Las minas - Sociedad Española para la Defensa del Patrimonio
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Las minas - Sociedad Española para la Defensa del Patrimonio
«Cuadernos comarcanos n.º 8» Las minas de la comarca Andorra-Sierra de Arcos Edición: CELAN, Comarca Andorra-Sierra de Arcos Coordinación: Javier Alquézar Penón Corrección: M.ª Victoria Benito Morales Autores de los textos: Javier Alquézar Penón, Josefina Lerma Loscos, Antonio Pizarro Losilla y M.ª Ángeles Tomás Obón Fotografías: Archivo CELAN (Págs. 2, 14, 18, 22, 24, 26, 34, 40, 43, 53, 54, 56, 61, 62), archivo Comarca Andorra-Sierra de Arcos (Págs. 1, 4, 38, 48, 49, 50, 55, 64), Archivo López Segura/IET (Pág. 36), Compañía General Minera (Pág.30), ENDESA (Págs. 32, 12) y SAMCA (Págs. 20, 28). Fotografía de portada: Archivo CELAN Diseño y maquetación: Pilara Pinilla estreudes Imprime: Cometa, S. A. DL: TE-178-2013 Índice prólogo 5 orígenes y evolución de la actividad minera 7 La minería en españa 9 La minería en teruel 11 La minería en la comarca andorra-Sierra de arcos 13 Las primeras empresas carboneras de la comarca 15 La formación del carbón: el lignito 17 la minería subterránea 19 la minería a cielo abierto 21 El trabajo en la mina: el minero 23 las minas de ENCASO/ENDESA 25 las minas de SAMCA 29 las minas de LA COMPAÑÍA GENERAL MINERA 31 el destino comercial e industrial del carbón 33 El transporte del carbón 35 transformación social y urbanística 37 MWinas, un museo a cielo abierto 39 crisis y contestación minera (epílogo) 41 Apéndice 42 carbón en españa 45 equipo minero / esquema de una mina 47 Pozo San Juan: de mina de carbón a manantial de agua 49 El humedal Corta Alloza 51 la avalancha humana 53 Los economatos laborales 55 Misiones en las minas 57 siniestralidad 59 Alloza y la resistencia a la minería a cielo abierto 61 Bibliografía 63 Sin embargo, el trabajo en la mina ha estado muy comúnmente estigmatizado, hasta el punto de que en muchas fases de la historia ha sido propio de esclavos, condenados o desarraigados. Solo su generalización por las necesidades industriales, la toma de conciencia de los propios mineros de su condición y la lucha que esta desencadenó a base de durísimos conflictos sociales consiguieron mejorar su situación y su consideración social. La provincia de Teruel es un territorio rico en yacimientos minerales, algunos de los cuales han proporcionado importantes rendimientos, como el hierro y las arcillas, pero ninguno ha servido tanto de elemento distintivo de la provincia como el carbón, su principal fuente de riqueza. Desde principios del siglo XX el lignito de las entrañas de esta comarca iba siendo extraído por pequeñas empresas y en modestas proporciones hasta la aparición de la Empresa Nacional Calvo Sotelo en 1942. Su instalación en Andorra significó toda una revolución para esta localidad, que vio transformarse su personalidad eminentemente agraria –al estilo de cualquier otra en su vecindad– en otra totalmente volcada en el sector minero y cuya población se llegaría a triplicar. También la presencia de la empresa SAMCA en Ariño tendría efectos similares. Las minas, desde mediados del siglo pasado, han dado mucho trabajo no solo a las cabeceras donde se instalaban las empresas mineras sino también a toda la comarca. El carbón y la electricidad producida en la central térmica de Andorra han constituido, por tanto, la columna vertebral de la sociedad y de la economía comarcales. Tanto es así que en el proceso de comarcalización de Aragón, desde el primer momento se contó con Andorra para encabezar una comarca cuya actividad económica y vitalidad la hacían diferenciarse de las vecinas. No tanto, pues, por lo que había significado Andorra históricamente, sino por lo que el carbón había hecho de ella, se convirtió en un cen- tro administrativo de la economía del contorno y la tercera población provincial tras Teruel y Alcañiz. Esta posición se reforzaría con los servicios de atención comarcal que se fueron creando a partir de los años 70 en educación y sanidad, mientras se iba formando a la vez un modesto hinterland comercial. Las alusiones y referencias que se suelen hacer de Andorra-Sierra de Arcos como “comarca minera” no son, pues, gratuitas. El carbón generó también toda una serie de actividades económicas auxiliares o subsidiarias que en conjunto pudieron ofrecer a lo largo de décadas un tejido laboral sin paro y con una oferta de trabajo constante que permitió recalar en la comarca a una considerable población inmigrante procedente tanto del conjunto de España como, más recientemente, del extranjero. La crisis del carbón, iniciada a mediados de los 80, ha cambiado el panorama. Los intentos de acabar con el “monocultivo del carbón” a base de planes de reconversión industrial y de diversificación económica no han dado todos los frutos deseados y, lo que es peor, han quedado barridos en buena medida por la actual crisis económica. El futuro está por ver, pero el pasado está ahí y bien merece que le echemos un vistazo a través de estas páginas que nos recuerdan la deuda contraída con la mina y el negro mineral. Prólogo Las herramientas de trabajo, las armas, el sistema monetario, las máquinas, los medios de transporte, el ferrocarril, los materiales de construcción…; todo ello, tan ligado a la vida humana y a la idea de progreso, se ha soportado siempre sobre la base del trabajo minero. Dos de las principales cuencas carboníferas turolenses se encuentran en la comarca Andorra-Sierra de Arcos. Son las de Val de Ariño y la de Gargallo-Estercuel, que se extienden por casi todo el territorio comarcal de norte a sur. LAS MINAS Los primeros rastros del hombre minero hay que remontarlos hasta diez mil años atrás en la historia de la humanidad. Desde entonces el papel jugado por la minería en la sociedad humana ha ido creciendo cada vez más y es imposible disociarlo de la evolución económica en todas las épocas, pero mucho más desde los inicios de la revolución industrial en nuestro mundo contemporáneo. 5 Prólogo Minero inglés de Yorkshire, grabado de 1814. El descubrimiento de América y la expansión de Europa en la Edad Moderna significaron una eclosión de la minería. Las ingentes remesas de metales preciosos (oro y plata) traídos de América proporcionaron el auge de la Corona de España y su hegemonía europea, a la vez que el despegue de un capitalismo mercantil. Fue la época dorada de la minería americana, pero también fue el principio de una fuerte activación de la europea, protagonista de un espectacular crecimiento con la revolución industrial iniciada a mediados del siglo XVIII. La revolución tecnológica se basó en la mecanización del trabajo y en el uso del vapor como fuente energética, tanto para la industria (textil y siderúrgica) como para los modernos medios de transporte y locomoción (ferrocarril y navegación a vapor). El hierro, para las máquinas, barcos y locomotoras, y el carbón, para la producción de vapor, hicieron necesarias ingentes inversiones en el sector minero, motor indispensable de la industrialización. Al mismo tiempo, la continua necesidad de oro provocó una nueva búsqueda de El Dorado, despertándose una verdadera “fiebre del oro” a raíz de su descubrimiento en California en 1848 y que luego se traslada- ría a otras partes del planeta (Alaska, Sudáfrica y Australia). La II Revolución Industrial, una verdadera reconversión industrial financiera y empresarial del capitalismo a consecuencia de la crisis de 1873, encaminó sus inversiones a nuevos sectores industriales como los de la metalurgia (cobre, zinc, aluminio) y energéticos, los del petróleo y de la electricidad, que se tradujeron en una revalorización de la minería del cobre (indispensable para la transmisión de la electricidad) y la del carbón (como combustible de las centrales térmicas). Además de los nuevos metales, el hierro –transformado en acero gracias a los altos hornos Bessemer y Siemens– se convirtió en el símbolo de la nueva era (“Era del Hierro”) gracias a sus nuevas funciones en la construcción de edificios y puentes y, también, en la fabricación de armamentos demandados por las políticas agresivas, imperialistas y belicistas de las potencias europeas en la segunda mitad del siglo XIX y primera del XX (guerra franco-prusiana de 1870, dos guerras mundiales…). La minería siguió siendo, pues, esencial en la economía contemporánea, que continúa abriendo nuevos campos como el de los minerales radiactivos para la industria atómica y que sigue creando en el mundo conflictos armados, como los de la lucha por el control de los yacimientos de diamante en el centro de África, y otros de tipo medioambiental causados por las dañinas prácticas de las empresas mineras y las nuevas tecnologías extractivas. orígenes y evolución de la actividad minera La Edad Media significó una brutal recesión de las actividades mineras cuando la sociedad se ruralizó y se sustituyó la economía de mercado por una de autoabastecimiento, de manera que el comercio quedó reducido a una ocasional circulación de hierro y sal, procedentes de las pocas minas que malamente sobrevivieron. LAS MINAS La minería se encuentra ya entre las primeras actividades de la humanidad sedentaria y productora, allá en los pretéritos tiempos del Neolítico. Tras las primeras prácticas artesanales –cestería, cerámica y textil– el hombre neolítico aprendió a fundir mineral de cobre con el fin de fabricar instrumentos útiles para su vida cotidiana. Sin embargo, el metal de cobre resultaba muy endeble para la fabricación de armas e instrumentos de trabajo, así que cuando se descubrió que el cobre mezclado con estaño producía un nuevo metal, el bronce, mucho más fuerte y contundente para esos fines, se impuso la necesidad de conseguir el preciado mineral de estaño viajando por mar a los confines de lo conocido, Galicia e Islas Británicas. Tan fuerte fue el impacto que a la época que se abría con la nueva tecnología metalúrgica se la conoce como la Edad del Bronce (II milenio a. C.), que habría de durar hasta que un nuevo metal, el hierro, se impusiera en Egipto y Oriente Medio, por medio de los hititas, y en Europa, por los dorios en Grecia y los celtas en Europa occidental, a lo largo del primer milenio antes de Cristo. La nueva Edad del Hierro supondría el definitivo triunfo de este metal, más ligero y barato. Junto a la extracción del mineral de hierro, las civilizaciones de la Antigüedad clásica, Grecia y Roma, se centraron en las minas de oro y plata, para usos monetarios y ornamentales, y en las canteras de mármol, para la construcción y la escultura. El trabajo minero era exclusivamente realizado por esclavos de hombres de gran fortuna, que arrendaban los minas al Estado, propietario por ley del subsuelo. 7 orígenes y evolución de la actividad minera < Vista y corte de una mina. Acuarela de Gaspar Sabugo, siglo XVI, Archivo de Indias, Sevilla. fue siempre el del transporte, con unas redes viarias muy deficientes, que encarecían enormemente los precios finales. Tanto es así que, a pesar de los aranceles proteccionistas de los que gozaba, en algunos puertos españoles seguía siendo más barata la hulla británica que la asturiana. El panorama no cambió especialmente en las primeras décadas del siglo XX. Pero tras la Guerra Civil, la política autárquica de Franco pretendió una recuperación económica a partir casi exclusivamente de los recursos económicos propios. Estos habrían de explotarse con una intervención decidida del Estado mediante la creación de empresas nacionales mineras. El objetivo era el de aumentar la producción carbonífera nacional y así procurarse una autosuficiencia energética con la que superar el aislamiento internacional que se había impuesto al régimen franquista y que habría de durar hasta mediados de los cincuenta. Los bajos precios del petróleo comercializado internacionalmente hicieron entrar en crisis al sector minero en los años 60, registrándose un elevado cierre de pequeñas explotaciones y empresas carboníferas, pero la crisis de 1973 –la denominada “crisis del petróleo”, secuela de la guerra árabe israelí de ese año– rescataría al sector minero al hacer más competitivo el carbón en la producción energética por el alza de los precios petrolíferos. El fin de siglo devolvería al sector minero a una situación de crisis, la profunda crisis actual. La minería en españa rio peninsular musulmán, donde se reactivó la minería sobre la base de los ricos yacimientos ya explotados por Roma. En los siglos XVI y XVII la producción minera alcanzó unas cifras exorbitantes gracias a la explotación de los yacimientos americanos, especialmente los de oro y plata (Potosí, Zacatecas, Guanajuato). Habría que esperar hasta la segunda década del siglo XIX para asistir al comienzo de la recuperación de la actividad minera gracias a los estudios y las leyes que se fueron llevando a cabo. Los gobiernos liberales cambiaron de signo la legislación minera, hasta