Proyecto Echelon, la gran oreja

Transcripción

Proyecto Echelon, la gran oreja
LA GRAN OREJA
o
c municaciones
Proyecto Echelon
Por Pablo A. Montes
La historia del espionaje de las comunicaciones se
inicia en los primeros años de la radio, con las guerras
mundiales como telón de fondo y la encriptación de
mensajes radiados como objetivo de todas las partes
en conflicto.
C
on la aparición de nuevos
medios de comunicación, los
sistemas de espionaje han evolucionado y también se han globalizado,
por utilizar un término tan en boga hoy
en día. La moraleja es que nada es nuevo,
simplemente se ha ido matizando con
el tiempo.
La historia que nos ocupa puede decirse que comienza en Nueva Zelanda.
Allí, a lo largo de cuatro décadas, la
mayor agencia de inteligencia del país, la
Oficina de Seguridad de Comunicaciones del Gobierno (GCSB), equivalente
de la Agencia de Seguridad Nacional
de Estados Unidos (NSA), había estado
colaborando con sus aliados occidentales para espiar a los países de la región
del Pacífico sin el conocimiento de los
neozelandeses ni sus políticos electos.
Nada se sabía ni había trascendido,
todo iba en perfecto secreto hasta que
a finales de los años ochenta varios
miembros del personal de inteligencia
pensaron que era el momento de dar a
conocer esas actividades, y comenzaron
así a hacer declaraciones a los medios de
comunicación. De este modo se hizo la
luz sobre el proyecto Echelon.
Este fue creado por la Agencia de
Seguridad Nacional de Estados Unidos,
convirtiéndose en uno de los mayores
sistemas de vigilancia y espionaje. Nada
queda fuera de sus tentáculos, por más
que nos podamos creer que esas cosas
no van con nosotros y están restringidas
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a operaciones entre gobiernos y grupos
de presión. Al contrario, entre sus objetivos está la interceptación de todo
tipo de comunicaciones, incluidas las
telefónicas, las que se realizan por correo
electrónico, fax o cualquier otro dispositivo que se utilice en cualquier lugar del
planeta. Su particularidad la acabamos
de adelantar un poco más arriba: nadie
está exento de su control, porque lo
que lo diferencia de otros métodos de
espionaje es que está diseñado principalmente para objetivos no militares. Se
dirige contra gobiernos y organizaciones
nacionales e internacionales, es cierto,
pero también contra empresas e individuos en prácticamente todos los países.
Potencialmente me afecta mí y a ti que
estás leyendo esto, a cada persona que se
comunica en cualquier parte del mundo.
Aunque los medios técnicos han
avanzado, los equipos capaces de escudriñar en el tráfico de palabras clave
existen desde hace cuatro décadas.
Lo que ha conseguido Echelon fue la
interconexión de todos estos equipos
integrándolos en una misma red. Durante la II Guerra Mundial, los cinco
estados asociados colaboraron en materia de espionaje de comunicaciones a
través de la radio, y una vez terminados
los enfrentamientos armados decidieron prolongar su cooperación para
tener bajo control a la Unión Soviética.
Para ello firmaron en 1948 el acuerdo
UKUSA en el que quedaron integrados
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Estados Unidos (NSA), Nueva Zelanda
(GCSB), Reino Unido (GCHQ), Canadá (CSE) y Australia (DSD). Durante
mucho tiempo los estados signatarios
se negaron oficialmente a reconocer la
existencia de dicho acuerdo, sin embargo, el informe anual de la Comisión
de Inteligencia y Seguridad, órgano de
control parlamentario del Reino Unido,
se refiere explícitamente al mismo: «La
calidad de la inteligencia recopilada refleja con claridad el valor de la estrecha
cooperación en el marco del acuerdo
UKUSA».
El origen de la alianza
El inicio de UKUSA se sitúa en una
reunión mantenida por británicos y
estadounidenses en el verano de 1940.
