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INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL ESCUELA SUPERIOR DE INGENIERÍA Y ARQUITECTURA UNIDAD PROFESIONAL TECAMACHALCO SECCIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO E INVESTIGACIÓN EL IMPACTO DE LA INDUSTRIA PESQUERA SOBRE LOS ASENTAMIENTOS HUMANOS. EL CASO DEL DESEQUILIBRIO URBANO EN MAZATLÁN, SINALOA TESIS QUE PARA OBTENER EL GRADO DE MAESTRÍA EN CIENCIAS EN LA ESPECIALIDAD DE ARQUITECTURA PRESENTA: ADRIANA MARÍA MANCILLA IBARRA DIRECTOR DE TESIS MC. ARTURO ESPAÑA CABALLERO TECAMACHALCO, ESTADO DE MÉXICO OCTUBRE 2005 INSTITUTO POLITECNICO NACIONAL ESCUELA SUPERIOR DE INGENIERIA Y ARQUITECTURA UNIDAD PROFESIONAL TECAMACHALCO SECCIÓN DE ESTUDIOS DE POSGRADO E INVESTIGACIÓN IMPACTO DE LA INDUSTRIA PESQUERA SOBRE LOS ASENTAMIENTOS HUMANOS EL CASO DEL DESEQUILIBRIO URBANO EN MAZATLÁN, SINALOA TESIS QUE PARA OBTENER EL GRADO DE MAESTRÍA EN CIENCIAS EN LA ESPECIALIDAD DE ARQUITECTURA PRESENTA: ADRIANA MARÍA MANCILLA IBARRA DIRECTOR DE TESIS: MC. ARTURO ESPAÑA CABALLERO CODIRECTOR: DR. RICARDO A. TENA NÚÑEZ ASESORES: M.C. IGNACIO RABÍA TOVAR DR. SALVADOR URRIETA GARCÍA DR. JOEL AUDEFROY Tecamachalco, Estado de México octubre 2005 Índice Pág. Presentación……………………………………………………………………………..I Introducción…………………………………………………………………………...III Palabras clave………………………………………………………………………....IX Capítulo I. Urbanismo Portuario y desequilibrio urbano…………………………...1 1.1 El urbanismo en ciudades portuarias……………………………………………..….2 1.2 Desequilibrio urbano………………………………………………………..……...32 1.3 Proceso urbano-formativo de la ciudad de Mazatlán………………………………38 Capítulo II. Ciudad portuaria de Mazatlán……………………………………...….61 2.1 Crecimiento urbano en Mazatlán………………...………………………………....62 2.2 Formas y usos de suelo……………………………………………………………..82 2.3 Infraestructura urbana y equipamiento urbano en Mazatlán……………………….88 2.4 Sectores productivos………………………………………………………...…….114 Capítulo III. La industria pesquera en Mazatlán………………………………….128 3.1 Industrialización en Sinaloa……………………………………………………….130 3.2 Industria en Mazatlán……………………………………………………………..135 3.3 Actividades e industria pesquera en Mazatlán……………………………………140 3.4 Políticas de apoyo a la industria pesquera………………………………………...156 Capítulo IV. El desequilibrio urbano en Mazatlán …………………………..…164 4.1 Los asentamientos humanos y su intervención en el desequilibrio urbano de Mazatlán……………………………………………………………………….167 4.2 Industria y desequilibrio urbano en la franja industrial-habitacional …………….185 4.3 Actores que intervinieron en el desequilibrio urbano de Mazatlán……………….194 Conclusiones……………………………………………………………………..…...203 Bibliografía………………………………………………………………… …………..i Hemerografía……………………………………………………………..…………......ii Mediografía…………………………………………………………..…………………iii Presentación La tesis que aquí se presenta es producto del protocolo de investigación desarrollado durante los dos años y medio cursados en la Maestría en Ciencias con Especialidad en Arquitectura, la cual se imparte en la Sección de Estudios de Posgrado e Investigación de la ESIA-Tecamachalco. En un principio dicho trabajo estaba dirigido a investigar el impacto de las granjas camaronícolas sobre el entorno urbano de la ciudad de Mazatlán. Conforme se avanzaba en el desarrollo de aquel protocolo y con base en las observaciones, sugerencias y cambios, este tuvo un giro hacia las cuestiones urbanas. Esto se debió a que se formalizaron tres líneas de investigación en esta SEPI: Vivienda, urbanismo y medio ambiente (bioclimática); más tarde se les asignó otro título sin mucha variación, sólo se concretó el propósito de manera más clara. Con base en lo anterior y al consolidarse la estructura de investigación de la sección, este trabajo se ubicó en la línea de ciudades y procesos urbanos. Ello implicó entonces, dejar de lado las granjas camaronícolas y su relación con el entorno urbano, para empezar a considerar a la ciudad de Mazatlán como un hito portuario que contribuyó al origen, formación y desarrollo de una de las regiones económicas importantes del país, con base en su producción pesquera. En ese contexto se perfiló el nuevo protocolo de investigación, el cual partió de ubicar a esta ciudad en un marco más amplio. Fue entonces que la cuestión urbana sentó las bases para desarrollar el conocimiento sobre cómo se originó el puerto de Mazatlán y cuál fue el proceso de crecimiento y expansión que tuvo la ciudad a partir de la producción pesquera. Pero como no se trataba de realizar la historia urbana de la ciudad de Mazatlán, se recurrió a la disciplina del urbanismo. I En éste confluyen otros campos de conocimiento, que al integrarse en un problema de investigación concreto, contribuyen a visualizarlo de manera más amplia, compleja y dinámica. De aquí que el urbanismo fue la disciplina que permitió destacar que las ciudades y sus procesos urbanos no son lineales ni se dan de manera natural, al contrario, intervienen distintos factores, actores y sectores que dan ciertas características al proceso de urbanización y que, como resultado de ello, se obtiene la estructura, conformación y constitución de la identidad urbana de las ciudades, sean estas al interior del territorio o aquellas que se asientan en las costas de éste. II Introducciòn En este marco se ubicó la problemática urbana de la ciudad portuaria de Mazatlán pero, no como una tendencia natural y ajena a la participación de los distintos actores; sino como un proceso donde se dan antagonismos y contradicciones que permiten ver cómo en el crecimiento de esta ciudad y su conformación, se presenta el desequilibrio urbano. La ciudad portuaria de Mazatlán está ubicada en la región sur del estado de Sinaloa, posición que tanto histórica como geográficamente, le permitió operar como una zona de influencia comercial, económica e industrial con base en la producción pesquera. Además en las dos últimas décadas del siglo veinte, ha funcionado como un centro de atractivo turístico, principalmente extranjero. Desde el contexto histórico el noroeste mexicano fue escenario de diferentes disputas territoriales, las cuales se remontan al periodo colonial. Desde ese momento, una constante ha sido el conflicto por el territorio, donde se expresa el interés de los grupos dominantes por apropiarse de éste. En la ciudad coexisten dos tipos de zonas: La primera se caracteriza por un importante crecimiento y desarrollo debido a las actividades productivas y el control que mantienen sobre ellas los grupos dominantes, la otra, se distingue por su atraso y carencias de servicios, y por estar ocupada por grupos sociales de bajo nivel socioeconómico. Sin embargo, existen zonas ocupadas por ambos actores como es el caso de la colonia Casa Redonda y el Parque Industrial Alfredo V. Bonfil. En esta zona es donde se manifiesta de manera acentuada la diferencia entre aquellos actores. La colonia arriba citada está ubicada al sureste de Mazatlán, que es el asentamiento periférico más antiguo de esta ciudad. Este sitio empezó a ocuparse a fines del siglo XIX, después de la construcción del Puente Juárez. Inicialmente fue ocupada por las familias de los ferrocarrileros quienes trabajaban en ese lugar, debido a que allí se encontraba la estación de ferrocarril. Debido a esta situación, los terrenos federales de dicha estación, no han sido desincorporados por lo que en la actualidad aún no se ha regularizado la tenencia III de la tierra. Esto ha ocasionado una serie de problemas para los habitantes, que la han ocupado desde ese entonces. El Parque Industrial Alfredo V. Bonfil, al ser construido en un área inmediata a la estación del ferrocarril, vino a marcar diferencias con la colonia Casa Redonda, toda vez que aquél contó con todos los servicios en función de sus actividades productivas. Esto ha generado la exclusión, desplazamiento y desigualdad en el acceso a los servicios de la población de esa colonia, que es una de las características del desequilibrio urbano. El proceso por el cual se ha llegado a esta situación en la ciudad de Mazatlán, tiene su formación a partir de que la primera actividad económica llevada a cabo en ella fue la de tipo comercial, apoyada por la política de las importaciones que siguió el Estado. Esta actividad fue determinante para que la ciudad portuaria mazatleca, se convirtiera en una de las más importantes de la región, la cual se ha extendido hasta fines del siglo XX. El movimiento comercial de este puerto marítimo, como punto de entrada y salida de mercancías, fue la condición para que llegaran inversiones extranjeras pero también, ha sido motivo de atracción de fuerza laboral de la región y, por consecuencia, del surgimiento de asentamientos humanos. A partir de esta tendencia histórica se ha configurado y delimitado el espacio social de Mazatlán. Un periodo significativo para el país fue el de la industrialización, ante la cual Mazatlán no podía quedar al margen. Esto implicó salvar el obstáculo natural (Estero del Infiernillo), que dividía a la ciudad. Asimismo se construyeron obras portuarias para recibir barcos de gran calado debido a las actividades de importación y exportación; además, se construyó la carretera Mazatlán- Durango para comunicarla con el resto del país. Estos hechos marcaron de manera definitiva las actividades productivas de Mazatlán. Por otro lado, al intervenir el gobierno en la venta de terrenos trajo como consecuencia la especulación inmobiliaria, cuya tendencia formativa se encontraba en la acumulación de IV tierra por parte de los primeros grupos de comerciantes que se establecieron en esta península, situación que actualmente prevalece con otros actores. Ante esa situación donde los beneficiarios habían sido comerciantes, inversionistas, inmobiliarias y empresarios del turismo se gestaron algunos movimientos sociales de tipo inquilinario debido a los altos costos de la vivienda, lo que llevó a demandar el congelamiento de las rentas. También implicó, por otro lado, que los grupos sociales organizados (constituidos en su mayoría por trabajadores y familias pauperizadas) iniciaran la invasión de terrenos cuya propiedad era federal y privada. Esto tuvo un impacto negativo en el proceso urbano, ya que dichos terrenos carecían tanto de infraestructura como de servicios, condiciones que han marcado la diferencia urbana, social y económica del territorio mazatleco, es decir, exclusión social y desequilibrio urbano. Al crecer la ciudad de Mazatlán y aumentar el tamaño de la población así como, la diversificación del capital ante las nuevas actividades productivas, el gobierno desarrolló acciones como ganarle terrenos al mar. Sin embargo, los terrenos dragados han tenido como destino a los inversionistas privados. Lo anterior ha sido consecuencia de una de las actividades importantes que ha caracterizado a esta ciudad portuaria: la pesca de alta mar, sobre la cual se ha dado el desarrollo industrial de esta hasta recién la última década del siglo XX, tiempo en el cual inició su descenso productivo pero, que con todo y estas contradicciones, aún mantiene una presencia en la economía regional, estatal y local. La ciudad portuaria de Mazatlán al haberse iniciado como un puerto comercial y más tarde en una industria basada en la pesca, y por su alta producción de alta mar, le llevó a construir una industria pesquera, cuya importancia alcanzó tanto el nivel nacional como internacional implicó, también, su crecimiento tanto en lo territorial como en lo demográfico. Dentro de este contexto no podían quedar de lado los conflictos y contradicciones de diversa índole, que junto con lo anterior agudizaron la crisis productiva y económica de esta ciudad y de la mayoría de sus habitantes. V El grupo social menos afectado fue el de los empresarios, que al obtener grandes ganancias de la industria pesquera, diversificaron su capital con lo que dicha industria dejó de tener la relevancia que había alcanzado. Esta diversificación fue dirigida, a partir de la década de los setentas del siglo XX, hacia el sector de los servicios, particularmente el de turismo. El sector turístico inició sus actividades invirtiendo en zonas donde el valor de la renta del suelo era bastante bajo, es decir, hacia las afueras del centro de la ciudad. En esta zona se desarrollaron importantes proyectos hoteleros, los cuales están dirigidos principalmente al turismo extranjero. Esto ha traído como consecuencia una mayor diferenciación y desigualdad social, económica, urbana y cultural, toda vez que los beneficiarios de esta tendencia han sido los grupos sociales con mayor capacidad económica, es decir, los empresarios. Así entonces, el turismo ha venido a ser la actividad sobre la cual se sustenta actualmente, la economía mazatleca. La industria pesquera, que sobrevive al casi abandono de la política federal y del gobierno estatal, tiene que coexistir de manera desigual con la actividad turística, la cual recibe los apoyos económicos y estímulos fiscales del gobierno federal, estatal y local para continuar con su política de expansión y apropiación del territorio mazatleco en detrimento de la mayoría de los grupos sociales menos favorecidos, En este escenario, donde los distintos actores que forman parte de la dinámica económica, productiva, social, urbana y cultural de Mazatlán se puede observar de manera crítica que los conflictos, contradicciones y antagonismos generados por ese proceso histórico, han dado como resultado, que el crecimiento de la industria pesquera haya sido un de los factores detonantes del desequilibrio urbano de esta ciudad portuaria. El origen del trabajo tuvo como propósito estudiar el fenómeno del Desequilibrio Urbano como producto de la relación entre la Industria Pesquera y los Asentamientos Humanos, tomando como caso el Parque Industrial Alfredo V. Bonfil y la colonia Casa Redonda. Ambos representan momentos históricos particulares que caracterizan el crecimiento VI urbano de la ciudad de Mazatlán, pero coinciden en otro cuando el territorio pasa a ser el elemento común que los articula, a partir de las actividades comerciales y más tarde de la producción industrial. Así, el objetivo de esta investigación se dirigió a analizar el desequilibrio urbano de la ciudad de Mazatlán para explicar cómo la relación entre los asentamientos humanos de la colonia Casa Redonda y el Parque Alfredo V. Bonfil fueron las condiciones que conformaron las características urbanas que distinguen e identifican dicho desequilibrio en esta ciudad. El supuesto que fundamenta lo anterior, es el que sostiene que el desequilibrio urbano de la ciudad de Mazatlán tuvo como causa el crecimiento de la industria pesquera, y que ha sido esta el origen del acceso desigual y diferenciado de los asentamientos humanos a los servicios, infraestructura y equipamiento urbano. La presente tesis está constituida por cuatro capítulos, donde el primero de ellos aborda el debate teórico que existe acerca del urbanismo portuario y el desequilibrio urbano, con la finalidad de analizar y construir los conceptos que los caracterizan y describen de forma general y así poder explicar la relación que existe entre ellos. Asimismo, se partió del caso particular de la ciudad portuaria de Mazatlán en donde el desequilibrio urbano es manifiesto. En el segundo capítulo se aborda el crecimiento urbano histórico que se registró en la ciudad de Mazatlán, por un lado a partir de las actividades económicas y de los sectores productivos como el comercio, las importaciones y exportaciones, la pesca y el turismo, así como la industria. Y por el otro con las acciones sociales y políticas que determinaron dicho crecimiento, a través de la apropiación violenta del territorio y las reivindicaciones posteriores para la obtención de servicios urbanos de parte la clase trabajadora. También en este capitulo se refiere el impacto que tuvieron en el espacio urbano de la ciudad mazatleca el movimiento armado de 1917 y el conflicto de la segunda Guerra Mundial. VII El tercer capítulo se parte de lo general a lo particular para llevar a cabo un análisis de la industria estatal y municipal, y su comportamiento en el espacio urbano-social. Lo cual permitió conocer las acciones estatales y privadas que se tomaron para apoyar y fortalecer a este sector, particularmente a la industria pesquera que llegó a ser uno de los soportes económicos más importantes del estado. Asimismo se determinaron las causas del crecimiento y desarrollo de algunas zonas de la ciudad que con el tiempo se convirtieron polos de desarrollo económico, con lo cual se puso de manifiesto el desequilibrio urbano. En el cuarto capítulo se abordó el impacto que produjeron la industria y las zonas habitacionales en el espacio natural y urbano, así como la relación de estos con el desequilibrio urbano en la zona industrial-habitacional del Parque Industrial Alfredo V. Bonfil y la colonia Casa Redonda. VIII Palabras Clave: Apropiación Desequilibrio Destrucción Transformaciòn IX CAPITULO I. URBANISMO PORTUARIO Y DESEQUILIBRIO URBANO 1 Para abordar el tema de la relación entre el urbanismo portuario y el desequilibrio urbano, es necesario construir los conceptos que permiten tener claridad en cuanto a su contenido, significado y definición, y esto es posible gracias a la producción teórica en este campo, cuya finalidad consiste en una aproximación conceptual que aún está en debate. Esto se debe a que no existen elementos categóricos y universales, por ello se hace una exposición sobre las distintas connotaciones de los anteriores conceptos a través de distintos especialistas. 1.1 El urbanismo en ciudades portuarias El análisis de Sjoberg (1988) pretende mostrar de manera amplia el proceso por el cual pasaron las primeras ciudades, algunas de las cuales aun existen y en donde, además de la agricultura y la domesticación de animales, aparecen otros elementos que van caracterizando a estos primeros asentamientos, como la fabricación de la cerámica y la elaboración de textiles. Este análisis además fortalece el argumento de autores, como Paul Singer (1988) respecto del desarrollo de estas comunidades, como la utilización de una base tecnológica y de una organización social para repartir las actividades entre los integrantes de estos grupos, lo cual permitió la especialización del trabajo y por lo tanto un excedente de alimentos: Las investigaciones arqueológicas han demostrado que los primeros asentamientos sedentarios y relativamente densos de la población humana (Mesopotamia, hacia el 3500 a. J.C, Egipto, 3000 a. J.C., China e India, 3000 – 2500 a. J.C.), se sitúan al final de periodo neolítico, allí donde el estado de la técnica y las condiciones sociales y naturales del trabajo permitieron a los agricultores producir más de lo que ellos mismos necesitaban para subsistir.1 Lo anterior favoreció el desarrollo de un proceso de distribución del producto, y es a partir de la necesidad de administración de este excedente de alimentos que nace la estructura político-administrativa en estos asentamientos, dando paso a la división de clases sociales y a la ciudad, en donde la especialización de las actividades dio paso a los grupos destinados para los quehaceres gubernamentales, administrativos religiosos, militares y agrícolas. Apareció además la práctica del intercambio comercial y cultural con otros grupos. Sobre esto Singer afirma: 1 Singer, Paul; en: Castells, Manuel. La cuestión urbana. 1974. p. 18 2 Cuando se piensa en cualquier sociedad humana que haya alcanzado la etapa de civilización urbana –en que la producción y/o la captura de un excedente de alimentos permite a una parte de la población vivir aglomerada, dedicándose a otras actividades que la producción de alimentos- la división entre urbe y campo aparece claramente...2 A partir de ese momento se estableció la relación campo-ciudad, diferenciándose uno de otro por las actividades que se desarrollan al interior de cada uno, es decir, las zonas rurales proveen a las urbanas de parte de su producción, a cambio de productos de la ciudad. Todas las ciudades son diferentes y esa diferencia se debe a ciertos aspectos, tales como: su ubicación geográfica, recursos naturales con que cuentan, su pasado histórico, la sociedad que las ocupa, su organización político-administrativa, factores culturales, entre otros. Mismos que han determinado su configuración, desarrollo, crecimiento y permanencia o, por el contrario, su decadencia y posterior desaparición. Las ciudades y las sociedades que las han habitado a través del tiempo, han tenido cambios constantes, ya sea por hechos históricos, sociales, por avances tecnológicos y/o fenómenos naturales (terremotos, huracanes, etc.), que han impactado directa o indirectamente su territorio y a sus habitantes. Bairoch (1990) agrega a los anteriores criterios la presencia de fortificaciones en contraste con la aldea y la estructura urbana del espacio (casas durables, calles, entre otras) y propone combinar dichos criterios sin perder de vista sus limitaciones3. En su planteamiento, la artesanía ocupa al igual que en el planteamiento de Sjoberg el lugar más importante, debido a que la considera parte esencial del fenómeno urbano por tratarse de la especialización sin perder de vista que no se trata de una regla absoluta. En su postura, Bairoch acepta la existencia de distintos agentes que intervinieron en el nacimiento de las ciudades, sin embargo, privilegia la relación entre la economía y la urbanización para que estas florecieran y se desarrollaran. El excedente de alimentos 2 3 Singer, Paul. A modo de introducción y clases sociales. En: Antología de Sociología Urbana.1988. p. 27 Bairoch, Paul. De Jericó a México. Historia de la urbanización. 1990 p. 23 3 producidos en las zonas rurales permitió que otros sectores de la población se dedicaran a actividades diferentes a la agricultura y que fuera posible la especialización de estos en otras actividades, así como el intercambio de bienes y servicios. Esto permite afirmar que la economía jugó un papel muy importante en el nacimiento del fenómeno urbano. Las ciudades desde su nacimiento hasta nuestros días han sufrido distintas transformaciones, como resultado de algunos eventos históricos, como ejemplo de ello están las ciudades medievales que se resguardaban de la amenaza exterior auxiliadas por medio de las murallas que las rodeaban; y siglos más tarde, después de haber atravesado por diferentes momentos que las impactaron, llegó el periodo de la Revolución Industrial, acontecimiento que significó un parteaguas en el desarrollo de las ciudades y dio paso a los nuevos requerimientos de la sociedad industrial, razón por la cual fue indispensable replantear la forma urbana y mucho después idear un sistema urbano. La ciudad se volvió objeto de estudio para diversas disciplinas (sociología, antropología y arquitectura, entre otras) particularmente desde el momento en que la ciudad deja de ser obra espontánea y colectiva y se convierte en asunto de especialistas. A partir de esta especialización se derivaron infinidad de estudios y teorías que buscaban no sólo explicar el nacimiento de las ciudades y los factores que intervinieron en ello, sino que también se expusieron problemas sociales, culturales y arquitectónicos presentes en estas. De lo anterior surgieron diversas corrientes con planteamientos que se han desarrollado durante el proceso de urbanización de las ciudades desde su aparición en el territorio. Cabe señalar que antes de la Revolución Industrial se buscaba hacer ciudad con un acercamiento artístico, es decir, como un objeto físico que se podía proponer formal y estéticamente (también se denominaba “arte urbano”), el cual debía cumplir con tres principios fundamentales: necesidad, comodidad y belleza, así como a la geometría y correcta ubicación. Este tipo de ciudad entra en crisis y fue sustituida, como ya se mencionó con la llegada de la revolución industrial, que trajo con ella otras prioridades como lo utilitario y cómodo. En este enfoque racionalista se piensa la ciudad de manera lógica, partiendo de lo que ya existe para plantear ciertos requisitos que las ciudades deberían cumplir para funcionar adecuadamente, como la disposición de los elementos urbanos (vías de acceso, plazas, áreas verdes, zonas de recreación, zonas comerciales, 4 industriales y habitacionales, entre otras) en donde estos se relacionen de forma ordenada y planificada para lograr que dicho sistema opere en beneficio de los habitantes de la ciudad, es decir, pretende mejorar las condiciones de vida y de la organización social. En el periodo comprendido entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial se presenta otra transformación hacia el enfoque de la ciudad, es decir, se desecha la forma (formalismo) urbana para dar paso al funcionalismo. El funcionalismo deriva del racionalismo y en él predominan los aspectos técnicos sobre los estéticos; asimismo, en esta corriente los problemas centrales del urbanismo son la vivienda y el ensanchamiento de las ciudades. En el funcionalismo los planteamientos teóricos se llevan a la práctica de manera concreta, es decir, en el se emplea la lógica de la operación y significación del sistema-ciudad por medio de la planificación y en consecuencia la zonificación del espacio geográfico para que en éste se desempeñen las actividades que caracterizan a la ciudad (industria, comercio, habitación, etc.) y se satisfagan las necesidades en lo relativo a normas espaciales. Asimismo pretende la uniformización entre arquitectura y urbanismo. La influencia de ambas escuelas (racionalista y funcionalista) es la que mayormente se observa en el caso de estudio de esta tesis, sin embargo, es posible llevar a cabo la legibilidad de la ciudad (de acuerdo a la corriente de la semiología del espacio) y también observar que la forma urbana no determina los significados y valores simbólicos que los habitantes le otorgan al espacio, sino que está ligada a los códigos sociales establecidos. Urbanismo El urbanismo como actividad ha existido desde el momento que nacieron las primeras ciudades, en donde fue necesario organizar, aprovechar y optimizar el espacio. Esta práctica se llevaba a cabo de manera empírica por parte de los actores que se encargaban de distribuir el espacio para las actividades que lo ocuparían (gobierno, vivienda, actividades productivas, entre otras). 5 Según Inés Sánchez (1999) … León Alberti (S. XV) fue el primer autor que teorizó sobre la concepción de la arquitectura y de la ciudad. Este planteaba que la ciudad debía diseñarse artísticamente y ser pensada como un todo, asimismo aseguraba que la ciudad no se basaba en un modelo anterior, sino, en una serie de normas y principios que conforman un tipo de lenguaje a partir del cual se conciben los espacios construidos… es decir, que ciudad y urbanismo eran un solo objeto y debían proyectarse y articularse racionalmente, en función de la totalidad que la conformaba y presentar una correspondencia entre todos sus componentes urbanos y arquitectónicos.4 La interpretación de los hechos urbanos comenzó hasta después de mediados del siglo XIX desde los puntos de vista estéticos o religiosos y hasta ese momento no existía un término para denominar al Urbanismo, sin embargo, después de la Revolución Industrial, el Urbanismo buscaba organizar la construcción de un orden espacial urbano basado en la teoría científica existente hasta entonces, y el cual se encargaba de crear y planificar ciudades para la nueva sociedad que las ocupaba. Fue a partir del siglo XX que se adopta el término Urbanismo para definir esta disciplina: El término “urbanismo” deriva del neologismo introducido por Cerdá en su Teoría General de la urbanización. Cerdá inventa el término “urbanización” para designar una nueva disciplina, la ciencia de la organización espacial en las ciudades. Para Cerdá el término “urbanización” designa al mismo tiempo lo que es el proceso de desarrollo urbano y lo que son sus leyes subyacentes.5 Para Cerdá (Sánchez; 1999:17) el Urbanismo es el proceso de transformación del espacio físico (los edificios y las redes de infraestructura), es decir, la regularización o adaptación de las ciudades existentes a las necesidades de la sociedad capitalista e industrial; dicha transformación se enfoca básicamente a resolver dos problemas de gran importancia en una ciudad: la higiene y la circulación. Sin embargo, no consideró otros elementos que intervienen en esta disciplina como los sociales, culturales y productivos. 4 5 Sánchez, Inés. Introducción al urbanismo. Conceptos y métodos de planificación urbana. 1999. p. 17 Idem. p. 33 6 Cabe señalar que Cerdá fue uno de los precursores del urbanismo científico moderno, el cual intentó crear una ciencia universal con soluciones a su vez universales y presentar una teoría del urbanismo, su obra se articula en el racionalismo de su época Para Morris ( ), el Urbanismo es una ciencia que estudia y organiza el espacio urbano (el territorio y las áreas geográficas), así como sus transformaciones, donde la organización social humana y sus actividades están presentes.6 Esta organización está basada en las necesidades de las actividades productivas, habitacionales y sociales, a las que se les destina un espacio específico en el territorio para su desarrollo. Por lo tanto, en esta postura teórica el Urbanismo al ser considerado una ciencia y en tanto que ésta tiene su propio objeto, teoría y método, entonces depende del conocimiento y de la práctica científica que ha aplicado diversos métodos, teorías y acciones para el estudio y comprensión de las diferentes etapas por las que han pasado las ciudades; así como para adecuar el espacio urbano a las actividades y condiciones de la sociedad que la ocupa y la configura. Por otro lado, Landa (1976) lo define como disciplina científica, en tanto que intervienen otros campos de conocimiento que coadyuvan en su práctica de planificación, crecimiento, cambio y tratamiento de las ciudades y que además, debe ser ejercida a través de acciones gubernamentales y de la participación social continua, cuyo objetivo es alcanzar el bienestar social, ajustando este proceso a las necesidades y demandas de la población.7 Para este autor las características y las necesidades de la sociedad que ocupa el territorio deben ser analizadas y tomadas en cuenta previamente para determinar la organización y adecuación espacial de las ciudades de forma planificada. Por lo que el gobierno y sus instituciones e instrumentos se encargan de definir y determinar las acciones que la sociedad debe llevar a cabo en la ciudad. Sin embargo, la atención a las demandas de los habitantes de una ciudad dependen en gran medida de los requerimientos de los grupos de poder y de las actividades productivas, por lo que las demandas e intervención de estos grupos en las decisiones 6 7 Morris, A. E. Historia de la forma urbana. s/f. p. 45 Landa Horacio. Terminología de urbanismo. 1976. p. 74 7 gubernamentales son fundamentales para llevar a cabo la urbanización del territorio, y no tanto por lo grupos populares. Para Sánchez (1999) el Urbanismo es una disciplina aplicada, es decir, que en ella los diferentes campos del conocimiento actúan por medio del método sobre el objeto de estudio (ciudad), en donde dicha disciplina se ocupa del fomento, guía, mejora y control del desarrollo en un medio físico cambiante, enfocado a beneficiar a las comunidades, respetando los derechos de cada persona. Asimismo, se preocupa de la forma de organizar el espacio para que responda a las demandas presentes y futuras de una sociedad en constante cambio.8 Esta postura es un tanto ideal, sobre todo en lo que corresponde a los países occidentales y de los cuales Inés Sánchez utiliza el referente para llevar a cabo sus planteamientos, ya que el Urbanismo en la práctica está ligado al sistema económico de dichos países (capitalista), en donde el Estado se encuentra al servicio del capital, y por lo tanto, cuando se beneficia a alguna comunidad es por que el territorio en donde está se asienta cuenta con los recursos naturales y/o la infraestructura necesarias para desarrollar una o varias actividades productivas, en donde los derechos de las personas pasan a segundo término. En el siguiente planteamiento de Ramírez (1992) se ratifica que las definiciones tanto de Landa como de Sánchez, en lo que a Urbanismo se refiere, coinciden en que el objetivo de éste debe (o debería) ser la atención a las necesidades de la sociedad que ocupa la ciudad: sin embargo, esto se encuentra muy lejos de la realidad: …las regiones se dinamizan y reorganizan en función de la reestructuración de la economía y por lo tanto, en este proceso, los grupos de poder que intervienen en el mismo, son actores fundamentales del cambio…Los actores regionales responden de manera diferencial al proceso de implantación capitalista, hecho que origina que cada región dependiendo de su particularidad, responda, se adapte o rechace el modelo que en lo general se intenta implantar y por lo tanto se inserte desigualmente a éste.9 8 Sánchez, Inés. Introducción al urbanismo. Conceptos y métodos de planificación urbana. 1999 págs. 8 y 68 9 Ramírez, Blanca. Modernización y reestructuración territorial. En: Ciudades No.13. 1992. p.6 8 Es decir, que el Estado se encarga de intervenir para insertar en la economía capitalista a algunas ciudades, en donde las necesidades urbanísticas no figuran como una prioridad en el desarrollo de la totalidad de los habitantes de la misma, para lo cual Ramírez agrega acertadamente: Cada día la preocupación se centra menos en realizar planes de organización territorial extensos, o bien de usos de suelo o reservas y usos de territorio. Por el contrario, bajo la actual fase de desarrollo la intervención del estado se centra cada día más en la elaboración de programas específicos, cada vez más concertados con la iniciativa privada.10 Es por ello que los factores sociales, políticos, culturales y económicos no deben estar desarticulados del espacio urbano. En resumen, Cerdá define al Urbanismo como una ciencia y una disciplina a la vez lo cual es contradictorio, debido a que en una disciplina intervienen varios campos de conocimiento, mientras que una ciencia se caracteriza por tener su objeto, teoría y métodos propios que menciona Morris. Ambos autores coinciden en que el urbanismo es una ciencia que organiza las transformaciones de las ciudades, sin embargo, discrepan en cuanto a la importancia que tienen los aspectos sociales, culturales y productivos de la población. Por su parte Landa lo define como una disciplina científica y Sánchez como disciplina aplicada, en donde para el primero en ella además de intervenir otros campos de conocimiento (como sociología, antropología, ingeniería, etc.) se aplica el método y la teoría existente para generar ciudad, en el segundo caso se plantea lo contrario, ya que si bien también es una disciplina se llevan a cabo las acciones de manera directa sin ejercer la teoría, aunque ambos coinciden en que el Urbanismo debe ser un instrumento en manos del Estado el cual se deberá apoyar en otros campos del conocimiento, para atender principalmente a las necesidades de la sociedad que habita las ciudades. Por otra parte, la urbanización del territorio se caracteriza por ser un proceso donde se presenta la multiplicación de puntos de concentración demográfica, económica y el incremento del tamaño de las ciudades; donde intervienen acciones gubernamentales y sociales enfocadas a permitir que en el territorio se lleven a cabo las actividades 10 Idem. P.9 9 económicas, sociales, político-administrativas y culturales de la sociedad asentada en ellas. La urbanización impulsa la concentración en el territorio de una gran parte de la población, además de las instituciones, servicios públicos y actividades urbanas de una región, asimismo la caracteriza una expansión geográfica, espacial y demográfica constante. Esta expansión es resultado del aumento de las densidades de construcción y población, generada por la necesidad de la reproducción social y de empleo, estrechamente relacionadas con las fuerzas productivas. Lo anterior permite conocer los antecedentes históricos de la formación de las ciudades, de las tendencias de crecimiento y de los cambios que han sufrido. Por lo tanto, el Urbanismo genera e integra el conocimiento apoyado en la práctica y viceversa. Con base en este marco, por Urbanismo debe entenderse en su sentido general como la disciplina científica, en donde intervienen varios campos de conocimiento, dicha disciplina se encarga de organizar, transformar y adecuar el proceso de ocupación de un territorio anteriormente rural o natural, para el fomento del desarrollo, crecimiento, cambio y arreglo de las ciudades, para provecho de los diversos grupos humanos con diferentes estilos de vida que las ocupan y en donde no deben sacrificarse los derechos y necesidades de los grupos populares, para beneficio de los grupos de poder. Los puertos Los puertos son emplazamientos ubicados en los litorales del territorio, y se caracterizan por contar con una franja de tierra que se extiende desde la orilla del mar, hasta coincidir con el primer cambio en el aspecto del terreno, donde ya no se considera zona costera. La mayoría de ellos, se caracterizan por contar con obras construidas en la costa para proporcionar seguridad a las embarcaciones, así como con infraestructura y servicios para la transferencia de carga de mar a tierra y viceversa.11 Asimismo, en las riberas de algunos ríos de gran caudal e importancia también se realizan actividades portuarias, particularmente en Europa, en donde los ríos más destacados se comunican entre sí a través de canales artificiales como en el caso del 11 Corral Carlos y Castorena, José. Lineamientos para regular el crecimiento urbano en centros de población portuarios. 1988. p. 166. 10 Sena, Loira y Ródano, en Francia, que se constituyen como los de mayor importancia económica en dicho continente. Además de los anteriores puertos ribereños se encuentra el Rin en Alemania y el Danubio que atraviesa las zonas agrícolas de ocho países europeos; todos ellos son navegables y registran un cuantioso tráfico de barcos. Históricamente los puertos han operado como puertas de entrada y salida para las regiones que se conectan con estos, para el intercambio y transporte de mercancías y personas por vía marítima o fluvial, sin embargo en este caso particular se abordará el caso de los puertos marítimos. Los servicios turísticos, las actividades industriales y pesqueras, entre otras, también intervienen y caracterizan a algunos de ellos. Su ubicación geográfica, los recursos naturales de que disponen y los servicios e infraestructura que ofrecen, les permite convertirse en polos de desarrollo, resultado de las actividades económicas que en ellos se realizan, y que son motivo de atracción de fuerza de trabajo y de capitales privados y estatales. Lo anterior se observa en puertos de la República Mexicana, como Veracruz, Guaymas, Tampico y Lázaro Cárdenas, entre otros. Las zonas costeras han sido consideradas por el capital y el Estado como áreas prioritarias del desarrollo económico, social y político, y también como nodos territoriales estrechamente relacionados con otras regiones, es decir, como puntos específicos en el territorio en donde se concentran un gran número de actividades productivas, servicios, e infraestructura urbana. Su desarrollo o estancamiento dependen directamente de los recursos naturales que ofrezca el espacio geográfico en el que están insertos y de la posibilidad de transformar su vinculación territorial en beneficio de los intereses comerciales, económicos y reproducción social. Martner (1997) manifiesta que los puertos además son susceptibles de adecuarse, readaptarse, insertarse o resistirse a las exigencias de los nuevos modelos de desarrollo.12 Es decir, que estos son adaptables y es posible llevar a cabo ajustes 12 Martner, Carlos. Desarrollo y vinculación regional. En: Ciudades. 1997, N° 34. p.16 11 territoriales a través de obras y servicios que permitan incorporarlos a las nuevas tendencias de la economía y desarrollo de cada país, un ejemplo de esto es el puerto de Topolobampo en Sinaloa, el cual no figuraba como puerto comercial, debido a que no contaba con la infraestructura necesaria para ello, sin embargo, después de la intervención de los gobiernos federal y estatal este fue transformado en plataforma comercial del noroeste a partir de los primeros años de los noventa. Este mismo proceso se observa en otras ciudades, particularmente las que concentran en su territorio las actividades económicas, las instituciones y el equipamiento urbano necesario para el desarrollo social de diferentes sectores de la población, generando con ello la inmigración hacia estos lugares. Por lo tanto, la caracterización que hace el autor para este tipo de emplazamiento, bien puede ser aplicada a otras ciudades que no sean necesariamente portuarias. Los puertos se clasifican como especializados y no especializados. En los primeros se llevan a cabo actividades económicas concretas, por ejemplo los puertos dedicados a la extracción del petróleo y su procesamiento (Veracruz y Tabasco), los puertos industriales (Altamira y Tampico); o aquellos en los que se explotan, procesan y empacan los recursos marinos para su consumo nacional e internacional (Guaymas y Salina Cruz), y que a su vez generan divisas para el país. En el caso de los puertos no especializados, estos se caracterizan por que en ellos se efectúan indistintamente actividades comerciales, industriales y pesqueras (Mazatlán y Manzanillo), por lo cual también se denominan como “misceláneos”, y generan además importantes dividendos al capital y al Estado. Los puertos son tipificados como industriales, turísticos, pesqueros y comerciales, dependiendo de su actividad principal, aunque en algunos de ellos (como Mazatlán y Veracruz, entre otros) existe una tendencia a la diversificación de las actividades donde por ciertos momentos y dada la dinámica productiva, predominan unas sobre otras, por ejemplo el turismo en Mazatlán por la pesca. Por lo tanto, los puertos son emplazamientos territoriales y configuraciones urbanas que cuentan con particulares condiciones geográficas, y que se distinguen de otros 12 lugares por sus características físicas y sus recursos naturales terrestres y marinos. En ellos se encuentra una gran variedad de flora y fauna propias de cada ecosistema, que constituyen una gran riqueza natural. Además en México son territorios enclavados en zonas tropicales y contiguos a cuerpos de agua salada, que gozan de temperaturas cálidas la mayor parte del año. Estos se localizan en los litorales y la mayoría cuenta con infraestructura destinada al amarre, carga, descarga y resguardo de embarcaciones, y dependiendo de su ubicación estratégica y económica en el territorio se les provee de mayor equipamiento y servicios necesarios para llevar a cabo en ellos, actividades económicas, comerciales y de servicios. A pesar de la existencia de otros medios de transporte –ferroviario y aéreo- , el transporte marítimo no ha perdido vigencia debido a su bajo costo para la exportación e importación de mercancías no perecederas y pesadas, como granos, autos, camiones, maquinaria, alimentos enlatados, etc. Lo anterior explica el interés del capital y de los grupos sociales por asentarse en estos lugares y por consiguiente la apropiación, adaptación y transformación espacial que han llevado a cabo en los territorios portuarios, urbanizándolos para adecuarlos a los requerimientos de producción y reproducción, generando con ello el urbanismo portuario del que se hablará más adelante, en este mismo capítulo. La importancia histórica de los puertos y su participación como plataformas para el desarrollo de las regiones. El desarrollo histórico de los puertos surgió por la necesidad del intercambio comercial y las relaciones exteriores entre lugares distantes entre sí, y que sólo podían comunicarse a través de vías marítimas o fluviales. El excedente de alimentos, permitió el comienzo del intercambio comercial, actividad que dependía tanto de las bestias de carga como de embarcaciones (construidas con cuero o troncos ahuecados), estas últimas a través de las vías fluviales y marítimas, que 13 impulsaron el desarrollo del comercio.13 Desde el año 3500 a.C. la cercanía de cuerpos de agua ya se perfilaba como un aspecto de suma importancia para el desarrollo comercial de las ciudades, para que a través de estos se comunicaran unos lugares con otros que estaban separados por ríos, mares y océanos. En ciudades de Europa, América, África y Asia durante mucho tiempo el único transporte con el que se contó para comunicar unas ciudades con otras, y para trasladarse hacia ellas fue por medio de navíos; eran las ciudades que estaban a orillas del mar. Sin embargo, también se dio la navegación en aguas interiores de los grandes ríos en cuyos márgenes de se fundaron pueblos que fueron origen de grandes ciudades; algunos de otros se perdieron o continúan pero sin el carácter de lo urbano (Manaos en Brasil y La Antigua en México). Bairoch (1990) afirma que en las sociedades del periodo anterior a la Revolución Industrial, la vía acuática era el elemento determinante, asimismo que el nacimiento y desarrollo de las ciudades se presentó en las desembocaduras o confluencia de los ríos, justamente en donde se interrumpe la navegabilidad de las corrientes, cerca de los lugares aptos para establecer un puerto de mar.14 Los puertos en México Las primeras ciudades fundadas en el continente Americano, se caracterizaron por centralizar los poderes político-administrativos entre ellas se cuentan Tenochtitlán y Cuzco. Tenochtitlán, en la parte central de México y Cuzco, en Perú, fueron las ciudades más importantes que encontraron los españoles en América. En la primera, el modelo utilizado fue el sentido cruciforme que predominó en las ciudades aztecas; y en Cuzco su gran plaza fue reproducida con distintas formas, para desempeñar funciones parecidas en otras ciudades incas. Ambas ciudades, influenciaron urbanística y arquitectónicamente a las principales ciudades de ese periodo.15 Bairoch (1990) da razón de lo anterior al plantear que: Las grandes civilizaciones precolombinas se desarrollaron también a partir de dos focos geográficos: los Andes (más o menos Perú actual) y la América Central (más 13 Op. cit. págs.17 y 27 Bairoch, Paul. De Jericó a México. Historia de la urbanización. 1990. p.138 15 Segre, Roberto. América Latina en su arquitectura. 1975. págs.46-47 14 14 o menos México actual). Parece ser probable la existencia de relaciones e influencias recíprocas entre estos dos centros.16 Aunque entre estas ciudades existieron relaciones de intercambio y culturales, estas no eran tan relevantes como para que sus habitantes se trasladaran hacia las costas para transportar el excedente de alimentos entre otros productos, es por ello que no hay rasgos de que existiera ningún tipo de actividad portuaria marítima en este continente antes de la llegada de los españoles. Sin embargo, el intercambio agrícola entre los grupos que habitaban Tenochtitlán fue a través las zonas lacustres donde se encontraban canales de navegación, cuyo punto de partida eran las riberas del lago de Texcoco hacia otros puntos como Nativitas o la entonces Candelaria de los Patos; asimismo la actual avenida La Viga era entonces un canal que conectaba Xochimilco, Santa Anita, Nativitas y la Candelaria de los Patos. Con la llegada de los colonizadores españoles, estos buscaron aplicar e imponer el modelo de urbanización que les era conocido a estas tierras, en algunos casos adaptándolo al medio físico y natural (tal es el caso de las ciudades asentadas en zonas montañosas como Guanajuato). La ubicación de las ciudades era establecida principalmente por intereses de carácter estratégico, político, religioso y agrícola de los conquistadores. …se ha llegado a afirmar que la repetición sistemática del trazo urbano, en forma de tablero y de la espaciosa plaza central en Hispanoamérica era al mismo tiempo símbolo y medio de un plan maestro imperial. …sin embargo, ese temerario geometrismo emanó de los experimentos pragmáticos locales, que cristalizaron gradualmente en un arquetipo legislativo. 17 El sistema de tablero se caracteriza por la expansión de la ciudad de forma lineal y lateral, es decir, a lo largo de un eje principal. Esto formaba una cuadrícula, compuesta por algunos elementos como: la plaza en la parte central y alrededor de ella se ubicaban los edificios de carácter religioso (catedral o iglesia), político-administrativo (el ayuntamiento y de gobernación), circundados por las calles principales. 16 17 Bairoch, Paul. De Jericó a México. Historia de la urbanización. 1990. p.70 Morse, Richard. Las ciudades Latinoamericanas. 1971. p. 28 15 En la aplicación de este sistema se tomaba en cuenta el clima para orientar las calles y la disposición de la plaza se determinada de acuerdo a la localización marítima o interior de la ciudad. Morse (1971) relata que en 1514, un comisionado de la Corona llamado Pedro Arias Dávila llegó al Nuevo Mundo con instrucciones para trazar las ciudades tanto del altiplano, como en las costas. Entre ellas estaban por un lado, el que las poblaciones tuvieran una buena ubicación para protección y abastecimiento de los barcos, así como para salvaguardar el territorio; y por otro lado, que los puertos marítimos debían establecerse donde el manejo de la carga fuera más rápido y seguro, debido a los ataques piratas. Otra de las indicaciones era que las ciudades que fundaran debían estar próximas a las montañas, situarlas hacia vientos favorables, contar con agua para consumo humano, y estar cerca de tierras con riquezas explotables.18 Sin embargo, el sistema de tablero no fue utilizado por los conquistadores en las primeras ciudades de América, como es el caso de Santo Domingo y Cuba. En estas no hubo un trazado uniforme, por lo que posteriormente se fue readaptando a las leyes impuestas por la Corona para tal efecto. Hardoy se refiere a lo anterior de la siguiente manera: Las ordenanzas de 1573 y las Leyes de Indias, editadas por primera vez en 1681, abundaban en otras disposiciones: ancho y orientación de las calles de acuerdo al clima, ubicación de la plaza según la localización marítima o interior de la ciudad, reservas de terrenos comunales y otras. Algunas de las ordenanzas y leyes estuvieron basadas en disposiciones dictadas por los reyes al entregar sus instrucciones a algún descubridor o conquistador con quien la Corona firmaba un acuerdo pero la mayoría de los criterios para las fundaciones habían sido ya tomados en cuenta por los primeros fundadores sin que mediaran leyes o disposiciones reales.19 Los puertos y los centros mineros no cumplieron íntegramente con las exigencias de las Leyes y Ordenanzas, como en el caso de las otras ciudades, debido a su crecimiento espontáneo y las características físicas de los lugares donde estaban ubicados.20 En algunos casos fue posible ajustarlos a ese modelo urbano, y en otros, debido a su 18 Ibid., págs. 28,89 y 90 Segre, Roberto. Op. cit. p .50 20 ibid; p .51 19 16 conquista tardía se logró cumplir con parte del mismo, como ejemplo el caso particular de Mazatlán en el estado de Sinaloa, México, en donde la urbanización fue tardía (mediados del siglo XIX) y más bien fue resultado de los intereses de los extranjeros que llegaron a apropiarse del territorio para llevar a cabo en este actividades de carácter económico. Por lo tanto, la primera traza urbana estuvo definida por la ubicación del muelle, la aduana y las casas comerciales, y a partir de ello partió el crecimiento de la ciudad portuaria. El puerto de Mazatlán Hacia 1530 Nuño de Guzmán y su ejército arribaron al noroeste, realizando la conquista de estos territorios y derrotando a los grupos indígenas que los ocupaban – Totorames, en Tepic y en Mazatlán, así como Tahues, también en este último sitio-, para posteriormente establecer su cuartel en Culiacán. Y de ahí continuar apropiándose del resto del territorio sinaloense y parte del sonorense, con base en el exterminio indígena, ya por el contagio de enfermedades que les transmitieron los españoles o matándolos si no se rendían y sometían (ver mapa 1). Mapa 1. Distribución de los grupos indígenas en Sinaloa en 1530. Fuente: Ortega. (2004) 17 En el mapa No.1 se observa la distribución de los grupos indígenas que ocupaban el territorio del estado de Sinaloa, a la llegada de los españoles al noroeste del país. Después de establecer el gobierno y la administración en estos sitios, por medio de la creación de lo que denominaban provincias, en las cuales se establecía un centro político que regía varias regiones; así como designar autoridades, repartir encomiendas y tierras entre los españoles que llegaron a poblar esta región, Nuño se retiró hacia Guadalajara. En 1532, Hernán Cortés envió una expedición que partió desde Acapulco en dos barcos, que navegaron por La Mar del sur (Océano Pacífico) hacia el norte para sondear la costa, buscando con ello extender los dominios de España. Sin embargo, no fue fácil la empresa ya que Nuño de Guzmán opuso resistencia en dos ocasiones, hasta que finalmente Hernán Cortés se entrevistó con él arreglando de algún modo las diferencias, y en 1535 este último tomó posesión de las tierras descubiertas denominando Mar de Cortés al Golfo de California.21 Esta época (siglo XVI) en el noroeste, se caracterizó por la expansión marítima y la búsqueda de nuevos territorios por este medio, dando como resultado el trazo de mapas y el hallazgo de bancos de perlas en el Mar de Cortés. Las misiones jesuitas también sometieron a los indígenas y se apropiaron del territorio y de sus riquezas. Dichas misiones llegaron a ejercer el dominio de la producción y administración de los recursos, así como de la fuerza de trabajo (conformada por indígenas) durante largo tiempo. Esto generó el descontento del resto de españoles que no podían competir con ellos comercialmente, y de los indígenas que sufrían injusticias. Por esta razón la Corona española declaró las Reformas Borbónicas, con las que buscaba tener más control sobre sus colonias para impedir la evasión fiscal, y a su vez fomentar la producción para incrementar las percepciones en impuestos, que llegaban a España. Para lograr esto, se instituyó un nuevo procedimiento gubernamental: las intendencias. Este nuevo elemento gubernamental generó importantes cambios, y 21 Ortega, Sergio. Breve historia de Sinaloa. 