1 a 52 - Jockey Club

Transcripción

1 a 52 - Jockey Club
JOCKEY CLUB
JOCKEY CLUB
comisión directiva
PRESIDENTE
Bruno Quintana
SECRETARIO GENERAL
Diego Norberto Quirno
TESORERO
Juan de Ganay
COMISIóN DE CARRERAS
COMISIóN DEL INTERIOR
PRESIDENTE
Emilio Raúl Dumais
PRESIDENTE
J. Esteban Cornejo Murúa
SECRETARIO
Edgardo A. Garat
SECRETARIO
Guillermo Strada
VOCALES
Guillermo M. Álvarez Fourcade
Juan Carlos Bagó
Horacio Walter Bauer
Carlos H. Blaquier
Carlos María del Carril
Hernán Ceriani Cernadas
Juan Carlos Echeverz
VOCALES
Daniel C. L. Funes de Rioja
Tomás González Álzaga
Diego M. Ibarbia
Iván Didimo Posse Molina
Marcos F. Roca
Julio Sánchez Sorondo
Patricio Edmundo Weiss
VOCALES SUPLENTES
Carlos Alberto de Corral
Ricardo Garat
Roberto Enrique Hornos
Bartolomé Luis Mitre
Julio V. Uriburu (h.)
carta del
presidente
E
n estas circunstancias nos dirigimos a los socios más jóvenes del Club
y, en particular, a aquellos que recién ingresan, para hacerlos partícipes del espíritu de pertenencia que, generación tras generación,
ha caracterizado a los miembros de esta institución y le ha permitido
cumplir con orgullo 127 años de vida.
Así como el Club brinda a los socios jóvenes múltiples actividades sociales y
deportivas, recíprocamente exige de ellos el compromiso de cultivar ciertos valo-
res fundamentales legados por nuestros antecesores, cuya aspiración no solo fue la
de organizar y reglamentar las carreras de caballos sino, muy especialmente, la de
constituir un espacio propicio para la confraternidad, donde prevalecieran la honorabilidad, la ética, el respeto mutuo y la cortesía.
El Jockey Club refleja una tradición de valores transmitida de padres a hijos y a
nietos desde fines el siglo XIX, con normas y códigos de conducta que apuntan a preservar un ámbito de cordialidad y sociabilidad hoy muy difícil de igualar. Somos un
club aristocrático porque, como bien dijo Miguel Cané, el Club vive el concepto de
aristocracia no como una mera condición social, sino como “la pertenencia a una institución social vasta y abierta a todos los hombres cultos y honorables”.
Esa fue y es la premisa fundamental que anima la vida de esta entidad. Es importante que los jóvenes socios comprendan que este es el pilar que debe sostener el
orgullo de pertenecer al Jockey Club.
Bruno Quintana
Presidente
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Jockey Club
Revista para Socios
del Jockey Club
índice
Staff
Director
Alejandro Ramos Mejía
12 Carreras de las Estrellas
colaboran en
14 Golf: Copa Jockey Club
este número:
Xavier Prieto Astigarraga
18 Copas Seniors
Gastón Saiz
Roberto D. Müller
20 Miradas desde el golf
Martín Buschi
Santiago Martel
Arte
Salvador Curutchet
Fotografía
24 Campo de Deportes
30 Sede Social: snooker
Archivo Jockey Club
32 Gala lírica
Corrección
34 Biblioteca
María Hilda Sáenz
FOTO DE TAPA
Vista del
Hipódromo Argentino en 1903
46 Reciprocidad
49 Agenda
(Archivo General de la Nación)
Revista del Jockey Club
es una producción de
ARM Ediciones
Suipacha 1230 9° B (1011)
Buenos Aires
Tel. (011) 4322-5082
[email protected]
Impreso en Platt Grupo Impresor
estilos
50 Vino argentino:
tradición versus
modernidad
sumario
08
Carreras
LA ENTREGA DE LOS PREMIOS
C. PELLEGRINI 2008: UN FESTIVO
HOMENAJE
Julio Ricardo, el jockey brasileño, recibió emocionado el máximo
galardón anual del Club, asignado por el presidente Quintana; el
caballo campeón del último G. P. Internacional Carlos Pellegrini
fue laureado como el mejor de 2008.
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Polo
UNA NUEVA TRIBUNA JERARQUIZA
LA CANCHA N° 1 DEL CLUB
El momento que vive el polo en nuestro país y en el mundo, la
rica historia del Club y el privilegio de su ubicación geográfica
impulsaron a la Comisión de Polo a buscar los recursos necesarios
para comenzar a construir tribunas en su cancha principal.
28
Squash
el GUERRERO QUE NO
REPOSA
Javier Crespo defendió los colores del Club
durante casi treinta años. Hace treinta y cinco,
firmó un pacto de fuego con una disciplina de
gran arraigo en el Club, y desde entonces moldeó
su estirpe de luchador entre esas cuatro paredes.
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Patrimonio
las BODAS ALEGÓRICAS de UN TAPIZ FLAMENCO
Quienes asisten a los actos culturales que se organizan en el Salón
Anasagasti de la sede social, están sin duda acostumbrados a contemplar
un tapiz que, casi siempre, respalda con su atractiva calidez las figuras de
los artistas o los disertantes. Sin embargo, pocos son los que reparan en el
tema y los detalles de ese tejido que, por diversos motivos, merecen una
especial atención.
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carreras
Los premios
Pellegrini
LIFE OF VICTORY
es la de JORGE RICARDO
Life of Victory
El jockey brasileño, uno de los dos más exitosos en el mundo, recibió
emocionado el máximo galardón anual del Club, asignado por el presidente
Quintana; el caballo campeón del último G. P. Internacional Carlos Pellegrini
fue laureado como el mejor de 2008.
S
u cuerpo diminuto en nada se
correspondía con la gloria deportiva que contenía. Sobrecargado
de triunfos, el piloto carioca aún
guardaba margen para más cucardas y
virtudes curriculares. Jorge Ricardo, brasileño de 47 años, ya había alcanzado el
récord mundial de 10.000 triunfos, y ya se
había adjudicado un par de veces la prueba máxima de América del Sur, el Gran
Premio Internacional Carlos Pellegrini,
pero todavía le quedaban espacio y
capacidad para estremecerse por una
condecoración. Y eso habla del valor de
otro premio Pellegrini, la estatuilla con
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que anualmente el Jockey Club argentino
distingue al protagonista más destacado
de la temporada en la hípica. Ricardinho
casi no pudo emitir palabra al recibirlo: tal la magnitud de este galardón, el
Pellegrini del Año, cuyo ganador es decidido por el Presidente de la institución
madre del turf nacional.
San Isidro, el hipódromo de la entidad, ya había visto en 2009 otra jornada
histórica para el jockey de Río de Janeiro,
cuando el 9 de enero, sobre el lomo de
Membresía, pasó primero un disco por
vez número 10.000 en su trayectoria, iniciada en el circo de Gávea en el lejano
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1976, a los quince años. Pero no fue por
ese hito, el que lo convertía en el dueño del récord mundial de victorias, que
Bruno Quintana lo eligió como acreedor
al galardón; fueron sus méritos durante 2008, y no los de esta temporada, los
que le valieron la estatuilla. El año último
llegó antes que el resto a la meta en 467
ocasiones, por lo que obtuvo las estadísticas nacionales y con un nuevo récord.
Lo de Jorge Ricardo resultó tan
peculiar que se le adjudicó el Pellegrini
absoluto pese a que el correspondiente a
jockey del año quedó en manos de Pablo
Falero. Con el uruguayo, su principal
Fotos: cortesía hipódromo de San Isidro
Los vencedores y los demás candidatos
De izq. a der.: Santiago Martínez de Hoz, Juan Garat,
Jorge Ricardo y Dany Etchechoury.
adversario en las pistas, se dio un gratificante abrazo en ocasión de la fiesta en la
que el Club, por votación de las entidades
y los medios de comunicación especializados –salvo aquella del Presidente–,
asignó los premios anuales a los protagonistas del turf argentino, tanto caballos y
profesionales como studs y criadores. Al
turf argentino llegó el crack brasileño de
la monta traído por Ricardo Benedicto,
propietario de la caballeriza Rubio B.
y con quien el jockey carioca se entrelazó cuando se enteró de que el lauro
era para él. Y ese mismo turf argentino resultó explícito destinatario de un
agradecimiento del agasajado. Lógico:
ante la hoy debilitada hípica de su país,
Ricardinho optó por probarse en la vecina celeste y blanca, la más prestigiosa
de la región, para ganar más y mejores
carreras y acceder al título de jinete más
exitoso de todos los tiempos con triunfos
de calidad. Y lo suyo en tierra gaucha, a
todas luces, ya es una victoria. Una “vida
de victoria”, se podría decir.
Eso, exactamente, significa el nombre
de Life of Victory, el campeón del Gran
Premio Internacional Carlos Pellegrini en
el último diciembre. Mérito que le reportó
alcanzar el Pellegrini al caballo del año,
por encima de los también renombrados
Eyeofthetiger e Inter Optimist, los otros
machos candidatos en tres ternas. La misma cantidad de nominaciones recibió
Pryka, ganadora en todos los rubros en
que fue postulada y la que más estatuillas
cosechó en la noche. La principal de ellas
fue la de yegua del año, con la cual frustró
a Filarmonía la posibilidad de un doblete
récord entre las hembras. Otros destaca-
categoría
ganador
otros ternados
CagnotteMiss Bamba
mejor dos años hembra
Savoir Bien
mejor dos años macho Ever PeaceBigness EmperorRunforthedoe
mejor tres años hembra Miss TaylorMiss MatchSavoir Bien
mejor tres años macho Tecla Shiner
City BankerReraise
madre del año
La Gran Portada
Gold Rule
mejor yegua adulta Pryka
FilarmoníaTeamgeist
Queen Tango
yegua del año
Pryka
FilarmoníaSavoir Bien
mejor velocista
Pryka
Compasivo CatLady Sprinter
mejor millero
Inter OptimistEl GarufaEver Peace
mejor fondista
Life of VictoryBody SogueroEyeofthetiger
mejor caballo adulto
Life of VictoryEyeofthetigerInter Optimist
jockey del año
entrenador del año
padrillo del año
caballeriza del año
Pablo FaleroRodrigo BlancoJorge Ricardo
Carlos DanielJuan CarlosJuan Udaondo
EtchechouryEtchechory (h.)
Incurable Optimist/Bernstein
Indygo Shiner
Santa María deEl GusyRubio B.
Araras
caballo del año
Life of VictoryEyeofthetiger Inter Optimist
criador del año
FirmamentoLa Quebrada Santa María de Araras
Julio Ricardo recibe el máximo galardón del Club.
dos de la reunión fueron Carlos Daniel
Etchechoury y el haras Firmamento.
Como en cada fiesta de los Pellegrini,
la máxima autoridad del Jockey trazó un
balance y un estado de situación. Quintana
habló de mejoras en el hipódromo, pero no
tantas como las pretendidas; de que tiempo atrás la actividad generaba 27% del
dinero que movía el juego y en la actuali-
dad, apenas 2%; de que el 84% del fondo
de reparación es destinado a premios de
las carreras; de que 2008 colectó 20% más
en apuestas que 2007, y que en el cuatrimestre inicial de 2009 los ingresos por el
rubro habían crecido 10% respecto a un
año antes; de que en la última temporada participaron 17.000 ejemplares en San
Isidro; de que Sudamérica produce 14%
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carreras
Bruno Quintana junto a los aprendices de la escuela de jockeys.
de los caballos de turf, y que la Argentina,
7%, y la provincia bonaerense, 5,6%, de
los sangre pura de carrera del planeta. Y
también agradeció la silenciosa y dedicada
labor de la comisión de carreras, encabezada por Emilio Dumais. Este último, por
su parte, entregó una distinción a Jacinto
Herrera, piloto peruano inactivo por un
serio accidente y quien vibró hasta las
lágrimas por el reconocimiento.
Quien hoy también está sometido a
un descanso forzado es el propio Jorge
Ricardo, pero no por una caída, sino por
algo que nadie espera: un linfoma. El
nódulo, de bajo grado pero de urgente atención, pone una pausa en su andar
arrollador por las pistas. “Hace dos años
apareció esta enfermedad y la llevaba bien, pero se complicó y tengo que
hacer quimioterapia. Es una dolencia en
la sangre que puede afectar el sistema
inmunológico. Por eso, tengo que hacer
lo que menos quería, dejar de correr. Así
no puedo seguir”, explicó en una conferencia de prensa. El reposo obligado es,
además, un obstáculo en la lucha del brasileño con el canadiense Russell Baze por
ser el jinete más veces vencedor de todos
los tiempos, una puja que está cabeza a
cabeza y que ahora lo encuentra mancado. Pero solo por un tiempo: “Tengo por
delante otra carrera que voy a ganar, para
volver a correr, tal vez, dentro de cuatro o
cinco meses”, enunció en julio.
Entonces, en busca del récord mundial, Ricardinho deberá antes ganar esa
carrera, la más peligrosa: la de su vida.
Una vida de victoria. Y así haría un formidable doblete, único. Como para asignarle
un perpetuo Pellegrini del Año.
Xavier Prieto Astigarraga
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CÓmo tener al lado a Federer o Tiger Woods...
Vaya paradoja: los jóvenes postulantes a jockeys tenían junto a sí a uno de
los más grandes de la historia, al dueño del récord mundial de triunfos, y el
que estaba emocionado, como tembloroso, era el consagrado, no aquellos
que deberían anhelar ser como él. “Atrévanse a soñar como alguna vez soñó
Ricardo”, exhortó Bruno Quintana a los chicos de la escuela de aprendices
de San Isidro, vestidos con camisetas del Jockey Club. Quiso el Presidente
que fueran los futuros pilotos quienes entregaran a Jorge Ricardo nada
menos que el Pellegrini del Año. Un honor que deberían recordar por sus
vidas si finalmente se dedicaran a esta ocupación.
“Como eran chicos muy nuevos, no tienen dimensión de lo que fue. Con el
tiempo irán dándose cuenta”, confió Héctor Libré, ex piloto y actual director
de la escuela. “Ricardo estaba con una emoción sumamente importante
como para dar una palabra a los chicos. Y ante las emociones las cabezas se
nublan”, agregó, explicando por qué no hubo mensajes del crack a los que
van a empezar su camino.
