La celebración de “La Virgen del Carmen” en Revilla de Camargo

Transcripción

La celebración de “La Virgen del Carmen” en Revilla de Camargo
La celebración de “La Virgen del Carmen” en
Revilla de Camargo (Cantabria).
Lugar:
El pueblo de Revilla se ubica en el Real Valle de Camargo, es uno de los ocho pueblos
que ocupan dicho valle en “hábitat disperso”. Se ubica a unos 7 km de Santander,
capital de la Comunidad Autónoma de Cantabria.
Es curiosa la distribución de “centros” en el Real Valle de Camargo, el nombre lo
toma del pueblo de Camargo, la mayor población está constituida por el binomio
Maliaño-Muriedas (tanto monta...) y, el corazón devocional en Revilla. No se quedan
atrás el resto de los pueblos, estamos en el corazón de, la más que probable, cuna del
homo sapiens, sirvan de ejemplo la cueva de el Juyo en Igollo, el Pendo en Escobedo,
el Mazo en Revilla, etc., por cierto, todas ellas amenazadas por canteras.
Cuenta la población de Revilla con dos iglesias, la de San Miguel y la ermita de la
Virgen del Carmen, esta situada en el Barrio del Carmen. La Virgen del Carmen
detenta el patronazgo del valle desde el año 1921, siendo el 16 de julio fiesta local en
todo él. En su día, y según algunos aún hoy, hubo polémica por no haber sido
nombrada Patrona de Cantabria en vez de la Virgen Bien Aparecida. Haya paz, que
Virgen no hay más que una.
Los ocho pueblos que conforman el valle son: Igollo, Maliaño, Camargo, Cacicedo,
Escobedo, Muriedas, Herrera y Revilla. Si os fijáis en las vidrieras de la Ermita
podréis ver que cada una lleva el nombre de uno de los pueblos, así cada uno tiene su
corazoncito ante la Virgen.
La devoción:
Posiblemente llame la atención del curioso la existencia de dos imágenes en la ermita
de Revilla de Camargo, una situada en el retablo del altar mayor, la otra, situada en la
parte lateral derecha del templo, cerca de la entrada, está depositada sobre una
plataforma, renovada en 2005, que se puede remover formando las andas
procesionales empleadas en la actualidad. Esta segunda virgen, que es la primera
devocionalmente, sufrió daños en el incendio de la ermita en 1965, precisamente en
el día del Carmen, originado en las velas acumuladas en su interior. Las imágenes
fueron rescatadas por los vecinos, la primera -con pocos daños- por D. Joaquín
Beibide, la segunda -carbonizada- por D. Facundo Arce, ambas fueron restauradas
por el taller del tallista A. Novo. El incendio tan sólo “respetó” la fachada principal
por lo que tuvo que ser reconstruida prácticamente por completo.
La Virgen lleva el Niño en el brazo izquierdo, con ojos de vidrio y melena larga de
pelo natural (donado por una vecina del lugar). Es una talla de madera de cuerpo
entero, pero que se viste habitualmente como forma de disimular los daños sufridos
en el dicho incendio. Lleva el hábito carmelita, con ropas de tela, toca y manto,
coronada de metal, lo mismo que el niño. Ambos llevan en la mano un escapulario del
Carmen.
Los romeros suelen llegarse a la Ermita a pie. Antiguamente llegaban los pescadores
en barca casi hasta la misma, partían de la bahía santanderina ascendiendo por la ría
de Boo, actualmente casi a un kilómetro de la misma por los rellenos que la han
dejado en anecdótico brazo de mar durante la marea alta. En dicho lugar existía una
coqueta playa donde “bañaban” los caballos pertenecientes al cuartel de la Guardia
Civil, ahora está “rellenada”.
Vista del interior de la ermita de la Virgen del Carmen en Revilla de Camargo y, de las dos imágenes
La fiesta religiosa y civil, programa:
La fiesta religiosa coincide en el tiempo con la civil. Los actos religiosos se
componen de novenas, misas y procesiones.
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Las primeras se realizan, como dice su nombre, durante los nueve días
anteriores al día del Carmen, por la mañana -nueve mañana- y, la tarde -antes
de la misa de las ocho-.
Desde 1988, el Coro Peñas Blancas de Camargo canta, el día de las ofrendas
(domingo anterior a la fiesta), una misa montañesa.
Las misas el día del Carmen comienzan a las cinco de la mañana, continuando
de hora en hora, siendo la misa mayor a las doce del mediodía, con presencia
masiva de público y autoridades. Se celebra en la calle si el tiempo lo permite,
para ello se saca en andas a la Virgen y se la sitúa en el alto que queda a la
derecha de la Ermita vista desde la calle. El edificio que queda arriba es el
centro cultural del Carmen, a su lado se sitúa la bolera, donde se reserva un día
para competir los ocho ases de este deporte.
Celebrando la misa mayor
-
Tras la misa mayor se efectúa una corta procesión por el barrio para que la
Madre vea a sus devotos.
Los picayos -recogidos por Raquel Cuerno-, se cantan bajo la presidencia de
la Virgen, que es sostenida a hombros durante el tiempo que dura la danza y el
canto de la Salve popular.
Los picayos. De nuevo en la ermita
-
Si queréis dejar vuestra ofrenda en forma de vela o cirio, os recomiendo sigáis
las instrucciones de las personas de la Comisión que este día sitúan fuera de la
Ermita un lugar adecuado, con arena, agua y sentido común, para evitar
accidentes.
-
Si el día es de Sol, mucho cuidado con el mismo, pega pero de verdad, así que
sombrero o gorra y, a mano, botella de agua. Todos los años Protección Civil
tiene que atender algún desmayo, que dispone una ambulancia, uvi móvil y
puesto de mando. También tendréis a los municipales a mano para poner
orden, especialmente el tráfico por la carretera que va a Puente Arce.
La fiesta civil se compone de actividades varias, espectáculos -vaquillas, día del
niño, rallys, etc- y, verbenas, además, en días concretos se efectúan salchichadas,
chorizadas, paella popular, etc. En los bares de la Comisión podéis comprar la
camiseta y el pañuelo de la Virgen. Ojo, se agotan.
La “verbena principal” se celebra la Noche del Carmen en la pradera del
Carmen. Dos escenarios se simultanean durante toda la noche hasta las cinco de la
mañana. Alrededor se ubica el “recinto festero” con diversas atracciones.
No es imprescindible llevar bocata ni velas, pues allí se forma un “mercadillo” donde
recuperar fuerzas y cumplir la devoción a un “precio razonable”. Por cierto, no os
olvidéis de las rosquillas. Para los golosos os recomiendo el puesto de las tartas,
que se suele ubicar en el estrechamiento de la calle frente la fachada de la Ermita,
aunque yo personalmente prefiero el bizcocho pues no tiene absolutamente nada que
envidiar a aquellas.
Referencias:
Ayuntamiento de Camargo.
La Fiesta del Carmen. Revilla de Camargo. 1992. Antonio Montesino
La Romería del Carmen, Tipos y Paisajes. Segunda serie de Escenas Montañesas
(1871). Jose María de Pereda.
Nuestra Señora del Carmen, pág.247-248. Barreda F.
Los picayos. Raquel Cuerno

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