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Nª 16 Nueva Época Otoño 2003
Editada por:
Nº 16 Nueva Época, otoño 2003
PUBLICACIÓN DE LA ASOCIACIÓN DE ESTUDIANTES Y GRADUADOS UNIVERSITARIOS
ADVENTISTAS DE ESPAÑA
Consejo Directivo AEGUAE:
Presidencia: Antonio Polo Poch
Vicepresidencia: Joel Moyano Herrero
Secretaría: Pilar Duo Ahedo
Tesorería: Manel López Ariza
Vocalías: Sarai de la Fuente Gelabert, Ramon-Carles Gelabert i Santané, Isaac Llopis Fusté,
Marta Muñoz Porta, Ferran Sabaté Casellas, Ferran Elavoko Sabaté Pérez.
Edita Aula7activa
Coordinación gestión: Mercè Gascón Pomar
Coordinación Redacción: Ramon-Carles Gelabert i Santané
Equipo coordinador: Eva Basterra Alonso, Francisco Giménez Rubio, Esther Amigó Marset,
Marta Muñoz Porta, Andrés Nadal.
Redacción: Ramon-Carles Gelabert i Santané, Rubén Sánchez Sabaté.
Diseño gráfico y maquetación: Esther Amigó Marset
Depósito Legal: B-6934-2004
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Garcia i Fària, 57-59, 4t, 2a
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Web: www.aula7activa.org / www.aeguae.org
AULA 7 está abierta a todo tipo de colaboraciones. Los artículos publicados expresan exclusivamente
las opiniones de sus autores.
Sumario
3
5
7
58
60
71
Adventismo 100 años de testimonio y esperanza, 1903-2003 – Antonio Polo
Crónica de un centenario, 28 de junio – Manel López
De tierra de misión a Unión Ibérica (1903-1939) – José López
De la intolerancia a la libertad (1939-1975) – José Antonio Valtueña
La Iglesia Adventista en la democracia (1975-2003) – Carlos Puyol
¿Y después de 100 años qué?
¿Después de 100 años de educación qué? – Ahinoam Chía
Reflexiones para un futuro – Josep Antoni Álvarez
Nuestra iglesia como organización, estructura e imagen proyectada
a la sociedad – Josué Gil
79 Homenaje a Félix Valtueña Borque
80 La iglesia es una comunidad – Félix Valtueña
Adventismo 100 años de
testimonio y esperanza,
1903-2003
Antonio Polo, Presidente AEGUAE
a Asociación de Estudiantes y Graduados
Universitarios Adventistas de España, celebró
el pasado 28 de junio una jornada dedicada a
conmemorar 100 años de presencia y testimonio de
la Iglesia Adventista en nuestro país.
Cumplir cien años quiere decir haber acumulado
una larga historia, hecha de pequeños y grandes episodios. Es por ello que AEGUAE quiere recordar, aunque sea parcialmente, algunos trazos de nuestra historia justo en el cumplimiento del primer centenario
de la Iglesia Adventista en España.
El 22 de junio de 1903 (hace una semana se cumplieron cien años), llegaron a Barcelona tres norteamericanos: Frank, Walter y su esposa Leola Bond.
Eran los primeros misioneros enviados oficialmente
por la Iglesia Adventista a la península Ibérica.
Barcelona, 100 años después, vuelve a ser un punto de encuentro y acogida para conmemorar este
acontecimiento.
El objetivo de esta jornada ha pretendido aportar
algo más que la reivindicación de la memoria.
Adventismo 100 años de testimonio y esperanza
es un homenaje a nuestra historia y una oportunidad
única para la reflexión y el agradecimiento. Es un encuentro de complicidades entre el pasado, el presente
y el futuro. Después de cien años vuelve con insistencia la misma pregunta de siempre: “¿Somos portadores de un llama o guardianes de las cenizas?”
Hoy, desde Barcelona, hemos querido agradecer profundamente la ilusión y el coraje de aquellos
tres jóvenes que aceptaron el enorme desafio de venir a España, un país de cultura, nivel económico y
estilo de vida tan distintos a los de los Estados Unidos
a principios del siglo XX. Ellos fueron portadores de
una llama que muy pronto prendió en Catalunya, la
costa mediterránea y el resto del territorio.
L
Cataluña fue receptiva al mensaje adventista y un
año después se bautizaron María Serra, Lola Casals
y José Abella. A pesar de todas las circunstancias adversas el adventismo prende y se desarrollaron de
forma muy significativa hasta nuestros días.
Para celebrar este acto del centenario hemos seleccionado dos lugares históricos del adventismo barcelonés del siglo XX. El primero, el Ateneu, símbolo
de la cultura catalana desde finales del siglo XIX hasta la actualidad, situado a pocos metros de donde residieron y predicaron los primeros misioneros adventistas. El segundo lugar escogido es la iglesia
de Urgell, que representa la continuidad de la capilla
de Consell de Cent, el local histórico más emblemático del adventismo en la Cataluña de la primera mitad del siglo XX.
Este encuentro celebrado en Barcelona es un intento de poner la historia con la historia y la leyenda
con la leyenda. Cumplir un siglo también quiere decir que hemos aprendido a vivir y a esperar con el peso de muchas ausencias en nuestras espaldas.
Sentimos un profundo y sincero agradecimiento hacia todos los creyentes que con su testimonio fueron
portadores, algunos anónimos, de la esperanza adventista. Cien años es un tiempo que nos invita de
nuevo a mirar hacia delante con la seguridad de ver
nuevos horizontes de esperanza en las promesas de
Dios.
Desde la directiva de AEGUAE agradecemos la
colaboración desinteresada de todos los ponentes, y
la asistencia de todos los presentes a este acto conmemorativo de la presencia de la Iglesia Adventista
en nuestro país. Asimismo, queremos agradecer el
excelente trato recibido por el presidente del Ateneu
Barcelonés, Sr. Jordi Sarsanedas y la cesión de su
magnífico salón de actos.
Aula 7
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Adventismo 100 años
(1903-2003) de
testimonio y
esperanza
Crónica de un centenario,
28 de junio
Manel López
EGUAE no quiso faltar a la cita del centenario como corresponde a una asociación que
pretende aportar debate y reflexión a la iglesia española.
Si el día 22 de junio de 1903 los hermanos Bond
llegaban a Barcelona, el 28 de junio del 2003 por la
mañana AEGUAE, en el salón de actos del Ateneu
Barcelonès, a pocos metros de una de las primeras
capillas adventistas que hubo en esta ciudad, quiso
conmemorar esta efemérides cien años después.
Unas 150 personas respondieron a la convocatoria con ánimo de viajar en el tiempo y rendir un
sincero homenaje a las personas que durante estos
cien años han permitido que el evangelio arraigara
en un terreno árido como fue siempre nuestro país.
Fue difícil en un solo día resumir todo un siglo lleno
de nombres, de anécdotas y de vivencias, pero valió
la pena.
El pastor José López nos presentó las enormes
dificultades que se presentaron en los años 19031939. Se recordaron los nombres de aquellos pioneros que osaron enfrentarse a una sociedad
profundamente católica y socialmente convulsa. Se
destacó y se reconoció el papel de personajes
extranjeros en estos años, pero ya desde el principio aparecieron junto a estos, españoles implicados
hasta las últimas consecuencias que permitieron
que el adventismo español pudiera abrirse camino.
Se destacó el papel jugado por una Cataluña más
abierta a las corrientes exteriores que el resto de
España más arraigada en los valores tradicionales.
Como conclusión el pastor López afirmó que no
tenemos nada que temer del futuro si no olvidamos
como Dios nos acompañó hasta aquí.
El doctor José Antonio Valtueña nos acercó a un
periodo de enorme intolerancia como fueron los
años 1939-1975 (desde la guerra civil hasta el inicio
de la democracia). El nacionalcatolicismo y la persecución de cualquier oposición puso a los protestantes españoles en el punto de mira. Tres fueron
las dificultades que destacó el ponente, y que des-
A
pertaron vivo interés en los asistentes de más edad
ya que se vieron identificados y cierta sorpresa en
los más jóvenes. La primera fue el momento del
matrimonio y los sistemas para conseguir permisos,
la segunda el servicio militar con la jura de bandera
enmarcada en una misa de campaña, y la tercera
los estudios, con la materia de religión y actividades
en sábado. El público añadió un cuarto momento
más triste si cabe como fueron algunas dificultades
puntuales para enterrar a algunos hermanos. Se
destacó como en la mayoría de los casos al lado de
personas intolerantes siempre hubo personas comprensivas que permitieron una vía de solución.
Por la tarde en la iglesia de Urgell, el pastor
Carlos Puyol nos planteó como desde el Concilio
Vaticano II la postura de la Iglesia Católica derivó
hacia postulados más tolerantes, lo que permitió
cierta apertura hacia el hecho religioso diferencial
en la España de finales de la Dictadura antes aun
de la llegada de la democracia. Con la reforma política en la transición se llegó al pleno acuerdo con el
Estado, siendo la Iglesia Adventista delantera en
muchos aspectos. Esta época significó el reconocimiento legal, siendo la relación con la monarquía en
la persona de la Reina Sofía el máximo exponente
de esta nueva etapa. La madurez en el terreno institucional. Poco antes de este periodo se había dejado ya de depender del exterior en la elección de cargos directivos, llegando en 1975 al status de
Asociación y en la década de los 80 al de Unión. Es
la época del origen del CAS, Safeliz, Granovita, etc.
Se destacó el papel de AEGUAE nacida en plena
transición como un caso único en el mundo adventista europeo.
Para finalizar llegó el momento de proyectarse
hacia el futuro. Para ello se llevó a cabo una mesa
redonda con cuatro ponentes jóvenes que intentaron señalar los retos que la iglesia actual tiene planteados.
Ahinoam Chia planteó la problemática juvenil y el
futuro de la educación en la iglesia española, lla-
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ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
mando la atención sobre la importancia de ser
auténticos dentro del seno de la familia en una sociedad en la que esta se encuentra en decadencia.
José Antonio Álvarez planteó las señas de identidad adventista en el futuro y pidió que los que fueran negativos, que fueran positivos, y los que fueran
positivos que fueran reflexivos si queríamos afrontar
con éxito los retos que tenemos por delante. Estos
retos giraban en torno a como vivir la experiencia
cristiana personalmente y en relación a los otros
hermanos de iglesia que puedan pensar diferente y
en contacto con la sociedad que nos rodea.
Josué Gil planteó los retos que se le plantean a
la organización ante el fuerte crecimiento que ha
experimentado la iglesia por la emigración, lo cual
ha generado desajustes en la infraestructura y en
los recursos humanos disponibles. Los riesgos vienen de la posible pérdida de identidad, de no entender la diversidad cultural como enriquecedora, de no
asumir el cambio generacional y de no gestionar
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Aula 7
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
bien los recursos humanos de una iglesia en expansión. Por último destacó la importancia de mejorar la
imagen que podemos proyectar al exterior desarrollando iniciativas que nos impliquen más en la sociedad: ADRA, ASI y otras.
Cerró el debate la moderadora, Eva Basterra con
una reflexión sobre la actuación avanzada respecto
de la sociedad que tuvo la iglesia en el pasado y
que debiera seguir siendo así en el futuro, ya que en
el presente no es esa la línea.
El debate posterior fue intenso y fue un claro
ejemplo de los esfuerzos que hemos de hacer por
integrar todas las maneras de vivir el adventismo en
la España del siglo XXI. El amor de los unos por los
otros, fruto de una relación auténtica con Cristo nos
permitirá entender y respetar a los que vengan de
fuera sin olvidarnos de los rasgos peculiares (costumbres, lenguas, tradiciones...) del adventismo
autóctono que ya tiene el sello de ser centenario,
hasta que Cristo venga.
De tierra de misión a Unión Ibérica
La Iglesia Adventista
desde 1903 a 1936
José López
PRIMERA PARTE.
LA IMPLANTACIÓN EN ESPAÑA
(1903-1916)
I. Los primeros años (1903-1906)
A) La llegada
Los primeros misioneros Walter Guy Bond (18791914), su esposa Leola y su hermano Frank Starr
Bond (1876-1925), llegaron a Barcelona el 22 de
junio de 1903. Walter y Frank se habían presentado voluntarios después de un llamamiento que tuvo
lugar en un camp-meeting, en Fresno (California) el
año 1902. El entonces Presidente de la Conferencia General declaró que se estaban haciendo
planes para entrar en varios campos misioneros y
pidió voluntarios para tales misiones; se levantaron
treinta jóvenes entre los cuales estaban Walter y
Frank.1
Por octubre del mismo año, recibieron la invitación para ir a Inglaterra a prepararse y después
servir en Europa. Walter se casó con Leola el 12 de
noviembre de 1902 y pocos días después emprendían el viaje hacia Inglaterra. Frank partiría soltero.2
Del 23 de febrero hasta el 9 de junio, permanecieron en el Colegio de Newbold, el colegio
adventista de Inglaterra; estudiaron español, visitaron Inglaterra, cantaron en cuartetos, conocieron
dirigentes, en fin, la vida de normal de estudiantes.3
1J. Bond-Johnson y C. Bond, Our Ancestry, 1968.
2Diario de Frank Bond en posesión de su familia. Frank
S.
Bond, «Caídos en el frente de batalla», El Esforzador, año
5, n1 1, págs. 2-3.
3Carta de Frank S. Bond de 23 de febrero. Archivo de la
familia Bond.
4Revista Adventista Ibérica, 1928, n1 5, pág. 6. El nombre
El 9 de junio partieron para España y después de
atravesar Francia, llegaron a Barcelona el 22 de
junio de 1903, se instalaron en una pensión cerca
del puerto y empezaron enseguida a recibir clases
de español por parte de un personaje un tanto misterioso en nuestra historia: Solo se sabe que se llamaba Brullet,4 y parece que había sido pastor de la
Iglesia Bautista a lo largo de 15 años y había enseñado un tiempo como maestro.5
B) La escuela de Sabadell
En el mes de octubre del mismo año,6 se instalaron
en Sabadell y abrieron una escuela primaria para
niños.
Este hecho plantea preguntas para las que no
existe respuesta. ¿Por qué pusieron una escuela
primaria? Una extraña forma de empezar en un país
como España en el que la Iglesia Católica tanto ha
controlado la educación.
Recapitulando los datos de los cuales se dispone:
El personaje, Brullet, predicador y maestro, que
les había estado enseñando español, fue portador
de una invitación de un pequeño grupo de bautistas
para que les ayudaran en sus reuniones.
Los Bond creyeron que la única manera en que
se podía conseguir un local para usos religiosos,
era alquilarlo como escuela. El maestro iba a trabajar a tiempo completo.
La escuela estaba situada en la casa de los
Bond, carretera de Barcelona, 198. Llegó a tener
lo sabemos porque María Serra, que fue una de las
primeras adventistas de Sabadell, se casó con un José
Brullet que se dice que era hermano de nuestro personaje.
5Wilkinson fue el que le conoció primero y les dió la dirección a los Bond. Review and Herald, 15 octubre 1903,
pág. 15.
6Frank S. Bond, op. cit.
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ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
una matrícula de 21 niños.7 Los sábados por la
mañana los alumnos aprendían acerca de la Biblia
y algunos cánticos, y por la tarde los Bond los llevaban de paseo por el campo.8
Por último, la escuela funcionó desde octubre
hasta el 31 de diciembre. En el informe del 28 de
enero, ya no se menciona, ni se volverá a hablar de
ella,9 ¿Qué había ocurrido?
No queda más que avanzar algunas hipótesis de
trabajo que deben quedar abiertas para rectificar a
medida que se encuentren nuevos datos:
En primer lugar, pudo ocurrir que la escuelita no
consiguiese realmente el permiso de las autoridades. El trámite del permiso de una escuela toma su
tiempo y finalmente una inspección decide su autorización. Ellos mismos reconocieron que “habían
tenido muchas dificultades en conseguirlo”10 ¿Es
que realmente lo obtuvieron, o el maestro les engañó? La realidad es que no se quejan del cierre, sino
que dejan de hablar de la escuela.
En segundo lugar pudo ser que el maestro les
decepcionase. Es indudable que algo de engaño
hubo, porque decir que “la única forma de conseguir un lugar para uso religioso”, era alquilarlo
como escuela, era a todas luces falso. Ellos mismos hicieron la experiencia. Y muy al contrario,
parece que la mezcla escuela-reuniones religiosas
era explosiva; la historia de las escuelas primarias
adventistas está ahí para probarlo.11 Y no es difícil
imaginar el efecto que produciría en el vecindario
oír a los niños cantar himnos el sábado por la
mañana, o ver a un norteamericano de elevada
estatura salir con los niños de dos en dos para llevarles de paseo.
Y una tercera posibilidad sería que la escuela se
cerrase porque los Bond no habían pedido autorización de la Unión Latina para instalarla, organismo
del que dependían para sus finanzas, y que por lo
tanto, no tuvieran presupuesto para ella, y que en el
momento de la visita de Wilkinson, del cual “apreciaron mucho los consejos”,12 las cosas “se pusieran en orden”.
Este incidente tuvo el lado triste de la desaparición del maestro con la escuela ¿Picaresca española o víctimas de un gafe administrativo? Quizá nunca
se sabrá, pero una cosa es cierta, Brullet va a ser
representativo de una cierta debilidad en el trabajo
de los primeros predicadores adventistas extranjeros, cuando se enfrentaron a un medio social en
general muy pobre y muy duro; siempre pudo haber
el riesgo de que alguien viniese “por el pan y los
peces”, y que cuando estos se acababan, por una
razón o por otra, el interés religioso se esfumaba.13
Lo cierto es que esta primera aventura no será
completamente negativa, puesto que el 26 de junio
de 1904, realizaron el primer bautismo de tres personas: José Abella, Maria Serra y, la hija de esta,
Lola Casals, bautismo que realizó el pastor
Wilkinson en su tercera visita a España.14
7No se sabe quien fue W.A.S., pero es posible que fuera
un redactor de la Review and Herald de aquella época, y
el artículo que escribió nos da todos los detalles que mencionamos de la aventura de Sabadell. W.A.S., «Aperturas
en España», Rewiew and Herald, 31 diciembre 1903, pág.
5.
8Carta de Walter Bond, 20 de noviembre 1903. Archivo de
la familia Bond.
9Frank Bond al dar la noticia de la muerte de su hermano
en El Esforzador de 1915, n1 1, págs. 2-3, informa que
se establecieron en octubre, y en el informe de Walter,
«España», Reveiw and Herald, 28 enero 1904, págs. 1617, ya no se habla de la escuela. Por lo que la escuela debió funcionar como máximo tres meses.
10 W.A.S., op. cit.
11Un solo ejemplo: La escuela primaria de Madrid fue
clausurada por las autoridades porque tenía la puerta de
entrada en común con la capilla adventista.
12La visita se produce, «hace dos semanas», luego se
tuvo que producir hacia noviembre o diciembre, justo cuando desaparece la escuela. Por consiguiente no es descabellado pensar que les diera un rapapolvo por haberse lanzado sin permiso, y por lo tanto sin fondos para pagar ni al
maestro, ni los alquileres. Walter G. Bond, «España»,
Review and Herald, 28 enero 1904, pág. 17.
13Williams Robinson, del que nos ocuparemos mas adelante, cuenta como una persona empezó a guardar el sábado, dejó el trabajo y preguntó si le iban a dar empleo, y
cuando la respuesta fue negativa, respondió: «Si lo hubiese
sabido no hubiese dejado mi trabajo». Williams Robinson,
«The Message in Spain», Review and Herald, 6 abril 1905,
pág. 12. Frank llega a decir en 1912: «Muchos pretenderían
obedecer este mensaje si pudiéramos prometerles empleo.
Es mucho para un obrero español dejar el empleo por el
sábado». Frank S. Bond, «Inspiring Occasions in Spain»,
Review and Herald, 27 junio 1912, pág. 15.
14Frank S. Bond, «Spain», Review and Herald, 15 septiembre 1904, pág. 16.
15La fecha de llegada se deduce del informe de Walter G.
Bond, «Spain», Review and Herald, 14 julio 1904, pág. 16,
donde indica: «Hace una semana», calculando lo que tardaría el artículo en llegar a la redacción de la Review and
Herald, es posible inducir que fuera en el mes de junio,
aproximadamente.
16Williams Robinson, «The Message in Spain», Review
and Herald, 6 abril 1905, pág. 12.
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Aula 7
C) La llegada de Williams Robinson
Hacia el mes de junio llegó William Robinson y su
esposa. Era un inglés de Gales, que enseguida les
ayudó en las reuniones que siguieron realizando en
Sabadell,15 hasta el mes de agosto en que se trasladaron de nuevo a Barcelona, sin dejar de atender
Sabadell.16
DE TIERRA DE
MISIÓN A
UNIÓN IBÉRICA. LA IGLESIA ADVENTISTA DESDE 1903 A 1936
Entretanto, en enero de 1904, empezaron a recibir ejemplares de la revista editada en Méjico: El
mensajero de la verdad. Fue el principio de su trabajo de distribución de publicaciones que tanto
juego les iba a dar en España.17 Estas revistas tenían un costo muy elevado, por lo que consideraron
oportuno editar folletos en España, cosa que consiguieron llevar a cabo probablemente en junio de
1904.18 La experiencia que realizaron en su distribución y venta, señala a los Bond como hombres de
un valor a toda prueba, y Lola Casals, jovencita de
16 años, se convierte en la primera colportora española.19
Walter regresó a EE.UU. hacia agosto de 1904
a causa de la muerte de la madre de Leola,20 y
Frank soñando ya con ampliar su campo de
acción, hizo un viaje a Valencia en el mes de septiembre y por barco. Visitó al cónsul americano, a
un pastor bautista que era sueco y dos días se
dedicó a vender folletos y aún le quedó un poco de
tiempo para visitar la catedral y los museos de
Valencia.21
El prólogo de la historia de la Iglesia Adventista
en España estaba ya escrito, comenzaba un largo
camino que fue largo y duro para sus protagonistas.
A pesar de todo, con valor, tesón y perseverancia, los colportores fueron sembrando su camino
con cientos de folletos, a despecho de que no siempre fueran bien recibidos y que en muchas ocasiones produjeran la reacción violenta de los que los
recibían.
Unas veces la reacción fue simplemente personal, pero otras llegó a materializarse en prohibiciones, detenciones o expulsiones que marcaron la
misma dificultad de penetrar en el medio social
español.
Lo curioso es que, aunque teóricamente no
tenían que haber tenido problemas porque la
Constitución permitía aquella labor, la realidad es
que unas veces por imprudencia del colportor y
otras por la reacción de las personas o las autoridades, acababan dependiendo de la arbitrariedad
de una autoridad que ante extraños, y ante una
situación en la que muchas veces no sabían muy
bien qué hacer, terminaban aplicando la ley de
forma muy sui generis. La ley podía decir lo que
dijera, pero la interpretación siempre dependería
de la comprensión de la autoridad que la aplicaba,
y esta a su vez dependería de la presión social y
de las fuerzas vivas, como era el caso de los
curas párrocos, podían ser comprensivos o violentos.
D) Los primeros conflictos.
E) La violencia irresponsable del pueblo
Los primeros conflictos con la sociedad española,
se produjeron cuando tanto Frank Bond,22 como los
que le siguieron, intentaron vender literatura en
plena calle o en visitas por las casas en las diferentes poblaciones que visitaron, y era natural que las
personas que recibían gratuitamente o compraban
un folleto ofrecido por un extraño, reaccionasen,
unas veces favorablemente y otras de forma adversa o incluso violenta.23
El tirar o romper los folletos ofrecidos en la calle,
era una forma de mostrar disconformidad con lo que
seguramente se había comprado o recibido sin
haberse percatado de la intencionalidad o del origen
religioso del material impreso.
17Walter
G. Bond, «Spain», Review and Herald, 28 enero
1904, pág. 17.
18Walter G. Bond, «Spain», Review and Herald, 14 julio
1904, pág. 16.
19Walter G. Bond y Frank S. Bond, «A glimpse of
Barcelona», Review and Herald, 4 agosto 1904, pág. 13.
20El último informe firmado por los dos hermanos fue: «A
glimpse of Barcelona», Review and Herald, 4 agosto 1904,
pág. 13.
21Frank S. BOND, «Spain», Review and Herald, 10 noviembre 1904, pág. 16.
22El primer incidente registrado en la venta de folletos se
El cuadro de la oposición que encontraron aquellos
hombres para penetrar en el territorio nacional, nos
lo completa la pincelada de la violencia pura y descarnada que instigada o no, podía desatarse cuando la presencia de un protestante se destacaba,
sobre todo, en una comunidad pequeña, donde era
fácil reunir las personas influyentes y prevenir o instigar al pueblo en su contra.
La violencia estará también presente cuando se
boicoteaba la actividad de estas mismas personas,
o cuando no les concedían derechos que de otra
manera les corresponderían, para que se cansasen
y finalmente abandonasen el lugar. Muchas veces
produce en Valencia. Frank Bond en la visita que realizó el
año 1904, dedicó una parte de su tiempo a vender folletos,
y la primera persona a quien vendió uno, después de mirarlo lo rompió. A continuación consiguió vender unos cincuenta folletos más. El día siguiente vende catorce más, y
otra persona, vuelve a romper el folleto que ha comprado.
Frank S. Bond, ibídem.
23En 1905 Lola Casals hace sus primeras experiencias
vendiendo folletos, aunque es muy joven, y la referencia
que se da de su trabajo es: «haciendo frente a mucho oposición y a veces a insultos». W. Robinson, «The Message in
Spain», Review and Herald, 6 de abril 1905, pág. 12.
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ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
esta clase de violencia, tenía efectos inmediatos, y
cuando fueron capaces de resistirla a fuerza de
estoicismo y paciencia, no dejaba de producir una
especie de gueto, difícilmente salvable.24
F) La primera crisis de 1904
W. Robinson y Frank Bond estaban trabajando en
Barcelona y Sabadell, cuando el equipo quedó maltrecho; Frank Bond enfermó de viruela y William
Robinson de fiebres tifoideas primero y de pleuroneumonía después. Fue tan grave la situación que del
sanatorio de Gland (Suiza) se desplazaron un médico
y una enfermera para cuidarlos. Esto debió ocurrir
entre el invierno de 1904 y la primavera de 1905.25
Frank Bond fue enviado a los EE.UU. a reponerse,26 y así, cuando el pastor Conradi vino a
Barcelona el 14 de marzo, los Robinson estaban
solos y el trabajo prácticamente paralizado.27
Es cierto que William Robinson realizó un bautismo de dos personas que elevaron la feligresía de
la iglesia de Sabadell a ocho miembros, pero el bautismo se realizó “al claro de luna” (se supone que se
realizó de noche) lo que demuestra las “precauciones” que este pastor se tomaba.28
Predicaba cuando tenía oportunidad y realizó la
extraordinaria proeza de participar en la conversión
de Lope San Nicolás, procedente de la Iglesia de los
Hermanos y que después fue obrero bíblico.29
Sin embargo, parece evidente, que la evangelización y las reuniones públicas, que no eran tarea
fácil, a él se le hicieron una montaña.30 Como com-
24En
la visita de un adventista, del que se desconoce la
identidad, a su pueblo, del que tampoco conocemos el nombre, pero sabemos que era un pueblecito de Alicante, cuando el párroco supo de su llegada, convocó al pueblo a una
reunión, previniéndoles en contra de él y de su literatura.
Un familiar incluso, propuso darle una buena paliza. La persona en cuestión evitó males mayores abandonando su
pueblo en cuanto se hizo oscuro. Walter G. Bond, «Spain»,
Review and Herald, 17 enero 1907, pág. 17.
25William Robinson, «The Message in Spain», Review and
Herald, 6 abril 1905, pág. 12.
26Testimonio de la familia Bond.
27L.R. Conradi, «A visit to the Iberian Peninsula», Review
and Herald, 10 agosto 1905, pág. 14.
28El bautismo nocturno lo explica W. Robinson en Le
Messager, abril 1905, pág. 56 y los ocho creyentes los informa L.R. Conradi, op. cit.
29William Robinson, «L’Espagne», Le Messager, abril 1905,
pág. 56. ëObrero bíblico’ era como en aquel entonces
se denominaba a los pastores antes de su consagración.
30Según su experiencia (de nueve meses) para realizar una
reunión de evangelización, cuando estuvo con los Bond debían estar los tres para, «vigilar el auditorio, tan mala era la
conducta del público», cosa que probablemente tenía una
parte de verdad, pues es posible imaginar cuál sería el tipo
de comentarios que se harían entre el público, y la falta
10
Aula 7
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
paración y muestra de su “falta de ánimo”, baste
decir que en esa misma época, Lola Casals, que era
apenas una adolescente fue capaz de irse sola a
vender folletos, y pasó su bautismo de fuego, siendo incluso detenida.31 Él por su parte no solo lo consintió sino que no se menciona ni una sola vez que
la acompañase.
De este periodo negro nos queda una nota muy
positiva: los dos primeros jóvenes que se bautizaron
en España, José Abella y Lola Casals, se fueron a
Gland (Suiza) a estudiar en lo que era entonces un
embrión de seminario.32
En diciembre de 1905, los Robinson regresaron
a su país. Su salud no parece que se repuso, y sospechamos que su ánimo tampoco. Hay que reconocer que adaptarse a un país extranjero no es tarea
que puedan hacer todos los hombres, no es por
tanto incomprensible un fracaso.33
G) Los Bond de nuevo al trabajo
La crisis pasó con el regreso de Walter el primero de
diciembre de 1905, instalándose en la calle Sant
Lluís, 46, del barrio de Gracia, en Barcelona. El trabajo en España recuperó el pulso y la acción. Nada
más llegar, Walter buscó y encontró un salón donde
comenzó una serie de reuniones,34 también organizó
una visita a Granyena de les Garrigues, de donde era
oriundo uno de sus simpatizantes, y donde pese a la
enorme cantidad de analfabetismo que encontró, la
acogida que le dispensaron le resultó muy agradable.
Las condiciones sociales eran duras, pero el ambien-
de costumbre del público español a esta clase se reuniones,
sería difícil tenerlos callados, y solo hace falta añadir algún
mal educado, para completar un auditorio difícil, pero a pesar de todo la frase parece algo exagerada y sobre todo justificativa de su inactividad. William Robinson, «The Message
in Spain», Review and Herald, 6 abril 1905, pág. 12.
31Lola Casals es la primera a la que califica como colportora. Le Messager, marzo 1905, pág. 29.
32L.R. Conradi, op.cit.
33Su último informe se publicó en Le Messager, enero 1906,
luego debieron marchar aproximadamente en diciembre
del año anterior, 1905.
34Leola Bond y Walter Bond, «Espagne», Le Messager,
marzo 1906, pág. 20. Las reuniones las celebraban los
jueves y los domingos, los sábados celebraban sus cultos
religiosos por la mañana en Barcelona y por la tarde en
Sabadell. Frank S. Bond, «Spain»”, Review and Herald, 28
junio 1906, pág. l5.
35La visita a Granyena hizo entrar en contacto a Walter con
los pueblos del interior de la Península, y también con la
España más atrasada. Según su impresión muchos no se
habían bañado en toda su vida y otros no se habían lavado ni la cara ni las manos jamás. Muchos le pedían que les
leyera de su libro, lo que quiere decir que no sabían leer.
Water G. Bond, «Spain», Review and Herald, 1 febrero
1906, pág. 16.
DE TIERRA DE
MISIÓN A
UNIÓN IBÉRICA. LA IGLESIA ADVENTISTA DESDE 1903 A 1936
te moral y religioso, muy bien dispuesto.35 El equipo
se completó con el regreso de Frank el 3 de mayo de
1906, acompañado de su esposa Marta y de un hijo
de esta, Harry, –ella era viuda con un hijo de su anterior matrimonio– e inmediatamente organizaron una
salida a Vilanova y Reus, para vender folletos, en la
que tropezaron por primera vez con el problema de
los permisos, con el resultado de ser expulsados de
Tarragona.36
Los frutos de su ritmo de trabajo no se hicieron
esperar y así el 2 de agosto celebraron un primer
bautismo de tres personas y el sábado siguiente
otro de cuatro, añadiéndose una persona más, poco
tiempo después. Entre las personas bautizadas ese
año figuraba Lope San Nicolás, que luego llegaría a
ser personaje importante en esta pequeña historia.
La feligresía adventista española alcanzó la cifra de
18 miembros.37 Estas escuetas cifras no deben
hacernos olvidar, que nos encontramos ante el verdadero nacimiento de la iglesia adventista española, y que como para todo grupo religioso, en un
ambiente en principio hostil, el constituir el núcleo
central, es un trabajo arduo, lento y difícil.
Los hermanos Bond, no descansaban, y así, no
solo afianzaron su primer grupito, sino que rápidamente pensaron en ampliar su esfera de acción, y
en consecuencia, el 15 de septiembre de 1906,
Frank Bond se estableció en Valencia. Decisión
valiente que les iba a permitir la penetración hacia
Castellón, Murcia, Cartagena, La Carolina, Baeza,
etc.38
H) Las relaciones con las autoridades locales
Si se tiene en cuenta que los primeros misioneros
que llegaron a España, eran americanos, acostumbrados a disfrutar de una total libertad en cuestiones
religiosas, no es difícil imaginar el largo aprendizaje
que tuvieron que pasar, antes de aprender a desenvolverse en nuestro país. De todas formas, la figura
de la autoridad se presentó ante ellos, a medida que
fueron necesitando resolver problemas, y a medida
que esas mismas autoridades les remitieron a instancias más elevadas. Hasta el advenimiento de la
República, para todo lo relacionado con las reunio37La referencia a los bautismos del 2 y 10 de agosto: Walter
G. Bond, «Spain», Review and Herald, 11 octubre 1906,
pág. 19; Frank S. Bond, «The Message in Spain», Review
and Herald, 10 enero 1907, pág. 15. Conradi confirma la
cifra de ocho personas añadidas a la Iglesia en 1906 y la
cifra de 18 miembros. L.R. Conradi, «The Latin Union Field»,
Review and Herald, 2 mayo 1907, pág. 14.
38Walter G. Bond, «”Barcelona, Spain”, Review and Herald,
30 mayo 1907, pág. 18.
39Frank S. Bond, «Spain», Review and Herald, 28 junio
1906, pág. 15.
nes públicas y los locales correspondientes, no
necesitaron realizar ninguna gestión a nivel estatal,
todo lo solucionaron con las autoridades locales.
Como veremos más adelante, es el colportaje, el
que requeriría pronto, gestiones a nivel de gobernadores civiles, puesto que esta gestión si les salía
bien y les concedían el permiso correspondiente les
evitaba los problemas con la policía local.
1. La policía local
Pronto en el trabajo que emprendieron, intervino la
policía por diversas circunstancias; o porque dio la
coincidencia que el jefe de policía estaba donde
entraron a realizar su trabajo o porque les denunció
alguien, y entonces, exigió que tuvieran permiso del
alcalde.39 Y así tuvieron que aprender a presentarse delante del alcalde.
Otras veces, la policía, sospechó de unos paquetes de indudable peso y quiso saber que había
dentro. Es plausible imaginar que en época de atentados anarquistas un paquete pesado podía hacer
pensar en explosivos, y esto condujo al colportor a
la alcaldía, y finalmente a obtener el permiso del
alcalde.40
También fue rápida en intervenir si los colportores llamaban la atención en ciudades pequeñas
como León, donde a los “intrusos” les hicieron pasar
la noche en el calabozo, para dejarles libres al día
siguiente, previa consulta con la autoridad gubernativa.41 De donde podemos deducir que la policía en
aquellos primeros tiempos, nunca intervino de forma
sistemática, obedeciendo órdenes de seguimiento o
persecución, sino por el prurito de mantener el
orden público, o por haberles levantado sospechas
la actividad sobre todo de los colportores.
Y en el caso concreto de Tarragona, después de
intentar hablar con el Gobernador Civil, será el Jefe
de Policía, evidentemente por delegación, el que
tomó la decisión a todas luces arbitraria de invitarlos
a salir de la provincia en el primer tren, sin más procedimiento.42 Y lo mismo iba a ocurrirles en Levante,
donde parece que incluso estuvieron seguidos por la
policía que les detuvo dos veces, y la expulsión también se realizaría sin contemplaciones.43
40F. Abella,
«Mi primera práctica en el colportaje», Revista
Adventista Ibérica, 1928, n1 5, pág. 7.
41I. González, «La venta del El Conflicto en Castilla»,
Revista Adventista Ibérica, 1928, n1 3, pág. 4.
42Frank S. Bond, «Spain», Review and Herald, 16 agosto
1906, pág. 16
43En una provincia lindante a Valencia (¿Castellón o Alicante?),
Frank Bond y dos colportores fueron detenidos dos veces y
terminaron apelando al Gobernador, el cual les invitó abandonar la provincia en el primer tren.Walter G. Bond, «A difficult field», Review and Herald, 14 marzo 1907, pág. 19.
Aula 7
11
ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
No es tampoco demasiado raro que un colportor,
terminase delante del juez de paz del lugar que visitaba, por haber cometido una imprudencia, y pareciese reprobable su conducta; y llama la atención
que el juez normalmente fuese mas mesurado, más
comprensivo, menos influenciable por el ambiente,
quizá porque formaba parte de su trabajo el juzgar
las cosas con arreglo a la ley sin dejarse influenciar
por ninguna presión externa.44
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
Cuando los colportores llegaban para vender sus
libros, lo primero que aprendieron a hacer, era visitar al alcalde para pedirle permiso,45 y eventualmente para pagar una patente local de venta,46 y
alguna vez fueron multados si no la poseían.47
Si el alcalde accedía, lo que parece que ocurría
la mayor parte de las veces, realizaban su trabajo
sin más, pues, cuando el alcalde se negaba, era
noticia.
Hay que reconocer que el alcalde no siempre
encontraría una solución fácil, ni siquiera con la
intervención del secretario del ayuntamiento, que en
la administración local es el verdadero experto. Y
además se hace evidente que el problema que un
colportor representaba, con la venta de sus folletos
y revistas, no era habitual. El carácter religioso del
problema, podía resultarles irritante, unas veces,
por sus propias convicciones personales, y la mayoría, por las consecuencias que podían tener a nivel
de autoridades eclesiásticas. Por eso es admirable
que la mayoría de las veces concedieran el permiso. Y no nos tiene que extrañar que si por el contrario no sabía qué hacer, ya que ese tipo de problemas no se encontraba resuelto en ningún reglamento, o teniendo la impresión de que no era de su
jurisdicción, o de que les complicaba demasiado su
resolución; terminasen remitiendo el asunto a la
autoridad superior, en este caso el gobernador.48
Si lo que pretendían los adventistas era alquilar
un local, y habilitarlo con un estrado y unas sillas, se
dirigían al alcalde,49 y le pedían permiso, lo que
generalmente concedía, pues no tenemos registrada ninguna negativa concreta. El local era usado
para realizar los cultos el sábado, y para “dar conferencias”, en las que se explicaba la fe adventista a
las personas que acudían invitadas, por medio de
folletos o personalmente. Las más de las veces el
local quedaba registrado como salón de conferencias y mucho más tarde como capilla adventista.
Hubo sitios como Madrid, en los que “fue difícil
establecer la obra, por causa de las muchas restricciones en cuanto a reuniones públicas”,50 pero no
en todos los lugares fue igual. En Valencia no hubo
problemas,51 y evidentemente en Barcelona tampoco.
Si deseaban realizar un bautismo en un río o a la
orilla del mar, de nuevo recurrían al alcalde, y conseguían el permiso.52
Hay que aceptar que los alcaldes en general fueron valientes al conceder los permisos. A veces se
44En 1907, un colportor llamado Joaquín Matas, que había
sido hasta entonces barbero, se decidió a vender la literatura adventista y con su bicicleta visitó Ribas de San
Esteban. A la salida del pueblo se cruzó con un “viático” y
el cura se dio cuenta que no se había descubierto la
cabeza. Por esta acción fue invitado a comparecer delante
del juez y así lo hizo. El juez se mostró amigable y le dejó
libre previa advertencia de que si volvía al pueblo debería
guardar las costumbres del lugar. Joaquín Matas,
«Experiences of a native convert in Valencia, Spain»,
Review and Herald, 10 enero 1907, pág. 16.
45Harold A. Robinson, «La Obra de Colportaje en España»,
Revista Adventista Argentina, 30 enero 1919. pág.14.
46No tenemos confirmación de que esto fuese general, pero
está registrado el hecho de que un alcalde intentó, con una
patente elevada, disuadirlos de trabajar con sus libros, lo
que supone una primera prueba de la arbitrariedad con que
se podían interpretar las leyes para realizar una acción de
obstrucción. Ibid.
47El Alcalde de Caçà de la Selva (Gerona) le puso una multa de 25 pesetas, a Aniceto García, colportor de Gerona,
por no tener patente. «Noticias de los Colportores», El
Esforzador, 15 de enero de 1913, pág.
48Se producen las primeras dificultades con las autoridades
en Reus en 1906. Vendían ya para entones la revista
Señales de los tiempos. Frank Bond y dos vendedores
fueron a Reus y tuvieron la fatalidad o la providencia de
vender en un sitio donde estaba el Jefe de Policía, que les
prohibió vender sin el permiso del Alcalde, incluso les amenazó con detenerlos si seguían vendiendo. Visitaron al
Alcalde tres veces, discutieron con él el problema, enseñaron los folletos y finalmente el Secretario del
Ayuntamiento les comunicó que tenían bastante con la religión católica y que no podían darles permiso para vender
su literatura. De todas formas podían ir al Gobernador de
Tarragona y si él les concedía permiso, podrían vender en
toda la provincia y por tanto también en Reus. Frank S.
Bond, «Spain», Review and Herald, 28 junio 1906, pág.
15
49Como ejemplo, sirva la respuesta del Alcalde de
Cartagena a Oscar Andersen, con fecha 11 de febrero de
1927, en la que accede a conceder autorización para las
reuniones, «siempre que no se dé publicidad a dichos actos y que asistan solamente los individuos que profesan
dichas creencias». Condiciones que dudamos fuesen obedecidas. A.A. Documento n1 l.
50L.J. Stene, «Las Asambleas de la Unión», Revista
Adventista Ibérica, 1928, n1 5, pág. 2.
51«Las autoridades no pusieron ninguna dificultad para abrir
el salón evangélico», Vicente Juan García, «Valencia»,
Revista Adventista Ibérica, 1929, n1 1, pág. 7.
52Instancia de Roberto Gerber al Alcalde de Madrid de fecha
5 mayo 1932 y de Isidro Aguilar al Alcalde de Vigo, de fecha,
21 abril 1932, A.A. Documentos n1 3.
2. El alcalde
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Aula 7
DE TIERRA DE
MISIÓN A
UNIÓN IBÉRICA. LA IGLESIA ADVENTISTA DESDE 1903 A 1936
les presionaba desde los diarios locales, para que
realizasen “el examen y el castigo de tan pestilente
propaganda”,53 otras veces, el cura párroco se
encargaba de sugerir al alcalde la expulsión de los
herejes,54 pero los alcaldes no siempre cedieron a
estas presiones, y algunas veces era el mismo
alcalde, el que intervenía para recordarle a algún
maestro excesivamente celoso, que “los herejes”,
tenían derecho de reunirse y exponer sus ideas.55
Sin embargo, si el alcalde se negaba, quedaba el
recurso de hacer las reuniones sin su permiso, con
tal de que no hubiera más de 19 personas juntas.56
Y por último, la negativa del Alcalde de Reus
(Tarragona) les enseñó a los hermanos Bond a relacionarse con autoridades de más alto nivel: El
Gobernador Civil,57 aunque en el caso concreto de
Tarragona, no les ayudó nada, pues mantuvo la
decisión del Alcalde.58
En resumen, parece diáfano, por los hechos mencionados, que el alcalde era responsable del “orden
público”, y tenía autoridad para decidir en los problemas que planteaban los adventistas: venta de libros,
reuniones, capillas, bautismos al aire libre, etc.
Esta autoridad del alcalde parece que se pierde,
al concluir la guerra civil, pues, a partir de 1939, ni
una sola vez, el alcalde decide en estas cuestiones,
ni los adventistas vuelven a mencionarlo como la
autoridad ante la cual comparecen para arreglar sus
asuntos.
I) El gobernador civil
En algunas ocasiones y si el colportor tenía una
cierta preparación cultural que le permitiese presentarse con decoro ante la autoridad, es el mismo colportor, solo o acompañado por el jefe de colportores, el que se dirigía directamente al gobernador
civil para solicitar el permiso.60
En las grandes ciudades, muchas veces, la
misma policía consultaba con el gobernador, enseñándole los compendios que llevan los colportores,
antes de concederles el permiso y dejarles en libertad de hacer su trabajo.61
Y será noticia en las publicaciones adventistas
de la época, cuando el gobernador invite a los
adventistas a salir de la provincia en el primer
tren,62 una forma expeditiva, pero benigna de quitarse el problema de encima.
Hasta el advenimiento de la República, ni una
sola vez, los adventistas se dirigieron al gobernador
para pedir permiso para abrir una capilla, lo que
quiere decir que siempre se arreglaron con las autoridades locales.63
J) La ordenación al ministerio pastoral de Walter
Bond
Presentes Walter y Frank en las reuniones de la
Unión Latina, en Gland, como delegados del
campo español, Walter fue ordenado al ministerio
en julio de 1906. Parecería que la supremacía
siempre la llevó el más pequeño de los dos hermanos.64
La lección de Tarragona enseñó a los Bond a pedir
permiso a los gobernadores, para vender los libros
a nivel provincial,59 y pronto aprendieron las ventajas que aquella gestión tenía y la hicieron de forma
regular, esto les evitaba el caer en la discrecionalidad de cada alcalde.
II. Walter Bond en Barcelona (1907 - 1913)
53I González, op. cit.
54Testimonio de David Badenas, 1972, A.A. Documento 24.
55H.A.B. Robinson, «Gospel Work, Spain», Review and
60P. Myhre, «Colportando en La Coruña», Revista Adventista
Ibérica, 1928, n1 5, pág. 3
61I. González, op. cit.
62Walter G. Bond, «A difficult field», Review and Herald, 14
marzo 1907, pág. 19.
63Es curioso notar, como a medida que el gobierno se hace
más centralista, la figura del alcalde pierde muchas de sus
atribuciones, que pasan al representante gubernativo, junto con las competencias policiales.
64Guy Dail, «The Latin Union and Roman Swiss Meetings»,
Review and Herald, 25 octubre 1906, pág. l5. °Curiosa supremacía del hermano pequeño sobre el mayor, que nunca empañó su cariño mutuo! Una posible razón de que
Walter fuese ordenado y no Frank, pudo residir en el hecho de que este último acababa de casarse y de regresar
a España, lo que no le permitió entrar en el proceso de la
ordenación para aquellas reuniones de la Unión Latina.
65Walter G. Bond, «Spain», Review and Herald, 17 enero
1907, pág. 17.
Herald, 12 abril 1917, pág. 17.
S. Bond, «Spain», Review and Herald, 8 febrero,
1909, pág. 17.
57Frank S. Bond, «Spain», Review and Herald, 28 junio
1906, pág. 15. La policía les detiene, les exigen permiso
del Alcalde. El Alcalde se niega a darlo, pero les indica que
pueden ir al Gobernador y podrán vender en la provincia
incluida la plaza de Reus.
58Frank S. Bond, «Spain», Review and Herald, 16 agosto
1906, pág.16. El Gobernador mantiene la negativa y el Jefe
de Policía les invita a abandonar la provincia en el primer
tren.
59En 1909, Walter Bond fue a Zaragoza a pedir al
Gobernador, permiso para un colportor, que iba a trabajar en aquella provincia. Walter G. Bond, «Spain», Review
and Herald, 28 enero 1909, pág. 15.
56Frank
Walter Bond, recibió el año 1907 con reuniones en
otro sector de la ciudad de Barcelona, varios días
por semana, durante tres meses, con una asistencia
de unas sesenta personas.65 De esta campaña de
Aula 7
13
ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
reuniones se bautizaron 4 personas. Y podemos
hacernos la pregunta, si el resultado de tres meses
de predicación, fueron únicamente cuatro personas
bautizadas, de un promedio de asistencia de 60,
¿Era el resultado proporcionado al esfuerzo? Estos
hombres ni siquiera se lo preguntaban. Es admirable el tesón, aunque no queramos concederles
nada más.66
El mes de abril, Walter, realizó una visita a
Valencia para oficiar en el bautismo de las personas
adoctrinadas por su hermano Frank.67
A) Benjamín M. Rochat
En los alrededores del mes de mayo, apareció al
lado de Walter el que para nosotros, fue el primer
director de publicaciones, aunque quizás nunca le
dieron ese título. ¡Es el precio que pagan los que
abren camino para otros! Se llamaba Benjamín M.
Rochat, por el apellido, francés o suizo de habla
francesa. Realizó giras con los colportores españoles (julio-agosto).68 Debió hacerse cargo de la iglesia
de Barcelona, las semanas en que Walter estuvo en
Valencia con su hermano, a causa de la epidemia de
tifus que maltrató a todo aquel equipo (agosto-septiembre). En noviembre colaboró con los hermanos
Bond en el esfuerzo que estos realizaron en un salón
de Barcelona del que solo sabemos su capacidad
(de 100 a 160 personas), y también colaboró con
Walter en otro salón, el mas grande conseguido
hasta entonces (200-300 personas), sito en la calle
Mayor de Gracia, 207, (marzo-abril 1908).69 Y después desapareció con la misma sencillez que vino.
¿Por qué marchó tan pronto? ¿Vino solo por un
año? Una vez más, son preguntas que buscan respuesta, aunque lo más verosímil es que fuese un
estudiante de teología que hizo un año de prácticas
junto a Walter, y por lo que se puede juzgar, fue un
hombre activo, que supo ganarse un puesto entre
los mejores de aquellos que vinieron a España
66Walter
G. Bond, «Spain», Review and Herald, l5 agosto
1907, págs. 19-20. Estos bautismos los celebró en un
lavadero público a puerta cerrada. No estaba permitido celebrar reuniones fuera del local autorizado.
67Walter G. Bond, «Barcelona, Spain», Review and Herald,
30 mayo 1907, pág. 18. Un pastor o un anciano de iglesia,
debidamente ordenados, habitualmente son los oficiantes
en un bautismo, por lo que Frank, que no había sido ordenado como pastor, fue el oficiante de dicha ceremonia. Las
normas administrativas de la Iglesia Adventista, preven que
para oficiar en un bautismo, el pastor está autorizado en
razón de su ordenación al ministerio y en ausencia de pastor: «... es costumbre que el anciano efectúe arreglos con el
presidente de la asociación o la misión local para la administración del rito bautismal». Manual de la Iglesia, publicado
por la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo
Día, APIA, Florida, edición actualizada 1988, pág. 78.
14
Aula 7
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
B) El trabajo de Walter en Granyena de les
Garrigues, (Lérida).
Walter había estado por primera vez en Granyena
de les Garrigues el verano de 1906. Ahora volvió
allí, porque la persona que en su primera visita era
solo un simpatizante, ahora era miembro de la iglesia de Barcelona, y además había trasladado allí su
residencia. De los 800 habitantes del pueblo, prácticamente todos vinieron a escucharle, con la excepción de dos familias. La casa donde vivía la familia
adventista se llenaba a rebosar, noche tras noche,
de un público atento y ávido de aprender. Frente a
esos resultados tan halagüeños, las molestias del
viaje, realizado en tren y en un carro de mulas, le
debieron parecer una nimiedad. Es también curioso
notar como a medida que empezaron a haber personas que iban tomando decisiones religiosas, se
despertaron resistencias, y sobre todo si las personas que se decidían eran mujeres. Los maridos
amenazaban incluso con pegar o matar a sus mujeres si tenían algo más que ver con aquella nueva
creencia. Nada hace pensar que las amenazas fuesen ejecutadas; sirvieron con toda seguridad, solamente para amedrentar. Pero estos hechos nos
dibujan un cuadro de superstición e ignorancia.70
C) Bautismos en Barcelona
De toda aquella actividad se produjeron dos ceremonias de bautismo; la primera, de dos personas, y
la segunda en abril de 1908 de cinco personas, y en
este último bautismo, todos varones y cabezas de
familia. Hombres que es de suponer fueron un
importante refuerzo para la naciente feligresía,
estando entre ellos Salvador Iserte, y desconociéndose el nombre de los otros cuatro. En todo caso
podemos imaginar el gozo que suponía para ellos,
bautizar varones y cabezas de familia, por la dificultad que siempre entrañaba la decisión de un cabe68B.M. Rochat, «Barcelone», Le Messager, agosto 1907,
pág. 93.
69B.M. Rochat, «Espagne», Le Messager, febrero 1908,
pág. l5. De este personaje se sabe además que estudió en
Gland en el año 1906, (Le Messager, diciembre 1906, pág.
12), que recibió credencial de colportor el año 1907, adscrito a España, (Le Messager, julio 1907, pág. 76), después no tenemos mas rastro de él, aunque existe un M.
Rochat como verificador de cuentas en la Suiza francesa, según Le Messager n1 9, septiembre de 1912, pág. 98.
¿Sería la misma persona?
70El viaje en tren desde Barcelona a Lérida les llevó 7 horas, y el viaje de Lérida a Granyena en un carro tirado por
mulas, y con un conductor que blasfemaba todo el tiempo,
7 horas más. No es extraño que escribiese que habían llegado molidos. W.G. Bond, «Spain», Review and Herald,
12 diciembre 1907, pág. 17.
DE TIERRA DE
MISIÓN A
UNIÓN IBÉRICA. LA IGLESIA ADVENTISTA DESDE 1903 A 1936
za de familia, a causa del sábado, y también la
menor religiosidad de los varones, lo que hace que
el porcentaje de mujeres fuera muy elevado con
respecto a los varones.71
D) Ayudando a Frank en Valencia en 1908
Cuando por fin, a finales de marzo, Frank consiguió
alquilar un salón en Valencia y estuvo en condiciones de organizar una serie de reuniones; Walter fue
a Valencia para ayudar a su hermano. Estuvo allí
desde el 17 de abril hasta el mes de junio de 1908
en que organizaron una ceremonia de bautismos,
en los cuales y por primera vez actuó Frank como
pastor ordenado.72
ras con motivo de la campaña de Melilla, y la represión subsiguiente, entorpecieron el trabajo de
Walter en Barcelona y de Frank en Valencia una
buena parte de 1909 aunque no tuvieron que
lamentar ningún daño personal entre los miembros
de la iglesia naciente y sí entre amigos y familiares.74 Entretanto, y para no quedar inactivos, se
dedicaron a visitar las pequeñas poblaciones, que
sin duda estaban mucho más tranquilas que las
grandes capitales, tales como Palma de Mallorca o
Rubielos de Mora, en las que vendieron o regalaron
literatura.75
El equipo de Barcelona se componía entonces
de Walter Bond y dos obreras bíblicas. La primera
capilla de Barcelona sita en la calle Mercaders, 40
es de aquella época.76
E) Ampliando el campo de acción
F) Walter, un hombre activo
La atención de Walter se centró entonces, en
ampliar el territorio de trabajo de la iglesia naciente.
