el chile jalapeño: su cultivo de temporal en quintana roo

Transcripción

EL CHILE JALAPEÑO:
SU CULTIVO DE TEMPORAL
EN QUINTANA ROO
José Ángel García Sandoval
Raymundo Javier Nava Padilla
CENTRO DE INVESTIGACIÓN REGIONAL SURESTE
Campo Experimental Chetumal
Folleto Técnico No. 2
Chetumal, Quintana Roo. Diciembre de 2009
No está permitida la reproducción total o parcial de esta
publicación, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier
medio, ya sea electrónico, mecánico, fotocopia, por registro
u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de la
institución.
Instituto Nacional de Investigaciones
Forestales, Agrícolas y Pecuarias
Av. Progreso No. 5. Barrio de Santa Catarina
Delegación Coyoacán, C.P. 04010 México, D.F.
Folleto Técnico No. 2: El chile jalapeño: su cultivo de temporal en
Quintana Roo.
Primera edición 2009
Impreso en México
La cita correcta es:
García S. A., y Nava P. R., J. 2009. El chile jalapeño: su
cultivo de temporal en Quintana Roo. Instituto Nacional
de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias. Centro
de Investigación Regional Sureste. Chetumal, Quintana Roo,
México. Folleto Técnico No. 2. 64 p.
ÍNDICE
Importancia
1
Requerimientos edafoclimáticos del chile jalapeño
Temperatura
Suelos
Humedad del suelo
3
4
4
Manejo agronómico del cultivo
6
Preparación del terreno en suelos no mecanizables
Trazo de Hileras
Preparación del terreno en suelos mecanizados
Barbecho
Rastreo
Empareje
Surcado
Barreras de Maíz
Cultivares de chile jalapeño
Descripción de cultivares
Criollo regional
Kohunlich
Don Benito
Don Pancho
Época de Siembra
Prueba de Germinación
Tratamiento de Semilla
8
8
9
9
9
10
12
12
12
14
16
17
18
Método y Densidad de Siembra
Fertilización
Labores de Cultivo
Principales plagas que atacan al chile jalapeño, su
prevención y control
Plagas del Suelo
Pulga saltona
Mosca blanca
Picudo o barrenillo del chile
Pulgón verde
Diabrótica
Ácaros
Araña roja
Ácaro blanco
Minador de hoja
23
23
24
26
27
28
30
31
32
32
33
Principales enfermedades que atacan al chile
jalapeño, su prevención y control
Ahogamiento o secadera
Mancha bacteriana
Mancha de hoja
Marchitez
Virosis
35
36
38
38
40
Cosecha
42
Sinonimias de plaguicidas sugeridos
45
Bibliografía
46
ÍNDICE DE FIGURAS
Figura 1.
Preparación espeque
6
Figura 2.
Trazo de parcela espeque
7
Figura 3.
Preparación mecanizada
9
Figura 4.
Barrera de maíz
11
Figura 5.
Cultivar Criollo de chile jalapeño
13
Figura 6.
Cultivar Don Benito
13
Figura 7.
Cultivar Don Pancho
13
Figura 8.
Siembra directa
19
Figura 9.
Fertilización manual
21
Figura 10.
Control de malezas
22
Figura 11.
Daño por plagas de suelo
25
Figura 12.
Cebos envenenados
25
Figura 13.
Pulga saltona
27
Figura 14.
Mosca blanca
28
Figura 15.
Picudo del chile
29
Figura 16.
Pulgones
30
Figura 17.
Diabrotica
31
Figura 18.
Ácaros
33
Figura 19.
Minador de hoja
34
Figura 20.
Damping Off
36
Figura 21.
Mancha bacteriana
37
Figura 22.
Cercospora
38
Figura 23.
Marchitez del chile
39
Figura 24.
Virosis
41
Figura 25.
Cosecha de chile
42
Figura 26.
Fruto verde listo para su cosecha
43
Figura 27.
Fruto rojo listo para su cosecha
44
ÍNDICE DE CUADROS
Cuadro 1. Sinonimias de plaguicidas sugeridos
51
ÍNDICE DE GRÁFICAS
Gráfica 1
Rendimiento experimental de variedades
e híbridos de chile jalapeño evaluados en
condiciones de temporal en Quintana Roo
21
Gráfica 2
Fechas de siembra de chile jalapeño y su
relación con la severidad de la virosis.
22
El Chile Jalapeño: su Cultivo de Temporal en Quintana Roo
Importancia
El chile jalapeño tiene su centro de origen en México.