Sí hubo un mensaje, enaltecedor para Libré, en la decisión de Quintana.
“Tuvo en cuenta el enorme éxito de la escuela en cuanto a carreras
corridas, carreras ganadas y chicos recibidos. Históricamente, las escuelas
generan quince aprendices por año y le va bien a uno, a lo sumo dos. De
nuestra escuela, les va bien a casi todos, y egresan cinco o seis por año.
De veinticuatro graduados, siete ya son jockeys recibidos [120 triunfos],
y además tienen casa y auto, y a otros dos o tres les faltan seis o siete
victorias para completar las 120. Hay un trabajo importante y el Presidente
ha visto como un homenaje que los chicos entregaran la estatuilla”,
manifestó el director. Que mostró más de su orgullo: “Para mí la satisfacción
fue muy grande. No solo los convocó el Presidente para entregar el premio,
sino que además durante la ceremonia se pasó un video de la escuela, y
él tuvo palabras de elogio. Fue muy gratificante; en el momento no es fácil
llevarlo adelante. Quiero agradecer al presidente Quintana por tenernos en
cuenta y a los chicos que están corriendo por la campaña que han hecho”.
Una de las pocas frases de Jorge Ricardo en medio de su conmoción no fue
dirigida específicamente a los alumnos de la escuela, pero bien pudo serlo:
“Gracias a mis padres, que me guiaron y me enseñaron a ser como soy. No
me creo más que nadie”. Toda una lección para los aspirantes a jockey por
parte del más exitoso de todos, en el mundo y en la historia.
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carreras
Mayoría de edad,
mayoría de espectáculo
A punto de cumplir
dieciocho años, el gran
acontecimiento anual
de la Fundación Equina
Argentina ofreció
en San Isidro seis
grandes premios, un
clásico, setenta y nueve
caballos, una fortuna en
premios y los mejores
s. p. c. del país.
S
etenta y nueve animales (hubo
apenas tres borrados) corrieron
en esas siete justas en el hipódromo del Jockey Club el 27
de junio, con nada menos que 3.040.000
pesos en recompensas entre todas. Una
suma gigante, casi tanto como la recaudación de ese sábado entero: 3.662.402
pesos. Tal es la categoría de esta crea-
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ción de la Fundación Equina Argentina
(F. E. Ar.) al estilo de la Breeder’s Cup
estadounidense. De esas historias mencionadas al comienzo, la más larga es la
de las Estrellas, que desarrolló su 19ª realización apenas dos días antes de cumplir
los dieciocho años. Una mayoría relativa de edad posterior a una adolescencia
que, como todas, tuvo sus vaivenes, pero
que derivó en este presente auspicioso.
El 29 de junio de 1991 se puso en marcha
esta iniciativa de los principales criadores
argentinos, y desde entonces creció en
cantidad y en calidad hasta esta actualidad de tantos anotados (82) y tanto dinero
en premios, al cual hay que agregar otro
10% para el cabañero de cada vencedor.
También en las grandes jornadas sanisidrenses de Pellegrini-Anchorena-Álzaga
Unzué y palermitanas de RepúblicaAméricas-Buenos Aires se reúnen los
mejores de las tres distancias (kilómetro, milla y fondo), pero las Estrellas los
congrega con más amplitud, y con el privilegio para hembras y productos de contar
con sus propias competencias, salvo en la
recta, donde este año todos fueron agrupados en una sola carrera, la Sprint. Que fue
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la primera de las seis grandes, después de
que el clásico Provincias Argentinas (productos, 1200 metros, $80.000) abriera el
programa con un triunfo de Beauty Vision
y el jockey Jorge Ricardo.
Con un tiempazo de 53’88/100, El
Noi, un alazán tostado de cinco años que
andaba merodeando la victoria, por fin la
obtuvo en el Estrellas Sprint (todo caballo, 1000 metros, $240.000), relegando al
calificado Qué Vida Buena al segundo
lugar. Para Adrián Giannetti, de 22 años
y jinete de El Noi, se trató de su segundo éxito en una competencia de grupo
I y del debut ideal en las Estrellas; para
Carlos Daniel Etchechoury, entrenador
del escolta, era otra vez pegar en el poste en la serie de F. E. Ar., en la que había
alcanzado tres conquistas.
Pero Dany tendría desquite muy
pronto. En el siguiente gran premio, el
Estrellas Juvenile Fillies (potrancas, 1600
metros, $560.000) por la Copa Dr. Pedro C.
Blaquier, su pupila True Passion, que en
otra ocasión había corrido para favorecer
a su compañera Leading the Way, esta vez
lideró el camino por delante de esta última y ambas se alzaron con un 1-2 para el
City Banker
Fotos: cortesía hipódromo de San Isidro
Carreras de las Estrellas
stud-haras Orilla del Monte. Pablo Falero
condujo a la primera.
Y el jockey uruguayo no tardó en volver a festejar. Un gran premio más tarde,
en el Estrellas Juvenile (potrillos de dos
años, 1600 metros, $560.000) y por la
copa Raúl Lottero, impuso a San Livinus,
por delante de Bombón Suizo. Doblete
para Falero, que así sumó su éxito nº 15
en Carreras de las Estrellas y se acercó a Jacinto Herrera, el peruano inactivo
por un serio accidente y el único que lo
aventaja en el historial, con 21 festejos. Y
doblete, también, para Dany Etchechoury,
quien con su hermano Carly (Juan Carlos
h.), preparador de Bombón Suizo, registró
un 1-2 para la familia.
Pero Carlos Daniel fue incluso más
allá. Y en qué prueba: el Estrellas Classic
(todo caballo de tres años y más edad, 2000
metros, $960.000), por la Copa Escribano
Hernán Ceriani Cernadas, era el núcleo,
el plato fuerte, el número central de la
nutrida reunión en San Isidro. Además
de una recompensa de ¡600.000 pesos!
a su campeón, ofrecía un choque múltiple de figuras. Era, ciertamente, como
una pelea de fondo entre pesos pesados,
pues estaban el ganador del último Polla
de Potrillos (Mi Amiguito), el del Jockey
Club (City Banker), el del República
(Calidoscopio) y el del Pellegrini (Life
of Victory); solo el del Nacional (Tecla
Shiner, montado entonces por Giannetti
y vencedor de City Banker) faltaba entre
tanto vip (o “vih”, very important horse).
Y casi como haciendo honor al escenario, se impuso el triunfador del Jockey.
City Banker avanzaba junto a los palos en
un desarrollo tranquilo; para encarar el
último tramo se abrió, aceleró y llegó primero, sin apremios. ¿Quién lo condujo?
Giannetti, el chico que de haber obtenido un solo cotejo de grupo I en su vida
pasó a conquistar el doble en una sola
tarde, la de –vale recordarlo– su debut en
las Estrellas. Un personaje prominente
se abrazó con el muchacho que empezó
a correr en 2006, cuando aún la escuela
de aprendices sanisidrense permanecía
cerrada: Dany Etchechory. El cuidador
que un rato antes, por haberle birlado
Quintana en Qatar
Bruno Quintana hace
entrega del premio
Jockey Club Argentino,
instituido por el Racing
and Equestrian Club de
Qatar, en oportunidad
de su visita a Doha
en el mes de marzo,
especialmente invitado
por S.A.R. el Emir
Sheikh Hamad Bin
Khalifa Al-Thani.
Giannetti la victoria en el Sprint, quería
“matarlo”, ahora celebraba con el joven
al que había dado una oportunidad en
sus comienzos y a quien debía una gran
monta en un gran compromiso. Y vaya si
ambos cumplieron, mutuamente.
El éxito más holgado de la tarde fue el de
Ollagua, que arrolló al resto en el Estrellas
Distaff (yeguas, 2000 metros, $320.000). A
la alazana le faltó la que aparecía como su
gran adversaria, porque la inscripta Cayaya
faltó al mano a mano. Y entonces Francisco
Corrales no afrontó mucha resistencia
para llevar al primer puesto a Ollagua: ni
siquiera le aplicó la fusta.
De izq. a der.: Santiago Martínez de Hoz, Carlos D.
Etchechoury y Juan Garat. Más abajo, el jockey de
City Banker, Adrián M. Giannetti.
La última de las pruebas jerárquicas,
Estrellas Mile (todo caballo de tres años y
más edad, 1600 metros, $320.000), exhibió el oportunismo de Jorge Ricardo para
hacer ganar a Snapy Halo, usufructuando el desgaste ajeno por el entrevero de
punteros que se había dado durante el
desarrollo. Por ende, el jinete brasileño
abrió y cerró triunfal la sucesión de siete competencias salientes, y nuevamente
festejaban los Etchechoury, con otro 1-2.
Claro que esta vez con el orden invertido:
el más contento era Carly, con su hermano atrás por la segunda posición de New
Killer (montado por Giannetti).
“Corrieron las estrellas, ganó el turf”,
sostiene www.hipodromosanisidro.com.
ar. Tal cual, pues en esta 19ª serie brillaron enormes figuras de la hípica nacional.
Como City Banker, uno de los caballos más
importantes del momento. Como Falero y
Ricardo, dueños de dobletes, además de
ser los únicos que participaron en las siete pruebas. Como los Etchechoury, que
se adjudicaron cuatro de los seis grandes
premios. Como Dany, sobre todo, triunfador en tres –y consecutivos– y quien en
una sola tarde igualó su marca previa de
victorias estelares, amén de haber puesto
esta vez diez ejemplares en las gateras.
Carlos Daniel Etchechoury empezó
a entrenar sangre pura de carrera el año
anterior (1990) al del nacimiento de las
Estrellas y está en su mejor momento. Al
parecer, fueron tiempos de buena siembra en el turf local: la serie de F. E. Ar., dos
días antes de cumplir los dieciocho, entregó una de sus mejores versiones. De ser
una persona, le habría faltado un día para
sufragar en la elección nacional legislativa del domingo 28. De ser persona, habría
sido un buen candidato en la votación, por
éxito, proyección y pujanza.
Xavier Prieto Astigarraga
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GOLF
LA COPA JOCKEY CLUB
Manuel Vidal Aleman
Manuel Vidal Aleman,
habitual protagonista
en los torneos grandes,
se consagró entre los
scratch al batir a Gastón
Morgan, defensor del
título en el tradicional
torneo medal play.
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P
odría decirse que Manuel
Vidal Aleman es un producto
genuino del Club: con 32 años,
conoce a la perfección cada
secreto de las canchas Azul y Colorada. Y
lo mejor de todo es que sabe tomarle el
ritmo a los torneos más importantes del
calendario. Con la Copa Jockey Club, la
que se adjudicó en junio de este año, tiene un idilio especial: “Me divierte, porque
es uno de los pocos medals que se juegan
a 54 hoyos”, dice.
Más allá de sus repetidos logros en
diferentes certámenes, Manuel está
decidido a seguir agregando mojones importantes a su trayectoria como
C L U B
scratch. Esta vez, en la realización 2009
de la Copa, totalizó 208 golpes y aventajó por ocho a Gastón Morgan, que era el
defensor del título y con 20 años ya obtuvo la Triple Corona (este certamen, el
Campeonato del Club y la Copa Juárez
Celman).
Vidal Aleman jugó muy bien la primera vuelta en la Azul, donde anotó 67,
pero no dejó de atravesar complicaciones, como en el 15. “En ese hoyo pagué
con doble bogey; la dejé enterrada en el
bunker y la saqué mal”, cuenta. A aquel
error le sumó un bogey, pero adornó el
primer recorrido con 8 birdies, en definitiva la base que lo encaminó al triunfo.
Cortesía Santiago Herrera
Con el envión
de la experiencia
Fotos: ARM
Arturo S. Dubourg
Luego de la finalización de la segunda vuelta, en la que empleó 71 golpes, el
ganador había quedado con una luz de
ventaja sobre Hernán Dubourg, que venía
empujando desde atrás en el leaderboard
y que también posee un rico currículum
de éxitos internos.
El último día, Vidal Aleman empezó a estirar la ventaja desde temprano:
se perfiló con birdies en el 1 y en el 2,
mientras que Dubourg se estancó en el
arranque con bogey-par. La regularidad
y la paciencia, pero fundamentalmente su
buen toque en el green, lo condujeron a
la sólida victoria, como sucedió en 2007
en el mismo certamen. “Por suerte aproveché una rachita de cuatro semanas en
la que mostré un gran rendimiento con
el approach y putt”, cuenta Manuel, que
ofrece algún ejemplo: “Me acuerdo del
putt para lograr aquel birdie en el uno de
la última vuelta; eran unos seis metros
con caída de izquierda a derecha y con la
bandera al fondo. Menos mal que lo metí”.
Vidal Aleman, que comenzó a jugar en
el Club desde muy joven, es scratch desde
los 17 y siempre busca los caminos más
apropiados para mejorar su juego, un
aprendizaje que en el golf nunca se termina. “Ahora estoy practicando bastante
en Nordelta, que tiene agua por todos
lados y te hace rendir bajo constante presión. Errás un tiro y lo pagás muy caro.
Es por eso que cuando vuelvo al Club juego con mayor confianza, sabiendo que las
dificultades de la cancha son distintas, no
tan crueles”. Su alegría en la Copa Jockey
Club fue doble, porque su score de 208 le
alcanzó también para consagrarse en la
categoría de 0-9, con 5 golpes de ventaja
respecto de Martín Hope.
Entre los de 10 a 12, la satisfacción del
triunfo quedó para Arturo Dubourg (11 de
hándicap), que con 209 se impuso por 5
a Ricardo Foster. Al ganador, de 21 años,
este torneo lo sorprendió en una nueva
categoría, ya que semanas atrás todavía
se desempeñaba en la de 13-17. “Justo
bajé de hándicap”, avisa Arturo, que trató de adaptarse enseguida a una escala de
hándicaps mucho más exigente: “Tenés
que tener menos errores, ser más preciso,
lo noté enseguida”, comenta.
Luego de dos vueltas de 66 y 69,
Dubourg comenzó la última con un colchón de 5 golpes de ventaja. Parecía que
el título estaba al alcance de sus manos,
pero la tranquilidad se le diluyó enseguida: “Jugué muy tensionado y perdí
la confianza en los primeros 9 hoyos.
