Contenido - International Plant Nutrition Institute

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Contenido - International Plant Nutrition Institute
Informaciones
Agronómicas
#46
del Cono Sur
Junio
2 0 10
Contenido
MANEJO DE FÓSFORO EN SISTEMAS AGRÍCOLAS AMBIENTALMENTE SUSTENTABLES
Instituto Internacional
de Nutrición de Plantas
www.ipni.net
Programa Latinoamerica - Cono Sur
Métodos de diagnóstico de fertilidad
nitrogenada para el cultivo de trigo
Manejo del nitrógeno en cultivos
de invierno en Uruguay
Fertilización con azufre en el cultivo
de colza-canola
Combinaciones de nitrógeno y azufre
sobre el cultivo de sorgo granífero
Dosis y localización de fuentes fosforadas en trigo
Manejo de fósforo en sistemas de producción
agrícola ambientalmente sustentables:
Desafíos y oportunidades
Andrew Sharpley
Departamento de Ciencias Agrarias, Suelo y Ambiente, División de Agricultura, Universidad de Arkansas, Fayetteville,
Arkansas, EE.UU., [email protected]
Síntesis de la conferencia presentada por el autor en el XXII Congreso Argentino de la Ciencia del Suelo. AACS. Rosario, 31 de Mayo al 4 de Junio de 2010.
E
l fósforo (P) es un elemento esencial para el creropa, Australia) con una producción concentrada de
cimiento de las plantas y animales, por lo tanto,
cultivos y de ganado amplia y altamente desarrollada
su manejo cuidadoso en la agricultura es crítico para
han sido forzadas a evaluar la degradación de la
lograr sistemas de producción sustentables y viables
calidad del agua en relación a mayores pérdidas de
económicamente en
P desde fuentes punel corto y largo platuales y no puntuaCosecha
Transporte superficial
(~15% Pagregado)
zo. Las fluctuaciones
les incluyendo a la
recientes en precios
agricultura. Esto ha
Escurrimiento
(~5% P agregado)
de la energía y el
generado mayores
incremento en los
desafíos en la agricostos de los fertilicultura para manejar
P solución
zantes han llevado
el P de manera que
Flujo preferencial
Lixiviación
Estable
Lábil
Lábil
Estable
vía macroporos
a muchos producse mantenga una
(~1% P agregado)
Test P suelo
tores a reevaluar las
producción econóprácticas de manejo
micamente viable
P Orgánico
P inorgánico
Transporte subsuperficial
de P para mantener
pero que no exacerSorción e inmovilización
de P en el suelo
márgenes rentables.
be el riesgo de pérdi(~80% P agregado)
Al mismo tiempo,
das de P hacia aguas
muchas regiones del Figura 1. Factores que afectan el destino del P en la agricultura superficiales.
mundo (EE.UU, Eu- y el ambiente (adaptado de Sims y Sharpley, 2005).
Este trabajo discute
Contenido:
Manejo de fósforo en sistemas de producción agrícola
ambientalmente sustentables: Desafíos y oportunidades
1
Director: Dr. Fernando O. García
Instituto Internacional de Nutrición de Plantas
Programa Latinoamerica - Cono Sur
Av. Santa Fe 910
(B1641ABO) Acassuso – Argentina
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Evaluación de métodos de diagnóstico de fertilidad nitrogenada para el cultivo de trigo en la región pampeana 10
Propuesta para el manejo del nitrógeno en cultivos de
invierno en Uruguay
13
Respuesta a la fertilización con azufre en el cultivo de
colza-canola en suelos del litoral norte de Uruguay
18
Efecto de diferentes combinaciones de nitrógeno y de
azufre sobre el cultivo de sorgo granífero
(Campaña 2008/09)
21
Dosis y localización de fuentes fosforadas en trigo en el
norte, centro y oeste de Buenos Aires
Campañas 2008 y 2009
24
Diseño: www.agroeditorial.com.ar - [email protected]
Publicaciones y Congresos
27
estos desafíos examinando el destino del P aplicado
en el suelo y como este P puede movilizarse e integrarse a corrientes de agua y ríos cuando llueve. Se
presentarán las oportunidades para minimizar las
pérdidas de P vía prácticas y medidas de conservación
basadas en el conocimiento del destino y transporte.
Claramente, la producción agrícola en Argentina no
es tan intensiva como en EE.UU o Europa, por lo
que las entradas de P al sistema son menores que
las salidas. Por ejemplo, Garcia y Salvagiotti (2009)
reportaron que los productores argentinos aplican
cerca del 60% del P extraído en los principales cultivos
de grano. Sin embargo, décadas de investigación
muestran que la acumulación de P en el suelo a partir
de la aplicación continua es mucho mas rápida que
su disminución y que una vez que la degradación
de la calidad de agua relacionada a P se observa,
es extremadamente difícil (política y prácticamente)
revertir la tendencia. Esto genera oportunidades
para los profesionales agrícolas en Argentina para
ser proactivos en balancear la producción y la sustentabilidad ambiental.
industria debido a un mayor crecimiento de algas
indeseables y malezas acuáticas, y falta de oxígeno
causada por la muerte y descomposición de las mismas (Carpenter et al., 1998). Un número creciente
de aguas superficiales también experimentan periódicos y masivos crecimientos de algas peligrosas (por
ej., cyanobacteria y Pfiesteria) que contribuyen a la
mortandad de peces en verano, agua potable de
mal gusto, formación de cancerinogénicos durante
la clorinación, y relaciones con problemas neurológicos en humanos (Burkholder y Glasgow, 1997).
La eutrofización de la mayor parte de las aguas
frescas es acelerada por el aumento en aportes de
P (Schindler et al., 2008). Para los cuerpos de agua
con contenidos de sales naturalmente altos, como
los estuarios, existen concentraciones criticas únicas
y sitio-especificas de ambos, N y P, que generalmente limitan la productividad acuática (Conley et al.,
2009; National Research Council, 2000).
Las ramificaciones económicas de la eutrofización de
las aguas superficiales son profundas. Por ejemplo,
ambas la industria pesquera y turística han sido severamente afectadas por el crecimiento explosivo de
algas nocivas, así como las plantas de tratamiento
de aguas potable y servidas. En muchas áreas, las
acciones están dirigidas al manejo del P en la fuente,
lo cual incluye la agricultura, ya que es más barato
que tratar la eutrofización y sus efectos.
Impresión: Grancharoff Impresores
El fósforo y la calidad de agua
La eutrofización es una de las principales causas que
afectan el uso de agua en el mundo, siendo el Golfo
de México, la Bahía de Chesapeake, el Mar Báltico y
Peel Harbor las áreas más afectadas. La eutrofización
es el proceso de enriquecimiento orgánico o productividad biológica de un cuerpo de agua, acelerado
por mayores aportes de nutrientes (Sharpley, 2000).
En la mayoría de los casos, la eutrofización restringe
el uso del agua para la pesca, la recreación y la
El fósforo y los sistemas de producción agrícola
Las mejoras en la agricultura luego de la Segunda
Guerra Mundial incrementaron dramáticamente la
producción de granos y proteína de manera muy
MANEJO DE FÓSFORO EN SISTEMAS AGRÍCOLAS AMBIENTALMENTE SUSTENTABLES
económica. Sin embargo, la especialización y fragmentación de los sistemas de producción animal y de
cultivos ha traído nuevas presiones para el manejo
agrícola en las cuencas (Lanyon, 2005). Las cuencas generalmente tuvieron un balance de nutrientes
sustentable, mientras que ahora los nutrientes se
incorporan, sea como entradas de fertilizantes o
alimentos, o se trasladan como productos a una
escala global, lo cual conlleva a nuevas presiones,
desafíos y, por lo tanto, oportunidades. Por ejemplo,
la mayor producción de granos y animal en Brasil
va captando mercados tradicionales de EE.UU. y, a
su vez, los productores norteamericanos abastecen
un gran porcentaje del mercado de carnes japonés,
a medida que las limitaciones por calidad de agua
en Japón limitan la producción económica en dicho
país. Asimismo, el reciente furor por los biocombustibles muy probablemente tenga un impacto dramático
y duradero en la agricultura y el manejo de cuencas.
De esta manera, el manejo de tierras y nutrientes en
cuencas agrícolas se ha pasado de ser de importancia rural a regional y, en algunos casos, un tema de
seguridad económica nacional.
Como consecuencia de la separación espacial de los
sistemas de producción animal y de granos, el P se
importa en las áreas de producción de cultivos. Los
granos y el P cosechado se transportan a áreas de
producción animal donde la utilización ineficiente de
los nutrientes en los alimentos por el animal (<30%
es utilizado), hace que sea excretado en el estiércol.
Esto ha llevado a una transferencia a gran escala
y en un único sentido de nutrientes desde áreas de
producción de granos a áreas de producción animal
que cruza cuencas y aún fronteras nacionales, y ha
ampliado dramáticamente el énfasis de estrategias
de manejo de cuencas (Lanyon 2000).
disminuye con el tiempo luego de la aplicación de P
en un suelo arcillo-franco-limoso. Al mismo tiempo,
mas P inorgánico es fijado por el Al e Fe (Fig. 2).
Esto explica porque la remoción del P inorgánico
del suelo por los cultivos es generalmente baja. Para
los EE.UU., un promedio de 29% del P aplicado en
fertilizantes y estiércol es removido por los cultivos
de cosecha, variando desde <1% en Hawaii a 71%
en Wyoming (National Research Council, 1993). La
baja recuperación refleja la predominancia de suelos
fijadores de P en Hawai.
Aunque el Pi ha sido generalmente considerado la
mayor fuente de P disponible para las plantas en los
suelos, la mineralización de Po lábil también es importante en suelos de baja y alta fertilidad (Condron
et al., 2005; Oehl et al., 2001). Las cantidades de
Po mineralizadas en suelos templados bajo secano
varían entre 5 y 20 kg P ha-1 año-1 (Stewart y Sharpley,
1987). La mineralización de Po del suelo tiende a ser
mayor en los trópicos (67 a 157 kg P ha-1 año-1), donde las estaciones húmedas y secas son contrastantes
y las mayores temperaturas del suelo incrementan la
actividad microbiana.
En la mayoría de los suelos, el contenido de P en los
horizontes superficiales es mayor que en el subsuelo.
Excepto en situaciones especiales, el P tiende a ser
fijado por el suelo en el lugar donde es aplicado permitiendo poco movimiento. Además, el P es ciclado
desde las raíces hacia las partes superiores de la
planta y redepositado en los residuos del cultivo en
superficie. Este proceso acumula material orgánico
y estimula la actividad biológica en superficie. Más
aún, en sistemas de labranza reducida, el fertilizante
y estiércol se aplican superficialmente con poca o
ninguna incorporación, exacerbando la acumulación
de P en los primeros 5 cm del suelo.
Formas y cantidades de P en el suelo
Vías de transporte de P en el escurrimiento
agrícola
El P existe en el suelo en formas inorgánicas (Pi) y
orgánicas (Po) (Fig. 1). Las formas inorgánicas son
dominadas por sesquióxidos, compuestas de Al e
Fe cristalinos y amorfos en suelos ácidos no calcáreos, y por compuestas de Ca en suelos alcalinos
o calcáreos. Las formas orgánicas de P incluyen
fosfolípidos y ácidos fúlvicos relativamente lábiles, y
las formas más resistentes como inositoles y ácidos
húmicos (Fig. 1). Las formas generalizadas en la Fig. 1
no son entidades discretas ya que ocurren intergrados
y transformaciones dinámicas continuamente entre
ellas. Estas formas aproximadas de P se asignan en
base al grado en que los extractantes secuenciales
de acidez o alcalinidad creciente pueden disolver el P
del suelo (Hedley et al., 1982; Tiessen y Moir, 2007;
Zhang y Kovar, 2008).
La inmovilización de Pi por estos procesos resulta en
la indisponibilidad de una parte del P aplicado para
las plantas. El P del suelo analizado por Mehlich-3
Informaciones
Agronómicas
El término “escurrimiento agrícola” abarca dos procesos que ocurren a campo: el escurrimiento superficial
y el flujo subsuperficial. En realidad, estos pueden ser
términos vagos para describir un proceso muy dinámico. Por ejemplo, el flujo superficial puede infiltrarse
en el suelo durante el movimiento descendiente en
una pendiente, moverse lateralmente como interflujo,
y reaparecer como flujo superficial.
La pérdida de P en el escurrimiento agrícola ocurre en
formas disueltas y ligadas a los sedimentos (Fig. 1). El
P en sedimentos incluye P asociado con partículas de
suelo y material orgánico erosionado durante eventos
de flujo y constituye el 60-90% del P transportado en
el escurrimiento superficial, en la mayoría de las tierras
bajo cultivo. El escurrimiento superficial en pasturas,
bosques, o áreas no cultivadas lleva poco sedimento
y es, por lo tanto, generalmente dominado por P disuelto (hasta 80% del P). El P disuelto se origina de la
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P en sistemas de producción agrícola ambientalmente sustentables
interacción entre las precipitaciones y una fina capa de
la superficie del suelo (2 a 5 cm; Sharpley, 1985), que
libera P al escurrimiento superficial (Fig. 1; Sharpley,
1981, 1995). La mayor parte del P disuelto es inmediatamente disponible para la absorción biológica,
sin embargo, el P del sedimento no está rápidamente
disponible pero puede ser una fuente de P a largo
plazo para las algas (Sharpley, 1993).
En la mayoría de las cuencas, la exportación de P
ocurre principalmente por escurrimiento superficial
más que por flujo subsuperficial. Sin embargo, en
algunas regiones con suelos arenosos o de texturas
gruesas, o en lotes con drenaje subsuperficial, el P
puede ser transportado en las aguas de drenaje.
Generalmente, la concentración de P en el agua
que percola a través del perfil del suelo es pequeña
debido a la fijación de P en subsuelos deficientes
en este nutriente. Las excepciones se observan en
suelos arenosos, orgánicos, o en turberas, con baja
fijación de P o capacidad de carga de P, y en suelos
donde el flujo preferencial de agua puede ocurrir
rápidamente a través de macroporos y canales de
lombrices (Sharpley, 1999; Sims et al., 1998).
Las mejores prácticas de manejo agrícola
para P
Las mejores prácticas de manejo (MPM) para minimizar el riesgo de transporte de P desde tierras
agrícolas y maximizar la producción, pueden ser
agrupadas en medidas de fuente y transporte (Fig. 3).
