dossier "Las Reducciones jesuitas del Paraguay"

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dossier "Las Reducciones jesuitas del Paraguay"
Exposición permanente en el Santuario de Javier (Navarra)
DOSSIER DE PRENSA
Exposición permanente en el Santuario de Javier
A partir del 28 de junio de 2012
Más información: Xabier Riezu (Comunicación) [email protected] / 662 508 606
DOSSIER:
Exposición “Las Reducciones Jesuitas del Paraguay:
una aventura fascinante que perdura en el tiempo”
1- La Exposición:........................................................................................................... 3
 Introducción: .......................................................................................................... 3
 Objetivos: .............................................................................................................. 3
 ¿Qué contiene? ...................................................................................................... 4
 Inauguración y Horarios: ....................................................................................... 6
2- Las Reducciones ........................................................................................................ 7
 ¿Qué son las Reducciones?.................................................................................... 7
 El origen de las Reducciones:................................................................................ 7
 ¿Cómo se organizaban las Reducciones? .............................................................. 9
 El arte Guaraní: .................................................................................................... 11
 Disposición Física de las Reducciones: ............................................................... 12
 Curiosidades: ....................................................................................................... 13
 Historia de las Reducciones Jesuitas: .................................................................. 13
3- Los jesuitas hoy en Paraguay. ................................................................................. 16
4- La labor universal de los jesuitas con los indígenas hoy............................................ 18
ANEXO: ¿Quién es quién en las Reducciones? ............................................................. 20
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Más información: Xabier Riezu (Comunicación) [email protected] / 662 508 606
1- La Exposición:
 Introducción:
Titulada “Las Reducciones Jesuitas del Paraguay, una aventura fascinante que perdura en
el tiempo” esta muestra rememora uno de los aspectos más fascinantes de la evangelización
de las Américas: la experiencia de las reducciones jesuitas.
La exposición explica además cómo la pasión por transmitir la Buena Noticia de Jesús,
que impulsó a los misioneros jesuitas de los ss. XVII-XVIII, sigue viva hoy en la Compañía de
Jesus y en toda nuestra Iglesia. Los jesuitas fueron y siguen siendo enviados a las fronteras,
“bajo el romano Pontífice”, como lo han sido recientemente por Benedicto XVI en su pasada
Congregación General (2008).
Las Reducciones (Misiones) son consideradas un momento apasionante del impulso
misionero que generó casi 160 años (1609-1769) de una fecunda evangelización entre el
pueblo Guaraní. En palabras del historiador jesuita Manuel Revuelta “La gran empresa de los
jesuitas en Paraguay consistió en haber creado un espacio de libertad para unos pueblos
indígenas que fueron ganados para la civilización y el cristianismo sin menoscabo de su propia
identidad”.
El Director de esta exposición organizada por la Compañía de Jesús es el jesuita
Enrique Climent S.J, y la Dirección de Arte ha corrido a cargo de Miguel Ángel Blázquez. La
muestra ha sido posible gracias al apoyo de Iberdrola.
“Las Reducciones Jesuitas del Paraguay, una aventura fascinante que perdura en el
tiempo” fue una de las grandes exposiciones que se ofrecieron a los jóvenes que acudieron en
agosto del año pasado a la JMJ de Madrid para encontrarse con el Papa. Finalmente, la
exposición quedará de forma permanente en el Santuario de Javier para que la puedan
disfrutar a partir de ahora los miles de peregrinos que visitan este lugar tan señalado para los
cristianos de todo el mundo.
No cabía una ubicación mejor para una exposición que refleja la labor misionera de la
Compañía de Jesús en uno de los momentos más fascinantes de su historia. Ese impulso
misionero tiene su origen precisamente aquí, en este castillo navarro que vio nacer al
primero de una larga lista de jesuitas misioneros: San Francisco Javier.
 Objetivos:
Con esta muestra los organizadores desean:
1.- Transmitir al visitante esta historia, no como una pieza arqueológica interesante pero
muerta, sino como una historia viva, real e interpelante.
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2.- Invitar al visitante al encuentro con una historia que se continúa haciendo HOY en
Paraguay, en su país y en el nuestro, en él y en nosotros en la medida en que dejemos de ser
espectadores para percibir la llamada de la realidad, la nuestra, en la que Cristo sigue
presente en cada situación, en cada ser humano que se cruza con cada uno de nosotros en el
caminar de nuestras vidas.
3.- Suscitar sensible y visualmente el interés por las Reducciones Jesuíticas, que no suelen
dejar indiferentes a los que se ponen en contacto con ellas. Aplaudidas o denostadas, las
Reducciones interpelan e interesan.
4.- Mostrar, uno de los frutos más apasionantes del impulso misionero inspirado por San
Francisco Javier (1506-1552). Siguiendo ese impulso, las reducciones generaron casi 160 años
(1609-1769) de una fecunda evangelización entre el pueblo Guaraní.
5.- Mostrar cómo se genera una cultura que el pueblo Guaraní hizo suya con extraordinarias
manifestaciones en la educación, en la arquitectura, cultivo de la tierra, imprenta y muestras
artísticas en arquitectura, pintura, escultura, teatro y música.
6.- Invitar a los visitantes a un recorrido por la Exposición que les haga sentir, preguntarse,
disfrutar e identificarse con ese apasionado tiempo, hacer vivir cómo era la vida en las
Reducciones en sus distintos aspectos: la familia, las instituciones, la economía, la agricultura,
el culto, la liturgia, las artes…
 ¿Qué contiene?
La muestra ocupa todo el espacio (300 m2) de la Sala Shurhammer del Aula Francisco de Jasso,
del Santuario de Javier (Navarra).
La Exposición contiene principalmente un vídeo introductorio, material fotográfico, paneles
explicativos y tres bellas maquetas que representan tres reducciones. Asimismo, la música es
otra pieza clave de la misma.
También el visitante podrá contemplar representaciones a gran escala de Puertas de las
Reducciones que le adentrarán en la magia de las mismas.
Existen un total de 29 paneles, cuya información se ve complementada por la explicación oral
del guía. Los paneles se dividen en cuatro secciones:

1ª SECCIÓN. Un mundo nuevo… para evangelizar
Los tres primeros paneles llevan al visitante a tomar conciencia de la ruptura de un
universo; de cómo de los viajes y los descubrimientos del siglo XVI, surge un mundo
nuevo a conocer y evangelizar.

2ª SECCIÓN. El pueblo con el que se encuentran
Esta sección narra el encuentro de los misioneros con un paisaje y un pueblo, el
guaraní, que vive en la selva y era hasta ese momento un pueblo nómada.
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
3ª SECCIÓN. Las Reducciones. Una realidad humana iluminada por la fe
Esta parte muestra cómo, fruto del encuentro de los misioneros y guaraníes se genera
una cultura que el pueblo guaraní hizo suya y en la que la fe daba plenitud a la vida
cotidiana. Se explica al visitante cómo era la vida en Las Reducciones en sus distintos
aspectos: organización, economía, espiritualidad, cultura…

4ª SECCIÓN. El Acontecimiento de Cristo sigue presente. Llamados por Cristo a la
misión… HOY.
La parte final explica que el acontecimiento misionero que dio origen y favoreció el
desarrollo de las Reducciones no ha sido simplemente un episodio del pasado. Por el
contrario, con un lenguaje sencillo y adaptado al visitante juvenil, la exposición quiere
mostrar que ese impulso misionero no ha perdido actualidad y es contemporáneo.
Las maquetas:
Para entender visualmente cómo fueron las Reducciones Jesuitas del Paraguay en la
exposición se podrán ver tres bellas maquetas que representan las Reducciones de San Ignacio
Miní (1610, actual Argentina), Santos Mártires del Japón (1639, actual Argentina), y Jesús de
Tavarengué (1685, actual Paraguay).
Estas tres maquetas se expusieron al público por primera vez en 1991 en una exposición sobre
las Reducciones que tuvo lugar en Córdoba y luego se han expuesto en diversas muestras. Es
de destacar que la maqueta más grande, la de San Ignacio Miní, estuvo expuesta en el
Pabellón del Vaticano de la EXPO'92 de Sevilla. Las tres han sido realizadas en Argentina, en
materiales de cerámica guaraní, por D.Juan Hedman y D. Hugo E. Viera, profesores ambos de la
Facultad de Artes Plásticas de Posadas y especialistas en las Reducciones.