1999. págs. 54-55 18 convirtió la gobernación de Sonora y Sinaloa en la Intendencia de Arizpe, misma que en el ejercicio de estas Reformas confiscó las propiedades a los misioneros y después los desterró del país. Los indígenas fueron obligados a recibir parcelas para trabajarlas, lo cual era algo nuevo para ellos ya que estaban acostumbrados a trabajar la tierra de forma conjunta. También a españoles y mestizos interesados en establecerse en estos pueblos se les asignaron tierras. El territorio se transformó y paulatinamente se formó una serie de ciudades, y en el caso de algunos puertos como Veracruz, Acapulco y Mazatlán, esta transformación fue determinada por las actividades que se desarrollaron en cada uno de ellos. Cabe mencionar que la fundación de cada uno de estos puertos sucedió en diferentes momentos históricos. De esta forma comenzó la ocupación territorial de lo que serían más adelante algunos puertos mexicanos y su urbanización, lo que fortaleció su vocación de plataformas territoriales para la ejecución de actividades comerciales, económicas y de exportaciónimportación de diversos productos hacia otros puertos nacionales y extranjeros; históricamente los puertos han sido catalogados para llevar a cabo acciones relacionadas con las actividades económicas. Cabe señalar que los siguientes acontecimientos históricos que se presentaron en el territorio nacional no afectaron de forma sustantiva el crecimiento y desarrollo del noroeste del país. El surgimiento del movimiento de Independencia rompió los lazos que ligaban al pueblo novohispano con la nación española Sin embargo, el movimiento insurgente no contó con una participación importante de los habitantes de esta zona, a pesar de la convocatoria para propagar la insurrección por parte de Miguel Hidalgo. Los únicos que se unieron a la causa fueron los mulatos del Presidio de Mazatlán. Este movimiento armado afectó sólo a la economía de esta región, debido a que se interrumpió la comunicación vía terrestre, entre Guadalajara y el noroeste del país por 19 los asaltos que sufrían los arrieros en la transportación de las mercancías. Esta situación provocó la proliferación del comercio de contrabando a través de las costas de la región. Más tarde durante el movimiento político de Reforma se modificó la organización de la sociedad mexicana y la dirección de la economía. Sin embargo, ello no tuvo grandes efectos ya que los comerciantes extranjeros continuaron conservando el predominio económico de la zona (Sinaloa y Sonora). Ciudad Como se mencionó las ciudades comenzaron a configurarse aproximadamente en el año 3500 a.C., y se desarrollaron gradualmente como resultado de la constitución de la clase dominante libre de producir u obtener directamente sus alimentos,22 y que podía dedicarse a otras actividades distintas a las del campo; en las que le fue posible especializarse y que caracterizaron desde entonces las actividades de la ciudad. Para explicar la ciudad no existe un concepto único, es posible encontrar diferentes posturas respecto a este tema sobre todo desde el ángulo que sea visto, es decir, desde las diversas disciplinas que la estudian además del Urbanismo, como la Sociología, la Economía y la Geografía, entre otras. La Escuela de Chicago, tiene una visión particular sobre ciudad, Morris( ) se refiere a la ciudad como una población asentada de manera permanente y que conforma una sociedad integral, resultado de los bienes y servicios que mejoran sus condiciones de vida.23 Los elementos que utiliza Morris para caracterizar la ciudad son muy imprecisos, puesto que la permanencia de una población en una ciudad depende en gran medida de las actividades productivas, el desarrollo de estas y la existencia de mano de obra para la producción, en donde los bienes y servicios son una consecuencia de ello; además la ciudad no es la fórmula para mejorar las condiciones de vida de sus ocupantes, está más que demostrado que en ocasiones las depaupera más, un ejemplo de esto es la ciudad de Mazatlán. 22 23 Bassols, Mario, et al. Op. cit. p. 29 Morris, A.E. Op. cit. s/f. p.45 20 Por su parte Wirth (1988) afirma que es un asentamiento grande, denso, permanente y socialmente heterogéneo, sin embargo, agrega que la ciudad es el polo en donde se inicia y se controla la vida económica, política y cultural de una región, a través de la concentración de instalaciones y actividades industriales y comerciales, financieras y administrativas, e instalaciones recreativas e institucionales24. Wirth también considera la permanencia de los habitantes y mide la ciudad por el número de habitantes que la integran. Esta idea es obsoleta, puesto que el aspecto cuantitativo no es definitivo para denominarla como tal ya que existen ciudades con pocos habitantes y no por ello dejan de serlo. Es como afirmar que Querétaro no es una ciudad porque el referente que se tiene de ciudad es el de la ciudad de México, Guadalajara o Monterrey. Sin embargo, Wirth reconoce la heterogeneidad social que la conforma, así como a definirla también como polo de desarrollo en donde se llevan acabo actividades productivas y se concentran instalaciones recreativas e institucionales. Iracheta refiriere que la ciudad es un sistema que concentra personas, bienes privados y públicos localizados en función del mercado25. La concepción de Iracheta es un tanto ambigua, puesto que no explica las características de los elementos que intervienen en dicho sistema, así como el funcionamiento de este. Además no menciona que las actividades económicas, políticas, sociales y culturales, así como las instituciones de que disponen son elementos intangibles pero necesarios para su desarrollo. Además de otros elementos reales y tangibles indispensables para llevar a cabo dichas actividades, como el equipamiento e infraestructura urbana. La gestión de los grupos sociales es el medio que permite que dichos bienes y servicios sean proporcionados por el Estado o por el mismo capital. Por lo que no es suficiente asentarse de forma integral (lo cual tampoco es cierto), ya que si el territorio no ofrece 24 Wirth, Louis. El urbanismo como modo de vida. En: Antología de Sociología Urbana.1988. p. 162 y 167 25 Iracheta, Alfonso. Sustentabilidad y desarrollo metropolitano. En: Ciudades. 1997. N°. 34 págs. 3-7 21 beneficios para el desarrollo económico de los grupos de poder simplemente no es tomado en cuenta para dotarlo de soportes urbanos de manera inmediata. Una población puede estar asentada en el área rural de manera permanente si las actividades productivas que se llevan a cabo en su territorio les dan la seguridad a sus habitantes de obtener los recursos económicos a través de las actividades que realizan, para vivir dignamente. Negrete (1998) señala que el tamaño no determina que una ciudad sea agradable, eficiente y sustentable,26 es decir, que las dimensiones demográficas o espaciales de la ciudad no garantizan el bienestar de sus habitantes, ni el que tengan acceso a los servicios de forma equitativa. Para Lepetit (1996) la ciudad concentra la riqueza y es lugar de asentamiento de la élite;. Asimismo simboliza el desarrollo cultural y las redes sociales privilegiadas. A lo anterior se debe agregar que la ciudad es contenedora no sólo de la clase hegemónica, sino también de la fuerza de trabajo que en muchos casos se ha organizado para asentarse en lugares privilegiados del territorio27. En este sentido, Legorreta (1995) caracteriza las ciudades según sus funciones como: ciudad-consumo, ciudad-producción y ciudad-trabajo, atribuyendo estos modelos a los procesos tecnológicos que se llevan a cabo en ella. Sin embargo, dentro de una misma ciudad se puede encontrar la combinación de dos o más de estos modelos28. Si bien es cierto que la sociedad que la ocupa es heterogénea, debido a la multiplicidad de tareas que llevan a cabo en este espacio y que este concentra las actividades políticas, económicas, sociales y culturales de una región, es necesario puntualizar que esto no sería posible, de no contar con un espacio geográfico o territorio con una ubicación privilegiada que a la vez cuente con recursos naturales y materiales para el desarrollo de los habitantes y del capital. Este elemento es fundamental en la conceptualización de la 26 Negrete, María E. Ordenamiento territorial y urbanización. En: Reunión sobre ciudades mexicanas ante el nuevo milenio. 1998. p. 68 27 Lepetit, Bernard. Las ciudades en la Francia moderna. 1996. p.24 28 Legorreta, Jorge. El derecho a la ciudad. En: Tierramérica: La ciudad, realidades y utopías. 1995. No. 3. p.3 22 ciudad. Sin embargo, de acuerdo al marco teórico referido esto no se ha considerado como elemento importante. En este sentido Pírez (1999) afirma que la ciudad es un sistema de relaciones entre actores con capacidad de reproducción económica, social política y cultural, es decir, una sociedad local fundamentada en la relación sociedad-territorio de aglomeración.29 Pírez caracteriza la ciudad por la relación sociedad territorio, en donde las transformaciones de este son el resultado de la articulación de la sociedad y las actividades productivas, sociales políticas y culturales. La ciudad, en tanto, se caracteriza por ser un espacio geográfico donde se concentran actividades políticas, económicas, administrativas, legislativas, recreativas y sociales. Que además se distingue por contener en su espacio instituciones, bienes y servicios que contribuyen a mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Asimismo la ciudad enfatiza la diferenciación de los grupos sociales que la ocupan, puesto que no todos tienen el mismo acceso a los beneficios que otorga ésta, reflejándose principalmente en el acceso al suelo y a los servicios; en donde la permanencia de la población la garantiza la relación e interacción de los sectores productivos, factores que determinan también la ocupación y transformación de los espacios. Es por ello que el grado de crecimiento o estancamiento que se presenta en las ciudades, depende en gran medida de las actividades, funciones y acciones, que se lleven a cabo estas por parte de la sociedad que la ocupa. Pero la ciudad también se caracteriza por la presencia de la desigualdad territorial y social, fomentada por los polos de desarrollo (generados por los intereses económicos) que a su vez, cuentan con el respaldo del Estado, ya que decisiones que le corresponden a este generalmente las delega en los grupos hegemónicos que se favorecen de esto y que son insensibles e indiferentes a los intereses colectivos de la población; esto 29 Pírez, Pedro. Servicios urbanos: sociedad local y distribución económica en un contexto de reformas y privatizaciones. En: Servicios y Marco construido. 1999. p. 25 23 propicia que la operación pública desaparezca y se convierta en una condición meramente mercantil.30 Con base en lo anterior, la ciudad se define como un producto social en donde intervienen de manera relacionada y coyuntural diversos elementos que se articulan entre sí y que determinan su configuración, sin embargo, la más determinante es la relación economía-ciudad las cuales están estrechamente ligadas, así como también los ejes de transporte que son, uno de los factores fundamentales que intervinieron en su nacimiento y crecimiento con la existencia de algunas excepciones, como sostiene Bairoch (1990). Estos elementos son: la concentración de las actividades políticas, económicas y sociales, el asentamiento de una población heterogénea y permanente, la fuerza de trabajo, el acceso a algunos bienes basados en condiciones sociales e institucionales, como: infraestructura (vialidad, red telefónica, energía eléctrica, etc.), dotación de equipamientos y espacios públicos (escuelas, parques, etc.), de servicios urbanos (transporte, agua, recolección de basura, drenaje, etc.) y sociales (educación y salud) que requiere la población; asimismo la regulación del uso del suelo para fines urbanos por ejemplo: residencial, comercial, administrativo, industrial y recreativo y por último, la presencia del promotor inmobiliario, que participa con sus actividades en la transformación del territorio. En este marco aparecen algunos de los distintos enfoques del Urbanismo, donde al hablar de la urbanización se debe referir a la apropiación, transformación y ocupación del espacio a través de acciones que el ser humano le asigna para satisfacer sus necesidades. Asimismo, la creación de instituciones e instalaciones que se convierten en bienes necesarios para su desarrollo y que generan su crecimiento y determinan su distribución. 30 Pírez, Pedro. Op. cit. p.44 24 Urbanismo Portuario Entre los distintos enfoques del urbanismo, existe también el que se considera como portuario, ya sea a la orilla de un río o del mar. La aparición de este permitió el comienzo del intercambio comercial, entre regiones alejadas entre sí y cuyo medio de transporte eran las embarcaciones. Históricamente el Urbanismo Portuario partió de la necesidad del intercambio de productos entre diferentes regiones asentadas en los márgenes de cuerpos de agua (ríos y costas), lo cual dio lugar más tarde al comercio. Las ciudades fenicias son un ejemplo de lo anterior ya que la necesidad de transportar mercancías como alimentos y materias primas, determinó el desarrollo de ciudades en la costa, desde donde desempeñaban su transportación hacia otras regiones vecinas. La ciudad de Byblos es considerada una de las ciudades comerciales fenicias más importante, ya que fue operó como punto intermedio entre Siria y Egipto, sin embargo, existieron otras ciudades comerciales marítimas fenicias como Akko, Beyrite, Tiro y Sidón. Lo anterior se resume en lo que plantea Bairoch (1990): En las sociedades tradicionales, la vía acuática constituye un elemento determinante. Las ciudades nacen y, sobre todo, se desarrollan en las desembocaduras o en la confluencia de los ríos, en los sitios en que se interrumpe la navegabilidad de las corrientes, a orillas de los lagos, cerca de lugares aptos para el establecimiento de un puerto de mar, etc. También son numerosas las ciudades que se establecieron en vados que permitieron el cruce de los ríos.31 Es por ello que la ocupación de los márgenes de ríos y mares para fundar ciudades no se debe a un hecho casual, esto fue más bien resultado de la importancia de las vías acuáticas que permitieron la articulación de unas regiones con otras, además del valor económico que estas significaron. Para el siglo V y hasta el siglo XVIII este género urbano (urbanismo portuario) se manifestó en Europa, en donde Italia ocupó el primer sitio entre las ciudades comerciales de este continente, ya que gran parte de las grandes ciudades costeras de este país se caracterizaron por desempeñar un comercio considerado internacional en 31 Bairoch, Paul. De Jericó a México. Historia de la urbanización. 1990. p.138 25 ese tiempo. Estas ciudades al igual que las fenicias operaron como intermediarias entre el Oriente y el Occidente para importar productos como azúcar, sedas y especias de Asia, hacia Génova, Venecia y Pisa; y posteriormente distribuirlos al resto del continente europeo. Venecia y Hamburgo significaron dos polos marítimos de gran importancia comercial, sin embargo, existían otras ciudades marítimo-comerciales ubicadas en Inglaterra, España y Francia que desempeñaban el mismo papel como Marsella, Barcelona y Bristol, entre otras. Al mismo tiempo que estas ciudades portuarias importaban diversas mercancías, también funcionaban como puerta de salida para los productos que estos generaban, como vinos, tejidos y alimentos. En el caso de América, aproximadamente en el siglo XIV específicamente en Norteamérica, no existían civilizaciones urbanas esto le correspondió a los inmigrantes europeos que se asentaron en este territorio, ello contribuyó que para que en el siglo XX estuvieran más urbanizados que toda Europa. Sin embargo, en Centroamérica y Sudamérica sucedió lo opuesto, ya que en algunos sitios los conquistadores se encontraron con civilizaciones urbanas de acuerdo al contexto temporal y físico. Como se mencionó anteriormente los colonizadores europeos emplearon en el territorio de América Latina los modelos de urbanización establecidos en sus países de origen, lo mismo en las zonas altas como en las marítimas. Para fundar las ciudades, éstos estaban obligados a tomar en cuenta ciertas condiciones necesarias como: la ubicación geográfica y la existencia de agua dulce, así como intereses de carácter político, religioso y agrícola. Para establecer los puertos, el sitio debía contar con características naturales que le permitieran ampararse de ataques externos y garantizar el resguardo y suministro de los barcos, así como el manejo rápido de la carga. De lo anterior dan fe las ordenanzas y las Leyes de Indias, que entre sus disposiciones determinaban lo antes expuesto. Sin embargo, en algunos puertos y centros mineros no se cumplieron plenamente estas exigencias, pues su crecimiento y configuración más bien se determinó en función de los intereses económicos de los conquistadores, es decir, este proceso se caracterizó por ser circunstancial, por lo tanto los asentamientos tuvieron que adaptarse a las condiciones geográficas de estos territorios (como en el 26 caso de Cuba y Santo Domingo). En otros casos las ciudades portuarias y/o mineras se fueron ajustando a estos modelos urbanos en la medida de lo posible. Mazatlán es un ejemplo de lo anterior, puesto que la urbanización de esta ciudad estuvo en función de la necesidad de los mineros de la zona serrana y de los comerciantes extranjeros que paulatinamente se fueron estableciendo en los márgenes de la costa para transportar vía marítima los minerales y maderas preciosas, entre otros productos. Por esta razón el crecimiento de la ciudad fue un tanto arbitrario, sin embargo, a partir del siglo XIX los mismos extranjeros la mayoría de origen español, buscaron ajustar la primera traza urbana de acuerdo al sistema ejercido en su país, es decir, el sistema de tablero, para lo cual demolieron algunas edificaciones y expropiaron terrenos con la finalidad de concentrar en ese lugar los poderes religiosos, económicos y gubernamentales, en donde se encuentran actualmente. Con base en lo antes expuesto el urbanismo portuario se puede caracterizar por la ubicación geográfica y estratégica de algunas ciudades en zonas costeras; las cuales poseen aguas aptas para la navegación y para la transportación de productos y de personas, hacia otros puertos con los que hay un intercambio comercial y de servicios. Por otro lado, se encuentran elementos que lo diferencian de otras ciudades, como los recursos marítimo-costeros y energéticos, la infraestructura y equipamiento urbano con que cuentan, las obras portuarias para abrigo de barcos de distintos calados, las instalaciones industriales para el procesamiento, maquila y comercialización de productos marinos y para la carga de diversos productos; así como instalaciones especiales como las termoeléctricas y complementarias para la construcción y/o reparación de barcos y, por último, las zonas turísticas y de servicios. Las obras portuarias antes mencionadas, contribuyen al funcionamiento de los puertos de manera combinada y definen su dinámica interior. Asimismo, generan la especialización territorial y determinan su configuración urbana, entendida como la disposición de las partes que componen una ciudad y que adquieren formas determinadas por la interacción de los diferentes elementos que intervienen en ella. A lo anterior Corral y Castorena (1988) mencionan que: 27 Las áreas de agua y tierra son de tipo especializado, y se reflejan en la estructura de las ciudades a través de actividades terciarias del transporte, almacenamiento, actividades administrativas, bancarias, comerciales, bursátiles y de servicios conexos, necesarias para el propio movimiento portuario.32 Por ello el urbanismo portuario se caracteriza por la adaptación, transformación y organización del territorio ubicado cerca de las costas; más adelante y con base en lo anterior, el principio formativo de lo que será una ciudad portuaria estará en función de acciones gubernamentales y sociales para la dotación de obras portuarias, infraestructura y equipamiento urbano; necesarias para llevar a cabo acciones relacionadas con las actividades comerciales de exportación e importación marítima, pesqueras, turísticas, industriales, habitacionales y de servicios, entre otras. Estas acciones han propiciado el aumento de la concentración demográfica, económica, institucional y de servicios públicos en ciertos puntos del territorio, que fortalecen la centralización de las actividades económicas, sociales, políticoadministrativas y culturales para provecho de las sociedades que lo ocupan. Favorecen también el aumento constante del tamaño de las ciudades e intervienen en la economía regional y nacional. Esta expansión se debe al aumento de las densidades de construcción y población, creada por la necesidad de la reproducción social y de empleo, estos últimos vinculados con las fuerzas productivas. Ciudad portuaria La ciudad es el objeto de estudio del urbanismo, por lo que ambos están estrechamente ligados, no se puede hablar de uno sin referir al otro. La ciudad también es historia, puesto que su conformación ha sido gradual y su configuración actual responde a distintos hechos y momentos históricos que la han impactado. En el caso de las ciudades portuarias, cabe señalar que son nodos territoriales y áreas de desarrollo económico, social y político. Su desarrollo o atraso dependen de su ubicación, de los recursos naturales con que cuenten y de la posibilidad de transformar 32 Corral, Carlos y Castorena, José. Lineamientos para regular el crecimiento urbano de centros de población portuarios. 1988. p.13 28 su vinculación territorial en beneficio de los intereses comerciales, económicos y de reproducción social. La ciudad portuaria se reconoce por las actividades, funciones y acciones que se llevan a cabo en su territorio, así como por el medio natural en donde está inserta. Son ciudades que se han adaptado –a la fuerza o naturalmente-, a los requerimientos productivos, económicos y políticos de cada momento histórico, lo que ha estimulado la especialización en determinadas áreas de su territorio (foto 1). Foto 1. Ciudad portuaria de Mazatlán. 2003 En la imagen anterior se puede observar la ciudad portuaria de Mazatlán, Sinaloa; en donde aparece al frente el recinto portuario perteneciente a la Administración Portuaria Integral (API) y que cuenta con la infraestructura necesaria para recibir barcos de gran calado de tipo turístico y de carga. Cabe mencionar que algunos de los problemas que genera la especialización territorial en las ciudades portuarias, es la concentración de las actividades económicas, políticas y sociales lo que propicia el crecimiento desmedido y diferenciado del espacio urbano respecto de otros, incrementando el problema de la centralización. 29 Otro problema se refiere a los polos de crecimiento y desarrollo, entendidos como sistemas urbanos que polarizan el territorio, el primero incrementa las actividades económicas y productivas; el segundo tiene como finalidad lograr el bienestar social y la distribución equilibrada de la riqueza, a través del desarrollo integral y planificado de las actividades económicas y las condiciones socio-económicas de la población que ocupa el territorio. También interviene en esta problemática la marginación social, el deterioro urbano de las zonas ignoradas por dicha especialización territorial; dicho deterioro se expresa en la degradación física del espacio, originada por la antigüedad y falta de conservación de la vivienda y de los sistemas urbanos, lo cual impacta económica y socialmente en la población y da lugar a la marginación social. Otro elemento es la combinación de usos de suelo incompatibles entre sí, y finalmente, el desequilibrio urbano y social resultante de la suma de estos problemas. El urbanismo no sólo aborda la ciudad como un mero objeto de estudio sino, también estudia el fenómeno del desequilibrio urbano para conocerlo y explicarlo, así como para determinar sus causas y soporte. A partir de esto será posible proponer elementos y acciones que coadyuven a equilibrar, ajustar o actualizar la ciudad en función de las necesidades económicas, sociales y políticas de sus habitantes, es decir, a las condiciones y requerimientos del momento histórico en el que se encuentra ésta. 1.2 Desequilibrio urbano Para hablar del desequilibrio urbano es necesario remitirse a la condición sobre la cual se presenta éste, es decir, el equilibrio. Por equilibrio se debe entender un sistema donde la estabilidad y armonía entre elementos de diferente naturaleza subsisten conjuntamente y están establecidos en un mismo entorno, de manera voluntaria o involuntaria. Dependiendo de la correlación o contradicción que exista entre estos elementos se puede hablar de equilibrio o de desequilibrio. 30 El equilibrio es resultado de la relación entre fuerzas equivalentes que forman un contrapeso igual entre estas. Sin embargo, dicha situación, en la realidad social, urbana, económica y política, no se presenta sino, que es un estado ideal que se pretende alcanzar de manera homogénea en las ciudades. El equilibrio no es estático, fijo e inmóvil, es todo lo contrario, es decir, que es relativo en tanto que existe una variación en las fuerzas que intervienen en este. Es por esto que la urbanización de las ciudades no transcurre de manera equilibrada sobre el territorio, puesto que hay una tendencia a la polarización y a la concentración de la población en algunos puntos que ofrecen atractivos de los que otros carecen, por ejemplo la dotación de servicios e infraestructura de un sitio puede darle plusvalía sobre otro que no cuenta con estos elementos. Lo anterior, así como otros actores que intervienen en el escenario urbano impiden que exista un equilibrio urbano-territorial. Es decir, que las fuerzas que intervienen en el territorio, representadas como aspectos sociales, políticos y económicos entre otros, provocan un desequilibrio urbano desde el momento en que una o varias de ellas se concentran en ciertos puntos y desestabilizan las restantes. Prueba de ello es el peso que ejerce el crecimiento económico de las ciudades tan dispar del desarrollo social. Como consecuencia de lo antes expuesto, la presencia del desequilibrio es más factible y se manifiesta en el territorio de diversas formas; como el acceso desigual, combinado y diferenciado al espacio, y por lo tanto a algunos o a todos los servicios e infraestructura necesarios para el desarrollo de una población y de la región donde ésta se asienta. Esto genera la coexistencia entre elementos que no son similares (como un fragmento de un barrio con respecto de otro del mismo barrio), la correlación de elementos diferentes que son relativamente compatibles (usos de suelo) y las coincidencias y diferencias entre esos elementos (por ejemplo la dotación de agua potable en dos barrios diferentes y la existencia de alumbrado público en uno de ellos y en otro no). Algunos autores como Landa (1976) y Segre (1975) se refieren a este como desequilibrio regional pero, lo conceptualizan de diferente manera. Es decir, para 31 Landa33 es la asimetría o desigualdad reflejada en el desarrollo entre dos o más regiones de un territorio, resultado de la existencia de recursos naturales, de un desarrollo histórico-geográfico de actividades productivas y de una inadecuada política de inversión pública; lo cual se manifiesta de manera contradictoria en los aspectos sociales, físicos y económicos de dicho territorio. Por su parte, Segre34 lo define como “colonialismo interno”, que favorece la concentración del desarrollo económico; sin embargo, a diferencia de Landa, ubica el desequilibrio sólo en el polo urbano-industrial; y agrega que esta concentración se refleja en el deterioro de zonas subdesarrolladas, en el despoblamiento regional y por consiguiente en el incremento constante de las áreas de expansión. Este fenómeno del desequilibrio urbano se observa no sólo en las zonas industriales, sino también en las habitacionales, comerciales y turísticas, entre otras, inclusive en algunas zonas rurales (particularmente las más cercanas a las ciudades) se observan indicios de desequilibrio. Landa no refiere ni aclara cómo considera una inadecuada o adecuada política de inversión pública; quizá lo hace respecto a las decisiones gubernamentales tomadas para beneficiar a determinadas áreas de la ciudad en donde se desarrollan las actividades económicas productivas, dejando en el olvido a otras que ofrecen menos atractivos y que carecen de las condiciones particulares del desarrollo. Landa define atinadamente al desequilibrio urbano, puesto que las consecuencia de este es por una parte el desarrollo de algunos puntos de la ciudad, en donde el crecimiento económico y social de estos se distingue de otros que se encuentran en franca decadencia y atraso. En este sentido Segre se limita sólo a una parte del problema. De Freitas (2000), lo denomina desequilibrio urbano y se refiere a él como el proceso de exclusión social y territorial, que acentúa la poca o nula respuesta a las demandas sociales propiciando la desigualdad social, la inseguridad y la marginación de los habitantes. Agrega también, que este desequilibrio se refleja en el crecimiento caótico 33 34 Landa, Horacio. Terminología de urbanismo. 1976. p. 21 Segre, Roberto. América Latina en su arquitectura. 1975. p .110 32 de las ciudades y en el crecimiento demográfico incompatible con el medio físico, lo que favorece la urbanización desenfrenada y la falta de equipamiento urbano y comunitario35. Esto se puede ver por ejemplo, en ciertas zonas de las grandes ciudades como la de México donde la población que ocupa la zona norte está menos beneficiada que la que ocupa la zona sur de esta, en donde esta última cuenta con espacios sociales y recreativos; así como con la totalidad de los servicios e infraestructura en sus zonas residenciales y adyacentes a estas principalmente, que ocupan una gran porción del territorio. En la zona norte esto se observa sólo en algunas áreas (Lindavista, Acueducto de Guadalupe, La Escalera, etc.). Contreras (2001) por su parte, lo describe como un proceso que provoca transformaciones territoriales caóticas y excluyentes, causado por el crecimiento desmedido de la zona urbana y por las políticas macroeconómicas, dando paso al rápido crecimiento poblacional y la irregularidad, con el consecuente empobrecimiento de la sociedad, la migración intra y extraregional y la apropiación de los recursos naturales por parte de las grandes corporaciones36. Para ambos autores el fenómeno del desequilibrio urbano derivado de las políticas económicas urbanas y sociales, estimula la exclusión social y territorial, así como su transformación, manifestadas en la migración, marginación, inseguridad y pobreza sociales. Asimismo, consideran que este desequilibrio se refleja territorialmente en la carencia de equipamiento e infraestructura urbana necesarios para el desarrollo de estos grupos sociales. Sin embargo, no hablan del deterioro y atraso en algunas zonas de la ciudad y la expansión y progreso de otras, favorecidas por desarrollo de las actividades productivas y por las políticas de inversión que propician el crecimiento excesivo de las zonas urbanas y su ocupación desenfrenada. El desequilibrio urbano impacta tanto al territorio como a la sociedad que lo ocupa y se hace manifiesto en el paisaje urbano, a través de la atención en algunas partes de la 35 De Freitas, José Carlos. http://www.mp.sp.gov.br. s.f. Contreras, Sergio. Exclusión y exclusividad en la Ciudad de México: el espacio público al debate. s.f. http://www.crim.unam.mx 36 33 ciudad, particularmente en las que habita la población con mayor ingreso económico en donde la constante es la preocupación por el embellecimiento, la limpieza y el cuidado de los elementos urbanos (calles, parques, vialidades y plazas, entre otros), no así en las zonas de carácter popular. Con base en estas posiciones, queda claro que el desequilibrio urbano no se puede definir de manera universal, ya que cada uno de los autores aporta algunos elementos similares para conceptualizarlo y difieren en otros, es decir, aunque aceptan la relación territorio-sociedad algunos ponderan al primero y otros a lo último. De acuerdo con estos planteamientos el desequilibrio urbano se caracteriza por ser una relación desigual, así como un proceso de exclusión social y territorial, producto de la jerarquización territorial de algunas áreas urbanas en detrimento del resto y que afectan de forma directa la presencia de intereses públicos y privados, que centralizan las actividades productivas en determinadas partes del territorio propiciando su especialización y acaparamiento, y que apoyan a las actividades económicas y a su vez incrementan la distancia social, dando como resultado la riqueza de algunos grupos y la pobreza y marginación de otros. Es también una relación desigual en tanto que refleja el deterioro de algunas zonas dentro de las ciudades que no cuentan con los mismos servicios e infraestructura de otras más privilegiadas, ocasionando el despoblamiento de regiones que no cuentan con recursos naturales, equipamiento y por lo tanto, medios de producción. Respecto a lo anterior, Beraud (1996) plantea que: …el territorio experimenta transformaciones que se aceleran o retardan en función, predominantemente, de las formas concretas de valorización impuestas por la división social del trabajo, razón que explica el desarrollo heterogéneo del territorio, cuyo resultado objetivo es la coexistencia de regiones con fuerzas productivas especializadas y de mayor dinamismo en comparación con otras sumidas en el estancamiento permanente, relación dialéctica de la que da cuenta la ley de desarrollo desigual y combinado.37 37 Beraud, José Luis. Actores históricos en la urbanización mazatleca, 1996. p.8 34 La polarización y concentración de la población urbana en determinadas zonas de una ciudad impide un probable equilibrio territorial y urbano, fenómeno que altera el sistema de asentamientos humanos existente, debido a que estos procuran localizarse cerca de las zonas con mayor desarrollo y se aglomeran en estas. El acelerado e incontrolado crecimiento de las ciudades producto de la industrialización y la especialización territorial, y del fenómeno migratorio, contribuye a reconfigurar su estructura poblacional y espacial, lo que provoca efectos negativos a nivel territorial y social como: la falta de infraestructura y servicios básicos, el acaparamiento del territorio y especulación del suelo por unos cuantos, la concentración de actividades productivas, problemas de vivienda, congestión de vialidades, calidad y cantidad de los servicios, problemas de salud, empobrecimiento de la sociedad en la ciudad y en el campo, y la marginación de los habitantes, entre otros. Esto favorece la apropiación, destrucción y transformación de los recursos territoriales y provoca el nacimiento de regiones beneficiadas con recursos e inversiones y mantiene en el olvido a otras. Ordóñez se refiere a esto aseverando que al concentrarse las actividades productivas en la zona que cuenta con la actividad económica más competitiva, se favorece el crecimiento, la especialización y el acaparamiento urbano.38 Con base en lo anterior, se entenderá por Desequilibrio Urbano: al conjunto de transformaciones, apropiación y destrucción que experimenta el territorio, provocado por la coexistencia de regiones o zonas dentro de una misma ciudad con diferentes fuerzas productivas, resultado de la preferencia de estas por algunos puntos geográficos que cuentan con recursos naturales explotables (maderas, minerales, etc.) y/o infraestructura y servicios necesarios para su desarrollo. Esta situación condena al estancamiento las que no cuentan con estos privilegios, lo cual impacta no sólo al territorio, sino a la población que lo ocupa. Asimismo, el desarrollo se concentra en ciertos lugares de la ciudad denominados polos urbano-económicos, alrededor de los cuales se asienta una gran cantidad de la población generalmente de bajos recursos atraída por la oferta de trabajo e interesada por mejorar sus condiciones de vida. 38 Ordóñez, José Luis. Jornada en defensa del ferrocarril. Acerca del impacto ambiental de alta velocidad. s.f. http://www.izquierdaunidatoledo.org. 35 Ello debido a la concentración de recursos e inversiones en lugares privilegiados mezclados con otros que subsisten en el atraso. Lo que da como resultado la exclusión e inequidad social generada por la poca respuesta a los requerimientos sociales de éstas últimas, es decir, el acceso diferencial y combinado a los servicios e infraestructura por parte de los grupos que ocupan el territorio. Reflejado no sólo en el espacio y en los aspectos sociales, sino en los económicos y físicos, que acentúan más el subdesarrollo de estas zonas y el abandono, afectando con esto principalmente a los grupos más vulnerables del territorio, pero beneficiando a un reducido sector de la población. 1.3 Proceso urbano-formativo de la ciudad de Mazatlán. Marco geográfico En el siglo XVII, Sonora y Sinaloa formaban parte de la Provincia de Occidente, es decir, aún eran un solo territorio. En 1823 el Congreso Constituyente de la Nación decretó su separación, por lo que la provincia de Sinaloa quedó separada de la provincia de Sonora.39 Una vez separados y ya como Estados libres y soberanos nombraron sus legislaturas para que cada entidad se rigiera con sus propias leyes (ver mapa 2). Mapa 2. República Mexicana y ubicación del estado de Sinaloa REPÚBLICA MEXICANA SINALOA n Fuente: Enciclopedia de los municipios de México.1999 39 Ortega, Sergio. Breve historia de Sinaloa. 1999. p.165 36 El estado de Sinaloa está localizado en el litoral del Océano Pacífico de la República mexicana, dentro de la planicie costera noroeste, misma que colinda con la Sierra Madre Occidental y tiene una extensión territorial de 58,092 km². Colinda al norte con los estados de Sonora y Chihuahua, al este con Durango, al sur con Nayarit y al Oeste con el Océano Pacífico y el Golfo de California; en las coordenadas extremas 22° 31’ y 26° 56’ de latitud norte y los 105° 24’ y 109° 27’ de longitud oeste del meridiano de Greenwich.40 Junto con los estados de Sonora, Baja California Sur y Baja California Norte, conforman la región del noroeste del país. A su vez el estado de Sinaloa se divide en dieciocho municipios, entre los que se encuentra Mazatlán en la zona sur de la entidad. Formación de la ciudad El municipio de Mazatlán, en el estado de Sinaloa, está ubicado en el noroeste de México y a su vez en la zona sur del estado. Se encuentra entre los meridianos 105° 37’ 10” longitud oeste y los paralelos 23° 04’ 25” y 23° 52’ 22” latitud norte. Con una extensión territorial que ocupa 3,068.38 km². Mapa 3. Municipio de Mazatlán Fuente: Ortega. 2004 40 Enciclopedia de los municipios de México. Tomo 2. 1999 37 Colinda al norte con el municipio de San Ignacio y el Estado de Durango; al sur con el municipio de Rosario y el Océano Pacífico; al este con el Estado de Durango y el municipio de Concordia; al oeste con el Océano Pacífico. Su ubicación geográfica determina un clima tropical lluvioso en el verano con periodos de sequía prolongados y con temperaturas medias al año entre los 24° y 25°C. El municipio de Mazatlán es uno de los tres más importantes del estado por las actividades económicas que se llevan a cabo en su territorio, como la pesca, la industrialización de productos marinos y el turismo, los otros dos municipios son Los Mochis y Culiacán. Antecedentes históricos Es necesario abordar los antecedentes históricos de la conformación del espacio mazatleco para entender ampliamente la ciudad del presente, que refleja la problemática de muchas otras ciudades portuarias sometidas a intereses públicos y privados, así como a otros factores que determinaron la disposición de las zonas dentro de la ciudad y que entre otros problemas, ocasionaron el desequilibrio urbano. El suelo de la ciudad de Mazatlán en su mayor parte es plano –apenas tres metros sobre el nivel del mar- logrado por medio de rellenos, a excepción de algunos cerros que están sobre el nivel del mar, como los cerros del Vigía, de la Nevería, el de Casamata, el Crestón y Loma Atravesada (foto 2). Foto 2. Bahía de Puerto Viejo. 1999 38 En la imagen anterior se pueden observar tres de los cerros ubicados en la Bahía de Puerto Viejo, el Cerro del Crestón (donde se ubica el faro), el de la Cruz y del Vigía, estos últimos ocupados por la mancha urbana. Mazatlán desde su origen ha tenido grandes y diferentes transformaciones territoriales en las distintas etapas por las que ha tenido lugar su urbanización y que han sido originadas por diversos factores. Antes de la conquista española existían en estos territorios algunos asentamientos indígenas que constantemente se desplazaban hacia otros puntos del territorio, por lo que no dejaron muchos vestigios culturales. En 1765 la población se dedicaba a la caza de venados, recolección de frutas, pesca y pequeños cultivos. Durante la Colonia, Mazatlán estuvo excluido de los intereses de los españoles principalmente por la inexistencia de minerales en su territorio y de agua dulce, aunque también influyeron otros factores como la extensión de marismas que rodeaban la mayor parte del territorio y que la convertían en una península, esto hacía imposible cultivar en él. Sin embargo, su bahía ofrecía ventajas que propiciaron que en 1820 las cortes españolas lo abrieran al comercio, a partir de ese momento inició la descarga de mercancías en la Bahía de San Félix (hoy Puerto viejo), que eran transportadas hacia San Sebastián y Real del Rosario; por este sitio también se comenzaron a embarcar minerales hacia Europa. Después de independizarse el país en 1820, Mazatlán fue declarado puerto de altura por la Junta Gubernamental debido a que estaba abierto al comercio internacional y se había convertido en uno de los soportes económicos de esta región del noroeste. A partir de este momento comenzó a poblarse rápidamente, debido al movimiento comercial de la región. De la Bahía de San Félix desplazaban las mercancías por la ladera del cerro de la Nevería, hacia la aduana, ubicada donde principia el cerro de la Cruz, por ello la 39 población buscó asentarse en las cercanías de la zona de atracadero con el fin de realizar las actividades comerciales y de habitación, de esta forma nacieron las dos primeras calles de la ciudad de Mazatlán: la Principal y del Astillero. Posteriormente se cambió la zona de atracadero de la Bahía de San Félix (Puerto Viejo) a la Bahía de Fondeadero (donde se encuentra actualmente), con lo que se logró optimizar los tiempos para la exportación de los minerales y maderas preciosas, así como la entrega de los productos que llegaban de Europa vía marítima, lo que influyó para que el movimiento comercial se ubicara en esta zona, de este modo la mercancía pasaba del nuevo atracadero a la aduana y de ahí a las casas importadoras ubicadas en la calle Principal. Respecto a lo anterior, cabe recordar y destacar que el origen comercial de Mazatlán se debió al asentamiento en este lugar de extranjeros que explotaban las minas y bosques de la zona serrana del sur de Sinaloa. El establecimiento de estos en Mazatlán se originó por la presencia de la franja costera desde donde enviaban los minerales y maderas hacia Europa, por medio de navíos que a su regreso transportaban diversos productos como textiles, vinos, alimentos, etc. para ellos; y que posteriormente estos comenzaron a comercializar entre los habitantes de la ciudad portuaria para lo que fue necesario destinar espacios en donde se vendieran dichos productos. Esta actividad creció rápidamente y se convirtió en el soporte económico de la segunda mitad del siglo XIX y la primera del XX. Lo anterior contribuyó a definir la primera traza urbana, ya que en esta calle se establecieron las grandes casas comerciales y en la calle del Astillero se llevaba a cabo el traslado terrestre de las mercancías (ver mapa 4). 40 Mapa 4. Primera traza urbana de la ciudad de Mazatlán Fuente: Beraud. 1996 En el mapa se pueden observar la Bahía de San Félix (A), la Bahía de Fondeadero (H), la ubicación de la aduana (L), y de las primeras calles del puerto de Mazatlán: Principal (B), del Astillero (D). A partir de la segunda mitad del siglo XIX, se registraron incrementos graduales en la población, resultado de la creciente manufactura y de la demanda de fuerza de trabajo, lo que propició una expansión de la naciente ciudad; el crecimiento demográfico dio paso a la necesidad y carencia de vivienda por parte de la clase trabajadora, en contraste con la monopolización territorial que ejercían las clases hegemónicas y de la ocupación clasista del espacio geográfico. Es por ello que: La localización de las viviendas de mediados del siglo XIX, ya expresaba una tendencia segregacionista del espacio… las calles Carnaval y Principal empezaron a operar como límites de las mansiones de Olas Altas y faldas de los cerros de la Nevería y la Cruz hacia el norte y muelles, fueron surgiendo las casuchas populares. Este es el primer polo de crecimiento de lo que con el tiempo sería la ciudad de Mazatlán.41 41 Beraud, José Luis. Actores históricos de la urbanización mazatleca. 1996. p. 52 41 Las residencias dejaban notar los estilos arquitectónicos alemán, italiano y francés. Hacia 1875 empezaban a construirse las primeras edificaciones de dos pisos sobre todo en las zonas que ocupaba la clase hegemónica del puerto: Predominaba un estilo arquitectónico “mezcla de morisco y gótico”. Mazatlán tenía entonces una apariencia de “ciudad de prisiones” debido a lo pesado y grande de las puertas de las fincas, ya que la mayor parte de sus ventanas eran de rejas de 42 hierro de tres cuartos de pulgada de diámetro. En la siguiente imagen (foto 3) se observa un ejemplo de las residencias referidas: la casa Echeguren que fue construida durante el siglo XIX, es un ejemplo de las mansiones de la clase hegemónica del puerto. Era de estilo neoclásico y evocaba las edificaciones europeas de esa época, este estilo era retomado por los extranjeros asentados en la ciudad de Mazatlán (franceses, alemanes, españoles y norteamericanos principalmente). Foto 3. Arquitectura del siglo XIX en Mazatlán (Casa Echeguren) Fuente: Martini. 1998 La casa Echeguren fue una de las construcciones representativas del tipo de Arquitectura que predominaba en la zona que ocupaba la clase hegemónica, particularmente los extranjeros. Desapareció a principios del siglo XX, sin embargo, actualmente se pueden ver muchas edificaciones de este tipo en la zona central de la ciudad. 42 Ibid., p.24 42 Estas edificaciones marcaban una gran diferencia entre las viviendas populares y las residencias de la ciudad, que se reflejaba principalmente en la ubicación de ambas y en los materiales utilizados para su construcción, ya que en el caso de las mansiones de esta época, los muros eran de tabique rojo y las techumbres se conformaban de vigas de madera (“palo fierro”), enladrillado y teja de barro en algunos casos. Cole (1997) confirma lo anterior asegurando que solo en unas cuantas manzanas habían edificios y casas “de azotea” –refiriéndose a las casas de la clase hegemónica-, el resto eran viviendas con techo a dos aguas de teja, en su mayoría de madera.43 (ver foto 4). Foto 4. Vivienda popular en el siglo XIX Fuente: Archivo Municipal de Mazatlán En contraste con las residencias de los ricos y como se puede apreciar en la foto 4, las viviendas populares estaban construidas con horcones (palo parado), dejando cierta distancia entre uno y otro y rellenos con lodo, piedra y pedacería de ladrillo para formar los muros y estaban techadas con zacate la mayoría y otras con teja. La clásica vivienda mazatleca del siglo pasado eran cuarterías corridas que se componían de un cuarto, que hacía de sala dormitorio; en el día se levantaban camas y catres para transformarla en sala; había un corredor que era el comedor y 43 Cole, Oses. Ayer en Mazatlán. La ciudad en 1899. 1997 p. 9 43 luego un cuarto informal habilitado como cocina, patio y letrina, ya que se carecía de drenaje. Eran miles de casas de este tipo.44 Esta forma de ocupar el espacio dentro de la vivienda sigue vigente en la mayoría de los asentamientos más antiguos de la ciudad, como la colonia Lázaro Cárdenas y parte del Centro entre otros. Para satisfacer la demanda de suelo en la ciudad y destinarlo a diferentes usos -entre ellos el de vivienda-, fue necesario ganarle terrenos al mar y rellenar las zonas de marisma. Cabe señalar también, que de acuerdo al relato de Martín (1998) históricamente el proceso de urbanización en Mazatlán se ha basado en la anarquía, ya que la apropiación territorial se presentó (y continúa de esta manera) sin respetar las vías generales de transito o las zonas de reserva.45 Sin embargo, en la parte central de la ciudad existe una traza más o menos definida. Esta situación determinó que el territorio adquiriera la morfología que ahora tiene, particularmente en lo que se refiere a la primera parte del territorio ocupada durante el siglo XIX; es decir, el Centro de la ciudad, en el mapa 5 se pueden ver los primeros trabajos de dragado que se llevaron a cabo en la ciudad portuaria para el canal de navegación. Mapa 5. Primeros trabajos de dragado en Mazatlán (S. XIX) Fuente: Archivo Municipal de Mazatlán. 44 45 Valdés Lejarza; citado en Beraud. 1996. p.86 Martini, Mario. Grandeza Mazatleca. 1998. p. 71 44 La mancha urbana era aún reducida, comparada con lo que es hoy en día la ciudad de Mazatlán y hacia la puntilla (cerca del muelle turístico) se comenzaba a formar un barrio popular habitado por pescadores y barqueros llamado Mexcaltitán: Como era poco el suelo disponible, la mayor parte de lo arrancado al mar se destinó a viviendas; para calles y banquetas sólo se otorgó lo necesario, por eso quedaban estrechas y torcidas. Y se iban empedrando conforme se lograban alinear. Las banquetas generalmente enladrilladas, además de angostas, respondían, a las irregularidades del suelo…46. Así, en las zonas pobladas de la incipiente ciudad mazatleca las calles y banquetas surgieron de manera muy irregular, puesto que cada propietario le daba la altura que deseaba a la banqueta que quedaba al frente de su casa, quedando de esta forma unas más altas que otras y en la zona del arroyo unas empedradas y otras de terracería. La mayor parte de las calles de entonces podemos verlas ahora, la mayoría angostas y discontinuas. A la incipiente urbanización de la ciudad de Mazatlán, son inherentes ciertas particularidades, como el problema de abastecimiento de agua potable y su posterior solución; sin embargo, únicamente la zona residencial denominada Olas Altas y la zona comercial manufacturera eran beneficiadas con este servicio sin limitaciones, también con el servicio de alumbrado público, calles pavimentadas y letrinas sanitarias. Cabe señalar que eran los ricos quienes aportaban lo necesario para disfrutar de dichos servicios a cambio de acuerdos con el gobierno para la exención de impuestos y/o las concesiones para prestar el servicio. En contraste las colonias populares del puerto ubicadas en la periferia de la ciudad no gozaban de estos privilegios, era evidente la falta de servicios básicos y el hacinamiento de sus habitantes. Pese a lo anterior la ciudad seguía creciendo, por la atracción que ejercían las actividades productivas sobre la fuerza de trabajo. 