Las medidas de fuente buscan minimizar el aumento
del P del suelo por arriba de niveles suficientes para
el óptimo crecimiento del cultivo, manejando el P en
todo el campo (“en la tranquera”) y controlando la
cantidad de P aplicado. Las medidas de transporte
se refieren al control del movimiento del P desde los
suelos hacia las aguas superficiales
Medidas de fuente
En la tranquera
La excesiva importación de fertilizantes minerales hacia
los campos y la sobre-aplicación de fertilizantes fosfatados en suelos agrícolas no es generalmente considerada como la causa principal de contaminación
de P no puntual, ya que las condiciones económicas
promueven actualmente el manejo eficiente de los
fertilizantes. La base para el manejo eficiente de los
fertilizantes es el uso regular del análisis de suelo, la
selección de dosis de aplicación de nutrientes apropiadas para lograr expectativas de rendimientos razonables y la aplicación prescripta de fertilizante mineral
utilizando métodos recomendados que maximizan la
disponibilidad de los nutrientes aplicados para los
cultivos (Beegle, 2005; Havlin et al., 1999).
La evaluación de desbalances de P en tranquera es
fundamental para reducir la pérdida no puntual de
fuentes de P. La manipulación de la ingesta de P en la
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Agronómicas
dieta de los animales ayudará a reducir las entradas
de P como alimentos, frecuentemente la mayor causa
de los excesos de P. La ingesta de P por arriba de
los requerimientos mínimos de la dieta establecidos
por el National Research Council (2001) no otorga
ninguna ventaja en crecimiento o salud y en realidad
reduce la rentabilidad por los mayores costos de
alimentación. La compatibilización de las entradas
de P a través la dieta con los requerimientos de los
animales puede reducir las cantidades de P excretadas por los animales (Poulsen, 2000; Valk et al.,
2000). Esto tendrá un impacto obvio en el balance
de P del establecimiento reduciendo el potencial de
acumulación de P y disminuyendo la tierra necesaria
para un plan de manejo de P balanceado.
Una cantidad significativa del P en grano se presenta
en forma de fitato, una forma orgánica que es digerida en bajas proporciones por animales monogástricos como cerdos y aves. Como resultado, es común
suplementar los alimentos con formas minerales de
P. Esta suplementación contribuye al enriquecimiento
con P del abono animal. Enzimas como la fitasa, que
cataliza la transformación del fitato a formas de P
disponibles para monogástricos, pueden ser agregadas a los alimentos para incrementar la eficiencia de
absorción de P de los granos por los animales. Estas
enzimas reducen la necesidad de usar suplementos
fosfatados para los animales y potencialmente disminuyen el contenido total de P en el abono animal
(Maguire et al., 2005b; 2007).
Manejo de aplicaciones de P al suelo
Análisis de suelo. Las dosis de aplicación de P se
establecen usualmente a partir de los requerimientos
de los cultivos y son modificadas según la disponibilidad de P del suelo determinada a través de los
distintos métodos de análisis (STP) (Mullins et al.,
2005; Sims, 2000). La profundidad de muestreo
es generalmente recomendada hasta el fondo del
horizonte labrado en suelos bajo cultivo (15-30 cm)
y a menores profundidades para suelos bajo labranza
conservacionista y pasturas (5-10 cm).
En el caso de fertilizantes fosfatados comerciales, las
aplicaciones pueden ser fácilmente ajustadas para
suplir las necesidades de los cultivos y minimizar acumulaciones excesivas de P en el suelo porque existe
un incentivo económico para no sobre aplicar. Sin
embargo, las aplicaciones de abono animal han sido
realizadas, hasta recientemente, para satisfacer las
necesidades de N de los cultivos, lo cual ha resultado
en niveles de STP superiores a los óptimos para los
cultivos y, en algunas situaciones ha incrementado
las pérdidas por escurrimiento (Pote et al., 1999;
Sharpley et al., 2007; Sims et al, 1998).
Dosis, método, y momento de aplicaciones de P.
La dosis, el método y el momento de aplicación de
P pueden ser manejados para minimizar el potencial
de pérdidas de P por escurrimiento (Sims y Sharpley,
#46
P en sistemas de producción agrícola ambientalmente sustentables
2005). Como es de esperar, las pérdidas de P por
escurrimiento se incrementan con aumentos en las
dosis de aplicación (Edwards y Daniel, 1993; Maguire
et al., 2005a; McDowell et al., 2001). Aunque la
intensidad y duración de las lluvias influencian en la
concentración y pérdidas totales de P por escurrimiento, la relación entre la pérdida potencial y la dosis de
aplicación es crítica para establecer pautas ambientales para el manejo del abono animal. La incorporación
del P en el perfil de suelo ya sea a través de labranzas
o aplicación subsuperficial disminuye el potencial de
pérdidas de P por escurrimiento. Por ejemplo, Mueller
et al. (1984) mostraron que la incorporación de estiércol de tambo con arado de cincel disminuyó la pérdida
total de P por escurrimiento en maíz en un orden de
20 veces comparado con áreas bajo siembra directa
con aplicaciones superficiales del estiércol.
Como la mayoría de la pérdida anual de P por escurrimiento ocurre durante una o dos tormentas intensas
(Edwards y Owens, 1991; Smith et al., 1991), si se
evitan las aplicaciones de P durante periodos del año
cuando pueden ocurrir tormentas intensas se podría
reducir el potencial de pérdida de P. Asimismo, a medida que se incrementa el período entre la aplicación
de estiércol y el evento de lluvia erosiva se reduce el
transporte de P en el escurrimiento (Sharpley, 1997).
Aunque estas medidas pueden reducir el riesgo de
pérdida de P por escurrimiento, su implementación
no es práctica para los agricultores. Por ejemplo, la
inyección subsuperficial o incorporación en suelos
pedregosos puede ser difícil y, cuando no se dispone
de sitios de almacenaje del abono, los agricultores
que contratan la limpieza de instalaciones de pollos
tendrán poca flexibilidad en cuanto al momento de
aplicación de ese estiércol.
Enmiendas de suelo y labranzas. Dada la relación
entre el P del suelo y el P en el escurrimiento o lavado,
una variedad de opciones de manejo que reduzcan
el P del suelo o el simplemente el P soluble han sido
examinadas. Stout et al. (1998) determinaron que
el yeso producido como un subproducto de la industria del carbón reduce la solubilidad del P en los
suelos sin reducir significativamente el P disponible
para las plantas, lo cual puede llevar a una menor
pérdida de P por escurrimiento (Stout et al.., 2000).
Sharpley (2003) determinó que las labranzas profundas pueden disminuir STP (como Mehlich-3 P) en
un 65–90% en función del contenido de arcilla del
subsuelo y el nivel de STP (Mehlich-3 P). Una vez que
se establecen pasturas y se minimiza la erosión (cerca
de 20 semanas luego de la labranza y siembra), la
concentración de P total en el escurrimiento superficial fue de 1.79 mg L-1 comparado con 3.4 mg L-1
antes de la labranza, con una reducción de P disuelto
de 2.9 a 0.3 mg L-1. Estos beneficios potenciales de
las labranzas de suelos con niveles de P altamente
estratificados resultan de los efectos combinados de
la dilución de los altos valores de P superficial y una
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Agronómicas
mayor adsorción de P. De esta manera, una única
labranza de suelos altamente estratificados puede
reducir las pérdidas de P en escurrimiento a largo
plazo si la erosión inducida por la labranza es minimizada, lo cual provee a los agricultores una opción
adicional en mantener estos suelos en producción
bajo estrategias de manejo de nutrientes para P.
Mientras estas opciones buscan resolver el problema
de niveles excesivos de P en el suelo, no deben ser
vistas como soluciones al problema mayor que es
la sobre-aplicación de P en los suelos. Más aun, en
el caso de labranzas profundas, el trade-off entre la
reducción de los niveles de P del suelo y la mayor
susceptibilidad a la erosión debe ser considerado.
Manejo de estiércol y usos alternativos. Como el
ganado genera constantemente estiércol, la capacidad de almacenaje brinda flexibilidad en el manejo
del estiércol a los agricultores, particularmente en lo
que hace al momento de aplicación. Las opciones de
almacenaje específicas varían con el tipo de ganado y
las características individuales del establecimiento, variando desde piletas de cemento a lagunas aeróbicas
o anaeróbicas a estanques de oxidación. Claramente,
el almacenaje de estiércol provee más flexibilidad en
cuanto al momento de aplicación. Un amplio rango
de métodos y costos de almacenaje permitirán mayor
flexibilidad en cuanto a los momentos de aplicación.
Cubiertas de plástico de bajo costo funcionan bien
para abonos sólidos. Sin embargo, todos los métodos de almacenamiento deben ser cuidadosamente
manejados para lograr su máximo potencial desde el
punto de vista agronómico y ambiental.
Existe interés en utilizar algunos abonos como fuente de
“bioenergía”. Por ejemplo, la cama de pollo seca puede
ser quemada directamente o convertida por métodos
pirolíticos en aceites adecuados para su uso en generación de energía eléctrica. Los desechos líquidos pueden
ser digeridos anaeróbicamente para producir metano,
el cual puede ser usado para calor y energía. Estos
procesos reducen el volumen de abono animal que
debe ser manejado, pero todavía requiere la utilización
o deshacerse del material de subproductos residuales
(cenizas). Cuando el valor del agua limpia y el costo del
manejo sustentable de abono es valorado, se espera
que el uso empresarial alternativo para el estiércol se
desarrolle, sea más efectivo en cuanto a costos y así
cree un mercado creciente. Nuevamente, la solución a
largo plazo más eficiente es compatibilizar el número
de animales con el área de utilización.
Medidas de transporte
El transporte de P vía escurrimiento superficial y erosión puede ser reducido mediante labranzas conservacionistas y manejo de residuos de cultivos, franjas
tampón, zonas riparianas diseñadas y manejadas,
terrazas, cultivos en contorno, cultivos de cobertura
y reservorios o lagos. Básicamente, estas prácticas
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MANEJO DE FÓSFORO EN SISTEMAS AGRÍCOLAS AMBIENTALMENTE SUSTENTABLES
reducen el impacto de las lluvias en la superficie
del suelo, reducen el volumen y la velocidad de la
escorrentía, incrementan la resistencia del suelo a la
erosión, y atrapan sedimentos (Fig. 3).
centración total de P en el escurrimiento superficial
pero incremento las concentraciones de P disuelto.
Cultivos de cobertura
Los cultivos de cobertura sirven para proteger la superficie del suelo del impacto de la gota de lluvia, mejoran
la infiltración respecto del suelo desnudo y atrapan partículas erosionadas (Sharpley y Smith, 1991). En áreas
en las cuales el transporte de P disuelto es la principal
preocupación, los cultivos de cobertura pueden reducir
el escurrimiento y, consecuentemente, la carga de P en
la escorrentía, pero difícilmente impacten en el P disuelto
en la escorrentía. Kleinman et al. (2001) hallaron que
los cultivos de cobertura redujeron la concentración de
P total en el escurrimiento de primavera a 36% del P
disuelto en el escurrimiento de maíz convencional. Sin
embargo, las concentraciones de P disuelto no fueron
significativamente diferentes entre cultivos de cobertura
Labranzas conservacionistas
El objetivo de las prácticas de labranzas conservacionistas es reducir el escurrimiento y la erosión,
pero presentan efectos diferenciales en cuanto a las
pérdidas de P particulado y disuelto. Dado el efecto
de la aplicación superficial de fertilizantes y estiércol
en las pérdidas de P por escurrimiento, las labranzas
conservacionistas, en particular la siembra directa,
pueden incrementar las pérdidas de P por escurrimiento. Sharpley y Smith (1994), sintetizando los
resultados experimentales en cuencas de Oklahoma,
hallaron que la conversión de trigo bajo labranzas
convencionales a siembra directa disminuyó la con-
Pelo radical
P P P
P P
P P
P
P P
P
P
P
P
P
Ca
Fe – Al ,
P
P
P P
P
P
P
P
P
P
P
P
PP P
P
P P PP P
P
P
P
P
P
P
P
P
P
Hidróxidos
P
P
P
P
Tiempo luego de la aplicación de P
Concentración de P en el suelo (mg kg-1)
160
Kingsbury, arc
Hagerstown, fr.lim.
0 kg P ha -1
50 kg P ha-1
P disponible (Mehlich-3)
120
80
40
0
400
P precipitado con Al+3 y Fe+3
300
200
100
0
0
1
2
3
4
5
6
Tiempo luego de la aplicación de P (meses)
Figura 2. El cambio en P disponible (Mehlich-3 P) y P adsorbido (ligado al Al y Fe) del suelo en el tiempo,
luego de la aplicación de P.
Informaciones
Agronómicas
#46
MANEJO DE FÓSFORO EN SISTEMAS AGRÍCOLAS AMBIENTALMENTE SUSTENTABLES
y maíz convencional ya que fueron controladas por el
contenido de P del suelo más que por la erosión.
los mecanismos de retención. Así, estas áreas deben
ser cuidadosamente manejadas para lograr sus capacidades plenas de retención y filtración.
Vías de desagüe empastadas
El objetivo de las vías de desagüe empastadas es atrapar sedimentos y reducir la erosión en los canales. En
algunos casos, pueden ser instalados para interceptar
la escorrentía y disminuir el largo efectivo de la pendiente. Chow et al. (1999) estimaron que la instalación
de una combinación de vías de desagüe empastadas
y terrazas disminuyó 20 veces la erosión anual en un
campo de papa en New Brunswick, Canadá.
Protección de banquinas de cursos de agua
La protección de banquinas de cursos de agua es
otra MPM simple, la cual puede reducir las entradas
de P por erosión y la deposición directa de estiércol
en cursos de agua, respectivamente. El efecto de la
protección/restauración de banquinas de cursos de
agua y la exclusión de animales con alambrados
sobre la calidad de aguas fue evaluada en un amplio
estudio de cuencas apareadas en el centro norte de
Vermont (Meals, 2000). Luego de tres años de calibración, el tratamiento de restauración y alambrados
fue implementado en aproximadamente la mitad de
la extensión de cursos de agua pastoreados en la
cuenca tratada, lo cual representó una exclusión de
cursos de agua del 97% de los animales. Se determinaron reducciones significativas en las concentraciones totales de N y P, sólidos totales suspendidos
y bacterias, resultando en disminuciones del 30 al
50% en exportaciones en masa de N, P y sedimentos
hacia los cursos de agua.
