Manual del Responsable Rover

Transcripción

Manual del Responsable Rover
Asociación Española Guías y Scouts de Europa-FSE
Manual del
Responsable Rover
Textos de la Ruta
Edita: Comisarías Generales
Primera edición:
septiembre de 1997
Segunda edición corregida y adaptada:
marzo de 2009
Maqueta y diseño:
Clan Padre Antonio Gamboa
Es una publicación de la
ASOCIACIÓN ESPAÑOLA
GUÍAS Y SCOUTS DE EUROPA-FSE
San Vidal, 7 - 3º B, 28017 MADRID
www.scouts-de-europa.org
Perteneciente a la
UNIÓN INTERNACIONAL
GUÍAS Y SCOUTS DE EUROPA-FSE
Manual
del
Responsable Rover
Textos de la Ruta
PRÓLOGO
Al llegar el momento de abandonar la Comisaría Nacional Ruta para asumir otro
cometido dentro de nuestra Asociación, me ha parecido interesante la edición de un
Manual del Responsable Rover para que los actuales y futuros jefes de la rama Ruta
dispongan de este material de consulta y trabajo.
Es preciso señalar, ante todo, que no se trata de nada nuevo: todo lo que en él se contiene
ha sido ya dado a conocer mediante artículos en las revistas de la Asociación o mediante
documentos enviados a los responsables de la rama durante los años en los que he tenido
la responsabilidad, pero también, la suerte y la ilusión de “abrir” la Ruta Scout de Europa
en nuestra Asociación. Se trata, pues, de una recopilación de información agrupada
siguiendo la progresión normal de la rama roja masculina: acogida en el clan, admisión
piloto, elecciones de Ruta, larga pista, compromiso piloto, preparación de la partida
rover, además otros temas como el programa del año y el papel del comisario de distrito
ante el clan piloto.
No pretende ser sin embargo un tratado exhaustivo de la rama Ruta sino una referencia
común, una guía para todos los jefes de la rama, aún sabiendo de antemano que se podían
haber incluido más cosas.
Por otra parte, este manual debe ser siempre complementado con las otras publicaciones
más especificas de las que se ha dotado a la rama en estos años, a saber:
• Cuaderno del Piloto Scout
• Carnet del A.J.C.
• Larga Pista, elementos para tu preparación
• El Camino de Santiago, la gran aventura de la rama Ruta.
Pero, sobre todo, nunca ha de olvidarse que “la Ruta no se escribe: se vive”. Es caminado,
marchando, peregrinando, como se hace la Ruta. El espíritu rover está en nuestros
caminos, en nuestras rutas: “la Ruta entra por los pies”. Vosotros, los responsables
rovers, sois los encargados de hacer vida este ideal que de otra forma no sería sino papel
mojado.
Así pues, ¡adelante in nomine Domini!
Javier Delgado, R.S.
Responsable Ruta Santiago 1988-93.
Comisario Nacional Ruta 1993-97.
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LA RUTA PILOTO
Las etapas a recorrer en la progresión de la ultima rama del escultismo que va de los
17 años a los..., se pueden decir que son cuatro: iniciación, integración, profundización
personal y compromiso. (Ver Scout de Europa nº 2).
En general parece cierto que la rama más desconocida del escultismo es la Ruta, incluso
por parte de los integrantes de ella misma, y mucho más por los que no pertenecen a ella.
En el presente artículo, y como su título indica, se trata de bosquejar las características
principales de la Ruta Piloto, la que se ofrece al chico que acaba de pasar de la tropa, con
el fin de aclarar posibles dudas y de que se corrijan posibles desviaciones...
GENERALIDADES
No es extraño que al ir por la calle veamos en un edificio en construcción el letrero “piso
piloto”, o que al remitirnos a una idea novedosa que se está llevando a la práctica se nos
hable de “experiencia piloto”. Pues bien, cuando dentro del método educativo scout nos
referimos a la “Ruta Piloto”, indicamos que es la propuesta que el método hace al scout
recién pasado a la Ruta para que pruebe y experimente ésta (de ahí su nombre) y como
paso previo a la entrada en la Ruta propiamente dicha que es la de los rovers (aquellos
que tienen realizado un compromiso de servicio, lo hayan realizado en una ceremonia
o no).
La Ruta Piloto acoge al scout (o al chico que viene de la calle) entre los 17 y los 19 años,
con lo que, por lo general, la etapa piloto dura dos años máximo (en algún caso sólo uno).
La edad central se sitúa, pues, alrededor de los 18 años, coincidiendo, en el ámbito civil,
con la mayoría de edad del joven (edad para votar, para el servicio militar, para entrar en
la universidad, para sacarse el carné de conducir, para ostentar cargos públicos...), y en el
ámbito evolutivo con la salida de la adolescencia y la entrada en el mundo de los adultos
jóvenes. Es la víspera de las grandes elecciones de la vida: vocación personal, profesión,
responsabilidades sociales, servicio en el escultismo, etc.
A esta edad, la formación del individuo no está ni mucho menos concluida,
evidentemente. Pero, sin embargo, éste tiene ya un conjunto de conocimientos y
experiencias que tendrá que poner, en un plazo medio de tiempo, al servicio de los
demás, tanto en el escultismo como fuera de él. Escribía B.P.: “¿Por qué no pasarles
(a los más pequeños) sus conocimientos, de manera que ellos principiaran en la vida
con cierto bagaje, de tal suerte que pudieran ascender en la escala de la eficiencia y la
sensatez de inmediato?” (Prefacio de Roverismo hacia el éxito). Será necesario, pues,
que en esta etapa piloto tome verdadera conciencia de esto, es decir, que aprenda a
servir y el verdadero sentido del servicio.
Consciente de sus deficiencias, el piloto quiere, no obstante, coger el timón (de ahí
también su nombre), ser el protagonista y el motor de su formación y de su vida;
dirigirlas él, no dejando que otros le lleven, siendo responsable de sí mismo; en
definitiva, quiere “remar su propia canoa” (B.P.).
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Todo esto lo aprende junto a otros jóvenes que, como él, tienen la misma intención y
finalidad. Con ellos forma así un “equipo” que no será muy numeroso: entre 4 y 6. El
círculo se ha ido estrechando sobre él: primero la unidad pedagógica fue la manada,
formada por una veintena de niños; más tarde, la patrulla, con aproximadamente 8
chicos; ahora es el equipo, cuyos miembros se cuentan con los dedos de una mano;
muy pronto estará ya él solo en su misión personal para la que Dios le ha elegido.
El Cuaderno del Piloto Scout es el soporte escrito más apreciado en esta etapa, pues
le va introduciendo en la Ruta y le hace descubrir cuál es su ideal. Se convierte así
en el “compañero inseparable e indispensable” de la etapa piloto. Como su nombre
indica, es un cuaderno, no un libro de texto, por lo que deberá constantemente
estar trabajando sobre él: subrayar, marcar, ampliar, incluir tal o cual idea o frase...
En él se respira el espíritu de la Ruta de los Scouts de Europa y se dan respuestas
a las principales inquietudes del scout que acaba de dejar la tropa: necesidad de la
Ruta, vida del equipo a nivel individual y a nivel colectivo para conseguir los fines
deseados, actividades a llevar a cabo y su significado, personas que le acompañan en
su caminar, etapas a cubrir dentro de la progresión de la rama, etc., etc.
Tampoco hay que olvidar en esta etapa la ayuda que representa para el piloto la redacción
de su Carné de Ruta personal que contribuye a plasmar y a percibir cómo va avanzando
en ella.
MOMENTOS IMPORTANTES
Una serie de momentos importantes jalonan la etapa piloto, los cuales, como si de
una pieza musical se tratase, van “crescendo” hasta llegar al instante en el que el piloto
se compromete con la vía del servicio, momento en el que abandona la Ruta Piloto
para entrar en al Ruta Rover, la de los que caminan con un compromiso explícito y
concreto.
1. Paso al clan
Con una ceremonia sencilla y abierta a la iniciativa de los implicados (el Ceremonial
no impone ceremonia alguna), el scout que ha terminado su período de formación en
la tropa pasa al clan piloto y se integra en uno de los equipos que componen éste, con
otros chicos que hayan pasado ese verano o que lleven ya un año en el equipo.
2. Acogida en el clan
Lo más pronto posible y en el curso de una Ruta de fin de semana, se acoge a los nuevos
pilotos. Se les hace una presentación atractiva del estilo Ruta y del desarrollo de la etapa
piloto. Este primer contacto de los nuevos pilotos con la Ruta debe ser muy bien preparado
para que constituya un momento verdaderamente importante y para que efectivamente
despierte el interés de los chicos, los cuales pueden estar un poco desorientados ante la
realidad que dejan, la tropa, vivida durante cinco años, y la que “se les viene encima” que
desconocen casi por completo. La presentación de la Ruta más que con interminables
charlas debe efectuarse con gestos significativos: marcha juntos, servicio, ritmo de
oración, comidas, velada, ambiente fraternal... Es la iniciación a la Ruta.
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3. Entrega de la insignia E.P.
Transcurrida la fase de iniciación a la Ruta que habrá durado un trimestre, el piloto
recibe la insignia E.P. en el curso de una ceremonia denominada “Admisión Piloto”. En
ella se compromete, ante todo el clan, a preparar la Larga Pista y el Compromiso Piloto
mediante las cuatro “elecciones de Ruta” (servicio, cualificación técnica, padrino piloto y
consejero espiritual) que refleja por escrito en su Carta de Ruta. (Ver el siguiente artículo
para más detalles). De esta forma, el piloto ya ha comenzado la fase de integración en el
equipo y el clan, en particular, y en la Ruta, en general.
4. Preparación de la Larga Pista
Además de participar en las actividades del clan y del equipo, el piloto emprende un
trabajo fundamental a nivel personal (y que constituye el motivo principal o razón de ser
de la etapa piloto) tendente a conseguir una progresión real y óptima en los cinco fines
del escultismo: sentido de Dios, sentido del servicio, desarrollo del carácter, desarrollo
de la salud corporal, sentido de lo concreto.
Sus elecciones de Ruta son el medio concreto de prepararse para la Larga Pista. Asimismo
se puede tomar como método de trabajo el fijarse dos o tres ejes de esfuerzos referentes
a los cinco fines, para varios períodos de tiempo sucesivos de entre dos y tres meses. (Ver
el Cuaderno del Piloto Scout, pág. 42, para más detalles. También el librito Larga Pista,
elementos para tu preparación). Esta preparación debe durar de 9 a 18 meses aunque una
preparación verdaderamente intensiva que durará 6 meses también podría ser admitida.
Empieza así a materializarse la fase de profundización personal.
Todos los pilotos tienen que realizar esta preparación, aun cuando no lleguen a recorrer
la Larga Pista (ésta, aunque recomendable, no es obligatoria absolutamente para todos y
dependerá de las circunstancias personales y del pasado scout de cada uno).
La última parte de la preparación la podría realizar, excepcionalmente, siendo ya asistente
en una unidad si las circunstancias así lo requirieran.
5. Recorrido de la L.P.
Cuando la jefatura, el consejero religioso y el propio piloto (y el padrino piloto, si no es
el J.C.) consideran que la preparación es la adecuada, se monta y se recorre la Larga Pista,
momento privilegiado, tiempo fuerte y centro de la progresión de la etapa piloto.