La maqueta más grande es la que representa al completo la Reducción de San Ignacio Miní,
que los Padres jesuitas Giuseppe Cataldini y Simone Mazzetta fundaran en 1610 y que, tras el
gran éxodo que se produjo por las persecuciones de los paulistas (cazadores de esclavos
portugueses), tuvo que trasladarse más de 900 kilómetros hacia el sur cerca del arroyo
Yabebirí, en el margen izquierda del Río Paraná. Las ruinas de esta reducción se encuentran
hoy en territorio de la actual Argentina. En San Ignacio Miní se inició el despliegue de la gran
arquitectura de las Reducciones guaraníes durante el siglo XVIII. La maqueta tiene grandes
dimensiones: 30 metros cuadrados (6 x 5) de superficie que proporcionan una idea muy
completa de lo que era una reducción-tipo.
La segunda maqueta tiene un tamaño aproximado de 3 x 5 metros y reproduce -en una escala
menor (1/125) - la Reducción de Santos Mártires del Japón (que rinde homenaje a los jesuitas
mártires del Japón. S. Pablo Miki, Juan de Goyo y Santiago Kisai que fueron crucificados en
Nagasaki el 5 de febrero de 1597). La maqueta representa la iglesia, el cementerio y la plaza. A
diferencia de la anterior Reducción, que es muy conocida y cuyos restos están bastante
protegidos, la de Santos Mártires (en territorio Argentino) está sepultada en la arboleda y
sometida a un grave proceso de deterioro.
La tercera maqueta reproduce la iglesia y el colegio de la reducción de Jesús de Tavarangué
(actual Paraguay), de nuevo a escala de 1/75, y un tamaño total aproximado de 1 x 5 metros.
La Iglesia de Jesús (importante muestra del guaraní mudéjar) estaba en construcción cuando
sobrevino la expulsión de los jesuitas, pero -a diferencia de casi todas las demás iglesias, que
se arruinaron total o parcialmente- ésta, aunque inacabada, se conservó tal cual, como testigo
y símbolo de una experiencia cultural truncada en pleno desarrollo. Aún así, es uno de los más
bellos ejemplos de arte guaraní, con curiosas reminiscencias mudéjares y sugestivos contrastes
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de color, que evocan lejanamente los arcos lobulados y los juegos de blanco y rojo de nuestra
mezquita cordobesa.
La música:
La música jugó un papel fundamental en las Reducciones Jesuitas de Paraguay por la especial
sensibilidad y habilidad de los indios guaraníes hacia este arte. Desde el principio, los jesuitas
aprovecharon el gran valor evangelizador de la música y del canto y los convirtieron en pilares
de la educación y la formación cristiana de los indios. Por ello también la música jugará un
papel especial en la muestra. La música de fondo de la exposición es del director de orquesta
paraguayo, experto musicólogo e investigador de la música de las reducciones, Luis Szarán
(http://www.luisszaran.org/).
 Inauguración y Horarios:
La inauguración de la exposición se celebrará el próximo 28 de junio a las 11:30. Participarán
en el acto:
-Monseñor Francisco Pérez González, Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela.
-P. Juan José Etxeberria SJ, Provincial de los Jesuitas de la Provincia de Loyola.
-Doña María José Guindano, Alcaldesa de Javier.
-Doña Ana Zabalegui, Directora General del Departamento de Cultura del Gobierno
Foral de Navarra.
-Doña María Romy Romero, Agregada Cultural de la Embajada del Paraguay en
España.
-Don Javier Barrondo. Responsable Zona Norte de Relaciones con las Instituciones de
Iberdrola.
El acto consistirá en: discursos, visita a la exposición, bendición, actuación de la Escolanía del
Colegio San Ignacio de Pamplona, y aperitivo.
Horarios:
Se inaugura el 28 y se abre todos los días.
Horario de invierno: 10,30 - 14,00 y 16,00 a 19,00
Horario de verano: 10,30 - 14,00 y 16,00 a 18,00
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2- Las Reducciones
 ¿Qué son las Reducciones?
Reducción, según el diccionario de la R.A.E., es Pueblo de indígenas convertidos al
cristianismo. Las Reducciones o Misiones Jesuitas del Paraguay (1609-1769) fueron
asentamientos de indios guaraníes que promovieron los padres de la Compañía de Jesús en
las tierras conquistadas por Portugal y España, con el deseo de salvaguardar su identidad de
personas y de vasallos de la corona. Así, los pueblos indios que vivían de acuerdo con su
antigua costumbre, en los montes, en pequeños grupos, muy distantes entre sí, se reunieron
por iniciativa de los jesuitas para formar asentamientos de unos 5000 indios cada uno. Las
Reducciones eran verdaderos pueblos “civilizados” que tenían organizados su subsistencia
(agricultura, ganadería, confección de vestidos), su organización social (cabildo, corregidor,
alcaldes, jueces….) y cultural (educación, arquitectura, escultura, música, y hasta la ciencia…)
así como su espiritualidad (estos pueblos considerados por los conquistadores como salvajes
recibieron la fe a través de los misioneros). Muchos recordarán con facilidad qué eran las
Reducciones por las imágenes de la película “La Misión” del director Roland Joffé (1986),
protagonizada, entre otros, por Robert De Niro y Jeremy Irons.
No fueron originarias de los jesuitas sino de los franciscanos. Lo que sí aportaron estos últimos
fue una especial sensibilidad hacia muchos aspectos de la cultura e identidad guaraní, que
trabajaron por defender y perpetuar y que se convirtieron en eje de la concepción de las
Reducciones.
Las Reducciones tienen un contexto complejo que en el recorrido de la Exposición se
contempla con más detalle. Tienen que ver con la encomienda, sistema colonizador que, con
frecuencia, podía ser una esclavitud encubierta; y tienen que ver con el fuerte deseo
evangelizador de misioneros y colaboradores que, en el ejercicio de su misión, no siempre
acertaron en respetar la identidad guaraní, pero sí en defender su libertad y dignidad, pues en
muchas ocasiones las Reducciones fueron la única vía de salvaguardarlas.
En total llegaron a existir 30 reducciones de los pueblos guaraníes, que se extendieron entre
los ríos Paraná y Uruguay en un vasto territorio que comprendía regiones que hoy forman
parte de Paraguay y también de Argentina (Corrientes, Misiones, Entre Ríos y parte de las
provincias de Chaco y Formosa); el sur y suroeste de Brasil, (Río Grande, Santa Catarina,
Paraná y Mato Grosso del Sur); el sureste de Bolivia y Uruguay. Esta exposición, aunque se
refiere a todas ellas, se detiene más en las situadas en actual territorio paraguayo.
Las Reducciones jesuitas no se limitaron a los guaraníes, hubo también reducciones de pueblos
indios como las de moxos (1682) y chiquitos (1691) (Bolivia), de maynas (1637) (Ecuador-Perú),
del Orinoco (1730) (Venezuela) y también hubo Reducciones en Chile.
 El origen de las Reducciones:
La labor misionera de los jesuitas:
Desde el nacimiento de la Compañía de Jesús tres normas fundamentales marcan su labor
misionera:
7
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


La movilidad apostólica. En las bulas fundacionales, Ignacio y sus
compañeros se obligan “a ir inmediatamente, en cuanto esté de nuestra
parte… a cualquier parte del mundo a donde nos quieran enviar”. Así, los
jesuitas, aparte de los tres votos de cualquier religioso emiten un cuarto
voto de obediencia al Papa en lo que se refiere a las misiones específicas
a las que éste les pueda destinar.
La adaptación misionera (inculturación). San Ignacio pidió a los jesuitas
adaptarse a las personas y pueblos evangelizados con dos actitudes: la
captación piscológica de los destinatarios del mensaje cristiano y la
inculturación, es decir, el conocimiento, la estima y aceptación de los
valores culturales (tradiciones, lenguas y costumbres) de los pueblos
evangelizados.
La promoción humana. La tarea evangelizadora iba acompañada de la
enseñanza de conocimientos humanos, oficios artesanos y progresos
técnicos, es decir, de una promoción educativa y social.