Medio año más tarde, criptógrafos norteamericanos entregaban a sus colegas
del Reino Unido una unidad de Purple,
una máquina de cifrado, iniciándose
la mutua cooperación en este campo.
Sería a mediados de 1941 cuando la
inteligencia británica lograría descifrar
el código utilizado por la flota alemana
con su máquina Enigma. En 1942, con
la entrada de los estadounidenses en
la guerra, especialistas de la Agencia
Naval SIGINT comenzaron a trabajar
en Londres en el seguimiento de submarinos, uniéndose a ellos en 1943 los canadienses. Ese mismo año fue formado
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Estaciones de interceptación de comunicaciones por satélite
Yakima, EE.UU. (120 ° W, 46 ° N)
La estación fue fundada en la década de los 70, al mismo tiempo que la primera generación de satélites fue puesta en órbita. Desde 1995, la Agencia de Inteligencia
del Aire (AIA), 544º Grupo de Inteligencia (Destacamento 4), ha estado destinado en Yakima, junto con el Grupo de Seguridad Naval (NAVSECGRU). Se han
instalado seis antenas de satélite en el sitio; no existen datos respecto a sus tamaños, pero parece que están orientadas hacia los satélites Intelsat sobre el Pacífico (dos
antenas de satélite), los Intelsat sobre el Atlántico, y el satélite INMARSAT 2. El hecho de que Yakima se estableció al mismo tiempo que la primera generación
de satélites Intelsat entró en órbita, y en base a la descripción general de las tareas del Grupo de Inteligencia 544º, da la impresión de que la estación tiene un papel
en la vigilancia mundial de las comunicaciones. Además, esto lo confirma el hecho de la proximidad de Yakima a una estación de interceptación por satélite que se
encuentra a 100 kilómetros al norte.
Sugar Grove, EE.UU. (80 ° W, 39 ° N)
Se estableció con la entrada en funcionamiento de la segunda generación de satélites Intelsat a finales de los 70. El NAVSECGRU y la AIA, 544º Grupo de Inteligencia (Destacamento 3), están en este centro. Según varios especialistas, la estación tiene 10 antenas de satélite, 3 de ellas con un diámetro superior a 18 metros (18,2,
32,3 y 46 metros), utilizándose en la interceptación de satélites de telecomunicaciones.
Menwith Hill, Inglaterra (2 ° W, 53 ° N)
Se fundó en 1956, y en 1974 se montaron 8 antenas de satélite. En la actualidad hay una treintena, algunas con un diámetro de más de 20 metros, de ellas una al menos está
reservada a comunicaciones militares. Los británicos y los estadounidenses trabajan juntos en esa base. Los servicios estadounidenses estacionados allí son NAVSECGRU,
la AIA e INSCOM, que tiene el mando de la estación. El terreno en el que se encuentra Menwith Hill pertenece al Ministerio de Defensa del Reino Unido y está alquilado
al Gobierno de los Estados Unidos. Oficialmente el papel de Menwith Hill es «proporcionar retransmisiones rápidas por radio y realizar investigaciones de comunicaciones».
Geraldton, Australia (114 ° O, 28 ° S)
La estación fue establecida a principios de 1990. Está dirigida por el servicio secreto australiano (DSD), pero forman parte de ella también militares británicos que
anteriormente sirvieron en Hong Kong. Tiene 4 antenas de satélite del mismo tamaño (diámetro de unos 20 metros) para el seguimiento de satélites sobre el Océano
Índico y el Pacífico. De acuerdo con declaraciones de un experto, los satélites de comunicaciones civiles son interceptados en este centro.
Pine Gap, Australia (133 ° O, 23 ° S)
Se creó en 1966. Está dirigida por el servicio secreto australiano (DSD), y aproximadamente la mitad de los 900 miembros del personal de la estación son estadounidenses de la CIA y NAVSECGRU. Tiene 18 antenas de satélite, una con un diámetro de unos 30 metros y otra con un diámetro de unos 20 metros. Según fuentes
oficiales, siempre ha sido una estación terrena de satélites SIGINT. Desde allí se controlan y se dirigen varios satélites espías y se reciben, procesan y analizan sus
señales. Hasta 1980 a los australianos se les permitió solo trabajar en el departamento de análisis de señales, pero desde entonces tienen libre acceso a todas las zonas
de la estación, con la excepción del servicio de criptografía.
