La historia secreta del retorno de Evo Morales La cara oculta de
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La historia secreta del retorno de Evo Morales La cara oculta de
"Bolivia Hoy", 30 años después... | Crónicas de Álex Ayala: Necroturismo| Stefanoni se pronuncia sobre la bofetada a Arguedas Cingolani: Paitití, geografía y periodismo | Molina sobre Carrére Año 1 | núm. 03 dOMiNgO 7 JULiO cultura, política y otros desaciertos Bs 5.00 La historia secreta del retorno de Evo Morales CFKArgentina.com La venganza de la OTAN La vocera del departamento de Estado confesó que mantienen contactos con varios países. El Desacuerdo conoció que la diplomacia europea admitió presión de Estados Unidos. Fútbol, derroche y protestas La cara oculta de Brasil sale a la luz La FiFA se lleva las ganancias y Brasilia paga como nunca antes se hizo en la historia. El trasfondo de la ola de movilizaciones que hizo temblar al Maracaná. La Paz, domingo 7 de julio de 2013 2 Crítica de la sazón pura Historia del Puchero Rumorosa, bonita, donosa huella de viento, música mía, que alquimia secreta hallaríamos para engendrarte, que sueño soñaríamos cuando naciste A mi hija Raquel y a mi nieta Aroa n Ramón Rocha Monroy Vez que como un buen puchero, vuelvo a preguntarme qué sería de este platillo abundante sin la generosa ración de ají amarillo que lo corona. ¡No tendría gusto! Pero es, al parecer, una conclusión poco relexiva, pues el puchero tiene un largo linaje en el Viejo Mundo porque desciende del puche, la olla peninsular, la olla podrida, tan citada por los escritores y poetas del Siglo de Oro, que no vendría a signiicar “descompuesta” sino “poderida”, “poderosa”, según aclara Beatriz Rossells en su inolvidable y docto examen de tres recetarios charquinos, por decirlo así, de los siglo XVIII y XIX. Este servidor venturoso porque tiene un yerno extremeño y cocinero de los mejores del Reino, tuvo la dicha de saborear una olla preparada por manos peninsulares, y no extrañó el ají, y apreció con enorme placer los sabores rotundos del tocino y el garbanzo, entre otros ingredientes. Covarrubias, el del siglo XVII, diría sin duda: Ollas, las de antes, pues contenían carnero, vaca, gallinas, capones, longaniza, pie de puerco, ajos y cebollas. Sancho Panza dice “que mientras más podridas son, mejor huelen”; Don Quijote la tenía en gran mérito pues “aquel platonazo”, como lo llamaba”, era el favorito de reyes, canónigos, rectores de colegios y campesinos recién desposados. El “Arte de cocina, pastelería y bizcochería”, de Francisco Martínez Montiño, cocinero mayor del rey, aconseja cocinarla con gallina, vaca, carnero, un pedazo de tocino magro, palomas, perdices, zorzales, solomillo de puerco, loganiza, salchichas, liebre y morci- llas; cecina, lenguas de vaca y de puerco, orejas y salchichones; verduras, berzas, nabos, perejil y yerbabuena. [ El garbanzo y el buen ladrón En in, Lope de Vega le dedica versos y destaca, entre sus ingredientes, la liebre y el garbanzo. Este último es de origen cartaginés y fue introducido a la Península por el general Asdrúbal, quien la hizo cultivar por sus soldados en la actual Cartagena, llamada Cartago Nova por los romanos. Como que muy cerca hay una ciudad que se llama Garbanzal. Y sin embargo, el mejor garbanzo de todos es castellano, según el dicho: “El garbanzo y el buen ladrón, de Fuentesaúco son”. Los pobres lo añadieron a la olla, también llamada cocido. La palabra garbanzo viene del árabe arbanço; en catalán se dice cigró, que viene del latín cicer, como que Cicerón era apodado así porque tenía una tremenda verruga en la nariz, que parecía un garbanzo. La opulencia de la olla real no tuvo parangón en la olla del pobre; quizá por eso Alonso Quijano comía a diario una “olla con más vaca que carnero”, tan diferentes de la olla opulenta de las bodas de Camacho, cuyo cocinero decía una frase inolvidable: Este día no es de aquellos sobre quien tiene jurisdicción el hambre. Más pobre aún era la olla del Licenciado Cabra, maestro del Buscón, mi libro de cabecera escrito, cómo no, por Quevedo, “el poeta del hambre”: caldo en escudilla de madera donde lotaba un garbanzo huérfano, un nabo aventurero y tan poco carnero que dejaba descomulgadas las tripas. [ El aporte americano Nuestras culturas aportaron un ingrediente fundamental en el actual cocido: la papa (que por cojudos los españoles llaman patata); además del tomate, el ají (guindilla, otro nombre cojudo), el pimentón y el chocolate. La papa llegó a la Península en 1540 y le pusieron patata cruzando papa con batata; los franceses controlaron el hambre de los pobres con papas durante la Revolución Francesa; los ingleses extendieron su uso entre los pobres de Irlanda y a poco se extendió como el maná en Europa del norte y del este. José de San Martín, el Santo de la Espada, no hablaba como Gardel sino como gallego, y comía a diario el puchero argentino (puchero viene de puche, olla), de carnes y legumbres desabridas para nuestro gusto. El puchero valenciano (de las tres abocás, o vuelcos) es uno de los pocos que tiene arroz cocido en caldo y con pedazos de jamón. Hay versiones del puchero en otros países: el cocido chileno trae choclo en vez de garbanzo; el puchero peruano trae papas blancas, kawi, camotes, yucas, repollo, ají verde, cebollas, tomates, comino, achiote, chalona, papada y patitas de chancho, garbanzos, arroz, plátano, ajos grandes, pimienta, sal y frutas cocidas: membrillos,peras y manzanas verdes. El puchero mexicano tiene res, carnero, jamón crudo, pollo, tuétano, papas, camote, plátanos largos, aguacates, manteca, garbanzos, elotes (choclos), col, calabazas, nabos, zanahorias, cebollas, dientes de ajo, pimientas negras, puré de jitomate (tomate verde), cilantro y limones, además de frutas cocidas: duraznos y peras. El puchero nuestro tiene ají amarillo sobre arroz con garbanzos; kawi cocido o frito; costillar de cordero y chorizo fritos; repollo y papas blancas; y una suculenta llajua de locoto, quilquiña, suico y cebolla blanca picada en cubitos. cultura, política y otros desaciertos Consejo editorial: Susana Bejarano, Manuel Canelas, Nicolas Laguna, Boris Miranda, Mario Murillo y Amaru Villanueva Rance. Colaboraron en este número: Ramón Rocha Monroy, Liliana Colanzi, Rafael López, Luciana Cadahia, Jiovany Samanamud, Pablo Stefanoni, Fabián Restivo, Cristian Vera, Álex Ayala, Fernando Molina y Pablo Cingolani. Contacto: [email protected] diseño: Sergio Vega [refugio del Artillero, estudio-taller] Depósito legal: 4-3-33-13 La Paz, domingo 7 de julio de 2013 3 En el reino de las reinas Belleza y poder en Santa Cruz En Santa Cruz se elige una reina cada tres días. El auge de “la industria de la belleza” no es simplemente el resultado de la vanidad de las mujeres, sino sobre todo de una cultura machista de la que también ellas son víctimas. La belleza es un producto que tiene un valor de uso y consumidores bien deinidos, y en el que rara vez el “objeto de deseo” trasciende su condición de objeto o tiene las de ganar n Liliana Colanzi Me pidieron que escribiera unas palabras sobre el tema de la belleza en Santa Cruz. Podría empezar contando cómo, cuando yo era una adolescente en los 90s, vi extenderse el boom de la cirugía plástica, de manera que en pocos años se volvió habitual que las jóvenes de la familias pudientes pidieran, junto al viaje de promoción, unos implantes mamarios o una cirugía de la nariz. O podría recordar cómo una fábrica de muebles lanzó hace algunos años una provocativa y celebrada campaña publicitaria que mostraba a una modelo cruceña desnuda en un sofá, en actitud seductora, bajo el slogan de “100% cuero”. O citar el dato “que a nadie sorprenderá ya” de que en Santa Cruz se eligen 128 reinas al año (una cada tres días). Todas estas anécdotas suelen apuntar casi siempre a una misma y lapidaria conclusión: qué frívolas son las mujeres cruceñas. Decir que en Santa Cruz hay más reinados y concursos de belleza que en el resto del país es una obviedad. Sin embargo, acusar a la mujer cruceña de esta situación es perder de vista la cuestión central. El auge de la industria de la belleza no es simplemente el producto de la vanidad de las mujeres, sino sobre todo el resultado de una cultura machista de la que también ellas son víctimas. La belleza es un producto que tiene un valor de uso y consumidores bien definidos, y en el que rara vez el “objeto de deseo” trasciende su condición de objeto o tiene las de ganar. Aquellas que negocian la carta de la belleza pueden acceder a ciertos beneficios, pero esto no les otorga un acceso al poder en condiciones de igualdad. Es cierto que al seguir las reglas de un canon estético –casi siempre foráneo– que las alienta a someterse a cirugías o a competir por el deseo sexual, las mujeres participan en la perpetuación de un sistema sexista que las invalida, pero eso no las hace culpables de su opresión. (Por supuesto, es difícil no exasperarse con las madres que regalan pechos de silicona a sus hijas quinceañeras como símbolo de su ingreso al mundo adulto). [ Ser Miss, más importante que estudiar Para una mujer, seguir el camino de los reinados de belleza sigue siendo hasta hoy una estrategia tanto o más efectiva que la educación universitaria si se quiere acceder a un puesto en la política (cosa que, por otro lado, no extraña: la atracción erótica y el dinero son, según Houellebecq, las dos dimensiones del sistema en el que vivimos). Es cierto que hay mujeres profesionales que han llegado a desempeñar cargos importantes, pero cuesta imaginar que Jessica Jordan o Muriel Cruz habrían podido presentarse como candidata a la gobernación del Beni y presidenta del concejo municipal de Montero respectivamente si no hubieran pasado antes por el Miss Bolivia. Puede que el machismo sea más aparente en Santa Cruz, donde la erotización de lo femenino se evidencia en una estética publicitaria cansina que muestra a la mujer continuamente como objeto sexual; sin embargo, el machismo no es, ni mucho menos, un invento de Santa Cruz. El sexismo es una parte tan arraigada de la cultura boliviana que permea todos los espacios, y en especial el de la política. En ese sentido, el MAS actúa de la misma manera que otros gobiernos conservadores del pasado. Si bien el MAS ha dado pasos necesarios y valiosos en cuestiones de justicia social, uno de los aspectos más aborrecibles de este gobierno es el aianzamiento de un discurso machista y patriarcal que no hace otra cosa que institucionalizar la violencia contra la mujer. Así, por ejemplo, el Presidente insulta a todas las bolivianas cuando se jacta públicamente de embarazar a las mujeres de los pueblos bajo el lema de “Evo cumple” o cuando canta coplas carnavaleras que hacen alusión a los calzones de las ministras. Que estas afrentas sean siempre festejadas con aplausos sólo es una muestra de la normalización del machismo: el problema está tan enraizado en el sistema que ni siquiera se percibe como tal. La violencia, que se naturaliza a través del discurso, también tiene su correlato en la práctica: así lo demuestran los políticos del MAS acusados de golpear a sus parejas, el asambleísta que violó a una funcionaria en el ediicio de la gobernación en Sucre o el alcalde de Santa Cruz que manoseó públicamente las nalgas de una concejala. [ Pensar “de cintura para abajo” Santa Cruz no es una excepción a la regla, no es una anomalía. Es simplemente una pasarela más grande, una amplia vitrina donde exhibimos nuestros defectos. Si en algo se han puesto de acuerdo la derecha y la izquierda es en su manera de pensar –para usar una expresión de Roberto Bolaño– “de cintura para abajo”, en su desprecio tanto por las mujeres como por los homosexuales. De nada sirve modernizar las carreteras, construir ediicios o mejorar las comunicaciones de un país si no hay un cuestionamiento de nuestros prejuicios. Se habla de un “proceso de cambio”, pero se trata de un proceso incompleto y fallido si empieza por alienar a la mitad de la población. Se le podría pedir a la sociedad cruceña, tan regionalista, que no siga el ejemplo y revise sus prejuicios machistas, pero es difícil que esto ocurra si las costumbres no cambian en la casa del Presidente en La Paz o en la del más humilde trabajador pandino o tarijeño. Los bolivianos, tan diferentes en tantas cosas, nos damos la mano en eso. La Paz, domingo 7 de julio de 2013 4 Una relexión sobre un proceso controvertido ¿Por qué tenemos autonomías? La ruta crítica de la descentralización, un camino con vaivenes entre la departamentalización y el municipalismo. Entre la convivencia, la secesión y el desgano. Otros desaciertos… Radio ERBOL nos dio una peculiar bienvenida. Después de hacernos una entrevista que más se parecía a un interrogatorio, no tomaron en cuenta nuestras respuestas y pusieron el titular que ya tenían planiicado desde el principio. De remate, ponen sobre la mesa la posibilidad de un descabellado inanciamiento que recibiríamos. ¿Es tan difícil de creer que un grupo de jóvenes tenga ideas propias e iniciativa? Malaleche. Buscan encasillarnos, no lo lograrán. Otra bienvenida igual de malintencionada es la que nos regalaron un par de autoproclamados “comisarios” del proceso. Lobby en