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ReCAD – Revista electrónica de Ciencias Aplicadas al Deporte, Vol. 5, N° 16, marzo 2012
BASQUETBOL EN SILLA DE RUEDAS. Nelio Bazán. Instituto Superior de Deportes,
Buenos Aires, 2011. Contacto: [email protected]
DISCAPACITADOS INTELECTUALES
Deporte y discapacidad física
La discapacidad es una condición limitante, pero no imposibilitadora, para el deporte.
Debido a la que la incidencia de accidentes de tránsitos va en aumento muchos niños y
jóvenes adquieren deficiencias físicas y se suman a los que nacen con ella o la adquieren
por diferentes patologías. Para el discapacitado el deporte se convierte en la fuerza motora
que lo lleva a establecer el contacto social, con su práctica se siente reconocido y respetado
en igualdad de oportunidades. La participación en juegos y deportes adaptados le da la
oportunidad de ser físicamente apto, ser más activo, aprender actividades para el tiempo
libre y realizar convivencias positivas. Además participando en competencias
reglamentadas tiene actividad pública y va adquiriendo protagonismo social.
El baloncesto en silla de ruedas es una modalidad deportiva adaptada, en la cual personas
con limitaciones de movimiento de sus miembros inferiores pueden participar en un juego
de baloncesto sentados en una silla de ruedas. No debe ser visto como un programa de
rehabilitación. El atleta debe estar ya rehabilitado para encarar una actividad deportiva, esto
es ser autosuficiente para manejar las actividades de la vida diaria (AVD).
Las reglas también son las mismas del baloncesto convencional, con las lógicas
adaptaciones a los jugadores en silla, como la falta por levantarse de ella durante una
jugada. Aunque los sistemas de juego son muy similares a los del baloncesto de a pie, las
defensas hombre a hombre, en zona o los bloqueos cobran gran importancia en el
baloncesto en silla de ruedas.
El baloncesto es uno de los pocos deportes con una clasificación funcional específica
conforme al grado de discapacidad. En el baloncesto en silla, el sistema de puntuación
garantiza que los deportistas con minusvalías severas, como parapléjicos, puedan participar
con jugadores con minusvalías menores, en igualdad de condiciones teniendo cada jugador
una puntuación distinta. Desde un punto para los más afectados, hasta 4.5 para los
jugadores con menor discapacidad en cancha. La silla de ruedas de baloncesto está hecha
de material específico y adaptado. Pueden constar de 3 o 4 ruedas, las 2 traseras siempre
giratorias. El aluminio proporciona ligereza y manejabilidad, y las ataduras están siempre
permitidas para evitar que el jugador caiga al suelo.
Reglamento
El básquet en silla de ruedas es practicado por individuos con lesiones medulares,
amputaciones, secuelas de poliomielitis u otras disfunciones que les impiden correr o saltar.
Las reglas son las mismas que en el básquet convencional, la única diferencia es un sistema
de clasificación que fue creado para optimizar la participación de individuas con diferentes
secuelas para que no haya ventajas. Actualmente son 8 clases funcionales. De 1 a 4.5
puntos. Cada equipo consta de 5 jugadores y puede sumar como máximo un total de 14
puntos en cancha.
Las dimensiones del campo para eventos importantes son de 28 m de largo por 15 m de
ancho, con una altura mínima de 7 m y la altura del aro de 3.05 m. Estas medidas como las
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del tiempo de juego, la línea de 6.25, la eliminación por 5 personales y los tiempos muertos
por equipo y periodo se aplican exactamente por igual en el baloncesto de minusválidos que
en el baloncesto convencional. El reglamento del baloncesto en silla de ruedas está basado
en el reglamento de la FIBA (Federación Internacional de Baloncesto) con sólo unas
pequeñas adaptaciones, obligadas por el hecho de que los jugadores se desplazan por el
terreno de juego sobre su silla de ruedas:
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La silla de ruedas de baloncesto tiene unas medidas máximas permitidas: la altura
del asiento no puede superar los 53 centímetros y las ruedas grandes han de ser de
66 centímetros de diámetro como máximo. Las sillas pueden tener 3 ó 4 ruedas: 2
grandes atrás y 1 ó 2 pequeñas delante.
