IPN - Instituto Politécnico Nacional

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IPN - Instituto Politécnico Nacional
INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL
ESCUELA SUPERIOR DE INGENIERÍA Y ARQUITECTURA
UNIDAD PROFESIONAL TECAMACHALCO
SECCIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO E INVESTIGACIÓN
EL IMPACTO DE LA INDUSTRIA PESQUERA SOBRE LOS
ASENTAMIENTOS HUMANOS.
EL CASO DEL DESEQUILIBRIO URBANO EN MAZATLÁN,
SINALOA
TESIS QUE PARA OBTENER EL GRADO DE MAESTRÍA EN
CIENCIAS EN LA ESPECIALIDAD DE ARQUITECTURA
PRESENTA:
ADRIANA MARÍA MANCILLA IBARRA
DIRECTOR DE TESIS
MC. ARTURO ESPAÑA CABALLERO
TECAMACHALCO, ESTADO DE MÉXICO
OCTUBRE 2005
INSTITUTO POLITECNICO NACIONAL
ESCUELA SUPERIOR DE INGENIERIA Y ARQUITECTURA
UNIDAD PROFESIONAL TECAMACHALCO
SECCIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO E INVESTIGACIÓN
IMPACTO DE LA INDUSTRIA PESQUERA SOBRE LOS
ASENTAMIENTOS HUMANOS
EL CASO DEL DESEQUILIBRIO URBANO EN MAZATLÁN,
SINALOA
TESIS QUE PARA OBTENER EL GRADO DE MAESTRÍA EN
CIENCIAS EN LA ESPECIALIDAD DE ARQUITECTURA
PRESENTA:
ADRIANA MARÍA MANCILLA IBARRA
DIRECTOR DE TESIS: MC. ARTURO ESPAÑA CABALLERO
CODIRECTOR: DR. RICARDO A. TENA NÚÑEZ
ASESORES: M.C. IGNACIO RABÍA TOVAR
DR. SALVADOR URRIETA GARCÍA
DR. JOEL AUDEFROY
Tecamachalco, Estado de México
octubre 2005
Índice
Pág.
Presentación……………………………………………………………………………..I
Introducción…………………………………………………………………………...III
Palabras clave………………………………………………………………………....IX
Capítulo I. Urbanismo Portuario y desequilibrio urbano…………………………...1
1.1 El urbanismo en ciudades portuarias……………………………………………..….2
1.2 Desequilibrio urbano………………………………………………………..……...32
1.3 Proceso urbano-formativo de la ciudad de Mazatlán………………………………38
Capítulo II. Ciudad portuaria de Mazatlán……………………………………...….61
2.1 Crecimiento urbano en Mazatlán………………...………………………………....62
2.2 Formas y usos de suelo……………………………………………………………..82
2.3 Infraestructura urbana y equipamiento urbano en Mazatlán……………………….88
2.4 Sectores productivos………………………………………………………...…….114
Capítulo III. La industria pesquera en Mazatlán………………………………….128
3.1 Industrialización en Sinaloa……………………………………………………….130
3.2 Industria en Mazatlán……………………………………………………………..135
3.3 Actividades e industria pesquera en Mazatlán……………………………………140
3.4 Políticas de apoyo a la industria pesquera………………………………………...156
Capítulo IV. El desequilibrio urbano en Mazatlán …………………………..…164
4.1 Los asentamientos humanos y su intervención en el desequilibrio urbano
de Mazatlán……………………………………………………………………….167
4.2 Industria y desequilibrio urbano en la franja industrial-habitacional …………….185
4.3 Actores que intervinieron en el desequilibrio urbano de Mazatlán……………….194
Conclusiones……………………………………………………………………..…...203
Bibliografía………………………………………………………………… …………..i
Hemerografía……………………………………………………………..…………......ii
Mediografía…………………………………………………………..…………………iii
Presentación
La tesis que aquí se presenta es producto del protocolo de investigación desarrollado
durante los dos años y medio cursados en la Maestría en Ciencias con Especialidad en
Arquitectura, la cual se imparte en la Sección de Estudios de Posgrado e Investigación de la
ESIA-Tecamachalco.
En un principio dicho trabajo estaba dirigido a investigar el impacto de las granjas
camaronícolas sobre el entorno urbano de la ciudad de Mazatlán. Conforme se avanzaba en
el desarrollo de aquel protocolo y con base en las observaciones, sugerencias y cambios,
este tuvo un giro hacia las cuestiones urbanas. Esto se debió a que se formalizaron tres
líneas de investigación en esta SEPI: Vivienda, urbanismo y medio ambiente
(bioclimática); más tarde se les asignó otro título sin mucha variación, sólo se concretó el
propósito de manera más clara.
Con base en lo anterior y al consolidarse la estructura de investigación de la sección, este
trabajo se ubicó en la línea de ciudades y procesos urbanos. Ello implicó entonces, dejar de
lado las granjas camaronícolas y su relación con el entorno urbano, para empezar a
considerar a la ciudad de Mazatlán como un hito portuario que contribuyó al origen,
formación y desarrollo de una de las regiones económicas importantes del país, con base en
su producción pesquera.
En ese contexto se perfiló el nuevo protocolo de investigación, el cual partió de ubicar a
esta ciudad en un marco más amplio. Fue entonces que la cuestión urbana sentó las bases
para desarrollar el conocimiento sobre cómo se originó el puerto de Mazatlán y cuál fue el
proceso de crecimiento y expansión que tuvo la ciudad a partir de la producción pesquera.
Pero como no se trataba de realizar la historia urbana de la ciudad de Mazatlán, se recurrió
a la disciplina del urbanismo.
I
En éste confluyen otros campos de conocimiento, que al integrarse en un problema de
investigación concreto, contribuyen a visualizarlo de manera más amplia, compleja y
dinámica. De aquí que el urbanismo fue la disciplina que permitió destacar que las ciudades
y sus procesos urbanos no son lineales ni se dan de manera natural, al contrario, intervienen
distintos factores, actores y sectores que dan ciertas características al proceso de
urbanización y que, como resultado de ello, se obtiene la estructura, conformación y
constitución de la identidad urbana de las ciudades, sean estas al interior del territorio o
aquellas que se asientan en las costas de éste.
II
Introducciòn
En este marco se ubicó la problemática urbana de la ciudad portuaria de Mazatlán pero, no
como una tendencia natural y ajena a la participación de los distintos actores; sino como un
proceso donde se dan antagonismos y contradicciones que permiten ver cómo en el
crecimiento de esta ciudad y su conformación, se presenta el desequilibrio urbano.
La ciudad portuaria de Mazatlán está ubicada en la región sur del estado de Sinaloa,
posición que tanto histórica como geográficamente, le permitió operar como una zona de
influencia comercial, económica e industrial con base en la producción pesquera. Además
en las dos últimas décadas del siglo veinte, ha funcionado como un centro de atractivo
turístico, principalmente extranjero.
Desde el contexto histórico el noroeste mexicano fue escenario de diferentes disputas
territoriales, las cuales se remontan al periodo colonial. Desde ese momento, una constante
ha sido el conflicto por el territorio, donde se expresa el interés de los grupos dominantes
por apropiarse de éste.
En la ciudad coexisten dos tipos de zonas: La primera se caracteriza por un importante
crecimiento y desarrollo debido a las actividades productivas y el control que mantienen
sobre ellas los grupos dominantes, la otra, se distingue por su atraso y carencias de
servicios, y por estar ocupada por grupos sociales de bajo nivel socioeconómico. Sin
embargo, existen zonas ocupadas por ambos actores como es el caso de la colonia Casa
Redonda y el Parque Industrial Alfredo V. Bonfil. En esta zona es donde se manifiesta de
manera acentuada la diferencia entre aquellos actores.
La colonia arriba citada está ubicada al sureste de Mazatlán, que es el asentamiento
periférico más antiguo de esta ciudad. Este sitio empezó a ocuparse a fines del siglo XIX,
después de la construcción del Puente Juárez. Inicialmente fue ocupada por las familias de
los ferrocarrileros quienes trabajaban en ese lugar, debido a que allí se encontraba la
estación de ferrocarril. Debido a esta situación, los terrenos federales de dicha estación, no
han sido desincorporados por lo que en la actualidad aún no se ha regularizado la tenencia
III
de la tierra. Esto ha ocasionado una serie de problemas para los habitantes, que la han
ocupado desde ese entonces.
El Parque Industrial Alfredo V. Bonfil, al ser construido en un área inmediata a la estación
del ferrocarril, vino a marcar diferencias con la colonia Casa Redonda, toda vez que aquél
contó con todos los servicios en función de sus actividades productivas. Esto ha generado la
exclusión, desplazamiento y desigualdad en el acceso a los servicios de la población de esa
colonia, que es una de las características del desequilibrio urbano.
El proceso por el cual se ha llegado a esta situación en la ciudad de Mazatlán, tiene su
formación a partir de que la primera actividad económica llevada a cabo en ella fue la de
tipo comercial, apoyada por la política de las importaciones que siguió el Estado. Esta
actividad fue determinante para que la ciudad portuaria mazatleca, se convirtiera en una de
las más importantes de la región, la cual se ha extendido hasta fines del siglo XX.
El movimiento comercial de este puerto marítimo, como punto de entrada y salida de
mercancías, fue la condición para que llegaran inversiones extranjeras pero también, ha
sido motivo de atracción de fuerza laboral de la región y, por consecuencia, del surgimiento
de asentamientos humanos. A partir de esta tendencia histórica se ha configurado y
delimitado el espacio social de Mazatlán.
Un periodo significativo para el país fue el de la industrialización, ante la cual Mazatlán no
podía quedar al margen. Esto implicó salvar el obstáculo natural (Estero del Infiernillo),
que dividía a la ciudad. Asimismo se construyeron obras portuarias para recibir barcos de
gran calado debido a las actividades de importación y exportación; además, se construyó la
carretera Mazatlán- Durango para comunicarla con el resto del país. Estos hechos marcaron
de manera definitiva las actividades productivas de Mazatlán.
Por otro lado, al intervenir el gobierno en la venta de terrenos trajo como consecuencia la
especulación inmobiliaria, cuya tendencia formativa se encontraba en la acumulación de
IV
tierra por parte de los primeros grupos de comerciantes que se establecieron en esta
península, situación que actualmente prevalece con otros actores.
Ante esa situación donde los beneficiarios habían sido comerciantes, inversionistas,
inmobiliarias y empresarios del turismo se gestaron algunos movimientos sociales de tipo
inquilinario debido a los altos costos de la vivienda, lo que llevó a demandar el
congelamiento de las rentas. También implicó, por otro lado, que los grupos sociales
organizados (constituidos en su mayoría por trabajadores y familias pauperizadas) iniciaran
la invasión de terrenos cuya propiedad era federal y privada. Esto tuvo un impacto negativo
en el proceso urbano, ya que dichos terrenos carecían tanto de infraestructura como de
servicios, condiciones que han marcado la diferencia urbana, social y económica del
territorio mazatleco, es decir, exclusión social y desequilibrio urbano.
Al crecer la ciudad de Mazatlán y aumentar el tamaño de la población así como, la
diversificación del capital ante las nuevas actividades productivas, el gobierno desarrolló
acciones como ganarle terrenos al mar. Sin embargo, los terrenos dragados han tenido
como destino a los inversionistas privados.
Lo anterior ha sido consecuencia de una de las actividades importantes que ha caracterizado
a esta ciudad portuaria: la pesca de alta mar, sobre la cual se ha dado el desarrollo industrial
de esta hasta recién la última década del siglo XX, tiempo en el cual inició su descenso
productivo pero, que con todo y estas contradicciones, aún mantiene una presencia en la
economía regional, estatal y local.
La ciudad portuaria de Mazatlán al haberse iniciado como un puerto comercial y más tarde
en una industria basada en la pesca, y por su alta producción de alta mar, le llevó a
construir una industria pesquera, cuya importancia alcanzó tanto el nivel nacional como
internacional implicó, también, su crecimiento tanto en lo territorial como en lo
demográfico. Dentro de este contexto no podían quedar de lado los conflictos y
contradicciones de diversa índole, que junto con lo anterior agudizaron la crisis productiva
y económica de esta ciudad y de la mayoría de sus habitantes.
V
El grupo social menos afectado fue el de los empresarios, que al obtener grandes ganancias
de la industria pesquera, diversificaron su capital con lo que dicha industria dejó de tener la
relevancia que había alcanzado. Esta diversificación fue dirigida, a partir de la década de
los setentas del siglo XX, hacia el sector de los servicios, particularmente el de turismo.
El sector turístico inició sus actividades invirtiendo en zonas donde el valor de la renta del
suelo era bastante bajo, es decir, hacia las afueras del centro de la ciudad. En esta zona se
desarrollaron importantes proyectos hoteleros, los cuales están dirigidos principalmente al
turismo extranjero. Esto ha traído como consecuencia una mayor diferenciación y
desigualdad social, económica, urbana y cultural, toda vez que los beneficiarios de esta
tendencia han sido los grupos sociales con mayor capacidad económica, es decir, los
empresarios. Así entonces, el turismo ha venido a ser la actividad sobre la cual se sustenta
actualmente, la economía mazatleca.
La industria pesquera, que sobrevive al casi abandono de la política federal y del gobierno
estatal, tiene que coexistir de manera desigual con la actividad turística, la cual recibe los
apoyos económicos y estímulos fiscales del gobierno federal, estatal y local para continuar
con su política de expansión y apropiación del territorio mazatleco en detrimento de la
mayoría de los grupos sociales menos favorecidos,
En este escenario, donde los distintos actores que forman parte de la dinámica económica,
productiva, social, urbana y cultural de Mazatlán se puede observar de manera crítica que
los conflictos, contradicciones y antagonismos generados por ese proceso histórico, han
dado como resultado, que el crecimiento de la industria pesquera haya sido un de los
factores detonantes del desequilibrio urbano de esta ciudad portuaria.
El origen del trabajo tuvo como propósito estudiar el fenómeno del Desequilibrio Urbano
como producto de la relación entre la Industria Pesquera y los Asentamientos Humanos,
tomando como caso el Parque Industrial Alfredo V. Bonfil y la colonia Casa Redonda.
Ambos representan momentos históricos particulares que caracterizan el crecimiento
VI
urbano de la ciudad de Mazatlán, pero coinciden en otro cuando el territorio pasa a ser el
elemento común que los articula, a partir de las actividades comerciales y más tarde de la
producción industrial.
Así, el objetivo de esta investigación se dirigió a analizar el desequilibrio urbano de la
ciudad de Mazatlán para explicar cómo la relación entre los asentamientos humanos de la
colonia Casa Redonda y el Parque Alfredo V. Bonfil fueron las condiciones que
conformaron las características urbanas que distinguen e identifican dicho desequilibrio en
esta ciudad.
El supuesto que fundamenta lo anterior, es el que sostiene que el desequilibrio urbano de la
ciudad de Mazatlán tuvo como causa el crecimiento de la industria pesquera, y que ha sido
esta el origen del acceso desigual y diferenciado de los asentamientos humanos a los
servicios, infraestructura y equipamiento urbano.
La presente tesis está constituida por cuatro capítulos, donde el primero de ellos aborda el
debate teórico que existe acerca del urbanismo portuario y el desequilibrio urbano, con la
finalidad de analizar y construir los conceptos que los caracterizan y describen de forma
general y así poder explicar la relación que existe entre ellos. Asimismo, se partió del caso
particular de la ciudad portuaria de Mazatlán en donde el desequilibrio urbano es
manifiesto.
En el segundo capítulo se aborda el crecimiento urbano histórico que se registró en la
ciudad de Mazatlán, por un lado a partir de las actividades económicas y de los sectores
productivos como el comercio, las importaciones y exportaciones, la pesca y el turismo, así
como la industria. Y por el otro con las acciones sociales y políticas que determinaron
dicho crecimiento, a través de la apropiación violenta del territorio y las reivindicaciones
posteriores para la obtención de servicios urbanos de parte la clase trabajadora. También en
este capitulo se refiere el impacto que tuvieron en el espacio urbano de la ciudad mazatleca
el movimiento armado de 1917 y el conflicto de la segunda Guerra Mundial.
VII
El tercer capítulo se parte de lo general a lo particular para llevar a cabo un análisis de la
industria estatal y municipal, y su comportamiento en el espacio urbano-social. Lo cual
permitió conocer las acciones estatales y privadas que se tomaron para apoyar y fortalecer a
este sector, particularmente a la industria pesquera que llegó a ser uno de los soportes
económicos más importantes del estado. Asimismo se determinaron las causas del
crecimiento y desarrollo de algunas zonas de la ciudad que con el tiempo se convirtieron
polos de desarrollo económico, con lo cual se puso de manifiesto el desequilibrio urbano.
En el cuarto capítulo se abordó el impacto que produjeron la industria y las zonas
habitacionales en el espacio natural y urbano, así como la relación de estos con el
desequilibrio urbano en la zona industrial-habitacional del Parque Industrial Alfredo V.
Bonfil y la colonia Casa Redonda.
VIII
Palabras Clave:
Apropiación
Desequilibrio
Destrucción
Transformaciòn
IX
CAPITULO I. URBANISMO PORTUARIO Y DESEQUILIBRIO
URBANO
1
Para abordar el tema de la relación entre el urbanismo portuario y el desequilibrio
urbano, es necesario construir los conceptos que permiten tener claridad en cuanto a su
contenido, significado y definición, y esto es posible gracias a la producción teórica en
este campo, cuya finalidad consiste en una aproximación conceptual que aún está en
debate. Esto se debe a que no existen elementos categóricos y universales, por ello se
hace una exposición sobre las distintas connotaciones de los anteriores conceptos a
través de distintos especialistas.
1.1 El urbanismo en ciudades portuarias
El análisis de Sjoberg (1988) pretende mostrar de manera amplia el proceso por el cual
pasaron las primeras ciudades, algunas de las cuales aun existen y en donde, además de
la agricultura y la domesticación de animales, aparecen otros elementos que van
caracterizando a estos primeros asentamientos, como la fabricación de la cerámica y la
elaboración de textiles. Este análisis además fortalece el argumento de autores, como
Paul Singer (1988) respecto del desarrollo de estas comunidades, como la utilización de
una base tecnológica y de una organización social para repartir las actividades entre los
integrantes de estos grupos, lo cual permitió la especialización del trabajo y por lo tanto
un excedente de alimentos:
Las investigaciones arqueológicas han demostrado que los primeros asentamientos
sedentarios y relativamente densos de la población humana (Mesopotamia, hacia el
3500 a. J.C, Egipto, 3000 a. J.C., China e India, 3000 – 2500 a. J.C.), se sitúan al
final de periodo neolítico, allí donde el estado de la técnica y las condiciones
sociales y naturales del trabajo permitieron a los agricultores producir más de lo
que ellos mismos necesitaban para subsistir.1
Lo anterior favoreció el desarrollo de un proceso de distribución del producto, y es a
partir de la necesidad de administración de este excedente de alimentos que nace la
estructura político-administrativa en estos asentamientos, dando paso a la división de
clases sociales y a la ciudad, en donde la especialización de las actividades dio paso a
los grupos destinados para los quehaceres gubernamentales, administrativos religiosos,
militares y agrícolas. Apareció además la práctica del intercambio comercial y cultural
con otros grupos. Sobre esto Singer afirma:
1
Singer, Paul; en: Castells, Manuel. La cuestión urbana. 1974. p. 18
2
Cuando se piensa en cualquier sociedad humana que haya alcanzado la etapa de
civilización urbana –en que la producción y/o la captura de un excedente de
alimentos permite a una parte de la población vivir aglomerada, dedicándose a
otras actividades que la producción de alimentos- la división entre urbe y campo
aparece claramente...2
A partir de ese momento se estableció la relación campo-ciudad, diferenciándose uno
de otro por las actividades que se desarrollan al interior de cada uno, es decir, las zonas
rurales proveen a las urbanas de parte de su producción, a cambio de productos de la
ciudad.
Todas las ciudades son diferentes y esa diferencia se debe a ciertos aspectos, tales
como: su ubicación geográfica, recursos naturales con que cuentan, su pasado histórico,
la sociedad que las ocupa, su organización político-administrativa, factores culturales,
entre otros. Mismos que han determinado su configuración, desarrollo, crecimiento y
permanencia o, por el contrario, su decadencia y posterior desaparición.
Las ciudades y las sociedades que las han habitado a través del tiempo, han tenido
cambios constantes, ya sea por hechos históricos, sociales, por avances tecnológicos
y/o fenómenos naturales (terremotos, huracanes, etc.), que han impactado directa o
indirectamente su territorio y a sus habitantes.
Bairoch (1990) agrega a los anteriores criterios la presencia de fortificaciones en
contraste con la aldea y la estructura urbana del espacio (casas durables, calles, entre
otras) y propone combinar dichos criterios sin perder de vista sus limitaciones3. En su
planteamiento, la artesanía ocupa al igual que en el planteamiento de Sjoberg el lugar
más importante, debido a que la considera parte esencial del fenómeno urbano por
tratarse de la especialización sin perder de vista que no se trata de una regla absoluta.
En su postura, Bairoch acepta la existencia de distintos agentes que intervinieron en el
nacimiento de las ciudades, sin embargo, privilegia la relación entre la economía y la
urbanización para que estas florecieran y se desarrollaran. El excedente de alimentos
2
3
Singer, Paul. A modo de introducción y clases sociales. En: Antología de Sociología Urbana.1988. p. 27
Bairoch, Paul. De Jericó a México. Historia de la urbanización. 1990 p. 23
3
producidos en las zonas rurales permitió que otros sectores de la población se dedicaran
a actividades diferentes a la agricultura y que fuera posible la especialización de estos
en otras actividades, así como el intercambio de bienes y servicios. Esto permite afirmar
que la economía jugó un papel muy importante en el nacimiento del fenómeno urbano.
Las ciudades desde su nacimiento hasta nuestros días han sufrido distintas
transformaciones, como resultado de algunos eventos históricos, como ejemplo de ello
están las ciudades medievales que se resguardaban de la amenaza exterior auxiliadas por
medio de las murallas que las rodeaban; y siglos más tarde, después de haber atravesado
por diferentes momentos que las impactaron, llegó el periodo de la Revolución
Industrial, acontecimiento que significó un parteaguas en el desarrollo de las ciudades y
dio paso a los nuevos requerimientos de la sociedad industrial, razón por la cual fue
indispensable replantear la forma urbana y mucho después idear un sistema urbano.
La ciudad se volvió objeto de estudio para diversas disciplinas (sociología,
antropología y arquitectura, entre otras) particularmente desde el momento en que la
ciudad deja de ser obra espontánea y colectiva y se convierte en asunto de especialistas.
A partir de esta especialización se derivaron infinidad de estudios y teorías que
buscaban no sólo explicar el nacimiento de las ciudades y los factores que intervinieron
en ello, sino que también se expusieron problemas sociales, culturales y arquitectónicos
presentes en estas. De lo anterior surgieron diversas corrientes con planteamientos que
se han desarrollado durante el
proceso de urbanización de las ciudades desde su
aparición en el territorio.
Cabe señalar que antes de la Revolución Industrial se buscaba hacer ciudad con un
acercamiento artístico, es decir, como un objeto físico que se podía proponer formal y
estéticamente (también se denominaba “arte urbano”), el cual debía cumplir con tres
principios fundamentales: necesidad, comodidad y belleza, así como a la geometría y
correcta ubicación. Este tipo de ciudad entra en crisis y fue sustituida, como ya se
mencionó con la llegada de la revolución industrial, que trajo con ella otras prioridades
como lo utilitario y cómodo. En este enfoque racionalista se piensa la ciudad de manera
lógica, partiendo de lo que ya existe para plantear ciertos requisitos que las ciudades
deberían cumplir para funcionar adecuadamente, como la disposición de los elementos
urbanos (vías de acceso, plazas, áreas verdes, zonas de recreación, zonas comerciales,
4
industriales y habitacionales, entre otras) en donde estos se relacionen de forma
ordenada y planificada para lograr que dicho sistema opere en beneficio de los
habitantes de la ciudad, es decir, pretende mejorar las condiciones de vida y de la
organización social.
En el periodo comprendido entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial se presenta
otra transformación hacia el enfoque de la ciudad, es decir, se desecha la forma
(formalismo) urbana para dar paso al funcionalismo.
El funcionalismo deriva del racionalismo y en él predominan los aspectos técnicos
sobre los estéticos; asimismo, en esta corriente los problemas centrales del urbanismo
son la vivienda y el ensanchamiento de las ciudades. En el funcionalismo los
planteamientos teóricos se llevan a la práctica de manera concreta, es decir, en el se
emplea la lógica de la operación y significación del sistema-ciudad por medio de la
planificación y en consecuencia la zonificación del espacio geográfico para que en éste
se desempeñen las actividades que caracterizan a la ciudad (industria, comercio,
habitación, etc.) y se satisfagan las necesidades en lo relativo a normas espaciales.
Asimismo pretende la uniformización entre arquitectura y urbanismo.
La influencia de ambas escuelas (racionalista y funcionalista) es la que mayormente se
observa en el caso de estudio de esta tesis, sin embargo, es posible llevar a cabo la
legibilidad de la ciudad (de acuerdo a la corriente de la semiología del espacio) y
también observar que la forma urbana no determina los significados y valores
simbólicos que los habitantes le otorgan al espacio, sino que está ligada a los códigos
sociales establecidos.
Urbanismo
El urbanismo como actividad ha existido desde el momento que nacieron las primeras
ciudades, en donde fue necesario organizar, aprovechar y optimizar el espacio. Esta
práctica se llevaba a cabo de manera empírica por parte de los actores que se
encargaban de distribuir el espacio para las actividades que lo ocuparían (gobierno,
vivienda, actividades productivas, entre otras).
5
Según Inés Sánchez (1999) … León Alberti (S. XV) fue el primer autor que teorizó
sobre la concepción de la arquitectura y de la ciudad. Este planteaba que la ciudad debía
diseñarse artísticamente y ser pensada como un todo, asimismo aseguraba que la ciudad
no se basaba en un modelo anterior, sino, en una serie de normas y principios que
conforman un tipo de lenguaje a partir del cual se conciben los espacios construidos…
es decir, que ciudad y urbanismo eran un solo objeto y debían proyectarse y articularse
racionalmente, en función de la totalidad que la conformaba y presentar una
correspondencia entre todos sus componentes urbanos y arquitectónicos.4
La interpretación de los hechos urbanos comenzó hasta después de mediados del siglo
XIX desde los puntos de vista estéticos o religiosos y hasta ese momento no existía un
término para denominar al Urbanismo, sin embargo, después de la Revolución
Industrial, el Urbanismo buscaba organizar la construcción de un orden espacial urbano
basado en la teoría científica existente hasta entonces, y el cual se encargaba de crear y
planificar ciudades para la nueva sociedad que las ocupaba. Fue a partir del siglo XX
que se adopta el término Urbanismo para definir esta disciplina:
El término “urbanismo” deriva del neologismo introducido por Cerdá en su Teoría
General de la urbanización. Cerdá inventa el término “urbanización” para designar
una nueva disciplina, la ciencia de la organización espacial en las ciudades.
Para Cerdá el término “urbanización” designa al mismo tiempo lo que es el
proceso de desarrollo urbano y lo que son sus leyes subyacentes.5
Para Cerdá (Sánchez; 1999:17) el Urbanismo es el proceso de transformación del
espacio físico (los edificios y las redes de infraestructura), es decir, la regularización o
adaptación de las ciudades existentes a las necesidades de la sociedad capitalista e
industrial; dicha transformación se enfoca básicamente a resolver dos problemas de
gran importancia en una ciudad: la higiene y la circulación. Sin embargo, no consideró
otros elementos que intervienen en esta disciplina como los sociales, culturales y
productivos.
4
5
Sánchez, Inés. Introducción al urbanismo. Conceptos y métodos de planificación urbana. 1999. p. 17
Idem. p. 33
6
Cabe señalar que Cerdá fue uno de los precursores del urbanismo científico moderno,
el cual intentó crear una ciencia universal con soluciones a su vez universales y
presentar una teoría del urbanismo, su obra se articula en el racionalismo de su época
Para Morris ( ), el Urbanismo es una ciencia que estudia y organiza el espacio urbano
(el territorio y las áreas geográficas), así como sus transformaciones, donde la
organización social humana y sus actividades están presentes.6 Esta organización está
basada en las necesidades de las actividades productivas, habitacionales y sociales, a las
que se les destina un espacio específico en el territorio para su desarrollo.
Por lo tanto, en esta postura teórica el Urbanismo al ser considerado una ciencia y en
tanto que ésta tiene su propio objeto, teoría y método, entonces depende del
conocimiento y de la práctica científica que ha aplicado diversos métodos, teorías y
acciones para el estudio y comprensión de las diferentes etapas por las que han pasado
las ciudades; así como para adecuar el espacio urbano a las actividades y condiciones de
la sociedad que la ocupa y la configura.
Por otro lado, Landa (1976) lo define como disciplina científica, en tanto que
intervienen otros campos de conocimiento que coadyuvan en su práctica de
planificación, crecimiento, cambio y tratamiento de las ciudades y que además, debe
ser ejercida a través de acciones gubernamentales y de la participación social continua,
cuyo objetivo es alcanzar el bienestar social, ajustando este proceso a las necesidades y
demandas de la población.7
Para este autor las características y las necesidades de la sociedad que ocupa el
territorio deben ser analizadas y tomadas en cuenta previamente para determinar la
organización y adecuación espacial de las ciudades de forma planificada. Por lo que el
gobierno y sus instituciones e instrumentos se encargan de definir y determinar las
acciones que la sociedad debe llevar a cabo en la ciudad.
Sin embargo, la atención a las demandas de los habitantes de una ciudad dependen en
gran medida de los requerimientos de los grupos de poder y de las actividades
productivas, por lo que las demandas e intervención de estos grupos en las decisiones
6
7
Morris, A. E. Historia de la forma urbana. s/f. p. 45
Landa Horacio. Terminología de urbanismo. 1976. p. 74
7
gubernamentales son fundamentales para llevar a cabo la urbanización del territorio, y
no tanto por lo grupos populares.
Para Sánchez (1999) el Urbanismo es una disciplina aplicada, es decir, que en ella los
diferentes campos del conocimiento actúan por medio del método sobre el objeto de
estudio (ciudad), en donde dicha disciplina se ocupa del fomento, guía, mejora y control
del desarrollo en un medio físico cambiante, enfocado a beneficiar a las comunidades,
respetando los derechos de cada persona. Asimismo, se preocupa de la forma de
organizar el espacio para que responda a las demandas presentes y futuras de una
sociedad en constante cambio.8
Esta postura es un tanto ideal, sobre todo en lo que corresponde a los países
occidentales y de los cuales Inés Sánchez utiliza el referente para llevar a cabo sus
planteamientos, ya que el Urbanismo en la práctica está ligado al sistema económico de
dichos países (capitalista), en donde el Estado se encuentra al servicio del capital, y por
lo tanto, cuando se beneficia a alguna comunidad es por que el territorio en donde está
se asienta cuenta con los recursos naturales y/o la infraestructura necesarias para
desarrollar una o varias actividades productivas, en donde los derechos de las personas
pasan a segundo término.
En el siguiente planteamiento de Ramírez (1992) se ratifica que las definiciones tanto
de Landa como de Sánchez, en lo que a Urbanismo se refiere, coinciden en que el
objetivo de éste debe (o debería) ser la atención a las necesidades de la sociedad que
ocupa la ciudad: sin embargo, esto se encuentra muy lejos de la realidad:
…las regiones se dinamizan y reorganizan en función de la reestructuración de la
economía y por lo tanto, en este proceso, los grupos de poder que intervienen en el
mismo, son actores fundamentales del cambio…Los actores regionales responden
de manera diferencial al proceso de implantación capitalista, hecho que origina que
cada región dependiendo de su particularidad, responda, se adapte o rechace el
modelo que en lo general se intenta implantar y por lo tanto se inserte
desigualmente a éste.9
8
Sánchez, Inés. Introducción al urbanismo. Conceptos y métodos de planificación urbana. 1999 págs. 8 y
68
9
Ramírez, Blanca. Modernización y reestructuración territorial. En: Ciudades No.13. 1992. p.6
8
Es decir, que el Estado se encarga de intervenir para insertar en la economía capitalista
a algunas ciudades, en donde las necesidades urbanísticas no figuran como una
prioridad en el desarrollo de la totalidad de los habitantes de la misma, para lo cual
Ramírez agrega acertadamente:
Cada día la preocupación se centra menos en realizar planes de organización
territorial extensos, o bien de usos de suelo o reservas y usos de territorio. Por el
contrario, bajo la actual fase de desarrollo la intervención del estado se centra cada
día más en la elaboración de programas específicos, cada vez más concertados con la
iniciativa privada.10
Es por ello que los factores sociales, políticos, culturales y económicos no deben estar
desarticulados del espacio urbano.
En resumen, Cerdá define al Urbanismo como una ciencia y una disciplina a la vez lo
cual es contradictorio, debido a que en una disciplina intervienen varios campos de
conocimiento, mientras que una ciencia se caracteriza por tener su objeto, teoría y
métodos propios que menciona Morris. Ambos autores coinciden en que el urbanismo
es una ciencia que organiza las transformaciones de las ciudades, sin embargo,
discrepan en cuanto a la importancia que tienen los aspectos sociales, culturales y
productivos de la población.
Por su parte Landa lo define como una disciplina científica y Sánchez como disciplina
aplicada, en donde para el primero en ella además de intervenir otros campos de
conocimiento (como sociología, antropología, ingeniería, etc.) se aplica el método y la
teoría existente para generar ciudad, en el segundo caso se plantea lo contrario, ya que si
bien también es una disciplina se llevan a cabo las acciones de manera directa sin
ejercer la teoría, aunque ambos coinciden en que el Urbanismo debe ser un instrumento
en manos del Estado el cual se deberá apoyar en otros campos del conocimiento, para
atender principalmente a las necesidades de la sociedad que habita las ciudades.
Por otra parte, la urbanización del territorio se caracteriza por ser un proceso donde se
presenta la multiplicación de puntos de concentración demográfica, económica y el
incremento del tamaño de las ciudades; donde intervienen acciones gubernamentales y
sociales enfocadas a permitir que en el territorio se lleven a cabo las actividades
10
Idem. P.9
9
económicas, sociales, político-administrativas y culturales de la sociedad asentada en
ellas.
La urbanización impulsa la concentración en el territorio de una gran parte de la
población, además de las instituciones, servicios públicos y actividades urbanas de una
región, asimismo la caracteriza una expansión geográfica, espacial y demográfica
constante. Esta expansión es resultado del aumento de las densidades de construcción y
población, generada por la necesidad de la reproducción social y de empleo,
estrechamente relacionadas con las fuerzas productivas. Lo anterior permite conocer los
antecedentes históricos de la formación de las ciudades, de las tendencias de
crecimiento y de los cambios que han sufrido. Por lo tanto, el Urbanismo genera e
integra el conocimiento apoyado en la práctica y viceversa.
Con base en este marco, por Urbanismo debe entenderse en su sentido general como la
disciplina científica, en donde intervienen varios campos de conocimiento, dicha
disciplina se encarga de organizar, transformar y adecuar el proceso de ocupación de un
territorio anteriormente rural o natural, para el fomento del desarrollo, crecimiento,
cambio y arreglo de las ciudades, para provecho de los diversos grupos humanos con
diferentes estilos de vida que las ocupan y en donde no deben sacrificarse los derechos y
necesidades de los grupos populares, para beneficio de los grupos de poder.
Los puertos
Los puertos son emplazamientos ubicados en los litorales del territorio, y se caracterizan
por contar con una franja de tierra que se extiende desde la orilla del mar, hasta
coincidir con el primer cambio en el aspecto del terreno, donde ya no se considera
zona costera. La mayoría de ellos, se caracterizan por contar con obras construidas en la
costa para proporcionar seguridad a las embarcaciones, así como con infraestructura y
servicios para la transferencia de carga de mar a tierra y viceversa.11
Asimismo, en las riberas de algunos ríos de gran caudal e importancia también se
realizan actividades portuarias, particularmente en Europa, en donde los ríos más
destacados se comunican entre sí a través de canales artificiales como en el caso del
11
Corral Carlos y Castorena, José. Lineamientos para regular el crecimiento urbano en centros de población
portuarios. 1988. p. 166.
10
Sena, Loira y Ródano, en Francia, que se constituyen como los de mayor importancia
económica en dicho continente. Además de los anteriores puertos ribereños se encuentra
el Rin en Alemania y el Danubio que atraviesa las zonas agrícolas de ocho países
europeos; todos ellos son navegables y registran un cuantioso tráfico de barcos.
Históricamente los puertos han operado como puertas de entrada y salida para las
regiones que se conectan con estos, para el intercambio y transporte de mercancías y
personas por vía marítima o fluvial, sin embargo en este caso particular se abordará el
caso de los puertos marítimos. Los servicios turísticos, las actividades industriales y
pesqueras, entre otras, también intervienen y caracterizan a algunos de ellos.
Su ubicación geográfica, los recursos naturales de que disponen y los servicios e
infraestructura que ofrecen, les permite convertirse en polos de desarrollo, resultado de
las actividades económicas que en ellos se realizan, y que son motivo de atracción de
fuerza de trabajo y de capitales privados y estatales. Lo anterior se observa en puertos
de la República Mexicana, como Veracruz, Guaymas, Tampico y Lázaro Cárdenas,
entre otros.
Las zonas costeras han sido consideradas por el capital y el Estado como áreas
prioritarias del desarrollo económico, social y político, y también como nodos
territoriales estrechamente relacionados con otras regiones, es decir, como puntos
específicos en el territorio en donde se concentran un gran número de actividades
productivas, servicios, e infraestructura urbana.
Su desarrollo o estancamiento dependen directamente de los recursos naturales que
ofrezca el espacio geográfico en el que están insertos y de la posibilidad de transformar
su vinculación territorial en beneficio de los intereses comerciales, económicos y
reproducción social.
Martner (1997) manifiesta que los puertos además son susceptibles de adecuarse,
readaptarse, insertarse o resistirse a las exigencias de los nuevos modelos de
desarrollo.12 Es decir, que estos son adaptables y es posible llevar a cabo ajustes
12
Martner, Carlos. Desarrollo y vinculación regional. En: Ciudades. 1997, N° 34. p.16
11
territoriales a través de obras y servicios que permitan incorporarlos a las nuevas
tendencias de la economía y desarrollo de cada país, un ejemplo de esto es el puerto de
Topolobampo en Sinaloa, el cual no figuraba como puerto comercial, debido a que no
contaba con la infraestructura necesaria para ello, sin embargo, después de la
intervención de los gobiernos federal y estatal este fue transformado en plataforma
comercial del noroeste a partir de los primeros años de los noventa.
Este mismo proceso se observa en otras ciudades, particularmente las que concentran
en su territorio las actividades económicas, las instituciones y el equipamiento urbano
necesario para el desarrollo social de diferentes sectores de la población, generando con
ello la inmigración hacia estos lugares. Por lo tanto, la caracterización que hace el autor
para este tipo de emplazamiento, bien puede ser aplicada a otras ciudades que no sean
necesariamente portuarias.
Los puertos se clasifican como especializados y no especializados. En los primeros se
llevan a cabo actividades económicas concretas, por ejemplo los puertos dedicados a la
extracción del petróleo y su procesamiento (Veracruz y Tabasco), los puertos
industriales (Altamira y Tampico); o aquellos en los que se explotan, procesan y
empacan los recursos marinos para su consumo nacional e internacional (Guaymas y
Salina Cruz), y que a su vez generan divisas para el país.
En el caso de los puertos no especializados, estos se caracterizan por que en ellos se
efectúan indistintamente actividades comerciales, industriales y pesqueras (Mazatlán y
Manzanillo), por lo cual también se denominan como “misceláneos”, y generan además
importantes dividendos al capital y al Estado.
Los puertos son tipificados como industriales, turísticos, pesqueros y comerciales,
dependiendo de su actividad principal, aunque en algunos de ellos (como Mazatlán y
Veracruz, entre otros) existe una tendencia a la diversificación de las actividades donde
por ciertos momentos y dada la dinámica productiva, predominan unas sobre otras, por
ejemplo el turismo en Mazatlán por la pesca.
Por lo tanto, los puertos son emplazamientos territoriales y configuraciones urbanas
que cuentan con particulares condiciones geográficas, y que se distinguen de otros
12
lugares por sus características físicas y sus recursos naturales terrestres y marinos. En
ellos se encuentra una gran variedad de flora y fauna propias de cada ecosistema, que
constituyen una gran riqueza natural. Además en México son territorios enclavados en
zonas tropicales y contiguos a cuerpos de agua salada, que gozan de temperaturas
cálidas la mayor parte del año.
Estos se localizan en los litorales y la mayoría cuenta con infraestructura destinada al
amarre, carga, descarga y resguardo de embarcaciones, y dependiendo de su ubicación
estratégica y económica en el territorio se les provee de mayor equipamiento y servicios
necesarios para llevar a cabo en ellos, actividades económicas, comerciales y de
servicios.
A pesar de la existencia de otros medios de transporte –ferroviario y aéreo- , el
transporte marítimo no ha perdido vigencia debido a su bajo costo para la exportación e
importación de mercancías no perecederas y pesadas, como granos, autos, camiones,
maquinaria, alimentos enlatados, etc.
Lo anterior explica el interés del capital y de los grupos sociales por asentarse en estos
lugares y por consiguiente la apropiación, adaptación y transformación espacial que han
llevado a cabo en los territorios portuarios, urbanizándolos para adecuarlos a los
requerimientos de producción y reproducción, generando con ello el urbanismo
portuario del que se hablará más adelante, en este mismo capítulo.
La importancia histórica de los puertos y su participación como plataformas para
el desarrollo de las regiones.
El desarrollo histórico de los puertos surgió por la necesidad del intercambio
comercial y las relaciones exteriores entre lugares distantes entre sí, y que sólo podían
comunicarse a través de vías marítimas o fluviales.
El excedente de alimentos, permitió el comienzo del intercambio comercial, actividad
que dependía tanto de las bestias de carga como de embarcaciones (construidas con
cuero o troncos ahuecados), estas últimas a través de las vías fluviales y marítimas, que
13
impulsaron el desarrollo del comercio.13 Desde el año 3500 a.C. la cercanía de cuerpos
de agua ya se perfilaba como un aspecto de suma importancia para el desarrollo
comercial de las ciudades, para que a través de estos se comunicaran unos lugares con
otros que estaban separados por ríos, mares y océanos.
En ciudades de Europa, América, África y Asia durante mucho tiempo el único
transporte con el que se contó para comunicar unas ciudades con otras, y para
trasladarse hacia ellas fue por medio de navíos; eran las ciudades que estaban a orillas
del mar. Sin embargo, también se dio la navegación en aguas interiores de los grandes
ríos en cuyos márgenes de se fundaron pueblos que fueron origen de grandes ciudades;
algunos de otros se perdieron o continúan pero sin el carácter de lo urbano (Manaos en
Brasil y La Antigua en México).
Bairoch (1990) afirma que en las sociedades del periodo anterior a la Revolución
Industrial, la vía acuática era el elemento determinante, asimismo que el nacimiento y
desarrollo de las ciudades se presentó en las desembocaduras o confluencia de los ríos,
justamente en donde se interrumpe la navegabilidad de las corrientes, cerca de los
lugares aptos para establecer un puerto de mar.14
Los puertos en México
Las primeras ciudades fundadas en el continente Americano, se caracterizaron por
centralizar los poderes político-administrativos entre ellas se cuentan Tenochtitlán y
Cuzco.
Tenochtitlán, en la parte central de México y Cuzco, en Perú, fueron las ciudades más
importantes que encontraron los españoles en América. En la primera, el modelo
utilizado fue el sentido cruciforme que predominó en las ciudades aztecas; y en Cuzco
su gran plaza fue reproducida con distintas formas, para desempeñar funciones
parecidas en otras ciudades incas. Ambas ciudades, influenciaron urbanística y
arquitectónicamente a las principales ciudades de ese periodo.15 Bairoch (1990) da
razón de lo anterior al plantear que:
Las grandes civilizaciones precolombinas se desarrollaron también a partir de dos
focos geográficos: los Andes (más o menos Perú actual) y la América Central (más
13
Op. cit. págs.17 y 27
Bairoch, Paul. De Jericó a México. Historia de la urbanización. 1990. p.138
15
Segre, Roberto. América Latina en su arquitectura. 1975. págs.46-47
14
14
o menos México actual). Parece ser probable la existencia de relaciones e
influencias recíprocas entre estos dos centros.16
Aunque entre estas ciudades existieron relaciones de intercambio y culturales, estas no
eran tan relevantes como para que sus habitantes se trasladaran hacia las costas para
transportar el excedente de alimentos entre otros productos, es por ello que no hay
rasgos de que existiera ningún tipo de actividad portuaria marítima en este continente
antes de la llegada de los españoles. Sin embargo, el intercambio agrícola entre los
grupos que habitaban Tenochtitlán fue a través las zonas lacustres donde se encontraban
canales de navegación, cuyo punto de partida eran las riberas del lago de Texcoco hacia
otros puntos como Nativitas o la entonces Candelaria de los Patos; asimismo la actual
avenida La Viga era entonces un canal que conectaba Xochimilco, Santa Anita,
Nativitas y la Candelaria de los Patos.
Con la llegada de los colonizadores españoles, estos buscaron aplicar e imponer el
modelo de urbanización que les era conocido a estas tierras, en algunos casos
adaptándolo al medio físico y natural (tal es el caso de las ciudades asentadas en zonas
montañosas como Guanajuato). La ubicación de las ciudades
era establecida
principalmente por intereses de carácter estratégico, político, religioso y agrícola de los
conquistadores.
…se ha llegado a afirmar que la repetición sistemática del trazo urbano, en forma
de tablero y de la espaciosa plaza central en Hispanoamérica era al mismo tiempo
símbolo y medio de un plan maestro imperial.
…sin embargo, ese temerario geometrismo emanó de los experimentos
pragmáticos locales, que cristalizaron gradualmente en un arquetipo legislativo. 17
El sistema de tablero se caracteriza por la expansión de la ciudad de forma lineal y
lateral, es decir, a lo largo de un eje principal. Esto formaba una cuadrícula, compuesta
por algunos elementos como: la plaza en la parte central y alrededor de ella se ubicaban
los edificios de carácter religioso (catedral o iglesia), político-administrativo (el
ayuntamiento y de gobernación), circundados por las calles principales.
16
17
Bairoch, Paul. De Jericó a México. Historia de la urbanización. 1990. p.70
Morse, Richard. Las ciudades Latinoamericanas. 1971. p. 28
15
En la aplicación de este sistema se tomaba en cuenta el clima para orientar las calles y
la disposición de la plaza se determinada de acuerdo a la localización marítima o
interior de la ciudad.
Morse (1971) relata que en 1514, un comisionado de la Corona llamado Pedro Arias
Dávila llegó al Nuevo Mundo con instrucciones para trazar las ciudades tanto del
altiplano, como en las costas. Entre ellas estaban por un lado, el que las poblaciones
tuvieran una buena ubicación para protección y abastecimiento de los barcos, así como
para salvaguardar el territorio; y por otro lado, que los puertos marítimos debían
establecerse donde el manejo de la carga fuera más rápido y seguro, debido a los
ataques piratas.
Otra de las indicaciones era que las ciudades que fundaran debían estar próximas a las
montañas, situarlas hacia vientos favorables, contar con agua para consumo humano, y
estar cerca de tierras con riquezas explotables.18
Sin embargo, el sistema de tablero no
fue utilizado por los conquistadores en las primeras ciudades de América, como es el
caso de Santo Domingo y Cuba. En estas no hubo un trazado uniforme, por lo que
posteriormente se fue readaptando a las leyes impuestas por la Corona para tal efecto.
Hardoy se refiere a lo anterior de la siguiente manera:
Las ordenanzas de 1573 y las Leyes de Indias, editadas por primera vez en 1681,
abundaban en otras disposiciones: ancho y orientación de las calles de acuerdo al
clima, ubicación de la plaza según la localización marítima o interior de la ciudad,
reservas de terrenos comunales y otras.
Algunas de las ordenanzas y leyes estuvieron basadas en disposiciones dictadas por
los reyes al entregar sus instrucciones a algún descubridor o conquistador con
quien la Corona firmaba un acuerdo pero la mayoría de los criterios para las
fundaciones habían sido ya tomados en cuenta por los primeros fundadores sin que
mediaran leyes o disposiciones reales.19
Los puertos y los centros mineros no cumplieron íntegramente con las exigencias de
las Leyes y Ordenanzas, como en el caso de las otras ciudades, debido a su crecimiento
espontáneo y las características físicas de los lugares donde estaban ubicados.20 En
algunos casos fue posible ajustarlos a ese modelo urbano, y en otros, debido a su
18
Ibid., págs. 28,89 y 90
Segre, Roberto. Op. cit. p .50
20
ibid; p .51
19
16
conquista tardía se logró cumplir con parte del mismo, como ejemplo el caso particular
de Mazatlán en el estado de Sinaloa, México, en donde la urbanización fue tardía
(mediados del siglo XIX) y más bien fue resultado de los intereses de los extranjeros
que llegaron a apropiarse del territorio para llevar a cabo en este actividades de carácter
económico. Por lo tanto, la primera traza urbana estuvo definida por la ubicación del
muelle, la aduana y las casas comerciales, y a partir de ello partió el crecimiento de la
ciudad portuaria.
El puerto de Mazatlán
Hacia 1530 Nuño de Guzmán y su ejército arribaron al noroeste, realizando la
conquista de estos territorios y derrotando a los grupos indígenas que los ocupaban –
Totorames, en Tepic y en Mazatlán, así como Tahues, también en este último sitio-,
para posteriormente establecer su cuartel en Culiacán. Y de ahí continuar apropiándose
del resto del territorio sinaloense y parte del sonorense, con base en el exterminio
indígena, ya por el contagio de enfermedades que les transmitieron los españoles o
matándolos si no se rendían y sometían (ver mapa 1).
Mapa 1. Distribución de los grupos indígenas en Sinaloa
en 1530.
Fuente: Ortega. (2004)
17
En el mapa No.1 se observa la distribución de los grupos indígenas que ocupaban el
territorio del estado de Sinaloa, a la llegada de los españoles al noroeste del país.
Después de establecer el gobierno y la administración en estos sitios, por medio de la
creación de lo que denominaban provincias, en las cuales se establecía un centro
político que regía varias regiones; así como designar autoridades, repartir encomiendas
y tierras entre los españoles que llegaron a poblar esta región, Nuño se retiró hacia
Guadalajara.