embajadas, comentarios escandalizados en ministerios, lloriqueos en la Vicepresidencia e incluso reclamos a quienes nos dan un “Like” en nuestra página de Facebook. Nosotros, obviamente nos enteramos de todo de primera mano. Sepan que no tenemos que pedirle permiso a nadie. Menos a ustedes. Sólo nos divierten y animan a seguir con más fuerza. Reciban la competencia con más dignidad. n Rafael López Valverde Las fronteras son las cicatrices de la historia, desde esas de nuestros barrios (La Paz vs. Palca) hasta las que se dibujan entre países pariendo engorrosas visas, migrantes, gitanos, minas antipersonales, mezquitas prohibidas, odios encendidos. Las costras son retratos de heridas añejas y nuevas, y serán de otras cuyo in es una incertidumbre. Por ejemplo, no son más de dos años, desde que Sudán del Sur lograra su independencia al desprenderse de Sudán, a través de un referéndum que bordeó el 100% de aprobación. A su vez, Sudán se dislocó de Egipto en la década de los setenta. En los Balcanes, Kosovo declaró su independencia el 2008, en medio de controversias gigantescas, dejando a Serbia en solitario que el 2003 decidió hacer lo propio con los saldos de la ex Yugoslavia: Serbia y Montenegro. La consolidación de los estados impulsada por todo tipo de pasión humana, es sólo un rostro de la transformación, al interior de los perímetros nacionales se modiican sin respiro los balances políticos. Se dejan parlamentarismos y se instalan presidencialismos, se dejan simplismos (unitarismo) y se asumen federalismos/ autonomismos, etc. La descentralización de los 90 Bolivia ha cicatrizado múltiples veces y ha cambiado en su seno también en numerosas oportunidades. Jean Paul Faguet, estudioso en las reformas territoriales, plantea una hipótesis para Bolivia que vincula ambos tipos de cambio estatal. Según Faguet la descentralización con destino municipal, contra todo pronóstico, fue la medida que frenó las pretensiones secesionistas de aquellos cruceños que así lo creían posible. En similar, pero no idéntica línea, Carlos Hugo Molina, en un libro publicado en 1997 por la Secretaría Nacional de Participación Popular, sugiere que se optó por lo municipal (1994) por una desconianza al corporativismo cívico departamental de ese entonces. Es decir se modiica urgente lo interno para que no brote la cicatriz. Cierta o no la hipótesis, aparece como convincente en 1993, cuando estábamos a punto caramelo de ir hacia la descentralización departamental. Esto era debido a un proyecto de ley aprobado en tal sentido por la Cámara de Senadores, después de alrededor de 17 intentos de la bancada cruceña por promover ésta u otra norma con tal objetivo desde la década de los 80, y teniendo de telón de fondo el pacto de 9 julio propiciado por el MIR, que con entusiasmo planteó al país el horizonte descentralizador. En síntesis, ¿por qué Goni, decide perder poder voluntariamente entonces? [ desvanecimiento de los estatutos autonómicos Aunque es complejo de determinar la verdadera intensidad del proyecto de crear un nuevo Estado dentro de Bolivia, el temor/rumor sobre la vocación departamental activó la salida municipal y se frustró el movimiento departamentalista por primera vez. Su segunda frustración radica en el desvanecimiento de los estatutos autonómicos ante la primacía de la constitución aprobada en 2009. Sin em- bargo aquí se siembran dos dudas gigantescas, ¿se creía realmente que los estatutos eran el norte político o se los pensó como la carta negociadora?, y en contraste, ¿es la visión de las autonomías en la Constitución aprobada en Oruro el verdadero norte ideológico del MAS o se la pensó como contención a los Estatutos? Al in de cuentas, ambos proyectos se pactan y nace la parte tercera de la Constitución, más como necesidad de conquistar votos del entonces Congreso que hacían los 2/3 para convocar al referéndum de aprobación de la nueva Constitución, que como una vocación consciente de proyecto territorial. Allí podría estar la explicación al desgano de muchos en el nivel central y en algunos niveles autonómicos en la implementación del modelo, que les podría ser ajeno, contra un Ministerio de Autonomías que intenta con honestidad. Aunque quisiera negarlo, no encuentro otra hipótesis política como la de Faguet para el 94, que pensar que fue la necesidad de aprobar el texto constitucional lo que condujo al resultado autonómico vigente. Entonces, ante el desgano, cabe la posibilidad que la ola de la autonomía mañana se llame federalismo y golpee con más fuerza a la quietud central. En esta medida, me extraña que incluso en el programa Evo Cumple, no sean los alcaldes los que se lleven los lauros y que el 2015 podrían reproducir el poder del MAS a escala local, el referente, ahora más que antes, sigue siendo el Presidente. ¿Qué estamos sembrando al no ponerle más entusiasmo a esto? Mientras los medios de comunicación y los masistas siguen paso a paso la actividad de los “librepensantes” y la disidencia clasemediera, viejos dirigentes como el Mallku Felipe Quispe, Alejo Veliz, Rufo Calle, Lino Villca, Román Loayza y Filemón Escóbar se reunieron en Cochabamba. Ellos también piensan en 2014, pero trabajan –como en los viejos tiempos– en silencio. Y al igual que antes, casi nadie les presta atención. Ya nos enteramos que el incidente en Europa con el avión del Presidente cayó por sorpresa en el búnker de la embajada estadounidense. Cuando comenzaron a llegar los reportes, nadie comprendía nada. Parece que desde Washington se olvidaron avisar a La Paz de su (in)feliz iniciativa. Desde el FAB-001 supimos que la furia del Presidente al enterarse de que Europa le prohibía el paso fue impresionante. Evo estaba para comerse crudos a los franceses y portugueses. Nos enteramos que Eduardo Rodríguez, el agente boliviano para atender la demanda marítima ante la Corte de La Haya, se irá en unas semanas a Países Bajos para ejercer como embajador ante aquel país e instalar el cuartel general de Bolivia en el pleito con Chile. Éxitos. La Paz, domingo 7 de julio de 2013 5 Ayer, hoy y siempre... Escrache Cómo las protestas de conventillos porteños de principios de siglo se reproducen, con idéntico sentido, en la España indignada de hoy. Los gobiernos pasan, la protesta callejera queda n Luciana Cadahia El juego de las etimologías muchas veces encubre una estrategia de pensamiento reaccionaria y aristocrática. En varias ocasiones, cuando un pensador apela a este recurso, se vuelve cómplice de la mitología del Origen, en el que las prácticas individuales y colectivas son concebidas como el soporte inerme sobre el que se ha depositado una experiencia epocal insoslayable, determinada desde el principio de los tiempos por el sello imborrable de las etimologías. El principal inconveniente de esta práctica, tan cotizada en el mercado intelectual, es que descuida la dimensión política e histórica del uso de las palabras, es decir, su lugar de enunciación. Podríamos decir que, al no prestar atención al terreno desde el cual un término es expresado, se corre el riesgo de convertir a las palabras en juguetes exquisitos para divertimento de unos pocos, elementos muertos que nada tienen que ver con el uso performativo de la lengua en el ámbito de la praxis. De tomarnos en serio este juego, no habría otro camino de emancipación posible más allá del que aparece a la luz de la linterna del ilósofo erudito, una especie de sacerdote de las palabras, encargado de encontrar en el origen de los términos las huellas de nuestra salvación o perdición. Por suerte, existen palabras rebeldes que no se dejan inscribir y domesticar dentro de esta lógica, sino que más bien parecen indicarnos que todo empleo de la etimología no puede desvincularse del uso concreto que le damos a las palabras en un momento determinado. Este es el caso del lunfardo escrache. Al ser incapaz de ocultar su origen bastardo y el abismo que lo separa de los grandes linajes etimológicos, debe conformarse con su estatus contingente e histórico. Si el castellano nació como una deformación oral del latín, el lunfardo vendría a ser la deformación de una deformación previa, es decir, una especie de aberración de la pureza de la lengua, donde la conluencia de los dialectos indígenas, africanos e italianos se iltraría por todos los poros del español, produciendo engendros del que ningún ilósofo/ sacerdote podría exorcizarnos. Es curioso el uso que se le daba a la palabra escrache a principios del siglo XX en ambas orillas del Río de la Plata: la empleaban para referirse a la foto judicial con la que quedaban “escrachados” los ladrones ante la justicia y para indicar la acción de romper o destruir algo. Tal y como fue empleado en las huelgas de los conventillos en el año 1907 en Buenos Aires, cuando describían las protestas de los inquilinos ante la especulación de precios propiciada por los propietarios de las viviendas. [ La década del noventa A mediados de los 90’, la agrupación HIJOS, conformada por los hijos de los desaparecidos durante la última dictadura militar en la Argentina, se reapropió de los dos usos del término y convirtió al escrache en una práctica especíica de resistencia política, interesada en producir un cortocircuito sensible que pusiera en entredicho los relatos oiciales. Al irrumpir ante el domicilio de los represores y torturadores de sus padres, la presencia de los hijos de los desaparecidos, no solo producía una ruptura que violentaba el ámbito de representación instituido por las leyes de Obediencia Debida y Punto inal, sino que visibilizaba una grieta entre el pasado y el presente que no conseguía ser clausurada por el discurso oicial. Si este discurso pretendía, desde un historicismo progresista y servil a las necesidades del neoliberalismo, neutralizar la política y crear la cínica icción de una sociedad madura y reconciliada con su propio tiempo, el escrache ponía en evidencia la imposibilidad de este cierre y señalaba la politicidad inherente a todo relato histórico. Así, la violencia del escrache, entendida como una forma de intervención urbana y barrial, contrastaba con la violencia previa ejercida por los grandes grupos mediáticos, los distintos lobbies económicos y el gobierno de aquel entonces, cuya violencia destructiva instauraba una negación absoluta y, por tanto, un vínculo abstracto con el propio pasado. Frente a la violencia inmunitaria del discurso oicial, interesado en conservar el orden establecido a través de un pacto de silencio generalizado, el escrache se instituyó como una violencia destructiva/airmativa, puesto que así como estableció una ruptura (violencia destructiva) con el discurso oicial, por otra parte construyó y radicalizó una relación de ascesis con la justicia, amenazada por la violencia destructiva del Estado neoliberal. El escrache coniguró un tejido social capaz de desautorizar los discursos dominantes y construir otro vínculo colectivo con el pasado, la justicia y memoria. [ Los tiempos que corren… Si la socialdemocracia europea se caracterizó por mirar con desdén e ínfulas paternalistas los distintos procesos políticos latinoamericanos, en la actualidad parece tener lugar una inversión de sentido. La ruptura del pacto social y el consecuente desmoronamiento de la socialdemocracia en Europa, además de destruir el único Es curioso el uso que se le daba a la palabra escrache a principios del siglo XX en ambas orillas del Río de la Plata: la empleaban para referirse a la foto judicial con la que quedaban “escrachados” los ladrones ante la justicia y para indicar la acción de romper o destruir algo. rostro amable del neoliberalismo del siglo XX, trajeron consigo una repolitización de la ciudadanía, sistemáticamente acallada por la lógica compensatoria del Estado de bienestar. En España, entre las actuales formas de protestas sociales, podemos encontrar una reapropiación de la práctica política del escrache. Si bien sus motivos parecen acercarse más a las huelgas de los conventillos en los arrabales porteños del siglo pasado que a la lucha por la memoria histórica, puesto que hasta ahora el escrache tiene por inalidad denunciar a los políticos que legitiman los desahucios, lo cierto es que esta práctica está generando un empoderamiento de la ciudadanía decidida a romper con la autocensura que la derecha ha sabido construir de forma paciente y calculada durante décadas en España. Esa misma derecha que conigura los registros cotidianos de la sensibilidad, las formas de pensar y decir lo común. En esta guerra estética la derecha española lleva mucha ventaja, pero la olla podrida se ha destapado. No sabemos qué sucederá, pero lo cierto es que el relato de la socialdemocracia se ha derrumbado y con ello se abre la grieta irreconciliable entre el pasado y el presente. Ahora está en manos de la ciudadanía española animarse a construir otro relato del pasado y de su relación con América latina, lo que quizá permita construir un nuevo tejido social, en el que los afectos y las pasiones colectivas no sean instrumentalizados por el cálculo burocrático de los efectos, sino que pasen a formar parte del juego de lo político. La Paz, domingo 7 de julio de 2013 6 30 años después A propósito de Bolivia Hoy Actualidad y lecciones del viejo