producción. (Castells, 1995: 32)
Es decir, que el valor del conocimiento y por ende de los
BI estará atado a una serie de restricciones artificiales que
limiten su difusión o asignen valor a su replicabilidad.
El trío TIC-neoliberalismofinanzas configura el actual
proceso de Globalización
al disponer de una lógica de
maximización de las ganancias
económicas fomentado y
permitido por un Estado en
proceso de retirada
Destacando que en nuestra época predomine el modo de
desarrollo informacional. Cabe mencionar que el modo de
desarrollo penetra el conjunto de estructuras, instituciones y
relaciones sociales, permeándolas.
Este modo de desarrollo, define su cambio al producir
un nuevo tipo de mercancías, los llamados Bienes
Informacionales2 que constituyen:
Bienes obtenidos en procesos cuya función de producción
está signada por un importante peso relativo de los gastos
(en capital o trabajo). En todos los casos se trata de bienes
en cuya producción los costos de las materias y de la
energía son despreciables frente a los de los conocimientos
involucrados.(Zukerfeld, 2010: 3).
Las leyes y regulaciones relativas a la Propiedad
Intelectual forjan y reglamentan estos cercamientos
artificiales extendiéndose vía la Organización Mundial de
la Propiedad Intelectual (OMPI), la Organización Mundial
de Comercio (OMC) y diversos Tratados bilaterales y
multilaterales las pautas y reglas “mundiales” (o globales)
a seguir (y castigos a aplicar por no seguirlas) para regular
la producción informacional, el trabajo informacional y los
bienes informacionales en los diversos países.
Es importante entender estas cuestiones para analizar
el viraje de la inversión en los países “desarrollados” en el
elemento que más productividad brinda, destacándose
principalmente la inversión en I+D en torno a bienes
informacionales y el traslado de las industrias físicas a diversos
países “en desarrollo” con una mano de obra más barata, que
creen lo ideado por diversos centros especializados. El modelo
Silicon Valley en EEUU o el caso de Ericsson y Tretapack en
Suecia (Gendler, 2013) son plenos ejemplos de este nuevo
modelo de negocios donde el centro especializado que ha
ideado el producto o su marca obtiene el mayor porcentaje
de su valor de cambio muy por encima de los productores o
distribuidores.
De esta manera queda estructurado un nuevo mapa en
la división internacional del trabajo, contando por un lado
con diversos países centrales donde mayormente su actividad
Esto no elimina la producción de bienes industriales
sino que ésta queda relegada o subsumida ante la nueva
producción informacional. Los BI primarios (Zukerfeld,
2010) compuestos puramente de información digital, tienen
su materialidad en los Bits que los componen. Siguiendo
el planteo de Cafassi (1998) no solamente los BI tienen
materialidad, sino que cuentan con una característica
particular que pone en jaque el sistema de valorización
tradicional capitalista dado que los bits son fácilmente
replicables sin pérdida de calidad o contenido con un costo
tendiente a 0, lo que modifica de modo radical la tradicional
valorización capitalista al ya no poder obtener un valor de
cambio por cada réplica de producto producido (como era el
caso de la producción en serie industrial).
Por lo tanto, se emplean una multiplicidad de estrategias
para volver redituables estos bienes fácilmente replicables
y así asegurar su valoración y la obtención de ganancia.
Siguiendo a Rullani:
El valor de cambio del conocimiento está entonces
enteramente ligado a la capacidad práctica de limitar su
difusión libre, es decir, de limitar con medios jurídicos
2
De ahora en más, los llamaremos “BI”.
34
Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires
económica (y la de sus empresas privadas emblema) se enfoca
en el fomento de I+D especialmente en relación al software,
hardware y apps digitales, países “en desarrollo” donde la
mano de obra es más barata para instalarse y poder fabricar lo
antes planificado y otros países que vuelven a la vieja fórmula
ricardeana de las ventajas comparativas (recordemos, parte
fundamental de los postulados de la globalización para
“contribuir a la economía global”) y que pasan mayormente
a especializarse en su ventaja específica abandonando
(con diversos matices) los proyectos de sustitución de
importaciones o industrialización alcanzados o proyectados,
ayudados por las diversas “recomendaciones” de organismos
de crédito internacionales y otros actores financieros de peso.
Cabe destacar que los países (y empresas) más beneficiados
en este esquema son aquellos que invierten en I+D y cuya
potestad de las patentes y de la propiedad intelectual les dan
una predominancia en la productividad mundial sumamente
considerable a la vez que les permiten disponer de herramientas
legales para limitar o bloquear posible competencia por
parte de otros países. Un ejemplo de esto son varios de los
países “en desarrollo”, como la India, que poseen industrias
de software y otros productos informáticos y cuya inversión
de I+D en ellos no deja de ser para producir tecnologías y
bienes informacionales que sean apropiados por las empresas
y marcas que disponen de la propiedad intelectual. De esta
manera, la lógica de la globalización actual genera que la
producción de estos bienes informacionales en estos países
“en desarrollo” no es muy distinta de la producción de bienes
industriales de empresas multinacionales que ensamblan o
fabrican también en su territorio.
Sumado a esto, los servidores “raíz”, es decir, aquellos
que almacenan las direcciones DNS3 y permiten que una
solicitud de ingreso a una página o aplicación pueda llevarse
a cabo se encuentran localizados 10 de los 13 en EEUU, dos
en Europa (Estocolmo y Holanda) y uno en Japón, lo que nos
permite apreciar una distribución completamente desigual y
concentrada de una parte vital en la navegación y tránsito de
datos actual.
No ahondaremos en este artículo sobre el proceso y
recorrido de transferencia de datos4, sino que nos abocaremos
a analizar como se reglamenta y “gobierna” la red.
Para ello cabe destacar que los flujos que se transmiten
a través de las TIC, principalmente en Internet, no son
solo financieros, sino que principalmente lo que circula
es información y datos tanto personales, comerciales y/o
estratégicos de diversos individuos, empresas y Estados.
Es menester comprender que los datos circulantes no solo
son utilizados para fines comerciales (publicidad, nuevos
productos, ofertas personalizadas, etc.) sino también con fines
de control y vigilancia en una clara violación al principio/
concepto de Neutralidad de la Red (Gendler, 2015).
En la circulación de estos datos es fundamental
comprender el papel de los ISP (proveedores de servicio de
Internet) como puerta de entrada y salida de los mismos a
los distintos dispositivos tecnológicos, los cables submarinos
antes mencionados, las páginas, redes sociales, aplicaciones,
etc. a los que los internautas acceden, donde tienen ubicados
sus servidores y sus sedes y las diversas reglamentaciones
de los Estados sobre los usos y responsabilidades del utilizar
Internet al interior de su territorio.
V. Internet Global: concentrando, gobernando
y controlando
V.II Gobernando
Por un lado, y siguiendo a Aspis (2015) uno de los
modelos que fueron tomando fuerza hasta constituirse como
el principal modelo de administración y reglamentación es el
modelo multistakeholder (de múltiples actores) denominado
“Foro de gobernanza de Internet”, el cuál trabaja en torno a
las actividades y reglamentaciones necesarias para el “normal
funcionamiento de Internet”. Este modelo surge en 2005 en
la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la información, el
cual consiste:
V.I Concentrando
Ahora pasaremos a abordar el segundo estado de situación
que refiere a la configuración de Internet en varios países
representativos a nivel mundial.
Si bien Internet surge como un proyecto con finalidades
descentralizadoras, analizando la arquitectura de Internet
(especialmente el nivel de la infraestructura) y siguiendo a
Zukerfeld (2014) podemos encontrar que los flujos de datos
circulan mayormente por los tendidos de cables submarinos
intercontinentales. Estos, son propiedad de unas pocas
empresas multinacionales con sede central en EEUU y otros
países “desarrollados” (en algunos casos con participación
Estatal) entre las cuáles se encuentran AT&T,Verisson y Global
Crossing Network, por lo que podemos ver que el transporte
de los datos e información está sumamente concentrado.
3
Sistema de nombres de dominio o DNS (por sus siglas en inglés)
es un sistema de nomenclaturas cuya función más importante, es traducir
nombres inteligibles para las personas en identificadores binarios asociados
con los equipos conectados a la red, esto con el propósito de poder localizar
y direccionar estos equipos mundialmente. Es decir que el servidor DNS
traduce una dirección escrita por el usuario (por ejemplo www.google.
com) en código binario que le permita guiar a los datos hacia el servidor
destino (Google).
4
Para ello se recomienda Gendler, M (2015) “¿Que es la Neutralidad
de la Red?: peligros y potencialidades” Revista Hipertextos Vol. 2, Nº4.
35
Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI
y/o que tienen un gran poder de decisión y acción en su
gobernanza. Los Estados, reconfigurado su accionar tras la
avanzada neoliberal, parecen muchas veces recular frente al
sector privado, mientras que el 3er sector “la sociedad civil”
sigue teniendo un papel más nominal que realmente activo en
su gobernanza.
En el desarrollo e implementación de normas, reglas y
decisiones en el marco de diferentes procesos que dan
forma a la evolución de Internet dentro del marco o
modelo de múltiples partes interesadas(…) Este modelo
político de gobernabilidad sostiene que la participación
en las actividades que son llevadas a cabo para administrar
y gestionar Internet, juntamente con las decisiones
sobre la agenda de los recursos tecnológicos, deben ser
realizadas en pie de igualdad, paradigma que a sustento
a una participación en principio abierta y plurilateral de
diferentes sectores que debaten sobre aspectos específicos
aún sin la producción de documentos concretos, vinculantes
u operativos. (Aspis, 2015: 3)
V.III Controlando
Como hemos visto, la infraestructura de Internet se
encuentra fuertemente concentrada en lo que refiere al
tránsito de flujos de información, en un sistema internacional
donde los Estados deben consensuar con los privados
(convertidos en sus pares) los reglamentos, estatutos y modos
de acción respetando la lógica de la globalización actual.
Sin embargo, al interior de cada país, los Estados tienen
otro poder de decisión, reglamentación y de normatividad
si bien las principales páginas, redes sociales, aplicaciones,
etc. que son visitadas por todos los habitantes del globo son
multinacionales y (generalmente) con sede en EEUU.
Siguiendo los datos aportados por diversas fuentes
periodísticas, por Martel (2015) y por la OpenNet Iniciative6
hemos armado un breve panorama mundial:
China es un interesante caso de fuerte regionalismo en su
configuración de Internet, al contar con una “muralla china
informacional”, es decir, con un inmenso Firewall respecto
a los contenidos y noticias provenientes de Occidente en pos
de preservar la estabilidad del dominio político y social del
Partido Comunista Chino. Asimismo podemos ver que China
desarrolla una “Internet por duplicación” al reemplazar las
principales redes sociales y aplicaciones occidentales por
versiones propias, diseñadas con aval del Estado Chino y
cuyos servidores se encuentran en este mismo país (es decir,
regulado por leyes e intereses chinos). A su vez, en China está
aplicado un modelo de censura automático complementado
con un destacamento de “censores goburnamentales”. De este
modo, el Estado chino dispone de diversos mecanismos de
control y vigilancia que no solo son efectivos para controlar
las actividades y acciones online de sus pobladores sino que su
estructura permite a su vez que sus datos internos no caigan
en manos de empresas y agencias de inteligencia occidentales
(principalmente de EEUU).
Rusia no reglamenta o ha prohibido el ingreso de redes
Para sintetizar, este Foro cuenta con la participación
de Estados, empresas y organizaciones de la sociedad civil
quienes en un supuesto “pie de igualdad” definen problemas
y soluciones, establecen roles y responsabilidades para el
desarrollo, monitoreo, implementación y evaluación de
políticas.
Aspis (2015) sostiene que si bien el modelo apunta a
un proceso integrador que pueda operar sin concentración
para fijar y resolver los temas que atañen a la utilización de
Internet, el hecho de que las empresas multinacionales y los
Estados tengan el mismo status de decisión no deja de ser
algo novedoso y complejo que da pie a diversas controversias.
Asimismo, la representación por parte de la sociedad civil
muchas veces es escasa o nula.
Cabe aclarar que si bien este modelo tiende a ser el
hegemónico, esto no es una cuestión cerrada, ya que también
tiene mucha fuerza y poder de decisión la Unión Internacional
de Telecomunicaciones (UIT) de las Naciones Unidas, la cuál
alberga a los Estados miembro y a 700 empresas del sector
privado, pero solo concede voto a los primeros, dando voz
consultiva pero no resolutiva a los segundos. De esta forma,
la UIT representa en cierta medida los modelos de decisión
más típicamente keynesianos donde los Estados tenían
predominancia por sobre los demás actores, a diferencia
de los Foros de Gobernanza de Internet cuya estructura y
modalidad “en el mismo pie de igualdad” se “aggiorna” a los
tiempos del actual modelo de globalización5.
De este modo, vemos como el actual modelo de Internet
tiene como protagonistas centrales a diversas empresas
privadas que concentran el tráfico de los datos que circulan
6
La OpenNet Iniciative es una iniciativa conjunta de la Universidad
de Toronto, el laboratorio ciudadano de de la Munk School of Foreign
Affaires, el centro Berkamn de Internet y Sociedad de la universidad de
Harvard y el grupo SecDev de Ottawa que realiza análisis regional y por
países acerca de las configuraciones de Internet y de los registros sobre
vigilancia y control en los mismos. Si bien se entiende que esta iniciativa
conlleva un cierto sesgo en sus análisis, los datos que provee, especialmente
de regiones como África, el mundo árabe y Rusia nos resultan sumamente
útiles para el armado de este panorama. https://opennet.net/
5
No es casualidad que mientras se desarrolló la Conferencia
de la Unión Internacional de Telecomunicaciones en 2013, donde se
debatía un nuevo reglamento de telecomunicaciones entre los Estados
miembro, Google (junto a CISCO, Microsoft, AT/T, y otras) desarrolló la
iniciativa “Take Action” solicitando apoyo de los usuarios en repudio de un
reglamento que solo consoliden y ratifiquen los Estados y deje de lado a las
empresas y a la sociedad civil solicitando que el mismo se discuta “en otros
ámbitos más horizontales”.
36
Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires
sociales, páginas, empresas y aplicaciones occidentales, el
Estado ruso impulsa y fomenta la utilización de redes sociales
y rusas (y por tanto con sus principales servidores en Rusia)
en los ciudadanos del país. Cabe destacar que aquí no solo
juega el fomento del Estado sino también un sentimiento
patriótico ruso (anti-estadounidense) que se mantiene desde
los tiempos de la Guerra Fría.
Asimismo, la mayoría de los ISP rusos son estatales
o tienen una fuerte participación del Estado, lo que ayuda
al gobierno ruso a controlar los flujos de datos interno de
sus ciudadanos y a limitar la transferencia de información
que no desee ser compartida a Occidente. Sin embargo, la
concentración a nivel infraestructura de los cables submarinos
es el principal problema de soberanía informacional actual en
Rusia. Es por eso que este país fue uno de los principales
impulsores del grupo BRICS y de la construcción de un cable
submarino propio.
En EEUU, si bien el modelo aduce ser completamente
abierto sin los controles vistos en los dos países mencionados
anteriormente, cabe destacar que desde los atentados del 11
de septiembre de 2001, la Ley “USA PATRIOT” sancionada
finalmente en 2006, permite al Estado mantener un control y
vigilancia sobre sus ciudadanos “para prevenir el terrorismo”.
Al estar radicadas las principales empresas y sus servidores
en este país, EEUU puede asimismo disponer (solicitando
o “pinchando”) de todos los flujos de datos a nivel mundial
que circulan a través de redes sociales, páginas, aplicaciones,
etc. radicadas en su territorio, lo cuál ha sido denunciado
tanto por la filtración de los cables de Wikileaks en 2011 y
por Snowden en 2013 para el espionaje de los ciudadanos y
líderes de los diversos países del mundo como también se los
propios ciudadanos y autoridades estadounidenses.
En este caso, se cumple el postulado de Agamben (2005)
donde el estado de excepción se vuelve ley ya que esta ley
permite violar legalmente derechos, responsabilidades y
seguros inscriptos tanto en la constitución estadounidense
como en leyes y constituciones de otros países en vistas
de “mantener la seguridad nacional” implementando un
complejo sistema de vigilancia y control a nivel mundial,
lo que nos da la pauta que el motor de la Globalización que
significaron las TICS también se traduce en permitir que estas
tecnologías sean una puerta de entrada (o de salida) de flujos
de datos personales y estratégicos de los distintos países del
globo y no solo de flujos financieros.
Analizando otras regiones, podemos encontrar en los
Estados Árabes condiciones muy desiguales en los distintos
países, principalmente atendiendo tanto a la desigual
penetración de Internet como a los tipos de censura política
y técnica aplicada. Todos los países en mayor o menor
grado comparten diversos parámetros sobre el bloqueo de
contenidos (principalmente imágenes y videos) considerados
moralmente peligrosos o impropios siendo Arabia Saudita
el que mayores acciones y reglamentaciones ha esgrimido
al respecto. Asimismo, la mayoría de estos países dispone de
censores contratados que se ocupan de clasificar y solicitar
a los buscadores la imposibilidad de acceder a páginas que
contengan los contenidos detallados anteriormente. Qatar
es otro de los países que más control despliega solicitando
registros periódicos de datos a los ISP que operan en su
territorio y Egipto ha aprobado diversos reglamentos que
permiten solicitar a las empresas norteamericanas los datos de
tráfico y contenido de los flujos de las personas “sospechadas
por terrorismo”, principalmente tras los hechos sucedidos en
la llamada “primavera árabe”.
La arquitectura de Internet
en los distintos países posee
un gran protagonismo y peso
por parte del Estado, pero
este no deja de ser un Estado
aggiornado a los tiempos
y modelos globalizados.
En el caso de África (excluyendo al norte árabe), tan solo
Sudáfrica presenta parámetros de penetración y desarrollo
de Internet similares a los de Europa o EEUU. El resto
muestra una variedad enorme de panoramas, entre países
con infraestructura en crecimiento ayudados por el boom
de los teléfonos móviles hasta otros que apenas presentan un
1% de penetración para temas administrativos. En general
los países no cuentan con desarrollos, páginas o servidores
propios consumiendo las páginas, redes sociales y aplicaciones
internacionales con sede en Europa y EEUU lo que muestra
un fértil campo para que estas puedan operar sin problemas.
Salvo el caso de Zimbabwe, Etiopía, Uganda y Nigeria que
poseen diversas legislaciones, sistemas y acciones en pos del
control de su población en el resto de los países africanos
el papel de sus Estados en el control de los flujos de su
Internet es mínimo dejando actuar libremente a las empresas
multinacionales, situación agravada por la dependencia de
cables submarinos de origen estadounidense y europeo.
Europa, es un caso sumamente complejo y diverso
debido a las diferentes reglamentaciones y acciones de
cada país en particular en conjunción con las medidas de
carácter colectivo que se discuten en el parlamento europeo.
Asimismo, Europa es, después de EEUU, sede de múltiples
37
Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI
la mayoría de los países latinoamericanos la información
recolectada es accesible vía orden judicial teniendo a México
y Colombia como principales excepciones.
Respecto al accionar de las empresas multinacionales,
la mayoría de las leyes latinoamericanas apenas contemplan
su participación en la circulación y almacenamiento de los
flujos de datos, centrándose principalmente en los ISP para
esta labor y permitiendo que estos flujos puedan circular
libremente hacia EEUU, Europa y otras sedes de los
servidores de estas empresas, situación que se ve agravada
por la dependencia respecto a cables submarinos de origen
estadounidense y británico.
En síntesis podemos ver diversos panoramas en los
distintos países y regiones respecto a como está configurada
la arquitectura de Internet y al control y accionar (o a su falta
de) Estatal. Alcántara (2011) nos menciona que en estos temas
el Estado obra por acción u omisión respecto a las normativas,
regulaciones y a los accionares empresariales, signando que el
hecho de que no haya una normativa específica también es
una toma de posición por parte del Estado.
Vemos así que en los diversos países y regiones los
Estados algunas veces toman medidas para limitar el tráfico
de flujos de datos hacia EEUU, etc. y otros que disponen de
los servidores y por tanto pueden almacenar libremente su
información, pero mayormente las medidas tomadas hacen
foco en el control y vigilancia de sus propios habitantes y
empresas más que como medida de resguardo ante el tránsito
de flujo de datos hacia el exterior. En este sentido podemos
ver que la arquitectura de Internet en los distintos países posee
un gran protagonismo y peso por parte del Estado, pero este
no deja de ser un Estado aggiornado a los tiempos y modelos
globalizados, garante de la integración e interconexión de los
flujos (financieros y otros), salvo en contadas excepciones.
empresas multinacionales (y sus servidores) que poseen un
papel de peso en la gobernanza de Internet y en los flujos de
datos (y su apropiación), concentrando también gran parte
del flujo de datos circulante a nivel mundial. Cabe destacar
que Gran Bretaña es parte integral de la llamada “alianza
de los cinco ojos” debelada por Snowden7 cuya agencia de
seguridad nacional GCHQ mantiene estrechas relaciones
y actividades con la NSA estadounidense desde el inicio
de la Guerra Fría. Asimismo en este país rigen diversas
reglamentaciones para controlar el tráfico y actividades en
Internet de sus ciudadanos.
Asimismo, en Francia, Alemania, Italia, Finlandia y
Polonia rigen desde 2002 diversas regulaciones que permiten
a sus gobiernos acceder vía la información guardada por los
ISP a los datos de tráfico y contenido generado por usuarios
de ambos países sin mediar orden judicial alguna.
El resto de los países muestra diversas diferencias,
pasando por los modelos de España e Irlanda donde es
necesario obtener una orden judicial hasta los casos de otros
países donde la legislación al respecto parece ser más laxa.
Cabe destacar que en todo el continente europeo existen
múltiples reglamentaciones que permiten censurar y castigar
las infracciones a bienes informacionales legislados por el
copyright con una legislación similar a la de EEUU.
En América Latina también la situación es diversa al
interior de los distintos Estados si bien hay algunas líneas de
toque a nivel regional. En el caso de Brasil, Chile, Colombia,
Ecuador, Honduras, México y Panamá se reveló que estos
países han accedido a licencias del programa “Da Vinci”8,
software que permite acceder a contraseñas, mensajes
y correos electrónicos, contactos, llamadas y audios de
teléfono, micrófono y webcam, información de herramientas
como Skype y otras plataformas de chat, posición geográfica
en tiempo real, información almacenada en el disco duro,
cada una de las teclas apretadas y clics del mouse, capturas
de pantalla y sitios de Internet visitados. Asimismo,
México dispone de normativas específicas para el acceso a
datos sospechados de pertenecer o colaborar con redes de
narcotráfico o terroristas y el Marco Civil de Internet de
Brasil explicita que los ISP deben guardar la información
circulante y hacerla accesible a pedido del Estado (Gendler,
2015). En Colombia se creó el sistema PUMA que permite
el monitoreo de los flujos de datos por parte de autoridades
militares y policiales y en Argentina el sistema SIBIOS
permite al gobierno disponer de una importante base de
datos biométricos de sus habitantes. Es destacable que en
VI. Conclusiones y reflexiones abiertas
En este artículo hemos intentado recorrer y dejar un
estado de situación del actual proceso de globalización,
especialmente vinculándolo con las tecnologías (las TICS y
las tecnologías digitales).
Hemos recorrido diversas definiciones de Globalización
y hemos visto como las TICS aparecen como un elemento
sustancial para comprender la rápida y veloz expansión
de los postulados, lógicas y accionares del actual proceso
globalizador.
Asimismo, hemos visto como las tecnologías en conjunción
con los postulados neoliberales y el poderoso sector de las finanzas
forman una especie de tríada a la cuál es necesario abordar
para comprender los cambios, transformaciones, rupturas y
continuidades respecto a procesos anteriores del capitalismo.
7
Los integrantes de dicha alianza son EEUU, Gran Bretaña, Nueva
Zelanda, Canadá y Australia, estas últimas tres antiguas colonias británicas
y actualmente miembros del Commonwealth, liderado por Gran Bretaña.
8
También se ha hecho referencia a contactos de Argentina,
Guatemala, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela con la empresa
proveedora de este software, sin mayores detalles.
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Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires
Bibliografía
Hemos a su vez abordado como es el proceso productivo
actual que tiene a las tecnologías en su centro como principal
motor de productividad, como ha sido una de las principales
salidas al modelo fondista-keynesiano y las consecuencias de
su favorecimiento, principalmente en lo que respecta a la
geopolítica productiva.
A su vez, hemos analizado como Internet presenta
un panorama de fuerte concentración privada en su
infraestructura, una gobernanza caracterizada por un “pie de
igualdad” entre Estados y empresas (lo que marca también el
importante papel que cumplen estas últimas en la economía
mundial) y diversas estructuras nacionales caracterizadas por
una (mayormente) fuerte presencia estatal en lo que refiere
al control de los datos de sus propios ciudadanos, asegurando
asimismo (por acción u omisión) que no se interrumpan esos
flujos de datos que circulan hacia EEUU y Europa en pos de
cumplir con los postulados de la lógica globalística-neoliberal acerca de su integración y su interconexión.
De este modo podemos comprender como el papel de
las TIC en el proceso globalizador no ha sido solo el de
representar el motor de la economía post-fordista y el de
acelerar los tiempos y disminuir las trabas para el tránsito
de flujos de datos financieros, sino también de permitir
y facilitar la transferencia de flujos de datos personales y
estratégicos (hacia unos países y empresas y no otros) que
en cierta medida, representan una gran herramienta para
poder mantener la estabilidad del modelo capitalista global
actual.
Este panorama descrito nos muestra que muy lejos de
estar saldadas las cuestiones relacionadas con la globalización
y las tecnologías, estas se muestran plenamente presentes
y cambiantes, configurando y re-configurando panoramas
políticos, económicos y sociales en distintos países del
mundo bajo las diversas lógicas y accionares que postula el
actual proceso de globalización y sus diversos impulsores.
Sin embargo, aunque el panorama parezca sumamente
desesperanzador, también hay diversas resistencias que se
manifiestan en este mundo global. Por cuestiones de espacio
no nos fue posible realizar un panorama acerca de ellas, pero
el hecho de que los países no se adapten al 100% a las lógicas
imperantes (los “matices” que anteriormente contemplamos)
sumado a diversas iniciativas de algunos Estados en pos
de fomentar su soberanía informacional y al accionar de
múltiples colectivos y movimientos sociales (Lago Martínez,
Gendler y Méndez, 2015) que se apropian de las tecnologías
digitales en su accionar así como de diversos movimientos
de software libre (Gendler y Alonso, 2015) que proponen
dispositivos, codificaciones y miradas alternativas a las
hegemónicas nos permiten ver el par resistencia en estas
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40
Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires
Modernidad y globalización:
una perspectiva a través del turismo
Bárbara Catalano y Laura Tottino*
Una de las consecuencias de la globalización se visualiza a través de los cada vez más veloces desplazamientos, siendo el turismo un tipo
de movilidad que se acopla a este momento de la modernidad y posmodernidad. A través de este trabajo se esbozan algunas corrientes de
abordajes sobre el turismo en un contexto de globalización, tratando visibilizar el poder que implican los movimientos de personas, de forma
agregada, en una enmarañada sociedad transnacional. Se vislumbra este escenario móvil y líquido bajo la lente sobre los desplazamientos y
las reconfiguraciones de las nuevas modalidades y tipologías de ejercer la práctica de turismo en la era de la post-industrialización.
PALABRAS CLAVE: Turismo - Globalización - Modernidad - Movilidades
One of the consequences of globalization can be seen in the faster and faster movement of people, tourism being a type of mobility intimately
connected to this moment of modernity and postmodernity.This work outlines approaches to tourism within the context of globalization,
displaying the power of the movement of people as a contribution to a tangled transnational society.This scenario is found to be liquid and
fluctuating in the journeys and reconfigurations of new ways and forms of tourism in the post-industrial era.
KEYWORDS: Tourism - Globalization - Modernity - Mobilities
Consideraciones iniciales
agenda política. Así, los sólidos que se están disolviendo
al momento de la sociedad fluida, son los vínculos entre
las elecciones individuales y los proyectos y las acciones
colectivas, es decir las estructuras de comunicación y
coordinación entre políticas de vida individuales y las
acciones políticas colectivas. No obstante es preciso señalar
que todos los moldes que se rompen son reemplazados por
otros, dado que la gente es liberada de sus viejas celdas sólo
para ser censurada y reprendida si no logra situarse por
medio de un esfuerzo dedicado, continuo y de por vida en
un nuevo orden de “clases”3 (Bauman, 2003:12).
