Breve panorama de la radio en Monterrey
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Breve panorama de la radio en Monterrey
DE LA RADIO EN MONTERREY 1 DDRamiro Garza “Señoras y señores, esta es la primera transmisión de prueba de la emisora CYL, en Monterrey, y les vamos a brindar una amistosa velada musical para saber si alguien nos está escuchando...” Era la voz de Constantino de Tárnava. Era la noche del 9 de octubre de 1921 y se lanzaba al aire el primer programa de radio (propiamente dicho) en amplitud modulada en México, desde la sala de una antigua y hermosa casa de ladrillos rojos en las calles de Guerrero y Padre Mier, casa en la que se reunieron emocionados el hermano de Tárnava, don Luis, miembros de la familia y unos cuantos amigos. 2 1 Versión de noviembre de 2011 del original escrito en septiembre 12 de 1998. 2 En octubre de 2011 la radio en Latinoamérica cumplió 90 años, por lo que varias emisoras de Nuevo León, y algunas otras del país, recordaron con verdadera admiración la hazaña que realizó el ingeniero Constantino de Tárnava la noche del 9 de octubre de 1921. La Cámara de Radio en la Ciudad de México está preparando una historia detallada de este acontecimiento, historia coordinada por un gran entusiasta e investigador de las ondas sonoras en México: Gabriel Sosa Plata. 88 procesión (en duotono) Lápiz,tinta, prismacolor y acuarela/papel / 57.5 x 95 cm / 2010 BREVE PANORAMA HISTÓRICO miscelánea RUTINA (detalle en monotono) / Lápiz,tinta y acuarela /papel / 80 x 103 cm / 2009 E l programa en cuestión fue conducido y animado por el propio ingeniero Tárnava, programa en el que se incluyeron ejecuciones al piano, declamaciones poéticas y hasta una actuación especial de alguien que “hacía cantar” a un serrucho de los utilizados para cortar madera, todo con el ánimo de abrir caminos y procurar que el experimento tuviera una repercusión especial. El ingeniero Tárnava comentó en una entrevista realizada esa misma semana que su papel lo había llenado de orgullo: primer productor de radio, primer locutor ante un micrófono y primer coordinador de una velada artística que se transmitió con una esperanza: intentar que alguien escuchara ese esfuerzo. El micrófono era rudimentario. La planta transmisora, de 50 watts, con una antena en la alta azotea. ¿Oyentes comprobados? Fueron dos: el ingeniero Rodolfo M. Garza, gerente del Banco de Nuevo León y el señor Bermúdez, fabricante de acumuladores. ¿Por qué dos oyentes? Porque el propio ingeniero Tárnava les facilitó dos receptores de piedra galena para escuchar la transmisión de prueba. Semanas después se recibió una carta del capitán de un barco que atravesaba el Canal de Panamá y que acusó con gran entusiasmo que se había oído con mucha claridad esa histórica transmisión. 89 Esa noche, en Monterrey comenzó una historia, una larga, maravillosa y fecunda historia de la radiodifusión en nuestro país. Hubo también primeras transmisiones experimentales en la ciudad de México, en Yucatán y en otras ciudades. Desentrañar primicias y subrayar prioridades de unos y de otros es laberíntico y propio de una investigación a fondo que tarde o temprano debe concretarse. Lo cierto y confirmado es que no tenemos una historia completa, definida y categórica de la radio en México. Hay esfuerzos notables, referencias valiosas y libros ya ocupándose de esto, entre ellos, la primera y clásica edición de Jorge Mejía Prieto, Historia de la radio y la televisión en México publicada en junio de 1972 en la ciudad de México por Editores Asociados. En la década de los noventa, la Cámara de la Industria de la Radio en México imprime un primer tomo de Historia de la radio. 1921-1950. Otros dos libros de referencia básica local en la historia radiofónica son Génesis de la radio y la televisión en Nuevo León, de la Lic. Dinorah Zapata Vázquez y la Historia de la radio comunicación y de la televisión en México, de Sergio Valdés Sada. También lo es XEX, probando, de Luis Carlos Treviño, quien fuera locutor, actor y publicista decano en las frecuencias regiomontanas. Importante es mencionar otras aportaciones de investigación que contienen, aparte del nacimiento y ubicación de la radio en México, antecedentes y análisis valiosos de la radiodifusión mundial, mexicana y regional. Por ejemplo, La radiodifusión en México, de Serafina Llano y Óscar Morales (1985); Los medios de difusión masiva en México, de Fátima Fernández Christlieb (1985) y los tres libros