libro que editó y compiló René Zavaleta Mercado. ¿Son vigentes las categorías usadas en los ochentas en tiempos plurinacionales? Tres décadas después, esta obra fundamental sigue dando lugar al debate n Jiovanny Samanamud Ávila Sin duda alguna un texto constitutivo para la comprensión de la realidad boliviana, aquella que tuvo lugar en el horizonte explicitado en la revolución de 1952, es el de Bolivia hoy. Hay un buen trecho de tiempo entre su publicación, 1983, y los acontecimientos importantes que estudia el mismo pero, tal como el método en el descubrimiento de una nueva realidad aparece al medio o al inal de una investigación, la posibilidad de dilucidar este horizonte se lo hizo 30 años después, si tomamos como momento constitutivo a la revolución de 1952. Este texto es sin duda el primero que sistemáticamente aborda esta cuestión, lo que no quiere decir que no hayan existido antes comprensiones lúcidas, más bien diríamos que estas no aparecían de la misma forma, es decir bajo un estructura que puede asemejarse a un conjunto de categorías que hacen posible la comprensión de un horizonte histórico. Ahora es posible emprender un contrapunteo de los análisis contenidos en el libro, a la luz de un nuevo horizonte histórico, que mostrará sin duda algunas continuidades pero fundamentalmente, esto lo sostendremos aquí, diferencias sustanciales. Un tópico constitutivo y aglutinador es que el horizonte del 52 expresa a su vez el auge y clausura de una corta primavera obrera, y lo de corta se sostiene en función de los mismos análisis del texto, que sin haber experimentado el triunfo neoliberal de 1986, intuían otros tiempos. Ahora los campesinos, aquellos que Zavaleta llama “masa pre-capitalista” son el centro desde donde es posible vislumbrar horizontes políticos. Zavaleta mismo entendía que esta emergencia era un síntoma del agotamiento de lo que llamó “el Estado del 52”. El denominado ideologema del Nacionalismo Revolucionario (Antezana) era el signo ideológico de la época porque lograba articular a la “nación y a la revolución”. Pero este ideologema es solamente posible bajo un supuesto de continuum teleológico que las articula, sin esta teleología historicista sería imposible tal ligazón. Por un lado, se trata de liberar a la nación contra la anti-nación y por el otro la constitución de la nación libre es la condición de posibilidad de una revolución. Ambos extremos se unen por su teleología implícita. Ahora bien, bajo este nuevo tiempo también se presentan dos extremos como parte de este horizonte histórico: socialismo y Vivir Bien, pero a diferencia del anterior, y esta es una diferencia radical respecto al 52, no exis- te una teleología historicista entre ambos. Es más, a tal punto puede llegar la otredad de un lado respecto del otro, que puede convertirse en una “contradicción creativa” (García Linera) que en otras palabras no signiica más que: “como no sabemos qué es, pero así mismo hay que asumirlo, debemos juntarlos creativamente”: es cuestión de ingenio pero nada se sabe de lo que nos espera más adelante. Esta respuesta es comprensible porque no existe una teleología entre vivir bien y socialismo. De ahí que lo campesino es intraducible para el horizonte del 52 y solo aparezca como un hecho cuantitativo (Antezana) o como expresión de la “era del sentimiento Katarista” (Zavaleta). Es posible que entonces se lo viera del siguiente modo: los campesinos imposibilitados de estructurar un proyecto de liberación, una masa que se bambolea al compás del discurso obrero del proletariado. Ahora esto es cuando menos altamente discutible, hay una continuidad del proyecto entre Katari, Willka, Leandro Nina Quispe, Avelino Siñani, Fausto Reinaga, el Katarismo y ahora el planteamiento del Vivir Bien, esto es la reconstitución del territorio indígena conquistado, este es el hilo conductor que viene de larga data y que el horizonte corto del 52 nunca vio venir. El texto de Silvia Rivera vislumbra ya esta continuidad considerando el 52 como una ruptura que vuelve a retomar su memoria histórica con el Katarismo, sin embargo todo el horizonte epocal nacionalista subordina el papel del campesino, reduciéndolo al papel de clase. De hecho el denominativo es ya un síntoma de aquello, sin embargo, está claro que el Katarismo y su discurso abrirá una brecha fundamental en el discurso clasista al con- traponerlo al étnico. De ahí en adelante esta ruptura ira minando poco a poco el análisis clasista y se abrirá todo un debate sobre la colonialidad . Ahora no basta con hablar de campesinos y, no es cuestión solamente de enfoque, la realidad política muestra cómo los sujetos sociales encarnan auto-identiicaciones que les dan direccionalidad a su proyecto político, por tanto, tiene incidencia histórica y social y esta no es cuestión de “relejos de estructura”. Por eso se habla más bien de indígenas e indios ya no como un añadido exótico sino como “un horizonte de visibilidad” (si usamos la terminología del propio Zavaleta). Se ha rebasado, por lo tanto, signiicativamente, el espectro cognitivo del 52 y tal vez ésta es la lección más difícil de entender, y es que no sólo este horizonte ha sido superado sino sus propias categorías emergentes ya no son útiles. Es por eso que hoy existe una diicultad para comprender lo indígena e indio (no son lo mismo, pero preferimos en esta ocasión identiicarlos frente al otro discurso solo por cuestiones didácticas) y aparecen como la otredad radical con exotismo expresado en el Vivir Bien. Otros preieren simplemente la vía de la denigración y hablar de “pachamámicos” como sinónimo de utopistas o idealistas, y a ratos da la impresión de que fueran guiños manualescos de un “revolucionario” que necesita tener a su “idealista de contrincante” recuperando con esto la decimonónica batalla entre materialismo e idealismo y asumiendo que su enemigo idealista de turno es el “pachamámico”. Les resulta difícil de entender que mucha de esta inlamación discursiva es más un efecto de la virtualidad moderna en un contexto como el nuestro que un proyecto político en concreto, y si fuera así, no adquiriría otras formas más que cercanas a los socialistas utópicos que son antecedentes del socialismo y el comunismo y como tal, reducidos a un estrecho margen, lo que signiica que pueden tener usos y formas paradigmáticas pero no convertirse ellos mismos en proyectos históricos. Además, esta miopía impide diferenciar el soporte de esta virtualidad, es decir, esto no es más que un signo de una incapacidad categorial antes que de una contundencia argumentativa. El discurso indigenista e indianista en muchos casos establece sus diferencias respecto al horizonte del 52, ya no se puede hablar de campesinos, sino que se trata de, como reza la constitución: “indígena originario campesinos”, una extraña coniguración que Xavier Albó llamo alguna vez “forma anticucho o pacumutu”, reiriéndose a una agrupación insertada sin necesariamente una continuidad lógica cognitiva, lo que desconcierta, y desconcertó, a los legalistas que no cuentan con una teoría para esto. Y esto nos permite relexionar sobre la relación entre categorías e historia, por lo menos para un uso pedagógico de esto, ya que La Paz, domingo 7 de julio de 2013 7 Otros desacuerdos / Manuel Canelas El informe de Samuel Doria sobre “El Evo cumple” Muchos critican las referencias al refranero durante una discusión. Este recurso puede entenderse como una suerte de cita a la “autoridad popular”. Contra la docta referencia a Platón, que a veces pretende clausurar el debate, alguien replica, invocando a los ancestros: en el pueblo de mi abuela decían... Rafael Sánchez Ferlosio, mi más admirado escritor, ha logrado algunas de sus mejores relexiones analizando un refrán. Textos como “Cuando la lecha está en el arco, tiene que partir” o las brillantes páginas que ha escrito a partir de “el potro que ha de ir a la guerra ni lo come el lobo, ni lo aborta la yegua” así lo atestiguan. Uno de los dichos más recurridos es el de “el diablo está en los detalles”. Una lectura distraída del informe, “La verdad del programa Evo Cumple”, podría hacernos pensar que estamos ante un sólido documento técnico. “Hoy no hay nada sólido, vivimos una modernidad líquida” decían en el pueblo de mi abuela los lectores de Zygmunt Bauman. No vamos a discutir la liquidez del informe de Samuel que, por otra parte, hace aguas. Vamos a comprenderlo como un discurso político, entendiendo discurso de una manera amplia: como práctica que construye un signiicado político partiendo de determinados hechos sociales. El denominado ideologema del Nacionalismo Revolucionario (Antezana) era el signo ideológico de la época porque lograba articular a la “nación y a la revolución”. Pero este ideologema es solamente posible bajo un supuesto de continuum teleológico que las articula, sin esta teleología historicista sería imposible tal ligazón muchos hoy parecen sostener que primero está la lógica y luego la historia. Sólo con este supuesto es posible ver como “monstruosa” e ilusoria a las actuales coniguraciones contenidas, por ejemplo, en la Constitución. Alguno que otro se dedicó a la tarea de estructurar un orden lógico analítico de la CPE, y encontró que ésta no lo contenía (¡vaya sorpresa!). Solo comprendiendo el contexto y el pretexto del libro Bolivia hoy, uno se percata que las categorías que pueden dilucidar un horizonte surgen mucho después de que este haya recorrido un camino mínimo, no antes y mucho menos al principio. Si hay una lección que hay que sacar del texto en este sentido, sería que “la lógica no está primero que la historia”. Lo que no signiica, por supuesto que sea la historia la que esté primero, sino se trata de señalar que existe, como mínimo, una compleja relación que no debe menospreciarse. A esto hay que sumar las “paradojas” del movimiento obrero hoy o por lo menos de las expresadas últimamente, por ejemplo en el enfrentamiento entre cooperativistas y mineros. Los primeros fueron los baluartes de la lucha contra el pataleo neoliberal de Gonzalo Sánchez de Lozada, fueron hijos de la relocalización (ya que este sector tuvo su despunte allí), y ahora resultan aliados del gobierno y se enfrentan a los mineros asalariados. Además, en términos de participación en las decisiones políticas, suelen ser los más privilegiados. Esto resulta una paradoja a la luz de la ortodoxia porque no es posible explicar cómo puede haber preeminencia política por un cooperativista (¡pequeño burgués!) frente al proletariado, vanguardia de la revolución. Guillermo Lora analiza el proceso de constitución y emergencia de la clase obrera, su acumulación como clase (diría Zavaleta), y desde el proyecto de clase del proletariado evalúa la emergencia y su participación histórica durante el proceso nacionalista revolucionario. Hoy la coniguración es distinta, si hubo participación obrera o proletaria en los términos que deinía Lora (porque ahora no es que se hayan reducido sino que está disperso y bajo diversas modalidades de trabajo) no hubo gran participación sobre todo si hablamos de su relación constitutiva como clase en sí, es decir, con la vanguardia que de alguna u otra manera expresaba la COB. Al contrario fueron otros los actores principales que dispusieron de otras memorias y que nada recuerda esa centralidad obrera pensada desde el 52, sobre todo si pensamos en “el acto de irradiación” (Zavaleta) que se debe sobre todo a esa clase obrera, no existe entonces dicha centralidad hoy. Decir que hoy Bolivia no es la misma sería una perogrullada. Habrá que mostrar sus limitaciones en el plano histórico y sus consecuencias en la construcción categorial para pensar este momento que, como brevemente intentamos decir, es distinto del 52. Hay lecciones importantes para hoy como aquellas referidas a pensar que una tarea urgente es contribuir a su visualización categorial como nuevo momento histórico y no retomar la fofa y ociosa tarea de la “contrastación teórica” ni el anecdotario comparativo pueril que solo busca etiquetar una época y no construir un pensamiento de la época. [ Arranque de campaña Nos interesa rastrear el espíritu de este discurso. Lo primero que cabe apuntar es que el documento es una intervención política en regla, un arranque de campaña. Samuel se iba quedando fuera de la pole: Rubén Costas está por volverse frecuente en discotecas cochabambinas y tarijeñas y Juan del Granado ha iniciado un proceso de democracia interna abierto al público para mostrar su “ñeque”. Leyendo con cuidado su informe, poco le debe importar a Samuel que quede claro el escaso trabajo de campo realizado en el mismo. Quería recuperar la iniciativa, marcar el tempo político de la oposición e intentar encontrar un argumento de debate nacional, que evidencie así las debilidades de sus rivales: Juan, y su marcada impronta paceña y Costas con su camiseta verde autonomista. En lo anterior ha tenido cierto éxito. Pero el espíritu neoliberal, para cualquier lector atento, se pasea en los detalles. Cuando Carlos Böhrt habló sobre el Evo Cumple señaló algunas virtudes y entre sus defectos veía que era “antiautonomista”. Queda pendiente preguntarle a Böhrt si la siguiente declaración del informe de Samuel: “Es verdad