Observando cuatro rodeos lecheros con acceso a
cursos de agua durante cuatro intervalos durante la
primavera y verano de 2003, en la cuenca de Cannonsville Watershed en el centro del estado de New
York, James et al. (2006) fueron capaces de estimar
las contribuciones de P fecal hacia los cursos de agua.
Franjas o áreas de amortiguación
Además de reducir la exportación de P, las áreas de
amortiguación pueden incrementar el número y la
diversidad de la fauna salvaje y el hábitat acuático. En
estas áreas, a la acción física de actuar como reguladora de los nutrientes ligados a los sedimentos, se
suma la captura de P por las plantas, resultando en una
acumulación a corto y largo plazo de nutrientes en la
biomasa (Hoffmann et al., 2009; Lowrance et al., 1985;
Uusi-Kamppa, 2000). Sin embargo, la efectividad de las
áreas de amortiguación como reguladoras de nutrientes
puede variar significativamente. Por ejemplo, la ruta y
profundidad de las vías de flujo de agua subsuperficial
a través de las áreas riparianas pueden influenciar en
la retención de nutrientes. La áreas tampón son más
eficiente cuando ocurre flujo laminar más que flujo
canalizado, el cual a menudo sobre pasa algunos de
Medidas de fuente
Manejo del P en la
alimentación animal
Puede incrementar el uso y
reducir la excreción de P
Dosis apropiada de P
Incrementa la absorción
del cultivo
Medidas de transporte
Tratamiento de abonos
Pueden reducir la
solubilidad del P
Momento y forma de
aplicación de P
adecuados incrementan la
absorción del cultivo
Labranzas
Conservacionistas
Reducen pérdidas de
P por escurrimiento
Areas de
amortiguación
Atrapan partículas y
absorben P
Cercado de banquinas
de cursos de agua
Excluye al ganado y
reduce las deposiciones
directas en los cursos de
agua
Análisis de suelo
Para N y P ayudan a
Aplicación subsuperficial
establecer dosis
de P disminuye el
Manejo del riego
apropiadas de fertilizantes escurrimiento
Disminuye las pérdidas de
y abonos
P por escurrimiento y
erosión
Escala de Manejo
Perfil de suelo
Establecimiento
Campo
Figura 3. El manejo del P en sistemas de producción agrícola.
Informaciones
Agronómicas
#46
Cuenca
P en sistemas de producción agrícola ambientalmente sustentables
Ellos observaron que el ganado prefirió especialmente defecar en el curso de agua, aunque pasaban poco
tiempo en ellos. En promedio, aproximadamente un
30% de todas las deposiciones fecales cayeron en
el suelo en un área de 40 m alrededor del curso de
agua y 7% directamente en los cursos de agua y
equivalían a aproximadamente 12% de la carga de
P a nivel de cuenca atribuida a la agricultura (James
et al., 2006). Aún con estas reducciones, la protección de la banquina y el alambrado no han sido una
práctica popular para muchos agricultores y, por lo
tanto, no ha sido ampliamente implementada.
Cosntruccion de humedales y estanques de sedimentación
La construcción de humedales y estanques de sedimentación sirve para reducir el P particulado por intercepción del flujo que transporta el sedimento. House et
al. (1994) determinaron que un humedal construído
podría reducir las concentraciones de P total en un
86%, con ciertas especies vegetales (por ej., Phragmites spp.) mejorando sustancialmente la eficiencia de
remoción de nutrientes. Durante su formación, estos
humedales pueden atenuar el P disuelto a medida que
fluye a través del humedal. Las capacidades finitas de
sorción de humedales construídos y las fluctuaciones
estacionales de oxidación/reducción pueden hacerlos
inefectivos en el control del transporte de P disuelto.
A pesar de estas ventajas, cualquiera de estas medidas no debe considerarse como la única y primaria
medida para la reducción de pérdidas de P en el
escurrimiento agrícola. Estas medidas son generalmente más eficientes en reducir P de sedimento que
P disuelto. Asimismo, el P almacenado en sedimentos
de cursos de agua y lagos puede proveer una fuente
a largo plazo de P en aguas, aún después de que
las entradas de P debido a la agricultura han sido
reducidas. Como resultado, el efecto de medidas de
remediación en la cuenca puede ser lento, enfatizando la necesidad de acciones inmediatas para evitar
prolongados problemas de calidad de agua.
Conclusiones
A pesar de disponer de MPMs efectivas que pueden
disminuir el potencial de pérdidas de P desde tierras
bajo agricultura y mantener los objetivos de producción, ninguna debe ser vista o usada individualmente
como un mecanismo primario por el cual un agricultor
reduce las pérdidas de P. Por ejemplo, en Europa, los
subsidios se otorgan por el establecimiento de franjas
tampón empastadas a lo largo de los cursos de agua
para reducir pérdidas de P, haciéndolas muy comunes.
Sin embargo, en muchos sitios donde se establecen
estas franjas, no hay escurrimiento superficial, lo cual
hace que su eficiencia en la reducción de escorrentía
sea nula. Más aun, si no se enfrentan los problemas
de las áreas fuente claves, la implementación de MPMs
Informaciones
Agronómicas
en grandes áreas de una cuenca no siempre reduce
las exportaciones de P de la cuenca como un todo.
Al mismo tiempo que se implementan estrategias de
remediación, se necesita implementar un programa de
monitoreo para documentar los cambios en el manejo
de las tierras y la calidad del agua.
Debido al tiempo de demora entre la implementación de
las MPMs y las mejoras en calidad del agua, las estrategias de remediación deben considerar el re-equilibrio
del funcionamiento de la cuenca y los cuerpos de agua,
donde los destinos de los nutrientes pueden convertirse
en fuentes de P con cambios menores en el manejo de la
cuenca y la respuesta hidrológica. También es importante
aceptar en cualquier estrategia de reducción de pérdidas
de P a nivel de cuenca que es esencial evaluar toda la
complejidad física y social de sistemas individuales y la
mitigación de fuentes de P no agrícolas.
El manejo de la fertilidad fosforada en Argentina presenta
actualmente una aproximación de mantenimiento más que
de construcción, debido a factores económicos. De esta
manera, los desafíos de calidad de agua relacionados a P
son de importancia secundaria en la mejora de objetivos
de producción y de incremento de la fertilidad de suelos.
Sin embargo, esta es una oportunidad para los esfuerzos
de producción y ambientales de ser proactivos en asegurar
que los niveles de P del suelo no se incrementen a niveles
extremos (por ej., 5 a 10 veces los valores agronómicos
óptimos), como se ha visto en ciertas áreas de EE.UU. y
Europa. En la mayoría de los casos, esto ha ocurrido con
la intensificación y expansión de los sistemas de manejo
intensivo de ganado. Esperamos que los promotores del
desarrollo agrícola en Argentina sean capaces de aprender
de experiencias pasadas y de la investigación disponible,
la cual se discute en este trabajo.
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#46
Métodos de diagnóstico de fertilidad nitrogenada para el cultivo de trigo
Evaluación de métodos de diagnóstico de
fertilidad nitrogenada para el cultivo de trigo
en la región pampeana
Manuel Ferrari (1); Julio Castellarín (2); Hernán Sainz Rozas (3); Hugo Vivas (4);
Ricardo Melchiori (5) y Vicente Gudelj (6)
(1)
EEA-INTA Pergamino, Avda. Frondizi km 4,5, (B2700WAA) Pergamino, Buenos Aires (2) EEA-INTA Oliveros
INTA Balcarce (4) EEA-INTA Rafaela (5) EEA-INTA Paraná (6) EEA-INTA Marcos Juárez.
[email protected]
(3)
EEA-
Presentado al XXII Congreso Argentino de la Ciencia del Suelo.
AACS. Rosario, 31 de Mayo al 4 de Junio de 2010.
Introducción
D
espués del agua, el nitrógeno (N) constituye el
principal factor limitante de la productividad del
cultivo de trigo. Un manejo eficiente de este nutriente
requiere de la elaboración de un correcto diagnóstico
de sus necesidades a fines de efectuar recomendaciones
ajustadas de fertilización que optimicen la nutrición
nitrogenada del cultivo. Dentro de las opciones de
herramientas de diagnóstico se encuentran la disponibilidad de N a la siembra (suelo + fertilizante) hasta
los 60 cm de profundidad (González Montaner et al.,
1991) y el índice de verdor determinado con un clorofilómetro portátil (Fox et al., 1994). Recientemente se han
desarrollado también otros métodos, como el basado
en sensores ópticos remotos que evalúan la reflectancia
del canopeo del cultivo (Raun et al., 2005). En la Región
Pampeana se han realizado varios estudios tendientes
a generar información sobre la aplicabilidad de estos
enfoques bajo distintas condiciones agroecológicas y a
establecer niveles críticos u otros procedimientos para
asistir la toma de decisión de fertilización nitrogenada
del cultivo. Sin embargo, dichos esfuerzos han sido muy
localizados y, por otra parte, no en todas las zonas se
han investigado los diferentes métodos mencionados.
El objetivo de este trabajo fue evaluar la disponibilidad
de N a la siembra, el índice de verdor, y la reflectancia
del canopeo como indicadores de los requerimientos
de fertilización nitrogenada del cultivo de trigo en
cuatro áreas dentro de la Región Pampeana.
bajo siembra directa (SD) en las áreas de influencia de
las Estaciones Experimentales de INTA de Pergamino,
Oliveros, Balcarce y Rafaela. Las características de
los sitios experimentales y algunos datos de manejo
de los cultivos de trigo se informan en la Tabla 1. El
diseño utilizado fue en bloques completos aleatorizados con 4 repeticiones. Los tratamientos consistieron
en 5 niveles de N aplicados como urea a la siembra:
N0=0, N1=50, N2=100, N3=150 y N4=200 kg
N ha-1. En tres ensayos (PE, CL y CC - ver Tabla 1) fue
evaluado también un sexto tratamiento (N1 R), el que
inicialmente fue idéntico al de 50 kg N ha-1 pero que
luego recibiría una segunda fertilización nitrogenada
en base a las mediciones de reflectancia a realizar
durante el ciclo del cultivo. A fines de asegurar la suficiencia de fósforo (P) y azufre (S), todas las parcelas
recibieron aportes de 15-25 kg P ha-1 y de 15-22 kg
S ha-1 antes o durante la operación de siembra.
En pre-siembra y antes de la aplicación de los fertilizantes se extrajeron muestras de suelo de los espesores 0-20, 20-40 y 40-60 cm para la determinación
de N-NO3- (método del ácido fenoldisulfónico). En
cada bloque se tomó una muestra compuesta (10-15
submuestras) para cada profundidad. La dotación de
N en el suelo (Ns) hasta los 60 cm de profundidad fue
obtenida en base a las concentraciones de N-NO3- y
la densidad aparente de cada espesor de suelo muestreado. La disponibilidad de N a la siembra (Nd) en
cada tratamiento fue luego calculada como la suma
de Ns y la dosis de N del fertilizante (Nf) aplicada
(Nd = Ns + Nf [kg N ha-1]).
En el comienzo de la elongación de tallos (estados GS
30-32; Zadoks et al., 1974), en todos los ensayos con
Materiales y métodos
Durante la campaña 2007/08 se instalaron 7 ensayos
de fertilización nitrogenada de trigo en lotes manejados
Tabla 1. Información sobre los sitios experimentales y datos de manejo de los cultivos.
Ensayo
PE
NJ
CL
CC
LP (2)
ES
BI
Localidad (Provincia)
Pergamino (Bs. As.)
9 de Julio (Bs. As.)
Oliveros (Santa Fe)
Oliveros (Santa Fe)
Balcarce (Bs. As.)
Balcarce (Bs. As.)
Bdo. de Irigoyen (Santa Fe)
Serie de Suelos (Subgrupo)
Pergamino (Argiudol típico)
Norumbega (Hapludol éntico)
Maciel (Argiudol típico)
Maciel (Argiudol típico)
Balcarce (Argiudol típico)
Mar del Plata (Argiudol típico)
Maciel (Argiudol típico)
ASD (1)
>9
>5
> 15
> 15
>5
>5
> 15
Cultivo antecesor
Soja de 1ra.
Soja de 1ra.
Soja de 1ra.
Soja de 1ra.
Girasol
Girasol
Maíz
(1) ASD = años de siembra directa continua; (2) ensayo parcialmente afectado por heladas
Informaciones
Agronómicas
#46
10
Variedad
Cronox
Cronox
BioINTA 1002
Cronox
Baguette 10
Baguette 19
Klein Tauro
Fecha de siembra
13-7-07
2-7-07
7-6-07
25-6-07
8-6-07
10-6-07
19-6-07
Métodos de diagnóstico de fertilidad nitrogenada para el cultivo de trigo
sometidos a análisis de varianza, realizándose las
comparaciones de medias con el test de diferencias
mínimas significativas (DMS; α=0,05). Para el análisis
conjunto de las respuestas a N obtenidas, los rendimientos medios de los tratamientos N0, N1, N2 y N3
de cada ensayo fueron expresados como Rendimiento
Relativo, dividiendo su valor por el rendimiento medio
alcanzado por el tratamiento N4 (RR = Rendimiento
N0, N1, N2 ó N3 / Rendimiento N4). Los niveles
críticos de las variables diagnóstico evaluadas fueron
determinados mediante el método gráfico de Cate &
Nelson (1965), fijándose un RR crítico de 0,90.
Resultados y discusión
Los rendimientos de grano obtenidos fueron en general
Rendimiento Relativo
la excepción de BI se determinó el índice de verdor
(IV) con un clorofilómetro Minolta SPAD-502 (Minolta
Camera Co., Ltd., Japón). Las lecturas de clorofila
fueron realizadas en 20 plantas representativas por
parcela, efectuando las mediciones en la última hoja
expandida y aproximadamente en la mitad del largo
de la lámina. En los mismos estados fenológicos,
en los tratamientos N1 R y N4 de los ensayos PE,
CL y CC también se realizaron mediciones de NDVI
(índice de vegetación de diferencia normalizada) con
un sensor manual GreenSeeker (NTEch Industries,
Inc., Ukiah, CA, EE.UU.), manteniendo una altura de
lectura de 0,8-1,0 m por encima del canopeo. Las
prescripciones de refertilización del tratamiento N1
R fueron calculadas con algoritmos recientemente
ajustados en base a experiencias desarrolladas en
nuestro país (Melchiori, com. pers.). Las dosis de N
así calculadas fueron aplicadas a las parcelas N1 R
como urea poco después (0-5 días) de efectuadas
las determinaciones con el sensor. En todos los sitios
se registraron lluvias suficientes (>20 mm) en los
días siguientes a la aplicación como para asegurar
la incorporación del fertilizante al suelo.
