Marbella en el XiX. reflejo y esPejisMo De la esPaña liberal

Transcripción

Marbella en el XiX. reflejo y esPejisMo De la esPaña liberal
SUMARIO
Cilniana
3ª ÉPOCA, AÑO XI – Números 20/21, 2007 - 2008
ISSN 1575-6416
DOSSIER
EL SIGLO XIX EN PERSPECTIVA
Francisco de Asís López Serrano (coord.)
5-6
Presentación
Francisco de Asís López Serrano
7-70
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
Antonio Rodríguez Feijóo
71-80
Elecciones de Diputados y Síndicos Personeros.
Elecciones en Marbella en el Sexenio Absolutista (1814-1819).
Un atisbo de libertad en medio del tiempo
Calixto Rodríguez Romero
81-112 Cambio Político y realidad Económica.
El Ayuntamiento Constitucional de Marbella en el Trienio Liberal
Luis Hernanz Burrezo
113-134 La Marbella del Sexenio Democrático (1868-1874).
Evolución política administrativa
José Bernal Gutiérrez
135-158 Las Fuentes Documentales para el estudio de Marbella en el siglo
XIX conservadas en el Archivo Histórico Provincial de Málaga
Esther Cruces Blanco
159-172 «Un visado al pasado» Marbella y sus documentos: el siglo XIX
(Catálogo de la Exposición)
Francisco de Asís López Serrano
Luis Hernanz Burrezo
MISCELÁNEA
175-182 Consideraciones previas a una intervención de protección y/o
cubrición de la Villa Romana de Río Verde, Marbella
Rafael L. Lobón y Martín
183-186 Un geógrafo comprometido con la defensa activa del paisaje como
valor territorial. José Gómez Zotano, autor de Naturaleza y paisaje
en la Costa del Sol Occidental (Servicio de publicaciones del Centro
de Ediciones de la Diputación Provincial de Málaga, Málaga)
Mª Luisa Gómez Moreno
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y Difusión del Patrimonio Cultural
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Permanente de San Pedro Alcántara)
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(Director del Archivo Municipal de Marbella)
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(Delegación de Cultura de Marbella)
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(Doctor en Historia del Arte)
Antonio Rodríguez Feijóo
(IES Sierra Blanca de Marbella)
Catalina Urbaneja Ortiz
(Presidenta de la Asociación Cilniana)
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en Madrid el día 11 de mayo de 1860.
Foto: Grabado publicado en El Museo Universal el 20
de mayo de 1860
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ISSN 1575-6416
Título clave: CILNIANA
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Dossier
Francisco de Asís López Serrano
(coord.)
Cilniana 20/21, 2007 - 2008: 5-6
ISSN 1575-6416
Presentación
Francisco de Asís López Serrano
Director del Archivo Municipal de Marbella
D
esde el 20 de marzo hasta el 4 de junio
de 2008, se celebró en Marbella (Cortijo
Miraflores) un ciclo de conferencias titulado El siglo XIX en perspectiva. La organización
corrió a cargo del Archivo Municipal de Marbella,
de la Delegación de Cultura del Ayuntamiento de
Marbella y del Centro de Profesores MarbellaCoín, y contó con la colaboración del Archivo
Histórico Provincial de Málaga, de Cilniana y de
la Delegación en Marbella del Colegio de Abogados de Málaga.
Durante más de cuatro meses, catorce
ponentes expusieron sus puntos de vista acerca
de distintos aspectos de la historia del siglo XIX,
tanto en España como en Marbella. Algo que,
aunque parezca mentira, era casi una novedad,
pues la historia de esta ciudad, en lo relativo a
esta centuria, adolece de una falta de estudios
casi alarmante, a pesar de que no es poca la documentación que se conserva. A diferencia de
otros momentos, piénsese en el siglo XVIII, por
ejemplo, que va a resultar en extremo difícil dada
la carencia de documentos municipales, el XIX
está aquí, a la vuelta de la esquina, henchido de
papeles a la espera de su estudio; un yacimiento,
en términos arqueológicos, provisto de un inmenso potencial estratigráfico. Al margen de los
trabajos de Casado Bellagarza sobre las colonias,
o de José Bernal sobre el sexenio democrático y
la minería, o los previos de Alcalá Marín, lo cierto
es que se desconoce mucho de lo que aconteció
a Marbella en el ochocientos. De ahí la pretensión de estas jornadas de, si no subsanar todo el
déficit, al menos sí empezar a modificar este estado de cosas. Para ello, y partiendo de supuestos metodológicos estrictamente científicos, se
ha intentado un acercamiento, tanto en detalle
como en perspectiva, que ha supuesto un avance
indudable en el conocimiento del periodo.
Los aspectos genéricos del diecinueve
español fueron abordados por Manuel Morales
Muñoz («Los nacionalismos en la España de la
Restauración»), Antonio Parejo Barranco («Evolución de la economía andaluza en el contexto
español del siglo XIX»), Francisco de Asís López
Serrano («La historia de la nación española y los
historiadores españoles del siglo XIX»), Segundo
Ríos Jiménez («La didáctica de la historia de España del siglo XIX»), Ángel Galán Sánchez («La
construcción nacional y el pasado andalusí en el
siglo XIX») y Lucía Prieto Borrego («Educación y
cultura de las mujeres en la Restauración»).
La historia de la ciudad fue tratada desde varias ópticas. Así, Óscar Carrascosa Tinoco
pronunció la conferencia «Viajeros románticos
en la Marbella del siglo XIX»; José Luis Casado
Bellagarza la titulada «La economía de la costa
occidental malagueña a mediados del siglo XIX.
El tráfico comercial de los puertos de Marbella
y Estepona entre 1857 y 1877»; Francisco Javier
Moreno Fernández analizó «La morfología urbana
en la Marbella del siglo XIX»; Antonio Rodríguez
Feijóo dictó su charla bajo el título de «Marbella
en el siglo XIX. Reflejo y espejismo de la España
liberal»; Calixto Rodríguez Romero intervino con
«Elecciones a diputados y síndicos personeros.
Elecciones en Marbella en el sexenio absolutista (1814-1819. Un atisbo de libertad en medio
del tiempo»; Luis Hernanz Burrezo con «Cambio
político y realidad económica. El Ayuntamiento
constitucional de Marbella en el trienio liberal»;
José Bernal Gutiérrez con «El sexenio democrático (1868-1874) en Marbella» y, por último, Esther
Cruces con «Las fuentes documentales para el estudio de Marbella en el siglo XIX conservadas en
el Archivo Histórico Provincial de Málaga». Estas
cinco últimas intervenciones constituyen el dossier que presentamos.
Francisco de Asís López Serrano
En el primer artículo, «Marbella en el siglo XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal»,
Rodríguez Feijóo recorre la centuria para aproximarse a la génesis del liberalismo en la Marbella del siglo XIX, en el marco histórico español.
Muestra las concordancias y las disonancias que,
desde los acontecimientos políticos, económicos y sociales, se produjeron entre el emergente
Estado liberal español y su concreción en la propia ciudad, sin olvidar tampoco las lagunas que
lo jalonan, que hacen necesario profundizar en
su estudio.
Los siguientes tres artículos se van a centrar en tres periodos bien definidos: el de Calixto
Rodríguez en el sexenio absolutista de Fernando
VII y, en concreto en el sistema de elección y las
características de los diputados del común y de
los síndicos personeros, subrayando el carácter
relativamente anacrónico de la elección de estos oficios; el de Luis Hernanz se fija en el denominado Trienio Liberal y analiza el intento de
reestablecimiento de lo legislado en las Cortes
de Cádiz a través de la vida económica y política
del municipio, ofreciendo, de paso, un novedoso
perfil de los personales más singulares del momento; José Bernal, por su parte, nos ofrece tanto las claves políticas en las que se fundó el Sexenio Democrático en la ciudad (en cuanto reflejo
de los acontecimientos más relevantes a escala
nacional), como las económicas, con la aparición
de la colonia de San Pedro Alcántara y la sociedad minera The Marbella Iron Ore.
El artículo de Esther Cruces nos proporciona una guía de fuentes para un conocimiento
más preciso de la historia de Marbella; en este
6
Presentación
caso, de la documentación que sobre el siglo XIX
se custodia en el Archivo Histórico Provincial de
Málaga, aludiendo, obviamente, a las instituciones productoras de estos documentos (judiciales, de la fe Pública, Jefatura Provincial de Minas,
Gobierno Civil, etcétera).
A parte de los trabajos citados, hemos
querido dar un paso más, y publicamos los documentos que sirvieron de soporte a la exposición
celebrada en el Cortijo Miraflores desde el 10 al
27 de noviembre de 2008, titulada «Un visado
al pasado. Marbella y sus documentos: el siglo
XIX» y que significó un complemento al ciclo de
conferencias. Se trataba de una muestra de 22
documentos a través de los cuales se intenta hacer patente las dificultades por las que atravesó
el municipio de Marbella durante una época que,
paradójicamente, conoció una industrialización
sin precedentes.
Marbella, muy empobrecida tras la ocupación francesa, refleja de forma paradigmática las
vicisitudes por las que atravesaban la mayoría de
las localidades del país. Durante toda la centuria,
el Estado se empeñó en racionalizar los procedimientos administrativos, pero el problema de
mayor calado era la financiación. El Ayuntamiento de Marbella pondrá en marcha toda una serie
de mecanismos destinados, no ya a sanear las
arcas públicas, sino sencillamente a posibilitar
su mera subsistencia y la de los ciudadanos. De
ahí que la mayor parte de la documentación que
se expuso afectara a cuestiones de índole económica o al acometimiento de las obras necesarias
para el pueblo, muchas de las cuales, como es
sabido, tardarían lustros en poder concluirse. n
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Marbella
en el XIX. Reflejo y
espejismo de la España Liberal
Antonio Rodríguez Feijóo
Profesor de Geografía e Historia I.E.S. Sierra Blanca de Marbella
RESUMEN
Aproximación a la génesis del liberalismo en la Marbella del siglo XIX, en el marco histórico español. Se muestran
los principales acontecimientos políticos, económicos y sociales que construyen la España liberal y su reflejo en la
historia de Marbella, a veces con relevante protagonismo, puro espejismo sin continuidad en un municipio pleno
de carencias.
PALABRAS CLAVE
Liberalismo, Juan van Halen, Antonio Jiménez, Milicia Nacional, Altos hornos, Ramón Ibáñez, Antonio
Domínguez Alburquerque.
ABSTRACT
Approach to the genesis of the liberalism in Marbella during the XIX century, within the historical Spanish framework. The
main political, economical and social events that build up liberal Spain and its reflection in Marbella’s history, sometimes
with a relevant protagonism, was just a plain illusion with no continuation in a municipality full of loop holes.
KEY WORDS
Liberalism, Juan van Halen, Antonio Jiménez, National Soldiery, Blast furnaces, Ramón Ibáñez, Antonio Domínguez
Alburquerque.
Introducción
E
l siglo XIX es un siglo convulso, un siglo
en el que nuevos elementos de carácter
económico, político, social y cultural surgen para vertebrar un mundo nuevo, moderno…,
frente al anquilosado Antiguo Régimen. Un siglo
en el que la historia se acelera respecto a épocas
pretéritas, aunque no siempre a la misma velocidad para todos los que vivieron en él. Un siglo
que anuncia la presencia de nuevos intereses en
discordia, que enfrentan aparentemente a la aristocracia y a la burguesía, aunque pronto ambas
clases se unen, recelosas, frente al creciente poder de la masa proletaria. Un siglo en el que se
gesta el mundo que hoy conocemos y en el que
nuestro municipio comienza a emerger.
Con este trabajo intentaremos, siguiendo
la propuesta de J. Fontana, «contribuir a la recuperación de este siglo calumniado y maldito»1,
aproximándonos a la génesis del liberalismo en
Marbella a lo largo del siglo XIX, en relación con
el marco histórico español. Este acercamiento ha
de producirse, necesariamente, desde la perspectiva de una historia sobre el siglo XIX en Marbella
pendiente de construir. Una historia que profundice nuestro saber a la luz de nuevas fuentes primarias. Una historia que abra nuevos surcos en
campos yermos a la investigación. Una historia
que aborde la documentación con la mirada de
historiadores ansiosos de conocimiento. Es decir
nuestra pequeña aportación sobre este siglo, en lo
relacionado con Marbella, no pretende culminar,
ni sintetizar anteriores aportaciones2 ni mucho
menos dar el periodo por cerrado, sino todo lo
contrario: motivar e invitar a cuantos les interese
este siglo a iluminarlo con nuevas investigaciones
que amplíen nuestro limitado conocimiento.
En la España del siglo XIX se produce el
fin del Antiguo Régimen y la transición hacia uno
nuevo, merced a la discutida «revolución liberal
burguesa». Hemos de indicar que este proceso
FONTANA, J.: La época del liberalismo, Madrid, Crítica / Marcial Pons, Historia de España, Tomo VI, Prólogo, 2007.
Debemos destacar los trabajos del cronista de la ciudad, Fernando Alcalá Marín, por su aportación pionera sobre el periodo
decimonónico, aunque ello no significa que haya dejado escuela. También hay que reconocer las investigaciones posteriores que se
realizan, con una metodología científica y profesional, por historiadores que abordan diferentes aspectos de la historia de la Marbella del XIX. Entre ellos hemos de destacar a Lucía Prieto Borrego y a José L. Casado Bellagarza. Más tarde otros investigadores,
en torno a la asociación Cilniana, han dejado interesantes contribuciones para el conocimiento de este siglo.
1
2
Antonio Rodríguez Feijóo
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
tiene su germen en los siglos anteriores, pero
especialmente en el XVIII, aunque será a lo largo del XIX cuando eclosiona definitivamente3.
En el ámbito político, con el paso del régimen
señorial-absolutista al nuevo régimen liberalconstitucional. En el terreno económico, con la
desaparición de la economía de base señorial,
campesina, artesanal y gremial que evolucionará
hacia la creación de un tejido industrial moderno
de carácter capitalista, industrial y financiero. Y
en la esfera social, con la paulatina sustitución
de la sociedad estamental, basada en desigualdad jurídico-civil, por una sociedad de clases.
Todo ello en plena transición de un régimen demográfico antiguo a otro moderno.
Nuestro acercamiento a la Marbella del
XIX sería más comprensible desde la óptica de un
siglo de ciclo largo, 1789-1917, sin embargo hemos optado por un ciclo más corto, 1812-1898,
ya que la relativa carencia de fuentes locales y
el protagonismo desencadenado por la invasión
francesa en el origen del fenómeno liberal nos
invita a iniciar nuestro estudio con el nacimiento
del constitucionalismo español en 1812. Por otro
lado la crisis finisecular de 1898 simboliza el final de un periodo protagonizado por la farsa del
régimen liberal de la Restauración, que pone en
jaque al liberalismo conduciéndolo a la crisis de
1917 y hacia posiciones autoritarias corporativas
por miedo a la amenaza revolucionaria latente
en el horizonte europeo.
Este proceso, o parte de él, tendrá su repercusión en Marbella durante
la génesis del liberalismo, reproduciéndose, cual reflejo especular, los principales acontecimientos de la España decimonónica, incluso alguno de ellos,
con relevante protagonismo,
aunque sólo haya sido un espejismo sin continuidad en un
municipio pleno de carencias.
Un proceso que se desarrollará
con avances y retrocesos, en los
ámbitos, político, económico y
social, entretejidos mutuamente en el hilo de la Historia aunque para su explicación necesitemos mostrarlos por separado.
No obstante serán ensayos de
un futuro prometedor…
La Marbella del XIX. El territorio y sus habitantes
I. Marbella y su población
Cualquier acercamiento a la historia del
siglo XIX en nuestro municipio debe tener muy
presente que la Marbella de entonces era muy
diferente a la actual y durante todo el siglo no
pasará de ser un pequeño municipio andaluz,
con una población que no superará en ningún
momento los diez mil habitantes, en la periferia
del poder provincial y alejado de cualquier ámbito de decisión.
1. La población de Marbella en su entorno
Para hacernos una idea de la situación podemos utilizar las fuentes, bastante fidedignas,
que aparecen a partir de la publicación del primer
censo oficial en 1857. Así nos consta que en esa
fecha la población de Marbella era de 6.564 h,
una población similar a la de ciudades como Ávila (6.419 h), Guadalajara (6.533 h), Orense (6.872
h), Pontevedra (6.625 h) y superior a las de Soria
(5.194 h) o Huesca (3.874 h)4, aunque todas ellas,
en cuanto capitales de provincia, tenían una potencialidad mayor de crecimiento desde el punto
de vista administrativo y representativo.
Por otro lado, en la provincia de Málaga,
superan a Marbella: Álora (8.370 h), Coín (9.273
h), Estepona (9.316 h), Vélez-Málaga (12.573
h), Ronda (19.334 h), Antequera (27.334 h) y en
GRÁFICO I
Elaboración propia
Fuente: Censos de población y Nomenclátor años respectivos
3
Cf. GÓMEZ URDÁÑEZ, G.: «Reflexiones sobre la revolución burguesa en España. Una aproximación a los orígenes, ideario
y práctica del pensamiento liberal», Cuadernos de investigación histórica Brocar, 20, 1996, pp. 327-345 (Edición electrónica: www.
unirioja.es).
4
VICENS VIVES, J. (dir.): Historia de España y América social y económica, Tomo V, Barcelona, Vicens Vives, 1979, pp. 47-48.
8
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Antonio Rodríguez Feijóo
ese momento la ciudad de Málaga alcanza los
92.611 h5.
En 1900, Marbella ha incrementado notablemente su población pues alcanza los 9.629 h.
Sin embargo todas las ciudades citadas, salvo
Soria (7.151 h), también han aprovechado su
ventajosa situación y han superado a Marbella:
Ávila (11.885 h), Guadalajara (11.144 h), Orense
(15.194 h), Pontevedra (22.330 h), incluso Huesca con 12.626 h. Sin embargo, otras mantienen
una población similar a la de Marbella: Cuenca
(10.756 h), Teruel (10.797 h).
Si observamos la población de la provincia
de Málaga en 1900 podemos ver que se ha producido un significativo cambio. Ahora sólo superan a Marbella, aparte de la capital provincial,
Antequera (31.609 h) y Coín (12.326 h), que aún
mantiene un crecimiento relativamente importante, otras como Ronda (20.995 h) o Vélez-Málaga (23.586 h) han crecido relativamente poco,
pero superan todas ellas a nuestro municipio.
Por otro lado, Álora con 10.321 h tiene una población similar a la de Marbella y su crecimiento
es poco significativo. El resto de los municipios
que anteriormente superaban al nuestro, como
Estepona (9.310 h), prácticamente no crecen y se
verán superados por Marbella6. En ese momento
Málaga alcanza los 130.109 h7.
2. Población relativa
El municipio de Marbella mantendrá durante el periodo estudiado la misma superficie,
114 km², ya que las segregaciones de los municipios limítrofes, como Benahavís, Ojén e Istán, ya
se han completado y aunque haya problemas con
los deslindes permanecerá invariable a lo largo
del XIX.
Como hemos visto la población de Marbella se incrementa notablemente a lo largo del
siglo, afectando de forma desigual a los distintos distritos de la población. La mayor parte se
concentrará en el núcleo central, lo que hará que
sufra especialmente el incremento de la presión
demográfica, mientras que el resto estará repartida entre la colonia de San Pedro Alcántara, El
Ángel y las Chapas.
Durante el periodo de 1752 a 1821 la densidad apenas variará, pues tampoco lo hace su
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
población. Así, estimamos que para 1752 Marbella tiene una densidad de 33,5 h/km², que alcanza, en 1821, los 41 h/km², y poco más hasta
mediados de siglo, pues en 1847 podemos valorarla en 45 h/km². A partir de esos años intermedios se inicia una nueva etapa que duplicaría la
densidad inicial llegando a su máximo al final de
la primera década del siglo XX, en 1910, cuando
llega a los 90 h/km².
Si comparamos los datos resultantes para
los años 1857 y 1900, en relación con el caso
español, la densidad de Marbella (58 h/km² y 84
h/km² respectivamente) supera la media andaluza (33 h/km² y 41 h/km²) y española (31 h/km² y
37 h/km²), pero no alcanza el crecimiento de la
capital de la nueva provincia de Málaga (13 h/
km² y 70 h/km²) que superará sustancialmente
a nuestro municipio a lo largo del XIX8. Ambos
núcleos de población crecen por encima del interior peninsular, con lo que se refleja su situación
periférica mediterránea.
3. Distribución territorial
Marbella, durante el siglo XVIII e inicios
del XIX, era un recinto murado en el que la población residía esencialmente intramuros de la
ciudad y su castillo9. Sin embargo sus murallas se
encuentran ya en un estado lamentable, según
aprecia en 1772 el viajero inglés Francis Carter,
que nos indica que «actualmente la ciudad ha
crecido bastante por el lado de la sierra, bajo la
cual se encuentran un barrio y un convento de
frailes»10 (se trata del Barrio Alto y el convento
de San Francisco). Por el sur, alrededor de la muralla, aparte de la Marina, en donde hay algún
almacén, sólo existen una serie de fincas y hacia
levante comienza a surgir lo que en el XIX será
conocido como Barrio Nuevo. Durante dicho siglo la muralla se reducirá paulatinamente a poco
más de lo que aún perdura, en un proceso de
nuevas edificaciones que la irán derribando, permitiendo con ello la ampliación del casco urbano
hacia el sur a fines de la centuria, previa instalación de los almacenes de la Marbella Iron Ore
C&L en torno a 1870.
El número de habitantes por vivienda
también se incrementa. Así en 1860 hay 4,7 h/vivienda y en 1900 sube a 5,6 h/vivienda lo que es
5
INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA (INE), Tabla: «Estado demostrativo por el orden de mayor a menor de los pueblos que
sin ser capitales de provincia, comprenden mayor número de habitantes que la última capital del Reino, por razón de su población,
conforme al Nomenclátor publicado en 1858» , p. 247.
6
INE: Censo de población de 1900. Málaga, pp. 188-190.
7
VICENS VIVES, J. (dir.): Historia de…, op. cit., pp. 47-48.
8
Las cifras se han obtenido a partir de cálculos realizados sobre datos de los censos y del nomenclátor para los años respectivos tomados del INE y del IEA.
9
Archivo General de Simancas (AGS), Plano de la Ciudad de Marbella y de su Castillo (s.f.) [Málaga 17 de julio de 1736]. Cuartel
de Marbella.
10
CARTER, F.: Viaje de Gibraltar a Málaga, Málaga, Diputación Provincial, 1981, p. 154. Reedición del original A Journay from
Gibraltar to Málaga, London, 1772.
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9
Antonio Rodríguez Feijóo
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
lógico si tenemos en cuenta que el incremento
de población entre esos dos años ha sido de un
43,8% y el de viviendas sólo un 22,5%. La situación se refleja en un mayor número de albergues
y en el aumento de plantas en los nuevos edificios. Aun así seguirá siendo insuficiente. Por otro
lado, muchos de los edificios están arrendados
por sus propietarios11.
La situación que acabamos de describir
refleja la escasez de solares y también la falta de
edificios para albergar a una población creciente en número en la ciudad ya que aún no se ha
iniciado una seria expansión extramuros, salvo
pequeños núcleos del Barrio Alto y Barrio Nuevo o las cercanías de la Alameda. La mayor parte
de las nuevas edificaciones, en general de dos
plantas, se construyen en el campo en el último
tercio del siglo.
Para profundizar en el estudio del urbanismo en Marbella hemos de destacar los trabajos de Francisco Moreno, que nos detallan la evolución urbanística del municipio12, y en especial
del centro histórico de la ciudad13.
En cuanto al origen del núcleo de San Pedro Alcántara serán las investigaciones de José
L. Casado, las que nos informen del desarrollo
urbano de esta nueva población, que se constituye en torno a la plaza de la Iglesia de la localidad y de las diecisiete viviendas que formaban
la Casa de Dependientes. Desde allí se teje una
trama urbana jerarquizada que refleja las diferencias sociales y en las que se aprecia el contraste entre las modestas casas que se agrupan
simétricamente en torno a las calles La Gasca,
Duero y Pizarro y los edificios más sobresalientes, en tamaño y función, que se alzaban en la
plaza principal de la Colonia14. Este núcleo de
población cuenta en el momento de su fundación, en 1860, con 47 habitantes, pero se incrementa rápidamente a 529 habitantes, según el
padrón de 1861, y que transitoriamente alcanza
los dos millares de habitantes al final del siglo
XIX15.
de un régimen demográfico antiguo, preindustrial, con altas tasas de natalidad y mortalidad,
propio de un país subdesarrollado, a un régimen
de población moderno, con bajas tasas de natalidad y de mortalidad, asociado a una sociedad
postindustrial. Este cambio se produce mediante
un proceso de transición demográfica que tendrá en Europa ritmos y perfiles diferentes según
los países o regiones pues, aunque se inicia en
el s. XIX, no se completará hasta el siglo XX.
En España el tránsito fue más lento que en los
países más avanzados de Europa, donde estuvo
asociado al incremento de productividad agraria e industrial, y con periodos alternativos de
rápido crecimiento pero más dilatados estancamientos16. En el caso de Marbella a lo largo del
XIX se pueden atisbar cómo desde el punto de
partida preindustrial se pasa a una transición
que comienza a dar síntomas de cambio a finales
del XIX (con un descenso claro de la mortalidad)
que no se completará hasta la segunda mitad del
siglo XX.
II. La transición demográfica en Marbella
1.2. Periodo de transición (1833-1900)
A partir de esta época contamos con mayor información. Los registros civiles se convierten en una fuente imprescindible para conocer
la evolución demográfica de nuestro municipio.
El incremento de población durante el
siglo XIX se produce merced a una serie de circunstancias novedosas asociadas al cambio des-
1. Movimiento natural
1.1. Periodo Preindustrial (1752-1838)
Aunque tenemos poca información acerca
de este periodo de la historia de Marbella, por la
carencia de fuentes en los registros eclesiásticos
que aporten datos sobre natalidad y mortalidad,
podemos deducir, comparando con la situación
de partida en la década de 1840, que las tasas
de natalidad y de mortalidad serían las propias
de una sociedad rural de carácter preindustrial
en la que la natalidad se aproximaría a los valores biológicos, alrededor del 50%, y la mortalidad
superaría el 35% que, aun siendo muy alta, ascendería en los periodos de crisis. A esto habría que
añadir una alta mortalidad infantil. El excedente
de población sería eliminado regularmente por
los obstáculos represivos —según denominación
de Malthus— es decir: hambres, guerras y epidemias.
RODRÍGUEZ FEIJÓO, A.: Enseñanza liberal en Marbella (1833-1936), Marbella, Delegación de Cultura del Ayuntamiento de
Marbella, 1988, Tabla IV, p. 64.
12
MORENO FERNÁNDEZ, F. J.: «Datos para una historia urbana de Marbella», Cilniana, 12, 1999, pp. 8-21.
13
Cf. MORENO FERNÁNDEZ, F. J.: El centro histórico de Marbella: Arquitectura y urbanismo, Málaga, Universidad de Málaga, Asociación Cilniana, Ayuntamiento de Marbella, 2004. También la conferencia del mismo autor: «Morfología urbana en la Marbella del
siglo XIX» presentada en el 1º Ciclo de Conferencias: El siglo XIX en perspectiva.
14
CASADO BELLAGARZA, J. L.: «La Casa de Dependientes. San Pedro Alcántara en torno a 1875», Cilniana, 10, 1998, pp. 59-66.
15
CASADO BELLAGARZA, J. L.: «Los habitantes de San Pedro Alcántara durante la etapa fundacional (1860-1873)», en F. de
A. LÓPEZ SERRANO y J. L. CASADO BELLAGARZA, J. L. (coords.): Estudios en homenaje a Antonio Serrano Lima, Marbella, Asociación
Cilniana, 2007, pp. 181 y 185.
16
A lo largo de este trabajo citaremos varias obras de la colección Historia de España 3er Milenio de la editorial Síntesis por facilitar una visión general, sintética y actualizada del XIX que nos permiten situar los hechos en el marco político, económico y social,
11
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Antonio Rodríguez Feijóo
Por suerte contamos con información detallada,
a partir de 184117, en el Ayuntamiento, que podemos completar con la procedente del Registro
Civil de los Juzgados a partir de su creación en
187118.
Con los datos que hemos recopilado
podemos señalar que en nuestro municipio,
desde 1841 hasta fin de siglo19, la
natalidad se mantiene en una cifra
inferior a los trescientos nacimientos durante el periodo anterior a
1865 y será superior a esta cifra y
menor de cuatrocientos hasta fin
de siglo, aunque hay que tener en
cuenta que la población aumenta
notablemente. La tasa de natalidad que estimamos para este periodo tendrá un máximo de 60% en
1842 y un mínimo de 30% en 1898,
que se reducirá en el siglo XX, y
que para el XIX la cifra media rondará el 44,1%, que es próxima a la
fecundidad natural.
Respecto a la mortalidad,
aparte de su elevación durante las
crisis epidémicas, podemos señalar
que los años cuarenta del siglo XIX
fueron los de más baja mortalidad
de todo el periodo, oscilando entre
115 y 178 fallecidos, al igual que de
1851 a 1853. Sin embargo, a partir
de 1855 las cifras superan los doscientos, e incluso, los trescientos
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
fallecidos, pero hay que tener en cuenta que estos valores son absolutos y hay que ponerlos en
relación a la estimación de población que, como
sabemos, se incrementa notablemente. Así, la
tasa de mortalidad media durante el XIX será de
33,8%, aunque con una
clara tendencia a la baja
a lo largo del siglo, especialmente durante la última década del mismo.
Al final de esta
etapa se produce una primera manifestación de la
transición demográfica,
al caer la tasa de mortalidad, que se reduce a
cifras inferiores al 25‰ a
partir de 1896 (salvo tres
picos en 1901 con 27‰;
1906 y 1920 con 26‰), y
la tasa de natalidad que alcanza valores inferiores al 30 ‰ a partir de 1926 (con seis anticipos
convirtiéndose en útiles instrumentos-guía que recomendamos para ampliar el estudio de esta época. Cf. SAIZ PASTOR, C. y VIDAL
OLIVARES, J.: El fin del Antiguo Régimen (1808-1868) Economía, Madrid, Síntesis, 2001, pp. 16-17.
17
Cf. Ayuntamiento de Marbella, Archivo Histórico Municipal de Marbella (AHMMb), Actas Capitulares (AACC), 7 de julio de 1841.
En esta fecha se ordena que se comunique al cura que no podrá enterrar sin que se presente la papeleta del Registro Civil creado
en el Ayuntamiento. Este registro fue ordenado por el Decreto de Regencia del Reinode26 de enero de 1841 a fin de conocer los
movimientos de población, dentro del término jurisdiccional del ayuntamiento, sin estar sujetos a que los datos suministrados por
las autoridades eclesiásticas. En Marbella están los Libros de Nacidos de 1 de enero de 1841 a 3 de agosto de 1866 y Libros de Muertos
de 1 de enero de 1841 a 18 de julio de 1870.
18
El Registro Civil actual se crea por Ley de 17 de junio de 1870 y comienza su aplicación a partir del 1 de enero del año
siguiente.
19
Los datos se han tomado a partir de la Tabla I que aparece en RODRÍGUEZ FEIJÓO, A.: Enseñanza…, op. cit., p. 113. Esos datos
sobre tasas de natalidad y de mortalidad son estimativos en las fechas intermedias o en las fechas anteriores a los censos oficiales
y por tanto deben tomarse como una estimación.
Cilniana 20/21, 2007 - 2008: 7-70
11
Antonio Rodríguez Feijóo
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
en 1898, 1904, 1909 y
mayor en nuestro muMarbella tiene una población
1915 con 30‰; 1916
nicipio (104,4%) que
con 28 ‰ y 1924 con cercana a los cuatro mil habitantes a para la media española
27‰), once años antes,
comienzos del XIX, que pasan a casi (59,6%).Aunque los dala mortalidad (1907), y
diez mil al final del siglo
diez años después, la
tos sobre población
natalidad (1916), de
para la época estudiaque dichas cotas fueran atravesadas por Espada son poco fiables21 y hay que tomarlos con
ña20. El descenso de la mortalidad lo atribuimos
precaución, a través de ellos podemos señalar,
a las mismas causas generales de todo el país
según los estudios realizados por diversos au(mejora de las condiciones higiénicas, introductores22, que durante el XIX el crecimiento espación de vacunas…) pero, sobre todo, a la benigñol mantendrá un ritmo anual de 0’5%. Nuestro
nidad del clima.
país pasa de los 10’5 millones de habitantes23 al
A la vista de estos datos podemos concomienzo del XIX a los 18’6 millones/h en 1900.
cluir que el movimiento natural de población en
Este incremento será mayor durante la primeMarbella es similar al español de la zona meditera mitad del siglo, desde el fin de la guerra de
rránea. Aun así, conviene precisar que en nuesla Independencia hasta la desamortización de
tro municipio se produce un importante cambio
1855. Así, entre 1821 y 1860 se estima en 0’76%
a lo largo del XIX, más notable que en el resanual24.
to de España: la natalidad es muy superior a la
Para nuestro municipio tenemos que utiespañola y la mortalidad aunque es superior se
lizar datos aproximados por estimación para la
aproxima más.
TABLA II
Creemos que en paralelo a la instalación de las ferrerías en nuestro municiEvolución de la población en el siglo XIX 25
pio se produce un importante descenso de
la mortalidad que no se mantiene más allá
de la crisis epidémica de mediados de los
cincuenta. Esta contracción perdura hasta
las últimas décadas del siglo, momento en
que ya hay un cambio que parece ser permanente. En esos momentos se produce
un incremento notable del crecimiento
vegetativo en relación con España, por
el descenso de la tasa de natalidad, pero
especialmente por el que se produce en
la tasa de mortalidad, siendo esta última
bastante menor que la española, con lo
que la transición demográfica pudiera haber empezado unos años antes que en el
resto de nuestro país.
2. Evolución de la población en el XIX
La población de España y de Marbella crece sustancialmente durante el siglo XIX, aunque con un incremento mucho
Elaboración propia: (*) Datos estimados.
Fuente: AHMB, AACC e INE, Anuarios años respectivos
NADAL OLLER, J.: La población española (siglos XVI-XX), Barcelona, Ariel, 1991, p. 140.
En algunos casos la población aparece en número de vecinos, y los datos a veces se repiten. La fiabilidad es muy limitada,
más aún cuando son informaciones municipales que en algunos casos tienden a ocultamiento al proceder de fuentes fiscales, por
lo que previsiblemente podrían elevarse algo más dichas cifras. Aun así estimamos que puede ser válido tomar como referencia el
factor utilizado en sus cálculos por Madoz para Marbella: 3,9269 habitantes por vecino.
22
Cf. PÉREZ MOREDA, V. y REDER, D. S.: Demografía histórica en España, Madrid, El Arquero, 1988. PÉREZ MOREDA, V.: «La
población», en Historia de España de Ramón Menéndez Pidal. Tomo XXXIII. Los fundamentos de la España liberal (1834-1900), Madrid,
Espasa-Calpe, 1997, pp. 51-98. NICOLAU, R.: «Población», en A. CARRERAS (coord.), Estadísticas Históricas de España. Siglos XIX y XX,
Madrid, Fundación Banco Exterior, 1989, pp. 49-90.
23
Según el censo de 1897 la población de España era de 10.541.221 h (Cf. «Población de España, según el Censo formado en
1797, clasificada según su estado civil», Anuario 1858, Fondo documental del INE, p. 240.)
24
SAIZ PASTOR, C. y VIDAL OLIVARES, J.: El fin del Antiguo…, op. cit., pp. 17-18.
25
Las fuentes consultadas son: «Censo de población según el decreto de las Cortes de 27 de Enero de 1822”, Anuario 18591860, Fondo documental del INE. «Habitantes que se computaron a cada provincia por Reales decretos de 1833, 1846 y 1850,
comparados con los del Censo general de 21 de mayo», Anuario 1858, Fondo documental del INE, p. 243. «Habitantes de cada pro20
21
12
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Antonio Rodríguez Feijóo
primera mitad del siglo26. Marbella tiene una
población cercana a los cuatro mil habitantes
(entre 3.817 h estimados para 1752 y 4.712 h
en 1821) a comienzos del XIX, que pasan a casi
diez mil al final del siglo (9.629 h en 1900). Esta
población crece a un ritmo estimado de 0,19%,
para el periodo de 1752 a 1838, con lo que la se
puede considerar que la población permanecerá
prácticamente estable. Sin embargo, a partir de
1838 y hasta 1910 el crecimiento duplica la media española ya que alcanza una media del 1,15%
anual27.
Durante esta primera mitad del siglo podemos destacar el descenso de población, difícilmente evaluable y pendiente de un estudio detallado, que se produce en torno a la guerra de la
Independencia, pero que pudiera deberse, aparte de a las bajas de carácter bélico, al abandono
de parte de la población de la ciudad, como a la
hambruna de 1812.
De mayor importancia es la fluctuación
que se produce en los años 1834-1838 debida a
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
la epidemia de cólera morbo asiático que asoló
la península entre enero de 1833 y el mismo mes
de 1835, ocasionando 102.511 defunciones28, y
que supuso para Marbella, en marzo de 1834,
hasta siete muertos diarios29. Ello dará lugar a un
descenso de población para dichos años del -7’9%
anual; verdadera crisis poblacional, a pesar de
que están comenzando a funcionar las ferrerías.
A partir de aquí se iniciará un largo periodo de
crecimiento que, aunque tenga manifestaciones
de crisis episódicas, inicia una tendencia continuada al alza, por lo que podemos considerarla
como la última de una demografía de Antiguo
Régimen.
Aparte de las crisis epidémicas puntuales de 1855 y 1885 hemos de destacar que el
creciente incremento de población contará con
otros dos baches demográficos: el primero entre
los años previos al Sexenio, 1860-1867, y el segundo en la crisis finisecular de 1887 y 1897. En
esta última fecha la población de Marbella según
el censo era de 7.927 h30.
vincia, clasificados por su estado civil, según el Censo de población de 1857», Anuario 1858, Fondo documental del INE, p. 250. Cf.
«Censo de población, referente a los años 1831 y 1832», Anuario 1859-1860, Fondo documental del INE, p. 76. «Población de España
según el censo de 1860, y la que resulta de la diferencia entre los bautismos y las defunciones ocurridas hasta fin de 1867”, Anuario
1866-1867, Fondo documental del INE, p. 53. «Habitantes clasificados por edades, según los Censos de 1877, 1887 y 1900. Cifras
absolutas», Anuario 1912, Fondo documental del INE, p. 113. «Resultados definitivos del Censo de la Población de 1897”, Censo de
población de 1897, Tomo I. Resultados definitivos. Detalle por provincias, Fondo documental del INE, p. XXI. Para Marbella los datos
de los años anteriores a 1857 son estimaciones en base al número de vecinos que aparecen en las AACC de los años respectivos en
el XIX y en el Catastro de Ensenada para 1752.
26
Estas estimaciones sólo nos aportan datos aproximados que nos permiten hacernos una idea general, a la espera de estudios
concretos que amplíen la información, por ello hay que tomarlos con cierta cautela.
27
RODRÍGUEZ FEIJÓO, A.: Enseñanza…, op. cit., pp. 62-63.
28
VICENS VIVES, J.: Historia de…, op. cit., p. 8.
29
AHMMB, AACC, 1 de marzo de 1834.
30
AHMMB, AACC, 14 de mayo de 1898. Según el Censo de Población a 31 de diciembre de 1897 la población de derecho de
Marbella era de 7.927 h y de hecho 7.921 h.
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Antonio Rodríguez Feijóo
Durante el primer bache, entre 1860 y
1867, se producirá un importante descenso de
la población, reflejo de la crisis que se produce
en España en esos años por el incremento de los
precios del pan, aunque en Marbella en parte se
equilibra gracias a la creación de la Colonia de
San Pedro Alcántara y el aumento de población
consiguiente al llegar colonos especializados31,
especialmente entre 1860 y 186532. Globalmente, tanto en valores absolutos como en tasa de
crecimiento, observamos un descenso del -11’2‰
que podría deberse a la coyuntura iniciada en la
década de 1850 y que tiene sus secuelas en la de
1860. Esta crisis coincide con la estudiada en el
ámbito español por Sánchez de Albornoz y que
sitúa entre los años 1857 y 186833.
En San Pedro Alcántara, observa J. L. Casado, entre 1861 y 1871, «el número de habitantes atravesó distintos altibajos, motivado por la
delicada situación financiera del propietario»34,
incluso con incrementos o descensos bruscos de
la población que, a finales del siglo, se estabiliza
en torno a los mil habitantes, aunque haya un
pequeño repunte, que duplica la población en
1900.
La segunda crisis se produce en la década
de 1887-97, momento en que se producirá un
nuevo descenso de población que valoramos en
un -10’5‰, aunque la tendencia global siga siendo positiva. Es el contexto de la crisis filoxérica.
En fin, este periodo de transición continuará a lo largo del XX con altibajos hasta que a
partir de los años cincuenta se produzca el definitivo paso al régimen demográfico moderno.
El tránsito del Antiguo al Nuevo Régimen
El proceso de transición demográfica
en Marbella hay que situarlo en un marco más
amplio: el del tránsito desde un modelo político económico y social propio del Antiguo Régimen, con un sistema cuasi feudal en el que la
monarquía absoluta, la economía señorial y la
sociedad estamental darán paso a un nuevo régimen caracterizado por el modo de producción
capitalista, en el que triunfa un liberalismo político constitucional y participativo, una economía
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
liberal-capitalista (industrial o financiera) y una
sociedad de clases en la que la burguesía tendrá
un relevante papel.
I. El marco material. Economía y Comunicaciones
1. La tardía e incompleta Modernización Agraria
Cuando comienza el siglo XIX los españoles viven fundamentalmente del sector agrario, y por ello los liberales gaditanos prestarán
a la agricultura una especial atención, aunque
los cambios serán escasos y tardíos. Con anterioridad, en el Informe sobre la Ley Agraria que
solicitó Jovellanos a fines del XVIII, ya se plantean los principales problemas o «estorbos» que
afectaban a este sector: las vinculaciones y mayorazgos, la cantidad excesiva de tributos, los
privilegios de la Mesta o la falta de libertad para
el uso de la propiedad35.
Estas propuestas serán retomadas por
los liberales y desarrolladas a lo largo del XIX.
Para ello propondrán la abolición de los derechos jurisdiccionales y de los diezmos, la desvinculación de los mayorazgos y crear nuevas
relaciones de producción, todo ello en paralelo al proceso desamortizador36. Así se podría
cambiar la estructura de la propiedad y garantizar, en teoría, el acceso de los campesinos a
la misma, convirtiéndolos en propietarios privados, a fin de modernizar el campo y obtener
una mayor producción siguiendo la lógica del
mercado. Además de conseguir adeptos a la
causa liberal se pretendía acabar con el poder
económico de la Iglesia, que apoyaba la causa
carlista. Sin embargo, a medio plazo, los beneficiarios serán los aristócratas, que adquieren
la titularidad de una tierra de la que sólo mantenían la jurisdicción, y la burguesía que, en
connivencia con la antigua nobleza, se beneficiarán de la desvinculación de los bienes de
manos muertas. Una alianza tácita que unirá a
ambos grupos de poder por encima del campesinado que trabajaba la tierra37.
Como era de esperar, a pesar de la buena voluntad de algunos de los legisladores liberales y del incremento de la producción a lo largo
31
Cf. CASADO BELLAGARZA, J. L.: «Los colonos de San Pedro Alcántara en 1861. El inicio del poblamiento», Cilniana, 9, 1997,
p. 7-14. Proceden en su mayoría de Andalucía (76,64%) y especialmente de la capital malagueña (52,55%). De Marbella sólo son 15
(10,95%).
32
AHMMb, AACC, 18 de abril de 1865.
33
SÁNCHEZ ALBORNOZ, N.: La crisis de subsistencias de España en el s. XIX y Crisis de subsistencia y recesión demográfica, España
1868, Anuario del Instituto de Investigaciones Históricas, Universidad Nacional del Litoral, años 1962-63, pp. 27-40. Citado en M.
ARTOLA: La burguesía revolucionaria (1804-1874), Alfaguara, Madrid, 1978, p. 66.
34
CASADO BELLAGARZA, J. L.: «Los habitantes…, op. cit., p. 208.
35
Cf. JOVELLANOS, G. M. de: Informe sobre la Ley Agraria, Madrid, Imprenta de I. Sancha, 1820 (edición digital en www.cervantesvirtual.com).
36
El proceso desamortizador comienza con Godoy (1798), se intenta durante la Guerra de Independencia (José I y legisladores
gaditanos), en el Trienio Liberal y en la regencia de Espartero (1841), pero las más importantes son la de Juan A. Mendizábal (1836)
y de Pascual Madoz (1855). Se vieron afectados los bienes del clero regular, el secular, las órdenes militares y los municipios.
37
GÓMEZ URDÁÑEZ, G.: «Reflexiones…», op. cit.
14
Cilniana 20/21, 2007 - 2008: 7-70
Antonio Rodríguez Feijóo
del siglo en los principales productos, el proceso
no culminó en una auténtica revolución agraria,
ya que se centró en una agricultura extensiva
que protegió los intereses de los productores
cerealistas, y continuó utilizando el barbecho
en perjuicio de la ganadería. Ello no quiere decir
que no se produjera una intensificación de los
cultivos y la roturación de nuevas tierras gracias
al proceso desamortizador.
Por otro lado, el objetivo del reparto de
tierras tuvo resultados diferentes según los territorios, pero en el caso andaluz la nobleza conservó su poder territorial, con grave perjuicio
para los campesinos, que se convertirán en jornaleros sin posibilidad de compra de las tierras
que cultivaban con anterioridad.
En cuanto a la producción agraria debemos destacar que el principal cultivo será el trigo
(que ocupa el 80% de la superficie agrícola), aunque paulatinamente aparecerían otros relacionados con la demanda externa en el 20% restante:
vid, olivo, o almendras y cítricos en las zonas de
regadío.
En la ganadería la decadencia es evidente. Aun así, resiste el ganado mayor readaptándose a nuevas labores (mulas, asnos) y el porcino,
principalmente en Andalucía, aunque el vacuno
y el ganado menor (ovino y caprino) sufra un importante retroceso, sobre todo desde la supresión de la Mesta en 1834.
En fin, a pesar de que los liberales pusieron las bases jurídico-institucionales del cambio,
los resultados a final de siglo serán insuficientes
por lo que la modernización es incompleta, no
se ha resuelto el problema del acceso a la propiedad y el de la emancipación campesina con
lo que se generará una importante conflictividad
social y, además, el XIX termina con una importante crisis que afecta al campo38.
1.1. El sector primario agrario
En Marbella el sector agrario tendrá un
importante protagonismo, especialmente en lo
relacionado con la agricultura, que será la ac-
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
tividad económica más relevante, tanto por la
cantidad de huertas de las que viven los vecinos,
como, al finalizar el siglo, por las colonias agrícolas. Junto a ello la explotación del monte, en el
que tendrá influencia el proceso desamortizador
con la consiguiente venta, generalmente a censo, a particulares, produciendo a medio plazo la
pérdida casi total de estos bienes municipales39.
En Marbella el sector agrario tendrá un
importante protagonismo, especialmente en
lo relacionado con la agricultura, que será
la actividad económica más relevante
Debemos destacar la importancia de las
huertas durante todo el XIX, lo que nos indica
la relevancia de una agricultura de subsistencia
durante gran parte de dicho siglo. De ellas hay
amplia constancia40 en los topónimos del municipio: Huerta Grande, Chica, de San Ramón, de las
Peñuelas, de Juanita, de Zallas, del Chorreadero,
del Calvario, de Leganitos, del Convento, de Zamora, de la Florida, Huerta de Miraflores…41 Con
anterioridad, en el XVIII, en el Catastro de Ensenada42, se citan huertas de árboles frutales muy
variados como higueras, ciruelos, albaricoques,
perales, granados, naranjos, cerezos, manzanos,
limoneros… aparte del cultivo de hortalizas43. A
comienzos del XIX se mantiene la importancia
de las huertas, tal y como se desprende del número de hortelanos que aparecen en el padrón
de 181444. A pesar de ello, conforme avance el
siglo la calificación de hortelano irá desapareciendo, aunque los topónimos de las huertas se
mantengan, pues los propietarios posiblemente
se dediquen a otras actividades complementarias. Además, en algunos casos son sustituidas
por plantaciones de viñas y olivos (de las que
también hay constancia en los topónimos)45, y
en otros, a finales del XIX, por instalaciones industriales y ya en el XX, por la construcción de
nuevos edificios46.
Sobre la economía del XIX véanse las excelentes síntesis de SAIZ PASTOR, C. y VIDAL OLIVARES, J.: El fin delAntiguo…, op. cit.
y BERNAL, A. M. y PAREJO BARRANCO, A.: La España Liberal (1868-1913) Economía, Madrid, Síntesis, 2001.
39
El proceso desamortizador está pendiente de un estudio detallado que nos ilustre sobre el mismo en el término municipal
de Marbella.
40
AHMMb, Padrones. Padrón de vecinos del año 1897. Sig. 503-4.
41
En esta huerta se asienta el Cortijo de Miraflores que, por lo menos desde comienzos del XVIII, estará vinculado al mayorazgo de la familia Domínguez. Cf. LÓPEZ GONZÁLEZ, F.: «El Cortijo de Miraflores: Aproximación a sus aspectos artísticos», Cilniana,
9, 1997, pp. 21-27. En relación con los jardines de este cortijo es interesante el trabajo de LASSO DE LA VEGA WESTENDORP, B.:
«Los jardines del Cortijo de Miraflores: un legado histórico», Cilniana, 9, 1997, pp. 15-20. Ver también ROMERO DOMÍNGUEZ, A.:
«El cortijo de Miraflores. Los moradores en su historia», Cilniana, 8, 1996, pp. 42-51.
42
Cf. LÓPEZ GONZÁLEZ, F. y PRIETO BORREGO, L.: Marbella, 1752. Según las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada, Marbella, Asociación Cilniana, 2001.
43
AGS, Dirección General de Rentas, Estadística, Inventario…, F. 8.
44
AHMMb, Padrones, Padrón de Contribución Directa de 1814. Sig. 1.079/1.
45
Como muestra podemos indicar que en el padrón de 1897 aparecen: viña de Duarte, del Porral, de Chapresto, de Eugenio, de Quelart…
46
Es fácil deducirlo del rastreo sobre las AACC, en las solicitudes de licencias de plantación o de instalación de industrias, e
incluso, más recientemente en el visible proceso urbanizador.
38
Cilniana 20/21, 2007 - 2008: 7-70
15
Antonio Rodríguez Feijóo
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
En nuestro municipio, aparte de los montes, existían terrenos dedicados al secano y otros
al regadío, realizándose este último mediante el
sistema de acequias que era el tradicional de
riego47, aunque no estaba sometido a ningún
tipo de reglamento salvo el consuetudinario48.
A comienzos del XIX la tierra dedicada al sector
agrícola es relativamente escasa. La mayor parte
del XIX, con la construcción de pequeñas presas
destinadas a garantizar el agua para las nuevas
colonias agrícolas52.
Avanzado el siglo, al igual que en gran
parte de España, en la producción agraria destacan los cereales pero también el vino, los higos
y otros productos. Esta diversidad se aprecia en
un informe de 1836, donde se nos indica que en
las tierras situadas al N, NO y E de la
población hay una importante variedad de árboles: alcornoques, encinas,
quejigos, algarrobos, acebuches, lentiscos y enebros, y en las faldas de
los montes hay buenos plantíos de
higueras y muy pocos olivos. Además
se especifica que los más apropiados
para el terreno son las higueras, alcornoques y quejigos. También destaca como cereal el maíz, pues la cosecha de trigo es muy escasa, y entre
las legumbres los altramuces y los
garbanzos53.
Fachada Principal según el Proyecto para la construcción de la Granja-Modelo en
Años después, a mediados
San Pedro Alcántara, 1864.
de
siglo,
en 1853, la cosecha de ceFuente: PRIETO BORREGO, L. y CASADO BELLAGARZA, J. L.: La Granja Modelo de San Pedro
Alcántara. Un proyecto de innovación agraria, San Pedro Alcántara, 1994
reales54 asciende a 2.500 fanegas de
maíz, 2.000 fanegas de trigo, 1.200
la ocupan los montes, y de la dedicada a la agrifanegas de cebada, 60 de centeno y además 56
cultura se reparten casi por mitad la dedicada
fanegas de garbanzos55.
al secano y regadío, según se aprecia en el inteAl finalizar el siglo XIX se aprecia un increresante trabajo de Rodríguez Romero sobre los
mento de tierras en explotación, pues según nos
«Cuadernos de Riqueza» de Garay en Marbella49.
describe J. L. Casado en un riguroso trabajo56, de
En él nos indica que, en 1819, hay «563,25 heclas 10.999,39 Ha dedicadas al sector agrario, la
táreas de regadío, de la que más de dos tercios
mayoría es superficie agrícola (3.887,77 Ha) y el
son de buena calidad, repartiéndose casi igual la
resto a montes y pastos (7.111,62 Ha). De la sude mediana y mala; 451,27 hectáreas de secano,
perficie de la tierra dedicada a la agricultura gran
la mayoría de mediana y muy poca de buena caparte se destina a cereales (2.043,55 Ha) —la malidad; pasando prácticamente lo mismo con las
yoría de secano y muy poco de regadío (10%)— a
160,58 hectáreas de viñedo. El monte dedicado a
viñas (515,19 Ha), olivar (145,20 Ha) y plantas infruto de bellota ocupa una extensión de 1506,23
dustriales (1.183,83 Ha). Entre estas hay que deshectáreas»50.
tacar la remolacha azucarera (864,59%) y la caña
A pesar de la importancia del sector agrade azúcar (319,24%). De la superficie de monte
rio, las épocas de sequía suponen verdaderos pedestaca el monte bajo (5.416,61 Ha), erial, y a
riodos críticos para el municipio, que se intenten
pastos con higueras, a pinos o alcornoques. Los
solventar mediante el aprovechamiento de las
frutales más apreciados serán las higueras y muy
aguas subterráneas51 o, a partir del tercer tercio
lejos los almendros y algarrobos, aparte de los
AHMMb, AACC, 4 de marzo de 1822.
AHMMb, AACC, 20 de agosto de 1865.
49
RODRÍGUEZ ROMERO, C.: «Situación económica de la ciudad de Marbella al final de la segunda década del siglo XIX a través
de los «Cuadernos de Riqueza» de Garay, en F. de A. LÓPEZ SERRANO y J. L. CASADO BELLAGARZA, J. L. (coords.): Estudios en homenaje…, op. cit., pp. 71-85.
50
Ibídem, p. 76.
51
AHMMb, AACC, 17 de febrero de 1884.
52
AHMMb, AACC, 6 de agosto de 1865 y 15 de octubre de 1882.
53
AHMMb, AACC, 16 de marzo de 1836.
54
Dada la cantidad de medidas y de valoraciones en torno a la fanega la utilizada en Marbella es la fanega de puño o de sembradura, que tiene valores diferentes y de difícil conversión a unidades métricas pues varía su valor incluso en la misma localidad según
la calidad de la tierra. Cf. FERRER RODRÍGUEZ, A. y GONZÁLEZ ARCAS, A.: Las medidas de tierra de Andalucía según las respuestas del
Catastro de Ensenada, Madrid, Tabapress, 1996, pp. 215 y 351. Ver también, LÓPEZ GONZÁLEZ, F. y PRIETO BORREGO, L.: Marbella,
1752…, op. cit. En la respuesta 9ª se detalla el significado de la fanega utilizada.
55
AHMMb, AACC, 8 de septiembre de 1853.
56
CASADO BELLAGARZA, J. L.: «Ocultación de la riqueza agraria en el municipio de Marbella. El catastro de 1897”, en Imágenes
de Marbella. VIII. El Campo: Las colonias agrícolas de San Pedro Alcántara y el Ángel, Marbella, Asociación Cilniana, 2003, pp. 9-39.
47
48
16
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Antonio Rodríguez Feijóo
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
olivos que tienen cierta importancia. Parte de
La de El Ángel, de casi 19 Ha. será reconoesta producción se destinará a la exportación:
cida como colonia agrícola en 1880, por la iniciapasas, higos y más tarde cítricos57.
tiva de Pedro López Ortiz y José Martínez y MarAl final del XIX se reintroduce la caña de
tínez de Pinillos y se irá mejorando y ampliando
azúcar y surge un
paulatinamente.
nuevo cultivo: la
1873, José
No podemos dejar de citar la importancia Desde
remolacha.
Ello
Martínez realiza
de los montes que existen en Marbella
será posible grauna
importante
cias a la creación
labor
para
traer
y que se verán sometidos al proceso
en Marbella de las
aguas a la finca,
desamortizador a lo largo de todo el siglo desde los ríos y
colonias agrícolas
de San Pedro Alarroyos próximos
cántara, El Ángel58 y Los Hallazgos59 en virtud de
(río Verde, Guadaiza y arroyo Benabolá), también
la legislación que se sucede entre 1845 y 186960,
construye embalses (el Pantano Viejo de El Ánque han sido estudiadas ampliamente por J. L.
gel en 1883, el Pantano Nuevo en 1890). Estos
Casado61.
embalses junto a los de Las Medranas (1884), de
La primera y más importante será la de
Cancelada (1889) y de La Leche (1903) de la coloSan Pedro Alcántara, creada a partir de la iniciatinia de San Pedro Alcántara serán, según Casado:
va del marqués del Duero62, que tiene una super«los más antiguos levantados en la región para fificie próxima a las cinco mil hectáreas, y cuyos
nes agrícolas y que continúan en la actualidad en
límites en el territorio de Marbella —según el
funcionamiento»66. La finca se ampliará en 1881
ayuntamiento, en 1861, a efectos de las cargas
con arrendamientos de las 30,62 Ha. de dos finpara la edificación de su iglesia— son los terrecas próximas de José M.ª Marín Andrades (Los
nos comprendidos entre el río Guadaiza y el GuaGranados y Haza del Alcornoque) y la compra
dalmina63. Esta colonia agrícola llegará a contar
de 499 Ha. de Tomás Domínguez (La Campiña).
A partir de 1882 la finca será gestionada por la
con un proyecto de Granja-Modelo, como centro
sociedad «López, Janer, Cuadra y Compañía» que
docente y experimental, con el objetivo de la forllega a una nueva ampliación hasta alcanzar las
mación de personal intermedio especializado en
633 Ha.67
las labores agrarias. A pesar de la ayuda estatal y
de la entrega del marqués del Duero, no consigue
Otra, más pequeña, la de Los Hallazgos, de
solventar el problema de la gestión del personal
sólo 8 Ha., se funda en 1877 por José García Beque conduce a su relativo fracaso64. También será
lón y al igual que otras de similar tamaño en la
un importante centro de innovación en cuanto
provincia, sólo pretendía aprovechar las ventajas
a las máquinas que se utilizan en dicha colonia,
fiscales de su reconocimiento legal68.
como modernas sembradoras, trilladoras, avenEstas colonias son muy relevantes en la
tadoras… e incluso un locomóvil65.
evolución agraria del municipio de Marbella: por
PAREJO BARRANCO, A.: «Orto y ocaso de una experiencia agroindustrial: el azúcar de caña en la costa de Marbella (18711915)», en J. L. CASADO BELLAGARZA, L. PRIETO BORREGO y A. RODRÍGUEZ FEIJÓO (coords.): IV Jornadas Patrimonio Histórico «Centenario de la Sociedad General Azucarera: 1903-2003», San Pedro Alcántara (Marbella), Asociación Cilniana, 2005, p. 105.
58
CASADO BELLAGARZA, J. L.: «Capital físico y humano en la agricultura mediterránea andaluza: La colonia agrícola de «El
Ángel» a finales del siglo XIX», Cilniana, 18, 2005, p. 54.
59
Cf. AHMMb, AACC, 15 de julio de 1877, 11 de septiembre de 1881, 5 de febrero de 1898, 23 de diciembre de 1899, 31 de
marzo de 1900 y 11 de enero de 1905.
60
R. D. 23 de mayo de 1845 y Leyes de 24 de junio de 1848, 21 de noviembre de 1855, 24 de abril de 1860, 11 de julio de
1860 y 3 de junio de 1862 (Cf. GARCÍA GUZMÁN, A.: «Fluctuaciones del cultivo de la caña de azúcar en tierras de Marbella y su
industrialización en los trapiches (1644-1869)», Cilniana, 1, 1982. En él cita Consejos Corregimientos de Pueblos. Legajo 13.616,
AHN. Cf. Ley de 3 de junio de 1868 y de 1855 y 1866 y 3 de junio de 1868, citadas por CASADO BELLAGARZA, J. L.: «Capital físico…»,
op. cit., p. 55.
61
Un primer estudio sobre este tema fue el publicado por el cronista de Marbella Fernando Alcalá Marín en el libro San Pedro
Alcántara. La obra bien hecha del Marqués del Duero, Marbella, Delegación de Cultura del Ayuntamiento de Marbella, 1979, que aporta
una visión general sobre el tema, aunque se ha visto ampliamente mejorado y ampliado por los rigurosos trabajos de José L. Casado
Bellagarza, que aparecen citados a lo largo de este trabajo, y por Lucía Prieto Borrego.
62
Sobre la biografía del marqués del Duero puede ampliarse la información en RUÍZ DE AZÚA Y MARTÍNEZ DE EZQUERECOCHA, E.: «El Marqués del Duero: una primera aproximación a su actividad militar y política», en J. L. CASADO BELLAGARZA, L.
PRIETO BORREGO y A. RODRÍGUEZ FEIJÓO (coords.): IV Jornadas…, op. cit., pp. 17-39. También en la misma obra cf. GUTIÉRREZ
ÁLVAREZ, S. J.: «Las inversiones del Marqués del Duero», pp. 41-56.
63
AHMMb, AACC, 6 de octubre de 1861.
64
Cf. PRIETO BORREGO, L. y CASADO BELLAGARZA, J. L.: La Granja Modelo de San Pedro Alcántara. Un proyecto de innovación
agraria, San Pedro Alcántara, Los Autores/Rosa Verde, 1994. pp. 131-136.
65
Ibídem, pp. 94-126.
66
Cf. CASADO BELLAGARZA, J. L.: «Capital físico…», op. cit., pp. 58-81.
67
Ibídem, pp. 61-63.
68
AHMMb, AACC, 10 de julio de 1877 y CASADO BELLAGARZA, J. L.: «Capital físico…«, op. cit., p. 55.
57
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Antonio Rodríguez Feijóo
la introducción de métodos agrarios modernos,
de índole capitalista, con interés por la cualificación de los trabajadores y por la incorporación
del uso de máquinas modernas en las tareas agrícolas. Sin embargo por su corta duración y su relativo fracaso (pues tiene cierta continuidad con
otros empresarios) nos permite considerarlo un
espejismo, dado el entorno de crisis y de subdesarrollo generalizado.
Respecto a la riqueza forestal no podemos
dejar de citar la importancia de los montes que
existen en Marbella y que se verán sometidos
al proceso desamortizador a lo largo de todo el
siglo. La mayor parte de ellos serán enajenados
pasando a manos de particulares. Estos montes,
que tenían un arbolado muy diverso, o exclusivamente pinos, se irán poblando de olivos69 o de
viñedos según la importancia que en cada momento adquiera uno u otro producto.
La ganadería no alcanza la importancia
de las anteriores actividades, salvo en la etapa
final del siglo, ya que con el nacimiento de las
colonias se incrementará notablemente, aunque
sean pocas las personas dedicadas a esta actividad, que normalmente se reducía a pequeños rebaños de cabras y al ganado de labor y de carga,
caballerías o mulas: vacas (118 cabezas), bueyes
(70) como ganado de labor y las ovejas (1.142) y
cabras (953)70.
Al contrario que en el resto de España,
destaca el ganado lanar y el caprino. También
las colmenas71, para la producción de miel que,
según Casado, en 1897 ascienden a 338. La apicultura no es nueva, ya aparece en el catastro de
Ensenada y en las actas capitulares donde se recojen pequeños incidentes y quejas con los dueños de las viñas que piden su alejamiento de la
ciudad.
1.2. El sector primario pesquero
Aunque algunas familias vivían del mar
—bien de la pesca o de otras labores relacionadas con la actividad marinera (salazones y
ahumados o carga-descarga de barcos mercantes)— en la Marbella decimonónica, al igual que
había ocurrido en épocas precedentes72, la pesca
no tendrá la importancia, en relación con otras
actividades productivas, que se le ha atribuido
posteriormente.
En 1836 se cita la pesca de sardina y caballa73, aunque a lo largo del siglo se extienda
a otras especies. El gran problema de Marbella
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
era la inexistencia de un puerto adecuado y su
reivindicación será continua, pero más para la
actividad comercial.
El Faro de Marbella entró en funcionamiento el 15 de
marzo de 1863.
Fotografía: Laurent, 1870
2. El fracaso de la Primera Industrialización
Corolario en el Colonialismo Minero Extranjero
y su
Al igual que en el sector agrario, la industria española tendrá que poner nuevas bases y
crear un marco jurídico-institucional de carácter
liberal. La libre iniciativa, la libre competencia,
la propiedad privada, la maximización del beneficio, en fin, la dinámica del mercado, serán
nuevos hitos a alcanzar frente a la regulación de
la producción o la ausencia de competencia del
sistema gremial, propios del antiguo régimen.
La industrialización de carácter dual permitirá la
convivencia de una actividad fabril moderna en
el ramo textil o siderúrgico (con mecanización y
tecnificación), junto al taller artesanal, heredero
de los antiguos gremios, que irá desapareciendo
lentamente.
Sainz y Vidal74 nos explican que este proceso no alcanzará el nivel de desarrollo de otros
países de Europa porque el avance de la industria pesada en España se frustrará por carencias
AHMMb, AACC, 22 de enero de 1852.
Cf. CASADO BELLAGARZA, J. L.: «Ocultación…», op. cit., p. 27.
71
RODRÍGUEZ ROMERO, C.: «Situación...», op. cit., p. 78.
72
Cf. LÓPEZ GONZÁLEZ, F. y PRIETO BORREGO, L.: Marbella, 1752…, op. cit, p. 13. Señalan que sólo hay entre 30 y 60 pescadores y que según la revista de la Matrícula de Marina de 1758 y 1765 Marbella sólo cuenta con 7 barcos de pesca, dos más que
en 1752.
73
AHMMb, AACC, 16 de marzo de 1836.
74
Cf. SAIZ PASTOR, C. y VIDAL OLIVARES, J.: El fin del Antiguo…, op. cit., pp. 91-95.
69
70
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Antonio Rodríguez Feijóo
diversas: falta de materias primas energéticas de
calidad adecuada, carencia de infraestructuras
competitivas y de medios de transporte, escasez
de demanda por el bajo nivel de renta de la mayor parte de la población agrícola, e insuficiencia
jurídica por una regulación tardía (Ley de bancos
y sociedades de crédito en 1851).
Sin embargo otros tipos de industrias, de
bienes de consumo, pudieron hacer frente a los
costes relativos mediante la utilización de fuentes energéticas alternativas, como la hidráulica
de los molinos, lo que facilitó una mejor adaptación del sector textil, algodonero o lanero, a
los cambios.
En cuanto a la política de obras públicas
que se desarrolla a lo largo del XIX, especialmente en ferrocarriles, benefició fundamentalmente
a las industrias y empresas extranjeras, favorecidas por una legislación librecambista errónea en
un momento en que la competencia extranjera,
en cuanto al material ferroviario, privó de oportunidades a un sector siderúrgico español que,
posiblemente, tampoco pudiera hacer frente a
tamaña empresa.
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
de la agricultura, tanto en plantaciones, que se
dedican a la obtención de caña de azúcar78, y
que después se aprovechan industrialmente en
los ingenios o trapiches azucareros, como en la
producción de trigo, del que posteriormente se
obtiene el correspondiente derivado en las fábricas de harinas, e incluso la de suelas que ya había
hacia 181379.
En relación con el azúcar cabe señalar que
desde el siglo XVIII se construyen dos industrias
azucareras en Marbella. La primera de ellas fue
la conocida como trapiche de El Prado que, según Pérez Vidal80, era de las más antiguas de la
provincia. Este trapiche fue creado por Matheo
Marco y Bertó y por Gaspar Pompes en 1644. Lucía Prieto nos indica que la propiedad de este
trapiche pasó a la Santa Inquisición de Granada
tras ser incautado a la familia Castro en 1688 y
su explotación se arrendará pasando a «manos
de algunas de las familias más influyentes de la
oligarquía local como los Godoy, los Martínez
Cordero o los Espinosa o de hombres también
como Pedro Millán de la Iglesia y arrendadores a
su vez de las tierras más rentables tanto de cañas
como de vid». En 1800 lo adquiere Enrique Grivegnée y posteriormente pasó a ser propiedad
de su antiguo socio, Juan Bautista de Lesseps. Ya
en la segunda mitad del siglo XIX pasará a manos
del general Gutiérrez de la Concha81.
2.1. El sector secundario agrario industrial
Debemos suponer que a inicios del XIX se
mantengan algunos gremios entre los artesanos
de Marbella, aunque su presencia sería bastante
limitada si tenemos en cuenta la interesante
información que sobre el tema nos aporta
Catalina Urbaneja para etapas anteriores75.
El sector secundario en Marbella
tanto de carácter tradicional como moderno no tendrá relación con el sector textil
que en Gran Bretaña sirvió de motor para la
primera revolución industrial, puesto que
según indica la información municipal de la
época no había en nuestra ciudad fábricas
textiles, telares de tejidos de seda, lana, algodón o cáñamo76.
Las industrias que se crean en nuestro municipio tendrán relación con la transformación de la producción generada en la
zona, procedente tanto del sector agrario
como del sector minero77.
Relacionado con el sector agrario
debemos destacar las industrias derivadas Estado del Trapiche del Prado en 1995. Fotografía: José A. Prieto Borrego
Cf. URBANEJA ORTIZ, C.: «Los gremios de Marbella», Cilniana, 8, 1996, pp. 12-19.
AHMMb, AACC, 17 de enero de 1836.
77
Cf. CASADO BELLAGARZA, J. L.: «El patrimonio histórico-industrial en el municipio de Marbella», en I Jornadas Patrimonio
Histórico Local Marbella, Asociación Cilniana, 1999, pp. 185-243.
78
Cf. PUENTE FELIZ, G.: «El cultivo de la caña de azúcar en el litoral andaluz», en J. L. CASADO BELLAGARZA; L. PRIETO BORREGO y A. RODRÍGUEZ FEIJÓO (coords): IV Jornadas…, op. cit., pp. 57-93. También PAREJO BARRANCO, A.: «Orto y ocaso...», op. cit.,
pp. 95-121.
79
AHMMb, AACC, 16 de diciembre de 1813. Desconocemos si esta fábrica de suelas basaba su producción en el esparto o en la piel.
80
Cf. PÉREZ VIDAL, J.: «Cañas y trapiches de azúcar en Marbella», Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, Tomo XXVII,
Cuaderno 3º y 4º, Madrid. Citado por PRIETO BORREGO, L.: «El trapiche de Marbella», Cilniana, 8, 1996, pp. 1-11.
81
PRIETO BORREGO, L.: «El Trapiche del Prado: un establecimiento preindustrial en la Marbella del Antiguo Régimen», Baetica,
30, 2008, pp. 487-505.
75
76
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19
Antonio Rodríguez Feijóo
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
Otra industria será la que se instale, a cote la edificación del correspondiente ingenio.88
mienzos del XVIII en Miraflores, propiedad de
Esta fábrica fue inaugurada en mayo de 187189, y
Tomás Domínguez Godoy, que arrendó el trapicomo instalación complementaria, el director de
che del Prado de San Francisco, y construyó una
esta fábrica, Severino Basseres, pretende, a fines
casa, en el lugar que posteriormente sería conodel siglo, construir un almacén a 45 metros del
cido como Cortijo de Miraflores82.
mar.90 Unos años antes, en 1883, Luis de Cuadra
Según Parejo, la decadencia y abandono
instala otra fábrica de azúcar en la nueva colonia
de estos trapiches tradicionales, en el último
de El Ángel91.
tercio del XVIII, se produce por la competencia
Esta nueva etapa azucarera se caractedel azúcar antillano que les hacía poco rentables
rizará, según Parejo, por la utilización de un
siendo sustituido por el cultivo de la vid. Al prinnuevo tipo de tecnología y por modelos organicipio del XIX habrá un pequeño renacimiento,
zativos con clara orientación hacia el mercado,
con Grivegnée, abortado tras la guerra de la Incomercializando la producción por vía marítima
dependencia83. Años después, en 1819, sólo apaa través de los puertos de Marbella y Estepona.
rece una fábrica de azúcar sin uso84.
Esta nueva etapa no tiene nada que ver con la
Más adelante, en 1823, se construirá un
anterior, y la producción de azúcar sustituirá a
nuevo ingenio por parte de Juan Bautista de
la siderurgia convirtiéndose en una de las actiLesseps en Guadaiza; sin embargo, como señavidades productivas más importantes de todo el
la A. García Guzmán, todo este proceso induslitoral, alcanzando el 66,8% de las salidas de mertrializador se vendrá abajo —tanto por la fuerte
cancías a comienzos del XX92.
competencia del azúcar de ultramar, que obtiene
En relación con la agricultura también deun beneficio del 114% mientras que el del litoral
bemos destacar la creación de fábricas de harisólo consigue el 4%, como por la influencia de
nas, tales como la de Tomás Domínguez Artola,
la siderurgia— con lo que se producirá una reque ubica en el interior del castillo de Marbella,
orientación económica de la zona85. A mediados
en la Plaza de San Bernabé, en torno a 1872, y
que cierra unos años más adelante93. O la situada
del XIX, en 1845, Ramón de la Sagra señala la
86
desaparición de los ingenios azucareros .
en El Ángel, del mismo propietario, en la antiTras la decadencia y abandono de los
gua ferrería que compró a Guillermo Malcom en
trapiches azuca1874 y que vende,
reros87, se protres años después,
ducirá un renacia José Martínez y
miento de estas
Martínez de Piniindustrias tras la
llos94. Ya en el XX,
fundación por el
a partir de 1915,
marqués del Duese construirá la
ro de la Colonia
fábrica de hariAgrícola de San
nas «Covadonga»
Pedro Alcántara.
en las proximidaEn ese momento
des de El Fuerte
se proyecta la insde San Luis por
talación de una
iniciativa de don
industria de caña
Félix Jiménez LeFábrica de harinas «Covadonga»
de azúcar mediandesma95.
Fuente: RODRÍGUEZ PARRA, A.: Marbella antes, Marbella, 1986, p. 10
82
CASADO BELLAGARZA, J. L.: «El patrimonio histórico-industrial…», op. cit., pp. 229-230. Cf. ROMERO DOMÍNGUEZ, A.: «El
cortijo de Miraflores», Cilniana, 8, 1996, pp. 42-51.
83
PAREJO BARRANCO, A.: «Orto y ocaso...», op. cit., pp. 103-104.
84
RODRÍGUEZ ROMERO, C.: «Situación…», op. cit., pp. 78.
85
GARCÍA GUZMÁN, A.: «Fluctuaciones…», op. cit., pp. 12, 23 y 25.
86
Ibídem, p. 27.
87
AHMMb, AACC, 24 de enero de 1858.
88
AHMMb, AACC, 8 de abril de 1869.
89
CASADO BELLAGARZA, J. L.: «El fin de una dinastía: Los Domínguez de Marbella. II. Inversiones y dispendios de Tomás Domínguez Artola (1843-1886)», Cilniana, 16, 2003, p. 22.
90
AHMMb, AACC, 3 de marzo de 1894.
91
CASADO BELLAGARZA, J. L.: «La Sociedad Colonia de San Pedro Alcántara a través de sus balances: 1883-1909», Cilniana, 19,
2006, p. 39. Sobre el tema de las industrias azucareras en Málaga y Marbella, en relación con Carlos de la Cuadra Viteri, ver el pionero trabajo de JIMÉNEZ QUINTERO, J. A.: «Don Carlos de Cuadra y el ingenio azucarero de Marbella», Cilniana, 3, 1983, p. 26-39.
92
PAREJO BARRANCO, A.: «Orto y ocaso…», op. cit., pp. 105-106 y cuadro 1.
93
CASADO BELLAGARZA, J. L.: «El fin de una dinastía: Los Domínguez de Marbella. II…», op. cit., pp. 22-23 y 27-28.
94
CASADO BELLAGARZA, J. L.: «Capital físico…», op. cit., p. 57. y AHMMb, Hacienda. Contribución Industrial, Matrícula de
Subsidio Industrial. Repartimiento 20 de mayo de 1873, 1874-1875.
95
AHMMb, AACC, 10 de mayo de 1915.
20
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Antonio Rodríguez Feijóo
2.2. El sector secundario minero industrial
Aparte de las industrias relacionadas con
el sector agrario se crearán otras derivadas de la
riqueza minera de la zona.
Las primeras instalaciones tenían un carácter tradicional, artesanal, como la de crisoles
que había hacia 181396 o la de jabón de 181597,
y que ya habían desaparecido en 184698, o la citada con anterioridad que fabricaba suelas. Del
mismo carácter será la que construya Juan Egiró
en 1840 como tostadero de las minas de anglesita, —tras la desamortización de Mendizábal, en
los sótanos del antiguo convento de San Francisco— del que aún se conserva la antigua chimenea99, aunque hay una nueva solicitud en 1851100.
En 1864 renacerá la fábrica de jabón, otra de cal,
una de vasijería y otra de cacharrería101. La de
jabón y la de cal aún se citan en 1875102.
Junto a estas industrias tradicionales se
desarrollarán otras de marcado carácter capitalista, creadas mediante sociedades por acciones,
directamente ligadas con la minería de la zona,
y aunque sea de carácter extractivo, está íntimamente unido al sector secundario.
Las industrias más importantes, y con una
continuidad sin precedentes, serán las relacionadas con la explotación del hierro procedente de
las minas situadas en torno al Peñoncillo. Según
García Montoro, surgen «a la sombra de las favorables disposiciones que para el ramo de la siderurgia contenía la legislación minera de 1825»
dando origen a la constitución en Marbella de
dos sociedades industriales denominadas La
Concepción (septiembre de 1826) y El Ángel (junio
de 1831), que tienen por objeto la explotación
de los yacimientos de mineral de hierro magnético próximos a Ojén, con la finalidad de obtener
hierro colado para flejes y planchas de pipería,
es decir, en función de las necesidades comerciales relacionadas con la producción agraria del
momento103.
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
La importancia de estas empresas, junto
a las instalaciones de Málaga, se manifestó, según Jordi Nadal, en que «la hegemonía siderúrgica andaluza se mantuvo por espacio de treinta
años»104, sin embargo por diversas circunstancias
—como la competencia de las nuevas ferrerías
del norte reabiertas tras el final de las guerras
carlistas y la carencia de minas de carbón— terminarán provocando su cierre: El Ángel en 1862105,
La Concepción en 1884 y La Constancia de Málaga
en 1882. Aun así el peso de estas ferrerías se ha
matizado posteriormente en relación con otras
manufacturas no líderes relacionadas con el sector agrario predominante en Andalucía106.
Estas industrias siderúrgicas tendrán una importante relevancia histórica para España y más aún
para nuestro municipio. Ello es así por la importancia económica de la producción y exportación de
hierro colado en el periodo central del siglo, y por
haber sido los primeros altos hornos de carácter
civil construidos en España. Sin embargo creemos
que, para Marbella, sólo han sido un espejismo sin
continuidad, al dilapidarse un importante activo
(daños en los propios y deforestación), sin repercutir en una mejora sustancial y permanente de su
calamitosa situación. Ello no obsta para reconocer
una limitada bonanza temporal para el municipio
(especialmente de carácter cultural y demográfico),
y de la posibilidad de que facilitara su proyección
en el exterior abriendo nuevas vías para el futuro.
2.3. La minería y el colonialismo imperialista
La minería de la segunda mitad del XIX
permite a España situarse en posiciones hegemónicas mundiales en el periodo intersecular:
segunda productora mundial de cobre fino, tras
EEUU, del 20% de plomo en barras de todo el
mundo y la tercera productora de hierro de Europa, tras Alemania y Gran Bretaña. Con ello la
minería se convierte en el sector más dinámico
de la economía española de finales de siglo107.
96
AHMMb, AACC, 16 de diciembre de 1813. El año anterior, el Gobernador Intendente ante la pretensión de construir una
fábrica, por iniciativa de José Benegas y Juan José Blanco, se cita que hay otra fábrica de crisoles de Tomás Domínguez y Vargas,
aunque sin uso en esa fecha (Cf. AHMMb, AACC, 21 de diciembre de 1812).
97
AHMMb, AACC, 30 de septiembre de 1815.
98
AHMMb, Hacienda. Contribución Industrial y de Comercio. Matrícula o repartimiento general arreglo a tarifas 1ª, 2ª y 3ª
Ley de 23 de mayo de este año, 1846. No son citadas ni por Madoz en su Diccionario, ni aparecen en la contribución industrial de
dicho año.
99
SERRANO LIMA, A.: «El convento de San Francisco», Cilniana, 8, 1996, p. 62
100
AHMMb, AACC, 26 de junio de 1851.
101
AHMMb, Hacienda. Contribución Industrial y de Comercio. Matrícula, 1864-65.
102
AHMMb, Hacienda. Contribución Industrial y de Comercio. Contribución, 1875.
103
Sobre este tema cf. GARCÍA MONTORO, C.: «La siderurgia de Río Verde y la deforestación de los montes de Marbella»,
Cilniana, 5, 1983, pp. 10-17. Anteriormente se había publicado en Moneda y Crédito, IX/79, Madrid, 1978. También RODRÍGUEZ FEIJÓO, A.: «Las ferrerías de Río Verde y el efímero protagonismo industrial de Marbella», en F. de A. LÓPEZ SERRANO y J. L. CASADO
BELLAGARZA, J. L. (coords.): Estudios en homenaje…, op. cit., pp. 87-117.
104
NADAL OLLER, J.: El fracaso de la Revolución Industrial en España, 1814-1913, Barcelona, Ariel, 1982, p. 168.
105
Que será vendida a William Malcom en 1868. Cf. BERNAL GUTIÉRREZ, J.: «El ferrocarril minero San Juan Bautista y el «Muelle
de Hierro». El proyecto de infraestructura viaria de The Marbella Iron Ore C&L (1862-1872)», Cilniana, 19, 2006, p. 28.
106
Cf. NADAL J. y CATALÁN J. (eds.): La cara oculta de la industrialización española. La modernización de los sectores no líderes (siglos
XIX y XX), Madrid, 1994.
107
Cf. BERNAL, A. M. y PAREJO BARRANCO, A.: La España Liberal (1868-1913) Economía..., op. cit., p. 142 y sig.
Cilniana 20/21, 2007 - 2008: 7-70
21
Antonio Rodríguez Feijóo
En relación con la minería en Marbella
debe destacarse el trabajo de José Bernal en el
que nos muestra la importancia de ésta en la comarca108. El primer antecedente, citado con anterioridad, son las minas que desde el XVIII hay
en Benahavís, a tres leguas y media de la Marbe-
Estado de la Ferrería de la Concepción en el año 2006
Fotografía: Antonio Rodríguez Feijóo
lla, donde había una mina de grafito que ya era
aprovechada en 1749 por la familia Moros y que
posteriormente explotará Tomás Domínguez en
1784109. En este año producía cerca de mil arrobas de lápiz-plomo que exportaron los ingleses
para importarlo seguidamente «encerrado en palitos de madera»110. Posteriormente intentará su
aprovechamiento Enrique Schnelbenbühel y más
tarde una empresa británica con Pedro Casenave
al frente. Esta mina de lápiz plomo denominada
«Marbella» era de tal importancia que —siguiendo el principio regalista de las antiguas Ordenanzas de Felipe II (1584), que mantiene la nueva
Ley de Minas de 1825— se considera propiedad
de la Corona111 y se la reservaba la Real Hacienda, junto a las de azogue de Almadén (Ciudad
Real), las de cobre de Riotinto (Huelva), las de
plomo de Linares (Jaén) y de Falset (Tarragona),
las de calamina de San Juan de Alcaraz (Riópar,
Albacete)112, las de azufre de Hellín (Albacete) y
Benamaurel (Granada). Estas minas, junto a las
de hierro de Asturias y Navarra, destinadas a la
fabricación de armas, y las de carbón de Morcín
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
y Riosa (Asturias), pasarán a ser del Estado en lugar de la Corona a partir de la legislación liberal
de mediados de siglo113.
Aprovechando la citada Ley de Minas de
1825 surgirán diversas empresas dedicadas a
la explotación minera, pero será a partir de las
leyes liberales de mediados de siglo (Leyes de
Minas de 1849 y de 1859)114, cuando se abra el
largo debate sobre la posesión de la superficie y
el subsuelo y el traspaso de la propiedad de este
último del monarca al Estado. Más tarde estas
medidas, en gran parte teóricas, se liberalizan
aún más mediante la Ley de Minas de 1869115,
que convierten la concesión en una auténtica
desamortización, al liberarse la tierra y el capital,
y garantizar una seguridad jurídica a la empresa
concesionaria de la explotación. Esta legislación
completa las medidas librecambistas de la Ley de
Bases Arancelarias, promulgada el 12 de julio de
1869 con lo que se facilitará la inversión de sociedades mineras extranjeras que explotarán la
riqueza minera del país.
La explotación minera en Marbella es bastante amplia, pero muy desigual. Desde el XVIII se
extraían minerales como el grafito de Benahavís y
el plomo de la mina Buenavista, que era explotada
en 1836 por una sociedad limitada formada por
varios marbelleros (Antonio Domínguez, Bernabé
Chinchilla y Fernando Acosta). A ellas habría que
añadir el intento de aprovechamiento, por parte
de Miguel Zurrubia de Loja, del nitrato de magnesio (jaboncillo de sastre) en 1844, aunque desconocemos si prosperó116. No podemos olvidar que
también se ha explotado el cinc en 1864 por la
Casa de Heredia que establece un horno especial
de calcinación en la Marina de nuestra ciudad117.
A fines del siglo XIX, en 1873, según Bernal, habrá 22 minas denunciadas en la zona de
Marbella, la mayoría de plomo y hierro, pero también de esteatita (talco), antimonio y zinc. Sin embargo, señala, la mayoría de ellas no se corresponde con el interés empresarial sino el meramente
especulativo pues las registraban en la Inspección
de Minas y luego intentaban venderlas.
La legislación liberal que facilita la explotación minera en Marbella será la derivada de la
Ley de minas de 1825 y, especialmente, la ley de
Bases de 1869.
BERNAL GUTIÉRREZ, J.: «Marbella minera», en Imágenes de Marbella IX «La minería», Marbella, Asociación Cilniana, 2003, pp. 9-34.
Ibídem, p. 11.
110
Archivo Municipal de Málaga (AMM), El Guadalhorce, 15 de diciembre de 1839.
111
Cf. NADAL OLLER, J.: El fracaso…, op, cit., p. 89.
112
En Villaverde de Guadalimar (Riópar, Albacete) estaba la Real Fábrica de San Juan de Alcaraz que a partir de la calamina
extraía cinc para fabricar latón.
113
Cf. Leyes de Minas de 21 de abril de 1849 y de 11 de julio de 1859 (Art. 32 Cf. Colección Legislativa de España, Tomo XLVI.
Madrid, Imp. Nacional, 1849, p. 329).
114
Cf. GUILLÉN MESADO, J. M.: «Conciliación de derechos: Gobierno, propietarios del suelo y explotadores del subsuelo (18491859)», Revista de Estudios Constitucionales, 93, 1996, pp. 499-511. También véase NADAL OLLER, J.: El fracaso…, op. cit., p. 90-91.
115
Ley de Bases de 29 de diciembre de 1968.
116
AHMMb, AACC, 13 de octubre de 1844.
117
AHMMb, AACC, 23 de octubre de 1854.
108
109
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Cilniana 20/21, 2007 - 2008: 7-70
Antonio Rodríguez Feijóo
Por la ley de Minas de 1825, que todavía tiene un importante marchamo regalista, se
facilitará la extracción, a la vez que se estimula
la industrialización, al concederse el uso de las
aguas, maderas y combustibles necesarios para
la explotación, con lo que será determinante
para el aprovechamiento industrial de las minas
de Sierra Blanca. Por la segunda de estas leyes, la
de 1869, verdaderamente liberal y complementada con el arancel de Figuerola, se facilitará la
llegada de inversores extranjeros que explotarán
y exportarán hacia Gran Bretaña el mineral de dichas minas, insertando a Marbella en el ámbito
de la política imperialista que en esos años domina el mundo.
La actividad minera más importante, y
con una continuidad sin precedentes, será la
destinada a la explotación del hierro de las minas
situadas en torno al Peñoncillo que llegará hasta
1970. Así en 1830 ya se extrae la magnetita de las
minas de Ojén para El Ángel y La Concepción. En
1839 se llegan a explotar cinco minas de hierro y
ocho de plomo118. De la calidad de este mineral
dará cuenta Domingo de Orueta y Duarte119, en
un informe para el Instituto Geológico de España
en el que expone: «El mineral como todos los de
su clase, es de riqueza y pureza notables»120, tal y
como lo prueba el análisis realizado.
Una nueva etapa para la minería se iniciará en 1869, momento en el que, favorecidos por
la Ley de Minas de dicho año, se permitía una
auténtica colonización de empresas extranjeras.
Así se instalará en nuestra ciudad la compañía
The Marbella Iron Ore Company & Limited121, de
origen británico y con un carácter netamente colonial. Sus promotores son los empresarios William y Samuel Senythe Malcom que instalarán
un ferrocarril desde la mina al fondeadero122, al
que añadirán oficinas y almacenes. Dicha empresa exportará el mineral de hierro, inicialmente
mediante arrendamiento y posteriormente como
propietarios, invirtiendo en mejoras técnicas
para aprovechar mejor las antiguas escombreras
que aún contienen mucha magnetita123 y que se
habían formado por la inadecuada explotación
anterior124. Todo ello hasta que en los primeros
años de la Segunda República se cierre, ponién-
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
dose a la venta en 1934 los edificios y los solares
utilizados hasta entonces125. Dicho cierre se produce por falta de rentabilidad de las minas en un
momento de reclamaciones de los obreros por la
reducción de la jornada laboral y de los efectos
de la crisis de 1929.
Como se ve, la riqueza minera de Marbella
será ampliamente explotada, con mayor o menor
éxito, durante el siglo XIX, aunque bajo intereses
foráneos que en poco beneficiarán a esta ciudad,
ya que no generarán, salvo en el caso de las ferrerías, industrias relacionadas con ellas, sino que la
extracción del mineral será exportada al exterior.
3. Las difíciles comunicaciones viarias en el marco de la
Segunda Industrialización
3.1. Las comunicaciones marítimas y terrestres
Uno de los principales factores para el
desarrollo comercial e industrial de una población tiene que ver con la existencia de una red
de comunicaciones que no sólo la liberen del aislamiento, sino que le permitan sacar sus productos al resto de los mercados126.
En la España del XIX las condiciones físicas, relieve, clima e hidrografía dificultaban la
creación de infraestructuras y el establecimiento
de una red de canales que articulara el territorio en relación con la situación de otros países
europeos. Los políticos ilustrados del XVIII y los
liberales del XIX pretendieron una mejora de la
situación invirtiendo dinero en nuevos puentes y
caminos, pero estas medidas fueron claramente
insuficientes para garantizar el movimiento de
mercancías y pasajeros.
Por los «caminos de herradura» y por los
«caminos carreteros» se desplazaban los arrieros
con sus animales y los carros o carruajes, que eran
los medios de transporte más extendidos por vía
terrestre, y más tarde, a partir de 1818, con la utilización de diligencias para viajeros. Sin embargo, el
medio más importante de transporte será el marino con la navegación de cabotaje, con lo que en las
zonas costeras se daban mejores condiciones para
el transporte. Las redes de carreteras eran menos
densas en las zonas costeras, en las que paulatinamente se iba instalando la población, y además no
AHMMb, AACC, 20 de mayo de 1839.
RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, A.: «Orueta y las explotaciones mineras de Marbella», Cilniana, 9, 1997, pp. 43-46. Nos da una interesante información sobre la familia de Domingo de Orueta y Duarte, alumno de la Institución Libre de Enseñanza, que vivió, junto
a su padre Domingo de Orueta Aguirre, en El Ingenio pues el primero fue director de esta fábrica.
120
ORUETA, D. de: Memoria Instituto Geológico de España, Madrid, Imprenta Juan Palacios, 1917, p. 529.
121
Cf. BERNAL GUTIÉRREZ, J.: «Proceso inicial de la colonización británica de las minas de Marbella. Fase previa a «The Marbella Iron Ore Company and Limited»», en Actas del III Congreso de Historia de Andalucía, Andalucía Contemporánea II, Córdoba, 2001,
Córdoba, Cajasur, 2003, pp. 7-17.
122
AHMMb, AACC, 18 de abril de 1869.
123
ORUETA, D. de: Memoria…, op. cit., p. 531.
124
SALES GARCÍA, F.: Anales de Minas, Tomo 2, 1841, pp. 349-350, en C. GARCÍA MONTORO: «Fundación de las ferrerías La Concepción y El Ángel», Cilniana, 2, nota 11, 1983. Con anterioridad se había publicado en Anuario de Historia Moderna y Contemporánea,
4, Universidad de Granada, 1977.
125
AHMMb, AACC, 20 de septiembre de 1934.
126
RINGROSE, D. R.: Los transportes y el estancamiento económico de España (1750-1850), Madrid, Tecnos, 1972.
118
119
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Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
se incrementaba la red, pues se consideraba que
dichas obras dependían de la iniciativa privada127.
Las mejoras ilustradas, desde finales del XVIII, se
completan en los primeros años del XIX con el fomento de la construcción de caminos y carreteras,
pero se interrumpe con la guerra contra los franceses y no se reanuda hasta los años cuarenta del
nuevo siglo, en competencia con el ferrocarril.
A este respecto, Marbella tendrá en el
mar su principal eje de intercambio en el XIX ya
que las comunicaciones por caminos o carreteras
dejarán bastante que desear. Sin embargo, a lo
largo del siglo mejorará la red viaria y paulatinamente contará con los más modernos sistemas
de comunicación lo que la introduce en la segunda fase de la revolución industrial que llega a
Marbella con el telégrafo y el teléfono.
al extranjero133. Durante cierto tiempo se utilizó en la construcción del puerto una brigada de
presidiarios, pero desde 1826 a 1830 sólo habían
trabajado cinco meses, ya que, según se denuncia, se utiliza a estos presos para trabajos particulares134, y sólo se realizan unos 50 o 60 metros,
por lo que aún tendrá que esperar largo tiempo.
Estos problemas no impiden que gran
cantidad de barcos lleguen o salgan de Marbella.
En 1844, según Madoz, llegan de 320 buques y la
salida de 414 que importan fundamentalmente
aceite, trigo y cebada y exportan sardina y otros
pescados, higos, pasas y vino «aunque poco de
buenas calidad». Entre 1844 y 1845, en pleno
apogeo de las ferrerías, ha entrado por el puerto
dinero por valor de 2.491.500 r.v. y han salido
807.000 arrobas de hierro y 428.397 arrobas de
mineral de hierro. El valor diferencial
es positivo para Marbella pues en un
año común cita la salida de 2.460.715
r.v. mientras que sólo entran 1.584.822
r.v.135. La importancia del mar como medio de intercambio a través del comercio
de cabotaje con otras zonas del país y
más tarde con el extranjero es evidente,
aunque en un continuado descenso hasta
la construcción del muelle de hierro por
los ingleses136.
La propia colonia de San Pedro
Alcántara contará, en 1877, con barcos
propios, que permitían el traslado de las
Muelle de hierro donde terminaba el pequeño ferrocarril minero, conocido con el
mercancías al puerto de Marbella y quizá
nombre de San Juan Bautista
al de Málaga. Estos buques, fondeados
Fuente: SERRANO LIMA, A. (coord.): Imágenes de Marbella VII. «La Mar», Marbella, p. 5
enfrente de la colonia, utilizarán a partir de 1875 la playa de San Pedro como
En cuanto a las comunicaciones por mar
fondeadero, y, según nos relata J. L. Casado, eran:
dependerán en gran parte de la construcción
«dos barcazas, denominadas Ana y Clara, que la
del muelle de piedra que sufrirá avances y pacompañía ha mandado construir un año antes,
ralizaciones. Su construcción fue autorizada por
imprescindible para el transporte de mercancías
Fernando VII en 1818128, aunque ya hay antecede la colonia […] que eran capaces de desplazar
dentes desde 1792, en tiempos de Carlos III129,
9,75 toneladas de peso» completándose con la ade incluso se llegan a poner los arbitrios130. Sin
quisición de dos laúdes, el Joven Rosita, en 1880,
embargo en 1821 se paralizan las obras por falta
y el Juanito, en 1883, que permitían llegar hasta
de fondos131, aunque se reinician en 1826, pero
Málaga, aunque posiblemente sólo lo utilizaran
de nuevo se suspenden en 1830132.
hasta Marbella137.
Así en 1839 se solicita que se habilite el
El problema del muelle se resolverá en
muelle para la exportación de vino, pasas y frutas
parte, a partir de 1870, cuando la compañía
SAIZ PASTOR, C. y VIDAL OLIVARES, J.: El fin del Antiguo…, op. cit., pp. 98-99.
AHMMb, AACC, 1 de junio de 1818.
129
AHMMb, AACC, 7 de junio de 1816.
130
AHMMb, AACC, 14 de octubre de 1816.
131
AHMMb, AACC, 21 de enero de 1821.
132
ALCALÁ MARÍN, F.: Marbella de ayer 1800-1900, Marbella, Ayuntamiento de Marbella, 1980, p. 62. Cita el 25 de agosto de
1812. p. 113. En este pionero trabajo el Cronista Oficial de Marbella nos aporta interesantes datos sobre el municipio en el XIX,
pero, en muchas ocasiones, sin referencia documental alguna, por lo que, sin ponerlos en duda, nos impide poder contrastarlos.
133
AHMMb, AACC, 6 de mayo de 1839.
134
AHMMb, AACC, 17 de diciembre de 1839.
135
MADOZ, P.: Diccionario Geográfico Estadístico Histórico de España y sus posesiones de Ultramar, Madrid, 1848. p. 214.
136
Así nos lo muestra José L. Casado Bellagarza en los datos aportados en la conferencia «La economía de la costa occidental
malagueña a mediados del siglo XIX. El tráfico comercial de los puertos de Marbella y Estepona entre 1857 y 1877», presentada en
el 1º Ciclo de Conferencias: el siglo XIX en perspectiva, 2008 (Vid. artículo en Cilniana nº 21).
