UNA MÁS EN LA FAMILIA años 80
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UNA MÁS EN LA FAMILIA años 80
Javier y Enrique Matesanz UNA MÁS EN LA FAMILIA años 80: Me encanta que los planes salgan bien Dolmen Palma 2013 Índice Presentación Investigación Comedia 7 To be continued Javier Matesanz Dramático 9 Retorno a Brideshead (1981) La joya de la corona británica 168 Cheers (1982-1993) 77 Magnum P.I. (1980-1988) De camisas hawaianas, un bigote y un Ferrari Donde todos conocen tu nombre 81 Remington Steele (1982-1987) Usurpador, cinéfilo, seductor e inexistente 175 Enredos de familia (1982-1989) De padres a la última, hijos carrozas 87 El coche fantástico (1982-1986) 179 La víbora negra (1983-1989) Cuatro siglos de absurda historia británica 95 El halcón callejero (1985) 23 Flamingo Road (1981- 1982) Familias infinitas, sagas interminables 185 Arnold (1978-1986) 98 El trueno azul (1984) “KITT te necesito”... . 185 Webster (1983-1989) y otros sucedáneos innecesarios Dos por el tamaño de uno 100 Se ha escrito un crimen (1984-1996) 190 La hora de Bill Cosby (1984-1992) La adorable y ceniza Jessica Fletcher Humor blanco de familia negra 105 Luz de luna (1985-1989) 196 Juzgado de guardia (1984-1992) Detectives de la Luna azul Una justicia de chiste 25 Fama (1982-1987) Sudando para alcanzarla Aventuras 14 Dinastía (1981-1989) 17 Los Colby (1985-1987) 19 Falcon Crest (1981- 1990) 21 Santa Barbara (1984- 1993) 31 Hotel (1983-1988) Saint Gregory, hotel buen rollo 36 El pájaro espino (1983) Por el amor de Dios… y de ella 39 Autopista hacia el cielo (1984-1989) Un meloso ángel de la guarda 43 Norte y sur (1985, 1986 y 1994) Amistad en guerra civil 47 La ley de Los Angeles (1986-1994) El glamour de la abogacía 51 Treinta y tantos (1987-1991) La madurez de la generación yuppie 201 Los problemas crecen (1985-1992) ¡Ay! cómo duele crecer 110 Cuentos del Mono de Oro (1982) En busca del mono perdido 205 Las chicas de oro (1985-1992) Imaginaos: Sicilia, 1922 … 115 El valle secreto (1980) Un campamento en las antípodas 212 Alf (1986-1990) E.T. El Extraterrestre del planeta Melmac 119 El equipo A (1983-1987) “Me encanta que los planes salgan bien” 218 Primos lejanos (1986-1993) Desde Mypos con humor 130 MacGyver (1985-1992) El hombre multiusos 223 Matrimonio con hijos (1987-1997) En la riqueza y en la pobreza, . en la salud y en la enfermedad 135 Los vigilantes de la playa (1989-2001) 228 Padres forzosos (1987-1995) Esculturales socorristas de Malibú La casa hasta los topes Ciencia-Ficción 232 Roseanne (1988-1997) Aquellos feos maravillosos 55 Aquellos maravillosos años (1988-1993) 141 El gran héroe americano (1981-1983) 239 Seinfeld (1989-1998) ¡Aterriza qué no es poco! Cuéntame como pasó… en USA Media hora sobre nada 148 V: Invasión extraterrestre (1983-1985) 245 Cosas de casa (1989-1998) Lagartos de inspiración nazi ¿He sido yo? 154 Starman (1986) 60 Canción triste de Hill Street (1981-1987) El hombre de las estrellas Tengan cuidado ahí fuera 163 Enano rojo (1988-1999) 66 Corrupción en Miami (1984-1990) En una lejana y absurda galaxia Policía “fashion” antivicio Policíaco 73 Jóvenes policías (1987-1991) Polis de instituto 168 A través del tiempo (1989-1993) Autopista hacia el espacio-tiempo Presentación | To be continued To be continued /continuará… Así deberíamos haber finalizado nuestro anterior volumen Una más en la familia. Un paseo nostálgico por las series televisivas de los 70. Y es que la primera edad de oro de la ficción televisiva no abarcó una década sino dos, y la continuidad creativa no fue solo temática y estilística, sino también temporal. Muchos de aquellos seriales se prolongaron en el tiempo confundiéndose en el imaginario cronológico del espectador, que entonces no advertía apenas diferencias entre los unos y los otros. Del mismo modo que tampoco lo hace hoy, desde la perspectiva de los años pasados, amalgamando todas aquellas series como referentes nostálgicos de juventud. Sin atender a las fechas como datos relevantes o diferenciadores, que pudieran condicionar en exceso sus estéticas o sus contenidos. En España, de hecho, la mayoría de aquellas producciones setenteras se emitieron en la década de los ochenta, sin apenas signos de envejecimiento y coincidiendo con las creaciones del momento. Algo que no supuso handicap alguno para ellas ni una sorpresa para el público, que consumió vorazmente tanto unas como otras. Nos llegaban todas por igual, como adictivas propuestas de una sofisticada modernidad para el entretenimiento colectivo. Y más en un país en transición como el nuestro, ávido de nuevas experiencias tras cuarenta años de represión social e ideológica y de cultura intervenida y endogámica. La fiebre televisiva no remitió en los ochenta. Así como el cine vivió en esta década una de sus crisis más profundas, motivada por el auge del vídeo doméstico, que acaparó buena parte del público cinematográfico desplazándolo de las salas públicas a los salones particulares, la televisión, en cambio, se alió con el presunto enemigo y salió reforzada. De manera inversamente proporcional al descenso de las recaudaciones cinematográficas, proliferaron los videoclubes en todas las esquinas, pero eso no fue óbice para el crecimiento de 7 8 | UNA MÁS EN LA FAMILIA años 80 una ingente producción televisiva. Las series