Pertenece al género Capsicum y la especie annuum es
considerada como la más conocida y difundida en el
mundo (Laborde y Pozo, 1982). México reporta una área
sembrada de 158,446 hectáreas de chiles, donde el tipo
jalapeño ocupa el primer lugar con 34, 831 hectáreas,
es decir el 22% del total (SIAP, 2006). El 55% de la
producción de chiles se destina al consumo en verde
o fresco; 40% para la industria y el 5% restante para
deshidratado o secado.
En Quintana Roo, el chile jalapeño es la principal hortaliza
que se siembra bajo temporal desde hace más de 20
años. Este cultivo se explota en el sistema roza - tumba
- quema en un 70% y 30% en suelos mecanizados, con
rendimientos promedio de 8 y 12 ton/ha, respectivamente.
En 2006, se sembraron 2,498 hectáreas en más de 100
comunidades del municipio de Othón Pompeyo Blanco
1
y con un volumen de producción superior a las 28 mil
toneladas (SIAP, 2006).
La importancia social y económica es más que evidente,
ya que además de ser la hortaliza más importante, es
también uno de los principales contribuyentes económicos
para el desarrollo rural. Su actividad representa beneficios
directos a 2,000 productores y la generación de más de
400 mil jornales de trabajo por ciclo de cultivo para el
sector rural.
2
Requerimientos edafoclimáticos del chile jalapeño
Temperatura
El chile necesita para su desarrollo óptimo una temperatura
ambiente durante el día de 18 a 26°C y durante la noche
de 15 a 18°C. A temperaturas menores de 10°C el chile
puede presentar aborto de flores y a menos de 15°C
comienza a detener su crecimiento. Las temperaturas de
32 a 35°C provocan que el pistilo se desarrolle más largo
que los estambres y antes que hayan abierto las anteras,
fenómeno que origina la polinización cruzada. Las
temperaturas extremadamente altas pueden provocar
caída de flores y frutos (Valadez, 1989). En las regiones
chileras de la entidad, predomina una temperatura media
anual de 26°C con una oscilación de 5°C entre los meses
más cálidos y templados; estas condiciones resultan
óptimas para el cultivo del chile durante todo el año.
3
Suelos
El chile requiere de suelos limosos, franco y franco
arenosos, es decir, suelos con buen drenaje, debido a
que el cultivo es susceptible a la pudriciones causadas
por el exceso de humedad en el suelo (Pérez et al., 2005,
Valadez, 1989). En Quintana Roo los tipos de suelos
recomendados para su cultivo son los que se relacionan
con los Luvisol crómico (Yaax-hoom) y Luvisol ródico
(K´ankab). No se descartan los suelos Vertisoles gleycos
(Ak´alchés) los cuales se caracterizan por retener altas
cantidades de humedad que podrían ser perjudiciales
para el cultivo, a menos que se adicionen a su manejo
estructuras de drenaje superficial.
Humedad del suelo
El chile, para cumplir satisfactoriamente con sus
requerimientos hídricos durante el
ciclo de cultivo,
requiere de 600 a 900 mm de precipitación distribuidos
en forma regular. En Quintana Roo, el período de cultivo
se ubica en el temporal con una precipitación superior a
4
los 650 mm (junio-noviembre), cantidad suficiente para el
cultivo en estas condiciones.
El contenido óptimo de humedad en el suelo para
germinación, crecimiento y producción de alta calidad de
chile debe ser de 80 a 90% de la capacidad de campo; el
contenido mínimo para la germinación y crecimiento es
de 60%.
5
Manejo agronómico del cultivo
Preparación del Terreno en Suelos no Mecanizables
La característica más distintiva de este sistema de
producción es la forma de preparar el terreno de siembra,
ya que la presencia de vegetación de distintas edades
(cañada, huamil y acahual) y de piedras impiden el
empleo de maquinaría agrícola. Ante esto, el productor
tiene la necesidad de preparar o acondicionar el terreno
con el método conocido como roza-tumba-quema.
Figura 1. Preparación espeque
Una vez efectuada la roza, la tumba se realiza durante
los meses de marzo a abril, posteriormente se quema
6
previa apertura de guardarrayas. Esta labor se efectúa
lo más cercano posible del inicio del temporal con mayor
precipitación de lluvias, que generalmente inicia a fines
de mayo o principios de junio.
Trazo de Hileras
En este sistema es común que existan muchos troncos
y ramas que dificultan el trazo de hileras. Por lo tanto,
y con el propósito de mejorar las prácticas agronómicas
se sugiere apoyarse en hilos para cumplir eficientemente
con esta labor. La distancia recomendada entre hileras
es de 0.9 a 1.0 m.
Figura 2. Trazo de parcela espeque
7
Preparación del terreno en suelos mecanizados
Una buena preparación del terreno permitirá eliminar
malas hierbas, plagas del suelo y airear la capa arable.
También facilita la germinación de las semillas y que las
plantas obtengan la humedad y nutrimentos necesarios
para un buen desarrollo.