Misawa, Japón (141 ° O, 40 ° N)
La estación de Misawa se estableció en 1948 como sede de una antena HFDF. Los servicios de Estados Unidos representados son NAVSECGRU, INSCOM y
algunos grupos de la AIA. La instalación tiene 14 antenas, algunas de las cuales con un diámetro de unos 20 metros. Oficialmente, Misawa actúa como un «centro
de operaciones de la criptografía», pero todo apunta a que la estación se utiliza para interceptar las transmisiones de los satélites rusos Molnyia y otros satélites de
comunicaciones de ese país.
Sabana Seca, Puerto Rico (66 ° W, 18 ° N)
NAVSECGRU fue el primero en ocupar este centro en 1952, más tarde se le unió la AIA, 544º IG (Destacamento 2). La estación tiene al menos una antena de
satélite con un diámetro de 32 metros y cuatro más pequeñas. De acuerdo a la información oficial, la misión de esta estación es realizar el «proceso de comunicación
por satélite», para proporcionar «servicios de criptología y comunicaciones» y apoyar las operaciones de la Armada y del Departamento de Defensa, incluyendo la
recopilación de información COMSAT. En el futuro Sabana Seca deberá convertirse en la primera estación de campo para el análisis y el procesamiento de las comunicaciones por satélite.
Morwenstow, Inglaterra (4 ° W, 51 ° N)
Al igual que Yakima, Morwenstow se estableció a principios de 1970, al mismo tiempo que la primera generación de satélites Intelsat. Morwenstow es operado por
el Servicio de Inteligencia británico (GCHQ). Tiene 21 antenas de satélite, tres de las cuales con un diámetro de 30 metros. Se sospecha que su misión real es la de
seguir las emisiones de los satélites de comunicaciones.
Waihopai, Nueva Zelanda (173 ° O, 41 ° S)
Está operativa desde 1989. Tiene tres antenas, una de 18 metros de diámetro y dos más pequeñas, todas ellas dispuestas para el seguimiento de los INTELSAT por
el Pacífico. Por cuestiones de cobertura territorial, parece trabajar mano a mano con la estación australiana.
Hong Kong (22 ° N, 114 ° O)
Fue inaugurada en 1970, al mismo tiempo que comenzó a volar la segunda generación de satélites Intelsat. En 1994 fue desmantelada y su infraestructura se trasladó
a la estación australiana.
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Enigma
Esta es la máquina de cifrado usada por los alemanes en la II Guerra
Mundial.
el tratado BRUSA-SIGINT, mediante
el cual los tres países se intercambiaron
personal y compartieron la información
que poseían sobre interceptación de
señales, códigos y claves.
El resultado
Más adelante llegarían a un acuerdo
con los australianos para ofrecerles
medios con el objeto de controlar las
comunicaciones de los japoneses en el
Pacífico. En los primeros meses de 1946
se celebró una conferencia angloamericana para discutir los pormenores de
una posible alianza de sus servicios de
inteligencia, en la que se fijaron las bases
de la cooperación entre Estados Unidos
y la Commonwealth.