En la modernidad, el tiempo y el espacio se separan y
pueden ser analizados como categorías de estrategia y acción
independientes. Por ello, cuando la distancia recorrida en una
unidad de tiempo pasa a depender de la tecnología y de los
medios de transportes, los límites heredados de la velocidad
comienzan a transgredirse. Así es como la modernidad a través
L
as consecuencias de la globalización también
se pueden identificar a través de una actividad
económica y móvil como el turismo. La situación
de movilidad1 actual que comienza a vislumbrarse en el
sector de servicios turísticos, emerge de la disolución
radical producto de aquellas rigideces acusadas de limitar
la libertad individual de elegir y de actuar. Es decir que, la
“disolución de los sólidos”2, que se mantiene como rasgo
en la modernidad, tiene como uno de sus efectos, un nuevo
significado y sobre todo, una nueva dirección o redirección.
Uno de los efectos más importantes de ese cambio
de dirección es la disolución de las fuerzas que pueden
mantener el tema del orden y del sistema dentro de la
1
Bauman (2003) asocia levedad o liviandad con movilidad e
inconstancia.
2
Bauman (2003) dice que, las primeras pautas sagradas que debían
profanarse eran las lealtades tradicionales, los derechos y obligaciones
acostumbrados que ataban de pies y manos, obstaculizaban los movimientos
y constreñían la iniciativa. Para encarar seriamente la tarea de construir un
nuevo orden.
3
Los individuos deben dedicarse a la tarea de usar su nueva
libertad para encontrar el nicho apropiado y establecerse en él, siguiendo
finalmente las reglas y modalidades de conductas correctas y adecuadas a
esa ubicación. Para más detalle ver Bauman (2003: 12-13).
* Bárbara Catalano es Licenciada en turismo, Magister en Procesos de integración regional con énfasis en Mercosur, becaria
doctoral Conicet, con sede en el Instituto de Investigaciones Gino Germani IIGG-UBA y docente en Universidad Metropolitana
para la Educación y el Trabajo.
Laura Tottino es Licenciada en Sociología y Magister en Ciencias Sociales del Trabajo (UBA), Doctorando en Ciencias Sociales
(UBA), Auxiliar investigador con Base en el Instituto de Investigaciones Gino Germani IIGG-UBA y docente en Universidad
Metropolitana para la Educación y el Trabajo
41
Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI
manifestaciones carentes de diferentes campos de las ciencias
sociales, desde éste estudio el turismo es abordado como una
forma de movilidad. Además, se entiende que la modernidad
y la posmodernidad en las sociedades actuales también
manifiestan sus síntomas a través de una práctica cada vez más
presente y naturalizada como es la práctica turística.
En consecuencia, éste artículo analiza al turismo y a su
manifestación a través de estos hilos conductores o flujos
turísticos en la forma de movimientos poblacionales en los
últimos años en el mundo y en una región en particular, dado
que avizoran cambios significativos en la forma de desarrollo
que asume el turismo, por la cantidad de desplazamientos,
que son cada vez más; y porque comienzan a surgir nuevas
modalidades y características que delinean las nuevas
tendencias de utilizar el tiempo libre y el ocio en la sociedad
de post-organización o globalizada.
de sus atributos de flexibilidad y capacidad de expansión inicia
un camino en busca del poder. Ese poder puede moverse con la
velocidad electrónica y en la práctica se vuelve extraterritorial
y ya no está atado y ni siquiera retenido por la resistencia del
espacio. Bauman (2003: 33) señala que “la sociedad que ingresa
el siglo XXI no es menos moderna que la que ingresa en el
siglo XX; a lo sumo puede decirse que es más moderna de
manera diferente”. Lo que la hace diferente es la capacidad de
intensificar la productividad o competitividad.
La globalización o más bien la post-globalización es la
nueva forma que asume la modernidad y se refleja en las
manifestaciones que presentan las distintas formas de movilidad.
Puede que no exista un espacio y una actividad donde arraigarnos
y cuando parece que lo encontramos, ese arraigo resulta que es
frágil y con frecuencia se desvanece antes de que el proceso de
anclaje concluya, lo que premedita que estamos en constante
movimiento, en busca de una meta final.
Hall, M. (2005) intenta integrar al turismo con otras
formas de movilidades, como el turismo orientado por el
ocio a través de distintas movilidades voluntarias. Si bien el
estudio del turismo tiene criticas notables sobre la naturaleza
de su investigación debido a una supuesta falta de teorización y
Hacia una comprensión del complejo
fenómeno del turismo
Comprender el presente y el futuro también implica
una visión retrospectiva sobre el turismo antes de la
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Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires
conceptualizar la práctica plausible de ser concebida desde
múltiples escalas de análisis5.
Así, entrando en la era actual, el turismo aparece como
un fenómeno característico de la globalización (Urry,
2004:152) y de la compresión del espacio-tiempo, producto
de los rápidos flujos de viajeros y turistas que se desplazan
físicamente de un lugar a otro. Ahora bien, es posible inferir
desde los aspectos subjetivos del turismo ciertas líneas de
continuidad con el entramado de los flujos turísticos desde
la perspectiva global, por ello, a continuación, se aborda
esta forma de movilidad, de manera agregada, a través de
la sumatoria de los desplazamientos que se gestan desde
una región de origen hacia un lugar de destino, con el fin
de seguir la pauta de las formas en las que se desenvuelve la
práctica turística desde la micro escala.
En primer lugar, se define al turismo como el conjunto de
actividades que realizan las personas a lo largo de un viaje que
incluye un desplazamiento desde su lugar de residencia habitual
hacia un lugar de destino, definición un tanto esquemática y
orientada al enfoque sistémico que pregona la Organización
Mundial del Turismo (OMT), organismo a través del cual se
estipulan ciertas pautas regulatorias y discursos hegemónicos
sobre los beneficios enormes del turismo para las sociedades,
sobre todo de países en desarrollo.
Profundizando aún más sobre el significado del turismo, se
encuentra que constituye también una manifestación de cómo
el trabajo y el descanso están organizados, en las sociedades
modernas, como esferas separadas y reguladas de la práctica
social6. De otro modo, existe una íntima relación entre la
expansión empírica e ideológica de la sociedad moderna y las
formas del ocio moderno entre las que se destaca el turismo y
en particular el turismo internacional (MacCannell, 2003:5)
extendiendo nuevamente el puente entre la esfera global y el
nivel de la micro-sociología del turismo.
El turismo como un fenómeno7 social, como algo que
sucede y que puede ser observado, a través de una mirada
conformación de lo que se denomina globalización. Así,
para entender de qué forma el turismo fue acompañando las
configuraciones socio-históricas en las que se desenvuelven
las sociedades, se precisa de un encuadre disciplinar
mínimamente organizado. El turismo como fenómeno
social se lo aborda desde una perspectiva amplia, que
atraviesa distintos estratos y aspectos de la vida social actual.
Se revisan las formas en las cuales el turismo permea otros
campos de estudio tales como los procesos de integración
en las sociedades globalizadas o bien particulares y
complejos entramados que tejen los hilos conductores y
flujos turísticos que salen a la luz en la posmodernidad
junto a la circulación y movimiento de objetos, personas
y capital característicos de la fase posterior al capitalismo
organizado (Urry y Lash, 1998).
La forma que asume el turismo actual se condice con los
modos de producción capitalista característico de la postindustrialización, lo que hace posible encontrar ciertos
orígenes en la antigüedad. Lejos de ser una institución
reciente el turismo, pero más precisamente el viaje, como
promotor de la actual denominación, constituyó, desde
antaño, un elemento significativo de la vida económica y
social (Lanquar, 1978). La historia griega, por ejemplo, ya
había empezado a conceptualizar el ocio a raíz de ciertas
experiencias sociales que se practicaban en los momentos
en los que no se trabajaba. Así se concebían dos formas
de ocio: el ocio cualificado, más profundo y rico, que se
adquiere como parte de la educación y que conduce a un
aprendizaje que es en sí mismo un goce (Cordero Ulate,
2006:25-26). Por otra parte, el ocio relacionado al descanso,
a la reposición de fuerzas, con un fin utilitario, pensado
para descansar y enfrentar nuevamente al trabajo. Para
arribar a cierta contemplación de la sabiduría, la verdad, la
bondad y la belleza era necesario una vida de ocio (Skholé)
que no significaba no hacer nada, sino un estado de paz y
contemplación creadora, según el ocio como vía del saber
no utilitario, sino contemplativo (Munné, 2010: 40).
Las prácticas del ocio se remontan a la antigüedad y desde
ese entonces fueron evolucionando a la par de los hechos sociales
cambiantes en cada periodo histórico. Pero junto al cambio en
las prácticas también aparecen diversas concepciones sobre el
ocio, sujetándose a ideologías y enfoques según cada contexto
socio-histórico4. De este modo, junto a la evolución de las
prácticas de los viajes, el transporte, la ampliación del sector
de turismo y la forma de organizarlo, también evolucionan
o presentan cambios las formas de abordaje y los modos de
5
En este marco es posible referir a Urry (2005:11-16) quien
efectúa un repaso por los abordajes sobre el turismo a través de una revisión
teórica basada en la recopilación de algunos estudiosos del tema tales como
Boorstin en su análisis del pseudo-evento, Turner y Ash sobre el mundo
restringido en el que se halla el turista, Cohen sobre la crítica a la forma
simplista de concebir al turista, MacCannell, en relación a la autenticidad y
la relación entre el turismo y el trabajo desde la teoría del ocio y finalmente
el mismo Urry quien esboza su tesis sobre la construcción de la mirada del
turismo a través del sentido de la contemplación y/o mirada. Por otra
parte, es importante también la consideración sobre las diferentes escalas
de análisis del turismo: micro y macro (Lanfant, 1980; Meethan, 2001;
Salazar, 2006).
6
Urry (2003: 7) en su capítulo introductorio esquematizando
ciertas características de la práctica del turismo explicita “el actuar como
turista es una de las características definitorias de la condición moderna y
está ligado a las transformaciones fundamentales del trabajo asalariado”.
7
El turismo puede ser visto como un fenómeno, lo que posibilita
el conocimiento humano. Así, hablar de fenómeno turístico significa
hablar de una acción que está teniendo lugar, que puede ser captada por la
conciencia y que puede ser captada en sí (Netto, 2007: 88).
4
Por ejemplo, Munné (2010) en su apartado “las respuestas de
la historia sobre el ocio” detalla de qué manera fue evolucionando cada
enfoque histórico y especifica cómo la modernización aporta el quiebre
con la concepción del uso social del tiempo, mientras que en el ocio
moderno se priorizan las formas cuantitativas relativos a la utilización del
tiempo.
43
Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI
crítica, funcional o analítica propone un esquema de
elementos estructurales que determinan la consecución de
ciertas pautas, pero que a su vez comprende subjetividades
que podrían alterar la previsibilidad o el orden que delinean
las prácticas sistematizadas.
Desde la sociología del turismo se trata al fenómeno
del turismo internacional como la forma conceptual
y empírica a través de la cual las sociedades distintas se
mezclan, se unen y conforman un tejido multicultural en
el que convergen diversos usos, costumbres y tradiciones
propias de cada población8.
En los inicios de ésta actividad, predominan las
tendencias cuantitativistas y economicistas del turismo, es
decir que importa más la cantidad de viajes, desplazamientos
y contribución económica a la economía de los países, que
las transformaciones socio-culturales que presentan esos
movimientos. Tal como lo manifiestan algunos autores,
hubo un sesgo en la perspectiva económica que miraban a
los flujos turísticos análogamente a los flujos monetarios
o a los intercambios comerciales entre países (Lanfant,
Allcock, & Bruner, 1995:26) y de hecho existe una balanza
turística, no solamente refiriéndonos a los saldos entre
divisas de países que intercambian servicios turísticos sino
también como el saldo (negativo o positivo) resultado
de una operación de sumatoria por medio de la cual a
los turistas que ingresan y restamos los que salen9. Esta
tendencia está cambiando sí, pero no es posible dejar de
lado que existió y continúa perdurando una predominancia
por el enfoque económico transversal a los periodos y que
de hecho también se correlaciona con el supuesto de que
el turismo representa otra forma más de reproducción del
capitalismo actual (Cordero Ulate, 2006; Tottino, 2015).
A pesar de que no es posible escapar a la predominancia
del enfoque de la economía de mercado, que asimila las
personas desplazadas a mercancías, y que contabiliza
las salidas y las llegadas de turistas en las diversas
sociedades como operaciones de importación-exportación
obedeciendo a las leyes de la oferta y la demanda (Lanfant,
1980:18) se torna cercano y necesario la profundización
en lo que estos flujos representan, es decir, poder
ahondar en sobre cuáles son los lineamientos que rigen
las relaciones sociales en las experiencias turísticas y una
mayor comprensión sobre el tejido en el que se enmarca
la red de actores y diversos elementos que tienen lugar e
interaccionan en el fenómeno del turismo internacional10.
8
Cabe mencionar a algunos clásicos y precursores en los estudio
sobre el enfoque sociológico-antropológico del turismo tales como
Lanfant (1980), MacCannel (1999), Smith (1989) y Urry (2004).
9
La balanza turística ve al turista como un número omitiendo o
pasando por alto cuestiones intrínsecas a las relaciones sociales producto
de la actividad y experiencia turística en sí. Sin embargo es el sesgo que ha
predominado desde hace varios años.
10
Así, Lanfant (1980) también alude a una construcción conceptual
inconsciente del turismo internacional en cuanto sistema de intercambio
de sociedades.
11
Datos de llegadas de turistas internacionales a los países:
Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Chile entre 2001 y 2013,
correspondientes a un trabajo mayor sobre turismo e integración regional.
(Catalano, 2014a).
Los flujos turísticos en un contexto de
globalización
Profundizar en las implicancias de la globalización a
través de los desplazamientos en general y del turismo en
particular, requiere en principio dar cuenta de la importancia
que representan esos flujos y el crecimiento que se manifiesta
en los últimos años y ello puede verse reflejado en los cuadros
1 y 2 donde se precisan cifras sobre la evolución en cantidades
de desplazamientos por turistas internacionales en el mundo y
en una región en particular .
A pesar de que existen ciertos acontecimientos que alteran el
crecimiento continuo del turismo, tales como los atentados del
11 de septiembre de 2001 o bien la crisis financiera internacional
a finales de 2008, solo para dar algunos ejemplo, el turismo
experimenta un crecimiento prácticamente ininterrumpido.
Observándose que las llegadas de turistas internacionales a
escala mundial pasan de 25 millones en 1950 a 278 millones
en 1980, 527 millones en 1995 y 1.133 millones en 2014. De
forma análoga, los ingresos por turismo internacional obtenidos
por los destinos de todo el mundo pasan de 2.000 millones de
dólares de los EE.UU. en 1950 a 104.000 millones en 1995 y
1.425.000 millones en 2014 (OMT, 2015).
Luego, agudizando la lente en una región específica,
conformada por los países del Cono Sur, subregión de América
del Sur, se observan las cifras de turistas internacionales que
recibe cada país entre los años 2002 y año 2013. El volumen
de turistas, medidos en llegadas de turistas internacionales
a cada país manifiesta un crecimiento considerable en el
periodo estudiado con una tasa de crecimiento cercana al
6 % anual. La magnitud que cada país recibe en relación al
resto se mantiene relativamente estable a lo largo de todo
este periodo estudiado.
De este modo, es posible advertir (Cuadro 1, Cuadro
2 y Gráfico 1) que el crecimiento de los viajes no parece
estar en crisis, a pesar de que la distribución devele rasgos
de desigualdad estructural inherentes a los sistemas de
poder convencionales (Bianchi, 2003). No solo los flujos
turísticos crecen cada vez más, sino que también se instala
el tema en las agendas nacionales de cada país. A modo de
ejemplo, en Argentina, en la última década comienza a ser
política de estado de gran importancia (Aramburu, 2016)
11
44
Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires
Cuadro 1. Cantidad de llegadas turistas internacionales por año (en millones).
Fuente: Elaboración propia en base a OMT. El dato correspondiente al 2030 corresponde a una predicción del mismo organismo.
Cuadro 2. Llegadas de turistas internacionales a Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Chile
en el periodo 2002-2013
Fuente: Para Chile entre 2002-2008 Sernatur y para 2009-2013 OMT. Resto de los países OMT
Gráfico 1. Llegadas de turistas internacionales a Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Chile
en el periodo 2002-2013
Fuente: Para Chile entre 2002-2008 Sernatur y para 2009-2013 OMT. Resto de los países OMT.
45
Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI
y hasta un tema estratégico para la comunidad científica12.
Más aún, esta trascendencia que acarrea el turismo se plasma
en instancias supranacionales, en particular en ciertos procesos
de integración regional tales como el Mercosur, Comunidad
Andina de Naciones o bien Unión Europea (Catalano, 2013).
En estos casos el turismo empieza a ser un tema de discusión
en las diferentes instancias de negociación internacional. Así,
se observa que para el caso del Mercosur, se conforman y se
llevan a cabo dos instancias de discusión intergubernamental,
las Reuniones de Ministros de Turismo (RMTUR) y las
Reuniones Especializadas de Turismo (RET) para tratar los
temas que competen a los cuatro países del Mercosur13, en el
desarrollo de la actividad (Catalano, 2014b).
De este modo, se plasma lo significativo del turismo
no solo en términos de volúmenes sino también en cuanto
a la trascendencia política como tema de gran dinamismo
en la agenda actual. Por otra parte, concibiendo a los flujos
desde el enfoque de las movilidades, el turismo aparece
como una tipología de movilidad temporal, distinta al de las
migraciones, pero con aspectos en común (Backer & King,
2015; Hall, 2004). Los flujos turísticos en este sentido dan
cuenta de las complejas relaciones de poder, desigualdades y
formas de concebir a la nación y al territorio. Comprenden
parte de los hilos conductores que engloban las movilidades,
creando un sistema integrado, que puede ser observado
desde distintas escalas. Como por ejemplo, desde las familias,
micro, comunidad, nacional y desde un conjunto de países, o
constelación de países unidos por los flujos de personas (Glick
Schiller & Salazar, 2013) como son las personas que viajan
por ocio denominados usualmente “turistas” o “pasajeros”.
En este sentido se observa un dinamismo en relación a los
desplazamientos y viajes realizados por las personas en todo el
mundo, y la forma de estudio y abordaje sobre esos fenómenos
deben acompañar las fluctuaciones que se manifiestan también
producto de la globalización.
Tal como lo planteaba Bauman (1999) podemos concebir a
la globalización a través de las formas dicotómicas de utilización
del tiempo libre que representan los turistas y los vagabundos.
El movimiento y el auge en los desplazamientos resultan
característicos de la modernidad (Urry & Lash, 1998) y a las
transformaciones tecnológicas y profesionales que conducen
al esplendor de los viajes. Ahora bien, parece característico
o representativo de la post-modernidad, no tanto la cantidad
o la forma de medición en término de volúmenes sino más
bien la des-diferenciación de la sociedad y la fragmentación
del consumo cultural y la proliferación estética que domina
la reflexividad del individuo, todo ello también percibido a
través de los viajes y el turismo. La proliferación visual rige
también las posibilidades de apreciación por parte del turista
en las múltiples formas de contemplación en la actualidad.
En consecuencia, se sostiene al igual que lo hace Cecconi
(2011) “que en la actualidad el turismo atraviesa una profunda
transformación cuyos rasgos más destacado son el incremento
del número de ofertas, la diversificación de los destinos
y la creciente multiplicación de las motivaciones que lo
impulsan”. (2011:152). Así visto, los flujos poblacionales ya
sea los migratorios como los turísticos constituyen movilidades
sociales (Coles, Hall, & Duval, 2006) en constante crecimiento
generando dinámicas complejas asociadas también a las formas en
las que se observan los entramados característicos de la sociedad
actual en un contexto de globalización. En dicho contexto se
observa que “cambia la forma en que el turismo se presenta,
siendo la fetichización14 y la exotización dos fenómenos de
notable difusión que encuentran en la expansión del fenómeno
de “marca” asociado con la promoción de destinos turísticos
un punto clave para su desarrollo” (Cecconi, 2011:153). La
comunicación con otros pueblos, con otras geografías, con otras
culturas se vuelve una mercancía abriendo paso al turismo como
una de las industrias más prósperas dado que moviliza millones
de personas. En efecto el “turista” se transforma en un objeto
de esa industria que organiza, traslada y aloja en hoteles que
reproducen las costumbres y modo de vida de sus lugares de
origen, exhibe la diversidad cultural, histórica y social bajo la
forma de clichés estereotipados15, utilizando afiches y folletos
que reducen la diversidad a contados paisajes y costumbres
(Margulis, 2006:10). Por ello es necesario redefinir abordajes
metodológicos a fin de que el objeto se ajuste una la realidad
observable que permita esbozar conjeturas fundamentadas
en trabajos teóricos y empíricos, dado que el capitalismo
cambia rápidamente expandiéndose en el plano económico y
geopolítico y se apoya en mercados como el turismo.
Las consecuencias de la globalización y el
turismo
Para ahondar en las consecuencias de la globalización a través
del turismo es preciso discernir en diferentes niveles de análisis
las implicancias que acarrea el fenómeno. En consecuencia, surge
el siguiente interrogante ¿es posible referirnos al turismo como
un fenómeno homogéneo? Responder a dicho interrogante
14
El fetichismo en Marx pone de manifiesto la vigencia de
“decodificación engañosa”, es decir un proceso que Ricoeur denomina
“robo de significación” y Ansat el funcionamiento de un “imaginario eficaz”.
Véase Margulis (2006).
15
Las artesanías y las fiestas producto de la historia y la cultura,
dotadas de utilidad y portadoras de importantes funciones simbólicas, se
vacían de contenido al ser reducidos a meros objetos decorativos o a puro
espectáculo. Consultar para más detalle Margulis (2006).
12
El CONICET incluye a Turismo en su Programa de Becas 2012,
disponible on line: http://www.pulsoturistico.com.ar/mas_informacion.
asp?id=63
13
En ocasiones también participan los representantes de los
miembros asociados a estas reuniones.
46
Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires
requiere de una reconstrucción histórico cultural que comienza
dando forma a un turismo organizado, de masas, posterior a la
Revolución Industrial en donde se da inicio a la organización
social del viaje y se llevan a cabo formas estandarizadas para
poder regularlo y ordenarlo (Urry & Lash, 1998).
Según la metodología implementada por el MINTUR
e INDEC a través de la ETI (Encuesta de Turismo
Internacional) se definen los siguientes conceptos sobre los
cuales se indaga a los turistas internacionales al momento
de ingresar y egresar al país. Por “motivo principal del
viaje” se entiende al motivo que determina la realización
del viaje. Se habla de principal porque es frecuente
encontrar situaciones en las que se combinan más de un
motivo: ocio y negocios, visita a familiares y estudio, etc.
Al observar las cifras evidenciamos que el dato estadístico
nos provee de algo más que la cantidad de turistas o sus
principales motivaciones. Estamos ante un cambio mundial
que se ve reflejado en una reconfiguración de los viajes
atravesado por nuevas tendencias, marcadas por el turismo
alternativo en detrimento del turismo masificado16. Ante
un crecimiento predestinado y esperado del turismo, la
modalidad que predomina está en tendencia negativa. Esto
demuestra que el turismo está tendiendo a diversificarse y
a desmasificarse cada vez más y ello también es producto
de la reflexividad estética (Urry & Lash, 1998). A pesar
de que sigue predominando la categoría vacaciones y ocio,
manifiesta un decrecimiento en términos comparativos, por
ejemplo en relación a los viajes VFR17, que se encuentran
dentro del segundo motivo.
Como se observa a continuación, los viajes por esta
motivación se han incrementado en los últimos años.
Fenómeno que también lo ha abordado Larsen y Urry
(2006) en “Mobilities, networks, geographies”, donde se
menciona un cambio de paradigma en las concepciones
de los viajes a través de una supuesta des-exotización del
viaje que implica una cada vez mayor importancia a los
viajes por motivos distintos al clásico: “búsqueda de lo
exótico” que predomina en la literatura clásica que aborda
las motivaciones del turista. En este sentido se presume
que existe una tendencia a la socialización del turismo y
se observan cada vez más viajes cuyos motivos principales
radican en: visitar a amigos y familiares, asistir a eventos
sociales, tales como casamientos, cumpleaños, festejar
con los seres queridos días festivos tales como navidad
o año nuevo (Larsen, Urry, & Axhausen, 2006). Podría
atribuirse este fenómeno a la globalización también y a
la proliferación de formas de realizar viajes atinentes a
los cambios tecnológicos acelerados de los últimos años
y a la compresión tiempo-distancia característica de la
modernización y post-modernización (Harvey, 1990).
Parece característico o representativo de la postmodernidad,
no- tanto la cantidad o la
forma de medición en término de
volúmenes sino más bien la desdiferenciación de la sociedad y la
fragmentación del consumo
cultural.
En el momento del auge del turismo de masas es
posible encontrar mayores patrones en común que
permiten una sistematización de ciertos elementos que
conforman el entramado del turismo. Pero a medida
que el turismo empieza a crecer cada vez más, aparecen
formas alternativas de turismo, y el viaje por vacaciones
puede que pierda parte de su importancia y deja de ser un
referente para el entendimiento de la condición de turista
de muchas otras actividades sociales que también exigen
viajar (Urry & Lash, 1998:363). Así como aparecen nuevas
y múltiples formas de hacer turismo, se diversifica también
todo el entramado de relaciones que subyace al fenómeno
traduciéndose ello en las tendencias contemporáneas del
turismo actual, cuyo mejor protagonista se encarna en el
“post-turista” (Cohen, 2005).
Por lo anterior se desprende la complejidad en la
investigación del fenómeno del turismo abordado en una
micro escala considerando la proliferación y múltiples
formas de llevarlo a cabo a pesar de que persiste una
predominancia del turismo estandarizado, u homogeneizado
donde se llevan a cabo actividades y prácticas típicas,
similares entre sí.
Resulta complejo desgranar estas manifestaciones
del post-turismo a través de las estadísticas oficiales. Sin
embargo se visualiza cierta reconfiguración de los turistas
en función de sus principales motivaciones. Para el caso de
Argentina, por ejemplo, pueden observarse ciertos cambios,
no solo en término de llegadas sino que, desagregando las
motivaciones por viaje, se encuentra que existe un crecimiento
mayor de los viajes por motivaciones distintas a la motivación
“vacaciones/ocio/recreación”.
16
Para el caso no estaban tan errados Lash y Urry al arriesgarse a
predecir que estábamos ante el “final del turismo” según su perspectiva al
percibir los cambios en las modalidades predominantes de turismo (Urry
& Lash, 1998).
17
Visita a familiares o amigos: se incluyen también aquí las visitas
efectuadas para cuidar enfermos o asistir a exequias de familiares o amigos.
(INDEC/MINTUR)
47
Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI
Como se observa (cuadro 3) se está ante un cambio de
tendencias al que también se refiere Cohen (2005) quien
analiza el traspaso de la modernidad a la posmodernidad
a través del seguimiento de las transformaciones de las
búsquedas de los turistas.
El estudio del fenómeno turístico, en un contexto
de globalización, es complejo porque por un lado,
no desaparece el turista convencional, consumista,
estereotipado y predecible (Margulis, 2006), ni la
estructura social de la visita turística, ni su carácter de
ritual (MacCannell, 2003) ni las regularidades por las
que es posible abstraer ciertos rasgos y generar pautas de
conductas que remitan a una teoría del turista. Pero por
otro lado, se está ante una diversificación en las formas de
realizar turismo y en las principales motivaciones que lo
impulsan, como lo demuestran los viajes por VFR.
Cuadro 3. Llegadas de turistas internacionales a aeropuerto internacional de Ezeiza y
Aeroparque según motivo de viaje entre 2006-2014
Es importante destacar que a partir del año 2011 en se efectúa una modificación en la ETI a partir de la cual se incorpora la categoría de
“estudio” en motivaciones y se desagrega la categoría “Negocios” diferenciando los viajes para asistir conferencias y congresos de otros
negocios. A su vez se le agrega la “recreación” al primer motivo.
Fuente: elaboración propia en base a datos provistos por MINTUR.
Consideraciones finales
las nuevas formas y los cambios que se plasmaron en las
formas de movilidad.
Es importante analizar lo significativo del turismo, no solo en
términos de volúmenes sino también en cuanto a la trascendencia
política como tema de gran dinamismo en la agenda actual.