46 Vega, Enrique. Un norte, en: Carrillo Rojas; Ibarra Escobar; coord. Historia de Mazatlán. 1998. 48-49 45 Impulso a las manufacturas El crecimiento del comercio antes de la segunda mitad del siglo XIX, convirtió a la población mazatleca en la más importante de Sinaloa tanto en lo demográfico como por la dinámica de su economía regional. Debido al crecimiento económico resultante del comercio importador, el puerto de Mazatlán llegó a ser la concentración territorial más activa y moderna del occidente de México, por lo que este auge del puerto atrae comerciantes y aventureros extranjeros que se instalan en este. Entre ellos había alemanes, franceses, ingleses y españoles, ya fuera en representación de casas comerciales de Londres, Hamburgo, Bilbao o Bremen, entre otras, o por cuenta propia.47 Los productos que importaban los comerciantes eran principalmente comestibles, vinos, cerveza, juguetes, textiles, armas, herramientas y loza. Sin embargo, ante la reducción de ganancias que provocaban los costos de transporte marítimo a los importadores, estos aprovecharon la ausencia de un mercado local y regional que les hiciera competencia e invirtieron parte del capital hacia la producción mercantil que aparece como una opción para diversificar este. Ante ello la manufactura se vio favorecida, lo que dio origen a la industria y la producción elementos fundamentales para la aparición en el escenario de diferentes industrias que beneficiaron no sólo al capital, sino a la fuerza de trabajo que de esta manera aseguraba su reproducción social. Entre las principales manufacturas se encontraban: las fábricas de hilados, fósforos, cigarros, sombreros, calzado, curtiduría, fundiciones, harineras y astilleros entre otras. Con base en estas actividades el Estado promovió la industrialización y proporcionó el equipamiento urbano necesario para el desarrollo de la misma, como fueron carreteras, infraestructura hidráulica y servicios públicos; se llevaron a cabo obras de empedrado, drenaje e introducción de agua potable que contribuyeran a combatir las malas condiciones ambientales de ese periodo, que causaban problemas de salud.48 Como se mencionó, los comerciantes contribuyeron para dotar de servicios a la ciudad como el 47 48 Martínez, Luis. Mazatlán, historia de su vocación comercial (1823-1910), Op. cit. p. 94 Ibid., p.110 46 transporte de vapor, agua potable, luz eléctrica y teléfono, por medio de concesiones y obteniendo el beneficio de la exención de impuestos. En este periodo (1882) fue fundada la Fábrica de Cerveza, por el alemán Jacobo Lang (poco después en el año1900 y gracias al apoyo de los germanos Jorge Claussen, Melchers y Germán Evers, se convirtió en la Cervecería del Pacífico). Esta Cervecería se ubicó cerca de la Bahía de Puerto Viejo, donde se encuentra actualmente (Foto No.5), Foto 5. Cervecería del Pacífico (1882) Fuente: Archivo Municipal de Mazatlán La imagen anterior muestra la primera construcción de la Cervecería del Pacífico ubicada en la calle Melchor Ocampo y donde después se construyó la actual cervecería, con tecnología más avanzada. Esta dinámica contribuyó a la importancia económica de la ciudad de Mazatlán a nivel regional, por lo que en el año de 1889 se estableció la primera sucursal bancaria: el Banco Nacional de México (hoy BANAMEX). En la última década del siglo XIX y principios del siglo XX se fundaron las empresas de agua potable y energía eléctrica (concesionadas a particulares), con lo que principalmente la clase hegemónica del puerto salió beneficiada y los concesionarios obtuvieron muy buenas ganancias. Por otro lado, el ferrocarril fue otro de los elementos que contribuyó en la introducción hacia la modernidad a la ciudad de Mazatlán, ya que la ruta Nogales-Guaymas cubierta 47 por el ferrocarril fue introducida a la ciudad portuaria aproximadamente en 1909 (diecisiete años después de iniciada su construcción), con esto finalizó la supremacía del transporte marítimo, ya que este nuevo medio de transporte en Mazatlán garantizaba el desplazamiento de mercancías y personas en poco tiempo hacia el mercado estadounidense y el noroeste del país. No obstante la introducción del ferrocarril, la aduana marítima continuó siendo la más importante del Pacífico mexicano. Es necesario señalar que la presencia de los capitales extranjeros en la ciudad, dieron una gran relevancia regional a Mazatlán con apoyo del Estado. Entre ambos decidieron la conformación del territorio urbano, ya que ocuparon las zonas con mejor ubicación, particularmente las más cercanas a la zona de atracadero (lo que actualmente es el Centro Histórico de Mazatlán); un ejemplo de dichos apoyos estatales fue la desincorporación de terrenos federales en la segunda mitad del siglo XIX, para su posterior venta a particulares entre los que se encontraban principalmente los comerciantes y sus empleados de confianza que contaban con los recursos económicos para adquirirlos. Con ello se benefició la importación-exportación de mercancías en el menor tiempo posible y al menor costo. Para las clases populares esto no fue posible, ya que con los raquíticos sueldos que percibían no podían aspirar a comprar terrenos para construir sus viviendas, lo cual aprovecharon los comerciantes para acumular grandes extensiones de terrenos y posteriormente construir en estos o conservarlos a manera de inversión, dando paso a la especulación inmobiliaria, fenómeno que persiste hasta nuestros días. Esta concentración urbana condujo a concretar dos grandes momentos de Mazatlán: la comercialización y la manufactura durante la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX; y la industrialización de productos pesqueros y embarcaciones, entre otros; lo cual caracterizó a esta ciudad a través de su producción desde la segunda década del siglo XX. Lo anterior propició el incremento de la población, convirtiendo a la ciudad en la concentración urbana más avanzada de la región, sin embargo, a pesar de existir un crecimiento económico las condiciones de vida de la fuerza de trabajo no eran las mejores ya que la vivienda era insuficiente, las rentas muy elevadas y sus habitantes vivían hacinados en casas de alquiler. 48 El hacinamiento de la fuerza de trabajo en la vivienda, obedeció a que los comerciantes, sus empleados de confianza y manufactureros se apropiaron del suelo e impidieron con ello la solución al problema de vivienda,49 ya que la clase trabajadora no podía aspirar a la compra de los terrenos que entonces estaban en manos de la clase hegemónica y que a su vez los vendía a precios inalcanzables para la primera. Este problema se fue agravando conforme crecía la población, ya sea por cuestiones de reproducción o de inmigración de la clase trabajadora hacia este puerto, en donde el suelo urbano como ya se mencionó antes estaba en poder de algunos cuantos. Apropiación del suelo En la apropiación del suelo mazatleco tuvieron que ver varias condiciones que determinaron este proceso a través del tiempo: la llegada de los conquistadores primero, después los comerciantes extranjeros que ocuparon estas tierras y los motivos que los llevaron a apropiarse de ellas, hasta los megaproyectos promovidos por el Estado mexicano, con intervención del capital, sin olvidar el periodo intermedio donde los movimientos sociales y las actividades económicas como la pesca y el turismo fueron importantes. La oferta de trabajo para los inmigrantes y para los habitantes de la clase trabajadora no cubría sus expectativas de empleo, sólo muy pocos habían logrado obtenerlo principalmente en las industrias, mientras el resto era parte del ejército industrial de reserva. Este sector de la población se enfrentó con el problema de la vivienda, habitando en condiciones de hacinamiento, debido a que no había espacios suficientes para satisfacer la demanda de vivienda y el control de los terratenientes sobre el suelo era absoluto. La apropiación del suelo en la ciudad que había sido en algún momento esperanza para los inmigrantes que deseaban resolver el problema de vivienda y así mejorar su calidad de vida, no estuvo dirigida a este sector ya que el Estado vendió estos terrenos a precios inaccesibles para ellos, contribuyendo una vez más a beneficiar a la clase hegemónica. 49 Beraud, José Luis. Op. cit. p. 83 49 Uno de los instrumentos gubernamentales de mayor impacto que propiciaron esto y determinaron los cambios urbanos de Mazatlán, fue la Ley de Lerdo de 1856, ya que a partir de 1859 y hasta 1889 se puso a la venta y/o remate terrenos urbanos, en donde la mayoría fue comprada por comerciantes o políticos, lo que llevó al acaparamiento del suelo (ver mapa 6). Mapa 6. Distribución de la ciudad de Mazatlán (finales del siglo XIX y principios del XX) Fuente: Archivo Municipal de Mazatlán Con base en esa ley la ciudad fue subdividida en cuarteles, con fines administrativos para su venta. La traza que aparece punteada en la periferia del centro se refiere a las zonas de expansión para su venta a particulares y que no fue construida de manera inmediata. Los ingresos percibidos por la venta de estos terrenos pasaron a manos del Estado. López (1998), plantea que los cuarteles con mayor demanda eran los I, II, III y IV, con 200 a 400 solares vendidos.50 Es en este perímetro donde se encuentra el actual Centro Histórico de la ciudad. Más adelante la política del gobierno de Porfirio Díaz en apoyo a los intereses capitalistas permitió que el ferrocarril impactara de manera importante la estructura urbana y finalizara con el aislamiento por vía terrestre de la península mazatleca; asimismo, el gobierno de Díaz, concesionó 50 a una empresa norteamericana su López, Ma del Carmen. Reforma y desamortización en Mazatlán (1859-1889), Op. cit, p. 84 50 administración y la venta de terrenos en los llanos de la Casa Redonda, argumentando el fomento de la colonización, y donde esta destinó 40 lotes a trabajadores ferroviarios para construir sus casas. Esto hubiera sido imposible sin la construcción del Puente Juárez en 1906, que antes de ser edificado representaba un obstáculo natural que mantenía aislada la ciudad de los llanos de la Loma Atravesada. El Puente Juárez enlazó la península mazatleca con el territorio del noreste. A esta obra se debe el crecimiento de la ciudad hacia esta zona. Cabe hacer notar que ante el conflicto nacional de este momento, es decir, durante la revolución mexicana, los importadores y manufactureros se vieron forzados a cerrar sus prósperos negocios, desapareciendo paulatinamente del escenario económico del puerto. A excepción de algunas manufacturas como la cervecera, aceitera, panadera entre otras, las demás tuvieron que cerrar. A pesar de entrar en un periodo recesivo, esto no impidió que la ciudad se extendiera hasta la calle Gutiérrez Nájera con la construcción por parte de los propietarios de terrenos de casas de renta, comercios y la venta de terrenos a precios inaccesibles para la clase trabajadora. La monopolización del suelo benefició a los propietarios ya que tenían aseguradas las rentas, que a su vez aumentaban constantemente. Sin embargo, la agricultura y la pesca de subsistencia ayudaron a suavizar los impactos del desempleo originados por el cierre de casas comerciales; esto no frenó el flujo de inmigrantes que buscaban empleo, la situación de ese momento los orilló a tomar la tierra para construir espacios para vivir. Cabe hacer notar que hasta el año de 1913, la ciudad no se había extendido más allá de la calle Zaragoza, pero sí al noreste con los asentamientos Urías y La Esperanza ambos de carácter popular. El problema del suelo en poder de algunos predominó aproximadamente dos décadas más, ya que a pesar de la apropiación de terrenos a través de invasiones ejercida por la clase trabajadora, esta no era relevante, la mayoría de esta continuaba con problemas de vivienda y pagando altas rentas. 51 Esto dio paso a las luchas inquilinarias de 1935 a 1936, en donde la clase popular se organizó y conformó un sindicato que luchaba por el congelamiento de las rentas y contra el desalojo de los trabajadores y desempleados; ante la negativa a sus propuestas iniciaron una huelga de pagos, así como diversas manifestaciones por las calles del puerto e invasiones de terrenos desocupados de propiedad particular principalmente. En sus inicios la autoridad municipal hizo caso omiso de este movimiento, hasta que se convirtió en un problema mayor y tuvo que intervenir el presidente Lázaro Cárdenas del Río para negociar la disminución de rentas, dando fin con esto a la huelga de pagos. Durante este conflicto fueron invadidos por estos actores los terrenos de lo que hoy es la Colonia Reforma. Posteriormente a la invasión de terrenos, siguió la lucha por obtener servicios urbanos y regularizar la tenencia. Con ello la mancha urbana se extendió particularmente hacia el noroeste. A lo anterior contribuyó también años más tarde el gobierno, ya que ante la decisión de este de ganar terrenos al mar para la construcción del puerto la ciudad creció 50 hectáreas hacia la Playa Sur, de acuerdo al decreto presidencial del 31 de octubre de 1957.51 Con el relleno de marismas se instalaron las colonias La Ceiba, Lázaro Cárdenas y Montuosa. Estas últimas fueron invadidas por los trabajadores, organizados por el Frente Único de Colonias de Mazatlán (FUCM) en esta misma década, ante la falta de vivienda y como única alternativa para los sectores más vulnerables de la sociedad, es decir, campesinos que llegaban a la ciudad, trabajadores de la construcción, pescadores, etc. Esta misma organización (FUCM), con apoyo del Estado, fundó la Colonia Juárez, la cual se caracteriza por ser un asentamiento popular. A partir de la segunda mitad del siglo XX Mazatlán comenzó a recuperarse del periodo recesivo, ya que con las obras que se realizaron para su desarrollo por parte los gobiernos federal y estatal, comenzó la recuperación económica, en esta ocasión al abrigo de la actividad pesquera, ya que en este puerto se encuentra un rico ecosistema marino, privilegiado por sus características climatológicas, corrientes marinas y plancton necesarios para la reproducción de distintas especies. Entre estas destacan algunas de escama como la totoaba, dorado, atún y entre los crustáceos el camarón de 51 Ibid., p. 127 52 distintas tallas, tanto de altamar como de estero; este último tiene una gran importancia para su exportación hacia el mercado internacional. La ciudad como soporte territorial Ante el descubrimiento de la potencialidad camaronera de Mazatlán en los años veinte, los porteños fijaron toda su atención en esta actividad que llegó a ocupar un lugar predominante en la economía, no sólo municipal, sino estatal y nacional, con ello se incrementó la inmigración de trabajadores hacia esta ciudad portuaria lo que explica una de las causas del acelerado crecimiento de la ciudad. Inicialmente la pesca que se practicó en este puerto fue de forma artesanal; y después de 1934 se inició la pesca industrial, sin desaparecer la pirmera. El interés surgido por la explotación del camarón llevó a pescadores y empresarios a formar alianzas, que a la larga beneficiaron a estos últimos y afectaron a los primeros, debido a que las embarcaciones pertenecían a los armadores (empresarios), y mientras estos acumulaban ganancias los trabajadores recibían en especie su porcentaje sobre el total de las capturas, además les retenían ganancias por conservación y transporte. Los armadores aprovecharon esta situación para diversificar su capital al invertir en la construcción de astilleros, congeladoras, procesadoras de alimentos marinos, empacadoras y posteriormente en las actividades turísticas y bienes raíces con respaldo del Estado, que se encargó de proveer la infraestructura necesaria, como la construcción de la carretera Nogales-Guadalajara y Mazatlán-Durango, la modernización del aeropuerto internacional, la construcción de la planta termoeléctrica, las obras del puerto y posteriormente la construcción del Parque Industrial Alfredo V. Bonfil, para apoyar la actividad turística, pesquera e industrial del puerto. Este fue el segundo momento económico de Mazatlán. Fue a partir de la década de 1940 que el sector público promovió la actividad pesquera cooperativista para la captura, industrialización y comercialización, favoreciendo el desarrollo económico y social del puerto de Mazatlán.52 52 Pérez, Ernesto. Sociedad y economía pesquera en Mazatlán, Op.cit. p. 337 53 Hacia 1958 y debido a la intervención estatal y municipal la ciudad se extendió hacia el norte con la construcción de la avenida del Mar hacia la Punta del Camarón, con el fin de apoyar a las actividades terciarias que ya comenzaban a significar ganancias para el sector público y privado. En 1960 se amplió esta avenida a la Punta Sábalo, para finalizar en 1973, en la Punta Cerritos. Estas obras fueron determinantes para definir el crecimiento de la ciudad hacia esa dirección, además de fomentar la invasión de los ejidos que se encontraban en esta zona. En cuanto a la participación estatal en el crecimiento y generación de soportes materiales de la ciudad se reflejó también en la década de los sesenta, con la dotación de planteles educativos de nivel medio y superior, servicios hospitalarios (IMSS), espacios recreativos y deportivos (parques y deportivo Unidad Benito Juárez y SAHOP), instalaciones portuarias como la termoeléctrica y el Parque Industrial A.V. Bonfil, que se asentó sobre terrenos ganados al mar. Esta tendencia en cuanto al crecimiento de la ciudad y la creación de los soportes materiales condujo a que durante el periodo de 1972 a 1974, aparecieran otros actores en el escenario urbano: los agentes inmobiliarios: …tan sólo en los años 1972-1974 se construyeron 19 fraccionamientos privados que representan el 80.14% de las hectáreas dedicadas a usos habitacionales, de 1972 a 1982… varios terratenientes comprendieron que había llegado el momento de disputar mayores rentas urbanas registrándose una significativa especulación inmobiliaria. 53 En este sentido, los primeros capitales inmobiliarios se dieron a la tarea de construir en zonas de alto valor económico, terrenos que dejaban excelentes ganancias por su localización, exclusividad y privacidad, y donde estaba garantizado el suministro de agua potable, el servicio de drenaje, la energía eléctrica, la seguridad pública, pavimentación, recolección de basura, entre otros servicios. 53 Beraud, José Luis. Op.cit. p. 130 54 En contraste con lo anterior y debido a su origen y formación las colonias populares carecían de estos servicios; al capital inmobiliario poco le interesaba la producción de vivienda para la clase trabajadora Mientras tanto la necesidad de vivienda era cubierta por el Estado, a través de programas como INFONAVIT, INVIES y FONHAPO en terrenos del oriente del municipio y por otra a través de las invasiones de las organizaciones de trabajadores y desempleados en la periferia principalmente. El Estado también contribuyó para ampliar vialidades importantes, sobre todo en la zona turística y en los accesos a la ciudad, sin embargo, en la década de los ochenta la población registró un decremento motivado por la situación del empleo y el descenso en la producción de las actividades pesqueras y agrícolas. Finalmente, en la década de los noventa frente al Tratado de Libre Comercio (TLC), el capital como principal beneficiario, vuelve a ser protagonista en esta nueva etapa de la conformación del territorio mazatleco, ya que en relación con el Estado, se impulsó la construcción del megaproyecto La Marina Mazatlán, sobre terrenos ejidales adquiridos a precios bajos, para posteriormente venderlos a precios elevados, como ya había sucedido con los fraccionamientos exclusivos, hoteles e infraestructura para el turismo. Asimismo se continuó con la práctica de ganar terrenos al mar para posteriormente desincorporarlos, acción llevada a cabo por el Estado y que permitió ampliar el área destinada para el mismo fin y en consecuencia provocando la destrucción del hábitat natural. Estos terrenos alcanzaron altos precios, los cuales solo podían cubrir ciertos grupos: el turismo principalmente extranjero y algunos compradores mexicanos con suficientes recursos para adquirirlos. En este megaproyecto también se puede observar la dotación de los servicios necesarios para su desarrollo (agua potable, drenaje, energía eléctrica, vialidades, etc.), sin embargo, el lugar en el que se encuentran insertos contrastan con el entorno rural: …los megaproyectos comerciales, agroganaderos, industriales, vías de circulación, de servicios (financieros, turísticos y del tiempo libre) han quedado bajo el control y financiamiento de la inversión privada, aunque el Estado continúe conservando 55 algunas facultades reguladoras cuando no otorgando una diversidad de apoyos (exenciones impositivas, infraestructura, simplificación administrativos, control salarial de la fuerza de trabajo, etc.). de trámites 54 A pesar de esto, la devaluación de 1994 los condenó a la crisis económica y arruinó el sueño de incorporarlos al primer mundo, además como acertadamente plantea Beraud, fueron concebidos en función de los mercados externos, no internos, por lo que representan una contradicción respecto a los modelos anteriores de transformación territorial dirigidos a fortalecer el mercado interno, convirtiéndolos en “islas urbanizadas” y acentuando la heterogeneidad del espacio.55 Cabe señalar que la intervención estatal ha definido en gran parte los periodos de expansión de la ciudad con el apoyo a la industrialización y al mercado interno, por el hecho de ser un importante soporte territorial con base en sus recursos marítimos (principalmente el camarón) y al despunte de la actividad turística. De acuerdo a lo antes expuesto, las intervenciones privadas, sociales y estatales principalmente han determinado el crecimiento de la ciudad y, por otro lado, las actividades económicas fundamentales en distintos momentos de este proceso han sido: el comercio, la manufactura, la industria, la pesca y el turismo. Los principios del desequilibrio urbano en Mazatlán Desde el comienzo del proceso de urbanización de la ciudad de Mazatlán, el territorio fue objeto de la apropiación, destrucción y transformación fundamentalmente para satisfacer intereses de tipo económico, lo que a su vez provocó un desarrollo heterogéneo. Esto se manifiesta en la correlación que existe por ejemplo, entre esta región con procesos de producción especializadas y que cuentan con medios para desarrollarse (recursos naturales e infraestructura y servicios), en contraste con otras que están se encuentran marginadas al carecer de ello dentro del mismo territorio. 54 Beraud, José Luis. Los “megaproyectos” sinaloenses, en: Globalización y reestructuración territorial. 1999. p. 89 55 Ibid., p.97 56 Desde el momento en que se descubrieron las ventajas de su bahía para la exportación de minerales y maderas preciosas, así como la importación de mercancías, comenzó la transformación de este espacio geográfico. Por un lado, por que la apropiación de los espacios se dio de manera inmediata, particularmente la apropiación privada; llevando implícita la adaptación de los mismos para satisfacer las necesidades comerciales y habitacionales de los comerciantes, en su mayoría de origen extranjero y de los trabajadores que se asentaron en estas tierras. Por otro, contribuyó también el crecimiento de la población demandante de espacios para asentarse, lo que en consecuencia dio inicio a la transformación del entorno natural. Esto no cambió con el tiempo, ya que la conformación de Mazatlán es resultado principalmente de las actividades económicas que han ido determinando su configuración espacial. La ciudad-puerto de Mazatlán pasó por las etapas de adecuación, readaptación e inserción a los nuevos modelos de desarrollo, bajo la dirección y promoción de los capitales público y privado, por así convenir a los intereses económicos y políticos de ambos. Desde la temprana urbanización del puerto en el siglo XIX, se observaron las contradicciones en el acceso a la ocupación del territorio, en los servicios y equipamiento como agua potable, alumbrado público, letrinas, hoteles, calles pavimentadas, plazas, y lugares de recreación, sobre todo en las zonas donde habitaban los comerciantes y en la zona comercial manufacturera, y años más tarde en otras zonas como la turística, la residencial y la franja industrial, no así en los asentamientos populares donde –en algunos de ellos- sigue siendo evidente la ausencia de servicios básicos y el hacinamiento de los habitantes. Lo anterior ha sido resultado principalmente de las políticas públicas y privadas, relacionadas con los usos del suelo y las actividades productivas, que estimularon la extensión y especialización territorial acentuando la diferenciación en el desarrollo social, económico y físico de la ciudad, provocando con ello el acceso desigual y combinado al espacio y algunos o todos los servicios necesarios para contribuir a la reproducción social. 57 La ciudad portuaria de Mazatlán es el ejemplo de una ciudad donde se ha presentado el fenómeno del desequilibrio urbano desde su origen, ya que sus efectos han ido creciendo con el paso del tiempo y aún socavan a la ciudad actual, pues siguen despoblándose y debilitándose regiones próximas que han quedado fuera de los polos de crecimiento y del desarrollo de la ciudad. Este problema no es exclusivo de esas regiones, aún dentro de la ciudad se puede observar el mismo fenómeno de exclusión social y territorial. Es importante agregar que la presencia de otros actores en el crecimiento de la ciudad, han enfatizado este problema, como la mezcla y contraste de elementos desiguales dentro de un mismo espacio, la poca respuesta a las demandas sociales, la especialización territorial; y además el fomento e impulso por parte del Estado a la pesca, a la industrialización y a la actividad turística en Mazatlán a partir de la segunda mitad del siglo XIX y posteriormente el apoyo a los “megaproyectos” que “son opción de transformación territorial exclusivamente para los sectores del capitalismo monopólico sin fronteras,56 proyectos que poseen cierto nivel de autonomía y que mantienen a las clases subalternas excluidas de estos desarrollos que tienden a la especialización, apropiación, destrucción y transformación territorial y por lo tanto, contribuyen al desequilibrio urbano de la ciudad. El desequilibrio urbano ha intervenido tanto en el territorio, como en la sociedad que lo ocupa, puesto que se observa la exclusión social y territorial a que son sometidos ciertos sectores de la población. Además existen por un lado, algunas zonas urbanas privilegiadas y favorecidas por los sectores público y privado, y por otro algunas en el olvido. Las zonas más beneficiadas son aquellas en donde están ubicadas las actividades económicas y productivas, lo que ha provocado la especialización del territorio; por ejemplo la Zona Dorada, que se caracteriza por concentrar actividades turísticas y de servicios mezclada con uso habitacional residencial, y donde se observa el acaparamiento espacial ejercido por algunos grupos hegemónicos, además de que 56 Beraud, José Luis, op. cit., p. 93 58 cuenta con todos los servicios e infraestructura necesarios (agua, luz, drenaje, pavimentación, mobiliario urbano, rutas de transporte público, etc.) para su desarrollo. Esta práctica histórica de apropiación monopólica y de explotación económica del territorio, ha contribuido a acentuar la distancia social y urbana, enfatizando la riqueza de algunos y la exclusión de otros. Como se mencionó anteriormente: la polarización y concentración de la población urbana no permite que exista un equilibrio urbano y social. El Puerto de Mazatlán es un puerto comercial, industrial, pesquero y turístico. Cuenta con una capacidad de atraque para barcos de hasta 40 mil toneladas en peso muerto con un acceso principal de 11 metros de profundidad y 10 de dársenas y cuenta con 4,700 metros de longitud de muelle de los cuales 1,128 son para embarcaciones de altura. Cuenta con 1.5 hectáreas de bodegas y 67.6 hectáreas de patios. Anexo se encuentra un parque industrial con una área de 44 hectáreas y se tiene acceso a autopistas, ferrocarril y a un aeropuerto internacional.57 El crecimiento de la ciudad-puerto de Mazatlán ha sido producto de la importación y exportación en sus inicios, después de la industrialización, la especialización territorial y del fenómeno migratorio; lo que ha determinado su estructura poblacional y espacial, y en consecuencia provocado efectos negativos a nivel territorial y social, como: falta de infraestructura y servicios básicos, acaparamiento del territorio, concentración de actividades productivas, problemas de vivienda, insuficiencia y congestión de vialidades, problemas de salud, empobrecimiento de la sociedad en la ciudad y en el campo, marginación de los habitantes, entre otros. Por esto, se puede decir que el desequilibrio urbano está presente en todas las ciudades portuarias desde su origen; sin embargo, en el caso de las ciudades de países dependientes y subdesarrollados como México, este problema se ha agudizado. 57 Enciclopedia de los municipios de México. Tomo II. 1999 59 CAPITULO II. CIUDAD PORTUARIA DE MAZATLÁN 60 El crecimiento urbano es uno de los fenómenos que estudia la disciplina urbana, puesto que aquel es resultado de la relación entre las riquezas naturales y de las actividades productivas de una ciudad, lo que a su vez genera el incremento en la densidad poblacional, construcción, y, por lo tanto, la expansión territorial. Esto conlleva a cubrir las necesidades de servicios y equipamiento urbano para su desarrollo que, por lo general, son satisfechos a través del Estado y/o por los habitantes, y en menor medida por el capital en combinación con el Estado. Tal es el caso de la ciudad portuaria de Mazatlán, en donde el crecimiento urbano ha sido producto de sus actividades productivas y de la explotación de sus recursos naturales, pero también de la intervención de los grupos de poder asentados en ella. Primero fue el comercio, después la manufactura y más tarde el descubrimiento de su potencial pesquero y turístico, siendo estas últimas las actividades con mayor relevancia dentro del puerto. Es necesario determinar cuáles han sido los factores determinantes para el crecimiento urbano de Mazatlán que ha transformado el territorio, por ello se debe conocer a los actores que han intervenido en esto, entre ellos el capital, el Estado y la clase trabajadora que han influido para que esta ciudad portuaria sea lo que es actualmente. 2.1 Crecimiento urbano en Mazatlán La ciudad puerto de Mazatlán no surgió de manera espontánea, ni su distribución se presentó de forma natural, sino que es el resultado de distintos momentos históricos. Como se mencionó en el capitulo anterior, en el siglo XIX comenzó la formación de la ciudad de Mazatlán, debido a su ubicación geográfica y a su bahía, lo que permitió que en 1820 se abriera al comercio y se transportaran vía marítima los minerales y maderas preciosas que los colonizadores extraían de las regiones cercanas a este puerto. Con base en el comercio el asentamiento de las casas comerciales fundadas por extranjeros en el puerto, favoreció el incremento de la población, la cual iba en aumento por la constante demanda de fuerza de trabajo. 61 La ubicación de estas casas y de las residencias de sus propietarios, fue determinada por su cercanía con el muelle comercial y con la aduana, lo que llevó al surgimiento las primeras vías de comunicación al interior de Mazatlán en beneficio de aquellos (ver foto 6). Foto 6. Actividades comerciales en torno a la aduana en 1875. Fuente: Periódico Noroeste, suplemento: Mazatlán Antiguo. 1999 Mientras los trabajadores y el ejército de reserva se instalaron a las orillas de la incipiente ciudad, en viviendas pequeñas e insalubres. Fue la primera traza urbana del puerto y a partir de esta se expandió con base en las necesidades de los comerciantes principalmente. Distintos intereses y etapas marcaron su crecimiento, entre ellos las actividades productivas de cada periodo y las ganancias económicas que estas significaban. Esto llevó a que los grupos de poder intervinieran para dotar a la ciudad-puerto de los servicios básicos, necesarios para la subsistencia en este espacio geográfico hasta cierto punto agresivo ya que, como se mencionó antes, la topografía del terreno no permitía asentarse en este lugar, debido a que gran parte del territorio estaba rodeado de marismas, además del clima caluroso, los ciclones y la falta de agua dulce entre otros aspectos, hacían de este un lugar difícil de habitar. 62 Mazatlán fue fundada por la conveniencia comercial y al principio era una ciudad sin formalidades de estabilidad, y por eso es disculpable su nacimiento en un lugar sembrado de pantanos…58 Fue necesario entonces rellenar gran parte del territorio, para evitar que al subir la marea estas aguas inundaran las edificaciones, que se asentaban en este espacio geográfico conforme se iban ganando terrenos al mar. La importancia económica que adquirió Mazatlán, gracias a la concentración de actividades comerciales de importación y exportación, así como la permanencia de quienes llegaban a habitar allí, unos atraídos por multiplicar sus riquezas y otros por conseguir un empleo que les permitiera obtener un ingreso seguro y mejorar sus condiciones de vida, propició que en poco tiempo creciera la población y se requiriera mayor espacio para asentarla. En el caso de los capitalistas mexicanos o extranjeros que llegaban al puerto a invertir, este problema se resolvía por medio de la adquisición de terrenos (a altos precios) para construir sus residencias y negocios, comprados a los capitalistas asentados antes que ellos en el puerto y que eran propietarios de la mayor parte del territorio. Lo anterior no fue así para las clases subalternas, las cuales estaban obligadas a pagar un alquiler (generalmente alto) por viviendas insalubres, ubicadas en la periferia de la incipiente ciudad y construidas por los especuladores del suelo; esto se debe a que estas clases no contaban con los recursos suficientes para pagar el precio tan elevado del suelo. Sin embargo, la falta servicios como agua potable o drenaje no fue impedimento para detener a los inmigrantes que seguían llegando al puerto con la esperanza de mejorar su calidad de vida. Lo que propició el crecimiento forzado de la ciudad, ya que se asentaban donde podían o en las casas de alquiler antes mencionadas. A la llegada del siglo XX las actividades productivas que hasta el momento se habían llevado a cabo en este lugar, comenzaron a menguar. Hasta entonces los comerciantes extranjeros habían ejercido el dominio político, que realizaban a través de comerciantes mexicanos y del Estado, de la misma manera controlaban el territorio, gracias su poder económico. 58 Cole, Oses. Ayer en Mazatlán. 1997. p.9 63 Los comerciantes de Mazatlán, por medio del soborno, disponían de las autoridades municipales, de los administradores de la aduana y del resguardo militar. Algunos comerciantes extranjeros eran cónsules de sus respectivos países, lo que les proporcionaba inmunidad diplomática y cierta influencia ante el gobierno de la capital del país.59 Esta práctica era común entre los extranjeros y mexicanos ricos, y por medio de estos sobornos lograban evadir impuestos, además se dedicaban la mayoría al contrabando de productos, para lo cual las autoridades gubernamentales se hacían “de la vista gorda”. Con ello aumentaban las ganancias de sus negocios. La Revolución Mexicana y la 1ª Guerra Mundial estuvieron estrechamente relacionadas con la huida de los extranjeros propietarios de comercios y manufacturas, y el posterior cierre de estos negocios. Fue por ello que algunos de los trabajadores de estos se coordinaron para abrir comercios y modestas fábricas donde producían productos como: aceite, pan, velas, entre otras. Como se refirió en el capitulo anterior estos acontecimientos también favorecieron el acaparamiento del territorio, lo fortaleció el poder de casatenientes y especuladores del suelo urbano, que tenían asegurada la apropiación de la renta, mientras que la presencia de otros capitalistas se iba desdibujando.60 Esto provocó que se fundara una empresa dedicada a la compra venta de fincas y explotación de inmuebles urbanos: Martini (1998) en su relato sobre la ciudad de Mazatlán añade que para 1934, debido a la visión empresarial de dos familias acerca del gran negocio que significaría el arrendamiento de viviendas -como resultado de la carencia de éstas-, fundaron una empresa de bienes raíces antecesora de la Real State que actualmente está diseminada por todo el puerto61. Estos eventos propiciaron que la clase trabajadora sobreviviera en el hacinamiento, provocado por la falta de espacios destinados a vivienda a la que ellos pudieran acceder. 59 Ortega, Sergio. Breve historia de Sinaloa. 1999. págs. 197-198 Beraud, José Luis. Actores históricos de la urbanización mazatleca. 1996. p. 92 61 Martini, Mario. Grandeza mazatleca. 1998. p.80 60 64 La ciudad seguía creciendo, se volvió a ganar terreno al mar rellenando el estero oriente, justo donde inician las calles Benito Juárez y Aquiles Serdán, y por supuesto estos espacios comenzaron a ser ocupados por nuevos asentamientos. La necesidad de llevar a cabo las obras portuarias en 1930, y que fueron efectuadas con el respaldo estatal provocaron que la ciudad se extendiera 50 hectáreas en la parte sur, sobre terrenos ganados al mar (ver foto 6). Foto 7. Vista de la Playa Sur en la década de los veinte del s. XX Fuente: Archivo Municipal de Mazatlán La Playa Sur desapareció con la finalidad de llevar a cabo en ella las obras de dragado, con las que se ampliaba la ciudad y el recinto portuario. En esta zona se encuentran actualmente el fraccionamiento que lleva el mismo nombre y los muelles de la Administración Portuaria Integral (API). Cabe hacer notar que el crecimiento de la traza urbana de la ciudad de Mazatlán en el siglo XIX y parte del XX, fue impuesta por las características topográficas del lugar y diversos intereses particulares y públicos, así como la intervención de la clase trabajadora. Para la década de los treinta, las actividades productivas que atenuaban el problema de desempleo en el puerto y la llegada continua de nuevos pobladores, fueron la agricultura y la pesca de subsistencia. 65 El aumento demográfico generó la necesidad de vivienda para la clase trabajadora y acentuó aún más la especulación del suelo urbano por parte de las familias adineradas de la ciudad, quienes se oponían a que la misma creciera más allá de la calle Gutiérrez Nájera; probablemente porque de esta manera perdían el ingreso seguro que significaba el pago de las rentas por parte de la clase trabajadora. Por esta situación surgieron las luchas inquilinarias en 1935 y 1936 promovidas por la clase trabajadora que rechazaba los elevados costos y los aumentos de la renta; iniciando la protesta con una huelga de pagos y en algunos casos la destrucción de las cuarterías (que no podían ser consideradas viviendas). …al conjunto de los trabajadores eran comunes las jornadas extensivas, los míseros salarios, la carencia de condiciones favorables para su reproducción, evidenciada y agudizada por el poder de los casatenientes, quienes sin consideración alguna establecían continuos aumentos a la renta de vivienda, tornando más críticas las condiciones de vida de la población hacinada. Si los inquilinos se veían incapacitados para cubrir los aumentos o se resistían a su aceptación, los casatenientes o sus servidores lanzaban a la intemperie a las familias.62 Es por ello que ante el desempleo y la imposibilidad de pagar las rentas, los trabajadores se organizaron para lograr que éstas fueran congeladas y para defender a las familias que ante la falta de pago eran lanzadas de las viviendas. Los hechos ocurridos en estas dos décadas (30 y 40) impactaron de manera importante la configuración urbana y alteraron la fisonomía del puerto; asimismo, la reactivación económica de la ciudad originó que se transformara el centro, debido a la apertura de calles y a la construcción de obras ya que se abrieron calles y se construyeron nuevos edificios. De acuerdo a datos contenidos en los libros de actas del Archivo Municipal de Mazatlán, los diferentes cuerpos gubernamentales del Municipio que en algún momento estuvieron al frente de la administración del mismo, buscaron proporcionarle 62 Beraud, José Luis. Casatenientes e inquilinos: los protagonistas en la recesión mazatleca, en: Carrillo Rojas; Ibarra Escobar; coord. Historia de Mazatlán. 1998. p. 318 66 una traza urbana que aún con sus características topográficas funcionara lo mejor posible. La pesca y el turismo como impulsores del crecimiento de la ciudad. La pesca es una de las actividades del sector primario más relevantes del puerto y se desarrolla en los 80 kilómetros de litoral y 5,900 hectáreas de esteros y represas de aguas protegidas. Cerca de dos décadas las empresas japonesas que contaban con concesiones otorgadas por el gobierno federal explotaron libremente los productos marinos del litoral, hasta 1939 que el presidente Lázaro Cárdenas ordenó la cancelación de las concesiones a los japoneses, promoviendo la formación de cooperativas que se dedicaran a la captura del crustáceo y de otras especies marinas. Al principio, como los pescadores no contaban con suficientes embarcaciones se asociaron con los japoneses63, lo cual no fue mal visto por el gobierno. Sin embargo, aunque los pescadores mexicanos aportaban el trabajo, esto no se reflejaba en la economía local ya que los japoneses eran quienes se quedaban con la mayor parte de las ganancias. En la década de los cuarenta, gracias al fomento del cooperativismo pesquero por parte del gobierno federal, en la ciudad- puerto de Mazatlán se observó un crecimiento económico y social; lo que motivó el aumento de la población y se vio reflejado en la aparición de colonias de precaristas en las orillas de la ciudad. Esta actividad despertó el interés de los capitalistas del puerto, que en 1949 se asociaron con los cooperativistas, ofreciendo a cambio comprar los barcos para la captura y que a cambio los segundos, llevaran a cabo el trabajo en altamar; por lo cual recibirían sus ganancias y el pago de su trabajo en especie, para que lo comercializaran libremente. Desde que el capital privado comenzó a intervenir en esta actividad, diversificó sus inversiones en la construcción de astilleros, congeladoras, procesadoras de alimentos y 63 Beraud, José Luis. Actores históricos de la urbanización mazatleca. 1996. p. 119 67 empacadoras, la mayoría de ellos ubicados en la costa oriente, desde la Avenida Miguel Alemán hasta el Puente Juárez. A partir de este periodo la pesca se convirtió en una de las principales actividades productivas en las que ha descansado no sólo la economía municipal, sino parte de la estatal y nacional. Esta actividad convirtió al municipio en uno de los soportes territoriales del estado y fue uno de los más relevantes a partir de esta década. En ella se apoyó el puerto hasta la década de los ochenta, cuando el número de armadores aumentó y en consecuencia disminuyó el producto por la sobreexplotación. En la ciudad se reflejó esta bonanza económica, puesto que algunas personas de la clase trabajadora pudieron adquirir propiedades en lugares considerados exclusivos o construir viviendas con materiales más seguros como el concreto y el acero, en las colonias donde residían. Después del agotamiento de la pesca del camarón y la escama, surgió una nueva alternativa de producción a finales de los ochenta: la camaronicultura y la acuacultura. No obstante lo anterior, la pesca y procesamiento de especies como el camarón y el atún cotizadas internacionalmente, siguen jugando un papel importante en los procesos de valorización de esta ciudad.64 Aunque continúa pesca del camarón de altamar destinado básicamente a la exportación por las tallas que alcanza, la camaronicultura ha tomado un lugar relevante en la producción de este producto, puesto que durante todo el año se produce en las granjas casi sin ningún contratiempo. Además la industria atunera es una de las más importantes en el país en cuanto a captura y procesamiento. El despunte económico que significó la actividad pesquera, así como la generación de empleos que trajo consigo, motivó al Estado a proporcionar el equipamiento y servicios urbanos, así como instituciones para el desarrollo del puerto. Este respaldo estatal estuvo enfocado principalmente a satisfacer de la infraestructura necesaria a las zonas donde se ubicaban las empresas y en menor medida a las zonas habitacionales donde se asentaba la clase trabajadora que iba en aumento. Otra actividad que consolidó la recuperación económica y que contribuyó al crecimiento urbano fue el turismo, que surgió hacia finales de la revolución mexicana 64 Beraud, José Luis. Los “megaproyectos” sinaloenses, en: Globalización y reestructuración territorial. 1999. p. 91 68 paralelamente con la pesca. El turismo estuvo ligado estrechamente a la pesca del camarón ya que gran parte de los recursos generados en esta actividad, fueron invertidos por los empresarios en este. A finales del siglo XIX e inicios del XX existían algunos hoteles, entre ellos el San José, el Central y el Yturbide (a un costado del teatro Ángela Peralta), sin embargo sus propietarios no vieron esta actividad como empresa productiva.65 Para la década de los veinte un rico minero norteamericano asentado en el puerto y con una visión empresarial construyó el hotel Belmar en el Paseo de Olas Altas (véase foto 8). Foto 8. Hotel Belmar en las Olas Altas (década de los 20). Fuente: Archivo municipal de Mazatlán, s.f. Este hotel se caracterizó y destacó por encima de los otros por otorgar el mejor servicio al turismo que visitaba el puerto, lo que lo hacía único en su género. Asimismo su construcción determinó de alguna forma, la ubicación de la primera zona turística en el Viejo Mazatlán, el cual se convirtió en el lugar de reunión de la alta sociedad porteña. Cabe señalar que hubo un crecimiento muy importante hacia esta zona durante este periodo, ya que hacia este punto se había enfocado el desarrollo comercial, habitacional y ahora turístico. 65 Martini, Mario. Grandeza Mazatleca. 1998. p. 175 69 En esta misma época abrieron sus puertas otros dos hoteles destinados al turismo: el San José y el de France. Durante muchos años estos hoteles y el Central, fueron los únicos destinados al turismo, que no sólo arribaba al puerto en ferrocarril, sino en avión y en barco. Sin embargo, el Belmar era el más escogido por el turismo norteamericano. En 1945 inició la construcción del hotel Freeman, su diseño era funcionalista y fue el primer rascacielos en Mazatlán, ya que contaba con trece niveles a los que se podía llegar por medio de dos elevadores (algo nuevo en la ciudad), y que a principios de la década de los cincuenta abrió sus puertas. Con la construcción de este hotel Mazatlán ingresaba hacia la modernidad. El hotel Freeman estaba ubicado también en el Paseo de Olas Altas y en él se llevaron a cabo los eventos más elegantes de las siguientes dos décadas. En el plano de crecimiento de la ciudad, la primera fase del desarrollo turístico se construye en el Paseo de Olas Altas y en el Paseo del Centenario. En términos de modas arquitectónicas, la construcción del hotel Freeman a principios de los cincuenta y todavía en Olas Altas, es decir en el Viejo Mazatlán, señala un parteaguas porque se presenta como el primer edificio de más de diez pisos en el noroeste del país y con un diseño que rompía totalmente con la arquitectura tradicional del puerto. La ciudad mostraba su crecimiento hasta el norte, desbordando los límites de su casco viejo que terminaba en las cercanías de lo que en la actualidad es la Avenida Gutiérrez Nájera.66 La dinámica turística de esta zona propició la ocupación de esta área de la franja costera, en donde gradualmente se fueron construyendo restaurantes al servicio del turismo (principalmente de origen norteamericano) y de la clase hegemónica. También en este periodo se abrieron al público el hotel De Cima y el Playa Mazatlán. El primero ofrecía otros adelantos de la modernidad y comodidades como el teléfono y el aire acondicionado. Este hotel (aún en servicio) estaba ubicado sobre la costera, en el límite opuesto de la zona urbana (que entonces llegaba a la avenida Gutiérrez Nájera). 66 Santamaría, Arturo. El nacimiento de turismo en Mazatlán. 2002. p. 87 70 El segundo, Playa Mazatlán estaba ubicado en la playa del Camarón, excesivamente alejado del casco urbano de ese tiempo y construido a la orilla de la playa. Ambos hoteles determinaron las nuevas zonas hoteleras del puerto, el De Cima en la Avenida del Mar (más allá de la Avenida Gutiérrez Nájera) y el Playa Mazatlán que fijó el comienzo de lo que posteriormente se conocería como Zona Dorada. Otra de las grandes obras de este periodo respaldadas por el Estado fue el fraccionamiento Playa Sur, ubicado justo donde se encontraba la playa con este mismo nombre y asentado sobre terrenos ganados al mar, extendiéndose aún más la ciudad hacia el oriente. Esta década marcó el inicio del auge del crecimiento y desarrollo del puerto, además del impulso turístico que significó un gran negocio para los capitales nacionales y extranjeros, que para los sesenta y setenta proliferó de forma importante con la apertura de otros tantos hoteles. Durante el periodo del desarrollo turístico en los setenta, se fueron construyendo casi a la par de los hoteles, fraccionamientos para las clases medias y altas de Mazatlán, a espaldas de los hoteles. Los habitantes de estos nuevos y modernos fraccionamientos pertenecían a las familias ricas del puerto, que en algún momento habían residido en la zona residencial del Viejo Mazatlán o en el centro, así como extranjeros que llegaron para asentarse de manera permanente o en ciertas épocas del año. El megaproyecto El Cid actuó como detonador del desarrollo urbano, porque de alguna manera incitó a otros inversionistas a diversificar su capital, así como a ocupar esta parte del territorio que hasta entonces estaba semidesierto. Por lo que gradualmente fueron apareciendo en el escenario urbano de esta zona: más hoteles, cines, restaurantes, discotecas, sucursales bancarias, entre otros; enfocados básicamente al turismo y a los residentes de los fraccionamientos ubicados en esta área de la ciudad. Esto provocó que la mancha urbana se extendiera hacia esta zona (ver foto 9). 71 Foto 9. La zona turística de Mazatlán. Fuente: Víctor Hugo Olivas.El Debate, 2005 Esta zona de la ciudad acentuó la exclusión territorial de la clase trabajadora, puesto que se destinó exclusivamente para el desarrollo turístico y residencial, provocando con ello la especialización del suelo. Uno de los megaproyectos que agudizó más el problema de la exclusión no sólo territorial, sino social, fue la construcción de la Marina Mazatlán en la década de los noventa. Fue edificada hacia el norte del puerto justamente donde termina la Zona Dorada para el gran turismo y para la clase alta sobre terrenos ganados al mar; lo que impactó el medio ambiente natural existente. Respecto al impacto que producen los megaproyectos en la estructura espacial en que se hallan insertos físicamente, puede sostenerse que prevalece una marcada“desarticulación” entre esas modalidades y el entorno, siendo las vías de comunicación los “puentes” que unen esa especie de ghettos o enclaves con “lo rural y lo urbano”.67 67 Beraud, José Luis. Los “megaproyectos” sinaloenses, en: Globalización y reestructuración territorial. 