se convirtieron en un complemento de la nueva oferta, perfectamente compatible con los renovados hábitos de ocio en los ámbitos familiares. La gente no quería ir al cine. Era más cómodo y más barato alquilar un vídeo y verlo en casa. Pero ninguna de estas dos razones mermaba el atractivo de la ficción televisiva, igualmente doméstica e incluso más barata. Y ahora además, con los aparatos reproductores, también podía grabarse y verse a cualquier hora, cualquier día. De modo que la edad de oro televisiva, lejos de verse amenazada, no encontró obstáculos y mantuvo su auge al menos durante una década más. Algo de lo que varias generaciones de espectadores nos hemos beneficiado profundamente, y que ahora nosotros pretendemos recuperar y compartir, en la medida de lo posible, con todos aquellos lectores-espectadores que abran este libro para reencontrarse en sus páginas con algunos de los mejores momentos de las ficciones de nuestra juventud. Tal vez no sea estrictamente cierta la frase “cualquier tiempo pasado fue mejor”, pero casi. Y si no, pasen y lean. Javier Matesanz Retorno a Brideshead | 9 La joya de la corona británica Retorno a Brideshead (1981) Título original: Brideshead Revisited«Origen: Reino Unido«Nº de capítulos: 11«Nº temporadas: Miniserie«Duración: 659 minutos«Género: Drama«Creador: John Mortimer (Novela: Evelyn Waugh) «Dirección: Charles Sturridge, Michael Lindsay-Hogg«Productora: Granada Television«Producción ejecutiva: Derek Granger, Martin Thompson«Música: Geoffrey Burgon«Intérpretes principales: Jeremy Irons, Anthony Andrews, Diana Quick, Roger Milner, Phoebe Nicholls, Simon Jones 10 | UNA MÁS EN LA FAMILIA años 80 factoría «Latelevisiva “Sí, había estado allí, lo conocía todo muy bien. Había estado allí la primera vez con Sebastian, en una mañana de junio en la que vine sin conocer entonces mi destino”. La factoría televisiva británica abría la década de los ochenta con la que se ha considerado nada menos que como una de las mejores miniseries de televisión de todos los tiempos. Basada en la célebre novela homónima de 1945, una de las grandes obras literarias británicas del siglo XX del escritor Evelyn Waugh –escrita en tan solo cuatro meses, durante una baja del ejército a finales de la Segunda Guerra Mundial–, la adaptación de Retorno a Brideshead ya había estado en el punto de mira de la Metro Goldwyn Mayer nada más ser publicada. Una intentona frustrada ante la negativa del autor a vender los derechos cinematográficos, pues no quería ver como convertían su historia en otra simple “película de amor hollywoodiense". A esta le seguiría otra productora en 1950, la cual ya contaba con un guión adaptado de Graham Greene, pero que terminó abandonando el proyecto por motivos económicos. Finalmente habría de pasar medio siglo para lograr llevar por fin la novela a la gran pantalla, en el año 2008, de la mano de Julian Jarrold, con una cinta protagonizada, entre otros, por la célebre actriz Emma Thompson. Así las cosas, cuando los productores Derek Granger y Martin Thompson, a través de la productora británica Granada Television, se hicieron con los derechos de la novela en 1977, sabían que se encontraban ante un proyecto de gran calibre, dotándolo con un presupuesto jamás visto hasta la fecha en la televisión de aquel país y rodándolo íntegramente en formato de largometraje con una duración de 659 minutos, para después segmentarlo en once episodios, cosa que tampoco se había hecho nunca hasta el momento. Y realmente valió la pena. El resultado final brilló con luz propia y gran intensidad, a tenor de la multitud de premios y nominaciones cosechados por la miniserie ente Baftas, Emmys y Globos de Oro. británica abría la década de los ochenta con la que se ha considerado nada menos que como una de las mejores miniseries de televisión de todos los tiempos. Retorno a Brideshead | 11 el flamante «Para castillo de Brideshead se escogió el Howard’s Castle, en Yorkshire, el mismo que utilizara el maestro Stanley Kubrick media década antes para el rodaje de su memorable Barry Lyndon. Y así llegó a nuestras pequeñas pantallas el célebre y tremendamente nostálgico drama de Charles Ryder y su controvertida relación con la aristocrática familia Marchmain. A través de dos décadas, desde los tempranos años 20 hasta el estallido de la segunda guerra mundial, contemplamos el auge y posterior decadencia de unos personajes que nos mostraban a modo de flashbacks (narrados en primera persona por el propio Charles Ryder, encarnado por un jovencísimo Jeremy Irons) los felices días de la juventud perdida, el romanticismo del glorioso pasado y el posterior declive de la madurez y la opulencia, con la pérdida de la inocencia y la intensificación del hedonismo y los vicios. De esta manera, la serie comenzaba con un Charles Ryder convertido en oficial del ejército regresando a la mansión de Brideshead, tomada como cuartel militar durante la guerra. La espléndida residencia que conoció en sus felices días de juventud, convertida ahora en un lugar abandonado y decadente, le induciría a rememorar con gran melancolía sus años de estudiante en Oxford y, sobre todo, su primer encuentro con el bello Sebastian Flyte, quien le enseñaría a disfrutar los disolutos placeres de la vida adinerada y a liberarse de las cadenas forjadas por complejos