La evaluación de los rendimientos de grano fue realizada
con una cosechadora experimental de parcelas (LP, ES y
BI) o mediante muestreo manual de espigas y posterior
desgranado de las mismas con trilladora estacionaria (PE,
NJ, CL y CC). En todos los casos el peso de grano fue
corregido a un contenido de humedad de 13,5%.
Los resultados de rendimiento de cada ensayo fueron
0,90
0,80
0,70
0,60
0,50
0,40
0,30
0,20
0,10
0,00
147 kg N/ha
0
25
50
75
100
125
150
175
200
225
250
-1
Nd (kg N ha )
Figura 1. Relación entre los rendimientos relativos y
la disponibilidad de N a la siembra (Nd).
1,10
1,10
1,00
0,90
0,90
0,80
0,70
0,60
0,50
0,40
0,30
0,20
40,0
(a)
0,10
0,00
30
35
40
Rendimiento Relativo
1,00
Rendimiento Relativo
1,10
1,00
0,90
0,90
0,90
0,80
0,70
0,60
0,50
0,40
0,30
0,20
0,10
45
0,00
0,70
50
0,93 - 0,94
(b)
0,75
0,80
Lectura de Clorofila (SPAD)
0,85
0,90
0,95
1,00
1,05
ISN
Figura 2. Relación entre los rendimientos relativos y (a) las lecturas absolutas de clorofila en hoja, (b) el Índice
de Suficiencia de Nitrógeno (ISN).
Tabla 2. Rendimientos de grano obtenidos en los 7 ensayos.
Tratamiento
N0
N1
N1 R
N2
N3
N4
DMS (α=0,05)
CV (%)
PE
4975 b
5840 a
5884 a
5980 a
6222 a
6099 a
488
5,6
NJ
5564 c
6665 b
-----7107 ab
7185 a
7021 ab
465
4,5
Rendimiento de grano (kg ha-1) (1)
CL
CC
LP
3299 c
4796 c
1849 e
3802 bc
5377 bc
2547 d
3828 b
5495 b
-----4060 ab
5525 b
2982 c
4066 ab
5473 bc
3684 b
4410 a
6421 a
4075 a
516
691
390
8,8
8,3
8,4
(1) Para cada ensayo (columna), letras distintas indican diferencias significativas (DMS; p<0,05)
Informaciones
Agronómicas
#46
11
ES
5341 b
6676 a
-----6806 a
6745 a
6982 a
509
5,1
BI
3146 d
3654 c
-----3962 b
4265 a
4463 a
208
3,5
Métodos de diagnóstico de fertilidad nitrogenada para el cultivo de trigo
elevados. Los valores medios oscilaron entre 1849 y
5564 kg ha-1 para el tratamiento N0, y entre 4075 y
7021 kg ha-1 para el N4. En todos los ensayos se detectaron respuestas significativas (p<0,01) al N (Tabla 2).
En la Figura 1 se presenta la relación encontrada
entre los RR y el Nd (Ns + Nf). El análisis gráfico de
los resultados reveló la existencia de un rango crítico
ubicado entre los 120 y los 160 kg N ha-1, permitiendo
establecer tentativamente un nivel crítico de Nd de
147 kg N ha-1, valor con el cual es posible predecir la
respuesta del cultivo a la oferta de N con un 82% de
confiabilidad (23 de los 28 puntos se encuentran en
los cuadrantes inferior izquierdo y superior derecho).
El nivel crítico encontrado es superior al determinado por Salvagiotti et al. (2004) en el centro-sur de
Santa Fe (92 kg N ha-1) y al reportado por González
Montaner et al. (1991) para el sudeste bonaerense
(125 kg N ha-1), en ambos casos para ensayos con
productividades medias inferiores a las obtenidas en
este estudio. Sin embargo, el umbral de 147 kg N
ha-1 es idéntico al obtenido por Calviño et al. (2002)
en el sudeste de Buenos Aires a partir de experiencias
conducidas en SD con rendimientos máximos de
3500 a 7400 kg ha-1 y que también incluyeron una
combinación de variedades tradicionales y de origen
francés como en el presente trabajo. La gran similitud
con este último nivel crítico sería un reflejo de los altos
niveles de productividad general alcanzados en los
ensayos aquí informados (Tabla 2) y la consecuente
mayor demanda de N por los cultivos.
La relación entre los RR y el IV posibilitó determinar un
nivel crítico de 40 unidades SPAD, valor con el cual
pudo anticiparse la respuesta a la fertilización nitrogenada con un 100% de eficacia (Figura 2.a). El umbral
encontrado es muy semejante al reportado por Fox et
al. (1994) para trigo de invierno (IV=41). A fines de
evitar posibles interferencias inducidas por el material
genético evaluado, las lecturas de clorofila fueron
también expresadas en términos relativos mediante la
elaboración de un Índice de Suficiencia de Nitrógeno
(ISN = Lectura N0, N1, N2 ó N3 / Lectura N4). Sin
embargo, e inesperadamente, los valores de ISN mostraron una mayor dispersión a la obtenida cuando los
RR se relacionaron con las lecturas absolutas de clorofila (Figura 2.b). Al menos en parte, el muy estrecho
ajuste encontrado entre los RR y las lecturas absolutas
de clorofila podría ser explicado por el hecho de que
el 50% de las mediciones fueron realizadas sobre un
mismo cultivar (Cronox; Tabla 1).
Sobre la base de las lecturas de NDVI obtenidas, el
algoritmo de recomendación empleado para la refertilización nitrogenada de las parcelas N1 R indicó la
aplicación de dosis medias de 6,5; 0,0; y 27,2 kg N
ha-1 para los ensayos CL, CC y PE, respectivamente.
Como puede observarse en la Tabla 2, en ninguno
de los tres sitios los rendimientos del tratamiento N1
R difirieron significativamente de los del N1. En el
caso de CL, dicho resultado sería esperable dada
la muy baja dosis de N prescripta. Para el sitio CC,
la recomendación de no aplicar fertilizante adicional fue claramente la correcta. En el ensayo PE, en
Informaciones
Agronómicas
cambio, la refertilización con 27,2 kg N ha-1 produjo
un incremento de rendimiento de sólo 44 kg trigo
ha-1, indicando que la prescripción de N habría sido
excesiva. Estos últimos resultados sugerirían que es
necesario mejorar los ajustes en los algoritmos para
incrementar la precisión en la estimación de las
dosis de refertilización a fines de poder generalizar
el empleo del enfoque a las diversas condiciones
agroclimáticas de la Región Pampeana.
Conclusiones
Para las condiciones bajo las cuales se realizaron
estos ensayos puede concluirse que:
• la disponibilidad de N a la siembra permitió predecir satisfactoriamente la respuesta del cultivo a
la oferta de N.
• el IV determinado a comienzos de la elongación
de tallos anticipó la respuesta del trigo a la fertilización nitrogenada en forma precisa, desmejorando la confiabilidad de la predicción cuando
las lecturas de clorofila fueron expresadas en
términos relativos.
• si bien el método basado en la medición del
NDVI del canopeo cuando empiezan a elongarse
los tallos fue evaluado en sólo 3 ensayos, sus
resultados aparentan ser promisorios, aún cuando se requerirían ajustes adicionales para poder
emplearlo en forma apropiada bajo las distintas
condiciones productivas de la región.
Agradecimiento: Este trabajo fue realizado con
fondos del proyecto de INTA PNCER 2342.
Bibliografía
Calviño, P; H.E. Echeverría & M. Redolatti. 2002. Diagnóstico de nitrógeno en trigo con antecesor soja bajo siembra directa en el sudeste bonaerense. Ciencia del Suelo 20: 36-42.
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Fox, R.H; W.P. Piekielek & K.M. Macneal. 1994. Using a
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Salvagiotti, F; G Cordone; J Castellarín; S Bacigaluppo; J
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14:415-421.
#46
12
Manejo del nitrógeno en cultivos de invierno en Uruguay
Propuesta para el manejo del nitrógeno
en cultivos de invierno en Uruguay
Esteban Hoffman, Carlos Perdomo, Oswaldo Ernst, Martín Bordoli, Miguel Pastorini, Claudio Pons y Edwin Borghi
Cereales y Cultivos Industriales (EEMAC, Paysandú) y Fertilidad de Suelos (Montevideo)
Facultad de Agronomía - Universidad de la Republica (Uruguay)
[email protected]
Antecedentes
L
as características climáticas, las variaciones en
suelo, historia de chacra y el antecesor en Uruguay hacen que las variaciones en la capacidad de
aporte de nitrógeno (N) entre chacras y años sean
muy importantes. Esta realidad ha sido reconocida
desde hace muchos años, por lo que se han desarrollado modelos con el fin de racionalizar el agregado
de N. Los modelos propuestos por Oudri (1976) y
Capurro et. al. (1982) tuvieron una baja adopción
probablemente porque proponían agregar todo el
N a la siembra y no en forma fraccionada (por ej.
siembra y macollaje). Guido e Ieudiukow (1989), en
un relevamiento realizado para trigo en 25000 has
no encontraron relación entre el N efectivamente
agregado a la siembra y la cantidad propuesta en
el modelo de Oudri (1976). Todas las chacras recibieron similar dosis de N a la siembra, cercana a las
30 unidades. Resultados similares fueron observados
por Perdomo y Hoffman (1995) para el cultivo de
cebada cervecera.
La Facultad de Agronomía comenzó, a principios de
la década de los 90, una nueva etapa de investigación en base a convenios con el sector productivo, y
permitió generar una propuesta tecnológica para el
ajuste de N en trigo y cebada. Esta propuesta pretende racionalizar el uso del N, usando el insumo en
forma eficiente y evitando deseconomías y/o problemas de contaminación ambiental. En este modelo, se
trata de objetivizar la decisión de cuándo y cuanto N
agregar, mediante el uso de los mejores indicadores
de respuesta para cada estadio de estos cultivos de
invierno en Uruguay.
Los proyectos que han permitido desarrollar este modelo de ajuste se han basado en el modelo desarrollado por Baethgen (1992) y validado por Hoffman y
Ernst (1996) en cebada cervecera. Este escrito resume
los trabajos de Perdomo et al. (1999), Hoffman et
al. (1999), Hoffman et al., 2001, Perdomo y Bordoli
(1999) y Bordoli et al. (2000).
Propuesta de ajuste del N para cebada cervecera y trigo
Los trabajos llevados adelante en las redes experimentales, permitieron estudiar para los distintos
estadios del cultivo en cebada y trigo, la relación entre
la respuesta al agregado de N y distintos indicadores
de suelo y planta: materia orgánica, N-NO3- y N-NH4
Informaciones
Agronómicas
en suelo a la siembra, a Zadoks 22 y 30 (Z 2.2 - Z
3.0; Zadoks et al., 1974) (0-20 y 20-40 cm); N en
planta a Z 2.2 y Z 3.0; índice de clorofila a Z 2.2 y
Z 3.0 y N total absorbido a Z 2.2 y Z 3.0.
Los indicadores de suelo y planta se seleccionaron según su capacidad predictiva para cada estadio, por lo
que el manejo de N propuesto para cebada cervecera
y trigo se basa en las siguientes determinaciones:
• Siembra. N-NO3- del suelo(0-20 cm) (Perdomo et
al., 1999)
• Z 2.2 (tres tallos (principal+2 macollos)/planta). N-NO 3- del suelo(0-20 cm) (Perdomo et
al.1999)
• Z 3.0 (nudo a nivel del suelo en tallo principal). N
en planta (%) y estimación de bandas de potencial
(Baethgen, 1992)
La base de esta propuesta para el manejo del N,
radica en que el potencial de rendimiento comienza
a construirse en las primeras etapas del ciclo del
cultivo y se concreta durante el período de encañado-antesis. El ajuste de N a siembra y Z 2.2 permiten
por lo tanto, construirlo y a Z 3.0, concretarlo. El
modelo propuesto se esquematiza en la Figura 1 y
se desarrolla en las siguientes secciones.
a) Siembra
Para el ajuste de la fertilización en este momento es
relevante conocer la disponibilidad de N e inferir qué
capacidad tendrá el suelo para reponerlo cuando el
cultivo comience la extracción. Tanto para cebada
como para trigo, por encima de 16 a 18 ppm de
N-NO3- (0-20 cm), la probabilidad de respuesta al
agregado de N es muy baja. Por debajo de este rango
crítico existe una gran variabilidad, condicionada por
la disponibilidad de N, la historia de chacra, y las
condiciones ambientales imperantes. Los trabajos
realizados en cebada han permitido agrupar los
ambientes en dos grupos de respuesta que se denominaron: respuesta esperada alta (A) y respuesta
esperada baja (B). La constitución de ambos grupos
se detalla en la Tabla 1.
Pese a ser cualitativas, estas variables permiten interpretar mejor un mismo valor de N-NO3- en suelo,
logrando integrar el valor puntual de N a siembra,
con una aproximación a la capacidad de aporte del
#46
13
Manejo del nitrógeno en cultivos de invierno en Uruguay
suelo por un plazo mayor. El modelo de ajuste de la
fertilización a la siembra, propuesto para la cebada
cervecera se presenta en la Figura 2.
Los trabajos realizados a nivel nacional muestran
que la disponibilidad de N-NO3- en suelo puede ser
tomada como estimador de la capacidad de aporte
de N por parte del suelo. Perdomo et al. (1999), en
cebada cervecera observaron que, sin agregado de
N, el nivel de proteína en grano fue superior a 12%
cuando el contenido de N-NO3- en suelo a la siembra
fue superior a 24-25 ppm.
En la Figura 3, independientemente de la variación
intra-anual, se observa una relación sensiblemente
constante entre el N-NO3- a la siembra y Z 2.2.