Ninguna parte de la silla, que no sean las ruedas, puede tocar con la pista cuando el
jugador tenga la posesión del balón. Si esto sucede se comete una violación.
El jugador no puede levantarse del asiento para ganar ventaja en la lucha por algún
balón. Cuando esto sucede el jugador comete técnica (falta antideportiva).
Si la silla de un jugador que tiene el balón toca o sobrepasa con cualquier rueda
cualquiera de las líneas que delimitan el campo, se considerará que el balón ha
salido fuera y, por tanto, sacará el equipo contrario.
Solamente en el lanzamiento de tiros personales y desde la línea de 6.25 se permite
que las ruedas pequeñas toquen o sobrepasen las líneas mencionadas, pero las
ruedas grandes no pueden ni siquiera tocarlas.
El equivalente a la regla de pasos se desarrolla en el baloncesto en silla de ruedas de
la siguiente manera: cuando un jugador está en posesión del balón sólo puede dar
dos impulsos a su silla, bien hacia delante, bien hacia atrás, sin botar o pasar el
balón. Al dar el tercer impulso cometería una violación.
Lucha o balón entre dos: el arbitro solamente lanzará el balón entre dos jugadores
en el círculo central al inicio de cada periodo (1ª y 2ª parte) y prórrogas si las
hubiera. En el resto de ocasiones, cada vez que se pita lucha sacará un equipo
alternativamente.
Todas estas reglas son imprescindibles para adaptar el baloncesto en silla a las normas de la
FIBA, pero, en líneas generales, el baloncesto en minusválidos se juega en las mismas
condiciones que el baloncesto convencional, pero con la dificultad añadida de que los
jugadores están sentados y, por tanto, a mayor distancia de la canasta.
Clasificación médico-funcional
La principal diferencia del baloncesto convencional con el baloncesto adaptado es la
obligatoriedad que tienen todos los jugadores de utilizar silla de ruedas,
independientemente del tipo de deficiencia física que afectan sus miembros inferiores. Se
debe conocer el nivel de la lesión, la extensión del daño en la médula espinal y el tiempo
desde su aparición para establecer un diagnóstico de la movilidad de la persona en la silla.
Además de ver en cancha la funcionalidad del atleta en el deporte en cuestión (basquetboll
en este caso) Son varias las situaciones que producen que una persona pueda llegue a una
silla de rueda. En general estas causas de discapacidad motora son:
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Amputaciones de miembros inferiores, causadas por lesiones o enfermedades
irrecuperables en miembros inferiores (accidentes industriales o de vía pública,
infecciones, tumor, trastornos vasculares, congelación). Las amputaciones se
practican cuando la afección del miembro es tal que atentaría con la vida del
individuo.
Lesiones medulares de la columna vertebral. La medula espinal es un cordón
nervioso protegido por la estructura ósea de la columna vertebral. De ella salen los
nervios raquídeos: cervicales, torácicos, lumbares y sacros. Es la vía principal por
donde el cerebro recibe la información del resto del organismo y envía las ordenes
que regulan los movimientos, además de procesar ella misma algunos estímulos, y
desencadenar respuestas motoras aprendida (caminar) o innatas (arco reflejo). Si
hay una lesión en la medula espinal, el individuo sufre parálisis de la movilidad
voluntaria, ausencia de sensibilidad por debajo de la zona afectada, falta de control
sobre la micción y evacuación intestinal, trastornos de la sexualidad y del Sistema
Nervioso Vegetativo, todo sumado a riesgos de otras complicaciones como úlceras
y espasticidad.