No encontraba la naturalidad en los golpes, más que nada con los hierros. Había
extraviado la fluidez en el swing y ese primer tramo del último día fue catastrófico,
al punto que marchaba +11 al 9 y estaba
con el hándicap agotado”. Arturo se con-
venció de que, sí o sí, debía sacar pares
en el resto del recorrido: “Si no, se me
escapaba el título, era muy claro. Veía
que Foster se me arrimaba cada vez más.
En el hoyo 16 me enteré de que Ricardo
había cometido dos dobles bogeys y ahí
me acomodé un poco. La verdad es que
para mí hubiese sido feo perder de esa
manera, con la desesperación de estar
fallando una y otra vez”.
Arturo es apenas un veinteañero, tiene
mucho por delante en el golf. Pero si algo
aprendió después de esta experiencia es
a saber abstraerse del entorno y buscar
la concentración adecuada. “Lo que me
pasó se lo adjudico a los nervios. Todo el
mundo me decía ‘ya ganaste, ya ganaste’, pero en este deporte no se gana hasta
que completás el 18. A veces es mejor no
escuchar a nadie”.
El éxito de Jorge Bosch en la de 13-17
fue el más increíble y apretado entre
todas las categorías. Con un total de 206
golpes, superó por apenas uno a Rodrigo
Garat. Más que jugarlas, el ganador disfrutó de las dos primeras vueltas, con
scores netos de 69 y 60: “Pegué muy largo, con drives derechos al fairway de 270
o 280 yardas promedio. Todos los par 5
se me convertían en par 4. No sé, jugué
con una tranquilidad que pocas veces
tuve. Se dieron las condiciones para que
aflorara el golf que siento dentro de mí”,
R E V I S T A D E L J O C K E Y
C L U B
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1 5
Fotos: ARM
GOLF
Jorge Bosch
comenta Bosch, que en la última jornada
se encontró con la inmejorable oportunidad de ganar al disponer de ¡12! golpes
de ventaja. Pero todo cambió a partir de
allí: su declive se combinó con la impresionante arremetida de Garat. “Con la
presión del último día no podía levantar
la pelota del fairway”, confiesa Bosch,
autor de un tercer giro de 77 golpes, la
contracara de los primeros 36 hoyos. Al
menos, consiguió cierta estabilidad con
pares en los últimos tres hoyos, pero aun
así pensó que perdería en manos de su
perseguidor. Lo concreto es que a Garat
le bastaba con un bogey para imponerse y sucedió lo impensado: salió con el
driver y pegó un gancho a la izquierda.
La tuvo que sacar a buena, en el tercer
tiro la dejó a cuatro metros del hoyo y a
continuación se tomó tres putts. El doble
bogey le entregó la victoria en bandeja a Bosch, que por fin respiró aliviado.
“Pocas veces había estado en situación
de ganar. Casi me pasa lo que le sucedió a Greg Norman contra Nick Faldo
en aquel Masters de Augusta de 1996”.
Inmediatamente después de la consagración, a Bosch le bajaron su hándicap
de 14 a 10, una modificación sustancial.
Lucas Álvarez Bayón dominó en la
categoría de 18-24. Fue otro éxito estrecho, en este caso con dos golpes de
diferencia sobre Francisco de Ezcurra,
1 6
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R E V I S T A D E L J O C K E Y
que totalizó 207. El campeón atravesó
las mismas contingencias que Dubourg
y Bosch en sus respectivas competencias: a un comienzo espectacular le
siguieron unos últimos 18 hoyos para
el sufrimiento. “El trayecto de vuelta del día final fue directamente un
calvario”, reconoce Álvarez Bayón,
que agrega: “Entré a jugar mal, perdí la línea de juego en las salidas, en
los tiros de approach y sobre el green.
Sinceramente, el segundo tramo de la
Colorada me tiene de hijo. Ojalá que
este déficit se me pase pronto”.
Sin embargo, más allá del bajón,
Lucas rescató una virtud que le otorga
una suerte de protección cada vez que
afronta un certamen: “Me mentalizo que
se trata de un torneo largo y que un mal
hoyo no me puede hacer perder la cabeza. Busco que los errores me afecten lo
menos posible. Aparte, suelo arrancar
muy bien, lo que me permite tener un
margen mayor para la definición. El primer día en la Azul, por ejemplo, hice la
mejor vuelta de mi vida”.
Al tee del hoyo 18, Álvarez Bayón sabía
que debía administrar la diferencia. De
Ezcurra, el escolta, necesitaba un birdie
para emparejar las cosas. Finalmente,
a Lucas le fue suficiente un bogey para
coronarse entre sus pares.
En la última categoría, la de 25-36, el
C L U B
protagonismo lo acaparó Rafael Casado
Marín, que concluyó con 206 golpes, 6
de distancia en relación con Nicanor
Moreno Prieto. Se trató del primer
triunfo para Rafael, de 36 de hándicap:
“Mis antecedentes son bastantes cortitos y poco deportivos. Estando casi
retirado retomé el golf, en gran medida
alentado por mis amigos. Considero que
es un deporte estresante, pero por otro
lado relajante cuando se dan este tipo
de triunfos”.
En noviembre del año pasado,
Casado Marín logró un hoyo en uno en
el par 3 del 5, de 102 yardas. Le pegó
con un hierro 8 y sintió que lo acompañó un ángel aparte cuando vio que
la pelota picó en el green, retrocedió
20 centímetros y se metió. “Ese hoyo
en uno fue un gran incentivo, le puse
garra y entusiasmo al golf, más allá
de que después hubo que remar y no
resultó fácil”.
La mayor enseñanza que le dejó
su triunfo en la Copa Jockey Club fue
la manera de focalizarse: “Aprendí la
importancia de la concentración. No
soy competitivo con los demás, sino
conmigo mismo. A diferencia de un
amistoso, en un torneo te concentrás
naturalmente y te fijás un objetivo.
Afortunadamente lo conseguí, también
con la ayuda de mi caddie, que me respaldó en los momentos decisivos. Por
eso disfruté de mi primera conquista”.
Gastón Saiz
resultados
Cat. Scratch: Manuel Vidal Aleman
Cat. 0 a 9: Manuel Vidal Aleman
Veteranos: Daniel Benvenuto
Cat. 10 a 12: Arturo S. Dubourg
Veteranos: Hugo Papini
Cat. 13 a 17: Jorge Bosch
Veteranos: Ricardo Zuberbhüler Anchorena
Cat. 18 a 24: Lucas Álvarez Bayón
Veteranos: Alberto Huergo
Cat. 25 a 36: Rafael Casado Marín
Veteranos: Rafael Casado Marín
JOCKEY CLUB
GOLF
LAS COPAS SENIORS 2009
Diferentes maneras de ganar
Rómulo Zemborain arrolló en la Copa Benjamín García Victorica, Carlos
Cavanagh tuvo un final apretado en la Allister Mackenzie, mientras que
Sebastián Paz dio vuelta el marcador para llevarse el trofeo de la Jorge Ledesma.
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R E V I S T A D E L J O C K E Y
Rómulo Zemborain
C L U B
Cortesía Rómulo Zemborain
L
os jugadores profesionales suelen esperar ansiosos
“su semana”, esos siete días
mágicos que inspiran especialmente y que conducen de manera
irremediable hacia el éxito. Rómulo
Zemborain también tuvo su semana en el
mes de marzo y se impuso con llamativa
contundencia en el draw final de la Copa
Benjamín García Victorica (mayores de
65 años). En la primera rueda dejó en el
camino a Belisario Gache Pirán por 5/4,
en las semifinales batió a Luis Monsegur
por 5/3, mientras que en el match play
decisivo dio cuenta de Carlos Mackinlay
con un impactante 10/8. Solo basta con
observar los marcadores para entender
su tan sólida marcha. “Sinceramente,
hacía tiempo que no jugaba tan bien.
Frente a Mackinlay gané 10 hoyos
seguidos y terminé con par en la ida”,
reconoce el ex presidente de la Asociación
Argentina de Golf, de 75 años.
Zemborain se refirió a sus características como jugador: “El drive siempre
fue mi mejor golpe y en esta copa pude
sacar provecho de las salidas. Pegué fuerte y con buena dirección, pero también
respondieron las otras facetas del juego.
Incluso el putter, un palo que históricamente me ha causado dificultades, pese a
las continuas pruebas de ensayo y error”.
Conocido en el ambiente golfístico como Romy, fue campeón del Club
en Hurlingham y se divierte en las canchas Azul y Colorada del Jockey Club
desde hace cinco años. “Acostumbro
jugar sábados y domingos en el Club y
tiro pelotas los viernes en Villa Adelina”,
comenta, y agrega: “Cuando compito, me siento más cómodo en los match
play, pero juego ante rivales que conoz-
Cortesía Carlos Cavanagh
Cortesía Santiago Herrera
Carlos Cavanagh.
Sebastián Paz.
co desde hace muchísimos años y paso
momentos muy agradables”.
Por su parte, el triunfo de Carlos
Cavanagh en la Copa Allister Mackenzie
(de 55 a 64 años) se dio tras un desenlace mucho más parejo, ya que batió en la
final a Ronaldo Gunn recién en el hoyo
19. Vale detenerse en ese último duelo:
disputado el hoyo 7, Cavanagh ya estaba 4up, aunque con un muy buen nivel
de ambos contrincantes. Una suma de
errores del líder igualó el marcador en
el hoyo 15 y ahí empezó otro partido. Lo
cuenta el propio ganador: “En el 16 volví
a ponerme arriba gracias a un par contra
bogey de Ronaldo. En el 17 llegamos los
dos al green con muy buenos tiros, pero
me tomé tres putts y otra vez quedamos
empatados. Y en el 18 tuve la manito de
Dios: me pasé del green, hice un buen
approach y después emboqué un putt de
cuatro metros para par”.
Cualquier cosa que sucediera a partir
de allí iba a estar bien, según Cavanagh:
“Me da bronca cuando juego mal y me
ganan, pero este no fue el caso, porque
me sentí muy bien y creo que rendí como
quería”. El éxito llegó tras los errores
de Gunn en el green del hoyo definitorio, donde concluyó con un bogey contra
par de Cavanagh, que señala: “Pensé
que el ganador iba a ser él, porque tie-
ne más experiencia. Cuando mirás el
auto del otro, siempre te parece mejor.
Lo más importante es que con Ronaldo
la pasé muy bien, estuvimos charlando
a lo largo de todo el match”. Los triunfos
ante Edgardo Martínez (1up) y Alberto
Loizaga (5 y 3) habían catapultado al
campeón hacia el partido final. De esta
manera, Cavanagh, que llegó a participar en el Abierto de la República de 1994
como amateur, se desquitó de la Copa
Allister Mackenzie de 2007, en la que
había concluido segundo.
Finalmente, Sebastián Paz inscribió
su nombre con letras doradas en la Copa
Jorge Ledesma, reservada para jugadores
de entre 40 y 54 años. Había arribado al
último choque frente a Martín Soto Acébal
con el antecedente inmediato de un “partidazo”, tal como calificó el match semifinal
ante Alberto Becerra (h.), a quien venció por 5 y 3. A la hora de la definición
del título, las condiciones cambiaron por
completo: apareció el viento cruzado, las
salidas se pegaron desde varios metros
atrás y mucha gente se acercó a observar.
“Esta es una categoría en la que puede
ganar cualquiera, es muy pareja y con
muy buenos jugadores. Esto fue lo que
sentí también en la final”, apunta Paz, que
luego del hoyo 9 marchaba uno abajo.
Después llegó la reacción: se llevó
consecutivamente el 11 y el 12 y dio vuelta
el marcador. En el 15 estiró la diferencia
a dos, que se mantendría hasta el final
para imponerse 2 y 1: “En ese par 5 pude
hacer un buen birdie, porque tiré con un
pitch desde 130 metros y la dejé a una
distancia de dos metros”. En el 16 y el 17
Un nuevo reconocimiento a la cancha Colorada.
aparecieron las inseguridades en ambos.
“Los dos estábamos nerviosos –confirma
Paz–, la muestra está en que anotamos
bogeys en esos dos hoyos”. Aunque no
fue un cierre a toda orquesta, Sebastián
celebró el título tras ese último tropiezo
en el 17: “En el transcurso del año, entre
nosotros somos de jugar muchos torneos
match play. Organizamos minipollas y
también viajamos al interior para disputar certámenes. Como mencioné antes,
la categoría está muy competitiva y me
impulsa a seguir jugando”.
Gastón Saiz
resultados
Copa Jorge C. Ledesma
(Campeonato del Club Preseniors)
Campeón: Paz Sebastián
Finalista: Soto Acébal Martín
Copa Allister Mackenzie
(Campeonato del Club Seniors)
Campeón: Cavanagh Carlos
Finalista: Gunn Ronaldo
Copa BenjamÍn GarcÍa Victorica
(Campeonato del Club Superseniors)
Campeón: Zemborain Rómulo
Finalista: Mackinlay Carlos
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GOLF
Foto: cortesía Santiago Herrera
Fotos: cortesía Horacio Damianovich
Miradas desde el golf
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JOCKEY CLUB
polo
Un escenario con importantes mejoras
Para disfrutar el polo
2 2
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R E V I S T A D E L J O C K E Y
Cortesía Horacio Damianovich
L
os jugadores de nuestro Club
han procurado en los últimos
años mantener y mejorar las
instalaciones del sector sin
perder de vista la historia y el perfil de
la institución. Como resultado de ello,
hicieron mejoras en el estado, nivelado y
arenado de las canchas, cambio de tablas,
palenques y maquinarias, así como construcción y arreglos en las caballerizas,
oficinas, quincho y en otros rubros que
contribuyen al bienestar general, de
acuerdo con el arancel que se abona.
El momento que vive el polo en nuestro país y en el mundo, la rica historia
del Club y el privilegio de su ubicación
geográfica impulsaron a esta comisión
a buscar los recursos necesarios para
comenzar a construir tribunas en su cancha principal.