En la mayoría de continentes la presencia de los misioneros jesuitas es temprana. Primero en
Europa, donde nació la orden; después en Asia, de la mano de San Francisco Javier. Décadas
después del Descubrimiento de Colón, ya hay misioneros jesuitas en América Latina (por ej. a
Brasil en 1549 o a México en 1572). A la par que en África (Por ej. en la antigua República del
Congo en 1547, en Etiopía en 1553). La llegada más tardía fue a Oceanía (Por ej: a Australia,
en 1848).
En Paraguay fueron los franciscanos, los primeros religiosos que se ocuparon de los guaraníes
cercanos a Asunción y crearon los primeros asentamientos. Los jesuitas vinieron de la
experiencia pastoral de Juli (Perú), en el altiplano andino, o desde Sao Paulo, ciudad fundada
por el P. José de Anchieta.
Los jesuitas llegaron a las Reducciones desde distintos países de Europa, aunque también los
hubo nativos. Se ofrecieron más de 10.000 jesuitas de los cuales solo fueron elegidos 1.050.
Los 30 pueblos o Reducciones eran coordinados por un puñado unos 50 ó 60 sacerdotes que
administraban y orientaban a más de 140.000 indios asentados en las Reducciones. La
experiencia misional duró unos 160 años.
El contexto histórico:
Para los Reyes Católicos, la conquista de América significaba un gesto misionero para llevar a
los indios el anuncio de la Buena Nueva. En 1504 Isabel la Católica dio instrucciones al
Gobernador de las Antillas ordenando que los indios quedaran reunidos en pueblos en los
que serían gobernados y educados por una persona encargada de protegerles contra los
abusos físicos, financieros o comerciales perpetrados por los españoles. Así, los indios
quedaban “encomendados” a cambio de pagar unos tributos a la Corona.
Ante la imposibilidad de obtener metálico para pagar el tributo, se retribuía al encomendero
con servicios personales que los indios debían prestar, lo que en la práctica dio lugar a grandes
abusos y, en ocasiones, a verdadera esclavitud.
En 1512, las Reales Ordenanzas de Burgos establecieron normas para garantizar el buen trato
de los indígenas, creando la figura del Visitador. Aun así no cesaron los excesos sobre los
indios.
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Entre 1610 y 1612 Francisco de Alfaro, Visitador general de las provincias del Río de la Plata,
Tucumán y Paraguay, redactó, con la colaboración del P. Provincial de los jesuitas, Diego de
Torres Bollo, las Ordenanzas conocidas como Código de Alfaro. En ellas señalaba los abusos
que se cometían con los indios y proponía una serie de remedios a los mismos, pero los
encomenderos, colocando la Real Cédula sobre sus cabezas, decían: “Se acata pero no se
cumple”.
Los guaraníes con los que se encuentran:
El vocablo guaraní significa ‘guerrero’ haciendo alusión al carácter belicoso de este pueblo. Se
referían a sí mismos como ‘ava’ (hombre), al considerarse seres superiores frente a los otros
grupos indígenas. Los guaraníes constituían una rama del grupo tupí guaraní y poblaban la
Paracuaria. Eran de estatura mediana, rostros ovalados, cabeza grande, pelo oscuro y
abundante. Había otros pobladores, con quienes estaban a menudo en guerra: los más
conocidos eran los guaicurúes, que vivían en la región que es en la actualidad El Chaco
(Argentina).
Vivían en tribus independientes, cada una gobernada por un cacique y ocupaban un
campamento, “táva”, compuesto por tres o cuatro grandes chozas comunales, compartidas
por los miembros de la misma familia. Cada “óga” podía albergar hasta un centenar de
personas y estaban construidas con madera, ramas y paja, sin utilizar la piedra. Todos los
guaraníes eran iguales, sin privilegios. La familia estaba basada en la poligamia.
 ¿Cómo se organizaban las Reducciones?
Organización Civil:
Los Padres eran la máxima autoridad civil y religiosa de la Reducción. En cada una debía
haber, al menos, dos Padres: el párroco, responsable de la economía, la construcción y la
administración y el Padre menor, responsable de la catequesis, del cuidado de los enfermos y
de los servicios religiosos. El gobierno de la Reducción correspondía al Cabildo, un concejo
formado por indígenas, con autoridad sobre la población. Al frente del Cabildo estaba el
Corregidor, encargado de la justicia y dos Alcaldes, encargados de velar por las buenas
costumbres, castigar a los holgazanes y los vagabundos y cuidar de que todos cumplieran sus
obligaciones. También había alguaciles, un mayordomo o ecónomo, un portero y un sacristán.
En las Reducciones existía un sistema judicial y una organización de policía, con un contenido
esencialmente preventivo. No existía la pena de muerte. Los delitos eran castigados
normalmente con la pena de azotes en la plaza y en presencia de uno de los Padres.
Sanidad:
Los indios padecían muy pocas enfermedades, pero la llegada de los españoles abrió la puerta
a muchas de ellas, en particular, la peste y la viruela. En la epidemia de peste que asoló las
Reducciones entre 1641 y 1643 hubo que improvisar médicos, enfermeros y curanderos.
Tomando el ejemplo de lo que San Camilo había hecho en Italia, los Jesuitas comenzaron a
planear las primeras escuelas de enfermería. Su creación y organización se inició a partir de
1700.
El sistema económico:
Las Reducciones eran autosuficientes económicamente; cada Reducción era una unidad
económica independiente que se relacionaba con las demás con base a una economía de
trueque. La propiedad de la tierra tuvo dos formas básicas: Ava mba’e, la propiedad del
indio, que cultivaba una parcela que no podía vender y cuyos productos servían para el
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sostenimiento de su familia. Y Tupa mba’e, la propiedad de Dios, comunitaria, constituida por
tierras cuyo producto revertía en beneficio de la comunidad.
La economía se basaba fundamentalmente en la agricultura y ganadería. Por ejemplo, las
cosechas del maíz, la cebada, el trigo y el arroz se alternaban cuatro veces al año. El algodón se
cultivaba en tres variedades diferentes. También se producía azúcar, vino y tabaco. Más
importante que la agricultura fueron las grandes extensiones de terreno utilizadas para la cría
del ganado o estancias. En 1631, cuando a causa de las invasiones paulistas, los guaraníes
tuvieron que abandonar las tierras de Guayrá, dejaron en esa región 30.000 cabezas de
ganado.
Organización del trabajo:
Como relata el Padre Guillermo Furlong, investigador incansable de la historia de las
Reducciones: “En una reducción de 5.000 personas, cerca de 3.000 debían trabajar y se planeó
de tal forma que nadie estuviera sin tener nada a que dedicarse. Había terrenos para el ganado
en los que trabajaban con distintas responsabilidades hasta 200 personas; campos sembrados
en los que, solo para ahuyentar a los papagayos, temidos enemigos (de lo que crecía) era
necesario contar cada día con 100 o más personas; estaban las plantaciones de mate, con 500
o más plantas, en las que era imprescindible mantener limpio el terreno alrededor de cada
planta, regarlas en época de sequía y recoger las hojas, tostarlas y almacenarlas; había
plantaciones de algodón y terrenos dedicados al cultivo de la caña de azúcar, que exigían
cuidado permanente de personas con experiencia; estaba el huerto y la casa de campo de los
misioneros donde tenían ocupación más de 10 personas asalariadas que se ocupaban de la
siembra y recolección; estaban, además, las casas de las reducciones que se construían o
arreglaban, las calles que debían aplanarse, la señalización de los senderos, la provisión de
agua para la que era preciso construir conducciones, trabajos todos ellos para los que se
requería un número considerable de personas; estaban el matadero y el local en el que
diariamente se repartía la carne y el pan para toda la población, en los que trabajaban el
ecónomo de los almacenes y los alcaldes de las distintas factorías o talleres, con todo su
acompañamiento de jornaleros y aprendices”.
Con respecto a los talleres, en todas las Reducciones, los jesuitas crearon forjas, carpinterías,
platerías, talleres de cerámica, escultura, pintura, talleres para hacer carros, puertas y
ventanas, construir canoas, así como talleres de escultura, pintura, joyería, elaboración de
rosarios, bordado, etc. Todos los pobladores entre los 14 y los 50 años debían tener una
profesión, de entre las detalladas y cada uno era libre de elegirla de acuerdo con sus
inclinaciones y sus propios gustos, pero no podía cambiar de ocupación en función del
capricho del momento.