Barbecho
Se sugiere hacerlo con al menos un mes de anticipación
a la siembra, en el mes de marzo o abril, para que actúen
sobre el suelo los factores de clima como el viento, la luz,
la lluvia, los cambios de temperatura y otros. Además,
permite incorporar al suelo los residuos de la cosecha
anterior, recibir mayor aireación y facilitar la penetración
y desarrollo de las raíces. Se realiza con arado de
discos o de vertederas, procurando alcanzar de 25 a 30
centímetros de profundidad.
8
Figura 3. Preparación mecanizada
Rastreo
Sirve para fraccionar los terrones que deje el barbecho
y facilitar la siembra y emergencia de las semillas; es
conveniente dar dos pasos de rastra semipesada, el
segundo en forma cruzada.
Empareje
Con esta práctica se evitan encharcamientos y favorece
a que la semilla de chile se deposite uniformemente. Se
realiza con escrepa o niveladora.
Surcado
Los surcos se trazan a 90 centímetros de separación, ya
sea mediante tractor o tracción animal.
9
Barreras de Maíz
Previo o inmediatamente después de efectuar la
siembra, es necesario establecer barreras de maíz para
reducir la introducción de plagas provenientes de áreas
aledañas. Esta alternativa, junto a otras que componen
el manejo integrado del chile, ha demostrado su eficacia
sobre mosca blanca y pulgón, las cuales además de
causar daños directo a la planta, también transmiten
enfermedades virales que reducen considerablemente la
producción. Para establecer las barreras se debe sembrar
como mínimo 3 hileras de maíz a una distancia de 50 cm
y a 20 cm entre plantas; se sugiere que la barrera se
haga alrededor y cada 50 hileras. Cuando se apliquen
insecticidas al cultivo, también se deben asperjar las
barreras para controlar a los insectos que se refugian en
ellas.
10
Figura 4. Barrera de maíz
11
Cultivares de chile jalapeño
Se sugieren sembrar el cultivar criollo regional y las
variedades Kohunlich, Don Benito y Don Pancho cuyo primer
corte es a los 90 ó 100 días después de la germinación.
Descripción de cultivares
Criollo regional
La semilla de este cultivar presenta una alta mezcla de los
subtipos provenientes del estado de Veracruz, Oaxaca
y Chiapas. Contiene una gran diversidad de hábitos de
crecimiento, altura de planta, mayor o menor precocidad
a primera cosecha, tamaño, forma y color de frutos. Es
un material que lleva cerca de 30 años de siembra en
la entidad y presenta una excelente adaptación a los
sistemas de producción que predominan en la región.
Kohunlich
Variedad de chile jalapeño desarrollada por el INIFAP
para las condiciones de temporal en la entidad. Posee
12
planta de porte alto, vigorosa y peluda. Presenta un ciclo
de 100 a 110 días a primer corte, producción concentrada
en dos a tres cosechas y potencial superior a 20 ton/
ha. Produce frutos de mejor calidad en cuanto a forma
(elongada-cilíndrica), color (verde esmeralda), tamaño
(> 7.5 cm), corchosidad o rayado (10%) y mayor peso
que el criollo regional y las variedades comerciales Don
Benito y Don Pancho, características que la hacen más
atractiva para el mercado fresco o bien la industria, con
la ventaja adicional que conserva el olor y sabor típicos
del criollo.
Don Benito
Variedad de chile jalapeño de alta producción y estable
bajo condiciones ambientales del trópico húmedo de
México. Tiene abundante pubescencia en las hojas y
ramas, que le confieren al follaje un color verde grisáceo.
La producción inicia a los 110 días después de la siembra
o bien alrededor de 75 días posterior al transplante, por
lo que se le considera de ciclo intermedio. Los frutos son
oblongos de tamaño mediano a grandes (6 a 8 cm largo
13
por 2.5 a 3 cm de diámetro). Son de pericarpio grueso (7
mm de espesor) y placenta bien distribuida en la cavidad
interior, que les da firmeza y peso específico elevado;
características importantes para una prolongada vida
de anaquel. Son de color verde esmeralda obscuro y
dependiendo del tiempo de cosecha, pueden presentar
hasta 30 % de corchosidad o rayado (Pozo y Ramírez,
1998).
Figura 5, 6 y 7. Criollo, Don Benito y Don Pancho
Don Pancho
Variedad del subtipo candelaria o peludo. Tiene plantas
vigorosas de 60 a 80 cm de altura con ramificación
dicotómica ascendente. Las hojas son grandes y ovales de
color verde claro y ligeras corrugaciones en la superficie.