Un contenido elevado de N-NO3- en suelo, puede
Tabla 1. Criterios de definición de los grupos de respuesta esperable al N (Perdomo et al., 1999 c).
Edad de Chacra *
Alta respuesta
esperable (A)
Vieja
Antecesores
Sorgo, Maíz
Manejo del barbecho
Incorrecto
Baja respuesta
esperable (B)
Nueva
Pradera, Girasol, Soja,
Rastrojos de Invierno
Correcto
mantenerse 30-40 días posteriores a la siembra (Z
2.2). De igual forma, una situación con bajo contenido de N-NO3- a la siembra, es probable que se
mantenga en deficiencia hasta Z 2.2. El valor de
N-NO3- a Z 2.2, en última instancia depende de las
características climáticas del año. En años secos y
con temperaturas superior a la media histórica en
el invierno, como 1995, se deben esperar valores
superiores de N-NO3- en suelo a Z 2.2, que para
años fríos y húmedos como 1996 y 1997.
b) Zadoks 2.2
En este estadio, si bien la planta es muy joven y
absorbe bajas cantidades de N, las deficiencias
determinan pérdidas importantes de potencial. La
Tabla 2. Dosis de N recomendada a Z 2.2 según
la disponibilidad de N-NO3- en suelo (0-20cm)
(Perdomo et al., 1999, Hoffman et al., 2001).
N-NO3- en suelo
(ppm)
≤6
7-10
11-13
≥ 14
* El concepto de chacra nueva o vieja utilizados, fue en función de los años de agricultura
pos pastura. Chacras con más de 4 años de agricultura fueron consideradas como viejas
y las de menos de 4 años, como nuevas.
Dosis de N
(kg/ha)
45
20-40
15-20
0
Ajuste de N a Zadoks 30
Indicador: N total en planta
Nivel Crítico absoluto: 4.2%
(niveles críticos variables en
función de potencial)
Ajuste de N a la siembra
Indicador: N-NO3 (0-20 cm)
Nivel Crítico: 16-18 ppm
Ajuste de N a Zadoks 22
Indicador: N-NO3 (0-20 cm)
Nivel Crítico: 13-14 ppm
Figura1. Esquema del modelo propuesto para el manejo del nitrógeno en cultivos de invierno en Uruguay.
Elaborado en base a Perdomo et al. (2001).
Informaciones
Agronómicas
#46
14
Manejo del nitrógeno en cultivos de invierno en Uruguay
90
35
75
*. 1995
y=7.50 + 0.60 x r =0.65
60
NO3 Z-22 (ppm de N)
30
Grupo A (y=90-5x)
45
30
*. 1996
y=3.39 + 0.54 x r =0.86
25
*. 1997
y=3.10 + 0.51 x r =0.87
20
*. 3 años
y=3.41 + 0.67 x r =0.77
15
1995
1996
1997
-
-
Dosis a agregar (Kg N.ha-1)
falta de N determina reducciones en el macollaje
margen superior. Hoffman et al. (1999) observaron
y disminución del tamaño futuro de las espigas, en
respuesta hasta 50 kg de N/ha en este estadio. Borla medida que ha comenzado la inducción floral en
doli et al. (2000) reportó que para 35 experimentos
los tallos principales (Hoffman et al., 1992; Viega
en trigo, se observaron similares rendimientos con
et al., 2001). El correcto suministro de N en este
60 kg de N/ha a Z 2.2, que fraccionando 30 kg a
estadio permite la construcción de un alto potencial
Z 2.2 y 30 kg a Z 3.0.
de producción y, como parte del N agregado en
este estadio se absorbe en torno a Z 3.0, disminuir
c) Zadoks 3.0
el riesgo de deficiencias de N en el período crítico.
Este estadio, marca el máximo macollaje (Hoffman et
El indicador que mejor se correlacionó con la resal., 1997) y un valor cercano al 75-80% del número
puesta al agregado de N en Z 2.2 fue el contenido
máximo de primordios de granos por espiga en tallos
en suelo de N-NO3- (0- 20 cm). Por encima de 13 a
principales (Hoffman et al., 1992; Viega et al., 2000;
14 ppm de N-NO3- en el suelo, la probabilidad de
Hoffman et al., 2001). Por esto, desde el punto de
respuesta observada fue baja. No existieron diferenvista del potencial de producción (granos/m2) este es el
cias entre los cultivos sembrados con o sin laboreo
último momento en donde se puede esperar respuesta
(Perdomo et al., 1999; Perdomo y Bordoli, 1999).
relevante al agregado de N. La adición de N por encima
Por otra parte, en Z 2.2., el efecto por inmovilización
de lo requerido no determina incrementos de rendide N pierde relevancia, ya que una parte importante
miento, pudiendo elevar el contenido de N en grano
del rastrojo ya se ha descompuesto.
(Ernst y Hoffman, 1995; Hoffman y Ernst, 1996).
El contenido de N-NO3 en suelo en Z 2.2 resulta de un balance entre varios procesos que
ocurren en el suelo (mineralización, nitrificación,
lavado, desnitrificación, inmovilización), interactuando con el N del fertilizante agregado y la
absorción por parte el cultivo. Es por esto que
el nivel crítico en este estadio es inferior que a
la siembra. De igual forma, el nivel crítico tiende
a variar levemente con el año. Perdomo et al.
(1999) observaron en cebada, considerando
sólo la respuesta en rendimiento, que en un
año seco el nivel crítico fue cercano a 15 ppm
de N-NO3- en suelo, mientras que en años
húmedos el valor fue de 13 ppm.
Como puede observarse de la Tabla 2, la respuesta al agregado de N no se considera relevante por debajo de 13-14 ppm de N-NO3-.
En cebada cervecera no sería recomendable Figura 4. Concentración de N en planta a Z 3.0 sin agregaagregar más de 45 kg de N, porque que se do de N en relación al contenido de NO3- en suelo a Z 2.2
incrementa el riesgo de obtener granos con - Red Manejo de N en Cebada 1995-1998 (Perdomo et al.,
elevado contenido de N. Para trigo, existe un 1999).
15
Grupo B (y= 48-3x)
0
0
2
4
6
10
5
0
8 10 12 14 16 18 20 22 24
Concentración de N-NO3 a la siembra para los
primeros 20 cm. del suelo (ppm N)
Figura 2. Dosis de N recomendada a la siembra según
la disponibilidad de N-NO3- en suelo (0-20 cm), para
cada grupo de respuesta (Perdomo et al., 1999).
Informaciones
Agronómicas
0
5
10
15
20
25
30
35
NO3- Siem. (ppm de N)
Figura 3. Contenido de N-NO3- a Z 2.2, en relación al contenido a la siembra, para tratamientos
sin agregado de N, para tres años en cultivos de
cebada cervecera (Perdomo et al., 1999, Hoffman
et al 1997).
#46
15
Manejo del nitrógeno en cultivos de invierno en Uruguay
En este estadio, la elevada tasa de crecimiento del
cultivo determina que el rango de N-NO3- disponible
en suelo sea muy estrecho, reduciendo el ajuste entre
la respuesta al agregado de N y la concentración de
N-NO3- en suelo. El mejor indicador observado para
Z 3.0, en trigo y cebada es la concentración de N
total en planta (%N) (Baethgen y Alley, 1989, Roth et
al., 1989; Vaugham et al., 1990 citados por Baethgen, 1992; García, 1993; Hoffman y Ernst, 1996;
Perdomo et al., 1999; Hoffman et al., 1999). Para
ambos cultivos, el nivel crítico observado estuvo entre
38 a 41 g de N. kg. de MS -1(3,8 a 4,1 %).
Como puede observarse en la Figura 4, con tenores < 10 ppm de N-NO3- en suelo a Z 2.2, existe
importante variabilidad en el estado nutricional del
cultivo a Z 3.0. Hoffman y Ernst (1995) observaron,
en cebada, variaciones de N en planta a Z 3.0 desde
2.5 a 5.5%, cuando el contenido de N-NO3- varió
de 3 a 7 ppm (0-20 cm).
Hoffman et al. (1999) observaron que para un año
con déficit hídrico, en más del 70% de los casos
evaluados en trigo (25 sitios) con ajuste de N a la
siembra y Z 2.2, respondieron al agregado de N a Z
3.0. Durán y Cha (2002), en condiciones similares,
observaron respuesta a N en Z 3.0 en el 50% de los
casos.. En condiciones normales, Perdomo y Bordoli
(1999), no observaron ventajas de fertilizar a Z 3.0
después de hacerlo en Z 2.2, y ambos momentos se
comportaron como intercambiables.
Baethgen (1992) desarrolló un modelo para el ajuste
de N a Z 3.0 en cebada cervecera, considerando
que el N en estadios anteriores está correctamente
manejado. Este modelo propone un ajuste de dosis
en función del potencial de rendimiento definido a
Z 3.0, y el estado nutricional, estimado a través del
contenido de N total en planta Figura 5). En forma
independientemente del potencial a concretar, por
encima de 41 g de N/kg no se espera respuesta
al agregado de N en este estadio. Un cultivo con
potencial de rendimiento afectado por el manejo
anterior, claramente precisa menos cantidad de N, y
el nivel crítico por encima del cual cesa la respuesta
al agregado es menor. En estas situaciones es baja
la probabilidad de obtener retornos por el uso de N
tanto en cebada como en trigo.
Un importante factor a considerar es la calidad de
muestreo. Debido a que el N en planta se reduce
rápidamente después de Z 3.0, los muestreos tardíos
llevan a decisiones erróneas. Como también es importante que no transcurran más de 4 a 5 días entre
el muestreo y la fertilización, puede ser útil priorizar
las chacras que no han recibido fertilizante en Z
2.2, y que presentaron contenidos de N-NO3- en
suelo menores a 15 ppm. Frente a la necesidad de
tener que acotar aún más el muestreo, no se debería
priorizar las chacras sembradas tardíamente y que
fueron fertilizadas a Z 2.2, ya que por el menor potencial y el escaso tiempo que media entre ambos
estadios, es poco probable que presenten respuesta
al agregado de N.
Informaciones
Agronómicas
Validación y uso del modelo
Los trabajos de validación realizados por Hoffman y
Ernst (1996) y Benítez y Lecuona (1996) en cebada a
Z 30 y por Hoffman et al. (1999) en trigo a siembra
y Z22, mostraron un ajuste preciso (mayores al 90
%) de este modelo, en detectar las situaciones de
respuesta (chacras que no responden y en las que
habría que adicionar N).
Benítez y Lecuona (1996) comparan aplicar una dosis
fija de N a Z 3.0 (35 kg de N/ha), en relación al
ajuste de N con el modelo (Tabla 3). Independientemente del N usado en estadios anteriores, agregar
N utilizando el modelo propuesto por Baethgen
(1992) en relación a utilizar una cantidad de N fija,
no determinó cambios en el rendimiento medio. Sin
embargo, permitió un ahorro significativo en N.
Como el modelo propuesto por Baethgen (1992)
para el cultivo de cebada, considera no agregar N
a Z 3.0 cuando es baja la probabilidad de respuesta
por el riesgo de incrementar el contenido de N en
grano, se podría pensar a priori para trigo, que al
agregar cantidades mayores a las recomendadas
podrían ocurrir incrementos significativos en los
niveles de proteína en grano. En este sentido, los
trabajos realizados por la Facultad de Agronomía
en trigo muestran que la probabilidad de obtener
incrementos de proteína adicionando N por encima
de lo recomendado con el modelo propuesto por
Baethgen no es alta. Bajo condiciones que favorecen
un elevado potencial de rendimiento y baja disponibilidad de N durante la primavera, el agregado de
N evita que se diluya el N en el grano (Figura 6).
Resultados similares fueron reportados por Hoffman
y Ernst (1995) para cebada cervecera. Durán y Cha
(2002), en trigo, no observaron incrementos de N
en grano por adicionar N a Z 3.0.
Cuando el N agregado se encuentra por encima de
los requerimientos, el rendimiento no cambia y una
muy baja proporción del excedente se acumula en el
grano (Perdomo y Bordoli, 1999; Bordoli et al., 2000;
Cha y Duran, 2001 (Figura 7). Para las situaciones
de no respuesta a Z 3.0, el testigo sin agregado de
N en este estadio, absorbió a espigazón todo el N
necesario. El agregado de N en estas situaciones
llevó a que el cultivo acumulara un exceso de N que
finalmente se perdió. En concordancia, Hoffman et
al. (1999) y Bordoli et al. (2000) obtuvieron bajas
eficiencias para incrementar el contenido proteico en
grano agregando N en situaciones de suficiencia.
Conclusiones
La propuesta de manejo del N para cultivos de invierno, considera que el ajuste a la siembra, a Z 2.2 y a
Z 3.0 debe manejarse en forma conjunta. Los niveles
críticos, así como las recomendaciones de fertilización
propuestas para la siembra, no excluyen la evaluación
de la situación nitrogenada del cultivo a Z 2.2. La
misma propuesta se aplica entre Z 2.2 y Z 3.0.
#46
16
Manejo del nitrógeno en cultivos de invierno en Uruguay
Los modelos de manejo del N presentados para los tres
momentos, ofrecen mayor seguridad particularmente
en situaciones en que se estima que la probabilidad
de respuesta al agregado de N es baja. Por esto debe
evitarse el agregado de cantidades de N por encima
de las necesidades estimadas por estos modelos.
Es fundamental un correcto muestreo (momento y calidad de muestreo) de las situaciones en cada uno de los
estadios planteados, ya que en gran parte condicionan
la representatividad de los indicadores propuestos.
Tabla 3. Validación de la respuesta al agregado de N en
base al modelo de ajuste de N a Z 3.0 propuesto por Baethgen (1992), para 27 situaciones, en cebada cervecera
sembrada sin laboreo (Benítez y Lecuona, 1996).
N-fijo
0
3676
35
Porcentaje de casos sin N
Rendimiento
N agregado (kg/ha)
N-modelo
67
3520
13
120
Baethgen, W. 1992. Fertilización nitrogenada de cebada
cervecera en el litoral oeste del Uruguay. INIA La Estanzuela.
Serie Técnica Nº 24.
