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Examen ultrasonográfico del endometrio y cavidad endometrial 709 C A P Í TU L O 20 • GINECOLOGÍA 710 Capítulo 20 - Ginecología Examen ultrasonográfico del endometrio y cavidad endometrial 711 EXAMEN ULTRASONOGRÁFICO DEL ENDOMETRIO Y CAVIDAD ENDOMETRIAL Drs. Gustavo Gormaz S, Claudia Gormaz B. Centro Ecográfico G y G [email protected] INTRODUCCIÓN Pareciera que en nuestra especialidad no se le ha dado la importancia debida al endometrio. Es curioso ya que éste no sólo es un efector importante de las hormonas sexuales, sino que además, es asiento de numerosa patología benigna y de cáncer, sin desconocer por cierto, su importancia como lugar de implantación del blastocisto cuando ocurre un embarazo. Este aparente desinterés se debe, al menos en parte, a razones históricas. Hasta el advenimiento de la ultrasonografía a fines de los años setenta, el endometrio era abordable exclusivamente por procedimientos invasivos o semi invasivos, como la biopsia, a través de la cual se posibilitaba el estudio histopatológico que era –y sigue siendo– el estándar de oro en el diagnóstico de cualquier patología endometrial. Era de esperar, entonces, que la aparición de la ultrasonografía en ginecología y, específicamente de la ultrasonografía transvaginal, estuviera destinada a jugar un papel insustituible en el estudio de la patología endometrial sintomática y asintomática, a manera de tamizaje o “screening” rutinario; algo similar a lo que ocurre con el Papanicolaou en la prevención y diagnóstico precoz del cáncer del cuello uterino o con la mamografía radiológica en el caso de la patología mamaria. Era, a nuestro juicio, lo esperable debido a su eficacia, simplicidad, inocuidad y rapidez. Sin embargo, en la práctica rutinaria, no siempre se obtiene el máximo beneficio que la ultrasonografía nos puede aportar en el diagnóstico de la variada patología endometrial. La causa de esta falencia se debe, tal vez, a que gran parte de los ultrasonografistas que realizan exámenes ginecológicos no han tomado conciencia de la importancia que reviste la detallada descripción del endometrio y su interpretación en relación al contexto clínico de la paciente y, particularmente, al aspecto de los ovarios, además de la edad, la sintomatología, el día del ciclo en que se efectúa el examen y al uso de hormonas. En este sentido, la descripción e interpretación del endometrio constituye un verdadero “bioensayo” del estatus de las hormonas sexuales en la mujer. Por este motivo, este capítulo va dirigido tanto a clínicos como a ultrasonografistas con la intención de contribuir a mejorar el aporte que un buen examen ultrasonográfico puede entregar al ginecólogo. El material y las recomendaciones que los lectores encontrarán en este capítulo es el resultado de nuestra experiencia de casi tres décadas dedicadas a la ultrasonografía obstétrica y ginecológica, con especial interés en el estudio del endometrio en los últimos quince años. Considerando el estado actual de la tecnología ultrasonográfica, nos parece de fundamental importancia enfatizar el hecho de que la ultrasonografía por vía transabdominal para examinar los genitales internos de la mujer, ha quedado obsoleta. Actualmente disponemos de transductores endocavitarios de alta frecuencia que hacen posible un examen transvaginal y transrectal (en mujeres vírgenes) de incomparable mejor resolución de imagen. Esta técnica, indudablemente, permite mejores diagnósticos tanto de normalidad, como de patología ginecológica. Esto es especialmente así, en la caracterización de ovarios y endometrio. Es lamentable que aún hoy, una cantidad importante de médicos sigan indicando exámenes ultrasonográficos por vía abdominal, particularmente en las mujeres vírgenes, ya sea por desconocimiento o por razones culturales, limitando la obtención de información valiosa para el diagnóstico y tratamiento de su paciente (Gormaz C y Gormaz G, 1999). El exámen ultrasonográfico del endometrio