entonces muy regalista, enfocando la explotación de los recursos minerales hacia la iniciativa privada. Serían la Ley de Minas de 1868 y los aranceles librecambistas de 1869 los que abrieron las puertas al capital extranjero que acabaría por dominar el panorama empresarial de la minería a lo largo del último tercio del siglo XIX, la época de mayor esplendor de la minería en España. En 1877 España era el primer país productor europeo de plomo (Cartagena y Linares), cobre (Riotinto), mercurio (Almadén) y hierro (Vizcaya). Debido a la debilidad de la economía industrial española decimonónica, los minerales extraídos tenían como fin principal su exportación a países más industrializados. Precisamente, las exportaciones del hierro vizcaíno permitieron la acumulación de capital que daría lugar a la banca y siderurgia vascas. El carbón asturiano, que se empezó a explotar a principios del XIX, no tuvo la misma fortuna pues su problema LAS MINAS Las primeras culturas mineras reconocidas en la Península Ibérica son las del Bronce denominadas de Los Millares y de El Argar (Almería y Murcia). Partiendo del bronce final se generó una cultura en Andalucía occidental, conocida como Tartessos por los griegos, que alcanzaría un cierto esplendor económico y cultural gracias, seguramente, a su continuado contacto con los fenicios y también a su posición en la “ruta del estaño” y a la explotación del cobre de Riotinto. Fue la riqueza mineral de la península la que justificó en buena medida la presencia de colonizadores griegos, fenicios y cartagineses en el sur-sureste peninsular. Los cartagineses levantaron a mediados del primer milenio un imperio territorial con base en Cartago Nova (Cartagena), colonia próxima a extraordinarios yacimientos de plomo argentífero. La Península se convirtió en escenario de la II Guerra Púnica a finales del siglo III a. C. Tras su victoria sobre los cartagineses, los romanos ya no abandonarían la península, conquistando su territorio y explotando sus recursos agrícolas y mineros. Las actividades mineras de los romanos son bien conocidas y se sabe que extrajeron oro en Almería y en el noroeste peninsular, plata en Sierra Morena, hierro en el Moncayo, cobre en Riotinto, plomo en Cartagena, mercurio en Almadén y sal en Cardona. Con los visigodos se inicia un retroceso en cuanto a la explotación minera, que tendría su continuación en los reinos cristianos medievales, no así en Al-Andalus, el territo- 9 La minería en españa de la crisis del petróleo iniciada en 1973 y a la construcción de las centrales térmicas de Escucha (1970) y de Andorra (1979), que sustituyeron a las obsoletas centrales de Escatrón y Aliaga, cerradas en los ochenta. La central térmica de Andorra fue construida por la Empresa Nacional de Electricidad (ENDESA), que se hizo cargo del grupo minero de ENCASO en Andorra por decisión gubernamental en 1972. SAMCA dio un giro al sistema de explotación del carbón con la apertura de la primera mina a cielo abierto en 1975 por su mayor rentabilidad económica, inaugurándose un proceso que seguirían otras empresas en detrimento de la minería subterránea. A mediados de los 80 y durante los 90 los efectos del Plan Energético Nacional, que contemplaba grandes recortes al carbón, se empezaron a notar y la producción fue cayendo paulatinamente. Proceso que se remató con la reestructuración del sector minero del Plan 1998-2005 de la Minería del Carbón, cuyos coletazos llegan hasta nuestros días, en que la minería del carbón agoniza tras los cierres de la mayor parte de las explotaciones y de la central de Escucha (2001), así como por la desaparición o retirada del sector minero de empresas como MFU y ENDESA. El sector extractivo de arcillas y caolines alcanzó un gran auge con las políticas de expansión constructiva de finales del siglo XX y principios del actual, pero la “crisis del ladrillo” iniciada en 2008 ha frenado de raíz sus expectativas. La minería en teruel de buenas inversiones, como se comprueba por la apertura de un buen número de pozos en las distintas cuencas y con la llegada de la Sociedad General Azucarera de España a Val de Ariño en 1920. Durante los primeros años de la Guerra Civil las minas pasaron a formar parte de las colectividades, pero al acabar la experiencia revolucionaria en 1938 se volvieron a privatizar: Cloratita S. A. se instaló en Andorra y SGAE regresó a Ariño, aunque luego sus instalaciones pasaron a propiedad de la Sociedad Anónima Minera Cataloaragonesa (SAMCA). El gobierno español –siguiendo la filosofía autárquica que practicó en posguerra– decidió asegurar una amplia explotación del carbón turolense expropiando buena parte de las minas particulares de Val de Ariño para que fueran explotadas por la empresa Nacional Calvo Sotelo (ENCASO), que se instaló en Andorra. El proyecto minero lo completaba ENCASO con la construcción de una central térmica en Escatrón y de un ferrocarril minero, el Andorra-Escatrón, inaugurados por Franco en 1953. Otra central térmica, propiedad de Eléctricas Reunidas de Zaragoza (ERZ), había entrado en funcionamiento el año anterior en Aliaga para quemar los carbones locales. Fueron buenos años para el carbón y eso se notó en las localidades mineras, que experimentaron un importante crecimiento a lo largo de los años 40-50. Pero la década siguiente supuso la caída en una crisis del sector al no resistir el carbón la competencia de los bajos precios petrolíferos. Situación de la que se saldría en los años setenta al revalorizarse el lignito a consecuencia LAS MINAS La actividad minera a gran escala en la provincia de Teruel es cosa del siglo XX. Se ha centrado sobre todo en la minería del hierro, en la del carbón y, en menor medida, en la de arcillas y caolines. En 1900 se fundó la compañía minera de Sierra Menera para explotar los minerales de hierro de la cuenca de Ojos Negros para su exportación a Gran Bretaña, lo cual requirió la construcción de un ferrocarril propio de Ojos Negros a Sagunto. La crisis de demanda que significó la Primera Guerra Mundial favoreció la fundación de la Compañía Siderúrgica del Mediterráneo, que instaló sus altos hornos en el puerto de Sagunto para consumir la producción de Sierra Menera. En los años 70 cuando se redujo drásticamente la demanda de hierro, al entrar en crisis el sector siderúrgico, quedó en entredicho la viabilidad de Sierra Menera, que acabaría por cerrar en 1987. El carbón de la provincia, el lignito, se concentra en tres cuencas principales: la de Val de Ariño, la de Escucha-Utrillas y la de Gargallo-Estercuel. Fue en 1900, también, cuando un grupo de empresarios zaragozanos, que querían asegurar la incipiente industrialización de su ciudad con el carbón de Teruel, decidió fundar la Compañía de Minas y Ferrocarril de Utrillas (MFU). Esta empresa compró concesiones en toda la cuenca central y construyó una línea de ferrocarril, la de Utrillas-Montalbán a Zaragoza (1904). En 1910 la mayor parte de las 74 600 t de carbón que se producían en la provincia correspondían a MFU. La Primera Guerra Mundial hizo crecer el valor del lignito turolense, provocando la atención de algunos empresarios en busca 11 La minería en teruel En cuanto a la arcilla, hay que recordar que se usaba ya en poblados íberos como El Castelillo (Alloza), donde se han hallado piezas cerámicas de gran valor para el conocimiento de esta antigua cultura. Y desde hace siglos, ha servido en la fabricación de baldosas, ladrillos y tejas para el consumo local. En el siglo XIX, las entonces denominadas sustancias térreoalcalinas de Ariño y Oliete llamaban la atención de los investigadores. En los años < Vista aérea de Corta Barrabasa, Alloza. La minería por excelencia en la comarca hace referencia al lignito, cuyo consumo comenzó a popularizarse en el siglo XIX. Hacia 1860 las labores de extracción eran bien visibles a lo largo de Val de Ariño y el combustible era aprovechado por herreros y pequeñas fábricas. En las primeras décadas del siglo XX, se suministraba a las industrias regionales y a partir de los años 50 la producción se destinó en porcentaje cada vez mayor a abastecer a las centrales térmicas de Aliaga y Escatrón. Había comenzado la explotación a gran escala del lignito de esta cuenca, caracterizada por poseer importantes reservas y más facilidad de obtención que otros yacimientos de la provincia. Desde finales de los años 70 se produjo un cambio tecnológico en la extracción del carbón: apareció la minería a cielo abierto, más productiva y rentable que la subterránea, pero con dos impactos negativos muy evidentes: empleo de mucha menos mano de obra y destrucción del paisaje natural. Dos nuevas centrales, la de Escucha desde 1970 y la de Andorra –llamada “Teruel”– desde 1981, consumían más del 90 % de la producción minera. La dependencia estructural de la economía comarcal respecto a la minería del lignito y su conversión en energía eléctrica ha llegado a ser casi total. En el pasado existieron también otras actividades mineras, algunas apenas recordadas. Entre ellas destacan las explotaciones de manganeso en Crivillén (hay excavadas más de 80 bocaminas en su término); las canteras de yeso en la partida Albarizas, entre Oliete y Alloza; los estudios y pequeñas extracciones de hierro en Oliete, Gargallo y Ejulve (documentado en 1878); o la investigación para obtener bauxita en Alacón, en 1952. ALUMBRE* (sulfato hidratado de aluminio y potasio): mineral de aspecto frágil y transparente que se obtenía a partir de las arcillas y lignitos más superficiales. Durante mucho tiempo se usó como mordiente, ya que era el único producto conocido capaz de fijar los colores en las telas sin dañarlas y de curtir las pieles; también resultaba muy útil en determinados preparados de farmacia. Las primeras noticias conocidas sobre la explotación de minas de alumbre y caparrós en la comarca Andorra-Sierra de Arcos datan del siglo XVI, época de desarrollo de la industria textil aragonesa. La minería en la comarca andorra-Sierra de arcos Desde al menos el siglo XVI, Alloza, Ariño, Andorra y Estercuel destacaron por elaborar y comercializar alumbre y caparrós, unos acreditados minerales que se utilizaban, sobre todo, como mordientes en los tintes textiles. La producción era vendida principalmente en Zaragoza, algunas ciudades de Cataluña y el puerto de Vinaroz, y dio fama y prosperidad económica a la zona durante el siglo XVIII. 1960 se empezaron a explotar arcillas comunes, refractarias y caolín en varios puntos de Oliete, Crivillén, Gargallo y Estercuel. Hasta fechas recientes no se instalaron fábricas de gres y otras cerámicas en algunos municipios de la zona, y la materia prima se transformaba en otras regiones. LAS MINAS Las explotaciones mineras están tan vinculadas a la historia y a la economía de esta comarca que han configurado en gran medida su identidad colectiva. Desde tiempos remotos, científicos y viajeros admiraron la amplia depresión de terreno conocida con el nombre de Val de Ariño, donde la erosión había dejado al descubierto capas de distintos colores. Esa diversidad de estratos geológicos permitió a los pobladores de varias épocas aprovechar tres riquezas minerales: alumbre*, arcillas y lignito. 