En 1532, Hernán Cortés envió una expedición que partió desde Acapulco en dos
barcos, que navegaron por La Mar del sur (Océano Pacífico) hacia el norte para sondear
la costa, buscando con ello extender los dominios de España. Sin embargo, no fue fácil
la empresa ya que Nuño de Guzmán opuso resistencia en dos ocasiones, hasta que
finalmente Hernán Cortés se entrevistó con él arreglando de algún modo las diferencias,
y en 1535 este último tomó posesión de las tierras descubiertas denominando Mar de
Cortés al Golfo de California.21
Esta época (siglo XVI) en el noroeste, se caracterizó por la expansión marítima y la
búsqueda de nuevos territorios por este medio, dando como resultado el trazo de mapas
y el hallazgo de bancos de perlas en el Mar de Cortés.
Las misiones jesuitas también sometieron a los indígenas y se apropiaron del territorio
y de sus riquezas. Dichas misiones llegaron a ejercer el dominio de la producción y
administración de los recursos, así como de la fuerza de trabajo (conformada por
indígenas) durante largo tiempo. Esto generó el descontento del resto de españoles que
no podían competir con ellos comercialmente, y de los indígenas que sufrían injusticias.
Por esta razón la Corona española declaró las Reformas Borbónicas, con las que
buscaba tener más control sobre sus colonias para impedir la evasión fiscal, y a su vez
fomentar la producción para incrementar las percepciones en impuestos, que llegaban a
España. Para lograr esto, se instituyó un nuevo procedimiento gubernamental: las
intendencias. Este nuevo elemento gubernamental generó importantes cambios, y
21
Ortega, Sergio. Breve historia de Sinaloa. 1999. págs. 54-55
18
convirtió la gobernación de Sonora y Sinaloa en la Intendencia de Arizpe, misma que en
el ejercicio de estas Reformas confiscó las propiedades a los misioneros y después los
desterró del país.
Los indígenas fueron obligados a recibir parcelas para trabajarlas, lo cual era algo
nuevo para ellos ya que estaban acostumbrados a trabajar la tierra de forma conjunta.
También a españoles y mestizos interesados en establecerse en estos pueblos se les
asignaron tierras.
El territorio se transformó y paulatinamente se formó una serie de ciudades, y en el
caso de algunos puertos como Veracruz, Acapulco y Mazatlán, esta transformación fue
determinada por las actividades que se desarrollaron en cada uno de ellos. Cabe
mencionar que la fundación de cada uno de estos puertos sucedió en diferentes
momentos históricos.
De esta forma comenzó la ocupación territorial de lo que serían más adelante algunos
puertos mexicanos y su urbanización, lo que fortaleció su vocación de plataformas
territoriales para la ejecución de actividades comerciales, económicas y de exportaciónimportación de diversos productos hacia otros puertos nacionales y extranjeros;
históricamente los puertos han sido catalogados para llevar a cabo acciones relacionadas
con las actividades económicas.
Cabe señalar que los siguientes acontecimientos históricos que se presentaron en el
territorio nacional no afectaron de forma sustantiva el crecimiento y desarrollo del
noroeste del país.
El surgimiento del movimiento de Independencia rompió los lazos que ligaban al
pueblo novohispano con la nación española Sin embargo, el movimiento insurgente no
contó con una participación importante de los habitantes de esta zona, a pesar de la
convocatoria para propagar la insurrección por parte de Miguel Hidalgo. Los únicos que
se unieron a la causa fueron los mulatos del Presidio de Mazatlán.
Este movimiento armado afectó sólo a la economía de esta región, debido a que se
interrumpió la comunicación vía terrestre, entre Guadalajara y el noroeste del país por
19
los asaltos que sufrían los arrieros en la transportación de las mercancías. Esta situación
provocó la proliferación del comercio de contrabando a través de las costas de la región.
Más tarde durante el movimiento político de Reforma se modificó la organización de
la sociedad mexicana y la dirección de la economía. Sin embargo, ello no tuvo grandes
efectos ya que los comerciantes extranjeros continuaron conservando el predominio
económico de la zona (Sinaloa y Sonora).
Ciudad
Como se mencionó las ciudades comenzaron a configurarse aproximadamente en el
año 3500 a.C., y se desarrollaron gradualmente como resultado de la constitución de la
clase dominante libre de producir u obtener directamente sus alimentos,22 y que podía
dedicarse a otras actividades distintas a las del campo; en las que le fue posible
especializarse y que caracterizaron desde entonces las actividades de la ciudad.
Para explicar la ciudad no existe un concepto único, es posible encontrar diferentes
posturas respecto a este tema sobre todo desde el ángulo que sea visto, es decir, desde
las diversas disciplinas que la estudian además del Urbanismo, como la Sociología, la
Economía y la Geografía, entre otras.
La Escuela de Chicago, tiene una visión particular sobre ciudad, Morris(
) se
refiere a la ciudad como una población asentada de manera permanente y que conforma
una sociedad integral, resultado de los bienes y servicios que mejoran sus condiciones
de vida.23
Los elementos que utiliza Morris para caracterizar la ciudad son muy imprecisos,
puesto que la permanencia de una población en una ciudad depende en gran medida de
las actividades productivas, el desarrollo de estas y la existencia de mano de obra para la
producción, en donde los bienes y servicios son una consecuencia de ello; además la
ciudad no es la fórmula para mejorar las condiciones de vida de sus ocupantes, está más
que demostrado que en ocasiones las depaupera más, un ejemplo de esto es la ciudad de
Mazatlán.
22
23
Bassols, Mario, et al. Op. cit. p. 29
Morris, A.E. Op. cit. s/f. p.45
20
Por su parte Wirth (1988) afirma que es un asentamiento grande, denso, permanente y
socialmente heterogéneo, sin embargo, agrega que la ciudad es el polo en donde se
inicia y se controla la vida económica, política y cultural de una región, a través de la
concentración de instalaciones y actividades industriales y comerciales, financieras y
administrativas, e instalaciones recreativas e institucionales24.
Wirth también considera la permanencia de los habitantes y mide la ciudad por el
número de habitantes que la integran. Esta idea es obsoleta, puesto que el aspecto
cuantitativo no es definitivo para denominarla como tal ya que existen ciudades con
pocos habitantes y no por ello dejan de serlo. Es como afirmar que Querétaro no es una
ciudad porque el referente que se tiene de ciudad es el de la ciudad de México,
Guadalajara o Monterrey.
Sin embargo, Wirth reconoce la heterogeneidad social que la conforma, así como a
definirla también como polo de desarrollo en donde se llevan acabo actividades
productivas y se concentran instalaciones recreativas e institucionales.
Iracheta refiriere que la ciudad es un sistema que concentra personas, bienes privados y
públicos localizados en función del mercado25. La concepción de Iracheta es un tanto
ambigua, puesto que no explica las características de los elementos que intervienen en
dicho sistema, así como el funcionamiento de este. Además no menciona que las
actividades económicas, políticas, sociales y culturales, así como las instituciones de
que disponen son elementos intangibles pero necesarios para su desarrollo. Además de
otros elementos reales y tangibles indispensables para llevar a cabo dichas actividades,
como el equipamiento e infraestructura urbana.
La gestión de los grupos sociales es el medio que permite que dichos bienes y servicios
sean proporcionados por el Estado o por el mismo capital. Por lo que no es suficiente
asentarse de forma integral (lo cual tampoco es cierto), ya que si el territorio no ofrece
24
Wirth, Louis. El urbanismo como modo de vida. En: Antología de Sociología Urbana.1988. p. 162 y
167
25
Iracheta, Alfonso. Sustentabilidad y desarrollo metropolitano. En: Ciudades. 1997. N°. 34 págs. 3-7
21
beneficios para el desarrollo económico de los grupos de poder simplemente no es
tomado en cuenta para dotarlo de soportes urbanos de manera inmediata.
Una población puede estar asentada en el área rural de manera permanente si las
actividades productivas que se llevan a cabo en su territorio les dan la seguridad a sus
habitantes de obtener los recursos económicos a través de las actividades que realizan,
para vivir dignamente.
Negrete (1998) señala que el tamaño no determina que una ciudad sea agradable,
eficiente y sustentable,26 es decir, que las dimensiones demográficas o espaciales de la
ciudad no garantizan el bienestar de sus habitantes, ni el que tengan acceso a los
servicios de forma equitativa.
Para Lepetit (1996) la ciudad concentra la riqueza y es lugar de asentamiento de la
élite;. Asimismo simboliza el desarrollo cultural y las redes sociales privilegiadas. A lo
anterior se debe agregar que la ciudad es contenedora no sólo de la clase hegemónica,
sino también de la fuerza de trabajo que en muchos casos se ha organizado para
asentarse en lugares privilegiados del territorio27.
En este sentido, Legorreta (1995) caracteriza las ciudades según sus funciones como:
ciudad-consumo, ciudad-producción y ciudad-trabajo, atribuyendo estos modelos a los
procesos tecnológicos que se llevan a cabo en ella. Sin embargo, dentro de una misma
ciudad se puede encontrar la combinación de dos o más de estos modelos28.
Si bien es cierto que la sociedad que la ocupa es heterogénea, debido a la multiplicidad
de tareas que llevan a cabo en este espacio y que este concentra las actividades políticas,
económicas, sociales y culturales de una región, es necesario puntualizar que esto no
sería posible, de no contar con un espacio geográfico o territorio con una ubicación
privilegiada que a la vez cuente con recursos naturales y materiales para el desarrollo de
los habitantes y del capital. Este elemento es fundamental en la conceptualización de la
26
Negrete, María E. Ordenamiento territorial y urbanización. En: Reunión sobre ciudades mexicanas
ante el nuevo milenio. 1998. p. 68
27
Lepetit, Bernard. Las ciudades en la Francia moderna. 1996. p.24
28
Legorreta, Jorge. El derecho a la ciudad. En: Tierramérica: La ciudad, realidades y utopías. 1995.
No. 3. p.3
22
ciudad. Sin embargo, de acuerdo al marco teórico referido esto no se ha considerado
como elemento importante.
En este sentido Pírez (1999) afirma que la ciudad es un sistema de relaciones entre
actores con capacidad de reproducción económica, social política y cultural, es decir,
una sociedad local fundamentada en la relación sociedad-territorio de aglomeración.29
Pírez caracteriza la ciudad por la relación sociedad territorio, en donde las
transformaciones de este son el resultado de la articulación de la sociedad y las
actividades productivas, sociales políticas y culturales.
La ciudad, en tanto, se caracteriza por ser un espacio geográfico donde se concentran
actividades políticas, económicas, administrativas, legislativas, recreativas y sociales.
Que además se distingue por contener en su espacio instituciones, bienes y servicios que
contribuyen a mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
Asimismo la ciudad enfatiza la diferenciación de los grupos sociales que la ocupan,
puesto que no todos tienen el mismo acceso a los beneficios que otorga ésta,
reflejándose principalmente en el acceso al suelo y a los servicios; en donde la
permanencia de la población la garantiza la relación e interacción de los sectores
productivos, factores que determinan también la ocupación y transformación de los
espacios.
Es por ello que el grado de crecimiento o estancamiento que se presenta en las
ciudades, depende en gran medida de las actividades, funciones y acciones, que se
lleven a cabo estas por parte de la sociedad que la ocupa.
Pero la ciudad también se caracteriza por la presencia de la desigualdad territorial y
social, fomentada por los polos de desarrollo (generados por los intereses económicos)
que a su vez, cuentan con el respaldo del Estado, ya que decisiones que le corresponden
a este generalmente las delega en los grupos hegemónicos que se favorecen de esto y
que son insensibles e indiferentes a los intereses colectivos de la población; esto
29
Pírez, Pedro. Servicios urbanos: sociedad local y distribución económica en un contexto de reformas y
privatizaciones. En: Servicios y Marco construido. 1999. p. 25
23
propicia que la operación pública desaparezca y se convierta en una condición
meramente mercantil.30
Con base en lo anterior, la ciudad se define como un producto social en donde
intervienen de manera relacionada y coyuntural diversos elementos que se articulan
entre sí y que determinan su configuración, sin embargo, la más determinante es la
relación economía-ciudad las cuales están estrechamente ligadas, así como también los
ejes de transporte que son, uno de los factores fundamentales que intervinieron en su
nacimiento y crecimiento con la existencia de algunas excepciones, como sostiene
Bairoch (1990).
Estos elementos son: la concentración de las actividades políticas, económicas y
sociales, el asentamiento de una población heterogénea y permanente, la fuerza de
trabajo, el acceso a algunos bienes basados en condiciones sociales e institucionales,
como: infraestructura (vialidad, red telefónica, energía eléctrica, etc.), dotación de
equipamientos y espacios públicos (escuelas, parques, etc.), de servicios urbanos
(transporte, agua, recolección de basura, drenaje, etc.) y sociales (educación y salud)
que requiere la población; asimismo la regulación del uso del suelo para fines urbanos
por ejemplo: residencial, comercial, administrativo, industrial y recreativo y por último,
la presencia del promotor inmobiliario, que participa con sus actividades en la
transformación del territorio.
En este marco aparecen algunos de los distintos enfoques del Urbanismo, donde al
hablar de la urbanización se debe referir a la apropiación, transformación y ocupación
del espacio a través de acciones que el ser humano le asigna para satisfacer sus
necesidades. Asimismo, la creación de instituciones e instalaciones que se convierten en
bienes necesarios para su desarrollo y que generan su crecimiento y determinan su
distribución.
30
Pírez, Pedro. Op. cit. p.44
24
Urbanismo Portuario
Entre los distintos enfoques del urbanismo, existe también el que se considera como
portuario, ya sea a la orilla de un río o del mar. La aparición de este permitió el
comienzo del intercambio comercial, entre regiones alejadas entre sí y cuyo medio de
transporte eran las embarcaciones.
Históricamente el Urbanismo Portuario partió de la necesidad del intercambio de
productos entre diferentes regiones asentadas en los márgenes de cuerpos de agua (ríos
y costas), lo cual dio lugar más tarde al comercio. Las ciudades fenicias son un ejemplo
de lo anterior ya que la necesidad de transportar mercancías como alimentos y materias
primas, determinó el desarrollo de ciudades en la costa, desde donde desempeñaban su
transportación hacia otras regiones vecinas. La ciudad de Byblos es considerada una de
las ciudades comerciales fenicias más importante, ya que fue operó como punto
intermedio entre Siria y Egipto, sin embargo, existieron otras ciudades comerciales
marítimas fenicias como Akko, Beyrite, Tiro y Sidón. Lo anterior se resume en lo que
plantea Bairoch (1990):
En las sociedades tradicionales, la vía acuática constituye un elemento determinante.
Las ciudades nacen y, sobre todo, se desarrollan en las desembocaduras o en la
confluencia de los ríos, en los sitios en que se interrumpe la navegabilidad de las
corrientes, a orillas de los lagos, cerca de lugares aptos para el establecimiento de un
puerto de mar, etc. También son numerosas las ciudades que se establecieron en vados
que permitieron el cruce de los ríos.31
Es por ello que la ocupación de los márgenes de ríos y mares para fundar ciudades no
se debe a un hecho casual, esto fue más bien resultado de la importancia de las vías
acuáticas que permitieron la articulación de unas regiones con otras, además del valor
económico que estas significaron.
Para el siglo V y hasta el siglo XVIII este género urbano (urbanismo portuario) se
manifestó en Europa, en donde Italia ocupó el primer sitio entre las ciudades
comerciales de este continente, ya que gran parte de las grandes ciudades costeras de
este país se caracterizaron por desempeñar un comercio considerado internacional en
31
Bairoch, Paul. De Jericó a México. Historia de la urbanización. 1990. p.138
25
ese tiempo. Estas ciudades al igual que las fenicias operaron como intermediarias entre
el Oriente y el Occidente para importar productos como azúcar, sedas y especias de
Asia, hacia Génova, Venecia y Pisa; y posteriormente distribuirlos al resto del
continente europeo.
Venecia y Hamburgo significaron dos polos marítimos de gran importancia comercial,
sin embargo, existían otras ciudades marítimo-comerciales ubicadas en Inglaterra,
España y Francia que desempeñaban el mismo papel como Marsella, Barcelona y
Bristol, entre otras. Al mismo tiempo que estas ciudades portuarias importaban diversas
mercancías, también funcionaban como puerta de salida para los productos que estos
generaban, como vinos, tejidos y alimentos.
En el caso de América, aproximadamente en el siglo XIV específicamente en
Norteamérica, no existían civilizaciones urbanas esto le correspondió a los inmigrantes
europeos que se asentaron en este territorio, ello contribuyó que para que en el siglo XX
estuvieran más urbanizados que toda Europa. Sin embargo, en Centroamérica y
Sudamérica sucedió lo opuesto, ya que en algunos sitios los conquistadores se
encontraron con civilizaciones urbanas de acuerdo al contexto temporal y físico.
Como se mencionó anteriormente los colonizadores europeos emplearon en el
territorio de América Latina los modelos de urbanización establecidos en sus países de
origen, lo mismo en las zonas altas como en las marítimas. Para fundar las ciudades,
éstos estaban obligados a tomar en cuenta ciertas condiciones necesarias como: la
ubicación geográfica y la existencia de agua dulce, así como intereses de carácter
político, religioso y agrícola. Para establecer los puertos, el sitio debía contar con
características naturales que le permitieran ampararse de ataques externos y garantizar
el resguardo y suministro de los barcos, así como el manejo rápido de la carga.
De lo anterior dan fe las ordenanzas y las Leyes de Indias, que entre sus disposiciones
determinaban lo antes expuesto. Sin embargo, en algunos puertos y centros mineros no
se cumplieron plenamente estas exigencias, pues su crecimiento y configuración más
bien se determinó en función de los intereses económicos de los conquistadores, es
decir, este proceso se caracterizó por ser circunstancial, por lo tanto los asentamientos
tuvieron que adaptarse a las condiciones geográficas de estos territorios (como en el
26
caso de Cuba y Santo Domingo). En otros casos las ciudades portuarias y/o mineras se
fueron ajustando a estos modelos urbanos en la medida de lo posible.
Mazatlán es un ejemplo de lo anterior, puesto que la urbanización de esta ciudad
estuvo en función de la necesidad de los mineros de la zona serrana y de los
comerciantes extranjeros que paulatinamente se fueron estableciendo en los márgenes
de la costa para transportar vía marítima los minerales y maderas preciosas, entre otros
productos. Por esta razón el crecimiento de la ciudad fue un tanto arbitrario, sin
embargo, a partir del siglo XIX los mismos extranjeros la mayoría de origen español,
buscaron ajustar la primera traza urbana de acuerdo al sistema ejercido en su país, es
decir, el sistema de tablero, para lo cual demolieron algunas edificaciones y expropiaron
terrenos con la finalidad de concentrar en ese lugar los poderes religiosos, económicos y
gubernamentales, en donde se encuentran actualmente.
Con base en lo antes expuesto el urbanismo portuario se puede caracterizar por la
ubicación geográfica y estratégica de algunas ciudades en zonas costeras; las cuales
poseen aguas aptas para la navegación y para la transportación de productos y de
personas, hacia otros puertos con los que hay un intercambio comercial y de servicios.
Por otro lado, se encuentran elementos que lo diferencian de otras ciudades, como los
recursos marítimo-costeros y energéticos, la infraestructura y equipamiento urbano con
que cuentan, las obras portuarias para abrigo de barcos de distintos calados, las
instalaciones industriales para el procesamiento, maquila y comercialización de
productos marinos y para la carga de diversos productos; así como instalaciones
especiales como las termoeléctricas y complementarias para la construcción y/o
reparación de barcos y, por último, las zonas turísticas y de servicios.
Las obras portuarias antes mencionadas, contribuyen al funcionamiento de los puertos
de manera combinada y definen su dinámica interior. Asimismo, generan la
especialización territorial y determinan su configuración urbana, entendida como la
disposición de las partes que componen una ciudad y que adquieren formas
determinadas por la interacción de los diferentes elementos que intervienen en ella. A lo
anterior Corral y Castorena (1988) mencionan que:
27
Las áreas de agua y tierra son de tipo especializado, y se reflejan en la estructura de
las ciudades a través de actividades terciarias del transporte, almacenamiento,
actividades administrativas, bancarias, comerciales, bursátiles y de servicios
conexos, necesarias para el propio movimiento portuario.32
Por ello el urbanismo portuario se caracteriza por la adaptación, transformación y
organización del territorio ubicado cerca de las costas; más adelante y con base en lo
anterior, el principio formativo de lo que será una ciudad portuaria estará en función de
acciones gubernamentales y sociales para la dotación de obras portuarias,
infraestructura y equipamiento urbano; necesarias para llevar a cabo acciones
relacionadas con las actividades comerciales de exportación e importación marítima,
pesqueras, turísticas, industriales, habitacionales y de servicios, entre otras.
Estas acciones han propiciado el aumento de la concentración demográfica,
económica, institucional y de servicios públicos en ciertos puntos del territorio, que
fortalecen la centralización de las actividades económicas, sociales, políticoadministrativas y culturales para provecho de las sociedades que lo ocupan. Favorecen
también el aumento constante del tamaño de las ciudades e intervienen en la economía
regional y nacional. Esta expansión se debe al aumento de las densidades de
construcción y población, creada por la necesidad de la reproducción social y de
empleo, estos últimos vinculados con las fuerzas productivas.
Ciudad portuaria
La ciudad es el objeto de estudio del urbanismo, por lo que ambos están estrechamente
ligados, no se puede hablar de uno sin referir al otro. La ciudad también es historia,
puesto que su conformación ha sido gradual y su configuración actual responde a
distintos hechos y momentos históricos que la han impactado.
En el caso de las ciudades portuarias, cabe señalar que son nodos territoriales y áreas
de desarrollo económico, social y político. Su desarrollo o atraso dependen de su
ubicación, de los recursos naturales con que cuenten y de la posibilidad de transformar
32
Corral, Carlos y Castorena, José. Lineamientos para regular el crecimiento urbano de centros de
población portuarios. 1988. p.13
28
su vinculación territorial en beneficio de los intereses comerciales, económicos y de
reproducción social.
La ciudad portuaria se reconoce por las actividades, funciones y acciones que se llevan
a cabo en su territorio, así como por el medio natural en donde está inserta. Son
ciudades que se han adaptado –a la fuerza o naturalmente-, a los requerimientos
productivos, económicos y políticos de cada momento histórico, lo que ha estimulado la
especialización en determinadas áreas de su territorio (foto 1).
Foto 1. Ciudad portuaria de Mazatlán. 2003
En la imagen anterior se puede observar la ciudad portuaria de Mazatlán, Sinaloa; en
donde aparece al frente el recinto portuario perteneciente a la Administración Portuaria
Integral (API) y que cuenta con la infraestructura necesaria para recibir barcos de gran
calado de tipo turístico y de carga.
Cabe mencionar que algunos de los problemas que genera la especialización territorial
en las ciudades portuarias, es la concentración de las actividades económicas, políticas y
sociales lo que propicia el crecimiento desmedido y diferenciado del espacio urbano
respecto de otros, incrementando el problema de la centralización.
29
Otro problema se refiere a los polos de crecimiento y desarrollo, entendidos como
sistemas urbanos que polarizan el territorio, el primero incrementa las actividades
económicas y productivas; el segundo tiene como finalidad lograr el bienestar social y
la distribución equilibrada de la riqueza, a través del desarrollo integral y planificado de
las actividades económicas y las condiciones socio-económicas de la población que
ocupa el territorio.
También interviene en esta problemática la marginación social, el deterioro urbano de
las zonas ignoradas por dicha especialización territorial; dicho deterioro se expresa en la
degradación física del espacio, originada por la antigüedad y falta de conservación de la
vivienda y de los sistemas urbanos, lo cual impacta económica y socialmente en la
población y da lugar a la marginación social. Otro elemento es la combinación de usos
de suelo incompatibles entre sí, y finalmente, el desequilibrio urbano y social resultante
de la suma de estos problemas.
El urbanismo no sólo aborda la ciudad como un mero objeto de estudio sino, también
estudia el fenómeno del desequilibrio urbano para conocerlo y explicarlo, así como para
determinar sus causas y soporte. A partir de esto será posible proponer elementos y
acciones que coadyuven a equilibrar, ajustar o actualizar la ciudad en función de las
necesidades económicas, sociales y políticas de sus habitantes, es decir,
a las
condiciones y requerimientos del momento histórico en el que se encuentra ésta.
1.2 Desequilibrio urbano
Para hablar del desequilibrio urbano es necesario remitirse a la condición sobre la cual
se presenta éste, es decir, el equilibrio.
Por equilibrio se debe entender un sistema donde la estabilidad y armonía entre
elementos de diferente naturaleza subsisten conjuntamente y están establecidos en un
mismo entorno, de manera voluntaria o involuntaria. Dependiendo de la correlación o
contradicción que exista entre estos elementos se puede hablar de equilibrio o de
desequilibrio.
30
El equilibrio es resultado de la relación entre fuerzas equivalentes que forman un
contrapeso igual entre estas. Sin embargo, dicha situación, en la realidad social, urbana,
económica y política, no se presenta sino, que es un estado ideal que se pretende
alcanzar de manera homogénea en las ciudades. El equilibrio no es estático, fijo e
inmóvil, es todo lo contrario, es decir, que es relativo en tanto que existe una variación
en las fuerzas que intervienen en este.
Es por esto que la urbanización de las ciudades no transcurre de manera equilibrada
sobre el territorio, puesto que hay una tendencia a la polarización y a la concentración
de la población en algunos puntos que ofrecen atractivos de los que otros carecen, por
ejemplo la dotación de servicios e infraestructura de un sitio puede darle plusvalía sobre
otro que no cuenta con estos elementos.
Lo anterior, así como otros actores que intervienen en el escenario urbano impiden que
exista un equilibrio urbano-territorial. Es decir, que las fuerzas que intervienen en el
territorio, representadas como aspectos sociales, políticos y económicos entre otros,
provocan un desequilibrio urbano desde el momento en que una o varias de ellas se
concentran en ciertos puntos y desestabilizan las restantes. Prueba de ello es el peso que
ejerce el crecimiento económico de las ciudades tan dispar del desarrollo social.
Como consecuencia de lo antes expuesto, la
presencia del desequilibrio es más
factible y se manifiesta en el territorio de diversas formas; como el acceso desigual,
combinado y diferenciado al espacio, y por lo tanto a algunos o a todos los servicios e
infraestructura necesarios para el desarrollo de una población y de la región donde ésta
se asienta. Esto genera la coexistencia entre elementos que no son similares (como un
fragmento de un barrio con respecto de otro del mismo barrio), la correlación de
elementos diferentes que son relativamente compatibles (usos de suelo) y las
coincidencias y diferencias entre esos elementos (por ejemplo la dotación de agua
potable en dos barrios diferentes y la existencia de alumbrado público en uno de ellos y
en otro no).
Algunos autores como Landa (1976) y Segre (1975) se refieren a este como
desequilibrio regional pero, lo conceptualizan de diferente manera. Es decir, para
31
Landa33 es la asimetría o desigualdad reflejada en el desarrollo entre dos o más regiones
de un territorio, resultado de la existencia de recursos naturales, de un desarrollo
histórico-geográfico de actividades productivas y de una inadecuada política de
inversión pública; lo cual se manifiesta de manera contradictoria en los aspectos
sociales, físicos y económicos de dicho territorio.
Por su parte, Segre34 lo define como “colonialismo interno”, que favorece la
concentración del desarrollo económico; sin embargo, a diferencia de Landa, ubica el
desequilibrio sólo en el polo urbano-industrial; y agrega que esta concentración se
refleja en el deterioro de zonas subdesarrolladas, en el despoblamiento regional y por
consiguiente en el incremento constante de las áreas de expansión.
Este fenómeno del desequilibrio urbano se observa no sólo en las zonas industriales,
sino también en las habitacionales, comerciales y turísticas, entre otras, inclusive en
algunas zonas rurales (particularmente las más cercanas a las ciudades) se observan
indicios de desequilibrio.
Landa no refiere ni aclara cómo considera una inadecuada o adecuada política de
inversión pública; quizá lo hace respecto a las decisiones gubernamentales tomadas para
beneficiar a determinadas áreas de la ciudad en donde se desarrollan las actividades
económicas productivas, dejando en el olvido a otras que ofrecen menos atractivos y
que carecen de las condiciones particulares del desarrollo. Landa define atinadamente al
desequilibrio urbano, puesto que las consecuencia de este es por una parte el desarrollo
de algunos puntos de la ciudad, en donde el crecimiento económico y social de estos se
distingue de otros que se encuentran en franca decadencia y atraso. En este sentido
Segre se limita sólo a una parte del problema.
De Freitas (2000), lo denomina desequilibrio urbano y se refiere a él como el proceso
de exclusión social y territorial, que acentúa la poca o nula respuesta a las demandas
sociales propiciando la desigualdad social, la inseguridad y la marginación de los
habitantes. Agrega también, que este desequilibrio se refleja en el crecimiento caótico
33
34
Landa, Horacio. Terminología de urbanismo. 1976. p. 21
Segre, Roberto. América Latina en su arquitectura. 1975. p .110
32
de las ciudades y en el crecimiento demográfico incompatible con el medio físico, lo
que favorece la urbanización desenfrenada y la falta de equipamiento urbano y
comunitario35.
Esto se puede ver por ejemplo, en ciertas zonas de las grandes ciudades como la de
México donde la población que ocupa la zona norte está menos beneficiada que la que
ocupa la zona sur de esta, en donde esta última cuenta con espacios sociales y
recreativos; así como con la totalidad de los servicios e infraestructura en sus zonas
residenciales y adyacentes a estas principalmente, que ocupan una gran porción del
territorio. En la zona norte esto se observa sólo en algunas áreas (Lindavista, Acueducto
de Guadalupe, La Escalera, etc.).
Contreras (2001) por su parte, lo describe como un proceso que provoca
transformaciones territoriales caóticas y excluyentes, causado por el crecimiento
desmedido de la zona urbana y por las políticas macroeconómicas, dando paso al rápido
crecimiento poblacional y la irregularidad, con el consecuente empobrecimiento de la
sociedad, la migración intra y extraregional y la apropiación de los recursos naturales
por parte de las grandes corporaciones36.
Para ambos autores el fenómeno del
desequilibrio urbano derivado de las políticas económicas urbanas y sociales, estimula
la exclusión social y territorial, así como su transformación, manifestadas en la
migración, marginación, inseguridad y pobreza sociales.
Asimismo, consideran que este desequilibrio se refleja territorialmente en la carencia de
equipamiento e infraestructura urbana necesarios para el desarrollo de estos grupos
sociales. Sin embargo, no hablan del deterioro y atraso en algunas zonas de la ciudad y
la expansión
y progreso de otras, favorecidas por desarrollo de las actividades
productivas y por las políticas de inversión que propician el crecimiento excesivo de las
zonas urbanas y su ocupación desenfrenada.
El desequilibrio urbano impacta tanto al territorio como a la sociedad que lo ocupa y se
hace manifiesto en el paisaje urbano, a través de la atención en algunas partes de la
35
De Freitas, José Carlos. http://www.mp.sp.gov.br. s.f.
Contreras, Sergio. Exclusión y exclusividad en la Ciudad de México: el espacio público al debate. s.f.
http://www.crim.unam.mx
36
33
ciudad, particularmente en las que habita la población con mayor ingreso económico en
donde la constante es la preocupación por el embellecimiento, la limpieza y el cuidado
de los elementos urbanos (calles, parques, vialidades y plazas, entre otros), no así en las
zonas de carácter popular.
Con base en estas posiciones, queda claro que el desequilibrio urbano no se puede
definir de manera universal, ya que cada uno de los autores aporta algunos elementos
similares para conceptualizarlo y difieren en otros, es decir, aunque aceptan la relación
territorio-sociedad algunos ponderan al primero y otros a lo último.
De acuerdo con estos planteamientos el desequilibrio urbano se caracteriza por ser una
relación desigual, así como un proceso de exclusión social y territorial, producto de la
jerarquización territorial de algunas áreas urbanas en detrimento del resto y que afectan
de forma directa la presencia de intereses públicos y privados, que centralizan las
actividades productivas en determinadas partes del
territorio propiciando
su
especialización y acaparamiento, y que apoyan a las actividades económicas y a su vez
incrementan la distancia social, dando como resultado la riqueza de algunos grupos y la
pobreza y marginación de otros.
Es también una relación desigual en tanto que refleja el deterioro de algunas zonas
dentro de las ciudades que no cuentan con los mismos servicios e infraestructura de
otras más privilegiadas, ocasionando el despoblamiento de regiones que no cuentan con
recursos naturales, equipamiento y por lo tanto, medios de producción. Respecto a lo
anterior, Beraud (1996) plantea que:
…el territorio experimenta transformaciones que se aceleran o retardan en función,
predominantemente, de las formas concretas de valorización impuestas por la
división social del trabajo, razón que explica el desarrollo heterogéneo del
territorio, cuyo resultado objetivo es la coexistencia de regiones con fuerzas
productivas especializadas y de mayor dinamismo en comparación con otras
sumidas en el estancamiento permanente, relación dialéctica de la que da cuenta la
ley de desarrollo desigual y combinado.37
37
Beraud, José Luis. Actores históricos en la urbanización mazatleca, 1996. p.8
34
La polarización y concentración de la población urbana en determinadas zonas de una
ciudad impide un probable equilibrio territorial y urbano, fenómeno que altera el
sistema de asentamientos humanos existente, debido a que estos procuran localizarse
cerca de las zonas con mayor desarrollo y se aglomeran en estas.
El acelerado e incontrolado crecimiento de las ciudades producto de la
industrialización y la especialización territorial, y del fenómeno migratorio, contribuye
a reconfigurar su estructura poblacional y espacial, lo que provoca efectos negativos a
nivel territorial y social como: la falta de infraestructura y servicios básicos,
el
acaparamiento del territorio y especulación del suelo por unos cuantos, la concentración
de actividades productivas, problemas de vivienda, congestión de vialidades, calidad y
cantidad de los servicios, problemas de salud, empobrecimiento de la sociedad en la
ciudad y en el campo, y la marginación de los habitantes, entre otros.
Esto favorece la apropiación, destrucción y transformación de los recursos territoriales
y provoca el nacimiento de regiones beneficiadas con recursos e inversiones y mantiene
en el olvido a otras. Ordóñez se refiere a esto aseverando que al concentrarse las
actividades productivas en la zona que cuenta con la actividad económica más
competitiva, se favorece el crecimiento, la especialización y el acaparamiento urbano.38
Con base en lo anterior, se entenderá por Desequilibrio Urbano: al conjunto de
transformaciones, apropiación y destrucción que experimenta el territorio, provocado
por la coexistencia de regiones o zonas dentro de una misma ciudad con diferentes
fuerzas productivas, resultado de la preferencia de estas por algunos puntos geográficos
que cuentan con recursos naturales explotables (maderas, minerales, etc.) y/o
infraestructura y servicios necesarios para su desarrollo. Esta situación condena al
estancamiento las que no cuentan con estos privilegios, lo cual impacta no sólo al
territorio, sino a la población que lo ocupa.
Asimismo, el desarrollo se concentra en ciertos lugares de la ciudad denominados
polos urbano-económicos, alrededor de los cuales se asienta una gran cantidad de la
población generalmente de bajos recursos atraída por la oferta de trabajo e interesada
por mejorar sus condiciones de vida.
38
Ordóñez, José Luis. Jornada en defensa del ferrocarril. Acerca del impacto ambiental de alta velocidad.
s.f. http://www.izquierdaunidatoledo.org.
35
Ello debido a la concentración de recursos e inversiones en lugares privilegiados
mezclados con otros que subsisten en el atraso. Lo que da como resultado la exclusión e
inequidad social generada por la poca respuesta a los requerimientos sociales de éstas
últimas, es decir, el acceso diferencial y combinado a los servicios e infraestructura por
parte de los grupos que ocupan el territorio. Reflejado no sólo en el espacio y en los
aspectos sociales, sino en los económicos y físicos, que acentúan más el subdesarrollo
de estas zonas y el abandono, afectando con esto principalmente a los grupos más
vulnerables del territorio, pero beneficiando a un reducido sector de la población.
1.3 Proceso urbano-formativo de la ciudad de Mazatlán.
Marco geográfico
En el siglo XVII, Sonora y Sinaloa formaban parte de la Provincia de Occidente, es
decir, aún eran un solo territorio. En 1823 el Congreso Constituyente de la Nación
decretó su separación, por lo que la provincia de Sinaloa quedó separada de la provincia
de Sonora.39 Una vez separados y ya como Estados libres y soberanos nombraron sus
legislaturas para que cada entidad se rigiera con sus propias leyes (ver mapa 2).
Mapa 2. República Mexicana y ubicación del estado de Sinaloa
REPÚBLICA MEXICANA
SINALOA
n
Fuente: Enciclopedia de los municipios de México.1999
39
Ortega, Sergio. Breve historia de Sinaloa. 1999. p.165
36
El estado de Sinaloa está localizado en el litoral del Océano Pacífico de la República
mexicana, dentro de la planicie costera noroeste, misma que colinda con la Sierra Madre
Occidental y tiene una extensión territorial de 58,092 km². Colinda al norte con los
estados de Sonora y Chihuahua, al este con Durango, al sur con Nayarit y al Oeste con
el Océano Pacífico y el Golfo de California; en las coordenadas extremas 22° 31’ y 26°
56’ de latitud norte y los 105° 24’ y 109° 27’ de longitud oeste del meridiano de
Greenwich.40 Junto con los estados de Sonora, Baja California Sur y Baja California
Norte, conforman la región del noroeste del país.
A su vez el estado de Sinaloa se divide en dieciocho municipios, entre los que se
encuentra Mazatlán en la zona sur de la entidad.
Formación de la ciudad
El municipio de Mazatlán, en el estado de Sinaloa, está ubicado en el noroeste de
México y a su vez en la zona sur del estado. Se encuentra entre los meridianos 105° 37’
10” longitud oeste y los paralelos 23° 04’ 25” y 23° 52’ 22” latitud norte. Con una
extensión territorial que ocupa 3,068.38 km².
Mapa 3. Municipio de Mazatlán
Fuente: Ortega. 2004
40
Enciclopedia de los municipios de México. Tomo 2. 1999
37
Colinda al norte con el municipio de San Ignacio y el Estado de Durango; al sur con el
municipio de Rosario y el Océano Pacífico; al este con el Estado de Durango y el
municipio de Concordia; al oeste con el Océano Pacífico. Su ubicación geográfica
determina un clima tropical lluvioso en el verano con periodos de sequía prolongados y
con temperaturas medias al año entre los 24° y 25°C.
El municipio de Mazatlán es uno de los tres más importantes del estado por las
actividades económicas que se llevan a cabo en su territorio, como la pesca, la
industrialización de productos marinos y el turismo, los otros dos municipios son Los
Mochis y Culiacán.
Antecedentes históricos
Es necesario abordar los antecedentes históricos de la conformación del espacio
mazatleco para entender ampliamente la ciudad del presente, que refleja la problemática
de muchas otras ciudades portuarias sometidas a intereses públicos y privados, así como
a otros factores que determinaron la disposición de las zonas dentro de la ciudad y que
entre otros problemas, ocasionaron el desequilibrio urbano.
El suelo de la ciudad de Mazatlán en su mayor parte es plano –apenas tres metros
sobre el nivel del mar- logrado por medio de rellenos, a excepción de algunos cerros
que están sobre el nivel del mar, como los cerros del Vigía, de la Nevería, el de
Casamata, el Crestón y Loma Atravesada (foto 2).
Foto 2. Bahía de Puerto Viejo. 1999
38
En la imagen anterior se pueden observar tres de los cerros ubicados en la Bahía de
Puerto Viejo, el Cerro del Crestón (donde se ubica el faro), el de la Cruz y del Vigía,
estos últimos ocupados por la mancha urbana.
Mazatlán desde su origen ha tenido grandes y diferentes transformaciones territoriales
en las distintas etapas por las que ha tenido lugar su urbanización y que han sido
originadas por diversos factores.
Antes de la conquista española existían en estos territorios algunos asentamientos
indígenas que constantemente se desplazaban hacia otros puntos del territorio, por lo
que no dejaron muchos vestigios culturales. En 1765 la población se dedicaba a la caza
de venados, recolección de frutas, pesca y pequeños cultivos.
Durante la Colonia, Mazatlán estuvo excluido de los intereses de los españoles
principalmente por la inexistencia de minerales en su territorio y de agua dulce, aunque
también influyeron otros factores como la extensión de marismas que rodeaban la
mayor parte del territorio y que la convertían en una península, esto hacía imposible
cultivar en él.
Sin embargo, su bahía ofrecía ventajas que propiciaron que en 1820
las cortes
españolas lo abrieran al comercio, a partir de ese momento inició la descarga de
mercancías en la Bahía de San Félix (hoy Puerto viejo), que eran transportadas hacia
San Sebastián y Real del Rosario; por este sitio también se comenzaron a embarcar
minerales hacia Europa.
Después de independizarse el país en 1820, Mazatlán fue declarado puerto de altura
por la Junta Gubernamental debido a que estaba abierto al comercio internacional y se
había convertido en uno de los soportes económicos de esta región del noroeste. A partir
de este momento comenzó a poblarse rápidamente, debido al movimiento comercial de
la región.
De la Bahía de San Félix desplazaban las mercancías por la ladera del cerro de la
Nevería, hacia la aduana, ubicada donde principia el cerro de la Cruz, por ello la
39
población buscó asentarse en las cercanías de la zona de atracadero con el fin de
realizar las actividades comerciales y de habitación, de esta forma nacieron las dos
primeras calles de la ciudad de Mazatlán: la Principal y del Astillero.
Posteriormente se cambió la zona de atracadero de la Bahía de San Félix (Puerto
Viejo) a la Bahía de Fondeadero (donde se encuentra actualmente), con lo que se logró
optimizar los tiempos para la exportación de los minerales y maderas preciosas, así
como la entrega de los productos que llegaban de Europa vía marítima, lo que influyó
para que el movimiento comercial se ubicara en esta zona, de este modo la mercancía
pasaba del nuevo atracadero a la aduana y de ahí a las casas importadoras ubicadas en la
calle Principal.
Respecto a lo anterior, cabe recordar y destacar que el origen comercial de Mazatlán se
debió al asentamiento en este lugar de extranjeros que explotaban las minas y bosques
de la zona serrana del sur de Sinaloa. El establecimiento de estos en Mazatlán se
originó por la presencia de la franja costera desde donde enviaban los minerales y
maderas hacia Europa, por medio de navíos que a su regreso transportaban diversos
productos como textiles, vinos, alimentos, etc. para ellos; y que posteriormente estos
comenzaron a comercializar entre los habitantes de la ciudad portuaria para lo que fue
necesario destinar espacios en donde se vendieran dichos productos.
Esta actividad creció rápidamente y se convirtió en el soporte económico de la segunda
mitad del siglo XIX y la primera del XX. Lo anterior contribuyó a definir la primera
traza urbana, ya que en esta calle se establecieron las grandes casas comerciales y en la
calle del Astillero se llevaba a cabo el traslado terrestre de las mercancías (ver mapa 4).
40
Mapa 4. Primera traza urbana de la ciudad de Mazatlán
Fuente: Beraud. 1996
En el mapa se pueden observar la Bahía de San Félix (A), la Bahía de Fondeadero (H),
la ubicación de la aduana (L), y de las primeras calles del puerto de Mazatlán: Principal
(B), del Astillero (D).
A partir de la segunda mitad del siglo XIX, se registraron incrementos graduales en la
población, resultado de la creciente manufactura y de la demanda de fuerza de trabajo,
lo que propició una expansión de la naciente ciudad; el crecimiento demográfico dio
paso a la
necesidad y carencia de vivienda por parte de la clase trabajadora, en
contraste con la monopolización territorial que ejercían las clases hegemónicas y de la
ocupación clasista del espacio geográfico. Es por ello que:
La localización de las viviendas de mediados del siglo XIX, ya expresaba una
tendencia segregacionista del espacio… las calles
Carnaval y
Principal
empezaron a operar como límites de las mansiones de Olas Altas y faldas de los
cerros de la Nevería y la Cruz hacia el norte y muelles, fueron surgiendo las
casuchas populares. Este es el primer polo de crecimiento de lo que con el
tiempo sería la ciudad de Mazatlán.41
41
Beraud, José Luis. Actores históricos de la urbanización mazatleca. 1996. p. 52
41
Las residencias dejaban notar los estilos arquitectónicos alemán, italiano y francés.
Hacia 1875 empezaban a construirse las primeras edificaciones de dos pisos sobre todo
en las zonas que ocupaba la clase hegemónica del puerto:
Predominaba un estilo arquitectónico “mezcla de morisco y gótico”. Mazatlán
tenía entonces una apariencia de “ciudad de prisiones” debido a lo pesado y grande
de las puertas de las fincas, ya que la mayor parte de sus ventanas eran de rejas de
42
hierro de tres cuartos de pulgada de diámetro.
En la siguiente imagen (foto 3) se observa un ejemplo de las residencias referidas: la
casa Echeguren que fue construida durante el siglo XIX, es un ejemplo de las
mansiones de la clase hegemónica del puerto. Era de estilo neoclásico y evocaba
las edificaciones europeas de esa época, este estilo era retomado por los extranjeros
asentados en la ciudad de Mazatlán (franceses, alemanes, españoles y norteamericanos
principalmente).
Foto 3. Arquitectura del siglo XIX en Mazatlán (Casa Echeguren)
Fuente: Martini. 1998
La casa Echeguren fue una de las construcciones representativas del tipo de
Arquitectura que predominaba en la zona que ocupaba la clase hegemónica,
particularmente los extranjeros. Desapareció a principios del siglo XX, sin embargo,
actualmente se pueden ver muchas edificaciones de este tipo en la zona central de la
ciudad.
42
Ibid., p.24
42
Estas edificaciones marcaban una gran diferencia entre las viviendas populares y las
residencias de la ciudad, que se reflejaba principalmente en la ubicación de ambas y en
los materiales utilizados para su construcción, ya que en el caso de las mansiones de
esta época, los muros eran de tabique rojo y las techumbres se conformaban de vigas de
madera (“palo fierro”), enladrillado y teja de barro en algunos casos. Cole (1997)
confirma lo anterior asegurando que solo en unas cuantas manzanas habían edificios y
casas “de azotea” –refiriéndose a las casas de la clase hegemónica-, el resto eran
viviendas con techo a dos aguas de teja, en su mayoría de madera.43 (ver foto 4).
Foto 4. Vivienda popular en el siglo XIX
Fuente: Archivo Municipal de Mazatlán
En contraste con las residencias de los ricos y como se puede apreciar en la foto 4, las
viviendas populares estaban construidas con horcones (palo parado), dejando cierta
distancia entre uno y otro y rellenos con lodo, piedra y pedacería de ladrillo para formar
los muros y estaban techadas con zacate la mayoría y otras con teja.
La clásica vivienda mazatleca del siglo pasado eran cuarterías corridas que se
componían de un cuarto, que hacía de sala dormitorio; en el día se levantaban
camas y catres para transformarla en sala; había un corredor que era el comedor y
43
Cole, Oses. Ayer en Mazatlán. La ciudad en 1899. 1997 p. 9
43
luego un cuarto informal habilitado como cocina, patio y letrina, ya que se carecía
de drenaje. Eran miles de casas de este tipo.44
Esta forma de ocupar el espacio dentro de la vivienda sigue vigente en la mayoría de
los asentamientos más antiguos de la ciudad, como la colonia Lázaro Cárdenas y parte
del Centro entre otros.
Para satisfacer la demanda de suelo en la ciudad y destinarlo a diferentes usos -entre
ellos el de vivienda-, fue necesario ganarle terrenos al mar y rellenar las zonas de
marisma. Cabe señalar también, que de acuerdo al relato de Martín (1998)
históricamente el proceso de urbanización en Mazatlán se ha basado en la anarquía, ya
que la apropiación territorial se presentó (y continúa de esta manera) sin respetar las
vías generales de transito o las zonas de reserva.45 Sin embargo, en la parte central de la
ciudad existe una traza más o menos definida.
Esta situación determinó que el territorio adquiriera la morfología que ahora tiene,
particularmente en lo que se refiere a la primera parte del territorio ocupada durante el
siglo XIX; es decir, el Centro de la ciudad, en el mapa 5 se pueden ver los primeros
trabajos de dragado que se llevaron a cabo en la ciudad portuaria para el canal de
navegación.
Mapa 5. Primeros trabajos de dragado en Mazatlán (S. XIX)
Fuente: Archivo Municipal de Mazatlán.
44
45
Valdés Lejarza; citado en Beraud. 1996. p.86
Martini, Mario. Grandeza Mazatleca. 1998. p. 71
44
La mancha urbana era aún reducida, comparada con lo que es hoy en día la ciudad de
Mazatlán y hacia la puntilla (cerca del muelle turístico) se comenzaba a formar un
barrio popular habitado por pescadores y barqueros llamado Mexcaltitán:
Como era poco el suelo disponible, la mayor parte de lo arrancado al mar se
destinó a viviendas; para calles y banquetas sólo se otorgó lo necesario, por eso
quedaban estrechas y torcidas. Y se iban empedrando conforme se lograban
alinear. Las banquetas generalmente enladrilladas, además de angostas,
respondían, a las irregularidades del suelo…46.
Así, en las zonas pobladas de la incipiente ciudad mazatleca las calles y banquetas
surgieron de manera muy irregular, puesto que cada propietario le daba la altura que
deseaba a la banqueta que quedaba al frente de su casa, quedando de esta forma unas
más altas que otras y en la zona del arroyo unas empedradas y otras de terracería. La
mayor parte de las calles de entonces podemos verlas ahora, la mayoría angostas y
discontinuas.
A la incipiente urbanización de la ciudad de Mazatlán, son inherentes ciertas
particularidades, como el problema de abastecimiento de agua potable y su posterior
solución; sin embargo, únicamente la zona residencial denominada Olas Altas y
la
zona comercial
manufacturera
eran
beneficiadas
con
este
servicio
sin
limitaciones, también con el servicio de alumbrado público, calles pavimentadas y
letrinas sanitarias.
Cabe señalar que eran los ricos quienes aportaban lo necesario para disfrutar de dichos
servicios a cambio de acuerdos con el gobierno para la exención de impuestos y/o las
concesiones para prestar el servicio. En contraste las colonias populares del puerto
ubicadas en la periferia de la ciudad no gozaban de estos privilegios, era evidente la
falta de servicios básicos y el hacinamiento de sus habitantes. Pese a lo anterior la
ciudad seguía creciendo, por la atracción que ejercían las actividades productivas sobre
la fuerza de trabajo.