y prejuicios. Una brillante adaptación casi literal de la novela a cargo de John Mortimer, con la estrecha colaboración del propio productor Derek 12 | UNA MÁS EN LA FAMILIA años 80 Granger y del realizador Charles Sturridge. Este último cogería el relevo en la dirección de la serie tras el abandono de Michael Lindsay-Hogg a mitad de un rodaje, que se prolongó durante nueve largos meses. Un cambio que rápidamente se confirmaría como muy beneficioso para la producción, ya que Sturridge aportaría a la historia la experiencia adquirida tras haber realizado en el pasado otra gran adaptación de otra de las obras de Waugh, Un puñado de polvo. Con una muy cuidada ambientación, los productores no repararon en gastos a la hora de elegir las localizaciones y escenarios, como las escenas rodadas en Oxford para las cuales obtuvieron el permiso del Hertford College, lugar donde estudió el propio Evelyn Waugh, para grabar las escenas en una de las habitaciones que ocupó el novelista, ambientándolo con todo detalle según las descripciones de la novela. Para el flamante castillo de Brideshead se escogió el Howard's Castle, en Yorkshire, el mismo que utilizara el maestro Stanley Kubrick media década antes para el rodaje de su memorable Barry Lyndon. Por otra parte, las escenas a bordo del transatlántico fueron rodadas nada menos que en la cubierta del Queen Elizabeth 2, considerado como el último de los grandes transatlánticos hasta la llegada del Queen Mary 2 en el año 2004. Pero, probablemente, el enorme éxito cosechado se debió en gran parte a la elección de un elenco magistral, encabezado en sus papeles protagonistas por el mencionado Jeremy Irons, quien llevaba una década realizando discretas incursiones en la televisión británica, junto al ya afamado Anthony Andrews, con una larga y productiva trayectoria de participaciones televisivas entre las que cabe destacar la célebre serie de los años setenta Arriba y abajo. Un dúo interpretativo que curiosamente había sido seleccionado para encarnar los personajes contrarios. Es decir, que inicialmente habían escogido a Andrews para el papel de Charles Ryder y a Irons para el del flamante, excéntrico y hedonista Sebastian Flyte. Pero parece ser que los actores sentían una fuerte inclinación por interpretar cada uno el personaje del otro, así que en una poco habitual, aunque clarividente decisión, los productores dieron su visto bueno al intercambio interpretativo que finalmente conocimos los de «Ungranproyecto calibre, dotado con un presupuesto jamás visto hasta la fecha en la televisión de aquel país y rodado íntegramente en formato de largometraje con una duración de 659 minutos, para después segmentarlo en once episodios, cosa que tampoco se había hecho nunca hasta el momento. Retorno a Brideshead | 13 dúo «Uninterpretativo que curiosamente había sido seleccionado para encarnar los personajes contrarios. Es decir, que inicialmente habían escogido a Anthony Andrews para el papel de Charles Ryder y a Jeremy Irons para el del flamante, excéntrico y hedonista Sebastian Flyte. telespectadores, y que otorgaría a ambos actores el reconocimiento internacional. Además, entre el excepcional reparto también destacaron las memorables interpretaciones de algunos personajes secundarios, como los interpretados por el gran Laurence Olivier, en el papel de Lord Marchmain, el patriarca de la familia; y John Gielgud como Edward Ryder, el padre de Charles, quienes cosecharon con sus actuaciones buena parte de las nominaciones y premios obtenidos por la producción. También cabe destacar a un curioso y famoso personaje, imposible de disociar de la figura de Sebastian, su querido e inseparable osito de peluche Aloysius. Para ese “personaje" dicen que Waugh se inspiró en el osito Archibald Ormsby-Gore, propiedad del poeta John Betjeman, compañero suyo en sus años en Oxford, quien jamás se separaba de su osito, y que incluso, según cuenta la leyenda, cuando falleció en 1984 aún lo llevaba entre sus brazos. Como cabía esperar en aquellos años, en principio la serie se vio envuelta en no poca polémica debido a la marcada relación homosexual que unía a los dos personajes principales –aunque tanto en la novela como en la serie se trataba implícitamente y con enorme delicadeza–, así como la abierta condición homosexual de ciertos amigos de Sebastian, a través de los cuales se introducían en la narración los graves problemas y la clandestinidad que sufría el colectivo gay durante la primera mitad del siglo XX. Por suerte, la incipiente liberación sexual que comenzaba a medrar en las sociedades europeas de los años ochenta, sumado a la profunda significación que todo ello aportaba al auténtico espíritu de la novela de Waugh, permitió que finalmente la gran calidad que destilaba la serie a todos los niveles lograra imponerse a la necia intolerancia homofóbica, y así, tres décadas después, Retorno a Bridshead aún es, y seguirá siendo, un magnífico referente entre las ficciones dramáticas de la historia de la televisión. 