El Padre Labbé, en 1711, escribía: "He visto bellísimas pinturas hechas con sus propias
manos, libros impresos con gran precisión, algunos escritos con mucho cuidado, órganos y
todo tipo de instrumentos musicales comunes en ese territorio. Hacen relojes de bolsillo,
imprimen pequeñas guías, dibujan mapas y son excelentes en todas las actividades
manuales, siempre que tengan delante de sus ojos el original o un modelo”.
Las escuelas:
En 1570, Felipe II, el Rey de España, ordenó que en todos los lugares habitados por los indios
hubiera escuelas para la enseñanza y la lectura.
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Hasta la llegada de los Padres, los indígenas no daban a sus hijos ningún tipo de instrucción.
Sólo les preocupaba que supieran manejar el arco. Los jesuitas eran conscientes de la
importancia de la escuela en el campo de la educación. En la Carta Anua correspondiente a
1611 de la reducción de Loreto, se afirma que “los niños leen, escriben, ayudan a la misa y
cantan durante la celebración”.
Cuando en el resto del mundo la escuela era privilegio de unos pocos, en las Reducciones la
escuela fue un derecho y un deber para todos los niños. Entre los 5 y los 12 años los niños y
las niñas acudían a escuelas separadas, donde aprendían el uso correcto de las cosas,
empezando por el modo de escribir, la gramática y la ortografía. Los maestros eran los
Padres y los indios instruidos y con una preparación profesional. Tras acabar la escuela
primaria, pasaban a la escuela profesional para aprender diferentes oficios, y podían acceder
a las escuelas de dibujo, pintura y escultura.
 El arte Guaraní:
Desde el principio los padres jesuitas percibieron la especial sensibilidad y aptitud artística de
este pueblo en distintas ramas:
La música y el canto:
Desde el principio, la música fue uno de los pilares de la educación y la formación cristiana de
los indios. Los jesuitas aprovecharon el gran valor evangelizador de la música y el canto. Cada
Reducción tuvo su coro y sus maestros de música que tocaban varios instrumentos como el
arpa, el violín, el órgano, los trompas, las trompetas, los fagots y las maracas. La música y el
canto acompañaba cada momento del día: la misa, el catecismo, el trabajo en los campos, la
vida en los hogares y la oración.
Los guaraníes tuvieron una habilidad especial innata para la música, como atestiguara el
jesuita P. Antonio Sepp, en una de sus cartas, en las que dice de los indios: "Son músicos por
naturaleza, como si hubieran sido creados para la música: aprenden a tocar con
sorprendente facilidad cualquier tipo de instrumento, y siempre en poquísimo tiempo…”
La Arquitectura:
La Arquitectura de las Reducciones Guaraníes constituye uno de los vestigios más claros y
extraordinarios de la experiencia misional jesuítica. Muchos de sus restos (Trinidad, Jesús del
Tavarengué, San Miguel, San Ignacio Miní), han sido declarados Patrimonio de la Humanidad.
En ellas trabajaron arquitectos jesuitas españoles, italianos, alemanes y austriacos. Con
respecto a los estilos artísticos que encontramos en ellas, vemos una asimilación de los
europeos. La mayoría de ellas pertenecen a distintas interpretaciones del barroco.
Conocemos algunos autores de las Reducciones como los padres Juan Antonio de Rivera, José
Grimau, Antonio Sepp, Petragrassa, José Cataldini o el Hermano José Brasanelli. El arquitecto
más famoso fue el Hermano Juan Bautista Prímoli.
La escultura, la pintura y otras bellas artes:
En cada Reducción había talleres, en algunos de los cuales trabajaban más de treinta artistas.
La cantidad de pinturas y tallas producidas era tal, que no sólo se utilizaban para decorar las
iglesias de las Reducciones y las capillas de las estancias, sino que fueron vendidas como
auténticas obras de arte.
En 1800 Jean-Antoine De Moussy describe la capilla de Loreto en la Reducción de Santa Rosa:
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"está literalmente cubierta de estatuas de santos talladas en madera y el dintel está
coronado por un San Miguel que derrota al demonio… y el baptisterio se enriquece con un
grupo de esculturas en madera que representa el bautismo de Jesús. La sacristía, situada en
el ábside, tiene un magnífico altar ricamente decorado con esculturas y grandes armarios
apoyados en las paredes, que también fueron meticulosamente tallados en madera.”
La mayoría de las obras fueron talladas en madera, especialmente de cedro, y en menor
escala, de jacarandá y otras maderas nobles de la región. Para el decorado exterior de los
templos se talló la piedra.
Con respecto a la pintura, es cierto que los restos que nos han llegado son mucho menores.
El primer pintor que llegó a las Reducciones fue el hermano Bernardo Rodríguez, enviado
desde la provincia del Perú. Otros grandes artistas fueron Brassanelli, Louis Berger y el
hermano Luis de la Cruz, experto, además de en pintura, en matemáticas y perspectiva.
Además, los jesuitas utilizaron el teatro y la danza como herramientas educativa en las
catequesis de los domingos. En 1640, en la mayoría de las Reducciones, se organizaban
representaciones de teatro los domingos y los días de fiesta y los actores eran todos, gentes
del pueblo que parecían auténticos profesionales.
El idioma, la imprenta y la ciencia:
Fue clave para la simbiosis entre los misioneros y los guaraníes el que estos aprendieran su
lengua y comenzaran incluso a escribir en ella y traducir al guaraní obras de otras lenguas.
Inicialmente, la lengua guaraní fue ágrafa: no tenía escritura, pero tenía en su expresión oral
una estructura gramatical propia. En las Reducciones sólo se hablaba el guaraní y los jesuitas, a
partir de la iniciativa del P. Ruiz de Montoya escribieron y tradujeron libros en esta lengua.
En las Reducciones el analfabetismo dejó de existir. Y hubo una producción literaria que las
demás ciudades de la región no conocieron nunca. Para ello fue clave la utilización de la
imprenta. Los Padres solicitaron en 1632 al Padre General de la Compañía de Jesús que enviara
a las misiones a quien les enseñara el arte de la imprenta. Y, a finales del S. XVII los Padres
Juan Bautista Neumann y José Serrano construyeron la primera máquina para imprimir,
utilizando maderas duras de las selvas, ayudados por los hábiles guaraníes que las labraron,
tallaron los tipos o los fundieron en estaño.
Por otro lado, los jesuitas quisieron que la ciencia también estuviera presente en las
Reducciones. Por ejemplo, en la San Cosme y Damián hubo un observatorio astronómico, obra
del Padre Buenaventura Suárez, natural de Santa Fe (Argentina) que, además, se dedicó a la
fabricación de órganos y espejos, perfeccionó el arte de fabricar campanas y enseñó a los
indios a dorar cálices. Sus trabajos de investigación causaron asombro en todo el mundo
científico de la época.
 Disposición Física de las Reducciones:
En todas las Reducciones el trazado tenía un esquema fijo: se construía en damero con una
gran plaza central, en la que se ubicaba la iglesia. En la plaza se erigía una gran cruz o la
estatua de la Virgen o el Santo patrono de la ciudad.
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La zona donde se ubicaba la iglesia tenía dos grandes patios. En el primero, que estaban las
habitaciones ocupadas por los Padres y las aulas de la escuela para los niños. El segundo patio
fue ocupado por los talleres y laboratorios, donde los indios aprendían y ejercían toda clase de
profesiones: había herreros, carpinteros, escultores, tejedores, doradores, orfebres, pintores,
constructores de órganos, de campanas y de todo tipo de objetos de bronce. En este segundo
patio, a veces, se ubicabantambién el matadero y la carnicería.
En las inmediaciones de la iglesia se encontraban el cementerio y el "coty guazú" (literalmente
"refugio grande") una casa de acogida para viudas y huérfanos formada por un patio rodeado
de habitaciones.
Detrás de la iglesia había un gran huerto, en el que se cultivaba de todo, desde las naranjas
hasta las verduras importadas de Europa, las flores nativas y las del viejo mundo. En este
huerto, los padres habían desarrollado un sistema de riego artificial.