Era necesario penetrar tierra adentro y así a finales
de 1908 se trasladó a Zaragoza, para solicitar permiso para un colportor. La penetración hacia el interior de la Península la organizaron pues, avanzando
hacia Zaragoza, y enviando un colportor –que siempre han sido las tropas de choque de los adventistas–. Aunque de acuerdo con nuestras notas de
archivo, la iglesia de Zaragoza, no terminó de surgir
hasta una etapa más tardía, concretamente habría
que esperar hasta 1919, para ver surgir allí una congregación en el mismo Zaragoza. Sin embargo, en
1910, con motivo de la primera asamblea del campo
español, ya se habló de que había adventistas en la
provincia de Zaragoza, no sabemos si en la capital
o en algún pueblo de la provincia.73 Los acontecimientos de la Semana Trágica, las revueltas obre-
71Walter
G. Bond, «Spain», Review and Herald, 18 junio
1908, págs. 14-l5.
72Frank S. Bond, «Spain», Review and Herald, 6 julio 1908,
pág. 16; 23 julio 1908, pág. 17.
73Walter hace una pequeña reseña del origen del nombre de la ciudad, y de sus hechos históricos más importantes, como el sitio de Zaragoza por las tropas de
Napoleón, y compara todo aquello con el hecho de haber
entonces un solo colportor que va a comenzar su trabajo
en la ciudad que una vez dijo «Zaragoza no se rinde».
Walter G. Bond, «Spain», Review and Herald, 28 enero
1909, pág. l5.
74Las referencias a los trágicos acontecimientos se reflejan en las revistas adventistas de la época, con relativa
abundancia, lo que pone de relieve, su impacto material
y humano en aquellas congregaciones nacientes: Frank S.
Bond, «Spain», Review and Herald, 30 septiembre 1909,
pág. 14; Guy Dail, «The Latin Union and French
Conferences», Review and Herald, 28 octubre 1909, pág.
12; Walter G. Bond, «Spain», Review and Herald, 3 marzo 1910, pág. 12; N.Z. Town, «The First Canvassers Institute
Al final de un año tan accidentado, aun pudieron
informar nueve bautismos en Barcelona. Walter no
se dormía en los laureles.77
Walter era un hombre de desbordante actividad.
Además de sus campañas de reuniones en un salón
tras otro, se ocupaba, no solo de las iglesias de
Barcelona y Sabadell, sino que actuaba como
Director de lo que entonces se llamaba “el campo
español”, y en esa responsabilidad organizó la primera asamblea general de las iglesias de España,
que tuvo lugar el otoño de 1910.
En esa primera asamblea se realizaron ocho
bautismos que junto a los siete realizados en el mes
de julio anterior, dieron l5 bautismos para
Barcelona, eran los mejores resultados que nunca
habían podido realizar. En las sesiones de la asamblea además de examinar lo realizado hasta enton-
in Spain», Review and Herald, 25 noviembre 1909, pág.
17; se publicó un artículo muy bien informado sobre la
situación en España ante la revisión del Concordato con
la Santa Sede, y las dificultades de Canalejas. F. M. W.,
«The Crisis in Spain», Review and Herald, 18 agosto 1910,
págs. 14-15.
75En Baleares venden en dos meses seis mil revistas.
Walter G. Bond, «Union Latine..., 6ème. session», Le
Messager, octubre 1909, pág. 120. La visita a Rubielos:
Frank S. Bond, «Spain», Review and Herald, 3 febrero
1910, pág. 14.
76Walter G. Bond, «Union Latine...», Le Messager, octubre
1909, pág. 120. La denominación de ‘obreras bíblicas’ se
refiere a mujeres que ayudaban al pastor en su trabajo.y
que tenían una formación teológica como los pastores. Lola
Casals era una de ellas y probablemente, su madre, Maria
Serra, sería la otra, aunque nunca figuró oficialmente. Cf.
Informe ante Union Latina, Le Messager, octubre 1909,
pág. 124.
77Walter G. Bond, «Spain», Review and Herald, 3 marzo
1910, pág. 12.
Aula 7
15
ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
ces, se hicieron planes ambiciosos para el futuro.78
Claro que todo esto hay que colocarlo en las dimensiones de entonces: La membresía total de España
ascendía a 65 miembros, y la asamblea reunió 36
personas.
y su prosperidad era evidente, 11 bautismos, elevaban su feligresía a 50.82
G) 1911, El año de los primeros pasos en la
organización
El año 1911 fue un año decisivo en muchos aspectos: Desde el punto de vista de organización, en la
asamblea de ese año se decidió, organizar los creyentes en iglesias, y grupos, quedando las personas
aisladas integradas en lo que se llamaría la Iglesia
de la Federación.79
Se constituyó un consejo directivo para el campo
español, compuesto por: Walter Bond, Frank Bond y
John L. Brown, lo que supuso un primer paso de
descentralización respecto a la Unión Latina. Dentro
de sus limitaciones la iglesia adventista española
empezaba a caminar por sus propios medios.80
La organización de la primera iglesia adventista
de Barcelona debió realizarse, según nuestros cálculos en 1911, lo que completaría a todos los niveles un año de tarea administrativa y organizativa,81
En 1911 se inició la andadura de Pedro Sanz como
administrador, cargo que ostentó hasta 1916 en que
pasó al trabajo pastoral en el que continuaría hasta
su retiro.83
En 1912 se produjo otra novedad: en el consejo
directivo del campo español entraron dos españoles
por primera vez. Sospechamos que fueron Lope
Nicolás y Pedro Sanz y de esta forma el consejo
quedó ampliado a cinco personas.84
A finales de 1912, tal y como fue decidido en las
asambleas de ese mismo año, Walter Bond se hizo
cargo de la campaña de conferencias que se iba a
realizar en Terrassa, dejando Barcelona bajo la responsabilidad de John L. Brown. Terrassa, dirigida
por una aristocracia industrial, no resultó fácil, y el
problema de alquilar un salón resultó harto complicado; de tal forma que o no les alquilaban o al cabo
de poco tiempo de empezar en un salón, tuvieron
que cambiar, y esto les ocurrió varias veces porque
78Guy Dail, «Our First General Meeting in Spain», Review
and Herald, 8 diciembre 1910, pág. 10. En este informe se
constata que los adventistas existían ya en siete provincias: Barcelona, Lérida, Zaragoza, Teruel, Valencia, Murcia
y Lugo, y se hicieron planes para penetrar en las provincias de Cuenca, Guadalajara, Madrid, y Almería.
79«Donde exista un número de miembros aislados que residan en una ciudad o en un área no muy extensa, deben
ser organizados en un grupo de creyentes, con el fin de fomentar la confraternidad y el culto unido. La organización
del grupo puede ser efectuada por el pastor del distrito o
por algún otro pastor señalado por la junta de la Asociación
o misión, quien en consulta con los miembros locales, designará de entre los miembros bautizados del grupo, un
director y un tesorero. El director de un grupo tal no será
ordenado para ese cargo. No tiene la autoridad para realizar las funciones de que está investido un anciano de
iglesia. Un grupo de creyentes tal, no puede administrar
disciplina, esta autoridad está reservada a la Junta de la
Asociación. El grupo puede con el tiempo crecer y desarrollarse hasta el punto de exigir la organización de una
iglesia regular.» La costumbre adventista establece que
mientras un grupo no alcance un número mínimo de miembos bautizados, entre 20 o 30 según las épocas o las circunstancias, no debe ser organizado como iglesia. Cf.
Manual de Iglesia, APIA, Florida, edición actualizada, 1988,
págs. 64-65.
80En el informe de las reuniones de la segunda asamblea
general de la iglesia española, se comunicaba el acuerdo de formar el Consejo del campo misionero español, formado por los hermanos Bond y por Brown. L.P. Tièche,
«Espagne», Le Messager, n1 11, noviembre 1911, pág.
132. Y el acuerdo fue ratificado en la sesión de la Unión
Latina que tuvo lugar en Lausana del 9 al 14 de agosto de
1912. Le Messager n1 9, septiembre 1912, pág. 98.
81Los datos de que disponemos son en principio contradictorios:
1. L.R. Conradi, «General Meetings in the Latin Unión»,
Review and Herald, 31 octubre 1912, pág. 12. Escribe de
la planificación de organizar la iglesia de Barcelona. Luego
sería 1912 la fecha.
2. Alma G. Brown, «La Iglesia de Barcelona», El Esforzador,
15 enero 1913, pág. 10. Indica: «Desde que se organizó la
compañía de Barcelona en una Iglesia... ha habido 13 nuevos
miembros». Y si se mira la estadística, solo puede ser 1911,
puesto que entre 1911 y 1912 hubo trece bautismos.
Finalmente nosotros nos hemos inclinado por 1911, porque
el dato es dado por una persona más cercana a los hechos.
82´Rapport trimestriel des Eglises de l’Union Latine, 2e.
trim.», Le Messager, octubre 1911, págs. 120-121.
83Se le señala como administrador de la revista Señales
de los Tiempos después del número de enero de 1912, por
lo tanto fue nombrado para aquel cargo en el curso del año
anterior, es decir en 1911. Cf. portada de la revista Señales
de los Tiempos de enero de 1912. Será Tesorero de la
Misión en 1913, Cf. El Esforzador, n1 7 de 1913, y pasará
a Barcelona como “obrero”, en 1916, El Esforzador, año
VI, n1 6. pág. 12.
84En el informe de las asambleas celebradas el año 1912,
Conradi informaba de las reuniones celebradas en
Barcelona, durante de los días 28 de agosto al 1 de septiembre, e hizo referencia a la toma del acuerdo de ampliar el consejo de la misión española a cinco personas,
dos de las cuales serían españoles. L. R. Conradi, «General
Meetings in the Latin Union», Review and Herald, 31 octubre 1912, pág. 12.
16
Aula 7
H) Los primeros dirigentes con nombres españoles.
DE TIERRA DE
MISIÓN A
UNIÓN IBÉRICA. LA IGLESIA ADVENTISTA DESDE 1903 A 1936
los propietarios no querían tener “herejes”. Sin
dejarse desalentar, siguieron adelante buscando,
hasta que encontraron lo que necesitaban, y así,
para enero siguiente ya tenía un salón “espacioso y
elegante” para sus reuniones, y al mismo tiempo
trabajaron la pequeña población cercana de Rubí.
David Badenas y Lola Casals eran sus ayudantes.85
Walter Bond, a mediados de 1913 marchó de
vacaciones a los EE.UU. y al mismo tiempo fue delegado de la Unión Latina en la Sesión de la Asociación
General, y no regresó hasta finales de año.86
Así llegó 1914, pero antes de entrar en ese año
de crisis, debemos volver nuestra atención a Frank
Bond.
III. Frank Bond. La expansión por Levante, (1906
- 1913)
A) La llegada de Frank a Valencia
Frank Bond llegó a Valencia el 15 de septiembre de
1906,87 y quince días después llegaron dos colportores, uno de ellos llamado Joaquín Matas, que
inmediatamente comenzaron su trabajo aunque con
menor éxito que en Barcelona, hecho que atribuyeron al mayor porcentaje de analfabetismo.88
La oposición fue muy dura, los colportores sufrieron una presión enorme, sobre todo en los pueblos
pequeños en los que la influencia del cura era más
notable, y donde al pueblo le era más difícil actuar
independientemente, sobre todo frente al “qué
dirán”.89 No pudieron celebrar reuniones porque
nadie quería alquilarles un salón, así que no les
quedó más remedio que trabajar de puerta en puerta por un año entero,90 y celebraban los cultos en el
domicilio de Frank.91 Este trabajo de hormiga produjo, a pesar de todo, su fruto y para celebrar el primer bautismo de seis personas, se desplazó a
Valencia Walter el 18 de abril de 1907, teniendo
lugar la ceremonia, el fin de semana inmediato a su
llegada.92
85L.R.
Conradi, Review and Herald, 31 octubre 1912, pág.
12; Walter G. Bond, «Tarrasa», El Esforzador, 15 enero
1913, pág. 6; D. Badenas, «Barcelone», Le Messager,
mayo 1913, pág. 40.
86El Esforzador, n1 9, de 1913, pág. 5.
87Walter mismo nos da la fecha. Walter G. Bond,
«Barcelona, Spain», Review and Herald, 30 mayo 1907,
pág. 17.
88Nos parece evidente que el artículo de Frank S. Bond,
«The Message in Spain», Review and Herald, 10 enero
1907, pág. l5; es el primer informe de su trabajo en Valencia,
y no el de «Spain», Review and Herald, 20 diciembre 1906,
págs. 16-17, que es a todas luces el segundo informe.
Calcularon que si en Cataluña el analfabetismo alcanzaba la cifra del 50%, en Valencia, por lo menos, era del 65%.
B) La figura del cura
La marca de la Inquisición en la sociedad española
es casi indeleble. Desde 1478 hasta 1812 con casi
350 años, muchos años para que no hayan producido una manera especial de reaccionar ante cuestiones religiosas: El cura era una figura casi todopoderosa, e indiscutible, que “se temía”.
Esta nota la vamos a encontrar en casi todos los
incidentes relacionados con la libertad religiosa. El
señor que compra un libro protestante en secreto,
“porque si lo sabe el cura me hunde”, era moneda
corriente en la documentación que hemos estudiado, o la del cura que recoge todos los libros protestantes para quemarlos, sin que nadie proteste,
como dirá Kamen: “España tiene que renunciar al
libre examen”.93
Por otro lado, que unos intrusos, extranjeros o
no, tengan problemas con el cura que trataba de
defender sus creencias religiosas seculares, sería
normal, pero es tristemente curioso que cuando
estos problemas surgen, no se plantean en el terreno ideológico. Parecería que los españoles tenemos
muy poca tradición en discutir ideas religiosas o
políticas. En lugar de tratar de vencer dialécticamente o tratar de convencer al oponente de sus
ideas equivocadas, demasiadas veces, el camino
tradicional español, parecería ser el de suprimirlo.
Por lo tanto, el cura usaba tópicos más o menos
panfletarios y recurría a la autoridad civil para que
enmudeciese o expulsase al intruso, o aún peor,
recurría “al pueblo”, para que de forma violenta intimidase a la disidencia. El reflejo era claramente
inquisitorial.
Es de justicia, sin embargo, dejar registrado el
hecho de que cuando se contempla la actividad proselitista adventista a partir de su establecimiento en
España, y el número de incidentes que dejan registrados, se llega a la conclusión de que el clero español, o no tenía el poder de antaño y por lo tanto no
se encrespaba tanto porque no podía, o por el con-
89J. Matas, «Experience of a Native Convert in Valencia,
Spain», Review and Herald, 10 enero 1907, pág. 16; Walter
G. Bond, «Spain», Review and Herald, 17 enero 1907, pág.
17. J. Matas cuenta como por no quitarse el sombrero delante del viático le llevaron ante el juez, y Walter nos relata la experiencia de otro colportor que escapó de una paliza, huyendo de noche de su pueblo natal en Alicante.
90Walter G. Bond, «Spain», Review and Herald, 18 junio
1908, pág. 16.
91Walter G. Bond, «Barcelona, Spain», Review and Herald,
30 mayo 1907, pág. 18.
92Walter G. Bond, «Barcelona, Spain», Review and Herald,
30 mayo 1907, pág. 18.
93H. Kamen, La Inquisición Española, Ediciones Grijalbo,
Barcelona-Méjico, 1972, pág. 315.
Aula 7
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ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
trario hacía gala de un progreso hacia la tolerancia
que anunciaba tiempos mejores.
En esa dirección podríamos encuadrar el buen
hacer de un colportor, “que apenas hay un pueblo o
aldea en donde no venda el libro a algún sacerdote”.94 Lo que demuestra que los curas del pueblo
estaban, sin duda, entre las personas cultas, que
podían ser clientes para un vendedor de libros, y
que además podían sospechar que se trataba de un
libro protestante y a pesar de ello lo adquirían.
Pero hemos de entrar ahora en los detalles, viendo la autoridad del cura, que aunque no fuese ejecutiva siempre, tenía una indudable influencia.
Unas veces debido a que el cura, presidía el
ayuntamiento, no dejaba que los adventistas “levanten cabeza”,95 y aunque la frase puede parecer exagerada, no deja de ser cierto que en posición de
autoridad, no se podía esperar que fuesen favorables. En otras ocasiones usaba de su influencia,
para molestar en actos religiosos, entierros, etc.,
coaccionando al personal,96 incluso increpando a
los asistentes.
En alguna ocasión consiguieron suspender las
reuniones que se estaban celebrando en un salón
de baile, como ocurrió en Santa Cruz (La Coruña).97
Que deseasen proteger su grey de los extraños, no
parecería anormal, sino que por el contrario, de
nuevo ha de considerarse normal, quizá no es el
objetivo el que parecería malo, sino el medio.
En una ocasión, quizá demasiado provocado, el
sacerdote llegó a la agresión física de un colportor,98 pero la mayor parte de las veces se limitaban
a amenazar.99
En el otro lado de la balanza, hay que decir en
favor del clero, que a veces compraban los libros de
salud que llevaban los adventistas, como ya hemos
mencionado anteriormente. En ocasiones se men-
cionan ventas de libros realizadas en presencia del
cura, que se oponía, pero su oposición no debió ser
extrema, cuando la venta llegó a realizase.100
También se menciona el hecho de que escuchaban
los himnos y las ideas de los adventistas, no sabemos si con comprensión y agrado o simplemente
para controlar, si eventualmente estaban cerca y
desde un sitio discreto podían oír lo que decían.101
94El
99«Noticias
colportor en cuestión es Isidro Aguilar, y el hecho hay
que matizarlo, diciendo que había sido seminarista y por
lo tanto tenía puntos de contacto con los sacerdotes, y que
el libro que vende es Guía práctica de la salud, pero no deja de ser un libro protestante. Isidro Aguilar, «El colportaje en las Islas Canarias», Revista Adventista Ibérica, 1926,
n1 3-4, pág. 3
95Pedro Sanz, «Jérica», Revista Adventista Ibérica, 1929,
n1 1, págs. 8-9.
96En Nogueruelas vino el cura con otros hombres a molestar y finalmente grita que las mujeres que asisten que
se quiten la mantilla. Pedro Sanz, «La obra en Jérica,
Rubielos de Mora y Valencia», Revista Adventista Ibérica,
1927, n1 3, págs. 5-6.
97J. Struve, «El mensaje adventista en Galícia», Revista
Adventista Ibérica, 1929, n1 3, pág. 11.
98J. Ferri Vizcaino, «Una carta animosa», El Esforzador,
15 julio 1913, pág. 3 –Cuando se aborde el caso concreto se verá que el colportor adventista no estaba libre de responsabilidad.
18
Aula 7
C) Las dificultades de encontrar una sala
Los primeros misioneros adventistas en España,
bajo la influencia protestante del reavivamiento
metodista, pretendían siempre encontrar una sala
donde poder organizar reuniones religiosas, y es
imaginable las dificultades que encontrarían, primero para conseguir una sala apropiada y luego para
que un propietario se arriesgase a alquilar un local
de su propiedad para un uso semejante, que podría
arruinar el arriendo de aquel local en el futuro. Pero
siempre pudieron encontrar a alguien que previo un
pago mas elevado, estuviese dispuesto a correr los
riesgos necesarios.102
La curiosidad, la novedad, el hecho de que fuese
un extranjero, con su acento peculiar al hablar y su
indumentaria diferente de la del común del pueblo,
junto con una buena dosis de bondad, y de seguridad en su mensaje, terminaron por hacer que el
público asistiese a las reuniones que ellos organizaban.
D) Enfrentando la incultura
Resulta en muchas maneras asombroso el trabajo
de aquellos hombres, empeñados en esparcir sus
ideas por medio de folletos, revistas y ¡la Biblia!, en
un medio que era en una buena medida analfabeto.
de los Colportores», El Esforzador, 15 enero
1913, pág. 8.
100Vendiendo «Heraldos del Porvenir», «Tiene la manía de
vender libros a los curas», Harold A.Robinson, «La obra
de colportaje en España», Revista Adventista Argentina,
30 enero 1919, pág.14; «Noticias del campo», El
Esforzador, 1915, n1 3, y P. Myhre, «Colportando en La
Coruña», Revista Adventista Ibérica, 1928, n1 5, pág. 3.
101Lope Nicolás, «Baeza», El Esforzador, 15 enero 1913,
pág. 6.
102En 1908, En Valencia, donde Frank había estado trabajando un año de casa en casa sin poder obtener un local
en alquiler para iniciar una serie de conferencias, porque
nadie quería alquilar un local a protestantes y menos si en él
se iba a realizar propaganda; consiguió finalmente uno que
tenía una capacidad de unas 160 personas. Cuando iniciaron finalmente las reuniones, habían tres veces más público
que deseaba entrar que la capacidad del salón. ¡Era la primera
vez que encontraban una respuesta masiva! Walter G. Bond,
«Spain», Review and Herald, 18 junio 1908, pág. 16.
DE TIERRA DE
MISIÓN A
UNIÓN IBÉRICA. LA IGLESIA ADVENTISTA DESDE 1903 A 1936
Año 1909, el
grupo en que
se ven la casi
totalidad de
pastores y
varios laicos.
Foto tomada
posiblemente
en la capilla de
la Calle
Mercader, 40.
1. Francisco Bond; 2. Marta Bond; 3. Mauricio Tièche; 4. Leola Bond; 5. Walter Bond; 6. María Serra; 7. Lola Casals;
8. Sra. de Vicente Juan; 9. María Nicolás; 10. Sra. de Nicolás; 11. Salvador Iserte; 12. Vicente Juan; 13. Pedro Sanz;
14. Lope Nicolás.
Es la misma impresión que se tiene cuando se leen
las memorias de George Borrow, y su trabajo entre
el pueblo gitano, y la cantidad de biblias y nuevos
testamentos que llegó a vender y regalar en el tiempo que trabajó en España. )Cómo era posible que
repartiesen tantas páginas impresas entre un pueblo en el que los hombres eran analfabetos en un
50%, y en donde las mujeres eran analfabetas en
un 70%?103
Y a pesar de ello; la sed genuina de saber, en
unos pocos; la curiosidad, en una buena medida, en
la mayoría; el pasar el tiempo; o solamente el divertirse a costa de aquellos extranjeros que resultaban
chistosos, curiosos y extraños. Estas motivaciones,
llevaron a un buen centenar de personas a seguir
las reuniones organizadas en Valencia, que pronto
quisieron conducir a las reuniones del sábado por la
mañana, y que como era de esperar redujo el grupo
sustancialmente y para terminar, cuando hicieron
sus cuentas para prever los que se bautizarían,
dejaron reducidas las cifras a una media docena
aproximadamente.104
103Leola
Bond, que estaba ayudando a su esposo en las
reuniones de Valencia, escribió acerca de la ignorancia que
encontraban. Solo el 50 o el 60 por ciento de la población
sabía leer, y ellos calcularon que en la mujer solo sería el
25 por ciento. Esta era, para ellos, la razón del ascendiente del sacerdote y la falta de libertad personal para decidir con conocimiento de causa. Leola Bond, «Spain»,
Review and Herald, 25 junio 1908, pág. 15.
104La información que dieron de la marcha del trabajo que
llevaron a cabo fue que siguieron regularmente las reuniones unas cien personas de promedio, cinco noches
por semana, más la reunión del sábado por la mañana a
la que, naturalmente, asistieron menos personas. Se dieron
cuenta que muchos venían por pasar el tiempo, pero otros
E) La ordenación de Frank Bond
Presente con su hermano Walter en la Asamblea de
la Unión Latina en Gland, (Suiza), celebrada del 21
al 24 de mayo, Frank fue propuesto a la consagración y ordenado pastor probablemente el 25 de
mayo de 1907.105 La ordenación al pastorado de
Frank Bond, llega después de 4 años de trabajo
pastoral práctico. La realidad es que no existe una
norma fija para el tiempo que debe pasar para la
ordenación de los pastores adventistas. La costumbre general establece que una vez que un joven ha
terminado sus estudios de teología, y entra en el trabajo pastoral, lo haga al lado de un veterano, que
puede ser pastor en la misma iglesia o en alguna
otra del distrito pero que esté cercana. Al lado del
pastor veterano normalmente un principiante queda
uno o dos años, con lo que habrá completado los
dos primeros años de servicio, que son de prueba.
Al final de los cuales se examina su caso en el
Consejo de la Unión, y entonces pasa a ser pastor
autorizado. En esa condición queda por tres o cua-
manifestaban un interés genuino. Después de hacer sus
cuentas, pensaron que podían contar con ocho nuevos
miembros. Estas personas habían empezado a guardar el
sábado. Frank S. Bond, «Spain», Review and Herald, 16
julio 1908, pág. 15.
105Las sesiones de la quinta Sesión de la Unión Latina
tuvieron lugar en los días del martes, 21 de mayo al viernes
24, y en el informe del viernes de la comisión de credenciales, se propuso a Frank Bond a la ordenación, teniendo
como fundamento la costumbre de la Iglesia Adventista,
las ordenaciones tendrían lugar el sábado 25, seguramente
en una solemne ceremonia por la tarde. «Cinquième
Session annuelle de l’Union Latine», Le Messager, julio
1907, págs. 72-76.
Aula 7
19
ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
tro años, y entonces si todo ha sido positivo en su
ministerio se plantea su ordenación, casi siempre en
ocasión de alguna asamblea, como fue el caso de
Frank. En el momento de la ordenación se le somete a un examen delante de un grupo de pastores y
la ordenación se realiza mediante la imposición de
manos.106
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
del salón y por tanto difícil de mantener tranquilo,
aunque pronto se estabilizó en unas cien personas.
Los sábados por la tarde organizaron una escuela
sabática a la que asistían unas 32 personas. ¡Todo
un éxito para ellos!109
Y aquel éxito se materializó en junio con un bautismo de ocho personas, que realizó Frank. ¡Su primer bautismo como pastor ordenado!110
F) La epidemia de tifus en Valencia
Entre los meses de julio y septiembre, se produjo
una epidemia de tifus, que tocó muy duramente al
equipo de Valencia. Una joven esposa de uno de los
colportores, murió el 25 de septiembre, y la esposa
de Frank, Marta, estuvo tan grave que el médico
llegó a no darles esperanza de restablecimiento.
Walter fue a Valencia para ayudar en el cuidado de
los enfermos y en el entierro de la joven difunta.107
Después de ayudar a su hermano en Barcelona
en el mes de noviembre en una serie de conferencias públicas, Frank regresó a Valencia, en diciembre, para hacer los preparativos para viajar a Suiza
para una operación quirúrgica que sufrió en Lausana
en el mes de enero de 1908, mientras su esposa
Marta se reponía en el sanatorio de Gland.108 Los
problemas de salud de aquellos primeros misioneros
americanos, dan la impresión de una profunda desconfianza hacia la sanidad española, no sabemos si
fundadamente o simplemente por la existencia del
sanatorio de Gland, que al ser una institución adventista, preferían ir allí a reponerse o a operarse como
en el caso que ahora nos ocupa.
G) Las primeras conferencias públicas en
Valencia
De regreso a Valencia, repuestos todos, aparentemente al menos, consiguió, por fin, alquilar un local
(marzo 1908) y entonces es Walter el que vino a
ayudarle, (17 abril). Reuniones cinco noches por
semana, comenzaron con temas de salud. El auditorio fue demasiado numeroso, para la capacidad
106Para
todo lo referente a la ordenación de los pastores
adventistas, Cf. General Conference Working Policy, Review
and Herald, edición 1989-90, págs. 299-315.
107Walter G. Bond, «Spain», Review and Herald, 12 diciembre 1907, pág. 17.
108Frank S. Bond, «Switzerland», Review and Herald, 13
fFebrero 1908, pág. 18.
109 Walter G. Bond, «Spain», Review and Herald, 18 junio
1908, pág. 14; Marta Bond, «Spain», Review and Herald,
25 junio 1908, pág. 15; Frank S. Bond, «Spain», Review
and Herald, 16 julio 1908, pág. 15.
110Comenzaron las reuniones en el mes de marzo y en el
mes de junio realizaron los bautismos, lo que quiere decir
que cuatro meses después de haber comenzado, nos
parece un tiempo demasiado corto. Hay que tener en cuen-
20
Aula 7
H) La oposición en Rubielos de Mora y la organización de Jérica
Los adventistas habían penetrado en Aragón a finales de 1908, cuando Walter fue a Zaragoza para
solicitar un permiso de venta para un colportor, lo
que nos hace suponer que hicieron planes para que
un colportor entrase en Aragón en aquellas fechas,
aunque no tenemos ninguna confirmación documental. Pero la verdadera apertura de Aragón como
campo de trabajo la iban a realizar en 1909 en relación con la familia Iserte.
Salvador Iserte era uno de sus conversos en
Barcelona natural de Rubielos de Mora, donde tenía
familiares que eran bautistas. Al quedarse sin empleo
por haber sido despedido de los almacenes El Águila,
Iserte, que se haría después colportor, se trasladó con
toda la familia a Rubielos de Mora, y habiendo enviado poco tiempo antes unos folletos a sus familiares,
se despertó un cierto interés religioso; y esto dio la
oportunidad a Frank Bond de visitar aquel pueblo.
Al llegar al pueblo y para atender a las personas
interesadas en el mensaje adventista, intentaron
alquilar un local sin éxito, por lo que decidieron realizar las reuniones en casa de los Iserte, pidieron
permiso al alcalde y no se lo concedieron.111
Ante la negativa del alcalde, no les quedó más
remedio que hacer las reuniones de forma que no
sobrepasen veinte personas que era el máximo que
autorizaba la ley como “reunión familiar”.
El pueblo se revolucionó, todo el mundo prácticamente vino a escuchar al “maestro extranjero” y
por primera vez, Frank tuvo que enfrentar una opota el bajo nivel de formación religiosa que se tenía en
España, el desconocimiento total de la Biblia, y el cambio
exigido en las costumbres. Esto sería una explicación parcial de la poca consistencia de las conversiones obtenidas
por extranjeros, que al venir de países de formación protestante, no supieron ver la necesidad de dar más tiempo a
los catecúmenos para realizar todos los cambios necesarios a su nueva fe. Frank S. Bond, «Spain», Review and
Herald, 23 julio 1908. Cf. «Espagne», Le Messager, julio
1908, pág. 69.
111El Alcalde era D. Julio Santafé, honrado pero beato y
gran amigo del clero. El Secretario era D. Ricardo Domingo,
tío del que después sería pastor adventista D. Isidro Aguilar
Domingo. Notas sacadas por el autor de las conversaciones
con D. Isidro Aguilar.
DE TIERRA DE
MISIÓN A
UNIÓN IBÉRICA. LA IGLESIA ADVENTISTA DESDE 1903 A 1936
sición violenta que no solo cantaba estribillos antiprotestantes, sino que lanzaba piedras contra la
casa donde se realizaban las reuniones. Esta reacción no le impidió continuar con las reuniones.112
En este ambiente continuaron las reuniones
mientras en una casa cercana se rezaba a voz en
grito para molestarles. El alcalde mismo asistió a
una reunión, solo unos instantes, para comprobar
que no sobrepasaban el número establecido por la
ley. ¡Aquel día eran solo doce y todos de la familia!
Entretanto Marta, la esposa de Frank, que no terminaba de reponerse tuvo que volver a Gland, una
vez más, para recibir tratamiento en febrero de
1909.113
Un joven fue bautizado en Rubielos el 8 de mayo
de 1909, resultado sin duda de aquellas reuniones
accidentadas, Frank aprovechando la ocasión organizó una gira por el interior de Castellón con el colportor Salvador Iserte y utilizando lo que llamaron el
“burro express”.114
Los hermanos Bond, se unieron para realizar
una tercera visita a Rubielos de Mora, en octubre de
1909. Fue una visita muy agradable, 4 personas se
unieron a la Iglesia Adventista, una de ellas, procedente de la Iglesia Bautista, su nombre: Cruz
Sangüesa, que sería cabeza de una larga y amplia
dinastía, llena de nombres bien conocidos dentro de
la iglesia adventista española, pues entre ellos se
encuentran, por lo menos, dos pastores adventistas
y algún empleado más.115
La cuarta visita la realizó Frank en diciembre de
1909 y entonces fue admitido en la iglesia, Pedro
Iserte, abuelo del colportor Salvador Iserte. Y la quin-
ta visita fue muy fructífera, Walter y Frank con su
familia, organizaron la fiesta de bautismos más
importante de la historia de Rubielos, seis bautismos
y dos admisiones por voto. Era el mes de agosto de
1910,116 el grupo alcanzó entonces la cifra de 14
miembros.117
Un poco tiempo después el grupo alcanzó de
cifra de veinte miembros, pero al estallar algunas
dificultades en el seno del grupo, y del grupo con el
pueblo, la mayoría de aquellos adventistas decidieron trasladarse a Jérica.118
Jérica iba a ser una excepción. Porque de todas
las ciudades y pueblos pequeños en los que los
adventistas entraron, iba a ser la única en que un
grupo de creyentes que en 1912 alcanzó el número
de 17, no solamente se mantuvieron firmes frente a
la oposición, sino que se organizaron como iglesia,
siendo la segunda que se organizó en nuestro país
después de Barcelona, y además prácticamente se
han mantenido hasta los tiempos actuales.119
112Frank
Cruz Sangüesa y la familia Iserte, y la familia Badenas.
El grupo había alcanzado los 14 miembros, y dos jóvenes
partieron a Gland para estudiar en Gland (Suiza), pensamos
que uno debió ser David Badenas. Frank. S. Bond, Review
and Herald, «Spain”, 29 Diciembre 1910, pág. 12.
118David Badenas, «Rubielos-Jérica», El Esforzador, 15
enero 1913, pág. 6
119David Badenas, «Barcelone», Le Messager n1 5, mayo
1913, pág. 40. No hay duda que David Badenas tenía razones para estar feliz de esos detalles, él pertenecía a esa
iglesia.
120Frank S. Bond, «Spain», Review and Herald, 30 septiembre 1909, pág. 14. Cf. «Espagne», Le Messager, marzo 1910, pág. 14.
Es la primera referencia a una capilla reconocida por las
autoridades en Valencia, aunque se trate de una localidad
pequeña, no deja de ser un reconocimiento, y es la primera
vez que en la historia de la Iglesia Adventista en España,
que ese hecho se produce.
121Frank S. Bond, «Spain», Review and Herald, 30 septiembre 1909, pág. 14. Es curioso que Sagunto, que es la
primera ciudad de la provincia después de Valencia capital, no fuese más atendida por Frank Bond. ¿Le resultó demasiado proletaria, por tener el núcleo de Puerto Sagunto?
No lo sabemos.
S. Bond, «Spain», Review and Herald, 8 febrero
1909, pág. 17. Los estribillos que le cantaron, fueron:
«¡Fuera protestantes! ¡Fuera de la nación! Queremos ser
amantes, del Sagrado Corazón. ¡Viva la Virgen!»
113La recaída de Marta se menciona en Le Messager,
febrero 1909.
114Frank S. Bond, «Spain», Review and Herald, 12 agosto 1909, pág. 13. La foto de Frank Bond, Salvador Iserte y
su borrico, apareció varias veces en las revistas de la época,
suponemos que como una muestra de un medio de transporte poco usual, y al mismo tiempo divertido para los lectores de América y Europa.
115Frank S. Bond, «Spain», Review and Herald, 3 febrero
1910, pág. 14. Las ramificaciones de la familia Sangüesa
fueron bien recogidas por mi querido y llorado amigo Félix
Valtueña en «Arbol genealógico de la familia Sangüesa»,
Revista Adventista, año 4, n1 45, septiembre 1978, págs.
27-29.
116Frank S. Bond, «Spain», Review and Herald, 8 febrero
1909; Frank S. Bond, «Spain», Review and Herald, 3
febrero, 1910; Testimonio de David Badenas, 1976, A.A.,
D. 24.
117Rubielos de Mora, fue un semillero de adventistas de
una calidad extraordinaria, con la nobleza que caracteriza
a los aragoneses, de una fidelidad a toda prueba, como
I) Paterna y Sagunto. Trabajo misionero en
Valencia
A mediados de 1909 Frank inició una serie de reuniones en su domicilio, en la pequeña localidad de
Paterna, donde vivía, con buena asistencia, más por
haber distribuido prospectos de puerta en puerta,
anunciando esas reuniones, el alcalde le recordó
que no debía realizar ningún acto religioso fuera de
su “capilla”.120
Una gira a Sagunto, en compañía de tres colportores, completó el esfuerzo del verano,121 y dos
Aula 7
21
ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
bautismos en diciembre, en Valencia, cierran los
acontecimientos del año.
J) La expansión hacia Alicante, Murcia y
Cartagena
El año 1910, es el año de la expansión hacia
Alicante, Murcia y Cartagena, Los colportores, como
siempre, son la avanzada y pronto encontraron personas interesadas en las doctrinas adventistas,
sobre todo entre los protestantes bautistas. Es indudable que habían encontrado una forma eficaz de
penetración,122 y por otro lado el hecho de que fuesen bautistas, muestra la cercanía teológica de los
adventistas con grupos protestantes como los bautistas, que realmente son sus antecesores.
1. Cartagena.
El primero de febrero de 1911, Frank se trasladó a
Cartagena, (Carretera de los Molinos 14), e inmediatamente emprendió una actividad arrolladora: Como
en Cartagena había dos señoras que se habían bautizado como adventistas el año anterior, una de ellas,
puso a su disposición una sala. En ella, dio cuatro
conferencias públicas por semana, más cuatro reuniones por semana en casas particulares, más los
estudios bíblicos realizados personalmente con las
personas interesadas, y aún sacó tiempo para comportar. El esfuerzo de los hermanos Bond, tanto de
Walter como de Frank en el colportaje es una de las
razones de su éxito. Estos hombres no tuvieron
nunca miedo de enfrentarse con el público.123
122Frank
S. Bond, «Good Words from Spain», Review and
Herald, 20 septiembre 1910, pág. 9;
Frank S. Bond, Le Messager, septiembre 1910, pág. 71. El
comentario de Frank a unas experiencias vividas por los
colportores fue el siguiente: «Estos casos demuestran la
importancia de nuestra obra de colportaje, )cómo podríamos
alcanzar los millares de ciudades y pueblos en este país, si
no fuera por la gran variedad de literatura y nuestros fieles
colportores, que la llevan a los hogares de la gente? Nuestro
bien organizado departamento de publicaciones es uno de
los factores más importantes para el avance de esta gran
obra hasta los confines de la tierra.» Estas palabras dan
una idea de la filosofía de los adventistas en cuanto a la labor misionera en una ciudad en la que desean penetrar.
Siempre o casi siempre lo harán enviando en primer lugar
a los colportores. Ya lo hemos indicado en otras ocasiones.
123No es extraño que Guy Dail, cuando valora el trabajo de
estos dos hermanos, diga entre otras cosas: «”Los esfuerzos de los colportores han sido ricamente bendecidos en España. Los hermanos Bond han colportado mucho desde el momento de su llega al país, y una gran
medida del éxito que han alcanzado nuestros esfuerzos,
es atribuible a las bendiciones del Señor, que supone la
circulación de nuestra literatura. Unicamente el 35 por ciento de la población puede leer o escribir, sin embargo cuan-
22
Aula 7
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
En toda esta actividad le ayudó un colportor:
Salvador Iserte, y los frutos no se hicieron esperar, el 11 de Abril, 11 personas fueron añadidas a
la iglesia: cinco por bautismo, y seis por voto. Un
centenar de personas asistieron a la ceremonia.124
Nuevas series de reuniones en Cartagena,125
afianzaron los grupos nacientes, y aunque se iban
dando cuenta de que a su público le costaba mucho
aceptar nuevas ideas, en 1912 de nuevo tuvieron
bautismos: El 27 del mes de marzo: tres bautismos
más una admisión por voto, todos ellos con la presencia de Walter que había venido a visitar a su hermano.126
2. Murcia
Al mismo tiempo enviaron a Murcia, el primer pastor
español del que tengamos noticia, que al no ser
todavía ordenado, se le llamó “obrero bíblico”, su
nombre: Lope Nicolás. Este fue el origen de dos
grupos de creyentes, uno en Murcia y otro en la
localidad vecina de Fortuna.127 Los frutos no tardaron en aparecer y pronto hubo tres bautismos en
Murcia realizados el 24 de marzo por Frank.
El 15 de junio, Frank visitó de nuevo Murcia; cuatro bautismos más. Lope Nicolás trabajaba muy
bien.128 A fin de año se decidieron algunos traslados: Frank iría a Alicante, y Lope Nicolás a Baeza
(Jaén), su deseo de dar a conocer el adventismo a
sus familiares iba a resultar trágico.129 El resto del
personal de los adventistas en Levante y Suroeste,
iban a quedar distribuidas de la siguiente forma: V.
do el mensaje del tercer ángel enraiza en estas gentes,
aprenden a leer casi sin excepción.» GUY DAIL, «Our first
general meeting in Spain», Review and Herald, 8 diciembre 1910, pág. 10.
124La noticia del bautismo, que tuvo lugar en la alberca de
una finca, la encontramos en la Review and Herald,
«Cartagena, Spain», 18 mayo 1911, pág. 17.
125Frank. S. Bond, «New Victories in Spain», Review and
Herald, 11 abril 1912, pág. 15.
126Ibídem, «Inspiring occasions in Spain», Review and
Herald, 27 junio 1912, pág. 12.
127Frank S. Bond, «Cartagena, Spain», Review and Herald,
18 mayo 1911, pág. 17. En este artículo Frank da las noticias tanto de los bautismos como del trabajo de Lope
Nicolás. Cf. Frank S. Bond, «Cartagène, Espagne», Le
Messager, mayo 1911, n1 9. pág. 62.
Aquí se le llama «obrero bíblico», y lo mismo ocurre en el
artículo posterior de fecha 11 abril 1912 (Cf. Frank S. Bond,
«New victories in Spain», Review and Herald, 11 abril 1912,
pág. 15), mientras que en su necrológica, escrita por el mismo Frank, se dice que fue colportor hasta 1913. No sabemos las razones, pero creemos que se cometió un error.
(Cf, «Lope Nicolás», El Esforzador, 1915, n1 1, pág. 5)
128Frank S. Bond, «Murcia, Spain», Review and Herald, 22
agosto 1912, pág. 12.
DE TIERRA DE
MISIÓN A
UNIÓN IBÉRICA. LA IGLESIA ADVENTISTA DESDE 1903 A 1936
García atendería Murcia; y M. Fayard iría a ayudar
a Frank Bond en Alicante.
K) Un presidente de la Asociación General visita
España
La Asamblea General del año 1913, se celebró ya
en ausencia de Walter, que había marchado a los
Estados Unidos de vacaciones y por lo tanto fueron
presididas por Frank Bond. Esta asamblea tuvo
como gran novedad la presencia por primera vez en
España de un Presidente de la Asociación General,
el pastor A.G. Daniells.130
La cifra de 12 bautismos realizados por Frank en
el tercer trimestre del año, preparan la llegada del
trágico 1914.131
IV. 1914, un año realmente trágico
El año se inició con la reincorporación de Walter a
su puesto de trabajo después de haber realizado
una visita a familiares y amigos en California.132
A) La muerte de Lola Casals
La serie de tragedias comenzó con la muerte de
Lola Casals el día 24 de abril. Nacida en Terrassa
(Barcelona) el 20 de mayo de 1888 era solo una
joven de 26 años de edad, en el momento de su
muerte. Formó parte del primer bautismo que los
adventistas realizaron en España como fruto de
aquella escuelita de Sabadell, por lo tanto, se bautizó como adventista cuando tenía 16 años.
Después de cuatro años de formación en el
Seminario de Gland (Suiza) se transformó en una
obrera bíblica de extraordinaria calidad. Cuando se
organizó el campo español, ella fue nombrada
Secretaria, deber que cumplía además de sus
129La
noticia del traslado de Frank Bond a Alicante, la da
El Esforzador, n1 7, del 15 de enero de 1913.
130El máximo dirigente de la Iglesia Adventista en todo el
mundo, es el Presidente de la Asociación General, con
sede en los Estados Unidos. En la jerarquía adventista,
el máximo rango posible es el de pastor ordenado. Luego
un pastor ordenado puede ser elegido para cualquier puesto
de responsabilidad, desde director de un distrito, pasando
por director de un departamento de la Unión, presidente
de una División, o de la Asociación General, por poner solo algunos ejemplos; pero siempre serán cargos electivos
y por un período de tiempo, que suele variar de dos a cinco años, depende del puesto. Concretamente el presidente
de la Asociación General es elegido por cinco años. Luego
puede ser reelegido, pero ningún cargo de responsabilidad es vitalicio.
131Frank S. Bond, «Spain», Review and Herald, 19 febrero
1914, pág. 14.
132Walter G. Bond, «En Espagne», Le Messager, febrero
deberes normales como ayudante del pastor
Walter Bond en Barcelona. Después de seis
meses de penosa enfermedad durante los cuales
no perdió ni la calma ni el valor, durmió en el Señor
aquella extraordinaria mujer. Fue enterrada en
Terrassa, y Walter Bond ofició en su entierro.133 La
muerte de Lola Casals, fue considerada por la
Unión Latina como: “la pérdida de una de sus obreras más consagradas.”134
B) La asamblea de la Unión Latina
La tarea debía continuar y así llegó la Octava
Sesión de la Unión Latina que tuvo lugar en Iverdon
(Suiza) los días 7 al 12 de julio, con la presencia de
una buena delegación del campo español, compuesta por el Presidente, Walter Bond, por el
Tesorero, Pedro Sanz, y por tres delegados: John
Brown, Eduardo Forga y Salvador Iserte.
El comité directivo del campo español quedó
compuesto por: Walter Bond, Frank Bond, John
Brown, Eduardo Forga y Pedro Sanz.
Las actas de aquellas reuniones nos han dejado
también el registro del personal del campo español
de la época y sus respectivas categorías: pastores
ordenados: Walter y Frank Bond; evangelista: Lope
Nicolás; obreros bíblicos: V. García, Vicent
Ferrándiz y Eduardo Forga; Director de Colportaje:
John Brown; colportores: Salvador Iserte, José
Ferri, Santiago Mercado, J. Bataller, F. Martínez,
José Soler, S. Moreno y M. Fayard.135
En aquella ocasión también se decidió que John
Brown extendiese su responsabilidad de Director de
Colportaje a Francia, decisión que por razones lingüísticas no se llevó a efecto.
El comienzo de la Primera Guerra Mundial,
empezó a producir trastornos en la marcha del trabajo de aquellos hombres.
1914, pág. 18.
G. Bond, «Lola Casals», Le Messager, junio 1914,
pág. 66.
134La referencia que se hace en las actas de la Sesión
de la Unión Latina, son las siguientes: «La Unión habiendo sufrido el dolor de perder a una de sus obreras más consagradas, la hermana Lola Casals de España, se asocia a
la tristeza y a la pena del campo español, para deplorar está partida que parece prematura. Esta asamblea dirige a
su desolada madre la expresión de su viva simpatía en su
aflicción. El hermano Walter Bond, recuerda el celo y el espíritu de consagración de la hermana Casals. Hasta su
muerte ha sido un testigo fiel de la verdad. Pide las oraciones de los hermanos para los obreros que permanecen
en la brecha. El auditorio manifestó su simpatía poniéndose en pie». Alfred Vaucher, «Huitième Session de la
Conférence de L’Union Latine», Le Messager, agosto 1914,
pág. 90.
135Ibídem.
133Walter
Aula 7
23
ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
Al quedar incomunicados con las oficinas de la
Unión, el dinero que recibían para cubrir sus déficits, dejó de llegar de forma regular, lo que hizo que
el personal asalariado tuviera que vender revistas o
libros para sobrevivir. Consiguieron que la editora
de Barcelona fuese ayudándoles a cubrir sus gastos
y los colportores como se sostenían con sus ventas
no sufrieron más que de cierta escasez de impresos.136 Esto no les impidió celebrar sus asambleas
anuales, aunque no tuviesen ningún invitado del
exterior, ni tampoco les impidió celebrar 10 bautismos el primer trimestre del año.137
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
El 10 de octubre de 1913, Lope Nicolás salió de
Murcia con su esposa e hija para abrir un campo
nuevo de actividad, se trataba de Baeza en la provincia de Jaén. El era originario de cerca de allí, de
Jimena, a donde llegaron el día 11, y donde después de 31 años de ausencia, tuvo un encuentro
emocionante con sus familiares. Se quedó con ellos
dos días, para saludarles a todos, y tuvo tiempo de
hablarles de su nueva fe. El día 14 regresaron a
Baeza y se instalaron en una posada. Pronto les
conocieron como protestantes y empezaron las
amenazas: “Vd. haga la propaganda pero no hable
en contra de la iglesia”. A los seis días tenía ya una
casa y se instalaron.138
Comenzaron a tener reuniones y el interés fue tan
bueno que Lope Nicolás pensó que era mejor que
viniese Walter a dirigir el trabajo. El pastor Walter
Bond inició una serie de reuniones en Baeza en los
primeros días de octubre y después de dos o tres
semanas de reuniones con una asistencia numerosa
y constante, de repente se sintió enfermo. Llama a su
hermano el 1 de noviembre, su esposa llega unos
días después, y a pesar de todos los esfuerzos que
hicieron y de proporcionarle los mejores cuidados
que tuvieron a mano, muere el 12 de noviembre de
1914. El certificado oficial dirá “peritonitis”.
Hasta aquí la verdad oficial. No se tienen pruebas que hubiesen permitido llevar a nadie delante
de un tribunal, pero hay materia suficiente para sospechar que la “peritonitis” fue provocada por un
envenenamiento.
La base de nuestra sospecha es variada:
“Desde el principio de su enfermedad, Walter
tuvo la impresión de que sería fatal”. Esto es todo lo
que Frank se atrevió a decir públicamente.139
D. Andrés Tejel, que, ha investigado el caso,
encontró tres evidencias más:
La primera: Walter escribió una carta a John
Brown, diciéndole: “Quiero que vengas, estoy envenenado y no tengo remedio”.
La segunda: murió balbuceando: “Perdono a mis
verdugos”.
La tercera: Un médico le dijo a Leola: “Su marido ha sido envenenado”.140
En 1940, con el pretexto de unas reformas y de
manera totalmente ilegal, puesto que el nicho en
que Walter Bond fue enterrado había sido comprado a perpetuidad, el nicho fue destruido y los restos
de aquel joven de 36 años fueron echados al “corralillo”. Existe en la actualidad una reclamación ante el
ayuntamiento de Baeza por semejante atropello. El
ambiente pudo ser propicio a lo peor, y no creemos
que sea exagerado pensar en lo peor, aunque reconocemos que solo es una sospecha.141
En su último informe, Walter refleja muy bien
aquel ambiente en el que estaba trabajando: “Estoy
ahora en Baeza, una ciudad de catorce mil habitantes, en la provincia de Jaén (Andalucía). Uno de
nuestros hermanos nativos ha estado trabajando
aquí por algún tiempo. Ha sido una continua lucha
con los sacerdotes. La ignorancia, la superstición, los
curas y el fanatismo abundan, haciéndola, probablemente, el sitio más difícil de todos los que hemos
entrado.”142 Solo queda reseñar que la muerte de
Walter fue un golpe muy duro del que nunca se repuso su hermano Frank, y del que la iglesia adventista
española, tardó muchos años en reponerse.143
136Los detalles de la supervivencia de los pastores y colportores en España sin la ayuda que les venía de Suiza a
causa de la guerra, nos la da, Walter Bond, en su última comunicación a la Review and Herald. RH, 7 Enero 1915.
137Walter G. Bond, «Baeza, 16 octubre 1914», Review and
Herald, 7 enero 1915.
138Lope.S. Nicolás, «Baeza», El Esforzador, n1 7, 15 enero 1913, pág. 5.
139Frank S. Bond, «Fallen at the Battle’s Front», Review
and Herald, 24 diciembre 1914, pág. 12.
140Andrés Tejel, «La Familia Bond», Revista Adventista (ed.
esp.), septiembre 1978, pág. 6.
141Frank S. Bond, «Fallen at the Battle’s front», Review and
Herald, 24 diciembre 1914, pág.12. Cf. Frank S. Bond,
«Necrologie, Walter Bond», Le Messager, enero. 1915,
pág. 6; Frank S. Bond, «Caídos en el frente de batalla», El
Esforzador, 1915, n1 1, pág. 2.
142Walter G. Bond, «Words From the Late Walter G. Bond»,
Review and Herald, 7 enero 1915, pág. 13.
143Frank, nunca más fue el mismo que había sido, y la
Iglesia española tardó nueve años en tener otro verdadero
director, y el cambio fue tan enorme que sus colaboradores
abiertamente escribían en las revistas que necesitaban un
buen director. Como ejemplo se puede ver el artículo de
Harold A. Robinson, «Distribución de literatura entre los de
habla española en el norte de Africa», Revista Adventista
Argentina., febrero 1916, pág. 14, en el que literalmente
dice: «Muchos obreros se necesitan aquí que sepan cuidar
los intereses que ya tenemos, y especialmente un buen director que guíe en una obra más enérgica entre los diecinueve millones de católicos indiferentes que hay en este
país en el cual tanto dominan los sacerdotes».
C) La muerte de Walter Bond
24
Aula 7
DE TIERRA DE
MISIÓN A
UNIÓN IBÉRICA. LA IGLESIA ADVENTISTA DESDE 1903 A 1936
El esfuerzo de Walter y sus colaboradores, no
había sido en vano y el año se cerró con 25 bautismos: ocho en Barcelona, dos en Cartagena y 15 en
los grupos aislados.144
D) La muerte de Lope Nicolás
Y llegado el fin del año, la última de las desgracias
se abatió sobre el ya mermado grupo de dirigentes
adventistas. Lope Nicolás, sin duda el español de
más prestigio, de más solera, y de más porvenir con
que contaba entonces la iglesia adventista española, murió al ser operado de un cáncer de estómago
en Barcelona, el 10 de diciembre de aquel desgraciado 1914.145
Lope Nicolás, era natural de Jimena,
Andalucía, debió ser protestante, antes de convertirse en adventista en 1906, y desde aquel
mismo momento se convirtió en una ayuda valiosísima para los hermanos Bond. Ya en 1909, recibió la credencial de obrero bíblico, junto con Lola
Casals en la 60 sesión de la Unión Latina donde
asistió siendo delegado oficial.146 Volvió a recibir
la misma credencial en la 70 sesión de la Unión
Latina, celebrada en 1912,147 y a partir de 1913
fue el único español que tenía credencial de
evangelista, que le fue confirmada en la 80
Asamblea de la Unión Latina de agosto de
1914.148. Trabajó en Barcelona, después formó
parte del equipo de Frank y trabajó en Valencia,
Murcia, y finalmente en Baeza. Tenía 53 años al
morir, y hasta el final de su vida manifestó un
admirable espíritu misionero, y una entrega total
a la fe que profesaba.149
Si tenemos en cuenta que los adventistas tenían dos pastores ordenados, es evidente que habían perdido la mitad de sus efectivos con la muerte
de Walter, y hay que reconocer que Frank quedó
en su puesto, pero terriblemente mermado; habían
perdido también, el único de sus evangelistas, y
sin duda alguna la mejor de sus obreras bíblicas.