14 | UNA MÁS EN LA FAMILIA años 80 Familias infinitas, sagas interminables 1 2 Dallas (1978-1991) fue la madre del soap opera moderno. El serial televisivo en el que todos se reflejaban. El referente ineludible del folletín, que después derivó, degeneró, en culebrón, pero que inicialmente mantenía las formas estéticas de la elegancia y una cierta dignidad presupuestaria, que le permitía flirtear con la etiqueta de la superproducción. En nuestro anterior libro dedicado a las series de los 70, titulado Una más en la familia (Editorial Dolmen, 2012), le destinamos un amplio y merecido capítulo a esta serie, inspiración de todas cuantas le sucedieron con mayor o menor fortuna, y de las cuales nos ocupamos a continuación haciendo un ímprobo esfuerzo de síntesis y de concisión, que contrasta con la longeva naturaleza de las mismas. Dinastía (1981-1989) Título original: Dynasty«Origen: Estados Unidos«Nº de capítulos: 220«Nº temporadas: 9«Duración: 45 minutos«Género: Saga familiar - Drama«Productora: Aaron Spelling Productions«Cadena: ABC«Creadores: Richard Shapiro y Esther Shapiro«Música: Peter T. Myers, entre otros«Intérpretes principales: John Forsythe, Linda Evans, Joan Collins, etc. Disnastía no pretendía disimular ni engañar a nadie. Fue la respuesta de la cadena ABC al éxito rotundo y de larga duración de Dallas en la CBS. El mismo concepto, las mismas expectativas, la misma estructura y hasta el mismo negocio –el petróleo– de las familias protagonistas, desplazadas, eso sí, a Denver (Colorado), para distanciarse un poco del modelo. Y aunque no consiguió nunca eclipsar el original, lo cierto es que 3 Seriales | 15 4 5 1. Dinastia 2. Los Colby 3. Falcon Crest 4. Santa Bárbara 5. Flamingo Road obtuvo unas notables audiencias durante más de doscientos capítulos y nueve temporadas, haciendo de las sagas familiares de los Carrington y los Colby dos de las más emblemáticas y longevas de la historia de la televisión, junto a los consabidos Ewing y a los Channing del Valle de Tuscany, que paralelamente iniciaban su trayectoria vinícola en la competencia. Era la edad de oro de la soap opera norteamericana. Como todos los productos del género, Dinastía era un carrusel de pasiones, traiciones, ambiciones, fraudes, adulterios y tantos conflictos como pudiéramos imaginar, que iban evolucionando y afectando a la práctica totalidad de los numerosísimos personajes que poblaban sus capítulos, y cuyos roles alternaban la bondad y la perfidia según los caprichos del destino, de los guionistas o, incluso, de los gustos de la audiencia. Sería imposible resumir pormenorizadamente una teleserie, de modo que intentaremos condensar al máximo la esencia de la trama, que es la historia de los enfrentamientos emocionales, sentimentales y financieros en el seno de una familia numerosa y multimillonaria, los Carrington, que acumulaba cómplices y rivales, amigos y enemigos, como si fueran coleccionables. 16 | UNA MÁS EN LA FAMILIA años 80 dijo en su «Semomento que Todo empezó en realidad por amor y celos, aunque los negocios fueran el campo de batalla. Denver Carrington, la empresa petrolera de Blake Carrington ( John Forsythe), se ve obligada a repatriar a todos sus trabajadores en los pozos de Irán tras la revolución islámica. Al regresar del Próximo Oriente, el responsable de la delegación descubre que una de las secretarias de la compañía, la mujer a la que ama, está a punto de casarse con el jefe. Y aunque él también está casado decide en su fuero interno que algún día se vengará del magnate. Algo que pretende hacer empezando a trabajar por su cuenta explotando pozos en Colorado. Es decir, haciéndole la competencia con aviesas intenciones personales a quien fuera su jefe. Una mezquina maniobra empresarial que se complicará, aún más si cabe, cuando se le una Steven Carrington, el hijo homosexual de Blake, que ha sido repudiado por su padre a causa de su condición, y que decide saldar cuentas con su progenitor de esta manera. Y a partir de ahí, todo lo demás, pues cualquier relación o nueva trama planteada era susceptible de alambicarse hasta el infinito. La serie, creada por la pareja Richard y Esther Shapiro, fue una de las más populares de los ochenta. Fue emitida desde el 12 de enero de 1981 hasta el 11 de mayo de 1989. Aunque dos años después, se realizó un especial titulado Dinastía: la gran reunión en la que se ataban los cabos sueltos de la serie y se le dotaba de un improbable final feliz. La nómina de actores que participaron en la serie a lo largo de los años es interminable, pero no cabe duda de que fueron tres los pilares básicos de la saga: John Forsythe, cuya voz era todo un icono anónimo de la televisión gracias al nunca visto Charlie de Los ángeles de…; Linda Evans, que interpretaba el papel de la advenediza esposa del millonario; y Joan Collins, que no apareció hasta la segunda temporada y que asumiendo el rol de “la mala” de la serie como ex mujer de Blake, se convirtió en uno de los personajes más populares, tan admirado como odiado. Un triángulo sobre el que orbitó la práctica totalidad de tramas y subtramas de Dinastía, y que parece ser que casi se bastaba él mismo para Linda Evans nunca aceptó de buen grado que, en el cenit de su popularidad, Joan Collins se convirtiera en la actriz mejor pagada de la televisión –125.000 dólares de la época por episodio–. Seriales | 17 generarlas desde la realidad, pues la rivalidad entre ambas actrices era tal que, frecuentemente, se vivían escenas de envidias profesionales entre divas que en nada desmerecían de las ficticias. Se dijo en su momento que Linda Evans nunca aceptó de buen