del investigador José Luis Ortiz Garza: México en Guerra (1992), La guerra de las ondas (1992) y Una radio entre dos reinos (1997). Estas publicaciones otorgan al lector panoramas clave en su momento de diferentes corrientes y tendencias radiofónicas en el país. En ocasiones se percibe cierta politización del tema, lo que no le quita desde luego su valor histórico. En Monterrey, Constantino de Tárnava llamó a su estación inicialmente CYL, abreviatura de “Constantino y Luis”. Luego cambió identificando a la emisora como TND, “Tárnava Notre Dame” en referencia a la universidad donde estudió. miscelánea La radio ha hecho historia en Monterrey como vehículo humano, cultural y de apoyo. Nosotros estamos de una forma o de otra, inmersos en ese devenir de música y palabras, de emociones, imaginación y noticias, de personalidades y eventos especiales. Electrónica Hay fechas fundamentales en la cronología de la radio de frecuencia abierta, las iremos recorriendo en este breve ensayo de aproximación histórica, en el que subrayaremos más que un catálogo de fechas, nombres, lugares y ciertas circunstancias que dieron a la radio un significado importante para la sociedad mexicana. Creo sinceramente que la precisión obsesiva por el origen de los hechos, a veces nos distrae del impacto que en la comunidad y en la sociedad tienen. Bajo este punto de vista, a la radio le urgen más que cronologías, una interpretación clara de análisis y consecuencias, que son, en el fondo, y como última instancia, objetivos óptimos del verdadero historiador. La radio en México podrá tener mañana otras referencias más exactas o quizá necesita de modificaciones en algunos datos contradictorios, pues es un organismo vivo y cambiante, inasible a veces. Pero lo que es inevitable es la capacidad que ha tenido este invento, a través de los años, de llenar nuestra intimidad, nutrir nuestros silencios, excitar nuestra imaginación y motivar nuestra voluntad hacia muchos otros factores que no son sólo los comerciales e informativos comunes. La radio ha hecho historia en Monterrey como vehículo humano, cultural y de apoyo. Nosotros estamos de una forma o de otra, inmersos en ese devenir de música y palabras, de emociones, imaginación y noticias, de personalidades y eventos especiales. El día primero de enero de 1923, en el aviso 2447, publicado en la página x del Directorio General de la República Mexicana, en el periódico El Universal se lee: Radio telefonía inalámbrica. El gran invento del siglo XX. Puede usted oír todas las noches en su casa, conciertos de los Estados Unidos. Dirigirse a Francisco P. Cabrera. República y Calle Madero. Apartado No. 339 La euforia estaba desatada. Se multiplicaron los aparatos receptores, se modificaban, mejorándose, los transmisores. En 1925, Guillermo Garza Ramos lanzó al aire la XEG. El 19 de marzo de 1930 un comerciante distinguido, don Emilio Azcárraga Vidaurreta, instala y lanza la XET en Monterrey. En ese mismo año, don Emilio la vende y pone la piedra angular de la radio en los años 30: el 18 de septiembre, con 100 mil watts de potencia, sale al aire XEW en la frecuencia de 780 kilociclos de entonces. Luego cambiaría a los 900 kilociclos del cuadrante para convertirse en pocos años en “La Voz de la América Latina desde México”. En 1932, Luis Petit Jean y su hermano lanzaban al aire en Monterrey XEX, que Luis Carlos Treviño inauguraría con la frase que da título a su libro: XEX, probando... Esta XEX se convirtió en XEAW, porque las siglas se las llevó Alonso Sordo Noriega para su sueño imposible: una emisora de 500 mil watts de potencia en la ciudad de México. Mención especial merece don Clemente Serna Martínez y su hermano, don Enrique, incansables promotores de emisoras, programas y personal valioso de la radio regia. Don Emilio regresó a Monterrey, fundando la XEFB, que durante años fue filial como empresa y repetidora en ciertos horarios de programas y novelas de XEW. La XEW marcó la pauta desde un principio por su enorme creatividad, su poderosa señal, por sus recursos humanos, que don Emilio canalizó en forma asombrosa, para cubrir las necesidades informativas, emocionales y de diversión de un público ávido y fiel radioescucha que podía sintonizar por entonces, en toda América Latina, la señal W. La XEQ nació bajo el mismo auspicio de Azcárraga en 1938 y con 50 mil watts de potencia. Este hombre recio, norteño de corazón, fue el prototipo del radiodifusor de empuje, de audacia y de talento, prototipo que inspiró, y aún hoy motiva a muchas personalidades de nuestra industria. 