Cuadriplejia: parálisis de las cuatro extremidades. Pueden ser por lesiones
traumáticas que se presentan en la médula espinal a la altura del cuello en
C5-C6.
o Paraplejia: parálisis total o parcial de las dos piernas. La lesión en la médula
espinal produce por debajo parálisis locomotora y pérdida de sensibilidad;
hay alteración de la función normal de intestinos y vejiga.
o A nivel de Cono Medular y la cola de Caballo: sin control de los esfínteres,
menor afectación de la sensibilidad y de la movilidad voluntaria. Muchas
veces puede andar con la ayuda de bastones.
o
Poliomielitis, enfermedad viral que afecta a las neuronas anteriores de la médula
espinal y el tronco encefálico Puede producir parálisis muscular parcial o completa.
Para jugar baloncesto en silla de ruedas el deportista debe tener una discapacidad física
permanente en sus extremidades inferiores, que le impida correr, saltar y pivotar como un
jugador a pie. Cumplido este requisito, son clasificados para jugar bajo el Sistema de
Clasificación de Jugadores de la Federación Internacional de Baloncesto en Silla de Ruedas
(IWBF). Mediante la clasificación, a los jugadores se les asigna una puntuación de entre 1.0
y 4.5, de acuerdo a su nivel de función física. Estos puntos se suman luego a los del equipo,
no estando permitido exceder los 14 puntos entre los 5 jugadores que están en la cancha al
mismo tiempo. Esto asegura que cualquier jugador, al margen de su grado de discapacidad,
tenga un papel integral para jugar dentro de la estructura del equipo. Los movimientos de
tronco y la estabilidad observados durante una competición real de baloncesto forman la
base de la clasificación funcional de un jugador.
Jugadores punto 1. No tienen movimiento en las extremidades inferiores, y poco o
ningún movimiento controlado de tronco. Su equilibrio tanto hacia delante como
hacia los lados es significativamente deficiente, y dependen de sus brazos para
volver a la posición erguida cuando se desequilibran. Estos jugadores no tienen
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estabilidad en una situación de contacto y normalmente coge rebotes por encima de
la cabeza con una sola mano.
Jugadores punto 2. Normalmente no tienen movimiento de las extremidades
inferiores, pero tienen algún movimiento de tronco parcialmente controlado hacia
delante. No tienen movimiento controlado de tronco hacia los lados ni de rotación.
Los jugadores tienen una estabilidad limitada en situación de contacto, a menudo
dependiendo de la sujeción de su mano para permanecer erguido en una colisión.
Jugadores punto 3. Pueden tener algo de movimiento en las extremidades
inferiores, y tienen movimientos controlados de tronco hacia delante hacia el suelo
y de vuelta a la posición erguida, y tienen algún control de rotación. Los jugadores
no tienen buen control de movimiento lateral de tronco, pero son más estables en
una situación de contacto y capaces de coger un rebote por encima de la cabeza con
las dos manos con comodidad.
Jugadores punto 4. Tienen un movimiento normal de tronco, pero debido a una
función reducida en las extremidades inferiores son incapaces de inclinarse hacia
ambos lados con un control total. Estables en contacto y en rebotes, con
movimientos normales hacia delante y de rotación.
Jugadores punto 4.5. Son los jugadores con menor discapacidad en la cancha.
Normalmente sólo tienen una mínima disfunción en los miembros inferiores o una
amputación única por debajo de la rodilla. Movimientos de tronco normales en
todas direcciones y muy estable en contacto y en rebotes.
Hay situaciones en las que un jugador difícilmente se ubique en forma precisa en las
categorías para la clasificación. En estos casos los clasificadores pueden asignar medio
punto por encima o por debajo de cierta clase, lo que crea jugadores con puntuaciones 1.5,
2.5, o 3.5.
Aspectos fisiológicos
El hecho de tener parálisis o paresias, en algunos grupos musculares, es una limitación a
nivel mecánico, y a nivel fisiológico implica diferencias sustanciales con el atleta
convencional. Por ejemplo a nivel cardiovascular la deambulación en silla de ruedas
implica un aumento mayor de la frecuencia cardiaca con respecto a la deambulación
convencional (van der Woude, Veeger, Dallmeijer y otros, 2001). O sea que supone un
mayor compromiso cardiovascular debido quizás a la menor masa muscular activa. El
rendimiento de trabajo de los miembros superiores es bajo con un alto el débito ventilatorio
(Rasche, Thomas, Van Oers y otros, 1993).
