José Ma Martínez-Mari Odena - Ajuntament de la Roca del Vallès

Transcripción

José Ma Martínez-Mari Odena - Ajuntament de la Roca del Vallès
a
s
José M Martínez-Mari Odena
tttttttttttttttttttttttttttttttt
"Mándala de mi vida"
i
Memorias Autorizadas 2004 ©
Edita:
C, Punt/Ediciones, S.L
C/Balmes 195, 5° 6a
08006 Barcelona.
Tel.:
93 218 47 66
Fax.:
932184313
e-mail:
[email protected]
Autor:
José Ma Martínez-Mari Ódena
Memorias Autorizadas
José Ma Martínez-Mari Odena
C.PUNT/EDICIONES
Memorias Autorizadas
José M° Martínez-Mari Ódena
Estas memorias relatan acontecimientos de mí ya larga vida transcurridos
entre el 28 de febrero de 1916 y la misma fecha del 2004 que, tal vez,
•puedan resultar de algún interés.
José M' Martínez-Mari Ódena
Memorias Autorizadas
tBaronía de Ódenat
Guillem Bernat i d'Ódena
(+1086/89)
Ramón Guillem I d'Ódena
(+¿1159?)
Ramón II d'Ódena
(+ c1196)
Guillem II d 'Ódena
(¿1196-c 1226/28?)
T,
,
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°dena
Ramon d
Lamón Guillem II d'Ódena
(1196/1226-1261)
Guillem III d'Ódena
(+ c 1289)
i
ata
Ramón d'Ódena
-6-
José MJ Martínez-Mari Odena
Escudo de la Baronía de Ódena
«D'azur, sembrat de creuetes d'argent. Sus tot una banda d ' o r » .
-7-
José M a
Ódena
(1621-1675)
Francisco Moces
(C.1650-C.1708)
Puigcerdà
Domingo
Moces
I
Inés
Spernay
I
Domingo Moces
Spernay
(Puigcerdà, 1740-Bcn, 1820)
I
Rosa De Mata
De Mendoza
(+ 1857)
I
Francisco
Ódena
(c. 1672-1742)
I
Margarita
Rigait
I
Guillermo Ódena
Sardà
(c. 1733-1793)
I
Eulàlia
Montells
March
I
José M a Ódena
Montells
(1774-1858)
I
Josefa
Moces
Rigait
I
I
Joaquín Ódena
Moces
(1814-1881)
I
Constanza Cruells
y De Mata
(1839-1892)
I
Francisca
Sardà
I
Jacinta Subirats
Arasa
(Tortosa)
I
i
Dolores Ódena
Moces
(1813-1887)
Juan Martínez Toi
(Orihuela,175C
Tortosa, c.182(
I
Joaquín Isaías
Martínez Subirats
(Tortosa,1801-Bcn,1876)
I
I
Joaquín Martínez
Ódena
(1855-1930)
I
Joaquina Ódena
Cruells
(1862-1938)
I
Santiago Martínez
Ódena
(1889-1961)
I
Assumpta
Agell
Cisa
I
Edita
Vall
Mainou
I
I
Antonio
Carlos
Martínez-Mari
Agell
I
I
1
1
Eduardo Laura Irene
I
Remedio — Jorge
Joaquín
Roura
SJ.
Goicoechea
I
Mercedes
José Luís
Artigas
Riarnbau
I
José M a Mártir
Mari Ódene
(1916- )
i
M a Dolores
Santiago
Castillo
Artigas
García
Martínez-Mari
I
,
I
r
Marjolijn
De Haas
|
Jaime
Martínez-ÍV
Seguí
1
Claudia Berta
Anabel
Beatriz
Victoria Mercedes
Pedro
García
María
De Moya
_l
Francisca
Juste
I
Catalina
García
De Moya
I
Josefa
Zurilla
Martínez
I
Josefa
Toriblo
Royo
I
Francisco Martínez
De la Chica
(1650-C.1710)
José Martínez
De la Chica Juste
(1676-1732)
1
Juan Martínez
García
(1702-1775)
I
•Árbol Genealógico<
Juan Martínez
Zurilla
(c.1730-1781)
,
1
Joaquín
Dolores
Carretero Carmona
I
, , I
Manuel
María
Tamayo Martínez
Joaquín Carretero
Carmona
(Cartagena,?-! 873)
Dolores Tamayo
1
1
Miguel Mari
Messeguer
Gertrudis
(Pontils,1790-?) Mascaró
I
i
Jaime
Marí
Mascaró
l_
Martínez
(J¡guaní,1837-Tamarillo,1916)
Josefa
Fontanals
Vidal
José Mari
Fontanals
(Arboç,1840-Bcn,1917)
Juana Carretero
Tamayo
(Jiguaní,1857-Bcn,1936)
I
|
Mercedes Mari
Carretero
(1893-1982)
I
Ana M a Seguí
Alea
(1923-1996)
1
Jesús
Del Coso
Lampreave
I
Ana M a
Martínez-Mari'
Seguí
I
-Ainhoa Alvaro Adriana
Mariano
Ballabriga
Muñoz
I
Luis
Horcajuelo
1
Elena
Martínez-Mari
Seguí
,
I
1
Belén Patricia Alex
r
;
Enrique.
Lecumberri
Martí
I
r
1
Alicia
Martínez-Mari
Seguí
I
1
1
1
Noelia Enrique Lucía Alberto José Alicia
Memorias Autorizadas
Jndicet
I -LOS ORÍGENES
A - Nacimiento, padres, hermanos y demás parientes
15
B - Antecedentes familiares
21
II - PRIMERA Y SEGUNDA ENSEÑANZA
A - El colegio de las monjas teresianas
B - El colegio de los jesuítas de la calle Caspe
III - MI UNIVERSIDAD 1933-1936
32
..33
40
IV- EN LA UNIVERSIDAD DE VERANO DE SANTANDER.
LA AVENTURA DEL CABO PRIOR
46
V - MI GUERRA CIVIL 36-39
A - Evadido y exiliado
55
B - De miliciano a teniente del ejército
59
VI - DOS DECENIOS FUNDAMENTALES
A - 1936-1946
68
B- 1996-2006
71
Vil - EJERCITANDO MI PROFESIÓN DE ABOGADO
72
VIII - MI VIDA MUNICIPAL
76
- 10-
José M" Martínez-Mari Odena
IX - ALGUNAS ACTUACIONES INTERESANTES FUERA DE BARCELONA
A - E l Plan Baza
98
B -Actos en Almería
100
C - Cooperación con la Iglesia de Santiago de Compostela
101
D - Semana de estudios en Pontevedra
102
E - Los congresos internacionales de urbanismo y vivienda
103
X - ACTUACIONES EN EL CAMPO CONFESIONAL
A - Estudios de Teología
105
B - El Instituto Católico de Estudios Sociales de Barcelona
107
C - Mi intervención en Esade
108
D - El Centro de estudios de Sociología aplicada
108
E - El grupo Cristiandad
109
F - Otros recuerdos
110
XI - MISCELÁNEA EN MI VIDA
A - Mis veraneos
112
B - Gentes conocidas
118
C - Inventos modernos y avatares históricos
122
XII - UNA TRAGEDIA: LA MUERTE DE ANA MARI
127
XIII - PUBLICACIONES
132
XIV - RECOMPENSAS VARIAS
135
XV - RODA EL MON I TORNA EL BORN
138
XVI - ...Y LLEGÓ EL FINAL
164
-11 -
Memorias Autorizadas
tPrólogo»
C
uando en un frío atardecer de un febrero invernal abrí los ojos a la tenue
luz barcelonesa, poco podía suponer que ochenta y ocho años más tarde
y en la misma fecha "Nel finale del cammin de la mia vita" tendría suficientes
arrestos para rellenar cuartillas rememorando episodios y aconteceres de mi
vida.
Me hubiera gustado tener a mano memorias de alguno de mis antepasados y
bien siento no disponer de ninguna; no quiero que suceda lo mismo a mis
descendientes y sabido es que siempre de ajenas experiencias podemos extraer
consejos y directrices útiles para el buen andar por los endiablados senderos del
mundo.
Ofrezco pues en las páginas que siguen una serie de relatos, avatares de mi vida,
aventuras personales y circunstancias profesionales, literarias o familiares, que
para mí tienen significado especial y han dejado huella en mi vital quehacer,
pues cuantos bien me conocen saben que "nihil est a me alienum puto".
t
- 12 -
José M a Martínez-Mari Ódena
~
i o cal dir que m'he plantejat quin deuria ser el llenguatje d'aquestes
-L * memòries; el català ha estat per a mí el de la primera i segona infantesa
així com el de la vida universitaria, amb el que he parlat sempre amb pares,
germans, part de la familia i amics, fins i tot em sembla que penso en català;
malgrat tot he parlat exclusivament en castellà els tres anys de la guerra i ja
desde el meu casament, influencia de l'esposa, ha estat el castellà el dominant i
amb el que m'he entes amb fills, nets, gendres i familia sobrevinguda, així com
amb tota la part familiar procedent de les velles arrels cubanes.
Es natural per tant, que destinada aquesta exposició autobiogràfica en primer i
gairabé únic propòsit als mes pròxims, el texte l'hagi redactat en castellà, encara
que el català a fills, nets y gendres no els resulta massa difícil d'entendre; de fet
he volgut establir una conversa amb la familia al voltant de la taula i fugiria de la
realitat, si no la fes, com sempre, en castellà.
- 13-
Memorias Avi to rizadas
José NT Martínez-Mari Odena
i «Los Orígenes
A - NACIMIENTO, PADRES, HERMANOS Y DEMÁS PARIENTES.
M
ientras los cañones sembraban la destrucción en la Batalla de Verdum, a
las 7 de la tarde de un lunes 28 de febrero de 1916 nací en la calle
Diputación 221-223, segundo piso segunda puerta, de Barcelona, desde cuyo
balcón se puede todavía disfrutar de la vista de la Universidad y de sus frondosos
jardines; era el primer hijo del Procurador de los Tribunales Santiago Martínez
Ódena y de su mujer Mercedes Mari Carretero.
Afortunadamente para mí, los hados no pudieron serme más benévolos: nacer a
cinco horas del día 29 de un año bisiesto y bajo el signo zodiacal de piscis, sumamente favorable; también, atendiendo a otras latitudes, según el calendario
chino, nací en un año del dragón, que garantiza la mejor suerte para quienes
nacen en él y resulta ser el año deseado por todas las mujeres chinas para el
nacimiento de un hijo.
Al año siguiente nació mi hermana Mercedes, fallecida hace poco, que fue
seguida, seis años después por mi otro hermano Joaquín, hoy sacerdote de la
Compañía de Jesús, que celebró su primera misa el 17 de diciembre de 1955 y
partió seguidamente hacia Bolivià, y más tarde hacia Boston (EU) al cuidado de
los hispanos de Massachussets. A estos tres nacimientos les siguieron otros dos,
situados a bastante distancia, hasta el punto que mi hermano menor, Antonio,
Ingeniero Industrial, se lleva 17 años de diferencia conmigo, pues nació en 1933
y mi otra hermana Remedios se lleva conmigo 14 años.
Mis padres eran totalmente barceloneses por su nacimiento, al igual que la
mitad de mi ascendencia paterna, no así la materna originaria de Cuba y de la
comarca del Penedès.
- 15-
Memorias Autorizadas
Mi padre murió a los 72 años y mi madre a los 89 años. En la actualidad vivimos
cuatro hermanos y la siguiente generación está compuesta por mis cuatro hijos,
que ya rondan los sesenta años, Alicia casada con el magistrado del Tribunal
Supremo Enrique Lecumberri Martí, Elena casada con Mariano Ballabriga
Muñoz, ingeniero industrial, Ana Ma casada con Jesús del Coso Lampreave,
abogado nacido en Pamplona y Jaime casado con Marjolijn de Haas holandesa
de Amsterdam; y por mis sobrinos Santiago Artigas, hijo de Mercedes y de su
difunto marido José Luis Artigas Riambau y Carlos, hijo de Antonio y de su
mujer Assumpta Agell Cisa, sin que existan descendientes de María del Remedio
casada con Jordi Roura Goicoechea ni, naturalmente de Joaquín.
Mi tercera generación aporta catorce nietos, Noelia, Lucía, Enrique, José,
Alberto, Alicia, Belén, Alejandro, Patricia, Ainhoa, Alvaro, Adriana, Anabel y
Beatriz, dos de las nietas, Belén y Ainhoa, están casadas respectivamente con
Luis Horcajuelo Larrarte y Alex Tejero Martí. Esa generación tercera cuenta,
además con los tres hijos de Carlos, hijo de Antonio y los dos de Santiago, hijo
de Mercedes.
En total la primera generación cuenta con cinco personas, la segunda con seis y
la tercera con diecinueve, estando a la vista de lo que pueda ocurrir con la
próxima cuarta generación. En un momento de sana diversión hice un cálculo
del número de descendientes directos míos que pudieran circular por Barcelona
al momento de mi sexta generación y partiendo de un promedio de cuatro
descendientes por persona; así puedo contar que para el año 2.203 pueden
llamarse descendientes directos míos, exactamente 4.864 personas o sea casi la
total población de Sitges o de otros pueblecitos de la comarca. Ya veremos si
estas previsiones se cumplirán, para celebrarlo dignamente.
En mi niñez mantuvo mi familia muy frecuente contacto con los hermanos de mi
padre, Julia casada con José Ma Llobet Bosch, Remedios casada con Victoriano
Saludes Soca, José Ma casado con Herminia Vila con la que tuvo dos hijos,
Montserrat y Jordi, y con Dolores, cuyo esposo César Mitjans murió prematuramente; de ésta hubo dos primos hermanos Federico, que se casó con Eulalia
- 16-
José M" Martínez-Mari Odena
Feliu Marqués y Lolita, casada con Paco Perera Torra-Balari; en la actualidad
solamente viven Montserrat, Jordi y Lolita que a los noventa y dos años resulta
la decana del clan.
Igualmente me relacioné mucho con la familia de mi abuela venida de Cuba y
representada por mi tía abuela Elisa Carretero Tamayo, sus hijas María casada
con Juan Magriñá, Mercedes casada con Nicolás Jané, Elisa que se casó con
Pelayo Rubió, del cual nació una hija Elisa, el pintoresco solterón "pico paco" y
Rafael, que teniendo cuatro hijos sólo uno de ellos tuvo descendientes. Tanto
María como Mercedes tuvieron seis hijos cada una, si bien la primera cinco
hembras y un varón y la segunda cinco varonesy una hembra; la historia de los
Jané, merece unos párrafos pues no es frecuente.
Me encontré a los tres mayores Nicolás, Carlos y Rafael en Genova, huidos
también de Barcelona el año 36, gracias a pasaporte cubano, pude despedirlos
cuando iban a cruzar el Atlántico y después de un tiempo en la isla caribeña,
pasaron a Estados Unidos, en donde les sorprendió la guerra mundial; se incorporaron al ejército norte-americano y Nicolás en el avance por Italia, acabó conociendo a una italiana con la que se casó; Carlos después de la guerra pasó a vivir
al Canadá donde se casó con una canadiense y muerta ésta con una mestiza del
caribe habiendo tenido dos hijos blancos y un tercero mestizo; y Rafael, muertos
los otros dos hermanos, vive en una residencia cerca de Boston, ha cumplido
noventa años y con frecuencia se reunía con mi hermano el cura; desde luego
los tres se hicieron subditos norteamericanos y los dos primeros trabajaron como
abogados en una comisión internacional de tratados aéreos, lo que les permitió
viajar por todo el globo sin gastar un céntimo y cobrando encima; dos hermanos
más y la hermana, quedaron tranquilamente en nuestra ciudad, casados los
primeros con dos hermanas, soltera la chica y hoy fallecidos los tres.
Tal vez mi interés por los grandes viajes y desplazamientos que he podido
realizar por el globo, se deba a la confluencia de los genes de los navarroturolenses Martínez, junto a los criollos de Cuba, a los quién sabe judíos de la
Cerdaña y a los Ódena visigodos; ciertamente que esas ansias viajeras se
-17-
Memorias Autorizadas
alimentaron desde mí segunda infancia, cuando me convertí en cotidiano lector
de los libros de las colecciones "Desde lejanas tierras" y de la editorial Araluce y
en devorador de las novelas de Salgari (Sandokan, El tigre de Malasia, etc.)
y Julio Verne (Miguel Strogof, Viaje al centro de la tierra, 20.000 leguas de viaje
submarino, Los hijos del capitán Grant, De la Tierra a la Luna, Siete semanas el
Globo, Las aventuras del capitán Harteras, La vuelta al mundo en ochenta días,
etc.); también es cierto que a lo largo de mi vida nunca he dejado de tener al
alcance de mi mano las últimas novedades en literatura viajera así fuera reedición de los clásicos del siglo pasado o nuevas aventuras del tiempo presente y
personajes como Marco Polo, Amundsen, David-Neel, Magallanes, el capitán
Cook, Humboldt, los atrevidos descubridores del "paso del Noroeste" o los
buscadores de oro del río Yukon y tantos otros, nunca han dejado de serme
cohorte fiel en mis muchos momentos de preparación viajera o de recordación
de aventuras pasadas. Mi conocimiento directo de tantos lugares, civilizaciones
y personas del mundo ha podido ser completado con los esfuerzos efectuados
para la comprensión de sus culturas, partiendo del idioma; así he podido expresarme en francés, italiano e inglés, además de haber estudiado tres años el
hebreo y un par de años el ruso y el japonés.
Aparte de esa descendencia directa, parientes más lejanos o políticos, poblaron
con sus andanzas muchos años de mi vida; así emparentados con José María
Llobet estuvieron los Elizalde constructores de automóviles y los Riviere del
mundo metalúrgico, al igual que el primo Julio María Fossas arquitecto
modernista nos aproximó a los Jaumar de Bofarull y los Mitjans a los Feliu de
"Industria Línera", al que fue Ministro Pedro Gual Villalbí y al Presidente del
Fútbol Club Barcelona y constructor del Camp Nou, Francisco Miró-Sans que,
por cierto, estuvo a mis órdenes durante varios meses en el frente de Madrid.
No puedo dejar de mencionar la destacada personalidad del primo Juan Roquer
y Mari que fue el que edificó en Arboç del Penedès su torre que incluía una
copia exacta de la Giralda de Sevilla así como del Patio de los Leones y del Salón
de Embajadores, todo ello con dinero procedente de su mujer Candelaria Negre
Vernis que heredó de un tío que hizo dinero en América, una fortuna muy
considerable.
- 18-
José M'1 Martínez-Mari Odena
En la etapa anterior y posterior a la dictadura de Primo de Rivera, tuve muchos
ratos de tertulia con el hermano de mi madre José, el cual, dada su vinculación
con Arboç, desarrolló una intensa actividad política, siendo diputado provincial
por la Mancomunidad en la circunscripción de Vilafranca del Penedès; a principios de julio del 36, unas patrullas subieron a casa de mi madre en busca de mi
tío, con la intención de darle el clásico "paseo" en la Rabassada, asesinato que
no pudieron llevar a cabo pues había fallecido un par de años antes.
Al sobrevenir la dictadura de Primo de Rivera se decretó el cese de todos los
diputados de la Mancomunidad de Cataluña, nombrándose por el dedo otros
diputados más afectos al sistema y por la circunscripción de Vilafranca se
designo, curiosamente, a mi otro tío José María Llobet; así partidarios del médico
(el contratista José Ma Llobet) o del curandero (el abogado José Mari) se reunían
en casa de mis padres, discutiendo sus bastante dispares programas políticos.
Mi enlace con Ana María me llevó a conocer a su familia, ligada por vía materna
con el Principado de Asturias y con una serie de familias de Ribadesella.
Circunstancias típicas de toda guerra civil, hicieron que mientras Ricardo Alea
Labra, hermano de mi suegra era detenido el 18 de julio en el Hotel Colón de
Barcelona, fuera condenado a muerte como militar sublevado, aunque luego
resultara su pena conmutada por cadena perpetua y finalmente pasara a la zona
nacional canjeado por un político vasco, mi suegro Alfonso Seguí, que durante
la guerra no se movió de su destino en el lado republicano, resultara detenido y
encarcelado por desafecto al régimen franquista y sancionado en su carrera de
funcionario del cuerpo de aduanas relegándole a los puestos fronterizos de
Benasque y Canfranc, de mínima importancia.
A mayor abundamiento el que fue mi cuñado Rafael Quiroga Abarca, conde de
San Martín de Quiroga, casado con la hermana de mi mujer, María Teresa,
permaneció los tres años que duró la guerra civil, preso en diversos campos de
concentración republicanos condenado a quince años, por haberse igualmente
alzado como militar en Barcelona el 18 de julio; hace unos años murió como
coronel de caballería.
- 19-
Memorias Autorizadas
Esa relación familiar me llevó a conocer a otras personas, entre las cuales no
puedo por menos que mencionar a Elena Quiroga, hermana de mi cuñado,
ganadora del Premio Nadal de 1950 por una de sus novelas de ambiente gallego
"Viento del Norte" y al personaje que actuó como Jesucristo en la película
"La Pasión según San Mateo" de Pasolini, Irazoqui Levy, esposo de la hermana
de Marulia Eguillor Ramos-Paúl, casada, a su vez, con Jaime Seguí, el hermano
menor de Ana Mari.
Tampoco quiero dejar en saco roto el hecho de que, a pesar de que mi abuela
dejó definitivamente Cuba por España, parte de su familia, y por lo tanto de la
mía, siguió viviendo entre Manzanillo y La Habana, hasta que la aparición de
Castro les hizo pasar clandestinamente a Miami; no por ello uno de esos parientes míos llegó a ser embajador de Cuba en Suiza, hasta que sus desavenencias con el dictador le forzaron a la dimisión y ai exilio.
t
Terminada la Guerra Civil, consideré que había llegado el momento de poner en
marcha el expediente que tiempo atrás ya hubiera tenido acceso a los tribunales
y no lo fue por los tres años de contienda. Se trataba de unir a mi primer apellido Martínez el segundo Mari que formarían un único primer apellido, pasando a
ser el segundo el que lo era de mi padre Ódena.
No era un juicio declarativo, sino un expediente de jurisdicción voluntaria cuya
resolución definitiva correspondía a la Dirección General de Registro y Notariado;
inicié el expediente en el que declararon como testigos mis amigos Balanzó y
Busquets y finalmente la Dirección General aprobaba el 5 de febrero de 1943 el
expediente de adición de apellidos, pero referido solamente a mí mismo y sin
afectar para nada a mis otros hermanos.
Fue preciso que el 21 de junio de 1954 mi padre instara otro expediente similar
para igual adición de apellidos, referido a mis hermanos Mercedes, Joaquín,
María del Remedio y Antonio; el expediente se tramitó y después de los
-20-
José M" Martínez-Mari Ódena
correspondientes edictos en el Boletín Oficial y declaraciones testificales se
resolvió de conformidad, el 10 de mayo de 1955; a partir de esta fecha
quedaron ya con idéntica denominación los apellidos míos y de mis cuatro
hermanos que, durante una etapa de doce años, habían sido dispares.
Con el transcurrir de los años y los caprichos de la naturaleza han hecho que,
dentro de un tiempo, de bien poco me haya servido ese expediente pues los
hijos de mis hijos mantendrán el apellido durante su generación únicamente; la
cosa hubiera sido diferente si mi único hijo varón Jaime hubiera tenido algún
chico, cosa que no ha ocurrido. A pesar de ello no sucede lo mismo con mi
hermano Antonio, cuyo hijo, Carlos, a su vez, tiene otro varón y dos hembras, lo
que permite aventurar a esa rama mayor frondosidad del futuro árbol
genealógico, con persistencia de los apellidos adicionados.
Y también, no dejo de lamentar, la desaparición de mi segundo apellido Ódena
de todos mis posteriores descendientes y colaterales, pues, como tengo bien
estudiado, la dinastía de los Ódena en el siglo pasado y anteriores -no en vano el
apellido está documentado desde antes del año 1.000- tiene un interés extraordinario en varios de sus escalones.
B - ANTECEDENTES FAMILIARES.
Siempre me ha interesado conocer las raíces profundas de las variadas familias
que componen el actual frondoso árbol genealógico. Sabiendo que a partir del
tercer abuelo Martínez, todos ellos procedían de Orihuela del Tremedal, en el
Albarracín turolense, decidí conocer "in situ" sus vicisitudes, hasta el siglo XVI,
husmeando en el archivo parroquial afortunadamente intacto; el lejano origen
de esos familiares es el reino de Navarra ya que en los comienzos de la conquista
de Teruel y Valencia por Jaime I, éste tuvo que recurrir a la ayuda del rey de
Navarra quien le mandó buen número de familias de Estella para repoblar la
comarca de Albarracín, abandonada por sus primitivos pobladores; precisamente
-21 -
Memorias Autorizadas
esta circunstancia se hace patente al comprobar que los santos venerados en los
templos de Albarracín, así como los apellidos de los moradores actuales, coinciden con idénticas personalidades navarras.
Para todo lo relativo a los Ódena he efectuado investigaciones en los Archivos de
la Corona de Aragón, del Obispado y de la Iglesia del Pino, habiendo encontrado
interesantes antecedentes, toda vez que esos archivos están muy bien conservados y abiertos fácilmente a los estudiosos. Dada la condición de notarios de
tres Ódena, es en el archivo del Colegio Notarial donde se encuentran sus protocolos y gran cantidad de datos de su actividad colegial, que aún inéditos, han de
facilitar a quienes me sucedan un mejor y mayor conocimiento de quienes
fueron en su tiempo esos abuelos. También en el Colegio de Procuradores hay
datos de Francisco Ódena que actuó a finales del siglo XVII.
En cuanto a los Mari, los he podido encontrar en Arboç del Penedès, aunque debido
a la guerra de los franceses no existe archivo alguno con datos anteriores al 1800.
Es en el archivo de Puigcerdà donde he encontrado datos de mis lejanos
antepasados los Moces, con gran arraigo en la población hasta su ubicación
definitiva en Barcelona a principios del siglo XIX.
Finalmente muy poco he podido saber de la rama cubana de la familia, ya que,
a pesar de que parte de mis parientes cubanos pudieron salir de la isla y de las
garras de Fidel Castro, y tuve ocasión de pasar un tiempo con ellos en Miami,
dejaron en la isla cuantos antecedentes familiares habían podido reunir; el único
recuerdo que pude ofrecer a esa familia caribeña, fue mi oración ante la tumba
de mi bisabuela Dolores Tamayo en el cementerio de Manzanillo.
En la primavera de 1981 redacté un estudio sobre antecedentes familiares, que
posteriormente, en abril de 1999, pude completar con mayores particularidades,
desconocidas anteriormente. Refiriéndome a esos trabajos, que no puedo por
su extensión reproducir aquí íntegramente y a los que me remito, voy a destacar
rasgos significativos de los numerosos abuelos que me han precedido a lo largo
de varios siglos.
-22 -
José Ma Martínez-Mari Odena
A - LOS MARTÍNEZ.
Primer abuelo - JOAQUÍN MARTÍNEZ ÓDENA (Barcelona 1855 - 25-8-1930).
Casó con Joaquina Ódena y Cruells (Barcelona 1862 - 1938), prima hermana
suya por lo que precisó permiso especial para contraer matrimonio.
Segundo abuelo - JOAQUÍN ISAÍAS MARTÍNEZ SUBIRATS (Tortosa 1801Barcelona 1876) desarrolló una intensa vida en nuestra ciudad abandonando su
ciudad natal Tortosa por circunstancias políticas que condujeron al saqueo de su
casa por fuerzas carlistas; estudió en la Universidad de Cervera en donde se
graduó como abogado inscribiéndose en el Colegio de Barcelona en 1828;
poseo una colección completa de documentos relacionados con sus actividades
variadas en nuestra ciudad tales como la de censor de todos los teatros, secretario de la junta de beneficencia, secretario de la Audiencia y una serie de
puestos en la administración. Toda la documentación relativa a su vida, la
encontré por casualidad, en unas carpetas encerradas en un armario de la torre
de la Bonanova que llevaban allí casi cien años sin que nadie se preocupara de
ellas. Entroncó con los Ódena, al contraer matrimonio con mi bisabuela Dolores
Ódena y Moces, hija de notario, en edad bastante avanzada.
Tercer abuelo - JUAN BAUTISTA MARTÍNEZ DE LA CHICA o TORIBIO (c.1750 c.1820) nacido en Orihuela del Tremedal se trasladó joven a Tortosa en donde
murió, posiblemente en alguna epidemia de las que sufrió aquella población;
consultados varios registros notariales de Tortosa he podido ver como actuaba
de Procurador en tribunales y de tasador oficial en subastas judiciales, aunque
otras veces aparecía como maestro nacional; se casó con Jacinta Subirats Arasa
y fue dueño de varias propiedades inmuebles de la ciudad; además de mi abuelo
tuvo a otro hijo Juan Bautista Zacarías Martínez que después de actuar en la
Audiencia barcelonesa pasó a la Audiencia de Mallorca, habiendo perdido totalmente su pista posterior en aquella isla
Cuarto abuelo- JOSÉ MARTÍNEZ ZURILLA (Orihuela del Tremedal c. 1730- 1781)
casó con Josefa Toribio Royo.
-23-
Memorias Autorizadas
Quinto abuelo - JUAN MARTÍNEZ DE LA CHICA GARCÍA (Orihuela del Tremedal
1702-1775) casado con Josefa Zurilla Martínez nacida en Rodenas.
Sexto abuelo - JOSÉ MARTÍNEZ DE LA CHICA JUSTE (Orihuela del Tremedal
1676-1732) casado con Catalina García de Moya.
Séptimo abuelo - FRANCISCO MARTÍNEZ LA CHICA (Orihuela del Tremedal
c.1650 - c. 1710) casó con Francisca Juste.
B - LOS ÓDENA.
Primera abuela -JOAQUINA ÓDENA Y CRUELLS (Barcelona 1862 - 1938); tuvo
cinco hijos Remedios, Julia, Dolores, Santiago y José María.
Segundo abuelo- JOAQUÍN ÓDENA MOCES (Barcelona 1814 - 1881), casó con
Constanza Cruells y de Mata (1839 - 1892). Fue Notario de Barcelona.
Tercer abuelo - JOSÉ MARÍA ÓDENA MONTELLS (Barcelona 1774 - 1858), casó
con Josefa Moces Rigalt. Fue también Notario de Barcelona.
Cuarto abuelo - GUILLERMO ÓDENA SARDA (Barcelona, c. 1733-16.4.1793)
Notario de Barcelona, citado por el Barón de Maldá en su "Calaix de sastre" en
la fecha de su fallecimiento. Se casó con Eulalia Montells March.
Quinto abuelo - FRANCISCO ÓDENA (Barcelona c 1672 - 27.10.1742). Fue
Notario Real en Barcelona. Se casó con Francisca Sarda. En el Colegio de
Procuradores de los Tribunales de Barcelona, figura como colegiado.
Séptimo abuelo- JOSÉ MARÍA ÓDENA (1621 - 1675). Fue Secretario de Cámara
de la Audiencia de Barcelona.
-24-
José M" Martínez-Mari Odena
BARONÍA DE ÓDENA (900 - 1500). Con anterioridad al 1621 desconozco
quienes pudieran ser mis antepasados, y el nexo que pudieran tener con los
últimos representantes de la Baronía de Ódena. Las siempre interesantes actuaciones de esa baronía ilustran muchas páginas de los libros de historia de
Cataluña y de heráldica, dada la importancia que tuvieron desde los albores de
la Cataluña carolíngia hasta los esplendores de Jaime I. Debo remitirme a toda
esa bibliografía que, únicamente por la identidad del apellido puedo considerar
como antepasados míos.
Lo que si cabe puede constituir motivo de satisfacción es que los Ódena que ya
aparecen como caballeros en el 990 con Guillem d'Odena contribuyendo a la
reconquista de Barcelona contra Almanzor y a las órdenes del Conde Borrell,
hemos seguido manteniéndonos en la misma Cataluña, primero como feudales
en sus castillos y más tarde, pacificado el país, al servicio de las letras y del
derecho; durante más de mil años, sobre todo en Barcelona, el linaje Ódena se
ha conservado sin interrupción.
En un tiempo se propuso a mi padre intentara renovar para la familia la titularidad de la Baronía de Ódena, a la vista de que hoy en día, no es ostentada por
nadie, pero no le interesó ejercitar acción alguna y el recuerdo de los Guillem
d'Ódena , Raymundum d'Ódena que en el 1188 firmó junto con otros señores
catalano-aragoneses una concordia con el Conde de Urgel, Ramón Guillem
d1 Ódena que firmó la Capitulación de Valencia y está incluido en la relación de
Barones Feudales Catalanes, en el "Llibre del repartiment" y de Guillem Bernat
d'Ódena que el 12 de noviembre del año 1076 intervino como albacea en el
testamento del conde Ramón Berenguer "El viejo" y demás antepasados y
descendientes, sigue sumido en las polvorientas bibliotecas, aguardando historiadores que saquen a luz sus problemas familiares, sus luchas con otros condes
o vasallos, sus expediciones guerreras en Valencia y Mallorca y su colaboración
con los condes de Cardona y otros nobles asf como, sobre todo, con los condes
de Barcelona, para el engrandecimiento de Cataluña. En Heráldica el escudo,
según Martí de Riquer, que sigue a otros clásicos del tema, como Tarafa, Garma
y Domènech, está constituido por un campo azul sembrado de cruces en plata y
-25-
Memorias Autorizadas
cruzado oblicuamente por una banda en oro; la estructura denota que su concesión debe datar del tiempo de Carlomagno. Tuve la oportunidad de ver el
escudo plasmado en piedra, cuando hace años, visité el monasterio de Vallbona
de les Monjes, campeando en la entrada de la capilla del Corpus Christi, junto
al claustro, toda vez que el gasto para la construcción de la misma fue costeado
por Francisquina d'Òdena, monja del monasterio, al igual que lo fueron Elisabet
d'Odena, Francesca d'Òdena y Geraldona d'Òdena, todas ellas a mediados del
sigio XV.
C - LOS MARÍ.
Primer abuelo - JOSÉ MARÍ FONTANALS (Arboç del Penedès 1840 - Barcelona
1917). A los 19 años se fue a Cuba donde trabajó en un "ingenio" de producción de azúcar de caña y posteriormente en industria relacionada con el
textil; guardo en mi memoria muchas historias que me contó mi abuela relacionadas con el trato diario que mantuvo mi abuelo con los negros esclavos que
trabajaban en el ingenio.
A su jubilación en 1888 regresó a Barcelona
adquiriendo la finca n° 63 de la calle del Bruc el 19 de junio de 1894 y casándose con Juana Carretero Tamayo, criolla nacida en Jiguani, cerca de Santiago
de Cuba, en la parroquia de San Agustín el 28 de mayo de 1890; del matrimonio nacieron José y Mercedes, mi madre.
Segundo abuelo - JAIME MARÍ MASCARÓ, nacido en Arboç del Penedès y
médico de dicha localidad; su esposa, natural de Villanueva y la Geltrú, fue
Josefa Fontanals Vidal (hija de Juan Fontanals y Gertrudis Vidal), emparentada
con los marqueses de Sama que hicieron grandes negocios en la Cuba colonial;
ese parentesco junto con la gran cantidad de vecinos de Villanueva y del propio
Arboç que se fueron a Cuba, considero sería una de las causas que indujeron a
mi abuelo a emigrar también a la isla caribeña.
Tercer abuelo - MIGUEL MARÍ MESSEGER nacido en Pontils hacia el 1790
(comarca de La Segarra y cerca de Santa Coloma de Queralt) se casó con
Gertrudis Mascaró, natural del Arboç y probablemente pasó a residir en esa
-26-
José M" Martínez-Mari Odena
población. Debido a la destrucción de los archivos de la parroquia y posterior
despoblamiento de la localidad, no ha sido posible encontrar datos de este y
anteriores abuelos.
Ha sido siempre una curiosidad de la familia, la magnífica residencia que se hizo
construir en el Arboç Juan Roquer y Mari, en la que además de levantar una
torre copia a escala reducida de la Giralda de Sevilla, realizó la copia del Patio de
los Leones de la Alhambra y del Salón de Embajadores sevillano; el conjunto, tan
emblemático, sigue destacándose airosamente en el horizonte del Arboç, con
visitas continuadas. Ciertamente que la dirección y la idea del edificio corresponden a mi tío, pero el importe de las obras fue costeado en su integridad por
su esposa Candelaria Negrevernis, en la primera década del siglo XX. Tanto la
Giralda como la Pedrera de Gaudí, fueron costeadas con el dinero de las esposas
Negrevernis o Sagimón, aunque la fama recayó en sus esposos Roque y Milá.