grado que, en el cenit de su popularidad, Joan Collins se convirtiera en la actriz mejor pagada de la televisión – 125.000 dólares de la época por episodio–. A parte de ellos, y como suele ocurrir en este tipo de productos, fueron muchas las estrellas invitadas o con papeles episódicos que formaron parte del elenco del programa. Así, por ejemplo, de un modo u otro, colaboraron Rock Hudson, Ali MacGraw, George Hamilton, Barbara Stanwyck y Charlton Heston. Estos dos últimos, de hecho, acabaron siendo los protagonistas del spin-off Los Colby, sobre el que volveremos más tarde. Aunque se habló durante años del proyecto de llevar el enfrentamiento entre Carringtons y Colbys al cine –una posibilidad que confirmaron en varias ocasiones los Shapiro, argumentando con entusiasmo la posibilidad de escarbar en las raíces de ambas familias–, lo cierto es que nunca se ha concretado, y Dinastía sigue aletargada en los nostálgicos y televisivos años ochenta, a la espera de un nuevo despertar. Los Colby (1985-1987) Título original: The Colbys«Origen: Estados Unidos«Nº de capítulos: 49«Nº temporadas: 2«Duración: 45 minutos«Género: Saga familiar - Drama«Productora: Aaron Spelling Productions«Cadena: ABC«Creadores: Richard Shapiro, Esther Shapiro, Robert Pollock y Eileen Pollock«Música: Bill Conti«Intérpretes principales: Charlton Heston, Barbara Stanwyck, Ricardo Montalban, etc. Colby nunca «Losfuncionó, sin embargo ha perdurado en la memoria de todo aquel que siguió sus dos exiguas temporadas de apenas 49 episodios, como si de un hito televisivo se tratara. El caso de Los Colby es de lo más extraño. Lo cierto es que el spin-off extraído de Dinastía y centrado en los avatares financieros y sentimentales de la familia del título, rival exacerbada de los Carrington, nunca funcionó; sin embargo, ha perdurado en la memoria de todo aquel que siguió sus dos exiguas temporadas de apenas 49 episodios, como si de un hito televisivo se tratara. Interpretada por Charlton Heston y Barbara Stanwyck, quien curiosamente unos años antes había rechazado el papel de Angela Channing en Falcon Crest, la serie fue introducida en un capítulo matriz de la segunda temporada de Dinastía, donde los personajes de los Colby (una rama californiana de la familia, desconocida hasta el momento) fueron presentados en un baile celebrado en Denver, al cual acudían para discutir sobre un ambicioso proyecto conjunto de las dos empresas familiares. Pero, tras ese encuentro, la trama se desplazó hasta Los Ángeles, donde discurrió la ajetreada vida amorosa y financiera de esta acaudalada familia marcada por la ambición, el adulterio y la amnesia; y continuamente amenazada por el malvado de la serie, Zachary Powers, interpretado por el inolvidable Ricardo Montalbán. 18 | UNA MÁS EN LA FAMILIA años 80 incluyó en el «Seúltimo episodio No obstante, los números, como ya hemos anticipado, no fueron buenos. Tal vez a la audiencia le bastaba con una saga familiar, o quizás prefería cambiar de canal como quien cambia de aires, y viajar con el mando a distancia hasta Dallas, Santa Barbara, el Valle de Tuscany o, incluso, hasta la soleada Florida de Flamingo Road; teleseries contemporáneas todas ellas y emitidas simultáneamente en sus respectivas cadenas. El caso es que, por una u otra razón, como los altos costes de producción de cada capítulo, tras algo menos de dos años en antena se decidió la cancelación de la serie por la vía rápida. Una precipitación en la resolución de conflictos y affaires entre personajes que acabó por convertirse en una seña de identidad del producto, que en el recuerdo es tal vez el programa con los momentos más extravagantes, por no decir alucinantes o surrealistas, de la historia de las soap operas. Así, entre las tramas de la segunda temporada, además de los inevitables hijos secretos, matrimonios prematuros y tormentosos divorcios, se coló la KGB, se plantearon turbios negocios especuladores en estaciones espaciales y, llegando a extremos demenciales nunca antes alcanzados en una ficción presuntamente seria, se incluyó en el último de los episodios nada menos que una nave extraterrestre que abdujo a Fallon Carrington Colby en plena carretera estatal. Una flipada que dejó boquiabierta a toda la audiencia. Pero ni con esas, ni con el que está considerado el cliffhanger más delirante jamás filmado, la ABC renovó la serie para una tercera temporada. Decidió finiquitar el contrato con la productora de Aaron Spelling, liquidando el programa para siempre y dejándonos así con las ganas de saber como regresaba Fallon a la Tierra. Porque regresar regresó, ya que tras la cancelación de Los Colby se reincorporó, al igual que otros personajes, a la serie de la cual surgió, Dinastía, que aún tenía cuerda para rato. La que no tuvo energía, o paciencia, fue Barbara Stanwyck, que superados los ochenta años decidió abandonar la mansión familiar al término de la primera temporada, tal vez oliéndose la debacle. Y es que más sabe el diablo por viejo que por diablo. Los Colby acabó en el número 68 del ranking de audiencias aquel año. Un fiasco. nada menos que una nave extraterrestre que abdujo a Fallon Carrington Colby en plena carretera estatal. Una flipada que dejó boquiabierta a toda la audiencia. Pero ni con esas la ABC renovó la serie para una tercera temporada, dejándonos así con las ganas de saber como regresaba Fallon a la Tierra. Seriales | 19 Falcon Crest (1981- 1990) Título original: Falcon Crest«Origen: Estados Unidos«Nº de capítulos: 227«Nº temporadas: 9«Duración: 60 minutos«Género: Saga familiar - Drama«Productora: Amanda & MF y Lorimar Television«Cadena: CBS«Creador: Earl Hamner Jr.