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INTRODUCCIÓN
La Asociación de Municipios “Ruta del Mimbre” lleva funcionando desde el año 2005, surgiendo a raíz de la creciente necesidad de potenciar el turismo rural de la zona, tras detectar la
demanda de información sobre el uso y cultivo del mimbre. Los
municipios integrados en la misma son: Villaconejos de Trabaque,
Albalate de las Nogueras, Priego, Cañamares, Fuertescusa, Cañizares, Vadillos, Beteta y El Tobar.
La presidencia de la asociación reside actualmente en
Villaconejos de Trabaque, para la continuación e impulsión de
cuantas actuaciones sean necesarias.
La intención no es más que seguir dando pasos en la divulgación y promoción de nuestros municipios y su entorno privilegiado, en favor de la dinamización de la cultura del mimbre que
une a estos municipios. Siempre tratando de ofrecer una información veraz y detallada de lo que fue y es el cultivo del mimbre,
y su original forma de transformarlo en objetos de uso común y
decorativo.
Dirigido a turismo de cualquier edad, se podrá disfrutar de
la belleza de los paisajes, originalidad de monumentos y tradiciones; y degustación de nuestra gastronomía variada.
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ALBALATE DE LAS NOGUERAS
En ocasiones es difícil distinguir la realidad del deseo y la historia de la leyenda, porque a menudo
son una misma. Durante el siglo XI en
la Fuente de los Baños, hubo un doblamiento Berebere. Con el destierro
de El Cid de Castilla y su consecuente
marcha hacia tierras de Aragón, éste
tuvo que atravesar los territorios de
las actuales Albalate de las Nogueras
y Villaconejos de Trabaque, batiéndose con sus pobladores en el llamado
“camino de la matanza” e inflingiéndoles un duro correctivo. Por ello,
los supervivientes de La Fuente de
los Baños buscaron una nueva ubicación más segura sobre una colina. A
este nuevo asentamiento lo llamaron
Albalate e Bombarrá: camino hacia
Bombarrá, que es hacia donde subía la Fuente de los Baños. Ya en el
siglo XVI, reconquistada desde hacía
muchos años y volcada su vida hacia
la producción y comercio de la nuez,
deciden cambiar su nombre por Albalate de las Nogueras.
ARTE RELIGIOSO
Ermita de San Sebastián: es
una edificación del siglo XVII de planta rectangular con una entrada hacia el
camino del Nogueral, donde la cal y el
sillar se mezclan en perfecta armonía.
Iglesia parroquial de la Asunción. Declarada Bien de Interés Cultural. Síntesis de estilo gótico-románico y renacentista-barroco es una de las iglesias
de mayor valor histórico – artístico de
toda la provincia. Destaca su maciza
espadaña de tres arcos.
En ella se pueden apreciar la huella
de los distintos estilos arquitectónicos
en el paso del tiempo. Recibe fuertes
influencias de la catedral de Cuenca y
sin duda trabajaron en su fabricación
destacados maestros del momento.
ARTE CIVIL
Puente del Nogueral: excepcional puente medieval con fábrica
de piedra labrada. Compuesto de dos ojos peraltados en los arranques y
ligeramente apuntado en
la clave. Se sitúa en una
chopera junto al río en las
afueras del pueblo, en el
que es lugar de paseo y
expansión popular, especialmente atractivo para
pasear en otoño, donde
la naturaleza exhibe sus
riberas todo su esplendor y colorido.
Fuente de la alhaja. Fenomenal fuente trabajada totalmente en sillería y
datada en el año 1898 que consta de
dos partes bien diferenciadas y separadas por un muro coronado por
molduraciones de donde surgen dos
caños.
Casa de la plaza. En sus orígenes debió ser uno de los edificios de factura
más noble de la comarca. El complejo está compuesto de dos edificios
dispuestos en torno al patio cerrado
que hay entre ellos. Forma parte del
conjunto más emblemático de la localidad, junto con la Iglesia, plaza, anteplaza y fuente de San Juan.
El carril y la Tercia. Se trata de un camino o lugar de paso a las afueras
del pueblo, formada por cuevas-bodegas. En ellas, la uva se echaba a su
interior por una abertura rectangular,
llamada piquera, situada en la parte
superior de cada bodega. De ahí, la
uva caía directamente al jaraiz, donde se pisaba y el líquido resultante o
mosto se recogía en el pocillo, desde
donde se vierte o trasiega el mosto a
las tinajas que están en la caña o fondo de la cueva.