es un verdadero bioensayo No podemos dejar de considerar el hecho de que el endometrio es un órgano de morfología esencialmente 712 variable de acuerdo a la edad, el día del ciclo, los niveles plasmáticos de esteroides ováricos y, por supuesto, de acuerdo a la variada patología originada tanto en el propio endometrio como en sus vecindades. Por esta razón, consideramos indispensable, no solamente describir adecuadamente la morfología endometrial, sino que interpretarla en relación a las variables descritas. Nos parecen insuficientes los informes que describen el endometrio como “líneal” o “endometrio normal” o bien se confunden entre el endometrio propiamente tal y la cavidad endometrial. Estas descripciones tan escuetas son de escasa o nula utilidad clínica. Capítulo 20 - Ginecología cuatro tipos o grados ecográficos: Endometrio tipo 0 (Figura 1) caracterizado por una refringencia lineal cuyo grosor no sobrepasa los 4 mm y que corresponde a ambas capas basales del endometrio que están adosadas. El tipo 0 es propio de los días finales de la menstruación o inmediatamente después de ella, en que ya se ha producido la descamación de gran parte de la capa funcional del endometrio, por lo que sólo es posible apreciar la capa basal que permanece in situ (Figura 2). Este tipo de endometrio también se ve en otras circunstancias normales y patológicas, como veremos más adelante. Nuestra contribución a la interpretacion sonográfica del endometrio La confusión e inconsistencia existente en la descripción sonográfica del endometrio, tanto en el medio nacional como en la literatura extranjera, nos motivó a estudiar la morfología del endometrio, relacionándola con diversas variables –tanto fisiológicas como patológicas– en distintas períodos etarios de la mujer. Así fue como, a fines de la década de los ochenta, decidimos comenzar con el estudio de las variaciones morfológicas que sufre el endometrio desde el punto de vista ultrasonográfico a lo largo del ciclo ovulatorio normal, desde el primer día de una menstruación hasta el primer día de la siguiente (Gormaz G et al. 1992). Además, correlacionamos las imágenes del endometrio con su descripción histológica en el período preovulatorio (proliferativo) y en período post ovulatorio precoz y tardío (secretor inicial y secretor premenstrual, respectivamente). Asimismo, correlacionamos el aspecto sonográfico del endometrio con la aparición y crecimiento del folículo ovárico dominante y su rotura (ovulación) y la ulterior formación del cuerpo lúteo. De esta manera, llegamos a configurar cuatro patrones morfológicos del endometrio, considerando su grosor, su ecogenicidad o refringencia y el número y grosor de las “interfases”. Con este término nos referimos a las refringencias (o ecos) lineales que produce el haz de ultrasonido al atravesar tejidos o estructuras de diferente impedancia acústica, como son el miometrio y la capa basal del endometrio (interfase miometrio-endometrio) y también, a la zona donde se juntan ambas capas del endometrio (interfase medial o interfase endometrio-endometrio) dando origen a la “cavidad virtual” endometrial. Los patrones encontrados los clasificamos en Figura 1. Figura 2. Endometrio tipo 1 (Figura 3), caracterizado por tres interfases lineales de similar grosor (endometrio trilaminar). La línea superior corresponde al lugar donde el miometrio se toca con la capa basal del endometrio superior y la línea inferior, al lugar donde la pared posterior del miometrio se encuentra con la capa basal inferior del endometrio. La tercera refringencia lineal es medial, equidistante de las dos anteriores Examen ultrasonográfico del endometrio y cavidad endometrial 713 y de similar grosor. El endometrio tipo l lo vemos aproximadamente desde el día 6 ó 7 del ciclo (según la duración de la menstruación precedente), hasta aproximadamente el día 14 ó 15, en que se produce la ovulación. A medida que se acerca la ovulación, su grosor crece de los 4 mm hasta los 9 a 11 mm. Entre las