Revista ALMINAR 7

Transcripción

Revista ALMINAR 7
HOMENAJE A
D. LUIS ALFREDO BÉJAR SACRISTÁN
2012-2013
TOLEDO, 2012
Nº 7
ALMINAR
Revista del Profesorado
Edita: Instituto de Educación Secundaria “El Greco”
Paseo de San Eugenio, 23. 45003 TOLEDO
Teléfono 925 251452 - Fax 925 228798
E-mail: [email protected]
Página web: http://ieselgreco.es
Colabora: Francisco García Martín (profesor del IES El Greco)
Alejandro Ballesteros Bienzobas (profesor del IES El Greco)
Ilustraciones: Portada y contraportada: Torres mudéjares de Santo Tomé y de
Santiago el Mayor, dibujos de Fernando Aranda.
I.S.S.N.: 1131-8090
SUMARIO
Págs
La obra literaria de Luis Alfredo Béjar Sacristán por José
María Ruíz Senosiaín . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
3
En Memoria de D. Luis Alfredo Béjar Sacristán. Obituario
y reseñas en prensa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
3
Homenaje a D. José Sánchez-Beato en el I.E.S. El Greco . .
3
Reseña a D. Fernando Jiménez de Gregorio . . . . . . . . . . . .
3
Los fondos del Instituto El Greco en la Biblioteca Regional
de Castilla La Mancha por Alicia Arellano Córdoba . . . . .
3
Los “cuadros de razas” del I.E.S. “El Greco” hoy en el
Museo Nacional de Antropología por Francisco García
Martín . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
3
La “Central” de Callao: Espacios Encadenados por Alicia
Galán Álvarez . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
3
¿Qué es la Educación Especial? Por Pilar Ruíz García . . .
3
El Califato de Córdoba: propuesta didáctica para el
Bachillerato por Alejandro Ballesteros Bienzobas . . . . . . . .
3
LA OBRA LITERARIA DE
LUIS ALFREDO BÉJAR.
Transcripción de la intervención realizada por José María Ruíz Senosiain el 20
de octubre de 2011 en el Salón noble del Ayuntamiento.
Luis cultivó todos los géneros de literatura, y publicó, fundamentalmente, novela. También publicó un libro de poesía. Este libro que lleva por título
“donde viven las cosas”, lo editó Antonio Pareja, y está dividido en dos partes
que, en sí mismas, llevan, cada una, un título particular. La primera parte se titula:
“Fui a París como las estaciones”. Y, la segunda parte: “Descuidadas orillas del
planeta”.
En la Primera parte predominan los poemas de tema amoroso. Podemos
distinguir el concepto del amor que tenía el autor, una exaltación de la vida; de
ahí el predominio de lo pasional. Como rasgos estilísticos aparecen las formas
metafóricas, basadas en elementos de la naturaleza y la estructura musical del
poema en su conjunto. Hay que señalar que, esas formas metafóricas no son nada
decorativas, sino esenciales a lo que él comunica; y que la musicalidad del poema
es una musicalidad interna no una sonoridad de las palabras.
En la Segunda parte del libro, el tema fundamental es el desencanto
ante la realidad. Lo deseado, lo esperado, es muy distinto de lo que nos ofrece
esa realidad. De ahí que en un verso, Luis, dijera: “nada nos aguarda”. Es decir,
nada vamos a encontrar. Predomina el lenguaje coloquial porque la temática está
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basada en hechos y experiencias reales, lo cual, se conjuga muy bien.
En narrativa, ha publicado Aquello es lo que llamábamos Berlín, El
coleccionista de agujeros, El manuscrito de París, El viejo sonido del arco iris,
Un error de cálculo y La razón de las piedras. Hay que añadir un relato corto,
“De viejos y otras historias”.
Aquello es lo que llamábamos Berlín… (Premio Sésamo).
El argumento es el de un muchacho que va conociendo a lo largo del
tiempo las causas de la muerte de su padre. Matías, su padre, es ejecutado en el
Penal de Ocaña en abril de 1946. La novela termina con un anexo, que es la carta
escrita por Matías a su hijo, y dejada a Liberio, hermano del protagonista.
La novela está estructurada desde el momento de la Guerra Civil y la acción se proyecta hacia el pasado y hacia el futuro, a través de la historia familiar,
historia que es a la vez un reflejo de la realidad española de la época. Se trata
de familias en luchas internas entre sus miembros. Alfonso y Clara encarnan la
intransigencia, el tradicionalismo más cerrado. Compaginando los dos personajes
principales, los secundarios –los criados-, siguen la misma actitud. Alfonso, tras
la derrota de Hitler, se encierra en su casa y se separa totalmente de la vida social.
Frente a ellos, Matías y Liberio encarnan la libertad, la comprensión humana.
Liberio, artista, es perseguido políticamente.
El rasgo estilístico fundamental en la obra, es su capacidad de comunicación. El hecho de que sea un adolescente el que narre, supone este tono confidencial que va siguiendo el lector, y que le lleva a recibir una rica comunicación
vivencial. De aquí podemos entender el título de la novela: la casa en la que vivía
esta familia estaba dividida, como lo estaba Berlín.
El coleccionista de agujeros…
El protagonista se encierra en un baúl para aislarse del proceso liberador
que se produce tras la muerte de Franco. Estamos ante una actitud que es frecuente en las novelas de Luis Béjar. El aislamiento de los personajes cuando la
vida del entorno no responde a lo que ellos esperaban o a sus ideales. La novela
es un monólogo continuado a través del cual se nos da la visión del protagonista sobre los temas más diversos. Por ejemplo: ¿qué es la historia?, ¿qué es
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la Filosofía? También sobre los hechos de la Guerra Civil, el Franquismo y la
Transición Democrática.
Y es importante señalar la visión que nos da del amor a través de Teresa.
Indicar, también, como rasgo de la forma expresiva, que el personaje protagonista habla desde la Primera Persona, la Segunda Persona e incluso una Tercera
Persona. De ahí que en la novela encontremos, muy bien reflejados, momentos
de reflexión, de contraste y una gran riqueza de perspectivas. Igual en el uso del
tiempo. Se habla en el monólogo de un tiempo presente pero, a la vez, surgen
tanto el pasado como el futuro. También importa la visión que nos da de Toledo.
No está excluido el Toledo histórico, pero está muy presente la ciudad de aquellos
años, con todas las circunstancias históricas que se dieron.
El manuscrito de París… (Premio Castilla-La Mancha).
Hay una diversidad de planos narrativos para hechos convergentes. Por
ejemplo con la lucha contra el Régimen franquista en la Universidad de los años
sesenta. Sucesos políticos reales, como el caso del Grimau y el de Enrique Ruano;
y junto a ellos, la época de estudio, los primeros amores, la implicación política
del protagonista, el desencanto de la vida del protagonista en Madrid. Y a la vez
vivencias de la infancia y de la adolescencia, como memorias, la postguerra, la
muerte del padre. Y, todo ello, en Toledo. Un Toledo que va conociéndose por
parte del protagonista. Hay que señalar también, el amor de D. Asterio y Ernestina, que se muestra como un amor legendario. Planos narrativos, que va conjugando a lo largo de la novela.
Como recursos expresivos más señalados, el realismo al referirse a la
vida madrileña; la utilización del monólogo, que tiene un carácter confidencial,
sobre todo, en los monólogos de la madre y el hijo, que el autor utiliza sin puntuación, con lo cual consigue una sensación de espontaneidad. Como rasgo expresivo, cabe señalar, que cuando habla del personaje de D. Asterio y Ernestina, con
ese tono legendario que hemos señalado, utiliza unas formas expresivas clásicas,
donde pueden percibirse claros ecos del estilo de Cervantes.
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El viejo sonido del arco iris…. (Premio francisco Ayala).
Otra vez encontramos la mezcla de hechos históricos y vida personal.
Los hechos históricos son, fundamentalmente, la muerte de Franco y el cambio
político y social de la vida española que se produce posteriormente. Ante esos
hechos, ¿la vida de Lucas Benavides cambió?, ¿pudo soportar lo que el pasado
dejó en él? La línea argumental la determina el amor ideal de Lucas Benavides
por María Luisa, que resulta ser Merche Cabañas. Lucas descubre la verdadera
entidad de la amada cuando la madre está de cuerpo presente. Relacionándolo
con ese amor ideal se nos muestra la vida con su madre, con la hermana y con la
sobrina, y, en el fondo de toda esta acción, la sombra del padre perdido por Luisa.
En definitiva, a Lucas Benavides solo le queda la soledad. Es importante señalar
la cantidad de personajes secundarios que aparecen en la novela: Lori, “El perfecciones”; Gutiérrez “El Exquisito”; Inocencio, “El Gazpachito”; “El Cuco”, y
Dieguito, “Santa Clara”. El Toledo que aparece es un Toledo de lugares precisos,
calles reales, cafés, lugares. El ambiente está bien captado y habla también de las
transformaciones que se producen en la ciudad en este momento. Es una de las
novelas en las cuales el narrador es de lo más objetivo dentro de la obra literaria
de Luis Béjar.
Un error de cálculo.
En el argumento nos indica como lo fantástico, lo imaginativo, se funde
con la realidad. Teodoro Sagredo, deja de ser quién era por afeitarse la barba. Ni
su esposa, ni su hijo le reconocen, tampoco las demás personas que han convivido
con él. De lo que se nos cuenta, se desprende una serie de preguntas que subyacen
a lo largo de la narración: ¿quiénes somos?, ¿somos lo que queremos ser?, ¿lo qué
los otros ven o creen ver en nosotros?, ¿aceptamos inconscientemente el ser que
ellos nos ofrecen como nuestro?, ¿somos libres para crear nuestra personalidad?,
¿capaces de crearla por nosotros mismos?
Teodoro Sagredo es llevado al manicomio (el reino de Aglapsia) donde
impera una vida impuesta por la tradición más española. Allí, aparece la joven
llamada Libertad y las conversaciones con Pio Baroja, con Bécquer y otros dan
a Teodoro, momentáneamente, la posibilidad de encontrar una vida mejor. Pero
siempre termina imponiéndose la soledad, la tragedia íntima.
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Entre los recursos expresivos, además de ya los conocidos en Luis Béjar,
aparecen la diversidad de situaciones, la riqueza de los personajes, la naturalidad
expresiva y otros más. Hay que señalar en esta novela el empleo del humor con
un sentido, muchas veces, de sarcasmo crítico.
La razón de las piedras….
La novela parte del retorno de Germán a su casa. Allí nada encuentra de
su pasado, nada encuentra de sí mismo. Indaga en su pensamiento y en su sentimiento, la hermana cuenta la realidad, los hechos ocurridos. Y así se estructura
la novela, con una gran diversidad de planos. Y, como en la anterior, hay que
destacar la ponderación de la amistad y el amor, aquí representado por tres personajes fundamentales: Álvaro, Germán y Paula.
El estilo de la obra literaria de Luis Béjar.
Una novela está lograda o no por cómo se nos cuenta, no por lo que se
nos cuenta. Para ser literatura, el autor ha de crear una forma particular de decir,
ha de ser un creador. Por supuesto no crea de la nada, pero incluso las formas
heredadas ha de usarlas desde una recreación personal. En Luis, la característica
de su narrativa es la variedad y la riqueza significativa de los recursos que emplea.
En cuanto al narrador, él puede ser el autor pero nunca un narrador omnisciente.
Otras veces son los personajes de la novela los narradores, bien como testigos,
bien como implicados en los hechos, bien como receptores de confidencias. Así
logra una comunicación más intensa con el lector. Nos hablan los personajes que
intervienen en la novela. Y, sobre todo, resulta muy eficaz para describir sentimientos en los fragmentos reflexivos.
Nos encontramos también con una gran riqueza en la utilización del
tiempo narrativo. El tiempo de los sucesos en presente, tiempo de sucesos en
pasado, y el tiempo más subjetivo: el de las vivencias, el de los recuerdos buscados, el tiempo del deseo hacia el futuro y hacia el presente. Con mucha frecuencia, en las narraciones de Luis, esos tiempos se yuxtaponen logrando así hacernos
sentir el tiempo de la vida. Porque el tiempo de la vida no es lineal. En cuanto
a los diálogos, son también variados. Tenemos el diálogo coloquial, el diálogo
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didáctico y el monólogo, con carácter introspectivo o con carácter reflexivo u objetivo. Pero siempre los personajes hablan de acuerdo con la situación, la cultura
y el medio social en el que viven. Y, acorde con ello, nos encontramos con el lenguaje coloquial, no se descarta ninguna expresión a priori; también con una lengua didáctica, una lengua culta, en determinados momentos cuando lo precisan
las situaciones, apreciando aquí una clara influencia de Cervantes y de Pio Baroja.
Al caracterizar a los personajes, no se nos describen de antemano. El
carácter de los personajes se deduce de su comportamiento y el lector lo va descubriendo a medida que entra en la novela.
Libro de cuentos: “De viejos y otras historias”. 1983
La primera redacción se titula “Ninguna luz entre 44.840 sombras
aproximadamente”. Nos presenta a Doroteo, Jefe de estación, que espera el retorno de su hija, que le abandonó. Un día quiere reconocer a su hija en una joven.
La joven muere en un accidente, en la misma estación. Doroteo muere después.
La segunda entrega se titula “Hasta en la sopa”. D. Feliciano, boticario de Aljama
del Tajo, se enriqueció apropiándose de tierras tras la Guerra Civil. Pensador,
filósofo amateur –odia a Kant-, y partidario de la inquisición…, escribe “historia
del hombre”. Torres, el amigo campesino, ¿le da muerte?, y después de ocho días,
él muere ante un plato de sopa. “El coleccionista de coñac”. También Aljama
del Tajo, como el cuento anterior. Aquí aparece D. Feliciano de nuevo, ahora el
protagonista es juez, vive en soledad y solo conoce una tarde de amor con Julia,
la asistenta. Se dedica a coleccionar botellas de coñac. Se suicida al cumplir los
setenta años y jubilarse bebiendo la primera botella de coñac de la colección y
rompiendo las restantes. Como el protagonista del cuento anterior, el juez pensó
que su estancia en Aljama sería transitoria. “Zapato marrón calado y otras historias”. A Carlos se le cae un zapato desde la ventana donde le había puesto a secar.
Duda de cuándo bajar a por él y bebe mientras tanto. Unos perros parecen tener el
zapato en la boca. El protagonista recuerda episodios con su prometida. Se asoma
a la ventana y cae.
Así pues, como rasgos fundamentales de sus cuentos podemos señalar la
riqueza de perspectiva con la que presenta la realidad, el ser humano, los sucesos
históricos y las sugerencias que hace al lector que en el caso de los relatos cortos
devienen en un caleidoscopio de situaciones y personajes.
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Luis Béjar retratado por el
El escritor toledano Luis Alfredo Béjar ha fallecido este domingo en el Hospital de Toledo víctima
de una leucemia que le aquejaba desde hace algo
más de un año y agravada hace una semana, según
han informado a EuropaPress fuentes cercanas a la
familia.
Béjar, que además de escritor y profesor en el Instituto de Educación Secundaria “El Greco” de la capital toledana fue concejal comunista del Ayuntamiento en las dos primeras legislaturas, estaba
divorciado y era padre de un hijo.
Autor de novelas como “El coleccionista de agujeros”, “Aquello es lo que llamábamos Berlín”, “El
manuscrito de París”, “La cátedra”, y “Un error de cálculo”; además del libro
de poesía “Donde viven las cosas”, Béjar ha fallecido meses antes de presentar
al público su última obra, “La razón de las piedras”, que verá la luz el próximo
mes de septiembre. Ha ganado varios premios literarios, entre los que destacan el
Premio de Novela Eulalio Ferrer, el premio de Narrativa José Hierro, el premio
Sésamo y el premio de novela de Castilla LaMancha, y ha visto como su obra
“Aquello es lo que llamábamos Berlín” ha sido traducida a idiomas como el ruso.
fotógrafo Pepe Castro
Este lunes tendrá lugar el entierro en la capital toledana, al que se espera
asistan personalidades de la ciudad, y el próximo mes de septiembre la presentación de su nueva novela servirá a su vez como homenaje póstumo a la figura del
autor.
EUROPAPRESS (10/Julio/2011)
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Se llamaba...
Sus amigos
De ascendientes republicanos, tuvo una sólida, crítica y variada formación. Teatro, literatura, economía, política, ensayo, historia y filosofía constituyeron el bagaje sobre el que se fraguó un modelo de intelectual antifranquista
a lo largo de la década de los sesenta. Esta vez sí. Uno de verdad.
Cultivó la integridad, la coherencia intelectual y la fantasía. Denostó la
vulgaridad, la superficialidad y la incongruencia. Recorrió el camino de la transición de la mano de CCOO y del PCE en el que representó la corriente ideológica
eurocomunista más coherente inspirándose en Berlinguer, Gramschi y Togliatti.
Cuestionó la falta de inteligencia política y de escrúpulos que, a sus ojos,
transformó la tan esperada democracia en un teatro de sombras chinescas incluyendo a sus propios compañeros a los que tampoco les alcanzó su indulgencia.
Santiago Carrillo -al que admiraba- Romero Marín y otros padecieron en persona
a este veloz corcel capaz de muñir argumentos arrolladores que nunca permitieron al oponente salir indemne de las controversias. Desnudó a los acomodaticios, a las mentes laxas y a los falsos libertadores y revolucionarios y regaló una
incontinente mordacidad a los desclasados.