que el programa parte de las demandas de los alcaldes y dirigentes que solicitan los fondos. Pero las demandas populares no varían mucho en el tiempo ni en el espacio: suelen ser inmediatistas y supericiales” le parece un elogio de la descentralización. Por no subrayar el desprecio, y la tontería, elitista contenida en la frase cuando dice que las demandas populares son supericiales (sic). Música de los 90: si los alcaldes (¿también los de Unidad Nacional?) son unos incapaces, los más habilitados para determinar las necesidades de la gente, y no despilfarrar los recursos, son los propietarios del conocimiento preciso: los tecnócratas de toda la vida. Misma melodía se puede escuchar cuando uno lee las partes referidas a las organizaciones sociales. Incautas ellas, además de supericiales, están presas de las redes del MAS. Lo más conveniente sería dejarse tutelar, nuevamente, por los criterios de la “Nueva Gestión Pública”. Dogma que, como ya sabemos, de Nueva y Pública tiene muy poco. [ ¿Al estilo Capriles? Pero lo mejor, como en los cuentos de hadas, llega al inal. Para cargar todas las tintas contra la gestión del Evo cumple, el informe se pierde en elogios a los Bonos Juancito Pinto y Renta Dignidad: “( ) tienen una serie de ventajas que los convierten en las mejores políticas sociales con las que se cuenta en este momento. Se ejecutan de manera igual para todos los beneiciados, lo que hace más difícil la manipulación política y disminuye el riesgo de corrupción. Y confían en la capacidad de la gente para usar el dinero que se les entrega de la forma más conveniente para ellos, es decir no tratan de orientar el gasto”. Un paseo por la hemeroteca resulta suiciente para comprobar las pasadas críticas, plenas de adjetivos, de miembros de UN a los programas que ahora elogian encendidos. Dos opciones: Samuel no leyó todo el informe o, como Capriles, empieza a querer incluir, en el discurso, ciertos avances que el pueblo considera derechos irrenunciables. Sea cual sea la opción no deja de resultar gracioso que ahora hablen de “rentismo moderno” donde antes decían “clientelismo populista”. “!Cosas veredes Myo Cid que farán fablar las piedras!” La Paz, domingo 7 de julio de 2013 8 La historia secreta detrás de la llegada de Evo Morales La venganza de la OTAN El nuevo patio trasero, los PIGS y el miedo imperial a que se conozcan sus secretos. La trama que se tejió detrás de las prohibiciones de vuelo. La historia de un rumor operado desde Washington, que se generó en Moscú y ahora se conoce en La Paz n Boris Miranda ¿Qué fue? ¿Secuestro, detención, atentado, intento de magnicidio(!), broma, error, confusión? Ninguna de las anteriores, estimado lector. Lo que sucedió en cielo europeo fue un desquite. Era la revancha de las potencias. Lo que le hicieron a Evo Morales fue la venganza de la OTAN. A las 13.00 (hora boliviana) del 2 de julio nadie se imaginaba lo que estaba por suceder. Apenas unas horas después, en Palacio de Gobierno, la Vicepresidencia y Cancillería se multiplicaban esfuerzos en dos sentidos: idear una ruta de retorno para el Presidente y comprender qué es lo que había precipitado a algunos países de la Unión Europea a ejecutar una acción tan temeraria en contra de Bolivia. Las llamadas se multiplicaban entre las oicinas gubernamentales de La Paz al mismo tiempo que las comunicaciones que llegaban de Austria generaban aún más incertidumbre y preocupación. Antes de que se cierre la tarde, la mayoría sabía que Evo estaba muy enojado y exigía una reacción inmediata desde el aparato diplomático y político del país. Bolivia tenía que denunciar al mundo que su Jefe de Estado se encontraba parado en un lugar de Europa. Cuando los ministros fueron convocados a Palacio, ya de noche, el panorama todavía no era muy claro. Sí se tenía la certeza de que Edward Snowden no estaba en el FAB-001 y también existían indicios muy bien fundados de que Estados Unidos tenía mucho que ver con la torpe decisión de los países europeos. El conlicto seguía en evolución a esas alturas pues España e Italia se sumaron al veto impuesto por Francia y Portugal. A las cuatro de la mañana del día siguiente, en los sillones del despacho presidencial, algunas ministras conciliaron el sueño todavía sin entender bien qué había provocado tal situación. La condición de la administración Rajoy de permitir al avión presidencial aterrizar y cargar combustible en las Islas Canarias fue rechazada por Morales con irmeza. A esas alturas ya era una virtual política de Estado (además de una potestad innegociable) que no se permitiría a ningún oicial extranjero revisar el interior del Dassault Falcon. Sin embargo, el nivel de desinformación y confusión era tal que, en esa misma tarde, el canciller David Choquehuanca le agradeció a los españoles el gesto. ¿Qué estaba pasando? [ La jugada de Estados Unidos El Desacuerdo conoce de fuente primaria que la diplomacia europea reconoció a la Cancillería de Bolivia que la presión de Estados Unidos había sido demasiado fuerte y tuvieron que ceder. Ellos, no lo dicen pero lo saben, transigieron tanto a partir de su crisis que ahora no pueden mirar a la potencia norteamericana a los ojos. Washington, por su lado, negó cualquier responsabilidad. Jen Psaki, portavoz del Departamento de Estado, manifestó que se trataban de decisiones “individuales” de los países, sin embargo reconoció de inmediato el intenso lobby de su país por el caso Snowden. “En los últimos diez días hemos estado en contacto con un amplio número de países con posibilidades de que Snowden aterrizase o transitase a través de ellos”. ¿Entonces en qué quedamos? Es prácticamente una confesión. Está claro que todo tiene origen en los teléfonos de la Casa Blanca. De la embajada de la avenida Arce es mejor no decir nada, porque ellos eran los más sorprendidos y desprevenidos en la tarde del 2 de julio. El (falso) rumor de que Joseph Edward Snowden se encontraba a bordo del Dassault Falcon no pudo salir de los informantes que tiene Estados Unidos en La Paz. Todo apunta a que fue una información operada desde Washington y que se generó en Moscú. No se puede perder de vista un elemento. EEUU y otras potencias han perdido la compostura en los últimos años como no lo hacían desde los peores momentos de la guerra fría. Y ya no lo hacen para asixiar focos El Desacuerdo conoce de fuente primaria que la diplomacia europea reconoció a la Cancillería de Bolivia que la presión de Estados Unidos había sido demasiado fuerte y tuvieron que ceder. Ellos, no lo dicen pero lo saben, transigieron tanto a partir de su crisis que ahora no pueden mirar a la potencia norteamericana a los ojos subalternos o comunistas, ahora salen de sus cabales en afanes de persecución a compatriotas suyos que los dejaron en evidencia como un monstruo vigilante y censor. El acoso a la embajada de Ecuador en Londres por el caso Wikileaks de hace unos años no se explica de otra forma. Y ahora presenciamos un nuevo capítulo con lo sucedido en los cielos europeos. Lo más certero que dijo Evo Morales a su llegada al aeropuerto de El Alto es que las potencias (todavía) se unen para agredir. Jen Psaki lo reconoce. Todo comenzó en Washington. [ La OTAN y el nuevo backyard Es difícil suponer que la CIA perdió el rastro de su ex agente y por eso comenzó a creer que estaba en el avión presidencial. De hecho, el Gobierno tiene la convicción (con información no conirmada) de que los Estados Unidos siempre supieron que Snowden no estuvo jamás en el FAB-001 y que nunca existió acercamiento alguno con la delegación boliviana. Sin embargo, a los europeos les dijeron otra cosa. A España, por ejemplo, le aseguraron que el analista de menos de 30 años se encontraba en el mismo avión en el que Evo Morales viajaba. Esta clase de explicaciones ya llegaron hasta Bolivia desde los países “engañados”. Además, esto explica la curiosa aparición del embajador madrileño Alberto Carnero en la pista del aeropuerto de Viena para “tomar un café” junto al Presidente dentro del Dassault Falcon. Tres de los cuatro países que negaron el permiso de sobrevuelo al Presidente son PIGS. No, no queremos decirles cerdos a España, Italia y Portugal, sino que éstos, junto a Grecia e Irlanda, son las naciones de Europa que requieren intervención y auxilio por sus serios problemas de déicit, desempleo y endeudamiento. PIGS son sólo las iniciales de los países convertidas en un malicioso acrónimo inventado por los medios de comunicación norteamericanos. ¿Quién es uno de los actores principales en el rescate de estos países? Sí, acertó: Estados Unidos. Todos estos países, además, forman parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Endeudados y comprometidos geopolíticamente, se encontraban en una situación muy difícil ante la potencia mayor. Europa se metió en la crisis y Europa optó por La Paz, domingo 7 de julio de 2013 una salida que la hacía aún más vulnerable. Ahora se encuentran ante la triste realidad. Son el nuevo patio trasero de los Estados Unidos. El episodio con el avión de Evo lo dejó en evidencia. Hay otro dato que no se puede perder de vista, Austria no pertenece a la OTAN. Airmar que Bolivia otorgaría asilo a Snowden pudo ser una declaración muy cara para Evo Morales y fue, sin duda, una provo- 9 cación más, de muchas. Sin embargo, para encontrar los detonantes de lo que sucedió, hay que mirar un poco más atrás. Sólo un poco. El mandatario que reaccionó con más violencia ante la posibilidad de que Colombia se incorpore a la OTAN fue el boliviano. La arremetida del Presidente contra esa posibilidad incluyó la solicitud de una reunión de emergencia de Unasur para condenar el intento. “Cuando internamente Estados Unidos ya no puede dominarnos a países, a Gobiernos, a pueblos antiimperialistas, ¿cómo es posible que Colombia pida ser parte de la OTAN? ¿Para qué? Para agredir a Latinoamérica, para someter a Latinoamérica, para que nos invada la OTAN como ha invadido en Europa y África”, dijo el Presidente e inmediatamente después aseguró que no permitirá que “militares de Europa y Estados Unidos intervengan en Latinoamérica”. Queda claro que motivos no les faltaron a las potencias de la OTAN para “sentarle la mano” amargándole a Evo el viaje de retorno a Bolivia. Sin embargo, quedó más en evidencia la decadente relación de subordinación que existe entre algunas naciones y el miedo a que se revelen sus secretos. Ellos quedaron expuestos una vez más como lo que son, potencias con vocación agresora. Actuaron como si nada hubiese cambiado, sin embargo su medida aleccionadora –la venganza– les salió al revés. Ahora nos toca a nosotros exponernos como lo que somos. Evidenciar con fuerza qué es lo que cambio en estas décadas de lucha. Decirles, cara a cara, que ya no somos más el backyard ni nada que se le parezca. Nos lo ganamos. Nunca más nos quitarán esa dignidad. OTAN for dummies CFKArgentina.com Nicolás Laguna Tras la segunda guerra mundial, los “países aliados” decidieron formar una coalición de defensa frente no ya a los nazis sino la “amenaza comunista” con la irma del Tratado del Atlántico Norte. Durante la guerra de Corea (1950) se creó un Comando Militar que agrupaba fuerzas de todos los miembros bajo la tutela de los Estados Unidos, cuyos militares detentan desde entonces el Comando Supremo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Hasta el in de la guerra fría, esta organización militar sirvió como contención al crecimiento del bloque comunista, que respondió con el Pacto de Varsovia. También jugó un rol importante durante la crisis de los misiles en Cuba (1962). Sin embargo, fue mucho más activa después de la caída del muro de Berlín, actuando directamente en la guerra secesionista de la ex- Yugoslavia, entre 1992 y 1999, en la invasión a Afganistán (2001 a la fecha), la creación de un nuevo ejército en Irak, tras la invasión de los Estados Unidos, y la guerra civil Libia. Por otra parte, la OTAN ha permitido a las principales potencias (EE.UU. e Inglaterra) establecer bases militares en los países miembros, desarrollar operaciones de inteligencia conjuntas y compartir la que se genera unilateralmente. En 1966, las Fuerzas Armadas de Francia se retiraron por completo del Comando Militar Integrado de la OTAN, aunque no de la organización en sí. Esto implicó, entre otras cosas, que todas las tropas no francesas, acantonadas desde 1950, se retirasen de su territorio y que ningún soldado de este país estuviera bajo el comando de extranjeros. Era una declaración de soberanía frente a los Estados Unidos. Cuarenta y un años más tarde, en 2007, el entonces Presidente, Nicolas Sarkozy, decidió subordinar nuevamente su patria, reincorporándola al Comando Militar Integrado. Una de las consecuencias se presenta en el actual impasse con el Presidente de Bolivia. Por nuestra parte, nos quedamos con Robespierre: “La patrie est en danger”. ¿dónde encontrará asilo Snowden? Los límites del destierro Amaru Villanueva Como conocimos a través de Wikileaks, Snowden pidió asilo político a 21 paises: Austria, Bolivia, Brasil, China, Cuba, Finlandia, Francia, Alemania, India, Italia, Irlanda, Holanda, Nicaragua, Noruega, Polonia, Rusia, España, Suiza y Venezuela. Ya había pedido asilo a Ecuador e