Juan Roquer tuvo destacada actuación como uno de los propietarios del Teatro
Romea, dando gran impulso al teatro catalán; su padre o hermano fue alcalde
del Arboç en varias ocasiones.
D - LOS MOCES.
Tercer abuelo - JOSEFA MOCES RIGALT, esposa de José Ma Ódena Montells.
Cuarto abuelo - DOMINGO MOCES SPERNAY (Puigcerdà 1740 - Barcelona
1820). Fue Notario Real causídico y Secretario de Cámara de la Audiencia de
Barcelona. Se trasladó a Barcelona en donde falleció, dejando un interesante
testamento autorizado el día 4.11.1819 por el Notario Don Manuel Thomas,
abierto el 22 de septiembre de 1820 por el Notario Lafont. Su esposa fue
Margarita Rigalt; sus seis hijos se llamaron Domingo, Josefa, Antonia, Joaquín
José y Ramón, siendo José sacerdote franciscano que casó a su hermana Josefa
con José Ma Ódena Montells el día 2 de noviembre de 1799 en la Iglesia del
Pino; Ramón fue Procurador de los Tribunales en 1791.
-27-
Memorias Autorizadas
Quinto abuelo - DOMINGO MOCES. Casado con Inés Spernay que tenía familia
de cónsules de Puigcerdà desde hacía muchos años, al igual que su esposo.
Consta un Francisco Moces como doctor, que fue cónsul en 1667, 1686, 1693,
1701 y 1706 y posiblemente fuera el abuelo de Domingo, por lo que resultaría
ser un séptimo abuelo.
E - LOS SPERNAY.
Aparecen a partir de la quinta abuela Inés Spernay; su familia figura con mucha
frecuencia citada en los anales de Puigcerdà, siempre como notarios o cónsules.
Desde su matrimonio con Domingo Moces se incorporan al árbol familiar y por
ello consideramos como sexto o séptimo abuelo a Domingo Spernay que ejerció
su mandato entre 1694 y 1748; existe otro Guillermo Spernay que actuó como
cónsul en 1650 y tal vez fuera el abuelo o bisabuelo de Inés, en cuyo caso ostentaría el número séptimo u octavo en la línea de los abuelos.
Tanto los Moces como los Spernay y según la relación de propietarios de
Puigcerdà que figura en el catastro de 1715, eran dueños de propiedades en la
villa, por lo que contando con este particular y con sus reiterados
nombramientos de cónsules o notarios, posiblemente llevaban muchos años de
residencia en la población, aunque no podamos atestiguar cuando llegaron a
ella, si bien nos consta que con el traslado de Domingo Moces Spernay a
Barcelona, se dio fin a la permanencia de los Moces en Puigcerdà.
A la vista de los apellidos "Moces" y "Spernay" me asalta la idea de que bien
pudieran tener ambos linajes una clara ascendencia hebraica y sus antepasados,
quien sabe, si se personaron más de una vez en la recién descubierta sinagoga
barcelonesa de las calles San Ramón del Cali y Marlet aunque carezco de más
datos que justificaran esa creencia. Históricamente hubo grandes juderías en
Perpignan y Narbona que nutrieron de representantes a Cataluña, pero
desconozco la fecha en que se instalaron en Puigcerdà mis antepasados y
-28-
José M a Martínez-Mari Ódena
también si procedían de alguna de aquellas poblaciones o bien llegaron
procedentes del interior de la península, pero en cualquier caso, por lo menos, el
apellido "Moces" no deja lugar a dudas acerca de su procedencia.
F - LOS CUBANOS.
El viaje a Cuba, "para hacer fortuna" de mi abuelo José Mari, trajo como consecuencia la incorporación al árbol familiar de la estirpe cubana, representada por
Juana Carretero Tamayo, con la que, al jubilarse de sus negocios caribeños,
contrajo matrimonio y se instaló definitivamente en nuestra ciudad. Juana
Carretero Tamayo, nacida en Jiguaní el 8 de marzo de 1857 vino a Barcelona
desde Cuba con su hermana Elisa, dejando en la isla al resto de los hermanos
Antonio (casó con Rosario Fajardo), Delfina (casó con José Sánchez) y Joaquín
que murió trágicamente al pasar por un puente que arrastró una furiosa
tormenta tropical. El más ilustre de los descendientes ha sido Guillermo Salazar
Sánchez, médico psiquiatra que fue nombrado por Fidel Castro embajador de
Cuba en Suiza, aunque posteriormente discrepando del dictador, se retiró ejerciendo su profesión y falleciendo unos años después en Nueva York.
Al advenimiento de la revolución cubana todos los miembros de la familia, que
ya no vivían en Jiguaní sino en Manzanillo, descendientes de Dolores Tamayo,
acabaron trasladándose a Miami, en donde, y con gran éxito económico, siguen
produciendo el ron "Matusalén", que ya habían elaborado en la isla. De todos
los familiares he mantenido solamente contacto con Mireya Salazar Sánchez
(hija de Lolita Sánchez Carretero, nieta de Delfina Carretero Tamayo y biznieta
de Dolores Tamayo Martínez) y con su hermana Carmita, a las que he visitado
en el viaje que hice a Miami el 1999, alojándome varios días en casa de Mireya.
En Cuba siempre ha tenido enorme popularidad el béisbol, por lo cual el marido
de Mireya, Luis Estévez, reunía muchos admiradores al haber sido uno de los
mejores jugadores de esa deporte y al que se conocía con el sobrenombre de
"Búfalo Estévez"; su hijo Patricio debe recordar mucho a su padre pues su talla
-29-
Memorias Autorizadas
y envergadura son fuera de lo normal y destaca de la fragilidad de su esposa
Katerin Kniererman mezcla de irlandesa, americana, italiana y no sé cuantos
cruces más.
Ha sido tema de controversia en la familia la determinación de los orígenes de la
bisabuela Dolores Tamayo Martínez (1837 -1916), ya que aunque casada con el
emigrante español nacido en Cartagena Joaquín Carretero Carmona (1829 1869), su apellido, al igual que sus rasgos faciales, denotan un claro origen
criollo, si bien indudablemente de raza blanca; nacida en Jiguaní murió en
Manzanillo habiendo sido sus padres Manuel Tamayo (que debía ser el propietario del "ingenio" en donde vivió la familia) y María Martínez. Una de mis
nietas lleva en la piel de su espalda, la llamada "mancha mongólica", que se
dice vestigio genético de antepasados asiáticos.
Por razón de mi visita a Miami conocí a varios miembros de la familia y también
pude reunir a bastantes de ellos en mi casa, cuando hace varios años un grupo
de parientes vino a Barcelona; así conocí a Manolo Cuervo Sánchez, hijo de
Hortensia Sánchez Carretero y Nicasio Cuervo y biznieto de Dolores Tamayo,
Carlos Obregón, Luis Felipe Salazar. La venida a la península de mi abuela y su
hermana produjo como primera consecuencia una práctica ruptura con el resto
de la familia que quedó en la isla y que ha durado hasta hace bien pocos años
en que por correspondencia y en visita personal, se ha reanudado la relación; y
en segundo lugar la existencia en mi familia, muy catalana de siempre, de un
importante número de familiares -los Jané y los Magriñá- de habla castellana y
muy prolíficos. Tercera consecuencia ha sido, dadas las convulsiones sufridas
por Cuba y la dispersión de los familiares, el que carezca de datos acerca de los
antepasados de Dolores Tamayo Martínez y de los avatares experimentados por
los últimos descendientes del clan, diseminados por Miami y otras ciudades
americanas.
Mi abuela nunca olvidó su ascendencia cubana y a pesar de residir muchos años
en nuestra ciudad y de tener un marido del Arboç del Penedès, siempre nos
habló en su cubano natal, nos cocinaba platos de su país y siempre compraba
-30-
José M" Martíncz-Marí Odena
sus mercancías en establecimientos barceloneses dirigidos por cubanos o catalanes que fueron a la isla y volvieron a instalarse en la ciudad; también mi abuelo
tenía su grupo de "americanos" con los cuales se reunía frecuentemente recordando la música caribeña y los acontecimientos.
Mi nieto Alex Ballabriga hace poco estuvo también en Miami viviendo en casa de
Mireya y tratando a los más jóvenes parientes, con los que pasó muy buenos
días; particularmente tuvo buenos contactos con la parte de familia elaboradora
del ron Matusalén intercambiando interesantes confidencias acerca de la elaboración de bebidas alcohólicas dada la buena amistad que tenía con la familia
Giró fabricante, en Barcelona, del ron y ginebra Giró.
En realidad la reanudación de las relaciones con la familia cubana de Miami, se
debe a la labor que, desde años, ha venido ejerciendo mi hermano Joaquín
desde su estancia en Estados Unidos y a sus contactos con los "hispanos", residentes en aquel país, a los cuales por su condición de sacerdote, atendía desde
su parroquia de Boston; fue él quien reanudó los contactos familiares, llegando
a ser más amigo que familiar con aquellos cubanos.
t
-31 -
Memorias Autorizadas
li «Primera y segunda enseñanza
A - EL COLEGIO DE LAS RELIGIOSAS DE SANTA TERESA DE JESÚS (TERESIANAS).
A
los cinco años mis padres me inscribieron en el colegio de las religiosas de
i~JL Santa Teresa de Jesús situado en la Rambla de Cataluña junto a la
Diagonal, en un magnífico edificio, sede hoy de la Diputación Provincial de
Barcelona; se trataba de un colegio mixto, razón por la cual al año siguiente ya
me acompañó mi hermana Mercedes.
Tengo muy vividos recuerdos de los cuatro años que pasé al cuidado de las religiosas; recuerdo que los sábados distribuían entre los niños más aprovechados
unos premios consistentes en lo que llamaban "bandas" con la inscripción de
"conducta" o "aplicación" que se entregaban una por cada clase a los niños
que las merecieran. Casi cada semana me correspondía a mí una de las condecoraciones que ostentaba orgulloso al salir del colegio de la mano de mi abuela
bajando por la Rambla de Cataluña hasta la calle Diputación junto a mi casa.
De esta época colegial data una de las amistades más duraderas de mi vida,
la que mantuve con José Ma Torrent Moreno que continuó en el Colegio de los
Jesuítas de la calle Caspe, siguió a través de la Guerra Civil y se mantuvo después
de que ambos nos casáramos aunque viviera en El Puerto de Santa María por
haberse casado con María del Carmen Osborne Mac-Pherson; también mantuve
duradera amistad desde entonces con Manuel Sostoa Hércules de Solas, que
posteriormente ingresó en la Compañía de Jesús.
Durante mi estancia en el colegio tuvo lugar, en mayo de 1923, mi primera
comunión en el edificio de las religiosas en San Gervasio construido por Gaudí,
ya que la capilla de esa otra sede, era de mayores dimensiones y categoría que la
de la Rambla de Cataluña.
-32-
José M" Martínez-Mari Ódena
Ha quedado en mi recuerdo la figura de la madre Rosario, de la cual era evidentemente un preferido, al contrario de lo que me ocurría con la madre Guadalupe
que intuía no me podía ver; también recuerdo la gran amistad que se estableció
desde entonces con mi abuela y la madre de José Mari Torrent, que en los ratos
de espera de su nieto e hijo respectivamente, comentarían sus respectivas vicisitudes, por cuanto una era cubana trasplantada a Barcelona y la otra era filipina,
en la misma situación.
Mi madre que estaba el 1923 embarazada urdió una divertida operación, para
que llegara a mi conocimiento el próximo nacimiento del que fue mi hermano
Joaquín, consistente en decirme que los reyes magos habían dejado una carta
comunicándome que pronto tendría un hermanito; la carta fue llevada al colegio
y con gran alborozo las monjas me notificaron el suceso felicitándome y
admirándose por la sabiduría de los Reyes Magos; efectivamente el agosto de
aquel año 23 mi madre dio a luz, dejándome convencido del privilegio que
desde el más allá me había sido concedido.
B - EL COLEGIO DEL SAGRADO CORAZÓN DE LA CALLE CASPE.
En Caspe, empezando en ante-preparatoria, con el hermano Climent, coincidí
con un grupo de compañeros, con los que he ido pasando la vida paralelamente, viviendo análogos sucesos y las mismas calamidades y éxitos; aunque en
los tiempos de colegio y primeros de la posterior vida académica unos eran más
amigos que otros, con el paso de los años, la manga se me ha ¡do haciendo más
ancha y hoy cuando aquellos se pueden contar con los dedos de una sola mano,
sentimos la misma amistad y cariño para todos sin discriminación alguna.
Pasada preparatoria inicié los seis cursos de bachillerato que terminé el 1932 de
malísima manera, pues con la proclamación de la República el 14 de abril de
1931, se legisló la supresión de la Compañía de Jesús en España, con la consiguiente Incautación por el Estado de todos sus bienes, entre los que, naturalmente, contaba nuestro colegio de la calle de Caspe. Para acabar el curso del
-33-
Memorias Autorizadas
año 31 utilizamos los amplios sótanos del inmueble que pertenecía a la familia
Pericas, uno de cuyos componentes era compañero de clase, situado en la
Diagonal -P° de Gracia-Córcega frente a la Iglesia de Pompeya.
El curso siguiente ya se pudo utilizar el llamado Palacio Juncadella situado en la
Rambla de Cataluña esquina Diputación, que posteriormente fue derribado
dando lugar al hoy Hotel Calderón; la academia escolar funcionaba bajo una
cobertura jurídica que los propios jesuítas prepararon antes de su disolución y
con el objeto de no dejar sin continuidad a los estudiantes; dirigía la academia,
con mucha mano izquierda, el Sr. Parpal y aunque la mayoría de profesores eran
laicos, no dejaron de acudir algunos sacerdotes jesuítas como el hermano
Noguera y algunos otros. A pesar de los buenos deseos de unos y otros, el
ambiente y el estilo de la enseñanza jesuítica, fueron substituidos por un aire
totalmente distintos, a los cuales nos resultó difícil adaptarnos.
Volviendo a los tiempos del Colegio de Caspe me viene a la memoria la buena
relación que mantuvimos durante un año escolar con algunos alumnos de un
curso superior que coincidieron en las aulas con nosotros para completar sus
estudios de letras; entre ellos estaban Ignacio Agustí, (el novelista de Mariona
Rebull y sus sucesores), Arcusa que ingresó posteriormente en la Compañía de
Jesús y destacó en ella, Gispert que más adelante fue Decano del Colegio de
Abogados y Consejero de Justicia de la Generalitat, Tomás Lamarca, no recordando al resto del grupo, bien notable por cierto.
Con la audacia e ignorancia de los primeros catorce años tuve la ocurrencia de
fundar un periódico de la clase que, después de varios ensayos, bautizamos con
el nombre de Gnosis que significaba "conocimiento" y para el cual reuní a un
grupo de compañeros aficionados a las letras como Busquets, Matas, García
Tornel, Espadaler, Serrano, Griera, Collado y Balanzó.
El primer ejemplar
apareció el 1 de marzo de 1932 y después de varios números, tuvo que
suspenderse el 29 del mismo mes pues críticas contra la dirección de la academia
originaron la orden fulminante de clausurar la redacción, imponiendo silencio a
la mecanografía por inexistencia de libertad de imprenta.
-34-
José M'1 Martínez-Mari Odena
Conjugando "lo religioso con lo profano" y como gran notición, se comunicaba
a los lectores que el director de la revista había salido victorioso de una
operación de apendicitis, lo que, sin duda, produciría gran alegría al público;
ocioso resulta decir que el apéndice extirpado resultó ser precisamente el mío,
de lo que también yo mismo pude alegrarme.
Desde mis primeros años se fue desarrollando en mí un interés por el mundo
artístico y con mi padre no dejaba de visitar las exposiciones de pintura que se
ofrecían al público; en las visitas semanales no faltaba nunca un recorrido por la
calle Petritxol para conocer las novedades de la Sala Parés. Me pasaba muchas
horas dibujando paisajes y figuras y todavía conservo dos libretas en las que,
alrededor de los 13 años, había dibujado, página a página, una historia de
Cataluña, que hoy me hace sonreír por su ingenuidad; en las clases también me
entretenía dibujando y en cierta manera, compitiendo con otro compañero,
Ignacio María Serra Goday, que igualmente era aficionado al dibujo, hasta el
punto de que después de estudiar arquitectura, prácticamente se dedicó a
dibujar para ganarse la vida, apareciendo numerosos dibujos suyos en revistas y
publicaciones periódicas.
Mi padre poseía un innato instinto artístico y así disfrutaba con la música siendo
asiduo al Gran Teatro del Liceo desde su primera juventud y en donde conoció a
mi madre, también tocaba estupendamente el piano, aunque sin haber tomado
nunca lecciones y pertenecía a varios grupos de amantes de la pintura que
protegían a futuros genios del pincel; creo que, genéticamente, algo habrá
pasado tanto a mi hermana Mei, que después de estudiar en Bellas Artes se ha
dedicado profesionalmente a la pintura y contraído matrimonio con Jordi Roura,
otro artista, pero del cincel, como a mí mismo, con la particularidad de que
ninguno de los hijos hemos heredado el instinto musical y no tenemos ni ¡dea de
cómo hacer funcionar amónicamente el teclado del más modesto piano.
Ha permanecido constante y nítida la memoria de quienes fueron profesores en
los seis años del bachillerato en el Colegio y por ello no puedo por menos de
revivir las figuras de los jesuítas, Riudor, buena fe, y profesor de química, que
-35-
Memorias Autorizadas
para premio cuando nos portábamos bien, nos leía emocionado, una carta que
escribió su padre poco antes de morir dirigida a sus hijos; esa carta, que en
realidad no nos importaba entonces demasiado, no era leída como castigo
impuesto a la clase cuando nos portábamos mal; también Muedra, excelente
pedagogo; Boguñá, muy listo y enérgico, asesinado por los rojos el 36; Arnau,
profesor de Historia con el cual mantuve muy buena amistad y al que encontré
en Zaragoza en plena guerra civil y que me regaló un ejemplar del "Kempis"
que le pedí un poco para compensar los desbarajustes que vivía entonces; Esturí,
que ena-morado de la Historia (estoy como si le oyera ponderando los méritos
del filósofo judío de Girona Ben Astruch de Porta), nos hacía pasar buenos ratos,
siendo con todo, uno de los más ancianos profesores nuestros; Messeguer, casi
demasiado joven para darnos la clase de Latín, pero con gran vocación literaria,
hasta el punto de que, con el tiempo estuvo adscrito a la redacción en Madrid
de la revista "Razón y Fe"; tuve la oportunidad de visitarle varias veces en
aquella redacción, pues me pidió escribiera algunos artículos para esa revista.
Y para acabar el último, pero no el peor, Gispert, profesor de Francés de
temperamento muy sanguíneo e irritable hasta el punto de que con la tensión se
le acusaba anormalmente una vena central de la frente, lo que hizo que comúnmente se le conociera como "en vena".
Con la disolución de la Compañía, ésta cuidó de salvar lo posible de la confiscación y así por ejemplo, el Museo de Zoología, que comprendía gran cantidad
de animales disecados, fue repartido por entre familias afectas; a mi amigo
Balanzó le correspondieron varios ejemplares de llamas americanas que
guardaron su familia durante meses hasta que al final, empezando a trabajar la
polilla, tuvieron que cederlas al basurero.
Al final del curso nos hicimos la clásica fotografía, sentados en primera fila y de
pie las otras dos en el patio del colegio; éramos en total unos cincuenta
compañeros, a base de unos veinte en cada fila: hoy en la primera fila sólo existiría ocupada una silla en la que estaría yo y las restantes permanecerían vacías y
lo mismo ocurriría en las filas de a pie, que ocuparían una o dos personas como
-36-
José Ma Martínez-Mari Ódena
máximo: el paso del tiempo a más que diezmado la promoción que hoy cuenta
solamente con los supervivientes Collado, Vives, Riera, Juan Balanzó y Ruiz,
además de yo mismo.
Como tradiciones en los colegios jesuíticos, no faltaron cada año las clásicas
sesiones de "concertación" en las que, ante las familias de los estudiantes,
competíamos entre nosotros para demostrar nuestros conocimientos, destacándose quienes más dominaban la asignatura; también las sesiones de finales de
curso eran las tradicionalmente programadas y en ellas se despedía a los
alumnos de la última clase que ya al año siguiente dejarían de concurrir al
colegio; huelga decir que al terminar la ceremonia con el clásico "himno del
colegio" ("venid los que sedientos- buscáis la ciencia humana- y en pos de sus
fulgores- corréis con ansiedad") no podían faltar ni ocultarse, las lagrimitas de
emoción de los familiares al despedirse del colegio y salir con sus hijos por
última vez.
. -
También eran clásicas las excursiones escolares que como complemento de las
asignaturas de historia, geografía o historia natural, se organizaban los días de
fiesta; las visitas a las minas de sal de Cardona, al pantano de Vallvidrera, o a las
"escletxes" de El Papiol eran las citas más tradicionales que anualmente tenían
lugar.
Y tampoco faltaban las actuaciones de tipo catequístico en las que alumnos
acudían a centros parroquiales de la periferia, para enseñar "doctrina" a muchachos de menores edades, congregados en esos centros, patrocinados por
nuestro colegio y que se terminaban con alguna sabrosa merienda o espectáculo
popular.
t
Este colegio de Caspe siempre ha estado muy presente en la familia; ya mi padre
estudió en él y lo mismo mis hermanos. También mi hijo Jaime, así como mi
yerno Mariano y mis nietos y nietas.
-37-
Memorias Autorizadas
Después de la convivencia diaria de tantos años, terminados los estudios del
bachillerato, cada uno de nosotros buscó su sitio en la vida y repasando el
curriculum de todos ellos encontramos bien diferentes destinos; así José Ignacio
Barraquer, se dedicó a la oftalmología en la clínica de su padre y por desavenencias con éste, montó otra clínica similar que llamó "Barraquer de América" en
Bogotá que visité recordando viejos tiempos.
Por su parte, Julio Muñoz Ramonet fue el multimillonario que acaparó la fabricación textil, instalándose en el Palacio Robert del Paseo de Gracia-Diagonal y en
el Palacio del Marqués de Alella de la calle Muntaner, casándose con la hija del
banquero Villalonga y después de quiebras y suspensiones teniendo que salir de
España para vivir en Ginebra ocupado en la administración de los bienes de la
familia Trujillo; José María Torra, muy discreto en la clase, pasó "por culpa" de
su padre a ser directivo de la Banca Soler y Torra; Manolo Serdà Torelló fue
como ingeniero uno de los directivos con Wifredo Ricart de ¡a fábrica nacional
de automóviles ENASA en Madrid y La Sagrera de Barcelona; Lorenzo García
Tornel, como Mario Ruiz del Bustillo fueron notarios en Barcelona y Rubí; Juan
Casellas, muy brillante en la clase pero poco sociable, pasó a la España nacional,
ingresó en el ejército y no gustándole la milicia intentó desertar deteniéndole en
la frontera francesa y pasando a un batallón disciplinario, llegando desmoralizado al final de la contienda, a pesar de ser muy buen matemático acabó de
secretario en un juzgado de las afueras de Barcelona y murió relativamente
joven; Fernando Serrano fue fiscal de la Audiencia y secretario del Gobernador
Civil y su historia familiar se le complicó al fallecer su mujer del primer parto
dejándole trillizo.
Asimismo, Fernando Collado médico traumatólogo, vive a cien metros de mi
casa, y coincide conmigo en que nuestros abuelos proceden igualmente de
Albarracín; Rafael Pericas Biada, uno de los "cerebritos" de la clase, ingresó en
la Compañía de Jesús, casi al terminar el bachillerato, pasándose muchos años
en conventos en Italia y dando ejercicios espirituales de alto nivel en España;
los hermanos Julio y Pedro Fuchs Claparols, hijos del ingeniero suizo que
-38-
José M" Martínez-Mari Odena
construyó el cremallera de Montserrat, tuvieron actividades divergentes pues
Julio se dedicó a importación y exportación, en tanto que Pedro fue director en
España de la compañía de seguros Winterthur y cursó estudios en Suiza de
director de orquesta, al mismo tiempo que cruzaba los mares en regatas y
trayectos selectivos. Así podría seguir extendiéndome en bastantes casos más
pero daremos fin aquí a esta enumeración de vidas paralelas.
-39-
Memorias Avi to rizadas
III .Mi Universidad 1933-1936
r|™.¡ erminado el bachillerato en los Jesuítas de Caspe en las difíciles circunstanJL cias derivadas de la supresión de la Orden en España por las cortes republicanas, pasado el verano en San Feliu de Codinas, llegó el momento de
matricularme en la Facultad de Derecho, entonces en el patio izquierdo del
edificio de la Universidad en la plaza del mismo nombre.
Los que habíamos iniciado andanzas, empezamos por razón de estudios, a
separar nuestras vidas: algunos fueron para médicos (Griera, Soler Sanz,
Collado, Riera), otros para Farmacia (Soler) y otros para Derecho (Busquets,
García Tornel, Rey Stolle, Matas, Julio Muñoz Ramonet) y algunos otros se
quedaron sin seguir para la Universidad y con menores estudios; ahí nos
empezamos a distanciar de Lorenzo Balanzó, que pasó a la vida comercial
familiar (ultramarinos, café, etc.) Lorenzo tuvo más adelante y a causa de la
guerra civil, la desgracia de que asesinaran a su padre.
En la Universidad hice enseguida buenos amigos de muy distinta procedencia,
los recién llegados nos vimos diferentes unos de otros según la formación
cultural y educativa; los grupos iban desde los procedentes de los Jesuítas con
mejor formación, pasando por los que cursaron estudios en los colegios de los
Hermanos de la Doctrina Cristiana, hasta los que venían de academias particulares, e incluso los que cursaron estudios en los institutos del Estado, capitaneados por los carlistas Trepat, Bernabé Oliva, Miró Burunat, que más adelante
fue concejal del Ayuntamiento de Barcelona, y los hermanos Luna Margenat,
bien distintos entre ellos, pues si uno era el clásico playboy el otro llegó tras
oposiciones a Registrador de la Propiedad.
Particularmente recuerdo a dos "sabios" de la promoción, como Abbad y
Aragonés, de Reus, el primero de los cuales fue Juez comarcal y el segundo se
dedicó a la profesión y a editor de estudios históricos. Y más aún no puedo
-40-
José M a Martínez-Mari Ódena
olvidar a Alfonso Romeu Sabater, que descolgándose de la fonda Romeu de
San Sadurní, se constituyó en gran amigo -¿admirador?- y hasta que ganó
oposiciones al Instituto Nacional de Previsión, trabajó conmigo en mi despacho;
era un idealista, poeta -hizo una poesía al nacer Alicia- y buena fe, mis hijas se
acuerdan bien de él y de lo que le hicieron pasar con sus bromas. Dentro de los
nuevos amigos figuraron Gonzalo Nohet Fàbregas gran billarista pero no
demasiado estudioso, un poco pesimista, muy fiel, murió pronto y su mujer
también, habiéndose dedicado con mucho éxito al ramo de seguros de vida, y
José Ma Gibernau Beltran de antigua familia carlista, que después fue Diputado
provincial y secretario del Barca, se casó con Mari Nena, casi al mismo tiempo
que yo, hija del Dr. Corachán y murió relativamente pronto, dejando a uno de
sus nietos muy famoso en el arte de la motocicleta.
Mí época de facultad coincidió con el funcionamiento de la Universidad
Autónoma de Barcelona, con nuevos y más eficaces métodos administrativos,
que, en Derecho fueron trabajo de Xirau Palau y Quero Molares y que no
siempre tuvieron el concurso de los'catedráticos de Derecho Romano
(Dr. Eusebio Díaz) o del Derecho Canónico o Político (Dres. Gómez del Campillo
y Castillo). Tuve de profesor al que después encontré en la zona nacional, en
Burgos, y posteriormente fue alcalde de Barcelona, Antonio María Simarro
(frecuenté en bastantes ocasiones su despacho de la Rambla de Cataluña junto
a la Diagonal, comentando nuestra época burgalesa y universitaria; años más
tarde, como Alcalde, me situó en la Gerencia del Patronato Municipal de la
Vivienda).
Otros catedráticos de excelente recuerdo fueron Pi y Suñer que dominaba el
Derecho Administrativo, Giralt de Procesal, Mans, Cuello Calón, Catedrático de
Penal al que reencontré cuando el 41 estudiaba el Doctorado en la Facultad
Central, Algarra, con el que pasé algunas nostálgicas veladas en Ginebra el
agosto del 36, pues también pudo evadirse de Barcelona, Sánchez Diezma de
Administrativo, Boix que además de Catedrático de Derecho Mercantil era
Director de La Caixa y finalmente, el que resultó ser el más importante,
-41 -
Memorias Autorizadas
Blas Pérez González Catedrático de Derecho Civil y que, llegado el alzamiento
del 36 fue factor decisivo en la política franquista como Ministro de la
Gobernación, probablemente con la mayor duración en el cargo que pueda
recordarse.
Consecuencia de la nueva Universidad, fue la creación de los llamados "delegados al claustro", que, uno por cada curso, elegido por votación entre los estudiantes, acudía a las sesiones que celebraba el claustro de profesores de cada
Facultad. Desde el primer curso y otros dos después, me presenté yo a esa elección -empujado por Colldeforns secretario de la Asociación de Estudiantes
Católicos de Derecho- y en lucha con Sagarra Zacarini, fallecido hoy, y pariente
del político Roca Junyent. Gracias a un equipo valioso de propagandistas, cada
año tuve mayoría y acudí por lo tanto, al claustro de catedráticos, presenciando
sus discusiones que al margen de las cuestiones académicas, se basaban siempre
en los diferentes criterios políticos de cada profesor. También la política influyó
en mi elección pues si mi contrincante Sagarra era representante de la
Federación Nacional de Estudiantes de Cataluña, de tendencia más izquierdista,
yo estaba entonces afiliado a Unió Democrática de Catalunya y era Presidente de
su Bloc Escolar desde diciembre de 1934; en UDC ingresé gracias a Miguel
Rodés que llevaba allí varios años ya y dejé mi presidencia en el Bloc Escolar de
ese partido en manos de Andrés Mercè Varela, colaborador de Samaranch en los
juegos olímpicos de Barcelona de 1992. A finales de 1935 causé baja en UDC
por divergencias políticas y tuve algunos contratiempos por mi actividad estudiantil con el entonces gobernador civil de Barcelona Pórtela Valladares.
No puedo olvidar las reuniones en la sede del Partido en la calle Rivadeneyra
compartiendo opiniones con Carrasco Formiguera y sus hijas, Pau Romeva, Roca
Caball, Coll Alentorn y otros jerarcas del partido.
Entre los recuerdos de aquel tiempo destacan los buenos ratos pasados con los
compañeros de la Federación de Estudiantes con los que compartía trabajos de
dirección y tengo que destacar entre ellos a Viola, que fue registrador de la
-42-
José M' 1 Martínez-Mari Odena
propiedad y después Alcalde de Barcelona, murió trágicamente asesinado; a
Cullaré Presidente de la Asociación de Farmacia y a Ribé, hijo del Jefe de
Ceremonial del Ayuntamiento, así como a Colldeforns, mal visto por muchos
enemigos políticos de sus ¡deas.
Las reuniones del claustro de catedráticos eran siempre muy interesantes para mí
pues me daba cuenta de como eran en realidad quienes desde lo alto de su
cátedra nos daban lecciones; recuerdo las discusiones entre Xirau Palau, Castillo
y Gómez Campillo, así como los esfuerzos de Eusebio Díaz para calmarles y diluir
el mal efecto que sus querellas pudieran producir a los estudiantes que como
delegados asistíamos a las reuniones.
En marzo de 1936 un decreto ministerial reformó la vida universitaria, suprimiéndose totalmente la autonomía y las reuniones de estudiantes con catedráticos.
Al terminar mis estudios de Derecho en el curso 35-36 se me presentó la oportunidad de veranear en la Universidad Internacional de Santander si conseguía
una de las dos becas que la Universidad de Barcelona tenía aprobadas; el
concurso de méritos se falló a mi favor, conseguí la beca y poco después cogía el
tren para Santander con el otro becario de la Facultad que era Eliseo García
Martínez, el cual andando el tiempo, hizo oposiciones a la carrera fiscal y llego a
Fiscal del Tribunal Supremo, aunque lo más importante fue la buena amistad
que nos unió siempre incluyendo las vacaciones familiares en Sitges; el viaje
desde Barcelona lo hicimos también con varios becarios de otras facultades
barcelonesas y entre las becarias de la Facultad de Filosofía y Letras estaba
Ma Dolores Pomar de la que, pasada la Guerra Civil supe había sido compañera
de Xandri que estudió conmigo y que alcanzó por sus ideas políticas una elevada
graduación militar en las filas republicanas, pero que tuvo la desgracia de haber
encontrado el final de su vida en lo que se llamó la bolsa de Bielsa en la que
resultaron copadas y diezmadas fuerzas del ejército republicano. Influyó en la
concesión de la beca el que en el primer curso tuve la suerte de aprobar las
cuatro asignaturas con tres sobresalientes y una matrícula de honor.
-43-
Memorias Autorizadas
Entre los estudiantes de mi época y de mi curso se contaron algunas chicas
como Marta Dutrem, Algarra, Serviche, Soler, Carmen Rabassa (que coincidió
conmigo muchos años en la Jefatura de Negociados de nuestro Ayuntamiento);
afortunadamente conservo la orla clásica de los componentes del curso que se
confeccionó como buenamente se pudo cuatro o cinco años después de haberlo
terminado, ya que las circunstancias de la Guerra Civil impidieron su confección
el año 36; los fondos que se recaudaron al terminar el curso académico para la
impresión de la orla, aportados por cada uno de nosotros, fueron destinados en
su totalidad por el comité de la Universidad, al pago de gastos de la desastrosa
expedición organizada para el asalto a Mallorca, bajo el mando del llamado
capitán Bayo.
No pude realizar mis estudios de doctorado a la vuelta de la Universidad de
Verano de Santander debido a la guerra, pero pude concluirlos en el periodo
41-42 cuando me desplacé a Madrid para examinarme como libre de las cuatro
asignaturas necesarias para el título; afortunadamente conseguí tres sobresalientes y un notable y logré trabar buena amistad con los catedráticos de la
Universidad Central como Castiella que fue después ministro, Cuello Calón y
sobre todo con Castán autor del más popular de los libros de texto y de consulta
del Código Civil. No pude proseguir mis estudios como deseaba, en la
Universidad de Bolonia, especializada en Derecho Romano, debido al tiempo
perdido por la guerra y también, un poco, por mi deseo de afianzarme en mi
situación personal, organizando un despacho y, tal vez, una familia.
Simultaneé mis estudios de Derecho con los de la carrera de Comercio alcanzando el título de Perito Mercantil sin llegar al de profesor ni al de intendente,
pues mis facultades matemáticas no estaban a la altura requerida.
Un recuerdo para las partidas de póquer en un bar de la calle Aribau, con
Canals, Busquets, Gispert y Nohet. Eran momentos de tensión, pero muy buenos
y ganábamos y perdíamos cantidades que para hoy serían ridiculas, pero que
entonces estaban en el límite de nuestras posibilidades (hoy de los cinco solo
-44-
José Ma Martínez-Mari Ódena
quedo yo). Y otro recuerdo para dos sótanos particularmente concurridos por
quienes los preferían con frecuencia a las aulas; uno de ellos fue el habilitado
por la nueva Universidad en el subsuelo de la entrada a la Facultad de Derecho,
que de espacio siniestro y lúgubre, fue convertido en un agradable y amplia
cafetería. El otro subsuelo estaba situado en los bajos del cine Coliseum, que
albergaba gran cantidad de billares. En ambos espacios nos encontrábamos los
estudiantes, si bien yo particularmente muy pocas veces acudía a la sala de
billares a la que eran asiduos mis compañeros Nohet y Busquets cuya pericia en
el uso del taco era muy superior a la mía.