1999. p. 92 72 Este megaproyecto arrasó con los esteros y con ello afectó al medio natural y a las especies que en el se encontraban o que dependían de él para su reproducción, asimismo propició la expansión de la ciudad hacia el norte, así como el cambio de uso de suelo y su especialización. Este megaproyecto está subdividido en varias zonas, unas destinadas para vivienda de lujo para el turismo extranjero y para mexicanos con suficientes recursos para pagar el precio de las mismas, asimismo hay zonas destinadas para hoteles y servicios turísticos. Todas ellas gozan de campos de golf y de dársenas para atracar yates (Ver foto 10). Foto 10. Marina Mazatlán. Fuente: Pedro Guevara. El Debate , 2004 La imagen anterior muestra la maqueta que representa la siguiente etapa de construcción del megaproyecto La Marina. Cabe señalar que en la primera etapa de este proyecto se desarrollaron 182 hectáreas de 1990 a 1995 y que prometía estar operando 5 años después, sin embargo, el desastre económico de 1994 sacudió al grupo encargado del proyecto (SIDEK), el cual no tuvo otra opción que suspender los trabajos. Esta situación obligó a que el proyecto quedara parcialmente abandonado durante varios años en los que se comercializaron unas cuantas villas, y fue hasta hace unos 73 meses que un grupo de inversionistas de Sinaloa (Promotur) retomaron el proyecto y reiniciaron los trabajos.68 La segunda etapa de este megaproyecto contempla la urbanización de 414.88 hectáreas con una inversión de 60 millones de dólares, y nuevamente sobre terrenos ganados al mar. Los dragados para la erección de este proyecto ya se llevaron a cabo, para descontento de los ambientalistas y seguramente también de los pescadores que verán afectada su actividad en el Estero del Sábalo. Asimismo esta construcción dañará a las aves migratorias que llegaban a los manglares del estero, que servía de hogar a las aves migratorias durante el periodo de incubación. También está en puerta un nuevo megaproyecto denominado Escalera Mar de Cortés que se planea comenzar en 2005 (para el cual ya iniciaron algunos estudios como el de mareas) y se trata del primer puerto de abrigo que tendrá Mazatlán el cual es una especie de gasolinera del mar, en donde se abastecerán los yates de combustible y que también contará con un hotel en donde podrá hospedarse el turismo marítimo. Este megaproyecto contará con una superficie de 17 mil 562 metros cuadrados en donde se pretende recibir 60 mil embarcaciones anualmente y se calcula que la afluencia turística registre un crecimiento de más del 800% en los cuatro estados que la integran (Baja California, Baja California Sur, Sonora y Sinaloa).69 Los terrenos donde se llevará a cabo la obra fueron donados al Fondo Nacional del Fomento al Turismo de México por la Secretaría de la Función Pública, mismos que ya fueron desincorporados. El proyecto Escalera Mar de Cortés está considerado como un megaproyecto estratégico para el país, puesto que las marinas de la costa oeste de los Estados Unidos, particularmente California se encuentran saturadas y ya son insuficientes para atender el crecimiento del mercado. 68 69 Pedro Guevara. Invertirán 50 mdd en marina. El Debate. Pág. 4-A 30. Dic. 04 Carmen Garay. El megaproyecto Escalera de Mar. El Debate. Pág. 11-A. 29 Dic. 04 74 Con este megaproyecto el Estado y los empresarios dedicados a la industria turística buscan recuperar gran parte del turismo, que ante la falta de esta infraestructura han preferido otros puertos del Pacífico Mexicano que sí cuentan con ella, como Puerto Vallarta. Crecimiento urbano de tipo habitacional A través de estas etapas, la población con mayores recursos se apropió de los mejores terrenos de la ciudad gracias a su poder económico, primero las faldas del Cerro de La Nevería y parte del Centro Histórico, posteriormente en la zona turística a partir de la Punta del Camarón a la Zona Dorada y actualmente los terrenos ganados al mar para La Marina Mazatlán y la franja costera que llega hasta la Punta Cerritos. De la misma forma algunos grupos de la clase trabajadora se apropiaron de terrenos por medio de la invasión, como es el caso de los asentamientos de La Ceiba y la colonia Lázaro Cárdenas en los treinta; la colonia Montuosa, Reforma y La Esperanza en los cincuenta y recientemente terrenos de diversas colonias como Jaripillo y Tierra y Libertad, entre otras. Sin embargo, el Estado también promovió la expropiación de terrenos para destinarlos a zonas habitacionales, como la Colonia Benito Juárez. Esta colonia se convirtió en uno de los centros urbanos más grandes del puerto de Mazatlán, después del Centro Histórico, ya que es un punto intermedio entre el centro de la ciudad y las colonias de la periferia ubicadas al noreste de esta. Además cuenta con un mercado y una zona comercial muy importante, en donde es posible abastecerse de diversos artículos sin necesidad de desplazarse hasta el centro (como se acostumbraba antiguamente). Cabe hacer notar que la intervención del Estado para la concesión de terrenos a los invasores y la posterior dotación de servicios, así como su legalización; estuvo en función de la presión que estos grupos ejercían por medio de la amenaza y del despojo a los propietarios del suelo para ocuparlo. A fines de los cincuenta el Estado también se encargó de la edificación y gestión de algunos edificios multifamiliares, y en las décadas del sesenta al setenta aparecieron en el escenario urbano la colonia López Mateos y unidades de INFONAVIT y FOVISSSTE, también auspiciadas por el gobierno. 75 Mientras tanto, la población que carecía de recursos para aspirar a alguna de estas viviendas de interés social o medio, se fue desplazando hacia la periferia de la ciudad, apropiándose del territorio a través de la invasión o comprando terrenos al alcance de su economía. Asimismo el Estado promovió el tipo de propiedad ejidal. A principios de la década de los setenta y repitiendo las prácticas del Estado, apareció en el escenario un nuevo actor: el agente inmobiliario. Esta actividad adoptada por los terratenientes del puerto, hizo que incorporaran al mercado parte del suelo que habían monopolizado durante generaciones, para construir fraccionamientos residenciales. En la década de los ochenta, ante el decrecimiento económico que se registró en Mazatlán como resultado del debilitamiento del modelo de desarrollo del Estado benefactor; hizo acto de aparición la economía ilegal representada por el narcotráfico. Esta actividad de alguna manera reactivó la economía porteña a través de inversiones en distintos sectores principalmente en el aspecto inmobiliario, en turismo y servicios. Lo anterior detonó el aumento de invasiones urbanas y la posterior lucha por servicios urbanos. En estas invasiones participó principalmente la fuerza de trabajo que no tenía acceso a la vivienda que promovían los programas institucionales. De esta forma a finales de la década de los setenta fueron invadidos los terrenos insalubres cercanos al arroyo Jabalines y al Estero el Infiernillo en el noreste de la ciudad, fundando así la colonia Tierra y Libertad. Para poder asentarse en esta zona, los invasores rellenaron con cascajo principalmente las partes bajas. Los terrenos cercanos a esta zona -en lo que actualmente es la colonia Rubén Jaramillo- también fueron invadidos y nivelados. Posteriormente a esta apropiación del territorio para vivienda, se luchó por la dotación de servicios públicos y por la legalización de la tenencia. Los ocupantes de estos terrenos son en su mayoría desempleados, emigrantes, subempleados y trabajadores que no pueden aspirar a obtener una vivienda institucional por no cubrir los requisitos de ingresos económicos que les piden. 76 Actualmente este problema se sigue presentando en diversas partes del municipio, en donde los lideres de distintas agrupaciones (de los cuales algunos son vivales que acaparan el territorio) instan a la gente con necesidad de vivienda (o sin ella) a apropiarse de terrenos baldíos pero que tienen dueño, y en donde el sector más afectados es el de los ejidatarios. A lo anterior: el delegado de CORETT (Comisión para la regularización de la tenencia de la tierra) en Sinaloa (Héctor Niebla Salazar) aseguró que Mazatlán es la única ciudad en el estado que presenta problemas de invasión a terrenos particulares, estatales y federales, asimismo acusó a los líderes de corruptos al tratar de hacer negocio con la necesidad de vivienda de las personas70. Este modo de apropiación del suelo continúa dando resultados en la mayoría de los casos para las familias invasoras, puesto que cuentan con que finalmente el municipio negociará la desocupación del predio y a través de CORETT les asignará algún otro terreno, en donde por lo regular pagan $20 pesos de enganche y mensualidades de $150 a $200 pesos dependiendo del área del lote; sin embargo, no contarán con drenaje ni agua potable. Lo anterior ha ocasionado que terrenos de propiedad federal (algunos de ellos considerados como reservas naturales) sean desincorporados para su urbanización. Este fenómeno ha propiciado que los líderes y sus protegidos se dediquen al acaparamiento de terrenos ya que se han detectado casos en donde una sola persona es dueña de casi todos los lotes que se encuentran en una manzana, con el fin de que al ser urbanizados puedan venderlos a un precio muy superior. Cabe hacer notar que en el municipio de Mazatlán existen 12,200 lotes baldíos diseminados por todo el territorio y de los cuales 168 lotes están ubicados por la costera y en la Zona Dorada. Lo anterior permite aseverar que la practica de la engorda de terrenos no es exclusiva de la clase hegemónica, sino también ha alcanzado a la clase subalterna. También los programas institucionales (FONAHPO, INVIES, INFONAVIT; FOVISSSTE) continúan contribuyendo en el crecimiento urbano de la ciudad hacia el 70 Luján, Adrián. Es Mazatlán el único municipio con invasiones. Periódico Noroeste. 7 abril 2002. pág. 3B 77 noreste ya que beneficiaron a la fuerza de trabajo, tal es el caso de la unidad el Conchi, Villas del Sol, FOVISSSTE Esperanza, Mazatlán I y II. Y hacia el norte unidad Jabalines, colonia Genaro Estrada y ampliación Francisco Villa. A partir de la ultima década del siglo XX e inicios del XXI gran parte de crecimiento habitacional de la ciudad portuaria de Mazatlán se ha efectuado sobre terrenos ejidales, tal es el caso de los fraccionamientos Arboledas I y II, Villa Verde, Villa Florida, Valle Dorado y Floresta entre otros. La comercialización de las viviendas se ha llevado a cabo a través de créditos bancarios directos, así como de FOVISSSTE e INFONAVIT, para beneficiar a la clase trabajadora del puerto En el año 2002 dio inicio la construcción del fraccionamiento Colinas del Real, en el cual estaba planeado construir 1,200 viviendas para las clases populares de Mazatlán en un área de 21 hectáreas de lo que antes fueron terrenos ejidales, a decir del entonces alcalde municipal (Jorge Rodríguez Pazos) estas tendrían un costo de $150 mil pesos y el tramite de los créditos se harían a través de INFONAVIT71. Este fraccionamiento ya está ocupado por sus compradores, sin embargo, este como otros tantos que se han construido en la periferia de la ciudad y que están urbanizados, tienen problemas de comunicación con vialidades formales y por lo tanto de transporte; de no contar con vehículo propio sus habitantes tienen que caminar aproximadamente 1 km desde la parada del autobús hasta el fraccionamiento. El crecimiento urbano de Mazatlán en la última década se ha debido principalmente a la construcción de vivienda y a la asignación de terrenos por parte de las instituciones gubernamentales, básicamente para satisfacer esta necesidad entre la clase trabajadora. En lo que corresponde a la zona norte de la ciudad y en donde residen las familias ricas, también continúa el crecimiento principalmente adelante de la Zona Dorada, en donde se está llevando a cabo la construcción de nuevos fraccionamientos residenciales, hoteles, restaurantes y de la segunda etapa del Megaproyecto Marina Mazatlán en donde también se encuentra el uso habitacional. 71 Luján, Adrian. Periódico Noroeste. Mazatlán, Sinaloa. 10. Marzo. 2002. pág. 1B 78 Como se puede deducir el territorio de Mazatlán continuará creciendo, en tanto el Estado y el capital tengan intereses particulares para que así sea, el problema es que este crecimiento no corresponde a las necesidades del resto de la ciudad y de la población, que están quedando marginadas de estos programas de urbanización, y por el contrario se sigue ampliando la frontera imaginaria que existe entre la Zona Dorada y el resto de la ciudad. 2.2 Formas y usos de suelo Los usos de suelo no han cambiado de forma sustancial a través del tiempo, ya que algunos de los descendientes de las familias fundadoras del puerto, continuaron con las mismas costumbres en la ocupación del suelo. En todo caso, el Estado fue quien impactó inicialmente de manera sustancial la configuración urbana y los usos de suelo en beneficio del capital, puesto que a través de la práctica habitual de ganar terrenos al mar destinados ya sea para la industria, para el desarrollo turístico y en otros casos para vivienda de tipo medio o alta, la ciudad fue creciendo progresivamente en ciertos puntos estratégicos favoreciendo con esto la especialización territorial del puerto. Es por ello que el escenario urbano se fue transformando y adquirió una nueva fisonomía, sobre todo cuando se incorporó el uso de suelo destinado para las actividades turísticas y de servicios hasta entonces ignoradas por los porteños. La actividad turística provocó una división casi imperceptible de la ciudad, debido a la diferenciación de usos de suelo tan marcada entre la Zona Dorada, el Viejo Mazatlán, la zona industrial y la zona de crecimiento habitacional de tipo popular. Es decir, mientras que en la Zona Dorada se llevan a cabo actividades del sector terciario combinadas con vivienda de tipo alto, en la parte central o Viejo Mazatlán se combina vivienda y con comercio principalmente, además de ser el corredor cultural de la ciudad. Sin embargo, en la orilla de esta zona se encuentran también servicios y obras portuarias, así como el principio de la zona industrial. Por último en las colonias ubicadas en la zona de crecimiento urbano (hacia el noreste), el uso es combinado: habitacional y comercial. Gran parte de estos asentamientos cuentan con servicio educativo preescolar y primario de tipo público y 79 particular, no así con servicios de salud para los cuales se tienen que desplazar hacia otras partes de la ciudad. Hacia este punto continúa el crecimiento de la ciudad (Ver mapa 7). Mapa 7. Crecimiento histórico de la mancha urbana de la ciudad de Mazatlán Fuente: Beraud. 1996 El mapa anterior muestra el crecimiento histórico que ha registrado la mancha urbana de la ciudad portuaria de Mazatlán, en donde la parte oscura es la primera mancha urbana (Centro Histórico) y a partir de esta se expandió la ciudad. Ocupación Territorial Población y demografía Como se refirió en el capítulo anterior, en el territorio de lo que hoy corresponde a Mazatlán antes de ser ocupado por los españoles, estaban asentados dos grupos indígenas, quienes después de ser derrotados por los conquistadores y casi extintos por las enfermedades que les transmitieron, se adaptaron a la forma de vida de estos. Mazatlán fue fundado oficialmente en el siglo XVI, sin embargo hasta 1820 se abrió al comercio internacional por decreto de las Cortes de Cádiz. 80 Las riquezas naturales de la zona sur del Estado atrajeron cada vez más aventureros en busca de fortuna, por lo que en la ciudad de Mazatlán se puede constatar una diversidad cultural producto del asentamiento de extranjeros y de las funciones comerciales en altamar. Estas familias inicialmente y durante muchos años se dedicaron a la extracción minera y a la tala de maderas preciosas, practicando la agricultura en las zonas altas para subsistir, así como de los alimentos y productos que recibían de Europa. Años más tarde (segunda mitad del siglo XIX) las actividades de importación, exportación y comercialización de estos productos, así como las manufacturas se convirtieron en la principal actividad económica del puerto, lo que generó la necesidad de mano de obra y favoreció el crecimiento de la población, con la consecuente demanda de vivienda para ésta. Esto se manifestó a través del crecimiento de la mancha urbana de la ciudad que comenzó a expandirse gradualmente. La urbanización de Mazatlán se considera tardía con respecto a la del resto del país, debido que fue hasta mediados del siglo XIX que dio inicio este proceso. Después del nacimiento de Mazatlán y su desarrollo como ciudad, la población registró un crecimiento histórico constante. Los datos que nos ofrece el censo oficial del distrito de Mazatlán que se llevó a cabo en marzo de 1891, cuyos resultados fueron publicados un año después en el periódico El Correo de la Tarde, muestran lo siguiente: Cuadro 1. Censo de 1891 SEXO CD. MAZATLÁN % CON RESPECTO AL MUNICIPIO MUNICIPIO Mujeres 7,218 45.27% 15,942 Hombres 6,195 41.47% 14,938 Total hab. 13,413 43.43% 30,880 Fuente: Periódico Noroeste. 1998; p. 1E De acuerdo a información adicional que aporta el periódico Noroeste, respecto a la tabla anterior se deriva que: 186 hombres y 26 mujeres eran de procedencia extranjera (en total 212 personas), es decir el 0.007% del total de la población. Sin embargo, Cole afirma que en los últimos años del siglo XIX en Mazatlán residían alrededor de 16,000 81 personas y 18,000 en el resto del Municipio.72 Es decir, que había un total de 34,000 habitantes que correspondía a un crecimiento del 9.6% en aproximadamente 7 años. Esto provocó que para el año 1900 Mazatlán, contara con la principal concentración demográfica y urbana del Noroeste de México,73 puesto que a diferencia de otros lugares de esta región, ya que en este lugar estaban concentradas las mayoría de las actividades productivas y por lo tanto la mayor cantidad de fuerza de trabajo. La importancia que adquirieron la pesca y el turismo favorecieron también el aumento demográfico en la ciudad de Mazatlán. La distribución de la población a nivel municipal presentó desde sus inicios una marcada dispersión en varias localidades de pocos habitantes, contra una gran concentración de la población en el puerto. Lo anterior se puede observar en el cuadro 2, en donde se registra el crecimiento poblacional de la zona sur del estado a partir de 1950: Cuadro 2. Crecimiento de la población en la zona sur de Sinaloa. LUGAR 1950 1960 1970 1980 1990 1995 Escuinapa 14,949 17,994 30,807 37,666 45,928 49,474 Mazatlán 76,866 112,619 167,616 249,988 314,345 357,619 Rosario 27,303 34,891 39,728 44,740 47,416 49,240 San Ignacio 19,482 23,212 23,332 24,825 24,085 27,101 635,681 838,404 1,266,528 1,849,879 2,204,054 2,425,675 25,791,017 34,923,129 48,225,238 66,846,833 81,249,645 91,158,290 Estatal Nacional Fuente: Actualización de los estudios especializados en acuacultura y ordenamiento ecológico en los estados de Nayarit y Sinaloa. 1997 De acuerdo a estos datos en los municipios de Escuinapa, Mazatlán y Rosario no se detuvo el crecimiento demográfico de 1950 a 1995, pero no sucedió lo mismo con San Ignacio que en la década de 1980 a 1990 registró un decremento que en 1995 se invirtió. 72 73 Cole, Oses. Ayer en Mazatlán. 1997 p.9 Beraud, José Luis. Actores históricos de la urbanización mazatleca. 1996. p. 55 82 El municipio de Mazatlán, Sinaloa es el que presenta históricamente una población superior, respecto al resto de los municipios de la zona sur de estado y en donde el crecimiento ha sido mayor; como resultado de la importancia económico-regional de la ciudad-portuaria y la atracción que ejerce para los habitantes de los demás municipios. Esta concentración demográfica en Mazatlán se debe a su vez, a la concentración de servicios, industrias y comunicaciones importantes para la región y para el estado, lo que ha frenado el desarrollo en los otros municipios de la zona sur. La pirámide de edades nos da cuenta de ello (véase gráfica1), ya que en la base y en los grupos en edad de trabajar ésta presenta ensanchamientos. Gráfica 1. Pirámide de edades del Municipio de Mazatlán. Fuente: Cuaderno estadístico municipal. 1999 De esto se desprende que en esta ciudad portuaria, existe proporcionalmente mayor cantidad de población económicamente activa que la que no puede hacerlo por tratarse de niños o ancianos. 83 En el caso de San Ignacio, la década de retroceso coincide con el auge que tuvo la pesca y el turismo en Mazatlán durante este periodo, por lo que es posible afirmar que el decrecimiento está relacionado con ello. Lo antes expuesto permite observar que los usos del suelo en Mazatlán desde la incipiente urbanización del puerto, fueron determinados por las actividades económicas especializadas. Primero, por la apropiación territorial de los extranjeros y mexicanos ricos de la época importadora y exportadora; después en el periodo de sustitución de importaciones promovido por el Estado y finalmente en las etapas de industrialización y desarrollo turístico y pesquero del puerto. 2.3 Infraestructura y equipamiento urbano en Mazatlán Infraestructura urbana A las obras que conforman los soportes para el uso urbano del territorio, su accesibilidad, el transporte, el saneamiento, la distribución de agua, la energía y las comunicaciones telefónicas entre otras se les denomina infraestructura urbana. Todos estos elementos intervienen para el funcionamiento y movilidad de los habitantes de la ciudad portuaria de Mazatlán. Dichos soportes en algunos momentos del proceso de urbanización de la ciudad fueron suministrados por las clases en el poder, particularmente en los inicios de la ciudad. Posteriormente el Estado también se involucró en esta tarea para fomentar el desarrollo de este emplazamiento, unas veces por conveniencia para obtener ganancias en combinación con el capital y otras bajo presión por parte de los grupos más vulnerables de la sociedad. Estos hechos permitieron que la ciudad de Mazatlán se fuera desarrollando y creciendo paulatinamente en territorio y en población, por lo cual fue necesario mejorar la infraestructura urbana que demandaba la sociedad mazatleca en todos sus niveles. No en todos los casos fueron satisfechas estas necesidades, sin embargo, el desarrollo comercial, manufacturero, pesquero y turístico obligaron al estado a suplirlas en las zonas donde estaban ubicadas estas actividades y las residencias de los empresarios, dejando las necesidades de los más pobres en espera. 84 En este sentido la llegada de extranjeros al puerto fue benéfico para este, pues ante el deseo de convertirlo en un lugar agradable muchos de ellos donaron terrenos de su propiedad para llevar a cabo obras que embellecieran la ciudad, como plazuelas en donde reunirse, así mismo se organizaron para introducir alumbrado a las calles (primero de gas, después eléctrico), la red de agua potable, construyeron glorietas en el paseo costero de las Olas Altas (en donde colocaban monumentos), entre otras tantas obras. Fue así que en la década de 1830 el filipino Juan Nepomuceno Machado donó el terreno ubicado entre las calles Constitución, Sixto Osuna, Carnaval y Heriberto Frías, para que se construyera la Plazuela Machado. En esta zona se ubicó el corredor comercial y habitacional más importante de la época (de las Olas Altas hacia la Plazuela Machado). Para 1867 el Ayuntamiento instaló alumbrado público de gas a las calles principales, así como el servicio de serenos y de limpia, para la recolección de basura utilizaban tres carretas.74 Como se mencionó anteriormente, la falta de agua potable era una de las dificultades que enfrentaba la población de Mazatlán, particularmente las clases populares, por lo que en 1886 un grupo de hombres de la clase hegemónica se organizó para proponer el abastecimiento del líquido, a cambio de la exención de impuestos en la importación del material necesario para llevar a cabo esta empresa, además de otras peticiones como su explotación por noventa y nueve años, así como la expropiación de terrenos a particulares en caso de ser necesario. Peticiones que fueron autorizadas por el Cabildo del Municipio de Mazatlán. …la mayor parte de las obras públicas fueron realizadas para responder a las necesidades de la población, se efectuaron en función del lucro que representaban. Las concesiones se otorgaron de acuerdo con afinidades políticas y, en ocasiones, las empresas no respetaron los contratos, incrementaron arbitrariamente los costos en contra del interés de la comuna. Los beneficios de esas obras no se hicieron 74 Martini, Mario. Grandeza mazatleca. 1998. p.72 85 extensivos a toda la población. La prevalencia del lucro por encima del interés social, quedó manifiesto en el retraso de la obra del drenaje.75 Lo anterior provocó que los desechos siguieran siendo tirados a cielo abierto, por lo que la peste alcanzó a la ciudad, dejando a su paso una gran mortandad, también contribuyó a favorecer la expropiación de gran parte del territorio bajo el pretexto de ser “causa de utilidad pública”, algunos terrenos fueron cedidos y otros fueron comprados bajo presión del Ayuntamiento. Finalmente en la segunda mitad de 1890, comenzó a llegar a Mazatlán el agua procedente del Río Presidio. Para la recreación de la clase alta ansiosa de imitar a la sociedad Europea, en el sentido de contar con espacios para divertirse y socializar, existía un teatro en mal estado llamado Del Recreo y posteriormente el Rubio (hoy Ángela Peralta), además de un paseo público. Asimismo los extranjeros del puerto construyeron un lugar de reunión llamado: Círculo Comercial Benito Juárez; mientras a la plebe se le limitaba sólo a las Fiestas de Mayo.76 Esta inquietud de la clase hegemónica, propició que algunos extranjeros donaran terrenos, mobiliario o dinero para ejecutar obras que engalanaran a Mazatlán, entre las cuales se pueden mencionar los alemanes que donaron el kiosco de la Plazuela Machado y República, o la desaparecida Glorieta Germania, el Paseo Claussen en la costera (denominado así en honor del extranjero que se encargó de “rebanar” el cerro de la Nevería, para este efecto). La urbanización del Paseo del Centenario, de la Glorieta Germania, del Paseo Claussen y de algunas salas del hospital civil, fueron legadas por los alemanes asentados en el puerto, así como la cerveza y la tambora.77 Los alemanes fueron los extranjeros que más aportaron en este sentido, y en la actualidad todavía se pueden disfrutar algunas de las obras antes mencionadas a excepción de la Glorieta Germania y del Hospital Civil; la cerveza es uno de los atractivos regionales así como la tambora. 75 Vega, Enrique. Breve crónica de la fundación de Mazatlán. Agenda 1998. p. 3 Martini, Mario. Grandeza mazatleca. 1998. p.33 77 idem; p.54 76 86 Por otra parte el transporte urbano constaba de tranvías, servicio que proporcionaba una empresa particular, así como carretas y “arañas” (vehículos tirados por mulas o caballos). Lo anterior provocaba descontento entre los residentes de las calles por donde circulaba el transporte público, puesto que los animales defecaban en ellas. Estos servicios de transporte fueron desplazados por vehículos con máquinas de vapor. La misma empresa que era propietaria de los tranvías, también prestaba el servicio de teléfono y en 1896 la luz eléctrica. Respecto a esta, cabe señalar que a partir de 1870 la Ciudad de México y las ciudades más importantes del país comenzaron a contar con luz eléctrica, es decir cuatro años después que en Mazatlán. En el caso de Sinaloa años más tarde, sólo algunas poblaciones del estado, las empresas más importantes, los edificios gubernamentales, los comerciantes y las familias más ricas disfrutaban de energía eléctrica, porque eran los que tenían la solvencia económica para pagarla. Las primeras ciudades que contaron con alumbrado público de este tipo fueron Culiacán y Mazatlán, después Cosalá, Elota, Sinaloa de Leyva, Mocorito y Los Mochis78; de esta manera el alumbrado eléctrico sustituyó al de gas, iluminando edificios municipales, calles, plazuelas y otros lugares de la ciudad de Mazatlán. Poco después se ofreció la dotación de energía eléctrica a los domicilios que lo desearan, sin embargo, como se expuso antes no todos tenían los recursos económicos para acceder a éste servicio. Otra de las obras importantes de este periodo fue la construcción del actual mercado, ya que el antiguo mercado ubicado en la manzana que comprendía la calle Ángel Flores, 21 de Marzo, Guillermo Nelson y Benito Juárez, donde actualmente se encuentra la Plazuela República, ya era insuficiente debido al crecimiento de la población, además de insalubre. 78 Frías, Eduardo. Empresas y alumbrado eléctrico en Mazatlán (1896-1904), en: Carrillo Rojas; Ibarra Escobar; coord. Historia de Mazatlán. 1998. p. 139 87 Por lo anterior el Ayuntamiento de 1896 inició la obra del mercado “Romero Rubio” (hoy José Ma. Pino Suárez) en la manzana ubicada entre las calles Benito Juárez, Aquiles Serdán, Melchor Ocampo y Leandro Valle (actuales nombres de estas calles), el cual constaba de dos naves y fue construido con los materiales entonces de moda: columnas de hierro, techos de lámina galvanizada acanalada, sostenida por viguetas de acero y fijadas con tornillos, además de vidrieras con cristales de 30 milímetros de espesor (ver foto11). Foto 11. Mercado Pino Suárez Fuente: Archivo Municipal de Mazatlán Este mercado fue modernizado durante la gestión del Presidente Municipal Amado S. Guzmán, quién buscó ponerlo a la altura de la época equipándolo con sistema de refrigeración y agregando un anexo en la antigua explanada, para lo cual el Ing. Edmundo González Rubí entonces Director de Obras Públicas Municipales se encargó de la construcción de dicho anexo.79 El mercado Pino Suárez no ha cambiado desde entonces, salvo las mejoras que se realizaron en lo que corresponde a obras de instalación sanitaria en la década de los noventa. Con respecto a las calles, en el capítulo anterior se señaló que las calles y banquetas de la ciudad portuaria de Mazatlán eran angostas e irregulares, es decir en la mayoría de 79 Zúñiga, Luis. Op. cit. p. 29 88 las calles no había continuidad o verticalidad en su traza. Además las banquetas frente a cada predio eran construidas por los propietarios de estos, de diferentes materiales y de forma arbitraria, con una altura a gusto de cada uno de ellos, por lo tanto unas eran más altas que otras; esto aún se puede observar en la ciudad (en la parte central). La parte del arroyo de algunas estaba formada con empedrados y en mayor medida de terracería. En el centro de éste, se creaba un canal de desagüe al descubierto, en donde las aguas negras fluían hacia un zanjón que funcionaba como drenaje Como era poco el suelo disponible, la mayor parte de lo arrancado al mar se destinó a viviendas; para calles y banquetas sólo se otorgó lo necesario, quedando estrechas y torcidas calles, las cuales se iban empedrando conforme se lograban alinear. Las banquetas generalmente enladrilladas, además de angostas, respondían a las irregularidades del suelo y a la necesidad de proteger las casas ante los previsibles aludes en tiempo de tormentas. 80 A lo anterior, Cole81 agrega que las banquetas del centro eran lisas y flamantes; y que conforme uno se alejaba de esta zona, es decir, hacia los asentamientos pobres las banquetas tenían más hoyos que ladrillos o grandes piedras arrancadas de los cerros, con filos y protuberancias. Para resolver este problema la Junta de Mejoras Materiales se encargaba de rellenar los hoyos con cascajo en algunas de ellas, mientras que en las que no lo hacía había lodo y lagunas. La mayoría de las calles y las edificaciones asentadas en sus flancos, hacían sufrir a la población en tiempo de lluvias, puesto que se formaban corrientes que arrasaban con el material de las calles y las inundaban, afectando también las construcciones y la salud de los habitantes. Estos eventos eran frecuentes, particularmente en la época de ciclones y de aire intenso, ya que el mar invadía las calles. Por consiguiente, Martini (1998) afirma: El nivel del piso en algunas calles es bastante irregular y éstas no dan pronta salida a las aguas. El empedrado es molesto, las banquetas a veces desiguales, pero se están componiendo y adoptando, en donde se puede, el piso Mac Adam. Las 80 81 Vega, Enrique. Breve crónica de la fundación de Mazatlán. Agenda 1998. p. 2 Cole, Oses. Ayer en Mazatlán. 1997 p.11-12 89 calles no son tiradas a cordel, pero a costa de sacrificios pecuniarios el Ayuntamiento está reformando las que son susceptibles de enderezarse, teniendo que dejarlas angostas como están por ser mal irremediable, legado penoso de los fundadores.82 Con el tiempo, algunas calles se fueron alineando y donde fue posible se ampliaron, sacrificando con ello algunas edificaciones, particularmente de las orillas del Centro de Mazatlán. La traza urbana del Mazatlán actual es muy parecida a la del siglo XIX, en lo que respecta a las zonas existentes en ese periodo. En la segunda década del siglo XX hizo su aparición un nuevo actor urbano: el automóvil. También el transporte urbano se transformó, ya que se introdujeron a la vida urbana de la ciudad vehículos accionados con motor; lo que propició la paulatina desaparición de los tranvías y carros de vapor. Martini (1998) agrega que paralelamente a la pavimentación de algunas calles céntricas, hicieron su aparición los automóviles Ford T de combustión interna, comercialización que corrió cargo de la Casa Felton83. Asimismo en 1922 fue construido el primer aeropuerto y en 1930 comenzaron las obras portuarias y el muelle fiscal, promovidos por el Estado (en terrenos ganados al mar). Como se ha mencionado Mazatlán era una península, puesto que el Estero del Infiernillo significaba una barrera natural para ir hacia la parte norte del municipio, por lo que durante el periodo presidencial de Porfirio Díaz se construyó el puente Juárez y en 1906 autorizó su ampliación (Foto 12). 82 83 Southworth, citado en:Martini, Mario. Grandeza Mazatleca. 1998. p. 71 Ibid; p. 80 90 Foto 12. Puente Juárez. Fuente: Efrén González Pérez. 1995 Al mismo tiempo que fue concluido el tendido de vías para la circulación del ferrocarril, finalizaba la supremacía del transporte marítimo. También fomentó la construcción de los astilleros más importantes de América Latina en Mazatlán, obras que beneficiaron principalmente los intereses capitalistas del puerto. Foto 13. Tendido de las vías del ferrocarril y construcción de las obras portuarias. (Década de 1930). Fuente: Archivo Municipal de Mazatlán. 91 El ferrocarril contó con una moderna infraestructura y fue gracias al apoyo proporcionado por el gobierno de Porfirio Díaz, que en la primera década del siglo XX llegó a Mazatlán este nuevo medio de transporte, lo que amplió las posibilidades de distribución de los productos comerciales a un menor costo (ver foto 13). No obstante lo anterior, la aduana marítima de Mazatlán no dejó de ser la principal en el Pacífico mexicano En 1902, Díaz concesionó la construcción ferroviaria a una empresa estadounidense, así como su operatividad y los terrenos ubicados en los llanos de la Casa Redonda84, estos últimos para su venta. Por lo que dicha empresa entregó algunos lotes a trabajadores ferroviarios para la construcción de sus viviendas que estaban ubicadas en la periferia de la ciudad de entonces. La población en constante aumento se instalaba donde podía, y en 1940 invadieron los inhabitables terrenos adyacentes a la estación del ferrocarril y propiedad de éste (cerca de la Casa Redonda), surgiendo de esta manera la colonia Klein y posteriormente los asentamientos que están sobre la misma senda (Foto 14). Foto 14. Colonia Casa Redonda. 2005 84 González, Efrén. Testimonio. 2002 92 Este asentamiento (Casa Redonda) creció progresivamente quedando inmerso en la ciudad actual, y a pesar de su antigüedad aún denota carencias urbanas. La urbanización de la ciudad-puerto es paradójica, debido a que por un lado la zona residencial (Olas Altas) y la comercial-industrial, contaban con calles pavimentadas, plazas, lugares de recreación y hoteles; así como con suficiente agua potable y con alumbrado público. Mientras que, por otro lado, los barrios carecían de los servicios básicos y las familias vivían hacinadas en las viviendas. Las políticas modernizadoras del gobierno federal de los años cuarenta y cincuenta, al darse cuenta del potencial económico que significaba el turismo en el puerto, impulsó la construcción de las carreteras Nogales-Guadalajara y Mazatlán-Durango Asimismo durante los sesenta y setenta, los gobiernos estatal y municipal impulsaron la construcción de vialidades, alumbrado público, colectores de aguas pluviales, redes de drenaje y la ampliación de varias avenidas del puerto mazatleco; entre ellas la Avenida del Mar hasta la Punta Camarón, ampliándose hasta la Punta Sábalo en 1960 y llegando a Los Cerritos en 1973. A finales de los sesenta el nuevo aeropuerto de Mazatlán clasificado como internacional, comenzó a funcionar. Asimismo en los primeros años de los setenta se comenzó a construir la nueva central camionera, ya que la antigua (ubicada cerca de la Playa Norte) había quedado atrapada en la red urbana. Asimismo se instaló la termoeléctrica y se enfocó la inversión por parte de Estado, en las instalaciones portuarias En los setenta, nuevamente sobre terrenos ganados al mar en la parte oriente del puerto se construyó el Parque Industrial Alfredo V. Bonfil, cerca de la franja industrial existente a lo largo de la Avenida Emilio Barragán; para apoyar las actividades económicas relacionadas con la pesca con lo que la ciudad se volvió a expandir. 93 Vialidades regionales La red carretera de Sinaloa es de 16,403 km, lo que le permite una comunicación regular con la mayor parte de sus 5,247 localidades. Sin embargo, esta es obsoleta e insuficiente con respecto a las actividades productivas del mismo, sin embargo, gracias a la importancia comercial y económica de Mazatlán desde el siglo XIX la zona sur de la entidad, cuenta con una red carretera extensa y mejor equipada que el resto del estado. Aunque esto no significa que no tenga problemas, puesto que las más recientes son de hace veinte años, a excepción de la supercarretera Mazatlán-Durango que fue iniciada el año 2002 y está en proceso de construcción. Esta vialidad regional fue tema de debate por mucho tiempo entre los empresarios y el Estado, debido a los beneficios que esta significa para el desarrollo turístico y comercial del puerto por la disminución de los tiempos de arribo al mismo (2 horas); y que a la vez lo fortalezca como polo de desarrollo del noroeste del país. …esta obra beneficiará a todos los estados de esta zona del país, pues comunicará al norte y noreste de México con el Pacífico, además con el sur de la República y seguramente incentivará la carga y descarga en el puerto de Mazatlán.85 El costo de esta vía fue estimado en 8 mil millones de pesos, con recursos del Gobierno del Estado y de la SCT (Secretaría de Comunicaciones y Transportes) la cual se espera sea concluida entre 2005 y 2006. Para mediados de este mismo año inició la construcción del tramo carretero de El Rosario a Villa Unión, que corresponde a la segunda etapa de la carretera TepicMazatlán y que en uno de sus tramos corresponde a la carretera Mazatlán-Durango. Esta obra fue costeada por el Gobierno Federal y Estatal, y se espera que también contribuya en el incremento de las actividades turísticas, comerciales y pesqueras del sur de Sinaloa. Por otro lado la Maxipista Culiacán-Mazatlán representa otro de los focos de atención para las autoridades gubernamentales, puesto que ante la falta de mantenimiento 85 Notimex . Inician la Mazatlán-Durango. Periódico Noroeste. 4.enero.2002. pág. 1A 94 presenta innumerables baches en carriles y bordes, además de riesgos de accidentes para los conductores que por ahí transitan. Estructura vial en Mazatlán Actualmente las redes viales están entre los problemas que aquejan a la ciudad portuaria de Mazatlán, debido a la discontinuidad de las arterias y a que la estructura vial quedó desfasada e inadecuada para el aforo vehicular que se registra en ella, lo cual se puede observar principalmente en las horas "pico", problema que se intensifica en épocas vacacionales ante la llegada de turistas extranjeros y nacionales a la ciudad, que arriban a esta en sus propios vehículos. Es por ello que representantes de los colegios de ingenieros civiles de Mazatlán convinieron en que la ciudad demanda con urgencia de la construcción de vialidades rápidas, pues las existentes ya están rebasadas por el parque vehicular estimado en 60 mil. Asimismo, se planteó construir puentes, pasos a desnivel y ampliar el número de vialidades.86 Esta es una necesidad imperiosa en la ciudad, puesto que las vialidades existentes ya son insuficientes lo cual denota la carencia de vías alternas para llegar a diferentes partes de la misma; por ejemplo en el caso de las Avenidas Gabriel Leyva o Ejército Mexicano, que son las únicas arterias para llegar del oriente de la ciudad hacia el centro y que generalmente están congestionadas por el aforo de vehículos foráneos a la zona industrial (en el caso de la Av. Gabriel Leyva) y de autotransportes de pasajeros foráneos y vehículos foráneos y locales que van a la Central Camionera y/o a la Zona turística. Respecto a lo anterior, los congestionamientos son evidentes en diferentes puntos de la ciudad, como el tramo entre el libramiento Luis Donaldo Colosio y avenida Manuel J. Clouthier, en el paso superior (cerca de la clínica del ISSSTE); y en el cruce de Insurgentes y la carretera Internacional, así como entre otros puntos. Cebe hacer notar que estas vías de comunicación están ubicadas cerca de colonias populares. 86 Garay, Carmen. Urge ampliación de vialidades. El Debate. Mazatlán. 30 dic.04. pág 5-A 95 En contraste con lo anterior dieron inicio los trabajos para la prolongación de la avenida José Canseco, la cual conectará a La Marina Mazatlán con la parte norte de la ciudad, donde se ubica el nuevo Mazatlán (denominada así la zona hacia donde se está dando el crecimiento turístico de Mazatlán). Promotur (organismo estatal) invertirá 16.6 millones de pesos para esta vía de comunicación que tendrá 1 km de largo y cuatro carriles de ancho; y que será una vialidad alterna a la Camarón- Sábalo, con la finalidad de promover el puerto y para atraer inversionistas. Lo anterior evidencia el papel del Estado como respaldo del capital, ya que bajo el mismo tenor se encuentra el proyecto del libramiento que comunicará la zona dorada con el aeropuerto y con el que se intenta dar más prontitud al tráfico y reducir los embotellamientos que se forman en la ciudad. Para el caso de la franja industrial, en donde se ubican el parque Bonfil y la colonia Casa Redonda, la única arteria que comunica a esta zona de con el resto de la ciudad es la avenida Gabriel Leyva, la cual por un lado se conecta con la carretera que va hacia el sur del estado y por el otro llega a la zona portuaria y al centro, es decir, atraviesa parte de la ciudad (Foto 15). Foto 15. Acceso al Parque Industrial Alfredo V. Bonfil y a la colonia Casa Redonda desde la avenida Gabriel Leyva. 2002 96 Esta arteria es una de las más antiguas e importantes en el puerto, especialmente por que a partir de la construcción del Puente Juárez a principios del siglo XX, ésta se convirtió en el único punto de entrada y salida de la antigua península hacia el resto del país que aún sigue siendo fundamental para la movilidad dentro de la ciudad; debido a que los transportes de carga que llegan con mercancía al puerto para llevar carga a la Paz o para entregar mercancía para su consumo local. También llegan por este medio y por ferrocarril productos que serán exportados vía marítima, como automóviles, refacciones y productos agrícolas, entre otros. Los productos pesqueros que son envasados en el Parque Bonfil y en el resto de la franja industrial, para el mercado nacional (por carretera) e internacional (vía marítima) también son transportados a través de esta avenida. Banquetas y calles Por su parte el estado de las banquetas deja mucho que desear, sólo algunas zonas no tienen problema con ellas entre ellas las de los fraccionamientos residenciales de la zona norte de la ciudad las cuales están hechas a base de concreto hidráulico o adoquín, sin embargo, en la Zona Dorada (área turística) a pesar de estar cercana a éstos, existe la necesidad de rehabilitar gran parte de ellas y en el mismo caso está el Centro de Mazatlán. Esto es contradictorio, debido a la importancia que tiene Mazatlán como destino turístico y al que durante todo el año llegan turistas nacionales y extranjeros (principalmente estadounidenses y canadienses). Parecería lógico asegurar que por lo mismo el estado de las banquetas debería ser impecable, ya que de la calidad de los servicios, la atención que se presta al turismo y la buena imagen de estas dos áreas de la ciudad portuaria (principalmente de la primera), depende gran parte del crecimiento de ésta actividad económica que, a pesar de todo genera una importante derrama económica en la ciudad. Entre los principales problemas de las banquetas de dichas zonas se pueden mencionar que están disparejas, tienen oquedades, roturas y las tapas de los registros desniveladas. Esto que se ha convertido en un riesgo para los peatones algunos de los cuales ya han sufrido accidentes por esta causa. 97 En el caso de las colonias populares existe un gran rezago respecto a la pavimentación, ya que hay colonias muy antiguas que nunca han gozado de este beneficio, como la Casa Redonda, Klein y gran parte de la Benito Juárez, entre otras. Asimismo entre las que en algún momento fueron pavimentadas (como los fraccionamientos Villa Verde, María Antonieta, Arboledas y la colonia Genaro Estrada, entre otras) se presentan problemas como: baches causados principalmente por la mala calidad del material empleado en su construcción, la circulación de vehículos de carga o transporte urbano en vialidades que no cuentan con una carpeta asfáltica resistente y por la falta de mantenimiento después de las temporadas de lluvias, entre otros. Este problema es añejo en la ciudad y a pesar del mal aspecto que provoca en la zona turística y de los problemas que genera la falta de pavimento en las colonias populares (como enfermedades de los habitantes por el encharcamiento en temporada de lluvias e infecciones de la piel, entre otras) al parecer todavía pasará mucho tiempo antes de que sea resuelto. El tema de la pavimentación ha sido una de las cartas fuertes de los candidatos de los partidos a nivel estatal y municipal, que a cambio de votos les ofrecen a los colonos este beneficio que llegado el momento no se ha cocretado. En el mismo caso se encuentran la renovación del sistema de agua potable y su introducción a las zonas que carecen de ella, así como el tendido de la red de drenaje en toda la ciudad. Red de agua potable Desde los inicios de la ciudad portuaria de Mazatlán el problema del agua ha sido un obstáculo para sus pobladores, en primer lugar porque la península carecía de agua dulce por lo cual fue necesario almacenarla en aljibes durante las temporadas de lluvias. Posteriormente la clase hegemónica del puerto se organizó con el gobierno municipal de entonces (segunda mitad del siglo XIX) para gozar del vital líquido durante todo el año, por lo que sufragaron los costos de tubería y el tendido de ésta desde la parte sur del estado hasta Mazatlán. 98 Conforme creció la ciudad y aumentó la demanda de este servicio se fue ampliando la red de agua potable. Gradualmente se sustituyó la tubería por otra de mayor diámetro ya que la anterior era obsoleta, sin embargo, cuando se realizó este cambio no se consideró el crecimiento que tendría la ciudad a futuro, sobre todo en la zona turística. En la segunda mitad de la década de los ochenta se llevó a cabo la modernización de la red de agua potable en el puerto, con recursos de los gobiernos federal, estatal y municipal, así como con las cuotas que tuvieron que cubrir algunos sectores de la población para este fin. Sin embargo, ante el crecimiento de la ciudad esta red ya es insuficiente y opera de forma limitada, por lo que las zonas habitacionales ubicadas al oriente de la ciudad son las más afectadas y en menor grado el Centro Histórico y colonias cercanas a éste. El problema de desabasto de agua se agudiza particularmente en temporada de estiaje, puesto que ante la ausencia de lluvias los niveles de las presas disminuyen y se limita el suministro de agua en el municipio especialmente a los asentamientos populares. No así en la zona turística en donde se encuentran los fraccionamientos residenciales, hoteles y servicios. Cabe hacer notar que a pesar de la inconformidad de los habitantes de la ciudad, este problema no ha sido resuelto por ninguno de los tres niveles de gobierno. De hecho existe un proyecto para modernizar la red pero no se ha logrado cristalizar. El gobierno municipal a través de la Dirección de Obras Públicas ha realizado los trabajos de introducción de servicios públicos a colonias de la ciudad en donde la inversión se conforma con aportaciones de los colonos y del gobierno municipal. Existe una buena respuesta de los colonos hacia estos programas de apoyo que les permiten acceder a una vida digna. Según datos proporcionados por la Comisión Estatal de Agua Potable y Alcantarillado para 1998 en el municipio de Mazatlán se encuentran 60 pozos profundos de los cuales 99 39 están en la ciudad puerto y 2 manantiales en otras partes del municipio.87 Además el centro y norte del estado cuentan con presas para almacenaje de agua pluvial, sin embargo, estas están destinadas para las actividades agrícolas y en menor medida para suministrar del líquido a otros estados del noroeste, entre ellos a Sonora. Lo anterior no significa que la antigua tubería tenga la capacidad suficiente para garantizar el buen funcionamiento de este servicio, incluso a consecuencia de esto ya se han colapsado varias tuberías de la red. Red de drenaje La red de drenaje es otro de los problemas que aquejan a la ciudad y es quizá uno de los que más estragos causa a la población; específicamente en tiempos de lluvias y huracanes cuando casi toda la ciudad portuaria se vuelve un caos por las inundaciones. Este sistema es bastante obsoleto y aunque Mazatlán ha crecido esta red no ha sido ampliada, por lo que el servicio es insuficiente para cubrir las necesidades de la población. A esto hay que agregar que la falta de mantenimiento a esta red agrava el mal estado de la misma. Cabe hacer notar que el problema de la red de drenaje no es reciente ya que la mancha urbana del puerto de Mazatlán se ha expandido considerablemente desde hace más de dos décadas, no así la red de alcantarillado que está sobresaturada; esto la convierte en una bomba de tiempo. Los gobiernos estatal y municipal conocen el problema, sin embargo, no han tomado las medidas necesarias para resolverlo, a lo anterior el exgobernador del estado Juan S. Millán88 aseguró en el año 2002 que es urgente un pacto entre los mazatlecos y los gobiernos estatal y municipal, para solucionar el grave deterioro de la infraestructura del agua potable y alcantarillado porque puede sobrevenir una catástrofe en Mazatlán. En este sentido argumentó la falta de recursos de los tres niveles de gobierno para llevar a cabo la regeneración de la red de drenaje, por lo que exhortó a los sectores productivos y autoridades a operar de manera conjunta en ello. 87 88 Cuaderno estadístico municipal 1999. pág. 158 Millán, Juan. Sexto Informe de Gobierno. Periódico Noroeste. 