13 La minería en la comarca andorra-Sierra de arcos < Haciendo la guardia en el polvorín, Andorra. A mediados de la década de 1940, casi el setenta por ciento de la superficie registrada en Val de Ariño permanecía improductiva. Además de algunos pequeños propietarios individuales, había cuatro empresas mineras de relativa importancia: Cañada S. L., Cloratita S. A., Compañía Española de Investigación y Fomento Minero, S. A. (CEIFM S. A.) y SAMCA. Las cuatro en conjunto no alcanzaban las 100 000 toneladas de producción anual, una cifra muy baja si se tiene en cuenta la gran superficie que controlaban. SAMCA, que por entonces pertenecía, al igual que Cloratita, S. A., al grupo químico Cros, fue la única que continúo las labores carboníferas. En los años 40 ya desarrollaba labores en la concesión Santa María y estaba construyendo viviendas para trabajadores en la localidad de Ariño, donde había emprendido también otras iniciativas sociales. En 1942 se constituyó la denominada Empresa Nacional Calvo Sotelo (ENCASO), una nueva sociedad estatal que contaba entre sus proyectos con la extracción de lignito de la cuenca de Alloza-Ariño-Andorra. Dado que la parte más productiva estaba como vemos en manos privadas, comenzó un largo y complicado proceso de negociación con los propietarios mineros, algunos de los cuales se resistían a vender sus concesiones. En junio de 1946 se publicó la expropiación forzosa de un conjunto de pertenencias** mineras enclavadas en los términos de Alloza, Ariño, Andorra y Oliete. La superficie superaba las ocho mil hectáreas y entre los afectados figuraban las citadas cuatro principales empresas de la zona. Desde finales de la década de los 40 ENCASO abordó ya una intensa actividad minera en la cuenca. PERTENENCIA**: en la ley minera de 1825 se denominó pertenencia a la unidad de medida de las propiedades, que se estableció en 200 por 100 varas, algo menos de 14000 metros cuadrados, un tamaño demasiado reducido para productos como el carbón. DENUNCIA: figura legal introducida por esa misma ley para que los particulares se vigilasen entre sí. Permitía a cualquier persona acusar a una empresa minera de incumplimiento de los requisitos legales y, probada la veracidad, el denunciante obtenía las pertenencias que figuraban en la denuncia. las primeras empresas carboneras de la comarca La apertura de explotaciones mineras de cierta relevancia comenzó a principios de siglo, como una consecuencia más de la expansión económica de la época y del proceso industrializador que vivía la región. Varios empresarios abrieron cotos mineros en distintos puntos de Val de Ariño. Entre ellos destacaron los andorranos Manuel y Macario Sauras, y Manuel Cañada, que en el año 1898 había iniciado uno de los trabajos de explotación más antiguos de la zona, en la concesión Barrabasa, en tierras de Alloza, y producía entre 4000 y 9000 toneladas al año. Por otro lado, en 1920, unos industriales catalanes apellidados Tayá fundaron la Sociedad Anónima Minera Catalano-Aragonesa (SAMCA), que iba a tener gran relevancia en la zona. En esos años, la Sociedad General Azucarera de España, propietaria entre otras de una fábrica azucarera en La Puebla de Híjar desde 1912, también empezó a extraer entre 5000 y 8000 toneladas anuales de lignito para autoabastecerse. LAS MINAS Las primeras concesiones para explotar el lignito de la comarca estuvieron repartidas entre pequeños propietarios. Era frecuente que esos registros mineros no prosperaran o que a lo sumo se extrajeran de ellos escasas producciones destinadas al consumo local. Los más remotos surgieron hacia 1855 en las cuencas de Gargallo y Estercuel, mientras que para Val de Ariño los primeros empresarios aparecieron citados en Miscelánea Turolense, entre los años 1891 y 1901. En 1900 la Agencia de Negocios de Domingo Gascón contaba en esta cuenca con cuatro minas, que transfirió un año más tarde a la Sociedad General de Carbones de Teruel. Su peso dentro de la aún débil minería turolense era inapreciable. 15 Las primeras empresas carboneras de la comarca Los yacimientos de lignito turolense se encuentran en el centro-norte de la provincia. Durante buena parte de la Era Secundaria o Mesozoico (hace 250 millones de años), que se divide en los períodos Triásico, Jurásico y Cretácico, casi toda la actual provincia turolense estuvo cubierta por las aguas de un gran golfo marino de aguas cálidas. La línea de costa no era estable, sufría retiradas y avances que dieron lugar a una alternancia de ambientes continentales con ambientes de plataforma marina desde finales del período Jurásico hasta mediados del Cretácico. Los restos de una densa vegetación, que quedaron enterrados en los fangos y arenas aportados por los cursos fluviales, dieron origen a la formación de las capas de carbón, que alternaban con otras rocas sedimentarias (arenas, margas, limos, lutitas, areniscas) y quedaron dispuestas en sucesivas capas o estratos. Además, como consecuencia de continuos procesos geológicos, dichas capas no se encuentran en posición horizontal, sino que presentan pliegues y fracturas, penetran en el subsuelo y vuelven a aflorar en zonas alejadas entre sí. No es < Formación del carbón a partir de materia vegetal (Simón, J. L. et al., 1998). extraño, por tanto, que la explotación de minas haya sido posible en distintos lugares de la provincia. Los estratos de carbón, arcillas, areniscas y calizas se intercalan y forman series de gran potencia. Los yacimientos carboníferos se encuentran en las formaciones del Cretácico inferior (entre el Aptiense y el Albiense), que reciben la denominación universalmente aceptada de “Formación de Escucha” y “Formación de Utrillas”, por encontrarse sobre ellas estas poblaciones donde desde antiguo se explotaba el carbón. Los carbones explotados pertenecen todos a la Formación Escucha, aunque presentan características distintas según el ambiente sedimentario en que se formaron. Se diferencian dos subzonas: la norte (Val de Ariño, Estercuel) y la sur (Utrillas, Escucha, Castellote), con mayor grado de carbonificación***. CARBONIFICACIÓN***: proceso físicoquímico y biológico de formación del carbón a partir de la celulosa y la lignina de la materia vegetal, que consiste en el incremento del contenido de carbono frente a otros elementos. En los primeros estadios la materia vegetal se transforma en turba, pero a medida que el proceso de pérdida de agua y expulsión de volátiles continúa pasa a convertirse sucesivamente en carbones cada vez con mayor grado de carbonización: lignito, hulla y antracita. La formación del carbón: el lignito Uno de los rasgos más característicos de los yacimientos de carbón es la frecuente repetición de capas individuales intercaladas entre capas de otra naturaleza, que también se repiten de forma cíclica a lo largo de series que pueden alcanzar enormes espesores. Cada ciclo de estas sucesiones suele estar constituido por un tramo de areniscas y conglomerados, otro de arcillas o pizarras, una o varias capas de carbón y nuevo tramo de arcillas, a veces intercaladas con calizas y fósiles marinos. Aunque los carbones más antiguos datan de hace unos 450 millones de años (cuando las plantas empezaron a coloni- zar los continentes), los períodos en los que el registro geológico muestra una mayor cantidad de carbón corresponden a los de hace 300 y 50 millones de años, dos etapas orogénicas o de formación de relieves de gran actividad tectónica. LAS MINAS El carbón es una roca sedimentaria –forma capas o estratos– del grupo de las orgánicas –en su formación han intervenido directamente los seres vivos–. Se origina a partir de la transformación de masas vegetales acumuladas en zonas pantanosas, lagunares o deltaicas, que se caracterizan por estar inundadas durante largos periodos de tiempo. Otra condición decisiva para la formación de los yacimientos es que la acumulación vegetal no sea descompuesta antes de ser enterrada y que alternen períodos de hundimiento o subsidencia rápida, en los cuales los restos vegetales son depositados, inundados y destruidos, y períodos de subsidencia lenta, en los que la cuenca se va rellenando de sedimentos donde se inicia una nueva colonización vegetal. 17 La formación del carbón: el lignito Esas labores son de distintos tipos. La fundamental es el pozo principal de extrac< Rozadora de tambor. El método de explotación viene definido por el conjunto de todas las normas y reglas prácticas mineras, modernas tecnologías y descubrimientos de la investigación empleados en el aprovechamiento óptimo de un yacimiento desde los puntos de vista económico y de seguridad. Hay dos partes fundamentales: la geome- tría del método, donde se incluye el diseño de la forma normalizada de las labores de acceso, preparación y explotación de cada labor de arranque; y la tecnología aplicada para arrancar, cargar y transportar el mineral. En nuestra comarca, se empleó en principio el sistema llamado de cámaras y pilares, muy antiguo y clásico en la provincia. Tanto el arranque del carbón como su carga eran labores manuales, que obligaban a dejar macizos de protección entre las cámaras y en las galerías; las pérdidas de carbón podían llegar al 50 % en cada capa. Además, propiciaba incendios espontáneos, que a menudo obligaban a abandonar unidades de explotación completas. A partir de los años 60 se fueron implantando procedimientos cada vez más adecuados, con un índice de aprovechamiento superior y mayor seguridad en el trabajo. Sin embargo, la posibilidad de avance tecnológico en el interior se ve limitada porque las herramientas y máquinas necesarias son muy específicas, condicionadas por la falta de espacio, la escasa ventilación y las peculiares condiciones ambientales. En la actualidad, este tipo de minería se considera excepcional y solo se utiliza para extraer minerales de gran valor o cuando se pueden aplicar sistemas muy tecnificados que prescinden casi por completo de mano de obra. la minería subterránea Existen dos métodos de extracción claramente distintos. El tradicional, la minería subterránea, accede a las capas de carbón sin mover los materiales que se sitúan por encima (los estériles, según la terminología minera), a diferencia de las explotaciones a cielo abierto. En nuestra comarca ha sido subterránea hasta mediados de los años 70. Con este método hay que realizar un conjunto de labores de acceso –que en definitiva son huecos practicados en el terreno por diferentes medios y técnicas– para llegar al mineral, enlazarlo con la superficie y estructurarlo en secciones y tamaños normalizados, que permiten proceder al arranque de una manera ordenada, segura y económica. ción, que se excava tras el estudio de su ubicación ideal y pone en contacto el exterior con el interior; de él partirán todas las galerías. Un caso especial es el plano inclinado principal, que cumple las mismas funciones y se realiza cuando las características geológicas lo aconsejan. Por otro lado, se pueden diferenciar las llamadas labores auxiliares (pozos, planos inclinados o chimeneas de ventilación), de preparación (galerías generales, transversales, recortes, etc.), y las de arranque o explotación, propias de cada método. Dadas sus características geológicas (capas de carbón potentes, con una inclinación que suele ser inferior a los 30 grados de pendiente), el modelo de preparación minera más usual en la cuenca de Val de Ariño era el de la llamada mina horizontal o de explotación por plantas, de forma que cada una de ellas es una franja del yacimiento comprendida entre dos galerías horizontales. En el subsuelo queda excavada toda una red de galerías, que se comunicaba con el exterior a través del pozo principal de extracción. LAS MINAS Las labores mineras tienen la misión de poner a disposición de la humanidad los minerales que necesita; es decir, los buscan en la parte accesible de la corteza terrestre y los explotan, mediante técnicas de laboreo y beneficio. Para valorar un yacimiento se efectúan trabajos de reconocimiento, exploración e investigación que permiten conocer las características geológicas, la rentabilidad económica (mediante la evaluación de las reservas) y los condicionantes sociales y medioambientales, y elegir el tipo de minería que se va a desarrollar. 19 la minería subterránea • Canteras: caracterizadas por una extracción lenta y cuidada (en bloques o losas) de diferentes tipos de rocas que se utilizan para la construcción. • Cortas: consisten en labores tridimensionales en las que se arranca gran volumen de minerales. Los trabajos mineros profundizan al mismo tiempo que se extienden en longitud y anchura. • Minería de transferencia: tienen lugar labores bidimensionales con < Corta Santa María, Ariño. explotaciones a cielo abierto se revelaban capaces de recuperar más del 90 % del carbón desperdiciado en viejas explotaciones subterráneas. El sistema de minería a cielo abierto que se generalizó en nuestra comarca se denomina transferencia entre paneles; pertenece, por tanto, a este último tipo. Mediante el uso de maquinaria pesada, las labores se inician con la apertura de un hueco y una escombrera exterior, y continúan abriendo sucesivos paneles en el yacimiento y rellenando los anteriores con los estériles del siguiente panel. Al elegirlo, la principal empresa minera (ENDESA) consideró que minimizaba la afección medioambiental. El objetivo final es realizar un proceso de restauración de terrenos integrado con la propia operación minera. En concreto, a través de varias fases, se repueblan con especies forestales los taludes de escombrera y las plataformas se ponen en marcha para uso agrícola. Esta modalidad de explotación supone un logro desde el punto de vista de la productividad (los rendimientos medidos en tonelada extraída por trabajador son casi 10 veces mayores que en la subterránea), de la rentabilidad y de la mejora en las condiciones de trabajo. Sin embargo, la menor necesidad de puestos de trabajo es una de las razones principales que explican el declive demográfico que comienza en la provincia en la década de los años 80 y se agudiza en las décadas siguientes. Otros aspectos negativos de las explotaciones a cielo abierto son la destrucción de paisajes, sus efectos sobre la agricultura y la alteración del marco ecológico, cuestiones que provocaron tensiones entre ayuntamientos y empresas explotadoras. Hay que tener en cuenta, sin embargo, la destacable labor de restauración realizada en la comarca. Además de recuperar terrenos para las tareas agrícolas, se llevó a cabo un innovador proyecto en la superficie de Corta Alloza, con la creación de un humedal en el hueco final de la explotación, que ha permitido el crecimiento de flora autóctona y la proliferación de fauna diversa; además sirve de lugar de descanso a distintas aves migratorias. La minería a cielo abierto surgió en Aragón en los años 70, cuando se hizo patente que la subterránea no era capaz de satisfacer la demanda de las centrales térmicas de la región. Varias empresas comenzaron a realizar estudios de viabilidad y SAMCA fue la pionera al introducir esta tecnología en la mina Santa María (en el término municipal de Ariño) a principios de 1975. Las la minería a cielo abierto Dependiendo de los diferentes tipos de yacimientos, hay tres métodos de excavación básicos, aunque en algunos casos la explotación sea una combinación de ellos: profundización casi fija, de capas de minerales horizontales o de poca pendiente, con o sin recubrimiento de estéril. LAS MINAS La minería a cielo abierto consiste en una excavación realizada desde la superficie del terreno con el fin de llegar a extraer el mineral sin labores subterráneas. Para lograrlo se realizan varias operaciones: arranque mecánico de los materiales rocosos, carga en los medios de transporte, traslado del mineral al punto de tratamiento o uso, acarreo del estéril a la escombrera y vertido o descarga de ambos materiales. Para que este tipo de minería sea posible se necesita que el espesor de los estériles no sea excesivo en comparación con el mineral a extraer. Por ello, la relación entre ambos es determinante en la elección de esta técnica. 