glosario regional sobre educación integral de la sexualidad, vih y

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glosario regional sobre educación integral de la sexualidad, vih y
GLOSARIO REGIONAL
SOBRE EDUCACIÓN INTEGRAL DE LA
SEXUALIDAD, VIH Y SIDA
PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
Centro Nacional de Prevención y Control del VIH/SIDA,
Secretaría de Salud, México
Director General: José Antonio Izazola Licea
Director de Prevención y Participación Ciudadana: Carlos García de León
Asesor de la Dirección General: Héctor Sucilla
Mesa de Educación Sexual del Comité de Prevención del
Consejo Nacional para la Prevención del VIH/SIDA, CONASIDA
Comité Técnico Coordinador del Glosario:
José Ángel Aguilar Gil, Beatriz Mayén Hernández y
David Barrios Martínez
Comité Técnico Latinoamericano:
Argentina: Silvia Franco y Cristina Friedman; Brasil: Francisco Cabral,
Mauro Cherobim, Margarita Díaz, Marcos Nascimento y
Oswaldo M. Rodrígues; Cuba: Mariela Castro;
Costa Rica: Dina Krauskopf; Chile, Claudia Diddes;
Ecuador: María de los Ángeles Núñez y Rodolfo Rodríguez;
Guatemala: José Roberto Luna; México: Esther Corona y
Xabier Lizarraga; Perú: María Ragúz y Angela Sebastiani; Uruguay:
Stella Cerruti y Silvana Darré
Corrección de estilo: Guillermina Herrera
México, D.F., octubre 10 de 2009
1
Contenidos
Informe del Comité Técnico Coordinador del Glosario
Regional sobre Educación Integral de la Sexualidad,
VIH y Sida en América Latina y el Caribe
Abstinencia sexual
Abuso sexual
Acoso sexual
Adolescencia
Andropausia
Atención primaria de la salud
Autoconocimiento
Autocuidado
Bisexual
Ciclo menstrual
Ciudadanía sexual
Climaterio
Condón
Confidencialidad
Consejería
Consentimiento informado
Convención
Cunnilingus
Declaración
Derechos de la infancia
Derechos humanos
Derechos reproductivos
Derechos sexuales
Discriminación
2
Disfunciones sexuales
Diversidad sexual
Educación integral en sexualidad
Educación para la salud
Embarazo
Empoderamiento
Enfoque o perspectiva de género
Epidemia
Erección
Erotismo
Esperma o semen
Espermatozoides
Estado laico
Estado serológico
Estigma
Ética
Evidencia científica
Factores de riesgo
Familias
Felación (felatio) o sexo oral
Género
Habilidades para la vida
Heterosexual
Hombres que mantienen relaciones sexuales con hombres
Homofobia
Homosexual
Identidad de género
Incesto
Infecciones oportunistas
Infecciones de transmisión sexual
3
Interrupción voluntaria del embarazo
Juventud
Lesbiana
Machismo
Maltrato infantil
Masculinidad
Masturbación
Métodos anticonceptivos
Misoginia
Órganos sexuales
Orgasmo
Orientación sexual
Óvulo
Papanicolaou
Pederastia
Pene
Placer
Planificación familiar
Poligamia
Pornografía
Prácticas de riesgo
Pubertad
Relación sexual y coito
Respuesta sexual humana
Riesgo y vulnerabilidad
Salud pública
Salud reproductiva
Salud sexual
Seroprevalencia
Sexo
4
Sexualidad
SIDA / Sida
Sistema inmunológico
Terapia antirretroviral
Toma de decisiones informadas
Trabajador/a sexual
Transgenérica (persona)
Transexual
Travestista
Usuario o consumidor de drogas inyectables
Vida erótica protegida
Violencia
Virginidad
Virus de inmunodeficiencia humana
Virus del papiloma humano
Vulva
Zonas erógenas
5
INFORME DEL COMITÉ TÉCNICO COORDINADOR DEL
GLOSARIO SOBRE EDUCACIÓN INTEGRAL DE
LA SEXUALIDAD, VIH Y SIDA PARA
AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
Antecedentes
En el año 1988, el Gobierno de México crea el Consejo Nacional de SIDA
(CONASIDA), compuesto por diversas instancias gubernamentales y
organismos de la sociedad civil, con el fin de dar una respuesta al
problema de salud pública que estaba ocasionando la epidemia del virus
de inmunodeficiencia humana (VIH) y el síndrome de inmunodeficiencia
adquirida (SIDA). El Consejo, para lograr una respuesta integral a la
epidemia en México, creó Comités específicos para áreas determinadas.
De ahí surge el Comité de Prevención del Centro Nacional de SIDA
(CENSIDA).
En el 2005, se visibilizan casos de discriminación a niños y niñas con
VIH o afectados por el virus en algunas escuelas primarias. A la
gravedad del asunto reacciona el Comité de Prevención, y propone al
Consejo crear la Mesa de Trabajo de Educación Sexual, con el
objetivo de abatir la discriminación y promover la educación sexual.
La Mesa inició sus funciones con los integrantes del Comité y acordó
hacer extensiva la invitación a otros representantes de la sociedad civil
que tuvieran como objetivo el estudio y promoción de la educación
sexual,
así
como
convocar
para
esa
tarea
a
otras
instancias
gubernamentales, en especial a la Secretaría de Educación Pública.
La Mesa está integrada por un grupo multisectorial y multidisciplinario
compuesto por instituciones de Gobierno Federal, organizaciones civiles
6
nacionales
e
internacionales.
En
la
actualidad,
la
conforman
representantes de: la Secretaría de Salud (CENSIDA y Dirección de
Promoción
de
(Subsecretaría
la
de
Salud);
Educación
Secretaría
Básica,
de
Educación
Subsecretaría
de
Pública
Educación
Superior, Unidad de Planeación y Evaluación de Políticas Educativas,
Instituto Mexicano de la Juventud), organizaciones descentralizadas:
Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), Consejo
Nacional de Población (CONAPO); organizaciones de la sociedad civil
(Red Democracia y Sexualidad, Afluentes S.C., Fundación Mexicana para
la Planeación Familiar, A.C., Federación Nacional de Asociaciones de
Padres de Familia A.C., Católicas por el Derecho a Decidir, Coalición de
Jóvenes por la Salud Sexual, Red por los Derechos de la Infancia en
México, Asociación Mexicana de Educación Sexual A.C.), y organismos
internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Fondo de Población de
las Naciones Unidas (UNFPA).
La Mesa ha realizado entre otras acciones:
1. Campaña Nacional de Educación Sexual
2. Participación en talleres consultivos de EDUSIDA-UNESCO
3. Plan Estratégico de Acción 2007-2010
4. Propuesta argumentativa a la Declaración Prevenir con Educación
5. Presentación en modalidad de cartel en la XVII Conferencia
Internacional de VIH/Sida en México, 2008
6. Definición de la misión y los principios de la Mesa
7. Catálogo de fichas institucionales de los integrantes de la Mesa
8. Catálogo de materiales en educación integral de la sexualidad (en
proceso)
9. Elaboración del Glosario en Educación Integral de la Sexualidad.
7
Justificación
El Glosario en Educación Integral de la Sexualidad tiene su origen en los
grupos de trabajo durante el Taller de Marco Lógico (marzo, 2008). En
ese entonces se propuso elaborar un portafolio de información sobre
educación sexual para abogacía; parte de él era un glosario de términos
que buscaría unificar criterios y líneas argumentativas para sensibilizar
a autoridades educativas y de salud acerca de los beneficios de la
educación sexual.
La Mesa definió trabajar a partir de comisiones. El primer paso para la
elaboración del glosario fue una lluvia ideas sobre términos clave;
posteriormente se propuso identificar lo que organismos y agencias
internacionales, instituciones, y organizaciones de la sociedad civil
hubieran preparado; se consideraron los materiales de: Federación
Internacional
para
la
Planeación
Familiar,
Consejo
Nacional
de
Población, Instituto Mexicano de la Juventud, Comisión Nacional de
Derechos Humanos, Comisión de Derechos Humanos del Distrito
Federal, Consejo Nacional contra la Discriminación. En esta primera
etapa se seleccionaron 200 conceptos.
Los integrantes de la Mesa se dieron a la tarea de desarrollar los
anteriores conceptos; pero, ante la complejidad de la tarea se propuso
reorientar el trabajo a partir de los siguientes criterios técnicos:
1. Sintetizar la experiencia en el campo de la educación sexual y de
la salud sexual y reproductiva (SSR) en los últimos 20 años y en el
marco de la declaración ministerial “Prevenir con educación”.
2. Dirigir el glosario a prestadores de servicios de salud y maestros.
3. Sustentarlo en fuentes documentales reconocidas, con credibilidad
y basadas en la evidencia científica.
4. Orientar las líneas temáticas hacia: derechos humanos, género,
valores en un marco ético, enfoque preventivo.
5. Disponer de un producto final que sea el aporte mexicano para la
mesa regional de América Latina y el Caribe.
8
El desarrollo de los conceptos fue asumido por los integrantes de la
Mesa de Educación Sexual y se depuró para reducirla a 90 términos.