Nuevamente los polistas y la organización de algunos eventos hicieron
posible encarar el proyecto. Así fue que
en el mes de mayo se dio comienzo a la
construcción de tribunas acordes a la
jerarquía de un escenario como es la
Cancha 1, sobre la avenida Márquez.
Luego de un previo análisis sobre la
mejor ubicación para llevar a cabo el
proyecto, se resolvió hacerlo sobre los
linderos a la cancha Colorada de golf.
Aspecto de la nueva tribuna.
Si bien dicha ubicación cuenta con el
inconveniente de que el sol se torna
molesto pasadas las 17, ello será evitado
con el techado correspondiente y podrán
aprovecharse ciertas ventajas: 1) mayor
espacio físico; 2) mejor forestación; 3)
se evita el movimiento vehicular por las
cabeceras de las canchas; 4) durante la
temporada, los partidos y prácticas son
por la mañana y el mediodía.
Nuestro objetivo es que todos los
sábados y domingos, a partir de las 12,
se pueda disfrutar de un día de polo. Se
informará en cartelera a los jugadores
en cada oportunidad, y se izará la ban-
C L U B
dera del Jockey Club desde temprano a
fin de que todos los socios adviertan que
pueden presenciar un buen partido de
polo y, además, utilizar el bar que se ha
construido al efecto.
La historia del polo, como es sabido,
se inició en los clubes del interior con
la convocatoria de sus socios y vecinos
amantes de este deporte, quienes concurrían en familia a presenciar y disfrutar
del tradicional juego ecuestre.
Ese mismo sentimiento es el que
anima hoy a la Comisión de Polo del
Jockey Club.
Esc. Guillermo Álvarez Fourcade
JOCKEY CLUB
campo de deportes
COPA 25 DE MAYO
Fotos: cortesía Campo de Deportes
El fútbol, una excusa
para estrechar lazos
La Copa 25 de Mayo,
cuadrangular que
convocó al Jockey Club
de Rosario y a dos clubes
uruguayos, fue un éxito
deportivo y social.
A
lgo cambió en el Campo
de Deportes el 23 y el 24
de mayo. Ese fin de semana se organizó en San Isidro
el primer cuadrangular internacional
de fútbol, en el que participó la categoría de socios mayores de 40 años. Esta
cita imperdible se denominó Copa 25 de
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R E V I S T A D E L J O C K E Y
Mayo y convocó a dos destacados equipos
de Uruguay, Woodlands y Stella Maris
College Christian Brothers, y a nuestros
amigos del Jockey Club de Rosario.
El pronóstico no era alentador para
aquel fin de semana porque estaban
previstas lluvias torrenciales. Por el contrario, el sol brilló a pleno, hasta con un
calor anormal para esa época del año, por
lo que las condiciones climáticas estuvieron a tono con la calidez que matizó toda
la reunión deportiva. Como ejemplo del
aire de amistad y diversión que se respiró durante ambos días, no se registraron
expulsiones ni lesiones de importancia; mucho menos juego desleal. Claro
que siempre hubo ganas de ganar cada
encuentro, como en cualquier certamen,
pero prevalecieron los graciosos comen-
C L U B
Marcos Roca, Peter Laurence y Santiago Martel con los
capitanes invitados.
tarios por parte de las hinchadas y de los
respectivos bancos suplentes. Las bromas también circularon en el mismo
campo de juego, sin alterar el respeto y
la confraternidad entre los participantes.
Otra muestra de la buena onda que reinó en aquellas jornadas tan especiales
fue el asado con el que se agasajó a las
Los equipos invitados y locales.
delegaciones invitadas, el sábado por la
noche, en el que no faltaron las cargadas
y los buenos chistes por los desempeños
en la cancha. Durante los postres, luego
de breves palabras de los representantes
de cada uno de los equipos, se armó un
cierre con una espectacular guitarreada
uruguaya, acompañada por un coro de
muchos y espontáneos cantantes sin distinción de camisetas.
Después de los dos primeros partidos del sábado –se jugaron dos tiempos
de veinte minutos cada uno–, el domingo
fue un día de definiciones. Los jugadores
estuvieron puntualmente en la cancha
para iniciar la jornada final y los resultados coronaron como campeón a nuestro
Jockey Club, mientras que Stella Maris
se llevó la copa de subcampeón, seguidos por Woodlands y el Jockey Club de
Rosario. Al finalizar, ya pasado el mediodía, se ofreció el tradicional tercer tiempo
en la terraza del bar Rincón de Fútbol,
donde hubo intercambio de presentes
entre los clubes, palabras de agradecimiento y entrega de las copas respectivas
en un podio armado en el lugar. Unas
horas más se extendió la amena e integradora charla entre los animadores del
torneo, con una buena cuota del humor
rosarino, hasta que cada grupo de invitados emprendió el viaje de regreso.
Quedó una sensación gratificante:
recibimos a los deportistas del Jockey
Confraternidad y buen fútbol.
de Rosario y de dos equipos uruguayos
y despedimos a tres conjuntos amigos, a los que sin duda volveremos a
ver en nuestro Club, en Fisherton, en
Montevideo, en Punta del Este o en donde la amistad y el fútbol nos convoquen.
Fútbol local
Mientras tanto, en el nivel local, los
torneos internos siguieron su intensa
actividad con la participación de socios
e hijos. Entre los Menores, concluida la
Copa Otoño en la categoría C, el campeón fue La Coruña y el subcampeón,
Real Madrid. El título de goleador quedó para Diego S. Pereyra Iraola. En la
D, se entabla un mano a mano apasionante entre Milan y Nápoli, los equipos
que puntean el campeonato, y hasta
aquí el máximo artillero es Carlos M.
de Estrada. En la E, Cruzeiro no le da
tregua a Fluminense y lo persigue a
solo un punto. El que más festejó en la
red fue Richard Willmott. La categoría
F muestra a Arsenal como un cómodo
líder, seguido por Chelsea y Liverpool.
¿El goleador? Rodrigo Mansilla.
La historia de los Juveniles pasa por
el dominio de Yupanqui y Douglas, que
se disputan la vanguardia en la categoría A, secundados a cinco unidades por
Piola Vago y By-Pass. Agustín Tronconi es
quien figura al tope de la tabla de anotadores. En la categoría B, Gloria y Fiesta
aventaja por tres puntos a Caos, mientras que el goleador es Marcos Fondona.
R E V I S T A D E L J O C K E Y
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2 5
campo de deportes
Símbolos de confraternidad.
El equipo local.
Los chicos de la escuelita.
Los Mayores exhiben a Mónaco en lo
más alto de las posiciones, con Chicago
como escolta. Patricio T. Amespil es el
“Martín Palermo” de la categoría. Entre
los Veteranos aparece Picapiedras como
el monarca, mientras que San Ba y Aves
Negras son los segundos. El goleador
es Alejandro Oyuela. Y Barza es el puntero provisional en Veteranos Seniors,
a un punto de Champagnat. Por ahora,
Esteban L. Daneri grita más goles que
cualquier otro jugador en esta categoría.
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R E V I S T A D E L J O C K E Y
Otras actividades
En el hockey sobre césped, las chicas son las grandes protagonistas. En esta
saludable iniciativa de medirse con entidades amigas, que ya lleva un tiempo de
aplicación, se jugaron varios encuentros con Hindú, Prada, Hacoaj, Saint
Catherine’s, Olivos y Ciudad de Buenos
Aires. Al cierre de esta edición se determinaba una fecha para participar, en el
Jockey Club de Rosario, de una nueva
edición de la Copa Amistad. Cabe recor-
C L U B
dar que esta cita se desarrolla en Rosario y
en San Isidro en forma alternada. Lo que
sí está confirmado es la realización en
octubre próximo de la Copa Carlos Casal,
donde actuarán el CASI, el SIC e Hindú.
El boxeo también tuvo su espacio
en este último período: en la tarde del 6
de junio se realizó una exhibición en el
gimnasio cubierto del sector Cadetes.
Se presentaron, junto con alumnos de
sus escuelas, los boxeadores Marcelo
Domínguez (ex campeón del mundo),
Ricardo “Kojak” Silva (ex campeón
argentino y sudamericano) y Pedro
Franco. Se apreció un gran desempeño del profesor de box del Campo
de Deportes, Alberto Gabriel Maciel.
Actuaron en el evento socios del Club
que practican la actividad y tuvieron
así la chance de combatir entre ellos y
contra el ex campeón mundial.
Hubo combates entre los alumnos
de las distintas escuelas y se mostró la
técnica de aprendizaje en alumnos de
12, 13, 14 y 15 años. Más de 200 personas siguieron las enseñanzas con gran
entusiasmo.
En el tenis de menores ya comenzó el desfile de campeones. En el single
masculino de Preinfantiles (nacidos
en 1999), el primer puesto quedó para
Martín Estevarena, quien superó en el
partido decisivo a Balthazar Gravier.
Además, en el single de varones de
Infantiles (1997 y 1998) se impuso
Tomás Herbín, que venció en la final a
Benjamín Herbín. Y estaban a punto de
conocerse los ganadores de Mayores.
En otro orden, si el nuevo gimna-
¿Cuna de futuras profesionales ?
Mario Seeber en la práctica con Marcelo Domínguez.
Marcelo Domínguez,
Mario Seeber,
Emilio Massera,
Alberto Maciel,
Tobías Peter Laurence,
Eduardo Arias,
Santiago Martel y
Pedro Franco Maschwitz.
sio fue motivo de satisfacción el día
de su inauguración, el 4 de abril pasado, lo es más ahora que está en pleno
funcionamiento. La gran concurrencia
demuestra el acierto de haber levantado esta gran obra para los socios
y familiares. Es un gran espacio de
última generación con cinco cintas
aeróbicas, cuatro bicicletas fijas, más
de veinte máquinas para distintos ejercicios y accesorios diversos.
A su vez, continuó el proyecto del
estudio Thays para embellecer el Campo
de Deportes: para ello se reubicaron plan-
tas en procura de más funcionalidad y
desarrollo de la vegetación alrededor del
complejo. Por otra parte, se mejoró el
acceso a las canchas de tenis del sector
Cadetes, como para que la casa del Club
en San Isidro luzca cada día mejor.
R E V I S T A D E L J O C K E Y
Gastón Saiz
C L U B
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sede social
squash
El guerrero de las
cuatro paredes
Fotos: cortesía Javier Crespo
Javier Crespo defendió los colores del Club durante casi treinta años; hoy,
sigue actuando en la primera división y quiere volver a jugar Interclubes
al mejor nivel.
Foto: ARM
Festejando una victoria.
Javier Crespo
J
avier Crespo siempre le dijo
que sí al squash. Hace 35 años
firmó un pacto de fuego con
una disciplina de gran arraigo en el Club, y desde entonces moldeó
su estirpe de luchador entre esas cuatro paredes. Acumuló copas, participó
en grandes hitos del Jockey Club y hoy,
a los 51 años, entiende que todavía tiene más para darle a este deporte. Así, es
el jugador más veterano en el grupo de
destacados de primera división junto con
Diego Estevarena, Santiago de Estrada y
Juan José Boote.
“Sigo jugando por el placer de com-
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R E V I S T A D E L J O C K E Y
partir con gente amiga, sobre todo en
los Interclubes. Hace veintipico de años
que formo parte de este tipo de torneos
y logré una afinidad muy cercana con
jugadores de otras entidades. Más que
rivales, son amigos”, comenta Crespo,
que se crió deportivamente en el ámbito del rugby –jugó en la Intermedia del
SIC y en la Primera de San Andrés– y
además es amante del fútbol en todas
sus modalidades.
A los 14 años empezó a aprender
los secretos del squash de la mano de
su padre, Raúl Máximo, alentado asimismo por su hermano mayor, Martín,
C L U B
con quien hasta hoy protagoniza duelos memorables. “Hemos tenido guerras
infernales con Martín; eso siempre me
mantuvo el espíritu. En los comienzos
me ganaba, pero ahora tengo más premios que él en el Club”, bromea Javier,
sin perder su humildad.
Reconoce no haber seguido modelos,
pero sí le prestó atención a algunos guías
que dejaron una huella en su carrera
dentro del squash. Uno de ellos fue Juan
Facio, campeón argentino. “Juan siempre
me decía: ‘¡Corré la pelota aunque sepas
que va a picar dos veces. Corré igual!’. Y
yo le respondía: ‘¡Pero si no llego!’. Con
el tiempo, me convencí de que uno también puede levantar pelotas que parecen
imposibles. Es creer que vas a llegar”.
Desde sus comienzos, Crespo sacó
provecho de su potencia corporal. Se
perfiló como un jugador muy vehemente, de un juego muy físico y con
una habilidad que fue descubrien-
Con Juan Facio, maestro y amigo.
do con los años. “En mis mejores épocas,
contaba con una cabeza y un estado físico que me permitían mantener un partido
durante horas sin derrumbarme anímicamente. Este es un deporte en donde
te quebrás en el aspecto físico o en el
mental. Mi poder fundamental siempre
estuvo en la capacidad de no entregarme,
en buena medida por las enseñanzas de
Juan”.
Capitalizó para sí, además, otro de los
factores clave del squash: la optimización
del recorrido en el perímetro de la cancha. “Con los años aprendí a caminarla.
Es decir, estar bien parado para correr
menos y ahorrar energías. El secreto es
saber estirarte para llegar bien a la pelota. Veo a jóvenes que corren hasta la
posición de la pelota y muchas veces se
la llevan por delante, lo que les impide
hacer un buen tiro. En cambio, cuando
llegás bien afirmado, contás con el tiempo mental para evaluar y decir: ¿Qué
hago? ¿Dos paredes o tiro la paralela?”.
Atesora como una vivencia imborrable el título de Interclubes de 2004, que
consiguió junto con Diego Estevarena
y Juanjo Boote tras vencer a CUBA en
Belgrano Athletic. “Dejamos en el camino
a equipos muy buenos, entre ellos al Club
“Pujol nos ayudó a todos a mejorar”
Javier Crespo hizo una mención especial de Diego Pujol, el canchero que se
desempeña en el Club desde hace casi cuatro décadas. “Diego fue uno de
los generadores de los grandes equipos que tuvo el Jockey. Es una excelente
persona, un gran amigo que nos ayudó a todos a mejorar. Es él quien se
ocupa de organizar los partidos, de conseguirte a alguien capaz de venir
inmediatamente para que se armen partidos y que sean parejos. Los sábados
y los domingos el Club no da abasto, todo gracias a las gestiones de Diego.