21 la minería a cielo abierto < Entibado con cuadros metálicos. En las décadas siguientes, la modernización de los métodos significó un cambio muy importante en las condiciones de trabajo (e incluso en la consideración social) de los mineros. Se trasladaban en camiones adaptados para viajeros, que seguían rutas establecidas. Al principio, vehículos anticuados y carreteras en mal estado provocaban frecuentes retrasos en el comienzo de la jornada. El minero encontraba ahora en los vestuarios guantes e indumentaria de trabajo (el equipo fue evolucionando: mono completo o traje de pantalón y chaqueta, botas de goma), que era utilizada según las variables condiciones del interior: a veces frío, y a veces mucho calor. A continuación se pasaba por la lampistería, donde se cogían la lámpara y una ficha que se colocaba en un tablón, lo que mostraba así el número de obreros disponibles y su categoría. El vigilante comunicaba la labor que correspondía realizar ese día y los mineros bajaban a la planta. La organización de los trabajos y las categorías laborales estaban relacionadas con los métodos de explotación y con el grado de mecanización aplicado en cada momento. Durante los años sesenta, cuando comenzó a utilizarse el método de tajos convencionales de pasadas sucesivas, el personal de interior se distribuía en cuatro grandes secciones: arranque o frentes de explotación (a cargo de picadores y barrenistas), preparación o avance de galerías (ayudantes, vagoneros, entibadores), mantenimiento mecánico y eléctrico, y servicios generales, como el transporte y el suministro de materiales. Cada relevo (había tres) tenía un responsable o vigilante, que revisaba los tajos y controlaba el estado de las labores. La atmósfera polvorienta, una importante humedad y las corrientes de aire para ventilación, con sus bruscos cambios de temperatura, provocaban frecuentes enfermedades respiratorias. Podían sufrir lesiones como consecuencia del esfuerzo y a menudo accidentes leves, golpes con las herramientas o maquinaria y caídas. La labor más peligrosa era la de avance, por el uso de explosivos y porque nada sostenía el hueco recién abierto; el temor a los derrumbes era casi constante, hasta que los entibadores fijaban el techo y las paredes de la galería por medio de cuadros (en los primeros tiempos, de madera; luego, metálicos). Existía también el peligro reiterado de sufrir avenidas de agua e incendios producidos por la autocombustión del mineral. En los años 70 comenzó una auténtica revolución en cuanto a medidas de seguridad e higiene, que mejoraron sustancialmente las condiciones laborales. El trabajo en la mina: el minero encendido para asegurarse de la calidad de la atmósfera. LAS MINAS La mina se compone de un entramado subterráneo de galerías oscuras y polvorientas, siempre revestidas de cierta dosis de peligro, en las que los mineros desempeñaban tareas de gran dureza física. En los primeros años cuarenta, para entrar a formar parte de la plantilla solo era necesario superar una revisión médica. El trabajador se incorporaba al proceso productivo desde el escalón más bajo de ayudante-minero y adquiría la pericia en el tajo, en contacto directo con el carbón. Los salarios eran míseros y las condiciones en que se extraía el carbón, muy difíciles. Los mineros acudían a las explotaciones de Val de Ariño, casi siempre a pie, desde los pueblos cercanos. El encargado anotaba los nombres, les entregaba la ración de carburo (que debía pagar el minero) y la rudimentaria herramienta, y ellos dejaban su ropa en un cuarto y bajaban al lugar de trabajo. El arranque del mineral se hacía a golpe de pico y con ayuda de la explosión de barrenos de dinamita, para a continuación afrontar la penosa labor de sacarlo al exterior, con vagonetas manuales o tiradas por caballerías. La mayoría de los mineros trabajaban casi desnudos y bebían agua que un pinche repartía por los tajos. Sin duchas, apenas se lavaban a la salida. La seguridad de las labores se comprobaba con métodos elementales, como el de recorrer las galerías con un candil 23 El trabajo en la mina: el minero Situación. Aproximadamente a 1 kilómetro de Andorra, en el comienzo de Val de Ariño. Cronología. El primer plan de labores data de 1950 y la producción comenzó en 1952, < Mina Andorrana, Andorra. La Oportuna Situación. En Val de Ariño, dentro del término municipal de Alloza, a 7 km de Andorra. Cronología. Las tareas de preparación comenzaron en 1949, aunque la primera zona donde se ubicó se tuvo que abandonar; ya en 1951 dio la primera producción, de 16 929 toneladas. Se cerró en verano de 2005, por terminarse las reservas. Personal. La época en que más trabajadores tuvo fue hacia 1978; cifrados en unos 780, de los cuales 730 eran personal de interior y 50 estaban en administración, talleres y exteriores. En cuanto a personal técnico, responsable del laboreo, llegó a tener 4 ingenieros superiores y 15 ingenieros técnicos de minas. Infraestructura. El acceso a las labores de interior se realizaba mediante cuatro planos inclinados, conocidos como plano n.º 1, n.º 2, n.º 3 y plano General. Se construyeron 12 plantas, quedando la más profunda a 559 metros de la superficie. La infraestructura de galerías llegó a tener 45 km de huecos abiertos. Sistemas de explotación. Cámaras y pilares. Tajos franceses con pique a mano. Tajo mecanizado con entibación autodesplazable, de origen ruso. Tajo mecanizado alemán con entibación autodesplazable, arranque con cepillo. Sutiraje por subniveles con minador de ataque puntual, origen ruso (PK-3). Producción. Aunque esta explotación no tuvo una producción regular, debido a los problemas surgidos en el laboreo, ello no impidió obtener un gran resultado total: 11 380 639 toneladas. Innominada Situación. En Val de Ariño, dentro del término municipal de Ariño, a 11 km de Andorra. Cronología. Las labores preparatorias comenzaron en 1955 y los trabajos de arranque a finales de 1956, en cuyo año se extrajo una producción simbólica de 580 toneladas. Se cerró, una vez agotado el yacimiento, en mayo de 1995. Las minas de ENCASO/ENDESA Andorrana con 4850 toneladas. Cerró en 1967, por tres motivos: fallas, agua y poca potencia de las capas explotadas. Personal. Unos 370 trabajadores. Infraestructura. Se accedía a las explotaciones mediante dos planos inclinados, que alcanzaron una longitud de entre 600 y 700 metros. El número de plantas fue el de tres, aunque tan solo se explotaron dos. Las galerías realizadas llegaron a alcanzar 4 km. Sistemas de explotación. Cámaras y pilares. Tajo francés, entibación de fricción y pique a mano. Producción. La suma obtenida en sus años de explotación fue 785 487 toneladas. La máxima se alcanzó en 1966, año anterior al cierre, cuando se extrajeron 124 704 toneladas. LAS MINAS La Empresa Nacional Calvo Sotelo de Combustibles Líquidos y Lubricantes (ENCASO) se constituyó en 1942 para gestionar el proyecto autárquico de abastecer al país de los carburantes y lubricantes que necesitaba la actividad industrial. La nueva sociedad puso en marcha un conjunto de factorías entre las que figuró el Grupo Ebro, que levantó una central térmica en Escatrón, extrajo lignito en la cuenca de AllozaAriño-Andorra y construyó un ferrocarril para unir las zonas industrial y minera. Desde finales de la década de 1940 ENCASO abordó una intensa actividad minera en dicha cuenca, con labores en el Pozo San Juan, Andorrana, La Oportuna e Innominada. En 1972, el Estado decidió traspasar este complejo minero a ENDESA y el cambio de titularidad vino acompañado de un potente proceso de mecanización y modernización de las minas Innominada y La Oportuna, así como de una serie de nuevos beneficios sociales para sus empleados. En los años 80 se produjo un radical cambio tecnológico con la aparición de la minería a cielo abierto, que comenzó en 1981 con la apertura de Corta Alloza y se intensificó en los años siguientes en Corta Barrabasa y Corta Gargallo. 25 las minas de ENCASO/ENDESA Situación. En Val de Ariño, entre las minas La Oportuna e Innominada, dentro del término municipal de Alloza, a 10 km de Andorra. < Mina La Oportuna, Alloza. Corta Barrabasa Situación. En Val de Ariño, la explotación comenzó muy próxima a La Oportuna y finalizó a unos 2 km de Andorra. Cronología. Los trabajos de preparación comenzaron en 1986, con una producción de 123 254 t, y finalizaron a comienzos de 2002. Personal. Sin apenas variaciones, la plantilla estaba formada por unos 66 productores, incluidos técnicos y especialistas (dato de 1999); a partir de este año, afectada por prejubilaciones, el número fue bajando a 56 en el año 2000 y 45 en el año 2001. Sistemas de explotación. Minería a cielo abierto, explotación por transferencia entre paneles. Producción. En la vida de la explotación se obtuvieron 7 464 076 t, siendo máxima en 1992 con 600 247 toneladas. Situación. En el término municipal de Gargallo, en la subcuenca Gargallo-Estercuel. Cronología. La explotación comenzó a mediados de los 90, con una producción de 241 857 t; su cierre tuvo lugar en 2007. Personal. El personal propio de ENDESA fluctuó, pero con pequeñas variaciones; en 1999 había 44 trabajadores, incluyendo técnicos y especialistas; en 2000 bajó a 38 y en el año 2001 había 37. En la explotación intervino también personal de empresas subcontratadas, cuyo número dependía de los trabajos a realizar. Sistemas de explotación. Minería a cielo abierto, explotación por transferencia entre paneles. Producción. En total, 5 000 000 toneladas. 27 Corta Gargallo Corta Gargallo Oeste Situación. En las inmediaciones de Estercuel y, por lo tanto, dentro de su término municipal. Cronología. Comenzó la extracción de carbón en el año 2001, con 84 802 toneladas; finalizó en verano de 2012. En 2013 está en fase de restauración. Personal. Comenzó con unos 40 trabajadores procedentes de Corta Barrabasa. Más adelante se complementó con personal de empresas subcontratadas. Sistemas de explotación. Minería a cielo abierto, explotación por transferencia entre paneles. Producción. Hasta final de 2004 se obtuvieron 1 862 814 t, con una media anual muy cercana a las 600 000 t/año, exceptuando el primero. Las minas de ENCASO/ENDESA Corta Alloza Cronología. Comenzó a dar producción, concretamente 476 622 toneladas, en el año 1981 y finalizaron las labores de extracción en 1991. Personal. El personal directo de ENDESA en esta explotación lo conformaron el staff técnico y algún encargado, el resto del personal fue una agrupación de empresas denominada CADA. Sistemas de explotación. Minería a cielo abierto, explotación por transferencia entre paneles. Producción. Se extrajeron un total de 6 518 231 de toneladas durante toda la vida de la explotación, el máximo se obtuvo en 1984 con un total de 996 841 toneladas. LAS MINAS Personal. En 1978, uno de los años de mayor actividad, había unos 900 trabajadores, de los cuales 750 eran personal de interior y los 150 restantes era personal de administración, talleres y exteriores. En los niveles técnicos hubo un número muy similar al de La Oportuna, con 4 ingenieros y 15 ingenieros técnicos. Infraestructura. Tuvo dos pozos verticales de acceso al interior con sus correspondientes castilletes metálicos, San Fernando y San Joaquín, y además un plano inclinado (contraplano). En la última fase de explotación, para explotar los macizos de protección del Pozo San Joaquín se accedía a él mediante un plano inclinado. Se construyeron 8 plantas y tuvo una profundidad