Islandia. Ahora bien, podemos especular, mientras permanezca en su actual suerte de limbo legal y transitorio, acerca de qué país se lo puede otorgar y bajo qué condiciones (hasta cansarnos). Creo que resulta más interesante preguntarse qué implicaría para estos países, en términos ideológicos, otorgarle asilo, y qué implicaría para Snowden aceptarlo. Empezando con la posición de Snowden, pedir, o (peor aún) aceptar asilo de China o Rusia sería semejante a ir a Corea del Norte pidiendo asilo político por abusos a sus derechos humanos. Refugiarse bajo el ala de semejantes infractores en el mundo del espionaje digital, la censura, y la vigilancia ubicua, sería una contradicción y un profundo desacierto. Lo que nos trae de vuelta a Venezuela y Bolivia, cuyos gobiernos han expresado la voluntad de conceder asilo a Snowden. Es importante entender lo que implica esta protección, más allá de un gancho izquierdo al imperio. Hablamos de dos países que si bien tienen una reputación errante respecto al control mediático, tampoco se han convertido en referentes de vigilancia o censura respecto a la información que luye por el internet (sin quedar claro si es por ideología o ineicacia). A lo que me voy es que otorgarle asilo político a Snowden, aunque sea hipotéticamente, sería indirectamente conceder la validez de los principios que deiende, diicultando futuras restricciones de derechos informáticos en nuestros países, por lo menos sin auto-contradecirse. En este sentido, el tener a Snowden como refugiado en nuestro país serviría de precedente para resguardar la privacidad digital de los ciudadanos bolivianos frente a futuras amenazas. Si algún lector no percibe estos peligros como reales, podemos remontarnos al proyecto de Decreto Supremo iltrado por Anonymous Bolivia en Marzo del 2013, el cual le posibilitaría al Estado ejercer control sobre el acceso a la información a través de un Punto de Interconexión de Tráico (PIT). Pero en el contexto de la si- tuación de Snowden, y en relación a las preguntas que le hace al mundo este cuento-pesadilla, la situación nuestra es lo de menos. Paradójicamente, en los debates respecto a privacidad y libertad de información, suelen ser los países liberales y neoliberales quienes más fuertemente dicen defender estos derechos, pero quienes en la práctica han sido justamente quienes han podido romperlos de forma más hipócrita e imperceptible. Las restricciones en China, o en Cuba, se entienden (sin defenderse, claro) desde una lógica en que reina el Estado y su visión moral única e infranqueable, más arriba de derechos como la libertad de expresión o acceso a la información. Pero en EEUU, donde el programa de vigilancia masivo Prism se presume ilegal bajo su propia constitución (sin mencionar los datos que se originan en otros países, llevando esta infracción al plano del derecho internacional), es donde más vergüenza causan las revelaciones de Snowden, pues delatan una interna contradicción, prácticamente irresoluble. La moraleja lamentable de esta épica internacional es que, al parecer, ningún país podría al mismo tiempo otorgarle asilo, y hacer prevalecer en su propio territorio los derechos a la privacidad que él deiende. De este modo, un mártir que deiende los derechos humanos que nos toca a todos defender en este siglo, al no tener pasaporte ni asilo político viable y real, paulatinamente se va convirtiendo en una no-persona, un desterrado en todos los sentidos. Snowden se encuentra en tierra de nadie en cuerpo, documentos, e ideología. La Paz, domingo 7 de julio de 2013 10 Lo que fue el 3 de julio, con Evo detenido en Europa Caminando para adelante El Evo se plantó. Dijo lo que tenía que decir, hizo lo que tenía que hacer, no lo pudieron encerrar ni con amenazas, ni con acciones, ni con embajadores astutos. Sólo lo pudieron trampear en el aire n Fabián Restivo Son las 7 de la mañana del 3 de julio. Un soleado día de mierda. Mal día para dejar de fumar. En la casa no dormimos. Estamos pendientes de lo que pasa en el avión del presidente. No es original. En muchas casas del mundo (sabemos) pasa lo mismo. Quería escribir pero recordé una frase de mi buen amigo y maestro Oscar Tafetani: “nunca escribas cuando estés enojado. No es bueno“. Así que aquí estoy, haciendo de nuevo lo que no se debe. El problema es que solo se me ocurren frases. Por ejemplo: somos la pulga en la oreja del mundo. Somos el nuevo centro de la política mundial. Somos nosotros, los ex jodidos. Ahora se joden ustedes. Les toca. Vamos a seguir caminando para adelante. O como dicen mis amigos cubanos: “¡pa’ atrás, ni pa’ coger impulso!”. Intento un análisis más objetivo sobre Francia, Italia, España y sus amiguitos de la OTAN. Podría hacerlo, pero el humor me arruinó el primer café de la mañana y en el aire suena Madredeus y me salta una mala pregunta: ¿Portugal? Jodido por la Unión Europea y por Estados Unidos, a punto de desaparecer con sus fados, sus mujeres tímidas, sus vinos amaderados y sus puertos. Claro que me salta la frase: “¿Bruto, tú también?” Saco a Madredeus y pongo a Gieco: “Cinco siglos igual”. Abro el diario y leo a algunos opositores. Pobre gente. Si no entienden lo que pasa en nuestros países, sería una crueldad pedirles que entiendan lo que pasa en el mundo, de golpe se les da por intentarlo y tenemos una epidemia de cuadriplegia producto del esfuerzo. Llaman amigos de mis otros países con tres preguntas que parecen calcadas: ¿Qué pasa? ¿Qué sabes? ¿Qué hacemos? Aurelio Rocha de Brasil, Carlos Girotti de Buenos Aires. El Pano de Nicaragua, otros Pienso en la relación patológica de los torturados con sus torturadores, de los espiados con su espiador. Pienso en mi abuelo, un catalán perseguido por Franco y me lamento honestamente por los europeos decentes que deben estar puteando su rumiada vergüenza en algún bar, en alguna cocina, frente a algún televisor en la oscuridad de la casa que seguramente huele a café o a gas lacrimógeno. [ Secuestrado en Europa Mi presidente se niega a que le revisen el avión y recuerdo al Che: “Al enemigo no hay que cederle ni tantito así”. Estados Unidos, con la cobardía guerrera que lo caracteriza no se pronuncia. Ordena que lo hagan sus torturados, que viven en el patio trasero llamado Europa, que como dijo alguien, tiene más de trasero que de patio. El Vice dice: El presidente Evo está secuestrado en Europa. Europa, la vieja dama autofágica que se comió a su madre, Grecia, a cambio de una deuda. Recuerdo “Las Satrapias” de Neruda y hago una traducción, así que el certero y visionario poema me queda en versión Mercado Común. Tenía razón Oscar, no se puede escribir cuando estás enojado. No se pueden hilvanar ideas. Solo que me gustaría saber qué van a decir ahora, los que disparan: “¡Y dale con el discursito del imperio!”. Roedores de las banderas conquistadas Decía, de Francia y España no me asombra, por allí pasaban los aviones de los nocondenados a muerte, camino a Guantanamo, mientras esos gobiernos miraban para otro lado o decían “chau” con la manito desde el techo de la Moncloa. [ “diplomacia de los pueblos” Creo irmemente que Suramérica y el Caribe se enfrentan a un momento de inlexión estratégico histórico inevitable. Unasur, ALBA, CELAC, Mercosur Podríamos sancionar a Europa y a Estados Unidos cortando el envío de petróleo y alimentos. Deberíamos despedir a los embajadores de estos países europeos y convertir la embajada de Estados Unidos en el ediicio sede de Unasur. La cagada es que nos lo van a dejar llenos de micrófonos, pero con lo que nos ahorramos de construirla en Cochabamba, lo contratamos a Snowden para que nos haga la contrainteligencia. ¿Cuál es el problema? Ellos se cagaron en la convención de Viena y pusieron en riesgo real la vida de nuestro presidente. Si nos cagamos en ellos es apenas una retribución de atenciones. Eso se llama “diplomacia de los pueblos”. No es difícil de pensar la historia con solo cuatro datos: no le perdonaron nunca a Haití ser el primer país independiente. No le perdonaron nunca a Cuba su independencia. No le perdonaron nunca a Chavez su caribe puro en la noche de “váyanse a la mierda yankys de mierda”. Y nunca nos van a perdonar a nosotros, hacerle a Estados Unidos, lo que ellos le hicieron a Inglaterra. Otro cigarro y van seis, mal día para dejar de fumar. Claro que es peor día para ser embajador de Francia en Bolivia. Decía: claro que no nos van a perdonar. El Evo se plantó. Dijo lo que tenía que decir, hizo lo que tenía que hacer, no lo pudieron encerrar ni con amenazas, ni con acciones, ni con embajadores astutos. Solo lo pudieron trampear en el aire, adentro de un avión al que se le acababa la gasolina en territorio de la OTAN. Y también salió de allí, como todo lo que hizo en la vida: caminando para adelante. La Paz, domingo 7 de julio de 2013 11 Las protestas detrás de la Copa Brasil, el fútbol y los grandes negocios marca FiFA ¿Qué piensas cuando escuchas la palabra “Brasil”? Lo que queda detrás de la potencia emergente y la gran iesta futbolera que se alista para el año que viene. Cifras y crudas realidades de un país muy latinoamericano. n Cristian Vera Si escuchas la palabra Brasil, rápidamente en nuestros cerebros se activan una serie de otras palabras/estereotipo para acompañarla: Fútbol, penta campeones mundiales, actuales campeones de la Copa Confederaciones, carnaval, iesta, felicidad, mujeres hermosas y hombres, sexo, frenesí, sexta economía del mundo, organización, modernidad, productividad, Pelé, Lula, amazonas, calor, grandes ciudades, etc. Tal vez esas palabras sean las más visibles y las más bonitas (o no), pero hay otras que también caliican lo que es Brasil: favelas, inequidad, pobreza, corrupción, narcotráico, sicarios, insatisfacción, inseguridad, racismo, Dilma. Y es que Brasil, ahora que se imagina y se ve moderno, por más que no le guste el gentilicio es un país profundamente latinoamericano sobre todo en sus contradicciones estructurales: quiere mostrarse muy transformado pero ocultando bajo la alfombra todos los fuertes indicadores de pobreza y extrema pobreza. Ya lo dicen los datos: si bien es orgullo brasileño que entre el 2003 y el 2013, 40 millones de personas hayan pasado a la clase media, el 10% de la población concentra el 75,5% de la inmensa riqueza del país, un 20% de la población vive bajo la línea de la pobreza y un 4% vive en la extrema pobreza. Y hay más de esas contradicciones pero toda esta cuestión, muy latente por cierto, la hizo aún más visible el fútbol, y en concreto el escenario que ofrece organizar la Copa de Confederaciones, una copa menor de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), adaptada para probar la logística trabajada por los Estados para realizar el tan cotizado Mundial de Fútbol. [ Cuando escuchas la palabra FiFA Si escuchas la palabra FIFA rápidamente en nuestros cerebros se activan una serie de otras palabras: millones ya sea de dólares, de gente, muy buenos negocios, longevos presidentes, corrupción, poder. También al oir esas cuatro iniciales surgen frases como: “la única dueña del show mundial de la pelota”. Un rasgo nada despreciable y especial de la FIFA es que los estados no pueden entrometerse en el deporte de la FIFA (hay de aquel Estado que se anime a tocar a Burga, cuestionado presidente de la Federación peruana, o a Chávez de Bolivia, ambos por cierto reciben mensualmente 10 mil dólares de sueldo vía Zurich/Suiza), pero a la FIFA le encanta meterse con el dinero de los estados y hacer inmensos negocios. Y eso es lo que hizo y realizará en Brasil. No se tienen datos oiciales sobre las ganancias pero varias fuentes muestran que en el Mundial EEUU 94 la FIFA ganó 300 millones de dólares y espera ganar con el Mundial del próximo año la grandiosa suma de 1.600 millones de dólares y dejar en Brasil por distintas utilidades e impuestos la suma de 100 millones. Este último dato lo oicializó el presidente de la FIFA. Estas cifras varían según quien las maneje, por ejemplo, para el genio del fútbol Romario, la FIFA es quien gobierna Brasil personas. Esta vez en Brasil, el fútbol, mejor, los negociosos y el evento de la FIFA, fueron escenarios muy oportunos para movilizar a millones de personas para exigir al Estado brasileño una diversidad de cambios que van desde el desarrollo en infraestructura en educación, salud, pasando por mejorar el reparto de la bonanza económica hasta llegar a cuestionamientos sobre el sistema político brasileño muy habituado a la corrupción. En ese contexto, el fútbol se ha transformado en el mejor escenario mediático del mundo. Por tanto, es de gran interés en el mundo ser sede del máximo evento del fútbol: el Mundial. Ser sede del Mundial garantiza a un país ser durante un mes la capital del mundo. Gran época para iniciar negocios, imagínense la escena: empresarios brasileños No se tienen datos oiciales sobre las ganancias pero varias fuentes muestran que en el Mundial EEUU 94 la FIFA ganó 300 millones de dólares y espera ganar con el Mundial del próximo año la grandiosa suma de 1.600 millones de dólares y dejar en Brasil por distintas utilidades e impuestos la suma de 100 millones. Este último dato lo oicializó el presidente de la FIFA. por estos días y ganará una fortuna que