Durante dos o tres días el piloto se va al “desierto”, lugar de soledad favorable para orar y
meditar, como paso previo al compromiso de servicio que va a realizar. Sigue así los pasos
de Jesucristo que se retiró al desierto antes de comenzar su Misión (Lc 4, 1-13). Es allí
donde se toma aire para “llenar los pulmones del espíritu”. (Ver el Cuaderno del Piloto
Scout, pág. 40-42, para más detalles).
6. Compromiso Piloto
Una vez superada con éxito (y sin ninguna irregularidad grave) la Larga Pista, se realiza
el Compromiso Piloto, mediante el cual el piloto se compromete en un servicio concreto
durante tres años. Este servicio puede ser dentro del movimiento (como jefe o asistente,
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lo cual constituye un servicio privilegiado para un scout pues consiste en formar almas,
o bien como experto en determinada técnica, responsable de tal o cual tarea, etc.) o fuera
de él en una tarea cívica o religiosa.
El Compromiso Piloto se realiza ante todo el clan y en él se recibe la insignia R.P.,
convirtiéndose así en Rover Piloto (es decir, rover en período de prueba, pero ¡rover de
cualquier forma!). De esta manera, abandonará el equipo y el clan (siempre que no haya
elegido servir como responsable de un equipo) para dedicarse al servicio elegido. Se ha
iniciado la fase de compromiso que no durará sólo los tres años del servicio elegido sino
que éste es un primer paso tendente a conducir al compromiso de por vida: la Partida
Rover.
Habría que añadir que para los pilotos que no recorran la Larga Pista (que deben ser,
por otro lado, los menos), el compromiso piloto no se realiza mediante una ceremonia
ante el clan y de una manera tan explícita. Sin embargo, el hecho de dejar el equipo y
el clan después de aproximadamente dos años, implica ya un compromiso de servicio
personal aunque éste no se haga en una ceremonia pública, sino que se realice de una
forma privada.
Y DESPUÉS... LA RUTA ROVER
Al abandonar el clan piloto, el joven se integra en el clan interjefes que reúne a todos los jefes
del distrito y cuya responsabilidad recae sobre el comisario de distrito quien sería el jefe de
clan. Allí todos los jefes prosiguen su formación especialmente como tales (es decir, como
responsables de un servicio a los demás) dentro de la Ruta –en particular, preparando su
Partida Rover–. Viven así juntos momentos especiales de la rama como puedan ser la Ruta
a Santiago, Vézelay, encuentros nacionales e internacionales, etc.
Los rovers que hayan elegido servir fuera del escultismo y que se dice están en la “Ruta
Misionera” o “Ruta de la Misión” (anteriormente, “cívica”), no se organizan habitualmente
como un clan pero sí pueden hacerlo en ocasiones puntuales para vivir esos momentos
claves y alimentar así su espíritu scout, en general, y el espíritu rover, en particular. También
para dar testimonio a los más jóvenes del clan piloto.
No sería ni admisible ni posible que un rover que haya concluido un servicio quisiera volver
al clan piloto como simple piloto (sólo podría hacerlo para hacerse cargo y como responsable
de un equipo o clan), pues esto supondría un paso atrás: como si un scout que pronunció su
promesa hace tiempo decidiera ser de nuevo aspirante.
Por el contrario, transcurrido el período del servicio fijado, el rover sigue vinculado al clan
interjefes y debe continuar, siempre que quiera proseguir dentro del movimiento, sirviendo
a los demás, bien en el mismo servicio que tenía, bien en otro elegido junto con el comisario
de distrito y según las necesidades que existan. Continúa, de esta manera, su preparación
para la Partida Rover donde se comprometerá a servir a los demás de por vida.
Para terminar, añadir que los artículos escritos son siempre algo muerto y que, por tanto, la
Ruta “contada” y no vivida en la práctica no es la Ruta de los Scouts de Europa.
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LA PROGRESIÓN INDIVIDUAL EN LA RUTA PILOTO
RUTA Y COMPROMISO
En las diferentes ramas del escultismo, la progresión individual está marcada por
compromisos que se repiten a lo largo de la vida scout. Así, el lobato, después de haber
sido admitido como patatierna, no llega a ser miembro de la manada sino al pronunciar
su promesa; el scout, después de unas semanas de observación, se compromete a preparar
su promesa scout al pronunciar su acatamiento a su J.P.; es el momento de convertirse en
aspirante; algunas semanas más tarde, se compromete más firmemente aún al pronunciar
su promesa.
Porque el escultismo es asunto de voluntarios. Nadie está obligado a ser scout: el joven
que lo decide libremente se compromete mediante un acto claro que pone en juego su
honor personal. Así manifiesta su adhesión a los fines y al estilo de vida de la comunidad
scout; ésta puede contar en adelante con él que debe rendir cuenta a la comunidad del
respeto a la palabra dada: más aún que un scout, un Rover debe poner su honor en
merecer confianza.
No hay escultismo posible sin compromiso personal.
Esta dimensión no existe suficientemente en la Ruta Piloto: demasiados chicos parecen
pasivos, esperando que el tiempo pase, sin comprometerse verdaderamente en una acción
de progresión personal. Un número ínfimo recorre la Larga Pista y hace su compromiso
piloto. Debemos mostrar un mayor rigor y no admitir en adelante en un clan, como ya lo
hacemos en las tropas, sino a aquellos que estén dispuestos a comprometerse claramente
en el camino propuesto por el escultismo. La etapa piloto debe ser un tiempo activo,
marcado por una progresión significativa del chico hacia la plenitud de los cinco fines (el
máximo personal de cada chico) y un compromiso preciso de servicio (el compromiso
piloto). La Ruta Piloto está reservada a los chicos dispuestos a realizar este paso. Los
demás no están en su sitio: una vez más, nadie está obligado a hacer escultismo...
Por supuesto que corresponde a los jefes de la Ruta hacer comprender a los chicos la
necesidad de este paso personal voluntario y ayudarles a realizarlo; esto llevará más
tiempo para unos que para otros, pero un chico que persiste en rechazar comprometerse,
no tiene sitio en el clan. Otros movimientos o asociaciones, cuyas exigencias serán
diferentes en este punto, le convendrán más.
La etapa piloto está dividida en dos grandes fases, clausuradas cada una mediante un
compromiso personal de los jóvenes.
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LAS ETAPAS DE LA PROGRESIÓN INDIVIDUAL
a) Desde la entrada en el clan a la admisión piloto
Venga de una tropa o del exterior, el chico descubre el estilo de vida, las exigencias,
el ideal de la Ruta, participando en las actividades de su equipo y de su clan, y en el
encuentro anual de Vézelay. Los contactos con su J.C. acabarán por hacerle comprender
los fines y las etapas de la Ruta. Después de estas semanas de observación, debe estar en
condiciones de decidir si desea proseguir su progresión scout siendo E.P. por completo,
lo que significa adherirse sin ambigüedad a los fines de la Ruta y preparar su compromiso
piloto.
Esta primera fase debe corresponder a lo sumo al primer trimestre, concluyendo con la
admisión piloto.
El chico es admitido como miembro del equipo piloto (y lleva las letras E.P. entonces)
desde que decide claramente comprometerse en la Ruta (ver el Ceremonial, pág. 50).
Es un compromiso concreto: el chico indica las elecciones precisas de progresión en
cuatro campos (ver más adelante las elecciones de Ruta). Éstas se indican por escrito en
una carta de Ruta que el chico entrega al J.C.
Es un compromiso público: se hace delante del clan. El Ceremonial no indica ninguna
ceremonia concreta, por lo que cada clan puede imaginar una ceremonia de su elección
(ver modelo de Admisión Piloto incluido más adelante); también ésta se puede limitar a
un consejo de clan solemne. Lo esencial es que:
- el chico indique claramente su voluntad de continuar su progresión y su adhesión
a los fines de la Ruta,
- dé a conocer sus elecciones de Ruta,
- reciba la insignia E.P.
La decisión del chico de hacer este compromiso debe estar precedida, por supuesto, de un
encuentro con sus jefes (J.C. y A.J.C.) y el C.R., para ayudarle a ver claro las elecciones
que va a formular.
Si un chico aún no ha realizado su promesa, y desea ser admitido como E.P., formula sus
elecciones de Ruta inmediatamente después de la ceremonia de promesa.
b) Desde la admisión piloto al compromiso piloto
1. Las elecciones de Ruta y la preparación para la Larga Pista
Son, de hecho, los medios concretos de preparación para la Larga Pista y el compromiso
piloto. Ante todo, traducen la voluntad de avanzar: no cuenta tanto el resultado como el
hecho de decidir ponerse en ruta.
Deben aplicarse en cuatro elementos:
- un primer servicio
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- una cualificación técnica
- un director espiritual
- un padrino piloto.
• Un primer servicio
El primero es la elección de un servicio. En la Ruta Piloto, el objetivo todavía es la
formación. Es necesario procurar poner al chico en contacto con diferentes medios,
diferentes personas, para ayudarle a forjar su experiencia, a mostrar la variedad de
lugares donde puede ser útil, a darse cuenta también que no está solo en querer
ponerse al servicio de los hombres, a descubrir la riqueza de la generosidad humana.
Esta experiencia de servicio deberá efectuarse en tres campos: el servicio a la Iglesia,
a la ciudad, al movimiento.
Se pedirá al chico que experimente estos tres tipos de servicios; cada uno de ellos
debe conducir a una responsabilidad limitada, de una duración de un mes y medio
a dos meses: en efecto, a diferencia de la B.A. scout puntual, el servicio rover debe
poder durar tiempo.
La elección de este servicio anunciado en la carta de Ruta corresponde de hecho al
que el chico ejercerá inmediatamente, durante un mes y medio a dos meses. Después,
decidirá otro servicio, en el mismo campo o en otro, según la elección que será hecha
con sus jefes.
Ejemplos de los distintos servicios serían los siguientes:
- Servicio a la Iglesia: en una parroquia (animación de misas, ayuda en la
catequesis, formación o búsqueda de niños para el coro, etc.), en asociaciones o
movimientos vinculadas a la Iglesia...
- Servicio a la ciudad: en movimientos no confesionales pero que trabajan en el
servicio de los hombres; hay una multitud de asociaciones, de obras: residencias
de ancianos, actividades para niños o adultos disminuidos...
- Servicio al movimiento: experimentar el servicio a los más jóvenes para
apreciar, en su justa medida, el servicio que podría efectuar como jefe, si eligiera
esta vía. Se efectuará más bien al final de la etapa piloto, en forma de “curso”
en una jefatura (de tropa); para garantizar el espíritu de servicio e inquietud de
formación, es deseable que se efectúen en otra unidad diferente a aquella de la
que salió el chico y en las diferentes ramas (especialmente lobatismo). También
se puede ayudar a la formación técnica de los scouts a través de los P.A. y según
las competencias técnicas de los propios pilotos; se pueden realizar servicios
materiales en las manadas (montaje de juegos o actividades, conservación del
material...); servicios relacionados con expansión...
• Una cualificación técnica
Cada Rover debe dominar las técnicas de base necesarias para la vida scout; en
cada una de ellas deberá estar a nivel de la 1 clase: orientación, campismo, cocina,
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socorrismo, transmisión, expresión. Lo mejor es basarse en el libro rojo “La patrulla
cuenta contigo” (o, en su defecto, el carnet de pruebas de 1 clase) que cada jefe rover
deberá poseer. Este nivel, para un chico de 17 años, debe ser alcanzado en tres meses
como mucho.