14 de abril del 2002. pág 1A 100 La iniciativa privada se manifestó dispuesta a colaborar en ese momento y se comprometió a regenerar no sólo la red de drenaje, sino la de agua potable. No obstante lo anterior, no se llevó a cabo ninguna medida al respecto y aunque esto afecta también a las actividades turísticas, comerciales y de servicios, la red continúa trabajando en las mismas condiciones. En la última década del siglo XX se llevó a acabo el proyecto de drenaje denominado Mazatlán II, en el que se proponía la ampliación de la red hacia los asentamientos que carecían de este, así como su renovación, sin embargo, aunque fue instrumento de campañas políticas el proyecto continúa archivado en algún lugar hasta el momento. La planta de tratamiento de aguas negras ubicada en el Cerro del Crestón (Faro) es otro de los temas de debate entre la sociedad y los empresarios del puerto mazatleco, puesto que ya no cumple con los requerimientos necesarios para mejorar la calidad del agua que posteriormente se arroja al mar y con lo que se corren riesgos de salud para los usuarios de esta zona de playa. La planta continúa trabajando a su máxima capacidad, lo que ocasiona desbordamientos de aguas sin tratamiento al mar; es por ello que a finales del año 2004 se aprobó un presupuesto de 120 millones de pesos para su mejoramiento en el transcurso del 2005 y el 2006. Esta inversión estará conformada por los gobiernos estatal y municipal, así como de la JUMAPAM (Junta municipal de agua potable de Mazatlán) y con ella se planea proporcionarle a la planta un sistema secundario que coadyuve al mejoramiento de la calidad del agua que se arroja al mar. La problemática del drenaje y de la planta de tratamiento es añeja e infinidad de veces se ha prometido la regeneración y renovación de ambos, sin embargo, no se han concretado dichos proyectos; como en el caso del acuerdo de la iniciativa privada con el gobierno estatal en el año 2002 para la reparación del drenaje, obra que hasta el momento no se ha llevado a cabo. Esto nos lleva a cuestionar si esta vez las autoridades gubernamentales y la JUMAPAM cumplirán con lo prometido. 101 Una de las dificultades que enfrenta Mazatlán como destino turístico es la poca participación de la iniciativa privada en su mejoramiento, como es el caso de otros puertos turísticos como Acapulco en donde el sector turístico y de servicios, se preocupa por mantener en buenas condiciones la infraestructura al menos de las áreas de interés para el turismo. Con ello garantizan la calidad del servicio además del regreso del turismo al puerto. En el caso de Mazatlán los empresarios esperan que el Estado continúe proporcionando el mantenimiento y los recursos para este fin, sin embargo, además de no querer aportar nada la mayoría de los hoteleros con frente de playa se niegan a pagar el derecho de zona federal; para lo cual se amparan cuando el gobierno intenta tomar medidas. Muchos de estos casos ya tienen años sin pagar este impuesto. Lo anterior es contradictorio porque al no pagar estos empresarios el derecho de uso de zona federal, el municipio tampoco puede llevar a cabo obras de mejoramiento ni en esta zona y mucho menos en el resto del municipio por la falta de recursos. Esto ha impedido que Mazatlán crezca como destino turístico, y seguramente continuará en las mismas condiciones por mucho tiempo o al menos hasta que el sector turístico asuma la parte que le corresponde. Alumbrado público Para el caso del alumbrado público la ciudad no carece de este servicio ya que hasta 1995 el municipio estaba cubierto al 99% según datos del INEGI, en donde el puerto por su importancia comercial y turística es el que menos carece de este. En este sentido la CFE (Comisión federal de electricidad) se ha preocupado por cubrir esta necesidad en la ciudad, aunque cabe mencionar que las lámparas varían de una zona otra, es decir, en la capacidad de watts y en el diseño. Lo anterior se puede observar en la zona turística, los fraccionamientos residenciales y de interés medio, en la zona industrial y en algunas colonias en donde las lámparas son de buena calidad, sin embargo en las colonias y asentamientos más vulnerables el diseño es más rudimentario y son de tipo económico (fotos 16 y 17). 102 Foto 16. Alumbrado en Parque Industrial. 2005 Foto 17. Alumbrado en colonia Casa Redonda. 2005 En las imágenes anteriores se observan las lámparas y el cableado utilizados en el Parque Industrial Alfredo V. Bonfil y la colonia Casa Redonda, en donde se aprecia el contraste y la calidad de los materiales. No obstante lo anterior, con el servicio eléctrico no hay problema en cuanto al suministro, sin embargo, en cuanto a las tarifas hay mucha inconformidad entre la población debido a que al ser un puerto turístico las tarifas son muy altas con respecto a las del resto del estado. Este hecho golpea la economía de la clase trabajadora principalmente. Equipamiento urbano en Mazatlán El equipamiento urbano es el conjunto de estructuras urbanas, instituciones e instalaciones destinadas a prestar servicios al público en general. Se les clasifica como equipamiento de enseñanza, comercial, sanitario, social, recreativo, de turismo y recreo, deportivo, de servicios financieros y de transportes89. El Estado es el que se ha encargado de aportar el equipamiento urbano de Mazatlán, principalmente para contribuir al desarrollo y crecimiento de las actividades productivas y a mejorar la calidad de vida de los habitantes. Calidad de vida en Mazatlán Educación Antes de la década de los sesenta Mazatlán contaba con algunas escuelas primarias y secundarias públicas y privadas, lo que obligaba a la población con deseos de superarse a trasladarse a la capital del país para llevar a cabo los estudios de bachillerato y 89 Landa, Horacio. Terminología de urbanismo. 1976. Pág.27 103 profesionales. Sin embargo, a mediados de los setenta el Estado proveyó a través de recursos federales, estatales y municipales de soportes educativos de nivel medio y superior (Universidad Autónoma de Sinaloa). Actualmente el puerto cuenta con todos los niveles educativos en sus diferentes planteles, tanto públicos como privados, es el municipio con la plantilla de estudiantes más numerosa de la zona sur (véase cuadro 3). Cuadro 3. Estimación de la demanda por educación en los tres niveles básicos Escuinapa PRIMARIA Mazatlán El Rosario San Ignacio Estatal Población 1995 49,474 357,619 49,240 27,101 2,425,675 Demanda estimada considerando el 21% de la población total para primaria 10,390 75,100 10,340 5,691 509,392 Alumnos de nivel primaria en el ciclo escolar 94-95 8,608 53,781 8,587 5,107 395,996 -1,782 -21,319 -1,753 -584 -113,396 1,165 104,304 Déficit (-) o Superávit (+) SECUNDARIA Demanda estimada considerando el 21% de la población total para secundaria 2,117 2,127 15,378 Alumnos de nivel secundaria en el ciclo escolar 94-95 2,778 18,969 2,694 1,202 131,423 3,591 577 37 27,119 15,378 2,117 1,615 104,304 18,969 2,694 1,202 131,423 3,591 577 37 27,119 Déficit (-) o 651 Superávit (+) BACHILLERATO Demanda estimada considerando el 21% de la población total para bachillerato Alumnos de nivel bachillerato en el ciclo escolar 94-95 2,127 2,778 Déficit (-) o Superávit (+) 651 Fuente: Actualización de los estudios especializados en acuacultura y ordenamiento ecológico en los estados de Nayarit y Sinaloa. 1997 104 Como se observa en el cuadro anterior hay un déficit a nivel primaria y en Mazatlán es donde más se presenta este problema. En el caso del nivel secundaria hay una cobertura total de este servicio, con un superávit respecto a la población que cuenta con éste tanto a nivel municipal como estatal. A nivel municipal Mazatlán ocupa un lugar importante en el nivel bachillerato, puesto que cuenta con el mayor número de estudiantes no sólo de la ciudad, sino de otras partes del municipio. Para complementar la información anterior, respecto a los alumnos inscritos al inicio de los ciclos escolares 1993-1994 y 1998-1999 y de acuerdo a los datos estadísticos proporcionados por el cuaderno estadístico municipal,90 se tenía que: Gráfico 2. Niveles de educación en el Municipio de Mazatlán Fuente: Cuaderno estadístico municipal 1999. En el gráfico anterior se observa una comparación de dos ciclos escolares distintos con cuatro años de diferencia entre cada uno. Como se puede ver, la matricula no aumentó de manera considerable en los diferentes niveles educativos con los que cuenta el municipio de Mazatlán. Cabe señalar que estos datos se refieren sólo a los alumnos inscritos, más no a la eficiencia terminal de estos. 90 Cuaderno estadístico municipal 1999. p. 62 105 Entre la infraestructura educativa se encuentran: una escuela náutica, una secundaria técnica pesquera, cinco preparatorias estatales, una escuela normal para educadores y otra para maestros de primaria, varias facultades de la Universidad Autónoma de Sinaloa, así como escuelas de nivel medio y superior particulares (Tecnológico de Monterrey, Universidad de Occidente, Colegio El Pacífico, Instituto Cultural de Occidente, entre otras). Los estudiantes de la zona rural cuentan únicamente con el nivel de secundaria, lo que los obliga a desplazarse a la cabecera municipal si desean continuar sus estudios. Salud Actualmente los servicios de salud son prestados por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los trabajadores del Estado (ISSSTE), Secretaría de Salud (SSA), Cruz Roja, Desarrollo Integral de la Familia (DIF) y clínicas particulares ubicadas en la zona urbana. En la zona rural, la atención de los servicios de salud la proporcionan las instituciones oficiales, especialmente a través de los centros de la Secretaría de Salud, las clínicas del IMSS, las unidades médicas IMSS-Solidaridad y Cruz Roja. Vivienda Durante el siglo XX y particularmente en la década de los cuarenta gracias al auge pesquero y económico, la ciudad se expandió generando con ello la necesidad de vivienda. Debido a este crecimiento se formaron las colonias Klein, Lázaro Cárdenas, Carlos I. Serrano, Casas Económicas, Esperanza, Montuosa y Reforma. Más tarde en 1953 la colonia Benito Juárez, todas ellas ubicadas hacia el oriente de la ciudad. De acuerdo a datos obtenidos del INEGI del año 1995, en el municipio de Mazatlán se registraron un total de 83,567 viviendas, de las cuales 83,475 eran viviendas particulares y 275 eran viviendas colectivas (véase cuadro 4). 106 Cuadro 4. Servicios con que cuenta la vivienda. % de viv. c/agua % de viv. c/drenaje entubada % de viv. % de viv. c/energía eléctrica c/piso % de viv. sin hacinamiento Promedio de ocupantes diferente a tierra por viv. Mazatlán 90% 79% 94% 93% 81% 4.7 Sinaloa 79% 56% 90% 77% 74% 5.2 Nacional 79% 64% 88% 81% 5.1 Fuente: INEGI, 1996. Conteo de población y vivienda 1995. Resultados definitivos y Tabulados básicos. Como se observa en los datos anteriores Mazatlán cuenta con una mayor cobertura de servicios como agua potable, drenaje, electricidad y recubrimiento de pisos en las viviendas, superando a la estatal y a la nacional, sin embargo, aún existen viviendas que carecen de ellos. La mayoría de las viviendas son propias y los materiales que predominan en su construcción son concreto armado, adobe y tabique; sin embargo, aún existen viviendas de madera o de materiales reciclados, sobre todo en algunas colonias populares como la Casa Redonda. La carencia de agua en la vivienda mazatleca no sólo se debe a la insuficiencia y vetustez de la red, sino también a que algunas de ellas no están conectadas a la red y se abastecen a través de pipas o de tomas colectivas. Los datos censales del INEGI Sinaloa del año 2000 reportan que en el municipio de Mazatlán se encuentran un total de 93,644 viviendas, de las cuales el 93% cuenta con servicio de agua potable dentro o fuera de la vivienda, pero al interior de sus predios; el restante 6% de las viviendas no cuenta con este servicio (véase cuadro 5). Cuadro 5. Suministro de agua potable para la vivienda en el municipio de Mazatlán. AGUA POTABLE Total de viviendas en el municipio de Mazatlán Cantidad Porcentaje 93,644 100% 87,170 93% 5,821 6% 653 1% Viviendas que disponen de agua entubada en el terreno (dentro o fuera de la vivienda) No disponen de agua entubada (se abastecen mediante pipas, llaves públicas, pozo, etc) No especificado Fuente: INEGI. XII Censo General de Población y Vivienda 2000 107 El servicio de agua potable para la vivienda presenta fallas como la insuficiencia en el suministro en algunas épocas del año (Semana santa y periodo de calor de Mayo a Agosto), para gran parte de la población, excepto para la zona turística y para los fraccionamientos cercanos a esta. Asimismo la calidad del agua no es confiable debido a que frecuentemente se registran rupturas de tubos, los cuales después de ser reparados y de normalizarse el servicio arrojan agua sucia con lodo o tierra, lo que provoca enfermedades de la piel a algunos habitantes. El caso del drenaje es desalentador puesto que existen aún viviendas sin conexión hacia la red municipal, motivo por el que éstas arrojan las aguas negras a los cuerpos de agua más cercanos. En caso de no existir cerca uno, algunos resuelven este problema con la construcción de fosas sépticas. Cuadro 6. Suministro de drenaje en la vivienda del municipio de Mazatlán. Cantidad Porcentaje 93,644 100% 74,033 79% Viviendas que cuentan con fosa séptica 7,307 8% Viviendas con desagüe a barrancas 1,016 1% Viviendas con desagüe a mar, río o lago 755 1% No especificado 370 0.003% DRENAJE Total de viviendas en el Municipio Total de viviendas en el Municipio conectadas a la red de drenaje Fuente: INEGI. XII Censo General de Población y Vivienda 2000 En el cuadro anterior se observa que aún existen un gran número de viviendas sin este servicio, de las cuales aproximadamente el 3% arrojan las aguas hacia el mar o esteros así como a barrancas, agravando el problema de contaminación del Municipio por esta causa. El servicio de energía eléctrica para la vivienda del municipio de Mazatlán está cubierto en un 99%, sin embargo la CFE (Comisión Federal de Electricidad) ha advertido que ante la falta de otra planta de luz en este, ha tenido que negar el servicio a 108 nuevos conjuntos habitacionales y hoteles en tanto no se lleve a cabo la construcción de la planta. No obstante lo anterior, la construcción de vivienda social de Infonavit y FOVISSSTE entre otros; y la de autoconstrucción (que realizan los invasores de terrenos) continúa acrecentando la mancha urbana hacia los terrenos ejidales del oriente de la ciudad portuaria. Foto. 18. Vivienda institucional. (INFONAVIT) Fuente: Noroeste. 2005 De acuerdo a declaraciones hechas por el ex gobernador de Sinaloa Juan S. Millan durante su último informe de gobierno (2004), este afirmó que se superó la meta sexenal en materia de vivienda, al grado que hoy una de cada cinco familias tiene casa propia. Asimismo, dijo que se construyeron 60 viviendas diariamente a lo largo de su sexenio, lo cual duplica el promedio nacional y que la construcción de esta es detonadora de economías regionales, da empleos y cambia la imagen de las comunidades.91 La necesidad de vivienda sigue rebasando a las acciones tomadas por el gobierno de Sinaloa, que aunque no ha dejado de promover y apoyar la construcción de vivienda de interés social, todavía cuenta con grandes lagunas en este sentido puesto que hay sectores de la población que no cuentan con un trabajo fijo, con el que puedan comprobar ingresos y por lo tanto esto se convierte en un obstáculo para aspirar a un 91 Op.cit. pág. 3-A 24 nov. 04 109 patrimonio propio. Lo anterior fomenta la práctica de la invasión de terrenos, aunque a esta práctica se ha integrado una nueva modalidad: la invasión de viviendas, como es el caso de las viviendas de los fraccionamientos Villa Verde y San Joaquín. 2.4 Sectores productivos Primeras actividades económicas en Mazatlán. El puerto de Mazatlán durante el periodo colonial, fue utilizado únicamente como puesto de observación para prevenir los ataques de los piratas que asolaban a las embarcaciones españolas, que transportaban las riquezas que eran extraídas de estas tierras. La existencia de riquezas minerales en las cercanías del puerto, atrajo primero a expedicionarios españoles que explotaron durante más de tres siglos las vetas de oro y plata ubicadas en Copala, El Rosario, Pánuco y Cosalá. Para enviar todas estas riquezas hacia el Viejo Continente, requerían de un puerto cercano que en este caso fue Mazatlán. Esta ventaja fue descubierta por los comerciantes, por lo que más tarde el entorno natural con el que contaba Mazatlán fue propicio para desarrollar en él las actividades comerciales que fueron determinantes para su nacimiento y crecimiento como ciudad, así como el contrabando de oro y plata. La necesidad de los extranjeros que explotaban las minas del sur de Sinaloa para transportar sus mercancías a través de un puerto inmediato y seguro, favoreció la consolidación de las condicionantes naturales, económicas, políticas y sociales que se produjeron a lo largo del tiempo y que influyeron en la conformación del espacio social de Mazatlán en donde la actividad mercantil fue un elemento determinante durante el siglo XIX. Importaciones y exportaciones Inicialmente los barcos atracaban en la Bahía de San Félix (Puerto Viejo), poco después (alrededor de 1832) cambiaron a la bahía ubicada en el sur. Fue en este punto 110 donde se establecieron los almacenes y las viviendas de la población, dando origen a la calle Principal. El apogeo del puerto atrajo extranjeros de distintas partes del mundo, principalmente europeos. Estos extranjeros se dedicaban al comercio en Mazatlán y dependían únicamente de los medios de transporte marítimos, puesto que los caminos en este periodo eran inseguros y defectuosos, no sólo en esta parte del país, sino en el resto de éste. Embarcaciones provenientes de Europa, Asia y América del Sur, principalmente de nacionalidad inglesa y estadunidense, llegaban al puerto y abastecían un mercado regional de espectro amplio que comprendía a Sinaloa, Sonora, Jalisco, Chihuahua, Zacatecas, Durango, Baja California y Alta California.92 Después de recibir las mercancías que recibían, los comerciantes las distribuían por medio de embarcaciones que, costeando, llegaban a otros puertos (Guaymas, San Blas, Acapulco, Altata, entre otros). Cabe señalar que al igual que Mazatlán, los puertos de Baja California Sur fungían también como puertos de depósito de mercancías. En 1828 se instaló la Aduana marítima por órdenes de la Junta Gubernamental, debido al intenso tráfico marítimo que se registraba en el muelle y con la que pretendía frenar el contrabando de metales preciosos, así como el control de los productos que entraban y salían desde este punto. Para 1830 Mazatlán llegó a ser el centro de distribución más importante del noroeste, así como la ciudad con más habitantes. A partir de 1830 el tráfico marítimo se incrementó por los informes esparcidos en Europa sobre la enorme cantidad de tesoros hallados en la Sierra Madre Occidental de México y el excelente mercado que el Nuevo Mundo representaba para sus artículos suntuosos, noticias que no eran del todo exageradas.93 Esto favoreció la llegada de más aventureros extranjeros, interesados en hacer fortuna o de incrementar la que ya poseían. Prueba de ello es que en Mazatlán se forjaron grandes riquezas, como las fortunas de las familias Echeguren, Melcher, Jecker, entre otras. Debido a esto se generó un gran desarrollo en el puerto, atrayendo otros capitales que hacia 1860 se habían convertido en los más relevantes del puerto, entre ellos los 92 Martínez, Luis. Mazatlán, historia de su vocación comercial (1823-1910), en: Carrillo Rojas; Ibarra Escobar; coord. Historia de Mazatlán. 1998. p. 94 93 Martini, Mario. Grandeza mazatleca. 1998. p.19 111 italianos, estadounidenses, chinos, franceses, alemanes y españoles. La mayoría de estas familias ostentaban el control político, económico y cultural de la región así como, la explotación minera y comercial. Como era muy complicada la transportación de mercancías desde la bahía de Puerto Viejo a la aduana y se perdía tiempo para el envío de éstas al exterior, en 1828 el gobierno federal autorizó el cambio del muelle hacia la ensenada sur. Con ello se logró que los productos pasaran directamente a la aduana y de ésta a las casas importadoras de la calle Principal. Uno de los primeros inversionistas del puerto fue el alemán Juan Cristóbal Fárber, quien entre otras actividades se dedicó a la comercialización de pólvora entre los mineros de la región. En 1827 el también alemán Guillermo Haas & Co. estableció en Mazatlán los almacenes el Nuevo Mundo, dedicados a la importación mercantil del Viejo Mundo, China, Japón y Estados Unidos. El comercio de importación en esta época estuvo dominado principalmente por extranjeros (véase cuadro 7): Cuadro 7. Casas comerciales de origen extranjero en Mazatlán (1845) Nombre de la casa comercial Lugar de origen Haas-Denghausen y Cía. Prusia-Oldemburgo Kunhardt y Ewald Lübeck-Holstein J.R. Möller y Cía. Prusia Uhde-Pini Hamburgo Rucker-Rienseh y Cía. Prusia Parrot y Cía. Francia Pedro Fort Francia Isidoro de la Torre Jecker y Cía. España-Suiza Redonet-Echeguren Francia- España Mott-Talbot Estados Unidos Machado Yeoward y Cía. Filipinas-Inglaterra Copmann-Lomer Blankenese-Lübeck Gaucheron y Patte Francia Fuente: Luis A. Martínez. 1998 112 En el cuadro anterior se muestra el predominio que ejercía el capital extranjero (principalmente el de origen alemán) en el puerto de Mazatlán. La supremacía de los comerciantes alemanes se mantuvo en este lugar hasta principios del siglo XX y se debilitó cuando México se alió con las potencias armadas en la Primera Guerra Mundial y se rompieron relaciones con Alemania. En 1846 se estableció la casa Melchers también de capital alemán, que ejercía funciones como casa comercial, bancaria y empresa naviera. En 1848 después de la pérdida territorial que sufrió México ante Estados Unidos, los norteamericanos abrieron el puerto de San Francisco al comercio, con lo que afectaron a Mazatlán, ya que a partir de este momento el país vecino se volvió intermediario del comercio procedente del Oriente. Los principales productos importados por los comerciantes del puerto en el periodo de 1823 a 1880 fueron textiles y ropa confeccionada, zapato, vinos, alimentos, muebles, armas, herramientas y mercería, entre otros. Inglaterra fue una de las naciones con mayor predominio en la introducción de productos a través de este puerto, seguida de Alemania y Francia respectivamente. Esto convirtió a Mazatlán en la entrada y depósito de mercancías de origen europeo y norteamericano al país. Por otro lado, las exportaciones que se llevaban a cabo desde este sitio hacia Europa, eran el oro y la plata principalmente, seguidos de cueros de res y palo de brasil utilizado para pintar textiles. En 1874 durante el porfiriato la aparición de la primera línea del ferrocarril que recorría de Veracruz a México dañó sustancialmente la actividad marítimo-comercial de Mazatlán. 113 Industrialización La industrialización en Mazatlán fue fomentada por el Estado, el cual respaldó esta actividad con el mejoramiento y ampliación de la infraestructura necesaria para su desarrollo, el tendido de vías férreas y la construcción de las obras portuarias fueron dos de los soportes materiales que concedió a la ciudad portuaria. Esta decisión por parte de Estado, inició con la oposición hacia las importaciones en 1930, decreto que obligó a los comerciantes del puerto a cambiar sus actividades por la manufactura. En la década de 1870, gracias al impulso del Estado que promovió la industrialización en el país, los capitalistas asentados en el puerto ante la pérdida de ganancias que esto significaba para ellos, se vieron en la necesidad de diversificar su capital hacia las manufacturas. En 1881 estaban establecidas en Mazatlán las siguientes industrias: Cuadro 8. Industrias en Mazatlán (1881) Cantidad Establecimiento 2 Fábricas de hilados 1 Fábrica de fósforos 4 Fábricas de cigarros 2 Fábricas de sombreros 7 Tenerías 3 Fábricas de calzado 7 Talleres de zapatos 1 Fábrica de gas 1 Talabartería 2 Fundiciones 1 Molino de harina Fuente: Luis A. Martínez. 1998 De 1890 a principios de siglo XX surgieron en el puerto la empresa de agua potable, la de energía eléctrica, dos fábricas de hielo, tres de muebles, dos jabonerías y para 1900 114 la Cervecería del Pacífico.94 Estas industrias también eran propiedad de los comerciantes extranjeros asentados en el puerto. A Mazatlán llegó el ferrocarril con la intervención del gobierno porfirista; sin embargo, a pesar de que este medio de transporte afectó la transportación naval, no logró desplazarlo como la principal aduana marítima del país en el Océano Pacífico. En este periodo el puerto de La Paz continuó operando como puerto de depósito de mercancías, asimismo Guaymas y Manzanillo comenzaban a cobrar importancia como puntos de embarque y desembarque de productos. La aparición del turismo fue respaldada por la transmisión de ganancias de la actividad pesquera hacia este sector y por el Estado. La familia Coppel fue una de las primeras en diversificar su capital hacia la industria turística, ya que adquirieron el Hotel Belmar el cual marcó el inicio de esta industria como tal en Mazatlán. Entre 1910 y 1940 apareció un nuevo actor en el escenario: los comerciantes de origen chino, que ocuparon un lugar importante en la economía porteña y competían con sus productos contra el comercio europeo y norteamericano. El movimiento armado de 1910 tomó por sorpresa a los comerciantes y desestabilizó la economía de Mazatlán, debido al éxodo de algunos comerciantes que se vieron obligados a cerrar sus negocios y regresar a su patria o a diseminarse en otros lugares del país, hecho que provocó el desempleo repentino de parte de la fuerza de trabajo asentada en el puerto. Sin embargo, las casas comerciales con mayor relevancia y capital no cerraron sus puertas, a pesar de lo que ocurría continuaron llegando inversiones extranjeras a la ciudad. La revolución desestabilizó el puerto mazatleco, sin embargo, algunas de las casas matrices de las empresas continuaron operando en la ciudad, absorbiendo en algunos casos a las que quebraron o emigraron. 94 Martínez, Luis. Mazatlán, historia de su vocación comercial (1823-1910), en: Carrillo Rojas; Ibarra Escobar; coord. Historia de Mazatlán. 1998. p. 110 115 Una vez derrocado el gobierno de Porfirio Díaz y después de su exilio los constitucionalistas tomaron el mando aplicando fuertes impuestos al comercio de Mazatlán. Esto obligó a los comerciantes y a sus familias (beneficiadas por su relación con el porfirismo) a abandonar el puerto, debido al acoso e intimidación que sufrieron. En 1911 a pesar que la revuelta empeoraba en toda la nación, en Mazatlán se reactivó el movimiento comercial y económico. Sin embargo, a algunos no les fue bien y en 1912 tuvieron que cerrar sus empresas. En esta época Mazatlán ocupaba un lugar importante entre las ciudades con mejor desarrollo económico del país, como resultado de las reservas de la industria, agroindustria, comercio internacional y explotación minera que continuaban atrayendo grandes capitales extranjeros.95 Para 1919 el puerto registró un rápido movimiento comercial, con la apertura de nuevos comercios. Estos se establecieron en las calles que rodean a la Plazuela República, conformando así la nueva zona comercial del puerto. Durante las décadas que precedieron a esta proliferaron los comercios en la ciudad, ocupando las áreas circundantes al zócalo del puerto. El grupo comercial más fuerte de ésta época fue el de la colonia china que desplazó a los comerciantes locales y extranjeros, lo que provocó el descontento de éstos y emprendieron una fuerte campaña en su contra, logrando que fueran expulsados de Mazatlán. En 1940 el empresario Tomás de Rueda Coppel fundó un astillero que con el tiempo se convirtió en el principal astillero del Pacífico mexicano que construía barcos desde 45 hasta 55 pies de eslora, hechos de madera. La mayoría de los barcos solicitados estaban destinados para la pesca del camarón; posteriormente en 1956 comenzaron a construirlos de acero. Estos astilleros construyeron barcos también para países extranjeros como: Japón India, Pakistán, Kuwait, Venezuela, Brasil, Colombia, y Costa Rica. 95 Martini, Mario. Grandeza mazatleca. 1998. p. 99 116 Respecto a la industrialización del camarón, en 1948 se instaló una congeladora para su procesamiento. En 1944 la empresa Cementos del Pacífico, S.A. se vio beneficiada por el crecimiento de la ciudad y la consecuente construcción de viviendas en las nuevas colonias formadas durante este periodo. En 1950 se fundó la fábrica de café, antecesora de El Grupo Marino y que actualmente ocupa el segundo lugar en la industria cafetalera del país (Café el Marino). Gracias al gran desarrollo que significó la pesca tanto para el país como para el estado de Sinaloa, en 1976 con el respaldo del Estado protector se construyó al oriente de la ciudad el Parque Industrial A.V. Bonfil, sobre terrenos ganados al mar (en el estero de Urías), cuya finalidad era mejorar las condiciones de producción ya que estaba destinado a la actividad pesquera. A pesar de que en la década de los cuarenta la fuerza laboral se concentraba mayormente en la actividad minera, esto no impidió que surgiera la pesca comercial y el turismo como industrias alternas que con el tiempo se convirtieron en soportes económicos de Mazatlán. Actividad pesquera Se mencionó anteriormente que la próspera industria camaronera fue explotada libremente por la iniciativa privada ante el beneplácito del Estado, hasta 1950 en que los cooperativistas protestaron y los armadores se vieron obligados a negociar con ellos para la pesca de las especies reservadas para los cooperativistas (camarón, langosta, ostión, abulón, y tortuga marina). Sin embargo, esto no fue impedimento para que los armadores siguieran dominando el destino y las circunstancias de la pesca, sometiendo a las cooperativistas que no contaban con el capital y herramientas suficientes para llevar a cabo las capturas, lo que los convirtió en los beneficiarios directos de esta actividad económica. Esta industria creció rápidamente y a principios de la década de los cincuenta se construyeron otras tres plantas congeladoras propiedad de particulares. 117 El gran desarrollo de la pesca que se prolongó hasta 1980, reactivó el comercio y se dotó de infraestructura urbana al puerto con lo que el movimiento portuario se intensificó; y por lo tanto, el desempleo aminoró. En 1981 Luis Echeverría canceló las concesiones a los particulares y las destinó exclusivamente a los cooperativistas. Esto originó que la industria camaronera se fuera gradualmente hacia la bancarrota, debido a diferentes factores entre ellos el comercio ilegal del producto por algunos cooperativistas, las deudas que habían adquirido ante el Banco de Fomento Cooperativo creado por el gobierno federal; la falta de conocimiento en cuestiones administrativas los hizo victimas de sus contadores quienes repentinamente se volvían millonarios; asimismo, los altos costos de reparación y mantenimiento de los barcos que terminó por hacerlos inoperantes o deficientes. Lo anterior propició que en 1984 el capital privado retomara la actividad pesquera a través de terceros. En esta época comenzó la industrialización del atún, el cual se convirtió en una de las pesquerías más importantes de Mazatlán, ya que además de ser una fuente de empleo para un gran número de personas, dicha industria exporta este producto hacia Japón, Italia, España y Francia. Industria del turismo y servicios La industria turística cobró mayor importancia a partir de la década de los setenta, cuando los capitalistas del puerto (la mayoría de ellos participantes en la actividad e industria pesquera), diversificaron sus ganancias enfocándolas hacia la construcción de hoteles y de otros servicios destinados al turismo. Asimismo, después de la exclusión de los empresarios en la actividad pesquera en 1982 la actividad turística recibió aún mayor impulso. En los setenta se puso en servicio el hotel Camino Real aún más al norte, con lo cual la Zona Dorada (zona turística) daría inicio. Asimismo en este periodo comenzó la construcción del megaproyecto El Cid en esta misma zona, compuesto por un lujoso hotel, restaurantes, locales comerciales, un teatro y un fraccionamiento exclusivo, entre otros servicios. En este último la mayoría de los lotes colindan con el campo de golf. 118 …la construcción del hotel El Cid constituyó un parteaguas en la industria turística que estimuló importantes inversiones paralelas a partir de 1972, como la del Valentino’s, la de varios hoteles y restaurantes de diversas categorías sobre la avenida Del Mar y Sábalo Cerritos, el desarrollo de la Zona Dorada y más tarde las de La Gran Plaza y el Hospital Sharp.96 Durante esta etapa de desarrollo del puerto se construyeron muchos hoteles, que darían cuerpo a la Zona Dorada de la ciudad de Mazatlán. Entre los hoteles con los que cuenta el puerto, están el Freeman (recientemente reinaugurado), el Belmar y La Siesta en la zona costera del Viejo Mazatlán (Paseo Calussen); el Hacienda, De Cima, Sands Las Arenas, Cabinas, Olas Altas Inn, entre otros que se ubican sobre la Avenida del Mar. Y por último los que conforman la Zona Dorada ubicados sobre la avenida CamarónSábalo y entre los que se pueden mencionar: El Sábalo, Las Flores, Tropicana, Puesta de Sol, Costa Dorada, Holly day Inn, Double Tree, Pueblo Bonito, Balboa Towels, Camino Real , Vidafel, entre otros (ver foto 19). Foto 19. Zona Hotelera de Mazatlán Fuente: Calendario Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles. 2000 Cabe hacer mención que además de los hoteles, a lo largo de la costera existen un sinfín de restaurantes de diversas categorías y especialidades, así como lugares de entretenimiento nocturno. 96 Martini, Mario. Grandeza Mazatleca. 1998. p. 176 119 Otra de las transformaciones que sufrió el comercio del puerto de 1970 a 1997, fue la aparición de tiendas de autoservicio. Los antecesores de los centros comerciales fueron los supermercados Maz Descuento, además de las Tiendas Coppel, el primer centro comercial fue la Casa Ley en 1975. Más tarde se instalaron Fábricas de Francia, Salinas y Rocha, Gigante, Comercial Mexica na, Sam´s Club y Wall Mart. Actividades Portuarias Como se refirió antes, la importancia que Mazatlán adquirió desde su fundación dependió fundamentalmente de su ubicación geográfica y de las condiciones que este territorio del noroeste ofreció para la transportación marítima de una gran variedad de mercancías. Asimismo desde este punto del mundo, como de Asia y Norteamérica se importaron productos para comercializarlos en México y para lo cual Mazatlán fue la puerta de entrada. Mazatlán fue el centro comercial más importante del occidente de México durante el siglo XIX y parte del XX. Para ello existían compañías de comercialización marítima que se encargaban de la transportación de los productos de exportación-exportación del puerto hacia otros puntos de los continentes americano y europeo, y viceversa. El prestigio de este puerto continuó creciendo a pesar de la competencia que significó la aparición del ferrocarril, que abatía costos de transporte. A pesar de ello, la aduana ubicada en Mazatlán continuó siendo la más importante del Pacífico mexicano y la transportación marítima no dejó de ser uno de los soportes para la importación y exportación. En 1832 se llevaron a cabo las obras para comunicar el cerro de La Cruz en donde se encontraba la aduana con la zona de Olas Altas, debido a que las aguas marinas impedían el paso por vía terrestre hacia esta área. Esto se logró por medio de rellenos hasta librar y contener el paso del agua. Esta acción fue quizás el preámbulo de las acciones que en el futuro predominarían en la península de Mazatlán, que sufrió constantes modificaciones territoriales en beneficio de los intereses capitalistas. Una de ellas fue la práctica de ganarle terrenos al mar, hasta nuestros días. 120 El periodo porfirista significó un parteaguas en el desarrollo del puerto mazatleco, ya que el Estado respaldó los intereses capitalistas del puerto con diversas acciones para beneficio de las actividades económicas de los grupos hegemónicos de Mazatlán, entre ellas la aportación de la infraestructura necesaria para el desarrollo de las actividades industriales. En la década de los treinta, el impulso del Estado a la industrialización del país marcó el fin de la libre importación, por lo que el capital se diversificó hacia la manufactura. En este periodo se iniciaron las obras de construcción del puerto (entendido como el conjunto de obras construidas en la costa para la protección de las embarcaciones y que cuenta con servicios e instalaciones para transferir diversos productos y pasajeros de mar a tierra y viceversa.97) Cabe señalar que el puerto funcionó de forma elemental durante el periodo importador. Ante la importancia que adquirió para la exportación este puerto, en la década de los cincuenta se terminaron los rompeolas y se le dio más profundidad al puerto por medio del canal de navegación, el antepuerto y los atracaderos, todo ello a través de dragados. Asimismo, se proporcionaron almacenes y accesos terrestres, como la avenida Emilio Barragán. En los años sesenta se ampliaron los muelles fiscales y de cabotaje, también se construyeron bodegas y patios de maniobras, se llevó a cabo la rehabilitación de los accesos carreteros (carretera Nogales-Guadalajara y Mazatlán-Durango-Matamoros) y ferroviarios, asimismo se construyeron oficinas para el funcionamiento de esta zona. Estas obras coadyuvaron a que el puerto se ampliara 50 hectáreas sobre la Playa Sur. 97 Corral, Carlos,Castorena José. Lineamientos para regular el crecimiento urbano en centros de población portuarios. 1988. p. 166 121 Mapa 10. Fraccionamiento Playa Sur sobre terrenos ganados al mar Fuente: Scince 1990. Modificado por la autora Las actividades turística y pesquera así como la infraestructura portuaria con la que fue respaldado Mazatlán lo convirtieron en uno de los puertos de cabotaje más importantes de la República Mexicana, ya que esto permitió que aumentara la distribución de mercancías tanto al mercado interior como al exterior. Cabe hacer notar que el puerto de Mazatlán es el enlace más importante de la costa occidental de México con la ciudad de los Ángeles y Panamá, también se comunica de forma permanente con el sur de Baja California a través del transbordador. En el puerto se presenta un importante movimiento internacional de cruceros turísticos que lo comunican con otros puertos de la costa occidental de México y Norteamérica. La configuración histórica de la ciudad-portuaria de Mazatlán tiene una correspondencia con la división territorial del trabajo; lo que se ha manifestado desde su fundación en la apropiación y acaparamiento territorial de las clases hegemónicas. Estos usos de suelo en su mayoría son producto de las formas de apropiación espacial tanto de los ricos, como de la clase trabajadora que se vio en la necesidad de organizarse 122 para luchar por lugares para reproducirse socialmente a través de la invasión de terrenos. Mientras que algunas zonas gozan de toda clase de privilegios (Turística, industrial, y portuaria), otras están en el completo abandono, particularmente algunos asentamientos habitacionales de la clase trabajadora que en algunos casos no cuentan con los servicios necesarios para subsistir, como pavimentación, agua potable, drenaje y transporte, entre otros. Cabe enfatizar que las actividades económicas y la lucha por la ganancia permitieron y siguen permitiendo que este puerto continúe creciendo y desarrollándose, aún a pesar de los descalabros que ha sufrido como la imposición que llevó a cabo el gobierno estatal, respecto al cambio del puerto de altura hacia Topolobampo. La ciudad puerto de Mazatlán continúa siendo considerada la más importante de la zona sur del estado de Sinaloa, ya que en él se encuentra el equipamiento e infraestructura necesarios para las fuerzas productivas lo que lo ha convertido en un polo de desarrollo regional en el cual se llevan a cabo actividades del sector primario (Pesca) y terciario (turismo y servicios), que contribuyen de manera importante en la economía estatal. Esto ha impactado el crecimiento de la ciudad no sólo físicamente, sino demográficamente. Es importante puntualizar que a pesar del crecimiento económico que ha tenido en algunas épocas Mazatlán, la riqueza y el desarrollo se han concentrado sólo en algunas zonas de la ciudad, lo que ha acentuado históricamente la desigualdad territorial, económica y social. 123 CAPITULO III. LA INDUSTRIA PESQUERA EN MAZATLÁN 124 En el siglo XX México experimentó un gran desarrollo económico y una urbanización precipitada resultado del proceso industrializador que se llevó a cabo en el país. Este proceso marcó una importante transformación en la estructura económica de la nación, debido a que los sectores secundario y terciario desplazaron al sector primario, el cual se convirtió en un complemento para el crecimiento de ambos. El crecimiento y avance de la industrialización, trajo consigo también el aumento de las actividades comerciales y de servicios, factores que generaron que las ciudades se expandieran y se incrementaran. Razón por la cual el paradigma de la industrialización se convirtió en el centro de las políticas de desarrollo del siglo XX, de lo anterior parte la idea que es mejor habitar en ciudades que en localidades pequeñas98. Es decir, que la industrialización desde su aparición se consideró básicamente urbana y fue uno de los detonantes del aumento poblacional y de la dotación de infraestructura urbana en los lugares donde se instalaban las industrias. Antes de 1940 el abasto en México de productos como textiles, herramientas, loza y calzado entre otros, dependía principalmente de la importación desde otras naciones y que posteriormente eran comercializados entre la población. Hasta este momento, la acumulación de capital en el país dependía básicamente de la agricultura y del comercio, sin embargo, fue desplazado por el capitalismo industrial. La naciente industrialización en México fue apoyada por el Estado durante el gobierno de Porfirio Díaz, con la finalidad de introducir a la nación en la modernidad. Inicialmente este proceso se enfocó hacia la política de sustitución de importaciones, en donde se fabricaban principalmente productos de consumo no duradero; sin embargo, los mercados se saturaron con los productos de fabricación fácil y se acentuó la dependencia tecnológica de la industria debido a que los empresarios no tenían la posibilidad de producir la maquinaria y el equipo que necesitaban para la fabricación de dichos bienes. Esto fue aprovechado por los capitales extranjeros que se dedicaban a la fabricación y distribución de bienes de consumo duradero con lo que acapararon la mayor parte de las ganancias. 98 Ladrón de Guevara, Lourdes. De cómo la ciudad se convirtió en progreso. En: Servicios y marco Construido. 1999 p. 17 125 Ello hizo del país una nación tecnológicamente dependiente de otras y un sitio bastante conveniente para el capital extranjero en el desarrollo de la actividad industrial, debido entre otros aspectos a las políticas de protección y ayuda económica que otorgó indistintamente el Estado tanto a la industria nacional, como a la extranjera. En este contexto, el capital extranjero se fue apoderando del control del sector industrial, anteriormente en manos del capital nacional. Los extranjeros se asociaban en algunos casos con el Estado o con empresarios mexicanos para adquirir o establecer industrias, lo cual permitió que fueran ganando importancia económica y política. La función del Estado ha sido y seguirá siendo la de proteger al capital privado nacional de la competencia internacional, a pesar de que en bastantes de las manufacturas que ha formado se ha asociado al capital privado extranjero. La asistencia técnica proporcionada por el capital extranjero a la empresa estatal es el principal argumento que se maneja por el Estado para asociarse con dicho capital.99 El papel del Estado Mexicano ante el proceso de industrialización fue y ha sido el de respaldar al capital privado con acciones como la creación de instituciones y organismos, entre otras. Asimismo, la evidente dependencia del capital nacional y de la empresa estatal a la tecnología extranjera acentuó el aumento de la deuda externa. Lo anterior permite afirmar que en México no se han contemplado las posibilidades de cada región o estado para llevar a cabo el proceso de industrialización de manera equilibrada, es decir, que en dicho proceso no se toman en cuenta las exigencias o necesidades de cada lugar, tampoco los recursos con los que cuentan estos, lo que ha originando la concentración y desarrollo de la población, así como de las actividades industriales en unos cuantos centros urbanos y que dio paso a los llamados polos de desarrollo y a la especialización del territorio, aspectos que han acentuado el desarrollo económico y social, desigual entre regiones. 99 Retamoza, Arturo. El proceso de industrialización en México: el caso de Sinaloa. 1987. p. 58 126 3.1 Industrialización en Sinaloa. Antes del porfiriato en Sinaloa, existían algunas industrias de tipo artesanal enfocadas a los bienes de consumo final, localizadas en su mayoría en el sur del estado. Entre estas industrias estaban las fábricas de hilados, calzado, cigarros y fundiciones entre otras. La industria sinaloense anterior a 1880 era en gran parte artesanal, aunque también hubo fábricas propiamente dichas, pues eran instalaciones con amplia capacidad de producción y con procedimientos mecanizados para la elaboración de sus productos. Los establecimientos industriales se localizaban en Mazatlán, y en segundo término, en Culiacán.100 La ubicación de las manufacturas en la zona sur particularmente en Mazatlán respondía a la importancia económica y política del puerto en ésta época, ya que en este lugar estaban asentados gran parte de los capitales más importantes de la región. Durante la época del cañedismo (denominada así, la administración del entonces gobernador Francisco Cañedo de 1877-1909, que era apoyado por el presidente Porfirio Díaz), se generó en el estado de Sinaloa un desarrollo agroindustrial significativo y vinculado con el desarrollo comercial regional, puesto que los capitales procedentes de algunas casas comerciales se diversificaron hacia este sector. En la administración de Cañedo la industria de la transformación en Sinaloa creció de manera substancial debido a la política de ampliación de los mercados, que propició a su vez el crecimiento económico del estado. Pese a ello, Sinaloa no figuró entre los estados industriales debido que las inversiones estatales se concentraron en la agricultura, para lo cual se dotó a la región de infraestructura hidráulica de 1948 a 1958 para el riego de tierras destinadas al cultivo de hortalizas en el centro y norte del estado, sin embargo, algunos grupos de agricultores establecieron algunas industrias destinadas a la presentación de los productos agrícolas para su comercialización. En este mismo caso se encontraban las empresas destinadas a la comercialización de mariscos, frutas y verduras. 100 Ortega, Sergio. Breve historia de Sinaloa. 1999. p.246 127 En 1965 se creó un organismo denominado Comisión de Programación Industrial y del Desarrollo Económico para impulsar esta actividad en el estado. Y más adelante entre 1970 y 1980 surgieron otros organismos encargados de promover la construcción de parques industriales. En los ochenta, durante los gobiernos de Antonio Toledo Corro y de Francisco Labastida Ochoa se insistió en la industrialización del estado, sin embargo, no fue posible lograrlo; y como ejemplo está el proyecto del puerto industrial de Topolobampo (para lo cual se desmanteló el puerto de Mazatlán), en el que esperaba se llevaran a cabo las actividades portuarias e industriales que se realizaban en el puerto; y que resultó un gran fracaso debido a su ubicación y, al predominio y concentración de las actividades del sector primario entre los capitalistas del estado. Cabe aclarar que el error de diciembre de 1994, también afectó la puesta en marcha de este megaproyecto, el cual tardó en despuntar. El sector primario es el que aporta la mayor ganancia en el territorio sinaloense y los productos que reportan la mayor producción son los agrícolas y los pesqueros. Asimismo la participación industrial del estado en el Producto Interno Bruto de México ha disminuido (véase cuadro 9). 128 Cuadro 9. Sinaloa. Producto Interno Bruto 1970-1980 ( Millones de pesos de 1970) Sector 1970 % 1975 % 1980 % PRIMARIO 3,259 29.9 4,304 33.0 6,674 33.4 Agricultura 2,361 21.7 3,247 24.9 5,394 27.0 Ganadería 619 5.7 734 5.6 907 4.5 Silvicultura 52 0.5 37 0.3 79 0.4 130 1.2 171 1.3 243 1.2 97 0.9 115 0.9 51 0.3 SECUNDARIO 1,943 17.9 2,770 21.2 3,964 19.9 Ind. manufacturera 1,307 12.1 1,578 12.1 2,321 11.6 Construcción 548 5.0 1,052 8.1 1,413 7.1 Electricidad 88 0.8 140 1.1 230 1.2 TERCIARIO 5,681 52.2 5,973 45.8 9,320 46.7 Total 10,883 100.0 13,047 100.0 19,958 100.0 Pesca Minería Fuente: Arturo Retamoza. 1987. Los datos contenidos en el cuadro anterior reflejan el predominio de las actividades del sector primario sobre el secundario en el estado. Sin tomar en cuenta para este análisis las actividades del sector terciario, la agricultura está por encima de la industria de la transformación que no ha mostrado un crecimiento considerable debido a la separación que existe entre estos dos sectores y que por lo tanto, ha impedido la diversificación y el desarrollo de la industria estatal, que se caracteriza por contar con unas cuantas industrias medianas. En 1970 el 90% de los establecimientos censados correspondía a la pequeña industria; en tanto, en 1980 el 10.4% se reportaron como industrias medianas. La industria manufacturera estatal de tamaño mediano muestra una escasa diversificación; sus ramas generan un valor de la producción, que aunque reducido, representa un porcentaje muy superior (85% en 1981) al del total de la 101 manufactura pequeña. 101 Actualización de los estudios especializados en acuacultura y ordenamiento ecológico en los estados de Nayarit y Sinaloa. 1997. p. 29 129 Esto refleja que aunque en el estado existían unas cuantas industrias medianas, el valor de la producción generada por ellas estaba por encima de las pequeñas, a pesar de existir un número mayor de estas. Las industrias más modernas del estado están enfocadas a la fabricación de bienes de consumo no duradero y se abastecen del mercado nacional (materia prima producida principalmente en el estado) e internacional. Así mismo la industria estatal se ha concentrado principalmente en los municipios de Ahome, Culiacán y Mazatlán, debido a las ventajas que brindan estas ciudades en cuanto a infraestructura urbana. Población económicamente activa (PEA) en el estado y en Mazatlán En relación a la población ocupada en cada uno de los sectores productivos en 1990, la PEA en Sianloa era de 660,905, distribuidos en los tres sectores. (Véase gráfico 3) Gráfico 3. Población económicamente activa en el estado (1990). POBLACIÓN OCUPADA POR SECTOR ECONÓMICO (SINALOA) SECTOR TERCIARIO 42% NO ESPECIFICADO 4% SECTOR SECUNDARIO 17% Población ocupada en el estado 100% SECTOR PRIMARIO 37% Fuente: INEGI. Sinaloa, Resultados Definitivos. XI Censo General de Población y Vivienda, 1990. En la figura anterior se observa que el sector terciario (turismo y servicios) en el estado concentra el mayor número fuerza de trabajo; seguida del sector primario (agricultura y la pesca) que también tiene gran importancia en la economía del estado y del país. 130 Por su parte la PEA de Mazatlán era 103,168 (véase gráfico 4) Gráfico 4. Población económicamente activa en el municipio (1990). POBLACIÓN OCUPADA POR SECTOR ECONÓMICO (MAZATLÁN) SECTOR TERCIARIO 63% SECTOR SECUNDARIO 21% NO ESPECIFICADO 3% Población ocupada en el municipio 100% SECTOR PRIMARIO 12% Fuente: INEGI. Sinaloa, Resultados Definitivos. XI Censo General de Población y Vivienda, 1990. En Mazatlán el sector primario incluye actividades como agricultura, ganadería, caza y pesca; el secundario: construcción, industria manufacturera, electricidad y agua. Y, por último el sector terciario: comercio y servicios. De esto se deriva que en Mazatlán el sector terciario tiene una importancia relevante ya que la industria turística ocupa un gran número de trabajadores. En comparación con el resto del estado en la ciudad portuaria el sector secundario está por encima del primario, ya que ocupa un mayor número de trabajadores. Sin embargo, el comercio, los transportes y algunos servicios del sector terciario y de la industria (perteneciente al secundario), dependen de la agricultura y la pesca sobre todo después del fin del embargo atunero. A lo largo del estado de Sinaloa es posible encontrar diversas industrias, algunas de las cuales ya están certificadas. Para 1997 entre las empresas que contaban con certificación se encontraban las siguientes: 131 Cuadro 10. Empresas con certificación ISO 9000 en Sinaloa. EMPRESA GIRO PRODUCTO Maseca Alimentos Maíz Cervecería Cuauhtemoc Bebidas Cebada Bachoco Alimentos Soya, sorgo, maíz FORD Automóviles No definido Grupo Schineider Elevadores No definido PEMEX Energía Combustibles BASF Quím. de especialidad Insecticidas y fungicidas CELANESE Químicos secundarios No definido Condumex Cables y conductores No definido Citybank Servicios financieros No definido Dupont Químicos secundarios., No definido finos y farmacéuticos Phillips Prod. Metalmecánicos No definido Tubacero Prod. Metalmecánicos No definido Negromex Químicos secundarios No definido Black & Decker Electrodom. y herram. No definido Química Flour Químicos secundarios No definido Xerox Productos electrónicos No definido Electrónica pantera Aceites y lubricantes No definido MASTERPACK Empaques No definido Fuente: Secretaría de comercio citada en: Actualización de los estudios especializados en acuacultura y ordenamiento ecológico en los estados de Nayarit y Sinaloa. 