En la medida que el glosario sería un material educativo y de difusión se
acordaron los siguientes criterios:
a) Iniciar con la definición de cada concepto.
b) Identificar pautas que contribuyeran a la reflexión de cada uno.
c) Realizar breves recomendaciones didácticas para favorecer la
apropiación de los conceptos en las escuelas y los centros de
salud.
d) Incluir fuentes bibliográficas confiables.
Los integrantes de la Mesa desarrollaron y discutieron los distintos
conceptos, buscado consensos en cuanto a contenidos y abordaje. La
intención fue lograr una primera aproximación de términos médicos e
igualmente de orden social, cultural, político y psicológico.
Propuesta del CENSIDA para la validación del glosario con
especialistas de América Latina y el Caribe
El Glosario en Educación Integral de la Sexualidad en la versión para
México despertó el interés de las autoridades del CENSIDA, toda vez que
se enmarca dentro de la Declaración Ministerial Prevenir con Educación,
y es un material propositivo para su consulta con las y los especialistas
de América Latina y el Caribe.
Las autoridades deL CENSIDA gestionaron con el Institut de Recherche
pour le Développement, Proyecto EUROsociAL SALUD, el financiamiento
para la consulta regional del glosario en América Latina. Para ello se
definió la contratación de un grupo de consultores poseedores de amplia
experiencia en el tema de educación sexual. El equipo de trabajo quedó
conformado por: Dr. José Ángel Aguilar Gil, Mtra, Beatriz Mayén
Hernández, Dr. David Barrios Martínez y Lic. Guillermina Herrera en la
corrección de estilo.
9
Una vez integrado, el Comité técnico coordinador, se reunió con el
Asesor de la Dirección del CENSIDA, Mtro. Héctor Sucilla, para definir el
encuadre de la consultoría que formalizó las siguientes actividades.
Primera Reunión de Comité Técnico Coordinador
En esa ocasión (julio 17, 2009), se definió la ruta crítica 2009 (Anexo 1)
y la propuesta inicial de expertos para la consulta del glosario.
Se acordó que el perfil de los especialistas a consultar fuese que
tuvieran amplia experiencia y reconocimiento a nivel nacional e
internacional en los diversos temas. La lista final de expertos quedó
integrada por 38 especialistas de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia,
Costa Rica,
Cuba, Chile,
Ecuador,
El
Salvador,
Estados Unidos,
Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú,
República
Dominicana
y
Venezuela
(Anexo
2).
Además
de
la
comunicación informal que realizó el Comité Técnico del Glosario, las
autoridades de CENSIDA hicieron llegar la invitación formal a los
especialistas (Anexo 3).
Consulta inicial del glosario
El proceso de consulta del glosario consistió en el envío a cada
especialista del paquete de consulta (Anexo 4) que incluía:
o Glosario México de Educación Integral de la Sexualidad
o Declaración Ministerial Prevenir con Educación
o Criterios de análisis del glosario
o Guía de sistematización de comentarios por cada experto
Los criterios que orientaron la consulta del glosario fueron:
 Pertinencia. Si el concepto era relevante, adecuado y oportuno en
el marco de la Declaración Ministerial Prevenir con educación
2008.
10
 Calidad. Si la estructura de la argumentación mostraba las ideas y
las valoraciones a partir de estudios con una base científica y
académica que
incluyeran
aspectos médicos, psicológicos y
socioculturales de acuerdo con el término descrito.
 Desarrollo. Si el concepto abarcaba el desarrollo de los siguientes
componentes:
definición,
comentarios,
recomendaciones
didácticas y fuentes.
 Lenguaje adecuado a las/os lectores. Si el lenguaje era claro,
puntual, acorde al público al que iba dirigido.
 Enfoque pedagógico. Si se observaban las recomendaciones
didácticas y éstas promovían reflexión, crítica, respeto, no
discriminación y equidad entre los géneros.
 Generalización. Si los contenidos podían ser aplicados a otros
contextos o grupos de profesionales de la educación y la salud en
América Latina.
Devolución de resultados por especialistas
Una vez que los especialistas aceptaron participar en la consulta, se les
solicitó devolver los comentarios 15 días después; finalmente, algunos
de ellos solicitaron se ampliara el período de revisión hasta el 31 de
agosto.
Al recibirse las respuestas, se procedió a sistematizar los resultados,
encontrándose los siguientes productos:
2.1
Comentarios directos de 19 especialistas. Lista de expertos, guías
y textos. (Anexo 5)
2.2
Matriz global de comentarios. Los consultores se dieron a la tarea
de concentrar la totalidad de los comentarios de 19 de los
especialistas. (Anexo 6) De los 38 invitados a quienes se invitó
inicialmente, los citados antes se comprometieron y cumplieron
con la actividad solicitada. Desafortunadamente, algunos países
no quedaron representados por razones como: no localización del
experto; cargas de trabajo que impidieron la colaboración, y otros.
11
No obstante, es pertinente señalar que de los once expertos que
no participaron, la mayoría manifestó su entusiasmo por la
elaboración del documento y reiteró su apoyo a esta iniciativa.
2.3
Ponderación de contenidos. Esta fue una actividad de especial
relevancia para los consultores ya que implicó un minucioso
análisis
de
la
información
recabada
para
seleccionar
las
aportaciones que se integrarían al glosario. (Anexo 7)
Integración de contenidos al Glosario Regional.
El compendio e inclusión de los materiales fue la actividad sustancial de
los consultores, en la medida que se buscó recuperar los comentarios
centrales de los especialistas. La respuesta del grupo de expertos fue
muy favorable en la medida que el glosario les resulta aplicable y útil
para los diferentes países de América Latina y el Caribe. Sin embargo,
hubo también recomendaciones específicas para dotar al glosario de un
enfoque regional.
Durante el proceso de integración de resultados, se fueron elaborando
diversas aproximaciones hasta llegar al borrador 1, que fue canalizado a
la correctora de estilo. Con posterioridad a esta versión se realizaron
diez más. (Anexo 8)
El producto final de toda esta tarea fue el documento intitulado
Glosario Regional sobre Educación Integral de la Sexualidad, VIH
y Sida para América Latina y el Caribe, integrado por 101 conceptos.
Al compendio terminológico inicial se agregaron los siguientes términos:
andropausia, ciclo menstrual, climaterio, ciudadanía sexual, evidencia
científica, felación, interrupción voluntaria del
embarazo, órganos
sexuales, placer, riesgo y vulnerabilidad, toma de decisiones, vida
erótica protegida, virginidad, vulva.
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Confiamos en que el presente Glosario signifique un aporte para
concretar el conocimiento y aplicación de la
Declaración Ministerial Educar para Prevenir
y que redunde beneficiosamente en la educación y
salud sexual de las y los niños y jóvenes de nuestra región.
13
Abstinencia sexual
La abstinencia sexual se refiere a la ausencia de relaciones sexuales
como un acto voluntario para el cual se precisa de una alta motivación y
autocontrol. Habla también de los periodos de abstinencia de quienes ya
han tenido una vida sexual activa y por algún motivo han decido dejar
de tenerla por un tiempo o de modo permanente.
El origen histórico de la promoción de la abstinencia se vincula con la
pretensión de legitimar la sexualidad puramente reproductiva en
detrimento del derecho al placer y la existencia de la diversidad sexual.
Los programas educativos que se basan en la promoción de la
abstinencia sexual tienen una vasto pasado en Estados Unidos; fueron
impulsados en los años ochenta durante la presidencia de Ronald
Reagan, y con mayor ímpetu durante el gobierno de George Bush, con
el argumento de que se evitaban los embarazos y la propagación del
virus de inmunodeficiencia humana, VIH, y las infecciones de transmisión
sexual, O ITS, entre la población joven. Programas de este tipo se han
aplicado también entre la población adulta; sus principios se basan en
promover el ABC (abstinence, be faithful, use a condom, que significan:
abstinencia, fidelidad y uso del condón).
Los programas de abstinencia de Estados Unidos y otros países han sido
evaluados por el Dr. Douglas Kirby, analista de ETR Associates, quien ha
documentado su nula efectividad para modificar los comportamientos
sexuales para postergar las relaciones coitales hasta el matrimonio.
El personal de salud y los docentes deberán promover programas de
educación integral de la sexualidad, teniendo en cuenta los resultados
de las investigaciones, que reportan que los programas de abstinencia
no funcionan. Los que sí han demostrado su efectividad son aquellos
que informan en un marco de derechos humanos, y que brindan
información sobre las diferentes opciones anticonceptivas en ejercicio de
la autonomía, el autocuidado en materia de salud y la toma de
decisiones apoyada en el consentimiento informado.
Bibliografía
FAMILY HEALTH INTERNATIONAL: www.fhi.org/sp/Topics/Abstinente.htm.
FINGER, WILLIAM R. “La educación sexual ayuda a preparar a jóvenes”,
en: Network en Español, Vol. 20, No. 3, 2000.
14
KIRBY, DOUGLAS. Programas de educación sexual y educación en VIH para
jóvenes: impacto y características de los programas efectivos. ETR
Associates. Ponencia presentada en la Universidad Pedagógica
Nacional. México, 2007.