Contumaz y perseverante, desde su Concejalía de Cultura en el Ayuntamiento de Toledo, consiguió recuperar o mejorar importantes eventos para la
ciudad, los premios ciudad de Toledo, la Bienal del Tajo o la recuperación de la
figura del escultor Alberto Sánchez con la instalación de la Mujer Toledana en
el paseo de Merchán esculpida por su tío, también escultor, Cecilio Béjar, son
buenos ejemplos de ello. A pesar de su voluntario alejamiento de la vida pública
no dejó de preocuparse por los problemas de la ciudad que le vio nacer. La recuperación de la colección Luís Alba también le debe algo. Desde su vuelta de
la Complutense a Toledo, hecho que ocurrió allá por el año 1972, simultaneó su
trabajo político en clandestinidad con el de profesor de literatura en el instituto de
Villacañas impulsando la creación de CCOO de la enseñanza. Más tarde, trasladado al instituto el Greco de Toledo y tras la legalización del PCE, se incorporó a
los órganos de dirección local provincial y regional.
Tales actividades compartieron camino con su auténtica vocación.
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Fantasear y escribir. La faceta de escritor, la más relevante y querida por él, ha
proporcionado a nuestra comunidad títulos de alto valor literario. “Aquello es lo
que llamábamos Berlín”, Premio Sésamo. “El coleccionista de agujeros”, Premio
Eulalio Ferrer. “El manuscrito de París”, Premio Castilla La Mancha. “El sonido
de arco iris”, Premio Francisco Ayala. O el recientemente presentado “Un error
de cálculo”, editado por El Aleph. Exploró el territorio de la poesía en “Donde
viven las cosas”. Y el cuento en “De viejos y otras historias”. Nos ha dejado, con
otra novela en edición, “La razón de las piedras”. Y un sinnúmero de escritos.
Este considerable equipaje con el que transitó por esta vida, él, poco
amigo de homenajes y saraos, aunque tampoco le amargara un dulce, nos lo hizo
olvidar, renunciando, al menos durante los veinte últimos años de su existencia,
a la relación con el exterior, encerrándose en su monacato de “Los Cantos”. Dejó
una ínfima tronera abierta al mundo en forma de tertulia con los amigos todos
los viernes en el restaurante “El Peñón”. En él siguió desgranando su idea de una
democracia limitada por los mismos que la engendraron lo que le convierte en
precursor clarividente del movimiento 15M, del que solo le separaría el modelo
organizativo que por su historia no podría compartir. A pesar del reciente esfuerzo
que la Consejería de Cultura hizo para presentar su última novela, Toledo y Castilla La Mancha, que tienen en él un preclaro hijo y notable escritor y pensador,
tienen contraída una deuda que confiamos el futuro sabrá saldar, pues los valores
éticos y políticos que él representó los necesitamos para ilustración de las nuevas
generaciones, aplicados en la tarea de mejorar nuestras condiciones de vida y
nuestra democracia.
Autor de novelas como “El coleccionista de agujeros”, “Aquello es lo
que llamábamos Berlín”, “El manuscrito de París”, “La cátedra”, y “Un error de
cálculo”; además del libro de poesía “Donde viven las cosas”, Béjar ha fallecido
meses antes de presentar al público su última obra, “La razón de las piedras”, que
verá la luz el próximo mes de septiembre.
Ha ganado varios premios literarios, entre los que destacan el Premio de
Novela Eulalio Ferrer, el premio de Narrativa José Hierro, el premio Sésamo y el
premio de novela de Castilla-La Mancha, y ha visto como su obra “Aquello es lo
que llamábamos Berlín” ha sido traducida a idiomas como el ruso.
LA TRIBUNA (22/Julio/2011); ABC (2/Septiembre/2011)
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En la muerte de Luis Alfredo Béjar,
un hombre polifacético
Antonio Illán Illán
Luis Alfredo Béjar Sacristán ha muerto. El profesor que fue queda en la
lengua castellana, la literatura o el teatro que sembró en sus alumnos; el político
que ejerció como concejal en el Ayuntamiento de Toledo permanece en el recuerdo de los tiempos heroicos, en los que ser comunista era ser comunista de verdad
con el compromiso de poner en pie la democracia entendiéndose con todos. El
excelente escritor no se ha ido, nos deja el legado de sus obras. Béjar fue siempre
una persona cuya presencia era más fuerte que su habla, aunque su voz baja y su
conversar se llenaban con la fuerza de la idea y el argumento. Su discurso y su
literatura entienden bien la retórica de la calle y giran en torno a lo vivido y lo
pensado a partes iguales.
Adusto y seco para quien no le trataba, pero socarrón y ameno con sus
amigos. Siempre coherente con sus ideas y su modo de entender el mundo. No
le gustó la alharaca y la farfulla ni el folcloreo social, por eso huyó pronto de la
política y por eso, quizá también, no alcanzó el reconocimiento público que su
producción literaria merece, como lo atestiguan los premios que alcanzó: entre
otros, el Eulalio Ferrer, el Castilla-La Mancha y el Francisco Ayala de novela o
el Sésamo de relato breve. Nos dejó la perspectiva de una época de ideas y de
acciones en narraciones de rigurosa estructura y riqueza expresiva como El coleccionista de agujeros, Aquello es lo que llamábamos Berlín o El manuscrito de
París. Con la última publicada, La razón de las piedras, llegó a crear controversia
al ficcionar sobre realidades toledanas demasiado cercanas en el tiempo.
Ese era su punto de humor fino y a veces un punto sarcástico. Quien
quiera entender la ternura que Béjar escondía tendrá que acercarse al libro de
poemas, excelentemente editado por Pareja, que lleva por título Donde viven las
cosas. El escritor, el profesor, el político y, sobre todo, la persona coherente, de
ideas, de argumentos y razones, que fue Luis Alfredo Béjar, merece la paz allá
donde su espíritu repose.
EL DÍA DE TOLEDO (12/Julio/2011).
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Luis Alfredo Béjar Sacristán:
La razón de las piedras
Alfonso González-Calero.
Qué distinta la mirada ante estas dos novelas cuando, entre la lectura de
una (Un error de cálculo) y de la otra, su autor ha muerto.
En efecto Luis Alfredo Béjar Sacristán (Toledo 1943-2011) ha fallecido
este verano tras pelear con una dura enfermedad que, finalmente, le ha quebrado.
La diferencia de los escritores con respecto a otros mortales (todos lo somos) es
que aquellos dejan algo que podemos seguir conociendo y disfrutando después de
la muerte de su autor.
Al parecer, según sus amigos más allegados, esta novela que ahora comentamos la escribió Luis antes que la ya citada, y la editorial, por razones intuyo
que de oportunidad comercial, decidió publicar primero aquella. Sin tener por
qué elegir entre una y otra, pues son productos bien diferentes, me quedo claramente con ésta, con La razón de las piedras, quizá porque en ella está ese Toledo
“lánguido, provinciano y mortecino” (p.139) que Luis conocía como nadie y que
refleja aquí en toda su tristeza y en toda su humedad, en toda su soledad, sobre
todo para los perdedores.
No se olvide que nos está hablando de unos episodios vividos en esta
ciudad entre la Guerra Civil y el año 1945, y no es difícil imaginar el clima social,
humano y ambiental que podía respirarse en aquellos años.
Pero si bien los episodios que forman el paisaje del libro pueden pertenecer a la Historia (Guerra Civil, represión, postguerra, etc.) la verdadera trama
es la urdimbre de un amor imposible de dos hombres (dos amigos inseparables,
por lo demás) y una mujer. De ahí el título de esta nota, pues es una especie de
Jules et Jim, (la película de Truffaut de 1962 que nos narraba otro triángulo amoroso) por más que el ambiente y el entorno sean tan diferentes.
En cualquier caso esa frialdad o humedad a que me refería antes se ciñe
más bien al periodo de la postguerra, ya que en los años finales de la República
y en los primeros meses de 1936 el libro nos muestra una ciudad más viva y bulliciosa.
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Pero lo que atrapa de la novela es el destino, el fatum que envuelve y arrastra a los tres personajes. Y en esa deriva trágica está toda su grandeza. El gran
conocimiento que atesoró Béjar a lo largo de su vida sobre Toledo, se une aquí
con su maestría para describir a tres personas vivas, no estereotipos, a los que la
vida lleva por laberintos del que sólo uno de ellos será capaz finalmente de salir,
aun pagando un alto precio por ello. Léanla; no les defraudará.
Revista EL ALEPH, Barcelona, 2011; Pags. 352 y ss.
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“En la Razón de las piedras” de Luis Béjar
Jesús Fuentes
Las ciudades no son sus calles o sus trazados urbanísticos. Ni siquiera,
en el caso de ciudades antiguas, los edificios históricos, la traza primigenia o los
vestigios de culturas anteriores. Por supuesto, menos los espacios que habita la
gente. Precisamente, las ciudades son la gente y la memoria o hechos que de ellos
conservamos. Las ciudades son sus poetas, sus filósofos, sus pintores, sus escultores, sus fotógrafos, los músicos, los arquitectos, los investigadores y científicos, los historiadores, los narradores, los filántropos, etc. Las gentes múltiples
y plurales; con ideología o sin ellas, si esto último fuera posible. En resumen,
quienes sienten y conciben la ciudad como un lugar de proyectos y de realización
colectiva e individual.
¿Y si una ciudad, cualquier ciudad, careciera de esta clase de gentes? No
sería ciudad, sería un espacio ocupado transitoriamente. Es decir, sin huellas para
la posteridad. Pero, ¿y si una ciudad dispusiera de esa gente —de mayor o menor
calidad, que eso nos introduciría en otra cuestión— y las olvidara tanto en vida
como tras la muerte? Tampoco sería ciudad, sino una entidad sin cohesión alguna.
Sin pasado, presente ni futuro.
El año 2011 falleció en Toledo Luis Alfredo Béjar. Un hombre que aspiró a ser el novelista que narrara la época actual de Toledo. Algo parecido, a lo
que en su tiempo, se propuso Félix Urabayen. Ambos profesores, ambos atraídos
fatídicamente por Toledo. Los dos poco considerados por sus críticas a quienes
no entienden ni soportan otras visiones de la ciudad y la vida distinta a la de sus
comportamientos adocenados.
A escasos meses de su muerte se presentó en la Sala Capitular del Ayuntamiento la que no era su última novela, pero estaba sin publicar. Asistieron,
además del alcalde, el resto de los concejales de la Corporación, lo que no es
habitual. La razón de la unánime presencia tal vez haya que buscarla en que él fue
también concejal de la primera Corporación democrática, tras los oscuros años de
la dictadura. El titulo, “La razón de las piedras”, una metáfora de Toledo.
El escritor tenía tantas imperfecciones como virtudes, según se manifestó en el acto de presentación de la novela. Lo que no es frecuente, dada la
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tendencia falseadora de presentar a quien ha muerto como dechado de todas las
virtudes, reales o por inventar. Quienes sólo le conocíamos de oídas, tampoco
ignorábamos que era dueño de señalados defectos. Uno de ellos, y no menor, que
ideológicamente se adscribía a la izquierda. Lo cual debiera ser simplemente una
circunstancia, sino fuera porque en algunas ciudades de provincias, proclamarse
de izquierdas es una opción para la marginalidad.
En contraste con el ninguneo que la ciudad de Toledo somete a su gente,
sobre todo si se es de izquierdas, él, lo mismo que otros, se obstinó en aportar
su esfuerzo para construir ciudad. La que veía o imaginaba, que todo se muestra
mezclado. Tal vez por ese esfuerzo arquitectónico, en “La Razón de las Piedras”,
Toledo es la protagonista absoluta. Los personajes son meras excusas para referenciar lugares, situar plazas o calles, encuadrar barrios, relacionar edificios. El
autor actúa como el notario que transcribe datos y nombres sin más ilación que la
estricta relación. Es como si el escritor quisiera atrapar en su novela la ciudad que
él conoce, aborrece y ama, ante el temor de que desaparezca.
La ciudad que describe es la de la Guerra Civil y la de la posguerra. Los
dos acontecimientos se perciben como telón de fondo en el que se desenvuelven los personajes. De la guerra civil no solo cuenta el caso del famoso acontecimiento del aviador alemán que aterrizó forzosamente en Toledo y fue hecho
prisionero (un espectáculo para la población), sino que es el decorado en el que
nace la amistad de los tres protagonistas, el amor triangular o la pasión entre dos
de ellos. Y como contrapunto con la crueldad de la guerra, aparece el amor. El
amor, desbocado primero, romántico después, de Paula y Álvaro que llega a su
cenit, «mientras les acompañaba de fondo el fragor de los últimos y desesperados
intento republicanos contra los ocupantes del Alcázar». En cuanto a la posguerra,
el momento real en el que si ubica la novela, es tiempo de miserias, de traiciones,
de estrechamiento personal, de odio, de renuncias o hasta de crueldad sistemática
como el matrimonio de Paula con el miserable y rijoso policía secreta Ponce
Cordón, «al fin y al cabo, hay que suponer que una guerra como la que habíamos
pasado no puede suceder en vano».
En esa especie de guía del Toledo que puede desaparecer —insiste en
reproducir no solo los espacios y lugares, también la atmosfera de aquellos tiempos de plomo— el monasterio de San Juan de los Reyes ocupa el espacio central.
El edificio, al que contribuyó a levantar, tal como hoy le conocemos, un familiar
suyo, se convierte en el escenario donde van y vuelven una y otra vez los perso-
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najes. El mundo de los protagonistas gira en torno a sus frustraciones interiores y
al edificio, analogía en sus piedras de esa misma frustración. Allí es donde Germán, un individuo destruido por la ideología y por la guerra, aparece muerto, suicidado o asesinado, que eso queda en el aire. Allí transcurren las conversaciones
más intensas o los descubrimientos más dramáticos. San Juan de los Reyes es el
lugar dónde se juntan los proyectos fallidos, las vidas inútiles de toda una generación. A su modo, el monasterio es el símbolo en su esplendor del fracaso del
presente como lo fue en su tiempo: se construyó como panteón para los católicos
reyes que habían expulsado a los judíos y se quedó en la manifestación flamígera
de una persecución religiosa y racista. San Juan de los Reyes, periférico a la ciudad, fue y aún es un edificio por descubrir. Exactamente lo que buscó el narrador
Luís Béjar -algo parecido hizo Blasco Ibáñez con la catedral- en “La razón de las
piedras”.
ABC ARTES y LETRAS CLM (28/enero/2012).
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Un mundo abigarrado
Jesús Fuentes
“La novela (Un error de cálculo, de Luis Béjar) quiere ser el documento
de un intelectual, incomprendido por unos amigos o unos vecinos que no están,
ni de cerca, en su nivel. Se siente superior, pues se ve a sí mismo colocado por
encima de la media intelectual y moral de sus paisanos”.
Es un mundo abarrotado. En él se mueven los fantasmas con la misma
naturalidad que los seres reales; los individuos conocidos con los personajes de
ficción; los sentimientos más nobles con las sensaciones obscenas. Y, por encima
de todo, la decepción, la decepción. Una decepción que lo envuelve todo y todo
lo hace más opaco, más triste. Ese es el universo de la novela de Luis Béjar, que
aún permanece a la venta, Un error de cálculo. El libro ha traspasado las cortas
fronteras locales para situarse al mismo nivel de las obras ofertadas en las estanterías de las librerías nacionales.
La acción de la novela se inicia con una actuación banal, aunque suficiente como para desencadenar la sucesión de situaciones ficticias o reales, qué
más da, que integran el texto. Un día cualquiera, el protagonista – alter-ego reflejado como en una radiografía exhaustiva-, Teodoro Sagredo, decide desprenderse de una barba de años. El acontecimiento, intrascendente, a la manera de
Hitchcock, dará lugar la concatenación de escenas tan realistas como surrealistas.
La cotidianeidad, bajo su capa de normalidad, esconde acciones intrínsecamente
absurdas.
El protagonista se transforma en un individuo desconocido para todos:
sus amigos, su familia, los vecinos, los compañeros del trabajo, los habituales, incluso, para él mismo. Como consecuencia de tanta extrañeza aparecerá ingresado
en un manicomio en el que comenzará una nueva andadura en su Comala particular, sin por eso prescindir de su antigua personalidad, que se convierte, por
el impulso de la memoria, en los vestigios arqueológicos de una vida que fue
considerada normal.
Ahora, en el reino de Aglapsia, («palabra sin historia y sin contaminación de ningún tipo de imperativos formales, prístina, virgen, pura») será
posible realizarse tras la personalidad de Zalacaín el Aventurero; dialogar, hasta
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la extenuación, con D. Pío Baroja o pasar el tiempo «diletando» con Gustavo
Adolfo Bécquer. En ese nuevo lugar, existirán un «Jardín de Academo» – lugar
de reunión de «conciencias errabundas» - o una biblioteca en la que será posible
soñar con el amor idealizado de Libertad. Para el sexo, en estado puro, quedará
«La Muchacha de Nombre Innecesario», un personaje insólito, que quiere llegar
virgen al matrimonio y por eso mantiene como forma de relación la felación. Al
final, todo tan irreal como real, tan fantástico como corriente, tan inventado como
vivido.
La novela, en su aspecto local, se nos presenta – más de uno lo ha pensado – como «un ajuste de cuentas» contra todo y contra todos. Nadie, de los de por
aquí, sale bien parado, aunque haya grados. Las cosas deberían haber sucedido de
otra manera, las personas debieran haber sido distintas.