máxima de 500 metros. La infraestructura de galerías fue de unos 30 km. Sistemas de explotación. Cámaras y pilares. Tajos franceses con pique a mano. Tajos mecanizados con entibación autodesplazable, de origen ruso, arranque con rozadora de doble tambor. Tajo mecanizado de sutiraje con entibación autodesplazable, de origen alemán. Sutiraje por subniveles con minadores de ataque puntual, PK-3. Producción. Los niveles anuales de producción en esta explotación fueron más regulares que los de La Oportuna, debido a que el terreno encajante de las capas de carbón ofrecía un mejor comportamiento. En total se extrajeron 11 064 249 toneladas. Esta denominación comprendía un grupo de minas unidas entre sí por medio de galerías para facilitar la extracción del carbón y la ventilación, así como la evacuación de los trabajadores en caso de emergencia. Estas minas, entre las que se encontraban Corral Negro, Santa Rosa y Plano del Este, no eran < Mina Corral Negro en los años 60, Ariño. Situación. En Val de Ariño, ocupando parte de los términos de Alloza y Ariño. Cronología. A partir de 1940 se fueron acometiendo labores de acceso con distintas denominaciones: El Juncial, Pozo Santa Rosa, Pozo Santa Bárbara, Pozo Regina. Con el tiempo las labores se concentraron en un único pozo de extracción, el denominado Corral Negro, que cerró en 1985, mientras los restantes quedaron como labores auxiliares de ventilación. Personal. La plantilla inicial fue de 137 obreros, pero alcanzó, en algunas épocas, 450. Cuando finalizó la explotación, los 245 trabajadores que la componían pasaron a otras explotaciones del grupo. Infraestructura. El acceso a las labores de interior se realizaba mediante planos inclinados en algunos casos y mediante pozos verticales, en otros. Sistemas de explotación. Cámaras y pilares. Cámaras y pilares con scraper. Tajos franceses con pique a mano. Niveles en retirada con minador de ataque puntual. Producción. Durante su período de producción, condicionada por muchos factores, las cifras partieron de las 40 000 toneladas iniciales, subieron a 60 000 en 1950, y siguieron ascendiendo hasta superar las 300 000 toneladas a comienzos de la década de los 70; esta cifra se mantuvo hasta su cierre. María Situación. En Val de Ariño, dentro del término municipal de Ariño. Cronología. Las labores de acceso comenzaron en 1973, y ya ese mismo año se extrajeron 31 000 toneladas; cerró en mayo de 2009. Personal. Hubo muchas oscilaciones en el número de trabajadores. La explotación acogía personal proveniente de otras minas del grupo, afectadas por reestructuraciones. En los primeros años, tuvo una plantilla media de 65 trabajadores; en 1993, 117; y en 1996, alcanzó los 130. Infraestructura. Constaba de dos planos inclinados, separados unos 30 metros, para acceder a las labores de explotación. Desde sus inicios hasta 1986 todas las labores se realizaron por medio de rozadoras de ataque puntual PK-7 de origen ruso y a partir de este año se sustituyeron por otras similares denominadas PK-3. Tuvo 7 plantas. La profundidad alcanzada desde la cota de entrada es de 347 metros. Sistemas de explotación. El método utilizado fue el de sutiraje de niveles con minador de ataque puntual. Producción. A partir de 1986, la producción anual osciló entre 260 000 y 300 000 toneladas; la cifra récord se obtuvo en 1994 con 306 047 toneladas. Las minas de SAMCA Coto Minero Ariño independientes, por lo que las cifras de producción y empleo se contabilizaban de manera global. LAS MINAS La Sociedad Anónima Minera CatalanoAragonesa, que venía extrayendo lignito en el término municipal de Ariño desde los años 1920, atravesó serias dificultades durante la década de los 60, la más crítica para la minería del carbón. Problemas laborales (accidentes y conflictos internos), técnicos y comerciales repercutieron negativamente en la marcha de la sociedad, que en 1972 fue adquirida por el aragonés Ángel Luengo, un empresario que contaba con gran trayectoria minera en esta cuenca. La nueva dirección técnica mecanizó los sistemas de excavación, que no han dejado de avanzar hasta la actualidad en la mina Sierra de Arcos y comenzó a trabajar en Val de Ariño, a principios de 1975, en la primera mina a cielo abierto de Aragón. También cobraron impulso las mejoras sociales en la localidad de Ariño, donde se instaló, por ejemplo, un colegio con profesores salesianos (el edificio alberga en la actualidad el Centro de Interpretación del Arte Rupestre Antonio Beltrán). En 1982 SAMCA producía el 34 % del lignito turolense. 29 las minas de SAMCA Situación. Muy próxima a Ariño, en Val de Ariño. Cronología. Las labores preparatorias comenzaron en 1983 y la primera producción se extrajo en julio de 1985. En la actualidad sigue activa. Personal. Se ha mantenido muy estable; en 1993 había 210 trabajadores y en 1996, 190 trabajadores. Infraestructura. Muy similar a la anterior, el acceso al interior es mediante dos planos inclinados paralelos; la profundidad desde la cota de entrada es de 559 metros. Sistemas de explotación. Es el mismo que se ha generalizado en toda la zona, aunque hay variables en cuanto a la concepción de los cuarteles de explotación. En lo fundamental, consiste en el sutiraje de niveles de carbón con minador de ataque puntual. Producción. En el año 1993 se extrajeron 326 470 toneladas; en 1996, 306 825 toneladas. Corta Santa María Situación. Dentro de la concesión Santa María, muy próxima a Ariño, en Val de Ariño. Cronología. Las labores preparatorias de mina se comenzaron hacia el año 1978. Su origen se remonta a una explotación de la denominada Corta n.º 2; en la actualidad sigue en actividad. Personal. Ha ido fluctuando según las necesidades de explotación, con personal propio de la empresa y algunas tareas subcontratadas. Sistemas de explotación. Minería a cielo abierto, explotación por transferencia entre paneles. Producción. Las cifras han ido aumentando alrededor de un millón de toneladas al año, desde las 52 000 toneladas iniciales. 31 Sierra de Arcos han retomado los trabajos productivos en Mi viña. vincia de Teruel (la última es Sierra de Arcos, de SAMCA). Ante las dificultades que atravesaba la minería subterránea, esta empresa se hizo cargo de algunas antiguas explotaciones. Desde principios de siglo XX, existían labores como las minas Luisa, Indiferente, Carlos o Mi Viña en tierras de Estercuel. La Compañía General Minera emprendió trabajos subterráneos en la mina Luisa en 1987; los mantuvo hasta 1992, con una plantilla de más de 90 obreros. En 1993 reabrió la mina Carlos-Indiferente, con casi medio centenar de trabajadores, aunque la plantilla fue disminuyendo; se cerró en 2007 y fue la penúltima mina subterránea que se mantuvo operativa en la pro- El sistema de explotación fue el de cámaras y pilares con sutiraje en retirada. El avance de las galerías se hacía con tres minadores de arranque continuo de origen ruso. El transporte interno del mineral se hacía con transportadores blindados y con cintas transportadoras. A las capas de carbón se accedía mediante planos inclinados desde el exterior. < Explotación a cielo abierto de Compañía General Minera, Estercuel. El carbón obtenido es tratado en un lavadero neumático que, discriminado por densidad, consigue mejorar la calidad del carbón eliminando parte del azufre que contiene. LAS MINAS La Compañía General Minera de Teruel, S. A. se creó en 1978 con el objetivo de obtener carbón aplicando las entonces incipientes técnicas de minería a cielo abierto. Su actividad se desarrolla principalmente en el término municipal de Estercuel, aunque también la ha desempeñado en el de Cañizar del Olivar. En una primera fase, la empresa explotó la mina Mi viña, con una plantilla que osciló entre 30 y 54 trabajadores. Hasta 1987, la producción total fue de casi dos millones de toneladas. Las labores con este sistema de explotación continuaron en la mina Elvira, entre 1990 y 2005 (con una producción media anual en torno a 165 000 toneladas), y desde 2006 hasta la actualidad se Las minas de la compañía general minera las minas de LA COMPAÑÍA GENERAL MINERA Los comienzos de la explotación carbonífera en España fueron precedidos por el < Central Térmica Teruel, Andorra. El lignito de la cuenca de Val de Ariño abasteció en las primeras décadas del siglo XX a particulares, pequeños establecimientos locales y una variedad de industrias. En algunos casos, las fábricas consumidoras de carbón se hacían cargo también de la extracción arrendando cotos mineros en la zona. Fue el caso de la Sociedad General Azucarera de España, propietaria de una fábrica en La Puebla de Híjar desde 1912, que abastecía a esta y a sus otras azucareras de Alagón, Calatayud, Casetas o Monzón con lignito obtenido en explotaciones propias. Hasta los años 40, la empresa Cloratita S. A. también extraía carbón para su consumo en diferentes industrias levantinas y catalanas del grupo químico Cros. Las cifras de producción eran modestas: las explotaciones mineras de la Sociedad General extraían entre 5000 y 8000 toneladas, cifras muy inferiores, por ejemplo, a las obtenidas por la empresa Minas y Ferrocarril de Utrillas, que extrajo durante algunos de los años veinte más de 100 000. En los años 50 este panorama empezó a cambiar con la decadencia y crisis de las industrias consumidoras del combustible y el rápido relevo del carbón por el petróleo como principal fuente de energía primaria. Los crudos de petróleo eran más baratos que el carbón y aportaban otras ventajas, como su comodidad y limpieza de uso. Como resultado, el destino del carbón quedó totalmente asociado a la termoelectricidad. Las centrales térmicas de Aliaga y Escatrón, recién construidas, eran las principales consumidoras del carbón turolense. La Empresa Nacional Calvo Sotelo, propietaria de esta última central, destinaba la producción minera de Val de Ariño a abastecerla. Esa dependencia hizo que el trabajo en las minas se acomodara al consumo de la central, muy variable, irregular y supeditado a la producción obtenida en las centrales hidroeléctricas. Desde que a principios de los 70 se inauguró otra central en Escucha, y en 1979 entró en funcionamiento el primer grupo de una nueva instalación en Andorra, la central denominada Teruel, el destino de la minería del carbón de la comarca está exclusivamente ligado a la producción de electricidad. El destino comercial e industrial del carbón Estas trabas han estado presentes en toda la historia de la comercialización de los lignitos. La primera hace referencia a las limitaciones calóricas y a los componentes contaminantes, como el azufre, que desprende el lignito al quemarse, y que es el principal punto de debate en la crisis que vive el sector a comienzos del siglo XXI; y la segunda, a la falta de medios rentables para el traslado de la producción, que como se sabe es una constante carencia en la industrialización de estas tierras. nacimiento de una demanda específica que provenía principalmente de astilleros, herrerías, hornos de cal, refinerías de azúcar, fábricas de gas, etc. En la primera mitad del siglo XIX el consumo aumentó en una medida desconocida hasta entonces en las metalurgias de hierro y plomo, y al generalizarse el uso de las máquinas de vapor en industrias y medios de transporte. LAS MINAS Desde las últimas décadas del siglo XVIII, los ilustrados aragoneses trataron de alentar el consumo del carbón turolense, que parecía capaz de resolver la delicada situación de escasez de leña y carbón vegetal que sufría la ciudad de Zaragoza y buena parte de la región. Una de las dificultades que se oponían a que el carbón mineral fuese de uso común era la creencia generalizada de que su combustión producía vapores malolientes y muy perjudiciales para la salud. La otra era la del transporte, que encarecía tremendamente el precio del mineral. A finales del siglo XVIII, en el puerto de Barcelona resultaba casi tres veces más barato el carbón inglés que el turolense. 33 el destino comercial e industrial del carbón 1 2 3 Pero el gran protagonista de los viajes del carbón de la cuenca de Val de Ariño desde 1953 fue el ferrocarril minero construido entre las poblaciones de Andorra y Escatrón por la Empresa Nacional Calvo Sotelo. El trazado, de más de 45 kilómetros, se iniciaba en Escatrón en los terrenos de la zona destinada a las fábricas, que determinaban la cota más baja de todo el trayecto (128 metros de altura sobre el nivel del mar). Empezaba, por tanto, a orillas del Ebro, continuaba por la margen izquierda del río Martín, atravesaba el arroyo de Val Primera y los ferrocarriles de Madrid a Barcelona y de Val de Zafán hasta Samper de Calanda, y a partir de aquí, por la zona denominada Cabeza Gorda, llegaba hasta Andorra, donde alcanzaba 680 metros de altitud. La circulación ferroviaria evolucionó de forma paralela a las necesidades de carbón de la central térmica de Escatrón. En los años cincuenta, cada con- < 1. Camión para transportar carbón. 