Fragmento gratuito de Divas del cine

Transcripción

Autor: Miguel Herrero Herrero ©.
[email protected]
Portada: Imagen promocional de Rita Hayworth en Gilda (1946)
de Charles Vidor.
Maquetación: Pepa Castaño y Miguel Herrero Herrero.
Editorial: Miguel Herrero Herrero. Cinestesia. ©.
Avda. Rey Don Jaime I nº 30 A 1ºB Sax (Alicante) Cod. Postal 03630.
Divas del cine 1ª edición (Julio 2016).
ISBN: 978-84-944336-1-0.
Depósito Legal: A 470-2016.
Impreso en Jesús Poveda Servicios Gráficos, S.L.
Avda. Reyes Católicos, 21 - 03630 SAX (Alicante).
Impreso en España.
Queda rigurosamente prohibida la reproducción total o parcial de esta obra. Ninguna
parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada, transmitida o utilizada mediante
ningún tipo de medio o sistema, sin autorización previa por escrito del editor.
www.cinestesia.es
DIVAS DEL CINE
Miguel Herrero Herrero
A Antonio Sempere por creer en mí.
A ellas por darlo todo.
Imagen promocional de Ava Gardner en Forajidos (1946) de Robert Siodmak.
ÍNDICE
v Marlene Dietrich, el ángel del blanco y negro. ........................... pág. 8
v Greta Garbo, la divina. ................................................................................. pág. 36
v Katharine Hepburn, una mujer de cine. ...................................... pág. 62
v Ava Gardner, el animal más bello del mundo. ........................... pág. 86
v Rita Hayworth, la diosa del amor fatal. ....................................... pág. 112
v Marilyn Monroe, el mito sexual. ...................................................... pág. 142
v Audrey Hepburn, el ángel del cine. ................................................ pág. 172
v Grace Kelly, la princesa de Hollywood. .......................................... pág. 198
v Elisabeth Taylor, la reina. ....................................................................... pág. 224
v Bibliografía. ........................................................................................................ pág. 255
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DIVAS DEL CINE v MARLENE DIETRICH
MARLENE DIETRICH
(1901-1992)
EL ÁNGEL DEL BLANCO Y NEGRO
La cabaretera de oro. La femme fatale. La prostituta a la que todo el
mundo adora. El deseo. La pasión. El desenfreno. La sensualidad. El sexo. Una
jovencita violinista y cantante que se convierte en una de las divas del cine.
En una de las mujeres más provocativas y deseadas del mundo.
Insatisfecha. Romántica. Fiel a su manera. Una vida llena de excesos.
Una de vida de cine y espectáculo en estado puro. Una mujer a quien todos
querrían conocer. Sensual actriz de blanco y negro, como su vida, entre la luz
y la oscuridad. Entre la alegría y la tristeza, entre hombres y entre mujeres.
Un ángel, encantadora y tierna, pero que escondía un lado oscuro. Una actriz
que interpretaba lo que era ella misma, una mujer fría, sensual, romántica,
inquietante, irresistible.
Era Marlene Dietrich, una genial actriz Nominada al Oscar, homenajeada
cientos de veces y recordada por todos. Ya en la inmortalidad, en la leyenda.
Una encantadora musa. Uno de aquellos únicos e irrepetibles ángeles del
blanco y negro.
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BIOGRAFÍA
Marie Magdalene Dietrich nace en Schöneberg
(Berlín) el 27 de diciembre de 1901. Fue la segunda
hija del oficial de la policía imperial Louis Erich Otto
Dietrich y de la hija de un relojero, Josefine Wilhelmina
Elisabeth. Su familia le llamaba “Goldchen Leni”,
siendo una niña adorable de ojos azules y cabello
rubio rojizo. En alemán, el diminutivo alude muy
cariñosamente a la pequeña. Marlene Dietrich es
mi verdadero nombre, como pueden atestiguar mis
compañeros de la escuela. De niña, era delgada y
pálida. Tenía largos cabellos de un rubio rojizo y una
complexión translúcida, la piel blanca característica
de las personas pelirrojas, y una mirada lánguida,
debido a mi larga cabellera pelirroja.