tres interfases del endometrio tipo 1, se aprecia una zona isoecogénica y en ocasiones hipoecogénica con respecto al miometrio circundante. Desde el punto de vista histológico, esta zona corresponde a la capa funcional del endometrio que se desarrolla a partir de la capa basal, en respuesta a la estimulación creciente de los estrógenos producidos por el folículo dominante, el cual aumenta progresivamente su diámetro hasta alcanzar 20-22 mm antes de que se produzca la ovulación. La característica sonográfica de iso o hipoecogénica de la capa funcional del endometrio se explica porque en esta etapa del ciclo (fase estrogénica o proliferativa), el estroma predomina sobre las glándulas endometriales las que crecen en forma rectilínea desde la capa basal, de manera que el haz de ultrasonido no encuentra interfases en las cuales “rebotar” y producir ecos o refringencias. En condiciones de normalidad, el endometrio tipo 1 coexiste con un folículo dominante en uno de los ovarios (Figura 4). Mientras más avanzado sea el día de la fase proliferativa en que se encuentra la mujer, mayor será el diámetro del folículo y, por ende, mayores serán los niveles plasmáticos de estrógenos y el grosor del endometrio. Endometrio tipo 2 (Figura 5). Durante el proceso de la ovulación, el endometrio tipo 1 o “proliferativo”, comienza a cambiar rápidamente de aspecto. Las interfases miometrio-endometrio, tanto superior como inferior, se van engrosando y haciéndose más refringentes y gruesas “invadiendo”, por así decirlo, progresivamente la capa funcional, pero manteniéndose aún la interfase medial o interfase endometrioendometrio. De esta manera, el endometrio tipo 2 también es “trilaminar”, pero, a diferencia del tipo 1, las interfases superior e inferior son gradualmente más gruesas que en el tipo 1. Figura 3. Figura 5. Figura 4a. Figura 4b. 714 Este aspecto sonográfico que adquiere el endometrio después de la ovulación se explica, desde el punto de vista histológico, porque en esta fase secretora del ciclo, se ha formado ya un cuerpo lúteo que es fácilmente reconocible por ecografía (Gormaz G et al., 2000), el que comienza a producir progesterona en cantidades crecientes a medida que transcurren los días. Esta progesterona actúa sobre la capa funcional del endometrio, ya “estrogenizado”, estimulando el crecimiento de las glándulas endometriales, que se vuelven tortuosas por los numerosos plegamientos sobre sí mismas y estimulando la secreción de las glándulas endometriales que se llenan de contenido (glucógeno) y aumentan de diámetro. En estas circunstancias, el tejido glandular predomina cada vez más sobre el estroma. Estos cambios histológicos inducidos por la progesterona tienen como consecuencia la formación de numerosas interfases que producen “ecos” que, en lenguaje ultrasonográfico, se traducen en refringencias que paulatinamente van “ocupando” todo el endometrio funcional y se va aumentando el grosor total del endometrio, comparado con el alcanzado en la fase proliferativa precedente. Se llega así a conformar el cuarto patrón endometrial. Endometrio tipo 3 (Figura 6), característico de la fase secretora del ciclo ovulatorio normal. El endometrio tipo 3 alcanza su grosor máximo (8-12 mm.) previo a la menstruación. De esta manera, durante los catorce días que siguen a la ovulación y formación del cuerpo lúteo, el endometrio tipo 1 (proliferativo), inicia progresivamente su “viraje” hacia el endometrio de tipo 2 (secretor inicial) y luego a endometrio tipo 3 (secretor tardío), reflejando los niveles crecientes de progesterona secretados por el cuerpo lúteo. El ciclo ovulatorio normal se completa, en ausencia de embarazo, cuando los niveles plasmáticos de estrógenos y progesterona caen bruscamente, desencadenando la menstruación con desprendimiento de la capa funcional del endometrio. La destrucción de la arquitectura de la capa funcional del endometrio y su consecuente expulsión en la menstruación, no compromete su capa basal, que es indispensable