1997. La certificación de calidad ISO 9000 es un requerimiento de calidad que deben cumplir las empresas para competir comercialmente con otras empresas extranjeras al exterior y para la exportación internacional. 132 3.2 Industria en Mazatlán Como ya se mencionó antes, durante el gobierno porfirista y ante las políticas modernizadoras del Estado el país ingresó al proceso de industrialización, por lo que los capitalistas asentados en ciudades como Veracruz, Guadalajara y Distrito Federal entre otras se incorporaron a este nuevo modelo. En algunas otras ciudades mexicanas de menor tamaño, también se diversificó el capital hacia esta actividad, tal es el caso de Mazatlán en el noroeste del país que fue un soporte territorial muy importante para el comercio importador del siglo XIX por su ubicación geográfica estratégica. Sin embargo, con el fomento del Estado a la industrialización en la década de los treinta, también se prohibieron las actividades importadoras y se dotó de soportes materiales para el desarrollo de esta actividad, entre ellos el tendido de vías férreas, construcción de carreteras y servicios públicos entre otros. La manufactura se vio favorecida por los altos costos de transporte que tenían que pagar los comerciantes del puerto por los productos que importaban, por ello diversificaron su capital hacia la industria a partir de la segunda mitad del siglo XIX; entre ellas la Fundición de Sinaloa, la fábrica de hilados La Bahía, la fábrica de cigarros y puros, los astilleros, la fábrica de escobas y cerillos y la fábrica de cerveza entre otras. Esto contribuyó al crecimiento manufacturero en el puerto y a la concentración de las actividades administrativas, políticas y comerciales. A pesar de que en el siglo XIX la ciudad de Mazatlán fue un importante centro económico, a partir de la década de los cuarenta del siglo XX se originó un gran desarrollo en Culiacán y Los Mochis por la producción y actividades agrícolas que en ellos se llevaban a cabo, lo que ensombreció y frenó el crecimiento de la economía mazatleca que entonces se concentró en la manufactura y pequeña industria de bienes duraderos y perecederos. La industria pesquera ganó relevancia a partir de los años 30 cuando el capital privado se asoció con los cooperativistas. El capital participó en esta sociedad con la aportación de los barcos para las capturas de camarón y con ello se logró aumentar la producción 133 pesquera, por lo que fue necesario contar con instalaciones para la conservación del producto. Este hecho fue aprovechado por los empresarios que contaban con la visión y los recursos para diversificar su capital en: congeladoras, empacadoras y procesadoras, lo que contribuyó a que multiplicaran sus inversiones y monopolizaran también esta actividad. Debido a la importancia que significó la agricultura en los cincuenta para abastecer de alimentos a la industria el noroeste fue considerado “el granero de la nación”, aunque esta actividad se desarrollaba básicamente en la zona centro y norte de Sinaloa. Ello originó que la década de los sesenta se tornara difícil para la zona sur del estado debido a la falta de territorio cultivable, lo que obligó que se diversificara su economía hacia actividades de servicios secundarias y terciarias. La economía se reactivó en Mazatlán en las décadas de los setenta y ochenta gracias a las actividades financieras, el transporte, el comercio y la construcción; que la fortalecieron y motivaron el crecimiento poblacional. En este municipio a pesar del desplome de la construcción y reparación de embarcaciones así como la fabricación de muebles, la industria de alimentos y bebidas, cemento y yeso evitaron el derrumbe económico, y por el contrario contribuyeron a su crecimiento. Además la pesca y el turismo intervinieron para dicha reactivación económica de la ciudad-puerto. Fue durante este periodo que los capitalistas porteños diversificaron su capital hacia la industria turística con la construcción de hoteles y restaurantes; así como también de congeladoras, procesadoras y empacadoras de productos marinos. En la zona sur del estado las características de producción contrastaban considerablemente con la región norte-centro, debido a que en ésta última la producción agrícola estaba (y está) orientada a su venta fuera del estado y en el sur se concentró la manufactura de productos ganaderos y frutales entre ellos el mango que forma parte del volumen estatal para su comercialización fuera del estado (véase cuadro 11). 134 Cuadro 11. Producción en toneladas métricas de los principales cultivos para el municipio de Mazatlán en 1995. CULTIVO TOTAL RIEGO TEMPORAL Maíz 26,005 10,001 16,004 Sorgo grano 33,447 6,547 26,900 8,063 2,890 5,173 807 807 0 205,132 8,752 196,380 Mango 70,502 162 70,340 Cocotero 22,014 22,014 0 Fríjol Tomate Sorgo forrajero Fuente: INEGI 1997 Del maíz y sorgo que se producen en esta zona una parte se queda para alimentar ganado y el resto se envía al norte de Sinaloa y los productos agrícolas se venden en forma de carne vacuna y de leche regionalmente. A pesar de la importancia y presencia de industrias como PINSA (Pescados Industrializados) y Astilleros Unidos de Mazatlán en el puerto, el grado de industrialización de Mazatlán no se considera relevante debido a que no ha habido una diversificación de la industria de la transformación hacia esta misma rama, sino que en algunos casos se ha dirigido hacia los servicios, frenando con ello el desarrollo y crecimiento de la actividad industrial. Lo anterior no sólo ha sido ocasionado por estos empresarios, sino también por la preferencia del capital privado y estatal para concentrarse en otras regiones del país, entre otros motivos por la cercanía de los organismos que los representan y por la infraestructura con que cuentan estos lugares. Cabe hacer notar que también ha intervenido en ello la carencia de vocación industrial entre los capitalistas del puerto y su dependencia principalmente del sector agrícola y del pesquero. A lo anterior Retamoza agrega: 135 …tiene lugar una forma de industrialización regional que se caracteriza por establecer vínculos indirectos y marginales con el aparato nacional, que se explican porque el desarrollo y crecimiento logrado por el aparato manufacturero de Sinaloa depende de manera directa del sector agrícola principalmente…102 Esto ha fortalecido de forma importante al crecimiento de la industria alimentaria establecida en Sinaloa y particularmente en Mazatlán, en donde los productos pesqueros significan la principal materia prima. Además de la industrialización del camarón, desde 1983 la industria del atún se convirtió en la empresa pesquera más importante del puerto, ya que desde este punto se abastecen 80 mil toneladas de las 130 mil que se consumen anualmente en México.103 Ambos productos intervienen como soportes de la economía municipal, estatal y nacional, puesto que se exportan hacia Italia, Francia, Japón y España. La concentración de la producción limitó el interés de empresarios locales y nacionales por diversificar la industria hacia otras ramas, razón por la cual su crecimiento se vio frenado. Además la falta de interés por parte del Gobierno Federal para integrar este territorio dentro de los corredores comerciales del país y también de las industrias extranjeras para asentarse en esta ciudad, en donde el argumento principal es la lejanía con la frontera norte, ha acentuado este problema. A lo anterior se debe agregar que Sinaloa no está considerado por el Plan Nacional de Desarrollo Urbano 1995-2000 como zona estratégica para el desarrollo territorial, a lo anterior Beraud104 agrega: que el estado aparece en este documento totalmente relegado de los “corredores prioritarios para la integración urbano regional” que orientan los principales flujos comerciales de México hacia Estados Unidos y Canadá. 102 Retamoza, Arturo. La industria alimentaria en Sinaloa. En: Notas. 1998. p.38 Martini, Mario. Grandeza mazatleca. 1998. p.172 104 Beraud, José Luis. Los “megaproyectos” sinaloenses, en: Globalización y reestructuración territorial. 1999. p. 90 103 136 Los corredores a los que hace referencia este autor son: Guaymas-Nogales; Manzanillo-Nuevo Laredo; Matamoros- Villahermosa; Acapulco-Veracruz; TapachulaManzanillo; Salina Cruz-Coatzacoalcos y Villa hermosa-Cancún Asimismo, en el Programa Nacional de Desarrollo Urbano y Ordenación del Territorio 2001-2006, la ciudad portuaria está propuesta en el corredor comercial MatamorosMazatlán, sin embargo, es una proyección para el año 2025, mientras tanto el puerto sigue rezagado respecto al crecimiento industrial. 3.3 Actividades e industria pesquera en Mazatlán. Actividad pesquera en Mazatlán La pesca en el país es una actividad muy antigua, sin embargo, fue en el sureste de México donde se inició esta práctica, específicamente en la zona del Golfo de México. En esta zona la pesca se llevó a cabo como actividad productiva y por lo tanto, vio nacer la industria pesquera en su territorio. Su predominio se mantuvo hasta la década de los sesenta y fue paulatinamente desplazado por los puertos ubicados en el Océano Pacífico que incursionaron en esta actividad a partir de la década de los cincuenta gracias al descubrimiento del potencial principalmente camaronero de la región y a las grandes utilidades que este proveía. Esta actividad creció desenfrenadamente hasta los años setenta, momento en el que superó en volumen y valor al Atlántico; y provocó una gran desigualdad en producción y en comercialización debida principalmente a los problemas ambientales y a la descapitalización de los productores del Golfo de México.105 Es por ello que la captura de los diversos productos marinos en las costas del Pacífico mexicano ha tenido un comportamiento ascendente y ha permitido particularmente a Sinaloa ser uno de los estados con mayor participación en este rubro. En Sinaloa hay varios puertos que entre sus principales actividades económicas incluyen a la pesca, tal es el caso de Escuinapa, Mazatlán, San Ignacio, Altata, Guasave y Topolobampo entre otros. El litoral sinaloense es rico en especies como camarón, atún 105 Actualización de los estudios especializados en acuacultura y ordenamiento ecológico en los estados de Nayarit y Sinaloa. 1997. p. 137 137 y sardina, sin embargo, el producto con mayor demanda es el camarón, en el que el estado contribuye con más de la tercera parte del producto que se captura a nivel nacional. La pesca, la acuacultura y el turismo, se desarrollan en todo el litoral sinaloense, pero de manera especial en el sur del estado en los municipios de Mazatlán, El Rosario y Escuinapa.106 Después de la segunda mitad del siglo XX la economía mazatleca se concentró en el sector primario, fundamentalmente en pesca debido a la carente vocación agrícola del suelo. No obstante lo anterior, el desarrollo de la ciudad ha tendido hacia la terciarización de actividades, principalmente al comercio y los servicios como resultado de la poca especialización pesquera, de las temporadas de veda (mayo a noviembre) de algunos productos razón por la cual se hace un alto forzoso en la actividad pesquera, así como también los periodos de capturas bajas de camarón, las caídas internacionales de los precios del producto, motivadas por la sobreproducción y/o la importación del mismo desde otros países, entre otras. Cabe hacer notar que de las industrias asentadas en la ciudad portuaria de Mazatlán, el ramo de alimentos y bebidas es el que más se ha desarrollado. Principalmente porque en la mayoría de los casos es una ventaja contar con la materia prima requerida a nivel regional, como es el caso de la industria pesquera en donde Mazatlán tiene una participación importante en la captura de diversas especies (véase cuadro 12). 106 Ortega, Sergio. Breve historia de Sinaloa. 1999. p.299 138 Cuadro 12. Volumen de la captura pesquera en peso vivo según principales especies 1993-1998, en Mazatlán y el Estado (Toneladas). 1993 1993 1998 1998 ESPECIE ESTADO MUNICIPIO ESTADO MUNICIPIO 105,059 70,365 131,826 116,972 Atún 45,251 45,077 50,844 50,843 Sardina crinuda industrial 15,073 15,073 17,496 17,496 Camarón altamar 8,864 7,819 12,119 10,519 Camarón estero 8,925 638 5,687 159 Tiburón 694 415 940 501 Ostión 442 322 412 271 Sardina bocona industrial 246 246 27,499 27,499 Sardina crinuda empresarial 199 199 - - Botete 271 98 178 43 Berrugata 352 82 395 130 Sierra 555 57 374 46 Cochito 136 40 175 98 Calamar 49 37 2,384 1,978 Pargo 294 35 180 80 Mojarra 254 32 222 42 Corvina 179 28 297 74 Pez espada 22 22 39 39 Burro 53 19 104 45 Caracol 21 18 1 1 Langosta 18 18 22 22 1,528 17 730 3 631 14 219 13 Baqueta 93 4 104 21 Chihuil 255 4 448 6 77 3 85 31 TOTAL Lisa Cazón Lenguado continua 139 Robalo 47 3 66 6 Jurel 4 2 1 - Mero 4 1 1 - 18 1 39 - Roncacho Fuente: INEGI 1999 Del cuadro anterior se deriva que la participación de Mazatlán en la captura de algunas de las especies con mayor demanda para su consumo, están el atún, la sardina, el camarón de altamar, el calamar, el pez espada (marlin), el caracol y la langosta. Cabe hacer notar que entre 1993 y 1998 el municipio superó en capturas al resto del estado en dichas especies. Respecto a las capturas el atún ocupó el 99.7% en 1993 y el 99.9% en 1998; la sardina crinuda el 100% en ambos años; el camarón de altamar el 88% en 1993 y el 86.8% en 1998; la sardina bocona el 100% en ambos años; el calamar el 75.5% en 1993 y el 82.9% en 1998; el pez espada el 100% en ambos años; el caracol el 85.7% en 1993 y el 100% en 1998 y por último la langosta el 100% en ambos años. La actividad pesquera está organizada por tres sectores, que se denominan: social perteneciente a los cooperativistas y donde intervienen 19,000 trabajadores; el sector público que agrupa a las empresas paraestatales y escuelas técnicas, en el cual participan aproximadamente 1,100 personas; y el sector privado que está integrado por empresas y particulares, en este se emplean aproximadamente 6000 trabajadores.107 La pesca es una de las actividades económicas con mayor importancia en el puerto de Mazatlán y una parte importante de la economía porteña descansa en ella. El sector social y el privado son los que generan la mayor parte de la producción. A pesar de lo antes expuesto, los estudios realizados en el Instituto Tecnológico del Mar respecto al comportamiento de la producción del camarón, arrojaron resultados alarmantes, ya que de no cambiar las políticas de veda del producto y poner freno a la 107 Actualización de los estudios especializados en acuacultura y ordenamiento ecológico en los estados de Nayarit y Sinaloa. 1997. p. 159 140 explotación irracional, esta se irá a pique. Para ello los investigadores de esta institución propusieron un reordenamiento en la pesca, así como la disminución de la flota. Cabe señalar que ante la falta de apoyos por parte de las autoridades para frenar la pesca ilegal y el desorden pesquero (exceso de permisos), así como el endeudamiento que tiene con las empresas comercializadoras y con instituciones bancarias, el sector pesquero ha decidido vender al gobierno las embarcaciones para recuperar parte de su capital. Esto ha propiciado que la actividad pesquera pierda fuerza y rentabilidad. A ello se suman los problemas de comercialización del producto, pues el abaratamiento que ha sufrido este como resultado de la competencia desleal que generan las empresas comercializadoras respaldadas por el Estado, en la importación de producto de otros países, principalmente asiáticos. Durante la temporada 2004-2005 la situación empeoró para este sector, pues las autoridades no tomaron las medidas necesarias para evitar que durante la veda se respetara la incubación del camarón, esto ocasionó una baja importante en las capturas. Aunado a lo anterior el aumento en el precio del diesel marino golpeó seriamente a los armadores, que pidieron apoyo al Gobierno Federal para que bajara el costo de este, sin embargo aunque su petición fue escuchada, el combustible disminuyó de $4.40 pesos a $3.88 pesos por litro. Con base en lo expuesto, se puede afirmar que la actividad pesquera después de haber sido una de las actividades más importantes en la captación de divisas para el país, ha perdido campo en la los intereses económicos del Estado. Después de ser el responsable de la saturación y sobreexplotación de esta actividad, no tiene la firmeza para revertir este problema. Esto fue generado a partir del gobierno de Ernesto Zedillo en la última década del siglo XX, que fusionó varias Secretarías de Estado entre ellas la de Pesca para formar una sola Secretaría de Medio Ambiente Recursos Naturales y Pesca (SEMARNAP), y fue a partir de entonces que el sector pesquero del país se vio aún más desprotegido de lo que ya estaba. 141 El otorgamiento de permisos de manera indiscriminada y la pesca furtiva se incrementó fuertemente en Sinaloa durante este sexenio, lo cual agudizó el problema y a pesar de las protestas de las organizaciones pesqueras el gobierno no tomó medidas drásticas para erradicar este problema que debilitó a dicho sector. La libre actuación de las empresas comercializadoras al importar camarón de otras naciones y la falta de vigilancia por parte de las instancias correspondientes (PROFEPA) a este respecto han provocado las caídas en la producción pesquera de Mazatlán lo que pone en riesgo la permanencia de esta actividad económica y la fuente de trabajo de los pescadores. Esta crisis no sólo ha permeado a este sector, sino a otros sectores de la población que dependían indirectamente de la pesca, entre ellos el de servicios y la construcción, que se reactivaban después de las temporadas pesqueras. Cabe hacer notar que a pesar de los golpes que ha recibido esta actividad, sigue siendo una de las que participan de forma importante en la economía estatal. Es paradójica la situación de la pesca en el país, ya que después de haber sido uno de los puntales en la economía del Estado, este mismo se encargó de debilitarlo Sobre todo después de 1994 con la firma del TLC (Tratado del Libre Comercio) y ante la apertura comercial del país, los productos pesqueros nacionales perdieron plusvalía y los intereses del Estado se enfocaron a apoyar la creación de maquilas al servicio de Estados Unidos. El futuro de la pesca es incierto y si no se actúa pronto, esta actividad está condenada a desaparecer, así como la industria que depende de ella. Industria pesquera en Mazatlán Mazatlán es uno de los municipios del estado que concentra gran parte de la industria estatal ya que cuenta con 305 industrias en su territorio, así mismo su industria es la más diversificada en comparación con Culiacán y Los Mochis. La ubicación portuaria y la producción pesquera de esta ciudad permiten que en su territorio se lleve a cabo el procesamiento de pescados y mariscos, la construcción y 142 reparación de barcos y la ubicación de empresas que proveen bienes a la industria turística. La industria en Mazatlán se sostiene principalmente de los productos pesqueros, los cuales son congelados o deshidratados. Esta industria se divide en dos grupos de productos: la pesca industrial y la pesca alimenticia. La primera se refiere a la transformación de distintas especies en harina y aceite de pescado, entre las que se encuentran la anchoveta, las sardinas crinada y bocona, y el cazón. La segunda se subdivide en tres fracciones de mercado, en la primera entran los túnidos que pueden ser enlatados y también se comercializan congelados; el segundo es la pesca del camarón que puede ser comercializado en diversas presentaciones y que aumenta su valor; y el tercero es la pesca en fresco que se refiere al resto de las especies que son capturadas y se consumen de manera regional en fresco y congeladas para su venta fuera del puerto.108 Cabe hacer notar que el camarón es un producto con bastante demanda en los mercados extranjeros (principalmente el norteamericano) y nacional; es por ello que el producto ha sufrido una sobre-explotación por parte de empresarios y pescadores furtivos. Estos últimos atentando contra la permanencia de la especie debido a que no respetan las temporadas de veda de dicho producto para su reproducción. La pesca industrial del camarón en Mazatlán inició en la década de los treinta; por su parte la pesca e industrialización del atún en el puerto es más reciente, surgió hacia la década de los ochentas. Respecto a la pesca en altamar de estos productos Pérez Virgen agrega lo siguiente: En la actualidad esta actividad de características industriales es mantenida por la extracción, industrialización y comercialización del camarón. La industria del atún es una actividad reciente en Mazatlán, y parece que se establecerá en definitiva en nuestro puerto: su infraestructura industrial y portuaria es moderna y eficiente, vía la inversión privada y el financiamiento público.109 108 Op. cit. p. 140 Pérez, Ernesto. Sociedad y economía pesquera en Mazatlán, en: Carrillo Rojas; Ibarra Escobar; coord. Historia de Mazatlán. 1998. p. 343 109 143 Estas industrias generan gran cantidad de empleos, sin embargo, la atunera ofrece mayores garantías a los trabajadores que laboran en ella debido a que en este producto se aplica veda sólo un mes al año, por lo tanto cuentan con contratos y prestaciones laborales. Por su parte los pescadores de camarón sólo son requeridos en los meses en que se levanta la veda del mismo, debido a que el cultivo y la captura del producto se llevan a cabo de manera cíclica, obligando a que la actividad industrial sea temporal, después de ello la pesca cae en una inactividad casi total; por lo que los trabajadores se ven obligados a subemplearse en otras actividades del sector servicios o de la construcción principalmente durante este periodo. En el caso de las plantas congeladoras los ciclos de trabajo son variables, ya que en temporadas altas la mano de obra llega a cubrir hasta tres turnos para el enmarquetado del producto, después suspenden sus labores aunque por menos tiempo que los pescadores, puesto que el camarón de granja les permite a algunas continuar activas. Entre las industrias relacionadas con la pesca se encuentra la que elabora harina de pescado que se consume principalmente en las granjas, en el alimento para cerdos, perros, gatos y en ganado vacuno para su engorda, asimismo este producto se emplea en la engorda de camarón de granja. Las cantidades de productos marinos apropiados para su transformación en harina y aceite que aporta el noroeste del país son los más importantes a nivel nacional, sin embargo, en este rubro Sonora supera a Sinaloa debido a la baja producción de este último en dichos productos, motivada por el desaprovechamiento que hace la industria del camarón y del atún respecto a la fauna de acompañamiento. En lo que respecta al camarón de altamar, las especies con mayor demanda y en orden de consumo son el camarón café, el blanco, el azul y el rojo. La abundancia de este producto en las costas mexicanas permitió que antes de los noventa México formara parte de los primeros diez lugares en producción del mismo, posteriormente fue desplazado por Ecuador y los países asiáticos. 144 Este producto después de ser capturado se comercializa entre algunos empresarios locales y extranjeros, quienes se encargan de exportarlo o distribuirlo nacionalmente previa congelación, posteriormente se selecciona de acuerdo a las tallas (tamaño) y apariencia para finalmente ser enmarquetado (se denomina así al procedimiento de colocación del producto en marquetas para su venta y transportación). Entre las presentaciones comerciales de esta industria se encuentra el camarón fresco, entero, el fresco, pelado y descabezado, el seco entero, el seco, pelado y descabezado, el congelado entero, el congelado, pelado y descabezado, el que se presenta en comidas preparadas, el enlatado y el pelado, cocido y enlatado. El sector camaronero es el más golpeado por la falta de financiamiento, puesto que las capturas se llevan a cabo de septiembre a marzo y forzosamente el equipamiento de la flota debe estar listo en septiembre y la banca inicia los trámites de crédito en marzo tardando más de seis meses en otorgar los créditos, si es que los autorizan. Es por esto que esta industria generalmente invierte recursos propios o consigue préstamos en otras instancias no bancarias. Otro de los problemas del sector camaronero es que deben recuperar lo invertido en la primera zafra, en la cual por lo menos deben capturar el 60% de producto de toda la temporada para que los siguientes viajes signifiquen la ganancia, lo cual no siempre es posible de lograr, entre otras causas por la pesca furtiva durante el periodo de desove del crustáceo.. Una de las empresas que ha monopolizado la comercialización del producto a nivel estatal y nacional es Ocean Garden (empresa inicialmente estadounidense y después mexicana), que de acuerdo a la calidad y tamaño del producto lo clasifica y divide en marcas de exportación (véase cuadro 13). 145 Cuadro 13. Presentación del camarón de exportación para Estados Unidos COLOR TAMAÑO MARCA Blanco Mediano y U 60 o más pequeño Mark Café U 20 o menor Compass Café Mediano y U 60 o más pequeño Ocean shell Blanco U 20 o menor Ocean Garden Fuente: Ocean Garden.1997 Salvo algunas excepciones, el camarón que cumple con estos requerimientos no se queda para consumo nacional, sino que es destinado para su exportación hacia Estados Unidos de donde después es enviado hacia otras naciones de Europa principalmente. Si el producto no cumple con los estándares que señala Ocean Garden, se queda para el mercado nacional. Sin embargo, en 2002 esta empresa perdió liquidez y abarató los precios del producto, por lo que los armadores se vieron en la necesidad de buscar otras empresas comercializadoras como Meridian y Orient Fisher también estadounidenses y que operan de la misma forma en la selección del producto. Industria atunera En el caso de la industria atunera, esta también se convirtió en uno de los soportes económicos principales del sector pesquero del puerto, gracias a las divisas que genera no sólo para este sino para el país. En esta industria participa principalmente el capital privado, el cual cuenta con una flota moderna en comparación con la camaronera que ya rebasó la edad útil y, no obstante lo anterior sigue operando. En el país operan 70 embarcaciones atuneras, de las cuales el 80% son de Sinaloa, es decir 56 embarcaciones del total de la flota nacional. 146 La industria atunera es una de las pocas industrias del puerto que goza de estabilidad y que sigue creciendo a pesar de que en 2004 cayó la producción en un 30%. De 160 mil toneladas que se capturaron en 2003, para el siguiente año no llegaron a 130 mil toneladas. Esta baja se debió a que el atún no alcanzó la etapa adulta, por lo que no fue conveniente capturarlo en etapa juvenil. Esto obligó a los empresarios a solicitar su importación desde otros países para cubrir la demanda entre los consumidores. Parte de este producto se destina para su venta en fresco, pero la mayor parte de las capturas son destinadas para su cocción y enlatado para su comercialización dentro y fuera del país, en plantas congeladoras y procesadoras de dicho producto. La abundancia de esta especie permite que como se mencionó, dicha industria continúe creciendo y a su vez otorgue seguridad a la mano de obra empleada en la misma. Existen otras industrias que se relacionan con la industria pesquera, como son los astilleros donde se llevan a cabo reparaciones de las embarcaciones, materias primas para redes, empresas que suministran diesel para los barcos, entre otras. Camaronicultura Esta actividad se lleva a cabo en granjas especializadas únicamente para el cultivo de camarón y es una de las industrias en donde se corren menos riesgos de recuperación de la inversión y de producción. Entre los requisitos de carácter natural para la creación de una granja están la alta salinidad del suelo, la cercanía de manglares y que el clima sea favorable, requisito que Sinaloa cumple al 100%. De las 335,000 hectáreas de superficie favorable para este fin en México, Sinaloa cuenta con 100,500 hectáreas, es decir, casi la tercera parte a nivel nacional Cabe señalar que el camarón cultivado en las granjas camaronícolas ha desplazado de manera importante al camarón de altamar, puesto que en estos lugares se puede controlar artificialmente la temperatura y salinidad del agua, así como la alimentación y 147 con cierto éxito las enfermedades que aquejan a esta especie. Todo ello gracias a las diversas investigaciones que se llevan a cabo para la obtención de un producto de mejor calidad y con las tallas requeridas para su exportación. La camaronicultura es una actividad relativamente joven en su incursión en las actividades económicas del país (década de los ochenta) y surgió como resultado del agotamiento que tuvo el crustáceo por su sobreexplotación en altamar. Esto generó que se implantaran granjas especiales en lagunas, estuarios (desembocaduras) y marismas, para la cría y aprovechamiento del producto. Foto. 16 Granja camaronícola en el ejido de Barrón, municipio de Mazatlán. 2001 En la imagen anterior aparecen los estanques de la granja camaronícola “La Clementina”, ubicada en el ejido de Barrón, perteneciente al municipio de Mazatlán, Sinaloa. Inicialmente esta actividad estuvo reservada para los cooperativistas y ejidatarios, sin embargo, ante las limitaciones económicas y técnicas de estos, en 1989 la Ley Federal de Pesca fue modificada con lo que aprobó que el sector privado también participara. Fue evidente la dinámica que adquirió entonces esta actividad, pues de dos granjas que producían en promedio 120 toneladas en 1985, para 1990 existían 103 granjas en el país (de las cuales 75 estaban en Sinaloa) que producían aproximadamente 5,500 toneladas, ubicando a México en el segundo productor del continente. 148 El número de granjas en el estado continuó en aumento y actualmente siguen llegando solicitudes a la Dirección de Zona Federal, para la concesión de terrenos federales para destinarlos a esta actividad. De acuerdo a datos obtenidos en el Departamento de Acuacultura de la Subdelegación de Pesca ubicada en Mazatlán, en 1998 en la zona sur del estado se registraron 34 granjas camaronícolas, de las cuales había 3 en el municipio de Mazatlán. Esta actividad tiene mucha relevancia en el estado, sin embargo, al igual que el camarón de altamar corre el riesgo de saturarse, debido a que en la oficina de Zona Federal Marítimo Terrestre (ZOFEMAT) del estado se siguen expidiendo concesiones para llevar a cabo el cultivo de camarón. Entre los problemas que enfrenta el sector pesquero el de mayor importancia es el financiero, por la falta de crédito y financiamiento por parte de instituciones bancarias que lo consideran arriesgado, por el tipo de actividad. Sin embargo, el soporte del sector primario son la pesca y las actividades relacionadas con la acuacultura ya que sostienen la industria de empaque y proceso de alimentos que favorecen y garantizan las ganancias en el comercio exterior a pesar del estancamiento en el que se encuentran. El Parque Industrial Alfredo V. Bonfil como soporte para la industria pesquera El Parque Industrial pesquero está ubicado en el polígono VI y forma parte del recinto portuario. Este espacio surgió en 1976, como parte de un programa gubernamental enfocado al desarrollo de parques industriales (Foto 17). Dicho programa estaba enfocado a la descentralización industrial de algunas ciudades en donde ésta actividad se había concentrado (Guadalajara, Estado de México y Distrito Federal entre otras). 149 Foto 17. Vista aérea del Parque Industrial Alfredo V. Bonfil. 1990 Fuente: Archivo Municipal de Mazatlán. En la foto 17 se aprecia el espacio que ocupa el Parque Industrial Alfredo V. Bonfil, así como la colonia Casa Redonda. Durante el impulso industrializador fomentado por el Estado se construyó el Parque Industrial Alfredo V. Bonfil en el puerto de Mazatlán, Sinaloa en la zona oriente de la ciudad y que colinda con la colonia Casa Redonda con la finalidad de que en él se instalaran negocios y empresas relacionados con la industria de alimentos y bebidas, entre ellos la industria pesquera. A lo anterior Garza110 declara que entre las acciones utilizadas por el gobierno se encuentra el programa de parques y ciudades industriales en México, como política de descentralización industrial, y que de acuerdo a los resultados obtenidos en una investigación respecto al funcionamiento de estos, se concluye que la mayoría (73.34% del total) han fracasado como promotores del desarrollo industrial; y afirma que sólo uno de cada cuatro parques se considera exitoso. También agrega que este programa no logró fomentar la desconcentración de las actividades económicas, ni disminuir las desigualdades regionales del país. 110 Garza, Gustavo. Planeación y gestión metropolitana. En: Reunión sobre ciudades mexicanas ante el nuevo milenio. 1998. p.37 150 Sin embargo, el Parque Bonfil (como se le denomina localmente) ha superado esta expectativa debido a que está ocupado en un 100% por empresas relacionadas con la industria pesquera y alimentaria, pero no logró evitar ser un elemento concentrador de actividades económicas en la ciudad de Mazatlán. Fue construido sobre terrenos ganados al mar (en una zona de esteros) en un área de 61 hectáreas, su ubicación es estratégica ya que ofrece ventajas de localización para el transporte, servicios financieros y el acceso a materias primas como pescados, mariscos, productos agrícolas y agua, así como insumos para las embarcaciones. La intervención de Estado para concentrar la industria en Mazatlán, favoreció el establecimiento y/o fortalecimiento de empresas importantes, como PINSA (Pescados Industrializados) y Astilleros Unidos de Mazatlán (ubicados en este parque), así como de café El Marino, Talleres Rice y Cervecería del Pacífico entre otras. Además en dicha zona se encuentran otros negocios como congeladoras, empacadoras, venta de refacciones e insumos para barcos (redes, cuerdas, etcétera), la Subdelegación de Pesca (SAGARPA), el Centro Regional para el Desarrollo Sustentable (CREDES), oficinas de la Procuraduría General de la República, venta de maquinaria, de diesel para barcos, talleres para reparación de barcos, entre otros. El parque industrial desde su construcción contó con el equipamiento e infraestructura urbana necesarios para el desarrollo de estas actividades, por ejemplo agua potable, drenaje (que desemboca hacia las aguas marinas), alumbrado, vialidades, pavimentación, etc. Estos beneficios fueron otorgados por los gobiernos federal, estatal y municipal. Sin embargo, después de casi 30 años la red de drenaje ya es inoperante en esta zona, ya que las aguas negras son arrojadas al canal de navegación sin tratamiento previo. Asimismo, lo antiguo de esta red y la falta de mantenimiento han ocasionado que existan tramos de tubería desnivelados por los asentamientos de tierra, lo que ha originado la filtración de aguas residuales en el subsuelo. Para solucionar el problema anterior la Junta municipal de agua potable y alcantarillado de Mazatlán (JUMAPAM) presentó un anteproyecto en el año 2002, para instalar una planta tratadora de aguas residuales en el Parque Bonfil ya que este impacta 151 en la contaminación del vaso del puerto y de los esteros. Hasta el momento dicha planta sólo ha quedado como proyecto por la falta de recursos y por la indiferencia de los empresarios asentados en esta zona para cooperar con recursos para llevar a cabo la obra. Otro de los problemas que enfrenta el Parque Bonfil es el excesivo aforo de vehículos a sus muelles, sobre todo en temporada de pesca que es cuando más se agudiza esto y que pone en riesgo la estabilidad del mismo. Respecto a lo anterior en 2002 el Capitán de Puerto declaró que existe el riesgo de que la carpeta asfáltica del recinto se colapse, ya que no fue diseñado para soportar el peso de tantas unidades, por lo que instó a restringir el acceso vehicular.111 Esto debido a que durante la temporada de pesca ingresan al Parque Bonfil pipas con combustible, automóviles y camiones frigoríficos, entre otros, sin embargo, no aclaró cual es el peso que resiste dicho muelle (foto 18). Foto 18. Muelle del Parque Industrial Alfredo V. Bonfil. 2005 Asimismo, la Administración Portuaria Integral (API) que es la encargada de dar mantenimiento a este muelle, llevó a cabo los trabajos de reparación del encarpetado de este y detectó que tres de los pilotes que sostienen la losa están flexionados por lo que podría venirse abajo. 111 Lizárraga, Rosa María.El Parque Bonfil en peligro de colapsarse. En: Periódico Noroeste. 12 Feb. 2002. pág. 1A 152 Sin embargo, no se han tomado medidas para evitar una catástrofe ya que no se ha limitado el acceso vehicular al muelle, ni se cuenta con los recursos económicos para efectuar los trabajos de reparación y mantenimiento. 3.4 Políticas de apoyo a la industria pesquera La intervención gubernamental y el libre mercado son los dos actores que han determinado directamente la conformación de la normatividad y las políticas para el desarrollo de la actividad pesquera y la explotación de las especies marinas. Una de las políticas estatales que generó cambios en la forma de apropiación capitalista del puerto fue la del fomento a la industrialización y el desarrollo del mercado interno, lo que motivó la especialización de las fuerzas productivas del sector primario, básicamente la pesca y del terciario el turismo y el comercio. El Estado paternalista intervino en el crecimiento y desarrollo de la actividad pesquera, debido a que esta era uno de los puntales en los que descansó por mucho tiempo la economía del país y que a su vez reactivó la economía mazatleca después de un largo periodo recesivo. Políticas de apoyo estatales y privadas La pesca en el estado y en puerto de Mazatlán, hasta antes de los años veinte era básicamente de subsistencia y como ya se mencionó, el giro que tomó esta actividad se debió al descubrimiento e interés de las empresas japonesas en su potencial camaronero; quienes obtuvieron que el gobierno les extendiera concesiones para que explotaran los recursos pesqueros del litoral del Pacífico. En 1939 el entonces presidente de la República Mexicana Lázaro Cárdenas del Río, canceló las concesiones facilitadas a estos empresarios que ejercían la pesca libre y promovió la creación de las cooperativas pesqueras que a partir de este momento contaron con la exclusividad para pescar especies como la totoaba, el ostión de placer, el abulón, la cabrilla, el camarón, la tortuga y la langosta. 153 A pesar de estos privilegios, los cooperativistas se enfrentaron a la falta de suficientes embarcaciones para llevar a cabo la pesca de estas especies por lo que se asociaron con los japoneses. Posteriormente en 1949 algunos empresarios locales al advertir lo provechoso que resultaba este negocio lograron asociarse con los cooperativistas, con el consentimiento del Estado que con esto promovía la acumulación privada del capital. Los empresarios ofrecieron la aportación de embarcaciones y compraron 50 barcos sardineros a Estados Unidos y los adecuaron para la captura del camarón. Estos acordaron con los cooperativistas ser ellos quienes se encargaran de comercializar el producto, así como la retención de una parte de las ganancias para transporte y conservación; y los pescadores por su parte recibieron en especie una baja participación del total de las capturas. Los armadores (propietarios de barcos) ejercieron el dominio de esta actividad durante más de treinta años en las capturas, conservación transformación y comercialización de los productos marinos. Asimismo impusieron sus condiciones durante este periodo respaldados por los agentes estatales. En 1980 los cooperativistas inconformes con su situación, exigieron al gobierno que se decretara una ley y se llevara a cabo un contrato más favorable para ellos, de lo contrario no saldrían a pescar al levantarse la veda del camarón, a lo cual se opusieron los armadores y el problema se extendió por cinco meses. Las divisas que generaba esta actividad eran necesarias para la economía nacional, por lo que el Estado intervino en el conflicto entre armadores y cooperativistas. Es por ello que durante el gobierno de José López Portillo la flota camaronera se concedió a los cooperativistas con la promesa de regresarla a los ex armadores en 1984 (durante el sexenio del presidente De la Madrid). Los armadores no se vieron tan golpeados con esta decisión del Estado, debido a que ellos seguían dominando la conservación, procesamiento industrial y comercialización del producto. 154 La obsolescencia de los barcos y la inexperiencia empresarial de los cooperativistas para reproducir las ganancias que generaban, los llevó a un estado desfavorable ya que las ganancias que producían eran repartidas entre ellos, el capital público y el privado. En el periodo presidencial de Miguel De la Madrid fue promovida la primera reforma a la Ley Federal de Pesca, específicamente en 1986 con lo que el capital privado estaba autorizado a intervenir sólo en la pesca del camarón. Unas cuantas organizaciones cooperativistas protestaron, debido a que la mayoría estaba vinculada con el PRI. Ello los obligó a vender o ceder sus activos (embarcaciones, congeladoras y oficinas) al capital privado o al Gobierno a precios irrisorios, muy pocos lograron mantener parte de sus unidades de producción y continuaron trabajando. Para reconciliarse con el capital privado en 1988 el presidente Carlos Salinas de Gortari privatizó el total de la pesca y en 1989 la Ley Federal de Pesca fue modificada una vez más. Con ello se permitió nuevamente al sector privado participar también en la pesca de especies reservadas de altamar y a la inversión en granjas camaronícolas, asimismo se fortaleció la intervención del Estado en la comercialización de los productos marinos, principalmente de dichas especies. Durante este periodo el Gobierno ejerció el control total sobre los cooperativistas, impuso sus criterios sobre la pesca y acalló la oposición o propuestas de los pescadores. A pesar de las protestas de los cooperativistas en contra de algunas obras de dragado que afectarían sus capturas, el Gobierno las autorizó y las llevó a cabo Entre las reformas aplicadas a la cuestión pesquera estuvo el retiro de Banpesca, que era la institución bancaria que apoyaba a este sector y se encargaba de la comercialización de los productos. Esto originó también que aumentaran los insumos y materiales para la provisión de barcos y plantas congeladoras, así como la reducción de precios de los productos pesqueros. El Estado también promovió la división entre cooperativas para fomentar su desorganización y confrontar a los pescadores. Lo antes expuesto provocó una crisis económica y la desorganización de las cooperativas, por lo que el Estado intervino una vez más aprovechando la coyuntura que 155 generaron estos problemas, para promover en 1992 una nueva Ley de Pesca, en donde las especies reservadas al sector social podían ser aprovechadas libremente por cualquier sector, de esta manera la pesca en México se privatizó de forma total. La nueva Ley originó la desaparición de la mayor parte de las sociedades cooperativas pesqueras de altamar, así como un gran numero de desempleados, el aumento considerable de trabajadores eventuales relacionados con esta actividad, obstáculos financieros para apoyo a la misma, la insolvencia económica para modernizar la flota y para renovar la planta industrial, la pesca ilegal de camarón, la utilización de algunas embarcaciones para contrabando, el lavado de dinero del narcotráfico y una alta corrupción por parte de funcionarios. Entre los estragos que causó esta última modificación de a la Ley de Pesca se encuentra el abaratamiento de la mano de obra por parte de los armadores privados, el atropello a los derechos laborales de los trabajadores como servicio médico, seguro de vida, aguinaldo y reparto de utilidades. Sin embargo, …tres de cada 100 personas ocupadas trabajan en la pesca, que se practica tanto en aguas litorales como en altamar, donde capturan básicamente camarón, pero también atún, sardina, y otras especies. Más de la mitad de los productos marinos se consume como alimento fresco y el resto se procesa en plantas enlatadoras, congeladoras o deshidratadoras.112 Una de las causas por las cuales la fuerza de trabajo no abandona esta actividad es por que en el número de viajes que realizan por temporada, reciben buenas ganancias en dinero y en especie por parte de los armadores, lo que les permite además de asegurarse económicamente para la época de veda a vender el producto entre compradores locales. Algunos de ellos invierten sus ganancias en otros negocios (misceláneas, venta de ropa, fondas, entre otros) o se dedican a actividades relacionadas con la construcción o a las de servicios. Lo anterior no afecta a los armadores, puesto que parte de lo que se ahorran en prestaciones para los pescadores lo reparten entre estos últimos. 112 Ortega, Sergio. Breve historia de Sinaloa. 1999. p.28 156 Para 1998 existían un total de 89 sociedades cooperativas pesqueras en el municipio de Mazatlán que contaban con 5,400 socios en total. Los diversos productos marinos son capturados como ya se dijo, por particulares que contratan la fuerza de trabajo y en menor escala por pescadores pertenecientes a las diferentes sociedades cooperativas pesqueras. En el año 2002 se llevó a cabo la propuesta de reforma a la Ley de Pesca, con la que se pretende establecer más control para esta actividad. Dicha reforma propone garantizar la pesca sustentable y rescatar esta actividad del abandono en el que se encuentra. No fue sino hasta diciembre del 2004 que se publicó en la gaceta parlamentaria la iniciativa de Ley General de Pesca y en enero del 2005 se realizó el primer foro de consulta de la iniciativa de la ley general de pesca y acuicultura sustentable. En ella se propone entre otros aspectos: que en los ambientes costeros del territorio nacional la Conapesca (Comisión Nacional de Pesca), en coordinación con los gobiernos de las entidades federativas y municipales, además de la participación del sector productivo e investigadores, podrán decretar zonas de pesca. Esta propuesta está en proceso de análisis por parte del sector pesquero nacional y de la Comisión de pesca estatal, sin embargo en una de las reuniones que se llevaron por parte del sector pesquero, los participantes se mostraron escépticos y argumentaron que esto dañará el desarrollo de la pesca y que atentará contra los derechos de los trabajadores de este rubro. Soportes urbanos para apoyar a la industria Entre los elementos que proporcionó el Estado para la industrialización del puerto desde principios del siglo XX se encuentra el ferrocarril que comunica al estado con los estados del norte y sur de México; además de dos vías de comunicación muy importantes que continúan operando hasta la fecha, la carretera Nogales-Guadalajara construida entre 1945 y 1957 y la carretera Mazatlán-Durango-Matamoros construida en la década de los sesenta. 157 Además en 1972 se construyó el nuevo aeropuerto internacional Rafael Buelna, que desplazó al viejo aeropuerto construido en los años treinta. La construcción de vialidades, alumbrado público, colectores de aguas pluviales, tomas domiciliarias de agua, redes de drenaje sin planeación hacia un sistema único y la ampliación de avenidas son indicadores de otras tantas acciones urbanas de los niveles municipal y estatal que se desarrollaron durante los sesenta y los setenta.113 Estas obras beneficiaron sustancialmente al puerto, ya que aumentó el movimiento comercial y turístico del mismo, y por lo tanto Mazatlán adquirió mayor relevancia en el estado y estancó el desarrollo de otras ciudades, entre ellas la capital del estado (Culiacán). Asimismo el estado participó en la producción de elementos para el desarrollo del puerto, como los educativos de nivel medio y superior en la década de los sesenta, los de salud con la clínica del IMSS, el parque infantil Martiniano Carvajal, el deportivo Benito Juárez, el dragado y construcción del Parque Industrial A.V. Bonfil, la terminal abastecedora de PEMEX y la termoeléctrica que surte de energía eléctrica a gran parte del noroeste. El municipio de Mazatlán cubre casi en su totalidad la demanda de agua potable, ya que gracias a la modernización de la red en la segunda mitad de la década de los ochenta con el apoyo de los tres niveles de gobierno. Sin embargo aún hay colonias particularmente las más recientes ubicadas hacia el sureste de la ciudad, que carecen de agua y están conectadas a una llave de abastecimiento colectivo o se surten de esta mediante pipas En el caso de la red de drenaje esta es obsoleta y el crecimiento desmedido de la población ha rebasado la capacidad para la cual fue proyectado, lo que también contribuye a que la planta de tratamiento sea insuficiente. A pesar de existir un proyecto para la modernización del drenaje y de la planta tratadora no ha habido recursos financieros para renovarlo. Este problema no es exclusivo de las colonias populares, 113 Beraud, José Luis. Actores históricos de la urbanización mazatleca. 1996. p. 128 158 sino también de la turística y de las colonias de clase alta y media; aqueja a la ciudad en general y en tiempo de lluvias o de huracanes se el sistema de drenaje se desborda, lo que significa una molestia y un riesgo para la salud. Además en la cuestión del drenaje, algunas colonias no cuentan con este servicio por lo que descargan las aguas negras provenientes de sus domicilios hacia las aguas marinas, y en el mejor de los casos algunas (las menos) cuentan con fosa séptica. El rescate del Centro Histórico promovido y apoyado por el gobierno municipal y por los empresarios turísticos ha ayudado a recuperar la belleza e importancia de esta zona, que ha renacido con la visita del turismo nacional y extranjero. Ante la falta de espacios verdes la creación del bosque de la ciudad se hizo con la finalidad de regenerar la laguna del camarón y así preservar la permanencia de especies que se reproducen en este, además se buscó contribuir con una zona agradable para los habitantes en donde llevaran a cabo actividades de recreación. Este también cumple las funciones de pulmón de la ciudad para aminorar la incipiente contaminación que se presenta en la ciudad. Mazatlán está incluido en el Sistema de Ciudades Medias del Plan Nacional de Desarrollo Urbano y esto constituye una esperanza para la población en general de que se reciban diversos apoyos para consolidar su crecimiento. Entre los más trascendentales destacan la solución a los drenajes de aguas negras y pluviales respectivamente, la ampliación de la red de agua potable hacia colonias que carecen de este líquido (como la Mazatlán I y II), el mejoramiento de los accesos norte y sur, la rehabilitación integral del Centro Histórico y la pavimentación de calles en colonias populares. Otra aportación del Estado fue el inicio de las obras portuarias en la década de los treinta, cuando: …la ciudad recibió por parte la intervención estatal un significativo apoyo para el crecimiento de su estructura urbana… En donde las primeras obras fueron el “muelle fiscal y el rompeolas”. La segunda etapa de 1953 a 1958 en la que se 159 terminaron los rompeolas, se profundizó el puerto (canal, antepuerto y dársenas) por medio de dragados, se construyeron almacenes y accesos terrestres (entre ellos la avenida del Puerto y la espuela del ferrocarril); y la tercera en los años 1960 a 1967, en la que se prolongaron los muelles fiscales y de cabotaje, se construyeron bodegas y patios, se mejoraron los accesos carreteros y ferroviarios y se terminaron los accesos para oficinas. 