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VILLACONEJOS DE TRABAQUE
Lugares hay en la Alcarria que atesoran en sus tinajas la blanco o tinto
corriente, más las de Villaconejos su
verdadero altar. De la mano de este
vino corre la alegría de los campos,
la armonía de las gentes y el donaire
del bodeguero
HISTORIA.
El pueblo de Villaconejos de Trabaque surgió como tal en el siglo XVI,
tras la división de Albalate Bombarrá
en dos núcleos independientes: Albalate de las Nogueras y Villaconejos
de Trabaque. Sin embargo, en edades más antiguas ya estuvo poblado
el actual asentamiento por una comunidad de la edad del hierro. Después
anduvieron por sus contornos romanos, visigodos y cómo no, los árabes.
De su dominación quedaron las cuevas, donde se elabora el vino, y también las típicas historias de fabulosos
tesoros enterrados. Lo cierto es que
existen en la zona múltiples vestigios
del paso de estas civilizaciones en
parajes como: Los Villares, La Perejila
o La fuente de los Baños, entre otros.
ARTE RELIGIOSO:
Iglesia Parroquial de San Juan Bautista (s. XVII – XVIII). Iglesia barroca, del
arquitecto turolense Martín de Aldehuela ,con interesantes decoraciones
en estilo rococó y de tres naves de la
misma altura. En la cabecera presenta
ábside y capillas laterales. El elemento
fundamental y el único resto de la antigua fábrica gótica es el mencionado
ábside, que está cubierto por la bóveda nervada de Crucería. La fachada frontal es simétrica y de órdenes
superpuestos, podría pertenecer al
arquitecto turolense Martín de Aldehuela. El retablo del Altar Mayor se ha
colocado en el siglo XX. Es de nogal
dorado, del siglo XVIII y fue donado
por una familia del lugar procedente
de la Rioja Alavesa.
Ermita de la Inmaculada Concepción
(s. XVIII). Ermita de una nave, crucero
y coro. La nave está cubierta con bóveda de cañón rebajada con lunetos.
El crucero se cubre con cúpula de
media naranja con linternín, sobre pechinas. Portada de medio punto. Lo
más significativo de este edificio era
la unión con el espacio del frontón.
Adosada a la ermita, se ubica la antigua casa del Santero, ahora dedicada
a albergar los peregrinos que siguen
el Camino de la Lana, dentro de la red
de rutas pertenecientes al Camino de
Santiago. De propiedad municipal, su
principal dedicación es al culto religioso y como auditorio. Es uno de
los mejores ejemplos de ermita de
la comarca, junto con las de Torralba,
Buendía o Caracenilla.
ARTE CIVIL Y POPULAR
Plaza Mayor. Aunque en esta plaza no
encontremos ningún edificio destacable por si solo, el conjunto no está
exento de valor, tanto artquitectónico
como visual. Se trata de un espacio
tendente al cuadrado y con superficie ligeramente inclinada, por estar
ubicada en una ladera, como el resto
del pueblo. Todo el conjunto está presidido por la iglesia, que si bien no se
encuentra ubicada propiamente en la
plaza, domina con su presencia este
espacio. El resto de las casas son de
distintas épocas, puede que varias de
ellas se remonten al siglo XIX, siendo
su característica principal el gran desarrollo en altura, ya que la mayoría
tienen cuatro plantas marcadas en la
fachada. También existen ejemplos
actuales pero no rompen el efecto
estético. La plaza está acondicionada para su uso como plaza de toros,
estando los anclajes de las barreras,
tapados con piezas metálicas.
Escudo nobiliario. El escudo está enmarcado por dos pilastras que sostienen un pequeño dintel, está coronado por un yelmo con penacho de
plumas dividido en cuatro partes.
Chozo de la era. Estamos ante una
construcción excepcional, que bien
podría considerarse una de las cumbres de la arquitectura auxiliar de la
comarca. Esta construcción está claramente emparentada con los chozos
de pastores que aparecen dispersos
con distintas tipologías, por los campos de la comarca. Está adaptado a
las necesidades de los trabajos de la
era, ya que su gran tamaño le capacita para el almacenaje de aperos y
para dar cobijo a pernas y animales.