Benítez, A. y H. Lecuona. 1996. Efecto de la época de siembra, población y manejo de la fertilización nitrogenada sobre
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16
PROTEINA EN GRANO(%)
R2 = 0.74
100
DEO (kg de N/ha)
Bibliografía
>3.5
80
2.5-3.5
60
40
1.5-2.5
20
12
10
8
C/NZ30-S/NZ47
0
2
2,5
3
3,5
4
4
4,5
0
N(% ) PLANTA Z30
10
20
30
40
50
60
70
N recomendado a Z.30( kg N/ha)
Figura 5. Dosis económica óptima (DEO) de N recomendada para cebada cervecera, según el N en
planta y el rendimiento potencial a Z 3.0 (Baethgen
1992). (Los valores en recuadros corresponden a
los rangos de potencial en t ha-1).
Figura 6. Concentración de proteína en grano de
trigo, con y sin agregado de N a Z 3.0 en relación a la
recomendación según el modelo de Baethgen (1992)
(Hoffman et al., 1999; Cha y Durán, 2001).
Sitios CON respuesta al N
Sitios SIN respuesta al N
250
250
Sin N
Sin N
200
N total absorbido(kg N/ha)
N total absorbido(kg N/ha)
bo= 11,8
b1= - 0,043
r= - 0,87
S/NZ30-S/NZ47
6
<1.5
1,5
bo= 11,4
b1= 0,016
r=0,48
14
Con N
150
100
50
0
0
50
100
150
Con N
200
150
100
50
0
200
0
Dias de ciclo(DPS)
50
100
150
Dias de ciclo(DPS)
200
Figura 7. Absorción de N durante el ciclo del cultivo de trigo, para el promedio de los sitios con y sin agregado de N en Z 3.0 y con y sin respuesta al mismo (Cha y Durán 2001).
Informaciones
Agronómicas
#46
17
Fertilización con azufre en el cultivo de colza-canola
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Respuesta a la fertilización con azufre en el cultivo de
colza-canola en suelos del litoral norte de Uruguay
Sebastián Mazzilli y Esteban Hoffman
Facultad de Agronomía, Estación Experimental “Dr. Mario A. Cassinoni” – UdelaR. Paysandú, Uruguay.
[email protected]
Introducción
E
l azufre (S) es un nutriente móvil en suelo con
dinámica similar al N, que es requerido en cantidades importantes por cultivos y pasturas (Tisdale et
al., 1985). Un cultivo de canola 2000 kg ha-1, extrae
aproximadamente 13 kg de S ha-1, cantidades un
poco superiores a la de un cultivo de trigo de 4500
kg ha-1 el cual extrae unos 7 kg de S ha-1 (Ciampitti y
García, 2009). Hasta el momento, no existen en Uruguay modelos ni estimadores robustos que permitan
manejar la fertilización con este nutriente y aún no
es tenido en cuenta por los productores al momento
de decidir la fertilización de sus cultivos. Sumado
a esto, tampoco existe información suficiente que
permita realizar un diagnóstico sobre si todavía son
puntuales y aislados los problemas con S o si estamos
ingresando en una etapa en la que va a ser necesario
incluirlo en los esquemas de fertilización.
Si consideramos la intensificación del sistema agrícola-pastoril uruguayo, sumado al incremento en los
Informaciones
Agronómicas
potenciales de producción, deberíamos contar con
más información contemporánea para el manejo de
este nutriente, que la que disponemos actualmente.
Además, hace ya un tiempo largo (más de 30 años),
que se dejo de agregar cantidades importantes de
S desde que la principal fuente de la fertilización
fosforada, el superfosfato de calcio (0-21-23-0/12S)
se cambiara por el superfosfato triple (0-46-0/0S).
En la actualidad, podríamos estar ingresando a un
período en donde la deficiencia de S, comience a
establecer escalones de producción.
A este escenario en particular debemos sumarle que
el cultivo de canola es conocido por su exigente
demanda de S. Trabajos realizados en otros países
indican que suele existir respuesta a la aplicación
de S para este cultivo, en áreas donde no se detecta
respuesta a este nutriente en cereales (McGrath y
Zhao, 1996; Schnug y Haneklaus, 1998).
En los últimos años, INIA La Estanzuela, comenzó
#46
18
Fertilización con azufre en el cultivo de colza-canola
en relación al testigo sin S), y eficiencias máximas de
25 kg de grano por kg de S agregado.
La información de respuesta específica es escasa y
parcelada, pero es más que suficiente para plantear
el problema. Por este motivo el siguiente trabajo
pretende evaluar la respuesta en rendimiento al
agregado de S en canola, en dos momentos del
cultivo, en una zona con suelos con más de 30 años
de historia agrícola-ganadera.
Consideramos importante comentar que el trabajo
surge en forma accidental, ya que dado el alto nivel de
P en suelo que arrojo el análisis, se decidió no agregar
Prom. Histórico
2006
Nov
Oct
Mayo
Nov
Oct
Set
Ago
Jul
12,1
Set
15,4
Ago
15,8
Jul
14,1 13,8
2006
240
220
185
200
165
180
140 150
160
140
95
120
79
82
100 80
69
62
80
60
30
23 37
22
40
20
0
Precipitaciones (mm)
20,0 20,2
Jun
Prom. 30 años
Jun
24
22
20
18
16
14
12
10
8
6
Mayo
Temperatura media ( ºC)
a generar información de respuesta al S en soja,
para suelo agrícolas del litoral sur de Uruguay. En 8
experimentos, las respuestas fueron bajas y no significativas (máximo de respuesta 250 kg de grano)
a pesar de que en el 88% de los sitios los niveles de
S-SO4 en suelo fueron inferiores a < 5 ppm (Morón,
2005). García Lamothe (2002), trabajando en trigo
pan desde 1998 al 2001, encontró respuesta positiva
en rendimiento en grano en 25% de los experimentos
realizados. Estos trabajos fueron conducidos con
sulfato de calcio, y las respuestas variaron de los 250
a 550 kg ha-1 (6 a 14% de incremento de potencial
Figura 1. Precipitaciones y temperatura media mensual para el año 2006 en relación a los promedios históricos (30 años) para Paysandú.
Experimento 1 - Sin S a la siembra
(a)
2500
2000
1500
1229
916
1000
500
0
27
53
Testigo 0 N
60 UN
Experimento 2. Con 20 US a la siembra
3000
Rendimiento (Kg grano.ha -1)
Rendimiento (kg grano.ha -1)
3000
2408
2500
2000
2258
(b)
2015
1872
1500
1000
500
0
Testigo 0 N
60 N + 10 S 60 N + 20 S
60 UN
60 N + 10 S 60 N + 20 S
Figura 2. Respuesta al S y N en pos-emergencia en cultivo de Canola, en el 2006, para dos experimentos.
a.- sin S a siembra (DMS5 = 399, CV = 17.7) y b.- con 20 kg de S ha-1 a la siembra (CV = 35.9%).
Figura 3. Estado del cultivo de colza con 20 kg ha-1 de S a la siembra (izq.) y sin agregado de S (der.) a la siembra.
Informaciones
Agronómicas
#46
19
Fertilización con azufre en el cultivo de colza-canola
fertilizante fosfatado a la siembra y el ajuste del N se
realizó con sulfato de amonio que en la operativa no
alcanzo para toda la chacra y el productor terminó la
misma con urea. Las diferencias entre zonas se hicieron
muy evidentes antes de elongación del cultivo.
Materiales y Métodos
Se realizaron dos experimentos en una chacra comercial de colza-canola sembrada en el año 2006. La
chacra se encuentra ubicada a 25 km de la ciudad
de Paysandú sobre Ruta Nacional Nº 90 (32° 19
51.52 S 57° 52’ 40.99 W). El suelo corresponde a un
Brunosol Sub-Eutrico de la formación Fray Bentos.
La chacra presenta mas de 30 años de agricultura
en rotación con pasturas (4 años de cultivos – 2-3 de
pasturas aproximadamente). En la fase agrícola los
cultivos predominantes fueron trigo y cebada en invierno, y girasol y sorgo en verano, mientas que en la fase
de pasturas la mezcla estuvo compuesta básicamente
por Achicoria (Chichorium intibus), trébol rojo (Trifolum
repens) y Lotus (Lotus corniculatus). Los antecesores del
cultivo y manejo general se resumen en la Tabla 1.
Los tratamientos aplicados se detallan en la Tabla
2. En los mismos se utilizó sulfato de amonio como
fuente de nitrógeno y azufre y urea como fuente de
nitrógeno.
Caracterización climática del año
En la Figura 1 se presenta la información de evolución
de la temperatura y las precipitaciones durante el
ciclo de cultivo, en relación a la media regional. Las
condiciones climáticas no fueron favorables para el
buen desarrollo de un cultivo de invierno. En términos generales, puede ser considerado un año muy
cálido y con escasas precipitaciones durante gran
parte del ciclo del cultivo. El déficit hídrico durante
julio, agosto y setiembre, sumado a un suelo con
escasa capacidad de almacenaje, llevaron a que el
cultivo de canola se viera sometido a un severo estrés
durante gran parte del periodo de elongación de
vástagos (momento de máxima tasa de crecimiento
y concreción del potencial de rendimiento).
Resultados y Discusión
Al tratarse de un experimento exploratorio de campo
no fueron realizadas las determinaciones necesarias
para poder realizar un análisis exhaustivo de los resultados. A pesar de ello y considerando la magnitud de
la respuesta al S, se considera oportuno mostrar los
resultados. En la Figura 2 se presenta el rendimiento
en grano en respuesta a los distintos tratamientos de
agregado de N y S en pos-emergencia.
Si bien ambos experimentos no son estrictamente
comparables en cuanto a la importancia del agregado de S a siembra, se puede observar que el sitio sin
S a siembra (Experimento 1(E1)) logró un rendimiento
promedio muy bajo (556 kg ha-1), mientras que el
Experimento 2 con 20 kg S ha-1 a la siembra, concreta
un rendimiento cuatro veces superior (2138 kg ha-1).
El crecimiento del cultivo mostró diferencias importantes desde el comienzo: mientras el ensayo sin S a
la siembra, acumulaba solo 660 Kg.ha-1 de biomasa
al inicio de elongación, el sitio con agregado de S
a la siembra había acumulado al mismo estadio, un
56% más de biomasa (1029 Kg.ha-1).
Las fotos son muy elocuentes, y las diferencias visibles
se hicieron máximas en torno a floración, cuando
el experimento y tratamientos con S mostraban
muy buen desarrollo (altura de 140 a 150 cm) y el
cultivo deficiente en S, prácticamente no presentaba
ramificaciones, muy pocas silicuas fértiles, escaso
crecimiento (altura de 35 a 40 cm) y elevada proporción de plantas muertas. En el E1, se pudo observar
que la ausencia total de S, llevó al cultivo a cosecha
nula. El agregado tardío de S, si bien mostró una
respuesta muy importante (86 kg de grano kg-1 de
S, en respuesta a las primeros 10 kg.ha de S), fue un
66% menos eficiente por kg de S, que el agregado
desde la siembra en el Experimento 2 (E2).
Cabe resaltar que el agregado de más S en elongación (E1), cuando ya se había agregado a la siembra
(E2), no solo no mostró respuesta, sino también
una leve tendencia de disminución de rendimiento.
Tabla 2. Nitrógeno y azufre agregado en cada uno
de los tratamientos en los dos ensayos instalados.
Tratamiento
1
2
3
4
Tratamiento
Tabla 1. Historia de chacra, características del suelo
y manejo del cultivo.
Tipo Suelo
Formación
Textura
Profundidad a tosca
Antecesores
Variedad
Fecha Siembra
Población (pl m-2)
N-NO3 (0-20 cm) - Siembra (ppm)
P Bray I (0-20 cm) - Siembra (ppm)
S-SO4 (0-20 cm)- Siembra (ppm)
Brunosol Sub-Eutrico
Fray Bentos
Franco Arcillo-Limosa
Aprox. 50 cm
Canola/Girasol/Trigo/Soja/Cebada/Pastura
Filial Uofa
28/5/2006
47
7
14
4
Informaciones
Agronómicas
1
2
3
4
#46
N Siembra
20
20
20
20
N Siembra
18
18
18
18
20
Experimento 1
S Siembra N Elongación
kg ha-1
0
0
0
60
0
60
0
60
Experimento 2
S Siembra N Elongación
kg ha-1
20
0
20
60
20
60
20
60
S Elongación
0
0
10
20
S Elongación
0
0
10
20
Combinaciones de nitrógeno y azufre sobre el cultivo de sorgo granífero
Esto coincidiría con la bibliografía consultada, de la
cual se puede concluir que para la mayoría de las
situaciones de cultivo (aún para los más exigentes
como la canola), no serían necesarios más de 15
a 20 kg de S ha-1, y que cantidades adicionales, en
algunos casos, determinarían pérdidas de potencial.
Estos resultados concuerdan con los obtenidos por
García (2003) trabajando en INIA La Estanzuela con
Trigo pan y Díaz Zorita (1998) en el oeste de Buenos
Aires con canola.
Consideraciones Finales
Si bien los resultados mostrados forman parte de
un ensayo aislado, explican el principal problema
agronómico que ha enfrentado el cultivo de colza en
la zona. Hasta el momento la fertilización azufrada
no estaba siendo tenida en cuenta por los asesores
y productores locales, y esto seguramente estuviera
limitando los potenciales de rendimiento de todos los
cultivos sembrados. La diferencia es que el cultivo de
colza ha mostrado ser extremadamente sensible a la
deficiencia de este nutriente, llegando a no producir
grano en condiciones de deficiencia severa. Hasta
que la investigación en su conjunto no logre identificar un estimador objetivo de la respuesta probable al
agregado de S, al menos para la producción de colza
en la zona del litoral norte de Uruguay se sugiere
considerar el agregado sistemático a siembra de S.
Agradecimientos
El trabajo fue realizado en una chacra asesorada por
Unicampo Uruguay SRL y el trabajo experimental fue
financiado con recursos de esta empresa.
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Capitulo 8. p 292-328.
Efecto de diferentes combinaciones de nitrógeno
y azufre sobre el cultivo de sorgo granífero
(Campaña 2008/09)
Hugo Fontanetto 1, Oscar Keller 1, Leandro Belotti 2, Carlos Negro 2 y Dino Giailevra 2
1
EEA INTA Rafaela, Santa Fe, Argentina - [email protected]; 2Actividad privada
Introducción
A
nivel mundial, con una producción de 60 millones
de toneladas, la producción de sorgo ocupa el
quinto lugar entre los cereales luego del arroz, el
maíz, el trigo y la cebada. En un comercio internacional de 6 millones de toneladas, los Estados Unidos de
América (principal exportador), dominan un 70% del
mercado. Por lo mencionado, la producción de sorgo
puede ser ventajosa para países como Argentina,
donde el cultivo ha mostrado una gran adaptación
a sus diferentes áreas productivas.