Aparte, como profesional, él disfrutó de logros muy relevantes fuera de
nuestra institución. Es un tipo muy querido dentro del Club, que en definitiva
es lo más importante de todo”.
de Squash, que venía de seis años como
invicto”, rememora Javier. También cita
algunos momentos deportivos dolorosos,
como la vez que cayó ante Miguel Alonso,
de Ciudad de Buenos Aires: “Yo estaba
2-0 arriba y le iba ganando 14-10 en el
tercero. Miguel me empató 14 iguales;
jugamos a 17 y me coloqué 16-14, pero
terminé perdiendo 17-16, para que luego
el partido se me escapase 3-2. Ahí ‘morí’
física y anímicamente. Por suerte, después tuve un desquite en una semifinal
contra él, donde me propuse no caerme
y lo superé 3-1. Pero siempre en un clima
de camaradería”.
El recuerdo más remoto de Crespo
en el squash retrocede hasta sus 16 años.
En su temporada inaugural en el Jockey
Club, arribó a la primera final interna.
“Me tocó enfrentarme con Alejandro
Giustiniano. Me habían ido a ver todos
mis amigos, incluso estaba Eduardo
Maschwitz, otro de los grandes representantes de este juego. Pero perdí y es
el día de hoy que Eduardo me sigue cargando por aquella derrota”.
Para Javier, 2009 se trata de un
año atípico, ya que intervino en menos
fechas de Interclubes que las habituales. Por otros compromisos, su
aporte disminuyó respecto de la veintena de temporadas en las que defendió
los colores del Club. En la actualidad,
el equipo está formado principalmente
por Santiago de Estrada, Javier Puiggari
y Facundo de la Torre. Sin embargo, se
promete un próximo regreso al más alto
rendimiento posible. “Me voy a volver a
enganchar, creo que tengo en el squash
para tres o cuatro años más. Este es
un deporte que, en el nivel competitivo en que lo quiero jugar yo, ofrece un
margen más acotado”. Enseguida pone
el ejemplo de los más veteranos: “Hay
gente en el Club que tiene 80 años y
sigue jugando. Si a esa edad conseguiste correr dos pelotas sos un crack.
Yo los admiro: tienen una voluntad de
hierro y entran a la cancha solo por el
placer de transpirar un poco. Para mí,
eso es todo un éxito”.
Gastón Saiz
R E V I S T A D E L J O C K E Y
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sede social
snooker
Sueños de una
nueva generación
Fotos: ARM
Agustín Daza y Tomás Condomí Alcorta, de 28 y 29 años respectivamente,
representan la camada dispuesta a desbancar a los campeones de hoy,
como Carlos Ibarra.
Agustín Daza en acción.
Agustín Daza y Tomás Condomí Alcorta:
nuevas generaciones en el sector.
E
l snooker se suma a las disciplinas del Jockey Club que en
los últimos años se vieron fortalecidas por el empuje de los
jóvenes. Carlos Ibarra, actual campeón
y de hándicap -50, se mantiene como el
líder indiscutido, pero detrás de él y de sus
contemporáneos asoma una generación
dispuesta a plantar bandera. Son aquellos
socios pertenecientes a la franja entre los
26 y los 40 años que se hicieron un lugar
alrededor de los impecables paños del
cuarto piso. Llegaron por su práctica, por
observar con ojo clínico el desempeño de
los experimentados. Y también, cómo no,
por su sagacidad para encontrar el mejor
camino hacia las boladas, la llave del éxito de este atrapante juego.
Entre los más destacados de la nueva camada aparecen Agustín Daza, de
28 años, y Tomás Condomí Alcorta, de
29, que se acercaron a la sala casi al mis-
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mo tiempo. Los más veteranos ya los ven
como una amenaza, y no es para menos:
con su buena técnica demostraron que
dominan muy bien el juego. Aun valiéndose de diferentes estilos, solo entienden el
snooker como una oportunidad inmejorable para lanzarse siempre al ataque, lejos
de un taqueo sin riesgos. “Ambos llegaron
a la máxima categoría en poco tiempo y
ya están en condiciones de adjudicarse el
campeonato del Club”, pronostica Ibarra,
Maestro de la mesa Nº 1.
“Lo mío con el snooker empezó en
2004”, arranca Daza. “Me acuerdo que
fui a la sala y empecé sentadito, mirando
a la gente que jugaba. Después se sumó
Tomás y enseguida se armó un grupo muy divertido, integrado por Coquito
González Alzaga, Alfredo Crespo, Ricardo
Fernández Madero y Pancho Funes, entre
otros”. Condomí Alcorta amplía la idea:
“Hoy en día hay muchos más jóvenes de
C L U B
los que veíamos en la sala cuando empezamos. Todos somos más o menos de la
misma edad y nos divertimos muchísimo”.
En cuatro años, tanto Agustín como
Tomás trazaron un recorrido sin pausas desde la cuarta hasta la primera
categoría. Impulsados por su afán de
aprender, con un promedio de práctica
de tres días a la semana, el año pasado se
incorporaron a ese círculo de privilegio
conformado hoy por Héctor Lanfranco,
Fernando Del Azar, Fernando Escudero,
Faustino Arámbulo, Felipe Méndez Diz,
Néstor Grecco y Julio Ferrer, todos exponentes de la primera división. Ahora
bien, ¿qué les resulta más difícil del
snooker? Daza aporta su visión: “A mí
me cuesta ser constante y parejo en el
juego. Capaz que un día estoy concentrado y meto todo; las troneras me parecen
de un metro y medio. Y quizás en otro,
no puedo acertar una pelota, como si la
Tomás Condomí Alcorta buscando la tronera.
mesa no tuviera troneras. Con Tomás me
pasa siempre: hay partidos en que me
mata y en otros le gano fácil”. Respecto
de la dificultad, Condomí Alcorta comenta: “Me considero un jugador bastante
regular, ordenado y prolijo. Pero se me
complica controlar la bola blanca, a
diferencia de Agustín y el propio Carlos
Ibarra, que tienen un manejo de la mesa
impresionante”.
Explica Daza que su evolución se
produjo luego de atravesar distintas
fases: “Lo primero que busqué fue meter
una bola dentro de la tronera. Y cuando
alcancé un buen nivel me propuse armar
los caminos, las boladas. Así, empecé a
pensar cada tiro para salir a algún lado.
Pero ese cambio llevó a que tuviera seis
meses nefastos, en los que mi juego desmejoró y provocó que metiera mucho
menos. Una vez que atravesé ese proceso, en el que me acostumbré a meter
saliendo a otras pelotas, logré un salto
exponencial de calidad”.
A propósito de avances y retrocesos,
Condomí Alcorta apunta: “Para evolucionar, lo fundamental es practicar, jugar
e intentar sacar tiros nuevos. Es clave mirar detalles que exhiben los más
experimentados y copiar las cosas buenas. Lo que está muy claro es que
cada jugador de la sala tiene una
jugada que es de él, con un sello
propio”.
Los de mayor rodaje sue-
len comparar el snooker con el ajedrez,
y no les falta razón: las bolas siempre
están distribuidas sobre el paño de distintas formas, al igual que las piezas en
el tablero. Y si bien hay patrones similares, el desafío es constante, por lo que la
creatividad y la fantasía resultan el mejor
antídoto. Sin embargo, los dictados de la
mente muchas veces traicionan, como
reconoce Tomás: “Cuando me equivoco
es porque en algún momento pensé que
iba a errar. En cambio, cuando meto, lo
hago con tanta naturalidad que nunca
imaginé que podría fallar, aun tratándose
de un tiro dificilísimo. La duda siempre
te conduce al error”. Según Agustín, el
secreto es trazar una radiografía de sí
mismo para volver a encarrilar el rumbo.
“El snooker tiene mucho de precisión.
Luego de no jugar por dos semanas, si
veo que no estoy taqueando bien, me
digo: ‘A ver cómo estoy parado’. Trato de
corregir el stance, de volver a las raíces
y empiezo a taquear despacito. Una vez
que agarro confianza, busco ir a los detalles más específicos del juego”.
La red social que se teje a diario en
el snooker es tan importante como el
juego en sí mismo, según ambos jugadores. “Capaz que en invierno, después
de trabajar hasta las seis, pienso: ‘Voy
al Club que están los chicos y me tomo
un café’. Puede pasar que vas a la sede
de Alvear y no jugás. Simplemente estás
sentado charlando con alguien mientras
te entretenés mirando un partido entre
dos amigos tuyos. Mucha gente no sabe
que podés ir a la sala a jugar o a tomar
una copa con gente amiga para despejarte del día de trabajo”, señala Agustín.
Tomás se expresa en el mismo sentido:
“Es un deporte que vamos a jugar de por
vida mientras exista el cuarto piso del
Jockey. Esto, más allá de que uno tenga
rachas sin ir a la sala por distintas obligaciones o porque el nivel propio decaiga.
Seguiremos con el snooker porque la
pasamos fantástico”.
La esperanza de Daza y Condomí
Alcorta incluye la posibilidad de que,
algún día, se curse una invitación a socios
de otros clubes para comparar niveles y
seguir aprendiendo. Mientras tanto, los
dos se cruzan bromas bien caseras: “Mi
gran desafío es ser campeón del Club
y… antes que Tomás”, lanza Agustín con
picardía. La respuesta llega enseguida en
forma de anécdota: “Todo el día nos estamos diciendo ‘¡Te voy a ganar, te voy a
ganar!’. Es que la competencia y el desafío te van envolviendo, aunque siempre
en un clima de amistad”.
El tiempo dirá hasta dónde llegarán
estos dos jóvenes en el snooker, así como
también la generación que ellos mismos
representan. Mientras tanto, Carlitos
Ibarra, desde su reinado, disfruta del
crecimiento de los nuevos valores. Algún
día abdicará gustoso.
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Gastón Saiz
C L U B
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sede social
cultura
en el Salón Anasagasti
Gala lírica
"Ópera para todos"
Fotos: Archivo Jockey Club
El acto se realizó el 25 de agosto y se cantaron fragmentos de "La Traviata",
"Lucia di Lammermoor", "La Boheme", "Los cuentos de Hoffmann", "Tosca",
"La Gioconda", "El murciélago" y "Doña Francisquita".
Laura Penchi (soprano).
Comentarios musicales del Prof. Carlos Alberto Alonso.
Norberto Fernández (tenor).
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C L U B
JOCKEY CLUB
biblioteca
A propósito de un libro de emblemas impreso en 1615
Primordios de la
imprenta najerense
Por Roberto D. Müller
S
i el período incunable hispano (c.1472-1500) presentó muy
diversos escenarios –Valencia,
Zaragoza, Pamplona, Toledo,
Salamanca, et cætera–, diferente fue lo
ocurrido durante el siglo XVI, cuando
Felipe II estableció que solo Madrid sería
Corte, ya que desde entonces fue la capital la que encabezó la industria librera en
detrimento de las restantes ciudades. Esto
retrasó la incorporación de la nueva tecnología en determinadas regiones, así, por
ejemplo, en algunas ciudades de la comarca riojana, donde la llegada de la imprenta
se verificó tardíamente como en Nájera,
en la que recién se estableció al promediar
la segunda década del siglo XVII.
Con los comienzos de la imprenta najerina tuvo mucho que ver una
familia de impresores que ya a fines del
Quinientos ocupaba un lugar prominente en Logroño: los Mongastón. En
efecto, fue Juan de Mongastón el que
llevó por primera vez el arte de imprimir a Nájera, mostrando una decidida
inclinación hacia las humanidades. Su
primera producción fue la obra que ahora nos ocupa: la Declaración magistral
sobre las Emblemas de Andrés Alciato
con todas las Historias, Antigüedades,
Moralidad y Doctrina tocante a las buenas costumbres, compuesta por Diego
López, dedicada “A Don Diego Hvrtado
de Mendoça” –cuyo escudo heráldico
luce en la portada– e impresa con privilegio, y a costa del autor, en el año de
1615 [ilus. 1]. La obra debió tener no poca
repercusión, puesto que fue reimpresa en
Valencia en 1655 y 1670 (en las prensas
de Jerónimo Vilagrasa), y todavía en 1684,
por los tórculos de Francisco Mestre,
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1
siendo además traducida al portugués por
Theotonio Cerqueira, en versión que se
conserva en manuscrito (Ms 9221) en la
Biblioteca Nacional de Lisboa.
Fue Diego López (1570-1642) un
humanista destacado que tradujo las
C L U B
obras de Virgilio, Aulo Persio, Juvenal y
Valerio Máximo. Sin embargo, su fama se
la debe a este libro sobre emblemas, por lo
que corresponde que hablemos, aunque
más no sea en forma sucinta, acerca del
significado de la palabra emblema y alu-
damos asimismo a ese Andrés Alciato al
que también se nombra en la portada del
libro. El Diccionario de la Real Academia
define emblema como: “1. m. Jeroglífico,
símbolo o empresa en que se representa
alguna figura, al pie de la cual se escribe
algún verso o lema que declara el concepto o moralidad que encierra. 2. Cosa que
es representación simbólica de otra”.
Más allá de la habitual confusión existente entre jeroglífico, símbolo, empresa
y emblema, que es motivo de prolífica
disputa entre los especialistas en la materia, podemos estar de acuerdo en que un
emblema es una imagen que hace referencia a otra cosa –un concepto moral,
político o religioso, una virtud o un vicio– a
la que está ligada semánticamente, como
lo demuestran los versos, comentarios y
epigramas que la acompañan y explican.
