les presento este hermoso trabajo de la vida de San Antonio en

Transcripción

les presento este hermoso trabajo de la vida de San Antonio en
Fr. Lothar Hardick, OFM
ntonio
de
adua
Proclamador del Evangelio
Fr. Lothar Hardick, OFM
ntonio
de
adua
Proclamador del Evangelio
Autor: Fr. Lothar Hardick, OFM
Traducido del alemán al inglés por: Fr. Zachary Hayes, OFM,
y Fr. Jason M. Miskuly, OFM.
Traducido del inglés al español por: Fr. Nestor Antonio R. D.
Diagramación: Fr. Nestor Antonio R. D.
Revisado por: Fr. Anselmo Maliaño, OFM
Reedición y distribución:
Centro Franciscano
“Hermano Francisco Hermana Clara”
28 Calle 8-45, Zona 12
Tel.: (502) 2477 0714
Guatemala 2012.
Publisher:
EDITIONS DU SIGNE
B.P.94 - F 67038 STRASBOURG Cedex 2 - France Tel.: (33)
88.77.27.65 - Fax (33) 88.76.95.99
ISBN: 2-87718-148-0
Editions du Signe 1994
El Espíritu del Señor está sobre mí,
porque él me ha ungido para que dé
la Buena Noticia a los pobres;
me ha enviado a anunciar
la libertad a los cautivos
y la vista a los ciegos,
para poner en libertad a los oprimidos,
para proclamar el año de gracia del Señor.
(Lc 4, 18 - 19)
NDICE
Introducción
8
I Rasgos familiares y juventud
9
II Fernando se convierte en franciscano
17
III Apostolado en el norte de Italia
26
IV Antonio en el sur de Francia
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V Antonio se convierte en líder en la
Provincia Romana
46
VI Últimos años de Antonio en Padua
51
VII Retorno del santo a Dios
57
VIII San Antonio hoy
61
IX Situación mundial
66
X Cronología
73
XI Bibliografía
85
proclamador del Evangelio.
NTRODUCCIÓN
800 años de historia franciscana no son fáciles de construir,
sin embargo, para aquél que ha dejado plasmada la huella de Cristo en la humanidad se vuelve posible. Ése es Antonio de Padua, aquel fraile sencillo, que vivió no más de
36 años. Hablar de este santo se vuelve siempre un reto
que parece nunca acabar, ¿Cómo plasmar en pocas líneas
el ejemplo de consagración total que Antonio ha dejado?.
A través de breves capítulos este pequeño libro pretende presentar de una manera clara y breve la vida de san Antonio de
Padua, el objetivo: darnos cuenta que en lo ordinario de cada
día es donde nos santificamos. Aunque actualmente Antonio de
Padua es conocido como un “santo milagrero”, cabe recordar que
lo que ha hecho grande al santo no son los “milagros extraordinarios” que pudo haber realizado, lo que lo hace grande es la
convicción con que se entregó al proyecto de Dios en su vida.
Antonio vivió en este mundo y realizó su propio camino, hoy,
781 años después de su paso a la vida eterna, los devotos del
santo siguen aumentando, hablar de él no se puede quedar
en un estudio o admiración, recordar a Antonio de Padua es
emprender nuestro propio camino guiados y animados por
el ejemplo de hombres como este que han sido fieles a un
ideal en la vida: vivir el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo.
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Antonio de Padua...
8
proclamador del Evangelio.
Rasgos familiares
y juventud
INICIOS
En los primeros tiempos, cuando el uso del nombre familiar no era
todavía costumbre, las personas eran comúnmente llamadas por el
nombre del lugar en el cual habían nacido. Esta es la explicación
del nombre de los santos. Claramente hay algunas excepciones. Y
Antonio fue una de estas excepciones.
Antonio de Padua, como es conocido por muchos, no nació en Padua.
Él pasó solo un corto periodo de su vida en Padua, principalmente,
al final de su vida. Él nació en Lisboa. Por esta razón, los biógrafos
portugueses lo llaman “Antonio de Lisboa”.
Martín, el padre de san Antonio, como un caballero del Rey Alfonso,
fue bastante hábil. La esposa de Martín, María, venía de una familia
aristocrática. Antonio nació en una familia rica y privilegiada. En
este sentido, él llenó una fuerte expectativa asociada con las personas
santas de la Edad Media: un santo debe ser por lo menos de origen
distinguido y lo ideal es de origen aristocrático.
Es incierto el año del nacimiento de san Antonio. El tiempo más
acertado podría ser los años entre 1188 y 1195. Una fuente de
principios afirma que Antonio murió a la edad de 36 años. Desde
la fecha de su muerte que fue el 13 de junio de 1231 se podría
conocer que debió nacer en 1195. Dos biógrafos modernos creen
que tienen buenas razones para colocar el nacimiento de Antonio
en el año 1190. La edición crítica de sus sermones acepta el
año 1188 como fecha posible.
9
Antonio de Padua...
Es la explicación del nacimiento de Antonio el 15 de agosto, fiesta de
la Asunción de María a los cielos, una forma para expresar la clara
orientación mariana de Antonio. Ciertamente sirve al propósito de
leyenda para poner a Antonio bajo signos supernaturales desde los
inicios de su vida. Esto sucede en la explicación de que las campanas
de la catedral de Lisboa anunciaron su nacimiento. La casa en la cual
nació el santo está ubicada al oeste de la catedral, muy cerca de la
puerta principal.
Poco tiempo después de su nacimiento, el niño fue bautizado en la
catedral. Fue llamado “Fernando”, un nombre que significa “guerrero
valiente por la paz”. Él vivió a la altura de su nombre, incluso cuando
fue nombrado “Antonio”.
Hubo otros hijos en la familia de Fernando. Tenemos solamente información de una hermana que se llamaba María, que murió como
una canonesa (mujeres dedicadas a Dios en comunidad religiosa)
en el claustro de san Miguel en 1235. Ella aún vivía cuando su
hermano fue canonizado el 30 de mayo de 1232.
Conocemos pocas cosas de la juventud de san Antonio.
Nuevamente intervienen las leyendas que llenan los vacíos
con maravillosas e inspiracionales historias apropiadas a
una vida que fue santa e inusual desde sus inicios.
Se dice que un día de verano, el padre, Don Martín, llevó a su
hijo, Fernando a su finca que estaba cerca de Lisboa. El campo
de trigo estaba listo para la cosecha, pero grandes enjambres de
gorriones descendieron sobre las espigas de trigo para comerse
los granos. El papá fue a buscar al cuidador del campo para
que espantara a las aves. Le pidió a Fernando que empezara con
ese trabajo mientras encontraba al cuidador. Fernando corrió
entre los campos para espantar a los gorriones. Pero él pronto
se cansó de esto cuando encontró una capilla y tenía deseo de
entrar a visitarla. ¿Fue curiosidad, o él realmente tenía
deseo de orar?
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proclamador del Evangelio.
Él encontró una forma de mantener a los gorriones lejos de los
campos de trigo y todavía podía entrar a la capilla. Él invitó a
los gorriones a que lo siguieran. Entonces entró en la capilla con
todo el rebaño de aves. Cuando todas las aves estaban adentro,
cerró las puertas y las ventanas. Cuando su padre regresó estaba
sorprendido y avergonzado. Su hijo no se veía por ningún lado.
Las aves se habían ido. Pronto encontró la capilla. Cuando abrió
la puerta, todo se clarificó para él. Las aves volaron hacia fuera y
su hijo estaba allí.
La historia tiene aspectos de cuentos de hadas: el hijo obediente que
se debate entre el deber y el deseo; el inteligente joven sabía cómo
cuidarse a sí mismo. Con una especie de auto evidencia confidencial,
él hace cosas que son posibles solo con ayuda de dones supernaturales.
Siendo santo desde su infancia, él es dibujado con cosas celestiales, y
con milagros el mismo cielo está de su lado. Es una historia que bien
podría ser contada a los niños. El gran mago que es invocado incluso
para las preocupaciones más comunes debe haber hecho cosas
maravillosas desde los comienzos de su vida.
HOGAR PATERNO Y LA ESCUELA
Escrito alrededor de 1316, la más fuerte biografía legendaria
“Benignitas” proclama que Fernando manifestó una disposición
noble desde los inicios de su vida, y sobre todo, que ayudó a los
pobres con regalos. Otras biografías hablan de la especial devoción
a la Madre de Dios lo cual fue una realidad desde la casa paterna.
Se dice que la mamá de Fernando era muy piadosa. Sin embargo,
no es posible decir algo concreto sobre la influencia de sus padres
en el desarrollo religioso de Fernando. Referente a esto, no podemos
hacer más que suposiciones. Sin embargo, un tío que fue canonista
tuvo una fuerte influencia en Fernando. Esto es cierto no solo en lo
que respecta a la vida religiosa, también en lo que refiere a la vida
de estudios. Este hecho podría hacer sentir su influencia más
adelante en la vida del santo.
11
Antonio de Padua...
El tío fue un maestro en la escuela de la catedral de Lisboa. Cuando
Fernando había alcanzado la edad requerida, sus padres lo enviaron
a esta escuela, donde las instrucciones incluían todas las cosas que
eran costumbres en los centros educativos de ese tiempo. Pudo haber
accedido a las llamadas “trívium”, o sea el estudio de la gramática,
dialéctica y la retórica y a las llamadas “quavidrium” que son la aritmética, astronomía, geometría y música. Recibió todo lo que había
en su tiempo, tuvo una buena educación y preparación de su mente.
Naturalmente, en la escuela de la catedral la religión también tuvo
que haber sido estudiada como disciplina académica y como práctica
en los oficios litúrgicos. Todo el programa académico fue establecido
de tal manera que impulsara la decisión de entrar a la vida religiosa.
Aquellos que tenían una inclinación hacia la vida sacerdotal eran
inducidos al estudio de la teología. Este fue el caso de Fernando.
TENTACIÓN PERSONAL
La “Leyenda Asidua” fue escrita en el año 1232 y retrabajada más
extensamente en el curso del siglo trece. En el recuento de la juventud
de Fernando, esta leyenda lo presenta como un joven que tenía una
tentación personal. La idea de que Antonio tendría que haber tenido
que enfrentarse a una tentación sexual no habría sido chocante para
la hagiografía medieval. Las leyendas y biografías de los santos de esa
época frecuentemente reportaban severas tentaciones de este tipo.
Como es el caso de Francisco de Asís y de Tomás de Aquino.
Aparentemente, estos escritores creyeron que los santos eran,
sobre todo, muy humanos en las inclinaciones que los hombres
pudieran vivir, incluso en el área de la sexualidad. En esa época
no era costumbre callarse sobre ese tipo de temas, aunque no se
podía entrar en demasiados detalles sobre ellos.
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proclamador del Evangelio.
Este periodo de la vida de san Antonio nos permite ver que él no fue un
hombre exento de las pasiones humanas como quien camina solo en
“pasos divinos”. En efecto, él fue llamado a la santidad pero en su total
humanidad. Pudo haber sido un eco de sus experiencias de juventud
cuando después Antonio escribió: “Si nosotros no resistimos al mal de
la corrupción, todas nuestras buenas intenciones serán cortadas de
raíz… donde sea que haya un exceso de riqueza y placer, allí reposa
el leprosorio de los vicios. Ellos viven en las personas tibias y ociosas.
Sin embargo, antes de que se hundan en el libertinaje, el corazón se
levanta en el espíritu del orgullo con el cual empieza todo pecado”.
EN EL CLAUSTRO DE
SAN VICENTE DE FORA
En 1210, toma un giro decisivo. Él pidió la admisión en la Orden
de los Agustinos del convento de San Vicente de Fora, (llamado así
porque estaba ubicado fuera de la ciudad). Sus padres, parientes y
conocidos hicieron que este paso no fuera del todo fácil. ¿Por qué
desechar las posibilidades de una carrera exitosa? No era necesario
desechar todo y entrar al claustro de un convento para ser fiel a
la vida cristiana. Pero Fernando ya había escuchado su llamada y
estaba firme en su decisión.
El claustro de San Vicente fue una fundación de la realeza y fue
dotado de riquezas por el Rey Alfonso. Cualquiera que viviera allí
gozaba de una vida segura. Una vez que Fernando entró en este
convento empezó una serie de conflictos entre la Iglesia y el Rey.
Fernando no encontraba la paz que había estado buscando. Aparte
de estos problemas se vio perturbado en su vida espiritual y en la
concentración de los estudios que lo encaminaban hacia la vida
sacerdotal.
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Antonio de Padua...
Los canonistas mostraron gran respeto hacia él. Y no ponían
resistencia cuando su joven colega era visitado frecuentemente
por sus familiares, conocidos y personas de su misma edad
quienes estaban interesados en sus asuntos. Los canonistas veían
esto como una oportunidad de tener una relación más fluida con
él, pero Fernando deseaba estar en un clima de mayor silencio
y paz, especialmente cuando ya estaba preparándose para el
sacerdocio.
Es por esto que dos años más tarde pidió a sus superiores permiso
para ir al monasterio de Santa Cruz, ubicado a 200 kilómetros de
Coimbra. A pesar de no estar muy de acuerdo, el Superior concedió el permiso solicitado.
CANON EN COIMBRA
En ese tiempo, Coimbra era la capital del reino de Portugal y la
sede del Obispo. Coimbra también tenía buena fama como centro
de estudios. Ciertamente, la mundialmente conocida Universidad
de Coimbra aún no existía en el tiempo del santo. Esta fue fundada
tiempo después, en 1307. Pero desde muy temprano los estudios de
los Agustinos tenían buena fama.
El convento de Santa Cruz fue fundado en 1134 por el Santo Teotonio y
había sido enriquecido por los reyes de Portugal. Cuando Fernando llegó
a este convento, el número de miembros llegó a ser de 60. Tenía una
biblioteca muy bien equipada. Naturalmente allí se concentraba todo
el trabajo de los Agustinos, especialmente los hechos por su fundador.
También se contaba con los escritos de Ambrosio, Beda el Venerable,
Gregorio el Grande e Isidoro de Sevilla.
Por sus escritos posteriores, es posible decir que Fernando aprovechó
muy bien el tiempo de estudios en Santa Cruz.
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Ciertamente, Fernando no sabía que después le tocaría
participar activamente en los conflictos entre la Iglesia y
los movimientos heréticos.
proclamador del Evangelio.
Pero él estaba preparado para cuando le llegara el reto. Fernando
poseía una memoria muy buena, esto le ayudaría más adelante
para cuando los libros faltaran. En los estudios y la meditación, él se
adentró en la meditación de las Sagradas Escrituras, especialmente
del Evangelio. El Papa Gregorio IX lo llamó “Arca del Testamento”
y “Depósito de las Sagradas Escrituras” y cuando él fue elevado al
estado de Doctor de la Iglesia en 1946, el Papa Pio XII le concedió el
título de: “Doctor del Evangelio”.
Fernando se encaminó hacia Coimbra para poder concentrarse en su
vocación sin distracciones. Pero incluso en Coimbra fue alcanzado
por los problemas políticos de ese entonces. Allí se había dado la
discordia entre el Rey y el Obispo desde 1208 y esta disputa se hacía
cada vez más intensa. El tema de discordia era la independencia de
la Iglesia del poder mundano.
El Rey llegó incluso a nombrar a los superiores de los monasterios.
Hasta los miembros de la nobleza trataron de influenciar dentro
de los monasterios. Por medio de favores, privilegios y acuerdos
económicos trataron de hacer que la Iglesia dependiera de ellos;
y muchos en la Iglesia se acomodaron a estos placeres que se les
brindaron; renunciando así a la lucha de la independencia de la
institución eclesiástica.
La situación se llegó a agravar tanto, que el Papa Honorio III se
vio obligado a intervenir. Esto fue en 1220, el mismo año en el
que Antonio había dejado el monasterio de los canonistas en
Coimbra en busca de encontrar una nueva dirección entre los
seguidores de san Francisco. El Papa le expresó su preocupación
con gran claridad. “Casi todos buscan seguir su propio camino
y buscan solo lo que les traiga un interés personal. Actúan como
en la antigua Sodoma, incluso los sacerdotes hablan abiertamente de
sus pecados desde el altar y se convierten en una ocasión de escándalo
y de ruina para los fieles, no hay nadie que busque colocarse como un
muro para proteger la casa de Dios”.
15
Antonio de Padua...