También esa época universitaria la utilicé para el cultivo físico, según el "mens
sana in corpore sano"; así pude contar con muchas horas pasadas en el Club de
Natación Barcelona, en cuya piscina lucían sus facultades los Sabata, capitán del
equipo de waterpolo, o Herwoltzeimer magnífico saltador de trampolín, e incluso
Lorenzo Balanzó, buen campeón de braza de espalda y alguna mujer campeona
en su especialidad. Pasada la contienda civil cambié de club y desde hace unos
años soy socio del Club de Natación Atléctic-Barceioneta, que organiza cada
primero de enero y para celebrar el comienzo de! año nuevo, una muy concurrida ceremonia consistente en sumergirse en las gélidas aguas, para después
volver a la temperatura normal del cuerpo al calor de la taza de caldo preparada
para los insólitos bañistas, entre los cuales, no hace falta decir que, yo mismo, no
puedo faltar ningún año, como así ha ocurrido el uno de enero del 2004.
Bastantes horas de tertulia pude pasar en un centro organizado por el entonces
Director de la Congregación Mariana, el influyente jesuíta Verges, con la denominación de "Estre" (Estudi i Treball) situado en la calle Consejo de Ciento
junto al Paseo de Gracia; se jugaba a las cartas, al dominó y en la sala de conferencias asistíamos a cursillos y charlas de interés; es ocioso decir que el centro
desapareció el 18 de julio y no tengo noticias de que haya vuelto a funcionar.
t
-45-
Memorias Autorizadas
IV »En la Universidad de Verano de Santander La aventura del "Cabo Prior"
L
a Universidad de Madrid, juntamente con la Institución Libre de Enseñanza,
aprovecharon que el Palacio Real de la Magdalena era de propiedad muni-
cipal, para instalar durante los veranos unos cursos a los que, con el carácter de
becarios, acudirían dos estudiantes seleccionados de cada una de las facultades
españolas, buscándose con ello la creación de vínculos de amistad y
compañerismo que perduraran sobre los peligros disgregadores de las distintas
regiones. Un poco se constituyó esa Universidad veraniega estatal, como
contrapeso a la Universidad Católica Menéndez Pelayo que también, en verano,
se había erigido por la jerarquía eclesiástica en la misma población.
Terminados mis estudios de Derecho se me ofreció la posibilidad de concurrir al
concurso que mi Facultad abrió para proveer dos plazas de becarios para esa
Universidad resultando seleccionado, conmigo, Elíseo García Martínez.
Muchas cosas fueron sucediendo durante ese verano y en ese Palacio; ante todo
la estupenda convivencia con alrededor de 100 estudiantes procedentes de
todas las universidades del país en las magníficas instalaciones del Palacio,
construido, en su día, para residencia de la Familia Real Española. La convivencia
inicial se fue convirtiendo en amistad, estableciéndose relaciones más o menos
intensas y según la procedencia de cada uno de nosotros. El grupo de estudiantes de Barcelona se frecuentaba más con estudiantes'andaluces que con
gallegos o asturianos y los de la Universidad Central de Madrid se sentían, como
pertenecientes a la capital, superiores a los demás.
También resultaba del mayor interés el trato diario, tanto en la playa como en las
aulas, con los profesores encargados de las diferentes asignaturas que confraternizaban campechanamente con los distintos grupos regionales de alumnos,
pues además, tenían su residencia en la misma universidad y nos encontrábamos
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José M" Martínez-Mari Odena
con ellos en los pasillos. Hubo también profesores extranjeros encargados de
algún curso y entre ellos recuerdo a Piccard, el belga que hizo varias ascensiones
hasta la estratosfera y nos daba clases pintorescas, que duraron poco tiempo, ya
que después del 18 de julio el gobierno belga mandó al puerto de Santander un
buque de guerra para que volviera, sin peligro, a su país. Y entre los catedráticos
españoles destacaron los filósofos Gaos y Landsberg (su esposa, escultural
alemana, llamaba la atención a muchos estudiantes), el poeta Pedro Salinas, el
sacerdote Juan García Bacca que formado en Alemania (estudió Matemáticas,
Filosofía y Teología en Munich) sentó cátedra en Barcelona y posteriormente se
exilió a Méjico, en donde falleció con gran sentimiento mío pues tenía la esperanza de volver a reanudar con él los largos paseos que emprendíamos en
Santander, charlando de todo lo divino y humano, siempre bajo su lema
preferido: "pensar sin miedo ni a error ni a verdad"; finalmente y como uno de
los mejores, asistíamos a las clases de Hernández-Pacheco conocido internacionalmente como geógrafo e investigador.
Mi personalidad debe mucho agradecimiento a las semanas de la Magdalena
pues saliendo de mi limitada formación literaria catalana, frecuenté los clásicos
españoles, contactando con Unamuno, García Lorca, El Greco y también conociendo realidades arquitectónicas, al poder viajar por la costa cantábrica con la
maravillosa Santillana de Mar y las cuevas de Altamira, llegándome hasta Picos
de Europa, en donde por cierto, me sorprendió el 18 de julio en el centro de la
villa de Potes perteneciente ya al Principado de Asturias; en aquel entonces,
nada me hacía suponer que siete años más tarde iba a casarme con una
mallorquina de familia asturiana y que sesenta y seis años necesitarían transcurrir
para que, ya en Barcelona, pudiera donar una bellísima imagen de "La Santina"
al Centro Asturiano del Paseo de Gracia para presidir sus reuniones.
Por otra parte, descubrí también, con cierto disgusto, la diferencia entre el
Cantábrico y el Mediterráneo, hasta el punto de que la frialdad de las aguas del
segundo, la irregular situación climática y la constante afluencia de las mareas,
casi me hicieron recordar con nostalgia las caricias del Mare Nostrum.
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Memorias Autorizadas
A partir de aquel 18 de julio, la situación en la Universidad sufrió un cambio
total; las suspicacias entre los estudiantes empezaron a producirse al
conocimiento de sus convicciones políticas y religiosas; las detenciones y ejecuciones sumarias empezaron en Santander, en donde diariamente desfilaban en
camiones mineros que se manifestaban antes de dirigirse a Madrid y al frente de
la Montaña.
Ante el ambiente que se iba formando y la imposibilidad de continuar las clases
pacíficamente, ya que los profesores extranjeros contratados se marcharon hacia
sus respectivos países, empezó a madurarme la idea de dejar la Universidad y
volver a Barcelona, entonces de imposible realización, dado que el norte estaba
incomunicado con el levante, debido a que Navarra y gran parte de Aragón, con
el centro estaban en manos distintas.
La escapada de Santander se produjo finalmente por mi alistamiento en el
buque "Cabo Prior" fletado por el Frente Popular de Santander para llevar milicianos y provisiones a Madrid.
Creo que fui el único estudiante que, por su cuenta, dejó la Universidad tan
temprano; el grueso de los estudiantes, ante el avance de las tropas franquistas,
fue trasladado en grupo, a través de Francia, volviendo a entrar a la España
republicana por la frontera de Cataluña y curiosamente, cuando se acabó la
guerra me reencontré en Barcelona con Elíseo García que me devolvió, tres años
después, una máquina de retratar que le había confiado en depósito al
marcharme para embarcar.
t
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José Ma Martínez-Mari Ódena
El desplazamiento hacia Valencia y desde allí a Barcelona, lo relaté en un trabajo
que tuve ocasión de presentar a un concurso literario convocado hace pocos
años por el Club Náutico de Gijón y que transcribo literalmente a continuación:
CONTORNEANDO LA PENÍNSULA PELIGROSAMENTE.- "Quede bien claro que
deja usted nuestra Universidad por su exclusiva voluntad y sin responsabilidad
alguna por parte de este Rectorado" me dijo el profesor Blas Cabrera, levantándose de su sillón y tendiéndome la mano en señal de despedida.
Al poco rato, regresado de mi habitación tras hacer un breve equipaje, abandonaba el Palacio de la Magdalena para trasladarme al puerto donde el
"Cabo Prior" hacia ya sonar sus sirenas, en señal de inminente partida el 2 de
agosto de 1936.
El buque había sido requisado por el Frente Popular
santanderíno e iba a iniciar una aventurada travesía de ocho días, sin escalas,
hasta fondear Valencia, rodeando toda la Península. Se trataba de transportar
alimentos, medicinas, ganado en vivo y buen número de voluntarios, deseosos
de aportar su personal esfuerzo a la lucha antifascista. La simbólica ayuda de
Asturias y Santander, al llegar a Valencia debía seguir por tierra hasta Madrid,
que se veía desde Cantabria sumamente necesitada.
Mi presencia en el buque se debía al deseo de hallarme en Cataluña en
momentos tan cruciales, pues desde la Universidad de Verano de Santander era
bien poco nuestro conocimiento exacto de cuanto estaba ocurriendo en España,
a consecuencia del Alzamiento del 18 de julio; en el seno de la Magdalena,
la insurrección se hizo sentir y la resonancia de los desfiles callejeros por la
ciudad, con camiones llenos de mineros asturianos con sus cartuchos de dinamita en las manos, era naturalmente impresionante.
La normal actividad del claustro de profesores se fue reduciendo paulatinamente, desertando poco a poco empezando a regresar a sus hogares quienes
podían hacerlo, siendo uno de los primeros, el profesor Piccard al que el propio
gobierno belga mandó recoger mediante el envio de un buque de guerra que
durante unas horas estuvo anclado en el puerto santanderíno.
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Memorias Autorizadas
Aún antes de mi marcha, pude despedirme de algunos de los profesores más
queridos, entre ellos el poeta Pedro Salinas o los filósofos Lansberg o García
Bacca y demás compañeros de aula, Elíseo García, que más tarde llegaría a fiscal
del Tribunal Supremo o la buena amiga que, también más tarde, pero no tanto,
fue compañera del capitán Xandrí, héroe de la bolsa de Bielsa.
Terminadas las enojosas tareas de la carga y formalidades oficiales en medio de
una gran multitud que nos despedía, entre la que no faltaban compañeros del
Palacio de la Magdalena, el Cabo Prior, se hizo a la mar, cargado hasta la
bandera, con ganado, amarrado en cubierta y con personal amistosamente
reunido en tertulias, corros más o menos jaraneros e, incluso, como en toda
agrupación humana, solitariamente distribuidos, paseantes entre jarcias,
aparejos y utillaje propio de una nave mercante, como era "nuestro" Cabo Prior.
Inspeccionada gran parte de la nave, decidí escoger como "residencia" durante
la travesía, el mismo puente de mando y como lugar de paseo, la cubierta de
proa. Era bien consciente de que la travesía no era un viaje de placer, ni estaba
en un crucero turístico y que la "aventura" podía terminar mal, así que acepté el
duro suelo para dormir y el cuartelero rancho para comer; el contacto intenso
con el mar, el profundo silencio y la ausencia de los ruidos de tierra, el rítmico
batir de la máquina del buque, la lenta sucesión de días y noches, iban a constituir para mí algo tan superior a todo lo vivido hasta entonces, que me sentía
compensado con creces. La inmersión en ocho días seguidos de mar abierta,
había de representarme una renovación total de mi ser; el contacto con la mar,
me hacía sentir nuevo hijo de Poseidón, acompañado en mi travesía por Océano
y Tetis.
La calma del primer día de navegación, no fue la que esperábamos todos, pues
se desató un fuerte temporal, con mar gruesa que.produjo estragos en los terrícolas estómagos de la mayor parte de los navegantes, hasta el extremo que a la
hora del rancho, solamente estábamos en la miserable cola, tres o cuatro
personas, entre las que felizmente me hallaba yo mismo, que se atrevieron a
llenar sus estómagos; el triste espectáculo de hombres y animales yaciendo por
el suelo, aniquilados por el mal de mar, era realmente deprimente; menos mal
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José M" Martínez-Mari Odena
que a medida que los días avanzaron, la costumbre se empezó a sentir y a los
ocho días, la cola del rancho era inacabable y nadie quería dejar de llenar,
lo más rápida y pronto posible, su escudilla cuartelera.
Apenas calmada la mar, el segundo día de navegación se presentó, de improviso, cargado de negros augurios, pues, desde Santander, avisaron que por el
Cantábrico, muy cerca de donde nosotros nos encontrábamos, circulaba,
dirigiéndose a San Sebastián, el crucero Almirante Cervera, que no hubiera
dudado un momento en apresarnos si nos avistaba. Nuestro capitán decidió
evitar todo desigual encuentro, adentrándose por el Cantábrico y dejando de
acercarse a las costas asturianas y gallegas lugares de máximo peligro para el
Cabo Prior y su codiciada carga. El periplo se alargó algo, pero todos respiramos
más tranquilos, al darnos cuenta del nuevo rumbo, y del alejamiento de la peligrosa base de El Ferrol, que debíamos doblar, a buena distancia y mar adentro,
para proseguir la travesía y llegar al buen puerto de Valencia.
A bordo de este buque y durante los ocho días de travesía, muchas amistades se
han creado y los hombres de tierra adentro, han trabado conocimiento, y hasta
amor, con las cosas del mar. Los días van pasando y cada vez me paso más
horas viendo, solitario, como la proa del Cabo Prior va devorando millas y costas
portuguesas, hacia su destino. Pasados los primeros días de temporal en el
Cantábrico, la calma, casi chicha, nos deja avanzar a la máxima velocidad que
permite la no excesiva juventud de la maquinaria,
Al final, todo llega, nos vimos en la precisión de atravesar el Estrecho de
Gibraltar, controlados ambos lados por los insurrectos; era el momento más
grave y del que dependía el éxito o fracaso de la expedición, y nuestra misma
libertad.
El capitán del Cabo Prior, decidió, de acuerdo pleno con los capítostes del grupo
embarcado, mantener al pairo el buque, en las cercanías del Estrecho durante el
día, para intentarla travesía, sobre las tres de la madrugada. A esa hora, efectivamente, a toda máquina, todo el mundo en cubierta, expectante, y con las
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Memorias Autorizadas
luces totalmente apagadas, el buque se lanzó aguas adentro; mi situación
durante la travesía, junto al capitán y en el puente de mando, me permitió oír
como, con reiteración y desde Gibraltar, se inquiría acerca de la nacionalidad y
características del buque que estaba en aquel momento atravesando el Estrecho;
también me apercibí de que nuestro capitán, para no dar señales que pudieran
resultar fatales, se abstuvo de dar respuesta a las preguntas inglesas, siguiendo
a la máxima velocidad, con la ruta prevista. Afortunadamente no tuvieron
cumplimiento los malos augurios y al cabo de una hora podíamos respirar tranquilos, al encontrarnos navegando, con vistas litorales que ya no nos resultaban
enemigas.
En medio del alborozo general, con los normales preparativos para un próximo
"adiós" al buque, que había sido nuestro hogar durante ocho días de agosto de
1936, el "Cabo Prior" arribó sin mayores problemas a las costas levantinas y
atracó en el puerto de El Grao, en donde la recepción que tuvimos fue mayúscula, ya que la travesía Cantábrico-Medíterráneo, en aquel momento y con tal
cargamento, era poco menos que impensable.
Aquí terminó la primera etapa del periplo y dio comienzo la segunda con el
traslado del ganado, alimentos y medicinas, desde el buque hasta el Madrid
asediado. Yo por mi parte, salí hacía Barcelona en donde llegué asombrando a
quienes me sabían en Santander, con imposibilidad de regresar a Cataluña, dada
la situación de los frentes de guerra.
A los sesenta y cinco años de esa odisea marítima, frente a la misma mar y bajo
el porche y escalinata de entrada del Palacio de la Magdalena, al cual no había
vuelto desde el agosto del 36, me invade la nostalgia y pienso qué habrá sido del
grupo de amigos y tripulantes del "Cabo Prior" y de como el tiempo nos va,
igualmente, destinando al desguace. Pero la experiencia vivida y el recuerdo que
vividamente se mantiene de ella en mi cerebro, me hacen coincidir con Neruda y
decir con él "confieso que he vivido".
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José IvT Martínez-Mari Ódena
Dando vueltas al tema, he reunido nuevos datos y así añado que el "Cabo Prior"
fue requisado para ese viaje a la Compañía Ibarra, desplazaba 3.367 TRB y
viajamos unas 150 personas. El periódico de Santander "El Cantábrico" en su
edición del día 4 de agosto, relataba así la salida:
"El domingo, a las tres de la tarde, zarpó para Valencia el vapor de la Compañía
Ibarra "Cabo Prior" que llevaba a su bordo a numerosas personas de Madrid a
quienes los acontecimientos de estos días habían sorprendido en esta localidad.
La salida fue un verdadero acontecimiento en el muelle, pues los pasajeros y
pasajeras de excelente buen humor consiguieron que fueran a despedirles
centenares de personas.
Iban en el barco 128 hombres y 42 mujeres, a quienes se habían reservado las
literas y cabinas del buque. Al desatracar éste, los pasajeros y pasajeras prorrumpieron en vivas a la República, a Azaña y al Gobierno, vivas que eran contestados unánimemente por los que los despedían resultando un espectáculo
conmovedor.
El "Cabo Prior" tardará en llegar a Valencia unos cinco días y medio, pues, como
ya se sabe, tiene que dar media vuelta a España. No se detendrá en ningún
puerto hasta rendir el viaje.
El Frente Popular, que hace todas las cosas sin omitir detalle, dotó a este barco
de todo lo necesario para una larga travesía, metiendo en sus establos buenas
vacas y en sus bodegas exquisitos comestibles.
De capitán marchó en el "Cabo Prior" el que lo era del "Cántabro número 2"
don Julio Buen Suceso....".
En principio no se temía ocurriera ningún percance al atravesar el estrecho de
Gibraltar, pues aunque ambas orillas pertenecían al franquismo, la escuadra que
vigilaba la zona era republicana; no obstante y como medida de precaución se
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Memorias Autorizadas
cruzó el estrecho por la noche, a toda marcha y sin ninguna luz de situación
encendida. Por verdadera casualidad no nos encontramos el día 5 en pleno
estrecho, toda vez que en esa fecha cruzó el canal una flota que trasladaba a la
península el primer contingente importante de fuerzas de infantería africana
para ayudar al levantamiento armado; los barcos mercantes iban protegidos por
el cañonero "Dato" que tuvo que mantener ayudado por la aviación, una dura
batalla, victoriosa, con un crucero republicano que no pudo detener a los que
pasaron.
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José MJ Martínez-Mari Odena
V .Mi Guerra Civil 36-39
" - f i I 18 de julio de 1936 hacía cinco meses que había cumplido los veinte años
_i_¡ y por lo tanto puedo considerarme formando parte de la generación del 36
(de los que bien pocos quedamos hoy) plenamente afectada por el trauma de
nuestra contienda.
Durante los tres años consigné en varios cuadernos las vicisitudes y diarios acontecimientos que me fueron ocurriendo y hoy tengo reunido en un volumen
manuscrito el transcurrir de los meses en los que pasé de evadido de la España
republicana a exiliado en Suiza e Italia, de miliciano en el frente de Madrid a
alférez y teniente en la división marroquí 150 y de sin familia a la recuperación
del hogar con la caída de Barcelona. Remitiéndome, pues, a aquel texto manuscrito y minuciosamente datado, dejaré aquí, no obstante, algunos recuerdos de
aquellos años tan intensos y vitales para mí y para el país.
A - EVADIDO Y EXILIADO.
La llegada a Barcelona desde Valencia después de la aventura del Cabo Prior me
supuso una gran conmoción al encontrarme, de repente, con una ciudad de
iglesias y conventos incendiados, de ejecuciones de políticos, sacerdotes y
patronos llevadas a cabo por patrullas de control de la F.A.I. y otras organizaciones decididas a imponer el terror por la represión armada y en conjunto con
una capital bien distinta de la que yo conocí; huir del terror era deseo común de
personas amenazadas y algunas de mis amistades, por un sistema u otro
(a través de la frontera por el Pirineo, con pasaporte falso de subdito de otro
país, por el monte hacía la zona nacional o con identidad falsa en buque extranjero) ya habían logrado escapar, estaban encarceladas o desaparecidas.
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Memorias Autorizadas
Dándome cuenta de la inseguridad en que yo mismo me encontraba en aquellas
circunstancias por mis actividades durante la vida universitaria, me propuse salir
de Barcelona aprovechando la circunstancia de que un cónsul amigo se ofreció a
fabricarme un pasaporte de subdito de un país americano, lo que acepté inmediatamente encontrándome tras el control obligatorio en el puerto, en la
cubierta del buque alemán Leverkussen (el último de nacionalidad alemana que
tocó Barcelona hasta que fue liberada) y zarpando hacía Genova donde arribé el
21 de agosto de 1936. Agradecí, y aún agradezco, a mis padres el que me
dejaran en absoluta libertad para tomar la decisión que me pareciera bien en
aquellos difíciles momentos y sé que mi padre, que me acompañó en el coche
del consulado hasta el cordón policial del puerto, dijo después "no tornaré a
veure'l mai mes".
En el Leverkussen coincidí con cantidad de personas que huían y he recordado
varias veces esa travesía con Carlos Sentís, que con un grupo de periodistas de
"La Lliga", también había podido marcharse; era normal que casi todos los
viajeros se introdujeran en el buque con nombres y apellidos distintos de los suyos
propios, pues precisamente se trataba de esconder su verdadera y comprometida
identidad que se mantenía falsificada hasta la llegada a Genova en cuyo
consulado español se arreglaban los papeles para recuperar los verdaderos
nombres y apellidos.
En Genova encontré bastantes amigos que esperaban la llegada del buque de
Barcelona para tener noticias frescas de los acontecimientos y entre ellos mis
primos los Jané, que poco tiempo después se marcharon a Cuba. Me llamó la
atención un desfile de soldados italianos "facceta ñera" que regresaban de
Abisinia en donde Italia desarrollaba una cruenta guerra contra Haile Selassie el
"Negus Neguesti", en aquel momento en pleno desarrollo.
No deseando quedarme en Italia, me inscribí en la oficina montada por el
consulado español, encargada de repatriar a la zona nacional los evadidos que
fueran quintas reclamadas o militares; se admitió mi inscripción pero al no
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José M'n Martínez-Mari Ódena
considerarme en ninguno de esos casos, me indicaron que tardarían en facilitarme el viaje y me llamarían en su momento; la espera debía resultar algo larga
pues me interesaba entrar en la España nacional a través de Gibraltar y
Andalucía, evitando mi entrada por el Pirineo francés que podía ser peligrosa
pues, se decía, que la policía francesa comunicaba a Cataluña la identidad de
quienes pasaban a la zona nacional. Decidí no esperarme en Genova y escribí al
amigo íntimo de mi padre Juan Bassegoda Casas explicándole mi situación a lo
que éste me contestó, a vuelta de correo, invitándome inmediatamente a su
casa en Ginebra (Plateau de Champel, avenue Peschier 4) en donde me tendría
como a un hijo y a mí me permitiría esperar la llamada para embarcar de nuevo
hacia la España nacional vía Gibraltar y Sevilla. En Ginebra, sin nada que hacer
más que escuchar la radio con las noticias de España y pasearme con amigos y
conocidos, también refugiados, por calles y paseos de la ciudad, anduve cerca
de un mes hasta que me llegó un telegrama del consulado español de Genova
en el que se me citaba para embarcar en el "Conte di Savoya" dispuesto a
zarpar para América del Sur y que "ex professo" pararía en la rada de Gibraltar
para permitir que una barcaza nos llevara hasta la costa española de Algeciras y
así entrar en la zona nacional.
En avión me desplacé de Ginebra a Turín, en donde localicé a mi amigo
Guillermo Busquets al que propuse se alistara conmigo saliendo juntos desde
Genova hacia Gibraltar, llegado a mi punto de destino estuve dos días
esperando zarpar, alojado en un minúsculo hotel "Corona di ferro" que tenía
como lema, para compensar la estrechez de sus instalaciones, "parva domus
magna quies". El día convenido, 30 de septiembre, zarpamos y después de una
escala en Ñapóles, que aprovechamos para visitar las ruinas de Pompeya,
seguimos viaje desembarcando en Gibraltar el 2 de octubre.
El grupo de españoles del periplo estaba integrado por Vicente Lupo, jefe de las
milicias de Falange Española en Barcelona, Guillermo Busquets, Fabré, Heydrick,
Maier (campeón español de tenis), Calas y Alonso; después de un par de días en
Sevilla y ya decidido a integrarme en el grupo de Lupo, Alonso y Calas, nos
trasladamos por ferrocarril a Burgos, pasando por Càceres y Badajoz.
-57-
Memorias Autorizadas
En aquellos días se especulaba con la inminente terminación de la guerra por la
entrada en Madrid de las fuerzas nacionales y por ello tuve interés en alistarme
con Lupo en la segunda centuria catalana Virgen de Montserrat, que se estaba
formando en aquellos momentos, después de que la primera centuria había sido
diezmada en la línea fronteriza de Espinosa de los Monteros, bastante cercana
ya a Burgos, me animaron para alistarme en esa unidad Carlos Trias Bertran y
José Ribas Seva y Luis de Caralt.
Contribuyó a mi encuadramiento en Falange, el hecho de que ese Movimiento
me pareció el más dinámico y activo de los entonces existentes, muy alejado de
los viejos partidos políticos de centro y derecha aunque algunos de sus principios, así como su conexión con movimientos alemanes e italianos, no estaban en
modo alguno, de acuerdo con mis convicciones.
En Burgos encontré a bastantes amigos, aunque en aquellos momentos eran
escasas las personas que llegaban a la capital del franquismo escapadas de
Barcelona y entre ellos a Aurelio Joaniquet que me dijo hubiera preferido me
alistara en una unidad que había organizado el grupo político "Renovación
Española" al que pertenecía. Resultaba ciertamente curiosa una cierta similitud
entre las dos zonas en cuanto a la distribución de las fuerzas combativas; en
ambas y con independencia del Ejército propiamente dicho, los partidos políticos
o entidades revolucionarias organizaron sus propias milicias en las que
encuadraban a sus afiliados. En la zona nacional funcionaron y se mantuvieron
unidades de milicianos propios, los tradicionalistas requetés, Renovación
Española y Falange Española de las Jons, al igual que en la zona republicana
actuaron milicias anarquistas, comunistas y-de otros grupos sindicales; con el
progreso de la guerra civil el ejército fue adquiriendo conciencia de su superior
potencia y organización y poco a poco, las milicias de los partidos fueron desapareciendo o quedando como meras subordinadas a las fuerzas militares bajo un
mando único.
Durante un mes seguí en Burgos con prácticas de instrucción en la segunda
centuria, preparándonos para salir hacia el frente de Madrid en cualquier
momento; mi vida en Burgos transcurría, por otra parte, tranquila asimilando la
-58-
José M'1 Martínez-Mari Ódena
gran cantidad de novedades que para mí representaba el paso de una zona a
otra, la situación militar y política febril en esa capital y mi extraña posición
personal, tan distinta de la que hasta entonces había sido la mía; mucho se ha
escrito acerca del exilio de quienes se vieron forzados a huir por el triunfo
nacional, pero no he podido encontrar demasiados textos que hablaran de las
situaciones de los exiliados de la zona republicana, como era en aquel entonces,
mi propio caso.
B - DE MILICIANO A TENIENTE DEL EJÉRCITO.
El 3 de noviembre de 1936 salió mi columna hacia el frente de Madrid y después
de pasar por Ávila y Navalperal de Pinares paramos en San Martín de
Valdeiglesias; los medios de transporte de aquel tiempo eran rudimentarios y
utilizamos el tren y autobuses requisados de líneas de servicio público, en gran
parte gallegas.
La serie de desplazamientos fue constante, al compás de los avances de las
tropas nacionales en el frente de Madrid; así en distintas fechas nos encontramos en Chapinería, Colmenar del Arroyo, Brunete, Villafranca del Castillo y
sobre todo en Villanueva de la Cañada y Quijorna; el frente del Tajo no era
continuo y las líneas estaban sometidas a fuerte movilidad con nuestro cuartel
general en Navalcarnero.
Nuestra unidad dependía en su organización y
mantenimiento de la Territorial de Cataluña, en Burgos, aunque militarmente
formábamos parte de la columna Castejón. En mi unidad estábamos un buen
grupo de amigos de Barcelona, entre ellos Busquets, Riera, Ràfols, Gabarro,
Valentí, Bofill, Vallosera, Gorgot (farmacéutico), Montaña (nuestro cocinero), los
dos Colomer, Serra (farmacéutico), Rosal (médico y textil), Pons (que ha sido
muchos años alcalde de Lérida), Canals (compañero mío del bachillerato), Rosés
(cuyo padre y abuelo estuvieron muchos años en Cuba y conocieron a mi
abuelo), Roger (que aportó a la centuria su propio automóvil y se constituyó en
nuestro enlace), los dos hermanos Morales (uno de ellos ingeniero agrónomo),
Alsina de Boschi (que murió en el frente y cuyo padre ya en Barcelona, quiso
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Memorias Autorizadas
verme muchas veces para hablarme de la muerte de su hijo), Herrero (el de
mayor edad de todos y que se las daba de mucha experiencia de guerra pues
decía, había tomado parte en la primera guerra europea), Ros de Ramis, Sabata
Anfruns (primo de Carlos Sentis, que nos vino a ver con Ignacio Agustí varias
veces en el frente), Mestres (hijo del director del teatro del Liceo barcelonés)
Reguant, Fité, Martí, Altimiras (Procurador de los Tribunales y amigo de mi
padre), Viñamata y Ferrater; había también en la centuria un grupo de gente del
campo burgalés presididos por el que fue alcalde, creo que de Aranda de Duero,
personaje muy espectacular porque además de ser alto y fuerte era pelirrojo con
gran barba y finalmente había otro grupo de andaluces de pésima calidad,
enrolados para que nuestra centuria fuese completa y pudiese salir rápidamente
al frente; entre éstos se encontraban un expulsado de la legión como
Magariños, el hijo de un general que le echó de su casa Arjonilla y algún otro
sujeto más.
La plana mayor de la centuria estaba constituida por el jefe que era Vicente Lupo
al que rodeaban Ramón Despujol Magarola, Luque, Lambruschini, Campos y
Morales; también se añadía el sargento Néstor Beauregard mutilado de la
campaña de África y que más tarde fue el jefe de la centuria, que me facilitó mi
salida para la academia de Burgos; finalmente sustituyó a Vicente Lupo en el
mando de la unidad el alférez de complemento Ferrater Ducay,
Recuerdo muy bien las interminables guardias en el cementerio de Quijorna así
como en los fortines de Villanueva de la Cañada y Brunete, convencido de que,
tarde o temprano deberíamos avanzar o encontrarnos, por lo contrario, con una
fuerte ofensiva enemiga, como así ocurrió pues en la noche del 5 al 6 de julio de
1937 en la llamada "Batalla de Brunete" esos pueblos fueron arrasados y
destruidas nuestras resistencias; afortunadamente en esa fecha yo ya estaba
destinado como alférez al parque de Zaragoza, recién terminados los cursos en
la academia militar.
Otra fecha interesante relacionada con la centuria fue la del 19 de abril de 1937
en la que el decreto de unificación de falangistas y tradicionalistas apareció en el
Boletín del Estado, dando fin y militarizando a las diferentes unidades organizadas
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José M ' Martínez-Mari Odena
por los partidos políticos; esa disposición promovió resistencias y controversias
que tuvieron que ser resueltas por la fuerza desde Burgos, acabando algunos de
los gerifaltes de la Falange en la cárcel o desterrados como Manuel Hedilla.
Mi vida como miliciano de la centuria se terminó felizmente ya que durante mi
estancia no anduve demasiado de acuerdo con las disposiciones del mando,
llegando a algunas situaciones límite que me dejaron un poco marginado y "out
sider" del grupo, al haber sido admitido en la Academia de Intendencia de
Burgos para el segundo curso de alféreces provisionales, así que partí vía
Navalcamero hacia la entonces capital de la España nacional y me incorporé a la
Academia con la mayor ilusión; desde entonces cesó ya todo mi contacto con la
segunda centuria que incorporada a una Bandera de Marruecos, resultó casi
diezmada en el frente de Madrid. El Ayuntamiento de Barcelona concedió a
todos los componentes de esa centuria, entre ellos a mí mismo, la medalla de
plata de la ciudad el 18 de julio de 1952.
El curso duró un mes y juramos bandera el 19 de junio. Fue interesante la experiencia, pues éramos unos treinta alumnos, hacíamos vida cuartelera alojándonos en la misma academia y teníamos ejercicios de equitación y tiro, además
de las reglamentarias clases propias de toda formación militar. La coraza política
con la que me blindé para prevenir eventuales problemas derivados de actuaciones en Unió Democràtica (afiliación a la Falange de Cataluña y presencia en el
frente de Madrid con la segunda centuria), quedó definitivamente completa con
mi nombramiento como alférez provisional y mi posterior destino en la División
marroquí 150. Los alféreces provisionales constituíamos lo más selecto del
ejército nacional, jaleados por los medios por su juventud, arrojo y valentía,
éramos bocado preferido para madrinas de guerra, enfermeras y bellas
casaderas que se nos disputaban (modestia aparte); el gran número de bajas
experimentadas en la campaña por los alféreces provisionales, hizo que fuera
verdad el dicho "alférez provisional-cadáver efectivo".
Al final se nos comunicaron los distintos destinos mandándome a mí al Parque
de Intendencia de Zaragoza, en donde me instalé, permaneciendo en las oficinas, entrenándome en las misiones propias de mi graduación, bastante
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Memorias Autorizadas
aburridas por cierto y poco de mi agrado, pues después de mi etapa del frente
de guerra me era difícil aceptar la tranquilidad baturra. Conmigo acabó el curso
Guillermo Busquets que fue destinado a Valladolid en el servicio de Transportes
Militares y en curso algo posterior resultó también graduado mi primo Federico
y el que fue después su cuñado Antonio Feliu.
No hace falta que diga la emoción que sentí al cobrar mi primera paga de alférez
que ascendía a 333,33 pesetas exactamente. Esa paga me permitió reintegrar a
Joaniquet y a mi primo Julio Fossas algunas cantidades que me prestaron para
equiparme en Burgos.
De la calma zaragozana pude librarme pronto ya que el ataque republicano por
la zona de Belchite obligó a concentrar unidades de élite en el frente; con las
fuerzas salidas de Zaragoza me desplacé hasta el Burgo de Ebro, a pocos
kilómetros del frente que se empezaba a estabilizar; a partir del 12 de
septiembre de 1937 permanecí en esa población, adscrito a los servicios de
intendencia de Ceuta y Melilla que formaban parte de la División Marroquí 150
constituida casi exclusivamente por banderas de la Legión, Mehalas, Harkas y
Tabores de marroquíes acostumbrados a la guerra; el contacto con mis
compañeros marroquíes, y especialmente la buena amistad que mantuve con el
comandante Valenciano y el general de la división Saez de Buruaga hizo que
gestionaran del Estado Mayor Central mi traslado a esa División, sustrayéndome
de la obediencia al Parque de Zaragoza, dando lugar a una orden del Cuartel
General por la que pasé de un servicio al otro.
El hecho de mi pertenencia, en lo sucesivo, a la División Marroquí 150, destinada
por la composición de sus fuerzas, a ocupar los frentes de mayor peligro o de
mayor necesidad, hizo que me olvidara por completo de la tranquilidad de los
frentes de batalla inmovilizados; me limitaré a enumerar a continuación los
lugares por donde, con la División y prestando los servicios correspondientes a mi
situación fueron transcurriendo los años 37, 38 y 39 hasta el final de la contienda.
1937: Desde el Burgo de Ebro (frente de Belchite) me trasladé a Alhama de
Aragón y desde allí a Jadraque y Cogolludo con el fin de montar un depósito
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José M'1 Martínez-Mari Odena
para el suministro de las fuerzas que iniciaban el avance sobre Guadalajara, que
debía terminar en Madrid. Fracasado el avance de los nacionales sobre
Guadalajara, las fuerzas de la República iniciaron el ataque sobre Teruel, por lo
que la División 150 fue trasladada a ese frente para detener la ofensiva y el 31
de diciembre estaba en Villarquemado junto al frente nacional y a una temperatura de 16 grados bajo cero.
1938: Hasta el mes de marzo sigo en el frente de Teruel, en el pueblo de Caudé
con convoyes a las posiciones de Cerro Gordo y Las Celadas, intensamente
bombardeadas causándonos numerosas bajas; recuperada Teruel y preparándose el avance sobre Cataluña, la División se trasladó a La Almúnia de Doña
Godina para pasar luego
por Candasnos, cruzando el Ebro, hasta Fraga.