Los flujos turísticos en este sentido dan cuenta de las complejas
relaciones de poder, desigualdades y formas de concebir a la
nación y al territorio y comprenden parte de los hilos conductores
que engloban las movilidades, creando un sistema integrado, que
A modo de concluir, se observa que en la actualidad
el turismo como sector de actividad económico, político
y social se vuelve una arista más del extraordinario
despliegue de procesos globales que moldean las
experiencias sociales contemporáneas. Las consecuencias
de la globalización también se evidencian en una actividad
económica y móvil como el turismo y también a través de
48
Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires
Bibliografía
puede ser observado desde distintas escalas.
Junto a ello se evidencian múltiples formas de hacer
turismo, se diversifica el entramado de relaciones que
subyace al fenómeno, traduciéndose ello en las tendencias
contemporáneas del turismo actual protagonizado por el
nuevo turista, el “post-turista”, que se introduce en una era de
reflexividad turística. Por ello es necesario continuar buceando
sobre estas nuevas tendencias del turismo como consecuencia
del proceso de globalización.
Si bien a través de las estadísticas existentes en el sector
se pueden identificar algunas motivaciones de viajes, los
ingresos y egresos de turistas y el tiempo de estadía en el lugar
de destino, es preciso indagar las nuevas y desestructuradas
formas de alojarse en un destino turístico. Ya qué, a modo
de ejemplo, se observa un abanico imposible de categorizar
en cuanto a las modalidades y tipologías de alojamiento. La
diversificación se identifica en las formas convencionales, tales
como los hoteles boutiques, temáticos o hostels y en otras
nuevas formas de alojamiento alternativas, no estipuladas en
los registros de las recolecciones de estadísticas oficiales de
turismo, tales como por ejemplo “couchsurfing” o “airbnb”.
Estas nuevas modalidades representan conceptos
novedosos en las formas de alojamiento más ligadas a la
socialización característica de la que mencionan Larsen
et al. (2006) en relación a que se presiente cada vez más
una búsqueda al contacto social o vínculo más naturales y
desestructurados con las personas en las experiencias de
los viajes. Así, más allá del predominio incuestionable del
turismo de masas y de la asociación del consumo con ese
tipo de práctica se desentraña una serie de intercambios
de culturas, sobre todo desde la parte aprehendedora del
objeto de consumo que puede ser inherente a la condición
de consumidor cultural. Tal como lo expone Valene Smith en
Anfitriones e invitados “el comercio turístico no tiene por
qué ser culturalmente perjudicial. Muchos turistas prefieren
renunciar a la burbuja del turismo y buscar oportunidades de
entrar en contacto personalmente con la gente de los lugares
que visitan.” (1989:28). Así visto, las actividades de recreación
o de paseo o de visitas a sitios clave pueden dibujar ciertos
patrones a través de los cuales se propicien diferentes formas
y profundidades de relacionamiento con la cultura local.
Por lo anterior, se hace un esfuerzo visibilizar las
nuevas coordenadas sobre las cuales se desenvuelven
y desarrollan las diversas manifestaciones del turismo
en la era de la globalización considerando además que
es producto y consecuencia de las características de un
mundo híper conectado, física y virtualmente, y que se
encuentra en una cada vez mayor adaptación a los cambios
que la tecnología genera en las formas de viajar y de
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Un nuevo paradigma de “democracia”,
una significativa consecuencia de la globalización
Raúl Ernesto Rocha Gutiérrez*
A pesar de los múltiples análisis que se han hecho tanto de la “democracia” como de la “globalización”, estos términos polisémicos que
hacen referencia a dos fenómenos sociopolíticos de vital importancia para la convivencia en el siglo XXI, siguen provocando el interés
de los politólogos y de los cientistas sociales. De allí que en el presente trabajo se los vincule de una manera muy concreta: planteando
la hipótesis de que ha surgido un nuevo paradigma de la “democracia” como una significativa consecuencia de la “globalización”. Para
fundamentar dicha hipótesis se recuerdan, en primer lugar, tres enfoques clásicos para analizar el concepto “democracia”; en segundo
lugar, se proponen cinco posibles caracterizaciones del fenómeno sociopolítico conocido como “globalización” y, finalmente, se trata de
demostrar cómo ha influido la “globalización” en la “democracia” mediante un entrecruzamiento entre los enfoques para analizar la
“democracia” y las caracterizaciones referidas a la “globalización” que se mencionan.
PALABRAS CLAVE: Globalización - Democracia - Paradigma
In spite of the multiples analyses that have become so much of the “democracy” like of the “globalization”, these polysemics terms which
they make reference to two sociopoliticals phenomena of vital importance for the coexistence in century XXI, continue causing the
interest of the politicals and the socials scientists. From which in the present work one ties them of a very concrete way: raising the
hypothesis that a new paradigm of the “democracy” like a significant consequence of the “globalization” has arisen. In order to base this
hypothesis remember, in the first place, three classic approaches to analyze the concept “democracy”; secondly, five possible characterizations of the known sociopolitical phenomenon like “globalization” set out and, finally, it is to demonstrate how it has influenced the
“globalization” in the “democracy” by mean a intersection between the approaches to analyze the “democracy” and the characterizations
referred to the “globalization” that are mentioned.
KEYWORDS: Globalization - Democracy - Paradigm
Introducción. Entrecruzamiento
entre enfoques y caracterizaciones de dos
términos polisémicos
importante para que surja un nuevo paradigma 1 en la
interpretación del concepto “democracia”. O sea que ese
nuevo paradigma constituye una significativa consecuencia
de la “globalización” y, por lo tanto, entra en una relación
de “inconmensurabilidad”2 con el paradigma tradicional
de la “democracia”.
E
ntre una gran variedad de perspectivas de
análisis posibles – dado su carácter de términos
polisémicos, o sea que en ellos pueden
reconocerse varios sentidos diferentes – para relacionar
la “globalización” con la “democracia”, en el presente
trabajo se realiza un entrecruzamiento entre tres enfoques
clásicos para el análisis del concepto “democracia” y cinco
caracterizaciones posibles del concepto “globalización”.
De esta manera se pretende fundamentar la hipótesis de
que la globalización ha ejercido sobre la sociedad de fines
del siglo XX, e inicios del siglo XXI, una influencia muy
1
Se interpreta aquí “paradigma” en el primero de los sentidos
fundamentales propuestos por Thomas Kuhn en la “Postdata” incluida en
la segunda edición de su obra más divulgada: “constelación de creencias,
valores, técnicas, etc. que comparten los miembros de una comunidad
dada” (Kuhn, 1999:259).
2
De acuerdo con Ana Rosa Pérez Ransanz, estudiosa mexicana
de la obra de Kuhn: “dos teorías son inconmensurables cuando están
articuladas en lenguajes que no son completamente traducibles entre
sí” (Pérez Ransanz, 1999:86). Esto es así porque como sostuviera Kuhn,
en un texto dedicado al tema (“Conmensurabilidad, comparabilidad,
comunicabilidad”): “Los significados son productos históricos, y cambian
inevitablemente en el transcurso del tiempo cuando cambian las demandas
sobre los términos que las poseen” (Kuhn, 1996:100-101).
* Doctor en Ciencias Sociales, UBA.Profesor Titular de Filosofía Social del Seminario Internacional Teológico Bautista.
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Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI
tiempo, según los distintos autores, utilizada. Estos usos son
los tres siguientes: descriptivo (o sistemático), prescriptivo
(o axiológico) e histórico” (Bobbio, 2014:188-189). A
continuación, se hace una breve referencia a cada uno de
esos tres usos, enriqueciendo el planteo de Bobbio con el
de otros autores.
Para lograr el objetivo señalado, el trabajo se
divide en tres partes. En la primera de ellas, se recuerdan
tres enfoques clásicos para la realización de un análisis
del concepto “democracia”. En la segunda, se enumeran
y analizan cinco posibles caracterizaciones del concepto
“globalización” que, al estar referidas a un fenómeno
sociopolítico relativamente reciente, constituyen nada
más que aproximaciones a lo que podrá ser en el futuro un
estudio con mejor fundamentación desde una perspectiva
diacrónica. En la tercera se propone un entrecruzamiento
entre los enfoques y las caracterizaciones que se han
abordado, con miras a demostrar la hipótesis sostenida.
1. De acuerdo con el uso descriptivo de la palabra
Para referirse al uso descriptivo del término
“democracia”, Bobbio se remite a la tradición de los clásicos,
para quienes era “una de las tres posibles formas de gobierno
en la tipología en la que las diversas formas de gobierno son
clasificadas con base en el diverso número de gobernantes”.
Más concretamente, Bobbio señala que es “la forma de
gobierno en la que el poder es ejercido por todo el pueblo,
o por el mayor número, o por muchos, y en cuanto tal se
distingue de la monarquía y de la aristocracia en las que el
poder es ejercido, respectivamente, por uno o por pocos”
(ibid: 191). Luego, después de referirse a los aportes de
Platón, Aristóteles, Polibio, Maquiavelo, Rousseau y otros
autores respecto del uso descriptivo, Bobbio destaca el
lugar que le da la taxonomía política contemporánea a la
democracia, al sostener que le da una “importancia especial”
al considerarla “uno de los dos polos en los que convergen,
si bien en diversa medida y jamás completamente, todas las
constituciones existentes” (ibid: 194).
Otro célebre politólogo italiano, Giovanni Sartori,
al referirse a la descripción de la democracia resalta que
ella encierra tanto un aspecto positivo como un aspecto
negativo. El positivo tiene que ver con el hecho de que
I. Tres enfoques para analizar el concepto
“democracia”
A pesar de ser un investigador especializado en Ciencia
Política, Ignacio Molina, profesor de la Universidad
Autónoma de Madrid, inicia su análisis sobre “democracia”
en términos ampliamente conocidos por toda persona de
mediana cultura: “Concepto nacido en Grecia para definir
la forma de gobierno donde la autoridad se ejerce por una
mayoría de los miembros de la comunidad política” (Molina,
1998:34). Sin embargo, tiempo atrás el politólogo Francis
Sorauf en una obra que procuraba ser una introducción
al campo de la Ciencia Política, ante la pregunta “¿qué
entendemos por democracia?”, evaluaba que “Ningún grupo
de científicos de la política – ya sea que se especialicen en
filosofía política o no – llegaría fácilmente a un concepto
unánime” (Sorauf, 1967:96). Y es que, conforme ya se hizo
ver previamente, el término “democracia” es polisémico.
Tal como lo hace ver, utilizando otra nomenclatura y en
una obra de divulgación, Feliciano Blázquez: “El término
‘democracia’ es polivalente. Se habla de democracia
orgánica, económica, social, jurídica, popular y liberal” (Blázquez,
1997:103, negritas añadidas).
No obstante, abordar académicamente el concepto
“democracia” resulta factible conforme se tome en cuenta
su “contenido analítico” que, de acuerdo con lo expuesto
por los sociólogos franceses Raymond Boudon y Francois
Bourricaud, resulta “atestiguado por el lugar que ocupa en
el vocabulario de los filósofos, de los politólogos y de los
sociólogos” (Boudon; Bourricaud, 1993:171). Tomando en
cuenta lo anterior, en este trabajo se analiza la “democracia”
de acuerdo con la propuesta realizada por el reconocido
jurista y filósofo Norberto Bobbio, o sea dentro del marco
de la teoría de las formas de gobierno. Según Bobbio este
enfoque metodológico hace posible “dividir el análisis
siguiendo los diferentes usos en los cuales la teoría de
las formas de gobierno ha sido de vez en vez, o al mismo
“Democracia es (. . .) una palabra bien sujeta a un
significado originario, literal. De ahí que sea fácil definirla
verbalmente. Democracia, literalmente, quiere decir
‘poder del pueblo’, que el poder pertenece al pueblo”. Sin
embargo, inmediatamente después, Sartori hace ver el lado
negativo, al poner en evidencia esta limitación: “Pero ésta
no es nada más que una definición vocablo-a-vocablo que
se limita a reproducir en un idioma conocido el significado
griego del término” (Sartori, 1990: I, 25-26).
2. De acuerdo con el uso prescriptivo de la palabra
Bobbio deja en claro por qué al uso prescriptivo también
se lo puede concebir como “axiológico”, cuando señala
que formular una tipología de las formas de gobierno, “no
solamente implica un juicio absoluto sobre la conveniencia
o inconveniencia de tal o cual forma frente a otras”. De allí
que “la disputa en torno a la democracia no se refiere al
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Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires
tema de si la democracia es o no una forma buena o mala,
sino que se extiende al tema de si sea mejor o peor que las
otras, es decir, cuál sea su colocación en un ordenamiento
axiológico” (Bobbio, 2014:198).
Osvaldo Guariglia, con base en la obra de Bobbio que
se ha estado citando y en un artículo de Miguel Ángel
Bovero publicado por Diánoia en 1987 (“Sobre los
fundamentos filosóficos de la democracia”), amplía sobre el
uso prescriptivo diciendo que: “estuvo desde el comienzo
ligado a las concepciones filosófico-políticas en torno al
mejor gobierno, y conserva en su núcleo esta idea central
de un régimen político orientado hacia lo bueno y lo justo.”
(Guariglia, 1993:11)3
es polisémico. Joachim Hirsch, quien fuera profesor de
la Universidad de Frankfurt, se refería, a fines del siglo
pasado, a la multiplicidad de interpretaciones del concepto
en los siguientes términos: “El concepto de ‘globalización’
está hoy en boca de todos, independiente de los puntos de
vista políticos y teóricos que se adopten. Simultáneamente,
son muy variadas las formas en que el fenómeno es
interpretado” (Hirsch, 1997:9, negritas añadidas). Una
situación que se mantiene después de dos décadas, sobre
todo en cuanto a la ampliación que hizo Hirsch de su
evaluación: “Para unos contiene una promesa de un mundo
mejor y más pacífico, para otros, en cambio, se vincula con
la idea del caos global. Como siempre la definición depende
de las proposiciones teóricas y políticas asumidas” (ibid).
3. De acuerdo con el uso histórico de la palabra
La «globalización» hace
referencia a una forma muy
pulida de totalitarismo que
consiste en un nivel de
control insuperable gracias
a la persuasión de la
inexistencia de alternativas.
Al dar inicio a su tratamiento sobre el uso histórico,
Bobbio advierte: “Durante siglos, por lo menos hasta Hegel,
los mejores escritores políticos utilizaron la tipología de
las formas de gobierno para trazar las líneas del desarrollo
histórico de la humanidad, entendido como sucesión de
una determinada constitución a otra de acuerdo con cierto
ritmo” (Bobbio, 2014:204-205).
Ahora bien, aunque en su texto “¿Qué es la democracia?”,
Alain Touraine resalta que “de Benjamin Constant a
Norberto Bobbio, sus principales teorizadores hicieron
de la democracia un criterio central de la libertad del
hombre moderno”, previamente había hecho notar cómo
ha cambiado la interpretación sobre qué es la “democracia”
conforme ha ido avanzando el tiempo. Sus palabras exactas
son éstas: “La representación de la democracia ha cambiado
desde el siglo XVIII”, ya que “la idea de nación quedó
sustituida por la de pueblo, antes de que éste se transformara
a su vez en la clase obrera.” (Touraine, 1994:319)4
Considerando lo expuesto por Hirsch en este trabajo se
plantean cinco posibles caracterizaciones de “globalización”.
Para ello se tomarán en cuenta básicamente lo que José Luis
Orozco, profesor de la Universidad Nacional Autónoma
de México denominó en su exposición sobre el término
“algunas de sus acepciones más relevantes” (Orozco; Dávila,
1997:192). Se tomarán en cuenta más que todo aquellas
vinculadas más directamente con la manera de interpretar
la “democracia”. Así como también otros trabajos que
aparecen en la obra recopilada por Orozco, en compañía de
Consuelo Dávila. Todo ello enriquecido con la perspectiva
complementaria de autores que abordan la temática desde
diversos puntos de vista.
II. Cinco posibles caracterizaciones
de “globalización”
De modo similar a lo que sucede con “democracia”,
puede decirse que el término “globalización” también
3
De hecho, Bobbio al concluir su exposición sobre el uso
prescriptivo señala dos argumentos que determinan la evaluación positiva
de la democracia: “El argumento político se basa en una de las máximas de
la experiencia más compartidas en el pensamiento político de todos los
tiempos, de que quien detenta el poder tiende a abusar de él (. . .) Uno
de los argumentos fuertes en favor de la democracia es que el pueblo no
puede abusar del poder contra sí mismo (. . .) El argumento utilitarista es
el que se basa en una máxima de la experiencia, aquella según la cual los
mejores intérpretes del interés colectivo son quienes forman parte de la
colectividad, de cuyo interés de trata, o sea, los mismos interesados, en
este caso vox populi vox dei” (Bobbio, 2014:204).
4
Como había señalado tiempo atrás el profesor Leslie Lipson: “la
democracia ha pasado a través de muchas fases y vicisitudes y aparecido
bajo formas muy diferentes” (Lipson, 1969:10, negritas añadidas).
1. Recomposición de la hegemonía mundial
La primera caracterización de la “globalización” tiene
que ver con el hecho de que constituye una recomposición
de la hegemonía mundial mediante la cual se ha producido
una unión entre las esferas pública y privada bajo la
hegemonía de los tres grandes centros de poder económico
del mundo contemporáneo. Dicha recomposición se debe,
básicamente, a tres factores.
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Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI
la idea de los Estados Unidos de Europa (. . .) el segundo
se legitima a través de los Estados nacionales individuales”
(Portinaro, 2003:161).
El primero de los factores reside en la consolidación
militar y económica que obtuvo los Estados Unidos de
Norteamérica con posterioridad a la Segunda Guerra
Mundial. El segundo, en la interdependencia global
surgida a raíz de la Comisión Trilateral creada a instancias
norteamericanas en Tokio el 23 de octubre de 1973 y que en
los últimos tiempos ha significado, según Paulino Arellanes,
investigador de la Universidad de Puebla: “la presencia,
fuerza y hegemonía que poseen Alemania Unificada,
Estados Unidos y Japón en sus respectivas regiones
geográficas-económicas: Europa Unida, Norteamérica y
Asia-Pacífico” (ibid, 476). El tercero, en el incremento en
el flujo de los capitales, bienes y servicios transnacionales
conforme a los axiomas de la economía neoliberal y gracias
al formidable desarrollo de la informática. axiomas de la
economía neoliberal y gracias al formidable desarrollo de
la informática.
3. Gobierno mundial ejercido de facto
Con una modalidad de enunciación dubitativa, Orozco
introduce esta caracterización que asume el carácter de
fuerte denuncia: “Tal vez no sea exagerado conceder a
organismos coordinadores como la Comisión Trilateral o
el Grupo de los Siete el rango de Junta Directiva de facto
de la economía mundial”. Un concepto que el académico
mexicano amplía al decir: “el Estado transnacional fuerte
adopta políticamente la forma de la dictadura privada que
decide no sólo la política económica, financiera, industrial o
de los medios de comunicación, sino la misma política social
y nacional” (Orozco; Dávila, 1997: 198, negritas añadidas).
La situación descrita por Orozco llevó a José Antonio
Sanahuja, investigador del Centro de Investigación para la Paz
de Madrid, a presentar en 1994 un informe titulado Cambio
de rumbo: propuestas para la transformación del Banco Mundial
y del FMI. Con base en dicho informe, el autor escribió
el artículo “Globalización y democracia: propuestas para
democratizar las instituciones financieras internacionales”.
En el mismo sostuvo, en tono complementario al texto de
Orozco:
2.Desmantelamiento del modelo político “Estado-nación”
La segunda caracterización de la “globalización” es
la referida al desmantelamiento del modelo político
“Estado-nación”. Y es que dada la crisis en la que han
entrado las instituciones políticas contemporáneas debido a
la declinación de los paradigmas propios de la modernidad,
según Orozco “la postmodernidad5 exige ‘nuevos
comportamientos y nuevas instituciones’” (ibid, 195). Entre
estas nuevas instituciones se encuentra el “estado regional”
que, conforme a Arellanes, “se refiere en contraposición
al Estado-Nación, como un nuevo concepto relacionado
con la región, como nuevo sujeto jurídico internacional y
como nuevo actor político” (ibid, 131). Como bien aclara
con posterioridad Arellanes, el Estado regional “tiene
significados y connotaciones más económicas que políticas
(. . .) es el resultado de la suma, de las interacciones,
de la multiplicación de los espacios territoriales de los
Estados-nación, de sus mercados nacionales” (ibid).
El mejor ejemplo de esa nueva configuración política
que se ha denominado “estado regional” lo constituye la
Unión Europea. En la cual, el académico italiano Pier
Paolo Portinaro identifica un “dualismo entre Estado
supranacional y Estado de nacionalidad” que explica del
siguiente modo: “las instituciones de la Unión funcionan
sobre la base de un doble principio de legitimidad que
puede ejemplificarse en la contraposición entre Parlamento
y Consejo europeo (...) el primero de ellos da expresión a
¿cuál es el significado real de la democracia cuando el Estado
se va convirtiendo paulatinamente en una ‘cáscara vacía’ sin
capacidad de tomar decisiones sobre aspectos vitales para
la vida y el bienestar de sus ciudadanos, y cuando dichas
decisiones quedan al albur de las fuerzas que actúan en el
mercado mundial? (Sanahuja, 1994:3).
4. Forma muy pulida de totalitarismo
Estrechamente vinculada con la anterior, la cuarta
caracterización de la “globalización” hace referencia a una
forma muy pulida de totalitarismo6 que consiste en un nivel de
control insuperable gracias a la persuasión de la inexistencia de
alternativas. Como sostiene Orozco: “Postular un pensamiento
inexpugnable por su vinculación directa con las finanzas y la
tecnología en su fase contemporánea significa (. . .) alcanzar
un nivel de control apenas si soñado por los voluntarismos
rústicos del siglo XX” (Orozco; Dávila, 1997:200).
Como expresa la docente mexicana Verónica Ramona
Ruiz Arriaga, el mecanismo ideológico utilizado por la
globalización “nos convence del carácter extremadamente
5
“Para el filósofo alemán de la segunda generación de la escuela
de Francfort Jürgen Habermas, la posmodernidad (. . .) sería la expresión
del auge neoconservador que siguió la crisis del estado de bienestar en los
años ochenta, y que condujo al desarrollo de un sistema económico casi
autónomo que subordina al conjunto de la sociedad” (Obiol, 1993:257).
6
Precisamente, Ignacio Molina destaca, en su análisis del término,
que dentro del “totalitarismo”: “El poder se sustenta en una fuerte
manipulación ideológica” (Molina, 1998: 125).
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incontrolable pero autorregulable y hasta bondadoso del
capital y de la globalización, a efecto de dejarnos inermes
ante ellos y dispuestos a servirles para que no estalle su ira en
contra nuestra de manera también ‘consecuente’ y ‘natural’”,
es más, “a cambio de nuestra aceptación nos libera de cualquier
sensación de culpa por nuestra cómplice pasividad” (Ruiz
Arriaga, 1999:5).
virtudes teológicas asignadas por la economía clásica” (Orozco;
Dávila, 1997:194). De esta manera se concibe la existencia
indiscutible de un solo modelo económico universal bajo el
dominio absoluto de los mercados.
Como bien asegura Viviana Apolonia Brutto, dentro de
la perspectiva de la “globalización”, el “mercado” “se presenta
con cara sonriente y socarrona –es la cara del éxito – para
acentuar la ganancia del capital que actúa de manera diferente
con respecto a los actores sociales del trabajo (. . .)”. De
manera que, continúa diciendo: “El pensamiento único queda
consolidado como programa del éxito, de la eficiencia y
eficacia, metas que aparecen vaciadas para el Estado y que no
puede articular de manera razonable intervenciones entre la
economía, la política y la cultura” (Brutto, 2000:3).
5. Universalización del mito del “mercado”
La quinta, pero no menos importante, caracterización de
la “globalización” es la referida a la universalización del mito7
del “mercado”. Orozco describe el carácter mitificador del
“mercado” que propone la “globalización” en los siguientes
términos: “Al paralelizar la pretendida operación económica
axial, la del mercado, con las de todos los grandes procesos
políticos e intelectuales (. . .) la noción de la aldea mundial
cobra el rango de artículo de fe (. . .) el mercado recupera sus
III. La influencia de la “globalización” sobre
la “democracia”. Entrecruzamiento entre
caracterizaciones y enfoques
7
Para interpretar adecuadamente qué se desea significar aquí por
mito, resulta útil que se considere lo manifestado por el profesor Sergio
Labourdette: “Nuestra concepción del mito lo sitúa allí donde creemos que
algo (. . .) es cierto y vívidamente real.Y somos capaces de adherirnos a ese
algo” (Labourdette, 1987:23).
En este último punto del trabajo, se procurará analizar
brevemente la influencia que ha estado ejerciendo la
“globalización” sobre la “democracia”. Se lo hará a la luz de un
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Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI
todo a gobernarse por sí mismo” (Montenegro, 1976:61). Esta
soberanía es, justamente, la que ha sido puesta de lado por la
visión totalitaria que ha venido de la mano de la “globalización”.
entrecruzamiento entre las caracterizaciones y los enfoques
que se han propuesto respectivamente para la una y la otra.
Dado que entre las caracterizaciones de la “globalización” se
puede notar una estrecha relación entre la primera y segunda,
por un lado, y entre tercera y cuarta, por el otro, se proponen
sólo tres entrecruzamientos.
3. Influencia de la “globalización”, como universalización
del mito del “mercado”, sobre la “democracia” según el sentido
histórico
1.Influencia de la “globalización”, como recomposición de
hegemonía mundial y desmantelamiento del Estado-nación,
Por último, puede notarse cómo la “globalización” en
sobre la “democracia”, según su sentido descriptivo-prescriptivo. tanto universalización del mito del “mercado” ha ejercido una
influencia notoria en cuanto a la manera de comprender la
“democracia” a fines del siglo XX e inicios del siglo XXI. Es
así como, cuando se confronta el modelo que ha pretendido
imponer el mito del “mercado” con los otros que – a lo largo
de la historia – se han identificado con el concepto tradicional
de “democracia” se puede observar un creciente deterioro en
la participación popular que ha destacado el sentido histórico
de la mencionada forma de gobierno. Ya sea en su modalidad
antigua de participación directa mediante la asamblea o en la
modalidad de los últimos siglos de participación a través de las
sociedades intermedias. De este modo se ha ido consolidando
una imposición del sentido inicial con el que se concibió la
“globalización”: el propio del campo económico8.
Si se concibe a la “globalización” tanto en cuanto a
recomposición de la hegemonía mundial como en cuanto a
un desmantelamiento del Estado-nación, se puede reconocer
un importante cambio en la concepción de la “democracia”
desde el sentido descriptivo-prescriptivo con la que se la
interpretado por lo general como forma de gobierno. En
efecto, resulta muy difícil identificar el “gobierno del pueblo”
cuando se ha desmantelado al Estado-nación como resultado
de la imposición del Estado regional. Asimismo la popular frase
vox populi vox Dei, que ha sintetizado el sentido prescriptivo de
la “democracia”, no parece guardar ninguna coherencia con
la recomposición de la hegemonía mundial que ha significado
el dominio de Estados Unidos de Norteamérica, la Unión
Europea y Japón sobre el resto del mundo. Muy vinculado
con esto figura el poder adquirido durante el desarrollo de la
“globalización” por las grandes corporaciones económicas. Es
que, como señalaba Raúl Trejo Delarbre: “La globalización
tiene como actores centrales no a los pueblos ni a los
gobiernos, sino a las compañías capaces de trasponer
fronteras con sus productos, servicios y/o mensajes” (Trejo
Delarbre, 1996:30, negritas añadidas).
Conclusión
La “democracia” dentro de la “globalización”. Instauración
de un nuevo paradigma.
Como ha quedado demostrado a lo largo del presente
trabajo la influencia de la “globalización” sobre la “democracia”
ha tenido importantes dimensiones. A tal punto que ha
podido generar condiciones socio-político-económicas
apropiadas para que se imponga un nuevo paradigma de cómo
interpretar la “democracia”. O lo que pueda quedar de ella,
si la “globalización” llega a desbordarse en su propósito de
impulsar un nuevo modo de concebir las relaciones entre los
países que integran el mundo contemporáneo y las relaciones
entre los distintos grupos sociales dentro de cada uno de ellos.
Sobre todo en lo que tiene que ver con el campo económico.