Un año verdaderamente negro y de pesadas
consecuencias para una iglesia demasiado joven,
y con poquísimos efectivos en sus mandos dirigentes.
144Estadística, Le Messager, mayo 1915, pág. 40.
145Frank S. Bond. «Lope Nicolás», El Esforzador, 1915,
n1
1, pág. 3; Frank S. Bond«Lope Nicolás», Le Messager, enero 1915, pág. 7.
146Cf. Actas de la 60 Sesión de la Unión Latina, Le Messager
octubre 1909, pág. 118, para el hecho de ser delegado; y
pág. 124, para su credencial de obrero bíblico.
147Cf. Le Messager, septiembre 1912, pág. 97.
148Le Messager n1 8, agosto 1914, pág. 94.
149Eduardo Forga, «Ultimos días de un obrero fiel», El
V. La importancia de las publicaciones en los
primeros años
Desde el mismo principio de sus labores en España,
los hermanos Bond, fueron unos vendedores de literatura religiosa de una importancia excepcional,
pues le dedicaron un gran espacio en su labor y
además siempre basaron su trabajo de penetración
en el colportaje, por lo que desde el mismo principio
dedicaron mucho de su esfuerzo a formar hombres
y mujeres que llevasen la literatura adventista por
ciudades y pueblos.
A) La primera formación de colportores
Aprovechando la circunstancia del retraso en su
salida del barco que debía conducir a N.Z. Town a
Argentina, y siendo este un especialista en la venta
de libros, organizaron alrededor de las últimas
semanas de septiembre de 1909, lo que llamaron
un Instituto de Colportores (el primero en España),
donde se dieron instrucciones especiales para la
venta del libro El rey que viene, para el que pidieron
permiso de importación. Era la primera vez que los
colportores adventistas españoles tenían un curso
de formación con un verdadero profesional en la
venta de puerta en puerta, que en España no era
tan conocida como en los Estados Unidos. Se
puede suponer que fue bien aprovechado aquel instituto.150
B) El colportaje adquiere independencia
Lo que marcará verdaderamente un hito en la historia del colportaje en España fue la llegada en 1911
de John L. Brown151 que dará al “colportaje” un giro
radicalmente diferente. A partir de entonces se
empezaron a vender libros grandes y por lo tanto
más caros, y esto permitió realizar ventas más elevadas, y como el colportor se sostiene siempre con
un porcentaje sobre sus ventas, esto fue equivalente a mayores beneficios. De esta forma los colportores, que hasta entonces recibían de la Misión una
ayuda para poder sobrevivir, (pues con la venta de
folletos, revistas y libros pequeños, era imposible
Esforzador, 1915, n1 1, págs. 3-5.
150N. Z. Town, «The First Canvassers Institute in Spain»,
Review and Herald, 25 noviembre 1909, pág. 17.
151John L. Brown había llegado de Méjico y demostró con
la experiencia de un colportor llamado José Soler, que era
posible vender libros grandes, lo que produjo que se constituyese un grupo de cuatro colportores para venderlos
y otros cuatro para seguir vendiendo folletos y revistas. L.P.
Tièche, «Espagne», Le Messager, n1 11, noviembre 1911,
pág. 132.
Aula 7
25
ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
alcanzar suficientes beneficios), ahora pudieron ser
independientes económicamente.
Los colportores se dividieron en dos clases: colportores de libros grandes y colportores de revistas
y folletos. Esto permitió, por un lado, seleccionar la
calidad de los hombres que hacían ese trabajo,
pues los mejores se dedicaron a la venta de libros,
los principiantes o los ocasionales a los folletos y
revistas y otros abandonaron aquel trabajo; y por
otro lado, se aligeró la carga financiera del campo
español, puesto que los colportores pudieron sostenerse a sí mismos con la comisión que les proporcionaban sus ventas. (Cf. Métodos de trabajo al final
del capítulo).152
El hecho de que el costo de la impresión de los
libros y folletos editados en Gland fuese más elevado que en España, y que hubiese que añadir
además a aquel costo, los gastos de aduana y la
consiguiente molestia de la censura, y que por
otro lado las ventas de la literatura adventista se
desarrollasen muy bien en España; todo eso, propició el que en la asamblea de Barcelona que tuvo
lugar los días 22 al 26 de septiembre de 1911, se
solicitase de la Sociedad Internacional de Tratados de Gland, que constituyese en Barcelona un
stock suficiente de libros y tratados editados en
España, para abastecer a los colportores españoles.153
De estas medidas, que, pudieron ser dolorosas
para alguno de los hombres que habían trabajado
hasta entonces, 154 surgió un nuevo método de trabajo y sobre todo resultados diferentes. Hacia finales de 1912, cuatro colportores dedicados a los
libros, y tres a las revistas, vendieron por un importe de pesetas 17.236,65.155 Quedó ampliamente
demostrado que el campo español, era un lugar en
el que los colportores podrían ser autosuficientes.156
A partir de entonces el progreso fue constante en
número de colportores, en ventas realizadas, y en
resultados religiosos que se tradujeron en bautismos. El colportaje en España se convirtió en el
ejemplo para los otros campos europeos donde los
adventistas realizaban su obra.157
La realidad se traducía en que la imprenta de
Gland, o la Sociedad Internacional de Tratados,
como se llamaba, la mayor parte de sus beneficios
los realizaba con las ventas de los libros en
España.158 El libro Videntes y lo porvenir, o el Guía
práctica de la salud, demostraron ser obras que los
colportores vendían muy bien, y se vio con claridad
que Barcelona podía convertirse en un centro para
las publicaciones adventistas, por eso en la reunión de la Unión Latina, que tuvo lugar en Iverdon
(Suiza) los días 7 al 12 de julio de 1914, aunque se
estaba instalando nueva maquinaria para imprimir
152El
tras la media en ventas de los cuatro hombres dedicados
a los libros fue de 2.840 pesetas anuales, los hombres que
vendían revistas y folletos no pasaron de 1.680 pesetas
anuales. Y para terminar la comparación, el mejor de los
colportores de libros fue Joaquín Matas, con una venta anual de 3.445,50 pesetas, mientras que el mejor de los colportores de revistas que fue Jaime Gibert, alcanzó únicamente 1.684,50. La diferencia era espectacular.
156Frank S. Bond, «Spain», Review and Herald, 19 febrero
1914, pág. 24.
157H.A. Birbeck Robinson, El Esforzador, 1915, n1 5, pág.
5. La nota, tiene el valor de ser el balance realizado por
el hombre que sucedió a Brown en el cargo, y dice lo siguiente: «Durante los ocho años terminados en 1911, se
vendió por termino medio, entre cuatro y cinco mil pesetas
por año... vino a tomar parte de director en este ramo el
hermano Juan Brown, para organizar el colportaje y ponerlo a la altura de otros campos. Los primeros tres meses
que la obra estuvo bajo su dirección, se vendió por valor
de 4.000 pesetas o sean, 1.000 pesetas menos que antes
en un año. Durante los 12 meses, la venta ascendió a más
de 18.000 ptas. o lo que antes se vendía en tres años y
medio. El segundo año 16.000 ptas., y el año pasado 1914,
casi 55.000 esto es 15.000 ptas. más de lo que se vendía
en ocho años sin su debida dirección.»
158Se daba el dato curioso que de 8.800 francos de ganancia que habían tenido durante el año 1914, 6.700 los había
generado con las ventas en España. N. Z. Town, «The Latin
Unión meeting», Review and Herald, 24 septiembre 1914,
pág. 12.
acuerdo de constituir dos clases de colportores se tomo en la segunda asamblea del campo español, que tuvo lugar en Barcelona del 22 al 26 de septiembre de 1911.
L. P. Tièche, ibídem, págs. 132-133.
153L. P. Tièche, ibídem, pág. 132. El voto de la asamblea
decía lo siguiente: «Considerando que la impresión de los
libros en el extranjero cuesta más cara que en España; que
los gastos de aduana y de porte son excesivos y que la
censura crea inconvenientes para la introducción de los libros, recomendamos que nuestra obras sean impresas en
España. Por consiguiente, pedimos a la Sociedad
Internacional de Tratados de Gland, establezca en
Barcelona y mantenga un depósito de una cantidad suficiente de impresos y de libros para hacer frente a las necesidades de los colportores y de la obra en general.»
154Con la mejor buena voluntad los hermanos Bond se
habían visto obligados por las circunstancias a poner como colportores al material humano que tenían, que según
su propia opinión, al parecer no eran las personas más
idóneas para ese tipo de trabajo. Muchas veces soñaron
con contar con jóvenes americanos que quisiesen venir
a colportar a España, pero la realidad es que no hubo respuesta, salvo en el caso que mencionaremos más adelante de Aldrich. Frank S. Bond, «Spain», Review and
Herald, 19 de febrero 1914, pág. 24.
155Informe publicado en El Esforzador, 15 enero 1913, pág.
9. Los cuatro colportores de libros, fueron: Salvador Iserte,
Angel Monleón, Joaquín Matas, y José Soler, y los colportores de revistas: Aniceto Garcia, Jaime Gibert, y José
Ferri. Lo interesante para ver las diferencias es que mien-
26
Aula 7
DE TIERRA DE
MISIÓN A
UNIÓN IBÉRICA. LA IGLESIA ADVENTISTA DESDE 1903 A 1936
en Gland, se decidió que un hombre de experiencia con L. E. Borle, se instalase en Barcelona, para
responsabilizarse de aquel trabajo de impresión, y
como es natural, editasen toda la literatura necesaria en el país mismo.159 Este traslado fue estorbado por el estallido de la Primera Guerra Mundial
y no podría realizarse hasta septiembre de
1915.160
En cuanto a los colportores, que como hemos
indicado anteriormente eran los de mas éxito de toda
la Unión Latina, entregaron durante los primeros
once meses de 1914, y a pesar de las dificultades de
la guerra, impresos por valor de 50.000 pesetas, el
equivalente entonces de 10.000 dólares oro.161
que en realidad son de descarada propaganda protestante, donde se copian argumentos contra nuestra sacrosanta religión, putrefactos de puro viejos y
ñoños y ridículos los más de ellos, millones de
veces contestados y otras tantas estúpidamente
repetidos por ciertos ignorantes, o malvados, para
seducir a incautos.
”Lo advertimos para que ningún buen cristiano
admita esas revistas en su casa y menos las lean o
consienta que las lean sus hijos. ¡Al fuego, al fuego!
Que es el mejor destino que puede dárseles. Hay que
desconfiar siempre de gentes desconocidas, que si
vienen con tan extrañas mercancías, no es, seguramente, por hacer la felicidad de los pueblos.”162
C) La propaganda oficial católica en contra de
los colportores
D) Cambio de director de colportores
En 1915 los colportores produjeron reacciones en el
clero, que publicó en los diarios (no sabemos cuales, ni de qué lugar) un “AVISO A LOS INCAUTOS”,
el texto decía lo siguiente:
“En la pasada semana unos prójimos asalariados han recorrido varios pueblos de esta comarca
repartiendo revistas que en apariencia están dedicadas a relatar los horrores de la guerra actual, pero
159N.Z. Town, ibídem.
160Frank S. Bond, «Espagne»,
Le Messager, septiembre
1915, pág. 78.
161Redacción,
«La Unión Latina», Revista Adventista
Argentina, febrero de 1916, pág.12, el cambio lo da la mis-
Y concluimos esta etapa con la noticia de cambios
en el Departamento de Publicaciones en España.
Para 1915, marcha John L. Brown, y prácticamente
en el mismo día, con diferencia apenas de horas,
llega Harold Robinson que le iba a sustituir.163
Indudablemente J.L. Brown, podía marchar satisfecho, sus cuatro años pasados en España, permitieron que el colportaje quedase establecido sobre
bases sólidas.
ma nota en la revista, 50.000 ptas. igual a 10.000$ oro.
162«Noticias del campo», El Esforzador, mayo-junio 1915,
pág. 6.
163Frank S. Bond, «Espagne», Le Messager, septiembre
1915, pág. 78.
Certificado bautismal de Vicente Juan García en Valencia, abril de 1907. Pastor oficiante Frank Bond.
Aula 7
27
ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
SEGUNDA PARTE.
EL ASENTAMIENTO DEFINITIVO
(1916 -1936)
I. Los últimos años de Frank Bond.
A) Baeza.
El día primero de abril de 1915, Frank Bond, volvió a
Baeza y organizó reuniones en casa de uno de los
creyentes y la lucha comenzó de nuevo. Era un catolicismo muy conservador al que se enfrentaba. Frank
relata como las casas estaban llenas de imágenes,
hasta el extremo de haber hasta seis imágenes de la
virgen María y de los santos en el comedor y cinco
imágenes en el dormitorio en la casa donde se alojaba, entretanto, se esforzaba en mostrar que la ley
de Dios prohíbe las imágenes. Mientras a él, le invitaban a ir a misa y confesarse al sacerdote, él les
invitaba a confesar sus pecados a Jesús. Y habiendo obtenido la decisión de dos jóvenes y habiéndolos bautizado en un riachuelo en un bonito rincón de
las cercanías, la reacción no se hizo esperar y tuvo
incluso que cambiarse de alojamiento. Las personas
bautizadas también tuvieron que sufrir de la marginación a la que les condenaba el pueblo.164 Tenía
que ser muy duro, manifestarse adventista en aquel
ambiente y por último podemos imaginarnos a Frank
siendo extremadamente prudente con lo que comía
y con lo que bebía, sobre todo cuando le convidasen, si es que aceptó algún convite.
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
C) Bautismos en Jérica
El 29 de mayo, Frank realizó una ceremonia de bautismos en Jérica, una joven fue bautizada y el 26 de
junio, realizó otra ceremonia en Alicante, tres nuevos creyentes. Por aquellas fechas, Frank vivía en
Alicante sin que podamos precisar la fecha de su
traslado.166
D) España sin Director
Una gira posterior por el sur se terminó con una visita a Sevilla, donde se habían instalado dos señoras
adventistas procedentes de Cartagena.165 El trabajo de los adventistas en Sevilla tendría que esperar
para concretarse a épocas muy posteriores, pero es
el primer rastro de una labor en aquella ciudad.
El año 1916, comenzó con la expresión de una
necesidad apremiante: “Se necesita un Director
para la Misión Española”167 ¿Es que Frank no lo
era? La realidad es que él presidió las asambleas,
organizó visitas a las diferentes iglesias y grupos,
realizó los bautismos, y habló en nombre de la
Misión, pero nunca se trasladó a Barcelona y parecería que jamás se hubiese hecho cargo de la
administración.168 El solo detalle de que el director
de publicaciones se expresase tan libremente y por
escrito en una revista, demostraría que la necesidad era una cosa pública y que Frank estaría de
acuerdo y que actuaba mientras no hubiese otro
mejor.
Harold A. Robinson volvió a expresar la necesidad que tenían de más pastores y sobre todo de
un Director para la misión. Había pasado un año,
estamos en abril de 1917 y la necesidad seguía sin
ser contestada. En consecuencia, ello hace sospechar que Frank Bond nunca fue un dirigente con el
empuje de su hermano, y la forma de trabajar un
poco desorganizada en Levante, donde se hizo
mucho trabajo, pero donde los resultados no se
consolidaron, parecería apoyar esta opinión.169
De todas formas, hay que decir en su favor, que
Frank Bond continuó trabajando de la mejor manera que pudo y supo, y así realizó una ceremonia de
bautismos en Barcelona el 12 de mayo. Tres personas participaron, una de ellas fue Federico Climent,
el traductor de la Editorial desde la muerte de
164Les amenazaron con no venderles nada y con echarles
de la tienda y del pueblo.
165Frank S. Bond, «Noticias de Baeza»”, El Esforzador,
agosto 1915, n1 4, pág. 4. La misma noticia la encontramos
en: Frank S. Bond, «Victories in Spain», Review and Herald,
2 septiembre 1915, pág. 10.
Frank S. Bond, «Espagne», Le Messager, junio 1915, n1
6, pág. 44.
166Redacción, «Otras buenas noticias», El Esforzador,
agosto 1915, pág. 5. Es evidente por esta nota que Frank
Bond vivía en Alicante, aunque no podamos precisar cuando se trasladó allí.
167La nota literalmente dice: «Muchos obreros se necesitan aquí que sepan cuidar los intereses que ya tenemos
y especialmente un buen director que guíe en una obra
más enérgica entre los diecinueve millones de católicos
indiferentes que hay en este país, en el cual tanto dominan los sacerdotes». Harold A. Robinson, «La distribución
de literatura entre los de habla española en el norte de
Africa», Revista Adventista Argentina, febrero 1916, pág.
14,
168Es evidente que el centro administrativo era Barcelona
y aunque, hiciese viajes a Barcelona, no se puede comprender como sería capaz de seguir la administración, y
de tomar decisiones, viviendo en Alicante con las comunicaciones de la época.
169La frase completa es la siguiente: «Tenemos un solo
ministro, y la necesidad de un director para el campo es
muy grande». Harold A. Robinson, «Gospel Work in Spain»,
Review and Herald, 12 abril 1917, pág. 17.
B) Gira por Sevilla
28
Aula 7
DE TIERRA DE
MISIÓN A
UNIÓN IBÉRICA. LA IGLESIA ADVENTISTA DESDE 1903 A 1936
Eduardo Forga, fruto de la amistad y del testimonio
de L. E. Borle.170
E) El trabajo en Castellón. 1917, el año de las
pedradas
Para mostrar lo difícil que podía llegar a ser el
ambiente español para los predicadores adventistas, nos basta con escoger Castellón y un año:
¡1917!
Ese año se iba a caracterizar por ser el de las
reacciones violentas materializadas en incidentes
en los que se registraron pedradas en dos lugares
distintos de la provincia de Castellón.
El primero sería un incidente en Viver,
(Castellón). Desde Jérica, donde hacía tiempo estaba constituido un grupo de adventistas, hacían visitas a Viver, donde residían dos hermanas, que eran
también adventistas.
En ese pueblo, incluso se habían hecho reuniones en un local alquilado, y aunque las reuniones
habían producido buena impresión, las presiones
del cura hicieron que se tuviesen que detener porque nadie, a partir de entonces, quería alquilar nada
a los protestantes. Para colmar la copa, aquella vez
venían acompañados por su “obispo” (así se refirieron al pastor), y aquello iba a ser la mecha que prendería la pólvora. Cuando entraron en la casa que
iban a visitar, se empezó a reunir gente en la calle,
y pronto, las maestras de escuela, enviaron a sus
chiquillos; por un lado cantando: “¡Qué se vayan,
qué se vayan! ¡No queremos falsas religiones aquí!
¡Volveos a Jérica y quedaos allí, sinvergüenzas protestantes!” Mientras tanto, otro grupo arrojaba piedras contra la casa.
Estuvieron por un tiempo haciendo esto hasta
que apareció el Alcalde, el cual les dijo: “No permitiré que molesten a las personas que están en esa
casa. Estos hombres tienen derecho a decir lo que
quieran, igual que lo dicen otros. O cesan la manifestación o haré que los arresten.”171
Después de agradecer al Alcalde su intervención, los adventistas pudieron seguir adelante con
su visita, sin más incidentes.
El segundo incidente con piedras, se produciría
en la misma capital de Castellón de la Plana. Frank
170Frank
S. Bond, «Our work in Spain», Review and Herald,
11 octubre 1917, pág. 11.
171H.A.B. Robinson, «Gospel Work - Spain», Review and
Herald, 12 abril 1917, pág. 17. Es notable la valentía del
Alcalde, y muestra por otro lado el talante liberal de una
buena parte del pueblo levantino. –No hay que olvidar que
Franco no tuvo nunca mucha simpatía por las comarcas
de Levante precisamente por el apoyo que esta región
había dado a la causa republicana.
Bond que había estado trabajando en Valencia
desde 1907, que luego se había trasladado en 1912
a Cartagena, lo encontramos en 1917 en Castellón
donde vivió en el Paseo del Obelisco, n1 1
Primero.172
De su experiencia en Castellón nos cuenta como
se encontraron con una fuerte oposición. En uno de
los locales en donde tenía reuniones públicas, una
noche, mientras estaba hablando, fue apedreado y
una contraventana del balcón, resultó rota por una
piedra.173
Nos parecería que más que una violencia dirigida a hacer daño a las personas –cosa que hubiesen
podido hacer si hubiesen querido–, aunque hubiese
tenido consecuencias imprevisibles por ser Frank
Bond un extranjero, era una violencia, dirigida a producir miedo, a amedrentar, tanto al predicador,
como al público asistente, que por ser español, sentiría que su inmunidad no estaba asegurada de la
misma manera.
No es extraño que aquel año se cerrase con flojos resultados, pues únicamente realizó cuatro bautismos en junio. El terreno no fue fácil.174
F) Frank Bond sigue al frente
Durante la mayor parte del mes de mayo de 1919,
Frank Bond en compañía de Paul Meyer, director
entonces de la misión portuguesa, y unos cuantos
días en compañía también de Harold A. Robinson,
entonces Secretario de la Misión, hicieron un viaje
para visitar las diferentes iglesias y grupos, de este
informe sacamos dos datos importantes: primero, la
ubicación del personal de la Misión; segundo, los
bautismos que habían realizado. Veamos pues los
datos comenzando por la ubicación del personal: W.
Hancock junto con dos obreras, en Barcelona;
Frank Bond con Antonio José López, Castellón;
Pedro Sanz, Cartagena; Vicente García, Alicante y
Elche; Santiago Mercado, Valencia; José Soler,
Zaragoza, y Vicent Ferrándiz, Terrassa.
El hecho de fijar a los hombres en un determinado lugar, lo aprendieron de sus fracasos en
Valencia, y sobre todo en Cartagena, donde después de tanto esfuerzo, el grupo prácticamente desapareció porque no tuvieron un pastor responsable.
172Carta
de Frank Bond, 11 julio 1919, A.A. La dirección es
un pequeño detalle, que nos parece digno de ser reseñado.
173Frank S. Bond, «Our work in Spain», Review and Herald,
11 octubre 1917, pág. 11.
174Su impresión no podía ser más realista: «En este lugar la obra ha ido muy despacio, pero pienso que hemos
puesto un buen cimiento. Hemos encontrado una fuerte
oposición.» Frank S. Bond, «Our Work in Spain», Review
and Herald, 11 octubre 1917, pág. 11
Aula 7
29
ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
Este plan se empezó a practicar, como hemos podido ver ya en 1917.175
Parece que inmediatamente después de la
asamblea que tuvo lugar en Barcelona los días 30
de junio al 4 de julio de 1920, Frank Bond se marchó de vacaciones a EE.UU.176 Los males de la
desorganización se acentuaban, las pérdidas de
miembros eran importantísimas, y todo esto precipitó la reorganización de la Misión Española: Harold
A. Robinson fue nombrado Secretario-Tesorero, ya
que aunque se le había nombrado Director de
Colportaje para Francia, nunca llegó a efectuar el
traslado,177 y C. E. Night, fue nombrado Presidente
y actuó ya ante el comité de la Unión del 14 al 16 de
junio de 1921. Fue una estrella fugaz en España,
apenas estuvo aquí dos años.178
rio mostró un amor por España digno de la mayor
gratitud.
G) El último esfuerzo en Madrid
A) Eduardo Francisco Forga
De regreso de sus vacaciones, Frank Bond se instaló en Madrid, en 1922. El asalto a la capital
comenzaba y como lo había hecho siempre, estuvo
en primera línea, aunque esta vez no estaría solo,
pues le acompañó Bert B. Aldrich, que formó parte
del equipo. Hacia el 30 de junio de 1923, tuvieron
los primeros seis bautismos en la capital de España,
más una persona recibida por voto.179
Este esfuerzo, fue el último que realizaría este
gran luchador. Su salud decayó rápidamente.
Sufriendo de su garganta, perdido el sueño y padeciendo terribles depresiones nerviosas,180 agotado
física y psíquicamente, su estado empeoró de tal
forma que en diciembre de aquel mismo año, se vio
obligado a marchar a los EE.UU. Murió en Fresno
(California) el 25 de abril de 1924. Veinte años de su
vida los había dedicado a España.181 El pueblo
adventista español, tiene una deuda de gratitud con
él. Fue un extranjero que supo adaptarse, que se
entregó plenamente a su tarea, que estuvo siempre
en primera línea, y que hasta el final de su ministe-
Eduardo Francisco Forga, hijo de padre español y
de madre alemana, nació en Arequipa (Perú) el 26
de marzo de 1871. A la edad de 10 años (1881), y
como era costumbre de las familias bien acomodadas peruanas, como era la suya; Eduardo fue enviado a un colegio católico de la ciudad de Friburgo
(Suiza) y cuando aquel colegio no dio satisfacción,
fue cambiado a una escuela protestante, para
seguir después sus estudios en Hamburgo
(Alemania), donde finalmente obtuvo su diploma en
ingeniería de minas en 1894.
Su salud no era muy buena y buscando remedio
a una dispepsia que le hacía padecer encontró
solución en el vegetarianismo, y decidió pasar un
año completo estudiando los remedios naturales,
esto le llevó todo el año 1895.
Regresó a Perú, en 1896, donde se hizo cargo
de la dirección técnica de las explotaciones mineras
de la familia y al mismo tiempo emprendió un trabajo extenso de publicación de obras de vegetarianismo, y de libertad religiosa, con un cierto espíritu
175
Su comentario a la necesidad de situar un responsable
en cada grupo es como sigue: «La experiencia nos ha enseñado que para establecer una obra permanente en
España, es absolutamente necesario que uno o más
obreros, estén definitivamente estacionados en cada provincia donde se comience la obra». Frank S. Bond, «Progress
in Spain», Review and Herald, 25 septiembre 1919, págs.
16-17.
176Frank había presidido las reuniones de Barcelona, tal y
como quedó registrado en Le Messager de septiembre de
1920, pág. 94 y después está de vacaciones: Cf. foto de Frank
Bond y su familia, «now on forlow (ahora de vacaciones)»,
Review and Herald, 21 de octubre de 1920, pág. 8.
177Robert Gerber, «Comité de la Union Latine...», Le
Messager, 1 marzo 1921, pág. 43.
Robinson mismo explicó las circunstancias que condujeron
a su traslado no realizado. Cf. Harold A. Robinson,
30
Aula 7
II. El signo trágico de aquellos años
La historia de la Iglesia Adventista en España está
salpicada de notas trágicas, que marcan la pérdida
de hombres y mujeres de extraordinario valor que
murieron jóvenes y que privaron a su organización
del concurso de sus vidas que hubiesen podido dar
un giro diferente a su acción en España. En la etapa
anterior ya hemos hablado de la muerte de Walter
Bond, de Lola Casals, y de Lope Nicolás, ahora, al
revisar este período, es importante registrar tres
otras muertes, que supusieron una sensible pérdida
para aquella naciente iglesia española.
«Espagne», Le Messager, 15 marzo 1921, pág. 55.
hay constancia del nombramiento, cosa extraña, pero
es fácil que fuese enviado por la Asociación General y que
no dependiese su nombramiento de la Unión Latina, pero
debió ser durante 1920. De forma natural, se instaló en
Barcelona. Robert Gerber, «Comité de la Union Latine...»,
Le Messager, 15 julio 1921, págs. 18-21.
179Frank S. Bond, «First fruits in Madrid, Spain», Review
and Herald, 6 septiembre 1923, pág. 15.
180La correspondencia de Marta Bond con su familia, nos
deja un cuadro triste de su agotamiento, de su insomnio
y de sus depresiones. Sobre todo la carta dirigida ya desde Washington el 11 de marzo de 1924. Era el final de la
carrera de un gran luchador, que estaba rindiendo su último combate contra la muerte, y lo estaba perdiendo.
181A.G. Daniells, «Elder Frank S. Bond», Review and
Herald, 11 diciembre 1924, pág. 22.
178No
DE TIERRA DE
MISIÓN A
UNIÓN IBÉRICA. LA IGLESIA ADVENTISTA DESDE 1903 A 1936
anticatólico que le crearon tantas dificultades que
finalmente tuvo que huir del país en 1906.182
Forga había tenido algún contacto con los
adventistas a través de una revista adventista: El
Faro, que alguien le había enviado mientras estaba en Perú. De vuelta a Europa en 1906, entró en
contacto con los adventistas y aceptó su visión del
Evangelio, y al mismo tiempo se casó con la hermana del predicador que le llevó al adventismo
Hebert Lacey. La hermana se llamaba Margarita
Lacey y se casó con ella el 7 de diciembre de
1906.
A partir de entonces, y teniendo en cuenta su cultura y el conocimiento del español, francés, inglés y
alemán que poseía, los adventistas le ofrecieron trabajar para ellos en la traducción y publicación de
sus libros.
El trabajo le gustó y revisó sobre todo, las pésimas traducciones que los adventistas habían hecho
al castellano, y emprendió su obra magna que sería
la traducción de El Conflicto de los siglos libro que
completó con la adición de un capítulo que hizo preparar por especialistas en la materia sobre la reforma en España.
Hacia 1912, le invitaron a hacerse cargo de la
redacción de la Editorial Española en Barcelona, y
lo dudó mucho, pues tenía la ingrata memoria de la
intransigencia que había vivido en Perú, pero ante
los argumentos de L. R. Conradi, con el que había
ligado una buena amistad, finalmente aceptó aunque su esposa Margarita hubiese preferido seguir
residiendo en Inglaterra.
Un dato curioso de aquella personalidad es que
aunque había aceptado las creencias adventistas,
no se hizo bautizar hasta el 13 de febrero de 1913.
El 13 de marzo de 1913 llega a España183 y serviría como redactor por poco más de dos años, ya
que en 1915 enfermó de una extraña parálisis y llevado enfermo al sanatorio de Gland (Suiza), murió
el 28 de agosto de 1915.184
Hombre rico, no sabemos qué arreglos económicos hizo con la Iglesia Adventista. Alguien afirmó
que se financiaba a sí mismo,185 la realidad es que
la Asociación General en varias ocasiones le fijó un
salario por su trabajo, salario que nos parece más
simbólico que real. A su muerte dejo su fortuna dividida en una mitad para su esposa y la otra mitad, la
dividió en tres partes. Un tercio para Arequipa, un
tercio para el trabajo entre los indios peruanos y un
tercio para el trabajo de la misión peruana.
Aquella pluma ágil y elegante, que ya había colaborado con la revista Señales de los tiempos, en
1911, puso su toque de indudable calidad en las
publicaciones que salían de Barcelona, y desgraciadamente su trabajo quedó truncado demasiado
pronto. Murió a los 44 años.186
182Existe
redactor de la revista.
mejor trabajo biográfico sobre Eduardo Francisco
Forga lo ha realizado Elbio Pereyra, para el Ellen G. White
State. Es un trabajo de 83 páginas, con el título Eduardo
Francisco Forga, The forgotten pioneer from the neglected continent, Washington, 1987.
185María Badenas, en 1965, afirmó que Eduardo Forga no
cobraba nada de la iglesia.
186Frank S. Bond, «Progress in Spain», Review and Herald,
9 diciembre 1915, pág. 13.
Vicent L. Ferrándiz, «Biografía de D. Eduardo F. Forga»,
El Esforzador, 1916, n1 1, pág. 2 (Es la segunda parte, no
se dispone de la primera).
187Robert Gerber, «Necrologie, Santiago Mercado», Le
Messager, 1 Septiembre 1921, pág. 237.
una relación extensa del trabajo en favor de la
libertad religiosa y el vegetarianismo, en la Revista
Adventista, septiembre 1978, págs. 44-45.
183La fecha de llegada de Forga a España, era muy discutida hasta ahora, por no tenerse muchos datos sobre ella. Existían sin embargo algunos rastros, que no eran determinantes:
1. En 1911, ya había colaborado con una traducción de un
artículo titulado «Estudios Bíblicos», de M.E. Steward, Señales
de los tiempos, diciembre 1911, año 3, n1 12, pág. 4.
2. En 1913, traduce otro artículo titulado: «¿Necesitamos
una religión?», Señales de los tiempos, abril 1913, año V,
n1 4, págs. 3-5.
3. Pero la mejor señal de su llegada es que a partir del
número de junio de 1913, desaparece Walter Bond como
B) Santiago Mercado
La siguiente nota trágica, la constituyó la muerte de
Santiago Mercado el 7 de julio de 1921.
Santiago Mercado había nacido en Valladolid el
15 de enero de 1892. A pesar de la muerte prematura de su padre recibió una excelente educación.
En Santander, donde trabajó por un tiempo, se unió
en 1909 a la Iglesia Metodista. Más tarde trasladado a Barcelona, entró en contacto con los adventistas y aceptó el mensaje y fue bautizado en 1912.
Hizo una experiencia en el colportaje desde 1913
hasta 1917, en que fue invitado a trabajar en
Barcelona como obrero bíblico, siendo trasladado
en 1918 a Valencia, donde murió en 1921, después
de tres años de trabajo y de lucha. Una vez más,
muere un joven muy bien educado, brillante, de 29
años de edad, perdiendo la iglesia española, otro
hombre de inmejorable provenir.187
C) María San Nicolás
La muerte de María San Nicolás, el 24 de marzo de
1925, fue una sensible pérdida para la iglesia española. Hija de Lope Nicolás, aquel que fuera el primer
evangelista de la misión española. Nacida el 16 de
septiembre de 1893, estudió en Gland y fue obrera
184El
Aula 7
31
ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
bíblica en Barcelona, en Cartagena, cooperando
con el pastor Pedro Sanz, y en La Carolina (Jaén),
cooperando con el evangelista Antonio José López.
Sufrió como su padre del estómago, y murió como
su padre de un cáncer de estómago, y de la misma
forma que él: al ser operada en Barcelona.188 Se
perdió un miembro más de una familia ilustre, que
ahora quedaba reducida a tres hermanos: uno, pastor en los EE.UU.; otro, médico en el ejército de
Méjico y un último, que residía en Ginebra.189
iglesia adventista española, y de nuevo fue destinado a Portugal donde pasaría los últimos ocho años
de su vida y en este punto comienza la parte trágica
de esta historia, pues murió en Portugal siendo pastor de Oporto a los 36 años de edad, el 4 de mayo
de 1928. Una vez más se malograba un hombre con
futuro, y si bien no pudo nunca trabajar en España,
por no haber querido hacer el servicio militar, no dejó
de ser una pérdida irreparable de un hombre que
tenía delante de sí un brillante futuro.190
D) José Abella
III. Se desarrolla la organización
José Abella nació el 24 de enero de 1892 en
Granyena de les Garrigues (Lérida), y su carrera va
a ser absolutamente excepcional, un ejemplo de
seriedad, de carácter, de precocidad incluso. He
aquí los motivos de semejantes adjetivos.
Siendo aún un jovencito, sus padres se trasladaron a Sabadell (Barcelona), y allí, José Abella asistió como alumno en la escuela que fundaron los hermanos Bond al comienzo de su labor en España.
Los Bond le enseñaron a amar el mensaje adventista, y José Abella, fue bautizado el 29 de junio de
1904 por el pastor B. G. Wilkinson, que entonces
era el Presidente de la Unión Latina, José Abella
tenía en aquel momento 12 años.
Al año siguiente fue a Gland a estudiar para pastor, y terminó sus estudios con 16 años, y fue enviado a Argel (1908) como colportor, quedándose allí
por casi dos años. En 1909, con 18 años fue enviado a trabajar a Lisboa, donde quedó hasta el estallido de la revolución de 1910. Ante la grave situación,
volvió de nuevo a Argelia donde trabajó en varios
lugares.
En 1918, con 26 años se casó con Antonia
Mateu, de cuya unión nacieron cuatro hijos.
Ordenado al ministerio en 1920, será uno de los dos
primeros pastores ordenados españoles (siendo el
otro Pedro Sanz), tenía 28 años lo que le constituye
en el pastor ordenado más joven de la historia de la
A) De obreros itinerantes a pastores locales
A medida que los años pasaban y los adventistas
iban adquiriendo experiencia, se dieron cuenta que
la cultura bíblica del pueblo español era muy escasa como cimiento de una fe religiosa, y que la presión social y moral era enorme sobre cualquiera que
abrazaba la fe adventista. Todo concurría para
hacer extremadamente difícil que una persona
recién bautizada, o un grupo recién organizado,
soportasen todas aquellas dificultades en solitario,
sin tener un líder que les animase, les alimentase
espiritualmente, y estuviese con ellos en los
momentos de dificultad, o de desmoralización.
Por lo tanto, tuvieron que cambiar el concepto
predominantemente protestante de tener pastores u
obreros itinerantes y variar su forma de trabajo,
hacer que los colportores quedasen más tiempo en
un mismo lugar, incluso trabajando de nuevo un
territorio que ya habían terminado, y a los pastores
y obreros, asignándolos a una provincia como máximo y dejándolos durante varios años, para mantener el contacto con los creyentes y la coherencia de
los grupos que organizaban.191
Y así cuando se examina la asignación de los
pastores y obreros, a partir de 1917,192 se puede
observar como un pastor como Pedro Sanz, quedó
durante siete años en Cartagena,193 para tratar de
188En la Revista Adventista Ibérica, Año 1925, n1 2 y 3,
pág. 8, dieron la noticia que venía a examinarse por los
médicos, y a operarse, como le habian recomendado.
189Los miembros que quedaban de la familia eran el pastor Carlos Nicolás en los EE.UU., el Dr. Juan Nicolás en el
ejército de Méjico, y Federico Nicolás que residía en
Ginebra; aparte, claro está, de la madre Clementina García.
Sospechamos que no todos eran adventistas, pero es indudable la calidad de la familia. L.J. Stene, «Necrología»,
Revista Adventista Ibérica, 1925, n1 4-5, pág. 7.
190H. V. Lowe, «Necrología», Revista Adventista Ibérica,
1928, n1 3, pág. 10.
191Frank Bond expresa con toda claridad esta necesidad:
«La experiencia nos ha enseñado que para establecer
un trabajo permanente en España, es absolutamente nece-
sario que uno o más obreros queden definitivamente estacionados en cada provincia donde comencemos el trabajo». Frank S. Bond, «Progress in Spain», Review and
Herald, 25 septiembre 1919, pág. 16.
192El reparto de los pastores en el territorio nacional lo encontramos a partir de 1916, en las siguientes referencias:
1916. La asignación de los pastores se hizo después de
las Asamblea anual que tuvo lugar en Barcelona, los días
1-5 de noviembre de 1916. El Esforzador, 1916, año VI, n1
6, págs. 1-3.
1917. después de la Asamblea del 5 al 10 de julio de 1917.
Frank S. Bond, «Our work in Spain», Review and Herald,
11 octubre 1917, pág. 11.
1925. Después de la Asamblea del 20 al 21 de mayo de
1925. L.J. Stene, «Nuestras conferencias», Revista
32
Aula 7
DE TIERRA DE
MISIÓN A
UNIÓN IBÉRICA. LA IGLESIA ADVENTISTA DESDE 1903 A 1936
compensar el más grande descalabro de todo el trabajo en Levante.194 Vicente García quedó por lo
menos cuatro años en Alicante. José Soler quedó
afectado a Zaragoza durante cuatro años igualmente, y así se podría ir alargando la lista innecesariamente.
Las excepciones, que siempre se tenían que
producir por causa de fuerza mayor, como sería el
caso de un fallecimiento,195 de un problema personal, o de cualquier otro tipo; no hacían más que
confirmar la política de dejar a los hombres el suficiente tiempo para afianzar a las personas, a los
grupos, y darles una estabilidad y un fundamento
del que estaban necesitados. –Este sistema, llegó
con el tiempo a afinarse, y a institucionalizarse, de
forma que los adventistas de manera regular cambian de iglesia a sus pastores, cada cuatro o cinco
años, término de servicio que llegaría a hacerse
una norma general, pero que en tiempos recientes
con las dificultades de encontrar piso, y con el
aumento disparatado de los precios de los pisos en
alquiler, los problemas del traslado de los expedientes académicos de los hijos y el costo del
mismo traslado les ha llevado a alargar de forma
gradual el período de servicio de los pastores en
las diferentes iglesias.
Y como una panorámica general y justo antes de
la guerra civil, se puede ver que los pastores adventistas quedaron distribuidos de la siguiente manera,
cerrando la época del asentamiento definitivo en
España:
Hans Struve, Barcelona; Antonio José López,
Barcelona; Isaías González, Cartagena; Salvador
Iserte, Barcelona; Isidro Aguilar, Madrid; Julio
Miñán, Vigo; Félix Valtueña, Madrid; José Boix,
Zaragoza; Robert L. Odom, La Coruña; Óscar A.
Surcar, Valencia; Enrique Abenia, Zaragoza.196
Adventista Ibérica, 1925, n1 6-7, págs. 1-2, y L.J. Stene,
«Mi visita entre las iglesias», Revista Adventista Ibérica,
1925, n1 11-12, págs. 2-3.
Y así se puede ir viendo la evolución de la estancia de
los pastores y los obreros en los diferentes lugares.
193Pedro Sanz fue invitado a trasladarse a Jérica después
de siete años en Cartagena. Redacción, «Notas varias»,
Revista Adventista Ibérica, 1925, n1 6-7, pág. 8.
194«Nuestro trabajo comenzó en Cartagena en 1910, hacia 1911 teníamos un bonito grupo de creyentes, pero los
obreros eran pocos, y pronto los que estaban destinados
en Cartagena fueron llamados a otros lugares. Entonces
alguno de los miembros se mudaron de Cartagena y con
el tiempo la mayor parte de los que quedaban abandonaron
la fe». Frank S. Bond, «Progress in Spain», Review and
Herald, 25 septiembre 1919, pág. 16.
195El caso obligado es el producido por el fallecimiento de
Santiago Mercado en Valencia que obligó a cambios forzados por las circunstancias.
196La primera lista de los traslados realizados en 1933, la
encontramos en la Revista Adventista Ibérica, mayo 1933,
n1 5, pág. 5, la nota está redactada por Robert Gerber.
Pero después en la practica hubo variantes en aquellos
traslados, por lo que es necesario complementarla con la
nota publicada en la Revista Adventista Ibérica, Redacción,
«Noticias de la Obra en España», Revista Adventista Ibérica,
noviembre 1933, n1 11, pág. 7.
197Del bautismo de las 21 personas. Frank S. Bond,
«Spain», Review and Herald, 16 diciembre 1915, pág. 14.
Para la distribución de aquellos bautismos y sobre todo
la identificación de dos de ellos como bautismos de
Zaragoza, Frank S. Bond, «Progress in Spain», Review
and Herald, 9 diciembre 1915, pág. 13.
198En la sesión de aquella Asamblea del día 5 de noviembre quedó registrado que en el momento en el que se permitió que cualquier miembro hiciese preguntas: «El hermano Iserte pide que se mande un obrero a Madrid. El
hermano Tièche promete hacer lo posible para mandar un
obrero a Madrid cuando haya. Mientras tanto, el hermano
Iserte continuará su obra misionera, que viene realizando
hace bastante tiempo». Vicent L. Ferrándiz, «Conferencias
Anuales Españolas celebradas en Barcelona los días 1 a
5 de Noviembre de 1916», 40 sesión (día 5 de Noviembre),
El Esforzador, 1916, n1 6, pág. 2.
199Redacción, «Notas varias», Revista Adventista Ibérica,
1925, 2-3, pág. 8.
B) La penetración hacia el centro de la Península
El trabajo de los colportores, como era habitual en
la forma de actuar de los adventistas, iba a permitirles iniciar la penetración hacia el centro de la
Península. La primera vez que se puede observa r
un resultado tangible será en 1915, cuando por primera vez se registró, en el momento de la
Asamblea, realizada aquel año a finales de agosto,
el bautismo de dos personas de Zaragoza, que formaban parte de los 21 bautismos que Frank Bond
pudo informar al final del año.197
En lo que se refiere a Madrid, el trabajo en la
capital había comenzado “hacía bastante tiempo”
en 1916, por un colportor, Salvador Iserte (padre), y
llegadas las asambleas de aquel año, este hombre
reclamó que le enviasen un pastor, y a su interpelación le respondió el Presidente entonces de la
Unión que se lo enviarían cuando hubiese uno disponible.198 Habría que esperar hasta 1922, para
que Frank Bond mismo y no en las mejores condiciones físicas, como se ha tenido ocasión de ver,
emprendiese un trabajo serio en la capital. Y no
sería hasta el establecimiento de Hans Struve (un
alemán) en Madrid en 1924 que la iglesia tomaría
cuerpo y recuperaría el pulso, ya que este pastor,
aunque todas las referencias que se tienen de él, es
que era muy autoritario, nadie le niega, que era un
trabajador infatigable; y para el año siguiente, 1925
se produjeron los primeros seis bautismos y a partir
de entonces la presencia de los adventistas en la
capital se haría constante y relevante.199
Aula 7
33
ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
C) Las publicaciones hasta la guerra civil
El año 1915 vino con una cierta ampliación, en el
terreno del colportaje, de la influencia del campo
español hacia Argelia, donde la existencia de núcleos de españoles había hecho útil la presencia de
José Abella. Ahora se añadieron W.A. Hancock, pastor que trabajaba en español y Antonio José López
que colportaba. Las visitas de John L. Brown fueron
bien apreciadas y aprovechadas. España surtía a
Argelia de hombres y de material impreso.200
Por otro lado en España, la siembra de miles de
ejemplares de la revista Señales de los Tiempos,
empezó a darles su fruto, y así en Tarragona, en
Lérida, en Albacete y en Zaragoza, comenzaron a
haber observadores del sábado que reclamaban ser
visitados. Demasiado trabajo para el único pastor
ordenado que en aquel momento había en toda
España.201
En el mes de julio de 1915 se hacía el relevo
entre John L. Brown, el hombre que había organizado el colportaje en España de forma eficiente y
productiva y Harold A. Robinson, el nuevo director.
Robinson desembarcó en Cádiz, visitó a Frank
Bond en Alicante, asistió a la Asamblea anual y fijó
su residencia en Barcelona, porque además de ser
el director de publicaciones iba a ser también el pastor de aquella iglesia.202
La Unión Latina hizo entonces los arreglos definitivos para que L.E. Borle, que no había podido instalarse en Barcelona a causa de la guerra, viniese
esta vez a organizar la editorial.203
El colportaje siguió a buen ritmo en las ventas:
En 1916 se vendieron 36.965 pesetas y era el fruto
del trabajo de 21 colportores.204
Con el año 1916, murió la revista El Esforzador.
Faltos de medios económicos para sostenerla, y no
queriendo aumentar su precio, prefirieron dejar de
publicarla, y recomendaron a todos la suscripción a
la Revista Adventista editada en Argentina.205
El año 1917, que había sido el año de la reorganización del trabajo pastoral en España, también se
reorganizó el trabajo de los colportores. Los colpor200H.B.
Robinson, «Por España y África», El Esforzador,
1916, n1 1, pág. 3.
201Frank S. Bond, «Spain», Review and Herald, 15 julio
1915.
202Harold A. Robinson, «Getting started in old Spain»,
Review and Herald, 9 diciembre 1915, pág. 13. Frank S.
Bond, «Despedida y enhorabuena», El Esforzador, 1915,
n1 4, pág. 4.
203Frank S. Bond, «Espagne», Le Messager, septiembre
1915, pág. 78.
204Vicent L. Ferrándiz «Conferencias anuales españolas, celebradas en Barcelona los días 1 a 5 de noviembre
de 1916», El Esforzador, 1916, n1 6, págs. 1-2.
205Vicent L. Ferrándiz, «Un buen amigo se despide», El
34
Aula 7
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
tores tuvieron que aprender a desenvolverse, no
solo en las grandes ciudades sino también en las
medianas y en las pequeñas, y a volver a trabajar el
mismo territorio con el mismo libro, lo que indudablemente les permitió recorrer menos territorio y a
permanecer más tiempo al lado de sus posibles
simpatizantes o interesados en la fe adventista, con
las indudables ventajas que esto tenía en la solidez
de su trabajo. Una novedad para los colportores fue
la edición del libro Heraldos del Porvenir que empezó a venderse a principios de año.206
Cuando llegó el año 1918, se hizo balance de lo
realizado desde la reorganización del colportaje en
1911, y los resultados no podían ser más animadores. En aquellos ocho años se había vendido literatura adventista por un importe equivalente a 58.386
dólares, y de esta cantidad se había vendido más
en 1918 que durante ningún año anterior a pesar de
las huelgas, de los disturbios sociales, y del aumento del costo de los libros. La cifra exacta de las ventas en 1918, fue el equivalente de 12.212 dólares207
Y como un caso representativo de los problemas
encontrados por los colportores queda registrado el
incidente de Aldrich detenido cuando presentaba
sus libros a un jefe de la Guardia Civil. Detenido y
enviado a Barcelona acusado de repartir propaganda bolchevique. Con la intervención de los dirigentes de Barcelona y previa presentación de las pruebas de que la literatura que llevaban no era bolchevique sino religiosa, Aldrich fue dejado libre, pero
cuando volvió al cuartel de la Guardia Civil donde
había sido detenido para recoger sus libros, alguien
había introducido entre las hojas de su presentador
una hoja de propaganda bolchevique. Cuando
Aldrich se dio cuenta por casualidad, se negó a recibir sus cosas de aquella manera, y frente a su firmeza, retiraron la hoja y pudo quedar zanjado el
problema. 208
La lista de los problemas causados por el fanatismo se hace interminable: prohibiciones de vender, pretensión de cobrar una patente muy elevada
como disuasión, avisos en los periódicos, clientes
que fueron obligados a quemar los libros que habíEsforzador, 1916, n1 6, pág. 3.
206Harold A. Robinson, literalmente escribió: «Desde hace
poco hemos descubierto que se puede hacer un trabajo
tan bueno en las ciudades pequeñas como en las grandes,
y algunas veces con más éxito. El año pasado trabajamos
setenta y dos de estas ciudades. En siete lugares donde
hemos vuelto a trabajar con el mismo libro, cuatrocientos
noventa y un ejemplares fueron entregados a la gente, por
un valor aproximado de 1.000 dólares». Harold A. Robinson,
«Gospel Work in Spain», Review and Herald, 12 abril 1917,
pág. 17.
207Harold A. Robinson, «Succes with our literature in Spain»,
Review and Herald, 1 mayo 1919, pág. 27.
208Ibídem.
DE TIERRA DE
MISIÓN A
UNIÓN IBÉRICA. LA IGLESIA ADVENTISTA DESDE 1903 A 1936
an comprado, etc. Y sin embargo, la mayor parte de
las veces, aquellos hombres vendían y vendían
bien, y con su sistema de venta a domicilio, no hay
duda de que conseguían hacer su trabajo que ellos
llamaban misionero.209
En aquellas fechas se instauró la costumbre, que
ha llegado hasta nuestros días, de realizar una vez
por año, lo que llamaron, La Semana Grande, una
semana en la que los pastores, los colportores y los
miembros laicos de la iglesia, se dedicaban a vender libros y revistas de forma intensiva y su beneficio se dedicaba a un objetivo misionero concreto: un
colegio, construcción de una capilla, etc. Este
esfuerzo además de procurar medios económicos,
permitía entrar en contacto con diferentes personas
y por lo tanto era un medio de evangelización.210
Una pequeña novedad, pero de importancia para
los españoles, fue que por primera vez, en 1920 se
nombró un director de colportores hispano, se trataba de Fernando Martínez,211 un chileno, según se
puede deducir.
Y como muestra de lo que seguía siendo el colportaje durante el período que nos ocupa, entresacamos un comentario hecho por L. J. Stene en
1925, en la Revista Adventista: “España ha demostrado también ser un campo bueno para el colportaje este año. Nuestros fieles colportores, dirigidos por
Bert B. Aldrich, han vendido por valor de 75.258,50
pesetas, lo cual es bastante bueno, considerando
los pocos colportores que había y la escasez de
territorio para venta del Guía. Haciendo comparaciones, vemos que no hay otro campo en toda la
Unión Latina que venda por cantidades tan considerables como la Misión española.”212
D) La Editorial
Como ya se ha mencionado antes, en 1915, a pesar
de los problemas que planteaba la Primera Guerra
Mundial, se pudieron hacer los arreglos necesarios
209Harold A.
Robinson, «La obra de colportaje en España»,
Revista Adventista Argentina, 30 enero 1919, pág. 14.
210Harold A. Robinson, «The big week in Spain», Review
and Herald, 13 noviembre 1919, pág. 14.
211A. Vaucher, «9e. session de la Union de Conferences
de la Europa Latine»”, Le Messager, julio de 1920, n1 7,
pág. 67.
212L.J. Stene, «Resumen del informe del Superintendente»,
Revista Adventista Ibérica, 1925, n1 6-7, pág. 2.
213Frank S. Bond, «Espagne», Le Messager, septiembre
1915, pág. 78.
214No se dispone de ningún rastro de su nombramiento como tesorero, pero tenemos la confirmación de su primera
actuación como tal en el informe de la 80 sesión de la Misión
Española, realizada en Barcelona, del 30 de junio al 4 de
julio de 1920, dice literalmente: «...y después el Tesorero
de la Misión el hermano Robert Gerber, presenta su informe...» Por lo tanto era Tesorero de la Misión y no solo
para la instalación de L. E. Borle en Barcelona, para
que se hiciese cargo de todo el trabajo editorial en
España.213 Un año más tarde en 1916 llegaba a
Barcelona Robert Gerber, como Tesorero del campo
español214 y al mismo tiempo administrador de la
naciente casa editora.215
En la Asamblea de 1920, se había hecho una
petición de maquinaria de imprenta para la casa
editora de Barcelona,216 y aprovechando la circunstancia de que se había montado una casa editora en Francia que serviría de material impreso a
todos los países de lengua francesa, se tomaron
decisiones de mucha importancia para la casa editora española: En primer lugar pedir una ayuda de
20.000 dólares a la Asociación General: 10.000 en
1922 y otros 10.000 en 1923, para fundar una casa
editora en España. La cuestión de donde se establecería se dejaba a la decisión del Consejo de la
Unión. La maquinaria de imprenta de Gland, después que dejase de ser necesaria en Gland, sería
transferida a España, y finalmente se invitaba al
contramaestre tipográfico de la Review and Herald,
para que se hiciese cargo de la casa editora en
España.217
De estos acuerdos, no existe registro de por qué
no se llevaron a término, pero la realidad es que
nunca existieron talleres de imprenta en España. La
casa editora española, siempre encargó sus trabajos a otros talleres de imprenta, cosa que con el
tiempo sería una verdadera ventaja.