En cuanto a su dimensión nacional, la crítica la ha definido como una
«novela de autor inspirado, dispuesto a jugársela en cada línea, Un error de cálculo es divertidísima, delirante, de una modernidad asombrosa, con ecos de Cervantes, de Pirandello, el surrealismo francés y los humoristas españoles del 27.
Una obra maestra» (Manuel Longares). La novela es una creación compleja, con
pretensiones abarcadoras. Eso le confiere una densidad que encuadra difícilmente
con lo se lleva en el mercado y en la cultura actual. Aspira a resumir la propia
vida, la vida de los otros, la ciudad, la política y hasta la decepción en que se ha
transformado la España de la Transición para aquellos que la iniciaron y, en parte,
la protagonizaron. Nada queda ya de la lucha, que en el imaginario colectivo se
tornó épica, contra la dictadura, excepto la imprecisa sensación de un naufragio
absoluto. Los héroes supuestos han mutado en hombres desencantados. ¿Le
ocurrió lo mismo a Ulises una vez que volvió, para quedarse definitivamente, en
Itaca?
De todo aquello sólo resta, eso sí, perdiéndose en la desmemoria, sensación de un fracaso colectivo y de un fracaso personal. La novela quiere ser el
documento de un intelectual, incomprendido por unos amigos o unos vecinos que
no están, ni de cerca, en su nivel. Se siente superior, pues se ve a sí mismo colocado por encima de la media intelectual y moral de sus paisanos. Y es que Toledo,
una ciudad de provincias que nunca ha dejado de serlo, siempre ha sido un hábitat
inhóspito para sus naturales más comprometidos o intelectuales. La razón no puede ser otra que la pervivencia de una burguesía roma y cazurra. Incapaz de leer,
de pensar, de modernizarse, de dotarse de la sensibilidad suficiente para entender
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al Greco, a quien adoran como papanatas, o las obras de su ingente patrimonio,
más allá de los lugares comunes de eruditos locales o guías de turistas de fin de
semana. De la conciencia, probablemente exacerbada, de la suma de fracasos
nacen su más feroz escepticismo, sus desengaños vitales, sus descreimientos en
general. Berlín, camarada, también era esto.
Más allá, no obstante, de ese mundo superpoblado de pasiones y decepciones, la novela se plantea como un esfuerzo de la voluntad. No desea ser
un escritor provinciano para satisfacción de egos menudos, ni tampoco pretende
confeccionar una narración aséptica de una época. Busca algo más. Construir un
artificio literario, elaborado con los materiales de infinitas lecturas y el manejo
de orfebre de la gramática, la sintaxis y la preceptiva literaria. Busca contrastarse
con la vaciedad de otras novelas que, a, ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde,
en, entre, para, por, sí, sin, sobre, tras, tratan de Toledo o se relacionan con Toledo. Levanta una arquitectura como la de San Juan de los Reyes, sobre la base de
Cervantes, pero también sobre la prosa tersa de Pío Baroja o los ritmos hipnóticos
de Galdós. Luis Béjar conoce a los clásicos a los que rinde culto y pretende pasar
a formar parte, junto con ellos, del panteón de los inmortales. Es consciente que,
cuando se hayan superado las frivolidades actuales, habrá que volver a ellos. Y
ahí, le gustaría que lo encontremos a él.
ABC ARTES y LETRAS CLM. Marzo 2012.
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PRESENTACIÓN del libro “La Razón de las piedras”,
obra póstuma del escritor Luis Alfredo Béjar
(20/Octubre/2011).
La sala Capitular del Ayuntamiento ha
acogido hoy la presentación del libro
“La razón de las piedras”, obra póstuma del que fuera concejal Luis Alfredo Béjar, fallecido el pasado mes de
julio. Un acto al que se ha sumado la
Corporación Municipal, encabezada
por el alcalde, Emiliano García-Page,
que se encontraba reunida en Pleno.
Antes de la presentación del volumen, que ha corrido a cargo del periodista Félix
Madero, los portavoces de los grupos políticos con representación municipal han
ensalzado la figura del que fuera concejal del PCE, tanto en su trayectoria política,
como en su labor docente y literaria.
El alcalde ha expresado su reconocimiento a una persona “comprometida”,
que tenía “las ideas claras” e “indiscutiblemente inteligente”. García-Page ha
aprovechado su intervención para anunciar que el Ayuntamiento iniciará un expediente de honores para reconocer la figura de Luis Alfredo Béjar dentro del
Reglamento de Distinciones de la Ciudad.
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HOMENAJE A JOSÉ SÁNCHEZ-BEATO
en el IES EL GRECO.
Con motivo de la muerte del que fuera profesor de Latín y Literatura del
Centro, se están celebrando varios actos en su memoria en el Instituto “El Greco”.
Una pequeña exposición recordará durante estos días al que fuera profesor de
centenares de toledanos que pasaron por sus aulas y que podrán visitarla junto a
los alumnos y profesores que acoge al centro.
En ella se exponen objetos y atrezo que utilizó el grupo “Doménico”,
compañía escolar que él creó y por el cual pasaron centenares de alumnos y alumnas del centro, y al que siguieron vinculados desde sus estudios universitarios.
Se muestran guiones de teatro radiofónico, bocetos de montajes o programas de
obras dramáticas que nos recuerdan su larga trayectoria en el arte de Talía y su
pasión por la pintura. Una miscelánea de artículos que publicó a lo largo de esos
años completa este pequeño pero merecidísimo homenaje.
Para más información: Pilar Álvarez Gómez y Miguel Ángel Galán Cristina: “Beatus”. En Biografías y semblanzas de profesores. Instituto “El Greco” de
Toledo (1845-1995). Toledo, 1999, pp. 273-277.
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FERNANDO JIMÉNEZ DE GREGORIO.
2 de Agosto de 2012
Más que centenario, creíamos que Fernando Jiménez de Gregorio era
parte de la historia de nuestra provincia, casi inmortal al estar en el podio de los
ilustres. Decenas de publicaciones, miles de artículos, calles dedicadas, esculturas erigidas en vías públicas, premios que pregonan su nombre. Licenciado en
Filosofía y Letras y en Derecho, ha sido miembro de número, correspondiente
honorario de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo
y correspondiente de otras reales academias, miembro fundador del Instituto de
Estudios Toledanos y de otros institutos de investigación etc. Y, sobre todo, identificado con su origen jareño y toledano, hijo adoptivo de Talavera de la Reina y
diploma de Honor por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
Profesor de Instituto en Plasencia, Valdepeñas y en “El Greco” de Toledo, catedrático en el Instituto Isabel la Católica de Madrid, profesor de la Universidad de Murcia y, sobre todo, maestro de generaciones de historiadores, para
los que siempre tenía unas palabras, un momento. Consulta obligada para cuantos
hemos trabajado en la historia de cualquier localidad de nuestra provincia, Jiménez de Gregorio es algo más que cronista oficial de la provincia. Nos ha enseñado
a conocer los paisajes, a transitar por la historia, a descubrir los topónimos y la
arqueología del territorio provincial, a valorar las tradiciones y la cultura local.
Investigó y diseñó numerosos escudos y banderas de nuestros pueblos, fue animador de certámenes literarios, conferenciante y pregonero en muchas localidades,
donde siempre daba una visión personal y profesional del pasado lejano o cercano
de la población en cuestión. Pero, lo que más resaltan los que conocieron a Fer-
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nando Jiménez de Gregorio es que fue un hombre bueno, querido por paisanos,
discípulos y todos cuantos se acercaban a su casa madreña o belviseña.
Jiménez de Gregorio aportó a la historiografía el interés por globalizar
el territorio, quizá guiado por la importante escuela francesa de entonces. Influido
por su origen jareño, sus investigaciones y análisis comarcanos marcaron un hito
en los estudios locales. Romeu de Armas, Presidente que fue de la Academia de la
Historia y profesor del Instituto de Talavera de la Reina en la época republicana,
le animó a ampliar su campo de estudio. Le contestó Jiménez de Gregorio que era
“una mezcla de universitario y de campesino labriego”. Humildad y laboriosidad
que, fiel a su origen, no ha abandonado nunca a nuestro historiador y que logra el
reconocimiento a su enorme trabajo, premiado ya en vida con esa longevidad que
hoy celebramos con este póstumo recuerdo.
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LOS FONDOS DEL INSTITUTO EL GRECO
EN LA BIBLIOTECA REGIONAL
DE CASTILLA LA MANCHA.
Alicia Arellano Córdoba.
La catalogación de manuscritos
para el Catalogo Colectivo de Patrimonio Bibliográfico me planteó
la pregunta de cómo habían llegado a esta biblioteca los fondos de
la de D. Ramón Posada Soto, fiscal
de la Real Audiencia de México.
Habiendo averiguado que fueron
heredados por su nieto D. José
María Pérez-Caballero Posada,
Alicia Arellano durante la conferencia. diputado y senador por Toledo,
faltaba saber el último paso.
Hace un mes, poco más o menos, Francisco García me preguntó si podía
hablar de los fondos de la Biblioteca de Instituto que habían pasado a la Biblioteca Pública de Toledo, actualmente asumida por la Biblioteca de Castilla-La
Mancha, y esto me permitió contestar esa pregunta.
El Instituto El Greco nació como instituto de segunda enseñanza en
1845 (Real Orden de 9 de octubre de 1845), instalándose en el edificio de la
Universidad (Palacio Lorenzana), que había sido suprimida en ese mismo año, y
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aprovechando todos sus recursos: mobiliario, profesores y biblioteca. Se instaló
el 1 de noviembre y se celebró el primer claustro el 3 del mismo mes y año1.
Lo que nos lleva al origen de la biblioteca universitaria, una vez separada la universidad civil del Colegio de Santa Catalina en 1771. Los fondos de esta
universidad me son desconocidos y en cualquier caso serían los utilizados como
combustible en 1810 por las tropas francesas que ocuparon el edificio. Apenas se
han conservado unos pocos ejemplares con el exlibris universitario:
Corpus iuris canonici… Basilea, 1757 en dos tomos (BCLM Sig.
4-14872/73) cuyo exlibris manuscrito dice: Compro la Real Universidad de Toledo los tomos del Derecho canónico para el uso de Actos
y grados en el año 1806 por don Atanasio García, secretario de ella.
Tienen además una nota tachada.
Vocabularium iuris utriusque ex variis ante editis… Paris, 1759 (BCLM
Sig. 9665). Exlibris ms. de Claudio Ortega en la Universidad de Toledo.
Colección de las partes más selectas de los mejores autores de pura
latinidad. Madrid, 1777 (CLM Sig. 4-15574/76) en tres volúmenes.
Exlibris ms. De la Real Universidad de Toledo [repetido tres veces por
distintas manos].
También se perdieron los libros del Colegio de Santa Catalina, unos
6000 volúmenes, que habían pasado al Seminario Diocesano al crearse éste en el
edificio de los Carmelitas Descalzos 2. Trasladados a la nueva sede en la plaza de
San Andrés, otra vez se produjo un incendio en 1936, en el que se quemaron la
capilla, la escalera principal y la Biblioteca. Este incendio acabó con la mayoría
de los fondos dando lugar a que el arzobispo Modrego solicitara fondos de la Biblioteca Pública para refundarla con el título de San Ildefonso, hasta 1966 en que
fueron devueltos por el cardenal Pla y Daniel y su auxiliar Anastasio Granados3.
Serían los catedráticos Andrés García de Tejada (párroco de Santa Eula1 Actas de instalación del Instituto de segunda enseñanza de Toledo 1845. Biblioteca de CastillaLa Mancha Ms 565 (1).
2 3 Vizconde de Palazuelos. Guía artístico practica de Toledo. Toledo, 1890. p. 860
José Ramón Díaz. El Seminario Conciliar de San Ildefonso de Toledo: cien años de historia
(1889-1989). Toledo, 1991, p.103
28
lia y capellán mozárabe, catedrático de cánones), fallecido en 1834, y Fernando
Prieto Mestas, fallecido en 1838, los fundadores de la biblioteca universitaria
al dejar en sus testamentos sus respectivas librerías y fondos económicos para
acrecentarla4.
Fernando Prieto era asturiano, como el cardenal Pedro Inguanzo y
Rivero, que lo nombró en Toledo maestro de pagos y limosnero mayor, siendo
racionero de la catedral en 1828. Fue académico correspondiente de la Academia
de la Historia y escribió “Bosquejo del Jansenismo” con el seudónimo de “un
prebendado de santa iglesia de Toledo”5. También fue profesor de la Universidad
y rector del colegio de Santa Catalina. Legó a la universidad de Toledo todas
las obras en lenguas orientales (griega, hebrea y arábiga) anotadas. Al Colegio
de Santa Catalina dejó las de San Isidoro y el resto fue legado a sus parientes,
quedando sus manuscritos en manos de su sobrino Fernando Prieto Aller6. No
existen ejemplares con su exlibris.
En 1845 los fondos de la biblioteca ocupaban dos habitaciones y estaban
a cargo del catedrático y segundo bibliotecario de la provincial Narciso Barsi.
Además de los escasos fondos heredados de la biblioteca universitaria se surtió
el instituto de fondos duplicados de conventos suprimidos. En el Claustro de 26
de agosto de 1847 se dio cuenta de la Real Orden por la que se previene que el
Instituto devuelva a la Biblioteca Provincial todas las obras eclesiásticas que le
fueron entregadas cuando se verificó la agregación de la suprimida universidad,
recibiendo a cambio las de literatura, historia, filosofía y ciencias tanto exactas
como naturales. También se ordena que dos horas cada día uno de los bibliotecarios provinciales sirva la biblioteca del Instituto sin aumento de sueldo7.
Asimismo le será agregada la librería del colegio de san Bernardino,
fundado por Bernardino Zapata Herrera en 1565 (obtienen Bula de Pio V en 1568,
4 Sixto Ramón Parro, Toledo en la mano. Toledo, 1856. T. II p.463
5 Anotación manuscrita: Tomo 18 de la obra incompleta escrita por D. Fernando Prieto. BCLM
4-21861(7)
6 Fernando Prieto Mestas. Artículos publicados en el Oriente de Asturias (1886) y la voz de la
Religión (1839)… http://www.concejodecabrales.com/esp/prieto.html.
7 Actas de los claustros celebrados entre 1845-1881. BCLM Ms 565(2) y (3)
29
apertura del testamento en 1569, aprobación de Constituciones en 1574, se instalan los primeros colegiales en 1581)8. No tenemos información de si la biblioteca
pasó directamente al instituto, heredero de sus rentas, o a través de la Comisión
de Monumentos artísticos, que fue la encargada de recopilar y administrar las
bibliotecas de conventos y otras entidades suprimidas. En 1852 aun había 1500
volúmenes en una habitación del Colegio de San Bernardino, convertido en casa
de vecinos9. Florentino Gómez en su Historia del Colegio de San Bernardino
proporciona un listado de obras basado en el inventario de 1584 y otras noticias
sacadas de la documentación10.
En el claustro de 10 de enero de 1847 se solicita adoptar un medio para
el arreglo definitivo de la biblioteca y acuerdan compartir los trabajos entre todos
los catedráticos. En agosto del mismo año se designa al bibliotecario Don Narciso Barsi para ocuparse de la del Instituto y por Real Orden se suscriben a la obra
Biblioteca de Autores Españoles que publicaba Antonio de Ribadeneyra. El director Claudio Ortega solicitó fondos de la Biblioteca Arzobispal una vez que esta
pasó a ser Biblioteca Provincial a cargo del Cuerpo Facultativo de Archiveros,
Bibliotecarios y Arqueólogos.
En el claustro de 28 de febrero de 1851 se deja constancia de la obligación de Ramón de Loaysa, bibliotecario que fue de la Biblioteca Arzobispal, y
desde diciembre de 1850 de la Provincial, de encargarse de la del Instituto11. Desde el principio uno de los profesores debía hacerse cargo además de la biblioteca
y se consignan fondos para compra de libros y arreglo de la sala, como podemos
ver por las memorias, que no sólo dan el número de obras y los volúmenes que
ocupan o los ejemplares que se compran o se reciben como donación, sino que
reflejan también el listado abreviado de títulos y el numero de obras encuadernadas.
La Memoria referida al curso 1860-61 recoge en un cuadro el resumen
8 Florentino Gómez Sánchez. Historia del Colegio Universitario de San Bernardino de Toledo.
Toledo, 1982, pp.
9 Sixto Ramón Parro op. cit. p. 471
10 Florentino op.cit. pp. 235 y ss.
11 Actas de los Claustros. Ms 565(2) y (3)
30
del inventario de la Biblioteca particular del Instituto, con 4269 tomos, al que
va unido el de la Provincial desglosado por salas: Sala 1ª: 3535 obras con 6050
tomos; Sala 2ª: 2816 obras con 4866 tomos; Sala 5ª: 990 obras con 1654 tomos;
lo que hace un total de 7541 obras correspondientes a 12570 tomos. Advierte el
bibliotecario de la Provincial que todas las demás obras carecen de índice que dé
por resultado su número y dice estar dedicado a su formación12.
Durante el curso 1861-62 arreglan un local para instalar el archivo de
la suprimida universidad, que estaba en un sitio oscuro y poco apropiado para su
conservación. Al curso siguiente (1863-64) hay una inspección de la biblioteca y
de la provincial “agregada” al Instituto.