Pero este nivel es insuficiente para adquirir una competencia de servicio real. Es
necesario que cada uno elija además un campo de profundización técnica.
La elección de esta técnica puede efectuarse en función de las competencias
ya adquiridas (especialidades mayores scout por ejemplo), pero, sobre todo,
de actividades y servicios previstas por el equipo o el clan, de necesidades del
movimiento, de elección de servicios futuros que el chico prevé realizar.
Así, si el clan prevé una actividad en canoa kayak, algunos chicos podrán preparar
un diploma de monitor de baño y otros seguir un curso de canoa kayak.
Si el clan programa un servicio de animación en una parroquia, un chico puede
lanzarse a la formación de animación de cantos, etc.
Para que esta profundización técnica interese al chico y sea útil, hace falta que sea
seria: se recomienda, pues, la preparación de títulos oficiales (diploma de monitor
de baño, diploma de socorrista, título de patrón de embarcaciones, licencia de
radioaficionado, etc.) que certificarán la competencia del chico.
En un futuro, se podrían determinar, a nivel nacional, un cierto número de diplomas
técnicos nacionales, que podrían ser utilizados en la vida del movimiento o en su
misión:
- animación de cantos, expresión, músicos
- fotografía, vídeo
- animación de radio
- transmisiones
- iluminación, sonorización (para los rallyes y grandes reuniones)
- etc.
¿A qué esperáis para lanzar a vuestros chicos a una formación técnica cualificada?
¡Vuestras iniciativas y experiencias sobre este punto serán bienvenidas!
• Un director espiritual
Una gran suerte del escultismo es la de permitir a los chicos encontrarse con un
sacerdote.
Este paso es ya necesario en la tropa. Llega a ser habitual en los raiders. Debe llegar
a ser natural para el Rover.
Elegir un consejero espiritual implica que el chico ha hablado con él, le ha explicado
el paso que va a dar, ha convenido con él el modo y el ritmo de sus encuentros.
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Éstos tienen como objetivo ayudar al chico a determinar la situación de su vida espiritual
y avanzar en el descubrimiento y encuentro de Jesucristo.
A cada uno corresponde determinar su ritmo de marcha... ¡También aquí lo esencial es
decidir ponerse en ruta!
• Un padrino piloto
Es un hombre que va a acompañar al chico en su progresión hacia los cinco fines y la
elección de un servicio.
En el curso de sus encuentros (cada 6 semanas aproximadamente) fijan los objetivos
concretos a alcanzar en un campo preciso: éstos son definidos a partir de las carencias
y faltas constatadas; la ley scout, las Bienaventuranzas, los cinco fines, sirven de punto
de referencia, de balizas; pero atención a no apuntar demasiado alto: el objetivo no es
la preparación de la Partida Rover sino la del Compromiso Piloto. Se trata de ayudar
a un chico de 17-18 años a ponerse en estado de servicio, progresando hacia su unidad
de vida.
El padrino piloto es, naturalmente, el jefe de clan (si existe y si está disponible). Pero
la ausencia de jefe de clan no debe impedir avanzar a un chico; el padrino piloto puede
entonces ser elegido entre otros adultos: un jefe de grupo o un jefe de tropa con quien
el chico mantiene un buen contacto, un antiguo miembro R.S. o no, unos padres
sólidos.
Si no es el J.C., el padrino piloto debe trabajar en estrecha unión con él y tenerle
informado de la progresión del piloto que acompaña. (Sobre los padrinos pilotos, ver
también la ficha “Papel del C.D. en relación a la jefatura de clan”, apartado 2.2.c).
2. La Larga Pista
Cuando el chico estima haber hecho progresos significativos en relación a los cinco
fines, toma conciencia de que avanza hacia su unidad de vida, y se siente preparado para
realizar un compromiso de servicio, pide recorrer su Larga Pista.
Se aconseja hacer esta petición por escrito, inspirándose en el modelo incluido en el
“Carnet del A.J.C.”, y que ayuda a determinar el estado en el que se encuentra. Pero a
cada padrino piloto le corresponde apreciar, para cada chico, las modalidades que se le
adaptan mejor.
El J.C., el padrino piloto (si es diferente del J.C.), el A.J.C. y el consejero religioso
se reúnen para examinar la petición, juzgar el estado de la preparación y tomar una
decisión. Salvo caso especial, el chico debe ser invitado a este encuentro, a partir del
cual se construye la Larga Pista.
El “montaje” de la Larga Pista se efectúa por el J.C., quien avisa al C.D. y al C.N.R. Si
no hay J.C., el padrino piloto o el A.J.C. contacta directamente con ellos. El C.N.R.
puede delegar en un jefe para ayudar a construir la Larga Pista.
Las páginas 40-41 del “Cuaderno de Piloto Scout” contienen los primeros elementos
necesarios para la construcción de una Larga Pista.
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A la terminación de la Larga Pista, el jefe que la haya preparado y seguido, enviará
al C.N.R. el formulario existente para que sean reservadas las insignias R.P. y su
numeración.
3. El Compromiso Piloto
El compromiso piloto culmina la etapa piloto. La progresión conduce a tomar un
servicio: preciso, duradero; una verdadera responsabilidad.
El compromiso se hace para una duración de tres años. Algunas veces es imposible
comprometerse para un período tan largo. El compromiso puede ser modificado si el
Rover cambia de domicilio, por ejemplo.
En el compromiso piloto, el Rover expresa su conformidad para partir por una pista
más larga donde deberá comprometerse por completo. De hecho, es una etapa en el
camino de la Partida Rover, compromiso total e ilimitado en el tiempo...
DESPUÉS DE LA RUTA PILOTO
Es deseable que el chico viva de forma dinámica e intensa la etapa piloto, que se clausura
con la Larga Pista y el compromiso piloto, y cuya duración máxima es de dos años.
Pero una vez hecho el compromiso piloto, es recomendable no dejar de ocuparse de los
chicos. Si se hacen jefes, serán apoyados en su vida de Rovers por los equipos de jefes y
el clan interjefes. Si eligen un servicio en el exterior del movimiento, parece necesario
constituir, a partir de los clanes pilotos actuales, equipos o clanes misión; asociados al
clan, se podrán beneficiar de su apoyo; la experiencia y el testimonio de los R.P. serán
útiles igualmente a los jóvenes pilotos.
© AEGSE
Sea en el marco del clan interjefes o en el de los equipos “misión”, los R.P. preparan su
Partida Rover, última etapa de progresión personal en el escultismo.
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MODELO DE CEREMONIA DE ADMISIÓN PILOTO
El clan está formado. El J.C. llama a los chicos que van a ser admitidos como miembros del equipo
piloto. En este caso sería Pedro.
J.C.:
Pedro:
Un piloto:
Pedro:
Otro piloto:
Pedro:
Otro piloto:
Pedro:
Otro piloto:
Pedro:
Otro piloto:
Pedro:
J.C.:
Pedro:
Sacerdote:
J.C.:
Pedro:
J.C.:
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Pedro, hace varias semanas que participas en las actividades del clan. ¿Qué deseas?
Pido ser admitido como miembro del equipo piloto.
La Ruta es camino de exigencia, de voluntad, de perseverancia. ¿Estás dispuesto a marchar con nosotros?
Sí, estoy dispuesto.
La Ruta es camino donde se da sin contar. ¿Estás dispuesto a servir con nosotros a los que podamos ayudar y a prepararnos a servir aún mejor mañana?
Sí, estoy dispuesto.
La Ruta es camino de amistad y de fraternidad en el equipo y en el clan. ¿Estás dispuesto a compartir esta vida con nosotros?
Sí, estoy dispuesto.
La Ruta es camino para descubrir el sentido de la vida. ¿Estás dispuesto a buscar con nosotros?
Sí, estoy dispuesto.
La Ruta es camino por los pasos de Jesucristo. ¿Estás dispuesto a seguirle?
Sí, estoy dispuesto.
El ... (día de la promesa de Pedro), te comprometiste a servir lo mejor posible a Dios, la Iglesia, tu patria y Europa, a ayudar a tu prójimo en cualquier circunstancia, y a cumplir la ley scout. Respondiendo sí a las preguntas del clan, confirmas esta promesa. ¿Pero tienes conciencia de las exigencias de esta Ruta?
Tengo conciencia clara de las consecuencias de este compromiso en mi vida. Con la ayuda de Cristo, pido ser considerado como siempre en servicio.
Que el Señor te acompañe y te proteja en la Ruta por la que avanzas; que ilumine tu inteligencia y tu corazón, como lo hizo en otro tiempo con los peregrinos de Emaús.
(El sacerdote le da la bendición).
Pedro, confiamos en tu palabra. Te admitimos entre nosotros como miembro del equipo piloto. Recibe esta insignia que es el signo de tu compromiso.
(El J.C. entrega la insignia E.P.).
Y ahora, dinos lo que has decidido hacer para avanzar por la Ruta.
Te entrego mi Carta de Ruta donde están escritas mis elecciones.
(También se pueden expresar en voz alta).
Es mi programa personal para los próximos meses, a fin de prepararme para la Larga Pista y para el servicio de Rover Piloto.
Pedro, nos fiamos de tu palabra y te agradecemos tu compromiso. Reúnete ahora con tu equipo.
(Se canta el canto de la promesa).
Dos ejemplos reales de Carta de Ruta
Querido hermano scout Francisco:
Aquí tienes mi Carta de Ruta, para la preparación de mi Compromiso Piloto
que se realizará, si Dios quiere, por Navidad del 96. En lo que concierne a las cuatro
elecciones, esto es lo que he decidido:
SERVICIO:
Para el servicio a la Iglesia, voy a ofrecerme como lector de la misa de la Parroquia
de San Pablo durante un periodo de un mes, y, cuando me sea posible, animaré la misa
tocando el órgano.
CUALIFICACIÓN TÉCNICA:
Elijo profundizar en Transmisión, particularmente el morse y todas sus
aplicaciones.
Al salir de la tropa poseía ya la especialidad mayor Transmisión; voy a organizar
una transmisión óptica nocturna para el equipo en el transcurso de un fin de semana, y
prepararé un “juego transmisión” para la tropa que se desarrollará durante el campamento
de verano.
DIRECTOR ESPIRITUAL:
Esto es en lo que estoy menos acostumbrado; la confesión no es aún demasiado
habitual para mí (aproximadamente 4-5 veces al año). La oración regular... es irregular a
veces.
En lo que concierne al director espiritual, he decidido que sea el sacerdote de la
Parroquia de San Pablo.
PADRINO PILOTO:
Después de haber buscado entre las personas que están más cerca de mí,
finalmente he decidido que seas tú; pienso (¡y deseo!) que estés disponible y que yo entre
en tu “cupo”.
Fraternalmente.
Luis.
Estimado Francisco:
En el marco de mi Compromiso Piloto, te hago partícipe de mis elecciones de
Ruta para mi preparación para la Larga Pista:
- Me comprometo temporalmente y durante mi año de C.O.U., a la preparación de
la oración de los viernes por la tarde y de las distintas misas del año en la Capilla de
San Carlos.
- Me comprometo a profundizar en las técnicas de animación bien sean animación de
misas o animación de veladas scouts.
- Me comprometo a ir a ver regularmente a un sacerdote que será don P.D.L.