Aun el Prior del convento de Santa Cruz, debió de sentirse afectado por
los reproches del Papa. Ya que él mismo estaba viviendo de una manera
mundana, de tal manera, que ya no podía controlar la disciplina y el
orden dentro del mismo monasterio.
Esto ocasionó una división dentro del mismo monasterio y Fernando no
pudo permanecer de una manera neutral, se vio obligado a corregir a su
Superior, quien no estaba actuando de la mejor manera, Fernando actuó
así porque era un hombre honesto y coherente. Las cosas no estaban
saliendo como él esperaba, ya que él había partido de Lisboa a Coimbra
pensando que allí encontraría la paz que tanto buscaba.
Lo grave de esta situación, que estaba presente no sólo en Santa Cruz,
pudo haber sido lo que el santo tenía en mente cuando tiempo más
tarde escribió: “El superior es llamado el padre de la casa porque los
demás vienen a él como el hijo que va a la casa de su padre con el fin
de encontrar protección contra el ataque de los deseos carnales, de
las tentaciones diabólicas y del deseo de dominar y tener posesiones
terrenas”.
Pero la realidad era muy distinta, ya que incluso Antonio escribe: “No
hay justo y ningún tribunal, mundano o eclesiástico, donde los monjes
y los religiosos no se encuentren para comprar y vender, construir y
destruir, patrocinan a los que apuestan en los juegos con la ley, pelean
ante los jueces, se unen a los jueces o a los defensores según mejor les
convenga. Esto es algo que no se encuentra sustentado, ni en los escritos
de san Benito, ni en los de san Agustín, ni en el Evangelio de Cristo”.
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proclamador del Evangelio.
Fernando se
convierte en
franciscano
INFLUENCIA DE SAN FRANCISCO
Es muy probable que el deseo de ser librado de estas circunstancias
desafortunadas haya jugado un papel en la salida de Fernando desde
Santa Cruz en 1220. Por otro lado; los años pasados allá le habían
dado la oportunidad de estudiar teología, lo que aceptó con mucho
esmero y le enriqueció su fe, le enseñó mucho y le ayudó a madurar
en la sabiduría. Había recibido una preparación excelente para su
trabajo posterior por lo cual debió haberse sentido muy agradecido.
Tomando en cuenta su carácter dinámico, se puede asumir que
hasta el tiempo cuando se juntó con los franciscanos, Santa Cruz
había llegado a ser un lugar demasiado restringido para vivir el
ideal de esta Orden joven que era consistente de su enfoque en el
Evangelio de Jesucristo. Se preocupaba también por las necesidades
de los pobres y la misión entre los no cristianos. Todo eso llamó la
atención de Fernando que necesitaba de espacios más amplios para
desarrollar su servicio personal del Reino de Dios.
El movimiento religioso que emanó de san Francisco de Asís no
tenía diez años de existir cuando llegó a Portugal en 1217. Se había
extendido como una explosión por toda Europa y el cercano Este.
La gente se quedó impresionada por estos religiosos que hicieron el
esfuerzo de vivir el Evangelio consecuentemente y sin pretensiones,
ya que transmitían paz en la familia humana y eran hermanos con
todos. Su estilo de vida era distinto de aquél de los monjes
de las Órdenes antiguas. Su cercanía a Dios y a los demás
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atrajo a muchos para este camino.
Antonio de Padua...
La gente miraba a estos “Hermanos menores” con curiosidad por
donde se iban y muchos hasta los consideraban como herejes. Pero
su estilo pobre y humilde de vida rápidamente ganó la confianza de
la gente sencilla, aún de los nobles. En Coimbra, la reina Urraca les
dio una capilla nombrada por san Antonio Abad que se encontró en
una huerta de olivos. Por eso este convento de los frailes se conocía
como “san Antonio de los olivos”. Por la asistencia de la hermana del
rey, los hermanos franciscanos obtuvieron una casa en Lisboa, o más
precisamente, en Alenquer.
Según la secuencia que antiguamente se cantaba en la fiesta de san
Francisco, el movimiento religioso que tuvo su origen en san Francisco
decía: “una nueva Orden, una nueva vida surgen; de la que el mundo
hasta aquél entonces no había escuchado”. El término más común para
describir la persona y el trabajo de Francisco fue la palabra “nuevo”.
Los franciscanos no sobresalían por sus conocimientos teológicos ni
por sus conocimientos seglares, ni daban sermones muy elaborados
para impresionar a los demás. Vivían según las palabras de su Regla:
“todos los hermanos deben predicar con sus obras”. Y el sermón
de su vida era que vivían el santo Evangelio de todo corazón, y que
entendían su misión al mundo en las mismas palabras con que Jesús
había enviado a sus Apóstoles al mundo (cf. Mateo 10, 5-15).
Ciertamente, predicaban con palabras sencillas más impresionantes
que el Reino de Dios estaba cerca. Pero más que todo era su vida lo
que mostraba a los demás lo que significaba concretamente el Reino
de Dios: tratar con amor a los que sufrían, expulsar a los demonios,
vivir con los demás en pobreza y sin pretensiones y transmitir la paz
de Dios.
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proclamador del Evangelio.
Sin duda una vez que había encontrado este nuevo modo de vivir el
Evangelio antiguo y siempre válido, un hombre joven como Fernando,
que buscaba vivir una vida auténtica, habría sido movido a reflexionar
sobre el significado de este nuevo modo de vivir. Pero esto fue solo el
primer impulso que lo preparó para el paso verdadero y decisivo. El
segundo impulso vino también de los hermanos franciscanos.
LA LLAMADA DE LOS MÁRTIRES
En 1219 un grupo de hermanos que se habían mostrado listos para
emprender una misión entre los musulmanes habían sido enviados por
san Francisco. Los hermanos Berardo, Pedro, Otto, Adiuto y Accurcio
llegaban a Coimbra con rumbo a su lugar de misión. Allá los apoyó la
Reina. Desde allí navegaban hacia Sevilla, que en aquél entonces estaba
bajo el Reino de los musulmanes. Los cinco franciscanos predicaban la fe
cristiana tan agresivamente a los musulmanes y condenaban a Mahoma
y sus seguidores tan fuertemente que era de esperarse las reacciones
más severas.
Los condenaron a muerte en Sevilla pero los perdonaron y expulsaron
del territorio. Pero siguieron en su propósito y viajaron a Marruecos
donde los apoyó Pedro, el hermano del Rey Alfonso II de Portugal. Él
había peleado con su hermano real y se había puesto al servicio del
Califa de Marruecos, más sin renunciar a su fe cristiana.
Dentro de poco los cinco frailes fueron arrestados otra vez y
maltratados. Pedro los podía liberar; pero por su determinación
de lograr el martirio, estos frailes atacaron públicamente la fe
islámica otra vez y fueron decapitados; era un 16 de enero de
1220. Su patrón, Pedro tomó secretamente los cadáveres y los
mandó a Coimbra. Ya que la casa de los frailes en Coimbra era
demasiado pequeña para servir de lugar de entierro de los cinco
nuevos mártires, se eligió el claustro de Santa Cruz. Posiblemente
Pedro quiso de esta manera oponerse a su hermano el Rey, ya
que Santa Cruz era el lugar de entierro de los reyes portugueses. Después de esta acción espectacular, Pedro no
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podía quedarse en Marruecos y al poco tiempo se fue.
Antonio de Padua...
Fernando ya profundamente conmovido por el modo de vivir de
los franciscanos, y que ciertamente estaba enterado de la aventura
de estos protomártires de la Orden franciscana ahora estaba al pie
de sus tumbas. El ejemplo de estos hombres que habían muerto por
su fe le llamaron a seguir en el mismo camino. Los canónigos de
Santa Cruz descubrían pronto que el regalo de los cuerpos de los
cinco mártires sería un regalo muy costoso. Por ahora, Fernando
que era muy respetado y prometía mucho, llegó con petición de
poder transferirse a la Orden franciscana.
FERNANDO CAMBIA DE ORDEN
Y SE CONVIERTE EN ANTONIO
No fue fácil que el Prior y la comunidad aprobaran el traspaso
a otra Orden. Porque, como muchos monasterios y órdenes de
aquél entonces, Santa Cruz había recibido un privilegio papal
según lo cual ningún miembro de la comunidad podría dejar
el claustro sin permiso, y ninguno podría ser aceptado por otra
Orden sin el permiso escrito, y menos aún si el monje iba a
cambiar a una Orden más estricta.
Pero al final, Fernando recibió el permiso pedido. Se reporta que
uno de los canónigos se despidió de Fernando con las palabras
siguientes, entendidas de modo irónico: “Vaya pues, vaya. Ahora
finalmente puedes hacerte santo”. Independientemente de que
estas palabras fueron pronunciadas o no, podría bien exprimir
los sentimientos del convento de canónigos cuando uno de sus
miembros los dejaba para juntarse con una “Orden más estricta”.
Se dice que Fernando respondió: “si se pasa que oyes que yo me
había echo santo, pues dale alabanzas al Señor Dios”.
Cuando Fernando hizo el traspaso a la Orden de los frailes
menores, en el verano de 1220, la Orden había sido organizada
en Provincias desde 1217. Los líderes de las Provincias llamados
“Ministros” o “Siervos” eran responsables para recibir
a los nuevos miembros. Por aquél entonces Portugal
pertenecía a la Provincia española de Santiago, cuyo
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Provincial era Juan Parenti.
proclamador del Evangelio.
La casa de los frailes en Coimbra tenía como patrón a san
Antonio Abad y por ello Fernando tomó este nombre. En esos
tiempos no era costumbre que todos los que entraban en la
Orden recibieran un nuevo nombre. Cuando esto pasaba, era
por decisión de la personal. Muchas biografías de Antonio, entre las cuales la más antigua –Leyenda Assidua- afirmaba que
Antonio se había cambiado de nombre para que sus parientes
y conocidos no lo pudieran encontrar. Probablemente quería
quedar incógnito en esta nueva forma de vida. ¿A caso que
esto fue realmente la razón? Cualquier persona que realmente
le buscaba podría fácilmente descubrir su nueva “dirección”
con los canónigos de Santa Cruz. No habría sido difícil por eso,
encontrarlo con su nuevo nombre. Es muy posible que Fernando
tomara el nombre de Antonio, como signo de un nuevo empezar
así como lo dice la escritura que habla de renunciar al hombre
viejo y ponerse el nuevo (cf. Ef 4, 22 – 23)
Cuando Antonio entró con los frailes en el verano de 1220, no era
necesario hacer un noviciado en la nueva Orden. Por eso, pudo
profesarse inmediatamente.
ANTONIO SE ENFERMA
RUMBO A MARRUECOS
Inmediatamente después de su entrada en la Orden franciscana,
Antonio hizo algo normalmente no bien visto por los superiores
religiosos en el caso de nuevos miembros. Se acercó a ellos con
claros ideales del caminar de su vida posterior. Pidió permiso para
ir a misionar a Marruecos. Sin duda alguna, el ejemplo de los cinco
mártires de Marruecos lo llamaba.
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Antonio de Padua...
La solicitud de Antonio, no era la actitud de un joven decidido a
tomar una línea agresiva para trazar su camino de auto realización.
Sino que estaba aprovechándose de una costumbre que la Regla de
1221 iba a confirmar pero que sin duda era vigente antes de esta
fecha. La Regla dice “si alguno de los frailes quiere ir entre los musulmanes y otros no creyentes, puede hacerlo con el permiso de su
Ministro. El Ministro debe acceder a esta petición y no oponerse si
ve que la persona es idónea para esta tarea”.
El Ministro provincial concedió este permiso a Antonio. Así que,
llegando a finales del año 1220, partió hacia su misión y hacia la
meta deseada acompañado por un hermano que se llamaba Felipe.
“Pero el omnipotente lo detuvo” dice la Legenda Assidua. Le dijo
Dios: “¡No de esta manera!” Apenas llegados a Marruecos, Antonio
se enfermó y la fiebre no lo dejó. Lo tuvo en cama durante todo el
invierno hasta la primavera de 1221.
Alguien estaba convencido que el clima de Marruecos no favorecía
su recuperación y le explicó al enfermo que sería mejor regresar a
su patria para recuperar plenamente sus fuerzas. Antonio estaba de
acuerdo y embarcó para volver a su patria. Pero otra vez llegó la voz:
“¡No de esta manera!” A pesar de que se pospuso el viaje hasta la
primavera cuando ya no se preveían tempestades invernales, todavía
alcanzó una fuerte tempestad. En vez de moverse hacia España y
Portugal, la nave fue movida en dirección contraria y al final llegó a
Sicilia.
Después de tribulaciones severas durante este viaje, Antonio pudo
desembarcar en la costa Este de Sicilia donde los frailes del convento
en Messina lo recibieron con amor y le ayudaron a recuperar sus
fuerzas. Ahí tuvo tiempo para reflexionar. Había experimentado que
su vida no era destinada para la misión y el martirio en Marruecos
y lo aceptó como signo de Dios. Pero ¿que quiso Dios para él? Estaba
dispuesto de entregarse a la voluntad de Dios y esperaba una voz.
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proclamador del Evangelio.
EL CAPÍTULO DE PENTECOSTÉS
DE LOS FRAILES EN 1221
El Capítulo General de la Orden fue calendarizado para la fiesta
de Pentecostés en la capilla de la Porciúncula en la llanura de Asís.
Con los demás frailes, Antonio se fue a Asís. En aquél entonces, los
Capítulos Generales eran abiertos a todos. Posiblemente Antonio se
fue al Capítulo para encontrar o por lo menos ver a Francisco.
No sabemos si Antonio y Francisco de hecho se encontraron durante
este Capítulo, pues resulta improbable. Antonio debió haber sido muy
reservado durante el Capítulo, y parece que no reveló públicamente ni
personalmente su origen noble y su educación teológica sobresaliente.
Ahora que Dios había rechazado sus planes anteriores, no se quiso
ofrecer para tareas particulares. Se quedó desapercibido.
Al final del Capítulo, los hermanos fueron distribuuidos entre las
distintas Provincias según las tareas de la Orden. Y a Antonio no le
habían asignado lugar al cual ir. Ninguno de los Ministros provinciales
pensaba en tenerlo para su Provincia. Todavía nadie reconocía cuan
grande don el que la Orden había recibido en la persona de este joven
hermano. Así, Antonio se acercó al hermano Graciano, Provincial de
la Provincia italiana de Romania, y le pidió que le solicitara a Francisco
y a Elías el que lo mandaran a esta Provincia. Y así fue.
Fray Graciano accedió a la petición de Antonio de asignarlo al
pequeño eremitorio de Monte Paulo cerca de Forli, entre Rimini
y Bolonia. En las épocas despejadas era posible ver el mar hacia el
Este. El lugar tenía una pequeña iglesia, algunas celdas sencillas y
un pequeño huerto. Fue un eremitorio típico franciscano del estilo
que le gustó al mismo Francisco.
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Antonio de Padua...
EN LA SOLEDAD DE
MONTE PAULO
En Monte Paulo, Antonio encontró lo que antes buscaba y
necesitaba. Aquí podía entregarse a la oración, contemplación
y penitencia, tuvo la oportunidad de encontrarse así mismo y
a Dios y de integrar en su vida todas las cosas que le habían
pasado. Le había sido necesario experimentar claramente el
camino que no debía tomar. Ahora esperaba un signo de Dios
para indicarle su rumbo futuro.
Para no tener ninguna perturbación se fue a vivir a una cueva. En
su gran celo por hacer penitencia debe de haber ido a los extremos,
porque cuando se tocó el timbre para reunir a los frailes, Antonio se
desmayó por la debilidad. Pero, poco a poco se dio cuenta que debía
poner sus habilidades al servicio de los hermanos y no simplemente
gastarse haciendo la penitencia. Así, dijo al Guardián del convento
que quería compartir plenamente en el trabajo y los servicios de la
fraternidad. Así asumió el deber de lavar los trastes y limpiar el suelo.
ORDENACIÓN SACERDOTAL
EN FORLI
¿Qué le pidió Dios en esta etapa? Casi suena como a respuesta de
esta pregunta lo que más adelante Antonio escribió: “Los santos son
como las estrellas. Por su providencia, Cristo los tiene escondidos
para que no brillen abiertamente a pesar de que ellos mismos lo
querían. Sin embargo, están siempre listos de cambiar la tranquilidad de la contemplación por las obras de misericordia tan pronto
como sienten el llamado de Cristo en sus corazones”.