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Presenta escasa pubescencia en tallos y hojas. Inicia su
producción a los 110 días después de la siembra. Los
frutos son de tamaño mediano a grande, de forma cónica
(6 a 8 cm por 3.5 cm). Presentan tres a cuatro lóculos
y terminación apical redondeada. Son frutos firmes de
pericarpio grueso y compacto (7.0 mm). La placenta bien
distribuida llena toda la cavidad interior, lo que le confiere
elevado peso específico y prolongada vida de anaquel.
Los frutos en madurez comercial son de color verde
esmeralda brillante, aromáticos, de pungencia o grado
de picor medio y buen sabor (Pozo y Ramírez, 1998).
Los resultados de investigación indican que cuando se
aplica la tecnología recomendada por el INIFAP y se
presentan condiciones de buen temporal el potencial
productivo de éstos cultivares es bueno y competitivo, tal
y como se aprecia en la gráfica1.
15
Gráfica 1. Rendimiento experimental de variedades e híbridos de chile
jalapeño evaluados en condiciones de temporal en Quintana Roo
16
Época de Siembra
La mejor época de siembra es del 15 de mayo al 15
de julio. En este período, por lo general, el temporal se
ha establecido y los resultados de investigación señalan
menor riesgo de daño por virosis (Gráfica 2); debido a
que la población de mosquita blanca, principal transmisor
de estas enfermedades, disminuyen significativamente
durante el temporal de lluvias. Las siembras que se
realicen fuera de este período tendrán mayor riesgo de
contraer enfermedades virales, ya que se ha observado
una fuerte relación entre la fecha de siembra y la severidad
con la que ocurre la virosis (García, 1995).
Gráfica 2. Fechas de siembra de chile jalapeño y su relación con la
severidad de la virosis.
17
Prueba de Germinación
La mayoría de los productores recurre a semilla de chile
jalapeño que ellos mismos obtienen de su cultivo. Esta
semilla es almacenada en recipientes de tela por seis
a siete meses a temperatura ambiente, por tal motivo,
presenta generalmente una germinación baja (< 50%).
Esta situación no es detectada o tomada en cuenta por
el productor, ya que no acostumbra realizar pruebas de
germinación. Además, emplea gran cantidad de semilla
por hectárea (seis kilogramos en promedio/ha), lo cual
enmascara la calidad de la misma. Con base en lo anterior,
la prueba de germinación es una práctica que el productor
necesariamente debe realizar a fin de conocer la calidad
de semilla que va a sembrar y con ello, determinar la
cantidad requerida por cepa o por hectárea.
La prueba de germinación se hace en platos, vasos u
otro recipiente conteniendo algodón, papel higiénico o
papel absorbente; el cual se humedece y colocan las
semillas, luego se tapa con un plato hasta la germinación.
Por ejemplo, si de las 100 semillas sembradas sólo
18
germinan 70, significa que su semilla tiene un 70% de
germinación y deberá utilizar un 30% más de la cantidad
de semilla recomendada para lograr la población deseada
por hectárea. Se sugiere que este prueba la realice ocho
a diez días antes de siembra.
Tratamiento de Semilla
El hecho de utilizar semilla criolla, la cual se obtiene sin
ningún criterio de selección ni cuidados de almacenamiento
y conservación, hace imprescindible tratar la semilla
antes de sembrar, para reducir las enfermedades que se
transmiten por este medio. Se deben aplicar 2 gramos de
captan al 50% por kilogramo de semilla.
Método y Densidad de Siembra
La siembra se efectúa en forma directa y manual. Si se
siembra el material criollo depositar de 15 a 20 semillas
por “cepa” o “mata” a una distancia de 50 cm entre ellas
y en surcos de 90 centímetros. Cuando se emplean las
cultivares mejorados, el número de semillas por cepa se
reduce a 10 o 12 semillas. Es fundamental sembrar con
19
buena humedad en el suelo y a una profundidad de dos
a tres centímetros. Bajo este arreglo de cepas y surcos
se requieren de 3.5 a 4.0 kilos de semilla criolla o bien
dos kilos de semilla mejorada por hectárea. La cantidad
de semilla por cepa y por hectárea puede variar según
el porcentaje de germinación. La semilla mejorada debe
presentar como mínimo 85% de germinación.
Figura 8. Siembra directa
Es importante remarcar que las siembras en terrenos no
mecanizados donde existen troncos, ramas y piedras, la
densidad de cepas por hectárea se reduce hasta 10%
con efectos directos en la producción. Resultados de
investigación indican que establecer altas densidades
20
de plantas permite atrasar y reducir el daño por virosis;
además, incrementa la producción sin afectar la calidad
del fruto.
Se deben dejar para cosecha un máximo de seis plantas
por cepa lo que significa potencialmente 132,200 plantas
por hectárea. Es recomendable no dejar mayor densidad
por cepa, ya que podría ocasionar problemas de acame
por competencia entre ellas.