- Me he puesto de acuerdo con J.S.B. para que, como padrino piloto, me dé el apoyo
necesario a lo largo de mi caminar hacia el Compromiso Piloto.
Recibe un fraternal saludo scout.
Julián
16
EL PROGRAMA DEL AÑO
La progresión individual de cada chico constituye el argumento del programa de
actividades de los equipos y clanes.
Es necesario aquí distinguir entre el primer trimestre y el resto del año:
• Las actividades del primer trimestre deben ser previstas de antemano por el J.C.,
siendo el objetivo:
- mantener un ritmo fuerte de actividades, del mismo tipo que el vivido en la tropa,
para conservar el dinamismo y el ímpetu de los chicos,
- prever actividades atractivas en el plano del esfuerzo físico, del riesgo, de la técnica
scout para forjar la unidad del equipo y del clan,
- mostrar el interés de la Ruta para cada uno: cómo constituye una respuesta a las
preguntas esenciales de cada chico.
• Al mismo tiempo, los chicos preparan sus elecciones de Ruta. Cuando éstas se
formalizan, es posible preparar a partir de ellas el resto del programa del año: las
profundizaciones técnicas elegidas permiten dar contenido a las actividades del clan.
Lo mismo para los servicios: varios chicos pueden elegir realizar un mismo servicio,
que entonces se convierte en un servicio de equipo. La idea general es hacer de
manera que cualquier actividad de equipo o de clan sea la ocasión de una progresión
individual.
Para la realización del programa, ver las siguientes fichas del “Carnet del A.J.C.”:
- Organización del año Ruta: O1.
- Organización de un fin se semana de equipo: O2.
- Organización de una Ruta de equipo: O3.
El ciclo de actividades a seguir podría ser:
mensual: el equipo se ve todas las semanas para una actividad (por ejemplo, caso de pilotos
que no se tengan que desplazar a otra ciudad por motivos de estudio), de seis semanas: el
equipo se ve, al menos, cada dos semanas que sería lo mínimo a exigir (por ejemplo, caso
de pilotos que se tengan que desplazar a otra ciudad por motivos de estudio).
Ejemplo 1: ciclo mensual (tres/trimestre)
S
E
M
A
N
A
1
Entre semana
(miércoles, p. e.)
Reunión equipo
2
3
4
Fin de semana
(*)
Servicio equipo
Reunión equipo
Ejemplo 2: ciclo de seis semanas (dos/trimestre)
(*)
Ruta equipo o clan
1
S
E
M
A
N
A
Comienzo fin se.
(¿viernes tarde?)
2
3
6
Velada formativa
(*)
Reunión equipo
4
5
Fin de semana
Servicio equipo
(*)
¿Reunión equi.?
Ruta equipo o clan
(*)
(*) Servicio, cualificación técnica, encuentros personales (J.C., padrino, C.R.), etc. de cada piloto
individualmente.
17
Programa del Año en relación con la Pedagogía Ruta
(ejemplo de la correspondencia entre el programa del clan y la progresión de cada piloto)
Mes
Ceremonia de paso a la Ruta: entrega de la pañoleta marrón
Fin de semana de clan de comienzo de curso. Acogida nuevos
11
Iniciación
10
Fase 1
9
Salida de equipo
Reunión anual de los Rovers en Vézelay
Fin de semana de equipo
1
Salida de equipo
2
Fin de semana de clan
3
4
Integración
Ruta de Navidad de Clan. 1er balance; entrega insignia E.P.
Fase 2
12
Ruta de Semana Santa (inter-clanes). 2o balance
Fin de semana corto de equipo
Fin de semana de Clan
5
6
Ruta de verano
Fase 3
8
10
Profundización
7
9
Fin de semana de equipo
Larga Pista y Compromiso R.P.
para los más adelantados
Fin de semana de comienzo de curso
Salida de equipo
Reunión anual de los Rovers en Vézelay
Fin de semana de equipo
12
Ruta de Navidad de Clan
1
Salida de equipo
2
Fin de semana de clan
4
5
6
7
8
Fase 4
3
Compromiso personal
11
Fin de semana de equipo
Ruta de Semana Santa (inter-clanes). Balance
Formación personal de cara a
su compromiso de servicio
Larga Pista y Compromiso R.P.
para los demás
18
PAPEL DEL C.D. EN RELACIÓN A LA JEFATURA DE CLAN
¡Cada año hay que volver a comenzar el rompecabezas! Los A.J.C. se volatilizan después
de un año de servicio; los J.C. hacen lo mismo después de uno o dos años; los equipos se
derriten como la nieve al sol.
Una vez más, es necesario reconstruir, recomenzar desde cero o casi... Más que
lamentarse, decir que nunca se conseguirá, que verdaderamente la Ruta es demasiado
dura, tomémonos un tiempo de reflexión.
1. Algunas observaciones primero
- Los equipos y los clanes pilotos son, por naturaleza, menos estables que las tropas
o que las manadas; el tiempo que se está en un equipo es de dos años como máximo;
es más del doble en las otras ramas. Existe, pues, una fuerte renovación que puede
ser total, de un año a otro.
- Esa renovación también concierne a la jefatura, en particular, los A.J.C.; a penas
un poco más mayores que los pilotos, están en la edad de los cambios de orientación
escolar y, a menudo, de cambio de lugar de estudio; pero, sobre todo, les cuesta
trabajo hacer frente a sus responsabilidades pues:
• están sumidos en las mismas dificultades que los chicos
• por ello, difícilmente pueden ayudarles a avanzar
• a menudo se desalientan por la aparente ineficacia de su acción
• trabajan a menudo sin el apoyo suficiente del J.C.; cuando éste no existe, están
más aislados aún.
- Los J.C. también están afectados, aunque menos directamente, por estas
circunstancias: en su conjunto, son demasiado jóvenes para tener una perspectiva
suficiente como para ayudar útilmente a los chicos; muchos están desamparados ante
los problemas que se plantean. Por otro lado, permanecen en su función demasiado
poco tiempo (uno o dos años...).
2. Algunas orientaciones a poner en práctica
1) La jerarquía territorial debe preocuparse de la Ruta Piloto. Es asunto suyo, más incluso
que las manadas o las tropas, puesto que la mayor parte de los equipos y clanes funcionan
a nivel de distrito.
a) Cualquiera que sea el número de pilotos del distrito, forman un clan que debe
ser dirigido por un jefe designado por el comisario de distrito. Varios casos pueden
presentarse:
- Si hay varios equipos, cada uno está dirigido por un A.J.C. El J.C. dirige el
conjunto de estos equipos. El C.D. debe asegurarse que el jefe de clan tenga la
madurez suficiente para hacer progresar a los chicos; si no es el caso (jefe de clan
19
demasiado joven, por ejemplo), es necesario designar un jefe adulto (A.C.D.R.)
que ayudará al jefe de clan.
- Si sólo hay un equipo dirigido por un A.J.C. joven, también es necesario designar
un J.C. cuyo papel principal será ayudar al A.J.C.
- Si hay varios chicos aislados que no puedan formar un equipo, es necesario
prever la formación, a nivel del distrito, de un clan que se reunirá periódicamente,
y sobre todo designar un jefe del distrito que tendrá la responsabilidad global de
la progresión de los chicos y de la organización de actividades puntuales.
En cualquier caso, es necesario apoyarse más en los jefes de grupo que son responsables
del seguimiento de la progresión scout de los chicos que dejan la tropa de su grupo.
b) Una vez que se ha elegido el J.C., es investido por el C.D. como todos los demás
jefes del distrito y siempre que se cumplan los requisitos exigidos. Los J.C. deben
comprometerse a seguir la formación (R.E.J.P.).
c) El C.D. debe asegurar el control pedagógico del clan; como en todas la unidades,
es el responsable de lo que pasa en el clan... ¡o de lo que no pasa!
Lo mínimo es asegurar que el clan tenga un programa de año verificando los siguientes
elementos:
- ¿el clan tiene un “Proyecto de Misión” a realizar durante el año? ¿y prevista (y
realizado su trámite) la Ruta de verano?
- ¿el J.C. ha comprendido bien la necesidad de invitar a los chicos a confirmar su
promesa, de organizar al final del primer trimestre la admisión piloto y las elecciones
de ruta?
- ¿los J.C. y A.J.C. se han inscrito en los campamentos de formación de la rama?
2) Esta preocupación debe aplicarse en la constitución de unas jefaturas de clan estables
y eficaces insertadas en el distrito y sostenidas por él.
a) La función de jefe de clan debe ser valorada y propuesta a los mejores jefes scout,
en particular a aquellos que han dirigido una tropa durante al menos tres años. Ellos
concluirán en la Ruta la obra educativa que comenzaron; el trabajo hecho en la Ruta
es esencial. No realizarlo implicaría haber edificado sobre arena en la edad scout.
Es un trabajo apasionante para un educador. En la edad del discernimiento de su
vocación personal, él orienta para el bien y, a menudo, definitivamente, una vida de
hombre.
b) El jefe de clan no debe estar solo; debe estar apoyado por el comisario de distrito
que debe informarse de la situación del clan, controlar la existencia de un programa
de año, de la progresión personal de los chicos, de su preparación para la Larga Pista,
apoyar y ayudar, relanzar, estimular.
El comisario de distrito tiene, respecto del jefe de clan, el mismo papel que el jefe de
grupo respecto de su Akela o de su jefe de tropa.
20
Si el C.D. no puede desempeñar él mismo este papel, escoge un jefe del distrito
que pueda hacerlo: éste puede ser uno de los jefes de grupo, o un asistente del C.D.
especialmente designado para asegurar esta función.
Por último, el jefe de clan es miembro del consejo de distrito. Es bueno que de vez en
cuando, se determine, en consejo de distrito, la situación de esta unidad particular,
incluyendo el nivel de evolución de los chicos que la componen. De esta manera,
las preocupaciones del clan que es el futuro del distrito, son compartidas por los
responsables del distrito.
c) Respecto a los A.J.C., lo ideal sería nombrar a los que sean más mayores; si,
en general, pueden asegurar la organización de actividades de equipo, difícil e
imperfectamente pueden asegurar la progresión individual de los chicos, marcada
por la preparación de la Larga Pista y del Compromiso Piloto.
Para remediar esto, se hace necesario generalizar la experiencia ya realizada en
algunos clanes que consiste en rodear a los J.C. y A.J.C. de adultos que llamamos
“padrinos pilotos”, y cuyo papel es el de acompañar a los pilotos en su progresión
hacia la Larga Pista. Estos adultos pueden ser: el propio jefe de clan, por supuesto,
pero también jefes de grupo o de tropa que han mantenido un buen contacto con
ciertos chicos, antiguos miembros, R.S. o no, que acepten acompañar a un joven,
hasta incluso padres cuya solidez personal se conoce. Estos padrinos pilotos debe
trabajar en unión y concierto con los J.C. y los A.J.C., y especialmente tenerles
informados de la progresión de los chicos que ellos acompañan. Su objetivos es
conducirlos a preparar y a recorrer su Larga Pista, y después a hacer su compromiso
piloto. Lo ideal es que cada uno de estos padrinos pilotos no siga más que a uno o dos
chicos. Deben participar también en actividades de clan, puntualmente o, al menos,
en las de jefatura de clan... para estar en contacto.
Naturalmente se les invita a Vézelay.