Como las alegorías, los emblemas gozaron de una gran difusión dentro de los
círculos humanísticos europeos a partir
del siglo XVI, ya que se presentaban como
una suerte de lenguaje cifrado que solo
podían comprender unos pocos elegidos,
quienes los vinculaban con los jeroglíficos egipcios y, por lo tanto, los apreciaban
como ejemplos de una sabiduría antigua,
profunda y misteriosa. En ese sentido, la
obra Emblematum libellus del jurisconsulto y protonotario apostólico milanés
Andrea Alciato (1492-1550) fue un acicate de primer orden para impulsar ese
gusto por la interpretación hermética que
tan bien servía para distinguir al ilustrado
del lego y que mucho influyó en el arte a
través de la iconografía tanto sacra como
profana; de ahí, por lo tanto, la gran “popularidad” de la que gozó desde su primera
edición. Dicen algunos autores que la original apareció en Milán en 1522, pero no
existe ejemplar conocido que respalde
esa aseveración. Hay acuerdo, en cambio, para señalar como princeps la latina
publicada en Augsburgo en 1531. Desde
ese momento, la obra de Alciato, permanentemente enriquecida por su autor con
nuevos emblemas, que de los 99 originales
llegó a tener 212 –aunque no siempre se
reprodujeron todos en las sucesivas ediciones–, se constituyó en lectura por demás
2
exitosa y obligada para los hombres de la
elite cultural, multiplicándose las impresiones, incluso las piratas. Se calcula que
desde el siglo XVI hasta el XVIII llegaron
a ser unas 150, incluyendo las traducciones a todas las lenguas cultas de Europa.
La primera “en rhimas Españolas” fue la
encarada por Bernardino Daza Pinciano.
Se la imprimió en 1549 en el taller de
Guilielmo Rovillo (Rouille) en Lyon, por
entonces un importante centro editorial
que tradicionalmente exportaba libros de
temas humanísticos a España. La traducción no fue literal y, en general, no se la
tiene hoy por una versión de calidad. Sin
embargo, contribuyó a que la obra fuera
más difundida en España, donde hasta
entonces se la conocía solo en latín o en
lenguas foráneas. La traducción de Diego
López –la segunda en español y la primera
impresa en España– es considerada superior, notándose en sus comentarios –que
son muy desiguales– una acentuación
de los rasgos didácticos, moralizantes y
religiosos.
El volumen en que se ha volcado
dicha traducción es un in-4º impreso
en papel marquilla de muy baja calidad
que, como no muestra filigrana alguna,
no puede atribuirse con certeza al molino de Baños del Río Tobía, que era el que
proveía a Nájera y a otras localidades de
la región y sus centros religiosos. Para
el texto, Mongastón utilizó, como para
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biblioteca
otras de sus creaciones en esa ciudad
–por ejemplo Las Eróticas, de Esteban
de Villegas–, una letra redonda romana de 2 mm de altura y de 4 para las que
tenían astas ascendentes o descendentes.
La composición de las cajas –de 180 x 105
mm, al margen de los escolios– no deja de
ser prolija y hasta cierto punto atractiva
[ilus. 2], pero un estudio detallado del texto muestra variadísimas erratas, a veces
coincidentes con las que se han descubierto en los ejemplares estudiados por
otros investigadores y otras totalmente
diferentes, lo que demuestra que, según
los métodos de impresión de la época,
algunas eran descubiertas durante el proceso de elaboración y corregidas, pero sin
volver atrás para solucionar los gazapos
ya impresos, produciéndose por lo tanto
esas divergencias entre las piezas de una
misma tirada, en las que coexisten pliegos con notables disparidades entre sí.
En lo que atañe a la letrería, lo que nos
dice nuestro ejemplar es que ya habría
sido usada anteriormente en otras prensas porque estaba un tanto fatigada para
la fecha de la edición, y en determinados
casos también parece haber sido bastante escasa, salvo que pensemos que existía
en el taller de Mongastón un gran desorden en la clasificación de los cajetines.
Decimos esto porque hemos advertido, en
ciertas secciones, la abundancia de letras
“eles” impresas en bastardilla cuando no
era necesario hacerlo, así por ejemplo en
palabras como “Aquel”, “qual”, “grulla” y
fácilmente”, e idéntico caso ocurre, aunque en menor medida en cuanto a las
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jotas: “enojaron”. Asimismo es notoria
la carencia de zetas, casi siempre reemplazadas por cedillas en bastardilla (ç).
Abundan también las vocales con acentos
graves, totalmente extraños al castellano,
e incluso algunos circunflejos sobre las
“ô”, cuestión que lleva a preguntarnos:
¿Se trató de meros descuidos?, ¿de falta
de cuños?, ¿de mala clasificación de los
tipos?, ¿de arbitrariedades propias de una
lengua aún inestable en cuanto a normas?
Son, estos, interrogantes a los que a esta
altura no nos es posible darles una respuesta suficiente.
Es común leer en los catálogos especializados que el volumen comprende
además de la portada y de 7 hojas previas sin numerar, 472 folios y 7 hojas
complementarias con los índices, también innumeradas (cfr. Pedro F. Campa,
Emblemata Hispanica, Durham and
London, 1990, *A6). Estamos de acuerdo
en lo que se refiere a las hojas del paratexto y a las complementarias. También
confirmamos que 472 es el número del
último folio, pero las groseras erratas producidas en la foliación, las repeticiones, la
suplantación de un número por otro, los
saltos y el caótico ordenamiento de ciertos pliegos –que por suerte no alteraron la
continuidad del texto– desvirtúan lo señalado por Campa. En nuestro ejemplar,
como en el que se conserva en la Stirling
Maxwell Collection de la Biblioteca de la
Universidad de Glasgow, el total de folios
contabilizado alcanza a los 484.
Queda por hablar brevemente sobre
las 210 ilustraciones, inspiradas evi-
C L U B
3
dentemente en la edición de 1549, pero
ejecutadas por una mano provinciana
muy torpe e ingenua, resultando “rudísimas en dibujo y grabado”, como lo
señaló Bartolomé Gallardo en su Ensayo
de una biblioteca española de libros raros
y curiosos (Madrid, 1888, III, nº 2710).
También Julián Gállego abundó sobre este
tema, subrayando que la versión de López
puede pasar por excelente de acuerdo
con los halagos recibidos en su tiempo,
“pero sus grabados, copiando sin empacho los de Lyon, están lejos de su belleza”
(Visión y símbolos en la pintura española del Siglo de Oro, Madrid, 1984, p. 46)
[ilus. 3 y 4]. Cabe destacar que casi todos
esos grabados –en algún caso repetidos–
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biblioteca
4
han sido estampados en forma invertida,
a excepción de los correspondientes a los
emblemas 40 y 41, y que salvo los últimos
14 –que son xilográficos [ilus. 5]–, todos
los demás resultaron de trabajos calcográficos en los que muy pocas veces se
advierte algún rasgo de originalidad con
respecto a los originales lioneses.
Hasta ahora hemos enumerado una
serie de características que parecieran
desmerecer la edición de la obra: papel
de mala calidad, tipografía deficiente,
numerosas erratas, foliación disparatada,
toscos grabados… ¿Por qué entonces rescatarla y comentarla? ¿Por qué se afanaron
Gallardo y Salvá para conseguir los ejemplares que incorporaron a sus prestigiosas
bibliotecas y también la incluyó Henry
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Green en su fundamental trabajo Andrea
Alciati and his book of emblems (London,
1872, p. 142)? Por último, ¿cuál fue la razón
que llevó a que María Guillén Bermejo e
Isabel Ortega García la hicieran figurar
en el catálogo de la muestra Obras maestras de la Biblioteca Nacional de España
(Madrid, 2007, nº 13)? Al respecto, ensayaremos dos respuestas: por un lado, se
trata del primer título impreso en Nájera
y, por lo tanto, se ha ganado una distinguida calidad primordial; por otro, demuestra
la importante penetración que en la cultura española tuvieron los Emblemas de
Alciato. Cabría aún otra razón para
destacar a este libro: no es común encontrarlo en las bibliotecas públicas. El ya
citado Campa llegó a registrar 20 repositorios –sobre todo españoles– en los que
se conserva al menos un ejemplar, en tanto que los expertos de la Universidad de
Oxford (sin prestar mucha atención a las
bibliotecas españolas) han localizado 22.
Por supuesto, ninguno de los inventarios
citados ha tenido en cuenta nuestro ejemplar, que pertenece a la Biblioteca desde
antes de 1913, puesto que figuró, sin indicar procedencia, en la página 40 del muy
simple catálogo que se publicó en aquel
año. Para su historia, es asimismo interesante recordar que en 1964 fue facilitado
por el Club para ser exhibido en la exposición Formas y etapas del libro, que se
llevó a cabo en las Salas Nacionales de
Exposición en paralelo con el Segundo
Congreso de la Industria Gráfica Argentina
(cat. nº 225), y que 30 años después figuró
en la muestra Antiguas ediciones en len-
C L U B
5
gua española, que tuvo lugar en nuestras
salas de lectura (cat. nº 2).
Libro deficiente pero longevo: el primero que vio la luz en la por entonces
pequeña villa de Nájera. Traducción ponderada en su época. Testigo de lecturas y
afanes humanísticos hoy extraños y casi
olvidados. Sin duda vale la pena prestarle la atención que se merece por su ya
extensa trayectoria y sus curiosas características editoriales que, a pesar de sus
defectos, o tal vez a causa de ellos, concluyen por otorgarle un cierto encanto y
tornarlo atractivo. Por eso se lo guarda
en la sección de obras reservadas y forma parte importante del fondo antiguo de
nuestra Biblioteca como una perla más de
su rica corona de prestigios.
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patrimonio
Política, poder y sacralidad
en las bodas alegóricas de
un tapiz flamenco
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Fotos: Archivo Jockey Club
Q
uienes asisten a los numerosos y variopintos actos
culturales que se organizan
en el Salón Anasagasti de
la sede social del Jockey Club están sin
duda acostumbrados a contemplar un
tapiz que, casi siempre, respalda con su
atractiva calidez las figuras de los disertantes, los actores o los músicos que,
desde el estrado, ilustran o deleitan a
la concurrencia [ilus. 1]. Sin embargo,
como la atención del público se concentra en esos protagonistas, pocos son los
que reparan en el tema y los detalles
de ese tejido que, por diversos motivos,
merecen una especial atención.
Ante todo, recordemos que dicho tapiz
fue adquirido en septiembre de 1985 en
una subasta realizada por la firma Posadas.
Se lo describía en el catálogo como el producto de un taller bruselense del siglo
XVIII, de 300 x 260 cm, ejecutado en lana
y seda de cinco hilos por centímetro y
con una ancha guarda ornada con vasos,
guirnaldas, medallones, bustos, escudos,
flores y hojarasca. Lamentablemente,
nada se aduce en la citada publicación
acerca de su procedencia ni sobre sus
anteriores propietarios.
Discutir si los datos técnicos son los
correctos es tarea que compete a los
expertos en ese tipo de labores, y a ellos
nos remitimos en consecuencia. Por
nuestra parte, nos limitaremos a tratar
sobre el tema, que según reza en el catálogo muestra Las nupcias de Luis XIV y
la Infanta María Teresa, vestidos ambos
con atuendos clásicos y representados
1. La boda de Alejandro con Roxana (Jockey Club).
simbólicamente por Alejandro Magno y
Roxana, asunto que, como vemos, desde
el vamos deja traslucir complejas connotaciones alegóricas.
Es sabido que estaba en la mente de
Alejandro la fusión cultural entre la civilización griega y la oriental, y él mismo
realizó un primer intento en ese sentido
C L U B
al adoptar el ceremonial de la corte de
Darío y contraer nupcias en 327 a. C. con
Roxana, la hija de Oxiartes, un sátrapa al
que había sometido militarmente. Según
Plutarco, Alejandro resolvió casarse
exclusivamente por amor. Otros autores clásicos matizaron un tanto el relato.
Así, por ejemplo, Flavio Arriano destacó
que el héroe se había unido a una de las
mujeres más bellas de Asia “estimulado,
sin duda, por un gran deseo de acrecentar su gloria”, ya que con ese gesto estaba
seguro de ganarse la buena voluntad y el
apoyo de muchos de los que hasta entonces habían sido sus enemigos (Anábasis
Alejandrina, IV, 19). Quinto Curcio, por
su parte, nos dejó una interpretación más
sutil, al señalar que, a pesar de ser la joven
“tan inferior a su grandeza y soberanía”,
Alejandro decidió desposarla pensando que, para establecer sólidamente su
imperio, era necesario unir a los persas
y a los macedonios por medio de aquel
casamiento, pues solo así se iba a poder
“quitar la afrenta a los vencidos y el orgullo a los vencedores” (Historiæ Alexandri
Magni, VIII, 4). Amor, deslumbramiento… No es necesario negar que hayan
existido, mas en aquella unión hay que
ver también una concreta intención política y diplomática, cuya finalidad era
alcanzar la reconciliación entre dos mundos hasta entonces enfrentados.
Esa es la boda que aparece en nuestro tapiz, en el que figuran Alejandro,
ataviado à l’antique, como corresponde, y coronado con laureles, Roxana, con
vestimentas un tanto indefinidas temporalmente, y entre ellos el sacerdote que
celebra el enlace. Hacia la derecha se
advierte a una asistente de la novia, pero
su presencia apenas cuenta. Por medio
de una serie de gestos –las manos unidas, la izquierda de Alejandro apoyada
sobre el pecho como expresando un juramento u ofreciendo simbólicamente su
corazón– los contrayentes parecen querer
trasmitirnos sus sentimientos, en tanto los
cortinados, el dosel y las guirnaldas ofrecen un marco suntuoso a la ceremonia.
Hasta aquí lo que denota el tapiz en el
plano indicativo. Sin embargo, es necesario recalcar que la figura de Alejandro
solo cumple en él un papel alegórico,
puesto que, con su presencia, alude a otra
personalidad histórica de excepción: Luis
XIV de Francia, Le Roi Soleil (1638-1715).
Para explicar y respaldar esta transmutación tenemos que recordar que, a
partir del momento en que asumió per-
sonalmente el poder tras la muerte del
cardenal Mazarino, en marzo de 1661,
Luis se rodeó de un esclarecido conjunto de políticos, artistas y eruditos en cuyas
manos puso la exaltación de su imagen
y de los acontecimientos sobresalientes de su vida y su reinado. Jean-Baptiste
Colbert estuvo al frente de aquel proceso colectivo de glorificación, en el que
intervinieron pintores, escultores, gra-
2. Lebrun: Boda de Luis XIV con María Teresa (detalle).
3. Giotto: Esponsales de la Virgen (detalle).
badores, escritores y los artesanos de las
manufacturas reales para trabajar en lo
que, con acierto, Peter Burke denominó
“la fabricación de Luis XIV”, la creación
de una imagen inigualable que mediante
una sólida propaganda podía presentarse
como una verdadera maravilla ante sus
súbditos. Para concretar ese fin se comenzó por asimilarlo a diversos héroes del
pasado, y fue así que, avanzada la década de los sesenta, se lo consideró como
un nuevo Alejandro; no en vano Racine
le dedicó su drama Alexandre le Grand,
que la compañía de Molière estrenó en el
Palais-Royale el 4 de diciembre de 1665.