En el curso 1869-70 la memoria destaca el aseo, belleza y buenas condiciones del local dedicado a biblioteca. Este año se recibe como donación oficial
un ejemplar de la Constitución democrática española promulgada el 6 de junio
de 1869.
En 1873 ya había alcanzado la cifra de 4667 tomos desde los 4090 que
tenía en 1859 y está encargado de la biblioteca el profesor Manuel Martín Serrano.
En 1877 (Claustro 6/12/1877) el profesor Milego propone que la biblioteca esté abierta al público algunas horas y Martínez Serrano contesta que
en otros tiempos estaba abierta pero ahora no era posible por las muchas ocupaciones de los profesores y la falta de concurrencia de los alumnos.
En 1878 se presenta la propuesta de adquisiciones y se puntean al márgen del listado los adquiridos (Claustro del 7/05/1878).
Al año siguiente se presupuesta la gratificación al catedrático bibliotecario para que abra 4 horas durante el curso 1879/80.
En el curso 1880-81 se cierran con cristales y alambreras seis estanterías
y se reciben donativos de los herederos de D. Antonio Delgado Vargas, del catedrático Rafael Díaz Jurado y otros.
Durante el curso 1881-82 quedó concluida la obra de cerrar las estanterías con cristales y alambres para que pueda abrir sus puertas al público cuando
12 Memoria referida al curso 1860-61
31
las circunstancias lo requieran.
En los cursos siguientes siguen comprando con regularidad obras de
todas las materias correspondientes a las asignaturas impartidas y manteniendo
las suscripciones tanto de publicaciones periódicas como de obras publicadas en
fascículos.
En 1890 Palazuelos califica de “regular biblioteca” la del instituto13 pero
en las memorias de la última década del siglo se quejan del escaso presupuesto.
Algunos años pueden comprar cuatro obras, entre ellas el Almanaque Gotha para
1891, y otros, ninguna: “lo insignificante de las sumas [del presupuesto] impide…
que nuestra biblioteca se enriquezca”. Solo se citan donaciones entre ellas una
“fonetika…
En el curso 1895-96 recibe parte de la biblioteca del que fue director D.
Celedonio Velázquez Longoria, aproximadamente 78 obras, y al año siguiente
varias obras de Luis de Hoyos.
En 1901-1902 presenta la Memoria Juan Marina. En un apéndice se describen los inmuebles del Instituto, la biblioteca en el claustro derecho: Salón
rectangular de 111 metros 22 centímetros cuadrados. La componen estanterías en
dos pisos, las del piso bajo con cristales ocupada toda ella con libros antiguos y
modernos, en cuya catalogación se ocupa el señor bibliotecario. Existen amplias
mesas de lectura y es de uso privado por no tener bibliotecario del cuerpo. Este
curso se incorporaron 103 obras entre compras, suscripciones y donaciones. El
cuadro incluye publicaciones seriadas y periódicas. Era profesor bibliotecario
Ventura Reyes.
En 1903 se realiza un inventario, siendo encargado de la biblioteca Don
Ventura Reyes, donde da una cifra de 6000 volúmenes.
En 1904 tras el fallecimiento de Don José María Pérez Caballero y Posada, que había sido diputado y senador por Toledo, sus hijos ofrecen su biblioteca
al Instituto. El conjunto, cifrado en 2700 volúmenes incluyendo impresos y manuscritos, es aceptado y recibido en 1905. Se realizan mejoras en el edificio: “la
que fue oficina, se ha convertido mediante una obra insignificante en biblioteca,
donde se ha coleccionado la donada a este instituto por el Sr. Pérez-Caballero”.
13 32
Palazuelos op.cit. p.876
La oficina estaba, según la descripción de 1902, en el ángulo entre el claustro
izquierdo y el paraninfo. Desconozco las razones para preferir la biblioteca del
Instituto a la Provincial aunque este haya sido su destino final.
José María Pérez-Caballero era nieto por parte de madre de Don Ramón
de Posada Soto y Doña Mª Magdalena López –Cabrejas Gómez y por parte de
padre de José Pérez-Caballero Cuesta y Antonia Soria y Romero de Tejada. El
conocimiento de estas raíces importa, ya que justifica la variedad de intereses y
materias y la vertiente jurídica que presenta esta colección.
Don Ramón de Posada Soto, de origen asturiano, pariente del cardenal
Pedro Inguanzo y Rivero y de Jovellanos, era abogado y fue Oidor de la Audiencia de Guatemala y Fiscal de la Audiencia de México. A su regreso a España es
nombrado director de la Real Compañía de Filipinas entre otros cargos; está en
1812 en Cádiz como primer presidente del Supremo Tribunal de Justicia hasta
que, tras el regreso de Fernando VII, se suprime en 1814 dicho tribunal y don
Ramón es desterrado a Toledo14 , donde se instala con su esposa en Cuesta de la
Ciudad, en la conocida hoy como casa de los Toledo, falleciendo allí en enero de
1815.
Casó dos veces. Con su primera esposa Ana María Fernández de Córdoba Zayas tuvo nueve hijos. Su segunda esposa Doña María Magdalena LópezCabrejas Gómez (La Laguna, Cuenca) era sobrina del Deán de la Catedral de
Don Juan Antonio López-Cabrejas (+1812) alguno de cuyos libros pasarán a este
fondo. El matrimonio sólo tuvo una hija: Juana (retratada por la supuesta hija de
Goya, Rosario Weiss, en 1839) casada con Juan Pablo Pérez-Caballero Soria.
José Pérez-Caballero Cuesta, nacido en Suellacabras (Soria), estudió en
Calatayud y en la universidad de Alcalá y fue recibido en el colegio de abogados
de Madrid, nombrado fiscal del protomedicato en 1772 y del protobarberato en
1777. Simultáneamente fue elegido para Intendente del Real Jardín Botánico en
1773. En la Junta General de la Mesta fue nombrado Fiscal de Mesta en ausencia
del titular en 1777, hasta 1782 en que lo es en propiedad. En 1783 le nombran
Ministro togado del Real Consejo de Hacienda y encargado de la ejecución de
la obra del Museo de Ciencias Naturales (Gabinete de Historia Natural, Labora14 Vicente García Rodríguez. El Fiscal de la Real Hacienda en Nueva España Don Ramón de
Posada y Soto 1781-1793. Oviedo, 1985
33
torio de Química y Academia General de Ciencias)15 . Casó con Antonia Soria y
Romero de Tejada y fueron padres de Francisco de Paula, caballero de la Orden
de Carlos III, y de Juan Pablo Pérez-Caballero.
Juan Pablo (Madrid, 1785) estudió leyes obteniendo el título de doctor
en ambos derechos por la Universidad de Alcalá, donde fue profesor de Hª del
Derecho. También fue regidor del Ayuntamiento de Madrid, Contador Mayor y
Secretario de la Diputación de Reinos, Ministro honorario del Supremo consejo
de Hacienda, miembro de la Real Orden de Carlos III, Académico honorario de
la Real de Bellas Artes de San Fernando, Académico de la Real Academia de la
Historia (ocupado en la Comisión de Cortes y fueros) y sillón V en la Academia
Española de la Lengua16. Casó con Juana de Posada.
Estos son los padres de José María Pérez-Caballero Posada (Madrid
1827), doctor en jurisprudencia, que defendió su tesis en 185017 y se dedicó a la
política bajo el auspicio de su tío, el ministro Herrera Posada, siendo diputado por
Toledo en las elecciones de 1858 y senador en 189318. Había heredado los bienes
de su abuela materna y seguramente los de sus abuelos paternos. Casó en Madrid
con Isabel Ferrer siendo padres de dos hijos y cinco hijas. Falleció en Madrid el
5 de mayo de 1904.
Nos interesa fijarnos en la herencia de la abuela: falleció Doña Magdalena en 1863, ya habían fallecido su hija y su yerno, y en su testamento lega a su
nieto los papeles de su abuelo: “Los veinte y ocho volúmenes en folio mayor con
dos índices que contienen datos y trabajos de mi difunto esposo desde que salió
de España para Indias, hasta que volvió a la península, encargando al dicho mi
15 Juan Loperráez Corvalán, Descripción histórica del obispado de Osma t. II. Madrid, 1788,
p.246-248
16 Martín Almagro Gorbe. El Gabinete de antigüedades de la Real Academia de la Historia ,
Madrid, 1999 p.136
17 Discurso sobre el derecho de intervención pronunciado en la Universidad de Madrid por D. José
Mª Pérez-Caballero y de Posada. Madrid, 1850
18 Juan Antonio Inarejos Muñoz, Los parientes del diputado: las redes familiares del caciquismo
liberal, Nuevo Mundo Nuevos Mundos Nuevos, Coloquios,2008 [En línea], Puesto en línea el 16
mars 2008, URL: http://nuevomundo.revues.org/index27503.html. Consultado el 17 décembre2008.
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nieto que los conserve siempre como cosa y recuerdo de su abuelo”19. Probablemente estos manuscritos permanecerán en la casa familiar de Toledo hasta su paso
al instituto.
Por lo que respecta al donante José Pérez-Caballero Ferrer, (Madrid,
1858) también era abogado20. En 1904 era Tesorero en la Delegación de Hacienda de Toledo, y fue también socio nº 89 de la Sociedad Arqueológica de Toledo (ingresó en 1900), miembro de la Liga contra el duelo (1905) y Delegado de
Hacienda en Albacete y en Alicante (compró casa en Ibi donde vivirían su viuda
y sus hijos)21. Su hermano Juan Pablo (Madrid, 1861) heredó la casa de Toledo y
los bienes de Burguillos, donde tiene una plaza a su nombre. Siendo abogado se
dedicó al servicio público como diplomático, senador y ministro22.
En la memoria del curso 1905-1906 se da noticia del catálogo, más bien
inventario, de la colección Pérez-Caballero realizado por entonces jovencísimo
(18 años) auxiliar de biblioteca Francisco de Borja San Román.
Al comenzar el siglo XX se reconoce la obsolescencia de las obras que
formaban el patrimonio bibliográfico del centro y se remarcaba el esfuerzo realizado por el claustro de profesores, así la memoria del curso 1906-1907 dice: “con
amoroso empeño… han provisto… su biblioteca de obras modernas y nuevos
autores… que han venido a iluminar con nuevas verdades … las interesantes
hipótesis … encerradas en los vetustos y meritísimos infolios de que están abarrotados los ya insuficientes estantes del local a aquella destinado”.
En el curso 1912-1913 reciben cien volúmenes de D. José Pérez –Caballero entre ellos varios manuscritos con leyes y decretos para el gobierno de México en 31 vols., los citados expresamente en el testamento de doña Magdalena.
19 Testamento de María Magdalena López-Cabrejas. Archivo Histórico Provincial de Toledo. Protocolos. P. 16062, fol. 401
20 Expediente académico de José Pérez-Caballero Ferrer. AHN universidades 4588, EXP 1; Universidades 6741, EXP 7; AHN FC Mº Hacienda 3144, EXP 328
21 Otros datos biográficos de José Pérez-Caballero Ferrer están tomados de noticias de prensa de
la época.
22 Oscar Javier Sánchez Sanz, Diplomacia y política exterior. España 1890-1914 p.422. http://
eprints.ucm./tesis/ghi/ucm-t27688.pdf.
35
Continúan la política habitual de compras y en el curso 1923-24 la gran
novedad es la Biblioteca Escolar para la que adquieren aproximadamente 95 títulos entre novelas, libros de viaje y atlas de bolsillo de diversas materias. Estos
fondos parecen estar claramente diferenciados de los fondos generales para los
que en este mismo año compran nueve obras entre ellas el Manual de histología
normal y técnica micrográfica de Ramón y Cajal.
La memoria del curso 1924-25 recoge: “Continuando la iniciativa tomada en el curso anterior de formar una Biblioteca escolar para uso particular
de los alumnos hemos conseguido aumentar, en el que ayer finalizó, el número
de obras de la misma y mejorar notablemente sus instalaciones y la comodidad
de los estudiantes lectores mediante la construcción de dos grandes mesas y 30
sillas, adecuado todo al objeto a que se destina”.
A partir de este curso no parece que volvieran a publicarse las memorias
de la institución23. Durante la guerra de 1936-39 parece que no sufrió daños de
consideración y recibió parte de los fondos incautados en el cigarral de D. Gregorio Marañón24.
En 1964, para recuperar el fondo antiguo aún disperso o por falta de
espacio en el edificio de Lorenzana, o quizá ante la inminente mudanza al nuevo
edificio que se planeaba en el camino del cementerio, pasan los libros del Instituto
y su documentación, fundamentalmente la heredada de la Universidad, a la biblioteca y archivo histórico respectivamente, ambos aún en el edifico de Santa Cruz
que compartían con el museo.
La memoria de la biblioteca nos dice que se trasladaron 10000
volúmenes25, las fechas extremas desde 1485 a 1962. Al no llevar todos sello o
exlibris o en algunos casos no estar éste recogido en el catálogo hace muy laborioso reconstruir el conjunto ya que aún debieron sufrir dos mudanzas más: una
al nuevo edificio o Casa de Cultura en el tercer patio de Santa Cruz con entrada
23 Se conservan en la Biblioteca de Castilla-La Mancha las Memorias de los cursos 1857 a 1870,
1872 a 1896, 1898, 1901-1929
24 J. Andrés de Blas, La Guerra Civil española y el mundo del libro: censura y represión cultural
(1936-1939) en Represura (www.represura.es/represura_1_junio_2006_articulos2.html)
25 Memoria del año 1966 de los centros que a continuación se relacionan, Casa de la Cultura,
Biblioteca Pública …, Toledo, 1970
36
por el paseo del Miradero, en 1966, aunque todavía permanecieron parte de sus
fondos en las viejas instalaciones hasta los años 80 (los 36000 recuperados del
seminario tras la cesión de 1940 y posiblemente también los del instituto y los
procedentes de incautaciones) y la última a la Biblioteca de Castilla-La Mancha
en el Alcázar en 1998. Una pequeña parte del fondo antiguo del Instituto permanece aún en el I.E.S. “El Greco”.
Entre los fondos conservados en la Biblioteca de Castilla-La Mancha
constan varios incunables, procedentes todos del Colegio de San Bernardino: Arbor Vitae crucifixae Jesu Christi de Ubertino da Casale (Venecia, 1485) [Inc.
363], Fasti de Ovidio (Venecia, 1485) [Inc. 364], Sermones de laudibus Sanctorum de Roberto Caracciolo (Venecia, 1489) [Inc. 365], y posiblemente uno de
los ejemplares del Liber Chronicarum de Hartmann Schedel (Nuremberg, 1493)
[Inc.366].
Del siglo XVI están localizadas cerca de 228 obras, que son las que podrían compararse con el listado publicado por Florentino Gómez, aunque también las hay de otras procedencias que sólo tienen el sello del Instituto. Entre
ellas llama la atención la obra Hamishâ Homshê Tora (Paris, 1544-46), quizá
herencia de Prieto Mestre.
Del siglo XVII hay 1042 títulos y del siglo XVIII algo menos de 1400.
Las obras de estos siglos son las heredadas también del Colegio de San Bernardino, aunque es posible que algunas sean de las solicitadas por Claudio Ortega a la
Biblioteca Provincial.
El siglo XIX está representado por 528 títulos y nos da una idea aproximada de lo que es una biblioteca especializada. Se compran libros ajustados a
las asignaturas que se imparten en el Instituto y se reciben donaciones tanto de
los profesores como de instituciones (como el Instituto Geográfico con las observaciones meteorológicas, seguramente porque el instituto tenía una estación
meteorológica). También presenta una panorámica de publicaciones periódicas
suscritas o donadas al centro26.
La primera mitad del siglo XX nos ofrece 226 obras que pueden parecer
pocas si no tenemos en cuenta las que quedaron en el Instituto.
26 Las memorias del Instituto recogen año a año los títulos de las mismas.
37
La herencia de los Pérez-Caballero abarca obras desde el s. XVI a 1904
cuya identificación es una tarea prolija por la brevedad del inventario de 1905 y
la ausencia de exlibris en la mayoría de las obras. Aun así están localizados los
manuscritos de Ramón Posada Soto, varios tomos de la colección Theatrum Iuris
que son encuadernaciones facticias de impresos y manuscritos de tema jurídico (sentencias, pleitos… ), las Fábulas de La Fontaine en francés (Paris, 1803)
con el exlibris de José María y Juan Pablo Pérez-Caballero, una Historia de la
Agricultura española de Francisco Luis Laporta (Madrid, 1798) con exlibris de
Ramón Posada y Soto fechado en Madrid en 1805, el Salterio español (Madrid,
1800) con el exlibris de Mª Magdalena López-Cabrejas fechado en 1806 y otros.
Aunque predominan los temas jurídicos no son desdeñables los referidos a botánica, historia, arte, medicina o literatura tanto en latín como en español, francés,
inglés o italiano, debido a los diferentes intereses de los miembros de esta familia.
Como hemos visto, los fondos de la biblioteca del Instituto Provincial de
Segunda Enseñanza de Toledo o Instituto General y Técnico o I.E.S “El Greco”,
que de todas estas formas se ha denominado, son una parte significativa de la Biblioteca Pública de Toledo que hoy habita en la Biblioteca de Castilla-La Mancha.
38
LOS CUADROS DE RAZAS DEL
IES “EL GRECO” EN EL MUSEO
NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA.