Fertilización
El chile se fertiliza con la dosis 92-184-00. Esto se logra
con 200 kg de Urea y 400 kg de superfosfato triple de
calcio. La fertilización se divide en dos etapas; la primera
entre los 20 a 30 días después de la emergencia con la
mitad del nitrógeno y todo el fósforo; la segunda a los 20
días después de la primera con el resto del nitrógeno.
Por la forma de siembra, la aplicación es mata por mata,
a una distancia de 10 cm de la cepa o hilera de plantas y
tapar lo más rápido posible.
21
Para corregir alguna deficiencia nutrimental y ayudar
al amarre de frutos, se sugiere hacer aplicaciones de
algún fertilizante foliar (20-30-10) al inicio de la floración
y después de cada corte en dosis de dos kilos por
hectárea. Agregar un acidificante o un adherente al agua
para mejorar la efectividad de producto.
Figura 9. Fertilización manual
22
Labores de Cultivo
Es necesario que el cultivo se mantenga libre de malezas
durante todo el ciclo, ya que además de la competencia
con éste, sirven de refugio de plagas que transmiten
enfermedades virales. Cuatro deshierbes manuales en
todo el ciclo son suficientes para mantener limpio el
cultivo.
Para eliminar malezas también se puede recurrir a
productos químicos para control postemergente como
fluazifop P butil y bentazone en dosis de 1.5 y 2.0 litros
por hectárea, respectivamente. En el caso de utilizar
bentazone, las aplicaciones deben hacerse en forma
dirigida a la maleza, ya que este producto ocasiona daño
leve al cultivo, pero con recuperación inmediata de las
plantas y sin afectación al rendimiento.
Por otra parte, para hacer efectivas las bondades de la
alta densidad de plantas sobre la reducción de la virosis e
incremento del rendimiento, la eliminación de las plantas
excedentes o raleo no se debe llevar a cabo en la forma
23
tradicional; es decir, no se debe aplicar un sólo raleo a
los 25 a 30 días de la siembra, sino efectuarlo varias
veces. Empezar desde la tercera semana de crecimiento
hasta la formación de los primeros frutos (60 a 70 días).
Se sugieren recorridos semanales e ir eliminando todas
aquellas plantas que vayan mostrando los síntomas
conocidos de la virosis. Al llegar a la etapa de reproducción
se realiza el último raleo y se deja la población definitiva
para cosecha de seis plantas por cepa.
Figura10. Control de malezas
24
Principales plagas que atacan al chile jalapeño, su
prevención y control
Plagas del Suelo
Debido a que la siembra de chile jalapeño se efectúa
en forma directa, las plagas del suelo constituyen la
primera y más seria amenaza para lograr establecer
adecuadamente el número de cepas y la densidad de
plantas requeridas para una hectárea. Estas plagas se
alimentan de las semillas y plántulas recién emergidas,
las cuales por tener el tallo tierno y suculento resultan
muy atractivas. El daño pueden ser importante y llegar
incluso a la necesidad de resembrar una o dos veces. Las
plagas más comunes son los grillos (Achaeta assimillis.
Fabricius), hormigas (Atta spp) y gusanos trozadores
(Agrotis spp, Peridroma spp, Feltia spp).
La prevención y/o control comienza al momento de
la emergencia y se puede recurrir a cualquiera de los
siguientes productos y dosis: metamidofos (600 g I.A./
ha), monocrotofos (450 g I.A./ha) o bien preparar cebos
25
envenenados mezclando 25 kg de salvado, 25 kg de
aserrín, un kg de azúcar, 100 ml de vainilla y un litro de
diazinón (267 g I.A./ha).
Figura 11. Daño por plagas de suelo
Figura 12. Cebos envenenados
26
Pulga saltona
Especie no identificada pero por sus características pudiera
estar muy relacionada con el género Epitrix. El adulto es
un escarabajo pequeño, de color negro (1.7 mm x 1.0
mm), con las patas y las antenas de color café. La forma
del cuerpo tiende a ser más oval, y se caracteriza por tener
los fémures de las patas posteriores extremadamente
hinchadas, los cuales le sirven para brincar cuando son
perturbados, de ahí su nombre de pulga saltona. Ponen
sus huevecillos de manera dispersa en el suelo, bajo las
Figura 13. Pulga saltona
27
plantas. La larva es blanca con cabeza café, alargada,
delgada, generalmente pasa por tres instares y mide de 4
a 5 mm (Sorensen, 2008). Los adultos ocasionan el daño
conocido como tiro de munición, ya que al alimentarse
forman pequeños agujeros en las hojas. Generalmente,
son consideradas plagas secundarias; sin embargo, se
ha observado en la entidad un importante incremento
de su daño en las primeras semanas de desarrollo
del cultivo. La prevención y/o control debe efectuarse
durante el periodo mencionado y se puede recurrir a los
ha) o monocrotofos (450 g I.A./ha).