90 miscelánea En febrero de 1940, el presidente Lázaro Cárdenas ordena la publicación de la Ley General de Vías de Comunicación que reglamentaba, desde luego, la radiodifusión. En ese año ya estaban instaladas 380 emisoras de radio, contra las 17 que existían en 1927. En 1945 y 46 comenzó la ebullición del radio moderno en Estados Unidos, creándose una competencia muy especial de las estaciones pequeñas contra el imperio de las grandes cadenas y de las emisoras monumentales. En México sucedió lo mismo. Casos concretos: en Monterrey, la XEH, Radio Tárnava, lograba consolidar un estilo de radio muy distinto a los perfiles de las llamadas grandes: XET, XEFB, XEMR, estaciones que eran réplica de las fuertes de México: radionovelas, controles remotos, programas de teatro estudio, etc. El estilo de las emisoras “grandes” era solemne, serio en extremo, pretencioso en ocasiones y hasta acartonado. XEH descubrió una fórmula que gracias a la paciencia y comprensión del ingeniero Tárnava maduró en estilo: naturalidad, uso del teléfono para atender al auditorio, complacencias musicales, programas de votaciones y de concursos. Esto significó en un principio una irreverencia para los radiodifusores atrapados rígidamente en fórmulas que ya empezaban a cansar. En Monterrey, la explosión juvenil que comenzó sin duda en XEH tuvo protagonistas muy especiales, algunos aún en activo ante los micrófonos: Ernesto Hinojosa Subeldía, Horacio Alvarado Ortiz, Raúl Alvarado Ortiz, Mario Garza Pedraza, Arturo Pinto Gamboa y tres grandes ausentes: Pedro Martínez Serna, Lon Sánchez Rangel y Joaquín Iglesias Romero. Tuve el honor de compartir micrófonos e ideas con ellos durante varios años y ver nacer esta nueva radio en Monterrey, 1949-1951, llena de entusiasmo por la novedad, radio fresca y diferente, renovadora y feliz. Puedo afirmarles, que lo aprendido por mí en XEH al lado del ingeniero Tárnava y de esos amigos y colaboradores, fue revisado y proyectado exitosamente en 1958 en Radio Variedades en la ciudad de México, marcando una época de la radio moderna. Otros empresarios surgieron también en nuestra tierra, entre otros: don Jesús D. González y don Francisco A. González y su Organización Estrellas de Oro (hoy Multimedios), don Gonzalo Estrada y su Grupo Radio Alegría, don Teófilo Bichara y don Bernardo Bichara y su Núcleo Radio Monterrey, don Mario y don Jesús Quintanilla y su XEFB, don Joaquín Vargas Gómez y su Stereo Rey. la radio tomó nuevos rumbos artísticos y comerciales con la llegada en gran escala de las concesiones de FM, sistema inventado por el mayor Armstrong de la marina de Estados Unidos, que permite transmitir con mayor claridad, pureza y estereofonía. Pero la historia no se detiene. Detrás de XEH siguió XEAR, Radio Alameda, de don Alfonso Flores López, quien, por cierto, escribió y publicó el libro La radio y yo que incluye innumerables canciones populares en Monterrey de 1930 a 1960. Con las emisoras llamadas “chicas” ¡se gestaba en Monterrey la radio de un inmediato futuro! Fue Radio Variedades, XEJP, de México, la que disparó en 1958-1960 a toda la república el novedoso estilo juvenil, comunicativo, informal, cálido y cercano a los radioescuchas. Empresarios de nueva visión tomaban riendas en los negocios. 91 Precisamente hay que comentar que la radio tomó nuevos rumbos artísticos y comerciales con la llegada en gran escala de las concesiones de FM, sistema inventado por el mayor Armstrong de la marina de Estados Unidos, que permite transmitir con mayor claridad, pureza y estereofonía. Podemos evocar dos figuras señeras en este campo: En la capital, don Federico Obregón Cruces, quien lanzó el 31 de diciembre de 1953 la primera FM del país, XHFM, Radio Joya de México, aun sabiendo que casi no había receptores para esta frecuencia. La noche del 28 de julio de 1957, el gran temblor que sacudió a la ciudad de México derrumbó toda su emisora. Fue don Francisco Aguirre quien lo ayudó a seguir en la batalla, esa misma noche. Y en Monterrey, un visionario definitivo: don Joaquín Vargas Gómez instaló el 15 de abril de 1966, Stereo Rey, llamada así porque era la primera estación con equipo de efectivo sonido estereofónico y porque esta emisora nació en Monterrey. De inmediato, don Joaquín solicitó 25 concesiones de FM en diferentes ciudades de la República. Nadie lo podía creer. Y logró lo