46
Vega, Enrique. Un norte, en: Carrillo Rojas; Ibarra Escobar; coord. Historia de Mazatlán. 1998. 48-49
45
Impulso a las manufacturas
El crecimiento del comercio antes de la segunda mitad del siglo XIX, convirtió a la
población mazatleca en la más importante de Sinaloa tanto en lo demográfico como por
la dinámica de su economía regional.
Debido al crecimiento económico resultante del comercio importador, el puerto de
Mazatlán llegó a ser la concentración territorial más activa y moderna del occidente de
México, por lo que este auge del puerto atrae comerciantes y aventureros extranjeros
que se instalan en este. Entre ellos había alemanes, franceses, ingleses y españoles, ya
fuera en representación de casas comerciales de Londres, Hamburgo, Bilbao o Bremen,
entre otras, o por cuenta propia.47 Los productos que importaban los comerciantes eran
principalmente comestibles, vinos, cerveza, juguetes, textiles, armas, herramientas y
loza.
Sin embargo, ante la reducción de ganancias que provocaban los costos de transporte
marítimo a los importadores, estos aprovecharon la ausencia de un mercado local y
regional que les hiciera competencia e invirtieron parte del capital hacia la producción
mercantil que aparece como una opción para diversificar este. Ante ello la manufactura
se vio favorecida, lo que dio origen a la industria y la producción elementos
fundamentales para la aparición en el escenario
de diferentes industrias que
beneficiaron no sólo al capital, sino a la fuerza de trabajo que de esta manera aseguraba
su reproducción social.
Entre las principales manufacturas se encontraban: las fábricas de hilados, fósforos,
cigarros, sombreros, calzado, curtiduría, fundiciones, harineras y astilleros entre otras.
Con base en estas actividades el Estado promovió la industrialización y proporcionó el
equipamiento urbano necesario para el desarrollo de la misma, como fueron carreteras,
infraestructura hidráulica y servicios públicos; se llevaron a cabo obras de empedrado,
drenaje e introducción de agua potable que contribuyeran a combatir las malas
condiciones ambientales de ese periodo, que causaban problemas de salud.48 Como se
mencionó, los comerciantes contribuyeron para dotar de servicios a la ciudad como el
47
48
Martínez, Luis. Mazatlán, historia de su vocación comercial (1823-1910), Op. cit. p. 94
Ibid., p.110
46
transporte de vapor, agua potable, luz eléctrica y teléfono, por medio de concesiones y
obteniendo el beneficio de la exención de impuestos.
En este periodo (1882) fue fundada la Fábrica de Cerveza, por el alemán Jacobo Lang
(poco después en el año1900 y gracias al apoyo de los germanos Jorge Claussen,
Melchers y Germán Evers, se convirtió en la Cervecería del Pacífico). Esta Cervecería
se ubicó cerca de la Bahía de Puerto Viejo, donde se encuentra actualmente (Foto No.5),
Foto 5. Cervecería del Pacífico (1882)
Fuente: Archivo Municipal de Mazatlán
La imagen anterior muestra la primera construcción de la Cervecería del Pacífico
ubicada en la calle Melchor Ocampo y donde después se construyó la actual cervecería,
con tecnología más avanzada.
Esta dinámica contribuyó a la importancia económica de la ciudad de Mazatlán a nivel
regional, por lo que en el año de 1889 se estableció la primera sucursal bancaria: el
Banco Nacional de México (hoy BANAMEX).
En la última década del siglo XIX y principios del siglo XX se fundaron las empresas
de agua potable y energía eléctrica (concesionadas a particulares), con lo que
principalmente la clase hegemónica del puerto salió beneficiada y los concesionarios
obtuvieron muy buenas ganancias.
Por otro lado, el ferrocarril fue otro de los elementos que contribuyó en la introducción
hacia la modernidad a la ciudad de Mazatlán, ya que la ruta Nogales-Guaymas cubierta
47
por el ferrocarril fue introducida a la ciudad portuaria aproximadamente en 1909
(diecisiete años después de iniciada su construcción), con esto finalizó la supremacía del
transporte marítimo, ya que este nuevo medio de transporte en Mazatlán garantizaba el
desplazamiento de mercancías y personas en poco tiempo hacia el mercado
estadounidense y el noroeste del país. No obstante la introducción del ferrocarril, la
aduana marítima continuó siendo la más importante del Pacífico mexicano.
Es necesario señalar que la presencia de los capitales extranjeros en la ciudad, dieron
una gran relevancia regional a Mazatlán con apoyo del Estado. Entre ambos decidieron
la conformación del territorio urbano, ya que ocuparon las zonas con mejor ubicación,
particularmente las más cercanas a la zona de atracadero (lo que actualmente es el
Centro Histórico de Mazatlán); un ejemplo de dichos apoyos estatales fue la
desincorporación de terrenos federales en la segunda mitad del siglo XIX, para su
posterior venta a particulares entre los que se encontraban principalmente los
comerciantes y sus empleados de confianza que contaban con los recursos económicos
para adquirirlos. Con ello se benefició la importación-exportación de mercancías en el
menor tiempo posible y al menor costo.
Para las clases populares esto no fue posible, ya que con los raquíticos sueldos que
percibían no podían aspirar a comprar terrenos para construir sus viviendas, lo cual
aprovecharon los comerciantes para acumular grandes extensiones de terrenos y
posteriormente construir en estos o conservarlos a manera de inversión, dando paso a la
especulación inmobiliaria, fenómeno que persiste hasta nuestros días.
Esta concentración urbana condujo a concretar dos grandes momentos de Mazatlán: la
comercialización y la manufactura durante la segunda mitad del siglo XIX y principios
del XX; y la industrialización de productos pesqueros y embarcaciones, entre otros; lo
cual caracterizó a esta ciudad a través de su producción desde la segunda década del
siglo XX. Lo anterior propició el incremento de la población, convirtiendo a la ciudad
en la concentración urbana más avanzada de la región, sin embargo, a pesar de existir
un crecimiento económico las condiciones de vida de la fuerza de trabajo no eran las
mejores ya que la vivienda era insuficiente, las rentas muy elevadas y sus habitantes
vivían hacinados en casas de alquiler.
48
El hacinamiento de la fuerza de trabajo en la vivienda, obedeció a que los
comerciantes, sus empleados de confianza y manufactureros se apropiaron del suelo e
impidieron con ello la solución al problema de vivienda,49 ya que la clase trabajadora
no podía aspirar a la compra de los terrenos que entonces estaban en manos de la clase
hegemónica y que a su vez los vendía a precios inalcanzables para la primera. Este
problema se fue agravando conforme crecía la población, ya sea por cuestiones de
reproducción o de inmigración de la clase trabajadora hacia este puerto, en donde el
suelo urbano como ya se mencionó antes estaba en poder de algunos cuantos.
Apropiación del suelo
En la apropiación del suelo mazatleco tuvieron que ver varias condiciones que
determinaron este proceso a través del tiempo: la llegada de los conquistadores primero,
después los comerciantes extranjeros que ocuparon estas tierras y los motivos que los
llevaron a apropiarse de ellas, hasta los megaproyectos promovidos por el Estado
mexicano, con intervención del capital, sin olvidar el periodo intermedio donde los
movimientos sociales y las actividades económicas como la pesca y el turismo fueron
importantes.
La oferta de trabajo para los inmigrantes y para los habitantes de la clase trabajadora
no cubría sus expectativas de empleo, sólo muy pocos habían logrado obtenerlo
principalmente en las industrias, mientras el resto era parte del ejército industrial de
reserva. Este sector de la población se enfrentó con el problema de la vivienda,
habitando en condiciones de hacinamiento, debido a que no había espacios suficientes
para satisfacer la demanda de vivienda y el control de los terratenientes sobre el suelo
era absoluto.
La apropiación del suelo en la ciudad que había sido en algún momento esperanza para
los inmigrantes que deseaban resolver el problema de vivienda y así mejorar su calidad
de vida, no estuvo dirigida a este sector ya que el Estado vendió estos terrenos a precios
inaccesibles para ellos, contribuyendo una vez más a beneficiar a la clase hegemónica.
49
Beraud, José Luis. Op. cit. p. 83
49
Uno de los instrumentos gubernamentales de mayor impacto que propiciaron esto y
determinaron los cambios urbanos de Mazatlán, fue la Ley de Lerdo de 1856, ya que a
partir de 1859 y hasta 1889 se puso a la venta y/o remate terrenos urbanos, en donde la
mayoría fue comprada por comerciantes o políticos, lo que llevó al acaparamiento del
suelo (ver mapa 6).
Mapa 6. Distribución de la ciudad de Mazatlán (finales del siglo XIX y
principios del XX)
Fuente: Archivo Municipal de Mazatlán
Con base en esa ley la ciudad fue subdividida en cuarteles, con fines administrativos
para su venta. La traza que aparece punteada en la periferia del centro se refiere a las
zonas de expansión para su venta a particulares y que no fue construida de manera
inmediata. Los ingresos percibidos por la venta de estos terrenos pasaron a manos del
Estado. López (1998), plantea que los cuarteles con mayor demanda eran los I, II, III y
IV, con 200 a 400 solares vendidos.50 Es en este perímetro donde se encuentra el actual
Centro Histórico de la ciudad.
Más adelante la política del gobierno de Porfirio Díaz en apoyo a los intereses
capitalistas permitió que el ferrocarril impactara de manera importante la estructura
urbana y finalizara con el aislamiento por vía terrestre de la península mazatleca;
asimismo, el gobierno de Díaz, concesionó
50
a una empresa norteamericana su
López, Ma del Carmen. Reforma y desamortización en Mazatlán (1859-1889), Op. cit, p. 84
50
administración y la venta de terrenos en los llanos de la Casa Redonda, argumentando
el
fomento de
la colonización,
y
donde
esta destinó 40 lotes a trabajadores
ferroviarios para construir sus casas. Esto hubiera sido imposible sin la construcción del
Puente Juárez en 1906, que antes de ser edificado representaba un obstáculo natural que
mantenía aislada la ciudad de los llanos de la Loma Atravesada.
El Puente Juárez enlazó la península mazatleca con el territorio del noreste. A esta
obra se debe el crecimiento de la ciudad hacia esta zona.
Cabe hacer notar que ante el conflicto nacional de este momento, es decir, durante la
revolución mexicana, los importadores y manufactureros se vieron forzados a cerrar sus
prósperos negocios, desapareciendo paulatinamente del escenario económico del puerto.
A excepción de algunas manufacturas como la cervecera, aceitera, panadera entre otras,
las demás tuvieron que cerrar.
A pesar de entrar en un periodo recesivo, esto no impidió que la ciudad se extendiera
hasta la calle Gutiérrez Nájera con la construcción por parte de los propietarios de
terrenos de casas de renta, comercios y la venta de terrenos a precios inaccesibles para
la clase trabajadora. La monopolización del suelo benefició a los propietarios ya que
tenían aseguradas las rentas, que a su vez aumentaban constantemente.
Sin embargo, la agricultura y la pesca de subsistencia ayudaron a suavizar los impactos
del desempleo originados por el cierre de casas comerciales; esto no frenó el flujo de
inmigrantes que buscaban empleo, la situación de ese momento los orilló a tomar la
tierra para construir espacios para vivir. Cabe hacer notar que hasta el año de 1913, la
ciudad no se había extendido más allá de la calle Zaragoza, pero sí al noreste con los
asentamientos Urías y La Esperanza ambos de carácter popular.
El problema del suelo en poder de algunos predominó aproximadamente dos décadas
más, ya que a pesar de la apropiación de terrenos a través de invasiones ejercida por la
clase trabajadora, esta no era relevante, la mayoría de esta continuaba con problemas de
vivienda y pagando altas rentas.
51
Esto dio paso a las luchas inquilinarias de 1935 a 1936, en donde la clase popular se
organizó y conformó un sindicato que luchaba por el congelamiento de las rentas y
contra el desalojo de los trabajadores y desempleados; ante la negativa a sus propuestas
iniciaron una huelga de pagos, así como diversas manifestaciones por las calles del
puerto e invasiones de terrenos desocupados de propiedad particular principalmente. En
sus inicios la autoridad municipal hizo caso omiso de este movimiento, hasta que se
convirtió en un problema mayor y tuvo que intervenir el presidente Lázaro Cárdenas del
Río para negociar la disminución de rentas, dando fin con esto a la huelga de pagos.
Durante este conflicto fueron invadidos por estos actores los terrenos de lo que hoy es
la Colonia Reforma. Posteriormente a la invasión de terrenos, siguió la lucha por
obtener servicios urbanos y regularizar la tenencia. Con ello la mancha urbana se
extendió particularmente hacia el noroeste.
A lo anterior contribuyó también años más tarde el gobierno, ya que ante la decisión de
este de ganar terrenos al mar para la construcción del puerto la ciudad creció 50
hectáreas hacia la Playa Sur, de acuerdo al decreto presidencial del 31 de octubre de
1957.51
Con el relleno de marismas se instalaron las colonias La Ceiba, Lázaro
Cárdenas y Montuosa. Estas últimas fueron invadidas por los trabajadores, organizados
por el Frente Único de Colonias de Mazatlán (FUCM) en esta misma década, ante la
falta de vivienda y como única alternativa para los sectores más vulnerables de la
sociedad, es decir, campesinos que llegaban a la ciudad, trabajadores de la construcción,
pescadores, etc. Esta misma organización (FUCM), con apoyo del Estado, fundó la
Colonia Juárez, la cual se caracteriza por ser un asentamiento popular.
A partir de la segunda mitad del siglo XX Mazatlán comenzó a recuperarse del periodo
recesivo, ya que con las obras que se realizaron para su desarrollo por parte los
gobiernos federal y estatal, comenzó la recuperación económica, en esta ocasión al
abrigo de la actividad pesquera, ya que en este puerto se encuentra un rico ecosistema
marino, privilegiado por sus características climatológicas, corrientes marinas y
plancton necesarios para la reproducción de distintas especies. Entre estas destacan
algunas de escama como la totoaba, dorado, atún y entre los crustáceos el camarón de
51
Ibid., p. 127
52
distintas tallas, tanto de altamar como de estero; este último tiene una gran importancia
para su exportación hacia el mercado internacional.
La ciudad como soporte territorial
Ante el descubrimiento de la potencialidad camaronera de Mazatlán en los años
veinte, los porteños fijaron toda su atención en esta actividad que llegó a ocupar un
lugar predominante en la economía, no sólo municipal, sino estatal y nacional, con ello
se incrementó la inmigración de trabajadores hacia esta ciudad portuaria lo que explica
una de las causas del acelerado crecimiento de la ciudad.
Inicialmente la pesca que se practicó en este puerto fue de forma artesanal; y después
de 1934 se inició la pesca industrial, sin desaparecer la pirmera. El interés surgido por
la explotación del camarón llevó a pescadores y empresarios a formar alianzas, que a la
larga beneficiaron a estos últimos y afectaron a los primeros, debido a que las
embarcaciones pertenecían a los armadores (empresarios), y mientras estos acumulaban
ganancias los trabajadores recibían en especie su porcentaje sobre el total de las
capturas, además les retenían ganancias por conservación y transporte.
Los armadores aprovecharon esta situación para diversificar su capital al invertir en la
construcción de astilleros, congeladoras, procesadoras de alimentos marinos,
empacadoras y posteriormente en las actividades turísticas y bienes raíces con respaldo
del Estado, que se encargó de proveer la infraestructura necesaria, como la construcción
de la carretera Nogales-Guadalajara y Mazatlán-Durango, la modernización del
aeropuerto internacional, la construcción de la planta termoeléctrica, las obras del
puerto y posteriormente la construcción del Parque Industrial Alfredo V. Bonfil, para
apoyar la actividad turística, pesquera e industrial del puerto. Este fue el segundo
momento económico de Mazatlán.
Fue a partir de la década de 1940 que el sector público promovió la actividad pesquera
cooperativista para la captura, industrialización y comercialización, favoreciendo el
desarrollo económico y social del puerto de Mazatlán.52
52
Pérez, Ernesto. Sociedad y economía pesquera en Mazatlán, Op.cit. p. 337
53
Hacia 1958 y debido a la intervención estatal y municipal la ciudad se extendió hacia
el norte con la construcción de la avenida del Mar hacia la Punta del Camarón, con el
fin de apoyar a las actividades terciarias que ya comenzaban a significar ganancias para
el sector público y privado.
En 1960 se amplió esta avenida a la Punta Sábalo, para finalizar en 1973, en la Punta
Cerritos. Estas obras fueron determinantes para definir el crecimiento de la ciudad hacia
esa dirección, además de fomentar la invasión de los ejidos que se encontraban en esta
zona.
En cuanto a la participación estatal en el crecimiento y generación de soportes
materiales de la ciudad se reflejó también en la década de los sesenta, con la dotación de
planteles educativos de nivel medio y superior, servicios hospitalarios (IMSS), espacios
recreativos y deportivos (parques y deportivo Unidad Benito Juárez y SAHOP),
instalaciones portuarias como la termoeléctrica y el Parque Industrial A.V. Bonfil, que
se asentó sobre terrenos ganados al mar.
Esta tendencia en cuanto al crecimiento de la ciudad y la creación de los soportes
materiales condujo a que durante el periodo de 1972 a 1974, aparecieran otros actores
en el escenario urbano: los agentes inmobiliarios:
…tan sólo en los años 1972-1974 se construyeron 19 fraccionamientos privados
que representan el 80.14% de las hectáreas dedicadas a usos habitacionales, de
1972 a 1982… varios terratenientes comprendieron que había llegado el momento
de disputar mayores rentas urbanas registrándose una significativa especulación
inmobiliaria. 53
En este sentido, los primeros capitales inmobiliarios se dieron a la tarea de construir
en zonas de alto valor económico, terrenos que dejaban excelentes ganancias por su
localización, exclusividad y privacidad, y donde estaba garantizado el suministro de
agua potable, el servicio de drenaje, la energía eléctrica, la seguridad pública,
pavimentación, recolección de basura, entre otros servicios.
53
Beraud, José Luis. Op.cit. p. 130
54
En contraste con lo anterior y debido a su origen y formación las colonias populares
carecían de estos servicios; al capital inmobiliario poco le interesaba la producción de
vivienda para la clase trabajadora
Mientras tanto la necesidad de vivienda era cubierta por el Estado, a través de
programas como INFONAVIT, INVIES y FONHAPO en terrenos del oriente del
municipio y por otra a través de las invasiones de las organizaciones de trabajadores y
desempleados en la periferia principalmente. El Estado también contribuyó para ampliar
vialidades importantes, sobre todo en la zona turística y en los accesos a la ciudad, sin
embargo, en la década de los ochenta la población registró un decremento motivado por
la situación del empleo y el descenso en la producción de las actividades pesqueras y
agrícolas.
Finalmente, en la década de los noventa frente al Tratado de Libre Comercio (TLC), el
capital como principal beneficiario, vuelve a ser protagonista en esta nueva etapa de la
conformación del territorio mazatleco, ya que en relación con el Estado, se impulsó la
construcción del megaproyecto La Marina Mazatlán, sobre terrenos ejidales adquiridos
a precios bajos, para posteriormente venderlos a precios elevados, como ya había
sucedido con los fraccionamientos exclusivos, hoteles e infraestructura para el turismo.
Asimismo se continuó con la práctica de ganar terrenos al mar para posteriormente
desincorporarlos, acción llevada a cabo por el Estado y que permitió ampliar el área
destinada para el mismo fin y en consecuencia provocando la destrucción del hábitat
natural. Estos terrenos alcanzaron altos precios, los cuales solo podían cubrir ciertos
grupos: el turismo principalmente extranjero y algunos compradores mexicanos con
suficientes recursos para adquirirlos.
En este megaproyecto también se puede observar la dotación de los servicios
necesarios para su desarrollo (agua potable, drenaje, energía eléctrica, vialidades, etc.),
sin embargo, el lugar en el que se encuentran insertos contrastan con el entorno rural:
…los megaproyectos comerciales, agroganaderos, industriales, vías de circulación,
de servicios (financieros, turísticos y del tiempo libre) han quedado bajo el control
y financiamiento de la inversión privada, aunque el Estado continúe conservando
55
algunas facultades reguladoras cuando no otorgando una diversidad de apoyos
(exenciones
impositivas,
infraestructura,
simplificación
administrativos, control salarial de la fuerza de trabajo, etc.).
de
trámites
54
A pesar de esto, la devaluación de 1994 los condenó a la crisis económica y
arruinó el sueño de incorporarlos al primer mundo, además como acertadamente plantea
Beraud, fueron concebidos en función de los mercados externos, no internos, por lo que
representan una contradicción respecto a los modelos anteriores de transformación
territorial dirigidos a fortalecer el mercado interno, convirtiéndolos en “islas
urbanizadas” y acentuando la heterogeneidad del espacio.55
Cabe señalar que la intervención estatal ha definido en gran parte los periodos de
expansión de la ciudad con el apoyo a la industrialización y al mercado interno, por el
hecho de ser un importante soporte territorial con base en sus recursos marítimos
(principalmente el camarón) y al despunte de la actividad turística.
De acuerdo a lo antes expuesto, las intervenciones privadas, sociales y estatales
principalmente han determinado el crecimiento de la ciudad y, por otro lado, las
actividades económicas fundamentales en distintos momentos de este proceso han sido:
el comercio, la manufactura, la industria, la pesca y el turismo.
Los principios del desequilibrio urbano en Mazatlán
Desde el comienzo del proceso de urbanización de la ciudad de Mazatlán, el territorio
fue objeto de la apropiación, destrucción y transformación fundamentalmente para
satisfacer intereses de tipo económico, lo que a su vez provocó un desarrollo
heterogéneo. Esto se manifiesta en la correlación que existe por ejemplo, entre esta
región con procesos de producción especializadas y que cuentan con medios para
desarrollarse (recursos naturales e infraestructura y servicios), en contraste con otras que
están se encuentran marginadas al carecer de ello dentro del mismo territorio.
54
Beraud, José Luis. Los “megaproyectos” sinaloenses, en: Globalización y reestructuración territorial.
1999. p. 89
55
Ibid., p.97
56
Desde el momento en que se descubrieron las ventajas de su bahía para la exportación
de minerales y maderas preciosas, así como la importación de mercancías, comenzó la
transformación de este espacio geográfico. Por un lado, por que la apropiación de los
espacios se dio de manera inmediata, particularmente la apropiación privada; llevando
implícita la adaptación de los mismos para satisfacer las necesidades comerciales y
habitacionales de los comerciantes, en su mayoría de origen extranjero y de los
trabajadores que se asentaron en estas tierras. Por otro, contribuyó también el
crecimiento de la población demandante de espacios para asentarse, lo que en
consecuencia dio inicio a la transformación del entorno natural.
Esto no cambió con el tiempo, ya que la conformación de Mazatlán es resultado
principalmente de las actividades económicas que han ido determinando su
configuración espacial.
La ciudad-puerto de Mazatlán pasó por las etapas de adecuación, readaptación e
inserción a los nuevos modelos de desarrollo, bajo la dirección y promoción de los
capitales público y privado, por así convenir a los intereses económicos y políticos de
ambos.
Desde la temprana urbanización del puerto en el siglo XIX, se observaron las
contradicciones en el acceso a la ocupación del territorio, en los servicios y
equipamiento como agua potable, alumbrado público, letrinas, hoteles, calles
pavimentadas, plazas, y lugares de recreación, sobre todo en las zonas donde habitaban
los comerciantes y en la zona comercial manufacturera, y años más tarde en otras zonas
como la turística, la residencial y la franja industrial, no así en los asentamientos
populares donde –en algunos de ellos- sigue siendo evidente la ausencia de servicios
básicos y el hacinamiento de los habitantes.
Lo anterior ha sido resultado principalmente de las políticas públicas y privadas,
relacionadas con los usos del suelo y las actividades productivas, que estimularon la
extensión y especialización territorial acentuando la diferenciación en el desarrollo
social, económico y físico de la ciudad, provocando con ello el acceso desigual y
combinado al espacio y algunos o todos los servicios necesarios para contribuir a la
reproducción social.
57
La ciudad portuaria de Mazatlán es el ejemplo de una ciudad donde se ha presentado el
fenómeno del desequilibrio urbano desde su origen, ya que sus efectos han ido
creciendo con el paso del tiempo y aún socavan a la ciudad actual, pues siguen
despoblándose y debilitándose regiones próximas que han quedado fuera de los polos de
crecimiento y del desarrollo de la ciudad. Este problema no es exclusivo de esas
regiones, aún dentro de la ciudad se puede observar el mismo fenómeno de exclusión
social y territorial.
Es importante agregar que la presencia de otros actores en el crecimiento de la
ciudad, han enfatizado este problema, como la mezcla y contraste de elementos
desiguales dentro de un mismo espacio, la poca respuesta a las demandas sociales, la
especialización territorial; y además el fomento e impulso por parte del Estado a la
pesca, a la industrialización y a la actividad turística en Mazatlán a partir de la segunda
mitad del siglo XIX y posteriormente el apoyo a los “megaproyectos” que “son opción
de transformación territorial exclusivamente para los sectores del capitalismo
monopólico sin fronteras,56 proyectos que poseen cierto nivel de autonomía y que
mantienen a las clases subalternas excluidas de estos desarrollos que tienden a la
especialización, apropiación, destrucción y transformación territorial y por lo tanto,
contribuyen al desequilibrio urbano de la ciudad.
El desequilibrio urbano ha intervenido tanto en el territorio, como en la sociedad que
lo ocupa, puesto que se observa la exclusión social y territorial a que son sometidos
ciertos sectores de la población. Además existen por un lado, algunas zonas urbanas
privilegiadas y favorecidas por los sectores público y privado, y por otro algunas en el
olvido.
Las zonas más beneficiadas son aquellas en donde están ubicadas las actividades
económicas y productivas, lo que ha provocado la especialización del territorio; por
ejemplo la Zona Dorada, que se caracteriza por concentrar actividades turísticas y de
servicios mezclada con uso habitacional residencial, y donde se observa el
acaparamiento espacial ejercido por algunos grupos hegemónicos, además de que
56
Beraud, José Luis, op. cit., p. 93
58
cuenta con todos los servicios e infraestructura necesarios (agua, luz, drenaje,
pavimentación, mobiliario urbano, rutas de transporte público, etc.) para su desarrollo.
Esta práctica histórica de apropiación monopólica y de explotación económica del
territorio, ha contribuido a acentuar la distancia social y urbana, enfatizando la riqueza
de algunos y la exclusión de otros. Como se mencionó anteriormente: la polarización y
concentración de la población urbana no permite que exista un equilibrio urbano y
social.
El Puerto de Mazatlán es un puerto comercial, industrial, pesquero y turístico.
Cuenta con una capacidad de atraque para barcos de hasta 40 mil toneladas en peso
muerto con un acceso principal de 11 metros de profundidad y 10 de dársenas y
cuenta con 4,700 metros de longitud de muelle de los cuales 1,128 son para
embarcaciones de altura. Cuenta con 1.5 hectáreas de bodegas y 67.6 hectáreas de
patios. Anexo se encuentra un parque industrial con una área de 44 hectáreas y se
tiene acceso a autopistas, ferrocarril y a un aeropuerto internacional.57
El crecimiento de la ciudad-puerto de Mazatlán ha sido producto de la importación y
exportación en sus inicios, después de la industrialización, la especialización territorial
y del fenómeno migratorio; lo que ha determinado su estructura poblacional y espacial,
y en consecuencia provocado efectos negativos a nivel territorial y social, como: falta de
infraestructura y servicios básicos, acaparamiento del territorio, concentración de
actividades productivas, problemas de vivienda, insuficiencia y congestión de
vialidades, problemas de salud, empobrecimiento de la sociedad en la ciudad y en el
campo, marginación de los habitantes, entre otros.
Por esto, se puede decir que el desequilibrio urbano está presente en todas las ciudades
portuarias desde su origen; sin embargo, en el caso de las ciudades de países
dependientes y subdesarrollados como México, este problema se ha agudizado.
57
Enciclopedia de los municipios de México. Tomo II. 1999
59
CAPITULO II. CIUDAD PORTUARIA DE MAZATLÁN
60
El crecimiento urbano es uno de los fenómenos que estudia la disciplina urbana,
puesto que aquel es resultado de la relación entre las riquezas naturales y de las
actividades productivas de una ciudad, lo que a su vez genera el incremento en la
densidad poblacional,
construcción, y, por lo tanto, la expansión territorial. Esto
conlleva a cubrir las necesidades de servicios y equipamiento urbano para su desarrollo
que, por lo general, son satisfechos a través del Estado y/o por los habitantes, y en
menor medida por el capital en combinación con el Estado.
Tal es el caso de la ciudad portuaria de Mazatlán, en donde el crecimiento urbano ha
sido producto de sus actividades productivas y de la explotación de sus recursos
naturales, pero también de la intervención de los grupos de poder asentados en ella.
Primero fue el comercio, después la manufactura y más tarde el descubrimiento de su
potencial pesquero y turístico, siendo estas últimas las actividades con mayor relevancia
dentro del puerto.
Es necesario determinar cuáles han sido los factores determinantes para el crecimiento
urbano de Mazatlán que ha transformado el territorio, por ello se debe conocer a los
actores que han intervenido en esto, entre ellos el capital, el Estado y la clase
trabajadora que han influido para que esta ciudad portuaria sea lo que es actualmente.
2.1 Crecimiento urbano en Mazatlán
La ciudad puerto de Mazatlán no surgió de manera espontánea, ni su distribución se
presentó de forma natural, sino que es el resultado de distintos momentos históricos.
Como se mencionó en el capitulo anterior, en el siglo XIX comenzó la formación de
la ciudad de Mazatlán, debido a su ubicación geográfica y a su bahía, lo que permitió
que en 1820 se abriera al comercio y se transportaran vía marítima los minerales y
maderas preciosas que los colonizadores extraían de las regiones cercanas a este puerto.
Con base en el comercio el asentamiento de las casas comerciales fundadas por
extranjeros en el puerto, favoreció el incremento de la población, la cual iba en aumento
por la constante demanda de fuerza de trabajo.
61
La ubicación de estas casas y de las residencias de sus propietarios, fue determinada
por su cercanía con el muelle comercial y con la aduana, lo que llevó al surgimiento las
primeras vías de comunicación al interior de Mazatlán en beneficio de aquellos (ver foto
6).
Foto 6. Actividades comerciales en torno a la aduana en 1875.
Fuente: Periódico Noroeste, suplemento: Mazatlán Antiguo. 1999
Mientras los trabajadores y el ejército de reserva se instalaron a las orillas de la
incipiente ciudad, en viviendas pequeñas e insalubres. Fue la primera traza urbana del
puerto y a partir de esta se expandió con base en las necesidades de los comerciantes
principalmente.
Distintos intereses y etapas marcaron su crecimiento, entre ellos las actividades
productivas de cada periodo y las ganancias económicas que estas significaban. Esto
llevó a que los grupos de poder intervinieran para dotar a la ciudad-puerto de los
servicios básicos, necesarios para la subsistencia en este espacio geográfico hasta cierto
punto agresivo ya que, como se mencionó antes, la topografía del terreno no permitía
asentarse
en este lugar, debido a que gran parte del territorio estaba rodeado de
marismas, además del clima caluroso, los ciclones y la falta de agua dulce entre otros
aspectos, hacían de este un lugar difícil de habitar.
62
Mazatlán fue fundada por la conveniencia comercial y al principio era una ciudad
sin formalidades de estabilidad, y por eso es disculpable su nacimiento en un lugar
sembrado de pantanos…58
Fue necesario entonces rellenar gran parte del territorio, para evitar que al subir la
marea estas aguas inundaran las edificaciones, que se asentaban en este espacio
geográfico conforme se iban ganando terrenos al mar.
La importancia económica que adquirió Mazatlán, gracias a la concentración de
actividades comerciales de importación y exportación, así como la permanencia de
quienes llegaban a habitar allí, unos atraídos por multiplicar sus riquezas y otros por
conseguir un empleo que les permitiera obtener un ingreso seguro y mejorar sus
condiciones de vida, propició que en poco tiempo creciera la población y se requiriera
mayor espacio para asentarla.
En el caso de los capitalistas mexicanos o extranjeros que llegaban al puerto a invertir,
este problema se resolvía por medio de la adquisición de terrenos (a altos precios) para
construir sus residencias y negocios, comprados a los capitalistas asentados antes que
ellos en el puerto y que eran propietarios de la mayor parte del territorio. Lo anterior no
fue así para las clases subalternas, las cuales estaban obligadas a pagar un alquiler
(generalmente alto) por viviendas insalubres, ubicadas en la periferia de la incipiente
ciudad y construidas por los especuladores del suelo; esto se debe a que estas clases no
contaban con los recursos suficientes para pagar el precio tan elevado del suelo.
Sin embargo, la falta servicios como agua potable o drenaje no fue impedimento para
detener a los inmigrantes que seguían llegando al puerto con la esperanza de mejorar su
calidad de vida. Lo que propició el crecimiento forzado de la ciudad, ya que se
asentaban donde podían o en las casas de alquiler antes mencionadas.
A la llegada del siglo XX las actividades productivas que hasta el momento se habían
llevado a cabo en este lugar, comenzaron a menguar. Hasta entonces los comerciantes
extranjeros habían ejercido el dominio político, que realizaban a través de comerciantes
mexicanos y del Estado, de la misma manera controlaban el territorio, gracias su poder
económico.
58
Cole, Oses. Ayer en Mazatlán. 1997. p.9
63
Los comerciantes de Mazatlán, por medio del soborno, disponían de las
autoridades municipales, de los administradores de la aduana y del resguardo
militar. Algunos comerciantes extranjeros eran cónsules de sus respectivos países,
lo que les proporcionaba inmunidad diplomática y cierta influencia ante el
gobierno de la capital del país.59
Esta práctica era común entre los extranjeros y mexicanos ricos, y por medio de estos
sobornos lograban evadir impuestos, además se dedicaban la mayoría al contrabando de
productos, para lo cual las autoridades gubernamentales se hacían “de la vista gorda”.
Con ello aumentaban las ganancias de sus negocios.
La Revolución Mexicana y la 1ª Guerra Mundial estuvieron estrechamente
relacionadas con la huida de los extranjeros propietarios de comercios y manufacturas, y
el posterior cierre de estos negocios. Fue por ello que algunos de los trabajadores de
estos se coordinaron para abrir comercios y modestas fábricas donde producían
productos como: aceite, pan, velas, entre otras.
Como se refirió en el capitulo anterior estos acontecimientos también favorecieron el
acaparamiento del territorio, lo fortaleció el poder de casatenientes y especuladores del
suelo urbano, que tenían asegurada la apropiación de la renta, mientras que la presencia
de otros capitalistas se iba desdibujando.60 Esto provocó que se fundara una empresa
dedicada a la compra venta de fincas y explotación de inmuebles urbanos: Martini
(1998) en su relato sobre la ciudad de Mazatlán añade que para 1934, debido a la visión
empresarial de dos familias acerca del gran negocio que significaría el arrendamiento de
viviendas -como resultado de la carencia de éstas-, fundaron una empresa de bienes
raíces antecesora de la Real State que actualmente está diseminada por todo el puerto61.
Estos eventos propiciaron que la clase trabajadora sobreviviera en el hacinamiento,
provocado por la falta de espacios destinados a vivienda a la que ellos pudieran acceder.
59
Ortega, Sergio. Breve historia de Sinaloa. 1999. págs. 197-198
Beraud, José Luis. Actores históricos de la urbanización mazatleca. 1996. p. 92
61
Martini, Mario. Grandeza mazatleca. 1998. p.80
60
64
La ciudad seguía creciendo, se volvió a ganar terreno al mar rellenando el estero oriente,
justo donde inician las calles Benito Juárez y Aquiles Serdán, y por supuesto estos
espacios comenzaron a ser ocupados por nuevos asentamientos.
La necesidad de llevar a cabo las obras portuarias en 1930, y que fueron efectuadas
con el respaldo estatal provocaron que la ciudad se extendiera 50 hectáreas en la parte
sur, sobre terrenos ganados al mar (ver foto 6).
Foto 7. Vista de la Playa Sur en la década de los veinte del s. XX
Fuente: Archivo Municipal de Mazatlán
La Playa Sur desapareció con la finalidad de llevar a cabo en ella las obras de dragado,
con las que se ampliaba la ciudad y el recinto portuario. En esta zona se encuentran
actualmente el fraccionamiento que lleva el mismo nombre y los muelles de la
Administración Portuaria Integral (API).
Cabe hacer notar que el crecimiento de la traza urbana de la ciudad de Mazatlán en el
siglo XIX y parte del XX, fue impuesta por las características topográficas del lugar y
diversos intereses particulares y públicos, así como la intervención de la clase
trabajadora.
Para la década de los treinta, las actividades productivas que atenuaban el problema
de desempleo en el puerto y la llegada continua de nuevos pobladores, fueron la
agricultura y la pesca de subsistencia.
65
El aumento demográfico generó la necesidad de vivienda para la clase trabajadora y
acentuó aún más la especulación del suelo urbano por parte de las familias adineradas
de la ciudad, quienes se oponían a que la misma creciera más allá de la calle Gutiérrez
Nájera; probablemente porque de esta manera perdían el ingreso seguro que significaba
el pago de las rentas por parte de la clase trabajadora. Por esta situación surgieron las
luchas inquilinarias en 1935 y 1936 promovidas por la clase trabajadora que rechazaba
los elevados costos y los aumentos de la renta; iniciando la protesta con una huelga de
pagos y en algunos casos la destrucción de las cuarterías (que no podían ser
consideradas viviendas).
…al conjunto de los trabajadores eran comunes las jornadas extensivas, los
míseros salarios, la carencia de condiciones favorables para su reproducción,
evidenciada y agudizada por el poder de los casatenientes, quienes sin
consideración alguna establecían continuos aumentos a la renta de vivienda,
tornando más críticas las condiciones de vida de la población hacinada. Si los
inquilinos se veían incapacitados para cubrir los aumentos o se resistían a su
aceptación, los casatenientes o sus servidores lanzaban a la intemperie a las
familias.62
Es por ello que ante el desempleo y la imposibilidad de pagar las rentas, los
trabajadores se organizaron para lograr que éstas fueran congeladas y para defender a
las familias que ante la falta de pago eran lanzadas de las viviendas.
Los hechos ocurridos en estas dos décadas (30 y 40) impactaron de manera importante
la configuración urbana y alteraron la fisonomía del puerto; asimismo, la reactivación
económica de la ciudad originó que se transformara el centro, debido a la apertura de
calles y a la construcción de obras ya que se abrieron calles y se construyeron nuevos
edificios.
De acuerdo a datos contenidos en los libros de actas del Archivo Municipal de
Mazatlán,
los diferentes cuerpos gubernamentales del Municipio que en algún
momento estuvieron al frente de la administración del mismo, buscaron proporcionarle
62
Beraud, José Luis. Casatenientes e inquilinos: los protagonistas en la recesión mazatleca, en: Carrillo
Rojas; Ibarra Escobar; coord. Historia de Mazatlán. 1998. p. 318
66
una traza urbana que aún con sus características topográficas funcionara lo mejor
posible.
La pesca y el turismo como impulsores del crecimiento de la ciudad.
La pesca es una de las actividades del sector primario más relevantes del puerto y se
desarrolla en los 80 kilómetros de litoral y 5,900 hectáreas de esteros y represas de
aguas protegidas.
Cerca de dos décadas las empresas japonesas que contaban con concesiones otorgadas
por el gobierno federal explotaron libremente los productos marinos del litoral, hasta
1939 que el presidente Lázaro Cárdenas ordenó la cancelación de las concesiones a los
japoneses, promoviendo la formación de cooperativas que se dedicaran a la captura del
crustáceo y de otras especies marinas.
Al principio, como los pescadores no contaban con suficientes embarcaciones se
asociaron con los japoneses63, lo cual no fue mal visto por el gobierno. Sin embargo,
aunque los pescadores mexicanos aportaban el trabajo, esto no se reflejaba en la
economía local ya que los japoneses eran quienes se quedaban con la mayor parte de las
ganancias.
En la década de los cuarenta, gracias al fomento del cooperativismo pesquero por
parte del gobierno federal, en la ciudad- puerto de Mazatlán se observó un crecimiento
económico y social; lo que motivó el aumento de la población y se vio reflejado en la
aparición de colonias de precaristas en las orillas de la ciudad.
Esta actividad despertó el interés de los capitalistas del puerto, que en 1949 se
asociaron con los cooperativistas, ofreciendo a cambio comprar los barcos para la
captura y que a cambio los segundos, llevaran a cabo el trabajo en altamar; por lo cual
recibirían sus ganancias y el pago de su trabajo en especie, para que lo comercializaran
libremente.
Desde que el capital privado comenzó a intervenir en esta actividad, diversificó sus
inversiones en la construcción de astilleros, congeladoras, procesadoras de alimentos y
63
Beraud, José Luis. Actores históricos de la urbanización mazatleca. 1996. p. 119
67
empacadoras, la mayoría de ellos ubicados en la costa oriente, desde la Avenida Miguel
Alemán hasta el Puente Juárez. A partir de este periodo la pesca se convirtió en una de
las principales actividades productivas en las que ha descansado no sólo la economía
municipal, sino parte de la estatal y nacional.
Esta actividad convirtió al municipio en uno de los soportes territoriales del estado y
fue uno de los más relevantes a partir de esta década. En ella se apoyó el puerto hasta la
década de los ochenta, cuando el número de armadores aumentó y en consecuencia
disminuyó el producto por la sobreexplotación. En la ciudad se reflejó esta bonanza
económica, puesto que algunas personas de la clase trabajadora pudieron adquirir
propiedades en lugares considerados exclusivos o construir viviendas con materiales
más seguros como el concreto y el acero, en las colonias donde residían.
Después del agotamiento de la pesca del camarón y la escama, surgió una nueva
alternativa de producción a finales de los ochenta: la camaronicultura y la acuacultura.
No obstante lo anterior, la pesca y procesamiento de especies como el camarón y el atún
cotizadas internacionalmente, siguen jugando un papel importante en los procesos de
valorización de esta ciudad.64
Aunque continúa pesca del camarón de altamar
destinado básicamente a la exportación por las tallas que alcanza, la camaronicultura ha
tomado un lugar relevante en la producción de este producto, puesto que durante todo el
año se produce en las granjas casi sin ningún contratiempo. Además la industria atunera
es una de las más importantes en el país en cuanto a captura y procesamiento.
El despunte económico que significó la actividad pesquera, así como la generación de
empleos que trajo consigo, motivó al Estado a proporcionar el equipamiento y servicios
urbanos, así como instituciones para el desarrollo del puerto. Este respaldo estatal
estuvo enfocado principalmente a satisfacer de la infraestructura necesaria a las zonas
donde se ubicaban las empresas y en menor medida a las zonas habitacionales donde se
asentaba la clase trabajadora que iba en aumento.
Otra actividad que consolidó la recuperación económica y que contribuyó al
crecimiento urbano fue el turismo, que surgió hacia finales de la revolución mexicana
64
Beraud, José Luis. Los “megaproyectos” sinaloenses, en: Globalización y reestructuración territorial.
1999. p. 91
68
paralelamente con la pesca. El turismo estuvo ligado estrechamente a la pesca del
camarón ya que gran parte de los recursos generados en esta actividad, fueron
invertidos por los empresarios en este.
A finales del siglo XIX e inicios del XX existían algunos hoteles, entre ellos el San
José, el Central y el Yturbide (a un costado del teatro Ángela Peralta), sin embargo sus
propietarios no vieron esta actividad como empresa productiva.65 Para la década de los
veinte un rico minero norteamericano asentado en el puerto y con una visión
empresarial construyó el hotel Belmar en el Paseo de Olas Altas (véase foto 8).
Foto 8. Hotel Belmar en las Olas Altas (década de los 20).
Fuente: Archivo municipal de Mazatlán, s.f.
Este hotel se caracterizó y destacó por encima de los otros por otorgar el mejor servicio
al turismo que visitaba el puerto, lo que lo hacía único en su género. Asimismo su
construcción determinó de alguna forma, la ubicación de la primera zona turística en el
Viejo Mazatlán, el cual se convirtió en el lugar de reunión de la alta sociedad porteña.
Cabe señalar que hubo un crecimiento muy importante hacia esta zona durante este
periodo, ya que hacia este punto se había enfocado el desarrollo comercial, habitacional
y ahora turístico.
65
Martini, Mario. Grandeza Mazatleca. 1998. p. 175
69
En esta misma época abrieron sus puertas otros dos hoteles destinados al turismo: el
San José y el de France. Durante muchos años estos hoteles y el Central, fueron los
únicos destinados al turismo, que no sólo arribaba al puerto en ferrocarril, sino en avión
y en barco. Sin embargo, el Belmar era el más escogido por el turismo norteamericano.
En 1945 inició la construcción del hotel Freeman, su diseño era funcionalista y fue el
primer rascacielos en Mazatlán, ya que contaba con trece niveles a los que se podía
llegar por medio de dos elevadores (algo nuevo en la ciudad), y que a principios de la
década de los cincuenta abrió sus puertas. Con la construcción de este hotel Mazatlán
ingresaba hacia la modernidad.
El hotel Freeman estaba ubicado también en el Paseo de Olas Altas y en él se llevaron
a cabo los eventos más elegantes de las siguientes dos décadas.
En el plano de crecimiento de la ciudad, la primera fase del desarrollo turístico se
construye en el Paseo de Olas Altas y en el Paseo del Centenario. En términos de
modas arquitectónicas, la construcción del hotel Freeman a principios de los
cincuenta y todavía en Olas Altas, es decir en el Viejo Mazatlán, señala un
parteaguas porque se presenta como el primer edificio de más de diez pisos en el
noroeste del país y con un diseño que rompía totalmente con la arquitectura
tradicional del puerto.
La ciudad mostraba su crecimiento hasta el norte, desbordando los límites de su
casco viejo que terminaba en las cercanías de lo que en la actualidad es la Avenida
Gutiérrez Nájera.66
La dinámica turística de esta zona propició la ocupación de esta área de la franja
costera, en donde gradualmente se fueron construyendo restaurantes al servicio del
turismo (principalmente de origen norteamericano) y de la clase hegemónica.
También en este periodo se abrieron al público el hotel De Cima y el Playa Mazatlán.
El primero ofrecía otros adelantos de la modernidad y comodidades como el teléfono y
el aire acondicionado. Este hotel (aún en servicio) estaba ubicado sobre la costera, en el
límite opuesto de la zona urbana (que entonces llegaba a la avenida Gutiérrez Nájera).
66
Santamaría, Arturo. El nacimiento de turismo en Mazatlán. 2002. p. 87
70
El segundo, Playa Mazatlán estaba ubicado en la playa del Camarón, excesivamente
alejado del casco urbano de ese tiempo y construido a la orilla de la playa. Ambos
hoteles determinaron las nuevas zonas hoteleras del puerto, el De Cima en la Avenida
del Mar (más allá de la Avenida Gutiérrez Nájera) y el Playa Mazatlán que fijó el
comienzo de lo que posteriormente se conocería como Zona Dorada.
Otra de las grandes obras de este periodo respaldadas por el Estado fue el
fraccionamiento Playa Sur, ubicado justo donde se encontraba la playa con este mismo
nombre y asentado sobre terrenos ganados al mar, extendiéndose aún más la ciudad
hacia el oriente.
Esta década marcó el inicio del auge del crecimiento y desarrollo del puerto, además
del impulso turístico que significó un gran negocio para los capitales nacionales y
extranjeros, que para los sesenta y setenta proliferó de forma importante con la apertura
de otros tantos hoteles.
Durante el periodo del desarrollo turístico en los setenta, se fueron construyendo casi a
la par de los hoteles, fraccionamientos para las clases medias y altas de Mazatlán, a
espaldas de los hoteles. Los habitantes de estos nuevos y modernos fraccionamientos
pertenecían a las familias ricas del puerto, que en algún momento habían residido en la
zona residencial del Viejo Mazatlán o en el centro, así como extranjeros que llegaron
para asentarse de manera permanente o en ciertas épocas del año.
El megaproyecto El Cid actuó como detonador del desarrollo urbano, porque de alguna
manera incitó a otros inversionistas a diversificar su capital, así como a ocupar esta
parte del territorio que hasta entonces estaba semidesierto. Por lo que gradualmente
fueron apareciendo en el escenario urbano de esta zona: más hoteles, cines, restaurantes,
discotecas, sucursales bancarias, entre otros; enfocados básicamente al turismo y a los
residentes de los fraccionamientos ubicados en esta área de la ciudad. Esto provocó que
la mancha urbana se extendiera hacia esta zona (ver foto 9).
71
Foto 9. La zona turística de Mazatlán.
Fuente: Víctor Hugo Olivas.El Debate, 2005
Esta zona de la ciudad acentuó la exclusión territorial de la clase trabajadora, puesto
que se destinó exclusivamente para el desarrollo turístico y residencial, provocando con
ello la especialización del suelo.
Uno de los megaproyectos que agudizó más el problema de la exclusión no sólo
territorial, sino social, fue la construcción de la Marina Mazatlán en la década de los
noventa. Fue edificada hacia el norte del puerto justamente donde termina la Zona
Dorada para el gran turismo y para la clase alta sobre terrenos ganados al mar; lo que
impactó el medio ambiente natural existente.
Respecto al impacto que producen los megaproyectos en la estructura espacial en
que se hallan insertos físicamente, puede sostenerse que prevalece una
marcada“desarticulación” entre esas modalidades y el entorno, siendo las vías de
comunicación los “puentes” que unen esa especie de ghettos o enclaves con “lo
rural y lo urbano”.67
67
Beraud, José Luis. Los “megaproyectos” sinaloenses, en: Globalización y reestructuración territorial.
1999. p. 92
72
Este megaproyecto arrasó con los esteros y con ello afectó al medio natural y a las
especies que en el se encontraban o que dependían de él para su reproducción, asimismo
propició la expansión de la ciudad hacia el norte, así como el cambio de uso de suelo y
su especialización.
Este megaproyecto está subdividido en varias zonas, unas destinadas para vivienda de
lujo para el turismo extranjero y para mexicanos con suficientes recursos para pagar el
precio de las mismas, asimismo hay zonas destinadas para hoteles y servicios turísticos.
Todas ellas gozan de campos de golf y de dársenas para atracar yates (Ver foto 10).