Su bóveda de crucería en seco, con
los nervios perfectamente marcados,
no tienen precedentes ni parangón
en toda la provincia.
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PRIEGO
Priego es uno de los pueblos más bellos y acogedores de Castilla La Mancha, situado en un enclave privilegiado, entre las comarcas de la Serranía
Alta de Cuenca y la Alcarria. Es considerada como “Puerta de la Serranía”
y, a la vez, “Comarca del Mimbre”.
Presenta un impresionante entorno
natural de profundas hoces, sierras
abruptas y cristalinas aguas de los
tres ríos que lo atraviesan: Escabas,
Trabaque y Guadiela.
El viajero que cruce por estos valles
encontrará inmensos mares de mim-
bre de color verde en verano y un
rojo llameante en otoño e invierno y
se sorprenderá con la carboneras de
mimbres rojos bordeando las carreteras o el mimbre blanco secándose
al sol como inmensos abanicos.
Con una altitud de 850 metros y unos
1.200 habitantes ofrece un amplio patrimonio histórico, cultural y artesano
de cerámica y mimbre.
Priego ha gozado, desde muy antiguo, de gran fama por sus plantaciones de mimbre a lo largo de los
valles de los ríos Escabas y Trabaque.
El tradicional oficio de la
cestería sigue muy vivo
entre nuestros artesanos
con piezas tan características como cestas para
la compra y para llevar la
ropa a lavar al río, cestos
de recogida de aceituna, cuévanos, nasas para
cangrejos, cunas, polleras, sonajeros, butacas,
baúles, etc., completándose con muebles de
estilo actual y objetos
decorativos.
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CAÑAM
CAÑAMARES
MARES
S
Cañamares está situado a una altitud de 885 metros sobre el nivel del
mar. Y en el Valle del rio Escabas, en
coordenadas geográficas: 2 03 y 2
18 de longitud Oeste y 40 18 y 40 30
de latitud Norte .Con una extensión
superficial de 41,12 Has y una distancia
de la capital de 52 kms.; manteniendo
un clima templado en invierno y fresco en verano.
Aunque algunos historiadores dicen
haber buscado y encontrado razones para admitir que la Serranía pudo
estar poblada en la antigüedad, de
fenicios, cartagineses y griegos, la
verdad es que nada de ello ha podido resistir la crítica más superficial, y
la única razón comprobada histórica
y documentalmente (crónicas latinas
y yacimientos arqueológicos ) de
un antiguo habitamiento, va referido
al mundo celtibérico, con pueblos
como los lusones, titos y arévacos
que ocuparon los territorios que hoy
corresponden a las provincias de Zaragoza, Soria, Teruel, Guadalajara y
Cuenca. Y en nuestra provincia la ocuparon los Carpetanos, en la Mancha;
los Olcades, en el Centro y Este de la
provincia; y los Lusones, la Serranía y
la Alcarria, acompañados por los Titos
en La Frontera.
Los lusones ocupaban el territorio
donde el río Tajo tiene sus fuentes, y
fueron bajando por el Guadiela, el
Cuervo y el Escabas llegando a Cañamares donde se asentaron, pues hay
que tener en cuenta que Cañamares
goza de uno de los principales elementos para el desarrollo de una comunidad humana, como el beneficioso paso de un río por su término. Esta
predisposición hidrográfica supuso
desde los albores de la humanidad un
atractivo que favoreció el asentamiento de grupos humanos. Prácticamente
todas las culturas que han pasado por
España se han establecido temporal
y definitivamente en las vegas y junto a los ríos, Pero aunque el espacio
natural proporcionó
el sitio para
el emplazamiento de la
población,
han sido los
hombres
que la han
habitado los
que en siglo
de historia,
de afanes y
trabajo, sueños y pensamiento, han hecho posible del medio natural paisajes y una
forma de cultura.
A lo largo del tiempo, se han utilizado los materiales existentes en el entorno, la madera de los montes, para
entramado de los paramentos del
suelo, cubiertas y balconadas; la piedra (caliza) de mampostería, para los
pocos edificios que presentan sillería;
y los yesos para revocos. De su mezcla con las arcillas y margas, los variados tonos de ocres, amarillos que coloreaban las
fachadas.