Su tío Willy, que tenía relación con el mundo del teatro y el cine, creó en
el desván de su casa Messter el primer estudio de filmación de Berlín. Esto
pudo ayudar a que se cumpliesen rápidamente los sueños de actriz de su
sobrina.
A muy temprana edad su padre muere de sífilis en un sanatorio para
enfermos mentales. Todavía no estaban tan avanzados los tratamientos
contra la enfermedad. La pequeña Marlene no soportaba un espacio tan
cotidiano como lo pueden ser los lavabos e inodoros. Por lo visto, sufría una
neurosis que pudo haber sido causada por el miedo inconsciente producido
por la enfermedad de su padre, al que tantas veces vio sufrir en los aseos de
los centros hospitalarios.
A pesar de la precoz muerte de su progenitor, su infancia fue feliz aunque
aburrida y con altibajos. En la escuela comenzó a desarrollar unas excelentes
dotes musicales, aprendiendo a tocar el piano, el violín y el laúd con pocos
años, además de iniciar estudios en canto y también, ya en edad adulta, el
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serrucho. Sí, Marlene fue serruchista, colocaba el serrucho entre sus piernas
encandilando a los militares americanos durante la contienda mientras
cantaba Lili Marleen, su canción más emblemática. A pesar de sus dotes para
la música y de ser una buena alumna, sus compañeros la recuerdan como la
“la niña más tímida de la escuela”. Nadie tenía la impresión de que fuese a
destacar en especial, como alude muy atinadamente su compañero Charles
Higham en Marlene: The Life of Marlene Dietrich.
En su cuaderno de la
escuela, Dietrich combinó las
tres primeras letras de Marie con
las cuatro últimas de Magdalene
y creó el nombre Marlene
Dietrich. A través del diario al
que con tanta frecuencia acudía,
comenzó a relatar sus primeros
flirteos y enamoramientos de
adolescente.
Hacía
bummel,
una palabra de jerga berlinesa
que significa darse una vuelta
para buscar compañía. El listado
de contactos fue aumentando
a lo largo de los años en ambos
sexos. Algunas de las alusiones
en este sentido son más que
explícitas acerca del tipo de
sentimientos que la poseyeron
en aquella época. Es el tipo de amor que podría sentir por un hombre, escribió
en su diario haciendo referencia a los sentimientos que sentía por una amiga.
Las relaciones homosexuales ya no se escondían.
La felicidad duró poco. En agosto de 1914 Alemania entra en guerra.
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La Gran Guerra había comenzado y Marlene contribuyó como pudo en la
contienda, cosiendo ropa para las tropas e interpretando con su violín ‘Por
Alemania’ y cantando canciones patrióticas. Obtuvo su Abschlusszugnis,
un certificado de estudios de enseñanza media, y su pasión por la música y
el violín cobró fuerza realizando varias actuaciones. Pero todavía no había
abandonado su atracción por el cine que iba aumentando en parte por la
pasión que sentía por la actriz alemana Henny Porten. Pasión por la que llegó
a regalarle flores y pasteles y a interpretarle una serenata en su apartamento.
Henny Porten solía interpretar mujeres seducidas y abandonadas que sufrían
desconsoladamente, como la romántica Marlene.
El 28 de junio de 1919 se firmó el Tratado de Paz de Versalles. Era el
fin de la contienda. Y para Marlene también fue el principio de una nueva
vida y de nuevos romances. Debido a su rebeldía, su madre la envía a una
escuela conservadora para chicas en la ciudad de Weimar, donde acabó en el
Conservatorio Superior de Música de Berlín. En la década de los 60 escribió:
Como otras jóvenes de la época, sabía poco de
lo que estaba pasando fuera de mi pequeño
mundo (...) Nuestros propios problemas
nos
parecían
mucho
más
importantes,
y no sentíamos la menor inclinación por
preguntarnos las razones de la inseguridad
que devastaba Alemania en la década de los
veinte.