Es así como puede decirse – a la luz de las consideraciones
realizadas en cuanto a los diferentes sentidos con que se ha
interpretado el concepto “democracia” y, también, respecto de
las posibles caracterizaciones del concepto “globalización” –
que el nuevo paradigma de “democracia” que ha establecido
2. Influencia de la “globalización”, como totalitarismo y
gobierno mundial de facto, sobre la “democracia”, según el
sentido descriptivo-prescriptivo
En segundo lugar, si se la caracteriza a la “globalización”
como totalitarismo y gobierno mundial de facto, la influencia
que ejerce sobre el concepto de “democracia” resulta imposible
de exagerar.Ya que resulta evidente que un gobierno mundial
totalitario – aunque se lo vea adornado de toda suerte de
sutilezas – coincide mucho más con las concepciones propias
de los gobiernos monárquicos o despóticos que con la manera
de concebir y ejercer el poder por la parte de la democracia,
conforme a los sentidos de la misma tanto desde lo descriptivo
como desde lo prescriptivo. Como ya había hecho notar el
profesor Walter Montenegro: “la democracia propugna el
concepto de la ‘soberanía popular’, o sea el derecho del pueblo
8
Conforme lo expresado por la socióloga argentina Martha
Roldán: “El pensamiento económico neoliberal proveniente de
prestigiosas escuelas de administración de empresas de los Estados
Unidos introdujo en los ’80 la noción de Globalización para representar
la agencia activa de las EMNs (empresas multinacionales) en la gestación
del capitalismo triádico (Estados Unidos, Europa, Japón) que sustenta la
profundización de la internacionalización socioeconómica de las últimas
décadas” (Roldán, 2000:30-32).
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la “globalización” como una de sus consecuencias más
significativas implica por lo menos dos tipos de imposiciones.
Imposiciones que, conforme avanza el siglo XXI, están
imprimiéndole a la “democracia” un nuevo sentido en relación
con aquellos que ha mantenido antes de que se consolidara la
“globalización”. La primera de ellas es la de la forma sobre la
sustancia. La segunda, la de la economía sobre la política.
Ahora bien, junto con el nuevo paradigma de la
“democracia”, que ha comenzado a entrar en juego gracias
a la “globalización”, todavía figura, en una situación de
inconmensurabilidad respecto del mismo, el paradigma de la
visión tradicional de la “democracia”. ¿Seguirán conviviendo
ambos paradigmas, o uno de los dos se logrará imponer a tal
punto de impedir que el otro se manifieste? Como se sostuvo
previamente la “globalización” es un fenómeno relativamente
reciente. La “democracia”, en cambio, ya tiene varios siglos
en su haber. Es posible que dicha marcada diferencia en la
dimensión temporal incida en la resolución final del conflicto
planteado
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Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI
Globalización, Estado-Nación y Valores posmateriales
Guillermo R. Ferrón*
Los conceptos de Globalización, Estado-Nación y Valores posmateriales son analizados en este trabajo teórico a desde los marcos
teóricos que los problematizan. Se presentan, discusiones en torno a cada uno de ellos y en particular se busca generar una interrelación
a partir de dichas cuestiones. Enfrentando la postura de escuelas clásicas en globalización se enuncian las ideas básicas de cada una
de estas. Luego se piensa en los problemas de los estados-nación en el contexto de globalización, en particular a partir de la noción de
etnicidad. En un tercer momento se desarrolla el concepto de valores posmateriales en su contexto y con las implicancias que este tiene
para las sociedades en las que se hayan. El artículo concluye a partir de la enunciación de posibles relaciones entre estos tres conceptos.
PALABRAS CLAVE: Globalización - Rol actual del Estado-nación - Valores posmateriales
The concepts of Globalization, nation-state and posmaterial values are analyzed in this theoretical work from theoretical frameworks that
problematize them. Some discussions are presented about each of them, in particular seeking to create links based on these issues. Confronting
the position of classical schools in globalization, the basic ideas of each of these are enunciated.Then it is thought about the problems of
nation-states in the context of globalization, in particular from the idea of ethnicity. In a third moment, the concept of posmaterial values is
developed with the context and the implications that it has for the societies in which they were developed.The article it is concluded with the
enunciation of possible relationships between these three concepts.
KEYWORDS: Globalization - Changes in nation - State rol - Postmaterial values
Introducción
E
l presente trabajo teórico intenta mostrar una
relación entre los conceptos globalización, EstadoNación (en el contexto de la sociedad informacional
y posmoderna) y valores posmateriales surgidos a partir
del advenimiento de este tipo de sociedad.
La globalización, desde un punto de vista más bien
sociológico, ha sido entendida como la conformación de
un sistema único de relaciones sociales que deviene del
crecimiento de la interdependencia de la ‘sociedad mundial’
(Giddens, 1993). Este proceso es caracterizado por un
intercambio ininterrumpido y acelerado de mercancías
e información, así como de cambios, unificaciones,
fragmentaciones y desigualdades.
El proceso de globalización, según Hirsch (1997), lejos de ser
meramente económico, se constituye por caracteres ideológicos,
políticos, culturales y tecnológicos. Estas características no son
inacabadas ni de simple delimitación o abordaje. Se subdividen
y contradicen internamente; y se yuxtaponen entre ellas, por lo
que su análisis resulta de suma dificultad.
Sin embargo, teniendo en cuenta la amplitud de las
características previamente enumeradas, el proceso de
análisis se torna sumamente extenso. Por lo tanto, sólo se
abarcarán aspectos seleccionados para este artículo.
Al analizar el rol del estado en la sociedad informacional,
de acuerdo con Castells (1976, 2004) y Sassen (1999),
o sociedad posmoderna (Lash, 1997; Bauman, 2001), es
muy difícil dejar de lado un elemento crucial como es la
disminución de la soberanía estatal. Diversos factores que
previamente eran constitutivos de la calidad estatal como
autónomo y soberano, es decir, la independencia económica,
política o la libertad de acción plena dentro de su territorio,
se han visto menoscabados.Ya sea en el caso de promulgación
de leyes que actualmente deben estar en consonancia con los
tratados internacionales, como respecto de la aplicación de
legislación (de patentes o en materia laboral, por ejemplo)
que no favorezcan a ciertos grupos de interés, en litigios
internacionales por refinanciamiento de deuda contra fondos
buitres, por ejemplo (Beck, 2004).
Esta disminución en su carácter de soberano se da en
parte debido a la internacionalización del capital, lo que se
* Licenciado en Sociología (UBA) - Docente UNPAZ y UNAJ - Doctorando en Sociología (UB).
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genera por el desarrollo de las tecnologías de la información
que permiten el flujo instantáneo de capitales y el traslado
rápido de personas entre los nodos de información, de
capital y de sujetos.
Las posibilidades generadas a partir de las tecnologías
de la información para los inversionistas de altísima
rentabilidad, en cualquier parte del globo con riesgos
bajísimos por la protección otorgada por los organismos
internacionales, y con costos ínfimos en su mayoría asumidos
por los estados-nación devenidos de gobiernos y sindicatos
corruptos. Los que deben aceptar la intromisión del capital
internacional y de las industrias transnacionales destruyendo
las autóctonas y generando una dependencia económica del
capital internacional. Esto a su vez, genera una dependencia
por parte de los estados al solicitar empréstitos a las
organizaciones financieras internacionales, tanto económica
como política, lo que agudiza sus crisis sociales.
En el contexto mundial actual es evidente el
desplazamiento de los valores modernos en la mayoría de las
sociedades desarrolladas y en las ciudades globales (Sassen,
1999).
Los valores modernos o materiales son aquellos en los
que se pondera la obtención de los medios de subsistencia
por sobre otro tipo de necesidades. En este sentido, se
corresponderían con aquellos que intentan cubrir las
necesidades básicas propuestas por Maslow (2008) de
techo, comida, seguridad, entre otras. Se puede considerar,
siguiendo a Inglegart y Welzel (2005) que eran exclusivos y
determinantes en una sociedad con características específicas.
Particularmente, al considerar el momento histórico y
geográfico en el que estas necesidades y valores comenzaron
a mutar, se puede destacar la existencia de un estado fuerte,
interventor de la economía de sus países, proveedor de
asistencia social y con plena soberanía sobre su territorio,
habitantes y economía. En concreto, la línea argumentativa
propuesta por estos autores hace referencia a países centrales
(principalmente europeos) en la segunda mitad del siglo
XX, contexto de amplio desarrollo económico en base al
consumo y la innovación tecnológica.
Actualmente, y debido a la crisis del modelo estatal
anterior, se pueden vislumbrar, no solo cambios en el rol
de éste respecto de su territorio, habitantes y economía,
sino también un cambio rotundo en los valores que la misma
ciudadanía ostenta en relación a sus estados y a las empresas
que en estos desarrollan sus actividades.
Al respecto, cabe destacar la perspectiva constructivista
de los movimientos sociales propuesta por Touraine (1991,
2006) en la cual se disputa el sentido de la historicidad a
través de los movimientos sociales como los mecanismos
posibles para el reconocimiento de la acción colectiva como
posibilidad de resolución de conflictos. Asimismo, se podrían
considerar a los nuevos movimientos sociales pensados por
Offe (1997) en tanto sus características novedosas ya que son
informales, discontinuos, permeables, e igualitarios, pero
logran la cooptación de grandes masas mediante métodos
de reclutamiento no convencionales, situándolos en una
posición no-institucional también novedosa.
Estos valores están fuertemente relacionados con un
sentido social y comunitario, así como con la preservación
del medio ambiente, la disminución de las desigualdades e
injusticias sociales, y la regulación de la industria y comercio
a fin de que estas sean sustentables a nivel global.
Pareciera existir algún tipo de relación entre los
tres conceptos brevemente desarrollados. Por ello, a
continuación se desarrollan con mayor profundidad para
analizar esta relación tentativa entre ellos. Es importante
aclarar que el eje central de análisis intentarán ser los
valores posmateriales ya que son el aspecto menos
investigado y desarrollado, aun cuando la bibliografía al
respecto es extensa (Inglehart 1977, 1990, 1998, 2003,
2004, 2008; Inglehart y Welzel 2005; Cohen 1997; Choi,
2011). Debe considerarse que se realizó un recorte
de la bibliografía, por lo tanto las conclusiones que se
obtienen, deben ser entendidas sin relaciones causales
o correlaciónales, sino de manera descriptivas ante una
porción limitada del universo de estudio y de los conceptos
disponibles en la bibliografía del tema. Este recorte
atiende a una cuestión temporal, ya que se han utilizado
exclusivamente las fuentes de reciente publicación.
Conceptos e ideas en torno a la globalización
Al hablar de globalización, se corre el riesgo de ingresar
en un área compleja y contradictoria del conocimiento
(Beck, 2004b), al ser este un concepto polisémico y
con definiciones claramente contrapuestas dependiendo
del momento, el lugar y la orientación personal del
autor que lo define. Se pueden encontrar al menos dos
escuelas fuertemente opuestas a la hora de determinar las
dimensiones constitutivas del concepto en cuestión.
Por un lado, se aprecia al materialismo histórico clásico
que centra el análisis de la globalización casi totalmente
en la cuestión económica, al punto que uno de sus
mayores expositores, Joaquín Hirsch (1997) la presenta
como una estrategia de los capitalistas en la lucha de
clases. Esta postura, lejos de ser únicamente una teoría
conspirativa, tiene características claramente reales, ya que
la concentración del capital en los últimos 30 años se ha
producido con mayor rapidez a medida que han avanzado
las comunicaciones y se han desarrollado tecnologías de la
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información tendientes a facilitar la transmisión simultánea
de capitales de un lado al otro del globo (Castells, 1999).
Se puede encontrar una visión más Weberiana del
fenómeno, ésta no se cierne únicamente sobre el elemento
económico, sino que considera una visión más holística,
aunque igualmente incompleta. Piensa varias dimensiones
al mismo tiempo entre la que se destaca el entorno
económico-social-cultural.
(capitalistas) las que son libremente internacionales,
pero que siempre lo han sido, independientemente de la
existencia de la globalización.
Giddens, por su parte, como se mencionó, considera
que la causa es meramente técnica. Ambos coinciden en la
importancia de la internacionalización del capital para su
generación. Y asimismo entienden la existencia de diversos
problemas sobretodo relacionados a la concepción del
estado-nación y a su soberanía. Sobre esto Hirsch propone
la generación de una ciudadanía global, para de esta forma
internacionalizar también la fuerza de trabajo eliminando
su relación estrecha con el estado-nación. Otro de los
problemas que se menciona, es la generación de grandes
conglomerados de empresas que financian o son grupos de
medios de comunicación, lo que les permite monopolizar
las opiniones y manipular la opinión pública al ser los
formadores de opinión por excelencia.
Es necesario considerar la dimensión cultural del
fenómeno que presenta varias contradicciones en su
interpretación. Ya que la homogenización de un producto
para diferentes culturas lleva aparejado la fragmentación
cultural en el seno mismo de las sociedades actuales, donde
se puede observar fuertes nacionalismos contrastados con
un consumo masivo de productos culturales provenientes de
los países dominantes (sobre dodo EEUU). La exportación
de esos productos no es en absoluto inocua para la aceptación
de mercancías (ya sean productos o servicios), sino que
al ser consumidos cotidianamente se incorporan valores
morales propios de las culturas dominantes acentuando a
su vez el carácter contradictorio, por el mismo hecho de
la necesidad del dominador de que exista un dominado,
y la intención del dominado (países periféricos) de salir
de su condición. Asimismo, en la actualidad este fenómeno
se complejiza aún más al verse fuertemente disminuido el
potencial exportador de EEUU otorgándole el papel de
hegemonía militar. En el mundo presente, multipolar, se ha
generado una red de un equilibrio muy frágil que encuentra,
en palabras de Wallerstein (1983) un sistema mundial
capitalista compuesto por cuatro sectores: el núcleo, la
semiperiferia, la periferia y los escenarios externos.
En este sentido, al examinar las élites globales, estas,
pese a ser supuestamente internacionales, poseen una
cultura mucho más estandarizada e impermeable que las
personas que no pertenecen a la élite. Independientemente
de consumo de productos culturales, este grupo se mueve
en ciudades globales y espacios de flujos en los cuales las
condiciones ya han sido estandarizadas. Así, la llegada a un
aeropuerto, la comida en un restaurante de alto nivel, ir
al cine, tomar un café o ir a un local bailable, ya ha sido
estandarizada. El único contacto que la élite tiene con la
Con el advenimiento de la
sociedad informacional
(posmoderna, global, etc)
se produjeron una serie de
cambios en la estructura de las
sociedades más desarrolladas.
Un exponente clásico al respecto y de referencia
obligatoria desde una perspectiva más bien weberiana,
es Giddens (1999), que, desde una postura teórica
estructuralista, plantea de manera clara elementos
esenciales para el entendimiento de la globalización. Éste
ve al proceso de globalización como efecto de la revolución
de las tecnologías, cree que la unificación de regiones
distantes se da únicamente gracias al desarrollo tecnológico.
Es considerablemente optimista y lo ve como una salida a
las sucesivas crisis. Entiende, asimismo, que las empresas
transnacionales son el factor clave de este proceso al ser
quién impulsa la internacionalización del capital.
Una comparación entre los referidos autores nos
muestra que, si bien ambos evalúan a grandes rasgos los
mismos elementos, sus apreciaciones valorativas son
diametralmente opuestas. Mientras que el primero lo ve
como un fenómeno negativo a favor de los capitalistas,
y sobre el que se puede y se debe luchar, el segundo lo
analiza como una realidad positiva e inevitable más allá de
la subjetividad e imposible de eliminar.
También se diferencian en relación a su creencia de
las causas que lo producen siendo para Hirsch un cambio
cualitativo en las relaciones sociales y sobre todo en las
relaciones de producción, lo que se vislumbra claramente
cuando argumenta que se ha internacionalizado el capital
y los elementos de trabajo, pero la fuerza de trabajo sigue
atada a las naciones.Y aquella que se internacionaliza lo hace
como fuerza de trabajo dependiente de los mandatos de las
corporaciones transnacionales que lo envían de un destino a
otro. Asimismo, remarca que sólo son las élites dominantes
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gente y las cuestiones autóctonas del lugar a donde fue
a hacer turismo son quienes los sirven que son personas
adiestradas para mantener un trato estándar con todos los
clientes de élite o las personas de las ciudades globales o
turísticas que igualmente se comportan de forma diferente
por vivir en lugares cosmopolitas.
Hay que remarcar finalmente, que con el advenimiento
de la sociedad informacional (posmoderna, global, etc)
se produjeron una serie de cambios en la estructura de
las sociedades más desarrolladas. Estos cambios, entre
los que se destacan los derechos civiles para las minorías
afroamericanas, el movimiento feminista y el destape
gay, abrieron el camino para una serie de derechos y
reivindicaciones de carácter más etéreo y moral. Lo que
luego se dio a llamar valores posmaterialistas.
sobre todo a la globalización, la soberanía, al mercado,
la democracia y una relación somera con los valores
posmateriales.
Una primera contradicción es la que presenta la
alternativa ‘sistema mundial’ contra ‘estado-nación’. Si
bien hoy por hoy estos sistemas conviven (Fitoussi, 2004),
no lo hacen de forma pacífica, ya que las relaciones de
dependencia que se generan son siempre en detrimento
de la estabilidad de los gobiernos del estado-nación. Éste
ve socavada su soberanía, primero económica, ya que la
sucesiva apertura al mercado internacional ha minado los
puestos de trabajo y las empresas propias de cada nación,
generando altas tasas de desempleo y una dependencia
sistemática de la población lo que en muchos casos se
traduce en clientelismo (Auyero, 1997; Piattoni, 2004), y
luego política, ya que al depender del sistema mundial para
obtener los empréstitos necesarios para la reactivación de sus
economías se ven obligados a cumplir las ‘recomendaciones’
provistas por los organismos internacionales, que por lo
general incluyen la disminución del gasto público. Este
gasto, en las economías de los países en vías de desarrollo
representa una porción muy importante del PBI, por lo
Contradicciones relativas al rol del EstadoNación
Al abordar el rol del estado-nación no se lo estará
haciendo en un marco aséptico, sino que se lo cita en
el contexto actual y desde una perspectiva relacionada
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que su disminución implica en mayor pobreza. Al seguir
lineamientos impuestos por organismos internacionales
de forma muy estricta muchas veces produce los efectos
contrarios a los deseados (Rodrick, 2003).
Una segunda, se encuentra en el hecho de la existencia
real de un sistema mundial contrapuesto con las comunidades
nacionales que deben subsistir más allá de cuanto afecten
al resto de la humanidad (Held, 1995). Esto significa que
un Estado-nación con muchos recursos naturales debe
ser capaz de auto sustentarse sin damnificar al resto de
la población mundial. Pero esta contradicción tiene a su
vez una contradicción interna en el sistema capitalista
globalizado. Está comprobado que la relación entre cantidad
de desarrollo y cantidad de recursos naturales es inversa.
Por lo que los países que tiene más recursos naturales para
explotar son aquellos con menor nivel de desarrollo y, por
lo general, mayor nivel de pobreza. Esto implica que el
capital necesario para explotar los recursos naturales de un
país del tercer o cuarto mundo, debe provenir de un país
desarrollado, lo que a su vez es paradójico ya que es en los
países más desarrollados en los que hacen eco los valores
posmaterialistas que incluyen la redistribución de la riqueza,
el cuidado del medio ambiente y la generación de industrias
sustentables y no contaminantes (Inglehart, 2000).
Otra posible contradicción que se presenta es el hecho
de que en la actualidad el régimen de gobierno más aceptado
y apoyado es la democracia. La disyuntiva se presenta
por un lado en el hecho que sólo a partir de la caída del
comunismo se produce el verdadero e importante avance
de la democracia como sistema hegemónico mundial.Y por
otro, por las reglas mismas, totalmente contrapuestas, que
regulan el mercado, que es mundial y globalizado, a los
estados-nación. El primero debe ser libre, mientras que los
segundos tienden a ser democrático. Sin embargo, para que
una economía crezca, los índices que prueban que el régimen
político más propenso a generar un crecimiento sostenido
y duradero a favor de la democracia son cuestionables,
aunque sí se ha probado que a largo plazo los regímenes
democráticos que han logrado crecimiento y estabilidad
económica, han aumentado también sustancialmente la
calidad de vida de sus habitantes (Fitoussi, 2004).
Por otro lado, siguiendo a Held (1995) la soberanía
de los estados en el marco de la interdependencia de las
naciones y sus representantes, así como de sus mercados,
pierde independencia a tal punto que las decisiones que
se deben tomar son llevadas a cabo a partir de la consulta
con agentes de otros países, de organismos internacionales
o mismo reguladas por tratados internacionales. Esta red
de interdependencia provoca compromisos y relaciones
de poder que terminan por comprometer a los gobiernos,
gobernantes y estados, limitando su poder de acción
incluso dentro de sus propios territorios. Por esto mismo,
se dice que los Estados actuales han visto comprometida y
disminuida tanto su soberanía como su autonomía.
Esto último entra en contradicción con el modelo
de Westfalia que postula la soberanía de los estados y la
resolución de sus conflictos de manera individual. Estos
estados establecen relaciones diplomáticas, pero de
cooperación mínima entre ellos, y siempre entendiendo
su propio interés nacional por sobre el de los demás. Por
lo tanto ya sea entre ellos o al interior de cada estado,
estos se han regido por sus normas propias tanto legales
como morales. De esto se deriva que los grupos que no
estén de acuerdo con las fronteras estatales recurrirían
a la fuerza para establecer sus intereses. Con la creación
de la carta de las Naciones Unidas, este modelo ha sido
superado. Sin embargo, la posibilidad de intervención
armada por parte del consejo de seguridad ha sido usada en
pocas ocasiones por lo que su superación no es total (Held,
1995). En este sentido, es que Held propone que existe un
nuevo orden global el cual tiende a ser una alternativa a los
estados-nación actuales. No obstante, el pasaje del modelo
Wesfaliano a uno global no es total, se podría considerar
que existe una mutación del primero que comienza a
devenir en el segundo, tomando algunas características del
ideal que plantea Held (interrelación económica y política,
o traspaso de las fronteras ante cuestiones de seguridad
global como en las invasiones de Kosovo, Irak o Siria) pero
manteniendo la mayoría de las características clásicas de
los estados modernos (monopolio legítimo de la fuerza,
autonomía casi total, posibilidades teóricas de determinar
la política monetaria, entre otras). De esta manera se
puede pensar que lo que acontece es un cambio en el arte
de gobernar al decir de Foucault (2006)
La migración es un proceso que se ha dado
históricamente. Cuando un grupo de personas emigra lleva
consigo su bagaje cultural o étnico. En el contexto actual
(de globalización, fragmentación, desigualdad y re-unión
de regiones separadas del planeta) la migración –legal o
no – de una masa de personas es un tema sensible para
los Estados. Asimismo, esta problemática debe ser tratada y
gestionada en cada caso considerando las características que
el proceso migracional puede haber tenido en los territorio
receptores de los migrantes.
Los estados democráticos liberales, muchas veces
plantean la independencia o neutralidad del estado respecto
a las cuestiones étnicas (Kymlicka, 2006), por lo que éste
debería deslindarse de todas las cuestiones relativas a la
etnicidad, ya sea idioma, alimentación, vestimenta, ritos
y cultura en sentido amplio. Esto plantea un problema
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para la supervivencia de las etnias minoritarias, ya que es
el estado el encargado determinar cuestiones esenciales
para ello, siendo el idioma y la educación necesarios para
la reproducción cultural. Se puede pensar en estados
democráticos liberales compuestos por variedad de etnias
en la que una es mayoritaria e impone su cultura a las
minoritarias (por ejemplo, dentro de Sudamérica se podría
pensar en Argentina, Chile, Ecuador, considerando un
único idioma oficial ante una diversidad étnica concreta).
Esta clase de estados – democráticos liberales –
plantean una concepción de nacionalidad cívica liberal, en
contraposición con las nacionalidades étnicas antiliberales.
Las naciones cívicas son neutrales a las cuestiones e
identidades etnoculturales de sus ciudadanos y basan sus
criterios de inclusión en la adhesión a ciertos principios de
justicia y democracia; mientras que las naciones étnicas tiene
como uno de sus objetivos la reproducción de su cultura e
identidad etnocultural (Kymlicka, 2006). Dependiendo del
tipo de estado-nación se tratará esta cuestión de una forma
particular, pero no por ello deja de ser un tema controversial y
de difícil resolución. En este sentido, el Estado Plurinacional
de Bolivia, puede ser considerado como una nación étnica ya
que promueve el reconocimiento y supervivencia de todas
las etnias que lo componen.
material es aquel motor que hace evolucionar la sociedad.
Esta oposición, no refleja sobre sí misma una vuelta al
‘idealismo’ hegeliano, si no que muestra la evolución
del progreso en las sociedades posmodernas de finales
del siglo XX y comienzos del XXI. Esto significa que el
inmaterialismo no es otra cosa que la generación de una
moral nueva, no ligada a lo material, no por el desapego
hacia esos elementos, si no por su naturalización en el
quehacer cotidiano, ya que, en las condiciones que esta
moral se genera, las condiciones de subsistencia han sido
por demás facilitadas y estabilizadas. Así, siendo satisfechas
las necesidades básicas y de estabilidad (o necesidades de
base, según Maslow) a lo largo de toda la vida, las personas
que han vivido así desconocen el hambre, la insalubridad
y las guerras. Esta referencia y aclaración al origen del
concepto son importantes para evitar confusiones con los
pensamientos no materialistas orientales y con el idealismo
(en oposición al materialismo histórico o dialéctico).
Siguiendo a Inglehart (2008), quién por más de treinta
años ha realizado un estudio en relación a la evolución de los
valores generales de la sociedades europeas tomando como
referencia seis países de Europa occidental (Reino Unido,
Francia, República Federal de Alemania, Italia, Bélgica y
Holanda), se puede observar una relación causal entre la
sucesión de nuevas generaciones y el cambio cultural en
dirección posmaterialista de las generaciones más recientes.
Asimismo, se observa una variación fuerte entre la diferencia
de existencia de este tipo de valores entre los países centrales
y los países periféricos, siendo más habitual en los primeros,
siendo Suecia, Austria y Canadá los países con mayor
porcentaje de sujetos con valores posmateriales. También se
encuentra más establecida en los sectores altos que en los
medios o bajos. De esta manera, explica que la diferencia
entre los mayores de 65 años y los menores de 25 (en 1971)
era de más de doce veces a favor de los valores materiales,
mientras que actualmente los valores inmateriales superan
ampliamente a los materiales en todas las edades.
Es importante notar que el desplazamiento se produce
hacia acciones con un valor subjetivo y personal mucho
más alto que las que tenían los valores anteriores, al tener
estas cuestiones relación con la libertad de expresión,
de participación y de culto; el aumento de la calidad de
vida, la autonomía individual y la estética. Asimismo, estos
valores surgen como respuesta al tipo de socialización al
que han sido expuestas las personas nacidas en la segunda
posguerra. Ya que ellos se fueron criados en el estado de
bienestar en un periodo de prosperidad nunca antes visto.
Gracias a ese contexto, dieron por sentada la supervivencia
y con ella se dedicaron a explotar otras posibilidades, como
la creación intelectual o artística.
Surgimiento y características de los valores
posmateriales
Cuando se habla de valores posmateriales se debe dejar
en claro en un primer momento cual es la diferencia real
entre estos y los valores materiales. Estos últimos están
ligados a la existencia terrenal y a los elementos de la vida
cotidiana, alejados de la esfera espiritual. Se encuentran en
sociedades y países en los cuales la estabilidad económica
no se ha alcanzado, y en los países que esta estabilidad
y desarrollo si se ha logrado los poseen generalmente
personas de generaciones previas a la estabilización de la
economía. Por otro lado, los valores posmateriales están
relacionados con elementos ‘supra-materiales’, o de nivel
espiritual. Se refieren aquellos elementos de bienestar
colectivo e individual que se consiguen a través del accionar
individual. Estandartes como el ecologismo, las industrias
sustentables, el desarrollo equitativo, la democratización
de las empresas, la flexibilidad horaria y homeworking, la
libertad de expresión, el resurgimiento del interés por la
actividad cívica y ciudadana, son solo algunos de los valores
posmateriales surgidos en las últimas cuatro décadas.
Esta clase de valores se denominan posmateriales
principalmente por su contraposición al materialismo
histórico que centra su teoría en la idea de que lo
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Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI
Por otro lado, Inglehart, señala dos hipótesis que
fundamentan su trabajo, la de la escases (que postula que
todos tendemos a buscar la autonomía y la libertad cuando
damos por garantizadas nuestras necesidades materiales);
y la de la socialización (que propone que los valores
personales son formados durante la etapa de socialización
para toda la vida, por lo que el cambio de valores se ve a
lo largo de los años, sucediendo de una forma muy lenta).