La casa editora, tomó el nombre de Editorial
Española, con el que sería conocida por unos cuantos años.218
La Editorial Española se trasladó a Madrid, tomó
el nombre de Editorial Señales de los Tiempos y su
dirección fue la misma que la de la Unión Ibérica:
Covarrubias, 28 y el Apartado 4078, de Madrid.219
El nombre volvió a cambiarse en 1933 pensando
que Editorial Española, ayudaba a los colportores
más que Editorial Señales de los Tiempos, que
administrador de la Editorial, como se indica en la Revista
Adventista de septiembre de 1978, pág. 47.
215Notas de la Señora Elena Gerber al pastor Ángel Codejón
con fecha 13 de febrero de 1970. Pero nos parece que debió ser Tesorero y Administrador, tal como hemos indicado.
216F. Martínez, «8ème. session de la Mission Espagnole...»,
Le Messager, septiembre de 1920, pág. 96.
217Robert Gerber, «Comité de l’Union Latine...17-21 janvier 1921», Le Messager, 1 marzo 1921, pág. 44.
218Harold A. Robinson, «La obra de publicaciones en
España», Revista Adventista Argentina, 8 noviembre 1923,
pág. 7.
219Robert Gerber, «Avisos», Revista Adventista Ibérica.,
1929, 1, pág. 6. para el traslado a Madrid.
Robert Gerber, «Asamblea del Comité de la Unión Ibérica»,
Revista Adventista Ibérica., 1929, n1 2, pág. 8, para el cambio de nombre de Editorial Española a Editorial Señales de
los Tiempos.
Aula 7
35
ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
podría sonar mal en oídos no acostumbrados a un
lenguaje bíblico.220
IV. Los problemas en tiempos de Primo de
Rivera (1923-1930)
Los planteamientos jurídicos son los mismos que en
la época anterior, no hay ningún cambio en la tolerancia de los cultos no católicos; sin embargo, del
examen de la documentación adventista se desprenden tres rasgos, que, al mezclarse, harán que
esta época sea en, algunos aspectos, distinta de la
anterior.
En primer lugar, es evidente que existía una presión social enorme. Esto no era nuevo, pero los incidentes que se producen en esta época, lo resaltan
de forma especial. Asistir a aquellas reuniones,
estudiar la Biblia con un extranjero que por añadidura era protestante, o hacerse adventista, suponía
resistir una presión enorme del medio ambiente.
El “¡qué dirán!” era una presión real, de la que
nadie podía escapar, y que sobre todo en los lugares pequeños, alcanzaba lo moral, lo económico y lo
físico; afectaba a la familia, al trabajo, a la actividad
social normal, a los amigos y vecinos, etc.
Nos parece evidente que hacía falta una buena
dosis de valor para hacerse adventista en aquella
época. Este rasgo de independencia moral será, por
otro lado, uno de los indudables valores de toda
minoría, y si se tiene en cuenta las dificultades que
la creencia adventista supone, en cuanto a la observancia del sábado o a la abstención del tabaco y del
alcohol, junto con la abnegación requerida en cuanto a los diezmos y ofrendas, es indudable que era
necesaria una profunda convicción y estar dispuesto a consentir muchos sacrificios; luego, no cuesta
trabajo intuir que el grupo gozase de una enorme
riqueza moral y social.
En segundo lugar, si hay un rasgo distintivo de la
época, este consistirá en que los periódicos se ocupan de los adventistas en una mayor medida. Son
noticia por su celo misionero, por su presencia en
las calles y en los domicilios. Este “encontrarse a los
adventistas hasta en la sopa”, que va a ser una
corona orgullosamente ceñida por este grupo religioso en aquella época y así lo encontramos documentado en su literatura. –Es una característica que
en épocas más recientes, les han arrebatado otras
denominaciones, como por ejemplo los testigos de
Jehová o los mormones, por mencionar algunos;
220Robert
Gerber, «Comité de la Unión Ibérica», Revista
Adventista Ibérica., 1933, n1 4, pág. 9. El texto dice literalmente: «Creyendo facilitar la obra del colportaje en España,
decidimos dar nuevamente el nombre de Editorial Española,
36
Aula 7
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
mucho más activos que ellos. Y no hay duda que
algún día, bien valdrá la pena hacer un estudio serio
sobre las causas que han “ablandado” ese celo
misionero.
Y en último lugar, el que la justicia emplease el
recurso a la multa en cuestiones de conciencia, es
realmente una primicia en la historia que nos ocupa.
Las multas, a partir de ahora, serán, por una
parte, el reconocimiento de una desobediencia
social que tiene como fondo la imperiosa necesidad
de obedecer a la conciencia, y que como tal no
admite limitaciones, sobre todo en un país cristiano,
en el que los adventistas se saben diferentes únicamente en ciertas peculiaridades, pero en el que hay
un inmenso bagaje cristiano común. Y en el lado de
las autoridades, es evidente que supone, en primer
lugar, una falta de comprensión de sus límites,
cuando se trata de la libertad de conciencia, y en
último lugar un reconocimiento de su incapacidad
para hacer frente al problema, que les desborda y
para el que no tienen otra medida que probar la
coacción. El “es necesario obedecer a Dios antes
que a los hombres” (Hechos 5: 29), ha sido mal
entendido muchas veces por el que gobierna, y lo
entiende menos cuanto más dictatorial es su poder.
Pero hemos de detallar, aunque agrupados, los
problemas de la época.
A) La presión del medio ambiente
1. Empujaba, algunas veces, a leer en secreto
Estamos en 1925. Un cliente de Aldrich –Aldrich era
un norteamericano jefe de colportores entonces–
que vivía en un pueblo cerca de los Pirineos, había
comprado el Guía práctica de la salud dos años
atrás, y en el momento en que Aldrich relata, le presentó el libro Heraldos del Porvenir –libro directamente religioso–. A aquel señor le gustaría comprarlo pero le comentó que si se supiese en el pueblo, sería el cierre de su negocio. “El cura manda en
este pueblo”, le dijo. Añadió además, que sentía
profundamente la situación atrasada de intolerancia
y superstición que existía en aquel pueblo. Cuando
Aldrich se iba a marchar decidió al fin adquirirlo para
leerlo en secreto.221
El incidente resulta una muestra de la presión
social, a veces insoportable, que atenazaba la libertad personal no solo de información, sino también
de realización y de decisión.
en vez de Editorial Señales de los Tiempos, a nuestra casa
de publicaciones y esto a partir del día 1 de julio de este año».
221Bert B. Aldrich, «Our Literature in Spain», Review and
Herald, 24 diciembre 1925, pág. 21
DE TIERRA DE
MISIÓN A
UNIÓN IBÉRICA. LA IGLESIA ADVENTISTA DESDE 1903 A 1936
2. Causa problemas a Pedro Sanz en Jérica
Pedro Sanz, era un hombre pintoresco, aragonés,
muy duro, un típico protestante acerado en sus afirmaciones, que cuenta como en Jérica, el
Ayuntamiento y el cura, le causaban problemas,
mientras trataba de arreglar un local para tener los
servicios religiosos y las reuniones públicas de propaganda de su fe. Afirmaba que esas dificultades no
le arredraban. Al fin consiguió el permiso del Alcalde
y terminó los arreglos que estaba haciendo.
3. Y se muestra violento en un entierro en
Rubielos de Mora
Pedro Sanz vuelve a contarnos, como en Rubielos
de Mora mientras se realizaba el entierro de una
creyente adventista al que asistían muchas personas y que él mismo dirigía, vino el cura con un grupo
de hombres. Al avanzar el cortejo fúnebre hacia el
cementerio, el cura a voz en grito, pidió a las mujeres que asistían al entierro que se quitasen las mantillas, pues no podía consentir que las mujeres que
asistían a un acto protestante las llevasen. Algunas
se las quitaron, otras no le hicieron caso. “Se ve la
influencia y el poder que ejercen los sacerdotes
sobre las gentes de estos pueblos.”222
Si llevar la mantilla, era el reconocimiento de
asistencia a un acto religioso; en los tiempos actuales, cuesta trabajo entender la orden del cura de
Rubielos de Mora, pero si llevar la mantilla era por
asistir a un entierro y por tanto únicamente representaba una manifestación de respeto a la persona
muerta, su orden tiene menos explicación todavía.
Lo cierto es que de aquella manera se deseaba
marcar la condena de una creencia, y una vez más
lo único que se demostraba era la enorme presión
social que ejercía el cura del pueblo. No hemos de
olvidar que estamos en el año 1927.
era que no pasaban muchos días sin que recorriesen las calles del pueblo, o rosarios o procesiones.
Esto obligaba a los adventistas a ir por la calle sin
nada en la cabeza y así no estar obligados a descubrirse cuando se encontraban con una procesión.
Y da los nombres de varios miembros de la comunidad: Félix Górriz, Manuel Badenas y Rufino
Badenas, que ya habían sido llevados a los tribunales de justicia y tuvieron que pagar crecidas multas,
por el mero hecho de no hacer caso, es decir de no
descubrirse la cabeza al pasar cerca de alguna procesión, a pesar de ser invitados a hacerlo.223
C) Lo que pudo ser el primer problema registrado en el ejército
Pedro Sanz, dos años más tarde, (1929) y en el
mismo Jérica, se quejaba diciendo que aquella ciudad era el sitio más oscuro de todos los que había
trabajado en España, afirmación a todas luces exagerada, porque él mismo no había trabajado en
muchos sitios, y porque se retiró prematuramente;
pero que pone de relieve, un ambiente pueblerino
de un catolicismo integrista. Y la razón de su queja
El ejército, por su manera de concebir la obediencia,
elemento fundamental, cuando se puede tratar de
enviar hombres al combate y a la muerte, entendió
muy mal las objeciones de conciencia. Al militar
siempre le parece intolerable que alguien se resista
a obedecer en nombre de problemas morales o religiosos, que con demasiada frecuencia le pueden
parecer excusas para no cumplir con una orden que
puede representar riesgos, pero que en el planteamiento militar debe ser obedecida sin tener en cuenta las consecuencias personales. Si eso no fuese
así, si en el ejército se pudiesen discutir las órdenes, el cimiento sobre el que el ejército está construido se derrumbaría. Esto hay que entenderlo para
comprender la larga lista de problemas que el ejército va a darles a los adventistas, o lo que es lo
mismo, la larga lista de problemas que el ejército va
a tener con los adventistas. Pero ocupémonos del
caso concreto ocurrido en 1927.
Un joven de Lérida (que por indicios pudiera su
nombre Manuel Balué), estaba haciendo el servicio
militar. Tenía el sábado libre porque al ser soldado
de cuota trabajando dos horas diarias en el taller de
carpintería, le dejaban el sábado libre. Cuando llegó
el día del Corpus y por no tener soldados suficientes, convocaron a todos los efectivos del cuartel
para cubrir la carrera por donde había de pasar la
procesión, incluido nuestro joven, que a pesar de
sus protestas y objeciones no tuvo más remedio
que ir.
Podemos imaginarnos al pobre soldado pensando en el problema que se le venía encima si no rendía honores en la procesión, tal y como se le había
ordenado. Y cual no sería su asombro, cuando ve
222Pedro
223Pedro
B) El bombardeo de las multas
Sanz, «La obra en Jérica, Rubielos de Mora,
Nogueruelas y Valencia», Revista Adventista Ibérica, 1927,
n1 3, págs. 5-6.
Sanz, «Jérica», Revista Adventista Ibérica, 1929,
n1 1, págs. 8-9.
Aula 7
37
ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
como cuando la procesión estaba a ciento cincuenta metros de donde él se encontraba, se desencadenó una tremenda tormenta que disolvió la procesión y su problema. No podemos menos que comprender que para él, aquello fue una providencia
divina para librarle.224
D) Los conflictos que producía El Conflicto de
los siglos
El libro El Conflicto de los siglos de la autora Ellen
G. White, editado en España en 1927, es un libro
que pertenece a una serie que se conoce con el
mismo nombre genérico de El Conflicto de los
siglos. En esa serie de siete volúmenes la autora
presenta el gran conflicto entre Cristo y Satanás,
y que por lo tanto sigue en paralelo y en muchos
aspectos como un comentario, la historia de la
redención, desde el origen del mal, pasando por la
rebelión del hombre en el Edén, y terminando en
la segunda venida de Cristo, que según los adventistas establecerá el reino de Dios en una tierra
nueva y un cielo nuevo. La parte de esa historia,
cubierta por el libro que nos ocupa, comienza con
la destrucción de Jerusalén, tomándola como lo
hace el Evangelio, como una figura de los acontecimientos futuros, y avanza en la historia de la
iglesia cristiana describiendo el progreso del
papado durante la Edad Media, indudablemente
desde el punto de vista protestante, y muestra a
continuación la Reforma, la Revolución Francesa
y sus consecuencias religiosas, para adentrarse
finalmente en el despertar adventista del siglo
XIX. Y acabar dando una visión de lo que podrían
ser los acontecimientos finales de la historia de
este mundo, y una panorámica del reino futuro.
Es innegable que aunque el objetivo del libro
no pretenda ser polémico, hay en los capítulos
que se refieren al papado, conceptos que pueden
chocar y producir reacciones por los comentarios
desfavorables que se hacen de la Iglesia Católica,
y esos comentarios cuando se publicó el libro en
1927, en una España, muy poco acostumbrada a
la menor discrepancia religiosa, nos explicarían
las reacciones que a continuación nos cuentan los
hombres que lo vendían, y que sin duda alguna
eran considerados como los “héroes” de entre
todos los colportores de la época, por el valor que
hacía falta para venderlo y por las experiencias
que vivían.
224Victor E. Dietel, «El día del Corpus», Revista Adventista
Ibérica, 1927, n1 4, pág. 8.
225Isaías González, «La venta del Conflicto en Castilla»,
38
Aula 7
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
1. Las peripecias vividas por Isaías González
Isaías González al llegar en 1928 a Zamora nos
recuerda como cuando visitó en 1924 aquella ciudad, nada más llegar, fue detenido y expulsado de
forma expeditiva. Ahora, las cosas habían cambiado, tuvo la colaboración de las autoridades, y pudo
hacer su trabajo sin ninguna dificultad.
Pero no en todos los sitios fueron las cosas tan
fáciles, porque nada más llegar a León, fueron detenidos y pasaron la noche en un calabozo en el que
no había más silla ni más cama que unas tablas.
Felizmente al día siguiente el Comisario consultó
con el Gobernador y este les concedió la libertad
para realizar su trabajo.225
2. Un colportor detenido por algunas horas,
Froilán Abella
El mismo año 1928, cuando el joven colportor
Froilán Abella que se encontraba en Azpeitia, fue a
recoger dos paquetes de libros a la oficina de
Correos, al salir con aquellos paquetes de libros,
sintió que alguien le tiraba de la chaqueta. Era un
guardia que quería saber qué llevaba. Al decirle que
llevaba libros, quiso verlos y cuando ojeó El
Conflicto de los siglos, descubrió que se trataba de
un libro protestante, y entonces enojado hizo comparecer al colportor delante del Alcalde. Menos mal
que el Alcalde era un hombre comprensivo que
finalmente puso su sello de aprobación en un compendio de la obra, que para presentarla llevaba
Abella y el incidente terminó felizmente.226
Estos incidentes terminados de forma inocua, y
hasta amable, no dejan de mostrar las dificultades a
las que debieron hacer frente aquellos jóvenes, con
libros que tenían un definido carácter religioso.
E) Las reuniones públicas, casi una lotería
El sistema que empleaban los adventistas de buscar
enseguida un local o salón, donde poder tener sus
reuniones públicas, fue un problema que plantearon
a las autoridades locales que tuvo muy diferentes
soluciones, dependiendo muy claramente del lugar
donde se plantearon, porque es muy posible que
fuese en esa autorización donde, en primer lugar
más se atentaba contra la discreción que se pedía a
cualquier grupo disidente, y por otro lado, porque la
autoridad correspondiente podía ejercer mejor su
Revista Adventista Ibérica, 1928, n1 3, pág. 4.
226Froilán Abella, «Mi primera práctica en el colportaje»,
Revista Adventista Ibérica, 1928, n1 5, pág. 7.
DE TIERRA DE
MISIÓN A
UNIÓN IBÉRICA. LA IGLESIA ADVENTISTA DESDE 1903 A 1936
albedrío, por eso las decisiones no obedecieron a
una política nacional, sino al talante del que debía
autorizar. Y comprendemos además muy bien, por
qué en Madrid encontraron más dificultades. En la
capital todo se hacía más evidente, y esto obligaba
a las autoridades a ser más cuidadosas.
1. En Madrid existieron muchas dificultades
Así como en Barcelona, no hubo nunca problemas
para alquilar un local y conseguir el permiso para
realizar reuniones, en Madrid: “La obra ha progresado lentamente y hemos tenido que afrontar
muchos y difíciles problemas. Ha sido muy difícil
Madrid por causa de las muchas restricciones en
cuanto a las reuniones públicas”.227
2. En Valencia Vicente Juan no tuvo problemas
Vicente Juan García, que era el obrero bíblico responsable de la iglesia de Valencia y recientemente
enviado a la capital del Turia, informaba que ya
estaba establecido en la bella capital, que había
buscado un local, que ya tenía uno y que las autoridades no le habían puesto ninguna dificultad para
abrir un salón evangélico.228
3. Dificultades en Santa Cruz (La Coruña)
El equipo de Galicia, compuesto en aquel tiempo por
el pastor Hans Struve y el pastor Isidro Aguilar,
comenzaron una serie de reuniones en el pueblecito
de Santa Cruz (La Coruña) en un local que normalmente se usaba como salón de baile, que además les
había sido cedido gratuitamente y al que asistían unas
cien personas. Ese éxito inicial, despertó la oposición
del cura, que según palabras de ellos mismos, “no
paró hasta que consiguió que les prohibiesen seguir
haciendo las reuniones en un lugar público”, y se vieron obligados a alquilar una casa para poder continuar
las reuniones en un lugar “privado”.229
F) Los adventistas son noticia en los periódicos
1. La Luz de Astorga
Isaías González, al contar sus experiencias en la
provincia de León, hace referencia a que cuando
visitaron Astorga, los periódicos, y más en concreto
el periódico La Luz de Astorga publicó artículos
227L.J.
Stene, «Las asambleas de la Unión», Revista
Adventista Ibérica, 1928, n1 5, pág. 2.
228Vicente J. García, «Valencia», Revista Adventista Ibérica,
1929, n1 1, pág. 8.
229J. Struve e Isidro Aguilar, «El Mensaje Adventista en
Galicia», Revista Adventista Ibérica, 1929, n1 3, pág. 11.
calumniosos en los que se pedía al Sr. Alcalde, que,
“examine y castigue tan pestilente propaganda”.230
2. El Diario de Lérida.
“Aviso urgente y muy importante. Dos individuos
que se dicen misioneros recorren los domicilios
recogiendo donativos... –El diario implora a los fieles que– no se dejen engañar por los enemigos más
terribles que en las misiones tiene el misionero católico.”231
3. El Ideal Gallego de La Coruña.
“La propaganda protestante. Excesos que es necesario corregir.” El artículo hablaba de las visitas
hechas por enviados de algunas sectas (de los protestantes), que entregando unas revistas pedían
limosna para misiones. “Por nuestra parte damos la
voz de alarma y recomendamos a los católicos se
abstengan de contribuir a tales subscripciones. En
todo caso deben exigir la intervención de la legítima
autoridad eclesiástica, y si los atrevidos peticionarios se presentan en sus casas, llamen por lo pronto a un guardia para que se haga cargo del propagandista de las misiones protestantes y lo conduzca a la presencia de la autoridad correspondiente.”232
Tanto el Diario de Lérida, como El Ideal Gallego,
se referían al momento en que los adventistas visitaban los hogares en la campaña que se conoció
entre ellos como La Recolección Otoñal, y que era
una campaña para recoger fondos para las misiones y las obras asistenciales adventistas, esa campaña, se llamó más adelante la Campaña Anual,
porque se podía recoger en otro momento del año
que no fuese el otoño y con ese nombre ha llegado
hasta nuestros días.
4. El Ideal Gallego de La Coruña
“Propaganda Protestante. Tenemos a la vista una
invitación para asistir a los cultos adventistas que se
celebran en las fechas que se fijan en determinado
lugar de esta ciudad. Tarjetas semejantes a la aludida fueron enviadas a los domicilios de algunos católicos coruñeses. Uno de ellos nos facilita el ejemplar
a que nos referimos.
”Los cultos disidentes se hallan tolerados en
España, y es evidente que no entra en la tolerancia
230Isaías González, «La venta del Conflicto en Castilla»,
Revista Adventista Ibérica, 1928, n1 3, pág. 4.
231Redacción, «Astillas», Revista Adventista Ibérica, 1929,
n1 6, pág. 10.
232Robert Gerber, «Algunas noticias y otras cosas», Revista
Adventista Ibérica, 1929, n1 6, pág. 12.
Aula 7
39
ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
la propaganda llevada a las casas de los católicos.
Nos dirigimos a las autoridades para que se ponga
coto a los entusiasmos proselitistas de cierto señor
extranjero, (se refiere a Hans Struve), que es el propulsor del adventismo. Sería lamentable que su
exceso de celo diera origen a incidentes, siempre
desagradables.”233
Es curioso el indudable tono amenazador que
tomó el artículo en su final, y cómo se le recordaba
a aquel pastor extranjero que su religión estaba únicamente tolerada.
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
VI. La Unión Ibérica
A principios de 1920 se había inaugurado una
escuela primaria en Barcelona, el maestro era
Jaime Soler.234 Cuando llegó la Asamblea de aquel
año, celebrada en la Casa del Pueblo de Barcelona,
los días 30 de junio al 4 de julio, los delegados considerando que podía ser un medio de evangelización se comprometieron “a darle todo el apoyo
moral y material necesario para asegurar su
éxito”.235 Aquella pequeña escuela que no sabemos
donde estaba situada en Barcelona, significó un
tímido principio de una obra en el ámbito de la educación, un ideal para la Iglesia Adventista; pero no
únicamente un ideal misionero, sino un principio
fundamental de la filosofía adventista en cuanto a la
educación de sus hijos.
La escuela de Barcelona, que se había fundado
como escuela de la Misión, sin ninguna participación de la iglesia local, y que tenía como prioridad el
trabajar con niños no adventistas, era indudable que
no respondía totalmente a los objetivos de una
escuela adventista propiamente dicha. Cualquier
escuela adventista debe tener, según la filosofía de
esta iglesia, dos objetivos: educar a los niños de la
propia iglesia, y al mismo tiempo servir a la comunidad en la que está ubicada. Así que se decidió en el
Comité de la Unión reunido en Collonges (Francia)
del 14 al 16 de junio de 1921, que aquella escuela
se reorganizase de forma que uniese los dos objetivos, como escuela primaria y eventualmente como
escuela secundaria y se pidiese un maestro a la
Asociación General como director de la misma.236
Era un humilde principio que tardaría en concretarse en un sistema educativo adventista español.
Habría que esperar a años más tardíos.
La Primera Guerra Mundial que tanto había estorbado en el desarrollo de la Iglesia Adventista en
Europa, finalmente había concluido y por primera
vez, después de la conflagración se pudo celebrar
una Sesión, la 90, de la Unión de Asociaciones de
Europa, en Ginebra, del 15 al 20 de junio de 1920.237
En aquella sesión se discutió el problema que
representaba en la Unión las diferentes lenguas y la
posible desventaja para los campos que no eran de
lengua francesa. Por primera vez se pensó en una
solución para Italia, España y Portugal, como sería
que dependiesen directamente de la Asociación
General. Aquella no parecía ser una buena idea,
pero con el tiempo, conduciría a la de hacer de
España y Portugal una unión separada. La idea no
estaba madura y fue remitida a la próxima
sesión.238
José Abella y Pedro Sanz, fueron propuestos a la
ordenación y probablemente ordenados al ministerio el sábado 19 de junio. Era la primera vez que dos
españoles eran ordenados pastores239
En aquella ocasión se nombró Tesorero de la
Unión a Robert Gerber, aquel joven Tesorero de la
Misión española. Se marchaba por primera vez de
España, sin jamás abandonarla, y así sería hasta el
final de su vida.
Resulta interesante ver las credenciales que
recibieron los pastores y obreros de España:
Pastores ordenados: Frank Bond, W. Hancock,
Pedro Sanz.
Evangelistas: Bert Aldrich, Vicente García,
Antonio José López, Santiago Mercado y José Soler.
Obreras bíblicas: María Badenas y María San
Nicolás.
Muy pronto después de las reuniones de la
Unión, la Misión Española celebraba su Octava
Sesión, los días 30 de junio a 4 de julio, en la Casa
del Pueblo de Barcelona. En ellas actuó como
Tesorero por última vez, Robert Gerber, que como
se ha visto anteriormente había sido nombrado
Tesorero de la Unión Latina.
Y así se llega a 1927. Es el año de la organización de la Unión Ibérica. Después de pertenecer
durante 24 años a la Unión Latina, las iglesias
adventistas de España y Portugal, más el
Marruecos Español, Canarias y Madeira, formaron
233Ibídem, y la fecha del periódico es la del 12 de diciembre de 1929.
234Frank S. Bond, “Escuela Adventista en Barcelona,
España”, Revista Adventista Argentina, 11 marzo 1920,
pág. 11.
235F. Martínez, “8ème. Session de la Mission Espagnole”,
Le Messager, septiembre 1920, pág. 96.
236Robert Gerber, “Comité de la Union Latine...14-16 Junio
1921”, Le Messager, 15 julio 1921, pág. 183. La recomendación fue el trabajo de una comisión de 5 miembros, y respondía a una petición urgente en favor de la educación de la juventud adventista.
237V. A. Vaucher, “9ème. Session de la Union de
Conferences de Europe Latine”, Le Messager, julio 1920,
nº 7, págs. 57-68.
238Ibídem, pág. 59.
V. El primer intento de un sistema educativo
40
Aula 7
DE TIERRA DE
MISIÓN A
UNIÓN IBÉRICA. LA IGLESIA ADVENTISTA DESDE 1903 A 1936
la Unión Ibérica. Esta Unión se compuso de tres
Misiones: La Misión Española del Este, la Misión
Española del Oeste y la Misión de Portugal.
La Misión Española del Este, abarcó el siguiente
territorio: Toda Cataluña, todo el reino de Valencia,
Albacete, Cuenca, Zaragoza, Huesca. Soria,
Burgos, Logroño, Pamplona y las Vascongadas.
La Misión Española del Oeste, el resto de
España.
Los oficiales de la Misión del Este, fueron:
Superintendente: Victor E. Dietel.
Secretario-Tesorero: Ricardo Fitó.
Jefe de Colportores: Isidro Aguilar.
Escuela Sabática: María de Dietel.
Obra Misionera: José Boix.
Los oficiales de la Misión del Oeste:
Superintendente: L. J. Stene.
Secretario-Tesorero: H. Kleinknecht.
Jefe de colportores: Bert B. Aldrich,
Escuela Sabática y Jóvenes: H. Kleinknecht.
El presidente de la Unión fue L. J. Stene y el
Tesorero H. Kleinknecht, siendo la sede de la Unión
Ibérica, Madrid.240
Esta organización parece que pecó un poco de
exceso de burocracia, porque para una iglesia que
en aquellos momentos tenía solamente 271 miembros, el número de oficiales parece excesivo. Si se
mira por el contrario al territorio, indudablemente la
división parecería bien hecha. La verdad es que el
trabajo no se aceleró y que las dificultades siguieron.
Hacia 1928 el pastor L. J. Stene se marchó de
regreso a su país (Noruega) y en su lugar fue nombrado Presidente, el pastor Robert Gerber,241 viejo
conocido de España, sería él, el que realizaría la
reorganización de la Unión Latina, en 1932.
La crisis económica que asolaba a los países
que sostenían económicamente a la iglesia española, hizo que se buscase ahorrar en la gestión. El
Comité de la División Europea, decidió reorganizar
la Unión Ibérica, dejando toda España como la
Misión Española, (en lugar de las dos misiones en
que anteriormente estaba dividida), con sede en
Madrid. El Presidente de la Unión sería al mismo
tiempo Presidente de la Misión, Estos acuerdos se
aplicaron desde principio de 1932.
El Comité de la Misión Española, quedó compuesto por: Robert Gerber, O.C. Barret, Ricardo
Fitó, Hans Struve y José Boix.242
239Ídem, pág. 67.
240L.J. Stene, «La Unión Ibérica», Revista Adventista Ibérica,
1927, n1 2, págs. 1-2.
241A.V. Olson, «Notas Varias», Revista Adventista Ibérica,
1928, n1 4, pág. 16.
242Robert Gerber, «Asamblea del Comité de la Unión»,
La primera Asamblea General de la Unión
Ibérica, que se reunió en Madrid los días 5 a 8 de
mayo de 1932, además de los informes habituales,
reconoció que la proporción de apostasías era aterradora, de tal forma que 246 bautismos realizados
entre los años 1927 y 1931, solo supusieron un
aumento real de 86 miembros, debido a las numerosas apostasías.243
Las responsabilidades quedaron distribuidas de
la siguiente manera:
Misión Española, Director: Robert Gerber.
Secretario-Tesorero: O. C. Barret.
Colportaje: J. C. Culpepper.
Jóvenes: Hans Struve.
En 1936 se trasladaron las oficinas de la Unión a
la calle Zurbarán n1 2, y poco después O. C. Barret
se marchó y fue nombrado en su lugar Enrique
Abenia como Secretario-Tesorero.244
VII. Existencia legal de la Iglesia Adventista
hasta la guerra civil (1931-1936)
A) La República
1. La Constitución de 1931
Se promulgó el 9 de diciembre de aquel mismo año
de 1931 y en su artículo 27 decía: “La libertad de
conciencia y el derecho de profesar y practicar
libremente cualquier religión quedan garantizados
en el territorio español, salvo el respeto debido a las
exigencias de la moral pública. Todas las confesiones podrán ejercer sus cultos privadamente. Las
manifestaciones públicas del culto, habrán de ser en
cada caso, autorizadas por el gobierno. Nadie podrá
ser compelido a declarar oficialmente sus creencias
religiosas a no ser por motivos estadísticos. La circunstancia religiosa no constituirá circunstancia
modificativa de la personalidad civil ni política,
excepto lo dispuesto en el artículo 45, apartado C
de esta Constitución.”
Es curioso que esta constitución republicana,
aceptara, aunque fuese con autorización del gobierno, el hecho de una manifestación pública de la religión no católica. La realidad es que lo que se pedía
es que toda manifestación religiosa pública, necesitaría una autorización gubernativa, pero como se
aplicó a cualquier religión, tuvo como resultado, el
ser la primera vez en nuestra historia que una mani-
Revista Adventista Ibérica, 1932, n1 1, págs. 9-10.
O.C. Barret, «Primera Asamblea de la Unión Ibérica...»,
Revista Adventista Ibérica, 1932, n1 3, pág. 11.
244Redacción, «Noticias», Revista Adventista Ibérica, 1935,
4, pág. 8.
243
Aula 7
41
ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
festación pública no católica, era posible. Esta
Constitución se prolongaría hasta el año 1939 en la
zona republicana, porque en la zona nacional, como
era de esperar, quedó en suspenso.
Hasta 1931, los adventistas no sintieron la necesidad de tener un permiso gubernamental, ello induce a creer que simplemente nadie les pidió que
hiciesen tal cosa. Se limitaron a pedir los permisos
que les eran exigidos, por lo tanto no pasaron jamás
del nivel del gobernador civil.
2. Primera petición de reconocimiento oficial
Como consecuencia de la aprobación de la nueva
Constitución y ante la preparación de una ley de
asociaciones religiosas, en la que se iba a exigir
que los ministros, administradores y titulares de
fundaciones religiosas, fuesen españoles, los
adventistas dirigieron un escrito a la comisión jurídica asesora del Parlamento, en el que expusieron
que los ministros extranjeros de una asociación
religiosa bien podrían ejercer si no se mezclaban
en política. Este escrito lo firmaron tres españoles:
José Boix, Salvador Iserte y Cayetano Gilabert,
(Los dos primeros eran pastores y el tercero un
laico de Cartagena), y lleva fecha de 9 de mayo de
1932.245 La Iglesia Adventista en aquel momento
estaba organizada como Misión Española, encuadrada en la Unión Ibérica que comprendía también
Portugal. Aquella Unión tenía como Presidente a
Robert Gerber (un suizo) y como Tesorero a
Ricardo Fitó (un español). Estos dos oficiales, ejercían al mismo tiempo como Presidente y Tesorero
respectivamente de la Misión Española, y podemos
imaginarnos sus dificultades frente a una ley que
prohibiría a los extranjeros ejercer su ministerio en
España.
En 1933, dirigieron una instancia al Ministro de
Justicia, pidiendo el reconocimiento de la Iglesia
Adventista del Séptimo Día, como organización. En
el escrito se explicaron, sus propósitos de ejercer su
actividad en la Península, Baleares y Canarias, que
los edificios no eran de su propiedad, el mobiliario
sencillo, y citaba las iglesias constituidas o en formación, y se comprometieron a comunicar cualquier
cambio. Este documento histórico lo firma Ricardo
Fitó, y lleva la fecha ya mencionada del 28 de agosto de 1933.246
Un tercer documento, fechado el 28 de septiembre de 1933 sirve de anexo al anterior y se hace en
él una relación total del personal directivo, lugares
de culto y responsables de ellos.
245A.A.,
246A.A.,
42
D. n1 46. pág. 13.
D. n1 46. pág. 14.
Aula 7
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
«Relación de miembros de la Junta Directiva:
José Boix, Isidro Aguilar, Ricardo Fitó.
»Relación de Iglesias con sus responsables:
»Madrid.- Anciano de Iglesia: Ricardo Fitó.
»Vigo.- Pastor: Isidro Aguilar.
»La Coruña.- Anciano: Ricardo Suárez.
»Burgos.- Predicador: Julio Miñán.
»Lérida.- Pastor: Ángel Rodríguez.
»Alcarrás (Lérida).- Pastor: Ángel Rodríguez.
»Serós (Lérida).- Pastor: Ángel Rodríguez.
»Manresa.- Predicador: Fernando Martínez.
»Tarrasa (Barcelona).- Pastor: Enrique Abella.
»Barcelona-Centro.- Pastor: Antonio José López.
»Barcelona-Sans.- Pastor: Salvador Iserte.
»Jérica (Castellón) Pastor: Pedro Sanz.
»Valencia.- Anciano: Félix Valtueña.
»Cartagena.- Pastor: Isaías González.
»La Carolina (Jaén).- Anciano: David Guillermo
Martínez.
»Zaragoza.- Pastor: José Boix.
»Además tres extranjeros: Juan Struve, Óscar
Antonio Succar y Robert Leo Odom.
»Firma el escrito Ricardo Fitó.”247
Los primero que nos llama la atención es la reorganización de las estructuras realizada por la
Misión Española para adaptarse a las disposiciones gubernativas en cuanto a extranjeros, y tenemos la sospecha de que amparándose en la existencia de la Unión Ibérica, declararon como miembros del Consejo, solamente a una parte del
Consejo de la Misión, dejando a los demás extranjeros como miembros de la Unión Ibérica, y finalmente se vieron forzados a declarar tres extranjeros que trabajaban como pastores, al final de la
lista y sin determinar en qué iglesia estaba ejerciendo su ministerio, y poniendo como responsables de esas iglesias a los ancianos correspondientes.
No existe documentada ninguna respuesta del
Gobierno a estos escritos, pero bien pudo ocurrir, o
que nunca se contestase, cosa no extraordinaria en
nuestro país, donde el silencio administrativo se da
siempre como afirmativo, o que la respuesta desapareciese en la destrucción de documentos que se
realizó al final de la guerra civil, lo cierto es que por
primera vez, gozaron de permiso gubernativo y
algunas capillas adventistas tuvieron rótulos exteriores, que sin lugar a dudas duraron muy poco. El
letrero de la Iglesia de La Coruña, se da de baja en
el Ayuntamiento en 1938, lo que nos hace pensar
que se quitó en 1936 y que se dio de baja en 1938
para no pagar los arbitrios de algo que ya no se
247A.A.
D. n1 46, pág. 14.
DE TIERRA DE
MISIÓN A
UNIÓN IBÉRICA. LA IGLESIA ADVENTISTA DESDE 1903 A 1936
tenía, y que tampoco se esperaba volver a tener en
un futuro inmediato.248
B) Una atmósfera de mayor libertad
Con motiv0o de la reunión de la Asociación General
en 1930, Robert Gerber, que era entonces el
Presidente de la Unión Ibérica de los Adventistas
del Séptimo Día, preparó un informe sobre España
y Portugal, del que podemos entresacar sus referencias a España. El número de miembros de iglesia había llegado a 285, pero lo más importante es
la impresión que tienen los adventistas de que lo
peor está en el pasado. “La obra adventista comenzó hace poco más de veinticinco años. Los principios fueron pequeños y difíciles. Los progresos fueron lentos, pero seguros. Hemos tenido que hacer
frente a la oposición y a la persecución... Ha sido
más difícil reunir a las gentes en este país. Parece
que quedan algunos efectos de la antigua
Inquisición. Un temor supersticioso impide a
muchos ir a reuniones evangélicas. Sin embargo se
producen ahora importantes cambios. El pueblo
está deseoso de obtener un mejor conocimiento de
la verdadera religión. Los recientes cambios políticos crearon una atmósfera de más libertad. Como
resultado de esto, nuestros evangelistas tienen más
personas en sus reuniones que antes. Lo hemos
visto de un modo especial en Madrid. Lo mismo
puede decirse de otros lugares”.249
C) Publicidad favorable en los diarios...
La oficina de prensa de los adventistas registra tres
publicaciones, dos de Madrid y otra de Barcelona,
donde se hace, por primera vez en la historia de
España, un editorial sobre los adventistas, con fotografías de sus capillas y de sus servicios, incluido
un bautismo.250
Conocemos y tenemos en archivo los artículos
de dos de esos periódicos: Crónica y Estampa,
ambos de Madrid.
1. El diario Estampa
El diario Estampa de Madrid publicó un artículo
reportaje sobre los adventistas, firmado por F.
Martínez Corbalán, titulado: “La extraña secta de los
Adventistas del Séptimo Día ha bautizado en el
Manzanares a seis nuevos adeptos”. Ilustrado con
10 fotografías. No hay forma de saber a través del
248Carta de
249 Robert
Isaías González, A.A., D. n1 86.
Gerber, «Informe preparado para la
Conferencia General», Revista Adventista Ibérica, 1930,
n1 3, pág. 7.
recorte del periódico, la fecha exacta, y hasta el
momento tampoco no se ha logrado localizarla,
aunque existe una pista: el pastor que oficia en el
bautismo del Manzanares es Hans Struve, y Struve
estuvo en Madrid desde 1923 hasta 1928, por lo
que parecería que el artículo es de esa época. Es
plausible pensar que debe ser de 1928. Un dato
confirmaría dicha opinión, y es que el articulista
menciona al pastor Robert Gerber, y este estuvo en
Madrid, como Presidente de la Unión desde 1928,
por lo que bien pudo ser recién llegado a Madrid.
El periodista, había visitado la congregación
adventista de Madrid, donde entró en contacto con
dirigentes como Robert Gerber, y así obtuvo la información necesaria. Sin embargo es poco riguroso al
transmitirla, pues comete varias inexactitudes. Fue
invitado a un bautismo, ceremonia que se realiza en
el Manzanares, y es curioso que el oficiante sea el
pastor Struve. Pastor, que también va a oficiar en el
bautismo de Barcelona. Emplea el articulista, una
cierta ironía, pero quizás cabe preguntarse si no era
la técnica periodística de la época.251
2. El diario Crónica
En un artículo a tres páginas, titulado: “Crónica en
Barcelona. Viendo bautizar a ocho adventistas en
una acequia”, firmado por: G. Trillas Blázquez, e
ilustrado con cuatro fotografías. Es todo un reportaje sobre los adventistas.
El artículo, se realizó por el periodista después
de visitar la capilla adventista de la calle Consell de
Cent en Barcelona, según su propia afirmación
“muchas veces”. Contó en todo momento, con la
autorización y la colaboración de los adventistas
que no solo se dejaron interrogar, sino que, sin duda
alguna, le proporcionaron amigablemente todo el
material informativo, y le invitaron incluso a asistir a
una ceremonia de bautismo, realizada en una acequia. Es muy socarrón, no toma nada en serio,
escéptico, y aunque sus comentarios puedan dar la
impresión de que no tiene el menor asomo de respeto, ni por las personas ni por las creencias, hay
que reconocer que su relato y los datos que registra, son veraces. No podían los adventistas pedir
más en un artículo de aquella época, y es posible
que la única forma de publicarlo fuese aquella.252
No se ha podido determinar la fecha exacta de la
publicación por el ejemplar parcial que poseemos,
tampoco se ha podido encontrar dicha fecha hasta
este momento. Como en el caso anterior, existe úni250W.L.
Burgan, «”Favorable Publicity in Spain”, R.H., 21
Mayo 1931, pág. 29.
251Estampa, fecha aún indeterminada, A.A. D. n1 40.
252Crónica, fecha indeterminada, A.A. D. n1 50.
Aula 7
43
ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
camente una pista para buscarla y es que el predicador que oficia en el bautismo de la acequia, es de
nuevo, sin duda alguna, Hans Struve, y este sirvió
en Barcelona como Presidente de la Misión del
Este, desde 1930 hasta 1932 y después permaneció en aquella ciudad como pastor hasta el estallido
de la guerra civil, por lo tanto el reportaje debió
publicarse entre 1930 y 1936.
De todas formas, y mientras no se haya localizado las fechas, parecería que lo más importante, de
momento, es saber que, en esa época, los diarios se
ocuparon por primera vez de los adventistas, explicando lo que creían y lo que hacían y que esto constituyó una primicia para miles de personas en nuestro
país, y para los propios adventistas, les resultó, sin
duda, animador el que los periódicos se ocupasen de
ellos. Hubo muchos que guardaron el recorte.
D) Resumen de la época
En el terreno de la libertad religiosa, la época que
nos ocupa, fue un tiempo de madurez para los
adventistas. Pidieron el reconocimiento oficial a
nivel del Estado, editaban con absoluta normalidad,
las capillas funcionaban con plena libertad, la
superstición y la ignorancia siguieron estando presentes, pero el ansia de libertad y de conocimiento
en el pueblo hizo posible que fuese una época de
tranquila prosperidad para esta minoría.
Por otro lado al disminuir la persecución y la tensión con el clero español, también el lenguaje
adventista se dulcificó, no fue tan polémico, ni tan
duro. Incluso se hizo una referencia en las publicaciones oficiales adventistas en cuanto a que no
estaba bien el que se estuviese tomando la costumbre entre los adventistas de leer la prensa en la que
se combatía y hasta se hacía escarnio de la Iglesia
Católica, Hay un centrarse más en la predicación
positiva que en la crítica al adversario.
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
este período, a aquellos extranjeros que con su trabajo contribuyeron de forma decidida a la instalación de los adventistas en España, corresponde al
deseo de no olvidarlos; ya que además, la conflagración de nuestra guerra civil, haría que todos ellos
desapareciesen del ámbito adventista español.
Corresponde además a una deuda de gratitud para
todos ellos.
A) Harold A. Robinson
Harold A. Robinson, llegó a España el primero de
agosto de 1915, se encontró en el puerto con John
L. Brown, que marchaba cinco días después, y
luego de visitar a Frank Bond en Alicante se instaló
en Barcelona.253
Era jamaicano, mulato, había colportado en
Cuba, lo que hacía que conociese muy bien el castellano cuando llegó a España. Realizó un buen trabajo de promoción, llegando a tener hasta 25 colportores. Tuvo también otra característica y es la de
saber apreciar el trabajo que había hecho su predecesor en el cargo.
Se despidió del trabajo en España a finales de
1919, para ir a Gland, parece a un trabajo de oficina, nos imaginamos en relación con las publicaciones, o con la administración.254
Y lo divertido es que en 1921, lo encontramos de
nuevo en España. ¿Qué había ocurrido? El mismo
lo explica, con una inocencia extraordinaria. Había
ido a París para estudiar francés, pero debió hacerlo tan “bien”, que decidieron que continuara en
España como lo había hecho los últimos cinco años,
claro que esta vez le ofrecieron ser Secretario
Tesorero255 y Director de Publicaciones al mismo
tiempo.256 Y en España se quedó hasta finales de
1923,257 en que según su testimonio personal se
marchó destinado a México.
B) Bert B. Aldrich
VIII. Los pastores extranjeros de la época
El intento de crear notas para una especie de diccionario de personajes de la historia de la Iglesia
Adventista, en España, parece interesante.
Relacionar por orden de aparición en la historia de
253 La
descripción pintoresca de su llegada a España,
donde su antecesor le hizo el traspaso de sus deberes
prácticamente en el puerto, la cuenta en: «Getting started
in Spain», Review and Herald, 16 de diciembre de 1915,
págs. 13-14.
254Así se desprende de su despedida, H.A.B. Robinson,
«Quatre années de colportage en Espagne», Le Messager,
enero 1920, pág. 3.
255En la nota donde explica por qué ha vuelto a España,
dice que le ofrecieron ser Tesorero, pero además lo en-
44
Aula 7
Desde 1912 estaba colportando en Canarias, Bert
B. Aldrich, y al mismo tiempo se encargaba de cuidar una especie de residencia que allí se estableció
para el descanso de los misioneros adventistas del
África Occidental. Durante cinco años desempeño
contramos confirmado en una foto en la Review and Herald,
16 de noviembre de 1922, pág. 12.
256H.A. Birbeck-Robinson, «Espagne», Le Messager, 15
marzo 1921, pág. 35.
257Hay un último artículo de Harold A. Robinson, en la
Revista Adventista Argentina, de fecha 8 de noviembre de
1923, lo que nos hace pensar que por lo menos hasta mediados del año no marchó, esto como mínimo, ya que no
tenemos otra referencia, Revista Adventista Argentina, 8
noviembre 1923, pág. 7.
DE TIERRA DE
MISIÓN A
UNIÓN IBÉRICA. LA IGLESIA ADVENTISTA DESDE 1903 A 1936
dicha labor y el 17 de octubre de 1916 parte hacia
Barcelona, después de una breve estancia en Gland
por enfermedad de su esposa, se integró al equipo
de colportores de Barcelona.258 Como los demás
colportores tuvo que correr sus aventuras, que han
quedado reflejadas, en el momento de contar las
dificultades con las que se enfrentaban aquellos
hombres.
En el momento de la organización de la Unión
Ibérica, en 1927, fue nombrado jefe de colportores
de la Misión del Este.259
Le sustituyó James C. Culpepper, como jefe de
colportores para toda la Unión, en el momento de la
reorganización del año 1932.260
Bert B. Aldrich, después de 17 años en España,
partió de nuestro país en 1929. Fue un trabajador
incansable, una verdadera hormiga en su trabajo, y
sin duda alguna, uno de los extranjeros de mejor
rendimiento de aquella época.261
C) Robert Gerber
Aunque su nombre aparece en este período en
muchos lugares por haber sido un hombre muy
importante en el relato, vale la pena separar unos
cuantos apuntes para su biografía.
Apareció en esta historia en 1916,262 cuando fue
nombrado Tesorero de la Misión Española y administrador de la Editorial Española a las órdenes de
E. L. Borle. Aquel destino marcó su vida, porque se
casó con Lenna, hija de Borle. Permaneció en
España hasta 1920 fecha en que fue elegido
Tesorero de la Unión Latina.
Volvería a España como Presidente de la Unión
Ibérica, en 1928263 y permanecería en ella hasta
1935 en que fue nombrado Director del Sanatorio
de Gland en Suiza. Jamás dijo adiós a España.
258Bert
B. Aldrich, «In the old Spain», Review and Herald,
3 mayo 1917, pág. 6.
259L. J. Stene, «La Unión Ibérica», Revista Adventista
Ibérica, 1927, n1 2, pág. 1.
260Robert Gerber, «Primera Asamblea General de la Unión
Ibérica de los Adventistas del Séptimo Día», Revista
Adventista Ibérica, 1932, n1 3, pág. 12.
261Bert B. Aldrich, «Despedida», Revista Adventista Ibérica.,
1929, n1 1, pág. 5.
262No tenemos ningún rastro de su nombramiento como
Tesorero, pero tenemos la confirmación de su primera actuación como tal: en el informe de la 80 sesión de la Misión
Española, realizada en Barcelona, del 30 de junio al 4 de
julio de 1920, dice literalmente: «... y después el Tesorero
de la Misión el hermano Robert Gerber, presenta su informe...». Por lo tanto era Tesorero de la Misión y no solo
administrador de la Editorial, como se indica en la Revista
Adventista de septiembre de 1978, pág. 47.
263A.V. Olson, «Notas Varias», Revista Adventista Ibérica,
1928, n1 4, pág. 16.
264Robert Gerber, «Jamás se dice adiós...», Revista
Conquistaron a los españoles, pero todavía más,
España les conquistó totalmente.264 Cuando Gerber
se marchó, James C. Culpepper hizo de Director
interino, hasta la llegada de A.J. Girou.
D) Walter A. Hancock
En 1916, tenemos la primera noticia de la presencia
de W. A. Hancock en el Norte de África, más concretamente en Argelia donde se estaba desarrollando una labor misionera con perspectivas de éxito
entre los españoles allí emigrados.265
Fue invitado a venir para colaborar con la obra
en España, en 1916, en vista de la necesidad de
pastores ordenados, pues estaba solo Frank
Bond. 266
W.A. Hancock, llegó a finales de Junio, como
refuerzo importante, era pastor ordenado, y tenía la
experiencia de haber trabajado entre la población
de habla hispana en Argelia. Cuando llegó la
Asamblea anual, ya estaba instalado en Barcelona.267
W. Hancock, fue invitado a volver a Argelia,
como director de aquel campo misionero en junio de
1921, y el mes de octubre del mismo año, sin darle
tiempo a realizar el traslado, se recomendó su
regreso a América “por razones de salud”.268
E) Charles E. Knight
Fue llamado para actuar como Presidente del
campo español, ya que la salud de Frank Bond,
daba cada vez signos más alarmantes. Charles E.
Night, fue nombrado Presidente y actuó ya ante el
Comité de la Unión del 14 al 16 de junio de 1921. Su
estancia fue cortísima, de apenas dos años.269 Uno
de los extranjeros, menos aprovechados por la igleAdventista Ibérica, 1935, n1 5, pág. 6.
265Harold B. Robinson, «Por España y África», El
Esforzador, 1916, n1 1, pág. 3.
266Vicent L. Ferrándiz, «Las Conferencias de 1916», El
Esforzador, 1916, año VI, n1, 6. pág. 3.
267Frank S. BOND, «Our work in Spain», Review and
Herald, 11 octubre 1917, pág. 11.
268Robert Gerber, «Comité de la Union... 17-21 enero
1921», Le Messager, 1 marzo 1921, pág. 42.
Robert Gerber, «Quelques decisions prisses récement...»,
Le Messager, 1 octubre 1921, pág. 263.
No se entiende muy bien cuando se alude a «las razones
de salud», ya que era un hombre relativamente joven que
hubiese podido dar todavía muchos años de buen servicio.
269Robert Gerber, «Comité de la Union Latine...», Le
Messager, 15 julio 1921, págs. 18-21. No tenemos referencia del nombramiento, cosa extraña, pero es fácil que
fuese enviado por la Asociación General y que no dependiese su nombramiento de la Unión Latina, pero debió
ser durante 1920. De forma natural, se instaló en Barcelona.
Aula 7
45
ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
sia española. Parece que la salud de su esposa,
forzó su marcha en 1922.
F) L. J. Stene
A mediados de 1922, llegó a Barcelona, L.J. Stene,
un noruego, nuevo director de la Misión Española,
venía a sustituir a C.E. Night, y se instaló en
Barcelona, por ser la sede de la Misión en aquella
época.270
Durante el tiempo de su estancia, fue un hombre
trabajador, visitó todas las iglesias, dirigió consejos
y asambleas, casi en todos los números de la
Revista Adventista de su tiempo escribió artículos,
pero nunca aprendió bien a hablar en castellano, y
casi siempre tuvo necesidad de un traductor pues
siempre hablaba en inglés.
L.J. Stene se despidió de España en la
Asamblea de 1928, su salud no andaba bien, no se
adaptó al país, ni siquiera en su alimentación, no
fueron capaces de darse cuenta que entre Noruega
y España hay muchos “paralelos de distancia”, y
que no se puede comer lo mismo en un país cálido
que en un país frío y tuvo que pagar por ello.271 De
todas formas, y de manera amable se despidió
diciendo que había pasado seis felices años en
España.272
G) Victor Dietel
Llegó a España en octubre de 1912,273 asentando
su domicilio en Valencia donde estuvo todo el año
1921 estudiando español. Para 1922 se hizo cargo
de la iglesia de Terrassa, hasta que la marcha de
Harold A. Robinson le hizo ser nombrado
Secretario-Tesorero de la Misión.
Hacia 1925 fue destinado a Lérida donde
comenzó el trabajo desde cero. Comenzando con
conferencias que el público escuchaba con agrado.274 Llegó a dar conferencias en el Ateneo de
270L.J. Stene, «Necrología», Revista Adventista Ibérica.,
1925, n1 4-5, pág. 7. Es la necrología a propósito de la
muerte de María Nicolás y allí da la fecha de su llegada a
España: «En las conferencias de 1922, recientemente llegado el que suscribe».
271Redacción, «Notas», Revista Adventista Ibérica, 1928,
4, pág. 16. L.J. Stene, «Asambleas de la Unión», Revista
Adventista Ibérica, 1928, pág. 2.
272L.J. Stene, «A nuestros hermanos y colaboradores de
la Unión ibérica», Revista Adventista Ibérica, 1928, n1 5,
pág. 4.
273No hay noticia de su llegada en las revistas de la época,
pero está registrada su despedida, en una poesía en la que
dice que ha estado neve años y medio. Si se marchó en abril
de 1930, se deduce que llegó aproximadamente en octubre
de 1920, Revista Adventista Ibérica, 1930, n1 3, pág. 10.
46
Aula 7
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
Lérida.275 Finalmente tuvo un salón en la calle
Mayor, n1 35, donde las conferencias se daban
cada domingo, como era la costumbre en aquella
época.276
El 13 de octubre de 1925, muere en Lérida, un
hijo de los Dietel, que se llamaba Ernesto Juan, niño
que les había nacido en Terrassa en 1923. Esta
muerte trastornó a su esposa María, que no pudo
superar el dolor por la pérdida del hijo.