Sus relatos acerca de sus hazañas sexuales
en Weimar circularían más tarde por Berlín.
Allí su viejo amigo de Viena, Billy Wilder, el
genial director y guionista de cine que en
aquel momento trabajaba como periodista e
iniciaba sus primeros pasos, solía entretener
Hedy Lamarr, Billy Wilder y Marlene Dietrich.
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a sus amigos haciendo que Marlene contara
sus anécdotas de índole sexual. Solía acabar diciendo: Y esos fueron sólo los
hombres...
El ambiente cabaretero de los años 20 en Alemania se convirtió en un
escenario usual en sus películas. En él la rubia y sensual cantante se convierte
en una de las habituales de las revistas, los bares de travestidos y cabarets de
la época, tanto en el escenario como fuera de él. A Marlene le gustaba una
buena conversación con un artista y mantener con él una larga amistad, salir
a cenar y divertirse. El atractivo físico lo consideraba importante, pero sólo
para sus relaciones. Mientras gozaba de una adolescencia llena de romances,
aunque muchos no correspondidos, no abandonó su pasión por la música.
Su talento como violinista fue reconocido por Giuseppe Becce, decano de
la orquesta cinematográfica de Berlín y compositor de la banda sonora de
la película muda La última risa de F.W. Murnau. El maestro le ofreció un
puesto como primer violín en la orquesta para diversas grabaciones de
películas mudas. Lamentablemente su carrera como violinista se acabó con
el triunfo de su reconocimiento. Fue despedida de la orquesta porque sus
piernas desconcentraban a sus compañeros músicos. Era la única mujer.
Además, poco después tuvo una inflamación
en los tendones de la mano derecha e hizo
que durante una larga temporada frustrara su
voluntad de seguir con su carrera musical. El
violín es el símbolo de mi sueño roto.
Pero todavía le quedaba su pasión por
el cine. Con deseos de probar suerte en
el gran pantalla, Marlene acudió a clases
de interpretación con el prestigioso Max
Reindhart, pero fue rechazada en las pruebas,
así que no le quedó más remedio que conceder
varios favores sexuales para conseguir que
un profesor reputado accediera a impartirle
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clases de interpretación e introducirle de lleno en el mundo del cine. También
le ayudó su tía, Jolly, esposa de su tío Willy. Jolly había vivido en Hollywood
y tenía un vestuario digno de una gran estrella, el glamour estaba llegando a
Alemania y Marlene iba a ser la primera en tenerlo. Con ropa de su tía Jolly,
Marlene comenzó a codearse con algunos de los grandes del cine alemán,
la Edad de Oro del cine en Alemania. El expresionismo era el exponente, un
estilo marcado, un ambiente grotesco, inquietante, pesimista y único que dio
grandes directores, actores, profesionales, películas y actrices. Marlene era
una de ellas.
Gracias
a
sus
contactos
y
a la ayuda de su tío Willy fue
consiguiendo
papeles
en
obras
teatrales, llegando a debutar en la
pantalla grande en un breve papel en
El pequeño Napoleón (1922). En 1924
contrajo matrimonio con Rudolph
Sieber, un director de casting, con
el que tendría una hija, María. Este
enlace fue el único, ya que aunque
mantuvo
numerosos
romances
durante su matrimonio, nunca se
separó de Rudy, como ella le llamaba
cariñosamente. Desgraciadamente y
debido a la rebeldía de Marlene, en
1929 empezaron a romper el nexo
matrimonial pero siguieron siendo
amigos íntimos. Me enamoré de
Rudolf Sieber porque era rubio, alto e
Marlene con su marido Rudolf Sieber.
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inteligente: tenía todo aquello por lo
que una chica suspira...