2. Cable aéreo, tramo intermedio. 3. Tren minero. voy llevaba unos 14 vagones de 36 toneladas y se realizaban tres viajes diarios. Un hito en la historia de estos convoyes lo marcó la fuelización desde 1966 de las máquinas que hasta entonces consumían gran cantidad de carbón. La competencia de nuevas fuentes de energía no podía quedar más patente. En el interior del entramado minero, en 1959 empezó a funcionar un cable o ferrocarril aéreo para transportar el carbón extraído de las explotaciones Innominada (distante unos ocho kilómetros) y La Oportuna (a unos cuatro kilómetros) hasta las tolvas de la mina Andorrana. Tenía 7308 metros de longitud total, descansaba sobre 83 caballetes metálicos, salvaba un desnivel de 118 metros y tenía una capacidad de transporte de 120 000 kilos por hora. Los vagones del ferrocarril se cargaban en las inmediaciones de esta última y llegaban hasta la estación de Andorra a través de un ramal de un kilómetro de longitud. Cuando aumentaron las necesidades de carbón para abastecer la nueva Central Térmica Teruel, el cable aéreo fue sustituido por una red de cintas transportadoras que incrementaban la capacidad de transporte hasta 500 toneladas por hora. Este nuevo procedimiento también fue definitivamente reemplazado desde 1984 por el transporte con camiones por carretera. el transporte del carbón A principios de los años 1940 el problema del transporte se hizo más evidente que nunca en las explotaciones carboníferas de la provincia. El lignito de la cuenca de Val de Ariño recorría a lomo de mulos o en carros más de 30 kilómetros, que incluían elevadas pendientes en las que era preciso doblar el tiro y donde en los días de lluvia la tierra de los caminos se convertía en un gran barrizal. El objetivo era la estación ferroviaria de La Puebla de Híjar, donde se cargaba en vagones con destino a Zaragoza o Barcelona, o era consumido en la azucarera de la localidad. Sin embargo, con la relativa mejora de las infraestructuras, el transporte por carretera fue ganando terreno: en 1950, en Andorra había once camiones dedicados al carbón como mercancía principal y una década después eran más de cincuenta. LAS MINAS Uno de los mayores obstáculos para el desarrollo del sector carbonífero turolense fue la ausencia de buenos medios para su transporte. Solo había dos sistemas económicamente eficientes para el carbón: el ferrocarril y la navegación de cabotaje. A diferencia de la ciudad de Zaragoza, que se benefició de una rápida comunicación ferroviaria, la provincia de Teruel iba a quedar excluida de las grandes líneas nacionales, a pesar de que en el siglo XIX relevantes personajes idearon proyectos para tratar de trasladar el carbón hasta determinados puntos neurálgicos. Como en aquella época se consideraba viable la navegación por el río Ebro desde Escatrón hasta la desembocadura, varios trazados tenían como destino esta población, desde la que el mineral podría alcanzar el Mediterráneo. Esta idea resultó casi profética, puesto que un siglo después Escatrón se convirtió en destino del combustible, procedente de Andorra, que debía alimentar la central térmica. 35 El transporte del carbón < Poblado minero de Andorra, 1958. ENCASO desarrolló este modelo, a mayor escala, en Andorra. La construcción del poblado minero comenzó en octubre de 1950 en un cerro próximo al pueblo. En 1953 se disponía ya de 240 viviendas y se proyectaban 100 casas más. Tenían agua corriente, luz eléctrica, cocinilla de carbón, servicio y ducha o bañera, y su disfrute estaba vinculado al contrato de trabajo. Las destinadas a los mineros se levantaron en la parte baja del montículo, eran casas unifamiliares de una sola planta, con una pequeña zona verde. Unas calles más arriba, se construyeron otras algo mayores (algunas eran de dos pisos) para los vigilantes y empleados con categorías similares, y en la parte más elevada de la loma, varios edificios para directivos. Por otra parte, junto a la estación del ferrocarril se construyó un grupo destinado a los empleados ferroviarios. Además, se prepararon residencias para trabajadores y para las congregaciones de los PP. Salesianos y las Hermanas Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, que se encargaron de labores educativas. Las calles adoptaron nombres de pueblos de la provincia y el nuevo poblado, que en principio aparecía separado del núcleo tradicional, contó con capilla, hospital, escuelas, economato, oficinas, instalaciones deportivas, recogida de basuras, guardas jurados y servicios de reparaciones gratuitas para las viviendas. La gran transformación socioeconómica de la zona se reflejaba en 1970 en las cifras de algunos indicadores sobre Andorra, citamos tres: ocupaba la tercera posición dentro de la provincia en población (tras Teruel y Alcañiz), el nivel medio de renta era de 137 608 pesetas mientras la media del país era de 129 000 y había un 67% más de televisores que en el resto del territorio español. Contaba además con servicio de autobuses a Zaragoza y Teruel, excelentes piscinas, campos de baloncesto, un parque infantil de recreo y tráfico, peñas recreativas y el segundo mejor club de fútbol de Aragón. Pero la presencia de una gran empresa era también causa de la disminución de población agrícola, de la ausencia de dinamismo empresarial y de cuestiones más difíciles de cuantificar, como la pérdida de identidad local. Tras asumir el traspaso de las explotaciones, ENDESA siguió diseñando beneficios sociales para los empleados, aunque esta práctica fue disminuyendo a medida que crecían los servicios públicos estatales. Transformación social y urbanística En esas décadas, en un contexto de escasez general, algunas grandes empresas desarrollaron una política social orientada a solucionar ese tipo de problemas. En los centros industriales se construían edificios de usos diversos con un peculiar trazado y estilo arquitectónico, que respondía a la tipología de la cuadrícula utilizada en los ensanches de las ciudades desde el siglo XIX. Este diseño se reprodujo en pequeños municipios turolenses, en barriadas junto a las explotaciones mineras. Ese iba a ser el caso de Ariño y Andorra en nuestra comarca, pero también, por ejemplo, el de Aliaga (los barrios de Santa Bárbara y de la Aldehuela) o el de Utrillas (Barriada Obrera del Sur). En Ariño, la empresa SAMCA empezó a principios de los años 40 a construir un grupo de 110 viviendas, a unos doscientos metros del pueblo, para alojar a los mineros. La iniciativa, que se consolidó en las décadas siguientes, constaba de residencias para técnicos, una clínica, una zona recreativa (con bar, cine, peluquería, campos de deporte, etc.), economato laboral, escuela (a cargo de los Hermanos de la Salle) y centro de formación profesional. LAS MINAS El auge de las explotaciones de carbón produjo una clara revitalización demográfica en la comarca. Ariño pasó de contar con 1224 habitantes en 1940, a 1656 en 1960. Y Andorra creció de 2978 a 7795 en ese mismo intervalo. En esta localidad los nuevos habitantes procedían casi en un 70 % de Andalucía y también llegó un número importante de Badajoz y Ciudad Real. La primera y muy evidente consecuencia del aluvión demográfico fue el hacinamiento de las familias y toda una serie de problemas urbanísticos, sanitarios y sociales. En muy poco tiempo las viviendas y todos los servicios municipales resultaron insuficientes. 37 transformación social y urbanística El Pozo San Juan se localiza en Andorra, muy próximo al casco urbano. Fue una antigua instalación minera, abandonada como tal hacia 1960, que conserva todas sus señas de identidad: el castillete de extracción, el pozo minero, la sala de máquinas, los almacenes, la carpintería, etc. Esto permite que las colecciones se muestren en su contexto y sea mucho más fácil comprender el conjunto de trabajos propios de la minería. Consta de los siguientes sectores: Un antiguo almacén se convirtió en centro expositivo sobre el oficio y la vida del minero. Dispone de una rica colección de fotografías, planos, maquetas, útiles y herramientas que muestran el duro y desconocido oficio minero. También se reproducen espacios de su vida cotidiana: el economato, la enfermería, la oficina, la lampistería, etc. Esta colección se va incrementando día a día gracias al trabajo de un grupo de voluntarios, mineros retirados, que se encargan de la localización y restauración de las piezas. Castillete de extracción minera Es el emblema físico y sentimental del Parque. Una esbelta estructura de hierro, recientemente restaurada, de 44 metros de altura; nuestra particular torre Eiffel, construida además con el mismo sistema que esta, mediante remaches calientes, sin necesidad de utilizar tornillos. Parque Escultórico Exposición al aire libre de grandes máquinas, mudos testigos del duro trabajo en túneles y galerías que ayudan a comprender los distintos métodos de explotación del carbón en el interior de una mina, desde los más antiguos a las últimas incorporaciones tecnológicas. Edificio de máquinas Se puede visitar el edificio donde se cobija la máquina de extracción que hacía fun- < Rozadora de ataque puntual, una de las máquinas expuestas en el Pozo San Juan. cionar las poleas del castillete, una Robey inglesa de principios de los años 50. El Espacio de Interpretación “Restauración Ecológica de Zonas Mineras” se localiza en Val de Ariño, entre los municipios de Andorra y Alloza, y comprende Corta Alloza y Corta Barrabasa, explotaciones mineras a cielo abierto realizadas por Endesa. El carbón ha grabado su impronta en el paisaje, y las minas, sobre todo las explotaciones a cielo abierto, dibujan escenografías que contrastan vivamente con los decorados agrarios de nuestro entorno. Si a ello añadimos el interesante proceso de restauración de las explotaciones, nos encontramos ante un panorama que no deja indiferente a nadie. La visita nos permite conocer de primera mano todo el proceso de explotación de una mina de carbón por este método: los distintos sistemas de laboreo, la evolución de las metodologías de restauración, los usos de los terrenos ya restaurados y las relaciones entre minería y medio ambiente. HORARIO DE VERANO: fines de semana y festivos de 11:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 Horario de invierno: fines de semana y festivos de 12:00 a 14:00 y de 16:00 a 17:30 Pueden concertarse visitas fuera del horario previsto. Todas las visitas son guiadas. Más información en la Oficina Comarcal de Turismo Paseo de las minas s/n 978 880 927 www.turismoandorrasierradearcos.com MWimas, un museo a cielo abierto El Parque consta de dos espacios principales: el Pozo San Juan –donde se encuentra la sede, el centro de visitantes y la principal área expositiva– y un Espacio de Interpretación, que corresponde a la superficie restaurada de dos minas a cielo abierto. Espacio museístico LAS MINAS El Parque Minero MWINAS, puesto en marcha en mayo de 2005, tiene entre sus objetivos conseguir un desarrollo sostenible de nuestro territorio, a través de la recuperación de la memoria histórica y del uso innovador de los viejos espacios mineros. El MWINAS brinda al visitante un espacio único y vivo, en constante evolución, cuyo eje vertebrador es la minería del carbón. Su propuesta, que lo diferencia de otros museos mineros, es mostrar la comarca entera como un museo a cielo abierto. Ese hilo conductor –la minería– tiene puntos de referencia repartidos por el territorio, que nos ofrecen una visión completa de la historia comarcal de este sector clave de nuestra economía. 39 MWinas, un museo a cielo abierto 1 2 3 4 más del 3 % de la financiación total y la destinada a nuestra comarca se concentró en Andorra (polígono industrial, parque empresarial y matadero comarcal). Las consecuencias de estos planes no han afectado solo al sector minero, el motor económico de la comarca, sino al resto de los sectores. La destrucción de empleo significó un inmediato fenómeno de éxodo poblacional y el estancamiento demográfico. La incertidumbre suscitada por los cambios que se producen con los sucesivos planes retrae las inversiones y provoca inseguridad entre la población, en especial entre las familias mineras, que ven peligrar sus empleos y su nivel de vida. Por esta razón ha sido este sector social el que más frecuentemente ha reaccionado contra los efectos de los planes, si bien ha contado con el apoyo de las instituciones políticas locales y ha sido secundado por buena parte del resto de la población, que se siente ligado de alguna forma a la suerte de sus convecinos mineros y al sector del carbón. Procesos de protesta se han ido registrando con cierta frecuencia en todo este período, como el de 1985 ante el anuncio del primero de los planes citados, como el motivado por la privatización de Endesa o como las más recientes respuestas a los plazos anunciados para el fin de la explotación del carbón y ante la crisis colateral, que están ensombreciendo el futuro de la comarca, sumida en el amargo trance de la agonía empresarial y el desempleo galopante (entre 900 y 1000 parados de media en los tres primeros trimestres de 2013 en una población comarcal total que apenas supera los 11 000 habitantes). < 1 y 2. Dos de las manifestaciones que tuvieron lugar a principios de los años 80. 