Iniciada, después de llegar los nacionales hasta el Mediterráneo aislando
Cataluña, la campaña definitiva, me instalo en Alcarraz, sin poder la División
tomar Lérida y estabilizándose el frente; me traslado luego a Tremp para situarme en la cima de la montaña llamada "Campaneta" donde paso las navidades; seguidamente el avance sobre Cataluña prosigue imparable y
sucesivamente vivaqueo en los pueblos de Suterraña, San Martín de Barcedana
y varios puntos quilométricos de la carretera que conduce a Artesa de Segre,
todo ello en medio de un tiempo infernal.
1939: Prosiguiendo la División 150 el avance hacia Barcelona, me instalo sucesivamente en pueblos como Montmagastre, Aña, Castellnou, Guardiola,
llegando hasta Solsona y albergándome en Berga en un magnífico chalet abandonado por sus dueños. Tomada Barcelona pude hacer una rápida visita a mis
padres, realmente emocionante y volví rápidamente al frente para regresar con
el desfile de la victoria a Barcelona.
Sigue la campaña para la toma final de Madrid y me instalo siguiendo con la
División marroquí, en los pueblos de Sauca, Alaminos, Brihuega, Huerva,
Pastrana, Archilla, Tendilla hasta llegar a Huete, en donde estuve bastantes días
para hacerme cargo de unas instalaciones hospitalarias montadas por el ejército
republicano, apresando a un grupo de médicos catalanes que se encontraban
allí y entre los que había algún amigo mío de Barcelona.
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Memorias Autorizadas
Estuve un tiempo de comandante militar en Valparaíso de Abajo, junto a
Cuenca, ya terminada la guerra, recordando muy bien la tranquilidad que se me
ofrecía después de tanto movimiento y zozobras. Finalmente, estando de guarnición en San Juan de Mozarrifar, la División marroquí y mi compañía, se
traslada a su lugar de origen en Melilla, pero yo ya había solicitado mi licénciamiento, que obtuve el 4 de octubre volviendo a mi vida civil definitiva en
Barcelona, aunque con un paréntesis del 10 de julio hasta el 29 de diciembre de
1940 en que seguí prestando mis servicios en la Sección cuarta del Estado Mayor
de la Capitanía General de la IV Región Militar, en el edificio del Paseo de Colón.
El 24 de abril de 1957 hubiera podido ya ostentar las tres estrellas de capitán
que se me concedieron por orden de 8 de octubre de 1962, pero no hubo caso
pues la guerrera había sido sustituida por la americana.
Definitivamente me di de bajá en la carrera militar a final de diciembre de 1940,
sin hacer caso de los consejos de muchos amigos militares que me auguraban
un brillante porvenir en la milicia para reintegrarme de lleno en la vida civil como
simple abogado.
t
Puedo decir que en mi vida hay un antes y un después de la Guerra Civil; el hijo
de papá que había sido hasta mediado el 1936, dejó paso, debido a los forzados
acontecimientos bélicos, a otra persona que era y no era la misma de antes; el
contacto con gentes bien distintas, circunstancias y peligros excepcionales en
todos sentidos, vivencias irrepetibles y emociones incontables, no pudieron por
menos que dejar huella en mi personalidad.
Ciertamente la contienda fue una desgracia para el país pero, habida cuenta que
me encontré inmersa en ella, puedo considerarme privilegiado al haber podido
captar plenamente cuanto de bueno y de malo podía ofrecerme y podido percibir
el irrepetible ambiente de los primeros días del alzamiento en una y otra parte.
Tengo una copiosa biblioteca relacionada con los acontecimientos del 36-39 y
gran cantidad de fotografías tanto de la época de miliciano en el frente de
Madrid en plena trinchera, como de oficial en los variados frentes de batalla.
-64-
José Ma Martínez-Mari Ódena
De entre los libros publicados ya después de la guerra creo muy interesante el de
Teresa Pàmies que escribe en su "Quan érem capitans": He sentit una mena
d'enveja d'aquella noia que era jo, que ja no sóc. Mirava les fotos d'aquell
rostre fresc, agressiu, d'ulls flamejants com els de tot jove que creu, rabiosament, en allò que diu, encara que digui rucades, encara que prediqui utopies, les
belles utopies sense les quals l'home no ho fóra.
El ambiente de Barcelona que describe la Pàmies era parecido al que en Burgos
o Valladolid viví también yo y el sentimiento de envidia al contemplar escenas de
su juventud, también me embarga a m( en circunstancia similar, aunque de
color distinto.
Transcurridos sesenta y cinco años creo que, desde cierto punto de vista sentimental, hay dos momentos prioritarios en esa etapa de mi vida que no debo
dejar de valorar como es debido y que están íntimamente relacionados; me
refiero al momento de despedirme de mis padres para marchar hacia destino
ignorado y dudoso en el agosto del 36 y al momento del reencuentro en enero
del 39, después de años de separación; este último encuentro ha quedado bien
fluido en mi memoria y estoy, todavía, como si viera a mi madre, padre y
hermanos asomados al balcón de Vía Layetana 11 5, recién engalanado con una
bandera española cosida por mi madre a gran velocidad en espera de ese día,
aguardando mi llegada directa desde el frente, unos días después de liberada
Barcelona.
Mi hermano Quimet que entonces tenía dieciséis años describió el episodio de
mi llegada en una cuartilla redactada cuando yo cumplía mis ochenta años y,
mejor que nadie deja constancia del hecho; no resisto a la idea de reproducir
aquí sus mismas palabras:
Mi aportación a los 80 años de mi hermano José María
Eran los últimos días de enero de 1939. Barcelona había sido liberada por las
tropas de Franco el 26 de ese mes y de ese año, pero como José María no estaba
entre las tropas que habían entrado a Barcelona nosotros estábamos en el
-65-
Memorias Autorizadas
interrogante de "por dónde andaría"... y "cuándo lo podríamos ver". Las noticias que de él tuvimos durante la guerra fueron siempre por intermedio del
espionaje, a través de nuestro vecino paraguayo Sr. Andrés Blai (el Sr. Blai, del
Paraguay, que nunca compró un pai-pai) como decíamos, haciendo juego de
palabras. Sabíamos que estaba bien, pero no sabíamos nada más. Así que el
interrogante de su vuelta flotaba en casa.
...Y al cabo de tres o cuatro días, terminándose el enero, una madrugada sonó
el teléfono, y se tuvo aquella conversación que quedó casi literalmente gravada
en mi mente para el resto de mi vida; ahora -después de casi 60 años- lo oigo
sonar en el fondo de mi alma, como si fuera la primera vez.
Suena el teléfono, a la madrugada, y mamá toma el auricular:
(del otro lado de la línea): ¡QUIÉN HABLA?...
Mamá: LA SEÑORA!
(del otro lado de la línea): ¿ QUÉ SEÑORA ?
Mamá: MERCEDES!
(del otro lado de la línea): MAMÁ!!!
Imaginaos la emoción de los que, poco a poco, por lo inusitado de la hora, nos
habíamos ido agrupando alrededor del teléfono: papá y mamá, Itasy yo. Meíy
Toni eran demasiados pequeños para poder comprender lo que ocurría en
aquellos momentos tan tensos.
José María dijo que estaba cerca y que en una hora, poco más o menos, estaría
con nosotros, en casa. Así fue. Podéis imaginaros la llegada y el encuentro con
mamá, el inmenso y apretado abrazo de madre e hijo,... las lágrimas de alegría
de todos... "La noche quedó atrás", como dice e¡ titulo de aquel libro. Ella lo
había visto partir, con el corazón en un puño, tres años antes con la incertidumbre de su vuelta en el alma, y ahora lo tenía entre sus brazos (muchas
veces la mejor conversación es la que se tiene en el silencio). Después de su
partida la angustia nuestra al saberlo en el frente, y angustia de él al saber del
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José M'' Martínez-Mari Ódena
hambre y de los bombardeos de Barcelona. "La noche quedó atrás". Ahora
estaban los dos: madre e hijo, en abrazo apretado y silencioso, diciéndose mil
cosas y dando gracias a Dios. Los hechos lo decían todo!. Todo había pasado...
a las angustias e incertidumbres las hablan sustituido la certeza de la presencia
de toda la familia.
Lo estoy viendo entrar, y para mis ojos e imeginación de adolescente era la
encarnación de un auténtico guerrero... con sus botas pesadas y llenas de barro,
con su grueso chaquetón (¿le llamaban "canadiense"?...) y terciado en
bandolera, un tremendo pistolón enfundado...
Entró a nuestro cuarto (el que queda al frente de la puerta de entrada) se desenfundó de su "canadiense" y dejó el pistolón sobre la mesa (aún en estos
momentos estoy viendo la mesa con el pistolón), y riendo y bromeando, entre
lágrimas, risas y emociones entramos a celebrar la llegada de José María.
t
-67-
Memorias Autorizadas
vi »Dos decenios fundamentales
A -1936-1946.
"lf}¡¡ osiblemente dentro de los casi nueve decenios que llevo cumplidos, el que
ií.
considero muy importante y decisivo para mi vida es el transcurrido entre el
junio del 1936 y el mismo mes del 1946.
Los tres primeros años incluyen la terminación de mi carrera de abogado, mi
estancia en Santander, la vuelta a Barcelona y la emigración a Italia y Suiza con
el retorno a la zona nacional, así como la participación de lleno en los avatares
de la contienda militar, hasta el regreso a Barcelona. En 1940-41 estudié el
Doctorado de Derecho en la Universidad Central y cerré mi carrera militar,
colgando definitivamente la guerrera, correaje y armamento en el armario. El
año 42 significó mi entrada en el Ayuntamiento de la ciudad tras una reñida
oposición y el año siguiente mi matrimonio, que fue el culpable de que me decidiera a ingresar en la casa de la ciudad, dejando casi aparcado mi bufete de
abogado, que pasó a ser secundario. Y los años 44, 45 y 46 son las fechas de
nacimiento de mis hijas Alicia, Elena y Ana María, naciendo el cuarto hijo, Jaime,
dos años después.
De cuanto ocurrió en la Universidad de verano de Santander, lo tengo ya
relatado anteriormente. Y de mi intervención en la Guerra Civil, merced a un
cuadernillo en el que anotaba diariamente lo sucedido, conservo unas abultadas
memorias en las que día a día, cuento los diarios acontecimientos.
Mi conocimiento con Ana Ma se materializó el 10 de diciembre de 1939, cuando
Lorenzo Balanzó, que la conocía por sus veraneos en Caldetas, me la presentó y
asistimos a un baile en el Hotel Ritz, al que todavía acudí de uniforme militar y
con espuelas.
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José M° Martínez-Mari Ódena
Desde aquel encuentro transcurrieron cuatro años y el 14 de mayo de 1943 me
casé en la capilla de la Virgen del Remedio de la Iglesia de San Jaime según
antigua tradición familiar. En esa capilla y en su Altar Mayor se encontraba una
imagen de la Virgen del Remedio en alabastro que mi padre costeó y fue
esculpida por Federico Mares ya que la primitiva imagen resultó destruida como
consecuencia del incendio del templo en los primeros días del alzamiento del 36.
En esos primeros años posteriores a la guerra, la mayoría de los que regresamos
del otro bando y habíamos pasado tiempos de penuria, incomodidades y peligros, cansados de ese tipo de vida azarosa, pensamos enseguida en crear
nuestro propio hogar y en una vida más satisfactoria; así no solo me casé yo,
sino que una inmensa mayoría de los amigos lo hicieron por las mismas fechas;
puedo reseñar una serie de bodas de amigos o amigas, a las que asistí y entre
ellas las de Fernando Serrano con Montserrat Galobart (a los nueve meses tuvo
trillizos y su mujer murió del parto), Guillermo Busquets con Paquita Giralt, José
María Gibernau con María Elena Corachán, Ramón Malagrida con la Matons,
••José María Torrent con María del Carmen Osborne, Miguel Rodés con María
Cardellach, Manolo Escola con la Tarrida, Humbert con la Millet (él era un
gigantón y ella casi enana, lo cual no fue óbice para que tuvieran dieciséis hijos
y el Premio Nacional de Natalidad, que yo mismo, desde el Patronato Municipal
de la Vivienda le entregué con gran alegría); también el mismo año que yo se
casó mi prima Lolita Mitjans con Paco Perera Torra-Balari y un año antes mi
primo Federico Mitjans se casó con Eulalia Feliu. Tantas bodas no fueron inconveniente para que algunos amigos de la guerra, bien acostumbrados a lo de "el
buey suelto bien se lame" permanecieran solteros hasta su muerte y entre ellos
recuerdo a Lorenzo Balanzó, Antonio Feliu, Carlos Blajot y algunos otros más.
En el caso de mi boda, terminada la ceremonia religiosa celebramos el banquete
en el Restaurante Miramar de Montjuic, servido con esplendidez por Gaspart,
padre del que después fue Presidente del Barca; el menú fue especialmente
preparado y consistió, según el texto que tengo delante y conservo desde
entonces, en lo siguiente: Surtido de entremeses con fiambres - Canalones de
ave gratinados al queso de Parma - Langosta fría con mayonesa de legumbres
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Memorias Autorizadas
salsa Tártara - Pollo Reina del Prat asado al fuego de leña y quemado a la fina
champaña, legumbres frescas salteadas - Turbante helado Bella Elena - Pastel
Nupcial, Pastelería - Fresas con Naranja - café doble. No hace falta decir que, en
aquellos tiempos de cartilla de racionamiento y estraperto, los cuarenta y un Invitados pudieron sentirse sobradamente satisfechos.
El clásico viaje de bodas no lo pudimos realizar a gusto marchándonos a tierras
extrañas, pues la guerra mundial, entonces en pleno auge limitaba los desplazamientos; el lugar de nuestra elección fue la isla de Mallorca y en ella un pequeño
hotel, carente de luz eléctrica, situado en la cala San Vicente, poco accesible y
olvidado, pero cerca del lujoso Hotel Formentor; en esa cala existía un vivero de
langostas que nos suministraba cada día su correspondiente ración y
disfrutábamos de una muy agradable y pacífica playa solitaria; la dirección del
hotel mostraba como preciada reliquia, el pijama que olvidó, por'lo visto, el
artista cinematográfico Douglas Fairbanks que fue huésped de aquella casa unos
años atrás.
t.
La primera residencia de nuestro matrimonio la tuvimos en una pensión de la
plaza Urquinaona, en espera de que terminaran las obras de habilitación del piso
de la calle Bruc 63; unos meses después y terminadas las obras nos instalamos
en el piso en el que pasados sesenta años dicto estas memorias.
Como anécdota curiosa del mobiliario del piso, puede contarse la del primitivo
tálamo nupcial; era una pieza exageradamente valiosa para un uso cotidiano
pues se trataba de un testero barroco con una estatua en relieve de San Jorge en
tonos azulados y dorados, seguramente fruto de los imagineros de Olot y del
siglo XVII. Hablando del tema con el Teniente de Alcalde de Cultura, mi buen
amigo Luis de Caralt, me indicó que podía interesar al Ayuntamiento para algún
museo y al efecto, después de un informe favorable del técnico municipal, lo
cedí a dicha Corporación y olvidé la pieza.
La sorpresa fue mayúscula cuando, años después en un banquete oficial en el
Palacete Albéniz, el Alcalde Porcioles Invitó a las señoras asistentes a la fiesta a
recorrer las habitaciones destinadas al alojamiento de los Príncipes en sus visitas
-70-
José M" Martínez-Mari Ódena
a Barcelona, antes de ser proclamados Reyes, Ana María vio, con sorpresa, como
la cama de la habitación principal, era precisamente, la que en su día, campeaba
en nuestro propio dormitorio y fue objeto de cesión para un museo. Si alguna
vez tuviera la oportunidad de charlar "of the record" con el Rey de España, no
dejaría en el tintero esa común estancia, bien acompañados, durante muchas
noches, en un mismo noble camastro.
B -1996-2006.
Pudiera ser este decenio el final de los míos, ya que en el 2006 cumpliré mis
noventa años y, en caso de llegar, desconozco en que situación y cuanto tiempo
más seguiré dando la matraca.
El decenio empezó con la muerte de Ana Mari, lo que significó un cambio total
en mí situación, volviendo en cierta manera, al tipo de vida anterior al matrimonio, a base de contar solamente conmigo, pudiendo hacer y deshacer a mi
gusto.
Entre los años 1996 y 2001 recorrí dieciséis países distintos, desde Islàndia hasta
Patagònia y desde Polinesia hasta Méjico, Grecia, Polonia o Groenlandia; pienso
completar aún con algún país más mi conocimiento del globo, pero mis posibilidades físicas se han reducido y tengo que contar con ello.
Durante este decenio dos de mis nietas se han casado -Belén y Ainhoa- y no
desecho la idea de que en algún momento, pueda llegar a ser bisabuelo y se
celebre algún matrimonio más de nietos.
Creo pues que es justo señalar este último decenio como muy importante,
aunque lo que acontezca desde este 2004 hasta el 2006 -y tal vez más alládeberán quedar forzosamente fuera de estas memorias.
t
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Memorias Autorizadas
vil ^Ejercitando mi profesión de abogado
1 — \ urante el último año de mis estudios en la universidad estuve trabajando
! _ > ' como pasante y en plan de prácticas en el despacho del abogado Aurelio
Joaniquet Extremo que mantenía un importante bufete no especializado y que
desarrollaba una intensa actividad política en Renovación Española, como buen
amigo de Goicoechea y de Calvo Sotelo. En aquellos tiempos los despachos de
abogado se encontraban clasificados según su tributación a Hacienda, establecida por el mismo Colegio de Abogados y los de mayor éxito y cantidad de
clientes se calificaban como de primera cuota, con un cierto numerus clausus
que hacía que solamente unos pocos pudieran anotarse en esa categoría y el
despacho de Joaniquet era uno de estos.
Terminada la Guerra Civil pasé a trabajar en el despacho de Ramón Pella y Tort,
también primera cuota, especializado en propiedad industrial e hijo del mejor
tratadista de Derecho Catalán Ramón Pella y Forgas. En enero de 1942 dejé ese
despacho para preparar las oposiciones al Ayuntamiento y una vez ingresado en
éste, volví a trabajar de nuevo en el bufete de Aurelio Joaniquet, entonces
primer teniente de alcalde y vicepresidente de La Caixa, como brazo derecho de
Miguel Mateu; mi designación como gerente del Patronato Municipal de la
Vivienda, con el trabajo que ello representaba, hizo que dejara ese despacho, sin
que cesara de ejercer mi profesión, aunque ya en mi propio bufete y con intensidad limitada; tuve primero como pasante a mi primo Guillermo Jané y después
a Alfonso Romeu Sabaté, compañero de estudios en la Facultad y muy conocido
en Sant Sadurní d'Anoia, como hijo de la fonda del pueblo y que pasó luego a
funcionario del Instituto Nacional de Previsión. Fue cuando cesé en el Patronato
y posteriormente me jubilé, cuando mi trabajo profesional volvió a incrementarse hasta que el 1999 me di de baja como ejerciente, figurando al día de hoy
en la guía de Abogados del Colegio con el número treinta de entre los cerca de
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José M" Martínez-Mari Ódena
diecisiete mil colegiados que componen nuestra corporación. Durante el tiempo
de mi actividad profesional, acepté toda clase de asuntos y de clientes, tanto
civiles como penales o administrativos y habiendo actuado lo mismo en juzgados
municipales que en la Sala de lo Contencioso del Tribunal Supremo, hasta el
punto que puedo decir que me he considerado como especialista en todo,
aunque el Código Penal no tuve que utilizarlo demasiado, siendo, por lo
contrario, la propiedad inmobiliaria, los arrendamientos y el derecho de edificación, lo más frecuentemente tratado en el despacho.
Recuerdo ahora dos casos de resonancia en los que intervine de lleno defendiendo o acusando; se trataba, en el primer caso, del homicidio que un
ciudadano de Tarrasa cometió contra un guarda jurado de Sabadell cuando le
conducía como cazador furtivo en un coto privado al puesto de la Guardia Civil;
me correspondió acusar al homicida ostentando la defensa de la viuda del
guarda, originándose un conflicto entre Sabadell y Tarrasa, dada la procedencia
de los protagonistas de ambas poblaciones, siempre celosas de su primacía.
El enfrentamiento entre el alcalde de Cerdanyola y su secretario municipal, llegó
hasta que el Gobernador Civil decidió emprender las correspondientes acciones
para la destitución del secretario, que era personaje influyente en su gremio;
el entonces secretario del gobernador y fiscal de la Audiencia, Fernando Serrano,
me encargó todo el asunto, suspendiendo al secretario, adoptando acuerdo
municipal de destitución y defendiendo al Ayuntamiento del recurso
contencioso administrativo que el secretario interpuso; ganado el recurso por el
Ayuntamiento, el separado del servicio ya, recurrió ante el Tribunal Supremo y
en la Sala de lo Contencioso del mismo, defendí el mantenimiento de la resolución de la Audiencia de Barcelona, confirmándose finalmente, la sentencia y
quedando definitivamente separado del servicio el secretario; el asunto, dada la
personalidad del alcalde y del secretario, mantuvo muchos meses en vilo a la
población, dividida entre ambos contendientes y en el que también se jugaba un
poco el prestigio del fiscal y del propio gobernador civil que propiciaron directamente todas las actuaciones.
-73-
Memorias Autorizadas
Durante bastantes meses de los años 1976 y 77, y por indicación de Santiago de
Cruylles a su cuñado Ventosa y Calvell, estuve dirigiendo, prácticamente como
gerente, la empresa Urbanizaciones y Transportes S.A. (Urbas) de carácter
privado dedicada a la construcción de viviendas y que contaba con un buen
número de accionistas con cotización en bolsa; a causa de la venta de la mayoría
de la propiedad de la empresa que ostentaban los Ventosa, se cambió toda la
organización y yo, ante perspectivas nuevas de los recién propietarios, acabé
cesando en mis prerrogativas y apartándome totalmente.
En una cena de
despedida y en agradecimiento los consejeros me regalaron una bandeja de
plata con las firmas de todos ellos, que hoy decora mi despacho. Entre los once
consejeros figuraban los apellidos más conocidos de la banca barcelonesa.
Al darme de baja en la profesión, quedo, no obstante, tranquilizado y agradecido a la persistencia de mis genes, pues no en balde, siguen vistiendo la toga,
además de mi hijo Jaime, dos de mis hijas Alicia y Ana María, sus respectivos
maridos Enrique y Jesús y cinco de mis nietos Belén, Noelia, Ainhoa, Alvaro y
Adriana; a todos ellos deseo ya desde aquí, que tengan muchos éxitos y puedan,
los de la segunda generación, transmitir el relevo a sus sucesores, con la misma
satisfacción que su abuelo; han sido bastantes las veces que me he personado
en el Salón de Actos del Colegio de Abogados o en el Palacio de Justicia, con
ocasión de actos de imposición de togas a mis hijos y nietos; incluso yo mismo
acudí al Colegio para que me impusieran la medalla conmemorativa de mis
bodas de oro como colegiado; han pasado ya catorce años más de ello y sigo
figurando entre los abogados colegiados.
t
Una de las realizaciones que me ha producido servicio y satisfacción a lo largo de
más de la mitad de mi vida, ha sido la abundante biblioteca que he podido ir
reuniendo y que casi ha llegado a contar con cuatro mil volúmenes. Buena parte
de los libros, diccionarios y colecciones de textos, se relacionan con mi carrera
profesional como abogado, pero han sido acompañados por obras de literatura
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José M'' Martínez-Mari Odena
clásica, historia, arte, viajes, novelas y cien otras disciplinas que van desde
teología hasta filosofía y técnicas orientales; tampoco las enciclopedias no faltan,
entre ellas la Espasa, el Alcubilla y la Enciclopedia Catalana, en la que no faltan
unos párrafos destinados a mencionar mi persona y actividades.
A pesar de lo bien que me encuentro entre tantos libros, mi deseo último sería el
de quedarme solamente con los cien títulos que mejor se relacionaran con mis
inquietudes y deseos, sin quedarme reducido a un pobre esquema cultural; no
creo pase mucho tiempo sin que este deseo pueda llevarlo a realidad, aunque la
selección de los "cien privilegiados" me va a resultar muy difícil.
t
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Memorias Autorizadas
viu «Mi vida municipal
|!~*i n 1942 y después de unas oposiciones reñidas, logré una de las tres plazas
J L J de jefe letrado que sacó a oposición el Ayuntamiento, junto a otras plazas
de oficial primero; los otros dos ganadores para las jefaturas fueron Paco
Giménez Salinas y Juan Antonio Cardenal, resultando oficiales primero, Xuclá,
Sicart y O'Felan. Actué como jefe Letrado de Transportes, ocupándome de todo
lo relativo a las redes de autobuses, metro y tranvías y siendo entonces mi jefe
Luis G. Serrallonga y el teniente de alcalde José María Ribas Seva con el alcalde
Mateu Pla; a pesar de mi absoluta ignorancia del mundo burocrático y oficinesco, y a ser recibido algo de uñas por los funcionarios de mi departamento,
logré en poco tiempo, hacerme amigo de todos, hasta el punto de que el oficial
primero llamado Manresa, que además de escribiente era violinista, se ofreció
con algún otro amigo suyo como músico en mi boda, a lo que tuve que acceder,
con el sufrimiento consiguiente en el momento de la ceremonia.
Aprovechando el éxito de mis oposiciones, organicé en mi despacho una minúscula academia para preparar a quienes deseaban tomar parte en oposiciones
municipales; la cosa no duró demasiado tiempo, pero recuerdo que a uno de los
que tuve la satisfacción de preparar para una oposición, que al final ganó, fue al
comandante Trepat que durante muchos años ostentó el mando de la Guardia
Municipal barcelonesa.
Al poco tiempo fui designado como secretario del consejo de administración del
Patronato Municipal de la Vivienda, que presidía Carlos Trias Bertran y el 7 de
julio de 1954, como consecuencia de desórdenes en ese órgano, el alcalde
Simarro me designó para gerente de aquel organismo, en el que me mantuve,
contra viento y marea, hasta el 23 de enero de 1977. Para mí significó algo muy
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José M a Martínez-Mari Ódena
importante, el que como gerente del Patronato se me encargara por la alcaldía
una conferencia bajo el tema "La construcción de viviendas en Barcelona y sus
problemas sociales"; los almogávares de Sert, desde el Salón de las Crónicas,
tuvieron ocasión de oír mi disertación el día 14 de noviembre de 1957.
El 22 de febrero de 1977, fui nombrado por el Alcalde Socias jefe administrativo
del Centro Ordenador Municipal y tras una breve etapa como asesor del
teniente de alcalde de gobernación, me jubilé con efectos a 31 de diciembre de
1983; el alcalde de la ciudad, Pasqual Maragall, en 8 de noviembre, me decía,
con ese motivo "Quaranta anys de servei a l'Ajuntament de Barcelona són molts
anys i deu produir molta satisfacció donar una mirada enrera i tota l'obra feta.
Que la nova etapa que ara iniciaràs et sigui ben propicia i amb il·lusió i empenta
puguis fer aquelles coses que hom porta al cap i que, per manca de temps, mai
pots aconseguir. Això és un premi ben merescut.
A pesar de todo, mi relación con Pascual Maragall prosiguió con una buena
amistad y algunos encuentros, pero, como consecuencia de resultado de las
últimas elecciones vuelvo, en cierta manera, a establecer una nueva relación de
dependencia, toda vez que ha resultado Presidente de la Generalitat de
Catalunya.
En esta etapa de mi vida, he pasado por lo tanto, trabajando en beneficio de mis
ciudadanos cuarenta y un años, durante los cuales he tenido la oportunidad de
colaborar con los siguientes alcaldes:
Miguel Mateu 27-1-39
J. M. Albert Barón de Terrades 18-4-1945
Antonio Simarro 6-3-1951
José María de Porcioles
19-3-1957
Enric Masó 17-5-73
Joaquín Viola 18-8-75
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Memorias Autorizadas
José María Sodas 6-12-76
Manuel Font (en funciones) 1979
Narcís Serra 19-4-82
Pascual Maragall 2-12-82
También fue intenso mi trabajo con los presidentes y consejeros del Patronato
Municipal de la Vivienda, debiendo destacar entre los primeros a Antonino
Segón, Marcelino Coll Ortega, Santiago de Cruylles (1957-1960), José M a
Vilaplana (1961-1965), Arturo Martí Cot (1966-1969), Juan Martí Butsems
(1970-1972) y José Guell Ramón (1973-). Particularmente con Cruylles establecí
una verdadera amistad llegando a pasar días en la finca que en Aiguablava tenía
su mujer, hija del que fue ministro por la Lliga, Ventosa y Calvell. Igualmente
con Vilaplana, con Martí Cot y Guell pasé muy buenos ratos, en viajes que
hicimos fuera de España.
Especial relación mantuve con bastantes consejeros del Patronato; por razones
de parentesco con Manuel de Jaumar, casado con una prima Fosas y con Ramón
N. García Nieto, otro primo de la misma rama; Carlos Trias Bertran y Luis Rosal
Catarineu ya eran amigos desde los viejos tiempos del Burgos 36, habiendo sido
el segundo de ellos médico de mi centuria; con José Blajot Pena me unía
también antigua amistad nacida en las aulas de bachillerato de la calle Caspe,
Guillermo Bueno, delegado de servicios, ha pasado a emparentarse posteriormente conmigo a causa del matrimonio de un familiar suyo con un hijo de mí
primo Vidaurreta y Enrique Ramos, juez en aquel tiempo, era común participante de similares ideales políticos y finalmente, Salvador Pala Munné, buen
amigo, al que por cierto encontré hace varios días en magnífica salud y con una
edad exactamente igual a la mía. La omisión de los nombres de otros consejeros,
no significa, ni mucho menos, que mi relación con ellos se mantuviera fuera de
los límites de lo cordial, pues con todos me entendí perfectamente, sabiendo lo
que pretendían en cada momento y acertando el tratamiento adecuado que
debía darles según nuestras respectivas situaciones.
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José ¡VT Martínez-Mari Odena
Durante mis años de gerencia el trabajo desarrollado fue cada anualidad más
intenso y pude contemplar como de las iniciales cuatro mil viviendas del organismo pasaron a cerca de treinta mil las construidas y cedidas a los usuarios.
Considero de justicia, reseñar aquí los nombres de las personas que desde
dentro del Patronato y como funcionarios del mismo, supieron poner en marcha
adecuadamente las iniciativas y proyectos tanto del consejo de administración
como míos propios. No puedo olvidar a Emilio Boix al que introduje en el
Patronato para cuidarse exclusivamente de la obra social, a los letrados Alemany,
Sánchez de Movellán, Parés, León y Nuria Triadú; también repesqué para la casa
a Leopoldo Carreras Doria y a Enric Jardí que se marchitaban, como procedentes
de anteriores gestiones, en los sótanos del palacio municipal; y menos aún
puedo dejar de consignar a los arquitectos Pedro López íñigo, Jara, Dargallo y
Manuel Raventós, sobre los que cargaban las necesidades de tantos cientos de
construcciones de todo tipo y época, dependientes de su técnica. Y, naturalmente, mi trabajo hubiera sido más difícil de realizar sin la asistencia inteligente
de Pilar Piniés, parienta del embajador español en Estados Unidos, Maria Isabel
Batlló Vidal-Ribas y María Martínez que actuaron ininterrumpidamente en la
secretaría de gerencia; la exactitud de los balances anuales y del movimiento de
caja del Patronato, se debió, en todo momento a la labor del departamento de
intervención en el que era principal figura José María de Portabella y Sarriera y
el interventor municipal Atauri.
La mayoría de los funcionarios de mi época ya han fallecido, pero me resultó
muy duro el fallecimiento de Pedro Parés, antiguo militante carlista de Badalona;
un buen día me llamó por teléfono diciéndome que se despedía de mí y al
preguntarle yo a que país se marchaba, me dijo que se iba despidiendo de sus
amigos íntimos porque le habían detectado un cáncer en estado muy avanzado
y tenía pocos días de vida; unos días después fui a visitarlo a su casa de
Badalona, lo encontré en un estado lamentable y poco después falleció.
Desde el primer momento de mi actuación, procuré imprimir al mismo, en
ausencia de entidades más específicamente dedicadas a ello, una avanzada
actividad social que beneficiase los nuevos grupos de vivienda construidos;
-79-
Memorias Autorizadas
en primer lugar una plantilla de asistentas sociales llevaron su labor específica a
las viviendas y en los barrios, se establecieron además los que llamamos "centros
sociales" dirigidos por los propios habitantes del barrio y punto de reunión para
actividades culturales y de todo orden; precisamente esta apertura hacia el
campo social fue la causa del éxito de la institución y de su aprecio por los
organismos centrales de vivienda y urbanismo; no es demasiada presunción
considerar que tanto los centros sociales como las asistentas sociales,
funcionaron con varios años de antelación a creaciones similares que se pusieron
en marcha tanto por el Ministerio de la Vivienda como por la Obra Sindical del
Hogar.
Los nombres de la serie de funcionarios del Patronato, conserjes, auxiliares
administrativos, porteros, vigilantes de barrio, cobradores y técnicos de los diferentes servicios, ocuparían mucho espacio aunque a todos recuerdo en muchos
momentos de sus actuaciones, a veces en circunstancias difíciles.
No es aquí el lugar adecuado para hacer la historia bien documentada del
Patronato, que todavía no se ha escrito; las memorias anuales publicadas, la
documentación que debe de existir en el archivo de la entidad, el contenido de los
libros de actas de las reuniones mensuales del consejo de administración y mucha
documentación conservada en la biblioteca, en el Servicio Técnico o en la
Intervención, han de facilitar suficiente material para que, arquitectos, abogados,
economistas o trabajadores sociales, puedan tratar con fundamento y bagaje
científico esa historia que creo debe conocer la ciudad.
El que fue primer presidente del Patronato al momento de su constitución,
después del 39, Carlos Trias Bertran, dejó escrito un trabajo que se publicó en
1947, relatando la historia del antecesor del Patronato Municipal actual, que se
creo por Real Decreto de 3 de febrero de 1927 y construyó los cuatro grupos de
casas baratas que se denominaron, hasta que no hace mucho se les cambió el
nombre, Eduardo Aunós en Casa Antunez, Milans del Bosch en San Adrián del
Besos, Barón de Viver en Santa Coloma de Gramanet y Ramón Albo en Horta.
Los datos del trabajo de Carlos Trias deberán, por lo tanto, servir de base para el
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José M" Martínez-Mari Ódena
estudio científico y documentado de la obra del Patronato Municipal de la
Vivienda de Barcelona, heredero de aquél y continuador de su labor social.
Un poco anecdóticamente, apunto aquí que el que posteriormente fue alcalde
de la ciudad Pascual Maragall y hoy es President de la Generalitat, permaneció
varios meses trabajando en el Patronato como funcionario adscrito al servicio
técnico; durante mi jefatura en el Centro Ordenador Municipal también estuvieron bajo mi dependencia Ernesto Maragall, Carmen Sanmiguel y varios
funcionarios más que han llegado a ocupar altos cargos; en este centro, situado
en la planta baja del edificio de Tranvías de Barcelona S.A. en la Ronda San
Pablo, pude conocer de cerca el funcionamiento de las enormes máquinas IBM
encargadas del mantenimiento al día del padrón de habitantes de la ciudad así
como de la contabilidad, de las nóminas de los funcionarios municipales y
multas de tráfico.
En otro orden de cosas, durante dos anualidades, tuve la gran experiencia de
actuar como rey mago en la cabalgata del 5 de enero, presidiendo exóticas
carrozas en una de las cuales actuaron también como pajes dos de mis hijas y
otro hijo de Cruylles; el rey negro lo contraté yo mismo un día antes de la cabalgata, cuando paseando por las Ramblas propuse el cargo a un turista muchacho
de color, que aceptó encantado enseguida, diciéndome que no carecía de experiencia pues unos días antes había desfilado en una cabalgata misional en París;
en recuerdo y agradecimiento, el Alcalde Simarro le regaló un reloj de pulsera.
Estoy seguro de que el rey Baltasar quedó muy contento de la actuación de su
homónimo.
Gran parte de la labor constructiva y social del Patronato consistió en la edificación de viviendas de tipo social para el alojamiento de centenares de familias
de la inmigración interior que habitaban en zonas de barracas situadas en
distintos lugares de la ciudad; particularmente establecí magníficas relaciones
con los chabolistas del Campo de la Bota, que fueron trasladados al grupo
llamado de La Mina, de muy buen acuerdo con la junta de vecinos de las
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Memorias Autorizadas
barracas, muchos de ellos de etnia gitana dirigidos por el "tío Manolo" que
gracias a una especie de guardia que le acompañaba a todas partes, resultaba
un hombre al que había que respetar.