114 Desde su creación las operaciones de este puerto como las del resto de los puertos que se encuentran en el país, fueron subsidiadas por el Estado hasta 1994, que se privatizaron y se denominaron API’s (Administración Portuaria Integral). A partir de entonces esta empresa se encargó de la administración de esta infraestructura. De acuerdo al Diario Oficial de la Federación del 10 de agosto de 1973 el recinto portuario tenía una superficie de 30-83.33 hectáreas, que contenía la zona del muelle fiscal con patios y bodegas, la zona del muelle de altura y cabotaje, así como el área de maniobras e instalaciones del atracadero provisional de transbordadores. Para el 10 de diciembre de 1991 por este mismo medio se publicó la ampliación del área del recinto portuario a 23-07-58.16 hectáreas, que contenía la zona de pesca, la zona naval, la zona de muelle del astillero, terrenos ganados al mar hacia el este y oeste, la zona de muelle para cruceros, zona administrativa, zona para viviendas de los trabajadores portuarios, zona de instalaciones de transbordadores y la zona de pesca deportiva.115 En 1994 que se privatizaron los servicios portuarios a nivel nacional y se concesionaron a la empresa API, esta se encargó de ampliar el recinto portuario quedando una superficie de 417-11-50 hectáreas de zona operacional en cuerpos de agua, sumando en total 496-00-10 hectáreas. Esta administración dividió esta superficie en siete polígonos, en donde: el polígono I aloja el área de la flota de pesca deportiva y las embarcaciones turísticas; en el II se encuentra el estacionamiento de los transbordadores y su terminal; en el III está el área 114 115 Op. cit. p. 105 Administración Integral Portuaria de Mazatlán. 2005. http://www.apimazatlán.com.mx 160 administrativa de la terminal de transbordadores; el IV se subdivide para distintos usos: los muelles del 1 al 5 con sus áreas de tierra, el patio para vehículos automotores, la terminal de PEMEX y el muelle de la Puntilla (de donde parte a su primer viaje la flota camaronera); en el V están congeladores y astilleros; en el VI se ubica el parque industrial pesquero Alfredo V. Bonfil (ver mapa 6) controlado por la SEMARNAT para su concesión, y en el VII otra parte del parque industrial. Mapa 7. Polígono VI, donde se ubica el Parque Industrial Alfredo V. Bonfil. Fuente: Administración Portuaria Integral, Mazatlán. 2005 www.apimazatlan.com.mx Es por ello que puerto de Mazatlán se clasifica actualmente como de altura y cabotaje; y gracias a la infraestructura con la que cuenta se ubica entre los seis más importantes del país ya que cuenta con instalaciones para atender las necesidades de la flota pesquera, turística y de transporte. Asimismo, las actividades portuarias, así como las turísticas, comerciales, pesqueras e industriales se apoyan en la red carretera de la zona sur la cual cuenta con una red de caminos en buen estado a comparación de la estatal. En el cuadro siguiente se observan los datos correspondientes a la red carretera del municipio de Mazatlán y del estado (véase cuadro 14). 161 Cuadro 14. Longitud de la red carretera según superficie de rodamiento 1993-1988 (kilómetros) SUPERFICIE DE RODAMIENTO EN EL ESTADO EN MAZATLÁN 16,512.2 642.8 PAVIMENTADA (caminos de dos o mas carriles) 3,044.3 221 REVESTIDA 6,216.2 93.8 TERRACERÍA 7,251.7 328 16,396.9 684.5 PAVIMENTADA (caminos de dos o más carriles) 3,232.9 277.7 REVESTIDA 5,926.8 88.8 TERRACERÍA 7,237.2 318 1993 TOTAL 1998 TOTAL Fuente: Cuaderno estadístico municipal 1999. Como se puede observar en los datos anteriores en la red carretera a nivel estatal no ha habido una mejoría en las redes viales pavimentadas ya que sólo aumentaron en un 6%, las revestidas y de terracería no mejoraron su calidad; en el caso de Mazatlán el kilometraje de las redes pavimentadas aumentaron un 6%, las redes viales revestidas y de terracería disminuyeron su calidad al igual que a nivel estatal. La construcción de la autopista Mazatlán-Culiacán ha ayudado a ahorrar tiempo para el transporte de mercancías y mano de obra hasta Nogales, Sonora. Respecto al desarrollo urbano, según el Programa Nacional de Desarrollo Urbano 1990-1994, esta región del país forma parte del Sistema del Noroeste en donde Culiacán es una de las tres ciudades con nivel de servicios regionales y se apoya en dos localidades con nivel de servicios estatales: La Paz y Mazatlán. Cabe hacer notar que las políticas estatales son las que han determinado en gran parte la conformación del territorio mazatleco. 162 Infraestructura y equipamiento urbano en la zona del Parque Industrial Alfredo V. Bonfil El municipio cuenta con los servicios de alumbrado público, energía eléctrica, parques y jardines, centros recreativos, deportivos y culturales, central de abastos, mercados, rastros, vialidad y transporte, seguridad pública y panteones. En el caso particular del Parque Industrial Alfredo V. Bonfil, este cuenta con todos los servicios necesarios para su funcionamiento, como son alumbrado público, redes telefónicas, pavimentación, agua potable, drenaje con un funcionamiento muy discutible y que como se planteó anteriormente algunas de las industrias ubicadas en él (principalmente las que están a orilla del muelle) lanzan sus desechos hacia el mar. Esta infraestructura data de la época cuando este se construyó, a la que únicamente se ha dado mantenimiento cuando ha sido necesario. Sin embargo, el caso del drenaje al igual que en el resto de la ciudad tiene fallas que han deteriorado al subsuelo por la fractura de tuberías que ocasionan las filtraciones de aguas negras al subsuelo, así mismo la estructura que sostiene la plancha del muelle se está venciendo por el exceso e peso que generan los vehículos que por ahí circulan. En el caso de las calles, la mayoría de ellas necesitan ser reparadas, puesto que la carpeta de concreto y las aceras están fragmentadas en gran parte del parque. Y en lo que corresponde al alumbrado público hace falta la reparación de algunas lámparas que ya no funcionan, lo cual convierte esta zona en un lugar peligroso para los trabajadores que cumplen con jornadas vespertinas y que tienen que salir caminando hasta la avenida Gabriel Leyva a buscar transporte, debido a que cuando comienza a obscurecer los camiones ya no entran al parque por la inseguridad que existe. Asimismo el Parque Industrial cuenta con sucursales bancarias, escuelas y diversos comercios (la mayoría relacionados con la pesca), además de estar cerca de centros hospitalarios y contar con servicio de transporte urbano (durante las horas de luz). El respaldo del Estado para fomentar la industrialización en Mazatlán fue determinante, no sólo para el desarrollo de esta, sino para el crecimiento demográfico y urbano, ya que al dotar a la ciudad portuaria de la infraestructura que requería para este fin, este se fue transformando. 163 CAPITULO IV. EL DESEQUILIBRIO URBANO EN MAZATLÁN 164 Desde la fundación de la ciudad de Mazatlán y como resultado del comercio importador que predominaba en la incipiente ciudad en la segunda mitad del siglo XIX comenzaron a llegar grupos de inmigrantes extranjeros y de la región, interesados en participar en esta actividad. Los asentamientos humanos en esta ciudad tienen una correspondencia directa con las actividades económicas que se llevan a cabo en su territorio. Los primeros asentamientos de la ciudad se apropiaron de distintas zonas particularmente en torno a la zona comercial de esta, la cual estaba conformada por dos calles únicamente. A partir de este momento Mazatlán comenzó a registrar un crecimiento demográfico y urbano muy importante debido a la diversidad de actividades productivas que se llevaron a cabo desde su origen en este espacio geográfico. La ocupación territorial de Mazatlán por parte de los grupos sociales que se asentaron en este lugar desde el siglo XIX siguió la dinámica del modo de producción capitalista que ha caracterizado la ocupación del territorio, así como la forma de doblamiento tanto por parte del capital como de los grupos sociales. Trayendo como consecuencia la diferenciación social .En donde los comerciantes ricos ocuparon los lugares privilegiados y los pobres los lugares menos favorecidos del territorio. La clase trabajadora que se formó durante ese tiempo e inclusive en la actualidad, fue la más afectada, ya que vivía en condiciones infrahumanas; sin embargo, y debido a la importancia del comercio y de las nacientes actividades productivas continuaban llegando trabajadores a las casas comerciales. Las condiciones en las que vivían los obligaron a organizarse para despojar del territorio a la clase hegemónica y en este construir sus viviendas. Por lo cual comenzaron a surgir diferentes asentamientos en la ciudad, con esto dio inicio el desequilibrio urbano en Mazatlán, fenómeno que no se ha detenido hasta el día de hoy. El desequilibrio en el escenario urbano de Mazatlán está ligado a las actividades productivas que se han llevado a cabo en el mismo, dichas actividades apoyadas por las políticas estatales para fomentar su desarrollo y por las acciones con las que intervino la clase trabajadora, entre ellas las invasiones y las exigencias de vivienda institucional. 165 Los intereses económicos de los primeros pobladores y de quienes les precedieron fueron la razón principal de que estos destruyeran el entorno natural del lugar y a su vez transformaran el territorio para hacerlo más habitable, como es el caso del relleno de marismas para comunicar la ciudad o la destrucción de esteros y playas con trabajos de dragado, con lo cual se ganaron terrenos al mar para llevar a cabo las obras portuarias o de uso habitacional, entre otras, lo que provocó la expansión de la ciudad. Asimismo, los cambios de uso de suelo derivados de la especulación e intereses asociados al capital y a la política de progreso del Estado y la división social del trabajo, donde los pobladores se mantuvieron cerca del área central de la ciudad portuaria, debido a que en esta se concentraban las actividades productivas, coadyuvaron a generar el desequilibrio urbano de Mazatlán. Por otro lado entre las medidas que tomó el Estado para apoyar la industrialización, estuvo la expansión de la ciudad hacia el noreste para lo cual se encargó de aportar la infraestructura necesaria para facilitar el desarrollo de esta actividad. Una de ellas fue la construcción del Puente Juárez para comunicar la entonces península con el sureste del territorio a través de este, lo que propició el establecimiento de la industria en la franja costera de esta zona, así como también la ubicación de la estación del ferrocarril y de la colonia Casa Redonda. Estas obras permitieron que las actividades productivas crecieran de manera importante, a tal grado que en este periodo (inicios del siglo XX) Mazatlán fue la ciudad más importante de la región sur en cuanto a actividades comerciales de importación y exportación. Las actividades que se venían realizando en el centro ahora tendían a desplazarse hacia la periferia debido a la construcción de dicho puente. Es decir, el comercio empezó a ceder terreno ante el avance industrial. Esto que aparentemente es contradictorio no es antagónico. Por lo anterior el proceso de urbanización de Mazatlán se relaciona directamente con la presencia de las actividades económicas que se desarrollaron en ella. La presencia de 166 las diferentes actividades económicas que en un orden general son: comercio, industria, turismo, pesca y las portuarias, fue determinante para que el espacio geográfico en donde se encontraba una rica variedad de flora (como el mangle que está en peligro de extinción) y de fauna en este ecosistema (se reproducían diversas especies terrestres y marinas) fuera alterado. Esto provocó efectos negativos a nivel territorial y social, en donde el Estado fue el principal impulsor de ello, con el pretexto del desarrollo económico y social de la región. 4.1 Los asentamientos humanos y su intervención en el desequilibrio urbano de Mazatlán Los asentamientos humanos son resultado de los movimientos migratorios, en donde los migrantes se establecen de manera permanente en determinado espacio geográfico que les ofrezca los recursos naturales, los medios económicos y sociales para su reproducción social. El establecimiento definitivo de estos grupos sociales en el territorio está en función de la oferta de trabajo y explotación de los recursos naturales que ofrece el mismo y que son susceptibles de ser aprovechadas y transformadas por los medios de producción para obtener ganancias y para subsistir respectivamente. En el caso de la ciudad de Mazatlán los asentamientos humanos se generaron como resultado en primer lugar de las actividades comerciales. La primera traza urbana fue determinada por el movimiento comercial que se llevaba a cabo en la incipiente ciudad de Mazatlán por los propietarios de las casas comerciales, los cuales provenían del extranjero (España, Alemania, Francia e Inglaterra, entre otros) e importaban productos de sus naciones para comercializarlos después a nivel regional, asimismo exportaban los recursos que extraían de la zona sur del estado (minerales y maderas preciosas principalmente) hacia sus naciones, este movimiento se llevaba a cabo vía marítima. Desde la implantación de la primera traza urbana de Mazatlán fue notorio el uso segregado del espacio ocasionado por la diferenciación de clases; esta traza contenía las primeras casas comerciales y las residencias de los comerciantes. Asimismo, hacia la periferia de esta incipiente zona urbana, se establecieron las primeras viviendas de la 167 clase trabajadora, lo que dio paso a lo que serían los primeros asentamientos de la ciudad portuaria. Las riquezas naturales de este territorio atrajeron a más extranjeros (principalmente europeos) que deseaban hacer fortuna en estas tierras, lo cual se convirtió en una constante en Mazatlán. El crecimiento y desarrollo de las actividades económicas en poder de estos, demandaba de la clase trabajadora que también iba en aumento, razón por la cual los asentamientos se multiplicaron en el territorio del puerto mazatleco el cual experimentó una expansión importante a partir de la segunda mitad del siglo XIX. La traza inicial de la ciudad se transformó en una más amplia y definida, pero también los asentamientos de la clase trabajadora en la periferia aumentaron; esto contribuyó para que la fisonomía de Mazatlán se fuera modificando, particularmente en las zonas donde vivía la clase hegemónica del puerto (Cerro de la Nevería) y en donde se utilizaron y predominaron estilos arquitectónicos europeos. Con el paso del tiempo y ante la necesidad de vivir más cómodamente, los extranjeros asentados en el puerto se negociaron con el gobierno para financiar las obras y el material necesario para introducir los servicios urbanos a cambio de la dispensa en el pago de impuestos. La dotación de estos servicios (agua, drenaje, luz, banquetas, etc.) se concentró exclusivamente en la zona comercial y residencial del puerto. La lejanía de Mazatlán con el Viejo Mundo no impidió que dichos extranjeros buscaran vivir de la misma forma que sus coterráneos, lo que los motivó a financiar y ejecutar obras para el embellecimiento de la ciudad el fin de transformar esta en un lugar más atractivo sobre todo para ellos, en donde pudieran salir a pasear y a convivir. Para ello donaron mobiliario urbano (kioscos, bancas, estatuas, etc.) para adornar calles y plazas. Todo ello con el fin de que el puerto mazatleco tuviera un aspecto agradable y evocar aquellas plazas centrales de su lugar de origen. Estos espacios no estaban restringidos para las clases populares, pues estas también podían gozar de estas plazas y de los paseos (Paseo Claussen y del Centenario), sin embargo, para ello era necesario cubrir una gran distancia para llegar a esta parte de la ciudad. Era impensable para este sector de la sociedad aspirar a disfrutar de espacios de 168 recreación dentro de sus asentamientos, por lo que se tenían que conformar con hacer uso de los que había construido la clase hegemónica. En contraste con la zona habitacional residencial, los espacios donde se encontraba la vivienda de la clase trabajadora eran terrenos inundables denominados marismas, que habían sido rellenados por sus ocupantes para hacerlos habitables. Estos significaban un peligro para las familias, particularmente en temporada de lluvias y huracanes cuando subía la marea, ya que corrían el riesgo de que la fuerza del agua afectara la endeble estructura de sus viviendas, al mismo tiempo presentaban problemas de salud por esta causa y por si fuera poco la humedad dañaba lo poco que tenían. Estas viviendas no contaban con ningún servicio, para satisfacer sus requerimientos de agua la que acarreaban desde los aljibes (ubicados en algunas calles) de la zona comercial-residencial hacia sus viviendas. Tiempo después, ya en el siglo XX el ayuntamiento de Mazatlán se encargó de hacerles llegar agua mediante tomas colectivas, para satisfacer esta necesidad. En lo que respecta al desecho de aguas negras, las residencias contaban con letrinas las cuales se encargaba de limpiar una empresa de forma continua; no así las viviendas de los asentamientos populares que no disfrutaban de estas comodidades. Cabe señalar que los habitantes de estos lugares lanzaban los desechos al mar, lo que causaba la contaminación de las aguas de esteros y dañaban a la fauna marina. Esto ponía en riesgo la salud de los habitantes de estos asentamientos, pues también dependían de la pesca de subsistencia que llevaban a cabo en dichos cuerpos de agua. Este panorama no cambió durante mucho tiempo, el problema de la vivienda para la clase trabajadora se fue agudizando cada vez más, el hacinamiento en que vivían era tremendo y durante el periodo del porfiriato el problema se agudizó, debido a que el gobierno federal promovió la venta de terrenos federales a particulares, hecho que provocó que el territorio de Mazatlán pasara a manos de unos cuantos cuya capacidad económica los llevó a acaparar grandes extensiones de terrenos y tierras de la región sur del estado. 169 A fines del siglo XIX y principios del XX el impulso que recibió la industrialización por parte del Estado y en consecuencia su desarrollo, provocaron la llegada de más inmigrantes de la clase trabajadora -principalmente de la misma región-, que buscaban un empleo por lo que requerían también de espacios para vivir. Esto no fue posible, ya que no contaban con los recursos suficientes para adquirir los terrenos y mucho menos para construir viviendas en ellos. Esto los forzó a rentar viviendas construidas para este fin, por parte de los comerciantes ricos en la zonas periféricas de la ciudad y que aprovechaban la mala situación de la clase trabajadora. Como ya se mencionó antes, ante la inexistencia de una Ley Inquilinaria los precios de alquiler de estas viviendas eran excesivos y los aumentos constantes; por ello las viviendas eran ocupadas hasta por cuatro familias para poder cubrir la renta. Estas no contaban con los servicios necesarios, además estaban deterioradas por falta de mantenimiento; los ocupantes de varias viviendas compartían el servicio de una sola letrina y ellos tenían que pagar la limpieza de esta cada vez que fuera necesario. Esta situación frenó el crecimiento de la ciudad en términos de vivienda y generó además el descontento entre la clase trabajadora por los constantes aumentos que los propietarios aplicaban a las viviendas y por las condiciones en las que vivían; además si se oponían a los aumentos los propietarios los lanzaban a la calle sin ningún miramiento. La inconformidad de los trabajadores fue creciendo y motivó que estos se organizaran para demandar su derecho a ocupar espacios habitacionales de lo contrario lo harían por la fuerza, lo que dio paso a las luchas inquilinarias en 1935. Esta forma de apropiación del territorio se volvió una práctica cotidiana de la clase trabajadora que consiguió apoderarse de manera violenta, de espacios para habitar. Como ya se señaló previamente, las viviendas que ocupaba este sector de la sociedad mazatleca no eran sino “cuarterías” corridas conformadas por un cuarto de gran tamaño, mismo que era utilizado como dormitorio por las noches y como sala durante el día, asimismo tenían un corredor que era el comedor, un cuarto que operaba como cocina y un patio posterior en algunos casos con una letrina. 170 Es por ello que la clase trabajadora se reveló e invadió algunos terrenos que en su momento, había acaparado la clase hegemónica, así como también terrenos federales; en ejemplo de lo antes expuesto son los terrenos ganados al mar que estaban destinados a las obras del puerto y en donde se fundaron las colonias Lázaro Cárdenas y la Ceiba, por parte de los invasores de terrenos. Este movimiento social ganó muchos seguidores y originó que se intensificara el crecimiento urbano de la ciudad así como también el desequilibrio urbano, debido a que la invasión de terrenos no sólo afectó el medio natural sino también el urbano, lo cual se vio reflejado en la oposición que existía entre los asentamientos de la clase hegemónica y los de la clase trabajadora; como la ocupación heterogénea del suelo, la especialización de este y el acceso diferenciado a los servicios e infraestructura con los que contaban cada uno de ellos. Dicho desequilibrio urbano se acentuó conforme fue creciendo la ciudad debido a que el entorno natural siguió siendo devastado por el gobierno y el capital para urbanizarlo, y el espacio urbano también sufrió transformaciones como el abandono de algunos espacios de la ciudad, tal es el caso de la colonia Casa Redonda entre otras. Cabe hacer notar que entre los elementos generadores del desequilibrio urbano se encuentran la apropiación y la destrucción del territorio, ya sea natural o urbano, sin embargo, y con base en lo antes expuesto es posible afirmar que también las invasiones que sufre el mismo también contribuyen en ese desequilibrio. Un ejemplo de ello fueron las colonias Gabriel Leyva, Montuosa y Reforma fundadas en la década de los cincuenta, en donde además de los empleados de comercios y obreros también participaron campesinos, pescadores, albañiles, entre otros. Los habitantes de estos asentamientos, formaron el Frente Único de Colonias de Mazatlán (FUCM), con la finalidad de apoderarse por la fuerza de terrenos que fueran susceptibles de construir viviendas. Dicha organización se dedicó a invadir terrenos sin importar si eran particulares o federales y que posteriormente ocupaban otros trabajadores con necesidad de vivienda, de esta manera nació también la colonia Benito Juárez en donde la intervención estatal fue decisiva, ya que el Estado expropió estos terrenos y los repartió entre las familias del FUCM que no tenían vivienda. 171 Después de ocupar estos espacios, los invasores demandaban servicios públicos a las autoridades municipales, entre ellos agua potable y drenaje los cuales demoraban en ser cubiertos por estas; algunas veces por falta de recursos y otras no llegaban a ser cubiertos por la presión que ejercían los propietarios de los terrenos para que el gobierno forzara a los invasores a desalojar. Sin embargo, el gobierno generalmente cedía a estas demandas comenzando por la instalación de tomas de agua colectivas, lo cual se convertía también en un logro de estas organizaciones. La aportación de estos servicios por parte del gobierno llevaba un fin particular: la obtención de votos para el partido oficial (PRI), que aunque quedaba en el poder terminaba por no cumplir la promesa de introducir servicios, pavimento y equipamiento urbano a estos asentamientos. Para frenar el problema de las invasiones, a finales de la década de los cincuenta y las dos siguientes (60s y 70s) el Estado gestionó la construcción de fraccionamientos, multifamiliares y unidades habitacionales de tipo social como INFONAVIT, FOVISSSTE e INDECO (Instituto Nacional de Desarrollo a la Comunidad) lo que generó el crecimiento de Mazatlán hacia el norte del municipio. Durante la década del sesenta al setenta el Centro de la ciudad continuaba ocupado en su totalidad, principalmente con la combinación de uso comercial y habitacional. Las familias más antiguas de la ciudad continuaban asentadas en esta zona, que continuaba siendo la más privilegiada en cuanto al equipamiento e infraestructura urbana de toda la ciudad. Cabe señalar que en la década de los 70s el gobierno municipal promovió y apoyó la construcción de 19 fraccionamientos privados hacia el sur de la ciudad portuaria beneficiando con ello también al incipiente capital inmobiliario de la misma. A partir de este momento los terratenientes de Mazatlán dieron inicio a la especulación inmobiliaria y a la construcción de fraccionamientos residenciales exclusivos y privados, con alto valor económico y que desde su concepción contaron con todos los servicios. 1 Hacia esta zona comenzó a generarse la movilidad de las familias que habitaban en el Centro, dando paso al fenómeno de su despoblamiento; en su lugar fue predominando el uso comercial sobre el habitacional, por lo que las viviendas eran convertidas en locales 172 comerciales, lo cual dio paso a la transformación de esta zona que hasta entonces habían ocupado las familias ricas. Sin embargo, algunos se resistieron a salir de esta zona, unos por el arraigo que tenían a este lugar y otros por la falta de recursos para adquirir terrenos en los fraccionamientos privados, ya que el capital inmobiliario se había encargado de fraccionar lo que en un futuro sería la Zona Dorada ubicada frente a la franja costera y hacia donde se estaba presentando el crecimiento de la zona exclusiva del puerto (hoteles y fraccionamientos). Hacia la segunda mitad de la década de los años setenta del siglo XX surgió una nueva figura ligada a la economía: el narcotráfico, el cual entró en la competencia por la apropiación territorial y por la ganancia, y que también contribuyó en la transformación del territorio, como se verá mas adelante. La presencia de este nuevo actor contribuyó a que la economía mazatleca creciera de manera importante con las inversiones que se efectuaban con el dinero producto de esta actividad hacia otras actividades económicas (turismo, actividades inmobiliarias, industria, entre otras). Sin embargo, en la primera mitad de los ochenta el gobierno inició la lucha contra dicha actividad principalmente por presiones del gobierno norteamericano, para lo cual tomó acciones como la expropiación de las posesiones de los narcotraficantes. Esto frenó el crecimiento económico que hasta entonces se derramaba hacia todos los sectores de la población. Como consecuencia la dinámica económica disminuyó su ritmo y la ciudad a entró en un periodo recesivo que resintió principalmente la clase trabajadora, ya que disminuyeron y en algunos casos desaparecieron las fuentes de empleo que esta actividad había generado. Ello contribuyó en la reaparición del fenómeno de la invasión urbana y la lucha por servicios urbanos de este sector social. De nueva cuenta las calles fueron tomadas por estos para exigir espacios para la reproducción social. 173 La reaparición de los movimientos sociales ante la necesidad de vivienda El periodo recesivo que provocó la lucha del gobierno contra el narcotráfico y el desempleo que esto provocó en la ciudad portuaria de Mazatlán, reavivó la vieja práctica de la invasión de terrenos por parte de los más pobres quienes nuevamente se organizaron e invadieron los terrenos federales donde se encuentra actualmente la colonia Tierra y Libertad que en ese momento eran marismas y aún no eran desincorporados por el gobierno para su ocupación. Cabe hacer notar que el capital inmobiliario estaba al acecho para llevar a cabo en estos terrenos un proyecto turístico-comercial, sin embargo, su plan se vino abajo cuando la clase trabajadora se apropió de estos. Posteriormente los invasores rellenaron con escombro las partes bajas para hacerlos habitables; a pesar de la oposición del gobierno y de su lucha para que los invasores desalojaran, este volvió a ceder y autorizó la instalación de tomas colectivas de agua. De esta misma forma surgió la colonia Rubén Jaramillo en 1981, ubicada en terrenos inundables, en donde los ocupantes eran principalmente inmigrantes, desempleados y subempleados, entre otros. A pesar de las dificultades por las que travesaba la ciudad, se llevó a cabo la modernización de la red de agua potable con recursos de los gobiernos federal, estatal, municipal y en menor escala por la población. Por otra parte para cubrir la demanda de vivienda social de la clase trabajadora, los Gobiernos estatal y municipal fomentaron programas de vivienda apoyados por el INFONAVIT, FONHAPO e INVIES para dar respuesta a dicha necesidad, de esta manera nacieron las colonias Villas del Sol, Mazatlán I y II, Infonavit Conchi al oriente de la ciudad de Mazatlán; y la colonia Genaro Estrada e Infonavit Jabalines al norte. Para la construcción de todas ellas el entorno natural fue modificado. El gobierno actuó de diferente forma para urbanizar los espacios donde se asentaban los habitantes, es decir, en el caso de los asentamientos irregulares producto de invasiones en terrenos federales o particulares, algunas veces el gobierno cedía, sin embargo, cuando dichos terrenos ya estaban destinados para proyectos de inversión en donde salía beneficiado el capital o el mismo gobierno. A lo anterior el gobierno 174 buscaba la negociación con los líderes de las organizaciones para reubicarlos en otra parte de la ciudad, de lo contrario ordenaba el desalojo violento con ayuda de la policía Preventiva y de Tránsito Municipal. Actualmente este problema de la invasión de terrenos continúa presentándose en la ciudad de Mazatlán y el gobierno negocia con las organizaciones de invasores a través de organismos como CORETT e Invies; en donde se les ofrece además de la reubicación en otros lugares, cobros muy bajos, proyectos arquitectónicos para sus viviendas y la urbanización a mediano plazo del lugar. Esto ha ocasionado el abuso de algunos líderes de invasores quienes se encargan de reunir grandes grupos de personas con o sin necesidad de vivienda, a los que organizan para apoderarse de lugares que significan riesgos para la integridad de los ocupantes. Una muestra de lo anterior es la invasión del territorio ubicado en la zona federal del estero El Infiernillo, acción que el gobierno no aprueba debido a los riesgos que esto significa. Este cuerpo de agua se encuentra contaminado, por lo que los precaristas que lo ocupan viven entre basura, escombros y olor a aguas negras. Ello ha afectado a algunas otras colonias que se encuentran cercanas a los márgenes del estero, en las que se han presentado problemas de inundación porque los asentamientos de los invasores impiden el cauce de los vasos reguladores de lluvias y mareas altas. La contaminación del estero El Infiernillo también se ha agudizado debido a las descargas de aguas negras que se lanzan las viviendas que lo flanquean, además de las que efectúa la JUMAPAM (Junta Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Mazatlán) cuando llega a romperse algún tubo de la red cercano al estero; esto debido a que dirigen el desagüe de la tubería al cauce del estero durante el tiempo que tardan en ejecutar la reparación. Un ejemplo de esto se registró en el año 2002, cuando esta dependencia efectuó descargas en el estero a raíz de la ruptura que sufrió un tubo de concreto que posteriormente provocó el hundimiento de tierra sobre un colector ubicado en la colonia Lázaro Cárdenas. Lo anterior provocó que murieran miles de peces de diferentes especies ubicadas en dicho cuerpo de agua A lo anterior Miguel Flores (investigador de la escuela de Ciencias del Mar) afirma que el equilibrio ecológico del estero El Infiernillo se 175 colapsará definitivamente si continúan las descargas de aguas negras, rellenos e invasiones.116 Por esta razón, el gobierno municipal ha tratado de negociar con los ocupantes que se encuentran a lo largo de dicho lugar, su reubicación en terrenos de Urías (al sureste del municipio), pero ha sido en vano pues los invasores se han negado a establecerse en otro lugar que no sea este, a pesar de lo peligroso que resulta en temporada de huracanes y de lluvias. Cabe hacer notar que este tipo de ocupación del suelo en Mazatlán se ha convertido en una constante, debido a que los invasores de terrenos tienen la seguridad de que el gobierno los reubicará en otras áreas de la ciudad y les otorgará los servicios básicos necesarios, sin embargo, en este caso particular (estero El Infiernillo) no ha sido posible llegar a un acuerdo para que acepten la oferta, puesto que argumentan que los terrenos se encuentran alejados de la cabecera municipal. Por otra parte, los programas institucionales de vivienda (FOVISSSTE E INFONAVIT) están estrechamente vinculados con los desarrolladores inmobiliarios para la construcción de vivienda de interés social, la cual está destinada a cierto sector de la población que cumple con requisitos como determinado número de salarios para cubrir el costo de esta. Las instituciones antes mencionadas han negociado con las empresas constructoras, a las que les pagan las viviendas de contado y después las asignan a los trabajadores afiliados a ellas, aplicando el descuento correspondiente en los plazos que tienen fijados. Entre algunas de las empresas que han monopolizado este mercado se encuentran el Grupo Urbi y Cocosin, que además trabajan en conjunto con las instituciones bancarias. Estas empresas se han dedicado a construir fraccionamientos para la clase trabajadora del puerto, los cuales cuentan con todos los servicios urbanos. Aunque en la mayoría de los casos la calidad del pavimento ha dejado mucho que desear debido a que después del primero o segundo año, este comienza a presentar baches particularmente después de la temporada de lluvias. 116 Zapien Raquel.Está en nivel crítico estero de El Infiernillo: Flores Periódico Noroeste. 28 febrero 2002. Pág. 5B 176 Este problema se observa en la mayoría de los fraccionamientos de vivienda de interés social, asimismo algunas viviendas también llegan a presentar problemas estructurales originados por asentamientos de terreno o por la mala calidad de los materiales empleados en su construcción, sin embargo, el gobierno municipal hasta el momento no ha tomado acciones para prevenir y corregir dicho problema. Gran parte de estas empresas constructoras son de otras entidades (Distrito Federal y Monterrey, entre otras) de la República Mexicana y en cuanto terminan se marchan de la ciudad, sin hacer la entrega oficial de los fraccionamientos al gobierno municipal. Esto ha propiciado que cuando comienzan a surgir problemas en las viviendas o en los servicios urbanos de los fraccionamientos, los habitantes de estos ya no puedan exigir las reparaciones necesarias a las empresas. Por otra parte, si acuden al ayuntamiento de la ciudad de Mazatlán para solicitar la reparación (sobre todo de obras viales), este se deslinda de toda responsabilidad argumentando que como no le ha sido entregado el fraccionamiento no puede intervenir. Actualmente gran parte de los asentamientos en donde se encuentran los grupos sociales precarios, ya cuentan con servicios urbanos como agua potable, drenaje, alumbrado público y en menor grado pavimentación. Sin embargo, existen todavía colonias que por su ubicación (en cerros) y topografía (Lomas del Ébano) aún se enfrentan al problema de la falta de drenaje debido a lo costoso que sería hacer el tendido de la red, así como el desabasto de agua en algunas épocas del año. En el caso de los fraccionamientos residenciales del sur de la ciudad, producto de la especulación inmobiliaria por parte de particulares que al advirtieron que el futuro crecimiento turístico de Mazatlán tendía hacia esta zona, se dedicaron a fraccionar y urbanizar los terrenos ubicados en esta zona de la ciudad, para ofrecerlos a un precio más alto. En esta parte sur se combinan los usos de servicios, turismo y habitacional; y está ocupada por la clase hegemónica de la ciudad y por extranjeros estadounidenses y canadienses; quienes jamás carecen de agua potable, alumbrado público, pavimentación, drenaje, recolección de basura y recolección de basura. 177 Lo antes expuesto, permite afirmar que la desigualdad en el crecimiento, las contradicciones, el acaparamiento y especulación, han contribuido al desequilibrio urbano de Mazatlán, el cual comenzó a manifestarse desde el momento en que se asentaron los primeros extranjeros en el territorio. Debido a que las inversiones privadas y estatales se concentraron en algunos puntos de la ciudad (servicios turísticos y fraccionamientos residenciales), y a la poca o nula respuesta por parte del Estado a la necesidad de servicios e infraestructura por parte de los sectores más vulnerables de la sociedad, los espacios que ocupaban estos quedaron condenados al atraso y deterioro. Así, el proceso de urbanización de Mazatlán ocurrió de forma desequilibrada, ya que la población se concentró en algunos puntos y lo polarizó, como resultado de la influencia de intereses públicos y privados que provocaron el acaparamiento y la especialización de determinadas zonas -como la Zona Dorada- y dejaron en el olvido a otras -como las colonias populares entre ellas: la colonia Casa Redonda, ubicada en la zona de influencia de la franja industrial. Asentamientos humanos y vivienda en la colonia Casa Redonda La colonia Casa Redonda fue fundada en una zona de marismas al sureste de la ciudad a principios del siglo XX, por los extranjeros que contaban con la concesión otorgada por el gobierno porfirista para las instalaciones del ferrocarril. Estos empresarios otorgaron 40 terrenos a los ferrocarrileros que estaban a su servicio para que construyeran sus viviendas dentro de la zona donde se encontraba la estación. El nombre de este asentamiento se debe al taller donde se llevaban a cabo los trabajos de mantenimiento y/o reparación de las máquinas del ferrocarril, que era de forma circular. Los ferrocarrileros que ocuparon estos terrenos construyeron sus viviendas de madera y por encima del nivel de tierra, debido a que en temporada de lluvias o huracanes la marea subía de nivel y los terrenos se inundaban, de esta manera evitaban que el agua penetrara en sus casas. 178 A medida que el asentamiento crecía, las familias con menores recursos ante la imposibilidad de construir su casa de madera habitaban en vagones en desuso del ferrocarril. Las viviendas de entonces no contaban con agua dentro de las mismas, sino que se abastecían por medio de tomas de agua colectivas, gestionadas por los mismos empresarios, y para el caso del drenaje sólo contaban con letrinas. La decisión estatal de cambiar la estación hacia la colonia Esperanza ya que la primera había quedado dentro de la mancha urbana y además era ya insuficiente para ejecutar las labores de carga y descarga, esta fue removida a la colonia Esperanza. Debido a ello y a la mejora de prestaciones que percibieron los trabajadores asentados en la colonia Casa Redonda la mayoría de las familias fundadoras se desplazaron hacia otros puntos de la ciudad entre otras razones, por la carencia de servicios y buscando mejorar su nivel de vida.117 A través del tiempo este asentamiento fue creciendo en tamaño y en densidad de población, no así la infraestructura y equipamiento ya que los terrenos nunca fueron desincorporados, es decir, continuaron siendo propiedad del federal, razón por la cual la gestión de servicios fue complicada desde sus inicios. A pesar de ello, a través del tiempo los habitantes de la colonia Casa Redonda han logrado que se les dote de servicios como el agua potable y la red de alcantarillado, ya sea gestionado directamente con los gobiernos municipales o negociando durante las campañas de los candidatos a la presidencia municipal sus votos. Sin embargo, las manzanas más cercanas a esta red son las que han sido beneficiadas con el servicio, las restantes descargan las aguas negras hacia las aguas marinas. Por su parte la vivienda en su totalidad es de autoconstrucción por lo que la mayoría carece de diseños planeados y funcionales, asimismo, sus propietarios las han ido construyendo de manera progresiva con sus propios recursos. 117 González, Efrén. Testimonio. 2004 179 Otro de los problemas que ha frenado el mejoramiento de este asentamiento es el tipo de propiedad de esta área de la ciudad, ya que los terrenos son considerados propiedad federal (por haber pertenecido a Ferrocarriles Nacionales), lo cual ha impedido su desincorporación. Eso ha impedido que los ocupantes de dicho asentamiento puedan tramitar la legitimidad de la propiedad de los terrenos y les sea otorgada la infraestructura urbana necesaria (como la pavimentación y la cobertura total de drenaje) de manera formal. La colonia Casa Redonda desde su fundación ha carecido de una traza urbana definida, la cual se ha conformado de manera anárquica y ha continuado así. Para resolver el problema de las inundaciones los primeros ocupantes se encargaron de rellenar los terrenos con cascajo, para llegar a un nivel más alto, con lo cual desecharon la vieja práctica de elevar las viviendas. Además los materiales para su construcción se diversificaron, es decir, que el asentamiento cuenta con casas hechas de tabique y concreto, así como de madera, cartón y lámina; lo cual está determinado por el nivel de ingresos de sus ocupantes. La colonia Casa Redonda a pesar de su antigüedad es uno de los asentamientos más olvidados por los programas de regeneración estatales, no obstante su cercanía con el centro de la ciudad, inclusive existen asentamientos más jóvenes que cuentan con mejores servicios que este; que además es considerado uno de los lugares más inseguros de la ciudad, y en donde existen problemas sociales como: alcoholismo, drogadicción, delincuencia, entre otros. Las principales víctimas de la marginación que sufre este grupo social son las personas que laboran en el Parque Industrial Alberto V. Bonfil. En esta misma situación se encuentran diferentes colonias del puerto mazatleco, entre ellas la Klein y 12 de Mayo colindantes con la Casa Redonda. Se puede apreciar que la cercanía del Parque Industrial Alfredo V. Bonfil con la colonia Casa Redonda no benefició el desarrollo de la misma, por el contrario ha contribuido a deteriorarla aún más, como ya se mencionó el Parque Bonfil fue construido sobre terrenos ganados al mar casi un siglo después que este asentamiento fuera fundado, sin embargo, el contraste entre estas dos zonas es evidente. Estos parecen ser dos mundos que coexisten con muchas diferencias de carácter urbano y social, ya 180 que se aprecia una polarización del espacio por parte del capital que acentúa la exclusión social, espacial y económica de este lugar. Además esta colonia (Casa Redonda) no ha sido considerada dentro de los programas de regeneración urbana promovidos por los gobiernos municipal y federal. Entre estos programas gubernamentales destacó uno que operaba en conjunto con los colonos de algunos asentamientos (antes denominado Solidaridad) para llevar a cabo trabajos de pavimentación en las calles, en donde el ayuntamiento ponía una parte de los recursos y el resto los habitantes. Sin embargo, en muchos asentamientos de la ciudad rechazaron pagar los cobros desmedidos que les requería el Ayuntamiento. Asimismo algunos continúan demandando la dotación completa de servicios públicos, como la colonia Mazatlán I y II, Klein y Casa Redonda entre otras. En el caso particular de esta última el argumento que proporcionó el gobierno fue que los terrenos eran de zona federal y como sus ocupantes no contaban con los documentos que avalaran la regularización de la tenencia de la tierra, no era posible incluirlos en los programas. Esto generó disgusto en este sector de la población y los llevó a exigir a las autoridades que se tomaran en cuenta sus necesidades y opiniones, razón por la cual propusieron participar en la toma de decisiones correspondiente a los requerimientos de su colonia, sin embargo, no han logrado aún ni lo uno ni lo otro. Poco después de la crisis económica que sufrió el país en 1994 el gobierno municipal suspendió la aplicación de estos programas de mejoramiento por falta de recursos lo cual anuló las esperanzas de los habitantes de la colonia Casa Redonda de mejorar sus condiciones de vida. A ello Beraud (1996) agrega: Los recortes al gasto social evidenciaron la crisis ante lo cual las organizaciones demandaron una mayor participación en la gestión urbana con el fin de defender el derecho de los colonos pobres a participar en la elaboración de políticas de planificación urbana.118 Sin embargo, no hubo respuesta a esta demanda y éstos no han logrado avanzar en las gestiones que les permitan regularizar el tipo de 118 Beraud, José Luis. Actores históricos de la urbanización mazatleca. 1996. pág. 149 181 tenencia y en consecuencia conseguir la urbanización total del lugar y así para revertir el deterioro del asentamiento y de sus viviendas. El territorio de esta ciudad portuaria refleja en cada una de sus zonas (desde la más antigua, hasta la actual) los intereses de los distintos actores públicos y privados que han intervenido en ella, básicamente con fines económicos, así como también los logros de la clase trabajadora a través de movimientos sociales para hacerse de un espacio para vivir. El apoyo incondicional del Estado al capital y la poca o nula respuesta a las necesidades de la clase subalterna es un foco rojo que salta a la vista en la ciudad de Mazatlán, y como muestra está este caso de estudio. Lo antes expuesto evidencia las acciones del gobierno y la iniciativa privada en beneficio del sector servicios y como muestra están los trabajos de regeneración que se llevaron a cabo en el Paseo Olas Altas (colocación de luminarias y jardineras, así como pavimento estampado), en donde la Administración Portuaria Integral (API) aportó 1 millón 368 mil pesos y el Ayuntamiento 300 mil. Asimismo se llevó a cabo la ampliación del malecón y su remodelación en los últimos dos años, con el propósito de mejorar la imagen de la costera. Las circunstancias impuestas por la especulación urbana han agudizado el problema de la insuficiencia de espacios para la reproducción social, ya que los terrenos baldíos ubicados en el área urbana, particularmente los más cercanos al centro de la ciudad y a la Zona Dorada respectivamente, no se encuentran disponibles a pesar de estar desocupados. Lo anterior se debe a que los propietarios de dichos terrenos los conservan únicamente como una inversión, en espera de venderlos en un futuro a un precio muy superior al que lo adquirieron o para utilizarlo ellos mismos y destinarlos a algún giro de servicios. Por esta razón los terrenos federales y ejidales han funcionado como opciones para la clase trabajadora que no tiene acceso a los programas institucionales y que, por lo tanto continuará resolviendo a su manera el problema de la vivienda para contar con las 182 condiciones mínimas para su reproducción, adaptando el territorio que invaden para este fin Con esto se comprueba una vez más que el gobierno está al servicio de los intereses del capital (en este caso el turístico e industrial) y en contra de mejorar los espacios donde habita la clase trabajadora. Esto se evidencia a través de las acciones que toma el gobierno para proporcionar los medios materiales y operativos, para el desarrollo y crecimiento de los lugares donde se ubican los sectores productivos; en el caso de los espacios que ocupa la clase trabajadora no ocurre lo mismo, debido principalmente a que en estos se genera una derrama económica importante y en donde los signos del desequilibrio urbano se van acentuando cada vez más, particularmente a través de la exclusión social y territorial. 4.2 Industria y desequilibrio urbano en la franja industrial-habitacional de Mazatlán La zona industrial de Mazatlán comenzó a configurarse en la periferia de la zona central desde principios del siglo pasado (XX), en lo que corresponde a la franja costera de la zona sur- oriental de la península mazatleca. Las primeras industrias fueron producto de la inversión de los capitales provenientes del sector comercial y una de las primeras en ocupar este lugar fue la de los astilleros, así como el muelle fiscal y la aduana. Durante mucho tiempo el estero El Infiernillo fue un obstáculo natural para que la franja industrial se extendiera hacia el otro lado de este, razón por la cual marinas la industria se asentó también en la parte perimetral del centro de la ciudad (como es el caso de la Cervecería del Pacífico) y con esta algunos asentamientos habitacionales como las colonias Lázaro Cárdenas, Gabriel Leyva y Montuosa, entre otras. Sin embargo, con la construcción del Puente Juárez a principios del siglo XX la industria se extendió hacia el otro lado del estero, siguiendo con el criterio de la franja industrial. Cabe hacer notar que sobre esta misma franja, al final de la zona industrial se construyó la primera estación del ferrocarril y surgió el primer asentamiento periférico de la ciudad, denominado Casa Redonda ubicados en terrenos federales. 183 Años más tarde (década de los veinte) el descubrimiento del potencial camaronero de Mazatlán y su posterior explotación que resultó ser importante, por parte de cooperativistas y empresarios mexicanos, así como su importancia económica para el país motivaron que el Estado se ocupara de suministrar la infraestructura necesaria (ampliación de las obras portuarias y vías de comunicación) en la década de los cuarenta para el desarrollo de esta actividad que significaba una importante entrada de divisas. La lucha por la ganancia en esta actividad generó conflictos entre cooperativistas y empresarios, sin embargo, esta continuó reportando una importante producción, por ello fue necesario buscar medios que permitieran conservar el producto por más tiempo para su posterior comercialización. Esto propició la construcción de congeladoras por parte del capital privado, que a partir de entonces ostentó la supremacía en este negocio diversificando el capital hacia el procesamiento y comercialización del crustáceo. Las primeras congeladoras fueron ubicadas en la franja industrial, las cuales arrojaban los desechos al mar propiciando la contaminación de estos cuerpos de agua. Cabe hacer notar que hasta este momento (década de los cuarenta) el desequilibrio urbano que presentaba esta zona de Mazatlán, se refería casi en su totalidad a la destrucción que había sufrido el entorno natural y a las transformaciones espaciales por parte del Estado y el capital, para llevar a cabo las actividades relacionadas con la pesca. Es por ello que la ubicación de la industria en esta franja costera de Mazatlán corresponde básicamente a las decisiones gubernamentales y a las actividades productivas que se apropiaron de este territorio por la cercanía con el muelle fiscal y con la avenida Gabriel Leyva que es una de las arterias principales de la ciudad que comunica con el exterior. Ante el crecimiento de la industria pesquera y como apoyo al programa de parques industriales en los años setentas del siglo XX, el Estado se encargó de promover la construcción del Parque Industrial Alberto V. Bonfil, el cual sería contenedor de todos los negocios que tuvieran que ver con la industria alimentaria, particularmente la pesca y todo lo que se derivara de ella. 184 La finalidad de dicho parque era concentrar en él todo lo relacionado con la actividad pesquera, como la conservación de los productos capturados, servicios de buceo profesional, reparación de embarcaciones, venta de insumos, entre otros. El problema entonces fue encontrar el lugar dónde construirlo, ya que la parte central de la ciudad estaba destinada al uso habitacional y comercial; y en la zona sur de la ciudad la industria del turismo ya estaba asentada y continuaba desarrollándose, por lo que era imposible pensar en asentarlo en esta, por la oposición de los empresarios hoteleros y de los prestadores de servicios turísticos. Debido a lo anterior se pensó en la franja industrial ya existente, pero esta se encontraba saturada; sin embargo, y de acuerdo a la experiencia previa de ganar terrenos al mar que había funcionado para destinar dichos espacios para otros usos (habitacional y portuario), el gobierno tomó la decisión de hacer lo mismo para ubicar el parque industrial. Así lo más efectivo era asentarlo cerca de la zona industrial existente para darle continuidad a esta y aprovechar la infraestructura con la que se contaba, sin embargo, su ubicación debía estar al margen de las aguas marinas, para construir un muelle destinado al desembarque de camarón y escama hacia las congeladoras o procesadoras que serían instaladas en este mismo recinto. El problema fue que donde finalizaba la franja industrial era un cuerpo de aguas marinas y la zona con terreno firme más próxima era la vieja colonia Casa Redonda, por lo que no era posible desalojarla debido a la oposición de sus ocupantes. Frente a esta tampoco era posible ubicar el parque industrial puesto que además de no haber aguas marinas, ya que se encontraban otros asentamientos habitacionales como las colonias 12 de Mayo, Klein y Loma Atravesada (en esta última la zona militar) que tampoco aceptarían ser reubicados en otro lugar. Fue por ello que las autoridades federales determinaron que la opción que dictaba la experiencia para la ubicación del Parque Industrial, era ganarle terrenos al mar en la zona ubicada entre la colonia Casa Redonda y la franja industrial existente, ya que de esta forma se lograba dar continuidad a esta última. 