Charles Lebrun, premier peintre du
roi, fue el encargado de plasmar esa idea,
pintando al mismo tiempo una serie de
cartones para tapices con escenas de la
vida del rey y otra en la que Alejandro
aparecía en el cenit de su gloria, victorioso en las batallas, magnánimo ante
las familias de sus derrotados, respetuoso de sus derechos, bienes y títulos. De
esa forma, se intentaba identificar ambas
trayectorias para señalar que el rey galo
poseía las mismas virtudes que el héroe
macedónico. A partir de esa serie de escenas diseñadas por Lebrun, derivaron
motivos menores y más íntimos tratados
por otros artistas, tal el caso de la boda
con Roxana que figura en el tapiz que
nos ocupa. Y es aquí donde entramos en
un plano decididamente alegórico, pues,
como ya se dijo, Alejandro y Roxana no
hacen más que representar a Luis XIV y a
María Teresa de Austria, la hija de Felipe
IV de España, que en 1660 fue entregada
por su padre en matrimonio al monarca
francés precisamente como prenda de
paz, luego de haberse firmado en 1659 el
Tratado de los Pirineos, que concluyó con
las interminables luchas que habían sostenido ambos países durante la Guerra de
los Treinta Años. El paralelo es pues evidente, ya que en ambos casos se trató de
bodas “pacificadoras”, y lo que sabemos
acerca de la posterior vida marital de Luis
y María Teresa no hace sino demostrar
que, aún más en estas nupcias que en las
de Alejandro, los intereses en juego fueron exclusivamente políticos, y que para
nada se tuvieron en cuenta –ni importaron– los sentimientos de los contrayentes.
Hay todavía en la composición sobre
la que hablamos otro nivel de interpretación más profundo, y para comprenderlo
debemos primero referirnos a lo poco que
sabemos –gracias al relato de Quinto
Curcio– acerca de la boda de Alejandro y
Roxana, que según el historiador latino se
llevó a cabo de acuerdo con el ritual macedónico. Este establecía que debía cortarse
un pan en partes iguales para cada uno de
los novios. Se ha discutido esa referencia,
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patrimonio
señalando que el compartir el pan durante
una boda era en realidad una costumbre
iraní y que Alejandro recurrió a ella para
congraciarse aún más con los vencidos.
En todo caso, lo único original en aquella
ocasión habría sido que el conquistador
seccionó ese pan con su propia espada en
un arranque de espontaneidad semejante
al que le hizo cortar el nudo gordiano.
Haya sido macedónica o persa la costumbre, si así fue realmente la ceremonia
es evidente que no existe relación alguna
entre ella y la escena que nos muestra el
tapiz. ¿De dónde surgió entonces la idea
de representar la boda con la austeridad y el decoro cortesano que se ponen
de manifiesto en la composición que nos
ocupa? Casi seguro, su antecedente más
inmediato fue una pintura de Lebrun
en la que se muestra la ceremonia nupcial de Luis y María Teresa celebrada en
San Juan de Luz el 9 de junio de 1660,
pintura llevada luego al tapiz, hoy en la
Galería de los Gobelinos [ilus. 2]. En el
centro de esa escena, pomposa y superpoblada de notables personajes, el rey, la
infanta y el obispo de Bayona forman un
conjunto piramidal centrado en la figura del oficiante, similar al que se muestra
en la obra que hoy pertenece al Club.
Con todo, no debemos pensar que sea
ese el único ejemplo al que se necesita
recurrir para explicar el origen de esta
iconografía, ya que abundan las escenas
matrimoniales resueltas en forma similar,
y entre ellas las hay de reyes, de nobles e
incluso –aunque se trate de casos menos
frecuentes– de algunos personajes mitológicos. En realidad, la fuente compositiva
de todas esas versiones es muy anterior
y corresponde a una dimensión absolutamente sacra, ya que se trata de la tipología
de los Esponsales de la Virgen, tal como se
fue elaborando a la largo de la Edad Media
para finalmente ser fijada por Giotto
en la florentina Capella degli Scrovegni
(1304-1306) [ilus 3] y alcanzar su máximo esplendor en el Sposalizio de Rafael
(1504), que se conserva en la Pinacoteca
di Brera en Milán [ilus. 4]. La influencia
italiana en la iconografía del tema es indudable, y la composición se difundió así,
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4. Rafael: Lo sposalizio della Vergine.
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patrimonio
5. López de Arteaga: Esponsales de la Virgen (México).
con muy pocos cambios, tanto en la pintura europea como en la americana colonial
[ilus. 5], al mismo tiempo que trascendía a
la escultura y a la tapicería.
En estos esponsales, sobre los cuales
nada se dice en los evangelios canónicos
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puesto que se trata de un tema tratado
en los apócrifos y en la Leyenda Áurea
compilada en el siglo XIII por Jacopo
di Voragine, a veces los novios aparecen acompañados por sus familiares, los
competidores de San José y los respectivos cortejos, y en otros solos, variando su
ubicación a la izquierda o a la derecha del
sacerdote. Según la fórmula adoptada por
la pintura italiana, durante la ceremonia
José suele colocar el anillo nupcial en el
dedo de María. Según la francesa, ambos
solo estrechan sus manos en señal de
compromiso. Al respecto, corresponde
advertir que en el tapiz que estamos estudiando los esposos se toman las manos
según el uso francés, y que además de
bendecir la unión, el oficiante sostiene
en sus manos un libro abierto, sin duda
una Biblia, refiriéndose así, en forma más
directa, al carácter cristiano de la unión
entre las dos monarquías católicas simbólicamente representadas por Alejandro
(Luis XIV) y Roxana (María Teresa).
C L U B
Por lo dicho hasta aquí, queda en claro
que el tema del tapiz amerita una lectura
prolija y meditada. En principio, pareciera
mostrarnos simplemente una ceremonia
nupcial protagonizada por personajes de
alta alcurnia ocurrida en un lejano pasado, según lo da a entender el tenor de las
vestimentas. No obstante, desde una perspectiva alegórica descubrimos que lo que
el tapiz nos enseña es una compleja trama
simbólica y glorificante puesta al servicio de un monarca –Luis XIV– al que se
identifica con un héroe de excepción de
la Antigüedad y al cual, además, gracias
a una fórmula iconográfica prefijada y
reconocida, se lo sacraliza relacionándolo
con los esponsales de la Virgen, entroncándolo, en consecuencia, con el regio
linaje de David.
Ese es el mundo fascinante que nos
hace descubrir y en el que nos incita a
penetrar uno de los bellos tapices del exquisito patrimonio artístico del Jockey Club.
Por Roberto D. Müller
JOCKEY CLUB
reciprocidad
Sociedad Bilbaína
Un club con historia
en el País Vasco
Fundada en 1839
como lugar de reunión
y esparcimiento, la
Bilbaína es una entidad
que los socios del Jockey
pueden disfrutar.
En 1913 inauguró su
actual sede, amplia y
confortable, a la que
concurren diariamente
sus socios, muchos de
ellos personalidades
importantes de
la economía, la
administración pública y
la cultura de Bilbao.
T
Fachada de la Sociedad Bilbaína, en pleno centro de Bilbao.
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C L U B
estigo privilegiado de la historia contemporánea de
Bilbao, la Sociedad Bilbaína
se encuentra entre los clubes
más antiguos y prestigiosos de Europa. Su
sede está en la calle Navarra, pleno centro de la ciudad, sobre la orilla izquierda
del río Nervión. En la otra margen, justo
enfrente, se destacan el singular Teatro
Arriaga y el conjunto arquitectónico del
casco viejo, donde durante setenta y cuatro años funcionó la primera sede social.
En la primavera de 1839, cuando la capital vizcaína todavía padecía
la primera guerra carlista, un grupo de
ciudadanos decidió crear un centro de
cultura y esparcimiento donde primara
entre sus miembros la llamada “bilbai-
Escalera principal.
Bar inglés.
Fotos: cortesía Sociedad Bilbaina
nidad” y la convivencia con una relación
cordial y respetuosa. En aquella reunión
fundacional se aprobó un Reglamento de
18 artículos que había de regir el funcionamiento de la Bilbaína. Según crónicas
de la época, al poco de nacer ya era el
centro de la vida social de Bilbao; pertenecer a ella daba un sello de buen tono
y calidad.
En 1852 se celebró el primer baile
social en sus salones, iniciativa entonces
sorprendente que ha continuado hasta
nuestros días. Con el transcurso de los
años, se amplió y reformó esta primera
sede y se incorporaron a su patrimonio
importantes obras de arte.
Salón Arenal.
Actual sede social
A principios del siglo XX la entidad
contaba con más de 750 socios, lo que
movió a su Junta Directiva a gestionar la construcción de una nueva sede.
Es así que el 28 de febrero de 1909 se
aprobó la adquisición de los terrenos de
La Concordia, propiedad del Banco de
Bilbao. Después de un concurso de proyectos, en 1910 comenzó a levantarse el
edificio actual, que se inauguró el 25 de
enero de 1913.
Este cuenta con tres plantas en las
que se distribuyen los distintos salones de esparcimiento, bar, restaurante
y comedores, biblioteca, peluquería y
administración.
En 1926 se aprobó una nueva reforma del Reglamento para facilitar el
acceso a “las señoras, hijas, madres y
hermanas de socio” al comedor y a un
salón que se dispuso para ellas, y modi-
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reciprocidad
Biblioteca.
ficar así el carácter casi exclusivamente
masculino del club.
Durante la Guerra Civil, el edificio fue ocupado en varias ocasiones. En
1937, a raíz de un bombardeo, el arquitecto y socio Tomás Bilbao tapió con
ladrillos las puertas de acceso a la biblioteca para preservar su valioso fondo
bibliográfico. Terminada la contienda y
superada la crisis de posguerra, el club
entró en una fase de expansión.
En junio de 1975 se inauguró la filial
Club de Campo en el barrio de Laukariz
(Munguía), a 10 kilómetros de Bilbao,
para proporcionar a sus asociados la
práctica de deportes en instalaciones
cubiertas y al aire libre.
Durante siglo y medio, la Bilbaína
ha sabido conservar su espíritu original
de “recreo y lectura” mencionado en el
artículo primero de su Reglamento pero
adaptándose a los continuos cambios
sociales. En ese tiempo ha acumulado un
fondo bibliográfico de unos 35.000 volúmenes, que la sitúa entre las bibliotecas
privadas más importantes del país. En su
preciado Libro de Oro figuran las firmas
de numerosas personalidades que han
visitado las instalaciones, entre las que
se hallan monarcas, príncipes, ministros
y personajes destacados de la cultura y
de la ciencia internacional.
Servicios y actividades
El restaurante y los comedores privados, de diferentes capacidades y estilos,
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Hall principal.
cuentan con una atrayente oferta de
menús y servicios hoteleros para todo
tipo de celebraciones. Todavía forman
parte de la carta de la Bilbaína los famosos platos creados por Caveriviere, un
reconocido chef de principios del siglo
XX, como su bacalao al Club Ranero, una
composición que mezcla los estilos pilpil y vizcaína.
En el centro de Bilbao y en unas
magníficas instalaciones, la Bilbaína
combina historia y modernidad, cultura
C L U B
y esparcimiento, constituyendo así un
marco ideal para una amplia variedad
de eventos.
El prestigio de la institución ha
posibilitado que en la actualidad mantenga relaciones de intercambio con
los mejores clubes nacionales y extranjeros, entre los que se incluye nuestro
Jockey Club.
Cortesía de José Luis Cazorla Quílez –
Sociedad Bilbaína
teléfonos
agenda
agenda
Se­de So­cial
Calendario Cultural
Durante el mes de septiembre se desarrollarán en el
Salón Anasagasti de la Sede Social, a partir de las 19,
los siguientes actos culturales:
Miércoles 9: concierto de Ars Nobilis.
Jueves 17: concierto de la Asociación Argentina
Austríaca.
Miércoles 30: concierto de Ars Nobilis.
–––––––––––––––––––
Tenores en el comedor de la Sede Social
El comedor de la Sede Social contará con la actuación
de tenores en estas fechas: septiembre 9, octubre 14,
noviembre 11 y diciembre 16.
–––––––––––––––––––
Internet inalámbrica
Se ha instalado Internet inalámbrica (Wi-Fi) en la Sede
Social (comedor y bar del subsuelo y sala de trasmisión del 1er. piso), Campo de Deportes (bar de tenis y
bar de cadetes) y Golf (living del club house).
–––––––––––––––––––
Esgrima
El 17 de septiembre se disputará la Copa Marcos Roca
en el arma de espada individual.
–––––––––––––––––––
Snooker
A partir del mes de septiembre se disputará el certamen de la categoría Intermedia y seguidamente el
torneo de parejas con hándicap.
Hipódromo
Programación clásicos en el hipódromo de San Isidro.
Durante el mes de septiembre se disputarán en el
hipódromo de San Isidro los siguientes clásicos:
Domingo 6. Premio Clásico Ecuador G2, todo caballo
de 4 años y más, 1600 m.
Viernes 11. Premio Clásico Sibila G2, yeguas de 4
años y más, 1600 m.
Miércoles 16. Clásico Condesa G3, yeguas de 3 años
y más, 1000 m.
Sábado 19. Premio Clásico Ensayo G2, potrillos, 1800 m.
Miércoles 23. Clásico Pedro Chapar G3, todo caballo
de 3 años y más, 1400 m.
