1 SEMBLANZA In memoriam del Dr. José María Tarazona Vilas
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1 SEMBLANZA In memoriam del Dr. José María Tarazona Vilas
1 SEMBLANZA In memoriam del Dr. José María Tarazona Vilas. JOSÉ VICENTE TARAZONA LAFARGA Presidente del Comité de Evaluación de Riesgos. Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos (ECHA). Helsinki, Finlandia. José María Tarazona Vilas nació el 13 de agosto de 1921 en Salinas de Sin, enclave situado en la entrada del Valle de Gistaín en la zona central del pirineo oscense. Su infancia estuvo marcada por la muerte de su madre, Doña. Pilar Vilas, y los avatares de la guerra civil. Hereda de su padre, D. Vicente Tarazona, Inspector Veterinario de Barbastro, su vocación profesional por la clínica veterinaria, e ingresa en 1941 en la Escuela Superior de Veterinaria de Zaragoza, y transformada esta en Facultad, finaliza su licenciatura con Premio Extraordinario en 1946. En Zaragoza conoce a quien sería su maestro, y posteriormente el mío, el Profesor Dr. D. Félix Sanz Sánchez, quien le orienta hacia una entonces emergente disciplina dentro de las ciencias sanitarias, la Parasitología, desarrollando bajo su dirección, en la Facultad de Veterinaria de Madrid, su Tesis de Diplomado en Estudios Superiores sobre “Trichonemiasis 2 equina” y su Tesis Doctoral sobre “Aportaciones al estudio de las bronquitis verminiosas ovinas”. Su triple vocación, investigación, docencia y veterinaria, se van integrando a lo largo de su trayectoria profesional. Desde 1950 hasta 1967 en su ciudad de adopción, Barbastro, compagina su pasión por la parasitología con el ejercicio clínico y de inspección veterinaria y la labor docente en el Instituto “Hermanos Argensola” del que será director durante diez años ininterrumpidos. La clínica veterinaria de su padre le acogió como compañero con vocación científica, y “el despacho” se va transformando en un laboratorio de investigación desde el que se inicia el estudio sistemático de las parasitosis de las poblaciones animales de la provincia de Huesca. Desde la capital del Somontano, José María Tarazona escribe sus publicaciones científicas, solicita becas que le permiten realizar estancias en el Instituto de Investigaciones Veterinarias de Madrid, el Instituto Nacional de Parasitología de Granada y el Departamento de Parasitología del Central Veterinary Laboratory de Weybridge en Reino Unido, participa en el libro-homenaje al Profesor López-Neyra, y recibe invitaciones para actuar como Ponente en numerosos eventos científicos de los que destaca el Congreso Panamericano de Medicina Veterinaria y Zootecnia de México. En 1967 José María, tras aprobar las oposiciones al Cuerpo Nacional Veterinario, opta por un puesto en Madrid y Barbastro se despide del Director de su Instituto “Hermanos Argensola” y el Colegio Oficial de Veterinarios de Huesca del Jefe de su Sección Técnica. Su nueva situación profesional le permite desarrollar plenamente su vocación científica y se incorpora al Patronato de Biología Animal, luego convertido en el Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias (INIA), en el que seguirá desarrollando su labor investigadora, que combinará con su vocación docente como profesor adjunto contratado de Parasitología en la Facultad de Veterinaria de Madrid. Desde el INIA expande la colaboración internacional en el campo de la parasitología. Entre 1972 y 1978 realiza estancias en el USDA Animal Parasitology Department de Beltsville, Maryland y las escuelas de Veterinaria de las Universidades de Illinois y California-Davis. Los contactos con los Profesores Roby, Ristic, Kates y Baker, afianzan la colaboración transatlántica por lo que no es de extrañar que entre los Proyectos de Investigación dirigidos, destaquen dos realizados en colaboración con EEUU y financiados por el Comité Conjunto Hispano-Norteamericano para la Cooperación Científica y Tecnológica: “Epizootiología y 3 control de la tricostrongilidosis ovina”, durante el periodo 1980-1984, y “Desarrollo de inmunidad protectora frente a nematodos parásitos de los rumiantes” entre 1985 y1988, que finaliza tras su jubilación en 1986 como Jefe de Proyectos de Parasitología del INIA. En 1949 publica su primer trabajo sobre parasitología: "Hallazgo del macho y de la hembra del Trichonema parvibursatum (Vaz, 1934) en España” (Rev. Ibérica Parasitología, IX, 259261, 1949), a los que seguirán cerca de un centenar en revistas españolas e internacionales. Su actividad investigadora en el INIA le permite dirigir las Tesis de las Doctoras Ana Canals Caballero y Mar Babín Vich sobre epidemiología de la gastroenteritis parasitaria ovina y sobre epidemiología y patogenia de la sarcocistosis ovina respectivamente, así como varias tesinas de licenciatura. Académico Correspondiente de la Academia de Ciencias Veterinarias de Barcelona y Académico Numerario de la Real Academia de Ciencias Veterinarias, fue miembro fundador de la Sociedad Española de Parasitología, de la que recibió en 1992, con enorme satisfacción y gratitud, la Medalla López-Neyra. José María Tarazona Vilas profesó durante toda su vida un profundo apego por su Aragón natal; en particular por la ciudad de Barbastro que le acogió, donde contrajo matrimonio con Mª Teresa Lafarga, con la que compartió su vida, y donde nacimos sus seis hijos. Quizá la mejor forma de definir su carácter sea transcribir algunos de los comentarios que sus antiguos alumnos han publicado en el periódico local “El Cruzado Aragonés”. Sus exalumnos destacan como en tiempos en los que habitualmente el director ejercía de forma rutinaria el “ordeno y mando”, él desarrolló su labor de forma afable y comprensiva, a la vez que con tenacidad y eficacia; y por supuesto, con su forma característica de trasmitir el conocimiento científico: “Con muy escasos medios, montó allí su laboratorio, y era un placer asistir a sus clases de Biología, rodeados siempre de microscopios, probetas y los más variados animalillos. Utilizó una forma de enseñar innovadora para su época basada en su sólida impronta científica. Daba orden y estructura a sus exposiciones mediante llaves, cuadros y dibujos, para desarrollar con lógica las clasificaciones vegetales y animales. El conocimiento fluía a unos jóvenes que miraban por primera vez por un microscopio, tras preparar las muestras ellos mismos. Todo ese saber era importante. Y no lo fue menos su forma de acercarles a la ciencia. Su método para hacer que se interesaran en el tema: creer en lo que hacían”. Esa misma inquietud científica, que trasmitía a sus alumnos de bachillerato en Barbastro y luego a sus alumnos universitarios y jóvenes investigadores en Madrid, se vivía día a día en el entorno familiar. A los que conocieron su pasión por la ciencia y su capacidad para trasmitirla, no les resulta extraño el hecho, estadísticamente sorprendente, de que cinco de sus seis hijos 4 hayamos dedicado nuestra vida profesional a la investigación científica, y además cada uno en una rama diferente del saber. José María Tarazona falleció en Madrid en diciembre de 2009; esta vez su tenacidad no fue suficiente para vencer a la enfermedad. Además de sus publicaciones, proyectos de investigación, traducciones, tesis, etc., deja tras de si una estela de personas a las que inculcó su inquietud científica entre las que, junto con mis hermanos, tengo el honor de encontrarme, y a la que ya se van incorporando sus nietos.