137
Cf. CASADO BELLAGARZA, J. L.: «La Sociedad Colonia…», op. cit., pp. 36-38.
127
128
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Antonio Rodríguez Feijóo
inglesa The Marbella Iron Ore C&L construya un
muelle de hierro en el que termina un pequeño
ferrocarril minero, conocido con el nombre de
San Juan Bautista, de 2.110 m de longitud, que
trae el mineral desde las minas de hierro en la
zona del Peñoncillo hasta dicho fondeadero138.
A partir de aquí se inicia una nueva etapa que
favorecerá el intercambio de productos, de la localidad o de otras próximas, con otros puertos
españoles y con el extranjero139.
Ya hemos citado los problemas existentes
para las comunicaciones viarias por carretera.
Marbella en 1821 está en contacto con Ronda,
Málaga y Algeciras a través de los caminos generales y por los particulares con los pueblos
del contorno140. El problema de las comunicaciones se plantea en 1834, cuando se pide que
se concluya el puente sobre el río Molinillo para
mejorar la comunicación con el Barrio Nuevo ya
que, tras comenzarse en 1815, se paralizó al año
siguiente141. Además, ante las dificultades del camino de la costa, por carencia de puentes, se utilizará preferentemente el del interior, hacia Ojén
y Coín, que la conectaba con Málaga. Por esta vía
llegaba el correo142. En 1864, se considerará una
mejora de las comunicaciones el nuevo camino
que unía Alhaurín el Grande con la carretera de
segundo orden que se está construyendo y que
enlazaba Cádiz y Málaga en La Cala del Moral,
próxima a Fuengirola143. Su construcción permitirá comunicar directamente, por la costa, Marbella con la capital de la provincia.
Habrá que esperar al siglo XX para que se
completen las mejoras de las comunicaciones con
Málaga, imponiéndose primero las diligencias y,
más adelante, durante la Dictadura de Primo de
Rivera, los autobuses, aunque con una concesión
en exclusiva otorgada a la empresa Portillo que
será criticada poco después, en 1932, por los
munícipes republicanos al considerar que impone precios elevados144. Para el servicio del nuevo
medio de locomoción, el automóvil, se solicitan
los permisos de instalación de dos gasolineras.
La primera, a fines de 1925, situada al oeste de
«La Jaula», al norte de la Alameda, a iniciativa
de José Sánchez Ortiz145. La segunda, en 1926,
construida por la Sociedad Española de Comercio Exterior en la esquina de la antigua plaza de
toros146, al este de la Alameda.
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
Puente sobre el Río Verde
Fuente: Fotografía publicada en la Revista de Obras Públicas, 1.179,
28 de abril de 1898
En cuanto al ferrocarril, aparte del minero de San Juan Bautista147, que instalan los ingleses, nos consta que desde 1876 hay importantes
muestras de interés por la unión por vía férrea,
desde Málaga hasta Campamento cerca de Gibraltar. El proyecto contemplaba el paso por nuestro
municipio y preveía un coste de doce mil duros
por kilómetro. Llegará a contar con la subvención del dinero obtenido por la venta del pinar
de Valdeolletas148, sin embargo no tendrá el éxito
apetecido, ya que sólo llega a Fuengirola, donde
en 1923 se paralizan las obras definitivamente a
pesar de las continuas peticiones de los munícipes de Marbella149.
3.2. Otros medios de comunicación: correo, telégrafo
y teléfono
Hay otros medios de comunicación que
sin ser de transporte también serán importantes:
el correo, el telégrafo y el teléfono.
El correo, que tiene una larga tradición,
tenía entonces cierta rapidez puesto que, a comienzos del XIX, tarda en llegar desde Málaga un
solo día si se echan las cartas antes de que llegue
el General, pero si se echan después se atrasa. En
aquella época se recibía dos veces por semana
por la casa de la villa de Coín «que es por donde
más pronto puede llegar la correspondencia, sin
otro obstáculo que el atraso que se experimenta luego que llegan las cartas de esta Ciudad a
la Villa de Coín porque el conductor de ella se
halla en Málaga cuando llega a dicha villa el de
ésta ciudad y por consiguiente tiene que estar
AHMMb, AACC, 18 de abril de 1869.
CASADO BELLAGARZA, J. L.: «El comercio marítimo de cabotaje (Marbella 1880-1891)», en Imágenes de Marbella VII, «La mar»,
Marbella, Asociación Cilniana, 2002, pp. 8-11.
140
AHMMb, AACC, 21 de enero de 1821.
141
AHMMb, AACC, 14 de agosto de 1834.
142
AHMMb, AACC, 15 de marzo de 1821.
143
AHMMb, AACC, 3 de julio de 1864.
144
AHMMb, AACC, 16 de noviembre de 1932.
145
AHMMb, AACC, 3 de septiembre de 1925.
146
AHMMb, AACC, 2 de enero de 1926.
147
Cf. BERNAL GUTIÉRREZ, J.: «El ferrocarril…», op. cit., pp. 27-34.
148
AHMMb, AACC, 3 de diciembre de 1876. Se basa en la Ley de 7 de marzo de 1873.
149
AHMMb, AACC, 10 de marzo de 1923.
138
139
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25
Antonio Rodríguez Feijóo
esta correspondencia detenida hasta que vuelve
a salir el referido conductor de Coín a Málaga»150.
A mediados de siglo, en 1856, se establece en
Marbella una estafeta de sexta clase, agregada
a la de Málaga y que comprendía Istán, Benahavís y Estepona. Ahora la conducción entre Coín
y Marbella se efectúa tres veces por semana151,
unos años después en 1863, se extenderá el correo diario a Estepona, Casares y Gaucín152.
En cuanto al telégrafo, inventado por Morse en 1840, no tardará excesivo tiempo el llegar
a España, ya que las primeras líneas se inauguran en 1852, y pocos años después, en 1857 se
instala en Málaga153. En 1866, el director general
de Telégrafos propone establecer dicha línea en
Marbella154, y así se instala en casa del alcalde
Francisco Rosado y Campoy a fin de que pudiera
funcionar desde octubre de 1866155.
Aunque sale del marco cronológico debemos destacar que la introducción del teléfono,
inventado por A. Grahan Bell en 1876, aún tardará cincuenta años en llegar a nuestro municipio,
pues los primeros indicios sobre su instalación por
parte de la Compañía Internacional Telegráfica y
Telefónica de Nueva York son del año 1923156.
Otro tanto ocurre con la prensa, lo que
es significativo, pues durante el XIX y gran parte del XX no habrá medios de prensa generados
en nuestro municipio. Hasta los años sesenta del
siglo pasado, concretamente 1963, no se edita
Lookout, subtitulado Costa del Sol Magazine. Poco
después, en 1967, nacerá el Sol de España157.
Como se ve el nacimiento de la prensa tiene que
ver con la llegada del fenómeno turístico. Todo
ello nos indica la inexistencia de una burguesía
mercantil relevante en nuestra ciudad que necesite promocionar sus negocios y defender sus
intereses, pero también la escasez de potenciales lectores dada la escasa alfabetización de los
marbellíes en el XIX158.
Por otro lado, el alumbrado eléctrico llega
con cierta rapidez a Marbella, pues aunque se
rechaza introducirlo en 1890159, ya se ensaya en
1891, aunque no podemos olvidar que la lámpara
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
incandescente aplicada a la iluminación pública
llegó a Madrid en 1881 y al año siguiente a Barcelona, siendo Gerona, en 1885, una de las primeras ciudades del mundo en utilizar corriente
alterna en su alumbrado160. Por ello, el que 1891
se acepte la propuesta de ensayo, con carácter
provisional durante tres a cinco años, del ingeniero Carlos de Cuadra, al igual que en Ronda,
nos resulta relativamente temprano161, a pesar
de las quejas de Manuel Marcelo Pulido, arrendatario de consumos, que veía peligrar el suministro de petróleo, y que era la fuente de energía
utilizada hasta entonces162. Sin embargo el ensayo no interesó, por lo que al acabar el plazo de
cinco años previsto para el estudio se volverá,
a fines de 1896, al alumbrado de petróleo163. A
pesar de ello la muestra ha sido suficientemente
convincente como para que en 1901 el síndico
José Escámez apoye la vuelta de la electricidad,
puesto que se ha avanzado tecnológicamente y
hay una nueva fábrica en la ciudad con elementos modernos. Este interés por el alumbrado
eléctrico favorece la contratación del servicio
«con aumento del número actual de luces y por
todas las noches del año, desde la oración de la
tarde hasta las doce de la noche con excepción
de las que es costumbre que dure la luz toda la
noche y sin que deje de lucir las noches de luna
llena»164. Ese mismo año de 1901 se instala un
pararrayos en la Iglesia y otro en el Ayuntamiento por M. Joseph Parfoury, al igual que se habían
instalado en casas particulares dando seguridad
a los vecinos, especialmente tras la experiencia
sufrida en septiembre del año anterior en que se
había producido una fuerte descarga165.
II. La sociedad en Marbella. Entre la crisis y el cambio
1. Génesis de la sociedad liberal en Marbella
A través del análisis de dos padrones de
fechas extremas en el siglo, 1814 y 1897, complementados con las actas capitulares y los registros de matrícula industrial, nos permitirán
AHMMb, AACC, 15 de marzo de 1821.
AHMMb, AACC, 19 de enero de 1856.
152
AHMMb, AACC, 14 de mayo de 1863.
153
CLAVERO BERLANGA, J.: «El telégrafo en Málaga», 2000, en 150 aniversario del Telégrafo en España, Málaga, Universidad de
Málaga, pp. 103-116. (Edición electrónica en http://www.coit.es).
154
AHMMb, AACC, 8 de julio de 1866.
155
AHMMb, AACC, 18 de noviembre de 1866. En esta fecha aparece citado el alquiler de la casa del alcalde para dicho fin.
156
AHMMb, AACC, 15 de septiembre de 1923.
157
Cf. CHECA GODOY, A.: «La prensa local en la provincia de Málaga (1808-1983)» Jábega, 46, 1984. Además las referencias a
Marbella a lo largo del siglo XIX en la prensa local son escasas.
158
Sobre la educación y la amplitud del analfabetismo Cf. RODRÍGUEZ FEIJÓO, A.: Enseñanza…, op. cit., Marbella, 1988
159
AHMMb, AACC, 12 de mayo de 1890.
160
VICENS VIVES, J.: Historia de…, op. cit., p. 197.
161
AHMMb, AACC, 11 de abril de 1891.
162
AHMMb, AACC, 5 de septiembre de 1891.
163
AHMMb, AACC, 21 de junio de 1896.
164
AHMMb, AACC, 21 de junio de 1896.
165
AHMMb, AACC, 31 de agosto de 1901.
150
151
26
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Antonio Rodríguez Feijóo
acercarnos a la evolución social de Marbella,
dentro de un marco eminentemente rural, desde
el Antiguo Régimen hasta las primeras muestras
de la nueva sociedad capitalista.
1.1. El punto de partida: la sociedad estamental
Marbella era una ciudad de realengo que
al inicio del XIX, una vez superada la crisis bélica
de la guerra contra los franceses, se encuentra
con una situación claramente peor que la existente en la segunda mitad del XVIII.
Según el padrón de 1814166, Marbella cuenta con 952 vecinos (c. 3.738 habitantes)167, con lo
que ha perdido parte de la población que tenía a
fines del XVIII, aunque mantiene las
características propias de una sociedad
del Antiguo Régimen similar a la que en
ese momento predomina en España.
Este modelo social se basa en
la desigualdad civil entre los privilegiados y los que carecen de dichos
privilegios, pero la situación se ha
modificado algo respecto a la etapa
anterior. La reducida minoría de 42
familias o individuos con fuero de
nobles168, representan el 4,4% de la
población. Esta minoría controla el
poder político y económico. A ellos
debemos sumar los 18 miembros del clero (1,9%)
que se han reducido notablemente, pues no
constan los del clero regular, cuyo convento ha
sido tomado por los franceses, aunque más tarde vuelvan a ocuparlo169. El resto de los vecinos
carecen de privilegios y pertenecen al Tercer Estado (93,7%), de ellos la mayoría dependían de la
agricultura y de actividades relacionadas con el
sector terciario.
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
Observando los datos con más detalle, en
el padrón de 1814, y valorándolo en términos de
estructura socioeconómica, podemos apreciar
que con una población activa de 670 personas el
porcentaje de la población activa (17,9%) es muy
pequeño, con lo que aumenta el número de la población improductiva dependiente de ella (82,1%).
Este reducido porcentaje de activos se debería a la nula presencia de la mujer en el mundo del trabajo, salvo alguna viuda necesitada o
maestra de amiga, y a la gran cantidad de población infantil propia de un país subdesarrollado.
Entre los inactivos hemos de resaltar la citada
nobleza, las 42 familias con fuero de nobles, que
ocuparán los puestos dominantes
de la sociedad de la época y son
el símbolo claro de dicha sociedad
estamental. Entre los inactivos hay
que destacar, además, las 182 viudas que aparecen empadronadas
en dicho año y que alcanzarían el
17,8% del total de vecinos.
Del escaso número de personas que desempeñan una profesión y oficio habría que resaltar
la gran importancia del sector primario, que con su 59,6% nos perfila una sociedad eminentemente
rural, con menos peso que en la etapa final del
siglo anterior, y con un sector servicios que ha
aumentado absorbiendo el 28,2% situándose en
segundo lugar, mientras que la industria, todavía
artesanal, sólo representa un 12,2%, pero que se
ha incrementado respecto a fines del XVIII.
De todas formas, habría que matizar estos
datos con una somera descripción de los diversos
ramos de cada sector. Así, dentro del sector pri-
166
AHMMb, Padrones. El Padrón de 1814 es de contribución pero en él están citados los vecinos de Marbella con sus correspondientes oficios. Es de destacar que aparecen una serie de personas a las que no se les adscribe profesión y entre los que están
nombres conocidos por aparecer en el padrón de nobles (Cf. AHMMb, AACC, 16 de agosto de 1815 donde aparecen las familias con
fuero de nobles). No consta la totalidad de la población por lo que hay que utilizar estos datos con suma precaución y sólo como
una información meramente aproximada.
167
AHMMb, AACC, 25 de octubre de 1815
168
AHMMb, AACC, 16 de agosto de 1815.
169
Cf. SERRANO LIMA, A.: «El convento…», op. cit., p. 60. Cita la información firmada por el Secretario provincial de la Orden
Fray Félix de San Martín.
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mario destaca el enorme número de trabajadores agrícolas (65,6% del sector), sobre la ausencia
casi total de personas dedicadas a la ganadería
(1,3%), pues sólo aparecen citados cuatro ganaderos y un pastor. Además, entre los dedicados
a la agricultura destacan por su importancia los
112 jornaleros, que junto a los 60 citados como
del campo, posiblemente pegujaleros, alcanzan
cerca de la mitad de los dedicados a este ramo.
Una cifra tan elevada nos indica la situación de
indefensión, especialmente de los jornaleros,
ante las sucesivas crisis del XIX en la población
marbellí, ya que su único medio de vida era trabajar intensamente en determinadas épocas,
mientras que en otras se convierten en parados
estacionales. Como propietarios que cultivan sus
tierras sólo podríamos destacar 36 labradores,
lo que nos permite pensar, dado que no aparece el término hacendado ni terrateniente, que el
resto de los propietarios estaría repartido ente
la nobleza, el clero y los dominios de propios
del Ayuntamiento. A esto habría que añadir la
relativa importancia que tienen las huertas
dentro de la economía marbellí, lo que ya
indicamos en su momento y que confirma
el padrón, y que puede valorarse merced
a la existencia de 47 hortelanos (casi el 7%
del total de activos).
Por otro lado, la Marbella de 1814 es
una ciudad próxima al mar con 132 pescadores, la tercera parte del sector primario (33%),
aunque sólo la quinta parte de la población
activa (19,5%), lo cual es relativamente elevado respecto a épocas posteriores en que su
número disminuirá con claridad.
En relación con el sector secundario
aún no podemos hablar de industria fabril
en el sentido moderno del término ya que
la actividad industrial es básicamente artesanal. Aun así la Marbella de 1814 está escasamente industrializada. De entre estas
escasas «industrias» sólo podemos destacar
28
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
un artesanado relacionado con la zapatería, ya
que con veinte zapateros ocupará el 24,4% del
sector y casi un 3% del total de activos, convirtiéndose el ramo de la piel (28%), en el más importante del sector. Hay incluso una fábrica de
suelas en 1813, que creemos absorbería a la mayoría de zapateros.
Le sigue el ramo de la madera, materia
prima abundante en la zona, y a la que
se dedica un 22% de los artesanos. Entre
estos destacaríamos los dos barrileros y
cuatro toneleros que fabrican los barriles y
toneles en los que se guardaría la producción de pasas o vino. También los cuatro
carpinteros y los seis calafates (carpinteros
de ribera), estos últimos se dedicarían a la
construcción o reparación de los escasos
barcos de pesca.
Al ramo de la alimentación pertenecen un 18,3% de la población activa y se
centra fundamentalmente en actividades
relacionadas con el suministro de pan a la
población: cinco molineros, cinco horneros, tres panaderos y dos confiteros.
Los demás ramos tendrán menor
importancia: la construcción (13,4%) con
nueve albañiles y dos alfareros; la metalurgia
(9,8%) con cinco herreros, y muy lejos el sector
textil (3,7%) con dos sastres y una costurera.
En cuanto al sector terciario, con un 28%
de la población activa, el ramo que más destaca
es el que podríamos considerar como de servicios municipales o del Estado que ocupa el 27,5%
de los dedicados a este sector y en el que se reparten por igual los que denominamos civiles y
militares y que alcanza una importancia excesiva
para la categoría de la ciudad. Entre los primeres destacamos los cinco guardas y tres torreros,
aparte de un maestro, una matrona y el resto relacionados con la administración municipal. En-
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Antonio Rodríguez Feijóo
tre los segundos se citan 28 militares desde los
soldados a los mandos respectivos que forman la
pequeña guarnición de la ciudad tras la salida de
los franceses.
El siguiente ramo en importancia en este
sector es el del comercio ya que ocupa un 25,4%
del mismo destacando los 19 tenderos y los 16
dependientes, aunque ninguno dedicado a los
grandes negocios170. También habría que destacar ocho barberos y dos estanqueros.
Le sigue muy cerca ocupando un importante lugar dentro del sector servicios el ramo
del transporte que absorbe un 22,2% del mismo,
aunque es un sector muy atrasado, en el que destacan los 39 arrieros que posiblemente se dedicasen a transportar productos agrícolas o el grafito de Benahavís y dos carreros.
Con una importancia menor, aparece el ramo de la hostelería, al que se dedican once
taberneros, alcanzando —junto
a dos venteros, dos mesoneros y
un bodegonero— casi el 9 % del
sector.
En relación con el clero debemos considerar que aunque se
citan 18 clérigos, lo que supone
un 9,5% del sector terciario, sólo
trece son los de mayor categoría
(ocho presbíteros, tres presbíteros beneficiados,
un beneficiado vicario y un capellán); el resto están relacionados indirectamente con la Iglesia:
tres santeros, un sacristán y un tercerista. Todos
ellos del clero secular. No aparece en ese mo-
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
mento ningún clérigo del regular lo que podría
explicarse por la ruina de los conventos tras la
ocupación francesa.
Por último, habría que señalar el ramo de
las profesiones liberales que ocupan el 4,2% del
terciario y en el que destacarían un médico, un
cirujano, un boticario y dos albeitares (veterinarios) que a la vez ejercían de herreros. Dentro de
este ramo también hay que registrar a los tres escribanos y al director de las minas de grafito que
reside en Marbella, mientras
que los mineros debían residir, fundamentalmente en
Benahavís, ya que no aparece ninguno empadronado
en nuestro municipio.
No podemos olvidar
a los cuatro sirvientes del
ramo doméstico (2,1% del
sector).
En resumen, en 1814,
nos encontramos con una
población netamente rural,
arcaica en el sector secundario y en los servicios, con
un abundante número de
nobles (4,2%) para el total
de vecinos y en el que no se
puede desdeñar la importancia del clero aunque no
aparecen citados los del clero regular171. Es decir,
nos encontramos con una ciudad rural enclavada en pleno Antiguo Régimen, con una sociedad
estamental que se basa en la desigualdad civil
entre el grupo de privilegiados (nobleza y clero)
y no privilegiados.
Aunque el fin de la sociedad estamental
se produce conforme a los Decretos de Agosto
de 1811 y a través de la Constitución de 1812
proclamada en Cádiz, en la práctica tal decisión
se paraliza con el regreso del monarca absolu-
Uno de los más importantes será Enrique Grivegnée, no aparece citado en este Padrón, pues no es vecino de Marbella.
Hemos de recordar que Marbella tiene en 1814 tres conventos: el de San Francisco, el de la Santísima Trinidad y el de San
Juan de Dios, que según constaba en el catastro de Ensenada había llegado a tener 27 religiosos el primero (15 presbíteros, dos
coristas, seis legos y cuatro donados); el segundo 29 religiosos, (22 presbíteros, un corista y seis legos) y también seis legos el
tercero. Creemos que una parte de ellos se habrían trasladado durante la guerra y además los conventos aparecen con importantes
daños para ser habitados.
170
171
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Antonio Rodríguez Feijóo
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
tista Fernando VII que anula gran parte de la
obra liberal gaditana. Por ello habrá que esperar al inicio de la regencia de María Cristina de
Borbón para que, merced a una nueva legislación de carácter liberal, se produzca el fin de
dicha sociedad estamental. Ello se recibirá en
Marbella, dada la experiencia anterior, con ciertas cautelas y precauciones a fin de sostener el
orden público172.
1.2. Hacia la Nueva Sociedad Liberal de Clases
Si ahora observamos el padrón de 1897173,
nos encontramos con una población total de
7.785 habitantes174 de los que 1.685 personas
(21,6% del total de habitantes) forman la población activa. Sin embargo sigue existiendo un elevadísimo porcentaje de inactivos (78,4%) que aún
está constituido fundamentalmente por mujeres
y niños, aunque también hay que añadir 316
viudas y un número importante de propietarios
(97) que no podemos clasificar en ningún ramo
específico, por lo que, a falta de más datos, los
consideraremos como rentistas y 21 personas
clasificadas como pobres.
En 1897 continúa el predominio
del sector primario, que no sólo ha aumentado cuantitativamente, sino también
en tanto por ciento, ya que alcanza el 71%
del total de activos. Los otros dos sectores disminuyen en importancia, el secundario al pasar al 10,2% y especialmente el
sector terciario, de servicios, que se ha
reducido casi diez puntos: a un 18,8%.
Dentro de los diferentes ramos
de cada sector se notarán algunos cambios importantes, ya que en el primario
el aumento se debe fundamentalmente
al ramo agrícola que da ocupación al
83,5% del sector, y lo que es más relevante, el
porcentaje de personas que viven del campo se
elevaría a más del 57’4% de la población activa
de Marbella. Entre ellos destacan los 735 jornaleros175 y 182 que figuran como colonos y que
entre ambos llegan a representar casi la mitad
de los activos (54,4%), aunque también llama la
atención que no aparezca ninguno con esta denominación en la antigua colonia de San Pedro
Alcántara donde la mayoría son jornaleros.
También resultará llamativa la desaparición de la figura del hortelano, por lo menos
a nivel de denominación en el padrón, incluso
en el de San Pedro Alcántara de 1861, aunque la
importancia del sector agrícola haya sido muy relevante en el momento de la fundación de dicha
colonia por la llegada de agricultores procedentes de la región hortofrutícola levantina176.
El ramo de la pesca ha reducido su importancia dentro del sector primario pues ahora
sólo representa el 14,6% (la mitad que en 1814)
y aunque aumente en valor absoluto respecto al
anterior padrón (si contabilizamos los 132 marineros junto a los 43 jornaleros de la mar) verá
reducida su presencia a la mitad si consideramos
que pasa del 19,5% del total de activos, en 1814,
al 9,8% en 1897.
Por otro lado la ganadería, con un 1,8%
del sector, mantiene unas condiciones similares a la del padrón de 1814, aunque se triplica
la cantidad de ganaderos, trece, y se citan ocho
mayorales y un cabrero.
Sin embargo las minas, que nos consta ocupan un significativo número de obreros,
AHMMb, AACC, 25 de mayo de 1836.
AHMMb, Padrones. Padrón de vecinos de 1897. Sig. 503-4.
174
Hemos de señalar que la cifra que aporta el padrón, 7.785 h, no coincide con la que para esa fecha nos da el censo que es
de 7.927 h Posiblemente la metodología censal o de empadronamiento o algún error facilita dicha diferencia que no alcanza al 2%
del total máximo, aunque, hecha esta aclaración, tomamos como referencia los datos del padrón pues de él hemos obtenido los
valores por ramos y sectores.
175
Aunque no podemos demostrarlo es posible que parte de estos jornaleros pudieran trabajar en la mina.
176
Cf. CASADO BELLAGARZA, J. L.: «Los colonos…», op. cit., p. 7-14.
172
173
30
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tendrán en su mayoría procedencia foránea o
se encubren dentro de los que hemos citamos
como jornaleros, ya que no aparece ninguno en
el padrón de 1897. También es cierto que este
padrón coincide con una etapa crítica para las
minas, con un cierre temporal. Hemos de señalar que años después, en 1919, se contabilizan
600 obreros de Ojén y Marbella, de los que sólo
estarán empadronados como tales 54 en nuestra
ciudad, por lo que el resto procedería, posiblemente, de dicha población177.
El sector secundario se ha reducido hasta
el 9,6%, aunque se ha modificado cualitativamente pues el ramo que aparecerá ahora en primer
lugar será el de la construcción, con
la tercera parte del sector (30,2%),
en el que destacan los 23 albañiles y
los quince capataces, aunque estos
pudieran situarse en otros ramos.
Detrás, el sector de la piel
con un 19,8%, tiene una gran importancia para los 31 zapateros, aunque
todavía aparecen dos alpargateros y
un talabartero.
Le sigue el ramo de la madera con un 18,6%, destacando los 25
carpinteros que representan un 78%
del ramo y los cuatro calafates, dos
silleros y un único barrilero.
Menor importancia tendrá
el sector metalúrgico pues con un
16,3% del sector cuenta con oficios tradicionales,
como los 18 herreros (64,3% del ramo). Además
cualitativamente aparecen nuevos oficios, como
el de mecánico, con seis trabajadores, lo que denota un importante cambio en el sector tecnológico, lo que ya se había anticipado a mediados
del siglo con los trabajadores de las instalacio177
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
nes siderúrgicas. Ambos, aunque no de forma
exclusiva, creemos que debemos de ponerlos
en relación con el transporte del mineral que se
efectuaría, en parte, con arreos, en parte, con el
ferrocarril de San Juan Bautista, con el utillaje de
la The Marbella Iron Ore C&L o con la actividad de
las colonias agrícolas marbelleras.
A nivel porcentual el sector terciario se
ha reducido (18,6%). En él hemos de destacar la
presencia de un ramo, que denominamos varios,
con un relevante número de trabajadores asalariados o que están a la espera de un puesto municipal dependiente del partido gobernante. Nos
referimos a los 45 empleados difíciles de encajar
en ninguno de los otros ramos y a
los 16 cesantes, que representan el
19,3% del total del sector.
Aparte, los tres ramos que
más destacan son casi los mismos
que en 1814, el comercio (29,8%),
el transporte (17,4%) y los servicios
municipales, aunque ahora sean
principalmente civiles (14,8%), pues
los militares casi no aparecen citados en el padrón de 1897 (0,3%).
En el comercio debemos citar los 21 industriales, los 18 dedicados a la venta de verduras, los 14
comerciantes y los 13 barberos. En
el transporte los 34 arrieros y 14 carreteros, junto a cinco cocheros. En
cuanto a los servicios municipales
destacamos los civiles con 18 guar-
das, tres serenos y tres porteros, además de los
seis maestros.
De los 24 dedicados a profesiones liberales que ocupan un 7,6% del sector, destacamos
seis médicos, cinco abogados, dos veterinarios,
dos farmacéuticos, dos procuradores, dos escribientes, pero también dos ingenieros y un quí-
AHMMb, Acta de la Junta de Reformas Sociales, 29 de septiembre de 1919.
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mico. En este ramo se aprecia el avance de la segunda fase de la revolución industrial en nuestro
municipio.
De similar importancia cuantitativa será
el ramo doméstico que tiene un 5,7% del sector,
más del doble que en 1814, y en el que destacan
las siete criadas, cuatro caseros, tres lavanderas,
dos porteros y dos sirvientes.
No podemos olvidar la reducida importancia de la hostelería, 1,9% del sector, en la que
sólo encontramos dos posaderos, dos taberneros, un ventero (aunque en el padrón aparezcan
varios ventorrillos) y un mozo de café.
El clero se ha visto fuertemente reducido,
al 2’5% del sector, pues ha desaparecido definitivamente el clero regular y el secular cuenta sólo
con un párroco, un sacerdote, cinco presbíteros
y un organista.
A la vista de ambos padrones observamos
que Marbella continúa siendo una población
rural con características muy similares, aunque
comienzan a apreciarse algunos pequeños cambios.
La agricultura ha cobrado importancia no
sólo a nivel cuantitativo, sino también cualitativo
ya que han mejorado las técnicas de producción.
Sin embargo la riqueza minera sigue en manos
de foráneos convirtiéndose Marbella en una
zona en la que la dependencia exterior de carácter colonial cobrará un importante tributo al
consumir parte de su riqueza sin gran beneficio
para la ciudad. El sector servicios se encuentra
claramente inflado para las necesidades de la
población y en él se manifiesta la presencia de
una pequeña clase media en vías de expansión y
de nuevas profesiones que nos acercan al nuevo
mundo capitalista.
A mediados del XIX, si observamos la contribución industrial de 1845, no aparecen rasgos
que nos permitan pensar en el nacimiento en
Marbella de una pequeña burguesía local, pues lo
único verdaderamente original será la proliferación de tiendas (14) y tabernas, mesones y ventas
que alcanza el número de 32. El fracaso de esta
industria no dejará huella significativa a nivel de
formación de capitales por los ciudadanos desde
dentro de la ciudad que permitiera un despegue
de su economía puesto que la siderurgia sólo
repercutió localmente de forma muy limitada y
transitoria con lo que podemos considerarla un
espejismo. Los propietarios que aparecen son
foráneos y muy pocos pueden considerarse que
forman parte de esa incipiente burguesía local.
Sin embargo, a nivel social es posible que dichas
iniciativas fueran ejemplificadoras y permitiesen
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
retomar nuevos caminos que de otra forma nunca hubieran sido proyectados. Nos referimos a la
continuidad que, salvando las distancias, supuso
el ejemplo de Heredia de cara a nuevas inversiones. Tal sería el caso de la iniciativa del marqués
del Duero, que generó la Colonia de San Pedro
Alcántara y que tuvo su continuidad, a diferente
escala, en las de El Ángel y también, aunque de
forma más depredadora, en la instalación de la
The Marbella Iron Ore C&L.
La Marbella de comienzos del XX presenta nuevos rasgos que la diferencian de la de
comienzos del siglo anterior: han desaparecido
los estamentos, no sólo a nivel legal, sino de forma efectiva al desaparecer la pequeña nobleza
de comienzos de siglo. El peso cuantitativo, que
quizá no cualitativo, de la Iglesia también se ha
visto mermado —aparte de las consabidas desamortizaciones que redujeron su peso económico— pues de aquellos 28 clérigos seculares,
62 regulares y cinco ermitaños de 1752178, que
posiblemente existiesen a comienzos del XIX
(en el convento de San Francisco en 1834 aún
hay 39 clérigos: 24 religiosos, 11 legos y cuatro
hermanos)179, y que se reducen a ocho en 1897,
con una población que duplica la anterior. Los
efectos de las desamortizaciones liberales son
evidentes. Otro síntoma de la formación de esta
nueva sociedad será la presencia de la pequeña
burguesía, quizá clase media de los negocios y
de funcionarios a los que habría que añadir ese
gran núcleo de propietarios que consideramos
rentistas y por tanto fuera de la población activa180. También los comerciantes de diverso tipo
e industriales junto a los profesionales liberales,
y en menor medida algunos de los empleados y
funcionarios municipales.
Más significativa por su escaso número
será la aparición en el padrón de profesiones
como operario, fogonero, electricista, químico,
ingenieros… que nos muestran un incipiente
cambio de tendencia profesional que aproximaría a Marbella a una sociedad más tecnificada y
en vías de una industrialización moderna, cambio que se produce, especialmente desde la instalación en 1870 de la The Marbella Iron Ore C&L,
y que en el padrón de 1924 se ampliará con nuevas profesiones: relojero, soldador… A lo largo
del XIX se está formando en Marbella una nueva
sociedad, pero los cambios, aunque evidentes,
se han producido lentamente por lo que no podemos más que destacar algunos hitos.
La importancia de las colonias agrícolas
en relación con la configuración social puede
observarse en los padrones de San Pedro Alcán-
Cf. AG S, Dirección General de Rentas. Estadística. Inventario… Libro 294.
SERRANO LIMA, A.: «El convento…», op. cit, p. 60. Cita la información firmada por el Secretario provincial de la Orden Fray
Félix de San Martín.
180
El apartado de varios en el Padrón de 1897 es muy elevado e incluye los 97 propietarios de difícil clasificación, 45 empleados
y 16 cesantes.
178
179
32
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tara181 de 1871 y 1897, especialmente en el primero donde puede verse la procedencia foránea
de los colonos.
En ambos prima fundamentalmente el
sector primario que llega a alcanzar un 78’8% y
un 66,5%, respectivamente, sobre el total de la
población activa de la colonia y que se dedican
esencialmente, como es de esperar, a la agricultura, aunque en el primero de ellos hay un
importante número de ganaderos (22) que casi
han desaparecido en 1897. Entre ambos se producirá también un cambio significativo, ya que
si en 1871 hay 180 labradores y 52 jornaleros,
en 1897 se citan tres labradores y 137 jornaleros
y no aparece nadie como colono. Consideramos
que se trata de trabajadores empadronados, más
o menos estables, que se incrementan en determinadas épocas en función de las necesidades
del campo, como ocurrió en 1905, momento en
que San Pedro recibe casi dos millares de jornaleros182, lo que dará lugar a quejas en Marbella al
ser aquéllos foráneos mientras los de Marbella
se encuentran en paro183.
En relación con los otros dos sectores no
hay nada significativo que señalar, pues en una
colonia agrícola como San Pedro Alcántara tenían que ser forzosamente reducidos y similares
al global de Marbella, aunque un poco mayor el
industrial (10,4% en San Pedro sobre el 9,6% global del municipio).
La nueva situación social ha sido estudiada, para los años del Sexenio Democrático, por
José Bernal184, el cual nos presenta una estratificación social en la que ya están presentes las nuevas clases sociales, que divide en altas, medias y
bajas y que mantienen una estructura similar a lo
largo de todo el Sexenio. Así, las clases altas estarían formadas por una minoría de la población,
que en 1870 oscila en torno al 12,8%, y que está
formada esencialmente por los propietarios de
los medios de producción, profesionales, gerentes y altos cargos de grupos institucionales. La
más numerosa, denominada clase baja en la jerarquía social, llegará al 57,9%, y está formada por
trabajadores asalariados manuales especializados o no especializados, eventuales, aprendices,
servicio doméstico… y por último la nueva clase
media que ya alcanza el 29,2% y son esencialmente asalariados no manuales, maestros y asimilados, empleados de servicios y de la administración, funcionarios, fuerzas del orden, empleados
de telégrafos y de nuevas profesiones que exigen
cierta calificación técnica. En fin, la nueva estruc-
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
tura social y las relaciones de producción generadas en este modelo capitalista que sustituye
al estamental del Antiguo Régimen se ponen de
manifiesto de forma cada vez más evidente.
Estos cambios hay que situarlos en un
marco político que se gesta en paralelo a la evolución económica y social y que dialécticamente
se relacionan.
2. La
lenta respuesta a la miseria de las capas
populares
Durante el siglo XIX la mayoría de la población de Marbella no alcanza unas cotas de
bienestar mínimas, ya que los porcentajes de
población activa son verdaderamente escasos y
dependen de ellos un gran número de personas.
Sin embargo hay algunas familias que podrían
ser consideradas como pudientes y que llevarían
una vida desahogada. Dependiendo del momento histórico, podríamos considerar que los más
solventes o bien eran los nobles de comienzos
del siglo, o algunos propietarios que también
se benefician del poder político, aparte de los
profesionales liberales y los que desempeñan los
escasos negocios que genera la ciudad.
Ya hemos visto la evolución de la población de Marbella y el contexto económico, generalmente deprimido, en el que viven la mayoría
los ciudadanos a lo largo del XIX. En esa complicada situación tendrán que soportar varias
crisis, tanto demográficas como económicas.
Las primeras se manifiestan en las epidemias
que afectan a la población marbellí de modo casi
continuo a lo largo del XIX, y las últimas en la
carencia de trabajo con masas de jornaleros en
paro. En ambos casos las hambrunas tendrán un
importante protagonismo.
2.1.
Las
crisis
demográficas.
Las
epidemias
decimonónicas
En cuanto a las epidemias hemos de destacar que aunque ya no tienen la virulencia de
las de épocas pasadas, gracias a los avances médicos y las medidas higiénicas, sí presentan una
misma insistencia. Aunque todas las epidemias
tengan incidencia económica debemos distinguir las que afectan directamente a la salud de
las personas de las plagas que repercuten sobre
los cultivos del municipio.
Así, respecto a las primeras, nos encontramos en 1821 con la existencia de dos casos de
mal lazarino (lepra) a los que se incomunica185,
AHMMb, Padrón de San Pedro Alcántara de 1871.
AHMMb, Acta de la Junta de Reformas Sociales, 8 de abril de 1905. Se cita la presencia de 1.800 hombres en la recolección de
la caña de azúcar.
183
AHMMb, AACC, 15 de marzo de 1905.
184
BERNAL GUTIÉREZ, J.: «Las relaciones de producción en la Marbella del Sexenio Democrático (1866-1874)», Cilniana, 12,
1999, pp. 22-27.
185
AHMMb, AACC, 22 de febrero de 1821.
181
182
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33
Antonio Rodríguez Feijóo
y que se repiten en 1822186. La lepra era endémica en Marbella durante el XIX187, y continúa a
comienzos del XX, puesto que, en 1903, cuando
se conocen algunos posibles casos en Marbella,
varios clérigos regulares franciscanos de la provincia de Barcelona se ofrecen para cuidar gratuitamente a los leprosos188.
En cuanto a la fiebre amarilla no hemos
encontrado repercusión en Marbella de la de
1821189, año en el que dicha enfermedad ataca
la costa desde Cádiz a Barcelona. Años después,
en 1828, aparece en Gibraltar, ciudad a la que se
envía ayuda desde nuestra ciudad190.
Las epidemias que afectan con claridad a
Marbella serán las de cólera morbo asiático. La
primera de ellas se produce en 1834. En otras
zonas de España durará desde enero de 1833 al
mismo mes de 1835 y fallecerán más de cien mil
personas191. En Marbella también alcanza una gran
importancia al llegarse a los cinco, seis o, incluso,
siete muertos diarios en marzo de 1834192. Entre
las medidas sanitarias destaca la consabida cuarentena que obligará a la suspensión de la feria que
debiendo celebrarse el 28 de mayo193, se propone
aplazarla para el 2 de agosto,194 aunque no será
aceptado por el gobernador. La epidemia se prolongará durante los meses de primavera y verano
desapareciendo paulatinamente antes de 1835.
La segunda epidemia de cólera que azotó
a España, desde noviembre de 1853 a marzo de
1856 y que produjo el doble de muertos que la
anterior195, llega tardíamente a Marbella, entre
julio y octubre de 1855, momento en el que al
acabar se verifica la correspondiente acción de
gracias196, aunque todavía tendrá un rebrote en
marzo de 1856197. El número de fallecidos, respecto a los años anteriores, es significativo y se
aprecia con claridad en los índices negativos del
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
crecimiento vegetativo que alcanzará el -14% en
1855198.
Aunque se conoce la existencia de una
terrible epidemia de cólera en Gibraltar y Barcelona en 1865 que segó 236.744 vidas, en Marbella se toman medidas y no parece que tuviera repercusión199, como tampoco la tuvo la de
fiebre amarilla de 1870. Sin embargo la tercera
epidemia de cólera que afectó especialmente a
Andalucía y produjo alrededor de 120.000 muertos llega a las localidades próximas a Marbella
en el verano de 1885, por lo que en el mes de
julio ya se toman medidas de sanidad pública y
se da orden de detener y poner bajo observación
a cuatro personas procedentes de Gibraltar200.
La epidemia llega a San Pedro Alcántara en octubre201 y a Marbella en diciembre de dicho año.
En ese mes llegan a contabilizarse 160 enfermos
y entre las medidas que se toman, siguiendo las
instrucciones dadas por el gobernador202, destaca la incineración de ropas y camas, con lo que al
afectar a un número amplio de las familias más
pobres, podemos imaginar los efectos que tiene
sobre estas familias y la situación de indigencia
tras soportar algún miembro de la familia esta
enfermedad203.
Aunque el proyecto venga de años atrás,
por fin el 1 de septiembre de 1885 se inaugura
el nuevo cementerio204 que se construye alejado del núcleo urbano, y se ordena el cese de las
inhumaciones en el recinto del antiguo castillo,
a fin de evitar cualquier tipo de contagio. El cementerio del castillo se construyó en 1818205,
aunque se mantuvo el de la iglesia hasta que en
1833 se prohibió enterrar en ella206. Se pretendió, durante un tiempo, hacer un cementerio en
el Llano de San Ramón207, e incluso se contó con
el arquitecto Cirilo Salinas208, aunque al final no
AHMMb, AACC, 22 de enero de 1822. Un hijo de Pedro Cortés al que se incomunica.
AHMMb, AACC, 19 de junio de 1911. Lo dice el médico Félix Jiménez Ledesma solicita permiso para ir al extranjero a estudiar quimioterapia.
188
AHMMb, AACC, 29 de agosto de 1903.
189
AHMMb, AACC, 17 de abril de 1822. En ese año el Jefe Superior Político repite escrito del mes de enero sobre la proporción
de la epidemia de fiebre amarilla.
190
AHMMb, AACC, 13 de noviembre de 1828.
191
VICENS VIVES, J.: Historia de…, op. cit., p. 8. Vicens da la cifra de 102.511 muertos.
192
AHMMb, AACC, 1 de marzo de 1834.
193
AHMMb, AACC, 15 de abril de 1834.
194
AHMMb, AACC, 27 de mayo de 1834.
195
VICENS VIVES, J.: Historia de…, op. cit., p. 8.
196
AHMMb, AACC, 22 de octubre de 1855.
197
AHMMb, AACC, 27 de marzo de 1856.
198
Cf. RODRÍGUEZ FEIJÓO, A.: Enseñanza…, op. cit., Málaga 1986, Tabla I. Evolución de la población en Marbella 1841-1940, pp. 113-114.
199
AHMMb, AACC, 17 de septiembre de 1865.
200
AHMMb, AACC, 24 de julio de 1885.
201
AHMMb, AACC, 11 de octubre de 1885.
202
AHMMb, AACC, 16 de agosto de 1885.
203
AHMMb, AACC, 16 de agosto de 1885 y 13 de diciembre de 1885.
204
AHMMb, AACC, 30 de agosto de 1885.
205
AHMMb, AACC, 14 de julio de 1834.
206
AHMMb, AACC, 1 de julio de 1833.
207
AHMMb, AACC, 3 de mayo de 1845. Además se crea la plaza de enterrador, que desempeña Nicolás Fribaldi (AHMMb, AACC,
8 de junio de 1845).
208
AHMMb, AACC, 18 de marzo de 1846.
186
187
34
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Antonio Rodríguez Feijóo
se construye por cederse el terreno a la ferrería de El Ángel209, por lo que se le rescinde el
contrato210. La necesidad del nuevo cementerio
ya se había planteado por el Gobierno Civil en
1856, en el contexto de la epidemia de cólera
morbo que asoló la ciudad en dicho año, y que se
pretendía que se hiciera, en terreno de propios,
a dos mil leguas de la última casa al norte de la
población y del destruido convento de San Francisco211, y se insiste en 1866, tras nueva visita
del gobernador, para que se busque el terreno
adecuado fuera de la ciudad212.
En paralelo a la creación de la colonia, en
1863, se acuerda la construcción del cementerio de San Pedro Alcántara213, aunque todavía
se elabora el expediente en 1867.214 Pocos años
después, cuando los ingleses se instalan con la
The Marbella Iron Ore C.& L. el vicecónsul de Gran
Bretaña en Marbella solicitará terrenos en el Llano de la Pólvora para la construcción de un cementerio para los ingleses215, aunque no llega a
hacerse.
En cuanto a la mortalidad infantil, por
sí elevada, se verá incrementada en algunos
años como 1883 en que se produce una importante epidemia de sarampión216, y en el
año de 1895 en que ataca la viruela 217, a pesar
de que la vacuna llegó a España a principios
de siglo XIX.
Acabadas las grandes epidemias del siglo
XIX aparecerán otras de menor importancia, pero
que aún reflejan la insalubridad y malas condiciones higiénicas en que vive la población marbellí
durante ese siglo e incluso a comienzos del XX. A
mediados de siglo se realizarán algunas mejoras
en las zonas más céntricas con la construcción
de un alcantarillado que acondiciona las «madres
públicas» y el empedrado de las calles disminuyendo en parte la insalubridad de estas calles218.
Otro problema para la salud es el relacionado con la existencia de paludismo en varias
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
zonas del municipio, lo que dificulta el trabajo
de los braceros por las continuas fiebres que genera y que incluso, en 1898, produce la muerte
de 20 personas219. Las zonas más afectadas serán
aquellas que tienen grandes zonas de charcas estancadas, como el núcleo de San Pedro Alcántara
o en la zona próxima a Calahonda a principios
del XX220.
Las últimas crisis epidémicas importantes
se producirán en 1905 y 1918, ambas debidas a
la gripe,221 esta última de importante repercusión en toda Europa.
Un segundo tipo de epidemias afectarán
fundamentalmente a la agricultura, en especial la
relacionada con el cultivo de la vid. De ellas destacarán dos por su importancia. En primer lugar
la epidemia de oidium que durante siete años,
entre 1850 y 1857, atacará a las viñas destruyéndolas222, y que tendrá amplia repercusión en la
economía de la población. Más tarde, la vid se
verá afectada, esta vez por la filoxera, de la que
ya tenemos noticias en 1874 y 1879223, pero que
se centra principalmente en los años finales del
XIX, en torno a 1893 y 1895224.
Otro tipo de plagas que afectan al sector
agrario será la pérdida por enfermedad de las
higueras en 1895225, o la de langosta que hubo
en Guadaiza en 1840 y contra la que se toman
medidas al año siguiente para que no se reproduzca226, sin embargo reaparece en 1845227, en
1876228 y en 1902229, o la de glosopeda de este
mismo año que hace enfermar al ganado230.
2.2. Las
crisis económicas: crisis de subsistencias, las
hambrunas y el paro
Desgraciadamente las crisis sanitarias no
se han presentado solas, en ocasiones iban unidas al paro de la población que vive de la agricultura, a la elevación de precios o al hambre. También habrá crisis originadas por las inclemencias
del tiempo, bien por inundaciones o por sequías,
AHMMb, AACC, 20 de mayo de 1849, 24 de junio de 1849.
AHMMb, AACC, 16 de septiembre de 1849 y 30 de enero de 1850.
211
AHMMb, AACC, 15 de abril de 1856.
212
AHMMb, AACC, 8 de julio de 1866.
213
AHMMb, AACC, 5 de julio de 1863.
214
AHMMb, AACC, 30 de junio de 1867.
215
AHMMb, AACC, 9 de julio de 1871.
216
AHMMb, AACC, 20 de julio de 1883.
217
AHMMb, AACC, 1 de junio de 1895.
218
AHMMb, AACC, 27 de junio de 1858 y 20 de noviembre de 1859.
219
LÓPEZ SERRANO, F.: «Miseria, guerra y corrupción. Una aproximación a la Marbella de 1898”, Cilniana, 13, p. 7.
220
AHMMb, AACC, 27 de diciembre de 1902 y 13 de febrero de 1904.
221
AHMMb, AACC, 11 de enero de 1905 y 23 de noviembre de 1918.
222
AHMMb, AACC, 11 de octubre de 1857.
223
AHMMb, AACC,.
224
AHMMb, AACC, 8 de abril de 1893 y 18 de mayo de 1895.
225
AHMMb, AACC, 29 de mayo de 1895.
226
AHMMb, AACC, 18 de agosto de 1841.
227
AHMMb, AACC, 20 de abril de 1845.
228
AHMMb, AACC, 26 de noviembre de 1876.
229
AHMMb, AACC, 17 de mayo de 1902.
230
AHMMb, AACC, 24 de mayo de 1902.
209
210
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35
Antonio Rodríguez Feijóo
que dejarán ingentes masas de jornaleros sin trabajo. En general las crisis meteorológicas o económicas desencadenan crisis de subsistencias
propias del Antiguo Régimen, sin que todavía se
muestren las clásicas crisis de sobreproducción
del capitalismo liberal.
Las crisis meteorológicas se repiten cada
cierto tiempo y ocasionan daños materiales en diverso grado, como es el caso de las inundaciones
que afectan al barrio Nuevo, en Puente Málaga,
en noviembre de 1852231. Incluso hay situaciones
excepcionales, como ocurre en enero de 1841,
momento en que se produjo un «fuerte huracán»
(suponemos que fue un tornado) que arrancó el
angelote de la torre de la iglesia232, otras serán las
heladas y temporales los causantes de los daños, e
incluso un posible terremoto a final del año 1884,
con foco en Granada y que tuvo cierta repercusión
en Málaga, pero que no parece que afectara mucho
a nuestra ciudad pues se niega su existencia233.
En 1838 los temporales impiden la salida
a pescar conduciendo a situaciones calamitosas y de miseria de los pescadores y provoca un
motín de hambre con el asalto a la carnicería y
al almacén del maíz234. El hambre y la injusticia
social generan un estado de violencia que será
aprovechado por algunos para mejorar su situación, nos referimos al estraperlo de carne que se
reconoce al año siguiente235.
Este tipo de crisis es de carácter menor
en relación con otras más estructurales, puesto
que se repiten a lo largo de todo el siglo sin que
se aborden medidas que permitan su solución.
Tienen que ver con el incremento en el precio de
los cereales en los años centrales del siglo XIX,
tras un periodo de cierta estabilidad entre 1819
y 1846. Los cereales panificables casi no se producen en nuestra población por lo que hay una
importante dependencia exterior, con lo que se
reflejarán en Marbella las principales crisis que
se producen en el marco español: la de 1847,
algo menos la de 1856-57 y la de 1866-68236, que
se completan con la conocida crisis finisecular.
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
Así se manifiesta en la Marbella de 1847,
con la subida de 10 reales la fanega.237 Esta situación de indigencia, que se extiende durante
varios años, continúa en 1854 —con el hambre
motivada por las sequías que paralizaron los trabajos campestres y afectaron a multitud de vecinos jornaleros a pesar de dejarles aprovechar el
monte bajo con el carboneo238— y se agrava por
el cese del trabajo en las minas en 1857239, provocando la emigración de algunos habitantes, lo
que unido a la pérdida de brazos jóvenes en las
levas para el Ejército y la Armada240, generará la
consiguiente decadencia del vecindario241.
En esta década de 1860 se repite la crisis cerealista en Marbella. En 1862, se produce
una nueva y rápida elevación de los precios del
pan generada por el estado de alarma entre los
labradores que esperan el mal resultado de la cosecha242. En 1866 hay una nueva paralización de
los trabajos agrícolas y de las faenas de pesca
por los temporales de 1866 con la consiguiente
miseria de la población243, que se agrava con la
falta de trabajo en las fábricas244.
La crisis de subsistencias tendrá su momento cumbre, en relación con la carestía del
trigo y en consecuencia del pan, con el gran incremento de los precios245, al final de la década,
en la primavera de 1868246, y que ya se manifestó en año anterior con la presencia de bandas
de pobres de solemnidad que generan alarma,
entre los mayores contribuyentes, por hurtos y
robos247.
Años después, en la primavera de 1874,
se repetirá una nueva crisis por la sequía que
produce la pérdida de cosechas y los consiguientes efectos sobre la población necesitada248, más
aún al complicarse con la crisis filoxérica.
En los años finales de siglo la situación es
sumamente crítica, pues a lo anterior se unen los
problemas en las minas y en la pesca lo que hará
que, desde 1892, nos encontremos con una nueva situación de calamidad pública que perdurará
hasta culminar el siglo.
AHMMb, AACC, 18 de noviembre de 1852.
AHMMb, AACC, 15 de abril de 1841.
233
AHMMb, AACC, 20 de enero de 1885.
234
AHMMb, AACC, 3 de marzo de 1838.
235
AHMMb, AACC, 21 de enero de 1839.
236
SAIZ PASTOR, C. y VIDAL OLIVARES, J.: El fin del Antiguo…, op. cit., p. 51.
237
AHMMb, AACC, 10 de mayo de 1847.
238
AHMMb, AACC, 19 de noviembre de 1854.
239
AHMMb, AACC, 11 de octubre de 1857.
240
AHMMb, AACC, 11 de octubre de 1857.
241
AHMMb, AACC, 8 de diciembre de 1857 y 11 de octubre de 1857.
242
AHMMb, AACC, 27 de julio de 1862.
243
AHMMb, AACC, 5 de marzo de 1866.
244
AHMMb, AACC, 8 de diciembre de 1867.
245
AHMMb, AACC, 5 de enero de 1868.
246
BERNAL GUTIÉRREZ, J.: «Marbella entre el liberalismo y el proteccionismo. El comportamiento de los precios del cereal en
el Sexenio Democrático: la crisis de 1868”, Cilniana, 14, p. 27-44.
247
AHMMb, AACC, 4 de noviembre de 1867.
248
AHMMb, AACC, 6 de julio de 1874.
231
232
36
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Antonio Rodríguez Feijóo
En 1892 Marbella está plagada de mujeres y niños pidiendo a la caridad pública ya que
se encuentran más de 800 jornaleros sin trabajo,
170 de la mar y 300 de las minas, alcanzando el
número de indigentes la cifra de 3.500, es decir, casi la mitad de la población del municipio,
afectando especialmente a la de menor poder
adquisitivo,249 situación que aún continúa sin
solucionarse en diciembre de 1894250, y que se
prolongará al primer tercio del XX. Nos encontramos, por tanto, en 1895, con familias enteras sin recursos251 cuya situación se agrava por
las levas de 65 soldados que se realizan en ese
año252, y que llegan a 71 en 1898253, para enviarlos a Cuba o a Filipinas. La solución propuesta,
aunque insuficiente, vendrá de la aportación de
alguna cantidad de dinero a cambio del arreglo
de los caminos, playas y lavaderos254.
Esta crisis finisecular se complica con la
coyuntura provocada por los temporales y las
consecuentes inundaciones que se producen en
las carreteras y viviendas en 1881255, y 1884256,
repitiéndose en los años finales de siglo desde
1895 a 1900257, a la vez que, en contraste, se produzca una importante sequía a comienzos del
año 1897. Ante la gravedad de la situación los
concejales constituyen, en dicho año, una Junta
Local de Socorros para la clase jornalera258, aunque pocos meses después, el 9 de noviembre, se
repitan las inundaciones con daños importantes,
incluso con hundimiento de las calles259.
La crisis del XIX en Marbella, estupendamente estudiada por López Serrano, se complica
con las consecuencias del reclutamiento para la
guerra de Cuba o Filipinas (antes y después con
Marruecos), que era claramente discriminatoria
para las clases más populares, dado el sistema de
redención en metálico o personal mediante un
sustituto, creado por el sistema liberal a partir
de la Ley de Quintas de 1823260. Ello provocará
la huida hacia América de parte de esa población
más joven, y generalmente más pobre, a fin de
evitar la movilización. De este exilio voluntario
de algunos mozos en marzo de 1898 nos da noticias la documentación municipal261.
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
2.3. Las escasas medidas para solucionar las crisis
La situación de penuria que atraviesan las
capas más humildes de la población es evidente.
Las medidas que se toman para corregir estos
En 1892 Marbella está plagada de mujeres
y niños pidiendo a la caridad pública ya
que se encuentran más de 800 jornaleros
sin trabajo, 170 de la mar y 300 de las
minas, alcanzando el número de indigentes
la cifra de 3.500
problemas serán de diferente categoría. Durante
todo el XIX han aparecido y reaparecido, especialmente durante las festividades, las donaciones de pan a los pobres; incluso con motivo de
algún acto luctuoso, como el asesinato de Cánovas, en plena crisis finisecular que, como señala
López Serrano, permitió comer un día a los más
necesitados a los que se le repartieron «abundante pan y vestidos»262. Limosna que podría tranquilizar las conciencias, pero que no solucionaba
el problema. Son soluciones a la antigua usanza, pues no tenemos constancia de una toma de
conciencia reivindicativa del movimiento obrero
hasta comienzos del siglo XX.
Como muestra de lo anterior recordamos
algunas de las iniciativas en el nuevo siglo. Al
principio, en varias ocasiones, se confía en reclamar la ayuda del gobierno siguiendo las corrientes de la época, pero paulatinamente aparecerán
propuestas de nueva naturaleza, como la creación en 1905 de la Junta de Reformas Sociales
con el objetivo de subsanar en lo posible estos
problemas. Sin embargo, la inutilidad de dicha
Junta es manifiesta, pues las reuniones son escasas y en 14 años sólo se realizan con la finalidad
de elegir sus miembros y, únicamente en 1919, a
petición de los empresarios, se trata el asunto de
la jornada de 8 horas, que se niegan a aceptar263.
Por su parte, los obreros comienzan a
adquirir conciencia de clase y a organizar agru-
AHMMb, AACC, 12 de marzo de 1894.
AHMMb, AACC, 29 de diciembre de 1894.
251
AHMMb, AACC, 23 de febrero de 1895.
252
AHMMb, AACC, 9 de febrero de 1895.
253
AHMMb, AACC, 10 de febrero de 1898.
254
AHMMb, AACC, 2 de marzo de 1895.
255
AHMMb, AACC, 3 de abril de 1881.
256
AHMMb, AACC, 22 de octubre de 1884.
257
LÓPEZ SERRANO, F.: «Miseria…», op. cit., p. 7. Se citan las inundaciones de febrero y marzo de 1895, noviembre de 1897,
abril de 1898, febrero de 1899 y septiembre de 1900.
258
AHMMb, AACC, 21 de mayo de 1897.
259
AHMMb, AACC, 14 de noviembre de 1897.
260
Ley de Quintas de 1823 y Ordenanza de 1837.
261
LÓPEZ SERRANO, F.: «Miseria…, op. cit., p. 9.
262
Ibídem, p. 7.
263
AHMMb, Acta Junta de Reformas Sociales, 29 de septiembre de 1919.
249
250
Cilniana 20/21, 2007 - 2008: 7-70
37
Antonio Rodríguez Feijóo
paciones de cara a la defensa de sus intereses.
A través de los trabajos de Lucía Prieto264, podemos conocer la existencia de agrupaciones
obreras como la sociedad de trabajadores Mar y
Tierra, que desde 1902 intenta defender las libertades y derechos de sus asociados con un carácter reivindicativo y educativo, o la sociedad Junta
de Defensa Administrativa creada en 1909265. Por
otra parte, también tenemos constancia de asociaciones creadas en 1919, como la Federación
Obrera El Progreso266 o la Sociedad de mineros y
oficios varios El Despertar de Ojén267.
En torno a la Segunda República germinarán nuevas asociaciones profesionales y sindicatos en Marbella que Lucía Prieto nos describe con
detalle. En 1930 la Sociedad Cultural Recreativa268
y al año siguiente nuevos sindicatos: La Sociedad
de Mineros de Marbella afecta a la UGT, la Unión de
Chauffer y Anexos de Marbella, la Sociedad de Trabajadores de la Tierra (FNTT-UGT)269. El Centro Obrero La Defensa se conforma como Sindicato de Oficios
Varios de la CNT, también hay constancia del Centro
Obrero Libertad270 o al año siguiente, en 1932, del
Sindicato Agrario Unión Agraria de San Pedro271.
En todo caso, los patronos también se
organizaron mediante la creación de la Sociedad
de Propietarios Agrícolas de Marbella y la Alianza
de Labradores de España, entre 1932 y 1933272, o
con asociaciones de carácter más progresista inicialmente, como la Agrupación de Comerciantes e
Industriales, aunque se aparte de esa línea a partir
de 1933 al sufrir el boicot de la CNT. De carácter
marcadamente profesional, la Asociación de Obreros y Empleados Municipales se constituye en 1935
y defiende los intereses de los funcionarios y empleados del Ayuntamiento273.
III. El liberalismo político. Origen y evolución
El liberalismo político en Marbella surge y
se desarrolla en el siglo XIX de forma similar a la
del resto de España, a lo largo de cuatro etapas
netamente diferenciadas:
1. Los prolegómenos liberales (1812-1833), en
los que se producen los primeros planteamien-
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
tos del liberalismo, que se extienden desde la
primera manifestación constitucional durante la
guerra de la Independencia en 1812 —cortada
de raíz por el regreso de Fernando VII, que impone una política reaccionaria antiliberal, a pesar
de los múltiples y fracasados intentos de reponer
un liberalismo constitucional— hasta que fallece
el monarca absolutista en 1833.
2. La transición hacia el nuevo régimen liberal
(1833-1843), que es la fase de configuración del
sistema liberal. La regencia de Mª Cristina necesitará apoyarse en los liberales para garantizar el
trono para su hija Isabel II, con lo que deberán
hacer frente tanto a los absolutistas tradicionales
como a los nuevos absolutistas representados
por el carlismo. Se desarrollará desde la muerte
de Fernando VII en 1833 hasta el fracaso de la
política pseudoconstitucional del Estatuto Real,
con la consiguiente proclamación de la Constitución de 1837, que provocará a medio plazo la
Regencia de Espartero tras el primer triunfo sobre el absolutismo carlista.
3. El afianzamiento del sistema liberal (18431875) momento de consolidación del sistema. Se
inicia con la mayoría de edad de Isabel II y se
afianza durante la Década Moderada, momento
en el que se origina la división dentro del liberalismo entre moderados y progresistas con el
paulatino y continuado alejamiento de las clases
populares del liberalismo. El Bienio Progresista
de Espartero anuncia la crisis del sistema —tras
un nuevo periodo moderado de la Unión Liberal de O’Donnell—, al concebirse nuevas formas
democráticas que se ensayan durante el Sexenio
Democrático (Gobierno Provisional, Monarquía
Democrática y República), que ponen fin a la sociedad tradicional y marcan el despertar del proceso modernizador de España.
4. El régimen de la Restauración y la crisis del
sistema liberal (1875-1898) vendrá determinado
por el reparto de poder y la parodia del sistema
canovista durante el régimen de la Restauración,
que deja una imagen caciquil y de falsa apariencia democrática, con lo que arrastrará al descrédito a la clase gobernante. Su principal manifes-
PRIETO BORREGO, L.: «Republicanismo, obrerismo y caciquismo: Marbella (1900-1910)», en Actas del III Congreso de Historia
de Andalucía, Andalucía Contemporánea III, Córdoba, 2001. Cajasur, Córdoba, 2003, pp. 429-441.
265
Ibídem, p. 441. En un interesante cuadro cita también la Asociación de Maestros de 1ª Enseñanza de Marbella y Estepona, La
Sociedad Obrera de Instrucción y Socorros Mutuos, La Sociedad Obrera «La Emancipación», el Círculo Republicano Instructivo Obrero y el
Círculo Agrícola e Industrial.
266
AHMMb, Acta Junta de Reformas Sociales, 29 de septiembre de 1919.
267
PRIETO BORREGO, L.: «La situación de las clases trabajadoras en Marbella durante las primeras décadas del siglo XX», Baetica, 2001, p. 701.
268
Cf. PRIETO BORREGO, L.: Marbella los años de la utopía. Estudio de una Comunidad Andaluza (1931-1936), Marbella, 1994., pp.
25-137 y 98-150.
269
Los representantes de este sindicato en la Junta de Paro Forzoso serán sucesivamente Fernando Sánchez Guerrero, Juan
Martín Sánchez y José Ruiz Martín.
270
AHMMb, Actas Junta de Paro Forzoso 8 de febrero de 1933. El representante del Centro Obrero Libertad en esta Junta era
Miguel Berrocal Lomeña, y hay constancia de su existencia en Marbella desde 28 de octubre de 1931.
271
AHMMb, AACC, 2 de noviembre de 1932 y cf. PRIETO BORREGO, L.: Marbella los años…, op. cit., pp. 98-150.
272
PRIETO BORREGO, L.: Marbella los años…, op. cit., p. 145.
273
Ibídem, pp. 146-150.
264
38
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Antonio Rodríguez Feijóo
tación será la crisis de 1898, en el contexto de
la pérdida de las últimas colonias y de las crisis
económicas finiseculares.
A pesar del advenimiento al trono de
Alfonso XIII en 1902, la crisis no se resuelve y
desencadenará una nueva a partir de 1917, que
afecta a los ámbitos militar, político y social, falsamente resuelta por la vía autoritaria y corporativa con la alianza entre el trono y el ejército a
expensas de las desacreditadas elites políticas. El
beneplácito real tras el golpe de Primo de Rivera
y su apoyo a la Dictadura, arrastrará al trono y
generará el advenimiento de la efímera Segunda
República.
1. Los prolegómenos liberales (1812-1833)
La convivencia del absolutismo de los
Borbones con las ideas ilustradas se paralizará
al año siguiente del acceso al trono del nuevo
rey Carlos IV, tras el estallido revolucionario de
1789, por la amenaza procedente del otro lado
de la frontera. Meses después, entre el 11 y 15
de febrero de 1790, se celebrará en Marbella su
proclamación con grandes festejos274. Mientras,
se cierran las fronteras al posible contagio revolucionario y a las ideas liberales que conectan
con los herederos de la Ilustración francesa.
1.1. Los Primeros Síntomas de Cambio: a la Sombra de
Constitución de 1812
Un hijo de la revolución, Napoleón, extenderá las ideas de «Libertad, Igualdad y Fraternidad» y el germen de los nacionalismos por
la Europa ocupada por sus tropas, a la vez que
funda una dinastía que impone a miembros de
su familia en varios tronos europeos. Así, aprovechará el desenlace del Motín de Aranjuez, que
dejó desvalido el trono español, para atraer a los
monarcas hacia Bayona y, tras sucesivas cesiones
del trono, cedérselo a su hermano José. Para Artola, se produce la desaparición de la estructura
política multisecular (Reyes, Junta de Gobierno,
Consejo de Castilla, Audiencias-Capitanes Generales), que será sustituida por una nueva legitimidad, la popular, a través de las Juntas Locales o
Provinciales, que bajo la aparente división federalista y anárquica derivarán hacia la unificación
estrenando «una conciencia nacional que los Borbones y la Ilustración habían forjado a lo largo de
todo un siglo de tenaz labor política»275.
El paréntesis dinástico genera la división
en el pueblo hispano entre los afrancesados que
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
apoyan a José Bonaparte, y que ven en ese apoyo
la posibilidad de modernización de nuestro país,
y un pueblo que se rebela y defiende en la calle
a un monarca indigno de tal rango, a pesar de
convertirse en El Deseado.
Durante los cinco años de la llamada Guerra de la Independencia el pueblo español ensaya nuevas formas de autogobierno en libertad y
asume el sentimiento nacional en el doble sentido de Nación y de expresión de su soberanía
nacional. Este sentimiento se manifiesta en la
presencia del pueblo en armas, bajo el sistema
de guerrilla con el apoyo de la población civil
en una situación de «beligerancia universal» que
presupone el carácter nacional de la guerra. En
Marbella esas armas se traen de Gibraltar mediante contrabando y así, acabada la etapa bélica
en nuestra ciudad, Diego Ruiz, luego Contador
de Guerra, hace varias reclamaciones para que le
paguen los gastos del traslado de armas y municiones (397 r.v.), que había traído de la plaza de
Gibraltar en 1810276.
la
Proclamación Constitución de Cádiz en 1812 en el Oratorio de San
Felipe Neri. Fuente: Salvador Viniegra y Lasso – Museo Cortes de Cádiz
La aprobación de la Constitución de 1812
será el primer ensayo del liberalismo-constitucional en la configuración del nuevo estado liberal, frente a un absolutismo reaccionario, que
sólo a fuerza de sangre aceptará perder sus privilegios.
En el caso de Marbella la guerra termina en
el verano de 1812277, momento en que se forma
un nuevo ayuntamiento, que inicialmente será
provisional, y que enseguida se sustituye por el
que correspondía según las normas de la recién
aprobada Constitución de Cádiz. Ésta representaba las aspiraciones de los liberales, que pretendían construir un nuevo régimen y transformar
la sociedad. Entre las principales innovaciones
Cf. RODRÍGUEZ FEIJÓO, A.: «Carlos IV y las Fiestas de su Real Proclamación en Marbella», Cilniana, 9, 1997, pp. 28-38. En
él describimos con detalle esta manifestación cívico-festiva que describe la situación de la Marbella del Antiguo Régimen en el
contexto de la época.
275
ARTOLA, M.: «La España de Fernando VII: La Guerra de la Independencia y los orígenes del constitucionismo», en Historia de
España de Ramón Menéndez Pidal, Tomo XXXII, Madrid, Espasa-Calpe, 1999, p. 384.
276
AHMMb, AACC, 30 de octubre de 1813 y 9 de mayo de 1814.
277
ALCALÁ MARÍN, F.: Marbella de ayer…, op. cit., p. 62. Cita el 25 de agosto de 1812.
274
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Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
destacan, aparte de la soberanía
solutistas y las nuevas ideologías
nacional y de la relativa división
liberales283. Esto se constata tras
de poderes, el sufragio, aunque
las elecciones de diciembre de
restringido y masculino, que se
1813, momento en que se elige
expresa en el ámbito municipal
un nuevo ayuntamiento presidien la modificación del sistema
do por el antiguo regidor perde organización y de formación
petuo el absolutista Alfonso M.ª
del ayuntamiento. Así en los muRoldán, ahora rehabilitado como
nicipios liberados de la presencia
alcalde284. El debate político se
francesa, como en Marbella, tras el
manifestará en que dicha elección
ayuntamiento provisional, se reano será aceptada por su rival, el
lizan las elecciones municipales.
liberal Pedro Escobar, que consiDe esta forma se procederá a la
gue ocupar el poder aunque por
elección del primer ayuntamiento
poco tiempo285, pues dos meses
278
constitucional de Marbella , que
después será repuesto Alfonso
vendrá a sustituir a los anteriores
M.ª Roldán aprovechando la cocon oficios perpetuos279, por los
yuntura absolutista.
nuevos con alcaldes, regidores y Fernando VII en un campamento
Fuente: Francisco de Goya, 1814 – Museo
procuradores síndicos.
1.2. La reacción absolutista de
del Prado, Madrid
Lo más significativo, aparFernando VII (1814-1820)
te de lo efímero del mismo, será:
Tras el tratado de Valençay, Napoleón reEn primer lugar, la desaparición, tempoconoce a Fernando VII como rey de España y de
ral, de la figura del corregidor (Vicente Alonso
las Indias y regresa a la península. La vuelta del El
Andrade y Sanjuán)280 que, como ciudad realenDeseado supone el fin temporal del liberalismo,
pues el rey no estaba dispuesto a tolerar la pérga, le correspondía a Marbella en el Antiguo Rédida del poder y la reacción no se hace esperar.
gimen. El corregidor dependía directamente del
El 19 de mayo de 1814, poco después del Maninombramiento real y a partir de ahora deberá ser
fiesto de los Persas y del consiguiente decreto de
un representante del pueblo elegido mediante
4 de mayo —que aparte de no contener ninguelecciones el que ostente el máximo cargo muna doctrina política ni referencias a los problenicipal.
mas de la sociedad española286 hacía ambiguas
En segundo lugar y como consecuencia de
lo anterior, el que por primera vez el alcalde, que
promesas y declaraba nulos y de ningún valor ni
hasta ahora era un noble, Alfonso M. ª Roldán,
efecto «la Constitución y decretos de Cortes, y
del que se eleva informe por su actitud con los
reo de lesa majestad a quien tratase de hecho,
franceses281, será sustituido por un representanescrito o palabra de restablecerlos»287— se prote de la nueva burguesía: el farmacéutico Manuel
ducirán en Marbella, al conocerse la posición
Martínez Molina282.
de Fernando VII, una serie de alborotos que reEn tercer lugar que se abre el debate popondrán en el poder al antiguo ayuntamiento
lítico a fin de controlar el poder, entre los ababsolutista presidido por Alfonso M.ª Roldán, al
278
Cf. AHMMb, AACC, 24 de septiembre de 1812. El primer ayuntamiento constitucional que se elige en Marbella y que permanece hasta final de 1813 está formado por: Alcalde: Manuel Martínez Molina. Alcalde 2º: Gaspar de Fuentes. Regidores: Manuel
Escovar, Diego Martín Barragán, Juan Molina, Juan Becerra López, Martín Cerván, Pedro de Reyes, Benito López, Juan de Mesa, Juan
de Valderrama, Cristóbal Alonso del Moral. Síndicos: Pedro Brunell y Juan Francisco de Lara.
279
AHMMb, AACC, 9 de agosto de 1814. El Ayuntamiento que había en Marbella en 1808 estaba formado por las siguientes
personas: Alcalde y Regidor Perpetuo Decano Alfonso M.ª Roldán (noble). Regidores: Alonso Fernández Barrios (noble), Luis M.ª de
Alcocer (noble), Diputado del Común: Andrés Alonso y Moral. Rafael de Toro (noble). Síndico: Pedro García (noble como médico).
Procurador General: Fernando Espinosa. En 1810 el ayuntamiento estaba compuesto por: Alcalde y Regidor Perpetuo Alfonso M.ª
Roldán (noble). Regidores: Manuel de Artola (noble), Alonso Fernández Barrios (noble). Síndico del Común: Andrés Alonso y Moral.
AHMMb, AACC, 12 de noviembre de 1813.
280
ALCALÁ MARÍN, F.: Marbella de ayer…, op. cit., p. 235. Cita el nombre de este corregidor que es nombrado en 1804.
281
AHMMb, AACC, 4 de abril de 1813.
282
Cf. AHMMb, Padrones. Padrón de Contribución Directa de 1814. Aparece citado por su oficio.
283
Sobre este tema me remito a las conferencias de RODRÍGUEZ ROMERO, C.: «Elecciones a diputados y síndicos personeros. Elecciones en Marbella en el sexenio absolutista (1814-1819). Un atisbo de libertad en medio del tiempo» y a la de HERNANZ BURREZO, L.: «Cambio político y realidad económica. El ayuntamiento constitucional de Marbella en el Trienio Liberal» que aparecen en esta publicación.
284
Este nuevo ayuntamiento constitucional toma posesión el 1 de enero de 1814 y está formado por: Alcalde: Alfonso M.ª
Roldán. Alcalde 2º: Josef Álvarez. Regidores: Juan Molina, Pedro de Reyes, Juan Becerra, Gregorio Atencia, Juan Guerrero, M. Cerván,
José Duarte, Alonso Muñoz, Síndico: Pedro de Lara y Pedro Brunell. AHMMb, AACC, 1 de enero de 1814.
285
AHMMb, AACC, 19 de marzo de 1814. Este ayuntamiento constitucional está formado por: Alcalde: Pedro Escobar. Alcalde
2º: Josef Álvarez. Regidores: Antonio Hernández, Antonio Mata, Martín Cerván, Juan de Molina, Juan Becerra, Pedro de Reyes, G.
Atencia, F. Aracena. Síndicos: Pedro Brunell y Manuel López.
286
ARTOLA, M.: Partidos y programas políticos, 1808-1936, I. Los partidos políticos, Alianza, 1991 p. 206.
287
ARTOLA, M.: La burguesía…, op. cit., p. 45.
40
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Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
que habían sacado de su casa llevándole hasta
reformista contenido en los derogados decretos
el ayuntamiento288.
de las Cortes293. No tenemos noticia de masones
El sentimiento liberal era muy pobre en
en Marbella en ese momento, pero sí del encierro
la mentalidad de los marbelleros. La reacción
en su castillo del capitán Juan Van-Halen, todo un
acaba con rapidez con los primeros indicios de
personaje del que incluso se ha novelado su vida
cambio. Los alborotos se habían iniciado hacia
por Pío Baroja294 y que a punto estuvo de ser ejelas nueve de la mañana. Se oyeron los gritos de
cutado en nuestra ciudad en diciembre de 1815,
«Viva nuestro Rey D. Fernando VII, la Religión y
tras ser procesado por una supuesta orden real.
la Inquisición». Esta es la verdadera realidad de
Se sabe que en sus últimos momentos, ya en cala reacción: una trilogía inseparable del Antiguo
pilla, será liberado de ser fusilado por el conde
Régimen, y a la que se añaden los deseos de que
de Montijo, capitán general de Granada, jefe de
se aboliese lo establecido por la Constitución, e
la francmasonería española, aunque más tarde,
incluso el cambio del nombre de la plaza, que de
en 1817, volverá a ser preso por nueva denuncia
ser de la Constitución pasará a denominarse de
por masón en Murcia de la que nuevamente se
Fernando VII289. Unos días después, posiblemenlibrará295.
te para no sentar el precedente del apoyo popular, se restablecerá por tres meses al anterior
1.3. El Trienio Liberal (1820-1823)
ayuntamiento constitucional, aunque esta vez
Varios pronunciamientos militares —Essin ese carácter y bajo la presidencia del corregipoz y Mina en Pamplona (1814), Juan Díaz Porlier
dor Antonio García de la Puente290.
en La Coruña (1815), Luis Lacy y Lorenzo Milans
El 9 de agosto de 1814 se recibe la Real
del Boch en Barcelona (1817), Joaquín Vidal en
Cédula sobre extinción de ayuntamientos y alcalValencia (1819) — pretenden la vuelta del libedes constitucionales que permite,
ralismo, pero fracasan uno tras
bajo la nueva legalidad absoluotro.
tista, el regreso al poder de los
Por fin triunfa un pronunrepresentantes del Antiguo Régiciamiento: el que realiza el temen en Marbella, con Alfonso M.ª
niente coronel Rafael de Riego
Roldán al frente291. Como puede
en Cabezas de San Juan el 1 de
enero de 1820, que se convertirá,
apreciarse, el sistema tradicional
según Artola, en «el primer asalto
aún tardará en modificarse, pero
victorioso a la fortaleza del legilos primeros síntomas del cambio
timismo continental (…) España
ya se han manifestado.
y su texto constitucional se conLa vuelta de Fernando VII
vertirían en el centro y el modelo
se caracteriza por la represión de
de las revoluciones europeas»296.
los defensores del liberalismo, lo
que se refleja en Marbella al peSin embargo el pronunciamiendirse informes sobre determinato de Riego no consigue el éxito
das personas: nobles, regidores,
esperado y tendrá que recorrer
e incluso presbíteros y beneficiaAndalucía proclamando la Constidos del clero292.
tución en las poblaciones por las
Juan Van-Halen
La huida, el refugio en la
que pasa ante la indiferencia de
Fuente: Anónimo - Museo Naval, Madrid
clandestinidad (masonería, inimuchos vecinos y con el apoyo de
ciativas conspiradoras) será la única salida para
otros, por lo que con el paso del tiempo el levanpreparar un nuevo asalto al poder, pues sólo retamiento pierde fuerza. Una serie de movimienconquistándolo podía hacerse viable el proceso
tos (Quiroga en Cádiz, Azevedo en La Coruña,
AHMMb, AACC, 19 de mayo de 1814.
AHMMb, AACC, 19 de mayo de 1814.
290
AHMMb, AACC, 27 de mayo de 1814.
291
AHMMb, AACC, 9 de agosto de 1814. Alcalde: Alfonso M.ª Roldán. Regidores: Alfonso Fernández Barrios, Manuel Artola, Luis
M.ª Alcocer, Joaquín Millán. Diputados del Común: Andrés Alonso y Moral, Rafael de Toro, Benito López. Síndico del Común: Pedro
García, Juan Valderrama. Procurador General: Fernando Espinosa. En diciembre se renuevan los cargos.
292
AHMMb, AACC, 2 y 6 de agosto de 1814. Se piden informes al Ministerio de Gracia y Justicia sobre el corregidor Alfonso Mª
Roldán y sobre otros personajes como los regidores Alonso Fernández Barrios, Manuel de Artola, el secretario Alejandro Manuel
Aguado, los nobles Juan Alonso Torralba, Miguel A. Aguado, D. Juan Chinchilla, Luis Alcocer; el presbítero Diego Morito y los beneficiados José Martín Cantos y Bartolomé Martín.
293
ARTOLA, M.: «La España de Fernando VII…», op. cit., 1992, p. 616.
294
Sobre la vida novelada de este personaje puede consultarse la obra de Pío BAROJA: Juan van-Halen: el oficial aventurero, Madrid, Espasa-Calpe, 1970. Entre otras aparece citado por Benito PÉREZ GALDÓS en Los Ayacuchos. También hay una autobiografía
titulada Memoires de don Juan van-Halen, Renouard, París, 1827.
295
FUENTE, V. de la: Historia de las sociedades secretas, antiguas y modernas en España y especialmente de la Franc-masonería, MadridLugo: Imp. a cargo de D.R.P. Infante, 1874- 81, pp. 146 a 151 y 181. (Cf. Texto de la obra original en http://es.wikisource.org).
296
ARTOLA, M.: La España de Fernando VII…, op. cit., p. 801.
288
289
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Ballesteros en Madrid…) forzarán al rey a jurar la
Constitución de 1812, el 8 de marzo. Nos consta
que Riego pasa por Marbella camino de Málaga297,
y posiblemente estuviera en esta ciudad a mediados de marzo (a la que vuelve el 26 de septiembre
de 1822)298. El 14 de marzo se reciben noticias de
la publicación del Manifiesto del rey a la Nación Española y al día siguiente se produce la proclamación de la Constitución de 1812299.
El nuevo gobierno no sólo restablece la
Constitución sino que libera a los presos políticos, suprime la Inquisición300 y repone las antiguas autoridades constitucionales destituidas en
1814, aunque, en Marbella, el Jefe Superior Político no lo permite, pues lo considera una arbitrariedad y ordena que se realicen las correspondientes elecciones301. Efectuadas éstas se nombrará el nuevo ayuntamiento el 17 de abril de
1820, presidido por Francisco Granados302. Unos
días antes se había publicado la Constitución y
los nuevos regidores la juran el 20 de abril303.
Por otro lado, el antiguo corregidor, Marcos Cachapero, medianamente restablecido de
su enfermedad, se aproxima a jurar la Constitución como Juez de Primera Instancia el 24 de
marzo de dicho año304. Otro cambio significativo,
será el que se produzca en abril de 1820, en el
que se coloca una placa en la plaza que, desde
entonces, tomará el nombre de la plaza de la
Constitución305.
El nuevo régimen liberal también se pone
a la defensiva y, a igual que hicieran los absolutistas en 1814, solicita informes sobre determinados empleados del ayuntamiento supuestamente adversos y que ocupan puestos importantes,
la mayoría relacionados con la Hacienda306.
Otro de los símbolos del cambio, un poco
tardío en Marbella pues el decreto se publicó el
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
24 de abril, será la creación, el 30 de noviembre
de 1820, de la Milicia Nacional, pieza clave para
los liberales a cuyo frente se coloca al capitán
don Cristóbal Villalobos307. Dicha milicia está
formada por un número amplio de miembros,
171, aunque mal armados ya que al pedir armas
al capitán de la Compañía Fixa de Infantería sólo
les entregara 54 fusiles (38 con bayonetas) por lo
que la mayor parte están desarmados308. Quizá
por eficacia este número se ha reducido a 77 en
febrero de 1821309. El problema del armamento
tratará de solucionarse sacando dinero mediante
la organización de una novillada310.
La falta de fondos económicos y el deseo
de eliminar el peso de la Iglesia en el Antiguo Régimen lleva a las Cortes liberales a hacer una ley
desamortizadora, el 1 de octubre de 1821, por la
que se suprimen todos los monacales, colegios
regulares y conventos de órdenes militares, a la
vez que se suprimían todos los conventos que no
llegasen a 24 monjes. Esta ley también tendrá su
repercusión en Marbella ya que se producirá la
supresión de los conventos de San Juan de Dios y
de San Francisco con la consiguiente exclaustración, aunque siete de los monjes secularizados
solicitarán inscribirse en la Milicia Nacional311.
Sin embargo, las presiones sobre los regulares
exclaustrados llegan a su culmen en junio cuando se recibe una circular del Jefe Superior Político de 17 de mayo ordenando que todos los
regulares salgan del pueblo312. Abundando en lo
anterior y en el mismo sentido hay que inscribir
las medidas ordenando que no se pague nada a
la Iglesia salvo por el Corpus, en las fiestas patronales y en el aniversario de la Constitución313.
Lógicamente todas estas medidas, y lo que en sí
suponían, no iban a aceptarse de forma pasiva,
especialmente por el alto clero, que toma par-
297
AHMMb, AACC, 26 de abril de 1820. El propio Rafael del Riego pedirá un documento de buena conducta a su paso por esta
ciudad.
298
AHMMb, AACC, 26 de septiembre de 1822.
299
AHMMb, AACC, 15 de marzo de 1820.
300
La Inquisición había sido suprimida por la Constitución de 1812 y por el decreto que la desarrolla de 22 de febrero de
1813. Repuesta por Fernando VII será nuevamente suprimida por el decreto de 9 de marzo de 1820. Con anterioridad había sido
suprimida por José I.
301
Cf. AHMMb, AACC, 8 de abril de 1820.
302
AHMMb, AACC, 17 de abril de 1820.
303
AHMMb, AACC, 20 de abril de 1820.
304
AHMMb, AACC, 24 de marzo de 1820. Como se puede comprobar en las AACC, el antiguo corregidor aunque cesa como tal
jura la Constitución y continuará como Juez de Primera Instancia hasta que fallece en el mes de mayo de 1820 (cf. AACC 12 de mayo
de 1820) momento en el que es nombrado para sustituirle Josef M.ª Escobar.
305
AHMMb, AACC, 26 de febrero de 1821.
306
Cf. AHMMb, AACC, 11 de julio de 1820 y 7 de agosto de 1820. Son funcionarios de Hacienda como Josef M.ª Escobar, Baltasar
Aguado, J. Joaquín Quintero y Benito de Hoces.
307
AHMMb, AACC, 30 de noviembre de 1820. Estaba formada por un capitán, dos tenientes, un sargento primero, cinco sargentos segundos, seis cabos, seis cabos segundos y 148 soldados.
308
AHMMb, AACC, 10 de enero de 1821.
309
AHMMb, AACC, 26 de marzo de 1821. Ahora consta de un capitán, dos tenientes, un sargento primero, tres sargentos, cinco
cabos y 63 soldados.
310
AHMMb, AACC, 13 de abril de 1822.
311
AHMMb, AACC, 25 de enero de 1822 y 26 de febrero de 1822. Son José de Mesa, José Molino; José Canseco, Cristóbal Carrero, A. Ríos, José Manilo, Agustín Amadeo.
312
AHMMb, AACC, 3 de junio de 1822.
313
AHMMb, AACC, 3 de junio de 1822.
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tido contra los liberales, por lo que se advertirá
a los predicadores cuaresmales que no mezclen
en sus sermones «especie alguna contraria a la
Constitución»314.
Como nos muestra Juan Francisco Fuentes315, el régimen liberal aún no se ha asentado
sobre bases firmes, incluso nos encontramos
con una confusa dualidad de poderes entre el
nuevo gobierno y las juntas locales que tendrán
un importante protagonismo. Además el liberalismo se divide, pugna por la ley de imprenta, la
creación de sociedades patrióticas, la reunión
de Cortes, la reforma de la constitución (en temas como el sufragio y la ley de cámaras), entre
la tendencia moderada —que representa el liberalismo doceañista, institucional u oficialista,
apoyado por las clases propietarias: burguesía,
terratenientes, clases medias profesionales y
con líderes como Toreno, Muñoz Torrero, Martínez de la Rosa, Villanueva— y el liberalismo de
base, más radical próximo a las clases medias
y populares, los exaltados cuyos representantes
eran Alcalá Galiano, Istúriz, Moreno Guerra, Calatrava, Moreno Alpuente y Flórez Estrada316. Tal
como señala Artola, «a partir de 1821 la situación española refleja un doble enfrentamiento.
Los gabinetes moderados de Bardají y Martínez
de la Rosa son combatidos por los exaltados
que les niegan carácter representativo en tanto
comienzan a organizarse partidas realistas que
intentan acabar por las armas con el régimen
constitucional»317. Por otro lado, aparece una
oposición absolutista legitimista que desde el
mismo año de 1820, con el «Manifiesto que los
amantes de la monarquía hacen a la nación española, a las demás potencias y a sus soberanos
del marqués de Mataflorida, defienden la reacción, los mayorazgos, las inmunidades y rentas
eclesiásticas, la Inquisición…» sin la menor referencia a la Constitución318.
Habrá más intentos para acabar con el
incipiente liberalismo. Se forman partidas absolutistas en diversas zonas de la península, formadas en ocasiones por antiguos guerrilleros que
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
habían luchado contra los franceses y que también se aproximan a Marbella. En mayo de 1821
llegan noticias reservadas, del Jefe Superior Político de Algeciras al alcalde de Estepona, sobre
un aviso anónimo de «revolución armada»319. A
la vez se dan órdenes de búsqueda y captura de
los líderes facciosos más significativos, como el
guerrillero Pedro Zaldívar320. Al año siguiente,
tras el fracaso del intento golpista absolutista de
la Guardia Real de El Pardo (7 de julio de 1822)
gracias a la actuación de la Milicia Nacional madrileña, se sustituye el gobierno moderado de
Martínez de la Rosa por el exaltado de Evaristo
San Miguel (el que fuera autor de la letra oficial
del Himno de Riego)321.
Los efectos de esta intentona también se
reflejan en Marbella, donde llegan noticias de
particulares cuatro días después322 y las oficiales del Jefe Superior Político con una semana de
retraso323. En este contexto surgen desórdenes
y alborotos e insultos al alcalde324, los síntomas
de nerviosismo y de cambio en la evolución de
los acontecimientos son evidentes, especialmente cuando se conoce la proximidad de facciosos
con tambor y «bandera blanca con Cruz Roja»
que iban hacia Jubrique325, y se recibe información sobre lo ocurrido en Ronda con los facciosos José Aguilar y Sebastián Tinoco326. Ante ello
se convoca mediante bando a la Milicia Nacional, pero no tendrá la respuesta esperada, por lo
que se amenaza con poner una multa de cuatro
ducados a los individuos que falten a la nueva
reunión327. También aparecen pasquines en las
casas de los liberales328. Por todo ello no es de
extrañar el ambiente de miedo que se respira,
no sólo entre los liberales, sino en general en el
pueblo. En este contexto se produce el destierro
de la diócesis de Málaga de su obispo, Alonso
Cañedo Vigil (antiguo diputado a Cortes por Asturias de ideología absolutista, presidente de las
Cortes de Cádiz durante poco más de un mes329,
que había sido nombrado obispo de Málaga por
Pío VII en 1814 y tomó posesión en 1815330).
Aunque en las fuentes de la diócesis se cita que
AHMMb, AACC, 5 de marzo de 1821.
FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen (1808-1868) Política y sociedad, Madrid, Síntesis, 2007, pp. 51-52.
316
ARTOLA, M.: Partidos y..., op. cit., p. 209.
317
ARTOLA, M.: La burguesía…, op. cit., p. 48.
318
ARTOLA, M.: Partidos y…, op. cit., pp. 213 y 214.
319
AHMMb, AACC, 3 de mayo de 1821.
320
AHMMb, AACC, 13 de mayo de 1821.
321
ARTOLA, M.: Partidos y…, op. cit., p. 212.
322
AHMMb, AACC, 11 de julio de 1822.
323
AHMMb, AACC, 15 de julio de 1822.
324
Cf. AHMMb, AACC, 15 y 17 de julio y 28 de agosto de 1822.
325
AHMMb, AACC, 3 de agosto de 1822.
326
AHMMb, AACC, 6 de agosto de 1822.
327
Cf. AHMMb, AACC, 7 de agosto de 1822 y AACC, 9 de agosto de 1822.
328
AHMMb, AACC, 22 de agosto de 1822.
329
Relación de presidentes de las Cortes. El obispo fue presidente entre el 24 de diciembre de 1810 y el 23 de enero de 1811
en la legislatura de 1810 a 1813. Cf. Página oficial Congreso de los Diputados.
330
En la página web del Obispado de Málaga (Cf. http://www.diocesismalaga.es), bajo el título de Episcopologio, aparece una
reseña biográfica de este obispo realizada por don Manuel LUENGO TAPIA sobre los libros Historia de la Diócesis de Málaga de los RR.
314
315
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43
Antonio Rodríguez Feijóo
el motivo de la expulsión fue la acusación de fomentar la rebelión contra el sistema político instaurado en el trienio constitucional, atribuyendo
su salida hacia Gibraltar a una decisión personal
por la persecución de los revolucionarios y, por la
extrema necesidad y pobreza, sin embargo en las
Actas Capitulares del Ayuntamiento de Marbella
consta que hay una orden del Ministerio de Gracia
y Justicia con la extradición del obispo, por resolución 23 de agosto, por lo que solicitan un pasaporte al Ayuntamiento331, así como la correspondiente protección mientras está a la espera para
embarcar hacia Gibraltar. También solicitan que se
haga una relación de los que le acompañan332.
El Ayuntamiento no parece enterarse de
lo que se avecina. Aparecen noticias anónimas
de contactos entre las fuerzas navales francesas y
los facciosos333, y también de la llegada a Málaga
del faccioso Zaldívar, por lo que se pide la aplicación de la Ley Marcial de abril de 1821334. Incluso
se reciben noticias de que los seguidores de Zaldívar se reúnen en el municipio335. Sin embargo,
las medidas que toman son escasas, a pesar de
que se dan órdenes de que se formen Compañías de a pie y a caballo para la vigilancia de los
caminos336, e incluso el Jefe Superior Político les
advierte de las noticias que han llegado a sus oídos, y que son negadas por los munícipes, en las
que se asevera que en Marbella «se cometen desordenes, se abrigan vagos, jugadores, malentretenidos, enemigos del sistema insultan a los prohombres sin tomar medidas el ayuntamiento»337,
e incluso se incluye esta cancioncilla que al parecer están en boca de algunos:
«Que dolor de Compañía/que dolor de
Capitán/ Estos pobrecitos Gefes/ Donde
hiran a parar/ Ballan a guardar cochinos
que es cosa muy regular/ Pues a la Junta de
Provincia/ Los ha mandado retirar»338.
El miedo continúa en el nuevo año 1823.
Hay noticias sobre la amenaza de la cuadrilla del
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
guerrillero Francisco Gómez Pantisco, que inquieta a la población339. Mientras, los triunfos
sobre los absolutistas son celebrados con actos
religiosos como el Te Deum por la rendición de
Urgell a Espoz y Mina340. En esa ciudad se había
formado, en agosto de 1822, un gobierno absolutista presidido por el marqués de Mataflorida y
por dos vocales: el barón de Eroles, y el arzobispo Jaime Creix, todos contrarios al liberalismo.
Por temor a una posible invasión, Fernando VII
y el gobierno liberal, se había trasladado a Sevilla y luego a Cádiz. En Marbella la situación se
complica durante la Semana Santa por excesos
de los cofrades que acuden con máscaras, palos,
escobas y esteras como escapularios. Por ello
el Ayuntamiento liberal decide prohibir las procesiones, aunque no será aprobado por el Jefe
Superior Político al no haber antecedentes341. Se
les permitirá, aunque sin túnicas y con el cierre
de las tabernas342.
1.4. La Década Ominosa (1823-1833)
El 7 de abril, se produce la invasión de los
«Cien Mil hijos de San Luis» al mando del duque
de Angulema, sin previa declaración de guerra.
Ese mismo día en Marbella ya hay noticias de la
amenaza de una posible invasión, y en previsión
se ordena la realización de un inventario y recoger las alhajas de los conventos suprimidos343.
Además, se procederá a tomar las medidas para
la defensa frente a ese «ejército de esclavos» como
en la «Guerra de la Independencia»344. Por decreto
23 de abril se recibe la orden de declaración de
guerra a Francia345. A pesar de ello, Marbella no
tiene medios de defensa ya que sólo cuenta con la
Compañía de Inválidos Hábiles y la Milicia Nacional346,
aunque hace todo lo posible para buscarlos, incluso se pide que se desentierren los cañones de
bronce que estaban junto al castillo de San Luis
desde la retirada de los franceses para ver si están
en estado de servicio347.
Otra vez los símbolos serán los primeros
en caer. Se sabe que los serranos, al mando de
PP. don Lisardo Guede y Fernández y don Rafael Gómez Marín, Episcopologio de la Diócesis de Málaga del P. don Francisco Mondéjar,
SJ, y el Boletín Oficial de la Diócesis.
331
AHMMb, AACC, 30 de agosto de 1822.
332
AHMMb, AACC, 31 de agosto de 1822.
333
AHMMb, AACC, 8 de septiembre de 1822.
334
AHMMb, AACC, 12 de septiembre de 1822.
335
AHMMb, AACC, 24 de septiembre de 1822.
336
AHMMb, AACC, 10 de diciembre de 1822.
337
AHMMb AACC, 24 de diciembre de 1822.
338
AHMMb, AACC, 24 de diciembre de 1822.
339
AHMMb, AACC, 20 de febrero de 1823.
340
AHMMb, AACC, 24 de febrero de 1823.
341
AHMMb, AACC, 23 de marzo de 1823.
342
AHMMb, AACC, 27 de marzo de 1823.
343
AHMMb, AACC, 7 de abril de 1823.
344
AHMMb, AACC, 28 de abril de 1823.
345
AHMMb, AACC, 4 de mayo de 1823.
346
AHMMb, AACC, 4 de julio de 1823.
347
AHMMb, AACC, 12 de junio de 1823.
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Antonio Rodríguez Feijóo
Bartolomé Espinosa, vienen con intención de derribar la lápida de la plaza de la Constitución348. El
Trienio Liberal acaba en Marbella el 25 de julio de
1823, momento en que se repone el ayuntamiento
de 1820, excepto Alfonso M. ª Roldán (que será
purificado aunque más adelante reintegrado)349,
Jacobo de Zafra y el síndico Francisco Álvarez por
haber sido miembros de ayuntamientos constitucionales350. Al frente del nuevo ayuntamiento se
pondrá a un nuevo corregidor interino, Juan Florencio Guzmán. De nuevo el ritual de los cambios:
se nombra un corregidor como representante de
rey en los municipios, con lo que ello significa de
eliminación del sistema electoral constitucional;
también se suspende la Milicia Nacional (importante apoyo del sistema liberal) y se forma a la Compañía de Infantería Fixa (al mando del capitán Juan
Díez de Oñate) y una Partida Realista (al mando del
subteniente Luis Mazoti) que incluye a solteros o
viudos entre 17 y 40 años de Ojén, Istán y Benahavís351; además se cambia la placa de la plaza de
la Constitución, que ahora pasará a llamarse plaza
Real352. No debemos dejar de citar la aparición de
los correspondientes informes e incluso, años después, las compras de títulos nobiliarios353.
