Siervas del Sagrado Corazón de Jesús

Transcripción

Siervas del Sagrado Corazón de Jesús
CARISMAS MISIONEROS
SIERVAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
La grandeza de una pequeña
obra de Dios
por el amor ardiente hacia Él y
hacia la juventud obrera, respondió a lo que le abrasaba por dentro: fundar una congregación que
se dedicara a la atención de la
joven trabajadora.
Esta congregación somos las
Siervas del Sagrado Corazón de Jesús o Hermanas de las Obreras. El
sueño del venerable Juan Collell, se
hizo realidad y actualmente sigue
con la misma inquietud con la que
nació, teniendo en cuenta las necesidades propias del siglo XXI.
Nuestro fundador
L
a Congregación de Siervas
del Sagrado Corazón de Jesús es toda una vida que
empezó como una pequeña obra
de Dios a favor de la clase obrera. Juan Collell, su iniciador, fue
un hombre muy humano y lleno
de fe, que experimentó en lo más
profundo de su corazón el amor
de Dios y se dejó interpelar por
la realidad social de finales del
siglo XIX. A Juan Collell le preocupaban las injusticias que se
cometían con las jóvenes que
debían dejar sus hogares y desplazarse a la ciudad en busca de
trabajo. Sintió en su interior que
Dios le pedía que hiciera algo
por ellas. Confió plenamente en
el Corazón de Jesús y, movido
Juan Collell nace en Vic (Barcelona), el 20 de enero de 1864,
en el seno de una familia cristiana. Por este motivo, las Siervas
del Sagrado Corazón de Jesús estamos de fiesta este año: celebramos el 150 aniversario del
nacimiento de nuestro fundador.
Ordenado sacerdote en 1886, es
destinado a Muntanyola. Después fue profesor y director espiritual del Seminario de Vic. Se
distinguió por su sencillez, su
humildad y su gran amor al Corazón de Jesús, devoción que
propagó por toda la comarca.
Sensible a las necesidades del
mundo obrero, especialmente
de las jóvenes explotadas en
«Juan Collell fue un hombre especialmente
sensible a las necesidades del mundo obrero».
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los talleres y fábricas, así como
de los hijos de los obreros, que
quedaban muchas horas solos en
sus casas, funda en Vic, el 2 de
febrero de 1891, la Congregación
de Siervas del Sagrado Corazón
de Jesús, para poder atender estas preocupantes situaciones.
El 5 de octubre de 1921, después de una vida fiel y de entrega al Corazón de Jesús, murió en
Vic, dejando huellas de santidad.
El 11 de julio de 1995 el papa
san Juan Pablo II reconoció públicamente sus virtudes y lo declaró venerable.
Nuestra labor misionera
Actualmente la congregación
está formada por unas cien hermanas, presentes en España, Uruguay, Paraguay, Argentina, Brasil,
México y Mozambique.
Nuestros lugares de misión:
Los colegios donde se acoge, acompaña y ayuda a familias
trabajadoras. En algunos de ellos
hay un índice elevado de migración o familias con situaciones
fuertes de desempleo.
Las residencias universitarias en que acogemos y compartimos con las jóvenes, creando un
.
.
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clima de familia, donde se viven
los valores humanos y cristianos.
En países como Uruguay,
Paraguay, Argentina, Brasil y México, todas nuestras obras son de
promoción social. En Brasil, por
ejemplo, tenemos un proyecto de
acogida a los niños de la calle. Se
les da refuerzo, talleres y el almuerzo o una merienda, según
estén en el turno de mañana o de
tarde. Otro ejemplo es, en Paraguay, un comedor para niños de
la calle; les recogemos y les proporcionamos una comida al día.
A raíz del último capítulo
general abrimos una nueva comunidad en Madrid, donde tres hermanas colaboran, junto con otras
congregaciones, en dos asociacio-
.
.
nes: Pueblos Unidos y Puentes de
Esperanza. Estas asociaciones
ofrecen un espacio de acogida a
personas migrantes, a través de
un itinerario que comprende el
acompañamiento integral, apoyo
social, personal y familiar, formación y acceso al empleo. Con la
nueva situación económica que
vivimos, cada vez son más las
personas españolas que acuden a
pedir ayuda.
Siguiendo nuestro carisma
de servicio y acogida a la joven,
el año pasado abrimos una misión
en Mozambique, en Alua, en la
parroquia santuario María Madre
de África. En esta obra, nuestras
hermanas realizan diferentes
servicios pastorales y sociales.
Pastoralmente acompañan a los
jóvenes, adolescentes y niños, y
se ocupan de la formación de los
catequistas y de grupos de mujeres. En el ámbito del trabajo social, la misión cuenta con un hogar de jóvenes estudiantes, procedentes de zonas rurales muy ale-
.
150 años del
nacimiento
de Juan Collell
L
a congregación está viviendo la
celebración del 150 aniversario
del nacimiento de Juan Collell
con un corazón agradecido, con gozo y
alegría. Pero también, como una oportunidad de renovación interior.
Nuestro deseo es releer y orar con los escritos del fundador, profundizar en esta espiritualidad que ha enriquecido a la congregación y a la Iglesia durante tantos
años, y hacer que otros puedan conocer la vida y la
obra de este gran hombre adelantado a su tiempo. La
intimidad con el Corazón de Jesús marcó su vida y queremos que a nosotras nos lleve a la Vida.
jadas de una escuela secundaria y
a las que nosotras acogemos. Junto a este servicio también se encuentra la atención a los niños
desnutridos, especialmente a los
huérfanos. Ellos son traídos a la
misión por algún familiar que se
hace cargo de su crianza, por lo
general, la abuela o el padre. Esta
necesidad es básica e imprescindible, ya que las familias no cuentan con los medios necesarios para alimentar adecuadamente a estos niños, que ya no tienen la leche materna, rica en vitaminas y
con los nutrientes necesarios para
los primeros meses de vida.
Objetivos de futuro
Nuestro fundador estuvo atento
a las necesidades de las trabajadoras y sus hijos. Nuestra pregunta
deberá ser: ¿qué necesidades nuevas de nuestro mundo reclamarían
la atención de Juan Collell?
En la Tierra hay 250 millones
de niños y niñas trabajadores, cuya edad oscila entre cinco y cator-
ce años. El trabajo infantil es, al
mismo tiempo, la causa y el efecto
de la pobreza. El niño o niña trabajador carece de los beneficios liberadores de la educación, tiene
amenazadas la salud, el crecimiento y el desarrollo, y corre el riesgo
de quedarse sin el amor, la atención y la protección de la familia.
Si en tiempos del fundador el
modelo de vida laboral creó esclavitud, hoy el modelo laboral está
generando inestabilidad afectiva.
Muy a menudo percibimos que el
problema de muchos niños es la
falta de amor y atención por parte
de su familia. Hoy los padres van
ambos a trabajar y son los abuelos los que se ocupan de ellos
cuando no están en la guardería
o el colegio. En nuestra sociedad
el niño tiene muchos medios, pero quizás le falta el valor más importante de su vida: el amor.
Por eso, nuestro gran reto es
el de acompañar al niño y adolescente en estas etapas fundamentales de su vida.
Hna. ISABEL DIEZ
Superiora General de la Congregación
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