Mosca blanca (Bemisia tabaci Gennadius)
El adulto mide 1.5 mm y es de color blanco. Las larvas
son ovaladas de longitud menor a 1 mm y de color
verde pálido. Se alimentan de la savia de las plantas
y transmiten enfermedades virales de importancia
económica al cultivo (Avilés et al., 2004). Al detectar las
primeras moscas en el cultivo debe iniciar el programa
de prevención y/o control. Altas poblaciones del insecto
28
originan la enfermedad conocida como fumagina.
Para su prevención y/o control se puede recurrir a los
siguientes productos y dosis: endosulfan (700 g I.A./
ha), metamidofos (600 g I.A./ha), oxamil (520 g I.A./ha)
permetrina (125 g I.A./ha), pymetrozine (250 g I.A./ha) e
imidacloprid (105-350 g I.A./ha).
Figura 14. Mosca blanca
Picudo o barrenillo del chile (Anthonomus eugenii
Cano)
El adulto es un gorgojo de 2 a 3 mm de longitud, con el
pico del tamaño de la mitad de su cuerpo y de color café
29
obscuro. Las larvas son de color crema con la cabeza
café, se desarrollan dentro del fruto y se alimentan de las
semillas en formación (Campinera, 2002, Garza, 2001a).
Los frutos dañados se tornan amarillentos y caen. El
control comienza en la etapa de floración y cuando en el
muestreo se detecte un adulto por cada 100 terminales
revisadas (Andrews et al., 1986; Riley et al., 1992).
Para su control aplicar permetrina+clorpirifos en dosis de
600 g I.A./ha o bien carbaril en dosis de 800 g I.A./ha.
Figura 15. Picudo del chile
30
Pulgón verde (Myzus persicae Sulzer)
Los adultos miden de 1 a 2 mm de largo y son de color
verde pálido. Forman colonias en las hojas, brotes
nuevos y tallos. Se alimentan de la savia de las plantas y
transmiten enfermedades virales al cultivo (Kranz et al.,
1982; Bishop et al., 1986). El control inicia al detectar las
primeras colonias de pulgones. Cuando no se logra un
adecuado control y alcanza poblaciones altas, origina la
enfermedad conocida como fumagina.
Figura 16. Pulgones
Para su prevención y/o control se puede recurrir a los
31
ha), oxamil (520 g I.A./ha) pirimicarb (200 g I.A./ha),
imidacloprid (105 a 350 g I.A./ha) y pymetrozine (250 g
I.A./ha).
Diabrótica (Diabrotica balteata LeConte)
El adulto mide 5 mm de largo y es de color verde brillante,
con bandas o puntos amarillos en la parte superior
del cuerpo. Se alimentan de las hojas en las plantas
pequeñas, haciendo agujeros irregulares.
El control comienza cuando se observa de 20 a 25% de
hojas dañadas y se recomienda aplicar carbarilo (800 g
I.A./ha), monocrotofos (450 g I.A./ha), metamidofos (600
g I.A./ha).
Figura 17. Diabrotica
32
Ácaros
Araña roja (Tetranychus urticae Koch)
Son ácaros de coloración rojiza, muy pequeños pero
visibles a la vista y se alimentan de la savia de las plantas.
Se identifican por manchas de color amarillo pálido y café
rojizo y pueden cubrir grandes áreas, tanto abajo como
arriba de la hoja (Arcos, 2004).
Ácaro blanco (Polyphagodarsonemus latus Banks)
De color verde pálido en estado adulto. Son muy difíciles
de observar a simple vista, ya que solo miden 0.23
mm. Se alimentan al succionar la savia de las hojas y
tallos, botones y frutos, la cual afecta seriamente a las
células y a la epidermis. Las hojas atacadas se tornan
en un aspecto brilloso y adquieren un color café púrpura
brillante, las hojas además enrollan los bordes hacia
abajo (Arcos, 2004).
La prevención y/o control inicia cuando se observan las
primeras plantas con síntomas o los primeros ácaros
por medio de una lupa 10 x. Se puede recurrir a los
33
siguientes productos y dosis: metidation (416 g I.A./ha),
metamidofos (600 g I.A./ha) ometoato (360 g I.A./ha),
abamectina (6 g I.A./ha), ethion (750 g I.A./ha), dicofol
(277.5 g I.A./ha), azufre elemental (1,450 g i.a./ha) o
spiromesifen (120 g I.A./ha)
Figura 18. Ácaro blanco
Minador de hoja (Liriomyza munda Frick)
El adulto es una mosquita de 3 mm de largo con tórax
amarillo y negro. La larva es de color blanco amarillento.