traspasa los 2.000 millones de dólares. ¿Cuánto invertirá Brasil? Oicialmente para la Copa de Confederaciones el Estado brasileño invirtió 11.000 millones. Con estos datos, ¿quién hace el negocio? ¿Cuál es el negocio para los estados? ¿Hacer sentir a su población que son los mais grandes do mundo? [ La herida social Si alguien tiene alguna duda de la trascendencia del fútbol, ya sea desde el punto de vista social, económico, político, cultural y simbólico, con todo lo ocurrido en Brasil seguramente tendrá que cambiar de idea y empezar a creer que el fútbol no solo mueve inmensas montañas de dinero allá donde va, sino a millones de invitando a árabes a ver el mundial y de paso hacer negocios, gran palestra, inmenso plus. [ grandes negocios El modesto costo (¡?) es de 16.000 millones de dólares. Esa será la suma, más o menos certera, que Brasil invertirá en infraestructura, logística y otros grandes detalles de organización. EEUU, el 94 (año cabalístico para nuestra selección), invirtió 50 millones. Más tarde, Francia invirtió 300 millones de dólares. Cuatro años después Japón junto con Corea del Sur invirtieron 4.000 millones. Los alemanes, el 2006, organizaron un mundial con 4.500 millones y Sudáfrica gastó 2.800. Lo interesante de este desile de cifras es la enorme inversión brasileña. Y más intere- sante aún para comprender algo de la lógica que cohesiona las protestas de junio es que en Río la gobernación invirtió en la modernización del Maracaná 600 millones, todavía no está acabada la obra y en infraestructura educativa la gobernación Carioca en cinco años invirtió 200 millones. Además, el Maracaná es el mejor ejemplo de Elefante Blanco. Para el año 2008 se hizo una remodelación millonaria de aproximadamente 80 millones. Sin embargo, esa inversión, esa millonaria remodelación quedó en nada ya que se inició, el 2011, de cero la actual modernización del histórico Maracaná. Qué preocupa de todo esto. Primero que uno de los deportes más millonarios del mundo se beneicie de la plata de los estados. Segundo, ¿qué hace con tanto dinero la FIFA? ¿Garantizar los altos niveles de vida de una cúpula dirigencial que no quiere alejarse y de aprovechar de esos recursos? ¿Escuelas formativas en el mundo? ¿Qué impacto tendrán sus actos “solidarios“ en África? Tercero, habría que darse una vuelta por Sudáfrica a observar cuál es la utilidad de 12 estadios de asombrosa arquitectura, pero acordonados por índices de pobreza signiicativos, la salud precaria y una educación muy cuestionada. Pero, todo esto no parece importarte a la FIFA que está más preocupada en hacer grandes negocios. Por último, lo de Brasil también debería ofrecernos una lección política sobre la inlación de expectativas. Desde Lula a Dilma no se cansaron de mostrar la imagen de que Brasil es una gran potencia del mundo, que tienen una enorme capacidad de gastar miles de millones de dólares. Tampoco se ahorraron palabras para decir que la gente ha subido tanto su nivel de vida como su poder adquisitivo y frente a ello millones de personas veían eso como una publicidad elaborada, como algo no real si uno transita por las calles y creo que las protestas de junio alrededor del fútbol pedían sensatez a los políticos: coherencia en los gastos y menos show. La Paz, domingo 7 de julio de 2013 12 Crónicas a ras del suelo Necroturismo, tres historias sin vida Cierre los ojos e imagínese un lugar tranquilo. ¿Qué pasa ahora por su mente? ¿Una playa? ¿Una isla? ¿Un balneario? ¿Un convento dominico? Si usted pensó en un cementerio, dio en el clavo. Visitar tumbas está de moda. Sobre todo porque la experiencia es un tres en uno: sosiego, arte e historia en un mismo recinto. n Álex Ayala Ugarte Fotos: Jesús Blanco, Gloria Ziegler, Salva Solé y Álex Ayala [ BOLiViA Males de ultratumba El tiempo corre y algunos mueren. Mientras que otros se hacen mayores. Eso es precisamente lo que ha pasado con los “guías” del Cementerio General de La Paz, niños que dejaron de ser niños y ahora son jovencitos que rara vez se dejan ver entre los mausoleos. Antes, ellos eran los responsables de un tour extraoicial que recorría las tumbas del padre Espinal, el compadre Palenque o los beneméritos de la Guerra del Chaco; y que hacía siempre un stop en el pabellón de “los niños violados”, donde yacen Patricia Flores, Álvaro Tavera y otros menores que fueron abusados hasta la muerte. “Algunos de los muchachos vuelven de vez en cuando”, me dijo un operario del cementerio hace algunos meses. Pero no es lo habitual, como hace años, cuando los más osados se atrevían a dormir durante las noches más frías en nichos vacíos; y ahora son otros habitantes del camposanto los que reconstruyen su historia cuando les preguntan. Ramiro Cahuana, trovador ocasional e intérprete de morenadas, valses y boleros, es uno de los que conoce bien a los inquilinos del cementerio. “Uno de los más extraños –relata– es un señor que me contrató para que acudiera a un velorio pagándome parte por adelantado. Cuando acudí a la cita me di cuenta de que el muerto era él. Era un suicida”. Otros son escritores “malditos”, como Jaime Saenz o Víctor Hugo Viscarra, a quien le suelen llevar trago. Otros, personajes ilustres, como el ex presidente Germán Bush. Y otros son quizás un poco más incómodos: por un lado, los ladrones de tumbas, dedicados a robar lo que hay a la vista: marcos de bronce, lores y loreros; por el otro, profanadores, sobre todo aspirantes a médico en busca de cuerpos para sus prácticas. “Pero cuando se llevan un cráneo o un cadáver luego lo pagan”, me dice, durante una de sus rondas, uno de los serenos. “Aquí hay espíritus rondando –añade–. Por la noche a menudo escuchamos ruidos y crujidos; y como a las doce, a veces, a gente hablando, caminando, llorando. Pero es normal. Las almas nos acompañan, vigilan con nosotros”. Según el antropólogo Alejandro Barrientos, “este es un lugar especial, en cierta manera peligroso, y uno debe cuidarse cuando lo visita. No es un sitio sólo para pasar o permanecer así nomás. Es un territorio extraño, lleno de sentimientos perturbadores”. “Por eso –señala–, aquí uno debe de cuidarse. Hay que pedir permiso a los difuntos para no contraer enfermedades como ‘el orejo’, que es cuando a uno le agarra el muerto”. Estos males de ultratumba, según Barrientos, afectan sobre todo a los más débiles, a las embarazadas por ejemplo. “Cuando les da ‘el orejo’ –comenta–, los bebés nacen con olor a podrido, anquilosados, y pueden morir en cualquier momento”. “Por otro lado –advierte–, cuando alguien entra en las tumbas o rompe el equilibrio que hay entre ellas corre el riesgo de tener dolor de huesos, falta de ánimo y acabar muriendo. En este caso, uno de los síntomas más claros son los sueños pesados”. “Pero tampoco hay que asustarse demasiado –se ríe el sereno cuando le hablo de las investigaciones de Barrientos–. Para mí, más que los difuntos, son peores otros enemigos: el hambre, que mato con coca, y el frío, que combato a base de cigarrillos”. Para albañiles como Luis Chuima, más que por el cuerpo, el Cementerio General “entra por los ojos”; y se explica a partir de los pequeños detalles de los nichos, decorados muchos de ellos como si se tratara del rincón más especial de la casa del difunto. Los de bebés tienen juguetitos; otros, un vasito de cerveza o aguardiente; algunos, el escudo de una logia o un club de fútbol; la mayoría exhibe fotos; y las lores, entre tanto, tienen también un particular signiicado: los tonos blancos son para la gente joven, las rosas y claveles para las mujeres y los hombres adultos y los colores oscuros para los ancianos. Según Barrientos, aunque parezca todo lo contrario, aquí nada es al azar: todo tiene su propia lógica. “Si los lunes, por ejemplo, uno ve a mucha gente fumando frente al horno crematorio, es porque existe la creencia irme de que fumar el primer día de la semana es una manera de acompañar a los que están siendo quemados –subraya–. Y si uno lo que ve es a alguien con pinta de maleante husmeando cerca una tumba, lo más posible es que efectivamente se trate de uno. Ya que lanceros, auteros, cogoteros, cleferos, charlatanes y descuidistas suelen guardar un poco de tierra de muerto en sus bolsillos para pasar desapercibidos y no ser sorprendidos in fraganti cuando delinquen”. “Algunos tienen hasta su ñatita particular para protegerse de la policía”, dice Barrientos. Las ñatitas son cráneos que uno guarda en casa y cuida como si fueran de la familia. A las ñatitas se les bautiza, se les viste, se les da de fumar y se les habla; y cada 8 de no- viembre, en el denominado “Día sin Sombra”, aconsejan llevarlas al cementerio. En tan señalada fecha a veces regresan los aguateros y lustrabotas que hasta hace poco eran niños; y si alguien les reclama, vuelven a convertirse en guías improvisados. [ COLOMBiA Medellín, tras la sombra de Pablo Escobar La peor época de Medellín, la que todos preieren olvidar, está asociada al tema narco. Al despilfarro, a los atentados y a un nombre: Pablo. Durante el imperio de Escobar se aprendió a morir aquí de otra manera –de ser un hecho privado, la muerte pasó a ser un hecho público–; y el espejo de esa realidad fueron durante varios años los cementerios. En el de San Pedro, en la zona nororiental de la ciudad –la más golpeada por la violencia hasta no hace mucho–, los árboles y las esculturas de mármol se elevan hacia el cielo, recordando a los cincuenta caballeros de buena alcurnia que lo fundaron en 1842 para dar cobijo a los muertos de la alta sociedad. Función que cumplió hasta que con el quiebre de los años 80 aparecieron las famosas e interminables galerías. Medellín se desangraba por aquel entonces y el cementerio acogió a las “autoridades” emergentes que empezaron a controlar las calles: traicantes, sicarios, paramilitares y demás familia. Agencias como Medellín Experience ofrecen hoy tours por los que fueron en su momento los refugios de Pablo Escobar –el barrio que él construyó, sus mansiones, su propia cárcel (llamada La Catedral), la casa donde lo mataron, etcétera–. Y algunas incluyen a San Pedro en sus recorridos. Al in y al cabo, muchas de las víctimas de la “guerra” por el control del tráico de drogas terminaron sepultadas en este camposanto. En él están enterrados, por ejemplo, los hermanos Muñoz Mosquera. Uno de ellos fue lugarteniente de Escobar. Según Patricia García, directora de este cementerio-museo, “su madre llegó con un costal de plata para comprar un mausoleo en efectivo; hizo instalar ahí mismo un sistema para que sonara sin parar música sacra; y por dentro lo decoró como una salita, convirtiendo a sus hijos más que en un recuerdo en símbolo”. Patricia cuenta también que, en los tiempos duros, “muchos traían sus canciones para homenajear a sus familiares poniéndolas a todo volumen. Además pegaban en los nichos fotos de la motocicleta del difunto o escudos de sus equipos de fútbol. Durante los funerales disparaban al aire y, en ocasiones, las bandas se enfrentaban a tiros allí mismo o La Paz, domingo 7 de julio de 2013 remataban al muerto de los grupos rivales en pleno entierro. Como muestra de poder, para que quedaran aún más muertos de lo que estaban. Era una auténtica locura”. Ahora ya no suceden esas cosas. Ya no son las balas las que atraviesan San Pedro. Es el turismo. “Que viene a conocer el pasado, pero también cómo las cosas han ido cambiando. Porque las cosas han cambiado en los últimos años. Antes, la cremación apenas se permitía por la gran cantidad de investigaciones criminalísticas abiertas en torno a los cadáveres. Hoy, sin embargo, es lo más normal del mundo”, dice Patricia. El otro cementerio emblemático de Medellín, visitado regularmente por operadores turísticos y devotos de Escobar, es el de Montesacro: el de los ricos. Aquí fue enterrado en 1993 el narcotraicante y aquí exhumaron sus restos en noviembre de 2006 para resolver una denuncia de paternidad de dos supuestos hijos. Dos acontecimientos capaces de atraer en su día a miles y miles de personas, a toda la fanaticada de quien fuera bautizado por algunas voces como el Robin Hood de los más pobres de Colombia. Según Alonso Correa, encargado de mercadeo de la funeraria San Vicente, una de las más conocidas de la ciudad, “para bien y para mal, pero sobre todo para mal, Escobar fue como un tsunami que arrasó con todo, que fue capaz de cambiar incluso los valores de buena parte de la sociedad de aquel momento”. “Debido a su inluencia –explica–, algunos de nuestros clientes comenzaron a pedirnos ataúdes caros, mariachis, atuendos raros y elementos un tanto alejados de los servicios funerarios tradicionales”. Camilo Andrés Jaramillo, compañero de Correa, añade que en los 80 y los 90 el negocio marchó mejor que nunca. “Ganábamos más que la Coca-Cola”, bromea. “¿Pero a qué precio? –se pregunta–. Hasta para nosotros era desolador recibir tanto cadáver”. Actualmente, la tumba de Escobar, el hombre al que responsabilizan de más de cuatro mil asesinatos a lo larcho y ancho del territorio colombiano, luce siempre rodeada de lores. Y está idenicada por una lápida que dice: “Cuando veas a un hombre bueno, trata de imitarlo; cuando veas a un hombre malo, examínate a ti mismo”. [ ARgENTiNA Evita superstar Si el