Pero estas dos hipótesis deben ser analizadas en conjunto,
por lo que se deduce que los valores inmateriales no se
relacionan con un nivel económico objetivo, sino con un
nivel de seguridad más bien dado por la socialización y la
escasez que sufra o no el individuo.
la democracia y la participación ciudadana en regímenes
democráticos así como superar retos que la democracia
pueda tener en una sociedad dada (Inglehard, 2005).
Sin embargo, las aspiraciones personales de libertad no
son suficientes para generar acciones colectivas en favor de
un objetivo determinado. Sobre todo para influir en las élites
que son el otro elemento determinante en la propensión
favorable de las políticas tendientes a generar una mayor
democratización. No obstante, pese a la creencia generalizada
de que el poder de las élites es finalmente determinante
del rumbo que tomará la sociedad, esto ha probado ser,
no del todo cierto ya que en una sociedad con mayoría de
ciudadanos con valores posmateriales, las acciones colectivas
tienden a forzar o por lo menos a presionar fuertemente a
las elites dominantes, muchas veces logrando que sigan el
rumbo fijado por estas (Inglehart, 2005).
Asimismo, Inglehart, explica la relación que existe
entre las dimensiones de la variable ‘autoexpresión’ con
la cultura política. Siendo estas dimensiones la tolerancia
hacia la diversidad, la autoexpresión en público, la libertad
y participación, la confianza interpersonal y la satisfacción
con la vida. Concluye al respecto que a mayor nivel de
estas dimensiones mayor calidad se encontrará en las
instituciones democráticas de la sociedad. Y finalmente,
que a medida que lo han desarrollado en países, tiempo y
cantidad de encuestas, esta relación se generaliza e incluso
gana más fuerza.
La globalización muestra la
coyuntura a escala mundial, el
análisis del estado lo hace a nivel
de países y relaciones entre ellos,
mientras que el desarrollo de
los valores posmateriales
da cuenta de forma en la que
evoluciona la moral de los sujetos
en las sociedades posmodernas.
Interrelación
Los valores tradicionales de supervivencia se centraban
en la acumulación del capital para generar su propia
estabilidad y poder garantizar así la supervivencia. Este
valor central, al ser dado por sobreentendido fue desplazado
y olvidado por las nuevas generaciones. Estas tienen una
mayor tolerancia a cuestiones culturales y de elección
individual que las generaciones anteriores, como por
ejemplo mayor aceptación a la homosexualidad, al divorcio,
a las relaciones extramatrimoniales, a la prostitución o a la
eutanasia, así como la búsqueda del bienestar la expresión
individual (Inglehart, 2008).
Por otro lado, cuando se analizan los valores
posmateriales en relación a la democracia, se puede
observar que la evolución del valor ‘libertad de
aspiraciones’ tiene una fuerte relación positiva con las
transiciones democráticas de los distintos países. Asimismo,
mientras más fuertes son las aspiraciones de libertad de los
individuos de una sociedad, más fuerte será su capacidad
para generar campañas en pos de esa libertad. De la misma
manera la aspiración a la libertad ayuda tanto a transformar
regímenes autoritarios en democráticos como a mantener
Luego de haber desarrollado con mayor profundidad
los conceptos seleccionados, es evidente que existen
similitudes, diferencias y complementariedades entre ellos,
pero es innegable que al hablar de globalización, estado y
valores posmateriales, se habla de conceptos relacionados.
Se podría decir que muestran aspectos similares de un mismo
objeto pero a niveles muy distintos. Así, la globalización
muestra la coyuntura a escala mundial, el análisis del estado
lo hace a nivel de países y relaciones entre ellos, mientras
que el desarrollo de los valores posmateriales da cuenta de
forma en la que evoluciona la moral de los sujetos en las
sociedades posmodernas, no siendo este cambio de forma
absoluta pero sí mostrando un tipo de conformación moral
correlacionada con sujetos que se encuentran en un estado
con características particulares.
Es factible, de esta forma, encontrar una interrelación
muy profunda ya que los cambios en el concepto de
‘estado’ devendrían de la producción del fenómeno de
la globalización (Beck, 2004b), que a su vez produjo las
condiciones necesarias para el advenimiento de los valores
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inmateriales (Inglehart, 2000, 2008; Inglehart y Welzer,
s/n, 2005) y de esta forma otorgarle una posibilidad de
adaptación mayor a aquellos estados que se han globalizado,
sobre todo desde una posición más central.
Teniendo en cuenta que la globalización genera
desigualdades extremas y fragmentaciones muy grandes,
pero que a la vez posee un marco tecnológico que les
permite a las personas transportarse entre cualquier parte del
mundo, como se dijo anteriormente, esto produce grandes
desplazamientos de masas de personas hacia aquellos lugares
donde se ha conseguido una mejor calidad de vida. De esta
forma, al observar que en estos últimos países las condiciones
de vida son elevadas principalmente por la explotación y la
dependencia generada a los países periféricos (Guimaraes,
2005), se pueden percibir las grandes migraciones como
una invasión y un atentado al modo de vida de los países
centrales. Esto plantea problemas en muchos niveles, desde
las políticas de migración y nacionalización de un país, hasta
su tolerancia hacia otras etnias y culturas (Kymlicka, 1998).
Este último elemento es una arista fundamental que denota
una contradicción clara en relación a los valores posmateriales
ya que para su supervivencia, estos deben mantener una
economía estable y un crecimiento económico constante.
Visto desde el otro lado, los países periféricos que son
explotados y ahogados, por las empresas multinacionales y
el capital financiero, no son invulnerables al advenimiento
de los valores inmateriales, sobretodo en sus estratos medios
y altos. Si se tiene en cuenta que los estados pertenecen
a un sistema global, que se encuentran fuertemente
interrelacionados y que son interdependientes entre sí
(Held, 1996, 1998,1998b); y a su vez se recuerda que los
valores inmateriales abogan por mayor libertad de expresión,
participación en las decisiones gubernamentales, mayor
calidad de vida, preocupación por el medio ambiente y por la
generación de empresas sustentables y ecológicas, así como
relaciones de producción más equitativas. Esto presenta
una clara contradicción ya que la explotación de los países
periféricos, algunos la consideran condición sine qua non
para el funcionamiento del sistema mundial globalizado. De
esta forma, los valores posmateriales y la acción individual
coordinada y dirigida estratégicamente podría modificar
la conducta de las élites produciendo sociedades más
democráticas o al contrario más autoritarias. La generación
de valores inmateriales per se, no da la pauta de la dirección
que estos podrían tomar para su supervivencia, continuidad
o para el establecimiento de una calidad de vida mayor.
Pudiendo ser esta mayor democratización de las instituciones,
la apertura de las fronteras para el capital y las personas,
o al contrario, como ocurre actualmente en Europa, la
generación de nuevos nacionalismos y la producción de
bloques de países que aumentan la interacción entre ellos
pero la disminuyen e intrincan entre los diferentes bloques,
dando como resultado un mundo multipolar en un equilibrio
precario.
Conclusiones
Habiendo recorrido los conceptos planteados en la
introducción y generando relaciones tentativas entre ellos, es
posible concluir que hay una interacción tentativa, aun cuando
provengan de planos de análisis diferentes. Asimismo, se pudo
observar la importancia intrínseca que estas interacciones
poseen y su potencial capital predictivo para la sucesión de los
contextos futuros.
De esta forma, se deja planteada una posible interrelación
entre los conceptos globalización-estado-valores posmateriales
que debería ser estudiada con mayor profundidad para explotar
su potencialidad. Es, asimismo, importante recordar que, si
bien las interacciones entre globalización y estado, estado y
valores posmateriales, y globalización y valores posmateriales
ya han sido ampliamente estudiadas, las posibles relaciones
entre los tres conceptos aún tienen mucho por explorar. En
igual sentido, es necesario hacer hincapié en el tratamiento
científico de estos conceptos ya que al ser, sobre todo
globalización y estado, conceptos enraizados fuertemente
en el lenguaje popular, pierden su verdadero significado y su
connotación científica específica dando lugar a conclusiones
erróneas y a presunciones falaces.
También, no hay que dejar de tener en cuenta que si bien
las interacciones y relaciones parecen muy claras, es muy largo
el camino que se debe seguir para llegar a una investigación
seria y profunda como requiere el tema. Dejando, de esta
forma, abierta la posibilidad a futuras investigaciones que
profundicen e iluminen estas relaciones que hoy por hoy son
considerablemente espurias.
Finalmente, se debería tener en cuenta que existen
algunos aspectos de la propuesta de Inglehart que deberían
ser problematizados a la luz de la evidencia presentada en
los últimos años, sobre todo en lo referente a la relación
que propone entre democracia y valores posmateriales y
a la centralidad que les otorga como determinantes de la
generación de regímenes democráticos
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La intencionalidad colectiva.
Entre naturaleza y cultura
Ariel O. Dottori*
El presente trabajo se opone a cierto sentido común sociológico que le resta importancia a la esfera de la naturaleza, atribuyéndole
al mundo social o cultural la capacidad de explicar y resolver la totalidad de las problemáticas referidas a los seres humanos. Este
enfoque simplificado olvida que los seres humanos somos, ante todo, animales que durante los primeros meses de vida, no nos diferenciamos grosso modo, del resto de los animales de nivel superior. Los animales humanos, paulatinamente, comienzan a asimilar y
crear ellos mismos la realidad social o cultural. La gran transformación se genera a partir de los dieciocho meses de edad, cuando los
infantes humanos adquieren el lenguaje proposicional; éste, junto a otros elementos específicos y privativos de nuestra especie –tales
como la cooperación y el altruismo-, nos permiten crear una considerable brecha respecto a nuestros parientes más cercanos en la escala
evolutiva, los chimpancés. Son esos elementos, los que nos abren las puertas del mundo cultural e institucional.
PALABRAS CLAVE: Intencionalidad colectiva - Cooperativismo - Naturaleza - Cultura - Animales de
nivel superior
This work is opposed to some common sociological sense that downplays the sphere of nature, attributing the social or cultural world the
ability to explain and solve all the problems related to humans.This simplified approach forgets that humans are primarily animals during
the first months of life; we do not differ broadly from other animals’ higher level. Human animals gradually begin to assimilate themselves
and create social or cultural reality.The great transformation is generated from eighteen months of age when human infants acquire propositional language; this, along with other specific and private elements of our species -such as cooperation and altruism- allow us to create a
considerable gap compared to our closest relatives on the evolutionary scale, chimpanzees.Are those elements which open the doors of cultural
and institutional world.
KEYWORDS: Collective intentionality - Cooperativism - Nature - Culture - Animal’s higher level
Intencionalidad colectiva e individual
“nosotros queremos”. Estas últimas reflejan el tipo de
intencionalidad que analizaremos con cierto detalle, nos
referimos a la intencionalidad colectiva. Lo que aquí haremos
es, de la mano de John Searle, analizar la estructura lógica
de la intencionalidad porque sostenemos que es uno de los
elementos centrales de toda ontología social humana, de
toda sociedad en general.
La tradición filosófica –según entiende Searle (1997), ha supuesto que el segundo tipo de intencionalidad –la
intencionalidad colectiva o del “nosotros”- es reductible a
la primera –la intencionalidad individual o del “yo”-. Por
ejemplo, para que juguemos un partido de futbol es preciso,
ante todo, que yo tenga la intención, el deseo, la voluntad
de jugarlo. Si los veintidós yo no tuvieran la intención de
L
as preguntas que guiarán la primera parte de
nuestras indagaciones podrían resumirse del
siguiente modo; ¿cuál es la relación (si es que la
hay) entre la intencionalidad individual y la intencionalidad
colectiva? ¿Qué relación existe entre “yo intento” y
“nosotros intentamos”? Hay una tendencia generalizada a
considerar las formas de intencionalidad formuladas en
primera persona del singular, expresiones tales como, “yo
creo”, “yo quiero”, como fundamentales; sin embargo, aquí
nos detendremos con especial atención en las expresiones
formuladas en primera persona del plural, expresiones
tales como, “nosotros creemos”, “nosotros realizaremos”,
* Licenciado en Sociología (UBA) y Doctor en Filosofía (UNLP). Se especializa en problemáticas referidas a la realidad social.
Su tesis de doctorado ha versado en la concepción de la realidad social desplegada por John Searle. Actualmente posee
una beca CONICET posdoctoral.
69
Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI
explicación circular a partir de la cual yo creo que tú crees
que yo creo, etcétera, no consigue una agregación suficiente
para dar cuenta del sentido de colectividad. Una sumatoria
de “Yo-conciencias” no conforma un “Nosotros-conciencia”;
el camino, según el punto de vista de Searle, es inverso. La
sumatoria de creencias, deseos, intenciones, individuales
no crea deseos, creencias e intenciones colectivas; por el
contrario, las creencias, etcétera, colectivas son las que
generan las creencias, etcétera, individuales. La prioridad
metodológica, como vemos, es de la intencionalidad colectiva
antes que de la intencionalidad individual. Grafiquémoslo
mediante un ejemplo. Yo tengo la intención singular de
anotar un gol en un partido de fútbol, pero tengo tal
intención como parte de nuestra intención colectiva de anotar
goles para ganar el partido.
Una conducta como la del ejemplo anterior es una
conducta genuinamente cooperativa, y se diferencia de la
conducta de dos personas (o más) que por mero azar están
sincronizadas. Si, por ejemplo, en este mismo momento,
en alguna parte del mundo se encontrara un investigador
confeccionando un trabajo sobre Searle y Tomasello
planteándose los mismos objetivos que yo me he planteado,
mi conducta y la del investigador X no serían conductas
cooperativas. Fue el azar y no la decisión conjunta de abordar
ciertas problemáticas, el responsable de la escritura de un
trabajo similar.
Searle advierte un rechazo por parte de la tradición a
reconocer en la intencionalidad colectiva un fenómeno
primitivo. Generalmente se sostiene que toda intencionalidad
existe en la cabeza individual de las personas, de ahí se sigue
que la forma de esa intencionalidad sólo puede referirse a
los individuos en cuyas cabezas existe. Esta manera de ver
las cosas, continúa Searle, parece comprometer a quienes
reconocen el carácter colectivo de la intencionalidad, con
un elemento supra-natural o místico que se ubica por fuera y
por sobre las mentes individuales (1997:43). Searle sostiene
que este argumento es falaz y que inscribe un falso dilema.
Para suplir esa falla, propone el siguiente argumento,
jugar el partido, no habría partido posible. La idea es que, si
intentamos hacer algo juntos es porque yo lo intento en la
creencia de que tú también lo intentarás; lo mismo ocurre
contigo: tú lo intentas en la creencia de que yo también lo
intentaré. De ésta manera, todos tienen esas creencias. Pero
si la intencionalidad está en la cabeza de cada uno de nosotros,
¿cómo es posible algo así como la intencionalidad colectiva?
Gran parte de la tradición entiende a la intencionalidad
individual o del “yo” como una intención primaria; Searle,
por el contrario sostiene que la intencionalidad primitiva no
es la individual o del “yo”, sino la colectiva o del “nosotros”.
La mayoría de los filósofos reducen el “tenemos la intención
de”, “creemos”, “esperamos” a “tengo la intención de”,
“creo”, “espero”. Suponen que cuando dos personas tienen
intencionalidad colectiva, es decir, cuando intentan hacer
algo juntas (o lo hacen efectivamente), cada una de ellas
tiene la intencionalidad del tipo, “tengo la intencionalidad
de hacer tal y tal cosa” y a la vez, “creo que tú también tienes
esa misma intención”. Además, tengo que creer que tú crees
que yo creo que tú tienes esa intención; eso a su vez genera
una regresión no viciosa del tipo, “creo que tú crees que yo
creo que tú crees que yo creo”, etcétera; mientras que por tu
parte, “tú crees que yo creo que tú crees que yo creo que tú
crees”, etcétera. A estas creencias iterativas sobre creencias
de dos o más personas, se las denomina “creencias mutuas”.
Searle sostiene que todo este enfoque, que reduce la
intencionalidad colectiva a la intencionalidad individual más
la creencia mutua, está descaminado. En nuestras cabezas
existe la intencionalidad colectiva de un modo primitivo,
natural. Así,
La intencionalidad colectiva es un fenómeno biológico
primitivo que no puede ser reducido a, o eliminado a favor
de, otra cosa. Todos los intentos que yo he visto de reducir
la “Nosotros-intencionalidad” a la “Yo-intencionalidad”
están plagados de contraejemplos (Searle, 1997:42; los
destacados me pertenecen).
En la anterior cita se observa una vez más la posición
naturalista de Searle; se entiende a este tipo de intencionalidad
como un fenómeno biológico primitivo; así, los seres humanos
tenemos la capacidad de hacer cosas juntos, no porque a una
cierta edad se nos enseñe que eso es correcto o preferible;
es más, no elegimos1 hacer cosas juntos; simplemente las
hacemos. No se trata de una conducta adquirida sino de una
determinación biológica.
La razón por la cual la intencionalidad colectiva no puede
ser reducida a la intencionalidad individual es que, caer en una
Es verdad que toda mi vida mental está dentro de mi
cerebro, y que toda la vida mental de ustedes está dentro
de su cerebro, y lo mismo vale para todo el mundo. Pero
de aquí no se sigue que toda mi vida mental tenga que
ser expresada en la forma de una frase nominal singular
referida a mí. La forma que mi intencionalidad colectiva
puede tomar es simplemente ésta: “nosotros intentamos”,
o “estamos haciendo esto y lo otro”, etc. En esos casos, yo
intento sólo como parte de nuestro intento. La intencionalidad que existe en cada cabeza individual tiene la forma
“nosotros intentamos” (1997:43).
1
En el sentido en el que Tugendhat (2009) se refiere a un proceso
deliberativo de toma de decisiones posibilitado gracias a la adquisición del
lenguaje proposicional.
70
Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires
El cooperativismo en Tomasello
Cuando Searle escribió The Construction of Social Reality
en el año 1995, ya se encontraba sólidamente situado dentro
del enfoque mentalista o internista. No es esa la posición que
aquí adoptaremos. Para aquel que asuma como prioritario
y fundamental la función del lenguaje proposicional –como
es nuestro caso-, le resultarán extrañas ciertas expresiones
tales como, “mi vida mental esta dentro de mi cerebro”.
Esto sólo puede ser concebido como una metáfora porque
dentro de mi cerebro no hay más que tejido neuronal; si
bien el cerebro –como todo órgano-tiene sus funciones
específicas, nos resulta dificultoso sostener la idea de que
dentro de nuestras cabezas individuales existe tal y cual cosa. Hay
intencionalidad colectiva, de eso no hay dudas; hacemos
cosas juntos, generamos acuerdos y renunciamos a nuestro
ego al emprender tareas colectivas o cooperativas. Todo eso
es cierto pero, ¿cómo es posible? Esa es nuestra pregunta, es
la pregunta de Searle, pero entendemos que sus argumentos
deberían reverse. Searle deja muy en claro lo que quiere
decir; en The Construction of Social Reality, grafica las dos
posiciones referidas a la existencia de la intencionalidad
colectiva.
El siguiente gráfico muestra la posición tradicional de las
“Nosotros-intenciones”:
Tomasello, desde el punto de vista de la psicología
cognitiva, despliega tanto un análisis ontogenético como
filogenético de nuestra especie; con el objetivo de abarcar
una mejor comprensión del problema de la intencionalidad
colectiva, desplegaremos algunos de sus argumentos
principales. Searle vio el problema pero el modo en que
lo explica nos resulta un tanto insuficiente; sostener que
la “Nosotros-intencionalidad” existe porque está dentro de
nuestras cabezas, nos resulta, por lo menos, un tanto vago.
En Why We Cooperate (2009), Tomasello, inspirado
tanto en el propio Searle, como en Michael Bratman (1992),
Margaret Gilbert (1989) y Raimo Tuomela (2007), sostiene
que con el concepto Intencionalidad compartida o del nosotros
se hace referencia a ciertos fenómenos psicológicos que
posibilitan ciertas formas de cooperación; en palabras de
Tomasello, “básicamente, la intencionalidad compartida
comprende la capacidad de generar con otros intenciones
y compromisos conjuntos para las empresas cooperativas”
(2010:152).
Podemos comprometernos e intentar hacer actividades
con otros por medio de procesos de atención conjunta y
conocimiento mutuo, los cuales, a su vez, son posibles gracias a
las motivaciones cooperativas de ayudar a otros y compartir
cosas con ellos (2010:15-16). La capacidad de cooperación
–a diferencia de lo que plantea Searle-, es exclusivamente
humana; recordemos que al comienzo del presente apartado
citábamos a Searle cuando afirmaba que la intencionalidad
colectiva era común a muchas especies animales. Tomasello
(2007, 2010 y 2010ª) no está de acuerdo con el planteo de
Searle puesto que sostiene que las formas de vida de otras
especies animales (a ello Tomasello lo denomina culturas)
se basan exclusivamente en la imitación y otros procesos de
aprovechamiento, pero las culturas humanas tienen un plus: la
cooperación. La intencionalidad colectiva (el cooperativismo)
es, tanto para Searle como para Tomasello, el fundamento de
todas las actividades sociales. Y ello es así porque,
Nosotros intentamos
La alternativa de Searle es la siguiente:
Los Homo sapiens están adaptados para actuar y pensar
cooperativamente en grupos culturales hasta un grado
desconocido en otras especies. De hecho, las hazañas
cognitivas más formidables de nuestra especie, sin
excepción, no son producto de individuos que obraron
solos sino de individuos que interactuaban entre sí (…)
(Tomasello, 2010:17).
Observamos que Searle entiende que la intencionalidad
del nosotros no es el resultado de la sumatoria de
intencionalidades individuales sino que aquella ya existe de
un modo primigenio en nuestras cabezas. Pero, ¿Qué significa
que algo existe dentro de nuestras cabezas? Para aclarar este
punto oscuro recurriremos a ciertos lineamientos generales
desarrollados por Michael Tomasello.
Nuestra especie cuenta con habilidades exclusivas para
colaborar, comunicarnos y aprender socialmente; ese tipo
2
71
Aquí seguimos la edición castellana de 2010.
Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI
brindan información prelingüística señalando. Lo significativo
es que ni los chimpancés ni otros grandes simios señalan cosas
para brindar información a otro ni para llamar la atención de
sus compañeros, no utilizan ningún medio de comunicación
para ofrecer datos que le puedan llegar a servir a otros.
Esta práctica, por lo tanto, es específicamente humana y se
desarrolla a temprana edad4.
especial de inteligencia cultural los niños la van desarrollando
a medida que crecen. De este modo se va construyendo la
capacidad humana de participar en lo que Tomasello (2007,
2010) denomina el pensar grupal cooperativo. Ello sólo fue
posible gracias a la enorme capacidad de adaptación a distintas
formas culturales que poseen los seres humanos.
Con el objetivo de echar luz sobre los orígenes de la
cognición humana,Tomasello, en sus distintas investigaciones
(2007, 2010 y 2010ª), desarrolla una serie de comparaciones
entre los niños y sus parientes más próximos dentro de los
primates: los chimpancés. Sus conclusiones, por lo tanto, no
sólo cubrirán los aspectos ontogenéticos, sino también –al
desplegar una historia evolutiva de la especie humana-, los
filogenéticos. Las investigaciones empíricas que Tomasello
desarrolla se focalizan en dos fenómenos fundamentales,
el altruismo (el individuo que se sacrifica por otro) y la
colaboración (cuando varios individuos trabajan juntos para
beneficio mutuo).
Una de las tesis centrales de Tomasello en ¿Por qué
cooperamos?, es la siguiente,
Nuestra especie cuenta
con habilidades exclusivas para
colaborar, comunicarnos y
aprender socialmente; ese tipo
especial de inteligencia cultural
los niños la van desarrollando a
medida que crecen.
Tomasello deja en claro que el cooperativismo en los
infantes no se adquiere, no se aprende sino que a los niños
les nace, es decir, es producto del desarrollo ontogenético
de los seres humanos. Los niños tienen una predisposición
prácticamente indiscriminada por cooperar que, con el paso
de los años se va viendo afectada por el juicio de otros niños
y por la preocupación por la opinión de otros miembros del
grupo. Paulatinamente los niños comienzan a internalizar
normas sociales y reglas de conducta que van prefigurando
qué hacer y cómo dirigirse en la vida con otros3.
La inclinación temprana por ayudar que muestran los
infantes de nuestra especie también es compartida por
nuestros parientes más cercanos pero, sin embargo, hay una
forma específica de ayudar que sólo los niños humanos practican:
brindar información que es necesaria para otro (Tomasello,
2010:34). Esto lo hacen los niños antes de la revolución de los
dieciocho meses, es decir, antes de haber adquirido el lenguaje
proposicional. A los doce meses de edad los seres humanos
Los simios no comprenden por qué un humano les señala
un objeto determinado, no entienden el por qué de la acción
ni su pertinencia; por supuesto que ello es esperable porque
en el mundo de los simios ningún individuo le señala a otro
un objeto con el fin de llamar su atención. En el mundo de
los simios no se da aquello que Tomasello denomina atención
conjunta [joint attention]. Los humanos, por su parte,
comprenden los señalamientos con fines informativos y
realizan inferencias entre los doce y los catorce meses de edad,
es decir, antes de saber hablar. Esa comprensión prelingüística
es la necesaria para que, posteriormente, los infantes sean
capaces de incorporar el lenguaje proposicional.
Volviendo a la cooperación, los estudios de Tomasello
confirman empíricamente que los seres humanos intentan
ayudar brindando información que es pertinente para sus
interlocutores y no para sí mismos; esto es la confirmación
científica del principio de cooperación enunciado por Paul
Grice5. En el mundo de los simios, no existe nada parecido
a la cooperación griceana. Cuando los simios descubren
alimento o a un predador, lanzan gritos, esos gritos no tienen
por finalidad informar al resto una situación determinada
porque son lanzados aún cuando el resto de los integrantes del
grupo se encuentran presentes. El objetivo de esa situación,
evidentemente, no es brindar información puesto que el resto
de los individuos ya están enterados. Lo que hacen, lo hacen
en beneficio propio o de sus parientes. Los infantes de nuestra
3
Esto no significa que no haya lugar para el egoísmo (también
en los niños). La preocupación por la propia supervivencia es necesaria
para dejar descendencia y que el grupo no se extinga. Tanto la cooperación
como el afán por ser útiles a otros miembros, descansan sobre una base de
necesario egoísmo.
4
Este elemento podría ser algo así como el requisito para adquirir, posteriormente, el lenguaje proposicional.
5
Consideramos que siempre es necesaria una contrastación empírica; la última palabra no la tiene la filosofía sino la ciencia. Así, se evitan
teorías y supuestos que no se corresponden con la realidad.
…a partir del primer año de vida –cuando empiezan
a caminar y a hablar y se van transformando en seres
culturales-, los niños ya muestran inclinación a cooperar y
hacerse útiles en muchas situaciones, aunque no en todas.
Además, no aprenden esa actitud de los adultos: es algo que
les nace (2010:24. El destacado es mío).
72
Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires
especie, muy por el contrario, brindan información con la
intención de brindar ayuda e interpretan con exactitud las
intenciones informativas de aquellos que los rodean. En un
estudio reciente de Grosse, Moll y Tomasello, un investigador
le pidió a un grupo de niños de veinte meses que le alcanzaran
“la batería”; en la habitación se encontraban dos baterías, una
frente al investigador y la otra en el otro extremo. Si los niños
hubieran interpretado la orden de una manera simple y llana,
lo mismo hubiera dado alcanzarle una u otra, sin embargo
le alcanzaron la que se encontraba en el otro extremo de la
habitación porque interpretaron la orden como un pedido de
ayuda; ello implica que, muchas veces, el modo imperativo
implica un pedido de ayuda que se fundamenta en la lógica
cooperativa de la colaboración6.
Como vemos, la actitud de ayudar y brindar información
aparece en los niños a muy temprana edad y de un modo
natural. Por supuesto, también a una temprana edad los
niños aprenden a mentir. La mentira sólo puede aparecer, sin
embargo, luego y porque ya existe previamente la confianza y
la cooperación. Si los seres humanos no fuéramos proclives
a confiar, la mentira no tendría asidero alguno. Mentimos
porque tendemos a creer en lo que hacen y dicen los otros.