Llegó a juntarse con otras grandes divas como Greta Garbo en Die
Freulosse Gasse (1925), actriz a la que admiraba profundamente y con la que
llegó a intentar intimar en alguna ocasión, incluyendo además al profesor
de tenis, al actor y pareja John Gilbert y la guionista Mercedes de Acosta y
amante de Greta Garbo.
Por sus primeras películas en papeles secundarios ya consiguió hacerse
eco en el público y en la crítica. Se referían a ella como la excepcionalmente
hermosa Marlene Dietrich, a
quien nos gustaría volver a ver.
Todavía no le había llegado
el estrellato, sus primeros
papeles fueron breves y con
ellos no conseguía mantenerse
económicamente, por lo que
continuó actuando en cabarets.
Solía
actuar
con
violetas,
símbolo de la homosexualidad,
incrustadas en su vestido.
Y algunas de sus canciones
picantes de por sí, trataban
temas como el lesbianismo o
el morbo sexual de robar. Sus
canciones llegaron a tener tal
éxito que fueron grabadas en
un disco. Sus piernas fueron
míticas y se convirtieron en un
anuncio publicitario a finales
de la década de los 20 para las
medias de seda artificial Etam.
Su
atuendo
masculino
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causó sensación, sobre todo en Estados
Unidos, desatando una tendencia en
las mujeres por los pantalones. Durante
uno de sus numeritos, un espectador
quedó prendado del espectáculo, era
ni más ni menos que el director Josef
von Sternberg. De esta combinación
era fácil que surgiera El ángel azul, su
película más mítica, y tan comercial y de
calidad que hizo que ella y Sternberg se
catapultaran directamente a la Meca del
Cine, a Hollywood. Sternberg además de
ser su descubridor lanzándola a la fama,
también se convirtió en su amante. Josef
von Sternberg es el hombre a quien más
Josef von Sternberg y Marlene.
quiero agradar. Josef era una figura fácil
de odiar, él mismo estaba convencido de
su brillantez, era arrogante, pero realmente un genio. Uno de los mejores
directores de cine de la historia.
Fichados por la Paramount, pretendían convertir a Marlene en otra Greta
Garbo. Se gastaron 500.000 dólares en una campaña publicitaria para lanzar
al Ángel antes incluso de haber realizado una película en América, usando
slogans como: La mujer que hasta las mujeres pueden adorar.
A pesar del repentino éxito, el casi desorbitado sueldo y la felicidad junto
con Josef, tuvo que dejar a su familia en Berlín. Sobre todo sufría por María,
su hija, y el idioma también le ocasionó sus primeros disgustos. Sternberg le
obligaba a que practicara inglés. Él sólo hablaba en inglés con ella, a veces le
hizo llorar por su perseverancia. Consentía en algunas ocasiones el maltrato,
le llegaba a gritar y a humillar hasta que conseguía el efecto que deseaba
para una película. A pesar de esto, la relación sentimental entre Sternberg
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fue duradera, algo que repercutió en sus películas, llegando a filmar juntos
en la década de los 30: Marruecos (1930) con Cary Grant, Fatalidad (1931), El
expreso de Shanghai (1932), La Venus rubia (1932), Capricho imperial (1932)
y The Devil Is a Woman (1935).
Marruecos fue un gran éxito comercial y de crítica. La Paramount
consiguió un beneficio de 2 millones de dólares y Marlene consiguió la
nominación al Oscar por primera y única vez. Por este éxito, su contrato y
sueldo aumentaron considerablemente. Ganaba 250.000 dólares al año por
dos películas, igualaba a Greta Garbo. Pocos años después fue la actriz mejor
pagada del mundo. 450.000 dólares por La Condesa Alexandra (1936) de
Alexander Korda, una cifra sin precedentes.
Durante los rodajes, Marlene en los descansos se retocaba su maquillaje
y el peinado y además solía preparar la comida al director y a algunos de los
miembros del equipo. Lo hacía por gusto y era una buena cocinera, por lo
que sus huevos revueltos se hicieron famosos en Hollywood.