3 y 4. Salida de la marcha minera a Madrid y apoyo ciudadano en una marcha nocturna, junio 2012. Crisis y contestación social (epílogo) se instalaron a lo largo de dos décadas en la comarca, sin que se modificara de forma importante la situación hasta finales del siglo pasado, cuando se pusieron en marcha los Planes de la Minería -nacidos de las políticas económicas europeas procedentes de la CECA– que habrían de cambiar notablemente el panorama general. El plan 1998-2005, desarrollado para reducir y modernizar la producción de carbón, pretendía declaradamente el desarrollo alternativo de las comarcas mineras. Para ello, se involucró a las organizaciones sindicales y empresariales, a las administraciones locales y al Gobierno de Aragón y se invirtieron cuantiosas sumas en infraestructuras, sobre todo, en ayudas a empresas y en líneas de formación. Entre los proyectos aprobados para nuestra comarca cabe destacar los del gasoducto Ariño-Alloza-Andorra, el malogrado proyecto Ítaca y la todavía no realizada elevación de aguas del Ebro, amén de las inversiones en carreteras y suelo industrial. Los resultados en este sentido fueron “razonablemente satisfactorios” según la DGA. Pero en materia de empleo lo cierto es que la reducción supuso un golpe decisivo para el sector: de los 22 840 mineros que había en España en 1997 se pasó a los 8290 de 2005, casi 15 000 empleos menos liquidados a base de prejubilaciones, bajas incentivadas y recolocaciones. El plan 2006-2012 ha sido una continuación del proceso con algunas novedades: la DGA aportaría un 25 % de los nuevos proyectos y se podrían financiar empresas sin ánimos de lucro y proyectos que no fueran de infraestructuras. Aragón recibió algo LAS MINAS Las minas de la comarca Andorra-Sierra de Arcos dieron trabajo pero no grandes sueldos durante todo el período de la dictadura. Es verdad que ciertos beneficios sociales (vivienda, economato, formación, ocio…) compensaban algo los bajos salarios. Esta política paternalista de las empresas mineras, sumada al aislamiento de la zona respecto a los grandes núcleos de concentración obrera, hizo que durante esa época no hubiera movilizaciones reseñables salvo las de la huelga de solidaridad con Asturias de 1962 y la de bajo rendimiento en Innominada de 1973. Sin embargo, a partir de 1975 –al igual que pasó en el resto de España– la situación laboral y social entró en un clima de agitación reiterada que daría como fruto la organización de los mineros en fuertes sindicatos y unos convenios colectivos que mejoraron decisivamente las condiciones laborales, así como los aspectos salariales y sociales. Hitos fundamentales en este proceso fueron la constitución de los comités de empresa, la huelga de 1976 en las minas de ENDESA y las elecciones sindicales de 1978. La unidad sindical favoreció el éxito para los mineros de los términos del Segundo Convenio en Endesa en 1978. Sin embargo, la intransigencia empresarial en la negociación del Tercer Convenio –en medio de la dura huelga de 1979– precipitó una ruptura de la unidad sindical que tardaría mucho en recobrarse. El nivel de vida de los mineros se elevó notablemente y esta coyuntura de buenos salarios y crecimiento demográfico por la inmigración laboral arrastraría a los demás sectores, tanto los industriales como los de servicios. El bienestar y el pleno empleo 41 Crisis y contestación social (epílogo) apéndice Los rostros del carbón. Producción de carbón Fuente: Estadística Minera. Producción, importación y consumo de carbón (t) Fuente: Estadística Minera. Estadística de Comercio Exterior de España. 12• Ciñera, Matallana de Torío. (H) 13• Sabero. (H) 14• Guardo. (A) 15• Barruelo, San Cebrián, Casavegas. (H) 16• Villamayor, La Marea, Belaño. (H) 17• Llerandi, Sabarga. (H) 18• Cabrales. (H) 19• Cofiño, Ribadesella. (H) 20• Fresnedo, Libardón. (H) 21• Viñón. (H) 22• La Camocha. (H) carbón en españa 1• Tineo. (A) 2• Cangas del Narcea. (A) 3• Carballo. (A) 4• Rengos. (A) 5• Tormaleo. (A) 6• Cerredo, Villablino. (H) 7• San Emiliano. (H) 8• Fabero, Toreno, Bembibre. (A) 9• Central y marginales. (H) 10• Cármenes, Villamanín. (H) 11• La Magdalena. (H) LAS MINAS Fuente: IGME, 1985 Historia de la tecnología española, Barcelona, Valatenea, 2001 23• Amao. (H) 24• Santo, Firme, Ferroñes. (H) 25• Naranco. (H) 26• Meirama. (L) 27• As Pontes de García Rodríguez. (L) 28• Vera de Bidasoa.(H) 29• Sallent de Gállego. (H) 30• Tamajón. (H) 31• El Pont de Suert. (H) 32• La Seu d’Urgell. (H) 33• Sant Joan de les Abadesses. (H) 34• Bisaurri. (L) 35• Cajigar. (L) 36• Capella, Laguarres. (L) 37• La Pobla de Segur. (L) 38• Tremp. (L) 39• Calaf. (L) 40• Prats Alp. (L) 41• Berga, Truixent. (L) 42• La Demanda. (H) 43• Mequinenza. (L) 44• Oliete, Andorra, Estercuel. (L) 45• Utrillas, Aliaga. (L) 46• Castellote. (L) 47• Foz-Calanda. (L) 48• La Ginebrosa, Beceite. (L) 49• Los Santos de Maimona. (H) 50• Bienvenida, Casas de Reina, Berlanga.(H) 51• Guadalcanal, Alanís, S. Nicolás del Puerto. (H) 52• Valdeinfierno. (H) 53• Couce, Benajarafe. (H) 54• Guadiato. (H) 55• Villanueva del Río y Minas, Viar. (H) 56• Puertollano. (H) 57• Arenas del Rey. (L) 58• Henarejos. (L) 59• Baleares. (L) 45 apéndice carbón en españa LAS MINAS equipo minero / esquema de una mina 46 apéndice Esta página y la anterior: La mina en Asturias. Colección La aventura del saber. Ediciones MADU, 2009. Dibujante: Neto. LAS MINAS equipo minero / esquema de una mina 47 apéndice equipo minero / esquema de una mina 1 2 3 4 Era un detallado plan de producción en el que casi todo salió mal. En 1951 se comenzó a excavar el pozo vertical con intención de alcanzar una profundidad máxima de 320 metros y a lo sumo, 4,5 metros de diámetro. Pero en septiembre de ese año, cuando se llevaban profundizados y revestidos 178 metros, las obras de perforación toparon con una vena de agua de considerable caudal. Fue el primero de la importante serie de obstáculos que finalmente provocarían el abandono de la explotación. El manto acuífero (comprendido entre las cotas -178 y -196) paralizó las obras durante algún tiempo, aunque en 1956 las labores de inyección y profundización lograron atravesarlo y se llegó a la cota -213. En ese momento se realizó una captación de agua para el poblado con un caudal de 35 metros cúbicos por hora. Un año después se siguió excavando y se montaron el castillete, las poleas y tornapuntas del sistema de extracción en el exterior, que han permanecido en pie y se han convertido en símbolo del actual museo minero de Andorra. Aunque a 386 metros de profundidad se llegaron a efectuar labores para enlazar con la mina Andorrana, en 1960 se decidió abandonar el proyecto y el Pozo San Juan no alcanzó nunca la consideración de mina en explotación. < 1. Castillete del Pozo San Juan. 2. Máquina de extracción Robey recien montada en el pozo San Juan. 3 y 4. Diferentes momentos del desmontaje. apéndice 49 La sala de máquinas del Pozo San Juan alberga uno de los artefactos más espectaculares del museo y el único que puede verse en funcionamiento: la máquina de extracción Robey, de la que dependería la entrada y salida de materiales, mineros, carbón y escombros del interior de la mina. Está integrada por diversos elementos como el puente grúa, un armario eléctrico, la cabina del maquinista, etc., y funciona mediante un sistema de cabrestantes y enormes poleas situadas en el castillete. Pero lo más extraordinario de la misma es su azarosa historia. Esta máquina, de factura inglesa, se instaló en el Pozo San Juan en la década de los cincuenta pero, como ya se ha explicado, este pozo nunca llegó a utilizarse como una mina, así que a principios de los años 60 se trasladó a la mina La Oportuna y allí estuvo funcionando hasta el año 2005, fecha en la que se cerró dicha mina. Coincidiendo con el cierre de la mina, se celebraron en mayo de 2005 unas jornadas de homenaje al minero que significaron el inicio de los trabajos de recuperación de piezas, herramientas, máquinas…, y el montaje de una exposición permanente en las instalaciones del Pozo San Juan. Fue el principio de la puesta en marcha de toda una serie de proyectos para recuperar el patrimonio minero de la comarca y convertir el Pozo San Juan en la sede del Parque Minero MWINAS. Una de las primeras actuaciones en llevarse a cabo fue precisamente el desmontaje, traslado y nuevo montaje –un trabajo de gran precisión realizado por una empresa especializada, que concluyó en 2006– de la máquina Robey desde la mina La Oportuna hasta su ubicación originaria en el Pozo San Juan, donde ahora luce como uno de los elementos más interesantes del Parque Minero, medio siglo después de su primera instalación. pozo san juan En los años 40, la explotación minera de la cuenca de Val de Ariño planeaba utilizar el denominado Pozo San Juan como único punto de extracción del carbón producido en las minas Andorrana y La Oportuna. La previsión era optimista, pues se esperaba que constituyera la principal fuente de combustible durante los primeros veinte años. Las reservas calculadas eran superiores a los 34 millones de toneladas y su capacidad de producción se había fijado en 2000 toneladas por día. La máquina de extracción Robey LAS MINAS Pozo San Juan: de mina de carbón a manantial de agua < Detalle del humedal Corta Alloza. Estas comunidades vegetales posteriormente se han desarrollado de forma desigual en los distintos hábitats del humedal, siendo en las zonas inundables donde los procesos de colonización están ocurriendo espontáneamente a mayor velocidad y con gran naturalidad. Por ejemplo han aparecido numerosas frondosas, como chopos, en la desembocadura de los canales de drenaje. Con el paso del tiempo la zona ha sido colonizada también por la fauna, pues se ha convertido en un punto de relativa importancia para el acceso a agua dulce y de calidad. Los anfibios fueron los primeros en colonizar el humedal. Entre los mamíferos las especies más frecuentes son el jabalí, el zorro, el conejo, el corzo y la garduña. Pero son las aves acuáticas el grupo más abundante. El porrón común, la focha, la polla de agua, el pato colorado o el zampullín no son difíciles de observar, aunque se encuentran normalmente de paso, principalmente en el verano. Hoy podemos afirmar que se trata de una zona de gran valor ecológico, muy valiosa como ejemplo de una actividad pionera en materia de restauración ambiental. En noviembre de 2010 fue incluida en el Inventario de Humedales Singulares de Aragón. el humedal corta Alloza El hueco final –de 130 m de profundidad con una base superior de unos 500 m de anchura por 300 m de longitud– dejado por la extracción del carbón en Corta Alloza (1981-1991) fue rellenado (19911998) por estériles mineros y por residuos del uso industrial del carbón hasta alcanzar la cota original del terreno. Una vez cubierto el cráter, se definió el relieve y el modelado de la depresión, creando dos cubetas con sus respectivas zonas de inundación, que recogen las aguas pluviales y de escorrentía de una cuenca de 202 hectáreas. Posteriormente se iniciaron los trabajos para recuperar la cubierta vegetal del suelo plantándose, en función de sus características topográficas y de su disponibilidad de agua, un amplio catálogo de comunidades vegetales características del entorno natural. De esta manera se logró, pese a las difíciles condiciones iniciales del suelo (arcilloso, ácido y pobre en materia orgánica) que se desarrollara artificialmente una secuencia incipiente y gradual de paisajes vegetales. La maquia –pino carrasco, coscoja, lentisco, sabina negra, enebro…– en las laderas del borde del humedal y en los taludes y plataformas de la escombrera; el prado sabanoide –herbáceas como gramíneas, leguminosas y otras, retamas, hinojos y espartal– en el espacio de transición entre la zona inundable y los taludes; y la orla de vegetación acuática en torno a las lagunas. LAS MINAS Endesa inició sus explotaciones a cielo abierto en Val de Ariño en 1981 con la apertura de Corta Alloza, y continuó con la puesta en marcha en 1986 de Corta Barrabasa. Los trabajos de restauración se inician prácticamente en el mismo momento en el que comienza la explotación y continúan hasta unos años después de finalizada la extracción del carbón. Si bien todo el proceso de restauración es de gran interés, destaca, por lo novedoso en su momento y por los buenos resultados obtenidos, la restauración ecológica del hueco final de Corta Alloza, transformado en un humedal que en pocos años ha alcanzado un alto grado de desarrollo como ecosistema. Lo que en su día fue el vaso de la gran cubeta minera abierta para extraer el lignito y sobre la que posteriormente se vertieron en su labor de restauración millones de toneladas de rocas y otros materiales estériles hasta conseguir de nuevo su rellenado se ha transformado en un paisaje totalmente distinto, antropizado y renaturalizado. Dichos trabajos supusieron para Endesa el Premio Medio Ambiente Empresas 2005 otorgado por la Diputación General de Aragón. 