Fernando VII se asienta de nuevo en el
poder como monarca absolutista y la revancha
no se hará esperar: el exilio, las depuraciones
(purificación) e incluso las ejecuciones estarán a
la orden del día. Serán años de persecuciones de
todo cuanto suene a liberal, protagonizadas en
muchos casos por los Voluntarios Realistas que
actuaban con patente de corso en las zonas donde casi no llegaba el Estado.
En este periodo los liberales no desisten
y durante esos años se producen diversos intentos de restaurar el orden constitucional. El 3
de agosto de 1824 el coronel Francisco Valdés
sale de Gibraltar con unos doscientos hombres,
y sorprende la plaza de Tarifa, incorporando á
su gente los presidiarios y otros muchos comprometidos como el carbonario italiano Merconchini que desembarca en Marbella aunque ante
el fracaso de la intentona consigue huir354. Sin
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
embargo, otros no lo logran, pues nos consta
que hay presos revolucionarios procedentes de
Gibraltar encarcelados por invadir la ciudad el 7
de agosto de 1824355.
Posiblemente esta incursión sea el detonante del intento de reforzar la defensa de la ciudad con una ampliación a una segunda Compañía
de Voluntarios Realistas, tal y como le corresponde por la situación y el vecindario de la ciudad.
Para ello, se hace una proclama invitando a los
marbellíes a alistarse356, pero sólo se apuntan doce357. Por ello se atribuye la responsabilidad a la
apatía del corregidor Antonio Gabriel Cánovas,
que se disculpa por la cantidad de exclusiones,
según informa el coronel Ildefonso M. Monesterio358. Este corregidor será suspendido en 1831
del cargo que tenía desde 1824, por «la criminal
conducta moral y política»359. Estas acusaciones
de amistad con los masones, de tener comunicaciones con Gibraltar, de revelar secretos de la
policía, de estar unido a los contrabandistas, de
dejar fugarse a los revolucionarios, de ser enemigo de los realistas, e incluso, de apropiarse de
las multas para su bolsillo y estar amancebado.
Estas acusaciones eran suficientemente graves
como para provocar su cese360, salió bajo fianza
en 1831361, se atribuyeron acusaciones falsas, no
volvió a ocupar el puesto que poseía como corregidor en Marbella, aunque cobrará posteriormente los atrasos correspondientes en su nuevo
destino362.
El miedo al contagio revolucionario francés producirá un incremento de la represión en
España. Desde octubre de 1830 se producen varios intentos liberales con partidas desde Francia. En noviembre de ese año, se reciben noticias
en Marbella de la presencia de revolucionarios
en la plaza de Gibraltar. Por ello se forma un retén de realistas que colocan por la noche en las
playas363, al cual se une un refuerzo procedente
de Igualeja364, que estará pendiente de cualquier
posible movimiento de carácter liberal. Este «pábulo a los revolucionarios» es el reflejo que se
produce en Marbella ante la revolución acaecida
AHMMb, AACC, 24 de julio de 1823.
AHMMb, AACC, 27 de abril de 1826. Tras la purificación será rehabilitado.
350
AHMMb, AACC, 25 de julio de 1823.
351
AHMMb, AACC, 29 de julio de 1823 y 4 de agosto de 1823.
352
AHMMb, AACC, 3 de octubre de 1823.
353
AHMMb, AACC, 21 de diciembre de 1826 y 14 de marzo de 1827. En ellas se cita a Ildefonso Pérez de Vargas solicitando el
título de Marqués de Castellón a fin de comprarlo.
354
FUENTE, V. de la: Historia de las sociedades secretas..., op. cit., p. 371.
355
AHMMb, AACC, 30 de septiembre de 1824.
356
AHMMb, AACC, 2 de junio de 1827.
357
AHMMb, AACC, 6 de julio de 1827.
358
AHMMb, AACC, 23 de julio de 1827.
359
AHMMb, AACC, 7 de abril de 1831.
360
AHMMb, AACC, 18 de mayo de 1831.
361
AHMMb, AACC, 3 y 13 de enero de 1831.
362
AHMMb, AACC, 17 de diciembre de 1832.
363
AHMMb, AACC, 5 de noviembre de 1830.
364
AHMMb, AACC, 13 de noviembre de 1830.
348
349
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Antonio Rodríguez Feijóo
en Francia en julio de 1830 y servirá de acicate
para nuevas intentonas liberales (como la toma
de Torrijos de La Línea o los fracasados desembarcos en las costas malagueñas en los primeros
meses de 1831).
El 2 de marzo Torrijos consigue llegar a
la cala de Torre Nueva, noticia que se conoce en
Marbella al día siguiente365, aunque será un fracaso por la detención y posterior fusilamiento
de los implicados en esta intentona. Entre los 52
fusilados junto a Torrijos el 11 de diciembre de
1831, se encuentra un marinero de Marbella, Ramón Ibáñez366.
Vista de la Plaza de Riego (actualmente de la Merced) y
monumento a Torrijos, Málaga
Fuente: Grabado de P. Poyatos, Fundación Unicaja - ADE, Málaga
A pesar de reiterados y fracasados intentos, los liberales aún no han encontrado el momento oportuno para desarrollar su política. Este
momento llegará tras la muerte de Fernando VII,
con ocasión del problema sucesorio, pero no sin
la presión de los carlistas ultramontanos.
2. La transición hacia el nuevo régimen liberal (18331843)
El periodo clave, en cuanto a la transformación del Antiguo Régimen en un nuevo
sistema político y social de carácter netamente
liberal, será el comprendido entre 1833 y 1868.
Durante el periodo isabelino, especialmente en
los primeros años, se desmantela el A. Régimen
y se sustituyen las formas antiguas de propiedad señorial por la nueva propiedad burguesa,
se forma una burguesía agraria que se hace
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
dueña de la vida municipal, y la monarquía absoluta es sustituida por una monarquía constitucional y una administración moderna basada
en principios de racionalización, centralismo y
uniformización, con lo que se construye el Estado liberal367.
Ese proceso se desarrolla en dos etapas,
la primera de transición o de configuración del
sistema —en la que los liberales y la regente María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, viuda de Fernando VII, se apoyan mutuamente con el fin de
defenderse del enemigo común: los carlistas—
y una segunda etapa, en la que se producirá el
afianzamiento o consolidación de dicho modelo
político social.
2.1. La transición: entre carlistas y cristinos
Fernando VII se había casado en cuatro
ocasiones (María Antonia de Nápoles, Isabel de
Braganza, María Josefa de Sajonia y María Cristina de Borbón) pero sólo tuvo descendencia, femenina, de su último matrimonio (Isabel y Luisa
Fernanda), lo que servirá de disculpa para una
reclamación jurídica por un supuesto problema
sucesorio que encubre diferencias de fondo entre los partidos dinásticos. En realidad, el carlismo, que apoyan los partidarios de Carlos M.ª
Isidro, se apoya en un antiguo régimen caduco
anquilosado en viejas herencias medievales, con
un integrismo católico que niega cualquier reminiscencia liberal e incluso se opone a la desaparición de un régimen gremial en peligro por el
peso del incipiente capitalismo industrial. Todo
ello sustentado en una ideología foralista (en
sintonía con los nacionalismos históricos románticos europeos) que se enfrenta a cualquier intento de centralismo. Por todo ello representa el
contrapunto del incipiente liberalismo368.
La noticia del futuro enlace se conoce en
Marbella en octubre de 1829369, dos meses antes de producirse. Más tarde se tendrá noticia
del embarazo de la reina y se harán las correspondientes rogativas en el mes de mayo, quinto
mes de su embarazo370. Este llegará a término,
en septiembre de 1830371, con el nacimiento de
una niña que será reconocida como princesa de
Asturias por los munícipes en octubre de dicho
año372. Casi dos años después, el 31 de enero
de 1832, nacerá su hermana la infanta Luisa Fer-
AHMMb, AACC, 3 de marzo de 1831.
Cf. FUENTE, V. de la: Historia de las sociedades secretas…, op. cit., p. 374. Ramón Ibáñez sale de Gibraltar y será el piloto de la
barcaza Santo Cristo del Grao y oficial de la milicia de Valencia que los lleva hasta las costas de Fuengirola. Aparece en la lista de
la plaza de la Merced de Málaga. Al parecer aparece representado en el cuadro de A. Gisbert de pie en primer lugar a la izquierda.
367
JOVER ZAMORA, J. M.ª: «Prólogo» a La era isabelina y el sexenio democrático (1834-1874), Historia de España de Menéndez Pidal,
Tomo XXXIX, Espasa-Calpe, 1981, p. XXVI.
368
Cf. MARTÍ, C.: «Afianzamiento y despliegue del sistema liberal», Revolución burguesa, oligarquía y constitucionalismo (18341923), en Historia de España. Tuñón de Lara, Tomo VIII, Barcelona, Labor, 1981.
369
AHMMb, AACC, 8 de octubre de 1829. El matrimonio se celebra en Aranjuez el 11 de diciembre de 1829.
370
AHMMb, AACC, 17 de mayo de 1830.
371
AHMMb, AACC, 13 de septiembre de 1833.
372
AHMMb, AACC, 28 de octubre de 1830.
365
366
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nanda373, pero en ningún momento un hermano
varón.
2.1.1. El problema sucesorio
El problema sucesorio se plantea especialmente en el verano de 1832 durante los sucesos
de la Granja, en el momento en que Fernando
VII enferma gravemente y los partidarios de su
hermano Carlos M.ª Isidro, entre ellos Calomarde, que nunca habían aceptado a Isabel como
heredera, presionan a la reina para que derogue
la Pragmática Sanción. Ésta será restablecida por
el rey cuando se recupere y reforme el gobierno
sustituyéndolo por personas más moderadas: cae
Calomarde como ministro de Estado y nombra a
Cea Bermúdez. Este acontecimiento acerca a Fernando VII a los liberales que, tras su muerte, se
vincularán con el futuro de la monarquía que representa la nueva reina.
Pero no será sólo una mera cuestión dinástica, sino que, tal y como señala Artola, «la defensa de sus derechos encubre el conflicto entre dos
tendencias y aún más entre dos sectores de la sociedad cuyas demandas resultan excluyentes»374.
Los carlistas no sólo eran absolutistas, defendían
la plenitud del Antiguo Régimen y el mantenimiento de la Inquisición, por lo que el problema
jurídico, sobre los derechos al trono, no es sino el
pretexto que sirve para desencadenar el conflicto
que existía entre dos tendencias políticas y, aún
más, entre dos grupos sociales que no aceptaban
convivir375. María Cristina necesitará apoyarse
en los liberales para defender el trono de su hija
Isabel II frente a los partidarios del pretendiente
don Carlos, claro representante del Antiguo Régimen. De esta forma los liberales asumirán paulatinamente los puestos clave y desde ellos colaborarán de forma efectiva en la transformación
del sistema, sustituyéndolo por otro más acorde
a sus intereses, aunque con las dificultades inherentes a un régimen que se niega a desaparecer y
obstaculiza cualquier intento de cambio.
Este proceso de transición hacia el constitucionalismo liberal se manifiesta en la elaboración
de una carta otorgada, el Estatuto Real, recurso
pseudoconstitucional de apariencia parlamentaria,
que intenta evitar la reimplantación de la Constitución de Cádiz y en el que la reina tendrá extensos
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
poderes, con lo que se limitan los principales derechos, libertades y la soberanía nacional376.
Marbella recibe el 15 de abril de 1833, meses antes de la muerte del rey, un oficio de la Secretaría de Gracia y Justicia por la que se ordena que
«se cumpla lo que determinan los cuatro ejemplares del testimonio de actas de Cortes de 1789 sobre restablecimiento de la antigua ley y costumbre
inmemorial en la sucesión de la Corona de España
[...] cuyos documentos produjeron la Real Pragmática sanción de 1830»377. Es decir, se informa con
claridad de la supresión de la Ley Sálica y de la vuelta a la tradición de las Siete Partidas de Alfonso X,
a fin de que la primogénita de Fernando VII fuese
reconocida como legítima heredera del trono.
Sin embargo no todos están de acuerdo
con este planteamiento por lo que tras la llegada
al trono de Isabel II, el 29 de septiembre, comienzan una serie de levantamientos carlistas, el primero de ellos será el de los Voluntarios Realistas
del día 3 de octubre en Talavera de la Reina dirigido por Manuel M.ª González378, seguido dos días
después por el que dirige el marqués de Valdespina en Bilbao379. Este es el comienzo de un movimiento carlista a favor del hermano de Fernando VII, Carlos M.ª Isidro. Para evitar algo similar
se reorganiza en Marbella la Primera y Segunda
Compañía de Voluntarios Realistas a cuyo mando
se encuentra Antonio Domínguez Alburquerque,
que separará de ella a todos aquellos individuos
que no considera adictos a la Regente380.
El 5 de noviembre de 1833, poco más de un
mes después del advenimiento al trono de Isabel
II, se proclamará en Marbella a Isabel II y a la Reina Gobernadora, la regente María Cristina de Borbón, bajo la costumbre tradicional. Para ello, ante
la falta de Alférez Mayor que la nombre y eleve el
pendón, se eligió a Francisco de Asís Roldán «por
su nobleza» (valor aristocrático del Antiguo Régimen) y «posibilidades» (valor económico, pues es
uno de los mayores contribuyentes). También por
«su adicción a los derechos de sucesión directa de
la monarquía»381, es decir, por apoyar a Isabel II.
Aunque no todos los presentes la apoyarán.
2.1.2. Los rescoldos absolutistas. Los carlistas
Una de las primeras medidas de los cristinos para evitar la extensión a Marbella del foco
AHMMb, AACC, 13 de febrero de 1832.
ARTOLA, M.: La burguesía…,op. cit., p. 48.
375
ARTOLA, M.: La España de Fernando VII…, op. cit., pp. 925-926.
376
ESTEBAN, J. de: Las constituciones de España, Madrid, Taurus, 1982, p. 19.
377
AHMMb, AACC, 15 de abril de 1833.
378
Cf. BURGO, J. del: «A los 160 años…», Boletín carlista de Madrid, Diciembre de 1993. Disponible en http://centrodeestudiosgeneralzumalacarregui.wordpress.com.
379
TUÑÓN DE LARA, M.: La España del siglo XIX, Barcelona, Laia, 1980, p. 96.
380
AHMMb, AACC, 21 de octubre de 1833. Antonio Domínguez Alburquerque hijo de Antonio Domínguez Vargas será miembro
de la elite político económica de la Marbella del XIX que continúa en la figura de su hijo Tomás Domínguez Artola y en el cuñado de
este último Joaquín Chinchilla y Díez de Oñate, casado con Francisca Domínguez Artola. Cf. CASADO BELLAGARZA, J. L.: «El fin de una
dinastía: Los Domínguez de Marbella. I. La herencia de Antonio Domínguez Alburquerque (1806-1866)», Cilniana, 15, 2002, p. 17.
381
AHMMb, AACC, 5 de noviembre de 1833.
373
374
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47
Antonio Rodríguez Feijóo
carlista será la de informar, y en su caso depurar,
a los que consideran adictos al pretendiente D.
Carlos. El corregidor, José M.ª López Díaz, actúa
con rapidez, puesto que ya había pedido información acerca de la conducta del teniente de
carabineros Tomás Fernández Díaz el día de la
proclamación de la reina Isabel II. Del mismo se
deduce que no sólo se había negado a dar vivas a la Reina, a pesar de las indicaciones de los
vecinos, sino que además «se le ve acompañado
de personas que este pueblo tiene marcadas por
adictas al D. Carlos». Es decir, existe en Marbella un pequeño foco de individuos que, públicamente, defienden el absolutismo carlista y que,
además, se reúnen con frecuencia y de los que
se sospecha que tratan de formar un grupo con
intención de ir a Portugal, donde se encuentra el
pretendiente, a fin de presentarse ante él. Entre
los supuestos seguidores de don Carlos figuran
el administrador de rentas Antonio Solier; el oficial de las mismas, Pedro Pareja, que a la vez era
teniente retirado y excomandante de los Voluntarios Realistas de Marbella; el boticario Miguel
de Torres; el presbítero, José de Mesa; el médico
titular, Francisco Salgado; el Visitador de Rentas,
Antonio López Arjona; el Escribano de número,
Baltasar M.ª Aguado; el excapitán de los Voluntarios Realistas, Francisco Quiñones; el encargado
de Correos, José Burel, y el ex Secretario de la
Subdelegación de Policía de Marbella, Ildefonso
Martín. Como vemos, destaca el núcleo relacionado con la Hacienda, pero más aún el de los
antiguos Voluntarios Realistas al igual que el relacionado con la policía del antiguo régimen, sin
faltar, para completar el cuadro, el médico, el boticario y un representante del clero382. Además se
nombran a veinte vecinos voluntarios a los que
se les arma para que custodien el pueblo383.
Para reforzar la ciudad, en enero de 1834,
se forma la Milicia Urbana384 que sustituirá en la
vigilancia de la playa a la Brigada de Carabineros
en 1835385.
Años después, cuando la primera guerra
contra los carlistas esté próxima su fin, en noviembre de 1836, se reciben noticias de aproximaciones a Marbella de la expedición del Mariscal de Campo carlista, el andaluz Miguel Gómez
Damas que, desobedeciendo órdenes superiores,
inició una expedición entre junio y diciembre de
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
1836 por gran parte de España y llegó hasta Andalucía. José Bernal ha dejado constancia en un
interesante artículo386 de la aproximación de esta
expedición de Gómez a nuestro municipio. El 20
de noviembre salta la alarma por las noticias de
la toma de Ronda y la sospecha de que lleva ánimos de invadir Estepona y nuestra ciudad387. Por
ello se toman medidas para evitar desórdenes:
se crea una Comisión de Orden Público y se pone
a resguardo el archivo y los fondos municipales.
Aunque desde Casares una pequeña facción llega
a Estepona el día 22, se le impide acercarse por
la presión de las tropas de Alaix, acantonadas en
Marbella, con lo que tendrá que huir hacia San
Roque.
Al año siguiente los ciudadanos de Marbella se acogen a la suscripción voluntaria al socorro para las viudas y huérfanos de los que han
resistido en la invicta Bilbao388, cuyo cerco por
los carlistas se había levantado tras la victoria
de Espartero en Luchana el 24 de diciembre de
1836, aunque volverán a saltar las alarmas cuando se reciban noticias de «aproximación a las Andalucías» de la facción de Ramón Cabrera y de
Domingo Forcadell en 1837389, así como de la del
rebelde Basilio Antonio García a Jaén en 1838390.
2.2. El fracaso del régimen del Estatuto Real y el
Movimiento Juntero de 1835
La necesidad de una nueva organización
y reparto del poder territorial que permitiese el
control político gubernamental en perjuicio de
los movimientos junteros o de los carlistas, se
pondrá de manifiesto durante la presidencia de
Cea Bermúdez, en noviembre de 1833, con su
ministro de Fomento Javier de Burgos, el cual
procede a conformar la actual división provincial
a fin de conseguir la ansiada modernización de
la administración, su racionalización y centralización, pero encontró resistencias en los territorios del norte, en Navarra y País Vasco, y en el
antiguo reino de Aragón391.
La creación del nuevo régimen provincial
tiene su antecedente más lejano en la política reformista ilustrada de Carlos IV, ya que por R. D.
de 25 de septiembre 1799 se produce una división provincial por la que se crea, entre otras, la
provincia de Málaga que se independiza de la intendencia y junta provincial de Granada, aunque
AHMMb, AACC, 21 de diciembre de 1833.
AHMMb, AACC, 7de enero de 1834.
384
AHMMb, AACC, 10 de enero de 1834.
385
AHMMb, AACC, 17 de septiembre de 1835.
386
BERNAL GUTIÉRREZ, J.: «Marbella en el contexto de la primera Guerra Carlista (1836)», Cilniana, 13, 2000, pp. 62-69.
387
AHMMb, AACC, 20 de noviembre de 1836.
388
AHMMb, AACC, 15 de enero de 1837.
389
AHMMb, AACC, 5 de abril de 1837.
390
AHMMb, AACC, 19 de febrero de 1838.
391
JOVER ZAMORA, J. M.ª: «Prólogo», en La era Isabelina…, op. cit., p. LXVIII.
382
383
48
Cilniana 20/21, 2007 - 2008: 7-70
Antonio Rodríguez Feijóo
su aplicación tarde en completarse institucionalmente392. Esta división se mantiene con distintos
límites en la realizada por los invasores franceses, merced a los proyectos de los afrancesados
Llorente y Amorós, que dividen el territorio en
prefecturas o departamentos, aunque con escasa
influencia real. Pero también los liberales a partir
de la supresión de los señoríos y de la Constitución de Cádiz necesitan una reorganización del
territorio por lo que se le encargará su diseño
a Felipe de Bauzá en 1813 y, aunque no llegó a
aplicarse, servirá como base para la reforma del
Trienio Liberal realizada por R. D. de 27 de enero
de 1822, y desde ésta en la de Javier de Burgos
por R. D. de 30 de noviembre de 1833, que prácticamente se mantiene hasta la actualidad393.
Además esta reestructuración del territorio se completa con la división de la provincia en
partidos judiciales, a fin de mantener el control
de la oligarquía sobre los municipios394. Esta medida será insuficiente para superar la crisis de la
hacienda pública, por lo que tras la presión generada por los reformistas obligará a la regente
a cesarlo y sustituirlo por Martínez de la Rosa a
mediados de enero.
De la separación del antiguo reino de
Granada con los nuevos límites provinciales y de
la creación de las nuevas instituciones se dará
cuenta al ayuntamiento de Marbella años más
tarde, a comienzos de 1836, comunicando la
rectificación de los límites de la nueva provincia
de Málaga395, la instalación de la Diputación Provincial396, y la creación de partidos judiciales397.
El partido judicial estará formado por Mijas, Benalmádena, Ojén, Istán y Marbella, del que Mijas
propone a Coín como cabeza de partido.398 A lo
largo del siglo, Marbella conseguirá encabezar el
partido judicial en el que estarán Benahavís, Benalmádena, Fuengirola, Istán, Mijas y Ojén399.
De nuevo reaparece la Milicia Nacional,
que sustituye a los Voluntarios Realistas, aunque
con el nuevo nombre de Milicia Urbana y que se
constituye en Marbella el 10 de enero de 1834400,
y que se moviliza en noviembre del mismo año401,
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
en un contexto crítico tras los sucesos de finales
de julio en Madrid, después de la proclamación
del Estatuto Real (en abril de 1834), que dará lugar a la formación de las nuevas Cortes, en julio,
en plena epidemia de cólera, tras el asalto a los
conventos y el asesinato de frailes, así como por
el descubrimiento de una conspiración de exaltados conocida como La Isabelina402.
A lo largo del siglo, Marbella conseguirá
encabezar el partido judicial en el que
estarán Benahavís, Benalmádena,
Fuengirola, Istán, Mijas y Ojén
El nuevo gobierno había intentado congraciarse con los liberales mediante el Estatuto
Real, que era en realidad una carta otorgada insuficiente a todas luces para desarrollar la política de transformación que aquellos se habían
propuesto, tal y como se reflejaría en las 56 peticiones formuladas entre julio de 1834 y mayo
de 1835 las cuales, al verse rechazadas, determinaron, según Artola, «el abandono de los medios
políticos de acción en favor de la conspiración,
con esperanza de reconquistar el poder por medio de un pronunciamiento»403. Ello dará lugar a
partir de 1835 al inicio de la vía conspirativa. En
Marbella ya actúa la nueva Guardia Nacional en
septiembre de 1835 sustituyendo a la brigada de
Carabineros404, y el 6 de marzo de 1836 se nombran los nuevos oficiales405.
Una primera intentona se producirá tras
la sustitución, el 6 de junio de 1835, de Martínez de la Rosa —que representaba para los liberales la continuidad del espíritu del Estatuto
Real y que había pedido a la Reina Gobernadora
la disolución de las Cortes al no poder resolver
los problemas del país— por un gobierno más
liberal: el del conde de Toreno, que tenía como
pieza fundamental al ministro de Hacienda, Juan
Álvarez Mendizábal, que aún tardaría en llegar
de su exilio en Inglaterra.
392
Cf. BURGUEÑO RIVERO, J.: Geografía política de la España constitucional. La división provincial, Madrid, Centro de Estudios
Constitucionales, 1996.
393
En 1822 se diseña un mapa territorial con 52 provincias, en quince regiones, que en 1833, se convierten en 49 provincias
con el mismo número de regiones. A pesar de algunos cambios el número de provincias se mantiene hasta que por R. D. de 21 de
septiembre de 1927, durante la dictadura de Primo de Rivera la región de Canarias se divida en dos provincias, con lo que España
tendrá desde entonces las 50 provincias actuales.
394
JOVER ZAMORA, J. M.: «Prólogo», en La era Isabelina…, op. cit., p. LXXI.
395
AHMMb, AACC, 16 de febrero de 1836 (R. D. 30 de noviembre de 1833).
396
AHMMb, AACC, 31de enero de 1836 (Circular de 22 de enero de 1836).
397
AHMMb, AACC, 16 de febrero de 1836 (R. D. 21 de abril de 1834).
398
AHMMb, AACC, 16 de marzo de 1836.
399
I.N.E. Resultados Censo de 1900. p. 186.
400
AHMMb, AACC, 7 de enero de 1834.
401
AHMMb, AACC, 3 de noviembre de 1834.
402
CF. FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, op. cit., pp. 98-99.
403
ARTOLA, M.: La burguesía…, op. cit., p. 188.
404
AHMMb, AACC, 17 de septiembre de 1835 y 5 de marzo de 1836. Aparece la lista de los milicianos.
405
AHMMb, AACC, 6 de marzo de 1836.
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49
Antonio Rodríguez Feijóo
Tras los pioneros incidentes de la capital
malagueña en marzo de 1835 se habían sucedido otros en diferentes lugares de la España,
con especial violencia en Barcelona donde se
producirá la quema de conventos y de la fábrica
de «El Vapor» de Bonaplata y Cía. en la segunda
quincena de agosto. Según J. F. Fuentes, «aquel
movimiento un poco anárquico de violencia
descontrolada, casi siempre de violencia anticlerical, empezó a derivar en una insurrección
política en toda regla, con la formación de juntas locales que reclamaban un cambio político
de signo liberal-revolucionario según el modelo
juntero», lo que provocará la caída de Toreno y
la llegada al poder de Mendizábal en septiembre de 1835406.
Estos incidentes tendrán su réplica en
Marbella, donde al igual que en otras ciudades,
se formará la Junta Directiva dispuesta a colaborar con el Ayuntamiento, aunque parece que no
cuentan con apoyo suficiente, según se queja Tomás García, pues «debiendo esta junta trabajar
con la de la municipalidad ve con asombro que
no se hallan presentes otros que su Presidente y
Secretario». Ante ello, tras haber sido invitados
los miembros del cuerpo municipal y no presentarse deciden «se proceda a sustituirlos por otros
interinos que lejos de tibieza o debilidad diesen
pruebas positivas de amor a las Libertades Patrias». Entre los elegidos destacan: Francisco
Roldán, Jacobo García, Pedro Ortiz, Bartolomé
Quirós, Lucas Martín, Pedro de Castro, Fernando
Barragán, Roque Guerrero y don Juan de Flores.
Las medidas aprobadas definen su programa reivindicativo que, con orden y sensatez, apoyen el
movimiento de la capital malagueña y lo divulguen en los pueblos del entorno407.
Así se cumplen las instrucciones dadas por
la Junta Directiva de la Provincia que no reconocen el Gobierno de Toreno, «ínterin nuestra Reina
Gobernadora permaneciera en aquel estado de
coacción» y fuese sustituido por Mendizábal408.
Una vez se produce el cambio de gobierno los
nombrados interinamente solicitan ser cesados
en sus destinos insistiendo de nuevo en que «no
deseaban ni desean continuar» ya que el entrar
«a ocupar los expresados destinos lo fue llevados
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
del amor a la Patria y de las críticas circunstancias que ponían a ésta en el mayor conflicto; su
conformidad entonces nacía de un movimiento
que se dirigía a salvar a la Nación de los males
en que se veía envuelta por el Ministerio Toreno
de los que nuestra Augusta Soberana Gobernadora nos ha librado eligiendo sujetos dignos de
la confianza de los españoles»409.
Mendizábal, durante los siete meses de su
gobierno reinicia el proceso revolucionario suspendido desde 1823410, asume los nuevos valores
sociales como ningún otro ministro de Estado anterior411, con un estilo muy personal que a corto
plazo produjo hostilidad y puso a muchos de los
que le habían apoyado en su contra. A la vez generó el nacimiento de una nueva corriente política
con la división de los liberales entre moderados y
progresistas. En su truncada política de reformas
hay que destacar la creación de la Guardia Nacional, el proyecto de dotar al país de una nueva ley
electoral, la nueva ley de imprenta y comprometer la responsabilidad del Gobierno ante el parlamento. Pero fundamentalmente intentó resolver
el problema carlista con un refuerzo de soldados,
así como superar el problema financiero, existente desde la pérdida de las colonias, con la más
conocida de sus propuestas: la Desamortización
de los bienes del clero, con la consiguiente incautación por el Estado y su conversión en bienes
nacionales que pasarían a la venta412.
En Marbella se realiza una consulta sobre
la ley desamortizadora413 y se responde un mes
después indicando que en relación a la situación
de los monasterios que hay en este partido están ruinosos y no pueden servir más que para
hospital o fábricas414. Tras la desamortización de
los conventos de los Franciscanos y Trinitarios se
aprovecharán sus materiales por el crédito público415, de hecho la fuente de piedra que había en el
patio se coloca en Puente Málaga416. También se
pondrán a la venta alguna de las propiedades417, y
se llega a hacer un inventario de los bienes científicos y artísticos procedentes de dichos conventos418. En cuanto a sus tierras se informa que el
poseedor del solar y huerta del convento de San
Francisco es un vecino de Málaga llamado Rafael
López419. El convento de los Trinitarios será ena-
CF. FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, op. cit., p. 102.
AHMMb, AACC, 25 de agosto de 1835.
408
AHMMb, AACC, 26 de octubre de 1835.
409
AHMMb, AACC, 27 de octubre de 1835.
410
ARTOLA, M.: Partidos y…, p. 225.
411
DÍEZ DEL CORRAL, L.: El liberalismo doctrinario, Madrid, Instituto de Estudios Políticos, 1973, pp. 521-523.
412
Cf. FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, op. cit., p. 105.
413
AHMMb, AACC, 16 de febrero de 1836.
414
AHMMb, AACC, 16 de marzo de 1836.
415
AHMMb, AACC, 8 de abril de 1838.
416
AHMMb, AACC, 24 de mayo de 1838.
417
AHMMb, AACC, 7 de junio de 1838. Subasta de la casa n.º 3 de la calle de Los Dolores que pertenecía a los Trinitarios.
418
AHMMb, AACC, 25 de junio de 1838. La comisión está formada por personas inteligentes e íntegras: Manuel Zurita, Francisco Salgado, Tomás García, Antonio Palomares.
419
AHMMb, AACC, 25 de febrero de 1839.
406
407
50
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Antonio Rodríguez Feijóo
jenado el 10 de abril420, y fue cuartel de Caballería
e Infantería adquiriéndolo Antonio Hormigo421.
2.3. Del Estatuto Real al constitucionalismo liberal
1837
Dimite Mendizábal en mayo de 1836. Le
sustituye Francisco Javier Istúriz que disuelve
las Cortes, ante la falta de confianza de la cámara alta, y convoca elecciones, que, si bien
le son favorables, no parecen representar el
sentir general de la ciudadanía. Los progresistas, al considerar insuficiente el régimen del
Estatuto Real para sacar adelante el proyecto liberal, se vuelcan en la vía conspirativa e
inician un movimiento juntero que reclama la
Constitución de 1812.
La lucha se inicia en Málaga el 25 de
julio extendiéndose rápidamente a Marbella
donde cuatro días después se recibe un oficio
de Antonio Miguel del Álamo, Secretario del
Gobierno Civil y Jefe Político, que acompaña
un pliego cerrado dirigido a la corporación por
disposición de la Excma. Junta de Gobierno de
Málaga. El escrito fechado el día 27 estaba suscrito por Don Juan Antonio Escalante, Presidente de la Junta de Gobierno de la Provincia.
Con él se acompañaban varios ejemplares del
manifiesto dirigido por la Junta a la Reina. En
él se pedía que se nombrase «popularmente»
un representante para la Junta por este partido
Judicial, a la vez que se desea que se proceda
a jurar la Constitución de 1812. Esto será lo
más significativo del pronunciamiento ya que
al considerarse insuficiente el Estatuto Real
se ve más positivo volver a jugar un símbolo
plenamente liberal: la Constitución de la Monarquía Española de 1812. Se sigue el proceso
ordenado y según reflejan las actas capitulares se secundará el pronunciamiento de forma
unánime asistiendo al juramento las principales autoridades422.
Unos días después, el 9 de agosto, se
procede al alistamiento voluntario en la Milicia, de nuevo Nacional, para defender las libertades patrias423, que ya sabemos se convierte
en el símbolo por excelencia, no ya de los libeprogresista de
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
rales sino, fundamentalmente, de la corriente
progresista. Poco después el alcalde, Francisco
de Asís Roldán, será sustituido por Antonio
Domínguez Alburquerque424, aunque de nuevo
vuelva a ser alcalde a comienzo del año 1837425.
En Madrid se produce el motín de los
sargentos en La Granja del 12 de agosto con el
que fuerzan a la Regente la reposición, siquiera
temporal, de la Constitución de 1812, y la formación de un nuevo gobierno progresista. Éste será
presidido por José M.ª Calatrava y Mendizábal
vuelve como ministro de Hacienda. Ello conduce
a nuevas elecciones y a plantear nuevas reformas
políticas de carácter liberal entre las que destaca
la elaboración de una nueva constitución.
En Marbella, mientras, la situación general desembocará en la formación de una nueva
milicia que será depurada de los sospechosos
de reaccionarios. Hay una clara desconfianza
hacia alguno de ellos (como el médico, que había sido incluido anteriormente en la lista de los
carlistas), por lo que la Junta de Gobierno ordenará que «se recojan los diplomas y documentos de gracias concedidos a varios particulares
por hechos positivos contrarios al sistema de
la Libertad como son el Escudo de Fidelidad y
otras insignias acordadas en favor de los perseguidores de los patriotas Manzanares, Torrijos y
otros de su clase, cesando igualmente en el desempeño de sus destinos». Es decir que alguno
de los que habían jurado ahora la Constitución
de 1812, eran absolutistas que pretendían pasar
desapercibidos. Se trataba de Matías de Burgos
(teniente retirado se le retira el grado y la cruz
de San Fernando), Francisco Atienza (teniente de
la Compañía de Veteranos) y Francisco Quiñones
(Grado y cruz)426. A lo anterior hay que añadir la
separación, a petición de la Milicia Nacional, representada por su comandante Antonio Domínguez Alburquerque, de Ramón Murúa y de Tomás García (tercerista, posiblemente encargado
del cobro de los diezmos, y extranjero) «por no
merecer la confianza de los hombres libres de
esta Nación»427. Además el cuerpo de Carabineros será sustituido en la vigilancia de los puntos
de resguardo por la Milicia Nacional428.
AHMMb, AACC, 15 de septiembre de 1842.
AHMMb, AACC, 27 de agosto de 1842.
422
AHMMb, AACC, 29 de julio de 1836. En este acta aparecen la relación de autoridades que juran la Constitución de 1812 y
que son: el Vicario Eclesiástico: Juan Chinchilla. Cura Párroco: Fernando Romero. Comandante de Carabineros: Salvador Romero.
Comandante de Armas: Juan Díez de Oñate. Gobernador del Castillo de San Luis: Manuel Artola. Capitán retirado: Manuel Zurita.
Teniente retirado: Matías de Burgos. Veteranos de esta Compañía: Francisco Cárdenas y Francisco Atienza. Juez de Primera Instancia: José Mª. López. Fiscal del Juzgado: Jacobo García. Ayudante interino de Marina y abogado: Rafael Gordillo. Administrador de
Rentas: Bernabé Chinchilla. Contador de Rentas: Joaquín Fernández. Oficial de Rentas: Juan Alonso. Inspector de Minas: Francisco
de Sales. Comisionado para el Crédito Público: Francisco Izoard. Administrador de Lotería: Amador Belón. Médico Titular: Francisco
Salgado y Cirujano Titular: José Bueso de la Chica.
423
AHMMb, AACC, 9 de agosto de 1836.
424
AHMMb, AACC, 31 de agosto de 1836.
425
AHMMb, AACC, 2 de enero de 1837.
426
AHMMb, AACC, 26 de agosto de 1836.
427
AHMMb, AACC, 20 de agosto de 1836.
428
AHMMb, AACC, 30 de septiembre de 1836.
420
421
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51
Antonio Rodríguez Feijóo
Poco a poco se había reforzado el poder de
la Milicia Nacional. Se requisan las armas de fuego
de los vecinos del pueblo429, y a fines de 1836, alcanza los 195 fusiles y 190 bayonetas junto a dos
cajas de guerra, aunque una parte de ellas se había
enviado a Málaga con ocasión de la avanzada de
Miguel Gómez. Aún así mantendrán un armamento relativamente poderoso: 111 fusiles y 126 bayonetas y una caja de guerra, por lo que poco a poco
se convierte en una fuerza numerosa y, en esta ocasión, bien armada430. Al año siguiente se refuerza
con la creación de una Compañía de Caballería431.
La nueva Constitución de 1837, que sustituye pronto a La Pepa, ansiada pero fuera de tiempo, aunque fue elaborada por un gobierno progresista tendrá un carácter ecléctico u conciliador ya
que contenía elementos progresistas pero también
moderados. Sin embargo dejaba fuera algunas
cuestiones esenciales como el sistema electoral
(triunfará el sufragio censitario) o el funcionamiento de los ayuntamientos, lo que a la larga generará importantes controversias432. En Marbella será
recibida con los correspondientes festejos el 3 de
junio de dicho año433, y de nuevo se produce el
cambio reflejado en los símbolos: la plaza volverá a
recobrar el nombre de Plaza de la Constitución434.
El gobierno Calatrava será sustituido por
el de Bardají que convoca elecciones a las Cortes
con lo que se pone en marcha la nueva forma de
elección, que se completa con las elecciones en
los ayuntamientos, de la que se informa en Marbella con gran detalle en noviembre de 1837435.
La sucesión de gobiernos efímeros e inestables
por las rivalidades internas del partido moderado gobernante (Ofelia, duque de Frías, Pérez de
Castro, Antonio González, Valentín Ferraz) llevará al final de la regencia de M.ª Cristina.
El detonante será la propuesta moderada
de Ley de Ayuntamientos de 1840, que pretendía
socavar el poder municipal de los progresistas
quitando competencias a los ayuntamientos, reduciendo el censo electoral a los mayores contribuyentes y favoreciendo que en los pueblos los
jefes políticos nombraran a los alcaldes. Aprobada la ley en junio de 1840, en medio de la oposición progresista, estos encontrarán el apoyo de
Espartero frente a los deseos de la regente.
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
2.4. La regencia de Espartero (1840-1843)
Con el pronunciamiento de Espartero la
transición entre un régimen absolutista y otro
liberal se acerca a la fase de afianzamiento. Baldomero Espartero era el general victorioso contra los carlistas, el conde de Luchana, duque de
La Victoria, el héroe del Convenio de Vergara (al
final de sus días Príncipe de Vergara). Era el ídolo
de la población, tal y como se reflejará en Marbella en los importantes festejos que se habían
dedicado a la celebración de la victoria sobre los
carlistas, que fueron los más celebrados de la
centuria436.
Del movimiento juntero de carácter insurreccional que se había iniciado en Madrid el 1
de septiembre de 1840, en contra de la Ley de
Ayuntamientos, y que se constituye en Junta de
Gobierno, se tiene noticia en Málaga y Marbella
pocos días después y lo secundan el día 9 de septiembre, cuando se declaran decididos a «conservar el legítimo trono de Nuestra Inocente Reina y
La Constitución de 1837»437.
Entonces se decide aumentar y organizar
la Milicia Nacional y se forma una comisión para
que se tomen las medidas que se consideren
convenientes a fin de que triunfe la revuelta.
Esta comisión estará formada, en principio, por
cuatro adjuntos entre los que destaca el licenciado José María Escobar y cuatro representantes del ayuntamiento; sin embargo la Milicia Nacional, a través de su capitán don Juan de Dios
Quelart manifestará su disgusto por la elección
entre los adjuntos de dos moderados: José María Escobar y el juez de Primera Instancia. En
virtud de estas acusaciones se les separa de la
comisión y serán nombradas las personas de
signo progresista que la propia milicia apoya:
Francisco Atienza, Máximo Cánovas, Baltasar
Muñoz, Antonio Domínguez, Francisco Dumont
y Bernabé Chinchilla438. El dos de octubre la
Junta Gubernativa nombra como adjunto a Antonio Jiménez439, y el día siete disuelve el anterior ayuntamiento440. Y de nuevo el aspecto
simbólico: se ordena la colocación del retrato
del Duque de la Victoria junto al de la Reina
en el salón de plenos441. Espartero ha triunfado
también en Marbella.
AHMMb, AACC, 30 de septiembre de 1836.
AHMMb, AACC, 27 de noviembre de 1837. Se enviaron a Málaga 84 fusiles, 64 bayonetas y una caja de guerra.
431
AHMMb, AACC, 23 de abril de 1838.
432
FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, op. cit., p. 114.
433
AHMMb, AACC, 3 de junio de 1837.
434
AHMMb, AACC, 11 de marzo de 1838.
435
AHMMb, AACC, 23 de noviembre de 1837.
436
AHMMb, AACC, 16 de septiembre de 1839.
437
AHMMb, AACC, 9 de septiembre de 1840.
438
Ibídem, Dos meses después son expulsados dos sargentos de la Milicia Nacional: Ginés Gallardo y Rafael Ruiz Gaitán (Cf.
AHMMb, AACC, 9 de septiembre de 1840).
439
AHMMb, AACC, 2 de octubre de 1840.
440
AHMMb, AACC, 7 de octubre de 1840.
441
AHMMb, AACC, 11 de octubre de 1840.
429
430
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Antonio Rodríguez Feijóo
El liberalismo se consolida gracias a la
ayuda de la Milicia Nacional, por su apoyo a la corriente progresista en la formación del gobierno
local y por su distanciamiento de los moderados
forzándoles a alejarse del absolutismo. Sin embargo no es fácil conseguir candidatos para ser
oficiales442, aunque se presentan 82 voluntarios
a esta milicia443, entre los que destaca Antonio
Hormigo, que había pasado once años de exilio
en Londres (dos años atrás había presentado un
invento de una máquina para dar movimiento
al balancín o fuelle de un horno de fundición
de plomo que al parecer había en la marina de
Marbella)444.
Este afianzamiento no se produce sin importantes roces, incluso con la Santa Sede, que
apoya claramente a los carlistas y que mantiene
una actitud frentista contra la Regencia, especialmente desde la desamortización de los bienes del
clero por parte de Mendizábal, por lo que los Estados Pontificios rompen las relaciones diplomáticas
con el estado español, en octubre de 1836445, y no
reconocerán a los prelados que se nombren desde
ese momento, como tampoco habían reconocido
a la nueva reina Isabel II. Pese a los intentos por
mejorar las relaciones con el delegado pontificio
Arellano y ante la actitud de éste, el gobierno cerrará la Nunciatura y procederá a la expulsión del
Nuncio a finales de 1840. En este contexto hay que
situar la alocución del papa Gregorio XVI, Aflicitas in
Hispania res, en el Consistorio Secreto de 1 de mayo446, en el que se censuraba la posición de España
desde la muerte de Fernando VII y se hablaba de
la persecución anticatólica por parte de la Regencia, y la posterior reacción del gobierno Espartero
contra aquél, que dará lugar a la publicación de un
Manifiesto del Gobierno el 30 de julio de 1841, el cual
se da a conocer por toda España, y que apoyan los
munícipes en Marbella, que declaran desear una
«religión desnuda de abusos y vicios» y que «resplandezca cual la hubimos del Divino Maestro»447.
Esta situación de enfrentamiento hará que
Espartero, que cuenta desde la convocatoria de
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
elecciones a Cortes con una mayoría progresista indudable, inicie una política de este carácter
desarrollando las medidas desamortizadoras de
épocas anteriores. Así se procede a la ampliación
de la desamortización a los bienes del clero secular (2 de septiembre de 1841) y de los bienes
nobiliarios (19 de agosto).
Respecto a la desamortización de las propiedades del clero secular se recibe información
en Marbella quince días después448, y se procede
a hacer la relación de bienes que este clero tiene en Marbella449. La supresión del diezmo, que
se había convertido en propiedad del estado por
obra de Mendizábal (de 29 de julio de 1837), se
completa con la obligación de pagar a los sacerdotes por la Constitución de 1837 (artículo 11)
para financiar a la Iglesia450, pero la negociación
tardó cuatro años, por lo que no fue definitiva
hasta que se promulga la Ley de Culto y Clero el
31 de agosto de 1841.451 Esta ley permite el pago
a los sacerdotes y en nuestra ciudad no tardarán
en reclamar el sueldo ante el ayuntamiento452,
pero no se les pagará por no estar estipuladas las
asignaciones453. Aun así, mantienen los derechos
de estola y pie de altar para el mantenimiento de
la iglesia454.
El apoyo a Espartero comenzará a cuestionarse no sólo en relación a la forma en que
debía estar constituida la regencia sino también
en cuanto a la reforma militar, que generará un
importante descontento455. A partir de septiembre Espartero tendrá que enfrentarse a un conjunto de pronunciamientos de raíz moderada y
carlista, encabezado por O’Donnell en Pamplona
y Manuel Montes de Oca en Vitoria, que se inicia
el 27 de septiembre de 1841 y que tendrá como
principal episodio lo ocurrido el 7 de octubre del
mismo año en Madrid. Ese día se intenta acabar
por la fuerza con la regencia de Espartero mediante un golpe de fuerza que «libere» a las hijas
de María Cristina a través del asalto al Palacio
Real dirigido por el general Manuel Gutiérrez
de la Concha456 (con el apoyo de los generales
AHMMb, AACC, 6 de septiembre de 1840.
AHMMb, AACC, 12 de octubre de 1840.
444
AHMMb, AACC, 19 de febrero de 1838.
445
DOMÍNGUEZ ROJAS, J.: «La realidad de las relaciones económicas entre la Iglesia Católica y el estado español», RS Cuaderno
de Relaciones Sociales, 65-66, abril 2005, p. 3
446
ARMARIO SÁNCHEZ, A.: «Las relaciones entre España y Gran Bretaña durante la Regencia de Espartero (1840-1843)», Cuadernos de Historia Contemporánea, 109, 1988, pp. 157-158.
447
AHMMb, AACC, 28 de agosto de 1841.
448
AHMMb, AACC, 18 de septiembre de 1841.
449
AHMMb, AACC, 1 de octubre de 1841.
450
FERNÁNDEZ GONZÁLEZ, A. I.: «La supresión del diezmo y el establecimiento de la contribución territorial: La fiscalidad
agraria directa en la España del siglo XIX», Hacienda Pública Española, nº Extra 1996, pp. 41-52.
451
MARTÍN SÁNCHEZ, J.: «La tutela de la arquitectura religiosa y la supresión del diezmo», en AA.VV.: La desamortización: El
expolio del patrimonio artístico y cultural de la Iglesia en España, San Lorenzo del Escorial, 2007, p. 66.
452
AHMMb, AACC, 17 de noviembre de 1841.
453
AHMMb, AACC, 29 de diciembre de 1841.
454
AHMMb, AACC, 31 de abril de 1842.
455
Cf. FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo…, op. cit p. 145.
456
Manuel Gutiérrez de la Concha, marqués del Duero, se confabula junto a otros militares moderados antiesparteristas como
O’Donnell, Monte de Oca y Dulce y tendrá que exiliarse tras el fracaso de la intentona golpista. (Cf. GUTIÉRREZ LLERENA, F.: «Historia
442
443
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53
Antonio Rodríguez Feijóo
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
Al año siguiente, en mayo de 1843, estalla
un movimiento antiesparterista que, como señala Lucía Prieto «constituían un extraño conglomerado de progresistas, moderados y elementos
partidarios de las Juntas». De nuevo Málaga será
pionera en el levantamiento pues éste se produce el 23 de mayo458, y dos días después, el 25 de
mayo, será apoyado en Marbella por el comandante de la Milicia Nacional Antonio Domínguez
Alburquerque459. Es decir, Marbella, de forma pionera, se suma a la oposición moderada a Espartero, junto a algunos que anteriormente le habían
apoyado, al contrario que en otros pueblos de
la provincia que no secundan este movimiento.
La Milicia Nacional también lo abandona aunque
a la larga suponga su desaparición. La revuelta
iniciada en Málaga y Marbella tendrá amplia repercusión en la península. Días después, el 27 de
mayo, se produce en Reus el pronunciamiento de
Prim y Milans del Bosch y en julio Serrano decreta la destitución del regente mientras Narváez se
impone en Madrid. El 30 de julio Espartero inicia
el destierro a Inglaterra460.
En Marbella, el alcalde Francisco de Asís
Roldán se mantendrá en su puesto461. En agosto se celebrarán las consabidas fiestas ya que se
Baldomero Espartero “Duque de la Victoria”
Fuente: José Casado del Alisal, 1872 – Congreso de los Diputados, Madrid
Leopoldo Pezuela y Diego de León) que pretende la vuelta a la situación anterior reponiendo
a María Cristina como regente. El fracaso de la
intentona, gracias a la resistencia de la guardia
real, los alabarderos del coronel Domingo Dulce,
y de los milicianos madrileños desencadenará la
represión de los militares que no pudieron huir,
como Diego de León o Manuel Montes de Oca,
que al ser fusilados alejará a los militares de Espartero.
Además, al año siguiente, la situación se
complica en Cataluña cuando el 14 de noviembre
de 1842 —ante el temor de las medidas librecambistas que se derivarían del acuerdo con Inglaterra
y que perjudicaban a los industriales textiles catalanes— se produzca la insurrección en Barcelona,
que será reprimida con suma dureza por Espartero y el capitán general de Cataluña Antonio van
Halen457. La gravedad de esta decisión derivará en
un enfrentamiento tanto con los moderados como
con sus propios aliados, los progresistas que terminan abandonando al duque de la Victoria.
Manifiesto del jefe político, 23 de mayo de 1843
Fuente: ADE, C. 44, L. 4
de un pronunciamiento frustrado: octubre de 1841», Revista de estudios extremeños, Vol. 60, 1, 2004, pp. 97-150).
457
Cf. FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, op. cit., pp. 140-142. Era hermano de Juan Van-Halen.
458
Cf. PRIETO BORREGO, L.: «El movimiento revolucionario de Mayo y los principios de la reacción. Málaga 1843», Cilniana, 5,
abril 1983, pp. 35-38.
459
AHMMb, AACC, 13 de agosto de 1843.
460
FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, op. cit., p. 150.
461
Cf. AHMMb, AACC, 2 de enero de 1843 y 22 de marzo de 1844. Gobernará hasta fin del año 1845.
54
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Antonio Rodríguez Feijóo
ha conseguido la «victoria completa contra los
enemigos del país y de sus instituciones liberales
y puesto a salvo tan caros objetos y con ello a
nuestra adorada e inocente Reina»462. Incluso se
dan premios a quienes habían prestado servicios
para afianzar el glorioso pronunciamiento de 23
de mayo último en Málaga463.
3. El afianzamiento del régimen liberal (1843-1875)
3.1. La mayoría de edad de Isabel II. La Década
Moderada (1843-1854)
Esta situación desemboca en un acuerdo de los partidos moderado y progresista, que
quieren evitar una nueva regencia, para declarar a Isabel II mayor de edad el 10 de noviembre de 1843, con trece años y un mes. Marbella
festejará el acontecimiento con la presencia de
la Milicia Nacional, que «deberá asistir y hacer
tres descargas durante la función [solemne de
la iglesia] y dar la guardia al retrato de S. M.
que se hallará de manifiesto en el balcón de estas casas capitulares»464. El acto de jura de los
munícipes se producirá el 1 de diciembre en
nuestra ciudad465.
Al comenzar el reinado de Isabel II los
progresistas mantienen a Joaquín M.ª López en
el poder y, tras su dimisión, a Salustiano de Olózaga que, incapaces de llevar a cabo reformas de
índole progresista, por el bloqueo de las Cortes,
terminan convocando nuevas elecciones. Los
moderados acusarán a Olózaga de manipular a
la joven reina y de secuestrar su voluntad con lo
que se produce el acceso al poder de los moderados con el nuevo presidente Luis González Bravo.
Con él se inicia el desmantelamiento de la obra
progresista dando lugar a diversas revueltas que
tendrán una respuesta represiva del gobierno
con ejecuciones de los opositores. Ello desencadenará un cambio de actitud de los progresistas:
su retraimiento en las elecciones municipales y
a Cortes de 1844, con lo que facilitarán que los
moderados dominen las instituciones.
La etapa moderada se inicia con la reposición de la Ley de Ayuntamientos de agosto de
1840, que fuera el origen de la disputa466. A esta
medida le seguirán otras no menos importantes
como la disolución de La Milicia Nacional (tradicional baluarte progresista), que será sustituida
por la Guardia Civil, cuerpo que, como señala Tu-
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
ñón de Lara, debía de ser garantía para el orden
restablecido467.
La Guardia Civil fue fundada merced a
sendos decretos de 28 de marzo y de 12 de abril
de 1844, por Francisco Javier Girón y Ezpeleta, II
duque de Ahumada, que figuraba entre los propietarios de fincas en nuestro municipio468, lo
que no es de extrañar teniendo en cuenta que
uno de sus antepasados, Pedro Morejón Girón y
Ahumada, había sido regidor perpetuo de Marbella a mediados del XVIII469. Un año después de
su creación se preparan alojamientos en nuestra
ciudad para la Guardia Civil de Infantería, que
se sabe está próxima a llegar. En un principio se
piensa colocar su primer cuartel en los hospitales. El 27 de marzo de 1845 llega una partida de
Caballería de la Guardia Civil por lo que se instalará una cuadra para los caballos en las bodegas
del hospital Bazán470.
Complementa estas medidas la designación por la Corona de alcaldes y tenientes de alcalde en las cabezas partido, o la ampliación de
poderes y competencias para los jefes políticos,
en virtud de las cuales, el Jefe Superior Político
de la provincia visita Marbella el 3 de mayo desarrollando una importante labor de información y
de asunción de medidas para el municipio471.
El breve gobierno de González Bravo termina el 3 de mayo de 1844, poco después del regreso de la reina madre María Cristina, que influye en su hija para que forme un gobierno estable
en la persona del general Ramón M.ª Narváez, el
espadón de Loja, militar que tendrá un importante
protagonismo como primer ministro durante el
reinado de Isabel II.
Durante esta Década Moderada se llevará a cabo una serie de reformas que consolidan
una visión liberal conservadora del poder político y económico. Se promulga la Constitución
de 1845 (23 de mayo), con soberanía compartida
entre la Corona y las Cortes y sufragio censitario a favor de los mayores contribuyentes. En lo
económico ese mismo año se realiza la reforma
fiscal de Mon-Santillán que fija el modelo tributario español, socialmente discriminatorio por
las posibilidades de evasión fiscal para los más
poderosos y que consagró, según J. F. Fuentes,
una doble fiscalidad: directa para el campo (contribución de inmuebles, cultivo y ganadería) con importante fraude por ocultación; e indirecta para
AHMMb, AACC, 5 de agosto de 1843.
AHMMb, AACC, 24 de agosto de 1843.
464
AHMMb, AACC, 15 de noviembre de 1843.
465
AHMMb, AACC, 1 de diciembre de 1843.
466
AHMMb, AACC, 7 de enero de 1844.
467
TUÑÓN DE LARA, M.: La España…, op. cit., p. 162.
468
Cf. AHMMb, AACC, 5 de mayo de 1856 y 2 de agosto de 1913.
469
Pedro Morejón Girón y Ahumada, era su bisabuelo y fue Regidor Perpetuo de Marbella y Alférez Mayor, Maestrante y Regidor
Perpetuo de Ronda.
470
AHMMb, AACC, 27 de marzo de 1845.
471
AHMMb, AACC, 3 de mayo de 1845.
462
463
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55
Antonio Rodríguez Feijóo
las ciudades (los impopulares consumos sobre los
productos de «comer, beber y arder» pagados
por los más humildes, y el subsidio industrial y de
comercio). En el campo se exigió el pago en metálico de los impuestos, con lo que se dificultó
el pago y generó a corto plazo un importante
éxodo rural. Estas reformas se complementaron
con otras de carácter técnico entre las que destacamos la Ley de sociedades por acciones (1848),
la adopción del sistema métrico decimal con la
Ley de Pesos y Medidas de 19 de julio de 1849,
la construcción de los primeros ferrocarriles (en
1848 el Barcelona-Mataró y en 1851 el MadridAranjuez)472.
En agosto de 1845 comienza a aplicarse
esta legislación en Marbella al realizarse la lista
de los peritos para el repartimiento del producto
líquido de bienes inmuebles, propietarios forasteros y vecinos contribuyentes473.
Durante esta década se sucederán dieciséis gobiernos (cuatro presididos por Narváez)474
que pondrán de manifiesto las tensiones internas entre los propios moderados, agravadas por
las intromisiones de la Corte, especialmente por
el asunto del matrimonio de la joven reina, por
algunos movimientos insurreccionales o por las
negociaciones del Concordato con la Iglesia.
Respecto al matrimonio de la reina surgirán discrepancias en relación con el candidato a
consorte. Unos deseaban que fuera próximo a los
carlistas (el conde de Montemolín, para reunificar la dinastía), otros a los progresistas (Leopoldo de Coburgo, candidato inglés), y otros a los
moderados (el duque de Montpensier, candidato
francés). La decisión final, con su primo Francisco de Asís, quizá no fuera la más acertada ya que
reforzó a la camarilla palatina y clerical.
En cuanto a los movimientos insurreccionales, cabe destacar el levantamiento de Solís
en Lugo el 2 de abril de 1846, que se salda con
la intervención del general José de la Concha475,
que derrota a los sublevados en la batalla de
Cacheiras el 23 de abril y con los fusilamientos
de Carral tres días después. También el rebrote del movimiento carlista, de los Matiners, en
Cataluña, contra las reformas moderadas y las
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
quintas, y que es considerado como la Segunda Guerra Carlista aunque sólo dura dos meses
(septiembre a mayo de 1849)476. La desconfianza ante el primero de estos levantamientos
tendrá repercusión en nuestra provincia, pues
el 7 de mayo se recibe el Boletín Oficial en el
que aparece la circular con la declaración del
estado de excepción y la exigencia de recoger
las armas de todas las personas que no inspiren
confianza477.
En cuanto a las relaciones con la Iglesia
—perjudicada por las leyes desamortizadoras
que permitieron el enriquecimiento de la burguesía— se producirá un nuevo acercamiento,
que ya se había iniciado con la elaboración de
la Constitución de 1845, y que se completa con
el Concordato de 16 de marzo de 1851, durante
el gobierno de Bravo Murillo. La Iglesia, con el
papa Pío IX, reconoce el régimen liberal de Isabel
II y la legitimación de las ventas de los bienes
eclesiásticos desamortizados (paralizándose las
ventas) y el derecho a patronato por parte del Estado. A cambio se reconocía a la religión católica
como propia de España, el compromiso de atender el culto y clero por el Estado y se le encargaba velar por la adecuación del sistema educativo
a la religión católica478.
La tendencia hacia posturas cada vez más
moderadas culmina, tras la influencia de la revolución de 1848, con la elaboración de un nuevo
proyecto constitucional absolutista con el que
el sucesor de Narváez, el tecnócrata Juan Bravo
Murillo, pretendía dar más poder a la Corona, lo
que, como dice Artola, «ni siquiera los moderados podían admitir», y ocasiona su caída479.
Le seguirán varios gobiernos que o bien
están mediatizados por la Corona (como los de
los militares Federico Roncalli y Francisco Lersundi) o estarán, además, involucrados en escándalos político-financieros, lo que ni el pueblo ni los
militares están dispuestos a permitir (como en el
caso del gobierno de Luis José Sartorius por el
negocio de las concesiones ferroviarias) tocando
de cerca a la reina madre, a través de su marido
y de financieros y especuladores de su entorno,
como el banquero José de Salamanca480.
Cf. FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, op. cit., pp. 155-157, 162, 184 y 185.
AHMMb, AACC, 28 de agosto de 1845, 7 de mayo de 1846, 6 de diciembre de 1846, 1 de enero de 1848. Años después,
en el reparto de arbitrios provinciales de consumos por vino, aguardiente y carne le corresponde a Marbella 13.500 r.v. (AHMMb,
AACC, 16 de marzo de 1856.)
474
Los presidentes del Consejo de Ministros hasta el Bienio Progresista fueron: Ramón M.ª Narváez, Manuel Pando (Marqués
de Miraflores), Narváez, Francisco Javier Istúriz, Carlos Martínez de Irujo, Joaquín Francisco Pacheco, Florencio García Goyena,
Narváez, Serafín M.ª de Soto, Narváez, Juan Bravo Murillo, Federico Roncali, Francisco Lersundi, Luis José Sartorius Tapia (Conde
de San Luis), Fernando Fernández de Córdova y Ángel de Saavedra y Ramírez de Baquedano.
475
Era hermano de Manuel Gutiérrez de la Concha, marqués del Duero, y también consigue el ennoblecimiento como marqués
de la Habana.
476
Cf. FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, op. cit., p. 160.
477
AHMMb, AACC, 7 de mayo de 1846. B. O. n.º 52. La segunda guerra carlista se extiende de septiembre de 1846 a mayo de
1849.
478
DOMÍNGUEZ ROJAS, J.: «La realidad de las relaciones…», op. cit., p. 4
479
ARTOLA, M.: La burguesía…, op. cit., p. 222.
480
Cf. FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, op. cit., p. 173
472
473
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Antonio Rodríguez Feijóo
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
El período conocido como Década ModeManifiesto de Manzanares (redactado por Cánovas
rada tuvo, en lo económico, amplia trascendendel Castillo), el 7 de julio de 1854, con un claro
cia en Marbella, especialmente por el papel que
contenido progresista que conectará con el sentienen las ferrerías, sin embargo en el ámbito
timiento popular y favorecerá que el movimiento
político nos encontraremos con unos años en los
revolucionario se extienda a todo el país.
que el férreo control de las autoridades sobre el
En Marbella, desde el 6 de julio de 1854 se
sistema no permitirá desvíos.
reciben con cierto interés noticias sobre la evoluUnos meses después de la aprobación de
ción de los acontecimientos, bien a través de los
la Constitución de 1845 en el ayuntamiento se
boletines oficiales, bien de los bandos del Capitán
informa sobre la devoGeneral. Gracias a ellos el
lución de los bienes del
ayuntamiento moderado
El período conocido como
clero481 que se confirman
conoce la dirección de las
Década Moderada tuvo, en lo
en 1853, aunque se inditropas sublevadas, pero
ca que algunos son del económico, amplia trascendencia se mantienen a la expeccomún482.
sin tomar partien Marbella, especialmente por tativa
Durante el godo489. Solamente cuando
el papel que tienen las ferrerías el día 22 se reciben notibierno de Bravo Murillo,
el 7 de febrero de 1852,
cias del ayuntamiento de
se produce un nuevo atentado contra la reina
Málaga y de la Junta Provisional de Gobierno, se
Isabel II por parte de Martín Merino Gómez, coconvocará una sesión extraordinaria, a las siete y
nocido como el Cura Merino (el primero tuvo lumedia de la mañana, con la finalidad de mantener
gar el 4 de mayo de 1847 durante la presidencia
el orden público y adherirse al movimiento ahora
de Joaquín F. Pacheco). El atentado fue durante
triunfante. La situación se precipita. Pasadas las
la presentación de la Princesa de Asturias, Isabel
cuatro de la tarde tras formarse en Marbella (a
La Chata, ante la virgen de Atocha. Ese hecho se
imitación de la de Málaga) la Junta de Gobierno
verá reflejado en Marbella el día 26.483 Unos días
se procederá a destituir a los concejales. Esta Junta estará compuesta por Antonio Domínguez Alantes, el 19 de febrero, el Ayuntamiento, que
burquerque, Francisco Acosta y Granados, Pedro
aún no tenía noticia del atentado, había adquiriTorrisco, Pedro Gallardo y Burgos, Antonio Jimédo una Corona Poética para ofrecérsela a la Reina
nez, Felipe Díez de Oñate y Juan de Dios Quecon motivo del alumbramiento de su hija484.
lart. Como podemos ver el régimen de las Juntas
En Marbella, en 1848, se reciben órdenes
del Jefe Superior Político de la provincia para que
también llega a Marbella. Entre las primeras meal ayuntamiento se suscriba a El Heraldo485, pedidas, aparte de la destitución del ayuntamiento
riódico de signo moderado defensor de la línea
moderado, con todos sus empleados, nombran
dura de Narváez frente a Espartero y que descomo alcalde a Joaquín Belón y Vicente y como
aparece en 1852486, Ahora el gobernador recosegundo teniente de alcalde al maestro Antonio
mendará que se compre El Orden por sus ideas
Jiménez490. Claro está que en el proceso no puede
487
templadas .
faltar la reorganización de la Milicia Nacional, que
estará formada por una Compañía de Granaderos
3.2. El Bienio Progresista de Espartero (1854-1856)
y otra de Cazadores, llegando a constar de 184
La política represiva de Sartorius fomentó
hombres491, aunque inicialmente y por urgencia
la formación de un frente opositor «en torno a la
sólo se pretenda «armar veinte vecinos honrados
defensa de la moralidad pública y al rechazo de
o más si preciso fuera para con el carácter de
María Cristina y su camarilla»488 que dio lugar a
Milicias Nacionales puedan contribuir al orden y
una conspiración a cuyo frente se pusieron los
seguridad de la tranquilidad pública»492. El acto figenerales Dulce y O’Donnell, que tras el incierto
naliza con la toma de juramento al nuevo alcalde
encuentro de Vicálvaro (28 de junio de 1854) susy concejales de acatar la Constitución de la Mocribirán, con intención de atraerse al pueblo, el
narquía Española de 1837; adherirse al glorioso
AHMMb, AACC, 4 de diciembre de 1845.
AHMMb, AACC, 15 de septiembre de 1853.
483
AHMMb, AACC, 26 de febrero de 1852.
484
AHMMb, AACC, 19 de febrero de 1852.
485
AHMMb, AACC, 7 de mayo de 1848.
486
FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, op. cit., p. 165.
487
AHMMb, AACC, 26 de febrero de 1852.
488
FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, op. cit., p. 173.
489
AHMMb, AACC, 6 de julio de 1854, 13 de julio de 1854 y 20 de julio de 1854.
490
AHMMb, AACC, 22 de julio de 1854.
491
AHMMb, AACC, 24 de agosto de 1854.
492
AHMMb, AACC, 22 de julio de 1854. Al año siguiente se plantea la concesión de condecoración cívica a los milicianos nacionales (Cf. AHMMb, AACC, 26 de abril de 1855).
481
482
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57
Antonio Rodríguez Feijóo
pronunciamiento y a obedecer las disposiciones
que adopte la Junta de Gobierno de la Provincia y
de esta Ciudad493.
El movimiento progresista que se ha extendido por el territorio español, también ha triunfado en Marbella, que seguirá fielmente a la capital
malagueña, hasta el punto de que en el momento
en que reciban orden de la Junta Popular de Gobierno de la Provincia ordenando la reposición de
los ayuntamientos del trienio esparterista lo acatarán inmediatamente494, incluso tres días antes
de que Espartero entre en Madrid (29 de julio) y
de que se haga cargo de nuevo del poder con la
formación del gobierno ese mismo día.
La tendencia progresista de este movimiento se verá reforzada por la presencia del
maestro Antonio Jiménez Parra que, aunque tuvo
problemas por su posible incompatibilidad con
el puesto docente, participará como segundo alcalde en dos gobiernos locales, e incluso como
primer alcalde en el último de ellos495. El 5 de
agosto, recién tomada posesión, propondrá un
homenaje al duque de la Victoria496, en cuanto
simbolizaba «la garantía de la libertad española».
El homenaje consistió en pasear el retrato del
duque de la Victoria por las calles con la mayor
solemnidad y con cortejo y colocarlo en el balcón
junto al retrato de la Reina, a la que al parecer no
se paseará en dicho homenaje497, lo cual pronosticaba lo que ocurriría unos días después, el 28
de agosto de 1855, al producirse la expulsión del
país de la reina madre María Cristina.
Durante el bienio se intentará elaborar
una nueva Constitución que no tendrá tiempo
de germinar: será la non nata de 1856. En este
marco aparecen en escena, aparte de los progresistas, los moderados de la Unión Liberal y los
demócratas que el 30 de noviembre de 1855 votan, por primera vez, contra la monarquía como
forma de gobierno en la persona de Isabel II.
En el ámbito económico se desarrolla una
política de reformas de amplio alcance con la Ley
General de Desamortización de Pascual Madoz
de mayo de 1855, que afectó, junto a los bienes de la Corona, a los bienes de los municipios
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
(propios y comunes) y a los bienes inmuebles del
clero secular. Sobre la desamortización de bienes del común, que permitían aprovechar colectivamente los montes de nuestro municipio, se
informa al mes siguiente en el consistorio498. En
diciembre se declaran los bienes que hasta ese
momento eran de propios499, y que se arrendaban a los vecinos, y que ahora pasan a ser de
aprovechamiento común: Sierra Blanca, Llanos
de Nagüeles…500. En virtud de este acuerdo se
intenta evitar la desamortización, a pesar de que
unos días después se informa en pleno que según la citada ley desamortizadora (artículo 19 de
la ley de 1 de mayo de 1855) se autoriza a los
pueblos a emplear el 80% del producto de sus
ventas de propios o una parte del mismo a obras
públicas de utilidad local o provincial, a bancos
agrícolas o industriales o a objetos análogos501.
En este periodo se promulga la Ley de ferrocarriles de 1855, que dará un fuerte impulso
a la construcción ferroviaria, y que se completa,
en 1856, con la Ley de Bancos de Emisión y de
Crédito, a fin de conseguir capital tanto de los
ciudadanos españoles como de los extranjeros
para las inversiones en el ferrocarril y en otras
obras públicas. En este contexto se crea el Banco
de España e, incluso, se produce el inicio de la
Ley de Minas que se promulgará más adelante
(1859 y 1868). Todo este conjunto de medidas favorecerá el nacimiento del capitalismo financiero español con la creación un número cada vez
mayor de empresas de inversión en las que participa capital extranjero, especialmente francés y
que desarrolla el marco económico liberal.
Aunque no se construya en este momento ningún ferrocarril en nuestro municipio la
promulgación de la ley de ferrocarriles influye
indirectamente en Marbella, puesto que al año
siguiente, en 1856, el ayuntamiento participará
en el polémico debate sobre la construcción del
ferrocarril en la provincia de Málaga502.
Por otro lado, durante el Bienio Progresista
las relaciones con el clero local se complican por
la actitud del párroco Francisco Núñez Gallo, que
residía en esta ciudad desde 1851, y que es acusa-
AHMMb, AACC, 22 de julio de 1854.
AHMMb, AACC, 26 de julio de 1854.
495
Como segundo alcalde durante el primer gobierno, con Joaquín Belón y Vicente como alcalde (De 22 a 27 de julio de 1854
Cf. AHMMb, AACC, 22 de julio de 1854). También en el de Felipe Díez Oñate (De 5 de agosto a 28 de diciembre de 1854. Cf. AHMMb,
AACC, 5 de agosto de 1854). Como primer alcalde de 1 de enero a 26 de marzo de 1855 (AHMMb, AACC, 1 de enero de 1855).
496
AHMMb, AACC, 5 de agosto de 1854.
497
AHMMb, AACC, 5 de agosto de 1854.
498
AHMMb, AACC, 10 y 17 de junio de 1855.
499
AHMMb, AACC, 14 de junio de 1834. En el Informe sobre Marbella que se realiza en 1834 se indica que pertenecen a los
propios como fincas rústicas el Monte de las Chapas, el del Puerto de Ojén, el de Alcornoque y el de Fuensequilla, y «todas las tierras que están en su jurisdicción y no corresponden a particulares». Los propios procedían de la concesión por los Reyes Católicos
Real Cédula de 6 de junio de 1488.
500
AHMMb, AACC, 9 de diciembre de 1855. Se insiste en la categoría de ser bienes del común desde la conquista en
AHMMb, AACC, 10 de mayo de 1857. En lo mismo se insiste en AACC de 25 de febrero de 1869 sobre que se declaren del común
exceptuando su venta: Sierra Blanca, Llanos de Nagüeles, Baldíos de Río Verde y Pinar de Valdolletas.
501
AHMMb, AACC, 13 de diciembre de 1855.
502
AHMMb, AACC, 15 de junio de 1856.
493
494
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Antonio Rodríguez Feijóo
do de conspirar junto con «otras personas asociadas al expresado Cura» para «destruir y oscurecer
el brillo con que los ha eclipsado el resplandor del
pronunciamiento Nacional»503. El sacerdote se verá
apoyado por su hermano, que interviene avisando
al alcalde Antonio Jiménez Parra de que no se altere el orden público por la visita del citado cura
cuando pase por Marbella camino de su pueblo
de nacimiento, ya que sabe que no es estimado
por el pueblo. Además, proferirá amenazas intimidatorias sobre «el favor que le dispensarían las
autoridades máximas de la provincia» y concluirá
con la curiosa advertencia, o amenaza, de que «antes de quince días este pueblo sería otra cosa»504.
Todo ello lleva al ayuntamiento a querellarse por
injurias ante el gobernador militar y civil, que al
declararse incompetente provocará la amenaza
de dimisión de los concejales, y ante la Junta Auxiliar de Gobierno de la Provincia. Las acusaciones
contra el sacerdote serán rebatidas tras finalizar
el bienio por Juan de Quijada y Fourrat, alcalde
moderado, que propondrá que se repare en lo
posible los quebrantos, amarguras e injusta persecución contra el cura, y se consigne en las actas
sus virtudes entre las que destaca «su adhesión a
las instituciones actuales». Con ello se confirma
la posición política moderada del sacerdote y su
actitud no pastoral frente a los progresistas que
representaba Antonio Jiménez y por ende Espartero. Aun así, este sacerdote no dudará en venir a
ayudar a la población en pleno bienio durante la
calamitosa epidemia de cólera que sufrió la ciudad en 1855 pese a la enemistad con los «revolucionarios de ficción de esta población»505.
La situación del ayuntamiento en 1855 es
lamentable: Antonio Jiménez tendrá que desempeñar las funciones de Alcalde por enfermedad
del titular, Felipe Díez de Oñate, y a poco de ser
elegido, como alcalde primero, fue suspendido
en sus funciones por incompatibilidad por ser
maestro. Antonio Jiménez será reelegido506 y
apoyado por «porción considerable de vecinos»
según expresa el teniente de la Compañía de
Granaderos de la Milicia Nacional Ángel Millán507,
aunque su nombramiento estará a la espera de la
aprobación por la Diputación Provincial. Posteriormente se multará con 1.000 reales a los munícipes por haberle puesto como alcalde508.
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
En ese momento las defecciones son continuas. El alcalde segundo, José Marín Andrade, alega enfermedad (no acudiendo a las sesiones desde
el 14 de enero de 1855)509, por lo que tendrá que
ser sustituido por Pedro Torrisco Lima como presidente en funciones hasta el nombramiento de otro
alcalde.510 Su sustituto, elegido el 4 de abril tras
visita del Delegado Nicolás Laborda511, enferma
también el 15 de julio. Le tendrá que relevar Lucas
Martín Gil en agosto512. Con este panorama nos
podremos imaginar las consecuencias sobre el funcionamiento del ayuntamiento en plena amenaza
colérica y de crisis del bienio esparterista. Únicamente Lucas Martín Gil permanecerá al frente del
ayuntamiento hasta su suspensión en agosto de
1856 por el gobernador militar de la provincia513.
3.3. Segundo periodo moderado (1856-1868)
La escasez de la harina y su alto precio generan motines de subsistencias en Castilla y en la
costa mediterránea provocando el enfrentamiento entre los militares del general O’Donnell y la
Milicia Nacional que, con los progresistas, apoyan
a Espartero. La crisis interna en su gobierno, entre
su ministro de la Gobernación (Patricio de la Escosura) y el de Guerra (O’Donnell), se salda con la salida del primero y la dimisión de Espartero al apoyar la reina a O’Donnell, al que encarga que forme
nuevo gobierno el 14 de julio, con la oposición de
los milicianos que siguen apoyando a Espartero
en varias ciudades, entre las que se encontraban
Madrid, Málaga, Zaragoza y Barcelona514.
Tras los sucesos que en Madrid, llevan
a O’Donnell a sustituir a Espartero y a disolver
las Cortes en julio de 1856, se inicia el desmantelamiento de parte de la obra del Bienio, pues
aunque se disuelve la Milicia Nacional, se añade
un Acta adicional a la Constitución de 1845 que
mantiene parte de la obra progresista: libertad
de imprenta, funcionamiento ayuntamientos…,
pero se niega a aceptar la paralización de la desamortización lo que provocará su caída y su sustitución por Narváez el 12 de octubre de 1856.
Con ello se inicia una nueva etapa moderada en
la que se deroga el Acta Adicional, se paraliza la
desamortización, se restringe la ley de imprenta
y de régimen local y se cancela el secuestro de
los bienes de la reina madre María Cristina515.
AHMMb, AACC, 24 de agosto de 1854.
AHMMb, AACC, 23 de septiembre de 1854.
505
AHMMb, AACC, 18 de enero de 1857.
506
AHMMb, AACC, 23-24 de enero de 1855.
507
AHMMb, AACC, 11 de febrero de 1855.
508
AHMMb, AACC, 14 de mayo de 1855.
509
AHMMb, AACC, 14 de enero de 1855.
510
Será presidente en funciones desde el 21 de enero hasta el 4 de marzo de 1855.
511
AHMMb, AACC, 4 de abril de 1855.
512
AHMMb, AACC, 29 de agosto de 1855.
513
Cf. AHMMb, AACC, 9 de agosto de 1856.
514
Cf. FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, op. cit., pp. 192-193.
515
Cf. FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, pp. 195-196.
503
504
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Antonio Rodríguez Feijóo
El bienio acaba en Marbella sin pena ni
gloria. Unos días antes de la dimisión de Espartero se produce la reorganización de la Milicia
Nacional516, con la dimisión de sus cargos del comandante, Antonio Domínguez, y de los oficiales de la misma: Jorge Grande (apoderado de El
Ángel), Ángel Millán, Manuel Ortiz de Molinillo
(representante del marqués del Duero), Antonio
Jiménez, Pedro Gallardo, Pedro Torralba, Francisco Cano y Marcelo Hormigo517. El 9 de agosto de
Componentes de la Unión Liberal, 17 de julio de
1854. 1.- Espartero, 2.- O’Donnell, 3.- Dulce, 4.- San
Miguel, 5.- Messina, 6.- Ros de Olano y 7.- Serrano
Fuente: Grabado de Mitjana, Fundación Unicaja - ADE, Málaga
1856 el gobernador militar de la provincia nombra un nuevo ayuntamiento colocando como alcalde a Francisco de Prados518. Se inicia así una
nueva etapa moderada en la que los gobiernos
que suceden a O’Donnell (con su recién creada
Unión Liberal) tendrán un especial protagonismo
durante el período que se extenderá hasta la Revolución de Septiembre de 1868. A nivel político,
en la sucesión de gobiernos municipales, desta-
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
can las figuras de Francisco de Prados, Juan de
Quijada y Fourrat y Francisco Rosado y Campoy.
En esta nueva etapa moderada se sucederán trece gobiernos entre los que repite Narváez
en tres ocasiones y O’Donnell otras tantas, aunque
de mayor duración con el apoyo de la Unión Liberal519. Ente las medidas legislativas más relevantes
del periodo de la primera etapa de Narváez destacaremos: La Ley de Bases para la redacción de la
Ley de Instrucción Pública de 1857 (Ley Moyano)
que reguló la enseñanza durante más de un siglo
y otorgaba a la Iglesia el derecho de inspección.
También en ese año se elabora el primer censo de
población y se amplía el tendido telegráfico520.
En Marbella el intento de evitar la desamortización de los bienes de propios con su
transformación en bienes del común dará lugar
a ciertas reclamaciones por parte de los arrendatarios. Así, en 1857, se producirá una aclaración
sobre su situación al manifestar que son terrenos
del común y no de propios desde la Conquista521.
Aún así, habrá algunas reclamaciones de vecinos
que tenían concesiones sobre minas de la Torrecilla522, San Juan, San Jaime y San José523, o en tierras
en los Llanos de Nagüeles524. Estas reclamaciones
siguen su curso y en 1859, cuando se informa a
los munícipes sobre la venta de bienes de propios
declarados de aprovechamiento común (contra lo
dispuesto en la Ley Desamortizadora), se declara
sin efecto en Sierra Blanca, Las Bóvedas, Baldíos
de Río Verde y Pinar de Valdolletas525.
3.3.1. El gobierno largo de O’Donnell (1858-1863)
El «gobierno largo» del general O’Donnell
se inicia a fin de junio de 1858 y dura hasta enero de 1863. Es este un periodo de estabilidad
política al frente de un partido, la Unión Liberal,
que aspira a la unidad perdida de los liberales en
un proyecto monárquico constitucional y parlamentario, con la unión de los moderados y de
los progresistas más centrados, a fin de asentar
el sistema liberal, en una época de claro auge
económico, en busca de su legitimidad, para,
según Fuentes, «crear un círculo vicioso de estabilidad, propicio a la puesta en práctica del proyecto
histórico del unionismo, en el que se aunaban
crecimiento económico, reformismo administrativo y aventuras militares en el exterior»526.
AHMMb, AACC, 6 de julio de 1856.
AHMMb, AACC, 30 de julio de 1856.
518
AHMMb, AACC, 9 de agosto de 1856.
519
Los gobiernos desde 1856 a 1868 llevan el siguiente orden: Leopoldo O’Donnell, Ramón M.ª Narváez, Francisco Armero, Francisco J. Istúriz, Leopoldo O’Donnell, Manuel Pando, Lorenzo Arrazola, Alejandro Mon, Ramón M.ª Narváez, Leopoldo
O’Donnell, Ramón M.ª Narváez, Luis González Bravo, José Gutiérrez de la Concha, marqués de la Habana.
520
Cf. FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, op. cit pp. 197-198.
521
AHMMb, AACC, 10 de mayo de 1857.
522
AHMMb, AACC, 14 de agosto de 1859.
523
AHMMb, AACC, 28 de agosto de 1859.
524
AHMMb, AACC, 30 de octubre de 1859.
525
AHMMb, AACC, 4 de diciembre de 1859.
526
Cf. FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, op. cit., pp. 198-201.
516
517
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Se intenta profesionalizar el aparato administrativo del estado modernizando la función
pública a fin de potenciar el crecimiento del estado y de los negocios. Para ello se vuelve a poner
en marcha la desamortización de Madoz, con las
consiguientes enajenaciones, aunque provoque
problemas sociales importantes, pero facilita los
negocios con la construcción del tendido ferroviario. Todo ello en un contexto de intervención
militarista, seguidista de la francesa, a la búsqueda de aumentar el prestigio internacional de
España mediante intervenciones en la Conchinchina (1857-62), Marruecos (1859-60), México
(1861-62) y la Guerra del Pacífico (1862-64), o la
reincorporación de Santo Domingo (1861-65)527.
En relación a la Guerra de Marruecos (185960), que se inicia el 10 de octubre de 1859 con una
declaración de guerra al sultanato (Mohamed IV)
por los continuos ataques a las ciudades españolas
en la zona (en concreto a las fuerzas encargadas
de la reconstrucción de la muralla de Ceuta) y que
O’Donnell no está dispuesto a permitir. La guerra
durará hasta la caída de Tetuán (tomada por Prim
el 6 de febrero de 1860 y que en Marbella se da
a conocer dos días después de producirse) 528 y la
toma de Tánger el 23 de abril de 1860. La firma
del tratado de Wad Ras dará lugar a la ampliación
del territorio de Ceuta, la cesión de Sidi Ifni (Sta.
Mª de la Mar Pequeña) y una indemnización que
permite a los españoles ocupar Tetuán.
La guerra afecta a nuestro municipio y
para intentar superar los posibles efectos sobre
los ciudadanos los munícipes acuerdan dar una
pensión de tres reales diarios de por vida para
cada uno de los dos primeros soldados y vecinos
del municipio que resulten inutilizados contra
los «moros marroquíes»529.
En el contexto de la guerra de Secesión
americana, en Santo Domingo su presidente,
Pedro Santana, había declarado unilateralmente la reincorporación a España el 18 de marzo
de 1861, por el miedo a la anexión de Haití. El
gobierno español de Leopoldo O’Donnell acepta la petición en mayo y se envían tropas530. Sin
embargo la situación no era tan clara y derivó
en una dura guerra contra los dominicanos y en
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
la que hicieron estragos las enfermedades entre
los soldados.
Producto del miedo a cualquier tipo de
contagio es por lo que en enero de 1865 Marbella se une a Cádiz pidiendo a la reina que «los enfermos procedentes de la isla de Santo Domingo
u otro puerto de las Antillas no sean desembarcados en Cádiz, ni asistidos en su Hospital Militar
como providencia sanitario […] y no se altere el
sistema cuarentenario existente en Antillas»531.
Durante este periodo se produce en Marbella, al igual que en otros lugares, la enajenación
de propios y baldíos, el cercamiento de fincas y
las continuas restricciones al uso de los recursos
de la naturaleza. Todo ello con el control de la
Guardia Civil. La utilización de las tierras baldías
no era nuevo, de hecho hay quejas sobre el uso
que la Ferrería de la Concepción hace sobre las
del Río Verde en 1855 (año de publicación de la
ley desamortizadora)532, o sobre los bienes del
común, ahora de propios que citamos con anterioridad, y que se completa con algunas reclamaciones de particulares sobre tierras supuestamente del común en el pago de Nagüeles533, en
los Llanos de Nagüeles534, o en Guadalmina535 o
enajenaciones en venta de edificios como El Pósito y la Alhóndiga536.
Esta situación dará lugar a una importante conflictividad campesina y provoca importantes revueltas en Andalucía, como la de Utrera o
el Arahal (en 1857) y la de Loja y otros pueblos
de Granada, Córdoba y Málaga (Mollina, Loja,
Archidona, Illora, Huétor y Alhama.) en el verano de 1861. De especial interés es la revuelta
protagonizada por Rafael Pérez del Álamo, de
la cual se informa en Marbella poco después al
recibir noticias del Gobernador sobre una facción de Loja537.
Con la enajenación de bienes, como en el
caso del monte Bornoque, se pretende favorecer
la construcción del ferrocarril Córdoba a Málaga
del que, ya en 1852, los munícipes acuerdan informarse, pues lo consideran de interés para mejorar las comunicaciones vecinales y para exportar productos a los centros de consumo538. Sin
embargo más adelante indican las dificultades
527
Cf. FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, op. cit., pp. 215. En la Conchinchina se produce la intervención como consecuencia de los incidentes producidos el año anterior a la llegada al poder de O’Donnell (asesinato de católicos el 10 de julio de
1857) y por la petición de Luis Napoleón III en virtud de la Cuádruple Alianza de 1834.
528
AHMMb, AACC, 8 de febrero de 1860.
529
AHMMb, AACC, 25 de diciembre de 1859.
530
Cf. FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, op. cit., p. 218.
531
AHMMb, AACC, 19 de enero de 1865.
532
AHMMb, AACC, 9 de abril de 1855, 8 de junio de 1855, 15 de julio de 1855, 7 de agosto de 1855, 18 de octubre de 1855,
15 de junio de 1856. Con anterioridad ya se han dado normas de enajenación en el monte Alicate (AHMMb, AACC, 22 de abril de
1852) y Herrizas de Nagüeles (29 de abril de 1852).
533
AHMMb, AACC, 5 de agosto de 1858. Reclamación de Francisco A. Roldán.
534
AHMMb, AACC, 30 de octubre de 1859. Reclamación de Pedro Artola.
535
AHMMb, AACC, 10 de febrero de 1861. Solicitud de acensamiento de M. Ortiz de Molinillo (apoderado del marqués del Duero).
536
AHMMb, AACC, 17 de febrero de 1861. Para ello se forma la junta pericial el 24 de marzo.
537
AHMMb, AACC, 7 de julio de 1861.
538
AHMMb, AACC, 14 de noviembre de 1852.
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para su construcción539 y en 1859, se pretenderá
obtener los fondos necesarios poniendo a la venta dicho monte, bajo las condiciones que se propusieron dos años antes540. Ahora se plantea bajo
la necesidad de traer carbón desde Córdoba para
las ferrerías. Por ello se produce la visita del Gobernador y del marqués de Casa Loring a fin de
convencer a la corporación541. Este monte ha sido
muy codiciado en épocas anteriores y en varias
ocasiones se pretendió enajenarlo para la obra
del muelle, cárcel y del nuevo cementerio542.
En 1860 se invita a la corporación a la
inauguración del ferrocarril543, a cuya sociedad
por acciones se habían destinado 4 millones de
reales producto de la venta del monte Bornoque, aunque al parecer su transmisión no se
había hecho efectiva, por lo que se insiste en la
petición de su venta544. Al final se suscriben 521
acciones de 1900 r. cada una por un total de
989.900 r.v.545. La desamortización se confirma
por R. D. 22 de enero de 1862546. Sin embargo,
al año siguiente, unos días después de que los
munícipes valoren las condiciones de deslinde
y el justiprecio547, se informa al Ayuntamiento
de que la compañía pide que se inviertan los
dos millones de reales de la venta del monte548
y los munícipes todavía se replantean el uso de
la venta, pues se defienden otras necesidades
como la construcción del nuevo cementerio, el
traslado de la cárcel y la edificación de las escuelas549. Al final se decide la compra de las acciones550. En 1864 se entregan 207.140 r.v. a la
sociedad Ferrocarril Córdoba-Málaga, producto
de la venta del monte Bornoque, como anticipo
de los dos millones551. El monte fue comprado
por Manuel J. Muñoz552, aunque más adelante
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
se le tenga que reintegrar el dinero por haberse declarado nula dicha venta553. La razón que
se aduce es que este monte no era de propios
como se creía equivocadamente, sino que lo
era del común por lo que se darán razones por
lo que no se puede desamortizar554. Al final, en
1870, se recibe la noticia de la quiebra de la
sociedad creada para el ferrocarril555.
La promulgación de la Ley de Sociedades
de Crédito de 1856 tendrá como consecuencia
la creación del Banco Hipotecario en Málaga
para el cual el gobernador también pide que
se compren acciones y los munícipes acuerdan
destinar parte de lo que se obtenga, de nuevo, por la venta del monte Bornoque556. Para la
constitución de este banco, proyectado por Joaquín García Briz, se suscribirán 1.500 acciones
en 1863557.
En cuanto a la modernización técnica es
importante destacar que, al igual que ocurre en
otras zonas de España, la aplicación del sistema métrico aún tarda respecto a su creación en
Francia en 1791, puesto que no se adoptó hasta
1849, e incluso no será obligatorio hasta 1880558.
Sin embargo en Marbella, por orden del gobernador civil de 30 de junio de 1862, se toma la
decisión de comprar una colección completa de
pesos y medidas del nuevo sistema métrico, para
el que se consignan 3.000 reales en el presupuesto ordinario de 1863559, y que llegan a nuestra
ciudad, en tres cajones, en enero de 1865560.
En el plano del capitalismo industrial y
financiero tuvieron gran importancia en Málaga
familias como los Larios, Heredia o Salamanca
cuyo papel en nuestro municipio será relevante
tanto en el XIX como en el XX.
AHMMb, AACC, 18 de agosto de 1853.
AHMMb, AACC, 12 de abril de 1857.
541
AHMMb, AACC, 1 de noviembre de 1859.
542
AHMMb, AACC, 31 de mayo de 1850, 24 de abril de 1851 (condiciones de venta), 8 de julio de 1852, 30 de septiembre de 1852.
543
AHMMb, AACC, 11 de marzo de 1860.
544
AHMMb, AACC, 23 de octubre de 1861.
545
AHMMb, AACC, 1 de noviembre de 1861.
546
AHMMb, AACC, 2 de febrero de 1862 y 19 de enero de 1862 en el que se cita la liquidación de la lámina intransferible de la
Sociedad Ferrocarril Córdoba-Málaga, convertida en títulos del 3% al portador.
547
AHMMb, AACC, 7 de junio de 1863.
548
AHMMb, AACC, 14 de junio de 1863.
549
AHMMb, AACC, 24 de junio de 1863.
550
AHMMb, AACC, 5 de julio de 1863.
551
AHMMb, AACC, 28 de febrero de 1864.
552
Cf. AHMMb, AACC, 8 de mayo de 1864 y 24 de julio de 1864.
553
AHMMb, AACC, 7 de mayo de 1865. Resolución de la Junta Superior de Ventas de 22 de abril que declara nula dicha venta y
el reintegro de lo pagado al comprador. Aunque se produce una reclamación (AHMMb, AACC, 13 de agosto 1865) se confirma poco
después (AHMMb, AACC, 10 de septiembre de 1865).
554
AHMMb, AACC, 12 de julio de 1866.
555
AHMMb, AACC, 4 de diciembre de 1870.
556
AHMMb, AACC, 4 de octubre de 1863.
557
AHMMb, AACC, 25 de octubre de 1863.
558
Por Ley de 19 de julio de 1849 se adoptó en España el metro como unidad fundamental de longitud y a partir de entonces
se intenta desarrollar esta ley mediante la creación de la Comisión de Pesas y Medidas y plantear las equivalencias de las antiguas
y nuevas medidas (R. O. de 9 de diciembre de 1852). La obligatoriedad no llegará hasta el 1 de julio de 1880 (Real Decreto de 14
de febrero de 1879).
559
AHMMb, AACC, 6 de julio de 1862.
560
AHMMb, AACC, 22 de enero de 1865.
539
540
62
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3.3.2. La crisis del régimen de Isabel II: la ruptura de la
Unión Liberal (1863-1868)
Tras la caída de Leopoldo O’Donnell por
la pérdida de confianza de la reina, se produce la
sucesión de ocho gobiernos diferentes561, de carácter moderado (o unionista), que no consiguen
integrar a los progresistas dada su política de retraimiento, que deslegitimaba a la monarquía y
les acercaba a los demócratas republicanos.
La crisis económico-financiera de 1866
(ferrocarril, sociedades de crédito y de la banca), la intervención de la camarilla de la reina
(confesor Padre Claret) en apoyo de la «cuestión
romana»562, y en contra de los deseos de los liberales, junto a la conducta privada y supersticiosa
(influencia de sor Patrocinio) de la reina Isabel II
facilitarán su creciente desprestigio563, y desembocan en los incidentes de la Noche de San Daniel
(10 de abril de 1865).
Esta situación de crisis condujo al cese
de Ramón M.ª Narváez y la vuelta al poder de
Leopoldo O’Donnell que no consigue el cambio
de táctica de los progresistas, ni impedir las intentonas de Juan Prim en Villarejo de Salvanés (2
de enero de 1866) o de los sargentos del cuartel
de San Gil (22 de junio de 1866). Ello da lugar
a medio plazo al Pacto de Ostende (agosto de
1866) por el que se unen los partidos demócrata
y progresista para derrocar a Isabel II, y se amplía al nuevo líder de los unionistas —por fallecimiento de O’Donnell, el general Francisco Serrano— al año siguiente en el Pacto de Bruselas (30
de junio de 1867).
A la citada crisis del capitalismo se une
una crisis tradicional de subsistencias en 18671868, por escasez y carestía de productos básicos como el pan, que generan motines en diversas ciudades y que facilitarán el triunfo de la
revolución de 1868.
El fin del régimen estaba servido.
En Marbella la situación de crisis se manifiesta en la emigración por el cierre de las fábricas y de las minas564, el incremento de los precios
y la necesidad de suministrar ayudas, como forma de inversión, por la situación de calamidad
pública en enero de 1868565.
Además, durante estos años se producen un gran número de roturaciones en tierras
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
enajenadas al parecer para ganar la titulación
administrativa. Así consta en relación con Nagüeles (que se insiste que son del común) y con
más de sesenta y cinco nuevas roturaciones de
fincas566.
3.4. El Sexenio Democrático (1868-1874)
3.4.1. La Revolución Gloriosa y el Gobierno Provisional
(18-9-1868 a 1-1-1871)
El 18 de septiembre de 1868 se produce
el pronunciamiento del almirante Juan Bautista Topete en Cádiz y se presenta el manifiesto
firmado con los generales Juan Prim, Domingo
Dulce y Francisco Serrano. Pronto se extiende
a otras ciudades, especialmente de Andalucía
de forma similar a anteriores ocasiones. Cae el
gobierno de González Bravo y le sucede el del
general José Gutiérrez de la Concha567, que envía
tropas para contener a los sublevados. El enfrentamiento se produce en la batalla del puente de
Alcolea (Córdoba) donde son derrotadas las tropas gubernamentales el 28 de septiembre. El 30
se va Isabel II. El pronunciamiento ha triunfado
al formarse un Gobierno Provisional con Serrano
al frente568.
Desgraciadamente no podemos seguir directamente los acontecimientos que dieron lugar
en Marbella tanto al Sexenio Democrático como
a la I República569. El 23 de septiembre de 1868,
sólo dos días después de la capital, se forma en
Marbella la correspondiente Junta Provisional de
Gobierno bajo la presidencia de Pedro Artola Villalobos, formándose una milicia armada y festejándose, como es costumbre, con iluminaciones
y reparto de pan entre los pobres, al conocerse
el éxito del pronunciamiento en Madrid. Como
siempre, siguiendo los acontecimientos de Málaga, se dispone en octubre el cambio de nombre de las Juntas Provisionales por el de Juntas
Revolucionarias y se destituye al párroco, Francisco Núñez Gallo, porque «su comportamiento
demuestra claramente no estar identificado con
las instituciones liberales que felizmente rigen».