En la fase de larva penetran en los tejidos de las hojas
y hace túneles en forma irregular en el haz de las
34
hojas. En daño severo las hojas se secan y caen. Las
aplicaciones de insecticidas se realizan cuando el 20%
de hojas presenten una o más minas con larvas vivas
(Garza, 2001b). Para su control aplicar cualquiera de
los siguiente plaguicidas y dosis: cyromazina (75 g I.A./
ha), oxamil (520 g I.A./ha), ometoato (360 g I.A./ha) y
abamectina (6 g I.A./ha).
Figura 19. Minador de hoja
35
Principales enfermedades que atacan al chile
jalapeño, su prevención y control
Ahogamiento o secadera
Enfermedad ocasionada por varios tipos de hongos
dentro de los cuales destacan Pythium spp, Fusarium
spp, Rhyzoctonia solani Khûn y Phytophthora capsici
Leo. (Velásquez y Medina 2004; Velásquez et al., 2002;
Mendoza, 1996). Los síntomas iniciales muestran un
debilitamiento en las hojas que se va acentuando hasta
marchitar completamente la planta y en el cuello del
tallo se observa un marcado estrangulamiento. Esta
enfermedad, junto a las plagas del suelo, son las que
más afectan el establecimiento de la densidad poblacional
óptima del cultivo.
La prevención y/o control empieza al momento de la
emergencia y durante las primeras cuatro semanas de
nacidas las plantas. Se recomienda aplicar propamocarb
clorhidrato (347.5 g I.A./ha), captán (1000 g I.A./ha) o
bien metalaxil-clorotalonil (1000 g I.A./ha).
36
Figura 20. Damping Off
Mancha bacteriana
Es causada por la bacteria Xanthomonas campestris pv.
vesicatoria (Doidge) Dye y puede afectar hojas, tallos y
frutos. Los primeros síntomas son pequeñas manchas de
color café y aspecto húmedo, de contorno redondeado a
irregular. Las lesiones conservan su apariencia húmeda
durante el periodo lluvioso. Si el ataque es severo, toman
un color negro y apariencia grasosa. Al existir condiciones
óptimas, las lesiones se unen y una gran parte de la
37
hoja adquiere una coloración amarilla y ocasiona una
defoliación prematura. Esta enfermedad se disemina por
semilla y sobrevive en residuos de cosecha y plantas
viejas de chile o silvestres. (Velásquez y Medina, 2005).
En la entidad, esta enfermedad se ubica entre las más
frecuentes y problemáticas que enfrenta el cultivo desde
la fase de desarrollo hasta la cosecha (García y Nava,
2008).
La prevención y/o control inicia al detectar los primeros
síntomas y se puede recurrir a productos como
estreptomicina+oxitetraciclina en dosis de 120 g I.A./ha
o bien cualquier producto a base cobre.
Figura 21. Mancha bacteriana
38
Mancha de hoja
El agente causal es el hongo Cercospora capsici Held
& Wolf y ocasiona pequeñas manchas circulares de
coloración blanca en el centro y café obscuro en el
margen. Se presentan en tallos, pecíolos, pedúnculos y
principalmente en la lámina foliar (Mendoza, 1996).
La prevención y/o control comienza al observar los
primeros síntomas y se puede recurrir al clorotalonil (1,
500 g I.A./ha) o mancozeb (400 g I.A./ha).
Figura 22. Cercospora
Marchitez
Es una de las principales enfermedades de chile. El
agente causal más común es el hongo Phytophtora
39
capsici Leo. Los síntomas inician con una marchitez
en las hojas inferiores y después en toda la planta.
Se observan manchas de color café en el tallo que
finalmente estrangulan la planta; se marchitan los frutos
sin desprenderse de la planta (Velásquez et al., 2002;
Mendoza, 1996).
Figura 23. Marchitez del chile
La mejor alternativa para esta y otras enfermedades
difíciles de controlar es la prevención, en este caso
se efectúa la
rotación de cultivos, utilizar suelos no
inundables y sembrar en surcos altos. Sin embargo, una
vez presente la enfermedad se puede reducir su avance
40
aplicando metalaxil (1000 g I.A./ha) o fosetil-Al (1600 g
I.A./ha) sobre y alrededor de la planta o los manchones
de plantas dañadas.
Virosis
Es ocasionada por varios virus, dentro de los cuales
sobresale el Virus Rizado Amarillo del chile,
Virus
Jaspeado del Tabaco y Virus Mosaico del Tabaco, entre
otros.
Las plantas afectadas muestran fuertes mosaicos,
clorosis, deformación de las hojas, acortamiento entre
nudos, zig-zag en las nervaduras, achaparramiento de
las plantas, etc.