Las galerías se construyeron para protegerse del sol o la lluvia y estaban elevadas del suelo
alrededor de un metro (cubiertas de madera o piedra), y transcurrían de una casa a otra
ininterrumpidamente.
En el plano de las primeras Reducciones se preveía un sistema de alcantarillado. Los servicios
higiénicos eran públicos y estaban ubicados en los dos extremos de cada barrio, en un lado
para los hombres y en el otro lado para las mujeres.
Para favorecer el uso del agua, se construyeron además de cisternas, fuentes y embalses, un
sistema de conducción del agua para abastecerlos e irrigar los campos.
 Curiosidades:
La Yerba Mate:
Los Padres jesuitas cayeron en la cuenta del problema de la bebida entre los indios y, para
alejarles de este vicio no era suficiente educarles en un ambiente de moralidad, de trabajo, de
respeto y de sobriedad, y pensaron entonces en ofrecerles una bebida alternativa y utilizaron
para ello la “yerba mate”. Con las hojas de una planta (Illex Paraguayensis), previamente
secadas, cortadas y molidas se prepara una infusión que posee un efecto estimulante, y al que
los indígenas se aficionaron pronto y, además, se pudo comercializar. Se convirtió en la fuente
más importante de ingresos.
 Historia de las Reducciones Jesuitas:

En 1540 se funda la Compañía de Jesús.


El 15 de agosto de 1537, Juan de Salazar funda la ciudad de Asunción.
En 1549 llegan a Brasil jesuitas portugueses. El padre Manuel da Nobréga funda la
ciudad de San Salvador de Bahía.
En 1552 se crea la Provincia Jesuítica de Brasil, a la sazón dependiente de
Portugal.
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
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En 1554 el Padre José de Anchieta funda la ciudad de Sao Paulo.
En 1568 los Jesuitas se establecen en Lima (Perú).
En agosto de 1587, desde Brasil, pasando por Buenos Aires, llegan a Asunción los
tres primeros jesuitas: el Padre Juan Saloni, el Padre Thomas Fields, y el Padre
Manuel de Ortega. Estos dos últimos inician su recorrido por la selva.
En 1604 se crea la Provincia jesuítica de Paracuaria o Paraguay, separándose de
Perú y se consigue una cierta estabilidad en las misiones que genera la gran
experiencia jesuítica y paraguaya.
En 1609 los Padres Marcial de Lorenzana y Francisco de San Martín fundan la
primera Reducción: San Ignacio Guazú.
En 1641 se disputa la batalla de Mbororé.
En 1767 se produce la expulsión de los jesuitas.
En 1773 tiene lugar la disolución de la Compañía de Jesús que conllevará la
desaparición paulatina de las Reducciones.
En 1494 Portugal y España acuerdan el Tratado de Tordesillas, mediante el cual trazan los
nuevos límites para repartirse los territorios de las Indias (orientales y occidentales). A la
línea imaginaria de 100 leguas hacia occidente de las Azores, se añadió otra a 370 leguas al
oeste de Cabo Verde. Más allá de esa línea, las tierras descubiertas o por descubrir quedarían
en posesión de España. En tanto que hacia el este, lo descubierto o por descubrir quedaría
bajo la posesión de Portugal.
Pero, la Corona de Portugal tuvo un evidente interés en ganar territorio expandiendo los
límites de su colonia brasileña y pasó a recomendar la desobediencia al Tratado de Tordesillas.
En 1578, al morir el rey de Portugal, Felipe II de España asumió la corona de aquel reino. Ello
dio lugar a que se relajara la vigilancia de las fronteras y los portugueses avanzaron de
inmediato sobre los territorios españoles vecinos.
Los primeros pobladores de la meseta de Piratininga, en Brasil, no eran colonos sino
mercaderes, aventureros y cazadores de indios. En la villa de Sao Paulo, fundada por el Padre
jesuita José de Anchieta, existió un activo mercado de venta de esclavos indígenas. Desde allí
partieron las expediciones de cazadores de indios, que fueron llamados paulistas (o
bandeirantes) y que fueron responsables de la captura de miles de indios de las tierras
españolas y su movilización a otros territorios.
El gran Exodo:
Los paulistas comenzaron a atacar las Reducciones de Guayrá, capturaron a miles de indios y
destruyeron ocho de las diez Reducciones existentes. Se salvaron las de San Ignacio Miní y
Loreto que tuvieron que ser abandonadas al persistir el peligro de nuevos ataques de los
paulistas. En 1631 se inició lo que se ha llamado "gran éxodo" hacia el sur, para huir de los
cazadores de esclavos. Guiados por el Padre jesuita Ruiz de Montoya, 12.000 personas
viajaron más de 900 kilómetros, por ríos y tierra, atravesando selvas y terrenos pantanosos y
superando las peligrosas cataratas de Salto del Guayrá. Tras 30 días de marcha, solo 4.000
personas llegaron a las cercanías del arroyo Yabebirí, en la margen izquierda del Río Paraná,
donde pudieron fundar los nuevos asentamientos de dos Reducciones, con el mismo nombre
de las que habían abandonado: San Ignacio Miní y Loreto.
En las regiones de Itatín, Tapé y el área al sur de Asunción, las Reducciones que no fueron
destruidas tuvieron que ser abandonadas igualmente.
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En 1638 el Padre Ruiz de Montoya, entonces Superior General de las Reducciones, viajó a
Madrid para pedir al Rey que suspendiera la legislación que prohibía a los indígenas poseer
armas de fuego y logró convencer a la Corte para dotar a las Reducciones de armas de fuego y
adiestrar a los nativos en su uso. En marzo de 1641, en la confluencia del Río Uruguay y del Río
Mbororé, un ejército de 4.000 guaraníes aniquiló a una expedición de 3.000 paulistas. Esta
batalla se considera "el acontecimiento militar más importante en la historia de la América
Colonial" y su consecuencia fue una mayor seguridad en la vida y desarrollo de las
Reducciones, aunque hubo incursiones hasta 1671.
El final de las Reducciones:
El 13 de enero de 1750 se firma en Madrid un Tratado de Límites entre España y Portugal que
constituyó el principio del fin de las Reducciones. Este tratado transfería a Portugal todo el
territorio de las Reduciones al este del río Uruguay (esto significaba unos 250.000 kilómetros
cuadrados), mientras España se aseguraba la confianza de Portugal para reconocer las
márgenes del Río de la Plata como oficialmente españolas. El tratado tuvo desastrosas
consecuencias humanas para los 30.000 indios guaraníes asentados en 7 reducciones al este
del río Uruguay a los que se les obligaba en contra de su voluntad, a trasladarse al otro lado del
río, en tierras malas, dejando sus propios pubelso y haciendas a los portugesuses. Si se
quedaban se exponían a perder la libertad que hbían disfrutado bajo la corona de España, pues
las lyes porgugueras permitían la esclavidad. Esa situación provocó la sublevación de los
pueblos guaraníes que cieron guerra a España y Portugal (1754-1756)
A partir del Tratado de límites de 1750 se desencadenó un momento muy crítico en toda
Europa. En Portugal, el marqués de Pombal publicó la Relación abreviada de la República de los
jesuitas, considerándoles abiertamente enemigos de Portugal (1757). Otro panfleto polémico
que dañó considerablemente la imagen de la Compañía fue la Historia de Nicolás I, rey de
Paraguay.Posteriormente, en España se extendió la idea de que los jesuitas habían sido los
instigadores de los motines del 1766 y de que tenían el propósito de acabar con Carlos III para
imponer a un monarca que mostrase total obediencia al Papa. El año siguiente, la Compañía de
Jesús fue expulsada de los dominios españoles. Y en 1773 fue extinguida.
Con la partida de los Padres, las Reducciones no se disolvieron inmediatamente. Los jesuitas
fueron reemplazados con nuevos directores seculares que no tenían ni los ideales ni la
capacitación de estos. Los más afortunados entre los guaraníes retornaron a la selva o
emigraron a Buenos Aires y otras ciudades donde se sirvieron de su capacitación como
artesanos que habían aprendido en las Reducciones. Lo cierto es que hubo una rápida
disminución de la población en las mismas Reducciones.