Enfrentando animosamente su tragedia, Victor
Dietel continuó su trabajo en Lérida, en un continuo
progreso.277 Y toda aquella labor bien hecha, llena
de simpatía, de consagración, de esfuerzo, de inteligencia, incluso de arte, pues era un poeta y un
músico dotado, condujo a la organización de la iglesia de Lérida el día 9 de junio de 1926.278
En 1927, en el momento de la organización de la
Unión Ibérica, Victor Dietel fue nombrado Presidente de la Misión del Este.279 Su esposa María,
se encargó del Departamento de la Escuela Sabática de la Misión.280
A raíz de la muerte del hijo, Ernesto Juan, se
resintió la convivencia de la pareja. La presencia del
padre de ella no consiguió mejorar la situación. El
suegro era un puritano típico americano y sus consejos a la hija al parecer no facilitaron la relación de
la pareja. Esta situación terminó desembocando en
la marcha de María Dietel a principios de junio de
1929.281 Él continuó, solo con su suegro, hasta abril
del año siguiente, pero entendió que dicha situación
interfería su labor pastoral, por lo que después de
despedirse de España con una poesía, volvió a los
EE.UU.282 Dejó detrás de sí una estela de simpatía
y cariño como pocos extranjeros, quizá con la excepción de Robert Gerber, hayan dejado en España
H) Hans Struve
De origen alemán, parece que debió llegar a
Madrid, el año 1924, porque Frank Bond había mar-
274Redacción, «Notas varias», Revista Adventista Ibérica.,
1925, n1 6-7, pág. 12
275Ibídem, pág. 8.
276Redacción, «Notas Varias», Revista Adventista Ibérica,
1925, n1 11-12, pág. 3.
277Redacción, «Notas Varias», Revista Adventista Ibérica,
1926, n1 2-3, pág. 8.
278L.J. Stene, «Organización de la iglesia de Lérida»,
Revista Adventista Ibérica, 1926, n1 9-10, págs. 6-7.
279L.J. Stene, «La Unión Ibérica», Revista Adventista Ibérica,
1927, n1 2, pág. 1-2.
280Revista Adventista Ibérica, 1927, n1. 1, pág. 4.
281Redacción, «Notas Varias», Revista Adventista Ibérica,
1929, n1 3, pág. 9.
282Victor Dietel, «Despedida», Revista Adventista Ibérica,
1930, n1 3, pág. 10.
DE TIERRA DE
MISIÓN A
UNIÓN IBÉRICA. LA IGLESIA ADVENTISTA DESDE 1903 A 1936
chado enfermo en diciembre del año 1923. El primer
informe de su trabajo lo escribe la Revista
Adventista en el n1 2-3 de 1925.
Hans Struve cayó enfermo, a finales de 1925, de
cierta gravedad, porque; primero, tuvo que guardar
cama durante tres meses283 y finalmente tuvo que
marchar a Alemania para recibir atención médica. El
trabajo en Madrid quedó paralizado.284 Se puede
deducir que pasó todo el año 1926, puesto que no
queda registrada ninguna actividad en la iglesia de
Madrid hasta enero de 1927, en que Hans Struve
comienza una serie de conferencias.285
En 1928, fue trasladado a La Coruña donde realizó una obra estupenda.286 Y cuando se produjo la
marcha de Barcelona del pastor Dietel, Hans Struve
fue enviado a Barcelona, primero como director de
la misión del Este,287 y cuando se reorganizó la
Unión quedaría como simple pastor de Barcelona,
hasta el mismo comienzo de la guerra civil.
Siendo alemán, y estando Barcelona en manos
republicanas, estaba muy mal situado, por lo que
tuvo que huir en un barco antes de que lo apresaran.
I) Oscar Andersen
Oscar Andersen y su esposa, debieron llegar en el
transcurso de 1924. Para 1925 se encontraban
estudiando español en Barcelona,288 y aquel mismo
año fueron destinados a Cartagena para sustituir a
Pedro Sanz que se iba a Jérica.289 En Cartagena,
organizó reuniones en un salón alquilado en la calle
Pérez Lurbe, n1 38. Todo marchó bien para aquella
iglesia en la que había verdaderos especialistas en
la recolección anual, los esposos Cayetano
Gelabert.290 Por otro lado de forma sencilla pero
283Redacción,
«Notas Varias», Revista Adventista Ibérica,
1926, n1 1-2, pág. 8.
284Redacción, «Notas Varias», Revista Adventista Ibérica,
1926, 5-6, pág. 8.
285Redacción, «Noticias Varias», Revista Adventista Ibérica,
1927, n1 1, pág. 8.
286Hans Struve e Isidro Aguilar, «El mensaje adventista en
Galicia», Revista Adventista Ibérica, 1929, n1 3, pág. 11.
En ese informe dice: «Ha pasado año y medio desde que
pisé tierra gallega». Si la revista es del tercer trimestre de
1929, debió ser trasladado aproximadamente en el primer
trimestre de 1928.
287Redacción, «Notas Varias», Revista Adventista Ibérica,
1930, n1 4, pág. 16. El nombramiento debió ocurrir a mediados del año 1930. Porque se menciona que desde abril
está vacante el puesto, la revista es del cuarto trimestre,
luego el nombramiento ocurrió entre abril y septiembre.
288L.J. Stene, «Resumen del informe del Superintendente»,
Revista Adventista Ibérica, 1925, n1 6-7, pág. 2.
289Redacción, «Notas varias», Revista Adventista Ibérica,
1925, 6-7, pág. 8.
290Oscar Andersen, «De Cartagena», Revista Adventista
segura iban teniendo éxito.291 En Cartagena estuvieron tres años. Pasando en 1928 a Madrid, durante siete meses, después de los cuales y a causa de
la enfermedad del pastor Oscar Andersen, regresaron a su país de origen, despidiéndose de
España.292 El viaje de regreso a su país lo cuenta la
Revista Adventista Ibérica, en su número 4 de 1929.
J) O. C. Barret
Llegó a España en 1930, para ocuparse de la tesorería de la Unión y de la Misión del Oeste, al mismo
tiempo que de algunos departamentos.293
Se marchó en 1935, pensando en darles una
educación americana a sus hijas, por lo tanto sirvieron en España solamente cinco años.294
K) James C. Culpepper
Norteamericano, vino a España, en 1929, casado y
sin hijos. Embarcó en Nueva York el 7 de septiembre, y después viajó de Cherburgo a Madrid en
tren.295 Hombre de cálida relación pronto mostró
una amabilidad fuera de lo normal con los hombres
con los que tenía que trabajar.296
Se ocupó Culpepper del Departamento de
Publicaciones los siete años que estuvo en nuestra
patria, siendo un gran promotor y consiguiendo que
las ventas aumentasen de forma extraordinaria. Y en
los últimos meses de 1935 actuó de presidente interino hasta la llegada del nuevo Presidente de la
Unión que había sido elegido, el doctor A.J. Girou.297
La guerra civil le pilló de vacaciones y ya no
pudo volver teniendo que dejar abandonados todos
sus efectos personales, que perdió pasto de las llamas.
Ibérica, 1927, n1 6, pág. 12.
291Redacción, «Notas Varias», Revista Adventista Ibérica,
1928, n1 4, pág. 16.
292Teresa y Oscar Andersen, «Saludos y Despedida»,
Revista Adventista Ibérica, 1929, n1 4, págs. 8-9.
293Redacción, «Notas Varias», Revista Adventista Ibérica,
1930, n1 4, pág. 16.
294Redacción, «Noticias», Revista Adventista Ibérica, 1935,
n1 4, pág. 8. La razón de su marcha, por la educación de
sus hijas nos la da, James C. Culpepper, «Jamás se dice
adiós...», Revista Adventista Ibérica, 1935, n1 5, pág. 6.
295Notas, Revista Adventista Ibérica, 1929, n1 4, pág. 10.
296James C. Culpepper, «Fraternales saludos», Revista
Adventista Ibérica, 1929, n1 5, pág. 6. Sus saludos como
respuesta a la bienvenida que le han dispensado, es única en todos los años en que se publicó la Revista Adventista
Ibérica.
297Redacción, «Jefe de Colportores en la Misión Española»,
Revista Adventista Ibérica, 1935, n1 8, pág. 11. Aunque
el anuncio era del nombramiento de Félix Valtueña como
jefe de colportores, indica que Culpepper seguía como
Presidente interino.
Aula 7
47
ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
L) Aime Jacques Girou
Doctor en Medicina y misionero de experiencia, la
primera referencia que se tiene de él en nuestras
revistas es que fue nombrado director de la Misión
de la Isla de Mauricio en 1929.298
Fue nombrado director de la Unión Ibérica en
1935, para sustituir al pastor Gerber, y como se
encontraba en la isla Mauricio, lejos en el océano
Índico, mientras llegaba, actuó como director interino James C. Culpepper.299
La Revista Adventista de septiembre de 1935
registra oficialmente su llegada a España, esto
supone que debió llegar sobre el mes de agosto, y
según sus planes no estaría definitivamente en
España hasta noviembre de aquel año.300
Al llegar la guerra civil, fue valiente al colocar
todas las dependencias de la Iglesia, bajo protección de pabellón extranjero, en Barcelona y en
Madrid, esto protegió sin lugar a dudas, las oficinas
de Madrid y la capilla de la calle Consejo de Ciento
en Barcelona. Viajó varias veces más, trayendo alimentos y ayuda a la zona republicana. Su valor
merece, gratitud y reconocimiento.
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
1932.306 Cayó enfermo de alguna gravedad,307 lo cual
motivó su traslado a Madrid.308 Fue redactor de la
revista Salud y Hogar de la que se editaron tres o cuatro números, que deseaba ser, “una revista de salud,
moral, y que presentaría un fondo religioso, aunque
no dogmático”.309 La realidad es que al comenzar la
guerra civil, se sumergió en una actividad política, que
le llevó muy lejos, de su esposa, y de la fe adventista.
Desapareció de nuestra historia sin que en mucho
tiempo se supiera con certeza qué había sido de él al
finalizar la guerra civil. Algunas informaciones no contrastadas apuntan a que posteriormente ejerció el
ministerio pastoral en la ciudad de Nueva York.
N) Robert Leo Odom
Llegó a España el 1 de octubre de 1931. Iba a quedar en Madrid, había trabajado antes en Puerto
Rico, por lo que conocía suficiente castellano como
para poder trabajar desde el principio en la capital.310 De Madrid se trasladó a La Coruña en
1933.311 Tuvo que abandonar España de forma precipitada al comienzo de la guerra civil de 1936.
O) Fernando Martínez
M) Óscar A. Succar
Fernando Martínez se cree que era chileno, colportó
en España, fue Secretario de la Misión y cuando
pensaba partir para Chile, recibió una invitación para
servir en Portugal como director del colportaje.312
Argentino de nacionalidad, llegó a España en otoño
de 1930, casado con Frenita, una hija del gran
misionero en América del Sur, Stahl.301
Actuó ya en Barcelona en noviembre del mismo
año.302 Destinado finalmente a Valencia por el Comité
de la Unión de febrero de 1931.303 En un principio
tuvo un éxito extraordinario, parece que era un gran
orador304 y además causaba muy buena impresión.305 Y su pináculo lo alcanzó con la visita de su
suegro Stahl a Valencia y la celebración de una ceremonia de bautismos el 25 de junio de aquel año
Lo encontramos en Burgos, en su primera visita,
¿Cómo es que lo situaron en aquella ciudad si probablemente no era español? 313 Se trasladó en
1933, de Burgos a Vigo. Un viaje apoteósico.314 El
relato del viaje en tren es de película.315 Trabajó ani-
298A.V.
307Redacción,
Olson, «Asamblea de la División Sur-europea en
Gland», Revista Adventista Ibérica, 1929, n1 1, pág. 5.
299James C. Culpepper, «Jamás se dice adiós...», Revista
Adventista Ibérica, 1935, n1 5, pág. 7.
300Redacción, Noticias varias, Revista Adventista Ibérica,
1935, n1 8, pág. 12.
301Hans Struve, «Misión Española del Este», Revista
Adventista Ibérica, 1930, n1 5, pág. 10.
302Misión Española del Este, Revista Adventista Ibérica,
1930, n1 6, pág. 10.
303Había comenzado a trabajar en Zaragoza. Revista
Adventista Ibérica, 1931, n1 2, pág. 14, pero por diversas
razones su destino final fue Valencia. Revista Adventista
Ibérica, 1931, n1 1, pág. 12.
304Óscar A. Succar, «Desde Valencia», Revista Adventista
Ibérica, 1931, n1 4, págs. 13-14.
305Robert Gerber, «Algunas noticias de la obra en España
y Portugal», Revista Adventista Ibérica, 1932, pág. 10.
306Roberto Gerber, «Algunas noticias», Revista Adventista
Ibérica, 1932, n1 4, pág. 14.
48
Aula 7
P) Julio Miñán
«Algunas noticias», Revista Adventista
Ibérica, 1934, n1 10, pág. 12.
308Redacción, «Traslados Aguilar y Succar», Revista
Adventista Ibérica, 1935, n1 7, pág. 16
309Revista Adventista Ibérica, 1935. n1 8, pág. 12.
310Redacción, «Notas Varias», Revista Adventista Ibérica,
1931, n1 5, pág. 16.
311Redacción, «Noticias de la obra de España», Revista
Adventista Ibérica, noviembre 1933, n1 11, pág. 7.
312Redacción, «Notas», Revista Adventista Ibérica, 1925,
8-9, pág. 8.
313Julio Miñán, «Un poco de historia», Revista Adventista
Ibérica, n1 4, pág. 12-13.
314Redacción «Noticias de la obra en España», Revista
Adventista Ibérica, noviembre 1933, n1 11, pág. 7.
315Julio Miñán, «Como Dios nos libró de la catástrofe»,
Revista Adventista Ibérica, diciembre 1933, n1 12, págs.
4-5,
316Redacción, «Noticias», Revista Adventista Ibérica, abril
1934, n1 4, pág. 11.
DE TIERRA DE
MISIÓN A
UNIÓN IBÉRICA. LA IGLESIA ADVENTISTA DESDE 1903 A 1936
moso pero sin grandes resultados.316 Marchó de
España al principio de 1936.
IX. Los pastores españoles irrumpen en la escena
Y terminamos este período haciendo una breve mención al hecho de que en esta época, van irrumpiendo
poco a poco, hombres que después de la conflagración de nuestra guerra civil, son los que van a tomar
las riendas de la iglesia adventista española.
Con Pedro Sanz, no se pudo contar después de
la guerra, por estar ya retirado. Con Vicente Juan
García, muy enfermo, tampoco.317 Antonio José
López, fue otro de los que no se puedo contar con él.
Pero otros nuevos pastores aparecieron en aquel
período y fueron tomando cada vez más importancia. Los datos siguientes sirven a guisa de introducción de los pastores españoles en nuestra historia:
A) José Boix
José Boix, había conocido el mensaje en Elche, a
través del pastor Vicente Juan García, y fue bautizado por Frank Bond el 16 de agosto de 1916.318
José Boix, antiguo anarquista, activo y enérgico,
fue un hombre que irrumpió con fuerza, el año 1925,
trabajando en Barcelona y Terrassa, con buen
éxito.319 Era un buen orador, y pronto se hizo escuchar por un público que llenaba sus salones,320 y el
éxito no se hizo esperar.321 Trabajador incansable,
hombre consagrado.322 En 1927 continuó su éxito
en Barcelona, con nueve bautismos más.323
317Revista Adventista Ibérica, 1931,
318José Boix, «Notas de un viaje a
n1 2, pág. 14.
la región levantina».
Revista Adventista Ibérica, 1933, n1 3, pág. 3. José Boix
hace un viaje para visitar a sus familiares, y cuenta allí como encontró a los adventistas.
319Redacción, «Noticias varias», Revista Adventista Ibérica,
1925, n1 4-5, pág. 8.
320Redacción, «Notas Varias», Revista Adventista Ibérica,
1926, n1 3-4, pág. 8.
321Se bautizaron diez personas. L. J. Stene, «Los últimos
bautismos en Barcelona», Revista Adventista Ibérica, 1926,
n1 7-8, pág. 6.
322José Boix, «La obra evangélica en Barcelona y Tarrasa»,
Revista Adventista Ibérica, 1927, n1 2, pág. 6.
323Victor Dietel, «Bautismo en Barcelona y Lérida», Revista
Adventista Ibérica, n1 4, pág. 3.
324José Boix, «Carta de despedida», Revista Adventista
Ibérica, n1 4, págs. 5-6.
325José Boix, «De Lérida y Serós», Revista Adventista
Ibérica, 1927, n1 6, pág. 5. Otro informe animador de José
Boix, «La obra en Lérida y Serós», Revista Adventista
Ibérica, 1929, n1 1, págs. 7-8.
326Robert Gerber, «Asamblea anual del Comité de la Unión
Ibérica», Revista Adventista Ibérica, 1931, n1 1, pág. 12.
327José Boix, «La obra en Zaragoza», Revista Adventista
Ibérica, n1 1931, n1 5, págs. 11-12.
328José Boix, «Bautismos en Zaragoza», Revista Adventista
Se traslada a Lérida en julio de 1927, José Boix iba
a continuar la obra empezada por Dietel.324 Y pronto
podría dar informes animadores.325 En el comité de la
Unión del 13 de febrero de 1931, se decide su traslado a Zaragoza.326 Llegado a Zaragoza, a últimos de
febrero,327 su trabajo produjo bautismos en la Torre de
la culebra.328 Zaragoza se estaba convirtiendo en una
iglesia sólida y fuerte.329 Hacia el año 1934 se encontró el salón de la calle San Agustín.330 En la resolución
de la Asamblea General de la Unión Ibérica, se menciona a José Boix como pastor ordenado, pero no
tenemos noticia de cuando aquello había ocurrido.331
Los éxitos en Zaragoza continuaron, hasta el estallido
de la guerra.332 Los incidentes vividos por este pastor
durante la guerra civil de 1936, los contaremos en el
capítulo correspondiente.
B) Ricardo Fitó Munné
Comenzó en 1925, como Secretario Tesorero de la
Misión del Este.333 En la reorganización del año 32,
dejó de ser Tesorero, pero continuó como administrador del la Editorial Española, y miembro del
Consejo de la Unión.334 Estuvo en España hasta
finales de 1936 o principios del 37.
C) Isidro Aguilar
Isidro Aguilar, antiguo seminarista católico, ganado
al adventismo por Pedro Sanz en Cartagena,
comenzó colportando en Canarias a finales de
1925,335 En 1927 fue nombrado para dirigir el
Ibérica, 1932, n1 5, págs. 11-12.
Boix, «Bautismos en Zaragoza», Revista Adventista
Ibérica, septiembre 1933, n1 9, págs. 15-16.
330Redacción, «Noticias», Revista Adventista Ibérica, abril
1934, n1 4, pág. 11.
331Robert Gerber, «La Asamblea General de la Unión Ibérica
de los Adventistas del Séptimo Día. Madrid, 15, 20 de Mayo
1934», Revista Adventista Ibérica, junio 1934, n1 6, pág. 9.
332José Boix, «Bautismos en Zaragoza», Revista Adventista
Ibérica, septiembre 1934, n1 9, pág. 5.
333L.J. Stene, «Resumen del informe del Superintendente»,
Revista Adventista Ibérica, 1925, n1 6-7, pág. 2.
334Robert Gerber, «Segunda Asamblea General de la Unión
de los Adventistas del Séptimo Día. Madrid del 15 al 20 de
Mayo de 1934», Revista Adventista Ibérica, junio 1934, n1
6, pág. 8. Cuando se enumeran los miembros del Consejo
de la Misión Española, se refieren a Ricardo Fitó como representando a la Editorial Española.
335Isidro Aguilar, «El colportaje en las islas Canarias»,
Revista Adventista Ibérica., 1926, n1 3-4, págs. 3-4. Existe
un segundo informe de su trabajo en Canarias: Isidro
Aguilar, «El colportaje en Canarias», Revista Adventista
Ibérica. 1926, n1 5-6, págs. 2-4. Un tercer informe de
Canarias: Isidro Aguilar, «Una semana de gran bendición»,
Revista Adventista Ibérica, 1926, n1 7-8, págs. 4-5.
336Isidro Aguilar, «Un nuevo obrero en las filas», Revista
Adventista Ibérica, 1927, n1 4, págs. 7-8.
329José
Aula 7
49
ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
Departamento de Publicaciones en la Misión del
Este336 Aunque poco duró en aquel destino ya que
se le encuentra a finales de 1928 trabajando con
Hans Struve en La Coruña.337 Desde mediados de
noviembre se trasladaron a Vigo, fue el principio del
trabajo de los adventistas en aquella ciudad.338
Comenzó también con reuniones en Castiñeiras, en
el verano de 1930.339 El 23 de abril de 1932, informó siete bautismos.340 En 1933, se trasladó a
Madrid, y allí hubo también bautismos.341 Pero
luego fue destinado a Valencia),342 El traslado se
hizo efectivo en 1935.343 En 1939, después de la
guerra sería nombrado Presidente de la Misión
Española.
D) Salvador (Moisés) Iserte
Salvador Iserte, parece ser que comenzó a finales
de 1927 en Madrid, siguiendo las huellas de su
padre. Ejercía de obrero y colportor.344 Contaba sus
experiencias con una cierta candidez.345 Cuando
Hans Struve se trasladó a Barcelona, Salvador
Iserte fue a La Coruña. Y de allí enviaba informes
animadores.346 En 1933, se traslada a Barcelona,
en lugar de Isaías González.347
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
calle Olzinelles (Barcelona, barrio de Sants).350
Se casó en La Coruña el 15 de noviembre con
Clotilde Suárez, en aquel invierno se iba a ocupar
de la iglesia de Pedro Sanz, calle de Olzinelles.351
Posteriormente fue trasladado a Cartagena,
dejando un trabajo bien realizado que recogió
Salvador Isertea.352 Tratando de ser útil se hizo un
verdadero especialista en la Recolección Otoñal,
siendo de los que mayores cantidades de dinero
recogían por muchos años.353
F) Pedro Jové Pena
Anteriormente Jefe de Colportores. Fue un gran
vendedor.
Nombrado Secretario Tesorero de la Misión del
Este.354
G) Félix Valtueña
Se traslada a Madrid desde Valencia, para estar en
el mismo sitio que James Culpepper.355
En ese tiempo, 1935, que ya presagiaba nubes,
fue nombrado director del colportaje, Félix
Valtueña. Su labor iba a tener importancia después
de la guerra.356
E) Isaías González
H) Enrique Abenia
Lo encontramos por primera vez, en Vigo, ayudando a Isidro Aguilar.348 En 1931, le destinaron a
Castiñeiras.349 En el invierno de 1931, colaboró
en Barcelona en las campañas de Hans Struve,
era el momento cuando se abrió la iglesia de la
337Robert
Gerber, «La obra en la Misión española del
Oeste», Revista Adventista Ibérica, 1929, n1 1, pág. 9. Hans
Struve, «El mensaje adventista en Galicia», Revista
Adventista Ibérica, 1929, n1 3, pág. 11.
338Redacción, «Noticias Varias», Revista Adventista Ibérica,
1930, n1 6, pág. 12.
339Isidro Aguilar, «Vacaciones felices», Revista Adventista
Ibérica, 1930, n1 5, pág. 12.
340Redacción, «Bautismo», Revista Adventista Ibérica,
1932, n1 3, pág. 15.
341Redacción. «Bautismos en Madrid», Revista Adventista
Ibérica, noviembre 1934, n1 11, pág. 7.
342Redacción, «Traslado de obreros», Revista Adventista
Ibérica, mayo 1933, n1 5, pág. 5.
343Revista Adventista Ibérica, julio-agosto 1935, n1 7, pág. 16.
344Redacción, «Notas Varias», Revista Adventista Ibérica,
1928, n1 1, pág. 16.
345Salvador M. Iserte, «Incidentes del colportaje con El
Conflicto», Revista Adventista Ibérica, 1928, n1 2, págs. 6-7.
346 Salvador Iserte, «Desde La Coruña», Revista
Adventista Ibérica, n1 6, pág. 11. Un nuevo informe:
«Buenas nuevas», Revista Adventista Ibérica, 1935, n1
5, pág. 14.
50
Aula 7
Enrique Abenia, que había estado como profesor en
el departamento de español en Collonges, regresó,
en 1933, para ayudar en la obra de Zaragoza.357
Fue nombrado Tesorero de la Unión, al marchar
347Redacción, «Traslados de obreros», Revista Adventista
Ibérica, mayo 1933, n1 5, pág. 5.
348Robert Gerber, «Progresos en la Misión del Oeste»,
Revista Adventista Ibérica, 1930, n1 4, pág. 13.
349Robert Gerber, «Asamblea anual del Comité de la Unión
Ibérica», Revista Adventista Ibérica, n1 1, pág. 12.
350Hans Struve e Isaías González, «Buenas noticias de
Barcelona», Revista Adventista Ibérica, 1932, n1 4, págs.
13-14.
351Redacción, «Notas varias», Revista Adventista Ibérica,
1932, n1 6, pág. 16.
352Redacción, «Traslado de obreros», Revista Adventista
Ibérica, mayo 1933, n1 5, pág. 5.
353Isaías González, «Recolección Otoñal», Revista
Adventista Ibérica, agosto 1933, n1 8, págs. 4, 8.
354Redacción, «Notas Varias», Revista Adventista Ibérica,
1930, n1 4, pág. 16.
355Redacción. «Noticias de la obra en España», Revista
Adventista Ibérica, noviembre 1933, n1 11, pág. 7.
356Redacción, «Espagne», Le Messager, abril 1936, pág.
23.
357Redacción, «Traslado de obreros», Revista Adventista
Ibérica, mayo 1933, n1 5, pág. 5.
DE TIERRA DE
MISIÓN A
UNIÓN IBÉRICA. LA IGLESIA ADVENTISTA DESDE 1903 A 1936
Barret.358 Y durante la guerra consiguió escapar con
su familia a Suiza.
I) Carlos Comabella
Lo encontramos colportando, en 1930.359 Hacia
1934 ayudó en Valencia como obrero pero por falta
de fondos volvió al colportaje.360
X. Las Finanzas
Hemos podido recoger unos cuantos datos que nos
permiten, apreciar el esfuerzo que hicieron la Unión
Latina, y por encima de ella, la Asociación General
desde los Estados Unidos para apoyar aquella iglesia española en sus humildes principios: Las cifras
están expresadas en francos suizos, que es la
moneda en la que la Unión Latina llevaba su contabilidad. Todos los datos los hemos extraído de la
revista Le Messager.
Indudablemente, son datos muy modestos,
puesto que el principio del trabajo de los adventistas
en España se basó sobre dos hombres, y uno de
ellos todavía soltero.
INGRESOS Y GASTOS
Año
1905
1906
1907
1908
1909
1910
1911
1912
1913
1914
1915
1916
1917
1918
1919
Ingresos
361,48
615,40
949,52
1.131,83
1.632,48
1.858,67
2.457,81
3.551,65
3.588,70
7.591,40
8.001,01
10.650,14
4.167,34
14.331,34
10.818,18
358Redacción,
DEL CAMPO ESPAÑOL
Gastos
4.409,10
8.598,56
11.603,78
13.828,84
15.757,05
20.317,99
21.517,88
——
——
——
——
——
——
——
65.659,62
Déficit
4.047,62
9.983,16
10.654,26
12.687,01
14.124,57
18.459,32
19.060,07
——
——
——
——
——
——
——
54.841,44
«Noticias», Revista Adventista Ibérica, abril
1935, n1 4, pág. 8.
359Hans Struve, «La Coruña- Barcelona», Revista
Adventista Ibérica, 1930, n1 5, pág. 10.
360Redacción, «Noticias», Revista Adventista Ibérica, abril
1934, n1 4, pág. 12.
361Según las normas adventistas una agrupación de iglesias,
generalmente a nivel nacional, serán Misión, todo el tiempo
en que necesiten ayuda de la organización superior para
cubrir los gastos de su presupuesto de funcionamiento. Y
cuando alcanza su independencia económica, será Asociación
o Unión”, dependerá de su extensión territorial.
En los años 1912 a 1918, no se publicaron los
datos de los gastos de cada campo de la Unión
Latina, por lo que no es posible hacer el cuadro
completo, pero del resto de los años, en que fueron
publicados, los datos permiten hacerse una idea de
las subvenciones que el campo español tuvo que
recibir para cubrir sus gastos. Es indudable que sin
la ayuda extranjera hubiese sido imposible pensar
siquiera en una iglesia adventista española.
A partir de 1919, de nuevo no habrá publicación
de datos contables de la Unión Latina, por tanto solo
podemos imaginar, pero es razonable pensar que
solo en tiempos muy recientes la iglesia adventista
española ha sido autosuficiente económicamente,
justo en el momento en que fue reorganizada como
Asociación, siguiendo las normas establecidas en
su organización.361
XI. La tragedia de la guerra civil 1936-1939
La guerra supuso un penoso y trágico paréntesis,
para todo el mundo protestante, y como no, también
para las iglesias adventistas, mal situadas en
ambos lados de la contienda. En la zona de Franco
por ser protestantes y automáticamente clasificados
como contrarios al nacionalcatolicismo, acusados
de masones y un largo etc.; pero en el lado republicano acabaron por sufrir también, porque pronto las
ideas anticlericales, dejaron en muy mal lugar a
cualquier expresión religiosa.
En las filas adventistas había indudables simpatías republicanas, que son comprensibles en una
minoría, que por un lado, estaba sufriendo la presión
constante de la Iglesia Católica que había tomado
una posición radicalmente de derechas, y por otro,
con un ansia de libertad que incluyese la libertad religiosa. Los dirigentes de la iglesia hicieron un serio
esfuerzo362 para controlar aquellas tendencias, y
mantener a la iglesia, como es su norma, en una
posición neutral en el terreno de la política.363
De todas formas, es indudable que no se puede
comparar la actuación de los dos gobiernos: del
lado republicano la Iglesia Adventista, en general,
no fue molestada, cosa que no ocurrió en la zona
de Franco.
362Tenemos
referencias de anuncios en las revistas adventistas, en las que se advierte contra la compra y difusión
entre adventistas de las publicaciones anticlericales que
empezaban entonces a proliferar.
363Es norma de la Iglesia Adventista que sus ministros no intervengan en cuestiones políticas, y tenga prohibida la pertenencia a cualquier partido político. Pero esto no impidió que
hubiese pastores más comprometidos en el bando republicano de lo que hubiese sido deseable. Para una discusión
de la posición de los adventistas frente a la política, ver el
número especial de la Revista Adventista a propósito de las
elecciones de 1977. Revista Adventista, febrero 1977.
Aula 7
51
ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
En la zona republicana, y en los primeros
momentos, se cierran las oficinas de la Unión en
Madrid y las capillas de Madrid, Valencia y Barcelona
(Consejo de Ciento), que estaban dirigidas por
extranjeros, y todos ellos salieron del país; Las oficinas y las capillas se cerraron no por intervención
gubernativa, sino porque no quedó nadie responsable para atenderlas. En sus puertas quedó un cartel
anunciando que en el interior existían bienes pertenecientes a súbditos americanos y que debían ser
respetados.364 Y efectivamente lo fueron.
Las congregaciones se siguieron reuniendo, en
los domicilios particulares, como y cuando pudieron,
siendo Barcelona (Consejo de Ciento) la que mejor
se supo organizar, y la que más ayuda recibió desde
Francia. En la zona de Franco, Robert Leo Odom,
consiguió del Comandante de la Octava División,
permiso para la capilla de La Coruña, con fecha 6
de agosto de 1936, y después tuvo que salir casi
huyendo por una incomprensible imprudencia.365
Las verdaderas dificultades aparecieron cuando
el ejército de Franco ocupó la totalidad del territorio
nacional conseguida su victoria en la guerra civil,
entonces las dificultades serían legales y personales, pero eso lo examinaremos más adelante.
A) Un intento de publicación fallido
Al principio del año 1936, exactamente el primer
número fue el de abril, apareció la revista Salud y
Hogar; el estilo de la revista dejaba ver la preocupación de su redactor, que era Succar, muy poca
religión, muchos temas de salud y muy socializante.366 Y según sus mismas declaraciones: «una
revista de salud, moral, y que presentaría un fondo
religioso, aunque no dogmático».367
La corta vida de aquella revista no permite un
análisis, ni de su éxito comercial, ni de su influencia
espiritual, solo dejamos registrado el intento, como
un prólogo a aquel trágico año de 1936.
B) El éxodo de los extranjeros
El año 1936 vio desaparecer de territorio español a
todos los pastores extranjeros, en manos de los
364Poseemos
la fotocopia de los carteles que se fijaron en
las capillas de Cirilo Amorós, 21, de Valencia y en Consejo
de Ciento, 370 de Barcelona. En ambos es el Cónsul
General de los Estados Unidos, que certifica que los bienes
del interior de la casa pertenecen a ciudadanos de los
Estados Unidos. En los dos se menciona que son bienes
sostenidos por la Asociación General de los adventistas y
por lo tanto perteneciente a extranjeros. A.A., D. n1 4.
365A.A., D. n1 2.
366Tenemos en nuestro archivo los números de abril, junio,
julio y agosto que fue el último publicado.
52
Aula 7
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
cuales estaban no solo la administración central de
la Iglesia Adventista sino algunas de sus más
importantes iglesias, y esa desaparición se debió a
diferentes razones.
1. Julio Miñán
Al comienzo del año 36, Julio Miñán se marchó a
Brasil de donde había venido; era un hombre
bueno, con muchos hijos.368, 369 Tuvo mucha suerte
en marcharse entonces, se evitó una tragedia.
2. James C. Culpepper
Inmediatamente después de ser ordenado como
pastor en abril de 1936, James C. Culpepper se
marchó de vacaciones y de paso se fue para asistir
a la sesión de la Asociación General que comenzaba el 26 de mayo. No pudo regresar de sus vacaciones, dejó todos sus enseres en su piso de
Madrid, que se perdieron.370
3. Robert Leo Odom
Robert Leo Odom, norteamericano, que residía en La
Coruña desde 1933, y que había conseguido los permisos necesarios para la capilla adventista, tuvo que
huir de España por un incidente, que según cuentan
testimonios orales, se le ocurrió ir a presenciar una
misa de campaña de las tropas de Franco, que iban a
partir hacia el frente, provisto de unos prismáticos y
una cámara fotográfica. Cuando todo el mundo se
arrodilló, él no lo hizo, no hace falta ningún esfuerzo
de imaginación para darse cuenta, de que llamó la
atención por no arrodillarse y después, porque con
todos los aparatos que llevaba, parecería más un
espía que un pastor. Lo cierto es, que, le detuvieron,
le llevaron a la policía y le interrogaron. Al decir que
era extranjero y además pastor protestante, le dejaron
en libertad pero le advirtieron por lo visto muy seriamente, que no podrían garantizar su seguridad. La
amenaza fue demasiado evidente. La realidad es que
la policía, oficialmente no quiso proceder contra él,
pero efectivamente a la noche siguiente vinieron unos
desconocidos a buscarlo. Felizmente advertido del
367Revista Adventista Ibérica, 1935, n1 8, pág. 12.
368Del relato de su traslado de Burgos a Vigo, deducimos
que tenía seis hijos, dos de los cuales eran gemelos.
Revista Adventista Ibérica, diciembre 1933, n1 12, págs.
4-5
369El relato del traslado de Julio Miñan a La Coruña, perdiendo sus hijos, llevando los bultos, es de verdadera odisea. Julio Miñán, «El viaje a Coruña», Revista Adventista
Ibérica, 15 noviembre 1935, pág. 10.
370Redacción, «La Conferencia General», Revista
Adventista Ibérica, julio 1936, pág. 12.
DE TIERRA DE
MISIÓN A
UNIÓN IBÉRICA. LA IGLESIA ADVENTISTA DESDE 1903 A 1936
peligro, consiguió escapar y embarcó en un barco
mercante con destino a su país.371
4. Hans Struve
Al empezar la guerra se encontraba en Barcelona, y
naturalmente en el lado republicano. El hecho de
que fuese alemán le hizo ser mal visto, sospecharon
de él como espía, por lo que después de algunas
amenazas, y temiendo por su integridad, consiguió
escaparse en un barco antes de que lo detuvieran.
5. A.J. Girou
A. J. Girou, que ya conocemos como Presidente de
la Unión Ibérica, establecido en España desde
noviembre de 1935, fue un hombre providencial,
valiente por venir a España en los momentos difíciles del principio del conflicto, almacenar los muebles
y enseres de los pastores Culpepper y Fitó en su
propia casa de Madrid, y visitar a los cónsules de
EE.UU. en Madrid, Valencia y Barcelona, para convencerlos de colocar las oficinas y las capillas, bajo
la protección de la gran nación americana,372 cosa
que funcionó, pues ni las oficinas ni ninguna de las
capillas fue molestada.373
Cuando informó de sus actividades escribió: «Al
principio de la guerra civil, nadie de nosotros hubiese soñado con la extensión de esta terrible lucha.
»Durante estos terribles tiempos, hemos sido
grandemente favorecidos por las autoridades
españolas [Se refiere a la zona republicana. N. del
A.], cada vez que hemos recurrido a ellas para
pedir ayuda. He visitado los consulados de los
Estados Unidos en Madrid, Valencia y Barcelona,
para colocar bajo la protección del Gobierno americano, las propiedades en territorio español,
cuando he probado satisfactoriamente para ellos,
que nos hemos establecido y tenemos en la
actualidad el apoyo de la Conferencia General en
Washington, esa protección se nos ha concedido
de la forma más cordial.»374
Después siguió viniendo a España, los dos primeros años de la guerra, trayendo siempre un vehículo con comida para los adventistas, que después
371Robert
Leo Odom, súbdito norteamericano estaba en
España desde 1931 y destinado en La Coruña desde finales de 1933, o principios de 1934.
372Poseemos en nuestro archivo personal, fotocopias de
los escritos extendidos por los cónsules de los Estados
Unidos, en Barcelona, y Valencia. El de Barcelona, protegiendo la capilla de la calle Consejo de Ciento, 270, tiene
fecha 19 de diciembre de 1936, extendido por Malhon F.
Perkins, Cónsul General en Barcelona. Documento n1 4.
El de Valencia, protegiendo la capilla de la calle Cirilo
Amorós, 21 principal, tiene fecha de 18 de diciembre de
se distribuía principalmente en Barcelona, aunque
algo de comida llegó alguna vez a Valencia.375
Pasado ese tiempo las iglesias de España fueron
abandonadas a su suerte, porque a medida que
Franco progresaba hacia Barcelona se hizo imposible venir para traer ayuda.
Es indudable que los locales de la Iglesia
Adventista quedaron protegidos en los lugares
donde la marcha de los extranjeros los habían dejado abandonados, pero eso no puede ocultar el descalabro que supuso el que la marcha de los extranjeros no pudiese ser cubierta por pastores españoles o por simples laicos que se responsabilizasen
del cuidado de los locales y de las funciones eclesiásticas. Es cierto que la mayor parte de los pastores españoles fueron movilizados como vamos a ver
más adelante, a pesar de ello al laicado no se le
concedió la responsabilidad. ¿No estaba preparado
para ello? o ¿simplemente no se confió en ellos?
Todo pudo ser. Lo cierto es que salvo la iglesia de
Barcelona, las demás quedaron paralizadas.
C) Ayuda de la iglesia de Francia a los adventistas españoles
Ante la necesidad de los adventistas españoles, las
iglesias adventistas de Europa, y dentro de ella,
especialmente de Francia, no fueron indiferentes y
durante los dos primeros años de la guerra, hicieron
llegar a Barcelona, alimentos que los adventistas
repartieron como mejor supieron entre sus miembros, pero que representaron una gran ayuda. El
pastor A.J: Girou, como ya hemos indicado, hizo
muchos viajes a España para traer aquella ayuda,
que vino muy bien a los adventistas españoles,
especialmente en Barcelona que es donde más
ayuda se recibió, y en una menor medida Valencia.
D) Los pastores españoles en zona
republicana
El primero de abril de 1936 fueron ordenados al
ministerio en Lisboa, los pastores James C.
Culpepper, Isidro Aguilar, Salvador Iserte y Óscar
Succar.376
1936, extendido por Thomas D. Davis, Cónsul General en
Valencia. Documento n1 4. Verso el escrito extendido por
el Cónsul General de Madrid, sería similar a los anteriores.
373A.J. Girou, “Word from Spain”, Review and Herald, 20
mayo 1937, pág. 14.
374A.J. Girou, “Word from Spain”, Review and Herald, 20
mayo 1937, pág. 19.
375A.J. Girou, Quaterly Review, 1938.
376A.V. Olson, “Las conferencias de Lisboa”, Revista
Adventista Ibérica, junio 1936, pág. 15.
Aula 7
53
ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
1. Óscar A. Succar y Ricardo Fitó, los pastores
republicanos
Al llegar el principio de la guerra, Óscar Succar y
Ricardo Fitó, el uno argentino, y el otro español de
Cataluña, tomaron una actitud muy beligerante, y
parece que decididamente política en favor de la
República. Las anécdotas que se cuentan, que evidentemente pueden ser exageradas, y que no
hemos podido comprobar documentalmente hasta
el momento actual, nos muestran a los dos en
posesión de pistolas, incluso haciendo ejercicios de
tiro en la oficina de Zurbarán, 2, sede de la Unión
Española, etc.377 Sin embargo, las diferencias entre
los dos hombres serán muy importantes, ya que
cada uno de ellos, iba a tomar caminos diferentes
Ricardo Fitó se marcharía pronto de España,
creemos que a finales de 1936378 o principios del
37. En Suiza tuvo todavía alguna actividad administrativa, aunque consiguió muy pronto pasajes para
Venezuela, donde fue un tiempo Tesorero de la
Misión Adventista Venezolana, y aunque hubo un
espacio de tiempo, en que por diferentes razones,
no estuvo en armonía con la Iglesia Adventista, volvió después a ella, y en ella permaneció hasta el
final de sus días.379
Óscar Succar, desarrollo una intensa labor
como activista político. Lo cierto es que nada más
empezar la guerra, los acontecimientos en su vida
se precipitaron. Sabemos que su esposa Frenita,
se marchó a los EEUU, que él tuvo una hija natural
con una joven llamada Vicenta Navarro, y parece
que tuvo una actividad destacada durante la guerra: Unos dicen que fue secretario de “El
Campesino”, otros, que tuvo coche oficial con chofer, lo cierto es que al final de la guerra desapare377Las
fuentes son muy abundantes, aunque quizá haya
un poco de exageración. De todas ellas, hay dos datos que
varios testigos pudieron ver: un agujero de bala en las oficinas de Zurbarán, y munición de pistola que se encontró
en las oficinas de Zurbarán y que con el consiguiente susto se tuvo que hacer desaparecer.
378Los libros contables de la Unión tienen inscripciones hechas por Ricardo Fitó hasta diciembre del 36. R. Fitó
además cobró el salario hasta diciembre del 36 en España
(libro de caja de la Unión).
379Quaterly Review, 1938, pág. 8
380Testimonio personal de Isidro Aguilar, Isaías González,
y Félix Valtueña, al autor.
381 Los pastores en la zona republicana fueron:
Isidro Aguilar, como era maestro nacional, enseñó en una
escuela, francés y otras asignaturas.
Daniel Sanz, fue conductor de ambulancias.
Isaías González, por ser destinado a servicios auxiliares,
fue escribiente.
Félix Valtueña, que quedó en zona republicana aislado de
su familia, consiguió pasar a la zona de Franco, vía Francia.
Carlos Comabella, que estaba en Vigo, se trasladó a La
54
Aula 7
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
ció, y que afortunadamente nadie estableció la relación entre la actividad de este hombre y la Iglesia
Adventista.380
El resto de los pastores españoles que quedaron
en la zona republicana durante la guerra, tuvieron
que arreglarse para sobrevivir, unas veces gracias a
los diezmos que los miembros siguieron pagando y
otras buscándose trabajo, esto, cuando no fueron
llamados a filas, en el ejército.381
2. Salvador Iserte
Nos queda un personaje que tuvo su importancia,
por estar en Barcelona durante buena parte de la
guerra. Nos referimos a Salvador Iserte. Varios testimonios afirman que durante la contienda fue miembro del cuerpo de sanitarios del ejército republican.
Otros señalan que fue oficial en el ejército republicano, o a lo menos lució uniforme de oficial.382 Este
último extremo desmentido por el propio interesado.383 Ya fuera como sanitario u oficial, ello le permitió atender la Iglesia de Barcelona y visitar las otras
iglesias de Cataluña, gracias a su uniforme.384
Lo que sí es posible afirmar es que no hizo daño
a nadie, al contrario, sirvió como pudo a la iglesia.
Cuando el ejército republicano fue derrotado, se
marchó a Francia, y allí fundó la iglesia de Perpiñán.
Sus explicaciones proféticas le crearon, de nuevo,
dificultades con las autoridades de la Francia ocupada que lo deportaron a Argelia. La realidad es que
no se atrevió a volver a España hasta que el Pastor
Struve pudo mirar su expediente y habiéndole asegurado que no tenía nada que temer, finalmente volvió a España, un poco obligado por la dirección de
la Misión Española, y se reintegró como pastor, sin
más consecuencias.385
Coruña, después de la marcha de Robert L. Odom.
Enrique Abenia, pasó la guerra en Suiza.
382Hubo muchos en el ejército republicano que fueron nombrados oficiales, compraron su uniforme y lo usaron, aunque
luego nunca recibieron su nombramiento oficial. Este
pudiera ser el caso del pastor Iserte, que además refirió al
autor que aquel uniforme lo había comprado personalmente.
383El pastor Salvador Iserte sostiene que no fue oficial del
ejército republicano, sino simplemente «cabo honorífico»
sanitario y que «¡por eso su uniforme era muy bonito!». No
obstante, como anécdota cabe señalar, que el interesado
nunca ha querido referir al autor señalar en qué unidad o
regimiento hizo su servicio militar en Barcelona.
384Testimonio ilustrativo es el relatado por la esposa del
autor: El pastor Salvador Iserte fue de Lérida a Serós, andando, con la esposa del autor, que entonces era una niña
de 11 años, para visitar la iglesia de Serós, y realizó la Santa
Cena, vestido con su uniforme.
385Lo cierto es que no estuvo de regreso en España, hasta una fecha que se puede fijar entre 1942 y 1943, según
se puede desprender del libro de caja de la Misión
Española.
DE TIERRA DE
MISIÓN A
UNIÓN IBÉRICA. LA IGLESIA ADVENTISTA DESDE 1903 A 1936
3. Isaías González
La guerra le sorprendió en Cartagena, y fue movilizado en el cuartel de Ontigones, batallón de servicios auxiliares. En un momento determinado se
negó a llevar armas, por lo que le mandaron se confinase en el pabellón de los soldados donde esperó
que pasase lo peor, sin embargo no pasó nada. Sus
jefes supieron apreciar su posición, y su valentía,
todo un detalle de comprensión, no fácil para un
militar. Y así pudo rendir su servicio militar en servicios auxiliares. De esta forma Isaías González se
convirtió junto con Conrado Minguillón, un laico, en
los primeros adventistas españoles que fueron objetores de conciencia.386
4. Daniel Sanz
No era realmente un pastor, sino un estudiante de
teología que llamado a filas se incorporó en el ejército como conductor de ambulancias, y no tenemos
registrado el que tuviese ningún problema.
E) Los pastores españoles en la zona de Franco
1. José Boix, “paseado”
El pastor de la Iglesia de Zaragoza, al comenzar la
contienda, era José Boix. Una madrugada de finales
del 36 o principios del 37, un grupo de hombres
armados, vinieron a buscarlo a su domicilio, (San
Agustín, 11), que era al mismo tiempo capilla y se lo
llevaron. El cuadro de aquel hombre arrodillado con
toda su familia para orar pidiendo ayuda, delante de
sus captores, antes de acompañarles, no debió ser
fácil de olvidar incluso para sus captores.
Tal y como él lo contaba después: junto con otras
personas que también habían ido buscando, los llevaron a las afueras de Zaragoza y sacándolos del
automóvil en el que los habían ido metiendo, fueron
matándolos. El pastor Boix, al salir del automóvil y
comenzar a andar en la oscuridad, tropezó y se
cayó en unos matorrales que medio le cubrieron y
no le vieron, por lo que salvó la vida. Le quedaron
grabadas en su mente las preguntas que alguno del
grupo hacía a los otros, cuando volvieron a entrar
en los automóviles para marcharse, interesándose
por quién se había encargado de aquel bajito del
“bigotito”. –José Boix era un hombre bajo de estatura y usaba bigote.– Lo cierto es que unos pensaron
386Dadas
las circunstancias, ni en el caso de Isaías
González ni en el de Salvador Iserte se dispone de documentos. La información es aportada por testimonios personales o de los propios interesados. Y probablemente no
que habían sido los otros, y de esta forma salvó la
vida.
Este incidente trágico, le costó una larga enfermedad, trastornos nerviosos y procesos de enorme
de angustia. Lo curioso es que cuando abría una
Biblia, aquel hombre se transformaba, tanto que
será difícil que España, produzca otro pastor de
semejante categoría; fecundo, consagrado, amable;
todo un hombre de Dios.
En 1939 el pastor Boix, fue nombrado Presidente
de la Iglesia Adventista en España, y encargado de
hacer una gestión ante el Gobierno de Franco,
entonces con sede en Burgos, cuando se suponía
que iba hacia allí, desapareció. Su familia incluso
pensó que lo habrían detenido de nuevo o quizá
matado. No fue así, sino que sintiéndose perseguido, había huido y se había escondido en casa de la
familia González –los padres de la esposa del
autor–. Este hecho ha sido un secreto bien guardado por todos los protagonistas, hasta la preparación
de este trabajo, y nos ha parecido que era tiempo de
desvelarlo por mostrar los sufrimientos que produjeron aquellos años de terror, en una pequeña comunidad religiosa como era entonces la Iglesia
Adventista.
Ignorantes de este hecho, la Iglesia Adventista
hizo gestiones incluso delante del Gobierno de
Burgos, interesándose por el destino del pastor Boix,
pero este se mantuvo escondido temiendo por su
seguridad, hasta un par de meses después cuando
llegó a Zaragoza el pastor Isaías González, y que
venía a sustituirle en Zaragoza, pensando que sustituir al desaparecido era como venir también a morir.
No hace falta tener mucha imaginación para tratar de
ver el enorme compromiso de la familia González,
que escondían a un pastor perseguido y que con placer guardaron el secreto, pero que cuando vieron que
el pastor González, que era su hijo, venía a
Zaragoza, convencieron al pastor Boix a salir de su
encierro. Mirado con un poco de perspectiva, puede
parecer un incidente que no tuvo consecuencias trágicas, pero marcó una época de verdadero terror, y si
se piensa que entonces la Iglesia Adventista tenía
ocho pastores, el porcentaje que supone una experiencia como la del pastor Boix, es enorme.
Después de estos incidentes, el pastor Boix,
siguió en su ministerio, a pesar de las secuelas que
aquel incidente habían dejado en su salud, fue pastor de Barcelona y Valencia, donde alcanzó la edad
de la jubilación.
se precise una investigación más pormenorizada. En cuanto a Isaías González, por entrevistas personales y testigos,
se dispone de suficiente material para establecer con seguridad su trayectoria durante la guerra.
Aula 7
55
ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
F) Las iglesias en zona republicana
La realidad es que las capillas se cerraron en
Madrid,387 Valencia,388 Jérica, Lérida, Cartagena y
Terrassa. Siendo la capilla de Consejo de Ciento
370, la que continuó funcionando con alguna regularidad, teniendo algunos servicios y una vida de
fraternidad, incluso tuvieron bajo la dirección del
pastor Salvador Iserte un cierto número de bautismos, aunque es indudable que los paquetes de
comida procedentes de Francia y que se repartían
únicamente entre los miembros bautizados, tuvo
algo que ver con ello.389
G) Las iglesias en la zona de Franco
Zaragoza será la típica capilla en la zona de Franco.
Estuvo cerrada desde 1936, hasta 1946. Los miembros de la iglesia adventista, estuvieron totalmente
paralizados y temerosos, se reunían por las casas
en pequeños grupos para celebrar el culto, recoger
sus ofrendas y funcionar como iglesia, lo mejor que
pudieron. Hasta la publicación del Fuero de los
Españoles, prácticamente no dieron señales apenas de vida. Sobre todo después de los acontecimientos que rodearon al pastor José Boix.
Como ya ha sido referido, la iglesia de La
Coruña que había recibido el permiso después de la
gestión de Leo Odom y cuya capilla que estaba
situada en la calle García Hernández, 98, 11 izquierda, se constituyó así en una excepción en toda la
zona dominada por Franco.390
Aquella excepción duró muy poco pues en el
momento de la marcha de Robert L. Odom fue
cerrada. Vigo corrió la misma suerte.
H) La feligresía y la guerra
Los miembros de la Iglesia Adventista sufrieron la
guerra de muy diversa manera: Unos como José
González, y Rafaela Pérez, su esposa, Agustina
Aguilar –abuela del autor–, y otros, resistieron en
Madrid, sin daño personal, ni moral, siendo capaces
de estudiar tres años, el mismo librito de Escuela
387La
última iglesia en mandar sus diezmos a la Unión, fue
la iglesia de Madrid. Septiembre de 1936. Libro de Caja de
la Unión. Color negro. En Editorial Safeliz.
388Es curioso que la iglesia de Valencia, aunque allí quedó
el pastor Aguilar, sin embargo no continuó abierta. La prudencia, quizá excesiva del pastor, aconsejo que no se destacasen demasiado.
389Barcelona, llegó a tener diez bautismos, pero no se
puede negar que en aquellos bautismos tuvo mucha influencia la comida que se recibía de Francia, puesto que
en el reparto únicamente entraban los miembros bautizados de la iglesia. Salvador Iserte, Quaterly Review,
1938.
56
Aula 7
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
Sabática, que normalmente se edita cada trimestre.
Y guardaron sus humildes ofrendas y diezmos los
tres años de la guerra para entregarlos al final de la
misma, al primer pastor que les visitó, esto cuando
les sirvió el dinero guardado.
Conrado Minguillón, un miembro de Zaragoza, lo
pasó peor. Al negarse a llevar armas y a trabajar en
sábado, le dieron tales palizas, que se volvió loco.
Siendo quizá el primer objetor de conciencia adventista que sufrió por sus convicciones religiosas.391
Otro incidente grave se produjo en la zona de
Franco: Un muchacho adventista, enrolado en el
ejército de Franco, que se llamaba Pedro Pérez,
tenía su novia en Valencia, que por cierto se llamaba Lidia Górriz, y no tuvo más ocurrencia que escribirle una carta diciéndole que por verla estaba pensando en pasarse al campo republicano. Cogida
esta carta por la censura militar, descubierto además que era protestante, fue sometido a juicio
sumarísimo y fusilado.
Es indudable que el incidente, aunque trágico,
no tiene connotaciones religiosas exclusivamente.
Es verdad que el muchacho cometió una terrible
imprudencia, al escribir que deseaba pasarse a las
líneas del enemigo por ver a la novia. Pero no es
descabellado pensar que en la dureza del castigo
influyese la religión del muchacho.
Cuando la guerra hubo acabado, se pudo hacer
un balance de los daños que la guerra había causado a aquella comunidad adventista. Los efectivos de
miembros quedaron reducidos a la mitad, entre
muertes y apostasías.
I) El epílogo de la guerra
Cuando la guerra civil termina el año 1939, Hans
Struve, pudo volver para interesarse por la feligresía
española, aunque cuando solicitó volver al país
como pastor le denegaron el permiso.392 Franco
estaba dispuesto a no facilitar el resurgimiento de
los protestantes españoles.