. La romanizacióna la
Celtiberia
llegó tarde,
allá sobre el
año 150 a, de
J.C. Tiempos
del dominio
romano no
deja dudas,
pues fue mucho el legado que nos dejaron: norias, batanes,
minas, puentes, etc., así como muchas
palabras que dejadas en nuestro idioma lo demuestran.
A partir de la Edad Media el pueblo se va consolidando surgiendo
edificios civiles y eclesiásticos; surgen
calles, hornos, herrerías, molinos, batanes, etc.
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FUERTESCUSA
Fuertescusa es un pequeño
pueblo situado en la Serranía Alta de
Cuenca. Puedes acceder a él desde
al carretera CU-V 9031.
Cuando llegas al cruce De “La
playeta “de Cañamares, municipio
más próximo, y subes el río Escabas
arriba, ya puedes ir adivinando la riqueza del paisaje que te vas a encontrar en este pequeño municipio.
Siguiendo la carretera arriba
llegarás a tres túneles escavados en
al roca, se trata de al “Puerta del Infierno”, aunque más bien podría llamarse entrada al paraíso.
Pasando estos túneles, a la
derecha te encuentras con el arroyo
El Peral. Un poco más arriba y ya llegando al pueblo te encontrarás de
frente con una enorme roca que nosotros llamamos “Piedra del Castillo”,
antigua atalaya.
El atractivo y encanto de este
pueblo serrano lo ofrece principalmente su naturaleza. Por eso si quieres disfrutar de ella, puedes practicar
el senderismo, recorriendo los numerosos paseos que se han recuperado
para que puedas llegar a lugares recónditos y percibir la maravilla de sus
paisajes. Algunos de esos son: “Mirador del Cucurucho”, “El hocino”, “La
hocecilla”, “La cueva del águila”, “El
cañizar”, y muchos más, cada uno con
su peculiar particularidad y atractivo.
Por otra parte has de saber que Fuertescusa cuenta con alrededor de
100 fuentes, muchas de ellas todavía
echan agua y te las puedes ir encontrando en esos paseos.
con el paso de los años.
Por último decir que
nuestra iglesia (S. XV Y
XVI) lleva el nombre de
nuestro patrón “San Martín” y que las fiestas las
celebramos el primer domingo de octubre, la del
Rosario (nuestra patrona)
y el primer fin de semana
de agosto la del verano.
Disponemos de dos bares “El Peral”, “Valiente”
y de un Hotel restaurante
“Fuertescusa”
Destacar también como lugares especiales el Nacimiento de
la “Fuente Grande” como la llamamos nosotros, también denominada “Fuente del Alcor” que es la que
abastece al pueblo. Área recreativa
“El Bronchero” donde poder refrescarte y merendar con tus amigos.
Área recreativa “Las Canales” donde
está situado el estanque cuya agua
sirve para regar los numerosos huertos que todavía se siembran. “Campanas del Tío Milhombres”, resultado
del agua y los efectos de la naturaleza
¡No sé que tendrá este pueblo, que
todo el que lo visita necesita volver!
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CAÑIZARES
Cañizares, es sin duda el primer pueblo serrano de la cuenca del
Guadiela. Su origen es incierto, pero
los testimonios arqueológicos nos indican que ya hace miles de años en
las latitudes próximas al, hoy casco
urbano, hubo asentamientos anteriores, la toponimia de “El Castillo” en la
actualidad un fabuloso mirador, los
restos de fragua en “el Gollindo”, y
tal vez el mas significativo por su extensión y valor la Necrópolis prerromana de “el Valle”, lamentablemente
sin excavar, aunque su datación histórica ya quedó grabada en los anales
de la historia.
Estos datos nos hablan de un
génesis de personas que encontraron
en estas tierras el cobijo y los recursos necesarios para establecer aquí
sus vidas, y como en todos los sitios,
un asentamiento lleva a otros y así
sucesivamente, por lo que con toda
certeza así se formara el pueblo.