TRENHOLM, CHRISTOPHER, BARBARA DEVANEY et al. Targeting youth at young
ages may not be sufficient impacts of four abstinence education
programs. Title V, Section 510 Abstinence Education Programs,
Final report, April 2007. Disponible en: www.mathematica-mpr.com
Abuso sexual
El abuso sexual es una de las formas de violencia y maltrato que
puede ocurrir entre un adulto y una persona menor de edad. Para
identificarlo, es posible acudir a dos criterios comunes: el carácter
coercitivo y la asimetría de edad.
Los distintos modos de clasificar el abuso sexual –una de las formas más
severas del maltrato infantil- abarcan:
- la edad de la víctima y del agresor; por lo regular, el agresor es
significativamente mayor que la víctima, que puede incluso ser un
menor de edad;
- las actuaciones que el agresor articula para someter a la víctima;
- el uso del poder del agresor y
- las conductas sexuales que tienen lugar entre ambos.
El abuso sexual abarca un amplio rango de comportamientos que
pueden o no involucrar la penetración sexual. Entre los actos que no
involucran el coito cabe mencionar los comentarios de índole sexual, el
exhibicionismo y la masturbación, el vouyerismo, mostrar material
pornográfico, o realizar intercambios visuales y verbales a través de
internet y de la telefonía celular. Los actos que incluyen el contacto
corporal pueden ser el tocamiento de genitales u otras partes del
cuerpo, la penetración vaginal o rectal con objetos y el intercambio
sexual mediante engaños.
Un documento preparado en México, el Informe Nacional sobre Violencia
y Salud 2006, señala que en el país no existe un registro confiable de
los casos de maltrato infantil atendidos por los sectores de educación,
salud, asistencia social y justicia. En consecuencia, los casos notificados
se limitan a los graves en extremo, quedando un número importante
invisibilizado por no haber sido registrado.
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En Uruguay, el abuso sexual a infantes se considera una forma de
violencia hacia niñas y niños, formando parte del ámbito relativo al
maltrato físico, psicológico o por negligencia.
El personal de salud y los docentes deben incorporar este tema
enfatizando su interés público y sustrayéndolo del ámbito privado en el
que comúnmente transcurre; deberán, igualmente, contrarrestar las
falsas creencias, tales como considerar que el abuso sexual sólo ocurre
a las niñas, y que los agresores suelen ser personas desconocidas o que
padecen alguna enfermedad mental. Es importante saber cómo, y
asegurar, que los adultos salvaguarden y protejan la integridad del
menor, tal y como lo establece la Convención sobre los Derechos del
Niño.
Bibliografía
AZAOLA, ELENA. “Maltrato, abuso y negligencia contra menores de edad”,
en: Informe Nacional sobre Violencia y Salud 2006, capítulo II,
Secretaría de Salud. México, D.F., 2006.
Convención sobre los Derechos del Niño. Disponible en:
http://www2.ohchr.org/spanish/law/crc.htm
FINKELHOR, DAVID. Abuso sexual al menor. Causas, consecuencias y
tratamiento psicosexual. Pax-México. México, 1980.
GONZÁLEZ SERRATOS, RUTH. “Síndromes clínicos relacionados con violencia
y victimización”, en: Arango de Montis, Ivan, Sexualidad humana.
Manual Moderno. México, 2008.
POSEY, JULIE. They call me Kendra. A crimefighter’s personal story and
battle against online pedophiles. Prostar Publications Inc.
Annapolis, 2002.
VAN DIJK, SYLVIA, L. BOTELLO et al. Manual para la acción. Prevención de
abuso sexual en niñas y niños. Una perspectiva con un enfoque de
derechos. Editorial FAI Save the Children, México. México, D.F.,
2007.
Acoso sexual
Una amplia definición del acoso sexual lo caracteriza como insinuaciones
sexuales indeseables, o un comportamiento verbal o físico de índole
sexual que persigue la finalidad o surte el efecto de interferir sin razón
alguna en el rendimiento laboral de una persona, o bien de crear para
un ambiente de trabajo intimidante, hostil, injurioso u ofensivo. Los
casos de acoso sexual pueden incluir:
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- insultos, observaciones, bromas e insinuaciones de carácter
sexual o comentarios inapropiados sobre la forma de vestir, el
físico, la edad o la situación familiar de una persona;
- contacto físico innecesario y no deseado, como tocamientos,
caricias, pellizcos o violencia;
- observaciones molestas y otras formas de hostigamiento verbal;
- miradas lascivas y gestos que aluden a la sexualidad;
- invitaciones comprometedoras;
- solicitudes de favores sexuales;
- persistencia en actitudes invasoras, a veces con la apariencia de
una actitud amorosa.
El delito de acoso sexual fue reconocido como un problema social a
mediados de los años setenta, y detectado por las feministas que
obtuvieron reconocimiento legal sobre la problemática que generaba el
acoso sexual al contribuir a la inequidad en las oportunidades de empleo
y trabajo. El término fue acuñado en la Universidad Cornell en 1974.
El acoso sexual es considerado como una violación de los derechos
humanos y una forma de discriminación ilegal; es, igualmente, una
forma de abuso sexual y psicológico, en un rango que va de
transgresiones leves a abusos serios. De hecho, algunos psicólogos
opinan que el acoso sexual severo o crónico puede tener los mismos
efectos psicológicos en las víctimas que la violación o la agresión sexual.
La reacción violenta y las represalias por denunciar el acoso sexual
pueden agravar más los efectos.
En los lugares de trabajo, el acoso sexual es ofensivo para la dignidad y
la integridad personal de quienes ahí se desempeñan, y debe ser
prevenido. Cuando a pesar de todos los esfuerzos se produce, debe ser
castigado y su víctimas protegidas. El acoso fuera del lugar de trabajo
está considerado, asimismo, otra forma de acoso sexual.
En pocos países de la región de América Latina existen ya legislaciones
para penalizar el acoso sexual. Sin embargo, en los países donde no
existen, se deben crear leyes relativas a la protección de la dignidad de
la mujer y del hombre en el trabajo y los espacios públicos, en los que
se recomiende adoptar las medidas necesarias para fomentar la
conciencia de que la conducta de naturaleza sexual u otros
comportamientos basados en el sexo afectan la dignidad de la mujer y
del hombre, incluida la conducta de superiores y compañeros o cualquier
persona.
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El personal de salud y los docentes deberán sensibilizarse y
capacitarse sobre este tema como parte de la violencia de género, con
el fin de desactivar la naturalización de esta práctica violatoria de los
cuerpos de las personas, considerando que el acoso sexual se ha
convertido en una práctica tan común que se ha ido “normalizando” o
volviendo banal como una forma socialmente asumida de violencia.
Referencias
CÁMARA DE DIPUTADOS DEL H. CONGRESO DE LA UNIÓN. Ley General de Acceso
a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. Cámara de Diputados
del H. Congreso de la Unión. Última reforma publicada en el Diario
Oficial de la Federación el 20 de enero de 2009, México. Disponible
en:
http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/LGAMVLV.pdf
CATÓLICAS POR EL DERECHO A DECIDIR, et al. Diagnóstico y evaluación de la
situación de violencia de género en comunidades rurales e
indígenas de Oaxaca, Chiapas y Tabasco. Resumen ejecutivo de
los hallazgos de Tabasco. Católicas por el Derecho a Decidir;
Equidad de Género, Ciudadanía, Trabajo y Familia; Grupo de
Información en Reproducción Elegida; Ipas. México, 2009.
Ley contra el Acoso Sexual. Montevideo, Uruguay, agosto, 2009.
OFICINA INTERNACIONAL DEL TRABAJO. ABC de los derechos de las
trabajadoras y la igualdad de género. OIT. Disponible en:
www.ilo.org/public/spanish
OLAMENDI TORRES, PATRICIA. Delitos contra las mujeres, análisis de la
clasificación mexicana de delitos. UNIFEM. México, 2007.
Adolescencia
Es la etapa de la vida que va de los 10 a los 19 años de edad, de
acuerdo con la Organización Mundial de la Salud; se caracteriza por
cambios físicos, psicológicos y socioculturales que implican un proceso
de transformaciones marcadas por la búsqueda de la identidad y un
proyecto de vida propios, de acuerdo con el contexto sociocultural en el
que se vive. De ahí que el estudio de la adolescencia pueda realizarse
desde diferentes perspectivas.
Los aspectos biológicos de esta etapa, mejor conocidos en su conjunto
como pubertad, se expresan en cambios anatómicos y fisiológicos
relacionados con el funcionamiento de las hormonas masculinas y
femeninas; en cambios corporales de estatura y peso; en el surgimiento
18
de bigote y de vello en axilas y pubis; en el crecimiento de los genitales
y en la presencia de la menstruación y la eyaculación.
El aspecto psicológico se explica desde diversas teorías, tales como la
búsqueda de identidad, el duelo por el cuerpo infantil y formas de
relaciones infantiles, el desarrollo del pensamiento formal, el proceso de
simbiosis y separación, y el proceso intrapsíquico (ello-yo-super yo).
Durante la adolescencia se produce el tránsito del seno familiar hacia la
sociedad más amplia. Se hace necesario dejar atrás modalidades de
ajuste propias de la niñez y responder al impulso de aumentar las
identificaciones que permitirán responder durante la vida juvenil. Es
fundamental la exploración de capacidades personales y la construcción
de cosmovisiones en la búsqueda de la autonomía, el reconocimiento
identitario, la valoración grupal y el posicionamiento social.