Francisco García Martín
Al interesarnos por las piezas que formaron parte del Gabinete de Historia Natural del cardenal Francisco Antonio de Lorenzana, encontramos una
magnífica colección de lienzos de “razas” americanas, hoy reducidos a 16, que
se puede suponer traídos a España desde Méjico, silla arzobispal que ocupó entre 1766 y 1772, año en el que fue nombrado arzobispo de Toledo. Los cuadros
permanecieron en el Palacio Arzobispal de Toledo para pasar a formar parte de
los fondos de la Universidad Toledana hacia 1788 o 1790, heredándolos, tras la
supresión de ésta, el Instituto provincial, junto con el edificio y enseres de aquella.
La colección de pinturas de “razas” aparecen en el siglo XVIII, principalmente en el virreinato de Nueva España, mostrando los diferentes grupos
humanos surgidos de la mezcla de los tres tipos que conformaban la población de
aquel continente: blancos, indios y negros, generalmente presentada en series de
dieciséis cuadros con el resultado de las diversas mezclas raciales y sus denominaciones taxonómicas, de las que existen tantas como posibles cruces. Al género
se le conoce también como de “castas” a ser así como se les denominaba en Méjico a las mezclas raciales, identificándolas con la composición socio-económica
de la sociedad. Las colecciones o series más abundantes provienen de Méjico,
pero también los hay de la escuela peruana, quiteña o boliviana.
39
Nos dice Romero de Tejada1 que los primeros veinte cuadros de mestizaje se enviaron, en contestación a la Orden de 23 de noviembre de 1770 dirigida
al Marqués de Arcohermoso, por el Virrey del Perú, D. Manuel Amat y Junyet
con destino al Gabinete que formaba en la Corte el príncipe D. Carlos2. Del mismo modo, Martínez de Alegría nos aporta información sobre los cuadros de mestizaje del cardenal Lorenzana que aquí nos ocupa3. Francisco Antonio Lorenzana
y Butrón (1722-1804) tomó posesión de la sede arzobispal de Toledo en 1772,
nombrado cardenal en 1789. Su enfrentamiento con Godoy le llevó al destierro a
Roma donde murió en 1804. Del análisis de las obras publicadas en Méjico por
mandato de Lorenzana4 y por las disposiciones del Concilio provincial mandado
convocar por el prelado, nos indica Katzew del interés por el prelado en preservar
la estructura de castas como base de la estabilidad social del arzobispado mejicano, y presentar a la metrópoli dicha realidad racial5.
Martínez de Alegría nos dice que en el Borrador del Registro de entradas
de la Sección de Antropología, Etnología y Prehistoria del Museo de Ciencias
Naturales, se anotó que el envío de América se produjo en 1770, y al constatar
que la venida del prelado se produjo en 1772, señala la posibilidad de un viaje
realizado por el cardenal antes de su traslado definitivo o de un envío con sus
1 V. el art. De Pilar Romero de Tejada “Los cuadros de mestizaje del virrey Amat”, en el catálogo
“Frutas y castas ilustradas”, Museo Nacional de Antropología, 25 de febrero al 29 de agosto de 2004.
Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, Madrid, 2003. Pág. 13-29.
2 Archivo de Indias. 1770-05-13 Lima. Hay, además de la conservada en el Museo Nacional de
Antropología [cat. nº. CE5226/33], hay otra en el Museo de América [cat. nº 2009/05/22].
3 Dentro del catálogo sobre Frutas y castas ilustradas”, Museo Nacional de Antropología, 25
de febrero al 29 de agosto de 2004. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, Madrid, 2003. Pág.
33-44. Cabello Carro, Paz. Coleccionismo americano indígena en la España del siglo XVIII. Instituto
de Ciencias de la Información (ICI), Madrid, 1989. pág . 165, nos dice que Lorenzana encargó una
“pinacoteca étnica-descriptiva de los cruces mestizos, coleccionó restos aztecas y exotismos de la
naturaleza
4 De sus escritos pastorales y obras, especialmente la Historia de la Nueva España escrita por su
esclarecido conquistador Hernán Cortés, México, 1770.
5 Katzew, Ilona: “La pintura de castas. Identidad y estratificación social en la Nueva España”.
En New World Orders. Casta Painting and Colonial Latin America, págs. 208-118, New York, 1996,
citado por Martínez de Alegría, art. cit.
40
pertenencias en fecha anterior de su llegada a España6.
De la importancia que Lorenzana daba a las pinturas de castas americanas,
nos da idea la correspondencia que el encargado de su custodia, Pedro Manuel
Hernández, da al prelado el 17 de octubre de 1777 desde Madrid:
“Anoche llegué a esta villa en compañía de los Sres. D. Miguel y D. Manuel Bustillo, habiendo dejado baxo de llave no solo quantos Mss. [manuscritos] se copian, sino también todas las salas del Gabinete, de forma que
nadie puede pasar de las dos de Biblioteca, a no entrar por la escalera
de verano. A la de las castas tan solamente en ella puse el primer mapa
del Virreynato de Santa Fe y a la vuelta, si Dios quiere, le pondré algunos
otros q. le acompañen”7.
Como vemos, toda una sala destinada a las “castas”, junto a los que solamente se colgaban valiosos mapas, como éste “primer mapa” del Virreinato de
Santa Fe. Era tanto el celo conservacionista de Pedro Manuel Hernández, que un
mes más tarde, el 15 de septiembre, le informa a Lorenzana de querer evitar el
uso de la sala para concursos eclesiásticos, rompiendo así la tradición y enfrentándose a parte de la curia, buscando, en la aquiesciencia y complicidad del prelado,
poder trasladar los actos administrativos a San Pedro Mártir:
“Son poco más de las once y acaba de estar conmigo el Sr. Vicario a ver
la sala donde están las castas de América, y me dixo que había tratado
con V. Excia. Podía ser en ella el concurso. Callé y notaba al mismo
tiempo no se que modo de explicarse en medias palabras y aun el haber
aguardado hasta ahora a visitarme con este fin. Por lo mismo he creído
conveniente avisárselo a V. Exc. Con la posible brevedad: pues tendrán que incomodarse en ir a San Pedro Mártir adonde ya pensábamos
habían de ser estas oposiciones, si V. Excia. Me permite negarles para
ellas la sala”.
La colección de castas debió permanecer en el Gabinete de Historia Natural, no teniendo noticias de que saliesen del mismo con destino a la Universidad
de Santa Catalina, como de nuevo yerra el Registro de entradas de la Sección de
6 Art. cit. pág. 36, nota 10.
7 ADTo. [Archivo Diocesano de Toledo] Lorenzana, papeles varios, caja 24. s/n.
41
Antropología, Etnología y Prehistoria del Museo de Ciencias Naturales8.
Parro visitó el Gabinete de Historia Natural en sus últimos momentos de
su instalación en el Palacio Arzobispal ya que visita las salas del Palacio Arzobispal que encierran la Biblioteca y el entonces llamado “Gabinete de Historia Natural y Antigüedades”. Es la única referencia que tenemos de una descripción completa del conjunto, que todavía asombraba a los visitantes y entre cuyas piezas
destaca la serie de castas:
“Le agregó (a la biblioteca) un bonito gabinete de historia natural,
aunque reducido, y otro pequeño Museo de antigüedades curiosas y
algunas de ellas muy estimables (…) hizo [Lorenzana] traducir las inscripciones y que se colocasen convenientemente los objetos, entre los
que hay una bonita colección de pinturas al óleo con ejemplares de las
diversas castas en la especie humana, y variaciones ó degeneraciones
de ellas por el cruzamiento con otras…”9.
El 17 de septiembre de 1859 el cardenal Cirilo de Alameda y Brea, sucesor de Bonel hace una reclamación ante el Gobernador Civil de la Provincia,
y posteriormente al Ministro de Fomento sobre la titularidad de la Biblioteca
Pública Arzobispal, ahora provincial, que no es atendida. Además, el 25 de dicho
mes, sin permiso del prelado, fueron trasladados los 30.000 volúmenes depositados en la Casa de Infantas al Salón de Concilios del palacio arzobispal, donde se
encontraba el gabinete de historia natural y biblioteca que había sido del infante
Luis Antonio de Borbón y de Lorenzana, desde donde se desplazaría el Gabinete
de Historia Natural al Instituto de Enseñanza Media que contaría a partir de aquel
momento con las colecciones para fines didácticos10.
8 Señala la fecha de donación en 1788 o 1790, y añade Martínez de Alegría que “más tarde, aunque
en fecha desconocida, y al desaparecer dicha institución, la colección de mestizaje del cardenal Lorenzana pasó al Instituto de Segunda Enseñanza de la citada ciudad castellana”, haciendo referencia a
lo indicado por el catedrático del Instituto D. Luis de Hoyos Sáinz, art. cit. pág. 37.
9 10 Parro, Toledo en la mano, Toledo, 1857, t. II pág. 577-583.
Gutiérrez García-Brazales, M. op. cit. págs. 109-110. La instalación de la Biblioteca Pública
Provincial en el Palacio arzobispal se prolongaría hasta 1919 en que se trasladaron los volúmenes al
Hospital de Santa Cruz, junto con estanterías, pinturas, mapas y monetarios, de allí aún peregrinarían
al Seminario Conciliar, en 1940, y de nuevo en 1966, a la Casa de Cultura, aún hoy sede de la Biblioteca Pública Provincial.
42
El 24 de julio de 1861, el Secretario de la Comisión de Monumentos se
dirige al “Sr. Bibliotecario de la provincia” anunciando el traslado de los fondos
al Museo Provincial:
“Existiendo en la Biblioteca provincial de esta capital infinitos objetos
arqueológicos y monumentales, debidos en su mayor parte al Celo de
esta Comisión de Monumentos, que con su constante asiduidad por el
engrandecimiento de la misma, desplegó en el largo periodo de 16 años
que aquella estuvo bajo su inmediata inspección, reuniéndolas en indicado local para en su día, y cuando su número lo permitiera, formar con
ellos el proyectado Museo de Antigüedades de la Provincia de Toledo, y
del q. no han desistido, convencida como está, de la importancia q. este
Centro de instrucción ha de reportar a las personas identificadas en el
descubrimiento y el estudio de estas joyas monumentales han de reportar a nuestras glorias nacionales, y como atendiendo al vigente organización de Bibliotecas, pudiera creerse se habían confundido aquellos
con estas, esta comisión provincial determinó en sesión última facultar al actual secretario para que en unión del Bibliotecario provincial,
procedan a la formación por duplicado del espresivo inventario, ya de
aquellos como de las pinturas y demás objetos q. no forman parte integrante de la Biblioteca, dejando uno en la misma, y archivando el otro
en la Comisión, a los efectos oportunos”11.
Por lo que veremos, los objetos no bibliográficos fueron dispersados entonces entre el Museo provincial, al que se trasladaron aquellos objetos que se
consideraron de valor artístico y arqueológico, y al Instituto provincial, a donde
se llevaron aquellos que se consideraron de uso didáctico, incluidos los cuadros
de razas.
Encontramos en el Archivo del Instituto “El Greco” referencia a nuevos
envíos realizados hacia 1862, por la Comisión de Monumentos, de material didáctico desde el Palacio Arzobispal al Instituto, desgraciadamente para nuestra curiosidad sin adjuntar inventario alguno12. El Sexenio determinaría incautaciones
de objetos artísticos, documentales y bibliográficos que afectarían nuestras colec11 AMSC. Archivo Comisión de Monumentos s/c.
12 Archivo del Instituto. Papeles varios.
43
ciones. Por el pleito establecido entre la Comisión provincial de Monumentos
y los Delegados del Gobierno por la salida de piezas de Toledo hacia el Museo
Arqueológico Nacional, entre las que se encontraban las procedentes del expolio
del cardenal Luis María de Borbón, sabemos que la serie de razas americanas no
se encontraba entre aquellas13.
El traslado se realizaría a petición del director del establecimiento, Celedonio Velázquez Longoria. Se materializaría el 1 de abril de 1869, y asistirían el
profesor y miembro de la Comisión de Monumentos, Manuel Martín Serrano,
Antonio Delgado y Vargas, comisionado por el Gobierno y el bibliotecario de la
provincial, Carlos González Monroy. Bajo el epígrafe “Catálogo de los objetos de
Historia natural que de orden superior ha entregado al Instituto de 2º enseñanza
de esta Capital el Bibliotecario de la Provincial D. Carlos Monroy con asistencia de los Comisionados del Gobierno”, y en la sección de “Objetos varios”, se
describen: 16 “cuadros en lienzo, numerados, que representan los mestizos, procedentes del cruzamiento de raza Europea con la Americana y negra”14. Como
vemos, un cuadro más que los que posteriormente se intercambiarían con el Museo de Ciencias Naturales de Madrid15.
Las primeras gestiones para realizar dicho intercambio se realizan a instancias de Ignacio Bolivar16, que se dirige el 27 de octubre de 1898 a Manuel
Antón y Ferrándiz, Director de la Sección de Antropología del Museo de Ciencias
13 V. nuestro trabajo La Comisión de Monumentos de Toledo (1836-1875), edit. Ledoira, Toledo,
14 AHITo. [Archivo Histórico del Instituto de Toledo], papeles varios. Inventarios.
2008.
15 En 1883 se creó en el Museo de Ciencias Naturales la Sección de Antropología, Etnografía y
Prehistoria, y, en 1910, cuando se estableció el Museo de Antropología, Etnografía y Prehistoria, se
llevaron allí las colecciones que tenían ese contenido. En 1941, cuando se creó el Museo de América,
las colecciones que tenían procedencia americana del Museo Arqueológico y Antropológico pasaron
a engrosar sus fondos. Curiosamente esta serie de mestizaje o de razas continuaría en el Etnográfico,
mientra que otra serie, que pasó en 1867 al Museo Arqueológico Nacional, procedente del Real
Gabinete de Historia Natural, sí realizó ese recorrido junto con otros “emplumados”, enconchados y
objetos americanos.
16 Ignacio Bolívar Urrutia, Natural de Madrid (Capital). Doctor en Ciencias Naturales, hizo una
tesis: Apuntes para la Clasificación de los Ortopteros y su distribución geográfica en la Península. ES.28079. AHN [Archivo Histórico Nacional] 2.2.1.17.6.1.UNIVERSIDADES, 5342, Exp.21.
1866 / 1873. Sería director del Museo Nacional de Ciencias Naturales a partir de 1901.
44
Naturales, informándole que había hablado con el director del Instituto, Teodoro
de San Román “de la cesión al Museo de la colección de cuadros de uniones de
raza que allí tienen”, a cambio de “completar la de su laboratorio”, y, añade: “en
principio está dispuesto a cederla, sobre todo si se le proporciona algo para el aumento de sus colecciones”. Pero San Román, pretendía que, de cara a la opinión
pública, la iniciativa “surgiera” de la Junta del Museo, y que la cesión se haga por
ante la dirección de Y.P.”[¿Instrucción Pública?]. Añade el intermediario:
“A cambio de mis gestiones tenía que solicitar de V. lo siguiente: Necesito en mi laboratorio una mesa para microscopio con cristal por encima,
ya la tenía en el antiguo, pero como formaba parte de la ventana, según
V. recordará, en la mudanza se deshizo y costaría bastante arreglarla
como hacer otra nueva; ahora bien, en el Museo existe una como la
que yo quería que era de D. Mariano, y como hoy no hay profesor de
anatomía y hacer una nueva para la cátedra de Anatomía cuando haya
catedrático, lo que va para largo, del mismo modo podría pasar a mi
poder si a V. le parece los reactivos de histología que pertenece también
a D. Mariano y que nadie utiliza, muchos de ellos se perderán hasta
que llegue a ser necesario y entonces ya no servirían y es una tontería
comprar otros que yo necesito habiéndolos en casa. Los reactivos con el
armario que están y que me servirían para guardar los libros, podrán
trasladarse de Velasco en donde ya estoy instalado y tengo el gusto
restablecido gracias a V. como me complazco en reconocer”.
Dos días después, Teodoro escribe a Ignacio Bolivar confirmándole que
“puede contar ese Museo con la adquisición de dichos cuadros [de las razas] en
la forma que me indicó”, y remarca la idea que ya manifestará a Manuel Antón:
“Solamente quisiera que el Sr. Director de dicho centro manifestara de oficio o en carta particular su deseo, a fin de solicitar yo de la superioridad
permiso para la cesión, pues de esta manera queda a salvo mi responsabilidad. Excuso significar a V. que esto no es poner el menor óbice al asunto,
pues demasiado comprende que es lo procedente, por tratarse de cosas
que no son de propiedad particular”17.
17 Martínez Alegría señala el acuerdo de claustro –que no hemos podido ratificar- para realizar el
intercambio. Art. cit. pág. 38.
45
La transmisión se realizó en 1899, como se indica en el Borrador del
Registro de entradas de la Sección de Antropología, Etnología y Prehistoria del
Museo: “Colección de cuadros de cruzamiento de razas, procedentes del Instituto
de 2ª Enseñanza de Toledo adquiridos por cambio con microscopio y otros objetos, gestionado por el Sr. D. Luis Hoyos y Sáinz”18.