para regenerar el endometrio. Ahora, el aspecto del endometrio regresa al tipo 0 y comienza un nuevo ciclo (Figura 1). La utilidad que nosotros le asignamos a esta clasificación basada en la morfología sonográfica del endometrio, reside en que los cuatro tipos de endometrio descritos se relacionan directamente con el día del ciclo en que se encuentra la paciente; con los cambios en los niveles plasmáticos de estrógenos Capítulo 20 - Ginecología y progesterona y con el crecimiento progresivo del folículo dominante, la ovulación y la formación y actividad secretora del cuerpo lúteo. No escapará a la atención del lector, la importancia clínica práctica que tiene el reconocimiento ecográfico de cada tipo de endometrio al interpretarlos en relación a los parámetros descritos. Tanto es así, que es posible deducir con suficiente aproximación, el día del ciclo menstrual en que está la paciente cuando se efectúa el examen, relacionando el tipo de endometrio con el aspecto de los ovarios (Figura 7). Figura 6. Figura 7. Como corolario, podemos decir que, en condiciones de normalidad, ocurre lo siguiente: 1. El endometrio tipo 0 se observa en el período post menstrual inmediato y coincide con ovarios en reposo folicular (Figura 8). En este momento los estrógenos y progesterona plasmáticos están en sus niveles más bajos. 2. El endometrio tipo 1 se observa aproximadamente desde el día 6 del ciclo (después de finalizada la menstruación), hasta el día previo a la ovulación (día 14 al 16 del ciclo) y coexiste con un folículo 715 Examen ultrasonográfico del endometrio y cavidad endometrial dominante que crece a medida que transcurren los días, de 9 a 20-22 mm de diámetro (Figura 4). En este momento, los estrógenos plasmáticos siguen una curva ascendente. 3. El endometrio tipo 2 se observa a partir de la ovulación (día 14 al 16 del ciclo) y se asocia a la presencia de un cuerpo lúteo (Figura 9). Desde este momento se inicia un progresivo aumento de los niveles plasmáticos de progesterona. 4. El endometrio de tipo 3 se observa desde el día 17 ó 18 del ciclo (día +3 ó +4 post ovulación) y, al igual que el tipo 2, se acompaña del cuerpo lúteo en el ovario que contenía el folículo dominante. En esta etapa los niveles plasmáticos de estrógenos y de progesterona continúan en aumento hasta que se produce su brusca caída alrededor del día 28 del ciclo, lo que desencadena la menstruación. Toda vez que estas condiciones no se cumplen significa que algo anormal está sucediendo, ya sea por alteración de la regulación hormonal del eje hipotálamo – hipófisis– ovarios, o por alguna patología del endometrio mismo. Más adelante nos referiremos a algunas de estas condiciones y a su diagnóstico ecográfico. En el seguimiento ultrasonográfico de la ovulación, de empleo tan común en el manejo de la infertilidad conyugal, no es infrecuente la ocurrencia del fenómeno llamado “folículo luteinizado no roto” (LUF) en su sigla en inglés (Liukkonen S et al., 1984). Esta anomalía ocasional es fácilmente diagnosticada cuando un folículo dominante sobrepasa los 22 mm. sin romperse, al mismo tiempo que el endometrio sufre el viraje normal de tipo 1 a tipo 2, indicando la producción de progesterona por el folículo “luteinizado”. Evidentemente, este ciclo es infértil ya que el óvulo no es expulsado del folículo. Figura 9. ¿EN QUÉ OTRAS CONDICIONES PUEDEN ENCONTRARSE LOS DIFERENTES TIPOS DE ENDOMETRIO? Hasta ahora nos hemos referido a las variaciones morfológicas del endometrio en el ciclo menstrual ovulatorio normal. Pero existen condiciones fisiológicas, patológicas y iatrogénicas, en que los tipos de endometrio descritos, adquieren un significado diferente al señalado anteriormente. Condiciones fisiológicas asociadas a endometrio tipo 0 Además de la fase postmenstrual inmediata del ciclo normal, el endometrio tipo 0 se encuentra en las siguientes condiciones normales: 1. Postmenopausia 2. Amenorrea de lactancia Condiciones patológicas o iatrogénicas asociadas a endometrio tipo 0 1. Amenorrea hipogonadotrófica 2. Usuaria de anovulatorios 3. Legrado reciente. 