También a finales de 1939, se nombró a José
Boix, Director de la Iglesia Española, haciendo de
España una Misión dependiente directamente de
390El oficio de autorización lo expidió la Octava División,
Comandancia Militar, Delegación de Orden Público, negociado 31, n1 159. «Visto su escrito del 6 del actual,
he resuelto autorizarle para la celebración de los cultos
de la Congregación Cristiana de los Adventistas del
Séptimo Día, establecida en esta ciudad, calle García
Hernández, 98, 11 izda. La Coruña a 8 de agosto de 1936.
El Delegado de Orden Público [la firma ilegible].» El oficio dirigido a Robert Leo Odom, calle Gelrera, 23, 41. A.D.
D. n1 2.
391Testimonio de Isaías Gonzalez y muchos otros al autor.
392Juan Lozano, «La Iglesia de Madrid», Revista Adventista,
septiembre 1978, pág. 41.
DE TIERRA DE
MISIÓN A
UNIÓN IBÉRICA. LA IGLESIA ADVENTISTA DESDE 1903 A 1936
la División Sudeuropea, pero José Boix en su primera actuación como Director, como ya hemos
contado desapareció. Este incidente muestra las
limitaciones de personal en el que podría haberse
apoyado la Iglesia Adventista para recomponer
sus iglesias y sus cuadros directivos. La realidad
es que de los cuatro pastores disponibles algunos
no querían volver, como fue el caso de Salvador
Iserte, y los que estaban en el interior de España
estaban en condiciones lastimosas para tomar las
393«Interestins
riendas de aquellas congregaciones atemorizadas.
La División Sudeuropea, cuando se supo los
hechos, nombró un nuevo Director en la persona de
Isidro Aguilar.393 Con ese nombramiento, la Iglesia
Adventista se puso de nuevo en marcha, lentamente al principio, en primer lugar porque la feligresía
había quedado reducida a la mitad de sus efectivos
y por otro, por el terror que inspiró la represión desencadenada por Franco al final de la guerra.
Items», Quaterly Review, 1939, pág. 8.
De izquierda a derecha: Capilla de la calle Mercaders, 40; Iglesia de la Canuda, hoy una plaza pública; Lugar donde
pudo estar la capilla de Lepanto; Consejo de Ciento, 370. Lugar memorable.
A la izquierda, Acequia Condal, durante años, bautisterio oficial de la iglesia de Barcelona.
A la derecha, en la terraza de Consejo de Ciento, 370 de izq. a der., Daniel Sanz, R. Fitó,
L. J. Sténe, de pie, Damiana Cazorla, María Serra, Josefa de Aguilar, María Montserrat de
Basterra, Noemí Iserte. Arriba, I. Aguilar y José Boix entre otros.
Calle Besalú, 23,
viviendas y sede,
enfrente estuvo la
Casa Editora.
A la izquierda, Colportores en 1914, Zaragoza. de izq. a der. Salvador Iserte, John L.
Brown, David Badenas, Santiago Mercado, Joaquín Matas, José Ferri y Marcelo Fayard. A;
la derecha, adios en la Estación de Francia en Barcelona, al pastor Knight.
Aula 7
57
De la intolerancia
a la libertad
José Antonio Valtueña
Quiero decir ante todo que no va a ser un tema de citas de nombres
o de fechas, porque es una época de la que se han guardado pocos
archivos, pocas notas… Me voy a referir sobre todo a cómo hemos
vivido aquella época que comienza en la guerra civil.
A diferencia del orador que brillantemente me ha precedido voy a ser parco en la citación de nombres y
fechas, en particular porque voy a ocuparme de una
época de la que, por motivos obvios, se han guardado pocas referencias escritas.
En primer lugar quisiera referir brevemente el comienzo de mi vinculación con el adventismo. Corría
el año 1928 y vivía en San Sebastián un señor que
tenía una pequeña empresa de alquiler y reparación
de automóviles, que le permitía vivir con cierto desahogo. Pese a su buena posición económica, este
señor sufría una profunda inquietud de carácter religioso, lo que le condujo a adquirir una Biblia y a formular a su párroco numerosas preguntas a medida
que la iba leyendo. Así observó que en el Antiguo
Testamento se prescribía el pago de diezmos y este
buen señor comenzó a entregarlos al párroco, quien
se quedó absolutamente estupefacto ante conducta
tan insólita.
Un buen día, nuestro personaje recibió la visita de
un vendedor de libros religiosos (llamado colportor,
galicismo que no se halla en el diccionario de la Real
Academia), al que le compró El conflicto de los siglos.
Tras leerlo con avidez llegó a la conclusión de que su
contenido era la “verdad” que él ávidamente buscaba. Tras sucesivas conversaciones con aquel vendedor, de nombre Pedro Jové Pena, nuestro hombre
fue bautizado el 10 de julio de 1929 en una playa cercana a San Sebastián. Este señor era mi padre, que
tenía entonces dos hijos: mi hermano Félix y quien
ahora les habla. Ese comienzo de mi vinculación con
el adventismo adoptó después un aspecto un tanto
dramático.
Mi padre estimó que no tenía derecho a guardar
para sí un mensaje tan importante y que tanto bien
58
Aula 7
espiritual le había reportado. Por ello abandonó su
pequeña empresa automovilística y comenzó a vender El conflicto de los siglos. El quebranto económico fue tan grande que mi madre, mi hermano Félix
y yo tuvimos que ir a vivir a la casa de mis abuelos
maternos, hasta que mi padre adquirió la destreza
necesaria en su nuevo oficio de vendedor para subvenir a las necesidades de la familia y esta pudo entonces reagruparse.
La Guerra Civil y la posguerra
La intolerancia hacia el adventismo no comienza en
la Guerra Civil de 1936-1939 sino que, en mi propio
recuerdo, es ya anterior. En la Iglesia Adventista ubicada en la calle de la Flora, en pleno centro de Madrid,
pronunciaba una serie de conferencias sobre temas
de actualidad el pastor Óscar Antonio Succar, al que
se ha referido copiosamente mi predecesor y cuya
biografía auténtica está todavía por escribir. Creo que
era el año 1935 y el pastor combatía en una de las
conferencias la idea de que la raza aria tenía rasgos que le daban primacía en la humanidad. Cuando
el público, entre el que yo me contaba, escuchaba al
pastor Succar con la mayor atención se produjo un
acontecimiento insólito: apareció un grupo de falangistas –“valerosos” como es sabido– que volcó y rompió sillas, interrumpiendo aquella conferencia cuya
temática no era de su agrado. Esa es mi primera vivencia de la intolerancia, que más tarde tendríamos
ocasión de experimentar y sufrir en numerosas ocasiones.
Vino después la Guerra Civil, época convulsa para todos los españoles y de modo particular para los
adventistas. Creo que fue Barcelona la única ciudad
DE
LA INTOLERANCIA A LA LIBERTAD
en la que el adventismo conservó cierta estructura,
mientras que en Madrid se produjo una desmembración total: el hambre, los bombardeos y la participación en el ejército republicano de pastores tan
destacados como Succar y Fitó ejercieron un efecto
demoledor. Dos cifras son a ese respecto demostrativas: en el año 1935 había en España 369 adventistas, mientras que en 1940 un primer recuento daba una cifra de 245 miembros. Sin embargo, en
1950 se llegaba ya a 793 adventistas, triplicando así
el número censado al término de la Guerra Civil.
Se debió este éxito en buena parte al trabajo abnegado de los pastores que se fueron incorporando a
la labor evangélica en aquellos difíciles años de la
posguerra, entre los cuales es preciso recordar a los
hermanos Antonio y Luis Bueno y a los hermanos
Ángel y Enrique Codejón.
Esta fructífera labor se desarrolló en condiciones
realmente penosas. En los primeros años de la posguerra estaba prohibido reunirse más de cinco personas, considerándose subversiva cualquier reunión que rebasara esa cifra. Por supuesto no
celebrábamos cultos sino solo el estudio de la escuela sabática, para el que obviamente se necesitaban maestros en buen número, algunos tan noveles en estas lides como el que ahora les habla.
Pese a todos los problemas, en el año 1941 (solo
dos años después de terminada la guerra civil) tuvo lugar en Zurbarán 2, en donde estaban las oficinas centrales de la iglesia y una rudimentaria librería abierta solo a los miembros, un bautismo casi
multitudinario, de 17 personas, incluido quien ahora les habla. El pastor Isidro Aguilar ofició en esta
ceremonia, efectuando nuestra inmersión en una
simple bañera.
Uno de los problemas que más dificultades causó
a los adventistas en los años cuarenta y cincuenta
fue que se nos equiparara a los masones, contra los
cuales Franco tenía una particular inquina que puso
de manifiesto con la creación del Tribunal de
Represión de la Masonería y el Comunismo. Parece
que esa inquina derivaba del hecho de que Franco
quiso ser masón y su solicitud fue rechazada por la
logia que debía cursarla.
Conviene señalar aquí que en aquellos años tenebrosos la actitud de la Iglesia Católica hacia los protestantes en general, y los adventistas en particular,
rayó en lo inquisitorial. Para conocer lo que fue el nacionalcatolicismo recomiendo vivamente la lectura del
libro de Julián Casanova La iglesia de Franco. Es un
libro que, por oscuros motivos, desapareció rápidamente de las librerías después de su aparición. Para
tener una idea de su contenido me permito leer lo que
escribí en la página de títulos en mayo de 2002: «No
llego a terminar la lectura porque me resulta nauseabunda esta Iglesia Católica».
Tres grandes escollos
Entre mis vivencias de aquella época de intolerancia
deseo resaltar tres acontecimientos que muestran de
modo explícito las dificultades que habíamos de afrontar en nuestro devenir cotidiano. Me quiero referir al
matrimonio, el servicio militar y los estudios.
Matrimonio. Es sabido que no se podía contraer
matrimonio civil siendo católico, pero la mayoría de
los jóvenes adventistas de entonces éramos católicos por bautizo, de modo que los jueces nos exigían
la presentación de un acta notarial en la que el exponente declaraba públicamente y ante testigos que no
profesaba «la religión católica, apostólica y romana».
Incluso con este acta en la mano había que encontrar un juez “comprensivo”, que admitiera esta especie de abjuración de la religión católica. La joven
generación adventista debería ver como una auténtica bendición el actual reconocimiento por las autoridades civiles de los matrimonios celebrados en las
iglesias adventistas. ¡Cómo han cambiado los tiempos!
Servicio militar. Casarse era difícil, pero cumplir
el servicio militar rayaba en la pura heroicidad. Dos
obstáculos enormes aparecían ante el joven adventista: la jura de bandera y el servicio de armas. Deseo
citar aquí el caso ejemplar de Francesc X. Gelabert,
que se produjo en los años 1974-1975, esto es, 35
años después de terminada la Guerra Civil. Gracias
al diario mantenido por este sufriente soldado podemos rememorar su odisea con gran exactitud.
El 24 de marzo de 1974, el teniente al mando de
Gelabert le comunica que la asistencia a la misa que
precede a la jura de bandera es obligatoria para todos los reclutas sin excepción. Ante la firme negativa de Gelabert, el coronel del regimiento ordena su
ingreso en el calabozo. Al día siguiente le retiran todos sus libros, incluida la biblia católica, que tal vez
consideraban subversiva los militares de aquella triste época. Dos semanas más tarde Gelabert es trasladado a la cárcel de Carabanchel, tristemente famosa entre los opositores al franquismo.
El 13 de noviembre de 1974, Gelabert es conducido esposado en furgón cerrado, custodiado por la
Guardia Civil, ante el consejo de guerra, que le juzga sumariamente y le condena a tres años y un día
de prisión a cumplir en un batallón disciplinario. Como
sucedió con cierta frecuencia en aquellos años inhóspitos para los adventistas, Gelabert encuentra un
alma compasiva en la persona del teniente coronel
responsable de la prisión militar ubicada en el castillo de Santa Catalina, en Cádiz. Le ofrece trabajar en
su oficina y Gelabert, según testimonia en su diario,
disfruta de «habitación individual sin cerrojos, radio,
televisión, correspondencia sin censura y paseos por
el patio».
Aula 7
59
ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
Dos meses más tarde y gracias a las gestiones de
altos dirigentes de la Iglesia Adventista, Franco firma
el indulto particular de Gelabert, quien se reincorpora a su regimiento de origen, en Alcalá de Henares,
y jura bandera sin misa en el despacho del teniente
coronel. Sin embargo, su odisea estuvo todavía a punto de terminar de mala manera, pues un jefe militar,
disconforme con el indulto, ordenó su traslado a El
Aaiun (en el actual Sahara occidental), severa medida que no llegó a realizarse.
Estudios. Para el adolescente o el joven adventista eran una auténtica carrera de obstáculos, centrada sobre todo en la necesidad de tener el sábado libre. De ahí que cursar la enseñanza secundaria
en un centro oficial resultara prácticamente imposible e incluso temerario dada la posibilidad de desencadenar denuncias que podrían repercutir nocivamente en toda la familia de ese alumno poco afín a
los “valores” que los sucesivos gobiernos franquistas
trataron de imponer a machamartillo.
La solución consistía en hallar un centro de enseñanza secundaria cuya dirección estuviera dispuesta a transigir con las ausencias del sábado. Más difícil de eludir era el estudio de la religión, que era
naturalmente la católica, apostólica y romana, asignatura de carácter obligatorio. Así pudimos tener en
casa de los Valtueña un catecismo, del que recuerdo
muy bien una imagen de San Luis Gonzaga, que según el autor «por el dolor desmaya», y que mi hermano Félix transformó en «por el dolor se...» (rima
casi espontánea), con gran regocijo de los tres hermanos.
Lo que hoy resulta plenamente absurdo era motivo de fuerte inquietud en aquellos años de intolerancia. Me permito citar un ejemplo concreto y elocuente: junto a la academia adonde asistían cotidianamente
los tres hermanos Valtueña existía una iglesia y sucedía con cierta frecuencia que el párroco iba hacia
la casa de un enfermo muy grave con una cajita en
la que guardaba la hostia consagrada. El recorrido se
efectuaba a golpes de campanilla que agitaba un sacristán. Al paso de esta reducida, pero impresionante comitiva, las señoras y los niños se arrodillaban,
mientras los hermanos Valtueña corrían presurosos
hacia el portal más próximo para no verse en la tesitura de arrodillarse en un acto de idolatría que su
religión les prohibía.
Más problemáticos resultaban entonces los estudios universitarios. Naturalmente se podía faltar a las
clases en sábado, pues casi siempre había un buen
compañero que nos cedía los apuntes, pero de vez
en cuando teníamos un examen en sábado, lo que
suponía en el peor de los casos quedarse con la asignatura pendiente hasta la repesca de septiembre.
De nuevo se planteaban arduas dificultades al hacer oposiciones para obtener un cargo público, pero
60
Aula 7
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
también en estos casos surgían personas que nos
trataban con benevolencia y no como a parias. Así,
en enero de 1950, un jefe político de Falange
Española Tradicionalista y de las J.O.N.S. certificó mi
“firme adhesión a los postulados del Movimiento
Nacional”, lo que me permitió acceder a las oposiciones para obtener una plaza de médico de
Asistencia Pública Domiciliaria.
Primeros aires de libertad
En 1944 se promulgó el Fuero de los Españoles, que
“garantizaba” el libre ejercicio de la religión. Sin embargo, como antes hemos señalado en relación con
el caso de Francesc X. Gelabert, ese libre ejercicio
estuvo sometido a enormes cortapisas y a interpretaciones malévolas durante muchos años. Ahora bien,
sirvió para que comenzaran a celebrarse reuniones
públicas en las iglesias a las que se invitaba a personas del exterior, en general amigos o familiares de
los miembros de iglesia. Eramos pocos, pero nos propusimos estar bien organizados y así la primera reunión de los jóvenes de Madrid, celebrada el 18 de noviembre de 1945, dio ya lugar a un pormenorizado
informe que detalla la actuación de hermanos de grato recuerdo ya desaparecidos.
Pero tiene que llegar al año 1978 para que esas brisas de libertad se transformen en un sólido soplo.
Para mí ese año marca el final de la intolerancia, pues
en los meses de febrero y marzo tuvo lugar en esta
ciudad, y nada menos que en el Aula Magna de la
Universidad Central, una serie de conferencias bajo
el titulo de «Heterodoxos en España». Los títulos y
los oradores fueron los siguientes: la primera, «Miguel
Servet frente a Calvino y la Inquisición», estuvo a cargo de quien ahora les habla; la segunda fue pronunciada por el orador que me ha precedido, el profesor
José López, y versó sobre «Un adventista español
desconocido: Manuel de Lacunza». La tercera conferencia corrió a cargo de Félix Valtueña Borque, quien
trató de «Mis antepasados los adventistas», y la última, pronunciada por Daniel Basterra, tuvo como título: «Adventistas españoles, ¿una vocación permanente a la ilegalidad?».
Esa fue la primera ocasión, para mí inolvidable, en
que oí hablar en catalán en público, y nada menos
que en la universidad, pues algunos asistentes formularon preguntas en este idioma, a las que solo pude contestar en castellano, lo que tal vez va a suceder de nuevo al término de esta conferencia.
Ya unos años antes se había producido en un ámbito muy distinto un fuerte embate contra la intolerancia hacia los adventistas. Me refiero a la aparición
en la revista Triunfo en 1970 de dos artículos del teólogo católico Enrique Miret Magdalena relativos a
los adventistas. Uno de ellos, anunciado en la porta-
DE
LA INTOLERANCIA A LA LIBERTAD
da de la revista con grandes titulares, trataba de los
«Adventistas en España», y el otro se refería más específicamente a la obra médica adventista y tenía por
título «Profetas de la salud».
Un caso ejemplar. Por haberlo vivido y sufrido de
cerca deseo referirme a lo sucedido en la clínica que
titulamos un tanto pomposamente Instituto Clínico de
Fisioterapia. De hecho fue una clínica pionera por
la importancia que concedíamos a dos aspectos
terapéuticos absolutamente novedosos: la hidroterapia y la rehabilitación. Para este segundo cometido
construimos, con la habilidosa ayuda de Félix López,
miembro de la iglesia de Madrid y mecánico de precisión, una mesa que mediante toda una serie de poleas y pesas hábilmente distribuidas permitía la rehabilitación de todas las articulaciones. Esta mesa
tuvo la “dicha” de recibir calurosos elogios del Dr. J.
Wayne McFarland, especialista en medicina física y
rehabilitación, famoso más adelante por idear el «Plan
de 5 días para dejar de fumar».
La clínica tenía además consultas de medicina general y tocoginecología (esta a cargo del Dr. Isidro
Aguilar), servicios de urgencia y de enfermería, rayos X y un pequeño laboratorio. Iniciamos nuestras
actividades en diciembre de 1952, pero a los seis meses la Jefatura Superior de Policía clausuró la clínica colocando los torvos precintos que impedían la entrada al personal y a cualquier paciente. Según el
policía encargado de ejecutar la clausura, la causa
auténtica de esta siniestra decisión, aunque no la alegada en el oficio de la Jefatura Superior de Policía,
era que estábamos utilizando el Instituto Clínico de
Fisioterapia para hacer proselitismo.
Nada más lejos de la realidad. Precisamente y ante el temor de que sucediera lo que sucedió, pusimos el máximo empeño en no dar a conocer nuestra vinculaciáii con la Iglesia Adventista. La clínica se
reabrió en octubre de 1953, pero la repercusión de
su clausura policial fue tan nefasta que cortó de ra-
íz su marcha ascendente en lo económico y en la
captación de clientela, Ahora bien, la clausura no impidió que el policia encargado de colocar los precintos fuera más tarde cliente mío. Pero cuando lo visitaba siempre me surgía la tentación, pronto
reprimida, de si debía recetarle penicilina o estricnina...
De esta segunda época del Instituto Clínico de
Fisioterapia recuerdo con especial agrado los cursillos de primeros auxilios que organizamos para dar a
los jóvenes adventistas unos conocimientos básicos que les permitieran hacer el servicio miltar como
auxiliares sanitarios, obviando así el espinoso problema del servicio de armas. Pocas veces he visto tal
entusiasmo en el aprendizaje de conocimientos y como prueba tengo aquí las excelentes calificaciones
que obtuvieron al finalizar el cursillo los jóvenes de
entonces: Jacinto Sabaté, Joan Calvete, Andrés Fusté,
Ferran Sabaté...
Corolario
Cuando ya tocaba a su fin aquella época de cruel intolerancia, con frecuencia atrabiliaria, pronunció una
conferencia en Madrid el hispanista francés Marcel
Bataillon, en la que afirmó que «la intolerancia es
un fenómeno corriente en paises de religiosidad gregaria». Así era la religiosidad en aquella España, pero no todo es negativo en la intolerancia. Me ha permitido dar esta conferencia en un lugar tan señero
como el Ateneu de Barcelona, con la esperanza de
que los jóvenes adventistas de hoy sepan disfrutar
de hechos banales, pero llenos de significado: asistir al templo sin temor a ser espiado, cumplir veinte
años sin temor a padecer en el servicio militar, cursar estudios pudiendo observar el descanso sabático... en definitiva gozar de la tolerancia después de
decenios e incluso siglos de intolerancia más o menos feroz. Muchas gracias.
Aula 7
61
La iglesia Adventista
en la democracia
(1975-2003)
Carlos Pujol
PREÁMBULO
Cristianismo y libertad
Vivir en la intolerancia no es un clima de convivencia
propicio al cristianismo. El mensaje evangélico es un
mensaje de libertad. Una comunidad cristiana puede
cultivar un espíritu heroico y desarrollar estimables
valores espirituales en un medio social y político falto de libertades, pero su aspiración más profunda es
la de vivir en libertad: poder proclamar el evangelio
sin restricciones, poder testimoniar su particular visión del mundo a sus contemporáneos, salir de las
catacumbas e incorporarse a la sociedad con pleno
derecho, sin sufrir las trabas de la marginación o de
la discriminación. Jesús había dicho: «Conoceréis la
verdad, y la verdad os hará libres» (Juan 8: 32). Y
el apóstol San Pablo, en la epístola a los Gálatas, nos
enseña a considerar el cristianismo como emancipación, como camino de liberación de toda servidumbre: «Estad pues firmes en la libertad con que
Cristo nos hizo libres y no volváis otra vez a ser presos en el yugo de servidumbre» (Gál. 5: 1), y a los
Corintios dice: «Donde hay el Espíritu del Señor, allí
hay libertad» (2 Cor. 3: 17).
La propia declaración vaticana Dignitatis humanae
de 7 diciembre 1965, había dicho: «El derecho a la libertad religiosa, fundado en la dignidad misma de la
persona humana, ha de ser reconocido en el ordenamiento jurídico de la sociedad, de forma que llegue a
convertirse en un derecho civil». Esto no había sido el
caso en España durante muchísimos años.
La Iglesia y el Estado: su papel en la
sociedad civil
En una declaración de la comisión social del episcopado francés, los obispos han dicho:
62
Aula 7
• La política es una obra colectiva, permanente,
una enorme aventura humana. Tiene dimensiones que cambian sin cesar y que aumentan constantemente el ámbito de sus competencias. Se
aplica a la vida cotidiana y al destino de la humanidad en todos sus niveles. Es necesario revalorizar la imagen que la política tiene en nuestra sociedad. Es una actividad noble y difícil. Los
hombres y mujeres que se dedican a ella así como todos los que le prestan una contribución al
vivir juntos, merecen nuestro estimulo. Nosotros
afirmamos que la política es esencial: una sociedad que la desestima se pone en peligro» (Le
Figaro, 23 marzo 1999).
Debemos, por consiguiente afirmar la validez, la
nobleza y el carácter ineludible de la función política del Estado. Todos los abusos históricos que
se le puedan atribuir, no importa lo execrables
que hayan podido ser, no justifican su condena
global, ni el escepticismo o absentismo que muchos manifiestan hoy a su respecto, incluidos los
creyentes. La Biblia nos dice por su parte que el
Estado, como la Iglesia, son instituciones de origen divino.
La Iglesia busca también ayudar al individuo a
vivir juntos en la sociedad; se ocupa, como el
Estado, de lo cotidiano de sus miembros, procurandoles la paz interior y el bienestar en este
mundo y dándoles una visión del mundo venidero. A pesar de la indiferencia que la sociedad
muestra hacia las iglesias habiéndolas convertido en unas instituciones anacrónicas que conciernen únicamente a lo individual, deberíamos
hacer todo esfuerzo necesario por restablecer
hoy su papel en la sociedad y revalorizar su función publica, privada y familiar. Veamos como el
episcopado francés define el papel de la Iglesia
cristiana.
LA IGLESIA ADVENTISTA EN
• Nuestra fe cristiana nos propone un objetivo capaz de orientar toda la existencia personal y colectiva. El hombre, creado libre y responsable
a imagen de Dios, está llamado a continuar la
obra del Creador, cuyo horizonte último es reunir toda la humanidad en el cuerpo del Cristo resucitado... Al trabajar en este proyecto de realizar el vivir juntos de todos, estamos anticipando
la comunión de todas las cosas así en la tierra
como en el cielo al que aspiramos... Nuestra fe
cristiana nos da igualmente puntos de referencia que orientan nuestra reflexión e inspiran nuestras acciones:
1. El primado de la dignidad de la persona
humana. Toda institución, toda sociedad está al servicio del hombre, para promocionarlo, para llamarle a tomar la palabra y a participar.
2. Especial atención deben merecer los pobres, los débiles, los oprimidos, imágenes vivientes del Cristo encarnado... La grandeza
de la política consiste en reconocer, integrar
y promover a los menos favorecidos, los excluidos y en erradicar las condiciones deshumanizantes de la existencia de los hombres.
3. El poder concebido como un servicio y no
como dominio.
4. El respeto al adversario: el tiene también
su parte de verdad. El Evangelio nos invita
incluso a ir mas allá, a amarlo.
5. La apertura al universalismo, superando
todo nacionalismo y todo racismo.
6. El reparto y el destino universal de los bienes. Dios ha dado la tierra y todo lo que hay
en ella para el uso de todos los pueblos, de
manera que los bienes de la creación deben
llegar a las manos de todos según las reglas
de la justicia, inseparable de la caridad.
7. La esperanza. La fe cristiana nos arraiga
a la esperanza del don de Dios, que nos llama a la comunión plena con su vida por siempre. Esta esperanza, fundada en la resurrección de Cristo, da sentido y fuerza a todas
nuestras tareas terrestres a través de las cuales tratamos de humanizar el mundo.»
El Estado español de la posguerra, un estado
confesional
Pero el Estado español resultante de la guerra civil,
se declaró, en el Fuero de los Españoles, ley fundamental del franquismo, un estado confesional lo cual
implicaba que la función espiritual de la Iglesia Católica
en la sociedad iba a dominar en muchos ámbitos propios del Estado y viceversa. El estado confesional no
LA DEMOCRACIA
(1975-2003)
se limita a conceder a una confesion religiosa un estatuto jurídico excepcional, va más lejos, se obliga a
inspirar sus leyes y sus actos de gobierno en la doctrina de esta religión, a someterse a la moral de dicha religión y a dar colectivamente culto a Dios según la forma establecida por esta religión. Todas las
demás religiones, en el territorio de un estado confesional, no tienen otro estatuto que el de la clandestinidad o el de la tolerancia.
El Fuero de los Españoles (1945) en su Articulo
6, reformado el 10 de enero de 1967 para adecuarlo a la declaración vaticana y la Ley de Principios del
Movimiento Nacional de 17 de mayo de 1958, no reformada, decían: «La nación española considera como una gloria y un honor el respetar la ley de Dios
según la doctrina de la santa Iglesia Católica
Apostólica Romana. La sola fe verdadera, inseparable de la conciencia nacional que inspira la legislación» (principio II).
En este contexto de exclusividad o de unidad religiosa, creció la Iglesia Adventista en los años que
precedieron al establecimiento de la democracia. No
faltaron luces que nos permitieron vislumbrar y dar
inicio a nuevas posibilidades y, por supuesto, sobraron muchas sombras propias del maximalismo de una
religión de estado que hasta bien entrado y establecido definitivamente el estado de derecho, siguieron
y siguen condicionando el desarrollo autentico de la
libertad religiosa.
El adventismo a la defensiva de la dictadura
Durante esos largos años de la dictadura, los adventistas españoles, privados de libertad, desarrollamos un adventismo a la defensiva. Encerrados
en nuestro obligado ghetto, controlados o perseguidos por un estado confesional, denostados y acusados por el nacionalcatolicismo omnipresente y omnipotente en España, nuestro leitmotiv, como Iglesia,
fue la apologética, una actitud religiosa caracterizada por el aislamiento y la agresividad contra las otras
iglesias. Algunos de nosotros, cuando llegamos a
Collonges para terminar nuestra formación pastoral,
descubrimos la libertad, en Ginebra, aprendimos a
ver el mundo por una ventana de libertad, de convivencia y de respeto. Tiempo después, la revista
Conscience et liberté, que comenzó a distribuirse en
España en 1971, nos ayudaría también a ensanchar
nuestro horizonte religioso y a enarbolar la bandera
de una libertad religiosa indiscriminada.
La ley de libertad religiosa de 1967
Pero la verdadera preparación para la llegada de la
libertad religiosa y la democracia a España se produjo durante la dictadura, a partir de los años 60 e in-
Aula 7
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ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
cluso un poco antes. Entre los precursores de este
movimiento liberal debemos contar al que fue Ministro
de Asuntos Exteriores Don Fernando-María Castiella
y Maíz, mentor de la primera ley de libertad religiosa,
promulgada por las Cortes españolas, el 28 de junio de 1967. El proyecto de ley, tal como lo vio, en
abril de 1966, el redactor de nuestra revista Liberty,
tenia cuatro textos en cuatro colores diferentes: primero, la ley de Castiella redactada antes del Concilio
Vaticano II; un segundo texto corregido y adaptado a
la declaración sobre libertad religiosa del Concilio por
Don Antonio Garrigues, embajador de España ante
la Santa Sede y anteriormente embajador en
Washington; un tercer texto que reproducía íntegramente la declaración vaticana Dignitatis humanae del
7 de diciembre de 1965, y un cuarto texto resultante
del trabajo de los juristas que integraban la Comisión
de Leyes fundamentales de las Cortes, presidida por
el Ministro de Justicia, Don Antonio-María de Oriol y
Urquijo.
Esta Ley de Regulación del Ejercicio del Derecho
civil a la Libertad Religiosa (Ley 44/1967, de 28 de
junio) fue una ley de tolerancia religiosa pues el Estado
continuaba siendo confesional y la religión católica
continuaba inspirando la legislación española y debía ser respetada por ser «la religión de la Nación española», pero, a pesar de todo, la Ley del 67 nos introdujo en la práctica jurídica de este derecho civil y
nos enseñó a vivir dentro de un marco de libertad moderada en el seno de una sociedad que, de algún modo, se reconocía plural. Una muestra de las novedades introducidas por la Ley del 1967, es este oficio
del Ministerio de Justicia, del Registro de Asociaciones
Confesionales no católicas, en el que se me inscribe
en el Registro correspondiente como «Ministro de culto legalmente autorizado»y se me otorga el documento acreditativo (Oficio de fecha 11 de diciembre
de 1968)
A partir de ese momento, los adventistas tuvimos
que aprender a convivir legalmente con las otras iglesias y a ser, con otros, constructores de la España de
después de Franco, la de las libertades individuales,
la España de la Ley orgánica de 5 de julio de1980,
aprobada por el Parlamento ya en plena democracia
y modelo para otros estados europeos.
Para facilitar el estudio de la historia de nuestra
Iglesia en este periodo llamado de la democracia, vamos a sistematizarlo en tres subperiodos, cada uno
de los cuales se caracteriza por los logros alcanzados en el terreno de las libertades y en particular en
el de la libertad religiosa y por la consolidación de
nuestra Iglesia como una confesion firmemente arraigada en la sociedad, con una estructura administrativa e institucional fuerte, con un vasto programa de
actividades espirituales y sociales y con recursos económicos y humanos cada vez mas sustanciales.
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Aula 7
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
I. La Iglesia se lanza durante los últimos anos del
franquismo (1972-1975)
Evolución y cansancio del franquismo
Es un hecho bien sabido de todos que el franquismo
no terminó con la muerte del dictador, que años antes, la sociedad española y las instituciones franquistas sufrieron cambios cualitativos importantes que
prepararon la llegada de la democracia. Algunos atribuyen esta apertura del ocaso de la dictadura a factores económicos y sociales como el desarrollo del
turismo, a partir de los años 60, la principal causa del
desarrollo económico de España, su más importante fuente de divisas y el principal factor de su modernización. España pasa ahora a ser una nación europea, con fuertes vínculos con otros pueblos y
naciones que le imponen el establecimiento de libertades. Se debe también señalar la evolución del sistema político que, como cualquier otro, sufrió el cansancio de las viejas estructuras y vivió el despertar
de otras nuevas inspiradas en las de los pueblos vecinos. En ese contexto, con algunos episodios dolorosos que mostraban que había, en ciertos sectores
del Estado, una fuerte corriente involucionista, se gozo de un clima de libertades antes de la llegada de la
democracia. La Iglesia Adventista lo aprovecho al máximo, como vamos a ver, y consiguió salir de su ostracismo y aislamiento y darse a conocer en la sociedad, posiblemente más y mejor que cualquiera de
las otras confesiones protestantes y evangélicas existentes en el país.
Hitos y realizaciones más importantes
de este periodo
1. En noviembre del 1972, se organiza en Barcelona,
la Unión Sudeuropea, integrada por las Iglesias
de Portugal, España, Italia, Grecia, la misión de
Israel y Cabo Verde. El presidente fue el pastor
Samuel Monnier. La Iglesia Cristiana Adventista
(ICA) se incorpora a una estructura administrativa que va a potenciar y orientar su inmediato desarrollo.
2. Comienza la era de la evangelización pública.
Traducido todo del programa en inglés Research
for Life, se lanza en nuestro país, en 1973, la primera Campaña nacional, Misión 73 con el titulo Alcance la Vida: todas las iglesias, todos los
pastores y empleados aceptan el compromiso de
la evangelización; los pastores se reúnen, discuten y acuerdan el programa; las iglesias se preparan espiritualmente; la misma publicidad y medios de preparación para todos; cientos de
miembros de iglesia en todas las iglesias se or-
LA IGLESIA ADVENTISTA EN
ganizan para la evangelización; comienzan las
precampañas y las actividades de captación de
interesados, se reparten miles de folletos, se distribuyen miles de libritos y el 6 de marzo de 1973
comienzan las conferencias públicas, todos los
pastores presentan los mismos temas, hay un
evangelismo infantil paralelo. Nunca antes se había vivido tanto entusiasmo. Era el comienzo de
la nueva era de la evangelización pública para la
Iglesia, a Misión 73 le seguirán después Acción
74 y Acción 75, la Iglesia española recibe evangelistas del exterior, Salim Japas, Arturo Schmidt;
se construye una bóveda hinchable, la carpa, que
realiza campañas en Zaragoza (1973), Valencia
(1974/75), La Coruña (1976) y Sevilla miles de
personas asisten, La Iglesia española es la primera, en la División, en nombrar un evangelista
nacional, primero a José Osorio, después a Juan
Lozano.
3. Creación de AEGUAE, inauguración del CAS,
primera reunión de Ancianos de iglesia en
Madrid y aparición de la Revista Adventista. De
puertas para dentro de la Iglesia, en el año 1974,
se tomaron algunas iniciativas que iban a tener
grandes repercusiones en el desarrollo futuro de
la Iglesia en democracia: Del 11 al 14 de abril,
en Santa Cecília de Montserrat, se creó AEGUAE,
hasta hoy, en este momento, viva, dinámica, interesada, pertinente. En septiembre de ese mismo
ano se inauguró el Colegio Adventista de Sagunto
(CAS), en pleno campo, como recomienda Ellen
White, para seguir formando pastores y para ofrecer a las familias de la Iglesia y de la sociedad un
colegio secundario con internado. Del 1 al 3 de noviembre se celebró en Madrid la primera
Convención de Ancianos de Iglesia al objeto de
potenciar el ministerio de estos responsables de
iglesia, llamados a ser subpastores de nuestras
congregaciones para dejar a los pastores libres
para la evangelización. Finalmente, también en
noviembre, apareció el primer número de la Revista
Adventista editado en España, que se convertiría
en el órgano de la Iglesia y en instrumento de coordinación, integración y motivación de nuestra feligresía.
4. En 1975 continuaron las realizaciones en diversos campos: En febrero, dedicación del Seminario
Luso-español. Nuestra institución de Sagunto
va a formar pastores, durante unos años, para
España y Portugal: Mario Brito, Eduardo Texeira,
Paulo Mendes, entre otros, pasaron por las aulas
del CAS, el profesor Ernesto Ferreira se instalo
en Sagunto. Barcelona celebra, en los días 24 al
28 de febrero, en el Palacio de Congresos, un
LA DEMOCRACIA
(1975-2003)
multitudinario Plan de Cinco Días para dejar de
fumar, dirigido por Arturo Schmidt y el Dr. José
Antonio Valtueña. Juan Lozano decía: «El espectáculo era emocionante, más de dos mil personas puestas en pie aplaudiendo al pastor
Schmidt y al Dr. J.A. Valtueña». La Compañía
Metropolitana había accedido a colocar gratuitamente nuestros carteles en todas las estaciones
y vagones de la red del metro. Hubo contactos en
la prensa, la radio y la televisión. Fue la primera
comparecencia pública de la Iglesia Adventista
en la sociedad española, en un renombrado auditorio y con un programa de obra social. Algunos
participantes medio llorando decían el viernes por
la noche al clausurar el plan: «No nos dejen ahora».
5. Adiós a la Misión española. El 28 de abril de
1975, la Misión española adquiere el estatus de
Asociación. Fue la puesta de largo de la Iglesia
española. Su mayoría de edad. Aunque usábamos el nombre de asociación, federación o iglesia, en términos administrativos denominacionales éramos una misión. Ahora teníamos autonomía
financiera, podríamos nombrar a nuestros dirigentes en las asambleas trienales, pues hasta ahora el Presidente y el Secretario-tesorero eran nombrados por la Unión Sudeuropea, nuestro Consejo
tendría mayor autonomía, tendríamos mayor participación en el sostenimiento de la obra mundial
y debíamos manifestar plena madurez eclesiástica.
6. Pero hubo algunas sombras, nuestros jóvenes seguian sufriendo dificultades en el ejército a causa
de su profesión religiosa, José Luis de la Fuente,
llevado a la prisión de Carabanchel, FrancescXavier Gelabert condenado por un Consejo de
guerra a tres años y un día de prisión y destino a un batallón disciplinario por no haberse
arrodillado en la misa de la jura de bandera. Pasó
439 días de prisión entre el calabozo del CIR, la prisión de Carabanchel y el penal militar de Santa
Catalina de Cádiz. Recibió finalmente el indulto
de Franco, el 6 de junio de 1975, gracias a la influencia del Ministro de la Presidencia, uno de los
ministros reformadores de los últimos años del franquismo.
Este periodo preparatorio de la llegada de la democracia fue próspero en realizaciones y en crecimiento: De 1972 a 1975, los diezmos aumentaron un
68,8%, se construyó el Seminario, se compraron y
adaptaron tres locales y se acondicionaron otros nueve. La feligresía alcanzo un total de 3.730 miembros
a finales de 1975.
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ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
II. De la instauración de la Monarquía a la Ley
Orgánica de libertad religiosa (1976-1980)
El Rey dijo «quiero ser Rey de todos los españoles»
Este periodo arranca en 1975 con la instauración
de la Monarquía y el discurso de su Majestad el Rey
ante las Cortes en el que, entre otras cosas, dijo que
«iba a ser el Rey de todos los españoles». En este
deseo de integrar a todos los españoles en su diversidad política, religiosa, regional, económica y cultural, entrabamos los adventistas, durante años, ignorados, marginados o perseguidos. Pronto tuvimos
ocasión de comprobar que las palabras del Rey no
habían sido pura retorica. La Reina de España visitaría nuestro templo de Madrid el 26 de junio de 1976
en un gesto de acercamiento a las comunidades no
católicas.
La Iglesia tiene ahora que aprender a vivir en democracia, debe aceptar su corresponsabilidad política con el Estado y aprender a actuar políticamente.
La Revista Adventista en una serie de artículos sobre el cristiano y la política, realizó un excelente servicio en este sentido. Las relaciones públicas de la
Iglesia Adventista y su poder de convocatoria de autoridades y representantes de otras confesiones, alcanzan, en el periodo, su punto culminante, tanto que
ninguna otra confesion no católica pudo igualarla. Se
aprecia, por otra parte, una cierta fatiga de pastores
y laicos en relación con la evangelización publica y
se buscan nuevos métodos de testimonio personal a
través de los cursos Maranatha.
Lo más importante de 1976-1980
1. Visita de la Reina al templo de Alenza en
Madrid. Todo empezó un día cuando se nos ofreció la posibilidad de presentar un seminario sobre
adventismo, en un departamento interfacultativo
de la Universidad Autónoma de Madrid, el
Departamento de Ciencia y Pensamiento
Contemporáneos. Como era de esperar aceptamos y comparecimos junto con los bautistas, los
mormones, los testigos de Jehová, los judíos, los
católicos, los Moon, la Iglesia Episcopal Reformada
y la Iglesia Evangélica Española. Las reuniones
se celebraban en el salón de actos del Consejo
Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
El primer día que nos tocaba presentar nuestro
seminario, el Dr. de Solas, Director del Departamento, nos dijo que tendríamos una alumna de
excepción : la Reina de España y así fue, Su
Majestad estuvo presente y asistió a la mayoría
de nuestras charlas, conoció y escucho al pastor
Georges Steveny, Director entonces de nuestro
66
Aula 7
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
Seminario de Collonges, al Dr. Zurcher, Secretario
de la División, al Dr. Lanarés responsable de
Libertad religiosa de la División y editor de
Conscience et Liberté y a nuestros profesores de
Sagunto y de la Asociación: Raúl Posse, Roberto
Badenas, Ernesto Ferreira, José López, Carlos
Puyol.
Al terminar los seminarios, la Reina expreso el deseo de visitar algunos de los lugares de culto de
las confesiones que habían participado. En realidad solo visito dos: la sinagoga judía, un viernes
por la noche, y el templo adventista de Alenza,
el 26 de junio de 1976. Vino acompañada del
Marqués de Mondejar, Jefe de la Casa Real, del
Rector de la Universidad, Gratiniano Nieto, del Dr.
de Solas, de todos los alumnos del Departamento
y de los directores de los otros seminarios que
habían sido presentados. Por nuestra parte, habíamos pedido a las iglesias de la Asociación que
enviasen una pareja de miembros como representantes de esa congregación a condición de que
se pagasen todos los gastos y trajesen un libro de
regalo para los alumnos del departamento. La reunión fue la celebración de la Santa Cena y, sin quererlo, adquirió un carácter ecuménico pues algunos de nuestros egregios visitantes, participaron
en el rito. La Reina y los alumnos lo iban a hacer
también pero hubo orden de la Casa Real de abstenerse, el Arzobispado lo había desaconsejado
vivamente.
Después de la Santa Cena, invitamos a todos
nuestros visitantes y a los representantes de las
iglesias a una cena en un prestigioso hotel de la
ciudad. Gran buffet de platos vegetarianos, espumosos Santiveri, todo de acuerdo con nuestros
principios. El hermano Ricardo Catalán, director
del hotel Andalucía Plaza de Marbella, acostumbrado a estos acontecimientos, lo había preparado con esmero y exquisita profesionalidad. Hubo
discursos y en el mio dije entre otras cosas:
«Estad segura, Majestad, que habéis enterrado,
en pocas horas, muchos siglos de indiferencia...
Somos un pueblo que solo queremos vivir con
Cristo y como Cristo. Nada de afanes que no estén contenidos en esto. Todos los hombres nos interesan para amarlos y ayudarlos, no importa de
donde sean, y donde vivan. Oramos con el enfermo, comemos con el pobre, nos sentamos a la izquierda del anciano, adoramos con aquel que busca a Dios. Cristo nos enseñó a vivir de esta
manera. Nunca hay en nuestro camino pisadas
ocultas, intenciones disimuladas, sombras que entenebrezcan el futuro y hagan confuso el presente. Esperamos, esperamos, desde que nacimos y
apenas vivimos por otro motivo... esperamos aquella esperanza bienaventurada... de la que habla el
LA IGLESIA ADVENTISTA EN
apóstol San Pablo que anduvo por los caminos de
este viejo continente llevando la felicidad de Cristo
a los hombres.»
Poco menos de un año después, la Reina nos recibió en la Zarzuela saludandonos con aquella pertinente pregunta: ¿Cuando viene?
De aquel encuentro nació una amistad a la que la
Reina ha guardado siempre una inmerecida lealtad, invitandonos cada año a la recepción oficial
que se celebra en el Palacio Real en ocasión de
la entrega del premio Cervantes y enviandonos
una fotografía de la familia real, cada Navidad, como felicitación de Pascuas. Seguimos vinculados
con ella en los coloquios que se organizan en su
honor en el Instituto de España y nos relacionamos con todas las personalidades que son invitadas a esos coloquios, dando a conocer a nuestra Iglesia.
2. Adventismo y política. Los españoles fuimos
convocados varias veces, en este periodo, a las
urnas para expresar nuestro voto respecto de los
cambios políticos que se estaban operando en
nuestro país. Con ocasión del referéndum acerca de la Ley de Reforma Política del 15 de diciembre de 1976 que establecería el sistema electoral por sufragio universal de los representantes
del pueblo en las Cortes, la pregunta que surgió
fue si los adventistas debíamos votar o abstenernos para no meternos en cuestiones políticas.
Toda una serie de artículos aparecieron en la
Revista Adventista que nos permitieron descubrir
nuestra corresponsabilidad con el Estado en cuestiones políticas. La administración de la Iglesia
Adventista nunca influyó ni dio una orientación
política determinada a sus miembros. El 6 de diciembre de 1978, los españoles votamos la nueva Constitución del Estado español, la España de
las autonomías, la Monarquía constitucional española. Los adventistas también votamos esa carta magna.
3. Iglesia y sociedad. Los esfuerzos por situar a la
Iglesia y darla a conocer en el nuevo contexto social y político de la España de las grandes reformas institucionales continuó. El pastor Basterra,
bien introducido en los medios políticos y universitarios que se ocupan de las cuestiones de libertad religiosa, consiguió que el Subsecretario del
Ministerio de Justicia Don Rafael Mendizábal
Allende, asistiera, invitado por la Asociación
General, al Congreso Mundial de Libertad Religiosa
celebrado en Amsterdam el 23 de marzo de 1977,
en esa ocasión, se rindió un homenaje al que fuera Ministro de Asuntos Exteriores Fernando-María
Castiella por su contribución en favor de la liber-
LA DEMOCRACIA
(1975-2003)
tad religiosa y el Subsecretario pronuncio un excepcional discurso.
Al año siguiente, en 1978, y con ocasión de la celebración del 75 aniversario de nuestra Iglesia en
España, tuvo lugar un acto publico en el Royal
Center de Madrid con la presencia de autoridades
del Ministerio de Justicia, del Ayuntamiento de
Madrid, de la Universidad, representantes de todas las confesiones con sede en Madrid y un obispo de la Iglesia Católica. De la División tuvimos la
presencia del presidente hermano Ludescher, y
se leyó un mensaje del Presidente del gobierno,
Adolfo Suárez, que había anunciado su participación pero que el retraso de su vuelo de Cuba se
lo impidió. Los lazos de amistad, respeto y reconocimiento de nuestra Iglesia con las autoridades
y las iglesias, eran, en ese momento, más fuertes
que nunca. Y en todo ello, debemos reconocer
la contribución y el trabajo de Daniel Basterra que
supo aprovechar la coyuntura para situar a la
Iglesia.
Todavía en 1977 se celebró otro espectacular Plan
de Cinco Días para dejar de fumar en el salón de
actos del Ministerio de Sanidad, en Madrid, miles
de madrileños tuvieron oportunidad de asistir y conocer la Iglesia ya que el Plan fue seguido por reuniones sobre la familia en la iglesia de Alenza. Y
también en Bilbao, en abril de 1978, tuvo lugar un
Plan de Cinco Días multitudinario, unas cuatro mil
personas intentaban participar, sin conseguirlo, a
causa de las limitaciones de espacio. Todos estos
planes eran lanzados por la Liga Internacional de
Temperancia, pero con la tutela de la Iglesia
Adventista.
Ese mismo mes, la residencia de ancianos de
Cardedeu, una asignatura pendiente en nuestro
examen como Iglesia, fue inaugurada, dando cabida no solamente a los ancianos adventistas sino también a gentes de las poblaciones circundantes.
4. El sábado libre en los cuarteles. Los contactos
personales, las cartas, los encuentros en congresos sobre libertad religiosa, las comidas de trabajo, pero también la fidelidad de nuestros jóvenes a la observancia del sábado en los cuarteles,
dio lugar a un logro que terminó para siempre con
los problemas del sábado en el ejército. No con
un real decreto, ni con una ley, sino simplemente
con una Orden ministerial, el General Manuel
Gutiérrez Mellado, Ministro de Defensa, escribió:
Existen confesiones religiosas que tienen como
festivo e inhábil un día distinto del domingo, en cuyo día consideran no debe realizarse trabajo alguno, ni servicio.
«Entre estas confesiones se encuentran los
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ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
Adventistas del Séptimo Día, que consideran el
sábado como día sagrado.
«Por ello, y en aplicación de la Ley sobre Libertad
Religiosa, se excusara de todo servicio durante el sábado a los soldados o marineros que demuestren pertenecer a dicha confesión religiosa, con excepción de
las ocasiones en que se requiera de forma inexcusable la presencia de todo el personal, y aquellos actos de instrucción que no puedan realizarse de forma
individual.
«Madrid, 10 de abril de 1978.»
5. Desarrollo económico y estancamiento del crecimiento. El país crece y se desarrolla con el turismo, la población de España se duplica durante
el verano, hay trabajo, el dinero circula, los españoles comienzan a gozar del estado del bienestar y con todo ello aumenta la indiferencia en
materia religiosa en la sociedad y la secularización se introduce en España por las fronteras; la
economía de la Iglesia es floreciente, pero el crecimiento se frena, se estanca, y lo que es peor,
aumenta el índice de abandonos. Los datos dados en julio de 1979 por el Secretario-Tesorero,
pastor Cupertino, nos dejan un sabor agridulce:
los diezmos han aumentado de 1972 a 1978 el
137,1%, la aportación anual por miembro ha pasado de 6.050 a 14.737 ptas., pero el incremento de miembros en ese mismo periodo de tiempo
solo ha sido del 25% y el total de abandonos en
el trienio que va del 31 de marzo de 1976 al 31 de
marzo de 1979, ha sido de 205 sobre un total de
689 bautismos y profesiones de fe. España se incorpora a Europa, tanto en lo bueno como en lo
malo. Es el signo de los tiempos. Simultáneamente,
nuestras instituciones van incrementando sus efectivos. El CAS aumenta de año en año el numero
de estudiantes, Safeliz amplia sus instalaciones
con un nuevo edificio y sus ventas nacionales y
en el extranjero están en alza, hay nuevos libros
y nuevos colportores, el colportaje de avanzada
se consolida. Las escuelas de iglesia tienen un
crecimiento moderado, pero no faltan iglesias como Bilbao, Lérida, Murcia que sueñan con poder
tener un día una escuela de iglesia. La infraestructura institucional de la Asociación española es
solida.
6. Nuevo ordenamiento jurídico en materia de
libertad religiosa. El 5 de julio de 1980, se promulga la nueva Ley Orgánica de Libertad Religiosa,
que, como desarrollo de la Constitución de 1978,
representa un paso hacia adelante muy importante
en las garantías dadas por el Estado a la protección y tutela de los derechos individuales. Junto a
la nueva ley aparecen una serie de órdenes mi-
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Aula 7
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
nisteriales que quieren regular la enseñanza de la
moral y la religión de diversas iglesias en el bachillerato, formación profesional, educación general básica y preescolar, también la orden que
regula la asistencia religiosa y los actos de culto
en los centros escolares.
Todo este ordenamiento jurídico está todavía vigente en nuestro país y ha servido de modelo a otras democracias que tuvieron un pasado confesional católico. La ley contempla la necesidad de establecer
acuerdos de cooperación entre el Estado y las confesiones, capitulo que ocupará el siguiente periodo
de la Iglesia en la democracia, la Ley permite el matrimonio civil-religioso en nuestros templos realizado
por nuestros pastores y regula de manera definitiva
la observancia religiosa del día de reposo en las instituciones publicas.
III. El proceso y firma de los acuerdos con el
Estado (1981-1992)
El articulo 7º de la Ley Orgánica 7/80 de 5 de julio
que desarrolla el principio de la libertad religiosa, dice: «El Estado, teniendo en cuenta las creencias religiosas existentes en la sociedad española, establecerá, en su caso, acuerdos o convenios de
cooperación con las iglesias, confesiones y comunidades religiosas inscritas en el Registro que por su
ámbito y número de creyentes hayan alcanzado notorio arraigo en España. En todo caso, estos acuerdos se aprobarán por Ley de las Cortes Generales.»
Este asunto tardo en resolverse once años y paso por diversas vicisitudes hasta que quedó resuelto
definitivamente en la Ley 24/1992. Estos son los hitos más importantes:
1. Propuesta de Acuerdo entre el Estado español y
la Unión de Iglesias Cristianas adventistas del
Séptimo Día de España. Preparado en su parte
jurídica por el pastor Basterra y en su parte histórica y de organización eclesiástica por el pastor
Puyol, fue entregado en el Ministerio de Justicia
el 11 de marzo de l981 y nunca fue aprobado.
2. El Estado no reconoce el notorio arraigo a ninguna de las confesiones que habíamos presentado propuestas de acuerdos con el Estado. Solo se
reconocerá notorio arraigo al judaísmo, al protestantismo histórico en su conjunto, al Islam pero no
a iglesias o confesiones aisladamente como se
había hecho en el Estado italiano.
3. Los pactos o acuerdos son absolutamente necesarios de lo contrario la aplicación práctica de la
ley de libertad religiosa quedaría muy condicionada a las interpretaciones de la administración
del Estado o de los jueces. La única solución para obtener el reconocimiento de notorio arraigo es
LA IGLESIA ADVENTISTA EN
4.
5.
6.
7.
constituir un organismo evangélico común, con
personalidad jurídica que negociara con el Estado
y al que tendríamos que adherirnos con el único
objeto de defender nuestras libertades y derechos
legales. Esta estructura no estaría vinculada a ninguna forma de ecumenismo institucionalizado respetando las peculiaridades de cada confesion o
Iglesia que perteneciera a ella.