185 Esta vez la decisión estatal para dragar en esta zona no sólo afectaba el entorno natural marino (como ya había sucedido en el caso del fraccionamiento Playa Sur), sino a los habitantes de esta colonia que a partir de la construcción del parque industrial vieron que se alejaba la esperanza de que esta contara con servicios e infraestructura al menos en un corto o mediano plazo. Asimismo el proyecto de parque industrial “encerró” a este asentamiento, impidiendo con ello la continuidad de las calles. La industria y el Estado paternalista que la fomentó y apoyó, fueron dos de los actores que agudizaron el problema del desequilibrio urbano tanto en los asentamientos humanos como de la vivienda y el uso desigual del territorio que estos ocupan en Mazatlán; y como ejemplo está la colonia Casa Redonda en la cual no se refleja el mismo desarrollo que en el área colindante. Es por ello que el Parque Bonfil, así como la Zona Dorada se consideran como polos de desarrollo dentro de la ciudad y que condenan al atraso y/o al estancamiento a otras zonas de la misma y a sus pobladores, debido a que la urbanización no se ha llevado a cabo de manera equilibrada en el espacio. Diversos estudios sobre parques industriales son ejemplos entre muchos que nos muestran políticas erráticas, casi siempre coyunturales, en las que el discurso y la realidad se alejan. El eje de estas políticas fue aparentemente la reducción de los desequilibrios regionales más que los sociales. Por ello, sus acciones fueron básicamente inversiones en infraestructura.119 Lo anterior confirma que la exclusión de los habitantes de la colonia Casa Redonda, no es sólo territorial sino social, ya que en los estudios para la ubicación del Parque Industrial Alfredo V. Bonfil, no se tomó en cuenta el impacto a nivel social que este generaría entre los habitantes de los asentamientos cercanos. Los ocupantes de dichos asentamientos quedaron condenados a la marginación y a un bajo nivel de vida, ya que la dotación de infraestructura se concentró únicamente en el parque industrial. La colonia Casa Redonda es informe, carece de una traza definida en sus calles y de pavimentación; su sistema de alumbrado es ineficiente e insuficiente; las lámparas son 119 Iracheta, Alfonso. Planeación y desarrollo, una visión del futuro. 1997. pág.27 186 de poca luminosidad y mala calidad respecto a las que se encuentran en el Parque Bonfil. A esta colonia sólo se puede llegar por la avenida Gabriel Leyva y acceder por algunos de los sectores de la avenida Puerto Veracruz del Parque Industrial. Es decir que este rodeó la colonia impidiendo el ajuste y reorganización de la traza urbana. A pesar de que en el Plan Director de Desarrollo Urbano 2000-2010120 de la ciudad de Mazatlán se plantea que se llevarán a cabo acciones de mejoramiento urbano y ambiental, esto no se ha concretado; asimismo dicho documento determina que el uso de suelo industrial continuará en la misma zona de la franja y Parque industrial, para aprovechar las vías de comunicación existentes pero no menciona qué acciones se tomarán para solucionar el impacto negativo que el Parque Industrial ha provocado en la colonia Casa Redonda, ni cómo se mejorarán las condiciones de esta. Aún cuando el programa de mejoramiento de vivienda precaria busca beneficiar a colonias ubicadas al oriente de la ciudad, entre ellas: Urías, La Sirena, Francisco I. Madero, Mazatlán I, II y III, entre otras, donde además de mejorar la imagen de la vivienda, la calle, el barrio y la colonia. La colonia Casa Redonda no está incluida en este programa. El mejoramiento urbano a que se refiere este Plan Director ha sido evidente sólo en algunos puntos de la ciudad, particularmente en aquellos que están ubicados en las zonas donde se concentra el desarrollo económico y en las zonas que ocupa la clase hegemónica del puerto. Por otra parte, no ha sido evidente el mejoramiento ambiental ya que a pesar de existir reglamentación para evitar la contaminación en cuerpos de agua y del aire. Se espera que estos Planes de Desarrollo Urbano operen como herramientas planificadoras que permitan mejorar el funcionamiento de las ciudades, así como prever, solucionar y corregir los problemas urbanos. Sin embargo, estos Planes generalmente no responden a lo anterior ya que se convierten en un conjunto de 120 Plan Director de Desarrollo Urbano 2000-2010. Ciudad de Mazatlán. 187 aspiraciones acerca de debería hacerse y que no se lleva a cabo por falta de recursos y por el choque entre los procesos, las decisiones y los deseos de la comunidad. La colonia Casa Redonda pese a ser un asentamiento antiguo, algunos ocupantes de este no cuentan con la regularización de la propiedad de sus terrenos, por lo que han solicitado en diferentes ocasiones la desincorporación de estos al gobierno municipal y estatal; sin embargo, sus solicitudes no han sido atendidas debido a que estas instancias argumentan que los terrenos de esa colonia pertenecen a Ferrocarriles Nacionales. Quizá ha faltado la organización de los afectados para exigir la regularización de su propiedad, de la cual sólo conservan los derechos de propiedad. Ello ha servido a los gobiernos para ignorar en los Programas de Desarrollo Urbano a este asentamiento y por tanto no asumen compromiso alguno ante las necesidades y demandas, como: pavimentación de las calles, reubicación de los ductos de PEMEX que pasan a través del mismo, red de agua potable, regularización del alumbrado público, entre otros. El problema de la colonia Casa Redonda se manifiesta a través de su atraso y deterioro con respecto a las ventajas con que cuenta el Parque Bonfil, el cual se ha convertido en uno de los polos urbano económicos de la ciudad, donde se concentra una de las actividades económicas con mayor participación en Mazatlán y en el estado, esta relación entre estos dos lugares que ocupan una misma zona, es un claro ejemplo del desequilibrio urbano. …el territorio no puede desarrollarse homogéneamente, sino más bien de manera desigual, heterogénea. Tal característica del desarrollo social exacerbada por las relaciones de producción capitalistas nos lleva a constatar la existencia de partes (regiones) prósperas, coexistiendo (combinadamente) con espacios destinados a mantenerse en el olvido absoluto y sus habitantes subsistiendo en la miseria extrema.121 La relación industria-desequilibrio urbano, se manifiesta en esta zona a través de las transformaciones, la apropiación y destrucción del territorio causadas por la industria, que como ya se dijo coexiste con espacios habitacionales a los cuales ha condenado al 121 Beraud, José Luis. Los movimientos sociales en la conformación territorial. 1995. pág. 116 188 atraso debido a que los intereses del Estado están enfocados a las actividades económicas antes que a las necesidades sociales de los grupos más vulnerables de la población. El sector privado, se constituye como un elemento de ruptura del proyecto de equilibrio urbano al originar espacios exclusivos, accesibles sólo para aquellos que cuentan con los recursos necesarios para cubrir los costos elevados de estos y donde se dan servicios que el gobierno estatal y municipal proporciona en conjunto con este sector. Por lo tanto, los convierte en espacios de exclusión por medio de los servicios o del equipamiento a través de la transferencia de recursos desde lo público. La atención a los requerimientos de este asentamiento (Casa Redonda) y de muchos otros en la ciudad, se tornó muy lejana después de la transformación del modelo económico en los ochentas, que se enfocó a la modernización de la economía de mercado, al impulso del surgimiento de grupos económicos, al refuerzo de los existentes y a la mayor apertura a la inversión extranjera, así como a la liquidación, fusión, transformación o privatización de empresas y organismos productivos antes propiedad del Estado. El apoyo se dirigió particularmente a los lugares con un mayor desarrollo de las actividades productivas, que para el caso de Mazatlán se enfoca hacia la zona turística y en menor grado a la industrial. Beraud (1996) confirma lo anterior cuando asevera que la prioridad que adquirió la ciudad en la producción de soportes y condiciones necesarias a la reproducción social está definida por el desarrollo de la industria y los servicios.122 Sin embargo, la especialización de la ciudad de Mazatlán no sólo se observa en la división territorial del trabajo sino también en la división social del espacio, ya que se localizan zonas que poseen todos los servicios urbanos, mientras otras carecen de algunos o de todos ellos. Asimismo la apropiación de terrenos en manos de unos cuantos, los problemas de vivienda, la congestión e insuficiencia de vialidades; el empobrecimiento y los 122 Beraud, José Luis. Actores históricos de la urbanización mazatleca. 1996. p. 165 189 problemas de salud de los habitantes (especialmente de la clase trabajadora), reflejan el fenómeno del desequilibrio urbano. A pesar de la cercanía con el centro de la ciudad y su colindancia con el Parque Industrial, en la colonia Casa Redonda y las que le preceden, hay una carencia importante de equipamiento urbano y servicios lo cual afecta la calidad de vida de los habitantes. Tal es el caso de la recolección de basura que es muy irregular y que enfrenta no sólo este asentamiento sino muchos otros de carácter popular. Razón por la que los habitantes se ven en la necesidad de irla acumulando o en casos extremos quemarla. Estas acciones ponen en riesgo su salud y contaminan el aire. Resulta paradójico que los programas de gobierno para la recuperación del Centro Histórico de Mazatlán basados precisamente en la historia que este contiene, no incluyan la conservación y recuperación de este asentamiento (colonia Casa Redonda) que es uno de los más antiguos en el municipio y en donde se estableció la primera estación del ferrocarril, la cual fue demolida a finales del siglo XIX para la construcción del Parque Industrial. La concentración de las inversiones públicas y privadas que favorecen a un pequeño sector de la sociedad que ha monopolizado y concentrado las actividades económicas en lugares como la Zona Dorada o el Parque Bonfil por mencionar algunos, acentúa el problema del desequilibrio urbano expresado en el acceso desigual, combinado y diferenciado a los servicios y equipamiento urbano por parte de los sectores más vulnerables del la sociedad, lo cual genera una inequidad social caracterizada por el empobrecimiento y marginación de los habitantes de las zonas menos favorecidas por los sectores productivos y por el Estado, lo que genera problemas sociales de gran magnitud como la delincuencia y la inseguridad resultado de la inconformidad de estos sectores en contra de la sociedad. El resultado de esto es el rompimiento del equilibrio entre la existencia y demandas urbanas de bienes, servicios y condiciones de organización social y espacial. Este desequilibrio se agudiza, cuando el proceso de urbanización se presenta rápidamente y 190 sus efectos se expresan en el deterioro de las condiciones de vida en la ciudad;123 lo que también explica y acentúa la diferenciación de oportunidades económicas y sociales que aporta cada zona de la ciudad. Asimismo, el desequilibrio urbano también se refleja en la falta de equipamiento urbano de algunas colonias populares, ya que mientras las zonas residenciales y la turística cuentan con edificios para la salud exclusivos y cercanos a estas, en los sentamientos que ocupa la clase trabajadora no existen edificios para la salud dentro o cerca de esta zona ya que las clínicas del ISSSTE, IMSS y de Salubridad están alejadas de ellas. Por su parte, los edificios para la educación se encuentran diseminados por toda la ciudad y en el caso particular de la colonia Casa Redonda, esta cuenta con dos planteles un jardín de niños y un Colegio de Bachilleres (COBAES), al que acuden jóvenes de diversas colonias. También existen edificios y espacios destinados para la cultura (cines, teatros, museos, entre otros) y la recreación (parques y plazas, entre otros, los cuales están dispersos en distintas áreas de la ciudad. Como se ha observado, la ciudad de Mazatlán cuenta con un equipamiento e infraestructura urbana que satisface sólo a algunos sectores de la población; principalmente a los productivos y a la clase hegemónica. Sin embargo, el gobierno aún no logra cubrir a la totalidad de la población y esto se debe a las políticas de inversión del modelo económico que aplica el Estado, el cual está enfocado a respaldar primero a las inversiones y a los inversionistas públicos y privados; y después al resto de la población. Esto ha agudizado el problema del desequilibrio en cuanto a lo social, económico y urbano. Asimismo, en Mazatlán este último se generó a causa de la transformación, apropiación y destrucción que sufrió el territorio que ocupa la ciudad portuaria en donde conviven zonas con distintas fuerzas productivas (industriales-turísticas-de servicioscomerciales-portuarias) y se concentra el desarrollo que convierte a estas zonas en polos urbano-económicos. Ello genera la combinación de áreas favorecidas con recursos e 123 Ibarrola, Teodosio. Proyectos de Desarrollo Urbano. Planificación e implementación. Volumen III. 1984. p. 63. 191 inversiones con otras que permanecen en el estancamiento en donde se presentan problemas de exclusión social, económica y espacial, además de un acceso desigual y combinado a servicios e infraestructura. 4.3 Actores que intervinieron en el desequilibrio urbano de Mazatlán La conformación espacial de la ciudad de Mazatlán es el reflejo de la división territorial del trabajo, en donde las actividades productivas, la clase trabajadora y el Estado determinaron la ocupación y los usos del suelo urbano. Cabe señalar que esto habría sido imposible sin la intervención del Estado, el cual se encargó de proporcionar los soportes necesarios para que la ciudad tuviera el desarrollo que ha tenido. En los diferentes momentos históricos de la ciudad las acciones estatales a través de los tres niveles de gobierno se encargaron de fomentar el crecimiento comercial por medio de la política de apoyo a las importaciones, con lo cual esta actividad en la ciudad alcanzó un auge de grandes dimensiones a nivel regional. También se encargó de legalizar la concentración de la propiedad territorial y de producir las condiciones generales para la reproducción social. Con estas acciones la clase hegemónica se apropió de la mayor parte del territorio, provocando con esto la especulación territorial vigente hasta nuestros días. Por esta razón Mazatlán es el municipio del Estado con un mayor número de lotes baldíos. Esta práctica hoy en día se puede observar en el Centro Histórico de la ciudad ya que con el programa de rescate se reanimaron las actividades de esta zona y además el valor del suelo aumentó. Como generalmente ocurre, los primeros que apoyaron dicho programa fueron los empresarios e inversionistas del puerto, razón por la cual dirigieron nuevamente la mirada hacia este lugar que durante largo tiempo estuvo olvidado. 192 Su perspectiva empresarial les indicaba que la recuperación de esta zona volvería a convertirlo en un polo de desarrollo, pero esta vez enfocado al turismo. Por lo anterior, se dedicaron a adquirir viejas fincas (en su mayoría del siglo XIX), algunos para adaptarlas como restaurantes, hoteles y bares entre otros, pero respetando las fachadas y en algunos casos los interiores que era lo que atraía al turismo. Otros sólo las compraron como inversión, para esperar que el valor aumentara y entonces venderlas. Su intuición no les falló, pues ahora el Centro Histórico de Mazatlán es una de las visitas obligadas por el turismo, tanto por el que llega a hospedarse a los hoteles como el que llega en los cruceros. Cabe hacer notar que en la regeneración de la parte central de Mazatlán se invirtió en el mejoramiento no sólo físico de las fincas, sino también en la infraestructura urbana. Las calles fueron repavimentadas, se cambiaron las luminarias, se regeneraron algunas plazuelas, se cambiaron los sentidos en algunas calles, otras fueron cerradas y se repararon las redes de agua potable y drenaje del sector que circunda al teatro Ángela Peralta y la Plazuela Machado. La inversión llevada a cabo en esta zona fue aportada una parte por el Estado y otra por la asociación denominada “Amigos del Centro Histórico de Mazatlán”, conformada por empresarios principalmente. En tanto la clase trabajadora continuó organizándose para apropiarse del territorio a través de las invasiones en terrenos federales, ejidales y particulares. Esto alivió de laguna manera la necesidad de vivienda de este sector de la población, aunque la introducción de servicios urbanos generalmente tarda en llegar. En esas condiciones impuestas por la especulación urbana ¿cómo logra mitigarse la carencia de espacios para la reproducción social?. La propiedad ejidal y las reservas federales han operado como alternativas. Por estas vías es que la población trabajadora excluida de los programas habitacionales del Estado, seguirá construyendo por cuenta propia condiciones mínimas de reproducción, por lo cual deben incorporar mucho trabajo y recursos con el fin de que montes (parte oriente de la ciudad), cerros (Lomas del Ébano, colonia Flores Magón) y marismas (esteros de Urías y El Infiernillo), sean útiles a la reproducción social.124 124 Beraud, José Luis. Actores históricos de la urbanización mazatleca. 1996. p. 158 193 Esta práctica no ha cesado en la ciudad portuaria y se ha convertido en un problema cotidiano para las autoridades que se ven en la obligación de negociar la reubicación de los invasores en otras zonas de la ciudad, que son sacrificadas ya que algunas de ellas son consideradas reservas naturales o terrenos ejidales. Por otro lado, la construcción de viviendas de interés social continúa llevándose a cabo por parte de empresas particulares a través de los programas Fovi, Sofoles, Invies, Infonavit y FOVISSSTE. En donde como ya se mencionó, estos últimos negocian con las empresas para adquirir la vivienda que posteriormente asignarán a los trabajadores que tienen ese derecho. Foto . Vivenda de INFONAVIT Karla Sajarópulos. El Debate. 2005 El crecimiento más significativo de la mancha urbana se ha presentado hacia la zona sureste del territorio, que antes eran terrenos ejidales. Esta zona está ocupada por nuevos fraccionamientos de tipo social construidos a partir de 1994, entre los cuales se encuentran San Joaquín, Villa Verde, Villa Florida, La Campiña, Colinas del Real, y los Laureles, entre otros. 194 Todos ellos están urbanizados, sin embargo, algunos no cuentan con el equipamiento urbano necesario, como zonas comerciales, hospitales, zonas de recreación, áreas verdes, escuelas y con servicio de transporte al interior, lo cual obliga a los habitantes a realizar recorridos extensos hacia las vías por donde transitan los autotransportes locales. En estos fraccionamientos el capital inmobiliario promovió la idea de que los compradores vivirían en un lugar que contaba con la tranquilidad del campo pero con las comodidades de la ciudad. El problema en la mayoría de ellos es que los desplazamientos hacia las zonas donde se concentran las actividades productivas son muy largos, lo cual encarece los gastos destinados para transporte de los habitantes de estos fraccionamientos. En el caso de los fraccionamientos residenciales ocurre lo contrario, pues estos están ubicados en lugares privilegiados (hacia el sur), pues están bien comunicados con el resto de la ciudad y cuentan con la infraestructura y equipamiento urbano necesarios para su comodidad. El crecimiento de la ciudad para este sector de la población y para las actividades relacionadas con el turismo se está generando hacia esta parte de la ciudad. El Estado también ha sido determinante en la desincorporación y expropiación de terrenos para destinarlos al desarrollo de las diferentes actividades productivas y para la reproducción social, con lo que se convirtió en el eje fundamental en la destrucción y transformación territorial de Mazatlán, los argumentos que ha empleado es que a través de estas acciones habrán nuevas fuentes de trabajo y una mejor calidad de vida para los habitantes, y que el puerto alcanzará una mayor proyección como destino turístico. Muestra de lo anterior son los dragados que se efectuaron en la Playa Sur, para construir el fraccionamiento que lleva el mismo nombre, para la clase media-alta de la ciudad; asimismo, los dragados que sirvieron de base al megaproyecto Marina Mazatlán ubicado al norte de la ciudad y su actual ampliación, en donde se construyeron residencias, campos de golf y dársenas para yates, destinados principalmente para el gran turismo (extranjero) y para la clase hegemónica del puerto. Otro de los dragados 195 que se tiene planeado es para el proyecto del puerto de abrigo denominado Escalera de Mar, entre otros. Cabe mencionar que los capitales relacionados con el turismo y la pesca también influyeron al Estado a través de propuestas económicas, para que la ciudad creciera y fueran transformados algunos espacios (como el caso del parque industrial y de la Marina Mazatlán). Las actividades productivas están ubicadas en unos cuantos puntos de la ciudad, en donde el desarrollo económico, urbano y social es evidente La irracionalidad demográfica, social, ecológica y territorial ha generado estos fenómenos (la concentración y centralización) y es la consecuencia de una racionalidad económica y política que se ha sobrepuesto y sostenido sin considerar el todo…a este proceso algunos lo han llamado “urbanización descapitalizada”.125 Esto limita la participación de los sectores menos favorecidos por su ubicación dentro del territorio en las actividades económicas, así como el acceso de la clase subalterna hacia la totalidad de la ciudad, a los servicios urbanos y a la apropiación del territorio, lo cual provoca el descontento y resentimiento, que dan origen al desequilibrio urbanosocial. El fenómeno del desequilibrio urbano en la ciudad portuaria de Mazatlán El fenómeno del desequilibrio urbano se desencadenó desde el momento en que el territorio se convirtió soporte para la importación y exportación comercial y en objeto de la lucha de clases (por medio de la invasión de terrenos) para su ocupación, y alcanzó dimensiones descomunales a partir de la aparición de la explotación pesquera y de la industria pesquera, así como de la turística. La fragmentación espacial que se observó en la ciudad se acentuó con el paso del tiempo, puesto que las zonas de desarrollo no se articulaban con el resto del territorio porteño. 125 Iracheta, Alfonso. Planeación y desarrollo, una visión del futuro. 1997. pág.27 196 La ciudad de Mazatlán a pesar de ser un soporte regional no estaba preparada para el crecimiento y desarrollo que se desplegó en ella de forma vertiginosa. Esto tornó a la ciudad cada vez más desigual tanto en lo territorial como en lo social, lo que provocó la polarización del espacio y de la sociedad. El desarrollo de las actividades productivas en la ciudad portuaria de Mazatlán no correspondía con la infraestructura y equipamiento urbano de la ciudad, ya que se volvió insuficiente para el inmenso contingente humano de la clase trabajadora que llegaban día con día a ella. Los servicios son uno de los componentes fundamentales de la funcionalidad urbana y, en particular, de su papel en la distribución social de bienes. Los servicios de redes como agua y drenajes, energía eléctrica, gas y teléfonos permiten a los usuarios participar de los componentes de la vida urbana. La falta de esos servicios implica, en consecuencia, una carencia grave para quienes están territorialmente incorporados a la ciudad.126 La falta de atención a estos problemas han generado otros más en el resto del municipio, como el atraso, precariedad, deterioro y pobreza de las localidades cercanas a Mazatlán (San Ignacio, Escuinapa y El Rosario); así como de zonas ubicadas dentro del mismo municipio en donde anteriormente se llevaban a cabo actividades agrícolas y/o pesqueras (como Villa Unión), que se han vuelto urbanas por la influencia de la ciudad portuaria y una extensión de ésta. El crecimiento de las actividades industriales se está extendiendo hacia las poblaciones de la zona sur del municipio debido a que en la cabecera municipal se ha restringido el uso de suelo de tipo industrial, razón por la cual los usos de suelo de éstas están en peligro de ser transformados. Por otro lado, no ha sido fácil para los gobiernos municipales resolver las crecientes demandas sociales, lo que ha traído efectos negativos tanto para el territorio, como para la misma sociedad. Esto se observa a través de los congestionamientos de tránsito, la 126 Pírez, Pedro. Servicios urbanos: sociedad local y distribución económica en un contexto de reformas y privatizaciones. En: Servicios y marco construido. 1999. pág 31 197 necesidad de ampliar el número de transportes y rutas, la ocupación del suelo de zonas ejidales y federales (de las que muchas eran reservas naturales) para urbanizarlas y destinarlas a los proyectos urbanos, turísticos, industriales y habitacionales; la proliferación de vivienda precaria en lugares insalubres y el descontrol de la violencia y la seguridad. Lo anterior manifiesta el problema de la exclusión social y territorial de la población de bajo nivel que es relegada hacia la periferia de la ciudad. El resultado de esto provoca un desequilibrio urbano y el crecimiento desmesurado y delirante de la zona urbana.. Las familias pobres se asientan generalmente en tierras no aptas para el desarrollo urbano, carecen de servicios urbanos mínimos y no cuentan con base económica alguna. En cambio los desarrolladores inmobiliarios encarecen en extremo el suelo urbano que adquirieron a precios irrisorios.127 Cabe hacer notar que durante mucho tiempo la mancha urbana de la ciudad portuaria así como la traza de esta creció de forma arbitraria, es decir, con base en los intereses del capital y del Estado. Lo anterior se respaldaba en la falta de un plan de desarrollo, en donde se llevara a cabo el estudio del crecimiento y ocupación del territorio. La ausencia de un documento que normara y restringiera las decisiones del Estado para la ocupación del suelo y su ocupación, así como la concentración del crecimiento en algunas zonas de la ciudad también fomentó el desequilibrio urbano. No fue sino hasta principios de la década de los setenta cuando se promovió el Plan Director para el desarrollo de la Región Metropolitana de Mazatlán por los gobiernos federal y estatal , que concretó la disposición actual de la división social del territorio. Después de varias modificaciones en 1991 se aprobó el Plan Director Urbano de Mazatlán, que se llevó a cabo por el gobierno estatal y municipal. En este documento se proyectó la directriz del crecimiento de la mancha urbana a corto, mediano y largo 127 Contreras, Sergio. Exclusión y exclusividad en la Ciudad de México: el espacio público al debate. s.f. http://www.crim.unam.mx 198 plazo; y se exaltó que la participación de estos era fundamental para la planeación y regulación del desarrollo urbano de la ciudad. Sin embargo, nuevamente la ciudad quedó a merced de las componendas del Estado benefactor del capital. Es decir, que las decisiones más importantes respecto a la ocupación del espacio urbano, fueron tomadas por los empresarios del puerto y posteriormente planteadas al gobierno estatal y municipal. Dichas decisiones finalmente se dirigieron al suministro de obras en zonas específicas para el crecimiento del capital principalmente, lo que generó que las acciones que debieron haber sido públicas se transformaran en condiciones económicas y fueran en contra de los sectores más vulnerables. A ello se puede agregar que el funcionamiento correcto de los servicios en las zonas habitacionales populares, el desarrollo educativo y social de sus ocupantes, las aspiraciones de una mejor calidad de vida y la pobreza, entre otros, son problemas que a los grupos de poder no les interesa resolver, ni los considera ventajosos para que estén incluidos en los procesos de planeación territorial. Por lo anterior, el crecimiento demográfico de las ciudades y el atraso en cuanto a la oferta de servicios para la creciente población que integran los grupos menos favorecidos, implica que vivan en condiciones inadecuadas (insalubres, inseguras, de alto riesgo, entre otras) para la reproducción social. Además el desequilibrio urbano-territorial se ha convertido en una condición para el crecimiento del capital. Ordóñez128 puntualiza que la concentración de inversiones públicas y privadas en algunos puntos del territorio mazatleco ha favorecido un crecimiento urbano que agranda las distancias geográficas entre la vivienda y los lugares de trabajo, estudio, compras y ocio. Con ello también creció la distancia entre las personas respecto a la riqueza y la exclusión 128 Ordóñez, José Luis. Acerca del impacto ambiental de alta velocidad. En: Jornada en Defensa del ferrocarril. s.f. http://www.izquierdaunidatoledo.org 199 La tendencia de la urbanización actual en gran parte de las ciudades es la continua concentración de la población en algunos puntos favorecidos de sus territorios, lo que propicia la aglomeración urbana y la polarización de ellos. Esto último anula cualquier posibilidad de lograr un equilibrio territorial y urbano, asimismo propicia la desestabilización de los asentamientos humanos. Sin embargo, se debe aclarar que muy pocas ciudades han logrado consolidar un equilibrio urbano en donde las actividades productivas de la ciudad y las decisiones del Estado sean incluyentes para todas las fracciones de la población. 200 Conclusiones El objetivo general consistió en realizar el análisis para explicar el Desequilibrio Urbano en la ciudad de Mazatlán, por medio de la distribución del equipamiento e infraestructura urbana en las zonas donde se encuentran las actividades productivas y las zonas habitacionales; específicamente en la zona de influencia de la industria pesquera. Para ello fue necesario interpretar el crecimiento urbano de la ciudad como resultado de los diferentes sectores productivos y a partir de esto se determinar cómo ha afectado esta industria la calidad de la vivienda ubicada en la zona industrial. De acuerdo a esto se tienen las siguientes consideraciones y propuestas. El surgimiento de la ciudad de Mazatlán y la aparición del Desequilibrio Urbano en el escenario mazatleco no fue un hecho accidental, más bien correspondió a la correlación de las fuerzas productivas, trabajo y Estado para llevar a cabo la apropiación, destrucción y transformación del territorio, para conseguir un espacio que permitiera el desarrollo y crecimiento de las actividades económicas y de la reproducción social. Para conocer los alcances y el impacto que tuvieron estos tres actores en el territorio y cómo propiciaron la aparición del desequilibrio urbano, es necesario determinar cuales fueron las acciones con las que participaron. En este sentido, el capital sufrió varias transformaciones a través del tiempo que fueron provocadas por los intereses económicos del momento, es decir, primero fue el comercio importador-exportador que se encargó de apropiarse del territorio y de su transformación, así como de su organización con el consentimiento del Estado. Mazatlán llegó a ser la ciudad más importante del noroeste, por su ubicación y desarrollo en la economía regional por lo que el Estado y el capital se encargaron de suministrar los soportes urbanos necesarios para impulsarla. Una de las particularidades en la construcción de soportes urbanos (infraestructura y equipamiento) es que fueron destinados principalmente para el desarrollo de las 201 actividades productivas y para la clase hegemónica del puerto, la clase trabajadora quedó excluida por largo tiempo de estos beneficios. El Estado y el capital se encargaron de privilegiar y especializar algunas zonas de la ciudad para llevar a cabo en estas las actividades productivas, con lo que mantuvieron en el atraso otras zonas menos atractivas que denotaban la marginación y pobreza de los grupos más vulnerables del puerto. El apoyo estatal a los grandes proyectos que genera el capital es evidente en la ciudad de Mazatlán, desde el inicio de la práctica de ganar terrenos al mar para destinar estos espacios a las actividades productivas o para fraccionamientos residenciales a un alto valor. Un ejemplo de ello es la desincorporación de terrenos federales de lugares como el Fraccionamiento Playa Sur, el Parque Industrial Alfredo V. Bonfil, el Recinto portuario y el megaproyecto Marina Mazatlán, entre otros. Con estos proyectos la ciudad se expandió considerablemente, sin embargo, se debe puntualizar fueron pensados por y para el capital. La ejecución de estos proyectos ocasionó importantes gastos al gobierno, los cuales en su momento pudieron haber sido destinados para el mejoramiento los servicios urbanos de otras zonas de la ciudad, específicamente las colonias populares. Sin embargo, la realidad es otra ya que el Estado no invierte en obras que sabe que no le producirán ganancias y en el caso de las colonias populares esto es impensable. Otro de los elementos que propició la aparición de los polos de desarrollo en el país fue la industria. En este sentido el apoyo que recibieron algunas ciudades mexicanas durante la época de la industrialización por parte del Estado, también alcanzó a Mazatlán y dio paso a la especialización de las actividades productivas. Con esto los comerciantes diversificaron el capital hacia esta actividad, en la que cabe aclarar también ocuparon la supremacía a nivel regional. 202 Esta etapa marcó el comienzo de una acelerada urbanización de la ciudad efectuada por el Estado, para lo cual fue necesario arrasar con una gran extensión de áreas naturales con la finalidad de ocupar el espacio para asentar a la incipiente industria y para crear los soportes urbanos necesarios (la carretera Mazatlán-Durango, el Puente Juárez, las obras portuarias, ampliación de algunas arterias viales como la avenida Gabriel Leyva, alumbrado público, ampliación de las redes de drenaje y agua potable, entre otros) para su desarrollo. A partir del descubrimiento del potencial pesquero del puerto de Mazatlán (siglo XX) y las jugosas ganancias que esta actividad aportaba, se convirtió en una lucha de poderes entre el sector social (cooperativas) y el capital privado (armadores), en donde el Estado se inclinaba hacia donde le era más conveniente. La alta producción, sobre todo de camarón permitió que nuevamente el capital comercial-manufacturero se diversificara hacia esta actividad y comenzara la industrialización del producto para exportarlo a los mercados internacionales. Sin embargo, esta actividad ha ido a la baja después de que el Estado le retiró los apoyos, particularmente en 1994 con el Tratado del Libre Comercio y con los problemas que ha enfrentado respecto a las constantes reformas a la normatividad, las bajas capturas, el alza al combustible de las embarcaciones, el abaratamiento del producto por parte de las empresas comercializadoras, la falta de apoyos financieros para renovar la flota y a la falta de vigilancia para evitar la pesca ilegal, han puesto en peligro la permanencia de esta actividad y de la industria que depende de ella. El crecimiento que en su momento tuvo la industria pesquera y la importancia que alcanzó para la entrada de divisas al país, fueron los dos principales motivos para que la ciudad de Mazatlán entrara en el Programa de Parques Industriales promovido por el Estado. Esta decisión gubernamental impactó de nueva cuenta el territorio del puerto, ya que para construir el Parque Industrial Alfredo V, Bonfil, se dragó el cuerpo de mar que rodeaba la colonia Casa Redonda para establecerlo en este lugar. 203 Pese a los pronósticos negativos en cuanto a su funcionamiento el parque industrial superó las expectativas y en poco tiempo ya estaba ocupado en su totalidad, y gozando de los servicios e infraestructura urbana necesaria para su desarrollo. Cabe hacer notar que la cercanía del Parque Industrial con la colonia Casa Redonda, no significó ningún beneficio para el asentamiento popular que se encuentra “encajonado” por el parque, sin pavimentación, con una red de servicios obsoleta y careciendo de una traza urbana definida. La franja industrial y particularmente el Parque Industrial son dos de los elementos que detonaron el desequilibrio urbano en esta parte de la ciudad. En donde se observa un atraso considerable en cuanto al acceso hacia la infraestructura y equipamiento urbano, y que han derivado en problemas como el deterioro de la vivienda y el empobrecimiento y marginación social de sus habitantes. Este problema se observa en otros asentamientos populares de la ciudad cercanos a los polos de desarrollo, como es el caso de las colonias cercanas a la zona turística. La pesca y el turismo están estrechamente vinculados debido a que las ganancias obtenidas en la pesca, permitieron a que los capitalistas del puerto dirigieran las inversiones hacia el turismo. Una vez más el capital se apropiaba de las actividades productivas que prometían, como lo habían hecho antes los comerciantes importadores con las manufacturas y posteriormente con las actividades e industria pesquera. Desde su surgimiento estas actividades se caracterizaron por propiciar los cambios de uso de suelo y su especialización. El turismo ha logrado ocupar un lugar importante en el panorama económico del puerto y es el sector que no ha dejado de ser beneficiado por el Estado. No obstante, también ha propiciado el desequilibrio urbano de las zonas en donde está inserto, en donde las zonas habitacionales de la clase trabajadora también enfrentan los problemas que se mencionaron en el caso de la colonia Casa Redonda. 204 La industria turística y la pesquera han acelerado y acentuado el proceso del desequilibrio urbano reflejado en el acceso desigual y combinado al suelo urbano, en el acaparamiento de este, en la insuficiente infraestructura y servicios básicos de un gran número de colonias populares y en el empobrecimiento y marginación de sus habitantes. El crecimiento económico de ambas actividades y el acaparamiento territorial también han impactado en el crecimiento demográfico, y social lo cual es evidencia de la falta de viviendas para la clase subalterna. Por su parte la figura del acaparador de la propiedad territorial ha jugado un papel muy importante desde que apareció en el escenario (XIX), lo cual habría sido imposible sin la intervención del Estado que se encargó de solapar esta práctica por medio de decretos y leyes que aparentemente iban dirigidas al total de la población, y que en realidad estaban instrumentadas para que los grupos de poder adquirieran los terrenos que desearan. Este integrante del capital logró sobrevivir a todos los sucesos que impactaron al territorio de Mazatlán (principalmente económicos y sociales) lejos de debilitarse o desaparecer, se fue fortaleciendo y logró llegar hasta la ciudad actual, en la que es evidente su presencia. Basta con recorrer el puerto para darse cuenta que más de la tercera parte del espacio está desocupado y aparece en los registros catastrales a nombre de unos cuantos. Esto ha orillado a la clase trabajadora a asentarse en la periferia ya que no cuentan con recursos económicos para adquirir un terreno en la ciudad. Este integrante del capital y sus acciones desencadenaron las luchas sociales de la clase trabajadora por apropiarse del territorio a la fuerza en 1935. Antes de este momento, para la clase trabajadora era difícil resolver la necesidad de vivienda lo que la forzó a reproducirse en las circunstancias impuestas por los “engordadores del suelo”, que construyeron casas y vecindades en la periferia de la ciudad para alquilarlas a los trabajadores, que vivían hacinados. Con esto la mancha urbana se expandió hacia el norte, pero también acentuó la marginación y pobreza social. 205 Esto provocó que la exclusión territorial y social se hiciera manifiesta en Mazatlán y se debió a diferentes cuestiones entre las que se encontraban: la carencia de servicios básicos para la población en general, como la falta de agua potable, drenaje, pavimentación y alumbrado. Sin embargo, para la zona comercial y residencial del puerto este problema fue resuelto a partir de 1890, por parte del gobierno y del capital. No así para los asentamientos populares, que sufrieron por largo tiempo la carencia de servicios y de vivienda. Lo expuesto hasta este momento no habría sido posible sin la participación del actor principal: el Estado, el cual a través de los tres niveles de gobierno promovió las actividades comerciales bajo la política del fomento a las importaciones y ha llevado a cabo las acciones necesarias para legalizar el acaparamiento de la propiedad territorial, se ha encargado de producir las condiciones para la reproducción social, ha permitido y ejecutado la destrucción y transformación de zonas de reserva por medio de la desincorporación para usos de servicios, habitacionales, turísticos e industriales y se alió con el capital para regular el crecimiento urbano de Mazatlán. En donde el capital terminó subordinando tanto al territorio como a la sociedad. Cabe aclarar que la relación capital Estado ha generado diversas manifestaciones del desequilibrio urbano en la ciudad portuaria de Mazatlán, como la exclusión territorial y social de la clase subalterna de algunas zonas. Entre estas se puede mencionar la concepción que tiene este sector de la Zona Dorada, a la cual considera una ciudad dentro de la misma ciudad, es decir, un lugar ajeno al puerto, ya que en este lugar se desarrollan las actividades relacionadas con el turismo. Esta área de la ciudad es uno de los polos de desarrollo y crecimiento del territorio, en donde se cuenta con la infraestructura y equipamiento urbano necesarios para quienes ocupan este espacio (el turismo y la clase hegemónica). Con base en los requerimientos de los habitantes de este lugar se toman gran parte de las decisiones de la ciudad, ya sea la reparación o ampliación de las vialidades, el suministro de energía eléctrica y la remodelación de los soportes urbanos, entre otros. En lo que respecta las actividades culturales e identitarias de la población, el Centro Histórico es el que ha concentrado todo lo que se relaciona con esto. Su rescate costó 206 una fuerte suma de dinero y fue promovido por los empresarios turísticos de la ciudad, que se dedicaron a adquirir la mayoría de las fincas ubicadas en el nodo formado por la Plazuela Machado y la Plazuela República, después de advertir que en el turismo había resurgido el interés por este lugar. Dichas fincas fueron adaptadas para convertirlas en hoteles, restaurantes, bares y galerías, entre otros giros. Con ello, el comercio del Centro Histórico se reactivó y ha ido recuperando el uso habitacional. Otro de los atractivos turísticos es el Carnaval que se lleva a cabo año con año, el cual ha sido motivo de disputa entre los grupos de poder de la Zona Dorada y la clase subalterna. Esta fiesta tradicionalmente se ha ubicado en la zona costera de las Olas Altas y ha beneficiado a la industria turística asentada en esta parte de la ciudad, la cual por mucho tiempo estuvo olvidada y opacada por la Zona Dorada. Durante el tiempo que se lleva a cabo el Carnaval (6 días) la economía del puerto se reaviva, principalmente la de la industria turística y de servicios, por la llegada de turismo extranjero (Estados Unidos y Canadá principalmente) y nacional. Por la derrama económica que se registra de las fiestas carnestolendas, el capital privado de la Zona Dorada solicitó al Ayuntamiento el cambio del Carnaval hacia ésta área de la ciudad, sin embargo, los empresarios de las Olas Altas y el pueblo en general se opusieron a esta propuesta, sobre todo los últimos que consideraban que este cambio sugería la apropiación de la fiesta por la clase hegemónica del puerto. Ello significaba que la libertad de divertirse a sus anchas finalizaría y terminaría siendo un evento para los ricos. Finalmente el pueblo ganó y el Carnaval continúa llevándose a cabo en el mismo lugar donde inició hace 106 años. Cabe hacer notar que entre esta fiesta y el Centro Histórico hay un fuerte y antiguo vínculo, puesto que mientras la mayoría de los participantes de las clases media y baja ocupan el territorio de las Olas Altas, los de la clase hegemónica se dedican a festejar en la Plazuela Machado y sus alrededores o en la Zona Dorada. 207 Aunque el tema del Carnaval no aparece en el cuerpo de la investigación, era necesario utilizar este ejemplo, para demostrar cómo el capital privado busca obtener el dominio y control en todas las actividades que signifiquen ganancia, excluyendo a la clase trabajadora que se opone al arrebato de “su fiesta”. Ello habla de la distancia que predomina no sólo en el territorio, sino en las relaciones sociales aún cuando sea para una fiesta local. A través de la investigación se mostró que la industria pesquera asentada en el Parque Industrial Alfredo V. Bonfil entre otras actividades económicas que se desarrollan en Mazatlán como el turismo, los servicios y el comercio, es uno de los detonadores del desequilibrio urbano de las zonas habitacionales populares y de otras áreas de la ciudad. Particularmente de la colonia Casa Redonda, en donde manifiesta a través del acceso desigual y diferencial a los servicios de agua potable, drenaje, alumbrado, pavimentación, seguridad y servicios urbanos en general. El desequilibrio urbano ha incrementado la distancia social de los ocupantes de este asentamiento con respecto de las zonas privilegiadas de la ciudad que cuentan con la infraestructura y equipamiento urbano necesarios para vivir dignamente. Uno de los indicadores de este desequilibrio urbano es el contraste que existe entre el desarrollo de algunas zonas que conviven con otras depauperadas como es el caso de el Parque Industrial y la colonia Casa Redonda. La relación industria- desequilibrio urbano manifiesta las transformaciones, la apropiación y destrucción del territorio causadas por la primera, que como ya se mencionó coexiste con espacios habitacionales a los cuales ha condenado al atraso debido a que los intereses del Estado están enfocados a las actividades económicas antes que a las necesidades sociales de los grupos más vulnerables de la sociedad. Por lo tanto, el desequilibrio urbano en Mazatlán es una consecuencia de las fuerzas productivas localizadas en determinadas partes del territorio en donde las mejores zonas 208 están controladas por el capital con el consentimiento del Estado, para obtener beneficios a futuro En este contexto es posible afirmar que el desequilibrio urbano es inherente al eje Estado-capital-fuerza de trabajo. Entre las propuestas que surgen de esta investigación se encuentra la necesidad de rehabilitar los elementos deteriorados por el desarrollo urbano, turístico, portuario e industrial de Mazatlán, como la regeneración de los espacios urbanos y las viviendas de algunos asentamientos que han sido afectados por estos. Asimismo es necesaria la aplicación de una planificación estratégica que se aplique para fomentar el desarrollo territorial, urbano y habitacional que se ajuste a políticas que promuevan el equilibrio de los recursos naturales, la ocupación del espacio congruente con la distribución territorial de la población, el control del uso de suelo, la atención a los rezagos en cuanto a infraestructura y equipamiento urbano, y el acceso a ellos por todos los sectores de la población. Para el caso de la colonia Casa Redonda el primer paso para frenar el desequilibrio urbano sería la gestión de la desincorporación de los terrenos y la regularización de la tenencia de la tierra. Para después buscar la manera de reajustar la traza urbana y pavimentar las calles, así como cubrir en su totalidad la demanda de servicios urbanos para frenar el deterioro de las viviendas y fomentar la autoconstrucción de las viviendas de madera, cartón y lámina. Por otro lado restringir la combinación de usos de suelo incompatibles, es decir la coexistencia de la industria y la vivienda en un mismo territorio, sobre todo cuando la industria llega después que la zona habitacional. Reubicar las industrias que se asentaron en esta zona después de la década de los ochenta y que han encerrado este asentamiento. Para integrarlo totalmente con el resto de la ciudad. 209 Si bien es cierto que no existe una ciudad en completo equilibrio urbano, se debe reconocer que nunca antes había habido tanto desequilibrio urbano en las ciudades, como es el caso de algunas ciudades como Mazatlán. La tendencia de crecimiento urbano de Mazatlán no muestra un posible cambio a pesar de los problemas urbanos que se han presentado en la ciudad y que han dado origen y fomentado el desequilibrio urbano. Por su posición geográfica Mazatlán continuará concentrando bienes y servicios en algunas partes del territorio y continuará ejerciendo el predominio a nivel regional. Con lo cual los problemas de carácter social se incrementarán. El capital seguirá ostentando su hegemonía en la configuración urbana y continuará tomando decisiones en el territorio para su beneficio. El desarrollo turístico se convertirá en la principal actividad económica del puerto y debilitará aún más otras actividades económicas como la industria, entre otras. Para que el desarrollo turístico continúe en ascenso será necesario atender el problema de las redes de drenaje y la construcción de una nueva planta de tratamiento de aguas negras, así como la reparación de calles y banquetas de la Zona Dorada y el Centro Histórico. En lo que respecta a la pesca y su industria, probablemente sigan en descenso debido por un lado, a la indiferencia del gobierno a las demandas del sector pesquero como la regulación en el control de precios, la importación de camarón extranjero con lo cual se abarata el nacional, la pesca ilegal y furtiva, la falta de vigilancia para frenar este problema, los aumentos constantes al diesel marino. Y por otro lado la falta de liquidez de los armadores, la sobreexplotación del crustáceo y la obsolescencia de la flota camaronera. 210 Los asentamientos populares continuarán deteriorándose ante la falta de apoyo por parte del Estado, provocando mayor pobreza, marginación social, inseguridad y probablemente levantamientos sociales. El Parque Industrial Alfredo V. Bonfil continuará concentrando las actividades pesqueras, en tanto haya producto suficiente en altamar y corriendo el riesgo de colapsarse ante el exceso de peso que se registra durante las temporadas de zafra camaronera. 211 BIBLIOGRAFÍA -Manuel Castells. La cuestión urbana. Siglo XXI. México. 1999. 517 págs. -Mario Bassols, et.al. Antología de sociología urbana. UNAM, México.1988 -Paul Bairoch. De Jericó a México. Historia de la urbanización. Trillas. México 1990. 504 págs - Inés Sánchez. Introducción al urbanismo. Conceptos y métodos de planificación urbana. Alianza editorial. Madrid. 1999. 173 págs. -A.E. Morris. 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