«Música: Bill Conti«Intérpretes principales: Jane Wyman, Robert Foxworth, Susan Sullivan, Lorenzo Lamas, David Selby, Ana Alicia, etc. sobremesa «Laespañola, al son de la pegadiza musiquilla compuesta por Bill Conti –el mismo de Rocky y Karate Kid–, se convirtió en el emparrado campo de batalla de dos familias del Valle de Tuscany: los Channing y los Gioberti. En algunos países hispanohablantes Falcon Crest fue conocida como Viñas de odio, y desde luego no iban nada desencaminados. En las soap operas de los ochenta, y esta no fue una excepción, todos los conflictos planteados recuperaban los modelos y esquemas instaurados por Dallas a finales de la década anterior. Las envidias, odios, engaños y fraudes eran las motivaciones que impulsaban, condicionaban y caracterizaban a los personajes, y mayoritariamente se sucedían en la propiedad vinícola que da título a la serie. Aunque, en realidad, no era este el concepto primigenio del producto, que le fue encargado por la CBS y la Lorimar TV a Earl Hammer para la programación de tarde, donde las audiencias eran más jóvenes y los contenidos más amables. La serie iba a contar la historia de una familia centrada en la industria del vino en Norteamérica, y debía convertirse en un drama costumbrista. Esas eran las únicas premisas en manos de un creativo avalado por el éxito familiar de Los Walton (1972-1981), que se emitía a la hora de la merienda. De ahí que Hammer ideara el ficticio e inicialmente idílico Valle de Tuscany como recreación del auténtico y californiano Valle de Napa. Un lugar hermoso y próspero, ideal para vivir. Pero los productores querían ir más allá y exprimir el éxito de la que sin duda era su mejor baza comercial en antena, Dallas, por lo que exigieron un cambio de planteamientos y contenidos, y desplazaron las ambiciones de Falcon Crest en la parrilla, situándolo en horario nocturno. Justo después de las emisiones semanales de la familia Ewing, pensando tal vez que la audiencia se engancharía a ambas series sin cambiar de canal. No fue así, y aunque Falcon Crest es una leyenda televisiva con iconos indiscutibles como la pérfida Angela Channing, lo cierto es que, en su país, y a pesar de sus más de doscientos episodios, fue la menos popular de todas las teleseries bastardas engendradas a imagen y semejanza de la madre Dallas. Algo que no ocurrió en Europa, donde la arraigada cultura vinícola en países como Italia, Francia o España, hizo que la tempestuosa vida de los Channing y los Gioberti sedujera a millones de telespectadores durante casi una década. Y así, la sobremesa española, al son de la pegadiza musiquilla compuesta por Bill Conti -el mismo de Rocky y Karate Kid-, se convirtió en el emparrado campo de batalla de dos familias que eran una en realidad, pues los viñedos del Valle de Tuscany pertenecían al abuelo Gioberti, que los había levantado trabajando duro a lo largo de toda una vida anterior al comienzo de la serie. Un vetusto agricultor italiano a quien nunca conocimos, y que además de viñedos tenía dos hijos –y herederos–: Angela Gioberti, viuda de Channing, y Jason Gioberti. Y es tras la muerte de este último, en extrañas circunstancias, cuando se inicia la trama principal que vertebrará todo el entramado de la serie, ya que dejará en herencia una porción de sus tierras a su hijo de Nueva York, Chase Gioberti, que decidirá mudarse a la plantación para hacerse cargo de ella y elaborar sus propios vinos. Algo que Angela no aceptará nunca y se lo tomará como algo personal, abriendo un conflicto que perdurará hasta el último capítulo. Y a partir de ahí, las ramificaciones tendieron al infinito según la fórmula habitual del género. Lujo, poder, traiciones y pasiones en un “todo vale y sin cuartel”, que llegó a enfrentar y/o enamorar a la práctica totalidad del reparto, que no fue precisamente escaso. En él destacaron, ser que la «Parece rivalidad entre Jane Wyman y Lana Turner era antológica, y los responsables del rodaje tenían que ingeniárselas para rodar por separado incluso las secuencias que ambas divas compartían, resolviendo después la incongruencia en la sala de montaje. Seriales | 21 algunos países «Enhispanohablantes Falcon Crest fue conocida como Viñas de odio, y desde luego no iban nada desencaminados. principalmente, Jane Wyman (Angela Channing), que consiguió un Globo de Oro por su trabajo en 1983, Robert Foxworth (Chase Gioberti), David Selby (Richard Channing), Lorenzo Lamas (Lance Cumson) y Ana Alicia (Melissa Agretti), entre otros. Pero a lo largo de las diferentes temporadas desfilaron otras muchas celebridades como lo fueron Kim Novack, Lana Turner, Cesar Romero, Mel Ferrer, Gina Lollobrigida e incluso, como curiosidad, la española Assumpta Serna que, en 1989, participó en ocho episodios en el papel de Anna Cellini. Por otro lado, y en el capítulo más anecdótico, llegó a comentarse que el ambiente en plató era tan malo en la realidad como en la ficción. Así, por ejemplo, parece ser que la rivalidad entre Jane