Si bien los animales humanos son proclives al altruismo, no
ocurre lo mismo con el resto de los monos antropoideos; éstos
se muestran muy poco altruistas cuando se trata de compartir
recursos escasos como los alimentos. Si bien es cierto que
la generosidad de los seres humanos también depende de la
situación (si por ejemplo, yo me encontrara en el desierto con
una botella de gaseosa sería muy poco generoso y difícilmente
la compartiría), los distintos estudios levados a cabo por
Tomasello y su equipo demuestran que, “…los niños son más
generosos que sus parientes antropoides con los alimentos y
los objetos que valoran” (2010:44).
Esta generosidad humana también se observa en el modo
en que comparten el alimento las madres con sus crías. Ciertos
estudios citados por Tomasello demuestran que la mayoría
de las madres chimpancé no colaboran en la obtención de
alimento de sus crías; ellos deben arreglárselas solos. Las pocas
veces que las madres les brindaban alimentos a sus crías, se
trataba de las porciones menos apetitosas, cáscaras de frutos,
desperdicios o cortezas. Ceder alimentos demuestra que está
presente en los simios cierto instinto maternal. La diferencia
6
Grosse, Moll y Tomasello, “21-month-olds understand the cooperative logic of request”, artículo presentado para su publicación. Citado
por Tomasello, 2010, pp. 41 y ss.
73
Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI
de los objetos, los mapas cognitivos, la categorización
perceptual, la estimación de pequeñas cantidades y la rotación
mental de objetos; poseen estas capacidades, se supone, porque
su comprensión representacional de objetos en el espacio es
idéntica a la de los humanos adultos. Los bebes humanos ponen
en práctica lo que han heredado de los primates pero, ponerlo
en práctica les lleva algún tiempo (Tomasello, 2007:79-80).
Al interactuar con su entorno físico y social, los neonatos
humanos se percatan de la propia existencia. Al dirigir su
atención a entidades externas, tienen conciencia de sus propias
metas conductuales y del resultado de sus acciones en esas
entidades, logrando advertir si sus acciones son consentidas o
rechazadas. Así, por ejemplo, los infantes humanos se rehúsan a
asir un objeto que se encuentra demasiado lejos o que requiere
un cambio desestabilizador de la posición corporal. A ello se
lo denomina “self-ecológico”. De todos modos, es posible
que los infantes humanos compartan esta habilidad con los
primates no humanos; la cantidad de estudios al respecto no
es abundante y se torna difícil establecer cuál es, a temprana
edad, el significado de un self-social.
En un momento del desarrollo evolutivo, los seres
humanos experimentan una verdadera revolución en su
manera de entender el mundo, especialmente el mundo
social. Ese momento es alrededor de los nueve meses de edad.
Es en este momento cuando ya no quedan dudas de la enorme
brecha que separa a los primates humanos de los no humanos;
es aquí cuando las diferencias se agudizan, el momento nodal
que, tras años de aprendizaje permitirá establecer una serie
de diferencias respecto a nuestros ancestros más cercanos, los
chimpancés. A partir de los nueve meses, los primates humanos
comienzan a desarrollar aquello que Michael Tomasello
denomina conductas de atención conjunta [“joint attention”]
(2007, 2010, 2010ª). Lo fundamental en este proceso es
que los infantes, “han comenzado a comprender que, al igual
que ellos, las otras personas son agentes intencionales cuyas
relaciones con entidades externas se pueden acompañar,
dirigir o compartir” (Tomasello, 2010:83-84).
En este punto cabe preguntarse por qué ocurre esta
revolución a los nueve meses. Si bien es cierto que los infantes
humanos son ampliamente más sociales que los no humanos
–y muestra de ello son las protoconversaciones y la imitación
neonatal-, estas actividades no implican la atención conjunta
ni ninguna otra forma de comprensión de los demás como
agentes intencionales. Es preciso entonces, analizar la relación
(si es que la hay) entre estos procesos cognitivos tempranos y
otros posteriores, y por qué culminan en los nueve meses, al
comprender que los demás también son agentes intencionales.
Lo primero que debemos aclarar es que el proceso mediante
el cual surgen las habilidades para la atención conjunta
entre los nueve y los doce meses es un proceso evolutivo
entre ellos y nosotros los humanos es únicamente de grado.
Los humanos hambrientos tampoco comparten su alimento;
los chimpancés actúan como humanos siempre hambrientos.
En lo que sigue, nos detendremos en ciertos aspectos de la
ontogenia humana que consideramos relevantes. Para cooperar
con, y hacer algo con otro debo, en primer lugar, reconocer a
ese otro como un sujeto intencional con las mismas capacidades
cognitivas que yo poseo. Esta aptitud cognitiva no surge una vez
de repente en la ontogenia humana y se mantiene inmutable
a lo largo del tiempo; muy por el contrario, la comprensión
humana de que los otros son seres con los mismos estados
intencionales surge hacia los nueve meses de edad y comienza
a manifestarse paulatinamente a medida que el niño va
incorporando en forma activa las distintas herramientas
culturales que su comprensión le permite emplear. La
herramienta más importante, como venimos analizando, es el
lenguaje orientado por convenciones.
La cognición y la comprensión del infante
No es casual que un filósofo tan lúcido como Williams
James, describiera el mundo de los infantes como “una
tremenda y ruidosa confusión”; solía creerse que el mundo
de los bebes humanos poseía un bajo nivel perceptivo.
Debido a que los sistemas visuales y auditivos (entre otros)
se encontraban en pleno desarrollo, sus capacidades eran
reducidas y las probabilidades de captar el entorno cultural,
extremadamente bajas. Sin embargo, a partir de la década
del ochenta, los psicólogos evolutivos descubrieron que los
infantes de pocos meses poseen una serie (nada desdeñable) de
habilidades cognitivas. Estas habilidades o aptitudes se relacionan
con la comprensión de otros objetos, de las otras personas y
de sí mismos.
En su obra clásica sobre la infancia, The origins of intelligence
in children (1952), Piaget sostenía que los infantes humanos no
tienen comprensión alguna de la existencia de un mundo físico
independiente a una edad que no coincide con las primeras
manipulaciones de objetos. Ciertos investigadores que han
cuestionado fuertemente la posición piagetiana han sostenido
lo contrario; tanto los trabajos de Baillargeon (1995 ), como
los de Spelke (1990, 1992, 1997 ), Haith y Benson (1997 ),
tienden a sostener, entre otras cosas, que los niños hacia los tres
o cuatro meses aproximadamente, exhiben una comprensión
de los objetos como entidades independientes, como entidades
que existen aún cuando no están siendo observadas; también
comprenden ciertas propiedades básicas de los objetos como,
por ejemplo, que no pueden ocupar dos espacios distintos a
la vez. De este modo, y siguiendo a Tomasello (2007, 2010 y
2010ª), afirmamos que los infantes humanos, a una temprana
edad, poseen habilidades en lo que se refiere a la permanencia
74
Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires
coherente que requiere una explicación evolutiva coherente.
La referencia a la ontogénesis y a la filogénesis no es un fin en
sí mismo para nuestro trabajo, sino que es un elemento (muy
importante por cierto) a tener en cuenta. Por el contrario,
si buscamos claridad en un punto que consideramos central
para el presente estudio; nos referimos a la construcción del
nosotros en los seres humanos, y sus diferencias con el resto
de los animales de nivel superior. Con tal fin, a continuación
abordaremos una vez más dicha problemática contrastando la
posición de Searle con la de Tomasello.
A diferencia de los chimpancés, los humanos delinean
metas conjuntas con sus compañeros y lo hacen a temprana
edad, muy poco después de cumplir un año.
Searle, no realiza esta distinción conceptual y sostiene
que cuando dos o más agentes “hacen algo juntos”, tienen ya
intencionalidad colectiva; cuando ello ocurre, Searle habla
de hecho social. Los hechos sociales, dentro de su esquema
conceptual, y como podemos suponer, no son privativos de
los seres humanos; los animales que cazan juntos, los pájaros
que se agrupan para confeccionar sus nidos, las hormigas
y las abejas que trabajan conjuntamente también poseen
intencionalidad colectiva. Searle, sin embargo, no deja de
suponer que los seres humanos tienen una notable y específica
capacidad que les permite pasar de los hechos sociales a los
hechos institucionales. Los seres humanos hacen algo más que
la mera participación física; también hablan entre sí, se casan,
crean Estados, poseen propiedades, utilizan dinero.
Aquí, por nuestra parte, nos encontramos más cercanos a
la posición de Tomasello puesto que sostenemos que no sólo
los hechos institucionales son privativos de los seres humanos,
sino que también los hechos sociales lo son. En cuanto a la
escala de importancia se refiere, sin embargo, estamos de
acuerdo con Searle; los hechos sociales son más básicos
que los hechos institucionales; estos suponen la existencia
de aquellos para poder desarrollarse. Para decirlo de otro
modo, si los seres humanos no fueran sociales serían incapaces
de construir las instituciones de los Estados, el dinero, los
matrimonios, etcétera. Pero la capacidad de separase de la
postura estrictamente yoica, y adoptar la posición del nosotros,
estableciendo actividades y roles diferenciados, junto con
metas específicas y planificadas es una capacidad exclusiva de
los seres humanos y no se encuentra en el resto de los animales
de nivel superior
Sobre el “nosotros”
A diferencia de Searle, Tomasello (2007, 2010) sostiene
que el resto de los animales de nivel superior no poseen un
sentido del nosotros; no hay, por lo tanto, intencionalidad
colectiva. El sentido exclusivamente humano del nosotros
puede ser observado, no sólo en el mundo institucional de
los supermercados, las tarjetas de crédito y los gobiernos;
está presente en ejemplos mucho más simples. Tomasello
(2010:77-78) presenta la siguiente situación. Supongamos
que dos personas acuerdan ir juntas a una tienda. En un punto
del trayecto, y sin advertencia previa, uno de ellos decide
apartarse y tomar arbitrariamente otro camino. Sin dudas, el
sujeto “abandonado” se sentirá sorprendido, disgustado, y, al
llegar a su hogar, comentará el hecho a sus amigos y parientes.
Les dirá que iba caminando junto a un conocido rumbo a
la tienda y que “unilateralmente quebró el acuerdo”, que
ha abandonado el “nosotros” por puro egoísmo o porque la
otra persona esta trastornada. Lo interesante del ejemplo es
que todo se hubiera solucionado si simplemente se hubiera
“despedido”, si hubiera dado una excusa, una explicación para
quebrar el “nosotros”.
Se le podría replicar a Tomasello que sí existen actividades
mutualistas y de cooperación dentro del mundo animal nohumano; ello se observa cuando, por ejemplo, los chimpancés
salen a cazar en grupo a los monos colobos en los árboles del
bosque Tai, en Costa de Marfil. En ese caso, los chimpancés
tendrían las dos características fundamentales en toda
cooperación, i) los participantes tienen una meta común y, ii)
los participantes coordinan sus roles respectivos. Sin embargo,
según Tomasello, nada de eso ocurre, puesto que en la caza
cada animal ocupa el lugar que más le conviene,
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Durante ese proceso [la caza], cada participante intenta
optimizar sus probabilidades de agarrar la presa, sin que
exista ninguna meta preestablecida, ningún plan previo
ni asignación de roles (…) Cada uno de los monos
antropoides participa de la actividad grupal como “yo”, no
como “nosotros” (2010:82-83).
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Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI
¿Por qué los sociólogos nos preguntamos
para qué sirve la Sociología?
Carlos Castro Herrera*
Un elemento característico de la Sociología es su recurrente ejercicio de pensarse a sí misma. Esta reflexión se ha orientado hacia
tres grandes preguntas: ¿cuál es su objeto de estudio? ¿Cómo adaptar el método científico a la comprensión de dicho objeto?Y ¿cuál
es el propósito o utilidad del conocimiento científico obtenido? Reflexionar acerca de la razón de ser de la Sociología y por qué los
sociólogos nos preguntamos para qué sirve nuestra ciencia, amerita establecer los diversos elementos que constituyen la esencia del
problema. A tal fin, este artículo busca ofrece un punto de vista y un posible camino a seguir desde cinco aristas: 1) La Sociología es
víctima de su propio origen. 2) No existe una Sociología sino Sociologías. 3) Impacto Social. 4) La muerte del sujeto y la necesidad de
revivirlo y 5) La Sociología debe comprender al individuo desde su vida social.
PALABRAS CLAVE: Teoría Social - Sociología de la Sociología - Positivismo - Sociología del Individuo -
Teorías de Alcance Medio
A characteristic feature of Sociology is a recurring thought exercise itself.This reflection has focused on three major questions:What is its
subject? How to adapt the scientific method to the understanding of that object? And what is the purpose or usefulness of scientific knowledge
obtained? Reflect on the raison d’etre of sociology and sociologists wonder what it is for our science, it deserves establish the various elements
that constitute the essence of the problem.To that end,this article seeks to offer a point of view and a possible way forward for five edges: 1)
Sociology is a victim of its own origin. 2)There is no sociology but Sociologies. 3) Social Impact. 4)The death of the subject and the need to
revive and 5) Sociology must understand the individual from his social life.
KEYWORDS: Social Theory - Sociology of Sociology - Positivism - Sociology of the individual -
Medium Range theories
Introducción
E
n el momento que todo sociólogo inicia su proceso
de formación y a lo largo de su vida profesional,
siempre debe enfrentarse a lo que se podría
denominar como las tres grandes preguntas clásicas:
¿cuál es su objeto de estudio? ¿Cómo adaptar el método
científico a la comprensión de dicho objeto? Y ¿cuál es
el propósito o utilidad del conocimiento resultante de
la acción científica emprendida? O hablando en latitudes
Latinoamericanas: ¿cómo la Sociología impacta en el
desarrollo de cada país?
Rumbo a 170 años de cuando Auguste Comte comenzara
a esbozar la necesidad de esta nueva ciencia, la cual cobraría
vida en su libro Discurso sobre el Espíritu Positivo (1844), la
realidad evidencia que este debate sigue en pie de lucha
entre los herederos del legado de este pensador francés.
Ejemplo de ello es este documento y las publicaciones
citadas, las cuales han sido divulgadas en los últimos 10
años en diversos países, pero todas con una misma pregunta
en común: ¿para qué sirve la Sociología?
Dichas referencias se suman a una lista más extensa de
textos, artículos, debates, foros, seminarios y congresos
en donde los científicos sociales hemos discernido sobre
la vigencia de la Sociología. No se pretende ofrecer aquí
ofrecer un estado del arte exhaustivo acerca de cómo se ha
reflexionado ante esta pregunta en la última década. Se
pretende, brindar bases para un debate e investigación más
* Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), Caracas, Venezuela. Licenciado en Sociología. Especialista en Mercadeo para
Empresa. Docente Instructor de las cátedras Sociología General, Sociología Política y del Seminario Sociología y Mercadotecnia en las Escuelas de Ciencias Sociales y Comunicación Social de la UCAB. Líneas de trabajo: teoría social, sociología exi
stencial, sociología del consumo, mercadeo, vida cotidiana, dinámica social e interacción entre los individuos.
78
Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires
extensa, delinear las diversas aristas de la problemática y
resaltar un camino a seguir.
se sustenta el método científico no son “tan sólidos” como se
pensó. Sino que por el contrario, abrieron la discusión sobre la
fiabilidad de los consensos o acuerdo fijados bajo los cuales se
analiza e interpreta los objetos de estudio, entendiendo que los
mismos, son una resultante intersubjetiva de quienes dan vida
a los fenómenos sociales.
La ciencia en última instancia es, como el resto de los
aspectos de la vida social, un producto cultural que responde a
la dinámica misma del entramado social. Dicho en una palabra,
es una construcción social. Como indica Seoane (2007: 103),
“el científico social no puede acceder a la realidad social en
términos de la mera observación, antes necesita comprenderla.
Y para comprender tiene que pertenecer al mundo de la vida de
los actores”.
La Sociología nace partiendo de una visión de la realidad
social que restringe su propia comprensión y análisis del
“objeto”. Los aportes de los clásicos o fundadores de la ciencia,
se entienden que están circunscritos a los parámetros históricos,
sociales y culturales que conformaron sus teorías o análisis. Por
ello, es la recurrente tarea de revisar la historia de la Sociología
para identificar qué puede funcionar hoy día. El conocimiento
no necesariamente es acumulativo y perdurable en el tiempo,
pero sirve de marco de referencia.
Por tal motivo, la Sociología se ve en la necesidad de
adaptarse siempre a la realidad social en una suerte de “correr
más rápido” o “anticiparse” a los cambios. Bien sabida es la
anécdota de Parsons preguntándose ¿quién lee a Spencer?, y
pasado no menos de una década, Gouldner se preguntaba ¿quién
lee a Parsons? Quizás estemos próximos a que alguien escriba:
¿quién lee a Bourdieu? o ¿Quién lee a Bauman?
La sociología es moderna
Una primera aproximación a la pregunta que intitula
este artículo, es que la sociología es víctima de su propio
origen. Es imposible deslindar el origen de esta ciencia con
el desarrollo y auge de la Modernidad, así como también a sus
vaivenes y declive. Como destaca el sociólogo venezolano
Javier Seoane (2007: 80),
(…) el positivismo jugó un papel central en la conformación
primera del campo sociológico decimonónico. La sociología
fue concebida como una ciencia semejante a la natural,
abocada al descubrimiento de las leyes que operaban en el
funcionamiento de la vida social
Desde sus inicios, la Sociología pretendió brindar solución
a los problemas sociales que acaecían en su época. Teniendo
de fondo el principio del Orden – Progreso, Comte vislumbraba
que la ciencia (como conocimiento verdadero); ofrecía la
garantía de una visión coherente de la realidad, ante la cual
poder establecer las líneas de acción adecuadas, para el logro
de valores superior, los cuales se englobaban en las nociones de
Progreso y Civilización.
Esta certeza trajo como consecuencia, que la Sociología
cobrara vida dentro un marco epistemológico que entendía la
realidad como objetiva, verificable y analizable en términos de
relaciones concomitantes entre variables, y que permitían así,
formular principios de acción (leyes). Tal como destaca Seoane
(2007: 80):
Hablemos de sociologías
Esta conclusión nos lleva a una segunda vertiente y certeza
de la problemática que lleva a que los sociólogos cuestionemos
nuestra ciencia en repetidas ocasiones, y lo cual de ser entendido
como una “verdad” no aceptada: no existe una Sociología sino
Sociologías.
La visión de Comte quedó plasmada en su idea de una
física social. Amplias han sido las revisiones y reflexiones acerca
de esta posibilidad y de la eficacia o desarrollo de las ciencias
sociales de la mano de un único paradigma.
Tal como recoge el análisis de Cordero (2008), uno de
los problemas centrales de la Sociología y especialmente en
Latinoamérica, es que no ha podido obtener una respuesta
satisfactoria ante el criterio establecido por Thomas Kuhn
(1990) acerca de que las ciencias lo son, en la medida que
posean un único paradigma desde el cual analizar su objeto de
estudio.
Como evidencia Cordero (2008: 84), la teoría de Kuhn
El positivismo también pretendió constituirse en una
respuesta sólida a la crisis generada por la proliferación de
sentidos por parte de los filósofos de la Ilustración. Comte
pensó que el estado de la anomia social de la Francia postrevolucionaria derivaba en gran medida del desacuerdo
generalizado por las metafísicas, basadas todas en la opinión
(doxa) y jamás científica (episteme).
Precisamente, el positivismo anunciaba la llegada del
estadio científico y definitivo, pues, de la ciencia siempre
sale un conocimiento firme y único de la realidad. Por
consiguiente, el desarrollo de la ciencia y una educación
positiva popularizada conllevaría el acuerdo social en unas
metas únicas y certeras.
Esta convicción, como es bien sabido, ha quedado a un
lado. Una vez que la fenomenología y la hermenéutica se
abrieron paso, demostraron que los principios bajo los cuales
79
Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI
enmarca a las Ciencias Sociales junto con la Filosofía y las Artes
como “protociencias”. La razón de ello radica, en que ellas
carecen de un paradigma que les permita cumplir a cabalidad
con los criterios o principios de las ciencias naturales, por
ende, son “inmaduras” y cercenadas al “progreso”.
Tomando como referencia la imagen del haz luz que atraviesa
un prisma, el pensamiento científico modernista/positivista,
parte de la base que un conjunto de postulados permiten
abarcar la realidad y comprenderla a cabalidad. Iniciando en la
luz blanca, la comprensión de la realidad es posible porque se
abarcan todos los espectros de colores. Básicamente lo que se
espera, es que un único paradigma permite abarcar la totalidad
de la realidad y explicarla.
La Sociología inició con esta idea de fondo, pero en pocas
décadas tras su creación, la realidad social confrontó a los
teóricos y evidenció el espectro de diversos y plurales colores
frente al cual no era posible comprender lo social bajo un
mismo lente. ¿Quién tenía la razón?: ¿Comte? ¿Saint Simon?
¿Spencer? ¿Simmel? ¿Tönnies? ¿Weber? ¿Durkheim? ¿Marx?
Podría ser más extensa la lista de autores, pero cada uno de
estos “clásicos” con su enfoque, propuesta, metodología y
marco teórico, reafirman las gamas de colores que buscaron en
su momento llegar a ser el haz de luz blanca unificador.
El siglo XX no fue su excepción, y muchos menos con la
llegada de la fenomenología, la hermenéutica, la lingüística,
el constructivismo, el estructuralismo, el estructuralfuncionalismo, los neo-kantianos o los críticos. La única certeza
de nuestra realidad científica, es que todos los enfoques han
sido y siguen siendo válidos, y no es posible abarcar la realidad
social desde un único paradigma.
El análisis realizado por Cordero (2008) acerca de los
diversos teóricos sociales, concluye en que la Sociología,
más que “inmadura” es “preparadigmáticas”, en atención a los
corpus teóricos y metodológicos que han predominado desde
sus orígenes y que se han debatido en pro de alcanzar ser el
paradigma dominante o integrador que guía a la ciencia.
Pero la ciencia se confronta con su objeto de estudio, y tal
como destaca Cordero (2008: 180), “(…) la sociedad [el objeto
de estudio] sigue su paso profundizando sus contradicciones,
solucionando algunas y creando nuevos problemas, algunos
de estos aparentemente sin solución”. En última instancia,
la Sociología existe debido a su diversidad de paradigmas.
80
Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires
Siguiendo la línea de análisis propuesta por Seoane (2007: 110112), no es factible esperar o depender de una única visión,
porque en última instancia:
• [Existe] Una notable disparidad de situaciones
en cuanto a la ubicación de la sociología en estructuras
departamentales y de centros [dentro del ámbito universitario].
• Necesidad de una mayor colaboración y diálogo entre
el ámbito académico y el ámbito profesional.
• Importancia de un mayor esfuerzo de visibilización de
la sociología.
• Constatación de una diversidad, propia de la
disciplina que, entendida como dispersión, puede convertirse
en debilidad, si bien entendida como versatilidad, constituye
una fortaleza.
• Sigue siendo recurrente la pregunta, que formulan
diferentes actores sociales (estudiantado, administración,
sociedad civil, empresariado...), a la que es necesario dar
una respuesta estratégica y pedagógica: ¿para qué sirve la
sociología?
En este mismo orden de ideas, Teresa González (2014:
137), expresa que existe “una queja” recurrente hacia el que
hacer sociológico:
[Desde el postpositivismo] lo que tenemos en torno a los
objetos de “la realidad” son interpretaciones.Y las interpretaciones son modos de dar sentido al mundo; es más, son
modos de construir el mundo. Las interpretaciones están,
entonces, en función de la acción humana.
Las sociologías son, en consecuencia, lenguajes sobre el
mundo humano; lenguajes que pretenden cierta rigurosidad
(…) sometidas a controles del universo disciplinario
propios de los campos científicos. No obstante, dentro del
universo delimitado por los controles institucionales del
discurso y los campos científicos caben diversas interpretaciones acerca de los hechos del mundo (…) para un mismo
conjunto de hechos caben siempre varios discursos que lo
interpreten [subrayado es nuestro].
Utilidad de la sociología
la separación tajante entre los temas y las técnicas
(…) El exceso de teoría y el déficit metodológico, la
incapacidad de traducir los problemas de los textos
académicos a las realidades sociales actuales (…) La
permanencia y reproducción de las dicotomías entre la
sociología académica/científica/teórica y la sociología
de mercado/no científica/aplicada en la formación de
las y los profesionales de la sociología, sumada a la casi
ausencia de orientación laboral, indica la necesidad de
una revisión autocrítica de los contenidos de la oferta
formativa de la sociología que sea coherente y se adecúe a
las competencias personales y profesionales que tendrán
que usar en el futuro.
Si hablamos de Sociologías, una tercera reflexión al
problema gira en torno al valor o su impacto social. Más allá
de un mero hecho pragmático, la reflexión sobre el impacto
de la ciencia en la sociedad, conlleva a cuestionar su eficacia
ante la diversidad de métodos, teorías y temas de análisis.
Quizás al leer estas palabras evoquen la crítica de Karl
Marx acerca de la utilidad del conocimiento o reflexión
filosófica plasmada en la célebre décima primera Tesis sobre
Feuerbach: Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos
modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo. Ello
no establece que el marxismo es la respuesta al problema,
es una alternativa, pero que en última instancia refleja dos
preguntas de fondo: ¿qué beneficio obtiene una sociedad con
el saber producido por un científico social? y ¿qué percepción
existe en la sociedad acerca del papel desempeñado por
dicho científico?
Como un ejemplo de estas dos interrogantes, resaltan
las reflexiones acaecidas tanto en España como en México,
enmarcadas en la crisis y cambios socioeconómicos que han
vivido ambos países. La Sociología ha sido puesta a prueba al
reflexionar sobre su función dentro del cambio social que
viven estas naciones.
En el caso español, como muy bien resume José Beltrán
(2014: 130) en su artículo, la Federación Española de Sociología
ha invertido los últimos años en generar una reflexión y
propuestas que encaminen un sendero para la ciencia. Señala el
autor, algunas de las conclusiones del Congreso de Sociología
realizado en la ciudad de Valencia-España a finales del 2013,
que evidencian la preocupación:
Ante esta realidad de la Sociología española, que bien
puede reflejar los problema de la ciencia en cualquier país
Iberoamericano, los autores rescatan las aproximaciones y
propuesta de grandes teóricos como una forma de reorientar a
la ciencia. Beltrán (2014: 128) retoma las ideas propuestas por
Bourdieu en su texto célebre El oficio del sociólogo (Bourdieu.
Chamboredon y Passeron, 1976: 54) y ofrece esta reflexión:
La sociología construye aquellos objetos que investiga —
objetos siempre en movimiento atendiendo a la dinámica
de cambio social— en función de una problemática
teórica que permita someter a un sistemático examen
todos los aspectos de la realidad puestos en relación por
los problemas que le son planteados. Pero la sociología no
solo construye el objeto o el fenómeno social que analiza,
sino que puede comprometerse con el mismo a través de la
81
Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI
cual mirarse y comprender los problemas relevantes en pro
de alcanzar soluciones.
En última instancia, la impronta social de la Sociología
nos remite a reflexionar sobre el rol ético-político del trabajo
sociológico. Amplio tema desarrollado por Max Weber en su
libro el político y el científico (2005), y que desarrollar este tema
llevaría a analizar el rol de la Sociología en la región como
instrumento guía ante los problemas de nuestros países.
Pero siendo críticos en este momento, se debe reconocer
que en muchos casos los Latinoamericanos han “politizado”
a la Sociología para responder los problemas de nuestras
sociedades, en la misma o igual proporción populista, en lo
que lo han hecho los diversos gobiernos: apelando al clamor
popular y la reivindicación social.
Desde este punto de vista, es importante rescatar la amplia
e histórica revisión realizada por Cordero (2008), donde
ofrece una basta reflexión ante la problemática del desarrollo
de la Sociología en la región. A juicio del autor, la Sociología
en su búsqueda de responder al contexto social y alcanzar una
ciencia “madura” gracias a un único paradigma, obtuvo en la
Teoría de la Dependencia y la CEPAL el camino para garantizar la
salida del subdesarrollo.
Se puede generar un análisis acerca de este enfoque teórico
y brindar una revisión crítica sobre el impacto que tuvo y
tiene hoy en día. Ello sería objeto central de otro artículo,
ante lo cual cabría preguntarse hoy ¿cuál fue el real aporte
de Fernando Henrique Cardoso como académico-sociólogoteórico en los setenta versus sus acciones en los noventa en su
gestión presidencial del Brasil?