Las iglesias protestantes crean la Federación de
Entidades Religiosas Evangélicas de España (FEREDE) desde la Comisión de Defensa evangélica ya existente pero sin personalidad jurídica y de
la que nunca nos dejaron formar parte. Comienzan
las discrepancias sobre quienes son y quienes no
son evangélicos en el panorama del protestantismo español. El 12 de noviembre de 1986, ante
el notario de Madrid, Don José Antonio Torrente
Secorun se firmó el acta de constitución de la FEREDE y entre las iglesias signatarias no se encontraba la adventista.
Finalmente el 3 de febrero de 1987, El Consejo
Ejecutivo de la Unión adventista española votaba
vincularse jurídicamente con la FEREDE a los efectos de estudio, negociación, firma y seguimiento
de los Acuerdos de Cooperación con el Estado español y el 20 del mismo mes, la Asamblea General
de la comisión plenaria de la FEREDE, acordaba por unanimidad aceptar nuestra solicitud. El 30
de abril quedaba la FEREDE inscrita en el Registro
legal de entidades Religiosas del Ministerio de
Justicia con el número 446-SG, alcanzando de este modo la personalidad jurídica para negociar y
pactar con el Estado acuerdos de cooperación.
Y después de largas negociaciones, el 21 de febrero de 1990, en el Palacio de Parcent tuvo lugar la firma de los Acuerdos entre la FEREDE
compuesta por trece entidades religiosas y el
Estado español representado por el Ministro de
Justicia. D. Enrique Múgica Hergoz, siendo
Director de Asuntos Religiosos D. Luis María de
Zavala.
El texto de los acuerdos firmado por los integrantes de la FEREDE y el Ministerio de Justicia,
seria definitivo cuando resultase aprobado por la
Comisión Asesora de Libertad Religiosa del
Ministerio de Justicia y finalmente por las Cortes
elevandolo a rango de ley, lo cual tuvo lugar el
10 de noviembre de 1992, Ley 24/1992. El
Congreso aprobó el acuerdo de cooperación entre el Estado y la FEREDE con los siguientes resultados: Votos emitidos 267, a favor 266, en contra 0, abstenciones 1. Un verdadero récord
parlamentario.
El artículo 12 de la Ley dice textualmente:
1. El descanso laboral semanal para los fieles de la Unión de Iglesias Adventistas del
LA DEMOCRACIA
(1975-2003)
Séptimo Día y de otras Iglesias evangélicas,
pertenecientes a la Federación de Entidades
Religiosas Evangélicas de España, cuyo día
de precepto sea el sábado, podrá comprender, siempre que medie acuerdo entre las partes, la tarde del viernes y el día completo del
sábado, en sustitución del que establece el
articulo 37.1 del Estatuto de los Trabajadores
como regla general.
2. Los alumnos de las Iglesias mencionadas
en el número 1 de este articulo, que cursen
estudios en centros de enseñanza públicos
y privados concertados, estarán dispensados
de la asistencia a clase y de la celebración
de exámenes desde la puesta de sol del viernes hasta la puesta del sol del sábado, a petición propia o de quienes ejerzan la patria
potestad o tutela.
3. Los exámenes, oposiciones o pruebas selectivas convocadas para el ingreso en las
Administraciones Públicas, que hayan de celebrarse dentro del periodo de tiempo expresado en el numero anterior, serán señalados
en un fecha alternativa para los fieles de las
Iglesias a que se refiere el numero 1 de este articulo, cuando no haya causa motivada
que lo impida.
Para conseguir esto, debemos reconocerlo, los
miembros de la mesa negociadora de la FEREDE nos
apoyaron y defendieron.
Otros logros jurídicos de este periodo
1. Orden Ministerial de 1 de julio de 1983 en la que
se incorpora a niveles de educación preescolar y
educación general básica el programa de la enseñanza adventista propuesto por la Unión de
Iglesias Cristianas Adventistas del séptimo Día.
El temario fue preparado por el que suscribe y fuimos la primera Iglesia evangélica que obtuvo esa
incorporación.
2. Ley Orgánica sobre la Objeción de Conciencia,
Ley 8/1984 de 28 de Diciembre.
3. Orden de 2 de marzo de 1987 sobre inclusión en
el Régimen General de la Seguridad Social, de los
Ministros de culto de la Unión de Iglesias Cristianas
Adventistas del Séptimo Día de España.
Tras casi diez años de espera y arduas negociaciones con el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social,
llevadas con gran empeño personal por el pastor
Antonio Bueno, conseguimos se nos autorizara a afiliarnos a la Seguridad Social del Estado. Era este un
elemento de discriminación con relación a los sacerdotes católicos y de desproteccion que no se podía
entender en un Estado de derecho, con una ley que
tutelaba y garantizaba la libertad religiosa.
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ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
Disolución de la Unión Sud-europea
y creación de la Unión española como
unión de iglesias
A los diez años de su constitución, el 31 de diciembre de 1981, dejó de existir oficialmente la Unión
Sudeuropea. Comenzó como una Unión de misiones
y terminó como una Unión de asociaciones, habiendo limitado su territorio a Portugal, España, Italia y
Grecia. La recomendación del Consejo ejecutivo de
la Asociación General de 7 de Octubre 1981, decía
lo siguiente:
«La División Euroafricana ha solicitado permiso
para disolver la Unión de las Misiones del sur de
Europa y constituir las organizaciones de Italia,
Portugal y España, respectivamente y por separado
como Unión de Iglesias en Italia, Unión de Iglesias
en Portugal y Unión de Iglesias en España. La Misión
Griega será un misión dependiente de la División
Euroafricana.»
El Consejo de fin de año de la Asociación española acató los votos de la Asociación General
y de la División Euroafricana y pidió a esta que le
autorizara a reestructurar su territorio bajo el estatus de Unión de Iglesias. En la Asamblea trienal
de la AICASDE, de julio de 1982, se ratificó este
voto.
Inauguración de la industria Granovita
Tras unos comienzos humildes como industria escolar creada para facilitar trabajo manual a los alumnos y ofrecerles recursos para el pago de sus estudios, el 27 de noviembre de 1983, cuando ya se
habían construido dos naves y se vislumbraba un
mercado próspero para los productos de régimen,
se inauguró la industria Granovita con la presencia
de los hermanos Ludescher, Kunze y Jordan de la
División. Nuestra industria comenzó su andadura
completamente dependiente de los productos fabricados en Alemania por la fábrica del mismo nombre.
Nos fueron cedidas las fórmulas para la producción
de ciertos productos, pero finalmente se abandonó
la fabricación y se convirtió en una comercial que importaba y vendía los productos alemanes. Así desarrolló un mercado y una gestión industrial que ha
reportado importantes beneficios y una gran expansión.
Inauguración de la nueva sede de la
Unión Adventista española
El 24 de noviembre de 1983, se celebró el acto de inauguración oficial de la nueva sede de la Unión en la
calle Cuevas 23, en el madrileño barrio de Tetúan.
Asistieron al acto, el Director General de Asuntos
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Aula 7
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
Religiosos, D. Gustavo Suárez Pertierra, el Defensor
del Pueblo, D. Joaquín Ruiz-Jiménez, varios diputados, representantes de diversas Iglesias evangélicas,
el Presidente de la Sociedad Bíblica, Pastor Virgilio
Vangioni, el Presidente de la Comunidad hebrea de
Madrid, Sr. Samuel Toledano, el Padre Julián Gracia
Hernando, de la Conferencia Episcopal, así como los
redactores de las dos cadenas de radio mas importantes del país, la SER y RNE y un periodista de la
Agencia EFE.
La participación de tantas personalidades, muestra la importancia que las relaciones públicas han tomado en nuestro medio y el clima de amistad que reina entre las diferentes confesiones.
Dos años de ataques y oposición
Pero en medio de todo este elenco de actos públicos y logros jurídicos, la democracia a la que asocia la libertad de expresión, con ella nos trajo también otras cosas menos positivas: las denuncias
falsas, las injurias, los ataques sin fundamento, las
campañas de oposición en los medios de comunicación, las mentiras, la impunidad frente a la calumnia, etcétera. Como consecuencia del abandono de la Iglesia de un grupo de disidentes de la
Iglesia de Zaragoza, se produjo una campaña de
continuos ataques de parte de una diputada del CDS
a quien los disidentes habían convencido para que
nos persiguiera, Pilar Salarrullana, mujer de no muchas luces, pero de furibunda perseverancia, se inventó el fantasma de las sectas peligrosas en
España para promocionarse políticamente y convertirse en una especialista del tema con inmunidad
parlamentaria para decir lo que se le antojase. Lo
malo es que siempre nos citaba, en primer lugar, como una de las más peligrosas entre las entidades
religiosas legalmente autorizadas.
De nada sirvieron apremios, reclamaciones del
derecho de réplica, cartas, quejas a su partido, querellas, etc. Mientras fue diputada tenia patente de corso para decir lo que le daba la gana y reírse de nosotros y de nuestros abogados. Cuando perdió el acta
de diputada le llovieron querellas y denuncias que sin
duda tuvo que resolver pagando onerosos honorarios de abogados y así comenzó a callar. Un día la cité para un debate público en la radio, lo aceptó y terminaron sus ataques. La pobre mujer se dio cuenta
que había sido manipulada por un grupo de resentidos y que, en realidad, jamás había tenido delante
de ella a un adventista del séptimo día normal ni había asistido jamás a un culto o a una reunión en un
templo adventista. Había sido simplemente la portavoz con inmunidad de las iras, los despechos, los
odios y las venganzas de unos exadventistas insidiosos.
LA IGLESIA ADVENTISTA EN
Congreso Internacional de Jóvenes
en Barcelona
En Barcelona, los días 25 al 29 de julio de 1989, se
celebró un congreso internacional de jóvenes organizado por la División Euroafricana con la presencia
de autoridades locales, el Director General de Asuntos
Religiosos del Ministerio de Justicia, D. Luis María de
Zavala, el encargado de asuntos juveniles de la
Generalitat de Catalunya, el Presidente de la División
Euroafricana, Pastor Ludescher, John Graz, el Director
mundial del Departamento de Jóvenes, Pastor Israel
Leito, Humberto Rasi, Jorge Matías, Director del
Departamento de Jóvenes de la División Sudamericana. Más de 3.700 jóvenes llegados de todas
las uniones de nuestra División llenaban el Palacio
de los Deportes. El lema «Con Cristo en el mundo»
y las predicaciones principales a cargo de Carlos
Puyol, traducido a veces al alemán por Elí Diez. Un
acontecimiento imborrable e inolvidable, en un momento histórico importante en el desarrollo internacional de nuestro país.
El neopaganismo invade la
sociedad española
En una visita ad limina de algunos obispos españoles al Papa, este les hizo un diagnóstico muy negativo de la situación moral de la sociedad española.
Calificó de invasión de neopaganismo la situación de
muchos españoles que desde un individualismo narcisista y hedonista, promovían el permisivismo sexual, el divorcio, el aborto y la manipulación genética, todo ello consecuencia dramática de la ausencia
de Dios. También se lamentó el Papa del predominio,
en la sociedad española, de una concepción puramente economicista del desarrollo que degradaba la
dignidad personal del ser humano y hacia más pobres a muchos para que solo unos pocos pudiesen
ser más ricos.
Posiblemente no estaba el Papa lejos de la realidad en su diagnostico, pero esa realidad nos afectaba a nosotros también como Iglesia en el cumplimiento
de nuestra misión y en los resultados de la evangelización. Los datos no eran muy animadores, el crecimiento seguía siendo bajo y los abandonos importantes en esa década de los 90. El 30 de junio de
1984, en Badajoz, el pastor José Peiró bautizo a Irene
Sánchez, la miembro numero 5.000 de nuestra Iglesia.
Desde entonces no se habia incrementado mucho la
estadística de miembros y se trabajaba duro. Objetivo
90 empleó a todos los pastores, y los cursos
Maranatha continuaron motivando y formando a nuestros laicos. Pero el diablo también trabaja y posiblemente más que nosotros. La lucha continúa y no terminará hasta que Cristo venga.
LA DEMOCRACIA
(1975-2003)
Safeliz y el CAS, buenas perspectivas
El 24 de noviembre de 1991, Safeliz incorpora al equipo editorial al Doctor Jorge Pamplona, un fichaje que
va a dar un vuelco importante a las publicaciones de
nuestra casa editora. En efecto, se crea la Biblioteca
Educación y Salud, de 16 tomos, Jorge Pamplona comienza a escribir, Safeliz a firmar contratos con casas editoras de otras latitudes: Saatkorn-Verlag, la
casa alemana primero, Portugal, Francia, Austria,
Suiza, Chequoeslovaquia después. Una nueva era
de comercio internacional apunta para Safeliz, las
ventas, los royalties, las coproducciones, los nuevos
mercados africanos y asiáticos, abren inmensas posibilidades al equipo de Safeliz. El cambio de local se
hace imperativo, finalmente se instalan en un pueblo
de la provincia de Madrid a unos 32 km de la capital.
El Departamento de Publicaciones de la Asociación
General reconoce que los libros de salud de Safeliz
son los mejores libros de colportaje que se editan en
el mundo adventista.
El CAS también se desarrolla. La matrícula del
curso 1989-1990 es la mejor en muchos años. Joan
Duch dice: Tenemos 29 alumnos en preescolar, 256
en EGB, 310 en BUP, 22 en teología, 7 en pedagogía, 31 en lengua y cultura hispánicas., 15 universitarios y 4 alumnos especiales, en total 674, 25 más
que el año pasado y las solicitudes de admisión superan en muchas decenas las plazas disponibles. 250
alumnos proceden de hogares adventistas y en el curso pasado 15 alumnos fueron bautizados.
Ahora reciben la subvención del Estado para todas las unidades de enseñanza obligatoria y el seminario ha pedido el reconocimiento estatal como facultad de teología. ¿Qué nos depara el futuro? Yo
espero estar allí para contarlo.
Visita del Presidente mundial en 1992, Pastor
Folkenberg. Congreso nacional en Madrid
Este año 1992 España estuvo de moda en el mundo. El quinto centenario del descubrimiento de
América, la Exposición Internacional de Sevilla, Los
Juegos Olímpicos de Barcelona, para nosotros, la
Ley de los Acuerdos con el Estado. El Pastor
Folkenberg quiso visitarnos y organizamos un
Congreso nacional del 6 al 8 de noviembre de aquel
año. Hubo un acto público al que asistieron personalidades del Gobierno y del Parlamento, entre otros,
Gabriel Cisneros, uno de los padres de la
Constitución, tomaron la palabra representantes de
otras confesiones beneficiarios como nosotros, de la
Ley de los Acuerdos, se homenajeó al pastor José
Cardona Gregori y, en un gesto de amistad y fraternidad, el representante de la comunidad hebrea de
Madrid y el de las comunidades árabes, se sentaron
Aula 7
71
ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
juntos. Más de 2.000 miembros de iglesia estuvieron presentes y se llevaron en el corazón vibrantes
mensajes basados sobre el tema general «Vosotros
sois la luz del mundo». Alguien escribió después
en la Revista Adventista: «Este congreso pasará a
la historia como uno de los encuentros más importantes de la iglesia adventista española». Pero lo mejor esta todavía en el futuro.
EPÍLOGO
«Parte tu pan con el hambriento»
El tiempo de una nueva Asamblea administrativa de
la Unión había llegado y finalmente podríamos celebrarla en nuestras propias instalaciones de Sagunto
donde se acababa de construir un polideportivo con
capacidad para más de 1.500 personas. El CAS nos
ofrecía ademas otras salas para comisiones, ensayos, stands, conciertos, etcétera. Queríamos que los
delegados y los visitantes pudiesen llevarse de aquella Asamblea no solamente la convicción de pertenecer a una Iglesia fuerte, bien organizada, con una
72
Aula 7
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
misión perentoria, sino ademas una nueva visión del
compromiso de la Iglesia con los menesterosos, los
indigentes, los desheredados de la fortuna, los pobres. Queríamos comenzar a organizar ADRA y asociarnos así al mundo entero en el programa humanitario de la Iglesia. Nuestro objetivo era un proyecto
de agua potable para una amplia región del Perú azotada por el fenómeno del Niño. Por eso adoptamos
como lema de la Asamblea: «Parte tu pan con el hambriento».
La Asamblea se desarrolló con más o menos normalidad, como siempre ocurre; el programa preparado era posiblemente excesivo pero apasionante.
Hubo cambios importantes en el equipo de la administración de la Unión, se inicio una nueva etapa y la
levadura de la obra social de la Iglesia comenzó a
leudar toda la masa... Hoy ADRA España, dirigida por
el pastor Rafael Calonge, tiene seis empleados, es
una institución bien organizada que realiza proyectos en el mundo entero, que cumple plenamente con
los imperativos de aquel sencillo lema: «Parte tu pan
con el hambriento» y no solo el pan material sino también el espiritual del que todos nosotros tenemos en
abundancia.
¿Y después de 100 años... que?
¿Después de 100 años
de educación qué?
Ahinoam Chía
uenas tardes, como un miembro más de esta
mesa se me ha invitado para dar mi punto de
vista sobre el tema de la educación y los jóvenes, no como una experta del tema, sino como alguien a quien le preocupa el tema y que le interesa
muchísimo.
Analizando un poco el recorrido que se ha hecho a lo largo de estos 100 años, de todos los esfuerzos y todas las acciones evangelísticas que la
iglesia ha llevado a cabo, creo que nos ha faltado priorizar un aspecto tan importante como es la educación, no se la ha contemplado como se deberia haber hecho, no se le ha prestado, ni se le presta la
atención que merece ni desde el hogar ni desde nuestras instituciones, no somos conscientes de que:
«Nuestra obra por Cristo debe comenzar con la
familia, en el hogar… No hay campo misionero
más importante que este…» (Ellen G. White, El
Hogar cristiano, pág. 29). ¡No se ha apostado por esta gran verdad!
´Una familia gobernada por una verdadera educación influye más a favor del cristianismo que
todos los sermones que se puedan predicarª (Ellen
G. White, El Hogar cristiano, pág. 26). Actualmente
son una minoría las familias que invierten en una verdadera educación, y es aquí en donde están concentrados los esfuerzos del enemigo.
B
Asi que… después de 100 años,
¿la familia qué?
No nos hemos enterado en qué consiste el modelo
de educación que el Señor nos ha dejado.
Yo no sé cuántos de los que estamos en esta sala conocen o han estudiado los consejos y el modelo de educación que el Señor nos ha dado a través
de los escritos de Ellen G. White, pero estamos un
poco lejos de ese ideal. En el ámbito de la familia y
en nuestras escuelas.
Creo que sí que hay personas que están luchando
y que están apostando para que nuestros colegios salgan adelante, pero nuestros colegios todavía están en
pañales de lo que deberían ser. Pero nuestros colegios deberían ir más allá. Deberían ser una fuente de
orientación de información para las familias, una…
Y lo mejor es cuando acudimos a diferentes conferencias en las universidades y tenemos que oír
a catedráticos en pedagogía que exponen sus ideas y se las considera como revolucionarias en del
campo de la educación: volver a los niños a la naturaleza, poder ofrecerles un entorno adecuado para su desarrollo… Y muchas más ideas que están
triunfando, cuando nosotros las tenemos aquí [escritos de Ellen G. White] hace más de 100 años. Y
ni siquiera se nos conoce como portadores de ellas.
Si nos fijamos en nuestros colegios, como por
ejemplo el de Urgell, en el cual los niños tienen que
jugar en pequeñas jaulas enrejadas rodeados únicamente de motores, ruido, pestes y excitación sin una
simple planta como indicio de la naturaleza…
En cuanto a los jóvenes, si encontramos jóvenes
poco comprometidos, poco dispuestos al ministerio
del servicio y poco auténticos en sus principios, no
es más que la consecuencia de esta educación light
que han tenido.
En resumen creo que deberíamos conocer más
estas verdades e invertir en ellas muchas de nuestras acciones y recursos para poder acercarnos al
ideal que formaran a los niños y jóvenes que serán
la iglesia dentro de unos años.
Creo que a los departamentos les compete la tarea de hacer extensiva esta información a la iglesia.
Nuestras instituciones no se han volcado ni han
fomentado com se habría de haber hecho el fomentar este idieario educativo en las familias.
Si se hiciese tanto hincapié en esto, como se hace en el sabado, en el diezmo… la gente lo tendría
claro.
Aula 7
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Reflexiones para
un futuro
Josep Antoni Álvarez
reo que nos encontramos en un momento idóneo para reflexionar acerca de cuales son
nuestros retos como iglesia ya que este año
celebramos el centenario de la llegada de los primeros misioneros adventistas a Barcelona. Es una
ocasión ideal para reflexionar sobre nuestro pasado,
para replantearnos no tanto lo que creemos, sino cómo llevamos a la práctica aquello que decimos creer. Para reflexionar sobre cuales son nuestros objetivos de futuro y cómo esperamos que estos se
desarrollen. Para pensar qué podemos hacer para
estar más cerca de nuestro Señor. En definitiva para
dialogar y construir una iglesia mejor. Este ha de ser
nuestro reto individual y colectivo.
A aquellos que piensan en negativo en relación
a cómo se encuentra la iglesia en la actualidad, que
son profundamente pesimistas y se preguntan:
¿Por qué somos tan pocos después de cien años?
¿Por qué Cristo no ha venido aún?
¿Por qué existen conflictos dentro de la iglesia?
¿Por qué la asistencia a la iglesia es irregular?,
etc.
Yo les invitaría a ser positivos. A aquellos que en
cambio consideran que todo funciona perfectamente y que no es necesario cambiar nada. Yo les animaría a ser un poco menos optimistas y un poco más
reflexivos. Yo invitaría a ambos a reflexionar sobre
cuáles han de ser nuestros retos y como podemos
entre todos construir caminos para mejorar aquello
que creamos que es necesario mejorar.
Es evidente que no puedo desarrollar de forma
extensa todos los temas que considero que son esenciales y motivo de reflexión. Por este motivo, me he
limitado a hacer de entrada una lista de algunos de
aquellos aspectos que desde mi punto de vista constituyen un reto para nosotros. Muchos están relacionados con nuestra identidad como iglesia. Algunos
de ellos implican cambiar o replantearnos aquello que
forma parte de nuestra identidad, otros implican recuperar ciertos aspectos de nuestra identidad más
que cambiar.
Pero antes de abordar los retos que tiene la iglesia en el futuro inmediato, es importante saber qué
C
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Aula 7
entendemos por identidad. Y para ello nada mejor
que recurrir a la definición que nos da el diccionario.
El Diccionario Anaya de la Lengua dice que identidad
es el: «Conjunto de características, datos o informaciones que son propios de una persona o grupo y
permiten diferenciarlos del resto.»
Es claro que cuando hablamos de identidad nos
estamos refiriendo a aquello que nos caracteriza y
nos diferencia de otros.
Yo creo que en los próximos años la iglesia tiene
grandes retos que afrontar para preservar su identidad y al mismo tiempo ser significativa en la sociedad en la cual vive. Estos retos los he denominado
como “nuestras necesidades”, para mí algunas de
esas necesidades serían:
1. Nuestra necesidad de comprender de forma
equilibrada el tiempo
Como pueblo profético que siempre ha estado interesado por las profecías, uno de nuestros problemas
ha sido y sigue siendo en cierta medida nuestra obsesión por el tiempo, por la segunda venida de Cristo,
no quiero que se me entienda mal. Al decir esto no
quiero decir que esta creencia no sea fundamental,
yo diría que todo lo contrario. No podemos decirnos
adventistas si no creemos, deseamos y esperamos
que llegue ese momento en el cual Cristo regresará
por segunda vez. Tampoco podríamos llamarnos adventistas o decir que creemos en la segunda venida
de Cristo si no estuviéramos convencidos de que ese
acontecimiento esta cercano. ¿Entonces cual es el
problema?
Creo que el reto tiene una doble vertiente: Por un
lado hemos de evitar hacer afirmaciones que desvirtúen este maravilloso mensaje cuando analizamos
aquello que sucede a nuestro alrededor haciendo afirmaciones poco consistentes. Pero al mismo tiempo,
hemos de seguir estando convencidos de que podemos confiar en las promesas del Señor, de que aunque nos parezca que ha pasado mucho tiempo desde que creímos, según nuestra comprensión, Cristo
vendrá por segunda vez como prometió. Ya en su
REFLEXIONES
tiempo, el apóstol Pedro amonesto a los creyentes
en relación a la segunda Venida, como podemos leer en su segunda carta. Él les advirtió en relación a
perder la confianza en las promesas del Señor, en 2
Pedro 3: 9 podemos leer lo siguiente:
«El Señor no retarda su promesa, según algunos
la tienen por tardanza, sino que es paciente para con
nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino
que todos procedan al arrepentimiento.» (RV60)
A nosotros nos puede estar sucediendo lo mismo
que les pasó a los primeros cristianos: perdieron ese
primer amor al transcurrir el tiempo, al ver que Cristo
no venía.
El hecho de que Cristo aún no haya venido, ha hecho que algunos de nosotros podamos olvidar o marginar este aspecto fundamental del cristianismo. Si
llegase algún día en el cual olvidásemos esta creencia o no fuera importante para nosotros, nuestra identidad estaría en peligro, yo diría que no tendría sentido. Ya que la esencia del adventismo se encuentra
en la esperanza de la segunda venida.
Creo que el problema cuando hablamos del retorno glorioso de nuestro Señor se encuentra en centrarnos en nosotros mismos y olvidar el contexto universal.
Hemos de estar convencidos del hecho de que
Cristo vendrá y de que no existe la menor duda en
cuanto ha dicho acontecimiento. No hemos de estar
preocupados, obsesionados en relación al ¿cuando?
Porque puede que dicho acontecimiento para nosotros o para algunos de nosotros sea ya. Con ello no
quiero decir que no hemos de estar alerta y pendientes
de los acontecimientos que suceden a nuestro alrededor, todo lo contrario, pero eso no ha de ser nuestra prioridad o nuestra mayor preocupación.
2. Nuestra necesidad de una relación estrecha con
Cristo (cristocentrismo)
Creo que nuestra mayor preocupación, por lo tanto
nuestro mayor reto debería ser la de construir una relación estrecha con nuestro Salvador Jesucristo.
Hemos de poner a Cristo en el centro de nuestras vidas. Como iglesia siempre hemos predicado en este
sentido y hemos intentado fomentar la vida devocional. De todas formas, yo detecto que últimamente hemos perdido de vista esa necesidad. Hemos dejado de tener conciencia de la importancia que tiene
el mantener una relación estrecha con Cristo. Esa realidad ha hecho que actualmente se halla convertido
en un reto.
Muchas de nuestras dudas, inquietudes se pueden encontrar en esa falta de relación. Hemos perdido confianza en las promesas del Señor, porque
PARA UN FUTURO
quizás no las conocemos y si no las conocemos
¿Cómo es posible que confiemos? ¿Es posible confiar en alguien que nos es desconocido? La respuesta
es obvia: ¡no! De ahí nuestra necesidad de buscar al
Señor, y que le entreguemos nuestras vidas. A veces
olvidamos que Cristo está a nuestro lado en todo momento, que está esperando nuestra decisión. Esta no
puede ser esporádica, puntual, es necesario que sea
constante.
Creo que el camino para acercarnos a nuestro
Señor se encuentra en volver a dar la importancia que
se merece a la oración y al estudio de la Biblia como
palabra de Dios.
Creo que la búsqueda de la dirección de Cristo es
un reto individual, pero al mismo tiempo colectivo, como iglesia. No estoy diciendo que no se busque actualmente a Cristo, quiero decir que lo hemos de buscar con más ahínco si es posible aún.
Hemos de recordar que el Espíritu Santo descendió sobre los apóstoles cuando estos estaban reunidos en oración como leemos en Hechos: «Cuando
llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes
juntos.» (Hech. 2: 1, RV60)
El pasaje nos informa de la inquietud que existía
entre los seguidores de Jesús y de cómo estaban
buscando la dirección divina. Ellos tenían muy claro
que necesitaban al Señor, que estaban necesitados
de su dirección, que su éxito dependía de estar asidos de la mano del Señor. Creo que su forma de actuar es un ejemplo para nosotros, la necesidad de
buscar al Señor sigue siendo tan importante ahora
como lo fue en el pasado, pero el problema se encuentra en que nos percatemos de esa necesidad y
la hagamos nuestra. Si buscamos al Señor de todo
corazón, el éxito lo tenemos asegurado de antemano.
3. Nuestra necesidad de recuperar la centralidad
de la Biblia
Tengo la impresión de que en los últimos años ha habido dentro de nuestra iglesia una disminución en el
interés por la palabra de Dios. La Biblia que en una
época ocupó un papel central para definir nuestra
identidad, nuestra forma de ser, ha ido perdiendo paulatinamente esa importancia. En el pasado se nos llegó a conocer como el pueblo de la Biblia. Ahora me
cuestiono si realmente se nos podría calificar así.
En el pasado todo adventista tenía en alta estima
la Palabra de Dios, no quiero decir que actualmente
no se la tenga en alta estima. Pero si que creo, que
hemos perdido interés en estudiarla y en comprender el mensaje que tiene para nosotros actualmente.
Quizás hemos pensado que lo sabíamos todo y eso
nos ha hecho pensar que no era necesario su estudio.
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ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
Esta disminución en cuanto al conocimiento de la
Biblia es más evidente en la gente más joven. Ya sé
que estoy generalizando y algunos dirán que no soy
justo. Desgraciadamente, esa realidad también afecta a la iglesia en general.
No sé si es significativo, pero en la escuela sabática últimamente, los textos bíblicos aparecen impresos y cada vez son menos los que han de ser buscados en la Biblia.
Creo que es hora de fomentar el estudio de la
Biblia y hacer insistencia en que es necesario que cada creyente la haga suya. Actualmente disponemos
de excelentes herramientas para entenderla y comprenderla de la mejor forma. Nunca en la historia han
existido tantas posibilidades para estudiar la Palabra
de Dios.
La Biblia ha de recuperar el papel que jugo en el
pasado en nuestra iglesia, porque en ella se basa
nuestra fe. Nuestra forma de pensar, ser y entender
depende en buena medida de que recuperemos la
Biblia como pauta de comportamiento y en referente
para nuestras vidas.
4. Nuestra necesidad de saber en lo que creemos
Creo que nuestra identidad como iglesia, como comunidad se encuentra en peligro si desconocemos
en qué creemos, en definitiva si desconocemos nuestras creencias. Creo que este es un peligro real, tengo la impresión y me gustaría estar equivocado de
que cada vez existen más adventistas que desconocen el adventismo.
Hubo una época, y con ello no quiero decir que
tiempos pasados fueron mejores, que existía una gran
inquietud dentro de la iglesia por saber, por conocer,
por investigar. Actualmente, yo tengo la impresión de
que tal inquietud no existe. Yo hablaría más bien de
apatía, hasta de desidia. Creo que no existe una preocupación real por conocernos mejor a nosotros mismos.
Tengo la sensación, y desearía estar equivocado,
que muchos se bautizan y en ese momento finaliza
su afán por aprender, por profundizar en el conocimiento de la palabra de Dios. Me vienen a la memoria las palabras de Pablo en Hebreos, que dicen:
«Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis
necesidad de leche, y no de alimento sólido.» (Heb.
5: 12, RV60)
Pablo amonesta a los hebreos comparándolos con
bebés que aún necesitan tomar leche, cuando ya tendrían que tomar alimento sólido. Creo que a nosotros
nos puede estar sucediendo lo mismo y de ahí nuestra necesidad de profundizar en la palabra de Dios
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Aula 7
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
y en aquello que nos define como cristianos adventistas.
En este sentido, creo todos habríamos de estar
convencidos de porqué:
Observamos el sábado.
Creemos en la inmortalidad condicional del alma.
Hablamos del santuario celestial y del ministerio
de Cristo como Sumo Sacerdote.
Nos abstenemos del consumo de ciertos alimentos, así como de ciertas sustancias.
Somos defensores de la libertad religiosa, etc.
Todos estos aspectos mencionados anteriormente nos caracterizan como cristianos adventistas. La
lista no es exhaustiva, hay otras creencias tan importantes como estas. La cuestión no es confeccionar una lista sino saber dar razón de aquello que creemos y por que lo creemos.
Creo que como comunidad tenemos el gran reto
de dar un mensaje al mundo, pero al mismo tiempo
tenemos el reto de saber en lo que creemos. Hemos
de ser capaces de apropiarnos del Evangelio y de hacerlo nuestro, es necesario que lo sintamos como algo propio. No podemos vivir de lo que otros dicen,
por muy formados que estén.
5. Nuestra necesidad de preservar la unidad.
Unidad en la diversidad
Otro aspecto esencial esta relacionado con la unidad.
Esta siempre ha sido un reto dentro de nuestra denominación. Ha sido una de las grandes preocupaciones de la iglesia desde el pasado y lo sigue siendo. Cristo ya habló en cuanto a la importancia de la
unidad. En la oración sacerdotal registrada en Juan
17:20,21 Cristo dirá: «Mas no ruego solamente por
estos, sino también por los que han de creer en mí
por la palabra de ellos, para que todos sean uno...»
(Juan 17: 20-21, RV60)
La pregunta es: ¿cómo entender la unidad? Esta
no ha sido, ni es una pregunta fácil de responder. Hay
una frase muy utilizada, pero al mismo tiempo muy
acertada que resume el tema: unidad en la diversidad. Pero, ¿cómo entender esta frase?, ¿realmente
estamos dispuestos a entenderla como corresponde? Yo diría que es más fácil de decir, que no de actuar de forma coherente respecto a su significado.
Creo que Agustín de Hipona entendió en sentido
pleno que es la unidad, cuando más o menos dijo:
«En lo necesario, unidad; en lo dudoso, libertad, en
todo, caridad».
Creo que nuestro reto, el de todos nosotros, es
saber qué es lo importante. Yo diría que en las cuestiones esenciales todos estaríamos de acuerdo, o nos
resultaría fácil llegar a un entendimiento. Pero aparte de las cosas esenciales, fundamentales, existen
una variedad de temas que no son esenciales, en los
REFLEXIONES
PARA UN FUTURO
cuales hemos de estar dispuestos a aceptar que otros
piensen de forma diferente. En realidad esto es muy
difícil, porque los hombres siempre creemos y queremos tener la razón absoluta y nos es muy difícil de
aceptar esa diversidad. Creo que eso sería posible,
si nuestras motivaciones se encontrasen en el amor.
No amor, en el sentido de “pobrecito”, porque eso no
es amor, sino prepotencia.
A veces el problema esta en las palabras, no en
el fondo de las cuestiones. A veces el lenguaje nos
traiciona y no nos permite expresar todo aquello que
queremos decir. De todas formas como dijo Ramon
Llull: «Si no nos entendemos por el lenguaje, entendámonos por amor». Nuevamente lo importante es
el amor. El amor como dijo Pablo en 1 Corintios 13
es lo más importante y la clave para resolver la mayoría de los conflictos.
Hemos de ser capaces de aceptar las opiniones
e intentar entender porqué otros piensan de forma diferente: Hemos de huir de intentar imponer nuestros criterios. Hemos de saber respetar a aquel que
en conciencia piensa diferente. No podemos esperar
que todos actúen y piensen de igual forma.
El respecto de aquel que no coincide totalmente
conmigo es esencial. Si además, conseguimos separar lo que son los principios de todo lo demás, la
convivencia y el crecimiento será mucho más fácil.
tuó de una forma a veces escandalosa para aquellos
que lo rodeaban. Es evidente que no se dedico a la
política, pero tampoco fue políticamente correcto. Él
no pudo dejar de estar preocupado por las personas
que lo rodeaban, por la sociedad en la cual vivía.
Creo que la iglesia esta dando algunos pasos en
ese sentido últimamente. Pero es necesario continuar
en esa línea, para que se nos conozca y así evitar
que a veces se nos acuse de forma injusta, al respecto de cosas que no corresponden con la verdad.
Creo que esa implicación se está manifestando
más claramente de forma individual y en especial entre los jóvenes. En este sentido durante el mes de febrero vi a mucha gente de la iglesia que se sintió motivada a manifestarse en contra de la guerra. Fue una
iniciativa individual, pero al mismo tiempo indicaba
una sensibilidad que a mí me sorprendió muy positivamente y me alegró sobremanera. Yo no recuerdo
algo semejante en la iglesia.
Tenemos un gran reto en cuanto a saber darnos
a conocer, en cuanto a que nuestra voz sea oída y
en buena medida conseguirlo depende de que nos
impliquemos en la sociedad en la cual nos encontramos.
6. Nuestra necesidad de conocer e implicarnos
en nuestra sociedad
Como iglesia tenemos la responsabilidad y al mismo
tiempo la necesidad de entrar en diálogo con aquellos que piensan de forma diferente. Siempre he pensado y lo sigo pensando que es muy importante conocer aquello que piensan otros.
Creo que en el diálogo podemos aprender.
Dialogar no implica renunciar a aquello que creemos
o pensamos. No implica renunciar a nuestra identidad como cristianos adventistas. Implica reconocer
que hay otros que piensan de forma diferente. Quiere
decir que estamos dispuestos a entenderlos y si entendemos a los demás, a parte de enriquecernos, estaremos en mejor condición para trabajar por ellos.
Pablo nos da un ejemplo muy claro en este sentido. Él era un profundo conocedor no solamente del
judaísmo de su época, sino también de la cultura grecorromana.
Hay un texto de Pablo que me gusta de forma especial y que está en sintonía perfectamente con esto que mencionaba: «Examinadlo todo; retened lo
bueno.» (1 Tes. 5: 21, RV60)
El texto nos invita a estar abiertos a las opciones
que hay a nuestro alrededor, a conocer. Esto no quiere decir que automáticamente sea aceptado por nosotros. El texto nos dice claramente que solo hemos
de apropiarnos de aquello que es bueno.
Cuando hablo de dialogar, hablo de enriquecernos, de aprender, de construir puentes que hagan po-
Creo que este es uno de los mayores retos que tenemos como comunidad. Creo que no solamente es
necesario que conozcamos nuestra sociedad, creo
que además es imprescindible que nos impliquemos
como cristianos. Creo que Cristo es nuestro mejor
ejemplo.
Algunos pueden pensar que podemos vivir de espaldas a lo que sucede a nuestro alrededor, pero
Cristo dijo: «No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.» (Juan 17: 15, RV60)
Como comunidad hemos de reconocer que vivimos en el mundo, aunque nuestro ideal (fin) se encuentre más allá de este. Considero que algunos, a
veces piensan que podemos prescindir de lo que sucede a nuestro alrededor. Desde mi punto de vista,
este ha sido uno de nuestros errores. Nos ha faltado
valentía para opinar, para implicarnos en nuestra sociedad, para defender nuestros ideales, para presentar nuestras alternativas. Tenemos el reto de que
se nos oiga como comunidad, como iglesia.
Cristo se implicó en su tiempo, fue crítico en muchas ocasiones con las prácticas de su tiempo, no se
abstuvo de opinar cuando lo considero oportuno, ac-
7. Nuestra necesidad de conocer y dialogar con
aquellos que piensan de forma diferente
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ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
sible acercar el evangelio de Cristo a aquellos que se
encuentran a nuestro alrededor, ya que como iglesia
tenemos un mensaje que dar. Acercar el evangelio
no desde el orgullo, no desde la superioridad sino
desde la comprensión y el diálogo. El evangelio nunca se puede imponer.
Conclusión
He utilizado en todo momento la expresión «nuestra necesidad», no es una elección caprichosa, responde a una preocupación real sobre nuestra comunidad, sobre nosotros como pueblo. Creo que estos
aspectos son fundamentales para cada uno de nosotros como creyentes individuales, pero al mismo
tiempo son fundamentales para todos nosotros como
comunidad.
Creo que existe en términos generales una necesidad real de recuperar, de recordar todos estos aspectos. Es imprescindible que les demos la importancia que se merecen. La iglesia tiene muchos retos
por delante, pero uno de los más importantes es saber preservar nuestra identidad, sin caer en el aislacionismo.
Yo me he limitado ha hacer una lista de los retos
que, a mí me parecer, tiene la iglesia por delante. Soy
consciente de que me he podido dejar algunos aspectos que por algunos serán considerados más importantes. Otros disentirán de algunas de las afirmaciones realizadas por mí anteriormente. Pero
independientemente de las limitaciones en mi exposición, estoy plenamente convencido de que si somos capaces de tener presente las necesidades, retos mencionados, estaremos más cerca de los planes
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Aula 7
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
del Señor para cada uno de nosotros individualmente y como comunidad.
Creo que lo importante es que tengamos claro
que la iglesia tiene una misión y que para desarrollarla necesitamos de la ayuda de nuestro Señor. El
“éxito” depende, desde mi punto de vista, de que
seamos capaces de recuperar estos aspectos que
son básicos y que nos identifican de una forma clara como cristianos y de que al mismo tiempo nos
impliquemos de forma individual, ya que esta no es
posible desarrollarla sin nosotros –el Señor desea
de nuestra colaboración–. Todos somos importantes porque cada uno de nosotros dispone de capacidades y actitudes diversas que se complementan. Pablo ejemplifico dicha realidad de forma
magistral en 1 Corintios 12, con su analogía entre
el cuerpo y sus diferentes miembros. Pablo nos hace ver la importancia de todos ellos para un funcionamiento harmonioso. «Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos
los miembros del cuerpo, siendo muchos, son solo
un cuerpo, así también Cristo.» (1 Cor. 12: 12,
RV60)
Creo que como individuos e iglesia necesitamos
que el Señor nos dirija y nos ayude a vivir una relación con él. Ojalá seamos capaces de ser receptivos
a la llamada de Jesús, como dice Apocalipsis: «“He
aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi
voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y
él conmigo» (Apoc. 3: 20, RV60)
Ojalá seamos capaces de abrir la puerta y al mismo tiempo seamos capaces de fomentar y recuperar
esos aspectos que nos caracterizan y nos acerca a
Jesucristo, este es nuestro mayor reto.
Nuestra iglesia como
organización, estructura
e imagen proyectada
a la sociedad
Josué Gil
e gustaría comenzar en primer lugar aludiendo al amplio título de la parte que me ha
sido asignada. Dada la magnitud de los tres
epígrafes en los que se subdivide mi exposición, a
saber: Estructura, organización e imagen de nuestra
iglesia, y del poco espacio del que dispongo para tratar estos temas con mayor amplitud voy a hablar de
todo ello de forma muy esquemática y en clave de los
retos hacia el futuro que estos epígrafes nos plantean y que, espero posibiliten el diálogo y la reflexión
en busca de soluciones, que es lo que esta mesa redonda pretende.
En cuanto a organización y estructura, el primer
reto es asumir el rápido y enorme crecimiento que
en estos últimos años se ha producido en nuestra
iglesia a nivel estatal y local. Esto provoca desajustes entre las ratios de miembros y pastores u oficiales destinados a cubrir las nuevas necesidades de
las iglesias. Desajustes que hay que tratar de mitigar. A su vez, nos encontramos también con el reto
de tener locales para todos, un reto costoso pero indispensable y que evita otro tipo de problemas en los
que ahora no podemos entrar.
En un aspecto más práctico nos encontramos con
que el rápido crecimiento nos plantea ciertos “problemas”, como le ocurre a un niño cuando crece rápido. Estos problemas son de diferente naturaleza:
Por una parte tenemos el problema de la desidia
que sufren muchas de nuestras iglesias al ver el estupendo crecimiento y que por tanto no es necesario
hacer mucho más, porque si ya estamos creciendo...,
para que vamos a movernos. Frente a otros momentos en los que vivíamos bajo opresión y en los
que no se podían expresar ideas diferentes y mucho
menos practicar culto religioso de otra confesión que
M
no fuera la apoyada por el régimen, ahora nos encontramos aletargados quizás por lo fácil que hoy nos
resulta poder expresarnos como somos. Este hecho provoca un apoltronamiento en nuestros sillones
y una falta de compromiso a nivel general con la evangelización y la obra de misión. Éste creo es un problema básico y posiblemente uno de los más acuciantes dentro de nuestra membresía, pues sin ese
espíritu evangelizador perdemos nuestra identidad y no podemos simplemente dejarlo en manos de
los pastores por ser los que cobran de la administración sino que el compromiso es mucho más personal
y va más allá. El reto por tanto es personal y nuestro
compromiso con la obra debería serlo también.
Un segundo reto muy importante y que nace a partir del crecimiento de nuestras iglesias es que si bien
nuestra iglesia crece también es cierto que este crecimiento es fundamentalmente foráneo. El crecimiento
de nuestras iglesias fundamentalmente se debe a
la inmigración y esto plantea el reto, quizás más importante para nuestra organización. Nos plantea el
reto de la integración, un reto compartido por toda
la sociedad española, pero ante el que nosotros hemos de actuar con otro talante pues tenemos principios evangélicos que nos marcan las pautas para ser
integradores, bálsamo y soporte para otros.
Como organización hemos de adaptarnos a los
tiempos que corren y saber de la multiplicidad de nacionalidades y culturas que se dan dentro de nuestro
territorio. Debemos ser capaces de integrar más
allá de las diferencias a cada persona con ansias
de conocer a Jesús y esto es algo que a veces olvidamos poniendo por encima otro tipo de cuestiones
como la comprensión perfecta de un idioma, la forma
de vestir, la forma de expresión, etcétera. Y eso que
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ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
nosotros como adventistas tenemos nexos de unión
mucho más importantes y relevantes que los que suelen darse en el resto de la sociedad.
En definitiva, hemos de ser capaces de encontrar
esos vínculos que nos definen como personas, de los
cuales el más importante es el ser cristiano. Más allá
de la nacionalidad somos Uno en Cristo. Hemos
de asumir la pluralidad y la diversidad de una forma
mucho más normal e inspirándonos siempre en el carácter y ejemplo de Cristo.
Otro de los grandes retos que tiene nuestra iglesia es la garantía del cambio generacional.
Es importante asumir con naturalidad y con previsión ese cambio que habremos de dar y que de hecho en algunos casos ya se está dando. Para ello hemos de contar con personas además de con una
fuerte vocación con una buena preparación.
Es necesario tener planes de formación reales
para crear relevos que puedan cumplir con la misión
encomendada. Creo que este es uno de los desafíos más importantes que tiene nuestra iglesia respecto
a otras que invierten mucho más en la formación de
sus futuros dirigentes, profesores, pastores y personal en general del que en gran parte dependerá el futuro de nuestra iglesia. Nos ocupamos de la educación primaria y secundaria con éxito y nos olvidamos
de la etapa universitaria en la que muchas vocaciones se deciden y pueden aportar mucho más a nuestra iglesia. No podemos seguir dejando en el olvido
la formación de una etapa tan crucial para nuestra
iglesia. Es una pena que con tanto universitario dentro de nuestras iglesias (recordemos el contexto en
el que la propia AEGUAE nace y como en estos momentos la mayoría de nuestros jóvenes tiene formación universitaria), no podamos dar salida a las vocaciones por no tener una política de investigación y
desarrollo suficientemente seria. En un marco como
AEGUAE, sabemos que el perfil medio del universitario de antes y ahora ha cambiado mucho y sabemos que el compromiso con la iglesia por parte de
los jóvenes ha de venir también apoyado por la propia organización. Para ello creo necesario hacer planes serios en torno a ésta cuestión.
Hay algún paso dado como la creación de un centro de educación superior como el SAE, pero con eso
simplemente no basta y es un reto que debemos asumir. No podemos seguir pensando que nuestros universitarios han de costearse toda su educación y formación sin el menor interés mostrado por nuestra
organización para que luego la reviertan en nuestras
iglesias porque mientras hacemos eso muchas otras
organizaciones y oportunidades ofrecerán contratos
y posibilidades mucho más interesantes que las que
en un momento dado, quizás demasiado tarde, ofrez-
80
Aula 7
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
camos nosotros. Por eso es necesario, hasta desde
un punto de vista meramente ético, transmitir por parte de nuestra iglesia, al menos, ese interés y preocupación por las carreras y anhelos de nuestros estudiantes. La motivación en este punto por parte de
nuestra organización con respecto de nuestros jóvenes se antoja más que importante.
En este mismo sentido creo que hoy es un reto
para la estructura y el buen funcionamiento de nuestra organización la creación de un departamento de
recursos humanos en el que no solamente se tengan en cuenta los curriculums de pastores y profesores sino en el que se pueda recoger la información
pertinente (me refiero a currículo, perfil, áreas de actuación, disponibilidad...) sobre laicos, universitarios,
profesores, educadores, profesionales en general,
que tengan vocación de servicio y que muchas veces por no conocer su situación no echamos mano
de ellos. Personas que puedan colaborar con campañas en otras iglesias, con seminarios, conferencias, organización de eventos..., que puedan fomentar la movilidad dentro de nuestro territorio y sobre
todo poder servir mucho más eficazmente a la iglesia, para lo cual es necesario cambiar alguna mentalidad y darnos cuenta de lo importante que es contar con buenos profesionales comprometidos, pues
muchas veces cuando se trabaja para la iglesia pareciera como si se relajase la profesionalidad que hay
que tener en cada actividad.
Hasta aquí parte de los retos que afectan a nuestra iglesia a nivel organizacional y de estructura.
Por último y por mencionar algo en torno a nuestra proyección social he de decir que nuestra imagen
proyectada, si bien es difícil saber lo que percibe la
sociedad, muchas veces no pasa de la de ser un grupo fundamentalista con un cuerpo de doctrinas confundidas con normas de cumplimiento estricto y riguroso. En general solemos ser vistos como un grupo
endogámico, cerrado y ensimismado sobre sus
propios problemas. Es cierto que tenemos organizaciones como ADRA o ASI que tienen una proyección
al exterior muy buena y provechosa (a pesar de ser
anuladas constantemente en los medios de comunicación) pero la imagen de nuestra iglesia como grupo religioso es bien distinta. De hecho, la sociedad
en España es poco consciente todavía de quiénes
somos y cómo somos, al igual que ocurre con casi
todo el resto de religiones.
A modo de conclusión, creo que si atendemos a
todos los retos anteriormente mencionados nuestra
imagen con respecto a la sociedad cambiará y ejercerá una influencia mucho más positiva de la que
hasta el momento hemos sido capaces de proyectar.
Homenaje a
Félix Valtueña Borque
Félix Valtueña Borque el jueves 2 de
marzo de 1978 a las 20 horas en el Aula
Magna de la Universidad de Barcelona
pronunciaba una conferencia titulada
«Mis antepasados los adventistas» en
el marco del ciclo «Heterodoxos en
España», como así llevaba por título el
ciclo de conferencias que la AEGUAC,
la Asociación de Universitarios Adventistas en Catalunya, programó para celebrar el 75 aniversario de los adventistas en España. Eran años de
oportunidades, de testificar y manifestarnos como adventistas en círculos y
circunstancias otrora inaccesibles.
Momentos inolvidables en la memoria
de los que tuvimos la suerte de vivir
esos años. Félix, por aquel entonces,
presidente de AEGUAE, fue el impulsor
y alma mater de dicho acontecimiento.
Ese mismo año Félix nos dejó… Ejemplo
de adventista y universitario, sobre todo
en tiempos harto más difíciles que los
que nos ha tocado vivir hoy. Su ausencia ha supuesto un gran vacío para todos los que gozamos la oportunidad de
compartir con él momentos inolvidables,
pero en la memoria nos queda una imborrable huella, respeto, admiración…
“sus obras con él siguen”.
El 28 de junio de este mismo año hemos
celebrado 25 años más, el centenario.
Desafortunadamente no conservamos
en nuestro archivo el texto ni la grabación de la conferencia aludida de Félix,
pero sí disponemos de una serie de cinco artículos que fueron publicados en la
Revista Adventista del año 1978 –que
publicamos con permiso de sus editores
y herederos–. Félix los escribió pensando en su querida iglesia. Reflexiones
que quizás ahora como entonces se nos
antojan enormemente oportunas.
Sirva pues estas páginas para recordar
algunos de los pensamientos de Félix y
que aquí reproducimos como sincero y
sentido homenaje hacia su persona.
Ramon-Carles Gelabert i Santané
Quiero ser poeta de un hambriento
que no quiere escucharme;
bastante hace el desgraciado con taparse los oídos
para no oír los crujidos
de su estómago insaciado.
Quiero ser poeta de un sediento
de justicia, del que clama
en el vacío de una campana sin aire.
¿Cómo espero que mi voz le llegue
si su propio grito encarcelado lo ensordece hasta matarle?
Quiero ser poeta de un hombre mudo,
un hombre amordazado,
un hombre a quien la lengua fue arrancada.
Nunca podré saber si mi clamor le llega o no:
si intenta abrir la boca, se le inunda en sangre.
Quiero ser poeta de un hombre ensordecido:
sus gritos de sordo traspasan mis entrañas,
y el clamor sin sentido que brota de sus fauces
ni lo entiende nadie ni sirve para nada:
más le valiera no haber nacido.
Quiero ser poeta de un hombre que guarda silencio.
Un hombre que oye y entiende, ve claro y comprende.
Él podría, si quisiera, hablar... Pero calla.
¿Qué puede la palabra contra la recia pisada del que puede?
Nada. Vale más callar.
Quiero llegar a ser un poeta sin palabras.
Un poeta mudo, para ciegos y sordos.
Que sólo me entiendan
los que cargan con todas las taras
de este mundo cruel que nunca
nos podrá aplastar.
Félix Valtueña 21-IV-1968
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La iglesia es una
comunidad
Félix Valtueña
LA IGLESIA ES UNA COMUNIDAD (I)1
Introducción
1. La iglesia y el miedo a volar en avión
Pocas cosas hay tan irracionales e incontrolables como el miedo. Ni tan difíciles de vencer. Tomemos el
caso de las personas que tienen miedo cuando viajan en avión. Ni estadísticas ni razonamientos resultan excesivamente eficaces contra su pánico. La
razón les dice que el viaje en avión es seguro, pero
el pánico es difícilmente superable por estos medios.
Tan convencidas están estas personas de lo irracional de su postura que no hacen el menor esfuerzo por dotar a su miedo de un contenido lógico, ni por
transmitir su pavor a sus amigos y allegados. Por el
contrario, si se trata de sus hijos, desean fervientemente que estos se vean libres de ese pánico que les
atenaza y que tan malos ratos les hace pasar.
Nuestras iglesias cuentan con abundantes ejemplos de conductas irracionales dictadas por el miedo;
miedo, en este caso, al más allá. Para estas personas, el convivir en la iglesia con personas que se sienten seguras en sus creencias, les sirve de lenitivo
bastante eficaz para su miedo. Pero nunca acaban
de sentirse felices, y les encantaría que, por ejemplo,
sus hijos creciesen libres de ese tipo de miedo y de
las dependencias y servidumbres que el mismo comporta para ellos. Tan importante es el miedo para estas personas que incluso llegan a creer que todos,
o casi todos, los que forman una iglesia están allí por
sus mismas razones.
2. La iglesia y los seguros de vida
Desconozco si los seguros de vida son relativamente baratos en este país. Lo que sí sé es que hay una
curiosa circunstancia que los abarata (o que produce beneficios adicionales a las compañías aseguradoras): casi ningún contrato de seguro es pagado por
el asegurado hasta el momento de su vencimiento.