Pero este intercambio no será inmediato, tenemos que esperar dos años
para que, por una misiva que el 12 de mayo de 1900 dirige el director del centro a
Manuel Antón, sepamos que éste se había dirigido a Teodoro de San Román reanudando el trato sobre el intercambio. Anunciaba San Román el envío al Museo
de “la lista que indica”, además de indicar que Luis de Hoyos se entrevistaría con
Antón para precisar lo que “hacía falta al centro”, extrañándose que, después de
tanto tiempo, no se hubiera hecho la gestión19.
De la misma caligrafía de Hoyos es una nota [copiador de misiva], sin
fecha, conservada en el Archivo del Museo Nacional de Antropología, que nos
puede hacer pensar en la ultimación del listado que se requería para realizar el
intercambio, y que dice así:
“Del cambio de los cuadros 15 de mestizos que hay en el Instituto, se
acordó en el Claustro, salvo el parecer de Reyes, que se haga con los
objetos que Vs. Nos puedan dar del Museo y me encargaron hacer la
lista, pero ya comprenderá V. la dificultad de pedir sin saber dentro de
que límites; yo creo que necesitamos colecciones sistemáticas para enseñar un ejemplar por familia en general y por órdenes donde u otro no
sea posible, con arreglo a una obra de mediana extensión como la de V.
o el Claus, claro que en invertebrados sin Protozoos y algo de reptiles,
pues aves y moluscos es lo único que tenemos: lo esencialmente marino
lo pediremos a D. Augusto, pues ya he obtenido el gasto de frascos y
alcohol. Si nos dieran algunos fósiles y un centenar de rocas bien características y clasificadas, es lo que falta de inorgánico. Adjunto el folleto
que hace tiempo le tenía dedicado a V. esperando enviárselo con algo de
más valor. En lo que paso de Antropología a Zoología había, varios mi18 Martínez Alegría, art. cit., menciona para ello a la Historia del Museo Nacional de Antropología
de Romero de Tejada, 1992.
19 Así se expresa el Director del Instituto porque, tras haber presentado la renuncia del cargo,
el Ministerio no se la admitió, y mientras tanto había declinado las funciones en el vicedirector.
46
croscopios inútiles tal vez para el Museo, pero útil alguno de ellos para
este Instituto. Claro que no podían Vds. Añadir algún mapa Geológico
o Botánico ó algún ejemplar de obras y publicaciones de la Española
o en general de Historia Natural, y esto lo digo porque me han encargado de la Biblioteca y espero hacerla útil molestando a los que puedan
ayudarme en la empresa”.
El encargado de la sección de Osteozoología del Museo de Ciencias Naturales, Martínez y Sar, escribía a Manuel Antón informándole de los pormenores
de la colección de mestizaje:
“Resulta que el 22 de septiembre de 1793, D. José Pavón entrega una
colección de insectos del Perú y un retrato de una niña pia, hija de padres negros, remitida por el Gobernador de Santo Domingo.
Según me dice el Sr. Bolivar hay en la Facultad de Medicina de París
una copia de este retrato y se ha publicado en los anales de la Sociedad
Zoológica de Francia, que los hay entre los libros de la Sociedad Española de Historia Natural”.
Respecto a los cuadros de los mestizos (de los cuales Dios nos libre,
sobre todo si son liberales españoles), tengo idea vaga de que deben ser
contemporáneos de unos que representan plantas mejicanas, que existen
en el Jardín Botánico y que es posible que sean de la expedición de
Sesse (Martín) y de Mociño (José Mariano) de 1788-1804, que también
viajaron por Cuba y Puerto Rico.
Es posible también que dichos cuadros sena de la expedición de Ruiz
(Hipólito) y Pavón (José), 1788-1797-1802,1821.
Por consiguiente no hay datos para determinar con acierto cuando vinieron dichos cuadros de mestizaje, pero si no recuerdo mal hay letreros
en ellos por los cuales se podrá rastrear de donde son los que representan, y esto servirá acaso para poder colegir de donde proceden”.
El director del Museo de Ciencias Naturales, Ignacio Bolivar, estaría en 1904 completando el estudio de la serie que acababa de llegar al Museo
madrileño. El 4 de abril, Luis de Hoyos Sáinz, el catedrático de Historia Natural
del instituto toledano, al tiempo que confirmaba la llegada del material científico
proporcionado a cambio de la colección de cuadros, le informaba que:
47
“… En el inventario general de los objetos que de la suprimida Universidad y Colegio Mayor pasan al Instituto, no hay más que lo que le dejé
a V. en la nota, pero ya había visto otra referencia y es unos catálogos de
todo lo remitido a petición del cardenal y firmados por Y. Clavijo, en que
mandaron mucho del Gabinete de S.M. y ese Clavijo, catálogo lo de aquí
y dice: “cuadros que como los que hay en el Gabinete de S.M. muestran
la raza de españoles y sus filiales por cruce con indios y negros, hay dos
muy rotos”, pero no dice cuántos y por tanto si esos muy rotos están en
los enviados o desaparecieron. Esto es todo”20.
El 25 de abril de 1904, escribirá a Manuel Antón dándole noticias sobre
un cuadro de mestizaje que se encontraba en la Facultad de Medicina de París21,
para compararlo con el cuadro que ya tenían, ya que tenía “los mismos accidentes
del paisaje, paños, etc.”.
Los cuadros no habían estado nunca incluidos en los inventarios del Instituto, y la tramitación del intercambio tampoco se reflejó en las actas de claustro
o en ninguna otra correspondencia oficial del mismo. Por lo que podemos colegir
en la discreción mostrada por la dirección del centro y sus profesores un intento
de acallar posibles críticas a un trueque que era, a todas luces, arbitrario por el
valor y sustancia de las piezas, pero que interesaba a unos y a otros para así completar las respectivas dotaciones técnicas del Instituto y colecciones artísticas del
Museo. El resultado fue otra nueva pérdida del patrimonio artístico del Instituto
que ya había conocido tres años antes la salida del emblemático cuadro de “El San
Bernardino” de El Greco y que recuperamos hoy de entre la neblina que el tiempo
había tejido entorno a este triste episodio de la particular historia de nuestras
colecciones históricas.
20 Añade: “Le ruego no olvide lo de los microscopios y haga nos envíen cuanto antes las cosas
que ya están preparadas para lo cual pueden utilizar el Ferro-carril o el ordinario”.
21 Manejaba datos facilitados por el doctor Blanchard, de la Sociedad Zoológica de París, con
fotografía incluida.
48
De Español e Yndia, nace Mestiza.
C5226.
Español y Mestiza, producen
Castiza. C5227.
De Español y Castiza, torna á
Español. C5228.
De Español y Negra, sale Mulato. C5229.
De Español y Mulata, sale
Morisca. C5230.
De Morisco y Español, Albino.
C5231.
49
50
De Albino y Española, lo nace
Torná atrás. C5232.
Mulato ê Yndia, engendran
Capa-Mulato. C5233.
De CapaMulata ê Yndia, sale
Gívaro. C5234.
De Negro, ê Yndia, sale Lobo.
C5235.
De Lobo ê Yndia, sale Cambuja. C5236.
De Yndio y Cambuja, nace Sambahiga. C5237.
De Mulato y Mestiza, nace Cuarterón. C5238.
De Cuarterón y Mestiza, Coyote. C5239.
De Coyote, y Morisca, nace
Alvarazado. C5240.
De Alvarazado, y Salta atrás,
nace Tente en el aire. C5241.
(Agradecemos al Museo Nacional de Antropología el
habernos facilitado estas imágenes).
En cuanto a los cuadros, y siguiendo a Concepción García Sáiz, la autora de referencia para José Joaquín Magón22, la serie -dieciséis cuadros originariamente-, con una clasificación taxonómica explicada en una leyenda aclaratoria
enmarcada dentro de una cartela, se inscriben plenamente dentro de este género
barroco americano. Sabemos de la autoría por la firma que aparece en el número 3
22 García Sáiz, María Concepción. Las castas mexicanas. Un género pictórico americano. Olivetti, Milán, 1989. p. 91.
51
de la serie [de Español, y Castiza, torna á Español]: “Jph. Joachin Magon fac.”. El
pintor, natural de Puebla de los Ángeles y discípulo de Ignacio de Castro, centró
su producción en la segunda mitad del siglo XVIII, con una profusa obra dispersa
entre las localidades de Puebla y Tlaxcala.
Para M. Toussaint opina que su técnica pictórica y compositiva es monótona y fría, siendo tímido en la ejecución; en cambio Concepción García Sáiz
afirma que este artista ha sido el “creador de los conjuntos más entrañables de
todo este género” dedicado al mestizaje, a pesar de “algunos defectos compositivos, pequeños comparados con lo realizado por muchos otros pintores, Magón,
contradice la idea mostrándose variado, intimista y valiente, incluso audaz, en la
pintura de escenas difíciles de encontrar repetidas y que, es cierto, nada tienen que
ver con su obra religiosa”23.
La misma autora dice que “sus tipos físicos son fácilmente reconocibles y muchas veces las figuras se encuentran dentro de un canon irregular, pero,
a pesar de ello, no son muchas las obras de los restantes pintores que pueden
merecer un mejor juicio y, desde luego, ninguno puede comparársele en deseos
y logros de mostrar la vida cotidiana del virreinato con mayor naturalidad. En la
mayoría de sus lienzos, Magón ha captado un instante concreto de relación entre
personajes, y sus figuras no están en un constante exposición, como sucede en
otos casos. Es más, su obra deja incluso entrever una preocupación por la anatomía de los individuos que se llega a adivinar bajo la ropa, con una espontaneidad
nada común”.
Pero además de la innegable aportación iconográfica, que nos permite
acercarnos al conocimiento de la diversidad racial, de sus clasificaciones taxonómicas y del valor artístico que cada una de las obras alcance en sí misma, es
común a todas las series sobre mestizaje el indiscutible interés etnográfico que nos
puede ofrecer a través de la visión de la variada indumentaria del momento, de los
oficios desempeñados por sus protagonistas, del mobiliario y ajuar domésticos,
del utillaje utilizado para desarrollar ciertos trabajos y de algunos elementos de la
fauna o de la flora. Como señala Ilona Katzew, “sin embargo, hay que tener claro
que estas obras presentan una visión mediatizada de la realidad y que por tanto
no deben tomarse en sentido literal, sino ser analizadas en términos de cómo se
23 Nos permitimos transcribir el magnífico trabajo realizado en el Museo Nacional de Antropología
por los conservadores para esta serie.
52
forjó la identidad dentro de la contienda colonial. En definitiva, la ambientación
y la escenografía a la que cada autor ha recurrido para enmarcar a los personajes
no ha sido fruto de la casualidad sino de meditación previa con el fin de mostrar
parte del mundo que les rodea. Y en este sentido será José Joaquín Magón uno de
los pintores de las series de mestizaje que “logra interpretar con mayor plenitud el
sentido de estas pinturas”, como afirma Concepción García Sáiz.
En lo que se refiere a los varones, el repertorio de oficios que se muestran en esta serie es bastante limitado -tan sólo diez u once- y siempre acorde a
la posición social que se supone podrían ocupar mayoritariamente los miembros
de la casta a la que pertenece el representado. Vemos oficios tales como sastre,
cigarrero o torcedor, vendedor ambulante, aguador, hilador, zapatero, herrero o
calcetero; pero también algún tipo de actividad que bien pudiera estar relacionada
con las letras como escritor o pasante, y acaso otros sin ningún tipo de ocupación
concreta o acompañando a la mujer en la cocina mientras ésta realiza labores culinarias. Si prestamos la debida atención de forma paralela al oficio y a la casta que
se representa en cada uno de los lienzos, enseguida nos daremos cuenta que son
los españoles quienes se encuentran en los estratos más altos de la sociedad, y que
a medida que aumenta la mezcla racial disminuye la categoría de la ocupación del
personaje y con ello su lugar en la jerarquía social.
Tal y como señala Mario Hernández Sánchez-Barba, según fue creciendo la población blanca también creció “notablemente el número de blancos de
bajo rango social, obligados a vivir de un trabajo, bien fuese por cuenta propia o
ajena, en las más diversas actividades profesionales y de ocupación: empleados
en la administración local, ocupaban plazas de soldados y suboficiales, comerciantes al por menor, tenderos, tratantes, empleados y jornaleros asalariados y,
sobre todo, artesanos”. Entre éstos últimos trabajadores destacaron por su poder
e influencia a lo largo de toda la época colonial los plateros, coheteros, sederos,
sastres y pintores, siendo considerados oficios de inferior categoría los curtidores,
pulperos, toneleros, etc. Las ocupaciones se alternan con algunas actitudes ociosas llevadas a cabo en el seno de una sencilla y relajada vida doméstica como son
la simple conversación entre los miembros de la familia, la atención a los hijos o
el entretenimiento mediante el juego de naipes con una baraja española. No falta
la escena que refleja también un hecho que desgraciadamente hoy escuchamos
con frecuencia: la violencia de género. Al respecto Ilona Katzew nos informa
de que en otras series sucede algo semejante, llegando a representarse en una
53
de ellas el momento en que un hombre chamizo apuñala a una mujer india: “El
mensaje es claro: ciertas mezclas -en especial aquellas de españoles o indios con
negros- únicamente podían conducir a la aparición de sentimientos viles, proclividades inmorales, y una extrema inclinación a un estado de incivilidad”, tal y como
observamos en la riña que el albarazado mantiene con la salta atrás frente a su
progenie, tente en el aire, que asiste angustiado a la escena.
El papel de la mujer es bien distinto. Su labor se desarrolla dentro del
ámbito familiar, supeditada al varón. La podemos encontrar realizando el aseo
de su retoño o amamantándole, tal vez dedicada a la costura, quizá preparando
algún guiso en la cocina o simplemente acompañando al varón y a su hijo en lo
que se podría calificar como una entrañable escena de la intimidad familiar. Pero
a medida que la mezcla de sangre es mayor, y en consecuencia descendemos en la
escala social, la mujer se ve avocada a colaborar con el varón ayudando a éste en
el desempeño de su oficio como vendedor ambulante, hilador o aguador, o bien se
limita a acompañarle en el taller situado en lo que parece ser una dependencia de
la misma casa donde viven. La mujer de raza blanca aparece sólo ocasionalmente,
debido, entre otras cosas, a su escasa participación en el proceso de mestizaje, y
siempre con ropas a la usanza europea. La mujer india -o las de otras castas distintas a la blanca- puede compaginar la indumentaria de corte europeo con algunos
elementos de tradición indígena, como son el huipil o el rebozo. Por otra parte,
la riqueza de las joyas que lucen también parece corresponder al estatus social
que ocupa su marido. Eso sí, un buen número de ellas, e independientemente
de su posición social, se adornan con el llamado chiqueador, un círculo de color
negro que adorna la sien a modo de lunar, que fue tan popular primero en Europa
y después en el continente americano. Y por la misma razón de sometimiento al
varón, la mujer de otra raza distinta a la blanca podía situarse en los escalafones
más bajos de la jerarquía social -es entonces cuando aparece vestida de modo
menos ostentoso, al igual que el marido-, o bien se le representa formando parte
de un estatus más elevado quedando claro que su incorporación a dicho nivel
ha sido mediante el matrimonio. Como resume Ilona Katzew “la importancia de
mantener claros límites sociales se manifiesta, pues, en estos cuadros mediante la
cuidadosa diferenciación con la que se plasman los trajes”.
Otro aspecto importante a destacar en esta serie de mestizaje, como en
otras producidas a partir de 1750, son los variados objetos que, como alimentos,
flores o fauna, aparecen en los cuadros en un intento de dar a conocer la riqueza y
54
variedad de los productos del continente para proporcionar una imagen de abundancia y diversidad. De modo casi unánime se representan flores, muchas desconocidas en Europa, que se sitúan sobre una mesa, en las manos de las mujeres o
de los niños; e incluso se aprovechan para ornamentar las cartelas que incluyen
la clasificación taxonómica dentro del grupo. Otros productos son de carácter alimenticio, unos ya elaborados como lo que parecen ser tamales y tortillas, y otros
crudos como los aguacates, jitomates, granadas, chirimoyas, variedades de ají,
plátanos, mazorcas de maíz o centli, verduras, etc., que tanta variedad aportaron a
las cocinas europeas. Unas veces aparecen enteros y otras partidos para darnos a
conocer el interior del producto. Tampoco olvidó el artista plasmar en sus lienzos
una mínima parte de la fauna doméstica del virreinato, al menos la que más llamó
la atención en el Viejo Continente, inmortalizando diversas especies de ánades,
aves de pequeño tamaño y algunos papagayos.
Para finalizar, nos dicen los conservadores del Museo Nacional de Antropología, no podemos dejar de mencionar, aunque sea brevemente, el mobiliario
y el utillaje. El primero será siempre escaso: sillas, mesas, perchas, baúles, sencillas palmatorias, taburetes, cubiertos, cestos o tinteros de plata son los elementos
que componen el reducido moblaje de la casa. En cuanto al utillaje haremos una
doble distinción: el que podríamos llamar profesional, utilizado por los personajes que desarrollan algún oficio, y el doméstico. En los materiales utilizados
para el trabajo destacan los delantales de cuero, carros para el transporte, bateas,
tijeras, el torno para hilar, cesta para contener alimentos, agujas, leznas, etc.; en el
segundo son protagonistas las ollas de barro, vasos de plata, platos de cerámica,
etc., que componen lo que debió de ser el limitado ajuar doméstico.
55
LA “CENTRAL” DE CALLAO:
Espacios Encadenados.