Foto 10. Marina Mazatlán.
Fuente: Pedro Guevara. El Debate , 2004
La imagen anterior muestra la maqueta que representa la siguiente etapa de
construcción del megaproyecto La Marina. Cabe señalar que en la primera etapa de este
proyecto se desarrollaron 182 hectáreas de 1990 a 1995 y que prometía estar operando 5
años después, sin embargo, el desastre económico de 1994 sacudió al grupo encargado
del proyecto (SIDEK), el cual no tuvo otra opción que suspender los trabajos.
Esta situación obligó a que el proyecto quedara parcialmente abandonado durante
varios años en los que se comercializaron unas cuantas villas, y fue hasta hace unos
73
meses que un grupo de inversionistas de Sinaloa (Promotur) retomaron el proyecto y
reiniciaron los trabajos.68
La segunda etapa de este megaproyecto contempla la urbanización de 414.88 hectáreas
con una inversión de 60 millones de dólares, y nuevamente sobre terrenos ganados al
mar.
Los dragados para la erección de este proyecto ya se llevaron a cabo, para descontento
de los ambientalistas y seguramente también de los pescadores que verán afectada su
actividad
en el Estero del Sábalo. Asimismo esta construcción dañará a las aves
migratorias que llegaban a los manglares del estero, que servía de hogar a las aves
migratorias durante el periodo de incubación.
También está en puerta un nuevo megaproyecto denominado Escalera Mar de Cortés
que se planea comenzar en 2005 (para el cual ya iniciaron algunos estudios como el de
mareas) y se trata del primer puerto de abrigo que tendrá Mazatlán el cual es una
especie de gasolinera del mar, en donde se abastecerán los yates de combustible y que
también contará con un hotel en donde podrá hospedarse el turismo marítimo.
Este megaproyecto contará con una superficie de 17 mil 562 metros cuadrados en
donde se pretende recibir 60 mil embarcaciones anualmente y se calcula que la
afluencia turística registre un crecimiento de más del 800% en los cuatro estados que la
integran (Baja California, Baja California Sur, Sonora y Sinaloa).69 Los terrenos donde
se llevará a cabo la obra fueron donados al Fondo Nacional del Fomento al Turismo de
México por la Secretaría de la Función Pública, mismos que ya fueron desincorporados.
El proyecto Escalera Mar de Cortés está considerado como un megaproyecto
estratégico para el país, puesto que las marinas de la costa oeste de los Estados Unidos,
particularmente California se encuentran saturadas y ya son insuficientes para atender el
crecimiento del mercado.
68
69
Pedro Guevara. Invertirán 50 mdd en marina. El Debate. Pág. 4-A 30. Dic. 04
Carmen Garay. El megaproyecto Escalera de Mar. El Debate. Pág. 11-A. 29 Dic. 04
74
Con este megaproyecto el Estado y los empresarios dedicados a la industria turística
buscan recuperar gran parte del turismo, que ante la falta de esta infraestructura han
preferido otros puertos del Pacífico Mexicano que sí cuentan con ella, como Puerto
Vallarta.
Crecimiento urbano de tipo habitacional
A través de estas etapas, la población con mayores recursos se apropió de los mejores
terrenos de la ciudad gracias a su poder económico, primero las faldas del Cerro de La
Nevería y parte del Centro Histórico, posteriormente en la zona turística a partir de la
Punta del Camarón a la Zona Dorada y actualmente los terrenos ganados al mar para La
Marina Mazatlán y la franja costera que llega hasta la Punta Cerritos. De la misma
forma algunos grupos de la clase trabajadora se apropiaron de terrenos por medio de la
invasión, como es el caso de los asentamientos de La Ceiba y la colonia Lázaro
Cárdenas en los treinta; la colonia Montuosa, Reforma y La Esperanza en los cincuenta
y recientemente terrenos de diversas colonias como Jaripillo y Tierra y Libertad, entre
otras.
Sin embargo, el Estado también promovió la expropiación de terrenos para destinarlos
a zonas habitacionales, como la Colonia Benito Juárez. Esta colonia se convirtió en uno
de los centros urbanos más grandes del puerto de Mazatlán, después del Centro
Histórico, ya que es un punto intermedio entre el centro de la ciudad y las colonias de la
periferia ubicadas al noreste de esta. Además cuenta con un mercado y una zona
comercial muy importante, en donde es posible abastecerse de diversos artículos sin
necesidad de desplazarse hasta el centro (como se acostumbraba antiguamente).
Cabe hacer notar que la intervención del Estado para la concesión de terrenos a los
invasores y la posterior dotación de servicios, así como su legalización; estuvo en
función de la presión que estos grupos ejercían por medio de la amenaza y del despojo a
los propietarios del suelo para ocuparlo.
A fines de los cincuenta el Estado también se encargó de la edificación y gestión de
algunos edificios multifamiliares, y en las décadas del sesenta al setenta aparecieron en
el escenario urbano la colonia López Mateos y unidades de INFONAVIT y
FOVISSSTE, también auspiciadas por el gobierno.
75
Mientras tanto, la población que carecía de recursos para aspirar a alguna de estas
viviendas de interés social o medio, se fue desplazando hacia la periferia de la ciudad,
apropiándose del territorio a través de la invasión o comprando terrenos al alcance de su
economía. Asimismo el Estado promovió el tipo de propiedad ejidal.
A principios de la década de los setenta y repitiendo las prácticas del Estado, apareció
en el escenario un nuevo actor: el agente inmobiliario. Esta actividad adoptada por los
terratenientes del puerto, hizo que incorporaran al mercado parte del suelo que habían
monopolizado durante generaciones, para construir fraccionamientos residenciales.
En la década de los ochenta, ante el decrecimiento económico que se registró en
Mazatlán como resultado del debilitamiento del modelo de desarrollo del Estado
benefactor; hizo acto de aparición la economía ilegal representada por el narcotráfico.
Esta actividad de alguna manera reactivó la economía porteña a través de inversiones en
distintos sectores principalmente en el aspecto inmobiliario, en turismo y servicios.
Lo anterior detonó el aumento de invasiones urbanas y la posterior lucha por servicios
urbanos. En estas invasiones participó principalmente la fuerza de trabajo que no tenía
acceso a la vivienda que promovían los programas institucionales.
De esta forma a finales de la década de los setenta fueron invadidos los terrenos
insalubres cercanos al arroyo Jabalines y al Estero el Infiernillo en el noreste de la
ciudad, fundando así la colonia Tierra y Libertad. Para poder asentarse en esta zona, los
invasores rellenaron con cascajo principalmente las partes bajas.
Los terrenos cercanos a esta zona -en lo que actualmente es la colonia Rubén
Jaramillo- también fueron invadidos y nivelados. Posteriormente a esta apropiación del
territorio para vivienda, se luchó por la dotación de servicios públicos y por la
legalización de la tenencia.
Los ocupantes de estos terrenos son en su mayoría desempleados, emigrantes,
subempleados y trabajadores que no pueden aspirar a obtener una vivienda institucional
por no cubrir los requisitos de ingresos económicos que les piden.
76
Actualmente este problema se sigue presentando en diversas partes del municipio, en
donde los lideres de distintas agrupaciones (de los cuales algunos son vivales que
acaparan el territorio) instan a la gente con necesidad de vivienda (o sin ella) a
apropiarse de terrenos baldíos pero que tienen dueño, y en donde el sector más
afectados es el de los ejidatarios. A lo anterior: el delegado de CORETT (Comisión para
la regularización de la tenencia de la tierra) en Sinaloa (Héctor Niebla Salazar) aseguró
que Mazatlán es la única ciudad en el estado que presenta problemas de invasión a
terrenos particulares, estatales y federales, asimismo acusó a los líderes de corruptos al
tratar de hacer negocio con la necesidad de vivienda de las personas70.
Este modo de apropiación del suelo continúa dando resultados en la mayoría de los
casos para las familias invasoras, puesto que cuentan con que finalmente el municipio
negociará la desocupación del predio y a través de CORETT les asignará algún otro
terreno, en donde por lo regular pagan $20 pesos de enganche y mensualidades de $150
a $200 pesos dependiendo del área del lote; sin embargo, no contarán con drenaje ni
agua potable. Lo anterior ha ocasionado que terrenos de propiedad federal (algunos de
ellos considerados como reservas naturales)
sean desincorporados para su
urbanización.
Este fenómeno ha propiciado que los líderes y sus protegidos se dediquen al
acaparamiento de terrenos ya que se han detectado casos en donde una sola persona es
dueña de casi todos los lotes que se encuentran en una manzana, con el fin de que al ser
urbanizados puedan venderlos a un precio muy superior.
Cabe hacer notar que en el municipio de Mazatlán existen 12,200 lotes baldíos
diseminados por todo el territorio y de los cuales 168 lotes están ubicados por la costera
y en la Zona Dorada. Lo anterior permite aseverar que la practica de la engorda de
terrenos no es exclusiva de la clase hegemónica, sino también ha alcanzado a la clase
subalterna.
También los programas institucionales (FONAHPO, INVIES, INFONAVIT;
FOVISSSTE) continúan contribuyendo en el crecimiento urbano de la ciudad hacia el
70
Luján, Adrián. Es Mazatlán el único municipio con invasiones. Periódico Noroeste. 7 abril 2002. pág.
3B
77
noreste ya que beneficiaron a la fuerza de trabajo, tal es el caso de la unidad el Conchi,
Villas del Sol, FOVISSSTE Esperanza, Mazatlán I y II. Y hacia el norte unidad
Jabalines, colonia Genaro Estrada y ampliación Francisco Villa.
A partir de la ultima década del siglo XX e inicios del XXI gran parte de crecimiento
habitacional de la ciudad portuaria de Mazatlán se ha efectuado sobre terrenos ejidales,
tal es el caso de los fraccionamientos Arboledas I y II, Villa Verde, Villa Florida, Valle
Dorado y Floresta entre otros. La comercialización de las viviendas se ha llevado a cabo
a través de créditos bancarios directos, así como de FOVISSSTE e INFONAVIT, para
beneficiar a la clase trabajadora del puerto
En el año 2002 dio inicio la construcción del fraccionamiento Colinas del Real, en el
cual estaba planeado construir 1,200 viviendas para las clases populares de Mazatlán en
un área de 21 hectáreas de lo que antes fueron terrenos ejidales, a decir del entonces
alcalde municipal (Jorge Rodríguez Pazos) estas tendrían un costo de $150 mil pesos y
el tramite de los créditos se harían a través de INFONAVIT71.
Este fraccionamiento ya está ocupado por sus compradores, sin embargo, este como
otros tantos que se han construido en la periferia de la ciudad y que están urbanizados,
tienen problemas de comunicación con vialidades formales y por lo tanto de transporte;
de no contar con vehículo propio sus habitantes tienen que caminar aproximadamente 1
km desde la parada del autobús hasta el fraccionamiento.
El crecimiento urbano de Mazatlán en la última década se ha debido principalmente a
la construcción de vivienda y a la asignación de terrenos por parte de las instituciones
gubernamentales, básicamente para satisfacer esta necesidad entre la clase trabajadora.
En lo que corresponde a la zona norte de la ciudad y en donde residen las familias
ricas, también continúa el crecimiento principalmente adelante de la Zona Dorada, en
donde se está llevando a cabo la construcción de nuevos fraccionamientos residenciales,
hoteles, restaurantes y de la segunda etapa del Megaproyecto Marina Mazatlán en donde
también se encuentra el uso habitacional.
71
Luján, Adrian. Periódico Noroeste. Mazatlán, Sinaloa. 10. Marzo. 2002. pág. 1B
78
Como se puede deducir el territorio de Mazatlán continuará creciendo, en tanto el
Estado y el capital tengan intereses particulares para que así sea, el problema es que este
crecimiento no corresponde a las necesidades del resto de la ciudad y de la población,
que están quedando marginadas de estos programas de urbanización, y por el contrario
se sigue ampliando la frontera imaginaria que existe entre la Zona Dorada y el resto de
la ciudad.
2.2 Formas y usos de suelo
Los usos de suelo no han cambiado de forma sustancial a través del tiempo, ya que
algunos de los descendientes de las familias fundadoras del puerto, continuaron con las
mismas costumbres en la ocupación del suelo. En todo caso, el Estado fue quien
impactó inicialmente de manera sustancial la configuración urbana y los usos de suelo
en beneficio del capital, puesto que a través de la práctica habitual de ganar terrenos al
mar destinados ya sea para la industria, para el desarrollo turístico y en otros casos para
vivienda de tipo medio o alta, la ciudad fue creciendo progresivamente en ciertos
puntos estratégicos favoreciendo con esto la especialización territorial del puerto.
Es por ello que el escenario urbano se fue transformando y adquirió una nueva
fisonomía, sobre todo cuando se incorporó el uso de suelo destinado para las
actividades turísticas y de servicios hasta entonces ignoradas por los porteños.
La actividad turística provocó una división casi imperceptible de la ciudad, debido a la
diferenciación de usos de suelo tan marcada entre la Zona Dorada, el Viejo Mazatlán, la
zona industrial y la zona de crecimiento habitacional de tipo popular. Es decir, mientras
que en la Zona Dorada se llevan a cabo actividades del sector terciario combinadas con
vivienda de tipo alto, en la parte central o Viejo Mazatlán se combina vivienda y con
comercio principalmente, además de ser el corredor cultural de la ciudad. Sin embargo,
en la orilla de esta zona se encuentran también servicios y obras portuarias, así como el
principio de la zona industrial.
Por último en las colonias ubicadas en la zona de crecimiento urbano (hacia el
noreste), el uso es combinado: habitacional y comercial. Gran parte de estos
asentamientos cuentan con servicio educativo preescolar y primario de tipo público y
79
particular, no así con servicios de salud para los cuales se tienen que desplazar hacia
otras partes de la ciudad. Hacia este punto continúa el crecimiento de la ciudad (Ver
mapa 7).
Mapa 7. Crecimiento histórico de la mancha urbana de la ciudad de Mazatlán
Fuente: Beraud. 1996
El mapa anterior muestra el crecimiento histórico que ha registrado la mancha urbana
de la ciudad portuaria de Mazatlán, en donde la parte oscura es la primera mancha
urbana (Centro Histórico) y a partir de esta se expandió la ciudad.
Ocupación Territorial
Población y demografía
Como se refirió en el capítulo anterior, en el territorio de lo que hoy corresponde a
Mazatlán antes de ser ocupado por los españoles, estaban asentados dos grupos
indígenas, quienes después de ser derrotados por los conquistadores y casi extintos por
las enfermedades que les transmitieron, se adaptaron a la forma de vida de estos.
Mazatlán fue fundado oficialmente en el siglo XVI, sin embargo hasta 1820 se abrió
al comercio internacional por decreto de las Cortes de Cádiz.
80
Las riquezas naturales de la zona sur del Estado atrajeron cada vez más aventureros en
busca de fortuna, por lo que en la ciudad de Mazatlán se puede constatar una diversidad
cultural producto del asentamiento de extranjeros y de las funciones comerciales en
altamar. Estas familias inicialmente y durante muchos años se dedicaron a la extracción
minera y a la tala de maderas preciosas, practicando la agricultura en las zonas altas
para subsistir, así como de los alimentos y productos que recibían de Europa.
Años más tarde (segunda mitad del siglo XIX) las actividades de importación,
exportación y comercialización de estos productos, así como las manufacturas se
convirtieron en la principal actividad económica del puerto, lo que generó la necesidad
de mano de obra y favoreció el crecimiento de la población, con la consecuente
demanda de vivienda para ésta. Esto se manifestó a través del crecimiento de la mancha
urbana de la ciudad que comenzó a expandirse gradualmente.
La urbanización de Mazatlán se considera tardía con respecto a la del resto del país,
debido que fue hasta mediados del siglo XIX que dio inicio este proceso. Después del
nacimiento de Mazatlán y su desarrollo como ciudad, la población
registró un
crecimiento histórico constante.
Los datos que nos ofrece el censo oficial del distrito de Mazatlán que se llevó a cabo
en marzo de 1891, cuyos resultados fueron publicados un año después en el periódico
El Correo de la Tarde, muestran lo siguiente:
Cuadro 1. Censo de 1891
SEXO
CD. MAZATLÁN
% CON RESPECTO AL MUNICIPIO
MUNICIPIO
Mujeres
7,218
45.27%
15,942
Hombres
6,195
41.47%
14,938
Total hab.
13,413
43.43%
30,880
Fuente: Periódico Noroeste. 1998; p. 1E
De acuerdo a información adicional que aporta el periódico Noroeste, respecto a la
tabla anterior se deriva que: 186 hombres y 26 mujeres eran de procedencia extranjera
(en total 212 personas), es decir el 0.007% del total de la población. Sin embargo, Cole
afirma que en los últimos años del siglo XIX en Mazatlán residían alrededor de 16,000
81
personas y 18,000 en el resto del Municipio.72 Es decir, que había un total de 34,000
habitantes que correspondía a un crecimiento del 9.6% en aproximadamente 7 años.
Esto provocó que para el año 1900 Mazatlán, contara con la principal concentración
demográfica y urbana del Noroeste de México,73 puesto que a diferencia de otros
lugares de esta región, ya que en este lugar estaban concentradas las mayoría de las
actividades productivas y por lo tanto la mayor cantidad de fuerza de trabajo. La
importancia que adquirieron la pesca y el turismo favorecieron también el aumento
demográfico en la ciudad de Mazatlán.
La distribución de la población a nivel municipal presentó desde sus inicios una
marcada dispersión en varias localidades de pocos habitantes, contra una gran
concentración de la población en el puerto. Lo anterior se puede observar en el cuadro
2, en donde se registra el crecimiento poblacional de la zona sur del estado a partir de
1950:
Cuadro 2. Crecimiento de la población en la zona sur de Sinaloa.
LUGAR
1950
1960
1970
1980
1990
1995
Escuinapa
14,949
17,994
30,807
37,666
45,928
49,474
Mazatlán
76,866
112,619
167,616
249,988
314,345
357,619
Rosario
27,303
34,891
39,728
44,740
47,416
49,240
San Ignacio
19,482
23,212
23,332
24,825
24,085
27,101
635,681
838,404
1,266,528
1,849,879
2,204,054
2,425,675
25,791,017
34,923,129
48,225,238
66,846,833
81,249,645
91,158,290
Estatal
Nacional
Fuente: Actualización de los estudios especializados en acuacultura y ordenamiento ecológico en los
estados de Nayarit y Sinaloa. 1997
De acuerdo a estos datos en los municipios de Escuinapa, Mazatlán y Rosario no se
detuvo el crecimiento demográfico de 1950 a 1995, pero no sucedió lo mismo con San
Ignacio que en la década de 1980 a 1990 registró un decremento que en 1995 se invirtió.
72
73
Cole, Oses. Ayer en Mazatlán. 1997 p.9
Beraud, José Luis. Actores históricos de la urbanización mazatleca. 1996. p. 55
82
El municipio de Mazatlán, Sinaloa es el que presenta históricamente una población
superior, respecto al resto de los municipios de la zona sur de estado y en donde el
crecimiento ha sido mayor; como resultado de la importancia económico-regional de la
ciudad-portuaria y la atracción que ejerce para los habitantes de los demás municipios.
Esta concentración demográfica en Mazatlán se debe a su vez, a la concentración de
servicios, industrias y comunicaciones importantes para la región y para el estado, lo
que ha frenado el desarrollo en los otros municipios de la zona sur.
La pirámide de edades nos da cuenta de ello (véase gráfica1), ya que en la base y en
los grupos en edad de trabajar ésta presenta ensanchamientos.
Gráfica 1. Pirámide de edades del Municipio de Mazatlán.
Fuente: Cuaderno estadístico municipal. 1999
De esto se desprende que en esta ciudad portuaria, existe proporcionalmente mayor
cantidad de población económicamente activa que la que no puede hacerlo por tratarse
de niños o ancianos.
83
En el caso de San Ignacio, la década de retroceso coincide con el auge que tuvo la
pesca y el turismo en Mazatlán durante este periodo, por lo que es posible afirmar que el
decrecimiento está relacionado con ello.
Lo antes expuesto permite observar que los usos del suelo en Mazatlán desde la
incipiente urbanización del puerto, fueron determinados por las actividades económicas
especializadas. Primero, por la apropiación territorial de los extranjeros y mexicanos
ricos de la época importadora y exportadora; después en el periodo de sustitución de
importaciones promovido por el Estado y finalmente en las etapas de industrialización y
desarrollo turístico y pesquero del puerto.
2.3 Infraestructura y equipamiento urbano en Mazatlán
Infraestructura urbana
A las obras que conforman los soportes para el uso urbano del territorio, su
accesibilidad, el transporte, el saneamiento, la distribución de agua, la energía y las
comunicaciones telefónicas entre otras se les denomina infraestructura urbana.
Todos estos elementos intervienen para el funcionamiento y movilidad de los
habitantes de la ciudad portuaria de Mazatlán. Dichos soportes en algunos momentos
del proceso de urbanización de la ciudad fueron suministrados por las clases en el
poder, particularmente en los inicios de la ciudad. Posteriormente el Estado también se
involucró en esta tarea para fomentar el desarrollo de este emplazamiento, unas veces
por conveniencia para obtener ganancias en combinación con el capital y otras bajo
presión por parte de los grupos más vulnerables de la sociedad.
Estos hechos permitieron que la ciudad de Mazatlán se fuera desarrollando y creciendo
paulatinamente en territorio y en población, por lo cual fue necesario mejorar la
infraestructura urbana que demandaba la sociedad mazatleca en todos sus niveles.
No en todos los casos fueron satisfechas estas necesidades, sin embargo, el desarrollo
comercial, manufacturero, pesquero y turístico obligaron al estado a suplirlas en las
zonas donde estaban ubicadas estas actividades y las residencias de los empresarios,
dejando las necesidades de los más pobres en espera.
84
En este sentido la llegada de extranjeros al puerto fue benéfico para este, pues ante el
deseo de convertirlo en un lugar agradable muchos de ellos donaron terrenos de su
propiedad para llevar a cabo obras que embellecieran la ciudad, como plazuelas en
donde reunirse, así mismo se organizaron para introducir alumbrado a las calles
(primero de gas, después eléctrico), la red de agua potable, construyeron glorietas en el
paseo costero de las Olas Altas (en donde colocaban monumentos), entre otras tantas
obras.
Fue así que en la década de 1830 el filipino Juan Nepomuceno Machado donó el
terreno ubicado entre las calles Constitución, Sixto Osuna, Carnaval y Heriberto Frías,
para que se construyera la Plazuela Machado. En esta zona se ubicó el corredor
comercial y habitacional más importante de la época (de las Olas Altas hacia la Plazuela
Machado).
Para 1867 el Ayuntamiento instaló alumbrado público de gas a las calles principales,
así como el servicio de serenos y de limpia, para la recolección de basura utilizaban tres
carretas.74
Como se mencionó anteriormente, la falta de agua potable era una de las dificultades
que enfrentaba la población de Mazatlán, particularmente las clases populares, por lo
que en 1886 un grupo de hombres de la clase hegemónica se organizó para proponer el
abastecimiento del líquido, a cambio de la exención de impuestos en la importación del
material necesario para llevar a cabo esta empresa, además de otras peticiones como su
explotación por noventa y nueve años, así como la expropiación de terrenos a
particulares en caso de ser necesario. Peticiones que fueron autorizadas por el Cabildo
del Municipio de Mazatlán.
…la mayor parte de las obras públicas fueron realizadas para responder a las
necesidades de la población, se efectuaron en función del lucro que representaban.
Las concesiones se otorgaron de acuerdo con afinidades políticas y, en ocasiones,
las empresas no respetaron los contratos, incrementaron arbitrariamente los costos
en contra del interés de la comuna. Los beneficios de esas obras no se hicieron
74
Martini, Mario. Grandeza mazatleca. 1998. p.72
85
extensivos a toda la población. La prevalencia del lucro por encima del interés
social, quedó manifiesto en el retraso de la obra del drenaje.75
Lo anterior provocó que los desechos siguieran siendo tirados a cielo abierto, por lo
que la peste alcanzó a la ciudad, dejando a su paso una gran mortandad, también
contribuyó a favorecer la expropiación de gran parte del territorio bajo el pretexto de
ser “causa de utilidad pública”, algunos terrenos fueron cedidos y otros fueron
comprados bajo presión del Ayuntamiento. Finalmente en la segunda mitad de 1890,
comenzó a llegar a Mazatlán el agua procedente del Río Presidio.
Para la recreación de la clase alta ansiosa de imitar a la sociedad Europea, en el sentido
de contar con espacios para divertirse y socializar, existía un teatro en mal estado
llamado Del Recreo y posteriormente el Rubio (hoy Ángela Peralta), además de un
paseo público. Asimismo los extranjeros del puerto construyeron un lugar de reunión
llamado: Círculo Comercial Benito Juárez; mientras a la plebe se le limitaba sólo a las
Fiestas de Mayo.76
Esta inquietud de la clase hegemónica, propició que algunos extranjeros donaran
terrenos, mobiliario o dinero para ejecutar obras que engalanaran a Mazatlán, entre las
cuales se pueden mencionar los alemanes que donaron el kiosco de la Plazuela Machado
y República, o la desaparecida Glorieta Germania, el Paseo Claussen en la costera
(denominado así en honor del extranjero que se encargó de “rebanar” el cerro de la
Nevería, para este efecto).
La urbanización del Paseo del Centenario, de la Glorieta Germania, del Paseo
Claussen y de algunas salas del hospital civil, fueron legadas por los alemanes
asentados en el puerto, así como la cerveza y la tambora.77
Los alemanes fueron los extranjeros que más aportaron en este sentido, y en la
actualidad todavía se pueden disfrutar algunas de las obras antes mencionadas a
excepción de la Glorieta Germania y del Hospital Civil; la cerveza es uno de los
atractivos regionales así como la tambora.
75
Vega, Enrique. Breve crónica de la fundación de Mazatlán. Agenda 1998. p. 3
Martini, Mario. Grandeza mazatleca. 1998. p.33
77
idem; p.54
76
86
Por otra parte el transporte urbano constaba de tranvías, servicio que proporcionaba
una empresa particular, así como carretas y “arañas” (vehículos tirados por mulas o
caballos). Lo anterior provocaba descontento entre los residentes de las calles por donde
circulaba el transporte público, puesto que los animales defecaban en ellas. Estos
servicios de transporte fueron desplazados por vehículos con máquinas de vapor.
La misma empresa que era propietaria de los tranvías, también prestaba el servicio de
teléfono y en 1896 la luz eléctrica. Respecto a esta, cabe señalar que a partir de 1870 la
Ciudad de México y las ciudades más importantes del país comenzaron a contar con luz
eléctrica, es decir cuatro años después que en Mazatlán.
En el caso de Sinaloa años más tarde, sólo algunas poblaciones del estado, las
empresas más importantes, los edificios gubernamentales, los comerciantes y las
familias más ricas disfrutaban de energía eléctrica, porque eran los que tenían la
solvencia económica para pagarla. Las primeras ciudades que contaron con alumbrado
público de este tipo fueron Culiacán y Mazatlán, después Cosalá, Elota, Sinaloa de
Leyva, Mocorito y Los Mochis78; de esta manera el alumbrado eléctrico sustituyó al de
gas, iluminando edificios municipales, calles, plazuelas y otros lugares de la ciudad de
Mazatlán.
Poco después se ofreció la dotación de energía eléctrica a los domicilios que lo
desearan, sin embargo, como se expuso antes no todos tenían los recursos económicos
para acceder a éste servicio.
Otra de las obras importantes de este periodo fue la construcción del actual mercado,
ya que el antiguo mercado ubicado en la manzana que comprendía la calle Ángel Flores,
21 de Marzo, Guillermo Nelson y Benito Juárez, donde actualmente se encuentra la
Plazuela República, ya era insuficiente debido al crecimiento de la población, además
de insalubre.
78
Frías, Eduardo. Empresas y alumbrado eléctrico en Mazatlán (1896-1904), en: Carrillo Rojas; Ibarra
Escobar; coord. Historia de Mazatlán. 1998. p. 139
87
Por lo anterior el Ayuntamiento de 1896 inició la obra del mercado “Romero Rubio”
(hoy José Ma. Pino Suárez) en la manzana ubicada entre las calles Benito Juárez,
Aquiles Serdán, Melchor Ocampo y Leandro Valle (actuales nombres de estas calles), el
cual constaba de dos naves y fue construido con los materiales entonces de moda:
columnas de hierro, techos de lámina galvanizada acanalada, sostenida por viguetas de
acero y fijadas con tornillos, además de vidrieras con cristales de 30 milímetros de
espesor (ver foto11).
Foto 11. Mercado Pino Suárez
Fuente: Archivo Municipal de Mazatlán
Este mercado fue modernizado durante la gestión del Presidente Municipal Amado S.
Guzmán, quién buscó ponerlo a la altura de la época equipándolo con sistema de
refrigeración y agregando un anexo en la antigua explanada, para lo cual el Ing.
Edmundo González Rubí entonces Director de Obras Públicas Municipales se encargó
de la construcción de dicho anexo.79 El mercado Pino Suárez no ha cambiado desde
entonces, salvo las mejoras que se realizaron en lo que corresponde a obras de
instalación sanitaria en la década de los noventa.
Con respecto a las calles, en el capítulo anterior se señaló que las calles y banquetas
de la ciudad portuaria de Mazatlán eran angostas e irregulares, es decir en la mayoría de
79
Zúñiga, Luis. Op. cit. p. 29
88
las calles no había continuidad o verticalidad en su traza. Además las banquetas frente a
cada predio eran construidas por los propietarios de estos, de diferentes materiales y de
forma arbitraria, con una altura a gusto de cada uno de ellos, por lo tanto unas eran más
altas que otras; esto aún se puede observar en la ciudad (en la parte central).
La parte del arroyo de algunas estaba formada con empedrados y en mayor medida de
terracería. En el centro de éste, se creaba un canal de desagüe al descubierto, en donde
las aguas negras fluían hacia un zanjón que funcionaba como drenaje
Como era poco el suelo disponible, la mayor parte de lo arrancado al mar se destinó a
viviendas; para calles y banquetas sólo se otorgó lo necesario, quedando estrechas y
torcidas calles, las cuales se iban empedrando conforme se lograban alinear. Las
banquetas generalmente enladrilladas, además de angostas, respondían a las
irregularidades del suelo y a la necesidad de proteger las casas ante los previsibles
aludes en tiempo de tormentas. 80
A lo anterior, Cole81 agrega que las banquetas del centro eran lisas y flamantes; y que
conforme uno se alejaba de esta zona, es decir, hacia los asentamientos pobres las
banquetas tenían más hoyos que ladrillos o grandes piedras arrancadas de los cerros,
con filos y protuberancias. Para resolver este problema la Junta de Mejoras Materiales
se encargaba de rellenar los hoyos con cascajo en algunas de ellas, mientras que en las
que no lo hacía había lodo y lagunas.
La mayoría de las calles y las edificaciones asentadas en sus flancos, hacían sufrir a la
población en tiempo de lluvias, puesto que se formaban corrientes que arrasaban con el
material de las calles y las inundaban, afectando también las construcciones y la salud
de los habitantes.
Estos eventos eran frecuentes, particularmente en la época de
ciclones y de aire intenso, ya que el mar invadía las calles.
Por consiguiente, Martini (1998) afirma:
El nivel del piso en algunas calles es bastante irregular y éstas no dan pronta
salida a las aguas. El empedrado es molesto, las banquetas a veces desiguales, pero
se están componiendo y adoptando, en donde se puede, el piso Mac Adam. Las
80
81
Vega, Enrique. Breve crónica de la fundación de Mazatlán. Agenda 1998. p. 2
Cole, Oses. Ayer en Mazatlán. 1997 p.11-12
89
calles no son tiradas a cordel, pero a costa de sacrificios pecuniarios el
Ayuntamiento está reformando las que son susceptibles de enderezarse, teniendo
que dejarlas angostas como están por ser mal irremediable, legado penoso de los
fundadores.82
Con el tiempo, algunas calles se fueron alineando y donde fue posible se ampliaron,
sacrificando con ello algunas edificaciones, particularmente de las orillas del Centro de
Mazatlán. La traza urbana del Mazatlán actual es muy parecida a la del siglo XIX, en lo
que respecta a las zonas existentes en ese periodo.
En la segunda década del siglo XX hizo su aparición un nuevo actor urbano: el
automóvil. También el transporte urbano se transformó, ya que se introdujeron a la vida
urbana de la ciudad vehículos accionados con motor; lo que propició la paulatina
desaparición de los tranvías y carros de vapor.
Martini (1998) agrega que
paralelamente a la pavimentación de algunas calles céntricas, hicieron su aparición los
automóviles Ford T de combustión interna, comercialización que corrió cargo de la
Casa Felton83. Asimismo en 1922 fue construido el primer aeropuerto y en 1930
comenzaron las obras portuarias y el muelle fiscal, promovidos por el Estado (en
terrenos ganados al mar).
Como se ha mencionado Mazatlán era una península, puesto que el Estero del
Infiernillo significaba una barrera natural para ir hacia la parte norte del municipio, por
lo que durante el periodo presidencial de Porfirio Díaz se construyó el puente Juárez y
en 1906 autorizó su ampliación (Foto 12).
82
83
Southworth, citado en:Martini, Mario. Grandeza Mazatleca. 1998. p. 71
Ibid; p. 80
90
Foto 12. Puente Juárez.
Fuente: Efrén González Pérez. 1995
Al mismo tiempo que fue concluido el tendido de vías para la circulación del ferrocarril,
finalizaba la supremacía del transporte marítimo. También fomentó la construcción de
los astilleros más importantes de América Latina en Mazatlán, obras que beneficiaron
principalmente los intereses capitalistas del puerto.
Foto 13. Tendido de las vías del ferrocarril y construcción de las obras portuarias.
(Década de 1930).
Fuente: Archivo Municipal de Mazatlán.
91
El ferrocarril contó con una moderna infraestructura y fue gracias al apoyo
proporcionado por el gobierno de Porfirio Díaz, que en la primera década del siglo XX
llegó a Mazatlán este nuevo medio de transporte, lo que amplió las posibilidades de
distribución de los productos comerciales a un menor costo (ver foto 13). No obstante lo
anterior, la aduana marítima de Mazatlán no dejó de ser la principal en el Pacífico
mexicano
En 1902, Díaz concesionó la construcción ferroviaria a una empresa estadounidense,
así como su operatividad y los terrenos ubicados en los llanos de la Casa Redonda84,
estos últimos para su venta. Por lo que dicha empresa entregó algunos lotes a
trabajadores ferroviarios para la construcción de sus viviendas que estaban ubicadas en
la periferia de la ciudad de entonces.
La población en constante aumento se instalaba donde podía, y en 1940 invadieron
los inhabitables terrenos adyacentes a la estación del ferrocarril y propiedad de éste
(cerca de la Casa Redonda), surgiendo de esta manera la colonia Klein y posteriormente
los asentamientos que están sobre la misma senda (Foto 14).
Foto 14. Colonia Casa Redonda. 2005
84
González, Efrén. Testimonio. 2002
92
Este asentamiento (Casa Redonda) creció progresivamente quedando inmerso en la
ciudad actual, y a pesar de su antigüedad aún denota carencias urbanas.
La urbanización de la ciudad-puerto es paradójica, debido a que por un lado la zona
residencial (Olas Altas) y la comercial-industrial, contaban con calles pavimentadas,
plazas, lugares de recreación y hoteles; así como con suficiente agua potable y con
alumbrado público. Mientras que, por otro lado, los barrios carecían de los servicios
básicos y las familias vivían hacinadas en las viviendas.
Las políticas modernizadoras del gobierno federal de los años cuarenta y cincuenta, al
darse cuenta del potencial económico que significaba el turismo en el puerto, impulsó
la construcción de las carreteras Nogales-Guadalajara y Mazatlán-Durango
Asimismo durante los sesenta y setenta, los gobiernos estatal y municipal impulsaron
la construcción de vialidades, alumbrado público, colectores de aguas pluviales, redes
de drenaje y la ampliación de varias avenidas del puerto mazatleco; entre ellas la
Avenida del Mar hasta la Punta Camarón, ampliándose hasta la Punta Sábalo en 1960 y
llegando a Los Cerritos en 1973.
A finales de los sesenta el nuevo aeropuerto de Mazatlán clasificado como
internacional, comenzó a funcionar. Asimismo en los primeros años de los setenta se
comenzó a construir la nueva central camionera, ya que la antigua (ubicada cerca de la
Playa Norte) había quedado atrapada en la red urbana.
Asimismo se instaló la termoeléctrica y se enfocó la inversión por parte de Estado, en
las instalaciones portuarias
En los setenta, nuevamente sobre terrenos ganados al mar en la parte oriente del puerto
se construyó el Parque Industrial Alfredo V. Bonfil, cerca de la franja industrial
existente a lo largo de la Avenida Emilio Barragán; para apoyar las actividades
económicas relacionadas con la pesca con lo que la ciudad se volvió a expandir.
93
Vialidades regionales
La red carretera de Sinaloa es de 16,403 km, lo que le permite una comunicación
regular con la mayor parte de sus 5,247 localidades. Sin embargo, esta es obsoleta e
insuficiente con respecto a las actividades productivas del mismo, sin embargo, gracias
a la importancia comercial y económica de Mazatlán desde el siglo XIX la zona sur de
la entidad, cuenta con una red carretera extensa y mejor equipada que el resto del
estado. Aunque esto no significa que no tenga problemas, puesto que las más recientes
son de hace veinte años, a excepción de la supercarretera Mazatlán-Durango que fue
iniciada el año 2002 y está en proceso de construcción.
Esta vialidad regional fue tema de debate por mucho tiempo entre los empresarios y el
Estado, debido a los beneficios que esta significa para el desarrollo turístico y comercial
del puerto por la disminución de los tiempos de arribo al mismo (2 horas); y que a la
vez lo fortalezca como polo de desarrollo del noroeste del país.
…esta obra beneficiará a todos los estados de esta zona del país, pues comunicará
al norte y noreste de México con el Pacífico, además con el sur de la República y
seguramente incentivará la carga y descarga en el puerto de Mazatlán.85
El costo de esta vía fue estimado en 8 mil millones de pesos, con recursos del
Gobierno del Estado y de la SCT (Secretaría de Comunicaciones y Transportes) la cual
se espera sea concluida entre 2005 y 2006.
Para mediados de este mismo año inició la construcción del tramo carretero de El
Rosario a Villa Unión, que corresponde a la segunda etapa de la carretera TepicMazatlán y que en uno de sus tramos corresponde a la carretera Mazatlán-Durango. Esta
obra fue costeada por el Gobierno Federal y Estatal, y se espera que también contribuya
en el incremento de las actividades turísticas, comerciales y pesqueras del sur de
Sinaloa.
Por otro lado la Maxipista Culiacán-Mazatlán representa otro de los focos de atención
para las autoridades gubernamentales, puesto que ante la falta de mantenimiento
85
Notimex . Inician la Mazatlán-Durango. Periódico Noroeste. 4.enero.2002. pág. 1A
94
presenta innumerables baches en carriles y bordes, además de riesgos de accidentes para
los conductores que por ahí transitan.
Estructura vial en Mazatlán
Actualmente las redes viales están entre los problemas que aquejan a la ciudad
portuaria de Mazatlán, debido a la discontinuidad de las arterias y a que la estructura
vial quedó desfasada e inadecuada para el aforo vehicular que se registra en ella, lo cual
se puede observar principalmente en las horas "pico", problema que se intensifica en
épocas vacacionales ante la llegada de turistas extranjeros y nacionales a la ciudad, que
arriban a esta en sus propios vehículos.
Es por ello que representantes de los colegios de ingenieros civiles de Mazatlán
convinieron en que la ciudad demanda con urgencia de la construcción de vialidades
rápidas, pues las existentes ya están rebasadas por el parque vehicular estimado en 60
mil. Asimismo, se planteó construir puentes, pasos a desnivel y ampliar el número de
vialidades.86
Esta es una necesidad imperiosa en la ciudad, puesto que las vialidades existentes ya
son insuficientes lo cual denota la carencia de vías alternas para llegar a diferentes
partes de la misma; por ejemplo en el caso de las Avenidas Gabriel Leyva o Ejército
Mexicano, que son las únicas arterias para llegar del oriente de la ciudad hacia el centro
y que generalmente están congestionadas por el aforo de vehículos foráneos a la zona
industrial (en el caso de la Av. Gabriel Leyva) y de autotransportes de pasajeros
foráneos y vehículos foráneos y locales que van a la Central Camionera y/o a la Zona
turística.
Respecto a lo anterior, los congestionamientos son evidentes en diferentes puntos de la
ciudad, como el tramo entre el libramiento Luis Donaldo Colosio y avenida Manuel J.
Clouthier, en el paso superior (cerca de la clínica del ISSSTE); y en el cruce de
Insurgentes y la carretera Internacional, así como entre otros puntos. Cebe hacer notar
que estas vías de comunicación están ubicadas cerca de colonias populares.
86
Garay, Carmen. Urge ampliación de vialidades. El Debate. Mazatlán. 30 dic.04. pág 5-A
95
En contraste con lo anterior dieron inicio los trabajos para la prolongación de la
avenida José Canseco, la cual conectará a La Marina Mazatlán con la parte norte de la
ciudad, donde se ubica el nuevo Mazatlán (denominada así la zona hacia donde se está
dando el crecimiento turístico de Mazatlán).
Promotur (organismo estatal) invertirá 16.6 millones de pesos para esta vía de
comunicación que tendrá 1 km de largo y cuatro carriles de ancho; y que será una
vialidad alterna a la Camarón- Sábalo, con la finalidad de promover el puerto y para
atraer inversionistas.
Lo anterior evidencia el papel del Estado como respaldo del capital, ya que bajo el
mismo tenor se encuentra el proyecto del libramiento que comunicará la zona dorada
con el aeropuerto y con el que se intenta dar más prontitud al tráfico y reducir los
embotellamientos que se forman en la ciudad.
Para el caso de la franja industrial, en donde se ubican el parque Bonfil y la colonia
Casa Redonda, la única arteria que comunica a esta zona de con el resto de la ciudad es
la avenida Gabriel Leyva, la cual por un lado se conecta con la carretera que va hacia el
sur del estado y por el otro llega a la zona portuaria y al centro, es decir, atraviesa parte
de la ciudad (Foto 15).
Foto 15. Acceso al Parque Industrial Alfredo V. Bonfil y a la colonia Casa
Redonda desde la avenida Gabriel Leyva. 2002
96
Esta arteria es una de las más antiguas e importantes en el puerto, especialmente por
que a partir de la construcción del Puente Juárez a principios del siglo XX, ésta se
convirtió en el único punto de entrada y salida de la antigua península hacia el resto del
país que aún sigue siendo fundamental para la movilidad dentro de la ciudad; debido a
que los transportes de carga que llegan con mercancía al puerto para llevar carga a la
Paz o para entregar mercancía para su consumo local. También llegan por este medio y
por ferrocarril productos que serán exportados vía marítima, como automóviles,
refacciones y productos agrícolas, entre otros.
Los productos pesqueros que son envasados en el Parque Bonfil y en el resto de la
franja industrial, para el mercado nacional (por carretera) e internacional (vía marítima)
también son transportados a través de esta avenida.
Banquetas y calles
Por su parte el estado de las banquetas deja mucho que desear, sólo algunas zonas no
tienen problema con ellas entre ellas las de los fraccionamientos residenciales de la zona
norte de la ciudad las cuales están hechas a base de concreto hidráulico o adoquín, sin
embargo, en la Zona Dorada (área turística) a pesar de estar cercana a éstos, existe la
necesidad de rehabilitar gran parte de ellas y en el mismo caso está el Centro de
Mazatlán.
Esto es contradictorio, debido a la importancia que tiene Mazatlán como destino
turístico y al que durante todo el año llegan turistas nacionales y extranjeros
(principalmente estadounidenses y canadienses). Parecería lógico asegurar que por lo
mismo el estado de las banquetas debería ser impecable, ya que de la calidad de los
servicios, la atención que se presta al turismo y la buena imagen de estas dos áreas de la
ciudad portuaria (principalmente de la primera), depende gran parte del crecimiento de
ésta actividad económica que, a pesar de todo genera una importante derrama
económica en la ciudad.
Entre los principales problemas de las banquetas de dichas zonas se pueden mencionar
que están disparejas, tienen oquedades, roturas y las tapas de los registros desniveladas.
Esto que se ha convertido en un riesgo para los peatones algunos de los cuales ya han
sufrido accidentes por esta causa.
97
En el caso de las colonias populares existe un gran rezago respecto a la pavimentación,
ya que hay colonias muy antiguas que nunca han gozado de este beneficio, como la
Casa Redonda, Klein y gran parte de la Benito Juárez, entre otras. Asimismo entre las
que en algún momento fueron pavimentadas (como los fraccionamientos Villa Verde,
María Antonieta, Arboledas y la colonia Genaro Estrada, entre otras) se presentan
problemas como: baches causados principalmente por la mala calidad del material
empleado en su construcción, la circulación de vehículos de carga o transporte urbano
en vialidades que no cuentan con una carpeta asfáltica resistente y por la falta de
mantenimiento después de las temporadas de lluvias, entre otros.
Este problema es añejo en la ciudad y a pesar del mal aspecto que provoca en la zona
turística y de los problemas que genera la falta de pavimento en las colonias populares
(como enfermedades de los habitantes por el encharcamiento en temporada de lluvias e
infecciones de la piel, entre otras) al parecer todavía pasará mucho tiempo antes de que
sea resuelto.
El tema de la pavimentación ha sido una de las cartas fuertes de los candidatos de los
partidos a nivel estatal y municipal, que a cambio de votos les ofrecen a los colonos este
beneficio que llegado el momento no se ha cocretado.
En el mismo caso se encuentran la renovación del sistema de agua potable y su
introducción a las zonas que carecen de ella, así como el tendido de la red de drenaje en
toda la ciudad.
Red de agua potable
Desde los inicios de la ciudad portuaria de Mazatlán el problema del agua ha sido un
obstáculo para sus pobladores, en primer lugar porque la península carecía de agua
dulce por lo cual fue necesario almacenarla en aljibes durante las temporadas de lluvias.
Posteriormente la clase hegemónica del puerto se organizó con el gobierno municipal de
entonces (segunda mitad del siglo XIX) para gozar del vital líquido durante todo el año,
por lo que sufragaron los costos de tubería y el tendido de ésta desde la parte sur del
estado hasta Mazatlán.
98
Conforme creció la ciudad y aumentó la demanda de este servicio se fue ampliando la
red de agua potable. Gradualmente se sustituyó la tubería por otra de mayor diámetro ya
que la anterior era obsoleta, sin embargo, cuando se realizó este cambio no se consideró
el crecimiento que tendría la ciudad a futuro, sobre todo en la zona turística.
En la segunda mitad de la década de los ochenta se llevó a cabo la modernización de la
red de agua potable en el puerto, con recursos de los gobiernos federal, estatal y
municipal, así como con las cuotas que tuvieron que cubrir algunos sectores de la
población para este fin.
Sin embargo, ante el crecimiento de la ciudad esta red ya es insuficiente y opera de
forma limitada, por lo que las zonas habitacionales ubicadas al oriente de la ciudad son
las más afectadas y en menor grado el Centro Histórico y colonias cercanas a éste.
El problema de desabasto de agua se agudiza particularmente en temporada de estiaje,
puesto que ante la ausencia de lluvias los niveles de las presas disminuyen y se limita el
suministro de agua en el municipio especialmente a los asentamientos populares. No así
en la zona turística en donde se encuentran los fraccionamientos residenciales, hoteles y
servicios.
Cabe hacer notar que a pesar de la inconformidad de los habitantes de la ciudad, este
problema no ha sido resuelto por ninguno de los tres niveles de gobierno. De hecho
existe un proyecto para modernizar la red pero no se ha logrado cristalizar.
El gobierno municipal a través de la Dirección de Obras Públicas ha realizado los
trabajos de introducción de servicios públicos a colonias de la ciudad en donde la
inversión se conforma con aportaciones de los colonos y del gobierno municipal. Existe
una buena respuesta de los colonos hacia estos programas de apoyo que les permiten
acceder a una vida digna.
Según datos proporcionados por la Comisión Estatal de Agua Potable y Alcantarillado
para 1998 en el municipio de Mazatlán se encuentran 60 pozos profundos de los cuales
99
39 están en la ciudad puerto y 2 manantiales en otras partes del municipio.87 Además el
centro y norte del estado cuentan con presas para almacenaje de agua pluvial, sin
embargo, estas están destinadas para las actividades agrícolas y en menor medida para
suministrar del líquido a otros estados del noroeste, entre ellos a Sonora.
Lo anterior no significa que la antigua tubería tenga la capacidad suficiente para
garantizar el buen funcionamiento de este servicio, incluso a consecuencia de esto ya se
han colapsado varias tuberías de la red.
Red de drenaje
La red de drenaje es otro de los problemas que aquejan a la ciudad y es quizá uno de
los que más estragos causa a la población; específicamente en tiempos de lluvias y
huracanes cuando casi toda la ciudad portuaria se vuelve un caos por las inundaciones.
Este sistema es bastante obsoleto y aunque Mazatlán ha crecido esta red no ha sido
ampliada, por lo que el servicio es insuficiente para cubrir las necesidades de la
población. A esto hay que agregar que la falta de mantenimiento a esta red agrava el
mal estado de la misma.
Cabe hacer notar que el problema de la red de drenaje no es reciente ya que la mancha
urbana del puerto de Mazatlán se ha expandido considerablemente desde hace más de
dos décadas, no así la red de alcantarillado que está sobresaturada; esto la convierte en
una bomba de tiempo.
Los gobiernos estatal y municipal conocen el problema, sin embargo, no han tomado
las medidas necesarias para resolverlo, a lo anterior el exgobernador del estado Juan S.
Millán88 aseguró en el año 2002 que es urgente un pacto entre los mazatlecos y los
gobiernos estatal y municipal, para solucionar el grave deterioro de la infraestructura del
agua potable y alcantarillado porque puede sobrevenir una catástrofe en Mazatlán.
En este sentido argumentó la falta de recursos de los tres niveles de gobierno para
llevar a cabo la regeneración de la red de drenaje, por lo que exhortó a los sectores
productivos y autoridades a operar de manera conjunta en ello.