Tras las elecciones municipales que, según uno
de los elegidos, ha sido «la primera [...] en que
después de muchos años han tomado parte todas las clases del pueblo», es decir por sufragio
561
Los gobiernos de Manuel Pando, Lorenzo Arrazola, Alejandro Mon, Ramón M.ª Narváez, Leopoldo O’Donnell, R. Narváez,
Luis González Bravo y José Gutiérrez de la Concha.
562
A la larga dará lugar al nacimiento del reino de Italia de Víctor Manuel II a costa de parte de los Estados Pontificios, con la
oposición del papa Pío IX.
563
Cf. FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, op. cit., pp. 294-295.
564
AHMMb, AACC, 8 de diciembre de 1867.
565
AHMMb, AACC, 12 de enero de 1868.
566
AHMMb, AACC, 14 de enero de 1866, 12 de marzo de 1866.
567
Marqués de la Habana y hermano del marqués del Duero.
568
Cf. FUENTES, J. F.: El fin del Antiguo Régimen…, op. cit., p. 235.
569
Faltan las AACC desde la sesión de 19 de julio de 1868 hasta final del año; desde la de 30 de mayo de 1869 a 2 de enero
de 1870 y desde el 24 de diciembre al 11 de enero de 1874, ambas exclusive. Sobre este tema ha profundizado recientemente J.
BERNAL GUTIÉREZ en la conferencia «El Sexenio Democrático (1868-1874) en Marbella».
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63
Antonio Rodríguez Feijóo
universal masculino, es elegido alcalde Pedro Artola Villalobos570.
Las consabidas felicitaciones para el presidente del gobierno provisional Francisco Serrano y para Nicolás M.ª Rivero, presidente de
las Cortes571. Ello no impide que haya incidentes
importantes, como los que se produjeron, contra
el alcalde Villalobos, por el denostado impuesto
de consumos, durante la feria de San Bernabé de
1870, mientras se celebraba una corrida de toros en la plaza del Ayuntamiento, y los vecinos
aprovecharon para saltar el balcón del edificio
municipal572.
En estos años se plantean los beneficios y
las excepciones de la Colonia de San Pedro Alcántara y se expresa el deseo de hacer una industria
para la caña de azúcar573. Además se proponen y
se aprueban las condiciones del proyecto para la
construcción del ferrocarril desde la mina de hierro en el Peñoncillo hasta el muelle de hierro en el
fondeadero con una longitud de 2.110 metros574.
La situación nacional se complica con la
rapidez de acontecimientos que se suceden en
estos pocos años. Se elabora la constitución de
1869, que mantenía la monarquía como forma
de Estado, y a Serrano como Regente del Reino,
mientras las Cortes se deciden a elegir a un candidato a monarca por votación entre varias opciones, entre las que estaba la republicana575.
3.4.2. El reinado de Amadeo de Saboya (2-1-1871 a 112-1873)
Los diputados se decantan por Amadeo
de Saboya (tataranieto de Carlos III), por 191 votos sobre 334, al que ofrecen el trono, aunque en
una difícil situación por el asesinato de su principal valedor, el general Prim, el 27 de diciembre
de 1870, poco antes de su llegada a España. La
falta de apoyo hará que su reinado sea efímero
(2 de enero de 1871 a 11 de febrero de 1873) y
en un contexto muy complicado por el estallido
de la Segunda Guerra Carlista (1872-1876) y la
primera guerra de Cuba (1868-1878).
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
Poco antes del final de su reinado se reconocen los méritos del general Espartero mediante la participación del ayuntamiento de Marbella,
que colabora con 80 pesetas, en la construcción
de un monumento al recién nombrado, por Amadeo de Saboya, Príncipe de Vergara en enero de
1872, que se colocará en la ciudad de Logroño a
petición de su alcalde576, aunque aún tardará 23
años en inaugurarse577.
3.4.3. La Primera República (11-2-1873 a 2-1-1874)
La dimisión de Amadeo I desembocará en
la Primera República, que será proclamada por la
Asamblea Nacional en Madrid el 11 de febrero de
1873 a iniciativa de Pi y Margall, eligiéndose en
la misma sesión a Figueras como presidente. Esta
Primera República tuvo una duración efímera de
once meses con «una densidad de acontecimientos
considerable: cuatro presidencias distintas (Figueras, Pi, Salmerón y Castelar), seis gobiernos, una
fuerte agitación social, guerra carlista y cantonal
en la península y colonial en ultramar»578 y con un
importante aislamiento internacional. La República supone un cambio total con el modelo sociopolítico ensayado por la revolución liberal, que para
José M. ª Jover se puede resumir en siete planos de
ruptura distintos: «República frente a Monarquía,
federalismo frente a centralismo, Estado neutro en
materia religiosa frente a estado confesional o tutelar, «régimen de intelectuales» frente a «régimen
de generales», desorden y utopía frente a orden
identificado con eficacia administrativa al servicio
de un poder concebido de la alianza entre nobleza
y burguesía, religación entre ética y política frente
al pragmatismo del moderantismo»579.
Una utopía democrática para su tiempo
en una España incapaz de comprenderla y por la
que se verterá mucha sangre para intentar hacerla
realidad. El movimiento cantonal que se produce
en el verano de 1873 comienza en Cartagena el 12
de julio y se extiende por la costa mediterránea y
Andalucía especialmente, aunque también a otros
lugares de España. Málaga tendrá un especial pro-
570
AHMMb, AACC, 3 de enero de 1869. El sufragio universal masculino se convertirá en definitivo a partir de 1890. En Marbella
aparece la relación de los 1.767 electores con derecho a voto, mayores de 25 años a 30 de julio de 1890, que pueden ejercer dicho
derecho por ley electoral de 26 de junio de dicho año.
571
AHMMb, AACC, 21 de febrero de 1869.
572
CASADO BELLAGARZA, J. L.: «El fin de una dinastía: Los Domínguez de Marbella. II…, op. cit., p. 27.
573
AHMMb, AACC, 8 de abril de 1869.
574
Cf. AHMMb, AACC, 18 de abril de 1869 y 23 de enero de 1870. Las condiciones para la cesión de los terrenos para su construcción se presentan en AACC, 16 de junio de 1872.
575
El candidato portugués Fernando de Coburgo, no aceptó la oferta. El duque de Montpensier, Antonio de Orleáns, hijo de
Luis Felipe de Orleáns y casado con la infanta Luisa Fernanda, hermana de Isabel II, cuya candidatura no prosperó al matar en un
duelo al infante Enrique de Borbón, hermano del esposo de Isabel II, Francisco de Asís. El alemán Leopoldo de Hohenzollern Sigmaringen, apoyado por Bismarck, pero que fue vetado por Napoleón III. También el hijo de Isabel, Alfonso, que no fue aceptado
por Prim.
576
AHMMb, AACC, 17 de noviembre de 1872.
577
La Rioja, 23 de septiembre de 1895. («Monumento a Espartero en Logroño», en la página web dedicada al general Espartero
en http://www.bermemar.com.
578
SUÁREZ CORTINA, M.: La España liberal (1868-1917). Política y sociedad, Madrid, Síntesis, 2006, p. 42. De gran interés para la
etapa final del siglo XIX.
579
SUÁREZ CORTINA, M.: La España…, op. cit., pp. 42-43. Cita a JOVER ZAMORA, J. M.ª: La imagen de la Primera república en la
España de la Restauración, Madrid, Real Academia de la Historia, 1982.
64
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Antonio Rodríguez Feijóo
tagonismo en la caída del gobierno Salmerón el 5
de septiembre, cuando se niega a firmar varias sentencias de muerte y ante el veto del ministro Palanca a un asalto militar en Málaga que exigía Pavía.
Durante este periodo ejercerá como alcalde José María Marín Andrade580.
3.4.4. El nuevo gobierno provisional (3-1-1874 a 1-11875)
El golpe de Estado de Pavía (3 de enero
de 1874) da lugar a una nueva etapa de Gobierno
Provisional, a veces citada como república unitaria, macmahonista, en la que junto a la Jefatura
del Estado asume la presidencia de un gobierno de coalición el general Francisco Serrano581.
Posteriormente como presidente del Poder Ejecutivo de la República y con un jefe del Consejo
de Ministros en la figura del general Zavala, al
que sustituye a partir de septiembre Sagasta582.
Durante este nuevo periodo de gobierno provisional en Marbella, permanece como alcalde accidental Diego Méndez Amado y desde el 25 de
enero Francisco Sánchez García583. Poco después,
el gobernador militar pondrá a Pedro Artola Villalobos como alcalde en febrero de 1874584, y se
muestra la crítica situación por la que pasa la ciudad en el verano por la sequía y por las situación
de la nueva guerra civil carlista585.
Ante esta situación y conocida la presencia de supuestos malhechores en la zona que, al
parecer, hacen daño a las propiedades de vecinos
de «clases laboriosas y acomodadas», se crea un
cuerpo de orden público formado por diez hombres586, un somatén, que intentará evitar daños
como los que han producido por «los trabajadores y dependientes de don Cayetano Ardoy en la
Sierra Blanca»587. A falta de estudios concretos, y a
modo de hipótesis, estos hechos pudieran ser una
primera muestra de la influencia del movimiento
anarquista en nuestro municipio, que se deberá
inscribir en la aparición del movimiento obrero
en España y no dentro del socialismo utópico
—que en esos años aparece bajo formas diversas:
santsimoniana en Cataluña, fourierista en Cádiz y
Madrid, cabetista en Barcelona— sino próximo a
los postulados anarquistas, cuyos primeros pasos
vinieron de la mano de Giuseppe Fanelli en 1868
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
y que dieron lugar al núcleo provisional de la AIT
con Anselmo Lorenzo al frente. Y más concretamente en un momento histórico en el que tras
el fracaso del movimiento cantonalista acentúa su
discurso radical con la formación de grupos de acción y con la defensa del colectivismo agrario588.
La segunda guerra carlista (1872-1876),
para otros la tercera si se incluye la de los matiners, había comenzado en abril de 1872, nada más
abrirse las cortes de Amadeo de Saboya, pero se
extiende durante el periodo de la Primera República y hasta el comienzo del reinado de Alfonso
XII. En ese tiempo, los carlistas ocupan casi todas
las provincias Vascongadas (menos Bilbao, Victoria y La Guardia y algunas zonas de Guipúzcoa),
Navarra, menos Pamplona y la Ribera, e incluso
avanzan en Cataluña y Valencia. Con dificultades se
formó un estado carlista, estudiado por Julio Montero, formado por las provincias ocupadas del País
Vasco y Navarra y bajo el Estado de guerra, con
derechos arancelarios y aduanas. La base institucional fueron las Diputaciones forales (enseñanza,
orden público y dirección económica) elegidas por
las Juntas Generales («cuerpos universales» de la
provincia) reunidas en Álava en 1874 y Guipúzcoa
y Vizcaya en 1875. La corte de Carlos VII era itinerante, aunque estuvo preferentemente en Estella y
Durango. El «despacho universal» del pretendiente
se dividió en tres secretarías de Estado que formaron su Gobierno (Guerra; Negocios Extranjeros
y Estado; y Gracia y Justicia, Hacienda y Gobierno
político) y también contaba con un Tribunal Superior de Justicia en Estella. Emitió moneda y sellos
de correos. Además, contará con un diario oficial
El Cuartel Real desde agosto de 1873 y con boletines oficiales en las Diputaciones. En enseñanza
creará la Real y Pontificia Universidad de Oñate589.
El sitio de Bilbao por los carlistas, en la primera mitad del año 1874, fracasa a partir de mayo
con lo que, una vez más, el liberalismo de la gran
ciudad industrial vence a un movimiento carlista
que se basaba en principios abiertamente confrontados con la modernidad y cuyo apoyo principal
se encontraba en los territorios rurales de base
predominantemente campesina. La incapacidad
para tomar una gran ciudad se vuelve en contra y
tras la ocupación de los liberales de Cataluña en el
AHMMb, AACC, 9 de agosto de 1874. Aparece una nota marginal a lápiz que dice que no es de elección legal.
Serrano tenía familia en Marbella, puesto que era hijo del mariscal de Campo Francisco Serrano Cuenca que se había casado
en Marbella el 11 de abril de 1806, cuando todavía era capitán, con Isabel Domínguez y Guevara, natural de nuestra ciudad. Ella
era hija de Miguel Domínguez y Vargas y de Antonia Guevara. Cf. AAVV.: Enciclopedia de Historia de España, (Diccionario biográfico),
Vol. IV, Madrid, Alianza Editorial, 1991.
582
Cf. SUÁREZ CORTINA, M.: La España…, op. cit., p. 57.
583
AHMMb, AACC, 11 de enero de 1874 y 25 de enero de 1874.
584
AHMMb, AACC, 4 de febrero de 1874.
585
AHMMb, AACC, 6 de julio de 1874.
586
AHMMb, AACC, 26 de julio de 1874.
587
AHMMb, AACC, 6 de septiembre de 1874.
588
Cf. SUÁREZ CORTINA, M.: La España…, op. cit., pp. 61-64
589
Cf. SUÁREZ CORTINA, M.: La España…, op. cit., pp. 69-70 y MONTERO DÍAZ, J.: El Estado carlista: principios teóricos y práctica
política (1872-1876), Madrid, Aportes, 1992.
580
581
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Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
verano de 1875 y la salida de Carlos VII el 28 de febrero de 1876 se pone fin a la guerra, el mismo día
en que llega el nuevo rey Alfonso XII a Pamplona,
poco después de producirse la Restauración590.
4. La crisis del
(1875-1898)
4.1. El
sistema liberal de la
Restauración
Alfonso XII (1874-1885). La ResMarbella
La restauración de la monarquía borbónica tras el golpe del general Martínez Campos en
Sagunto el 29 de diciembre de 1874 coloca en
el trono a un rey que, previamente y gracias a
los oficios de Cánovas del Castillo, se había declarado liberal en el Manifiesto de Sandhurst (1 de
diciembre de 1874).
Será la monarquía liberal constitucional el
eje del sistema político creado por Cánovas y por
tanto su restauración en la figura de Alfonso XII
será fruto de una larga preparación por un grupo
de orientación liberal conservadora opuesta al
republicanismo y a la monarquía democrática de
Amadeo de Saboya. La principal figura de este movimiento será el malagueño Cánovas del Castillo
que no deseaba la vuelta de los moderados y de
los intereses que encarnaban. El procedimiento
se inició con la creación de círculos moderados,
conservadores y liberales y a través de banquetes,
tertulias, salones entre las clases altas, medias y
populares y en el ejercito, donde se gesta, poco
a poco, un movimiento favorable al alfonsismo.
La finalidad era crear una corriente de opinión
favorable al hijo de Isabel II como candidato al
trono. Cánovas quería proclamar a Alfonso tras
la victoria contra los carlistas del general Manuel
Gutiérrez de la Concha, marqués del Duero, pero
se vio frustrada por la muerte de éste en Estella.
Sin embargo, la intervención del general Martínez Campos, que era una figura próxima al sector moderado, y que no contaba con el apoyo de
Cánovas, trunca el proceso y lo precipita, aunque
luego lo aleja del poder. No es de extrañar que
el pronunciamiento ocurra en Sagunto, dado el
interés que la burguesía valenciana tenía en ultramar, y con la ayuda de los militares que secundan
a Martínez Campos que al igual que él habían estado destinados en Cuba como gobernadores civiles o militares. Todo esto muestra, como señala
reinado de
tauración en
Manuel Gutiérrez de la Concha, marqués del Duero
Publicado en SUÁREZ, F.: Memorias del gobernador Antonio Guerola. Vol. IV.
Málaga 1857-63, Sevilla, Fundación Sevillana de Electricidad, 1995
Piqueras591, el interés por mantener las colonias
antillanas y el comercio de esclavos en Cuba en
el momento de crisis en la zona y por tanto eran
firmes defensores de la Restauración592.
Pocos días después, el 2 de enero de 1875,
se produce la proclamación de Alfonso XII como
monarca en nuestra ciudad, bajo la presidencia de
Pedro Artola Villalobos593, pues al comienzo del
mes siguiente, el 24 de febrero, se forma un nuevo
ayuntamiento nombrado por el Gobernador Militar en el que toma la vara de mando Juan de Quijada Fourrat, incluso con parte de los anteriores
concejales594, y el 29 de marzo se celebra una gran
fiesta por la finalización de la guerra civil carlista595. Le sucederán, entre 1877 y 1881, Diego Romero Amores596, Tomás Domínguez Artola597, Cristóbal Lara Urbano598 y Juan Fernández Belón599.
Ibídem., p 70.
Vid. SUÁREZ CORTINA, M.: La España…, op. cit.
592
Cf. SUÁREZ CORTINA, M.: La España…, op. cit., pp. 80-81 y PIQUERAS ARENAS, J. A.: La revolución democrática (1868-1874):
cuestión social, colonialismo y grupos de presión, Madrid, MTSS, 1992.
593
AHMMb, AACC, 2 de enero de 1875.
594
AHMMb, AACC, 24 de febrero de 1875.
595
AHMMb, AACC, 26 de marzo de 1876.
596
AHMMb, AACC, 1 de marzo de 1877.
597
AHMMb, AACC, 13 de septiembre de 1877.
598
AHMMb, AACC, 1 de julio de 1879.
599
AHMMb, AACC, 1 de julio de 1881.
590
591
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Acabada esta guerra, Cánovas del Castillo
promulga unos decretos de carácter centralizador que, para Suárez Cortina, significan el fin del
sistema foral vasco «y facilitó la conversión del
viejo fuerismo en un nacionalismo vasco de base
étnica, católica y xenófoba.»600.
Cánovas, que procede de la Unión Liberal, también tendrá un importante protagonismo
en la elaboración de la nueva constitución que
se promulga en 1876 y en la transformación del
partido moderado en conservador para hacer un
partido aceptable en la Europa liberal. Con ello
se conforma uno de los partidos base del sistema
de la restauración. El otro, el Liberal, surgirá del
partido Constitucional y a su frente estará Práxedes Mateo Sagasta601.
El periodo de la Restauración en Marbella nos muestra curiosas afinidades familiares
que, independientemente del partido que defiendan, mantiene a un determinado grupo en
el poder durante largo tiempo. Tal será el caso
de los alcaldes Juan Fernández Belón y Amador
Belón Pellizó que ocupan durante catorce años,
casi sin interrupción, la alcaldía de Marbella.
Este periodo se inicia en junio de 1881 (recordemos que el turno bipartidista por excelencia
comienza con el gobierno liberal-fusionista de
Sagasta en febrero de 1881) y dura hasta julio
de 1885. Incluso con el alcalde Diego Romero
Amores continuará como teniente de alcalde
Amador Belón Pellizó, sucediéndole de nuevo Juan Fernández Belón hasta septiembre de
1903 en que por renuncia pasa a Teniente de
Alcalde. Podemos decir que durante la larga
etapa democrática de la Restauración estos tres
munícipes ocuparán los puestos más importantes del ayuntamiento marbellí. En este periodo
reaparece, en julio de 1885, como alcalde Tomás Domínguez Artola, aunque gobierna poco
tiempo, y además en los momentos más críticos
de la epidemia de cólera no está presente en el
municipio, incluso fallece durante su mandato,
en Madrid, en febrero de 1886, por causas ajenas a la crisis epidémica602.
Durante algunos de estos años los gobiernos municipales marbellíes sufrirán conflictos políticos que ocasionarán quejas, destituciones por
el Gobernador, dimisiones (sólo afecta la del alcal-
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
de «por no saber leer ni escribir»)603, suspensiones
de algún concejal604, protestas contra el alcalde por
no asistir a presidir las sesiones605, centrándose la
mayoría de ellas en el periodo anterior a 1881.
En dicho año comienza el sistema canovista de alternancia de partidos que logrará —con
el apoyo de los gobiernos civiles y del famoso
«pucherazo»— mantener una ilusoria apariencia
democrática. Este sistema, fruto de la corrupción
y considerado tradicionalmente como caciquil y
oligárquico, es el resultado de unas relaciones de
patronazgo en una España en la que el Estado
liberal se conformó sobre vínculos clientelares
que ya tienen una larga trayectoria cuando surge
la restauración606.
En este clientelismo sería muy importante estudiar desde el punto de vista local
a personajes relacionados familiarmente en
Francisco Serrano y Domínguez,
duque de la Torre
Fuente: Imp. y Lit. Silva - Grabado publicado en DOMÍNGUEZ, F.: Los
hombres de la Izquierda Liberal. El Duque de la Torre, Madrid, 1883
SUÁREZ CORTINA, M.: La España…, op. cit., p.70.
El ala derecha del partido progresista y miembros de la Unión Liberal forman, en 1871, al año siguiente de la muerte de Prim,
el partido Constitucional, al frente del cual estará el generalSerrano y Mateo Práxedes Sagasta. El ala izquierda de los progresistas
junto con los demócratas, que optaron por la monarquía, formaron el partido Radical, dirigido por Manuel Ruiz Zorrilla.
602
AHMMb, AACC, Leg. 18-H Cf. CASADO BELLAGARZA, J. L.: «El fin de una dinastía: Los Domínguez de Marbella…, II…,
op. cit., pp. 31-33.
603
AHMMb, AACC, 5 de agosto de 1877.
604
AHMMb, AACC, 24 de febrero de 1878. Causa abierta por contrabando.
605
AHMMb, AACC, 15 de enero de 1880.
606
Cf. SUÁREZ CORTINA, M.: La España…, op. cit., p. 97 y MORENO LUZÓN, J.: «El poder público hecho cisco. Clientelismo e
instituciones políticas en la España de la restauración» en Política en penumbra, Madrid, Siglo XXI, 1996, pp. 169-190. El fenómeno
del caciquismo no tendría tanto que ver con un sistema de dominación de clase (visión marxista), ni de carácter económico (teoría
de la modernización) sino como resultado de las relaciones patrón/cliente.
600
601
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67
Antonio Rodríguez Feijóo
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
el entorno de la familia
los entresijos y los grupos
Domínguez y que han nade interés que se gestaron
cido en Marbella como
en nuestro municipio612.
José Chinchilla y Díez de
4.2. La Regencia de María
Oñate607 (con antepasados
Cristina de Habsburgo-Lorena
como Juan y Felipe Díez
(1885-1898)
de Oñate), el general José
La muerte del rey AlLópez Domínguez608 (con
fonso XII el 25 de noviembre
Antonio Domínguez y Varde 1885, que se da a conocer
gas, Tomás Domínguez Aral ayuntamiento de nuestra
tola o Antonio Domínguez
ciudad al día siguiente613,
Alburquerque), o Francisco
609
desemboca en una regencia
Serrano y Domínguez el
de su viuda, María Cristina de
cual, aunque no naciera
Habsburgo-Lorena, en nomen Marbella, procedía de
bre del hijo que espera y que
la familia anteriormente
nacerá unos meses después.
citada610. Las relaciones faAunque el protagomiliares entre ellos, con las
nismo directo de nuestro
elites del poder central, y
municipio es escaso en escon diversos personajes de
tos años, se participa en el
la oligarquía malagueña,
IV centenario de la Conquisde los que serán sus repreta de Málaga en agosto614, y
sentantes, apoderados o
también se colabora con los
simples correas de transmigastos de la Exposición Insión del partido gobernante, nos permitirán ahondar José Chinchilla Díez de Oñate, director general ternacional de Barcelona de
1888, a través de la compra
y conocer el entramado de de la Guardia Civil
Fuente: Retrato publicado en La Ilustración Española y
de lotería enviada por el alpoder que se gesta a lo lar- Americana el 15 de marzo de 1899
calde de la capital catalana
go del XIX y, especialmenpara ayudar a sufragar los gastos derivados615.
te, durante el periodo de la Restauración611.
El nombramiento del general López DoEste tipo de historia de carácter biográfico o
mínguez como ministro de Guerra da lugar a una
prosopográfico se ha incorporado con fuerza a
importante celebración con reparto de pan para
la investigación histórica de estos últimos años y
los pobres, como se hacía tradicionalmente616, y
permite reconstruir familias o relaciones mercanse le dedica el nombre de la calle Ancha617.
tiles o de poder que nos pueden ilustrar sobre
Poco después se producen incidentes en
Melilla que desencadenan la participación de EsEl nombramiento del general López
paña en dicha guerra (1893-1894) y ante el traslaDomínguez como ministro de Guerra da
do de soldados se decide que se concederá una
pensión vitalicia de 0’75 Pts. diarias a cada uno de
lugar a una importante celebración con
los cuatro soldados naturales o vecinos de Marbereparto de pan para los pobres
lla que resulten inútiles en dicha guerra618.
607
Militar español, ministro de la Guerra, senador y gobernador de Cuba, nació en Marbella (Málaga) el 20 de Marzo de 1839
y murió el 11 de Marzo de 1899, siendo teniente general y director general de la Guardia Civil (Ver web Senado y La Ilustración
Española y Americana del 15 de marzo de 1899).
608
Nacido en Marbella el 29 de noviembre de 1829 y fallecido en Madrid el 17 de octubre de 1911: Militar y político español
que ocupó la presidencia del gobierno por breve tiempo durante el reinado de Alfonso XIII, desde el 6 de julio de 1906 al 30 de
noviembre de 1906. (Ver web Senado).
609
Nació en la Isla de León (San Fernando, Cádiz) el 17 de diciembre de 1810 y falleció en Madrid el 25 de noviembre de 1885.
Fue militar y político español. Regente, presidente del Consejo de Ministros y último presidente de la Primera República Española
durante el Gobierno Provisional. (Ver web Senado).
610
Doña Isabel Domínguez y Guevara, nació el 21 Febrero 1793 en Marbella, testó en 22 Febrero 1868 en Madrid. (Cf.: http://
genforum.genealogy.com/serrano/messages/111.html).
611
PRIETO BORREGO, L.: «Nueva aproximación a la bibliografía sobre Marbella y la Costa del Sol Occidental», Cilniana, 15, pp.
57-58. Completa la anteriormente publicada por la misma autora Aproximación bibliográfica: Marbella y la Costa del Sol Occidental, Asociación Cilniana, Marbella, 1997. Más tarde se completa y actualiza con «Bibliografía y documentación», Cilniana, 17, pp. 71-88.
612
Cf. CARASA SOTO, P. (ed): Elites. Prosopografía contemporánea, Universidad de Valladolid, 1994.
613
AHMMb, AACC, 26 de noviembre de 1885.
614
AHMMb, AACC, 28 de julio de 1887.
615
AHMMb, AACC, 4 de noviembre de 1898.
616
AHMMb, AACC, 17 de diciembre de 1892.
617
AHMMb, AACC, 27 de agosto de 1893.
618
AHMMb, AACC, 28 de octubre de 1893.
68
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Antonio Rodríguez Feijóo
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
El fin de siglo
buscan su salud o su
El año culmina con una función
en Marbella es ciercómodo bienestar en
tamente crítico, la extraordinaria de fin de año y de siglo. ciudades que respeccorrupción municipal
a su clima templaUn “Te Deum”, de agradecimiento y to
continúa, a pesar de
do son inferiores a
ello, a mediados de de esperanza en un nuevo siglo que se Marbella.»626.
1895, el alcalde deciEl año culmina
espera sea mejor que el que termina
de comprar un puño
con una función exde oro para el bastón
traordinaria de fin de
de mando por 75 pesetas619. Al año siguiente se
año y de siglo. Un Te Deum, de agradecimiento
llegará a acusar a los munícipes de malversación
y de esperanza en un nuevo siglo que se espera
de fondos y provoca su destitución por el gobersea mejor que el que termina627.
620
nador civil , «a virtud y conformidad de la Junta
de Instrucción Pública»621, aunque al no poder
CONCLUSIONES
probarse será sobreseída en 1898622.
En 1897 la noticia del atentado contra
El nacimiento y evolución del liberalisCánovas del Castillo induce al cambio de
mo en Marbella a lo largo del XIX sigue en
nombre de la calle Nueva por el del político
líneas generales, las pautas del proceso
asesinado623.
de la revolución liberal burguesa espaLa situación que vive el municipio
ñola, aunque con las particularidades
es extremadamente grave para los más huque, dentro de ésta, presenta el marmildes, lo que se evidencia en la decisión
co andaluz. Aun así, Marbella tendrá
del ayuntamiento de repartir más de
un protagonismo y unas individuali600 panes para los jornaleros en la
dades que se manifestarán esenfiesta la Inmaculada Concepción de
cialmente a nivel económico, sin
diciembre de 1899624. Ello no obsta
olvidarnos de fenómenos de alcance más general.
para que mantenga cierta relevanA modo de resumen y dencia puesto que, como señala F. de
tro de los límites de este trabajo y de
A. López Serrano, «Marbella era una
las peculiares características del pequeciudad con una significación nada desJosé López Domínguez,
ño municipio de Marbella en el
deñable, en la que tenían su sede
ministro de Guerra
XIX, consideramos que los refleun viceconsulado británico, un
viceconsulado belga, una agencia Fuente: Grabado publicado en La Ilustración jos y espejismos de nuestro muEspañola y Americana el 8 de agosto de 1893
nicipio, en cuanto a la génesis del
consular francesa y una agencia
liberalismo, se puede concretar en los siguientes
consular norteamericana»625, todo ello, claro está,
aspectos:
en relación con la explotación minera de carácter
– Sustancial y sostenido incremento de la
colonial-imperialista de fines del XIX y que aportó
población. El incremento de población de Marrelativamente poco a la economía de nuestro mubella, inicialmente más lento que la media espanicipio.
ñola, ascenderá a partir de 1838 a un ritmo que
Aun así, estos años también abren una
duplica la media de crecimiento español, por lo
puerta a la esperanza. En 1890 ante la petición de
que presumimos que en ello tuvo especial incilos ingenieros Amador Villar Pérez de Castropol
dencia el fenómeno de la industrialización y de
y Jorge Fournier de instalar en Marbella una Estación de Invierno, en la que mediante helioterapia
la creación de las colonias agrarias.
a hidroterapia los europeos del norte se recupe– En cuanto al reparto de esta población
rasen de sus dolencias gracias a la benignidad de
por el municipio, la densidad de Marbella supenuestro clima, se reflexiona sobre estos benefira la media andaluza y española, con lo que se
cios y el síndico Rafael Vallejo profetiza que «No
refleja su situación periférica mediterránea. Sin
puede calcularse hasta donde llegarían los beneembargo, no llega al nivel medio de la provincia
ficios si se lograse atraer a este país parte de los
durante el XIX, por lo que habrá que esperar al
viajero de posición desahogada u opulenta que
XX para que la situación se invierta.
AHMMb, AACC, 8 de junio de 1895.
AHMMb, AACC, 4 de abril de 1896.
621
AHMMb, AACC, 17 de diciembre de 1897.
622
AHMMb, AACC, 26 de marzo de 1898. Se cita a los concejales Diego Romero, Antonio Ruiz, Salvador Sánchez, José Escámez,
Rafael Vallejo, Francisco Amores, Juan Álvarez, Antonio Sánchez.
623
AHMMb, AACC, 15 de agosto de 1897.
624
AHMMb, AACC, 2 de diciembre de 1899.
625
LÓPEZ SERRANO, F.: «Miseria…», op. cit., p. 5.
626
AHMMb, AACC, 28 de junio de 1890.
627
AHMMb, AACC, 2 de diciembre de 1899.
619
620
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69
Antonio Rodríguez Feijóo
– En cuanto a fenómeno de la urbanización, correrá paralelo al incremento de la población, tanto en la ciudad como en el campo,
pero especialmente en este último. Con ello
el número de habitantes por vivienda se incrementará, produciéndose un cierto hacinamiento en la segunda mitad del XIX, al subir la
población un 43,8% y el número de viviendas
sólo un 22,5%.
– Manifestación clara de la transición
demográfica desde el ciclo demográfico antiguo, propio del A. Régimen, caracterizado por
una alta natalidad y mortalidad, a otro ciclo
demográfico moderno, que no se completará
hasta después de la Guerra Civil. Esta fase de
transición tiene sus primeros síntomas hacia
1838, en paralelo al máximo auge de la industrialización y que enlaza con el nacimiento de
las colonias agrícolas, pero se manifiesta con
más claridad en las últimas décadas del XIX
con un claro descenso de la mortalidad que se
anticipa a la media española, aunque quebrará, temporalmente, en la segunda década de
los XX, tras la crisis de la Restauración. También se nota en el descenso lento, pero continuado de la natalidad, aunque en este caso
a comienzos del XX, con unos años de retraso
respecto a la media española.
– Apoyo al régimen liberal, ambiguo y
esporádico antes de 1833, decidido durante
la regencia de María Cristina. A partir de aquí
desoye las escasas voces carlistas, secunda los
movimientos junteros de 1835-36, 1837 y apoya la fase liberal de la regencia de Espartero,
al que se opone con especial protagonismo en
1843, cuando muestra su faceta autoritaria,
aunque de nuevo lo secunde en 1854. En general, la población colabora con las órdenes
gubernativas oficiales que emanan de la capital de la provincia.
– Temprano dinamismo industrial aunque tras su fracaso derive hacia el colonialismo minero extranjero. Pese al temprano
dinamismo industrial siderúrgico —que fue
favorecido por la presencia de materias primas minerales y de avispados promotores
de la burguesía comercial malagueña—, tras
fracasar por deficiencias estructurales degenerará, ante la inexistencia de una burguesía
emprendedora local, en un neto colonialismo
extranjero.
– Tardía y original modernización agraria. Junto al protagonismo de las huertas, generalmente orientadas al autoconsumo y a la
subsistencia, se puede resaltar la importancia
de las explotaciones agrarias creadas a mediados del XIX. Este intento de renovación del
sector agrario sin llegar a ser revolucionario,
pues mantiene en algunos casos el barbecho,
pretende modernizar el sector introducién70
Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal
dolo en el marco del capitalismo agrario. El
protagonismo de las colonias agrarias de San
Pedro Alcántara y El Ángel presenta rasgos
originales en los aprovechamientos agrícolas
respecto a otras zonas de España, tanto estructuralmente (lejanos a los grandes latifundios de otras zonas de Andalucía), como en
función de los productos cultivados (de origen
tropical: caña de azúcar, más tarde remolacha
azucarera…) o en los métodos de explotación
(introducción de maquinaria, desecación de
tierras, construcción de obras hidráulicas en
las colonias agrícolas particulares y la construcción de modernos ingenios que sustituyen
a los antiguos trapiches).
– Carencias en las infraestructuras de
comunicaciones viarias que dificultan la segunda industrialización. Las carencias en las
infraestructuras penalizarán el desarrollo económico del municipio, especialmente por las
deficiencias en las comunicaciones terrestres
(caminos irregulares y fracaso del ferrocarril),
salvado parcialmente por su situación costera.
Fracasan los continuos intentos de construir
un puerto o muelle que favorezca el intercambio comercial, y cuando éste llegue lo hará en
función de los intereses mineros coloniales,
aunque sea utilizado como vía de intercambio, tanto por Marbella como por los pueblos
de la comarca.
– Consolidación de la sociedad liberal
burguesa a costa de la desamortización civil.
A pesar de las carencias en los estudios sobre
la desamortización local, podemos considerar que la nueva sociedad liberal se consolida
sobre el irresuelto problema de la distribución de la tierra, tras las desamortizaciones,
especialmente la que afecta a los bienes de
propios en 1855. Sin embargo, la vía utilizada
para privatizar las tierras y el destino de algunas de las inversiones se realizan en función
de intereses foráneos (de la alta burguesía malagueña interesada en el ferrocarril CórdobaMálaga) y no redundaron en beneficio de la
comunidad local.
– Tardía e incompleta respuesta a la miseria de las capas populares. Las crisis demográficas o económicas, que aparecen y reaparecen en
el ámbito local, no encuentran vías de solución
por parte de los organismos públicos (ineficacia
de las medidas propuestas, generalmente caritativas, a lo largo del XIX) o por la tardía formación
de las agrupaciones obreras.
– Escaso protagonismo de las elites locales que sólo tienen un papel secundario, a
pesar de la potencial buena relación con los
grandes prohombres del momento. Una relación que no supo aprovecharse, posiblemente
por el escaso interés de dichas personalidades
por el municipio de sus paisanos. n
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ISSN 1575-6416
Elecciones de Diputados y Síndicos
Personeros. Elecciones en Marbella en
el Sexenio Absolutista (1814-1819).
Un atisbo de libertad en medio del tiempo
Calixto Rodríguez Romero
Licenciado en Geografía e Historia
RESUMEN
Los diputados del común y el síndico personero fueron oficios municipales creados durante el reinado de Carlos
III, siendo en el Antiguo Régimen los únicos cargos nombrados por el pueblo. Este trabajo analiza su sistema
de elección, la personalidad de los elegidos y cómo se llevaban a la práctica sus funciones durante el Sexenio
Absolutista en la ciudad de Marbella.
PALABRAS CLAVE
Diputados del común, Síndico Personero, Siglo XIX, Sexenio Absolutista, Marbella.
ABSTRACT
The personero receiver and deputies common were created municipal offices during the reign of Carlos III, being in the
«Antiguo Régimen» the unique positions named by the town. This work analyzes its system of election, the personality
of the chosen ones and as it took to the practice his functions during the Absolutist Presidential term in the city of
Marbella.
KEY WORDS
Deputies of the common one, Personero Receiver, Century XIX, Absolutist presidential term, Marbella.
1. Introducción
D
urante el primer tercio del siglo XIX las
instituciones municipales estaban regidas según el sistema del Antiguo Régimen. Las leyes que se aplicaban emanaban de la
Nueva Recopilación el antiguo cuerpo legal de la
Monarquía Hispánica basado en las Leyes de Toro
de 1505 y las recopilaciones anteriores (el Ordenamiento de Alcalá de 1348 y el Ordenamiento de
Montalvo de 1484). Este cuerpo legal fue sancionado por Felipe II el 14 de marzo de 1567. Pero
con el paso del tiempo y el cambio de dinastía,
surgió la necesidad de una nueva compilación
que se vio plasmada en la Novísima Recopilación de
las Leyes de España, sancionada por Carlos IV en
1805 y publicada en 1806, debiendo adquirirse
por los Ayuntamientos por Real Orden de 18141.
Esta obra, que intentaba sistematizar el complejo legislativo del Antiguo Régimen, no deja de
seguir la farragosa estela del mundo jurídico de
su tiempo. Formada por 4.044 leyes, se dividía
1
en 340 títulos que se integran en 12 libros, los
cuales abarcaban todo el derecho español. Su vigencia pervivió de forma parcial hasta finales del
siglo XIX, pues su derogación fue paulatina con
la aprobación de las diversas constituciones y el
desarrollo de los diversos códigos jurídicos de
la época. Fue criticada por el mantenimiento de
leyes en desuso en contraposición con otras nuevas, omisión y repetición de otras, y, fundamentalmente, por su envejecimiento prematuro por
los cambios políticos y sociales de los tiempos
que se avecinaban. No obstante, fue fundamental en el estudio del derecho al implantarse por
los Borbones el derecho real en las universidades
en oposición al derecho común romano católico;
y, finamente, básico como fundamento en la actualidad para el conocimiento de la historia.
Por lo que respecta a los municipios, les
estaba dedicado el Libro VII titulado De los pueblos y de su gobierno civil, económico y político. Este
libro albergaba, como su nombre indica, todas
las disposiciones referentes a la vida de los mu-
Archivo Histórico Municipal de Marbella (AHMMb), Actas Capitulares (AACC), Caja (C.) 5/8, Folio (F.) 158.
Calixto Rodríguez Romero
Elecciones de Diputados y Síndicos Personeros...
nicipios. Dividido en 40 títulos, regulaba en ellos
años y llevar como mínimo cinco de vecindad y
todo lo concerniente al territorio: sus términos,
residencia en el lugar; además, no podía optar a
terrenos baldíos, montes y plantíos, despoblados
ser nombrado ningún empleado público de nomy repoblación, etcétera; de lo que atañe a la políbramiento del Rey excepto el que sirva en las
tica: ordenanzas, oficios públicos, corregidores,
milicias nacionales; posteriormente, se impidió
regidores, escribanos, consejos y ayuntamienla elección de los eclesiásticos. Esta política intos, privilegios…; de lo que atañe a la economía:
tentaba obtener una independencia de la Admipropios y arbitrios, abastos, positos, compra
nistración central, llevaba aparejada un espíritu
y venta de pan…; de lo que afecta a la policía
anticaciquil y la intención de evitar el cunerismo
de los pueblos, diversiones públicas y privadas,
de los sectores oligárquicos; además, los ayuntacaza y pesca, cría de mulas y caballos; además
mientos deben tener un secretario, elegido por
de lo concerniente a obras públicas, caminos y
pluralidad absoluta de votos y un depositario de
puentes, ventas, posadas y mesones, expósitos,
los caudales de Propios2. Y, por último, una nuehospitales, socorro de los pobres… Como veva definición de sus competencias. Todo ello fue
mos, una regulación muy intensa que encorsetaregulado en el Título VI de la Constitución.
ba la vida de los pueblos, más aún si a lo que nos
Éste fue el primero de los dos interludios
referimos es al gobierno municipal. Éste estaba
que hubo durante el primer tercio del siglo XIX,
constituido por un corregidor, oficio enajenado
en el que los ciudadanos eligieron a sus reprepor la Corona y que debía ostentar una persosentantes en el municipio, junto al Trienio Consna que no fuera del municipio, le correspondía,
titucional, antes del fin del régimen absolutista.
además de ser cabeza del gobierno municipal,
Y, aunque la implantación que tuvo duro poco
el impartir justicia; lo conformaba, también, los
tiempo, su impronta duró todo el siglo para los
regidores perpetuos, que debían ser naturales
liberales. Sin embargo, durante los años en que
de municipio y que eran ocupados por miemsiguió rigiéndose la vida municipal por los prinbros de la élite local; por último, los diputados
cipios absolutistas dos figuras del poder municidel común y el síndico personero. Al municipio
pal siguieron ostentando el pequeño margen de
de Marbella le correspondían un corregidor, seis
liberalidad que consentía el régimen absolutista:
regidores perpetuos, dos diputados del común y
los diputados del común y el síndico personero.
un síndico personero.
2. Significado de los Diputados de Abastos y Síndicos
Todo cambió con la invasión napoleónica,
de manera que primero con el régimen francés
Personeros del Común y su sistema de elección
desde 1810 y posteriormente el de las Cortes de
Cádiz, la administración municipal de Marbella
La figura de los diputados de abastos surconoció nuevas formas de gobierno. Obviando
ge en la época de Carlos III, concretamente por la
el francés, que solamente estaba legitimado por
resolución del Rey y auto acordado del Consejo
la conquista y que prácticamente conservaba las
de 5 de mayo de 1766, que en su capítulo 5 explica las razones para la creación de dichos cargos
antiguas formas y se cimentaba en las élites lomunicipales: evitar a los pueblos todas la vejaciocales que les eran afectas, bien por necesidad,
nes que por la mala administración o régimen de
miedo, poder u otras causas las Cortes de Cádiz
los concejales padezcan en los abastos y, además,
sí presentaron una reforma municipal de amplio
para involucrar al vecindario a través del conocicalado en tres sentidos: en cuanto a la elección,
miento de los cauces por el que se desarrollan los
al proceder a ser elegidos por sufragio universal
mercados, en su mejora, favoreciendo con ello la
y debiendo cesar en sus cargos los regidores y
libertad de comercio. Para cumplir con sus obliaquellos que sirvan oficios perpetuos «cualquiegaciones los diputados serán nombrados por la
ra que sea su título y denominación», debiendo
vecindad y tendrán en el Ayuntamiento potestad
cambiar los alcaldes todos los años, los regidopara examinar las prores y síndicos por mitad
puestas
y, también, voto
cada año, sin que puLa figura de los diputados de
para el establecimiento
dieran optar a ser elegidos para ninguno de abastos surge en la época de Carlos de las reglas económiellos sin pasar dos años III, concretamente por la resolución cas en lo que respecta a
estos asuntos.
como mínimo, con lo
del Rey y auto acordado del
El síndico percual se democratizaba
Consejo de 5 de mayo de 1766
sonero, en cambio,
el sistema para el nomproviene de un oficio
bramiento de los carexistente anteriormente: el procurador síndigos concejiles. Respecto a su composición, era
co. Este cargo, existente en muchos pueblos,
condición para ocupar los cargos ser ciudadano
era habitualmente enajenado y con ello perpeen el ejercicio de sus derechos, mayor de 25
2
72
Artículos 320 y 321, Aptdo. 3, de la Constitución de 1812.
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Calixto Rodríguez Romero
Elecciones de Diputados y Síndicos Personeros...
La elección anual de diputados y síndico del común se realizará por el
voto activo de todos los vecinos y contribuyentes dividido en parroquias
tuado por las familias; cuando esto no ocurría, era norma que fuera ocupado por un
regidor del Ayuntamiento.
Lo que realiza la reforma de
5 de mayo de 1766 es, sin
acabar con la anterior figura,
crear una a la par, elegida por
el común de los vecinos y con
la misión de pedir y proponer
todo lo que convenga a la generalidad de los vecinos, pudiendo tener voz e intervenir
en todos los actos del Ayuntamiento.
La consideración formal de los diputados y su tratamiento, tanto dentro como
fuera del Ayuntamiento, cuando estén ostentando sus cargos, será igual que el del resto
de los concejales.
La elección anual de
diputados y síndicos del común se realizará por el voto
activo de todos los vecinos y
contribuyentes dividido en
parroquias; si sólo hubiese
una se nombrarán veinticuatro
comisarios electores, en consejo abierto y presidido por
la Justicia, que procederán a
hacer la elección de los cargos
en la casa consistorial. Todos
estos actos se realizan bajo la
supervisión del escribano del
Ayuntamiento y se debe dejar
constancia en un libro particular3. Una vez elegidos, al día siguiente tomarán posesión de
sus cargos. La elección de estos cargos no podrá recaer en
ningún regidor, ni individuo del Ayuntamiento,
ni en quienes tengan parentesco con ellos hasta
cuarto grado; tampoco podrán ser elegidos los
deudores al común, ni aquellos que hayan ejercido en los anteriores dos años oficios públicos. La
elección puede caer en nobles y plebeyos al ser
enteramente dependiente del concepto público,
sirviendo a cada uno en su clase de distinción y
merito, pudiendo ser alegados como actos posi-
tivos, no obstante no conllevan la adquisición de
derechos ni propina4.
3. Desarrollo de las elecciones en Marbella durante el
Sexenio Absolutista
Como exigía la ley, las elecciones se celebraban a final del año para tomar posesión en el
siguiente. Fueron elecciones que no produjeron
En el AHMMb dicha documentación se encuentran en la C. 620, piezas 3 a 7 inclusive.
En el sentido de la primera acepción de DRAE: «Colación o agasajo que se repartía entre los concurrentes a una junta, y que
después se redujo a dinero».
3
4
Cilniana 20/21, 2007 - 2008: 71-80
73
Calixto Rodríguez Romero
Elecciones de Diputados y Síndicos Personeros...
para el año 1815 celebrada en
diciembre de 1814-Primero tenemos los nueve vecinos que
acudieron a votar; en segundo
lugar los vocales elegidos, señalados con NP los que no acudieron a votar, y seguidamente
a quienes dieron su voto como
diputado y síndico.
un gran interés en el pueblo, muy pocos vecinos
acudían a votar, solamente lo hacía una exigua
minoría. Tenemos en cada uno de esto años las
cifras de 9-9-9-7 y 6 votantes. En total acudieron a las urnas 40 votantes para los años 1815
a 1819, de ellos 6 repitieron 2 veces y 2 repitieron 3, con lo cual sólo 22 vecinos votaron en
estas elecciones durante estos cinco años. Como
comparativa tenemos las últimas votaciones
para el ayuntamiento liberal de 1814, que recogió la cifra de 68 votantes. Los votantes podían
ser elegidos electores y no había que ser elector
para poder ser diputado o síndico. En el Cuadro
I podemos apreciar el desarrollo de las votación
5
6
74
En cuanto a los elegidos como diputados y síndicos
durante este período, su personalidad nos confirma que no
hubo ninguna clase de restricción política para su nombramiento. De 1815 a 1819 ocuparon la plaza de diputados
Benito López, Enrique Schnelbenbühel, José Álvarez, Manuel Martínez y Cristóbal Villalobos; y la de síndicos Manuel
Martínez, José Escobar, Pedro
de Castro, Cristóbal Villalobos
y José Escobar. Podemos ver
que la confianza depositada
en algunos de ellos para estos
cargos se repetía. Pero lo más
curioso es lo que sabemos de
alguno de ellos. Manuel Martínez y López, de oficio boticario, fue el primera alcalde
constitucional de la ciudad
y no obstante obtuvo cargo
público durante este período
realista; Benito López, labrador, fue regidor durante el año
1813 y era reconocido como
liberal; José Álvarez, labrador,
era liberal y fue segundo alcalde en 1813; y, finalmente sabemos que José Escobar tuvo
que enfrentarse a unas pesquisas por infidencia, ya que fue uno de los elegidos
como regidor durante la dominación francesa,
de resultas que los informes dados por el ayuntamiento sobre su conducta durante la ocupación
francesa decían de él ser adicto a los franceses y
comportarse con rigor con la población5, a la que
amenazaban con la pena de la argolla6, y en un
informe posterior se afirma literalmente:
«[…] sin que este Ayuntamiento se singularice en particular con alguno de los municipales, no obstante de que se notó, que
no correspondiéndole a él la jurisdicción y
sí a Rafael de Toro por ausencia de Francis-
AHMMb, AACC, C. 5/2, F. 21.
Pena que consistía en exponer al reo a la vergüenza pública, sujeto por el cuello con una argolla a un poste.
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Calixto Rodríguez Romero
Elecciones de Diputados y Síndicos Personeros...
Cuadro I
co Granados la obtuvo, prueba de su afición a mandar, y su despotismo»7.
Por lo que respecta a las incompatibilidades
tenemos algunos ejemplos de su cumplimiento. Así
el 17 de mayo de 1815 el diputado del común Benito López, al obtener el empleo de Fiscal de Montes de la ciudad, es sustituido por Pedro Burell8 y
éste, a su vez, solicitara su sustitución de las cargas
concejiles, en el año 1816, por ser notario mayor
del juzgado económico y de la curia castrense9.
Por lo que podemos apreciar, las elecciones para diputados del común y síndico personero durante el sexenio absolutista en Marbella
funcionaron tal como el ordenamiento jurídico
tenía previsto.
4. Labor de dichos cargos en Marbella (1814-1819)
Tenemos constancia de cómo desempeñaron su labor los diputados del común y el
síndico personero en Marbella, principalmente,
mediante las Actas Capitulares. En ellas se reflejan
las distintas misiones encomendadas y funciones
realizadas. La mayoría de ellas responden a un
ámbito de colaboración con la institución municipal. De manera que durante estos años, 1815 a
1819, tenemos los siguientes ejemplos:
• Se pasan los autos del expediente promovido por Cristóbal
del Moral, que desde
Las elecciones para
1814 venía reclamandiputados del común
do al Ayuntamiento
y síndicos personero
42.000 reales que había dado a las tropas
durante el sexenio
españolas para su
manutención a cuen- absolutista en Marbella
ta de éste y el salario funcionaron tal como el
que se le debe como
ordenamiento jurídico
contador de Propios
tenía previsto
del año 1813, a los
AHMMb, AACC, C. 5/4, F. 52.
AHMMb, AACC, C. 6/2, F. 105.
9
AHMMb, AACC, C. 6-H/8, F. 214.
7
8
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75
Calixto Rodríguez Romero
diputados síndico personero y del común para
que se informe lo que convenga10.
• El capitán de la Compañía de Carmona,
destinada al objeto de perseguir contrabandistas
y malhechores, se queja del acuerdo tomado por
los síndicos de suspender, hasta recibir órdenes
superiores, el suministro a las tropas11.
• Se suspende tratar sobre el entresaco
del Monte del Puerto mientras no concurran todos los síndicos y diputados12.
• Se encarga a don Benito López, diputado del común, que acuda a Málaga para traer
varias órdenes sobre la observancia en el manejo y conservación de los montes del término de
esta ciudad13.
• Se acuerda que el síndico del común
haga un reconocimiento de los caminos para determinar su estado y sus límites con las fincas
colindantes14.
• Los hacendados que se surten del sobrante de la cañería pública citan a esta ciudad
para que se practique un reconocimiento en
el que estará presente también el diputado de
Aguas y el síndico personero15.
• Acuerdo del Ayuntamiento para que se
cobren los débitos de Propios debiendo los síndicos hacer su seguimiento16.
• Enrique Grivegnée envía instancia solicitando que se le autorice, pagando lo que fuese regular, la entrada de mil quinientas cabezas de ganado. La ciudad acuerda denegarle la petición por
el seguro perjuicio que generará para los labradores. Informe del síndico personero en contra17.
• Sobre el recurso hecho al Supremo Consejo de Castilla solicitando que a los dos médicos titulares se les aumente la dotación en 250
ducados. Se pasa a informe de los diputados y
síndico18.
• Petición de Juan Molina de un año de
prórroga para la limpia, corta y arranque de las
cepas en Bornoque, informe negativo del síndico
y no se le concede19.
• Se vieron las cuentas de propios y se
pasan a los síndicos para su inspección20.
• Se vio los reparos puestos por los síndicos a las cuentas de propios de 181821.
Elecciones de Diputados y Síndicos Personeros...
• Satisfacción de los reparos puestos por
el síndico a las cuentas de propios de 1818 y remisión a la provincia22.
Pero el espíritu de la ley al crear estas dos
figuras es claramente la de ser un contrapoder
de la oligarquía local y un medio de la defensa de
los intereses de los ciudadanos y de la libertad
económica. Por lo cual, al valorar su funcionamiento debemos de tener en cuenta, sobre todo,
aquellas actuaciones especificas en las cuales la
defensa de los intereses del pueblo esté de alguna forma en contraposición con los poderes
fácticos. Y, de estos casos, encontramos en este
período dos que son paradigmáticos.
El 3 de febrero de 1815 el regidor y diputado de carnicerías Alonso Fernández Barrios se
queja ante el Ayuntamiento pleno de que el síndico personero Manuel Martínez haya emitido
órdenes en relación al sacrificio de las reses en la
carnicería, lo que considera una falta de respeto
a su cargo23. La contestación de la corporación
es que al unir el cargo de síndico del común el
ostentar ser doctor en farmacias, no sólo era su
obligación sino que es la persona más adecuada
para dar las disposiciones necesarias para el sacrificio de las reses y asegurar la salud pública.
Pero no es el único caso que se enfrenta el síndico de este año en relación con la carnicería: el
15 de julio expone al Ayuntamiento que le han
llegado noticias de posibles abusos en los precios que ponen los abastecedores de carne de
la ciudad24 lo que posteriormente se verá confirmado con el memorial presentado el 19 de julio
por los vecinos y criadores de ganado de la ciudad, Antonio Toro, Martín de Cerván y José Mata,
en el que denuncian el excesivo lucro a favor de
abastecedor de carnes Miguel de Rojas, y que en
beneficio del común proponen nuevos precios25.
El segundo de los casos comienza con un
memorial (anexo) que presenta el síndico personero de 1819, José Escobar, el día 28 de abril a
la Junta de Propios de la ciudad. En él refleja la
preocupación ciudadana ante el abastecimiento
de aguas, debido a la crítica situación de las cañerías, y alerta del peligro que ello supone para
la salud pública. Este problema era estructural,
AHMMb, AACC, C. 6/1, F. 3.
AHMMb, AACC, C. 6/1, F. 8.
12
AHMMb, AACC, C. 6/1, F. 43.
13
AHMMb, AACC, C. 6/2, F. 96.
14
AHMMb, AACC, C. 6/4, F. 160.
15
AHMMb, AACC, C. 6/4, F. 187.
16
AHMMb, AACC, C. 6/6, F. 12.
17
AHMMb, AACC, C. 6/6, F. 25.
18
AHMMb, AACC, C. 6/7, F. 98.
19
AHMMb, AACC, C. 6/8, F. 212.
20
AHMMb, AACC, C. 7/2, F. 62.
21
AHMMb, AACC , C. 7/3, F. 65.
22
AHMMb, AACC, C. 7/3, F. 75.
23
AHMMb, AACC, C. 6/1, F. 27.
24
AHMMb, AACC, C. 6/3, F. 145.
25
AHMMb, AACC, C. 6/4, F. 159.
10
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pues es tratado entre los asuntos de anteriores
síndicos. Pero existen más referencias al problema: así es visto como obra urgente la reparación
de las cañerías en febrero de 181526, y en ese mismo año el diputado de Cañerías hace un informe
advirtiendo que las escasas aguas de las fuentes
públicas, que provocan las continuas quejas del
vecindario, se deben a usos indebidos procedentes de determinados hacendados27. Pero la novedad es que el síndico va a la raíz del problema,
no hay abastecimiento de aguas porque no se
arreglan las cañerías y esto sucede debido a que
los ingresos de propios que deberían solventar
el problema son desviados. Para el cobro de los
morosos y la recaudación de los ingresos de Propios de la ciudad, el intendente de la provincia
comisionó a Agustín Hugarte, el cual es acusado
por el síndico de que su «interés único parece el
de cobrar sus dietas y que estas duren, con cuyo
objeto ha logrado en calidad de reintegro llevarse el poco o mucho fondo que había», por lo que
solicita que se libere a la Junta como encargada
de la recaudación y que se cumplan las obligaciones contraídas, como el pago de los funcionarios
públicos, y que no suceda como hasta ahora que
cobrando el comisionado más de 6.000 reales de
dietas no haya ni para pagar 170 al relojero, por
lo que llevan los ciudadanos dos meses sin saber
la hora en que viven y además que el mayordomo
de Propios rinda las cuentas desde principio de
año. Ello obliga a la Junta de Propios a una reunión
el mismo día, en la que también estará presente
el comisionado, en ella se da las instrucciones
para el cobro de morosos, se remita informe al
Intendente provincial, se rindan las cuentas por
el mayordomo de Propios y el comisionado pide
testimonio literal de la exposición del síndico y
del acta de la Junta, lo cual se le concede. Los
resultados de esta reunión son pobres: en cuanto a la recaudación, no se llega nada más que a
300 reales por lo que el 10 de mayo se vuelve a
reunir la Junta a petición del síndico, que pide y
es concedido por la Junta, que el comisionado
avive el cobro de las cuotas impagadas y que ingrese en la Depositaría de Propios las cantidades
íntegras sin quedarse comisión alguna, presentando a su vez la nomina de sus dietas. El 21 de
mayo se recibe oficio del intendente provincial
en el que ordena la suspensión del comisionado mientras se resuelven las dudas que suscita
en el cumplimiento de su cargo28. Este mismo
día, el Ayuntamiento acuerda que para solucionar la falta de agua el alguacil mayor saque del
abastecimiento las casas de campo29. Y el 25 de
Elecciones de Diputados y Síndicos Personeros...
este mes se le manda al comisionado que rinda
cuentas y entregue los expedientes, sabiéndose
por el alguacil ordinario Pedro de Diego que se
había marchado, por lo que se ordena a éste y
su compañero Francisco Campillos que saliesen
a contenerlo y llevarlo a la Real cárcel; lo que no
pudo suceder ya que «desde la playa lo vieron a
caballo a escape»30. Esta sería una victoria pírrica; el 1 de septiembre volvería para la cobranza
de 1233 reales y 4 maravedíes de la contribución
para los escopeteros de Andalucía31.
5. Conclusiones
El nacimiento de la ley que crea los diputados de abastos y síndicos personeros del Común
de los pueblos es la constancia que existe en el
propio gobierno, ya en los tiempos de Carlos III,
de que la administración municipal está anquilosada, que el gobierno de las oligarquías locales frena el comercio y las industrias, y termina
siendo causa de múltiples injusticias vecinales.
Pero la misma dinámica de la sociedad y poder
del Antiguo Régimen provoca la única solución, ya
que unos cambios radicales irían contra su propia
estructura. Para saber cómo funcionó esta institución tendría que realizarse un estudio general
y comparativo de los pueblos en el período en
que estuvo vigente. En lo relativo a la ciudad de
Marbella, por desgracia todo lo anterior se perdió durante la ocupación napoleónica. Del período que hemos analizado podemos sacar algunas
conclusiones, pero sólo podemos restringirnos a
él. Primero tenemos que hacer la observación de
que el período estudiado viene inmediatamente
después de las primeras convulsas alteraciones de
la vida municipal desde la conquista de la ciudad
por los Reyes Católicos, pasando por la opresión
napoleónica y los nuevos aires de libertad concedidos al pueblo por la Constitución de Cádiz.
La primera conclusión a la que llegamos
es que las elecciones realizadas no se vieron
matizadas por los acontecimientos pasados; los
elegidos durante estos años participaron en los
sucesos anteriores en diferentes claves, pero ello
no fue óbice para sus nombramientos. Podemos
decir que no hay constancia de que se pusiera
obstáculo para su labor y que principalmente su
mayor o menor implicación en las labores del cargo, dependía de la personalidad de los elegidos.
Finalmente, los resultados no podían llegar a ser
enteramente satisfactorios, pues las estructuras
seguían siendo las del Antiguo Régimen. Sólo fue
un atisbo de libertad.
AHMMb, AACC, C. 6/1, F. 43.
AHMMb, AACC, C. 6/4, F. 183.
28
AHMMb, AACC, C. 7/2, F. 56.
29
AHMMb, AACC, C. 7/2, F. 57.
30
AHMMb, Actas de Junta de Propios y Arbitrios, C. 230/7.
31
AHMMb, AACC, C. 7/3, F. 82.
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Apéndice Documental
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Elecciones de Diputados y Síndicos Personeros...
Sres. De la Junta de Propios de esta ciudad.
El síndico personero del común de esta ciudad se ve detenido en el ejercicio de sus obligaciones en el ramo de Propios, por lo ineficaces que han sido sus reclamaciones en junta; y sin poder
ocurrir por ello a las atenciones públicas.
Ya consta a V.SS. la escasez de agua que padece el vecindario por la obstrucción de las cañerías y lo expuesta que por ello está hasta la salud pública por la filtración del cieno fétido, raíces
corrompidas y otras inmundicias que forman cuerda y causan la detención de las aguas; además de
que reventadas por fuera y dentro de poblado dichas cañerías, perviven hasta partes excrementicias,
o de intento pueden introducirlas los malintencionados, o los jóvenes por su poca aprehensión y
propensión a hacer daños. Todo esto incita con razón la murmuración pública en toda clases de personas, y el síndico se ve acosado de quejas que no puede desatender en punto tan de su obligación:
en una palabra no hay agua para el abasto público, y no habiéndola hoy, ¿que esperanza queda para
el verano?
Abasto tan urgente debe en el día ocupar la atención de V.S.S. aunque se prescinda por un
momento de otras esenciales; y al efecto no solamente la provoco, sino que la reduzco a una seria
protesta, y para ello como para que gravite contra quienes haya lugar, voy a fundamentarla, con
otros causales correspondiente, al mismo ramo de propios que no puedo desatender.
El síndico al tomar posesión de su empleo pidió las órdenes que hubiera de Propios y las
comunicadas por el Excmo. Sr. Intendente de esta provincia, e instruido de ellas, reclamó su cumplimiento y observancia en todas sus partes, uniendo sus deseos a los de S. E., y con conocimiento
también del estado de fondo y atenciones necesarias, reclamando el reintegro de deudas, la mayor
economía en los gastos y la retención de cuanto entrase en el fondo para distribuirlo con oportunidad, en obras urgentes y con el debido conocimiento de toda la junta también se instruyó de haber
un comisionado de la intendencia para la reintegración de deudas a costa de los morosos, con reglas
que proporcionaban el mejor, más claro y expedito método para la cobranza; y de ello se alegró el
síndico, creído en el buen resultado y en crecidos ingresos al fondo con los que subvenir a tantas y
tan indispensables necesidades públicas.
Con estos conocimientos y tan lisonjeras esperanzas descansaba el sindico creído en poder
atender a las urgencias del común, y entre ellas a la obra precisa de la cañería, autorizada o permitida también de orden del Supremo Consejo; y al usar de sus arbitrios y poner en práctica sus proyectos se encuentra con que no hay un maravedí en el fondo y que muy lejos de haber ingresado por la
comisión se ha chupado éste la poca entrada que ha habido; de forma que lejos de haber producido
la comisión los fines que S. E., se propuso en cometerla, ha venido a resultar gravosa y perjudicialísima hasta de presente al común y a los propios; y todo por haberse separado de las ordenes de S.
E. y procedido a contemplación de los responsables resultando solo beneficiado el comisionado cuyo
interés único parece el de cobrar sus dietas y que éstas duren, con cuyo objeto ha logrado en calidad
de reintegro llevarse el poco o mucho fondo que había, cuando de la orden en que S. E. mandó que se
le socorriese, hasta que ingresasen caudales por la comisión y le hiciesen efectivos las costas de los
morosos, de las que habían de satisfacer sus dietas; no entendiendo por lo mismo el síndico, como
lo indicó en junta el pago total de aquellas sino otra ayuda de costa o alimenticia. De forma que con
razón puede decirse que la comisión hasta ahora ha sido contraria a los fondos de Propios, y los
deseos del Sr. Intendente; y aunque se ha tratado de cohonestar su indolencia y su indebido cobro
con esperanzas lisonjeras como la de haber ofrecido el dicho comisionado la entrada en el fondo
de cinco mil reales de un vecino de Istán y otras cantidades de dos deudores aplazados, nada se ha
conseguido, y hasta los expedientes de aplazamientos que se han formado para el cobro de algunos
deudores se han paralizado y sepultado sin saber el Síndico el motivo de tantísima retardación, y
no siendo esta la suerte de S. E. debe serlo todo de un cargo grave al comisionado sin que de él se
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liberte a la Junta como principalmente encargada en el mejor manejo, expedición y recaudación de
los bienes y derechos públicos, mayormente cuando toca que por tan injusta cobranza, estén por
pagar los funcionarios públicos y las más o todas las obligaciones del reglamento por cumplir en el
pasado año, siendo lo más escandaloso que al paso que ha cobrado dicho comisionado mas de seis
mil reales de dietas no haya habido para satisfacer ciento setenta al relojero de la ciudad y se halle
el público hace más de dos meses sin saber la hora que vive, particular a que como al de la composición de cañerías me contraigo, para que inmediatamente se ponga expedito el reloj y se evite una
murmuración tan justa en esta parte.
Todo esto mueve el celo y atención del síndico en este día, y no fiando ya sus reclamaciones
a palabras, formaliza por escrito para libertarse de cargos y de las responsabilidad consiguiente a
semejante abandono, y pidiendo que se le dé dentro de tercer día certificación del Mayordomo de
Propios de las entradas y salidas que han tenido los fondos desde principio de año y con distinción de
las que hayan ingresado de resultado de la comisión y percibido el comisionado, y además testimonio
de este escrito y su acuerdo.
Y de nuevo reclama el síndico el cumplimiento de las ordenes de S. E. por la junta y su cobro
y la reintegración de las deudas, para que resulten fondos con que ocurrir a la obra útil, precisa y
necesaria de la cañería, de lo contrario protesta los perjuicios públicos, no ser responsable de ellos
ni al común ni a la superioridad; y ponerlo todo en queja a quien corresponde para el remedio de
tantos males y del fondo de Propios para cuyo efecto usara de los documentos pedidos; y se unir este
escrito al libro de Juntas. Así lo solicita y pide el Síndico en fuerza de su representación pública.
Marbella 28 de abril de 1819
Fdo.: José Escobar
AHMMb, Junta de Propios, caja 230, pieza 7
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Cilniana 20/21, 2007 - 2008: 81-112
ISSN 1575-6416
Cambio Político y Realidad Económica.
El Ayuntamiento Constitucional de
Marbella en el Trienio Liberal
Luis Hernanz Burrezo
Licenciado en Geografía e Historia
Archivo Municipal de Marbella
RESUMEN
Este artículo se acerca a una escena clave de la historia contemporánea de Marbella, el llamado Trienio Liberal.
Entre 1820 y 1823, la ciudad, sumida en una profunda crisis, ve como las estructuras del Antiguo Régimen,
representadas por Fernando VII, desaparecen ante la llegada imparable de la contemporaneidad encarnada en el
liberalismo político. El ascenso y fracaso del nuevo régimen, la vida del municipio, su marco económico y material
y los protagonistas del proceso marcan las coordenadas de esta época de transición que guarda muchas de las claves
de la historia de España de los siguientes doscientos años.
PALABRAS CLAVE
Trienio Liberal, revolución burguesa, desamortización, absolutismo, Milicia Nacional, Alonso María Roldán,
Cristóbal Villalobos, José María Escobar.
ABSTRACT
This article deals with a key episode in Marbella’s contemporary history, the so called «Liberal Triennium». Between 1820
and 1823 the town, submerged in a deep crisis, sees an the structures of the Ancien Regime, represented by Ferdinand
VII, disappear before the unstoppable advance of contemporaneity incarnated in political liberalism. The rise and fall of
the new regime, the life of the municipality, its economic and material framework, and the protagonists of the process,
delineate the coordinates of this period of transition that is in large part key to the history of Spain in the subsequent two
hundred years.
KEY WORDS
Liberal Triennium, bourgeois revolution, disentailment, absolutism National Milita, Alonso María Roldán, Cristóbal
Villalobos, José María Escobar.
1. Introducción
L
a elección del momento del pasado sobre
el que el historiador proyecta el foco del
presente, la utilización de un armamento
metodológico y conceptual determinado y el camino historiográfico elegido, con destinos como
la política, las mentalidades o la economía, son,
casi siempre, alternativas más o menos voluntarias del investigador.
No va a ser éste, sin embargo, el perfil del
acercamiento que realizamos a la historia de la
ciudad. Si la aproximación al período del llamado
Trienio Liberal entre 1820 y 1823 es una opción,
el resto de las variables planteadas van ser un
claro fruto de la necesidad, dejando, a nuestro
juicio, un escaso margen de maniobra.
Así, frente al amplio abanico de líneas de
investigación y debates historiográficos sobre el
siglo XIX español, centrados en cuestiones tan
sugerentes como los procesos de nacionalización del país, articulados a través del nacionalismo español, las visiones de la nueva historia política
sobre la sociabilidad o el lenguaje de las élites
gobernantes, las transformaciones de la propiedad o las cuestiones de género1, encontramos
1
Más allá de las grandes cuestiones clásicas, centradas en la existencia o no de una «Revolución Burguesa» y en los conflictos
de clase, encontramos nuevas aproximaciones historiográficas al siglo XIX español. Una muy interesante visión de este proceso en
SÁNCHEZ GARCÍA, R.: «La Revolución Liberal en España. Un estado de la cuestión», en CANCELA CARO, D. (ed.): El primer liberalismo
en Andalucía (1808-1868), Política, Economía y Sociabilidad, Cádiz, 2005, pp. 11-62.
Luis Hernanz Burrezo
un vacío casi completo en los estudios históricos
sobre Marbella en la primera mitad del siglo XIX,
vacío que va a condicionar de forma determinante nuestra aproximación al tema 2.
Nos encontramos, pues, con la necesidad
de perfilar los acontecimientos básicos que jalonan este episodio de transición del Antiguo Régimen al liberalismo. Enmarcar adecuadamente los
tempos que van a llevar al asentamiento progresivo de los regímenes representativos, caracterizar
a los principales personajes que van a participar
en el proceso desde el punto de vista de su cultura política y establecer todas las interrelaciones
posibles que desde el Concejo se van a generar
con la sociedad marbellí del primer tercio del siglo, van a constituir los ejes fundamentales del
presente trabajo.
Son multitud, una vez planteadas
las premisas básicas del período,
las interrogantes y, a su vez, las
posibilidades de estudio
Desde este punto de partida, no nos cabe
duda de que uno de los resultados, a nuestro
juicio, más interesantes del presente estudio,
vendrá planteado no tanto por lo que se dice,
como por lo que, ex silentio, no se dirá o apenas se intuirá. Son multitud, una vez planteadas
las premisas básicas del período, los interrogantes y a su vez las posibilidades de estudio.
Si en palabras de Raquel Sánchez, el Trienio es
un «interesantísimo laboratorio político»3 en el
que se aplica la Constitución de 1812 y del que
saldrán las líneas fundamentales del resto del si-
Cambio Político y Realidad Económica. El Ayuntamiento Constitucional...
El Trienio es un interesantísimo
laboratorio político en el que se aplica
la Constitución de 1812 y del que
saldrán las líneas fundamentales del
resto del siglo
glo, en las probetas de este laboratorio vamos a
encontrar numerosos componentes necesitados
de estudio. Quizá los más necesarios sean los referidos a la realidad económica y a los cambios
en la estructura de la propiedad en el municipio.
Asimismo, el estudio de los propios del Ayuntamiento, fuente casi exclusiva de su financiación
y los problemas jurisdiccionales con los concejos
vecinos, completaría un cuadro imprescindible
para entender tanto el momento en sí, como los
cambios que comienzan a adivinarse y que cristalizarán en la segunda mitad de la centuria.
La otra coordenada necesaria para enmarcar adecuadamente este trabajo, viene determinada por las realidades demográficas y económicas del municipio en estas primeras décadas
del siglo XIX. Los trabajos de Francisco López
González y Lucía Prieto sobre el catastro de Ensenada4 y de Calixto Romero sobre los «Cuadernos Generales de Riqueza» llevados a cabo en el
intento de reforma fiscal de Garay en 18175, nos
permiten vislumbrar una situación nada positiva.
Del estudio de ambos trabajos podemos concluir
que el desarrollo soecioeconómico entre ambos
momentos está prácticamente estancado, contando además con las pérdidas demográficas y
las destrucciones que sufren la ciudad y su entorno, zona de operaciones de ambos contendientes durante el conflicto bélico.
Son muy escasos los estudios sobre este momento de la historia local y aunque un animoso grupo de investigadores va
cubriendo cada vez más parcelas, es mucho el territorio que desconocemos. En este sentido, tenemos una única aproximación
general al conjunto del siglo en ALCALÁ MARÍN, F.: Marbella de Ayer, 1800-1900, Marbella, 1980. Desde una perspectiva más académica, la historia del Concejo en el primer tercio del siglo ha sido tratada principalmente por Calixto Rodríguez Romero, con textos
como «Situación económica de la ciudad de Marbella al final de la segunda década del siglo XIX a través de los «cuadernos de
riqueza» de Garay», en F. de A. LÓPEZ SERRANO y J. L. CASADO BELLAGARZA, J. L. (coords.): Estudios en homenaje a Antonio Serrano
Lima, Marbella, 2007, pp. 71 a 86 y «Elecciones a diputados y síndicos personeros. Elecciones en Marbella en el sexenio absolutista
(1814-1819). Un atisbo de libertad en medio del tiempo», Cilniana, 20/21, 2007 - 2008, pp. ….. En lo relativo a historia política del
municipio, debemos citar a José Luis Casado Bellagarza, que nos da una aproximación a una de las familias que constituyen el eje
central de la oligarquía local, con cierta proyección nacional, los Domínguez, en «El fin de una dinastía: Los Domínguez de Marbella
(I). La herencia de Antonio Domínguez Alburquerque (1808-1866)», Cilniana, 15, 2002, pp. 15 a 24; junto a ello, una visión del breve
episodio del carlismo en Andalucía la encontramos en BERNAL GUTIÉRREZ, J.: «Marbella en el contexto de la primera guerra carlista
(1836), Cilniana, 13, 1999, pp. 62 a 69. El medio físico de la ciudad, en cuanto a urbanismo e historia del arte ha sido ampliamente
tratado por MORENO FERNÁNDEZ, F. J.: El centro histórico de Marbella: Arquitectura y Urbanismo, Málaga, 2004; una breve referencia
al aprovechamiento del medio físico en GÓMEZ ZOTANO, J.: «El papel de Sierra Bermeja a lo largo de la historia y sus conflictos de
uso», Cilniana, 15, 2002, pp. 5 a 14. Mucha mayor atención ha recibido el tema de la industria siderúrgica, una visión general de la
cuestión con una amplia aproximación bibliográfica en RODRÍGUEZ FEIJÓO, A.: «Las ferrerías de Río Verde y el efímero protagonismo industrial de Marbella», en F. de A. LÓPEZ SERRANO y J. L. CASADO BELLAGARZA, J. L. (coords.): Estudios…, op. cit., pp. 87 a 118;
más concretamente sobre la deforestación del término en beneficio de las siderurgias y la decadencia de los propios de la ciudad
tenemos GARCÍA MONTORO, C.: «La Siderurgia de Río Verde y la deforestación de los montes de Marbella», Cilniana, 5, 2003, pp.
10 a 15. Por último, respecto a la importancia de la industria del azúcar en la ciudad, tenemos los estudios de GARCÍA GUZMÁN, A.:
«Fluctuaciones del cultivo de la caña de azúcar en tierras de Marbella y su industrialización en los trapiches (1644-1869)», Cilniana,
1, 2002, pp. 19 a 31 y PRIETO BORREGO, L.: «El trapiche de Marbella», Cilniana, 8, 1996, pp. 1-11.
3
SÁNCHEZ GARCÍA, R.: «La Revolución…», op. cit., p. 25.
4
LÓPEZ GONZÁLEZ, F. y PRIETO BORREGO, L.: Marbella, 1752. Según las Respuestas Generales del Catastro de Ensenada, Marbella,
Asociación Cilniana, 2001.
5
RODRÍGUEZ ROMERO, C.: «Situación económica…», op. cit.
2
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Luis Hernanz Burrezo
Marbella cuenta con una población en torno a los 4.500 habitantes6, con
un concejo permanentemente agobiado
con las cargas fiscales, e incapaz de generar recursos más allá de la imposición
de nuevos arbitrios y el aprovechamiento de las tierras de propios. La ciudad
tiene graves problemas estructurales e
importantes déficits de obras públicas
complicados por las destrucciones de
la Guerra de Independencia, con casos
tan emblemáticos como la voladura del
puente de Málaga. Son permanentes las
referencias a un sistema de cañerías de
agua potable y saneamientos ruinosos,
a las difíciles comunicaciones entre el
entorno de Málaga, el Campo de Gibraltar y el interior de la provincia, o a un
muelle siempre inacabado que no proporciona nada más que un fondeadero
natural, condicionando la presencia de
una escasa flota pesquera y de una algo
más pujante flotilla de cabotaje.
El sector principal de la economía local será el agrícola, aunque las
condiciones del medio físico lo limitan
enormemente, con una montaña que
sólo deja una estrecha franja de terreno
llano hasta el litoral. No encontramos en
Marbella grandes propiedades al estilo
de otras zonas de Andalucía. Una comparación con un concejo como el de
Antequera, con una enorme extensión
de tierras de propios, que alcanzaría en
su momento de mayor desarrollo unas
90.000 hectáreas y una pujante industria
textil-lanera, puede resultar suficientemente clarificadora de las dimensiones
urbanas, económicas y sociales del municipio7. Cambio Político y Realidad Económica. El Ayuntamiento Constitucional...
Acta capitular de 26 de noviembre de 1822 donde se recoge la llegada a la ciudad
del general Riego (Archivo Municipal de Marbella)
2. La Llegada del Nuevo Régimen
A la hora de plantear el comienzo del nuevo episodio liberal en Marbella debemos hacer dos
consideraciones previas. En primer lugar, las interrelaciones entre el período gaditano doceañísta y
la nueva etapa del Trienio son muy intensas, tanto
en lo personal, como en lo normativo. Hay así una
decidida voluntad de poner en práctica múltiples
iniciativas legislativas que resultaron de imposible
aplicación durante la Guerra de Independencia y
los años previos al Sexenio Absolutista. Por otro
lado, hemos de tener muy en cuenta la presencia
de varias personalidades de fuerte incidencia en la
vida ciudadana que recorren de forma transversal
casi un siglo de su historia, desde las décadas finales del siglo XVIII hasta bien entrada la segunda
mitad del XIX. Enlazan directamente con una de
las líneas de debate más clásicas de la historiografía sobre el liberalismo: cómo se produce la revolución burguesa, con su acceso al nuevo sistema
6
Francisco López y Lucía Prieto en su estudio sobre el Catastro de Ensenada hablan de unos 4.000 habitantes al comienzo de
la segunda mitad del XVIII (p. 10); el municipio contaría con 5.000 al comienzo de la nueva centuria, SANZ SAMPELAYO, J.: «Población y territorio en el siglo XVIII», en F. ANDÚJAR CASTILLO (ed.): Historia del Reino de Granada, Vol. III, 2000, pp. 346 y 347. Un
acercamiento más exhaustivo en base a los padrones de contribución y el número de vecinos da una población para 1821 de 4.712
personas en el trabajo de Antonio Rodríguez Feijóo «Marbella en el XIX. Reflejo y espejismo de la España liberal», incluido en el
presente dossier. De cualquier manera, la concesión por la normativa electoral de 17 electores implica que el municipio contaba
con más de mil vecinos pero menos de 5.00l. Archivo Histórico Municipal de Marbella (AHMMb), Expediente de elecciones para
1821, Signatura (Sig.) 620-11.
7
En este sentido es imprescindible la consulta de FERNÁNDEZ PARADAS, M.: Propios, Arbitrios y Comunales. El patrimonio territorial del Concejo de Antequera (siglos XV-XIX), Málaga, UMA, 2004.
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Luis Hernanz Burrezo
Cambio Político y Realidad Económica. El Ayuntamiento Constitucional...
y la transformación de las clases dominantes del
Común y Pedro Burell y Francisco Álvarez, como
antiguo régimen.
síndicos general y personero respectivamente.
Son bien conocidos los hechos que llevan
Especial peso dentro de esta élite gobera la sublevación de Riego en Cabezas de San Juan
nante, puntal del régimen absolutista, y a pesar
el primero de enero de 1820 y la evolución de
de que en estos momentos no participa en las relos acontecimientos hasuniones del concejo, va a
ta la jura por el Rey de la
tener uno de los persoRoldán es un navegante de
Constitución de Cádiz el
social, económica
altura que va a sortear múltiples najes
8 de marzo8. El recorrido
y, sobre todo, políticacoyunturas de todo orden
de la columna liberal en
mente más influyentes
su camino hacia Málaga,
en la vida de la ciudad. Si
ciudad a la que llega el 18 de febrero, le lleva a
tuviéramos que destacar una de las cualidades
Marbella probablemente hacia el día 159, aunque
de Alonso María Roldán, ésta sería, sin duda, la
el paso de las tropas no parece alterar la organide la supervivencia. Roldán es un navegante de
zación municipal, ya que el concejo sigue actuanaltura que va a sortear múltiples coyunturas de
do con cierta normalidad hasta que se producen
todo orden, algunas de ellas, como la Guerra de
los acontecimientos en Madrid que obligan a
Independencia, de tal calado que de poco le haFernando VII a jurar la Constitución10.
bría servido su posición para superarlas sin un
De esta manera, la oligarquía local no pamás que probado instinto político.
rece tener demasiados problemas para mantener
Probablemente hijo de Miguel Roldán,
el control de la situación, sin que haya, aparenteque ya ostenta el cargo de regidor perpetuo a
mente, desórdenes públicos. Este mecanismo de
mediados del XVIII, es además caballero maesactuación será una constante en la vida política
trante de la Real Maestranza de Caballería de
del municipio, cuyos cambios siempre vendrán
Ronda. La invasión francesa le sorprende como
planteados por fuerzas externas al mismo. Tanregidor perpetuo decano, ejerciendo además la
to si se produce un cambio de régimen, con la
Real Jurisdicción por la vacante del puesto de collegada del constitucionalismo, como si se trata
rregidor. Será en este momento en el que la code restaurar el orden absolutista, los poderes loyuntura de la guerra lo arrastra irremisiblemente
cales van a esperar a que sea el aparato políticocomo a tantos otros. Roldán, bien por voluntad
administrativo en el primer caso y las partidas
propia, bien comisionado por la ciudad, decide
realistas en el segundo, los que pongan punto
acudir a Málaga a «cumplimentar al Rey intruso»13
y final a una determinada situación, por mucho
en la persona del general Sebastiani, al mando de
que ésta se encontrase ya en sus estertores.
las tropas francesas. La versión dada por el regiEste grupo, que viene controlando el condor en los diversos informes de conducta que se
cejo y sus recursos de un modo u otro desde el
siguen tras la guerra es que buscaba con ello evisiglo XVIII con apellidos ilustres como los Domíntar a la ciudad destrucciones innecesarias14. A su
guez o los Alcocer, se articula en este momento a
vuelta, este gesto tendrá consecuencias, ya que,
través de los regidores perpetuos Manuel Artola11,
aunque los franceses lo reconocen en el cargo,
regidor decano, y Joaquín Millán12. Junto a ellos,
éste «le duró poco, pues una Partida de Serranos
Jacobo Zafra y Pedro de Lara, como síndicos del
lo quitó, y siguió en el mando otro Regidor»15.
8
Una visión general de todo el período en ARTOLA GALLEGO, M. Á.: «La España de Fernando VII: La Guerra de la Independencia
y los orígenes del constitucionalismo», en Historia de España Menéndez Pidal, Tomo XXXII-1, Madrid, 1989, pp. 634 y ss.
9
El propio Riego solicita al Ayuntamiento un informe sobre la conducta de sus tropas al pasar por la ciudad, manifestando la
Corporación «que es publico y notorio el noble comportamiento y disciplina de la dicha División, propio de unos militares guiados
por tan baliente Caudillo y creería este Ayuntamiento ofender la modestia de dicho Sr. si se escondiere en este punto, bastando el
decir que el día de su partida de esta fue de luto para este vecindario, que pedía al Cielo para el feliz éxito de sus armas». AHMMb,
Actas Capitulares (AACC), 27 de abril de 1820, p. 22.
10
El Ayuntamiento perpetuo se reúne de forma muy irregular a lo largo de 1820, probablemente a la vista de los acontecimientos políticos. Así, hasta el paso de Riego por la ciudad sólo hay dos sesiones los días 5 de enero y 14 de febrero (más de un mes
sin que el Ayuntamiento se reúna). No volvemos a encontrar actas hasta los días 23 de febrero (el paréntesis entre los días 14 y 18,
momento en el que la columna llega a Málaga, marcaría la presencia de las tropas liberales) y 3 y 9 de marzo. En ninguna de ellas
hay alusión alguna a la situación generada por el levantamiento. AHMMb, AACC, Sig. 7-4.
11
Manuel Artola tiene el grado de capitán, siendo, además de regidor perpetuo, gobernador del castillo. Sufre varios procesos
en la Chancillería de Granada por colaboración con los franceses de los que es declarado inocente en marzo de 1818 «por el juramento que presto a el francés por haver probado que lo hizo con violencia y sin el interés de ser empleado por el como en efecto
no lo avia sido». Es por ello que se le restituye como regidor perpetuo. AHMMb: AACC, Sig. 6-10, p. 11.
12
También con pasado afrancesado. Es nada menos que capitán de la Milicia Cívica que en marzo de 1810 jura fidelidad a José
I. Sobre la situación bélica en la zona vid. BERNAL GUTIERREZ, J.: «La costa occidental de la provincia de Málaga durante la invasión
francesa en la guerra Peninsular: Marbella, Estepona, Casares y Manilva (1808–1812)», en M. REDER GADOW y E. MENDOZA GARCIA
(coords.): La guerra de la Independencia en Málaga y su provincia (1808–1814): Actas I Jornadas sobre la Guerra de la Independencia en
Málaga y su Provincia, celebradas en Málaga del 19 al 21 de septiembre de 2002, Málaga, CEDMA, 2005.
13
AHMMb, AACC, 2 de agosto de 1814, Sig. 5-7, p. 107v.
14
AHMMb, AACC, 4 de abril de 1813, Sig. 5-3, pp. 46 y ss.
15
AHMMb, AACC, 2 de agosto de 1814, Sig. 5-7, p. 107v.
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Luis Hernanz Burrezo
A la vista de ello, bien por su actuación,
bien por evitar la dinámica bélica, se refugia en
Coín hasta el fin de la guerra, sufriendo sus propiedades diverso grado de destrucción con el
conflicto16.
Una vez que los franceses se retiran de la
zona, se reintegra con normalidad a la vida de la
ciudad. Va a pasar entonces, como numerosos vecinos, por el filtro de diversos informes sobre su
conducta. En uno de ellos, solicitado con motivo
de su nombramiento como Diputado Provincial
en abril de 1813, pide que el Ayuntamiento se
pronuncie sobre su patriotismo, justificando sus
actos durante el conflicto, ya que a este respecto
«se halla adelantada la maledicencia»17.
Si, como hemos comentado, el acceso
de la burguesía al nuevo orden político y la
transformación de las clases dominantes del
Antiguo Régimen son uno de los temas clásicos
en la historiografía sobre el liberalismo español, la figura de Roldán puede ser un magnífico ejemplo del pragmatismo con el que estos
oligarcas afrontan las cambiantes situaciones y
son permeables a las nuevas prácticas políticas,
pasando sin el menor rubor del absolutismo al
liberalismo y viceversa. Frente a ello, la familia
Escobar es la representación de las clases burguesas emergentes. Su enfrentamiento integra
buena parte de las características sociopolíticas
del momento.
Pedro Escobar, natural de Osuna y uno de
los dos médicos de la ciudad, es el representante más claro del constitucionalismo marbellí. En
las elecciones a alcalde para 1814, celebradas
en 1813, ambos, Roldán y Escobar, parten como
candidatos, venciendo el primero por un ajustado margen de votos. No obstante, Escobar acude al jefe político alegando irregularidades en la
votación. La actuación de la autoridad provincial
dará la alcaldía al médico18, aunque sólo por pocos meses. La restauración absolutista entregará
en mayo de 1814 la alcaldía a Roldán, que no
tiene ningún problema en, de nuevo, abrazar literalmente a su monarca portando por las calles
en procesión el retrato de Fernando VII19. Inicia
una vez más, sin reparo alguno, el camino de ida
y vuelta desde el constitucionalismo al absolutismo. No será la última vez.
Cambio Político y Realidad Económica. El Ayuntamiento Constitucional...
Los casos de violencia política y los problemas de disturbios y orden público que van a
salpicar el cambio de régimen son conocidos,
tanto en los pueblos de señorío como en los de
realengo, como es el caso de Marbella20. Aquí,
sin que se llegue a extremos que imposibiliten
la convivencia de las diversas facciones, veremos cómo la tensión entre las diferentes fuerzas
que conviven en el seno de la nueva institución
municipal es permanente, todo ello agravado
porque, en muchos casos, son situaciones que
hunden sus raíces en la ocupación francesa de
la ciudad21.
Este es el escenario en el que, tras el paréntesis del Sexenio Absolutista, en la tarde del
14 de marzo de 1820 se da lectura al bando que
anunciaba la Constitución de la Monarquía Española, poniendo en marcha el proceso de cambio
del Ayuntamiento Antiguo al nuevo Ayuntamiento Constitucional. Este cambio, curiosamente,
traerá el primer conflicto político que se genera
en la etapa del Trienio, no entre las fuerzas liberales y las absolutistas, como sería lo previsible,
sino entre las liberales de la etapa doceañista,
y las nuevas fuerzas que se mueven en el seno
del liberalismo local. Ambos buscan controlar el
concejo. Los primeros, con Escobar al frente, se
legitiman con el continuismo de la anterior etapa constitucional, los segundos exigen la celebración de elecciones.
Los acontecimientos se suceden y Escobar
da su golpe de mano. Sin esperar a la celebración
de elecciones, los regidores depuestos por la reacción absolutista del Sexenio forman el ayuntamiento constitucional en un acto en el que se
produce el traspaso de poderes de manos de los
regidores perpetuos, Alonso María Roldán, Manuel Artola y Joaquín Millán. Es significativo que
entre los «prohombres» asistentes al acto abunden los militares y los funcionarios estatales. Con
la excepción del cura párroco, Antonio Granados,
y de un religioso que se significará en el futuro
por su adhesión a la causa liberal, Diego de Lagos, ningún otro miembro de la oligarquía local o
de la jerarquía eclesiástica está presente22.
La intentona dura poco. La voluntad de la
Junta Provisional Consultiva, constituida en Madrid hasta la celebración de las Cortes, de man-
16
Otros miembros de la oligarquía local siguen el mismo camino, refugiándose en pueblos como Coín o Alozaina, caso de los Alcocer, Inés del Castillo o el también regidor perpetuo Joaquín Millán, cuyas haciendas sufren una especial destrucción, sin que sepamos con claridad de cuál de los bandos huían o si lo hacían de los dos. AHMMb, AACC, 19 de noviembre de 1812, Sig. 5-2, p. 23v.
17
AHMMb, AACC, 4 de abril de 1813, Sig. 5-3, p. 46.
18
Todo el proceso de estas elecciones en AHMMb, Expediente de elecciones 1814, Sig. 620-1.
19
«Que se quitase la Lápida de la Constitución, y en su lugar se pusiese otra con la inscripción de Real Plaza de Fernando
Séptimo. Que se destruyese cuanto fuese concerniente a el Gobierno Constitucional e hicieron comparecer a los Alcaldes Constitucionales, los que cedieron inmediatamente su jurisdicción, dejándola en el Sr. D. Alonso Maria Roldan». AHMMb, AACC, 19 de
mayo de 1814, Sig. 5-7, pp. 66 y 66v.
20
CASTRO, C. de: La revolución liberal y los municipios españoles, Madrid, 1979, pp. 106 y ss.
21
Como veremos, del análisis de la actividad de los individuos que conforman el Ayuntamiento en el Trienio desde el fin de la
Guerra de Independencia se deduce una clara línea que achaca actitudes colaboracionistas con los franceses de muchos de los que
luego aparecerán caracterizados como los principales líderes liberales de la ciudad.
22
AHMMb, AACC, 15 de marzo de 1820, Sig. 7-5, p. 1 y 1v.
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Luis Hernanz Burrezo
tener el control de la situación es rápida y una
de sus primeras medidas es la convocatoria de
elecciones de Ayuntamientos Constitucionales. El
control ejercido por la capitanía general de Granada y por el jefe político provincial es eficaz, a pesar de los intentos de los munícipes por dilatar el
proceso23. Por todo ello, la actividad del Concejo
presidido por Escobar no irá más allá del acto de
su constitución, y el 25 de marzo se lleva a cabo la
votación para decidir los diecisiete electores que
deben votar a los dos alcaldes, ocho regidores y
dos síndicos que conformarán el Ayuntamiento24.
La reunión de estos diecisiete electores en
la mañana del 26 de marzo supone el comienzo
de los disturbios. Escobar intenta una última maniobra, dejando fuera por no tener la edad adecuada a Diego de Lagos y Miguel Añón, situando
en su lugar a Francisco Álvarez y Benito de Hozes.
Por las «varias dudas» (léase protestas) que se presentan sobre esta actuación, el alcalde suspende
la sesión hasta la noche, aunque las algaradas tanto dentro de la sesión como en la plaza no cesan y
vuelven a suponer la suspensión de la misma25.
En la explicación de lo hechos que Pedro
Escobar ofrece al jefe político de la provincia,
además de un último intento por dar legitimidad a su Corporación, encontramos una curiosa
referencia a la actitud de los regidores del ayuntamiento absolutista, que parecen, al menos tácitamente, apoyar a Escobar frente a sus adversarios. Así, tras un breve resumen en el que señala
los problemas en la elección, indica que tras la
suspensión de la sesión del día 26:
«[…] no la ha celebrado en los tres días de
Pascua por saber estar representado por
dicho Sr. Alcalde y Electores a el Sr. Gefe
Político de la Provincia esperando su resolución: A que se apoya que los Sres. Regidores Perpetuos antiguos asistieron a el
acto y juraron y después el Sr. Corregidor
se presento y también juro: Que seria un
honor que unos empleos pribados por la
Cambio Político y Realidad Económica. El Ayuntamiento Constitucional...
constitucion se pusiesen en uso. Y que la
citada orden entendió el Sr. Alcalde que se
devia practicar en donde no huviese ya establecido el Ayuntamiento constitucional
con la solemnidad de aquí»26.
La contestación del jefe político es contundente sobre la obligación de celebrar elecciones, arbitrándose medidas para impedir que el
proceso volviera a interrumpirse. Se debía garantizar la elección, y para ello:
«[…] y que esta de ningún modo pueda
interrumpirse pásese oficio a el Sr. Comandante de las Armas de esta Ciudad a fin
de que ponga en dichas Casas Capitulares
toda tropa disponible, encargándola no
deje subir ni permita entrar en ella mas individuos que los de Justicia y a los dichos
diez y siete electores»27.
De aquí sale la primera corporación del
Trienio, compuesta por Francisco Granados
como primer alcalde, Miguel Quirós, como alcalde segundo, Pedro de Castro, Miguel de Cuesta,
José Martín Ximénez y Francisco Rosado como
regidores primeros. Como regidores segundos
Juan de la Torre, Francisco Álvarez, Juan Becerra
y Martín Servan. Los síndicos municipales son
Miguel de Torres y Antonio Hernández.
El desarrollo de las elecciones y el perfil
de los nuevos munícipes dan algunas claves interesantes. Respecto a las primeras, la capacidad
de adaptación al nuevo espacio representativo,
con una elevada participación (63 votantes acuden a la cita) y la escasa oposición política y sociológica ejercida por lo sectores partidarios del
Antiguo Régimen, habla a las claras de una rápida
asunción de la situación28. Respecto al segundo,
la caracterización biográfica y socioprofesional
de los nuevos ostentadores del poder municipal
nos permitirá contemplar la profundidad de la
dinámica de cambio social del momento29.
23
Escobar, a pesar de convocar las elecciones en cuanto tiene noticias de las intenciones de la Capitanía General, envía una
representación ante el jefe político. La respuesta de este es contundente en cuanto a la nulidad de los Ayuntamientos de 1814 y la
obligación de convocar nuevas elecciones. AHMMb, AACC, 8 de abril de 1820, Sig. 7-5, pp. 8 y 8v.
24
Se trata de una elección indirecta. Los ciudadanos en uso de sus derechos eligen a 17 electores (el número de electores va
en función de la población del municipio) que a su vez eligen los alcaldes y a los regidores. Normativa electoral dirigida por el jefe
político provincial. AHMMb, Expediente de elecciones de 1821, Sig. 620-11
25
«En la Ciudad de Marbella dicho día mes y año (tarde del 26 de marzo), haviendo concurrido los diez y siete electores ya
expresados, se presento D. Francisco Añon mismo, vecino de esta ciudad y dixo: que atencion del pueblo queria que se sacara de
Alcaldes a D. Miguel Quiros, oficial disperso, y a otro del Campo y preguntado quien era el Pueblo dixo, que Antonio de Mata, y
otros; Lo que oido por el Mata dixo,que el no trataba de eso: En seguida, entro Pedro de Reyes con la misma solicitud; y recombenido por D. Bartolome Martin uno de los Electores , que qué otro pueblo conocia mas que la Junta Electoral, dixo , benir equibocado,
y se retiró: Y viendose el D. Bartolomé comprometido y sin libertad, se retira dela Junta y lo firma: En cuio acto, y haviendose
adbertido voces y algun movimiento extraordinario en la Plaza; salieron de esta Sala Capitular los vocales y se marcharon». AHMMb,
Expediente electoral de 1820, Sig. 620-9.