Alicia Galán Álvarez http://intensalevedad.blogspot.com.es/
Paseando por el centro de Madrid, tal día como hoy, se me ocurre
pensar que es difícil encontrar la identidad de esta ciudad ensanchada, redecorada, pavimentada mil veces, sitiada por andamios. Solo si uno se fija bien, se
da cuenta de que la única constante es el esquema de huecos en la calle. Hay
un ritmo de ventanas, balcones y puertas, que hace las calles ágiles de caminar y que engaña nuestra percepción de las cuestas. Gran parte de toda esta
morfología urbana es heredera de los estilos del S.XIX y principios del S.XX.
Molduras, rejas, ornamentos, portones... la vivienda, en mayor o menor medida, se convierte en un espacio de representación del estatus social.
El edificio ocupado por la nueva librería La Central en Callao es uno
de estos palacios decimonónicos de la burguesía denostada y tradicional de Madrid, más preocupada por sus títulos nobiliarios que por aprovechar el tirón de la
revolución industrial. Con tres plantas y un sótano, podría constituir el arquetip
o doméstico de la época. Su fachada de molduras y barandillas de hierro, repite
discretamente el ejemplo de otros edificios en Madrid de características similares. A pesar de su antigüedad, hoy podría pasar desapercibido de no ser por
la intervención arquitectónica que en él se ha llevado a cabo para la apertura de
la librería.
56
Cualquier proyecto de restauración es una declaración de intenciones. En
este caso, el arquitecto Ricardo Marco y el equipo
Miguel Sal (especialistas
en diseño interior de librerías) han proyectado un
recorrido, rompiendo el
esquema estático de plantas en que esta vivienda se
basaba. Desde que uno entra por la puerta principal, hasta llegar al último piso, se extiende un laberinto vertical y horizontal de escalera y pasillos. Todas las antiguas puertas
con vidrieras y las ventanas de madera se han retirado, generando un espacio
continuo. Esto permite asomarse, curiosear y percibir varias salas casi sin
moverse del sitio, animando a los visitantes a ir de acá para allá.
La planta inferior es, sin duda, la más
singular. Algunas de las molduras del hall de
entrada se mezclan con las instalaciones vistas y los muros en bruto del bistró, de los que
cuelgan las viejas puertas, componiendo un
cuadro en relieve adornado con lucecillas.
Este mismo motivo de composición viste la
carta de delicatessen de las que se puede disfrutar en La Central, llevando así el proyecto
de arquitectura hasta los más pequeños detalles. Pero las puertas no son un asunto baladí, sino una suerte de homenaje estético e
histórico a ese antiguo postigo de San Martín,
que da nombre a la calle, cuando en ésta estaba el acceso al Madrid de Felipe II.
Librería La Central.
Calle Postigo de San Martín, 8.
28013 Madrid
57
Volviendo al bar y
al café, justo antes
de alcanzar la barra,
está el espectacular
patio-sopa de letras,
corazón
indiscutible de la librería. Es
un lugar inundado
de luz, blanco, en el
que entretenerse a
buscar hasta cientos
de nombres de escritores -por el momento, hay un premio en
juego para el que lo consiga-. Desde la parte inferior, se puede atisbar a través
de las ventanas lo que prometen las plantas siguientes. La continuidad visual
es total. Un enorme ciprés, símbolo mediterráneo de hospitalidad, crece en
el centro del patio interior. Y la sombra del ciprés no es alargada, sino que lo
es su talla, que, apuntando a lo alto, lleva nuestra vista hacia el cielo. Árbol,
letras y luz, sumen a cualquier visitante en un estado anímico de algo así como
embriaguez cultural.
Otro espacio muy importante es
la escalera. Conservada con su
barandilla y pavimento original,
los libreros la han convertido en
su particular sala de exposiciones,
recomendando libros y temas al
público. Se trata de un tipo de interacción muy particular que, personalmente, considero un auténtico
logro arquitectónico y social a la
vez. Subiendo, vamos recorriendo la diferenciada sucesión de espacios repletos
de volúmenes. Cada techo es diferente. Hay artesonados y cerámicas, maderas
oscuras que contrastan con el colorido de los libros. Las salas están inundadas de
luz que llega a través de los balcones, produciendo un ambiente agradable en este
paseo entre estanterías. Las sorpresas son continuas, especialmente al llegar a la
pequeña capilla con pinturas al fresco situada en mitad de la zona de lectura infan-
58
til. Esta esquina resulta desconcertante, su morfología clásica parece incrustada
en la sección del edificio, al más puro estilo de la vivienda-museo de John Soane
en Londres. En la última planta, semioculta entre libros, asoma la linterna de la
capilla por las ventanas.
Hay algo en la intervención arquitectónica de
La Central que hace que
desees quedarte un rato
más. No sólo los libros
son la excusa. El proyecto
de restauración ha conseguido quedarse con esa
parte más doméstica del
palacio, en cuanto a escala y carácter de los espacios: balcones abiertos,
rincones de lectura, lámparas bajas. Hay una zona apartada con una vieja mesa de despacho, tan
repleta de volúmenes, como si realmente hubiera sido utilizada por un estudioso justo un momento antes. En esta sala -que más que sala, podríamos
llamar habitación- el tiempo se detiene: ya no hay prisa, solo queda el lector
y su libro. No es un experimento nuevo en una librería, pero la originalidad
radica en que el ambiente del espacio es muy hogareño. Y, para colmo de lo
doméstico, hay un futbolín escondido en la planta baja, añadiendo un punto
más de desconcierto a la secuencia de espacios por los que perderse.
Junto al acceso de este secreto rincón lúdico, unas luces de neón
atraen la mirada irremediablemente. Es la entrada del denominado “garito”,
bar de copas y coctelería, complemento necesario de oscuridad. Las paredes
ya no son blancas, sino que lucen ladrillo en bruto de pasadizo. Sobre el
techo abovedado, una tira quebrada de luz amarilla, marca el camino hacia
lo desconocido: la habitación de los espectáculos, las reuniones y la vida
nocturna. El laberinto acaba o empieza en la noche, sube a la luz, atraviesa
las letras. Es una decisión de cada lector.
59
LA EDUCACIÓN ES “ESPECIAL”
¿Qué es la Educación Especial?
Pilar Ruíz García (Psicóloga)
Para poder responder a esta pregunta podría bastarnos con hacer un
breve recorrido por entre las diferentes leyes orgánicas que han regulado la Educación en España. Si nos atenemos a las leyes, hemos pasado de ver la “educación
de personas minusválidas” como algo apartado del Sistema Educativo Ordinario
(Ley General de Educación, LGE de 1970), a la inclusión de dichas personas
en el mismo en no más de 30 años (Ley Orgánica de Educación, LOE de 2006).
Parece un gran cambio.
Pero, después de todas las leyes nos podemos preguntar si, el cambio,
¿ha sido muy rápido?, o mejor aún, ¿ha sido un cambio real? Esta última parece
ser la pregunta correcta. No pretendo quitarle mérito a aquellas voces que defienden que ha sido un cambio importante, necesario y para mejor. Pero me pregunto, ¿la educación debe ser especial?
Hagamos un poco de historia. Es cierto que en la antigua Grecia a las
personas con algún tipo de deficiencia física o psíquica, considerados inferiores, se les exterminaba. No se empezó a plantear la educabilidad de estas personas hasta el siglo XVIII, aunque antes también eran atendidas, solo que de
manera meramente asistencial. En el S. XIX empezó a desarrollarse en Europa
la Educación Especial, especialmente centrada en aquellas personas que tenían
alguna discapacidad sensorial. En España, en esos años, también se desarrollan escuelas para ciegos y sordos. Pero no será hasta 1970 cuando se empiece
61
a utilizar el término Educación Especial. Aparecerá por primera vez en la Ley
General de Educación de ese mismo año. En esta ley, la Educación Especial es
entendida como una modalidad específica, es decir, como un sistema educativo
paralelo al de la educación ordinaria, regido por sus propias normas y por un
currículo específico distinto al general. En la práctica sólo tenían acceso a este
sistema aquellas personas, menos afectadas, que no podían seguir el ritmo de la
educación ordinaria, puesto que la escolarización no era obligatoria. Aún así es
un gran avance. Otro referente legislativo para entender la Educación Especial es
la Ley Social del Minusválido de 1982, en la que se establecen unos principios
básicos de atención a personas con minusvalía (principios de normalización, integración y sectorización).
El Real Decreto 334/1985, de Ordenación de la Educación Especial,
marca otro hito al establecer que el currículum de Educación Especial ha de basarse, en todo caso, en el ordinario, si bien teniendo en cuenta las diferencias
individuales. Este decreto marcará el comienzo experimental del programa de
integración en España. Recuerdo que nos preguntábamos de niños, ¿tu cole es de
integración? Y respondíamos que sí, que íbamos a un cole de integración, aunque
no supiéramos lo que eso significaba realmente.
Habrían de pasar 8 años hasta la aprobación de una nueva ley de Educación, la LOGSE (Ley General de Ordenación del Sistema Educativo). Con ella
y, especialmente, con el Real Decreto 696/1995, se propondrá la escolarización en
los Centros de Educación Especial a los alumnos y alumnas con necesidades educativas especiales asociadas a discapacidad psíquica, sensorial o motora; graves
trastornos del desarrollo o múltiples deficiencias, que requieran, a lo largo de
su escolarización, unas adaptaciones curriculares significativas en prácticamente
todas las áreas del currículo; o también la provisión de medios personales y materiales poco comunes en los centros ordinarios. Treinta años para la integración en
centros ordinarios y a la vez “disgregación” en centros específicos de Educación
Especial. Así estamos en España. Cambiamos rápido, a un ritmo acelerado, sin
reflexión, sin partir de ninguna base sólida, ¿qué necesitan las personas con discapacidad?, ¿necesitan una educación especial? Está claro que las personas discapacitadas tienen unas necesidades educativas diferentes, ¿pero acaso todos los
demás tienen las mismas necesidades?
Cada persona es diferente, tiene diferentes capacidades y la escolarización tiene que dar respuesta a cada una de estas. La igualdad de oportunidades
(uno de los derechos constitucionales) está presente en el Sistema Educativo pero,
en mi humilde opinión, aunque lo esté se ha malinterpretado. No hay que ofrecer
62
a todos los niños lo mismo para que sean iguales sino ofertar a cada persona lo
que realmente necesita para su aprendizaje. En ese camino estamos y deberíamos estar para llegar realmente a la inclusión en el sistema educativo de todas
las personas, respetando sus individualidades pero integrándolas en el conjunto
de la sociedad. En este caso, la sociedad educativa. Si bien la falta de recursos
es patente aún hoy en el S.XXI, falta de recursos tanto personales como materiales; con lo que tenemos, con estos recursos limitados, sumados a una actitud
responsable podemos conseguir mucho. Necesitamos que las políticas educativas
vayan encaminadas realmente hacia la inclusión de personas con discapacidad
en el Sistema Educativo y, más que eso, necesitamos que los profesionales de la
Educación sean responsables de esta inclusión. Como he señalado anteriormente
lo importante es la ACTITUD.
La actitud de los maestros/as y profesores/as hacia los niños y niñas con
diferentes capacidades; la actitud hacia el resto de los niños y niñas, compañeros
y compañeras, amigos y amigas. Normalizar, integrar, incluir a todos y todas en el
grupo de aula. Enseñar a cada persona en función de sus capacidades e intereses
a través de los recursos necesarios. Ellos y ellas forman un todo que siempre es
mayor que la suma de las partes. Resumiendo, ¿necesitan los niños y las niñas con
diferentes capacidades una educación especial? Creo que no. Lo que simplemente
necesitan es EDUCACIÓN.
63
EL CALIFATO DE CÓRDOBA
Una experiencia didáctica en bachillerato
Alejandro Ballesteros Bienzobas
Vivimos en una época de cambios, cambios que están conformando
nuestro mundo. El desplazamiento de la enemistad desde el enemigo comunista
del Este de Europa (Guerra Fría) hasta el enemigo fanático-religioso del pueblo
Árabe-musulmán. Gracias al terrorismo y a las creencias populares acerca de las
costumbres musulmanas (menosprecio a la mujer, abuso derechos humanos, gobiernos pseudo-religiosos…). Hay un rechazo a lo musulmán, rechazo que se ha
visto agravado por acontecimientos exteriores (Guerra de Iraq, Irán o Palestina,
Al-Quaeda, la Inmigración…). Se está gestando un clima de opinión negativa
hacia lo árabe por la difícil adaptación de las oleadas de inmigrantes del Magreb
en Europa. Personas que, viniendo de núcleos rurales empobrecidos, altas tasas
de analfabetismo, costumbres medievales, escasamente cualificados (campesinos
que emigran a países en los que la mano de obra es invariablemente industrial), se
ven obligados a adaptarse a marchas forzadas, sin apenas programas institucionales que les permitan introducirse en el entramado social de los países de acogida,
casi siempre caídos en la marginalidad. Personas que generan numerosos problemas de adaptación y a los que siempre se les ofrece la misma respuesta: el rechazo
social. La culpabilización de unos sujetos que no han elegido su propia condición.
65
Cómo superar esto. Todas las medidas hacen hincapié en un aspecto fundamental de la cuestión: el rechazo a lo árabe, a lo musulmán, es una cuestión de
actitud. Cada actitud, en Psicología, tiene tres componentes: uno cognoscitivo “el
conocimiento que tiene una persona acerca de lo que es verdadero o falso, bueno
o malo, deseable o indeseable”; uno Afectivo “positivo o negativo, de intensidad
variable y centrado en el objeto de la creencia”; y uno Conductual, “una determinada acción instigada por la combinación de la cognición y el afecto”.1 Un
ejemplo: En Diciembre de 2006 el periódico EL MUNDO reflejaba la siguiente
noticia: “Un grupo de mujeres arremete físicamente a una mujer canaria por
llevar el “Hiyab” (pañuelo) y ser musulmana”. El componente cognitivo viene
dado por las creencias que el grupo de agresoras tiene acerca de los musulmanes
(“fanáticos, terroristas, etc.). El componente afectivo se centra en el odio hacia
todo objeto o persona que represente lo musulmán, en este caso una mujer con
pañuelo. El componente Conductual, la paliza, proviene directamente de la combinación explosiva de los dos componentes anteriores. ¿Cómo evitarlo? Cambiar
el componente conductual o el afectivo es difícil si antes no cambia lo cognitivo.
¿Qué tiene esto que ver con la escuela? Mucho, casi todo. En el ámbito
escolar se adquieren la mayor parte de cogniciones acerca del mundo que después
guiarán nuestras conductas. En muchas ocasiones la única aproximación real y
sistemática a conocimientos de índole global, o globalizadores, integrados, se
produce en las etapas de escolarización, comunes a todos los ciudadanos por
igual. Nos planteamos la necesidad de poner en marcha medidas que cambien
los componentes cognitivos de algunas actitudes negativas, pensando que así
lograremos mitigar sus efectos adversos (conductas disruptivas, violentas,
incluso, hacia los objetos de la actitud negativa, en este caso los musulmanes).
Mi actividad se dirige al alumnado de 2º de Bachillerato, entre 17 y 18
años, receptores idóneos para estas actividades destinadas a cambiar la percepción del Mundo Musulmán. A los 17 años se producen cambios: pensamiento
abstracto para la solución de problemas; formulan hipótesis y elaboran posibi1 “La Actitud en la práctica deportiva”. Hernández Mendo, Morales Sánchez. Deptmt. Psicología
Social y de la Personalidad. Univ. Málaga. Estas teorías, conocidas como Multifactoriales, defienden
que las actitudes están constituidas por tres componentes: lo afectivo (sentimientos evaluativos de
agrado o desagrado), lo cognoscitivo (opiniones e ideas acerca del objeto) y lo conductual (tendencias de acción). Morales, Francisco (coord.) Psicología social Madrid McGraw Hill 2002; Caballo,
Vicente Manual de técnicas de terapia y modificación de conducta España Siglo XXI 1991.
lidades de solución; se plantean todas las situaciones y relaciones causales entre
sus elementos. Son capaces de Integrar y aceptar conocimientos diversos, y de
entender las interrelaciones entre esos conocimientos adquiridos y las situaciones
sociales en las que viven.
El planteamiento de la asignatura de Filosofía II responde a la necesidad de que los alumnos y alumnas entiendan que el pensamiento actual procede
históricamente de las diversas manifestaciones filosóficas en las diferentes épocas
históricas. Los intereses de la Filosofía se han ido desviando desde posturas centradas en lo político, pasando por posturas más religiosas, más científicas hasta
llegar a la actualidad en la que la Filosofía plantea formulaciones éticas para un
mundo en permanente cambio. Característica de la Historia de la Filosofía (permanente cambio) que puede ser entendida por los alumnos/as de bachillerato y
junto a las modernas técnicas del role-playing (poner en situación, los juegos de
roles, la participación activa del alumnado en situaciones de juego que reproduzcan conflictos reales) pueden ser una potente arma de cambio actitudinal.
Los musulmanes no siempre han sido fanáticos religiosos, no siempre
han defendido posturas cercanas al fascismo o manteniendo costumbres anticuadas y escasamente operativas a la vez que bastante negativas socialmente (el
tratamiento a la mujer en el Islam). Hace 1300 años una parte de ese mundo
musulmán invadió pacíficamente la península ibérica instaurando diferentes reinos en nuestro territorio. Así en el siglo XIII en Córdoba, el califato, se vive el
Islam. Pero un Islam diferente. Los siglos XIII y XIV, en lo filosófico, son siglos
dominados por lo árabe. Figuras de tanta importancia como Averroes (que nos
mostró los escritos casi perdidos de Aristóteles), Avicena, Avenpace, Abentofail.