87
88
Cuaderno estadístico municipal 1999. pág. 158
Millán, Juan. Sexto Informe de Gobierno. Periódico Noroeste. 14 de abril del 2002. pág 1A
100
La iniciativa privada se manifestó dispuesta a colaborar en ese momento y se
comprometió a regenerar no sólo la red de drenaje, sino la de agua potable. No obstante
lo anterior, no se llevó a cabo ninguna medida al respecto y aunque esto afecta también
a las actividades turísticas, comerciales y de servicios, la red continúa trabajando en las
mismas condiciones.
En la última década del siglo XX se llevó a acabo el proyecto de drenaje denominado
Mazatlán II, en el que se proponía la ampliación de la red hacia los asentamientos que
carecían de este, así como su renovación, sin embargo, aunque fue instrumento de
campañas políticas el proyecto continúa archivado en algún lugar hasta el momento.
La planta de tratamiento de aguas negras ubicada en el Cerro del Crestón (Faro) es otro
de los temas de debate entre la sociedad y los empresarios del puerto mazatleco, puesto
que ya no cumple con los requerimientos necesarios para mejorar la calidad del agua
que posteriormente se arroja al mar y con lo que se corren riesgos de salud para los
usuarios de esta zona de playa.
La planta continúa trabajando a su máxima capacidad, lo que ocasiona
desbordamientos de aguas sin tratamiento al mar; es por ello que a finales del año 2004
se aprobó un presupuesto de 120 millones de pesos para su mejoramiento en el
transcurso del 2005 y el 2006. Esta inversión estará conformada por los gobiernos
estatal y municipal, así como de la JUMAPAM (Junta municipal de agua potable de
Mazatlán) y con ella se planea proporcionarle a la planta un sistema secundario que
coadyuve al mejoramiento de la calidad del agua que se arroja al mar.
La problemática del drenaje y de la planta de tratamiento es añeja e infinidad de veces
se ha prometido la regeneración y renovación de ambos, sin embargo, no se han
concretado dichos proyectos; como en el caso del acuerdo de la iniciativa privada con el
gobierno estatal en el año 2002 para la reparación del drenaje, obra que hasta el
momento no se ha llevado a cabo. Esto nos lleva a cuestionar si esta vez las autoridades
gubernamentales y la JUMAPAM cumplirán con lo prometido.
101
Una de las dificultades que enfrenta Mazatlán como destino turístico es la poca
participación de la iniciativa privada en su mejoramiento, como es el caso de otros
puertos turísticos como Acapulco en donde el sector turístico y de servicios, se
preocupa por mantener en buenas condiciones la infraestructura al menos de las áreas de
interés para el turismo. Con ello garantizan la calidad del servicio además del regreso
del turismo al puerto.
En el caso de Mazatlán los empresarios esperan que el Estado continúe
proporcionando el mantenimiento y los recursos para este fin, sin embargo, además de
no querer aportar nada la mayoría de los hoteleros con frente de playa se niegan a pagar
el derecho de zona federal; para lo cual se amparan cuando el gobierno intenta tomar
medidas. Muchos de estos casos ya tienen años sin pagar este impuesto.
Lo anterior es contradictorio porque al no pagar estos empresarios el derecho de uso de
zona federal, el municipio tampoco puede llevar a cabo obras de mejoramiento ni en
esta zona y mucho menos en el resto del municipio por la falta de recursos. Esto ha
impedido que Mazatlán crezca como destino turístico, y seguramente continuará en las
mismas condiciones por mucho tiempo o al menos hasta que el sector turístico asuma la
parte que le corresponde.
Alumbrado público
Para el caso del alumbrado público la ciudad no carece de este servicio ya que hasta
1995 el municipio estaba cubierto al 99% según datos del INEGI, en donde el puerto
por su importancia comercial y turística es el que menos carece de este. En este sentido
la CFE (Comisión federal de electricidad) se ha preocupado por cubrir esta necesidad
en la ciudad, aunque cabe mencionar que las lámparas varían de una zona otra, es decir,
en la capacidad de watts y en el diseño.
Lo anterior se puede observar en la zona turística, los fraccionamientos residenciales y
de interés medio, en la zona industrial y en algunas colonias en donde las lámparas son
de buena calidad, sin embargo en las colonias y asentamientos más vulnerables el
diseño es más rudimentario y son de tipo económico (fotos 16 y 17).
102
Foto 16. Alumbrado en Parque Industrial. 2005
Foto 17. Alumbrado en colonia Casa Redonda. 2005
En las imágenes anteriores se observan las lámparas y el cableado utilizados en el
Parque Industrial Alfredo V. Bonfil y la colonia Casa Redonda, en donde se aprecia el
contraste y la calidad de los materiales. No obstante lo anterior, con el servicio eléctrico
no hay problema en cuanto al suministro, sin embargo, en cuanto a las tarifas hay
mucha inconformidad entre la población debido a que al ser un puerto turístico las
tarifas son muy altas con respecto a las del resto del estado. Este hecho golpea la
economía de la clase trabajadora principalmente.
Equipamiento urbano en Mazatlán
El equipamiento urbano es el conjunto de estructuras urbanas, instituciones e
instalaciones destinadas a prestar servicios al público en general. Se les clasifica como
equipamiento de enseñanza, comercial, sanitario, social, recreativo, de turismo y recreo,
deportivo, de servicios financieros y de transportes89.
El Estado es el que se ha encargado de aportar el equipamiento urbano de Mazatlán,
principalmente para contribuir al desarrollo y crecimiento de las actividades productivas
y a mejorar la calidad de vida de los habitantes.
Calidad de vida en Mazatlán
Educación
Antes de la década de los sesenta Mazatlán contaba con algunas escuelas primarias y
secundarias públicas y privadas, lo que obligaba a la población con deseos de superarse
a trasladarse a la capital del país para llevar a cabo los estudios de bachillerato y
89
Landa, Horacio. Terminología de urbanismo. 1976. Pág.27
103
profesionales. Sin embargo, a mediados de los setenta el Estado proveyó a través de
recursos federales, estatales y municipales de soportes educativos de nivel medio y
superior (Universidad Autónoma de Sinaloa).
Actualmente el puerto cuenta con todos los niveles educativos en sus diferentes
planteles, tanto públicos como privados, es el municipio con la plantilla de estudiantes
más numerosa de la zona sur (véase cuadro 3).
Cuadro 3. Estimación de la demanda por educación en los tres niveles básicos
Escuinapa
PRIMARIA
Mazatlán
El Rosario
San Ignacio
Estatal
Población 1995
49,474
357,619
49,240
27,101
2,425,675
Demanda estimada
considerando
el
21%
de
la
población total para
primaria
10,390
75,100
10,340
5,691
509,392
Alumnos de nivel
primaria en el ciclo
escolar 94-95
8,608
53,781
8,587
5,107
395,996
-1,782
-21,319
-1,753
-584
-113,396
1,165
104,304
Déficit (-)
o
Superávit (+)
SECUNDARIA
Demanda estimada
considerando
el
21%
de
la
población total para
secundaria
2,117
2,127
15,378
Alumnos de nivel
secundaria en el
ciclo escolar 94-95
2,778
18,969
2,694
1,202
131,423
3,591
577
37
27,119
15,378
2,117
1,615
104,304
18,969
2,694
1,202
131,423
3,591
577
37
27,119
Déficit (-)
o
651
Superávit (+)
BACHILLERATO
Demanda estimada
considerando
el
21%
de
la
población total para
bachillerato
Alumnos de nivel
bachillerato en el
ciclo escolar 94-95
2,127
2,778
Déficit (-)
o
Superávit (+)
651
Fuente: Actualización de los estudios especializados en acuacultura y ordenamiento ecológico en los
estados de Nayarit y Sinaloa. 1997
104
Como se observa en el cuadro anterior hay un déficit a nivel primaria y en Mazatlán es
donde más se presenta este problema. En el caso del nivel secundaria hay una cobertura
total de este servicio, con un superávit respecto a la población que cuenta con éste tanto
a nivel municipal como estatal.
A nivel municipal Mazatlán ocupa un lugar importante en el nivel bachillerato, puesto
que cuenta con el mayor número de estudiantes no sólo de la ciudad, sino de otras partes
del municipio.
Para complementar la información anterior, respecto a los alumnos inscritos al inicio
de los ciclos escolares 1993-1994 y 1998-1999 y de acuerdo a los datos estadísticos
proporcionados por el cuaderno estadístico municipal,90 se tenía que:
Gráfico 2. Niveles de educación en el Municipio de Mazatlán
Fuente: Cuaderno estadístico municipal 1999.
En el gráfico anterior se observa una comparación de dos ciclos escolares distintos con
cuatro años de diferencia entre cada uno. Como se puede ver, la matricula no aumentó
de manera considerable en los diferentes niveles educativos con los que cuenta el
municipio de Mazatlán. Cabe señalar que estos datos se refieren sólo a los alumnos
inscritos, más no a la eficiencia terminal de estos.
90
Cuaderno estadístico municipal 1999. p. 62
105
Entre la infraestructura educativa se encuentran: una escuela náutica, una secundaria
técnica pesquera, cinco preparatorias estatales, una escuela normal para educadores y
otra para maestros de primaria, varias facultades de la Universidad Autónoma de
Sinaloa, así como escuelas de nivel medio y superior particulares (Tecnológico de
Monterrey, Universidad de Occidente, Colegio El Pacífico, Instituto Cultural de
Occidente, entre otras).
Los estudiantes de la zona rural cuentan únicamente con el nivel de secundaria, lo que
los obliga a desplazarse a la cabecera municipal si desean continuar sus estudios.
Salud
Actualmente los servicios de salud son prestados por el Instituto Mexicano del Seguro
Social (IMSS), Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los trabajadores del
Estado (ISSSTE), Secretaría de Salud (SSA), Cruz Roja, Desarrollo Integral de la
Familia (DIF) y clínicas particulares ubicadas en la zona urbana. En la zona rural, la
atención de los servicios de salud la proporcionan las instituciones oficiales,
especialmente a través de los centros de la Secretaría de Salud, las clínicas del IMSS,
las unidades médicas IMSS-Solidaridad y Cruz Roja.
Vivienda
Durante el siglo XX y particularmente en la década de los cuarenta gracias al auge
pesquero y económico, la ciudad se expandió generando con ello la necesidad de
vivienda. Debido a este crecimiento se formaron las colonias Klein, Lázaro Cárdenas,
Carlos I. Serrano, Casas Económicas, Esperanza, Montuosa y Reforma. Más tarde en
1953 la colonia Benito Juárez, todas ellas ubicadas hacia el oriente de la ciudad.
De acuerdo a datos obtenidos del INEGI del año 1995, en el municipio de Mazatlán se
registraron un total de 83,567 viviendas, de las cuales 83,475 eran viviendas particulares
y 275 eran viviendas colectivas (véase cuadro 4).
106
Cuadro 4. Servicios con que cuenta la vivienda.
% de viv.
c/agua
% de viv.
c/drenaje
entubada
% de viv.
% de viv.
c/energía
eléctrica
c/piso
% de viv. sin
hacinamiento
Promedio
de ocupantes
diferente a
tierra
por viv.
Mazatlán
90%
79%
94%
93%
81%
4.7
Sinaloa
79%
56%
90%
77%
74%
5.2
Nacional
79%
64%
88%
81%
5.1
Fuente: INEGI, 1996. Conteo de población y vivienda 1995. Resultados definitivos y Tabulados básicos.
Como se observa en los datos anteriores Mazatlán cuenta con una mayor cobertura de
servicios como agua potable, drenaje, electricidad y recubrimiento de pisos en las
viviendas, superando a la estatal y a la nacional, sin embargo, aún existen viviendas que
carecen de ellos. La
mayoría de las viviendas son propias y los materiales que
predominan en su construcción son concreto armado, adobe y tabique; sin embargo, aún
existen viviendas de madera o de materiales reciclados, sobre todo en algunas colonias
populares como la Casa Redonda.
La carencia de agua en la vivienda mazatleca no sólo se debe a la insuficiencia y
vetustez de la red, sino también a que algunas de ellas no están conectadas a la red y se
abastecen a través de pipas o de tomas colectivas. Los datos censales del INEGI Sinaloa
del año 2000 reportan que en el municipio de Mazatlán se encuentran un total de 93,644
viviendas, de las cuales el 93% cuenta con servicio de agua potable dentro o fuera de la
vivienda, pero al interior de sus predios; el restante 6% de las viviendas no cuenta con
este servicio (véase cuadro 5).
Cuadro 5. Suministro de agua potable para la vivienda en el municipio de Mazatlán.
AGUA POTABLE
Total de viviendas en el municipio de Mazatlán
Cantidad
Porcentaje
93,644
100%
87,170
93%
5,821
6%
653
1%
Viviendas que disponen de agua entubada en el terreno
(dentro o fuera de la vivienda)
No disponen de agua entubada (se abastecen mediante
pipas, llaves públicas, pozo, etc)
No especificado
Fuente: INEGI. XII Censo General de Población y Vivienda 2000
107
El servicio de agua potable para la vivienda presenta fallas como la insuficiencia en el
suministro en algunas épocas del año (Semana santa y periodo de calor de Mayo a
Agosto), para gran parte de la población, excepto para la zona turística y para los
fraccionamientos cercanos a esta.
Asimismo la calidad del agua no es confiable debido a que frecuentemente se registran
rupturas de tubos, los cuales después de ser reparados y de normalizarse el servicio
arrojan agua sucia con lodo o tierra, lo que provoca enfermedades de la piel a algunos
habitantes.
El caso del drenaje es desalentador puesto que existen aún viviendas sin conexión
hacia la red municipal, motivo por el que éstas arrojan las aguas negras a los cuerpos de
agua más cercanos. En caso de no existir cerca uno, algunos resuelven este problema
con la construcción de fosas sépticas.
Cuadro 6. Suministro de drenaje en la vivienda del municipio de Mazatlán.
Cantidad
Porcentaje
93,644
100%
74,033
79%
Viviendas que cuentan con fosa séptica
7,307
8%
Viviendas con desagüe a barrancas
1,016
1%
Viviendas con desagüe a mar, río o lago
755
1%
No especificado
370
0.003%
DRENAJE
Total de viviendas en el Municipio
Total de viviendas en el Municipio conectadas
a la red de drenaje
Fuente: INEGI. XII Censo General de Población y Vivienda 2000
En el cuadro anterior se observa que aún existen un gran número de viviendas sin este
servicio, de las cuales aproximadamente el 3% arrojan las aguas hacia el mar o esteros
así como a barrancas, agravando el problema de contaminación del Municipio por esta
causa.
El servicio de energía eléctrica para la vivienda del municipio de Mazatlán está
cubierto en un 99%, sin embargo la CFE (Comisión Federal de Electricidad) ha
advertido que ante la falta de otra planta de luz en este, ha tenido que negar el servicio a
108
nuevos conjuntos habitacionales y hoteles en tanto no se lleve a cabo la construcción de
la planta.
No obstante lo anterior, la construcción de vivienda social de Infonavit y FOVISSSTE
entre otros; y la de autoconstrucción (que realizan los invasores de terrenos) continúa
acrecentando la mancha urbana hacia los terrenos ejidales del oriente de la ciudad
portuaria.
Foto. 18. Vivienda institucional. (INFONAVIT)
Fuente: Noroeste. 2005
De acuerdo a declaraciones hechas por el ex gobernador de Sinaloa Juan S. Millan
durante su último informe de gobierno (2004), este afirmó que se superó la meta sexenal
en materia de vivienda, al grado que hoy una de cada cinco familias tiene casa propia.
Asimismo, dijo que se construyeron 60 viviendas diariamente a lo largo de su sexenio,
lo cual duplica el promedio nacional y que la construcción de esta es detonadora de
economías regionales, da empleos y cambia la imagen de las comunidades.91
La necesidad de vivienda sigue rebasando a las acciones tomadas por el gobierno de
Sinaloa, que aunque no ha dejado de promover y apoyar la construcción de vivienda de
interés social, todavía cuenta con grandes lagunas en este sentido puesto que hay
sectores de la población que no cuentan con un trabajo fijo, con el que puedan
comprobar ingresos y por lo tanto esto se convierte en un obstáculo para aspirar a un
91
Op.cit. pág. 3-A 24 nov. 04
109
patrimonio propio. Lo anterior fomenta la práctica de la invasión de terrenos, aunque a
esta práctica se ha integrado una nueva modalidad: la invasión de viviendas, como es el
caso de las viviendas de los fraccionamientos Villa Verde y San Joaquín.
2.4 Sectores productivos
Primeras actividades económicas en Mazatlán.
El puerto de Mazatlán durante el periodo colonial, fue utilizado únicamente como
puesto de observación para prevenir los ataques de los piratas que asolaban a las
embarcaciones españolas, que transportaban las riquezas que eran extraídas de estas
tierras.
La existencia de riquezas minerales en las cercanías del puerto, atrajo primero a
expedicionarios españoles que explotaron durante más de tres siglos las vetas de oro y
plata ubicadas en Copala, El Rosario, Pánuco y Cosalá. Para enviar todas estas riquezas
hacia el Viejo Continente, requerían de un puerto cercano que en este caso fue
Mazatlán.
Esta ventaja fue descubierta por los comerciantes, por lo que más tarde el entorno
natural con el que contaba Mazatlán fue propicio para desarrollar en él las actividades
comerciales que fueron determinantes para su nacimiento y crecimiento como ciudad,
así como el contrabando de oro y plata.
La necesidad de los extranjeros que explotaban las minas del sur de Sinaloa para
transportar sus mercancías a través de un puerto inmediato y seguro, favoreció la
consolidación de las condicionantes naturales, económicas, políticas y sociales que se
produjeron a lo largo del tiempo y que influyeron en la conformación del espacio social
de Mazatlán en donde la actividad mercantil fue un elemento determinante durante el
siglo XIX.
Importaciones y exportaciones
Inicialmente los barcos atracaban en la Bahía de San Félix (Puerto Viejo), poco
después (alrededor de 1832) cambiaron a la bahía ubicada en el sur. Fue en este punto
110
donde se establecieron los almacenes y las viviendas de la población, dando origen a la
calle Principal.
El apogeo del puerto atrajo extranjeros de distintas partes del mundo, principalmente
europeos. Estos extranjeros se dedicaban al comercio en Mazatlán y dependían
únicamente de los medios de transporte marítimos, puesto que los caminos en este
periodo eran inseguros y defectuosos, no sólo en esta parte del país, sino en el resto de
éste.
Embarcaciones provenientes de Europa, Asia y América del Sur, principalmente de
nacionalidad inglesa y estadunidense, llegaban al puerto y abastecían un mercado
regional de espectro amplio que comprendía a Sinaloa, Sonora, Jalisco, Chihuahua,
Zacatecas, Durango, Baja California y Alta California.92
Después de recibir las mercancías que recibían, los comerciantes las distribuían por
medio de embarcaciones que, costeando, llegaban a otros puertos (Guaymas, San Blas,
Acapulco, Altata, entre otros). Cabe señalar que al igual que Mazatlán, los puertos de
Baja California Sur fungían también como puertos de depósito de mercancías.
En 1828 se instaló la Aduana marítima por órdenes de la Junta Gubernamental, debido
al intenso tráfico marítimo que se registraba en el muelle y con la que pretendía frenar
el contrabando de metales preciosos, así como el control de los productos que entraban
y salían desde este punto. Para 1830 Mazatlán llegó a ser el centro de distribución más
importante del noroeste, así como la ciudad con más habitantes.
A partir de 1830 el tráfico marítimo se incrementó por los informes esparcidos en
Europa sobre la enorme cantidad de tesoros hallados en la Sierra Madre Occidental
de México y el excelente mercado que el Nuevo Mundo representaba para sus
artículos suntuosos, noticias que no eran del todo exageradas.93
Esto favoreció la llegada de más aventureros extranjeros, interesados en hacer fortuna
o de incrementar la que ya poseían. Prueba de ello es que en Mazatlán se forjaron
grandes riquezas, como las fortunas de las familias Echeguren, Melcher, Jecker, entre
otras. Debido a esto se generó un gran desarrollo en el puerto, atrayendo otros capitales
que hacia 1860 se habían convertido en los más relevantes del puerto, entre ellos los
92
Martínez, Luis. Mazatlán, historia de su vocación comercial (1823-1910), en: Carrillo Rojas; Ibarra
Escobar; coord. Historia de Mazatlán. 1998. p. 94
93
Martini, Mario. Grandeza mazatleca. 1998. p.19
111
italianos, estadounidenses, chinos, franceses, alemanes y españoles. La mayoría de estas
familias ostentaban el control político, económico y cultural de la región así como, la
explotación minera y comercial.
Como era muy complicada la transportación de mercancías desde la bahía de Puerto
Viejo a la aduana y se perdía tiempo para el envío de éstas al exterior, en 1828 el
gobierno federal autorizó el cambio del muelle hacia la ensenada sur. Con ello se logró
que los productos pasaran directamente a la aduana y de ésta a las casas importadoras de
la calle Principal.
Uno de los primeros inversionistas del puerto fue el alemán Juan Cristóbal Fárber,
quien entre otras actividades se dedicó a la comercialización de pólvora entre los
mineros de la región. En 1827 el también alemán Guillermo Haas & Co. estableció en
Mazatlán los almacenes el Nuevo Mundo, dedicados a la importación mercantil del
Viejo Mundo, China, Japón y Estados Unidos. El comercio de importación en esta
época estuvo dominado principalmente por extranjeros (véase cuadro 7):
Cuadro 7. Casas comerciales de origen extranjero en
Mazatlán (1845)
Nombre de la casa comercial
Lugar de origen
Haas-Denghausen y Cía.
Prusia-Oldemburgo
Kunhardt y Ewald
Lübeck-Holstein
J.R. Möller y Cía.
Prusia
Uhde-Pini
Hamburgo
Rucker-Rienseh y Cía.
Prusia
Parrot y Cía.
Francia
Pedro Fort
Francia
Isidoro de la Torre Jecker y Cía.
España-Suiza
Redonet-Echeguren
Francia- España
Mott-Talbot
Estados Unidos
Machado Yeoward y Cía.
Filipinas-Inglaterra
Copmann-Lomer
Blankenese-Lübeck
Gaucheron y Patte
Francia
Fuente: Luis A. Martínez. 1998
112
En el cuadro anterior se muestra el predominio que ejercía el capital extranjero
(principalmente el de origen alemán) en el puerto de Mazatlán.
La supremacía de los comerciantes alemanes se mantuvo en este lugar hasta principios
del siglo XX y se debilitó cuando México se alió con las potencias armadas en la
Primera Guerra Mundial y se rompieron relaciones con Alemania.
En 1846 se estableció la casa Melchers también de capital alemán, que ejercía
funciones como casa comercial, bancaria y empresa naviera.
En 1848 después de la pérdida territorial que sufrió México ante Estados Unidos, los
norteamericanos abrieron el puerto de San Francisco al comercio, con lo que afectaron a
Mazatlán, ya que a partir de este momento el país vecino se volvió intermediario del
comercio procedente del Oriente.
Los principales productos importados por los comerciantes del puerto en el periodo de
1823 a 1880 fueron textiles y ropa confeccionada, zapato, vinos, alimentos, muebles,
armas, herramientas y mercería, entre otros.
Inglaterra fue una de las naciones con mayor predominio en la introducción de
productos a través de este puerto, seguida de Alemania y Francia respectivamente. Esto
convirtió a Mazatlán en la entrada y depósito de mercancías de origen europeo y
norteamericano al país.
Por otro lado, las exportaciones que se llevaban a cabo desde este sitio hacia Europa,
eran el oro y la plata principalmente, seguidos de cueros de res y palo de brasil utilizado
para pintar textiles.
En 1874 durante el porfiriato la aparición de la primera línea del ferrocarril que
recorría de Veracruz a México dañó sustancialmente la actividad marítimo-comercial de
Mazatlán.
113
Industrialización
La industrialización en Mazatlán fue fomentada por el Estado, el cual respaldó esta
actividad con el mejoramiento y ampliación de la infraestructura necesaria para su
desarrollo, el tendido de vías férreas y la construcción de las obras portuarias fueron dos
de los soportes materiales que concedió a la ciudad portuaria. Esta decisión por parte de
Estado, inició con la oposición hacia las importaciones en 1930, decreto que obligó a
los comerciantes del puerto a cambiar sus actividades por la manufactura.
En la década de 1870, gracias al impulso del Estado que promovió la industrialización
en el país, los capitalistas asentados en el puerto ante la pérdida de ganancias que esto
significaba para ellos, se vieron en la necesidad de diversificar su capital hacia las
manufacturas. En 1881 estaban establecidas en Mazatlán las siguientes industrias:
Cuadro 8. Industrias en Mazatlán (1881)
Cantidad
Establecimiento
2
Fábricas de hilados
1
Fábrica de fósforos
4
Fábricas de cigarros
2
Fábricas de sombreros
7
Tenerías
3
Fábricas de calzado
7
Talleres de zapatos
1
Fábrica de gas
1
Talabartería
2
Fundiciones
1
Molino de harina
Fuente: Luis A. Martínez. 1998
De 1890 a principios de siglo XX surgieron en el puerto la empresa de agua potable,
la de energía eléctrica, dos fábricas de hielo, tres de muebles, dos jabonerías y para 1900
114
la Cervecería del Pacífico.94
Estas industrias también eran propiedad de los
comerciantes extranjeros asentados en el puerto.
A Mazatlán llegó el ferrocarril con la intervención del gobierno porfirista; sin
embargo, a pesar de que este medio de transporte afectó la transportación naval, no
logró desplazarlo como la principal aduana marítima del país en el Océano Pacífico.
En este periodo el puerto de La Paz continuó operando como puerto de depósito de
mercancías, asimismo Guaymas y Manzanillo comenzaban a cobrar importancia como
puntos de embarque y desembarque de productos.
La aparición del turismo fue respaldada por la transmisión de ganancias de la
actividad pesquera hacia este sector y por el Estado. La familia Coppel fue una de las
primeras en diversificar su capital hacia la industria turística, ya que adquirieron el
Hotel Belmar el cual marcó el inicio de esta industria como tal en Mazatlán.
Entre 1910 y 1940 apareció un nuevo actor en el escenario: los comerciantes de origen
chino, que ocuparon un lugar importante en la economía porteña y competían con sus
productos contra el comercio europeo y norteamericano.
El movimiento armado de 1910 tomó por sorpresa a los comerciantes y desestabilizó la
economía de Mazatlán, debido al éxodo de algunos comerciantes que se vieron
obligados a cerrar sus negocios y regresar a su patria o a diseminarse en otros lugares
del país, hecho que provocó el desempleo repentino de parte de la fuerza de trabajo
asentada en el puerto.
Sin embargo, las casas comerciales con mayor relevancia y
capital no cerraron sus puertas, a pesar de lo que ocurría continuaron llegando
inversiones extranjeras a la ciudad.
La revolución desestabilizó el puerto mazatleco, sin embargo, algunas de las casas
matrices de las empresas continuaron operando en la ciudad, absorbiendo en algunos
casos a las que quebraron o emigraron.
94
Martínez, Luis. Mazatlán, historia de su vocación comercial (1823-1910), en: Carrillo Rojas; Ibarra
Escobar; coord. Historia de Mazatlán. 1998. p. 110
115
Una vez derrocado el gobierno de Porfirio Díaz y después de su exilio los
constitucionalistas tomaron el mando aplicando fuertes impuestos al comercio de
Mazatlán. Esto obligó a los comerciantes y a sus familias (beneficiadas por su relación
con el porfirismo) a abandonar el puerto, debido al acoso e intimidación que sufrieron.
En 1911 a pesar que la revuelta empeoraba en toda la nación, en Mazatlán se reactivó
el movimiento comercial y económico. Sin embargo, a algunos no les fue bien y en
1912 tuvieron que cerrar sus empresas.
En esta época Mazatlán ocupaba un lugar importante entre las ciudades con mejor
desarrollo económico del país, como resultado de las reservas de la industria,
agroindustria, comercio internacional y explotación minera que continuaban atrayendo
grandes capitales extranjeros.95
Para 1919 el puerto registró un rápido movimiento comercial, con la apertura de
nuevos comercios. Estos se establecieron en las calles que rodean a la Plazuela
República, conformando así la nueva zona comercial del puerto.
Durante las décadas que precedieron a esta proliferaron los comercios en la ciudad,
ocupando las áreas circundantes al zócalo del puerto. El grupo comercial más fuerte de
ésta época fue el de la colonia china que desplazó a los comerciantes locales y
extranjeros, lo que provocó el descontento de éstos y emprendieron una fuerte campaña
en su contra, logrando que fueran expulsados de Mazatlán.
En 1940 el empresario Tomás de Rueda Coppel fundó un astillero que con el tiempo
se convirtió en el principal astillero del Pacífico mexicano que construía barcos desde
45 hasta 55 pies de eslora, hechos de madera. La mayoría de los barcos solicitados
estaban destinados para la pesca del camarón; posteriormente en 1956 comenzaron a
construirlos de acero. Estos astilleros construyeron barcos también para países
extranjeros como: Japón India, Pakistán, Kuwait, Venezuela, Brasil, Colombia, y Costa
Rica.
95
Martini, Mario. Grandeza mazatleca. 1998. p. 99
116
Respecto a la industrialización del camarón, en 1948 se instaló una congeladora para
su procesamiento.
En 1944 la empresa Cementos del Pacífico, S.A. se vio beneficiada por el crecimiento
de la ciudad y la consecuente construcción de viviendas en las nuevas colonias
formadas durante este periodo.
En 1950 se fundó la fábrica de café, antecesora de El Grupo Marino y que actualmente
ocupa el segundo lugar en la industria cafetalera del país (Café el Marino).
Gracias al gran desarrollo que significó la pesca tanto para el país como para el estado
de Sinaloa, en 1976 con el respaldo del Estado protector se construyó al oriente de la
ciudad el Parque Industrial A.V. Bonfil, sobre terrenos ganados al mar (en el estero de
Urías), cuya finalidad era mejorar las condiciones de producción ya que estaba
destinado a la actividad pesquera.
A pesar de que en la década de los cuarenta la fuerza laboral se concentraba
mayormente en la actividad minera, esto no impidió que surgiera la pesca comercial y el
turismo como industrias alternas que con el tiempo se convirtieron en soportes
económicos de Mazatlán.
Actividad pesquera
Se mencionó anteriormente que la próspera industria camaronera fue explotada
libremente por la iniciativa privada ante el beneplácito del Estado, hasta 1950 en que los
cooperativistas protestaron y los armadores se vieron obligados a negociar con ellos
para la pesca de las especies reservadas para los cooperativistas (camarón, langosta,
ostión, abulón, y tortuga marina).
Sin embargo, esto no fue impedimento para que los armadores siguieran dominando el
destino y las circunstancias de la pesca, sometiendo a las cooperativistas que no
contaban con el capital y herramientas suficientes para llevar a cabo las capturas, lo que
los convirtió en los beneficiarios directos de esta actividad económica. Esta industria
creció rápidamente y a principios de la década de los cincuenta se construyeron otras
tres plantas congeladoras propiedad de particulares.
117
El gran desarrollo de la pesca que se prolongó hasta 1980, reactivó el comercio y se
dotó de infraestructura urbana al puerto con lo que el movimiento portuario se
intensificó; y por lo tanto, el desempleo aminoró.
En 1981 Luis Echeverría canceló las concesiones a los particulares y las destinó
exclusivamente a los cooperativistas. Esto originó que la industria camaronera se fuera
gradualmente hacia la bancarrota, debido a diferentes factores entre ellos el comercio
ilegal del producto por algunos cooperativistas, las deudas que habían adquirido ante el
Banco de Fomento Cooperativo creado por el gobierno federal; la falta de conocimiento
en cuestiones administrativas los hizo victimas de sus contadores quienes
repentinamente se volvían millonarios; asimismo, los altos costos de reparación y
mantenimiento de los barcos que terminó por hacerlos inoperantes o deficientes.
Lo anterior propició que en 1984 el capital privado retomara la actividad pesquera a
través de terceros. En esta época comenzó la industrialización del atún, el cual se
convirtió en una de las pesquerías más importantes de Mazatlán, ya que además de ser
una fuente de empleo para un gran número de personas, dicha industria exporta este
producto hacia Japón, Italia, España y Francia.
Industria del turismo y servicios
La industria turística cobró mayor importancia a partir de la década de los setenta,
cuando los capitalistas del puerto (la mayoría de ellos participantes en la actividad e
industria pesquera), diversificaron sus ganancias enfocándolas hacia la construcción de
hoteles y de otros servicios destinados al turismo. Asimismo, después de la exclusión de
los empresarios en la actividad pesquera en 1982 la actividad turística recibió aún
mayor impulso.
En los setenta se puso en servicio el hotel Camino Real aún más al norte, con lo cual la
Zona Dorada (zona turística) daría inicio. Asimismo en este periodo comenzó la
construcción del megaproyecto El Cid en esta misma zona, compuesto por un lujoso
hotel, restaurantes, locales comerciales, un teatro y un fraccionamiento exclusivo, entre
otros servicios. En este último la mayoría de los lotes colindan con el campo de golf.
118
…la construcción del hotel El Cid constituyó un parteaguas en la industria turística que estimuló
importantes inversiones paralelas a partir de 1972, como la del Valentino’s, la de varios hoteles y
restaurantes de diversas categorías sobre la avenida Del Mar y Sábalo Cerritos, el desarrollo de la Zona
Dorada y más tarde las de La Gran Plaza y el Hospital Sharp.96
Durante esta etapa de desarrollo del puerto se construyeron muchos hoteles, que darían
cuerpo a la Zona Dorada de la ciudad de Mazatlán. Entre los hoteles con los que cuenta
el puerto, están el Freeman (recientemente reinaugurado), el Belmar y La Siesta en la
zona costera del Viejo Mazatlán (Paseo Calussen); el Hacienda, De Cima, Sands Las
Arenas, Cabinas, Olas Altas Inn, entre otros que se ubican sobre la Avenida del Mar. Y
por último los que conforman la Zona Dorada ubicados sobre la avenida CamarónSábalo y entre los que se pueden mencionar: El Sábalo, Las Flores, Tropicana, Puesta
de Sol, Costa Dorada, Holly day Inn, Double Tree, Pueblo Bonito, Balboa Towels,
Camino Real , Vidafel, entre otros (ver foto 19).
Foto 19. Zona Hotelera de Mazatlán
Fuente: Calendario Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles. 2000
Cabe hacer mención que además de los hoteles, a lo largo de la costera existen un sinfín
de restaurantes de diversas categorías y especialidades, así como lugares de
entretenimiento nocturno.
96
Martini, Mario. Grandeza Mazatleca. 1998. p. 176
119
Otra de las transformaciones que sufrió el comercio del puerto de 1970 a 1997, fue la
aparición de tiendas de autoservicio. Los antecesores de los centros comerciales fueron
los supermercados Maz Descuento, además de las Tiendas Coppel, el primer centro
comercial fue la Casa Ley en 1975. Más tarde se instalaron Fábricas de Francia,
Salinas y Rocha, Gigante, Comercial Mexica na, Sam´s Club y Wall Mart.
Actividades Portuarias
Como se refirió antes, la importancia que Mazatlán adquirió desde su fundación
dependió fundamentalmente de su ubicación geográfica y de las condiciones que este
territorio del noroeste ofreció para la transportación marítima de una gran variedad de
mercancías. Asimismo desde este punto del mundo, como de Asia y Norteamérica se
importaron productos para comercializarlos en México y para lo cual Mazatlán fue la
puerta de entrada.
Mazatlán fue el centro comercial más importante del occidente de México durante el
siglo XIX y parte del XX. Para ello existían compañías de comercialización marítima
que se encargaban de la transportación de los productos de exportación-exportación del
puerto hacia otros puntos de los continentes americano y europeo, y viceversa.
El prestigio de este puerto continuó creciendo a pesar de la competencia que significó
la aparición del ferrocarril, que abatía costos de transporte. A pesar de ello, la aduana
ubicada en Mazatlán continuó siendo la más importante del Pacífico mexicano y la
transportación marítima no dejó de ser uno de los soportes para la importación y
exportación.
En 1832 se llevaron a cabo las obras para comunicar el cerro de La Cruz en donde se
encontraba la aduana con la zona de Olas Altas, debido a que las aguas marinas
impedían el paso por vía terrestre hacia esta área. Esto se logró por medio de rellenos
hasta librar y contener el paso del agua. Esta acción fue quizás el preámbulo de las
acciones que en el futuro predominarían en la península de Mazatlán, que sufrió
constantes modificaciones territoriales en beneficio de los intereses capitalistas. Una de
ellas fue la práctica de ganarle terrenos al mar, hasta nuestros días.
120
El periodo porfirista significó un parteaguas en el desarrollo del puerto mazatleco, ya
que el Estado respaldó los intereses capitalistas del puerto con diversas acciones para
beneficio de las actividades económicas de los grupos hegemónicos de Mazatlán, entre
ellas la aportación de la infraestructura necesaria para el desarrollo de las actividades
industriales.
En la década de los treinta, el impulso del Estado a la industrialización del país marcó
el fin de la libre importación, por lo que el capital se diversificó hacia la manufactura.
En este periodo se iniciaron las obras de construcción del puerto (entendido como el
conjunto de obras construidas en la costa para la protección de las embarcaciones y que
cuenta con servicios e instalaciones para transferir diversos productos y pasajeros de
mar a tierra y viceversa.97) Cabe señalar que el puerto funcionó de forma elemental
durante el periodo importador.
Ante la importancia que adquirió para la exportación este puerto, en la década de los
cincuenta se terminaron los rompeolas y se le dio más profundidad al puerto por medio
del canal de navegación, el antepuerto y los atracaderos, todo ello a través de dragados.
Asimismo, se proporcionaron almacenes y accesos terrestres, como la avenida Emilio
Barragán.
En los años sesenta se ampliaron los muelles fiscales y de cabotaje, también se
construyeron bodegas y patios de maniobras, se llevó a cabo la rehabilitación de los
accesos carreteros (carretera Nogales-Guadalajara y Mazatlán-Durango-Matamoros) y
ferroviarios, asimismo se construyeron oficinas para el funcionamiento de esta zona.
Estas obras coadyuvaron a que el puerto se ampliara 50 hectáreas sobre la Playa Sur.
97
Corral, Carlos,Castorena José. Lineamientos para regular el crecimiento urbano en centros de población
portuarios. 1988. p. 166
121
Mapa 10. Fraccionamiento Playa Sur sobre terrenos
ganados al mar
Fuente: Scince 1990. Modificado por la autora
Las actividades turística y pesquera así como la infraestructura portuaria con la que fue
respaldado Mazatlán lo convirtieron en uno de los puertos de cabotaje más importantes
de la República Mexicana, ya que esto permitió que aumentara la distribución de
mercancías tanto al mercado interior como al exterior.
Cabe hacer notar que el puerto de Mazatlán es el enlace más importante de la costa
occidental de México con la ciudad de los Ángeles y Panamá, también se comunica de
forma permanente con el sur de Baja California a través del transbordador.
En el puerto se presenta un importante movimiento internacional de cruceros turísticos
que lo comunican con otros puertos de la costa occidental de México y Norteamérica.
La configuración histórica de la ciudad-portuaria de Mazatlán tiene una
correspondencia con la división territorial del trabajo; lo que se ha manifestado desde su
fundación en la apropiación y acaparamiento territorial de las clases hegemónicas.
Estos usos de suelo en su mayoría son producto de las formas de apropiación espacial
tanto de los ricos, como de la clase trabajadora que se vio en la necesidad de organizarse
122
para luchar por lugares para reproducirse socialmente a través de la invasión de
terrenos.
Mientras que algunas zonas gozan de toda clase de privilegios (Turística, industrial, y
portuaria), otras están en el completo abandono, particularmente algunos asentamientos
habitacionales de la clase trabajadora que en algunos casos no cuentan con los servicios
necesarios para subsistir, como pavimentación, agua potable, drenaje y transporte, entre
otros.
Cabe enfatizar que las actividades económicas y la lucha por la ganancia permitieron
y siguen permitiendo que este puerto continúe creciendo y desarrollándose, aún a pesar
de los descalabros que ha sufrido como la imposición que llevó a cabo el gobierno
estatal, respecto al cambio del puerto de altura hacia Topolobampo.
La ciudad puerto de Mazatlán continúa siendo considerada la más importante de la
zona sur del estado de Sinaloa, ya que en él se encuentra el equipamiento e
infraestructura necesarios para las fuerzas productivas lo que lo ha convertido en un
polo de desarrollo regional en el cual se llevan a cabo actividades del sector primario
(Pesca) y terciario (turismo y servicios), que contribuyen de manera importante en la
economía estatal. Esto ha impactado el crecimiento de la ciudad no sólo físicamente,
sino demográficamente.
Es importante puntualizar que a pesar del crecimiento económico que ha tenido en
algunas épocas Mazatlán, la riqueza y el desarrollo se han concentrado sólo en algunas
zonas de la ciudad, lo que ha acentuado históricamente la desigualdad territorial,
económica y social.
123
CAPITULO III. LA INDUSTRIA PESQUERA EN MAZATLÁN
124
En el siglo XX México experimentó un gran desarrollo económico y una urbanización
precipitada resultado del proceso industrializador que se llevó a cabo en el país. Este
proceso marcó una importante transformación en la estructura económica de la nación,
debido a que los sectores secundario y terciario desplazaron al sector primario, el cual
se convirtió en un complemento para el crecimiento de ambos.
El crecimiento y avance de la industrialización, trajo consigo también el aumento de
las actividades comerciales y de servicios, factores que generaron que las ciudades se
expandieran y se incrementaran. Razón por la cual el paradigma de la industrialización
se convirtió en el centro de las políticas de desarrollo del siglo XX, de lo anterior parte
la idea que es mejor habitar en ciudades que en localidades pequeñas98. Es decir, que la
industrialización desde su aparición se consideró básicamente urbana y fue uno de los
detonantes del aumento poblacional y de la dotación de infraestructura urbana en los
lugares donde se instalaban las industrias.
Antes de 1940 el abasto en México de productos como textiles, herramientas, loza y
calzado entre otros, dependía principalmente de la importación desde otras naciones y
que posteriormente eran comercializados entre la población.
Hasta este momento, la acumulación de capital en el país dependía básicamente de la
agricultura y del comercio, sin embargo, fue desplazado por el capitalismo industrial.
La naciente industrialización en México fue apoyada por el Estado durante el gobierno
de Porfirio Díaz, con la finalidad de introducir a la nación en la modernidad.
Inicialmente este proceso se enfocó hacia la política de sustitución de importaciones, en
donde se fabricaban principalmente productos de consumo no duradero; sin embargo,
los mercados se saturaron con los productos de fabricación fácil y se acentuó la
dependencia tecnológica de la industria debido a que los empresarios no tenían la
posibilidad de producir la maquinaria y el equipo que necesitaban para la fabricación de
dichos bienes. Esto fue aprovechado por los capitales extranjeros que se dedicaban a la
fabricación y distribución de bienes de consumo duradero con lo que acapararon la
mayor parte de las ganancias.
98
Ladrón de Guevara, Lourdes. De cómo la ciudad se convirtió en progreso. En: Servicios y marco
Construido. 1999 p. 17
125
Ello hizo del país una nación tecnológicamente dependiente de otras y un sitio bastante
conveniente para el capital extranjero en el desarrollo de la actividad industrial, debido
entre otros aspectos a las políticas de protección y ayuda económica que otorgó
indistintamente el Estado tanto a la industria nacional, como a la extranjera.
En este contexto, el capital extranjero se fue apoderando del control del sector
industrial, anteriormente en manos del capital nacional. Los extranjeros se asociaban en
algunos casos con el Estado o con empresarios mexicanos para adquirir o establecer
industrias, lo cual permitió que fueran ganando importancia económica y política.
La función del Estado ha sido y seguirá siendo la de proteger al capital privado
nacional de la competencia internacional, a pesar de que en bastantes de las
manufacturas que ha formado se ha asociado al capital privado extranjero. La
asistencia técnica proporcionada por el capital extranjero a la empresa estatal es el
principal argumento que se maneja por el Estado para asociarse con dicho capital.99
El papel del Estado Mexicano ante el proceso de industrialización fue y ha sido el de
respaldar al capital privado con acciones como la creación de instituciones y
organismos, entre otras. Asimismo, la evidente dependencia del capital nacional y de la
empresa estatal a la tecnología extranjera acentuó el aumento de la deuda externa.
Lo anterior permite afirmar que en México no se han contemplado las posibilidades de
cada región o estado para llevar a cabo el proceso de industrialización de manera
equilibrada, es decir, que en dicho proceso no se toman en cuenta las exigencias o
necesidades de cada lugar, tampoco los recursos con los que cuentan estos, lo que ha
originando la concentración y desarrollo de la población, así como de las actividades
industriales en unos cuantos centros urbanos y que dio paso a los llamados polos de
desarrollo y a la especialización del territorio, aspectos que han acentuado el desarrollo
económico y social, desigual entre regiones.
99
Retamoza, Arturo. El proceso de industrialización en México: el caso de Sinaloa. 1987. p. 58
126
3.1 Industrialización en Sinaloa.
Antes del porfiriato en Sinaloa, existían algunas industrias de tipo artesanal enfocadas
a los bienes de consumo final, localizadas en su mayoría en el sur del estado. Entre estas
industrias estaban las fábricas de hilados, calzado, cigarros y fundiciones entre otras.
La industria sinaloense anterior a 1880 era en gran parte artesanal, aunque también
hubo fábricas propiamente dichas, pues eran instalaciones con amplia capacidad de
producción y con procedimientos mecanizados para la elaboración de sus
productos. Los establecimientos industriales se localizaban en Mazatlán, y en
segundo término, en Culiacán.100
La ubicación de las manufacturas en la zona sur particularmente en Mazatlán
respondía a la importancia económica y política del puerto en ésta época, ya que en este
lugar estaban asentados gran parte de los capitales más importantes de la región.
Durante la época del cañedismo (denominada así, la administración del entonces
gobernador Francisco Cañedo de 1877-1909, que era apoyado por el presidente Porfirio
Díaz), se generó en el estado de Sinaloa un desarrollo agroindustrial significativo y
vinculado con el desarrollo comercial regional, puesto que los capitales procedentes de
algunas casas comerciales se diversificaron hacia este sector.
En la administración de Cañedo la industria de la transformación en Sinaloa creció de
manera substancial debido a la política de ampliación de los mercados, que propició a
su vez el crecimiento económico del estado.
Pese a ello, Sinaloa no figuró entre los estados industriales debido que las inversiones
estatales se concentraron en la agricultura, para lo cual se dotó a la región de
infraestructura hidráulica de 1948 a 1958 para el riego de tierras destinadas al cultivo de
hortalizas en el centro y norte del estado, sin embargo, algunos grupos de agricultores
establecieron algunas industrias destinadas a la presentación de los productos agrícolas
para su comercialización. En este mismo caso se encontraban las empresas destinadas a
la comercialización de mariscos, frutas y verduras.
100
Ortega, Sergio. Breve historia de Sinaloa. 1999. p.246
127
En 1965 se creó un organismo denominado Comisión de Programación Industrial y del
Desarrollo Económico para impulsar esta actividad en el estado. Y más adelante entre
1970 y 1980 surgieron otros organismos encargados de promover la construcción de
parques industriales.
En los ochenta, durante los gobiernos de Antonio Toledo Corro y de Francisco
Labastida Ochoa se insistió en la industrialización del estado, sin embargo, no fue
posible lograrlo; y como ejemplo está el proyecto del puerto industrial de Topolobampo
(para lo cual se desmanteló el puerto de Mazatlán), en el que esperaba se llevaran a cabo
las actividades portuarias e industriales que se realizaban en el puerto; y que resultó un
gran fracaso debido a su ubicación y, al predominio y concentración de las actividades
del sector primario entre los capitalistas del estado.
Cabe aclarar que el error de diciembre de 1994, también afectó la puesta en marcha de
este megaproyecto, el cual tardó en despuntar.
El sector primario es el que aporta la mayor ganancia en el territorio sinaloense y los
productos que reportan la mayor producción son los agrícolas y los pesqueros.
Asimismo la participación industrial del estado en el Producto Interno Bruto de México
ha disminuido (véase cuadro 9).
128
Cuadro 9. Sinaloa. Producto Interno Bruto 1970-1980 ( Millones de pesos
de 1970)
Sector
1970
%
1975
%
1980
%
PRIMARIO
3,259
29.9
4,304
33.0
6,674
33.4
Agricultura
2,361
21.7
3,247
24.9
5,394
27.0
Ganadería
619
5.7
734
5.6
907
4.5
Silvicultura
52
0.5
37
0.3
79
0.4
130
1.2
171
1.3
243
1.2
97
0.9
115
0.9
51
0.3
SECUNDARIO
1,943
17.9
2,770
21.2
3,964
19.9
Ind. manufacturera
1,307
12.1
1,578
12.1
2,321
11.6
Construcción
548
5.0
1,052
8.1
1,413
7.1
Electricidad
88
0.8
140
1.1
230
1.2
TERCIARIO
5,681
52.2
5,973
45.8
9,320
46.7
Total
10,883
100.0
13,047
100.0
19,958
100.0
Pesca
Minería
Fuente: Arturo Retamoza. 1987.
Los datos contenidos en el cuadro anterior reflejan el predominio de las actividades del
sector primario sobre el secundario en el estado. Sin tomar en cuenta para este análisis
las actividades del sector terciario, la agricultura está por encima de la industria de la
transformación que no ha mostrado un crecimiento considerable debido a la separación
que existe entre estos dos sectores y que por lo tanto, ha impedido la diversificación y el
desarrollo de la industria estatal, que se caracteriza por contar con unas
cuantas
industrias medianas.
En 1970 el 90% de los establecimientos censados correspondía a la pequeña
industria; en tanto, en 1980 el 10.4% se reportaron como industrias medianas. La
industria manufacturera estatal de tamaño mediano muestra una escasa
diversificación; sus ramas generan un valor de la producción, que aunque reducido,
representa un porcentaje muy superior
(85% en 1981) al del total de la
101
manufactura pequeña.
101
Actualización de los estudios especializados en acuacultura y ordenamiento ecológico en los estados
de Nayarit y Sinaloa. 1997. p. 29
129
Esto refleja que aunque en el estado existían unas cuantas industrias medianas, el valor
de la producción generada por ellas estaba por encima de las pequeñas, a pesar de
existir un número mayor de estas.
Las industrias más modernas del estado están enfocadas a la fabricación de bienes de
consumo no duradero y se abastecen del mercado nacional (materia prima producida
principalmente en el estado) e internacional. Así mismo la industria estatal se ha
concentrado principalmente en los municipios de Ahome, Culiacán y Mazatlán, debido
a las ventajas que brindan estas ciudades en cuanto a infraestructura urbana.