26
AHMMb, AACC, 8 de abril de 1820, Sig. 7-5, pp. 8 y 8v.
27
AHMMb, Expediente electoral 1820, Sig. 620-9.
28
Estos 63 electores suponen un aumento sustancial frente a los 25 de las elecciones a alcaldes y regidores de 1814.
29
La bases metodológicas y el análisis del problema del acceso de la burguesía al poder político en un entorno mucho más
determinante por mucho motivos, como es el caso de Málaga lo encontramos en MORALES MUÑOZ, M.: «¡La burguesía al poder!:
De la quiebra del Antiguo Régimen a La Gloriosa», en CANCELA CARO, D. (ed.): El primer liberalismo…, op. cit., pp. 157 a 206.
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Cambio Político y Realidad Económica. El Ayuntamiento Constitucional...
Uno de los elementos
ministro de la casa comercial
Buena parte de las nuevas de Grivegnée. Ello junto a la
más interesantes de esta caracterización que buscamos autoridades tienen un claro presencia de varios residenvendrá dada por la actitud
tes de nacionalidad francesa,
pasado afrancesado
demostrada por cada uno de
como Josef Bernard o Santiaellos nada menos que hacia
go Yzuard, podría explicar el
la administración de José I, ya que buena parte
arraigo de las ideas liberales en la ciudad.
de las nuevas autoridades tienen un claro pasaNo obstante, la caracterización de las élido afrancesado, sufriendo, tras la guerra, expetes políticas, sobre todo en momentos tan crítidientes e informes relativos a su cuestionado
cos como éste, quedaría incompleta sin establepatriotismo. Especialmente llamativo es el caso
cer las relaciones entre poder político y poder
del nuevo primer regidor, Francisco Granados,
económico, es decir, sin una radiografía social de
teniente retirado que ocupa durante el período
los integrantes de la nueva corporación que nos
del «gobierno instruso» el cargo de corregidor,
permita tener una imagen más nítida del proceso
siendo acusado por la comisión de vecinos estade transición «revoluciónaria» que supone el fin
blecida para depurar responsabilidades de comdel Antiguo Régimen.
portarse30:
En su estudio sobre el acceso al poder de
la burguesía malagueña y la desarticulación po«[…] con excesibo rigor para la exacción
lítica de las instituciones del Antiguo Régimen,
de las Contribuciones y demás aflixiendo
Manuel Morales nos ofrece un interesante anáa los vecinos y no admitiéndoles escusa la
lisis de los cabildos municipales de la capital de
mas mínima, ni usando de conmiseración
la provincia entre 1807 y 1868. Así, encontramos
ni benignidad, con palabras intempestibas
que, a pesar del retorno del absolutismo, entre
e irritantes, amenazando a los hombres
1814 y 1833 la presencia de hacendados y prohorados con la argolla y aun poniendolos
pietarios se reduce, desde la hegemonía total de
en la cárcel, siendo mui publica la estrela que gozaban desde mediados del siglo XVIII,
chez que toman D. Francisco Granados y
a algo menos de una cuarta parte (23,6%). Ello
D. Josef Escobar con el comandante franes tanto más significativo en cuanto que supone
cés y concurrencia en su casa.»31.
prácticamente el mismo porcentaje que representan los profesionales liberales, que ascienden
No obstante, algunos meses más tarde,
hasta el 20% (tan sólo un 3% antes de la Guerra
a solicitud del gobernador militar de la ciudad,
de Independencia). Por su parte, el considerable
Juan Díez de Oñate, el Ayuntamiento informa
auge comercial, hace que un 36,5% de los miemen relación a la obtención del puesto de correbros del Concejo provenga de este sector35.
gidor que ello fue «por nombramiento de los veLa comparación del Ayuntamiento marcinos sin titulo de nombramiento alguno por los
bellí con estos datos nos va a aportar, sin duda,
franceses»32.
elementos clarificadores de la vida política local,
La misma acusación es extensiva a otro
que tiende a alejarse notablemente del esquemiembro de la nueva corporación también miemma de Málaga, aunque también va a dar paso
bro del ayuntamiento josefino, José Martín, del
a nuevos interrogantes que despejar. Para este
que además se dice que «durante la ocupación
análisis utilizaremos dos fuentes, por un lado,
trabajaba en su oficio y tomaba raciones de los
los niveles de renta de los ciudadanos según el
franceses»33.
amillaramiento que se realiza en septiembre de
En la misma línea, especial interés reúne
1820 para el reparto de la Contribución General
la figura de Juan de la Torre, del que se dice que
del Reino36. Según este documento, el reparto
«concurría mucho con los franceses y comió a la
de la contribución entre los vecinos de la ciudad
mesa del Comandante […] y ser en dicho tiempo
dejaría la siguiente imagen sobre un total de
probeedor de carne y utensilios»34. De la Torre
603 sujetos pasivos para un capital total final de
tuvo además a su cargo la comisión para el su1.367.697 reales37 (Tabla n. º 1).
Esta comisión formada por vecinos «que no han tenido empleo ni relación con los franceses» realiza informes de un buen
número de ciudadanos, estaba integrada por José de Castro, Clemente Callejón, Diego de Rueda, Pedro Casimiro y Alonso Mata.
AHMMb, AACC, 3 de noviembre de 1812, Sig. 5-2, pp. 10v y ss.
31
AHMMb, AACC, 15 de noviembre de 1812, Sig. 5-2, p. 21v.
32
AHMMb, AACC, 19 de junio de 1813, Sig. 5-3, p. 71v.
33
AHMMb, AACC, 3 de noviembre de 1812, Sig. 5-2, p. 12v.
34
AHMMb, AACC, 24 de noviembre de 1812, Sig. 5-2, p. 29v.
35
MORALES MUÑOZ, M.: «¡La burguesía…», op. cit.
36
AHMMb, Amillaramiento para el reparto de la contribución general del reino en el año de 1820, Sig. 1079-11.
37
Hemos excluido al ser poco relevantes, tanto los amillaramientos relativos a los forasteros hacendados como a los vecinos de
Istán. El concepto «sujeto pasivo» viene determinado porque el amillaramiento afecta en determinados casos a personas jurídicas,
principalmente eclesiásticas, pero también a mayorazgos o rentas diversas.
30
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Cambio Político y Realidad Económica. El Ayuntamiento Constitucional...
Tabla n.º 1 - Contribuyentes
En segundo lugar, el padrón que forma
el Ayuntamiento Constitucional de 1814 para
servir de regla a la contribución directa, padrón
que cuenta con la particularidad de relacionar a
los vecinos y sus profesiones38. Si unimos ambas
fuentes, la imagen de los munícipes que forman
parte del primer ayuntamiento del Trienio Liberal es la expresada en Cuadro n. º 1.
Según estos datos, el comienzo de esta
nueva etapa liberal en Marbella no va a ser pilotado ni por los sectores ostentadores del poder
político y económico en la etapa anterior ni por
una burguesía comercial que acceda desde aquí
a los resortes del poder. Serán mandos militares
y funcionarios de nivel medio, pequeños propietarios agrícolas y algunos comerciantes y artesa-
es cierto apoyo a Escobar y a los
miembros del ayuntamiento de
1814. En segundo lugar, no parece existir ese sector de pujante
burguesía comercial ni el grupo
de profesionales liberales que
veíamos en el caso de Málaga. Lo
más aproximado, como pueden
ser los casos de Grivegnée y Schnellenbühel, no podrán articular,
por su propia coyuntura personal, un grupo social digno de tal nombre.
2. El Ayuntamiento de 1820: la Pequeña Burguesía
al Poder
Tres serán las líneas maestras de actuación
de la nueva Corporación: consolidación políticoadministrativa del nuevo régimen, reorganización y aprovechamiento de las tierras de propios
de la ciudad y actuación sobre los problemas jurisdiccionales con los municipios vecinos. Todo
ello condicionado por una permanente penuria
económica que empezará pronto a asfixiar cualquier iniciativa política.
La implantación de las nuevas instituciones y
la sustitución de personas y cargos por otros afines
al nuevo régimen constituyen
Cuadro n. º 1 - El Ayuntamiento de 1820
uno los ejes centrales de estos
primeros momentos de la nueva etapa liberal en la ciudad.
De este modo, una vez constituido el nuevo ayuntamiento,
tanto desde la administración
provincial como desde la local se pretende la renovación
de cargos en todas las esferas
de la vida municipal, desde el
alguacil mayor o el alcaide de
la cárcel hasta los guardas de
montes. De este proceso surgirá la única crisis política evidente en el período.
La renovación de cargos lleva consigo la petición
(*) Como hemos visto anteriormente, otras fuentes le señalan como teniente retirado.
de informes relativos a la ad(**) En las actas de 21 de diciembre de 1833 se dice de él que es boticario, además de partidario de los carlistas.
hesión de los interesados a
nos, todos ellos con moderados niveles de renta,
la causa liberal. Uno de estos informes será la
los que asaltan el edificio absolutista.
excusa que desatará la tormenta entre el primer
De ello podemos extraer dos conclusiones
regidor, Francisco Granados y el segundo, Miguel
fundamentales. En primer lugar, la oligarquía loQuirós. La difusión pública de un memorial recal no demuestra ninguna capacidad de reacción,
servado solicitado por la Secretaría de Estado
bien porque, dada la permeabilidad con la que
relativo a la adhesión al sistema constitucional
acogen a las nuevas instituciones, no sientan el
de Diego Ruiz, Contador General de Guerra, del
fin del absolutismo como una amenaza, bien por
cual el Ayuntamiento dice que «[…] no se le ha
una pérdida total de control de la situación. De
conocido afición alguna a las nuevas instituciohecho, la única maniobra que parecen orquestar
nes ni antes ni después de haver sido aclamadas
38
39
88
AHMMb, Padrón de Contribución Directa del año 1814, Sig. 1979-1.
AHMMb, AACC, 17 de abril de 1820, p. 47v.
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Luis Hernanz Burrezo
generalmente»39 supondrá un intento del segundo alcalde de marginar al primer regidor.
«Ha llegado a noticia de muchos de
nuestros compañeros el haverse propalado cierto informe pedido sobre persona
que todos conocemos; Esto no quiere decir que el Alcalde lo haya dibulgado, si no
que tal vez, tomando el parecer de algunos
sujetos, sean estos el origen de haverse
sabido antes de la presentación de dicho
informe a el Ayuntamiento.»40.
Con la acusación implícita de haber sacado a la luz el informe, Quirós, que aprovecha el
absentismo del primer regidor debido a sus competencias judiciales, adopta medidas para que
Granados no pueda acceder a la documentación
que llega desde la administración nacional y provincial, pasando ésta directamente al secretario
municipal. El pulso parece decantarse del lado
del segundo regidor.
«En este Cavildo, el Sr. Presidente D.
Francisco Granados reclamó el celebrado
en su ausencia el día 17 del que corre,
como depresibo de su autoridad y contrario a su objeto a la inconcusa práctica
observada en esta Ciudad, y sobre todo a
su delicadeza y circunspección, pues que
con el hecho de pribarsele de la facultad
de coger el correo que se dirigia a este
Ayuntamiento se le suponia infiel a su destino y capaz de ocultar las ordenes que se
le comunicasen, de propalar las reservadas
y de demorarse su cumplimiento y noticia
a este Ayuntamiento»41.
La implantación de las nuevas instituciones culmina en este primer año del Trienio con la
aparición en la ciudad de una de sus figuras más
características, la Milicia Nacional. En un ambiente de «júbilo y complacencia»42 se pone en
marcha esta fuerza ciudadana garante del orden
constitucional, que debía implicar en la defensa
del sistema a todas las capas de la sociedad. Estos objetivos, como iremos viendo a lo largo de
las páginas del presente estudio, fracasan estrepitosamente. Sin financiación, mal organizada y
peor armada, nunca será una fuerza útil ni para el
control del orden público ni mucho menos para
actuar contra las partidas realistas que operan en
la sierra de forma cada vez más activa.
Cambio Político y Realidad Económica. El Ayuntamiento Constitucional...
En el momento de su constitución los
efectivos totales de la compañía local ascienden
a un capitán, dos tenientes, 18 suboficiales y 147
soldados. Su comandante será Cristóbal Villalobos, uno de las figuras centrales del período del
que tendremos ocasión de hablar más adelante. Le acompaña como teniente Baltasar María
Aguado, otro curioso personaje, hijo del secretario municipal, será él mismo escribano público
hasta acabar detenido como carlista al comienzo
del reinado de Isabel II43.
Por lo que respecta a los Propios de la
ciudad, éstos habían sido hasta el momento patrimonio casi exclusivo de la oligarquía local, con
un elevado grado de corrupción en su gestión
y aprovechamiento, por lo que sólo en contadas
ocasiones revertían en fondos para las arcas municipales44. La actuación de los nuevos regidores
en este primer momento, conscientes de su endémica debilidad económica, pasa por retomar
el control de los mismos y establecer un sistema
eficaz que permita cubrir, al menos en parte, los
gastos corrientes del funcionamiento municipal.
A ello se aplican desde un principio, aunque la
pantalla de intermediarios y las corruptelas de los
funcionarios de rentas provinciales y los guardas
de montes hace la labor difícil. Veamos un ejemplo muy ilustrativo de la situación planteada:
«El Sindico D. Miguel de Torres, que con
respecto a que esta Ciudad, como dueña
absoluta de sus montes acordó vender las
leñas que resultasen ser inútiles y los árboles que por su espesura no coadyubasen a
el fomento de la arboleda, subasto por los
términos referidos, y con conocimiento
del Tribunal de San Fernando el Monte de
Fuensequilla, bajo la condición de que en
el termino de cuatro años debía concluir la
operación. Sobre estas reglas lo compro D.
Josef Manzanares en la cantidad de ciento
y treinta mil reales de vellón el que estuvo
en quieta y pacifica posesión dicho tiempo;
mas pasado los quatro años referidos, a
solicitud del mismo D. Josef consiguió en
aquel Tribunal licencia por dos años mas
para renovar el marcolijo, desentendiéndose de los derechos mas sagrados de propiedad de esta Ciudad sobre sus montes,
que como a tal dueña devio recurrir a ella
para obtener la ampliación que obtubo por
aquel Tribunal, mandando este se hiciese
por el Delineador de esta Provincia y peri-
AHMMb, AACC, 28 de junio de 1820, Sig. 7-5, pp. 57 a 58
Ibid.
42
AHMMb, AACC, 30 de noviembre de 1820, Sig. 7-5, pp. 129 y 129v.
43
AHMMb, AACC, 21 de diciembre de 1833, Sig. 10-4, p. 107.
44
Un buen ejemplo de ello lo encontramos en la actuación de José María Escobar, del que hablaremos extensamente más
adelante, contra las corruptelas de la gestión del Comisionado de la Intendencia Provincial. AHMMb, AACC, 21 de mayo de 1819,
Sig. 7-2, p. 56v.
40
41
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89
Luis Hernanz Burrezo
tos que se nombraron. Se practico la operación sin conocimiento alguno de la Ciudad
por el Delineador y dos peritos nombrados
por el Subdelegado de Montes de ella, que
por razón de Guardas de los mismos montes no devieron consumarse haciendo el
señalamiento mas escandaloso marcolando
los árboles y demás ramas útiles, de modo
que ha dejado el monte en esqueleto y mas
quanto el señalijo se practico contra todas
reglas de ordenanza marcolando en la zona
solamente una rama que devia cortarse,
resultando que de ese modo, debiéndose
cortar una rama las cortaban todas bajo el
pretexto que todo lo que estaba por encima
del marco debía cortarse, desentendiendose de que a cada pie devia quedarle Hosca,
Gria y Pendon y a cada rama un codo de
muñeca. En consecuencia de lo qual pedía
el Síndico la suspensión de la corta; y que
siendo insuficiente la firma por no ser dueño el fiador de la Finca hipotecada, amplíe
la dicha firma y de no verificarlo se proceda
a el embargo de los efectos de dicho monte que se hallen en el y de los que existen
almacenados en esta manera. Lo que visto
por este Ayuntamiento acuerda la suspensión de la operación del corte y fabrica de
carbones y saca de curtidos y que el Sr.
Manzanares de forma hasta con la cantidad
de ochenta mil reales a las resultas de los
mencionados daños»45.
A la postre, el esfuerzo de los miembros
del concejo no irá más allá de actualizar los remates a pagar por los arrendatarios, sacar de
nuevo a subasta algunas zonas que habían dejado de tener actividad y a solicitar una y otra vez
a la Diputación Provincial autorización para licitar el aprovechamiento de nuevas tierras comunales con las que cubrir cargas fiscales o gastos
concretos. La columna vertebral de los propios
vendrá determinada por las subastas del fruto de bellota, eje fundamental de su capacidad
para generar ingresos, aunque sus rendimientos
serán rápidamente absorbidos por las famélicas
arcas municipales.
Cambio Político y Realidad Económica. El Ayuntamiento Constitucional...
Desde esta coyuntura, en la que el Ayuntamiento intenta retomar el control de sus bienes, encontramos también tímidos intentos de
recuperar tierras que se entiende han sido ocupadas ilegalmente. Son bien conocidos en otros
municipios los casos de ocupación de tierras
aprovechando determinadas coyunturas, principalmente bélicas46. En lo que respecta a Marbella, además del recurrente pleito con el conde
de Luque, encontramos cómo ciertos oligarcas
locales han usurpado tierras del común, caso del
inefable Alonso María Roldán47. La destrucción
de la documentación del archivo municipal por
la guarnición francesa de la ciudad determinará
la imposibilidad del Ayuntamiento de hacer valer
sus derechos.
Por otro lado, más allá de la penuria económica y las rivalidades políticas internas, la relación del Ayuntamiento de Marbella con los municipios vecinos, fundamentalmente Ojén, Istán
y Monda, marcará buena parte de su dinámica interna y de su interrelación con la administración
provincial. En un marco jurídico problemático,
determinado, como hemos señalado, por la pérdida de casi toda la documentación del archivo
municipal48, el Ayuntamiento intentará con diversa fortuna frenar lo que entiende como saqueo y
quema sistemática de sus montes. No obstante
el problema tiene dos vertientes, por un lado
el intento de evitar el aprovechamiento de sus
propios por vecinos de los municipios próximos,
muchas veces con la complicidad de los guardas
de montes. Por otro lado, desde el punto de vista
de las mentalidades, de la actuación del concejo
de la ciudad se desprende la no aceptación de
la segregación de los términos municipales de
Ojén e Istán. Se actúa así en ocasiones como si
el concepto de la «Tierra de Marbella» fuese aún
una realidad, un espejismo que las autoridades
provinciales no tardarán en romper49.
Todo el asunto se complica si tenemos en
cuenta que, tras la segregación del término municipal de Ojén, localidad con la que se plantean
la mayoría de los pleitos, parte de las tierras de
propios del concejo marbellí quedan fuera de su
término municipal y dentro de la jurisdicción del
concejo ojeneto. Ello es determinante a la hora
AHMMb, AACC, 24 de abril de 1820, Sig. 7-5, pp. 18 y ss.
FERNÁNDEZ PARADAS, M.: Propios…, op. cit., pp. 217 y ss.
47
Cierto arbolado del partido de Siete Revueltas es incluido por el Ayuntamiento en una subasta de bienes de propios. Roldán reclama porque entiende que esas tierras son de su propiedad. Al final acuerdan que Roldán siga disfrutando de ellas hasta que el Ayuntamiento disponga de la documentación necesaria para reclamarlas. AHMMb, Juicios de Conciliación de 1820, Sig. 57-1, pp. 29 y ss.
48
«[…] todo suspenso por las ocurrencias fatales que han acaecido en las épocas anteriores y lo que es mas que por la imbacion de los franceses y tiempo que permanecieron en dicha Ciudad de guarnición padecieron ruina y extravió los papeles que esta
ciudad conserbaba en su Archibo». AHMMb, AACC, 16 de mayo de 1820, Sig. 7-5, p. 34. Las referencias a la destrucción del archivo
por los franceses son continuas en toda la documentación de buena parte del siglo. A ello habría que sumar lo que Francisco L. Díaz
Torrejón llama «la mutilación del miedo», cuya importancia cuantitativa y cualitativa ignoramos, es decir la destrucción selectiva de
documentos, propia de momentos como éste, con el fin de eliminar datos políticos comprometedores, de propiedad, deudas, etc.
DIAZ TORREJON, F. L: «De la Guerra de Independencia: El movimiento guerrillero en Málaga (1810-1812), Anuario de la Real Academia
de Bellas Artes de San Telmo, Málaga, 2005, pp. 94 a 101.
49
Las representaciones del Ayuntamiento de Marbella ante las autoridades provinciales suelen terminar mal para sus
intereses.
45
46
90
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Luis Hernanz Burrezo
Cambio Político y Realidad Económica. El Ayuntamiento Constitucional...
del pago de impuestos como la contribución directa, cuyo abono debía realizarse en Ojén, algo
entendido en no pocas ocasiones como una auténtica humillación.
Uno de los muchos ejemplos que podemos encontrar y que abundarán a lo largo de
estos años se produce ya desde abril de 1820:
la lucha por el control jurisdiccional entre los diversos municipios; lucha en la que menudean los
pequeños enfrentamientos entre guardas y vecinos de uno y otro lado, y que acaba generalmente con una representación ante el jefe político
provincial, que intenta, casi siempre infructuosamente, mediar en estos interminables conflictos.
En este caso, la comisión del concejo marbellí al
regidor Francisco Rosado (que ante la situación
opta por ir acompañado de gente armada) para
llevar a cabo un reconocimiento del Monte de
las Chapas, ante los informes que hablaban de
diversos destrozos en el arbolado, quemas indiscriminadas, pastoreo, carboneo, etc., provoca la
queja del Ayuntamiento de Ojén ante la máxima
autoridad provincial:
«[…] avia entrado en el termino de dicha
Villa, a pretexto de reconocer los montes
de los Propios de esta Ciudad acompañado
de Peritos y auxiliado de fuerza armada y
exercido actos de Jurisdiccion; previniendo
el dicho Sr. Gefe Político haver decir a este
Ayuntamiento que por ningun pretexto y
bajo su mas extricta responsabilidad traspase los limites de su termino, exerciendo
actos jurisdiccionales con los demas que
refiere; Lo que visto este Ayuntamiento
teniendo presente que quanto es de la Villa de Ojen ha expuesto, es ocultando los
principales fundamentos que movieron a
el de esta Ciudad para la practica de cierto
reconocimiento en el Monte de las Chapas
de los propios de ella y expresando falsedades y abundando excesos que se han
cometido en el
destrozo y aniquilacion de los
montes de esta
Ciudad, que ha
muchos
años
que sufren y han
sido causados
por vecinos de la
Villa de Ojen»50.
3. El Ayuntamiento
Miserias
de
1821
y el
Abismo
de las
En la ampulosa lírica al uso de los liberales decimonónicos vamos a encontrar una de las
mejores expresiones del sentimiento que inspira
la situación de la ciudad a sus gobernantes. En
uno de los momentos del interminable pleito
con el conde de Luque y lamentándose de que
con los propios expoliados se cubrirían sobradamente las necesidades económicas del municipio, se dice que «desde que se la arrebataron
de sus manos (las tierras) (la ciudad) ha benido y
biene en decadencia hasta descoyarse en el abismo de las miserias»51.
Si la primera corporación municipal del
Trienio se caracteriza por una anómala presencia de militares y funcionarios de grado medio y
pequeños comerciantes y artesanos, la segunda
va a suponer la primera señal de reacción de las
élites locales. Se trata de ciudadanos que, con
elevada renta y directamente relacionados por
lazos familiares y comerciales con la oligarquía
local, representan el triunfo del nuevo sistema.
El Cuadro n. º 2, de los nuevos munícipes, nos
muestra una clara diferencia en las rentas del primer y segundo alcalde con las que vimos en el
Ayuntamiento de 1820.
La figura central en este momento, la que
mejor nos va a mostrar las claves del proceso que
se sigue en la ciudad es, sin duda, la del primer
alcalde, el capitán Cristóbal Villalobos.
No es hasta abril de 1816 cuando encontramos las primeras noticias de su participación
en los asuntos ciudadanos52. Militar de profesión,
su vuelta parece coincidir con el fin del período
bélico y momento en el que inicia una escalada
social basada en relaciones familiares que lo llevará, por un lado, a ser uno de los principales
propietarios de la ciudad y, por otro, a tener en
sus manos todos los resortes del poder político
y militar, aunque, aparentemente, se trata de al-
Cuadro n.º 2 - El Ayuntamiento de 1821
(*) Aunque la profesión de Molina en el padrón de 1814 aparece como «marinero», los padrones de contribución le muestran como propietario
de diversas fincas e inmuebles, y sobre todo de 3 barcos
AHMMb, AACC, 10 de mayo de 1820, Sig. 7-5, p. 33v.
AHMMb, AACC, 18 de septiembre de 1821.
52
Figura en una lista de vecinos a los que se pide que, ante el pésimo estado de las finanzas, colaboren a modo de anticipio
para el suministro a las tropas. En el acta se dice que se pase oficio a varios vecinos, entre ellos Villalobos, «luego que se tenga
noticias de su regreso a ésta». AHJMMb, AACC, 17 de abril de 1816,Sig. 6-6, p. 54.
50
51
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91
Luis Hernanz Burrezo
guien con mayor interés por sus asuntos privados que por la res publica53.
Villalobos no parece proceder de la oligarquía local54, no obstante, ya a finales de 1817,
ha emparentado con los Artola, es hermano político de Manuel Artola, al que nos hemos referido anteriormente55, aunque su encumbramiento
social y económico viene de la mano de su matrimonio con Nicolasa Domínguez, que en esos
años disfruta del mayorazgo de Antonio María
Domínguez y Vargas56.
Su relación con la familia Domínguez dista mucho de ser pacífica. Villalobos va a ser el
administrador de facto del mayorazgo, especialmente a partir de la enfermedad mental de su
mujer. Sus intentos por enajenar parte del patrimonio familiar chocarán con la oposición de
Antonio María Domínguez, que acaba llevando
el asunto a los tribunales57. La muerte sin descendencia de Nicolasa en 1825 y probablemente
la de Villalobos no mucho más tarde, zanjará la
cuestión.
En la línea de su mayor interés por lo privado que por lo público, se escuda en sus achaques de salud para renunciar a su elección como
síndico personero en 1818. No será hasta 1820
cuando se decide a formar parte del engranaje
del sistema, aglutinando buena parte de los poderes locales, primero como capitán de la Milicia
Nacional, cuyo mando ostenta hasta 1822 y luego como alcalde en 1821. No obstante, a pesar
de esta concentración de poder en sus manos,
no consigue convertirse en el eje articulador del
Cambio Político y Realidad Económica. El Ayuntamiento Constitucional...
período y su presencia pública decrece notablemente a partir de este momento.
De cualquier forma, toda la evolución del
ayuntamiento tanto en sus aspectos políticos y
organizativos, como en la voluntad reformista
del nuevo régimen, vendrá condicionada por una
realidad que lastrará irremisiblemente cualquier
intento por desarrollar una actividad socioadministrativa coherente: hablamos de la absoluta falta de recursos económicos y la pesadísima losa
de la presión fiscal.
Si para Artola los problemas financieros
del nuevo régimen constituyen uno de los factores decisivos de su naufragio58, en la traslación
de esa realidad a la vida local contemplamos la
debilidad general de un sistema sin grandes cambios en la política financiera anterior. Vemos los
mismos desesperados intentos de imponer una
contribución directa que permitiese superar el
desastre económico de la hacienda del Antiguo
Régimen.
Deudas de diversos impuestos correspondientes al período 1817 a 181959, pago de los cupos de contribución general que corresponden
a la ciudad, consumos, gastos de beneficencia,
débitos de bulas, suministros a las tropas «estantes y transeuntes» en la ciudad60, sueldos del
personal de la administración de justicia, armamento y equipo de la Milicia Nacional, dietas de
los diputados de Cortes, niños expósitos, presos
pobres… La lista es interminable y su gestión
absorbe buena parte de las energías administrativas de la corporación.
53
Suele alegar problemas de salud para no intervenir en oficios públicos, aunque éstos no parecen afectar a su actuación en
litigios privados. Los libros de Juicios de Conciliación de todo el período están repletos de pleitos en los que interviene en defensa
de sus intereses.
54
Las referencias al apellido Villalobos en los padrones del primer cuarto de siglo nos hablan de profesiones como arrieros,
sogueros, curtidores o pequeños propietarios agrícolas.
55
Su elección como síndico personero en las elecciones para 1818 es contestada por varios electores por esta relación familiar
con Artola. AHMMb, Expediente de elecciones para diputados y síndico de 1818, Sig. 620-6.
56
Sobre la situación familiar de los Domínguez, CASADO BELLAGARZA, J. L.: «El fin de una dinastía… I…», op. cit.
57
«Juan de Chinchilla como apoderado de D. Antonio Miguel Domínguez, combocando a juicio de conciliación a D. Cristoval
Villalovos como marido de D.ª Nicolasa Domínguez asociados ambos con sus hombres buenos D. Francisco Granados y D. Francisco
Lozano: sobre que a voz y nombre de su poderdante se opone a la enajenación de las fincas de los vienes vinculados y juntamente
a los que se hayan vendido hasta la presente en razon de que tiene echa consulta a los letrados de Madrid y Málaga los que son de
dictamen que interin viva D.ª Nicolasa Domínguez no puede disponer D. Cristoval Villalovos de dichos vienes por hallarse la poseedora en estado de demencia como es publico y notorio y que siendo su marido un curador no puede aun con pretexto de alimentarla, según su estado y circunstancia, enajenar ninguna posecion: Y oída la antecedente relación por D. Cristoval Villalobos dixo:
Que consecuente con lo que se le requiere por la parte contesta según con las facultades con que se haya de su legitima muger D.ª
Nicolasa Domínguez en tiempo y quando estava en su total juicio y razon y que con arreglo a dichas facultades que presentara en
caso necesario seguirá sobre lo vendido vendiendo en caso de necesidad y conforme y hasta tanto que le favorezca la ley, pues su
espresada muger como al exponente con arreglo a las facultades que aquella le concedió. Y en vista de las antecedente relaciones
los hombres buenos fueron de dictamen que según la cuestión que se presenta y que estas parte no pueden ser avenidas que usen
de su derecho donde corresponda». AHMMb, Libro de Juicios de Conciliación de 1823, Sig. 57-4, pp. 21v y 22.
58
ARTOLA GALLEGO, M. M.: «La España de Fernando VII…», op. cit., pp. 751 y ss.
59
La insistencia en el pago de deudas que llegan en algunos casos hasta la Guerra de Independencia es una fuente más de
tensión con los regidores perpetuos de las anteriores corporaciones, dado que los nuevos regidores tienden a responsabilizar a
aquéllos de los débitos. El problema da lugar a reflexiones curiosas en la que los miembros del ayuntamiento, hartos de las reclamaciones del Intendente Provincial, dicen ser sólo responsables de la actividad económica de sus corporaciones «y no de unos
devitos que seguramente tienen su origen de quando los individuos que componen esta Corporación estaban en la mente de Dios».
AHMMb, AACC, 27 de diciembre de 1821, Sig. 7-10, p. 43.
60
Una situación especialmente gravosa para la ciudad en este momento, pues a las unidades de guarnición se suman las tropas
del 2º Batallón del Regimiento de Cataluña que componen el cordón sanitario establecido para frenar la epidemia desatada en
Málaga y cuyo abastecimiento corresponde al municipio. AHMMb, AACC, 25 de octubre de 1821, Sig. 7-10, p. 2.
92
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Luis Hernanz Burrezo
Frente a ello y agotadas las posibilidades
de establecer nuevos arbitrios, el ayuntamiento
dispondrá como único recurso de la gestión de
sus propios. Un ejemplo muy ilustrativo de la
gravedad de la situación lo tenemos en el conflicto que se mantiene en este momento con la
administración de justicia local. Ni el juez de
primera instancia, ni el promotor fiscal, ni los
oficiales, ni siquiera el administrador de correos reciben su sueldo. El tono de las protestas desde el juzgado va aumentando de nivel y
salta de la administración local a la provincial,
ordenando la Diputación el pago inmediato
de todos los atrasos. El ingreso por parte del
Ayuntamiento de un remate por la subasta de
un monte de propios sin que ello suponga un
cambio significativo en la situación de las deudas desata las iras del juez. La contestación del
Ayuntamiento revela la apurada situación de la
hacienda municipal:
«[…] que tan luego como llegó a noticia
de estos vecinos, acreedores del Caudal
de Propios la entrega que se havia hecho
de veinte mil reales en el arca de dichos
efectos, por la anticipación que hizo el
postor en cuenta del remate de la majada
vieja del Monte de las Chapas, se presentaron haciendo ver la necesidad que tenían
de algún socorro para aliviar su indigencia, de que este Ayuntamiento no pudo
desentenderse ni escusarse, y que por lo
mismo acordó el medio de repartir, como
con efecto repartió dicha cantidad entre
todos, librándole a cada qual en proporción la que le pareció correspondiente, y
a el dicho Sr. Juez doscientos ducados por
cuenta de su salario por a hora, y hasta que
ingresasen mas caudales en el dicho fondo
en cuyo caso se le pagará por completo,
pareciéndole a este Ayuntamiento dicha
deliberación la mas conforme y análoga a
la situación en que estaban constituidos
los referidos acreedores y justa razón con
que clamaban su socorro»61.
Sin duda, el establecimiento de un sistema fiscal basado en una contribución directa y
progresiva que sirviese como base a toda la hacienda nacional y permitiese el desmantelamiento de las estructuras impositivas del Antiguo
Régimen va a ser una de las constantes de la historia económica nacional no sólo en el período
del Trienio, sino desde mediados de la centuria
anterior. No obstante, el reflejo en la vida cotidiana de una ciudad sumida en una crisis, de la
Cambio Político y Realidad Económica. El Ayuntamiento Constitucional...
que no se ha recuperado desde el fin de la guerra, no podrá ser más descorazonador, siendo,
como hemos apuntado, una de las principales
razones para que el sistema no pudiese atraerse
para su consolidación una base social amplia. La
sensación que el Ayuntamiento quiere transmitir
en este sentido a la administración estatal es clara, pues ésta «[…] conoce que es sumamente imposible la total cobranza en el presente tiempo
por la miseria en que se hallan constituidos estos
vecinos, la que podrá verificarse en la próxima
cosecha»62.
El procedimiento de imposición y cobro
de la contribución directa y del resto de los arbitrios ocupa un amplio espacio en tiempo y recursos del concejo. Formación de padrones y amillaramientos, comisiones, períodos voluntarios de
cobro, prórrogas, consultas y correspondencia
permanente con la Intendencia Provincial van a
tener un final anunciado, dada «[…] la falta de
cumplimiento tan notable como escandalosa»63
de los vecinos en el cumplimiento de sus obligaciones.
Los mecanismos de apremio serán el colofón de todo ello. Tras el realizado por el propio ayuntamiento, la maquinaria administrativa
provincial continúa con diversas medidas que
culminarán con el apremio militar. La presencia
de la tropa, costeada por el ayuntamiento moroso, supone un cargo más. La solución última al
problema supondrá, en primer lugar, el embargo y subasta de los bienes de los deudores y si,
como ocurre en este caso, ello no cubre el cupo
necesario, con el embargo de los bienes de los
propios regidores.
La consecuencia política no puede ser
otra que socavar el apoyo del estamento que debía servirle de base al sistema:
«[…] infiriéndose de todo que no se trata de exigir la contribución del verdadero
contribuyente y si de los Concejales del
Ayuntamiento, para hacer odiosos estos
destinos y que se verán los pueblos en el
caso de no tener quien los represente ni
aun a viva fuerza»64.
Por otro lado, ante la imposible carga fiscal, comienza a provocar amagos de abierta desobediencia:
«[…] que no estando este Ayuntamiento
en el caso de los demás, que no han satisfecho sus cupos respectivos, no es justo
se sostenga en el seguimiento del apremio
que sufre: Que mui bien le consta que por
AHMMb, AACC, 25 de enero de 1821, Sig. 7-6, p. 12.
AHMMb, AACC, 11, de mayo de 1821, Sig. 7-7, p. 47v.
63
AHMMb, AACC, 5 de abril de 1821, Sig. 7-7, p. 21.
64
AHMMb, AACC, 3 de diciembre de 1821, Sig. 7-10, p. 26
61
62
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93
Luis Hernanz Burrezo
ordenes del Sr. Intendente de esta Provincia,
se ha estado suministrando a las tropas existentes en esta ciudad del azeite y leña que
han necesitado, cuios suministros se están
liquidando en el Capital como igualmente
lo que se ha satisfecho por los Depositarios,
y por cuios dos conceptos esta plenamente
cubierto el primer tercio de la Contribución
del presente año Económico, como se le ha
manifestado en diez del corriente: Y que
si todo lo expuesto no hase fuerza a dicho
Contador para levantar el apremio indicado,
se le advierte, que sus disposiciones serán
desatendidas sobre este particular, no aceptando los que nuebamente intente por no
ser conforme a razón y justicia, tomando los
recursos que a bien tenga: Y que los perjuicios que dimanen de sus procedimientos no
responde este Ayuntamiento y si serán de
cuenta y cargo de quien haya lugar»65.
Ante la amenaza real del embargo de los
bienes de los regidores, la única solución que
consigue arbitrar el ayuntamiento es el préstamo que realizan dos de sus miembros, Francisco
Rosado y Miguel de Torres para evitarlo66.
La realidad así, es de una marcada bipolaridad entre los propósitos reformistas y normativos del nuevo régimen y su realidad material. Los
primeros, herencia ilustrada, se proyectan sobre
múltiples ámbitos de la vida ciudadana. Tanto la
Diputación Provincial como el jefe político piden
numerosos informes sobre salud pública, especialmente sobre la presencia de leprosos en la
ciudad67, situación de los hospitales y las ventajas de unificarlos en un único establecimiento68,
reformas de la cárcel, eficacia y plazos en el servicio de correos69, salubridad y características
del cementerio70 o situación de la enseñanza71.
Respecto a la segunda, la deplorable situación de las infraestructuras municipales y los
servicios más básicos hacen que este objetivo de
Cambio Político y Realidad Económica. El Ayuntamiento Constitucional...
reforma no sea más que un rosario de buenas
intenciones. En contestación a una solicitud de
informe del jefe político provincial sobre obras
públicas se dice que:
«[…] en esta ciudad y su termino no hay
mas caminos generales que el de Ronda,
Málaga y Alxeciras y los particulares de los
pueblos del contorno y todos escabrosos
y montuosos y a las veces intrancitables:
Que no hay canales de nabegacion y riego,
azequias pantanos, ni mas obra pendiente que del muelle en esta marina, beneficiosa a la Nación y particularmente a este
Pueblo y los inmediatos que en virtud de
Vuestra Orden se principio en el año pasado de 1819 bajo la protección del Excmo.
Capitán General del Reino y Costa, cuia
obra se halla en el día suspensa por falta
de fondos, […] No menos asimismo es de
consideración la obra indispensable de la
cañería publica de que se surte de agua
este vecindario, la qual se halla rota y descubierta por algunos tramos perciviendo
las inmundicias y escombros en perjuicio
de la salud publica que no puede remediarse con la prontitud que exige esta tan
urgente necesidad por falta de fondos en
los Caudales públicos que han subenido
a este coste en otras ocasiones de igual
apuro»72.
Si la reforma del sistema fiscal es uno de
los caballos de batalla de la visión económica del
liberalismo decimonónico, la transformación de
la estructura de la propiedad tendrá la misma
consideración. Los diferentes procesos desamortizadores que se desarrollan a lo largo del siglo,
que afectan tanto a bienes comunales como
eclesiásticos, tienen en la normativa emanada de
las Cortes de Cádiz y en la actividad política del
Trienio su punto de origen, en un proceso en el
AHMMb, AACC, 12 de diciembre de 1821, Sig. 7-10, p. 29v.
AHMMb, AACC, 29 de agosto de 1821, Sig. 7-9, pp. 26v y ss. No obstante, el préstamo se reintegra en diciembre del mismo
año con mas rapidez de la que podría indicar un ayuntamiento en tan mala situación financiera. AACC, 27 de diciembre de 1821,
Sig. 7-10, p. 40.
67
La Comisión establecida al efecto localiza a 3 enfermos. AHMMb, AACC, 22 de febrero de 1821, Sig. 7-6, p. 39 y 39v. La
presencia de leprosos se constata en todo el período, así, en enero de 1822 se detectan nuevos casos. La solución planteada por el
ayuntamiento deja a las claras la crudeza de esta realidad: «. que una de las barracas que han servido para las guardias de sanidad,
se coloque a la salida de esta Ciudad por el camino de Malaga y a una distancia proporcionada y en ella se ponga a el Cortes y demas
de su familia que se hallen padeciendo la enfermedad indicada.» AHMMb, AACC, 22 de enero de 1822, Sig. 8-1, p. 26.
68
AHMMb, AACC, 21 de enero de 1821, Sig. 7-6, p. 20v.
69
AHMMb, AACC, 15 de marzo de 1821, Sig. 7-7, p. 13.
70
AHMMb, AACC, 18 de marzo de 1821, Sig. 7-7, p. 17.
71
El Ayuntamiento «[…] respecto a los 6 puntos que solicita la diputacion que 1º En esta Ciudad hay un solo maestro de escuela, dotado de los fondos de estos propios que consta por Reglamento. 2º Este maestro goza de la dotacion de cinquenta ducados
annuales en virtud a orden del Consejo, la qual se ignora y el tiempo desde que lo percive y se tiene noticia de esta por oidas, la
qual dotacion no es suficiente. 3º Los ramos que enseña este maestro son a escribir por D. Torquato Torio de la Riva; ortografia y
gramatica castellana, aritmetica y sus distinciones: Libros de segundo clase; Libro Segundo de los Niños Id. De la Infancia o ideas
generales: El Fleury; y el Catecismo Constitucional. Art. 4º El maestro esta examinado por SE la Diputación Provincial de Granada
y obtiene el correspondiente titulo. Art. 5º Escuelas de fundacion publica no las hay». AHMMb, AACC, 20 de diciembre de 1821,
Sig. 7-10, pp. 33v y 34.
72
AHMMb, AACC, 21 de enero de 1821, Sig. 7-6, pp. 18v y ss.
65
66
94
Cilniana 20/21, 2007 - 2008: 81-112
Luis Hernanz Burrezo
que «revolución agraria» y «revolución burguesa»
debían ir de la mano73.
El restablecimiento del corpus normativo gaditano supone la aplicación de varias
normas desamortizadoras. El decreto de 4 de
enero de 1813 reducía a dominio particular
todos los baldíos, propios y arbitrios, distribuyendo los baldíos en dos partes, una dedicada
a servir de hipoteca a la deuda nacional y otra
distribuida entre militares y guerrilleros. La orden de 28 de noviembre de 1820 regula el procedimiento de tramitación de los expedientes
desamortizadores que debían elaborarse. Por
último, el decreto de 29 de junio de 1822 sustituye a los anteriores, aunque sin modificaciones sustanciales, salvo en lo relativo a cierta
legalización de las roturaciones realizadas en
tierras comunales.
Todo ello, que debía suponer una transformación del sistema de propiedad con la superación de las relaciones de producción de un modelo precapitalista y la articulación de mercados
nacionales fracasará, en buena medida, porque
lo que realmente se produce no es más que un
mero cambio jurídico y nominal de la propiedad.
La sustitución de propietarios eclesiásticos o comunales por oligarcas y burgueses, por sí mismo, ni transforma ni articula nada. El predominio
de la pequeña propiedad en el término marbellí
acentuaría aún más este hecho, al imposibilitar
la creación de fincas de un tamaño razonable y
favorecer el carácter meramente rentista de los
nuevos propietarios.
En lo que respecta al ayuntamiento,
éste se resistirá, aparentemente con éxito, a
las medidas desamortizadoras, que, a los ojos
de los regidores liberales, sin especiales intereses terratenientes, no suponen más que la
pérdida de la única fuente de ingresos del consistorio.
La primera noticia en la que se pone de
manifiesto la puesta en marcha de procedimientos
desamortizadores de bienes de propios la tenemos en enero de 1821, cuando el ayuntamiento,
en cumplimiento de una orden del jefe político,
establece una comisión formada por dos regidores, un síndico y tres peritos para «la distribución
de los terrenos de baldíos y de propios»74.
A partir de este momento, el ayuntamiento adopta una estrategia dilatoria en la trami-
Cambio Político y Realidad Económica. El Ayuntamiento Constitucional...
tación de los expedientes, estrategia en la que
se demuestran como maestros consumados75.
Ello provoca en mayo la primera advertencia de
multa de 50 ducados por parte de la Diputación
Provincial si no se remitía el expediente formado
por la comisión76.
Una vez enviado éste y ante la orden de
14 de agosto de convocar a los acreedores para
liquidar los créditos, el ayuntamiento decide jugar al gato y al ratón y alega no tener el mencionado expediente al haberlo remitido a la propia
Diputación «y no saviendo el modo y forma que
deva practicarse, y el canon que por los que recivan tierras deba satisfacerse tendrá SE la bondad
de instruir a este Ayuntamiento para que no se
experimente retraso en la execución de las Reales Ordenes Comunicadas»77.
No debe extrañar que a partir de aquí el
tono se endurezca considerablemente. En septiembre, la Diputación y la Intendencia Provincial
pretenden agilizar el proceso dando los pasos
necesarios para que los ayuntamientos puedan
liquidar sus deudas con la venta de las tierras de
propios. Así, a pesar de que «los Ayuntamientos
Constitucionales no habian practicado las gestiones que se les prebino resultando un vacio en
el actuado que era necesario llenar»78, se ordena la convocatoria de los vecinos que tuvieran
créditos contra el caudal de propios para que
se pague en tierras la deuda existente. Dichos
créditos debían dividirse en tres clases: créditos
corrientes, créditos no reconocidos y los pertenecientes a manos muertas.
El ayuntamiento sigue sin tener la más
mínima intención de complacer los deseos de las
autoridades provinciales, aprovechando para ello
cualquier excusa, en este caso una epidemia. Así,
en noviembre, se informa que no se ha podido
iniciar adecuadamente el expediente ordenado en
agosto «en razón a la circunstancia de sorpecharse
se padece en Málaga el contagio»79. No obstante,
en la telaraña administrativa de demoras y consultas que teje, empiezan a adivinarse los auténticos motivos de la resistencia pasiva que ejerce
la corporación, ya que respecto a los terrenos que
deben entregarse a los acreedores se plantean si
«[…] deben comprenderse los que tengan árboles
de llebar fruto de bellota, porque no de ser así,
con todo el terreno que posee esta ciudad no es
suficiente para satisfacer los dichos acreedores»80.
73
Sobre el primer proceso desamortizador en Andalucía tenemos GONZÁLEZ MOLINA, M.: «Estancamiento agrario y desamortización en Andalucía (1820-1823)», Agricultura y Sociedad, 30, 1984, pp. 169 a 197.
74
AHMMb, AACC, 15 de enero de 1821, Sig. 7-6, p. 15.
75
Así, no será hasta abril que se solicite de los vecinos y forasteros la presentación de sus títulos de propiedad. AHMMb, AACC,
9 de abril de 1821, Sig. 7-7, p. 23v.
76
Recordemos que, aunque el procedimiento lo realiza el ayuntamiento, lo aprueban la Diputación Provincial y el Gobierno.
AHMMb, AACC, 13 de mayo de 1821, Sig. 7-7, p. 49v.
77
AHMMb, AACC, 14 de agosto de 1821, Sig. 7-9, pp. 20v y 21.
78
AHMMb, AACC, 9 de septiembre de 1821, Sig. 7-9, p. 32.
79
AHMMb, AACC, 28 de noviembre de 1821, Sig. 7-10. p. 20.
80
Ibid.
Cilniana 20/21, 2007 - 2008: 81-112
95
Luis Hernanz Burrezo
Nuevas amenazas de multas, en este caso
de 300 ducados, no parecen cambiar la actitud
de los regidores, que son perfectamente conscientes de lo que se juegan en el envite. En diciembre de 1821 el ayuntamiento aún no ha procedido a repartir terreno alguno de sus propios.
La contestación del concejo a la máxima autoridad provincial nos va a proporcionar un magnífico muestrario de las razones para ello:
«[…] en razon a que la mayor parte de
los montes de estos Propios existen en
el termino de la villa en Ojén y en el
que puedan señalar a el lugar de Istán,
no queda mas que una corta porcion de
monte para repartir a este Vecindario,
y lo mas del terreno árido e insuceptible de fructificar, de modo que lo mas
pingüe de los montes y tierras según
el Decreto de 4 de enero de 1813, tiene que repartirse a los vecinos en cuyo
termino existan, y esta Ciudad tiene que
verse totalmente desausta de termino y
reducida a la orilla del mar que lo único
que le queda: Que teniendo remitido el
expediente y los memoriales de los que
han solicitado tierras a S.E. la Diputación
Provincial, ni save a quien ha de repartir, ni donde, ni lo que han solicitado,
pero para que no se le atribuya falta de
cumplimiento a este Ayuntamiento, ba a
proceder al reparto de lo que exista para
no contrabenir a la relacionada orden ni
menos para verse en el caso de que se
le exija la multa con que se le conmina:
Igualmente hizo consulta a SE sobre si
los terrenos que devieran distribuirse al
pago de los acreedores de Propios debían ser de los que tubiesen arbolado
a la qual se sirvio contestar sin aclarar
la pregunta, de modo que se halla este
Ayuntamiento en igual insertidumbre
y sin saber si se han de pagar los atrasos en dinero o en terreno que tenga
arbolado»81.
Cambio Político y Realidad Económica. El Ayuntamiento Constitucional...
Junto a la enajenación de los bienes de
manos muertas y comunales, otra de las señas
de identidad del nuevo régimen estará, sin duda,
en su relación con la Iglesia. La supresión del
Tribunal de la Inquisición, una de las primeras
medidas de la Junta Provisional Consultiva, y de
las órdenes regulares ponen claramente de manifiesto la voluntad de actuar en este sentido.
El reflejo más evidente de ello en la vida
de la ciudad vendrá a través de la desamortización de varios edificios religiosos y la reutilización de los mismos. El proceso, que parece
ponerse en marcha a finales de 1820, afecta a
los tres conventos existentes en la ciudad82. Ya
en enero de 1821 tenemos la primera noticia
en este sentido, cuando Vicente López, al que
se señala como «Ex prior del Combento de San
Juan de Dios y Asentista del Hospital Militar
della» se dirige al ayuntamiento señalando que
tras la supresión del convento no tenía fondo
alguno al que acudir para la asistencia de los enfermos83. Ante esto no es de extrañar que a pesar del alto contenido ideológico de todas estas
medidas, la principal preocupación planteada
por el Ayuntamiento tenga un tenor mucho más
utilitarista: la obligada asunción por el municipio de las funciones de salud y beneficencia de
estas instituciones y la incapacidad económica
para sostenerlas.
1821 va a ser también el año en el que
comienzan a aparecer las primeras amenazas
para el régimen constitucional. Los enemigos,
tanto interiores como exteriores, hacen acto de
presencia, con lo que ello supone, además, de
reforzamiento de la cultura política y del imaginario liberal.
Ya en enero se ordena al Ayuntamiento
que auxilie a las columnas del ejército permanente encargadas de la persecución de «forajidos, ladrones y malhechores», lo que podría
suponer la presencia de partidas realistas en la
zona84. La amenaza se materializa de forma más
evidente cuando en mayo, el jefe político pone
en alerta a toda la zona desde el Campo de Gibraltar ante las evidencias de una posible suble-
AHMMb, AACC, 27 de diciembre de 1821, Sig. 7-10, pp. 41 y 41v.
«Vieronse por este Ayuntamiento los cinco exemplares de las ordenes que remite por vereda el Sr. Gefe Político de esta
Provincia con su Oficio ocho del que corre para que se circulen a los Pueblos del Partido y entre ellas la de supresión de monacales
reformadas y de regulares, la que vista mui detenidamente por este Ayuntamiento acuerda su cumplimiento en todas sus partes
y que para ello se oficie a los Prelados de los tres combentos existentes en esta Ciudad a fin de que manifiesten el numero de
Religiosos de que se componen sus comunidades; y por lo que respecta a el de San Juan de Dios además exprese con que arbitrios
y fondos cuenta para subenir a la subsistencia de enfermos y numero de estos y con efecto aviendose pasado dichos oficios igualmente acuerda que benidas sus contestaciones se consulte a el Sr. Gefe Politico de la Provincia manifestandole la combeniencia
que resultara a esta Ciudad y sus vecinos de que subsista el Combento de San Francisco con atención a lo que expresa en la misma
orden y que de faltar este auxilio, faltara tambien el pasto espiritual, y particularmente siendo el unico que debe quedar en esta
Ciudad, asi tambien del modo que se ha de conducir este Ayuntamiento por lo que respecta a el Combento de San Juan de Dios,
el que aparece no tener fondos ni arbitrios que socorran los enfermos que en el subsisten, ni menos este Ayuntamiento se halla
con ellos para subenir a los gastos que de hacerse cargo de dicho Hosptal le sobrebendrian.» AHMMb, AACC, 14 de noviembre de
1820, Sig. 7-5, pp. 124 v y 125.
83
AHMMb, AACC, 9 de enero de 1821, Sig. 7-6, p. 4. De la extinción de este convento también da noticia el comisionado del
convento en Ronda, que reclama en diciembre una deuda de 800 reales por las rentas dejadas de percibir.
84
AHMMb, AACC, 15 de enero de 1821, Sig. 7-6, p. 12v.
81
82
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Cambio Político y Realidad Económica. El Ayuntamiento Constitucional...
vación realista que debía iniciarse en la campiña
zada, en la medida de sus posibilidades, como
jerezana y la serranía de Ronda85.
fuerza de orden público, especialmente en los
Es posible detectar también una fuerte
problemas jurisdiccionales con los municipios
actividad de contrabando en la costa, común
vecinos.
a todo el período, que podría estar relacioA todo ello hemos de unir la previsible
nada en parte con los opositores al régimen.
resistencia interna al régimen desde los estaAsí, ante una consulta del comisionado del
mentos más contrarios al nuevo sistema. En este
Resguardo el Ayuntamiento informa que «(…)
sentido, el jefe político ordena «que por ningún
la voz pública y general es de que se estan
pretexto ni consideración se tolere que el predihaciendo continuamente desembarcos fraucador quaresmal mezcle en sus sermones espedulentos por todos los puntos desta Costa
cie alguna contraria a nuestras actuales Institusin haver quien lo impida e ignora esta Corciones Constitucionales»91.
poración quienes sean los complices
y protextores»86. Poco podía ignorar
el ayuntamiento este extremo cuando
ya un año antes, en agosto de 1820,
informaba sobre el cabo del resguardo, Roque Puerta. Éste era claramente
contrario al régimen y había conducido a Estepona los prisioneros que hizo
O´Donnell a las tropas de Riego «del
modo más inhumano». De los demás
integrantes del resguardo se dice que
no hay una idea clara de su adhesión
al sistema liberal y que «sus qualidades
morales, políticas y civiles son las mas
notadas por el publico, pues al par que
son los mas puntuales para el cobro de
los haveres, no lo son igualmente para
llevar sus atribuciones en concepto a
los continuos desembarcos que están
haciendo»87.
Frente a ello, el instrumento de
acción que articula el gobierno liberal,
la Milicia Nacional, permanece absolutamente inactivo. La reorganización de
sus efectivos, que pasan a la mitad de
los que tenía en principio por las diversas exenciones88, ocupa casi todo el
año89. La dotación de material no va por
mejor camino. Al no disponer de fondos
se recurre a las unidades militares regulares, a las que se pide que entreguen el
material sobrante. La iniciativa no da resultado ya que el capitán de la compañía
de inválidos (una suerte de unidad de
reserva) se niega a entregar arma alguna y el de la compañía de guarnición en
la ciudad entrega material en su mayor
parte inservible.90 Ante este panorama,
la Milicia Nacional sigue careciendo de Acta capitular de 24 de julio de 1823 donde se describe la entrada en la ciudad de
cualquier posibilidad operativa frente a las partidas realistas y el derribo de la lápida de la constitución, sustituida por un
guerrilleros y contrabandistas y es utili- retrato de Fernando VII (Archivo Municipal de Marbella)
AHMMb, AACC, 3 de mayo de 1821, Sig. 7-7, pp. 36 y ss.
AHMMb, AACC, 3 de agosto de 1821, Sig. 7-9. p. 19.
87
AHMMb, AACC, 7 de agosto de 1820, Sig. 7-4, págs. 79v y 80.
88
AHMMb, AACC, 26 de febrero de 1821, Sig. 7-6, p. 42.
89
AHMMb, AACC, 7 de junio de 1821, Sig. 7-8, pp. 23 y ss.
90
AHMMb, AACC, 21 de enero de 1821, Sig. 7-6, pp. 17v y 18.
91
AHMMb, AACC, 5 de marzo de 1821, Sig. 7-7, p. 2.
85
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Cambio Político y Realidad Económica. El Ayuntamiento Constitucional...
4. El Ayuntamiento de 1822: La Eclosión Liberal
Si 1820 y 1821 suponen la implantación
del nuevo régimen y la esfera económico-administrativa es la que predomina en la vida del nuevo ayuntamiento constitucional, 1822 será, sin
lugar a dudas, el año de la política.
Los grandes temas transversales del período, necesitados de estudios particularizados
como ya hemos señalado, van a seguir estando
presentes. La gestión y el control de los propios
generan una importante actividad, dificultada
por la permanente presencia de furtivos y la
corrupción practicada como norma, y amplificada por la irrupción de la Diputación Provincial
como control externo de la actuación municipal:
las disputas jurisdiccionales con los pueblos vecinos, particularmente Ojén, que casi degeneran
en conflicto armado con la presencia de la Milicia
Nacional de ambos pueblos y que obliga a la permanente intermediación de las autoridades provinciales, y la losa de la presión fiscal, permanente y asfixiante, aunque sin llegar a los extremos
que hemos visto en 182192.
Todo ello palidece ante el hervidero político en el que se convierte la ciudad en 1822
por tres motivos fundamentales: las disputas internas del liberalismo marbellí, los enemigos del
régimen, con partidas realistas en las inmediaciones de la ciudad y la sombra amenazante de
las potencias extranjeras y, por último, la presencia de una cada vez más evidente quinta columna
absolutista dentro de la ciudad.
Pero antes de entrar en estos temas, es
necesario ver también la composición del ayuntamiento para 1822 (Cuadro n. º 3).
Por primera vez desde el comienzo de la
nueva etapa liberal, uno de los miembros de la
Cuadro n.º 3 - El Ayuntamiento
oligarquía local, Rafael Alcocer, ocupa el puesto
de primer regidor93. La extracción de los restantes miembros de la Corporación, como vemos,
continúa viniendo del comercio y la pequeña
propiedad, con niveles de renta crecientes94. El
asentamiento político de las nuevas clases sociales parece asumido con absoluta normalidad por
la sociedad marbellí.
Sin duda, uno de los elementos más característicos de la vida política del Trienio, tanto a
nivel local como a nivel nacional, es el enfrentamiento entre los diversos sectores del liberalismo,
auténtico acto inaugural de la geografía política
nacional en toda la época contemporánea. Moderados y radicales van a consagrar así un modelo de
largo recorrido que, con distintas denominaciones, alcanza hasta el primer tercio del siglo XX.
Por otro lado, sociedades patrióticas, logias masónicas o espacios de sociabilidad característicos, como las tertulias, van a establecer en
este momento las coordenadas de la situación
en cuanto a la cultura política de los integrantes
del liberalismo marbellí. La ciudad no puede ser
ajena a ellas, aunque el acercamiento quede condicionado por la consistencia de las fuentes en
este sentido. Disponemos de poca información
sobre los espacios donde las diferentes sensibilidades políticas locales se reúnen y organizan, así
como de la presencia de sociedades o logias en
la ciudad. No obstante, el grado de organización
de los diferentes grupos y la tensión política que
se va a ir desgranando hasta el fin del período no
deja lugar a dudas de su existencia.
A ello hay unir que en espacios urbanos
reducidos como es el caso de la Marbella del Trienio, las rivalidades políticas, familiares y personales se entremezclan, formando un totum revolutum
en el que es difícil desenredar la madeja. Éste es
el caso del personaje,
de 1822
a nuestro juicio, más
interesante de todo el
período, hablamos de
José María Escobar,
hijo del ya mencionado Pedro Escobar,
cabeza de una familia
que articulará el liberalismo local durante
el primer cuarto del
siglo95.
92
Aunque las deudas municipales y la presión de la hacienda provincial y estatal no hacen más que aumentar, no encontramos
en este período situaciones tan críticas como los apremios militares con embargo de bienes de los regidores que vimos en 1821.
93
La familia Alcocer tiene una amplia presencia en la ciudad. Algunos de sus miembros cuentan con el fuero de nobles, como
Micaela, Juan y Luis María de Alcocer, este último es regidor perpetuo y Contador de Guerra. Rafael Alcocer ya fue elegido como
Síndico Personero en 1818. AHMMb, Expediente de elecciones para Diputados y Síndicos, Sig. 620-6.
94
Más difícil resulta la caracterización del 2º Alcalde, Luis Mazoti, del que no disponemos de datos ni profesionales ni económicos. Probablemente era hijo de Francisco Mazoti, que aparece como Alguacil Mayor en 1819. AHMMb, AACC 1818, Sig. 7-1, p. 64.
95
José María Escobar Giménez nace en Marbella en 1778 y muere de cólera en la misma ciudad a los 78 años, el 27 de marzo
de 1856. AHMMb, Libro de defunciones, Sig. 525-2. Agradecemos a Francisco Machuca Prieto este dato, proveniente de su investigación en curso sobre parlamentarios españoles.
98
Cilniana 20/21, 2007 - 2008: 81-112
Luis Hernanz Burrezo
Con un claro interés por la res pública, Escobar es Bachiller en Leyes y Cánones en la Real
Chancillería de Granada. La coyuntura de la Guerra de Independencia y su actitud política lo sitúan en el bando afrancesado. Forma parte de la
Junta de Municipalidad con los franceses, lo que
le supone en los informes de conducta que se
siguen tras la guerra, al igual que en el caso de
Granados, las acusaciones más graves por colaboracionismo. Así, a pesar de ser nombrado en septiembre de 1812 como Contador de Propios96, los
informes solicitados sobre su conducta muestran
la animadversión que le profesan los regidores del
momento, que también lo señalan por su rigor
con los vecinos «amenazándoles con la argolla» y
«siendo mui pública la estrechez que toman (él y
Granados) con el Comandante francés»97.
En el proceso que se le abre por esta
causa Escobar comienza a mostrar su habilidad
política y procesal y pide nuevos informes de su
actuación, sobre bases muy claras. De esta manera, sin negar su relación con la administración
josefina, pide que el ayuntamiento concrete sus
acusaciones:
«[…] manifiesten y determinen con sus
propios nombres las personas que yo
encarcelé y amenazé con la argolla en el
tiempo que regente la jurisdiccion baxo el
gobierno intruso, y en caso de señalar algunas, que expresen los motibos que huvo
para ello y asimismo que manifiesten clara y terminantemente en que consistía el
despotismo que se me atribuye»98.
El ayuntamiento, ante la petición de Escobar, es incapaz de dar la información que se
le pide y no va más allá de acusarle de «afición
a mandar» y poner de manifiesto vaguedades
como la «indisposición de los vecinos», pero ni
una palabra de los hechos de los que se le acusaba99.
Todo ello no parece frenar su actividad
pública y administrativa durante la primera etapa
constitucional y el sexenio absolutista. En 1818
es elegido como síndico personero, aunque re-
Cambio Político y Realidad Económica. El Ayuntamiento Constitucional...
nuncia al puesto por su trabajo en la Ayudantía
de Guerra y Marina. En 1819 es de nuevo elegido, ocupando de forma efectiva el puesto y comenzando una labor característica en su carrera
de persecución de las corruptelas habituales en
la administración de la época100.
La figura más interesante de todo el
período es, sin duda, José María Escobar
Ya en el período del Trienio, en mayo de
1820, a la muerte del juez de 1ª Instancia, el
que fuera corregidor de la ciudad Marcos Cachapero, es nombrado interinamente para la
plaza101. No obstante, a pesar de ser el único
letrado en la ciudad y de los inmejorables informes dados por el Ayuntamiento, que hablan de
su inquebrantable adhesión al régimen constitucional «asta antes de que el Rey jurase aquella» y del apoyo mostrado a la columna de Riego
a su paso por la ciudad102, cesa en agosto de
ese mismo año por el nombramiento como juez
interino de Juan Antonio Pando, abogado del
Colegio de Málaga103, hasta el nombramiento
definitivo de Juan Florencio de Guzmán como
juez en enero de 1821104.
Ello no lo separa de la Administración de
Justicia, desde donde va a dar la batalla a otros
sectores del liberalismo local como promotor
fiscal105, además de su labor como notario y abogado.
Su participación en la vida política se centra en las elecciones para electores a diputados a
Cortes, empatando en la de 1820-21 con el cura
párroco Fernando Romero (que acabaría siendo
el designado por sorteo), y resultando elegido en
la de 1822, figurando como vocal suplente a las
Cortes de 1821.
Su inclinación reformista se pone de manifiesto en su activa participación en las juntas
de beneficencia y sanidad y en su tenacidad por
una administración justa y correcta de los bienes
públicos106. Su compromiso político, fuera de
toda duda, se plasma aún más con la jefatura de
la Milicia Nacional en una fecha tan tardía como
AHHMb, AACC, 26 de septiembre de 1812, Sig. 5-1, pp. 2v y 3.
Ibid., p. 21v.
98
AHMMb, AACC, 17 de abril de 1813, Sig. 5-3, p. 53.
99
Ibid.
100
Muy significativo en este sentido es la representación que lleva a cabo contra el Comisionado de la Intendencia Provincial,
Agustín Hugarte, que estaba utilizando su labor de apremio de deudas para lucrarse a costa del Ayuntamiento. La denuncia de
Escobar acaba con Hugarte huyendo a caballo de la ciudad para no ser encarcelado. AHMMb, AACC, 21 de mayo de 1819, Sig. 7-2,
p. 56v. y Acta de la Junta de Propios y Arbitrios, abril y mayo de 1819, Sig. 230-7, pp. 30 y ss.
101
AHMMb, AACC, 12 de mayo de 1820, Sig. 7-5, pág. 34.
102
AHMMb, AACC, 11 de julio de 1820, Sig. 7-5, págs. 64v y 65.
103
AHMMb, AACC, 21 de agosto de 1820, Sig. 7-5, pág. 86.
104
AHMMb, AACC, 25 de enero de 1821, Sig. 7-8, pág. 11.
105
AHMMb, AACC, 2 de septiembre de 1821, Sig. 7-9, pp. 28v y 29. Probablemente ejerció el cargo de forma interina desde
fines de 1820.
106
Escobar es el azote del habitual trapicheo en las rentas públicas. En este caso por algo tan llamativo en 1822 como la falta de
una convocatoria pública en la subasta de los ramos de aceite, vino y licores. AHMMb, AACC, 31 de julio de 1822, Sig. 8-5, p. 23.
96
97
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99
Luis Hernanz Burrezo
noviembre de 1822107, momento que coincide,
como veremos, con una clara radicalización de la
actuación de esta institución.
Todo ello, en el contexto de la represión
fernandina, no podía tener otro colofón más que
la huida y el exilio108. Así, no volvemos a tener
noticias de él hasta 1837, cuando ante la solicitud de ingreso de su hijo, Pedro Escobar, en la
Milicia Nacional, el Ayuntamiento emite un informe en el que expone:
«[…] que el espresado D. Jose Maria Escobar merese en concepto de esta Corporacion el aprecio general de la misma y
su vecindario por su decidida adecion en
todas epocas a las Libertades Nacionales,
y por las que ha sufrido grandes persecuciones, privandole de la satisfaccion que le
cupiera viviendo en su patria y despojandolo de los destinos que obtenia durante
la anterior epoca Constitucional»109.
Su actividad política va a ir de la mano de
su longevidad, sin que pierda un atisbo de esa
pasión por las libertades. Así, será alcalde primero en 1838110, y síndico de nuevo en 1846, nada
menos que con Francisco Roldán, hijo de Alonso
María Roldán, como alcalde111.
Escobar es así uno de los referentes más
claros de todo el período, siendo su papel especialmente determinante a partir del momento
que marca el punto de inflexión de esta nueva
experiencia liberal, el verano de 1822.
Si hasta el momento la vida de la ciudad y
de su ayuntamiento constitucional viene marcada
por los cambios políticos y normativos y por la acuciante situación económica, una sucesión de hechos acontecidos a lo largo del verano de este año
dejará todo esto en segundo plano. Se agravan,
por un lado, las tensiones en el seno de las fuerzas
liberales de la localidad y se reactiva, por otro, la
oposición de los partidarios del rey absoluto.
La toma en junio de 1822 de la Seo de
Urgel con el comienzo de la Regencia, el levantamiento de los guardias reales en Madrid en julio
y la abierta hostilidad de las potencias legitimistas europeas, dibujan un escenario que va a tener un claro reflejo en la vida de la ciudad.
Así, en la noche del 11 de julio, José Joaquín Quintero (Administrador de Rentas Nacionales), José María Díaz (contador de la misma ins-
Cambio Político y Realidad Económica. El Ayuntamiento Constitucional...
titución) y José María Escobar (promotor fiscal),
tras personarse en casa del primer alcalde Rafael
Alcocer al que no encuentran, van en busca del
segundo alcalde Luis Mazoti, con un folleto impreso en Málaga en el que se da noticia del fracaso de la intentona de los guardias reales, algo
que en la capital de la provincia se había saludado
con salvas y repique de campanas. El ayuntamiento, reunido de urgencia, tan sólo decreta que se
ilumine el balcón de las casas consistoriales:
«[…] evitando qualquiera otro regocijo en
razón de ser ya una hora intempestiba de
la noche, a evitar que pueda ocurrir alguna
desgracia e igualmente que este vecindario se alborote creído que es alguna invacion y hostilidad que intentan hacer por
esta Costa los Argelinos, pues en el día de
ayer se publico vando para que estos vecinos estubieran en espectatiba luego que
hubiese alguna comicion y oyesen el repique de campanas»112.
La frialdad con la que el segundo alcalde
acoge este hecho no parece gustar al núcleo duro
de los liberales radicales de la localidad, formado
como hemos visto por funcionarios de administraciones ajenas al consistorio. La situación se
complica con el enfrentamiento en la madrugada
del 14 al 15 de julio entre Mazoti, que dirigía la
ronda nocturna, y Quintero, Díaz y el ex regidor
Miguel de Cuesta, «con motivo de las repetidas
quejas que por varios vecinos de esta Ciudad se la
havian dado de los desordenes y arborotos» presuntamente cometidos por éstos. De todo ello
se da cuenta al primer alcalde, ausente en estos
momentos, y se nombra una comisión para que
investigue los hechos. Esta escaramuza degenerará en una grave crisis que obligará a intervenir
a las autoridades provinciales y de la que, como
veremos, Mazoti será la víctima principal113.
No es de extrañar que los sectores más
afines al liberalismo de la ciudad desconfíen de
los primeros regidores. No serán los únicos. En
agosto, el jefe político provincial envía un oficio
al alcalde mostrando su extrañeza por que no se
ha puesto en su conocimiento que las casas de
los liberales más destacados han aparecido marcadas con cruces blancas y se han fijado pasquines amenazantes en las puertas. La respuesta del
ayuntamiento no puede ser más desconcertante,
107
Escobar aparece como jefe de la milicia local exigiendo en un oficio al Ayuntamiento, armas y uniformes para los milicianos.
AHMMb, AACC, 4 de noviembre de 1822, Sig. 8-7, p. 41v.
108
En noviembre de 1823, Escobar da poderes a Juan Pablo Gadeo, procurador de la Real Chancillería, para que le represente
en cualquier tipo de juicio. Archivo Histórico Provincial de Málaga (AHPM), 6 de noviembre de 1823, Sig. P-4924.
109
En estos momentos Escobar reside en Estepona. AHMMb, AACC, 20 de marzo de 1837, Sig. 11-7, p. 27 y 27v.
110
La elección se aplaza a abril a causa de la guerra. AHMMb, AACC, 4 de abril de 1838, Sig. 11-11.
111
También aparece en el listado de los 9 mayores contribuyentes del municipio, encabezado por el propio Roldán. AHMMb,
AACC, 12 de julio de 1846, Sig. 14-3, pág. 2v.
112
AHMMb, AACC, 11 de julio de 1822, Sig. 8-5, pp. 1 y ss.
113
Ibid., p. 4.
100
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Luis Hernanz Burrezo
Cambio Político y Realidad Económica. El Ayuntamiento Constitucional...
dando crédito a rumores según los cuales los culpables de ello «havian sido alguno de los mismos
que se decían agraviados con el objeto de mover
a inquietud y disgustos»114. El consistorio no ha
movido un dedo para encontrar a los culpables y
se justifica por ello ante la autoridad provincial
diciendo que:
«[…] acaso de haverlo intentado además
de no haver descubierto medio de calificar
y aclarar, y como a la verdad fueron cosa
que no se conceptuo de mayor momento
le parecio a este Ayuntamiento por entonces que no devia molestar la superior
atención de dicho Sr. Gefe Político, mayormente quando la consideraba ocupada en
asuntos de mucha importancia.»115.
El jefe político provincial, que sí parece
dar importancia al asunto, entiende alto y claro el
mensaje. Sólo tarda ocho días en enviar un «delegado», Casimiro Brodett, capitán del Regimiento
de Infantería de Valencia, para «prestar a dicho
Sr. Alcalde el auxilio que pudiese necesitar contra
toda alteración del orden público por facciosos,
por ladrones o por contrabandistas»116. Su presencia coincide, además, con un hecho relevante, el
embarque a primeros de septiembre en el puerto
de Marbella, camino de su exilio en Gibraltar, del
obispo de Málaga, Alonso Cañedo y Vigil117.
En 1824, el capitán Casimiro Brodett, pretendió casarse con Mariana Pineda, pero no se le
concedería la licencia solicitada por sus ideas liberales. Fuente: RODRIGO, A.: Mariana de Pineda.
Heroína de la Libertad, Barcelona, Plaza & Janes,
1984, pp. 63-68 y 241.
Si el conflicto estaba larvado, todo esto lo
hará explotar. Escobar, con el apoyo del juez y de
los funcionarios de la administración provincial y
nacional, actuará de punta de lanza simultáneamente contra dos objetivos claros: el escribano
del cabildo Baltasar María Aguado y el segundo
alcalde Luis Mazoti.
Contra el primero, hijo del anterior secretario municipal que, además del cargo de escribano municipal, ocupa los puestos de escribano
del juzgado y administrador del correo, reclama
en la Diputación la incompatibilidad de los car-
En 1824, el capitán Casimiro Brodett, pretendió casarse con Mariana
Pineda, pero no se le concedería la licencia solicitada por sus ideas
liberales
Fuente: RODRIGO, A.: Mariana de Pineda. Heroína de la Libertad, Barcelona, Plaza &
Janes, 1984, pp. 63-68 y 241
gos que ostenta. Va a conseguir con ello que la
autoridad provincial lo separe de sus oficios en
el juzgado y en correos, en un proceso en el que
el Ayuntamiento se posiciona claramente del
lado de su secretario118.
Contra el segundo, al que vimos implicado en varios enfrentamientos, promueve un pro-
Mariana Pineda en Capilla
Fuente: Óleo de Juan A. Vera Calvo, 1862 – Congreso de los
Diputados, Madrid
AHMMb, AACC, 22 de agosto de 1822, Sig. 8-6, p. 3v.
Ibid., p. 4.
116
Ibid., p. 10.
117
Alonso Cañedo y Vigil es obispo de Málaga desde 1815 y uno de los diputados «serviles» más activos de las Cortes de Cádiz. Sus actividades antiliberales le llevan al destierro que, curiosamente, no se materializa en el puerto de Málaga sino en el de
Marbella. En la madrugada del 31 de agosto se reciben órdenes del Jefe Provincial en este sentido: «Protegerá V. S. por todos los
medios que están en sus atribuciones la seguridad de la persona del Reverendo Obispo de Málaga D. Alonso Canedo y Vigil hasta
que se verifique su embarque en el Puerto de su Ciudad en el día de mañana o pasado mañana, en que se presentara en el un barco
para conducirle a Gibraltar, auxiliando a V. S. si fuese necesario los demás individuos del Ayuntamiento Constitucional y la Milicia
Nacional Local, que obraran en unión con la tropa del exercito permanente a las ordenes del Comandante Brodet». También se pide
una lista de todas las personas que sigan al Obispo. AHMMb, 31 de agosto de 1822, Sig. 8-6, pp. 13 y 13v.
118
Aguado realiza un recorrido político que le lleva de segundo jefe de la Milicia Nacional en 1821 a ser detenido como sospechoso de carlista en 1833.
114
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cedimiento por «infracciones de Constitución»,
una grave acusación que respaldada por el juez
de Primera Instancia, provoca la suspensión de
funciones del segundo regidor119.
El acoso y derribo contra Mazoti abre una
profunda brecha en la sociedad marbellí, aunque
en estos momentos las fuerzas que componen el
mosaico político del liberalismo local consiguen
reconducir la situación y mantienen una actitud
pacificadora auspiciada por el jefe político provincial. Así, el mismo día de la suspensión del segundo alcalde, en una reunión celebrada en casa de
Alcocer, se acuerda una conciliación general con
el fin de devolver la calma a la tensa vida política
de la ciudad. Esta conciliación se traduce en un
acto público a celebrar el día 26 de septiembre
al que se convoca a todas las fuerzas vivas de la
ciudad para el sobreseimiento de todas las causas
abiertas y en el que, como solución al problema
creado, Alcocer planteaba lo siguiente:
«[…] propuso que para consolidar y dar
una prueba publica de esta verdad, suplicaba a el Sr. Juez de Primera Instancia y al
Promotor Fiscal, que antes de la desunión
quedase repuesto en su empleo el Segundo Alcalde Constitucional D. Luis Mazoti,
y haviendo segundado esta pretencion el
Ayuntamiento y los Sres. Concurrentes por
si y a nombre de este Pueblo, con annuencia del dicho Promotor y por la paz que es
la primera Ley de toda Sociedad, combino
en ella»120.
Mientras todo esto ocurre, en el horizonte se perfilan amenazas mucho más determinantes para el futuro del sistema. Partidas realistas,
potencias extranjeras y algún que otro viejo conocido de otras épocas, constituyen los verdaderos enemigos a batir.
Como ya hemos señalado, la acción desorganizada y aislada de las partidas realistas a lo
largo de 1821 no parece constituir una amenaza
real y van a estar localizadas fundamentalmente
en Navarra y Cataluña121. El cambio de escenario
supone una clara reactivación de las actividades
militares de la guerrilla absolutista en el entorno
de la Serranía de Ronda.
El 3 de agosto un grupo de unos 60 «facciosos», probablemente de la partida liderada
por José Aguilar y Sebastián Tinoco, entra en
Genalguacil dando vivas al Rey y a la religión,
Cambio Político y Realidad Económica. El Ayuntamiento Constitucional...
destruyen los símbolos liberales, ordenan que se
cante el Te Deum y se retiran en unas horas sin
que, aparentemente, haya ni resistencia ni víctimas en el ataque. Las autoridades achacan la falta de oposición a que los miembros de la Milicia
y los vecinos del pueblo estaban en esa hora en
sus labores del campo122.
Tras esta demostración de fuerza, la partida de Aguilar y Tinoco se siente con capacidad
para, tres días después, repetir la misma escenografía nada menos que en Ronda. La amenaza es
tomada en serio y varias columnas del ejército
entran en la Serranía por diferentes puntos en
busca de los facciosos. El jefe político acusa directamente de colaboracionismo a algunas autoridades municipales pues:
«[…] de esto eran culpables algunos ayuntamientos y alcaldes constitucionales que,
olvidados de sus deveres y con mengua de
la lealtad española, les han prestado abrigo y auxilios sin haver dado aviso ni parte
alguno»123.
La proximidad de la amenaza pone a Marbella en estado de alerta, movilizando sus escasos recursos, ya que en este momento no hay
evidencia de la presencia de más fuerzas militares en la ciudad que las normales de guarnición.
Así, el día 6 de agosto se ordena al capitán de
la Compañía de Inválidos que entregue los fusiles a los milicianos nacionales (anteriormente
se negó), se forma una matrícula con todos los
vecinos que poseen armas, ordenándose que al
toque de campana se presenten en la plaza de la
Constitución, también se forman patrullas y se
establecen puestos avanzados. No obstante, el
ayuntamiento advierte al jefe político de la debilidad de las fuerzas con que cuentan124.
La situación se reproduce en septiembre
cuando ante la presencia de la partida de Zaldívar, proveniente de Jerez, se proclama la ley marcial y se ordenan diversas patrullas de la Milicia
Nacional125. La ciudad cuenta ya con la presencia
de fuerzas del Regimiento del Caballería del Rey,
a cuyo capitán se solicita que deje en la ciudad
un sargento y ocho soldados para prevenir ataques126.
Junto a ello, la amenaza de las potencias
de la Santa Alianza se va haciendo sentir, en este
caso, como apoyo logístico a los guerrilleros realistas:
AHMMb, AACC, 17 de septiembre de 1822, Sig. 8-6, p. 37v.
AHMMb, AACC, 26 de septiembre de 1822, Sig. 8-7, p. 7 y ss. Curiosamente la Junta Popular de Conciliación coincide con la
llegada de Riego a la ciudad en la madrugada de ese mismo día.
121
ARTOLA GALLEGO, M: «La España de Fernando VII…», op. cit., , p. 777 y ss.
122
AHMMb, AACC, 3 de agosto de 1822, Sig. 8-5, p. 25.
123
AHMMb, AACC, 6 de agosto de 1822, Sig. 8-5, p. 26v.
124
AHMMb, AACC, 6 de agosto de 1822, Sig. 8-5, p. 25.
125
AHMMb, AACC, 12 de septiembre de 1822, Sig. 8-6, pp. 30 y 30v.
126
AHMMb, AACC, 25 de septiembre de 1822, Sig. 8-7, p. 5.
119
120
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Luis Hernanz Burrezo
«[…] que las fuerzas navales destinadas por
el gobierno francés a el crucero en siertos
puntos de las Costa de Andalucía señaladamente en Ayamonte, Moguer, Almería
y Málaga tienen por objeto abrir comunicacion con los facciosos por medio de los
faluchos de pescadores, para lo qual traen
dinero y municiones de Paris con lo demás
contenido prebiniendo dicho Sr. Gefe se
bele incesantemente las costas de esta ciudad para ebitar pueda beneficiarse lo que
se indica en el relacionado oficio».127
Por último, si la situación no es de por sí
suficientemente compleja, aparece un antiguo
enemigo que hace suyo el refrán de a río revuelto… ganancia de piratas argelinos. Así, también
en julio, el jefe político advierte a las autoridades locales de posibles ataques en sus costas por
parte de buques corsarios del Bey de Argel, por
lo que se toman medidas como el establecimiento de guardias nocturnas, retenes, presencia de
torreros o la instalación de la campana del convento de San Francisco, para poder tocar a rebato en caso de necesidad128.
Frente a todo esto, la Milicia Nacional continúa presentando un balance paupérrimo y acaba por constituir más un problema que una solución, tanto en el alistamiento de los milicianos129,
como en su financiación130, como en su disciplina
y capacidad real como unidad de combate.
Ello lleva a su capitán Cristóbal Villalobos,
que recordemos era militar profesional, a remitir al Ayuntamiento en junio de 1822 un informe
sobre el estado de la milicia en el que se reconoce incapaz de mantener la disciplina por más
castigos que impone y en el que avisa de la total
carencia de armas de sus efectivos. Añade que
apenas cuenta con una docena de milicianos porque muchos alegan privilegios, tienen labores en
el campo o están exceptuados del servicio131.
La descomposición interna de la Milicia
Local es rápida. Villalobos, cuyas relaciones con
el Ayuntamiento no hacen más que empeorar, intenta poner orden arrestando a varios milicianos
por insubordinación132. Al acudir éstos al jefe político planteándoles su caso, justifican su actua-
Cambio Político y Realidad Económica. El Ayuntamiento Constitucional...
ción relacionando una serie de hechos que dan
una clara imagen de este Cuerpo:
«Que no se ha podido verificar el juramento de dicha Milicia, como previene el
Reglamento vigente a causa de no haver
sido posible ver reunida dicha Compañía
por el motivo de serlos mas de sus individuos gente de campo, quasi en la clase de
Jornaleros ocupados siempre en su trabajo
personal; y de hallarse sin armamento ni
fornitura, pues aunque hoy existan algunos fuciles en poder de los Nacionales, ha
sido por haverlos prestado la Compañia
de Imbalidos de esta ciudad, con motibo
de las actuales circunstancias y otros que
anteriormente havia prestado también la
fixa de ella todos inútiles, y se han compuesto por este Ayuntamiento y por de
practicarse un acto tan solemne en los
términos referidos, bendria a ser irrisible
dicha Milicia»133.
Así pues, en dos años de actividad del
cuerpo, no ha sido posible reunir al completo la
unidad ni una sola vez ni siquiera para jurar la
constitución, unidad que, por lo visto, sólo mueve a compasión.
Los acontecimientos del verano de 1822
y el papel que en ellos debería jugar la Milicia
hacen que las autoridades municipales y provinciales intenten reconducir la situación, en primer
lugar con un cambio en los mandos, pasando
José María Escobar a ser su comandante. Junto
a ello, la Diputación autoriza por primera vez la
utilización de fondos del pósito para componer
las armas inútiles entregadas por el ejército134, se
autoriza una subasta de leña para uniformar a los
milicianos135 y se ordena el alistamiento de todos
los varones entre 20 y 45 años.
El resultado de todo ello distaba mucho
de ser el esperado. De garante del nuevo sistema, la milicia local pasa a convertirse en un
problema de orden público, especialmente el
cuerpo de guardia existente en las Casas Capitulares, que acabará siendo retirado, ya que su
actividad:
AHMMb, AACC, 8 de septiembre de 1822, Sig. 8-6, p. 28.
AHMMb, AACC, 9 de julio de 1822, Sig. 8-4, pp. 46 y ss.
129
Hay multitud de exenciones y de consultas al jefe político, entre otras, sobre la no exención de religiosos secularizados o
la remisión de partes de fuerza «teniendo particular cuidado de no incluir en la palabra voluntarios los que realmente no lo sean».
AHMMb, AACC, 17 de abril de 1822, Sig. 8-3, p. 25.
130
La falta de fondos para dotar a la Milicia lleva a iniciativas imaginativas como la celebración de corridas de novillos para
financiar la compra de armas. AHMMb, AACC, 20 de abril de 1822, Sig. 8-3, p. 19v.
131
Villalobos intenta exonerarse de la responsabilidad aunque el Ayuntamiento le recuerda sus deberes como capitán de la
Milicia. AHMMb, AACC, 13 de junio de 1822, Sig. 8-4, pp. 24 y 24v.
132
AHMMb, AACC, 9 de agosto de 1822, Sig. 8-5, pp. 35 y ss.
133
AHMMb, AACC, 19 de agosto de 1822, Sig. 8-5, pp. 50 y 50v.
134
Se entregan 43 fusiles, 8 españoles y el resto ingleses, probablemente de la Guerra de Independencia. AHMMb, AACC, 20
de octubre de 1822, Sig. 8-7, p. 25v. De ellos sólo pueden recuperarse 23, que son entregados a los Nacionales locales a mediados
de noviembre, pp. 47v y 48.
135
AHMMb, AACC, 4 de noviembre de 1822, Sig. 8-7, pp. 41v y 42.
127
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«[…] no ha correspondido a los deseos benéficos de esta Corporación, antes por el
opuesto extremo, ha notado mucho escándalo, embriaguez y casi continuos insultos
a los ciudadanos que pasan a prima noche
por la Plaza y principalmente en la anterior
que abandonando algunos individuos de la
misma Guardia su puesto han andado por
la calles en correrías alborotando y aun
han disparado un tiro de fuego a un vecino
en la puerta de su casa».
No sabemos qué parte tienen algunos regidores en el descrédito de los nacionales, que
custodiaban las Casas Capitulares. No parece
que a estas alturas, la presencia de una fuerza
armada a las puertas del Ayuntamiento, con una
disciplina cuestionable y un mando bajo sospecha hiciese muy felices a los miembros de la corporación. Lo cierto es que la Jefatura Política y
la Diputación también manifiestan cierto temor
ante la creación de nuevas unidades de la Milicia
Nacional.
El deterioro de la situación internacional
lleva a las autoridades gubernativas a proponer
la creación de nuevas unidades de la Milicia Nacional. Serían éstas Compañías de Cazadores, una
suerte de fuerza auxiliar de la Milicia que debía
ser también organizada por los Ayuntamientos.
La noticia de la regulación de estas unidades
es suficiente para que el consistorio marbellí
comience el alistamiento de una nueva compañía de entre 80 y 120 hombres. En cuanto la
Diputación y la Jefatura Provincial tienen conocimiento de ello ordenan que no se movilice
dicha unidad hasta que las autoridades gubernativas no lo autoricen y se justifique su necesidad. El informe dado por el Ayuntamiento es
muy interesante, ya que pone de manifiesto un
elevado grado de inseguridad fuera del casco
urbano de la ciudad. De hecho, el Ayuntamiento informa de que dicha compañía se formaría
sin problemas con los hacendados y pequeños
propietarios que ven en esta fuerza la única forma de defender sus propiedades y su ganado. A
pesar de ello, parece pesar más en las autoridades provinciales el miedo a unidades armadas
incontroladas que las razones expuestas por el
municipio136.
Más allá de toda esta situación, también
resulta interesante ver cómo cambia la línea
política de la nueva corporación en uno de los
temas fundamentales del período: la desamortización de bienes comunales. La primera medida
Cambio Político y Realidad Económica. El Ayuntamiento Constitucional...
adoptada va dirigida a la enajenación de tierras
de propios entre acreedores de éstos. Así, ya el 3
enero se dice que:
«[…] los vecinos que quieran suertes de
tierras de los mismos, presenten sus memoriales para que se tengan presentes en
el reparto que se ha verificar de los terrenos de propios»137.
El jefe político va a enfriar rápidamente
los ánimos del gobierno municipal, que empieza a mostrar un repentino interés por el proceso
desamortizador y una cierta tendencia a ignorar
a la autoridad provincial, indicándole que:
«se abstubiese de hacer distribución alguna de los terrenos y se dedicase únicamente a la instrucción y formación de los
expedientes»138.
El procedimiento continúa al devolver en
marzo la Diputación el expediente de repartimiento. La liquidación de deudas comienza con
las cantidades atrasadas a los guardas de montes, ordenándose que:
«[…] se proceda a señalárseles y justipreciárseles quanto vaste a su pago»139.
La enajenación de los propios, que parece
claramente impulsada por Alcocer, va a chocar
frontalmente con la inesperada resistencia de
buena parte de los regidores municipales. Sólo
Benito López, Jacobo Zafra y Antonio Crespo
apoyan al primer alcalde, mientras Alexandro
Perales, Fernando Acosta, Andrés de Montes y
Rafael Blanco y los síndicos Juan Martín Álvarez y
José Berdejo Cantos se oponen al repartimiento.
La tesis de los regidores rebeldes es clara «que el
propietario que se desprende de una finca, tarde
o nunca pone otra en su lugar»140. Piden así el
pago de las deudas en metálico, pactando aplazamientos con los interesados y recurriendo al
medio habitual: la subasta de leñas de los montes de propios.
La resistencia parece tener efecto. No será
hasta octubre cuando la Jefatura Provincial haga
un nuevo intento de reactivar el procedimiento
en relación al Decreto de las Cortes de 29 de junio, por el que se ordena:
«[…] se reduzcan a propiedad particular
todos los terrenos baldios, realengos y de
AHMMb, AACC, 24 de diciembre de 1822, Sig. 8-8, pp. 19 y ss.
AHMMb, AACC, 3 de enero de 1822, Sig. 8-1, p. 3v.
138
AHMMb, AACC, 10 de enero de 1822, Sig. 8-1, p.11. En este, como en otros casos, la celeridad de la contestación de las
autoridades provinciales resulta sospechosa y parece indicar cierta conexión con algunos miembros del concejo.
139
AHMMb, AACC, 11 de marzo de 1822, Sig. 8-2, p. 39.
140
Ibid.
136
137
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Cambio Político y Realidad Económica. El Ayuntamiento Constitucional...
propios y arvitrios, así en la península e
islas adyacentes como en Ultramar»141.
El único resultado de todo ello es, de
nuevo, el nombramiento de una comisión para
efectuar los deslindes y más ejemplos de cómo
poner trabas a un expediente. Los comisionados
para efectuar los deslindes presentan una cuenta
de gastos ocasionados por la operación, que asciende a 1.552 reales. El ayuntamiento, que dice
no disponer de fondos para el pago, advierte de
que no podrá seguir con la operación si la Diputación no habilita fondos para ello142.
No queremos cerrar el capítulo dedicado
al año de 1822 sin hacer referencia a un episodio
que, desde el terreno de la anécdota, va a decirnos mucho del universo de valores y del imaginario colectivo del momento.
Ya hemos hablado ampliamente a lo largo
del presente estudio de la situación de las infraestructuras de la ciudad: 1822 no contempla mejora alguna.
En enero, la Diputación solicita un informe del coste que supondría el arreglo del camino
Málaga-Coín-Marbella. El Ayuntamiento lo cifra
en 176.000 reales, aunque advierte de que carece totalmente de fondos para ello y que, de existir, los dedicaría a la finalización del puerto que
constituye su primera prioridad143. Los ejemplos
sobre la situación de la ciudad son multitud:
«Este ayuntamiento constitucional no
pudiendo mirar por mas tiempo con indiferencia la ruina que amenaza a este ignosente Pueblo por falta de metálico para
precaberla, hace mucho tiempo se hayan
segadas y llenas de inmundicias las madres
de esta Ciudad, motivo que ocaciona en
las epocas de llubias inundaciones fangosas que privan el transito por sus calles y
en el de calor es tal la fetidez que desi exalan, que muchos dias no se puede tolerar;
indiferentes serian las malos ratos que se
sufren, sino se esperaran las funestas consecuencias de un próximo contagio, como
comunmente suele suceder al Pueblo que
se abandona en su miseria: Y este Ayuntamiento si permaneciera en innaccion sepultado en su silencio sin hacerlo presente
a la Autoridad que puede remediarla y por
el qual resultasen los males que prevee
tendria el mas severo cargo en el Tribunal
Supremo de la Omnipotencia: Que esta
ciudad consiguió licencia del extinguido
Consejo de Castilla para la redificacion
del Puente que la divide, arruinado por
los franceses en el tiempo de su imbacion,
cuia obra preciso a abandonarla la falta de
metálico que se ha experimentado en los
fondos de estos Propios, no haviendose
hecho mas que un Callejón para la comunicación de los vecinos, y traginantes y con
motivo de su imperfeccion y la continuación de las llubias de los años anteriores
se ha recalado en términos que en el día
se halla ruinoso y sino se aplica pronto
remedio llegaría el caso de que se experimente su total destrucción y pasándose
por el caso que en las avenidas del Río en
que se sitúa dicho Puente, carezcan de pan
estos vecinos que se surten del Pueblo de
Monda como es notorio, cuya entrada lo
es por el mismo»144.
A la vista de este desolador paisaje, las
autoridades provinciales solicitan un informe
donde se tasen las obras públicas que el Ayuntamiento estime como más necesarias y se establezcan los arbitrios necesarios (exceptuada
la tala de montes) para costearlos. La respuesta
municipal no puede ser más desconcertante. De
todas las urgentes necesidades pendientes en la
ciudad, junto a la reparación del sistema de alcantarillado, los regidores tienen claras sus prioridades y entienden que: «[…] es de indispensable y precisa necesidad la colocación de un Relox
que hace muchos años tiene en su poder este
Ayuntamiento y ha de servir para el gobierno del
publico y auxilio de los enfermos»145.
De la reparación del sistema de alcantarillado no volvemos a tener noticias; en cambio, la
instalación del reloj, que supone la construcción
de un segundo cuerpo para la torre de la iglesia,
continuará generando documentación durante
todo el período.
5. Último
1823
acto:
El
ayuntamiento constitucional de
A lo largo de las páginas del presente estudio hemos podido observar, como una de las características del cambio de régimen, la permeabilidad
con la que los grupos de poder teóricamente más
afines al absolutismo fernandino se adaptan a las
nuevas instituciones y asumen el nuevo sistema representativo y la llegada de la pequeña burguesía
local al poder político. En 1823 vamos a contemplar un nuevo elemento de este paisaje: cómo la
oligarquía local domina rápidamente los entresijos
del siempre apasionante arte del fraude electoral.
AHMMb, AACC, 1 de octubre de 1822, Sig. 8-7, p. 17.
AHMMb, AACC, 2 de noviembre de 1822, Sig. 8-7, p. 38v.
143
AHMMb, AACC, 1 de febrero de 1822, Sig. 8-1, pp. 40 y 40v.
144
AHMMb, AACC, 4 de marzo de 1822, Sig. 8-2, pp. 27v y 28.
145
AHMMb, AACC, 16 de mayo de 1822, Sig. 8-3, p. 42.
141
142
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Cambio Político y Realidad Económica. El Ayuntamiento Constitucional...
La
primera
res que llevar a la voLa oligarquía local domina
prueba de ello, initación a los militares
ciando un camino rápidamente los entresijos del siempre que se encontraban
muy transitado a lo
apasionante arte del fraude electoral de guarnición en la
largo de todo el siglo,
ciudad. A pesar del
la encontramos en las
efecto intimidatorio,
elecciones a alcaldes y regidores de 1823 y la prola iniciativa no tendrá éxito:
tagoniza un viejo conocido, Alonso María Roldán.
El número de ciudadanos que toma parte
«En este estado hayandose la Junta siguiendo la elección y resivimiento de voen los procesos electorales durante el Trienio sutos de los ciudadanos que se presentaban
fre, como ya hemos visto, un enorme incremento
con la mayor tranquilidad siendo como
en relación tanto a las elecciones del período dolas nuebe de la noche de este dicho día
ceañista como en las de síndicos y diputados del
se persono D. José Joaquín Quintero que
común del Sexenio Absolutista. El Cuadro n. º 4
ya anteriormente havia hecho su votación,
nos mostrará con claridad las diferencias.