4. Usuaria de agonistas de GnRH o insuficiencia ovárica inducida. Condiciones asociadas a endometrio tipo 1 Figura 8. En pacientes anovulatorias u óligoovulatorias en edad reproductiva, como ocurre por ejemplo en algunas pacientes con síndrome de ovarios poliquísticos. En 716 estos casos el endometrio tipo 1 puede prolongarse a lo largo de todo el ciclo. Condiciones asociadas a endometrio tipo 2 Un grupo de mujeres con ciclos ovulatorios, aparentemente normales, permanecen con un endometrio de tipo 2 durante toda su fase lútea, sin virar a endometrio de tipo 3. Es posible que algunos de estos casos correspondan a una insuficiencia lútea. Esta hipótesis se planteó porque, en ciertos casos, estas mujeres han tenido respuesta adecuada con viraje endometrial al tipo 3 después de la administración de progesterona. Es de interés destacar el caso de tres mujeres de nuestro estudio que durante el seguimiento ecográfico de ovulación se embarazaron con un endometrio tipo 2 (comprobado por subunidad BHCG positiva) en que se detectó un pequeñísimo, pero reconocible, saco gestacional implantado en un endometrio tipo 2, sin cambios de decidualización. En los tres casos se produjo un aborto espontáneo a los pocos días. En estas tres mujeres se hizo el diagnóstico de insuficiencia lútea y en los ciclos siguientes, bajo seguimiento ecográfico, se administró progesterona desde el día de la ovulación, consiguiendo un viraje normal a endometrio tipo 3 y un embarazo implantado en endometrio bien decidualizado que llegó a término. Condiciones asociadas a endometrio tipo 3 Como se mencionó antes, el endometrio de tipo 3 se caracteriza por ser homogéneamente refringente y tener un grosor de 6-12 mm. Este endometrio es característico de la fase lútea del ciclo ovulatorio normal. En este caso, lo denominamos endometrio tipo 3 secretor y debe estar siempre asociado a la presencia de un cuerpo lúteo. Sin embargo, en ocasiones encontramos un endometrio tipo 3, indistinguible del endometrio tipo 3 ya descrito, pero que no se relaciona con la fase lútea normal. En estos casos, este hallazgo siempre traduce alguna patología de tipo funcional o de tipo orgánico. ¿Cuándo debe considerarse anormal el hallazgo de un endometrio de tipo 3? 1. En la postmenopausia asociada o no a terapia estrogénica. 2. En ausencia de un cuerpo lúteo detectable En estos casos, el endometrio tipo 3 puede estar asociado a: • Hiperplasia endometrial Capítulo 20 - Ginecología • • • • Pólipos endometriales inaparentes Miomas submucosos Cáncer de endometrio Administración de progestinas exógenas La importancia de la interpretación clínica de la morfología del endometrio, en relación al contexto de la paciente, se hace más evidente en el endometrio tipo 3. Su presencia fuera del momento en que fisiológicamente le corresponde estar, obliga al ecografista a avanzar un paso más adelante para indagar las causas de este hallazgo extemporáneo, aventurando un diagnóstico presuntivo y sugerir al médico tratante la conveniencia de complementar el examen ultrasonográfico transvaginal convencional con una sonohisterografía efectuada en fase proliferativa, si está ciclando, que permita confirmar o descartar la presencia de pólipos endometriales o miomas submucosos inaparentes. También en estos casos es posible sospechar la presencia de una hiperplasia endometrial, más aún cuando se observan microquistes en la capa funcional (Figura 10). Es interesante señalar que, como hemos dicho, el endometrio tipo 3 refleja la estimulación de progesterona sobre un endometrio previamente estimulado por niveles “normales” de estrógenos. Pero en condiciones anormales, como la anovulación crónica en mujeres en edad reproductiva, que solamente producen estrógenos, o en las mujeres post menopáusicas que reciben terapia estrogénica sin la contraparte de progesterona, el endometrio responde, sonográficamente, en forma similar a la fase