El momento llegó cuando finalmente Dios le enseñó a lo que
verdaderamente lo llamaba. Había sido más o menos un año en
Monte Paulo cuando el Ministro provincial hizo llamar a
unos hermanos de diferentes conventos a Forli. Antonio
era uno de ellos. Iban a ser ordenados como sacerdotes
24
por el Obispo. Esto sucedió en el verano de 1222.
proclamador del Evangelio.
En este momento surge una pregunta controversial: ¿Es que Antonio fue ordenado sacerdote en el verano de 1222 en Forli, o había
sido ya ordenado en Coimbra? La Legenda Assidua dice esto sobre
los hermanos llamados a Forli para la Ordenación en ese entonces:
“Entre ellos se encontraba Antonio”. Muchos factores hablan en
contra de la posibilidad de que Antonio fuera ya sacerdote cuando
llegó a Monte Paulo. Sólo si no fuera sacerdote podría realmente
quedarse “desapercibido” durante un año.
De cualquier manera, durante la ordenación en Forli se resolvió
la cuestión. Algunos dominicos también habían sido ordenados.
Después de la celebración, los participantes se juntaron para compartir la comida en el claustro de los dominicos. El Provincial de
los franciscanos sugirió que, en lugar de la lectura de mesa uno
de los dominicos predicara un sermón. Pues es verdaderamente
un desafío predicar sin preparación, especialmente en la presencia
de la “competencia” de otra Orden. Por eso nadie quiso aceptar la
tarea de quedar como tonto. Así que el Provincial se volvió a Antonio y le animó a dar un sermón. Debía simplemente decir lo que el
Espíritu Santo le inspirara. Posiblemente el Provincial pensaba que
si Antonio quedaba como tonto sería posible decir: “bueno aquél
es el que lava los trastes y nos limpia el suelo. No debemos esperar
demasiado”.
Después, Antonio comenzó su sermón con honestidad, simplicidad y
sin enredos, lo que es posible solo en el caso de una persona de calidad
superior. Cuanto más hablaba, más fuerte cayeron sus oyentes bajo su
encanto. Ahora resultó clara la inesperada riqueza de su sabiduría y el
conocimiento seguro de la Palabra de Dios; con los cuales explicaba los
misterios de la fe. A pesar de que él mismo no lo planificó, este momento
marcó la vuelta en su vida hacia su verdadera misión. Había buscado
un ministerio público cuando decidió misionar en Marruecos. Pero Dios
lo había llevado a una vida de contemplación tranquila en la soledad,
para que pudiera madurarse para aquél momento cuando la voluntad
de Dios se mostrara clara. Ese momento había llegado durante
la Ordenación en Forli. Antonio fue mandado para el trabajo
25
del apostolado y de la predicación.
Antonio de Padua...
Apostolado
en el norte
de Italia
LA SITUACIÓN RELIGIOSA
El norte de Italia fue la tierra destinada a Antonio en su primera
época de predicación, esto fue desde 1222 hasta 1224.
Es importante comprender el contexto religioso para comprender
la predicación del santo. El principal problema de la Iglesia en ese
momento no era que a una gran cantidad de personas ya no les
interesaba el tema de Cristo, era todo lo contrario. El siglo XII y
XIII se caracterizaron por un gran movimiento religioso, esto como
resultado de las cruzadas. La idea de conquistar los lugares santos
había atraído a muchos, estaban interesados en pisar la tierra y los
caminos por los que había andado Cristo.
En el ámbito espiritual, ese nuevo movimiento religioso planteaba el
ideal del “seguimiento de Cristo”. La atención se desviaba en forma
enfática a la existencia humana del Hijo de Dios. Se reconocía que el
Hijo de Dios había caminado por nuestros caminos humanos y que
los seres humanos fueron también capaces de seguirle en esa ruta.
26
proclamador del Evangelio.
LOS VALDENSES Y OTROS
GRUPOS “EVANGÉLICOS”
El impulso para este movimiento religioso no provino de la jerarquía de
la Iglesia, sino “desde abajo” y en su mayor parte de las personas que
no sabían nada de teología. Fue fuertemente arraigada desde la clase
media que estaba emergiendo. Eran personas que habían escuchado el
Evangelio y deseaban vivir en pobreza total, siendo fieles a la llamada del
discipulado de Jesús.
Hubo un hombre llamado Pedro Waldo quien poseía grandes riquezas,
él se tomó seriamente las palabras que Jesús dijo al joven rico, él fue y
vendió todas sus posesiones y distribuyó el dinero a los pobres. Aunque
no sabía el latín él había conseguido tener el Evangelio en su lengua materna. Muchos otros hombres hicieron lo mismo que él, se reunían en
pequeños grupos para leer el Evangelio y discutir cómo debía de vivir su
vida a la luz de la Palabra de Dios.
El ideal de estos grupos fue vivir a la manera de Cristo y sus Apóstoles,
tal como lo describe el Evangelio. Ellos no deseaban ser destinatarios
pasivos del Evangelio. Estaban interesados en la participación activa
en el trabajo apostólico, quisieron anunciar el Evangelio a los demás,
invitando a la penitencia y a la conversión. En ese momento surgió
un conflicto trágico ya que la jerarquía permitía que la predicación
fuera ejercida solo por los clérigos y no por los laicos. A través de Pedro
Waldo se consiguió una solución ya que Roma permitió que él y sus
compañeros pudieran predicar a pesar de no ser clérigos.
A pesar del permiso concedido por Roma, hubo muchos sacerdotes que
no estuvieron de acuerdo. Entonces sucedió que esos grupos, se estaban convirtiendo en amenazas a la Iglesia, empezaron a predicar sin
autorización eclesial. Ellos no conocían nada referente a la enseñanza
de la Iglesia. Como resultado de todo esto, sus sermones muchas veces
no estaban en sintonía con las enseñanzas de la Iglesia. Esto condujo a
que ellos entraran en un conflicto con los sacerdotes, en sus sermones
los atacaban sin misericordia. Esto fue fortalecido por el mal testimonio
de muchos sacerdotes quienes con su actitud daban rienda a los
ataques de estas personas.
27
Antonio de Padua...
Sucedió que hubo muchos que afirmaban que el poder de predicar
no era exclusivamente para los clérigos. Lo que se necesitaba y era
suficiente para esta tarea era llevar una vida recta, al final, se afirmó
que la verdadera Iglesia solo podía encontrarse en la vida apostólica,
en una persona “buena” –un laico que vive en la vida apostólica–
tenía también el derecho de administrar los sacramentos y predicar
la Palabra de Dios. Aún así, la jerarquía no autorizaba la predicación
de los laicos ya que la veía como herética.
Todos estos acontecimientos debieron de influir en el momento que
Francisco pide al Papa la aprobación de su Regla en 1209. Si a pesar
de todas estas amargas experiencias que estaban pasando en la Iglesia,
el Papa Inocencio III concedió a Francisco la aprobación eclesiástica
de su Regla, seguramente esto debió animar más a Francisco a vivir en
máxima fidelidad al Evangelio “observando la pobreza y la humildad
del Evangelio de nuestro Señor Jesucristo” poniéndose siempre a los
pies de la santa Iglesia Católica. Antonio supo hacer una síntesis muy
exacta de esto: sabía claramente lo que la gente buscaba y lo que la
Iglesia necesitaba.
LOS CÁTAROS
Así como eran importantes los esfuerzos de Antonio por defenderse de
los grupos de herejes, así también, fueron importantes los esfuerzos
por detener al grupo de los “Cátaros”. Estos grupos afirmaban que
todas las cosas materiales, todo lo terrenal era corrupto ya que había
sido creado por un dios malo. Específicamente, en la vida sexual es
donde veían la fuente del pecado. Para que alguien fuera “puro” debía
de evitar contacto con cualquier cosa que hubiera venido al mundo a
través de la procreación sexual. Por esta razón, prohibían comer carne
ya que la consideraban impura, para ellos solo el pescado era digno de
comer. Esta visión de los Cátaros influiría enormemente en la vida de
san Antonio.
28
proclamador del Evangelio.
Los Cátaros rechazaban los sacramentos porque incluían elementos
materiales como: pan, vino, aceite, etc. Para ellos era inconcebible
que Dios hubiera asumido una naturaleza terrena como la nuestra,
ellos decían que Cristo no había sido verdaderamente humano, que
solo había asumido un cuerpo aparente, que su sufrimiento también
había sido solo aparente y no real. Como se ve, estas doctrinas no eran
cristianas, pero atraían a mucha gente, especialmente a la gente más
sencilla, gente que se admiraba de ver la radicalidad de penitencia
con que estos grupos vivían, eran tan radicales que incluso estaban
dispuestos a morir por defender sus convicciones.
PREDICANDO A TRAVÉS DE
OBRAS
Este era el contexto en el que Antonio fue enviado al trabajo de la
predicación apostólica y misionera. Desde el principio, tenía claro
que ni las palabras más bonitas convencerían a las demás personas
si no iban acompañadas del testimonio del que predicaba. En el caso
de Antonio, la gente veía que él era coherente con sus predicaciones.
Era justo lo que Francisco había exigido en la Regla de 1221: “Todos
los hermanos deben predicar con las obras”.
Un predicador que daba ejemplo con sus obras tenía el derecho
de señalar la conducta equivocada de las personas de todos los
estados, profesiones y edades, tenía el compromiso de llevarlos a
la conversión para que recibieran la salvación de Dios. Esta forma
de predicar guiados por el ejemplo tuvo mucho éxito en Antonio, prueba de ello son las multitudes de personas que acudían
al sacramento de la penitencia después de haber escuchado sus
sermones.
Antonio era un predicador que se sentía atraído por la verdad y por
ello acostumbraba a llamar a las cosas por su nombre aunque a pesar
de esto no fuera del agrado de todos. Esto era más evidente en
el tema de los problemas sociales, los cuales, al ser expuestos
29
a la luz de la Palabra de Dios no agradaban a muchos.
Antonio de Padua...
Antonio... era muy
claro en sus ataques
contra la injusticia
social de su tiempo
LOS PROBLEMAS SOCIALES
FUERON ATACADOS SIN TREGUA
Cuando Antonio hablaba sobre la opresión que sufrían los pobres,
era muy claro en sus ataques contra la injusticia social de su tiempo, él no buscaba despertar actitudes entusiastas, sino que se sentía
obligado a hablar con la sinceridad del Evangelio. Aquellos que se
veían afectados por sus ataques debieron de haber llorado de rabia
y furia al darse cuenta de la claridad con que Antonio predicaba.
Según las leyendas, Antonio no solo dependía de la fuerza de
sus palabras, ya que era capaz de ilustrar lo que decía. Hubo un
hombre muy rico que había muerto en Florencia. Había sido tan
exitoso en sus asuntos de dinero que era capaz de imponer su
voluntad en el gobierno de la ciudad. Cuando su cuerpo estaba
siendo llevado para recibir sepultura, Antonio intervino pidiendo
que se detuviera el cortejo fúnebre porque ese hombre que había
muerto no era digno de recibir cristiana sepultura. Antonio pidió
que abrieran el cadáver y vieran que dentro de él no se encontraba el corazón. Porque el corazón de ese muerto estaba no en
su cuerpo sino en la caja del dinero que él tanto había buscado. Y
sucedió tal como Antonio lo dijo: abrieron el cadáver y en lugar
del corazón encontraron el dinero.
30
Esta leyenda básicamente quiere expresar aquellas palabras
del mismo Jesús que dicen “Porque donde está tu tesoro,
allí está también tu corazón” (Mt 6, 21)
proclamador del Evangelio.
EL INTENTO DE LOS CÁTAROS
PARA DIFAMAR A ANTONIO
En sus escritos, Antonio tuvo que participar activamente en el
conflicto con las enseñanzas erróneas de los Cátaros. Él era un
rival difícil que no podía ser superado solamente con palabras.
Por esto, los Cátaros trataron de difamarlo. Cuenta la leyenda que
los herejes colocaron un pollo asado en la mesa delante del santo
en un día viernes y le señalaron que de acuerdo con el Evangelio,
una persona está permitida para comer todo lo que se le ponga
delante de él. Cuando Antonio empezó a comer, los oponentes
llamaron en secreto al Obispo. Con esto buscaban que el mismo
Obispo se diera cuenta que Antonio no observaba la norma de la
abstinencia.
Al momento en que llegó el Obispo, Antonio ya había acabado de
comerse todo el pollo y quedaban solo los huesos. Entonces Antonio
hizo la señal de la cruz sobre los huesos del pollo y estos inmediatamente se convirtieron en huesos de pescado. Ahora todos estaban
viendo huesos de pescado en el plato de Antonio, hay que recordar
que no solo era permitido comer pescado en los días viernes, sino
que además, para los Cátaros el pescado era considerado como una
comida “pura”.
Al parecer, aquí la leyenda ha tenido una ocurrencia de la vida
de Francisco y la transfirió a la vida de Antonio, cambiando su
significado en el proceso de los hechos. En la versión original,
refiriéndose a Francisco, el problema no estaba en la abstinencia
de los viernes. El problema radicaba en que para los Cátaros el
consumo de carne era considerado como “sucio” y pecaminoso
mientras que el pescado era considerado como “limpio”. En la
leyenda, aplicada a la vida de Antonio, esto ya no tenía
gran relevancia. Sin embargo, la confrontación con
31
los Cátaros es reconocida tanto en la vida de Francisco
como en la de Antonio.
Antonio de Padua...
TERRENO DIFÍCIL EN RIMINI
Fue especialmente en Rimini donde Antonio encontró la amarga
oposición de los Cátaros. De ello da pruebas un amplio número de
sucesos. Hay que recordar que, en el caso de Rimini, el Obispo había
expulsado a los Cátaros de la ciudad en el año 1180. Sin embargo,
el podestá de la ciudad los había dejado regresar debido a la presión
de la población, que estaban fascinados por el ascetismo severo de
estos herejes. Hubo una ocasión en la que estos herejes quisieron
nuevamente poner a prueba a Antonio, lo invitaron a una cena en
la que habían envenenado sus alimentos y lo pusieron a prueba recordándole las palabras del Evangelio que dicen: “Si llegan a beber
cosa mortífera no les hará daño” (Mc 16, 18). Antonio comió lo que
le dieron y esa comida no hizo ningún efecto dañino para su salud.
Ciertamente, este milagro busca presentar el cinismo de los
enemigos de Antonio. Las leyendas buscan mostrar como las
palabras de la Sagrada Escritura llegaron a hacerse vida en
Antonio. A través de sus sermones, Antonio había llegado a ser
conocido como un teólogo con un profundo conocimiento de
las Escrituras. Las leyendas tratan de traducir estos hechos en
imágenes concretas.
ANTONIO PREDICA A LOS PECES
Hay otro suceso asociado con Rimini: el sermón a los peces. Sucede en
un momento en el que los enemigos de Antonio habían convencido a
mucha gente para boicotear los sermones del santo.
A pesar de esta actitud de la gente, Antonio estaba decidido a
predicar el Evangelio en Rimini. Y si la gente no estaba dispuesta
a escucharlo, él predicaría a aquellos de los cuales dependía su
vida: los peces. Para un hijo espiritual de san Francisco, esto no
era una idea absurda. Ya que Francisco había visto como
algo significativo e incluso necesario, predicar la Palabra
de Dios a todas las criaturas que habían sido creadas por
32
Dios, incluyendo a los pájaros, peces y plantas.
proclamador del Evangelio.
Fue así que Antonio partió hacia las costas de mar. Una vez que
llegó él, los peces invadieron en gran número para oírlo. El
comportamiento de los peces era muy distinto al de los hombres
cuando están reunidos en gran número. Los peces estaban todos
muy tranquilos y ordenados correctamente: los más pequeños
hasta delante y los más grandes hasta atrás, ninguno interrumpía
el espacio de otro. Contrario a sus necesidades normales, todos
permanecían con la cabeza fuera del agua para poder escuchar
al santo. Al final del sermón todos los peces asintieron con la
cabeza como señal de agradecimiento y de aceptación de las
palabras. Este sermón de los peces, probablemente contiene un
significado profundo en la defensa de Antonio ante los Cátaros.
Quizá la enseñanza de este sermón sea que los animales “puros”
sí aceptaron las palabras de Antonio mientras que los Cátaros
que se consideraban “puros” no habían hecho lo mismo.