Población económicamente activa (PEA) en el estado y en Mazatlán
En relación a la población ocupada en cada uno de los sectores productivos en 1990, la
PEA en Sianloa era de 660,905, distribuidos en los tres sectores. (Véase gráfico 3)
Gráfico 3. Población económicamente activa en el estado (1990).
POBLACIÓN OCUPADA POR SECTOR ECONÓMICO
(SINALOA)
SECTOR
TERCIARIO 42%
NO
ESPECIFICADO
4%
SECTOR
SECUNDARIO
17%
Población
ocupada en el
estado 100%
SECTOR
PRIMARIO 37%
Fuente: INEGI. Sinaloa, Resultados Definitivos. XI Censo General
de Población y Vivienda, 1990.
En la figura anterior se observa que el sector terciario (turismo y servicios) en el
estado concentra el mayor número fuerza de trabajo; seguida del sector primario
(agricultura y la pesca) que también tiene gran importancia en la economía del estado y
del país.
130
Por su parte la PEA de Mazatlán era 103,168 (véase gráfico 4)
Gráfico 4. Población económicamente activa en el municipio (1990).
POBLACIÓN OCUPADA POR SECTOR ECONÓMICO
(MAZATLÁN)
SECTOR
TERCIARIO 63%
SECTOR
SECUNDARIO 21%
NO
ESPECIFICADO 3%
Población ocupada
en el municipio
100%
SECTOR
PRIMARIO 12%
Fuente: INEGI. Sinaloa, Resultados Definitivos. XI Censo General
de Población y Vivienda, 1990.
En Mazatlán el sector primario incluye actividades como agricultura, ganadería, caza y
pesca; el secundario: construcción, industria manufacturera, electricidad y agua. Y, por
último el sector terciario: comercio y servicios.
De esto se deriva que en Mazatlán el sector terciario tiene una importancia relevante
ya que la industria turística ocupa un gran número de trabajadores. En comparación con
el resto del estado en la ciudad portuaria el sector secundario está por encima del
primario, ya que ocupa un mayor número de trabajadores.
Sin embargo, el comercio, los transportes y algunos servicios del sector terciario y de
la industria (perteneciente al secundario), dependen de la agricultura y la pesca sobre
todo después del fin del embargo atunero.
A lo largo del estado de Sinaloa es posible encontrar diversas industrias, algunas de las
cuales ya están certificadas.
Para 1997 entre las empresas que contaban con
certificación se encontraban las siguientes:
131
Cuadro 10. Empresas con certificación ISO 9000 en Sinaloa.
EMPRESA
GIRO
PRODUCTO
Maseca
Alimentos
Maíz
Cervecería Cuauhtemoc
Bebidas
Cebada
Bachoco
Alimentos
Soya, sorgo, maíz
FORD
Automóviles
No definido
Grupo Schineider
Elevadores
No definido
PEMEX
Energía
Combustibles
BASF
Quím. de especialidad
Insecticidas y fungicidas
CELANESE
Químicos secundarios
No definido
Condumex
Cables y conductores
No definido
Citybank
Servicios financieros
No definido
Dupont
Químicos secundarios.,
No definido
finos y farmacéuticos
Phillips
Prod. Metalmecánicos
No definido
Tubacero
Prod. Metalmecánicos
No definido
Negromex
Químicos secundarios
No definido
Black & Decker
Electrodom. y herram.
No definido
Química Flour
Químicos secundarios
No definido
Xerox
Productos electrónicos
No definido
Electrónica pantera
Aceites y lubricantes
No definido
MASTERPACK
Empaques
No definido
Fuente: Secretaría de comercio citada en: Actualización de los estudios especializados
en acuacultura y ordenamiento ecológico en los estados de Nayarit y Sinaloa. 1997.
La certificación de calidad ISO 9000 es un requerimiento de calidad que deben
cumplir las empresas para competir comercialmente con otras empresas extranjeras al
exterior y para la exportación internacional.
132
3.2 Industria en Mazatlán
Como ya se mencionó antes, durante el gobierno porfirista y ante las políticas
modernizadoras del Estado el país ingresó al proceso de industrialización, por lo que los
capitalistas asentados en ciudades como Veracruz, Guadalajara y Distrito Federal entre
otras se incorporaron a este nuevo modelo.
En algunas otras ciudades mexicanas de menor tamaño, también se diversificó el
capital hacia esta actividad, tal es el caso de Mazatlán en el noroeste del país que fue un
soporte territorial muy importante para el comercio importador del siglo XIX por su
ubicación geográfica estratégica.
Sin embargo, con el fomento del Estado a la industrialización en la década de los
treinta, también se prohibieron las actividades importadoras y se dotó de soportes
materiales para el desarrollo de esta actividad, entre ellos el tendido de vías férreas,
construcción de carreteras y servicios públicos entre otros.
La manufactura se vio favorecida por los altos costos de transporte que tenían que
pagar los comerciantes del puerto por los productos que importaban, por ello
diversificaron su capital hacia la industria a partir de la segunda mitad del siglo XIX;
entre ellas la Fundición de Sinaloa, la fábrica de hilados La Bahía, la fábrica de cigarros
y puros, los astilleros, la fábrica de escobas y cerillos y la fábrica de cerveza entre otras.
Esto contribuyó al crecimiento manufacturero en el puerto y a la concentración de las
actividades administrativas, políticas y comerciales.
A pesar de que en el siglo XIX la ciudad de Mazatlán fue un importante centro
económico, a partir de la década de los cuarenta del siglo XX se originó un gran
desarrollo en Culiacán y Los Mochis por la producción y actividades agrícolas que en
ellos se llevaban a cabo, lo que ensombreció y frenó el crecimiento de la economía
mazatleca que entonces se concentró en la manufactura y pequeña industria de bienes
duraderos y perecederos.
La industria pesquera ganó relevancia a partir de los años 30 cuando el capital privado
se asoció con los cooperativistas. El capital participó en esta sociedad con la aportación
de los barcos para las capturas de camarón y con ello se logró aumentar la producción
133
pesquera, por lo que fue necesario contar con instalaciones para la conservación del
producto.
Este hecho fue aprovechado por los empresarios que contaban con la visión y los
recursos para diversificar su capital en: congeladoras, empacadoras y procesadoras, lo
que contribuyó a que multiplicaran sus inversiones y monopolizaran también esta
actividad.
Debido a la importancia que significó la agricultura en los cincuenta para abastecer de
alimentos a la industria el noroeste fue considerado “el granero de la nación”, aunque
esta actividad se desarrollaba básicamente en la zona centro y norte de Sinaloa. Ello
originó que la década de los sesenta se tornara difícil para la zona sur del estado debido
a la falta de territorio cultivable, lo que obligó que se diversificara su economía hacia
actividades de servicios secundarias y terciarias.
La economía se reactivó en Mazatlán en las décadas de los setenta y ochenta gracias a
las actividades financieras, el transporte, el comercio y la construcción; que la
fortalecieron y motivaron el crecimiento poblacional. En este municipio a pesar del
desplome de la construcción y reparación de embarcaciones así como la fabricación de
muebles, la industria de alimentos y bebidas, cemento y yeso evitaron el derrumbe
económico, y por el contrario contribuyeron a su crecimiento. Además la pesca y el
turismo intervinieron para dicha reactivación económica de la ciudad-puerto.
Fue durante este periodo que los capitalistas porteños diversificaron su capital hacia la
industria turística con la construcción de hoteles y restaurantes; así como también de
congeladoras, procesadoras y empacadoras de productos marinos.
En la zona sur del estado las características de producción contrastaban
considerablemente con la región norte-centro, debido a que en ésta última la producción
agrícola estaba (y está) orientada a su venta fuera del estado y en el sur se concentró la
manufactura de productos ganaderos y frutales entre ellos el mango que forma parte del
volumen estatal para su comercialización fuera del estado (véase cuadro 11).
134
Cuadro 11. Producción en toneladas métricas de los principales cultivos para el municipio de Mazatlán en
1995.
CULTIVO
TOTAL
RIEGO
TEMPORAL
Maíz
26,005
10,001
16,004
Sorgo grano
33,447
6,547
26,900
8,063
2,890
5,173
807
807
0
205,132
8,752
196,380
Mango
70,502
162
70,340
Cocotero
22,014
22,014
0
Fríjol
Tomate
Sorgo forrajero
Fuente: INEGI 1997
Del maíz y sorgo que se producen en esta zona una parte se queda para alimentar
ganado y el resto se envía al norte de Sinaloa y los productos agrícolas se venden en
forma de carne vacuna y de leche regionalmente.
A pesar de la importancia y presencia de industrias como PINSA (Pescados
Industrializados) y Astilleros Unidos de Mazatlán en el puerto, el grado de
industrialización de Mazatlán no se considera relevante debido a que no ha habido una
diversificación de la industria de la transformación hacia esta misma rama, sino que en
algunos casos se ha dirigido hacia los servicios, frenando con ello el desarrollo y
crecimiento de la actividad industrial.
Lo anterior no sólo ha sido ocasionado por estos empresarios, sino también por la
preferencia del capital privado y estatal para concentrarse en otras regiones del país,
entre otros motivos por la cercanía de los organismos que los representan y por la
infraestructura con que cuentan estos lugares.
Cabe hacer notar que también ha intervenido en ello la carencia de vocación industrial
entre los capitalistas del puerto y su dependencia principalmente del sector agrícola y
del pesquero. A lo anterior Retamoza agrega:
135
…tiene lugar una forma de industrialización regional que se caracteriza por
establecer vínculos indirectos y marginales con el aparato nacional, que se explican
porque el desarrollo y crecimiento logrado por el aparato manufacturero de Sinaloa
depende de manera directa del sector agrícola principalmente…102
Esto ha fortalecido de forma importante al crecimiento de la industria alimentaria
establecida en Sinaloa y particularmente en Mazatlán, en donde los productos pesqueros
significan la principal materia prima.
Además de la industrialización del camarón, desde 1983 la industria del atún se
convirtió en la empresa pesquera más importante del puerto, ya que desde este punto se
abastecen 80 mil toneladas de las 130 mil que se consumen anualmente en México.103
Ambos productos intervienen como soportes de la economía municipal, estatal y
nacional, puesto que se exportan hacia Italia, Francia, Japón y España.
La concentración de la producción limitó el interés de empresarios locales y nacionales
por diversificar la industria hacia otras ramas, razón por la cual su crecimiento se vio
frenado.
Además la falta de interés por parte del Gobierno Federal para integrar este territorio
dentro de los corredores comerciales del país y también de las industrias extranjeras
para asentarse en esta ciudad, en donde el argumento principal es la lejanía con la
frontera norte, ha acentuado este problema.
A lo anterior se debe agregar que Sinaloa no está considerado por el Plan Nacional de
Desarrollo Urbano 1995-2000 como zona estratégica para el desarrollo territorial, a lo
anterior Beraud104 agrega: que el estado aparece en este documento totalmente relegado
de los “corredores prioritarios para la integración urbano regional” que orientan los
principales flujos comerciales de México hacia Estados Unidos y Canadá.
102
Retamoza, Arturo. La industria alimentaria en Sinaloa. En: Notas. 1998. p.38
Martini, Mario. Grandeza mazatleca. 1998. p.172
104
Beraud, José Luis. Los “megaproyectos” sinaloenses, en: Globalización y reestructuración territorial.
1999. p. 90
103
136
Los corredores a los que hace referencia este autor son: Guaymas-Nogales;
Manzanillo-Nuevo Laredo; Matamoros- Villahermosa; Acapulco-Veracruz; TapachulaManzanillo; Salina Cruz-Coatzacoalcos y Villa hermosa-Cancún
Asimismo, en el Programa Nacional de Desarrollo Urbano y Ordenación del Territorio
2001-2006, la ciudad portuaria está propuesta en el corredor comercial MatamorosMazatlán, sin embargo, es una proyección para el año 2025, mientras tanto el puerto
sigue rezagado respecto al crecimiento industrial.
3.3 Actividades e industria pesquera en Mazatlán.
Actividad pesquera en Mazatlán
La pesca en el país es una actividad muy antigua, sin embargo, fue en el sureste de
México donde se inició esta práctica, específicamente en la zona del Golfo de México.
En esta zona la pesca se llevó a cabo como actividad productiva y por lo tanto, vio
nacer la industria pesquera en su territorio.
Su predominio se mantuvo hasta la década de los sesenta y fue paulatinamente
desplazado por los puertos ubicados en el Océano Pacífico que incursionaron en esta
actividad a partir de la década de los cincuenta gracias al descubrimiento del potencial
principalmente camaronero de la región y a las grandes utilidades que este proveía.
Esta actividad creció desenfrenadamente hasta los años setenta, momento en el que
superó en volumen y valor al Atlántico; y provocó una gran desigualdad en producción
y en comercialización debida principalmente a los problemas ambientales y a la
descapitalización de los productores del Golfo de México.105 Es por ello que la captura
de los diversos productos marinos en las costas del Pacífico mexicano ha tenido un
comportamiento ascendente y ha permitido particularmente a Sinaloa ser uno de los
estados con mayor participación en este rubro.
En Sinaloa hay varios puertos que entre sus principales actividades económicas
incluyen a la pesca, tal es el caso de Escuinapa, Mazatlán, San Ignacio, Altata, Guasave
y Topolobampo entre otros. El litoral sinaloense es rico en especies como camarón, atún
105
Actualización de los estudios especializados en acuacultura y ordenamiento ecológico en los estados
de Nayarit y Sinaloa. 1997. p. 137
137
y sardina, sin embargo, el producto con mayor demanda es el camarón, en el que el
estado contribuye con más de la tercera parte del producto que se captura a nivel
nacional.
La pesca, la acuacultura y el turismo, se desarrollan en todo el litoral sinaloense, pero
de manera especial en el sur del estado en los municipios de Mazatlán, El Rosario y
Escuinapa.106
Después de la segunda mitad del siglo XX la economía mazatleca se concentró en el
sector primario, fundamentalmente en pesca debido a la carente vocación agrícola del
suelo. No obstante lo anterior, el desarrollo de la ciudad ha tendido hacia la
terciarización de actividades, principalmente al comercio y los servicios como resultado
de la poca especialización pesquera, de las temporadas de veda (mayo a noviembre) de
algunos productos razón por la cual se hace un alto forzoso en la actividad pesquera, así
como también los periodos de capturas bajas de camarón, las caídas internacionales de
los precios del producto, motivadas por la sobreproducción y/o la importación del
mismo desde otros países, entre otras.
Cabe hacer notar que de las industrias asentadas en la ciudad portuaria de Mazatlán, el
ramo de alimentos y bebidas es el que más se ha desarrollado. Principalmente porque en
la mayoría de los casos es una ventaja contar con la materia prima requerida a nivel
regional, como es el caso de la industria pesquera en donde Mazatlán tiene una
participación importante en la captura de diversas especies (véase cuadro 12).
106
Ortega, Sergio. Breve historia de Sinaloa. 1999. p.299
138
Cuadro 12. Volumen de la captura pesquera en peso vivo según principales especies
1993-1998, en Mazatlán y el Estado (Toneladas).
1993
1993
1998
1998
ESPECIE
ESTADO
MUNICIPIO
ESTADO
MUNICIPIO
105,059
70,365
131,826
116,972
Atún
45,251
45,077
50,844
50,843
Sardina crinuda industrial
15,073
15,073
17,496
17,496
Camarón altamar
8,864
7,819
12,119
10,519
Camarón estero
8,925
638
5,687
159
Tiburón
694
415
940
501
Ostión
442
322
412
271
Sardina bocona industrial
246
246
27,499
27,499
Sardina crinuda empresarial
199
199
-
-
Botete
271
98
178
43
Berrugata
352
82
395
130
Sierra
555
57
374
46
Cochito
136
40
175
98
Calamar
49
37
2,384
1,978
Pargo
294
35
180
80
Mojarra
254
32
222
42
Corvina
179
28
297
74
Pez espada
22
22
39
39
Burro
53
19
104
45
Caracol
21
18
1
1
Langosta
18
18
22
22
1,528
17
730
3
631
14
219
13
Baqueta
93
4
104
21
Chihuil
255
4
448
6
77
3
85
31
TOTAL
Lisa
Cazón
Lenguado
continua
139
Robalo
47
3
66
6
Jurel
4
2
1
-
Mero
4
1
1
-
18
1
39
-
Roncacho
Fuente: INEGI 1999
Del cuadro anterior se deriva que la participación de Mazatlán en la captura de algunas
de las especies con mayor demanda para su consumo, están el atún, la sardina, el
camarón de altamar, el calamar, el pez espada (marlin), el caracol y la langosta. Cabe
hacer notar que entre 1993 y 1998 el municipio superó en capturas al resto del estado en
dichas especies.
Respecto a las capturas el atún ocupó el 99.7% en 1993 y el 99.9% en 1998; la sardina
crinuda el 100% en ambos años; el camarón de altamar el 88% en 1993 y el 86.8% en
1998; la sardina bocona el 100% en ambos años; el calamar el 75.5% en 1993 y el
82.9% en 1998; el pez espada el 100% en ambos años; el caracol el 85.7% en 1993 y el
100% en 1998 y por último la langosta el 100% en ambos años.
La actividad pesquera está organizada por tres sectores, que se denominan: social
perteneciente a los cooperativistas y donde intervienen 19,000 trabajadores; el sector
público que agrupa a las empresas paraestatales y escuelas técnicas, en el cual participan
aproximadamente 1,100 personas; y el sector privado que está integrado por empresas y
particulares, en este se emplean aproximadamente 6000 trabajadores.107
La pesca es una de las actividades económicas con mayor importancia en el puerto de
Mazatlán y una parte importante de la economía porteña descansa en ella. El sector
social y el privado son los que generan la mayor parte de la producción.
A pesar de lo antes expuesto, los estudios realizados en el Instituto Tecnológico del
Mar respecto al comportamiento de la producción del camarón, arrojaron resultados
alarmantes, ya que de no cambiar las políticas de veda del producto y poner freno a la
107
Actualización de los estudios especializados en acuacultura y ordenamiento ecológico en los estados
de Nayarit y Sinaloa. 1997. p. 159
140
explotación irracional, esta se irá a pique. Para ello los investigadores de esta institución
propusieron un reordenamiento en la pesca, así como la disminución de la flota.
Cabe señalar que ante la falta de apoyos por parte de las autoridades para frenar la
pesca ilegal y el desorden pesquero (exceso de permisos), así como el endeudamiento
que tiene con las empresas comercializadoras y con instituciones bancarias, el sector
pesquero ha decidido vender al gobierno las embarcaciones para recuperar parte de su
capital. Esto ha propiciado que la actividad pesquera pierda fuerza y rentabilidad.
A ello se suman los problemas de comercialización del producto, pues el
abaratamiento que ha sufrido este como resultado de la competencia desleal que generan
las empresas comercializadoras respaldadas por el Estado, en la importación de
producto de otros países, principalmente asiáticos.
Durante la temporada 2004-2005 la situación empeoró para este sector, pues las
autoridades no tomaron las medidas necesarias para evitar que durante la veda se
respetara la incubación del camarón, esto ocasionó una baja importante en las capturas.
Aunado a lo anterior el aumento en el precio del diesel marino golpeó seriamente a los
armadores, que pidieron apoyo al Gobierno Federal para que bajara el costo de este, sin
embargo aunque su petición fue escuchada, el combustible disminuyó de $4.40 pesos a
$3.88 pesos por litro.
Con base en lo expuesto, se puede afirmar que la actividad pesquera después de haber
sido una de las actividades más importantes en la captación de divisas para el país, ha
perdido campo en la los intereses económicos del Estado.
Después de ser el responsable de la saturación y sobreexplotación de esta actividad, no
tiene la firmeza para revertir este problema.
Esto fue generado a partir del gobierno de Ernesto Zedillo en la última década del siglo
XX, que fusionó varias Secretarías de Estado entre ellas la de Pesca para formar una
sola Secretaría de Medio Ambiente Recursos Naturales y Pesca (SEMARNAP), y fue a
partir de entonces que el sector pesquero del país se vio aún más desprotegido de lo que
ya estaba.
141
El otorgamiento de permisos de manera indiscriminada y la pesca furtiva se
incrementó fuertemente en Sinaloa durante este sexenio, lo cual agudizó el problema y
a pesar de las protestas de las organizaciones pesqueras el gobierno no tomó medidas
drásticas para
erradicar este problema que debilitó a dicho sector.
La libre actuación de las empresas comercializadoras al importar camarón de otras
naciones y la falta de vigilancia por parte de las instancias correspondientes
(PROFEPA) a este respecto han provocado las caídas en la producción pesquera de
Mazatlán lo que pone en riesgo la permanencia de esta actividad económica y la fuente
de trabajo de los pescadores.
Esta crisis no sólo ha permeado a este sector, sino a otros sectores de la población que
dependían indirectamente de la pesca, entre ellos el de servicios y la construcción, que
se reactivaban después de las temporadas pesqueras. Cabe hacer notar que a pesar de los
golpes que ha recibido esta actividad, sigue siendo una de las que participan de forma
importante en la economía estatal.
Es paradójica la situación de la pesca en el país, ya que después de haber sido uno de
los puntales en la economía del Estado, este mismo se encargó de debilitarlo Sobre todo
después de 1994 con la firma del TLC (Tratado del Libre Comercio) y ante la apertura
comercial del país, los productos pesqueros nacionales perdieron plusvalía y los
intereses del Estado se enfocaron a apoyar la creación de maquilas al servicio de
Estados Unidos.
El futuro de la pesca es incierto y si no se actúa pronto, esta actividad está condenada a
desaparecer, así como la industria que depende de ella.
Industria pesquera en Mazatlán
Mazatlán es uno de los municipios del estado que concentra gran parte de la industria
estatal ya que cuenta con 305 industrias en su territorio, así mismo su industria es la más
diversificada en comparación con Culiacán y Los Mochis.
La ubicación portuaria y la producción pesquera de esta ciudad permiten que en su
territorio se lleve a cabo el procesamiento de pescados y mariscos, la construcción y
142
reparación de barcos y la ubicación de empresas que proveen bienes a la industria
turística.
La industria en Mazatlán se sostiene principalmente de los productos pesqueros, los
cuales son congelados o deshidratados. Esta industria se divide en dos grupos de
productos: la pesca industrial y la pesca alimenticia. La primera se refiere a la
transformación de distintas especies en harina y aceite de pescado, entre las que se
encuentran la anchoveta, las sardinas crinada y bocona, y el cazón. La segunda se
subdivide en tres fracciones de mercado, en la primera entran los túnidos que pueden ser
enlatados y también se comercializan congelados; el segundo es la pesca del camarón
que puede ser comercializado en diversas presentaciones y que aumenta su valor; y el
tercero es la pesca en fresco que se refiere al resto de las especies que son capturadas y
se consumen de manera regional en fresco y congeladas para su venta fuera del
puerto.108
Cabe hacer notar que el camarón es un producto con bastante demanda en los
mercados extranjeros (principalmente el norteamericano) y nacional; es por ello que el
producto ha sufrido una sobre-explotación por parte de empresarios y pescadores
furtivos. Estos últimos atentando contra la permanencia de la especie debido a que no
respetan las temporadas de veda de dicho producto para su reproducción.
La pesca industrial del camarón en Mazatlán inició en la década de los treinta; por su
parte la pesca e industrialización del atún en el puerto es más reciente, surgió hacia la
década de los ochentas.
Respecto a la pesca en altamar de estos productos Pérez Virgen agrega lo siguiente:
En la actualidad esta actividad de características industriales es mantenida por la
extracción, industrialización y comercialización del camarón. La industria del atún
es una actividad reciente en Mazatlán, y parece que se establecerá en definitiva en
nuestro puerto: su infraestructura industrial y portuaria es moderna y eficiente, vía
la inversión privada y el financiamiento público.109
108
Op. cit. p. 140
Pérez, Ernesto. Sociedad y economía pesquera en Mazatlán, en: Carrillo Rojas; Ibarra Escobar; coord.
Historia de Mazatlán. 1998. p. 343
109
143
Estas industrias generan gran cantidad de empleos, sin embargo, la atunera ofrece
mayores garantías a los trabajadores que laboran en ella debido a que en este producto
se aplica veda sólo un mes al año, por lo tanto cuentan con contratos y prestaciones
laborales. Por su parte los pescadores de camarón sólo son requeridos en los meses en
que se levanta la veda del mismo, debido a que el cultivo y la captura del producto se
llevan a cabo de manera cíclica, obligando a que la actividad industrial sea temporal,
después de ello la pesca cae en una inactividad casi total; por lo que los trabajadores se
ven obligados a subemplearse en otras actividades del sector servicios o de la
construcción principalmente durante este periodo.
En el caso de las plantas congeladoras los ciclos de trabajo son variables, ya que en
temporadas altas la mano de obra llega a cubrir hasta tres turnos para el enmarquetado
del producto, después suspenden sus labores aunque por menos tiempo que los
pescadores, puesto que el camarón de granja les permite a algunas continuar activas.
Entre las industrias relacionadas con la pesca se encuentra la que elabora harina de
pescado que se consume principalmente en las granjas, en el alimento para cerdos,
perros, gatos y en ganado vacuno para su engorda, asimismo este producto se emplea en
la engorda de camarón de granja.
Las cantidades de productos marinos apropiados para su transformación en harina y
aceite que aporta el noroeste del país son los más importantes a nivel nacional, sin
embargo, en este rubro Sonora supera a Sinaloa debido a la baja producción de este
último en dichos productos, motivada por el desaprovechamiento que hace la industria
del camarón y del atún respecto a la fauna de acompañamiento.
En lo que respecta al camarón de altamar, las especies con mayor demanda y en orden
de consumo son el camarón café, el blanco, el azul y el rojo. La abundancia de este
producto en las costas mexicanas permitió que antes de los noventa México formara
parte de
los primeros diez lugares en producción del mismo, posteriormente fue
desplazado por Ecuador y los países asiáticos.
144
Este producto después de ser capturado se comercializa entre algunos empresarios
locales y extranjeros, quienes se encargan de exportarlo o distribuirlo nacionalmente
previa congelación, posteriormente se selecciona de acuerdo a las tallas (tamaño) y
apariencia para finalmente ser enmarquetado (se denomina así al procedimiento de
colocación del producto en marquetas para su venta y transportación).
Entre las presentaciones comerciales de esta industria se encuentra el camarón fresco,
entero, el fresco, pelado y descabezado, el seco entero, el seco, pelado y descabezado, el
congelado entero, el congelado, pelado y descabezado, el que se presenta en comidas
preparadas, el enlatado y el pelado, cocido y enlatado.
El sector camaronero es el más golpeado por la falta de financiamiento, puesto que las
capturas se llevan a cabo de septiembre a marzo y forzosamente el equipamiento de la
flota debe estar listo en septiembre y la banca inicia los trámites de crédito en marzo
tardando más de seis meses en otorgar los créditos, si es que los autorizan. Es por esto
que esta industria generalmente invierte recursos propios o consigue préstamos en otras
instancias no bancarias.
Otro de los problemas del sector camaronero es que deben recuperar lo invertido en la
primera zafra, en la cual por lo menos deben capturar el 60% de producto de toda la
temporada para que los siguientes viajes signifiquen la ganancia, lo cual no siempre es
posible de lograr, entre otras causas por la pesca furtiva durante el periodo de desove del
crustáceo..
Una de las empresas que ha monopolizado la comercialización del producto a nivel
estatal y nacional es Ocean Garden (empresa inicialmente estadounidense y después
mexicana), que de acuerdo a la calidad y tamaño del producto lo clasifica y divide en
marcas de exportación (véase cuadro 13).
145
Cuadro 13. Presentación del camarón de exportación para
Estados Unidos
COLOR TAMAÑO
MARCA
Blanco
Mediano y U 60 o más pequeño
Mark
Café
U 20 o menor
Compass
Café
Mediano y U 60 o más pequeño
Ocean shell
Blanco
U 20 o menor
Ocean Garden
Fuente: Ocean Garden.1997
Salvo algunas excepciones, el camarón que cumple con estos requerimientos no se
queda para consumo nacional, sino que es destinado para su exportación hacia Estados
Unidos de donde después es enviado hacia otras naciones de Europa principalmente.
Si el producto no cumple con los estándares que señala Ocean Garden, se queda para el
mercado nacional.
Sin embargo, en 2002 esta empresa perdió liquidez y abarató los precios del producto,
por lo que los armadores se vieron en la necesidad de buscar otras empresas
comercializadoras como Meridian y Orient Fisher también estadounidenses y que
operan de la misma forma en la selección del producto.
Industria atunera
En el caso de la industria atunera, esta también se convirtió en uno de los soportes
económicos principales del sector pesquero del puerto, gracias a las divisas que genera
no sólo para este sino para el país.
En esta industria participa principalmente el capital privado, el cual cuenta con una
flota moderna en comparación con la camaronera que ya rebasó la edad útil y, no
obstante lo anterior sigue operando.
En el país operan 70 embarcaciones atuneras, de las cuales el 80% son de Sinaloa, es
decir 56 embarcaciones del total de la flota nacional.
146
La industria atunera es una de las pocas industrias del puerto que goza de estabilidad
y que sigue creciendo a pesar de que en 2004 cayó la producción en un 30%. De 160
mil toneladas que se capturaron en 2003, para el siguiente año no llegaron a 130 mil
toneladas.
Esta baja se debió a que el atún no alcanzó la etapa adulta, por lo que no fue
conveniente capturarlo en etapa juvenil. Esto obligó a los empresarios a solicitar su
importación desde otros países para cubrir la demanda entre los consumidores.
Parte de este producto se destina para su venta en fresco, pero la mayor parte de las
capturas son destinadas para su cocción y enlatado para su comercialización dentro y
fuera del país, en plantas congeladoras y procesadoras de dicho producto.
La abundancia de esta especie permite que como se mencionó, dicha industria continúe
creciendo y a su vez otorgue seguridad a la mano de obra empleada en la misma.
Existen otras industrias que se relacionan con la industria pesquera, como son los
astilleros donde se llevan a cabo reparaciones de las embarcaciones, materias primas
para redes, empresas que suministran diesel para los barcos, entre otras.
Camaronicultura
Esta actividad se lleva a cabo en granjas especializadas únicamente para el cultivo de
camarón y es una de las industrias en donde se corren menos riesgos de recuperación de
la inversión y de producción.
Entre los requisitos de carácter natural para la creación de una granja están la alta
salinidad del suelo, la cercanía de manglares y que el clima sea favorable, requisito que
Sinaloa cumple al 100%. De las 335,000 hectáreas de superficie favorable para este fin
en México, Sinaloa cuenta con 100,500 hectáreas, es decir, casi la tercera parte a nivel
nacional
Cabe señalar que el camarón cultivado en las granjas camaronícolas ha desplazado de
manera importante al camarón de altamar, puesto que en estos lugares se puede
controlar artificialmente la temperatura y salinidad del agua, así como la alimentación y
147
con cierto éxito las enfermedades que aquejan a esta especie. Todo ello gracias a las
diversas investigaciones que se llevan a cabo para la obtención de un producto de mejor
calidad y con las tallas requeridas para su exportación.
La camaronicultura es una actividad relativamente joven en su incursión en las
actividades económicas del país (década de los ochenta) y surgió como resultado del
agotamiento que tuvo el crustáceo por su sobreexplotación en altamar. Esto generó que
se implantaran granjas especiales en lagunas, estuarios (desembocaduras) y marismas,
para la cría y aprovechamiento del producto.
Foto. 16 Granja camaronícola en el ejido de Barrón, municipio de
Mazatlán. 2001
En la imagen anterior aparecen los estanques de la granja camaronícola “La
Clementina”, ubicada en el ejido de Barrón, perteneciente al municipio de Mazatlán,
Sinaloa.
Inicialmente esta actividad estuvo reservada para los cooperativistas y ejidatarios, sin
embargo, ante las limitaciones económicas y técnicas de estos, en 1989 la Ley Federal
de Pesca fue modificada con lo que aprobó que el sector privado también participara.
Fue evidente la dinámica que adquirió entonces esta actividad, pues de dos granjas que
producían en promedio 120 toneladas en 1985, para 1990 existían 103 granjas en el país
(de las cuales 75 estaban en Sinaloa) que producían aproximadamente 5,500 toneladas,
ubicando a México en el segundo productor del continente.
148
El número de granjas en el estado continuó en aumento y actualmente siguen llegando
solicitudes a la Dirección de Zona Federal, para la concesión de terrenos federales para
destinarlos a esta actividad. De acuerdo a datos obtenidos en el Departamento de
Acuacultura de la Subdelegación de Pesca ubicada en Mazatlán, en 1998 en la zona sur
del estado se registraron 34 granjas camaronícolas, de las cuales había 3 en el municipio
de Mazatlán.
Esta actividad tiene mucha relevancia en el estado, sin embargo, al igual que el
camarón de altamar corre el riesgo de saturarse, debido a que en la oficina de Zona
Federal Marítimo Terrestre (ZOFEMAT) del estado se siguen expidiendo concesiones
para llevar a cabo el cultivo de camarón.
Entre los problemas que enfrenta el sector pesquero el de mayor importancia es el
financiero, por la falta de crédito y financiamiento por parte de instituciones bancarias
que lo consideran arriesgado, por el tipo de actividad.
Sin embargo, el soporte del sector primario son la pesca y las actividades relacionadas
con la acuacultura ya que sostienen la industria de empaque y proceso de alimentos que
favorecen y garantizan las ganancias en el comercio exterior a pesar del estancamiento
en el que se encuentran.
El Parque Industrial Alfredo V. Bonfil como soporte para la industria pesquera
El Parque Industrial pesquero está ubicado en el polígono VI y forma parte del recinto
portuario. Este espacio surgió en 1976, como parte de un programa gubernamental
enfocado al desarrollo de parques industriales (Foto 17). Dicho programa estaba
enfocado a la descentralización industrial de algunas ciudades en donde ésta actividad
se había concentrado (Guadalajara, Estado de México y Distrito Federal entre otras).
149
Foto 17. Vista aérea del Parque Industrial Alfredo V. Bonfil. 1990
Fuente: Archivo Municipal de Mazatlán.
En la foto 17 se aprecia el espacio que ocupa el Parque Industrial Alfredo V. Bonfil,
así como la colonia Casa Redonda.
Durante el impulso industrializador fomentado por el Estado se construyó el Parque
Industrial Alfredo V. Bonfil en el puerto de Mazatlán, Sinaloa en la zona oriente de la
ciudad y que colinda con la colonia Casa Redonda con la finalidad de que en él se
instalaran negocios y empresas relacionados con la industria de alimentos y bebidas,
entre ellos la industria pesquera.
A lo anterior Garza110 declara que entre las acciones utilizadas por el gobierno se
encuentra el programa de parques y ciudades industriales en México, como política de
descentralización industrial, y que de acuerdo a los resultados obtenidos en una
investigación respecto al funcionamiento de estos, se concluye que la mayoría (73.34%
del total) han fracasado como promotores del desarrollo industrial; y afirma que sólo
uno de cada cuatro parques se considera exitoso. También agrega que este programa no
logró fomentar la desconcentración de las actividades económicas, ni disminuir las
desigualdades regionales del país.
110
Garza, Gustavo. Planeación y gestión metropolitana. En: Reunión sobre ciudades mexicanas ante el
nuevo milenio. 1998. p.37
150
Sin embargo, el Parque Bonfil (como se le denomina localmente) ha superado esta
expectativa debido a que está ocupado en un 100% por empresas relacionadas con la
industria pesquera y alimentaria, pero no logró evitar ser un elemento concentrador de
actividades económicas en la ciudad de Mazatlán.
Fue construido sobre terrenos ganados al mar (en una zona de esteros) en un área de 61
hectáreas, su ubicación es estratégica ya que ofrece ventajas de localización para el
transporte, servicios financieros y el acceso a materias primas como pescados, mariscos,
productos agrícolas y agua, así como insumos para las embarcaciones.
La intervención de Estado para concentrar la industria en Mazatlán, favoreció el
establecimiento y/o fortalecimiento de empresas importantes, como PINSA (Pescados
Industrializados) y Astilleros Unidos de Mazatlán (ubicados en este parque), así como
de café El Marino, Talleres Rice y Cervecería del Pacífico entre otras. Además en dicha
zona
se encuentran otros negocios como congeladoras, empacadoras, venta de
refacciones e insumos para barcos (redes, cuerdas, etcétera), la Subdelegación de Pesca
(SAGARPA), el Centro Regional para el Desarrollo Sustentable (CREDES), oficinas de
la Procuraduría General de la República, venta de maquinaria, de diesel para barcos,
talleres para reparación de barcos, entre otros.
El parque industrial desde su construcción contó con el equipamiento e infraestructura
urbana necesarios para el desarrollo de estas actividades, por ejemplo agua potable,
drenaje
(que
desemboca
hacia
las
aguas
marinas),
alumbrado,
vialidades,
pavimentación, etc. Estos beneficios fueron otorgados por los gobiernos federal, estatal
y municipal. Sin embargo, después de casi 30 años la red de drenaje ya es inoperante en
esta zona, ya que las aguas negras son arrojadas al canal de navegación sin tratamiento
previo. Asimismo, lo antiguo de esta red y la falta de mantenimiento han ocasionado
que existan tramos de tubería desnivelados por los asentamientos de tierra, lo que ha
originado la filtración de aguas residuales en el subsuelo.
Para solucionar el problema anterior la Junta municipal de agua potable y
alcantarillado de Mazatlán (JUMAPAM) presentó un anteproyecto en el año 2002, para
instalar una planta tratadora de aguas residuales en el Parque Bonfil ya que este impacta
151
en la contaminación del vaso del puerto y de los esteros. Hasta el momento dicha planta
sólo ha quedado como proyecto por la falta de recursos y por la indiferencia de los
empresarios asentados en esta zona para cooperar con recursos para llevar a cabo la
obra.
Otro de los problemas que enfrenta el Parque Bonfil es el excesivo aforo de vehículos
a sus muelles, sobre todo en temporada de pesca que es cuando más se agudiza esto y
que pone en riesgo la estabilidad del mismo. Respecto a lo anterior en 2002 el Capitán
de Puerto declaró que existe el riesgo de que la carpeta asfáltica del recinto se colapse,
ya que no fue diseñado para soportar el peso de tantas unidades, por lo que instó a
restringir el acceso vehicular.111 Esto debido a que durante la temporada de pesca
ingresan al Parque Bonfil pipas con combustible, automóviles y camiones frigoríficos,
entre otros, sin embargo, no aclaró cual es el peso que resiste dicho muelle (foto 18).
Foto 18. Muelle del Parque Industrial Alfredo V. Bonfil. 2005
Asimismo, la Administración Portuaria Integral (API) que es la encargada de dar
mantenimiento a este muelle, llevó a cabo los trabajos de reparación del encarpetado de
este y detectó que tres de los pilotes que sostienen la losa están flexionados por lo que
podría venirse abajo.
111
Lizárraga, Rosa María.El Parque Bonfil en peligro de colapsarse. En: Periódico Noroeste. 12 Feb.
2002. pág. 1A
152
Sin embargo, no se han tomado medidas para evitar una catástrofe ya que no se ha
limitado el acceso vehicular al muelle, ni se cuenta con los recursos económicos para
efectuar los trabajos de reparación y mantenimiento.
3.4 Políticas de apoyo a la industria pesquera
La intervención gubernamental y el libre mercado son los dos actores que han
determinado directamente la conformación de la normatividad y las políticas para el
desarrollo de la actividad pesquera y la explotación de las especies marinas.
Una de las políticas estatales que generó cambios en la forma de apropiación
capitalista del puerto fue la del fomento a la industrialización y el desarrollo del
mercado interno, lo que motivó la especialización de las fuerzas productivas del sector
primario, básicamente la pesca y del terciario el turismo y el comercio.
El Estado paternalista intervino en el crecimiento y desarrollo de la actividad pesquera,
debido a que esta era uno de los puntales en los que descansó por mucho tiempo la
economía del país y que a su vez reactivó la economía mazatleca después de un largo
periodo recesivo.
Políticas de apoyo estatales y privadas
La pesca en el estado y en puerto de Mazatlán, hasta antes de los años veinte era
básicamente de subsistencia y como ya se mencionó, el giro que tomó esta actividad se
debió al descubrimiento e interés de las empresas japonesas en su potencial camaronero;
quienes obtuvieron que el gobierno les extendiera concesiones para que explotaran los
recursos pesqueros del litoral del Pacífico.
En 1939 el entonces presidente de la República Mexicana Lázaro Cárdenas del Río,
canceló las concesiones facilitadas a estos empresarios que ejercían la pesca libre y
promovió la creación de las cooperativas pesqueras que a partir de este momento
contaron con la exclusividad para pescar especies como la totoaba, el ostión de placer,
el abulón, la cabrilla, el camarón, la tortuga y la langosta.
153
A pesar de estos privilegios, los cooperativistas se enfrentaron a la falta de suficientes
embarcaciones para llevar a cabo la pesca de estas especies por lo que se asociaron con
los japoneses.
Posteriormente en 1949 algunos empresarios locales al advertir lo provechoso que
resultaba este negocio lograron asociarse con los cooperativistas, con el consentimiento
del Estado que con esto promovía la acumulación privada del capital. Los empresarios
ofrecieron la aportación de embarcaciones y compraron 50 barcos sardineros a Estados
Unidos y los adecuaron para la captura del camarón.
Estos acordaron con los cooperativistas ser ellos quienes se encargaran de
comercializar el producto, así como la retención de una parte de las ganancias para
transporte y conservación; y los pescadores por su parte recibieron en especie una baja
participación del total de las capturas.
Los armadores (propietarios de barcos) ejercieron el dominio de esta actividad durante
más de treinta años en las capturas, conservación transformación y comercialización de
los productos marinos. Asimismo impusieron sus condiciones durante este periodo
respaldados por los agentes estatales.
En 1980 los cooperativistas inconformes con su situación, exigieron al gobierno que se
decretara una ley y se llevara a cabo un contrato más favorable para ellos, de lo
contrario no saldrían a pescar al levantarse la veda del camarón, a lo cual se opusieron
los armadores y el problema se extendió por cinco meses.
Las divisas que generaba esta actividad eran necesarias para la economía nacional, por
lo que el Estado intervino en el conflicto entre armadores y cooperativistas. Es por ello
que durante el gobierno de José López Portillo la flota camaronera se concedió a los
cooperativistas con la promesa de regresarla a los ex armadores en 1984 (durante el
sexenio del presidente De la Madrid).
Los armadores no se vieron tan golpeados con esta decisión del Estado, debido a que
ellos seguían dominando la conservación, procesamiento industrial y comercialización
del producto.
154
La obsolescencia de los barcos y la inexperiencia empresarial de los cooperativistas
para reproducir las ganancias que generaban, los llevó a un estado desfavorable ya que
las ganancias que producían eran repartidas entre ellos, el capital público y el privado.
En el periodo presidencial de Miguel De la Madrid fue promovida la primera reforma a
la Ley Federal de Pesca, específicamente en 1986 con lo que el capital privado estaba
autorizado a intervenir sólo en la pesca del camarón. Unas cuantas organizaciones
cooperativistas protestaron, debido a que la mayoría estaba vinculada con el PRI. Ello
los obligó a vender o ceder sus activos (embarcaciones, congeladoras y oficinas) al
capital privado o al Gobierno a precios irrisorios, muy pocos lograron mantener parte de
sus unidades de producción y continuaron trabajando.
Para reconciliarse con el capital privado en 1988 el presidente Carlos Salinas de
Gortari privatizó el total de la pesca y en 1989 la Ley Federal de Pesca fue modificada
una vez más. Con ello se permitió nuevamente al sector privado participar también en la
pesca de especies reservadas de altamar y a la inversión en granjas camaronícolas,
asimismo se fortaleció la intervención del Estado en la comercialización de los
productos marinos, principalmente de dichas especies.
Durante este periodo el Gobierno ejerció el control total sobre los cooperativistas,
impuso sus criterios sobre la pesca y acalló la oposición o propuestas de los pescadores.
A pesar de las protestas de los cooperativistas en contra de algunas obras de dragado
que afectarían sus capturas, el Gobierno las autorizó y las llevó a cabo
Entre las reformas aplicadas a la cuestión pesquera estuvo el retiro de Banpesca, que
era la institución bancaria que apoyaba a este sector y se encargaba de la
comercialización de los productos. Esto originó también que aumentaran los insumos y
materiales para la provisión de barcos y plantas congeladoras, así como la reducción de
precios de los productos pesqueros. El Estado también promovió la división entre
cooperativas para fomentar su desorganización y confrontar a los pescadores.
Lo antes
expuesto provocó una crisis económica y la desorganización de las
cooperativas, por lo que el Estado intervino una vez más aprovechando la coyuntura que
155
generaron estos problemas, para promover en 1992 una nueva Ley de Pesca, en donde
las especies reservadas al sector social podían ser aprovechadas libremente por
cualquier sector, de esta manera la pesca en México se privatizó de forma total.
La nueva Ley originó la desaparición de la mayor parte de las sociedades cooperativas
pesqueras de altamar, así como un gran numero de desempleados, el aumento
considerable de trabajadores eventuales relacionados con esta actividad, obstáculos
financieros para apoyo a la misma, la insolvencia económica para modernizar la flota y
para renovar la planta industrial, la pesca ilegal de camarón, la utilización de algunas
embarcaciones para contrabando, el lavado de dinero del narcotráfico y una alta
corrupción por parte de funcionarios.
Entre los estragos que causó esta última modificación de a la Ley de Pesca se
encuentra el abaratamiento de la mano de obra por parte de los armadores privados, el
atropello a los derechos laborales de los trabajadores como servicio médico, seguro de
vida, aguinaldo y reparto de utilidades. Sin embargo,
…tres de cada 100 personas ocupadas trabajan en la pesca, que se practica tanto en
aguas litorales como en altamar, donde capturan básicamente camarón, pero
también atún, sardina, y otras especies. Más de la mitad de los productos marinos
se consume como alimento fresco y el resto se procesa en plantas enlatadoras,
congeladoras o deshidratadoras.112
Una de las causas por las cuales la fuerza de trabajo no abandona esta actividad es por
que en el número de viajes que realizan por temporada, reciben buenas ganancias en
dinero y en especie por parte de los armadores, lo que les permite además de asegurarse
económicamente para la época de veda a vender el producto entre compradores locales.
Algunos de ellos invierten sus ganancias en otros negocios (misceláneas, venta de ropa,
fondas, entre otros) o se dedican a actividades relacionadas con la construcción o a las
de servicios.
Lo anterior no afecta a los armadores, puesto que parte de lo que se ahorran en
prestaciones para los pescadores lo reparten entre estos últimos.
112
Ortega, Sergio. Breve historia de Sinaloa. 1999. p.28
156
Para 1998 existían un total de 89 sociedades cooperativas pesqueras en el municipio
de Mazatlán que contaban con 5,400 socios en total.
Los diversos productos marinos son capturados como ya se dijo, por particulares que
contratan la fuerza de trabajo y en menor escala por pescadores pertenecientes a las
diferentes sociedades cooperativas pesqueras.
En el año 2002 se llevó a cabo la propuesta de reforma a la Ley de Pesca, con la que se
pretende establecer más control para esta actividad. Dicha reforma propone garantizar
la pesca sustentable y rescatar esta actividad del abandono en el que se encuentra.
No fue sino hasta diciembre del 2004 que se publicó en la gaceta parlamentaria la
iniciativa de Ley General de Pesca y en enero del 2005 se realizó el primer foro de
consulta de la iniciativa de la ley general de pesca y acuicultura sustentable.
En ella se propone entre otros aspectos: que en los ambientes costeros del territorio
nacional la Conapesca (Comisión Nacional de Pesca), en coordinación con los
gobiernos de las entidades federativas y municipales, además de la participación del
sector productivo e investigadores, podrán decretar zonas de pesca.
Esta propuesta está en proceso de análisis por parte del sector pesquero nacional y de
la Comisión de pesca estatal, sin embargo en una de las reuniones que se llevaron por
parte del sector pesquero, los participantes se mostraron escépticos y argumentaron que
esto dañará el desarrollo de la pesca y que atentará contra los derechos de los
trabajadores de este rubro.
Soportes urbanos para apoyar a la industria
Entre los elementos que proporcionó el Estado para la industrialización del puerto
desde principios del siglo XX se encuentra el ferrocarril que comunica al estado con los
estados del norte y sur de México; además de dos vías de comunicación muy
importantes que continúan operando hasta la fecha, la carretera Nogales-Guadalajara
construida entre 1945 y 1957 y la carretera Mazatlán-Durango-Matamoros construida en
la década de los sesenta.
157
Además en 1972 se construyó el nuevo aeropuerto internacional Rafael Buelna, que
desplazó al viejo aeropuerto construido en los años treinta.
La construcción de vialidades, alumbrado público, colectores de aguas pluviales,
tomas domiciliarias de agua, redes de drenaje sin planeación hacia un sistema
único y la ampliación de avenidas son indicadores de otras tantas acciones urbanas
de los niveles municipal y estatal que se desarrollaron durante los sesenta y los
setenta.113
Estas obras beneficiaron sustancialmente al puerto, ya que aumentó el movimiento
comercial y turístico del mismo, y por lo tanto Mazatlán adquirió mayor relevancia en el
estado y estancó el desarrollo de otras ciudades, entre ellas la capital del estado
(Culiacán).
Asimismo el estado participó en la producción de elementos para el desarrollo del
puerto, como los educativos de nivel medio y superior en la década de los sesenta, los
de salud con la clínica del IMSS, el parque infantil Martiniano Carvajal, el deportivo
Benito Juárez, el dragado y construcción del Parque Industrial A.V. Bonfil, la terminal
abastecedora de PEMEX y la termoeléctrica que surte de energía eléctrica a gran parte
del noroeste.
El municipio de Mazatlán cubre casi en su totalidad la demanda de agua potable, ya
que gracias a la modernización de la red en la segunda mitad de la década de los
ochenta con el apoyo de los tres niveles de gobierno. Sin embargo aún hay colonias
particularmente las más recientes ubicadas hacia el sureste de la ciudad, que carecen de
agua y están conectadas a una llave de abastecimiento colectivo o se surten de esta
mediante pipas
En el caso de la red de drenaje esta es obsoleta y el crecimiento desmedido de la
población ha rebasado la capacidad para la cual fue proyectado, lo que también
contribuye a que la planta de tratamiento sea insuficiente. A pesar de existir un proyecto
para la modernización del drenaje y de la planta tratadora no ha habido recursos
financieros para renovarlo. Este problema no es exclusivo de las colonias populares,
113
Beraud, José Luis. Actores históricos de la urbanización mazatleca. 1996. p. 128
158
sino también de la turística y de las colonias de clase alta y media; aqueja a la ciudad en
general y en tiempo de lluvias o de huracanes se el sistema de drenaje se desborda, lo
que significa una molestia y un riesgo para la salud.