En cuanto a la planta física, las tropas del general brasileño Chagas y el dictador paraguayo
Francia causaron graves daños a los edificios. El golpe de gracia vino por el sucesor de Francia,
Carlos López cuando este destruyó las comunidades para quedarse con sus tierras.
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3- Los jesuitas hoy en Paraguay.
Los Jesuitas fueron parte de la historia colonial del Paraguay durante un siglo y medio (desde
1609 hasta 1776). El Colegio de la Compañía de Jesús en Asunción, por una parte, y por otra,
las Reducciones jesuíticas con los guaraníes (una de las experiencias históricas más notables
que duró 170 años) marcaron profundamente los comienzos de la futura nación paraguaya.
En 1928, a pedido del Monseñor Sinforiano Bogarín volvieron a establecerse en Asunción y en
el Departamento de Misiones, para seguir construyendo con los paraguayos el sueño de un
país mejor.
En la actualidad son alrededor de 70 jesuitas conocidos por su historia, ligada íntimamente a la
del Paraguay; también por San Roque González de Santa Cruz, jesuita, y único santo
paraguayo; y por la incansable labor que llevan adelante en favor de los más empobrecidos y
de la educación.
Los Jesuitas del Paraguay (www.jesuitas.org.py) trabajan en diferentes sitios de todo el
Paraguay: En los bañados de Asunción, en San Pedro, en Paraguarí, Ciudad del Este, Santa
María y San Ignacio (Misiones) y en Encarnación. Atienden a unas 150.000 personas con la
ayuda de 1.500 colaboradores y colaboradoras.
Su presencia abarca diversos campos: educación, acción social, labor en parroquias,
apostolado intelectual, pastoral, espiritual y medios de comunicación, entre otros.
La educación se concreta en los colegios Técnico Javier y Cristo Rey, ubicados en Asunción; y
San Roque González, de la ciudad de Paraguarí. Así también en las escuelas y centros de Fe y
Alegría, situados en 12 departamentos del país y 42 localidades, que incluyen también la
educación a distancia por radio de 5000 jóvenes y adultos. Estas escuelas tratan de llevar la
educación “allá donde se acaba el asfalto”. Así, Fe y Alegría es un movimiento de educación
popular integral y de promoción social que nació en Caracas en 1955 con el padre jesuita José
María Vélaz y que inició su labor en Paraguay en 1992, impulsada por la Compañía de Jesús.
El trabajo intelectual lo desarrollan a partir de la larga formación en filosofía y teología, en la
enseñanza en colegios y en la reflexión sobre la educación, en talleres para agentes pastorales
las parroquias, en centros sociales y de espiritualidad, en la investigación en centros de
enseñanza y universidades, en publicaciones, revistas y medios de comunicación. Y en
instituciones como: la Institución Universitaria de la compañía de Jesús en Paraguay (ISEHF); la
editorial Montoya, y la Oficina de Antropología Lingüística.
La labor pastoral se canaliza, además de a través de las 6 parroquias que tienen especial
interés por los pobres, la clase obrera, los marginados, los no creyentes y todos los alejados de
la Iglesia,a través de Movimientos Ignacianos como: el Movimiento Eucarístico Juvenil, El
apostolado de la Oración, la Hermandad de San Roque, o la Comunidad de Vida Cristiana
(CVX).
La labor espiritual a través de sus 4 Casas de Espiritualidad.
Su labor social abarca un abanico amplio en el que entran tanto el análisis riguroso y hasta
académico, como la presencia y ayuda en las comunidades campesinas, barrios populares y
comunidades indígenas, colaborando en la formación de líderes y en la sensibilización en torno
a los problemas de injusticia, haciendo alianza con las instituciones y personas que desde otras
perspectivas luchan por un mundo más justo y humano.
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Por ejemplo, en las parroquias de los Bañados asuncenos, en las de Misiones y Ciudad del Este
se desarrollan actividades de: formación, sensibilización, lucha contra la pobreza y la injusticia
(Ej: cocina solidaria, panadería, comedor de los abuelos, centro de ayuda para personas con
discapacidad, centro de ayuda a la familia…) El CEPAG (Centro de Estudios Paraguayos Antonio
Guasch) se dedica a la investigación, educación y acción social con campesinos e indígenas del
Paraguay, para promocionar la justicia y el diálogo intercultural desde su visión de fe (Más
sobre el CPAG en www.cepag.org.py ).
Para poder sostener todo esta labor en barrios populares y con campesinos indígenas han
creado la Fundación Jesuitas, entidad civil, sin fines de lucro (www.jesuitasparaguay.org.py ).
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4- La labor universal de los jesuitas con los
indígenas hoy.
Los jesuitas continúan al lado de los indígenas.
El trabajo de los jesuitas con los indígenas no murió con la desaparición de las Reducciones.
Permanece. En su reciente Congregación General 35 (2008) los jesuitas reflexionaron sobre
cómo poder ayudarles más:
“Los pueblos indígenas, dispersos por todo el mundo, alcanzan hoy una cifra de 370
millones de personas, con una rica herencia cultural y un importante legado civilizador.
Debido a diversos procesos políticos y socioeconómicos, se encuentran hoy entre los más
marginados y explotados del mundo. El proceso de globalización les impacta
particularmente, así como el cambio climático les golpea pesadamente. Ante esta situación
que pone en peligro la supervivencia misma de estos pueblos, la Compañía debería crecer en
su compromiso con ellos”.
Los ejemplos los encontramos en todo el mundo:





Desde el equipo Itinerante de la Amazonía,
el trabajo con indígenas de Bolivia o Venezuela,
con los Adivasi en la India,
las comunidades de Malasia;
los pueblos indígenas australianos, o los de Ontario (Canadá).
Los indígenas “globalizados”.
Su compromiso abarca la dimensión pastoral, social y política. Y les lleva a entregar la vida,
como la dio el jesuita español Vicente Cañas que se fue a vivir con los Enawenê Nawê, de la
Amazonia brasileña y que fue asesinado por los terratenientes que sitiaban las tierras de los
indios el 6 de abril de 1987. (Testimonio del P. Bartomeu Melià, S.J., que también vivió con los
Enawenê Nawê).
Estos jesuitas son testigos de cómo la historia de opresión sobre los indígenas se repite. Sus
amenazas hoy son las grandes multinacionales (madereras, petroleras, mineras,
hidroeléctricas…) y el cambio climático. Son testigos de cómo va desapareciendo ese valor
indígena de respeto a la creación que Dios nos ha regalado. Los indígenas ¿acaso no son hoy
la ‘especie en extinción’ de nuestro mundo globalizado?
Alboan y las comunidades indígenas
En la Provincia de Loyola (Navarra y País Vasco), la ONG de la Compañía de Jesús ALBOAN es la
encargada de tomar el relevo en esta misión apoyando el desarrollo humano y la lucha por la
vida digna y la justicia de diferentes comunidades indígenas:
En India ALBOAN apoya el trabajo de la comunidad Adivasi en el estado de Gujarat. Los
Adivasis son la población originaria de la India, habitantes de los bosques y fuera del sistema
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de castas, lo que les ha condenado durante siglos a la opresión, exclusión y marginación social.
Para transformar esta situación ALBOAN promueve proyectos educativos, productivos, de
recuperación de tierras, de promoción de la mujer, de organización social y de revalorización
de su propia autoestima como pueblo mediante la recuperación de su rica tradición cultural.
En Perú ALBOAN apoya el trabajo del pueblo Awajun Wampis. El pueblo Awajun Wampis de la
selva del Alto Marañón, al norte de Perú, ha vivido tradicionalmente en equilibrio con el medio
ambiente. El crecimiento demográfico, el asentamiento de la población en comunidades para
el acceso a servicios de educación y salud, así como la aparición de nuevas necesidades e
intereses económicos, están generando una sobreexplotación de los recursos naturales y han
puesto en peligro los fundamentos de su cultura e identidad indígena. Frente a esta situación,
las familias han desarrollado sistemas productivos con el apoyo de sus organizaciones de base
e instituciones locales, a fin de responder a sus necesidades alimentarias y de generación de
ingresos. ALBOAN les apoya en toda esta labor.