cementerio de La Recoleta, en Buenos Aires, fuera un libro, estaríamos hablando de un clásico de la literatura. Pero no lo es. Es 13 más, al principio no era ni siquiera un cementerio. Hasta 1822 fue una simple huerta del convento de unos frailes recoletos. Luego llegaron los entierros: entierros y más entierros. Un brote de iebre amarilla hizo que la alta sociedad capitalina se trasladara a sus alrededores en 1870; y el lugar acabó por transformarse en último descaso de las familias más ricas y poderosas de la ciudad. Aquí cada nicho y mausoleo es una historia. Y cada historia tiene un argumento de telenovela. Por eso lo más aconsejable es hacer la visita en compañía de algún guía. Ellos van siempre un poquito más allá que los turistas; y donde uno aprecia sólo un par de bustos –por ejemplo, en la tumba de Salvador María del Carril y Tiburcia Domínguez, su señora esposa– llegan a ver el inal surrealista de una disputa. El problema de esta pareja fue el siguiente: durante una fuerte discusión el señor Carril le dijo a su mujer que nunca le dirigiría la palabra. Amenaza que cumplió literalmente. Después Tiburcia, para vengarse, dejó escrito como última voluntad en su testamento que quería que su busto diera la espalda al de su marido. Así fue y aquel enfado monumental quedó plasmado para siempre en el cementerio. A veces, los guías también cuentan anécdotas relacionadas con miedos íntimos que muchos hemos tenido. Como la protagonizada por Alfredo Gath, propietario de un gran almacén llamado Gath & Chaves. De él dicen que mandó instalar un complejo dispositivo eléctrico para poder abrir su ataúd desde dentro (por medio de un pulsador que le colocaron en la mano), ya que le daba pavor la posibilidad de ser enterrado vivo. Pocas tumbas, sin embargo, son tan peculiares como la de Alfredo Gath; y lo que más resalta en La Recoleta se podría decir que son las bóvedas: más de setenta de las casi cinco mil de este recinto han sido declaradas Monumento Histórico Nacional. Bóvedas las hay para todo gusto. Hay muchas con símbolos masónicos. Hay una con forma de gruta construida por un poeta con sus propias manos. Hay otra ocupada por un joven cuidador del cementerio, David Alleno, que trabajó toda su vida para comprarla; que luego la decoró con una eigie con balde y escoba que le representaba; y que acabó pegándose un tiro para estrenarla. Hay una en recuerdo a Ruina Cambaceres, quien supuestamente fue sepultada con vida sin que nadie se diera cuenta. Y hay una mezcla de estilos impresionante: desde el barroco hasta el morisco, pasando por el bizantino. Pero sin duda, la más visitada –tanto por los que van con los tour-operadores como por aquellos que se dan un paseo por cuenta propia– es la de Eva Perón: Santa Evita. En este caso, por las vueltas que dio el cuerpo antes de terminar en el cementerio. Eva Duarte de Perón murió a los treinta y tres años y fue embalsamada por el doctor Pedro Ara. Craso error quizás, pues cuando el ex presidente Perón fue derrocado los golpistas que tomaron el poder secuestraron el cuerpo de su mujer para acabar de una vez por todas con lo que la “abanderada de los descamisados” representaba. Pero les salió el tiro por la culata. A pesar de que cambiaban el cuerpo constantemente de escondrijo, siempre aparecían ramos de lores de sus seguidores allá donde lo llevaban. Y inalmente decidieron deshacerse de ella trasladándola a una tumba de Milán con nombre falso. Quince años después, cuando Perón estaba exiliado en España, el cuerpo fue desenterrado y le fue restituido. Y una vez muerto Perón, entregado a sus hermanas, quienes lo llevaron a La Recoleta para que ocupara un lugar en la bóveda de la familia. Hoy dicen que hay toneladas de cemento encima suyo para que nadie caiga en la tentación de volver a secuestrarla. Son muchos los que se paran frente a ella para llorar, dejarle cartas, conversar o hacerle pedidos; la mayor parte, sin darse cuenta de una realidad macabra: el ex general Pedro Eugenio Aramburu, el hombre que dio la orden de hacerla desaparecer en su momento, es su vecino en el cementerio. Y así será, seguramente, hasta el in de los tiempos. Analista mediático: Experto en predecir el pasado. Adriana: Gil. Pregunta-consejo: Si les pica, ¿por qué no se rascan? (Elsa). Plan B: Revolución Chicote (Fdo. Jigote). Confesión: Le temo más a Clark Kent periodista que a Superman (Lex Luthor). Constatación: Algunos corregidores son incorregibles (TIPNIS). 7%: Creci/miento. Pitoconsigna 1: Despierten y beban, que para dormir tienen siglos. El Desacuerdo: ¿Cambio de Época, cuento Chino o golpe Bajo? (Elsa). Precisión: Estados Unidos aún tiene su patio trasero, aunque actúe más como trasero que como patio (@Llockalla). Coloniaje 1: Hace 500 años por tierra, hoy por aire (Marca España). Transición urgente: De las políticas de estadio a las políticas de Estado (Atte. IndignadosBrasil). Retorno: Vuelo Viena/venturado (Atte. Austria). Monasterios: Apátrida a sueldo público. Francia: Embajada (imper)meable (Viceministro Michel). dignidad: A un oceáno de distancia (Evo). Cartelera 1: Secuestro en Viena (Franco(i) lusos). Cartelera 2: El octavo pasajero (Snowden). dejá vù: “Váyanse al carajo yanquis de mierda” (Chávez). Rap: Fuera gringos madafaka (Dignidad). EEUUROPA: Joint venture imperio-cachorros. Preguntita: “Qué dirá el Santo Padre, que vive en Roma”. Egipto 1: Golpe avisa (Morsi-lla). Primarias: Menos de lo mismo (MSM). Misky k’utichina: Dulce, la venganza es dulce (Palacio Quemado). Estrellas: “Puerto Rico da la bienvenida a las nuevas colonias estadounidenses: Portugal, España, Francia e Italia” (#Residente C13). Fiesta: Beber hasta matar (Gran Cuartel). Egipto 2: Hermanos musulmanes eran los de antes (Milicos). Constatación: Gobierno y banca, unidos, jamás serán vencidos (Pueblo). Normas: Las hay rectas, las hay piérolas. indignados: Neymar que por bien no venga. Re-re-re-re-re-reelección: Percy 2015 (se va la sextita). Protesta: Más dignidad, menos Copa (Alcohólicos Anónimos). Extradición: Permuto Goni por Snowden (Fdo. Obama). Protesta: Representantes contra la discriminación eran los de antes (Robinson Iriarte). 4 de Julio: Cancelado por “problemas técnicos” (Curva Sur). galo: Pessoa in grata (Jerjes). Advertencia: Si se meten con una, se meten con todas (chicas Pito). Homenaje de cierre: Tod@s somos Madiba (Elsa). La Paz, domingo 7 de julio de 2013 14 Textos y contextos Sobre la bofetada a Arguedas Respuesta del “autor intelectual” de uno de los “likes” de la primera editorial de El Desacuerdo a la columna que Gonzalo Mendieta publicó en Página Siete la anterior semana n Pablo Stefanoni En el primer número de El Desacuerdo fue publicada una especie de “Declaración de principios” que sin duda –y a propósito– era una mezcla de la Biblia y el calefón (como diría el tango), un intento por diluir un poco la “seriedad” con el que a veces suele actuarse y sobreactuarse la política, poniendo todo, incluso lo que está lejos de la trascendencia, como una irrenunciable cuestión de principios. Es claro que la redacción de El Desacuerdo no puede coincidir con todo eso y sus contrarios y que mucho de lo dicho ahí eran cosas expresamente sin importancia. Otras arbitrarias y algunas “serias”, pero todo dentro de un “juego”, un texto cargados de ironías para evitar deiniciones taxativas en una publicación que quiere hacer del “desacuerdo” una práctica por encima de ideas simples capaces de ubicar el bien y el mal en cinco segundos (o incluso antes de que los hechos ocurran). En ese marco, el grupo editorial me envió un borrador de esa “declaración” en la que agregué dos o tres comentarios. Uno de ellos fue el referido a la bofetada a Alcides Arguedas. En una columna reciente, mi amigo Gonzalo Mendieta (Página Siete, 29 de junio) la toma para presentar su “desacuerdo”. Sin duda, al aislar el tema, la bofetada con la que Germán Busch recibió a un sorprendido Arguedas en el Palacio toma otra relevancia; de hecho Gonzalo plantea una especie de polémica sobre la violencia desde el Estado. En eso estamos de acuerdo. En efecto, el “like” sobre la bofetada era metafórica. Pero sin discrepar en que el hecho en sí mismo es rechazable, no hay que dejar de contextualizarlo: en la época de la bofetada aún se desterraba opositores (e incluso se los podía fusilar), o con suerte se los coninaba tierra adentro del territorio nacional. Por otro lado, Busch no era alguien que se apoyara en su poder para responder de maneras poco elegantes. De hecho, una vez al salir del cine al caer la noche –caminando solo cerca de Plaza Murillo- repelió a tiros a un grupo que al parecer quiso matarlo. Y otra se pegó el tiro él mismo. Su personalidad tenía el aura trágica de un temerario héroe de guerra. No deja de ser curiosa la forma en que Arguedas cuenta el incidente en su diario íntimo: se acuerda del insulto de Busch pero “olvidó” por completo su respuesta “–¡Es usted un canalla!– me sopló con voz fuerte y mirándome a los ojos. El insulto bajo y cobarde me sublevó e irguiéndome sobre la silla repuse con vehemencia: -¡Y usted es .! Tampoco recuerdo lo que dije ni como lo dije pero debiera ser dura mi frase porque de un salto se puso de pie y con los ojos saltados avanzó hacia mi ”. Luego vino la trompada y la censura a los medios para que no difundieran el tema. Es cierto que su gobierno, como dice Gonzalo Mendieta, combinó efectivamente medidas antioligárquicas con pactos con sectores de la gran minería. En verdad todos (desde Patiño hasta La Calle) apoyaron el golpe de Busch contra Toro; todos creían que podrían inluir sobre el joven de 33 años; inexperto en la gestión política pero con fuertes ansias de regenerar la nación. Y todos lo tironearon para su bando. Paradójicamente, Busch prohibió el comunismo, José Antonio Arze terminó marchándose a Chile y por los mismos tiempos recibía a Marof en el Palacio, permitiéndole el regreso a Bolivia. Sin duda hay un antiarguedismo nacionalista simplón; como el de quienes creen que la nación es un buen pique macho (y Alison Spedding padeció en carne propia ese patriotismo culinario cuando se atrevió a criticar la cocina nacional). En verdad, mi “like” surgió del hecho de estar leyendo la biografía intelectual de Arguedas escrita por Juan Albarracín Millán (“Arguedas. La conciencia crítica de una época”), al momento de proponer mis agregados. Concretamente acababa de leer poco antes este párrafo de la columna “Contrapropuesta” (El Diario 15/8/1905) donde Arguedas respondía a una columna de Benigno Lara contra los avisos en los diarios para alquilar “pongo con taquia”. Es una especie de bofetada al lector (al menos de hoy día): “En el momento en que escribo estas líneas, compacta muchedumbre llena la plaza San Sebastián y en las calles que le dan acceso. Es la popular iesta de La Asunta. En medio de esa muchedumbre lo que salta a la vista es la irritante cara de los indios , qué abundancia señor!. Esto marea y asusta. Es una formidable invasión de bestias”. Luego sigue peor: “En cierta época del año, cuando aumenta la corriente del río, es costumbre de la Municipalidad hacer servir a los canes bocaditos de pan con estricnina dentro para de un modo fácil, cómodo, barato y ediicante, librarnos de la plaga canina, dañosa e inútil. Propongo que con los indios se use igual procedimiento . Será mejor que alquilarlos”. Sus prejuicios antipopulares no se reducían a Bolivia. En sus Diarios íntimos, se quejaba en unos de sus viajes a París de que Sus prejuicios antipopulares no se reducían a Bolivia. En sus Diarios íntimos, se quejaba en unos de sus viajes a París de que los exclusivos bulevares del centro habían sido copados por porteros de ediicio había ganado el Frente Popular y ya ni en la ciudad luz se podía estar a salvo de esas “gentes ordinarias”, como las llamaba el autor de Pueblo enfermo. los exclusivos bulevares del centro habían sido copados por porteros de ediicio ... había ganado el Frente Popular y ya ni en la ciudad luz se podía estar a salvo de esas gentes ordinarias –como las llamaba el autor de Pueblo enfermo. Sus diarios y sus libros están llenos de estos comentarios; como cuando dice que los alemanes –que ya eran bastante perfectos– intentaron mejorar aún más su raza –aunque de manera algo brutal–, en pleno nazismo (La Danza de las sombras). Arguedas recibió el premio Roma, el 27 de abril de 1935, otorgado por el gobierno de Mussolini. Todo eso no disculpa, sin duda, una agresión física. Gonzalo Mendieta tiene razón en el fondo del asunto si el terreno es la historia; pero quizás sí se justiica la pequeña provocación “feisbukiana” de defender metafóricamente la “bofetada a la antihistoria” (como la llamó Poririo Díaz Machicao); tras la cual varios universitarios llegaron a la casa de Arguedas gritando consignas contra el “Melgarejo de cartón”, el “dictador bárbaro” y el “camba iletrado” y en defensa del “escritor mártir”. Se trata de un hecho que, al in de cuentas, y por suerte, combinó la “tragedia” con un poquito de farsa. Y así quise, al menos yo, recuperarlo como marca de fábrica de una publicación que quiere romper con ciertas lecturas fáciles (y facilistas) de la Bolivia actual. Quizás fue una tardía “rebeldía juvenil”, aunque el paso del tiempo no