Entre las actuaciones constructivas de mi época en aquella entidad, creo que la
que ha tenido mejor prensa, es el grupo de Montbau, tal vez el mejor de los
construidos siempre, que además fue ocupado por grupos de cooperativistas,
militares, guardia urbana y taxistas.
Los dos proyectos que se redactaron, con características algo distintas entre
ellos, fueron elaborados por los arquitectos Xavier Subías, Guillermo Giraldez,
Pedro López íñigo, Baldrich, Bonet y Soteras, que diseñaron los diferentes
bloques de viviendas así como la jardinería, en la que intervino el arquitecto de
Parques y Jardines Riudor, espacios libres e incluso, el emplazamiento de la
futura iglesia parroquial, que se pretendía situada en la parte alta del barrio
como final de la avenida ascendente que dividía la unidad de vecindad en dos
espacios; antes de iniciarse los trabajos, con el arquitecto Soteras y el futuro
capellán de la parroquia ya designado, visitamos al obispo Dr. Narcis Jubany,
quien al mostrarle los planos del barrio entero, criticó el emplazamiento de la
iglesia, sugiriendo que debía variarse su ubicación situándola en la parte baja del
barrio, ya que, naturalmente, los vecinos frecuentarían más la iglesia si se encontraba en su camino bajando hacia la ciudad. Atendidas esas razones tan prácticas, el proyecto se modificó y hoy la parroquia está situada en la parte baja del
barrio según proyecto de los arquitectos Monguió y Vayreda, premiados en
concurso público; esa iglesia de Montbau ni se proyectó por Le Corbusier como
yo hubiera deseado ni se ubicó coronando la cima del barrio como ideó Soteras
y su equipo.
En la colección "Els barris de Barcelona" y al hablar del barrio de Montbau,
Huertas Clavería cree que el nombre dado al barrio, relacionado con el nombre
de un torrente que circulaba por aquel lugar, fue producto de mi propia imaginación, apareciendo así como el padre de la criatura; dado el tiempo transcurrido tengo olvidados los detalles de tal parto, aunque bien pudiera ser cierto.
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José M'' Martínez-Mari Odena
Anómala fue la historia de las llamadas "casas del gobernador", en las que una
actuación de urgencia hizo que unas trescientas familias carentes de contrato
que legalizara la utilización de sus viviendas, accedieran a la propiedad de las
mismas a través de sendas escrituras notariales que, repartidas entre tres
notarios, se otorgaron en un mes; pudo verse como a los tres o cuatro meses de
esas escrituras de venta, las viviendas ya habían pasado a otras manos multiplicándose estrepitosamente los importes de la segunda transacción.
El cuarto grupo de casas baratas Ramón Albo, en el Turó de la Peira, que estaba
casi olvidado como producto de una construcción anterior al 1936, mereció los
plácemes de la Federación Internacional de Urbanismo y Vivienda, cuyos congresistas lo recorrieron en 1970 y quedaron entusiasmados por la baja densidad de
la población, la proporcionada superficie de cada vivienda con un pequeño
huerto adyacente y un conjunto de calles interiores perfectamente diseñadas;
unos años antes me dediqué a estudiar las características y fisonomía sociológica
de este barrio, llegando a publicar su resultado en una revista del Consejo
Superior de Investigaciones Científicas.
El grupo de viviendas de La Mina, que terminó con el barraquismo del Campo
de la Bota, no ha dejado de crear problemas a la ciudad y a San Adrián del Besos
en cuyo término está emplazado, debido a la pequeña delincuencia desarrollada
por algunos habitantes y a exageraciones de los medios de comunicación que
parecen ignorar que la inmensa mayoría de familias que habitan en el barrio, no
son distintas desde ningún punto de vista, de los demás ciudadanos. El destino
ha querido que lo que en un principio era un barrio ubicado en zona bien
alejada del centro en ambiente desfavorable, llegue hoy a verse colindando con
los nuevos edificios y magníficas instalaciones de Diagonal Mar y del Forum de
las Culturas del 2004.
Con independencia de la construcción de viviendas en el Patronato desarrollamos una serie de iniciativas de trascendencia social, y entre las que tuvieron
mayor éxito fueron las semanas del suburbio, las conversaciones sobre inmi-
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Memorias Autorizadas
gración y las destinadas al estudio de la arquitectura religiosa; en todas participaron personalidades especializadas y al margen de ellas hubo conferencias de
destacados especialistas como el arquitecto griego Doxiadis; los trabajos realizados pasaron a formar parte de una copiosa biblioteca con las intervenciones,
ponencias y conclusiones de los reunidos.
Mi gerencia me permitió, en tres ocasiones, conversar con el general Franco,
prescindiendo, alguna vez de demasiado protocolo. Una de las ocasiones fue
cuando en 1970 acudí al Palacio de El Pardo con la comisión organizadora del
Congreso Internacional de Urbanismo y Vivienda que tuvimos en nuestra ciudad
y otra al entregarse unas viviendas para familias de militares en el grupo, recién
construido, de Montbau; siendo la tercera al recorrer una exposición de realizaciones y proyectos que se expuso en el Ayuntamiento; en la visita al barrio de
Montbau, aparte de exponer a S.E. los proyectos futuros, pude conversar más
llanamente sobre cuestiones de convivencia familiar en los barrios.
El pasado mes de noviembre fui invitado a la presentación del libro editado por
el Patronat Municipal de l'Habitatge, en el que se reseñan los primeros cincuenta
años de funcionamiento del organismo desde 1929 a 1979; en el libro salen
detalles de la más variada índole relacionados con la obra constructiva realizada
y además conversaciones de tipo periodístico conmigo, algún arquitecto, asistentas sociales y habitantes de los grupos de viviendas; el acto de presentación
del libro dio lugar a que en la edición de La Vanguardia del día 1 de diciembre
de 2003 se insertara, junto con una fotografía mía, unas manifestaciones sobre
mi actividad municipal, de tipo anecdótico, relacionadas con algunas experiencias vividas durante mi vida municipal.
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José M° Martínez-Mari Ódena
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Asistentes a la fiesta de mis Bodas de Oro.
Con mis hijos, yernos y nuera al cumplir los 88 años.
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Memorias Autorizadas
IX «Algunas actuaciones interesantes fuera de
Barcelona
A - EL PLAN BAZA.
Y~) ogelio Duocastella Pbro. desde su despacho madrileño de Caritas Nacional
J L \ . intervino en el verano de 1958 en la preparación de un informe para seleccionar una diócesis española en zona subdesarrollada en la que invertir el
donativo de Caritas Alemana que se ofreció a tal fin; debido a mi amistad con
Duocastella fui encargado de realizar un informe sobre la situación de la Diócesis
de Guadix Baza, juntamente con Joaquín Nualart al cual entonces no conocía,
esa Diócesis fue seleccionada como merecedora del beneficio, dada su pésima
situación general.
El 1 de octubre de 1958 nos dirigimos a Baza para el estudio sobre el terreno de
la situación deficitaria de la Diócesis y de las posibles inversiones a realizar para
el mejoramiento de la situación. Además de una estancia en la zona, nos entrevistamos con las "fuerzas vivas" de Baza, Alcalde, Director de la sucursal
bancària, párrocos, concejales, médicos etc., visitas a pie a los núcleos de habitantes dispersos a través de la Sierra de Baza y análisis de documentación municipal y archivo parroquial.
Como curiosidad tuvimos ocasión de ver como se impartían desde la central de
la radio local de Baza y a determinadas horas, clases de alfabetización dirigidas a
los núcleos aislados de la Sierra, en donde, a falta de los padres que se habían
desplazado para trabajar a Cataluña, los abuelos reunían a los nietos y niños
alrededor de los receptores de radio para que aprendieran las lecciones que les
transmitían. El analfabetismo que había sido muy importante en la Comarca iba
desapareciendo gracias a ese sistema que evitaba los desplazamientos y también
debido a la insistencia con la que los padres desde Barcelona demandaban se
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José M'' Martínez-Mari Odena
alfabetizara a sus hijos, pues les sería indispensable para cuando se desplazaran
fuera de Baza, ya que, por aquel entonces, el saber leer y escribir no les servía
para nada.
Con los datos obtenidos se entregó a la Comisión Episcopal, en enero de 1959,
un extenso informe de la situación económica y social del término municipal de
Baza, con sugerencias acerca de la confección de un "Plan Baza", destinado a
promover la zona y sacarla de su ancestral subdesarrollo. Entregado el trabajo,
nos desvinculamos de su posterior singladura, aunque me consta que las
sugerencias que realizamos fueron puestas en práctica; personas que recientemente han regresado de allí, me cuentan que la antes desértica y despoblada
sierra, se encuentra hoy, después de intensos trabajos de repoblación forestal,
convertida en espléndida zona arbolada, las labores de blanqueo lanar que antes
se efectuaban en Cataluña, se realizan ya "¡n situ", el analfabetismo ha desaparecido totalmente y la entera Diócesis de Guadix-Baza, ya no es la que en el
año 1958 nos pateamos Nualart y yo.
El trabajo conjunto con Nualart hizo que trabara amistad con quien, más
adelante y en otras circunstancias, tendría, en el Patronato Municipal de la
Vivienda, unas competencias que le diera el entonces Presidente, Santiago de
Cruylles, que, quien sabe, tal vez pensara en sustituirme por él en la gerencia del
Patronato.
Nualart era Jefe de Personal de la empresa metalúrgica Riviere y antiguo directivo de la Federació de Joves Cristians, muy amigo de Jordi Pujol que le situó en
la administración de la Generalitat, llegando a jefaturas en Sanidad y Asistencia
Social, con despacho en la Maternidad en las Corts. Murió trágicamente atropellado en la carretera.
Era persona práctica, inteligente y con sentido del humor y su labor en el
Patronato de la Vivienda se desarrolló conmigo muy amistosamente, ocupando
cada uno su lugar y sin que tuviéramos problema alguno.
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Mein odas Autorizadas
B - ACTOS EN ALMERÍA.
El Ayuntamiento de Barcelona, organizó, de acuerdo con el de Almería unas
jornadas de fraternidad, dentro de las cuales coexistían sesiones académicas y
aperturas urbanísticas patrocinadas económicamente por el Ayuntamiento
barcelonés.
Formando parte de la Comisión Municipal me desplacé con el Alcalde Porcioles,
varios miembros del Consejo Municipal y técnicos, tocándome a mi pronunciar
una conferencia en el Salón de Actos del Ayuntamiento de Almería sobre la
aportación de los almerienses al crecimiento y expansión de nuestra ciudad; la
conferencia se pronunció el 20 de agosto de 1966 ante gente interesada por el
tema y el texto se publicó posteriormente en la revista que editaba el
Ayuntamiento de Barcelona bajo el título" Miscellanea Barcinonensia" (n° XIV 1966).
Aparte de otras varias conferencias, tuvieron lugar otras actividades y de entre
ellas destacaremos la inauguración de una fuente luminosa en la Plaza que
desde entonces se denominó de Barcelona, con la particularidad de que el agua
que la llenó por primera vez, traída en ánforas realizadas ex profeso, procedía de
los ríos Andarax y Llobregat.
Con el fin de dejar fiel constancia de todo lo que ocurriera en ese desplazamiento, contraté al buen amigo y excelente fotógrafo norteamericano, residente
en Sitges, Tony Keeler; el regreso, que hicimos en mi coche, resultó muy interesante, pues Keeler, por cada pueblo que pasábamos preguntaba por las familias
gitanas que lo habitaban y generalmente organizábamos con ellas unas sesiones
nocturnas de canto y baile flamenco, en las que también participaba el norteamericano, que era buen estudioso y conocedor del trasfondo andaluz; realmente por mi actuación académica y las agradables peripecias del viaje de
vuelta, tengo que reconocer que el desplazamiento a Almería valió la pena y aún
hoy, conservo el mejor recuerdo de esas jornadas.
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José M'1 Martínez-Mari Ódena
C - COOPERACIÓN CON LA IGLESIA EN SANTIAGO DE COMPOSTELA.
Con ocasión del Año Santo Compostelano la Corporación Municipal barcelonesa, con su Alcalde al frente, se trasladó a Santiago de Compostela, participando en una serie de actos organizados con tal ocasión. El Arzobispo de
Santiago hizo presente al Alcalde barcelonés su preocupación por los problemas
que se producían en la Diócesis debido a la carencia de viviendas aptas para el
alojamiento de la población de medios económicos más limitados, indicándole el
Alcalde que como aportación complementaria de Barcelona, cuidaría de que
técnicos especialistas estudiaran el problema de Santiago, arbitrando las soluciones posibles con el compromiso de que, de acuerdo con las conclusiones del
estudio, el Ayuntamiento barcelonés, incluso, colaboraría en el pago de gastos
motivados por las construcciones indispensables.
Al regreso y ya en nuestra ciudad, el Alcalde me llamó urgiéndome para que
hiciera las maletas y me pusiera camino de Santiago, pues el Arzobispo me
estaba esperando para concretar el ofrecimiento que se le hizo. A las 24 horas
me encontraba en el Salón del Arzobispado de Santiago en el que me esperaba
el Arzobispo y un numeroso equipo, dispuestos a trabajar a mis órdenes el
tiempo que hiciera falta para, posteriormente acometer las edificaciones de
viviendas indispensables.
Durante varios días de intenso trabajo con la asistencia de sociólogos, arquitectos y rectores de varias parroquias se elaboró un informe en el que se
concluyó afirmando que carecía de sentido construir más viviendas en Santiago
pues no existía déficit alguno debido a la emigración de sus habitantes y a que la
carencia de medios económicos hacía imposible a muchas familias acceder a
cierto número de viviendas vacías y que se encontraban por alquilar; facilitado el
informe al Sr. Arzobispo volví a Barcelona entregando al Alcalde el estudio realizado, congratulándonos ambos de que no tuviera que programarse inversión
alguna en vivienda en la Diócesis de Santiago de Compostela.
Esta estancia en Santiago y el intenso trabajo que tuve que llevar a cabo, impidieron que pudiera recorrer a mi gusto la tierra gallega, por lo que me hice el
-101 -
Memorias Autorizadas
propósito de volver a ese pafs, tan pronto pudiera hacerlo para conocerlo lo más
a fondo posible; este deseo pude llevarlo a buen término cuando fui contratado
para los cursos que profesé en el Pazo de Marinan de Pontevedra y más aún,
cuando tuvo lugar mi peregrinación a Santiago en el año 1993.
D - SEMANA DE ESTUDIOS EN PONTEVEDRA.
El Instituto de Estudios de Administración Local, de acuerdo con el
Ayuntamiento de Pontevedra organizó un curso especialmente dedicado a ayuntamientos españoles con necesidades de vivienda y concertó conmigo que
participara con una serie de lecciones sobre el tema de la construcción de
vivienda, organización de servicios sociales y otros aspectos sociológicos en
conexión con el temario general.
El curso tuvo lugar en el Pazo de Marinan, propiedad del Municipio y situado a
unos kilómetros de la Capital de la Provincia junto a Betanzos; nos alojamos en
el mismo los profesores y los alumnos durante una semana de la que conservo
un magnífico recuerdo, pues no en vano el Pazo está considerado como uno de
ios más antiguos y bellos de Galicia, con cuidados jardines, estanques y magníficos alrededores que le prestan la necesaria tranquilidad y sosiego para el
desarrollo de las disciplinas que allí, periódicamente, cuidaba de organizar el
municipio gallego; Ana María me acompañó en el desplazamiento y tuvo
variadas horas de descanso, que aprovechó para recorrer los jardines del Pazo y
charlar con las vecinas del lugar y de los pueblos de alrededor.
La estancia en Pontevedra hizo posible que, una vez terminado el curso en el
Pazo, nos diéramos una vuelta muy completa por todo Galicia desde La Toja
hasta la Torre de Hércules y las Rías Bajas; también nos adentramos por la parte
norte de Portugal, visitando algunas de las localidades fronterizas en las que casi
no se apercibía el paso de un Estado a otro; no llegamos hasta Lisboa ni
Coimbra, que ya había anteriormente recorrido, atraído por la celebridad de su
antigua universidad lusitana.
-102-
José M'' Martínez-Mari Ódena
Mi estancia en el Pazo tuvo lugar desde el 26 al 30 de octubre de 1977, precisamente poco antes de dejar definitivamente el Patronato.
Pasados muchos años volví a Galicia, con ocasión del Año Santo y más tarde
todavía, limité el país cuando recorrí Asturias y Picos de Europa en 1999.
E - LOS CONGRESOS INTERNACIONALES DE URBANISMO Y VIVIENDA.
El Patronato Municipal de la Vivienda se inscribió como miembro activo de la
Federación Internacional de Urbanismo y Vivienda (FIHUAT) que bianualmente
celebraba en países distintos sus sesiones de estudio; formando parte de la
Comisión del Patronato intervine en los congresos internacionales que tuvieron
lugar en Alemania (1956) donde tanto yo como los arquitectos Soferas y López
Iñigo tuvimos oportunidad de contemplar las magníficas realizaciones en
viviendas llevadas a cabo por los mejores arquitectos de su época, siendo de
notar que la influencia de esta Interbau berlinesa se acusó inmediatamente en
las realizaciones de nuestro Patronato y principalmente en la construcción del
Barrio de Montbau, proyectado como modelo totalmente distinto a las anteriores unidades de vecindad, que resultaban ya anticuadas.
La participación en los congresos internacionales me dio la oportunidad de
conocer Finlandia (1959), Israel (1964), Japón (1966), Filadèlfia (USA, 1968),
Londres (1972), Holanda (1974) y Grecia (1979); lo interesante de cada congreso
era, no sólo la visita a las realizaciones arquitectónicas y complejos urbanísticos
de cada país visitado, sino también, sobre todo el contacto con las familias indígenas que nos acompañaron en los viajes y al conocimiento de sus hábitos y
costumbres.
Nuestro Patronato obtuvo en el congreso de Filadèlfia la sede del Congreso
Mundial de 1970, en competencia con otras ciudades. En aquellos tiempos de
cierto aislamiento de España, por razones políticas se estimó muy favorable-
-103-
Memorias Autorizadas
mente la realización de ese congreso mundial en nuestra ciudad. Además de las
sesiones de estudio y de visita a diferentes unidades de vecindad barcelonesas,
se organizaron posteriores viajes a Andalucía e Ibiza en los que participaron casi
todos los congresistas extranjeros, a los cuales me tocó acompañarles en el
desplazamiento a Ibiza.
Dada la importancia de ese congreso, desde el punto de vista de política internacional, la comisión organizadora del mismo, se trasladó a Madrid en donde
tuvo lugar una audiencia especial concedida por el Jefe del Estado, al que se le
expusieron los propósitos, importancia y finalidad del Congreso; por razones de
etiqueta tuvimos que vestir de chaqué todos los miembros de la Comisión,
acompañados en la visita por el Alcalde Porcioles y el Ministro de Asuntos
Exteriores.
t
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José M a Martínez-Mari Ódena
x «Actuaciones en el campo confesional
A - ESTUDIOS DE TEOLOGÍA.
D
isponiendo de tiempo libre suficiente y conocedor de que en el Seminario
Conciliar de Barcelona existía además de una Universidad, un Instituto que
impartía clases de Teología concediendo después de tres años de estudios un
título de Diplomado en Teología, me decidí a iniciar esa disciplina matriculándome en el curso 89-90; asistiendo regularmente a las clases conseguí el título
de Diplomado el 14 de diciembre de 1992.
Quienes obtuvieran suficiente calificación durante la diplomatura, tenían opción
para matricularse en la Facultad de Teología del propio Seminario y obtener tras
tres años más de estudios superiores el título de Licenciado en Teología, aunque
esa denominación se hallaba pendiente de acuerdo con el Ministerio de Educación
Nacional que barajaba otros títulos para la licenciatura como por ejemplo la de
Licenciatura en Ciencias Sagradas, Estudios Eclesiásticos o alguna otra.
Cursé regularmente en horario de mañana y tarde los tres años y así pude
obtener el título de Licenciado en Estudios Eclesiásticos en 5 de julio de 1995.
Deseoso de graduarme como doctor, me matriculé durante dos años más en la
Facultad e incluso redacté la necesaria tesina indispensable para la obtención
del titulo; aquélla me la dirigió el catedrático jesuita Josep Vives extendiéndome
sobre la actuación de los jesuítas en las célebres "Reducciones" del Paraguay,
estableciendo un paralelismo entre éstas y las que, siglos más adelante,
fundaron los sionistas bajo el nombre de "Kibboutz"; la tesina, redactada en
catalán bajo el título Les "Reducciones" dels jesuïtes al Paraguai, constaba de
cerca de 100 páginas, la presenté en junio de 1997 y habiéndose discutido por
el Tribunal, se calificó de notable.
-105-
Memorias Autorizadas
Tengo reunido material suficiente para la redacción de la tesis doctoral así como
designado profesor director del trabajo, pero la verdad es que dudo que pueda
terminarla, debido a la concurrencia de variados problemas de distintas índoles
que entorpecen sensiblemente mi labor y mi deseo.
El contacto con una institución de alta cultura y el diario trato con catedráticos
preocupados por el mundo intelectual, me proporcionó experiencias que poco
hubiera sospechado años atrás, conocimientos de un mundo bien alejado del
que hasta entonces había contactado durante mi vida profesional y casi política
y en definitiva me dio la satisfacción de pensar que la decisión tomada había
resultado un total acierto.
Tras los años pasados, me ha quedado el recuerdo de los buenos profesores de
las distintas disciplinas y de entre ellos, no puedo omitir los nombres de Josep
Aldeazabal, el jesuita Josep Ma Fondevila, Josep Gil, Ramón Pou, Rovira Belloso,
Josep Vives, Ignasi Ricart, Josep Rius-Camps, Josep Hereu, Josep Ma Tubau,
Josep Perarnau y al Pare Cortés que durante dos cursos luchó para que
aprendiera los principios del difícil Hebreo. A varios de ellos les debo agradecimiento por haber asistido al funeral de Ana Mari, el enero de 1996, año en el
que aún asistía a la Facultad cursando el segundo año necesario para la obtención del título de Doctor.
Igualmente rindo tributo de amistad a los compañeros que tuve en las aulas, en
su mayoría sacerdotes que acababan sus estudios en el Seminario, o distraían
horas de sus respectivas parroquias para enriquecerse con los últimos avances de
la Teología moderna; no puedo olvidar la buena amistad contraída con Emilio
Pérez obispo de la Iglesia Cristiana Adventista con ministerio en nuestra ciudad y
en Granollers.
Hoy a los ocho años de terminados aquellos estudios, estoy satisfecho de la idea
que tuve y me considero a años luz de la "fe del carbonero" y de ridículos y ya
impresentables supuestos dogmas y acontecimientos que no resisten la crítica
histórica, todo ello sin dejar de tener en cuenta la distinción entre ciencia y
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José M'1 Martínez-Mari Odena
cuestiones de fe; mi biblioteca se enriqueció notablemente con la adquisición de
las últimas novedades en Teología y en trabajos de los principales teólogos de la
época así como de escrituristas y biblistas de internacional reconocimiento, sin
faltar una colección de Biblias en Hebreo, Griego, Latín y Catalán.
B - EL INSTITUTO CATÓLICO DE ESTUDIOS SOCIALES DE BARCELONA.
Como consecuencia de alguna conferencia que pronuncié en Balmesiana y de la
amistad con un grupo de activistas como Solé Galceran, Alejandro Sanvicens,
José Corbella, Javier Botey, Alvaro Agustí, Emilio Boix, con los jesuítas Brugarolas
y Sobreroca y con el que era Rector del Seminario Dr. Ventosa, se llegó a la ¡dea
de crear un Instituto Católico de Estudios Sociales de Barcelona ligado a la
Diócesis.
Tras conversaciones con el entonces Obispo Dr. Modrego, al principio reticente
ante la ¡dea, se pudo en marzo de 1951 crear este organismo cuya primera junta
quedó constituida por J. A. Ventosa Pbro. como director, Emili Boix Selva, secretario, Josep Corbella, vicesecretario, yo mismo como tesorero, Casimir de
Dalmau, vicetesorero, Enric Solé, bibliotecario, Ricart Baget, vicebibliotecario,
Antoni Colom, Joan Alemany Pbro., Joan Noguera, Lluís A. Sobrerroca S.J.,
Alexandre Sanvicens Marfull y Francesc Casany, vocales.
El Instituto desarrolló una serie de cursos para la concesión de un diploma de
especialista en doctrina social de la Iglesia; el primero de los cursos se desarrolló
en 1953-54 interviniendo yo y además Rafael Vidal Folch, Ramón Trias Fargas,
Francisco Granell Ruiz, Emilio Ma Boix Selva y el Dr. Juan A. Ventosa Aguilar.
Hoy cuenta con gran prestigio, una bien nutrida biblioteca y un alumnado abundante; aquello que empezó con humildad es hoy una muy importante base
cultural barcelonesa, con ¡deas muy avanzadas respecto a la doctrina social de la
Iglesia, lo que le ha costado no pocos problemas con la Jerarquía.
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Memorias Autorizadas
C - MI INTERVENCIÓN EN E.S.A.D.E.
La Compañía de Jesús encargó a los conocidos sociólogos jesuítas Brugarolas y
Sobreroca la creación de un centro de estudios de formación social con destino
a futuros empresarios; desde el primer curso, sobre los años 50, hasta que
posteriores actividades me alejaron del nuevo centro en 1977, tuve constante
dedicación impartiendo cursos de Derecho en el antiguo chalet situado cerca de
la Sinagoga; algunos de mis alumnos de entonces han ostentado posteriormente
importantes cargos en la política y en las finanzas. Hoy ESADE tiene una muy
considerable dimensión y prestigio, situado en la Avenida de la Victoria del
barrio de Pedralbes, teniendo incluso que limitar el número de quienes desean
recibir sus enseñanzas.
D - EL CENTRO DE ESTUDIOS DE SOCIOLOGÍA APLICADA.
Alrededor de 1958 y a través del amigo Nualart, trabé amistad con el sacerdote
Rogelio Duocastella que casi unipersonalmente llevaba adelante un centro de
sociología, denominado I.S.P.A. y se dedicaba fundamentalmente a encuestas
sobre práctica religiosa y a otras actividades de carácter social católico. Con su
colaboración monté en el Patronato de la Vivienda unos centros sociales de
barrio y publiqué algún trabajo sobre el tema. Cuando por problemas con el
Obispado en Barcelona tuvo que desplazar su organización a Madrid le seguí
visitando en el local que en la Plaza de Castilla había montado formando parte
de Caritas Nacional.
Esa relación con Duocastella y los contactos que tuve con Caritas Nacional
hicieron que interviniera en dos de las Semanas Sociales que anualmente se
organizaban por aquélla en alguna capital española; las actuaciones tuvieron
lugar como XI y XXIII semanas sociales de los años 1951 y 1962, teniendo lugar
en nuestra ciudad.
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José M1 Martínez-Mari Odena
E - EL GRUPO CRISTIANDAD.
El año 1945 y a través de mi amigo y compañero Fernando Serrano, Fiscal de la
Audiencia, me integré en un grupo de filosofía tomista que con el nombre de
Schola Cordis lesu funcionaba bajo la dirección del jesuíta Ramón Orlandis
Despuig en el último piso de la calle Lauria 15 de nuestra ciudad; formaban
parte de Schola un conjunto de personalidades con edades parecidas a la mía,
entre las que destacaban Luis Creus Vidal, el Catedrático de ética Jaime Bofill,
hijo del político Bofill y Matas (que actuó como poeta denominándose Gerau de
Liost), Minoves, Pedro Basil, el Dr. Sanmartí, Cuffí, Vives Suriá, Pablo López
Castellote, Martirian Llosas, el Catedrático de Historia del Derecho José Ma Font
Rius, Enrique Freixa, el arquitecto y magnífico dibujante Ignacio Ma Serra Goday,
José Ma Petit, José Javier Echave-Sustaeta, Gerardo Manresa, Eduardo Conde,
Paco Gomis, José Ma Fondevila, José Ma Coronas, Luis Luna, Tomás Lamarca,
Francisco Canals hoy jubilado como Catedrático de Ética de la Universidad
barcelonesa y Mauricio de Sivatte que, histórico tradicionalista, ostentó cargos
de suma importancia política.
Semanalmente nos reuníamos en la sede social, rodeados de una abundante y
especializada biblioteca y participábamos en las sesiones coloquiales dirigidas
por Orlandis, que lucía su enorme erudición bíblica; fruto de estas sesiones de
estudio fue la creación de la revista "Cristiandad", que publicó durante una serie
de años gran cantidad de números monográficos, en los que yo mismo tengo
escritas buena cantidad de páginas.
Consecuencia de una serie de vicisitudes, entre ellas la muerte del Padre
Orlandis, Schola reside actualmente en el edificio de la Balmesiana en la calle
Duran y Bas y Cristiandad sigue editándose y propagando, con éxito, su ideario
del moderno tomismo. Precisamente el 1994 asistí a una serie de actos para la
celebración de los cincuenta años de aparición de la revista, en 1944.
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Memorias Autorizadas
F - OTROS RECUERDOS.
Hubo una época en la que frecuenté, dando algunas conferencias sobre vivienda
y servicios sociales, la Parroquia de Sant Medir en la barriada de Sants, cuyo
Rector Mn. Amadeu Oller, que antes del 36 desarrolló intensa actividad en la
Federació de Joves Cristians, y después su sucesor mantenía intensas relaciones
con grupos activistas, políticamente discutidos; allí conocí a Mn. Alemany, al
cardiólogo Balaguer Vintró y otras personas; muchas de las actividades que en
aquel entonces se realizaban en Sant Medir, se llevan a cabo en la actualidad en
la Parroquia del Pino que ha heredado el empuje de los rectores de aquélla.
Entre los años 46-48 mantuve una intensa relación con la comunidad de sacerdotes de Nuestra Señora de Sión, dedicada, nada menos, que a la conversión de
los judíos al catolicismo; la finalidad de esa congregación me resultaba extraordinariamente atractiva, hasta el punto de que visité al superior de la orden Henri
Colson en su sede de la calle Notre Dame de Sión de la Rive Gauche de París.
Tengo aún una carpeta llena de la correspondencia que mantuve desde
Barcelona a propósito de algún artículo que recibí para su inserción en
"Cristiandad", con cartas del padre Fernández S.J. conocido biblista y de otros
especialistas residentes en el Vaticano. Mi preocupación por el tema de los
judíos, hizo que pronunciara una conferencia el 15 de noviembre de 1952 en
aquella Parroquia de Sant Medir.
Pasado el tiempo y preocupado por otros temas, nunca dejé de pensar en
aumentar mi conocimiento del problema, con la ineludible visita al mismo Israel,
cosa que finalmente pude llevar a cabo el 1961. Indudablemente mí buena e
intensa relación con los padre Colson y Demann de esa congregación, así como
la que tuve con Darin-Drabkin, Ministro del Estado de Israel, fueron una de las
causas que contribuyeron a la realización de ese desplazamiento y de los que
posteriormente tuve la oportunidad y la satisfacción de llevar a cabo.
Fuera del campo confesional y durante los años 44 y 45 tuve la oportunidad de
actuar como profesor ayudante de Economía Política en la Cátedra que en la
Escuela Social de Barcelona, dependiente del Ministerio del Trabajo, estaba a
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José MJ Martínez-Mari Odena
cargo del profesor Felipe Tallada Paulí, que a su vez era Director del Banco de
Vizcaya. Tuve muy buena amistad con Tallada y de no haber seguido por otros
derroteros, hubiéramos realizado ambos, posiblemente, algunos trabajos de
Importancia, ya que mutuamente congeniábamos, a pesar de la diferencia de
edad.
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Memorias Autorizadas
xi «Miscelánea en mi vida
A - MIS VERANEOS.
.f~""ï orno de familia barcelonesa, tradicionalmente los meses de verano
(I
*•*„-' resultaba obligatorio ausentarse del caluroso y húmedo ambiente de la
ciudad para buscar nuevos aires y prepararse ante una nueva y mejor invernada.
Mis veraneos tienen cuatro nombres: La Bonanova, Sant Feliu de Codines,
Centelles y Sitges. Desde mis primeros años y más tarde ya casado, la Bonanova
fue el principal lugar de los meses calurosos; parte del verano lo pasé, antes de
casarme, con mis padres en San Feliu de Codinas y después sustituí la estancia
en Bonanova por Sitges; también con mis padres, pasé algún año en Centelles.
A la Bonanova se acudía por tradición familiar, ya que mi tatarabuelo José María
Údena levantó en 1835 una especie de masía urbana "cal Ódena" en mitad de
un amplio terreno de sesenta mil palmos de bosque, estanque y jardín; la finca
estaba situada en la calle Arrabal 12, que posteriormente cambió su denominación al urbanizarla y ensancharla, por la de San Juan de la Salle 16 y aparecía
a unos cien metros de la iglesia parroquial, en sentido ascendente y a su
derecha. Mi bisabuelo, que vivía en la calle Fernando, se desplazaba en sus viejos
tiempos, a la torre de la Bonanova, en coche de caballos, cambiaba las monturas
en Gracia y seguía hasta la finca, a la que llegaba al anochecer, motivando el
que muchos de sus amigos le dijeran que era un peligro circular a esas horas por
terreno tan desierto; la torre se vendió sobre los años 60 y hoy ocupan el terreno
tres o cuatro edificios a toda altura sin que sus moradores puedan siquiera intuir
cuanta historia encierra aquel paraje. Ciertamente la Bonanova era una auténtica institución, llenándose de amistades que huían del calor de la ciudad,
disfrutaban bañándose en el estanque de la finca, admirando al respetable Thor,
pastor alemán, celoso guardián de nuestra intimidad, pero auténtico cordero
- 112-
José Ma Martínez-Mari Ódena
para mis hijos con los que, hasta jugaba al escondite y charlando con los colonos
que igualmente habitaban en la finca; eran rincones típicos mostrados y
utilizados por propios y extraños, el lago, la gruta, la buhardilla, el bosque y
otros lugares del jardín y de los distintos pisos de la casa, llenos de recuerdos y
de fantasías. Algunas cosas que se contaban, me impresionaron mucho en mi
primera infancia, tal como el capricho de un rayo que se enamoró de la torre en
una fuerte tormenta de finales del 1800, cayendo sobre ella y dejando testimonio de su presencia, aún visible en forma de grieta, hecha casi desaparecer
después, en la fachada principal y en la parte recayente a la sala del primer piso;
cuando una fuerte tormenta volvía a producirse, no podía por menos de dirigir
mis infantiles y miedosas miradas a la pared maltratada por el rayo del siglo
pasado, pues se decía que en el sitio donde cayó un rayo, era probable que en
otra ocasión similar, volviera a caer otro enamorado de las mismas piedras.
La torre se cerraba con grandes y pesadas puertas de madera con refuerzos por
la parte interior, practicadas en las fachadas delantera y trasera de la finca;
constituía otro hecho de frecuente recordación, el que ambos portalones se
cerraron a cal y canto para asegurar la finca en ocasión de las algaradas e incendios del 1904, con todos los hombres de la familia aguardando, con las armas
en la mano, la llegada de posibles alborotadores anarquistas, que afortunadamente, no alcanzaron los límites de San Gervasio de Casólas.
Al igual que me pasó a mí les sucedió a mis hijos que durante años, en los meses
de verano se pasaban el día en el jardín o en las dependencias de la casa entre
mil juegos y distracciones, que aún hoy enriquecen con su contenido esas
primeras edades que constituyeron parte de la base de sus posteriores vivencias.
Durante la revolución del 36-39, la finca se convirtió en un refugio para toda la
familia y amigos, pues huyendo de los bombardeos del puerto y centro de la
ciudad, aquellos parajes resultaban una cierta garantía de seguridad; la casa se
pobló de familiares, conocidos y amigos de parientes, resultando animada e
incluso abierta al vecindario.
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Memorias Autorizadas
La reconstrucción de la iglesia parroquial de San Gervasio, llevada a cabo
después del 39, me trajo a la memoria que ya en junio 1842 mi bisabuelo José
M a Ódena apareció como testigo en el acta notarial levantada por José Antonio
Jaumar y Carrera (padre del que fue mi primo más tarde Manolo de Jaumar y de
Bofarull), en la que se consignaba la colocación de la primera piedra de la primitiva iglesia, situada casi al lado de nuestra "torre Ódena".