En Colombia ALBOAN apoya a los pueblos indígenas Kogui, Wiwa, Arhuaco y Kankuamo. Para
los pueblos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta, su territorio ancestral, más que un
recurso, es su sustento cultural e identitario. En él se inscribe el código que regula la relación
del sujeto con el cuerpo, la naturaleza, la comunidad y lo espiritual. Las autoridades
tradicionales lo interpretan para orientar a las comunidades en el cumplimiento de la misión
de mantener el equilibrio ambiental y la convivencia intercultural. La constitución de
organizaciones, como una de las estrategias de los pueblos indígenas en la defensa de sus
derechos colectivos, responde al propósito de alcanzar la autonomía territorial frente al Estado
y otros sectores sociales e institucionales. ALBOAN les apoya en la defensa de sus derechos
colectivos y medios de vida.
En Guatemala ALBOAN apoya a los pueblos mayas Mam y Quiche en el altiplano occidental y a
comunidades q’eqchís en el Ixcan. Estas comunidades trabajan por construir un escenario en
donde la construcción democrática de la paz, el desarrollo integral sostenible y la justicia
social, son factibles cuando los Pueblos Indígenas, desde sus valores, cosmovisión tienen las
condiciones de participar en igualdad de condiciones para ejercer sus derechos y cuando los
Pueblos Indígenas y las Mujeres son asumidos (as) como ciudadanos (as) de pleno derecho.
Además, ponen el acento en la transformación de las condiciones de discriminación,
explotación, exclusión y subordinación que viven las mujeres indígenas y sus comunidades.
ALBOAN apoya procesos de participación, organización y articulación social e iniciativas de
recuperación de técnicas ancestrales de producción agrícola. Además de procesos de defensa
de los derechos de las mujeres indígenas, desde un acompañamiento psicosocial a víctimas de
la violencia, educación en derechos y formación política y defensa de los derechos de la tierra
y los recursos naturales.
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ANEXO: ¿Quién es quién en las Reducciones?
ANCHIETA, José de [Español] (1534-1597) {Beato, Misionero, Superior, Escritor}
La familia Anchieta era originaria del Valle de Urrestilla (Guipúzcoa), parientes y vecinos de los
Loyola. José era el 3° de doce hermanos. Ingresó en la Compañía en Coimbra (Portugal), a
donde fue a estudiar a los 14 años. Pidió ir a Brasil, saliendo de Lisboa el 17 de abril de 1553 y
llegó a Brasil el 24 de diciembre. Aquí vivió varios años aislado del resto de la colonia donde
aprendió la lengua y cultura tupí que le facilitó su labor evangelizadora. Luego fue enviado,
junto con doce estudiantes jesuitas a la población indígena de Piretininga. Puso el nombre de
Sao Paulo al colegio, que dio origen a la Villa (1560), hoy la actual Metrópoli. Profesor de
humanidades, alternó con enseñanza de las primeras letras durante diez años así como otros
oficios y hasta enfermero de los indígenas. Durante estos años redactó la primera gramática en
lengua “tupí”, la más usada en la Costa Brasileña. Escribió el catecismo y otros folletos en
lengua “tupí”, así como dos grandes obras latinas.
En 1564, formó parte en la fundación de Río de Janeiro e instituyó el arraiel (Romería de Sao
Sebastiao). El resto de su vida desempeñó los cargos de Provincial, visitador, superior. En 1595
vuelve de misionero entre los indios de la aldea de Reritiba (hoy Anchieta), donde murió poco
después.
CARDIEL, José [Español](1704-1781) {Misionero, Escritor, Cartógrafo}
Alumno del Colegio jesuita de Vitoria, ingresó en la Compañía de Jesús. En Villagarcía de
Campos (Valladolid). Hizo la Filosofía y Teología en Medina del Campo, alumno del P.
Calatayud. Destinado a Paraguay en 1729, fue enviado a las Reducciones de El Paraguay en
1731, a los pueblos de Santiago y Jesús. En este último hizo de capellán del ejército de 4.000
guaraníes enviados a controlar la insurrección de los comuneros que habían tomado Asunción
y dado muerte al gobernador.
En 1745, por orden de Felipe V, fue a Buenos Aires para acompañar al P. Quiroga para la
Patagonia y ver la posibilidad de fundar allí reducciones de indios. Fue el primer europeo en
llegar a la Bahía de S. Julián en 1746. En 1747 fundó la reducción Nuestra Señora del Pilar, en
Mar del Plata. En 1748, con seis indios viajó a zonas del sur desconocidas por los europeos. En
1749 volvió a las Reducciones Guaraníes. La orden de expulsión de la Compañía de Jesús le
sorprendió en Concepción (Argentina). Llegó a Puerto de Santa María (Cádiz) en abril 1769 y de
ahí a Faenza (Italia), donde escribió su importante relación de las misiones jesuitas de
Paraguay y terminó la elaboración de valiosos mapas de la región.
CATALDINI, José [Italiano] (1571-1653) {misionero}
Ingresa, ya sacerdote, en la Compañía de Jesús. De novicio fue enviado a Perú en 1604. Desde
1609 trabajó en Guayra (Brasil). Fundó las dos primeras reducciones guaraníes: Loreto y S.
Ignacio. Estableció centros de catequesis, primeras letras y música. Desde 1620, al llegar
nuevos misioneros crearon once reducciones más.
Las invasiones de los bandeirantes de Brasil, los obligó a retirarse a la región de los ríos Paraná
y Uruguay. Allí, en 1636 fundó la reducción de San José. Fue superior de las misiones guaraníes
de 1644 a 1646. Falleció en San Ignacio Miní en 1653.
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LORENZANA, Marcial [Español] (1565-1633) {Superior, Misionero}
Ingresó en la Compañía de Jesús 1592 en Villagarcía de Campos (Valladolid). En 1592 fue
asignado a la Misión de Tucumán (Argentina). En 1593 pasó a Asunción. En 1600, por orden del
Visitador se cerró la casa de Asunción y Lorenzana pasó a Santiago del Estero, luego a Córdoba.
En 1605 volvió a Asunción con el P. Cataldini. Fundó la Reducción de San Ignacio Guazú en
1610. Junto con Roque González misionó las regiones del Río Uruguay y los tupíes. Fue rector
del Colegio de Asunción (1613-1622). Fue uno de los primeros misioneros de los guaraníes,
cuya lengua llegó a dominar; como superior dio el primer impulso a las reducciones del Paraná,
Uruguay e Iguazú y organizó el Colegio de Asunción.
NEUMANN, Juan Bautista [Portugués] (1560-1622) {Misionero, Impresor}
Fue destinado en 1687 a Paraguay, llegando a Buenos Aires (Argentina), en 1691. Misionó en
las reducciones guaraníes de Candelaria y Loreto, donde instaló una imprenta, la primera en
territorio argentino. Editó el primer libro: Martirologio Romano en 1699. En 1703, junto con el
P. Arce, buscó una ruta de comunicación entre las reducciones guaraníes y las de Chiquitos
(Bolivia). Enfermó de disentería y falleció a su regreso a Asunción.
ORTEGA, Maule de [Portugués] (1560-1522) {misionero}
Ingresó en la Compañía de Jesús en 1580 en Río de Janeiro admitido por el P. Anchieta.
Comenzó su labor misionera en Santiago. El Superior, P. Angulo, a instancias del Obispo de
Asunción, por su conocimiento de la lengua tupí, lo envió junto con otros tres jesuitas a las
misiones guaraníes, donde estuvo otros siete años en misiones itinerantes, con base en
Villarrica. En el Guayrá, compuso un catecismo en guaraní.
Acusado de solicitación, fue preso por la Inquisición y llevado a Lima y luego, con arresto
domiciliario, al colegio de S. Pablo. El acusador declaró en Villarrica, antes de morir, que había
sido una calumnia y la inquisición lo absolvió en 1606, regresando de nuevo a las misiones
itinerantes entre los Chiriguanos.
PAUKE, Fabián [Polaco] (1719.1779) {Misionero, escritor, músico}
Su vocación a las misiones le llevó a aprender varios oficios. En 1748 fue destinado a Paraguay.