LA MULA Y EL EJÉRCITO
Sin embargo, otra situación se asocia a Rimini. Hablando de los
problemas que estaba encontrando Antonio con los Cátaros. Sucede que había en Rimini un hombre llamado Bonillo que había estado con los Cátaros durante más de 30 años y ya había alcanzado
el nivel de los “miembros perfectos”. Siendo uno de los Cátaros,
rechazó los sacramentos de la Iglesia, especialmente el sacramento
de la Eucaristía, un día Antonio se encontró con él y le dijo: “Cristo
se transfiguró en el monte Tabor. Esa montaña simboliza el altar
en el que de manera similar, una transfiguración se lleva a cabo, es
decir, el cambio de la sustancia del pan y el vino en el cuerpo y la
sangre de Cristo. A través de este sacramento la luz de Dios entra
en las almas de los creyentes. Por lo tanto, estamos convencidos de
lo que creemos y confesamos con nuestra boca: Ese cuerpo que estuvo dentro del vientre de la Virgen María, ese cuerpo que colgaba
en la cruz, que yacía en la tumba, resucitó al tercer día y ascendió a
la diestra del Padre, ese cuerpo que día a día se ofrece a sus
apóstoles; por ello es que el sacerdote siempre dice: “Esto
33
es mi cuerpo” porque la sustancia del pan se convierte en
el cuerpo de Cristo.
Antonio de Padua...
Ciertamente estas no son palabras nuevas de Antonio, son del
sermón del Jueves Santo, pero se han colocado aquí porque
coinciden con la enseñanza que Antonio infundía, enseñanza
que siempre estaba en armonía con la Iglesia.
Bonillo era reconocido como uno de los Cátaros del pueblo, y como
buen oponente de Antonio, no quería enfrentarlo a través de un
debate oral porque sabía que Antonio claramente le vencería, por
ello Bonillo buscó otra manera de enfrentarlo. Buscó inspirarse
en la propia predicación de Antonio para encontrar una forma de
atacarlo en cuanto a su fe en la Eucaristía.
Sucedió que había una mula en el pueblo y decidieron dejarla sin
comer tres días. Al llegar el cuarto día colocaron ante ella: a un lado
una gran cantidad de comida, y al otro lado la Hostia Consagrada.
Llegó una multitud de gente curiosa que querían ver que pasaría y
sucedió lo que nadie se imaginaba, la mula rechazó la comida y se
arrodilló ante la Hostia Consagrada, esto hizo que Bonillo y muchas
otras personas se convirtieran a la fe de la Iglesia tal y como Antonio
lo había proclamado.
JESUCRISTO, DIOS VERDADERO
Y HOMBRE VERDADERO
Los Cátaros negaban la verdadera humanidad del Salvador. De
acuerdo con su punto de vista, no tenemos que pensar que Dios,
que es el ser espiritual totalmente, habría asumido un cuerpo
de mortalidad humana. Si Antonio quería permanecer fiel a su
vocación misionera debía de tener mucho cuidado al hablar de
Jesús, hablar de su naturaleza humana era tocar algo fundamental para los Cátaros. Este tema siempre resulta difícil de tratar, ya
que algunos hacen demasiado hincapié en la divinidad y otros
demasiada importancia en la humanidad, aún es difícil
encontrar equilibrio entre esto.
34
proclamador del Evangelio.
Según los sermones de san Antonio donde decía: “Por amor a nosotros,
Jesús no podía permanecer en el cielo sin nosotros, el Hijo vino para
la redención de la raza humana, convirtiéndose en Hijo del hombre
por causa de su naturaleza humana; y era Hijo de Dios por causa de
su naturaleza divina”. Por este sermón podemos entender la claridad
que Antonio tenía en su fe: estaba convencido que Jesucristo había sido
Verdadero Dios y Verdadero Hombre.
Con razón puede llamársele a Antonio el heraldo del Hijo de Dios
encarnado. Aquí encontramos la razón por la que a Antonio se le
representa con el Niño Dios en brazos, por su visión de Cristo, no
hay que buscar en apariciones u otras razones. La Cristología de
Antonio es suficiente para entender porqué se le representa con el
Niño Jesús.
INCLUSO LOS PASTORES DE LA
IGLESIA, TIENEN
NECESIDAD DE CONVERSIÓN
Para Antonio estaba claro que gran parte de la crisis del movimiento
religioso de su tiempo se debía, en gran medida, al mal testimonio
que muchos sacerdotes daban a los fieles. Antonio hablaba de una
manera muy clara y desafiante cuando invitaba a la conversión,
quizá eran palabras muy parecidas a las de los herejes cuando rechazaban a la Iglesia, pero la gran diferencia es que Antonio quería
ayudar a la Iglesia, sus palabras querían conducir a la conversión y
no a la exclusión de todos. Quería ayudar a la Iglesia, no destruirla.
La claridad con la que hablaba Antonio nos puede sorprender hoy
en día. Es casi imposible para cualquier persona poder llamar a las
cosas por su verdadero nombre, dar a los problemas la claridad y
el nombre que merecen. Hoy en día también es muy difícil realizar
una crítica a la Iglesia. Desde la época de la Reforma del siglo
XVI, cuando surgieron las sectas protestantes, el criticar a
35
la Iglesia era algo interno y de segundo plano, y quien lo
hacía debía hacerlo con demasiada cautela.
Antonio de Padua...
Antonio habló con claridad sobre la relación entre el crecimiento
de la herejía y la corrupción del clero: “Los sacerdotes de la Iglesia
no poseen la luz de la sabiduría, ni muestran verdaderas virtudes
en sus acciones, actúan como el diablo y el ladrón con las ovejas”.
Antonio les recordaba a ellos, que eran los pastores de la comunidad, aquellas palabras que el Señor dijo a Pedro: “Apacienta mis
ovejas” ( Jn 21, 17).
Antonio era aún más explícito al decir: “En el momento de Elías,
los profetas de Baal lo rechazaban y no oían sus palabras, eran
los tiempos en los que los profetas eran caracterizados por vestirse
como los pobres, por sus cuerpos demacrados y por sus rostros
pálidos. Pero hoy en día, es totalmente lo contrario, los pastores se
colocan en lo más alto, sus vestidos son elegantes y sus rostros no
reflejan en nada la penitencia, son amigos del sueño y enemigos de
la oración”.
Antonio ha sido influido por los estatutos de la Orden Agustina ya
que en ella se dice que “cada monje debe tener dos o tres camisas
y dos pares de zapatos para el verano y el invierno. Cuando en
ciertos momentos y lugares ocurre que no tienen estas cosas, se
quejan de que los estatutos de la Orden no se están cumpliendo”.
Esto muestra con que celo buscaban seguir las leyes y los reglamentos sobre el cuerpo, sin embargo, la ley de Jesucristo no la
observaba casi nadie, a pesar de que sin esta no podían encontrar
la salvación.
En medio de estas situaciones, Antonio toca un problema que
casi nadie quería tocar en la vida de la Iglesia: “¿Qué voy a decir
sobre el clero cuando los Obispos también actúan en contra de
las palabras del Papa?” Para Antonio lo importante no estaba en
las palabras de una u otra persona; lo realmente importante era
vivir como lo decía el Evangelio de Cristo, al que debemos seguir
por encima de todo.
36
proclamador del Evangelio.
FRANCISCO CONFIRMA
A ANTONIO COMO
MAESTRO DE TEOLOGÍA
Es indiscutible que Antonio fue superior a los herejes en cuanto
al conocimiento de la Biblia, además de esto, brindaba una base
profundamente teológica de la fe de la Iglesia. Esto se debía a
la educación que había recibido a lo largo de su vida, situación
muy diferente a la de la mayoría de los hermanos de la Orden
franciscana.
Durante mucho tiempo, el mismo Francisco había sido muy reservado
en cuanto a que sus hermanos estudiaran la teología. Le preocupaba
que aquellos que se llamaban “Hermanos menores” pudieran, por los
estudios, alejarse del camino de la sencillez y humildad. Pero por otro
lado, vio que a través de Antonio podrían aportar un conocimiento
bien fundamentado de la teología. Parece ser que también los hermanos habían pedido a Antonio que prestara el servicio de enseñarles
lo referente a la teología, pero que él se había negado hasta tener la
aprobación del mismo Francisco.
Así, a finales de 1223 o principios de 1224, Francisco escribió
la siguiente carta: “Al hermano Antonio, mi obispo, yo, hermano
Francisco, envío saludos. Me complace que enseñes la sagrada
teología a los hermanos, siempre y cuando que este estudio no
apague el espíritu de la santa oración y devoción, como está escrito en la Regla”.
La carta es muy concisa, como es costumbre en Francisco. No dice
nada en cuanto a objetivos o cualquier otro detalle en lo referente
al estudio de la teología, esto deja ver la confianza que Francisco
tenía hacia su hermano Antonio.
37
Antonio de Padua...
La carta de san Francisco no contiene detalles técnicos sino que
expresa una dirección espiritual muy importante. Francisco no
rechaza el estudio de la teología, sin embargo, la carta expresa
claramente el punto de vista de Francisco: ante todo la oración
y la devoción, los estudios eran aceptados siempre que fueran
acompañados por ellos. Francisco temía que sus hermanos buscaran adquirir conocimientos solo para adquirir honor y respeto
ante los demás.
A los ojos de san Francisco, el estudio de la teología debe estar
guiado por una preocupación central: que el “espíritu de la santa
oración y devoción” –es decir, la totalidad de nuestra relación
con Dios- no debe ser obstaculizada o destruida, sino que debe
ir profundizando más. Uno podría pensar que la carta deja en
claro que Francisco se acercó a los estudios con recelos. La carta
contiene la instrucción de que en este tipo de estudios “el espíritu
de la santa oración y devoción” no deben de ser inquietados o
extinguidos.
Francisco era muy consciente de la importancia que estos tenían
para la Orden cuando le dio “luz verde” al estudio de la teología.
Sin embargo, es la vida ejemplar de Antonio lo que impulsa a
Francisco a escribirle esta carta.
“Al hermano Antonio, mi obispo”, así dice el saludo de esta carta.
Cuando Francisco llama a Antonio “su obispo”, no tiene nada que
ver con la posición jerárquica de la Iglesia. Más bien, él tiene en
cuenta el cargo que le ha dado a Antonio. Para la Iglesia local, el
obispo es custodio y administrador de la Palabra de Dios. Es a través
de él que Cristo trabaja y habla. Él es quien, como dice Francisco
en su Testamento, imparte “espíritu y vida”. Esa persona merece
honor y respeto.
38
proclamador del Evangelio.
EL CURSO DE ESTUDIOS
FRANICSCANOS EN BOLONIA
Desafortunadamente, no sabemos mucho acerca de la actividad de san
Antonio como profesor de teología para sus hermanos. Sin embargo,
hay algo que es cierto: que el curso de los estudios de los franciscanos
en Bolonia se remonta a Antonio. Tampoco se puede demostrar con
certeza que en realidad era el primer profesor de teología en la Orden.
Bolonia contaba con las condiciones necesarias para un centro de
estudios. La primera universidad de Italia había sido fundada allí en
el año 1086. Esta universidad tenía una buena fama debido a sus
buenos estudios de leyes. Probablemente Antonio trabajó allí entre
los años 1223 y 1224 cuando vivía en el convento franciscano de
Santa María de la Pulla.
Los estudios teológicos en la universidad podrían beneficiar a
Antonio, ya que en ella podía tener acceso a los libros que en
la Orden franciscana no encontraba, además aquí podía contar
con la cooperación de los profesores. El paso de Antonio por la
universidad debe verse no solo como un medio de enseñanza
sino también de aprendizaje. Este paso por la universidad daba
la oportunidad de continuar con los estudios que había iniciado
en Coimbra.
En estos años conoció a Tomás Gallo, quien había sido Abad del
monasterio agustino cerca de la basílica de san Andrés de Vercelli.
Este era egresado de la famosa escuela teológica de san Víctor de
Paris. Con él, Antonio fue capaz de completar su educación y recibir
muchas sugerencias valiosas.
Es por ello que Tomás llegó en un momento a escribir algo referente
a Antonio que dice así: “Hermano Antonio, de los Frailes Menores, mi
buen amigo, el que se esforzó por llegar al conocimiento de la
teología mística. Tuvo tanto éxito en esto que puedo decir de
39
él lo que se dijo de Juan el Bautista. Era una luz brillante que
brillaba hacia el exterior a través de su buen ejemplo”.
Antonio de Padua...
Antonio en
el sur de
Francia
Unanimidad dogmática, buena organización y poder político hacían
a los Cátaros franceses mucho más peligrosos para la Iglesia que los
italianos. La amenaza que representaban se puede ver en una carta
que el Papa Honorio III le envió a Luis, el rey francés en 1223: “Con
seguridad le perturbará el ver que en una de sus regiones más prometedoras del reino, la región de Albi, los herejes pelean abierta y
audazmente contra la Iglesia. Ellos desean socavar la vida cristiana
y destrozar a Jesucristo… Los esfuerzos que se han hecho hasta hoy
para desarraigar esta herejía han sido casi inútiles”.
Se habían hecho esfuerzos por un tiempo para detener la ola de
herejía o más aun, para extinguirla. Pero no fue sino hasta 1330
que los albigenses fueron totalmente vencidos.
40
proclamador del Evangelio.
LA RELACIÓN DE
SAN FRANCISCO CON FRANCIA
Esta fue la situación a la que fue enviado Antonio en 1224 – 1225,
con su mandato misionero a Francia. El fundador de esta orden
tenía una preocupación especial por Francia. Su madre venía de
ahí; su padre había ganado mucho en sus negocios en el mercado
francés. Él mismo, en su juventud, había cantado las canciones de
los trovadores franceses. Debido a la naturaleza de los problemas
de la Iglesia, los franciscanos necesitaban estar comprometidos en
el sur de Francia de una forma diferente y más exitosa. Antonio
fue escogido para esta labor. Naturalmente esto no sucedió sin el
conocimiento y el consentimiento de san Francisco.
Antonio llegó probablemente al final del mes de septiembre de
1224 a Arles. El hermano Pedro Bonelli, Ministro provincial de
Provenza, había convocado a los hermanos a un Capítulo Provincial el 29 de septiembre, en la fiesta de San Miguel Arcángel, para
discutir “asuntos relativos a Dios”, como lo pone la Regla. Antonio
participó en este Capítulo Provincial de los hermanos. Y dado que
su fama como un gran predicador lo precedía, le dieron el trabajo
de dirigirse a los allí reunidos.
Lo que sucedió en esa ocasión es narrado por el hermano Tomás de
Celano, en su primera Leyenda de Francisco, escrita entre 1228-1229
y, por lo tanto, durante la vida de Antonio. “Les daré un ejemplo dentro de muchos, que yo he conocido a través de testigos. El hermano
Juan de Florencia ha sido nombrado por san Francisco como Ministro
de Provenza. Cuando estaba celebrando el Capítulo ahí, el Señor Dios,
en su misericordia acostumbrada, le abrió la puerta de las lenguas e
hizo que todos los hermanos estuvieran en la mejor disposición y que
fueran atentos oyentes. Dentro de estos hermanos había un sacerdote de
gran fama, pero de aun más sobresaliente vida, de nombre Monaldo. Su
virtud estaba basada en la humildad, apoyada por la oración frecuente
y preservada por el escudo de la paciencia. El hermano Antonio también
estaba presente en el Capítulo. El Señor abrió su mente para entender las escrituras y para hablar sobre Jesús frente a toda la
41
asamblea, con palabras que eran más dulces que la miel de
los panales”.
Antonio de Padua...
“Mientras estaba predicándole a los hermanos sobre este tema, con
gran fervor y devoción: ‘Jesús de Nazaret, Rey de los judíos’, el hermano
Monaldo dirigió su vista a la puerta de la casa donde estaban reunidos.
Ahí, con su propios ojos, vio a san Francisco elevado en el aire, con sus
manos extendidas en cruz, y dándole la bendición a los hermanos. Y
todos se llenaron de la consolación del Espíritu Santo. Y el gran gozo que
experimentaron los preparó para creer lo que se les decía en relación a
la presencia y apariencia de su Padre glorioso”.
Este acontecimiento es visto como importante en la Edad Media. Se
expresaba frecuentemente de forma artística como, por ejemplo, el
fresco de la vida de san Francisco por Giotto, en la parte superior
de la Iglesia de san Francisco en Asís. Debe haber sido visto como
una fuerte autentificación de Antonio, dada por el mismo Francisco.