secretora del ciclo normal, esto es, con un endometrio tipo 3. Dicho en otras palabras, el endometrio tipo 3 puede ser resultado de estimulación progestativa normal, como también de estimulación estrogénica anormal. Figura 10. Examen ultrasonográfico del endometrio y cavidad endometrial En cuanto al cáncer endometrial, debe sospecharse cuando el endometrio tipo 3 es de textura irregular en una mujer postmenopáusica que, además, presenta metrorragia de cualquier cuantía y duración. En estos casos es de utilidad examinar cuidadosamente la interfase miometrio-endometrio en busca de soluciones de continuidad que sugieran invasión al miometrio (Figura 11). Vale la pena repetir que la ultrasonografía del endometrio sólo sugiere diagnósticos los que necesariamente deben ser ratificados por examen histopatológico. Figura 11a. Figura 11b. 717 LA SONOHISTEROGRAFÍA O HISTEROSONOGRAFÍA (SHG o HSG) A fines de la década de los setenta el Dr. Gabriel Leal Casanova tuvo la idea –por primera vez en Chile y probablemente en el mundo– de instilar suero salino a través del orificio cervical y observar su paso por las trompas bajo visión ultrasonográfica transabdominal. Su intención no era investigar la cavidad endometrial sino diagnosticar la permeabilidad tubaria. Sin duda que fue una idea original y novedosa. Desafortunadamente, la tecnología ultrasonográfica de aquellos años era muy incipiente, de modo que la resolución de las imágenes era insuficiente para ver detalles. Además, aún no existían los transductores endovaginales. Por estas razones la idea del Dr. Leal no rindió los frutos esperados y su trabajo no fue repetido ni validado. Muchos años después, a fines de los ochenta, nuestro grupo en el Laboratorio de Ultrasonografía del Departamento de Obstetricia y Ginecología del Hospital Clínico de la Universidad Católica, que a esas alturas ya estaba interesado en el endometrio, inició el estudio sistemático del endometrio y de la cavidad endometrial. Comenzamos examinando ultrasonográficamente úteros recién extirpados por diversas patologías sumergidos en un recipiente con jalea casera, utilizando un transductor convexo de 5 MHz. Nuestra sorpresa fue grande al constatar que las imágenes que obteníamos del útero eran claras y nítidas. De esta forma pudimos describir mejor no sólo el endometrio, sino que el miometrio y sus diversas alteraciones. Nuestro siguiente paso fue investigar la cavidad endometrial propiamente tal, para lo cual utilizamos una jeringa sin aguja para instilar agua bajo visión ecográfica. Con este procedimiento observamos cómo la cavidad endometrial virtual se distendía, separándose las dos capas del endometrio, permitiendo una visión nítida de su superficie. Movilizando el útero dentro del recipiente, explorábamos la cavidad en todos sus planos. Sin embargo, aún faltaba verificar si estas imágenes tan nítidas podrían conseguirse también en un útero “in vivo”, utilizando un transductor transvaginal. Reclutamos voluntarias de preferencia multíparas en las que la ultrasonografìa transvaginal convencional nos hacía sospechar alguna alteración endometrial y, con su consentimiento informado, procedimos a colocar un espéculo para visualizar el cérvix. Luego introdujimos una sonda de alimentación para neonatos (French 5) a través del os externo, tratando de llegar hasta el fondo de la cavidad uterina y conectábamos 718 una jeringa con 8 a 10 cc. de suero salino. Al instilar el suero fisiológico lentamente bajo visión ultrasonográfica transvaginal se obtiene una adecuada distensión de la cavidad. En ese momento, congelamos la imagen para estudiar cualquier irregularidad del endometrio que protuyera hacia la cavidad y enseguida movilizábamos el transductor para obtener imágenes multiplanares. Es importante hacer notar que la técnica ideada por nosotros, la seguimos empleando actualmente sin modificaciones importantes. INDICACIONES DE LA SONOHISTEROGRAFÍA (SHG) La SHG es, en verdad, un complemento de la ecografía transvaginal convencional, toda vez que se sospeche alguna anormalidad en el endometrio, a saber: 1. Endometrio tipo 3 en mujer postmenopáusica. 