Cuadro n.º 4 - Participación en Elecciones
Los sucesos del verano de 1822 y la situación nacional e internacional no parecen dejar
indiferentes a los poderes fácticos locales, que
deciden tomar cartas en el asunto y controlar
las instituciones de gobierno en momentos tan
determinantes. Movilizan así a sus respectivas
clientelas con una profundidad desconocida
hasta el momento, triplicando casi el número de
electores que normalmente participaban en los
comicios. Además, conocen y utilizan a su favor
la mecánica electoral y se aseguran el control de
los órganos que dirigen la votación, poniendo
de manifiesto con claridad que estamos ante un
acto perfectamente orquestado146.
El golpe tiene éxito y coge completamente por sorpresa al sector radical del liberalismo
local que sólo pueden plantear respuestas a la
desesperada para contrarrestar la avalancha que
se les viene encima. José Joaquín Quintero, el administrador de Rentas que vimos implicado en el
enfrentamiento con Mazoti, no ve más alternativa para intentar equilibrar el número de electo-
conduciendo e introdusiendo
en la mesa a D. Agustín Aguilar
Rodríguez que así dijo llamarse y ser Oficial del Resguardo
Militar de Caballería con su
partida exponiendo este que
venia a votar con todos los individuos de ella y reflecionando la Junta por una parte que
dicho Oficial y soldados estaban con sus sables y por otra
que acababan de llegar a esta
ciudad sin tener la residencia
prebenída por superiores ordenes para poder votar en las
elecciones de concejales por
carecer absolutamente del conocimiento
de este vecindario requisito indispensable para este acto de que estaban penetrados los ciudadanos concurrentes y por
quienes se manifestó haviertamente oposición por los dos motivos significados y
por ser infrasion visible de la Constitucion
que tal bez podía ignorar el sitado oficial
deseando esta Junta ebitar disgustos y funestas consecuencias según advertía en el
semblante de todos tuvo por combeniente
acordar para mantener el orden que el dicho oficial con su partida se salieran fuera
de la Iglesia sin admitirle la votación que
querían hacer bajo las protestas que tuviera por combeniente hacer y que siguiese la
votación lo que así se ejecuto»147.
De cualquier forma, la naturaleza de la
situación provoca múltiples denuncias por todo
tipo de irregularidades, todas ellas obviamente
desestimadas: manipulación de papeletas, dupli-
La mecánica se aprende con rapidez y pone a las claras la disciplina de voto establecida y la complicidad de la mesa electoral.
Así una de las denuncias hechas por irregularidades en el proceso señala que: «al mismo tiempo de hir anotando los votos de los
ciudadanos en los quadernos una nota del escrutinio publico de sobre valla a cada uno de los que se le ban estimando los votos por
donde le sirbe de norma a los votantes para fomentarlos uno en razón a que a pesar de las medidas tomadas por el Sr. Presidente y
demás Sres. Ciudadanos que componen la Junta de la mesa usan los referidos apuntes y listas de rallamientos que llevan». AHMMb,
Expediente de elecciones de Alcaldes e individuos del Ayuntamiento Constitucional para el año entrante de 1823, Sig. 620-13.
147
Ibid.
146
106
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Cambio Político y Realidad Económica. El Ayuntamiento Constitucional...
cidad, criterio en la elección
de los escrutadores, organización del voto de los «clientes» mediante listados de
votación suministrados por
la propia mesa o el abandono de ésta por sus miembros
en varias ocasiones: «quando
lo berificaron por urgencia
indispensable y este tan solo
mientras se encendían las luces que fue en un momento
regresando a su respectivo
lugar»148.
El resultado de este
«pucherazo», precursor de
la mejor tradición caciquil,
será un Ayuntamiento presidido por Alonso María Roldán, que, como veremos, no
tardará en arrepentirse de su
iniciativa149. Estará acompañado por un grupo de regidores cuya característica fundamental viene determinada
por haber pertenecido a los
ayuntamientos de la primera
etapa constitucional de Cádiz
y al efímero primer ayuntamiento del Trienio presidido
por Pedro Escobar150.
El liberalismo moderado, apoyado por la oligarquía
local, parece ganar la partida
a los radicales, que harán de
la administración nacional, la
provincial, la judicial y especialmente de la Milicia Nacio- Tras la muerte de Fernando VII se tachan de las actas capitulares las referencias
nal, sus reductos principales. a los liberales más señalados en los procesos que se abrieron contra ellos en 1823
En ningún caso parecen dis- (Archivo Municipal de Marbella)
puestos a dar tregua a la nuedad de los «gabinetes del norte», armas y pertreva administración151.
chos para la milicia y un espacio de reunión (en los
Será desde la institución militar desde
bajos de la casa consistorial) para que el pueblo
donde, apenas constituido el ayuntamiento, se
pudiera reunirse, leer la prensa constitucional y
exija de éste un posicionamiento claro al lado del
fortalecer su ideario liberal152.
amenazado régimen liberal. El síndico Antonio
El primer regidor, Roldán, que había reHernández presenta un escrito firmado por todos
corrido varias veces el camino de ida y vuelta
los integrantes de la Milicia en el que se pide al
del absolutismo más estricto al liberalismo más
Ayuntamiento tres cosas: una declaración pública
pragmático, no tendrá problema alguno en rede apoyo al Congreso Nacional frente a la hostiliIbid.
Como veremos, Fernando VII no va a perdonar a aquellos que han tomado parte en las administraciones liberales, aunque se
declaren abiertamente partidarios suyos. Roldán y otros oligarcas y miembros de la administración serán separados de sus cargos
y pasará cierto tiempo hasta su redención pública.
150
Gregorio Atencia forma parte de la junta de municipalidad josefina de 1811; Pedro de Reyes es regidor en los ayuntamientos
de 1812 y 1813 y ambos son regidores con Roldán como alcalde en 1814. Los dos, junto a Antonio Hernández forman parte del
primer concejo del Trienio presidido por Pedro Escobar.
151
La «limpieza» de los liberales más exaltados alcanza a todo el aparato administrativo municipal, así Cristobal Villalobos y
Miguel de Torres sustituirán a Diego de Lagos y Gaspar Romero como vocales de la Junta de Beneficencia. AHMMb, AACC, 7 de
enero de 1823, Sig. 8-9, p. 9.
152
AHMMb, AACC, 22 de enero de 1823, Sig. 8-9.
148
149
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Cambio Político y Realidad Económica. El Ayuntamiento Constitucional...
Cuadro n.º 5 - El Ayuntamiento de 1823
solver el envite. Dicta la declaración pública de
apoyo al gobierno de la nación, hace una vaga
promesa de armas y equipo para la milicia (recordando que ya se han entregado 30 fusiles y depende de la Diputación Provincial obtener más
fondos para el resto) y no está dispuesto bajo
ningún concepto a proporcionar un peligroso
espacio de sociabilidad a sus adversarios (con la
lectura de las órdenes recibidas tras la misa mayor es suficiente)153. Éste será el último conflicto
visible entre las diversas fuerzas del
Cuadro
liberalismo local. A partir de aquí,
Roldán parece controlar la situación
del gobierno municipal y sus oponentes tienen problemas mayores de los
que preocuparse.
Los ejes de actuación de este
último Ayuntamiento del Trienio
serán diversos, muchos condicionados por la situación prebélica que
se vive, y otros por las habituales
claves de los gobiernos liberales del
momento. Entre las primeras, hay
mucha información sobre control
y represión de desertores y de los
que les cobijen, preparativos militares, requisas y actividad fiscal que,
con escaso éxito, busca fondos para
el conflicto que se avecina154. Entre
las segundas, las más características seguirán siendo las referidas
a la actitud reformista e ilustrada,
como los reglamentos de policía o
de primera enseñanza155.
La estructura de la vida económica del consistorio nos va a
quedar claramente expresada gra-
cias a un documento radicalmente nuevo: el
presupuesto municipal. Si bien no podemos
decir que existan estos presupuestos como tales hasta la entrada en vigor el Real Decreto
de 23 de julio de 1835156, las legislación del
Trienio va a regular este punto en su decreto
de 29 de junio de 1822, que, aunque inmediatamente derogado por la reacción absolutista,
dio lugar a un documento básico en este sentido: el presupuesto de gastos e ingresos del
n.º
6 - Presupuesto Municipal 1823
Ibid., p. 27 v.
Vuelven los apremios militares, los embargos de bienes de deudores y las amenazas de embargo de bienes de los regidores.
Hasta en siete ocasiones es apremiado el ayuntamiento en estos meses. La presión fiscal se vuelve, si cabe, aún más asfixiante
con los repartimientos extraordinarios y los cobros anticipados de contribuciones. Se vende el trigo del pósito y se eleva el precio
de productos básicos. El ayuntamiento abandona además buena parte de sus obligaciones de beneficencia (presos pobres, niños
expósitos, etc.) por falta de fondos.
155
El Reglamento Provisional de Policía de 6 de diciembre de 1822 regulaba aspectos como la numeración de las casas, la colocación
del nombre de las calles al principio y al final de las mismas, censos de «fondas, mesones, posadas, trifones, bodegones, tavernas, cafés,
casas de vevida, las de licores, las de juegos de truco, villas y bochas», regula además las licencias de estos establecimientos y el deber
de sus propietarios de informar de las personas que se alojen en ellas. AHMMb, AACC, 16 de enero de 1823, Sig. 8-9, pp. 15v y ss.
156
GARCIA RUIPEREZ, M.: Tipología documental municipal, Toledo, 2002, p. 125.
153
154
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Luis Hernanz Burrezo
ayuntamiento de Marbella para 1823, elaborado
en noviembre de 1822157.
En este documento se establecen dos
presupuestos, uno de gastos y otro de ingresos.
El primero, que recoge los sueldos de aquellos
que desempeñan oficios para el ayuntamiento y
determinadas obligaciones de pago, asciende a
82.012 reales (Cuadro n.º 6).
El segundo, que recoge los ingresos estimados del caudal de propios de la ciudad,
montes de bellota y leña, réditos y censos,
el producto de las denuncias por aprovechamiento de los propios y licencias por corte de
madera es, para el ayuntamiento, imposible de
evaluar:
«El valor anual de los fondos de Propios es incierto y no puede calcularse prudentemente ni aver por aproximación por
quanto que depende de la suerte de buenos o malos años su mas o menos valor
consiste en la venta de la bellota y alguna
otra bez de las leñas de sus montes»158.
El desequilibrio entre ingresos y gastos
sólo puede tener una consecuencia:
«[…] y no alcanzado los arvitrios del segundo presupuesto para los gastos del
primero ha acordado los nuebos que han
juzgado combenientes por necesitarse
para dichos gastos»159.
Todo ello quedará en nada y se verá detenido por la guerra que se avecina y que centra
la atención del conjunto de la vida de la ciudad.
Será el 28 de abril de 1823 cuando se reciba la
primera noticia de la invasión francesa:
«Viose Orden de la Diputacion Provincial
su fecha 25 del corriente en la que manifiesta que un Excercito de esclavos que pretende
embilecernos ha invadido nuestro territorio,
que somos españoles y que es preciso defender a toda costa el honor y livertad nacional.
En los adjuntos impresos que tambien se
han leido manifiesta la Diputacion sus sentimientos y disposiciones para repeler agrecion tan injusta que espera que este Pueblo
repetira con la misma decision los sacrificios
que hizo en la Guerra de la independencia
franqueando toda clase de recursos»160.
Cambio Político y Realidad Económica. El Ayuntamiento Constitucional...
Las comparaciones con la Guerra de Independencia no van a ir más allá de la retórica
patriótica del momento y los preparativos para
el conflicto dicen poco de la capacidad real del
régimen para movilizar a la sociedad a su favor.
Requisas de animales y contribuciones especiales bajo la amenaza de apremio militar son las
únicas referencias en este sentido.
Desde un punto de vista estrictamente
militar la situación no mejora mucho. La ciudad,
bajo la jurisdicción del ejército de reserva de Villacampa primero y del 2º ejército de operaciones
de Ballesteros después, aporta algunos efectivos
de reemplazo, moviliza, al menos teóricamente a
la Milicia Nacional, proporciona suministros a las
tropas transeúntes y adopta medidas que ponen
de manifiesto el carácter puramente idealista de
la situación. Tanto es así, que la Diputación ordena desenterrar de la playa dos cañones de bronce abandonados por los franceses en 1812 junto
al castillo de San Luis para ver en qué estado se
encontraban161. Escaso bagaje para enfrentarse
al duque de Angulema.
El 17 de junio se tienen las primeras noticias en la ciudad de la presencia del ejército
francés en Andalucía, estableciéndose por iniciativa del Ayuntamiento de Ronda, uno de los más
expuestos por la actividad de la guerrilla realista,
un sistema de correos urgentes para: «participar
rápidos avisos de quanto observen, oigan y entiendan sobre el indicado objeto y con particularidad en razón de la proximidad de toda clase de
tropa o fuerza militar, disciplinada o no»162.
Aunque Málaga permanece fiel al gobierno liberal, éste se encuentra sitiado en Cádiz
junto al Rey, más en calidad de prisionero que de
gobernante. No quedan demasiados resquicios
para que alguien pueda engañarse sobre el cariz
de la situación y las fuerzas constitucionalistas
locales no parecen dispuestas a inmolarse en una
lucha sin sentido.
No es de extrañar, por tanto, que el 4 de
julio se convoque una reunión a la que acuden
los miembros del gobierno municipal, los responsables de las unidades militares de guarnición, los ex regidores que han sido miembros del
ejército y la jerarquía eclesiástica, con el objeto
de evaluar la capacidad de resistencia de la ciudad ante una invasión. José Fortún, capitán de
la Compañía de Inválidos y José María Escobar,
comandante de la Milicia, tienen una respuesta
clara:
AHMMb, Presupuesto de gastos de 1823, Sig. 629-1.
Como montes de bellota y leña de los propios señala los de Alicate, Majada de la Cruz, Balatín y la Negra, Fuensequilla,
Bornoque, Las Chapas, Tinahones y Gamonales y El Puerto. Ibid.
159
Ibid.
160
AHMMb, AACC, 28 de abril de 1823, Sig. 8-11, p. 5.
161
AHMMb, AACC, 12 de junio de 1823, Sig. 8-11, p. 34v.
162
AHMMb, AACC, 23 de junio de 1823, Sig. 8-11, p. 38.
157
158
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«A lo qual confeso el primero que en
su Compañía no havia fuerzas que pudieran servir para contener ninguna invacion, Y el segundo que en verdad no
existia semejante compañía de Nacionales
pues ni han estado, ni están armados, ni
uniformados»163.
Ante lo cual, los responsables del gobierno municipal optan por no ofrecer resistencia
ante la llegada de las fuerzas absolutistas:
«[…] a presencia de lo qual, y del conocimiento que tienen todos los Sres. concurrentes de que este Pueblo no se halla en
estado de tomarse defensa alguna por sus
vecinos, y conferenciando extensamente
sobre ello acordaron, no se haga oposición
ni resistencia alguna y que solamente se
vieran los medios que dicte la prudencia
para precaber que este Pueblo experimente extorciones, incomodidades, ni daños
algunos»164.
Cambio Político y Realidad Económica. El Ayuntamiento Constitucional...
que entran en la ciudad escenifican el ritual habitual de destrucción de los símbolos liberales. El
contrapunto lo pone el comandante realista que
pide al ayuntamiento «un certificado del buen comportamiento que havia observado su partida»165.
La formación del nuevo consistorio planteará dos cuestiones básicas en este momento
de transición: la sorpresa con la que parte de
la oligarquía local descubre la escasa capacidad
para la clemencia con la que actúa el rey y el comienzo de la represión.
Las nuevas autoridades, articuladas a través de las comandancias militares hasta la restauración de los concejos perpetuos, tienen órdenes claras: todo aquel que haya formado parte
de los ayuntamientos liberales está contaminado. No importa su nombre, ni su trayectoria, ni
su pasado. El estigma de haber pertenecido de
una u otra manera a las diferentes administraciones del Trienio los incapacita para formar parte
de esta vuelta al pasado.
En un principio, hombres como Roldán,
con una más que demostrada «cintura» política
y los demás regidores que habían permanecido
El 7 de julio ya hay noticias de la
presencia de «serranos» en Estepona y
Las partidas de serranos que entran en
aunque el jefe político informa que se ha
dado orden al ejército de reserva para con- la ciudad escenifican el ritual habitual de
destrucción de lo símbolos liberales
tenerlos, la información provoca la rápida
descomposición del consistorio marbellí.
en la ciudad, no parecen querer entender la inAnte la marcha de la ciudad de los liberales más
flexible postura que les transmiten los delegados
señalados, Escobar, Granados, Molina y Diego
militares, que les excluye de la reposición de los
de Lagos entre otros, y la ausencia de buena
ayuntamientos de 1820. Así, en el acto de constiparte de los regidores, unos «enfermos»y otros
tución del nuevo consistorio se plantean diversas
protegiendo sus haciendas, Roldán convoca una
interpretaciones de las órdenes, por lo que se enespecie de gabinete de crisis con personalidavía a un regidor a pedir al comandante local que
des destacadas de la ciudad. Lo integran, entre
se persone en el ayuntamiento para resolverlas.
otros, además del propio Roldán, el Juez de 1ª
Algo que hace sin dejar resquicio a la duda:
Instancia, Acosta, Atencia, Antonio Hernández,
Josef Fortún, Diego Merino, Manuel Zurita, José
«Y a poco volbió expresando que aquel
de Chinchilla, Miguel Añón, Rafael Alcocer y Crisno tenia a bien el venir a las Casas Capitóbal Villalobos. La vida de este gabinete será
tulares, pues no havia necesidad de otra
efímera y de facto será Roldán el que, prácticacosa que buscar el libro Capitular del
mente en solitario, guíe la actuación del Ayuntaaño de beinte y poner en posesión a los
miento en los escasos días que mediarán hasta la
individuos que resultasen de el y que no
entrada de los realistas.
6. La
imposible vuelta al pasado: el comienzo de la
hubiesen servido destinos en el Gobierno
Constitucional»166.
década ominosa
Las medidas adoptadas por los responsables municipales van a permitir una relativamente
pacífica toma de la ciudad por los fieles a Fernando VII. El 24 de julio se certifica el fin del gobierno
constitucional marbellí. Las partidas de «serranos»
De resultas de ello, los únicos que pueden formar parte del nuevo Ayuntamiento son
Manuel Artola y Joaquín Millán, como regidores
perpetuos, y Pedro Burell como procurador general. El resto, especialmente Roldán, quedarían
inhabilitados de ocupar sus oficios167.
AHMMb, AACC, 4 de julio de 1823, Sig. 8-11, pp. 42v y 43.
AHMMb, AACC, 4 de julio de 1823, Sig. 8-11, pp. 42v y ss.
165
AHMMb, AACC, 24 de julio de 1823, Sig. 8-12, p. 1.
166
AHMMb, AACC, 25 de julio de 1823, Sig. 8-12. p. 3.
167
En una orden dictada por el jefe político y militar de Málaga, se reglamentaba la formación de ayuntamientos, restituyén163
164
110
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Cambio Político y Realidad Económica. El Ayuntamiento Constitucional...
El paso siguiente
Cuadro n.º
no puede ser otro que la
creación de una comisión
de vecinos de probada fidelidad, formada por José
Martín y Cantos (vicario),
Esteban Blanco (teniente de cura), Diego Merino y Francisco Quixano
(presbíteros), Juan Díez
de Oñate (teniente coronel retirado) y Juan
José Pereira (capitán
retirado) encargada de
«asesorar»sobre la adhesión a la causa del rey
de los candidatos a formar parte del gobierno
municipal, que serían las expresadas en el Cuadro n.º 7.
Los regidores aceptan estos nombres y se
les convoca en el Ayuntamiento con el fin de tomarles juramento.
No obstante, ni siquiera el aval de esta
comisión y el respaldo de facto de las fuerzas vivas locales bastará para borrar la mancha de un
pasado liberal. Cuando se presenta esta lista al
comandante general de la Serranía y la Hoya de
Málaga, éste manifiesta «lo desagradable que le
havia sido el nombramiento hecho de Corregidor
de esta ciudad de D. Juan Florencio de Guzman»,
contraviniendo un Real Decreto que mandaba el
cese inmediato de los jueces de primera instancia del período constitucional. La jurisdicción recaerá así sobre Manuel Artola como regidor más
antiguo168.
Este fervor integrista inicial se diluirá en
pocos meses. Ello permitirá a nuestro inefable Roldán, apartado de su oficio de regidor en un primer
momento, actuar nada menos que como subdelegado especial de la Policía del Distrito169, hasta su
perdón definitivo en abril de 1826, que supone su
vuelta como regidor perpetuo decano al consistorio170. El memorial que envía al Ayuntamiento con
este motivo, justificando su actuación durante el
Trienio, impregnado de santa indignación por verse apartado del amor de su soberano, alcanza cotas
de cinismo político difícilmente superables. Explica así los motivos que convierten al último alcalde
constitucional en un claro referente absolutista:
«Si el haver sido Alcalde Constitucional de una ciudad realista por esencia,
7 - Ayuntamiento Absolutista de 1823
qual es Marbella a invitaciones y ruegos
no de vosingleros sino de la totalidad de
los hombres mas de vien y que han gozado y gozan del concepto de acrisolados
realistas: si el haverlo sido, repito a pesar
de formales renuncias y de una resistencia
constante combirtiendo en obsequio de
la Justa Causa los medios y facultades que
se me conferian para destruirla, es motivo
para desirse un hombre sospechoso para
pribarle de la confianza publica y para
despojarlo de los derechos mas legitimos
dislacerando nunca desmentida opinión y
buena fama, pocos serán los hombres que
mereceran ocupar los empleo de Republica los cargos y los empleos de Nación»171.
El otro apartado importante de este cambio de escenario es, sin lugar a dudas, la represión que se ejerce sobre los enemigos del rey
absoluto.
Conocedores de las dificultades en las
que se encontrarían de permanecer, los liberales más señalados escapan de la ciudad. Escobar
inicia una huida que terminará en el exilio. José
Joaquín Quintero y José María Díaz marchan, el
primero a Cádiz y el segundo a Málaga. Otros
como Granados o Diego de Lagos también han
dejado Marbella.
Los que deciden quedarse tendrán rápidamente la ocasión de comprobar los métodos de
la nueva administración. En pocos días, viéndose
el ayuntamiento «en el mayor apuro», se ordena
un repartimiento «especial» en el que varios vecinos tienen un plazo de 3 horas para satisfacer
7.700 reales del suministro de tropas, ya que de
no hacerlo:
dose los de 1820 siempre que sus miembros «no hubiesen pertenecido a asociaciones clandestinas como mazones, carbonarios,
comuneros y otras semejantes, servido voluntarios o forzados en la Milicia Nacional o comprado Bienes Nacionales». AHMMb,
AACC, 15 de septiembre de 1823, Sig. 8-12, p. 62.
168
AHMMb, AACC, 28 de agosto de 1823, Sig. 8-12, p. 44. El látigo de la venganza también alcanzará al secretario municipal
Baltasar María Aguado, que no será repuesto en el cargo hasta ser «purificada» su conducta por orden del Real Acuerdo del Superior
Tribunal del Territorio en mayo de 1825.
169
AHMMb, AACC, 27 de agosto de 1824, Sig. 9-2, p. 45.
170
AHMMb, AACC, 27 de abril de 1826, Sig. 9-6, p. 20.
171
AHMMb, AACC, 27 de abril de 1826, Sig. 9-6, pp. 21v. y ss.
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Luis Hernanz Burrezo
«[…] se les apremiará con la fuerza armada que se halla en este pueblo y pagaran
además a cada miembro de la partida
cuatro reales cada dos horas en que se
experimente la rebeldía, sin perjuicio
de que se reagrabara el apremio si fuese
necesario»172.
Desgraciadamente, gran parte del aparato
represor del régimen ha sido literalmente arrancado de la historia. Poco antes de la muerte de Fernando VII, en julio de 1833, en cumplimiento de
una Real Orden, se procede a arrancar y tachar las
hojas de los cuadernos capitulares de 1823 y 1824
que contuviesen datos que «de algún modo fuesen
ofensivos a los vecinos honrados de esta ciudad»173.
Se eliminan así, entre agosto de 1823 y diciembre
de 1824, 42 páginas y 141 renglones que contenían, fundamentalmente, informes y memorias de
la actuación de todos aquellos que el régimen consideraba como sospechosos de un pasado liberal.
7. Primeras Conclusiones
Hemos señalado repetidamente a lo largo
de las páginas del presente estudio la diversidad
de rutas abiertas para futuras investigaciones que
nos darán un conocimiento más profundo tanto
del período del Trienio Liberal como de procesos
históricos de largo recorrido que cruzan buena
parte de la historia contemporánea de España.
Un complejo puzzle del que los años que van de
1820 a 1823 son una importante pieza.
Es por ello que debemos dotar a estas
primeras conclusiones de un elevado grado de
provisionalidad, ya que, sin duda, se verán modificadas o completadas por estudios sectoriales
que darán perspectivas distintas a los principales
problemas del momento.
De cualquier forma, la primera conclusión
importante que parece desprenderse de esta
aproximación al Trienio tiene que ver con uno
de los temas vertebradores de la historiografía
sobre el siglo XIX en nuestro país, la existencia o
no de una revolución burguesa.
Marbella, en este sentido, tiene sus propias claves. Especialmente interesante es el pragmatismo de las clases dominantes que aceptan
sin aparentes problemas el cambio de régimen,
la existencia de instituciones más o menos representativas y el acceso al poder político de otros
sectores sociales que, en el caso que nos ocupa,
estarían representados por pequeña burguesía
comercial, artesanos, pequeños propietarios
agrícolas y escalafones intermedios tanto de la
administración civil como de la militar.
Cambio Político y Realidad Económica. El Ayuntamiento Constitucional...
También resulta llamativa la capacidad
para invertir la situación cuantas veces sea necesario y pasar de nuevo a formas de gobierno
absolutistas sin que ello parezca suponer un excesivo esfuerzo ni ideológico ni político para los
actores sociales.
La composición socioeconómica de las
clases dirigentes en estos años nos dice mucho
de las características de la Marbella del primer
tercio del siglo XIX. No existe en este momento una burguesía comercial, industrial o agraria
digna de tal nombre, lo que va a condicionar de
forma decisiva la evolución política de los acontecimientos.
Sí están presentes en la vida de la ciudad las tensiones propias del liberalismo de
la época, moderados y radicales propician diversos enfrentamientos e inauguran un modelo político que estará presente a lo largo de la
centuria.
En lo material, todo es miseria y crisis,
sin recursos que permitan afrontar ni la reconstrucción de las destrucciones de la Guerra de Independencia ni sus grandes proyectos siempre
inacabados, caso del puerto. Junto a ello, una
presión fiscal constante y asfixiante ahoga cualquiera de las iniciativas reformistas del régimen
que, siempre presentes en materias como beneficencia, enseñanza o salud pública, no pasan del
grado de las buenas intenciones.
Este marco de referencia económico tampoco parece el más propicio para que el nuevo
régimen constitucional sumase adhesiones, especialmente de aquella parte de la población
más castigada por la crisis y la fiscalidad.
Por otro lado, la gestión de los propios de
la ciudad, única fuente de ingresos de las arcas
municipales, va a dar tres de las claves principales del presente estudio. La primera caracterizada por la gestión administrativa de los mismos,
que consume buena parte de las energías administrativas municipales. La segunda, por los conflictos jurisdiccionales que plantea con los municipios vecinos en lo relativo al aprovechamiento
de los bienes comunales. Y la última, y no menos
importante, la que concierne a las diferentes iniciativas desamortizadoras iniciadas en este momento y a las que el Ayuntamiento se resiste con
todas sus fuerzas.
Nos encontramos, así con un momento
de la historia de Marbella de gran densidad de
acontecimientos, políticos, sociales y económicos, donde comienzan a fraguarse los grandes
temas que condicionaran la vida tanto de la ciudad como del país en las siguientes y decisivas
décadas. n
172
Los apremiados son Enrique Schnellenbühel (1.000 reales), Josef Bernard (2.000), Diego y Miguel Cuesta (1.000), Diego de
Lagos (800), Juan Bautista Lagos (100), Gaspar Romero (300), Francisco Ardois (1.000), Gaspar Barragan (200), Juan Sánchez (200),
Antonio Hernández (300), Joaquín Vicente (1.000) y Juan Molina 500. AHMMb, AACC, 6 de agosto de 1823, Sig. 8-12, pp. 30 y ss.
173
AHMMb, AACC, 15 de julio de 1833, Sig. 10-4, p. 70.
112
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ISSN 1575-6416
La Marbella del Sexenio Democrático
(1868-1874).
Evolución Política Administrativa
José Bernal Gutiérrez
Grupo de «Investigaciones Históricas Andaluzas»
Universidad de Málaga
RESUMEN
El presente artículo trata sobre las vicisitudes políticas y administrativas de Marbella en un período clave en la
historia de España: el sexenio democrático. En él analizamos el comportamiento de la ciudad ante acontecimientos
tan claves como la caída de Isabel II, el primer sufragio universal, el desarrollo liberal y la I República. Todo ello
dentro del contexto social de la zona donde surgen dos hitos económicos: la colonia de San Pedro Alcántara y la
sociedad minera The Marbella Iron Ore.
PALABRAS CLAVE
Marbella, San Pedro Alcántara, Sexenio Democrático, republicanismo, Primera República, sufragio universal, The
Marbella Iron Ore.
ABSTRACT
The current article is about the political and administrative ups and downs in Marbella during a key period in the history
of Spain: The «Sexenio Democrático». We analyse the behaviour of the city facing key events such as the fell of Isabel II,
the first universal suffrage, the liberal development and the First Republic. All of it within the social context of the area
where two economic facts emerge: The San Pedro colony and the mining society: The Marbella Iron Ore.
KEY WORDS
Marbella, San Pedro Alcántara, «Sexenio Democrático», republicanism, First Republic, universal suffrage, The Marbella
Iron Ore.
1. La Situación Pre-Revolucionaria (1866-1868)
E
n el contexto nacional, el deterioro de la
monarquía isabelina se acelera a partir de
1866 debido a los diferentes factores que
había sumergido al país en una profunda crisis.
Groso modo dicha crisis económica tenía dos vertientes: una moderna relacionada con el sector
financiero e industrial, y otra tradicional en torno
a la actividad agraria1. Las dos repercutirían gravemente en Marbella, como veremos más adelante.
En lo político, en una danza de continuos
gobiernos desde la caída de Leopoldo O’Donnell
y su Unión Liberal en marzo de 1863, y tras el
mandato de Narváez, «resolviendo problemas a
golpe de Espada» como los sucesos de la noche
de San Daniel en abril de 18652, el 21 de junio de
ese mismo año la reina recupera a O’Donnell y es
nombrado para formar gobierno. Sin embargo,
los esfuerzos de éste para reeditar el programa
de la Unión Liberal fueron en vano ya que los
progresistas estaban decididos en asumir una
actitud revolucionaria. Muestra de ello sería el
frustrado alzamiento de Villarejo de Salvanés encabezado por el general Juan Prim el 3 de enero
de 18663. Desde este acontecimiento Prim asume el liderazgo de la oposición al régimen.
Este crítico año de 1866 comenzaría en
Marbella con una nueva corporación donde Francisco Rosado y Campoy sustituiría como alcalde
al teniente coronel Prados. Francisco Rosado y
Campoy es miembro de una estirpe entroncada
RUEDA, G.: El reinado de Isabel II. La España liberal, Historia de España, vol. 22, Madrid, Historia 16, 1996, pp. 9-10.
TUSELL, J. y SÁNCHEZ MANTERO, R.: El siglo XIX. De la Guerra de la Independencia a la Revolución de 1868, Historia de España,
vol. 12, Madrid, Austral, 2004, p. 692.
3
ESPANTALEÓN, A. y PORDOMINGO, I.: «De San Daniel a San Gil», Revista Historia 16, 53, 1980. Cfr. Archivo Municipal de Málaga
(AMM), Boletín Oficial de la Provincia de Málaga (BOPM), 4 de enero de 1866.
1
2
José Bernal Gutiérrez
con la política y la economía marbellí en el siglo
XIX. Es hijo de Francisco Rosado Guzmán, quien
ejerció como apoderado de Manuel Agustín Heredia en los inicios de la Ferrería de La Concepción, lo que hace suponerle una gran influencia
en la ciudad durante la etapa realista, de hecho
formaba parte del grupo de vecinos que formulaba las propuestas para la designación de regidores4. En 1848 ejerció como alcalde, cesando
del cargo el mismo año alegando problemas de
salud5. A mediados de la década de los treinta,
según Fernando Alcalá, compró «en condiciones
muy favorables y acogiéndose a las ventajas de
las leyes desamortizadoras, la finca o monte Potrero alto, en el partido de Las Chapas, predio
que con el tiempo se conocería por el Lagar de
Rosado, y que pobló de viñas»6. Este patrimonio
de Francisco Rosado Guzmán marcará el modus
vivendi de su hijo Francisco Rosado y Campoy,
cuya profesión era denominada como «hacendado y productor de aguardiente»7. La red política
de los Rosados se extendía, además, gracias al
matrimonio de la hermana de Francisco, María
Luisa Rosado y Campoy, quién desposó con Juan
Quijada y Fourat, alcalde en dos ocasiones, la
primera entre 1857 y 1862 y la segunda con la
restauración borbónica entre 1875 y 18778.
La corporación estaba compuesta en su
mayoría por representantes de la escuálida oligarquía local, generalmente mayores contribuyentes de la ciudad. Algo normal al estar sujeta
las elecciones a sufragio censitario directo que
para el caso del ayuntamiento marbellí contemplaba sólo 102 electores elegibles y 192 electores contribuyentes con derecho a voto de entre
Cuadro 1
Corporación Municipal 1866
Fuente: AMM, BOPM, 26 de junio de 1866
La Marbella del Sexenio Democrático (1868-1874)...
1.418. Elegían un alcalde, dos tenientes de alcaldes y los restantes 13 regidores9.
Las primeras y las más importantes sesiones del nuevo gobierno en el año 1866 serán
dedicadas a la calamitosa situación económica
del municipio. El paro se consolidaba en un más
que significativo grupo de la población que au-
Las primeras y las más importantes
sesiones del nuevo gobierno en el año
1866 serán dedicadas a la calamitosa
situación económica del municipio
mentaba considerablemente debido a la coyuntura desfavorable que se había creado, no sólo a
partir de los jornaleros desocupados del campo
debido a las consecuencias meteorológicas, sino
también provenientes del cierre de las fundiciones de la ferrería de El Ángel y la reducción del
trabajo de La Concepción. Mineros, carboneros,
arrieros y braceros se sumaban a los oficios del
menoscabado agro.
Así, en febrero de 1866 los concejales y
los mayores contribuyentes reunidos en Junta
Municipal se ven obligados a elevar el recargo
ordinario de la contribución territorial en un
30%, el de la contribución industrial en un 15%
y en un 45% el recargo en especies de consumo
para poder cubrir un déficit de 10.095 escudos y
42 milésimas de un presupuesto ordinario para
el año económico 1866 y 1867 que ascendía a
19.999 escudos y 854 milésimas10. La tremenda carga fiscal será una constante en Marbella
durante este período debido a las exiguas arcas
municipales.
El Ayuntamiento no encontraba solución
a tan severa crisis. Ejemplo de ello es el pleno
celebrado en sesión de 5 de marzo junto con la
Junta de Beneficencia, presidida por el cura párroco Francisco Núñez Gallo, donde el alcalde
manifiesta que, debido al «estado aflictivo de
miseria en que se encontraba la población por la
paralización de los trabajos agrícolas y de pesca
a consecuencia de las continuas lluvias y fuertes
temporales que en mar y tierra están reinando»,
convoca a la corporación «para acordar los medios de hacer frente a dicha calamidad pública,
en la imposibilidad de remediarla con los fondos municipales mediante a no haber metálico
alguno en arcas». Los asistentes acordaron por
ALCALA MARÍN, F.:
Marbella de Ayer, 1800-1900, Marbella, Delegación de Cultura, 1980, p. 125.
5
Ibídem.
6
Ibídem.
7
Ibid., p. 171.
8
Ibid., pp. 125 y 151.
9
AMM, BOPM, 26 de junio de 1866.
10
Archivo Historico Municipal de Marbella (AHMMb), Actas Capitulares (AACC), 25 de febrero de 1866.
4
114
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José Bernal Gutiérrez
La Marbella del Sexenio Democrático (1868-1874)...
unanimidad «después de un largo debate» que
acciones de la Compañía del Ferrocarril Córdoba«se socorriese a los jornaleros de mar y tierra de
Málaga del beneficio de la venta del monte Boresta Ciudad necesitados por falta de trabajo, con
noque, aproximadamente dos millones de reales,
buen pan de trigo y aceite en proporción de la
al no ser completa la transacción del monte. La
familia que cada uno tuviese a su cargo, mientras
empresa ferroviaria se hundió, «y el único dividurase el mal tiempo y no pudiesen dedicarse
dendo que obtuvo el Ayuntamiento de Marbella
al trabajo; y para allegar recursos encabezaron
por su inversión consistió en un largo pleito»15.
una suscripción voluntaria que ofrecieron satisNumerosas serán las referencias durante los plefacer de su peculio particular, para dar un ejemnos del sexenio a las láminas de la Compañía del
plo de caridad y patriotismo a los que tuviesen
Ferrocarril Córdoba-Málaga.
voluntad de suscribir sus nombres a la lista de
El año de 1867 comienza con la toma de
suscripción que se formó en el acto y que se anoposesión del nuevo Ayuntamiento tras la aprotó a cada uno la cantidad que dejaba ofrecida,
bación de las elecciones municipales por el Godisponiendo que por el señor Alcalde se lleve
bierno de la provincia. Aunque su legislatura
a efecto este acuerdo en la forma que crea más
se marcó para un bienio, veremos como la reconveniente»11.
volución impediría que se cumpliera. Repetiría
A nivel nacional, el 22 de junio los sargencomo alcalde Francisco Rosado y el resto de los
tos de artillería de San Gil se levantan disconforrepresentantes poco variarían del gobierno anmes con las medidas que les impedían el ascenso
terior16. El juramento del primer regidor definía
a la oficialidad hasta el grado de comandantes.
su lealtad a la corona borbónica, prometiendo
Alentados por los demócratas, la acción tuvo eco
«guardar y hacer guardar la Constitución de la
en diferentes zonas del país, lo que produjo la
Monarquía y las Leyes, ser fiel a S. M. Doña Isabel
proclamación de estado de sitio en provincias
2ª y conducir bien y legalmente en el desempeño
como la de Málaga12. La represión fue cruenta,
del cargo de Alcalde de esta Ciudad que se le ha
conferido»17.
con el fusilamiento de 66 insurrectos que motivó
la obligada dimisión de O’Donnell exigida por la
El presupuesto ordinario para el año
propia Isabel II. El 10 de julio Narváez forma su
1867-68 descendía con respecto al año anterior,
sexto y último gobierno, que duraría hasta
Cuadro 2
su muerte, el 23 de abril de 1868.
En agosto se firma el llamado pacto
Corporación Municipal 1867
de Ostende, por ser en esta ciudad belga
donde progresistas y demócratas acuerdan
derrocar el régimen isabelino. Firmado entre
otros por Prim, Sagasta, Pierrad o Ruiz Zorrilla, concluyen «destruir todo lo existente
en las altas esferas del poder y la elección
de una asamblea constituyente por sufragio
universal para que determinase la forma de
gobierno que habría de establecerse en el
país»13.
En el mes de septiembre del mismo
año el gobernador de la provincia autorizaría al alcalde de Marbella que libre con cargo
a los imprevistos del presupuesto de la ciudad «las cantidades necesarias al socorro de
los pobres»14. No sería la última acción del
gobierno supramunicipal para paliar en la
medida de lo posible la situación de miseria
Fuente: AHMMb, AACC, 1 de enero de 1867
que asolaba la ciudad.
Una de las principales causas por las que
situándose en 17.934 reales y 854 milésimas,
el Ayuntamiento de Marbella arrastraba una simientras el déficit se mantenía con 10.014 reales
tuación precaria de su erario fue la inversión en
y 526 milésimas18. Esta continuada crisis motivó
AHMMb, AACC, 5 de marzo de 1866.
AMM, BOPM, 23 de junio 1866.
13
TUSELL, J. y SÁNCHEZ MANTERO, R.: El siglo XIX…, op. cit., p. 693.
14
AHMMb, AACC, 16 de septiembre de 1866.
15
ALCALA MARÍN, F.: Marbella…, op. cit., pp. 168-169.
16
AHMMb, AACC, 1 de enero de 1867. Don Diego del Río y Galiano se excusaría para desempeñar la labor de concejal.
17
Ibídem.
18
AHMMb, AACC, 24 de abril de 1867.
11
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José Bernal Gutiérrez
inseguridad a consecuencia de los robos que se
cometían, lo que provocó que el asunto fuera llevado a pleno extraordinario «para tratar y acordar lo conveniente a evitar el estado de alarma
en que se encuentra este pacífico vecindario a
consecuencia de los hurtos y robos que en días
anteriores se han cometido; y al mismo tiempo
para relevarlo de las molestias que está sufriendo con las patrullas nocturnas que como medida
transitoria se han establecido al mando de los
concejales para contener aquellos excesos». A la
solución inicial acordada de patrullas de vecinos
se le busca una «disposición más fácil y menos
penosa por su índole para la generalidad», para
lo que «acordaron se proceda inmediatamente a
contratar 6 guardias municipales, con el sueldo
de 500 milésimas de escudo cada día, cuyo importe se abonará entre todos los contribuyentes
por territorial o Industrial»19. Una rémora económica más para la ciudad.
A finales de año recibe la corporación municipal el Boletín Oficial de la Provincia extraordinario en el que se publica el anteproyecto sobre
supresión de distritos municipales de acuerdo
con la Real Orden publicada en el BOE, el 29 de
noviembre de 186720. En ella aparece la supresión de los ayuntamientos de Benahavís, Ojén e
Istán «y su agregación a esta ciudad». El primero
de ellos por contar solamente 155 vecinos «y no
tener más recurso que el reparto sobre contribuciones», el segundo porque pese a tener 416
vecinos «sus ingresos no puede cubrir las atenciones de su presupuesto», y el tercero porque
teniendo aún 379 vecinos «no posee renta alguna por bienes de propios» y con la cantidad del
reparto de sus contribuciones «no puede cubrir
las necesidades de su presupuesto» 21.
El pleno, lejos de rehuir de esta propuesta
que sólo le reportaba mayores problemas administrativos sin asegurar aportación patrimonial
alguna, vio con buenos ojos la anexión de estos
núcleos urbanos. Así, reunidos «y considerando
las grandes e incuestionables ventajas que deben
reportar los Ayuntamientos de Benahavís, Ojén e
Istán siendo suprimidos y agregados a esta ciudad no solamente por los poderosísimos fundamentos consignados por dicho Gobierno de la
Provincia sino también por la proximidad de dichos pueblos a esta cabeza de partido y para que
cesen las enojosas y continuas discordias que
han venido y vienen suscitando desde que separándose de esta jurisdicción formaron municipios aparte sobre el aprovechamiento de pastos
comunes y sobre la extensión de sus respectivos
términos municipales que especialmente los de
los dos últimos pueblos son muy reducidos, que
La Marbella del Sexenio Democrático (1868-1874)...
continuamente están provocando conflictos de
jurisdicción con notoria improcedencia e injusticia, y por otras razones que se expondrán cuando se pida informes a este Ayto. Los concejales
concurrentes acuerdan que por ahora se conteste al excelentísimo señor Gobernador que esta
corporación ha visto con suma complacencia la
reforma que se anuncia con respecto a los tres
Ayuntamientos que quedan expresados»22. La
ambiciosa propuesta de reestructuración administrativa quedó en aguas de borrajas.
El inicio de 1868 comienza con la lectura en pleno de una comunicación dirigida por el
gobernador de la provincia al alcalde marbellí
centrada en un plan que redujera el paro en la
localidad. El gobernador expresaría en la misiva que «conociendo el estado de miseria en que
por falta de trabajo se encuentran los jornaleros
pobres; y que animado de los mejores deseos
por facilitar los recursos posibles, interesa y la
Diputación provincial acordó dedicar a este fin el
crédito destinado en su presupuesto para calamidades públicas, sin perjuicio de que se activasen y aun emprendiesen algunas obras de interés
provincial: que contando ya con este recurso y
apreciando la verdadera situación de los vecinos
pobres de esta localidad ha acordado destinar
para socorro de los mismos la suma de seiscientos escudos, cuya cantidad deberá ser invertida
en la forma y condiciones siguientes:
1ª se creará una Junta inspectora de las
obras, compuesta del Alcalde-Presidente,
dos Concejales, el Sr Cura y los dos mayores contribuyentes y a falta de alguno de
estos dos últimos por renuncia o incapacidad, le sucederá el que le siga por su orden
de cuota en el repartimiento de la contribución territorial, haciéndose constar en
el expediente los motivos por que no ejerce el cargo aquel o quien corresponde en
primer lugar = 2ª Acordada por el Ayuntamiento la inversión de dicha cantidad,
que deberá ser precisamente en obras de
utilidad pública, como composición de
caminos, de fuentes y cañerías, empedrado u otras de esta clase, se dará cuenta al
Gobierno de la Provincia, sin perjuicio de
principiar la obra en la que deberán sólo
emplearse a aquellos jornaleros más necesitados, a juicio de la Junta inspectora,
teniéndose en cuenta el número de ellos
para que vayan turnando, y puedan todos
ser socorridos con la cantidad destinada al
intento en la mayor escala posible y con
arreglo a sus necesidades = 3ª Se formará
AHMMb, AACC, 4 de noviembre de 1867.
AMM, BOPM, 14 de diciembre de 1867.
21
AHMMb, AACC, 29 de diciembre de 1867.
22
Ibídem.
19
20
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José Bernal Gutiérrez
una cuenta justificada de la inversión de
la suma que se entrega, la cual autorizada por todos los individuos de la Junta, se
remitirá a dicho Gobierno para su examen
y aprobación y se unirá después como
comprobante del libramiento a la cuenta
provincial: que la cantidad señalada será
entregada por la Depositaría provincial, a
cuyo fin el señor Alcalde comisionará persona que autorizada en forma se presente
a percibirla; y por último recomienda este
servicio que debe considerarse hoy puramente humanitario […]»23.
Los concejales tras abrir discusión «sobre el particular y habiéndose traído a la vista
el repartimiento de la contribución territorial
de esta ciudad correspondiente al actual año
económico», acordaron que «cumpla y ejecute
lo mandado por el excelentísimo señor Gobernador de esta Provincia en el oficio que queda
relacionado». Para ello establecen que los seiscientos escudos concedidos se inviertan en cuatro actuaciones principales de obras públicas:
«1ª. Habilitar el camino vecinal que de esta ciudad conduce a Istán que está intransitable = 2ª.
Arreglar y recomponer el camino que baja desde
esta ciudad a la playa para evitar que se acabe de
deteriorar = 3ª. Rellenar e igualar el arrecifado
de la calle de Málaga = 4ª. Allanar e igualar el
piso de la plazuela nombrada de la Victoria», ya
que son estas obras «las que este Ayuntamiento
considera más urgentes y de más reconocida utilidad pública»24.
En marzo, el Ayuntamiento de Marbella
tendrá una disputa con el gobernador provincial
acerca de «los grandes perjuicios que el fondo
municipal estaba sufriendo con el sistema que se
halla en práctica para hacer a los Ayuntamientos
el abono de las raciones suministradas a las tropas del Ejército», ya que los precios medios que
fija el Consejo de Administración de la Provincia
en unión con el comisario de guerra, son «siempre inferiores a los que verdaderamente reinan
en esta localidad», por lo que «se estaba experimentando un quebranto que cada día iba tomando mayores proporciones». Realizado por parte
del regidor pertinente un estado demostrativo
de las diferencias de precio de cada mes en los
artículos pan, cebada y paja, «resultó que dichas
diferencias de precio en los artículos pan, cebada
y paja, únicos que se suministran en este pueblo,
habían gravado a estos fondos municipales en la
cantidad de doscientos ochenta escudos y cuatrocientas diez y siete milésimas» desde enero
de 1865. Por ello se pide que se reintegre dicha
La Marbella del Sexenio Democrático (1868-1874)...
cantidad en el capítulo de imprevistos del presupuesto municipal25.
Y ante estas consideraciones, en un acto
de defensa de sus intereses no extinto de cierto
desafío a la institución provincial, los concejales acuerdan que «se reclame del excelentísimo
señor Gobernador de esta Provincia y, si fuere
necesario, del Gobierno de S.M. la Reyna (QDG)
que se haga a los pueblos el abono de los suministros hechos a las tropas del Ejército con arreglo al precio medio que, durante el mes que se
verifiquen, tengan respectivamente en cada localidad los artículos suministrados, abonándose a
este Ayuntamiento por la Administración militar,
o por quien corresponda, la diferencia de precio que reclama […]26». Cada vez se tensan más
las relaciones administrativas ante la acuciante
situación de necesidad de la población.
Desde este último pleno hasta «la Septembrina», las banalidades coparán la política del
consistorio, lo que no quiere decir que ocurriera
lo propio en el municipio, mientras, a nivel nacional se aceleraban los acontecimientos.
2. La Revolución del 68
Gobierno Provisional
y las
Primeras Medidas
del
El gobierno de Narváez finaliza con la
muerte del general el 23 de abril de 1868. Le
sustituirá González Bravo, un civil que radicaliza aún más la política de mano dura de Narváez
pero al que le falta la autoridad y el respeto militar de su antecesor. La situación general del país
estaba abocada hacia la revolución, sobre todo
tras el fallecimiento de O’Donnell que provocó
el liderazgo de Serrano entre los unionistas y el
apoyo de éstos a la revolución.
En el mes de julio son desterrados una serie de generales de la península (Serrano, Dulce,
Zabala, Córdoba, Echagüe, Caballero de Rodas,
Serrano Bedoya y Letona) al ser considerados
peligrosos para el régimen. En la misma fecha se
crea en Madrid un comité secreto de unionistas
y progresistas que sirviera de puente entre el general Prim, que se encontraba en Londres, y los
generales exiliados en Canarias.
El «gobierno de camarilla» de González
Bravo se encontraba aislado, con todo el espectro político y militar en contra, desacreditado
por la sociedad y ahogado en lo económico. Era
la situación propicia para el triunfo de la conspiración. Los primeros días de septiembre Ruiz
Zorrilla y Sagasta se reúnen con Prim en Londres.
De allí se dirigen a Gibraltar. El resto de generales zarparán desde Canarias hacia Cádiz, donde
confluyen todos. El 18 de septiembre el almiran-
AHMMb, AACC, 12 de enero de 1868.
Ibídem.
25
AHMMb, AACC, 29 de marzo de 1868.
26
Ibídem.
23
24
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117
José Bernal Gutiérrez
te Topete, uno de los últimos oficiales en sumarse a la conjura, lleva a cabo el pronunciamiento
militar. Al día siguiente los sublevados dirigen al
país el manifiesto conocido como «España con
honra», reflejo del Pacto de Ostende:
«Españoles: La ciudad de Cádiz, puesta en armas con toda su provincia, con la
armada anclada en su puerto y todo el Departamento marítimo de la Carraca, declara solemnemente que niega su obediencia
al Gobierno que reside en Madrid, […] y
resuelta a no deponer las armas hasta que
la Nación recobre su soberanía, manifieste
su voluntad y se cumpla».
El motivo del pronunciamiento es justificado en el texto:
«[…] Hollada la ley fundamental, convertida siempre antes en celada que en defensa
del ciudadano; corrompido el sufragio por
la amenaza y el soborno; dependiente la
seguridad individual, no del derecho propio, sino de la irresponsable voluntad de
cualquiera de las autoridades […] Tal es la
España de hoy […]».
La formula inmediata de control de la
gobernabilidad del país y los apoyos con que
presumen contar son definidos de la siguiente
manera:
«Queremos que un gobierno provisional, que represente todas las fuerzas vivas
del País, asegure el orden, en tanto que el
sufragio universal, echa los cimientos de
nuestra generación social y política […]
Contamos para realizar nuestro inquebrantable propósito con el concurso de
todos los liberales […] con el apoyo de las
clases acomodadas […] con los amantes
del orden […] con los ardientes partidarios de las libertades individuales […] con
el apoyo de los ministros del altar […] con
el pueblo todo y con la aprobación, en fin
de la Europa entera»27.
Ante la situación González Bravo dimite y
se forma un nuevo gobierno con el marqués de
la Habana a la cabeza. La defensa frente al levantamiento se prepara en Madrid y un personaje
significativo en Marbella, el marqués del Duero,
será el asignado para el control de Castilla la
Nueva28.
La Marbella del Sexenio Democrático (1868-1874)...
El día 21 se suma Málaga capital a la sublevación formándose una Junta Popular, y emitiendo un bando en el que se anuncia la victoria
frente al régimen anterior: «El pueblo malagueño
[…] ha sacudido ayer el yugo que por tan dilatados años sufría impuesto por los corrompidos
bandos que han venido gobernando el país desde el último eclipse de libertad». Destaca que «su
primer cuidado ha sido constituir un Junta Provisional» que dice estar trabajando «para determinar según la voluntad del pueblo el movimiento
revolucionario y procurar la defensa de la causa
de la Libertad si se hallase en peligro». Tendría
cabida aquí la milicia armada: «Desde hoy se procederá al armamento del Pueblo».
En el bando hay un llamamiento a la unidad
alcanzada en el pacto de Ostende, quizá bajo el
temor de la posibilidad de aprovechar la situación
cualquiera de las opciones políticas partícipes en el
levantamiento, principalmente los demócratas: «En
las circunstancias por que atravesamos, la unión de
todos los liberales es la primera necesidad y para
que no se disgreguen las fuerzas revolucionarias
deben acallarse todos los sentimientos, todas las
aspiraciones de los partidos que se han lanzado a la
revolución». Es una condición sine qua non para experimentar «el espectáculo de un Pueblo que sacudiendo el polvo de la tiranía ahogará a los déspotas
que lo encadenaban para explotarla» 29.
La Junta, que hasta la pronunciación de
Madrid el 29 de septiembre actúa de forma independiente, tomará como primera medida la destitución de todos los ayuntamientos de la provincia y la organización de las administraciones locales. Un decreto fechado el día 23 establece en
su artículo tercero que «quedan disueltos todos
los Ayuntamientos de la provincia de Málaga y
destituidos de sus cargos los Alcaldes Corregidores y Constitucionales, los Tenientes de Alcalde,
los Concejales y los Secretarios de los mismos».
Y en el cuarto dice que «las Juntas Revolucionarias de los pueblos de la provincia se encargarán
desde hoy de todo lo respectivo a la Administración municipal de sus respectivas localidades» 30.
La sublevación de Marbella se alcanzará tan
sólo dos días después de la capital. El 23 de septiembre a las nueve de la noche se constituye en
el salón de la Casa Consistorial una «Junta provisional de Gobierno», bajo la presidencia de Pedro
de Artola y Villalobos, contando además entre sus
integrantes como vicepresidente a Francisco Beltrán Cuarentín y como vocales a Manuel de Chinchilla y Díez de Oñate, Antonio Fernández Matoso,
Antonio Álvarez Toro, Lucio Chapresto Giménez,
Ramón García Raya, Francisco Donoso Álvarez y
AMM, Colección de Proclamas, Bandos y Boletines. Sucesos políticos y Revolución de 1868 a enero de 1874.
BRETÓN GARCÍA, A.: La Gloriosa en Málaga: estudio económico y político sobre la revolución de 1868 en Málaga, Málaga, Diputación
Provincial, 1986, p. 34.
29
AMM, Colección de Proclamas, Bandos y Boletines. Sucesos políticos y Revolución de 1868 a enero de 1874.
30
Ibídem.
27
28
118
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José Bernal Gutiérrez
La Marbella del Sexenio Democrático (1868-1874)...
Manuel de Reyna Mata,
El 29 de septiementre otros31. De los nue- El 23 de septiembre a las nueve bre, a las cuatro y veintidós
vos munícipes sólo el prede la noche se constituye en el horas, es recibido un telesidente y Francisco Donograma procedente de Masalón de la Casa Consistorial
so formaban parte de la
drid por el cual «el Gobieruna «Junta provisional de
corporación destituida.
no provisional establecido
En la ciudad, los
Gobierno», bajo la presidencia en la capital de España,
carabineros se adhieren
de Pedro de Artola y Villalobos comunica haberse pronuninmediatamente a la nueciado con gran entusiasmo
va causa, pero las otras
y sin derramamiento de
fuerzas del orden, la Guardia Civil y la Rural, se
sangre y que el Pueblo ha fraternizado completamuestran reticentes a aceptar al gobierno promente con el Ejército al grito de ¡Viva la libertad!»37.
visional recién nombrado. Esto produce gran inLa Junta provisional decide que se publique el telequietud entre los alzados lo que, al igual que en la
grama «a son de caja y con la mayor solemnidad, y
capital, deciden organizar una milicia armada para
que se invite al vecindario para que haya iluminaproveer a su defensa32.
ción general por tres noches consecutivas con sus
El orden público y el civismo en la ciudad
correspondientes colgaduras». Además, y ante la
era la principal obsesión del gobierno emergido,
imposibilidad de realizar festejos públicos, establepor ello el 25 un bando dispondría «[…] que por
ce la corporación «que se repartan a los pobres de
ningún concepto se promuevan cuestiones ni alsolemnidad trescientas hogazas de pan»38.
borotos que causen molestias a estos vecinos, ni
La Junta Revolucionaria de Marbella comiense den voces de muera a personas determinadas,
za a andar con ímpetu y
[…] que se perseguirán a las personas embriagadesasosiego. Su primera
La Junta
das a fin de evitar este vicio odioso y contrario
iniciativa será designar una
Revolucionaria de
a las instituciones sociales; […] que habiéndocomisión para que selecMarbella comienza
se proclamado como principio de la libertad la
cione las numerosas petiunión de todos los españoles, estos vecinos,
ciones y demandas de los
a andar con ímpetu
olvidando resentimientos anteriores, deberán
vecinos de la ciudad. En
y desasosiego.
unirse para dar fuerza y robustez a los principios
los primeros días se lleva a
En los primeros
liberales de que se encuentran animada esta Juncabo una serie de acciones
33
ta […]» . Estaba enmarcado en las órdenes que
de carácter político que dedías se lleva a
fine su compromiso con las
la Junta de Gobierno de Málaga y su provincia
cabo una serie de
medidas revolucionarias. La
habían decretado días antes al ver «con el mayor
acciones de carácter
primera de ellas es darle a
de los disgustos, que asociados a los verdadela calle Nueva el nombre de
ros patriotas, algunos mal avenidos con el orden
político que define
calle de la Libertad. Tampúblico y que a no dudar son forasteros, y con
su compromiso
bién, el gobierno local inel fin de que no se manche con sus criminales
con las medidas
forma a la Junta provincial
proyectos de latrocinio y otros escesos [sic], la
34
que aunque había pasado
Justa causa que defendemos» .
revolucionarias. La
algunos días desde el alzaEl mismo 25 se produce en la cárcel una
primera de ellas
miento, aún no se habían
fuga masiva de presos en complicidad de sus
es darle a la calle
adherido ni el coronel y ex
guardianes, lo que sería interpretado por los alalcalde Juan de Quijada, ni Nueva el nombre de
zados como una maniobra por los enemigos del
el teniente coronel Ángel
nuevo régimen, «realizada con el doble y crimicalle de la Libertad
Chacón, administrador de
nal objeto de distraer a las fuerzas que daban
la colonia de San Pedro
guardia a la Casa Consistorial y alterar el orden y
Alcántara»39. Podríamos decir que en Marbella tamtranquilidad de la población» 35.
Otra de las demandas de los revolucionabién se cumple el principio dirimido por Antonio
rios, la supresión de la contribución de consuJutglar de que «el sentido de las revoluciones se enmos, se lleva a cabo siendo destituido el admicarnaban en las Juntas con mayor autenticidad que
nistrador de este tributo36.
en el Gobierno»40.
ALCALA MARÍN, F.: Marbella…, op. cit., p. 172.
Ibídem.
33
Ibídem.
34
AMM, Colección de Proclamas, Bandos y Boletines. Sucesos políticos y Revolución de 1868 a enero de 1874.
35
ALCALA MARÍN, F.: Marbella…, op. cit., p. 172.
36
Ibídem.
37
Ibid., pp. 172 y 73.
38
Ibid., p. 173.
39
Ibídem.
40
JUTGLAR, A.: De la Revolución de septiembre a la Restauración, Barcelona, Planeta, 1976, p. 25.
31
32
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119
José Bernal Gutiérrez
José López Domínguez
Fuente: ALCAZAR, M. del: Los Presidentes del Consejo de la
Monarquía 1874-1931. Tomo XII. López Domínguez, Edt. Purgalla,
Madrid, 1946
Los revolucionarios tendrían una actitud
anticlerical, pretendiendo separar Iglesia de Estado. El fuerte apoyo de la Iglesia a la monarquía
de la destronada Isabel le granjeó un férreo seguimiento desde el nuevo gobierno. Se aprueba
la libertad de culto y el matrimonio civil, entre
otras leyes que merman la primacía católica. La
junta de Marbella también dedicará parte de sus
actuaciones a provocar un viraje en el comportamiento del clero local. Así, desde la Junta local se
requiere al cura párroco que mantenga abierta a
las horas de costumbre la puerta de la Iglesia parroquial que mira al sur, mostrando con ello cierta exigencia con el clero. Además, a demanda del
vice-presidente Beltrán, también se oficia al cura
párroco para que suprima la exacción del derecho de pompa de ataúd, y «la de un real que exige
en los bautizos para la composición del órgano».
En octubre, ya convertida la Junta Provisional en
Junta Revolucionaria, se acuerda destituir al cura
párroco, don Francisco Núñez Gayo, porque «su
comportamiento demuestra claramente no estar
identificado con las instituciones liberales que
felizmente rigen». Su sustituto designado sería
La Marbella del Sexenio Democrático (1868-1874)...
el presbítero José Artola Villalobos, hermano del
presidente de la Junta41.
Otra de las acciones de los provisionales
munícipes fue, a propuesta del administrador de la
colonia de San Pedro Alcántara, el teniente coronel
Ángel María Chacón, la de declarar candidato para
las Cortes Constituyentes al brigadier don José López Domínguez, «en testimonio del gran aprecio
que sienten hacia él por sus bizarros y eminentes
servicios en la batalla del Puente de Alcolea» 42.
Cierto sector de los revolucionarios, descontentos por el moderantismo de las medidas
desplegadas, provoca situaciones subversivas por
elementos de ideologías democráticas o republicanas. En octubre, es recibido del gobernador civil
de la provincia una comunicación advirtiendo que
«una banda armada, sin autorización alguna, había
salido de Málaga con propósito de prender fuego
al caserío de San Pedro Alcántara»43. La motivación
del ataque pudo ser la identificación del marqués
del Duero con el antiguo régimen, al haber dirigido a las tropas isabelinas en la batalla del Puente
de Alcolea, lo que convertiría la destrucción del
caserío de la colonia agrícola en una acción vengativa contra la monarquía. Aunque no ocurrió nada,
se establecieron retenes y avanzadas en puntos
estratégicos para oponerse a los asaltantes, hasta
la llegada de la Guardia Civil montada.
Otra de las figuras administrativas de los
revolucionarios sería la Junta de Partido, que se
constituye en el Ayuntamiento marbellí el 20 de
octubre, bajo la presidencia de Pedro de Artola.
Dicho órgano contaba con representantes de las
poblaciones de Mijas, Fuengirola, Benalmádena,
Istán, Ojén y Benahavís44.
Tras constituirse la Junta de Partido, se
procedió al nombramiento «del que ha de re-
Cuadro 3
Fuente: AHMMb, Exp. 115H/4
ALCALA MARÍN, F.: Marbella…, op. cit., p. 173.
Ibid., pp. 173 y 174.
43
Ibid., p. 174.
44
AHMMb, Exp. 115H/4, «Tres actas de la Junta del Partido Judicial, nombrando diputado provincial para representar este distrito en Málaga, de conformidad con lo dispuesto por la Junta revolucionaria de la misma ciudad».
41
42
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José Bernal Gutiérrez
La Marbella del Sexenio Democrático (1868-1874)...
Cuadro 4
Fuente: Ibídem
Cuadro 5
Fuente: Ibídem
presentar a esta Cabeza de partido en la Capital de
la Provincia, de conformidad con lo dispuesto por
la Junta Revolucionaria de ella en circular de seis
del corriente mes». Por unanimidad se eligió a Ignacio Fernández de la Somera «por reconocer en él
las cualidades méritos y circunstancias necesarias
para dicho cargo; acordando la misma se le nombre
también Diputado provincial por el presente Distrito». Sin embargo, el 15 de diciembre se vuelve
a reunir la Junta de Partido con el objeto de reinstalar la Diputación Provincial, donde se nombra al
propio Ignacio Fernández de la Somera «Diputado
Provincial Suplente», no sin protestar su exclusión
en la corporación anterior, exponiendo que el elegido por el partido de Marbella «no fue admitido
como propietario del mismo a pesar de haber sido
nombrado por las Juntas Revolucionarias de este
Partido y reemplazado por el electo por la capital,
cuya resolución no dejó de ser improcedente»45.
3. Del Primer Sufragio Universal
Monarquía (1869-1872)
al
Fracaso
de la
Los días 19, 20 y 21 de diciembre de
1868 fueron llamados a urnas los ciudadanos
de Marbella, al igual que los del resto del país,
para elegir la corporación local. Por primera
vez en la historia los comicios son por sufragio
universal directo, por lo que todos los varones
mayores de 25 años del municipio tenían derecho a voto. Se cumplía una de las demandas de
la revolución.
Por nuestra parte es harto complicado conocer la afinidad a partidos políticos de los candidatos a las elecciones en este período. No tenemos ningún documento de colectivo político alguno en el municipio, a excepción del conocimiento
de una asociación republicana federal durante el
sexenio donde sí podemos asimilar nombres adscritos a esta fuerza política. Por ejemplo, tenemos
constatada acusaciones a José López Domínguez y
al marqués del Duero durante la I República de ser
los hombres «más funestos» de la Unión Liberal46,
sin embargo lucharon enfrentados en Alcolea. Es
decir, para el caso de Marbella no encontramos
datos de afinidad a partidos pero sí a momentos
políticos: Revolución, I República… Debido a las
circunstancias, muchas de las personas influyentes pudieron adscribirse a una u otra sensibilidad,
algo no extravagante teniendo en cuenta otro período convulso como la II República donde candidatos marbellís mudaron de unas siglas a otras en
función de las circunstancias47.
El 23 de diciembre se procede al escrutinio general de las papeletas en la Casa
Consistorial. El número total de electores en
el municipio es de 1.393 tomando parte de la
votación 997 individuos, lo que representaba
una participación del 71’57%. Los candidatos
que se presentaban como elegibles fueron 43,
obteniendo los siguientes votos en orden de
más votados:
«Examinadas y resueltas por la Junta todas
las dudas, reclamaciones y protestas», diría el expediente electoral del secretario, «el Sr. Alcalde
Presidente proclamó, por haber obtenido mayoría
relativa para el cargo de Concejales a Tomás Domínguez Artola, Miguel Belón Torres, Alonso Sánchez Cuellar, Antonio Guerrero García, Juan Romero Barragán, Antonio Sánchez García, Diego Méndez Amado, Bartolomé Otal López, Pedro Artola
Villalobos, Francisco Beltrán Cuarentin, Manuel
Reyna Mata, Pedro Barragán Martínez, Salvador
Rodríguez Morilla y Francisco González Delgado».
Los nombres de los nuevos munícipes estarían expuestos al público durante tres días48.
Mientras tanto, en Málaga capital, se suceden una serie de subversiones republicanas
que finalizan los trágicos episodios de primero
de enero tras la intervención de Caballero de
Rodas. Aunque desde mediados de diciembre se
mostraron signos tangibles de rebeldía en dife-
Ibídem.
ALCALA MARÍN, F.: Marbella…, op. cit., p. 184.
47
Vid. PRIETO BORREGO, L.: Marbella, Los años de la utopía (Estudio de una comunidad andaluza 1931-1936), Marbella, 1994.
48
AHMMb, «Acta de escrutinio general de la elección de Ayuntamiento», 1868.
45
46
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121
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La Marbella del Sexenio Democrático (1868-1874)...
Cuadro 6
Fuente: Elaboración propia en base a los datos obtenidos del AMMb,
«Acta de escrutinio general de la elección de Ayuntamiento. 1868».
rentes puntos de la provincia, en Marbella parece que se vive un ambiente pacífico49.
En sesión del 1 de enero de 1869 se produce la constitución de la corporación. El presidente,
«después de dar las gracias en nombre del vecindario a los señores Regidores salientes por el distinguido comportamiento en el honorífico y gratuito
desempeño de sus cargos, les rogó que se retirasen
del Salón para dar posesión a los entrantes, que
ocuparon sus respectivos puestos». Seguidamente,
y tras tomar juramento y dada la posesión a los nuevos concejales, éstos «por el orden de sus puestos»,
escriben «en una papeleta de iguales dimensiones el
nombre de una sola persona del seno de la Corporación que había de elegirse para Alcalde primero,
y doblada en cuatro partes, se la entregan uno por
uno para depositarla en una urna». En el escrutinio,
leídas las doce papeletas una a una, «obtuvo mayoría relativa de votos el Concejal D. Pedro de Artola y
Villalobos que hacía de presidente interino, proclamándose en el acto Alcalde 1º de conformidad con
el artículo 44 de la citada ley, recibiendo en seguida
las insignias de tal que consisten en el bastón […]».
Con Pedro Artola de presidente se repite la elección para Alcalde Segundo obteniendo mayoría relativa Francisco Beltrán Cuarentín. Posteriormente,
«hecha la votación para numerar los señores concejales poniendo en la urna tantas papeletas envoladas [sic] con su número correlativo cuantos son
dichos señores y sacando cada uno una vola [sic],
quedaron definitivamente ordenados de la manera
siguiente: Concejal Decano Nº 1 Antonio Guerrero
García= Concejal Nº 2 Salvador Rodríguez Morilla= Concejal Nº 3 Antonio Sánchez García= Concejal Nº4 Pedro Barragán Martínez= Concejal Nº 5
Bartolomé Otal López= Concejal Nº 6 Juan Romero
Barragán= Concejal Nº 7 Diego Méndez Amado=
Concejal Nº 8 Manuel Reyna Mata= Concejal Nº 9
Francisco González Delgado= Concejal Nº 10 Miguel Belón Torres»50. Faltaron los concejales Tomás
Domínguez Artola y Alonso Sánchez Cuellar, a los
que se les pidió que jurasen en próxima sesión y se
añadieran a los números correlativos51.
El día 3 se asignan los nuevos cargos dependientes del Ayuntamiento electo52, expuestos en el Cuadro 7.
En sesión de 10 de enero son nombrados
Pedro Artola y Bartolomé Otal como representantes del municipio en la Junta de Partido53. Ésta se
celebra el 14 y nuevamente es propuesto por unanimidad para Diputado provincial Ignacio Fernández de la Somera, «por concurrir en él las cualidades, méritos y circunstancias necesarias para dicho
cargo». El nombramiento para Diputado provincial
suplente fue a favor de Ramón Pérez de Vargas.
A mediados de enero se procedería a las
elecciones a Cortes Constituyentes, y la campaña
electoral se centraría en la forma de Estado que
habría de regir en el país: monarquía o república.
La opción monárquica era defendida por los monárquicos constitucionales (progresistas, unionistas y parte de los demócratas) y los monárquicos
absolutistas. La segunda opción la encarnaban los
republicanos, fuertemente identificados con las
clases populares de los grandes centros urbanos.
La provincia de Málaga estaba dividida en
tres circunscripciones: Málaga, con tres escaños,
Antequera también con tres y Ronda, donde se in-
Vid. BRETÓN GARCÍA, A.: La Gloriosa…, op. cit., pp. 170-179.
AHMMb, AACC, 1 de enero de 1869.
51
Ibídem.
52
AHMMb, AACC, 3 de enero de 1869.
53
AHMMb, AACC, 10 de enero de 1869.
49
50
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José Bernal Gutiérrez
La Marbella del Sexenio Democrático (1868-1874)...
Cuadro 7
Fuente: Elaboración propia en base a los datos obtenidos en el AMMB, AACC, 3 de enero de 1869
convencimiento de la Corporación popular
cluía el distrito de Marbella, con cuatro escaños. En
a quien me dirijo, que sería impertinente
la provincia se manifiesta la dualidad económica y
describirlas y detallarlas […]
social del país, siendo la periferia donde más apoLas disposiciones del Gobierno Proyo obtuvieron los republicanos (Málaga y costa de
visional, ávido de reformas y deseoso de
la circunscripción de Ronda) y el interior donde la
impulsar el desenvolvimiento de los intecoalición monárquico-demócrata fue mayoritaria54.
reses materiales de los pueblos, empieYa arrancada la nueva legislatura, enconzan a ensanchar la esfera de acción de los
tramos en una sesión de la corporación municipal
municipios, antes sujetos al férreo yugo
el compromiso con los principios revolucionade una centralización opresora. Apresurios en palabras del procurador síndico Francisco
rémonos pues, a usar del derecho que se
González Delgado, encargado de promover los
intereses del pueblo, quien
Cuadro 8
toma la palabra para loar las
elecciones y para hacer apología del nuevo sistema de
gobierno y de las voluntades de cambio que existen.
Reconoce las promesas y las Fuente: MARTÍNEZ CUADRADO, M.: Elecciones y partidos políticos de España (1868-1931), Madrid, 1969
necesidades de la ciudad y
nos reconoce, y preparémonos para estar
enumera una serie de actuaciones:
«Terminadas las elecciones y calmada
la agitación que siempre originan […];
tiempo es ya de que los llamados a este sitio por el voto de nuestros convecinos, demostremos la decidida voluntad que nos
anima de corresponder a la confianza con
que se nos ha honrado, empezando por
fijar nuestra atención en las críticas circunstancias que atraviesa nuestra ciudad.
Son tan notorias y llenan hasta tal punto el
a punto de ponerlo en práctica tan luego
como la representación Nacional, ya felizmente congregada, dé a tan importantes
determinaciones mayor extensión, fijeza y
complemento, al someterlas a su aprobación Soberana. Fundado en esta consideración, pido al Ayuntamiento, que no siendo fácil que la Corporación se dedique por
sí misma con la asiduidad que se requiere,
a tan esencial y preferente objeto, se sirva nombrar una comisión de su seno que
MORALES MUÑOZ, M.: Economía y sociedad en la Málaga del siglo XIX. Aproximación a la Historia Social del «Sexenio revolucionario», Málaga, 1983, Servicios de Publicaciones de la Diputación Provincial de Málaga, pp. 127-131.
54
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José Bernal Gutiérrez
asociada de las personas que se consideren competentes, elegidas en el vecindario
y presidida por el Sr Alcalde primero, se
ocupe con la mayor actividad en los asuntos siguientes:
1º. Hacer los convenientes estudios
para fundar las reclamaciones y diligencias
que deban establecerse para obtener una
equitativa rebaja de los impuestos, especialmente en la contribución territorial
que tanto nos agobia.
2º. La investigación de cuantos recursos materiales acciones y derechos pertenezcan al caudal común de Marbella.
3º. Gestiones que sean necesarias, medidas que deban adoptarse para reunirlos,
ampliarlos y desarrollarlos»55.
Y para llevarlo a cabo alude a varias
propuestas que podrían ser factibles, como «la
creación de un Banco u otra asociación o establecimiento de crédito, ampliación del pósito, o
cualquiera otro medio que parezca más adecuado» con el fin de «dar nueva vida o estabilidad
con el fomento de su riqueza, para que saliendo de su actual postración y decadencia, haya
facilidad de recursos para las clases jornaleras,
ocupación abundante para los artesanos, medios
de desarrollo para la actividad de los industriales, se liberten los labradores de la ruina que en
su mayoría les amenaza, y encuentre también la
propiedad las ventajas y desahogo que es tan
conveniente, y de que tanto necesita»56.
Francisco González Delgado confía que
con el esfuerzo de todos se puede realizar dichas
pretensiones. Su discurso, cargado de esperanza
e ilusión, marca lo que para él puede ser un momento histórico: «y tendríamos por gran dicha
que al abrirse una nueva era de prosperidad para
Marbella, fuera debida a la iniciativa de su Ayuntamiento de 1869, que puede un cierto modo
envanecerse de ocupar este lugar con verdadera
y legítima representación popular, puesto que ha
nacido de la primera elección en que después de
muchos años han tomado parte todas las clases
del pueblo, y todas las clases del pueblo tienen
en él honrados y dignos representantes» 57.
El síndico procurador concluye su alocución con el entusiasmo y la confianza que le proporciona el nuevo régimen establecido en el país:
«España en la grave situación que atraviesa, pone su vista en sus representantes, y
espera de las Cortes el remedio de sus ma-
La Marbella del Sexenio Democrático (1868-1874)...
les. Del mismo modo la Ciudad de Marbella
fía su porvenir a su municipio, de él espera
mucho. No defraudemos sus esperanzas»58.
Días antes el nuevo Ayuntamiento, a petición del gobernador militar de la provincia,
comunicó «quienes les consta tienen escopetas
y sin temor de ninguna clase pueden ser autorizados para su uso como personas de probidad y
honradez». Posiblemente se referiría a los ciudadanos que componían la Milicia Nacional y que
estaban autorizados «para el uso de escopeta»
por merecer la confianza de la corporación59. Los
recientes hechos revolucionarios en Málaga podrían estar detrás de esta prevención.
El apoyo municipal a la línea gubernamental nacional se manifiesta en la sesión del
25 de febrero donde el Ayuntamiento acuerda
«como fiel intérprete de los deseos que animan
en este momento al vecindario» que se dirija «la
más cordial y entusiasta felicitación a la Asamblea
Constituyente por su acierto en la elección de su
digno Presidente D. Nicolás María Rivero a quién
particularmente se hará también extensión dicha
felicitación. Que del mismo modo se felicite al
Excelentísimo señor Don Francisco Serrano por la
singular y merecida muestra de gratitud aprecio y
confianza que acaba de recibir del Soberano Congreso constituyente de la Nación Española con la
declaración de un voto de gracia y el honroso y
delicado encargo de constituir un Ministerio que
ejerza las funciones del poder ejecutivo»60.
En consonancia con los compromisos del
nuevo gobierno, se comunica al Gobierno de la
provincia que se «considera indispensable la excepción de las fincas de aprovechamiento común
y dehesas de pastos de este término», para lo que
el propio Gobierno de la provincia pide al Ayuntamiento si consta en sus archivos copia de un expediente anterior referido a esta petición «ya que los
sucesos ocurridos en las Oficinas de la Capital que
ocupaban el edificio de la Aduana en el alzamiento
nacional de Septiembre último» produjo la pérdida
de toda la documentación. Por ello se busca en la
Secretaría los expedientes instruidos en los años
1856 y 1864, «para que se declaren exceptuados de
la venta los terrenos de Sierra Blanca con toda su
extensión y lindes, llanos de Nagüeles, Baldíos de
Río Verde y el pequeño Pinar de Baldeolletas [sic],
como destinados desde tiempo inmemorial al usufructo y aprovechamiento común de estos vecinos,
los cuales fueron adquiridos por títulos onerosos y
concesiones hechas por los Reyes Católicos y sus
sucesores, según los Títulos y cédulas que se con-
AHMMb, AACC, 18 de febrero de 1869.
Ibídem.
57
Ibídem.
58
Ibídem.
59
AHMMb, AACC, 28 de enero de 1869.
60
AHMMb, AACC, 25 de febrero de 1869.
55
56
124
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José Bernal Gutiérrez
servan en el archivo de esta ciudad». Por ello, visto
por el Ayuntamiento el expediente incoado por orden del Gobierno de la provincia de 13 de enero de
1864 que se encuentra en las oficinas «considerando lo útil, necesario y conveniente que es para la
vida comunal de estos vecinos la conservación del
aprovechamiento de pastos, leñas de monte bajo,
esparto y algarroba que vienen disfrutando libre y
gratuitamente en uso del derecho en que han estado desde el tiempo de la conquista por lo cual
esta Ciudad solicitó en virtud de la ley de primero
de mayo de 1855, que se declarasen exceptuados
los mencionados terrenos; considerando que por
lo mismo debe insistir en que se lleve a cabo dicha declaración, ya como aprovechamiento común
o ya como concesión de Dehesa Boyal, por cuanto jamás han sido arbitrados ni producido nada al
Caudal de propios, destinados como han estado
siempre sin interrupción alguna al libre y gratis servicio del vecindario, para desahogo de los ganados
de labor, disfrute de sus pastos, utilización de sus
maderas para la agricultura, y por último para el
auxilio y socorro de la clase proletaria que en épocas calamitosas o de falta de trabajo encuentran un
recurso en el aprovechamiento de la leña y esparto
que producen los supradichos terrenos»61.
En un oficio del Gobierno de la provincia del
23 de marzo acompañado de la devolución de expediente instruido por el Ayuntamiento para aprovechamientos comunales, «se concede el disfrute
de los pastos de los baldíos con exención de los rodales de montes denominados el Algarrobal, Pinar
de Río Verde y Pinal [sic] de Valdeolletas, el aprovechamiento de cinco mil cargas de leña de monte bajo del citado Pinal [sic] de Río Verde y el del
esparto de Sierra Blanca de ese término». También
se dispone en el mismo oficio que el Ayuntamiento
«nombre una comisión de su seno para que cuide
con su inspección de que el aprovechamiento se
efectúe con arreglo a las prácticas legales»62.
Las irrenunciables demandas de la Septembrina van cediendo poco a poco ante la dificultosa
situación económica del país, y parte de la ciudadanía no admitiría la suavización de los principios
revolucionarios. Ello motivó un descontento no
exento de sublevaciones o conatos de violencia
que tendría en Marbella un caso puntual en una
corrida de toros celebrada en las fiestas patronales donde supuestamente hubo un intento de
motín en la Alcaldía. El suceso tuvo lugar en la
plaza mayor de Marbella, llamada de la Constitución, donde se situaba el Ayuntamiento. El relato,
contado de forma alarmante por el alcalde en un
informe dirigido al Juez, no tiene desperdicio:
«Un hecho atentatorio conmovido y
alarmante, con todos los caracteres distinti61
62
La Marbella del Sexenio Democrático (1868-1874)...
vos de sedición, desacato y agresión tumultuosa a mi autoridad, ha tenido lugar en la
tarde de hoy en esta plaza pública durante
la función del capeo de toros celebrada en
ella, hecho que acaso no deba calificarse de
incidental como ocasionado por otro con
que esté en relación sino que al parecer es
un plan preconcebido y dispuesto con combinaciones intencionadas para que produjera los resultados que sus criminales autores se propusieran; así lo acusa y aprecia la
opinión pública, y así también se desprende
del orden de los sucesos que voy a relatar.
Principió aquel con la voz de abajo los
consumos dada por Francisco Gil conocido
con el apodo el Serrano en un intermedio
de los primeros toros, voz sin duda producida por la impaciencia del que la profirió,
que se perdió en la multitud y no encontró
eco que la secundara.
Continuó el capeo sin desorden de algún
tiempo, y otra vez se repitió la misma voz de
abajo los consumos por el Francisco Gil, que
como antes no fue contestada ni apoyo.
Casi a la puerta del Sol y en ocasión
que salió a la plaza un toro de siete años,
de gran alzada, brioso e int [—] cuya lidia
exijía [sic] precauciones por los [—]ros, se
agruparon las masas y tumultuariamente
pedían con insistencia se matara.
Previendo yo las desgracias que ocasionarían este lance, porque al experimentar dicho animal el castigo que para abatirlo previa muerte, y que en medio de un
arranque que podía acometer a los puntales de los andamios desplomarse estos
y ocurrir acontecimientos funestísimos,
me opuse a tan temeraria intención desde el balcón de la sala capitular que [—]
ba, y teniendo además en cuenta la falta
de consentimiento de su dueño razones
prudentes y persuasivas a las destempladas exigencias de las masas, invitándolas
al orden y al respeto a la autoridad; pero
como estas no se aquietasen con si mismo
más resuelto, y sucediera que José García
Lima (a) el Rubiche se permitiera subir al
balcón que yo ocupaba y pidiéndome a
nombre del pueblo la muerte del Toro, se
atrabiera [sic] a quitarme el sombrero de la
cabeza y arrojarlo desde el balcón a la plaza, me vi en la precisión de mandar cesase
el capeo y que se diera suelta al ganado
para su conducción a las haciendas de que
procedían, no sin haber antes sujetado al
autor de este desacato, que no constituí
en el acto en prisión porque cuidados de
Ibídem.
AHMMb, AACC, 28 de marzo de 1869.
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José Bernal Gutiérrez
mayor atención y trascendencia me lo impidieron.
Esta orden que iba a ejecutarse por los
ganaderos según me manifestó Antonio
González Piña, encontró una tenaz y agresiva oposición por los grupos, que apiñados a la salida del chiquero, lo impidieron
con amenazas y escándalo.
Repitiesen frecuentemente las voces de
abajo los consumos, muera el Alcalde, Ladrones, pillos (en alusión al Ayuntamiento)
y acometiendo en tumulto a la Casa Capitular, suben grupos numerosos con desenfrenada gritería sus escaleras llegando en
ademán hostil hasta la puerta del Salón de
sesiones, en el que no penetraron por impedirlo a su entrada con riesgo de sus vidas
los sres Regidores D. Salvador Rodríguez, D
Manuel Reyna y D. Antonio Sánchez, el Sr.
Administrador de Rentas D. Bartolomé Otal
López, el Guarda de Sierra blanca José Granados, el portero [—] Gomara, y los vecinos
D Antonio Céspedes, Bernardino Mata, Joaquín Moreno Espejo, José Domínguez Pérez
y Juan Rojo, encontrándose en el local a la
sazón D. Juan Talaya Romero, alcalde de Barrio, D. Manuel Calvet, D Francisco [—], D.
Andrés Galbeño, D. Francisco Quiñones, D.
Eduardo Díaz, D. Luciano Ojalbo, D. Miguel
de Reyes, D. Juan Duarte Rodríguez y otros
que no recuerdo en este momento.
La resistencia enérgica que opusieron
los que protegieron a mi autoridad, evitó
conflictos difíciles de prever, dando por resultado la retirada de los amotinados y mi salida de la Casa Capitular a la plaza en donde
oí decir al pasar inmediato a los pequeños
grupos que permanecían en ella, que los sediciosos habían intentado cortar las cuerdas
que sujetaban los andamios y sus puntales
cuando estos se hallaban abarrotados de
gente, acontecimiento que según se dice llegó a realizarse en parte y que de haber tenido efecto hubiera ocasionado mil desgracias
a personas de todas edades y sexos.
Los que en este momento recuerdo se
distinguieron más entre los grupos amotinados son Francisco, Antonio y Salvador
Gil Martín conocidos con el apodo de Serranos, Antonio Gil Luque, José Montiel
Gaitán, Antonio López Vázquez y su hermano Juan García Romero, Miguel Luque
(a) Pobreza Alonso Sánchez Méndez, Pedro
Sánchez (a) el Ricacho, Benito Añón (a) el
Hurón, el hijo del conocido por el de las
Albarquiñas, según informes que he adquirido y Bernabé Gómez Navarro.
63
64
126
La Marbella del Sexenio Democrático (1868-1874)...
Lo que me apresuro a comunicar a VS
para que se sirva instruir diligencias sumarias, y que los autores y cuantos han tomado parte en este acontecimiento sufran el
castigo de la Ley63”.
El interesado trasfondo político del suceso
y del relato es evidente. Los gritos de «abajo los
consumos», asumido como lema de los revolucionarios, relacionaba a los insurgentes con grupos de
revolucionarios intransigentes, seguramente republicanos. Sin embargo, la narración de la revuelta
por parte del alcalde presumimos que estaría cargada de dramatismo y de interés político. Al día siguiente, el disturbio ocurrido en la corrida de toros
es comunicado al Gobernador de la Provincia:
«En la tarde de ayer y durante el capeo de toros celebrado en la misma, se
produjo un [sic] alarma por grupos de vecinos que en ademán hostil y por haberme
opuesto a la temeraria pretensión de que
se matara uno de aquellos, se atrebieron
[sic] a invadir la Casa Capitular y penetrar
hasta puerta del Salón de Sesiones en que
me hallaba, el cual no ocuparon por impedirlo varios Regidores, empleados del municipio y vecinos que me acompañaban. El
orden quedó restablecido por completo y
el Juzgado de 1ª Instancia instruyendo diligencias en virtud de parte detallado que le
he dirigido, habiendo constituido en prisión a varios de los amotinados.
Lo que pongo en conocimiento de VS
en cumplimiento de mi deber»64.
Y es que el retroceso de las supuestas
conquistas de la revolución era un hecho. Una
de estas demandas, los impopulares impuestos
sobre consumos, se recuperan tras el anuncio de
su supresión. Así, convocados junto a los munícipes todos «los vecinos industriales con establecimientos abiertos a la venta pública de los artículos de comer beber y arder en junio de 1870», y
en conformidad con «la circular del Excelentísimo
Ministro de Gobernación del Reyno [sic] fecha 8
del corriente, así como de la Excelentísima Diputación Provincial de trece del mismo», manifestaron todos «su absoluta conformidad en que continuaran recaudándose los arbitrios de consumos
para cubrir el déficit del presupuesto del año
económico inmediato, y siendo ésta también la
voluntad unánime de esta población que prefiere
el indicado medio al del reparto general por los
graves perjuicios que irrogaría a los contribuyentes y las insuperables dificultades que ofrecería
su recaudación, porque los vecinos pobres y gran
AHMMb, Correspondencia Oficial (CCOO), nº 349, 13 de junio de 1870.
AHMMb, CCOO, nº 350, 14 de junio de 1870.
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José Bernal Gutiérrez
parte de los industriales sin otra garantía que sus
insignificantes puestos de venta que desaparecen por la falta de recursos con que proveerlos
se negarían al pago y serían ineficaces y sin resultado las medidas coercitivas que se emplearan
para que lo realizasen». En cumplimiento con
ello se establece una «tarifa de precios medios y
de adeudos dentro de la base del veinte y cinco
por ciento del valor de cada especie que deberán
satisfacer los dueños de puestos de venta o expendedores de las mismas», que serían 31 artículos65. En esta cuestión, en septiembre de 1871,
el Ayuntamiento se vio obligado hacer saber que
«los expendedores de especies con tienda abierta en la Colonia de San Pedro Alcántara y Ferrería
de la Concepción, como el consumo del aceyte
[sic] en esta última para la conservación de sus
máquinas están sujetos al pago de arbitrios para
cubrir los gastos provinciales, y asimismo los hacendados del campo por los artículos que cosechan e introducciones que hacen de Málaga para
su consumo y el de los trabajadores en la época
de labores y recolección»66. Los problemas por el
impago de estos tributos seguían aún en verano
de 187267.
Desde el 2 de enero de 1871 la monarquía
española volvía a tener rey: Amadeo de Saboya.
La apuesta de Juan Prim sólo contó con el apoyo
decisivo de los progresistas y mantuvo las reticencias del resto de los partidos de la coalición
monárquico-democrática68. Sin embargo, el asesinato del general días antes dejaba a la nueva
monarquía huérfana, cuyo futuro se presentaba
lleno de dificultades de toda índole69.
El día siguiente de la toma de juramento
de Amadeo I, las Cortes Constituyentes quedan
disueltas. Se preparan las elecciones para marzo donde la coalición gubernamental (progresistas, unionistas y demócratas) salen victoriosa
con 235 diputados frente a los 137 asientos de
la oposición (carlistas, monárquicos alfonsinos y
republicanos). No obstante, como afirma Rafael
Mantero, «la coalición vencedora llevaba en sí el
régimen de la descomposición»70.
En Marbella, el 1 de febrero 1872 se procedió a constituir la nueva corporación, para ello
se citó a los «concejales que han de componer el
nuevo Ayuntamiento Constitucional de la misma
consistentes en Don Salvador Rodríguez Morilla, Don Antonio Céspedes Tapia, Don Salvador
Delgado Llanos, Don Antonio Álvarez Toro, Don
La Marbella del Sexenio Democrático (1868-1874)...
Miguel Donoso Álvarez, Don Pedro Artola y Villalobos, Don Juan Duarte Navarro, Don Miguel
Belón Torres, Don Salvador Cortés Moreno y Don
Domingo Grego Pérez». Seguidamente los ediles
proceden a la elección de alcalde conforme a la
ley, «resultando del escrutinio practicado después de leídas en voz alta las papeletas, elegido
para el referido cargo Don Pedro de Artola y Villalobos por seis votos, apareciendo cuatro cedulas en blanco». Posteriormente toca elegir a los
tenientes de alcaldes, «resultando elegidos para
primero por seis votos con cuatro papeleteas en
blanco Don Salvador Rodríguez Morilla. Para segundo, por igual número de votos y las mismas
papeletas en blanco Don Miguel Belón Torres,
y para tercero por idéntico número de votos e
igual número de papeletas en blanco Don Salvador Delgado Llanos». En la misma forma se elige
también a los procuradores síndicos, «resultando
elegidos para este cargo para primero Don Antonio Céspedes Tapia por seis votos y para segundo Juan Duarte Navarro por cinco, apareciendo
cuatro cédulas en blanco»71. Pese a la continuidad de Pedro de Artola como alcalde, su limitada
mayoría nos puede hacer intuir ciertas fisuras en
el gobierno local.
Atentado contra la vida del general Prim, en la calle del Turco, la
noche del 27 de diciembre de 1870
Fuente: Grabado publicado en la Ilustración Española y Americana el 5 de enero de 1871
Las sesiones del Ayuntamiento a lo largo del año 1872 resultarían insulsas, sin acontecimientos dignos de reseñar, y en la línea del
año anterior. A ello habría que sumarle ciertos
períodos de inactividad a consecuencia de hallarse el alcalde, hombre activo, «en cama e
imposibilitado»72.
AHMMb, AACC, 19 de junio de 1870.
AHMMb, AACC, 3 de septiembre de 1871.
67
AHMMb, AACC, 30 de junio de 1872.
68
RUEDA, G.: op. cit., p. 68.
69
SÁNCHEZ MANTERO, R. y MONTERO, F.: Revolución y Restauración. Del sexenio revolucionario a la guerra de Cuba (1868-1898),
Historia de España, vol. 13, Madrid, Austral, 2004, p. 52.
70
Ibid., p. 56.
71
AHMMb, AACC, 1 de febrero de 1872.
72
AHMMb, AACC, 30 de junio de 1872.
65
66
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José Bernal Gutiérrez
4. Republicanismo y I República
La Marbella del Sexenio Democrático (1868-1874)...
mismo año, bajo la presidencia del radical Ruiz
Zorrilla, el republicanismo obtiene cinco escaños
de los once de la provincia: los tres de Málaga
capital y dos en los distritos76.
Habrá que esperar hasta verano de 1872
para volvernos a encontrar indicios de actividad
republicana en la zona, más concretamente de la
existencia de una «asociación republicana federal», y volverá a ser mediante fianzas de cárcel.
El 23 de agosto se pagan dos fianzas de cárcel a
favor de Francisco Sánchez García y de Fernando
Escardete y Flores, de manos de Francisco Sánchez Campos el primero, su padre, y de Felipe
Laguna Aparicio el segundo. En ambos protocolos se exhibe que el juzgado de primera instancia
de Marbella «sigue causa criminal de oficio contra Don José Marín Andrades, de esta vecindad
y otros […] sobre pertenecer a una asociación
republicana federal establecida en esta dicha ciudad sin los requisitos legales y sobre haber asistido a una manifestación contra la prohibición
expresa de la Autoridad local»77.
La otra fianza carcelaria, efectuada al día
siguiente, será la de José Marín Andrades, para
la cual presentará la hipoteca de una propiedad
suya en la calle Aduar valorada en 2.500 pesetas.
Los primeros datos fehacientes de una estructura republicana federalista en la ciudad lo
encontramos en la representación marbellí en la
Comisión Provincial de dicha organización. Tras
las elecciones de 1869, las organizaciones republicanas de base de todo el país mediante pactos sucesivos confluyeron en órganos superiores
hasta llegar al pacto nacional. El 12 de junio se
une en una misma federación Andalucía, Extremadura y Murcia, lo que sirvió, según Fernando
Arcas, como acicate para la reorganización del
republicanismo provincial. Así, en agosto, un
manifiesto daba cuenta de la formación de la Comisión Provincial, donde se encontraba «la plana
mayor del federalismo malagueño». En ella, representando a Marbella, se encontraba Francisco
Pérez73, cuya participación en la historia local en
estos años no parece haber sido trascendental
debido a la carencia de documentación que sobre su persona hemos hallado.
Manteniendo la mayor de las precauciones, podemos decir que en los disturbios de la
corrida de toros de junio de 1870 encontramos
un conato de movimiento federalista. Empero,
no será hasta julio de ese mismo año
cuando hallamos la primera referencia documental al republicanismo en
Marbella. Será un protocolo acerca de
una fianza de cárcel que hace efectiva
Miguel Rosado Martos a favor de José
Calderón Ávila, contra el que se sigue
causa criminal de oficio junto a otros
«sobre rebelión y excesos cometidos
por una partida de republicanos, encontrándose preso en la cárcel pública
de este partido […]»74. Son los únicos
datos que aporta el documento sobre
un asunto que sería de gran importancia en el momento y nos aportaría amplio conocimiento de los orígenes de
este movimiento político en la ciudad.
En la provincia el apoyo electoral a los republicanos decaía. En las
elecciones de agosto de 1871 sólo
obtuvieron un acta perdiendo los escaños que anteriormente tenían en
los distritos. Al año siguiente, en las Fuente: AMMB, Caja 133-H, pieza 5
generales bajo el gobierno de Sagasta,
la representación republicana desaparece, quizá,
El auto del juez inculparía a Fernando Esafirma Martínez Cuadrado, debido al abstenciocardete y a José Marín por ser «Directores de la
nismo propugnado por los internacionalista75.
Asociación Republicana Federal establecida en
Sin embargo, en las elecciones de agosto del
esta ciudad, en la que desempeñan el primero el
73
ARCAS CUBERO, F.: El republicanismo malagueño durante la Restauración (1875-1923), Córdoba, 1985, Delegación de Cultura, p. 48.
74
Archivo Histórico Provincial de Málaga (AHPM), Protocolos, P-4972, 15 de julio de 1870.
75
MARTÍNEZ CUADRADO, M.: Elecciones y partidos políticos de España (1874-1931), 2 vols.: Madrid, Taurus, 1969.
76
ARCAS CUBERO, F.: El republicanismo…op. cit., p. 47.
77
AHPM, Protocolos, P-4976, 23 de agosto de 1872.
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José Bernal Gutiérrez
cargo de Secretario interino y el segundo el de
Presidente […] sin sujetarse a las prescripciones de la ley». Además, los acusa de haber sido
«promovedores y directores de la manifestación
del día diez y ocho, llevada a cabo sin llevar las
formalidades legales y contra las prevenciones
de la autoridad local dirigidas a ese fin», por
lo que considera «que ambos hechos constituyen delito y que el primero se halla penado
con prisión correccional en sus grados mínimo
y medio; y que respecto a estos delitos procede la prisión, pero que es permitido de fiar en
libertad».