Echelon es el nombre bajo el que
operan una serie de estaciones que
controlan el tráfico de comunicaciones
por radio, satélite, teléfono, fibra óptica
y microondas. Toda la información
que reciben es procesada por unos
superordenadores, donde se encripta
y se le aplica el reconocimiento de
voz y de caracteres (el conocido como
OCR) para encontrar entre ella palabras o frases clave con las que han
desarrollado lo que se conoce como
los «diccionarios», unas recopilaciones
de términos y caracteres en los que se
basan para la descodificación de futuros
mensajes. Las palabras claves pueden
ser nombres de personas, números de
teléfono, organizaciones, direcciones
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iban a entretener tras la caída del Muro
de Berlín y la desaparición de la Unión
Soviética y los regímenes comunistas
del Telón de Acero? Había que buscar
Teóricamente, Echelon está justificado por
la lucha contra el terrorismo y el control de
eventuales enemigos, pero según todos los
indicios los fines a los que se destina no son
solamente esos
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de Internet, etc. Como forman parte
del texto del mensaje son fácilmente
localizables por las computadoras al
buscarlas en los «diccionarios». Además,
esas claves son detectables también en los
mensajes hablados, como los contenidos
en las conversaciones telefónicas, ya que
el sistema informático reconoce todo tipo
de lenguas y acentos.
Teóricamente, Echelon está justificado
por la lucha contra el terrorismo y el control de eventuales enemigos, pero según
todos los indicios los fines a los que se
destina no son solamente esos.
Cuando terminó la II Guerra Mundial,
en Estados Unidos se inició una campaña
de vigilancia ideológica, la caza de brujas,
con la que el Gobierno se inmiscuyó en
las comunicaciones de algunos ciudadanos sospechosos de ideologías contrarias
al «buen hacer capitalista». El hecho se
repitió después del Watergate; políticos
salidos de las urnas eran vigilados por la
inteligencia dependiente del Gobierno,
y así sucesivamente fue creciendo esa
práctica hasta lograr el apoyo de otros
estados, con los que el control se dirigió
a entornos tan «peligrosos» como Aministía Internacional o Greenpeace.
nuevos objetivos para justificar los
presupuestos y asegurarse el trabajo de
los integrantes de toda la red, así que se
decidió rehacer el concepto de seguridad. Esta ya no solo debía consistir en
el análisis de todo lo que desde zonas
potencialmente peligrosas se decía o
emitía, sino que al contenido político
había que añadir otros que iban a dar
jugosos beneficios, como las relaciones
comerciales entre empresas y países.
Las sospechas llevan a grupos de multinacionales interesados en Echelon a
prestar ayuda a este proyecto a cambio
de información de primera mano de
cuanto hace la competencia. Solo hay
que imaginar las millonadas que se juegan en contratos de armamento, construcciones militares y obras civiles, por
solo citar algunos capítulos, para darse
cuenta de lo que está en juego. La red
de espionaje pasó de ser un entramado
con objetivos militares a una malla para
perseguir civiles. Es importante saberlo
todo: afiliaciones políticas, creencias
Echelon ha ido creciendo en medios humanos, materiales y económicos, e incluso no
se ha detenido ante la posibilidad de espiar
a Gobiernos aliados, como recientemente ha
quedado demostrado
Es evidente que con la Guerra Fría y
el enfrentamiento entre los dos bloques
durante buena parte de la segunda mitad
del siglo pasado, los agentes de las cinco
organizaciones involucradas estuvieron
más que atareados captando señales de
radio y de otros medios, pero ¿en qué se
Emeraude
Base francesa de seguimiento de comunicaciones en el Domme. Foto: Luc Viatour.
religiosas, hábitos de vida, tendencias
sexuales, todo sirve; la información es
poder, no hay que olvidarlo.
Echelon ha ido creciendo en medios
humanos, materiales y económicos, e incluso no se ha detenido ante la posibilidad de espiar a Gobiernos aliados, como
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Más estaciones
MILSTAR. Es el programa estadounidense que opera seis satélites geoestacionarios en todo el mundo, y permite la comunicación de las distintas
unidades del ejército de EE. UU. Con el centro de mando, valiéndose para
ello de estaciones terrenas, aeronaves y barcos.
Además de las citadas, hay otras de carácter secundario esparcidas por Estados
Unidos (incluyendo alguna en Hawai), Canadá, Alemania, Chipre, Guam y
Australia.
Echelon es, sin duda, la gran oreja que todo lo escucha, pero no es la única.