Se­de So­cial
Con­mu­ta­dor: Ge­ren­cia de In­te­rior: Co­rreo elec­tró­ni­co­:
Pá­gi­na en In­ter­net: 48l5-056l/0022
4815-7081
gin­te­rior­@joc­key­clu­b.or­g.ar
www­.joc­key­club­.co­m.ar
Hi­pó­dro­mo de San Isi­dro
Con­mu­ta­dor: 4743-4011/19
Co­rreo elec­tró­ni­co: jch­si@o­ver­net­.co­m.ar
In­ter­net: www­.hi­po­dro­mo­sa­ni­si­dro­.co­m.ar
Sábado 26. Premio Clásico Cyllene G2, todo caballo
de 3 años y más, 1000 m.
Miércoles 30. Clásico Espirita (L), yeguas de 4 años
y más, 1800 m.
Golf
Se reseñan seguidamente los torneos a disputarse a
partir de septiembre:
Septiembre
Sábado 5: GRAN PREMIO MIGUEL A. JUÁREZ
CELMAN - 54 hoyos Medal Play - Clasificación a 36
hoyos. Categorías 10 a 12 y 13 a 17. Primeros 18 hoyos
de la clasificación.
Domingo 6: GRAN PREMIO MIGUEL A. JUÁREZ
CELMAN - Últimos 18 hoyos de la clasificación.
Viernes 11: GRAN PREMIO MIGUEL A. JUÁREZ
CELMAN - 54 hoyos Medal Play - Clasificación a 36
hoyos. Categorías Scratch y 0 a 9. Primeros 18 hoyos de
la clasificación.
Sábado 12: GRAN PREMIO MIGUEL A. JUÁREZ
CELMAN - Últimos 18 hoyos de la clasificación.
Domingo 13: GRAN PREMIO MIGUEL A. JUÁREZ
CELMAN - Últimos 18 hoyos para los clasificados en
todas las categorías.
Sábado 19: Torneo a confirmar.
Domingo 20: Torneo a confirmar.
Sábado 26: COPA CAPITÁN - Fourball Clásico Clasificación a 36 hoyos de las mejores 16 tarjetas de la
categoría 13 a 18 y de las mejores 8 tarjetas de la categoría 19 a 27. Primeros 18 hoyos.
Domingo 27: COPA CAPITÁN - Últimos 18 hoyos de la
clasificación.
Octubre
Sábado 3: COPA CAPITÁN - Fourball Clásico Clasificación a 36 hoyos de las mejores 16 tarjetas de la
categoría 0 a 8 y 9 a 12. Primeros 18 hoyos.
Domingo 4: COPA CAPITÁN - Últimos 18 hoyos de la
clasificación.
Sábado 10: COPA CAPITÁN - Primera rueda a 18 hoyos
de todas las categorías.
Domingo 11: COPA CAPITÁN - Segunda rueda a 18
hoyos de todas las categorías.
Lunes 12: COPA CAPITÁN - Semifinales a 18 hoyos de
las categorías 0 a 8, 9 a 12 y 13 a 18. Final a 18 hoyos de
la categoría 19 a 27.
Sábado 17: COPA CAPITÁN - Final a 18 hoyos de las
categorías 0 a 8, 9 a 12 y 13 a 18.
Domingo 18: COPA LIBERTADOR - 18 hoyos Laguneada
- Suma 2 mejores pelotas. Categoría 0 a 36.
Sábado 24: COPA SANTIAGO LURO - Medal Play Clasificación a 18 hoyos de las 16 mejores tarjetas de las
categorías 18 a 24 y las 16 mejores tarjetas de la categoría 25 a 36. Premio al ganador de la clasificación.
Domingo 25: COPA SANTIAGO LURO - Medal Play Clasificación a 18 hoyos de las 16 mejores tarjetas de las
categorías 10 a 13 y las 16 mejores tarjetas de la categoría 25 a 36. Premio al ganador de la clasificación.
Sábado 31: COPA CARLOS PELLEGRINI (Campeonato
del Club) - Medal Play - Clasificación a 36 hoyos de las 16
mejores tarjetas de la categoría Scratch para disputar los
matches. El campeón del año anterior y el ganador del
ranking clasifican automáticamente.
- COPA SANTIAGO LURO - Medal Play - Clasificación a
36 hoyos de las 16 mejores tarjetas de la categoría 0 a
9 que no hayan clasificado para el Campeonato del Club.
Primeros 18 hoyos de la clasificación.
Noviembre
Domingo 1: COPAS CARLOS PELLEGRINI Y SANTIAGO
LURO - Últimos 18 hoyos de la clasificación.
Sábado 7: COPAS CARLOS PELLEGRINI Y SANTIAGO
LURO - Primera rueda a 18 hoyos de todas las categorías.
Domingo 8: COPAS CARLOS PELLEGRINI Y SANTIAGO
LURO - Segunda rueda a 18 hoyos de todas las categorías.
Sábado 14: COPAS CARLOS PELLEGRINI Y SANTIAGO
LURO - Semifinales a 18 hoyos de todas las categorías.
Domingo 15: COPA CARLOS PELLEGRINI - Final a 36
hoyos.
- COPA SANTIAGO LURO - Finales a 18 hoyos.
Sábado 21: Torneo a confirmar.
Domingo 22: Torneo a confirmar.
Sábado 28: COPA CLAUSURA - 18 hoyos Mixed
Foursomes Chapman - Categorías 0 a 10 y 11 a 25.
Domingo 29: COPA DICIEMBRE -18 hoyos Medal Play Categorías Scratch, 0 a 16 y 17 a 36.
estilos
Vino argentino: tradición
versus modernidad
Acompañando una típica picada argentina.
E
Antes de la etiqueta.
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l vino argentino ha recorrido un largo camino desde sus
early years, allá hacia fines del
siglo XVIII, cuando las variedades de vitis vinífera europeas llegaron a
nuestro país de la mano de los inmigrantes del Viejo Continente, esos mismos que
supieron transformar el desierto cuyano
en un oasis. Ni siquiera en sus sueños
más ambiciosos estos tozudos pioneros
podrían haber imaginado los tremendos
cambios que experimentaría el fermentado de uvas durante estos últimos
veinte años.
Desde el otro lado del mostrador de
una vinoteca se vive todo tipo de experiencias, algunas sumamente esclarecedoras
C L U B
acerca de las costumbres de consumo del
público, de cómo la gente gusta y siente
el vino y de qué manera afectan esas percepciones las diferencias generacionales.
Como en mis tiempos supe ser un asiduo
frecuentador de vinotecas, degustaciones y todo lo relacionado con el tema,
puedo decir que me acerco al vino más
desde la pasión que desde la razón. Pero
cuando me hice cargo de Wine Gallery
Recoleta (Montevideo entre avenida
Alvear y Quintana), una especie de templo dedicado al vino argentino ubicado en
el corazón de un barrio tan particular, por
supuesto que no tenía ni la menor idea de
lo que me esperaba. Me encontré con que
existe una gran variedad de público. Así
como está el cliente que tiene clarísimo
qué es lo que busca y “se las sabe todas”
(este no acepta sugerencias bajo ninguna
circunstancia), también hay gente muy
abierta y hasta ávida de la recomendación
de su “vinotequero” de confianza, por no
hablar del turismo internacional, que a
veces se descuelga con extravagancias
como: “Y dígame una cosa… ¿Cuál sería
el equivalente al Domaine de la Romanée
Conti en los Malbec argentinos?”.
Y así van surgiendo este tipo de consideraciones: “En mis años mozos había
seis o siete vinos en los que uno confiaba
porque sabía que eran todos buenísimos”,
comentaba hace poco un azorado caballero ya entrado en años. “Ahora hay
ochocientas etiquetas y cuando viene mi
familia a comer a casa ya no sé que poner
en la mesa. Si descorcho un Valmont, mis
nietos mayores cuchichean a mis espaldas. Por otro lado, mi hijo trae vinos que
a mí me resultan demasiado frutados y
maderizados que, sin embargo, simulo
beber con devoción ya que me los presenta como si de joyas enológicas se tratase.
Clima de aromas y sabores.
Encima ahora resulta que todos saben de
vino”. El señor demandaba una explicación. ¿Qué había pasado? La vertiginosa
evolución del vino argentino parecía no
haberle permitido un período lógico de
adaptación. Todo un tema.
Torrentes de tinta han corrido sobre
montañas de papel. Esta parece ser el
tipo de dicotomía que excita la verborragia de los críticos: lo clásico o tradicional
versus lo moderno e innovador. Las artes
plásticas, literatura, cine, teatro, música:
casi ningún terreno del quehacer artístico se ha visto privado de este debate, a
veces más o menos fogoso, pero jamás
tibio. El vino, que hoy se ha transformado en objeto de análisis teórico-filosófico,
aun involucrando en su elaboración más
craftmanship que arte (en alguna otra
entrega me expediré acerca del tema),
tampoco se ha salvado de esta discusión.
Las mejores plumas contemporáneas del
periodismo del vino han profundizado
sobre este asunto en páginas y páginas
de los más variados y prestigiosos medios
especializados internacionales. Y así y todo
advierto que jamás leí ningún artículo que,
por más apasionante y bien escrito que me
resultase, se aproximara siquiera a un
acercamiento entre ambas posiciones.
Los acérrimos defensores del estilo
tradicional (por poner algunos ejemplos
locales que el lector reconocerá como
productores de calidad, es decir, bodegas
de gran prestigio como López, Weinert, La
El racimo inicial.
“Playa de estacionamiento”.
Rural, Finca La Anita, Bianchi, Graffigna,
etc.) aducen que el “vino moderno” carece de finesse. Argumentan que se
abusa de la concentración, la sobremadurez y los consiguientes altos
contenidos alcohólicos. En general suelen demonizar técnicas como la sangría
de mostos o el ya casi en desuso estrés
hídrico (a mediados de los noventa, se
impuso esta práctica de origen californiano que implicaba someter a las vides
a una sequía forzada a fin de obtener
uvas con menor relación entre pulpa y
hollejo; este último es el responsable
del color, sabor y aromas del vino tinto).
Asimismo, suelen preferir los vinos de
larga crianza en gigantescos toneles de
gran capacidad (en algunos casos cente-
narios) a los de barrica de roble nuevo.
Ubicadas en el medio (siempre
existen matices en este tipo de generalización), hay un puñado de bodegas que
hábilmente han encontrado el equilibrio
justo entre tradición y modernidad. Una
de las más emblemáticas que viene a mi
mente es Escorihuela, con su excelente
Malbec de alta gama Miguel Escorihuela
Gascón. De su exclusiva línea Pequeñas
Producciones encuentro destacable al
Cabernet Sauvignon. Lagarde es una
pequeña gran bodega que también ha
dado en el clavo en esta cuestión. Sus
varietales de la línea Reserva son todos
muy ricos y frescos, y siempre parecen
agradar a los públicos más variados.
No quiero olvidar a la franco-argentina
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Fotos: cortesía Wine Gallery
estilos
Toneles que maduran los vinos.
El sueño en botellas.
Altavista, con su finísimo Malbec Grande
Reserve Terroir Selection, vino de acidez fresca, muy accesible al paladar
pero complejo al mismo tiempo. Todos
ellos son vinos que conjugan la frescura
de la fruta y los matices de las barricas
de roble sin abusar de la madurez al
momento de la cosecha ni de los excesos de la madera nueva al momento de
la crianza.
Por el otro lado, los entusiastas de la
enología moderna argentina, llamada
en sus inicios “sensitiva” (tendencia que
privilegia el grado de madurez de la uva
deseado por el enólogo, que lo define
mediante la degustación de la fruta en el
viñedo, realización de trabajos intensivos
de poda y conducción de las vides, fermentación a temperaturas controladas,
higiene obsesiva en las bodegas, etc.),
abogan a favor de los aromas y sabores
limpios, más intensos y “enfocados”. Los
más avanzados buscan algo más que las
meras notas a fruta y madera en el vino,
necesitan que el vino represente un desafío al paladar y que además de rico resulte
interesante. A veces encuentran este
interés en los misteriosos atributos aromáticos de lo especiado y lo mineral.
De cuando en cuando discutimos el
tema con mi padre, otro gran amante del
vino a su modo. Él afirma que “el vino de
antes tenía olor y gusto a vino” y no a fru-
en cuestión eran un sempiterno Chateau
Montchenot 1996 y un jovencísimo Doña
Paula Estate Malbec 2006. Diez años de
distancia entre cosechas, el primero pura
tradición de vino de corte argentino y el
segundo Malbec 100%, ambos del mismo
rango de precio y de excelente calidad.
Por supuesto, al final todo se reduce
a una cuestión de gusto personal, pero
ahora en los asados del domingo de la
casa paterna se vive una alegre promiscuidad enológica: se alternan botellas
de Malbec Mendoza de Achával Ferrer,
Montchenot, Terrazas Reserva, Malbec
de Escorihuela Gascón, Saint Felicien
Cabernet-Merlot, Durigutti Malbec y
Chateau Vieux. Y aunque pour la galerie mi padre jamás dejará de pregonar
su preferencia por los grandes clásicos
argentinos de toda la vida, yo me doy
por satisfecho. Ese mediodía de domingo logré que abriera su paladar a nuevas
sensaciones, y al final del día creo que
esa es la cualidad que más valoro en un
buen bebedor de vinos: que sepa apreciar la calidad de un vino por encima de
la variedad de estilos, que se mantenga
abierto a la novedad y que pueda, dejando por un momento de lado el gusto
personal, reconocer que cuando el vino
es bueno, es bueno más allá de cualquier
diferencia estilística.
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tas rojas, mermelada de grosellas, tabaco
y chocolate. La verdad es que tiene algo
de razón.
Y, sin embargo, hace un par de años,
un mediodía de domingo mientras encendíamos el fuego para el obligado asado
familiar, le ofrecí dos anónimas copas de
vino. Imaginarán que mi progenitor no es
de los que andan olisqueando y haciendo girar el vino en la copa cinco minutos
antes de beberlo, así que sin más preámbulos se echó al buche un trago de una
y al rato uno de la otra. Yo oteaba sus
reacciones disimuladamente desde la
otra punta del quincho mientras simulaba acomodar unos troncos de quebracho
en el brasero. Si la primera copa le provocó esa sonrisa de afecto y reconocimiento
que se ofrece al amigo de toda la vida, la
segunda le iluminó el rostro. “¡Qué rico!”,
escuché murmurar por lo bajo. Los vinos
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Por Martín Buschi

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