Aunque la frecuencia cardíaca máxima que pueden alcanzar los parapléjicos es inferior al
del deportista convencional, los individuos tetrapléjicos tienen una frecuencia cardíaca
media elevada, con poco volumen de pulso. Al realizar un ejercicio físico intenso la tensión
arterial no sube lo esperado aumentando la frecuencia cardiaca, a la vez que se produce una
vasoconstricción en las zonas paralizadas. La ausencia de la elevación de la presión
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produce un defecto de llenado cardiaco. La disminución de la precarga contribuye al poco
volumen de pulso y trabajo cardiaco durante el ejercicio. La taquicardia intenta acomodarse
a la precarga disminuida por lo que paradójicamente hay tendencia a compensar el poco
volumen del pulso con una reducción del gasto cardíaco. Con la misma proporción de
metabolismo entregan sangre y oxigeno con una velocidad más lenta desde el corazón a la
periferia, aunque extraen oxígeno de los capilares mucho más rápido que los atletas
convencionales. Los corredores de maratón con paraplejía logran una frecuencia cardiaca
parecida a la de los convencionales.
El consumo máximo de oxigeno de los atletas con paraplejía es menor que el de los atletas
convencionales. Los valores de consumo de oxígeno en parapléjicos son más altos en los
corredores que en los jugadores de baloncesto con paraplejía (Coutts, 1990). La ausencia de
las extremidades inferiores en los amputados influye también en el consumo máximo de
oxigeno debido a la menor masa corporal de los atletas amputados (Bhambhani1995).
La propulsión de la silla de ruedas es una actividad de destreza basada en el uso de una
masa muscular relativamente pequeña y por tanto se espera que el entrenamiento provoque
adaptaciones periféricas y mejoras de la eficiencia mecánica. Los efectos de mejoría de
fuerza en los ejercicios de entrenamiento de brazos son el incremento de la fuerza muscular
y la resistencia de la musculatura del brazo en los ejercicios. Los individuos pueden
mejorar de un 10 % a 20 % la potencia. El 64 % del tiempo del partido se utiliza en
actividades propulsivas recorriendo al final del match hasta 5 km/h, con velocidades
variables de 2 m/s hasta 4 m/s (Coutts, 1991).
Tests adaptados
Para evaluar estas cualidades, los entrenadores se ven obligados a utilizar baterías de test
aplicados a los atletas convencionales realizando múltiples adaptaciones. Ya que se debe
estudiar la interacción entre el individuo y su silla. Hay gran cantidad de variables y estas
variables solo sirven para hacer comparaciones intraevaluado ya que no se puede comparar
a un atleta con otro debido a que se evaluaron de manera distinta y tienen distintas
limitaciones.
Los ergómetros de brazo (Arm Crank Ergometry) son bicicletas ergométricas modificadas
que permiten realizar el test solo utilizando los miembros superiores. Si se conoce la
potencia mecánica producida por el sujeto y su equivalente metabólico, se extrapola el
VO2max en función de la FC máxima alcanzada, con un error de alrededor del 10 %. Se
pueden realizar protocolos de potencia aeróbica o de potencia anaeróbica (Rotstein, Sagiv,
Ben-Sira, 1994).), como el Wingate Test de brazos, basado en el protocolo de 30 segundos.
Este test es utilizado para medir la capacidad anaerobica de los atletas, siendo un correcto
predictor de la relación que existe entre el rendimiento aeróbico (VO2máx.) y el anaeróbico
de las personas en silla de ruedas, por lo tanto muestra el estado de entrenamiento (Hutzler,
Ochana y Bolotin, 1998; Hutzler, 1993).