Además en la cuestión del drenaje, algunas colonias no cuentan con este servicio por
lo que descargan las aguas negras provenientes de sus domicilios hacia las aguas
marinas, y en el mejor de los casos algunas (las menos) cuentan con fosa séptica.
El rescate del Centro Histórico promovido y apoyado por el gobierno municipal y por
los empresarios turísticos ha ayudado a recuperar la belleza e importancia de esta zona,
que ha renacido con la visita del turismo nacional y extranjero.
Ante la falta de espacios verdes la creación del bosque de la ciudad se hizo con la
finalidad de regenerar la laguna del camarón y así preservar la permanencia de especies
que se reproducen en este, además se buscó contribuir con una zona agradable para los
habitantes en donde llevaran a cabo actividades de recreación. Este también cumple las
funciones de pulmón de la ciudad para aminorar la incipiente contaminación que se
presenta en la ciudad.
Mazatlán está incluido en el Sistema de Ciudades Medias del Plan Nacional de
Desarrollo Urbano y esto constituye una esperanza para la población en general de que
se reciban diversos apoyos para consolidar su crecimiento. Entre los más
trascendentales destacan la solución a
los drenajes de aguas negras y pluviales
respectivamente, la ampliación de la red de agua potable hacia colonias que carecen de
este líquido (como la Mazatlán I y II), el mejoramiento de los accesos norte y sur, la
rehabilitación integral del Centro Histórico y la pavimentación de calles en colonias
populares.
Otra aportación del Estado fue el inicio de las obras portuarias en la década de los
treinta, cuando:
…la ciudad recibió por parte la intervención estatal un significativo apoyo para el
crecimiento de su estructura urbana… En donde las primeras obras fueron el
“muelle fiscal y el rompeolas”. La segunda etapa de 1953 a 1958 en la que se
159
terminaron los rompeolas, se profundizó el puerto (canal, antepuerto y dársenas)
por medio de dragados, se construyeron almacenes y accesos terrestres (entre ellos
la avenida del Puerto y la espuela del ferrocarril); y la tercera en los años 1960 a
1967, en la que se prolongaron los muelles fiscales y de cabotaje, se construyeron
bodegas y patios, se mejoraron los accesos carreteros y ferroviarios y se terminaron
los accesos para oficinas. 114
Desde su creación las operaciones de este puerto como las del resto de los puertos que
se encuentran en el país, fueron subsidiadas por el Estado hasta 1994, que se
privatizaron y se denominaron API’s (Administración Portuaria Integral). A partir de
entonces esta empresa se encargó de la administración de esta infraestructura.
De acuerdo al Diario Oficial de la Federación del 10 de agosto de 1973 el recinto
portuario tenía una superficie de 30-83.33 hectáreas, que contenía la zona del muelle
fiscal con patios y bodegas, la zona del muelle de altura y cabotaje, así como el área de
maniobras e instalaciones del atracadero provisional de transbordadores.
Para el 10 de diciembre de 1991 por este mismo medio se publicó la ampliación del
área del recinto portuario a 23-07-58.16 hectáreas, que contenía la zona de pesca, la
zona naval, la zona de muelle del astillero, terrenos ganados al mar hacia el este y oeste,
la zona de muelle para cruceros, zona administrativa, zona para viviendas de los
trabajadores portuarios, zona de instalaciones de transbordadores y la zona de pesca
deportiva.115
En 1994 que se privatizaron los servicios portuarios a nivel nacional y se
concesionaron a la empresa API, esta se encargó de ampliar el recinto portuario
quedando una superficie de 417-11-50 hectáreas de zona operacional en cuerpos de
agua, sumando en total 496-00-10 hectáreas.
Esta administración dividió esta superficie en siete polígonos, en donde: el polígono I
aloja el área de la flota de pesca deportiva y las embarcaciones turísticas; en el II se
encuentra el estacionamiento de los transbordadores y su terminal; en el III está el área
114
115
Op. cit. p. 105
Administración Integral Portuaria de Mazatlán. 2005. http://www.apimazatlán.com.mx
160
administrativa de la terminal de transbordadores; el IV se subdivide para distintos usos:
los muelles del 1 al 5 con sus áreas de tierra, el patio para vehículos automotores, la
terminal de PEMEX y el muelle de la Puntilla (de donde parte a su primer viaje la flota
camaronera); en el V están congeladores y astilleros; en el VI se ubica el parque
industrial pesquero Alfredo V. Bonfil (ver mapa 6) controlado por la SEMARNAT para
su concesión, y en el VII otra parte del parque industrial.
Mapa 7. Polígono VI, donde se ubica el Parque Industrial Alfredo V. Bonfil.
Fuente: Administración Portuaria Integral, Mazatlán. 2005 www.apimazatlan.com.mx
Es por ello que puerto de Mazatlán se clasifica actualmente como de altura y cabotaje;
y gracias a la infraestructura con la que cuenta se ubica entre los seis más importantes
del país ya que cuenta con instalaciones para atender las necesidades de la flota
pesquera, turística y de transporte.
Asimismo, las actividades portuarias, así como las turísticas, comerciales, pesqueras e
industriales se apoyan en la red carretera de la zona sur la cual cuenta con una red de
caminos en buen estado a comparación de la estatal. En el cuadro siguiente se observan
los datos correspondientes a la red carretera del municipio de Mazatlán y del estado
(véase cuadro 14).
161
Cuadro 14. Longitud de la red carretera según superficie de rodamiento 1993-1988 (kilómetros)
SUPERFICIE DE RODAMIENTO
EN EL ESTADO
EN MAZATLÁN
16,512.2
642.8
PAVIMENTADA (caminos de dos o mas carriles)
3,044.3
221
REVESTIDA
6,216.2
93.8
TERRACERÍA
7,251.7
328
16,396.9
684.5
PAVIMENTADA (caminos de dos o más carriles)
3,232.9
277.7
REVESTIDA
5,926.8
88.8
TERRACERÍA
7,237.2
318
1993
TOTAL
1998
TOTAL
Fuente: Cuaderno estadístico municipal 1999.
Como se puede observar en los datos anteriores en la red carretera a nivel estatal no ha
habido una mejoría en las redes viales pavimentadas ya que sólo aumentaron en un 6%,
las revestidas y de terracería no mejoraron su calidad; en el caso de Mazatlán el
kilometraje de las redes pavimentadas aumentaron un 6%, las redes viales revestidas y
de terracería disminuyeron su calidad al igual que a nivel estatal.
La construcción de la autopista Mazatlán-Culiacán ha ayudado a ahorrar tiempo para
el transporte de mercancías y mano de obra hasta Nogales, Sonora.
Respecto al desarrollo urbano, según el Programa Nacional de Desarrollo Urbano
1990-1994, esta región del país forma parte del Sistema del Noroeste en donde Culiacán
es una de las tres ciudades con nivel de servicios regionales y se apoya en dos
localidades con nivel de servicios estatales: La Paz y Mazatlán.
Cabe hacer notar que las políticas estatales son las que han determinado en gran parte
la conformación del territorio mazatleco.
162
Infraestructura y equipamiento urbano en la zona del Parque Industrial Alfredo
V. Bonfil
El municipio cuenta con los servicios de alumbrado público, energía eléctrica, parques
y jardines, centros recreativos, deportivos y culturales, central de abastos, mercados,
rastros, vialidad y transporte, seguridad pública y panteones.
En el caso particular del Parque Industrial Alfredo V. Bonfil, este cuenta con todos los
servicios necesarios para su funcionamiento, como son alumbrado público, redes
telefónicas, pavimentación, agua potable, drenaje con un funcionamiento muy discutible
y que como se planteó anteriormente algunas de las industrias ubicadas en él
(principalmente las que están a orilla del muelle) lanzan sus desechos hacia el mar.
Esta infraestructura data de la época cuando este se construyó, a la que únicamente se
ha dado mantenimiento cuando ha sido necesario. Sin embargo, el caso del drenaje al
igual que en el resto de la ciudad tiene fallas que han deteriorado al subsuelo por la
fractura de tuberías que ocasionan las filtraciones de aguas negras al subsuelo, así
mismo la estructura que sostiene la plancha del muelle se está venciendo por el exceso e
peso que generan los vehículos que por ahí circulan.
En el caso de las calles, la mayoría de ellas necesitan ser reparadas, puesto que la
carpeta de concreto y las aceras están fragmentadas en gran parte del parque. Y en lo
que corresponde al alumbrado público hace falta la reparación de algunas lámparas que
ya no funcionan, lo cual convierte esta zona en un lugar peligroso para los trabajadores
que cumplen con jornadas vespertinas y que tienen que salir caminando hasta la avenida
Gabriel Leyva a buscar transporte, debido a que cuando comienza a obscurecer los
camiones ya no entran al parque por la inseguridad que existe.
Asimismo el Parque Industrial cuenta con sucursales bancarias, escuelas y diversos
comercios (la mayoría relacionados con la pesca), además de estar cerca de centros
hospitalarios y contar con servicio de transporte urbano (durante las horas de luz). El
respaldo del Estado para fomentar la industrialización en Mazatlán fue determinante, no
sólo para el desarrollo de esta, sino para el crecimiento demográfico y urbano, ya que al
dotar a la ciudad portuaria de la infraestructura que requería para este fin, este se fue
transformando.
163
CAPITULO IV. EL DESEQUILIBRIO URBANO EN MAZATLÁN
164
Desde la fundación de la ciudad de Mazatlán y como resultado del comercio
importador que predominaba en la incipiente ciudad en la segunda mitad del siglo XIX
comenzaron a llegar grupos de inmigrantes extranjeros y de la región, interesados en
participar en esta actividad. Los asentamientos humanos en esta ciudad tienen una
correspondencia directa con las actividades económicas que se llevan a cabo en su
territorio.
Los primeros asentamientos de la ciudad se apropiaron de distintas zonas
particularmente en torno a la zona comercial de esta, la cual estaba conformada por dos
calles únicamente.
A partir de este momento Mazatlán comenzó a registrar un
crecimiento demográfico y urbano muy importante debido a la diversidad de actividades
productivas que se llevaron a cabo desde su origen en este espacio geográfico.
La ocupación territorial de Mazatlán por parte de los grupos sociales que se asentaron
en este lugar desde el siglo XIX siguió la dinámica del modo de producción capitalista
que ha caracterizado la ocupación del territorio, así como la forma de doblamiento tanto
por parte del capital como de los grupos sociales. Trayendo como consecuencia la
diferenciación social .En donde los comerciantes ricos ocuparon los lugares
privilegiados y los pobres los lugares menos favorecidos del territorio.
La clase trabajadora que se formó durante ese tiempo e inclusive en la actualidad, fue
la más afectada, ya que vivía en condiciones infrahumanas; sin embargo, y debido a la
importancia del comercio y de las nacientes actividades productivas continuaban
llegando trabajadores a las casas comerciales.
Las condiciones en las que vivían los obligaron a organizarse para despojar del
territorio a la clase hegemónica y en este construir sus viviendas. Por lo cual
comenzaron a surgir diferentes asentamientos en la ciudad, con esto dio inicio el
desequilibrio urbano en Mazatlán, fenómeno que no se ha detenido hasta el día de hoy.
El desequilibrio en el escenario urbano de Mazatlán está ligado a las actividades
productivas que se han llevado a cabo en el mismo, dichas actividades apoyadas por las
políticas estatales para fomentar su desarrollo y por las acciones con las que intervino la
clase trabajadora, entre ellas las invasiones y las exigencias de vivienda institucional.
165
Los intereses económicos de los primeros pobladores y de quienes les precedieron
fueron la razón principal de que estos destruyeran el entorno natural del lugar y a su vez
transformaran el territorio para hacerlo más habitable, como es el caso del relleno de
marismas para comunicar la ciudad o la destrucción de esteros y playas con trabajos de
dragado, con lo cual se ganaron terrenos al mar para llevar a cabo las obras portuarias o
de uso habitacional, entre otras, lo que provocó la expansión de la ciudad.
Asimismo, los cambios de uso de suelo derivados de la especulación e intereses
asociados al capital y a la política de progreso del Estado y la división social del
trabajo, donde los pobladores se mantuvieron cerca del área central de la ciudad
portuaria, debido a que en esta se concentraban las actividades productivas,
coadyuvaron a generar el desequilibrio urbano de Mazatlán.
Por otro lado entre las medidas que tomó el Estado para apoyar la industrialización,
estuvo la expansión de la ciudad hacia el noreste para lo cual se encargó de aportar la
infraestructura necesaria para facilitar el desarrollo de esta actividad. Una de ellas fue la
construcción del Puente Juárez para comunicar la entonces península con el sureste del
territorio a través de este, lo que propició el establecimiento de la industria en la franja
costera de esta zona, así como también la ubicación de la estación del ferrocarril y de la
colonia Casa Redonda.
Estas obras permitieron que las actividades productivas crecieran de manera
importante, a tal grado que en este periodo (inicios del siglo XX) Mazatlán fue la ciudad
más importante de la región sur en cuanto a actividades comerciales de importación y
exportación.
Las actividades que se venían realizando en el centro ahora tendían a desplazarse hacia
la periferia debido a la construcción de dicho puente. Es decir, el comercio empezó a
ceder terreno ante el avance industrial. Esto que aparentemente es contradictorio no es
antagónico.
Por lo anterior el proceso de urbanización de Mazatlán se relaciona directamente con
la presencia de las actividades económicas que se desarrollaron en ella. La presencia de
166
las diferentes actividades económicas que en un orden general son: comercio, industria,
turismo, pesca y las portuarias, fue determinante para que el espacio geográfico en
donde se encontraba una rica variedad de flora (como el mangle que está en peligro de
extinción) y de fauna en este ecosistema (se reproducían diversas especies terrestres y
marinas) fuera alterado. Esto provocó efectos negativos a nivel territorial y social, en
donde el Estado fue el principal impulsor de ello, con el pretexto del desarrollo
económico y social de la región.
4.1 Los asentamientos humanos y su intervención en el desequilibrio urbano de
Mazatlán
Los asentamientos humanos son resultado de los movimientos migratorios, en donde
los migrantes se establecen de manera permanente en determinado espacio geográfico
que les ofrezca los recursos naturales, los medios económicos y sociales para su
reproducción social.
El establecimiento definitivo de estos grupos sociales en el territorio está en función de
la oferta de trabajo y explotación de los recursos naturales que ofrece el mismo y que
son susceptibles de ser aprovechadas y transformadas por los medios de producción
para obtener ganancias y para subsistir respectivamente.
En el caso de la ciudad de Mazatlán los asentamientos humanos se generaron como
resultado en primer lugar de las actividades comerciales. La primera traza urbana fue
determinada por el movimiento comercial que se llevaba a cabo en la incipiente ciudad
de Mazatlán por los propietarios de las casas comerciales, los cuales provenían del
extranjero (España, Alemania, Francia e Inglaterra, entre otros) e importaban productos
de sus naciones para comercializarlos después a nivel regional, asimismo exportaban los
recursos que extraían de la zona sur del estado (minerales y maderas preciosas
principalmente) hacia sus naciones, este movimiento se llevaba a cabo vía marítima.
Desde la implantación de la primera traza urbana de Mazatlán fue notorio el uso
segregado del espacio ocasionado por la diferenciación de clases; esta traza contenía las
primeras casas comerciales y las residencias de los comerciantes. Asimismo, hacia la
periferia de esta incipiente zona urbana, se establecieron las primeras viviendas de la
167
clase trabajadora, lo que dio paso a lo que serían los primeros asentamientos de la
ciudad portuaria.
Las riquezas naturales de este territorio atrajeron a más extranjeros (principalmente
europeos) que deseaban hacer fortuna en estas tierras, lo cual se convirtió en una
constante en Mazatlán. El crecimiento y desarrollo de las actividades económicas en
poder de estos, demandaba de la clase trabajadora que también iba en aumento, razón
por la cual los asentamientos se multiplicaron en el territorio del puerto mazatleco el
cual experimentó una expansión importante a partir de la segunda mitad del siglo XIX.
La traza inicial de la ciudad se transformó en una más amplia y definida, pero también
los asentamientos de la clase trabajadora en la periferia aumentaron; esto contribuyó
para que la fisonomía de Mazatlán se fuera modificando, particularmente en las zonas
donde vivía la clase hegemónica del puerto (Cerro de la Nevería) y en donde se
utilizaron y predominaron estilos arquitectónicos europeos.
Con el paso del tiempo y ante la necesidad de vivir más cómodamente, los extranjeros
asentados en el puerto se negociaron con el gobierno para financiar las obras y el
material necesario para introducir los servicios urbanos a cambio de la dispensa en el
pago de impuestos. La dotación de estos servicios (agua, drenaje, luz, banquetas, etc.) se
concentró exclusivamente en la zona comercial y residencial del puerto.
La lejanía de Mazatlán con el Viejo Mundo no impidió que dichos extranjeros buscaran
vivir de la misma forma que sus coterráneos, lo que los motivó a financiar y ejecutar
obras para el embellecimiento de la ciudad el fin de transformar esta en un lugar más
atractivo sobre todo para ellos, en donde pudieran salir a pasear y a convivir. Para ello
donaron mobiliario urbano (kioscos, bancas, estatuas, etc.) para adornar calles y plazas.
Todo ello con el fin de que el puerto mazatleco tuviera un aspecto agradable y evocar
aquellas plazas centrales de su lugar de origen.
Estos espacios no estaban restringidos para las clases populares, pues estas también
podían gozar de estas plazas y de los paseos (Paseo Claussen y del Centenario), sin
embargo, para ello era necesario cubrir una gran distancia para llegar a esta parte de la
ciudad. Era impensable para este sector de la sociedad aspirar a disfrutar de espacios de
168
recreación dentro de sus asentamientos, por lo que se tenían que conformar con hacer
uso de los que había construido la clase hegemónica.
En contraste con la zona habitacional residencial, los espacios donde se encontraba la
vivienda de la clase trabajadora eran terrenos inundables denominados marismas, que
habían sido rellenados por sus ocupantes para hacerlos habitables. Estos significaban un
peligro para las familias, particularmente en temporada de lluvias y huracanes cuando
subía la marea, ya que corrían el riesgo de que la fuerza del agua afectara la endeble
estructura de sus viviendas, al mismo tiempo presentaban problemas de salud por esta
causa y por si fuera poco la humedad dañaba lo poco que tenían.
Estas viviendas no contaban con ningún servicio, para satisfacer sus requerimientos de
agua la que acarreaban desde los aljibes (ubicados en algunas calles) de la zona
comercial-residencial hacia sus viviendas. Tiempo después, ya en el siglo XX el
ayuntamiento de Mazatlán se encargó de hacerles llegar agua mediante tomas
colectivas, para satisfacer esta necesidad.
En lo que respecta al desecho de aguas negras, las residencias contaban con letrinas las
cuales se encargaba de limpiar una empresa de forma continua; no así las viviendas de
los asentamientos populares que no disfrutaban de estas comodidades. Cabe señalar que
los habitantes de estos lugares lanzaban los desechos al mar, lo que causaba la
contaminación de las aguas de esteros y dañaban a la fauna marina. Esto ponía en riesgo
la salud de los habitantes de estos asentamientos, pues también dependían de la pesca de
subsistencia que llevaban a cabo en dichos cuerpos de agua.
Este panorama no cambió durante mucho tiempo, el problema de la vivienda para la
clase trabajadora se fue agudizando cada vez más, el hacinamiento en que vivían era
tremendo y durante el periodo del porfiriato el problema se agudizó, debido a que el
gobierno federal promovió la venta de terrenos federales a particulares, hecho que
provocó que el territorio de Mazatlán pasara a manos de unos cuantos cuya capacidad
económica los llevó a acaparar grandes extensiones de terrenos y tierras de la región sur
del estado.
169
A fines del siglo XIX y principios del XX el impulso que recibió la industrialización
por parte del Estado y en consecuencia su desarrollo, provocaron la llegada de más
inmigrantes de la clase trabajadora -principalmente de la misma región-, que buscaban
un empleo por lo que requerían también de espacios para vivir.
Esto no fue posible, ya que no contaban con los recursos suficientes para adquirir los
terrenos y mucho menos para construir viviendas en ellos. Esto los forzó a rentar
viviendas construidas para este fin, por parte de los comerciantes ricos en la zonas
periféricas de la ciudad y que aprovechaban la mala situación de la clase trabajadora.
Como ya se mencionó antes, ante la inexistencia de una Ley Inquilinaria los precios de
alquiler de estas viviendas eran excesivos y los aumentos constantes; por ello las
viviendas eran ocupadas hasta por cuatro familias para poder cubrir la renta. Estas no
contaban con los servicios necesarios, además estaban deterioradas por falta de
mantenimiento; los ocupantes de varias viviendas compartían el servicio de una sola
letrina y ellos tenían que pagar la limpieza de esta cada vez que fuera necesario.
Esta situación frenó el crecimiento de la ciudad en términos de vivienda y generó
además el descontento entre la clase trabajadora por los constantes aumentos que los
propietarios aplicaban a las viviendas y por las condiciones en las que vivían; además si
se oponían a los aumentos los propietarios los lanzaban a la calle sin ningún
miramiento.
La inconformidad de los trabajadores fue creciendo y motivó que estos se organizaran
para demandar su derecho a ocupar espacios habitacionales de lo contrario lo harían por
la fuerza, lo que dio paso a las luchas inquilinarias en 1935.
Esta forma de apropiación del territorio se volvió una práctica cotidiana de la clase
trabajadora que consiguió apoderarse de manera violenta, de espacios para habitar.
Como ya se señaló previamente, las viviendas que ocupaba este sector de la sociedad
mazatleca no eran sino “cuarterías” corridas conformadas por un cuarto de gran tamaño,
mismo que era utilizado como dormitorio por las noches y como sala durante el día,
asimismo tenían un corredor que era el comedor, un cuarto que operaba como cocina y
un patio posterior en algunos casos con una letrina.
170
Es por ello que la clase trabajadora se reveló e invadió algunos terrenos que en su
momento, había acaparado la clase hegemónica, así como también terrenos federales; en
ejemplo de lo antes expuesto son los terrenos ganados al mar que estaban destinados a
las obras del puerto y en donde se fundaron las colonias Lázaro Cárdenas y la Ceiba,
por parte de los invasores de terrenos.
Este movimiento social ganó muchos seguidores y originó que se intensificara el
crecimiento urbano de la ciudad así como también el desequilibrio urbano, debido a que
la invasión de terrenos no sólo afectó el medio natural sino también el urbano, lo cual
se vio reflejado en la oposición que existía entre los asentamientos de la clase
hegemónica y los de la clase trabajadora; como la ocupación heterogénea del suelo, la
especialización de este y el acceso diferenciado a los servicios e infraestructura con los
que contaban cada uno de ellos. Dicho desequilibrio urbano se acentuó conforme fue
creciendo la ciudad debido a que el entorno natural siguió siendo devastado por el
gobierno y el capital para urbanizarlo, y el espacio urbano también sufrió
transformaciones como el abandono de algunos espacios de la ciudad, tal es el caso de
la colonia Casa Redonda entre otras.
Cabe hacer notar que entre los elementos generadores del desequilibrio urbano se
encuentran la apropiación y la destrucción del territorio, ya sea natural o urbano, sin
embargo, y con base en lo antes expuesto es posible afirmar que también las invasiones
que sufre el mismo también contribuyen en ese desequilibrio. Un ejemplo de ello fueron
las colonias Gabriel Leyva, Montuosa y Reforma fundadas en la década de los
cincuenta, en donde además de los empleados de comercios y obreros
también
participaron campesinos, pescadores, albañiles, entre otros.
Los habitantes de estos asentamientos, formaron el Frente Único de Colonias de
Mazatlán (FUCM), con la finalidad de apoderarse por la fuerza de terrenos que fueran
susceptibles de construir viviendas. Dicha organización se dedicó a invadir terrenos sin
importar si eran particulares o federales y que posteriormente ocupaban otros
trabajadores con necesidad de vivienda, de esta manera nació también la colonia Benito
Juárez en donde la intervención estatal fue decisiva, ya que el Estado expropió estos
terrenos y los repartió entre las familias del FUCM que no tenían vivienda.
171
Después de ocupar estos espacios, los invasores demandaban servicios públicos a las
autoridades municipales, entre ellos agua potable y drenaje los cuales demoraban en ser
cubiertos por estas; algunas veces por falta de recursos y otras no llegaban a ser
cubiertos por la presión que ejercían los propietarios de los terrenos para que el
gobierno forzara a los invasores a desalojar. Sin embargo, el gobierno generalmente
cedía a estas demandas comenzando por la instalación de tomas de agua colectivas, lo
cual se convertía también en un logro de estas organizaciones.
La aportación de estos servicios por parte del gobierno llevaba un fin particular: la
obtención de votos para el partido oficial (PRI), que aunque quedaba en el poder
terminaba por no cumplir la promesa de introducir servicios, pavimento y equipamiento
urbano a estos asentamientos.
Para frenar el problema de las invasiones, a finales de la década de los cincuenta y las
dos siguientes (60s y 70s) el Estado gestionó la construcción de fraccionamientos,
multifamiliares y unidades habitacionales de tipo social como INFONAVIT,
FOVISSSTE e INDECO (Instituto Nacional de Desarrollo a la Comunidad) lo que
generó el crecimiento de Mazatlán hacia el norte del municipio.
Durante la década del sesenta al setenta el Centro de la ciudad continuaba ocupado en
su totalidad, principalmente con la combinación de uso comercial y habitacional. Las
familias más antiguas de la ciudad continuaban asentadas en esta zona, que continuaba
siendo la más privilegiada en cuanto al equipamiento e infraestructura urbana de toda la
ciudad.
Cabe señalar que en la década de los 70s el gobierno municipal promovió y apoyó la
construcción de 19 fraccionamientos privados hacia el sur de la ciudad portuaria
beneficiando con ello también al incipiente capital inmobiliario de la misma. A partir de
este momento los terratenientes de Mazatlán dieron inicio a la especulación inmobiliaria
y a la construcción de fraccionamientos residenciales exclusivos y privados, con alto
valor económico y que desde su concepción contaron con todos los servicios. 1
Hacia esta zona comenzó a generarse la movilidad de las familias que habitaban en el
Centro, dando paso al fenómeno de su despoblamiento; en su lugar fue predominando el
uso comercial sobre el habitacional, por lo que las viviendas eran convertidas en locales
172
comerciales, lo cual dio paso a la transformación de esta zona que hasta entonces habían
ocupado las familias ricas.
Sin embargo, algunos se resistieron a salir de esta zona, unos por el arraigo que tenían
a este lugar y otros por la falta de recursos para adquirir terrenos en los
fraccionamientos privados, ya que el capital inmobiliario se había encargado de
fraccionar lo que en un futuro sería la Zona Dorada ubicada frente a la franja costera y
hacia donde se estaba presentando el crecimiento de la zona exclusiva del puerto
(hoteles y fraccionamientos).
Hacia la segunda mitad de la década de los años setenta del siglo XX surgió una nueva
figura ligada a la economía: el narcotráfico, el cual entró en la competencia por la
apropiación territorial y por la ganancia, y que también contribuyó en la transformación
del territorio, como se verá mas adelante.
La presencia de este nuevo actor contribuyó a que la economía mazatleca creciera de
manera importante con las inversiones que se efectuaban con el dinero producto de esta
actividad hacia otras actividades económicas (turismo, actividades inmobiliarias,
industria, entre otras). Sin embargo, en la primera mitad de los ochenta el gobierno
inició la lucha contra dicha actividad principalmente por presiones del gobierno
norteamericano, para lo cual tomó acciones como la expropiación de las posesiones de
los narcotraficantes. Esto
frenó el crecimiento económico que hasta entonces se
derramaba hacia todos los sectores de la población.
Como consecuencia la dinámica económica disminuyó su ritmo y la ciudad a entró en
un periodo recesivo que resintió principalmente la clase trabajadora,
ya que
disminuyeron y en algunos casos desaparecieron las fuentes de empleo que esta
actividad había generado. Ello contribuyó en la reaparición del fenómeno de la invasión
urbana y la lucha por servicios urbanos de este sector social. De nueva cuenta las calles
fueron tomadas por estos para exigir espacios para la reproducción social.
173
La reaparición de los movimientos sociales ante la necesidad de vivienda
El periodo recesivo que provocó la lucha del gobierno contra el narcotráfico y el
desempleo que esto provocó en la ciudad portuaria de Mazatlán, reavivó la vieja
práctica de la invasión de terrenos por parte de los más pobres quienes nuevamente se
organizaron e invadieron los terrenos federales donde se encuentra actualmente la
colonia Tierra y Libertad que en ese momento eran marismas y aún no eran
desincorporados por el gobierno para su ocupación.
Cabe hacer notar que el capital inmobiliario estaba al acecho para llevar a cabo en
estos terrenos un proyecto turístico-comercial, sin embargo, su plan se vino abajo
cuando la clase trabajadora se apropió de estos. Posteriormente los invasores rellenaron
con escombro las partes bajas para hacerlos habitables; a pesar de la oposición del
gobierno y de su lucha para que los invasores desalojaran, este volvió a ceder y autorizó
la instalación de tomas colectivas de agua. De esta misma forma surgió la colonia
Rubén Jaramillo en 1981, ubicada en terrenos inundables, en donde los ocupantes eran
principalmente inmigrantes, desempleados y subempleados, entre otros.
A pesar de las dificultades por las que travesaba la ciudad, se llevó a cabo la
modernización de la red de agua potable con recursos de los gobiernos federal, estatal,
municipal y en menor escala por la población.
Por otra parte para cubrir la demanda de vivienda social de la clase trabajadora, los
Gobiernos estatal y municipal fomentaron programas de vivienda apoyados por el
INFONAVIT, FONHAPO e INVIES para dar respuesta a dicha necesidad, de esta
manera nacieron las colonias Villas del Sol, Mazatlán I y II, Infonavit Conchi al oriente
de la ciudad de Mazatlán; y la colonia Genaro Estrada e Infonavit Jabalines al norte.
Para la construcción de todas ellas el entorno natural fue modificado.
El gobierno actuó de diferente forma para urbanizar los espacios donde se asentaban
los habitantes, es decir, en el caso de los asentamientos irregulares producto de
invasiones en terrenos federales o particulares, algunas veces el gobierno cedía, sin
embargo, cuando dichos terrenos ya estaban destinados para proyectos de inversión en
donde salía beneficiado el capital o el mismo gobierno. A lo anterior el gobierno
174
buscaba la negociación con los líderes de las organizaciones para reubicarlos en otra
parte de la ciudad, de lo contrario ordenaba el desalojo violento con ayuda de la policía
Preventiva y de Tránsito Municipal.
Actualmente este problema de la invasión de terrenos continúa presentándose en la
ciudad de Mazatlán y el gobierno negocia con las organizaciones de invasores a través
de organismos como CORETT
e Invies; en donde se les ofrece además de la
reubicación en otros lugares, cobros muy bajos, proyectos arquitectónicos para sus
viviendas y la urbanización a mediano plazo del lugar. Esto ha ocasionado el abuso de
algunos líderes de invasores quienes se encargan de reunir grandes grupos de personas
con o sin necesidad de vivienda, a los que organizan para apoderarse de lugares que
significan riesgos para la integridad de los ocupantes.
Una muestra de lo anterior es la invasión del territorio ubicado en la zona federal del
estero El Infiernillo, acción que el gobierno no aprueba debido a los riesgos que esto
significa. Este cuerpo de agua se encuentra contaminado, por lo que los precaristas que
lo ocupan viven entre basura, escombros y olor a aguas negras. Ello ha afectado a
algunas otras colonias que se encuentran cercanas a los márgenes del estero, en las que
se han presentado problemas de inundación porque los asentamientos de los invasores
impiden el cauce de los vasos reguladores de lluvias y mareas altas.
La contaminación del estero El Infiernillo también se ha agudizado debido a las
descargas de aguas negras que se lanzan las viviendas que lo flanquean, además de las
que efectúa la JUMAPAM (Junta Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de
Mazatlán) cuando llega a romperse algún tubo de la red cercano al estero; esto debido a
que dirigen el desagüe de la tubería al cauce del estero durante el tiempo que tardan en
ejecutar la reparación. Un ejemplo de esto se registró en el año 2002, cuando esta
dependencia efectuó descargas en el estero a raíz de la ruptura que sufrió un tubo de
concreto que posteriormente provocó el hundimiento de tierra sobre un colector ubicado
en la colonia Lázaro Cárdenas.
Lo anterior provocó que murieran miles de peces de diferentes especies ubicadas en
dicho cuerpo de agua A lo anterior Miguel Flores (investigador de la escuela de
Ciencias del Mar) afirma que el equilibrio ecológico del estero El Infiernillo se
175
colapsará definitivamente si continúan las descargas de aguas negras, rellenos e
invasiones.116 Por esta razón, el gobierno municipal ha tratado de negociar con los
ocupantes que se encuentran a lo largo de dicho lugar, su reubicación en terrenos de
Urías (al sureste del municipio), pero ha sido en vano pues los invasores se han negado
a establecerse en otro lugar que no sea este, a pesar de lo peligroso que resulta en
temporada de huracanes y de lluvias.
Cabe hacer notar que este tipo de ocupación del suelo en Mazatlán se ha convertido en
una constante, debido a que los invasores de terrenos tienen la seguridad de que el
gobierno los reubicará en otras áreas de la ciudad y les otorgará los servicios básicos
necesarios, sin embargo, en este caso particular (estero El Infiernillo) no ha sido posible
llegar a un acuerdo para que acepten la oferta, puesto que argumentan que los terrenos
se encuentran alejados de la cabecera municipal.
Por otra parte, los programas institucionales de vivienda (FOVISSSTE E
INFONAVIT) están estrechamente vinculados con los desarrolladores inmobiliarios
para la construcción de vivienda de interés social, la cual está destinada a cierto sector
de la población que cumple con requisitos como determinado número de salarios para
cubrir el costo de esta. Las instituciones antes mencionadas han negociado con las
empresas constructoras, a las que les pagan las viviendas de contado y después las
asignan a los trabajadores afiliados a ellas, aplicando el descuento correspondiente en
los plazos que tienen fijados.
Entre algunas de las empresas que han monopolizado este mercado se encuentran el
Grupo Urbi y Cocosin, que además trabajan en conjunto con las instituciones bancarias.
Estas empresas se han dedicado a construir fraccionamientos para la clase trabajadora
del puerto, los cuales cuentan con todos los servicios urbanos. Aunque en la mayoría de
los casos la calidad del pavimento ha dejado mucho que desear debido a que después
del primero o segundo año, este comienza a presentar baches particularmente después
de la temporada de lluvias.
116
Zapien Raquel.Está en nivel crítico estero de El Infiernillo: Flores Periódico Noroeste. 28 febrero
2002. Pág. 5B
176
Este problema se observa en la mayoría de los fraccionamientos de vivienda de interés
social, asimismo algunas viviendas también llegan a presentar problemas estructurales
originados por asentamientos de terreno o por la mala calidad de los materiales
empleados en su construcción, sin embargo, el gobierno municipal hasta el momento no
ha tomado acciones para prevenir y corregir dicho problema. Gran parte de estas
empresas constructoras son de otras entidades (Distrito Federal y Monterrey, entre
otras) de la República Mexicana y en cuanto terminan se marchan de la ciudad, sin
hacer la entrega oficial de los fraccionamientos al gobierno municipal.
Esto ha propiciado que cuando comienzan a surgir problemas en las viviendas o en los
servicios urbanos de los fraccionamientos, los habitantes de estos ya no puedan exigir
las reparaciones necesarias a las empresas. Por otra parte, si acuden al ayuntamiento de
la ciudad de Mazatlán para solicitar la reparación (sobre todo de obras viales), este se
deslinda de toda responsabilidad argumentando que como no le ha sido entregado el
fraccionamiento no puede intervenir.
Actualmente gran parte de los asentamientos en donde se encuentran los grupos
sociales precarios, ya cuentan con servicios urbanos como agua potable, drenaje,
alumbrado público y en menor grado pavimentación.
Sin embargo, existen todavía colonias que por su ubicación (en cerros) y topografía
(Lomas del Ébano) aún se enfrentan al problema de la falta de drenaje debido a lo
costoso que sería hacer el tendido de la red, así como el desabasto de agua en algunas
épocas del año.
En el caso de los fraccionamientos residenciales del sur de la ciudad, producto de la
especulación inmobiliaria por parte de particulares que al advirtieron que el futuro
crecimiento turístico de Mazatlán tendía hacia esta zona, se dedicaron a fraccionar y
urbanizar los terrenos ubicados en esta zona de la ciudad, para ofrecerlos a un precio
más alto. En esta parte sur se combinan los usos de servicios, turismo y habitacional; y
está ocupada por la clase hegemónica de la ciudad y por extranjeros estadounidenses y
canadienses; quienes jamás carecen de agua potable, alumbrado público, pavimentación,
drenaje, recolección de basura y recolección de basura.
177
Lo antes expuesto, permite afirmar que la desigualdad en el crecimiento, las
contradicciones, el acaparamiento y especulación, han contribuido al desequilibrio
urbano de Mazatlán, el cual comenzó a manifestarse desde el momento en que se
asentaron los primeros extranjeros en el territorio.
Debido a que las inversiones privadas y estatales se concentraron en algunos puntos de
la ciudad (servicios turísticos y fraccionamientos residenciales), y a la poca o nula
respuesta por parte del Estado a la necesidad de servicios e infraestructura por parte de
los sectores más vulnerables de la sociedad, los espacios que ocupaban estos quedaron
condenados al atraso y deterioro.
Así, el proceso de urbanización de Mazatlán ocurrió de forma desequilibrada, ya que la
población se concentró en algunos puntos y lo polarizó, como resultado de la influencia
de intereses públicos y privados que provocaron el acaparamiento y la especialización
de determinadas zonas -como la Zona Dorada- y dejaron en el olvido a otras -como las
colonias populares entre ellas: la colonia Casa Redonda, ubicada en la zona de
influencia de la franja industrial.
Asentamientos humanos y vivienda en la colonia Casa Redonda
La colonia Casa Redonda fue fundada en una zona de marismas al sureste de la ciudad
a principios del siglo XX, por los extranjeros que contaban con la concesión otorgada
por el gobierno porfirista para las instalaciones del ferrocarril. Estos empresarios
otorgaron 40 terrenos a los ferrocarrileros que estaban a su servicio para que
construyeran sus viviendas dentro de la zona donde se encontraba la estación.
El nombre de este asentamiento se debe al taller donde se llevaban a cabo los trabajos
de mantenimiento y/o reparación de las máquinas del ferrocarril, que era de forma
circular.
Los ferrocarrileros que ocuparon estos terrenos construyeron sus viviendas de madera
y por encima del nivel de tierra, debido a que en temporada de lluvias o huracanes la
marea subía de nivel y los terrenos se inundaban, de esta manera evitaban que el agua
penetrara en sus casas.
178
A medida que el asentamiento crecía, las familias con menores recursos ante la
imposibilidad de construir su casa de madera habitaban en vagones en desuso del
ferrocarril.
Las viviendas de entonces no contaban con agua dentro de las mismas, sino que se
abastecían por medio de tomas de agua colectivas, gestionadas por los mismos
empresarios, y para el caso del drenaje sólo contaban con letrinas.
La decisión estatal de cambiar la estación hacia la colonia Esperanza ya que la
primera había quedado dentro de la mancha urbana y además era ya insuficiente para
ejecutar las labores de carga y descarga, esta fue removida a la colonia Esperanza.
Debido a ello y a la mejora de prestaciones que percibieron los trabajadores asentados
en la colonia Casa Redonda la mayoría de las familias fundadoras se desplazaron hacia
otros puntos de la ciudad entre otras razones, por la carencia de servicios y buscando
mejorar su nivel de vida.117
A través del tiempo este asentamiento fue creciendo en tamaño y en densidad de
población, no así la infraestructura y equipamiento ya que los terrenos nunca fueron
desincorporados, es decir, continuaron siendo propiedad del federal, razón por la cual la
gestión de servicios fue complicada desde sus inicios.
A pesar de ello, a través del tiempo los habitantes de la colonia Casa Redonda han
logrado que se les dote de servicios como el agua potable y la red de alcantarillado, ya
sea gestionado directamente con los gobiernos municipales o negociando durante las
campañas de los candidatos a la presidencia municipal sus votos. Sin embargo, las
manzanas más cercanas a esta red son las que han sido beneficiadas con el servicio, las
restantes descargan las aguas negras hacia las aguas marinas.
Por su parte la vivienda en su totalidad es de autoconstrucción por lo que la mayoría
carece de diseños planeados y funcionales, asimismo, sus propietarios las han ido
construyendo de manera progresiva con sus propios recursos.
117
González, Efrén. Testimonio. 2004
179
Otro de los problemas que ha frenado el mejoramiento de este asentamiento es el tipo
de propiedad de esta área de la ciudad, ya que los terrenos son considerados propiedad
federal (por haber pertenecido a Ferrocarriles Nacionales), lo cual ha impedido su
desincorporación. Eso ha impedido que los ocupantes de dicho asentamiento puedan
tramitar la legitimidad de la propiedad de los terrenos y les sea otorgada la
infraestructura urbana necesaria (como la pavimentación y la cobertura total de drenaje)
de manera formal.
La colonia Casa Redonda desde su fundación ha carecido de una traza urbana definida,
la cual se ha conformado de manera anárquica y ha continuado así. Para resolver el
problema de las inundaciones los primeros ocupantes se encargaron de rellenar los
terrenos con cascajo, para llegar a un nivel más alto, con lo cual desecharon la vieja
práctica de elevar las viviendas. Además los materiales para su construcción se
diversificaron, es decir, que el asentamiento cuenta con casas hechas de tabique y
concreto, así como de madera, cartón y lámina; lo cual está determinado por el nivel de
ingresos de sus ocupantes.
La colonia Casa Redonda a pesar de su antigüedad es uno de los asentamientos más
olvidados por los programas de regeneración estatales, no obstante su cercanía con el
centro de la ciudad, inclusive existen asentamientos más jóvenes que cuentan con
mejores servicios que este; que además es considerado uno de los lugares más inseguros
de la ciudad, y en donde existen problemas sociales como: alcoholismo, drogadicción,
delincuencia, entre otros. Las principales víctimas de la marginación que sufre este
grupo social son las personas que laboran en el Parque Industrial Alberto V. Bonfil.
En esta misma situación se encuentran diferentes colonias del puerto mazatleco, entre
ellas la Klein y 12 de Mayo colindantes con la Casa Redonda.
Se puede apreciar que la cercanía del Parque Industrial Alfredo V. Bonfil con la
colonia Casa Redonda no benefició el desarrollo de la misma, por el contrario ha
contribuido a deteriorarla aún más, como ya se mencionó el Parque Bonfil fue
construido sobre terrenos ganados al mar casi un siglo después que este asentamiento
fuera fundado, sin embargo, el contraste entre estas dos zonas es evidente. Estos parecen
ser dos mundos que coexisten con muchas diferencias de carácter urbano y social, ya
180
que se aprecia una polarización del espacio por parte del capital que acentúa la
exclusión social, espacial y económica de este lugar. Además esta colonia (Casa
Redonda) no ha sido considerada dentro de los programas de regeneración urbana
promovidos por los gobiernos municipal y federal.
Entre estos programas gubernamentales destacó uno que operaba en conjunto con los
colonos de algunos asentamientos (antes denominado Solidaridad) para llevar a cabo
trabajos de pavimentación en las calles, en donde el ayuntamiento ponía una parte de los
recursos y el resto los habitantes. Sin embargo, en muchos asentamientos de la ciudad
rechazaron pagar los cobros desmedidos que les requería el Ayuntamiento. Asimismo
algunos continúan demandando la dotación completa de servicios públicos, como la
colonia Mazatlán I y II, Klein y Casa Redonda entre otras. En el caso particular de esta
última el argumento que proporcionó el gobierno fue que los terrenos eran de zona
federal y como sus ocupantes no contaban con los documentos que avalaran la
regularización de la tenencia de la tierra, no era posible incluirlos en los programas.
Esto generó disgusto en este sector de la población y los llevó a exigir a las
autoridades que se tomaran en cuenta sus necesidades y opiniones, razón por la cual
propusieron participar en la toma de decisiones correspondiente a los requerimientos de
su colonia, sin embargo, no han logrado aún ni lo uno ni lo otro.
Poco después de la crisis económica que sufrió el país en 1994 el gobierno municipal
suspendió la aplicación de estos programas de mejoramiento por falta de recursos lo
cual anuló las esperanzas de los habitantes de la colonia Casa Redonda de mejorar sus
condiciones de vida.
A ello Beraud (1996) agrega: Los recortes al gasto social evidenciaron la crisis ante lo
cual las organizaciones demandaron una mayor participación en la gestión urbana con el
fin de defender el derecho de los colonos pobres a participar en la elaboración de
políticas de planificación urbana.118 Sin embargo, no hubo respuesta a esta demanda y
éstos no han logrado avanzar en las gestiones que les permitan regularizar el tipo de
118
Beraud, José Luis. Actores históricos de la urbanización mazatleca. 1996. pág. 149
181
tenencia y en consecuencia conseguir la urbanización total del lugar y así para revertir el
deterioro del asentamiento y de sus viviendas.
El territorio de esta ciudad portuaria refleja en cada una de sus zonas (desde la más
antigua, hasta la actual) los intereses de los distintos actores públicos y privados que han
intervenido en ella, básicamente con fines económicos, así como también los logros de
la clase trabajadora a través de movimientos sociales para hacerse de un espacio para
vivir.
El apoyo incondicional del Estado al capital y la poca o nula respuesta a las
necesidades de la clase subalterna es un foco rojo que salta a la vista en la ciudad de
Mazatlán, y como muestra está este caso de estudio.
Lo antes expuesto evidencia las acciones del gobierno y la iniciativa privada en
beneficio del sector servicios y como muestra están los trabajos de regeneración que se
llevaron a cabo en el Paseo Olas Altas (colocación de luminarias y jardineras, así como
pavimento estampado), en donde la Administración Portuaria Integral (API) aportó 1
millón 368 mil pesos y el Ayuntamiento 300 mil. Asimismo se llevó a cabo la
ampliación del malecón y su remodelación en los últimos dos años, con el propósito de
mejorar la imagen de la costera.
Las circunstancias impuestas por la especulación urbana han agudizado el problema de
la insuficiencia de espacios para la reproducción social, ya que los terrenos baldíos
ubicados en el área urbana, particularmente los más cercanos al centro de la ciudad y a
la Zona Dorada respectivamente, no se encuentran disponibles a pesar de estar
desocupados. Lo anterior se debe a que los propietarios de dichos terrenos los conservan
únicamente como una inversión, en espera de venderlos en un futuro a un precio muy
superior al que lo adquirieron o para utilizarlo ellos mismos y destinarlos a algún giro
de servicios.
Por esta razón los terrenos federales y ejidales han funcionado como opciones para la
clase trabajadora que no tiene acceso a los programas institucionales y que, por lo tanto
continuará resolviendo a su manera el problema de la vivienda para contar con las
182
condiciones mínimas para su reproducción, adaptando el territorio que invaden para este
fin
Con esto se comprueba una vez más que el gobierno está al servicio de los intereses
del capital (en este caso el turístico e industrial) y en contra de mejorar los espacios
donde habita la clase trabajadora. Esto se evidencia a través de las acciones que toma el
gobierno para proporcionar los medios materiales y operativos, para el desarrollo y
crecimiento de los lugares donde se ubican los sectores productivos; en el caso de los
espacios que ocupa la clase trabajadora no ocurre lo mismo, debido principalmente a
que en estos se genera una derrama económica importante y en donde los signos del
desequilibrio urbano se van acentuando cada vez más, particularmente a través de la
exclusión social y territorial.
4.2 Industria y desequilibrio urbano en la franja industrial-habitacional de
Mazatlán
La zona industrial de Mazatlán comenzó a configurarse en la periferia de la zona
central desde principios del siglo pasado (XX), en lo que corresponde a la franja costera
de la zona sur- oriental de la península mazatleca. Las primeras industrias fueron
producto de la inversión de los capitales provenientes del sector comercial y una de las
primeras en ocupar este lugar fue la de los astilleros, así como el muelle fiscal y la
aduana.
Durante mucho tiempo el estero El Infiernillo fue un obstáculo natural para que la
franja industrial se extendiera hacia el otro lado de este, razón por la cual marinas la
industria se asentó también en la parte perimetral del centro de la ciudad (como es el
caso de la Cervecería del Pacífico) y con esta algunos asentamientos habitacionales
como las colonias Lázaro Cárdenas, Gabriel Leyva y Montuosa, entre otras.
Sin embargo, con la construcción del Puente Juárez a principios del siglo XX la
industria se extendió hacia el otro lado del estero, siguiendo con el criterio de la franja
industrial. Cabe hacer notar que sobre esta misma franja, al final de la zona industrial se
construyó la primera estación del ferrocarril y surgió el primer asentamiento periférico
de la ciudad, denominado Casa Redonda ubicados en terrenos federales.
183
Años más tarde (década de los veinte) el descubrimiento del potencial camaronero de
Mazatlán y su posterior explotación que resultó ser importante, por parte de
cooperativistas y empresarios mexicanos, así como su importancia económica para el
país motivaron que el Estado se ocupara de suministrar la infraestructura necesaria
(ampliación de las obras portuarias y vías de comunicación) en la década de los cuarenta
para el desarrollo de esta actividad que significaba una importante entrada de divisas.
La lucha por la ganancia en esta actividad generó conflictos entre cooperativistas y
empresarios, sin embargo, esta continuó reportando una importante producción, por ello
fue necesario buscar medios que permitieran conservar el producto por más tiempo
para su posterior comercialización. Esto propició la construcción de congeladoras por
parte del capital privado, que a partir de entonces ostentó la supremacía en este negocio
diversificando el capital hacia el procesamiento y comercialización del crustáceo. Las
primeras congeladoras fueron ubicadas en la franja industrial, las cuales arrojaban los
desechos al mar propiciando la contaminación de estos cuerpos de agua.