El veraneo en Sant Feliu de Codines, solo ocupa la parte de mi vida anterior a!
matrimonio, pues, posteriormente ya no puse los pies en esa población.
El pueblo fue escogido por mi abuelo materno, tan pronto regresó de su
estancia en Cuba y se reunía allí con algún otro indiano como Batllori y familias
que tradicionalmente veraneaban en esa población, cuya altura y clima era
considerado el mejor por los médicos, en tiempos que la tuberculosis hacía
estragos en las clases media y adinerada de la ciudad. Entre las clásicas familias
veraneantes estaban los Permanyer, los Mestres Cabanes, los López Rodó, los
Carrasco Formiguera, los Cucurny, los Trinxet, Solduga, Farriols, Ponti y otras
conocidas familias.
En el hotel Roget veía, en mi infancia la tertulia que
alrededor del escultor Manolo Hugué se formaba para escuchar su inagotable
anecdotario, sembrado de los tacos más gruesos; también tenía su tertulia en la
población otro artista, Mestres Cabanes, con el que teníamos frecuente contacto
dada la proximidad de las fincas en las que vivíamos situadas en el barrio de
"La Sagrera". Las excursiones tradicionales de los veraneantes eran las de Sant
Miquel del Fai, Sant Sadurní, Gallifa, Can Deu, Cusunell y la villa Prat de Baix,
cerca ya a Caldas de Montbui, donde Jacinto.Verdaguer había estado escondido
de quienes le perseguían. Como no podía ser menos existía el casino en el que
periódicamente se celebraban bailes, representaciones teatrales y conferencias
protagonizadas por los veraneantes, en las que alguna vez intervine yo muy
personalmente.
Las distracciones de los veraneantes en el pueblo eran escasas, limitándose a
esas fiestas del "Ateneo", a alguna comilona durante la fiesta mayor y excursiones colectivas; era costumbre que los viernes a última hora, acudieran las
esposas de los veraneantes a la estación del autobús en la carretera, en espera
- 114-
José M" Martínez-Mari Odena
de que el coche de línea les trajera a sus maridos que durante toda la semana
habían permanecido en Barcelona en sus respectivos trabajos, pues en aquel
entonces nadie tenía coche propio y para llegar a San Feliu se tenía que seguir
un itinerario que constaba en primer lugar, del tren desde Barcelona a Mollet del
Vallés en donde se cogía un segundo tren de vía estrecha hasta llegar a Caldas
de Montbui y allí se subía al autobús de la empresa Sagalés que hacía la línea
San Feliu de Codinas-Castellterçol y Moya; los abrazos de las esposas a sus
sudorosos maridos, quedaban bien justificados por el largo trayecto y agobiante
trabajo de los llegados al lugar de descanso.
Hace poco he vuelto a pasar por el pueblo y me he reunido con algunos de mis
compañeros de juego que no eran veraneantes sino vecinos de la localidad; todo
lo he encontrado cambiado y sin razones poderosas no volvería a pasarme por
allí ningún mes veraniego; como botón de muestra, la finca que antes era residencia de verano de los jesuítas "can Solanes", en pleno campo, es ahora una
colonia de nudistas, por cierto con mucho éxito.
Mantengo un constante recuerdo de la iglesia parroquial de Sant Feliu, pues
rebuscando entre las cenizas del incendiado templo el año 36, mi hermano
Joaquín recuperó una pequeña imagen de la Virgen, chamuscada, que, una vez
reparada, permanece en las estanterías de mi cuarto de estar.
De los veraneos en Centelles, guardo pocas noticias, ya que, creo, que pasamos
allí solamente un par de veranos con mis padres y hermanos, antes de la. guerra
civil; como se trataba de un veraneo muy aburrido, lo dediqué a excursiones por
los alrededores y poco más; guardo en casa un dibujo del entonces conocido
dibujante Cardunets que representa un rincón del pueblo y que en su día, fue
comprado por mi padre.
Un poco cansados del aislamiento veraniego en la Bonanova y deseosos, sobre
todo Ana Mari, de dar mayor salida a nuestras inquietudes marítimas decidimos
veranear en Sitges; escogimos una casa de pescadores en la calle Carreta, junto
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Memorias Autorizadas
al mar, y una vez derribada otra construcción adaptada a nuestras necesidades y
proyectada por el arquitecto José Ma Martino, fue vivienda estival durante una
serie de años, hasta el matrimonio de todos nuestros hijos. Posteriormente nos
trasladamos a un apartamento del Paseo de la Ribera esquina Carreta, ejemplar
único con una torre avanzada sobre la acera y una imponente vista sobre el mar;
la casa fue construida para residencia del Principe Alexander de Hohenlohe
Jagstberg, que residió en ella durante bastantes años, hasta que la enajenó por
razones que ignoro. El 1997 vendí el apartamento, que tantos recuerdos me
traía, sobre todo de Ana María, que había muerto un año antes.
En Sitges se hacía una intensa vida de sociedad, no sólo a través del golf
Terramar sino también del Club de Mar al que asiduamente concurríamos. En la
playa, junto al club, tenía una "zodíac" con motor Evinrude de 50 HP, con la
que me desplazaba hasta Villanueva o Castelldefels, patroneando la embarcación merced al título de patrón de yate que, después de un curso y prácticas,
obtuve en el año 1965.
Mis buenas relaciones con el Ayuntamiento de la villa y con otros buenos
amigos, me depararon el que en 1971 fuera quien presidiera la procesión de la
fiesta mayor. El periódico "Eco de Sitges" en su número correspondiente al 15
de agosto de 1971 explica así la cosa: "Ha sido designado Pendonista Principal
de la Fiesta Mayor, nuestro distinguido amigo don José María Martínez-Mari
Ódena, Gerente del Instituto Municipal de la Vivienda de Barcelona y Presidente
de la Asociación de Propietarios y Amigos de Sitges. A su vez el señor MartínezMari ha nombrado cordonistas a Don Roberto Casanova Casanova y a Don
Mariano Ballabriga Muñoz. Felicitamos a Pendonista y Cordonistas cuya designación honra Sitges". Agradecí al Ayuntamiento la designación, pues en la
historia de la villa figuran muchas personalidades pendonistas como yo lo fui
(Josep Fradera i Butsems en 1944, Josep Roig i Raventós -1945-, Joaquim
Garriga i Nogués -1953-, Antoni Semir i de Carros -1956-, Joaquín Calvo Sotelo
-1958-, Ignaci Macaya i Salvador Prim -1959-, Josep Ma Font Llopart -1961-,
Antonio García-Munté i López -1965-, Josep Ma Gibernau -1969-, Victor Sen i
Martí -1972-, Jesús Pérez Rosales -1974-).
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José Ma Martínez-Mari Odena
A diferencia de Sant Feliu de Codines, las familias de Sitges, la visitaban no solamente en verano y en todo tiempo se alternaba con otra serie de familias bien
conocidas en la ciudad; a Sitges, suelo volver con frecuencia, toda vez que allí han
adquirido apartamentos veraniegos mis hijas Elena y Ana María, e incluso Jaime.
Últimamente he pasado parte del mes de agosto en Benasque, absolutamente
distinto del que visité en 1941 cuando acabados mis estudios de Doctorado de
Derecho en la Universidad de Madrid, pasé a esa población para ver a Ana Mari
que estaba con su padre en la aduana del pueblo; recuerdo la pesadilla del
trayecto Madrid-Benasque, con parada del tren en Zaragoza, autobús hasta
Graus donde hice noche y nuevamente autobús hasta Benasque.
Años más tarde, ya casado, volví a Benasque con mi hermano Antonio para
subir al Aneto y después de un azaroso viaje trepando hasta el Puerto de la
Picada, descender al Valle de Aran, camino ya de casa; eran tiempos en los que
se habían infiltrado a través del Pirineo algunos grupos de "maquis", por cuya
razón seguramente, al llegar, casi de noche, al primer pueblo del llano del Valle,
nadie nos quiso alojar en su casa y tuvimos que seguir por la carretera hasta el
próximo pueblo en el que ya logramos albergue; en ese desplazamiento
pasamos unos días en el refugio del valle de Estos, camino para el ascenso al
Posets, en donde tuvimos como cocinero un Sayos, nieto del que murió alcanzado por un rayo en la cumbre del Aneto, acompañado en la ascensión por el
conocido cura montañero, mossèn Oliveras, que en recuerdo del accidente,
subía cada año en la misma fecha para celebrar una misa; hoy la fonda Sayos ha
pasado a otras manos y poca gente rememora la desgracia del Aneto. El pueblo
ya no es lo que en mi primera visita del año 41 me gustaba recordar y la única
calle principal, por la que circulaba el ganado con sus'esquilas a primeras horas
de la madrugada en busca de pastos más elevados, es hoy solamente una vieja
calle secundaria y el ganado ha dejado de ser conducido por sus pastores a
través de esta ya populosa población.
Durante una serie de años, el mes de agosto lo pasaba en el Gran Hotel de Llívia,
junto a Puigcerdà, aprovechando oportunidades para descansaren Font Romeu,
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Memorias Autorizadas
Mont Louis y otras poblaciones francesas; particularmente me convertí en asiduo
a Dorres cuyas aguas termales me iban estupendamente cada temporada y que
me encantaban por lo silvestre y poco urbanizado en clave termal.
B - GENTES CONOCIDAS.
Es natural que a través de mis múltiples actividades en tantos campos y después
de una larga existencia, haya establecido lazos de amistad con una serie de
personas a las que no quiero dejar en olvido al momento de escribir sobre mi
vida. Hablaré pues de alguna de aquellas, aún sabiendo que podría extenderme
refiriéndome a muchas más.
Ante todo y en primer lugar, tengo que referirme a las amistades que desde mis
primeros años han formado mi círculo más íntimo; durante los veranos en Sant
Feliu de Codines, mis padres contrataban al maestro del pueblo para que me
diera clases. Conservo un recuerdo imborrable del Señor Jané con el que,
además de recibir diariamente sus clases me iba al campo aprendiendo de él
nombres de plantas y animales, coleccionando insectos y amando la naturaleza;
durante esos veranos y con su ayuda, hice varias colecciones de mariposas,
coleópteros, escorpiones y un sinfín de plantas; todo ocurrió bastante antes de
la Guerra Civil y debido a ésta tuvo que emigrar del pueblo al llegar los
nacionales por haber sido miembro del comité. De esas mis primeras estancias
veraniegas data la duradera amistad con Laureano López Rodó, un poco más
joven que yo, pero que formaba parte de mi pandilla de juegos infantiles en el
jardín de la magnífica torre de su madre; seguí su meteòrica carrera, primero
como catedrático de Derecho Administrativo en la Universidad de Santiago y
después, ya del "Opus Dei", promocionado por Carrero Blanco como primer
ministro de la economía nacional y al que tengo muy presente en las reuniones
de las diversas comisiones del Plan de Desarrollo, que él presidía y al que yo
había sido asignado en lo relativo a vivienda.
Otro profesor mío que recuerdo con cariño, fue el que me dio las primeras
nociones de francés durante nuestra estancia veraniega en la torre de la
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José M r Martínez-Mari Odeua
Bonanova: nos hacía cantar canciones francesas y si no desentonábamos nos
obsequiaba con caramelos.
De los años de primera y segunda enseñanza me resulta obligatorio citar
Guillermo Busquets Lemonnier, Lorenzo de Balanzó, José Ignacio Barraquer y
José Ma Torrent; con todos ellos compartimos momentos difíciles o agradables y
ya en pareja, viajamos y disfrutamos por el mundo en muchas oportunidades;
soy ahora el único superviviente.
También desde mi primera infancia mantuve contacto con Aurelio Joaniquet
Extremo que, hijo de un cartero rural del Pirineo, llegó a importantes cargos en
Barcelona como Vicepresidente de La Caixa, Alcalde accidental de la Ciudad en
muchas ocasiones y abogado del Banco de España, con numerosa clientela;
frecuentaba el despacho, en el que yo trabajé varios años, su primo Celso
Joaniquet, propietario de los baños termales de Caldas de Boí y al cual recordé
hablando con su hija en una de mis varias estancias en aquel balneario pirenaico.
Y en relación con nuestro Ayuntamiento deben figurar aquí tres alcaldes que
más que eso fueron para mí grandes amigos, José Ma de Porcioles, Joaquín Viola
Sauret y Antonio Ma Simarro. Les conocí y trabajé con ellos, mucho antes de
que llegaran a la alcaldía y durante su estancia en ella me permitieron llevar
adelante mis iniciativas como Gerente del Patronato Municipal de la Vivienda,
sin cortapisa ni reserva alguna.
En el campo de la abogacía colaboré varios años en el despacho de Ramón Pella
y Tort, hijo del mejor tratadista de Derecho Catalán Pella y Forgas y él mismo
gran especialista en propiedad industrial y patentes y marcas; su despacho
situado en la calle Diputación, junto al Paseo de Gracia, resultaba magnífico,
pues la única decoración era, una estupenda mesa de trabajo y un gran cuadro
representando a Carlos IV, pintado, nada menos, que por Goya; dejé mi colaboración para preparar tas oposiciones que hice poco después convocadas por el
Ayuntamiento de Barcelona.
Como no podía ser de otra manera la convivencia diaria durante la campaña del
36, me llevo a la amistad con el que era mi jefe Vicente Valenciano Gaya, casado
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Memorias Autorizadas
con la hija del prestigioso general Marzo; dada nuestra diferencia de edad la
relación parecía de padre a hijo, pero lo cierto es que mucho aprendí de él desde
el punto de vista militar, pues se trataba de persona nacida en Marruecos, con la
honda tradición y costumbres de los militares africanistas que constituían la
médula del ejército franquista.
A causa de mis estancias en Sitges anudé una fuerte amistad, debido a similares
aficiones fotográficas y viajeras, con el escultor Eudaldo Serra y con Celso Gomis
Serdañons, casados con una japonesa y una suiza respectivamente, ambos
pasaron varios años viviendo en el Japón; mucho me influyeron sus inquietudes
artísticas y las tertulias en sus casas y en la mía eran del mejor interés y hoy las
recuerdo con nostalgia; muy interesante me resultó la visita que con Celso y su
mujer Emita efectuamos a Gallifa en donde el ceramista Llorenç Artigas, gran
amigo de Miró nos mostró los hornos, copiados de los ceramistas japoneses, en
los que cocía sus modelos, que en el mercado mundial alcanzaban precios de
fábula.
Hablando de tertulias, concurrí durante bastantes años a la que formábamos
Ricardo Vidal (sobrino de Vidal y Guardiola), José Balcells, Panyella, director del
Museo Etnológico y otros compañeros del Ayuntamiento, en donde debatíamos
interesantes temas de literatura clásica, teología y filosofía fundamental.
Consecuencia de mis viajes al extranjero, traigo aquí a colación la buena amistad
que me llevó a reunirme en Israel y en las Ramblas de nuestra ciudad, con DarínDrabkin o con el arquitecto griego Doxiadis, cuyo despacho en Atenas con un
amplio ventanal desde el que se divisaba la Acrópolis y el Partenon, podía constituir el sueño dorado de cualquier amante de la pura belleza; en alguna ocasión
tengo escrito el enorme contraste entre ese despacho de Doxiadis, luminoso y
con la mejor de las vistas y el casi tenebroso, escaso de luz y cerrado al exterior,
que era el lugar de trabajo de Le Corbusier.
No me olvido de Juan Bassegoda Casas, gran amigo que fue de mi padre y que
me alojó en su casa de Ginebra los quince días de permanecí después de exiliarme de Barcelona y antes de volver a la España nacional; era un hombre de
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José M'n Martínez-Mari Ódena
fuerte personalidad, director de un periódico que publicaba en Ginebra -L'Appel
Catalán- y cuyo texto era escrito por él en su totalidad; un par de veces a la
semana se reunía en una cafetería para discutir temas bíblicos y religiosos, con
varios protestantes, judíos ortodoxos y católicos, tuve el privilegio de encontrarme en varias de esas tertulias, en las que, ciertamente lo pasé muy bien;
como no tenían hijos esos días de mi estancia en su casa me trataron a cuerpo
de rey y su mujer, muy suiza prusiana, no dejaba de darme buenos consejos.
Alguna vez he vuelto a pasar por el ginebrino " Plateau de Champlain" recordando el número 5 de la Avenue Peschier y la cercana Iglesia ortodoxa que
tantas veces, con tristeza, había pateado el agosto del 36.
Como consecuencia de mi interés por el yoga y otras disciplinas orientales,
durante bastantes años me relacioné y tuve buena amistad con el japonés
Katsumi Mamine quien en su taller de la Avenida República Argentina además
de la edición de una interesante revista cultivaba con un buen grupo de interesados disciplinas como el Katsugen y el Yuki; también tuve buena amistad con
una pareja de profesores de yoga, ella Urna Suñé, casada con un hijo de mi
amigo Santiago Udina que reunían un numeroso grupo de adeptos e incluso
organizaban sesiones fuera de la ciudad en fines de semana.
Muy al principio de mis estudios en la universidad, anduve muchas horas en el
gimnasio Alsina de la calle Diputación con el profesor Busquets que nos
admiraba a todos por sus alardes gimnásticos tales como "el cristo" dominando
las anillas y otras exhibiciones difíciles. Esta parcela cultural-deportiva de parte
de mi vida, también tuvo ocasión de manifestarse con amistades del Club
Natación Barcelona, entre ellas Herboltzheimer y Sabata, campeones en trampolín y cien metros libres; a este último lo encontré más tarde en el
Ayuntamiento, como secretario del que fue teniente de alcalde de obras
públicas Melchor Baixas de Palau; también mi pertenencia durante algunos años
al Centro Excursionista de Catalunya, en la calle Paradís o a la Agrupación
Fotográfica de Cataluña, hizo que buenos amigos nos reuniéramos comentando
las respectivas aficiones, aunque ya ahora, no puedo recordar sus nombres.
-121 -
Memorias Autorizadas
C - INVENTOS MODERNOS Y AVATARES HISTÓRICOS.
Una vida prolongada en época de cambios científicos y políticos, forzosamente
debe resultar interesante si se ha vivido conscientemente cada realidad.
He sido, afortunadamente, espectador y a veces actor de algunos avances
técnicos que han influido extraordinariamente en el cambio de vida de mi
generación, con respecto a las anteriores.
Así, a mis diez años me extasiaba oyendo un aparato de radio que mi tío José
había adquirido en el extranjero; era un artilugio lleno de diales y cables por
todos lados, que encontraba las emisoras a base de un punzón que rozaba una
piedra galena, madre de todo el sistema; pocas personas tenían todavía aparatos
de radio y aquello que me hacía disfrutar, era la admiración de propios y
extraños, aunque producía más parásitos que emisiones audibles, necesitándose
constantemente reparar la antena situada en el terrado y la serie de conductores
de energía y sonido; un poco antes de esos diez años rescaté de una vieja
estantería a un predecesor del cine, seguramente traído por mi abuela desde
Cuba; el "zootropo" me divertía con el constante, aunque monótono,
movimiento de las figuras contenidas en las variadas cintas de la colección de mi
abuela. Eran clásicas en mi infancia también, las sesiones de cine familiar con
máquina Pathe-Baby a base de películas alquiladas y funcionando con manivela
manual.
La revolución del automóvil también la experimenté en casa; un pariente de mi
padre era representante de los automóviles franceses marca Avion-Voisin, fabricante también de motores para aviación y sobre el año 1926, a mis diez años un
flamante cuatro por cuatro Voisin matrícula B-24.117 fue agraciado paseando a
toda la familia, hasta que otro modelo más avanzado de la misma marca,
el B-30.724 le sucedió con mayor potencia y lujo; precisamente en ese vehículo
nos encontramos por la carretera de Sants, viniendo de Sitges, rodeados por una
multitud que celebraba el 14 de abril de 1931 la proclamación de la República.
-122-
José MJ MíU-tíncz-Marí Odena
En el avance sobre Cataluña en la contienda civil, encontré ese último coche,
que fue requisado a mi padre por la FAI, casi convertido en chatarra y abandonado por el ejercito republicano en una calle de La Pobla de Segur.
Durante los veraneos en San Feliu, constituía siempre una de mis más interesantes aventuras, la subida, desde Caldas de Montbui a aquella población en un
autobús de línea, ya entonces de la empresa Sagalés y marca De Dion Bouton,
polvoriento, ruidoso y lento; lo interesante de los seis kilómetros de recorrido,
lleno de curvas y baches, era, no obstante, el que el vehículo llevaba unos
bancos encima del techo, al aire libre, en los que se permitía viajar a quienes se
aventuraban a soportar la incomodidad del aire y del polvo; tan pronto llegaba
el momento de subir al vehículo, me faltaba tiempo para trepar hasta el techo
por la escalerilla exterior y ocupar mi sitio antes de que otros, temerarios o aventureros, lo hiciesen.
En el verano de 1935, ahora ya puedo decirlo, me tomé la libertad de coger
varias veces el coche de mi padre cuando éste permanecía en Barcelona,
paseando varias chicas y amigos para bañarnos en San Quirze Safaja, con grave
peligro para peatones y automovilistas, debido a mi poca experiencia. Algún
rasguño que en la carrocería observó mi padre, no comprendía como podía
habérsela hecho sin darse cuenta, circunstancia que tampoco yo me atrevía a
aclarar siendo el autor del desaguisado.
Fue poco después de entrar en el Ayuntamiento cuando ingresé yo también en
el mundo automovilístico por medio del clásico Seat 600 que me hizo, lleno
hasta los topes, llegar hasta Suiza; con el tiempo mejoré de vehículo, llegando
hasta el "Haiga" Barreiros y posteriormente se sucedieron los Dauphine, Volvo,
y finalmente Audi A3 con el cual, traspasado a la familia, he dado por terminada
mi larga peregrinación por las carreteras europeas.
Tuve buena experiencia al trasladarme en mi coche a Inglaterra para dejar a
Cuca en Bristol para practicar inglés, pues el coche pasó el canal metido en la
cabina del avión, con la consiguiente impresión de que en pocos minutos pasé
-123-
Memorias Autorizadas
de conducir a la derecha a viajar por la izquierda a causa del simple traslado de
Francia a Inglaterra. Afortunadamente no he tenido accidentes de importancia
aunque no puedo olvidar un par de vueltas de campana sin consecuencias y un
tortazo casi frontal yendo a Madrid en el Barreiros, que me costó la fractura de
cinco costillas.
Y dentro de los avances técnicos del siglo, también, pero mucho más adelante,
tuve en mi casa uno de los primeros aparatos de televisión que congregaba a
parientes y amigos en ocasión de interesantes emisiones, como la de la boda del
rey Balduino y Fabiola.
Asimismo viví los primeros tiempos del cinematógrafo y he podido seguir su
historia hasta el perfeccionismo de hoy. En los veraneos de San Feliu de Codinas,
por los años 20, presenciaba en el único cine de la localidad situado en un principal al que se accedía por angosta escalera, como la gente acudía a la sesión
anunciada estentóreamente al exterior por un timbre intermitente y una
bombilla roja que se encendía y apagaba en la fachada; naturalmente la película
se daba en blanco y negro y sin sonoridad alguna, que era sustituida por el típico
pianista que atacaba sin compasión los momentos más trepidantes de la acción.
Ya en Barcelona dos películas, que hoy son clásicos del celuloide, llenaron mi
cabeza de imágenes seductoras, como no podía por ser menos tratándose de las
películas "La luz azul" y "El lago de las damas" en la primera se lucía Leni
Riefensthal y en la segunda Hedy Lamarr, a la que, según decían se parecía
mucho Ana Mari.
Más adelante, algunas veces, al salir de las clases de
bachillerato en la calle Caspe íbamos al cine París para ver con deleite una de las
primeras películas en technicolor llamada "El trío de la bencina" con Meg
Lemonier; también era película comentada en la clase la de aventuras en África
llamada "Trader Horn", de cuya protagonista Edwina Booth, estábamos enamorados todos. Y otro avance del cinematógrafo, cuando alcanzó sonoridad, lo
disfruté gracias a tío Victoriano, gerente del cine Coliseum, que me invitó a ver a
Chevalier y Jeannette Mac Donald cantando en " El desfile del amor" que me
dejaron deslumhrados.
- 124-
José M'1 Martínez-Mari Ódena
Muy pronto me aficioné a la fotografía, primero a base de las clásicas Kodak,
Veroscop y Rolleyflex y posteriormente con la reina " Leica safari"; llegué a organizarme un laboratorio propio para revelar, copiar y ampliar los negativos y en
este momento, habiendo preferido diapositivas a simples copias papel, creo
tener una buena colección de muchos países del mundo.
Tuve una de las primeras máquinas "Leica" que me proporcionó mi suegro
Alfonso que como vista de la aduana de Barcelona me sopló la fecha de una
subasta de material decomisado por sus servicios, indicándome que era una
oportunidad para adquirirla a bajo precio; acudí a la subasta y pude hacerme
con la Leica, pero resultó, que a la hora de pagar me costó más que si la hubiera
comprado en una buena tienda, a causa de los impuestos y sobre todo de la
gratificación que tuve que dar a los profesionales de las subastas para que
dejaran libre el camino, no haciendo postura y permitiéndome que el adjudicatario fuera yo solo. Durante muchos años he podido, utilizando cámaras de
cine, filmar gran cantidad de películas de mis viajes por el mundo, pasadas hoy a
cintas de video que me permiten volverlas a ver sin pasar por la lata del
proyector.
Pasando ahora a los acontecimientos históricos importantes, tal vez mi
generación resulte superior a otras de más plácido vivir; nací en plena guerra
europea; hice la primera comunión coincidiendo con la supresión de la democracia con la dictadura de Primo de Rivera en 1923; el 14 de abril de 1931 viví la
proclamación de la República española y liquidación de la monarquía de Alfonso
XIII con la supresión de la Compañía de Jesús y la serie de circunstancias que
condujeron al país al 18 de julio de 1936, que, como es sabido fue preludiado
por la revolución de octubre de 1934. A los veinte años intervine activamente en
la contienda en el bando victorioso, hasta la muerte del general Franco, con la
organización de la nueva democracia y restauración de la monarquía. Tampoco
la política internacional estuvo ausente dé sobresaltos que me afectaron, pues el
año de mi matrimonio -1943-, se estaban librando tremendas batallas en las que
trágicamente dejaron su huella, las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki;
-125-
Memorias Autorizadas
la contienda mundial impedía los viajes a distancia por el mundo y ello fue causa
de que mi luna de miel tuviera que limitarse a Mallorca y reducirse a un hotel sin
electricidad situado en la cala San Vicente.
Para deshacer viejos mitos, hemos contemplado la llegada del hombre a la luna,
la coronación del monte más alto de la Tierra y los grandes avances en diagnóstico médico; afortunadamente al momento de dictar estas líneas solo hay en el
mundo contiendas locales, aunque los padecimientos en muchas partes del
globo, puedan ser tan tremendos como en otros tiempos; los novios ahora
pueden ya viajar por todas partes, como he podido comprobar yo mismo al coincidir con tantas parejas en Polinesia, Patagònia, Rusia y otros recónditos lugares.
Los historiadores nos dicen que en cada siglo aparecen tres generaciones y, para
el caso concreto de España, incluso las califican con denominaciones que se
refieren al acontecimiento principal de su vida; por ello tras las generaciones del
1898 y la del 1927, creo puedo incluirme dentro de la generación del 36 sin
duda alguna y de la cual ya no quedamos muchos.
t
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José M'1 Martínez-Mari Ódena
xii 'Una tragedia: la muerte de Ana Mari
I
~% ollice verso" ...Su en otro tiempo, intrépido corazón, no pudo resistir las
desgraciadas insinuaciones y mortales órdenes de su maltrecho y enfermo
sistema cerebral... y la muerte nos separó.
Inmediatamente después de las fiestas navideñas, el 11 de enero de 1996 sobre
las nueve de la noche, tuvo lugar el fatal acontecimiento significado por el
suicidio de Ana Mari; la decisión que tomó para dar fin a su vida, fue indudablemente, consecuencia de anomalías cerebrales que la llevaron a críticos estados
de depresión, insomnio y ansiedad. Nada pudo hacerse médicamente para
detener los progresos de una enfermedad, contra la cual, los médicos (del
Instituto Dexeus) que la trataron se sintieron impotentes.
Nacida en 1923, tenía por lo tanto en la fecha de su fallecimiento 72 años y
habida cuenta que, aparte del cerebro, su estado de. salud era excelente, sus
antecedentes genéticos eran inmejorables (su padre superó los ochenta años y
su madre los noventa y cinco) y carecía de motivos de preocupación familiar o
económica, muy posiblemente ahora seguiría viviendo y hasta llegaría a sobrevivirme.
El episodio del 96, fue precedido, desgraciadamente, por otro intento realizado
en 15 de mayo de 1985; se trató en este caso de una sobredosis de las medicinas
que le recetaron, que la condujo en estado crítico a la unidad de cuidados intensivos permaneciendo en coma durante cuatro días; afortunadamente quince días
más tarde estaba dada de alta y aparentemente, normal. Esta normalidad nos
permitió celebrar con toda la familia nuestras bodas de oro, en el Hotel Ritz, en
1993, bien lejos de pensar lo que tendría, más tarde, que volver a suceder.
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Memorias Autorizadas
El estado depresivo endógeno continuó, no obstante, su labor destructiva, hasta
el punto que el fatídico 11 de enero de 1996, en un rapto que cuesta entender
y sin duda en un incontrolable arrebato, se lanzó al vacío desde el quinto piso
del n° 201 de la calle Rosellón, donde en aquel momento nos encontrábamos su
madre Amparo y yo mismo, falleciendo en el acto, como es de suponer, a consecuencia de los múltiples traumatismos detectados posteriormente por la
autopsia realizada en el Hospital Clínico.
No es necesario decir la conmoción producida por una muerte voluntariamente
buscada y que contradice nuestro natural instinto de conservación y deseos de
vivir.
Ni quiero ni puedo extenderme más sobre este acontecimiento, tan capital en mi
vida y del que, en otras partes me ha hecho llenar muchas páginas. Apostillo con
palabras poéticas sentimientos muy difíciles de expresar de otra manera.
Por tu bondad y tu amor,
Porque lo mandas y quieres,
Porque es tuyo mi dolor...,
¡bendita sea, Señor,
la mano con que me hieres!
(José Ma Pemán)
Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería.
Oye otra vez, Dios mío, mi corazón clamar.
Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía,
Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar.
(Antonio Machado)
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José Ma Martínez-Mari Ódena
Espera siempre corazón espera
Que ninguna inquietud es infinita
Y hay una misteriosa primavera
Donde el dolor humano se marchita.
(Gregorio Marañón)
Creo que los poetas saben expresar con justeza cuanto haya podido sentir
alcanzado por la tragedia.
La muerte de Ana Mari, repentina y carente de los mil problemas, de todo
orden, que suelen causar las largas enfermedades, me retrotrae a la de mi padre
que, en pocos minutos y a causa de un aneurisma o trombosis falleció. En todos
estos casos, nos queda la sensación de que hicimos poco y algo más pudiéramos
haber hecho para evitar lo sucedido y hasta nos pudiera parecer mejor una larga
enfermedad y una constante compañía hasta el último momento; pero no
somos nosotros quienes disponemos las cosas y el "hágase tu voluntad" se hace
presente.
El cuerpo de Ana Mari está sepultado en el cementerio de Pueblo Nuevo, junto
al mar y en un viejo nicho n° 1884 con osario de la Cerca. Su espíritu habrá
podido conocer las realidades del mundo más allá de la muerte y descifrar todas
las hipótesis y aventuradas teorías discutidas por los teólogos en los textos de
escatologia al uso.
*
La muerte de Ana Mari introdujo cambios importantes en mi vida; no deseando
vivir solo de recuerdos, cambié la decoración del cuarto de estar, suprimí el
comedor y liquidando los muebles del dormitorio, lo transformé al estilo
japonés, tatami, biombo y total desnudez decorativa; vendí el apartamento de
Sitges y decidí vivir solo en mi piso de Barcelona.
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Memorias Autorizadas
Afortunadamente, aunque cumplí los ochenta años a los cuarenta y ocho días
de la muerte de mi mujer, me encontraba en magníficas condiciones físicas y
decidido a aprovecharme de las ventajas de mi situación viajando a una serie de
lugares que desde hacía tiempo, tenía in mente y ya en marzo me encontraba
en Cuba, para no parar hasta hoy.
Aunque la soledad reinaba en mi piso, mis circunstancias familiares no podían
ser más óptimas ya que mi hermana Mei vivía en el mismo rellano y mis dos
hijas Ana María y Elena en el cuarto primera y segunda de la finca, lo que me
permitió, accediendo a sus deseos, multiplicar en sus casas mis comidas o cenas;
y finalmente, la presencia diaria de mi hijo Jaime en el despacho, contiguo al
mío, redujo la soledad a limitadas horas del día y de la noche.
Consciente de la importancia que para la familia tiene la coexistencia de varias
generaciones, siempre he procurado el frecuente contacto con mis catorce
nietos y así a cuantos de ellos terminaban su carrera les invité a viajar a Israel,
cosa que hicieron Belén, Noelia, Ainhoa, Lucía, Alvaro y Patricia, no pudiendo
desplazarse Álex, ni probablemente tampoco Adriana, por las difíciles circunstancias políticas de aquel país; también, para que conocieran los Alpes di una
vuelta hasta la misma Jungfrau con Alvaro y Álex; y de ninguna manera puedo
dejar en olvido que con José anduve durante ocho días transitando por el
Camino de Santiago, lo que me permitió conocerle bien y saber los puntos que
calzaba. Ana Mari fallecida, una habitación de la casa ha sido ocupada durante
siete años por mi nieta Noelia preparando las oposiciones a judicatura y fiscalía,
que al final logró obtener y también parte del despacho fue utilizado por Belén
que se instaló un par de años hasta su boda y quien sabe si aún, más adelante
algún otro miembro de esa tercera generación volverá a desear un espacio en
Bruc sesenta y tres primero primera.
Con independencia de hijos y nietos contribuyeron de manera muy importante,
a acompañarme en la soledad de mi viudez los libros de mi biblioteca; sus
autores me hablan cuando les pido su opinión, me ¡lustran con sus
conocimientos y reflexiones y me han entretenido en muchos momentos,
-130-
José M" Martínez-Mari Odena
acompañándome siempre según mis estados de ánimo, hasta el punto que
Platón, Sócrates, Plauto, Cicerón y tantos otros clásicos y modernos, puedo
considerarlos presencias amigas de la casa.
Quiero terminar este capítulo, agradeciendo pues a todos, familia y autores, sus
esfuerzos, ánimo, buena voluntad, cariño y devoción, para ayudarme en
momentos difíciles que se presentan en la vida de cada uno y particularmente,
en este caso, en la mía.
-131 -
Memorias Autorizadas
xni «Publicaciones
/"""""i uento con producción literaria bastante extensa y variada. Hay artículos y
\~-* trabajos míos en revistas, periódicos y también algún libro. Incluso he
hecho de negro para escritos periodísticos o discursos conmemorativos, pero
silencio los nombres de los agraciados por mi pluma.
Fue en 1945 cuando comencé una dilatada labor en la revista Cristiandad, en
cuya redacción tenía tan buenos amigos como Serrano, Basíl, Bofill y bastantes
más; año tras otro, la revista publicaba cosas mías, hasta que mis ocupaciones se
multiplicaron y tuve, con gran sentimiento, que dejar de escribir para esa publicación; en total desde que comencé la colaboración hasta que la terminé en
diciembre de 1961, creo que aparecieron unos treinta artículos y de algunos de
ellos se hicieron separatas como la aparecida en el número último del año 61,
que trataba de mi estancia de ocho días en Israel.
En la revista municipal "Miscellanea Barcinonensia", se reprodujeron en distintas
fechas (1958, 1964 y 1966) los textos de sendas conferencias que pronuncié en
el Salón de Ciento, en el de las Crónicas y en el Ayuntamiento de Almería, sobre
cuestiones y problemas de vivienda, urbanismo e inmigración; la conferencia
pronunciada en Almería, lo fue a propósito de un desplazamiento de la corporación barcelonesa a esa población en unas jornadas de confraternidad municipal y la propia revista editó, además, una separata con el título de
"La aportación de Almería al crecimiento y desarrollo de Barcelona".
Un trabajo sociológico que realicé pasándome muchas horas en contacto con los
habitantes del grupo de casas baratas Ramón Albo del Turó de la Peira se
publicó en la revista Cuadernos de Información Económica y Sociológica, del
- 132-
José M'1 Martínez-Mari Ódena
Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en el año 1960 y aparte de ello
se editó en dos fascículos por el propio Consejo Superior, bajo el título "Estudio
ecológico de un núcleo suburbial de Barcelona".