Cañizares no es un pueblo
de grandes cunas, aunque de aquí
salió el Obispo Fuero, que lo fue en
Chiapas, Méjico, querido y admirado
por todos, lo cual nos honra, pero sí
queda constancia de ser un pueblo
de trabajadores y luchadores incansables, y de ese testimonio queda la
compra de diferentes terrenos anejos
al termino de Huerta de los Marojales, lo que ha ido aumentando los valores y posibilidades del Municipio y
sus vecinos.
Seria D. Felipe II, quien lo nombrara Villa, Y Seria D. Miguel de Cervantes quien le diera encanto, ya que
su yerno Luis de Molina, junto a su
hija Isabel de Saavedra, iniciaron un
capitulo de sus vidas en estas tierras,
huyendo de Madrid y sus problemas,
y así se cursa una carta en 1611, como
poder de Juan de Urbina, amigo de
la familia de Cervantes, que dice que
el dicho Juan de Urbina da el consentimiento y poderes para que el cura
de Cañizares, D. Pedro Carnerero,
y un vecino de Cuenca, D. Francisco
Castillo, negocien el alquiler de una
la herrería, situada junto a la villa de
Cañizares, para Luis de Molina e Isabel de Cervantes, la famosa herrería
estaba situada en Santa Cristina, por
lo que dicen los documentos de la
época, perteneciente a Cañizares, y
fue y vino, D. Miguel de Cervantes, y
pasó por este pueblo, paso natural a
Santa Cristina, y nos dejó, su literatura
en la segunda parte del Quijote, su
obra inmortal, que no fue por lo que
dijo, o mejor dicho, escribió, sino por
lo que ocultó, como es su profunda
imagen, Ya que su D. Quijote pasó
por aquí, en su sueño imaginario, y
lo narra y lo cuenta, por que lo conocía, cambia nombres y estilos, pero,
y ahí está el secreto, ¡como el lugar
de cuyo nombre no quería recordar,
¡Y tal vez, no le faltaran motivos!. Investigadores, estudiosos, escritores
lo dicen y queda escrito, D. Quijote,
Sancho, el Rucio y Rocinante, cruzaron
todo el pueblo de Cañizares, seguramente durmieron en la misma posada
que durmiera Cervantes, y anduvieron los mismos caminos, y volviendo
al río Guadiela siguieron su camino
al Tajo. El resto es historia moderna,
queda en la actualidad admirar la Ermita, la Iglesia, las fuentes, los montes,
las rocas, y si te gusta soñar imagina a
Cervantes en sus andaduras por aquí,
y si lo que quieres es disfrutar sigue
al Quijote por estos senderos, recorre los caminos, sueña con los sitios y
en definitiva vive esta fuerza natural.
Es típico y propio de Cañizares hacer
cucharas de buje, de donde nos viene el sobrenombre de “cuchareros”,
y famosas sus judías, por las aguas tan
finas que las riegan, si preguntáis a los
vecinos tal vez podáis encontrar alguna muestra de estos .
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VADILLOS
Vadillos, o Puente de los Vadillos, como se llamaba originalmente,
su nombre tiene origen en el cruce de
los dos ríos, el Cuervo y el Guadiela y un arroyo el de la “Bujeda” que
obligaba a hacer vados para cruzarlos, este terreno fue ya codiciado y
ocupado por los pobladores de Cañizares, sería en el siglo XVII, cuando
definitivamente este territorio pasara
a formar parte del municipio de Cañizares, este terreno es rico en actividades industriales, batanes, molinos,
etc, Cuando la energía del agua era la
principal fuerza este enclave se constituyó como paradisíaco, y así fue que
florecieron muchas industrias a la par
del río. Tuvo cabida todo, batanes,
molinos harineros, posteriormente
saltos de electricidad, entretanto se
tejieron otras industrias, como hacer
cacharros para recoger le resina, hospedaje, fábrica de ladrillos, serrería
de pinos, y en el presente una fábrica
de Carburo de Silicio, anteriormente
Puente de los Vadillos, convivió su
industria con la agricultura, y la ganadería y como los gancheros que desde Vega del Codorno y Cueva del
Hierro, llevan, a través del Guadiela
y Cuervo su valioso tesoro, y sería y
será la cueva de la Sierpe el inicio del
“Barranco Maderero” punto obligado
de difícil paso y temido por los Gancheros, quedando en la toponimia
el “Estrecho maderero”, justamente
debajo del embalse de “La Chincha”.