tenga vuelta atrás. Hay espacios en el periódico para el análisis serio, ese lo era menos La Paz, domingo 7 de julio de 2013 15 Bibliofagia Limónov, de Emmanuel Carrére Una biografía novelada de un personaje desmesurado y estrafalario, de la Rusia de los últimos cincuenta años y al mismo tiempo aventurarse en una indagación deslumbrante sobre las paradojas de la condición humana. Poeta y pendenciero en su juventud, Limónov frecuentó los círculos clandestinos de la disidencia en la Unión Soviética, se vio obligado a exiliarse y aterrizó en Nueva York, donde vivió como un vagabundo, fue mayordomo de un millonario y escribió novelas autobiográicas n Fernando Molina Roberto Bolaño valoraba el que antes los escritores salieran de las ilas de la aristocracia y la burguesía, y por eso fueran rebeldes, escandalosos, provocativos, estuvieran desesperados y vivieran en los márgenes (alcohol, prostíbulos, asilos psiquiátricos). Con sentimiento de pérdida, los comparaba con los escritores actuales, quienes, siendo un resultado de la democratización de las universidades y el acceso generalizado a la cultura, se le antojaban capaces de cortarse la mano con la que escriben a cambio de un poco de respetabilidad, éxito, premios literarios, becas, etc. Como toda generalización, ésta puede refutarse con historias individuales. Una muy interesante es la de Eduard Limónov, poeta, novelista, periodista, aventurero, disidente y político ruso, quien salió de los extramuros de una ciudad industrial soviética, como tantos otros escritores actuales, pero, contradiciendo la teoría de Bolaño, no vivió ambicionando la estabilidad familiar ni el reconocimiento artístico o académico, sino algo aparentemente más sencillo: no ser un “loser” como todos los demás soviéticos. Este objetivo al principio demandaba, para él, alcanzar la fama y la fortuna, pero después otras cosas menos simples (por ejemplo, paradójicamente, sentirse soviético cuando ya nadie más lo era). En todo caso siempre la aventura, el ir a contracorriente... Limónov escribió para escapar. Primero de la vida deprimente y mediocre a la que parecía condenado el hijo de un insigniicante funcionario del KGB y un buscapleitos constitutivamente inútil para las tareas intelectuales, excepto la poesía, que en esa época era considerada una suerte de “deporte nacional” y le interesaba incluso a los maleantes. Limónov, estableciendo un método, se hizo simultáneamente poeta y maleante. En la Unión Soviética de los años 60 el único medio para vivir con glamur, independencia personal y dignidad pública era ser barriobajero y marginal, y dedicarse a alguna forma de arte y/o disidencia política. Era la alternativa a la grisura de una carrera burocrática, al embrutecimiento del trabajo físico o, en el campo artístico, a la ignominia moral: prestarse a cantar los logros de la revolución o a hornear ñoñerías sobre árboles, montañas y amores. [ La ruta autodestructiva A partir de ese momento, Límonov se volvió adicto a lo “undergrownd”, un estupefaciente del que ya no podría desengancharse nunca más. “Lo sórdido considerado como una de las formas de lo épico”, esto lo marcaría para siempre. Por eso cada uno de sus movimientos ulteriores iría acompañado de una decisión potencial o factualmente autodestructiva. Estaría con mujeres que no le gustaban; se enamoraría de mujeres con las que no debía estar (avariciosas, alcohólicas, ninfómanas, muy jóvenes, etc.) Trataría de olvidar a una de ellas teniendo relaciones sexuales con afroamericanos desconocidos en los parques de Nueva York (experiencia que luego contaría en su libro “Los poetas preieren a los negrazos”). Sería mendigo, sirviente de un rico, soldado, perseguido político, reo condenado por terrorismo. Escritor, claro. Trataría de combinar los símbolos y las actitudes del comunismo y del fascismo en una ética y una estética (más que en una política) opuesta a la salvaje modernización capitalista de Rusia (para muchos, un cataclismo comparable con la revolución y la guerra civil que destruyeron al país en los años 20). Escribiría en los medios de la extrema derecha (con tal de que también fueran semi-anarquistas) o en los de la extrema izquierda (con tal de que no fueran democráticos). Reinstalaría la igura del “héroe” belicoso, musculado y audaz como vector de la transformación histórica. Con el tiempo, se convertiría en uno de esos “héroes” en los que creía. En in, el vínculo que el joven Limónov estableció entre lo “under” y la vida plena se revelaría como una asociación envenenada, pues en adelante este hombre consideraría el fracaso y la marginalidad social, fueran éstos del tipo que fuesen, espacios de felicidad. Limónov fundó el Partido Nacional Blochevique (grito de guerra: “Stalin, Beria, Gulag”). Se dejó fotograiar en la guerra yugoslava junto a un criminal de guerra serbio, mientras disparaba una metralleta hacia Sarajevo. La única ventaja de esta su neurosis fue que lo mantuvo del lado de las minorías, los débiles, los parias, las causas perdidas, lo políticamente incorrecto. Cada decisión autodestructiva que tomó lo colocó justo allí donde había que estar para cabrear a las clases, los partidos y los Estados dominantes. [ Un libro inclasiicable Hay una extraña consecuencia e integridad en esto, y fue esta coherencia, además de las virtudes literarias de los libros de Limónov, la razón que impulsó al consagrado escritor Emmanuel Carrére a escribir una novela-biografía en torno a una igura tan controvertida y, inalmente, desagradable. Pero Limonóv fue más que un “skin head”, que un pirado, que un admirador de la brutalidad. O al menos así aparece en la versión de Carrére, que enfatiza en la ambivalencia del personaje, creo que para no sentir remordimientos (aunque igual los sienta), y quizá también para tornar más interesante su historia (de ahí que haya escrito una novela y no simplemente una biografía, aunque a ratos esté escrita de una forma demasiado exhaustiva y detallista, típico defecto de los escritos periodísticos que no se deshacen siquiera de una partícula de la información que se ha logrado mediante una penosa investigación). Se trata de un libro inclasiicable, en suma. “Inclasiicable, asombroso y conmovedor”, completa Yasmina Reza. Aunque yo pondría lo de conmovedor en suspenso, pues creo que, pese a los remilgos del narrador (que es el propio Carrére), el libro hace demasiadas concesiones a una escala de valores muy peligrosa. Para comenzar, machista, ya que pondera favorablemente a los bravos que sufren solos y sin chillar, muchas veces por causa de mujeres, las cuales, además, siempre son histéricas: putas desquiciadas, musas bellas pero traidoras, etc.; una escala de valores que admira la sangre fría en la guerra y en la prisión, a un solo paso, por tanto, de admirar la guerra y la prisión; una escala de valores, en suma, que atribuye los sentimientos democráticos, paciistas e igualitarios a los miedicas y los apoltronados. No me cabe duda de que las clases medias, sus hábitos apacibles, su respeto púdico a las reglas y las formas, son menos interesantes en conjunto que cualquiera los duros que quieren arrasar con ellas (el libro, pese a su excesiva prolijidad, no se puede dejar). Pero también sé lo que les debemos: la civilización. La Paz, domingo 7 de julio de 2013 16 geografía y periodismo: El “Teddy” En los años 80, Teddy Ferrachol Arzabe publicó una revista en el Beni. Este es un homenaje a ese esfuerzo y a su autor que iba transpirando pueblo por pueblo, de Rurrenabaque a San Ramón, de Cobija a San Joaquín, anclándose también por Riberalta, por Guayaramerín, por San Ignacio, San Borja, Magdalena, Santa Ana, por toda la Amazonía, documentando y reuniendo la información que el luego escribía y publicaba No sé si eran mejores o peores esos días. Eso sí: eran diferentes. El aroma de lo artesanal “como el buen pan que sólo se hace con las manos” lo impregnaba casi todo, la pasión por hacer las cosas se sentía cuando vos tocabas el papel de una revista u olías un libro, latía algo heroico, algo bello y heroico, algo que te entusiasmaba bien adentro, algo así como lo que llamamos misión. Y tal vez, lo era. Tal vez lo era en el caso de mi recordado, de mi homenajeado amigo, Teddy Farrachol Arzabe, un periodista de los que no hay más: un periodista nómade. Tal vez me equivoque, pero cuando Teddy comenzó a publicar la revista Paititi, allá por 1983, se había producido un vacío editorial en la Amazonía. No me equivoqué. Lo leo en Narasaquije, el entrañable libro de historia del Beni que “Fito” Pinto Parada compuso para los niños de su terruño. Airma algo en sus páginas que hoy huele a ciencia icción: “La proliferación de imprentas y periódicos en el Beni muestra una época de esplendor que ya no existe, pues si en 1912 se editaban nueve periódicos (tres en Trinidad, tres en Riberalta, uno en Villa Bella, uno en Magdalena y uno en Baures), en 1984 no se tenía en todo el departamento ningún órgano de la prensa escrita“. El auge de la extracción del caucho provocó masacre y genocidio pero algo bueno dejó, al menos para los que amamos el olor a tinta. La verdad es que Fito debería corregir su libro, ya que incluso él mismo formaba parte del consejo editorial de Paititi, junto con otras destacadas personalidades del ámbito cultural amazónico como eran en ese entonces (y algunos lo siguen siendo) Antonio Carvalho Urey, Rogers Becerra Casanovas, el Arnaldo Lijerón, entre otros. Corresponsal en Cobija era Chelio Luna y entre sus colaboradores de inicio, igura, como no, Homero Carvalho. Por su intermedio y el de su inado y siempre recordado padre, “Toñito”, conocí a Teddy, y sin dudarlo, me sumé a su staf de escribas, donde no cobré nunca un mango pero la recompensa era otra y no era poca: sabías, sentías, te emocionaba ser parte de una historia, de una forja, y de una misión que Teddy alentaba, como un quijote en medio de los curichales, como un mago cuya varita milagrosa era el tesón. [ Archivo Cingolani n Pablo Cingolani Una revista nomada Paititi se hacía así: caminando, navegando, volando en lo que se podía, viajando por días, semanas, meses. Teddy iba transpirando pueblo por pueblo, de Rurrenabaque a San Ramón, de Cobija a San Joaquín, anclándose también por Riberalta, por Guayaramerín, por San Ignacio, San Borja, Magdalena, Santa Ana, por toda la Amazonía, documentando y reuniendo la información que el luego escribía y publicaba, visitando a sus colaboradores que le entregaban los otros artículos que terminaban armando la revista, tecla a tecla, a puro pulmón expandido por el aire de la llanura y la selva. Si hoy, en 2013, todavía da escalofríos internarse en las pampas del Yata, por el camino que une Santa Rosa con Riberalta, imaginen hace treinta años atrás y digan si lo que hacía Teddy no es un mérito, no es un esfuerzo que debería ser recordado y reivindicado como parte de la historia grande, de la historia amable, del periodismo hecho en Bolivia. Teddy, el mago “hay que considerarlo así porque esto sí que fue magia pura”, logró campear el lagelo de la hiperinlación que vivió Bolivia a mediados de los ochenta y su publicación siguió editándose, nomadeando la geografía de la patria y el sentimiento de amor por la tierra de uno, y estoy seguro que ese era el secreto que escondía en su galera. Fue luego de esos años que lo frecuenté, y cariño y gratitud es lo que me surge al evocarlo. No sé, tengo entre mis manos el primer número de Paititi, y quiero a modo de tributo, transcribir un párrafo escrito por Teddy, a propósito de la iesta patronal en Santa Ana del Yacuma. Dice así: “jocheando y montando toros, cabalgando briosos caballos y apostando en las riñas de gallos, el movima entregó en su iesta lo que constituye la pasión de su vida: ser ante todo de pura cepa nativista y costumbrista hasta la tumba”. ¡Qué lindo, che! ¡Ya no se escribe así! ¡Cuánto amor de colla querendón chorrean esas palabras! ¡Cuánto bien me hace recordarlas! Atesoro una anécdota muy personal, muy apasionada, muy cómo era todo esos días de vino y rosas, con Teddy y el padre de Homero, cuando los del servicio de inteligencia del gobierno de Víctor Paz Estenssoro, me quisieron echar y expulsar de Bolivia, en 1987, tras que participé invitado en el primer homenaje que las organizaciones sociales y partidos políticos de izquierda brindaron al comandante Che Guevara, al conmemorarse veinte años de su asesinato, en la mismísima La Higuera donde fue fusilado. La anécdota es muy larga y matizada, y algún día, la contaré entera. La última vez que lo vi a Teddy fue de casualidad, hace tres años, en Cobija, la capital del Acre boliviano. Estaba desmejorado de salud, mayor, cansado. Me contó todo su calvario con los médicos y yo no tuve otro remedio que brindarle que un abrazo afectuoso. ¡Así de dura es la vida entre parias pero también qué intensa! Ojalá le lleguen estas palabras y que sepa que no me olvido de él. Dónde sea que se encuentre, este andariego valiente, este amador del camino y de las palabras, este personaje irrepetible, puede decir algo que pocos pueden repetir: que hizo algo, algo bueno y sincero, por su tierra y por su gente. Y por personas así, siento una simpatía total y me sacaré el sombrero siempre. Siempre.