Además, Francisco había recibido las huellas de las heridas del Cristo
crucificado por esta misma época, o sea en septiembre de 1224. El
sermón de Antonio en Arles había sido sobre la inscripción en la
cruz.
TRABAJO EN MONTPELLIER
De Arles, Antonio viajó a Montpellier, un centro de educación
cuyo propósito era preparar a las personas para el trabajo de
misioneros con los Cátaros que se encontraban ahí. Se había
convertido en más claro para las personas responsables, que la
confrontación con los herejes requería, sobre todo, de teólogos
que fueran igual que los Cátaros en su entrenamiento formal,
especialmente en el conocimiento de las Sagradas Escrituras.
Ya en 1217, el Papa Honorio III se había tornado hacia los profesores de
la universidad de París con esta preocupación. “Con esta, nuestra carta
apostólica, le pedimos y apelamos a su universidad que nos envíen a
algunos de sus miembros con el propósito de defender la causa de Cristo
y para dedicarse fervorosamente a la instrucción, predicación y
exhortación”.
42
proclamador del Evangelio.
EN TOULOUSE, LA FORTALEZA
DE LOS CÁTAROS
Antonio no era de los que evitaba las confrontaciones desagradables. En
la parte norte de Italia había ido a Rímini, que era el centro de poder
espiritual de los Cátaros. Él siguió precisamente el mismo procedimiento
en el sur de Francia. Intrépidamente, fue a Toulouse, la fortaleza de los
Cátaros, donde predicó la fe de la Iglesia con su estilo convincente y se
involucró en discusiones públicas con los herejes quienes, naturalmente,
enviaban a su gente más experimentada con este propósito.
Desde todo ángulo, el santo estaba en una posición para desarmar
y convencer a sus oponentes. Dado que su simple hábito revelaba
aún externamente su auténtica pobreza, era imposible mantener
que él no vivía de acuerdo con las enseñanzas de Cristo, como podía
decirse de muchos dignatarios de la Iglesia. Y este pobre fraile en
los debates revelaba un conocimiento de las escrituras tan extenso,
que nadie podía refutar estos argumentos.
Fue llamado el “Mazo de los Herejes”. Pero nunca tomó el mazo
de la fuerza externa contra ellos. Fueron sus argumentos los que
destruyeron las premisas de sus oponentes como un azote espiritual.
Es de notar que en sus sermones rara vez Antonio habla directamente
de los errores de los Cátaros. Él, aparentemente era de la opinión que
el objetivo de predicar era fortalecer la fe por medio de proporcionar
una convincente y positiva presentación de la fe Cristiana y de la
vida que fluía de esta fe. De esta forma, se podía facilitar el regreso
de los herejes y sus seguidores a la Iglesia.
43
Antonio de Padua...
GUARDIÁN EN LE PUY-EN-VELAY
Antonio luego se movió hacia un nuevo oficio que le había sido
asignado. Se convirtió en el Guardián del monasterio de su Orden
en Le Puy-en-Velay, al noreste de Toulouse, considerada como la
“Ciudad Santa” de Francia, donde se veneraba una imagen milagrosa de la “Madre de Dios Negra”. No había prácticamente
ningún hereje en este centro de la antigua vida de la fe.
Aquí solo era cuestión de apoyar y fortalecer la fe que ya estaba
presente. Una versión posterior del trabajo de Antonio en Le Puyen-Velay afirma: “Él guió a los hermanos con gran circunspección
y bondad y guió a la gente hacia la vida cristiana a través de su
prédica incansable y su ejemplo heroico”.
EL SÍNODO DE BURGOS
El Sínodo de Burgos ocurrió en esta época, el 30 de noviembre de
1225. Antonio había sido invitado. Por supuesto, los herejes fueron
un tema en el Sínodo. Antonio tomó el tema. Sin embargo, él habló
menos de los herejes que de la importante razón por la que las enseñanzas de ellos eran atractivas. Habló del fracaso de los representantes
de la jerarquía de la Iglesia. Hizo un llamamiento a la conciencia de
los presentes y en el proceso no perdonó al Arzobispo Simón de Sully.
“Sólo tengo una palabra que decirles a ustedes que visten la mitra”,
Con estas palabras Antonio introdujo su texto sobre el fracaso del
comportamiento del Arzobispo. La acusación dejó perplejo al
acusado, quien con lágrimas suplicó al santo que lo oyera en
confesión y que rezara por él.
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proclamador del Evangelio.
GUARDIÁN EN LIMOGES
Como uno esperaría, los miembros de la Orden consideraban altamente a su miembro prominente y le dieron toda su confianza. La
Orden lo nombró Guardián de Limoges. ÉL sirvió en esta oficina
de 1226 a Pentecostés de 1227, y buscó enseñar a sus hermanos la
teología y a profundizar en el espíritu de la Orden. Después de la
muerte de san Francisco el 3 de octubre de 1226 en Asís, Antonio
como Guardián tenía que tomar parte en el Capítulo.
45
Antonio de Padua...
Antonio se convierte en líder en la
Provincia Romana
Con respecto al número de frailes y de hermanos, la Romana era
una de las Provincias más grandes de la Orden. Más tarde fue
reconocido que el territorio de la Provincia era muy amplio para
una guía y administración uniforme. Por lo tanto, se crearon las
Provincias de Génova, Milán, Bolonia y Venecia.
Antonio estaba familiarizado con el territorio y los muchos problemas
en la Provincia, desde la época en que predicaba en los años entre
1220 – 1224. Aunque la batalla contra las enseñanzas erróneas de los
Cátaros y los Valdenses nunca había escalado en la parte norte de Italia al extremo en que sucedió la guerra contra los albigenses en el sur
de Francia, aun había muchos adheridos a estos grupos anticlericales.
Antonio consideraba como una labor muy importante el que tanto él
como sus hermanos trabajaran en contra de estos movimientos.
Precisamente en el norte de Italia las ciudades se habían vuelto
muy fuertes y autosuficientes. Habían empezado a desarrollar una
cultura urbana que no estaba bien formada en la fe de la iglesia.
La desarrollada autosuficiencia de las comunas urbanas a menudo
entraba en conflicto con la soberanía de los obispos. El amplio desarrollo del sistema monetario llevó a fuertes distinciones entre los
ricos y los pobres. La usura era común y causaba mucha miseria.
Los constantes conflictos políticos dentro de los grupos que luchaban por el poder, constituían un problema continuo y peligroso.
46
proclamador del Evangelio.
Antonio no ignoraba los muchos niveles de los problemas que
le esperaban. Pero su preocupación principal era el cuidado
espiritual de los hermanos de la Orden. Él tendría que enfrentarse con la necesidad de visitar a menudo a muchos frailes para
conocerlos, darles la oportunidad de expresar sus problemas y
preocupaciones, para instruirlos en vivir consistentemente de
acuerdo con el Evangelio y, en general, ayudarlos a ser fieles a
su trabajo para el Reino de Dios de acuerdo con su vocación.
HASTA LOS SANTOS FRACASAN
Después de su nombramiento como Provincial de la Romana, Antonio
salió de Asís para un área que no le era familiar desde que empezó a
predicar en 1222 – 1224; el área limítrofe con Trieste. Viajó a través
de toda Istría, ganando muchos hombres para la Orden y fundando
un buen número de conventos. Pero en Udine experimentó un fracaso.
Aquellos que lo habían invitado a predicar allí eran aparentemente
una minoría que había calculado mal la realidad de la situación. De
cualquier modo, Antonio asistió a una sección de Udine y se subió a
un árbol para predicar mejor desde una posición elevada. Por razones
desconocidas, parecía imposible predicar en la Iglesia. Pero cuando
Antonio se hubo colocado en el árbol, un grupo de fanáticos locales
le lanzaron los peores insultos. Desistió entonces de continuar predicando y tuvo que bajar del árbol.
RECORRIDO INCANSABLE
Sus viajes de visita a las casas de los frailes llevaron a Antonio a realizar extensos viajes en Lombardía. Así, llegó a Milán, Como, Bienno en
Camónica, Cremona, Brescia, Bérgamo, Varese y Mantua. Finalmente,
llegó a Padua, donde tuvo su residencia permanente a partir de 1228. Al
principio permaneció ahí solo unos pocos meses. En esta época empezó
su labor de escribir su material para los sermones, una serie de perfiles
destinados para el uso y educación de sus hermanos. Los muchos lugares
que mantienen una memoria vivida de la visita de san Antonio no están
limitados a los antiguos territorios de la Provincia Romana. Un
gran número de lugares fuera de esa área también tienen esas
47
tradiciones –una señal de lo amplio de su esfera de trabajo –.
Antonio de Padua...
EN ROMA Y ASÍS
Se estima que Antonio no estuvo mucho tiempo en Roma y Asís. Cuando
“Roma” se equipara con la “curia papal”, entonces debemos recordar
que, en la época de Antonio, la curia papal no estaba siempre presente
en Roma, sino que residía en varias ciudades italianas.
La primera reunión verificable del santo con la corte papal en
Roma sucedió en la pascua de 1228. Antonio llegó a Roma porque
la Orden se cuestionaba cómo ciertas afirmaciones de sus Reglas
deberían entenderse y explicarse. El hecho de que se le confiara a
Antonio el tomar parte en estas discusiones indica claramente el
grado de confianza que la Orden le confería.
El Papa Gregorio IX (1227 – 1241), que conocía bien a la Orden
de san Francisco y muchos cardenales quienes estuvieron con él,
deseaban escuchar a Antonio predicar. El efecto del santo debe
haber sido excepcionalmente grande. El “Fioretti”, una colección
de historias maravillosas sobre Francisco y sus hermanos, narra lo
siguiente:
Antonio “predicaba una vez durante un consistorio del Papa y los
cardenales. Para esta ocasión se habían reunido hombres de muchas
naciones: griegos, latinos, franceses, alemanes, eslavos, ingleses y
representantes de otras partes de la tierra. Inflamado por el Espíritu
Santo, él predicó y explicó la Palabra de Dios de manera tan efectiva,
devota, sutil, clara y comprensible que todos los que estaban ahí reunidos, aunque hablaban diferentes idiomas, claramente escucharon
y entendieron cada una de sus palabras como si las hubiera hablado
en sus lenguas. “Ellos estaban asombrados, porque les parecía que
se había renovado el antiguo milagro de Pentecostés, cuando por el
poder del Espíritu Santo los apóstoles hablaron en diferentes lenguas. Y sorprendidos se decían unos a otros: ¿Pero no es un español?
¿Cómo sucede entonces que lo estamos escuchando en el idioma del
país donde nacimos? Al Papa también le tocó el corazón el profundo
contenido del sermón y estaba tan conmovido que dijo” “En verdad,
esta es el Arca de la Alianza y el depósito de la Santa Escritura”.
48
Esta historia muestra como una tradición posterior honró
al gran orador de la Palabra de Dios y trató de explicar la
excepcional efectividad de su prédica.
proclamador del Evangelio.
CANONIZACIÓN DE FRANCISCO
Es muy probable que Antonio se encontraba en Asís el 16 de julio
de 1228, cuando Francisco, quien había muerto dos años antes, fue
canonizado. Dado que Antonio era el Ministro provincial de una
de las Provincias italianas, hubiera sido extraño que no participara
en este gran evento. En el mismo día de la canonización, el Papa
Gregorio IX colocó la piedra angular para la construcción de la Iglesia que sería levantada en honor de san Francisco y que serviría
como su lugar de enterramiento.
La construcción de la Iglesia de san Francisco procedió con energía.
El trabajo había progresado tanto, el 25 de mayo de 1230, que fue
posible dedicar el templo y transferir los restos de san Francisco ahí.
Por esta razón el Ministro general convocó a un Capítulo General de
la Orden en Asís. Como Provincial, Antonio se vio obligado a asistir.
Antonio llegó al Capítulo General en Asís para pedirle al Ministro
general Juan Parenti, que lo librara del cargo. Antonio tenía serias
razones para esto. Su salud no estaba bien. También deseaba darle
más atención a las necesidades pastorales de Padua y la región que la
rodeaba. Su petición fue concedida.
CAPÍTULO GENERAL DEL
25 DE MAYO DE 1230
El Capítulo General de Asís tenía problemas muy difíciles que
resolver. Cuatro años después de la muerte de san Francisco, se
dieron serias discusiones para determinar el “verdadero” camino
que debería tomar la Orden. El que no todos los frailes estuvieran
de acuerdo no es sorprendente, dado que la Orden había crecido
desde sus días primitivos.
49
Antonio de Padua...
Antonio trató de moderar la discusión sin éxito. Juan Parenti no
tenía la situación bajo control y no podía guiar las discusiones con
autoridad. No pudo lograr su meta de que la Orden alcanzara un
compromiso en el cual todos los frailes pudieran votar.
La controversia se centró en temas individuales sobre la observancia
de la Regla de la Orden. Dado que no pudieron llegar a un acuerdo en
este Capítulo sobre los puntos controversiales, se acordó pedir al Papa
una interpretación con autoridad. Una comisión debería explicarle la
situación y solicitar su decisión.
Antonio era parte de esa comisión; no se había adscrito a ninguna de
las opiniones expresadas en el Capítulo General. Estaba convencido
de que solo un camino en medio era posible, si la Orden iba a crecer
en la Iglesia y volverse más efectiva. El resultado de la evaluación dio
origen a la Bula Papal “Quo Elongati”, del 28 de septiembre de 1230.
Dentro de los puntos que se disiparon fue que debería mantenerse
la pobreza de la Orden como un todo, así como la de los hermanos
individuales.
50
proclamador del Evangelio.
Últimos años
de Antonio
en Padua
Es seguro que la visita de Antonio a Padua en 1227 – 1228 no fue
muy larga. Pero se debe haber encendido alguna chispa, ya que hacia
el final de su vida, el santo regresó aquí. Varios años antes, el había
escrito su colección de sermones dominicales para la Iglesia. Ahora,
después de haber renunciado a su cargo de Provincial, empezó a
trabajar en los sermones para los días de fiesta.
Antonio se dedicó con renovada intensidad a predicar durante la
cuaresma de 1231. Durante este tiempo de gracia y salvación, él
sintió como su obligación innegable proclamar las Buenas Nuevas
del Reino y de la misericordia de Dios.
Antonio no limitó su servicio pastoral a la prédica en esta
temporada de pascua penitencial, aunque este apostolado
demandaba de todos sus poderes. Como otras veces, el cedió
mucho de su tiempo al cuidado pastoral del sacramento de la
reconciliación. Muy temprano en la mañana, estaba listo en el
confesionario; y se encontraba ahí hasta la puesta del sol. Para
él, los sermones y la confesión estaban relacionados uno con
la otra.
Se dice que después de sus sermones, muchos de los sacerdotes
presentes no se daban abasto para la labor de escuchar las confesiones de todos aquellos que deseaban recibir el sacramento. En
esto reconocemos el poder de la fe renovada por Antonio, ya
que en esa época, generalmente se declinaba la recepción
51
del sacramento de la penitencia.
Antonio de Padua...
ANTONIO SE CONVIERTE EN
ANTONIO DE PADUA
Aparentemente, fue el duro trabajo del santo en este período de
cuaresma de 1231 lo que lo convirtió en “Antonio de Padua”. Él
predicó sus sermones de cuaresma cuidadosamente preparados
desde el 6 de febrero hasta el 23 de marzo de 1231. Él fue el
primero que se preparaba para la fiesta de pascua por medio de la
prédica diaria. Esto se volvería más tarde en una práctica común.
Desde el principio había una gran cantidad de gente que deseaban
escuchar a Antonio. Ya que ninguna de las iglesias de Padua eran lo
suficientemente grandes, se decidió que los sermones fueran en un
espacio abierto. De acuerdo con la narración más antigua de su vida,
el número de personas que lo escuchaban se estimó algunos días en
hasta 30,000. Este número puede muy bien haberse exagerado por
el entusiasmo, pero hasta esta exageración indica que el torrente de
personas era inmenso.
Mucha gente ya se había reunido en el lugar del sermón durante
la noche, para poder asegurarse de un buen lugar. Cualquiera que
estaba libre de hacerlo venía al sermón: viejos y jóvenes, hombres y
mujeres. Debe haber sido como un peregrinaje a un lugar sagrado. El
descanso dominical prevalecía en la ciudad durante el sermón. Los
negocios se cerraban y los comerciantes del mercado –que habrían
ganado mucho dinero de tanta gente– dejaban sus puestos.