El ciclo ergómetro y la cinta ergo métrica pueden ser adaptadas para evaluar a los atletas de
deportes en silla de ruedas. En la cinta ergo métrica adaptada, el atleta utiliza su propia silla
de ruedas sujeta con un cinturón. La evaluación podrá ser realizada con aumentos de
velocidad e inclinación. La velocidad de la cinta se aumenta cada 2-3 minutos, hasta la
producción de fatiga que ocurre a los 10 o 12 minutos o bien se puede aumenta de 2 km/h
cada 2 minutos (Knechtle y Kopfli, 2001).
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Se pueden realizar tests de diferentes características utilizando las mismas sillas de ruedas y
alguna distancia predeterminada del campo de juego. Por ejemplo el atleta da vueltas a una
cancha de básquet con velocidades crecientes entre 1.28 y 5.31m/s o sea 4.6 hasta 19.1
km/h, y se calcula la potencia total fue calculada en función de la velocidad, distancia y
tiempo recorrido (Coutts, 1992).
Entrenamiento
Cada jugador de baloncesto en silla de ruedas debe ser evaluado antropométrica y también
técnicamente. Hay jugadores más altos que otros, y recordemos que la altura del aro es
igual a la del deporte convencional, pero el atleta esta ahora lanzando desde una silla.
Pueden tener más o menos movilidad y antecedentes técnico deportivos en el deporte.
Como las lesiones determinan las capacidades funcionales en general se pueden agrupar en:
Parapléjicos completos, según altura de la lesión: 1- 2- 3 puntos.
Amputados de miembros inferiores: 3 – 3.5 – 4 – 4.5 puntos.
Espinas bífidas: 1- 2- 3 puntos.
Parapléjicos incompletos: 2 – 2.5 – 3 – 3.5 – 4 – 4.5 puntos.
Polio, con un amplio rango: 1- 1.5 - 2 – 2.5 - 3 – 3.5 - 4 - 4.5 puntos.
Para los entrenamientos los jugadores pueden ser agrupados en grupos de acuerdo a sus
puntajes, que a su vez por regla general, determinan su puesto:
Puntos 1 – 1.5 – 2: Bases, escoltas y bloqueadores.
Puntos 2.5 – 3 - 3.5: Aleros defensores tiradores.
Puntos 3.5 – 4 – 4.5: tiradores y pivot (si son altos).
Es muy importante adecuarle la silla de ruedas a la movilidad de los jugadores, y aunque
pierdan algo de altura, es mejor que estén cómodos y tengan más movilidad: las sillas son
el calzado deportivo de los jugadores. Los jugadores altos con buena movilidad, amputados
de un miembro inferior o polio de una pierna, pueden jugar de pivot, y aunque tengan una
silla alta, deben trabajar movilidad. Deben trabajar la mecánica de tiro y rebotes, manejo de
silla sin balón y con balón, defensa debajo de la canasta y tiro exterior de la zona. Los
jugadores medios con buena movilidad son los más versátiles en el campo adaptándose a
distintos puntos del campo. Deben trabajar en tiros de media distancia y en carrera, defensa
en zona, pressing en defensa, pase y dribbling en carrera. Los jugadores medios con poca
movilidad deben entrenar en tiros de media distancia, bloqueos, trabajo de pressing sobre
jugadores altos y pases (Frogley, 1996).
Habilidades básicas
A modo de ejemplo se muestran dos ejercicios básicos, como son la impulsión en la silla de
ruedas a medida que se hace botar la pelota, y el levantar una pelota desde el piso. Son
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habilidades iniciales, y su adquisición es imprescindible en el jugador de basket de silla de
ruedas (Perez Tejero y Sanpedro, 2003).
Botar el balón e impulsar: El objetivo principal de este ejercicio es progresar con el balón
controlado sin cometer falta (caminar o pasos), botando a cada lado de la silla.
En principio el jugador realiza el bote de la pelota desde una posición estática a un
lado de la silla, pone la pelota sobre los muslos, simulan la impulsión, y hace botar
la pelota del otro lado.