Desde el punto de vista sociocultural, esta etapa se dará de acuerdo con
el lugar y tiempo, la cultura, el estrato socioeconómico y el género; se
es un período de aplazamiento y de preparación para la vida adulta. Se
considera que esta etapa tiene metas propias; se adquieren derechos y
responsabilidades, y se toman decisiones que inciden en la construcción
del futuro. Algunos autores proponen hablar de adolescencias, en plural,
para tomar en cuenta los diversos contextos, como son los de la región
de América Latina.
Establecer patrones de conducta sexual responsable, placentera y
saludable durante la adolescencia es más fácil que modificar los
patrones de conductas de riesgo más adelante; por esa razón es que se
propone que las estrategias de prevención y promoción de la salud
orgánica y el bienestar emocional se inicien desde edades tempranas
anteriores a la adolescencia. La educación es una oportunidad para
suministrar herramientas a los adolescentes y jóvenes, despejar dudas y
creencias falsas acerca de la sexualidad a través de un lenguaje claro y
sencillo, y promoviendo los derechos sexuales juveniles.
El personal de salud y los docentes debe conocer las características
básicas de la adolescencia con el fin de comprender la conducta de
varones y muchachas durante esta etapa, así como sus necesidades de
información y educación, al igual que las de atención en los servicios de
salud.
19
Bibliografía
ABERASTURY, ARMINDA et al. La adolescencia normal. Editorial Paidós.
Buenos Aires, Argentina 1988.
DULANTO GUTIÉRREZ, ENRIQUE. Conceptos básicos para prevenir conductas
de riesgo en adolescentes. UNICEF y Desarrollo Integral de la
Familia, DIF. México, 2001.
KRAUSKOPF, DINA. Estado del arte de los programas de prevención de la
violencia en ámbitos escolares. Organización Panamericana de la
Salud, Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo.
Organización Panamericana de la Salud, Washington, 2006.
Disponible en: www.paho.org/spanish/ad/fch/cea/arte.violencia.pdf
__________. “Procesos psicológicos centrales en el adolescente”, en:
Hablemos de sexualidad: Lecturas. Aguilar, José Ángel y Beatriz
Mayén, compiladores. CONAPO y MEXFAM, México, 1996.
Andropausia
Palabra que procede del griego andrós (hombre) y paûsis (conclusión).
Algunos criterios médicos sustentan la idea de la existencia de este
síndrome (conjunto de manifestaciones clínicas) en varones cuyo declive
hormonal o reducción de testosterona determina fatiga, disminución de
energía, pérdida de masa muscular y fortaleza ósea, descenso del deseo
sexual, disfunción eréctil, irritabilidad y otros síntomas. En cambio, otras
consideraciones clínicas postulan que la andropausia no es una condición
a la que se le pueda asignar el carácter de universal y generalizador,
pues aunque algunos varones mayores de 50 años llegan a presentar
estas manifestaciones, en otros ello no ocurre. Vale la pena mencionar
que en ninguno de los casos la función reproductiva se ve perjudicada;
como se sabe, hay hombres de la tercera edad que mantienen intacta su
potencialidad fecundante.
Los niveles de testosterona total inferiores a 200 nanogramos por
decilitro revelan deficiencia hormonal; cifras mayores a 400 se
consideran normales. Sin embargo, el médico debe asegurarse de que
existan síntomas compatibles y de calcular los niveles de testosterona
activa o biodisponible, que suele ser distinta a la total. Hay varones que
tienen cifras normales y manifiestan síntomas, así como hombres cuyas
cifras son bajas y no muestra manifestación clínica alguna. Se calcula
que al rebasar los 50 años de edad, el 10 por ciento de los hombres ha
reducido considerablemente sus niveles, y que más allá de los 70, más
20
de la mitad tienen déficit de testosterona. No obstante, como ya se
mencionó, las molestias no son patentes en todos.
Algunos profesionales de la salud expresan reservas acerca del
tratamiento con testosterona para varones diagnosticados con
andropausia, en virtud del riesgo de enfermedades cerebro vasculares e
infartos, mayor crecimiento prostático e incluso cáncer de esta glándula,
o que en el sueño haya periodos de apnea o falta de respiración.
El personal de salud y los docentes deberán fomentar la atención a
la salud de los varones de edad mediana y la tercera edad. Asimismo,
abordarán el tema de la andropausia como uno sujeto todavía a
discusión por parte de la comunidad médica, que no suele afectar la
función reproductiva y no necesariamente equivale al climaterio
femenino.
Bibliografía
ALARCO VON PERFALL, CLAUDIO. Diccionario práctico para el conocimiento
sexual. Ediciones 29. Barcelona, 1992.
REINISCH, JUNE Y RUTH BEASLEY. Nuevo informe Kinsey sobre sexo. Paidós.
Barcelona, 1992
Atención primaria de la salud
Es una estrategia de salud pública para facilitar el acceso de las
personas a la salud. Se basa en la prevención primaria de riesgos y
vulnerabilidades y en su atención oportuna (o prevención secundaria),
mediante el uso de tecnologías apropiadas, la eliminación de barreras de
acceso y en dar prioridad al derecho de participación de la comunidad en
todas las etapas del proceso, según se definió en la Conferencia
Internacional sobre Atención Primaria de Salud Alma-Ata (1978).
La atención primaria de la salud tiene como objetivo mejorar la salud de
las poblaciones desfavorecidas y la población general. Los componentes
que la integran son: educación, prevención y promoción de la salud. Se
encarga de mejorar la calidad de vida analizando los riesgos o
previniendo situaciones a las que se puede enfrentar la población;
igualmente, instrumenta acciones para promover estilos de vida
saludables y acciones comunitarias para prevenir enfermedades a través
de campañas de vacunación y para el uso correcto del condón, la
prevención del cáncer cervicouterino y de mama, la prevención y
21
atención al virus de inmunodeficiencia humana o
salud bucal, las adicciones y demás.
VIH,
el tabaquismo, la
La atención de la salud es un derecho fundamental de las personas que
está formalizado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos;
en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales; la Convención Americana de los Derechos Humanos; el Pacto
de San José; la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer, o CEDAW, y el Protocolo de San
Salvador. Es una garantía que deberán otorgar los Estados para brindar
servicios de atención sanitaria que favorezcan el bienestar de las
personas en las diferentes etapas de vida, sin excepción de sexo, edad,
condición social, orientación sexual, raza y demás. Los infantes habrán
de recibir atención prioritaria a su salud.
La salud es un bien público que deberá garantizarse a todos los
individuos sujetos a la jurisdicción de un Estado.
La promoción de la salud a partir de la Conferencia de Ottawa se
entiende como un proceso político de carácter multidimensional, que
permite a las personas adquirir mayor control de los determinantes
sociales de la salud. Se encarga de mejorar la calidad de vida analizando
los riesgos o previniendo situaciones a las que se puede enfrentar la
población; igualmente, instrumenta acciones para promover estilos de
vida saludables y acciones comunitarias para prevenir enfermedades a
través de campañas de vacunación y para el uso correcto del condón, la
prevención del cáncer cervicouterino y de mama, la prevención y
atención al virus de inmunodeficiencia humana o VIH, el tabaquismo, la
salud bucal, las adicciones y demás.
Una promoción de la salud que fomente la participación efectiva deberá:
-
-
diseñar una política de salud en la que se incorpore al ámbito
legislativo y se tomen medidas fiscales y tributarias; igualmente,
deberán considerarse cambios organizacionales;
construir ambientes favorables; es decir, contribuirá a la creación
de una sociedad saludable a través de la generación de
condiciones de vida y de trabajo que sean gratificantes,
agradables, seguras y estimulantes;
reforzar la acción comunitaria a través de la participación efectiva
de la comunidad en sus prioridades, en la toma de decisiones y la
estrategia de salud;
desarrollar aptitudes personales y sociales para brindar
información y educación en salud, y para perfeccionar las
22
-
aptitudes para la vida y aprender a enfrentar enfermedades y
lesiones;
reorientar los servicios de salud de tal forma que se trascienda la
mera responsabilidad de ofrecer servicios médicos y clínicos;
brindar una orientación que sea sensible a las necesidades
culturales de las personas y las respete;
irrumpir en el futuro promoviendo el cuidado personal y
asegurando que la sociedad ofrezca a todos sus miembros la
posibilidad de gozar de un buen estado de salud.
La educación para la salud forma parte de la promoción de la salud, la
cual otorga al individuo poder, autonomía y empoderamiento para la
toma de decisiones relacionadas con su bienestar personal, familiar y
social.
El personal de salud y los docentes deberán reflexionar acerca del
espacio escolar como una instancia clave para impulsar acciones
preventivas para el cuidado de la salud y evitar enfermedades, así como
la posibilidad de definir estrategias para que los adolescentes acudan a
los servicios de salud.
Bibliografía
Atención primaria de la salud. Informe de la Conferencia Internacional
sobre Atención Primaria de Salud Alma–Ata, URSS, 6-12 de
septiembre de 1978. Organización Mundial de la Salud. Ginebra,
1978.
Carta de Ottawa para la Promoción de la Salud. Organización
Panamericana de la Salud. Conferencia Internacional sobre la
Promoción de la Salud: Hacia un Nuevo Concepto de Salud
Pública. Ontario, Canadá, 1986.