Si no tienen otras responsabilidades en el movimiento, forman parte de la Ruta de
la Misión. En la mayoría de distritos, se pueden encontrar antiguos miembros que
acepten desempeñar este papel de educador que necesita relativamente poco tiempo.
Nada impide a un matrimonio trabajar juntos en este sentido.
d) El consejero religioso: cada clan debe tener un C.R. que forma parte integrante de
la jefatura de clan. Es el consejero del equipo de jefes; participa en las reuniones de
jefatura, da su opinión sobre la elaboración de programas, sobre las actividades del
clan, sobre la progresión de los chicos. Tiene la vocación de ser también el director
espiritual de cada uno de ellos.
e) La jefatura de clan, compuesta por el J.C., los A.J.C. y el C.R., se reúne
periódicamente para determinar la situación, fijar los objetivos, preparar las
actividades de clan... trabajar estrechamente y mantener la moral. Reflexiona
también sobre lo que es esencial: la progresión individual de cada chico, y ve cómo
ayudar a cada uno de ellos.
Para que los J.C. y A.J.C. tengan el deseo de permanecer en una jefatura de clan en
21
la que ellos mismos aseguran una verdadera continuidad, es necesario que se sientan
útiles para los chicos, pero también para la comunidad scout: en este caso, el distrito,
que debe manifestar que cuenta con el clan.
Es necesario recordar que los J.C. y A.J.C. deben formarse (R.E.A.P., R.E.J.P.) y
proseguir ellos mismos su progresión personal hacia la Partida Rover...
El clan interjefes de distrito es el lugar de convergencia, a la vez, del apoyo del distrito
y de la preparación de la Partida R.S.
f) Por último, recordar que el CNR está a vuestra disposición para ayudaros a hacer que
vuestros clanes vivan la Ruta.
© AEGSE
22
L.P.: CUESTIONES PRÁCTICAS
La Larga Pista clausura la progresión puesta en marcha con la Admisión Piloto. Es la
prueba de verdad... que permite verificar la calidad de la progresión.
1. ¿CUÁNDO RECORRERLA?
El chico pide recorrerla, o se lo propone su JC o su padrino piloto, cuando:
- ha hecho progresos significativos con relación a los cinco fines y avanzado hacia su
unidad de vida,
- ha reflexionado y se ha preparado para el compromiso de servicio que va a
realizar.
Algunos chicos pueden estar preparados al cabo de algunos meses; para otros, es necesario
tomarse más tiempo. El mínimo es el verano siguiente al paso al clan; el máximo, el año
siguiente (es decir, de 6 a 18 meses después de la Admisión Piloto, ¡no más!).
2. ¿QUIÉN DECIDE HACER RECORRER UNA L.P.?
El padrino piloto es quien se encuentra mejor situado para saber si un chico está
preparado para lanzarse a esta prueba final. Pero el responsable pedagógico es siempre
el jefe de clan; no hay problema si también es el padrino piloto; si éste no es el caso, se
actúa de acuerdo con él y con el C.R.
Es necesario, por supuesto, hablar con el propio chico. A él le pertenece la decisión de
partir. También es papel de los jefes incitarlo a dar el paso... ¡Muchos son los pilotos
encantados de que se les haya empujado un poco a avanzar!
3. ¿QUIÉN CONSTRUYE LA L.P.?
El JC es el responsable del “mon­taje” de la Larga Pista a condición, por supuesto, que
tenga las competencias necesarias, es decir, que haya efectuado una REJP, puesto que en
el curso de las REJP se aprende a construir las Largas Pistas.
En su defecto, el JC debe apoyarse en un jefe Rover: en principio su ACDR; si éste no
existe, en el CNR.
Incluso si el JC ha seguido una REJP, informa al ACDR-CNR de la preparación; éste
puede dar consejos útiles por su experiencia; esta unión permite también garantizar el
nivel nacional de las L.P.
La petición de las insignias “R.P.” (modelo oficial disponible pidiéndolo al CNR) será
rellenada por el jefe que ha hecho recorrer la Larga Pista, pero se trasmitirá, por estas
mismas razones, a través del ACDR (si existe) hasta el CNR.
En la construcción de la propia Larga Pista, es importante informar al Comisario de
Distrito y de tener en cuenta su opinión, en particular en relación al compromiso de
servicio que el chico considera realizar. En efecto, una parte de la L.P. está consagrada a
23
la reflexión sobre el servicio futuro.
4. CONTENIDO DE LA LARGA PISTA
La construcción de la Larga Pista debe permitir apreciar, verificar la progresión personal
hacia la unidad de vida.
Personalizada en función de cada chico, debe comportar los elementos esenciales de
progresión scout (los cinco fines) incluso si el acento se pone particularmente sobre uno
u otro de ellos.
En una Larga Pista hay siempre necesariamente:
▶▶ una prueba física
▶▶ un servicio previsto o una posibilidad de servicio
▶▶ la puesta en práctica de técnicas scouts
▶▶ momentos de meditación y de oración
▶▶ la redacción de un diario de marcha.
Pero el contenido de cada uno de estos campos es variable y depende de las necesidades
del chico. No tiene carácter obligatorio, por ejemplo, realizar una “obra maestra”; no
lo pidáis más que si es útil con relación al sentido de lo concreto; lo mismo para las
diferentes técnicas, para la importancia dada al servicio, para la duración de la marcha y
sus modalidades, para el contenido de la meditación.
5. ALGUNOS CONSEJOS PRÁCTICOS
A continuación se dan algunos consejos prácticos y técnicos para montar una Larga
Pista.
Itinerario
• Elegir un lugar no habitual de ruta para recorrer la Larga Pista, pero preferentemente
en la misma región (por razones prácticas).
• Duración: de 48 a 72 horas.
• Salida: es bueno fijar la salida por la tarde.
• Distancia: en torno a 80 ó 90 Km. (3 veces 30 Km.). No es necesario hacer más.
• Lugar: sobre un mapa, construir la L.P. No de un punto X a un punto Y, y nos vemos
tres días más tarde, sino trazar un itinerario en función de rincones pintorescos,
de edificios antiguos (iglesias, castillos, molinos, casas antiguas...), bosques, ríos,
encuentros que se quieren favorecer, acciones que se quieren proponer.
El itinerario debe ser bonito y traer buenos recuerdos al rover.
Construirlo con una llegada a un lugar destacado (abadía, iglesia, santuario, lugar
histórico, lugar pintoresco...).
La salida es menos importante. A menudo es necesario, en efecto, tener en cuenta las
posibilidades de acceso al lugar de salida (llevarlo en coche, autobús, tren).
24
El itinerario se construye punto por punto, con referencias reconocibles cada ciertos
kilómetros.
Evitar al máximo también las grandes ciudades.
Es bueno contar por el camino con una abadía o una comunidad religiosa.
Vivac
• Al raso: adaptarse a las circunstancias atmosféricas difíciles (granja, granero).
Nota: ¡evidentemente, evitar una habitación en casa de alguien del lugar!
Intendencia
• Llevar la intendencia del primer día.
• Pedir la intendencia del segundo día co-mo los peregrinos en ruta. Explicar la
condición de peregrino, la vida del rover, la finalidad de este paso.
• Comprar la intendencia del tercer día.
Nota: llevar el dinero necesario por si la petición resulta infructuosa.
• Comidas calientes y de calidad también mantienen alta la moral.
Servicio
• Se concretará en el curso de la L.P.; no es siempre fácil pedirlo. Puede ser previsto
con anterioridad pidiéndose información a una parroquia o una comunidad...
Testimonios
• Invitarlo a testimoniar: su fe, el paso que es la Larga Pista, la vida del Rover, la vida
escolar o estudiantil... a las personas encontradas.
Aspecto espiritual
• Encuentro con el Consejero Religioso antes de la salida.
• Si el itinerario permite pasar por un pueblo donde hay misa, informarse antes de
los horarios y dárselos.
• Componer una oración durante la Ruta.
• Llevar Biblia o Evangelio, textos de oración.
• Reservar cada día un tiempo de oración, y por supuesto, la Hora Ruta.
Reflexión
• Este tiempo de L.P. es un tiempo de balance y puesta en funcionamiento de la
progresión personal de los últimos meses.
• Preparar dos o tres puntos de los más importantes descubiertos en el curso de esta
progresión, y proponer una reflexión y una profundización personal para llegar a
determinar la situación sobre su unidad de vida.
• Dar tres o cuatro textos por tema para favorecer la reflexión.
• Reflexión sobre el texto del Compromiso Piloto y la elección del servicio futuro.
25
Actividades
Rappel, atravesar un río, descenso de un río...
• Estas actividades pueden ser realizadas si ello es deseable para la progresión del
Rover, pero no por sistema.
• No realizarlas solo, sino con la presencia e intervención del J.C. por seguridad.
Aspecto cultural
• Reportaje de fotos sobre un tema dado (ejemplo: casas antiguas, granjas antiguas,
paisajes insólitos, calvarios...) para conservar una memoria de esta L.P. y tener un
buen recuerdo, pero sobre todo para hacer un esfuerzo de comunicación.
Cuaderno de la Larga Pista
• Llevar un diario de a bordo anotando horarios de la actividades, meteorología,
eventos, personas encontradas, pero sobre todo el resultado de las reflexiones y
meditaciones, el “recorrido espiritual” realizado durante estos tres días.
Seguridad
• Como medida de seguridad, dejar un número de teléfono al que el rover llame,
rápidamente, cada día para comunicar su situación y asegurarse de que no hay
ningún problema; prever puntos de contacto visuales o personales.
• Llevar documentación de identidad.
Llegada de la Larga Pista
• Acogida alegre y fraternal a la hora y en el lugar determinados.
• El Rover es acogido, como el peregrino, al término de su Ruta por el equipo, el
A.J.C., el J.C., el consejero espiritual, el padrino, los RP...
• Sobre todo no dejar a un Rover terminar la L.P. sin ser acogido.
• Si la llegada es en una abadía, una iglesia... asistir todos juntos a misa, a un oficio o
preparar un rato de oración, de acción de gracias.
• Hacer una súper merienda o cena todos juntos.
Lectura del cuaderno de la Larga Pista
• El diario de a bordo es leído con el padrino piloto para hacer el balance juntos,
así como con el consejero espiritual, y para tomar las decisiones que conciernen al
Compromiso Piloto.
Trámites a realizar
• Una vez comprobado que todo ha ido correctamente y que no se ha cometido
ninguna irregularidad grave, el jefe que haya preparado y seguido la L.P. asegura el
envío al C.N.R. de:
- el impreso relleno de petición de las insignias R.P. y su número correspondiente
(modelo de impreso en página siguiente),
26
- copia de, al menos, la parte primera del cuaderno en la que el jefe le da al rover
los datos concretos de la L.P., a fin de garantizar la homogeneidad de las L.P.
que se hagan. Si el rover no se opone, también se enviará la parte escrita por él
(reflexiones, meditaciones...) pues se podrán extraer testimonios interesantes que
puedan ayudar a los demás, estando asegurada siempre su confidencialidad.
27
asociación española
Guías y Scouts de Europa - F.S.E.
Comisaría Nacional Ruta
LARGA PISTA
(informe realización y petición letras “R.P.”)