que buscaba: una cadena nacional de FM: Stereo Rey y FM Globo. Don Joaquín siempre evoca a Monterrey con cariño especial, porque le dio la clave, el camino para la FM nacional. Don Gonzalo Estrada fundamentó su grupo en XENV, Radio Alegría, en 1959, convirtiéndose en promotor de la nueva generación de la radio juvenil en Monterrey. Sus 8 estaciones, entre ellas La Sabrosita, Metrópoli, BJB, Premier y Notiradio, marcaron una línea entre las estaciones gruperas populares y en todos los niveles. Son los hijos de don Gonzalo —Alberto y sus hermanos— quienes dirigen hoy el consorcio. Otro radiodifusor reconocido y respetado en todo el país es don Teófilo Bichara. Empresario incansable, logró obtener las concesiones de XEG, La Ranchera de Monterrey de XECT, 1190 y de 98.1, Génesis FM, así como la XHCL, 99.1. La Picosa, como integrantes de Núcleo Radio Monterrey, filial de Radio Mil, México. Faltarían tiempo y espacio para mencionar a tantos empresarios y devotos de la radio, quienes en una forma o en otra, colaboraron siempre a la historia viva de la AM y la FM en nuestra ciudad. ¡Son más de 60 años de intentos, búsquedas, aciertos, fracasos y triunfos formidables! Nuestro reconocimiento a todos. Organización Estrellas de Oro, iniciada en 1959 por don Jesús D. González —ya desaparecido—, y dirigida 92 la mosca (story board) (en duotono) / Lápiz,tinta y collage/papel / 21.5x29 cm / 2006 miscelánea los bufones (detalle en monotono) / Óleo/tela/madera / 80 x 80 cm / 2001 miscelánea en expansión formidable por don Francisco A. González, marcó una pauta única en Monterrey. Su primera estación, XEAW, dio base a todo un corporativo de radio que ha promovido como nadie en el país no sólo nuevos perfiles de emisoras, sino fórmulas nuevas de promoción y de entretenimiento. Muestra de ello son, entre otras realizaciones que han dejado huella: AW, la Inolvidable, Radio Recuerdo, RG la Deportiva, FM Tú, La T Grande de Monterrey, D-99, Stereo Hits, La Súper Estelar y las desaparecidas Stereo Classic, Stereo Recuerdo, Radio Fantasía y Radio Reloj; estas dos últimas, por cierto, de máxima originalidad: una dedicada completamente a los niños, y la otra, de entretenimiento cultural vanguardista. Multimedios Estrellas de Oro Radio ha mostrado profundo interés por el campo noticioso, siendo la única organización que dedica tres frecuencias a transmitirlas con amplia cobertura: XEAWFM, XEAW-AM, XET-AM, y en ciertos horarios matutinos, XENL-AM, encadenada a Canal 2 de televisión y XHPG, La Kebuena, cuya antena en el Cerro de la Silla le da una cobertura estatal. Y a propósito de estatal, una mención especial merece Radio Nuevo León que, desde que fue fundada por el doctor Pedro Zorrilla, ha buscado y logrado crear un auditorio definido en sus dos frecuencias, la FM y la AM. Estas emisoras, incluyendo sus repetidoras, son en muchos aspectos referencias valientes y valiosas en lo que se refiere a alta cultura y cultura popular. Su equipo humano ha dado testimonios de esfuerzos admirables para superarlo todo. Igual mención merece Radio Universidad FM, que pese a sus limitaciones logra hacer lo suyo al aire. Radio Lo que nació como objeto científico experimental, como curiosidad electromagnética, hoy se ha convertido en medio masivo de penetración millonaria en todos los aspectos: oyentes, anunciantes, inversiones, información. Su fuerza está demostrada contra el viento y la marea del cine, la prensa y la televisión. Por cierto, quiero comentarles que, al menos en Monterrey, los medios no son conflictivos entre sí, son totalmente complementarios, para beneficio de la sociedad donde nacen, crecen y sobreviven. En la actualidad, operan en Nuevo León más 93 de 48 emisoras de frecuencias comerciales, varias permisionadas culturales y un sin fin de emisoras de radioaficionados que, en la privacidad de una recámara o de un estudio, también hacen radio, lanzan al aire ondas que alguien capta y responde con beneplácito de emisor y receptor. Vivimos un siglo de maravillas. El cine, la aviación, la telefonía, la televisión, han tenido avances insólitos en menos de 50 años. Dentro de este marco se ubica la radio, como matriz prodigiosa que engendró la comunicación moderna. En lo particular, me creo un ser privilegiado por haber tenido acceso desde hace 49 años a una industria que he amado y que me ha comprometido a ser batallador en el espacio, hablador en el silencio, inventor de emociones en la urgencia de atraer la