Incluso la Unión Europea tiene su propio servicio de vigilancia llamado Enfopol (Enforcement Police). En principio, sus operaciones están restringidas
al territorio de sus países miembros. Fue aprobada por el Parlamento Europeo
el 7 de mayo de 1999. Francia opera su propia red conocida como Frenchelon,
aunque no ha sido reconocida por el Gobierno; Rusia, la red Sorm, y Suiza,
Satos3.
DSCS (Sistema de Defensa de Comunicaciones por Satélite) también proporciona comunicaciones globales a través de cinco satélites geoestacionarios.
Es utilizado por las fuerzas armadas de Estados Unidos y algunas agencias
gubernamentales.
SKYNET. Satélite militar británico para comunicaciones globales.
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Satélites de comunicaciones militares
SIRACUSA es el sistema francés, y el sistema italiano es SICRAL.
La fuerzas armadas rusas se comunican por medio de transpondedores en la
banda X utilizando satélites Molnyia.
La OTAN opera sus propios satélites de comunicaciones (OTAN IIID, IVA
y IVB). Transmiten comunicaciones de voz, télex y datos entre las unidades
militares.
recientemente ha quedado demostrado,
creando conflictos diplomáticos con
diversos países europeos, entre ellos
España y Alemania, y de otros continentes. El Parlamento Europeo publicó en
1998 un informe en el que se dan datos
de la red de espionaje, afirmando que
tiene bajo su control mensajes de correo
es distinto, se basa en la interceptación
masiva de señales de radio, correos
electrónicos, faxes, telefonemas. De todo
ese enorme conjunto de información se
desecha la que no se considera «valiosa».
Una vez recogida la información es
procesada utilizando los «diccionarios»
que contienen las palabras clave para
Dentro de las tareas de Echelon está la recepción de señales de radio de larga distancia, a
lo cual están dedicadas una serie de estaciones
con sus correspondientes ordenadores cargados con los «diccionarios»
electrónico, faxes y llamadas telefónicas
de ciudadanos de todo el planeta, poniendo en alto el riesgo la libertad y la
privacidad de las personas.
Aunque todas las miradas se dirigieron
a la NSA de Estados Unidos, no hay
que pasar por alto el acuerdo secreto
de 1948, UKUSA, en el que hay otros
cuatro estados implicados, y uno de ellos
no está muy lejos, Reino Unido.
Dentro de la gravedad del hecho, todavía es peor si se considera que Echelon,
a través de las estaciones que tienen
esparcidas en diversos lugares, no apunta
a una determinada empresa o a una
persona en concreto. Su funcionamiento
saber si entre todo lo recibido hay coincidencias de términos o números. Cada
estación tiene su propio diccionario
identificado con un nombre particular,
pero Reino Unido y Estados Unidos
también poseen los de las restantes estaciones para que nada se pueda escapar.
Todo el proceso se realiza en tiempo real,
lo que da una idea de la potencia y capacidad de procesado. Cuando una palabra
coincidente con una clave es detectada,
se envía el aviso a la agencia responsable
del diccionario de la coincidencia.
Hay cinco estaciones dedicadas a
interceptar las llamadas telefónicas
que se realizan a través de los satélites
Intelsat, usados por la mayor parte de
las compañías telefónicas existentes.
Los Intelsat se encuentran en órbita
geoestacionaria por encima del ecuador,
realizando tareas de repetidores para dar
paso a las miles de llamadas simultáneas
que se efectúan, además del tráfico de
mensajería electrónica y faxes.
En Morwenstow (Reino Unido) se
pueden ver las antenas parabólicas
orientadas hacia los satélites que dan
servicio a la zona atlántica, Europa y
el océano Índico, dispuestas a captar
las conversaciones de los usuarios. En
Estados Unidos se encuentran en Sugar
Gove, a 250 kilómetros de Washington,
cubriendo el Atlántico y América del
Sur. Otra estación está a 200 kilómetros
de Seattle, en una instalación militar.
Su responsabilidad es el Pacífico y la
región este. Todo lo que esta no puede
captar está asignado a las estaciones de
Nueva Zelanda (Waihopai) y Australia
(Geraldton).