Apellidos: ___________________________ nombre: _______________ función:
___________ dirección: _________________________________________________
__________________ teléfono: (___) ____________________ distrito: ___________
_______________________, informo al Comisario Nacional Ruta que he hecho recorrer
desde las ________ horas del día ___-___-___ a las ________ horas del día ___-___-___,
bajo mi responsabilidad, su Larga Pista al E.P. apellidado: _______________________, de
nombre: ________________, con dirección: __________________________________
________________, que forma parte del Clan Piloto: ________________________ del
distrito de: ________________, y que ha recorrido un total de _______ Kms. por los parajes
y/o pueblos: ______________________ _____________________________________
_________________________________ en la(s) provincia(s) de: _________________
_____________________.
El Compromiso de R.P. está previsto realizarlo en el transcurso de la actividad: _________ ___
_______________________________ el día ___-___-___, habiendo elegido servir como:
________________________________ por lo que, en consecuencia, te pido le reserves las
letras “R.P.”.
En _______________ a ___ de______________ de 2.0___ El Jefe de Clan (o el R.S. delegado)
(Firmar) NOTA: El presente formulario será enviado por el Jefe de Clan (o por el R.S. que por delegación de éste
haya preparado al Piloto su Larga Pista) al C.N.R. una vez se haya recorrido la L.P. y antes de realizarse
el Compromiso R.P., con el fin de que las insignias R.P. y el número correspondiente sean reservados.
28
LA LP: ¿PROGRESIÓN DEL JEFE?
¿Es lógico que un jefe de unidad, una vez asumido el cargo, empiece a preparar la primera
estrella de lobato o la insignia de 2a clase de scout? Evidentemente, no. De la misma
forma, la Larga Pista es la prueba que clausura la progresión del chico en el clan piloto
y que desemboca, inmediatamente, en el Compromiso Piloto: compromiso personal de
servicio dentro del movimiento (como jefe o asistente) o fuera de él.
Hemos constatado que, muy a menudo, las Largas Pistas se recorrían una vez que los
chicos habían dejado ya el clan y que, por tanto, los Compromisos Pilotos se hacían
cuando el jefe estaba ya sirviendo en la unidad desde hacía meses, incluso años. Esto
implicaba haber dejado la etapa piloto desprovista de su principal elemento pedagógico.
Así pues, es imperativo que la Larga Pista sólo puede recorrerse en la etapa piloto;
del mismo modo que la primera estrella sólo se obtiene en la manada o la 2a clase en la
tropa.
PROGRESIÓN DE LOS JEFES
No se le puede pedir a un jefe que centre su progresión personal en lo que está previsto
para una etapa anterior, como sería la L.P.
El fin de la progresión de un jefe es la Partida Rover tanto si hizo su L.P. y su Compromiso
R.P., como si no los hizo. Pero este fin no es inmediato (para algunos supondrá cuatro
o cinco años), y lo más probable es que se requieran cubrir antes una serie de etapas
intermedias. Dichas etapas intermedias deben ser propuestas en el marco que constituye
el Clan Interjefes.
(Un paréntesis para recordar que el Clan Interjefes tiene idéntica estructura que un
Clan Piloto: existe un Jefe de Clan –el Comisario de Distrito–, existen varios Equipos
–el conjunto de jefes de un mismo grupo forman un Equipo– al frente de los cuales hay
un Asistente del Jefe de Clan –el Jefe de Grupo–; la diferencia estará en los objetivos
a alcanzar: en el Clan Piloto se persigue la formación del joven para la realización de
un servicio concreto tras la preparación de la L.P. y el Compromiso Piloto; en el Clan
Interjefes se persigue la formación y el apoyo del joven dentro del servicio que desempeña
y la preparación de la Partida Rover, compromiso de por vida con el ideal scout).
Muchas son las posibilidades que se pueden realizar: raids individuales que se asemejan
a la L.P. pero centrados en la responsabilidad de la formación de almas que tiene el jefe,
raids o rutas interjefes, retiros espirituales en un monasterio, tertulias de reflexión sobre
el sentido del compromiso de jefe, elección del Padrino Rover y del director espiritual,
etc...
Pero la etapa intermedia que precede al nombramiento como jefe (que, por otro lado, no
debe en buena lógica tardar mucho), es la investidura de jefe. Preparada adecuadamente,
debe ser un hito importante en la progresión personal del jefe, que lo lance a decidirse a
una preparación seria de la Partida Rover.
29
ANEXO
© AEGSE
HACIA LA PARTIDA ROVER
30
“...CON VISTAS A MI PARTIDA ROVER”
Casi seguro que habrás reconocido inmediatamente estas palabras. En efecto, son
pronunciadas por el jefe en el transcurso de la ceremonia que hay prevista para su
investidura. No está de más que recordemos la frase completa: “Me comprometo a
perfeccionar mi formación en todos los aspectos con vistas a mi Partida Rover”.
Actualmente sólo cinco jefes nos han comunicado, por escrito como debe ser (ver “Servir
nº 2”, pág. 23), su intención de preparar seriamente y en firme su Partida Rover, a la vez
que nos indican el padrino rover elegido para su necesario acompañamiento. Si tenemos
en cuenta que el número total de jefes que hay en la asociación sobrepasa los cincuenta,
podemos concluir que solamente el 10% de nuestros jefes están preparando su Partida
Rover (¡el 90%, no la preparan!), lo cual es a todas luces una cantidad insuficiente e
inadmisible (¡ya sería difícilmente admisible que el 10% no la prepararan y el 90% sí!).
Esta situación nos lleva a hacernos una serie de consideraciones sobre las que todos
debemos reflexionar.
SCOUTS ADULTOS
La progresión scout, ¿solamente se dirige a los niños y a los muchachos? Y, entonces, al
joven adulto ¿qué? En el primer compromiso que realiza el niño dentro del escultismo,
la Promesa de lobato, manifiesta que quiere “ser lobato para llegar a ser un buen scout y
un buen rover más tarde”. Luego, el muchacho, en la Promesa scout, “promete servir lo
mejor posible...”. Pues bien, la formación scout, el “juego” scout, sólo puede concluir en
la Partida Rover –en la que, por otro lado, se le recuerda al rover que “un RS nunca está
satisfecho consigo mismo y no considera terminado nunca su caminar”, vaya a ser que se
crea que está realizando una “llegada” en lugar de una “partida”–.
Dicho en lenguaje mercantil, el “producto scout” completamente elaborado,
completamente acabado, completamente realizado no es sino el Rover-Scout; por ello
se le pone la etiqueta con la marca “R.S.” y se “lanza al mercado” de la vida por el que
avanzará, apoyándose sobre la formación y el ideal recibidos, “a pesar de las fatigas y las
contradicciones”.
Especialmente para el jefe investido, el compromiso públicamente expresado de trabajar
su Partida Rover, es una necesidad para ser fiel a su palabra dada en la investidura, pero
también para ser consecuente con su Promesa scout que además renueva en el desarrollo
de dicha ceremonia de investidura. Esa Promesa, pronunciada un día en la tropa y
renovada luego en la investidura de jefe, llegará a su plenitud cuando realice su Partida
Rover.
¿A QUÉ ESPERAR?
Algún jefe puede pensar que es mejor esperar a “madurar” un poco más, a tener más
“experiencia” antes de dar este paso. Quizás a lo mejor alguno incluso haya podido fijarse
31
como probable la realización de su Partida Rover cuando roce ya la tercera edad y la
jubilación..., pensando que entonces las tempestades interiores ya se habrán apaciguado.
Sin embargo, hay que tener muy claro que la Partida, como su nombre indica, es para los
hombres jóvenes que se encuentran en el umbral de su vida adulta. Por tanto, a todos los
jóvenes de nuestro movimiento que entren en su veintena de años, se les debe proponer
la preparación de su Partida Rover, que en una progresión normal debe realizarse a los
veinte y unos cuantos años. A esta edad es cuando, normalmente, cada uno empieza
a ejercer su misión personal en los diferentes campos de la vida: vocacional, familiar,
profesional, social, apostólico, scout también, etc. (el rover es un hombre de acción –”no
es un flojo”– y de oración), para la que hasta ese momento ha estado preparándose. La
Partida Rover constituye así un compromiso de vida (¡de modo de vida y de por vida!)
según el ideal de la Ruta –magníficamente expresado en el texto de la ceremonia–,
poniendo los medios necesarios para llevarlo adelante día a día (“actuar cada día mejor
que el anterior”). De esta forma, apoyándose constantemente en su ideal, el RS puede
encarar las dificultades, tropiezos, “escollos”, que con toda seguridad va a encontrar en
cada una de las facetas de su vida (de ahí “roverismo hacia el éxito”).
EL C.D. Y EL CLAN INTERJEFES
De la misma manera que el Compromiso Piloto se prepara y realiza en el seno del clan
piloto, a la Partida Rover le ocurre lo propio pero dentro del clan interjefes. El comisario
de distrito, como jefe del clan interjefes, es el primer responsable del “lanzamiento” a la
preparación de la Partida. No se puede contentar con estar presente en el compromiso
de investidura de un jefe de unidad por parte del jefe de grupo. Es necesario que el
C.D. haga un seguimiento del compromiso que el jefe realizó en su investidura; no
sólo referido a la inscripción en un CEP determinado, sino también en lo que respecta
a “perfeccionar la formación... con vistas a la Partida Rover”. Debe haber un contacto
individual y personal con cada uno de los jefes del distrito para plantearle directamente
esta cuestión (¡se supone que el C.D. ya se la planteó y la resolvió anteriormente!), y para
ayudarles a dar este paso; por ejemplo, facilitándoles el contacto con los RS que puedan
actuar como padrinos rovers. Los fines de semana interjefes son también ocasiones muy
propicias para tratar este tema y para apoyar a los que ya están empeñados firmemente en
esta tarea. La formación personal de los jefes constituye siempre uno de nuestros mayores
esfuerzos al mismo tiempo que representa una de las mayores suertes que tiene nuestro
movimiento. ¡Tomemos las iniciativas necesarias para sacarles el mayor partido!
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COMIENZO PREPARACIÓN R.S.
Desde que uno comienza la progresión personal dentro del escultismo como lobato, se
está preparando para “ llegar a ser un buen scout y un buen rover más tarde” (Promesa
de lobato). No obstante, llega un momento, en la Ruta personal de cada uno, en el que
se hace necesario acometer una preparación seria y más cercana de la Partida Rover. Los
“trámites” son muy sencillos. Si no se ha hecho ya, lo primero es elegir al Padrino Rover: un
R.S. con el que se tengan especiales lazos de amistad y confianza (todos los R.S. saben como
proceder con los Aspirantes). Seguidamente se ha de manifestar esto al CNR, mediante una
carta que constituye el documento que avala esta decisión.
A continuación reproducimos, con el permiso de su autor, una carta comunicando el
comienzo de la preparación de la Partida Rover. Cada Aspirante ha de redactar la suya no
habiendo ningún “modelo oficial”.
Querido hermano scout:
Tras un largo período de reflexión personal, he decidido iniciar la preparación de mi
Partida Rover. Como CNR y verdadero hermano scout, he de hacértelo saber.
Tomar esta decisión ha sido resultado de no pocos quebraderos de cabeza y consultas al
Señor. No me interpretes mal: no es que no quisiera comprometerme; pero resulta muy
fácil ilusionarse de modo rápido con un ideal y luego darte cuenta de que no eras digno
de él, de que tu preparación no era la adecuada. Dios te llama, pero para responder, tú
has de darlo todo.