Celebrando el 25 Aniversario de la Declaración de Alma Ata y Atención
Primaria de Salud. Alma-Ata. Salud para Todos. Disponible en:
http://www.paho.org/spanish/dd/pin/alma_folleto.pdf
FRANCO, SILVIA. Participación juvenil en la educación sexual en el ámbito
educativo. CODICEN-ANEP. Montevideo, Uruguay, 2008.
FRIDMAN, CRISTINA TANIA. Una lectura crítica de los documentos de
Declaración de Alma Ata, Carta de Ottawa: Declaración de
Edimburgo, Declaración de Uruguay, Declaración de Santa Fé de
Bogotá, Declaración de Yakarta y Declaración de Granada. Buenos
Aires, S/F.
… Para promover la salud en el municipio 2. Lecturas Básicas. Secretaría
de Salud. Pro Salute Novi Mundi, México s/f.
23
Autoconocimiento
El autoconocimiento es el proceso de reflexión mediante el cual las
personas reconocen sus cualidades, características, actitudes y
potencialidades. Permite establecer relaciones positivas con otras
personas y procurar la propia salud e integridad.
El autoconocimiento corporal es la comprensión y dedicación de una
cuidadosa atención a lo que el cuerpo puede decir a cada quien respecto
de su salud y bienestar; alude al conocimiento del propio cuerpo, al
reconocimiento de las funciones básicas, a las secreciones que son
normales, a las emociones y sentimientos, y a la distinción de aquello
que es agradable y placentero de lo que no lo es. Al hacerlo, cada
persona logra asumirse en dignidad y con el derecho, entre otros, a
ejercer y disfrutar libremente su sexualidad. Cabe señalar que el autoconocimiento debe favorecerse desde los primeros años de vida para
que el niño o la niña reconozcan sus cualidades, aprendan a relacionar
el conocimiento de sí mismos con sus afectos y reconozcan aquellas
situaciones que pueden limitar su desarrollo y en las que sería necesario
empeñarse.
El personal de salud y los docentes deben valorar las características
individuales y propiciar la realización de actividades que promuevan el
conocimiento personal, eliminando temores, prejuicios y mitos acerca
del cuerpo y su reconocimiento; además, deberán recomendar visitas a
los servicios de salud ante cualquier alteración detectada.
Bibliografía
AGUILAR, JOSÉ A., y cols. Juntos planeamos el futuro. Hablemos de la
autoconciencia de la salud sexual y reproductiva. MEXFAM.
México, D.F., 1998.
MANGRULKAR, LEENA, CHERYL VINCE et al. Enfoque de habilidades para la
vida para un desarrollo saludable de niños y adolescentes.
Organización Panamericana de la Salud. Washington, 2001.
MANTILLA, LEONARDO. Habilidades para la vida. Una propuesta educativa
para convivir mejor. Edición Fe y Alegría. Bogotá, Colombia, 2002.
24
Autocuidado
___________________________________________________
El término se refiere al conocimiento para poner en práctica el cuidado
propio y al desarrollo de las habilidades necesarias para alcanzarlo;
tiene que ver con el reconocimiento de las condiciones físicas y
emocionales.
En el campo de la salud sexual, el autocuidado se relaciona con la
preservación de la salud y la prevención de enfermedades, incluyendo
las infecciones de transmisión sexual ( ITS), la violencia y los embarazos
no planeados.
El autocuidado del cuerpo se puede realizar a través del autoconocimiento, la higiene personal –incluida la de la ropa interior-, la
observación, el autoexamen de genitales y mamas, y de visitas médicas.
El autocuidado tiene elementos culturales, sociales y económicos; por
eso es que varía de una persona a otra –mujer u hombre, niña o niño,
adolescente o adulto.
Es importante tener presente que el autocuidado permite a las personas
tomar decisiones respecto de la atención a su salud y el ejercicio y
disfrute de su sexualidad.
El personal de salud y los docentes deben fomentar conductas
positivas de autocuidado, modificar ideas erróneas acerca de la
sexualidad, y promover medidas preventivas que reduzcan al mínimo las
situaciones de riesgo y fortalezcan las habilidades de las y los
adolescentes para tomar decisiones adecuadas que preserven su salud.
Bibliografía
AGUILAR, JOSÉ A. y cols. Juntos planeamos el futuro. Hablemos de la
autoconciencia de la salud sexual y reproductiva. MEXFAM.
México, D.F., 1998.
MANGRULKAR, LEENA, CHERYL VINCE et al. Enfoque de habilidades para la
vida para un desarrollo saludable de niños y adolescentes.
Organización Panamericana de la Salud. Washington, 2001.
ORGANIZACIÓN PANAMERICANA DE LA SALUD. Renovación para la atención
primaria en la salud en las Américas. Documento oficial. Borrador
para la discusión. Julio, 2005.
SANZ, FINA. Psicoerotismo femenino y masculino. Kairós. Barcelona,
2003.
25
Bisexual
La persona bisexual es aquélla que es atraída de forma sexual,
emocional y afectiva por personas tanto de su propio sexo como del
otro. La bisexualidad puede expresarse como atracción afectiva o
contacto físico sexual en tres diferentes formas: i) simultánea, que es
cuando se experimenta atracción emocional o erótica al mismo tiempo al
menos con un hombre y una mujer; ii) concurrente, cuando se tienen
relaciones con hombres y mujeres en un mismo periodo; iii) serial,
cuando se tienen parejas hombre o parejas mujer alternativamente,
siendo posible la existencia de la monogamia y pudiendo la persona dar
la impresión de llevar una vida heterosexual u homosexual en cada una
de sus fases.
Al respecto, existen puntos de vista diversos que, desafortunadamente,
coinciden en cuanto a la escasa aceptación de una persona bisexual por
la sociedad en su conjunto, ya que para heterosexuales y homosexuales
puede tratarse de una postura de incongruencia o indefinición, de un
conflicto de identidad o de una forma de encubrir que en realidad se es
homosexual.
El tema presenta numerosos matices. Por ejemplo, cómo viven su
bisexualidad los hombres y cómo lo hacen las mujeres; cómo es que
personas que mantienen prácticas bisexuales declaran que lo hacen por
curiosidad, por motivos económicos (prostitución), porque se ven
forzadas a hacerlo (en las prisiones, los internados y otros sitios), y
cómo la bisexualidad puede darse por motivos culturales, como cuando
se practican rituales de iniciación o de tradiciones.
El personal de salud y los docentes habrán de reconocer y divulgar
que una sola relación sexual no define la orientación sexual; que la
atracción, los sentimientos, las emociones y los deseos érotico-sexuales
constantes y en el transcurso del tiempo son los que constituyen el
criterio para definir a una persona como bisexual. Otro aspecto
importante es que en la actualidad, las y los adolescentes se dan la
oportunidad de explorar más el ejercicio de la sexualidad; por ello,
pueden presentar conductas sexuales diversas, incluyendo la
bisexualidad, sin que ese hecho defina su orientación sexual. También
deberán estar conscientes y transmitir que toda persona, sin importar
su orientación sexual, merece respeto en su dignidad, integridad y
derechos.
26
Bibliografía
CAREAGA, GLORIA y SALVADOR CRUZ, coordinadores. Sexualidades diversas.
Aproximaciones para su análisis. Programa Universitario de
Estudios de Género. México, 2004.
CÓRDOBA, DAVID, JAVIER SÁEZ Y PACO VIDARTE, editores. Teoría Queer.
Políticas Bolleras, Maricas, Trans, Mestizas. Eagles. Madrid, 2005.
GARBER, MARJORIE. Vice Versa. Bisexuality and the Eroticism of Everyday
Life. Simon & Schuster. Nueva York, 1995.
HILL, IVAN, editor. The bisexual spouse. Different dimensions in human
sexuality. Barlina Books Inc. McLean, VA, 1987.
IZAZOLA LICEA, JOSÉ ANTONIO. “La bisexualidad”, en: CONAPO, Antología de
la Sexualidad Humana, Vol. 1. CONAPO y Miguel Ángel Porrúa,
México, D.F., 1994.
MORGAN MALLOL, MARÍA ISABEL, HÉCTOR CARRIZO BARRERA y ADRIANA S. GARCÍA
FLORES. Hablemos de sexualidad en la escuela secundaria.
Contenidos básicos. CONAPO. México, D.F., 2005.
Ciclo menstrual
Periodo comprendido entre dos menstruaciones, durante el cual tiene
lugar la ovulación y la producción de hormonas que preparan la matriz.
Tiene una duración de entre 26 y 34 días. Comienza el primer día del
sangrado y termina el día anterior al siguiente sangrado.
La menstruación es la descarga periódica de tejido endometrial y de
sangre cuando la mujer no se ha embarazado. La menstruación inicia en
la pubertad –entre los 11 y12 años- y termina con la menopausia –
alrededor de los 50 años- cuando cesa la actividad de los ovarios; con
ello termina la etapa reproductiva, aunque no la vida sexual y
productiva.
Al periodo entre la primera menstruación y la menopausia se le
denomina edad reproductiva o de riesgo reproductivo, pues si se realiza
actividad sexual sin protección existe la posibilidad de un embarazo.