Del resto de militantes en dicha asociación republicana así como de la manifestación y
los participantes en ella no obtenemos más noticias. También desconocemos cuál sería el papel de esta asociación en los sucesos acaecidos
a finales de noviembre de 1872, donde Marbella
vivió un momento delicado ante la insurrección
de grupos de republicanos intransigentes que
conocemos por medio de copias de telegramas
de esos días78.
Desde Coín se recibe un telegrama la mañana del 27 de noviembre anunciando el retraso
del correo a consecuencia de ser éste interceptado por una partida de republicanos, los cuales
abrieron la correspondencia:
«Llegó de Cártama a las 8 y 30 por haberlo detenido en Alhaurín el Grande una
Partida Republicana, la cual abrieron la correspondencia y sale para Marbella a las 9
con los siguientes paquetes»79.
Supuestamente, el alcalde tuvo que comunicar a las autoridades militares de la provincia el desasosiego ante las amenazas de los
republicanos, por lo que recibiría un telegrama
del gobernador militar la misma mañana del
27 de noviembre tranquilizando a los responsables locales y ofreciendo el poder militar de
la capital. El gobernador militar diría al alcalde: «Nada tema si se alterase el orden avise
telegráficamente o por mar y ira el vapor de
guerra con tropas a castigar severamente a los
insurrectos»80.
La mañana del 28 de noviembre tanto el
alcalde de Marbella como sus homónimos de Vélez y Estepona, así como el comandante militar
de Antequera, reciben un telegrama del gobernador militar serenando la intranquilidad de los
mismos al comunicar una victoria oficial sobre
los insurgentes. Aún así es declarado el Estado
de sitio en la provincia.
La Marbella del Sexenio Democrático (1868-1874)...
«Esta tarde a[—] orden ostensiblemente en esta capital. Convinadas [sic] las
fuerzas dispuse el ataque dominando la
insurrección a las dos horas y en este momento por completo no se tienen noticias
de las bajas pero se consideran escasas
por nuestra parte y por las vistas de los
insurrectos me convenzo han sufrido un
ejemplar escarmiento. Resignado el mando por la Autoridad Civil he declarado Provincia en Estado de sitio. En este momento
Completa tranquilidad»81.
La noche del 29 de noviembre se produce en Marbella un levantamiento republicano cuyos protagonistas fueron ciudadanos de
la localidad apoyados por elementos de otros
municipios. La madrugada del 30 el alcalde,
viéndose amenazado, se comunica mediante
telegrama con el comandante general de la
provincia en nombre propio y del «Juez, Fiscal,
Registrador Propiedad, Ayudante Marina, Jefe
estación telegráfica, Vicecónsules Francés e
Inglés [tachado], Administrador Rentas y Aduanas, Secretario Ayuntamiento, numerosas personas notables y porción vecinos honrados»,
para suplicarle «garantía a sus personas e intereses comprometidos inminentemente por
elementos republicanos vandálico». Explica
escueto los sucesos de la noche anterior y las
intenciones de los insurrectos: «Anoche quisieron insurreccionarse deponer Ayuntamiento y Autoridades producir conflictos lamentables, proyecto quedó suspenso hasta mañana
noche». Haría el alcalde especial mención a la
compañía británica The Marbella Iron que en
esos momentos comenzaba a marchar y sobre
la que estaba depositaba grandes esperanzas
para solucionar el problema económico de la
zona: «Existe una sociedad inglesa, representa intereses inmensa consideración expuestos
como todos al vandalismo». El representante
del Ayuntamiento finaliza el telegrama rogando la presencia de las fuerzas del orden que le
puede proporcionar la máxima autoridad militar de la provincia: «Necesitamos fuerza armada, lo menos treinta hombres que auxiliaría a
suplicarles haciéndose respetar sin esta defensa, vidas e intereses nacionales y extranjeros
comprometidos»82.
El 30 a las 8 horas y 45 minutos se recibe un telegrama dirigido a alcalde, juez y fiscal,
ayudante Marina, jefe de Telégrafos y administradores, comunicando la prestación militar de
la capital para Marbella:
Para los sucesos acaecidos en Málaga capital en estos días vid. ARCAS CUBERO, F.: El republicanismo…, op. cit., p. 49.
AHMMb, Documentos Varios, sin clasificar, 1868-1874.
80
Ibid., Despacho telegráfico. Comunicado a las 7 horas 7 minutos del 27 de noviembre de 1872.
81
Ibid., Despacho telegráfico. Comunicado a las 9 horas 10 minutos del 28 de noviembre de 1872.
82
Ibid., Despacho telegráfico. Sin fecha.
78
79
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La Marbella del Sexenio Democrático (1868-1874)...
«Recibido telegrama, marcha buque de
guerra con fuerzas para castigar duramente a los que alteren el orden llegará prontamente con ordenes severísimas tranquilice pues al honrado vecindario publicando
este parte entre dichas personas»83.
Sin embargo, a las cinco y cincuenta de la
tarde se recibe otro comunicado del gobernador
militar anunciando la imposibilidad de trasladarse las tropas por mar y la perentoria llegada de
las mismas por tierra. De su reducida redacción
podemos deducir que hubo una comunicación
previa del alcalde al gobernador exponiendo que
los hechos no eran tan alarmantes como se anunciaron en un primer momento.
«Por su telegrama y estado del mar no
salió el vapor de guerra van con tropas por
tierra. Prenda y remítame los perturbadores del orden»84.
ral de las vascongadas. Sin embargo, los artilleros se negaron ponerse a sus órdenes. Ante
esto intenta dimitir, pero desiste al nombrarle
el gobierno capitán general de Cataluña. Empero, aquí, los oficiales de artillería dimiten en
masa de sus grados y empleos. Ruiz Zorrilla
toma la decisión de disolver la Artillería, para
lo que necesita la rúbrica de Amadeo I. Éste,
ante la controversia de indisponerse con el
ejército o con los únicos políticos que le eran
fieles, abdica87.
La I República es proclamada el 11 de
febrero de 1873, tras reunirse en Asamblea Nacional el Congreso y el Senado, por 258 votos a
favor y 32 en contra. Fue posible gracias a los
intereses de radicales y federales, los primeros
abandonarían la monarquía pero los segundos
se comprometerían a mantener una república
unitaria88. El pacto era demasiado frágil para las
pretensiones de ambos grupos.
Unos apuntes en forma de borrador
nos revelan un telegrama enviado por parte del alcalde de Marbella al gobernador
militar, anunciando la desmoralización de
los republicanos intransigentes.
«Elemento republicano intransigente está desanimado visto resultado de
otros puntos, particularmente de Málaga y dispersión partida de la sierra de
Mijas»85.
El 2 de diciembre la tranquilidad es
absoluta, como comunica el gobernador
militar a los alcaldes de la provincia.
Proclamación de la República por la Asamblea nacional
Fuente: Grabado publicado en la Ilustración Española y Americana el 16 de febrero de 1873
«Según telegrama ministro de la Guerra
tranquilidad completa en toda la península si se exceptúan las partidas carlistas de
Cataluña»86.
Las elecciones de agosto de 1872 dieron
una victoria contundente a los radicales con 274
actas de diputados. Sin embargo esta cómoda
mayoría no se tradujo en estabilidad, más bien
lo contrario, a causa de las medidas lanzadas
por los radicales como la abolición de la esclavitud o el recorte presupuestario de la Iglesia, así
como los conflictos que se arrastraban (guerra
Cuba, guerra carlista y republicanos federales).
Pero el detonante fue el nombramiento del general Hidalgo de Quintana como capitán gene-
Dos días después de ser instaurada la República en Madrid, el trece de febrero de 1873,
tiene lugar a las nueve de la noche una reunión
«en el salón de sesiones» encontrándose en ella
«el Sr. Alcalde y los Tenientes de la misma, D. Pedro de Artola y Villalobos, D. Salvador Rodríguez
Morilla, D. Miguel Belón y D. Salvador Delgado
Llanos», donde se presentan Miguel Jurado y Miguel Sánchez García «comisionados por la Junta
del partido Republicano» de Marbella, solicitando la dimisión de los cargos de los munícipes tal
como había dispuesto la Junta Republicana con el
fin de que ésta ejerza «el mando y administración
de esta localidad bajo el nuevo sistema que establezca, con el objeto de evitar los disgustos que
puedan ocasionarse si llegara por este motivo a
Ibid., Despacho telegráfico. Comunicado a las 8 horas 45 minutos del 30 de noviembre de 1872.
Ibid., Despacho telegráfico. Comunicado a las 5 horas 50 minutos del 30 de noviembre de 1872.
85
Ibid., 30 de noviembre de 1872.
86
Ibid., Despacho telegráfico. Comunicado a las 9 horas 45 minutos del 2 de diciembre de 1872.
87
SÁNCHEZ MANTERO, R. y MONTERO, F.: Revolución…, op. cit., pp. 67-68.
88
BAHAMONDE, A.: España en democracia. El Sexenio, 1868-1874, Historia de España, vol. 23, Madrid, Historia 16, 1996, pp. 92-94.
83
84
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alterarse el orden público, en atención a la nueva
forma de Gobierno que acaba de establecerse en
la Capital del Reyno [sic] por acuerdo de la Asamblea Nacional». Los concejales admiten el mandato
«quedando disuelto de hecho el Ayuntamiento»89.
Los republicanos marbellíes apoyaron la
institución republicana en el vecino pueblo de
Ojén, que se produjo por aclamación popular al
día siguiente de ser constituido la corporación
de Marbella. Las actas capitulares del municipio
ojeneto lo relata de la siguiente manera:
«En la villa de Ojén, siendo como las
siete de la noche de hoy catorce de febrero, de mil ochocientos setenta y tres, el
señor D. Pedro García Fernández, Alcalde
accidental de la misma, por consecuencia
del efectivo en la ciudad de Málaga, y por
ante mí el Secretario de este cuerpo municipal, se constituyó en esta Casa Consistorial, en medio de multitud de gente de
ambos sexos, que proclamando y vitoreando la República y la soberanía de la misma,
pedían a una voz el nombramiento de una
Junta provisional republicana, a fin de que
ésta entre a ejercer el mando y administración de esta localidad, bajo el nuevo
sistema que se establezca por el gobierno felizmente constituido. Y en su consecuencia, llenos todos de alborozo, por la
publicidad de un nuevo y deseado sistema,
con el mayor orden y circunspección debida, se acordó en nombramiento de un presidente que rigiera la indicada situación,
y que se le entregará la insignia o bastón
de mando de este pueblo, sin perjudicar ni
ofender en nada los preceptos emanados
de las superioridades actuales; y en vista
de las repetidas peticiones y exigencias
del gentío, el expresado Señor Alcalde,
manifestó, que siendo de su mayor agrado
tan feliz noticia, y afiliado como siempre
al citado gobierno, como es notoriamente
público, desde luego aceptando tan justas
y felices pretensiones cedió la referida insignia o bastón en manos y poder de D.
Gaspar Merino Zumaquero, de esta vecindad, que la multitud lo aclamaba por tal
Presidente de la Junta provisional de Gobierno de esta población, y éste aceptando
el cargo, tomó aquella, y fue proclamado y
vitoreado; pasándose en seguida a la elección de los vocales, que habían de componer la citada junta, y por unanimidad de
La Marbella del Sexenio Democrático (1868-1874)...
todos los concurrentes, fueron nombrados, a D. Miguel Sánchez Ortiz, D. Gaspar
Ortiz Pérez, D. Juan Gómez Sánchez, D.
Mateo Márquez Martín, D. Bartolomé Pacheco Márquez, D. Juan Suárez Pacheco,
D. Juan García Sánchez, menor, D. Martín
Ballesteros Pares y D. Gaspar Márquez
Zumaquero; y concluida la elección fue
celebrada y publicada con el mayor júbilo,
y magnificencia que era de esperar. Y en
cumplimiento de todo, y de tan laudable
noticia, antes expresada, se extiende esta
acta, a ruegos de los presentes, y para los
efectos que convengan la que firman todos los que saben, con el señor Alcalde, de
que yo el secretario certifico»90.
La «Junta provisional republicana» de
Marbella, que estaba formada por catorce
miembros, se haría cargo de los designios políticos del municipio. La primera actuación que
llevaron a cabo fue advertir al jefe de Telégrafos
del municipio que las comunicaciones oficiales
debían de ser entregadas a la nueva Junta y no
al destituido Pedro
de Artola91. Pero la
La «Junta provisional
medida ansiada por
republicana» de
todos, que se toma
Marbella, que estaba
también de forma
perentoria, fue la
formada por catorce
abolición del immiembros, se haría cargo
puesto de los con92
de los designios políticos
sumos .
El alcalde re- del municipio. El alcalde
publicano fue José
republicano fue José
María Marín AndraMaría Marín Andrades
des, presidente de
la Junta Revolucionaria, cuyo liderazgo del republicanismo marbellí provenía de tiempo atrás, habiendo sido presidente de una asociación republicana sin legalizar
en los inicios de los setenta así como un señalado
activista, motivo por el cual fue juzgado y encarcelado como hemos relatado anteriormente93.
La gestión del gobierno republicano se
encontraba en cierto modo desamparado a consecuencia de los poderes caciquiles de municipio, como denuncia en un informe José María
Marín al gobernador civil de la provincia a inicios
de marzo:
«Para que V.S. pueda apreciar la situación en que esta ciudad se encuentra, debe
saber que este País ha sido siempre una co-
Archivo Díaz de Escovar (ADE), Caja (C.) 1.075, Sig. 30. 13-02-1873.
Archivo Municipal de Ojén (AMO), AACC, 14 de febrero de 1873.
91
ALCALA MARÍN, F.: Marbella…, op. cit., p. 183.
92
Ibídem.
93
Fernando Alcalá Marín, en su obra Crónica de Marbella. Historias, tradiciones, leyendas y algunas cosas más (Marbella, 2006, pp.
444-453) escribe una semblanza de José M. ª Marín, quien fuera bisabuelo suyo.
89
90
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131
José Bernal Gutiérrez
lonia de los dos hombres más funestos de la
Unión Liberal: Don José López Domínguez y
el marqués del Duero, ligados por razones
políticas y de intereses con la mayoría de
las personas de posición de esta población,
las cuales se creen aún bastante fuertes con
aquella protección para desafiar impunemente al gobierno de la República»94.
Fernando Alcalá cree que «el peso de las
influencias caciquiles» fue el motivo por el que
el vecindario no brindó armas para formar una
compañía de voluntarios. Era una demanda al encontrarse la Junta republicana indefensa «ante el
posible ataque de algunas partidas armadas que
vagaban por la Sierra de Istán, y por las idas y
venidas de varios oficiales de carabineros vestidos de paisano que, según se decía, estaban en
connivencia con aquellas» 95.
Nuevamente, la Junta republicana de
Marbella se vio obligada a intervenir en el
municipio de Ojén, esta vez para instaurar la
República Federal. El 26 de marzo por la tarde se presentó Miguel y José Miguel Rosado,
«acompañado de otras cuatro o cinco personas»
y de «un grupo numeroso de vecinos de este
pueblo en calidad de manifestantes». De allí
todos pasan a la plaza «donde por último fue
proclamada por segunda vez la República federal». A consecuencia de los hechos, el alcalde
convocó sesión extraordinaria donde «recibió
una comisión del pueblo compuesta de varias
personas y entre ellas D. José Miguel Rosado el
que manifestó al Ayuntamiento que proclamada
en Málaga por el Gobernador Civil oficialmente
la República Federal creía conveniente que el
referido Ayuntamiento llevara a efecto la dimisión que tenía presentada a favor de los republicanos que constituían la jefatura del partido
en esta localidad». Los munícipes creían que la
deposición de ellos debería ser «sancionada por
el mandato del superior jerárquico», y en este
caso «no tenían inconvenientes en entregar la
jurisdicción a las personas que el pueblo proclamase siempre que este manifestase de una
manera categórica y clara». Empero, desde el
balcón de las Casas Consistoriales «por uno de
los manifestantes fue leída una candidatura»
(…) «la cual por aclamación fue aprobada». Tras
ello, escribe el secretario, «en vista pues de esta
resolución el Ayuntamiento dando una prueba
de respeto a la opinión pública, acordó defini-
La Marbella del Sexenio Democrático (1868-1874)...
tivamente dar posesión a los aclamados declinando la responsabilidad que pudiera caberle
en estos hechos en quién hubiere lugar»96.
Los nuevos munícipes serían «los ciudadanos Gaspar Merino, Gaspar Márquez, Bartolomé
Pacheco, Mateo Márquez Martín, Juan Suárez,
Martín Pérez, Benito Márquez, Martín Ballesteros, Cristóbal Saucedo y Francisco Gómez quienes tomaron posesión de sus cargos y firman los
que saben, de que certifico»97.
En Marbella, en abril, y pese a los inconvenientes con que se encontró el alcalde el mes
anterior, se constituye la Compañía de Voluntarios de la República, siendo elegido como capitán por los mismos miembros Salvador Sánchez
Orfila, y como teniente Francisco Sánchez García,
que fuera secretario de la asociación republicana
clandestina, y como alféreces Rafael Ruiz Martín
y Fernando Marín Vázquez98.
Entre el 10 y el 13 de mayo se celebran
elecciones a Cortes Constituyentes, ampliándose
el sufragio universal a todos los varones mayores
de 21 años, con el que el censo creció. Los republicanos vencieron con el 90 por ciento de los
votos, pero el resultado era engañoso si tenemos
en cuenta que hubo un abstencionismo del 60
por ciento99. El nuevo presidente sería Francisco Pi y Margall. En la provincia de Málaga, con
una gran participación, el republicanismo federal
obtiene todos los representantes, los tres de la
capital y los ocho de los distritos100. Deducimos
que el comportamiento electoral de Marbella estaba en esta línea.
La educación sería otra de las preocupaciones de los republicanos en su período
de gestión, «por ser este ramo uno de los más
recomendados por los gobiernos y en especial por el de la República». Por ello, desde la
corporación se advierte a los padres que se
esfuercen en la educación de sus hijos «evitando que los niños adquieran hábitos perniciosos y ofendan la moral pública por el hecho
de estar continuamente en las calles y plazas
en una constante vagancia»101. En este particular, la casa-escuela donde ejercía el profesor
Antonio Giménez Parra se cerró debido a su
estado ruinoso, habilitándose para ello el local
del Pósito. Sin embargo, ante la necesidad de
desalojar el Pósito, el alcalde se dirigiría por
oficio al «ciudadano cura párroco» para que
concediera la ermita de Santiago y dedicarla a
escuela pública»102.
ALCALA MARÍN, F.: Marbella…, op. cit., p. 184.
Ibid., p. 188.
96
AMO, AACC, 26 de marzo de 1873.
97
Ibídem.
98
ALCALA MARÍN, F.: Marbella…, op. cit., p. 185.
99
BAHAMONDE, A.: España…, op. cit., pp. 97-98.
100
ARCAS CUBERO, F.: El republicanismo…, op. cit., p. 47.
101
ALCALA MARÍN, F.: Marbella…, op. cit., p. 188.
102
Ibídem.
94
95
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José Bernal Gutiérrez
Los concejales republicanos dedicarían
grandes esfuerzos a intentar recuperar para el
municipio parte del patrimonio que pertenecía
a la ciudad y que fue enajenado de forma irregular en el pasado. Conocemos de la investigación
de algunas de estas propiedades gracias a las
referencias de Alcalá. Así, en marzo se requiere
a Eduardo Rosado e Idelfonso Roldán, hijos de
Fernando Rosado y Francisco de Asís Roldán, que
presentasen «los títulos de propiedad de los terrenos que poseían procedentes de los bienes de
propios en la inteligencia de que de no hacerlo
así, se procederá inmediatamente» a desalojarlos de dichos terrenos103. También se advierte a
Tomás Domínguez Artola que presentara los títulos de una finca que poseía en los pechos de las
Cuevas, «o de lo contrario se procederá al despojo de ellas por pertenecer al común de esta
Ciudad»104.
Volviendo a lo que sucede en el país, los
republicanos intransigentes demandan un federalismo desde abajo. En julio los diputados intransigentes se retiran de las Cortes e invitan a
la formación de cantones, surgiendo proclamaciones en el arco mediterráneo y Andalucía105. Pi
y Margall dimite sobrepasado por los sucesos y
Nicolás Salmerón es elegido nuevo presidente de
la República el 18 de julio. Tres días después, el
21 de julio, es proclamado el cantón de Málaga106. La implicación de Marbella en esta nueva
forma de Estado es difícil de discernir a causa de
la falta de documentación.
A finales de 1873 la situación económica
del municipio seguía siendo escuálida derivándose un gran problema local al no poder el Ayuntamiento sufragar los pagos a la Diputación, manifestando que el Estado adeudaba al municipio
«cuantiosos créditos a su favor de los intereses
vencidos de sus láminas intransferibles» por los
ingresos de los bienes de propios enajenados107.
Prueba del desorden económico es el hecho de
que hasta el 2 de diciembre la Junta Municipal no
aprueba el gasto económico para el año 18731874, viendo «que la sección de gastos comprende cuantos el Ayuntamiento está en la imprescindible necesidad de cubrir», cuyo déficit se
elevaba a 29.590,21 pesetas 108. Para cubrir este
La Marbella del Sexenio Democrático (1868-1874)...
déficit «acordó la Junta por mayoría de votos, se
proceda a un repartimiento general entre todos
los vecinos y Hacendados de este Distrito», de
conforme con la ley municipal, «comprendiendo
que no puede por ahora ingresar mayor suma
que la fijada por cuenta de los intereses de las
láminas, atendido el estado de apuro en que se
encuentra el Erario a consecuencia de la grave
situación por que atraviesa el Gobierno de la
República»109.
Ante esta propuesta, el vocal Juan de Quijada pide que constase su voto en contra al no
estar «conforme con el acuerdo de la Asamblea
de Asociados cuya mayoría ha votado un reparto vecinal para cubrir el déficit que aparece del
presupuesto que ha de regir en el actual año
económico», ya que la ley establece unas limitaciones con que han de establecer los impuestos
«mandando a los Ayuntamientos que para cubrir
sus atenciones recurran en primer lugar a los ingresos por rentas y productos de sus bienes, ya
sean fincas, ya inscripciones de la deuda pública,
atendiendo con ellas a cubrir dichas obligaciones municipales y las provinciales que hubiesen correspondido»110. Juan de Quijada, quien
se opuso a la revolución del 68, se posicionaría
como gran enemigo del nuevo régimen, cuestión
por la que se le ofrecería la Alcaldía en la restauración borbónica.
5. Vuelta al Status Quo
Desde el 6 de septiembre, en que es nombrado nuevo presidente Emilio Castelar comienza una política de giro conservador, ya iniciada
por Salmerón, que hace que se conozca este
período final de 1873 como el de «la república
del orden»111. La prioridad era resolver la guerra
carlista y el cantonalismo, a la que se sumaba en
mayor grado de preocupación la guerra de Cuba,
que alcanzó dimensión internacional con la intervención de Estados Unidos112. Todo esto hace
que parte de los diputados plantearan una cuestión de confianza a Castelar. Figueras, Pi y Salmerón habían decidido la caída del presidente de la
República y un nuevo viraje hacia postulados del
federalismo intransigente. En la madrugada del 3
Ibídem.
Ibídem.
105
BAHAMONDE, A.: España…, op. cit., pp. 103-104.
106
Vid. JIMÉNEZ LÓPEZ, J. A.: «Historia de un separatismo: el Cantón malagueño», Gibralfaro, 25, 1973, pp.121-158; CALERO
AMOR, A. M.: «Los cantones de Málaga y Granada», en M. TUÑÓN DE LARA (ed.): Sociedad, política y cultura en la España de los siglos
XIX y XX, Madrid, Edicusa, 1973, pp.81-90; ARCAS CUBERO, F.: El republicanismo…, op. cit., pp. 49-59; MORALES MUÑOZ, M.: «Reconsideración del cantón malagueño (1873)», Melanges de la Casa de Velázquez, XXVIII (3), 1992, pp.7-20 y LACOMBA, J. A.: «Cantonalismo y federalismo en Andalucía: el manifiesto de los federales de Andalucía», Revista de Estudios Regionales, 59, 2001, pp. 267-276.
107
ALCALA MARÍN, F.: Marbella…, op. cit., p. 189.
108
AHMMb, Actas de la Junta Municipal, 23 de noviembre y 2 de diciembre de 1873.
109
Ibídem.
110
Ibídem.
111
BAHAMONDE, A.: España…, op. cit., pp. 108-112.
112
Ibid., p. 109.
103
104
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José Bernal Gutiérrez
La Marbella del Sexenio Democrático (1868-1874)...
de enero de 1874, ya deSánchez, Domingo GreEl último gobierno republicano
rrotado el gobierno de
go, Francisco Guerrero,
Castelar, el general Pavía
José Peralta, Francisco
local, elegido el 2 de noviembre
disuelve por la fuerza la
Guerrero Escames y Rade 1873, ejerce la gestión del
Asamblea. El golpe apefael Lara. Faltarían mumunicipio hasta que el 4 de
nas ofrece resistencia en
nícipes significativos
el resto del país113.
como el propio alcalfebrero de 1874 se da cuenta
En el momento
de, José María Marín,
de un oficio del Gobierno de
del golpe de Pavía, la
o Francisco Sánchez
la Provincia disolviendo el
alcaldía marbellí estaGarcía, el concejal que
ba regida por Francisco
Ayuntamiento, y nombrando una hizo las veces de alcalSánchez García, teniende ante las ausencias
nueva corporación. El cargo de
te de la disuelta Comdel titular. Todos los
primer edil recaería en Pedro de presentes, «resignando
pañía de Voluntarios de
la República. «El alcalde
Artola, el alcalde depuesto por la el cargo administrativo
titular, José María Marín
que hasta aquí ha veniRepública
Andrades –diría Fernando ejerciendo», acordo Alcalá—, es posible
daron cumplimentar el
que ya se hubiere refugiado en su hacienda
oficio del Gobierno de la Provincia, no sin ande Río Verde defraudado de su experiencia
tes protestar «enérgicamente contra este acto
política»114.
de arbitrariedad puesto que no es conocida la
El último gobierno republicano local, elecausa que le motiva». Ante esto, el secretario,
gido el 2 de noviembre de 1873115, ejerce la gesJosé Galbeño, pide la dimisión de su destino,
tión del municipio hasta que el 4 de febrero de
la que fue admitida»117.
1874 se da cuenta de un oficio del Gobierno de
Al día siguiente, a la sesión donde se
la Provincia disolviendo el Ayuntamiento, y nomconstituía el nuevo Ayuntamiento, sólo asisbrando una nueva corporación. El cargo de pritieron de la corporación saliente Diego Ménmer edil recaería en Pedro de Artola, el alcalde
dez Amado, alcalde accidental y presidente
depuesto por la República:
del Ayuntamiento, y Domingo Grego Pérez,
regidor, «no habiendo asistido los demás con«En uso de las atribuciones que me
cejales a pesar de la invitación hecha al efecestán conferidas he acordado la destituto para dar cumplimiento a la orden del señor
ción del Ayuntamiento de su presidencia
Gobernador de la Provincia»118. Tras la toma de
y nombrar para que le reemplace en los
posesión se nombra secretario a Juan Bautista
cargos que se designan a los individuos
de la Torre cuyo cargo desempeñó hasta el 14
expresados al margen y son Alcalde Prede febrero de 1873119.
sidente Don Pedro Artola y Villalobos, TeEl resto del año de 1874 el consistorio
nientes de Alcalde D. Salvador Rodríguez
será conducido por Pedro de Artola y Villalobos,
Morilla, D. Miguel Belón Torres y Don
el mismo alcalde que encabezó la revolución de
Salvador Delgado Llanos. Síndicos Don
1868. Y sería él quien el 2 de enero de 1875 preAntonio Céspedes Tapia y D. Juan Duarte
sidiera la reunión de las fuerzas vivas en el salón
Navarro y Regidores D. Antonio Sánchez
de plenos del Ayuntamiento para reconocer por
García, Don Manuel Reyna Mata, Don José
aclamación a Alfonso XII de Borbón, «Rey legíMoreno López, D. Antonio Álvarez Toro, D.
timo de España, por derecho tradicional y por
Gerónimo Añón López, D. Sandalio Chicola voluntad de la Nación y del Ejército»120. Sin
te, D Cristóbal Lara Urbano y Don Diego
embargo el bagaje político de Pedro de Artola
Romero Amores (…)»116.
le privaría de continuar con la vara en la Restauración, siendo nombrado como alcalde Juan de
Dicha sesión se siguió bajo la presidenQuijada y Fourrat, enemigo confeso del régimen
cia de Diego Méndez Amado, como alcalde acanterior y más acorde con el nuevo sistema de
cidental, y de los concejales Rafael Ruiz, Juan
gobierno121. n
Ibid., pp. 109-112.
ALCALA MARÍN, F.: Marbella…, op. cit. (1980), p. 189.
115
AHMMb, AACC, 5 de febrero de 1874.
116
AHMMb, AACC, 4 de febrero de 1874.
117
Ibídem.
118
AHMMb, AACC, 5 de febrero de 1874.
119
Ibídem.
120
ALCALA MARÍN, F.: Marbella…, op. cit., pp. 193-194.
121
Ibid., p. 197.
113
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ISSN 1575-6416
Las Fuentes Documentales para el estudio
de Marbella en el siglo XIX conservadas en
el Archivo Histórico Provincial de Málaga
Esther Cruces Blanco
Directora del Archivo Histórico Provincial de Málaga
RESUMEN
La historia local a veces ha estado mediatizada por leyendas, tradiciones, noticias dispersas y un conocimiento
erudito no siempre contrastado con las fuentes documentales. Pero las corrientes historiográficas que han hecho
ahínco en la necesidad de conocer el microcosmos para comprender fenómenos sociales, económicos o culturales
más amplios han propugnado que la historia local fuera abordada con el rigor científico necesario. Y para ello, desde
luego, se han de conocer y manejar las fuentes documentales conservadas en los archivos. Así pues una breve guía
de fuentes como la aquí presentada para el siglo XIX de Marbella ha de hacer un recorrido por los tipos de archivos
y por los diferentes documentos existentes para tal fin. Se aborda, por lo tanto, la documentación conservada en el
Archivo Histórico Provincial de Málaga y las instituciones que produjeron estos documentos en el siglo XIX.
PALABRAS CLAVE
Administración Pública, Archivo Histórico Provincial de Málaga, Archivo Municipal de Marbella, distrito notarial,
fuentes documentales, guía de fuentes, historia local, planta judicial.
ABSTRACT
Local History has been annexed sometimes by legends, traditions and sparse news and, also, by an erudite knowledge
that not always was checked with records. But the different ways of studying Local History has forced the need of
knowing the microcosms to understand better a wider social, economic and cultural fact and, for this reason, has been
necessary to approach to these studies seriously and for that purpose is necessary to know and use the records kept in
archives. A short records guideline, as the one presented here, for the XIX century about Marbella it has been to look over
through the different types of archives and records. It is undertake the approach to the records preserved in the «Archivo
Histórico Provincial de Málaga» and the public institutions that produced the documents en the XIX century.
KEY WORDS
Public Administration, «Archivo Histórico Provincial de Málaga», «Archivo Municipal de Marbella», notarial district,
documentary sources, a guide to sources, local history, judicial plant.
I. La Historia local y la Historia
N
o siempre los estudios de historia local
son bienvenidos en la crítica histórica
debido a que muchos de ellos, a lo largo
del tiempo, han sido pergeñados con leyendas,
tradiciones, noticias dispersas y un conocimiento erudito, de manera que si el argumento era
expuesto por una autoridad éste se convertía
en verdad absoluta, a veces repetida hasta la saciedad y, lo que es más grave, entendida como
hecho cierto reiterado por otros historiadores
posteriormente. Esta realidad era fruto de una
1
época de erudición mal entendida, del afán de
construir historias nacionales, generales y locales, de la escasa preparación de algunos, de la
imposibilidad de consultar fuentes documentales, e, incluso, a veces, de una intención aviesa,
por lo que surgen falsarios reconocidos, recordemos por ejemplo el fraude de los libros plúmbeos o, para el ámbito malagueño, a García de la
Leña, es decir Medina Conde. Verdades, medias
verdades o invenciones absolutas han conformado, durante demasiado tiempo, algunas historias
locales —por desgracia a veces esto perdura en
la actualidad—1.
Hasta hoy en día, la investigación histórica es por lo común una aventura mucho más confiada a la improvisación, a la intuición
Esther Cruces Blanco
No obstante, la historia local ha de ser
la base de estudios históricos más amplios, y si
bien pueden ser abordados análisis históricos
desde la perspectiva de la macrohistoria, de los
fenómenos generales y globales, no cabe duda
que el microcosmos aportará el conocimiento de
una época.
En definitiva se hará un correcto trabajo de investigación histórica cuando se aplique
para esta empresa el rigor impuesto por el método científico y, por lo tanto, que las hipótesis
y sus posteriores resultados estarán avalados
por datos suficientes que puedan ser constatados, evaluados, comparados, «porque si bien la
labor interpretativa, la tarea de la hermenéutica,
es esencial e imposible de neutralizar, el relato
histórico del investigador no puede ser arbitrario sino que debe estar justificado, apoyado
y contrastado por las pruebas que existan al
respecto»2.
Los tópicos en los que la historia local ha
caído en muchas ocasiones y que suelen a veces repetirse, sin ser contrastados, se transmiten
también a lo largo del tiempo. Y la mayor parte
de estos males estriban en la creación y recreación de historia e historias sin la existencia de
datos, de fuentes fiables para ello, en definitiva,
debido a que muchos de estos trabajos de historia local han sido y son publicados careciendo
de citas de fuentes documentales. Sin embargo,
aún se observa la investigación sobre la historia
local o microhistoria como una manera de hacer
historia sometida a cierta sospecha porque «la
microhistoria puede ser tan atractiva como sugerente, pero a medida que su práctica prolifera
creo que sus inconvenientes se están haciendo
cada vez más evidentes»3. En cualquier caso,
el estudio de un espacio concreto y de un momento en particular siempre se verá sometido a
diversas circunstancias, luego analizadas por la
historiografía, por lo que para el asunto que nos
ocupa, la búsqueda de fuentes documentales
para el siglo XIX, en particular, ello dependerá
de esos factores entendidos desde otros ámbitos historiográficos que han basculado desde los
postulados de la Escuela de los Annales a otras
«corrientes renovadoras procedentes al comienzo, sobre todo, del área anglófona (la new social
Las Fuentes Documentales para el estudio de Marbella en el siglo XIX...
history y la new political history, por ejemplo) e
italiana (la microhistoria)»4.
Con respecto a la relación de la historia
con un espacio determinado se ha de recordar
que «las historias territoriales son aquellas que
adoptan un enfoque determinado por el espacio
de desarrollo de un fenómeno socio-histórico»5.
Por todo ello quizá y para enderezar tópicos, surgen asociaciones como la existente
en la ciudad que nos acoge, así pues la Asociación Cilniana, creada en 1996, tiene un doble
objetivo: la defensa y difusión del patrimonio
histórico cultural y medioambiental de la Costa
del Sol Occidental y «ampliar el saber sobre la
herencia común que nos une, a fin de lograr su
protección por autoridades sensibles y vecinos
concienciados»6 y este conocimiento está basado, como también demuestran una gran parte de
los trabajos publicados por esta asociación, en el
estudio y análisis de fuentes documentales, ya
sean arqueológicas o textuales o gráficas.
Debemos ser conscientes de que
hacer historia no es una cuestión
baladí, se requiere un esfuerzo por
parte de muchos elementos que se
concitan para que la investigación
histórica, aún más si es historia local,
esté alejada de tópicos, intereses y
parcialidades
Tal vez debamos ser conscientes de que
hacer historia no es una cuestión baladí, se requiere un esfuerzo por parte de muchos elementos que se concitan para que la investigación histórica, aún más si es historia local, esté
alejada de tópicos, intereses y parcialidades, no
obstante «cualquier aproximación a un corpus
de material histórico está condicionada de forma inevitable por las ideas preconcebidas individuales, las preocupaciones contemporáneas y
el conocimiento de la historiografía previa sobre el tema»7 y estos condicionantes son, ya de
por sí, unos corsés difíciles a veces de superar;
quizá sólo la existencia de datos procedentes
y al buen sentido del investigador que a una preparación técnica rigurosa. Pero todas las grandes investigaciones históricas se han
hecho siempre, sin embargo, sobre la base de un trabajo detenido que iba mucho más allá de la mera explotación y trascripción de
unas «fuentes», para construir, en definitiva, un relato. AROSTEGUI, J.: La investigación histórica: teoría y método, Barcelona, Crítica,
2001, p. 360.
2
MORADIELLOS, E.: El oficio de historiador, Madrid, Siglo XXI, 1994, p. 9.
3
ELLIOTT, J.: «El oficio de historiador», en R. FERNÁNDEZ; A. PASSOLA y M. ª J. VILALTA (coords.): John Elliott: El oficio de historiador, Lérida, Milenio, 2001, p.19.
4
MORADIELLOS, E.: «Fernand Braudel (1902-1985): la Historia sin sujeto», en La persistencia del pasado: escritos sobre la historia,
Cáceres, Universidad de Extremadura, 2004, p. 126.
5
AROSTEGUI, J. La investigación…, ob. cit., p. 366.
6
SERRANO LIMA, A.; LÓPEZ GONZÁLEZ, F. y LÓPEZ SERRANO, F. de A. (coords.): Aqua Nostra, agua de todos. El agua en la costa
del Sol Occidental, Marbella, Asociación Cilniana, 2006, p. 10.
7
ELLIOTT, J.: «El oficio…», ob. cit., p. 10.
136
Cilniana 20/21, 2007 - 2008: 135-158
Esther Cruces Blanco
Las Fuentes Documentales para el estudio de Marbella en el siglo XIX...
descubriendo el papel que nuestra
ciudad representó en el contexto histórico; su evolución social,
económica, cultural a lo largo del
tiempo»9.
Asimismo, debemos recordar que existen diversas fuentes
informativas que permiten conocer
el pasado, fuentes en variados soportes, pero también de diferente
tipo en función de la inmediatez
de la noticia con respecto al autor
de la misma, es decir hablamos de
fuentes directas cuando el autor de
la información es quien elabora el
documento, llegando a ser fuentes
Vista de la ciudad de Marbella por Francis Carter, 1772
secundarias y terciarias aquellas en
Fuente: CARTER, F.: Viaje de Gibraltar a Málaga, Málaga, Diputación Provincial de Málaga, 1985
las que la información ha pasado
por distintos autores que la han
de fuentes primarias de información podrán sumodificado, concretado, corregido, etc. Por eso
perar estos presupuestos.
aquí, y siempre que tratemos de archivos y los
En cualquier caso, el estudio del microdocumentos en ellos conservados, hablaremos
cosmos, de lo más cercano, del entorno social,
de fuentes primarias de información. Y gracias
económico, mítico o histórico que nos rodea
a ellas podemos cotejar datos y noticias; por
siempre ha sido una necesidad, al fin y al cabo
ejemplo, cuando Francis Carter en 1773 realizael clan, la tribu o la aldea necesitan un pasado
ba su Viaje de Gibraltar a Málaga, las noticias por
mítico para crear unidad y además hoy, quizá
él aportadas son literarias, y sus percepciones
cada vez más, «la conciencia del pasado comuserían distintas si son constatadas con las reanitario del grupo humano constituye un componente inevitable de su presente, de su dinámica
social, de sus instituciones, tradiciones, sistema
de valores, ceremonias y relaciones con el medio
físico y otros grupos humanos circundantes. Dicha concepción de su pasado común, de su duración como grupo, es una pieza clave para su
identificación, orientación y supervivencia en el
contexto del presente natural y cultural donde se
encuentra emplazado»8.
Para el caso que nos ocupa, la ciudad de
Marbella y las zonas que han estado bajo su influencia a lo largo del tiempo, se ha de destacar
el incremento de estudios históricos de carácter
local que han ido apareciendo en los últimos
quince años, gracias a diversas cuestiones, entre
ellas al elenco de historiadores formados en la
Universidad de Málaga, a las acciones llevadas a
cabo por la Asociación Cilniana y, desde luego, a
los esfuerzos para que el Archivo Municipal sea
una institución organizada y en funcionamiento.
No obstante, como ya expresó Nicolás Cabrillana
hace algunos años, por circunstancias adversas,
Marbella carece de archivos pues tanto el municipal como el eclesiástico sufrieron pérdidas,
«pero, afortunadamente, en el Archivo Histórico
Provincial de Málaga y en otros archivos regionales y generales se conserva abundante documentación sobre Marbella con la que se puede ir
8
9
MORADIELLOS, E.: El oficio…, ob. cit., p. 13.
CABRILLANA CIÉZAR, N.: Marbella en el Siglo de Oro, Granada, Universidad de Granada / Ayuntamiento de Marbella, 1989, p. 9.
Cilniana 20/21, 2007 - 2008: 135-158
137
Esther Cruces Blanco
lidades de esos años reflejadas en documentos
conservados en los archivos. Para el viajero inglés, «la situación de Marbella es realmente excelente; su aspecto es el de una ciudad árabe,
pues sus ruinosas murallas y sus torres a punto
de caer proclaman el origen árabe de sus constructores. Sus habitantes actuales tienen un carácter poco acogedor, porque al ser muchos de
ellos descendientes de los moros, parecen tomar
a mal todavía el pésimo trato que recibieron sus
antepasados […]. Sin embargo, la proximidad
de sus playas, la belleza del paisaje que la rodea
y las feraces montañas que tiene detrás hacen
de Marbella una ciudad agradable»10. La lectura
de los documentos de esos años aportarían, sin
duda, otras realidades.
También se ha de recordar que el siglo
XIX es la centuria de la elaboración del Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y
sus posesiones de ultramar (Madrid, 1845-1850) de
Pascual Madoz11, tan necesario para conocer diversos aspectos de la España de ese momento y,
con respecto al análisis de las fuentes documentales, cuestiones básicas de carácter políticoadministrativo.
En este punto debemos recordar que los
documentos conservados en un archivo también
son necesarios para conseguir información para
otras disciplinas, algunas relacionadas con la Historia, como puede ser la Geografía, y para ello,
por ejemplo, los Archivos Históricos Provinciales
conservan una documentación variada y suficiente, como recientemente se ha expresado12.
Las Fuentes Documentales para el estudio de Marbella en el siglo XIX...
partiendo de la base de que existe en este siglo
una verdadera explosión documental, aunque esta
mención se suele aplicar al aumento de documentos producido en las Administraciones Públicas tras la Segunda Guerra Mundial. Ello supone que la búsqueda de fuentes documentales
y la interpretación de las mismas se presupone
más compleja, pero, evidentemente también,
más rica.
Los documentos van a ser imprescindibles para historiar; al fin y al cabo las ciencias
que no estudian fenómenos a la vista «tienen
que conocer la realidad a través de huellas, testimonios, reliquias […]. Entonces se introduce
el concepto de documento y entramos en el
mundo genérico de las fuentes de información.
En el caso de la historiografía esas fuentes de
observación son las llamadas tópicamente fuentes de la historia»13.
1.- Heurística y Búsqueda de Documentos. La Formación
del Investigador
Por ello, y en primer lugar, se ha de hacer
una reflexión sobre la epistemología, en general, y sobre la heurística y la hermenéutica, en
particular; es decir, de aquellas herramientas básicas para saber qué documentos, donde están,
de qué tipo son y qué preguntas les han de ser
planteadas y qué respuestas pueden satisfacer
al historiador, por ello «El primer acto del historiador es descubrir, identificar y discriminar esas
reliquias que pasarán a ser las pruebas o fuentes
documentales primarias sobre las que
su relato, su construcción naSe ha de reflexionar sobre los cambios acaecidos levantará
rrativa del pasado histórico»14. Si de esen la Administración Pública en el siglo XIX
tos aspectos tratamos aquí es porque si
siempre se ha considerado necesaria la
y, por ende, en la producción de documentos,
preparación del historiador en estas dispartiendo de la base de que existe en esta
ciplinas hoy estos conocimientos han de
centuria una verdadera explosión documental
estar implícitos en lo que desde la materia archivística se denomina la formación
II. El siglo XIX, cambios en la Administración Pública
de usuarios de los archivos. Francamente, desde
y en la producción de documentos. Las fuentes
la percepción cotidiana en un archivo, el usuadocumentales
rio carece de estos recursos previos, incluso, por
desgracia, de algunos que se dicen historiadores.
Para analizar las fuentes documentales
Y ello se debe a que la heurística y la hermenéuexistentes o que podrían existir para conocer
tica son tareas ingratas. La búsqueda y la propia
una localidad y su entorno en el siglo XIX han
investigación de fuentes históricas requiere una
de ser planteadas unas cuestiones previas. Por
inversión de tiempo previo a la visita a cualquier
un lado, reflexionar sobre los cambios acaeciarchivo, «la función de la heurística consiste en
dos en la Administración Pública en esta centubuscar y reunir las fuentes necesarias a la invesria y por ende en la producción de documentos,
tigación histórica. Previamente al tratamiento
CARTER, F.: Viaje de Gibraltar a Málaga, Málaga, Diputación Provincial de Málaga, 1985, p. 154.
SANZ SAMPELAYO, J.: Ordenación del territorio andaluz. Fisonomía de la división administrativa a finales del Antiguo Régimen, Granada, Universidad de Málaga / Universidad de Granada, 2005, p. 24.
12
REGUERA RODRÍGUEZ, A. T.: «Los Archivos Históricos Provinciales y el estudio de la Geografía«, en Los Archivos: un servicio
público, Valladolid, Junta de Castilla y León, 2007, p. 102.
13
AROSTEGUI, J. La investigación…, ob. cit., p. 371.
14
MORADIELLOS, E.: El oficio…, ob. cit.
10
11
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Esther Cruces Blanco
de un tema cualquiera en historia, es preciso
saber si hay documentos, cuántos son y dónde
están»15.
Junto a lo ya dicho, la interpretación de
los documentos ha de ser un imperativo para
todo historiador, y esta interpretación, entendida como hermenéutica, ha de comenzar por el
conocimiento y uso de unas herramientas, que
han de formar parte «de los conocimientos previos que debe tener el historiador también las
disciplinas auxiliares, que resultaron del trabajo
de muchas generaciones de eruditos. Se trata de
disciplinas técnicas, que sirven, principalmente
de apoyo a las actividades de la crítica externa de
los documentos»16. Tras ello aún no ha concluido
la interpretación, pues se ha de proseguir con un
interrogatorio exhaustivo de los documentos17.
Por lo tanto, y en ello se insiste en las
Facultades de Historia, y desde los archivos se
reclama, el historiador ha de saber cómo iniciar
su trabajo en un archivo, y aún algo previo, en
qué archivos y cuál ha de ser la concatenación de
los mismos. «Así pues, ¿cómo se debería proceder? El primer y más importante requisito es ser
consciente de las posibilidades y las limitaciones
que presentan las fuentes. Por más interesante u
original que pueda parecer un tema, carece de
sentido dedicarle tiempo y energías si no ha sobrevivido la documentación necesaria»18.
La formación de los usuarios de los archivos ha de ir aparejada a la importancia y número
de los mismos, el usuario de un archivo ha de ser
un especialista, por lo que se refiere a esa tipología de usuarios que quiere investigar –no indagar, o una palabra atroz, «bucear»— en el pasado histórico, pues se ha de considerar que «[…]
uno de los rasgos que caracteriza a los Estados
contemporáneos (y que aumenta en importancia
según su potencia) es el volumen, densidad y eficacia organizativa de sus archivos históricos y la
cuantía y formación de los investigadores y analistas que trabajan en ellos. No en vano, Cicerón
ya había advertido a sus compatriotas romanos:
Ignorar la historia es como permanecer siendo
un niño toda la vida»19. Hoy en día desde diversas
instancias y foros profesionales los archiveros insistimos sobre esta necesidad de formar usuarios
en los archivos, facilitando por parte de éstos in-
Las Fuentes Documentales para el estudio de Marbella en el siglo XIX...
formación precisa pero también requiriendo el
conocimiento básico de unas técnicas por parte
de quienes se acercan a un archivo20.
2. El Siglo XIX y los Cambios en la Administración
Pública y en la Producción de Documentos
Tras el estudio previo de qué documentos,
dónde están y qué preguntas pueden responder,
el historiador se encontrará con el documento
que necesita, y «en efecto, el documento es la
constancia escrita del acontecer, es la huella de
un determinado momento, de una postura concreta, de un hecho preciso. Es la memoria histórica de un pasado, que hay que conocer, tanto
para potenciar los valores o hechos positivos a
seguir, como para desechar los vicios o costumbres negativas a olvidar, es la memoria de la Historia, que debe guiar el caminar presente»21.
El siglo XIX aportó numerosos cambios
en la Administración Pública y en sus procedimientos y, por lo tanto, en la producción documental y en los documentos. Asimismo el uso
de las fuentes documentales producidas en el
siglo XIX requiere un conocimiento previo de las
instituciones que las produjeron y de la forma
de expedir estos documentos, de manera que el
potencial usuario de estos recursos informativos
pueda alcanzar un mayor índice de satisfacción
en su consulta.
El uso de las fuentes documentales
producidas en el siglo XIX requiere un
conocimiento previo de las instituciones
que las produjeron y de la forma de
expedir estos documentos, de manera
que el potencial usuario de estos recursos
informativos pueda alcanzar un mayor
índice de satisfacción en su consulta
En la primera parte del siglo XIX, en los
años de los intentos de revolución liberal-burguesa (1808-1837), existen cambios significativos en
el funcionamiento y estructura de la Administración. En este periodo, y con la Constitución de
CARDOSO, C. F. S.: Introducción al trabajo de la investigación histórica, Barcelona, Crítica, 1989, p. 136.
CARDOSO, C. F. S.: Introducción…, ob. cit., p. 137.
17
Llamamos interpretación (o hermenéutica) a la apreciación del contenido exacto y del sentido de un texto, a partir de las
lenguas y de las convenciones sociales de la época en que fue compuesto. CARDOSO, C. F. S.: Introducción…, ob. cit. p. 145-146.
18
ELLIOTT, J. «El oficio…», ob. cit., p.8.
19
MORADIELLOS, E.: El oficio…, ob. cit., p. 15
20
CRUCES BLANCO, E.: «El servicio a los ciudadanos en los Archivos Históricos Provinciales. La documentación catastral en
el Archivo Histórico Provincial de Málaga», en El Catastro: del Archivo a Internet, Madrid, 2005, pp. 10-13; CRUCES BLANCO, E.: «La
divulgación en los archivos. El gran público y el derecho a conocer los archivos», en E. CRUCES y J. AQUESOLO (coords.): ¡Lo que
hay que ver! La divulgación en el Archivo Histórico Provincial de Málaga: El «Documento del mes», Chiclana, 2007, pp. 13-24; Los Archivos:
un servicio…, ob. cit.
21
CABRILLANA CIÉZAR, N.: Documentos notariales de Marbella (1536-1573). Archivo Histórico Provincial de Málaga, Sevilla, Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, 1990, p. 9.
15
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1812 a la cabeza, el concepto de «sociedad civil»
se incorpora a las disposiciones que son aprobadas, de manera que libertad e igualdad son condiciones que definen esta sociedad civil, y ello
se ve reflejado, por ejemplo, en la aparición del
servicio militar obligatorio (1812), el intento de
reparto de la contribución entre todos los españoles en proporción a sus facultades (1812), la
promulgación de leyes generales como el Código
Civil y el Código de Comercio y la introducción
de procedimientos comunes en pleitos y juicios,
sin contemplación de fueros diversos. Progreso material y una administración eficiente eran
premisas de la sociedad liberal, patentes desde
la Constitución de 1812, y que se van manifestando más contundentemente a partir de 1824,
de hecho, para Cea Bermúdez las reformas administrativas eran «las únicas reformas susceptibles
de producir la prosperidad inmediata, y Javier
de Burgos compartía estas mismas ideas: esta fe
en las virtudes curativas de una administración
moderna»22.
Para conseguir estos objetivos, «el territorio se dividió en provincias cuyas autoridades
—ayuntamientos, diputaciones, jefe superior—
representaban una graduación, sin que exista
ninguna institución intermedia entre la provincia y el poder central». Con este estado unitario
y centralizado se querían evitar desigualdades
para que todos los ciudadanos fueran tratados
de igual manera23.
Diversas reformas administrativas encaminadas a conseguir un estado centralizado, alejado de las instituciones y prácticas absolutistas,
tendentes a obtener recursos, se vieron reflejadas en las reformas en la Hacienda Pública que
fueron, igualmente, importantes y renovadoras,
entre otras cosas porque se necesitarán más recursos, ya que se entiende que el concepto de
gastos, extraídos de la hacienda pública, han de
atender las obras públicas, la asistencia social,
el mantenimiento del culto y clero. Para todo
ello, se acudió a una reforma fiscal, al establecimiento de unas rentas generales con nuevos
conceptos recaudatorios, recayendo gran parte
de estas nuevas opciones en Martín de Garay24.
Para el estudio que aquí nos ocupa y debido a la
importancia de la información suministrada por
los documentos producidos por el Ministerio de
Hacienda y por los órganos encargados de elaborar el Catastro, debemos recordar que los cambios en la Administración, aun considerando sus
Las Fuentes Documentales para el estudio de Marbella en el siglo XIX...
retrocesos, son, en cualquier caso imparables.
Durante el reinado de Isabel II y la monarquía
constitucional (1837-1868), se acomete la reforma fiscal y el arreglo de la deuda, aunque los
cambios constantes en los titulares del Ministerio de Hacienda hacían difíciles la consolidación
de cualquier cambio, existe una excepción, la del
ministro Alejandro Mon y el logro de sus propuestas sobre la hacienda pública, especialmente
la reforma fiscal, basada, principalmente en que
«una misma persona contribuiría por diferentes
conceptos. La principal actividad económica por
su participación a la renta nacional era la agricultura y la figura fiscal más importante fue la
contribución de inmuebles, cultivo y ganadería,
que pretendía gravar la renta de los propietarios
y los beneficios de los labradores»25. A partir de
ello, surgen una serie de departamentos y de
funciones nuevas que quedan reflejados en los
documentos: el derecho de hipotecas, la función
estadística, el registro de la propiedad, cuadernos de liquidaciones o amillaramientos, cartillas
evaluatorias, estudios catastrales, contribución
industrial y de comercio.
Desde luego, en este período no debemos olvidar la desamortización inducida por
Mendizábal (1836), aunque con posteriores
ampliaciones propuestas por Madoz, pues
desde el punto de vista documental e informativo la documentación que estas desamortizaciones producen es una constante fuente
de diversos recursos informativos, abundantes
y seriados.
«Entre los muchos cambios revolucionarios acaecidos en el siglo XIX, uno de los de mayores consecuencias económicas y sociales fue la
transformación que experimentaron los sistemas
de comunicación»26: carreteras, ferrocarriles,
puertos, comunicación por telégrafo. Entre ellas
se ha de recordar, por la implicación directa en
el caso que nos ocupa, la creación y existencia
de la Compañía de Ferrocarriles Andaluces27. Asimismo, como una de las novedades administrativas que suponen cambios estructurales y una
gran producción documental, se ha de recordar
que «el estado liberal habrá de asumir, pese a su
pretendida inhibición teórica, dos nuevas funciones de excepcional importancia como son la
educación y la asistencia social». En primer lugar,
se acuña el término «instrucción pública» como
un servicio que el Estado tiene la obligación de
prestar28.
CARR, R.: España. 1808-1975, Barcelona, 1996, p. 198.
ARTOLA, M.: La burguesía revolucionaria (1808-1874), en Historia de España dirigida por Miguel Artola, Madrid, 1990, pp. 84-85.
24
Ibídem, pp. 91, 97.
25
ARTOLA, M.: La burguesía…, ob. cit., pp. 117, 220.
26
Ibídem, p. 232.
27
CRUCES BLANCO, E.: «La documentación para la historia del ferrocarril conservada en el Archivo Histórico Provincial de
Málaga (1861-1998)», en Transportes, Servicios y Telecomunicaciones, 11, 2006, pp. 165-186.
28
ARTOLA, M.: La burguesía…, ob. cit., p. 251
22
23
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Esther Cruces Blanco
Y desde luego, para los aspectos formales de los documentos, la tramitación de ellos,
la regulación del expediente administrativo, y la
comprensión de los procedimientos, no debemos olvidar la «revolución» que supuso la denominada «Ley Azcárate» –1889—, la Ley de Bases
del Procedimiento Administrativo, fruto, como
otras tantas reformas administrativas, de un
miembro de la Institución Libre de Enseñanza,
Don Gumersindo Azcárate29, que quizá debería
ser el inicio de estudio de cualquier investigador
que quiera trabajar con fuentes documentales
del siglo XIX.
Los cambios analizados repercuten en los
archivos: se crea el Archivo Histórico Nacional, el
Archivo General Central y el Cuerpo Facultativo
de Archiveros, en 1858, asimismo esta preocupación se percibe en los municipios, pues los archivos municipales aparecen citados como tales y al
frente de ellos un archivero, entre otros motivos
como resultado de los procesos desamortizadores, que «obligó a tener especialmente localizados los títulos de uso y propiedad que afectaban
a los bienes comunales de los pueblos», como
bien explicaba Francisco López, archivero de
Marbella, hace unos años30.
Todo lo expuesto puede ser constatado
para el caso de Marbella, ya que el año 1865 es
notable para el archivo municipal pues se decide
su organización y el nombramiento de un archivero, aunque hasta los años cuarenta del siglo
XX no se renueve el interés por el archivo31.
Estas nuevas estructuras administrativas,
las nuevas funciones asumidas por el Estado, la
consecución de normas de diverso rango que
permitan regular la práctica administrativa, implican que estas disposiciones siempre mencionen tanto el procedimiento administrativo a seguir como los documentos que estructuran ese
procedimiento; en general, se adoptan diversas
medidas y disposiciones para dar formalidad al
documento, de manera que el expediente sea
una garantía y una manera de «localizar responsabilidades y garantizar, mediante la firma, la
autenticidad de las resoluciones»32. En general,
podríamos considerar que surgen nuevos procedimientos y, por ello, nuevos documentos y junto
a ello un aumento considerable de la producción
documental. Y como ya hemos indicado, en este
Las Fuentes Documentales para el estudio de Marbella en el siglo XIX...
contexto preocupado por los procedimientos y
por los aspectos formales de los documentos, se
ha de incardinar tanto la creación del Cuerpo Facultativo de Archiveros (1858) como la creación
del Archivo General Central, todo ello englobado
en el lema de la Unión Liberal: «más administración y menos política»33.
La importancia de la preparación y expedición de documentos adquiere un rango necesario, no sólo para los funcionarios, sino para
cualquiera que deba o quiera comunicarse con la
Administración Pública, de manera que aparecen
obras como «El oficinista instruido o práctica de
oficinas reales»34 y desde luego en este contexto
no debemos olvidar la magnífica obra impulsada
por Martínez Alcubilla35.
3. Los Documentos Perdidos
En este momento debemos recordar también aquellos documentos perdidos y que nunca
más volverán a suministrar la información que tal
vez hoy estemos buscando. En todo momento
y lugar, incluso hoy en día, la pérdida de documentos obedece a muchos factores: la desidia,
el olvido, el abandono, que perjudican especialmente a una información que debería perdurar
en un soporte muy frágil: el papel. Pero junto a
ello y la incuria del tiempo no debemos olvidar la
destrucción sistemática e intencionada de documentos —y hoy en día las noticias de prensa nos
acercan cotidianamente a este tipo de hechos—.
La provincia de Málaga, especialmente ha sufrido
estas destrucciones sistemáticas de documentos36. Nicolás Cabrillana, haciendo una reflexión
sobre la elaboración del Censo de Archivos de
1983, exponía:
«[…] por desgracia, hay que hacer constar
aquí que los archivos municipales fueron
quemados por ignorantes y malévolos durante la guerra civil de 1936-1939, otros
sufrieron pérdidas irreparables durante la
década de los cuarenta, pues, al parecer,
algunos Ayuntamientos, obedeciendo órdenes superiores, vendieron parte de sus
fondos como papel viejo. Ha habido secretarios y alcaldes que han prestado importantes documentos a eruditos locales o
RIVERO ORTEGA, R.: El expediente administrativo. De los legajos a los soportes electrónicos, Madrid, Aranzadi, 2007, pp. 67-68.
LÓPEZ SERRANO, F. de A.: «Fuentes documentales para el estudio de la Historia Moderna y Contemporánea en Marbella», en
I Jornadas de Patrimonio Histórico Local de Marbella, Marbella, Asociación Cilniana, 1999, p. 87
31
Ibídem, p. 88-89.
32
RIVERO ORTEGA, R.: El expediente…, ob. cit., p. 59.
33
Ibídem, 60-61.
34
HENRY, Á. A.: El oficinista instruido o práctica de oficinas reales, Madrid, 1813, [Mariluz Urquijo, J. M. (ed.), Madrid, Centro de
Estudios Políticos y Constitucionales, 2000].
35
MARTINEZ ALCUBILLA, M.: Diccionario de la Administración, 1877-1880, Madrid.
36
CRUCES BLANCO, E.: «La Guerra Civil y los archivos en la provincia de Málaga: la destrucción de los símbolos», en E. CRUCES
y J. AQUESOLO (coords.): Los años convulsos. 1931-1942. Documentación del Archivo Histórico Provincial de Málaga, Cádiz, Junta de
Andalucía, 2006, pp. 13-29.
29
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forasteros, que no han devuelto, perdiéndose por este procedimiento ilegal privilegios de Villazgo, libros de repartimiento,
tomos del llamado Catastro de Ensenada,
y otros documentos de capital importancia
para la historia local y nacional»37.
Las Fuentes Documentales para el estudio de Marbella en el siglo XIX...
halla este ayuntamiento sin ordenes ni instrucciones para la dirección y manejo de
dichos ramos […]»39.
Sobre la destrucción del archivo municipal hay más testimonios en las actas capitulares (17 de junio de 1820) y a través de los protocolos notariales conservados en el Archivo
Histórico Provincial de Málaga: 1844 y 184840.
Igualmente en 1909 el archivo municipal sufre
otra desaparición de documentos debido al enfrentamiento mantenido entre el consistorio y
el médico local, de manera que el «12 de mayo
la secretaría municipal fue invadida por un grupo de personas que, al parecer, mostraban así
su solidaridad con el médico municipal, que sería destituido días después. Se destruyó buena
parte de la documentación de índole económica del archivo […]»41. Probablemente el Archivo
Municipal de Marbella también sufriera la pérdida de documentos por mor de las disposiciones que tras la Guerra Civil fueron dictadas para
conseguir pasta de papel42.
Asimismo, se ha perdido un importante
patrimonio documental producido por instituciones privadas y por individuos; recordemos la
manera fortuita de recuperación de la documentación del Hospital Bazán o la probable pérdida
de la documentación de la colonia «El Ángel»43.
III. Las Demarcaciones Administrativas
El Archivo Municipal de Marbella sufrió
pérdidas por estas causas, y otras atribuidas a
los franceses y otras a pérdidas posteriores pues
Vázquez Otero menciona en 1966 «documentos
importantes actualmente perdidos, como las
Actas Capitulares del siglo XVIII» (en el libro de
este autor Pueblos Malagueños, Tomo 2, Málaga,
1966, pp. 141-158)38. Pero estas destrucciones se
remontan a centurias anteriores: en el acta de la
sesión capitular del 18 de diciembre de 1812 se
hace mención a la desaparición del archivo municipal como consecuencia de la estancia de las
tropas francesas:
«[…] quedaron destruidos todos los papeles de este Archivo, y los que existían
en las oficinas publicas, de modo que se
1. Provincias y otras demarcaciones
La reordenación administrativa era una
necesidad perentoria para el nuevo concepto
de Administración que el Estado del siglo XIX
requería, para ello se partía de los intentos llevados a cabo en el siglo XVIII cuando se produce
la división del territorio nacional en provincias,
«antes de las reformas llevadas a cabo por Carlos
III existían más de treinta demarcaciones, divididas a su vez en partidos, merindades, hermandades, cuadrillas, valles, etc. La reforma tenderá
a una división más regular y uniforme, dotando
a las nuevas provincias de una superficie análoga y parecido número de partidos, de tal manera que quedase superada la anacrónica división
anterior, dictada más por imperativos históri-
CABRILLANA CIÉZAR, N.: Documentos…, ob. cit., p. 11.
Ibídem, p. 11.
39
LÓPEZ SERRANO, F. de A.: «Fuentes…», ob. cit., p. 85, nota 6.
40
Archivo Histórico Provincial de Málaga (AHPM), Leg. P.4.941, fol. 356, citado en LÓPEZ SERRANO, F. de A.: «Fuentes …», ob.
cit., p. 87, nota 9.
41
Ibídem.
42
Para la provincia de Málaga ha sido estudiado el caso de Archidona: ESPEJO LARA, J. L.: «Un expediente de expurgo de documentación del Archivo Municipal de Archidona (Málaga), 1943-1944”, en E. CRUCES y J. AQUESOLO (coords.): Los años convulsos…,
ob. cit., pp. 79- 82.
43
Con respecto a la colonia El Ángel, en el momento de la destrucción de parte de sus edificios en 1995 parece ser que se quemaron bastantes «papeles». CASADO BELLAGARZA, J. L.: «El Patrimonio Histórico Industrial del Municipio de Marbella», en I Jornadas
de Patrimonio,…, ob. cit., p. 226, nota 77.
37
38
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Nomenclator I. En él aparecen los nombres de los
pueblos agrupados por las divisiones administrativas
de 1787
Fuente: Censo de Floridablanca 1787. Málaga, Medir, INE, 1986, p.
XVIII
cos y topográficos que por razones de lógica
administrativa»44.
Las reformas de la Administración del siglo XIX pretenden, asimismo, mejorar la relación
del súbdito que ya es ciudadano con los poderes
públicos, «la igualdad ante la administración exige que todos los individuos se organicen a nivel
local de acuerdo con un mismo tipo de institución, y que entre el ciudadano y el poder exista
una misma cadena de instituciones, de forma
que ninguno de los primeros resulte perjudicado por la necesidad de realizar mayores trámites
para obtener la satisfacción para sus demandas
o que en dirección contraria, se encuentre más
alejado que otros a la hora de recibir los servicios públicos […] Esta es la razón que explica la,
desde otra perspectiva, sorprendente dedicación
del poder revolucionario a la tarea administrativa de realizar una división provincial»45. Y en
la mente de todos aparecerá en primer lugar las
reformas acometidas por Javier de Burgos y su
Las Fuentes Documentales para el estudio de Marbella en el siglo XIX...
intento de configurar una planta administrativa
racional. Junto a ello se ha de tener presente la
Instrucción para el gobierno económico-político
de las provincias –Ley de 1813, renovada en
1823— que determinó las competencias de los
ayuntamientos, diputaciones y la de los jefes políticos46.
La división del territorio español en provincias, demarcaciones que pretendían el alejamiento de la división de los antiguos reinos, ya
fue acometida en el siglo XVIII; en 1785, Floridablanca procede a establecer la división de
España en cuarenta provincias, aunque la Real
Orden tiene fecha de 1789. Esta división no mejoró la confusión de la división territorial y será
diferente a la planteada en la segunda mitad
del siglo XIX, porque entre otros problemas,
aún persistía la existencia de divisiones entre
villas de realengo, abadengo, señoríos y órdenes militares47. Los cambios que se pretenden
en la división administrativa de España tuvieron
sus antecedentes en el reinado de Fernando VI,
pero desde el inicio de la nueva centuria ya se
propugna una nueva y diferente estructura administrativa y territorial. En 1822 el mapa español quedó estructurado en cincuenta y dos
provincias y tras ello se aportarán las medidas
propugnadas por Javier de Burgos y aprobadas
mediante el decreto de 30 de noviembre de
1833 por el que se estableció la vigente división
del territorio como base de una nueva administración48.
2. La Creación
Administrativos
de los
Municipios. Los Partidos
La Administración Municipal también se
ve inserta en estos cambios del siglo XIX y por
lo que a los documentos y los archivos se refiere se ha de tener en cuenta que «la revolución
liberal intenta, entre otros proyectos, modernizar el funcionamiento de la Administración […]
algunas reformas institucionales arraigan, como
la introducción de la figura de los secretarios de
Ayuntamiento, en sustitución de los escribanos
municipales»49.
La división en provincias implicó «el desarrollo de este modelo, lo que supuso que en
años posteriores se sucedan un buen número
de instrucciones de tipo legal que, en lo esencial, se ajustaron a la publicación de disposiciones relacionadas con agregaciones y separaciones de poblaciones de una a otra provincia,
GARCÍA MARÍN, J. M.: La reconstrucción de la Administración territorial y local, Madrid, Instituto Nacional de la Administración
Pública, 1987, p. 15.
45
ARTOLA, M.: La burguesía…, ob. cit., pp. 88-89
46
Ibídem, p. 90.
47
GARCÍA MARÍN, J. M.: La reconstrucción…, ob. cit., pp. 17-18.
48
SANZ SAMPELAYO, J.: Ordenación…, ob. cit., pp. 15-16, 18.
49
RIVERO ORTEGA, R.: El expediente…, ob. cit., p. 59.
44
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o bien concernían a la creación o supresión de
Ayuntamientos»50.
Con respecto a Marbella debemos recordar que la Intendencia de Granada estaba formada por 20 partidos, entre ellos el de Marbella, el
cual tenía una superficie de 444,94 km2 con una
ciudad, una villa y dos lugares51. Por ello la documentación, en diversas ocasiones, responderá
a estas unidades administrativas y no al propio
municipio, sin olvidar que en algún momento la
estructura municipal dependió de prefecturas y
subprefecturas52.
3. Planta Judicial
En el siglo XIX se reformó la administración de justicia, de manera que se crean
nuevos tribunales, se intentó eliminar la práctica del tormento y la desaparición del tribunal de la Inquisición, y en definitiva, lo que se
procuró fue la separación de poderes entre el
judicial y el gubernativo. El territorio de cada
Audiencia se dividió en partidos judiciales con
un juez de primera instancia a la cabeza del
mismo, mientras que los alcaldes constitucionales conservan algunas funciones judiciales,
aunque mínimas53. El Decreto de 26 de enero
de 1834 divide el territorio nacional, desde el
punto de vista judicial, en quince Audiencias o
Tribunales de territorio, englobando cada una
de ellas varias provincias54, estando la provincia
de Málaga incluida en la Audiencia Territorial
de Granada, por lo que la búsqueda de documentos relativos a ciertas cuestiones judiciales,
con respecto al ámbito geográfico aquí analizado, deberán hacerse en los archivos de esta
Audiencia Granadina.
En 1812 son especificadas las competencias de los jueces de partido y con ello el establecimiento de la planta judicial basada en estas
unidades básicas de la administración de justicia55, aunque no será hasta 1834 cuando las provincias queden divididas en partidos judiciales56.
En este asunto relacionado con la organización judicial y la posterior búsqueda de documentos, se ha de recordar que el partido de Marbella dependió del partido de Ronda en diversos
momentos57.
Las Fuentes Documentales para el estudio de Marbella en el siglo XIX...
4. Distritos Notariales
Igualmente ha de ser tenida en cuenta
otra división administrativa, en este caso la que
organiza la Fe Pública notarial, tanto en la época de las escribanías públicas, como posteriormente con la transformación de estas oficinas de
expedición de fe pública en notarias, tras la Ley
del Notariado de 28 de mayo de 1862, la organización registral se estructura en distritos. Marbella fue cabeza de distrito desde el momento
de la incorporación de la ciudad a la Corona de
Castilla, lo cual ha supuesto la existencia de un
fondo seriado de protocolos notariales desde el
siglo XVI hasta nuestros días, si bien, las actas de
estos protocolos lo son también con referencia
a las poblaciones que de este distrito notarial
dependían.
5. Otras Divisiones Administrativas
El Distrito Forestal, la Jefatura de Carreteras, los sistemas de repoblación y de intentos de
reforma agraria, las cuencas y redes hidrográficas,
todo ello implica que existan demarcaciones que
no coinciden ni con la provincia ni con la planta
judicial –muchas veces ésta empleada para otras
divisiones funcionales en la Administración Pública— lo que supone que la búsqueda de fuentes
documentales relativas a una ciudad o zona en
concreto –como el caso que aquí estudiamos—
deba tener en cuenta estas divisiones para que los
documentos puedan ser encontrados.
6. Las «Comarcas». Entidades Singulares Asociadas
Para el caso de Marbella, debemos recordar que en numerosas ocasiones los documentos que un investigador desea encontrar
van a estar organizados y encuadrados en entidades administrativas menores, y para el caso
de Marbella existen diversas entidades singulares: Castillo de Sabinillas, la Roldana, Alcorrín,
Martagina, Manilva, Pedraza, San Luis de Sabinillas, Alicate, Fábrica de Azúcar de San Pedro,
Los Manchones, Las Chapas, San Pedro Alcántara, Guadalmina, Albariza, Guadaiza, El Ángel,
La Concepción, Nagüeles58. La localización de
SANZ SAMPELAYO, J.: Ordenación…, ob. cit., p. 21.
Ibídem, pp. 86, 91
52
LÓPEZ GÓMEZ, P.: «75 aniversario de la creación de los Archivos Históricos Provinciales. Pasado, presente y futuro (19312006). Origen y evolución de los Archivos Históricos Provinciales», Boletín ANABAD, LVII, 1, 2007, p. 13.
53
ARTOLA, M.: La burguesía…, ob. cit., pp. 87, 88.
54
SÁNCHEZ–ARCILLA BERNAL, J.: Historia de las instituciones político-administrativas contemporáneas (1808-1975), Madrid, Dykinson, 1994, p. 274.
55
SÁINZ GUERRA, J.: La administración de justicia en España (1810-1870), Madrid, Universidad Complutense, 1992, p. 175 y ss.
56
SÁNCHEZ–ARCILLA BERNAL, J.: Historia de las instituciones…, ob. cit., p. 274.
57
«[…] numerosos testimonios revelan la subordinación, en distintos momentos y circunstancias, de este término al Partido de
Ronda». SANZ SAMPELAYO, J.: Ordenación…, ob. cit., p. 154
58
NATERA RIVAS, J. J.: «Agua y poblamiento en la Costa del Sol Occidental», en A. SERRANO LIMA; F. LÓPEZ GONZÁLEZ y F. de
A. LÓPEZ SERRANO (coords.): Aqua Nostra…, ob. cit., p. 54.
50
51
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Esther Cruces Blanco
los documentos, por lo tanto, deberá tener en
cuenta estas demarcaciones.
7. La Administración Militar
No debemos olvidar, asimismo, los cambios acaecidos durante el siglo XIX con respecto a la división territorial militar, no sólo por la
importancia de estas fuentes documentales para
asuntos específicos militares, sino porque la actuación de los ingenieros militares en aspectos
civiles supone que la documentación militar sea
casi de imprescindible consulta para muy diversos temas. La división territorial militar en el
siglo XIX «está íntimamente relacionada con la
distribución del ejército y marca la acción del poder militar para la intervención en las operaciones de su circunscripción y sobre los individuos
sometidos al fuero de guerra»59. En 1841, en las
provincias donde no residiese un capitán general
se estableció la existencia de un comandante militar de provincia, con cargo de brigadier o coronel, y tras la aparición en 1849 de los gobernadores civiles, en 1852 el comandante militar pasó
a ser denominado gobernador militar. Según el
decreto de 27 de enero de 1822 la Península e
Islas se dividen en Distritos, perteneciendo la
provincia de Málaga al Distrito de Granada (junto
a las provincias de Almería, Jaén, Granada y presidios de África). No obstante esta estructura y
división cambió durante el siglo XIX en diversas
ocasiones60.
La búsqueda de documentos referentes
a Marbella tiene que ser ampliada, por lo tanto
a las diversas demarcaciones, distritos y plantas
que a lo largo del tiempo han gestionado asuntos
sobre esta localidad y su tierra: pero igualmente
la búsqueda de información sobre Marbella ha de
tener en cuenta que esta ciudad «ha sido tradicionalmente el centro administrativo de una comarca que comprendía varios términos municipales
de la actualidad: Estepona, Benahavís, Ojén e Istán han tenido vínculos directos con nuestra localidad hasta el momento de sus demarcaciones,
y desde el punto de vista de la administración de
justicia hasta fechas mucho más recientes, lo que
hace que la información concerniente a nuestro
municipio aparezca en otras fuentes relacionadas
con estas actividades y en estas mismas ciudades
y sus archivos. Al igual que en Ronda, con la que
Marbella compartía corregimiento y a cuya administración militar estuvo adscrita durante un
buen período61. Recordemos, por ejemplo, que
Las Fuentes Documentales para el estudio de Marbella en el siglo XIX...
al tratar de las minas no podemos limitarnos a
los límites administrativos del municipio marbellí, ya que los yacimientos mineros no entienden
de fronteras y abarcan territorios de los pueblos
vecinos»62.
La búsqueda de documentos
referentes a Marbella tiene que
ser ampliada a las diversas
demarcaciones, distritos y
plantas que a lo largo del tiempo
han gestionado asuntos sobre
esta localidad y su tierra
IV. Documentación para el Estudio de Marbella. La
Documentación Conservada en el Archivo Histórico
Provincial de Málaga
La elaboración de una guía de fuentes es
siempre una cuestión delicada desde la perspectiva de un archivero porque ningún investigador
querrá la misma información, ni indagará sobre
un mismo tema, de manera que las guías de
fuentes son susceptibles de ser ampliadas y modificadas, y, desde luego, han de ser elaboradas
y observadas con un carácter orientador, pues
nunca pueden sustituir el trabajo de búsqueda
que ha de realizar el investigador. En cualquier
caso la guía de fuentes, como todo catálogo de
documentos, no puede evitar cierta subjetividad. Por otro lado, las tendencias historiográficas cambian, las modas también imperan en las
formas de abordar los estudios históricos, y los
documentos que ayer se consideraban fundamentales para una metodología y análisis concreto hoy no son tan deseados, y, por lo tanto,
¿qué puede deparar el futuro? Con respecto al
uso de las fuentes documentales y cómo han
sido y son interrogadas, al menos para la Edad
Moderna y Contemporánea en España, pueden
ser analizados estudios recientes63. Asimismo,
una guía de fuentes, como el esbozo que aquí se
presenta, cuando se realiza con respecto a un archivo vivo, es decir, con un ingreso permanente
de fondos documentales, pronto puede quedar
modificada.
En todo caso, la elaboración de una guía
de fuentes, bien por los archivos bien por los
propios investigadores, antes de comenzar cualquier trabajo de investigación debería ser un
HERMOSO DE MENDOZA BAZTÁN, M. T.: «La división territorial militar en los siglos XIX y XX», Boletín Informativo Sistema
Archivístico de Defensa, 14, diciembre 2007, p. 4.
60
Ibídem, pp. 4, 5-9.
61
LÓPEZ SERRANO, F. de A.: «Fuentes…», ob. cit., p. 109.
62
CASADO BELLAGARZA, J. L.: «El Patrimonio…», ob. cit., p. 211.
63
SÁNCHEZ MARCOS, F.: «La historiografía sobre la Edad Moderna», en J. ANDRÉS-GALLEGO (coord.): Historia de la Historiografía
española del siglo XX, Madrid, Encuentro, 2003, pp. 123-188.
59
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requisito imprescindible, como elemento básico
de la necesaria planificación del trabajo científico64. Asimismo cualquier guía de fuentes debe
tener en cuenta que el objetivo de la investigación socio-histórica puede tener cuatro planos:
el de la secuencia temporal, el del espacio o espacio socio-histórico, el de la sociedad global o
el de los fenómenos socio-históricos particulares; y ello se puede abordar desde una o varias
aproximaciones: la espacial, la cronológica o la
sistemática65, y en función de estos parámetros
podrán ser elaboradas diversas guías.
No obstante el objetivo del presente análisis ha de ser amplio y como tal se expresa en las
menciones a los diversos fondos documentales
que van a ser mencionados. Y aunque del Archivo Histórico Provincial de Málaga nos hemos de
encargar en estas líneas debemos recordar que
los documentos que conservan una información
complementaria se custodian en otros archivos.
En primer lugar en el Archivo Municipal de Marbella. Por suerte ya son diversos los estudios de-
La ciudad de Marbella, 1752
Fuente: Archivo Histórico Provincial de Granada (Real Chancillería), «Autos,
respuestas generales y mapa resumen de Marbella», Hacienda, Administración de
Renta
Las Fuentes Documentales para el estudio de Marbella en el siglo XIX...
dicados a exponer la documentación conservada
en este archivo y a ellos nos remitimos66. La historia del Archivo Municipal de Marbella cuenta
con diversas noticias bien documentadas sobre
su existencia desde 1763 y, por lo tanto, el tipo
de documentación que se conserva67.
Asimismo son numerosos los trabajos de
investigación publicados que tienen como referencia fundamental el uso de las fuentes documentales conservadas en el Archivo Municipal.
El estudio e investigación sobre Marbella en el siglo XIX ha de ser acometido con la
búsqueda y análisis de fuentes documentales en
diversos archivos españoles, y sobre esta guía
de fuentes han sido elaborados unos trabajos68,
aquí sólo recordaremos algunos de estos archivos cuya consulta es imprescindible. En primer
lugar, el Archivo Histórico Nacional pues a partir
del siglo XVIII la documentación que generó la
administración pública se conserva en esta institución69. Asimismo, son ya diversos los trabajos
de investigación que han recurrido al Archivo del
Condado de Luque, conservado en la Sección
Nobleza del Archivo Histórico Nacional70, «fondo
absolutamente imprescindible para el estudio de
Marbella desde los momentos inmediatos a la
conquista […]» en relación con el Conde de Cifuentes y sus disputas con el concejo marbellí71.
Así pues la consulta de este Archivo señorial permite un conocimiento de lo ocurrido en Marbella
a lo largo del siglo XIX en relación a las cuentas y
administración de bienes entre otros lugares en
Marbella, Estepona, Benahavís y Parauta72.
El siglo XIX está igualmente bien representado en la documentación conservada en el
Archivo General de la Administración pues en
esta institución son ingresados los documentos
producidos por todos los Ministerios y otros órganos de carácter central de la Administración
Pública. No olvidamos, evidentemente, el Archivo General de Simancas aunque para la época
que aquí nos ocupa sea menor el número de
documentos conservados en el mismo, aunque
este archivo ha de ser siempre una referencia necesaria para todo historiador pues es el Archivo
«Planificar una investigación es, en alguna manera, prever los momentos cognoscitivos y técnicos por los que el trabajo habrá
de pasar». AROSTEGUI, J.: La investigación…, ob. cit., p. 362.
65
Ibídem, p. 365
66
LÓPEZ SERRANO, F. de A.: «Fuentes…», ob. cit., pp. 79-135; PRIETO BORREGO, L.: «Catalogación de los fondos municipales de
los siglos XVIII-XIX». Cilniana, 2, 1982, pp. 24-29.
67
Para la consulta de los fondos de este Archivo vid. Censo de Archivos. http://www.juntadeandalucia.es/cultura/aga/censara.
68
LÓPEZ SERRANO, F. de A.: «Fuentes…», ob. cit., pp. 79-135; SÁNCHEZ MAIRENA, A.: « Fondos documentales y archivos de la
administración de justicia y de la fe pública en la Costa del Sol. Partidos judiciales de Marbella y Estepona», en II Jornadas de Patrimonio Histórico Local de Marbella, Marbella, Asociación Cilniana, 2000, pp. 71- 149.
69
El Archivo Histórico Nacional cuenta con diversos instrumentos de descripción publicados, igualmente su contenido puede
ser consultado en http://www.mcu.es/archivos/CE/PARES.html.
70
MORENO FERNÁNDEZ, F. J.: «Marbella y el agua. Un problema histórico», en A. SERRANO LIMA; F. LÓPEZ GONZÁLEZ y F. de A.
LÓPEZ SERRANO (coords.): Aqua Nostra…, ob. cit., p. 165.
71
LÓPEZ SERRANO, F. de A.: «Fuentes…», ob. cit., pp. 111-112.
72
Sección Nobleza. Archivo Histórico Nacional. Condado de Luque. Administración de bienes y archivo. Signaturas: C.108.D.157; C.34 D.176-208; C.19 D. 1-42; C. 217 D. 202-203; C. 166 D. 309-349; C. 190 d. 1-310; C. 19 D. 66-99; C. 19 D. 43-44; C. 63 D.1-2;
C. 101 D. 230-231; C. 106 D. 1-27; C. 107 D. 1-52. PARES. Portal de Archivos Españoles: [http://pares.mcu.es].
64
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Esther Cruces Blanco
General de la Corona de Castilla, en el que se
conserva, como referencia cercana al período
aquí estudiado, «Las Respuestas Generales» del
Catastro del Marqués de la Ensenada73.
En esta referencia sucinta de archivos con
documentos necesarios para el estudio histórico
de Marbella en el siglo XIX no se han de olvidar
los documentos existentes en el Archivo de la
Real Chancillería de Granada.
1. El Archivo Histórico Provincial de Málaga: 75 Años
de Existencia
Son ya numerosos los trabajos que han
abordado qué es, qué contiene y para qué sirve el Archivo Histórico Provincial de Málaga74, y
considero que quizá su única presentación debería ser aquella que el Consejo Internacional de
Archivos hace para todos los archivos: un archivo
constituye la memoria de las naciones y de las
sociedades, modela su identidad y son la piedra
angular de la información de la sociedad75. No
obstante, para conocer qué fondos son custodiados en el Archivo Histórico Provincial de Málaga se ha de hacer una referencia a la historia de
estos archivos, una trayectoria ya larga pues el
año 2007 cumplieron sus setenta y cinco años,
en cierto modo un tiempo corto, cuando de Historia hablamos.
Los Archivos Históricos Provinciales son
fruto de la actividad de la II República en relación
con la defensa del patrimonio histórico, en aquellos momentos «patrimonio nacional», en el cual
los documentos y los archivos hallaron su lugar.
Son pues estos archivos producto de los próceres
instruidos en la Institución Libre de Enseñanza76
Las Fuentes Documentales para el estudio de Marbella en el siglo XIX...
pero, asimismo, son la evolución de la preocupación que los documentos y los archivos generaban en el entorno no tanto científico y cultural,
sino en la organización de la Administración Pública y la práctica administrativa, y ello se pone
de manifiesto en que el Decreto de creación
de estos archivos, de 12 de noviembre de1931
(Gaceta de Madrid, 14 de noviembre de 1931), es
pergeñado y aprobado por dos ministerios, el de
Justicia (del que era titular don Fernando de los
Ríos) y el de Instrucción Pública y Bellas Artes
(del que lo era don Marcelino Domingo). Desde
el principio, los Archivos Históricos Provinciales
quedaron vinculados al servicio del Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos, así como los Archivos de las Audiencias77.
Una vez finalizada la Guerra Civil, un Decreto
de 12 de Enero de 1939 vuelve a restablecer en
todo su vigor el Decreto del año 1931.
Pero ya que del siglo XIX tratamos, se ha
de recordar que la creación de los Archivos Históricos Provinciales es una pieza más del interés
que los archivos habían ido cobrando desde la
segunda mitad de esta citada centuria, como ya
hemos indicado78.
Sobre las funciones de estos archivos, su
utilidad y la legislación que les afecta han sido
publicados recientemente numerosos trabajos
fruto del aniversario de los setenta y cinco años
de existencia ya mencionados79. Asimismo son
diversos los estudios que han visto la luz relacionados con la historia del Archivo Histórico Provincial de Málaga y ya son, igualmente, diversos
los instrumentos de descripción publicados.
Debido a esta ya larga trayectoria, el
Archivo Histórico Provincial de Málaga es una
LÓPEZ SERRANO, F. de A.: «Fuentes…», ob. cit., p. 110.
«Archivo Histórico Provincial de Málaga», en Guía de los Archivos Estatales Españoles. Guía del Investigador, Madrid, Ministerio
de Cultura, 1984. pp. 87-88, 2ª ed.; «Archivo Histórico Provincial de Málaga», Archivum, V, 1995, pp. 78; CABRILLANA CIÉZAR, N.:
«Guía del Archivo Histórico Provincial de Málaga», Boletín de Archivos, 8, mayo-agosto 1980, pp. 177-180; CABRILLANA CIÉZAR, N.:
«El Archivo Histórico Provincial de Málaga. Los protocolos notariales y su importancia para la investigación», Ciencias y Letras. Revista
del Colegio de Doctores y Licenciados, 6, 1984, pp.83-99; CRUCES BLANCO, E.: «El Archivo Histórico Provincial de Málaga: uso administrativo y uso para la investigación científica», Jábega, 89, 2001, pp. 83-90; CRUCES BLANCO, E.; ACUÑA, E. y LOBILLO, D.: Inventario
de la documentación notarial conservada en el Archivo Histórico Provincial de Málaga. (1496-1900), Sevilla, Consejería de Cultura de la
Junta de Andalucía, 1ª Edición en CD-Rom; CRUCES BLANCO, E.: «Los archivos municipales de la Provincia de Málaga», Jábega, 92,
2002, pp. 51-60; DURÁN GIMÉNEZ, E.: «El Archivo Histórico Provincial de Málaga», Ciclo de conferencias: Archivos y Documentos en la
ciudad de Málaga, Málaga, 1998 pp. 29-41; DURÁN GIMÉNEZ, E.: «El Archivo Histórico Provincial de Málaga», en AA. VV.: Guía de los
Archivos Históricos Provinciales de Andalucía, Sevilla, Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, 2000, pp. 113-126; HERRERAS
MAGDALENO, D.: «Archivo Histórico Provincial de Málaga», Boletín de la Dirección General de Archivos y Bibliotecas, vol. X, 64, Madrid,
1962, pp. 110-111.
75
Consejo Internacional de Archivos: «[…] Archives constitute the memory of nations and of societies, shape their identity,
and are a cornerstone of the information society».
76
CRUCES BLANCO, E.: «El Archivo Histórico Provincial de Málaga: uso administrativo…», ob. cit.
77
LÓPEZ GÓMEZ, P.: «75 aniversario…», ob., cit., p. 18.
78
R. D. de 17 de julio de 1858, que crea el Cuerpo Facultativo de Archiveros y Bibliotecarios, la Junta Superior Directiva de
Archivos y Bibliotecas y el Archivo General Central de Alcalá de Henares; el R. D. de 28 de marzo de 1866, de creación del Archivo
Histórico Nacional, y la ley 30 de junio de 1894, por el que se dispone que los archivos, bibliotecas y museos dependientes de la
presidencia del Consejo de Ministros, o de los Ministerios de Fomento, Hacienda, Gobernación, Gracia y Justicia y Ultramar, así
como el Registro General de la Propiedad Intelectual, el depósito de libros del Ministerio de Fomento y los demás centros de naturaleza análoga serán servidos por miembros del Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos. LÓPEZ GÓMEZ,
P.: «75 aniversario…», ob. cit., p. 17.
79
OCAÑA LACAL, D.: «Los Archivos Históricos Provinciales en la legislación. Evolución y perspectivas en su setenta y cinco
aniversario», Boletín ANABAD, LVII, 1, 2007, pp. 261-282; DE LA CRUZ HERRANZ, L. M.: «Los Archivos Históricos Provinciales en su
75º aniversario: balance y análisis de sus publicaciones», Boletín ANABAD, LVII, 1, 2007, pp.163-220.
73
74
Cilniana 20/21, 2007 - 2008: 135-158
147
Esther Cruces Blanco
institución básica para abordar los estudios de
Historia Moderna y Contemporánea80. Para ello,
los archivos facilitan una información fundamental sobre los fondos que conservan mediante el
Cuadro de Clasificación81.
Sin embargo se ha de señalar que el
Archivo Histórico Provincial de Málaga es una
institución viva en muchos aspectos, entre
ellos porque es un archivo abierto, es decir,
anualmente ingresa documentos de diversas
procedencias, y, por otro lado, porque el uso
de sus instalaciones y de la documentación en
él conservada es permanente. Ambos aspectos
son evidentes como lo demuestran los datos
que mensual y anualmente son elaborados;
además se ha de destacar que tanto los ingresos como la atención a los usuarios presentan
un incremento exponencial desde hace ya algunos años. Para ello baste exponer algunos
indicadores:
• Número de ingresos y los metros lineales que ello supone durante el período 20042007: 7.820.
• Número de consultas realizadas en
2007, según tipo de usuarios:
• Préstamos administrativos realizados
en el período 2004-2007: 1.079.
Porque se ha de destacar que la documentación conservada en el Archivo Histórico
Provincial de Málaga, producida en el siglo XIX
por diversos organismos de la Administración
Pública y que aquí analizamos como fuentes documentales necesarias para hacer historia, son,
por otro lado, consultadas con relativa frecuencia con un valor administrativo, si no el mismo
con el que fueron producidas, sí con otra finalidad administrativa, en definitiva siempre abocada a demostrar derechos e intereses bien de
las propias Administraciones Públicas bien de
los ciudadanos.
Las Fuentes Documentales para el estudio de Marbella en el siglo XIX...
2. Breve Guía de Fuentes
en el Siglo XIX
para el
Estudio
de
Marbella
Una de las principales funciones de un archivo es la de difundir los documentos que en el
mismo se conservan, y dentro de esta esencial
encomienda se puede insertar esta breve guía de
fuentes que seguirá la estructura del Cuadro de
Clasificación del Archivo.
2.1. Archivos Judiciales. Documentación Judicial
La documentación conservada en el Archivo Histórico Provincial de Málaga procedente
de los diversos órganos judiciales de la provincia es numerosa y el ingreso de documentos es
permanente. La complejidad de esta documentación, no sólo para el archivero sino también
para el usuario de la misma, deriva de los constantes cambios relativos a la planta judicial, lo
cual supone adquirir un conocimiento previo sobre qué órgano judicial pudo producir aquellos
documentos que interesan para una localidad
concreta, como es el caso que aquí nos ocupa82.
La aparición de los jueces de primera instancia
o de partido, desde 1812, «es el fundamento del
sistema judicial liberal y su instalación definitiva
supuso la ruptura con el esquema de la justicia
absolutista»; estos
jueces asumirán
competencias en
asuntos civiles y
asuntos criminales83, lo que implica que la documentación judicial
sea siempre un reflejo de lo que sucede en el
partido judicial desde muy diversos y variados
puntos de vista.
Se ha de hacer, asimismo, una mención
a los documentos producidos por la Audiencia
Provincial, cuyas competencias tuvieron cambios importantes sobre todo tras la Revolución
de 1868 y en el año 1872, debido a la definición
sobre las competencias civiles y las criminales,
aunque las Audiencias de lo «criminal», es decir,
las Audiencias Provinciales, no son creadas hasta
el 14 de octubre de 188284.
La documentación judicial referida a Marbella, en relación al siglo XIX, ha de ser considerada en función de diversos organismos. En
primer lugar, la documentación producida por
80
ÁLVAREZ CARANTOÑA, F.: «Los Archivos Históricos Provinciales y el estudio de la Historia Contemporánea», en Los Archivos:
un servicio..., ob. cit., p. 112-119.
81
El cuadro de clasificación del Archivo Histórico Provincial de Málaga es actualizado mensualmente y puede ser consultado
en la página web del Archivo: [www.juntadeandalucia.es/cultura/archivos].
82
Sobre la administración de justicia en la Provincia de Málaga vid. AQUESOLO VEGAS, J.: «Apuntes sobre la Justicia en España
1931-1945. La documentación conservada en el Archivo Histórico Provincial de Málaga», en E. CRUCES y J. AQUESOLO (coords.):
Los años convulsos…, ob. cit., pp. 53-65.
83
SAINZ GUERRA, J.: La administración…, ob. cit., pp. 171, 181-184.
84
SÁNCHEZ-ARCILLA BERNAL, J.: Historia de las instituciones…, ob. cit., pp. 414-415.
148
Cilniana 20/21, 2007 - 2008: 135-158
Esther Cruces Blanco
la Audiencia Provincial, pues estos documentos
se refieren tanto a la tramitación propia de esta
instancia y, por lo tanto, no cabe duda, entre
sus libros de registro y de sentencias existirán
asuntos relacionados con Marbella y su zona de
influencia; la documentación conservada corresponde a los años 1895-1990. Asimismo, algunos
registros específicos de la planta judicial marbellí
se conservan en el fondo de la Audiencia, como
por ejemplo el Libro Registro de Señalamientos del
Juzgado de Marbella de 1924.
Por otro lado, se han de considerar los
expedientes judiciales propios del Juzgado de
1ª Instancia de Marbella, pero del mismo no se
conserva documentación del siglo XIX, pues los
documentos expedidos por este Juzgado parten
del año 1955 (hasta 1982), que no obstante son
de una relevante importancia para el asunto que
nos ocupa pues esta fecha inicial lo es de la sentencia, de manera que la tramitación previa más
los documentos aportados como pruebas son
anteriores.
No obstante, para el siglo XIX es aconsejable consultar la documentación producida tanto en el Juzgado de Ronda (1917-1989) como en
el Juzgado de Gaucín (1894-1959), como el de
Estepona (1873-1985).
Con respecto a la documentación judicial,
en el Archivo Municipal de Marbella, quedan
algunos testimonios de lo que sería el juzgado
municipal85.
2.2. Fondos de la Fe Pública. Fondos Notariales
No es este el lugar para recordar la necesaria consulta de los protocolos notariales para
hacer historia, «de la importancia de los protocolos notariales se dieron cuenta algunos de los
intelectuales que florecieron en este país en el
período de 1931-1933, entre los que se ha de
mencionar a Manuel Azaña, Julián Besteiro, Giner de los Ríos, Claudio Sánchez Albornoz, cuyos aciertos quedaron plasmados en el boletín
oficial del estado de aquella época»86. Nicolás
Cabrillana ya puso de manifiesto, para la ciudad
de Marbella, la importancia de la documentación
notarial87. Tras él han sido y son numerosos los
investigadores que acuden al Archivo Histórico
Provincial de Málaga para consultar esta rica y
variada fuente de información88, pues como in-
Las Fuentes Documentales para el estudio de Marbella en el siglo XIX...
dica uno de estos investigadores, y en relación
con las minas de Marbella, «en el fondo de protocolos notariales del Archivo Histórico Provincial
de Málaga podemos encontrar bastante información sobre declaraciones de dominio, alquileres,
ventas u otro tipo de escrituras relativas a las
explotaciones mineras» (por ejemplo Leg. 3.782
fols. 61-65v)89.