Por otra parte, el uso de especies gramíneas que
aportan un alto volumen de rastrojo es clave para la
estabilidad de los sistemas agrícolas. La inclusión del
sorgo granífero [Sorghum bicolor (L.) Moench] en las
rotaciones agrícolas, mejora las propiedades físicas,
químicas y biológicas del suelo, debido al gran aporte
de residuos de cosecha. Adicionalmente, la presencia
del sorgo en las secuencias contribuye a controlar la
erosión hídrica y a la fijación de carbono.
En el Norte de la Región Pampeana, el sorgo compite
en la rotación con otros cultivos estivales y puede ser
implantado en zonas donde el maíz no es rentable
Informaciones
Agronómicas
debido a la ocurrencia de sequías durante el período
crítico del cultivo y su grano puede reemplazar o
complementar al grano de maíz en la elaboración
de alimentos balanceados.
Otra ventaja que tiene este cultivo en relación a la
soja es su menor exportación de nutrientes del sistema
y su mayor aporte de rastrojos. Sin embargo, las bajas producciones obtenidas, debidas principalmente
a serias limitantes de índole nutricional, limitan la
obtención de rendimientos suficientemente rentables
como para mantenerlo en la rotación.
En base a lo antes expuesto, surge la necesidad de
disponer de información de cuales son las diferentes
limitantes nutricionales de la producción del cultivo. En
este sentido, son muy escasas las experiencias realizadas
en la región, siendo en la mayoría referidas a nitrógeno
(N) (Fontanetto y Keller, 1999; Fontanetto, 2000; Fontanetto y Keller, 2000; Fontanetto, 2003; Fontanetto et.
al; 2008). La finalidad del presente trabajo es evaluar
el efecto de combinaciones de N y azufre (S) sobre la
producción del sorgo granífero y determinar la curva de
respuesta a N del cultivo con suficiencia de S.
#46
21
Combinaciones de nitrógeno y azufre sobre el cultivo de sorgo granífero
Materiales y Métodos
VA) y las diferencias entre medias de cada factor se
efectuó mediante la prueba de Duncan (P< 0,05).
Se realizó un ensayo en el campo experimental del
INTA Rafaela sobre un suelo Argiudol típico. Los datos
del experimento son los siguientes: antecesor soja de
segunda; barbecho químico con glifosato (1,8 l/ha de
p. a) + atrazina 90 % (2 l/ha de p. a.) el 17/07/2008,
segunda pulverización de preemergencia el 22/10/2008
para control de malezas y plagas con atrazina 90 % (1,5
l/ha de p. a.) + glifosato (1,3 l/ha de p. a.) + cipermetrina (0,15 l/ha) + Clapp (35 g/ha); siembra directa el
31/10/2008; genotipo (híbrido) A 9815 RC; diseño espacial 0,52 m entre surcos; densidad 220.000 pl/ha.
Los tratamientos evaluados se detallan en la Tabla 1.
Los variantes de fertilización en estudio conformaron 12
tratamientos que se dispusieron en parcelas divididas
dispuestas en bloques completos al azar con 4 repeticiones, correspondiendo a la parcela principal las dosis
de N y a las subparcelas las dosis de S. El tamaño de las
parcelas fue de 3,12 m de ancho por 10 m de largo.
La fuente de S utilizada fue yeso agrícola, incorporado
abajo y al costado de la línea de siembra, y la fuente de
N fue UAN, chorreado al costado de los surcos, ambos
al momento de implantación del cultivo.
La cosecha del ensayo se realizó el 15/03/2009,
sobre los 2 surcos centrales de cada parcela y sobre
una superficie de cosecha de 9,36 m2 (2 surcos
apareados a 0,52 m y de 9,0 m de largo c/u). El
rendimiento en granos y sus componentes fueron
analizados mediante el análisis de la variancia (ANOTabla 1. Tratamientos de fertilización NS evaluados
en el ensayo de sorgo granífero. Ensayo EEA INTA
Rafaela, Campaña 2008/09.
Azufre (kg/ha)
0
10
20
0
10
20
0
10
20
0
10
20
Eficiencia de uso de N (kg/ kg N)
Promedio 1930-2007 (Rafaela)
120
124
119
110
105
84
80
74
41
30
JUN
28
26
23
1
0
6
JUL
16
22
0
AGO
SEP
OCT
NOV
DIC
ENE
FEB
MAR
Meses del año
Figura 1. Precipitaciones registradas durante el desarrollo del sorgo. Rafaela, campaña 2008/09.
S0
S10
S20
10
125
40
25
15
155
139
30
20
2008-2009
160
a
35
198
200
Lluvias (mm)
Nitrógeno (kg/ha)
0
0
0
40
40
40
80
80
80
120
120
120
El análisis químico inicial del suelo (0-20 cm) y los contenidos de AU a la siembra del sorgo, por horizontes
y total (0-1,60 m), se detallan en las Tablas 2 y 3. Las
concentraciones de MO y Nt se consideran medias a
altas, la cantidad de N-NO3 y concentración de S-SO4
son medias, y la provisión de P extractable es alta. El
contenido de AU al momento de la siembra fue alto.
Las condiciones de lluvias fueron sensiblemente inferiores a la media histórica durante todo el período de
crecimiento del cultivo y se normalizó en los meses de
febrero y marzo de 2009 (Figura 1).
En la Tabla 4 se presentan los resultados de la prueba
de medias (P< 0,05) para rendimiento de granos y
sus componentes en los tratamientos evaluados.
Se observó efecto significativo de la fertilización sobre
el rendimiento de granos y sus componentes: peso de
cada panoja, nº de granos/panoja y nº de granos/m2.
La fertilización no afectó el nº de panojas por ha, el peso
de 1000 granos y la humedad de granos a cosecha.
Todas las combinaciones N y S produjeron mayores
rendimientos que el tratamiento testigo (N0-S0), demostrando una alta respuesta a la fertilización, especialmente nitrogenada. La mayor producción obtenida se
correspondió con 120 kg/ha de N y 10 o 20 kg/ha de
S (Tratamientos N120-S10 y N120-S20). La respuesta
al S sin el agregado de N fue prácticamente nula, demostrando que una deficiencia de N limita la expresión
de la respuesta a la fertilización azufrada. Asimismo, la
5
Eficiencia de uso de S (kg/ kg S)
Tratamiento
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
Resultados y Discusión
0
b
350
300
250
N0
200
N40
150
N80
100
N120
50
0
N40
N80
N120
S10
S20
Figura 2. Eficiencia de uso de N (a) y de S (b) para distintas dosis de N y S en sorgo granifero. Ensayo EEA
INTA Rafaela, Campaña 2008/09.
Informaciones
Agronómicas
#46
22
Combinaciones de nitrógeno y azufre sobre el cultivo de sorgo granífero
Conclusión
Fontanetto, H. 2003. El manejo de la fertilización en
el Sorgo Granífero. Universidad Nacional de Córdoba.
Facultad de Ciencias Agropecuarias. Jornada de Actualización en Sorgo Granífero. Actas, 4 pp.
Fontanetto, H.; O. Keller; J. Albrecht; D. Giailevra;
C. Negro y L. Belotti. 2008. Aspectos de manejo y
fertilización nitrogenada para el sorgo granífero. Agromercado Clasico. N° 148: 6-10. Septiembre 2008.
SORGO.
10000
Rendimiento en granos (kg/ha)
aplicación de S mejoro la respuesta a N, sin diferencias
significativas entre las dosis de S10 y S20.
Las eficiencias de uso (kg de incremento de granos
por kg de nutriente) fueron medias a altas para N y
altas para S (Figura 2). Los efectos interactivos de N
y S se observan claramente en los incrementos de la
eficiencia de N cuando se adiciona S y de la eficiencia
de S cuando se adiciona N.
La Figura 3 presenta la respuesta del cultivo a diferentes disponibilidades de N (N-NO3 del suelo 0-60 cm
a la siembra + N del fertilizante) a la siembra para
este ensayo. Para una producción de aproximadamente 8.000 kg/ha de granos, la oferta de N (N-NO3
del suelo 0-60 cm a la siembra + N del fertilizante)
debería ser cercana a los 130 kg de N/ha.
y = -0.2676x2 + 100.76x - 647.67
R2 = 0.8321
9000
8000
7000
6000
5000
4000
3000
Los resultados de la presente experiencia demostraron
una alta respuesta del sorgo granífero a la fertilización
con N, con S y su combinación, a pesar de haber sido
una campaña con un fuerte déficit hídrico. Estos resultados alientan a seguir investigando en el desarrollo de
mejores prácticas de fertilización para el cultivo.
Bibliografía
Fontanetto, H. y O. Keller. 1999. Fertilización en Sorgo.
1ª. Jornada de divulgación Técnica-Económica: El sorgo
como negocio. INTA, EEA Manfredi. 26 de agosto de
1999. Actas: 19-24.
Fontanetto, H. 2000. Sorgo: Ciclos y distribución espacial del cultivo. A.A.P.R.E.S.I.D. Jornada de Intercambio
Técnico de Sorgo. Publicaciones Técnicas por Cultivo.
SORGO: 21-24.
Fontanetto, H. y O. Keller. 2000. Sorgo: 5. Fertilización.
Fertilización en Sorgo. A.A.P.R.E.S.I.D. Jornada de Intercambio Técnico de Sorgo. Publicaciones Técnicas por Cultivo.
SORGO: 29-32.
0
20
40
60
80
100
120
140
160
180
200
220
N disponible (suelo + fertilizante) en kg/ha
Figura 3. Rendimientos de sorgo granífero para diferentes niveles de N disponible (N-NO3 del suelo 0-60
cm a la siembra + N del fertilizante), con suficiencia de
S. Ensayo EEA INTA Rafaela, Campaña 2008/09.
Tabla 3. Contenido de agua útil (AU) a la siembra.
Ensayo EEA INTA Rafaela, Campaña 2008/09.
Profundidad
(cm)
0 - 10
10 - 30
30 - 40
40 - 60
60 - 70
90 - 110
110 - 140
140 - 160
Agua útil
(mm)
10.30
14.60
11.50
17.20
14.70
18.60
29.50
20.50
Agua acumulada
(mm)
10.30
24.90
36.40
53.60
68.30
86.90
116.40
136.90
Tabla 2. Características químicas del suelo a la siembra del sorgo. Ensayo EEA INTA Rafaela, Campaña 2008/09.
Profundidad
(cm)
0-20 cm
20-40 cm
40-60 cm
Materia Orgánica
%
3,01
1,49
0,98
Nitrógeno total (Nt)
(%)
0,143
0,067
0,051
Fósforo (Bray I)
(ppm)
34,4
15,8
9,7
pH
5,9
6,0
6,2
S-SO4
(ppm)
7,3
4,6
3,4
N-NO3
(ppm)
11,8
4,7
3,9
Tabla 4. Rendimiento de granos y componentes del rendimiento para los diferentes tratamientos de fertilización
evaluados en sorgo granífero. Ensayo EEA INTA Rafaela, Campaña 2008/09.
Tratamiento
Peso de panoja (g)
Número de granos/panoja
N0-S0
29,7 a
1635 a
N0-S10
30,3 a
1618 a
N0-S20
30,2 a
1613 a
N40-S0
33,9 b
1812 ab
N40-S10
35,6 b
1823 ab
N40-S20
35,3 b
1788 ab
N80-S0
40,0 c
2070 b
N80-S10
41,4 cd
2148 b
N80-S20
41,8 cd
2125 b
N120-S0
43,1 de
2192 b
N120-S10
45,5 e
2288 b
N120-S20
45,6 e
2286 b
Medias de tratamientos con la misma letra en sentido vertical, no difieren entre sí (Duncan P< 0,05).
Informaciones
Agronómicas
#46
Nº granos/m2
32722 a
32758 a
32837 a
36752 b
36803 b
36409 b
41567 c
43378 cd
42569 cd
44045 de
45823 e
46300 e
23
Rendimiento (kg/ha)
5939 a
6126 a
6141 a
6873 b
7182 c
7199 c
8024 d
8367 e
8369 e
8669 f
9103 g
9227 g
Dosis y localización de fuentes fosforadas en trigo
Dosis y localización de fuentes fosforadas en
trigo en el norte, centro y oeste de Buenos Aires
Campañas 2008 y 2009
Area de Desarrollo Rural INTA EEA Pergamino y Villegas - Proyecto Regional Agrícola
G. Ferraris (Desarrollo Rural Pergamino), F. Mousegne (AER San Antonio de Areco, coordinador Proyecto Regional Agrícola), C.
Álvarez (EEA Gral. Villegas), M. Barraco (EEA Gral. Villegas), J.J. Cavo (AER Junín), L. Couretot (Desarrollo Rural Pergamino), F.
Gutiérrez Boem (Cátedra de Fertilidad y fertilizantes, FAUBA), E. Lemos (AER Junín), M. López de Sabando (AER San Antonio de
Areco), C. Ojuez (AER Bolívar), A. Paganini (AER Zárate-San Antonio de Areco), G. Pérez (AER Bolívar), R. Pontoni (AER Arrecifes), L. Torrens Baudrix, (AER 9 de Julio), C. Scianca (EEA Gral. Villegas), R. Sciolotto (AER Bolívar), R. Solá (AER Arrecifes), G.
Tellería (AER Junín), L. Ventimiglia (AER 9 de Julio).
INTA EEA Pergamino. Av Frondizi km 4,5 (2700) Pergamino, Buenos Aires, Argentina.
[email protected]
Introducción
E
l fósforo (P) es uno de los 17 nutrientes considerados esenciales para el crecimiento y desarrollo de
las plantas (Marschner, 1995). Junto con el nitrógeno
(N), potasio (K), azufre (S), calcio (Ca) y magnesio (Mg)
conforman el grupo de macronutrientes por las cantidades requeridas y la frecuencia con que se encuentran
en cantidades deficientes para los cultivos.
Tradicionalmente, los estudios sobre fertilización fosforada se han centrado en la calibración de umbrales
críticos de respuesta tomando como base el método
de Bray y Kurtz I, y en la elaboración de curvas de
respuesta, los cuales deben ser periódicamente actualizadas dados los adelantos permanentes en la
Tabla 1. Tratamientos evaluados en los ensayos.