Pero, como generalmente sucede, no se observaban los límites de
piedad apropiados en tales ocasiones. Sucedían incidentes que
pueden haber parecido piadosos para ciertas personas, pero que
en realidad constituían una carga embarazosa e incómoda para
el predicador. Aparentemente Antonio ya era considerado como
un tipo de reliquia durante su vida y la gente deseaba poseer algún tipo de artículo que le perteneciera. Movidos por este
piadoso entusiasmo, las mujeres llegaban a los sermones
con tijeras y cortaban pequeños pedazos del hábito del
52
santo cuando él pasaba hacia el púlpito.
proclamador del Evangelio.
Para poner fin a esta molesta situación y para evitar la necesidad de que
Antonio predicara con un hábito cortado y lleno de hoyos, se formó un
grupo de jóvenes que actuaban como guardaespaldas. Ellos le abrían
camino entre la muchedumbre y cuidaban que pudiera llegar y alejarse
del púlpito sin ser molestado.
Una poderosa ola de conversión se movió por todo Padua. Esta no
era una conversión que buscara la reconciliación solo con Dios y
se cree que, dada dicha conversión, uno no podía ignorar al vecino.
Él los llevó a una reconciliación de unos con otros y a alcanzar una
apropiada relación humana.
En esa época Padua experimentaba un período en el cual los
ciudadanos estaban listos para vivir en paz unos con otros.
Había un deseo de que la bondad rodeara amplios círculos. La
gente que tenía problemas con otros, extendía sus manos como
reconciliación y enterraban sus diferencias. Las propiedades
que habían sido adquiridas injustamente eran retornadas. Los
prisioneros eran liberados, la gente que, por circunstancias
desafortunadas, no podían pagar sus deudas. Los ladrones y
prostitutas cambiaron sus comportamientos y empezaron una
nueva vida de decencia. Se podía decir que la gente de Padua
experimentó, en una santa intoxicación, que podían vivir de
acuerdo con el Evangelio en paz con Dios y con sus hermanos
y hermanas humanos.
53
Antonio de Padua...
LA LEY DEL 15 DE MARZO DE 1231
Hacia el final del tiempo de cuaresma, el trabajo de san Antonio
encontró su manifestación concreta en la forma de una ley de
amplio significado. Tenía que ver con la práctica de los usureros
y las normas operativas de préstamos de dinero. En esta época,
las leyes de la ciudad de Padua y de otras ciudades castigaban
a los deudores y a sus fiadores con prisión de por vida y no
hacía distinción entre aquellos que no podían pagar y los que
no querían hacerlo. El 15 de marzo de 1231, las autoridades de
la ciudad promulgaron una nueva ley que decía lo siguiente: “A
petición del honorable y santo hermano, Antonio, el confesor
de la Orden de Frailes Menores, nadie, sea este deudor o fiador,
será privado de su libertad personal en el futuro si es incapaz de
pagar, en tales casos, él puede ser privado de su propiedad, pero
no de su libertad personal”.
Esta ley es ciertamente única, ya que fue inspirada por un hombre
que no tenía poder político de cualquier clase y que no tenía el apoyo
de ningún grupo de intereses especiales en particular. En el caso de
Antonio, solo era cuestión de autoridad espiritual y la autoridad de la
palabra de Dios que proclamaba. Fue a esto a lo que él apeló.
Esta ley del 15 de marzo de 1231, limpió mucho de la maldad que
se había desarrollado en el territorio. El poder y la riqueza habían
crecido en la ciudad y estaban aliadas muy de cerca. Este arreglo
permitió el desarrollo de la economía y el que las estructuras de
poder alcanzaran un punto álgido y aumentara la imagen de las
autoridades civiles de la ciudad. Aquí se encontraron las semillas
amenazadoras de controversias no sanas. Las ciudades habían tenido rivalidades entre ellas y las familias aventajadas e influyentes,
así como la tensión entre las mismas familias y la gente simple que
no tenía ninguna influencia.
54
proclamador del Evangelio.
La ley intentaba manejar el desarrollo. La economía basada
en el dinero agudizaba los viejos problemas y creaba nuevos.
Mientras que un grupo tenía dinero en abundancia, el otro no
lo tenía y era un proletariado urbano humano oprimido. Los
negociantes inteligentes que vieron una oportunidad para ellos
mismos en las necesidades monetarias de otros, abrieron bancos
de préstamo. Por sus tasas de interés, se llevó a mucha gente a la
deuda y a la miseria sin esperanza. Cualquiera que no pudiera
pagar el dinero prestado junto con el interés, o cualquiera que
se hubiera declarado incapaz de pagar, era hecho prisionero a
pedido del banquero, como reconocemos en la párábola donde
Jesús habla del siervo sin misericordia (cf. Mt 18, 23–35)
A través de su intervención, Antonio había logrado cambiar esta
situación injusta, al menos en Padua a pesar de que los ricos también podrían haber creído que estaban en el derecho de presionar
a los más débiles. Esta reforma legal no se cuenta entre los milagros
del santo, aunque bien podría ser el más grande de los milagros
que él trabajó durante su vida.
HECHOS MILAGROSOS
Hubiera sido impensable para la Leyenda el que Antonio no realizara
hechos milagrosos en la ciudad de Padua, cuyo nombre, finalmente
llegó a ser asociado con él. Uno de los casos más famosos es el de
una niña tullida de tres años de edad. Sin embargo, aquí sucede algo
extraordinario. Los milagros relacionados con su estancia en Padua
están relacionados con la familia del santo en la lejana tierra de Portugal, entre ellos uno sobre la buena reputación de su padre Martín.
Es como si, precisamente, cuando Padua quiso reclamar para ellos al
santo, su patria hacía lo mismo: ambas lo reclamaban para sí.
Actualmente, es imposible determinar si existieron tales hechos.
Lo que es importante, es reconocer que a Antonio se le
atribuyen muchas cosas aparentemente imposibles.
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Antonio de Padua...
EL TIRANO
EZZELINO DA ROMANO
El espectacular encuentro entre Antonio y Ezzelino da Romano
(1194 – 1259) ha ganado una especial atención en los relatos de
su vida y obra. Si alguien de ese período de la historia merecía el
título desagradable de “TIRANO”, ese era Ezzelino. Él era el líder
de los Gibelinos, el partido del emperador de Italia. Consideraba
que su tarea era ganar el control sobre las ciudades de la parte
contraria, los Güelfos, así como de las ciudades libres. Como líder
militar brillante, fue verdaderamente agresivo y sediento de sangre.
Muchos de sus contemporáneos lo veían como un monstruo que
había venido del infierno.
Ezzelino tenía su corte en Verona. Durante las luchas por el
poder en esa ciudad, fue capaz de atrapar a sus oponentes y
a sus seguidores apresándolos por sorpresa y enviándolos a la
cárcel. Algunos de estos enemigos, que pertenecían al partido
Güelfo habían huido y encontraron refugio en Padua.
De acuerdo a un tratado que Padua tenía con las otras ciudades del
norte de Italia, la ciudad tuvo que intervenir para que la justicia
prevaleciera también en Verona. Los líderes en Padua creían que el
mejor camino hacia el éxito radicaba en que Antonio se encontrara
con Ezzelino y le pidiera una indulgencia.
Antonio no rechazó la petición, a pesar de que claramente sabía que esto
sería muy difícil. La misión no tuvo éxito –aunque algunas leyendas han
dicho lo contrario afirmando la conversión de Ezzelino– lo que habría
sido precioso. Pero aquí Antonio se encontró con un corazón duro, lleno
de odio y que se negaba a aceptar la buena noticia del Evangelio.
56
proclamador del Evangelio.
Retorno
del santo
a Dios
A casi 11 kilómetros de Padua, se encuentra Camposampiero, donde
un amigo fiel y generoso benefactor de Antonio y sus hermanos, el
Conde Tiso VI, tenía un castillo, en el terreno donde había proporcionado una capilla y una ermita para los frailes.
Allí Antonio encontró lo que buscaba: Calma y aislamiento, para
que él pudiera darse intensamente a la oración y la contemplación
de Dios. Ya no era una cuestión de la recuperación de la integridad
física o de recobrar las fuerzas del cuerpo. Sin duda era demasiado
tarde para eso. Antonio sufría de un edema y del asma. Los médicos
de estos tiempos han estudiado el testimonio de la enfermedad de
Antonio y han dado la hipótesis de que se pudiera haber tratado
de una diabetes. Es imposible para nosotros hoy en día llegar a un
diagnóstico exacto de su enfermedad.
A pesar de que la tierra del Conde Tiso podría proporcionar la
relajación y la alegría, aún quedaban las noches dolorosas para
un hombre que sufría de edema y asma.
En la propiedad del Conde Tiso había un árbol de nogal grande, con
ramas muy esparcidas. No sabemos a quien se le ocurrió la idea de
construir una especie de “célula” o “nido” en este árbol, pero el
Conde Tiso se encargó de hacer allí una pequeña cabaña sobre las
ramas para que Antonio se hospedara en ese lugar. Antonio estaba
contento con retirarse a este lugar.
Su escalada al árbol y la vivienda en las alturas de las ramas puede
ser visto como una especie de símbolo de los últimos días del santo
en la tierra. Comienza a dejar de lado las preocupaciones
más bajas de la vida terrena. Él se esfuerza por lograr lo
57
más alto, lo que está arriba. Pero en esto está rodeado por
la naturaleza creada por Dios y por su riqueza de vida.
Antonio de Padua...
LA VISIÓN DEL NIÑO JESÚS
Antonio había ayudado a muchas personas, a menudo de una
manera milagrosa. Ahora, hacia el final de sus días en la tierra,
Dios le dio una experiencia que fue para él solo, y fue a ofrecerle
consuelo y gozo en el sufrimiento de su enfermedad. La Leyenda
nos informa que Jesús se le apareció en forma de un niño, permitió que Antonio lo abrazara y tocó al santo en la frente. Según
la leyenda nos dice, nadie fue testigo de este evento. En ese preciso
momento, el Conde Tiso iba pasando por la cabañita del santo.
Vio una luz que brillaba desde la sala y entró en ella. Tal vez él
quería ofrecer algo de compañía a su amigo que no podía dormir.
De cualquier forma, fue testigo de la aparición milagrosa. Profundamente emocionado cayó de rodillas.
Cuando la aparición llegó a su fin, Antonio vio al conde de rodillas en
la puerta abierta. El santo le hizo prometer al Conde que no revelaría
nada de lo que había visto. Después de la muerte del santo, el Conde
Tiso ya no se sentía obligado por la promesa de silencio y dio a conocer
el milagro a los demás.
El hecho de que se asocie a Antonio con el niño Jesús, tiene raíces
más profundas, en la enseñanza de este Doctor de la Iglesia, en
sus sermones, le dio una importancia central a la encarnación del
Hijo de Dios. En este sentido, la aparición del Niño Jesús tiene una
justificación interior y se erige como una declaración de Antonio.
Lo mismo puede decirse de las representaciones posteriores
que muestran a Antonio con el Niño Jesús en sus brazos.
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proclamador del Evangelio.
UNA VIDA RICA EN EL TRABAJO
LLEGA A SU FIN
La estancia de Antonio en Camposampiero duró solo unas pocas
semanas. La “Hermana muerte” llegó la tarde del 13 de junio
de 1231, para llevar a Antonio hasta el puerto de la eternidad.
Era un viernes. ¿Sabía Antonio que la hermana muerte estaba
ya cerca? Muchos biógrafos llegan a esta conclusión a partir del
siguiente incidente. Cuando Antonio había llegado a las alturas
de las montañas en su regreso de Verona, bajó la mirada sobre
la ciudad de Padua. Allí se supone que dijo a sus hermanos que
le acompañaban que, en poco tiempo, Padua experimentaría un
gran honor. Esto ha sido interpretado en el sentido de que Padua
conservaría las reliquias del santo dentro de sus muros. Y esto es
considerado un gran honor para la ciudad.
Como todos los días, la campana sonó en la comunidad el 13 de
junio de 1231, para llamar a los hermanos de Camposampiero
juntos para la comida del mediodía. Con cansancio, Antonio bajó
de su cabaña en el árbol para ir a la comunidad. Le resultaba
cada vez más difícil caminar debido a los cambios en su cuerpo,
el cual se había hecho un poco más obeso. Antiguas pinturas lo
han representado de esta manera. Muchos pintores más actuales
lo describen como un hombre guapo, joven y delgado.
Antonio apenas se había sentado para empezar la comida cuando
la hermana muerte anunciaba su presencia. De repente, se sintió
muy enfermo. Su rostro se puso pálido como un cadáver. Su cabeza
se hundió en el pecho. Él perdió su fuerza. Había todavía un deseo.
Él pidió ser llevado a la comunidad de frailes de Padua, cerca de la
Iglesia de Santa María Madre del Señor. Los hermanos cumplieron
este deseo, partiendo en un triste viaje.
Viendo a un agricultor que pasaba por el camino, los hermanos le prestaron el carro que llevaba jalado por dos
bueyes. Ese viaje recorría la antigua calzada romana que
hoy conocemos como el “Camino del Santo”.
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Antonio de Padua...
Este viaje fue muy lento ya que se debía llevar con cuidado al
enfermo. Con un calor opresivo el carro iba luchando contra las
piedras que encontraba en el camino. Se calcula que ese viaje
debió de haber durado aproximadamente de cinco a seis horas.
Por la tarde, habían llegado a Arcella en el borde de Padua. Allí, Fr.
Vinotto se reunió con el triste cortejo. Donde se detuvieron para
que el enfermo visitara por última vez a las Clarisas de Arcella.
Postrado en la cama, Antonio parecía estar perdiendo la conciencia.
Pidió la Unción de los enfermos, que en este caso con razón podría
llamarse la “última unción”. Él seguía orando devotamente, aún en
estos momentos de total enfermedad. Al momento, se produjo un
cambio drástico en Antonio, sus ojos se iluminaron y él dijo: “Veo
a mi Señor”. Después de estas palabras, pasó a la vida eterna, a la
cual había entregado todas sus fuerzas mientras estuvo en la vida
terrenal.
Su muerte fue anunciada a los ciudadanos de Padua de una manera
notable. Los hijos de Padua comenzaron a inquietarse. Corrieron
por las calles gritando: “¡El santo ha muerto! ¡El santo padre ha
muerto!” hasta los niños salían inquietados.
Ahora iniciaba una batalla sobre el entierro del fallecido, como era
costumbre en aquellos tiempos medievales. Varios grupos elevaron
sus reclamos. Por último, se alcanzó la unanimidad. El obispo celebró
los ritos funerarios, bendijo el cuerpo y fue enterrado en la catedral
el martes 17 de junio de 1231.
La canonización se llevó a cabo muy rápidamente, el 30 de mayo
de 1232. Poco tiempo después se inició la construcción de la Iglesia
dedicada al santo, a la cual fue trasladado el cuerpo el día 8 de abril
de 1263. La distinción al santo es tanta, que comúnmente Antonio
es llamado el “Santo del mundo entero”
60
Parte de este reconocimiento es ver que el 30 de mayo de
1946 el Papa Pio XII elevó a Antonio a Doctor de la Iglesia,
con el título de “Doctor del Evangelio”.
proclamador del Evangelio.
San
Antonio
hoy
Al estar constantemente haciendo hincapié en los milagros y
explicando la vida de Antonio en el contexto de la Iglesia y del
movimiento franciscano de la Edad Media, se corre el riesgo de
presentar a san Antonio de Padua como una figura del pasado,
distante, lejos de la realidad de hoy. Y cuando nos centramos en
los homenajes que los artistas –incluyendo algunos verdaderamente grandes artistas- le han dado con famosas pinturas “celestiales” podemos ver al santo solo como una figura elevada a la
gloria celestial, retirado de la vida cotidiana que nosotros vivimos
en la tierra.
Por el contrario, san Antonio está presente en las situaciones más
difíciles y dolorosas de la vida de hoy. No sólo como un recuerdo,
un símbolo o un modelo, sino también como una persona humana
concreta que todavía vive y trabaja para la Iglesia y para todos los
hombres y mujeres, que sienten su cercanía, como si fuera un amigo
o un hermano. Un lugar especial para sentir esta presencia real e
intensa es la Basílica de Padua, donde se encuentra su tumba y que
todavía está bajo el cuidado de los hermanos franciscanos.