Wyman y Lana Turner era antológica, y los responsables del rodaje tenían que ingeniárselas para rodar por separado incluso las secuencias que ambas divas compartían, resolviendo después la incongruencia en la sala de montaje. Uno de los rasgos distintivos de la serie, y probablemente una de las razones de su éxito, fue el uso de sorprendentes cliffhangers al final de cada temporada, con las que se generaban unas expectativas a las que el espectador era incapaz de sustraerse. Hubo planos congelados de punto y a parte sobre un accidente de aviación, un terremoto, la explosión de una bomba e incluso en un entierro de finado desconocido. Y todo con una larga e intrigante pausa posterior hasta el comienzo del nuevo curso. Una práctica que les resultó de lo más eficaz para fidelizar-torturar a la audiencia. Al menos en España. Santa Barbara (1984- 1993) Título original: Santa Barbara«Origen: Estados Unidos«Nº de capítulos: 2.137«Nº temporadas: 10«Duración: 60 minutos«Género: Saga familiar - Drama«Productora: Dobson Productions y New World Television«Cadena: NBC«Creadores: Bridget Dobson y Jerome Dobson«Música: Joseph Harnell«Intérpretes principales: Marcy Walker, Lane Davies, Robin Wright, etc. Intrigas, celos y poder alrededor de una familia adinerada. Otra soap opera. Todas eran iguales. Sus planteamientos, idénticos. Y por acumulación, evolucionaban y se ramificaban hacia el infinito. Pero si en sí misma esta frase no fuera un absurdo, podríamos decir que el infinito de Santa Barbara fue el mayor de todos. El que casi le dio la razón a tan excesiva hipérbole. NBC confiaba «Latanto en el Para empezar, eran cuatro las familias implicadas. Los Capwell, los Perkins, los Andrade y los Lockridge. Poderosos e influyentes linajes de Santa Bárbara (California), que rivalizan especialmente después de la muerte de Channing Capwell (¿fue casualidad ese Channing como nombre de pila, o mataron también a la competencia de la CBS de un mismo plumazo? Nunca lo sabremos), que, por cierto, le fue imputada a uno de los miembros del clan Perkins ( Joe) que, al salir de la cárcel con la condicional, regresa a casa para hacer justicia y demostrar su inocencia. El lío ya está montado, pero eso solo será el inicio de un camino que se alargó, atención, diez temporadas con sus 2.137 capítulos, que convirtieron la teleserie en la mayor de la historia. Y es que nada era de tamaño normal en Santa Barbara. Sus productores de la NBC confiaban tanto en el producto que, para rodarlo, construyeron el que se convirtió en el plató más grande del mundo. El estudio número 11 de Burbank contaba con un área de más de 1.800 metros cuadrados de platós y costó cerca de 12 millones de dólares de la época. Pero no acaba ahí la desproporcionada grandeza del programa, cuyos capítulos duraban una hora y se rodaban a un ritmo endiablado y en diferentes localizaciones de manera simultánea, para, de este modo, logar temporadas de hasta 230 episodios. Para que se hagan una idea del gigantismo de esta serie, deben saber que las temporadas de Dallas o Falcon Crest tenían entre 10 y 24 capítulos. Por suerte para la cadena, Santa Barbara fue un gran éxito de público y de crítica -llegó a acumular hasta 24 premios Emmy y al menos 10 Soap Opera Awards-. Y no solo en los Estados Unidos, sino que se emitió en decenas de países con magníficos resultados y en su versión extendida. En España se mantuvo en antena desde 1989 hasta 1996, primero en las tardes de Televisión Española y después en las mañanas de Antena 3. De sus tramas poco hay que decir, pues sintetizarlas sería tarea imposible e innecesaria, y la esencia de sus argumentos no dista ni un palmo de los descritos en el resto de teleseries en este capítulo compendiadas. producto que, para rodarlo, construyeron el que se convirtió en el plató más grande del mundo. El estudio número 11 de Burbank contaba con un área de más de 1.800 metros cuadrados de platós y costó cerca de 12 millones de dólares de la época. Seriales | 23 Laberínticas intrigas y apasionados romances en torno a unos privilegiados y acaudalados ciudadanos de la alta sociedad, que no por ello eran más felices y, desde luego, no suponían ningún modelo recomendable de conducta. Eso sí, eran carismáticos y atractivos, malos y crueles como solo pueden serlo los poderosos, y vengativos como exige de sus personajes cualquier “culebrón” que se precie. Entre ellos A Martinez como el inolvidable Cruz Castillo, Marcy Walker en el papel de Eden Capwell, o Robin Wright (Penn, desde su matrimonio con Sean), que encarnaba a la deseada Kelly Capwell, y que finalmente fue la única que consiguió una sólida carrera cinematográfica al finalizar la serie. Aunque no debemos olvidar que también fue en Santa Barbara donde hizo sus primeros pinitos nada menos que un infantil Leonardo DiCaprio. Flamingo Road (1981- 1982) Título original: Flamingo Road«Origen: Estados Unidos«Nº de capítulos: 37«Nº temporadas: 2«Duración: 60 minutos«Género: Saga familiar - Drama«Productora: Lorimar Productions«Cadena: NBC«Creadores: Gabrielle Beaumont«Música: Charles Albertine y Elliot Kaplan«Intérpretes principales: John Beck, Woody Brown, Peter Donat, Howard Duff, Morgan Fairchild, Mark Harmon, etc. en una «Inspirada novela de Robert Wilder, de la cual en 1949 se hizo una película del mismo título