“mirada sociológica”, que interviene en aquello que mira.Y
solo desde esa mirada, que es crítica —puesto que pone en
tela de juicio los supuestos del sentido común para explicar
y comprender mejor la realidad social—, es posible la
reconstrucción de la sociología.
González (2014: 140), por su parte, retoma las ideas de
Emilio Lamo de Espinosa. Este autor reconoce y entiende que
(…) el conocimiento sociológico, forma parte de las
prácticas de reflexividad propias de las sociedades del
conocimiento (…) no describimos el objeto; más bien
somos el instrumento de que se vale el objeto para auto
conocerse. ¿Para quién trabajamos pues? ¿Para qué sirve
esa ciencia?, [cuestiona] para los mismos ciudadanos
cuyos problemas, angustias, temores o esperanzas
estamos estudiando.
Cruzando el Atlántico, Reséndiz (2006) reflexiona sobre
el caso mexicano analizando las ideas que propone Fernando
Castañeda Sabido y comprende, que parte de la debilidad de
la sociología académica en el país azteca, es que no ha podido
superar las propias visiones sociopolíticas de su sociedad.
Como bien señala:
Asumir la oportunidad que implica la crisis para consolidar
la identidad de la sociología significa evitar la búsqueda de
un nuevo sujeto trascendente que sustituya a la nación,
eludir las formas caudillista, construir una identidad con
independencia de la sociedad y el Estado, construir de
manera distinta el dilema normativo que ha sido propio
de la sociología y que en México asumió la expresión del
intelectual como conciencia nacional Reséndiz (2006: 249).
¿Humanizar la sociología?
Derivado del punto anterior, una cuarta arista
del problema resulta evidente: ¿quiénes deben ser
conscientes?, ¿quiénes son los individuos, actores sociales o
sujetos reflexivos? Surge aquí la arista del problema que ha
generado mayores discusiones, porque conlleva hacia uno
de los puntos críticos de la Modernidad y que ha sido punta
de lanza de la Postmodernidad: la muerte del sujeto y la
necesidad de revivirlo.
La comprensión de la realidad desde la razón y el método,
fue la solución al problema de la sociedad europea en donde
predominaba una reflexión del ser humano y su vida desde
una perspectiva religiosa-teológica no científica. La herencia
del pensamiento positivista se remontan a las consideraciones
kantianas sobre la importancia y relevancia de las categorías
dándole así supremacía a lo universal (constructos, modelos
de análisis, teorías), ante lo particular (la vida cotidiana, el
objeto en estudio o el sujeto en sí).
La limitante de comprender el objeto en sí, sino a través
Del análisis de Reséndiz (2006: 246) a la obra de Castañeda,
se desprende la idea de que la reestructuración del programa
sociológico conlleva varios planos, de los cuales vale destacar
tres 1) investigar, teorizar, dar soluciones o posibles caminos
a seguir ante las estructuras sociales y mundos simbólicos,
2) ante el sujeto, su identidad, su relación con el entorno, el
espacio político/público y los movimientos sociales y 3) ante
la relación teoría – práctica (metodología).
La Sociología debe responder a los contextos sociales,
globales o internacionales según sea su radio de acción. Debe
ofrecer los elementos necesarios para que los individuos
sean conscientes de la realidad y de sí mismos. Rescatando el
título del documento de Seoane (2007), la Sociología “es una
ciencia dadora de sentido”. Todo teoría, análisis, investigación
y reflexión brinda y debe ofrecer un marco de referencia en
donde los ciudadanos e instituciones tengan un espejo ante
82
Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires
de los modelos definidos para ello, trajo consigo de que lo
estudiado “era” el objeto en sí. Al estandarizar los objetos a los
parámetros universales, se deslindó de todo rasgo “mágicoreligioso-metafísico” al sujeto y los diversos ámbitos de su
vida. Con ello, el ser humano sería libre de alcanzar su máximo
potencial civilizatorio al poder enrumbar lo particular hacia
los principios universales (libertad, igualdad, fraternidad, orden,
progreso, civilización).
contradicción ha generado una reflexión y cuestionamiento
en la sociología francesa en las últimas décadas, en donde se
ha vuelto su mirada hacia el sujeto como aspecto relevante
y trascendental del quehacer no sólo sociológico, sino del
saber en general.
Tal como destacada Anna Pagès Santacana (2014), uno
de los ejemplos de esta preocupación por recuperar al sujeto
ha sido el trabajo de Alain Touraine. Este autor reconoce y
parte de la base de la desmodernización, entendida ella como:
una ruptura entre mundo instrumental y mundo simbólico, técnica
y valores, lo económico, lo político y lo cultural. Lo esencial de
esa ruptura es que alcanza y atraviesa nuestra experiencia
particular.
La propuesta de Touraine busca reivindicar el sujeto
personal, quien es a la vez una fuerza de reintegración de la
economía y de la cultura, y una fuerza de oposición al poder
de los estrategas. El sujeto es el único lugar donde se puede
combinar la instrumentalidad y la identidad, lo técnico y lo
simbólico. Como profundiza Pàges (2014):
La Sociología debe responder
a los contextos sociales, globales
o internacionales según sea su
radio de acción. Debe ofrecer los
elementos necesarios para que los
individuos sean conscientes de la
realidad y de sí mismos.
El sujeto personal se define como un proyecto de vida
personal, el deseo de cada uno que su existencia no se
reduzca a una experiencia caleidoscópica, a un conjunto
discontinuo de respuestas a los estímulos del entorno
social. Por lo tanto, para Touraine el sujeto se configura
a partir de un deseo de resistencia –o más bien de
disidencia-, resistencia al desmembramiento de uno
mismo y a la invasión de los aparatos de la globalización
económica, así como a la presión de las dictaduras
comunitarias. El sujeto es un principio ubicado entre
el ciudadano –vinculado a la comunidad- y el individuo
–vinculado al mercado-. Se ubica en el punto de
articulación y de integración entre ambos
Lo contradictorio en esta paradoja universalista,
fue que precisamente el ser humano quedó restringido,
encasillado, cosificado y etiquetado como una resultante
más en la ecuación o modelo social masificador científico.
Recientemente destacan las reflexiones realizadas por
parte de Eduardo Zeind (2015) en su artículo, en donde
sus palabras finales, cobran sentido y van en línea con la
problemática destacada en este punto:
La sociedad es contradictoria y, sin embargo, determinable;
racional e irracional a un tiempo, es sistema y ruptura,
naturaleza ciega y mediación por la consciencia. A ello debe
inclinarse todo el proceder de la sociología. De lo contrario
incurre, llevada de un celo purista contra la contradicción,
en la más funesta de todas: en la contradicción entre su
estructura y su objeto [citando ].
[Cuestiona Zeind] ¿Qué es determinable? Lo abstracto.
¿Qué contradictorio? Los dogmas, que en manos de ciegos
no encajan en la realidad. ¿De qué está hecha la estructura
de toda sociedad? De instituciones y de lenguaje. ¿Cuál es
el objeto de estudio de la sociología? Las relaciones que
hacen posible una sociedad, y no la sociedad “en sí”, mera
entelequia del idealismo
Lo más interesante y destacable de la revisión de las
ideas de Touraine por parte de esta pedagoga, es que la
apuesta del sociólogo francés hacia un modelo social educativo que reavive al sujeto pierde validez, en la medida
en que desde la desmodernización, no es posible re articular
al individuo porque ya es en sí una categoría resultante de
los efectos de la dualidad particular-universal. Y por otro
lado, el renacimiento del sujeto desde una educación que
redimensione al sujeto tomando en cuenta la subjetividad
particular de cada educando, coloco así a la Sociología en
un segundo plano y elevan a la Pedagogia y la Filosofía a la
cabeza de este proyecto resucitador del sujeto.
Este reconocimiento de la muerte del sujeto y la apronta
en revivirlo, se convierte así en una suerte de trampa modernista
dentro de la cual la Sociología ha quedado emboscada. En
palabra de Pàges (2014)
Hablar de la sociedad en sí conlleva analizar un
modelo predefinido. Pero analizar a las relaciones que la
hacen posible, nos lleva igualmente a estudiar modelos o
categorías de acción del “ser social”, que podría ser otra
predefinición establecida por el científico social. Esta
83
Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI
Merton (1992) postula esta aproximación del análisis social
motivado a que:
(…) resulta por lo menos sorprendente que la propia
Sociología subraye que el proceso de reconceptualización
de nuestra época no pueda hacerse, en sentido intelectual,
sólo desde la Filosofía Política o la Filosofía Moral (…)
señalando así la insuficiencia de la Sociología para entender
el fenómeno de lo social de nuestra época (…) La
Sociología se agotó. Otros discursos, como el Filosófico o
el Epistemológico, deben ocupar el lugar de la intelección
de lo social y, por lo tanto, la tarea de pensarlo [al sujeto]
La teoría sociológica, si ha de avanzar de manera
significativa, debe proceder sobre estos planes interrelacionados: 1) desarrollando teorías especiales de las cuales
derivar hipótesis que se puedan investigar empíricamente
y 2) desarrollando, no revelando súbitamente, un esquema
conceptual progresivamente más general que sea adecuado
para consolidar los grupos de las teorías especiales
(…) La teoría intermedia se utiliza principalmente en
sociología para guiar la investigación empírica (…) incluye
abstracciones, por supuesto, pero están lo bastante cerca de
los datos observados para incorporarlas en proposiciones
que permitan la prueba empírica (…) tratan aspectos
delimitados de los fenómenos sociales (…) Estas teorías
son lo bastante abstractas para tratar diferentes esferas
de la conducta social y de la estructura social, de modo
que trascienden la mera descripción o la generalización
empírica.
Robert K. Merton y la sociología del individuo
Esta conclusión que puede ser poca alentadora, nos lleva
a la última y quinta arista del problema de por qué los
sociólogos cuestionamos nuestra ciencia, la cual se presenta
como un camino a seguir: La Sociología debe comprender al
individuo desde su vida social.
Autores como Françoise Dubert y Danilo Martuchelli en
sus trabajos, han rescatado esta necesidad y han desarrollo
una línea sociológica denomina Sociología del Individuo.
Como destaca Dubet (2011) en su texto elocuentemente
titulado ¿para qué sirve realmente la Sociología?, la Sociología del
Individuo parte de la convicción de que la trama de la vida
social son precisamente las interacciones de los individuos en su
vida cotidiana. En tal sentido, la razón de ser la Sociología, es
brindar a los sujetos una explicación acerca de la sociedad en
la cual viven y los problemas que les son comunes.
Dubet invita al lector a considerar que la Sociología debe
centrarse en la subjetividad e intimidad del individuo. Aunque
ante esta afirmación, se podría alegar que la Sociología operaría
más como una Psicología, Dubet resalta que el quehacer
sociológico debe enfocarse en los temas colectivos que son de
interés o preocupación para los individuos que conforman un
mismo entramado social Dubet (2011: 69):
Lo interesante de la propuesta de Merton, es que él
entendió la dificultad de encontrar una solución a la dualidad
macro – micro y comprendió, que la Sociología debía abarcar
un espectro más amplio de análisis en pro de analizar los
diversos elementos de la vida social. Como señala Plascencia
(2015:148),
Merton es sobre todo un autor de ensayos, no de libros
(…) la principal dificultad es el modo en que la sociología
de Merton fue leída, discutida y asimilada en los ambientes
académicos. Mi impresión es que este modo no favoreció
la comprensión de su obra. Merton fue víctima de la
pedagogía de manual con la que se enseñan y discuten a
muchos autores de la sociología. Según esta visión, la
sociología está compuesta de corrientes o escuelas de
pensamiento unitarias, singulares y excluyentes entre sí.
La reflexión sociológica [señala], está menos centrada
en la sociedad como una totalidad que en los individuos
mismos cuya subjetividad se toma por autoconstrucción
social. Así la Sociología acomete problemas ante los que
solía callar: los sentimientos amorosos, las relaciones entre
generaciones, la sexualidad, la adopción.
Con palabras similares a las utilizadas por Dubet en su
libro, Plascencia ofrece una reflexión acerca de la obra de
Merton y entiende que esa visión de “manuales” impidió
entender que efectivamente el sociólogo americano ofrecía no
sólo un método de comprensión de la vida social, sino que
implícitamente en cada sus análisis estaba tejiendo una teoría
social.
El uso de las Teorías de Alcance Medio permite a los
sociólogos brindar aproximaciones específicas sobre ámbitos
de la vida cotidiana, sin perder de vista el conjunto social, pero
sin configurar “teorías totales” que se alejan de la realidad de
los sujetos. Con esta idea en mente, Plascencia destaca como
Esta forma de comprender la vida social desde el individuo,
revive el debate de las teorías sociológicas de la totalidad
social versus la comprensión de la vida cotidiana. Ante esta
clásica dualidad entre la Macrosociología y la Microsociología,
Dubet (2011) rescata la propuesta metodológica de las Teorías
de Alcance Medio – intermedias - desarrolladas por Robert K.
Merton. Rescatando las palabras de este sociólogo americano,
84
Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires
ejemplos a seguir varios aportes de la teoría de Merton, a
saber: El Efecto Mateo, la privación relativa y la teoría del grupo
de referencia y la Teoría de la Anomia. Como concluye al autor:
que revisamos en torno a la anomia, el efecto Mateo y los
grupos de referencia. (Plascencia 2015: 160)
Tal como entienden individualistas como Dubet o
Martuchelli, la realidad social en la actualidad no responde a un
mismo entramado social. Vivimos en sociedades fragmentadas
en donde los actores y grupos sociales se sienten y visualizan
cada más diferentes, únicos e inclusive separados de los demás
y teorías generales no tienen validez.
En una línea similar de análisis, al reflexionar sobre las
perspectivas posibles de desarrollo de las ciencias sociales en
Latinoamérica, Cordero (2008: 163), nos ofrece su permitirá
Merton defendió una sociología como proyecto científico,
orientado al descubrimiento y explicación de los fenómenos
sociales. Comprendió que tal proyecto solo podía realizarse
en la medida en que la sociología se alejara de la pretensión
de crear grandes sistemas teóricos, pero también del
simple coleccionismo de datos. Su apuesta por trabajar en
un espacio definido por modelos y teorías intermedias puede
calificarse de fecunda, como lo demuestran sus teorías
Tabla 1: Perspectivas probables de desarrollo de las ciencias sociales,
según dimensiones sustanciales
La investigación social se perfila entonces, como un camino
en la medida que se definan agendas de temáticas enfocadas
a reales problemas sociales que permitan el desarrollo de
teorías intermedias siguiendo las ideas propuesta por Merton.
Cordero (2008: 165) citando a Portes (2002), nos invita a
no preocuparnos por la pérdida o caída de los paradigmas,
sino por el contrario trabajar por y desde las Teorías de Alcance
Medio más relevantes, actualizando las temáticas a nuestros
países y momentos socioeconómicos y culturales:
a) La del capital social/cultural. Fue Bourdieu su creador.
El capital social tiene dos manifestaciones principales
observables que son la solidaridad circunscrita y la confianza
exigible. Por su parte, el capital cultural sería el repertorio
de conocimientos para adaptarse al ambiente físico y social.
(Portes, 2002: 133-134)
b) Las cadenas globales de bienes. Debe indicarse que hay dos
tipos de cadenas: las de productores y las de consumidores. La clave
de estas cadenas está en la ubicación y apropiación de las ganancias.
c) Transnacionalismo. Alude a los campos sociales que
crean los inmigrantes entre, por una parte, sus comunidades
85
y naciones de origen generalmente pobres y, por otra, los
países avanzados económicamente donde se establecen. Los
campos sociales transnacionales incluyen: inversiones en sus
países de origen, movilizaciones políticas, eventos culturales
e intercambios religiosos. (Portes, 2002: 137-139)
d) El Estado incorporado/weberiano. Se trata del análisis
de la burocracia estatal a partir de conceptos weberianos.
Esto es el Estado como una organización meritocrática y su
“incorporalidad”, o sea, el grado en que la meritocracia puede
guiar y dirigir asociaciones privadas empresariales. (Pág. 143)
La acción social, por su parte, remite a la comprensión
y abordaje de los diversos movimientos sociales existentes
en Latinoamérica en atención a las diversas crisis sociales,
políticas, económicas y culturales que hemos atravesado en la
región en las últimas décadas.
Movimientos de campesinos, indígenas, feministas,
sindicales, minorías, entre otros, reafirman no sólo el
protagonismo y vida de los actores sociales, sino los problemas
que existen en la sociedad. Siempre han sido, pero hoy día la
aprehensión y comprensión de estas realidades
Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI
Bourdieu, P., Chamboredon, J.C., y Passeron, J.C. (1976). El
oficio del sociológo. Presupuestos epistemologicos. México: Siglo XXI.
a la Sociología la producción de un conocimiento enfocado
e interesado hacia la misma sociedad. La vitalidad de la
Sociología descansa en comprender a los sujetos enmarcados
dentro de su realidad social y enfrentarlos a la necesidad de
la construcción de lo que es común para poder así solucionar
los problemas que comparten. Siguiendo estos dos caminos, la
Sociología redescubre su razón de ser.
Cordero, A. (2008). El paradigma inconcluso. Kuhn y la Sociología
en América Latina. Guatemala: FLACSO.
Dubet, F. (2011). ¿Para qué sirve realmente la Sociología?. Buenos
Aires: Siglo XXI.
Conclusiones
González, T. (2014). Para qué sirve la sociología. Revista
Española de Sociología (RES), 22, 135-141.
Aunque los sociólogos recurrentemente cuestionemos
la razón de la ciencia, volver a los inicios no significa que
no haya un camino para la ciencia más allá de la visión
acuciante paradigmática Kuhniano que subyace en la
reflexión, sólo resta trabajar sobre los cinco (5) puntos que
se han destacado:
1. Se aspiraba a que la Sociología tenga un carácter
emblemático y protagónico ante las demás ciencias. La historia
confirma que es una ciencia que tiene mucho que decir, pero
no es una voz oficial.
2. Se anhelaba contar con un único corpus teórico
robusto, pero en realidad la fortaleza de la Sociología se
desprende de su pluralidad de perspectivas. Tenemos que
continuar desarrollando Sociologías.
3. Se asume que la complejidad del ser humano y el
entramado social es comprensible a cabalidad, cuando en
realidad sólo es posible articular fragmentos brindando así
la mejor coherencia posible. Desarrollar teorías sociales que
expliquen únicamente el todo funcionan como modelos de
análisis, pero suelen traducirse en visiones restrictivas de la
vida social.
4. Se entiende que todo conocimiento social debe
transformar el mundo, con ello garantizar la mejor vida para
todos los individuos. La Sociología no es un conjunto de
principios morales, filosóficos u ontológicos. Se ocupa de los
temas que preocupan o afectan la vida social, pero no es una
respuesta final o un deber ser, y
5. Se considera una debilidad la separación o dualidad
teoría – práctica (método), pero ello responde a la esencia
misma de la comprensión de la vida social. La Sociología se
amolda a su objeto de estudio, no al revés. El uso de las Teorías
de Alcance Medio y el trabajo emprendido por la Sociología
del Individuo, brindan un camino por el cual la Sociología
reafirma su razón de ser
Kuhn, T.S. (1990). La estructura de las revoluciones científicas.
México: Fondo de Cultura Económica.
Merton, R. (1992). Teoría y Estructura Sociales. México: Fondo
de Cultura Económica.
Portes, A. (2002). Hacia una nueva agenda conceptual. Nueva
Sociedad, 178, 126-144.
Plascencia, J. (2015). Robert K. Merton y la sociología actual.
En Repensar a los Teóricos de la Sociedad II (pp. 145-166). México:
Centro Universitario de la Ciénaga.
Reséndiz G. R. (2006). Reseña del libro “La crisis de la
Sociología académica en México” de Fernando Castañeda
Sabido. En Estudios Sociológicos, XXIV (70), 245-249.
Santacana, A. (2014). Material del curso a distancia: Transmisión
de saber en la sociedad de conocimiento. España: Instituto de Altos
Estudios Universitarios en Abierto (IAEU).
Seoane, J. (2007). La Sociología como ciencia dadora de sentido.
Seis ensayos de teoría social. Caracas: Universidad Central de
Venezuela.
Weber, M. (2005). El política y el científico. Madrid: Alianza
Editorial.
Zeind, E. (2015). Kant en el pensamiento sociológico (en línea)
http://bit.ly/1RYsipE acceso 15 de Mayo de 2015.
Bibliografía
Beltrán, J. (2014). Para qué sirve la sociología. Revista Española
de Sociología (RES), 22, 127-134.
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Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires
El esquivo objeto de la sociología. El límite de la filosofía
y el surgimiento de la teoría social en las obras tempranas
de Marx y Engels
Iván Kitay*
La reivindicación de autonomía científica por parte de la comunidad sociológica requiere efectuar operaciones de separación.
Esto en ocasiones lleva a que los “padres fundadores” de la disciplina (Durkheim,Weber, Marx) se presenten como “huérfanos”
respecto a las formas de pensamiento que permitieron su emergencia. En el presente trabajo nos proponemos abordar un
fragmento de la historia del surgimiento de la teoría social moderna condensada en las obras tempranas de Marx y Engels
publicadas en los Anales Franco-alemanes. Allí, los conceptos ser genérico -perteneciente al ámbito de la filosofía feuerbachiana- y proletariado -que suele ubicarse del lado del acervo de la sociología en tanto remite a una clase social- ocupan un
lugar central.Esta revisión teórica busca desestabilizar las visiones establecidas sobre el discurso sociológico, en un intento
por superar la recurrente imagen de “caja de herramientas” tan cara a la disciplina.
PALABRAS CLAVE: Marxismo – Ser genérico – Proletariado - Historia conceptual – Teoría social
The vindication of scientific autonomy by the sociological community, requires some separation processes. In some occasions,
this leads to the “founding fathers” of the discipline (Durkheim, Weber, Marx) being presented as “orphans” of the ways
of thinking that permitted their emergence. In this paper, we propose to approach a fragment of modern social theory,
condensed in Marx and Engels’s early works from the German–French Annals.There, the concepts of species-being -belonging
to Feuerbach’s philosophy- and proletariat -usually associated to sociology, as it refers to a social class- are central. This
theoretical review pretends to unstabilize stablished visions about sociological discourse, in an attempt to overcome the
popular image of “toolbox”, so damaging to the discipline.
KEYWORDS: Marxism – Species-being – Proletariat – Conceptual history – Social theory
La sociología, como doctrina de la constitución de la sociedad,
está todavía hoy ligada a la filosofía, de la cual nace,
y no es posible ver en ello un anacronismo:
porque la propia sociología no se deja separar
del árbol científico como una rama entre todas las demás (…)
todas las disciplinas cuyo sujeto es el hombre se han
unido entre sí, y necesariamente remiten la una a la otra.
Institut fur Sozialforschung (Universidad de Frankfurt),
La Sociedad, 1966.
El sociólogo está limitado a los oscuros esfuerzos
que exigen las rupturas siempre repetidas y las incitaciones
del sentido común, ingenuo o científico: en efecto, cuando se vuelve
hacia el pasado teórico de su disciplina, se enfrenta
no con una teoría científica constituida sino con una tradición.
Pierre Bourdieu, J.C. Chamboredon y
J.C. Passeron, El Oficio del Sociólogo., 1968
¿Para qué sirve la sociología? La persistencia
de una pregunta
E
n 2006, Siglo XXI Editores publicó el libro ¿Para qué
sirve la sociología?, compilado por Bernard Lahire, en
el cual un grupo de renombrados sociólogos intentan
responder a esta pregunta que parece seguir careciendo de
una respuesta clara, luego de tantos años de existencia de la
disciplina. En este sentido, resulta sumamente sugerente la
imagen que aparece en la tapa de la edición argentina: una
navaja multiuso abierta.
Parece ser, entonces, que la única claridad que tenemos
respecto de la sociología es que provee de diversas
herramientas (como la navaja multiuso) para pensar
y/o intervenir sobre algo que llamamos genéricamente
“la sociedad”. Esta concepción recupera cierto origen
* Licenciado en Sociología (UBA). Becario del Consejo Interuniversitario Nacional.
87
Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI
un período decisivo de la trayectoria intelectual de nuestros
autores nos parece particularmente productivo pues, como
afirma Nocera (2012: 36), la crítica de Marx a Hegel expresa
“el reconocimiento del límite de la filosofía, que plasma el
límite de la lógica de una realidad (la sociedad civil capitalista)
y que torna, a partir de allí, a la filosofía misma como objeto
crítico de indagación”.
tecnocrático de la disciplina, vinculado a lo que hoy llamamos
“ingeniería social”, que implica, en palabras de Adorno (2002:
21), “la creencia de que los expertos científicos, sirviéndose
de determinadas técnicas metodológicas, producirán, si
se les confía directa o indirectamente el control sobre la
sociedad, un estado equilibrado, estable, o, diría, un estado
capaz de funcionar”.
Bourdieu (1990: 79) afirmaba en una entrevista realizada
en 1980 que “hace ya mucho tiempo que la sociología ha
salido de la prehistoria, es decir, de la era de las grandes
teorías de la filosofía social con la cual suelen identificarla
los profanos”. La reivindicación de autonomía científica
por parte de la comunidad sociológica (expresada aquí por
Bourdieu) requiere efectuar operaciones de separación. Esto
en ocasiones lleva a que los “padres fundadores” (Durkheim,
Weber, Marx) se presenten como “huérfanos” respecto a las
formas de pensamiento que permitieron su emergencia. Por
eso, nos preguntamos: ¿Cómo se efectuó esa “salida de la
prehistoria”? ¿Por qué? ¿Para qué? Desde luego, no existe
una respuesta unívoca.
Este trabajo pretende abordar un fragmento de la
historia del surgimiento de la teoría social moderna,
condensada en las obras tempranas de Marx y Engels
publicadas en los Deutsch-Französische Jahrbücher (Anales
Franco-alemanes)1 en febrero de 1844. Esta selección de
autores y textos nos resulta particularmente productiva para
escapar de aquellas visiones establecidas y “estabilizadas”
sobre el discurso sociológico. Se trata de un conjunto de
artículos que aparecieron simultáneamente en la primera y
única edición de un ambicioso proyecto político-editorial,
donde el pensamiento de ambos autores se encuentra “en
el papel” por primera vez, notable precedente a una vida de
trabajo en conjunto. Además, como ha señalado Rossi (2015:
2), “Marx es un autor siempre invitado a la mesa de los
‘padres’ [fundadores de la sociología], pero a la vez siempre
incómodo”, por un lado, porque forma parte de la tradición
socialista, y por otro, porque no es sociólogo de formación.
Schmidt nos recuerda que incluso el concepto de “sociología”
está ausente en sus trabajos, pese a ser ya corriente en su
época, en tanto no quería que lo confundieran con Comte.
Nos interesa particularmente dar cuenta de los usos de
los conceptos ser genérico [Gattungwesen] y proletariado
[Proletariat] en los trabajos antedichos. La noción de
gattungwesen pertenece indudablemente al ámbito de la
filosofía feuerbachiana. El concepto de proletariado, sin
embargo, en tanto remite a una clase social, suele ubicarse
del lado del acervo de la sociología. Atender a sus vínculos
y a la posible influencia recíproca de sus formulaciones en
Los escritos de Marx en los Anales franco-alemanes. El Estado como “forma profana” de la
enajenación de la esencia humana y la “intuición comunista” del proletariado
Los artículos aparecidos en esta publicación muestran
que hasta entonces Marx conservaba íntegra la crítica de
Feuerbach a la religión cristiana. En su Introducción a la crítica
de la filosofía del derecho de Hegel (en adelante, Introducción),
nuestro autor comienza por explicitar esta deuda con el
filósofo de Bruckberg. ¿Qué forma tiene esa crítica de la
religión? La lógica de la inversión de la posición hegeliana:
“El hombre hace a la religión, y no la religión al hombre.
Y la religión es la autoconciencia y el autosentimiento del
hombre que aún no se ha encontrado o ha vuelto a perderse”
(Marx, 1982: 491). Realizada ya esta tarea, nuestro autor
considera que debía entonces seguir avanzándose en otras
direcciones. He aquí el programa filosófico que Marx se
propone en esa época:
La misión de la filosofía, puesta al servicio de la historia,
después de desenmascarar la forma de santidad de la autoenajenación del hombre, está en desenmascarar la autoenajenación bajo sus formas profanas. La crítica del cielo se
trueca, de este modo, en la crítica de la tierra, la crítica de
la religión en la crítica del derecho, la crítica de la teología
en la crítica de la política. (ídem: 492)
La mentada crítica de la política (del Estado) es tratada
por Marx en los dos escritos que aquí abordaremos. Ambos
se sustentan en el principio de inversión que propone
Feuerbach: en ellos, el concepto de esencia genérica del
hombre ocupa un lugar central, pues es lo que se ha invertido
en la conciencia y se ha enajenado en una entidad “profana”:
el Estado.