Hasta la fecha no existe control químico para esta
enfermedad, por lo tanto, la mejor opción es prevenirla
mediante un efectivo control químico de vectores como
la mosca blanca y los pulgones (consultar el apartado
de plagas). Otra forma ya probada para reducir la
incidencia y severidad de la virosis, es aplicar un manejo
41
integrado de la enfermedad a través de conjuntar
estrategias como: sembrar en la fecha recomendada,
establecer altas densidades, colocar trampas amarillas,
sembrar barreras biológicas de maíz, efectuar rotación
de insecticidas y control biológico de plagas (Avila y
Pozo, 1991; Garza y Rivas, 2003).
Figura 24. Virosis
42
Cosecha
La cosecha de chile jalapeño se puede hacer en verde
sazón o rojo, lo cual depende de la utilización que se le
vaya a dar al producto.
Figura 25. Cosecha de chile
La
cosecha
frutos
en
presentan
verde
una
sazón
inicia
coloración
cuando
verde
los
brillante,
aproximadamente a los 90 a 100 días de la emergencia.
Los cortes deben hacerse cada 20 a 25 días, para no
43
provocar el envejecimiento de la planta. Los genotipos
mejorados tienen mayor potencial productivo que el
criollo regional. Por lo tanto, si el productor cumple
adecuadamente con las recomendaciones y ocurre un
buen temporal de lluvias, el criollo regional tendrá un
rendimiento superior a las 16 toneladas por hectárea y
las variedades mejoradas, de 20 toneladas.
Figura 26. Fruto verde listo para su cosecha
La otra opción del chile jalapeño es la comercialización
del fruto en rojo. En este estado de madurez, el chile
44
se usa para la elaboración de chile chipotle o para el
mercado industrial de las salsas y rajas rojas. Cabe
indicar que cuando se decida comercializar el fruto rojo
o bien elaborar el chile chipotle, la capacidad productiva
merma un 30 a 40% con relación al fruto en verde sazón.
Esto debido a que la planta mientras conserve su carga
de frutos, no estimula la formación de nuevas flores y,
por ende, tiende a envejecer prematuramente.
Figura 27. Fruto rojo listo para su cosecha
45
Sinonimias de plaguicidas sugeridos
En el Cuadro 1 se presenta la relación de productos
comerciales que pudieran emplearse para el control y
prevención de las plagas y enfermedades que atacan al
cultivo de chile jalapeño.
Cuadro 1. Sinonimias de plaguicidas sugeridos
46
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notas/vegetables/veg27.htlm (Ago. 2008).
50
AGRADECIMIENTOS
Los autores desean expresar su agradecimiento a la
Fundación Quintana Roo Produce A.C. por el apoyo
brindado para la realización de investigación en el cultivo
de chile jalapeño.
51
En el proceso editorial de la presente publicación
participó el siguiente personal:
COMITÉ EDITORIAL DEL
Presidente
M.C. Jaime Piña Razo
Secretario
PhD. Luis Ortega Reyes
Revisores
PhD. Luis Ortega Reyes
PhD. Jorge Quintal Franco
Edición
M.C. Hector Torres Pimentel
Dr. Raúl Díaz Plaza
Formación y Diseño
L.D.G. Miguel Cetina Muñoz
Coordinación de Producción
M.C. Hector Torres Pimentel
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Para mayor información sobre el contenido de este
documento y otras tecnologías diríjase a:
INSTITUTO NACIONAL DE INVESTIGACIONES
FORESTALES, AGRÍCOLAS Y PECUARIAS
Progreso Núm. 5. Barrio de Santa Catarina
C.P. 04010 Delegación Coyoacán, México, D.F.
www.inifap.gob.mx
Calle 6 No. 398 X 13, Av Corea Rachó
Col. Díaz Ordaz, Mérida Yucatán
C.P. 97148 Tel. 999 196 11 81 al 88
DIRECCIÓN DE COORDINACIÓN Y VINCULACIÓN
EN QUINTANA ROO
Km 3.5 carretera Chetumal - Bacalar
C.P. 77049 Tel: 983 83 2 01 67
Chetumal, Othón P. Blanco, Quintana Roo
CAMPO EXPERIMENTAL CHETUMAL
Km 25 carretera Chetumal – Bacalar
Xul-Ha, Othón P. Blanco, Quintana Roo
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Esta publicación se terminó de imprimir en
Diciembre de 2009, con un tiraje de mil ejemplares
en Grupo Impresor Unicornio, S.A. de C.V.,
Calle 41 Número 506 por 60 y 62 Centro,
C.P. 97000 en Mérida, Yucatán México.

el chile jalapeño: su cultivo de temporal en quintana roo

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