Los protocolos notariales comenzaron a
ser ingresados en la década de los cuarenta del
siglo XX en el Archivo Histórico Provincial de Málaga, y en ese momento el tratamiento archivístico de los mismos estuvo ajustado a las normas
que las autoridades del Ministerio de Instrucción
Pública y Bellas Artes consideraron necesarias,
las Instrucciones provisionales para la ordenada clasificación y catalogación de los Archivos Históricos de
Protocolos —aprobadas el 5 de mayo de 1933—
redactadas por el inspector general de Archivos
y director del Archivo Histórico Nacional, don
Miguel Gómez del Campillo90.
Los protocolos notariales de Marbella
ingresaron en el Archivo Histórico Provincial
de Málaga en 1974, eran 112. Estos protocolos
incluyen actas no sólo referidas a la ciudad de
Marbella, sino de todas las localidades que constituyeron su «tierra»: Benahavís, Istán, Ojén, Estepona91. Desde entonces, se han realizado varios
ingresos, lo que supone que el archivo conserve
documentación notarial del Distrito Notarial de
Marbella desde 1525. Pero, como indicara Nicolás Cabrillana, «desgraciadamente la serie de Protocolos Notariales está incompleta, pues el abandono que sufrieron durante siglos, depositados
en sótanos húmedos, ha ocasionado la perdida
total de muchos volúmenes»92.
Asimismo, se ha de tener en cuenta la
existencia de seis volúmenes de índices de documentos notariales que abarcan el período cronológico de 1840 a 1858, que en muchas ocasiones
completan actas notariales perdidas. El Archivo Histórico Provincial de Málaga
ha publicado dos inventarios de esta documentación notarial que permiten una rápida consulta93.
2.3. Fondos de la Fe Pública. Contadurías de Hipotecas
Como se expresa en la Guía de los Archivos
Históricos Provinciales de Andalucía, las Contadurías de Hipotecas «fueron el antecedente directo
LÓPEZ SERRANO, F. de A.: «Fuentes…», ob. cit., p. 119.
CABRILLANA CIÉZAR, N.: Documentos…, ob. cit., p. 12.
87
Ibídem.
88
CASADO BELLAGARZA, J. L.: «El agua en las colonias agrícolas de San Pedro y El Ángel», en A. SERRANO LIMA; F. LÓPEZ GONZÁLEZ y F. de A. LÓPEZ SERRANO (coords.): Aqua Nostra…, ob. cit., pp. 208-209. También MORENO FERNÁNDEZ, F. J.: «Marbella…»,
ob. cit., p. 165.
89
CASADO BELLAGARZA, J. L.: «El Patrimonio…», ob. cit.
90
RAVINA MARTÍN, M.: «Los protocolos notariales en los Archivos Históricos Provinciales», Boletín ANABAD, LVII, 1, 2007, p. 101.
91
CABRILLANA CIÉZAR, N.: Documentos…, ob. cit., p. 13
92
CABRILLANA CIÉZAR, N.: Marbella…, ob. cit., p. 10.
93
ACUÑA MUÑOZ, E.; CRUCES BLANCO, E. y LOBILLO ARANDA, D.: Inventario de la documentación notarial conservada en el Archivo
Histórico Provincial de Málaga. (1496-1905), Sevilla, Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, Edición en CD-Rom, 2008.
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de los actuales registros de la propiedad, constituyendo el primer intento de imposición de un
sistema de publicidad registral sobre la transmisión de los bienes inmuebles», imponiéndose tal
sistema mediante una Real Pragmática de 31 de
enero de 176894.
El Archivo Histórico Provincial de Málaga
conserva trece libros del Distrito de la Contaduría de Marbella, de 1852 a 1862, siendo estos
registros el reflejo del Real Decreto de 15 de junio de 1845, que cambió el sistema de registro e
inscripción de las propiedades, pues este control
quedó circunscrito al registro de cargas.
2.4. Administración General del Estado. Agricultura.
Distrito Forestal
No es frecuente que en los Archivos Históricos Provinciales se conserve documentación
que permita investigar sobre la actividad agropecuaria con documentos procedentes de las instituciones decimonónicas encargadas de la materia, porque esta actividad estaba muy centralizada en el Ministerio y escasamente delegada en
las provincias. Por otro lado, la documentación
que pudiera existir para Málaga en este sentido
estuvo custodiada en el edificio de la Aduana de
Málaga y, como se sabe, éste sufrió un incendio
y enormes pérdidas en 192295. No obstante, podemos encontrar fuentes indirectas pero de gran
importancia informativa para conocer hechos relativos a la importante Colonia de San Pedro Alcántara, donde «Manuel Gutiérrez de la Concha,
primer marqués del Duero, unificó en una sola
finca numerosos terrenos comprados en el extremo occidental del territorio de Marbella, junto
con otros colindantes de Benahavís y Estepona:
en total unas 5.000 hectáreas». En esta colonia se
implantaron nuevas técnicas de cultivo, se formó
al personal, se introdujo maquinaria teniendo el
primer ingeniero agrícola, el francés Eugenio Taillefer. Las deudas forzaron al marqués a vender
la colonia a sus principales acreedores, Joaquín
de la Gándara y Luis de la Cuadra, que establecieron una sociedad anónima. La fábrica azucarera comenzó su actividad en 1871 y en 1903 fue
vendida a la Sociedad General Azucarera96. Así
como datos sobre otra de las interesantes colonias agrícolas, en este caso la de «El Ángel», que
se estableció en los antiguos terrenos de la ferrería El Ángel; colonia creada en los años ochenta
Las Fuentes Documentales para el estudio de Marbella en el siglo XIX...
del siglo XIX acogiéndose a las leyes de colonización agrícola, en la que existía una industria
azucarera y una fábrica de harina, aprovechando
la infraestructura de la ferrería. Se conservan dos
elementos de esta colonia, el denominado embalse «Viejo», inaugurado en 1883, y el embalse
«Nuevo», de principios del siglo XX97.
El Distrito Forestal era una demarcación
creada por el Ministerio de Fomento en el siglo
XIX para procurar el avance en diversos aspectos
relacionados con los bosques y la explotación de
los mismos. No obstante, la documentación de
esta unidad administrativa permite conocer aspectos que van más allá de lo relacionado con la
reforestación y explotación forestal, ya que estas
actividades estaban vinculadas con la construcción de caminos e industria, con jornales y precios públicos.
La documentación conservada en el Archivo Histórico Provincial de Málaga con respecto al siglo XIX es escasa para Marbella, se limita
a cuatro expedientes de deslinde del Monte Baldío
del Rio Verde de 1882, penuria que tal vez se deba
a que el Archivo del Distrito Forestal desapareció
por el citado incendio de la Aduana.
2.5. Administración General del Estado. Hacienda
Marbella tuvo un desarrollo industrial
destacado en el siglo XIX98 y esta actividad, más
todas las otras que ello genera quedaron reflejadas en diversos expedientes producidos por
aquellos ministerios encargados de conocer la
riqueza, controlarla y crear las infraestructuras
necesarias para la expansión de esta riqueza, de
la producción y de la comercialización.
Se ha de tener en cuenta que si bien las
funciones que el Ministerio de Hacienda va a
desempeñar a lo largo del siglo XIX y XX existían durante todo el Antiguo Régimen, estas
competencias eran desempeñadas por diversos
funcionarios dedicados a cada una de las materias —millones, aduanas, arbitrios, etc.— y
que no será hasta diciembre de 1881 cuando se
proceda «a la creación de los Delegados de Hacienda para ejercer la autoridad económica superior en las provincias como agentes directos
del Ministerio»99.
Con respecto a la documentación producida por el Ministerio de Hacienda a lo largo del
tiempo, se conserva gran parte de la misma, por
AA. VV.: Guía de los Archivos…, ob. cit., p. 152.
FERNÁNDEZ ESCORIAL, M.: «El Palacio de la Aduana de Málaga. De centro administrativo a sede cultural», en E. CRUCES
BLANCO; A. DÍAZ SÁNCHEZ y M. FERNÁNDEZ ESCORIAL (coords.): La documentación del Gobierno Civil conservada en el Archivo Histórico
Provincial de Málaga 1800-1999, Málaga, Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, 2007, pp. 29-47.
96
CASADO BELLAGARZA, J. L.: «El Patrimonio…», ob. cit., pp.121-122.
97
Ibídem, pp. 225-226.
98
«[…] la trascendencia de las realizaciones industriales del municipio en el siglo XIX, pues algunas de ellas constituyeron
ejemplos muy destacados de la modernización, no sólo andaluza, sino española, como la siderurgia de Río Verde o los complejos
agroindustriales de las colonias de San Pedro de Alcántara y El Ángel […]». CASADO BELLAGARZA, J. L.: «El Patrimonio…», ob. cit.,
p. 183.
99
SÁNCHEZ-ARCILLA BERNAL, J.: Historia de las instituciones…, ob. cit., p. 467.
94
95
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Esther Cruces Blanco
lo que a la provincia de Málaga se refiere, en el
Archivo Histórico Provincial, gracias, entre otros
factores, a la existencia de un archivero en esta
Delegación Provincial desde 1888, desde entonces hasta hoy en día la documentación producida
por los diferentes órganos y funciones de la Hacienda y la Economía Pública tienen una especial
relación con el tratamiento archivístico100. Ello
ha permitido la conservación de diferentes fondos documentales, muchos de ellos aún en fase
de organización e inventario101.
La documentación susceptible de ser estudiada para Marbella ha de ser buscada en una
extensa y seriada producción documental relacionada con: patrimonio del Estado, Aduanas,
listas cobratorias, presupuestos municipales y
todos aquellos documentos producidos o recibidos por los diversos departamentos que gestionaban las numerosas y amplias competencias del
Ministerio de Hacienda en el siglo XIX.
En la actualidad este fondo documental
aún está en proceso de organización y descripción, asimismo se ha comenzado la descripción
de parte del Archivo Central de la Delegación del
Ministerio de Hacienda para preparar transferencias al Archivo Histórico Provincial de Málaga, de
manera que, tal vez, surjan otros documentos
decimonónicos. Se ha de tener en cuenta que
la documentación procedente del Archivo de la
Delegación de Hacienda, sin contar la producida
por la gestión catastral, asciende a 2.705 metros
lineales.
2.6. Administración General del Estado. Gestión
Catastral
Tal vez a efectos de este presente análisis cabría destacar la documentación relativa al
Catastro y su implicación con las contribuciones
directas, especialmente la territorial, rústica y
urbana, fruto, como otras tantas innovaciones
impositivas, de la Ley Mon, ya que estos documentos elaborados con una intención fiscal y
recaudatoria dan una amplia información sobre
la riqueza, la producción, la población, las manufacturas e industrias e, incluso, sobre las menta-
Las Fuentes Documentales para el estudio de Marbella en el siglo XIX...
lidades102. En cualquier caso ya hemos llamado la
atención en más de una ocasión sobre la riqueza
informativa de estas fuentes documentales, sin
que, por ahora, se le haya prestado demasiada
atención por parte de los usuarios del archivo103.
La documentación del Catastro de Rústica
para el período que aquí nos ocupa y en relación
a Marbella se conserva en varias unidades de instalación, siendo de variado tipo y toda ella relativa a las modificaciones y actualizaciones del
Catastro a lo largo del tiempo, considerando que
la actividad catastral, concebida con un objetivo
contributivo y fiscal aparece a mediados del siglo
XIX y que, debido a las numerosas indeterminaciones y cambios políticos, muchas de las normas
aprobadas no llegaban a ser puestas en práctica104. Para la provincia de Málaga, en general, y
para Marbella en particular, podemos decir que
la documentación seriada al respecto comienza
a partir de 1897. Pero debemos llamar la atención, ya que la documentación posterior, prácticamente hasta la década de los años 60 del siglo
XX refleja situaciones derivadas y anquilosadas
fraguadas en el siglo XIX, en incluso en centurias
anteriores. La documentación conservada en el
fondo del Catastro de Rústica, para Marbella se
remonta al año 1897105. Esta documentación es,
básicamente, la elaborada para la consecución
de las Memorias de las Cartillas Evaluatorias de la
riqueza rústica y pecuaria que reflejan toda la actividad, situación y nivel económico y de desarrollo de un municipio, tanto con documentos
textuales como gráficos106.
2.7. Administración General del Estado. Jefatura
Provincial de Minas
En el siglo XIX Marbella también destaca
por la explotación de recursos mineros, recordemos que existía la mina de hierro «El Peñoncillo»,
entre Ojén y Marbella, cuyo mineral se trasladaba a dos ferrerías instaladas en el río Verde; en
este trabajo de transporte participaban vecinos
de Marbella, Benahavís, Istán, Ojén y otros pueblos de la Serranía de Ronda. Asimismo, existían
minas de grafito en Benahavís, en el cerro de Na-
CRUCES BLANCO, E.: «Los Archivos Históricos Provinciales y la documentación de las Delegaciones de Hacienda. La documentación catastral», en E. CRUCES (coord.): La documentación catastral en el Archivo Histórico Provincial de Málaga. 1850-1989,
Málaga, Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, 2006, pp. 15-32; ROJO RAMOS, A. C.: «El Ministerio de Hacienda y sus
Delegaciones Provinciales. La documentación del Archivo Histórico Provincial de Málaga», en E. CRUCES y J. AQUESOLO (coords.):
Los años convulsos…, ob. cit., pp. 31-42.
101
Sobre la Delegación de Hacienda de Málaga vid. ROJO RAMOS, A. C.: «El Ministerio…», ob. cit.
102
FERNÁNDEZ ESCORIAL, M.: «La Historia del Catastro en Málaga y su reflejo en el Archivo Histórico Provincial de Málaga», en
E. CRUCES (coord.): La documentación catastral…, ob. cit., pp. 33-51.
103
AQUESOLO VEGAS, J.: «El Catastro como fuente de información», en E. CRUCES (coord.): La documentación catastral…, ob. cit.,
pp. 71-87; CRUCES BLANCO, E.: «El servicio…», ob. cit., pp.10-13; CRUCES BLANCO, E.: «Los itinerarios con brújula, un documento
para el conocimiento del territorio y de sus habitantes. Cuadernos conservados en el Archivo Histórico Provincial de Málaga», CT.
Catastro, 57, 2006, pp. 73-93.
104
Sobre la historia del Catastro en la Provincia de Málaga: ESCORIAL FERNÁNDEZ, M.: «El Catastro en el siglo XIX y XX», en El
Catastro…, ob. cit., pp. 20-22; ESCORIAL FERNÁNDEZ, M.: «La historia…», ob. cit.
105
El Inventario de esta documentación está publicado en CRUCES, E. (coord.): La documentación catastral…, ob. cit.
106
CRUCES BLANCO, E.: «Las memorias de las cartillas evaluatorias de la riqueza rústica y pecuaria conservadas en el Archivo
Histórico Provincial de Málaga. 1898-1899”, CT. Catastro, 54, 2005, pp. 105-126.
100
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151
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tías, explotadas desde el siglo XVIII y que fueron
el origen de la fortuna de Manuel Agustín Heredia, impulsor también de las ferrerías de Río
Verde; esta familia y los accionistas de «La Concepción» explotaban la mina de «El Peñoncillo» y
constituyeron en 1831, la Sociedad «El Ángel»107.
Esta situación en particular es un reflejo
del interés del Estado por conocer los recursos
mineros y controlar su explotación, y prueba de
ello es la creación de una Dirección General de
Minas, dentro de la estructura del Ministerio de
Gobernación108.
El Archivo Histórico Provincial de Málaga
ingresó esta documentación que tuvo que ser organizada y descrita y hoy pueden ser consultadas
diversas unidades documentales relacionadas
con las minas de Marbella, documentos que se
remontan al año 1865 y que aportan numerosos
datos —textuales y gráficos— sobre las minas
siguientes: Buenavista, El Cuco, Dificultades, Albin
Alsing, La Universidad, Virgen del Carmen, El Porvenir, La Soberana, Maria Luisa, Santo Tomás, La
Inteligencia, Los Cuatro Amigos, San Ciriaco y Santa
Paula, Los Desamparados, San Juan, Maravillosa, Encarnación, Noury, California, Enriqueta, Española, Esperanza, La Encantadora, Donde las dan las toman,
La Constancia, La Unión, La Victoriosa, La Libertad,
el Hallazgo, Adela, Veinte y cuatro, Cid Campeador,
Saint Margaret, Brillante, Santa Clara. Minas que
reflejan la actividad de la zona, los personajes
a ellas vinculadas y la mano de obra empleada;
sus nombres recuerdan, en muchos casos, a las
de las logias y grupos de librepensadores de la
época. Gracias a esta documentación se puede
tener información sobre unas treinta y nueve explotaciones mineras.
Con respecto a este fondo documental se
ha procedido, en colaboración con el Instituto
de Cartografía de Andalucía, a la digitalización
de los planos, lo cual facilitará la consulta e impedirá su deterioro.
Las Fuentes Documentales para el estudio de Marbella en el siglo XIX...
serva una considerable cuantía de documentos
procedentes de esta institución109 a pesar de las
pérdidas acaecidas en el incendio de 1922110,
siendo numerosas las series documentales que
permiten investigar sobre el siglo XIX, pues se
conservan documentos desde 1833. Estos conjuntos documentales reflejan el quehacer diario
y diverso de cualquier localidad de la provincia,
desde el punto de vista político, económico e,
incluso, del ocio y de la diversión111. Para el siglo
XIX marbellí se conservan datos entre una muy
variada documentación, tal como se puede observar en el Anexo.
En concreto, para Marbella existe documentación relativa a varias fundaciones, la fundación del Hospital de la Encarnación y expedientes de asociaciones.
2.9. Ministerio de Fomento. Jefatura Provincial de
Carreteras
El omnipresente Ministerio de Fomento
fue en el siglo XIX español el motor de una pretendida y buscada renovación, modernización y
mejora en todos los aspectos de la vida de una
2.8. Gobierno Civil
El Gobierno Civil en el siglo XIX y hasta
bien entrado el siglo XX era el reflejo de la gestión administrativa y política por antonomasia El
ciudadano veía en el Gobierno Civil no sólo el
lugar de residencia de la autoridad en la provincia, sino también la representación del poder, de
la represión, de la fuerza y el lugar donde acudir a tramitar asuntos personales y colectivos.
El Archivo Histórico Provincial de Málaga conCASADO BELLAGARZA, J. L.: «El Patrimonio…», ob. cit., pp. 195-196 y 211-212.
Decreto de 10 de marzo de 1847. SÁNCHEZ-ARCILLA BERNAL, J.: Historia de las instituciones…, ob. cit., nota 212, p. 227.
109
Vid. DÍAZ SÁNCHEZ, A.: «La documentación procedente del Gobierno Civil conservada en el Archivo Histórico Provincial
de Málaga», en E. CRUCES y J. AQUESOLO (coords.): Los años convulsos…, ob. cit., pp. 43-51 y «Por orden del gobernador», en E.
CRUCES BLANCO; A. DÍAZ SÁNCHEZ y M. FERNÁNDEZ ESCORIAL (coords.): La documentación del Gobierno Civil…, ob. cit., pp. 15-28,
también CAZENAVE QUERO, I.: «El Archivo Central de la Subdelegación del Gobierno», en E. CRUCES BLANCO; A. DÍAZ SÁNCHEZ y
M. FERNÁNDEZ ESCORIAL (coords.): La documentación del Gobierno Civil…, ob. cit., pp. 49-65
110
FERNÁNDEZ ESCORIAL, M.: «El Palacio…», ob. cit.
111
CRUCES BLANCO, E.; DÍAZ SÁNCHEZ, A. y FERNÁNDEZ ESCORIAL, M. (coords.): La documentación del Gobierno Civil…, ob. cit.
107
108
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nación atrasada sobremanera. De ahí que un ingente esfuerzo normativo asaltara las páginas de la Gaceta de Madrid y otros boletines legislativos112.
La documentación producida por la Jefatura Provincial de Carreteras a lo largo del tiempo es de gran valor cuantitativo y cualitativo. La
denominación del organismo no nos debe llamar a la limitación, los expedientes generados
por el Ministerio de Fomento y su delegación
en la Provincia —la Demarcación o Jefatura de
Carreteras— iban más allá de la construcción o
reparación de estas vías de comunicación. Los
expedientes producidos por estas instituciones
están íntimamente unidos al concepto amplio
de «fomento», es decir, la construcción de todos
aquellos bienes e infraestructuras que permitieran el avance económico, mercantil, industrial,
y, en definitiva de la población, de ahí que en
este fondo documental puedan ser encontrados
datos sobre: carreteras, vías, ferrocarriles, tráfico
marítimo, puertos, faros, puentes, edificios para
la administración pública y sus funcionarios, y
un largo etcétera, todo ello con la aportación de
datos sobre precios, estimaciones económicas y
comerciales, sin olvidar el valor de los documentos para el estudio de la evolución de la ingeniería y la arquitectura.
Por ello para la zona de Marbella —se
ha de destacar que muchos expedientes abarcan zonas geográficas amplias debido a la función de los mismos, por ejemplo: carretera de
tal localidad a…, en la que puede estar incluida
Marbella— existe documentación desde 1861.
Esta documentación aún está en fase de organización y descripción. En la actualidad el Archivo
Histórico Provincial de Málaga tiene descritos
setenta y cinco proyectos relacionados con
Marbella y relativos a caminos vecinales, carreteras e infraestructuras semejantes, de los años
1861 a 1900.
Este fondo documental, junto al del Catastro de Rústica, es relevante, asimismo, por las
representaciones gráficas del territorio, aún no
frecuentes en el siglo XIX, y además por la precisión y minuciosidad de estas representaciones,
pues «a mediados del siglo XIX, la cartografía
relacionada con lo que podría señalarse como
administración pública era, además, de limitada,
un bosquejo de deslices que, a veces, pueden parecer inexplicables. Por lo general, y sobre todo
en lo descriptivo, las magníficas colecciones de
mapas que forman parte de fondos de archivos y
bibliotecas especializadas no suelen proporcionar una idea acertada de la geografía en la que
actuaban las delegaciones y órganos del poder
central del Estado […]»113.
Las Fuentes Documentales para el estudio de Marbella en el siglo XIX...
2.10. División Hidráulica del Sur de España. Confederación
Hidrográfica del Sur de España
La documentación de estos dos archivos
producidos por dos organismos diferentes pero
uno sucesor del otro y cuya misión, hasta hace
unos años, era la ordenación de los recursos hídricos, tanto desde el punto de vista de su utilización como para la creación y mantenimiento
de estructuras relacionadas con el agua, aún está
en fase de descripción en el Archivo Histórico
Provincial de Málaga, pues el volumen de esta
documentación es cuantioso así como es mucha
la variedad de las tipologías documentales, sin
olvidar que era una documentación que no estaba ni organizada ni descrita.
Los expedientes producidos por estos
organismos son relativos a las infraestructuras
necesarias para el almacenamiento y aprovechamiento del agua y dentro de este amplio conjunto documental se puede destacar, para Marbella
y su zona de influencia, la existencia de diversas
unidades documentales, pero que, hasta el momento actual, según el proceso de descripción,
la fecha inicial de estos proyectos es de 1927.
2.11. Comisaría de Aguas
Este fondo documental ingresó en el Archivo Histórico Provincial de Málaga hace tan
sólo unos meses por lo que está en plena fase de
organización y descripción, lo que significa que
los datos que aquí sean aportados, sin duda se
verán pronto modificados, pues existirá más información con respecto a Marbella y su comarca
en relación al siglo XIX.
La función de la Comisaría de Aguas, teniendo en cuenta todas las modificaciones estructurales y organizativas que ha tenido a lo largo del tiempo, era y es la de supervisar todo tipo
de autorizaciones, concesiones y constituciones
de comunidades de usuarios, llevar el registro de
Aguas, controlar aforos, deslindes y calidad de
las aguas y, asimismo, la de ser un órgano sancionador.
En este sentido, conocemos para Marbella, por ejemplo, la solicitud de inscripción de un
aprovechamiento de aguas públicas, realizada
por los Señores Martínez y su compañía, propietarios de la Colonia El Ángel, en 1901.
2.12. Instituto Nacional de Estadística
La función estadística en España es fruto
de las reformas administrativas desarrolladas en
el siglo XIX y que anteriormente hemos indicado. El conocimiento «científico» de la población
y de la economía provoca la creación de un organismo que, aunque con frecuentes cambios de
112
CRUCES BLANCO, E.: «Normas y disposiciones para el conocimiento de los Archivos de Arquitectura e Ingeniería», en Actas
del I Congreso Internacional de Archivos y Arquitectura, Madrid, 2004, la mayor parte de las normas para el siglo XIX, pp. 102-112.
113
SANZ SAMPELAYO, J.: Ordenación…, ob. cit., p. 22-23.
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Las Fuentes Documentales para el estudio de Marbella en el siglo XIX...
denominación —Instituto Geográfico y Estadístico, principalmente— realiza unas funciones de
gran rigurosidad114.
El Archivo Histórico Provincial de Málaga
conserva documentos fruto de esta actividad estadística desde 1883. El tipo de documentos y
de información es tan variado como los diversos
estudios estadísticos que el Instituto Nacional de
Estadística ha elaborado a lo largo del tiempo,
y son, casi siempre, los documentos empleados
para realizar el trabajo de campo.
2.13. Documentos figurativos
Recientemente han sido adquiridos por el
Archivo Histórico Provincial de Málaga diversos
grabados, alguno de los cuales puede servir para
el conocimiento del litoral costero de Marbella
pues son, probablemente, documentos cartográficos producidos con fines militares y, por lo tanto, elaborados con una gran minuciosidad.
Y quiero acabar expresando una duda: si
dentro de unos años podrán otros realizar unas
jornadas como éstas basadas en estudios históricos que tienen como fundamento las fuentes
documentales que hoy se generan y producen,
documentos que, por lo tanto, hoy deberían estar
correctamente conservados en archivos públicos
así como éstos deberían estar bien considerados;
asimismo me pregunto, junto con el profesor Moradiellos, si «¿sería posible una élite gobernante
que careciera de conciencia histórica y ejecutara
sus proyectos políticos, económicos, sociales o
culturales, en el ámbito interno o exterior, sin referencia o conocimiento alguno del pasado?»115. n
ANEXO
Audiencia Provincial
Juzgado de Marbella
Juzgado de Ronda
Juzgado de Gaucín
Juzgado de Estepona
114
El Instituto Nacional de Estadística se crea por la Ley de 31 de diciembre de 1945, aunque muchas de las funciones de este
organismo ya venían siendo desempeñadas por la Administración, en este año se crea un sistema estadístico moderno. CELESTINO, F.:
Historia de la Estadística de España en el primer franquismo (1939-1948), Madrid, 2006, p. 17.
115
MORADIELLOS, E.: El oficio…, ob. cit., p. 15.
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Distrito Notarial de Marbella
Contaduría de Hipotecas de Marbella
Agricultura. Distrito Forestal
Delegación Provincial del Ministerio de Hacienda
Documentación del siglo XIX en todas estas series documentales. Vid. Instrumentos de descripción
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Las Fuentes Documentales para el estudio de Marbella en el siglo XIX...
Gestión Catastral
Administración General del Estado. Jefatura Provincial de Minas
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Las Fuentes Documentales para el estudio de Marbella en el siglo XIX...
Ministerio de Fomento. Jefatura Provincial de Carreteras
Gobierno Civil
Documentación del siglo XIX en todas estas series documentales. Vid. Instrumentos de descripción
División Hidráulica del Sur de España. Confederación Hidrográfica
del Sur de España
Comisaría de Aguas
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Las Fuentes Documentales para el estudio de Marbella en el siglo XIX...
Instituto Nacional de Estadística
Documentación del siglo XIX en todas estas series documentales. Vid. Instrumentos de descripción
Documentos Figurativos
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ISSN 1575-6416
«Un visado al Pasado»
Marbella y sus documentos: el siglo XIX
(Catálogo de la Exposición)
Francisco de Asís López Serrano
Director del Archivo Municipal de Marbella
Luis Hernanz Burrezo
Archivo Municipal de Marbella
RESUMEN
En el presente trabajo publicamos, a modo de catálogo, los documentos que sirvieron de soporte a la exposición
celebrada en el Cortijo Miraflores desde el 10 al 27 de noviembre de 2008. Se trataba de una muestra de 22
documentos a través de los cuales se intenta hacer patente las dificultades por las que atravesó el municipio de
Marbella durante una época que, paradójicamente, conoció una industrialización sin precedentes.
PALABRAS CLAVE
Archivo Histórico Provincial de Málaga, Archivo Municipal de Marbella, patrimonio documental, siglo XIX.
ABSTRACT
In the present work we publish, like catalogue, the documents that used as support to the exhibition celebrated in the
«Cortijo Miraflores» from 10 on November 27, 2008. It was a question of a sample of 22 documents across which one
tries to make clear the difficulties for which it crossed the municipality of Marbella during an epoch that, paradoxically,
knew an industrialization without precedents.
KEY WORDS
«Archivo Histórico Provincial de Málaga», «Archivo Municipal de Marbella», documentary patrimony, XIX century.
Presentación Catálogo
Los documentos forman parte de la vida diaria
tanto de instituciones y organismos públicos y
privados como de cualquiera que desarrolle una
actividad para la comunidad o como individuo;
en definitiva, los documentos son inseparables
del devenir diario y sin ellos ni tan siquiera se
es o se existe; sin los documentos no se concibe
la propiedad ni la identidad. Estas afirmaciones
son ciertas en la actualidad pero también para el
pasado. Por ello, siempre que se vuelva la vista
atrás deberemos consultar los archivos y los documentos que en ellos son custodiados, pero no
sólo para conocer la Historia, sino también para
atender cuestiones administrativas de la actualidad.
Indagar en el pasado de una localidad
como Marbella y su entorno de influencia en el
siglo XIX supone la consulta obligada de documentos que son testimonio de la vida política,
económica, social, individual, de las instituciones e, incluso, de las mentalidades. Pero, igualmente, estos documentos ya centenarios aún tie-
nen un uso administrativo, pues muchos de ellos
fueron producidos para ser fiel reflejo de construcciones de infraestructuras aún existentes, de
limitaciones de propiedades públicas y privadas
que hoy persisten, de edificios y paisajes que en
algunos casos perduran, etcétera.
El siglo XIX no cabe duda de que fue
una centuria de reformas y, entre ellas, casi todas avocadas a mejorar un Reino empobrecido
y un tanto atrasado. Se han de contemplar los
numerosos cambios en la Administración Pública y en sus procedimientos y, por lo tanto, en
la producción documental: muchos y variados
fueron los documentos producidos por consejos, secretarías de Estado, órganos legislativos,
juntas, ayuntamientos, etcétera. Esta necesidad
de producir documentos que dieran testimonio
de la actividad política —muy compleja en este
siglo— supuso también la aparición del Cuerpo
Facultativo de Archiveros (1858) y la creación de
diversos archivos, entre ellos la consolidación de
los archivos municipales, todo ello englobado en
el lema de la Unión Liberal: «más administración
y menos política».
Francisco de Asís López Serrano y Luis Hernanz Burrezo
Un visado al Pasado
Fruto de todo ello son
«[...] haciendo presente al dilos documentos que se pre- La sesión del Cabildo de cho señor Superintendente
sentan en esta Exposición que
11 de diciembre 1812 General que con el motibo de
es sólo una breve muestra del
las repetidas imbaciones que
nos da cuenta de la
acervo documental conservado
esta ciudad ha padecido por
tanto en el Archivo Municipal desaparición del archivo los Enemigos, y las que en
de Marbella como en el Archivo
tiempo permaneció en ella de
Histórico Provincial de Málaga.
guarnicion, quedaron destruidos todos los
El Archivo Histórico Provincial de Málaga
papeles de este Archivo, y los que existían
conserva la documentación que desde finales del
en las oficinas públicas, de modo que se
siglo XV fue producida por diversos organismos
halla este ayuntamiento sin ordenes ni inse instituciones públicas que desarrollaban su actrucciones para la dirección y manejo de
tividad en el ámbito territorial equivalente a la
dichos ramos» [Se refiere a la puesta en
actual provincia de Málaga, por ello en este Armarcha de la cobranza de los débitos en
chivo son custodiados documentos que directa o
los ramos de Caballería y Montes]
indirectamente mencionan acontecimientos relacionados con Marbella y sus zonas de influencia.
Este mismo tenor se advierte en lo expreDocumentos del Gobierno Civil, Contadurías de
sado por las actas del 18 de diciembre del mismo
Hipotecas, Protocolos Notariales, Administración
año:
de Hacienda, Ministerio de Fomento, Ministerio
de Instrucción Pública, Órganos Judiciales, y un
«Este Ayuntamiento procedió á la comlargo etcétera permiten acercarnos al estudio
posicion del archibo de esta ciudad, que fue
de ese siglo XIX que tantos fracasos consiguió,
destruido por los enemigos al tiempo de sus
muchos logros desarrolló, y que basculó desde
imbaciones, y á la reposición de sus quatro
posiciones ideológicas y políticas extremas. Una
llaves. En esta virtud acuerda quede la una
centuria que para los archivos tuvo su momento
en poder de uno de los señores alcaldes, la
también negativo, pues las tropas napoleónicas
otra en el del señor regidor mas antiguo, la
emplearon documentos centenarios en calentar
otra en la del regidor don [—] Alonso Moral
espacios o en trasladar los documentos —alguen la clase de archivista, y la otra en poder
nos a Francia—, ya que eran testimonios necesadel secretario del Ayuntamiento [...]»
rios para los intereses franceses.
La exposición de estos documentos sólo
pretende ser un acercamiento al pasado a través
de los mismos, y cada visitante encontrará en los
documentos el dato que más le interese, la curiosidad que le parezca más cercana a su realidad
personal o familiar, el motivo para una ensoñación, el recuerdo remoto a realidades que han
pervivido hasta hace relativamente poco tiempo.
Porque los documentos son siempre una puerta
abierta y un camino a seguir para conocer quiénes somos.
Esther Cruces Blanco
Directora del Archivo Histórico Provincial de Málaga
1. Marbella Durante el Siglo XIX. Destrucción
Reorganización del Archivo Municipal
y
L
a Guerra de la Independencia dejó a Marbella en un estado ruinoso desde el punto de vista urbano y en una situación de
penuria económica evidente. Destrucción de los
principales edificios, de los puentes, de las cañerías que abastecían a la ciudad… Y también la
destrucción de gran parte del patrimonio documental conservado en su archivo municipal.
La sesión del Cabildo de 11 de diciembre
1812 nos da cuenta de la desaparición del archivo en cuestión:
160
Cilniana 20/21, 2007 - 2008: 159-172
Francisco de Asís López Serrano y Luis Hernanz Burrezo
Un visado al Pasado
Estos testimonios, muy cercanos al tiempo de los acontecimientos, nos desvelan las
causas de la pérdida de la mayoría del material
correspondiente al Antiguo Régimen. Aunque
están documentas otras causas de la pérdida
(en las actas se denuncia de forma reiterada la
posesión por parte de algunos funcionarios de
documentación en sus domicilios), lo que sucedió en Marbella obedece, con toda seguridad, a
acciones de saqueo sobre todo tipo de bienes, y
en concreto sobre los archivos municipales, cuyos papeles fueron utilizados por los franceses
para el lecho de caballos en las cuadras. Testimonios de esta destrucción por parte de los franceses encontramos en muchas actas a lo largo del
ochocientos y en varios documentos incluidos
en los protocolos notariales entre los años 1844
y 1848. Hay noticias, igualmente, sobre el riesgo
que corrieron los papeles del Ayuntamiento con
motivo de la amenaza que supuso la presencia
de la columna del carlista Gómez, a mediados
de noviembre de 1836, por lo que se acordó,
«embarcar en buques seguros el archivo de este
ayuntamiento y cuantos fondos existan a fin de
preservar de la rapiña de la expresa facción».
Pero no todo es destrucción; la fiebre administrativa que se desata con el régimen liberal
suscita, a la par, una intensa preocupación por el
patrimonio documental y su conservación. A escala nacional, asistimos a la creación del Archivo
Histórico Nacional, al Archivo General Central y
al nacimiento del Cuerpo Facultativo de Archiveros, en 1858. Y con este renovado interés por
la organización de documentos, la preocupación
por los archivos municipales aumenta también.
Tampoco se puede olvidar la influencia que en
ello ejerció el proceso desamortizador, que obligó a tener especialmente localizados los títulos
de uso y propiedad que afectaban a los bienes
comunales de los pueblos. Así, a partir de la segunda mitad del siglo XIX, va a recibir un impulso
notable la figura del archivero municipal. En este
sentido, el Ayuntamiento de Marbella adoptó, en
sesión del 13 de agosto de 1865, lo siguiente:
«En esta sesión se trato de la conveniencia de acudir al arreglo de este
Archivo Municipal, ordenando su documentación por años y por materias, con
la debida claridad y precisión, y convencido este Ayuntamiento de la necesidad
de que una persona entendida se dedique exclusivamente á llevar á efecto este
servicio, la cual después sea responsable
de su custodia y conservación, llevando un
registro ó índice donde se anoten lo existente, lo nuevo que ingresa y los documentos que salen á petición de la Autoridad
ó empleados públicos, tiene por conveniente acordar la creación de una plaza de
Cilniana 20/21, 2007 - 2008: 159-172
archivero, dotada con el haber de tres mil
seiscientos cincuenta reales anuales […]»
En la sesión capitular de 21 de enero de
1866, los señores concejales acuerdan nombrar
archivero municipal a don Juan B. de Lagos «con
el sueldo fijo y eventual de trescientos sesenta y
cinco escudos anuales». Años más tarde, el seis de
octubre de 1894, se acuerda nombrar a don Bonifacio Hernández Belón oficial de secretaría para
atender «á los servicios de oficina, y muy especialmente al arreglo del archivo y organización de la
Biblioteca, con el sueldo de 990 pesetas [...]».
En la sesión capitular de 21 de enero de
1866, los señores concejales acuerdan
nombrar archivero municipal a don
Juan B. de Lagos «con el sueldo fijo y
eventual de trescientos sesenta y cinco
escudos anuales»
Los documentos que exponemos se refieren a algunos de los aspectos de la vida local, tales como el Gobierno municipal, la jurisdicción,
la economía, las obras, la población, la asistencia
social, los asuntos militares y las elecciones.
2. Documentos
2.1. Gobierno Municipal
Hasta 1835, cuando fue sustituido por el
alcalde tal como hoy lo conocemos, al frente del
gobierno municipal se encontraba el corregidor,
representante de la autoridad real en el municipio castellano y presidente nato del cabildo. Se
erigió en el instrumento principal de que se sirvieron los monarcas para controlar el gobierno
de los pueblos. Sus orígenes se remontan a la
Edad Media, a tiempos de Alfonso XI. En Marbella, y hasta la desaparición de esta figura, se
sucedieron siete corregidores desde principios
de siglo.
Los documentos que exponemos se refieren a
algunos de los aspectos de la vida local, tales
como el Gobierno municipal, la jurisdicción, la
economía, las obras, la población, la asistencia
social, los asuntos militares y las elecciones
El alcalde, en su origen, designaba a todos los funcionarios investidos de atribuciones
judiciales, en distinto ámbito, jerarquía o jurisdicción. En el siglo XIX, estas competencias judiciales (en primera instancia o apelación, siempre que no se tratase de cuestiones penales) se
materializan en los llamados juicios de conciliación
161
Francisco de Asís López Serrano y Luis Hernanz Burrezo
Un visado al Pasado
y en los juicios verbales, en los que la autoridad
municipal actúa más como mediador que como
juez. Los interesados, acompañados de sus respectivos hombres buenos, acudían al alcalde
para que éste dictara un arbitraje que, de no ser
aceptado por los concurrentes, se sustanciaría
en la Administración de Justicia.
Documento 1
1821, febrero-diciembre. Marbella
Libro de Juicios de Conciliación
Archivo Histórico Municipal de Marbella
(AHMMb). Sección: Gobierno/Alcalde. Subsección: Justicia. Serie: Libros de Juicios de Conciliación. Caja 57, pieza 2.
quial para conmemorar el aniversario de la publicación de la Constitución política, del 19 de marzo de
1812.
Bando. AHMMb. Sección: Gobierno/Alcalde. Subsección: Disposiciones Alcalde. Serie: Bandos y
Edictos. Caja 54, pieza 189.
Documento 3
1889, mayo, 20. Marbella
El alcalde comunica que se van a distribuir unas hojas
para la confección del padrón de habitantes y el censo
electoral.
Unas de las series más características son
los bandos, que se eran disposiciones o mandatos publicados de forma solemne por orden de
los alcaldes. Su contenido suele estar relacionado con normas de policía, tanto en lo relativo al
buen gobierno de la ciudad como a la actividad
económica de los ciudadanos. Solían exponerse
al público en lugares determinados o bien ser
proclamados en voz alta por las calles, revistiendo entonces la forma de pregón.
Documento 2
1814, febrero, 18. Marbella
El Ayuntamiento constitucional convoca a todos los
vecinos de Marbella a la función de la Iglesia Parro162
Cilniana 20/21, 2007 - 2008: 159-172
Francisco de Asís López Serrano y Luis Hernanz Burrezo
Bando. AHMMb. Sección: Gobierno/Alcalde. Subsección: Disposiciones Alcalde. Serie: Bandos y
Edictos. Caja 54, pieza 1.
El Gobierno municipal estaba compuesto
por el corregidor, los alcaldes, los regidores y los
síndicos. Los acuerdos adoptados en sus reuniones dan lugar a las Actas Capitulares, documentosestrella de cualquier archivo municipal. Frente a
las disposiciones legislativas que constituyen el
«deber ser» del Ayuntamiento, los Libros de Actas
recogen el «ser» o praxis político-administrativa
de los distintos órganos del Concejo o del Ayuntamiento. Es el instrumento público solemne por
antonomasia y el más emblemático. Se hacen
eco de la actuación de cada una de las corporaciones y su composición, y es un reflejo de casi
todos los aspectos de la vida local. Nos informan
de la política administrativa, de la economía, del
urbanismo, de la guerra, de aspectos judiciales
o del patrimonio local. Aunque constituyen una
única serie, en el Archivo Municipal de Marbella aparece con tres
denominaciones que atienden a
un criterio temporal: Actas Capitulares (hasta 1937), Actas de la Comisión Gestora (desde 1937 a 1946) y
Actas del Ayuntamiento Pleno (desde
1946 a la actualidad).
Un visado al Pasado
en ser la manifestación material de lo legislado
por las Cortes de Cádiz.
La serie concluye con la felicitación, de 29
de marzo de 1814, del Consejo de la Regencia
por la «feliz» llegada de Fernando VII. Una paradoja: los acontecimientos posteriores demostrarían cuán lejos se hallaban los legisladores,
al menos una mayoría de ellos, del verdadero
significado del retorno del monarca. Las instrucciones versan sobre las más diversas materias:
religión, fiestas, cultura, educación, enseñanza,
justicia, libertad de imprenta, títulos y protocolo, cuestiones militares, industria, ganadería y
agricultura, sobre la abolición de la Inquisición
y sus consecuencias inmediatas, sobre la expulsión de franceses, sobre derechos de propiedad
o sobre el traspaso del Gobierno al Rey. Toda una
batería de disposiciones que revelaban las prisas
por legislar sobre casi todos los aspectos de la
sociedad.
Documento 4
1812, septiembre-diciembre. Marbella
Libro de Actas Capitulares
AHMMb. Sección: Gobierno/Ayuntamiento. Subsección: Actas Ayuntamiento. Serie: Libros de Actas Capitulares. Caja 5, pieza 2.
El Ayuntamiento también
tenía que obedecer y hacer obedecer las decisiones emanadas
de órganos supramunicipales. Las
series a que esta actividad da lugar son las más heterogéneas de
la sección de Gobierno, pues en
ellas tiene cabida cualquier disposición proveniente de una autoridad superior, de manera que la
agrupación documental que resulta tiene que ver más con el origen
que con el contenido o función
del documento. El grueso de esta
documentación está formado por
disposiciones, impresas en su mayoría, cuyo arco cronológico abarca desde 1811 hasta 1814, emanadas del Consejo de la Regencia, en
el periodo de ocupación francesa.
Aunque no es una documentación
única, pues se conserva en muchos municipios, su interés radica
Cilniana 20/21, 2007 - 2008: 159-172
163
Francisco de Asís López Serrano y Luis Hernanz Burrezo
Documento 5
1813, mayo, 22. Granada
La Regencia manda celebrar todos los dos de mayo de
cada año en memoria de los primeros mártires de la
libertad española.
Circular. AHMMb. Sección: Gobierno/Ayuntamiento. Subsección: Disposiciones Recibidas.
Serie: Reales Cédulas, Reales Órdenes, Decretos. Caja
2, pieza 47.
Un visado al Pasado
deslindes conforman la base de un material documental que conservamos casi íntegramente en
el Archivo Municipal de Marbella.
En 1846 se constata un intento de Benahavís por volver a la jurisdicción de Marbella,
dada la crisis económica por la que atraviesa. Un
intento de agregación que no tuvo consecuencias prácticas.
Documento 6
1846, agosto. Marbella
El Ayuntamiento de Marbella se dirige a la reina Isabel II solicitándole acepte la incorporación de Benahavís a Marbella, como es el deseo de ambos ayuntamientos.
Carta. AHMMb. Sección: Gobierno/Ayuntamiento. Subsección: Jurisdicción. Serie: Deslindes Términos Municipales. Caja 33, pieza 7.
2.2. Jurisdicción
Desde los primeros momentos, tras la
conquista de la ciudad, van a adquirir especial
relevancia los asuntos de jurisdicción. La Tierra
de Marbella comprendía los actuales términos de
Ojén, Marbella, Istán, Benahavís y Estepona, en
los que también estaban incluidas varias alquerías hoy desaparecidas. A partir del siglo XVIII,
se inicia un proceso de larga duración que culminará en la actual configuración y delimitación del
término municipal: la primera fue Estepona, a la
que seguirán Istán, Benahavís y Ojén, que irán
desmarcándose de la jurisdicción de Marbella y
estableciendo sus propios términos. El procedimiento, los pleitos, los antecedentes y demás
documentación necesaria para llevar a fin estos
164
2.3. La economía
Un observador ignaro que reparara en los
números que ofrecía la ciudad al comienzo y al
final de la centuria, podría concluir, falsamente,
que el siglo XIX fue un siglo plano, sin actividades
ni actuaciones trascendentes, durante el cual lo
único que sufriría modificaciones sería el número de habitantes y parte de la morfología urbana,
cuando lo cierto es que se trató de una centuria
intensa, de gran ajetreo económico, consecuencia lógica de esa gran aventura que emprendió la
ciudad y que comienza con la extracción del grafito en los albores del siglo, que continuó con la
industrialización del azúcar, con la implantación
de las ferrerías de Río Verde (que convirtieron a
nuestra ciudad en la adelantada de la siderurgia
nacional), y la subsiguiente explotación de los
recursos mineros, y que conoció un hecho de de
enorme relevancia como fue la creación de la colonia agrícola de San Pedro Alcántara.
Pero este auge industrial no incidió en
la riqueza de sus habitantes. Las repercusiones
sobre los ciudadanos, exceptuando los años 40,
Cilniana 20/21, 2007 - 2008: 159-172
Francisco de Asís López Serrano y Luis Hernanz Burrezo
fueron mínimas, casi nulas si tenemos en cuenta
la envergadura de las empresas, lo que hizo erigirse a esta ciudad en un paradigma meridiano
de lo que se ha venido a denominar «colonialismo económico»: porque casi todo el beneficio
fue a parar a los bolsillos extranjeros. Es la paradoja histórica de Marbella. La expresión popular
del abuso de los extranjeros que contaba Paco
Cantos en sus novelas, «Pa que te vayas con los
ingleses», puede resumir un siglo entero.
Aunque es seguro que la riqueza minera
de la zona fue explotada desde la Antigüedad, las
primeras referencias acerca de minas propiamente dichas datan de finales del siglo XVII. El siglo
XVIII, por su parte, contempla el auge de la mina
de grafito de Benahavís, el primer gran criadero
que se explota en la comarca y que estuvo activo
hasta los años 50 del siglo XIX. Con anterioridad
a esta fecha, por los años 20, se había iniciado la
explotación de las minas de hierro de «El Peñoncillo». La constitución de las ferrerías «Nuestra Señora de la Concepción» y «El Ángel», a principios de
los años 30, posibilitó que Marbella alcanzara en
1844 el 73% de toda la producción de hierro fundido en España. En 1869, los hermanos Malcolm,
oriundos de Glasgow, se hacen con las minas que
explotaba la ferrería de El Ángel. La explotación
de estos criaderos provocará el cambio de imagen de la ciudad, al construirse una vía férrea que
terminaba en el llamado muelle de hierro, lugar
donde los barcos cargaban el mineral.
Cilniana 20/21, 2007 - 2008: 159-172
Un visado al Pasado
Documento 7
1870—1871. Marbella
Concesión de 5704 metros superficiales de terrenos
en los Llanos de la Alameda a favor de la Sociedad del
Ferrocarril de San Juan Bautista.
Expediente. AHMMb. Sección: Administración.
Subsección: Patrimonio. Serie: Expedientes Generales de Bienes. Caja 377, pieza 26.
Documento 8
1892, abril. Málaga
Plano de demarcación de la mina Esperanza en término de Marbella.
Expediente de demarcación. Archivo Histórico
Provincial de Málaga (AHPM). Fondo Minas. Leg.
8924.
La desamortización influirá decisivamente en el desarrollo económico de la ciudad, pues
condujo a liquidación del caudal de Propios, principal fuente de riqueza del municipio y con el que
se atendían la mayoría de las cargas públicas.
El origen de los Propios de los ayuntamientos hemos de situarlo en la conquista cristiana de la ciudad, momento en que los sucesivos monarcas intentaron fortalecer su posición
frente a la nobleza concediendo a los concejos,
junto a privilegios como la exención de determinados impuestos, la ampliación de su territorio
con la donación de aldeas y lugares. Esto, en el
caso de Marbella, implicará, hasta su segregación, la jurisdicción sobre los lugares de Ojén,
Istán y Benahavís.
La gestión de las tierras concejiles supone unas
de las principales actividades
administrativas del Ayuntamiento (subastas, remates,
control de las tierras y problemas jurisdiccionales con
otros municipios) y su principal fuente de financiación
junto a los arbitrios. Casi
siempre en manos de la oligarquía local, sus características vienen condicionadas por
la escasa extensión de tierra
cultivable del municipio, refiriéndose fundamentalmente
al aprovechamiento de leñas
y, sobre todo, a las subastas
del fruto de la bellota. Ésta
era la actividad de mayor rentabilidad económica y afectaba a la mayor parte de las tierras de propios municipales,
siendo los más importantes
en el primer tercio del XIX
los montes de El Puerto, las
Chapas, Bornoque y Breña de
las Cañas.
165
Francisco de Asís López Serrano y Luis Hernanz Burrezo
Un visado al Pasado
Documento 9
1829, septiembre-octubre. Marbella
Subasta de los Montes de Propios de esta ciudad.
Expediente de Subasta. AHMMb. Sección: Administración. Subsección: Patrimonio. Serie: Expedientes Generales de Bienes. Caja 376, pieza 23.
Documento 10
1897, mayo, 15. Marbella
Bosquejo planimétrico agronómico. Comisión General
de Evaluación y Catastro. Trabajos agronómicos.
Plano. AHPM. Fondo Catastro. Leg. 16.836.
166
Documento 11
1897, mayo, 14. Marbella
Clasificación de terrenos del término municipal de
Marbella. Las Chapas. Comisión General de Evaluación y Catastro. Trabajos agronómicos.
Acta y croquis. AHPM. Fondo Catastro. Leg.
16.836.
Cilniana 20/21, 2007 - 2008: 159-172
Francisco de Asís López Serrano y Luis Hernanz Burrezo
Documento 12
1899, enero, 31. Málaga
Cartilla Evaluatoria de la Riqueza rústica. Remolacha
azucarera. Regadío. Término municipal de Marbella.
Comisión General de Evaluación y Catastro. Trabajos
agronómicos.
Informe. AHPM. Fondo Catastro. Leg. 16.836.
Un visado al Pasado
Documento 13
1901-1903
Inscripción del aprovechamiento de aguas públicas en
la Colonia del Ángel, en el río Verde.
Expediente. AHPM. Fondo Comisaría de Aguas.
C. 29/26
Pero no fue sólo la industria; los campos
y el mundo campesino se vieron afectados en
el último tercio del siglo por el impacto de la
crisis filoxérica, que vino a sumarse a la crítica
situación del olivar y de los cítricos y al descenso del valor de la caña de azúcar. El desplome del sector agrícola se hará patente de
forma especial en los jornaleros de la colonia
de San Pedro, que, recordemos, se trataba de
un proyecto innovador de Manuel Gutiérrez
de la Concha, primer marqués del Duero, para
actividades relacionadas con el azúcar, tanto
agrícolas como industriales, además de para la
formación de personal intermedio en las labores agrarias.
Pueden darse muchas explicaciones a
la escasa repercusión que tuvo sobre la ciudad misma las empresas económicas. Y una
de ellas puede estribar en la falta de iniciativa
de la propia burguesía local, en su pusilanimidad a la hora de mantener el tejido industrial
y pergeñar un modelo económico acorde a los
tiempos.
El siglo XIX concluirá como empezó: con
una acusada crisis económica. La madera necesaria para alimentar las fábricas de Río Verde
reducirá sensiblemente la zona de bosques del
término y, consecuentemente, hará disminuir
los recursos. El agotamiento del arbolado y el
lógico y progresivo encarecimiento del carbón
de leña, que las había hecho imposible competir con los hierros asturianos del Cantábrico, llevará al cierra de las industrias, por entonces en
manos inglesas: en 1866 cierra la de El Ángel y
en 1884 lo hace la de La Concepción. La crisis
industrial viene acompañada de los primeros síntomas del declive minero, haciéndose patente,
al mismo tiempo, la poca disposición que la sociedad propietaria de las minas del término, la
Marbella Iron Ore C&L, demostraba para renovar
los sistemas tradicionales de extracción, lo que
redundaría sin duda en el paulatino agotamiento
de las vetas.
Cilniana 20/21, 2007 - 2008: 159-172
167
Francisco de Asís López Serrano y Luis Hernanz Burrezo
Documento 14
1895, mayo, 20. Marbella
Industriales y vecinos de Marbella solicitan al Ayuntamiento la realización de diferentes festejos los días
15, 16, 20, 23, 24, 25, 28 y 29 de junio para atraer
visitantes e impulsar la economía de la ciudad.
Instancia. AHMMb. Sección: Servicios. Subsección: Cultura y Festejos. Serie: Expedientes de Cultura y Festejos. Caja 495, pieza 30.
2.4. La ciudad y las obras
Aunque considerada como ciudad, la fisonomía y el aspecto urbano que presenta Marbella a lo largo del siglo nos hablan de un pueblo.
Según delatan los documentos municipales, la ciudad tiene graves problemas estructurales e importantes déficits de obras públicas tras
los desastres de la Guerra de la Independencia. Una situación que se
prolongará a través de gran parte de
la centuria. Los caminos permanecieron intransitables, a pesar de ser
un punto determinante en este aspecto entre el entorno de Málaga, el
Campo de Gibraltar y el interior de
la provincia; el sistema de cañerías
era deplorable; el muelle, siempre
inacabado (las obras se suspenden
definitivamente en 1830), no proporciona nada más que un fondeadero natural, condicionando la presencia de una escasa flota pesquera
y de una algo más pujante flotilla
de cabotaje. Mucho más adelante,
a principios de los años 70, y con
168
Un visado al Pasado
motivo de la instalación de la vía férrea por parte
de la empresa inglesa que explotaba las minas, se
construiría el muelle de hierro.
El convento de San Francisco fue destruido por los franceses, y se enajena en 1846; antes,
en 1842, se había hecho lo propio con el de los
trinitarios. El Puente de Málaga estaba destruido, hasta la construcción del nuevo en 1859; el
Puente de Ronda lo demuelen, por su mal estado, en 1859 igualmente.
A lo largo del siglo, pues, el estado en general de la ciudad, desde el punto de vista urbano,
dejó bastante que desear. Son muy escasas las intervenciones que afectan a la ciudad: instalación
del cementerio en el castillo, demolición de las
murallas, aunque ello no supuso el ensanche,
como en el resto del país, sino pequeños ensanches periféricos y paralelos a la línea de muralla.
En definitiva, un siglo de pura anécdota
constructiva, que delata un acusado estancamiento urbano propio de un mundo rural, escasa
pujanza burguesa y, por ende, poca actividad
comercial.
La penuria económica era una causa, pero
no la única: a partir de la Restauración la utilización de las supuestas ejecuciones de obras públicas se usó de forma natural como fuente para
desviar dinero por parte de los munícipes. Se
constatan aprobaciones y gastos de partidas presupuestarias para ejecutar obras públicas que jamás se llegarían a realizar. Entre 1895 y 1898, por
ejemplo, se «arreglaron» varias veces las calles general López Domínguez, Lobatas y Aduar; se aprobaron gastos para un centenar de obras de calles,
y siempre, en todas las sesiones, se daba cuenta
de la «compostura y pago» de alguna cañería.
Documento 15
1883—1886. Marbella
Construcción de un cementerio en Marbella.
Plano. Tela. Expediente. AHMMb. Sección: Administración. Subsección: contratación. Serie:
Cilniana 20/21, 2007 - 2008: 159-172
Francisco de Asís López Serrano y Luis Hernanz Burrezo
Expedientes de Contratación de Obras, Suministros y
Servicios. Caja 415, pieza 4.
Documento 16
1838, julio-agosto. Marbella
Conclusión de la obra del Puente de Málaga.
Expediente. AHMMb. Sección: Administración.
Subsección: contratación. Serie: Expedientes de
Contratación de Obras, Suministros y Servicios. Caja
414, pieza 4.
Un visado al Pasado
municipal o estatal e implica una garantía de los
derechos de los ciudadanos.
En el origen de los padrones está la finalidad fiscal, militar o electoral, al menos hasta bien
entrado el siglo XIX. En la primera mitad de este
siglo se elaboraron matrículas de extranjeros, estados de población, padrones de policía y padrones
—vecindarios militares o padrones de almas—. En
1857 nacería el padrón municipal de habitantes, serie que se ha continuado hasta la actualidad.
Cuadro I
Evolución del número de habitantes a lo largo
del siglo XIX
Documento 18
1842. Marbella
Registro de Población
AHMMb. Sección: Servicios. Subsección: Población.
Serie: Padrón de Habitantes. Caja 496, pieza 1.
Documento 17
1888, abril, 12. Málaga
Plano del encauzamiento del Río Verde. Carretera de 2º
orden de Cádiz a Málaga.
Plano. AHPM. Fondo Carreteras. Leg. 25001/3
2.5. La población
El padrón es un instrumento público y
fehaciente que sirve para todos los actos administrativos. Es un auxiliar de la Administración
Cilniana 20/21, 2007 - 2008: 159-172
2.6. Asistencia Social:
los Expósitos
El Ayuntamiento ha de
esforzarse en la
atención de los
más necesitados.
Una de las manifestaciones más
características de
esta labor asistencial la constituye
la Casa de Expósitos o Hijuela,
sita en el Hospital San Juan de Dios. A ella, a su
torno, iban a dar los hijos de padres desconocidos, o no conocidos legalmente, cuya madre se
siente incapaz de soportar la vergüenza que ello
169
Francisco de Asís López Serrano y Luis Hernanz Burrezo
supone o bien se encuentra imposibilitada para
hacerse cargo del mantenimiento de una boca
más en la familia. La hijuela de Marbella recibía a los niños guardando el mayor sigilo acerca de su nacimiento. Lo inscribían en el libro
de registro de entrada, en el que se describían
los detalles relativos a la situación y vestimenta del niño al ingresar. Y a partir de ahí se les
prodigan todos los cuidados que necesitan en
esa edad, haciéndolos bautizar, si no hay seguridad de haber recibido este sacramento, y
entregándolos provisionalmente a una nodriza
para que los amamantaran. A lo largo de 1898
ingresaron en la Casa de Expósitos ocho niños,
de cuya lactancia se hacía cargo una nodriza
que cobraba por ello 12,5 pesetas al mes durante los primeros 18 meses de vida del niño.
En este año, fueron entregados 12 niños para
ser criados. 4 murieron. Una vez transcurrido
el año y medio, los niños podían seguir siendo
amamantados, aunque ahora la percepción por
este concepto descendía a la mitad, o eran tomados en adopción por alguna familia —en el
98 sólo hemos documentado un caso— o, por
último pasaban a la Casa Cuna de Málaga, al
Hospicio. Éste fue el destino de la mayoría.
Documento 19
1898, febrero-diciembre. Marbella
Libro de Entrada de Expósitos
AHMMb. Sección: Servicios. Subsección: Sanidad, Beneficencia y Asistencia Social. Serie:
Libro Registro de Entrada de Expósitos. Caja 483,
pieza 1.
1
170
Un visado al Pasado
«[...] a las nueve de la mañana del 17 de febrero de 1898 entrego una muger un niño,
manifestando: que no estaba bautizado ni
inscrito en el Registro Civil; el cual viene
envuelto en camisa de ruan usada con un
encagito por el descote, ombliguera de
algodón, pañal de hilo usado con festón,
mantilla de balleta blanca festoneada vieja, faja de algodón labrada usada, chapona
de cólera vieja con peto adornado con tira
bordada y entredós, moña de tela calada
sin adorno, y una cariñosa vieja de lana
blanca»1.
2.7. Asuntos Militares
El final del Antiguo Régimen y la llegada
del liberalismo supusieron la búsqueda, por parte del nuevo sistema, de caminos para defenderse de sus muchos enemigos. La Constitución de
1812 establecía en su artículo 362 que, además
del ejército regular, «habrá en cada provincia
cuerpos de milicias nacionales, compuestos de
habitantes de cada una de ellas, con proporción
a su población y circunstancias». El nuevo ciudadano debía implicarse en la defensa del sistema
liberal a modo de «Patria Armada», en palabras
de los liberales más radicales.
A lo largo del siglo, en las diferentes etapas políticas, los gobiernos utilizarán estas milicias como apoyo de sus respectivos regímenes
con mayor o menor fortuna: la Milicia Nacional,
en el trienio liberal, los voluntarios realistas hasta 1833, y en los distintos gobiernos liberales, de
nuevo la Milicia Nacional.
En el Archivo Municipal de Marbella se
conservan, además de múltiples referencias en
sus Actas Capitulares de la actividad, armamento, organización y financiación de las milicias,
varios expedientes relativos a la movilización de
efectivos de caballería (1838) y de nombramiento de oficiales de las mismas (1858).
Por otro lado, teniendo en cuenta las
dificultades por las que pasaba el país para retener bajo su dominio las últimas colonias, el
reclutamiento de mozos para el Ejército constituyó, obviamente, uno de los asuntos más preocupantes para el Estado. Los ayuntamientos se
aplicaron a la tarea con el máximo rigor, lo que
no impidió, sin embargo, que el número de prófugos aumentara notablemente, y más en una
zona costera donde la tradición migratoria era
mayor que en el centro de la Península. El fenómeno se agravó al final de siglo, cuando afectó
casi al 5% de los mozos. En esencia, constituía
una forma de protesta ante la desigualdad social y la discriminación que suponía el sistema
de reclutamiento, cuya redención en metálico
—entre 1.500 y 2.000 pesetas venía a costar—
AHMMb, Libro de Entrada de Expósitos, 1898, C. 8501-4.
Cilniana 20/21, 2007 - 2008: 159-172
Francisco de Asís López Serrano y Luis Hernanz Burrezo
por parte de las clases adineradas; el hecho se
ha considerado por algunos historiadores como
una de las grandes injusticias que han descalificado históricamente al ejército del Estado
liberal.
Existían dos formas legales de eximirse:
esta redención en metálico y la sustitución por
otra persona que ya hubiera hecho el servicio
militar, lo que venía a costar de 500 a 1.500 pesetas. Sistema que para algún autor supone «una
clara mercantilización de la vida humana». Todos
intentaban algún mecanismo: ya fuesen razones
médicas, condiciones familiares o, simplemente,
manejos caciquiles. Característico de nuestra
ciudad es el caso de los mozos que declaran su
domicilio en las colonias del Ángel o San Pedro
para beneficiarse de las dispensas que por esta
razón establecía la ley, y que realmente, y según
denuncias que nunca prosperaban, vivían en la
ciudad.
Documento 20
1892, febrero, 14. Marbella/ Colonia de San Pedro Alcántara
El administrador de la colonia de San Pedro certifica
que el mozo Antonio Samiñán Guirado reside en la
colonia y por tanto goza de los beneficios de la Ley de
3 de junio de 1868.
Certificado. AHMMb. Sección: Servicios. Subsección: Asuntos Militares. Serie: Expedientes de Formación de Quintas. Caja 529, pieza 30.
2.8. Elecciones
Si bien la celebración de elecciones para
nombrar a determinadas autoridades municipa-
Un visado al Pasado
les se remonta de la Edad Media y en los ayuntamientos del Antiguo Régimen encontramos
ciertos cargos electivos, caso de los síndicos
personeros o los diputados del común, no será
hasta la llegada de la revolución liberal y del, en
palabras de Elorza, «imposible liberalismo gaditano», cuando los procesos electorales entren de
lleno en la cultura política del país.
Con la excepción de los períodos absolutistas del reinado de Fernando VII, la vida
política se articula en torno a los textos constitucionales y a la figura del «ciudadano» con las
elecciones como instrumento representativo.
No obstante, hemos de tener en cuenta que
aún estamos lejos del sufragio universal. Hablamos de un sufragio censitario para aquellos
que están en pleno uso de sus «derechos de
ciudadano». Hablamos también de elecciones
que en la mayor parte de las ocasiones son indirectas, con la votación de electores que luego serán los encargados de elegir a Alcaldes o
Diputados Provinciales.
Encontramos así elecciones a alcaldes y
regidores, a diputados provinciales y nacionales,
generalmente de carácter anual, con diversas
fórmulas que, aunque integrarán rápidamente
el modelo liberal, también darán a lugar a prácticas como el caciquismo de fines de siglo.
Documento 21
1813—1814. Marbella. Elecciones para elegir a
los individuos del Ayuntamiento.
Expediente de Elecciones. AHMMb. Sección: Servicios. Subsección: Elecciones. Serie: Expedientes
de Elecciones y Referendos. Caja 620, pieza 1.
Documento 22
1884, enero, 5. Marbella
Concejales del Ayuntamiento y sesenta mayores contribuyentes que han de verificar la elección de compromisarios para senadores. Ayuntamiento de Marbella
Lista. Archivo Histórico Municipal de Marbella.
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171
Francisco de Asís López Serrano y Luis Hernanz Burrezo
Sección: Servicios. Subsección: Elecciones. Serie:
Expedientes de Elecciones y Referendos, Caja 621,
pieza 5.
3. Bibliografía Consultada
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Bautista y el «Muelle de Hierro». El proyecto
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27-34.
172
Un visado al Pasado
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económica de la ciudad de Marbella al final de
la segunda década del siglo XIX a través de los
«Cuadernos de Riqueza» de Garay», en Estudios
en homenaje a Antonio Serrano…, op. cit., pp.
71-85. n
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Miscelánea
Cilniana 20/21, 2007 - 2008: 175-182
ISSN 1575-6416
Consideraciones previas a una intervención
de protección y/o cubrición de la Villa
Romana de Río Verde, Marbella
Rafael L. Lobón y Martín
Arquitecto
«Sin espacio la arquitectura no existe. Las relaciones entre planta, alzado y sección son complejas,
ofrecen entre sí una serie de interrelaciones semejantes a las que se manifiestan entre las partes de un
organismo… La arquitectura parte de las condiciones que propugna el uso real del espacio. El plano
descriptivo acepta infinidad de compromisos edificatorios, motivo por el que se construye tanto y se
proyecta tan poco…»
Antonio Fernández Alba
Ictinio, Domus Áurea, Diálogos en la casa de Virgilio
RESUMEN
El descubrimiento, en los años 60, del yacimiento arqueológico «Villa Romana de Río Verde», permitió que la
parcela donde se encontraban los mosaicos fuese adquirida por el Ayuntamiento evitando su desaparición. La
extensión publica del yacimiento constreñido a esta parcela es claramente insuficiente. Los planteamientos actuales
de protección de yacimientos arqueológicos de estas dimensiones, proponen construcciones de cubrición de los
conjuntos claramente separados de los restos arqueológicos.
La solución de cierre del conjunto a modo de contenedor, parece la mas adecuada para la Villa Romana de Río
Verde, por seguridad, control ambiental, etc.
PALABRAS CLAVE
Villa Romana de Río Verde, Carlos Posac Mon, Fernando Alcalá Marín, peatonalización del acceso al yacimiento,
cierre del conjunto a modo de contenedor, parque cultural Romano y Paleocristiano.
ABSTRACT
The discovery, in the 60’s, of the archaeological site of the Roman Villa of «Río Verde», allowed the plot, where the mosaics
were founded, to be acquired by the City Council, avoiding its disappearance. The extension of the land protected is clearly
insufficient. The current approach for the protection of archaeological sites of this size, proposes construction covering
totally the site independently from the archaeological features.
The solution for closing the site as a «container», seems the most appropriate one for the Roman Villa of Rio Verde, as far
as security, environmental control, is concerned.
KEY WORDS
Roman Villa of «Río Verde», Carlos Posac Mon, Fernando Alcalá Marín, closing the site as a «container», pedestrian
access to the archaeological site, park of early Christian and Roman culture.
1. Consideraciones Previas
E
l yacimiento arqueológico conocido
como Villa Romana de Río Verde situado
en el tramo final de la cuenca de este río
en su margen izquierda y próximo a la playa, se
encuentra actualmente limitado por las dimensiones de la pequeña parcela que contiene el pe-
ristilo y habitaciones anexas con mosaicos de la
construcción romana datada entre el siglo I y II.
Habiendo sido adquirida por el ayuntamiento a raíz del hallazgo, mantiene la propiedad municipal con una superficie de 698 m2 dentro de la urbanización existente y rodeada de las
parcelas construidas con viviendas unifamiliares
aisladas.
Rafael L. Lobón y Martín
Consideraciones previas a una intervención de protección...
miento, evitando su desPara los actuales
aparición.
criterios de
Para los actuales
criterios de protección,
protección, la
la extensión pública del
extensión pública
yacimiento es claramendel yacimiento
te insuficiente, ya que se
encuentra acotado por la
es claramente
calle frontal de acceso y
insuficiente, ya
las parcelas medianeras
que se encuentra
construidas.
No existe bastante acotado por la calle
espacio para la puesta en
frontal de acceso
Fig. 1. Mosaico de la Medusa en la habitación Norte
valor del yacimiento, que
(Fotografía del Autor)
y las parcelas
requiere zonas de interpretación y de servicio,
Descubierto en los años 60 durante las
medianeras
así como una distancia
prospecciones realizadas por Carlos Posac Mon
construidas
mínima necesaria para
y Fernando Alcalá Marín1, que, a lo largo de vaque cualquier estructura
rios años de excavaciones y ante la inminencia
de protección no afecte a los restos arqueológicos.
Donde se aprecia esta carencia de una manera mas dramática, es en el frente norte del
yacimiento, ya que la «joya» de los
mosaicos, la Medusa de la habitación norte, se encuentra acotada
por la valla de cierre de la calle e
incluso parcialmente debajo de
Fig. 2. Vista general del yacimiento desde el vértice Noroeste (Fotografía del Autor)
ésta. (Fig. 3)
Una dificultad añadida radica en el hecho
de la urbanización de la zona, consiguieron acode que la orientación de la Villa Romana no cointar los principales vestigios de la villa y que al
cide con el de la trama viaria.
menos esa parcela fuese adquirida por el Ayunta-
Fig. 3. Situación del Yacimiento en la trama urbana (Fotografía: Vuelo municipal)
Posac Mon, C.: Homenaje al doctor Carlos Posac Mon. «Obra Malagueña», Ceuta, Instituto de Estudios Ceutíes y Real Academia
de Bellas Artes de San Telmo, 2005.
1
176
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Rafael L. Lobón y Martín
Consideraciones previas a una intervención de protección...
Fig. 4. Mosaico de la Medusa en la habitación norte, parcialmente bajo el muro de cierre (Fotografía del Autor)
2. El Yacimiento
de BIC
en el
Planeamiento
y la
Declaración
El Plan General anterior únicamente calificaba la parcela municipal del yacimiento como
elemento de protección arqueológica.
Lo que resultaba insuficiente, ya
que es conocida desde las primeras excavaciones la presencia
de restos romanos
en todo el entorno
del yacimiento.
La ampliación
de la protección se
ha logrado en un
cierto grado con la
declaración de la Villa como Bien de Interés Cultural por la
Junta de Andalucía.
La Declaración de Zona Arqueológica se produce en
abril de 2007, por la
que se declara BIC, con la Categoría de Zona Arqueológica, el yacimiento denominado Villa Romana de Río Verde, en Marbella, Málaga2.
La zona declarada, que actualmente se
encuentra en revisión, extiende la protección a
Fig.5. Calificación del yacimiento en el anterior PGOU
2
Declaración de Zona Arqueológica, BOJA Nº 70, de 10 de abril de 2007. Decreto 76/2007, de 13 de marzo, por el que se declara
Bien de Interés Cultural, con la Categoría de Zona Arqueológica, el yacimiento denominado Villa Romana de Río Verde, en Marbella
(Málaga).
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Rafael L. Lobón y Martín
Consideraciones previas a una intervención de protección...
Debe ser tarea del Nuevo Plan
General dotar de un acceso
alternativo a la zona sur de
la urbanización, que permita
liberar la calle del yacimiento
de su función actual […] lo que
permitiría su peatonalización,
desplazando el cierre del
yacimiento lejos de los mosaicos
y creando una zona previa de
control
Fig.6. Declaración zona arqueológica: abril de 2007
las parcelas colindantes con la municipal, excepto en la linde sur.
La actual revisión del Plan General ya
aprobada inicialmente, además de calificar la
actual parcela del yacimiento, va mas allá de la
Zona declarada por el BIC y delimita todo el espacio comprendido entre el Río Verde, la antigua
CN 340, el vial de acceso desde ésta y la playa,
como Zona de Protección Arqueológica.
Sin embargo el Plan no incluye toda la superficie de la declaración de BIC, a pesar de ser
mucho más amplia que ésta, deja fuera una parcela no edificada, situada en el margen oriental de
la calle de acceso y donde se realizó una prospección por el arqueólogo don José Suárez3.
Fig.7. Calificación del yacimiento y zona arqueológica en el nuevo PGOUM
3
178
Suárez Padilla, J.: «Excavación en la Zona Arqueológica de la Villa Romana de Río Verde», pendiente de publicación.
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Rafael L. Lobón y Martín
Consideraciones previas a una intervención de protección...
del yacimiento lejos de los mosaicos y creando
una zona previa de control.
4. Elección
del sistema de intervención
(Cubrición y/o
cerramiento):
Fig. 8. Propuesta de Apertura de calle y peatonalización del
frente y acceso yacimiento (Dibujo del Autor)
La necesidad de puesta en valor del yacimiento, mejorar la seguridad, así como proteger
los mosaicos de la intemperie, condición para
la que no fueron realizados, son los parámetros
que deben fundamentar cualquier intervención.
Ya lo recomienda la «Carta de Venecia
de1964»4, cuando en su artículo 15º dedicado a
las Excavaciones expone:
Esta cuestión deberá ser resuelta por el Nuevo Plan General, haciendo
compatibles los límites de
protección con los del BIC
una vez se haya revisado
éste.
3. Mejora del Vial de Acceso
al Yacimiento
También debe ser tarea del Nuevo Plan General
dotar de un acceso alternativo a la zona sur de la urbanización, que permita liberar la calle del yacimiento
de su función actual como
único vial de comunicación
de esta zona.
La mencionada calle
debería ser de uso exclusivo del yacimiento, impidiendo el deterioro que
produce la proximidad de
un tráfico constante y muy
próximo por su frente.
La alternativa de
tráfico propuesta al Plan
consistiría en abrir la «U»
viaria que forman las calles
paralelas superiores a la del
yacimiento conectándolas
con la vía paralela al río.
La calle de acceso
al yacimiento, una vez
abierta la circulación alternativa, podría ser incorporada a éste, lo que
permitiría su peatonalización, desplazando el cierre
Fig. 9. Candau, M. ª E. (dir.): Proyectos…, op. cit.
4
«Carta de Venecia de 1964», Comisión redactora de la Carta Internacional para la Conservación y Restauración de Monumentos,
Piero Gazzola (Italia), Presidente; Raymond Lemaire (Bélgica), Ponente; Juan Bassegoda Novell (España).
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Rafael L. Lobón y Martín
Consideraciones previas a una intervención de protección...
«La utilización de las ruinas y las medidas necesarias para la conservación y
protección permanente de los elementos
arquitectónicos y de los objetos descubiertos deberán ser aseguradas [...]»
El criterio para cualquier
estructura de protección y
cubrición del yacimiento que se
proyecte, debe ser el de alejar lo
máximo posible los apoyos de los
mosaicos
fue realizado en los años 90 dentro de un grupo de propuestas de intervención sobre el patrimonio marbellí, fruto de un acuerdo de colaboración entre el Ayuntamiento y el Colegio de
Arquitectos5.
Uno de los proyectos se dedicó a la Villa
Romana y fue realizado por la arquitecta María
Eugenia Candau, como directora, y Enrique Arrabal, Juan José Fuentes, José Antonio Gambero y
María Luz Linares.
La idea planteada a nivel de anteproyecto
supone una cierta anastilosis formal de la Villa
Romana, en el sentido de que recrea la posible
volumetría de la Villa, al menos en cuanto a la
Como ya se ha señalado, la mayor dificultad, es
la falta de espacio en torno
al yacimiento, sin embargo y
a excepción de la propuesta
de incorporación de la calle
de acceso, la situación construida del entorno, hace inviable una ampliación sobre
las fincas colindantes.
Únicamente parecería
posible incorporar al yacimiento la parcela cercana aunque no colindante, que forma
parte de la declaración de BIC
y que ya ha sido excavada.
No está construida,
lo que permitiría solucionar los problemas de acceso
vehicular al yacimiento, así
como instalar los elementos
de servicio, que por lo reducido de la parcela no es posible realizar en ella.
El criterio para cualquier estructura de protección y cubrición del yacimiento que se proyecte debe ser el
de alejar lo máximo posible
los apoyos de los mosaicos.
Será muy recomendable realizarlos sobre una
cota profunda, que evite
cualquier asentamiento superficial que dañe estas delicadas estructuras.
5. Análisis
Pioneros
de los
Proyectos
El primer proyecto
que aparece documentado
Fig. 10. Martí, C.: Anteproyecto de Intervención en la Villa Romana de Marbella
Candau, M.ª E. (dir.): Proyectos para los 90, Málaga, Ayuntamiento de Marbella en Colaboración con el Colegio de Arquitectos
de Málaga, 1991.
5
180
Cilniana 20/21, 2007 - 2008: 175-182
Rafael L. Lobón y Martín
Consideraciones previas a una intervención de protección...
estructura del patio, que es la más reconocible y
de las estancias en su entorno donde se conservan los mosaicos.
«Pensamos que es necesario proteger
los restos de la lluvia y del sol […] serían
una especie de galería cubierta pero sin
cerrar lateralmente, lo que llevaría a los
mosaicos a la posición para la que fueron
proyectados […] La construcción debería
explicar que proporciones y formas existían, sin hacer en ningún momento concesiones a un falso historicismo […] Se propone invadir un metro en algunas zonas la
acera para recuperar integro el mosaico de
la sala Norte […]»6
El siguiente anteproyecto documentado,
está firmado por la arquitecta Carmen Martí; parece continuar la idea previa desarrollada en los
noventa y proponer algunos cambios en el frente
de la calle, en cualquier caso mantiene la idea de
ceñirse al patio para cubrir los mosaicos.
6. Enfoque de las Nuevas Propuestas
Estos planteamientos anteriores de protección y cubrición de los mosaicos que tienen
un indudable valor en la historia del yacimiento,
presentan algunos inconvenientes reseñables.
Desde el punto de vista teórico, la anastilosis o recreación de elementos desaparecidos
ha sido prácticamente abandonada por el alto
grado de incertidumbre que plantea, además de
crear una dificultad de lectura entre lo original y
lo recreado. Ya lo recoge la mencionada «Carta
de Venecia de1964».
Deberá excluirse, a priori, cualquier trabajo de reconstrucción, considerando aceptable
tan sólo la anastilosis o recomposición de las
partes existentes, pero desmembradas.
Los elementos de integración deberán ser
siempre reconocibles y representarán el mínimo
necesario para asegurar las condiciones de conservación del monumento y restablecer la continuidad de sus formas.
Al no existir en la Villa Romana restos arquitectónicos sobre rasante, que requieran continuidad,
no quedaría justificada la recreación volumétrica.
La «Carta de 1987 de la Conservación y
Restauración»7 en su artículo 6º insiste sobre estos conceptos:
«En relación con las operaciones de
restauración que se refieren a la naturaleza material de cada una de las obras, se deben rechazar desde el momento en que se
6
7
Fig. 11. Cubrición del Teatro Romano en Zaragoza (Fotografía del Autor)
proyecte la propia restauración: adiciones
de estilo o analógicas, incluso en formas
simplificadas, aunque se cuente con documentos gráficos o plásticos que puedan
indicar cuál fue o cómo debió aparecer el
aspecto de la obra terminada.»
Desde el punto de vista práctico también
plantea serios inconvenientes, ya que es necesario intervenir en la proximidad de los elementos
a proteger, creando riesgos de daños a los mosaicos, ya sea durante el proceso de construcción, ya sea posteriormente por asentamientos
de difícil control, si no se acude a cimentaciones profundas que requieren equipos mecánicos
desaconsejables en la cercanía de los restos.
Los planteamientos actuales de protección de yacimientos arqueológicos de estas dimensiones proponen construcciones de cubrición de los conjuntos claramente separados de
los restos, que permitan identificar claramente
las estructuras originales y las actuales.
Dentro de estas propuestas y en función
del yacimiento a proteger podríamos reconocer
dos soluciones, una de tipo abierto o paraguas
del que incluimos un ejemplo aunque de escala
Ibídem.
Marconi, P.: «Carta de 1987 de la Conservación y Restauración», Il Giornale dell’Árte, 57.
Cilniana 20/21, 2007 - 2008: 175-182
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Rafael L. Lobón y Martín
mayor (Fig. 11) y otra de tipo cerrado con una escala similar a la de Río
Verde (Fig. 12).
La intervención de cubrición abierta tiene serios inconvenientes cuando se trata de elementos delicados y valiosos como los
mosaicos, ya que no permite establecer medidas de seguridad, así
como por los posibles anidamientos en la estructura, que afectarían
a la conservación de los restos.
La solución de cierre del
conjunto a modo de contenedor,
parece la más adecuada para la
Villa Romana de Río Verde, por
seguridad, control ambiental, etc.,
siempre y cuando un diseño muy
escalado permita una transición de
volúmenes, que no contraste con
las construcciones aisladas próximas.
La solución
de cierre del
conjunto a
modo de
contenedor,
parece la más
adecuada
para la Villa
Romana de
Río Verde, por
seguridad,
control
ambiental, etc.
7. Recorridos de Observación
La necesidad de garantizar la visión de
los mosaicos sin que se produzca deterioro de
los mismos hace
necesario diseñar, además del
contenedor, un
sistema de pasarelas sobreelevadas y paralelas a
los mismos que
permitan un recorrido completo
de los visitantes.
En la actualidad
Fig. 12. Perigueux Gallo Roman Museum
éste es uno de
Jean Nouvel
los
principales
(Fotografía: Estudio Nouvel)
problemas existentes al no estar señalizados los recorridos ni
protegidos los mosaicos, cualquier grupo puede
circular libremente por encima de los mismos
arriesgando su conservación.
8. La Creación de un Parque Cultural
La existencia de otros elementos históricos
de interés en el entorno de la Villa Romana, como
pueden ser las Bóvedas y La Basílica Paleocristiana, parece hacer recomendable la creación de un
Parque Cultural que facilite las tareas de conservación y de puesta en valor de cada uno de los
elementos, reforzando la gestión del conjunto.
Ya quedaba recogido en la «Carta del
Restauro de 1972»8 en sus Instrucciones para la
8
9
182
Consideraciones previas a una intervención de protección...
salvaguardia y restauración de Antigüedades, recomienda:
«El problema prioritario de la salvaguardia del subsuelo arqueológico está necesariamente ligado a la serie de disposiciones y leyes referidas a la expropiación,
a la aplicación de vínculos especiales, a la
creación de reservas y parques arqueológicos»
La recientemente aprobada Ley del Patrimonio Histórico de Andalucía de 20079 abunda en
la misma dirección proporcionando un soporte legal
La existencia de
para creación de los Conjunotros elementos
tos y Parques Culturales.
históricos de
Así declara como
Instituciones del Patrimointerés en el
nio Histórico, los Parques
entorno de la
Culturales:
«[…] son aquellos Espacios Culturales que
abarcan la totalidad
de una o más Zonas
Patrimoniales que por
su importancia cultural requieran la constitución de un órgano
de gestión en el que
participen las Administraciones y sectores
implicados».
Villa Romana
como pueden
ser las Bóvedas
y La Basílica
Paleocristiana,
parece hacer
recomendable la
creación de un
Parque Cultural
Creemos que esta seria una manera de reforzar la situación dispersa en que se encuentran
estos elementos históricos de Marbella.
9. Bibliografía
Fernández Alba, A.: Ictinio, Domus Áurea
Diálogos en la casa de Virgilio, Madrid, Biblioteca
Nueva ETS de Arquitectura de Madrid, 1998.
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Artes, 1972, pp. 83-114.
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de San Telmo, 2005. n
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Cilniana 20/21, 2007 - 2008: 183-186
ISSN 1575-6416
Un geógrafo comprometido con la
defensa activa del paisaje como valor
territorial.
José Gómez Zotano, autor de
Naturaleza y paisaje en la Costa del
Sol Occidental
(Servicio de publicaciones del Centro de Ediciones de
la Diputación Provincial de Málaga, Málaga, 2006)
Mª Luisa Gómez Moreno
Departamento de Geografía
Universidad de Málaga
D
os son los ámbitos epistemológicos
fundamentales en los que se sitúa este
texto de José Gómez Zotano, profesor
de Geografía de la Universidad de Granada: el
paisaje y la dinámica urbana del litoral mediterráneo. Ya esta opción temática constituye
en sí un primer valor del texto, dado el debate
social sobre los límites del crecimiento urbanístico de este espacio costero, debate que
tiene uno de sus frentes en la consideración
del factor paisaje en la excelencia de los espacios turísticos.
La Geografía española se ha interesado
por ambos campos. En lo que se refiere al paisaje, cuenta con una trayectoria larga y nutrida de resultados analíticos que proporcionan
una visión panorámica de las múltiples, e inconexas, metodologías que tienen en el paisaje
su objeto o su instrumento y respecto al avance del uso turístico, siguió desde sus primeros
pasos el vertiginoso proceso de urbanización
que hace irreconocibles las imágenes de la
costa mediterránea recogidas en películas y
fotografías incluso de principios de los años
setenta del pasado siglo.
El cambio del sistema de valores de la
sociedad consumidora de estos espacios turísticos, al menos en el discurso tanto político
como de opinión, ha venido a ensamblar ambos conceptos en la medida en que la «calidad
ambiental» pasa a ser uno de los requerimien-
tos de los espacios turísticos competitivos y el
paisaje es uno de los factores primordiales de
esa calidad. En este contexto, el paisaje es considerado en la planificación urbanística desde
un prisma puramente estético, sin entrar en
sus valores etnográficos ni de naturalidad, que
son tenidos en cuenta en otros epígrafes de
sus memorias. Paralelamente, en el discurso
publicitario que acompaña la promoción de
los nuevos espacios urbanizados turísticos,
este epíteto, «calidad ambiental» se vincula a
tierras de cubierta vegetal, aunque su consecución implique la contaminación de acuíferos
o la brutal ruptura de una ladera marmórea.
El texto de Gómez Zotano ofrece un
conjunto de procedimientos que permiten
avanzar en la línea de incorporar a la ordenación del territorio de escala municipal o supramunicipal (los Planes de Ordenación del
Territorio Subregionales contemplados en la
legislación y normativa andaluzas) criterios
mucho más profundos de identificación, análisis y prognosis de espacios naturales (entendidos explícitamente en el sentido amplio que
incorpora en ellos los espacios agrarios) para
su conservación e inserción en el modelo socioeconómico territorial, en otras palabras, de
detectar e integrar la calidad ambiental (ya sin
comillas) en la gestión del territorio.
El ámbito de estudio es especialmente
adecuado para ello, por varias razones. En pri-
Mª Luisa Gómez Moreno
mer lugar porque su núcleo duro lo constituye
esa bisagra rojiza entre la Costa del Sol y la
Serranía de Ronda que es Sierra Bermeja, integrada por peridotitas «una de las rocas más escasas del mundo», además de que «el conjunto
malagueño representa la intrusión ultramáfica
de alta temperatura de mayor extensión y mejor expuesta del Planeta» (p. 43). Si la biodiversidad es uno de los criterios de valoración para
la conservación, es obvio que esta alineación
merece la máxima consideración. Sin embargo, como el autor pone de manifiesto, no ha
sido objeto globalmente de figuras de protección, sino que el mapa de su tratamiento
por la normativa ambiental de distinto rango
(paraje natural, parque natural, reserva de la
biosfera) constituye un ejemplo magnífico de
la fragmentación, solapamiento e incoherencia
que afecta a la práctica de esta normativa, en
un hecho ya denunciado habitualmente por la
comunidad científica, y que en este caso resulta especialmente llamativa por la masividad y
contundencia del afloramiento, perfectamente
definible como bien hace Gómez Zotano. En
segundo lugar, porque este «núcleo duro» está
rodeado de un mosaico de espacios diferenciados por su litología, topografía y uso histórico,
que viene a enriquecer aún más el ya alto valor
aportado por la excepcionalidad de las peridotitas: un dato ilustra esta riqueza, como el autor pone de manifiesto: «en el área de estudio
están representados 28 de los 130 ecosistemas
incluidos en el anexo I de la directiva, lo que
supone el 21,5% de los tipos de hábitats naturales» (p. 248). En tercer lugar, porque el uso
urbano turístico de la Costa del Sol ya ha trepado por sus laderas más bajas y amenaza con
gangrenar el conjunto, y sólo estudios como
éste, que ofrecen a escala detallada los valores
ambientales que persisten, constituyen instrumentos técnico-científicos rigurosos con que
cotejar los estudios de impacto ambiental y
que incorporar a los diagnósticos previos a los
planes urbanísticos.
El análisis de la estructura y desarrollo
del trabajo revela las bases de esta solvencia.
Se trata de un estudio que pone de manifiesto
la eficacia del análisis geográfico cuando éste
escapa de la famosa «espiral» (repetir los estudios sectoriales a distintas escalas imbuidas
unas en otras) para captar los elementos significativos en los que radica la especificidad
de los lugares. Lejos de emplear los sistemas
de información geográfica como una finalidad, el uso que hace de éstos es instrumental
(como debe ser, a nuestro juicio), en la medida
en que, como él afirma «No todo el proceso
de síntesis de la información y distinción de
unidades puede llevarse a cabo de forma automatizada. Aún utilizando los SIG, el elemento
184
Un geógrafo comprometido con la defensa activa del paisaje...
subjetivo juega un papel importante» (p. 71).
En efecto, aunque en el capítulo metodológico (capítulo II, tras la Introducción) enuncia el
paradigma del geosistema como hilo conductor del trabajo, el desarrollo que hace de éste
implica un conocimiento de todas las subdisciplinas geográficas, mérito tanto más encomiable cuando la tendencia de nuestra producción
científica es cada vez mayor hacia la elección
por una sola de aquellas, en consonancia con
los criterios de valoración estandarizados de
la producción científica, aunque ello suponga
la marginación creciente del enfoque integrador territorial, quizás el único específico de
nuestra disciplina.
Así, en la primera parte, vierte los análisis sectoriales que contiene el capítulo III en
una serie de geosistemas potenciales, que describe en el capítulo IV. Esta parte pone ya de
manifiesto la capacidad investigadora del autor,
y, particularmente, su sólida formación geográfica. Con la primera ha sabido sistematizar los
resultados de concienzudos trabajos de campo
en formulaciones de alto rigor, pero sólo con la
segunda sale muy airoso de la difícil tarea de
detectar las combinaciones de factores que desembocan en la identificación de geosistemas. El
problema de la escala de éstos, en un ámbito
tan diverso como el de las Béticas en la Serranía
de Ronda, queda bien resuelto en relación con
la posible aplicación para la ordenación del territorio. Queremos insistir en la adecuación de
este procedimiento de trabajo de campo a escalas muy detalladas a la hora tanto de redactar
normativas de planeamiento urbanístico como
de propuestas de desarrollo sostenible, frente
a la escasa profundidad que suele acompañar,
por imperativos económicos, la redacción de
tales instrumentos de planificación. Por ello,
este texto puede considerarse una espléndida
guía para este tipo de trabajos aplicados, con la
consiguiente reflexión para la Administración,
que ha de tomar decisiones sobre ellos, sobre
los límites de los estudios «de encargo».
La segunda parte aborda la modificación
de que han sido objeto los geosistemas potenciales, y de ella, el capítulo VI nos parece especialmente novedoso y atractivo. Una vez esbozadas en el capítulo V las grandes líneas de la
evolución histórica, en este VI aplica un patrón
de análisis de cada geosistema que constituye un ejemplo de cómo enfocar actualmente
la síntesis geográfica. Los elementos de este
patrón exponen este hecho: «Grandes rasgos»,
donde retoma brevemente los expuestos en la
descripción del geosistema potencial correspondiente; «Un poco de historia», donde detalla la cadena de usos de que ha sido objeto;
«Geofacies», donde baja de escala para explicar
en función de la historia las discontinuidades
Cilniana 20/21, 2007 - 2008: 183-186
Mª Luisa Gómez Moreno
que presenta, analizándolas de forma detallada; «Dinámica y estado del geosistema», donde
radica la valoración de lo que para nosotros
es la «calidad ambiental» real, esto es, la situación de estabilidad de los elementos naturales interrelacionados: erosión, grado de conservación y adecuación de la vegetación a su
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Un geógrafo comprometido con la defensa activa del paisaje...
potencialidad, estado de los recursos hídricos,
con alusiones a la fauna, cuando ésta es especialmente significativa; finalmente, la prognosis derivada de la anterior y enunciada como
«Recomendaciones para la gestión».
Pero no acaban aquí las aportaciones
metodológicas de Gómez Zotano. La validez
185
Mª Luisa Gómez Moreno
del enfoque integrador de los geosistemas para
la ordenación del territorio desde la perspectiva
de la sostenibilidad para la asignación de usos
no va acompañada de su idoneidad para los estudios de paisaje al uso en los documentos de
planificación urbanística, en los que el enfoque
de las Escuelas de Arquitectura inclina el peso
hacia elementos visuales. Este hecho es tanto
más relevante para la posible aplicación del estudio en la planificación urbanística del área de
estudio, por cuanto se trata de una zona cuya
economía se fundamenta en el valor económico
del territorio como base del desarrollo urbanístico inmobiliario. Gómez Zotano supera esta carencia en el capítulo VII vertebrando a los geosistemas (antes analizados según la relación de
sus componentes) sus valores visuales, con una
capacidad descriptora rica en valores literarios:
luces, colores, sensaciones aportan una bella y
lúcida mirada vivida del área de estudio.
Finalmente, en la tercera parte, expone
el complejo de figuras que, sobre la ley, regulan el uso del ámbito de estudio, y la deducción
es la que avanzábamos: un amplio conjunto de
normativas con un débil cumplimiento, fruto
del cual es la degradación de muchas de las
geofacies enumeradas y la amenaza de los valores estéticos tan seductoramente descritos.
Y es aquí donde aparece más claramente otro
de los valores del autor: su compromiso. En
un contexto socioacadémico en el que nuestros titulados encuentran en la planificación
urbanística una de sus salidas profesionales;
en el que los convenios —contratos Universidad— empresa parecen buscar muchas veces
el marchamo de la institución académica para
sancionar con la ciencia propuestas de actuación claramente aberrantes, la clara postura
de José Gómez Zotano a favor de la protección del área de estudio frente al avance de la
urbanización y denunciando la ineficacia e inadecuación de las figuras de planeamiento, incluso las que van a condicionar el futuro de la
misma, es un estimulante ejemplo. Sobre todo
186
Un geógrafo comprometido con la defensa activa del paisaje...
si tenemos en cuenta que, de seguir las indicaciones que emanan de este compromiso, la
primera actividad que se vería favorecida sería
la propia actividad turística si es que busca un
entorno de calidad real y no estandarizada.
Hablando de calidad, si los contenidos
alcanzan las mayores cotas de rigor científico,
la presentación de los resultados es igualmente excelente, además de novedosa. Entre los
elementos a resaltar, la coherencia entre el
texto y el material cartográfico y fotográfico,
ambos elaborados por el autor, que permite
un fácil seguimiento de los conceptos en las
imágenes, además de aunar eficacia y estética.
Engrosa el valor divulgativo del texto el uso de
tablas sistematizadoras que facilitan la visión
del conjunto. Pero quizás sea el uso de ventanas de texto uno de los aspectos más a resaltar por cuanto incorporan facilitan la combinación de información correspondiente a
aspectos que escapan del análisis tradicional,
por su novedad (contaminación) o por su carácter transversal (incendios) o porque exigen
un tratamiento más profundo de alguno de los
factores (ganadería), completando el hilo discursivo sin perder la sistematicidad.
En síntesis, un espléndido texto geográfico que revela la combinación de personas e
instituciones «de excelencia»: José Gómez Zotano, su entorno académico más próximo, el
Instituto de Desarrollo Regional y el Departamento de Geografía Física y Análisis Geográfico
Regional de la Universidad de Granada, (en el
que se redactó la tesis doctoral que da origen
de este estudio) y el Servicio de Publicaciones
del Centro de Ediciones de la Diputación Provincial de Málaga, que desde hace más de veinte años apoya la divulgación de los estudios
geográficos. Ojalá este esfuerzo contribuya a
concienciar a los responsables de la necesidad
de salvaguardar ese espacio excepcional en la
Naturaleza del Planeta que es Sierra Bermeja,
el valioso y desconocido traspaís de la famosa
y banalizada Costa del Sol Occidental. n
Cilniana 20/21, 2007 - 2008: 183-186
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Madrid, Visor, 1997, pp. 27-28.
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XIX: un siglo de renovación entre dos rupturas», en S. CASTILLO (coord.): La historia social en
España. Actualidad y perspectivas, Madrid, Siglo XXI, 1991, p. 328. Ej. de artículo citado en revista:
PÉREZ-PRENDES, J. M.ª: «Cortes de Castilla y Cortes de Cádiz», Revista de Estudios Políticos, 126,
noviembre-diciembre 1962, pp. 419-428.
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