Esta etapa dura alrededor de 40 años.
La fertilidad es la capacidad de hombres y mujeres de procrear. Las
mujeres son fértiles sólo durante ciertos días del ciclo menstrual, cuando
el ovario libera al óvulo; los hombres, por su parte, tienen capacidad de
fecundar si sus testículos producen espermatozoides suficientes y
capacitados, hecho que puede acontecer incluso en edades avanzadas.
27
Bibliografía
BITTAR, E. y BRITAR N. Reproductive Endocrinology and Biology. JAI Press,
Greenwich, CT, 1998.
GRIFFIN, JAMES E. y SERGIO OJEDA. Textbook of Endocrine Physiology.
Oxford University Press. New York, 1996.
GUYTON, ARTHUR y JOHN E. HALL. Tratado de Fisiología Médica. Mc Graw
Hill, 10ª. edición. México, 2001.
MCCARY, JAMES LESLIE y STEPHEN P. MC CARY. Sexualidad humana. Editorial
Manual Moderno, México, 2004.
Ciudadanía sexual
La base de la ciudadanía sexual es que las personas sean sujetas de
derecho, es decir, que vivan en el seno de un Estado que respete y
proteja sus derechos humanos y, por lo tanto, sus derechos sexuales y
reproductivos, asumiendo la responsabilidad de hacer cumplir tales
derechos.
La ciudadanía sexual implica derechos y responsabilidades. Es una
práctica cotidiana en la que mujeres y hombres participan en un afán
por transformar a su sociedad. Al ejercer la ciudadanía, se vuelve
posible erradicar discriminación y la exclusión de los grupos sociales.
Este enfoque de ciudadanía está centrado en las personas como
poseedoras de dignidad, condición que garantiza la universalidad de los
derechos.
Un elemento importante es la participación ciudadana, en la que todos,
hombres y mujeres, pueden hacer escuchar su voz en torno a las
políticas y programas que afectan sus vidas. Sin ir más lejos, es el
principio básico de las democracias. Aplicando este principio a la
sexualidad, la ciudadanía sexual será, entonces, tener voz y voto en las
políticas y programas que afectan el ejercicio autónomo de la sexualidad
y la salud sexual.
La capacidad de las personas para participar y tomar decisiones
individuales y colectivas en su comunidad es un aspecto fundamental de
la ciudadanía.
Como es evidente, la mayoría de las y los jóvenes ejercen poco su
ciudadanía en general, y mucho menos su ciudadanía sexual. Además
28
de no poder votar, en general no se ven involucrados en el diseño de los
programas de sus colegios y universidades, ni en programas diseñados
para beneficiarles. El ejercicio de su sexualidad suele estar prohibido y
se ejerce en la clandestinidad. Sin embargo, cada vez se reconoce más
ampliamente la necesidad de otorgar a las y los jóvenes sus derechos
como ciudadanos.
Participar en el ejercicio de la ciudadanía es promover la extensión de
los derechos humanos, en especial de los derechos sexuales y
reproductivos, para el reconocimiento de nuestras libertades, nuestra
dignidad humana y calidad de vida sin distinción de raza, etnia, religión,
orientación sexual, edad o género.
El personal de salud y los docentes deberán estar al tanto del
enfoque de la ciudadanía sexual, que es muy relevante en la educación
integral de la sexualidad; por ello, será sumamente importante allegarse
información acerca de los derechos humanos internacionales y de las
políticas, leyes y estructuras nacionales; comprender que la cultura es
dinámica; conocer la disponibilidad de servicios y recursos y la forma de
tener acceso a ellos; y estar al tanto del tema de la defensa y
promoción de los derechos sexuales juveniles.
Bibliografía
IPPF. Marco de la IPPF para la educación integral en sexualidad.
IPPF/RHO. Londres, 2008.
MEJÍA, MARÍA CONSUELO, JOSÉ A. AGUILAR et al. Tu futuro en libertad: por
una sexualidad y salud reproductiva con responsabilidad, Gobierno
del Distrito Federal. México, D.F., 2008.
CÁCERES, CARLO TIMOTHY FRASCA et al. Ciudadanía sexual en América
Latina: abriendo el debate. Disponible en:
http://www.ciudadaniasexual.org/publicaciones/PDF.htm
Climaterio
Es la etapa de transición del proceso de vida femenina donde se transita
de una etapa reproductiva a una no reproductiva. Da inicio a los 40
años, en promedio, y termina en la senectud. Las manifestaciones
propias de esta etapa empiezan antes de la menopausia o última
menstruación y prosiguen después de ella.
29
El climaterio suele coincidir con momentos de reflexión alrededor de la
vida, la familia, la trascendencia y los logros alcanzados.
Se asocia a una disminución de las hormonas sexuales, particularmente
los estrógenos. Como se trata de una reducción paulatina y no de un fin
repentino, los ciclos menstruales se tornan progresivamente irregulares
antes de que se presente la menopausia.
Durante el climaterio, muchas mujeres experimentan uno o varios dd los
síntomas siguientes: ráfagas de calor conocidas como “bochornos”,
nerviosismo, insomnio, depresión, desgano emocional, dolor de cabeza,
disminución de la fuerza muscular, reducción de la lubricación vaginal y
disminución del deseo sexual.
En aquellos casos debidamente evaluados por el profesional de la salud,
puede ser recomendable la terapia de reemplazo hormonal, la cual, a su
vez, tendrá que ser permanentemente vigilada para evitar efectos
secundarios indeseables. Está ampliamente demostrado, por ejemplo,
que la causa hormonal puede desencadenar cánceres de mama y de
útero. También es cierto que algunas mujeres no requieren terapia
sustitutiva de estrógenos, pues los síntomas no se presentan o son
transitorios después de algunos meses; en ellas, sólo se recomiendan
medidas locales como pudieran ser la aplicación vaginal de geles con o
sin estrógenos.
El personal de salud y los docentes habrán de abordar el tema
subrayando la atención oportuna de cualquier síntoma y enfatizar el
derecho al placer, afirmando que el climaterio no supone la reducción o
cancelación de la vida erótica, aunque hayan cesado los ciclos
reproductivos.
Bibliografía
ALARCO VON PERFALL, CLAUDIO. Diccionario práctico para el conocimiento
sexual. Ediciones 29. Barcelona, 1992.
AYALA, AQUILES. Medicina de la reproducción humana. Grupo Azabache,
México, 1995.
REINISCH, JUNE y RUTH BEASLEY. Nuevo informe Kinsey sobre sexo. Paidós.
Barcelona, 1992.
UNIVERSIDAD
DE
HARVARD,
ESCUELA
DE
MEDICINA.
health.harvard.edu/newsweek
30
Condón
Método basado en la utilización de un dispositivo de látex que
representa una barrera para prevenir embarazos e infecciones de
transmisión sexual. Existen condones masculinos y femeninos. Los
primeros son fundas de látex que se colocan sobre el pene erecto
proporcionando una barrera que evita el contacto directo con los fluidos
de la pareja durante las relaciones sexuales.
Los condones femeninos, por su parte, son bolsas de poliuretano que se
colocan dentro de la vagina con el mismo objetivo.
El uso correcto y consistente tanto del condón masculino como del
femenino ofrece una protección de más de 90 por ciento. La
probabilidad de falla del condón se atribuye a un manejo inadecuado: a
que se le usa cuando ha expirado la fecha de su vigencia, a que se
agregan indebidamente lubricantes a base de aceite, a que durante su
manipulación se rompe, o a que el empaque se ha deteriorado y, por
ende, el producto puede esta dañado.
Aunque la efectividad del condón de látex ha sido comprobada y
reconocida por autoridades sanitarias de todo el mundo, la resistencia a
su uso persiste, argumentándose razones como la pérdida de
sensibilidad –que puede solucionarse si el condón se lubrica con
fórmulas a base de agua. Algunos varones reportan un retraso en la
eyaculación con el uso del condón, lo cual en algunas circunstancias
puede contribuir a mejorar su bienestar sexual.
La resistencia al uso del condón se atribuye más bien a factores
psicológicos y culturales, dado que se le considera una barrera; pero
además, está el factor de la inequidad de género en la que el hombre
determina si usa o no condón mientras la mujer no puede decidir aún
sobre su autocuidado. Afortunadamente, las mujeres jóvenes exigen
cada vez con más frecuencia la utilización del condón.
Por otro lado, pruebas diversas han comprobado que en el látex usado
para la fabricación de condones no existe poro alguno, aun si se le estira
a su máximo, por lo que no pueden atravesarlo agentes biológicos como
virus o bacterias.
El personal de salud y los docentes deberán proporcionar a los
jóvenes información completa sobre el uso del condón femenino y del
masculino, y mostrar en su explicación condones reales. Deberán,
31
asimismo, subrayar la importancia de su empleo para prevenir
infecciones transmisibles sexualmente y embarazos no planificados, y
desmitificar las creencias falsas que se tienen sobre su uso.
Bibliografía
InfoSIDA. Glosario de VIH/SIDA, 6ª edición, diciembre, 2008. Disponible
en: www.aidinfo.nih.gov/contentsfiles/spanishglosary_sp.pdf.
PROCURADURÍA DE DEFENSA DEL CONSUMIDOR, PROFECO. Estudio de calidad de
condones. Profeco. México, D.F., 2000.