1
Tras un plazo más o menos largo, se cansa de pagar
y el contrato queda rese4ndido. Como es lógico, todo el dinero pagado queda como beneficio para la
compañía aseguradora.
¿Qué quiere esto decir? Que el miedo evoluciona
con el tiempo. Quien suscribe un seguro de vida teme por el porvenir de los suyos; al cabo de un tiempo, ese miedo ha evolucionado, y llega un momento en que pesa menos que tener que gastar
anualmente un puñado de pesetas.
Conozco dos personas que, a consecuencia de
sendos percances sufridos mientras estaban dentro
de un ascensor, se propusieron firmemente no volver
a utilizar este tipo de artefactos. Como es lógico, este propósito, dictado únicamente por el miedo, ha evolucionado con el tiempo de distinta forma para cada
uno: mientras el primero lleva bastantes años de persistencia en su postura, el miedo del segundo se ha
atenuado bastante: dos años después del percance
sigue sin utilizar el ascensor para bajar, excepto si lo
hace acompañado. Y lo utiliza para subir en todos los
casos. La fatiga ha vencido al miedo.
El miedo al más allá, que, desgraciadamente, fue
en muchos casos el móvil principal que indujo a una
persona a unirse a nuestra iglesia, también es susceptible de evolucionar. Incluso de llegar a desaparecer.
Lo que no quiere decir que la persona que se unió a
la iglesia básicamente por miedo, vaya a dejarla una
vez superado este.
Generalmente, permanecen en la iglesia: bien porque nunca se está seguro de haber vencido totalmente el miedo, bien por hábito rutinario. Al fin y al
cabo, esta permanencia no ocasiona excesivas molestias al ex-miedoso, ya que las exigencias mínimas
para no ser excluido de la comunidad son, con excepción de lo relativo a determinadas conductas públicas, extraordinariamente moderadas. –En honor a la
verdad, en algunas ocasiones la evolución es positiva, y la adscripción por miedo se transforma en una
auténtica conversión.
Félix Valtueña, «La iglesia es una comunidad (I)», Revista Adventista, junio 1978, págs. 16-17.
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Aula 7
LA IGLESIA ES
3. Una iglesia, ¿es un sanatorio?
“Psiquiátrico”, adjetivaría alguno de mis jóvenes amigos. Esta imagen del sanatorio es muy querida en
nuestro medio. Le ocurre, sin embargo, lo que a todas las imágenes: que, a fuerza de distorsionarla,
acabamos convirtiendo el símbolo en paradigma de
nuestro particular modo de ver las cosas.
Sería absurdo imaginar una ciudad en que todos
los edificios públicos fuesen clínicas, sanatorios y hospitales. Igual de absurdo resulta imaginar una iglesia
como un conjunto en el que todos sus componentes tienen problemas de un modo permanente.
Desgraciadamente, por absurda que sea la idea,
nos complace íntimamente y con frecuencia caemos
en uno de los dos extremos: bien suponernos el único sano en un conjunto de desequilibrados, lo que de
modo automático nos sitúa au-dessus de la mêlée;
bien suponer que, siendo la iglesia un sanatorio, yo
tengo el derecho de comportarme como un enfermo
(psíquico, por supuesto) y los demás tienen la obligación de soportar cristianamente todas mis intemperancias de conducta. Intemperancias que, por
supuesto, nadie me toleraría en cualquier otro medio:
familia, trabajo etc.
4.Una iglesia no debe ser un autobús
Digo «no debe ser» porque muchas veces, por desgracia, lo es. A la empresa que explota una línea de
autobuses le interesa que estos vayan siempre llenos. Le importa, en cambio, muy poco que todos los
que suben a uno de sus vehículos lleguen al final del
trayecto. Es más, su interés está en todo lo contrario: que el autobús esté siempre lleno, pero que haya un continuo flujo de personas.
Tenemos la mente tan puesta en que el “autobús”
de nuestras iglesias esté lleno, que prestamos muy poca o ninguna atención al flujo que puede producirse
a través de la puerta de salida. Flujo formado en gran
parte por cobardes que han perdido el miedo y por
inadaptados que, por fin, se cansaron de incordiar.
Mirado así, ese flujo sería beneficioso para la
iglesia, ya que la liberaría de elementos perturbadores. La lástima es que, dado que su conversión
nunca llegó a ser genuina, su paso por la iglesia ha
sido una continua perturbación de la convivencia.
5. Una iglesia es una comunidad
Es decir, una agrupación de personas que, poseyendo
los mismos puntos de vista sobre unos aspectos concretos, se unen para poder cumplir colectivamente
UNA
COMUNIDAD
aquellos fines que no podrían realizar mediante esfuerzos individuales.
Es lástima que una idea tan clara, tan sencilla y tan
básica, esté tan olvidada. Nuestras iglesias tienen mucho de sanatorios, de autobuses. Pero la idea comunitaria brilla por su ausencia. ¿Por falta de una genuina conversión? Es posible. ¿Porque somos tibios,
haciendo honor a nuestro símbolo de Laodicea? Quizá.
Pero también, y posiblemente con mayor incidencia
sobre el problema, por un motivo mucho más elemental:
porque nunca nos lo hemos propuesto seriamente.
¿Qué se ha hecho en este país en el sentido de
apoyar a la familia, a las familias adventistas, como el núcleo básico sobre el que debe sostenerse
la estructura de la iglesia? Se dedican extraordinarios esfuerzos a la conversión de los “infieles”,
pero se mantienen como un axioma la idea de que
«los hijos de adventistas no quieren saber nada de
la iglesia» 2 Consecuencia de ello es que los esfuerzos que se dedican a consolidar en la iglesia
a quienes se han criado en ella son, comparados
con los otros, verdaderamente raquíticos. Y, para
más inrí, muchas veces mal enfocados. Quizá por
lo arraigado de la idea de que no hay nada a hacer.
¿Hasta cuándo durará esta situación? Lo desconozco. Lo que sí sé es que aquellas de nuestras iglesias que (por las razones que sean) no han llegado
al grado de “comunidad” y están todavía en el de “autobús de dos puertas”, tienen delante suyo un porvenir realmente problemático.
Y no se crea que el hacer que una iglesia sea, además, una comunidad es tarea exclusiva o primordial
del pastor. Es tarea de todos. Y a ella deberíamos dedicar nuestros mejores y más reflexivos esfuerzos.
«Y le dijo: ¿Quiénes son estos? Y respondió José a
su padre: son mis hijos, que me ha dado Dios» (Gen.
48: 8-9). ¿Puede haber mayor corona de gloria que
poder dar esta respuesta al mismo Dios?
LA IGLESIA ES UNA COMUNIDAD (II)3
«¿Qué impide que yo sea bautizado?
» Hechos 8: 36
1. Una decisión solemne
La conversión de una persona es un misterio que solo ella y Dios están en condiciones de poder comprender. ¿A través de qué caminos llega un ser humano a plantearse su condición de pecador y su
necesidad de Jesucristo como su Salvador personal?
2
Axioma absolutamente falso. Solamente las familias adventistas (las pocas que entonces había) superaron la hecatombe que para nuestra iglesia fue la guerra civil de 1936-39.
3 Félix Valtueña, «La iglesia es una comunidad (II). “¿Qué impide que yo sea bautizado? Hechos 8: 36», Revista Adventista,
julio 1978, págs. 16-17.
Aula 7
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ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
Se trata siempre de experiencias individuales, imposibles en muchos casos hasta de ser explicadas a
otros.
Nos sentimos especialmente impresionados por
algunas conversiones (el apóstol Pablo, el ministro etíope) de que nos habla la Biblia. ¿Nos impresiona especialmente lo súbito, lo que hay en
ellas de milagroso? Sin embargo, entra dentro de
lo posible que, por falta de datos suficientes, no
nos sea factible asegurar si la conversión de San
Páblo fue tan repentina como a nosotros nos parece.
Tomamos el caso del apóstol Pedro. Precisamente
porque conocemos muchos incidentes de su vida,
unos positivos y otros negativos, nos es imposible
asegurar en qué momento se convirtió. ¿Fue cuándo dejó a Juan el Bautista para seguir a Jesús? ¿O
cuándo “al llegar a tierra las barcas dejándolo todo”,
le siguió? ¿Quizá cuando, humildemente, dijo a Jesús
“Señor, tú sabes que te amo”?
No podemos saber en qué momento (su poniendo que sea algo instantáneo) se convirtió San Pedro.
Sí sabemos, en cambio, en qué momento proclamó
públicamente por primera vez su necesidad de
Jesucristo. El bautismo no es otra cosa que la proclamación pública que hacemos de nuestra necesidad de Jesucristo.
Siendo la conversión un misterio, la iglesia (sus
representantes) debe limitarse, con respecto a quien
pide el bautismo, a constatar que ha sido adoctrinado y que dentro de lo que es observable, su vida ha
experimentado un cambio. Pero lo que es esencial,
es decir, si su conversión es o no genuina, sigue siendo un misterio impenetrable que solo el que pide el
bautismo y Dios conocen.
No cabe duda, sin embargo, de que el bautismo
es un testimonio público cuya extraordinaria importancia jamás podríamos minimizar: no hay en’ la vida cristiana testimonio público de más valor.
2. Una vocación casi de trámite
No recuerdo ni una sola ocasión en que alguien haya votado contra la admisión en la iglesia de una persona que acaba de o que iba a ser bautizada.
Es posible, incluso, que la misma trascendencia
del bautismo haga que minimicemos, hasta acabar
convirtiéndola en mero trámite, esta otra ceremonia
oficiada por toda la iglesia, de la admisión, dentro de
la comunidad, de la persona que acaba de ser bautizada.
Y, sin embargo, esta admisión deberla ser cualquier cosa menos un asunto de trámite. Pensemos
4
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
simplemente en las complicaciones a que algunas
veces da lugar la necesidad de excluir a alguien de
la iglesia para comprender que quizá, esas complicaciones podrían haber sido evitadas si la admisión
en la iglesia hubiere sido algo más que un mero trámite.
En la actualidad, y especialmente en congregaciones un poco numerosas, es relativamente frecuente
que personas que solicitan ser bautizadas sean perfectos desconocidos de la iglesia, salvo de tres o cuatro de sus componentes.
Cuando se produce un bautismo de este tipo deberíamos preguntarnos qué seguridad podemos tener de que se producirá una integración sin problemas de esta persona recién bautizada y prácticamente
desconocida. ¿Será suficiente con la buena voluntad
y la caridad cristiana?
3. La “iglesia imaginaria” del pastor Pagès
En el número de abril de 1978 [Revista Adventista.
N. del E.], el pastor Fèlix Pagès, dentro de un articulo descriptivo sobre nuestra iglesia en México, intercala una sorprendente (por el contexto en que se
inserta) parábola. Nos habla en ella de tres imaginarios pastores, A, B y C, que pasan sucesivamente por
ura iglesia, supongo que tan imaginaria como ellos.
A causa de lo que podríamos denominar diversidad
de enfoques, acaba ocurriendo que los bautismos del
pastor A, a quienes nadie de la iglesia conoce en la
época del pastor C, acaban marchándose de la misma.
El pastor Pagès utiliza su “parábola” para hacernos ver (y creo que tiene toda la razón) la necesidad
de criterios uniformes entre los pastores; pide también, como medida correctora de criterios distintos,
una mayor responsabilización de las juntas de iglesia.
4. Dos cosas distintas
Me interesa retornar a la “parábola” del pastor Pagès
para fijar la atención del lector en algo en que pocas veces se piensa: bautismo e integración en la
iglesia son dos cosas distintas, y nada hace prever
que la segunda seguirá automáticamente al primero.
Podríamos preguntamos, pues, en virtud de qué
principio puede resultar lógico que se admitan en una
iglesia a personas que, no solamente no han tenido
tiempo de integrarse en ella, sino ni siquiera para conocer mínimamente la comunidad en que van a ser
admitidas una vez bautizadas.
Y, sin embargo, no se puede hacer otra cosa.
Supeditar el bautismo a la integración es impensable;4 difícilmente un pastor o una junta de iglesia po-
Impensable en nuestro contexto actual: en otros países, nuestra iglesia somete a los aspirantes al bautismo a un largo
período de catecumenado.
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Aula 7
LA IGLESIA ES
drían postergar una petición de bautismo alegando
que la persona que de este modo confiesa su necesidad de Jesucristo debe hacer una experiencia previa de convivencia con la iglesia.
Otra posibilidad teórica sería que la admisión en
la iglesia no siguiese automáticamente al bautismo:
aparte no estar prevista en el Manual de Iglesia, los
problemas que esta posibilidad crearía superarían a
los actuales. Por consiguiente, hay que desecharla.
Por consiguiente, y salvo conocidas excepciones
(hijos de adventistas, por ejemplo) la integración de
una persona en la iglesia deberá seguir produciéndose después de su admisión en la misma. Sea o no
un contrasentido, no es factible que las cosas se produzcan de otra manera.
5. La difícil integración
A nivel teórico, es decir, en una iglesia ideal, la integración de los recién bautizados no presentaría ninguna clase de problemas: el nuevo miembro seria
“arropado” por los más antiguos y rápidamente se
sentina parte integrante de la comunidad en que ha
sido admitido.
Los problemas surgen, desgraciadamente, cuando una comunidad “real” se encuentra (por razones
que sea) más o menos lejos del ideal. Desaparece
entonces, o se halla muy disminuida, la acción colectiva; hay casos en que las posibilidades de integración quedan supeditadas a lo que podríamos
denominar “actuación oficial” de la iglesia.
Lamentablemente, esta “actuación oficial” no da
muestras de excesiva imaginación. Aparte las exhortaciones a asistir a la iglesia (de muy escasa eficacia, en mi opinión, con respecto al tema que tratamos), lo normal es que la misma quede reducida a lo
que comúnmente llamamos “la visitación” y “los cargos”. ¿Son sistemas eficaces?
El dar responsabilidades en la iglesia a un recién
admitido en la misma podría ser un buen sistema
de integración con tal de que el así distinguido tuviese constancia del motivo por el que se le da el cargo.
En caso contrario, se corre el peligro (nada teórico,
por cierto) de que el recién admitido, y rápidamente
distinguido con responsabilidades para las que no ha
tenido tiempo de acreditar méritos ni conocimientos, adquiera un concepto equivocado de la real valía tanto suya como de los demás integrantes de la
iglesia: superlativo con respecto a si mismo; peyorativo con respecto a los demás.
Por otro lado, como esto de los cargos no puede
ser una cosa indefinida (siempre habría un recién admitido en cuyo favor habría que desposeer de cargos
a los que ya llevan un tiempo en la iglesia) lo único
que se consigue muchas veces es trasladar el problema en el tiempo a quien gratuitamente fue elevado a determinada dignidad de la iglesia le será difí-
UNA
COMUNIDAD
cil comprender (a no ser que alguien le explique que
todo ha sido una táctica de integración) por qué es
desposeído de esa dignidad en favor de un desconocido recién admitido en la comunidad.
En cuanto a la “visitación” creo que presenta, aquí
y ahora, tantos inconvenientes de tipo práctico que
la hacen muy poco útil como mecanismo de integración.
No olvidemos que la “visitación” tiene el mismo
origen que nuestra iglesia: las comunidades rurales del Medio Oeste norteamericano. Lo que allí es
una práctica social muy arraigada, es entre nosotros algo completamente ajeno a nuestras costumbres. Nadie, ni familia, ni mucho menos individuos aislados, están en este país habituados a
recibir visitas imprevistas, y aún menos de pastores, ancianos o diáconos para charlar sobre temas
espirituales.
Creo, pues, que mientras no se resuelva el cúmulo
de problemas prácticos a que da lugar, la “visitación”
seguirá siendo entre nosotros lo que ahora es: algo
muy poco práctico y de muy poco valor efectivo en
relación con el tema que tratamos. Hago una excepción: las visitas a personas ancianas.
6. ¿Pueden los departamentos ser los vehículos
de la integración?
No solo pueden, sino deben. Actividades Laicas,
Escuela Sabática y, en su propia esfera, las
Sociedades de Jóvenes, las de Padres, etc., deben
ser las herramientas por medio de las cuales todo
el mundo se integre en la comunidad.
Hablar de por qué en muchas ocasiones no lo son
y de qué se podría hacer para remediar esta situación, nos llevaría demasiado lejos. Limitémonos, pues,
a constatar que especialmente la Escuela Sabática,
a causa de su estructura celular, es un vehículo incomparable de integración. Actividades Laicas está
pensado para funcionar por medio de pequeños núcleos a imitación de la Escuela Sabática. Una Sociedad de Jóvenes que haya comprendido que debe
ser algo más que un club de oradores tendrá en cartera multitud de actividades integradoras.
Fundamental para que los Departamentos funcionen es que los que los dirigen tengan objetivos claros y concretos, completamente opuestos a la manía
discurseadora. Desgraciadamente, la “exhortación a
destiempo” parece ser la única finalidad de más de
un programa, como si el Evangelio consistiera en discursear por discursear.
Y, naturalmente, es imprescindible que las Juntas
de Iglesia empleen el tiempo que sea necesario en
plantearse y buscar soluciones a los problemas reales que afectan a sus comunidades. Para encontrar
ese tiempo no iría mal que delegasen en entes de
rango inferior el cúmulo de problemas económico-ad-
Aula 7
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ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
ministrativo que actualmente acaparan la mayor parte de su tiempo.
LA IGLESIA ES UNA COMUNIDAD (III)5
El absentismo de los adventistas
1. Volviendo la vista atrás
Cuando yo era adolescente, formaba parte de una
iglesia modesta donde solo había dos personas socialmente importantes; un médico y un industrial. Eran
otros tiempos. Todos los miembros de aquella pequeña congregación estaban “censados” a través de
la Escuela Sabática de modo que cualquier ausencia
era inmediatamente detectada y, hasta conocer su
causa, era motivo de inquietud. (Una pequeña aclaración: en aquella época y en aquella iglesia no se
concebía que alguien a quien no le pasase nada dejase de ir a la Escuela Sabática y se presentase en
la iglesia a la hora del culto).
Había, sin embargo, dos ausencias que cuando,
esporádicamente, se producían no causaban inquietud: la del médico y la del industrial. Si se trataba del
primero, sabíamos que su ausencia era producida
por una guardia en el hospital en que, al tiempo que
se especializaba, trabajaba gratis. En cuanto al industrial, sus esporádicas ausencias tenían siempre
la misma explicación: “Don X (como respetuosamente
le llamábamos) debe de haber ido a su finca”, se comentaba cuando no respondía al pasar lista en la
Escuela Sabática. Y así era.
2. Otros tiempos, otras costumbres
Lo que hace tiempo era esporádico, se ha generalizado hoy en día como una verdadera plaga.
Ausencias del 50 por ciento de la feligresía de una
iglesia no suelen ser, por desgracia, excepcionales.
No vale la pena insistir en que con un elevado porcentaje de la membresía útil de una iglesia haciendo
de río Guadiana (apareciendo y desapareciendo) no
hay proyecto medianamente importante que pueda
llevarse a cabo.
Pero pecaríamos de ligereza si, una vez detectado, nos limitásemos a condenar este absentismo
con sonoras palabras y, una vez soltada la filípica,
nos quedásemos tan tranquilos. Por el contrario, si
queremos hacer algo de positivo debemos intentar
estudiarlo objetivamente buscando las causas que lo
han generado.
A este fin, conviene que veamos cuales son las
principales modalidades que en la actualidad presenta
5
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
el absentismo de los adventistas. Sin ánimo de hacer una clasificación exhaustiva, podríamos establecer
que las principales modalidades de absentismo que
hoy en día afectan a nuestras iglesias son:
a) El semiabsentismo
La hoy generalizada idea de que nuestro “sábado” es
más o menos equivalente (“yo hago fiesta los sábados”, dicen algunos) del “domingo” de los católicos,
lleva a muchos a la consecuencia, lógica desde un
punto de vista mimético, de que el sábado hay que
levantarse tarde. Como, hoy por hoy, esto es incompatible con la asistencia a la Escuela Sabática, se deja de asistir a ella, y problema resuelto.
b) El absentismo itinerante
Es una modalidad particular de las áreas ciudadanas
donde hay varias iglesias. ¿Hay algo de malo en que,
siendo amigo de la variedad, uno prefiera ver cada
sábado caras distintas? ¿O prefiera oír a un predicador en lugar de otro? El problema empieza cuando todas las caras están muy vistas o todos los predicadores muy oídos. No hay otra solución que
quedarse en casa o buscarse otro tipo de distracciones.
c) El absentismo de la segunda residencia
¿Hay algo de malo en pasar el sábado adorando a
Dios lejos de las cada vez más inmundas ciudades?
¿Se puede pedir a quien (a costa de grandes sacrificios) ha conseguido tener una segunda residencia en
el campo o en la playa, que se abstenga de utilizarla
el sábado y que, en lugar de irse al campo o la playa, vaya a la iglesia? ¿Solo en la iglesia se puede
adorar a Dios? Y por otro lado, ¿vale la pena sacrificarse para tener una segunda residencia si solo
va a ser aprovechada los domingos, cuando cada vez
hay más gente en nuestro entorno que “hace fiesta”
sábados y domingos?
d) El absentismo de verano
A juzgar por la masiva desaparición de miembros que,
en algunas iglesias, se produce entre julio y septiembre, habría que creer que nadie en España disfruta de vacaciones tan dilatadas como los adventistas.
¿De verdad disfrutan los adventistas en sus respectivos trabajos de hasta dos meses y medio de vacaciones estivales? ¿Dejan de ir a la iglesia porque
suponen que no hay nadie, con lo cual contribuyen a
que de verdad no haya nadie? ¿Es un baldón de tipo social ir a la iglesia en agosto?
Félix Valtueña, « La iglesia es una comunidad (III). El absentismo de los adventistas», Revista Adventista, agosto 1978,
págs. 12-13.
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LA IGLESIA ES
e) El absentismo peregrino
Es una modalidad relativamente nueva en nuestro
país: por consiguiente está por ver si sus consecuencias son positivas o negativas para sus practicantes. Englobo aquí la cada vez más extendida costumbre de hacer excursiones colectivas para visitar
otras iglesias más o menos lejanas.
f) Otros absentismos
Podríamos añadir alguna otra modalidad, unas pintorescas, como el absentismo del “sábado-fiesta”
(un sábado que sea festivo en el calendario laboral presenta más ausencias que un sábado normal,
¿por qué?) y otras patéticas, como el absentismo
paseante de los adolescentes que se pasan la hora del culto paseando alrededor de la iglesia.
¿Cuántos de entre ellos van aumentando el radio
de sus paseos hasta que su alejamiento de la iglesia es irreversible?
3. ¿Perjudica el absentismo a la iglesia?
¿Y al individuo?
Obviamente, a la iglesia sí. Un porcentaje alto de
feligresía flotante no facilita en ningún caso cualquier
proyecto que esté elaborado en función de la membresia teórica. Por otro lado, lo móvil de esta membresía flotante imposibilita en absoluto el saber con
quién se puede contar, ya que los responsables de
la iglesia nunca podrán saber quién estará en ella cada sábado, ni mucho menos un número seguido de
sábados. Finalmente -y puesto que el absentismo no
se da, paradójicamente, entre personas de la tercera edad-, la iglesia se ve privada por su causa de la
posibilidad de una colaboración regular de personas
teóricamente valiosas.
No es, pues, extraño que nuestros pastores se hayan pronunciado reiteradamente en contra suya calificándolo con las más duras palabras. Pero si consideramos el escaso o nulo resultado que estas
exhortaciones han producido, debemos preguntarnos
si no será que el sermoneado ve las cosas de una
forma muy distinta.
Ninguno de los practicantes de una u otra modalidad de absentismo estará dispuesto a admitir que
la suya es nociva para su salud espiritual. Ni siquiera en aquellos casos (absentismo de la segunda residencia, especialmente) en que está bien comprobado que es un primer paso en el abandono de la
iglesia. Y lo cierto es que, con esta y alguna otra excepción, no es frecuente que exista una relación de
causa a efecto entre absentismo y desinterés por la
iglesia.
Pero como, por otro lado, los proyectos comunes
difícilmente pueden contar con la colaboración activa de los absentistas, deberíamos cuestionarlos sobre si no podrá ocurrir que dirigentes de la iglesia y
UNA
COMUNIDAD
absentistas tengan “in mente” dos modelos distintos
de lo que debe ser la iglesia.
4. ¿A qué modelo de iglesia nos
hemos adherido?
Desde el punto de vista de la participación individual,
podemos considerar dos modelos de iglesia: aquella
en que la participación fundamental es la prestación
personal y aquella en que lo esencial es la prestación
económica.
Empecemos por esta última. Si yo soy una persona cuyas necesidades espirituales básicas se cifran en encontrar un lugar en que se me exhorte, anime, estimule. etc. estaré dispuesto a que la iglesia
que satisfaga estas necesidades mías disponga de
los medios materiales y humanos que hagan posible
su funcionamiento en las mejores condiciones. Desde
este punto de vista una iglesia ideal sería la que contase con uno o varios buenos predicadores, uno de
los cuales estaría especializado en jóvenes. La necesidad de colaboración laica para labores de evangelismo no se produciría, ya que dichos predicadores sabrían emplear adecuadamente los medios de
comunicación social. En cuanto a la Escuela Sabática,
el ideal sería que, en lugar de muchas clases dirigidas por laicos, en ocasiones incompetentes, hubiera
una sola clase general dirigida por un pastor o ayudante de probada competencia.
Para quien, consciente o inconscientemente, propugna este modelo de iglesia, su asistencia o inasistencia a sus servicios sería problema exclusivamente suyo, que en nada perjudicaría al normal
funcionamiento de la misma. Quizá por estas circunstancias (importancia primordial de la contribución económica, y subsidiaria de la prestación personal) hay quien, peyorativamente, llama “iglesia-club”
a este modelo de iglesia (la única obligación de quien
es admitido en un club es satisfacer las cuotas).
Beneficiarse en mayor o menor grado de los servicios del club depende de la libre voluntad de cada
cual. Pensemos, sin embargo, que este modelo de
iglesia es el dominante en la cristiandad que nos rodea; para ellos el absentismo solo presenta problemas si se traduce en disminución de la aportación
económica.
El otro modelo de iglesia (podríamos denominarlo “iglesia-comunidad”) es aquel en que lo fundamental es la prestación personal. Siendo sus actividades el resultado del esfuerzo colectivo, no tendría
sentido la presencia en ella de miembros intermitentes. Hermosa idea si no ocurriese que es
bastante más difícil colaborar en una comunidad que
en un club.
En un libro que tengo a mano se dice que una comunidad es un «grupo social generalmente caracterizado por... una afinidad de convicciones ideológi-
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ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
cas. –Y añade– Toda realización comunitaria comporta una tensión constante entre el grupo, que pretende configurar al individuo y la persona concreta que
se resiste a perder su propia libertad».
5. ¿Nunca lo supieron o se les
ha olvidado?
En nuestro caso concreto está claro que, precisamente, cuando cedemos nuestra libertad en beneficio del fin comunitario (anunciar la Segunda Venida
de Cristo es la única razón de la existencia de la
Iglesia Adventista) es cuando podemos sentirnos verdaderamente libres. “La verdad os libertará”, nos dijo Jesús.
Y también está claro que este único motivo de
nuestra existencia como grupo es incompatible con
la idea de iglesia estática, a la que acudir cuando nos
parezca. Imposible que una iglesia así concebida
pueda adelantar ni en un segundo la Segunda
Venida.
Entonces, a la vista del cada vez más elevado número de miembros transhumantes que llegan a hacer irrealizable cualquier esquema de la vida colectiva, solo se me ocurre una pregunta: ¿Es que nunca
supieron que la Iglesia Adventista es, ante todo y por
encima de todo, una comunidad, o es que se les ha
olvidado?
LA IGLESIA ES UNA COMUNIDAD (IV)6
La recuperación de la personalidad
¿Qué impresión producimos, vistos desde fuera? O,
en otras palabras, ¿qué piensan los demás (“el mundo”) de nosotros?
He aquí una pregunta importante a la que, sin embargo, muchas veces nos negamos a contestar dando por supuesto que no debe preocupamos la imagen que los demás tengan de nosotros. Y, sin
embargo, puesto que somos “luz del mundo”, “sal de
la tierra”, “espectáculo al mundo”, etc. debería preocuparnos saber si, efectivamente, los demás ven en
nosotros una luz y también qué clase de espectáculo estamos dando.
1. Comunidad secreta o comunidad pública
Si encuestásemos entre nuestros confeligreses sobre qué diferencias existen entre un adventista y uno
que no lo es, la respuesta más general seria que “todo”. Pero una encuesta sobre cuántas personas de
nuestro entorno saben que somos adventistas, nos
daría en muchos casos una respuesta desconsola-
6
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
dora: no es nada infrecuente el caso de un adventista del que nadie ajeno a la iglesia sabe que lo es. Y
son frecuentísimos los casos díe lo que podríamos
denominar “irradiación mínima”.
¿Cómo puede compaginarse comprobación tan
deprimente con la afirmación rotunda de nuestras
diferencias? ¿Son tontos los demás o somos unos
maestros en el disimulo? Creo que ni lo uno ni lo
otro.
Es muy posible que la reciente historia de nuestro país, en que, muy a nuestro pesar, se nos obligó
a una semiclandestinidad, haya podido condicionar
nuestra forma de ser “luz del mundo”, haciéndonos
sumamente cautos. Pero no es menos cierto que, por
lo menos en este país y en lo que yo puedo recordar,
nunca hemos hecho el más mínimo esfuerzo por definir de una forma clara y rotunda nuestra personalidad
pública como adventistas.
Y, dado que nuestra vocación no es de ser una comunidad secreta, sino de movernos a la luz del día,
es muy importante que pensemos en cómo nos ven
los demás. Y, desgraciadamente, hasta ahora, ese
asunto nos ha tenido bastante sin cuidado.
2. El inmediato pasado
En el periodo de semiclandestinidad, nuestra iglesia
(hablo siempre de España) tuvo un brillante resurgir.
¿A causa de lo atractivo de nuestra personalidad? De
ninguna manera. Es más, creo que a pesar de nuestra poco atractiva personalidad.
Me explicaré. El método que entonces imperó para la transmisión del mensaje fue, (yo diría que en todos los casos) el contacto directo. Y tiene tal fuerza
el mensaje que nosotros llevamos, y tan angustiada
estaba la gente que la esperanza que nosotros transmitíamos les colmaba. Hasta el punto de no preocuparles en absoluto el problema de si nuestra personalidad era o no atractiva.
En lo que se refiere a la misma, podríamos decir
que en dicho período se concedió una atención preferente a lo que no tenemos más remedio que definir
como nuestros caracteres secundarios.
Porque, ¿qué se puede decir en cuanto a la personalidad de una colectividad religiosa que ha considerado como graves problemas de imagen colectiva, hasta el punto de elevarlos al temario de unas
asambleas anuales cuestiones que, como el uso de
la alianza por los casados, han pasado rápidamente
a ser secundarias y banales? ¿Era tan importante
el ancho de los pantalones masculinos como para
que un pastor, hoy jubilado, le dedicase atención preferente en un culto, conocido como “el de los pan-
Félix Valtueña, « La iglesia es una comunidad (IV). La recuperación de la personalidad», Revista Adventista, octubre
1978, págs. 5-6.
88
Aula 7
LA IGLESIA ES
talones” por los miembros de las distintas iglesias que
lo escucharon?
Quizá porque las mujeres siempre han sido mayoría en nuestras iglesias, sus usos y costumbres han
sido siempre tema de atención preferente, y hoy en
día nos produce cierta perplejidad saber que en tiempos no remotos las mujeres adventistas ni iban a la
peluquería ni tan siquiera se cortaban el pelo, ya que
ambas cosas eran pecaminosas o poco menos.
Menos lejana está la época en que se pretendió (vanamente todo hay que decirlo) imponerles el uso del velo en la iglesia.
3. Los tiempos que nos toca vivir
Las cosas han cambiado radicalmente y, hoy en día,
la gente no está angustiada. Nadie busca, como en
la larga postguerra, un bálsamo que alivie una angustia que no siente. Un mundo de desaforado consumismo como es el nuestro de hoy, no es el más apto. para escuchar la palabra de Dios.
Nosotros nos sentimos desconcertados. No solamente no sabemos cómo llegar a los demás, sino que
ni siquiera tenemos una idea clara de la imagen que
debemos dar de nosotros mismos. Nuestras dos posturas más generales son o replegarnos dentro de
nuestro propio caparazón o, lo que en resumidas
cuentas viene a ser lo mismo, un continuo chaqueteo que acaba haciendo dudar a los demás de si somos distintos o iguales a ellos.
Y, sin embargo, un desarrollo consecuente de
nuestras propias creencias podría darnos una personalidad tan rotunda y atractiva que, como mínimo,
y ya es mucho, podría ganarnos el respeto de todos
los que nos conociesen.
4. Nuestra imagen
Sin ánimo de ser exhaustivo, quiero señalar algunas
facetas de nuestra personalidad como cristianos a las
que damos poco o ningún valor y que, debidamente
desarrolladas, harían que, de verdad, fuésemos espectáculo al mundo y que ya no pudiésemos excusarnos en nuestras contradicciones para agazapamos en nuestro disimulo.
4.1. La reforma prosalud
A juzgar por lo poco que nos preocupa, habría que
suponer que no creemos en ella. Como máximo, creemos, (porque nos lo ha dicho el pastor en un estudio bíblico), en listas de alimentos tabúes, sin que tengamos una idea muy clara de si actualmente lo son
por motivos religiosos o sanitarios ni de cuáles puedan ser estos últimos.
Los vegetarianos que uno conoce, no solo lo
son, sino que explican los motivos que les han llevado a serlo. Nosotros, en cambio, no podemos
dar una explicación coherente de nuestras con-
UNA
COMUNIDAD
vicciones en este aspecto de la alimentación, quizá porque, como adventistas, no tenemos convicción homogénea de ninguna clase. En resumen,
una faceta de nuestra personalidad que permanece atrofiada.
4.2. Nuestro “amor” por la naturaleza
Se ciñe a ir de campamento, decir ´¡qué hermoso debía de ser el mundo antes del pecado!ª y poco más.
Si en la mayor parte de los casos, ignoramos el significado de la palabra “ecología”, mal vamos a compartir las inquietudes de quienes la han tomado como lema.
Inquietudes que, hoy por hoy, no compartimos. Si
la naturaleza está cada vez más degradada, nos quedamos tan anchos con echarle la culpa al mal. Pero
no entra en nuestros pensamientos el luchar de alguna forma contra su destrucción. El pensamiento de
que la naturaleza, aún en su degenerada forma actual, es una imagen de la Tierra Nueva, debería llevarnos como mínimo, a tener en relación con su destrucción actual, una postura definida y mínimamente
testimonial.
De acuerdo en que esa destrucción es consecuencia del pecado, pero ¿quiere eso decir que nuestra respuesta ha de ser la indiferencia? En resumen,
otra faceta no desarrollada de nuestra personalidad
y otra ocasión perdida.
4.3. Las drogas
Sabemos que el alcohol es malo pero no sabemos
cómo luchar contra él. ¿Cómo podría un adventista
ayudar a un alcohólico a luchar contra su vicio? Y la
plaga del alcoholismo progresa pavorosamente en
nuestro país. ¿Nos abruma el miedo al trabajo que
se nos vendría encima?
Sobre el tabaco, y puesto que en esta revista ya
se ha hablado del tema, y hay deficiencias que en
nuestro país van a ser mejoradas, solo quiero dar un
dato: todavía está por hacer un estudio científicamente solvente hecho por adventistas en cualquier
país sobre los resultados del “Plan de cinco días para dejar de fumar”.
En cuanto a las restantes drogas, más vale no
hablar. ¿Cuántos de nuestros estudiantes o ex-estudiantes saben que la mayor parte de los estimulantes para época de exámenes son, lisa y llanamente, drogas que crean hábito? Lo mismo ocurre
con las “pastillas para adelgazar”. La dependencia
de muchos fármacos convierte a una persona en drogadicto.
Podríamos hacer un gran papel en un mundo angustiado por las drogas, y no lo podemos hacer porque no tenemos ni conocimientos ni dónde recabarlos ni ideas claras sobre qué hacer ni, posiblemente,
ganas de complicarse la vida.
Aula 7
89
ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
4.4. La no violencia
En relación con este tema deseo deliberadamente
no decir nada que condicione la respuesta (difícil
respuesta) de nuestros jóvenes en relación con el
dilema servicio militar-servicio civil. Sí quiero, en
cambio, denunciar la indiferencia y, en muchos casos, la incomprensión, con que ha sido acogida la
opción de algunos de nuestros jóvenes por el servicio civil.
Desgraciadamente, también en este tema carecemos de personalidad. Y parece que deberíamos
tenerla. O, al menos, intentarlo.
5. Consideraciones finales
Me he limitado a cuatro botones de muestra. Pero
quedan muchas más facetas de nuestra personalidad por cuyo desarrollo hemos hecho bien poco.
¿Alguien duda de que una persona que tuviese
una actitud definida en relación con la alimentación,
la naturaleza, las drogas, la no violencia... tendría,
a causa de todo ello, una personalidad que no pasaría desapercibida? Cuando se supiese que esas
actitudes eran consecuencia natural de sus creencias religiosas, estas serían contempladas con respeto.
¿Quiere eso decir que tras el respeto vendría el
deseo de un conocimiento más profundo? Lo ignoro.
Sí sé, en cambio, que estamos pasando una crisis de
personalidad. Y esto es grave, ya que un grupo (llámese iglesia o llámese como se llame) que carece
de personalidad difícilmente puede cumplir los fines
a los que obedece su existencia.
E insisto, casi machaconamente, la iglesia no existe solo para que yo me salve, sino para que yo pueda ayudar a la salvación de los demás.
LA IGLESIA ES UNA COMUNIDAD (Y V)7
Cada cual en su sitio
Este es el último artículo de mi esposo, que dejó
en borrador pocos días antes de pasar al sueño temporal que es para los creyentes la muerte.
No quiero dejar pasar esta ocasión sin dar un testimonio, pienso que habrá personas que en trances
tan tristes como es el perder un ser querido les hará
bien.
Pocos días, horas, antes de ocurrir el trágico accidente, nuestro hijo de nueve años hizo un comentario o pregunta sobre la vida y la muerte. Mi esposo
dijo: «Hijo, el vivir más o menos es algo que no siem-
7
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
pre depende de nosotros, así que no debe angustiarnos».
Hasta que Jesús venga hemos de morir, unos jóvenes, otros de viejos. No es el vivir más o menos
años, que siempre serán pocos y malos, sino el vivir la otra vida, la verdadera, que será feliz y para
siempre. Hay que vivir los años que Dios nos da de
tal forma que podamos tener parte en la vida eterna.
A los pocos días de la muerte de su padre en la
habitación del niño encontré este pequeño poema.
Hoy le he pedido permiso para que deje que lo publiquen junto con el último artículo como un recuerdo a la memoria de su padre.
Espero con todo mi corazón que sirva de ánimo a
otras personas ver corno los niños en su inocencia
nos dan lecciones de fe genuina.
Quiero dejar corno idea final el texto ele
Apocalipsis: «El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve; amén, sea así, ven
Señor Jesús» (Apoc. 22: 20).
Raquel González, viuda de Félix Valtueña.
Cuando venga Jesucristo yo corriendo iré a ver
a mi papá, fuertemente lo abrazaré y juntos podremos estar toda la familia, junta otra vez en el maravilloso Reino de los Cielos. Con todos los animales y
con todos los seres queridos y sobre todo con Jesús.
Para eso creo que tengo que estar preparado. Aunque
creo que lo estoy.
Félix Valtueña González, 9 años.
La gravedad de los problemas que actualmente
afectan a nuestra Iglesia (a la parte de nuestra Iglesia
que yo conozco) es lo bastante grande como para que
todos sin distinción debamos sentirnos responsables
por ello. Pero lo que también es imprescindible es que
seamos conscientes de a qué acciones debe llevarnos
ese sentido de responsabilidad, es decir, de que cada
uno sepamos ocupar el sitio que nos corresponde.
Y para una mejor comprensión de nuestro papel,
conviene que hagamos unas precisiones previas sobre nuestra forma de gobierno.
1. No somos una democracia
Ni lo seremos nunca. Convendría que esto lo tuviesen claro, no solo los que, desde la base, quieren renovar la Iglesia, como los que escudan sus propios
errores en las votaciones de la Iglesia que suponen
les eximen de responsabilidad.
Félix Valtueña, « La iglesia es una comunidad (V). Cada cual en su sitio», Revista Adventista, diciembre 1978, págs.
8-9, 17.
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Aula 7
LA IGLESIA ES
No somos una democracia porque esta forma de
gobernarse tiene, entre otras, dos características básicas que están en las antípodas de nuestra forma
de ser: 1.0 Los gobernados se dan sus propias normas de gobierno, y las modifican tantas veces como
lo consideran necesario. 2 ° A fin de que sean conocidas las distintas opciones, los aspirantes a representar a los demás componentes del grupo hacen campañas electorales en las que explican los
programas que llevarán a cabo caso de resultar elegidos.
¿Hay algo más opuesto a nuestra forma de ser
que la posibilidad de que los cargos de la Iglesia fuesen obtenidos por aspirantes que hiciesen campañas
electorales explicando sus programas, en los que podrían incluir la posibilidad de modificar las normas
que nos gobiernan?
Porque, no olvidemos, nuestra forma de gobierno
se basa en unas normas (la Palabra de Dios, el
Espíritu de Profecía) que para nosotros son inmutables. Y debo añadir que esa inmutabilidad (antípoda
de formas democráticas de gobierno) es algo que todos deseamos en la Iglesia, y que si no fuese así ¿qué
seguridad sentiríamos estando en ella? Sin duda que
la abandonaríamos.
¿Para qué sirven, pues, nuestras continuas votaciones? Salvo casos excepcionales, en que se discuten asuntos opinables, la inmensa mayoría de nuestras votaciones son sobre personas, y creo que sirven
únicamente de control moral sobre las personas y
nunca para discernir idoneidades. ‘Entre otras razones porque una pregunta sobre idoneidades no se
contesta votando sobre si fulano es idóneo, sino, en
todo caso, eligiendo el más idóneo entre fulano y zutano. Llevo ya cierto tiempo en la Iglesia y no recuerdo
ningún caso en que se nos haya dado la oportunidad
de elegir entre dos posibles directores de escuela sabática, pongo por caso.
Por el contrario, en nuestras votaciones lo importante no es la mayaría, sino que nadie se oponga. Basta un voto en contra de un candidato propuesto para que el asunto sea reconsiderado. Es
decir, la finalidad básica de nuestras aparentemente interminables votaciones es evitar que alguien no
idóneo moralmente pueda acceder o a la Iglesia o a
alguna responsabilidad de la misma. Es decir, que
no ejercemos el derecho al voto, sino al veto.
Es interesante que este derecho al veto, incompatible con una democracia, pero imprescindible en
una teocracia (en una Ciudad de Dios) ha ayudado a
preservarnos de una forma de gobierno bastante perniciosa: la oligarquía, es decir, el gobierno de la comunidad por unos pocos.
Por desgracia, nuestro sistema no ha previsto suficientemente el peligro que hoy nos acecha: el desorden.
UNA
COMUNIDAD
2. Nosotros, los simples miembros de iglesia
Hay escalas de valores que los simples miembros de
Iglesia no deberíamos olvidar nunca. Por ejemplo, es
peor la desunión que el desorden.
Es decir, cualquier iniciativa para el bien de la
Iglesia que, en cualquier momento, por las razones
que sean, pueda conducir a la desunión debe ser
inmediatamente abandonada.
¿Qué podemos hacer los simples miembros de
Iglesia si, muy probablemente, cualquier iniciativa
nuestra será acallada alegándonos criterios de autoridad tales como «la Junta representa a la Iglesia»?
En primer lugar, recordar que es absolutamente cierto que la Junta representa a la Iglesia.
En segundo lugar, ejercer hasta el máximo la capacidad autocrítica. Nadie que no sea capaz de criticar severamente sus propios puntos de vista, debe
sentirse capaz de criticar los ajenos. Y si efectivamente
tiene razón, el tiempo, la ayuda de Dios y, en más de
un caso, una mayor madurez de su propia Iglesia acabarán dandole la razón.
Por el contrario, toda opinión que acaba traduciéndose en un ataque frontal contra la propia estructura de la Iglesia, acabará en daño muchas veces irreparable para la misma.
Se me va a permitir una pequeña disgresión que
tiene que ver conmigo mismo. La primera vez que se
me dio ocasión de hablar desde el púlpito de mi ‘iglesia, tomé como tema la supuesta oposición entre Biblia
y ciencia; aproveché la ocasión para, yendo al lado
práctico, estimular a quien pudiese hacerlo a estudiar
hasta el máximo nivel que pudiese. Al sábado siguiente, una dignísima autoridad de la iglesia rebatió, en su culto, todo lo que yo había dicho. Para él la
Universidad era una especie de antesala del infierno,
algo peligroso que debía ser evitado.
Si entre otras razones comparamos que en aquella época el único universitario de mi iglesia era yo, y
que ahora, entre titulados y estudiantes universitarios, debemos de ser unos 35, claramente se ve que
quien estaba equivocado sobre ese tema era la dignísima autoridad. ¿Habría servido de algo que yo me
hubiese puesto a polemizar? Era el tiempo quien debía dar la razón a uno de los dos. Quizá porque hace muchísimos años he sido enemigo de polémicas
y discusiones estériles y disgregadoras es por lo que
ahora la “Revista Adventista” me permite expresar mi
pensamiento con entera libertad.
3. La Comisión de Nombramientos y la responsabilidad diluida
Cuando las cosas no van como se quisiera, los ojos
se vuelven a los oficiales que tienen la responsabilidad de los distintos departamentos. Estos, a su vez,
se autoeximen de responsabilidad descargándolo sobre el total de la Iglesia que, en teoría, les ha elegido.
Aula 7
91
ADVENTISMO 100 AÑOS (1903-2003)
Raramente se piensa en la responsabilidad de la
comisión de nombramientos, la cual, en teoría no ha
hecho otra cosa que proponer unos nombres a la iglesia, la cual es en su totalidad, la gran responsable por
haberlos votado.
Creo que ya ha quedado suficientemente claro
que la iglesia es soberana para vetar pero no para
votar, ya que esto, como mínimo, significaría elegir
entre dos candidatos. Es pues, dicha comisión la que
debe asumir toda la responsabilidad sobre lo acertado o lo desacertado de unas propuestas que, salvo
caso de veto, equivalen a nombramientos. ¿Son las
comisiones de nombramientos conscientes de esta
tremenda responsabilidad?
Para ayudarles a serlo, yo les sugeriría algunas
ideas.
a) Su núcleo, formado por 2 o 3 personas conocidas por su profundo conocimiento de la iglesia y amor a la misma debería ser invariable durante varios ejercicios, lo que les permitiría darse
cuenta de los aciertos y desaciertos que han tenido en sus propuestas.
b) Cuando el ejercicio está lo bastante avanzado,
estas 2 ó 3 personas u otras de las que han formado la comisión, deberían elaborar un informe en que se autojuzgasen por lo acertado o
desacertado de los nombramientos que ellos
propusieron a la iglesia.
c) Este balance autocrítico serviría de base para
que, con la suficiente antelación esas 2 ó 3 personas empezasen a reflexionar, y a contactar
las personas en principio más idóneas para la
siguiente singladura.
d) Finalmente, la comisión de nombramientos
cuando se reuniese podría discutir sin divagar.
Sería aconsejable que ningún elegido fuese
elector.
Sea esto o sea otro, lo cierto es que algo hay que
hacer para que las comisiones de nombramientos sean conscientes de que más responsabilidad sobre la
marcha de la Iglesia tienen ellas que los elegidos, ya
que, en muchos casos, estos últimos acepan con un
desconocimiento total de los motivos por los que han
sido elegidos.
4. La Junta de Iglesia
Las palabras “Junta de Iglesia” hace pensar, por asociación de ideas, en reuniones interminables, impuntualidad y no excesiva eficacia. Sin entrar en el
análisis de si esto es cierto o no, no hay duda de que
existe una paradoja en su forma de actuar; es normal
que las Juntas de Iglesia estén dispuestas a delegar
sus responsabilidades principales, pero casi nunca
delegan sus responsabilidades secundarias: se emplea mucho más tiempo en discutir presupuestos para arreglar un armónium o para comprar un proyec-
92
Aula 7
DE TESTIMONIO Y ESPERANZA
tor que en discutir la marcha (buena o mala) de la escuela sabática. Quizá porque de dinero todo el mundo entiende más o menos, mientras que dar opiniones acertadas sobre jóvenes, escuela sabática,
etcétera, requiere, como mínimo, haberse interesado previamente por ellos. Por desgracia, no siempre se da esta circunstancia.
La Junta de Iglesia, que si hablamos en términos gerenciales debería ser el Consejo de Administración de la Iglesia, y en términos espirituales el corazón de la misma, debe ser capaz de
librarse, delegándolas, de la inmensa mayoría de
las preocupaciones económico-administrativas que
hoy la agobian, y dedicarse, de verdad, a gobernar
la Iglesia.
Otro problema grave es la continua movilidad en
sus componentes: incluso es posible que su dedicación preferente a asuntos secundarios se deba a
la sensación de provisionalidad que, sin duda debe
sentir quien sabe que su preocupación por los asuntos de la iglesia no trascenderá de un año (mejor dicho, de un año adventista, es decir, de 9 meses).
5. De predicador a pastor
Parece que no calibramos suficientemente la distancia que va de predicador a pastor. Pedro, cuya vehemencia le permitió ser un testigo excepcional, solo al final, cuando Jesús va a dejarles,
recibe el encargo (“apacienta mis ovejas”) de ser
un pastor.
La vocación del pastor
Si hay alguien en nuestras iglesias que sea hecho
«espectáculo al mundo», (a nuestro microcósmico
mundo), este es el pastor. Se enjuicia todo lo que hace y todo lo que dice, su modo de vida y su empleo
del tiempo. Muchas veces con falta de caridad, e incluso sin equidad ni ética.
No son de ahora ni siquiera de nuestra iglesia los
comentarios críticos sobre los pastores y su actividad. Ya en el siglo XVIII Spinoza, decía:
´Los ministerios de la iglesia eran considerados
como puestos de prestigio y sus oficios como fuente de ingresos (beneficios). De hecho, la idea principal de la religión consiste sobre todo en un respeto
por los clérigos. Según esto, todo hombre, por poco
valioso que sea, empieza a desear ser clérigo. El deseo de propagar la santa religión degenera en la sórdida avaricia y en el oportunismo, y las iglesias se
convierten en una especie de teatro donde se puede
escuchar a oradores más que a sabios eclesiásticos.
Ninguno de estos se preocupa lo más mínimo de instruir al pueblo, sino solo de hacerse admirar, de calumniar a los que se le oponen y de propagar tales
novedades y curiosidades que hacen bostezar a quien
las escucha.
LA IGLESIA ES
¿Refleja esta frase la condición de los pastores
de nuestra iglesia? Me inclino a pensar que no. Porque
si en ellos existe una vocación, esta no puede ser la
de dirigir una iglesia. Jesús no hizo ningún llamamiento
a dirigir iglesias. Hizo, y muchos, a predicar el mensaje a los que no lo conocían; pero no a dirigir iglesias. Si los que acuden al Seminario tienen una vocación, que no dudo que la tienen, será la de anunciar
la Segunda Venida a los que la desconocen. Si alguien va al Seminario porque sienta la vocación de
dirigir una iglesia, me gustaría que me aclarase en
que sitio de los Evangelios se hace un llamamiento
hacia esta “vocación” (¿o ambición?).
No soy el único en pensar así. En, al menos dos
ocasiones en los últimos tiempos, el pastor Puyol ha
puesto de manifiesto la conveniencia de que los pastores dejen el gobierno de las iglesias en manos de
ancianos y juntas de iglesia, y se dediquen a lo que
debería ser su tarea exclusiva: predicar.
Creo que, precisamente, este llamamiento del pastor Puyol condensa todos los problemas. Porque, ¿cómo se puede esperar que esas juntas de iglesia que
llevan años sin comprender cual es su verdadera misión dirijan una iglesia con orden, cuando para muchos adventistas, junta de iglesia evoca reuniones
que nunca llegan a nada? ¿Con qué autoridad?
En cuanto a ancianos, suponiendo que se encontrase un anciano con condiciones de llevar una
iglesia, ¿tendría tiempo? El problema acabaría desembocando en que la iglesia debería “liberar” a un
anciano de sus ocupaciones terrenales para que se
dedicase exclusivamente a la iglesia; acabaríamos
teniendo un “pastor” sin la mínima preparación que
los pastores actuales tienen.
Porque todo el problema estriba en eso hoy por
hoy los pastores son imprescindiblemente necesarios para las iglesias. No hay nadie ni nada que pueda sustituirlos. A pesar de que esa no era su vocación. A pesar de que ponerse al frente de una iglesia
no les ilusione. Y a pesar de que la dura realidad tenga muchas veces poco que ver con su preparación y
vocación.
UNA
COMUNIDAD
¿Se puede suponer, en pura lógica, que alguien
cuya vocación es predicar sea simultáneamente, un
excelente contable, un magnífico organizador, un estupendo psicólogo de jóvenes, etc. etc.? ¿No le estaremos pidiendo demasiado?
Yo, que por desgracia cada vez entiendo de menos cosas, me quedo de piedra cuando veo a un pastor intentando decir la última palabra (porque así cree
él que debe ser y porque así lo exigen algunos de sus
“caritativos” feligreses) sobre cosas tan variopintas
como marxismo, evolución, sexualidad, alimentación,
etcétera. ¡Eso es imposible! Pero para evitarles esos
imposibles, cuán necesario es que los miembros sintamos un poco más de caridad –de auténtica caridad
cristiana, es decir, de amor fraternal– hacia nuestros
pastores. Sin duda eso les ayudará a no perder el
tiempo en circunloquios y dedicarse a lo que, en cada momento y según las circunstancias, sea su tarea
básica.
La responsabilidad del pastor
¿Se puede evangelizar eficazmente sin el respaldo de una iglesia ferviente y cohesionada? Es obvio que no; las supuestas almas ganadas al
Evangelio que fueron agregadas a una iglesia caótica, ¿cuánto aguantarían en ella? Habría sido trabajo perdido.
Hoy por hoy la principal responsabilidad del pastor la tiene con su iglesia. No voy a ser tan petulante de decirles lo que deben hacer: para eso tienen
sus organismos.
Solo voy a hacerles una petición y con ella termino: Por favor, señores pastores, no añadan a nuestras iglesias más personas que, ni de lejos, se encuentran en condiciones de aportar nada positivo a
una vida comunitaria. Distingan entre quien necesita caridad y quien quiere ayudar a acercar la venida de Jesús; olvídense de una vez para siempre de
los famosos resultados. ¿Hace falta un índice para
evaluar su eficacia? Está inventado hace más de
cien años, la marcha de la escuela sabática. Es infalible.
Aula 7
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