2. Endometrio tipo 3 en mujeres en edad reproductiva en un período que no corresponda a la fase secretora. 3. Endometrio tipo 3, en mujeres usuarias de anovulatorios. 4. Refringencia focal del endometrio que interrumpa la interfase medial. 5. Sospecha de DIU ectópico que haya penetrado parcialmente al miometrio. 6. Sospecha de útero bicorne o similar. 7. Visualización insuficiente del endometrio por posición indiferente o por retroversof lexión uterina. 8. Sospecha de sinequias endometriales. La SHG es de gran utilidad ya que permite diferenciar la patología focalizada del endometrio –como los pólipos y los miomas submucosos de la patología endometrial difusa– como son las hiperplasias y el cáncer de endometrio. En más de una ocasión hemos recibido informes ultrasonográficos que describen un endometrio engrosado por probable hiperplasia. Consecuente con este diagnóstico el médico tratante efectuó un legrado biópsico que informó un endometrio atrófico. Esta aparente discordancia se debe a que el endometrio engrosado descrito por el ecografista (Figura 12) corresponde, en realidad, a un endometrio atrófico con un gran pólipo pediculado que ocupa la cavidad (Figura 13). La biopsia sólo obtuvo material del endometrio atrófico y no del pólipo. En estos casos, la SHG evita estos errores y otros similares. Otro punto interesante de señalar, lo constituye Capítulo 20 - Ginecología la posibilidad de diferenciar claramente, un pólipo endometrial de un mioma submucoso que ha ocupado la cavidad. Efectivamente, estudiando con detalle las imágenes, es posible verificar que el pólipo se origina en el endometrio lo que se reconoce porque la interfase miometrio-endometrio no pierde su continuidad en el sitio de implantación del pólipo en relación al resto del endometrio (Figura 14). En el caso del mioma submucoso, vemos que la interfase miometrio-endometrio se deforma en el sitio de implantación del mioma, rodeando la periferia de éste, de manera que el mioma queda, por así decirlo, “envuelto” por endometrio basal (Figura 15). En general, en mujeres en edad reproductiva que sufren de hipermenorreas o meno-metrorragias y en las que ginecólogo sospecha alguna lesión endometrial, es recomendable practicar la ultrasonografía transvaginal convencional y, eventualmente, la SHG en el período postmenstrual. Esto porque el endometrio tipo 3, propio de la fase secretora, puede encubrir un pólipo o un mioma submucoso. Figura 12. Figura 13. Examen ultrasonográfico del endometrio y cavidad endometrial 719 COMPLICACIONES En más de mil SHG que hemos efectuado en los últimos quince años no hemos tenido complicaciones infecciosas. Al comienzo tuvimos algunas pacientes que se quejaron de dolores cólicos hipogástricos transitorios después del procedimiento. Posteriormente, nos dimos cuenta de que en estos casos se trataba de nulíparas vaginales con úteros en exagerada anteversoflexión o retroversoflexión en las que no tuvimos la precaución de aspirar completamente el suero salino residual instilado, el cual provocaba los cólicos uterinos al intentar ser expulsado por el canal cervical. Figura 14. Figura 15. CONTRAINDICACIONES DE LA SHG La SHG tiene escasas contraindicaciones, entre las cuales se incluyen las sinequias cervicales, lesiones infecciosas en evolución del cérvix y procesos inflamatorios pelvianos (PIP) activos. La sospecha de un cáncer endometrial no constituye, a nuestro juicio, una contraindicación ya que no existe riesgo de diseminación debido a que en este procedimiento el suero salino se instila a muy baja presión, por lo que el líquido no pasa a las trompas. TÉCNICA La técnica de la SHG ya la hemos descrito en párrafo anterior. Sólo basta con señalar aquí que, como toda acción médica, debe ser previamente explicada a la paciente, obtener su consentimiento y realizarse bajo adecuadas normas de asepsia. El procedimiento es