SECRETARÍA DE SALUD. Manual para Capacitadores en el Manejo
Sindromático de las Infecciones de Transmisión Sexual, 2ª.
edición. Family Health Internacional, Implementing AIDS
Prevention and Care Projet, USAID. México, D.F., 2004.
__________. Norma Oficial Mexicana NOM-01-SSA1-1993 que establece
las especificaciones sanitarias de los condones de hule látex.
Secretaría de Salud. México, 1994.
Confidencialidad
Es la absoluta protección de la información personal y los asuntos
tratados en una consulta, sesión médica o de consejería dentro de un
marco ético. La confidencialidad enfatiza el derecho a la privacidad, que
es un concepto tanto jurídico como ético. Desde el punto de vista
jurídico, hace referencia a la protección legal que se le concede a un
individuo con el fin de controlar tanto el acceso a su información
personal como el uso que de ella haga.
La ética profesional exige reserva y discreción frente a la información
que se recibe en el ejercicio de la labor profesional. Si no ocurriera así,
esto es, si ocurriera una falta de confidencialidad, se puede causar daño
grave a la persona en virtud de que se violan sus derechos y se afecta al
mismo tiempo la salud pública, en virtud de que se quebranta la
confianza en los individuos que forman parte de los sistemas de salud y,
por lo tanto, en el sistema mismo; al suceder así, se impide que los
usuarios se acerquen a solicitar los servicios y que proporcionen
información veraz, favoreciendo que se mantengan ocultos problemas
que bien pueden ser del ámbito de la salud pública.
Cuando la consejería, el diagnóstico o el tratamiento de un/a paciente o
usuario/a involucra a otras personas u organizaciones que no son
propiamente personal de salud, el requisito de confidencialidad se
32
amplía a todos los individuos involucrados en dicho proceso, incluyendo
al personal educativo, administrativo o de limpieza.
En lo relativo a una prueba del VIH, implica que los datos obtenidos
conciernen sola y exclusivamente a la persona que se somete a ella, y
que no podrán ser difundidos ni utilizados sin su autorización expresa.
Para asegurar que la persona conoce su derecho a la confidencialidad, la
detección se debe ajustar al criterio del consentimiento informado o CI.
En el caso de la confidencialidad con adolescentes, es fundamental que
ésta se reafirme a partir de una alianza de trabajo con ellos, lo que
contribuirá a que se sientan seguros y puedan comunicar de la mejor
manera posible su situación o problema. Cualquier indiscreción o
comentario que genere en ellos desconfianza limitará la ayuda que
reciban y los colocará en situación de riesgo para el cuidado de su vida
sexual y reproductiva.
El personal de salud y los docentes deberán tener absoluto cuidado
al manejar la información confidencial que sea de su conocimiento, y
evitar un uso inapropiado de ella, tanto si ocurre de manera voluntaria
como involuntaria, en el ambiente escolar o el de la salud.
Bibliografía
ANTELA, ANTONIO. Manual de capacitación en el manejo integral de
personas adultas que viven con el VIH/Sida para equipos de
atención primaria y comunitarios en Latinoamérica y el Caribe.
Organización Panamericana de la Salud. Washington, 2004.
EDELWICH, JERRY y ARCHIE BRODSKY. Sexual Dilemmas for the Helping
Professional. Brunner Mazel. New York, 1991.
LIFSHITZ, ALBERTO. Los senderos del trabajo clínico. Alfil. México, 2006.
ONUSIDA. Confidencialidad y seguridad en la información. Disponible
en: http://www.unaids.org/es/KnowledgeCentre/HIVData/Confidentiality/
Consejería
La consejería es un proceso cuyo objetivo es resolver dudas e
inquietudes, apoyar en la toma de decisiones y/o favorecer la adopción
de conductas que prevengan enfermedades y mantengan la salud.
Para lograr una buena consejería se requiere de un espacio físico
adecuado, lo mismo que de suficiente privacidad para garantizar el
manejo confidencial de la información. Estas condiciones contribuirán a
33
crear un clima de confianza para que la o el usuario tenga la posibilidad
de externar todas sus inquietudes en un marco de respeto por sus
derechos. Serán cruciales para el éxito de la consejería una escucha
activa por parte del consejero y un trato respetuoso, cálido y empático.
La consejería en salud sexual y reproductiva suele abordar temas como
el embarazo no planeado, las relaciones sexuales, las infecciones de
transmisión sexual, los métodos anticonceptivos, la violencia sexual y
varios otros. En cuanto a las pruebas voluntarias para detectar el VIH, es
determinante fomentar que las personas se realicen la prueba y apoyar
la devolución de resultados dando contención al consultante. Cabe
señalar que la consejería con un enfoque preventivo será parte de una
intervención cultural en la que idealmente deben estar presentes las
creencias, los sentidos subjetivos y las prácticas del consultante.
La consejería favorecerá las capacidades y recursos propios de la o el
usuario para permitirle elaborar un plan de prevención realista y
coherente con su estilo de vida y con la posibilidad de asumirse como
sujeto de su salud. Este proceso puede convertirse en una estrategia
crucial para la atención de la salud pública.
En el caso de la consejería con adolescentes, es recomendable lograr y
mantener su confianza, brindarles información clara en función de sus
circunstancias personales, respetar sus valores y creencias y promover
su autonomía. Si la o el adolescente llega acompañada/o de su padre o
madre, se deberá aclarar al adulto el carácter privado de la sesión y las
condiciones bajo las cuales será posible compartir información, siempre
con el acuerdo de la o el adolescente.
El personal de salud y los docentes deberán promover un clima de
calidez y confianza para lograr que la consejería sea exitosa.
Bibliografía
ANTELA, ANTONIO. Manual de capacitación en el manejo integral de
personas adultas que viven con el VIH/Sida para equipos de
atención primaria y comunitarios en Latinoamérica y el Caribe.
Organización Panamericana de la Salud. Washington, D.C., 2004.
BELLAK, LEOPOLD y LEONARD SMALL. Psicoterapia breve y de emergencia.
Traducción de Mauricio González de la Garza y Bárbara
Amunategui. Revisión técnica de Santiago Ramírez. Editorial PaxMéxico, México, 1988.
CASAS, L., CLAUDIA DIDES et al. Confidencialidad de la información y
consentimiento informado en salud sexual y reproductiva.
34
Corporación de Salud y Políticas Sociales, CORSAPS. Santiago,
Chile, 2002.
EDELWICH, JERRY y ARCHIE BRODSKYU. Sexual Dilemmas for the Helping
Professional. Brunner Mazel. New York, 1991.
LIFSHITZ, ALBERTO. Los senderos del trabajo clínico. Alfil. México, 2006.
ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD Y ORGANIZACIÓN PANAMERICANA DE LA
SALUD. Guía para la Consejería y Pruebas de VIH/Sida en los
Programas de Control de Tuberculosis. Programa Regional de
Control de Tuberculosis. Washington, 2006.
Consentimiento informado (CI)
Se refiere a la toma de una decisión con pleno conocimiento y de forma
voluntaria, libre, autónoma y responsable, dada por un individuo capaz,
que habiendo recibido la información necesaria, completa, veraz y
oportuna, la ha comprendido y ha tomado una decisión sin que medien
coerción, influencias o intimidación para aceptar o rechazar su
participación en un estudio o tratamiento médico relacionado con la
salud sexual y/o reproductiva.
En el marco de la misma salud sexual y reproductiva, el derecho al
consentimiento informado, o cI, forma parte del conjunto de derechos
humanos fundamentales que incluyen el acceso a la información para
decidir el número de hijos, el uso o no de un método anticonceptivo, el
derecho a disfrutar de una vida sexual sin riesgos para la salud, y el
derecho a ser objeto de tratamientos farmacológicos o procedimientos
quirúrgicos.
El CI se ha impulsado en acuerdos y recomendaciones de conferencias
internacionales ratificadas por distintos países de la región de América
Latina y el Caribe, tales como la CEDAW (1979), la Conferencia
Internacional sobre la Población y el Desarrollo (CIPD, El Cairo, 1994) y
la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer (Beijing, 1995), entre otras.
Su propósito es asegurar que los prestadores de servicios médicos
favorezcan y respeten las decisiones de usuarias y usuarios quienes, a
su vez, tienen derecho a obtener información actualizada y completa
sobre su diagnóstico, tratamiento y pronóstico, en términos que puedan
esperarse razonablemente comprensibles. Es derecho de las/os usuarios
solicitar al prestador de servicios la información necesaria para otorgar o
negar su conformidad, antes de que se inicie cualquier prueba,
tratamiento médico, uso o aplicación quirúrgica.
35
El proceso del cI incluye la verificación por parte del proveedor de que la
o el usuario ha comprendido sus explicaciones y que sus dudas han sido
resueltas. A su vez, el usuario debe consentir de manera libre y sin
coerción tomando en cuenta sus necesidades y preferencias, o bien
disentir si lo juzga conveniente. En algunos casos, se requiere la firma
de un documento de autorización, lo que no sustituye los pasos del
proceso previamente descrito.
El personal de salud y los docentes deberán brindar la información y
propiciar que los usuarios ejerzan su derecho a elegir entre las
diferentes opciones para preservar su salud.