Durante años ha sido lugar de refresco y de condumio, buenos aperitivos,
comida casera y buen trato, Hoy Vadillos tiene mucho que enseñar, sus casas, su industria, el paisaje, sus gentes,
todo admirable, y como broche su
historia de sitio acogedor, de buenas
gentes y buena comida, recorrer sus
ríos rebosantes de naturaleza, observar las aves acuáticas en el embalse
de Chincha, o visitar el museo de los
Gancheros y la Madera.
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BETETA
Su antigüedad se remonta a
las épocas pasadas del Bronce, en lugares como la cueva de la Ramera, de
fácil acceso, está colgada en la mitad
de un elevado escarpe rocoso y las
estalagmitas y estalagtitas adornan su
recorrido, la del Rillo, el yacimiento
del Armentero...
En el paraje conocido como
Los Castillejos, existen restos de un
poblado celtíbero. Aún se pueden
encontrar restos de su fortificación en
lo alto del montículo, así como, adobes, restos de hierro fundido... A sus
pies pasa el río de Valsalobre.
Los romanos explotaron sus salinas,
así como, el hierro de las minas de
Cueva del Hierro, considerado por
ellos uno de los mejores de Hispania. Para su
transporte hicieron un
ramal de vía romana que
cruzaba el bello paraje
de Huerta Bellida.
Durante la dominación
musulmana, estuvo dentro de la jurisdicción de
los señores de Albarracín. Desde el siglo X y
hasta finales del XI, se la
disputaron los señores
de Teruel y de Molina,
alcanzando gran importancia por su situación
estratégica, al ser lugar de enlace y
frontera del dominio musulmán entre
Cuenca, Albarracín y Molina.
Los Lara, señores de Molina, así como
el propio Alfonso VIII, le darían el pueblo en repetidas ocasiones al Obispado de Sigüenza. En 1253, Don Alfonso
y Doña Mafalda de Molina, vendieron
Beteta y sus siete aldeas al Concejo
de Cuenca.
A finales del siglo XV, después
de serles confiscadas al condestable
Don Álvaro de Luna tras su ejecución,
pararon a los Carrillo de Albornoz,
que controlaron la villa de Beteta y
sus siete aldeas: El Tobar, La Cueva
del Hierro, Valsalobre, Masegosa, Lagunaseca, Santa Maria del Val, Valta-
blado, junto además de Pinilla y Durón.
Así se cita que “...en su término se han explotado minas de plata,
hierro, cobre y sal, así como canteras
de mármol”.
Cuando se
creó la Mesta, como organización
ganadera, y siendo Beteta rica en
excelentes pastos,
alcanzó gran importancia en los siglos medievales y
modernos por su
numerosa cabaña
ganadera. De esta
época es la “Cañada Real de Ganado”, que partía
desde Molina de Aragón y pasaba
por Poveda de la Sierra, Valtablado, y
atravesaba el río Guadiela extendiéndose por los altos prados de Beteta,
siendo tramos de libre albedrío unos
y otros veredas. Por ella transitaban
cerca de trescientas mil cabezas que
eran la base principal de la economía
de la comarca de Beteta. Su lana era
muy apreciada y se exportaba a Italia.
Durante los siglos XVII y XVIII, su economía siguió dependiendo del ganado y la corta de maderas. Posterior-
mente, pertenecería al marquesado
de Ariza por emparentar estos con
los Albornoz..
A mediados del siglo XIX, fue
considerada por el general Cabrera, como una posición topográfica
de gran importancia para sus pretensiones, envió al general Palacios
al mando de quinientos hombres
para reforzar su fortificación y hacer
de este lugar un punto fuerte para
su asentamiento. Tres batallones de
la Reina fracasaron en su intento por
conquistarla. Palacios, colocó cuatro
piezas de artillería para defender los
pasos de acceso a ella, empleándose
granadas de vidrio.
En este periodo, Beteta tenía
unas noventa casas, concejo, cárcel,
un palacio, escuela de primeras
letras con treinta
niños y parroquia
servida por un
cura. Sus habitantes se dedicaban
principalmente a
la agricultura y ganadería, aunque
existían dos molinos propiedad
del marqués de
Ariza, una fábrica
de aguardiente, otra de humo para
las imprentas y varias alfarerías.
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Puerta del infierno
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