Cabe hacer notar que hasta este momento (década de los cuarenta) el desequilibrio
urbano que presentaba esta zona de Mazatlán, se refería casi en su totalidad a la
destrucción que había sufrido el entorno natural y a las transformaciones espaciales por
parte del Estado y el capital, para llevar a cabo las actividades relacionadas con la pesca.
Es por ello que la ubicación de la industria en esta franja costera de Mazatlán
corresponde básicamente a las decisiones gubernamentales y a las actividades
productivas que se apropiaron de este territorio por la cercanía con el muelle fiscal y
con la avenida Gabriel Leyva que es una de las arterias principales de la ciudad que
comunica con el exterior.
Ante el crecimiento de la industria pesquera y como apoyo al programa de parques
industriales en los años setentas del siglo XX, el Estado se encargó de promover la
construcción del Parque Industrial Alberto V. Bonfil, el cual sería contenedor de todos
los negocios que tuvieran que ver con la industria alimentaria, particularmente la pesca
y todo lo que se derivara de ella.
184
La finalidad de dicho parque era concentrar en él todo lo relacionado con la actividad
pesquera, como la conservación de los productos capturados, servicios de buceo
profesional, reparación de embarcaciones, venta de insumos, entre otros.
El problema entonces fue encontrar el lugar dónde construirlo, ya que la parte central
de la ciudad estaba destinada al uso habitacional y comercial; y en la zona sur de la
ciudad la industria del turismo ya estaba asentada y continuaba desarrollándose, por lo
que era imposible pensar en asentarlo en esta, por la oposición de los empresarios
hoteleros y de los prestadores de servicios turísticos.
Debido a lo anterior se pensó en la franja industrial ya existente, pero esta se
encontraba saturada; sin embargo, y de acuerdo a la experiencia previa de ganar terrenos
al mar que había funcionado para destinar dichos espacios para otros usos (habitacional
y portuario), el gobierno tomó la decisión de hacer lo mismo para ubicar el parque
industrial.
Así lo más efectivo era asentarlo cerca de la zona industrial existente para darle
continuidad a esta y aprovechar la infraestructura con la que se contaba, sin embargo, su
ubicación debía estar al margen de las aguas marinas, para construir un muelle
destinado al desembarque de camarón y escama hacia las congeladoras o procesadoras
que serían instaladas en este mismo recinto.
El problema fue que donde finalizaba la franja industrial era un cuerpo de aguas
marinas y la zona con terreno firme más próxima era la vieja colonia Casa Redonda, por
lo que no era posible desalojarla debido a la oposición de sus ocupantes. Frente a esta
tampoco era posible ubicar el parque industrial puesto que además de no haber aguas
marinas, ya que se encontraban otros asentamientos habitacionales como las colonias 12
de Mayo, Klein y Loma Atravesada (en esta última la zona militar) que tampoco
aceptarían ser reubicados en otro lugar.
Fue por ello que las autoridades federales determinaron que la opción que dictaba la
experiencia para la ubicación del Parque Industrial, era ganarle terrenos al mar en la
zona ubicada entre la colonia Casa Redonda y la franja industrial existente, ya que de
esta forma se lograba dar continuidad a esta última.
185
Esta vez la decisión estatal para dragar en esta zona no sólo afectaba el entorno natural
marino (como ya había sucedido en el caso del fraccionamiento Playa Sur), sino a los
habitantes de esta colonia que a partir de la construcción del parque industrial vieron
que se alejaba la esperanza de que esta contara con servicios e infraestructura al menos
en un corto o mediano plazo. Asimismo el proyecto de parque industrial “encerró” a
este asentamiento, impidiendo con ello la continuidad de las calles.
La industria y el Estado paternalista que la fomentó y apoyó, fueron dos de los actores
que agudizaron el problema del desequilibrio urbano tanto en los asentamientos
humanos como de la vivienda y el uso desigual del territorio que estos ocupan en
Mazatlán; y como ejemplo está la colonia Casa Redonda en la cual no se refleja el
mismo desarrollo que en el área colindante.
Es por ello que el Parque Bonfil, así como la Zona Dorada se consideran como polos
de desarrollo dentro de la ciudad y que condenan al atraso y/o al estancamiento a otras
zonas de la misma y a sus pobladores, debido a que la urbanización no se ha llevado a
cabo de manera equilibrada en el espacio.
Diversos estudios sobre parques industriales son ejemplos entre muchos que nos
muestran políticas erráticas, casi siempre coyunturales, en las que el discurso y la
realidad se alejan.
El eje de estas políticas fue aparentemente la reducción de los desequilibrios
regionales más que los sociales. Por ello, sus acciones fueron básicamente
inversiones en infraestructura.119
Lo anterior confirma que la exclusión de los habitantes de la colonia Casa Redonda, no
es sólo territorial sino social, ya que en los estudios para la ubicación del Parque
Industrial Alfredo V. Bonfil, no se tomó en cuenta el impacto a nivel social que este
generaría entre los habitantes de los asentamientos cercanos. Los ocupantes de dichos
asentamientos quedaron condenados a la marginación y a un bajo nivel de vida, ya que
la dotación de infraestructura se concentró únicamente en el parque industrial.
La colonia Casa Redonda es informe, carece de una traza definida en sus calles y de
pavimentación; su sistema de alumbrado es ineficiente e insuficiente; las lámparas son
119
Iracheta, Alfonso. Planeación y desarrollo, una visión del futuro. 1997. pág.27
186
de poca luminosidad y mala calidad respecto a las que se encuentran en el Parque
Bonfil.
A esta colonia sólo se puede llegar por la avenida Gabriel Leyva y acceder por algunos
de los sectores de la avenida Puerto Veracruz del Parque Industrial. Es decir que este
rodeó la colonia impidiendo el ajuste y reorganización de la traza urbana.
A pesar de que en el Plan Director de Desarrollo Urbano 2000-2010120 de la ciudad de
Mazatlán se plantea que se llevarán a cabo acciones de mejoramiento urbano y
ambiental, esto no se ha concretado; asimismo dicho documento determina que el uso
de suelo industrial continuará en la misma zona de la franja y Parque industrial, para
aprovechar las vías de comunicación existentes pero no menciona qué acciones se
tomarán para solucionar el impacto negativo que el Parque Industrial ha provocado en la
colonia Casa Redonda, ni cómo se mejorarán las condiciones de esta.
Aún cuando el programa de mejoramiento de vivienda precaria busca beneficiar a
colonias ubicadas al oriente de la ciudad, entre ellas: Urías, La Sirena, Francisco I.
Madero, Mazatlán I, II y III, entre otras, donde además de mejorar la imagen de la
vivienda, la calle, el barrio y la colonia. La colonia Casa Redonda no está incluida en
este programa.
El mejoramiento urbano a que se refiere este Plan Director ha sido evidente sólo en
algunos puntos de la ciudad, particularmente en aquellos que están ubicados en las
zonas donde se concentra el desarrollo económico y en las zonas que ocupa la clase
hegemónica del puerto. Por otra parte, no ha sido evidente el mejoramiento ambiental
ya que a pesar de existir reglamentación para evitar la contaminación en cuerpos de
agua y del aire.
Se espera que estos Planes de Desarrollo Urbano operen como herramientas
planificadoras que permitan mejorar el funcionamiento de las ciudades, así como
prever, solucionar y corregir los problemas urbanos. Sin embargo, estos Planes
generalmente no responden a lo anterior ya que se convierten en un conjunto de
120
Plan Director de Desarrollo Urbano 2000-2010. Ciudad de Mazatlán.
187
aspiraciones acerca de debería hacerse y que no se lleva a cabo por falta de recursos y
por el choque entre los procesos, las decisiones y los deseos de la comunidad.
La colonia Casa Redonda pese a ser un asentamiento antiguo, algunos ocupantes de
este no cuentan con la regularización de la propiedad de sus terrenos, por lo que han
solicitado en diferentes ocasiones la desincorporación de estos al gobierno municipal y
estatal; sin embargo, sus solicitudes no han sido atendidas debido a que estas instancias
argumentan que los terrenos de esa colonia pertenecen a Ferrocarriles Nacionales. Quizá
ha faltado la organización de los afectados para exigir la regularización de su propiedad,
de la cual sólo conservan los derechos de propiedad.
Ello ha servido a los gobiernos para ignorar en los Programas de Desarrollo Urbano a
este asentamiento y por tanto no asumen compromiso alguno ante las necesidades y
demandas, como: pavimentación de las calles, reubicación de los ductos de PEMEX que
pasan a través del mismo, red de agua potable, regularización del alumbrado público,
entre otros.
El problema de la colonia Casa Redonda se manifiesta a través de su atraso y deterioro
con respecto a las ventajas con que cuenta el Parque Bonfil, el cual se ha convertido en
uno de los polos urbano económicos de la ciudad, donde se concentra una de las
actividades económicas con mayor participación en Mazatlán y en el estado, esta
relación entre estos dos lugares que ocupan una misma zona, es un claro ejemplo del
desequilibrio urbano.
…el territorio no puede desarrollarse homogéneamente, sino más bien de manera
desigual, heterogénea. Tal característica del desarrollo social exacerbada por las
relaciones de producción capitalistas nos lleva a constatar la existencia de partes
(regiones) prósperas, coexistiendo (combinadamente) con espacios destinados a
mantenerse en el olvido absoluto y sus habitantes subsistiendo en la miseria
extrema.121
La relación industria-desequilibrio urbano, se manifiesta en esta zona a través de las
transformaciones, la apropiación y destrucción del territorio causadas por la industria,
que como ya se dijo coexiste con espacios habitacionales a los cuales ha condenado al
121
Beraud, José Luis. Los movimientos sociales en la conformación territorial. 1995. pág. 116
188
atraso debido a que los intereses del Estado están enfocados a las actividades
económicas antes que a las necesidades sociales de los grupos más vulnerables de la
población.
El sector privado, se constituye como un elemento de ruptura del proyecto de
equilibrio urbano al originar espacios exclusivos, accesibles sólo para aquellos que
cuentan con los recursos necesarios para cubrir los costos elevados de estos y donde se
dan servicios que el gobierno estatal y municipal proporciona en conjunto con este
sector. Por lo tanto, los convierte en espacios de exclusión por medio de los servicios o
del equipamiento a través de la transferencia de recursos desde lo público.
La atención a los requerimientos de este asentamiento (Casa Redonda) y de muchos
otros en la ciudad, se tornó muy lejana después de la transformación del modelo
económico en los ochentas, que se enfocó a la modernización de la economía de
mercado, al impulso del surgimiento de grupos económicos, al refuerzo de los
existentes y a la mayor apertura a la inversión extranjera, así como a la liquidación,
fusión, transformación o privatización de empresas y organismos productivos antes
propiedad del Estado. El apoyo se dirigió particularmente a los lugares con un mayor
desarrollo de las actividades productivas, que para el caso de Mazatlán se enfoca hacia
la zona turística y en menor grado a la industrial.
Beraud (1996) confirma lo anterior cuando asevera que la prioridad que adquirió la
ciudad en la producción de soportes y condiciones necesarias a la reproducción social
está definida por el desarrollo de la industria y los servicios.122
Sin embargo, la especialización de la ciudad de Mazatlán no sólo se observa en la
división territorial del trabajo sino también en la división social del espacio, ya que se
localizan zonas que poseen todos los servicios urbanos, mientras otras carecen de
algunos o de todos ellos.
Asimismo la apropiación de terrenos en manos de unos cuantos, los problemas de
vivienda, la congestión e insuficiencia de vialidades; el empobrecimiento y los
122
Beraud, José Luis. Actores históricos de la urbanización mazatleca. 1996. p. 165
189
problemas de salud de los habitantes (especialmente de la clase trabajadora), reflejan el
fenómeno del desequilibrio urbano.
A pesar de la cercanía con el centro de la ciudad y su colindancia con el Parque
Industrial,
en la colonia Casa Redonda y las que le preceden, hay una carencia
importante de equipamiento urbano y servicios lo cual afecta la calidad de vida de los
habitantes. Tal es el caso de la recolección de basura que es muy irregular y que
enfrenta no sólo este asentamiento sino muchos otros de carácter popular. Razón por la
que los habitantes se ven en la necesidad de irla acumulando o en casos extremos
quemarla. Estas acciones ponen en riesgo su salud y contaminan el aire.
Resulta paradójico que los programas de gobierno para la recuperación del Centro
Histórico de Mazatlán basados precisamente en la historia que este contiene, no
incluyan la conservación y recuperación de este asentamiento (colonia Casa Redonda)
que es uno de los más antiguos en el municipio y en donde se estableció la primera
estación del ferrocarril, la cual fue demolida a finales del siglo XIX para la construcción
del Parque Industrial.
La concentración de las inversiones públicas y privadas que favorecen a un pequeño
sector de la sociedad que ha monopolizado y concentrado las actividades económicas en
lugares como la Zona Dorada o el Parque Bonfil por mencionar algunos, acentúa el
problema del desequilibrio urbano expresado en el acceso desigual, combinado y
diferenciado a los servicios y equipamiento urbano por parte de los sectores más
vulnerables del la sociedad, lo cual genera una inequidad social caracterizada por el
empobrecimiento y marginación de los habitantes de las zonas menos favorecidas por
los sectores productivos y por el Estado, lo que genera problemas sociales de gran
magnitud como la delincuencia y la inseguridad resultado de la inconformidad de estos
sectores en contra de la sociedad.
El resultado de esto es el rompimiento del equilibrio entre la existencia y demandas
urbanas de bienes, servicios y condiciones de organización social y espacial. Este
desequilibrio se agudiza, cuando el proceso de urbanización se presenta rápidamente y
190
sus efectos se expresan en el deterioro de las condiciones de vida en la ciudad;123 lo que
también explica y acentúa la diferenciación de oportunidades económicas y sociales que
aporta cada zona de la ciudad.
Asimismo, el desequilibrio urbano también se refleja en la falta de equipamiento
urbano de algunas colonias populares, ya que mientras las zonas residenciales y la
turística cuentan con edificios para la salud exclusivos y cercanos a estas, en los
sentamientos que ocupa la clase trabajadora no existen edificios para la salud dentro o
cerca de esta zona ya que las clínicas del ISSSTE, IMSS y de Salubridad están alejadas
de ellas. Por su parte, los edificios para la educación se encuentran diseminados por toda
la ciudad y en el caso particular de la colonia Casa Redonda, esta cuenta con dos
planteles un jardín de niños y un Colegio de Bachilleres (COBAES), al que acuden
jóvenes de diversas colonias.
También existen edificios y espacios destinados para la cultura (cines, teatros, museos,
entre otros) y la recreación (parques y plazas, entre otros, los cuales están dispersos en
distintas áreas de la ciudad.
Como se ha observado, la ciudad de Mazatlán cuenta con un equipamiento e
infraestructura urbana que satisface sólo a algunos sectores de la población;
principalmente a los productivos y a la clase hegemónica. Sin embargo, el gobierno aún
no logra cubrir a la totalidad de la población y esto se debe a las políticas de inversión
del modelo económico que aplica el Estado, el cual está enfocado a respaldar primero a
las inversiones y a los inversionistas públicos y privados; y después al resto de la
población.
Esto ha agudizado el problema del desequilibrio en cuanto a lo social, económico y
urbano. Asimismo, en Mazatlán este último se generó a causa de la transformación,
apropiación y destrucción que sufrió el territorio que ocupa la ciudad portuaria en donde
conviven zonas con distintas fuerzas productivas (industriales-turísticas-de servicioscomerciales-portuarias) y se concentra el desarrollo que convierte a estas zonas en polos
urbano-económicos. Ello genera la combinación de áreas favorecidas con recursos e
123
Ibarrola, Teodosio. Proyectos de Desarrollo Urbano. Planificación e implementación. Volumen III.
1984. p. 63.
191
inversiones con otras que permanecen en el estancamiento en donde se presentan
problemas de exclusión social, económica y espacial, además de un acceso desigual y
combinado a servicios e infraestructura.
4.3 Actores que intervinieron en el desequilibrio urbano de Mazatlán
La conformación espacial de la ciudad de Mazatlán es el reflejo de la división
territorial del trabajo, en donde las actividades productivas, la clase trabajadora y el
Estado determinaron la ocupación y los usos del suelo urbano.
Cabe señalar que esto habría sido imposible sin la intervención del Estado, el cual se
encargó de proporcionar los soportes necesarios para que la ciudad tuviera el desarrollo
que ha tenido.
En los diferentes momentos históricos de la ciudad las acciones estatales a través de
los tres niveles de gobierno se encargaron de fomentar el crecimiento comercial por
medio de la política de apoyo a las importaciones, con lo cual esta actividad en la
ciudad alcanzó un auge de grandes dimensiones a nivel regional.
También se encargó de legalizar la concentración de la propiedad territorial y de
producir las condiciones generales para la reproducción social. Con estas acciones la
clase hegemónica se apropió de la mayor parte del territorio, provocando con esto la
especulación territorial vigente hasta nuestros días. Por esta razón Mazatlán es el
municipio del Estado con un mayor número de lotes baldíos.
Esta práctica hoy en día se puede observar en el Centro Histórico de la ciudad ya que
con el programa de rescate se reanimaron las actividades de esta zona y además el valor
del suelo aumentó.
Como generalmente ocurre, los primeros que apoyaron dicho programa fueron los
empresarios e inversionistas del puerto, razón por la cual dirigieron nuevamente la
mirada hacia este lugar que durante largo tiempo estuvo olvidado.
192
Su perspectiva empresarial les indicaba que la recuperación de esta zona volvería a
convertirlo en un polo de desarrollo, pero esta vez enfocado al turismo. Por lo anterior,
se dedicaron a adquirir viejas fincas (en su mayoría del siglo XIX), algunos para
adaptarlas como restaurantes, hoteles y bares entre otros, pero respetando las fachadas y
en algunos casos los interiores que era lo que atraía al turismo. Otros sólo las compraron
como inversión, para esperar que el valor aumentara y entonces venderlas.
Su intuición no les falló, pues ahora el Centro Histórico de Mazatlán es una de las
visitas obligadas por el turismo, tanto por el que llega a hospedarse a los hoteles como
el que llega en los cruceros.
Cabe hacer notar que en la regeneración de la parte central de Mazatlán se invirtió en
el mejoramiento no sólo físico de las fincas, sino también en la infraestructura urbana.
Las calles fueron repavimentadas, se cambiaron las luminarias, se regeneraron algunas
plazuelas, se cambiaron los sentidos en algunas calles, otras fueron cerradas y se
repararon las redes de agua potable y drenaje del sector que circunda al teatro Ángela
Peralta y la Plazuela Machado.
La inversión llevada a cabo en esta zona fue aportada una parte por el Estado y otra
por la asociación denominada “Amigos del Centro Histórico de Mazatlán”, conformada
por empresarios principalmente.
En tanto la clase trabajadora continuó organizándose para apropiarse del territorio a
través de las invasiones en terrenos federales, ejidales y particulares. Esto alivió de
laguna manera la necesidad de vivienda de este sector de la población, aunque la
introducción de servicios urbanos generalmente tarda en llegar.
En esas condiciones impuestas por la especulación urbana ¿cómo logra mitigarse la
carencia de espacios para la reproducción social?. La propiedad ejidal y las reservas
federales han operado como alternativas. Por estas vías es que la población
trabajadora excluida de los programas habitacionales del Estado, seguirá
construyendo por cuenta propia condiciones mínimas de reproducción, por lo cual
deben incorporar mucho trabajo y recursos con el fin de que montes (parte oriente de
la ciudad), cerros (Lomas del Ébano, colonia Flores Magón) y marismas (esteros de
Urías y El Infiernillo), sean útiles a la reproducción social.124
124
Beraud, José Luis. Actores históricos de la urbanización mazatleca. 1996. p. 158
193
Esta práctica no ha cesado en la ciudad portuaria y se ha convertido en un problema
cotidiano para las autoridades que se ven en la obligación de negociar la reubicación de
los invasores en otras zonas de la ciudad, que son sacrificadas ya que algunas de ellas
son consideradas reservas naturales o terrenos ejidales.
Por otro lado, la construcción de viviendas de interés social continúa llevándose a cabo
por parte de empresas particulares a través de los programas Fovi, Sofoles, Invies,
Infonavit y FOVISSSTE. En donde como ya se mencionó, estos últimos negocian con
las empresas para adquirir la vivienda que posteriormente asignarán a los trabajadores
que tienen ese derecho.
Foto . Vivenda de INFONAVIT
Karla Sajarópulos. El Debate. 2005
El crecimiento más significativo de la mancha urbana se ha presentado hacia la zona
sureste del territorio, que antes eran terrenos ejidales. Esta zona está ocupada por
nuevos fraccionamientos de tipo social construidos a partir de 1994, entre los cuales se
encuentran San Joaquín, Villa Verde, Villa Florida, La Campiña, Colinas del Real, y los
Laureles, entre otros.
194
Todos ellos están urbanizados, sin embargo, algunos no cuentan con el equipamiento
urbano necesario, como zonas comerciales, hospitales, zonas de recreación, áreas
verdes, escuelas y con servicio de transporte al interior, lo cual obliga a los habitantes a
realizar recorridos extensos hacia las vías por donde transitan los autotransportes
locales.
En estos fraccionamientos el capital inmobiliario promovió la idea de que los
compradores vivirían en un lugar que contaba con la tranquilidad del campo pero con
las comodidades de la ciudad. El problema en la mayoría de ellos es que los
desplazamientos hacia las zonas donde se concentran las actividades productivas son
muy largos, lo cual encarece los gastos destinados para transporte de los habitantes de
estos fraccionamientos.
En el caso de los fraccionamientos residenciales ocurre lo contrario, pues estos están
ubicados en lugares privilegiados (hacia el sur), pues están bien comunicados con el
resto de la ciudad y cuentan con la infraestructura y equipamiento urbano necesarios
para su comodidad. El crecimiento de la ciudad para este sector de la población y para
las actividades relacionadas con el turismo se está generando hacia esta parte de la
ciudad.
El Estado también ha sido determinante en la desincorporación y expropiación de
terrenos para destinarlos al desarrollo de las diferentes actividades productivas y para la
reproducción social, con lo que se convirtió en el eje fundamental en la destrucción y
transformación territorial de Mazatlán, los argumentos que ha empleado es que a través
de estas acciones habrán nuevas fuentes de trabajo y una mejor calidad de vida para los
habitantes, y que el puerto alcanzará una mayor proyección como destino turístico.
Muestra de lo anterior son los dragados que se efectuaron en la Playa Sur, para
construir el fraccionamiento que lleva el mismo nombre, para la clase media-alta de la
ciudad; asimismo, los dragados que sirvieron de base al megaproyecto Marina Mazatlán
ubicado al norte de la ciudad y su actual ampliación, en donde se construyeron
residencias, campos de golf y dársenas para yates, destinados principalmente para el
gran turismo (extranjero) y para la clase hegemónica del puerto. Otro de los dragados
195
que se tiene planeado es para el proyecto del puerto de abrigo denominado Escalera de
Mar, entre otros.
Cabe mencionar que los capitales relacionados con el turismo y la pesca también
influyeron al Estado a través de propuestas económicas, para que la ciudad creciera y
fueran transformados algunos espacios (como el caso del parque industrial y de la
Marina Mazatlán).
Las actividades productivas están ubicadas en unos cuantos puntos de la ciudad, en
donde el desarrollo económico, urbano y social es evidente
La irracionalidad demográfica, social, ecológica y territorial ha generado estos
fenómenos (la concentración y centralización) y es la consecuencia de una
racionalidad económica y política que se ha sobrepuesto y sostenido sin considerar
el todo…a este proceso algunos lo han llamado “urbanización descapitalizada”.125
Esto limita la participación de los sectores menos favorecidos por su ubicación dentro
del territorio en las actividades económicas, así como el acceso de la clase subalterna
hacia la totalidad de la ciudad, a los servicios urbanos y a la apropiación del territorio, lo
cual provoca el descontento y resentimiento, que dan origen al desequilibrio urbanosocial.
El fenómeno del desequilibrio urbano en la ciudad portuaria de Mazatlán
El fenómeno del desequilibrio urbano se desencadenó desde el momento en que el
territorio se convirtió soporte para la importación y exportación comercial y en objeto
de la lucha de clases (por medio de la invasión de terrenos) para su ocupación, y alcanzó
dimensiones descomunales a partir de la aparición de la explotación pesquera y de la
industria pesquera, así como de la turística.
La fragmentación espacial que se observó en la ciudad se acentuó con el paso del
tiempo, puesto que las zonas de desarrollo no se articulaban con el resto del territorio
porteño.
125
Iracheta, Alfonso. Planeación y desarrollo, una visión del futuro. 1997. pág.27
196
La ciudad de Mazatlán a pesar de ser un soporte regional no estaba preparada para el
crecimiento y desarrollo que se desplegó en ella de forma vertiginosa. Esto tornó a la
ciudad cada vez más desigual tanto en lo territorial como en lo social, lo que provocó la
polarización del espacio y de la sociedad.
El desarrollo de las actividades productivas en la ciudad portuaria de Mazatlán no
correspondía con la infraestructura y equipamiento urbano de la ciudad, ya que se
volvió insuficiente para el inmenso contingente humano de la clase trabajadora que
llegaban día con día a ella.
Los servicios son uno de los componentes fundamentales de la funcionalidad
urbana y, en particular, de su papel en la distribución social de bienes.
Los servicios de redes como agua y drenajes, energía eléctrica, gas y teléfonos
permiten a los usuarios participar de los componentes de la vida urbana. La falta de
esos servicios implica, en consecuencia, una carencia grave para quienes están
territorialmente incorporados a la ciudad.126
La falta de atención a estos problemas han generado otros más en el resto del
municipio, como el atraso, precariedad, deterioro y pobreza de las localidades cercanas
a Mazatlán (San Ignacio, Escuinapa y El Rosario); así como de zonas ubicadas dentro
del mismo municipio en donde anteriormente se llevaban a cabo actividades agrícolas
y/o pesqueras (como Villa Unión), que se han vuelto urbanas por la influencia de la
ciudad portuaria y una extensión de ésta.
El crecimiento de las actividades industriales se está extendiendo hacia las poblaciones
de la zona sur del municipio debido a que en la cabecera municipal se ha restringido el
uso de suelo de tipo industrial, razón por la cual los usos de suelo de éstas están en
peligro de ser transformados.
Por otro lado, no ha sido fácil para los gobiernos municipales resolver las crecientes
demandas sociales, lo que ha traído efectos negativos tanto para el territorio, como para
la misma sociedad. Esto se observa a través de los congestionamientos de tránsito, la
126
Pírez, Pedro. Servicios urbanos: sociedad local y distribución económica en un contexto de reformas y
privatizaciones. En: Servicios y marco construido. 1999. pág 31
197
necesidad de ampliar el número de transportes y rutas, la ocupación del suelo de zonas
ejidales y federales (de las que muchas eran reservas naturales) para urbanizarlas y
destinarlas a los proyectos urbanos, turísticos, industriales y habitacionales; la
proliferación de vivienda precaria en lugares insalubres y el descontrol de la violencia y
la seguridad.
Lo anterior manifiesta el problema de la exclusión social y territorial de la población
de bajo nivel que es relegada hacia la periferia de la ciudad.
El resultado de esto provoca un desequilibrio urbano y el crecimiento
desmesurado y delirante de la zona urbana..
Las familias pobres se asientan generalmente en tierras no aptas para el desarrollo
urbano, carecen de servicios urbanos mínimos y no cuentan con base económica
alguna. En cambio los desarrolladores inmobiliarios encarecen en extremo el suelo
urbano que adquirieron a precios irrisorios.127
Cabe hacer notar que durante mucho tiempo la mancha urbana de la ciudad portuaria
así como la traza de esta creció de forma arbitraria, es decir, con base en los intereses
del capital y del Estado. Lo anterior se respaldaba en la falta de un plan de desarrollo, en
donde se llevara a cabo el estudio del crecimiento y ocupación del territorio.
La ausencia de un documento que normara y restringiera las decisiones del Estado para
la ocupación del suelo y su ocupación, así como la concentración del crecimiento en
algunas zonas de la ciudad también fomentó el desequilibrio urbano.
No fue sino hasta principios de la década de los setenta cuando se promovió el Plan
Director para el desarrollo de la Región Metropolitana de Mazatlán por los gobiernos
federal y estatal , que concretó la disposición actual de la división social del territorio.
Después de varias modificaciones en 1991 se aprobó el Plan Director Urbano de
Mazatlán, que se llevó a cabo por el gobierno estatal y municipal. En este documento se
proyectó la directriz del crecimiento de la mancha urbana a corto, mediano y largo
127
Contreras, Sergio. Exclusión y exclusividad en la Ciudad de México: el espacio público al debate. s.f.
http://www.crim.unam.mx
198
plazo; y se exaltó que la participación de estos era fundamental para la planeación y
regulación del desarrollo urbano de la ciudad.
Sin embargo, nuevamente la ciudad quedó a merced de las componendas del Estado
benefactor del capital. Es decir, que las decisiones más importantes respecto a la
ocupación del espacio urbano, fueron tomadas por los empresarios del puerto y
posteriormente planteadas al gobierno estatal y municipal. Dichas decisiones finalmente
se dirigieron al suministro de obras en zonas específicas para el crecimiento del capital
principalmente, lo que generó que las acciones que debieron haber sido públicas se
transformaran en condiciones económicas y fueran en contra de los sectores más
vulnerables.
A ello se puede agregar que el funcionamiento correcto de los servicios en las zonas
habitacionales populares, el desarrollo educativo y social de sus ocupantes, las
aspiraciones de una mejor calidad de vida y la pobreza, entre otros, son problemas que a
los grupos de poder no les interesa resolver, ni los considera ventajosos para que estén
incluidos en los procesos de planeación territorial. Por lo anterior, el crecimiento
demográfico de las ciudades y el atraso en cuanto a la oferta de servicios para la
creciente población que integran los grupos menos favorecidos, implica que vivan en
condiciones inadecuadas (insalubres, inseguras, de alto riesgo, entre otras) para la
reproducción social.
Además el desequilibrio urbano-territorial se ha convertido en una condición para el
crecimiento del capital.
Ordóñez128 puntualiza que la concentración de inversiones públicas y privadas en
algunos puntos del territorio mazatleco ha favorecido un crecimiento urbano que
agranda las distancias geográficas entre la vivienda y los lugares de trabajo, estudio,
compras y ocio. Con ello también creció la distancia entre las personas respecto a la
riqueza y la exclusión
128
Ordóñez, José Luis. Acerca del impacto ambiental de alta velocidad. En: Jornada en Defensa del
ferrocarril. s.f. http://www.izquierdaunidatoledo.org
199
La tendencia de la urbanización actual en gran parte de las ciudades es la continua
concentración de la población en algunos puntos favorecidos de sus territorios, lo que
propicia la aglomeración urbana y la polarización de ellos. Esto último anula cualquier
posibilidad de lograr un equilibrio territorial y urbano, asimismo propicia la
desestabilización de los asentamientos humanos. Sin embargo, se debe aclarar que muy
pocas ciudades han logrado consolidar un equilibrio urbano en donde las actividades
productivas de la ciudad y las decisiones del Estado sean incluyentes para todas las
fracciones de la población.
200
Conclusiones
El objetivo general consistió en realizar el análisis para explicar el Desequilibrio
Urbano en la ciudad de Mazatlán, por medio de la distribución del equipamiento e
infraestructura urbana en las zonas donde se encuentran las actividades productivas y las
zonas habitacionales; específicamente en la zona de influencia de la industria pesquera.
Para ello fue necesario interpretar el crecimiento urbano de la ciudad como resultado
de los diferentes sectores productivos y a partir de esto se determinar cómo ha afectado
esta industria la calidad de la vivienda ubicada en la zona industrial.
De acuerdo a esto se tienen las siguientes consideraciones y propuestas.
El surgimiento de la ciudad de Mazatlán y la aparición del Desequilibrio Urbano en el
escenario mazatleco no fue un hecho accidental, más bien correspondió a la correlación
de
las fuerzas productivas, trabajo y Estado para llevar a cabo la apropiación,
destrucción y transformación del territorio, para conseguir un espacio que permitiera el
desarrollo y crecimiento de las actividades económicas y de la reproducción social.
Para conocer los alcances y el impacto que tuvieron estos tres actores en el territorio y
cómo propiciaron la aparición del desequilibrio urbano, es necesario determinar cuales
fueron las acciones con las que participaron.
En este sentido, el capital sufrió varias transformaciones a través del tiempo que fueron
provocadas por los intereses económicos del momento, es decir, primero fue el
comercio importador-exportador que se encargó de apropiarse del territorio y de su
transformación, así como de su organización con el consentimiento del Estado.
Mazatlán llegó a ser la ciudad más importante del noroeste, por su ubicación y
desarrollo en la economía regional por lo que el Estado y el capital se encargaron de
suministrar los soportes urbanos necesarios para impulsarla.
Una de las particularidades en la construcción de soportes urbanos (infraestructura y
equipamiento) es que fueron destinados principalmente para el desarrollo de las
201
actividades productivas y para la clase hegemónica del puerto, la clase trabajadora
quedó excluida por largo tiempo de estos beneficios.
El Estado y el capital se encargaron de privilegiar y especializar algunas zonas de la
ciudad para llevar a cabo en estas las actividades productivas, con lo que mantuvieron
en el atraso otras zonas menos atractivas que denotaban la marginación y pobreza de los
grupos más vulnerables del puerto.
El apoyo estatal a los grandes proyectos que genera el capital es evidente en la ciudad
de Mazatlán, desde el inicio de la práctica de ganar terrenos al mar para destinar estos
espacios a las actividades productivas o para fraccionamientos residenciales a un alto
valor.
Un ejemplo de ello es la desincorporación de terrenos federales de lugares como el
Fraccionamiento Playa Sur, el Parque Industrial Alfredo V. Bonfil, el Recinto portuario
y el megaproyecto Marina Mazatlán, entre otros. Con estos proyectos la ciudad se
expandió considerablemente, sin embargo, se debe puntualizar fueron pensados por y
para el capital.
La ejecución de estos proyectos ocasionó importantes gastos al gobierno, los cuales en
su momento pudieron haber sido destinados para el mejoramiento los servicios urbanos
de otras zonas de la ciudad, específicamente las colonias populares. Sin embargo, la
realidad es otra ya que el Estado no invierte en obras que sabe que no le producirán
ganancias y en el caso de las colonias populares esto es impensable.
Otro de los elementos que propició la aparición de los polos de desarrollo en el país
fue la industria. En este sentido el apoyo que recibieron algunas ciudades mexicanas
durante la época de la industrialización por parte del Estado, también alcanzó a
Mazatlán y dio paso a la especialización de las actividades productivas.
Con esto los comerciantes diversificaron el capital hacia esta actividad, en la que cabe
aclarar también ocuparon la supremacía a nivel regional.
202
Esta etapa marcó el comienzo de una acelerada urbanización de la ciudad efectuada
por el Estado, para lo cual fue necesario arrasar con una gran extensión de áreas
naturales con la finalidad de ocupar el espacio para asentar a la incipiente industria y
para crear los soportes urbanos necesarios (la carretera Mazatlán-Durango, el Puente
Juárez, las obras portuarias, ampliación de algunas arterias viales como la avenida
Gabriel Leyva, alumbrado público, ampliación de las redes de drenaje y agua potable,
entre otros) para su desarrollo.
A partir del descubrimiento del potencial pesquero del puerto de Mazatlán (siglo XX)
y las jugosas ganancias que esta actividad aportaba, se convirtió en una lucha de
poderes entre el sector social (cooperativas) y el capital privado (armadores), en donde
el Estado se inclinaba hacia donde le era más conveniente.
La alta producción, sobre todo de camarón permitió que nuevamente el capital
comercial-manufacturero se diversificara hacia esta actividad y comenzara la
industrialización del producto para exportarlo a los mercados internacionales.
Sin embargo, esta actividad ha ido a la baja después de que el Estado le retiró los
apoyos, particularmente en 1994 con el Tratado del Libre Comercio y con los problemas
que ha enfrentado respecto a las constantes reformas a la normatividad, las bajas
capturas, el alza al combustible de las embarcaciones, el abaratamiento del producto por
parte de las empresas comercializadoras, la falta de apoyos financieros para renovar la
flota y a la falta de vigilancia para evitar la pesca ilegal, han puesto en peligro la
permanencia de esta actividad y de la industria que depende de ella.
El crecimiento que en su momento tuvo la industria pesquera y la importancia que
alcanzó para la entrada de divisas al país, fueron los dos principales motivos para que la
ciudad de Mazatlán entrara en el Programa de Parques Industriales promovido por el
Estado.
Esta decisión gubernamental impactó de nueva cuenta el territorio del puerto, ya que
para construir el Parque Industrial Alfredo V, Bonfil, se dragó el cuerpo de mar que
rodeaba la colonia Casa Redonda para establecerlo en este lugar.
203
Pese a los pronósticos negativos en cuanto a su funcionamiento el parque industrial
superó las expectativas y en poco tiempo ya estaba ocupado en su totalidad, y gozando
de los servicios e infraestructura urbana necesaria para su desarrollo.
Cabe hacer notar que la cercanía del Parque Industrial con la colonia Casa Redonda,
no significó ningún beneficio para el asentamiento popular que se encuentra
“encajonado” por el parque, sin pavimentación, con una red de servicios obsoleta y
careciendo de una traza urbana definida.
La franja industrial y particularmente el Parque Industrial son dos de los elementos
que detonaron el desequilibrio urbano en esta parte de la ciudad. En donde se observa
un atraso considerable en cuanto al acceso hacia la infraestructura y equipamiento
urbano, y que han derivado en problemas como el deterioro de la vivienda y el
empobrecimiento y marginación social de sus habitantes.
Este problema se observa en otros asentamientos populares de la ciudad cercanos a los
polos de desarrollo, como es el caso de las colonias cercanas a la zona turística.
La pesca y el turismo están estrechamente vinculados debido a que las ganancias
obtenidas en la pesca, permitieron a que los capitalistas del puerto dirigieran las
inversiones hacia el turismo. Una vez más el capital se apropiaba de las actividades
productivas que prometían, como lo habían hecho antes los comerciantes importadores
con las manufacturas y posteriormente con las actividades e industria pesquera.
Desde su surgimiento estas actividades se caracterizaron por propiciar los cambios de
uso de suelo y su especialización.
El turismo ha logrado ocupar un lugar importante en el panorama económico del
puerto y es el sector que no ha dejado de ser beneficiado por el Estado. No obstante,
también ha propiciado el desequilibrio urbano de las zonas en donde está inserto, en
donde las zonas habitacionales de la clase trabajadora también enfrentan los problemas
que se mencionaron en el caso de la colonia Casa Redonda.
204
La industria turística y la pesquera han acelerado y acentuado el proceso del
desequilibrio urbano reflejado en el acceso desigual y combinado al suelo urbano, en el
acaparamiento de este, en la insuficiente infraestructura y servicios básicos de un gran
número de colonias populares y en el empobrecimiento y marginación de sus habitantes.
El crecimiento económico de ambas actividades y el acaparamiento territorial también
han impactado en el crecimiento demográfico, y social lo cual es evidencia de la falta
de viviendas para la clase subalterna.
Por su parte la figura del acaparador de la propiedad territorial ha jugado un papel muy
importante desde que apareció en el escenario (XIX), lo cual habría sido imposible sin
la intervención del Estado que se encargó de solapar esta práctica por medio de decretos
y leyes que aparentemente iban dirigidas al total de la población, y que en realidad
estaban instrumentadas para que los grupos de poder adquirieran los terrenos que
desearan.
Este integrante del capital logró sobrevivir a todos los sucesos que impactaron al
territorio de Mazatlán (principalmente económicos y sociales) lejos de debilitarse o
desaparecer, se fue fortaleciendo y logró llegar hasta la ciudad actual, en la que es
evidente su presencia. Basta con recorrer el puerto para darse cuenta que más de la
tercera parte del espacio está desocupado y aparece en los registros catastrales a nombre
de unos cuantos. Esto ha orillado a la clase trabajadora a asentarse en la periferia ya que
no cuentan con recursos económicos para adquirir un terreno en la ciudad.
Este integrante del capital y sus acciones desencadenaron las luchas sociales de la
clase trabajadora por apropiarse del territorio a la fuerza en 1935.
Antes de este momento, para la clase trabajadora era difícil resolver la necesidad de
vivienda lo que la forzó a reproducirse en las circunstancias impuestas por los
“engordadores del suelo”, que construyeron casas y vecindades en la periferia de la
ciudad para alquilarlas a los trabajadores, que vivían hacinados. Con esto la mancha
urbana se expandió hacia el norte, pero también acentuó la marginación y pobreza
social.
205
Esto provocó que la exclusión territorial y social se hiciera manifiesta en Mazatlán y se
debió a diferentes cuestiones entre las que se encontraban: la carencia de servicios
básicos para la población en general, como la falta de agua potable, drenaje,
pavimentación y alumbrado. Sin embargo, para la zona comercial y residencial del
puerto este problema fue resuelto a partir de 1890, por parte del gobierno y del capital.
No así para los asentamientos populares, que sufrieron por largo tiempo la carencia de
servicios y de vivienda.
Lo expuesto hasta este momento no habría sido posible sin la participación del actor
principal: el Estado, el cual a través de los tres niveles de gobierno promovió las
actividades comerciales bajo la política del fomento a las importaciones y ha llevado a
cabo las acciones necesarias para legalizar el acaparamiento de la propiedad territorial,
se ha encargado de producir las condiciones para la reproducción social, ha permitido y
ejecutado
la destrucción y transformación de zonas de reserva por medio de la
desincorporación para usos de servicios, habitacionales, turísticos e industriales y se alió
con el capital para regular el crecimiento urbano de Mazatlán. En donde el capital
terminó subordinando tanto al territorio como a la sociedad.
Cabe aclarar que la relación capital Estado ha generado diversas manifestaciones del
desequilibrio urbano en la ciudad portuaria de Mazatlán, como la exclusión territorial y
social de la clase subalterna de algunas zonas. Entre estas se puede mencionar la
concepción que tiene este sector de la Zona Dorada, a la cual considera una ciudad
dentro de la misma ciudad, es decir, un lugar ajeno al puerto, ya que en este lugar se
desarrollan las actividades relacionadas con el turismo.
Esta área de la ciudad es uno de los polos de desarrollo y crecimiento del territorio, en
donde se cuenta con la infraestructura y equipamiento urbano necesarios para quienes
ocupan este espacio (el turismo y la clase hegemónica). Con base en los requerimientos
de los habitantes de este lugar se toman gran parte de las decisiones de la ciudad, ya sea
la reparación o ampliación de las vialidades, el suministro de energía eléctrica y la
remodelación de los soportes urbanos, entre otros.
En lo que respecta las actividades culturales e identitarias de la población, el Centro
Histórico es el que ha concentrado todo lo que se relaciona con esto. Su rescate costó
206
una fuerte suma de dinero y fue promovido por los empresarios turísticos de la ciudad,
que se dedicaron a adquirir la mayoría de las fincas ubicadas en el nodo formado por la
Plazuela Machado y la Plazuela República, después de advertir que en el turismo había
resurgido el interés por este lugar.
Dichas fincas fueron adaptadas para convertirlas en hoteles, restaurantes, bares y
galerías, entre otros giros. Con ello, el comercio del Centro Histórico se reactivó y ha
ido recuperando el uso habitacional.
Otro de los atractivos turísticos es el Carnaval que se lleva a cabo año con año, el cual
ha sido motivo de disputa entre los grupos de poder de la Zona Dorada y la clase
subalterna. Esta fiesta tradicionalmente se ha ubicado en la zona costera de las Olas
Altas y ha beneficiado a la industria turística asentada en esta parte de la ciudad, la cual
por mucho tiempo estuvo olvidada y opacada por la Zona Dorada.
Durante el tiempo que se lleva a cabo el Carnaval (6 días) la economía del puerto se
reaviva, principalmente la de la industria turística y de servicios, por la llegada de
turismo extranjero (Estados Unidos y Canadá principalmente) y nacional.
Por la derrama económica que se registra de las fiestas carnestolendas, el capital
privado de la Zona Dorada solicitó al Ayuntamiento el cambio del Carnaval hacia ésta
área de la ciudad, sin embargo, los empresarios de las Olas Altas y el pueblo en general
se opusieron a esta propuesta, sobre todo los últimos que consideraban que este cambio
sugería la apropiación de la fiesta por la clase hegemónica del puerto. Ello significaba
que la libertad de divertirse a sus anchas finalizaría y terminaría siendo un evento para
los ricos.
Finalmente el pueblo ganó y el Carnaval continúa llevándose a cabo en el mismo lugar
donde inició hace 106 años.
Cabe hacer notar que entre esta fiesta y el Centro Histórico hay un fuerte y antiguo
vínculo, puesto que mientras la mayoría de los participantes de las clases media y baja
ocupan el territorio de las Olas Altas, los de la clase hegemónica se dedican a festejar
en la Plazuela Machado y sus alrededores o en la Zona Dorada.
207
Aunque el tema del Carnaval no aparece en el cuerpo de la investigación, era necesario
utilizar este ejemplo, para demostrar cómo el capital privado busca obtener el dominio y
control en todas las actividades que signifiquen ganancia, excluyendo a la clase
trabajadora que se opone al arrebato de “su fiesta”. Ello habla de la distancia que
predomina no sólo en el territorio, sino en las relaciones sociales aún cuando sea para
una fiesta local.
A través de la investigación se mostró que la industria pesquera asentada en el Parque
Industrial Alfredo V. Bonfil entre otras actividades económicas que se desarrollan en
Mazatlán como el turismo, los servicios y el comercio, es uno de los detonadores del
desequilibrio urbano de las zonas habitacionales populares y de otras áreas de la ciudad.
Particularmente de la colonia Casa Redonda, en donde manifiesta a través del acceso
desigual y diferencial a los servicios de agua potable, drenaje, alumbrado,
pavimentación, seguridad y servicios urbanos en general.
El desequilibrio urbano ha incrementado la distancia social de los ocupantes de este
asentamiento con respecto de las zonas privilegiadas de la ciudad que cuentan con la
infraestructura y equipamiento urbano necesarios para vivir dignamente.
Uno de los indicadores de este desequilibrio urbano es el contraste que existe entre el
desarrollo de algunas zonas que conviven con otras depauperadas como es el caso de el
Parque Industrial y la colonia Casa Redonda.
La relación industria- desequilibrio urbano manifiesta las transformaciones, la
apropiación y destrucción del territorio causadas por la primera, que como ya se
mencionó coexiste con espacios habitacionales a los cuales ha condenado al atraso
debido a que los intereses del Estado están enfocados a las actividades económicas antes
que a las necesidades sociales de los grupos más vulnerables de la sociedad.
Por lo tanto, el desequilibrio urbano en Mazatlán es una consecuencia de las fuerzas
productivas localizadas en determinadas partes del territorio en donde las mejores zonas
208
están controladas por el capital con el consentimiento del Estado, para obtener
beneficios a futuro
En este contexto es posible afirmar que el desequilibrio urbano es inherente al eje
Estado-capital-fuerza de trabajo.
Entre las propuestas que surgen de esta investigación se encuentra la necesidad de
rehabilitar los elementos deteriorados por el desarrollo urbano, turístico, portuario e
industrial de Mazatlán, como la regeneración de los espacios urbanos y las viviendas de
algunos asentamientos que han sido afectados por estos.
Asimismo es necesaria la aplicación de una planificación estratégica que se aplique
para fomentar el desarrollo territorial, urbano y habitacional que se ajuste a políticas que
promuevan el equilibrio de los recursos naturales, la ocupación del espacio congruente
con la distribución territorial de la población, el control del uso de suelo, la atención a
los rezagos en cuanto a infraestructura y equipamiento urbano, y el acceso a ellos por
todos los sectores de la población.
Para el caso de la colonia Casa Redonda el primer paso para frenar el desequilibrio
urbano sería la gestión de la desincorporación de los terrenos y la regularización de la
tenencia de la tierra. Para después buscar la manera de reajustar la traza urbana y
pavimentar las calles, así como cubrir en su totalidad la demanda de servicios urbanos
para frenar el deterioro de las viviendas y fomentar la autoconstrucción de las viviendas
de madera, cartón y lámina.
Por otro lado restringir la combinación de usos de suelo incompatibles, es decir la
coexistencia de la industria y la vivienda en un mismo territorio, sobre todo cuando la
industria llega después que la zona habitacional.
Reubicar las industrias que se asentaron en esta zona después de la década de los
ochenta y que han encerrado este asentamiento. Para integrarlo totalmente con el resto
de la ciudad.
209
Si bien es cierto que no existe una ciudad en completo equilibrio urbano, se debe
reconocer que nunca antes había habido tanto desequilibrio urbano en las ciudades,
como es el caso de algunas ciudades como Mazatlán.
La tendencia de crecimiento urbano de Mazatlán no muestra un posible cambio a
pesar de los problemas urbanos que se han presentado en la ciudad y que han dado
origen y fomentado el desequilibrio urbano.
Por su posición geográfica Mazatlán continuará concentrando bienes y servicios en
algunas partes del territorio y continuará ejerciendo el predominio a nivel regional. Con
lo cual los problemas de carácter social se incrementarán.
El capital seguirá ostentando su hegemonía en la configuración urbana y continuará
tomando decisiones en el territorio para su beneficio.
El desarrollo turístico se convertirá en la principal actividad económica del puerto y
debilitará aún más otras actividades económicas como la industria, entre otras.
Para que el desarrollo turístico continúe en ascenso será necesario atender el problema
de las redes de drenaje y la construcción de una nueva planta de tratamiento de aguas
negras, así como la reparación de calles y banquetas de la Zona Dorada y el Centro
Histórico.
En lo que respecta a la pesca y su industria, probablemente sigan en descenso debido
por un lado, a la indiferencia del gobierno a las demandas del sector pesquero como la
regulación en el control de precios, la importación de camarón extranjero con lo cual se
abarata el nacional, la pesca ilegal y furtiva, la falta de vigilancia para frenar este
problema, los aumentos constantes al diesel marino.
Y por otro lado la falta de liquidez de los armadores, la sobreexplotación del crustáceo
y la obsolescencia de la flota camaronera.
210
Los asentamientos populares continuarán deteriorándose ante la falta de apoyo por
parte del Estado, provocando mayor pobreza, marginación social, inseguridad y
probablemente levantamientos sociales.
El Parque Industrial Alfredo V. Bonfil continuará concentrando las actividades
pesqueras, en tanto haya producto suficiente en altamar y corriendo el riesgo de
colapsarse ante el exceso de peso que se registra durante las temporadas de zafra
camaronera.
211
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