HUEVOS REVUELTOS A LO MARLENE DIETRICH
3 huevos, 2 cucharadas grandes de agua, ½ cucharada pequeña de sal,
una pizca de pimienta, una pizca de tomillo, una cucharada pequeña de
perejil fresco triturado, una cucharada grande de cebollinos frescos cortados,
2 cucharadas grandes de nata, 200 gramos de mantequilla.
Bátanse los huevos con el agua, sal, pimienta, tomillo y cebollino.
Añádase la nata. Déjese derretir la mantequilla en una sartén caliente, antes
de verter los huevos. Déjense cuajar por unos instantes antes de revolverlos.
Cocínese durante unos cinco minutos. Sírvanse directamente en la sartén.
Entre rodaje y rodaje también crecían los amantes. Tantos que podrían
resultar incontables e innumerables en tan poco espacio. Alguno de ellos
le reportó acudir a algún juzgado por problemas legales y matrimoniales.
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Marlene no se cortaba a la hora de
relacionarse con los actores o las
actrices por los que se podía sentir
atraída. El sexo llegó a formar parte
primordial de su vida. Quienes la
conocieron bien dan testimonio de que
no dudaba en proponer a sus nuevos
amigos o amigas un momento de
pasión desenfrenada. Ella misma llegó
a definirse como ninfómana.
No todo fueron alegrías, el Código
Hays proclamaba que si en un película
aparecía sexo, polémica religiosa, se
defendía el mal, etc., sería censurada.
Esto fue lo que ocurrió con La Venus
Marlene y su hija María en 1928.
rubia (1932). Se mutiló el final,
dejando como normalmente se hacía
un happy end, un típico y previsible
final feliz. Tanto la libertad creativa
de Sternberg como la de Marlene se
vieron truncadas. Y ya no sólo ésta,
sino también la personal. El Ángel llegó
a recibir feroces críticas de los estudios
por pasear con su hija “como si tal
cosa”, pensaban que era una imagen
que repercutía peyorativamente en
la sensual y seductora Marlene de las
películas. Rompía el Star System. Era
mujer casada y con una hija. Es mi niña.
Ernest Hemingway y Marlene Dietrich.
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Me pertenece... ¿No quieren verla?
¡Pues no me verán a mí! Llegó incluso a recibir amenazas de secuestro de su
hija María exigiendo altas sumas económicas. Sólo fue un esporádico pero
alarmante suceso sin incidentes. Era tal la química entre madre e hija, que
María se convirtió en su asistenta personal cuando tenía tan solo 8 años,
llegando incluso a aparecer en algunas películas de su madre. Ya en edad
adulta fue estudiante de la escuela de Max Reindhart en Hollywood. Su hija
María cerraba el círculo. Poco después se convirtió en profesora de formación
de talentos.
Marlene conoció al genial Ernest Hemingway, llegando a entablar una
relación duradera con ella de ¡amistad! Él la llamaba The Kraut (Repollo) y
ella le llamaba Papá. Refiriéndose a Marlene, Hemingway dijo: Es valiente,
bella, fiel, buena, generosa, y uno no se aburre nunca en su compañía. Sólo
con su voz nos rompería siempre el corazón. Pero posee también el cuerpo
más espléndido y un rostro de eterna belleza. ¿Qué importa que nos rompa el
corazón si ella sigue aquí para recomponerlo?
En The Devil Is a Woman (Tu nombre es tentación, 1934) fue la última
película que hizo con Von Sternberg. Ella y yo hemos progresado juntos todo
lo que era posible y estar juntos no nos ayudaría ni a ella ni a mí. Fue causado
en parte por sus continuos romances, su independiente vida, su hija María y
su marido Sieber en ocasiones pasaba temporadas en Hollywood. Tu nombre
es tentación fue prohibida en España, mostraba la degradación del país a
través de un melodrama con una Marlene como una femme fatal, mujer fatal.