atención. Invisibles oyentes. En 1949, en XEH creábamos programas, escogíamos la música para llenar horas, controlar los anuncios en vivo en la carpeta del día, manejar dos tornamesas con anuncios grabados y con discos, dar la hora exacta, sonar las campanas de la estación, contestar el teléfono, cuidar la puerta y callar al perro del chino Yong, perro que en el piso de abajo, era adivino: ¡casi siempre ladraba cuando nosotros abríamos el micrófono para anunciar! Todo por un peso y veinte centavos la hora… miscelánea La radio ha hecho historia. Y la historia ha hecho de la radio un instrumento feliz de intimidad maravillosa, una herramienta de comunicación social y un manantial de imágenes mentales. Pero fue esa escuela de sacrificio y devoción a la radio, fue esa ilusión de comunicarse con todo mundo, lo que nos hizo aprendices fecundos, gente que abrió el mapa electromagnético para señalar nuevos caminos a la gente de hoy. Ese es el orgullo mayor de la historia de la radio en Monterrey: ¡Que nada se ha hecho en vano! Porque al paso de los días y los años, todos hemos aprendido que la radio sigue siendo sonido con imaginación. La radio ha hecho historia. Y la historia ha hecho de la radio un instrumento feliz de intimidad maravillosa, una herramienta de comunicación social y un manantial de imágenes mentales. Cuando un radio se enciende, también se enciende una imaginación, y detrás de ella, se desarrolla nuestra propia historia, esa historia que estamos haciendo hoy, esa historia personal que presintió Marconi cuando dijo: “El día que la voz, las ideas y la música viajen a cualquier parte del mundo para ser escuchadas, el ser humano podrá ser mejor, aunque sea unos instantes cada día”. 9 de octubre de 1921 y 12 de septiembre de 1998. Qué orgullo y qué compromiso poder unir estas dos fechas con una sola frase: “¡Estamos en el aire, que se sigan divirtiendo!” Apéndice Aparte de la bibliografía básica incluida en este artículo, debo mencionar dos interesantes fascículos —inconseguibles, por cierto—, el de don Juan Peña, sobre Constantino de Tárnava y la XEH, y el del maestro Celso Garza Guajardo sobre Horacio Alvarado Ortiz, una gran entrevista a propósito de los 40 años de locutor de esta gran personalidad de nuestro medio. En ambas publicaciones se describe y comenta lo heroico de aquellos años, la pasión de aquella gente, la nobleza en este medio y la capacidad de impacto del mágico invento que nos ocupa. Me permito recomendar a los interesados los anuarios que ha publicado la CIRT, y que pueden localizarse en dicha cámara en sus oficinas centrales de la ciudad de México. Siento decirles que no hay huellas sonoras de esta historia radiofónica de Monterrey, salvo algunos anuncios o programas grabados en forma aislada. Contra el material de la radio en la capital, que he logrado coleccionar, no tengo elementos suficientes para ofrecerles un testimonio sonoro. Quede pendiente esta sesión para una próxima fecha, rogando a quienes tuvieran en su poder o supieran de personas que conservaran momentos grabados de cualquier tipo sobre programas, voces, anuncios o transmisiones realizados entre 1930 y 1960 en Monterrey, nos lo comunicaran, para ir haciendo acopio de dicha documentación, agregándola a la que se tiene de los años 60 en adelante. Queden en al aire dos promesas personales para ustedes: la integración de una fonoteca radiofónica nacional y local, y la publicación, el año próximo, de un anecdotario o personal de mi vida en la radio. Para mí, lo conmovedor, lo asombroso, lo insólito, lo sabio y lo tragicómico de lo que nos ha sucedido, solo cabe en las anécdotas. Quizá a través de las propias y las que logre reunir de otros compañeros de mi oficio, se pueda disfrutar más aún la importancia y la trascendencia humana de este oficio, esta pasión, esta llave maestra de la vida y de la sociedad que se llama “Radio”. Para mí, en lo personal, la anécdota es como una semilla viva y popular de la historia, porque, desprovista de la carga polémica de exactitudes en fecha y lugar, enciende la imaginación para recuperar lo vivido, aunque a veces contenga exageraciones, incertidumbres o invenciones, acentos que, por cierto, posee nuestra vida en forma inevitable. Si la historia es la disciplina inflexible en busca de la verdad, la anécdota es un intento válido para descubrir ese camino. 94 RITUAL (detalle en duotono) / Lápiz,tinta, prismacolor y acuarela/papel / 45 x 58 cm / 2009 miscelánea 95