Formó una orquesta con 20 indios y en 1749, el día de S. Ignacio, estrenó una misa. Desde
1752 a 1767 misionó en las reducciones de los mocabíes de San Javier (Santa Fe). Durante su
labor misionera construyó una fábrica de ladrillos, instaló una carpintería y talleres de
escultura, herrería, tejeduría, curtiduría y zapatería. Fabricó un órgano de cinco registros, y
formó con jóvenes mocabíes una orquesta con seis violines, un violonchelo, dos arpas y una
trompa. Consolidada esta misión, inició la de San Pedro que tuvo que abandonar por la
expulsión de los jesuitas en 1767.
PERAMÁS, José Manuel [Español] (1732-1793) {Misionero, humanista, escritor}
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Estudiante del colegio de Manresa (Barcelona) ingresó en la Compañía en 1747. En 1755 fue
destinado a Paraguay. En 1760 fue enviado a la Reducción guaraní de San Ignacio Miní y luego
a Córdoba, donde enseñó humanidades hasta 1763, alternando con misiones itinerantes en
Santa Fe, Tucumán, Salta y Juny. En 1766 publicó: Oraciones quinqué, en homenaje a Ignacio
Duarte y Quirós, fundador del Colegio de Montserrat, su primer libro editado en la imprenta
de Córdoba. En 1767 llegó la orden de Carlos III, expulsando de sus territorios a los jesuitas, y
zarpó de Paraguay rumbo a España.
RUIZ DE MONTOYA, Antonio [Peruano] (1585-1652) {Misionero, escritor, lingüista}
De novicio fue enviado a Paraguay. Tras su ordenación fue destinado a la Reducción de Loreto
en el Guayrá, donde fue superior desde 1622 a 1636. Fundó doce reducciones más que fueron
atacadas por los bandeirantes de Brasil y sus aliados los tupíes (1629-1631), quienes
destruyeron todos los poblados, menos Loreto y San Ignacio. El Provincial P. Francisco Vázquez
ordenó su traslado a las regiones del Río Paraná y fue el encargado de organizar el éxodo de
los miles de indios a las reducciones de Loreto y S. Ignacio. Fue nombrado Visitador para lograr
ayuda de Madrid en defensa de los indios. Destacó como lingüista, escritor y director
espiritual. Es muy conocida su obra “Conquista espiritual hecha por los religiosos de la
Compañía de Jesús en las Provincias de Paraguay, Paraná, Uruguay y Tape”.
SANCHEZ LABRADOR, José [Español] (1717-1798) {Misionero, explorador, naturista}
Admitido por el Procurador de la Provincia de Paraguay, fue destinado a las Reducciones
guaraníes. En 1760 fundó la Reducción de Belén, entre los mbayas, rama de los guaycurúes, a
orillas del Ipané, afluente del Paraguay. En 1766 salió de Belén y logró llegar a Santo Corazón,
misión fundada por el P. Guasp, cumpliendo así el sueño de 76 años de conectar ambas
misiones.
Su obra enciclopédica abarca estudios detallados de botánica, zoología, historia, etnología y
lingüística. Compuso una gramática en lengua mbayá que no llegó a publicarse debido a la
orden de expulsión de Carlos III. Parte de dicha obra se publicó en 1972 en Asunción.
SCHMID, Martín [Suizo], (1694-2772) {Misionero, arquitecto, músico}
Enviado a Paraguay en 1739, fue enviado a misiones de Chiquitos en Bolivia. De 1730 a 1739,
trabajó en las reducciones de San Javier; de 1740 a 1749 en las de S. Rafael; de 1750 a 1753 de
nuevo en San Javier; de 1754-1756, en Concepción. De 1757-1760 en San Juan, donde se inició
la del Santo Corazón y luego en Concepción, S. Miguel, S. Ignacio y S. Juan (1761-1768).
Experto en música, enseñó a los Chiquitos a fabricar instrumentos musicales (flautas, arpas,
liras, violines y órganos). Restauró la Iglesia de S. Rafael y construyó Concepción, S. Miguel y S.
Ignacio. Expulsado en 1768, regresó a Cádiz y luego a los Estados Pontificios.
SEPP, Antonio [Italiano] (1655-1733){Misionero, músico, arquitecto}
De niño formo parte del Coro Imperial de Viena. En 1691, tras ofrecerse para misionero zarpó
de Cádiz rumbo a Paraguay. Sus cartas son notables por la asombrosa descripción sobre la
vida en las reducciones sobre ganadería, comercio, farmacopea, música y fiestas. Con el H.
Juan Graus, construyó la iglesia de la Reducción de S. Juan, fundada por él mismo. Contribuyó
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notablemente a la arquitectura. Descubrió un método para extraer, mediante fuego, pequeñas
cantidades de hierro a partir de unas piedras llamadas itacura y hacia 1732 escribió un libro
sobre cómo construir, que fue usado en el segundo período arquitectónico de las reducciones,
de mayor grandiosidad que el anterior. Fabricó diferentes instrumentos musicales; introdujo el
arpa, instrumento nacional del paraguay y enseñó con éxito a centenares de músicos nativos
e hizo de Yapeyú la capital musical de las reducciones guaraníes.
SERRANO, José [Español] (1634-1713) {Misionero, impresor,lingüista}
Siendo estudiante de teología fue destinado a Paraguay. Llegó a Buenos Aires en 1658.
Finalizada su teología y ordenado sacerdote, trabajó en las Reducciones Guaraníes. De 17011702 fue superior de las reducciones en el río Uruguay. Con el H. Neumann estableció una
imprenta en Loreto, primera del Río de la Plata, que fue construida con piezas traídas de
Europa y material fabricado en las reducciones. A la muerte de Neumann, el P. Serrano se
encargó de la imprenta.
SUÁREZ Buenaventura [Argentino] (1678-1750) {Astrónomo, Misionero}
Recién ordenado sacerdote fue destinado a las Reducciones Guaraníes del Paraguay, donde
estuvo hasta su muerte (exceptuados dos años en Asunción y otros dos años en Corrientes,
Argentina).
Destacó como astrónomo y llegó a alcanzar una amplia reputación. Instaló un observatorio en
la reducción de S. Cosme y S. Damián (Paraguay). Mantuvo correspondencia con Ignaz Koegler,
de Beijin/Pekín (China). Su Lunario de un siglo, fue repetidamente reeditado y usado en
muchas partes como manual de Astronomía.
TORRES BOLLO, Diego [Español] (1551-1615) {Misionero, Primer provincial de Paraguay}
Nacido en Villalpando (Zamora). Vivió el noviciado en Medina del Campo y Burgos, estudió
Filosofía en Palencia, Artes en Ávila y Teología en Valladolid. Embarcó hacia Perú en 1571.
Trabajó pastoralmente y ocupó puestos directivos en Juli, el Zucco, Quito, Nueva Granada, San
Salvador de Jujuy, Córdoba del Tucumán, Lima, Potosí y Chuquisaca. Fue el primer provincial
de Paraguay de 1607 hasta 1615, justo con el inicio de las Reducciones. Entre otras cosas
fomentó la formación del clero nativo, inició el apostolado con los negros de Cartagena de
Indias y organizó las primeras Reducciones. Y sobre todo es conocido por ser el paladín de las
primeras campañas que denunciaron los abusos que se cometían contra los indios e instaban a
acabar con el servicio personal de los mismos. Esta medida sería un detonante para la creación
de las Reducciones.
ZIPOLI, Domingo [Italiano] (1688-1726) {Misionero, músico}
Ingresó en la Compañía de Jesús en Sevilla (España), en 1716. En 1717, siendo novicio, junto
con otros tres jesuitas, zarpó para Buenos Aires, a donde llegó el 13 de julio de ese año. De
1717 a 1724 terminó su noviciado y sus estudios sacerdotales, pero no pudo ordenarse por
estar vacante la sede episcopal. Es considerado el más grande compositor de música que se
interpretó en las Reducciones (1688-1726) que, curiosamente jamás pisó, ya que murió muy
joven en Córdoba, Argentina, en 1726, enfermo de tuberculosis. El estilo de su música es típico
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de la época, con el empleo del contrapunto y utilizando diversos instrumentos característicos
de la música barroca. Su obra musical se extendió por Paraguay y Perú. Compuso, entre otras
piezas, tres óperas: El rey Notario de Egipto; Los pastores en el nacimiento de Cristo; y Felipe
IV, representadas en la reducción San Francisco de Borja.
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