El jugador con un balón, desde una de las líneas de fondo, se desplaza botado el
balón en línea recta a lo largo de la cancha. Para ello desde la posición inicial de
quietos y con el balón sobre los muslos, se realiza un impulso, ya en movimiento
botamos tres veces el balón a un lado de la silla. Vuelve a colocarlo en los muslos, y
se realiza otro impulso, y tras ellos, se bota el balón ahora en el lado contrario al
anterior.
El bote debe realizarse ligeramente adelantado, por delante de la rueda trasera del
lado en el que botamos. Debemos imprimir un ligero efecto hacia atrás al balón,
flexionando la muñeca al final de la acción de bote. (tratar de realizarlo, sin mirar la
pelota). Recordar dar solo dos impulsos sin hacer botar el balón (sino es falta). Al
llegar a la línea de fondo, girar y realizarlo en el otro sentido.
Luego se realiza el mismo ejercicio pero con dos impulsos consecutivos entre botes
del balón.
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Ya dominados los ejercicios anteriores, puede eliminarse la fase en la que la pelota
está en los muslos, lo que obliga a cambiar de mano directamente.
La máxima dificultad sería impulsar con una mano unilateralmente (que hace
cambiar ligeramente de dirección) a la vez que con la otra mano se bota el balón,
cambiándolo de mano.
Puede modificarse la trayectoria recta del desplazamiento, colocando conos que
obliguen a cambios de dirección, obligando a frenar ligeramente sobre una rueda, la
que está próxima al obstáculo, pero sin perder mucha velocidad.
Puede terminar el ejercicio con un pase a un compañero, frenar con el balón
controlado, o realizar una entrada a la canasta.
Levantar el balón: El objetivo principal de este ejercicio es tomar el control del balón
(recuperarlo) cuando está en el suelo desde una situación de movimiento. El jugador se
desplaza en línea recta hacia el balón, ofreciéndole un lado de la silla (el lado dominante).
Luego se inclina hacia el lado del balón y le presenta la palma de la mano. El otro brazo
puede asirse al respaldo. Cuando el balón contacta con la mano, se lo junta contra la rueda,
que como está en movimiento, elevará la pelota por la parte posterior de la misma contra la
mano, hasta que llegue a la altura de la donde se la puede tomar con las dos manos. Cuando
se domina lo anterior, puede intentarse recoger el balón en movimiento en vez de estático.
Por último, otro nivel de habilidad sería, que tras recoger el balón, en vez de tomarlo con
dos manos, el deportista lo lanza hacia delante y se lo bota con la misma mano.
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Entrenando la fuerza: desplazamientos, obstrucciones, pases y lanzamientos.
Desplazamientos, es importante desarrollar la fuerza muscular debido trabajo que
realizan el tronco y los miembros superiores tanto en los desplazamientos como en
los fundamentos técnicos. Al realizar los desplazamientos intervienen grupos
musculares del tren superior y tronco: bíceps braquial, trapecio, músculos anteriores
de los antebrazos, aductores de escápula, el deltoides, serrato mayor, tríceps
braquial, pectoral mayor, dorsal ancho y espinales. También se debe trabajar la
estabilidad durante la acción, por lo que es necesario fortalecer los músculos
abdominales, espinales, flexores de cadera y aductores de escápula.
Obstrucciones, contra el adversario, se aplica fuerza al efectuar bloqueos, trabas
defensivas y obstrucciones, ya que es permitido que un jugador pueda obstruir o
trabar al adversario.
Pases, y lanzamientos. Se debe trabajar la fuerza en relación a los pases y los
lanzamientos, sin olvidar la movilidad articular, sobre todo en la articulación
escapulo humeral.
La silla de ruedas
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Una silla de ruedas debe tener como objetivo la máxima funcionalidad, comodidad y
movilidad. En lo que respecta a la maniobrabilidad de la silla es importante su peso, el
material con el que esta hecha, el asiento, la distancia entre ejes de las ruedas, la posición y
el tamaño de las ruedas y la forma en que la silla ha sido ajustada (Vanlandewijck, Theisen
y Daly, 2001).