El diseño y la construcción de la basílica empezaron inmediatamente después de la canonización de este fraile portugués, que
había elegido a Padua como su hogar y lugar de descanso. Una
gran Iglesia fue construida para albergar a los fieles, que, después
de la muerte del fraile asistían en grandes multitudes para
venerar sus restos. Incluso hoy en día, es impresionante
61
ver las inmensas cantidades de peregrinos que visitan el
santuario de san Antonio.
Antonio de Padua...
Los peregrinos no solo vienen de Italia y Europa Mediterránea,
donde el santo desarrolló su ministerio con mayor intensidad
y donde la tradición de su misión se ha mantenido más viva.
También visitan muchas personas del resto de Europa (y en los
últimos años, particularmente de los antiguos países comunistas), de América y otros continentes.
Son millones de amigos y admiradores del santo, es un vínculo
intenso y profundo de amistad que se ha extendido por todo el
mundo. Su devoción se manifiesta de distintas maneras.
Para comprender mejor la devoción que Antonio ha despertado,
hay que ver lo que sucede en el Santuario de Padua, lugar al que
acuden millones que buscan el sacramento de la reconciliación,
la Eucaristía y tocar la tumba del santo. Solo en el año de 1992 se
calcula que el santuario fue visitado por más de 765,000 personas.
Verdadera manifestación de fe.
62
proclamador del Evangelio.
EL ESPÍRITU DE SAN ANTONIO
EN EL MUNDO
Evangelización
La respuesta que Francisco, Antonio y Clara dieron al Evangelio
continúa en la actualidad donde los franciscanos, –hombres y
mujeres religiosos, seculares y laicos voluntarios– infunden el
mensaje de paz, alegría y amor con los necesitados.
En el Perú, un hermano franciscano sirve a las personas pobres de
Lima como un fundador/director de los tres centros médicos, sanando
a los que sufren la desnutrición, enfermedades y la pobreza estructural. En Tanzania, las Hermanas Franciscanas cuidan a los enfermos
en un hospital del río Usa. En El Salvador, un fraile dirige una serie
de proyectos de Ágape para los pobres. Y en otras partes de África,
México, América Central y Sur América los jóvenes capacitados por
el Servicio de la Misión Franciscana de Washington, DC, llegan para
ayudar como laicos misioneros a los menos afortunados.
La Unión Misionera Franciscana ofrece becas para los religiosos
y religiosas de los países en desarrollo para que puedan estudiar
en el Instituto Franciscano de san Buenaventura ubicado en Nueva
York. Estos ideales franciscanos pueden ser trasladados a sus hogares y los candidatos pueden compartir los programas de formación
en sus lugares de origen.
Franciscanos de todo el mundo participan activamente en una organización no gubernamental de las Naciones Unidas en Nueva York.
“Franciscans International” sirve a los miembros de las Naciones Unidas, al personal y a otras organizaciones no gubernamentales
mediante la colaboración, la educación y la adopción de medidas en los ámbitos de la creación, establecimiento de la
63
paz y la preocupación por los pobres.
Antonio de Padua...
Desde hace mucho tiempo las acciones locales de pacificación
incluyen al centro franciscano de “Pace e Bene” en las pruebas
nucleares de Nevada. Estas y otras formas de inserción entre los
pobres, dice el ex Ministro general Fr. Hermann Schalück OFM
son signos de esperanza, de una presencia que infunde la paz
de Dios en el mundo: “Guiados por el ejemplo de Francisco y
Antonio, que fue más con hechos que con palabras”.
Los franciscanos pueden encontrarse en aquellos lugares donde
hay gente con necesidades críticas. Por ejemplo, hay una hermana
franciscana, que es una enfermera–partera certificada en un centro médico en Chester, Pensilvania, ofrece servicios de maternidad
a madres negras, solteras o adolescentes. CREATE, es una institución
en Harlem, que proporciona ayuda y orientación a los adictos a las
drogas. El fraile fundador comenta que dependen totalmente de
la colaboración de los laicos, y en base a su servicio comenta que:
“Nosotros trabajamos como una familia y buscamos atender a más
personas”.
En el comedor de san Antonio, ubicado en San Francisco, creado
por el difunto Fr. Alfred Boeddeker, OFM (Q.D.E.P.), se sirve comida
gratis a los necesitados. Esto también sucede en otros lugares como
Manhattan y Filadelfia, donde también a los frailes franciscanos,
religiosas, seglares y voluntarios franciscanos se les enseña a lo que
están llamados a ser: un equipo que está invitado para servir al
pueblo más necesitado.
Hay tantos ejemplos que se pueden mencionar sobre la labor
de los franciscanos, hablar del centro de Manhattan donde un
grupo de Hermanas Franciscanas dirige un refugio para mujeres
sin hogar. Hablar de las Residencias de san Francisco donde un
grupo de frailes anima un centro de atención a ex enfermos
mentales a los que ayudan a encontrar un nuevo significado a
sus vidas. Hablar de la hermana franciscana que trabaja con las
familias sin hogar de cuatro refugios en Chicago. Hablar
del franciscano seglar que ha dedicado 20 años de su
vida a servir a personas sin hogar en Boston.
64
proclamador del Evangelio.
En el hogar de santa Clara en Elizabeth, Nueva Jersey, la hermana
Feliciana llega con amor a proteger a los frágiles bebes y los niños
que están expuestos a las drogas desde que están en el útero, –
muchos de ellos infectados con VIH–. La preocupación que san
Antonio tenía por los presos encuentra su expresión actual en un
hermano franciscano de Nueva York, quien con un programa de
rehabilitación ayuda a ex convictos. Los Franciscanos también son
reconocidos por la intensa preocupación y promoción que realizan
por el respeto al medio ambiente.
También hay un grupo de franciscanos que dan albergue a aquellos
agrícolas migrantes que por el camino buscan un lugar donde hospedarse. Capuchinos, franciscanos, clarisas, terciarios franciscanos,
se involucran para prestar este servicio en Wilmington, Delaware.
En definitiva, los franciscanos han tomado a pecho lo que decía Fr.
Leonard Foley, OFM, que “la vida de san Antonio fue lo que la vida de
todo cristiano está destinado a ser, pero en grande, un alto valor para
hacer frente a los altibajos de la vida, la llamada a amar y perdonar,
para estar preocupado por las necesidades de los demás, para hacer
frente a las crisis, grandes y pequeñas, y tener los pies firmemente
sobre el terreno del amor total, confianza y dependencia de Dios”.
65
Antonio de Padua...
Situación
mundial
OFM: OFM Cap:
OFM Conv:
OSC:
CFI TOR:
TOR:
Orden de frailes menores
Orden de frailes menores capuchinos
Orden de frailes menores conventuales
Orden de Santa Clara
Conferencia franciscana Internacional
Tercera Orden Regular de San Francisco
Integrantes de la familia franciscana
OFM: OFM Cap:
OFM Conv:
OSC:
CFI TOR:
TOR:
14,162 (diciembre 2009)
10,500 (diciembre 2009)
18,000 (diciembre 1993)
118,000 (diciembre 1993)
1,008 (diembre 1991)
OFM: Datos tomados de la página oficial de la Orden:
www.ofm.org
OFM Cap: * Datos tomados de la página oficial de la Orden: www.ofmcap.org (octubre 2012)
66
OFM Conv: Datos tomados de página: www.francescani.net / www.ofmconv.org
proclamador del Evangelio.
A
M
É
Orden
País
Ecuador
Argentina
Bolivia
Brasil
Canadá
Chile
Colombia
Costa Rica
Cuba
El Salvador
Guatemala
Haití
Honduras
Jamaica
México
Nicaragua
Panamá
Paraguay
Perú
Puerto Rico
República dominicana
Uruguay
Venezuela
USA
R
1
OFM OFM
Cap
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
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*
*
I
C
A
2
OFM OSC
Conv
*
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*
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*
3
CIF
TOR
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*
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TOR
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*
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*
*
*
67
Antonio de Padua...
E
U
Orden
País
Albania
R
O
P
1
OFM OFM
Cap
*
*
OFM OSC
Conv
*
*
*
Bélgica
*
*
*
*
Bielorusia
*
*
*
*
*
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Austria
Bulgaria
Gran Bretraña
*
*
Chipre
*
Croacia
*
Bosnia
Dinamarca
*
Estonia
*
Francia
Malta
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
Montenegro
*
Holanda
*
*
*
Alemania
Grecia
Suiza
Irlanda
Hungría
Italia
Lituania
Noruega
Polonia
68
3
CIF
TOR
*
*
*
*
*
*
TOR
*
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*
*
*
España
Georgia
A
2
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*
*
*
*
*
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*
*
proclamador del Evangelio.
E
U
Orden
País
Islandia
R
O
P
1
OFM OFM
Cap
*
Letonia
A
2
OFM OSC
Conv
3
CIF
TOR
*
*
Liechtenstein
Luxemburgo
*
*
*
República Checa
*
*
*
*
Rumania
*
*
*
Rusia
*
*
*
*
San Marino
*
*
*
Serbia
Ucrania
*
*
*
*
Vaticano
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Eslovenia
Suecia
Moldova
*
*
*
*
*
Portugal
Eslovaquia
TOR
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
69
Antonio de Padua...
Á
F
Orden
País
Angola
R
I
1
OFM OFM
Cap
*
*
Argelia
*
*
Burkina
*
*
Burundi
*
*
Camerún
*
*
CIF
TOR
*
TOR
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Costa de Marfil
*
Eritrea
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Etiopía
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Gabón
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Ghana
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Guinea
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*
Kenia
*
*
Madagascar
*
*
Malaui
*
*
Mozambique
*
*
Namivia
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*
Nigeria
*
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*
*
*
*
*
*
Congo
*
*
Seychelles
*
*
*
*
República Centro Africana
*
*
*
*
*
*
Sudáfrica
*
*
Sudán
*
*
70
OFM OSC
Conv
*
3
*
Cabo Verde
Egipto
A
2
*
Benin
Congo
C
*
proclamador del Evangelio.
Á
F
Orden
País
Tanzania
R
I
1
OFM OFM
Cap
*
*
Uganda
*
*
Zaire
*
*
Zambia
*
*
Zimbague
*
*
Libia
*
Mauricio
*
Marruecos
*
Rwanda
*
Togo
*
Chad
*
Mali
C
A
2
OFM OSC
Conv
*
*
*
*
3
CIF
TOR
*
TOR
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
71
Antonio de Padua...
A S I
Orden
A
País
Australia
+
O
1
OFM OFM
Cap
*
*
C
E
A N
2
OFM OSC
Conv
*
*
Bangladesh
Í
A
3
CIF
TOR
*
*
China
*
Corea
*
Emiratos Árabes Unidos
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
India
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*
*
*
*
Indonesia
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*
*
*
Israel
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*
*
*
Japón
*
*
*
Jordán
*
Kazajastan
*
*
Líbano
*
*
Malasia
*
Myanmar
*
Nueva Zelanda
*
Pakistán
*
Papua-Nueva Guinea
*
*
*
*
*
*
*
*
Siria
*
Sri Lanka
*
*
*
Tailandia
*
*
*
Taiwán
*
Uzbekistán
72
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
Timor Oriental
*
*
Singapur
Vietnam
*
*
Filipinas
Turkía
TOR
*
*
*
*
proclamador del Evangelio.
Cronología
1195 (ca. 1190)
Nacimiento de Fernando en Lisboa
1201 - 1210
Tiempo en la escuela de la Catedral
1210
Entra a la Orden Agustina en Lisboa
1212
Reside en el convento Agustino de Santa Cruz
1220
Posible fecha de la ordenación sacerdotal en Coimbra
Ingresa a la Orden Franciscana al final del verano.
Viaja a Marruecos como misionero.
1221
Llega a Sicilia.
Participa en el Capítulo General en Asís.
Reside en el eremitorio de Montepaolo.
1222
Ordenación sacerdotal en Forli.
Se le asigna el derecho a la predicación en el norte de Italia.
1223
Continúa predicando en Romana y Rimini.
1223 - 1224
Profesor de Teología en Bolonia.
1224 - 1227
Ministro en Francia: Montpellier, Tolouse, Limoges.
1227
Elegido Ministro provincial de Romana, Provincia del norte de
Italia.
1228
Estancia en Milán y Vercelli.
1229
Predicación en las Marchas de Trevigiana.
Finaliza el ciclo de los sermones dominicales en Padua.
1229 - 1231
Enseña Teología en la escuela de la Orden en Padua.
1230
Renuncia al cargo de Ministro provincial.
Participa en la delegación de la Orden que acude a Gregorio IX
para clarificar algunas dudas de la Regla Franciscana.
Retorno a Padua.
Redacta los sermones de los días festimos.
1231
Predicación diaria durante la Cuaresma.
Viaje sin frutos a Verona donde intenta reconciliarse con Ezzelino.
Muere el 13 de junio en Arcella.
1232
Canonizado el 30 de mayo en Spoleto.
1263
Las reliquias del santo son trasladadas a la nueva Basílica en Pacua,
se descubre que su lengua se conserva incorruptible.
1946
Nombrado Doctor de la Iglesia con el título: “Doctor del Evangelio”.
73
Antonio de Padua...
Buscador, maestro,
casamentero, guía
Devoción a san Antonio
Antonio de Padua se convirtió en una leyenda en su época.
Después de su muerte y entierro, la gente a menudo creaba sus
propias leyendas y cuentos sobre san Antonio para explicar las
muchas formas de devoción que empezaron a formarse.
En la región Vasca de España, san Antonio de Padua es llamado
Santo Casamentero. En muchos países europeos es el patrón de
los marineros y pescadores. En todas partes se invoca su intercesión
para encontrar cosas perdidas o robadas.
También se le considera patrón de los sacerdotes y viajeros,
protector en contra del mal y guardián del correo. Se le llama
Trabajador de Maravillas y santo del mundo.
La historia y tradición de la devoción a san Antonio de Padua
empezó casi en el momento de su muerte, el 13 de junio de 1231.
Sus hermanos franciscanos trataron de mantener su muerte en
secreto, para evitar la violencia y la lucha entre los ciudadanos de
Padua y los de Capodi Porte, para reclamar su cuerpo. A pesar
de sus esfuerzos para esconder su muerte, los niños empezaron a
correr en las calles de Padua gritando: “¡el santo ha muerto!”.
74
La muchedumbre llegó a ver el cuerpo de Antonio y asistió a su
entierro. Su tumba se convirtió inmediatamente en un lugar de
devoción extraordinaria y de muchos milagros. La leyenda le
atribuiría después milagros que hizo durante su vida.
proclamador del Evangelio.
Menos de un mes después de su muerte, el obispo, clérigos, nobles y el alcalde de Padua pidieron su canonización. Entre las
razones que daban estaba la gran veneración y los milagros que
estaban sucediendo en su tumba. Antonio no había cumplido
un año de muerto cuando el Papa Gregorio IX lo declaró Santo
de la Iglesia y se inició la construcción de la basílica para honrar
su memoria y sus restos. Una Bula papal fechada dos días antes
del primer aniversario de su muerte, concedía indulgencia de un
año a todos aquellos que visitaran la tumba de Antonio en su
fiesta o dentro de los siguientes ocho días.
Desde entonces, la piedad popular y la devoción a san Antonio ha
tomado muchas formas. En algunos casos la historia ofrece una
razón para una práctica particular o forma de devoción. En otros
casos, la leyenda explica estas devociones. En algunas instancias,
el origen de la misma puede haberse perdido o ser inexplicable.
El que encuentra cosas perdidas
o robadas
Casi en todas partes se le pide a Antonio que interceda ante Dios
por el regreso de cosas perdidas o robadas. Aquellos que se sienten
muy cerca de él pueden rezar, “Antonio, Antonio, date la vuelta.
Algo se ha perdido y tiene que encontrarse”.
La razón para invocar a san Antonio para que ayude a encontrar
artículos perdidos o robados, data de un incidente en su propia
vida. Según cuenta la historia, Antonio tenía un libro de salmos
que era muy importante para él. Además del valor que cualquier libro tenía antes de la invención de la imprenta, este libro de salmos
contenía notas y comentarios que él había hecho para usarlos en
su enseñanza a estudiantes de la Orden Franciscana.
75
Antonio de Padua...
Un novicio que estaba ya cansado de vivir la vida religiosa, decidió
dejar la comunidad. Además de abandonar el lugar, también se
llevó el libro de salmos de Antonio. Al darse cuenta de que faltaba
su libro, Antonio rezó para que apareciera o alguien se lo regresara.