simple y rápido. No requiere anestesia ni analgesia ya que es prácticamente indoloro si se logra un buen rapport con la paciente. EVALUACIÓN DEL ENDOMETRIO MEDIANTE ULTRASONOGRAFÍA TRIDIMENSIONAL (3D) A mediados de la década de los noventa, mientras ejercíamos nuestras labores en el ya desaparecido Centro de Estudios en Biología de la Reproducción (CEBRE) de la Pontificia Universidad Católica de Chile, tuvimos el privilegio de traer a Chile, el primer equipo tridimensional (Tom Tec Imaging Systems, Boulder). Desde entonces, nos hemos interesado en buscar aplicaciones prácticas de la tecnología 3D, tanto en obstetricia como en ginecología, que aumenten la capacidad diagnóstica de la ultrasonografía. Durante los últimos diez años la tecnología en esta área ha avanzado en forma asombrosamente rápida, de tal manera que hoy, la técnica 3D se ha incorporado a la mayoría de los equipos ultrasonográficos de última generación. Al mismo tiempo, la excelente calidad de las imágenes y la facilidad de su obtención por parte de los operadores, la han puesto de moda especialmente en obstetricia, junto a su último adelanto, la llamada ultrasonografía 4D, que no es sino la representación del movimiento fetal en imágenes 3D. Sin embargo, la industria ultrasonográfica ha privilegiado la obtención rápida y fácil de imágenes volumétricas, que causan impacto, cuando se utilizan en la visualización de la cara del feto. En ginecología, por el contrario la tecnología 3D y 4D no han captado igual entusiasmo por parte de los ecografistas. En cierto modo es explicable porque para la paciente no reviste ninguna emoción comparable a la que causa el ver el rostro de su bebé como una fotografía dentro del útero. Por otra parte, la visión volumétrica de superficie de los órganos y estructuras del aparato genital femenino interno no aporta, en general, al diagnóstico de patología ginecológica. Un ejemplo de esto es la SHG tridimensional que permite una espectacular 720 Capítulo 20 - Ginecología visión de la lesión endometrial, pero no mejora el rendimiento diagnóstico de la SHG convencional 2D (Figuras 16 y 17). No obstante, el empleo de las imágenes bidimensionales en los planos ortogonales, los que se pueden variar y manejar a voluntad, permiten visualizar anomalías no detectadas en la ultrasonografía bidimensional convencional. En nuestra experiencia, nos ha resultado de mucha utilidad el estudio multiplanar del endometrio, con o sin SHG, mediante el software Sonocubic™ (Medge Platforms Inc, New York, NY) acoplado al ecógrafo. Este software nos permite trabajar las imágenes en diferido para luego llevarlas al modo volumétrico. Por supuesto, esta técnica es útil también para caracterizar con mayor detalle otras patologías detectadas en la ecografía convencional. En esta forma, hemos diagnosticado malformaciones uterinas (Figura 18), sinequias endometriales (Figura 19), pólipos endometriales sin SHG (Figura 20), por nombrar algunos ejemplos. En resumen, la ultrasonografía transvaginal 3D y 4D es un complemento útil en el diagnóstico de algunas patologías del endometrio, pero que no es indispensable y, además, implica un trabajo diferido que requiere cierta experiencia del ecografista. Figura 18a, b. Figura 16. Figura 17. Figura 19. Examen ultrasonográfico del endometrio y cavidad endometrial 721 BIBLIOGRAFÍA Figura 20. 1. Gormaz G et al. Cambios ultrasonográficos del endometrio durante el ciclo menstrual. Rev Chil. Obstet Ginecol 1992; 57: 257-62. 2. Gormaz C, Gormaz G. La ultrasonografía transrectal en mujeres vírgenes. Rev Chil Ultrasonog 1999; 2: 19-22. 3. Gormaz G, Gormaz C, Gormaz JP, Robles C. Caracterización ultrasonográfica del cuerpo lúteo: utilidad diagnóstica del Doppler color. Rev Chil Ultrasong 2000; 3: 45-9. 4. Liukkonen S, Koskimies AI, Tenhunen A, et al. Diagnosis of luteinized unruptured follicle (LUF) syndrome by ultrasound. Fertil Steril 1984; 41: 26. Abstract. 722 Capítulo 20 - Ginecología
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