He querido esperar a tener los estudios bien encarrilados, a saber algo de esa profesión
para la que me estoy preparando; no para ver si me comprometía o no, sino para conocer
con certeza el terreno que iba a pisar. Además, había temas scouts y personales que debía
de llevar a buen término; tenía que probarme delante de Dios y de los hombres antes de
coger mi horquilla rover para luchar más a fondo. Una buena casa ha de edificarse sobre
sólidos cimientos, no sea que más tarde se derrumbe, y los sueños se desplomen como la
paja. Pues, ¿no es el Reino de Dios el mayor sueño de todos nosotros? Al menos así lo veo
yo, y no soy el único que se prepara previamente para hacerse fuerte (aunque dicha fuerza
es mera ilusión cuando uno olvida un buen día para qué comenzó a fortalecerse).
Lo que no me ha sido tarea fácil: elegir a mi Padrino Rover. Hay muchos ejemplos en
el movimiento, que pueden ayudarme a seguir esta parte de mi Ruta. Por una serie de
razones de toda índole y naturaleza, elijo a [...] como Padrino. Ya he hablado con él y está
de acuerdo. Me ayudará a comprometer el resto de mi vida a Dios (esa magnífica Ruta
nuestra).
¡Adios pues al hombre viejo! Agradezco la ayuda de todos los hermanos que, pacientemente
y a pesar de mi tozudez y torpeza en muchas ocasiones, me asistieron hasta llegar a este
punto de la Ruta. Los scouts más jóvenes ya van conociendo nuestra fraternidad y la
gloria de nuestro ideal; y muy pronto comprenderán que unos hombres tanto aman este
ideal que por él arriesgan mucho.
Afectuosamente.
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EL HOMBRE ROVER1
(por el Padre Barbotin)
El objetivo pedagógico del escultismo no se limita al niño ni al adolescente: su fin
es formar adultos que lleven una vida según el ideal scout. A este respecto, la Guía
plenamente realizada es la Guía Mayor que ha hecho su Compromiso; el scout adulto es,
normalmente, el hombre Rover que ha hecho su Partida 2 . Limitémonos aquí a bosquejar
el perfil del hombre Rover: todas nuestras actividades, sin ninguna excepción, deben
tender a formarlo. Hacia ese tipo de hombre se encamina, en perfecta continuidad, en
rigurosa progresión, la pedagogía de las tres edades (consultar, en particular, los textos
del ceremonial).
I. SCOUT ADULTO, EL ROVER ES CREYENTE
Toda llamada a la fe es llamada a una partida. Abrahán, padre de los creyentes, se hace
caminante, Rover, porque cree en la palabra de Dios: “Deja tu país, tu parentela y la casa
de tu padre por el país que te indicaré... Abrahán partió, como le había dicho Yavé...”
(Génesis 12, 1-4)...; “partió sin saber a dónde iba” (Hebreos 11, 8). Todo creyente se
olvida de sí mismo y se lanza a la aventura más elevada: la de la fe.
El scout adulto cree que ha nacido llamado: a existir, a ser hombre, a ser en Jesucristo,
hijo adoptivo de Dios, a compartir la herencia eterna del Hijo muy amado con todos los
que hayan creído en el amor. Cada mañana el Rover se levanta llamado: a retomar la
ruta de la fe, a seguirla tan lejos como sea posible, con la gracia de Dios.
No se trata aquí de una fe conformista sino de un compromiso muy personal de alguien,
el hombre, para con Alguien, Dios. Compromiso que marca la vida entera, comporta
exigencias, atraviesa a veces sombríos desfiladeros pero sale más fuerte de la prueba,
impulsa al hombre por encima de sí, siempre más lejos y más alto, da en definitiva a la
existencia su sentido verdadero y luminoso: Jesucristo.
El escultismo de Europa quiere conducir a los jóvenes a descubrir este sentido y a vivir en
él, según la pedagogía propia de cada rama. La Ruta es la edad donde la fe se profundiza
y se abre en testimonio multiforme en el mundo adulto.
No se trata aquí de analizar la pedagogía de la Ruta, tampoco la de las edades menores,
sino de “bosquejar” al scout adulto, de esbozar el perfil del hombre Rover.
II. SCOUT ADULTO, EL ROVER ES HOMBRE EQUILIBRADO
En oposición a un cierto dualismo platónico, cartesiano o jansenista, que divide al
hombre en cuerpo y alma separados e incluso enemigos, el escultismo profesa una
1 Aparecido en el Maîtrises nº 84. Traducido por Javier Delgado, R.S.
2 Acordamos una mayúscula para la Ruta como movimiento, para Rover (n.d.t.: “rutero”, en francés), miembro
de este movimiento: ¡no somos conductores de camiones pesados! (confusión tenida más de una vez). Dejamos
la minúscula para la ruta de debajo de nuestros pies. La misma observación para la Partida, para las Guías.
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antropología unitaria: distintos, cuerpo y alma componen un todo armonioso, querido
por Dios creador, enturbiado por el pecado, restaurado por Dios hecho hombre, muerto,
resucitado, glorificado. La lucha es de orden moral entre los instintos desordenados y la
recta voluntad, y no de orden metafísica entre el cuerpo y el alma. La gracia de Cristo
nos ha sido dada para restablecer nuestra unidad interior. (San Pablo a los Romanos,
cap. 6-7-8).
Firme en esta creencia, el Rover se sitúa en oposición a una espiritualidad desencarnada;
hace suya la consigna de Juan Pablo II : “¿Adoración del cuerpo? -¡No, nunca! ¿Desprecio
del cuerpo? -¡No más! ¿Dominio del cuerpo? -¡Sí! ¿Transfiguración del cuerpo? -¡Más
aún!” (A los jóvenes franceses, 1/6/80). El Rover vela por su salud (alimentación sana y
natural, sueño); practica regularmente un deporte, busca la vida al aire libre...
III. SCOUT ADULTO, EL ROVER ES PUES HOMBRE DE ESFUERZO FÍSICO
Es necesario insistir: un simple equilibrio estático no es suficiente, o mejor, el equilibrio
no es posible nada más que mediante el esfuerzo.
Muchos de nuestros contemporáneos, tentados por el desarrollo de la técnica, se las
ingenian para expulsar el esfuerzo físico de sus vidas. Muchos no viven más que sentados,
trabajan sentados, se desplazan sentados, se relajan sentados (TV...). ¿No tendrán ya
pies? ¿Tendrá piernas la humanidad del mañana? ¿Será “deportista” el simple espectador
del esfuerzo ajeno?
Enemigo de la atrofia del cuerpo y de la voluntad, el Rover no es un hombre acostado o
sentado sino un hombre de pie. Practica un deporte, hace marchas en cualquier estación
del año y con cualquier clase de tiempo. El campo, para él, comporta siempre una ruta,
medio verdadero de probarse, también de entrar en contacto íntimo con su tierra y sus
habitantes.
El Rover es hombre de esfuerzo manual.
Si el hombre de nuestras ciudades ya no tiene pies, a menudo tampoco tiene manos,
manda hacer, recurre al técnico, utiliza productos “pre-”: prefabricados, precocinados,
¡hasta predigeridos! Dentro de poco sin pies, he aquí el hombre sin manos: ¡sin piernas
y manco!
Scout adulto, el hombre Rover cree en el trabajo de las manos, en su papel educativo, en
la sabiduría de los hombres de oficio, en pocas palabras, en la inteligencia de la mano.
Le gusta el bricolaje, cuidar su jardín, mantener y reparar sus pequeñas máquinas: bici,
ciclomotor, coche tal vez; sabe cocinar; se instruye con profesionales e intenta hacer
suyos sus conocimientos, en particular en el curso de campamentos y de entrevistas; se
interesa por todas las técnicas de su tiempo.
Ese trabajo de las manos es tanto más importante en la rama Ruta, cuanto que el scout se
ha esforzado mucho en adquirir toda clase de técnicas manuales: campismo, marinería,
pionerismo... ¡Sería deplorable que llegando a la Ruta el muchacho tuviera la impresión
de convertirse en un caminante manco! Servicios de todas clases, talleres... deben
mantener y desarrollar las habilidades.
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Si el hombre Rover ejercita así su cuerpo, si lo estima y lo respeta, no es por idolatría ni
por deseo de goce ni por orgullo de campeón, sino porque se recibe todo de Dios, cuerpo
y alma, porque el cuerpo que expresa el misterio de la persona, es un capital de fuerzas de
servicio del Señor y del prójimo, porque el cuerpo ha sido salvado por Jesucristo: mejor,
es imagen -¡icono!- del cuerpo de Jesús. Ciertamente que ese cuerpo pasará el sombrío
desfiladero de la muerte pero para acceder a la resurrección y la gloria (II Corintios
3, 18). “El cuerpo es para el Señor... y el Señor es para el cuerpo” (I Corintios 6, 13).
“¡Glorificad pues y llevad a Dios en vuestro cuerpo!” (6, 20).
IV. SCOUT ADULTO, EL ROVER ES HOMBRE DE LA REALIDAD
Desde siempre, el hombre ha estado tentado de huir de las asperezas de la realidad
refugiándose en la fantasía. El Rover combate ese riesgo de ilusión convirtiéndose cada
vez más en hombre de lo real. Si es necesario cultivar la imaginación creativa para tomar
iniciativas, practicar una actividad artística, es necesario desconfiar de la imaginación
soñadora, “maestra de error y de falsedad” (Pascal), que interpone la pantalla de nuestros
deseos entre nosotros mismos y lo real. ¡Lo que es, es!, me guste o no.
Como caminante, el Rover tiene los dos pies en la tierra y no uno solo. Le hace frente al
tiempo cualquiera que éste sea, a la fatiga, al hambre, a la sed. La vida en la naturaleza
le mantiene en contacto con los elementos tal como Dios los ha creado, lejos de los
materiales fabricados por el hombre: cartón, plástico... -por otra parte útiles-, he aquí los
materiales verdaderamente primeros: la tierra, el agua, la madera... El Rover mantiene
así, mediante la actividad pedestre y manual, el contacto vivo con la realidad viviente.
¿Lo real? ¡Pero también yo mismo lo soy! ¿Qué soy yo? ¿Quién soy yo? ¿De qué soy
capaz? ¿Cuáles son mis limitaciones? El Rover quiere conocerse tal cual es, lejos de
ilusiones aduladoras. La Larga Pista le permite probar sus fuerzas físicas, psicológicas,
espirituales. El espejo de la ruta, de su fatiga en la ruta, le descubre de sí mismo un rostro
desconocido. Afrontando día tras día la llamada de la Ruta, el Rover conoce su activo, su
pasivo y, cueste lo que cueste, hace ruta con ellos.
V. SCOUT ADULTO, EL ROVER ES HOMBRE DE LA VERDAD
Sentido de la realidad, sentido de la verdad, sólo son uno. La verdad es la conformidad
del pensamiento con lo que es. El Rover no se contenta con palabras; llama a las cosas
por su nombre: un fracaso es un fracaso, el bien es el bien, el mal es el mal, el pecado es
pecado, ¡Dios es Dios!
Hostil a la dialéctica estereotipada de las ideologías y de las modas, el Rover quiere ver
claro en ellas. Ejerce su sentido común, su espíritu crítico (no digo su espíritu de crítica,
puramente negativo) para discernir lo verdadero de lo falso, lo posible de lo quimérico.