Después de la oración, el novicio ladrón sintió que debía retornar el
libro a Antonio así como a la Orden, que lo aceptó de regreso. La
leyenda ha tejido un poco esta historia. Dice que el novicio se enfrentó a una fuerza demoníaca usando un hacha y amenazándolo
con aplastarlo, si él no regresaba de inmediato el libro. Obviamente,
el diablo nunca le ordenaría a alguien que hiciera algo bueno. Pero
el centro de la historia parece ser cierto. Y se dice que el libro se
preserva en el convento de Bolonia.
De cualquier forma, poco después de su muerte, la gente
empezó a rezarle a san Antonio para que les encontrara artículos
perdidos o robados. Y el Responsorio de san Antonio, escrito por
su contemporáneo, un fraile llamado Julián de Spires, proclama
que: “El mar obedece y encadena el rompimiento / Y así restaura
los miembros sin vida / Mientras que los tesoros perdidos se encuentran otra vez/ Cuando los viejos y jóvenes a Ti te imploran”.
La novena de san Antonio
En muchas Iglesias y templos del mundo es común encontrar no
solo una imagen de san Antonio sino también la novena en honor
del santo. La gente entra y sale de la devoción rezando novenas de
nueve o trece martes o domingos. Una razón obvia para escoger el
martes es que Antonio fue enterrado ese día y es entonces cuando
empezaron los milagros.
Martes
76
proclamador del Evangelio.
La novena en honor de san Antonio, de acuerdo con uno o más de
los novenarios, está ligada a una leyenda sobre una piadosa pareja
de Bolonia que no tenía niños, cerca del año 1617. La historia cuenta
que después de 22 años de desear un hijo, la mujer llevó su problema
ante san Antonio. Se dice que él se le apareció en un sueño y le dijo:
“Durante nueve martes, uno después del otro, visita la Iglesia de mi
Orden; en cada uno de esos días, acércate a los santos sacramentos
de la penitencia y del altar, luego reza ante mi imagen, y lo que pides
lo obtendrás”.
En una versión de la historia ella concibió pero dio a luz a un niño
deforme. Nuevamente, pidiendo la intercesión del santo, ella llevó al
niño, según las instrucciones de Antonio, a su altar y la deformidad
desapareció inmediatamente.
Como haya sido lo que esté detrás de la leyenda, en 1898 el Papa
León XIII concedió una indulgencia plenaria a todos aquellos que
pasaran un tiempo en devota meditación u oración o practicando
otros actos de piedad en honor de san Antonio de Padua los martes o domingos de cualquier semana, con la intención de hacerlo
durante 13 martes o domingos sin interrupción. Al mismo tiempo,
el Papa León XIII recomendó la práctica del Pan de san Antonio.
El pan de san Antonio
Hay diferentes leyendas o historias que dan cuenta de la
donación que es llamada Pan de san Antonio. Por lo menos una
de ellas data de 1263. Ahí se cuenta que un niño se ahogó cerca
de la Basílica de san Antonio, que aun estaba en construcción.
Su madre prometió que si le regresaban al niño, ella daría a los
pobres una cantidad de maíz igual al peso del hijo. Sus oraciones
y promesas fueron recompensadas con el retorno a la vida del
niño.
77
Antonio de Padua...
Otra razón para esta práctica data de una panadería en Francia
durante 1890. Enfrentado con una cerradura rota en la puerta de
la tienda, el panadero rezó para que por intercesión de san Antonio
el cerrajero pudiera abrirla sin romperla. Él le prometió dar pan a los
pobres a cambio de este favor. La puerta pudo abrirse y él mantuvo
su promesa.
Hoy en día, a la promesa de dar limosna en honor de san Antonio si
ha concedido una gracia, se le llama Pan de San Antonio. Algunas
veces la limosna se da para la educación de sacerdotes. En algunos
lugares los padres también hacen una donación para los pobres
después de poner a un recién nacido bajo la protección del Santo.
En algunas Iglesias se practica la bendición de panes en la fiesta de
san Antonio y luego dárselos a quien los pida.
Los lirios de san Antonio
En muchos lugares se bendicen lirios en la fiesta de san Antonio y
se da a aquellos que los deseen. Algunas personas disecan los lirios
para preservarlos y mantenerlos con ellos y llevarlos dentro de un
pedazo de tela.
El lirio es para recordar al poseedor la pureza de san Antonio y
nuestra necesidad de rezar por la gracia de la pureza en tiempos
de tentación.
Se cree que la expresión de piedad tiene sus raíces en la Francia
del siglo XVII, después de la Revolución Francesa. Los franciscanos
habían sido expulsados de Córcega y su Iglesia quedó abandonada.
Sin embargo, la gente seguía viniendo a la Iglesia para la fiesta de san
Antonio el 13 de junio. Un año, algunos meses después de la fiesta,
un hombre entró a la Iglesia y encontró los lirios de la celebración
todavía frescos.
78
La costumbre de bendecir los lirios es otra de las aprobadas
por el Papa León XIII. La oración de la bendición pide que
se preserve la castidad, paz y protección contra el malvado.
proclamador del Evangelio.
La carta de san Antonio
“¡Contemplen la Cruz del Señor! ¡Aléjense, poderes enemigos! ¡El
león de la tribu de Judá, la raíz de David ha conquistado! ¡Aleluya!”,
estas son palabras que el Papa Sixto V inscribió en el obelisco que
construyó en el cuadrangular frente a la Basílica de San Pedro en
Roma. También son palabras que se atribuyen a san Antonio, conocidas como la Carta de san Antonio. Algunas personas la llevan con
ellos, pidiendo protección contra el demonio.
La costumbre de llevar y rezar con estas palabras viene de la historia
de una mujer en Portugal, tentada por el demonio y obsesionada
con pensamientos suicidas. Como lo cuenta la historia, ella iba en
camino de ahogarse, pero paró en una capilla franciscana para
rezar frente a la imagen de san Antonio. Durante su oración, ella se
quedó dormida y vio a san Antonio, quien la liberó del estado de
mente perturbada.
Cuando despertó, encontró una carta que le había dejado san Antonio con las palabras que hemos puesto antes y que se llama “La
Carta de san Antonio”. Se ha escrito que la carta original se preserva
con las joyas de la corona de Portugal. Esta práctica también puede
tener su origen en una historia de la lucha del propio san Antonio
contra el demonio, que estaba tratando de estrangularlo. Antonio,
dice el cuento de un fraile contemporáneo, hizo que el demonio
huyera al invocar la ayuda de María y persignarse.
79
Antonio de Padua...
Guardián del correo
Tal vez ha recibido una carta con las iniciales S.A.G. escritas en alguna
parte del sobre o encima del sello de la misma. Tal vez ha recibido una
carta con un sello con la imagen de san Antonio con las letras S.A.G.
Estas iniciales quieren decir: San Antonio Guardián. El sello no tiene más
valor postal que uno de Navidad o Pascua. Pero en 1931, en el quinto
centenario de la muerte de Antonio, tanto Italia como Portugal emitieron
sellos en su honor.
La asociación de san Antonio con el correo se dice que viene de
un incidente en su vida. De acuerdo con una historia en el libro de
Charles Warren Stoddard “San Antonio Obrador de Maravillas de
Padua”, Antonio deseaba viajar al pueblo de Campo San Pietro, a
cierta distancia de donde él se estaba quedando. El propósito del viaje
era descansar y reflexionar. Él respetuosamente escribió una carta a
su Superior solicitando el permiso. Pero cuando llegó el momento de
darle la misiva a un mensajero, no pudo encontrarla. Antonio lo tomó
como una señal de que no debía ir y sacó el viaje de su mente. Sin
ninguna explicación, un tiempo después recibió una respuesta de su
Superior, dándole permiso para el mismo.
Otra asociación que se hace con el correo es debido a un evento que
se dice sucedió en 1792. Antonio Dante, dice el cuento, viajó a Lima,
Perú, dejando a su esposa en España. Después de su partida, la esposa le
escribió muchas veces sin recibir respuesta. Finalmente fue a una Iglesia
de San Francisco en Oviedo y puso en las manos de la imagen de san
Antonio una carta para el Perú. Ella pidió al Santo que le llevara la carta y
que obtuviera respuesta.
El cuento continúa diciendo que ella regresó a la capilla al día
siguiente. La carta todavía estaba en las manos de la imagen. Ella
regañó a san Antonio por no enviarla. El ruido que ocasionó hizo
salir al sacristán, que le contó que había tratado de quitarle la carta
a la imagen, sin éxito. Se dice entonces que la esposa la alcanzó
y fácilmente la retiró de las manos del Santo. Al mismo tiempo,
cayeron 300 monedas de oro de la manga de la imagen. Cuando
abrió la carta, no era la que ella había escrito sino una misiva de
su esposo. Él le decía que como no había sabido nada de
ella por tanto tiempo, había pensado que estaba muerta.
Pero ahora, su carta más reciente había llegado a sus
80
manos por medio de un fraile franciscano.
proclamador del Evangelio.
Santo casamentero
Como ya se ha mencionado, los vascos llaman a san Antonio:
Santo Casamentero o el santo de las que buscan marido. De
acuerdo con un Manual de Fiestas y Costumbres Cristianas, por
el Reverendo Francis X Weisser publicado en 1958, las jóvenes
vascuences hacen una peregrinación en la fiesta de San Antonio
a su templo en Durango. Le rezan porque las ayude a encontrar
“un buen hombre”.
Puede ser que ayude el que los jóvenes también hacen el mismo
viaje al templo y esperan fuera de la Iglesia mientras las muchachas
terminan con sus oraciones, para invitarlas a bailar. Weisser especula
que la asociación con los compromisos y el matrimonio se inspira en
que en muchas de las imágenes de san Antonio él lleva en sus brazos
al niño Jesús.
San Antonio y el Niño Jesús
San Antonio ha sido ilustrado por artistas y escultores de todas formas.
Se le encuentra con un libro en sus manos, con un lirio o antorcha.
Ha sido pintado predicando a los peces, sosteniendo una muestra
del Santo Sacramento frente a una mula o predicando en la plaza
pública desde un árbol de nueces.
81
Antonio de Padua...
Pero desde el siglo XVII más que todo lo encontramos con el niño
Jesús en sus brazos o con el niño parado en el libro que él está
sosteniendo. Esto es por una historia de san Antonio relatada en
la edición completa de la Vida de los Santos de Butler (editada,
revisada y complementada por Herbert Thurston S.J. y Donald Attwater). El relato regresa al pasado, a una visita que hizo Antonio al
Señor de Chateauneuf. San Antonio estaba rezando en la noche
cuando de repente el cuarto se llenó de una luz más brillante que
el sol. Jesús entonces se le apareció al Santo bajo la forma de un
niño pequeño. Chateauneuf, atraído por la luz que iluminaba su
casa, vio la visión, pero prometió no decirle a nadie hasta después
de la muerte de san Antonio.
Algunos ven una similitud y conexión entre esta historia y la vida
de san Francisco, cuando él reconstruyó la historia de Jesús en
Greccio y el niño Jesús se le apareció en sus brazos. Hay otros
relatos de apariciones del niño Jesús a Francisco y algunos de
sus acompañantes. Estas historias enlazan a Antonio con Francisco con un sentido de asombro y sobrecogimiento en cuanto
al misterio de la encarnación de Cristo. Hablan de la fascinación
con la humildad y la vulnerabilidad de Cristo, quien se sacrificó
para convertirse en uno como nosotros en todo, menos en el
pecado. Para san Antonio, igual que para Francisco, la pobreza
era una manera de imitar a Jesús, que nació en un establo y no
encontró ningún otro lugar para reposar su cabeza.
La corona de san Antonio
Los lectores curiosos a menudo comparten descripciones o dibujos de una corona de un conjunto de 13 cuentas con una medalla
de san Antonio. Ellos quieren saber qué clase de rosario o corona
puede ser esta. Las cuentas se llaman Corona de san Antonio. Se
reza diciendo un Padrenuestro en la primera cuenta, Ave María en
la segunda y Gloria al Padre en la tercera de cada conjunto.
La corona parece haberse originado en el siglo XIX en
Padua.
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proclamador del Evangelio.
Patrón de los marineros y los
pescadores
En Portugal, Italia, Francia y España, san Antonio es el patrón de
los pescadores y marineros. De acuerdo con el Padre Weisser,
esta imagen se coloca en algunas ocasiones en un relicario en el
mástil de la nave. Y los marineros a veces regañan al santo si no les
responde rápidamente a sus oraciones.
No solo aquellos que viajan por los mares, sino también todos los
viajeros y vacacionistas rezan para que puedan estar siempre a
salvo por la intercesión de san Antonio.
Varias historias dan cuenta de por qué se asocia al Santo con los
viajeros y marineros. En una de ellas, hay un hecho muy cierto
de los viajes de Antonio cuando predicaba el Evangelio. Muy
importante fue su misión y viaje a predicar en Marruecos, que
fue acortada por una severa enfermedad. Pero después de su
recuperación y regresó a Europa, él siguió siendo un hombre
siempre dispuesto a viajar llevando las Buenas Nuevas.
También hay un cuento de dos hermanas franciscanas que
deseaban hacer una peregrinación al templo de Nuestra Señora,
pero no conocían el camino. Se supone que un hombre joven
se ofreció a guiarlas. Al regresar de su peregrinaje, una de las
hermanas anunció que había sido el Santo Patrón Antonio el
que las había guiado.
Hay otra historia que dice que en 1647 el Padre Erastius Villani de
Padua regresaba por barco desde Amsterdam a Italia. El barco
con toda su tripulación y pasajeros encontró una violenta tormenta. Todo parecía perdido. El Padre Erastius incitó a todos a rezarle a
san Antonio. Luego él tiró al mar unos pedazos de tela que habían
tocado la reliquia del Santo. En el momento la tormenta
cedió, los vientos pararon y el mar tornó a la calma.
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Antonio de Padua...
Maestro, predicador,
Doctor de las Escrituras
Dentro de los mismos franciscanos y en la liturgia de su fiesta, se
celebra a san Antonio como un maestro y predicador extraordinario. Él fue el primer maestro de la Orden franciscana, con la
aprobación y bendición de san Francisco para que lo hiciera. Su
efectividad como predicador llamando a las personas a regresar
a la fe fue lo que le dio el título de “Mazo de los Herejes”. Igual
de importante fue su labor buscando la paz y sus llamados a la
justicia.
Al canonizar a san Antonio en 1232, el Papa Gregorio IX habló
de él como “Arca del Testamento” y el “Repositorio de la Sagrada
Escritura”. Esto explica por qué se le representa a veces con una
brillante luz o un libro de las Escrituras en sus manos. En 1946, el
Papa Pío XII oficialmente lo declaró Doctor de la Iglesia Universal.
Es en el amor de Antonio hacia la palabra de Dios y sus esfuerzos
para entenderla y aplicarla en todas las situaciones de la vida diaria,
que la Iglesia especialmente quiere que imitemos a san Antonio.
Mientras que en la oración de su fiesta se observa la efectividad
de Antonio como intercesor, la Iglesia especialmente quiere que
aprendamos de él, como maestro, el significado de la verdadera
sabiduría y lo que significa volverse como Jesús, que se humilló y
se sacrificó por nosotros y lo hizo haciendo el bien.
(Texto utilizado con permiso de “Press of Anthony Messenger”.
Ilustraciones. Catholic Book Publishing Co. Inc. y Catholic News
Servic)
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proclamador del Evangelio.
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Revistas franciscanas:
The Anthonian (Q), St. Anthony’s Guild, Paterson NJ 07509-2948
Companion of St. Francis and St. Anthony (M), P.O. Box 535-Sta F,
Toronto, Ontario, Canada M4Y2L8
The Cord (M), P.O. Drawer F, St. Bonaventure NY 14778
The Messenger of St. Anthony (M), 101 Anthony Drive, Mount St.
Francis IN 47146
St. Anthony Messenger (M), 1615 Republic St., Cincinnati OH
45210
Way of St. Francis (BM), 109 Golden Gate Ave., San Francisco CA
94102
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proclamador del Evangelio.
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Antonio de Padua...
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“El estudio de la vida de
San Antonio nos convence
que la razón por la que
atrae a tantas personas
en todo el mundo debe
ser por la absoluta
fidelidad con que buscó
proclamar el Evangelio,
y la valentía constante
con la que trató de vivir
aquello que enseñaba”.
(Papa Juan Pablo II)

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