Grandes filósofos, médicos, científicos que contribuyeron al renacimiento de la
Ciencia un par de siglos después y a hacer más amplio el horizonte de búsqueda
de la Filosofía medieval. En Córdoba se respira cultura, poesía, literatura, música,
caligrafía que es representación artística, la mezquita, etc. Un enorme legado cultural que apenas si apreciamos, que apenas si conocemos. Quizá entendiendo ese
momento histórico, quizá viviéndolo, nuestros alumnos y alumnas comprendan
mejor la evolución histórico-filosófica que ha llevado a los árabes musulmanes a
anclarse “simbólicamente” en un mundo antiguo, medieval y poco reconciliable
con la modernidad occidental.
67
PROPUESTA DIDÁCTICA:
El Califato de Córdoba. El Islám medieval del siglo
XII
DESCRIPCIÓN: Trabajo por Talleres (Escritura, Poesía, Música,
Filosofía, Cuentos, Científicos, Islám). En grupos de tres, pasan
sucesivamente por talleres y realizan actividades propuestas, rellenan ficha (evaluación como debate final).
OBJETIVOS: El cambio de actitud hacía el mundo árabe y el Islám: Identificar características culturales del mundo islámico-musulmán del S.XII; Averroes y su pensamiento; Comprender que las
actitudes son el resultado de una evolución histórica; Entender que
las actitudes de rechazo actuales hacia lo musulmán son excesivamente simplistas y desconocedoras del legado islámico al mundo
de la cultura y el pensamiento europeos.
ASIGNATURA y CURSO: Filosofía II de 2º de Bachiller (17/18
años).
DURACIÓN: 4 sesiones.
ESPACIOS y MATERIALES: Aula de clase, biblioteca, medios
audiovisuales e informáticos. Dossier sobre los talleres, bibliografía ...
METODOLOGÍA: Variedad, Metodologías de Role-playing (o
juego de roles, debates, talleres culturales sobre el mundo musulmán del siglo XIII.
EVALUACIÓN: Evaluación inicial en base a preguntas abiertas,
evaluación final con resultados de las fichas y reflexiones sobre el
sentido de la actividad.
68
FASES. La vida en el Califato de Córdoba
1ª Fase INICIAL: Evaluación Inicial con preguntas abiertas.
2ª Fase. Talleres: Formación grupos y Entrega de
Fichas.
Poesía: Dossier sobre poesía del Islám (S. XIII) (Tema y
escribir los cuatro versos finales).
Música: Dossier sobre Música en el Islám (S XIII).
Cuentos: Lectura de las Mil y una noches (Explicar la
moraleja del cuento).
Escritura Mágica: Dossier sobre Caligrafía Árabe (Escribir en Árabe clásico).
Islám: Alá es grande: Dossier religión islámica y lectura
del Corán (Significado de las azoras).
Filosofía Árabe: Dossier Averroes y filosofía árabe del
S. XIII (explicación del pensamiento de Averroes).
3º Fase: Final: Té filosófico: Preparación del té
(Tuareg) y Evaluación (participación, interés, resultados…).
69
Desarrollo: “Vamos a palacio”.
1.- EXPLICACIONES PREVIAS.
En esta primera sesión se explica el desarrollo de la actividad. Se da una
breve explicación sobre la riqueza cultural de la vida en el Al-Andalus del Siglo
XIII, especialmente en el Califato de Córdoba. Presencia de lo musulmán en la
península ibérica desde el siglo VIII (los árabes atraviesan el estrecho de Gibraltar
y se extienden por la Península: El Emirato independiente de Al-Andalus y más
tarde el Califato de Córdoba [apogeo de los Omeyas y de la cultura árabe]. Córdoba como crisol de las diferentes culturas y religiones: Comercio, ciencia, artesanía y arte. Siglo XI y división en pequeños reinos. Almorávides y Almohades
(beréberes) controlan Al-Andalus (S.XIII). En 1236 Córdoba es Reconquistada
por los cristianos. Desaparición del esplendor de la cultura árabe-musulmana).
Filosofía (Averroes, comentador de Aristóteles). La filosofía musulmana está impregnada de los mismos ideales de comunión entre fe y filosofía que ya sufría la
filosofía cristiana de la época. Las explicaciones se acompañan con esquemas
explicativos de la influencia musulmana en el pensamiento europeo de la época.
Se abre un turno de
palabra en el que se plantea la
dicotomía existente entre el florecimiento y pujanza culturales de
la España musulmana del S.XIII
y el rechazo actual hacia lo musulmán. Pregunta: ¿Es la misma
cultura esa que en el siglo XIII innovaba en filosofía y ciencia que
esta otra que en 2001 provoco el
mayor atentado terrorista sobre territorio occidental de los tiempos modernos,
está cultura musulmana actual que en muchos países árabes niega la posesión
de mínimos derechos fundamentales a las mujeres?. Las respuestas no se hacen
esperar: como conclusión pensamos que, por un lado el empobrecimiento de los
países árabes en los últimos 100 años, unido al renacimiento del fanatismo religioso en esos países había provocado que el pueblo musulmán buscará en la
interpretación más literal de sus símbolos más antiguos (el Corán) las respuestas
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espirituales que la realidad diaria no podía concederles (empobrecimiento de Palestina en continuas guerras, auge del fanatismo talibán en el Afganistán empobrecido después de la invasión rusa, la victoria social de los ayatolás en Irán,
etc.). En la modernidad y merced a la globalización del empleo que ha traído
consigo que numerosos habitantes de países desfavorecidos se dirijan a occidente
en busca de oportunidades de empleo, ha puesto frente a frente dos culturas, dos
tradiciones, dos estilos de vida y costumbres religiosas completamente diferentes
y a todas luces diametralmente opuestas que han hecho que el “fantasma” del
anti-judaísmo nazi se reproduzca, esta vez padecido por el mundo musulmán.
2.- LOS TALLERES.
Durante dos sesiones, por grupos, fueron pasando por los talleres que
había dispuestos por la clase. Se encontraban con dossiers informativos y actividades que después reflejarían en unas fichas. La idea de los talleres surgió
hace no demasiado tiempo en la Educación Infantil. La concepción educativa que
consideraba que la mejor forma de adquirir un aprendizaje básico en los primeros
años de la vida era a través de actividades de juego, se consolido hace unos años.
Los niños, organizados o no, van a lo largo de su jornada escolar realizando tareas en talleres (llamados rincones) en los que la metodología de aprendizaje es
invariablemente el juego. Trasladar esta forma de trabajo a los niveles más altos
de la educación secundaria no es sencilla, debemos enfrentarnos al hecho de la
dificultad que tiene el alumnado para trabajar en grupos pequeños, acostumbrados
como están al aprendizaje autónomo.
2.1.- POESÍA. Al comenzar el taller se encuentran con un dossier en el que
se explica la importancia de la literatura en el mundo islámico-musulmán de
la Córdoba del siglo XIII. Las jarchas (poemas árabes castellanizados, una de
las primeras manifestaciones escritas de nuestra lengua castellana). La lectura
de tales dossieres nunca es obligatoria y son los propios alumnos/as los que
deciden como trabajar esos contenidos. También disponen de unas tareas que
deben reflejar en sus fichas de trabajo. En el taller de Poesía debían elegir
alguno de los poemas propuestos (todos escritos en el Siglo XIII), señalar la
temática del mismo y añadirle algunos versos.
POEMA. Cadena mía, ¿no sabes que me he entregado a ti?
Mi sangre fue tu bebida y ya te comiste mi carne.
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No aprietes los huesos.
Ten piedad de mis hijitas, a las que has hecho tragar veneno.
Hay entre ellas algunas que ya se dan cuenta
Pero las demás aún no comprenden nada
y no abren la boca sino para mamar.
2.2.- MÚSICA. Con unos CDS de música árabe-española del siglo XIII 2 se
ameniza la clase. Debían seleccionar una canción y expresar los sentimientos
que les provocaba. Respuestas: Un grupo eligió la canción “La mezquita de
Córdoba” y escribieron que “cuando uno escucha esta canción siente que
está dentro de la gran Mezquita, puede escuchar el viento entre las columnas,
puede sentir la religiosidad de los rezos que allí se rezan”.
2.3.- 1001 CUENTOS ISLÁMICOS. Una edición del libro de
cuentos “Las mil y una noches”3.
Por la dificultad de trabajar en
la lectura de cuentos que aparecen cortados a lo largo de varias
noches se les facilitan dos cuentos
impresos: El Ángel de la Muerte y
el Rey de Israel y La Historia de Abdulá, el mendigo ciego. Además de un
pequeño dossier en el que se explica la historia de las 1001 noches (Alf leyla
wa-leyla, en árabe, compilación de cuentos árabes medievales, siglos IX y X
[la historia de Sheherezada se agregó en el siglo XIV]. Cuentos que surgen
unos dentro de otros, como cajas encerradas en otras cajas…). Una vez leído
indican la moraleja, la enseñanza ética que desprende. Moraleja del CUENTO DE ALADINO. Más vale tener lo que tienes, conformarse consigo mismo,
antes que querer otras cosas que no puedes tener o que no son propias de ti.
2 Eduardo Paniagua. La llamada de Al-Andalus. Pneuma, Madrid, 2000. Eduardo Paniagua.
Ibn Arabi: El interprete de los Deseos. Pneuma, Madrid, 1997. Eduardo Paniagua. Puentes sobre
el mediterráneo. Pneuma, Madrid, 2005. Eduardo Paniagua. Tres Culturas. Pneuma, Madrid, 1998.
3 “Las mil y una noches”. Ed. Arco de Eros. EDAF, Madrid, 1964. Esta cuidada edición tiene
ilustraciones entre los cuentos y está dividida en noches.
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2.4.- ISLÁM: ALÁ ES
GRANDE. Materiales: El
Corán, un dossier sobre el
Islam (rituales, filosofía, preceptos [la oración (Salat)4; el
ayuno (Sawm)5; La limosna
(Zakah) 6; la Peregrinación
a la Meca 7; la Guerra Santa
(Jihad) 8 y, finalmente, la Ley
Islámica). A través de la lectura del Corán, de la elección de una Azora, de
su lectura y explicación, posiblemente los alumnos/as entiendan cómo el
Corán ha sido utilizado como “Ley” por el mundo musulmán hasta hace
muy poco tiempo ya que lo regula casi todo (actualmente se interpreta
como código civil y penal en numerosos países musulmanes) y, como eso,
provoca malentendidos con respecto a las costumbres islámicas [todo musulmán se ve obligado: rezo diario, abluciones, circuncisión, velo para las
mujeres, etc.]. No hace demasiado tiempo también otra religión, la católica,
guiaba y dirigía el código civil y penal en nuestro país. “Azora XCVII. La
Noche del destino. Se refiere a los elegidos por Alá. En esa noche tienes
permiso de tu señor para haces todo lo que no haces durante el año”.
2.5.- AVERROES FILÓSOFO. Este taller es el que guarda relación con los
contenidos y objetivos de nuestra asignatura. Cuentan con un dossier con las
biografías de Averroes (1126 -1198), Avicena (980-1037) y el Judío Maimó-
4 “Elevad plegarias, haced limosnas, inclinaos sumisos…” (Corán, 2, 40); “Cumplid con todas
las oraciones, pues la oración prescrita a los creyentes tiene fijadas diferentes horas” (Corán, 4, 102).
5 “Oh, creyentes, está escrito que seréis sometidos al ayuno como lo fueron vuestros padres, a fin
de que temáis al señor. Los días de ayuno son contados, y el que estuviera enfermo o en viaje, ayunará
después en número de días igual” (Corán, 2, 179 y 180).
6 “…Dad limosna; el bien que hagáis lo hallareis cerca de Dios, que ve vuestras acciones”
(Corán, 2, 104).
7 “Cumplid la peregrinación a la Meca por lo menos una vez en la vida…” (Corán, 2, 192).
8 “Combatid por la defensa de la fe” (Corán, 2, 245).
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nides 9(1135-1204). Se ofrecían las líneas básicas de su pensamiento y sus
aportaciones a la historiografía aristotélica con sus comentarios (Kitab fasl
al-maqal (Sobre la armonía entre Religión y Filosofía); Comentarios «Corpus
aristotelicum»: Exposición de la República de Platón; Comentarios a Ptolomeo). Los alumnos/as debían leer las biografías. Se evaluaría con preguntas
cortas del tipo (¿Quién escribió la Guía de Perplejos? Maimónides; ¿Quién
utiliza la metáfora del Hombre Volante? Avicena). Además debían profundizar
en la obra de Averroes, seleccionando una frase de sus tratados y comentándola.
Pensamiento: “En la Naturaleza nada hay superfluo”
Comentario: Todo es importante en la Naturaleza (Aristóteles).
Pensamiento: “La mujer no es más que un hombre imperfecto”.
Comentario: Es un pensamiento de su época (Aristóteles defendía que la
mujer era como el esclavo, un ser inferior al hombre).
2.6.- MÉDICOS y CIENTÍFICOS. Este taller trataba de que los alumnos/
as aprendiesen a buscar información en Internet (Google, Wikipedia). Junto
a un dossier sobre científicos árabes de la Edad Media, había unas preguntas
(nombre de un científico árabe; aportaciones o descubrimientos árabes que
aún hoy se conservan o han sido claves históricamente). Se encontró a AlZahrawi (medico del siglo X), Ibn Bassal (Científico agrícola) y hablar de
las aportaciones agrícolas de los árabes (Azafrán, arroz, berenjena, espinacas,
chufa, regaliz, moreras, limoneros, sandías, alcachofas, zanahorias, comino,
sésamo, albahaca, membrillos…).
2.7.- ESCRITURAS MÁGICAS. Este
taller resultó ser el más entretenido y
valorado. Un pequeño dossier en el que
además del alfabeto árabe, había una
pequeña guía de conversación árabe-español y unas palabras árabes. Los alum9 La interrelación entre el pensamiento musulmán y judío era grande ya que compartían el mismo
espacio vital y las mismas preocupaciones acerca de la relación de Dios con los hombres.
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nos/as seleccionaban (cada uno) una palabra y la escribía; o deletreaba su
nombre y lo escribía en árabe. Resultó la actividad más motivadora. Muchos
alumnos/as transcribieron su nombre usando el alfabeto.
“ANA” signfica “YO”:
‫انأ‬
“IMAN” significa “FE”:
‫اميإ‬
“MAR-AA” significa “MUJER”:
3.- LA EVALUACIÓN.
Evidentemente evaluar esta propuesta educativa es bastante difícil. Y
ello por dos motivos: en primer lugar, al ser una actividad eminentemente lúdica
cualquier evaluación usual (objetiva) sería un fracaso. El hecho de ser una aproximación a contenidos con los cuales los alumnos/as no están familiarizados y en
los que tampoco van a profundizar demasiado lo hace difícil.
3.1.- EVALUACIÓN DE LA PARTICIPACIÓN. El entusiasmo de los
alumnos/as fue muy grande. Cada uno
de ellos trajo alguna cosa que recordará el Mundo Árabe e hicimos una exposición. Así algunos trajeron pañuelos
palestinos, babuchas, juegos de té, coranes, revistas árabes, música, collares
y pendientes, una pipa de agua, cuchillos… Nos sirvió de excusa para hablar
del Islám en la evaluación inicial.
3.2.- EVALUACIÓN DE LA FICHA y DEBATE FINAL. Para la evaluación y debido al hecho de que la actividad era eminentemente lúdica, decidí acabar con un debate, una larga conversación entre amigos/as que han
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compartido un conocimiento sobre algo desconocido. Podíamos tomar un té
todos juntos, hacer la Ceremonia del Té tal y como aun siguen haciendo en
el desierto (Tuaregs). Te verde chino. Se hierve el té y entonces se escancia
de la tetera al vaso para que haga espuma. El proceso se repite varias veces
hasta resultar un te espumoso que sabe realmente bien. Los árabes invitan a te
a todas las visitas y es de cortesía que el visitante se quede a tomar tres “Tés”:
El primer te es amargo cómo la vida; El segundo es dulce cómo el amor; El
tercero es suave cómo la muerte.
Preparamos, en la biblioteca, un te moruno. Bebimos
los tres tés rituales. A la vez, los
grupos comentaban sus fichas y,
al hilo, se planteaban cuestiones
acerca de la riqueza cultural del
mundo musulmán; acerca de la
dificultad para entender como
ese mundo cosmopolita había quedado reducido al fanatismo de la modernidad. ¿Cuáles eran los factores? Decían económicos, lo peligroso que es que
una sociedad se rija por la religión ya que puede derivar en fanatismo. Algunos expresaban su entendimiento de porque los musulmanes que vienen a
España no se adaptan de manera fácil mientras que los ciudadanos de otras
partes de Europa sí lo hacen. Los últimos minutos de la sesión de evaluación
los dedicamos a reflexionar sobre el sentido de la actividad y terminé preguntándoles si les había gustado, a lo que la mayoría de ellos respondieron
que habían descubierto muchas cosas nuevas, aprendido mucho, utilizando
un sistema diferente al que habitualmente utilizan. Algunos señalaban que
difícilmente olvidarían lo aprendido ya que siempre se acordaran del juego.
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