A finales de los 30, el ángel llegó a convertirse en la actriz mejor pagada
de su época, mérito en parte a la maestría y al éxito conseguido por las
películas de Josef von Sternberg. Además de ser la actriz fetiche de Josef,
Marlene también realizó películas junto con uno de los grandes de la comedia,
Ernst Lubitch, en la película Deseo (1935) donde ejercía como productor y,
Ángel (1937) como director. En Arizona (1939) trabajó con James Stewart
y consiguió un cambio en su vida, un contrato para la Universal y un fugaz
romance con Stewart que acabó en aborto.
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James Stewart y Marlene en Arizona.
En esta época se nacionalizó en Estados Unidos. En vísperas de la II Guerra
Mundial, la población alemana se rebeló contra la actriz por sus diferencias
ideológicas, puesto que había rechazado la propuesta del mismísimo Adolf
Hitler de regresar a su patria. Parece ser que el Führer tenía pensado usarla
como embajadora del Tercer Reich. La crisis se agravó todavía más cuando
al estallar la guerra Marlene apoyó al ejército aliado. Recibió la Medalla de
la Libertad, la más alta distinción que se le concede a un civil. Prohibieron
sus películas en Alemania. El periódico antisemita Der Stürmer respondió:
La actriz de cine Marlene Dietrich, nacida alemana, ha pasado tantos años
entre los judíos de Hollywood que ahora se ha convertido en ciudadana
estadounidense. Aquí tenemos una foto en la que realiza su juramento en
Los Ángeles. Lo que el juez judío opina de la formalidad puede deducirse de
su atuendo, en mangas de camisa. Le está tomando el juramento con el que
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Dietrich ha traicionado a su patria. Estos altercados sociológicos afectaron en
mayor o menor medida sus apariciones en películas durante la década de los
40. Nací alemana y siempre seré alemana... Sin embargo, tuve que cambiar
mi ciudadanía cuando Hitler llegó al poder. De no ser así, no lo hubiera hecho.
América me acogió en su seno, cuando ya no tenía un país nativo digno de
su nombre, y le estoy agradecida por ello. Pero en mi corazón soy alemana.
A pesar de ello no dejó de vivir apasionados, aunque breves romances,
con personajes como John Wayne en Siete pecadores (1940) de Tay Garnett.
Cuando su hija María tuvo a su hijo, la prensa acuñó a Marlene el tópico
publicitario La abuela más joven del mundo.
Fairbanks Jr., Marlene y Fritz Lang.
La proliferación de las películas en color hicieron dejar de lado a
Marlene. Su físico ganaba más entre los claroscuros del blanco y negro. Pese
a ello obtuvo grandes papeles con los maestros en la dirección del momento:
con Alfred Hitchcock para Pánico en la escena (1950), en Testigo de cargo
(1957) bajo mando del genial Billy Wilder, en Encubridora (1952) de Fritz Lang
(también amante) y en una de las obras maestras de Orson Welles, Sed de mal
21
(1958). Cuando conocí a Welles y
hablé con él, me sentí como una
planta que acababa de ser regada.
En todas ellas seguía aportando su
mejor perfil e interpretación. Y lo
hacía con una magnífica fotografía
en blanco y negro, que el público,
por desgracia, comenzaba a dejar
de lado a esas alturas de la historia
del cine. De hecho, algunas de
sus películas destacaron por sus
premios y reconocimientos a la
mejor fotografía.
A principios de los años
60 decidió abandonar la gran
pantalla por el teatro, realizando
varias actuaciones y musicales en
Broadway y Las Vegas muchas de
Marlene en uno de los espectáculos
de ilusionismo de Orson Welles.
ellas con el músico y compositor
Burt Bacharach.