Feuerbach no explica por qué la religión requiere de la
separación y la inversión de la esencia del hombre en Dios.
A diferencia de la crítica feuerbachiana de la religión, cuyo
objetivo último era el ateísmo como reconciliación del
hombre consigo mismo en el ámbito de la conciencia, para
Marx no alcanza con el mero reconocimiento teórico (de
que la sociedad civil no es un momento de la estatalidad): “la
1
Nos referimos a los trabajos de Marx Introducción a la crítica de la
filosofía del derecho de Hegel y La cuestión judía, y a los Esbozos para una crítica
de la economía política y La situación de la clase obrera en Inglaterra de Engels.
88
Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires
185; destacado en el original). Un Estado puede ser él mismo
libre sin que por ello los individuos bajo él lo sean también.
Así, la emancipación política del hombre de la religión, no
suprime la religiosidad real del hombre, sino que justamente
consiste en su reconocimiento fuera del Estado, su pasaje del
ámbito público al ámbito privado.
Marx está pensando, como Feuerbach, en la
emancipación humana como emancipación de la religión en
general, en tanto reconciliación del hombre consigo mismo,
con su esencia. Pero a su vez, la extiende a la emancipación
del hombre del Estado, que en tanto mediación “secular”,
disocia al hombre real, existente, del hombre político. Por
eso concluye: “sólo cuando el hombre individual recobra
en sí al ciudadano abstracto y se convierte, como hombre
individual, en ser genérico, (…) sólo entonces se lleva a
cabo la emancipación humana” (Marx, 2012: 204).
En última instancia, se trata de una crítica a la separación
que Hegel hace entre el Estado y la sociedad civil. El Estado
político mistifica esta relación escindiendo la vida del hombre
entre su “vida pública” (como ciudadano) ideal, universal,
y su “vida privada” (como hombre) material y particular,
contraponiendo así la “vida genérica” (en la comunidad
política) a la “vida material” (en la sociedad civil), por lo que
debe entonces abolirse aquél para llegar a la emancipación
humana como reconciliación “en la vida material” del hombre
con la esencia de su género. Sin embargo, Marx no indica
aquí quién debería realizar tal tarea.
Será en la Introducción donde nuestro autor esbozará una
primera y aproximada respuesta a esa pregunta, que pasa
precisamente por el “proletariado”. Allí, reflexiona sobre
las condiciones ético-políticas de la Alemania de su época y
su futuro, identificando “tareas para cuya solución no existe
más que un medio: la práctica” (Marx, 1982: 497). Esto
implica un desplazamiento hacia la pregunta por el “poder
material”, por el agente potencialmente portador de dicho
poder. Entonces, Marx se pregunta qué clase puede realizar
una revolución verdaderamente radical que pueda conseguir
para Alemania la emancipación humana general.
crítica de la religión desemboca en el postulado de que el hombre es
la suprema esencia para el hombre y, por consiguiente, en el imperativo
categórico de echar por tierra todas aquellas relaciones en que el hombre
es un ser humillado, sojuzgado, abandonado y despreciable” (ídem:
497). En tanto nuestro autor considera que el Estado es una forma
social de la existencia del hombre como objetivación de su esencia,
este reconocimiento hace necesaria la superación real del mismo
como entidad ajena y superior a los individuos. Volveremos sobre
este punto más adelante.
En Sobre la Cuestión Judía (una polémica con Bruno Bauer
acerca de la emancipación de los judíos y su relación con el Estado
cristiano), el abordaje de la dimensión estatal conserva también
el modelo feuerbachiano de la inversión y la enajenación. Es a
través de este modelo que Marx da cuenta de las limitaciones de la
emancipación política:
El hombre, aun cuando se proclame ateo por mediación
del Estado, es decir, proclamando al Estado ateo, sigue
sujeto a las ataduras religiosas, precisamente porque sólo
se reconoce a sí mismo mediante un rodeo, a través de un
medio. La religión es cabalmente, el reconocimiento del
hombre dando un rodeo. A través de un mediador. El Estado
es el mediador entre el hombre y la libertad del hombre.
Así como Cristo es el mediador sobre quien el hombre
descarga toda su divinidad, toda su servidumbre religiosa, así
también el Estado es el mediador al que desplaza toda su
no-divinidad, toda su no-servidumbre humana. (Marx, 2012:
184; destacado en el original)
La analogía con el procedimiento de Feuerbach en La
Esencia del Cristianismo es evidente: El Estado es a la sociedad
civil lo que el cielo es a la tierra.
Allí donde el Estado político ha alcanzado su verdadero
desarrollo, lleva el hombre, no sólo en el pensamiento, en
la conciencia, sino en la realidad, en la vida, una doble vida,
una celestial y otra terrenal, la vida en la comunidad política,
en la que se considera un ser colectivo, y la vida en la sociedad
civil, en la que actúa como particular. (Marx, 2012: 185;
destacado en el original)
Para que la revolución de un pueblo y la emancipación de una
clase especial de la sociedad coincidan, para que una clase
valga por toda la sociedad, se necesita (…) que todos los
defectos de la sociedad se condensen en una clase, que ésta
determinada clase resuma en sí la repulsa general (…), que
una determinada esfera social sea considerada como el crimen
manifiesto de la sociedad toda, de tal modo que su liberación se
considere como la autoliberación general. Para que una clase
de la sociedad sea la clase de la liberación por excelencia, es
necesario que otra sea manifiestamente el estado de sujeción.
(Marx, 1982: 500; destacado en el original)
Como indica Rossi (1971: 308), “El Estado político
desarrollado, el Estado burgués moderno (…) prescinde de
las condiciones reales de vida de sus miembros, para realizar
ilusoriamente su ‘existencia política’ en la esfera abstracta”.
Por consiguiente, existe una contradicción entre el hombre y
el Estado que no se supera “perfeccionándolo” (por ejemplo,
haciéndolo ateo), pues esto implica dejar en pie la mediación.
“El Estado político acabado es, por su esencia, la vida genérica
del hombre por oposición a su vida material” (Marx, 2012:
89
Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI
de “derechos universales” y de “postulados”. Así, el concepto
de proletariado “resulta más bien construido como una antítesis
lógica que constatado como un producto de la misma sociedad
burguesa” (ídem: 315). Esta situación es reconocida por el propio
Engels (1946: 255) en su prólogo de 1845 a La Situación de la
Clase Obrera en Inglaterra, donde indica que la “descripción de
las condiciones clásicas del proletariado” británico era una tarea
muy importante porque los teóricos alemanes sabían muy poco
del mundo real, en tanto “casi ninguno ha llegado al comunismo
de otro modo que mediante la reducción por Feuerbach de la
especulación hegeliana”.
Es posible pensar que el “descubrimiento” del proletariado
por parte de Marx que este texto constata se debe en gran
medida a la impresión que le provocó el contacto con los
obreros franceses durante su estadía en ese país. Por ejemplo,
Michael Löwy (2010: 85) considera que la segunda parte de
la Introducción “lleva ya la marca de París”. En efecto, en una
carta a Feuerbach del 11 de agosto de 1844 (posterior a la
publicación de los Anales Franco-alemanes), Marx le señala que
“hay que haber asistido por lo menos a una de las reuniones
de los obreros franceses para poder concebir la frescura
intocada, la nobleza que emana de esos hombres agobiados
por el trabajo (…) es entre estos ´bárbaros´ de nuestra
sociedad donde la historia prepara el elemento práctico de
la emancipación del hombre” (Marx, 2011: 180). Por otra
parte, Rubel nos recuerda, en su singular biografía intelectual
de Marx, que Flora Tristán había publicado poco antes en
París un documento donde trataba los mismos temas. Rubel
(2012: 145) supone que “Marx debió experimentar un doble
sentimiento de admiración y de desconfianza hacia esta
sorprendente mujer que muy pronto comenzaría su periplo
a través de Francia, llevando a los obreros el mensaje de su
liberación”. Sin embargo, es el propio Löwy (2010: 104)
quien a su vez señala que “los ‘proletarios’ miembros de estas
organizaciones secretas eran más bien oficiales artesanos que
obreros industriales”. Por ello, creemos que, sin subestimar
el papel que jugó el vínculo de Marx con las organizaciones
de “conspiradores” franceses en sus elaboraciones teóricas, el
proletariado que tiene en mente Marx aquí no es el mismo que
el que Engels estaba por entonces conociendo en Inglaterra,
como veremos a continuación.
El pensador de Tréveris considera que una clase de estas
características no existe aún en Alemania, pero sí en Inglaterra
y Francia. En cualquier caso, para nuestro autor, la posibilidad
de la emancipación humana reside en:
la formación de una clase atada por cadenas radicales, de
una clase de la sociedad civil que no es ya una clase de ella;
de una clase que es ya la disolución de todas las clases; de
una esfera de la sociedad a la que sus sufrimientos imprimen
carácter universal y que no reclama para sí ningún derecho
especial, porque no es víctima de ningún desafuero especial,
sino del desafuero puro y simple, que ya no puede apelar a
un título histórico, sino simplemente al título humano; que
no se halla en ninguna suerte de contraposición unilateral
con las consecuencias, sino en contraposición omnilateral
con las premisas mismas del Estado alemán; de una esfera,
por último, que no puede emanciparse a sí misma sin
emanciparse de todas las demás esferas de la sociedad y, al
mismo tiempo, emanciparlas a todas ellas; que representa,
en una palabra, la pérdida total del hombre, por lo cual sólo
puede ganarse a sí misma mediante la recuperación total del
hombre. Esta disolución total de la sociedad cifrada en una
clase especial, es el proletariado. (Marx, 1982: 501-502;
destacado en el original)
En este extenso fragmento, el proletariado (término que
aparece aquí por primera vez) es definido como la “clase universal”.
¿En qué consiste su universalidad? Es universal porque carece de
todo (y lo sufre) y eso la hace no reclamar nada en particular, sino
oponerse de plano al Estado en tanto tal. Marx está pensando en
las clases poseedoras que pugnan por una revolución parcial, es
decir, sólo política, que instaure nuevamente la dominación de
una parte sobre el todo, en base al sostenimiento de su situación
particular (de su riqueza, por ejemplo).
El proletariado, al ser la condensación de toda carencia y
de todo defecto de una sociedad, sólo puede entonces reclamar
para sí su condición humana, y con ella, la emancipación de
toda la sociedad. En vistas a lo anterior, coincidimos con
Ricoeur (1994: 70) en que “el concepto [de proletariado] es
una construcción abstracta; no (…) una descripción sociológica
(…) el proletariado continúa siendo aún un concepto filosófico”.
Rossi (1971: 309) apoya esta idea y a su vez sostiene que a ese
camino recorrido por Marx le falta aún “la determinación de
cuáles son las ‘relaciones’ en que el hombre aparece humillado”.
Para él, “la nueva intuición comunista del proletariado surge de
un ámbito de consideraciones de tipo filosófico y social, pero
no específicamente económico todavía: eso explica ese matiz
de dialectismo abstracto que todavía late en el texto” (ídem:
301). A pesar de que hay referencias al elemento económico, no
hay aquí una caracterización acabada en ese ámbito: Marx habla
Los aportes de Engels. La economía burguesa
como producción sin conciencia genérica y
la causa del proletariado como causa de la
humanidad
El año 1843 encuentra a Engels -quien hasta ese momento
sólo se había encontrado con Marx en una fugaz ocasión, en
su paso por Colonia- en Manchester, Inglaterra, donde se vio
90
Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires
obligado a trasladarse para formarse en el comercio al que
se dedicaba con gran éxito la empresa familiar. Su estadía
en la isla le permite, por un lado, acceder a los desarrollos
teóricos más importantes de la economía política, y por
otro, conocer de primera mano las condiciones de vida
reales de los obreros del país más avanzado de su época y
las características de sus organizaciones (además de a Mary
Burns, una obrera irlandesa que se convertiría luego en la
compañera de toda su vida). Los trabajos que este publica en
los Anales Franco-alemanes demuestran que las experiencias
que vivió allí -sin contar su encuentro con Moses Hess
en el viaje de ida-tuvieron una notable influencia en sus
elaboraciones teóricas. Estas obras tendrán gran relevancia
para la posterior constitución del pensamiento marxiano,
como el propio Marx reconocerá años después en su Prólogo
a la Contribución a la Crítica de la Economía Política de 1859.
Los Esbozos para una Crítica de la Economía Política
presentan una discusión con las categorías de Smith,
Ricardo, Malthus y otros exponentes de la economía
política que hoy llamamos clásica, en lo que constituye
una obra pionera en la crítica de dicha disciplina. La
crítica de Engels al discurso de la economía política remite
fundamentalmente a la denuncia moral. Sin embargo, como
nos recuerda Sánchez Vázquez (2011):
Este moralismo debe ser justamente entendido. No se trata
de una contradicción entre un ideal moral y la realidad,
sino de la contradicción que encuentra el joven Engels
entre el hombre y la economía o también entre la esencia
humana y una realidad económica en la que cada individuo
se amuralla en su interés egoísta y entra en conflicto con
los otros. Lo que Engels llama inmoral es justamente
este orden humano, regido por el egoísmo, que entra
en contradicción con su idea del hombre, de inspiración
feuerbachiana (como ser genérico). (p. 33)
En efecto, la idea de esencia humana que se encuentra
operando en la obra remite al filósofo de Bruckberg,
con cuyo pensamiento se familiarizó en su paso por la
Universidad. Reconstruyamos algunos de los argumentos
que aquí aparecen:
Si los productores, como tales, supieran cuánto necesitan
los consumidores; si organizaran la producción; si se
91
Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI
privada, ya que sus relaciones públicas existen sólo en función
de la propiedad privada” (ídem: 9). Por eso, pregunta a los
capitalistas en tono de reproche:
la repartieran entre sí, entonces la oscilación de la
competencia y su tendencia a la crisis serían imposibles.
Produzcan con conciencia, como hombres, no como
átomos desparramados, sin conciencia genérica, pónganse por
encima de todos estos contrarios artificiales e insostenibles.
Pero mientras ustedes continúen produciendo como en la
actualidad, de forma inconsciente e irreflexiva, abandonada
al dominio de la causalidad (…) debe provocarse una
revolución social como el dogmatismo de los economistas
no puede ni soñar. (Engels, 2006: 25-26, subrayado propio)
¿Cuándo hicieron algo por pura humanidad, por conciencia
de la futilidad de la oposición entre el interés general y el
individual? ¿Cuándo han sido morales, sin ser interesados,
sin cobijar en el fondo motivos inmorales y egoístas?.
(ídem: 11)
Este razonamiento no alcanza sólo a los burgueses
sino también a los terratenientes y trabajadores, pues
“la propiedad privada aísla a cada uno dentro de su tosca
individualidad y cada uno abriga, sin embargo, el mismo
interés que su vecino (…) la inmoralidad del orden humano
actual culmina en esa hostilidad entre intereses iguales”, en
esa competencia que hace a todos renunciar “a todo lo que
verdaderamente debiera ser el fin de su vida” (ídem). Aquí,
la propiedad privada aparece (aunque superficialmente)
como el origen de la enajenación del género, algo que Marx
retomará posteriormente en sus Manuscritos de 1844. Engels
esboza (2006), inspirándose en las ideas del socialista utópico
Fourier, en qué consistiría una situación en la que no hubiese
enajenación:
Para Engels, el elemento que define a la economía política
es el egoísmo. En este fragmento se critica el individualismo
y la primacía de los intereses particulares que caracteriza
el razonamiento de los burgueses. Nuestro autor dice que
estos producen sin conciencia genérica, esto es, sin pensar
en el ser humano como género, priorizando particularidades
(que él caracteriza como “artificiales”) a la universalidad
de la especie. En este sentido, sus denuncias nos remiten
a un aspecto específico del concepto feuerbachiano de
Gattungwesen. Para Feuerbach, el ser genérico no es individual
sino comunitario. Si Dios es la esencia enajenada del hombre,
el dogma de la Trinidades interpretado “como la totalidad
viviente del hombre, como la expresión de la comunidad
humana” (Martínez Hidalgo, 1997: 129). La reconciliación
con el género aparece, así, como la planificación de la
producción social. Sin embargo, aquí la distinción se hace
entre productores y consumidores, y no entre burguesía y
proletariado.
Otro elemento que Engels parece tomar del pensamiento
feuerbachiano es la distinción humano/animal.Para Feuerbach,
el ser humano es capaz de trascender su inmediatez y
proyectarse como especie mediante el pensamiento. El animal,
en cambio, sólo puede vivir de acuerdo a su individualidad, no
posee una vida interior distinta de las relaciones exteriores: No
piensa, sólo percibe sensorialmente. Engels (2006) interpreta
esta distinción en clave moral: aquellos que no piensan más
que en su propio interés particular e inmediato, ven degradada
su humanidad a una vida animal. Por ello afirma:
En un estado digno de la humanidad (…) la colectividad
tendrá que calcular lo que puede producir con los medios
que tiene a su disposición, y determinar según la relación
de fuerza de esa producción con la masa de consumidores
en qué medida debe aumentar o reducir la producción, en
qué medida debe permitir o limitar el lujo. (p. 27)
Por otro lado, La Situación de la Clase Obrera en Inglaterra
es, en palabras de Roggerone (2012: 3) “un ejemplar
trabajo de observación participante, donde (…) mediante
un exhaustivo trabajo empírico y teórico, (…) Engels
denunciaba la explotación y los crímenes sociales que la
burguesía cometía diariamente contra la clase obrera”.
En la introducción a la obra, que describe el proceso de
formación del proletariado inglés, Engels (1946) afirma que
antes de la revolución industrial
La economía liberal había hecho su mejor parte para
generalizar la enemistad por medio de la disolución de
las nacionalidades, para transformar a la humanidad
en una horda de animales violentos -¿Y qué otra cosa es la
competencia?- que se devoran por eso mismo entre sí. (p.
12; subrayado propio)
Los trabajadores industriales ingleses vivían y pensaban
(…) aislados y retirados, sin actividad intelectual, y sin
fluctuaciones violentas en su situación vital. Rara vez sabían
leer, y mucho más raro aún era el caso en que supieran
escribir, concurrían regularmente a la iglesia, no hablaban
de política, no conspiraban, no pensaban, disfrutaban de los
ejercicios físicos, oían la lectura de la Biblia con devoción
hereditaria, y se conducían de manera inmejorable
Para Engels, la economía mercantil, en sus diversas
formas, mancomuna a los hombres, pero lo hace a través de
un vínculo hipócrita: “la ciencia debería llamarse economía
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Unidad Sociológica Número 6 Año 2 Enero 2016-Mayo 2016 Buenos Aires
romanticismo, que los obreros han superado el egoísmo de
la nacionalidad (pues lo han acogido a él, un alemán), y que
se han reconocido como humanos (al descubrir la identidad
entre sus intereses y los de toda la humanidad). Nuestro
autor considera que él y los obreros tienen una causa común,
la “causa de la humanidad” (ídem).
con su humildad sin pretensiones, ante las clases más
prestigiosas de la sociedad. Pero en cambio estaban espiritualmente muertos, vivían sólo para sus mezquinos intereses
privados, para su telar y su pequeño huerto, y nada sabían
del tremendo movimiento que, allí afuera, recorría la
humanidad. Se sentían cómodos en su quieta vida vegetal
y, de no haber sido por la revolución industrial, jamás
hubiesen salido de esa existencia, por cierto que muy
romántica y confortable, pero indigna de un ser humano.
Pero es que no eran seres humanos, sino solamente máquinas
que trabajaban al servicio de los pocos aristócratas que
hasta entonces habían conducido la historia; la revolución
industrial no hizo otra cosa que imponer las consecuencias
de ello, al convertir definitivamente a los obreros en meras
máquinas y al quitarles de sus manos el último resto de
actividad autónoma, pero impulsándolos con ello a pensar
y a exigir una posición humana. (p. 259; subrayado propio)
El proletariado, al ser la
condensación de toda carencia y
de todo defecto de una sociedad,
sólo puede entonces reclamar
para sí su condición humana,
y con ella, la emancipación de
toda la sociedad.
Engels considera al trabajador aislado y apacible
del período previo a la revolución industrial como
“espiritualmente muerto”. La vida abocada a los intereses
privados, como ya aparecía en los Esbozos, es entendida por
Engels una forma de vida “indigna de un ser humano”. La
revolución industrial, entonces, los arroja al encuentro de
unos con otros (y en este sentido, les da la posibilidad de
trabajar de acuerdo con su género), pero al mismo tiempo
los degrada a la condición de máquina, de apéndice de la
propiedad ajena (es decir, los esclaviza a los propietarios,
enajenándolos). La combinación de estas dos consecuencias,
sin embargo, habrían sido la clave del impulso de los obreros
para reclamar un trato humano, diferente a su vez de la
forma de vida que habían llevado hasta el momento.
Posteriormente, en su prefacio de 1845, Engels hace una
reflexión acerca de los once meses que dedicó al contacto
con los obreros. Nos dice que encontró que éstos
Entre la filosofía y la ciencia. Hacia una recuperación de la tradición crítica de la teoría
social clásica
Decíamos al principio de este trabajo que nos interesaba
recuperar una parte de la historia “ignorada” de los orígenes
de la sociología, aquella historia que implicó intercambios con
otras disciplinas como la filosofía, antes de que configurara
un discurso que pudiese reclamar como propio. El análisis
del uso de los conceptos de ser genérico y proletariado en las
obras tempranas que Marx y Engels publicaron en los Anales
Franco-alemanes nos permite dar cuenta de un momento clave
de este intercambio.
Como vimos, el lenguaje feuerbachiano de la esencia
humana nutrió el aparato crítico del joven Marx en sus primeras
reflexiones sobre el Estado. Por este camino, el pensador de
Tréveris se encuentra con la “limitación del horizonte visual”
(según sus propias palabras) de Hegel y Feuerbach: ya no se
trata sólo de develar la alienación en la conciencia, sino la lógica
de la realidad que produce tal alienación. La productividad de
la crítica filosófica se tensa, entonces, hasta el límite. Como
señala Marx (1982) en su Introducción, “la filosofía sólo puede
superarse realizándola” (p. 496), y “la filosofía solo llegará a
realizarse mediante la abolición del proletariado, el cual no
podrá abolirse sin la realización de la filosofía” (p. 502). La
pregunta por las posibilidades de superación de la filosofía a
través de su realización, es la que “conduce” a Marx hacia el
proletariado, como “el concepto filosófico de una filosofía que
ha realizado su inversión práctica para convertirse en teoría
revolucionaria, teoría de la transformación del mundo” (Rossi,
1971: 319).
(Están) exentos de la perniciosa maldición de las limitaciones
nacionales y de la arrogancia nacional, que en última
instancia no es otra cosa que egoísmo en gran escala, que son
más que meros ingleses, integrantes de una nación individual,
aislada, que son seres humanos, integrante de la gran familia
internacional de la humanidad, seres que han descubierto
que sus intereses y los de toda la raza humana son los mismos,
y en cuanto tales, en cuanto miembros de esa familia de la
‘humanidad única e indivisible’, en cuanto seres humanos en el
sentido más enfático de la palabra (…) [los] saludamos [a los
obreros]. (idem: 22. Subrayado en el original)
Si los burgueses se veían reducidos a animales por
la competencia despiadada, Engels dice, no sin cierto
93
Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI
Feuerbach, L. (1964).Sobre la Esencia del Cristianismo en
relación a El único y su propiedad. En L. Feuerbach, Textos
escogidos (pp. 144-160). Caracas: Instituto de Investigaciones
de la Facultad de Economía de Universidad de Caracas.
En el caso de Engels, el carácter comunitario del ser
humano propio de la filosofía feuerbachiana es el eje en torno
al cual organiza su pionera crítica de la economía política
inglesa. Además, la constatación por su propia experiencia de
que los obreros ingleses podían llegar a trascender el egoísmo
y los intereses parciales que la economía política erigía a
pilares constitutivos de la sociedad lo llevan a afirmar que
estos obreros portan la causa de toda la humanidad.
Hemos visto que, para el caso de los autores aquí tratados,
no se puede comprender la aparición del segundo concepto
sin hablar del primero. El propio Marx (1982) afirma en
su Introducción que, “así como la filosofía encuentra en el
proletariado sus armas materiales, el proletariado encuentra en
la filosofía sus armas espirituales”, en tanto“la cabeza de esta
emancipación [del hombre] es la filosofía, [y] su corazón, el
proletariado” (p. 502, destacado en el original). Como afirma
Schmidt (1983: 63), esta tradición de pensamiento “escapa
(…) a los habituales esquemas clasificatorios del tipo de la
teoría o la sistematización de la ciencia”. Nos encontramos ya
lejos de aquella imagen aséptica de la sociología, entendida
como una indefinida y neutral “caja de herramientas” para
comprender/intervenir sobre “la sociedad”. Creemos que
la recuperación de estas reflexiones, de unos pensadores
que nunca se establecieron en el ámbito académico y que
probablemente se hubieran identificado más como socialistas
que como sociólogos, nos permiten ir más allá de esa superficial
concepción
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97
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académicos, avances de investigación, entre otros.
Cada número se dedicará a un dossier. El actual número versa sobre “Modernidad y
globalización: interrogando los albores del siglo XXI”.
Se encuentra abierta permanentemente la convocatoria para presentar artículos en la sección
Teoría sociológica clásica y contemporánea, donde se espera que haya un dialogo y/o
una discusión entre autores clásicos y contemporáneos de la disciplina sociológica.
A continuación se detallan los criterios formales para la presentación de artículos:
Tamaño de la página: A4.
La fuente será Times New Roman 12, con interlineado de espacio y medio.
Los archivos deberán enviarse a [email protected] en formato Word.
La estructura argumentativa del trabajo estará ordenada de la siguiente manera:
- Titulo y nombre de autor/es (con su respectiva filiación institucional)
- Resumen en español (máximo de 150 palabras)
- Resumen en ingles (máximo de 150 palabras)
- Palabras clave en español (no más de 5)
- Palabras clave en ingles (no más de 5)
- Cuerpo del trabajo
- Bibliografía
El cuerpo de cada trabajo tendrá un mínimo de 3.000 palabras y un máximo de 6.000,
incluyendo citas y bibliografía.
Citas: a pie de página con numeración ascendente, fuente Times New Roman, tamaño 10.
Para las citas en el texto se utilizará el formato APA (American Psychological Association):
Autor, año, número de página de la cita. Ejemplo: (Foucault, 1996: 36).
Para las citas bibliográficas se utilizara el mismo formato: Apellido, Inicial del nombre
(año), Titulo del texto. Lugar de edición: Editorial. Ejemplo: Bourdieu, P. (2005). Pensamiento
y acción. Caracas, Monte Ávila Editores Latinoamericana. Para más detalle, consultar La cita
documental. Elementos y ejemplos de referencia en estilo APA: http://iigg.sociales.uba.ar/
documentos-del-cdi/
Los artículos recibidos serán considerados para ser publicados por evaluadores externos a
la revista, siguiendo el sistema de doble ciego.
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UNIDAD SOCIOLÓGICA
Modernidad y globalización: interrogando los albores del Siglo XXI
“Es imposible hablar sobre la globalización sin hacer referencia a las fronteras geográficas y a su control. En la medida en que la globalización consiste
prácticamente en la mayor movilidad de capital y en el aumento de interconexiones internacionales fundamentales entre Estados-nación siendo incorporadas en la economía global, requiere necesariamente la alteración y la relajación de fronteras territoriales fuertemente arraigadas, o lo que se conoce en los
estudios de referencia como el proceso de desterritorialización. ”
Leonidas K. Cheliotis, Los límites de la inclusión: Globalización, capitalismo
neoliberal y políticas estatales de control fronterizo.
“Dado que la globalización es el proceso resultante de la capacidad de ciertas
actividades de funcionar como unidad de tiempo real a escala mundial, implica la
formación de un sistema trasnacional de poder y erosiona todo tipo de fronteras
(por el flujo de capitales, transacciones e ideas), la pregunta en torno al fortalecimiento o debilitamiento del poder de los Estados resulta ineludible.”
Agostina Costantino y Benjamín Temkin, La globalización y los Estados
nación: ¿desaparición o reconfiguración fortalecedora?
REVISTA UNIDAD SOCIOLÓGICA FEBRERO 2016 - MAYO 2016
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