En el periódico ABC (2 de noviembre de 1965, 13 y 15 de marzo de 1966)
vieron la luz algunos artículos míos sobre inmigración y urbanismo de nuestra
ciudad; también la revista Estudios Geográficos (noviembre de 1966) publicó en
separata otro trabajo mío sobre la inmigración en el área de Barcelona y lanzado
por Caritas Española, a iniciativa del amigo Duocastella, también se publicaron
algunos trabajos míos sobre los centros sociales en los grupos de viviendas.
Al editarse en España el trabajo de Rene Kaes bajo el título de "Vivir en los
grandes conjuntos" en 1970 se me pidió que redactara un estudio relacionando
la realidad española con los temas del trabajo del autor extranjero; redacté una
especie de "estado de la cuestión" sobre la situación española respecto a los
temas de inmigración, construcción de viviendas, chabolismo y demás tratados
por el conocido especialista que en esta ocasión, se dio a conocer por primera
vez en nuestro país; también en septiembre de 1959 y en la revista "Amitié
franco-espagnole" tuvo cabida una interviu que me hicieron para tratar de la
cuestión de la vivienda social y sus problemas y soluciones en España.
La revista "La administración práctica", bien conocida en los medios municipales, convocó en 1955 un concurso para premiar trabajos sobre temas relacionados con los objetivos de la publicación; el número correspondiente al mes
de junio de dicho año, insertó un trabajo sobre " La expropiación del Derecho
Arrendaticio en la actual legislación municipal", que mereció ser premiado y
cuyo autor resultaba ser yo mismo.
También me cabe reseñar una conferencia que pronunciada en Balmesiana
sobre la unidad de Europa, motivó que el Instituto Católico de Estudios Sociales
de Barcelona editara su texto en un volumen, que apareció en las librerías en
1955, dentro de su sección de problemas internacionales.
- 133-
Memorias Autorizadas
Un ejemplar de la obra la remití a la Secretaria de Estado de Su Santidad en el
Vaticano y recibí el 5 de mayo de 1955 una carta agradeciendo el envío y
mandándome la bendición papal.
En 1964 el editor Dalmau me pidió un trabajo para publicarlo en su sección
Panorama Actual de las Ideas sobre la inmigración a Barcelona, en aquellos
momentos de máxima actualidad. Pude acceder a la petición y el libro se
publicó, por cierto con mucho éxito, pues se agotó en pocos meses. El estudio
reconozco que fue muy completo y sirvió de base para otras investigaciones
sobre los mismos problemas, con innumerables citas en otros textos especializados. No era demasiado corriente, por otra parte, una publicación editada en
catalán en aquellos tiempos.
José Ma de Porcioles al preparar sus memorias en su masía de Vilassar de Dalt,
me pidió información sobre el Patronato Municipal de la Vivienda; redacté un
complejo dossier y se lo llevé a su masía, pero, desgraciadamente murió antes de
terminar su propósito. Una cierta parte de lo que tenía preparado se publicó por
Prensa Ibérica en 1994 como biografía del que fue alcalde y notario, aunque
redactada por tercera persona, insertándose parte del trabajo que en su día hice
llegar a Vilassar.
Creo que mi última publicación será, precisamente la de las presentes memorias,
con las que, de recuerdo en recuerdo, pongo punto final a este capítulo, y tal
vez, al de mi vida literaria.
t
-134-
losé M*1 Martínez-Mari Odena
xiv 'Recompensas varias
P
or una u otra razón jamás he tenido la oportunidad, ni el deseo, de exhibir
las condecoraciones o recompensas que, dependiendo de actuaciones más
o menos meritorias, me han sido concedidas por distintas autoridades, organismos o jurisdicciones, previo pago de los impuestos establecidos por las leyes tributarias para la concesión de títulos; ya sé que resulta vanidad hablar ahora de
todo eso, pero, no puedo negar que, en su tiempo, consideré justo el aprecio de
mi trabajo; aunque por la satisfacción que me produjeron en su día, hablaré un
poco de esos "premios".
El Estado estableció unas recompensas relacionadas con la Guerra Civil, algunas
de las cuales me correspondieron. La Medalla de la Campaña se concedió por el
simple hecho de participar en las filas del ejército durante el periodo 36-39, sin
precisar la duración de esa participación; la Cruz de Guerra para quienes estuvieron en primera línea del frente durante más de seis meses y la Cruz Roja del
Mérito Militar, también para premiar servicios de guerra; la orden de concesión
de tales recompensas lleva fecha de 26 de septiembre de 1939. La segunda
Centuria de la Bandera de Marruecos, a la que pertenecí durante varios meses,
fue propuesta por su actuación en el frente de Madrid, para la Cruz Laureada de
San Fernando, con carácter colectivo.
Con motivo de la construcción de viviendas para militares en el barrio de
Montbau, en 17 de julio de 1968 se me concedió la Cruz de la Orden del Mérito
Militar, con distintivo blanco, de 2a clase.
En 1 de octubre de 1970 se me concedió la Encomienda de la Orden del Mérito
Civil que el 18 de julio de 1973 me fue mejorada, concediéndoseme en su lugar
la misma Encomienda pero "de número" La visita a Barcelona del Ministro de la
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Memorias Autorizadas
Vivienda, en un par de ocasiones, dio lugar a que en el Salón de Ciento del
Ayuntamiento o en algún despacho del Gobierno Civil, me fuera impuesta la
Medalla de la Orden del Mérito Civil, en presencia de diversas autoridades.
Más importancia se dio a la imposición de la Cruz Roja del Mérito Militar, que
tuvo lugar en Capitanía, donde el Capitán General reunió a un grupo de
condecorados, entre ellos Balañá, el Marqués de Alós y otras personalidades.
Finalmente en un pleno de nuestro Ayuntamiento recibí la Medalla de Plata de la
ciudad el 28 de julio de 1952.
Y como colofón de todo, debo consignar el ascenso a capitán que me fue
concedido con una antigüedad del 24 de abril de 1957; no me cabe duda de
que si en lugar de seguir el camino del Derecho hubiera profesado en la milicia,
con esa antigüedad, mi título de abogado y curriculum de la guerra a estas horas
sería Teniente General retirado y con una nutrida hoja de servicios, tal y como
me aseguraban mi comandante Valenciano y el general de mi división Saez de
Buruaga; destino no lo quiso así pues mi buen amigo y compañero de la
campaña, el entonces teniente Quinito Muñoz, decidió, en cambio seguir en el
ejército y llegó, efectivamente al generalato, pero, objeto de un atentado de
ETA, acabó sus días hace unos cuantos años.
La verdad es que mi vanidad no pudo satisfacerse nunca totalmente, pues en
ninguna ocasión pude ostentar públicamente sobre mi pecho la totalidad de las
condecoraciones recibidas, ya que archivado el uniforme militar, solamente
etiqueta permite la exhibición de condecoraciones vistiendo de frac, cosa no
habitual en mi proceder.
En fin, mataiotes mataioteton kai panta mataiotes.
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José Ma Martínez-Mari Odena
En este capítulo de la feria de las vanidades no quiero resistirme a evocar la
figura de mi abuelo José Mari y de mi bisabuelo Joaquín Isaías Martínez, por
cuanto también disfrutaron de variadas condecoraciones, aunque sólo han
podido resistir, llegando hasta mi conocimiento, el paso del tiempo, una de cada
uno y bien característica del atormentado mundo en el que lucharon.
Por lo que se refiere a mi abuelo José y por su pertenencia a la Tercera
Compañía del Batallón de Voluntarios de Manzanillo que luchó contra los insurrectos en la 1 a Guerra de Cuba (1869-1878) que acabó con la Paz de Zanjón,
fue condecorado por Alfonso XII en 1882 con la cruz concedida a los voluntarios
que, como él, participaron en la "guerra pequeña"; el dorso de la condecoración llevaba gravadas estas palabras: "constancia - patriotismo - abnegación"
y no tengo la menor duda de que mi abuelo tuvo en gran aprecio esa recompensa por los recuerdos que, sin duda, le sugería, ya que esa condecoración ha
llegado hasta mis manos a través de múltiples y diversos avatares y se me
aparece como único superviviente de singulares circunstancias y novelescas
aventuras.
Y refiriéndome ahora a mi bisabuelo Joaquín Isaías, obtuvo también una muy
preciada recompensa concedida por la reina Isabel II en 1836 a favor de los
miembros de la Milicia Nacional que tuvieron que abandonar sus hogares por su
lealtad, como le ocurrió al bisabuelo cuya casa de Tortosa fue saqueada por los
carlistas, en ocasión de encontrarse fuera de la ciudad, encuadrado en tropas
defensoras de la reina. Joaquín Isaías, al llegar a Barcelona, después de estudiar
en Cervera y colegiarse como abogado en Barcelona, tuvo parte activa en la
política, siendo abanderado porta-insignias del Sexto Batallón de la Milicia
Nacional en agosto de 1837.
Así como la cruz de voluntario en Cuba ha llegado a mis manos, casi milagrosamente, no ha ocurrido lo mismo con la bandera de mi bisabuelo, que seguramente, debe exhibirse en alguna sala del Museo Federico Mares de nuestra
ciudad.
t
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Memorias Autorizadas
xv -Roda el món i torna al born
ntre mí haber viajero debo distinguir pequeñas vueltas por Europa y
grandes desplazamientos por los otros cuatro continentes; a pesar de las
diferencias quilométricas, en todas partes disfruté y de todas me han quedado
ganas de volver a reconocer viejos lugares, curiosidades, recordadas trayectorias
y momentos inolvidables; como dijo el poeta: a los palacios subí y a las cabanas
bajé y en todas partes dejé "estupenda" memoria de mí.
Por Europa, inicié el 1933 un recorrido pirenaico recalando con mis padres en
varias ciudades del sur francés, entre ellas Pau, Lourdes y Toulouse; fue mi
bautizo viajero y aún me acuerdo del encanto que me produjo un concierto de
músicos callejeros, tomando café en el centro de Pau y la belleza de la románica
catedral de Saint Sernin en Toulouse. Acabando el bachillerato y viajando en
cubierta giré una visita a Mallorca con tres amigos del colegio (Balanzó, Busquets
y Canals). Anoto también mi primera visita a Roma el 1934 en compañía de
Espadaler, Alegre y Boixareu, con la tremenda impresión que me produjo la
contemplación de la Capilla Sixtina.
La Guerra Civil fue causa ante todo de mi desplazamiento a Italia, Francia y Suiza
ya que como emigrado pasé, antes de regresar a la España nacional unas
semanas en Genova, Ginebra, Turín y Milán; aparte de ese forzado e irregular
periplo, durante tres años casi no me moví de la Península, pateándola, eso sí,
de cabo a rabo pero llegando a desplazarme a Marruecos en un momento de
vacaciones para revivir las gestas que me contaron los militares africanistas en
momentos de descanso en el frente.
En otras vacaciones pasé unos días deliciosos en la apacible San Sebastián,
centro de los refugiados catalanes en la zona nacional, encontrándome con
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José VF Martínez-Mari Odena
muchos de ellos, entre los cuales toda la familia Cumellas, que después de la
guerra no dejó de obsequiarme con el vino que fabricaban en Mella.
Terminada la contienda y normalizada la vida civil, Europa volvió a ser diana de
una serie de desplazamientos. Mi amistad con el contratista Paco Closa, furibundo barcelonista, hizo que en su compañía y la de su cuñado Gaspart no nos
perdiéramos partido; con ocasión de un duelo entre un equipo nacional español y
un equipo francés nos desplazamos a París, y así tuve oportunidad de conocer por
primera vez la capital francesa; con nosotros viajaron también las esposas Solves,
el hijo del cuñado, Joan Gaspart, entonces de unos ocho años y que andando el
tiempo, llegaría a ser durante varias temporadas presidente del Club, como lo
fuera unos años atrás otro casi pariente mío Miró-Sans; también vino con
nosotros el arquitecto municipal, procedente de la antigua feria de muestras y
amigo de Picasso Ramón Raventós, hermano del Dr. Raventós relacionado
también con Nonell y otros artistas de principios de siglo y de la "colla del safra".
Después de este primer viaje en 1952, siguieron siete más, el primero de ellos el
1953 cuando de regreso de la Universidad de Lovaina con Boix y el Dr. Ventosa
les descubrí a ambos los misterios de la ciudad; posteriormente otra visita fue
motivada por la entrevista que mantuve con el padre Demann de la congregación de Nuestra Señora de Sión y editor de la revista católico-judía "Cahiers
Sioniens" a la que por entonces estaba suscrito, pasando en su compañía unos
días agradables en la residencia de la calle Notre Dame de Sion, en plena zona
estudiantil y tocando Notre Dame de Pres.
Por el 1956 con Santiago de Cruylles, López íñigo y Soteras volví a París, recordando todavía la hospitalidad de la Tour d'Argent y el sabor de los pollos numerados que nos sirvieron; en 1961 aún paladeo los agradables menús de Ledoyen
en los Campos Elíseos. En junio de 1963 realicé un muy interesante desplazamiento a la capital francesa para entrevistarme con el arquitecto Le Corbusier y
con la finalidad de invitarle a unas sesiones de estudio sobre arquitectura religiosa que celebraría el Patronato Municipal de la Vivienda; pasé unas horas
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Memorias Autorizadas
inolvidables en su estudio de Rué de Sevres, pero, lamentablemente, el arquitecto no pudo satisfacer mi petición debido, según me dijo a su avanzada edad
y problemas de salud; tuvimos una interesante y larga conversación, en la que el
arquitecto me contó de sus paseos por las Ramblas barcelonesas, se me quejó
de que los norteamericanos habían copiado en su arquitectura del edificio de las
Naciones Unidas, un proyecto que él diseñó y hasta vino a decirme que casi se
sentía catalán, ya que su familia había tenido que huir de España a causa de su
pertenencia a confesiones religiosas perseguidas por la Inquisición. Pocos días
después el alcalde de Barcelona recibió una carta de Le Corbusier explicándole
mi visita y las razones por las que no podía acudir a la cita.
Después de dos viajes más realizados en plan familiar y motivado uno de ellos
por avería del coche que nos obligó a permanecer unos días en un camping del
Bois de Boulogne y el otro con mujer y suegra alrededor de 1980, dejé cerradas
nuevas visitas a París, para dedicarme a más altos vuelos y conocer países,
culturas y civilizaciones más lejanas.
En la misma década de los 50 pasé unas vacaciones en Suiza (1953) residiendo
una semana en Zermatt en donde pude hacer una escalada hasta la mitad del
Matterhorn (refugio Hornli) andando también por los glaciares de la base del
Monte Rosa en la frontera italiana. El mismo año con Ventosa y Boix pasé unos
días en Bélgica, pues en la Universidad de Lovaina nos esperaban para unas
conversaciones sobre sociología los catedráticos Leclerq y el muy conocido
escrito alemán Thils; al regresar a Barcelona, pasando por París, el doctor
Ventosa quiso celebrar misa en la capital francesa, encargándome yo de los
preparativos para que tuviera lugar en la catedral de Notre Dame; mientras
Ventosa y Boix permanecían silenciosos a mi lado en la sacristía, pedí al sacristán
facilitara ornamentos y lo necesario para la misa, indicándome muy amablemente a que volviera dentro de un cuarto de hora y todo estaría preparado y
cual no fue mi sorpresa cuando al regresar vi a punto tres casullas con sus cálices
preparadas para cada uno de nosotros; expresé al sacristán mi sorpresa diciéndole que sólo uno era sacerdote contestándome que nos había tomado a los
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José M° Martínez-Mari Odena
tres por "pretres ouvrieres"; o sea que si hubiera querido podría haber celebrado misa en la catedral de París que "bien vale una misa".
Dos años más tarde pasé unos días en Lisboa y Coimbra (muy interesado por su
célebre Universidad), trabando una interesante y jugosa amistad con el torero
Dámaso González y su cuadrilla que se alojaban en el mismo hotel Francfort que
me hospedaba; por cierto que cuando fui una noche con el torero, su
apoderado y su mozo de estoques a ver una representación en el circo de la
ciudad, me tomaron por uno de los componentes de la cuadrilla del torero, lo
que me hizo pasar una velada muy divertida bebiendo "ginja" con los artistas
que actuaron en ia representación.
También es un año de importancia
por mi primera visita a Londres, que
aproveché para pasar unos días en Oxford, haciéndome cargo de las principales
universidades que tan honda huella dejaron en la formación de la élite británica.
Especialmente impactante me resultó el gran patio del Christ College y su
magnífico comedor de estudiantes, tan gótico como pudiera serlo el de nuestra
Tinell.
En 1957 efectué un viaje de largo recorrido llegando, a través de Dinamarca,
hasta Finlandia, en donde fui atendido magníficamente por Ramón GarrigaMarqués, corresponsal de La Vanguardia, y por su mujer Eva Rosengrist, de
origen judío-ruso. Con él visité Helsinki a fondo viendo las construcciones de los
mejores arquitectos de fama mundial como Alvar Aalto, Saarinen y otros y
también mantuve una velada en el estudio del que era, en aquel entonces, el
más celebrado escultor del país, Alvar Altonen; visité tres nuevas ciudades
satélite, situadas en pleno bosque y con una serie envidiable de servicios para la
comunidad. Me volví políticamente un poco cooperativista, pues pude
comprobar que el movimiento cooperativo finlandés, dueño de grandes
almacenes, entidades bancarias y empresas de servicios públicos, tenía una
fuerza igual o superior a la del capitalismo angloamericano y lamenté que en
España, aparte del cooperativismo de viejo cuño catalán, casi no se dieran ejemplos similares a los finlandeses. A Finlandia volví en 1959, pero esta vez ya
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Memorias Autorizadas
acompañado por Santiago de Cruylles y los arquitectos Soteras y López fñigo;
recorrimos la nueva ciudad de Tapióla de la mano de su gerente Von Gertzen
con el que me había paseado un tiempo atrás por las Ramblas barcelonesas.
Como anécdota puedo decir que en una de las casas nuevas del barrio que visitamos, al ponderarle nosotros las excelencias de su nueva ciudad, nos contestó
el dueño que si bien Tapióla era estupenda, nada se podía comparar con el
clima, ambiente y animación de todo lo cual pudo disfrutar durante sus vacaciones en Marbella, observación que no gustó demasiado a Von Gertzen.
La arquitectura de esas nuevas ciudades finlandesas, así como el recorrido, dos
años antes por la Interbau de Berlín, influyó poderosamente en los proyectos de
nuevas edificaciones del Patronato Municipal de la Vivienda de Barcelona, pues
nos dimos cuenta de lo atrasados que por esas épocas andábamos respecto a las
corrientes en boga. Después de una visita, un poco tenebrosa, en la embajada
estaliniana rusa de Helsinki pasamos algún día visitando la ciudad, entonces
Leningrado y hoy San Petesburgo de nuevo, haciéndonos cargo de la situación
política, económica y social del inmenso imperio, del que los finlandeses se
mostraban orgullosos de haberse desgajado, gracias a su último presidente y
héroe de la independencia nacional Mannerheim; antes de Finlandia pasamos
unos días en Noruega, llegando hasta el Cabo Norte y efectuando un viaje en
avión para darnos perfecta cuenta del sol de medianoche. En una de las poblaciones de la costa del Mar del Norte -Tromso-, su Ayuntamiento nos organizó
una estupenda pesca de bacalao, a las cuatro de la mañana en plena luz de sol
y con magnífico desayuno en la residencia de verano del arquitecto municipal:
inolvidable velada.
El septiembre del 1957 con una comisión del Ayuntamiento de la que formaban
parte los concejales Santiago de Cruylles y Santiago Udina Matorell, además de
varios arquitectos y técnicos, se visitó la internacional Interbau de Berlín, que
exhibía varios bloques de viviendas, proyectado cada uno de ellos por distintos
arquitectos de fama mundial. También se aprovechó la visita para conocer
unidades de vecindad de Frankfurt, Bonn, Colonia y Hamburgo. La visita a Berlín
fue amenizada por el "Chek point Charlie" a través del cual penetramos en el
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José M'1 Martínez-Mari Odena
devastado Berlín oriental con los restos dejados por la guerra de los edificios
gubernamentales; a destacar la visita al monumento de los soldados rusos
muertos durante la batalla de Berlín y ya en la desolada Unter der Linden Allee,
la vista de la puerta de Brandeburgo, con los "vopos" vigilantes y a la cual no se
podía acceder debido al famoso "muro de la vergüenza" frontera divisoria entre
el sector ruso de Berlín y los sectores aliados y visita obligada de cualquier turista
o visitante del Berlín occidental.
Finalmente dentro del mismo decenio recuerdo que estuve en, tal vez, dos de las
cenas más destacadas en las que he tenido ocasión de participar, durante otra
estancia en Londres. Fue la primera la que organizó en honor de nuestra
pequeña representación (Cruylles y yo mismo, solamente) el lord mayor de
Londres Mrs. F.E. Cayford en 7 de septiembre de 1960, que nos brindó una muy
sobria pero excelente comida en los salones del ayuntamiento de la City, que
finalizó con los clásicos brindis por la reina y el jefe del Estado Español.
La segunda cena tuvo lugar en la Embajada Española que entonces, estaba
representada por Manuel Fraga; para concretar exactamente la hora de la cena,
acudí a la embajada a primeras horas de la mañana y llamando a su puerta, tuve
la sorpresa de que me abriera el propio embajador que me aclaró efectivamente
el horario. En la cena nos encontrábamos además del embajador Fraga, el
alcalde de Madrid conde de Mayalde, dos o tres personajes de cuyo nombre ya
no me acuerdo y el ex rey Simeón de Bulgaria; terminado el café de sobremesa
Cruylles me indicó que era tarde y ya deberíamos marcharnos, pero al decir al
secretario de la embajada, que estaba a mi lado, el propósito de irnos me indicó,
dándome una lección de protocolo, que hallándonos en tertulia con un rey el
marcharse dejándolo era considerado como acto de descortesía y que por ello
debíamos aguardar para ausentarnos a que se retirara él primero.
El siguiente decenio del 60, representó para mí, dos muy interesantísimos
conocimientos, aparte de otros desplazamientos de menor trascendencia.
En primer lugar Israel que lo recorrí en cuatro ocasiones: 1961, 1964, 1989 y
1997, el primero por invitación del Ministerio israelí del Trabajo, a través del
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Memorias Autorizadas
buen amigo Haim Darín-Drabkin, el segundo con motivo de uno de los
congresos de la Federación Internacional de Vivienda y Urbanismo, el tercero
siguiendo la ruta de Moisés, partiendo desde Egipto, subiendo al Sinaí, pasando
por Petra y el resto de Jordania y el cuarto limitándome a conocer Jerusalén a
fondo, Belén y el Mar Muerto, ascendiendo en el teleférico hasta la cima de la
numantina fortaleza de Massada, sepulcro de los más feroces combatientes
judíos contra las fuerzas romanas del emperador Tito, y desde hace años gran
atractivo turístico.
En la primera visita, todo fue sorprendente y del máximo interés para mí; era la
época de publicación de la novela "Éxodo" y la visión de los judíos que
descendían del avión y emocionadamente se arrodillaban y besaban el suelo
patrio, era todo un espectáculo. Recorrí la mitad del recién estrenado estado de
Israel con el arquitecto del ministerio Dan Eytan y su mujer viendo nuevos barrios
para inmigrantes construidos no solamente en Jerusalén sino en pleno Neguev y
en Galilea; me llegué hasta el Mar Muerto y paseé por las aguas del lago de
Galilea, comí el célebre "pescado de San Pedro", que por cierto, encontré fatal;
incluso estuve viviendo dos o tres días en el kiboutz de Negania en el que
pasaban también algún descanso importantes personalidades israelíes, entre
ellos un conocido general y una no menos conocida artista de cine.
Esta oportunidad no me proporcionó la visita total de Jerusalén pues, como
consecuencia de disposiciones internacionales, la capital estaba dividida y era
imposible pasar de la zona del estado de Israel a la controlada por Jordania,
totalmente árabe; en esta visita del 61 estaban todavía muy frescos los resultados de los combates durísimos que tuvo que mantener Israel tanto con los
árabes ocupantes de la mayor parte de la zona, como de los británicos que
tenían el mandato del país; los tres amigos que me acompañaban en las visitas
por Israel, habían participado, me decían, en tres guerras de liberación de su país
y esperaban todavía poder completar la geografía política del estado de Israel,
sacudiendo la parte más importante de la capital, de la ocupación jordana.
La visita y las experiencias las dejé reflejadas en un artículo que se publicó en la
revista "Cristiandad" en el mismo año y del que se hizo una serie de separatas.
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José M a Martínez-Mari Odena
Me di cuenta también en este primer contacto con la gente, de la elevada
cultura de la población judía, pues, especialmente en Tel Aviv, de cada cuatro
tiendas la mitad eran librerías y venta de instrumentos musicales y películas; en
las librerías era inútil pedir novelas o libros de cualquier otra clase traducidos del
original, pues en ese país, tan plurilingüe, solo se admitía la lectura en original,
despreciándose toda traducción.
En los otros viajes al mismo país, pude ir observando como todo se cambiaba y
la organización estatal, muy primitiva al principio, alcanzaba ya características de
un estado moderno; los "sabrás", judíos nacidos ya en Israel que al principio
eran poca gente y recibían especiales atenciones, fueron careciendo de importancia a medida que la población nativa adquiría mayor número al compás de la
inmigración creciente, pues cada vez era mayor el número de judíos llegados del
exterior; el folklore y las tradiciones culturales se iban desprendiendo del primitivo aire ruso y oriental, para adquirir características peculiares; ya no veía, como
en el primer viaje, judíos que al descender del avión en Tel Aviv, besaran el suelo
patrio adquiriendo todo el país un aire más cosmopolita, con buenos museos,
nuevas ciudades y eficiente administración.
Otro congreso de la Federación Internacional de Vivienda y Urbanismo que tuvo
lugar en Tokio el 1966 hizo que pudiera sumergirme en el mundo oriental más
alejado de Bruc 63 y, a! mismo tiempo realizar el viaje en avión más pintoresco y
notable de cuantos he llevado a cabo; el vuelo fue Barcelona-AmsterdamAnchorage (Alaska) y por vía Polo Norte, llegada al aeropuerto de Tokio, ya que
por razones políticas, la U.R.S.S. no permitía el paso de aviones por Sibèria.
Las autoridades japonesas, después del descalabro que supuso su derrota en la
última guerra mundial, se desvivieron para facilitarnos, no solo una buena
estancia en la capital, sino una serie de visitas a las ciudades más interesantes y
con más tradición histórica como Kyoto, Osaka, Kobe y algunas islas del mar
interior. Naturalmente quedé impresionado de la cultura tradicional del país, así
como de su folklore y milenaria religiosidad. Huelga decir lo impresionante que
me resultó la visita a la ciudad de Hiroshima, con su museo de las cuatrocientas
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Memorias Autorizadas
mil víctimas de la bomba atómica. Compré gran cantidad de objetos típicos,
entre ellos una mesa grande, alfombras y otras "menudencias", hasta el punto
que tuve que encargar me las facturaran a Barcelona vía marítima y ciertamente,
unos tres meses después pude instalar en casa todo lo adquirido en los bazares
de Tokio.
Alojado en Tokio en el magnífico hotel New Otani, con el comedor en el giratorio último piso, conocí una de las costumbres tradicionales del país, pues
durante mi estancia se celebraron varios banquetes de boda y al terminar las
comidas, todos y cada uno de los comensales se llevaba a su casa un paquetito
con parte de la comida facilitada, con lo que durante varios días después de la
ceremonia, se recordaban las nupcias festivamente en cada casa.
En algún desplazamiento por las islas del Mar Interior, residí en un típico
" riokan", albergue japonés, bien distinto de los occidentales, ya que todos los
huéspedes debían circular por el recinto hotelero, desprovistos de sus trajes de
calle habituales y llevando, en cambio, el kimono tradicional que se entregaba
por el portero, al llegar a la casa. Aunque no con demasiada fluidez, pude
entenderme algo con los japoneses, gracias a que cuatro meses antes estuve
estudiando el idioma mediante lecciones particulares en casa que me daba una
geisha facilitada por la japonesa mujer de Eudaldo Serra.
Además de la impresionante visita a Hiroshima, tuve la oportunidad de viajar en
el tren entonces más rápido del mundo, que me llevó desde Tokio hasta Osaka a
una velocidad superior a 300 kilómetros por hora; igualmente atractiva resultó,
aunque en otro orden, la ascensión al Fuji Yama en la que trepé hasta el cuarto
"gome" en donde los excursionistas hacían noche para seguir al día siguiente
hasta la cima de la montaña sagrada.
El año 1968 efectué un largo viaje a Estados Unidos ya que en Filadèlfia se celebraba uno de los congresos de la Federación Internacional de Urbanismo y
Vivienda; visitamos además, naturalmente de Wasingthon y Nueva York, la costa
oeste con San Francisco y Hollywood incluidos, y varios parques nacionales.
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José M'1 Martínez-Mari Odena
Más adelante, en los años 1984, 1992 y 1999, recorrí el mismo país, llegándome
en el primero de ellos hasta el Gran Cañón del Colorado, descubierto por López
de Cárdenas capitán de la expedición de Coronado en 1540; pude impregnarme
del mundo mineral cuya representación máxima es el Cañón, porque permanecí
varios días alojado en un hotel que llevaba el nombre de otro de los capitanes de
aquella expedición. Acompañando a un grupo de atletas de nuestro
Ayuntamiento que corrieron el Gran Marathón de Nueva York volví ese mismo
año a EU. El año 1992 estuve en Boston participando en los festejos que los feligreses organizaron para celebrar los 50 años de estancia en aquella ciudad de mi
hermano Joaquín; esa reunión de feligreses se ha repetido recientemente, festejando los ochenta años de mi hermano, inmensa parte de los cuales se ha dedicado al cuidado espiritual de los hispanos de la zona. Finalmente el 1999 pasé
varios días en Miami gentilmente alojado en la casa de mi prima Mireya, en donde
tuve el gusto de conocer a los demás miembros cubanos de mi familia que
desplazaron a esa ciudad desde Cuba la maquinaria e instalaciones para la comercialización del ron " Matusalén", que allí sigue cosechando el mismo éxito que
tenía en la isla, exiliándose de la isla al advenimiento de la revolución de
Fidel Castro.
Al final de esta década volví a recorrer Noruega, Dinamarca e Irlanda (1969),
Austria (1961) con visitas a Insbruck y el Tirol y Suiza (1965) con estancia en
Saas-Fe y otros poblados alpinos, incluyendo invitación para conocer los Alpes a
mi hijo Jaime y a algún amigo suyo.
En los años 70 han destacado el recorrido que efectué por la India, Nepal y
Cachemira en 1979, la serie de países sudamericanos el año 1978 y Egipto el
1977. Los viajeros que han recorrido la India, dicen que de ese país se vuelve
con mentalidad distinta y posiblemente algo de eso me sucedió a mí ya que el
paseo por los barrios bajos de Calcuta, el contacto con los "saddus" de Bombay,
la visión de las piras crematorias con la dispersión de las cenizas del difunto por
el Ganges o la exposición de los difuntos en la roca viva para alimento de buitres
y aves rapaces, y el camping a los pies de montes de más de ocho mil metros, no
son acontecimientos que le suceden a uno todos los días.
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Memorias Autorizadas
También la vuelta por Sudamérica amplió extraordinariamente mi manera de ver
el mundo, al contacto con las gentes del altiplano boliviano, con las multitudes
urbanas de Sao Paolo, las favelas de Río, las cataratas del Iguazú o todo el
mundo de la conquista española incluida Cuzco y el Machu Pichu, sin dejar en el
tintero las maravillas naturales del Amazonas o de la cordillera andina, en la que
me encaramé hasta el refugio del Club Andino Boliviano en Chacaltaia, a los
5.040 metros de altura.
Debido a los cuatro mil metros de altura de La Paz, Ana María se quedó en el
hotel con tremendos dolores de cabeza y yo, que no me pasaba nada, recorrí el
interesante mercado de la capital de Bolivià en donde se vendían fetos de llama
disecados, para ser colocados en los cimientos de las casas que se construyeran
como garantía de futura paz y felicidad. También alquilé un jeep conducido por
un indio aymara que me subió hasta Chacaltaia; durante el camino, pasando
entre elevadísimas cumbres y estrechos desfiladeros, nos encontramos, tanto
con grupos indígenas al cuidado de llamas transportando su cargamento, como
con grupos de mujeres guaraníes, cada una con su correspondiente carga de
alimentos o materiales varios; interrogué al chófer que me conducía, preguntándole cuantos quilos podía cargar una llama y me dijo que unos 30 ó 40 y luego
le pregunté cuanto cargaba una mujer, diciéndome que unos 25 ó 30 quilos,
pero cuando a continuación, le pregunté cuanto cargaba un indio, me contestó
rápido: "señor, el indio no carga". Creo que nuestra avanzada sociedad, debería
considerar seriamente esta respuesta del aymará, para aplicarla, desde luego, en
nuestras familias, los maridos con deficiente vigor físico.
El tercer gran viaje, cercano el país a nuestras costas físicamente pero muy en la
lejanía histórica, es Egipto que recorrí de cabo a rabo, llegando hasta AbuSimbel con paseos en barco por la presa de Assuan y el gran lago Nasser que ha
transformado parte de las infértiles tierras egipcias y hasta cambiado el clima;
fue sorpresa el trabar conocimiento con la gente y cultura de los coptos que, a
pesar de ser los verdaderos descendientes de los faraones, están hoy sojuzgados
por los nuevos pobladores islámicos que se conducen como los dueños del país;
se trata de una importante minoría de diez millones de habitantes con religión
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José M a Martínez-Mari Odena
ortodoxa cristiana, dedicados en su mayoría, a labores del campo con residencia
suburbial en las poblaciones. A Egipto tuve la satisfacción de volver el 1989 para
iniciar el viaje que Moisés efectuó con sus israelitas tres mil quinientos años
atrás; me hizo gracia alojarme en El Cairo en el hotel Meliá, con paredes llenas
de carteles y cuadros alusivos a toros y cofradías sevillanas. No podré olvidar ese
interesante discurrir por las rutas bíblicas, atravesando el moderno canal de
Suez, adentrándome por el desierto y alojándome en el mítico monasterio de
Santa Catalina; la estancia en el monasterio requeriría una página entera, pero
debo limitarme a anotar aquí la impresionante capilla de la zarza ardiendo en el
sótano a la que contados viajeros se permitía visitar y que pude hacerlo descalzo
por un especial permiso, invocando la existencia en la iglesia de un retablo
donado por los condes de Barcelona en la Edad Media, que tuve el privilegio de
poder admirar.
La ascensión a la cima del Sinaí, iniciada con un guía beduino sobre las seis de la
mañana fue toda una epopeya, utilizándose en el tramo final, los tres mil
quinientos escalones construidos por los primitivos peregrinos de los tiempos del
emperador Constantino de Bizancio. Lo que vino después fue interesante -Petra
y la capital jordana, Amman- y el recuerdo de todo, inolvidable. El viaje organizado por la "Associació d'amics de Catalunya Cristiana" reunió a unas veinte
personas, entre ellas los sacerdotes Jesús Ma Riezu Garbisu, Josep Ma Codina
Piensa párroco de Cervera, José Cardús Grau rector de Les Franqueses del Vallés
y Josep Antón Brugulat Vilalta párroco de Lleida; también logré que nos acompañara José Ma Balcells Junyent, compañero mío del Ayuntamiento de
Barcelona.
Este viaje me dio pie para reafirmarme en mi convicción de que el cuerpo sabe
curarse solo, ya que como consecuencia de una caída en la playa del Mar Rojo
me fracturé uno de los huesos de la muñeca y anduve todo el resto de la expedición con las consiguientes molestias y dolores; lo cierto es que a los quince días
y al regreso a Barcelona, ya no experimentaba ninguna molestia y cuando
consulté el caso a mi amigo el traumatólogo Collado, éste, después de ver la
radiografía que me indicó me hiciera, me dijo que efectivamente se había
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Memorias Autorizadas
tratado de una fractura y no de un esguince como yo suponía, pero que dado el
tiempo transcurrido y la inmovilidad de la muñeca obligada por el dolor, ya la
fractura se había consolidado y no hacía falta yeso alguno.