Una de sus últimas y memorables apariciones fue en la película
Vencedores o vencidos (1961) nominda a 11 óscars de Stanley Kramer y
la narración para el documental Zorro negro (1962) ganador del Oscar al
Mejor Largometraje Documental. En 1964 se retiró durante un largo periodo
retornando con fuerza en Gigoló de David Hemmings, en la que compartió
reparto con Kim Novak y David Bowie. Just a Gigoló fue otra mítica canción
que interpretó.
Era indudable considerarla una diva, con una vida de libertinaje, de éxito,
de romances impresionantes, pero su salud con la edad empezó a resentirse.
Comenzó a tener problemas con la bebida, drogas, muy delgada, desde
22
siempre había fumado, hinchazón en las piernas, arteriosclerosis. ¿No es
extraño? Las piernas, que me permitieron alcanzar tan fácilmente la gloria,
¿no?, ¡sean la causa de mi descenso a la miseria! ¿Curioso, no? Además se le
había diagnosticado un incipiente cáncer cervical. A pesar de todo esto siguió
adelante y apartada de la medicina, ya que creía en la automedicación (muy
peligrosa). Los últimos años de su vida los pasó encerrada en su casa parisina.
Estaba sola, su marido había muerto como Josef von Sternberg, y Hemingway
se había suicidado. Muchos amigos más habían fallecido.
El director Maximilian Schell le pidió filmarla para su documental sobre
ella Marlene (1984), la cual replicó: Ya he sido fotografiada hasta morir. Sólo
apareció su voz. Maximilian realizó un gran trabajo, su obra fue Nominada al
Oscar al Mejor Largometraje Documental, a pesar de que Marlene estaba en
horas bajas, no estaba de acuerdo con el montaje final de la obra.
Encontró un segundo cielo cuando falleció con 90 años el 6 de mayo de
1992 en París, su último refugio. El Festival de Cine de Cannes le concedió la
Estrella de Cannes y le dedicó el festival de aquel año. El nieto de Marlene,
John Michael Riva siguió los pasos de su abuela en el cine como director
artístico. Algo más tarde y ya sin rencores patrióticos ni políticos, los restos del
Ángel fueron enterrados en Berlín y nombradada Hija Predilecta. Aquí estoy
como testimonio de mis días. Su epitafio. Marlene lo interpretaba como: Soy
lo que soy. Soy la prueba de mí misma. Soy, a Dios gracias, berlinesca, y si digo
“Dios gracias” es porque el humor berlinés siempre ha aliviado mi espíritu y
me ha ayudado a superar las dificultades de la vida.
En el año 2000 el Museo del Cine de Berlín inaugura una exposición
permanente de la Colección Marlene Dietrich.
23
CITAS
Mi madre era como un eficiente general.
Si no has estado en la guerra, no hables de ella.
A diferencia de la mayoría de actores y actrices, odio comportarme como
una estrella.
He interpretado a putas toda mi vida.
Maquillaje. Por triste que sea, la mayoría de nosotras lo necesitamos.
Dietrich, vieja o joven, tenía feos senos, colgantes, caídos y hundidos.
(María, su hija).
¿Qué importa lo que la gente diga de uno? Sed de mal (1957) de Orson
Welles.
Tu nombre empieza como una caricia y acaba como un latigazo. (Jean
Cocteau).
De la cabeza a los pies me hicieron para el amor, nací de esta manera y
no pude evitarlo.
Sexo. En América, una obsesión. En otras partes del mundo, un hecho.
Soy infeliz porque no tengo a nadie que me ame.
Tristeza. Amarga en la infancia, dulce en la adolescencia, y trágica en la
vejez.
¿Miedo a la muerte? Uno debe temerle a la vida, no a la muerte.
Besos. No los gastes. Pero tampoco los cuentes.
- Dietrich, vieja o joven, tenía feos senos, colgantes, caídos y hundidos. María,
su hija.
- ¿Qué importa lo que la gente diga de uno?. Sed de Mal (1957) de Orson
Welles.
- Tu nombre empieza como una caricia y acaba como un latigazo. Jean
Cocteau.
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