Además de las antenas dirigidas a los
Intelsat, hay otras que se encargan de
las que se efectúan por otros medios,
incluidos los satélites rusos. Entre ellas
se pueden citar la de Menwith Hill (Inglaterra), Shoal Bay (Australia), Leitrim
(Canadá), Bad Aibling (Alemania) y
Misawa ( Japón). La estación británica
está conectada a la red de microondas
de British Telecom, tiene 22 terminales
de satélite y casi 5 hectáreas de edificios,
lo que la convierte en la mayor de la
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red. También hace el papel de estación
terrestre de satélites espías e interceptación de comunicaciones de corto
alcance, como transmisores portátiles
(walkie talkies) y radios militares.
Aunque buena parte del trabajo está
dedicado a la escucha de mensajes de
radio y de comunicaciones públicas,
también hay que incluir las que fluyen
a través del cableado submarino (desde
el momento en que salen a la superficie)
y las redes de microondas.
Las instalaciones más fáciles de detectar son aquellas que consisten en
antenas parabólicas de mayor tamaño,
pero las que pasan más desapercibidas
son las de las redes de microondas, que
también se captan vía satélite. Según se
pudo saber por antiguos miembros de
Echelon, los edificios preferidos para
captar las microondas son los de las
embajadas en las capitales de todos los
países, hasta donde se hacen llegar los
receptores en valijas diplomáticas. Un
antiguo funcionario del GCHQ británico llegó a confesar en 1991 que los télex
que llegaban o partían de Londres eran
recogidos por personal seleccionado de
British Telecom.
Aunque hasta ahora no lo habíamos
mencionado, por supuesto que dentro de
las tareas de Echelon está la recepción
de señales de radio de larga distancia,
a lo cual están dedicadas una serie de
estaciones con sus correspondientes
ordenadores cargados con los «diccioPágina siguiente
narios».
Los responsables de cada sistema
informático emplean códigos de cuatro
dígitos, lo que les permite identificar
en una base de datos la categoría de la
captación que afectará a una organización, Gobierno o persona en concreto.
Las listas de búsqueda se organizan en
idénticas categorías, a las que se asignan
los cuatro dígitos, pero cada agencia
decide sus categorías en función de
sus responsabilidades en el suministro
de datos a la red. Si el audio o escrito
no está en inglés, se traduce y luego
se realiza un informe en un formato
predeterminado.
Unión
Europea
El informe realizado por el Parlamento
Europeo muestra su preocupación por
los efectos que pueda tener Echelon. En
dicho texto se constata que «la situación
para los ciudadanos europeos en Europa
no es satisfactoria», y para ellos se pide
una mayor protección. Se señala que la
actitud de los servicios nacionales de
inteligencia difieren entre los países, lo
mismo que los comités de seguimiento,
ya que hay países en los que no se han
creado comisiones parlamentarias de
control.
El informe destaca la importancia
de un monitoreo de los servicios de
inteligencia dado que estos trabajan
en secreto y a largo plazo, así que las
personas objetivo no se enteran de
que son controladas hasta después de
que se produzca, o incluso no llegan
a enterarse. Al referirse a la vigilancia
de los servicios de espionaje, subraya el
informe que dicha vigilancia se debe
aplicar solamente sobre la base de una
orden judicial, y que el conjunto de
actividades de los servicios de inteligencia estén supervisados por un órgano
parlamentario, citando como ejemplo de
estas previsiones a Alemania.
El caso de Francia es algo diferente, ya
que allí solamente requieren autorización del primer ministro las actuaciones
que exijan la conexión de cables. Las
medidas que haya que establecer en
defensa de los intereses nacionales y
que comprendan la interceptación de
las transmisiones de radio, y por tanto
también las comunicaciones por satélite,
no están sujetas a ninguna restricción,
incluida la vigilancia por una comisión.
En el Reino Unido, cualquier interceptación de las comunicaciones realizadas
en suelo británico requiere la autorización del ministro del Interior.

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