51 apéndice El humedal Corta Alloza En la década de los cuarenta se produce en Andorra una primera expansión urbana paralela a la llegada de la Empresa Nacional Calvo Sotelo. Antes de la guerra eran la agricultura y la ganadería las actividades económicas básicas que empleaban a la mayoría de los habitantes, junto con algunas fábricas de jabón, molinos de harina y aceite. Los andorranos vivían del campo y para el campo. Desde mediados de los años cuarenta, una nueva actividad económica, la minera, supone una brusca ruptura con la villa heredada por la llegada masiva de nuevos habitantes. Se pasa de 3 199 habitantes en 1945, a 4 485 en 1950 y 7 105 en 1955. esta página la primera parte del documento y en la siguiente se transcribe el resto del texto en el que se destacan las necesidades derivadas del incremento poblacional. Este numeroso contingente de inmigrantes, que conlleva la consolidación de la minería, implica una nueva dinámica urbana y muchísimos problemas, tal y como se recoge en este escrito del Ayuntamiento fechado en octubre de 1954 y depositado en el archivo municipal. Reproducimos en Es de suponer que fue escrito por el secretario del Ayuntamiento, pues era habitual que cada año elaboraran unas estadísticas con los datos económicos y de población del municipio que aprovechaban para realizar una serie de peticiones amparadas en las mismas, aunque no está firmado. Se precisa asimismo la construcción de nuevo Cuartel de la Guardia Civil ya que el existente es insuficiente para alojamiento de la fuerza que ha sido aumentada y en la actualidad reside en dos locales independientes. Aun cuando se cuenta con un buen Grupo Escolar de seis Escuelas, tres para cada sexo y dos Escuelas de párvulos, ha habido necesidad de solicitar de la Dirección General de 1ª enseñanza la creación de dos nuevas Escuelas para lo que se ha ofrecido local y material, todo ello independientemente de las creadas por la Empresa Nacional “Calvo Sotelo” por lo que en plazo breve habrá que solicitar la creación de otro Grupo Escolar, ya que en la actualidad hay Escuelas a la que asisten ochenta alumnos. Otra de las necesidades apremiantes con las que se encuentra el Ayuntamiento es el de la ampliación del cementerio municipal católico para lo que se está haciendo el La situación sanitaria en lo referente a abastecimiento de aguas es de suma urgencia resolverla; se precisa abastecer de agua a domicilios particulares, establecimiento de alcantarillado y cubrimiento de un regallo que cruza la localidad y que es un foco de infección, en principio se eleva a la Superioridad, en breve, proyecto de captación, elevación y depósito de aguas y sucesivamente se desea continuar con los demás ya que es de suma urgencia su resolución. El matadero también resulta ya insuficiente por lo que habrá necesidad de proceder a construir otro nuevo ya que el emplazamiento del actual, debido al aumento de la población, no se encuentra en lugar adecuado. El estado de las calles es malo y se precisa desde luego proceder a su pavimentación si bien ante los otros problemas planteados y que son más perentorios puede decirse se deja a un lado. Otra de las necesidades que se notan es la creación de estafeta de correos habiendo recibido oferta de la Dirección de crearla si el Ayuntamiento contribuía a poner local para la misma y vivienda para el Oficial, oferta que se desestimó por la prohibición de contribuir los Ayuntamientos a servicios de las Direcciones generales aparte de no emitir la hacienda municipal tales desembolsos. Aún cuando la Empresa “Calvo Sotelo” sigue en la construcción del nuevo poblado y los vecinos se afanan también en construir viviendas sigue el hacinamiento del personal y para solucionarlo se han solicitado cuatrocientas viviendas del Plan general. Los servicios de comunicaciones, mediante los coches del Bajo Aragón, son en cierto modo, aceptables y aún cuando se ha solicitado de la Dirección de dicha Empresa modificación de algún servicio, con salida directa desde esta, se precisa que los servicios establecidos se realicen diariamente, incluidos los domingos. Lo expuesto anteriormente responde a la realidad y no existe ánimo de agravar la situación ya que repetidas veces se ha hecho constar así. Andorra 20 de octubre de 1954” la avalancha human El continúo afluimiento de personal a esta localidad ha convertido en inservible la Casa-Ayuntamiento, para los servicios precisos, siendo de urgencia la construcción de nuevo edificio que se adapte a las necesidades actuales y asimismo también al aumento de funcionarios que en la actualidad responde a los siguientes: un Secretario-Interventor; dos auxiliares; un Alguacil; otro Voz pública y Dos Vigilantes nocturnos. oportuno expediente deseando ampliarlo en 4.560 metros cuadrados y para lo que se calcula se precisarán unas 150.000 pts. Poblado minero, Andorra. LAS MINAS “(…) 53 apéndice la avalancha humana Economato laboral de Andorra. > < Edificio que albergaba el economato laboral de Ariño. los economatos laborales LAS MINAS Los poblados mineros de Andorra y Ariño contaron entre sus servicios con economato laboral. Este tipo de establecimientos, legislados en 1941, pretendían abaratar los precios de los artículos básicos de consumo y asegurar su abastecimiento en una época de escasez. Todas las empresas de más de 500 trabajadores estaban obligadas a implantarlos. El de Andorra se instaló en su edificio definitivo en 1953, dividido en secciones: comestibles y licores, tejidos y mercería, despachos de pan, carne, pescados y verdura, peluquería y tienda de electrodomésticos. Las listas de productos disponibles en diferentes años son un elocuente indicador del cambio en las condiciones económicas del país, pues la venta derivó hacia bienes de mayor lujo. Los beneficiarios de los economatos eran todos los trabajadores de la empresa (y sus familiares), que podían hacer sus compras a través de vales que luego se descontaban de su nómina. Esta práctica ayudaba por ejemplo a cubrir las necesidades de los recién llegados, pero hubo voces críticas que alertaban de que el sistema incitaba al consumo e incorporaba un modo de vida urbano en el entorno rural. También se admitía a los miembros de los ayuntamientos de los pueblos próximos, a los números de la Guardia Civil de la zona, a los médicos y a otros profesionales liberales. 55 apéndice Los economatos laborales misiones en las minas LAS MINAS Durante los años 40 y 50, los mineros recibían charlas pastorales impartidas por religiosos, misioneros y párrocos en las propias explotaciones. Tras la conferencia, los trabajadores confesaban y comulgaban, y a veces recogían un vale para intercambiar por un bocadillo. En esta carta podemos leer la respuesta del propietario de la mina Barrabasa (Manuel Cañada) a la propuesta del párroco de Alloza de realizar una semana misional en primavera de 1949. En la fotografía, vemos a los obreros de Barrabasa con el sacerdote en 1950. 57 apéndice Misiones en las minas Siniestralidad En la mina Sierra de Arcos (propiedad de SAMCA, en término de Ariño) el 30 de octubre de 2001 también se declaró un fuego en el interior del pozo, a 300 metros de profundidad. En ese momento trabajaban dentro 28 mineros, pero el plan de emergencia permitió su evacuación sin que sufrieran daños. Los sistemas de ventilación invertida extrajeron el humo, la megafonía orientó a los trabajadores hacia una galería segura y desde ella a las dos vías de escape previstas para salir al exterior. Dos horas después del accidente una brigada del equipo de seguridad sofocó las llamas y logró controlar el incendio. Uno de los titulares de prensa decía “La tecnología ha evitado la tragedia”. LAS MINAS Uno de los principales inconvenientes del lignito de esta cuenca es la facilidad con que se produce su combustión espontánea cuando entra en contacto con oxígeno. En la mina Andorrana tuvo lugar un dramático accidente laboral relacionado con este problema. El 17 de enero de 1956 siete trabajadores perdieron la vida al tratar de recuperar una maquinaria atrapada en una galería en la que se había originado un incendio meses atrás. Cuando los mineros entraron en ella se produjo una nueva explosión de fuego. Tres de ellos fallecieron en el acto, tres más al poco de recibir ayuda y el séptimo al día siguiente. Este fue el accidente más grave de toda la historia minera de la cuenca. Aunque causó una fuerte conmoción entre los trabajadores, no hubo reacciones colectivas ante el suceso. La Jefatura de Minas de Teruel facilitó la noticia al periódico Heraldo de Aragón, que informó del suceso en primera página. Se afirmaba que los fallecidos componían un equipo especializado que tomó todo tipo de precauciones. Sin embargo, sus compañeros opinaban que solo uno de ellos era un “verdadero minero” y que la decisión de penetrar de nuevo en la galería había sido precipitada. 59 apéndice Siniestralidad Un grupo de propietarios se opuso a la expropiación y emprendió una serie de protestas, apoyadas por grupos ecologistas de Aragón y recogidas en numerosas ocasiones por la prensa regional. El Ayuntamiento, que en principio mantuvo una actitud crítica, finalmente pactó la venta de los terrenos municipales en diciembre de 1985. Esta decisión fue desaprobada por una parte del vecindario que, sobre todo durante marzo y abril de 1986, protagonizó varios actos de protesta en los terrenos donde iban a ser iniciados los trabajos para la instalación de la escombrera e impidió en alguna ocasión la entrada a las fincas de los representantes de la Olivos antes del desmonte. Administración. Mesas redondas, sesiones informativas y recogidas de firmas culminaron en la manifestación del 23 de marzo de 1986 en Zaragoza. A finales de abril, las posturas se acercaron y la empresa aceptó alguna de las exigencias que se planteaban. Unos años después, durante la alcaldía de Santiago Baeta, se denunciaba el escaso grado de cumplimiento por parte de ENDESA de algunos compromisos; al mismo tiempo, se abría un expediente sancionador contra la empresa por superar las cantidades de vertidos acordadas y se precintó temporalmente la escombrera de Corta Barrabasa. Además, se denunciaba la presencia de sustancias tóxicas, tales como los residuos del lavado del carbón y las escorias de la central térmica, en la Corta Alloza. Alloza y la resistencia a la minería a cielo abierto ENDESA había inaugurado en 1981 sus explotaciones a cielo abierto con la mina Corta Alloza. En 1986 iba a empezar a trabajar en la Corta Barrabasa, una nueva explotación junto a la anterior. El expediente de expropiación de Corta Barrabasa abarcaba 300 ha y suponía la desaparición de unos 4000 olivos, entre otros cultivos; 255 ha se encontraban en término municipal de Alloza, y de ellas 120 pertenecían a su Ayuntamiento y el resto se dividía entre unos 75 pequeños propietarios. Además de la pérdida de producción agraria, se temía el daño medioambiental que iba a provocar la escombrera, una futura montaña formada por toneladas de residuos que quedarían depositados a solo tres kilómetros de Alloza. Se dudaba de la eficacia de una hipotética restauración, mientras resultaba evidente la amenaza de degradación paisajística y era muy probable la contaminación de las aguas subterráneas. LAS MINAS La explotación a cielo abierto lleva consigo considerables daños al entorno natural y a las tradicionales explotaciones ganaderas y agrícolas, pues se pierden extensiones de terreno cultivable y recursos hídricos. Estos problemas deben ser compensados por las empresas mineras con inversiones y mejoras en los servicios rurales, y con la restauración simultánea o posterior a los trabajos de extracción. A principios de los años 80, diversos proyectos afectaban a los municipios turolenses de Andorra, Ariño, Utrillas, Montalbán y Alloza. Esta última localidad protagonizó la oposición más contundente a este nuevo tipo de minería, que provocaba gran incertidumbre. 61 apéndice Alloza y la resistencia a la minería a cielo abierto vincia de Teruel, Madrid, Imprenta de A. Vicente, 1862. PÉREZ ROMERO, R., “Mineros del sur”, Revista de Andorra n.º 1, Andorra, CELAN, 2000, pp. 165-175. PIZARRO LOSILLA, A., “Memoria del trabajo: oficios mineros de Andorra y comarca”, Revista de Andorra nº 9, Andorra, CELAN, 2009, pp.117-135. — “Ferrocarril minero Andorra-Escatrón. Una solución al problema del transporte en el distrito de Teruel”, Revista de Andorra n.º 10, Andorra, CELAN, 2010, pp. 61-75. SÁENZ GUALLAR, F. 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