protagonizada por Joan Crawford y dirigida por Michael Curtiz, Flamingo Road era la calle del éxito, la zona más exclusiva en una pequeña ciudad de Florida. Aunque obtuvo un notable éxito, superior en su momento al de Los Colby, por ejemplo, en cuanto a los índices de audiencia se refiere, lo cierto es que con el paso de los años Flamingo Road es la teleserie que menos huella ha dejado en nuestra memoria catódica y, al contrario que algunas de sus insignes contemporáneas, que siguen vigentes y con su carisma intacto, se ha ido diluyendo hasta convertirse en un impreciso e insignificante recuerdo de una época lejana. Inspirada en una novela de Robert Wilder, de la cual en 1949 se hizo una película del mismo título protagonizada por Joan Crawford 24 | UNA MÁS EN LA FAMILIA años 80 y dirigida por Michael Curtiz, Flamingo Road era la calle del éxito, la zona más exclusiva en una pequeña ciudad de Florida, en torno a la cual se articulaban las vidas de una serie de influyentes personajes, cuyos tentáculos políticos se abrazaban al poder para controlar y manipular a su antojo y beneficio todos los recursos económicos y los intereses sociales de la comunidad, urdiendo de ese modo tramas de corrupción y codicia que condicionaban tantos sus vidas públicas como privadas. Pese a que fue creada por los mismos productores que la fundacional Dallas, con idénticos planteamientos y fórmula inicial, lo cierto es que la operación no funcionó de igual manera. Tal vez porque el público empezaba a cansarse de este tipo de productos que, a principios de los ochenta habían proliferado en todos los canales. De modo que, tras una aceptable primera temporada de quince episodios, la segunda significó el inicio del declive. Flamingo Road empezó a ceder terreno ante la competencia. Hart & Hart de Aaron Spelling le robaba cada vez más audiencia desde la ABC, y tras veintidós capítulos la NBC decidió rescindir el contrato con la productora de la serie, Lorimar. Atrás quedaron, sin embargo, no pocos logros populares. Como por ejemplo, que Morgan Fairchild, quien por cierto fue nominada al Globo de Oro como mejor actriz por su papel de Constance, fuese incluida en la lista de las 50 mujeres más perversas de la historia de la televisión en un más que digno decimosexto puesto. O que Mark Harmon, quien aún era un auténtico desconocido lejos de sus futuros éxitos cinematográficos en Tuareg (1984) o Más fuerte que el odio (1988), y televisivos con Navy: investigación criminal (2003 - y sigue en antena tras diez temporadas-), fuera considerado como uno de los actores más atractivos y deseados del año televisivo. Méritos que pueden imputársele en buena parte a la serie, aunque no sean precisamente menciones de prestigio. «Morgan Fairchild, quien por cierto fue nominada al Globo de Oro como mejor actriz por su papel de Constance, fue incluida en la lista de las 50 mujeres más perversas de la historia de la televisión en un más que digno decimosexto puesto. Fama | 25 Sudando para alcanzarla Fama (1982-1987) Título original: Fame«Origen: Estados Unidos«Nº de capítulos: 136«Nº temporadas: 6«Duración: 50 minutos«Género: Musical«Productora: MGM Television«Cadena: NBC«Creador: Christopher Gore«Intérpretes: Debbie Allen, Lori Singer, Gene Anthony Ray, Dave Shelley, Lee Curreri, Carlo Imperato, Albert Hague, Erica Gimpel, Albert Hague, Ann Nelson, Carol Mayo Jenkins, Bill Hufsey, Valerie Landsburg, Bronwyn Thomas, Jesse Borrego, Janet Jackson. 26 | UNA MÁS EN LA FAMILIA años 80 Este capítulo no puede empezar de otro modo. Sería casi una falta de respeto al clásico. A uno de los inicios más populares y estimulantes de la historia de la televisión. Del todo coherente, además, con los contenidos de la serie que, durante 136 episodios. se inició con esta misma frase: “Queréis la fama, pero la fama cuesta, y aquí es donde vais a empezar a pagar. Con sudor». Y después Fame. El tema interpretado por Irene Cara, que se convirtió en un auténtico himno a la superación y a la lucha en pos de los sueños e ilusiones personales y profesionales de toda una generación. Irene Cara, sí, la cantante y bailarina que se hizo superfamosa por componer y cantar “What a feeling”, canción emblemática del film Flash Dance (1983), que protagonizó Jennifer Beals. Cara también cantó “Fame”, el famosísimo tema de cabecera de la película Fama dirigida por Alan Parker en 1980, y de la serie homónima que ahora nos ocupa. La cantante asumió el papel de Coco en la película, pero no en la serie, donde jamás apareció “de cuerpo presente” ya que fue la actriz Erica Gimpel la que encarnó a la joven alumna aspirante a bailarina. Mientras sonaba el inolvidable estribillo cantado por Cara, Fame, I’m gonna live forever, baby, remember my name, remember, remember… Debbie Allen, la profesora Lida Gray en el cine y en la tele, pronunciaba la emblemática frase en cuestión. Y así, con esta especie de trabalenguas, aclaramos un pequeño lío mental respecto a la artista, que no pasa de ser anecdótico, pero que en el recuerdo siempre resultaba algo confuso en el capítulo del nostálgico quién es quién. Porque Fama fue película antes que serie. Y también de éxito. De hecho, para aprovechar la popularidad del film, excepto Irene Cara, la ««Queréis fama, pero la fama cuesta, y aquí es donde vais a empezar a pagar. Con sudor».