La idea de reconstruir el pabellón alemán proyectado por Mies van der Rohe
para albergar en la exposición internacional de 1929 muestras de la cultura
alemana, me llevó de nuevo en 1970 a Berlín con el fin de ver si era posible la
adquisición de la estatua del escultor Georg Kolbe denominada "La bailarina",
uno de los atractivos del pabellón; en el barrio berlinés de Charlottenburg existía
un museo (Sensburger allee 25) dedicado exclusivamente a las esculturas de
Kolbe y en él me entrevisté con la directora, que me parece era familiar del
artista, inquiriendo la forma de hacer posible que Barcelona tuviera una copia de
la primitiva escultura; el precio de la adquisición era de unos cuatro millones de
pesetas. Circunstancias políticas hicieron que el Patronato desistiera de la reconstrucción del Pabellón, que años después acabó levantándose de nuevo en
su primitivo emplazamiento.
Ciertamente el Pabellón fue nuevamente levantado pero no era ese el deseo de
Mies van der Rohe que entendía, según indicó por escrito, que ya que se había
desmontado la obra, era mejor no levantarla de nuevo pues él mismo no
deseaba ser el arqueólogo de su propia obra; su muerte facilitó que, con la
mediación de Dick Lohan su sobrino nieto y encargado del taller del maestro, el
Pabellón volviera a lucir sus mejores galas añas más tarde.
A propósito, tuve la oportunidad de charlar con el encargado de obras de la
empresa que el año 1929 se ocupó de la construcción del edificio, recuerdo que
me dijo que Mies van der Rohe visitó una sola vez las obras, casi al final y como
sea que en los planos faltaban algunos detalles indispensables, éstos fueron
suplidos por el encargado de la obra, quién cuidó de que no se diera cuenta de
ello el propio arquitecto, que dio por bueno el trabajo efectuado, regresando
satisfecho a su país y dejando al cuidado de lo que restaba hacer a otro arquitecto alemán Rugenberg; sabiendo que ese Rugenberg tenía aún los planos
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José M'' Martínez-Mari Odena
originales del Pabellón, se contactó con él y vino a Barcelona ofreciendo la
cesión de esa documentación para hacer posible se reconstruyera el edificio;
paseé por toda la ciudad con ese arquitecto, pero al final se volvió a su país con
sus planos y sin concertar acuerdo alguno, debido a los exorbitantes precios que
pedía por su colaboración
Otro congreso internacional de la FIHUAT que tuvo lugar en Belgrado el 1971,
motivó mi presencia en esa ciudad, que encontré poco agradable. En Barcelona
mi amigo y refugiado político servio Jorge Vukmir Galic me dio unos regalos
para su mujer y su hija que estaban en Belgrado, con lo que pude relacionarme
con gente de esa ciudad acompañado de esa familia. Muy interesantes resultaron la visita que hicimos a la ciudad croata de Dubrovnick con cultura completamente distinta de la servia y el recorrido por un largo trecho del Danubio en
una rápida lancha fluvial; para redondear el viaje una estancia en Atenas con
visitas a los lugares más clásicos de la Grecia Antigua, hizo que la asistencia a ese
congreso internacional me facilitara visitas y estancias inolvidables.
Cerré el año 71 con otro viaje a Rusia en compañía José Guell y su mujer recorriendo además de los lugares típicos moscovitas algunos monasterios
medievales; en una de las poblaciones visitadas coincidimos con una especie de
romería con oficios sagrados en la iglesia y aún estoy impresionado por los
cantos y música sagrada que oí en aquel lugar, pues cerrando un poco los ojos,
me parecía estar en nuestro Liceo oyendo Boris Godunov cantado por
Chaliapine.
Durante el decenio también estuve en Dinamarca (1973), Holanda (1974) y
Grecia (1979); por cierto que frente al hotel en el que me alojaba el año 73 en
Copenague se alzaba la airosa torre campanario de la iglesia de San Salvador y
tuve la satisfacción de subir los cuatrocientos escalones hasta la cima de la torre
a noventa metros; la última parte de la ascensión se efectuaba a cielo abierto y
subiendo un aéreo pasadizo que solo permitía el paso a una persona. Siempre
me ha gustado subir a esas altas torres, que muchas veces, exigen un buen
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Memorias Autorizadas
esfuerzo muscular y así me acuerdo ahora de las torres que subí en Praga,
Florencia, Teruel, Venècia y nuestra Sagrada Familia.
El decenio 80-89, además de los desplazamientos ya contados a Suiza (1982), a
Nueva York (1984), a Londres (1988) y por la ruta de Moisés (1989), destacó por
dos viajes de gran interés como fueron el del Transiberiano en 1980 recorriendo
Sibèria y Mongòlia y el de China-Tibet en el año 1981.
El desplazamiento desde Barcelona a Moscú pasando por París y desde aquella
capital a Irkutsk y Ulan-Bator en Mongòlia, constituyó una inagotable serie de
sorpresas y un poco de aventuras que hubieran dado, incluso, para escribir un
grueso volumen, como algunos viajeros del mismo trayecto han efectuado. Para
preparar este viaje me proporcioné las enseñanzas de una profesora de ruso
durante varios meses y ello, con ayuda de un diccionario, hizo posible que me
entendiera pasablemente y pudiera descifrar avisos y letreros en el típico cirílico.
Refresqué mi conocimiento del país con la relectura del clásico de mi juventud
"Miguel Strogoff" de Julio Verne.
Como mi deseo era conocer las particularidades del ferrocarril Transiberiano y de
su mundo, pero no tenía suficiente tiempo para perderlo en los interminables
días que transcurren desde Moscú hasta Irkutsk, la capital de Sibèria, decidí
hacer en avión el trayecto y solamente pasar dos días en el tren, hasta la llegada
a Ulan Bator, en Mongòlia. Me pude hacer una idea completa de ese clásico tren
en ese tiempo y así aproveché los servicios del vagón restaurante, de la azafata
que cada vagón tenía a disposición de los pasajeros y del contacto con
ciudadanos rusos y mongoles; a destacar el siniestro paso de la frontera rusomongola a las tres de la madrugada detenidos en pleno descampado, con focos
iluminando los vagones y la policía recorriéndolos en busca de espías o
tránsfugas indeseables para hacerlos bajar del tren y perderlos en los gulags
siberianos.
Llegado a Ulan Bator el 14 de agosto pude conocer una buena parte de
Mongòlia que, a pesar de ser país independiente estaba muy atado política y
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José Ma Martínez-Mari Ódena
económicamente con la URSS que cuidó de colocar estatuas de Stalin en plazas
de la capital; estuve varios días por el desierto de Gobi e incluso dormí alguna
noche en una de las típicas tiendas o "Yurtas" de los trashumantes mongoles,
llegándome hasta los restos de Karakorum, la que fue antigua capital del héroe
nacional Gengis Khan, al que por cierto, los rusos tenían vetado para que los
mongoles no incrementaran su nacionalismo anti ruso.
Del pueblo mongol resulta su amor a la independencia, a la vida a campo
abierto y sobre todo su culto al caballo que le resulta imprescindible, como
pueblo pastor y nómada para cruzar las inacabables altiplanicies y desiertos que
a un promedio de dos mil metros de altura, constituyen su inmenso país de
doble extensión que España; presencié en Ulan Bator la final del que debía ser
deporte nacional, una especie de lucha greco romana cuyo vencedor festeja su
triunfo bailando una "danza del águila" coreada por todos los asistentes a la
celebración que acudían de los muy variados ámbitos del país montados en sus
caballerías.
Mongòlia entonces, era un país sumamente atrasado con una población de
pocos medios y cuya economía era dependiente de la URSS; viajé en aviones de
segunda o tercera mano, que incluso acababan el viaje recorriendo quince o
veinte kilómetros rodando por tierra, antes de llegar a su destino final, seguramente para ahorrar carburante y merced a la naturaleza llana y sin estorbos del
desierto.
Mi visita a China, la hice en un grupo en el que me embarcó mi amigo Fernando
Serrano, que además de ser fiscal de la Audiencia, era uno de los dueños de la
agencia de viajes organizadora del desplazamiento; el viaje aparte del interés por
China, me era más interesante aún porque suponía una estancia de varios días
en el Tíbet lo que me haría posible el conocimiento del mágico mundo tibetano
con su cultura milenaria y sus ancestrales tradiciones; también suponía un recorrido por Hong Kong y visita a la colonia portuguesa de Macao, paraíso de los
jugadores de fortuna.
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Memorias Autorizadas
Las sorpresas en el Tíbet fueron tan importantes como las ocurridas en la propia
China; la Gran Muralla, que dicen ser la única obra humana visible desde la luna,
me la recorrí en varios kilómetros de subida y bajada siguiendo las sinuosidades
del terreno, y la innumerable serie de escaleras del Pótala con sus colecciones de
budas y tumbas de grandes lamas fallecidos centenares de años atrás, han
quedado desde entonces gravados para siempre en mis ya cansadas pupilas y
fijados en las películas y fotografías tomadas sin apenas respirar.
El contraste entre las culturas china y tibetana es tremendo y a los europeos nos
deja literalmente, deslumhrados. A mi parecer lo tibetano ha quedado como
detenido en nuestra edad media, en tanto que lo chino ha seguido avanzando y
en muchos casos nos supera enormemente. A pesar de todo, dada la situación
actual del pensamiento y filosofía occidental, nos resulta, tal vez, más cercano e
incluso atractivo, el más ingenuo y misterioso Tíbet que la orgullosa, insondable
y difícil de comprender China.
En la época en que recorrí esas China, Mongòlia y Tíbet, los viajeros occidentales
eran poco menos que "rara avis" y cuando yo retrataba a las multitudes chinas
en poblados apartados del centro, veía que quien debería ser retratado era yo
mismo, dada la rareza que suponían para ellos mis distintas narices, ojos y tez.
Un buen recuerdo de mi estancia en Lhasa, lo tengo del encuentro que mantuve
con el sherpa Tensing que junto con Hillary ascendió por primera vez al Everest;
tomamos café varias mañanas en la residencia que nos alojaba y que no era más
que parte del cuartel de las fuerzas chinas ocupantes del Tíbet; aún no había
hotel alguno y el turismo visitante era prácticamente desconocido. Tensing me
firmó un autógrafo en una postal que desde allí, mandé directamente a casa.
Cuando me preparaba para la salida hacia el Tíbet, tuve la ocurrencia de ver al
alcalde de Barcelona, entonces Narcís Serra, al que le pedí una carta para su
homólogo el alcalde de Lhasa acompañada de algún obsequio o recuerdo de
nuestra ciudad; y en Lhasa tuve la satisfacción de entregar la carta en propias
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José M'1 Martínez-Mari Odena
manos de su alcalde, que se desplazó a nuestra residencia en una visita protocolaria, llena de cordialidad y pintoresquismo.
En la época de nuestra visita al Tíbet la situación del país estaba'muy lejos de ser
normal, hasta el punto de que al llegar al aeropuerto de Lhasa, alejado bastantes
kilómetros de la capital, nos advirtieron que el autobús no podría parar ni un
segundo en la carretera por el peligro de las guerrillas, razón por la cual
visitáramos en el aeropuerto como medida precautoria los servicios y efectivamente partimos a toda velocidad sin detenernos ni un momento en la
polvorienta ruta.
El 7 de septiembre de 1993 dio comienzo algo que decidí inesperadamente,
pero con la ilusión de llevar a cabo una idea que, tenía la seguridad, sería fructífera por sus resultados y buen recuerdo; se trataba de andar, peregrinando,
hasta Santiago de Compostela, aprovechando la oportunidad de que nos encontrábamos en pleno Año Santo Compostelano, que como es sabido se celebra los
años en que la festividad del Santo cae en domingo; aunque no me hubiera
importado nada hacer el camino solo, creí que no podía desperdiciar la ocasión
de brindar esa experiencia a alguno de mis nietos y me pareció que el más indicado era José, que entonces tendría 14 años. Emprendimos el viaje en tren
hasta Sarria, el primer pueblo gallego y luego iniciar desde allí la ruta pedestre
hasta Santiago. Con un promedio de unos 25-30 kilómetros diarios, hicimos
125 kilómetros con las siguientes etapas: día 8 Portomarín, día 9 Palas do Rey,
día 10 Melide, día 11 Arzúa, día 12 Rua, día 13 Santiago.
Considero un acierto total haber emprendido esa peregrinación, pues andar por
caminos medievales, al margen de asfalto, luces de neón, teléfonos y anuncios
publicitarios en la carretera, no es cosa fácil de lograr; el contacto con otros
peregrinos en el camino, resulta agradabilísimo y el pasar por pequeñas aldeas
para lograr el certificado que acredite la visita del peregrino por el lugar, es estupendo. Ciertamente la conjugación del esfuerzo físico, la geografía desconcertante, el destino final y lo exclusivo del peregrino, se aunan para que hoy no me
importara volver a hacer la peregrinación. Mi nieto se portó estupendamente
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Memorias Autorizadas
como un caminero experto y supongo que guardará tan bien como yo las
imágenes del viaje y el recuerdo de las peripecias experimentadas.
Excusado es decir que el regreso a casa lo hicimos directamente en avión y, por
lo visto mis explicaciones y recuerdos, influyeron tanto en mi alrededor, que un
año más tarde dos de mis nietas, Lucía y Noelia, hicieron también la misma peregrinación, si bien, una de ellas perjuró que jamás volvería a peregrinar como lo
hizo.
Tras la muerte de Ana Mari el 11 de enero de 1996 me dediqué intensamente a
incrementar mis vueltas por el mundo en viajes en plan mochila y solitario. Así
recorrí en el mes de marzo Cuba (acompañando a mi yerno Mariano), en agosto
me desplacé a Teruel y en noviembre, aprovechando la bonanza del tiempo en
aquel Sur, hice un largo recorrido por Patagònia y la parte más civilizada de Chile
y Argentina.
Al año siguiente pasé un tiempo muy interesante, en Méjico (marzo), Israel
(junio), Polonia y Eslovaquia (julio), Venècia (agosto), Hungría (Septiembre) y
Grecia (diciembre).
No sé que rara inspiración hizo que en un frío mes de diciembre se me ocurriera
recorrer una parte de Grecia que desconocía y que, desde mucho tiempo, debía,
a mi juicio, conocer sin falta; directamente desde Barcelona aterricé en Salónica,
la ciudad de Alejandro Magno, y al día siguiente en taxi me llegué hasta el
puerto que constituye la única entrada permitida para acceder, por vía marítima
a la península de Athos y a sus célebres monasterios; uno de mis deseos albergados durante muchos años, iba a poder tener cumplimiento, aunque parecía
que el tiempo quería impedir mi visita, pues climatológicamente, era una
verdadera aventura cruzar entre hielo, niebla, lluvia y nieve las altas cotas que
separan Macedònia, parte central griega de la costa norte y del centro oeste de
Grecia lindante con el Adriático y el Egeo. Tuve el gusto de pararme en Stagira
el pueblo natal de Aristóteles y embarqué hacia la capital del Athos, no sin
antes, haberme provisto de los correspondientes permisos, ya que el gobierno,
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José M" Martínez-Mari Odena
tanto como los obispos del Athos, controlan rigurosamente el acceso de las
personas a esa península en la que está prohibido que entren mujeres, niños
menores de catorce años y animales hembras. Muchas cosas me recordaron a la
montaña de Montserrat y sus monjes, pues aquí como allí, se habla de la "santa
montaña" (de más de dos mil metros de altura) y se pretende que el ejercicio de
la autoridad en el monte pertenezca solamente a la jurisdicción eclesiástica y no
a la civil. Muy Interesante fue la travesía desde el puerto de Ouranopolis hasta el
de Dafni en pleno Athos, único seglar a bordo rodeado de decenas de monjes
pertenecientes a la gran cantidad de monasterios situados en la península..
Poco tiempo permanecí en el Athos, cuyos monasterios, fundados por el siglo IV,
sufrieron según me cuentan las crónicas turísticas que me han facilitado aquí, las
peores expoliaciones y saqueos en el siglo XIII, causadas por los almogávares de
las expediciones catalanas, de las que se habla todavía con miedo y lamentación.
Conocedor de que el obispo de Seu de Urgell monseñor Joan Martí había estado
en el Athos y para mejor informarme, me puse en contacto con él y aunque en
31-10-91 me mandó unas líneas hablando del tema, no me sirvió de mucho el
contacto pues, textualmente, me decía en dicha carta: "Per altra part, pels molts
inconvenients que hi ha, no sé si val la pena. Hi ha monestirs ortodoxes fora del
Athos que funcionen ¡gual i es poden visitar bé".
Terminé el viaje con unos días, también de mal tiempo, recorriendo la región de
Meteora en la que visité varios de los monasterios que, como monjes estilitas,
estaban edificados en la cima de elevados montículos; estos monasterios,
también de monjas, no fueron saqueados y conservan por lo tanto, inmensas
riquezas artísticas, que han llegado hasta nuestros días, en parte debido a las
dificultades de acceso a los cenobios, pues tanto los monjes como las provisiones llegaban a su destino mediante cestas que a fuerza de brazos subían
desde abajo.
Fue el 1998 cuando le tocó el turno a África de nuevo, pasándome casi un estupendo mes por las selvas y parques nacionales de Kenya y Tanzania, incluyendo
una travesía en globo por encima del parque Serenguetti.
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Memorias Autorizadas
Finalizó el decenio con la visita que hice a Miami de la que ya he hablado anteriormente; en estos momentos hace más de un año no tengo noticias de los
familiares cubanos lo que me hace temer que la mayor de mis primas Mireya
pudiera tener dificultades de salud pues su edad es parecida a la mía.
Cada uno de los viajes que he relatado me resultó extraordinariamente interesante por una u otra razón. Así el recorrido por la zona norte de Méjico hizo que
desde Chiuahua pudiera conocer una zona casi exclusivamente habitada por los
indios Tarahumara conocidos por sus grandes facultades musicales y su extraordinaria potencia física, sin descontar las visiones más completas del mundo anterior a la conquista española visible en la zona que recorrí de Yucatán. Subí hasta
la cima de todas las pirámides posibles sorteando el vértigo de las alturas y
aprendí a dominar las escalinatas, subiendo en zigzag, como vi que hacían los
propios indígenas.
En Cuba me embebí en los aires que respiró mi abuela cubana y sus
antepasados, llegando hasta encontrar en el cementerio de Manzanillo el
panteón de mi bisabuela María Dolores Tamayo Martínez magníficamente
conservado a pesar de que desde 1917 no se hizo enterramiento alguno en él.
El conocimiento de la América hispana lo completé en esa etapa con el
desplazamiento a la Patagònia argentina y chilena, pasando unos días en la
última ciudad del mundo Ushuaia, navegando por los lagos glaciares con los
clásicos derrumbamientos tipo Perito Moreno, sin dejar de recordar los estupendos paisajes chilenos de las Torres del Payne, uno de los mitos de los escaladores; en la Isla Negra chilena, pude pasearme por la que fue residencia de
Neruda y que conserva todas las colecciones del poeta, entre ellas los estupendos mascarones de proa, que parecen guardar celosamente la tumba del
que fue su dueño, que ocupa la parte central del jardín de la villa, frente al
inmenso Pacífico. Ante la tumba del poeta, pude decir, como él mismo:
"confieso que he vivido".
La visión de esa sepultura de Neruda, me trae a la memoria otras similares
inhumaciones que, en su día, me llamaron la atención; así en el museo
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José M'1 Martínez-Mari Odena
Guggenheim de Venècia se enseña la sepultura de la hija del multimillonario
americano en la que está acompañada por los Innumerables perros que tuvo en
su vida; también en Finlandia es evocadora la sepultura de Slbellus, que junto a
su esposa, descansan en el jardín de la estupenda finca en la que habitaron y
que hoy es museo; y otra tumba para mi sugestiva, es la que en una de las Islas
de la Patagònia argentina contiene los restos del perito Moreno, que fue el ingeniero que estableció los límites territoriales entre Argentina y Chile en la zona
patagónica y que al resultar, por cierto, muy favorables a su país, Argentina,
motivaron el que, además de dar su nombre al glaciar bien conocido, se le enterrara solemne y único en aquella isla; y, como recuerdo de otra sepultura que,
ya desde pequeño, me llamó mucho la atención, quiero citar la del bufón y
personaje de la corte de Martín el Humano y Alfonso el Magnánimo Antoni
Tallander "Mosén Borra" situada en el claustro de nuestra catedral desde 1446.
Los dos últimos grandes viajes pude realizarlos el dos mil y al año siguiente. En el
primero, tal vez uno de los más distantes, recorriendo Polinesia, llegué hasta
Tahití a través del largo vuelo Barcelona-Madrid-Santiago de Chile cruzando el
Atlántico y siguiendo después, Isla de Pascua y Papeete, comiéndome tres
cuartas partes del Pacífico. El siguiente viaje, a mucha menor distancia, tuvo
lugar a Islàndia y Groenlandia.
La visita a Polinesia resultó muy completa pues estuve no sólo en Tahití, sino
también en varias de las abundantísimas islas del archipiélago, entre ellas BoraBora y Moorea. Vida puramente primitiva, con playas, bosques de palmeras,
alimentación natural y alejada civilización, fueron con el contacto con los primitivos y las exhibiciones del "tamure" mis acompañantes en el perlplo; en
Papeete y como recuerdo de mi estancia en esos lugares, que ya van dejando de
ser tan paradisíacos como quisiéramos, un tatuador catalán (Jordi's Tattoo-Shop,
43 rué Albert Leboucher, Papeete) me dejó con su trabajo un buen recuerdo del
país tatuándome un par de peces, atendiendo a mi condición de piscis en el
antebrazo derecho; el museo Gauguin visitado con detenimiento, me mostró
con abundante material gráfico la diferencia entre la época en que el pintor vivió
por allá y los tiempos en los que yo, entonces, volvía a ver sus típicos óleos;
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Memorias Autorizadas
desgraciadamente el escaso presupuesto del museo no fue suficiente para que
pueda mostrar a los visitantes ninguno de los cuadros famosos del pintor.
Fue una casualidad cuando leyendo la prensa local, pude enterarme de que
Tahití había sido prácticamente descubierta por un navegante español comisionado por el Virrey del Perú Manuel de Amat; el navegante en agradecimiento
al Virrey, bautizó la isla llamándola isla "de Amat" y con ese nombre fue conocida durante muchos años, hasta que los franceses cambiaron su nombre por el
actual Tahití, tal como era conocido por los indígenas del país.
A mitad de camino entre estas islas y la costa chilena, me detuve, cuatro o cinco
días en la isla de Pascua, que el turismo ha hecho renacer por el descubrimiento
de sus monumentales estatuas que la antigua civilización cuidó de emplazar en
estratégicos lugares de la isla; Chile tiene el dominio sobre ese islote descubierto
el siglo XVII y hoy poblado por escaso número de personas, de desolados
paisajes, poco visitado y cuyo nivel turístico deja bastante que desear.
Se cuentan más de seiscientas estatuas monumentales o "Moais" que se van
descubriendo actualmente, sin que en realidad, pueda saberse su exacto significado, ya que los habitantes de la isla que las levantaron, desaparecieron paulatinamente, cautivos por colonizadores, diezmados por enfermedades o reducidos
a una mínima natalidad insuficiente para el poblamiento. La isla fue puesta bajo
la soberanía del imperio español por el navegante Felipe González, que en el
siglo XVIII recibió el encargo del propio Virrey del Perú de reconocer las aguas y
parajes desconocidos del Océano Pacífico.
En Groenlandia, ya en el año dos mil uno, perteneciente a Dinamarca, comprobé
como el estereotipo de esquimal ya no existe allí, pues los téjanos y atuendos,
tanto masculinos como femeninos, son los mismos que en cualquier población
nórdica europea o americana; estuve en pleno momento del sol de medianoche,
alojado en un magnífico hotel danés de la localidad de Angmagssalik y pude
hacer varias excursiones en helicóptero y en barco, navegando entre icebergs y
témpanos que casi no dejaban paso a la nave, pues es sabido que esta parte del
mar de Groenlandia queda prácticamente obstruida a final de primavera y hasta
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Documentos
Anexos
Memorias Autorizadas
mente con que los pacientes ancianos se deleiten -o dormiten- con las diapositivas que pueda ofrecerles.
Y finalmente la serie de cuadernos en los que iba anotando las impresiones,
pormenores y particularidades de cada viaje se encuentran almacenados en mis
estanterías, permitiéndome que, de vez en cuando refresque mi memoria con
sucesos que sin esa documentación, habrían quedado totalmente olvidados e
imposibles de hacer volver a la realidad.
Aprovecho la oportunidad para recomendar a cuantos lean estas líneas, que en
sus recorridos por el mundo, cuiden de llevar una buena cámara fotográfica y un
cuaderno de notas que bien pudiera ser del tipo "moleskine" utilizado, como es
sabido por viajeros como Van Gogh, Henri Matisse, Ernest Hemingway o
Bruce Chatwin.
Bien pudiera seguir dando consejos a mis futuros viajeros, dada mi experiencia
del caso sobre el equipaje a llevar, la vestimenta adecuada, la documentación
indispensable y las provisiones sanitarias o monetarias; como norma debe
sentarse que nunca el viajero será esclavo del equipaje, de su salud o de
cualquier contingencia capaz de perjudicar el pleno disfrute de lo que pueda ver.
Debe apreciar toda clase de comidas, interesándose por las típicas de los países
que recorra, mantener un optimismo a ultranza y olvidarse del pan con tomate.
La curiosidad debe llegar al extremo, aunque no deben permitirse imprudencias
que pueden dar al traste con el viaje mejor organizado. Considero que el viajar
solo es una buena forma para obtener los mejores resultados de un desplazamiento, al mismo tiempo que exige mucha mejor preparación y vigilancia en
cada etapa, pues indudablemente, cabe el ser víctima de quienes persiguen el
daño ajeno. Sobre todo prima la robusta salud, buen estómago, conocimiento
de personas y cosas, curiosidad no malsana, cuantos más idiomas mejor e intuición para prever lo desagradable.
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José M" Martínez-Mari Odena
No quisiera dejar la impresión de que por ver lo de fuera he menospreciado lo de
dentro, pues siempre he aprovechado cualquier oportunidad para recorrer, lo
más a fondo posible, nuestra piel de toro.
Prescindiendo de los tres años de campaña en los que, realmente, partiendo de
mi estancia en tierras burgalesas, anduve sin pausa por los pueblos de alrededor
de Madrid, las comarcas zaragozanas, leridanas, pirenaicas y turolenses, tengo
sendas estancias aprovechando las fiestas en Sevilla y Cádiz, las tamborradas en
la ruta del tambor turolense, excursiones por las rías gallegas y por los montes
cacereños o estancias en el reposo de los monasterios de Guadalupe, Poblet o
Silos; la amistad con José Ma Torrent y su mujer Mame Osborne me hizo conocer
a fondo la gente y comarca gaditana y sobre todo Gibraltar y, naturalmente,
Jerez y El Puerto de Santa María.
Y al alcance de la mano, por una u otra razón (estancia veraniega, alpinismo o
simple curiosidad) no puedo dejar de mencionar mis recuerdos del Pirineo
oscense, leridano o gerundense, ya sean el Aneto, Benasque, Llívia o Puerto de
la Selva; y para terminar, naturalmente, ya me resulta ocioso mencionar mis
estancias en las Islas Baleares, principalmente en Palma de Mallorca y en Ibiza,
en muy variadas fechas y con ocasiones igualmente distintas.
Al filo de cuanto cuento, se me hace vivido el recuerdo de mi encuentro con " la
mandíbula de Banyoles" que tuve la oportunidad de tener en mis manos cuando
el febrero de 1988 saludé en la farmacia de Banyoles al abogado Alsius, nieto
del descubridor del fósil, conservado como una reliquia en su domicilio particular; se dice que la mujer fosilizada hace unos cuarenta mil años, fue testigo
todavía de las últimas erupciones volcánicas de la comarca de Olot y tal vez,
pueda volver a serlo dentro de un tiempo, pues los volcanes de esa zona, según
los técnicos, no están apagados, sino solamente dormidos.
t
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Memorias Autorizadas
xvi '...Y llegó el final
y - > ebo terminar estas memorias, aún cuando forzosamente hay aconte§1
t)
.L..-^ cimientos olvidados a través de los años o de reducido interés para
terceras personas. Creo que bien pudiera contar nuevas cosas con sucedidos que
están por venir, pero ya veo en lontananza que el viejo Caronte con su remo y
Átropos la anciana parca con su tijera me están aguardando, cada vez más
impacientes.
Espero que la lectura habrá resultado entretenida y agradezco la benevolencia
de quienes han podido llegar hasta el final; llegó el momento de decir con el
clásico "nunc dimittis Domine, servum tuum in pace"
Barcelona, 28 de febrero de 2004.
- 164-
Documentos
Anexos
Memorias Autorizadas
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Certificado acreditativo de la Colegiación como Abogado de Joaquín Isaías Martínez
Subirats en 8 de febrero 1837.
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José M'1 Martínez-Mari Odena
LE C O R B U S I E R
P a r i a , l e 26 J u i l l e t 1963
Monaieur José Ma de PORCIOIES
Alcade de Barcelona
BARCELONA
Monaieur l e Maire,
J ' a i eu l a v i s i t e de M. Martinez-Mari ODENA
qui m'a remis v o t r e l e t t r e du 15 j u i n 1963 r e l a t i v e aux "Conv e r a a t i o n s " d ^ r c h i t e c t u r e r e l i g i e u a e du 8 au 11 octobre à
BaroeloneI I rae s e r a absolument imposalble de me ' r e n dre à Barcelone à c e t t e époque l à ; j e s e r a l en : voyage e t ,
d*autre p a r t , je n ' a i aucune c a p a c i t é de v e n i r f a i r e / u n e . " C o n v e r s a t i o n " r e l a t i v e à mea impressions sur Roncharap et La' ï o u r e t t e . Ces deux églises'.jsònt c ò r i s t r u i t é a . C ' é s t ' è l l e s qtiifTdOirvçnt p a r l e r et f s i p o s s i b l e , S t r e u t i l e a à quèlque choaeí Ma
tache e a t actuellement accomplie.
Merci infiniraent de vos bons sentiments- à
mon é g a r d . J e garde t o u j o u r s un souvenir t r e s amical de l a
v i l l e de Barcelone qui ç a t une " v i l l e i n t e n s e e t v i v a n t e .
Je p r e c i a e encoré ma s i t p . a t i o n personnelle
j ' a i e o i x a n t e - q u i n z e ' a n a e t mon médecin me; m e t ' e a garde con~
t r e l e s voyagea (avion.òu a u t r e a ) ; p a r conseqüent, j e ^¡respectar
sea c o n a e i l a .
!
Avec'mes r e g r e t s r e i t e r é s i ¿Je^voue'iprièíàf
&—
.
. g r é e r , Monsieur l e Màire, 1* e x p r e s s i o n de mes' m e i l l e u r s r s e n . timents.
l^_jL
Cw^J^s^V
LE CORBUSIER
3 5 ,
T É L :
RUÉ
DE
VITTRÉ
S Í V R E 5
9 9 - 6 3
Carta de Le Corbusier al Alcalde de Barcelona relativa a la visita que le hice en París en
junio de 1963.
-167-
Memorias Autorizadas
Ejército Español
En atención a los méritos y circunstancias que concurren en
DON
J O S É MARIA MARTÍNEZ
MARI-ODENA
S. E. el Jeie del Estado y Generalísimo d e los Ejércitos
ha tenido a bien concederle la
Cruz de la Orden del Mérito Militar, con
distintivo blanco, d e 2.a clase
Y para que conste, expido la presente cédula que firmo en Madrid, a diecisiete d e julio d e mil novecientos sesenta y ocho.
El Ministro del Ejército,
¿- ¿¿fr^cS
¿?¿¿^?é^
L
(páginas 166-167) Oficios de concesión de la Cruz del Mérito Militar y de la Encomienda
de Número de la Orden del Mérito Civil en 17-7-1968 y 18-7-1973 respectivamente.
-168-
José M* Martínez-Mari Ódena
@ # ^ M i
\@am¿t¿eUa a¿ ¿as Crneñes
ik <L0QÁtmto¿ ty&teíieleÁ
Zmoiocck
¿Tu (pcccmencla el ipeíe del wátado (5aé¿m&C
TMcm oAtaedfae de m (Piden deí oAléúío
en atención
oído el
a toó chcunátanciaó
(Ponido- de €a (Piden,
• 1n
aue en
lo¿v¿i;
i/.\ . ccmcutien
u
na tenido- a é¿en &to%aaiie
"^onMTKNTiA "D'R NÜTMKRÍ>-~
de ta ex/Ueáada
Q/ríe
(Piden
del
c&mfiuixcQ- en
cc-municatte
ncméte,
la ctmceái&n de dicna
hieáente
\Oteu-€^tOC€ll7
u a€ miám-o üemfio
a
a ta
IZ I . , en
ctmocimientc u
áattáfacción,
loanciUe%t€i aue
eatuáitcó que dev-e u-enap a &n de
/otmaúxav
el cjfimtun& ncmunamientc-
aue ¿e data detecña
áu
fiov medie- de cia
atada,
Actúa áu
encataa
TOwll^
Q/rlétota
imtitwa
hodev
u etcfae dtoCe eiTbttu€&
al dióÁute de toó notic^eó,
diáttnd&neá
u nao- de toó ináitzniaó aue te CGMeáfiímden,
zSieó auaide
oMadtid;
a
(/. X,mucdoó
añoá.
18 de Julia^cLe 1 9 7 3 ,
JCs^ArtyfiPf^fo'W^w*>wr
-169-
Memorias Autorizadas
iCAhDL Jyll RAKCMI.OXÁ
0 <3a novembre de 19 3 3
Senyor Jcse.p M. M a r t i n o z - M a r í i Odena
Ciutíst
Benvoltjut a¡níc,
Lie r e b u t l a t e VA c o r d i a l jpi ssjLva de 7 d ' a q u e s t mes
s t r a v é s ds l a g u a l ein f a s s a b e r l a t e v a j u b i l a c i ó n
Multes
g r a d e s p e r l e s t e v e s U n i e s c3a d e s p e d i d a .
Q u a r a n t a a n y s de s e r v e i a l ' A j u n t a m e n t de B a r c e l o n a
non m o l t s anys i deia p r o d u i r m o l t a - s a t i s f a c c i ó d o n a r una
m i r a d a e n r e r a ± t o t a l ' o b r a f e t a . Que l a nova e t a p a que
a r a i n i c i a r à s e t s i y u i han p r o p i c i a -i dnih i.T.Juaào i empenta
P a g u i s f e r aquelle-5 coséis que no:n j p b r t a aJ "cap 3 q u e , p e r
manca de t e i s p s , mai p o t s aconseguir-» Això e s un premi Len
merescut,
ï l e s t a sempre bon amic í t'^abraca a m i c a l m e n t ,
Pasqual Maragall
Carta del Alcalde de Barcelona con motivo de mi jubilación el 8 de noviembre de 1983.
-170-
José M'1 M a r t í u e z - M a r í O d e n a
*&$*&
P3P **K
CÁPITHLIJM
hujus Almas Apostolkae ei Metrefialitatiue
Jici'Sesiae Composteltanae sígilli Altsiris fteali Jacob' Apüsiúli
cusios, ut ómnibus Fidelihus ít Peregrinis ex torio íerraritm
Orbe, iletialionis affíctu iisi voti cansa, ai timina Apaslnli
Nostri Hispunittmm
Putroni ac Ititelaris SANCTl JACO51
i:07iufíniimtíbus, autheiiiitas visitaticnis Ulteran nxptílüíl. ómnibus eS singulis praesenles inspercturis, nútum fa£ío:<"Zofó¿X¿¿¿r.-
Je&fíéLu^.. .-,ák&¿&¿¿¿y. j/%ísÉtAeB.'^&^ï-. £>•
hm: sacraiis.timum Tenipium pieiatis cansa devoie visilaxsc.
JK quorum/Ídem pyaesentes interna, sigilo ejusdem Sanctae
Ecclesiae. munüas, ¿'i ant/ero,
-^
Datmn Ctitapcsteltae dio j¿Z¿,measis
....¿cO!¿Sí*<é¿<LíSanuo Dni
/1-TzJL.
¡^MAAAM^^
Sccrftarius Cppifsíarif
Credencial del Arzobispado de Santiago de Compostela concediéndome las indulgencias
por haber efectuado el Camino de Santiago en 13 de septiembre de 1993.
-171 -

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