El mayor peso sobre las ruedas delanteras provoca mayor rozamiento, pero la silla es más
estable. Una silla de ruedas standard tiene una distribución del peso de 50/50 %, una silla
ligera ajustable puede tener una relación 80/20, rueda mejor aunque que sea menos estable.
Las ruedas neumáticas resultan más cómodas al amortiguar mejor, pero oponen una mayor
resistencia a rodar por ser más blandas, que es inferior en ruedas con cubiertas macizas por
ser más duras. Las ruedas pequeñas tienen menor rozamiento por tener menos superficie de
contacto con el suelo, son mejores para su uso en interiores y para la práctica de deportes
por su mayor rapidez de giro en superficies lisas y duras.
Al mover el centro de gravedad hacia atrás y hacia arriba se aumenta el peso sobre las
ruedas traseras y hace que la silla sea más fácil de manejar pero también más inestable. Si
se desplaza el centro de gravedad hacia abajo y hacia delante, la silla gana en estabilidad
pero es más dificil de manejar.
Figura 4: Posición de las ruedas.
Ruedas paralelas, mejor propulsión, ruedas anchas abajo, más estables, ruedas anchas
arriba: más inestables e ineficientes.
Una distancia larga entre ejes de ruedas delanteras y traseras mantiene mejor el rumbo por
eso las sillas de carreras son muy alargadas. Una distancia entre ejes corta resulta más
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suave y fácil de manejar y es por eso las sillas de baloncesto tienden a tener distancia más
corta.
Si las ruedas traseras tienen un mayor ancho en la base la silla mantendrá mejor el rumbo,
será más estable y la postura de los hombros será mejor, brazos más pegados al cuerpo para
propulsar y es lo que se usa para sillas deportivas.
El ángulo de las ruedas delanteras debe ser a 90º y cuanto más pequeña sean las ruedas
delanteras (75 mm y 125 mm), tendrán mayor facilidad de giro, siendo adecuadas para el
baloncesto.
Figura 5: Dimensiones antropométricas aplicadas a las sillas de ruedas.
El montaje de la silla de ruedas debe procurar eficiencia al lograr una propulsión eficaz con
el menor gasto energético. Como cada uno de los jugadores tiene una capacidad diferente,
el diseño de la silla debe ser personalizado (Campagnolle, 1998).
1. Altura de las ruedas. Las ruedas traseras deben estar situadas de forma tal que con el
hombro relajado y dejando caer el brazo estirado, se pueda tocar con la punta de los
dedos el eje de la rueda trasera.
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2. El recorrido más eficaz es iniciado por detrás del tronco hasta terminar a la altura de
los muslos. Aprovechando la flexión de los músculos del brazo para aplicar la
fuerza.
3. Postura incorrecta. Se pierde eficiencia si el jugador se desliza en el asiento, los aros
quedan demasiado altos y resulta incómodo iniciar la propulsión desde atrás, por lo
que se tiende a iniciarla adelante.
4. Ruedas muy elevadas, entonces el aro de empuje queda también alto, y se debe
flexionar demasiado los brazos para propulsarse.
5. Ruedas muy bajas, se debe realizar la propulsión con los brazos demasiado
estirados, siendo difícil realizar la fuerza necesaria para la propulsión.
6. Rueda adelantada. Si la rueda está demasiado adelantada el eje queda por delante
de los dedos, el deportista iniciará la propulsión demasiado atrás sin completar todo
el recorrido.
7. Rueda atrasada. Si el eje queda por detrás de los dedos, se comienza la propulsión
adelantado con un recorrido más corto y menos eficiente.
Figura 6 Propulsión de las sillas de ruedas. Aspectos que hacen a su eficiencia
1: altura de las ruedas, 2: recorrido óptimo, 3: postura incorrecta, 4: ruedas muy altas, 5:
ruedas muy bajas, 6: rueda muy adelante, 7: rueda muy atrás.
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