Rechaza el eslogan que ha llegado a ser consigna cultural: “¡Cada uno con su verdad!”.
Si cada uno talla la verdad a la medida de sus gustos, no hay ya verdad sino solamente
intereses y simples opiniones.
Esto no quiere decir que el Rover se gloríe de poseer la verdad: ésta no es una cosa ni es
patrimonio de cualquiera. El hombre de verdad, lejos de considerarse el propietario de ella,
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de abrumar a los demás con el peso de sus descubrimientos, se esfuerza humildemente
en dejarse poseer por esta verdad, en someterle sus pensamientos, sus palabras y sus actos,
en “merecer confianza”, en ser “leal a su país, sus padres, sus jefes, sus subordinados” (art.
1 y 2 de la Ley), en pocas palabras, leal a cualquier hombre... ¡y a Dios!
VI. SCOUT ADULTO, EL ROVER ES HOMBRE DE GRANDES HORIZONTES
Preocupado por ver claro, el Rover quiere mirar lejos. A menudo un oculto poder de
reducción nos lleva a limitar nuestros horizontes a lo inmediato, a encerrarnos en nuestro
caparazón, a empequeñecer la vida, los seres, el universo. Por contra, el Rover, hombre en
pie, levanta la cabeza para ver lejos.
Horizontes de naturaleza: la llanura, el mar, la montaña le apasionan. Se interesa por los
descubrimientos científicos, por ejemplo los de astrofísica: el universo con dimensiones
vertiginosas en el espacio-tiempo ¿no testimonia la grandeza infinita de Dios?
Horizontes de cultura: al Rover le apasiona el hombre de ayer y de hoy; la historia, el
arte o más bien las diversas artes, las culturas, las religiones, los idiomas, los grandes
problemas de la actualidad: todo esto despierta y cautiva el interés del Rover. El contacto
con los hombres que se encuentra, las investigaciones regionales... le informan y le forman.
Concibe y practica el viaje como acto cultural: el animal se desplaza, sólo el hombre viaja.
Las lecturas, cuidadosamente elegidas y reflexionadas, son esenciales para ello: si bien el
Rover no es una rata de biblioteca, tampoco tiene fobia a los libros. Utiliza con el mismo
discernimiento televisión, radio, cine, discos... En definitiva, conserva siempre la cabeza
levantada hacia Dios, el más vasto, el más extraordinario, el más deslumbrador, el más
fascinante... horizonte del espíritu; en la plegaria, la oración, la Hora Ruta, contempla
ese horizonte infinito de luz, de verdad, de amor...
VII. SCOUT ADULTO, EL ROVER ES HOMBRE LIBRE
Liberado del error mediante el culto de la verdad ( Jn 8, 32), liberado de la pequeñez
mediante el amor de amplios horizontes, el Rover es un hombre libre. Este es uno de los
rasgos esenciales del hombre “de carácter”, de valor, que B.P. quiere formar. ¿Pero de qué
libertad se trata?
Muy a menudo se reduce la libertad al impulso desatado, incluso al desenfreno, de los
instintos, compulsiones, deseos múltiples que nos atormentan. “¡Déjate llevar por tu
libido!” enseña cierto freudianismo. Ahora bien, la permisividad no vuelve al hombre
feliz, ¡al contrario! La Ley de las compulsiones es la peor esclavitud y, bajo pretexto de
evitar la frustración del deseo, se ha creado otra: la frustración de las aspiraciones más
elevadas, presentes en todo hombre y que por sí solas dan sentido a la existencia.
La verdadera libertad es dominio de sí, de las tendencias, del carácter, del humor, de las
fuerzas que nos arrastran; vida unificada por la búsqueda del máximo personal, por el
servicio a los valores más elevados, por la luz del ideal. De esta forma, el Rover rehúsa ver
en la moral natural y en las citas del Evangelio, un código de tabúes y de prohibiciones:
ve en ellos los signos de su libertad, los medios de una liberación creciente (sólo un
ser libre puede ser obligado: mi gato está amaestrado pero es ajeno a la obligación
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moral). El Rover defiende, enérgicamente los derechos del hombre, pero sabe que el
derecho de cada uno crea un deber para todos los demás; que la mejor defensa de los
derechos del hombre es la fidelidad de cada uno a su deber. También sabe resistirse a
los conformismos, no teme coincidir a veces con otros aunque sean minoría; sabe decir
no.
Hombre libre, el Rover se siente y se quiere responsable; sabe que “todo acto de un
Rover-Scout cuenta y compromete” (Partida Rover); rechaza los artificios encaminados
a descargarle de sus responsabilidades (por ejemplo, en la vida social, el anonimato
colectivista; en materia sexual, el encarnizamiento contraceptivo, los preservativos
antisida, el aborto).
Hombre libre, el Rover es, en definitiva, hombre de iniciativa: con él, cualquier cosa
puede empezarse. No es que el Rover sea negador de la tradición, de la herencia recibida,
de las múltiples conquistas del pasado. Al contrario, se apoya sobre esos antecedentes
para crear novedad, belleza, verdad, bien; asume, para compartirlas y aliviarlas, las
cargas de sus hermanos de hoy día. Y cuando le falta la ruta, la hace.
La verdadera libertad no es pues la anarquía del deseo sino la fuerza de una voluntad
entrenada mediante el esfuerzo cotidiano, consagrada al culto de los más altos valores,
sostenida por la gracia de Dios.
VIII. SCOUT ADULTO, EL ROVER TIENE SENTIDO COMUNITARIO
El egoísmo, el individualismo, nos tentarán siempre bajo la apariencia del bien: “yo no
hago ningún mal: no hablo de los demás”.
El escultismo combate esto de frente. Desde la seisena, pasando por la patrulla y el
equipo, el chico se entrena en el espíritu comunitario, en una vida fraterna y compartida,
según la consigna del Señor: “Lo que hagáis o no hagáis a mis más pequeños...” (Mateo
25, 31-46).
Las técnicas de expresión, tan necesarias para la conquista de sí, entrenan al scout para
la comunicación.
¡Atención! El órgano del diálogo no es ante todo la lengua, sino la oreja. El Rover
es hombre de escucha para ser hombre de diálogo. Es así como se manifiesta
primordialmente su alma amistosa: puede ser confidente de cualquiera. La prioridad
se reserva para el prójimo más cercano: cónyuge, hijos, compañeros de trabajo y de
servicio benéfico, hermanos en la fe, compatriotas, pero también para el hombre
“encontrado en las encrucijadas de Europa y del mundo”. En alguno de esos medios
-familia, clan Rover, Iglesia- lo compartido es tan profundo que la comunicación llega
a ser comunión. El ideal que permite a cada uno unificar su vida, su ser incluso, unifica
al grupo entero también.
Todo lo humano interesa pues al Rover. Está presente en su generación, en todos los
problemas de la humanidad -económicos, sociales, culturales, políticos, espirituales:
desarrollo, alfabetización, justicia y paz, geopolítica...- a escala mundial ciertamente, pero
ante todo a escala de la ciudad, de la profesión, de la patria, de Europa. Se compromete,
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según su vocación y sus posibilidades, en la nueva evangelización de Europa, en respuesta
a la llamada de Juan Pablo II. Vive y trabaja en la Misión dentro de la comunión de la
Iglesia según las directrices del Papa y de los obispos unidos a él.
IX. SCOUT ADULTO, EL ROVER ES HOMBRE DE SERVICIO
La práctica de la B.A. desde la edad más temprana pretende dar el sentido del prójimo y
del servicio. En la edad adulta, la vida entera es servicio. Desde su Partida, el Rover pide
ser considerado como “siempre de servicio”. A cada cual corresponde discernir, según sus
capacidades, su vocación, las llamadas que Dios le dirige a través de las necesidades de los
hombres, qué servicio debe ser el suyo aquí y ahora. Es decir, el Rover es hombre de riesgo
y de aventura, de misión: no se puede servir sin arriesgar, y por consiguiente sin sacrificar
a veces comodidad, tiempo libre, proyectos, salud, vida en condiciones excepcionales
quizás. Pero ese riesgo no es aceptado por deseos de vanagloria: es deseado por amor.
Por amor el scout adulto se compromete en el estado de vida para el que Dios le llama.
Por vocación y por amor el hombre Rover se casa, no por “recibir” sino para darse, para
consagrar su vida a la felicidad de otros. Por amor el scout adulto busca, en el estado
religioso, realizar la perfección evangélica. Por amor se consagra, en el sacerdocio, al
servicio de Dios y al servicio espiritual de sus hermanos.
La medida del servicio es servir sin medida. El scout adulto va cada vez más lejos en la
donación de sí, está obsesionado por los “más allá” y los “todavía más”. La Ruta nunca
dice: “¡Párate!”.
X. SCOUT ADULTO, EL ROVER ES PUES HOMBRE PASCUAL
...ante todo mediante la alegría. El escultismo es un medio de alegría. El espíritu de
juego y de aventura, el compartir, el humor, el canto, el servicio a los demás, la fe común
en Cristo son para el scout, de cualquier edad, fuentes de alegría. Esto se expresa sin
duda de diversas maneras según las circunstancias, según, sobre todo, el temperamento,
el carácter de cada uno: expansivo, incluso ruidoso en uno, la alegría resplandeciente, en
otro, en un equilibrio interior, en una serenidad profunda innata o adquirida. En todos,
la alegría de creer en Jesucristo y de testimoniar esta fe, la alegría de servir.
El scout adulto es hombre pascual por otro rasgo: el movimiento, el impulso interior
constantemente reanudado. El Rover apunta cada día más lejos y más alto. Si encuentra
problemas en la vida aparentemente insolubles, intenta resolverlos no mediante análisis
interminables y estériles, sino superándolos. La Ruta lo llama más allá de cualquier
fracaso y de cualquier éxito; se supera a sí mismo y ayuda a otros a superarse: ¿no ha
tomado por regla de vida la llamada ardiente de las Bienaventuranzas? La misma muerte
no es el término de su ruta sino la última travesía en compañía de Cristo y para alcanzarle
al fin, puesto que es a la vez nuestra Ruta y el objetivo feliz a alcanzar. El Rover, scout
adulto, no se detiene más que en ese “campamento del reposo y de la alegría donde el
Señor ha puesto su tienda y la nuestra para toda la eternidad”.
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Señor Jesús,
Que os ofrecéis a nosotros como la Ruta viviente,
irradiada con la luz de lo alto,
dignaos uniros a nosotros por el camino de la vida,
como lo hicisteis en otro tiempo
con los caminantes de Emaús.
Hacednos partícipes de vuestro Espíritu
para que descubramos el camino de
vuestro mayor servicio,
y que, alimentados con vuestro Cuerpo,
el verdadero pan del Rover,
caminemos alegremente,
a pesar de las fatigas y las contradicciones,
por la ruta que lleva directamente a la casa del Padre.
Amén.
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ÍNDICE
Prólogo, p. 4
La Ruta Piloto, p. 5
La progresión individual en la Ruta Piloto, p. 9
El programa del año, p. 17
Papel del C.D. en relación a la jefatura de clan, p. 19
L.P.: cuestiones prácticas, p. 23
La L.P. ¿Progresión del jefe?, p. 29
Anexo: Hacia la Partida Rover
“...Con vistas a mi Partida Rover”, p. 31
Comienzo de la preparación R.S., p. 33
El Hombre Rover, p. 34
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