Abreviaturas: vol = aplicaciones al voleo, loc=
aplicaciones en bandas incorporadas. Entre paréntesis se indica el número de sitios en que se aplicó
la dosis indicada, localizada en bandas.
Tratamiento
Dosis y forma de aplicación
T1
T2
T3
T4
Testigo
P10 vol
P20 vol
P30 vol
P10 loc (2), P20 loc (5), o P30
loc (6)
T5
Dosis de P aportada
(kg ha-1)
10
20
30
20-30
aplicación de tecnología y el nivel de rendimiento
alcanzado. En los últimos tiempos, se ha avanzado
además en aspectos tecnológicos del manejo de
fertilizantes, tales como la aplicación en superficie.
Los objetivos de este trabajo fueron: 1. Evaluar la
respuesta de trigo a dosis crecientes de fertilizante fosforado, 2. Actualizar la calibración de umbrales críticos
para decidir la aplicación de fertilizantes y 3. Comparar
la eficiencia de la aplicación localizada y en banda,
cuando son realizados a la siembra del cultivo.
Materiales y métodos
Se realizaron nueve experimentos de campo en las
campañas agrícolas 2008 y 2009. Se evaluaron dosis
crecientes de P aplicado en cobertura total (voleo) a
la siembra. Una de las dosis, por lo general la más
alta, se aplicó también incorporada en bandas, para
comparar formas de localización. Los experimentos
fueron conducidos con un diseño en bloques completos al azar, con tres o cuatro repeticiones en todos
los casos. Como fuente de P se usó superfosfato
triple de calcio (20% de P, 46% de P2O5). En todos
los sitios se aplicó N y S en altas dosis de modo de
evitar posibles interacciones entre nutrientes. En la
Tabla 2 se describen algunas características de los
nueve sitios experimentales.
Tabla 2. Características de los sitios experimentales.
Sitio y Año
Arrecifes 2008
Pergamino 2008
Junín 2008
Nueve de Julio 2008
Bolívar 2008
General Villegas 2008
Pergamino 2 2009
San Antonio de Areco 2009
Nueve de Julio 2 2009
Serie de Suelo
Tipo de Suelo
Arroyo Dulce
Argiudol típico
Pergamino
Argiudol típico
Junín
Hapludol típico
Norumbega
Hapludol éntico
Bolívar
Hapludol éntico
Lincoln
Hapludol típico
Pergamino
Argiudol típico
Capitán Sarmiento Argiudol típico
Norumbega
Hapludol éntico
Antecesor
Soja
Soja
Maíz
Soja
Soja
Soja
Soja
Trigo/Soja
Girasol
Informaciones
Agronómicas
#46
Nivel de P a la
Materia
Lluvias
siembra (mg kg-1) orgánica (%) Junio-Nov (mm)
DM Cronox
8,5
3,2
305
Baguette 11P
26,0
3,0
273,6
DM Cronox
7,3
2,3
251
K. Tauro
5,2
3,1
352
Baguette 9
14,5
2,2
431
R. Tijetera
13,5
2,2
303,2
Baguette 17
12,8
2,2
242,5
B. Meteoro
12,6
3,1
570
Baguette 9
5,2
3,4
331,8
Cultivar
24
Dosis y localización de fuentes fosforadas en trigo
Resultados y discusión
La fertilización fosforada incrementó significativamente los rendimientos de trigo en 4 (P<0,05) y
1 (P<0,1) de 9 experimentos. Como media de
toda la red, la respuesta a P fue estadísticamente
significativa (P=0,09), sin diferencias entre dosis
(Figura 1). El máximo rendimiento se alcanzó en el
nivel intermedio (20 kg P ha-1), siendo la eficiencia
media de los tratamientos de 33,7, 21,1 y 11,7 kg
trigo kg P-1 para las dosis de 10, 20 y 30 kg P ha-1,
respectivamente.
La respuesta en rendimiento (Rendimiento medio
T2-T3-T4-T5 – Rendimiento Testigo) (Figura 2.a), y el
rendimiento relativo (RR) al máximo calculado como
el rendimiento del Testigo en relación a la media de
todos los tratamientos fertilizados (RR= Rendimiento
Testigo/ Rendimiento medio T2-T3-T4-T5) (Figura
2.b), se asociaron fuertemente al nivel de P en suelo
a la siembra. Esto confirma la validez del análisis de
P-Bray como predictor de la respuesta a la fertilización
fosforada. En la región bajo estudio, la importancia
del análisis se ve incrementada por el escaso aporte
de P proveniente de la mineralización de la materia
orgánica, lo que hace al P lábil mineral, medido por
Bray I, la principal vía de aporte al sistema.
El nivel crítico de P Bray, por debajo del cual el
rendimiento relativo del testigo en comparación a la
media de los tratamientos fertilizados es menor del
93%, se estimo en 15 mg kg-1 (Figura 2b.). Este nivel
crítico es coincidente con el observado por Garcia et
al. (2006) en ensayos realizados en el sur de Santa
Fe y de Córdoba.
Los rendimientos de los tratamientos al voleo y en
banda se distribuyen de manera uniforme alrededor
de una relación 1:1, indicando que ambas formas
de localización muestran un comportamiento similar. La tendencia no está afectada por la dosis de P
aplicada. (Figura 3).
Estadísticamente, se pudieron establecer trece comparaciones entre formas de localización a través
de contrastes combinando sitio y dosis (Figura 4).
Sólo en dos de estas combinaciones se registraron
diferencias a favor de aplicaciones en banda. Estas
se produjeron en los sitios Pergamino 2 y Bolívar,
sitios de textura contrastante y valores medios de P
en suelo (Tabla 2). Como promedio de toda la red,
la respuesta a la aplicación de P al voleo fue de 600
kg ha-1, mientras que en P localizado el incremento
alcanzó a 740 kg ha-1.
Cabe destacar que este análisis de esta red se
fundamenta en el concepto de suficiencia, consistente en establecer umbrales críticos de respuesta
a la fertilización en base a la eficiencia de uso del
nutriente con el objetivo de maximizar el beneficio
económico. Esto no contempla la reposición de las
cantidades de nutrientes exportadas con los granos,
aspecto relevante para la sustentabilidad de los sisInformaciones
Agronómicas
temas productivos.
Algunos de los ensayos de 2008 fueron conducidos
bajo condiciones de estrés hídrico severo, como sucediera en Arrecifes, Pergamino, Junín y General Villegas (Tabla 1), de lo cual dan cuenta sus rendimientos
(Figura 4). Esto constituye un fuerte condicionante al
uso eficiente de los nutrientes. Sin embargo, en algunas de estas localidades igualmente se pudo verificar
respuesta significativa a la fertilización, demostrando
la importancia del P como factor de estabilidad en
los rendimientos. Gutiérrez Boem y Thomas (1998),
en ensayos con estrés hídrico moderado, mencionan
independencia entre respuesta a la fertilización fosforada en trigo y disponibilidad hídrica. Ambientes
extremadamente desfavorables como los verificados
en Arrecifes, Pergamino o Junín durante el primer año
de ensayos impedirían la expresión de respuesta a la
fertilización, cualquiera fuera el nutriente evaluado.
Conclusiones
• El cultivo de trigo respondió incrementando significativamente su rendimiento por el agregado de P
en cinco de nueve ensayos. El máximo rendimiento
se alcanzó con la dosis de 20 kg P ha-1, siendo
las eficiencias observadas de 33,7, 21,1 y 11,7
kg trigo kg P-1 para la dosis de 10, 20 y 30 kg P
ha-1, respectivamente.
• La respuesta a la fertilización estuvo fuertemente
asociada a la disponibilidad inicial de P y poco
asociada al rendimiento del cultivo o la magnitud
de las precipitaciones, demostrando la utilidad del
análisis de suelo como criterio de decisión.
• Aún en un cultivo de invierno bajo restricción de
precipitaciones, la aplicación de P al voleo incrementó los rendimientos. La aplicación en banda
alcanzó un diferencial de 140 kg ha-1, pero no
modificó la tendencia general de respuesta. Los
rendimientos de los tratamientos localizados y al
voleo se agruparon en torno a una relación 1:1.
• El P es un elemento primordial para la producción
de gramíneas invernales. La actualización de
herramientas de diagnóstico y la evaluación permanente de nuevas alternativas tecnológicas es un
aspecto relevante con el fin de sostener elevados
niveles de rendimiento a través del tiempo.
Bibliografía
García F., M. Boxler, J. Minteguiaga, R. Pozzi, L. Firpo,
G. Deza Marin y A. Berardo. 2006. La Red de Nutrición
de la Región CREA Sur de Santa Fe: Resultados y conclusiones de los primeros seis años 2000-2005. AACREA. 32
pp. Buenos Aires, Argentina.
Gutiérrez Boem F.H. y G. Thomas. 1998. Phosphorus
nutrition affects wheat response to water deficit. Agronomy
Journal 90: 166-171.
Marschner H. 1995. Mineral nutrition of higher plants.
Academic Press, London 2nd edition. 889 pp.
#46
25
Dosis y localización de fuentes fosforadas en trigo
3500
2887 a
2536 b
2500
2000
1500
1000
500
10
20
30
1:1
3500
3000
2500
2000
1500
1000
500
30
0
Dosis de P como fertilizante (kg ha-1)
Figura 1. Producción media de grano de trigo
por la aplicación de diferentes dosis de fósforo
al voleo a la siembra. Los datos son promedio de
nueve experimentos, y tres o cuatro repeticiones
por experimento. Letras distintas sobre las columnas
representan diferencias significativas entre tratamientos (P<0,10).
0
1,1
Rendimiento Relativo
2
y = 2,6842x - 141,15x + 1586
2
R = 0,66
1.000
800
600
400
200
-200 -
5
10
15
20
25
2000
3000
4000
5000
Figura 3. Relación entre el rendimiento de los tratamientos con aplicaciones al voleo y localizado en
banda. Los puntos alineados en torno a la relación
1:1 indican ausencia de diferencias entre ambas
formas de localización.
1.400
1.200
1000
Rendimiento Banda (kg ha-1)
1.600
Respuesta (kg ha-1)
20
4000
0
0
10
4500
Rendimiento Voleo (kg ha-1)
-1
Rendimiento (kg ha )
3000
5000
2958 a
2873 a
y = -0,0007x2 + 0,032x + 0,6088
R2 = 0,80
1,0
0,9
0,8
0,7
0,6
30
0,5
-400
-600
-
P en suelo (mg kg-1)
5
10
15
20
25
30
Figura 2. Relación entre a) respuesta a la fertilización fosforada, media de todas las dosis y b) rendimiento
relativo del testigo en comparación a la media de los tratamientos fertilizados y el nivel de P Bray en trigo.
Ensayos del norte, centro y oeste de Buenos Aires. Años 2008 y 2009.
5500
Rendimiento (kg ha-1)
5000
4500
testigo
4000
banda
P>0,10
P>0,10 P>0,10
band ++
voleo
P>0,10 P>0,10
band ++
P>0,10
P>0,10
3500
3000
P>0,10
2500
2000
1500
P>0,10
P>0,10 P>0,10
1000
500
0
Arrecifes Pergamin
Junin P30
P20
o P10
Bolivar
P20
Gral
Villegas
P30
9Julio
P10
9Julio
P20
9Julio
P30
Pergamin SAdA_2
o_2 P30
P30
9Julio_2
P10
9Julio_2
P20
9Julio_2
P30
testigo
1093
1422
1183
3595
1973
3329
3329
3329
3580
3526
3.127
3.127
3.127
voleo
1210
1001
1411
3652
2442
4091
4193
4511
3671
3838
4.068
4.752
4.699
banda
1245
1334
1317
4198
2154
4088
4247
4618
4471
4003
4.052
4.910
4.723
Figura 4. Producción de grano de trigo bajo diferentes formas de localización de fósforo en las trece combinaciones sitio-dosis evaluadas. P>0,10 indica diferencias no significativas (probabilidad mayor del 10%) y
band++ indica diferencias significativas a favor de la aplicación en bandas sobre la aplicación al voleo.
Informaciones
Agronómicas
#46
26
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Congresos, Cursos y Simposios
Esta sección presenta eventos futuros en el ámbito regional e internacional que pueden ser de interés de los lectores
Propiedades del suelo bajo diferentes usos de la tierra – SUCS/ISTRO
Lugar y fecha: Colonia, Uruguay. 12-14 Julio 2010.
Información: www.fagro.edu.uy – www.eemac.edu.uy
X Conferencia Internacional en Agricultura de Precisión
Lugar y fecha: Denver, Colorado, EE.UU. 18-21 Julio 2010.
Información: www.icpaonline.org
XIX Congreso Mundial de la Ciencia del Suelo
Lugar y fecha: Brisbane, Australia. 1-6 Agosto 2010.
Información: www.19wcss.org.au
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ISCO Chile 2010 - Conservación de Suelos y Aguas para la Seguridad
Alimentaria
Lugar y fecha: Santiago, Chile. 8-12 Noviembre 2010.
Información: http://www.iscochile2010.cl/
IX Congreso Internacional de Pastizales - IRC2011
Lugar y fecha: Rosario, Argentina. 2-8 Abril 2011.
Información: www.irc2011.com.ar
Nueva publicacion de IPNI Cono Sur
Manual del Cultivo de Soja
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Como crece y se desarrolla el cultivo
Manejo del cultivo
La Nutrición del cultivo
Identificación y manejo de las malezas
Identificación y manejo de las enfermedades
Reconocimiento y manejo práctico de plagas
Costo de la publicacion: $60 (sesenta pesos) Costo de envio: $30 (treinta pesos)
Para mayor información, comuniquese al 011-4798-9939/9988
o visite nuestra pagina de internet:
www.ipni.net/lasc
REUNION SUCS/ISTRO
“Propiedades del suelo bajo diferentes usos de la tierra”
Colonia, Uruguay. 12-14 de Julio de 2010
Mayor información: www.fagro.edu.uy – www.eemac.edu.uy
XVI ISCO 2010 – CHILE
“Conservación de Suelos y Aguas para la Seguridad Alimentaria”
Santiago, Chile. 8-12 de Noviembre de 2010
Mayor información: www.iscochile2010.cl
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