Bibliografía
BRENES, VICTOR, ALICIA MESA et al. El derecho al consentimiento
informado: un ejercicio en construcción. Leyes, casos y
procedimientos de queja en los servicios de planificación familiar
en México. Documento de Trabajo, No. 22, Population
Council/INOPAL III, Afluentes S.C., México, 1998.
CASAS, L., CLAUDIA DIDES et al. Confidencialidad de la información y
consentimiento informado en salud sexual y reproductiva.
Corporación de Salud y Políticas Sociales, CORSAPS. Santiago,
Chile. 2002.
CENTRO DE ESTUDIOS DE POBLACIÓN, CENEP. Recomendaciones para la
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detección del VIH a la vigilancia de la infección: Selección,
evaluación y uso. WHO/ CDS/R/ 2001. 16
WORLD HEALTH ORGANIZATION. Rapid HIV Test. Guidelines for use in HIV
Testing and Counseling Services in Resource – Constrained
Settings. 2004.
36
Convención
Con este término se designan los acuerdos multilaterales en los que
participan un gran número de países, generalmente bajo el auspicio de
organismos internacionales. Desde la perspectiva de los derechos
humanos, las convenciones se clasifican en: i) generales, cuando tratan
aspectos que competen al ámbito mundial o regional, como por ejemplo,
la Convención Americana de los Derechos Humanos; ii) específicas,
cuando se refieren a la protección de los derechos humanos en
particular, como es el caso de la Convención Internacional sobre la
Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial, y iii) de
protección de grupos, las cuales buscan salvaguardar a quienes están en
situaciones vulnerables; es el caso de la Convención de los Derechos del
Niño y la Convención Iberoamericana de los Derechos de Jóvenes.
El término convención es también sinónimo de pacto o tratado.
Los tratados o convenciones internacionales son adoptados en foros
internacionales por consenso de los Estados parte, quedando abiertos
para ser suscritos por otros países. En sí mismo, este hecho pone de
manifiesto la intención de las naciones de sumarse a ellos y
comprometerse a seguir los pasos para su ratificación.
El personal de salud y los docentes deberán comprender la
importancia de conocer el significado de las convenciones, tratados y
pactos, con el fin de exigir a los gobiernos su cumplimiento.
Bibliografía
ANAYA, ALEJANDRO, coordinador, JUAN CARLOS ARJONA et al. Glosario para el
Programa de Derechos Humanos. Universidad Iberoamericana de
la Ciudad de México y Comisión de Derechos Humanos del Distrito
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Derechos Humanos del Distrito Federal. México, D.F., 2006.
Primera Reunión de Ministros de Salud y Educación para detener el VIH
en Latinoamérica y el Caribe. 1 agosto, 2008. Secretaria de Salud,
Secretaria de Educación Pública, Secretaria de Relaciones
Exteriores. México D.F. Disponible en: www.censida.salud.gob.mx.
37
Cunnilingus
Es la práctica de estimular el clítoris y la vagina por medio de los labios
y la lengua como parte del juego sexual; esta acción, practicada por dos
o más personas, favorece la lubricación vaginal; a algunas mujeres les
produce gran placer que se les estimule el clítoris directamente con la
boca. Es un acto que despierta el deseo y confirma a la mujer su
aceptación por parte de la pareja.
Para aquellas personas que tienen actitudes conservadoras, esta
práctica puede llegar a parecerles incómoda por mostrarse
complacientes para propiciar el placer de la mujer.
Es importante tener en cuenta que el contacto con los genitales puede
permitir la transmisión de infecciones de transmisión sexual. Para evitar
que esto ocurra, el sexo oral puede realizarse con un método de barrera
como el egga-pack o con un dique de plástico que impida el contacto
directo de la boca con los genitales.
Resulta básico tener presente que el cunnilingus debe existir de mutuo
acuerdo entre las personas que lo practican, siendo otra forma de
experimentar nuevas sensaciones para alcanzar el placer.
El personal de salud y los docentes deberán tener conocimientos
sobre esta práctica, la forma como se le llama en el lenguaje popular, y
asumir que las personas la practican y disfrutan. Un punto importante
es recomendar el uso constante de medidas de prevención para evitar
contagios.
Bibliografía
CROOKS, ROBERT Y KARLA BAUR. Nuestra sexualidad. Thomson. México,
2008.
GREGERSEN, EDGAR. Costumbres sexuales. Folio. Barcelona, 1988.
LASKARIS, GEORGE. Atlas de enfermedades orales. Elsevier España 2005.
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1994.
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Barcelona, 1999.
URBIOLA, OSCAR. Gran enciclopedia del sexo. Historia ilustrada de las
prácticas sexuales. RBA Libros. Barcelona, 2006.
38
Declaración
Instrumento internacional que, a diferencia de un tratado, no genera
obligación jurídica sino moral; por ello, los Estados pueden o no incluir
sus contenidos en el marco jurídico interno que los rige. Algunas
declaraciones pueden tener la intención de crear obligaciones para la
elaboración de un tratado a futuro, o bien constituirse en obligatoriedad
a través de la costumbre internacional. Los contenidos orientadores de
las declaraciones son de suma importancia para determinar el sentido
internacional de los derechos humanos.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada en 1948,
es una clara muestra de cómo pueden condensarse las aspiraciones del
“ideal común” de todos los pueblos y naciones. La obligatoriedad de este
instrumento, sin embargo, se debate entre dos posturas: la de quienes
consideran que tiene carácter obligatorio por parte de los Estados
miembros por ser práctica internacional de derechos y libertades, y la de
aquéllos que sostienen que es vinculante exclusivamente en los casos en
que se protejan los derechos humanos que bajo ninguna circunstancia
pueden ser derogados.
Los encuentros internacionales como la IV Conferencia Mundial de la
Mujer (Beijing, 1995) y la CIPD (El Cairo, 1994), han contribuido de
manera sustancial a impulsar en todo el mundo políticas de género,
educación sexual, salud reproductiva y programas de adolescentes. A
partir de esas iniciativas se han integrado criterios como seguimiento a
los convenios o pactos.
Sin duda, la Declaración Ministerial Prevenir con Educación es una
plataforma para poner en marcha y fortalecer estrategias
intersectoriales de educación integral en sexualidad y la promoción de la
salud sexual. Tiene obligatoriedad moral por parte de los países que la
han suscrito. Algunos de los instrumentos internacionales en que se
fundamenta esta declaratoria son: la Declaración Universal de los
Derechos Humanos, la Declaración de Salud Sexual y Reproductiva del
Milenio 2001, la Declaración de Compromisos en la Lucha contra el VIHSida (UNGASS, 2001), el Pacto de los Derechos Civiles y Políticos, el
Pacto de Derechos Económicos y Sociales y otros.
El personal de salud y los docentes deberán buscar maneras para
difundir el contenido de la Declaración Ministerial Prevenir con Educación
y sensibilizar a las autoridades, estudiantes y público en general acerca
de los beneficios de la misma.
39
Bibliografía
ANAYA, ALEJANDRO, coordinador, JUAN CARLOS ARJONA et al. Glosario para el
Programa de Derechos Humanos, Universidad Iberoamericana de
la Ciudad de México y Comisión de Derechos Humanos del Distrito
Federal, México, D.F., 2005.
MESA, ALICIA, CLAUDIA SUÁREZ et al. Marco Internacional y Nacional de los
Derechos Sexuales de Adolescentes. Afluentes, A.C. y Comisión de
Derechos Humanos del Distrito Federal, México, D.F., 2006.
Primera Reunión de Ministros de Salud y Educación para Detener el VIH
en Latinoamérica y el Caribe. 1 agosto, 2008. Secretaria de Salud,
Secretaria de Educación Pública, Secretaria de Relaciones
Exteriores. México D.F. Disponible en: www.censida.salud.gob.mx.
Derechos de la infancia
Los derechos de la infancia son un conjunto de garantías, facultades y
libertades que posee cualquier persona menor de 18 años de edad, sin
importar la raza, color de piel, sexo, idioma, creencias religiosas,
opinión política, nacionalidad, situación económica o impedimento físico.
La Convención sobre los Derechos del Niño, (CDN) es uno de los
documentos más importantes que existen sobre los derechos de la
infancia; establece que todos los niños y niñas tienen derecho a no ser
discriminados, a desarrollarse plenamente, y a participar y ser
escuchados, especialmente cuando se tomen decisiones que les afecten.
Por nuestra parte, debemos tomar en cuenta que toda decisión que se
tome debe dar prioridad a su desarrollo y bienestar.
La CDN no es un documento estático: en el año 2000 se adoptaron dos
acuerdos más llamados “Protocolos facultativos”, los cuales refuerzan la
protección de la infancia en situaciones específicas; la primera sobre la
participación de los niños en los conflictos armados, y la segunda sobre
la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de los niños en
la pornografía.
Los países de la región de América Latina y el Caribe adoptaron la CDN
en 1990, y los dos protocolos en el año 2002, un hecho importante
porque al hacerlo así aceptan la responsabilidad de crear y garantizar
las condiciones necesarias para que niños y niñas ejerzan y disfruten
sus derechos. La situación de la infancia en América Latina enfrenta
grandes desafíos: tan solo en 2006, murieron 308 millones de niñas y
niños antes de cumplir los cinco años; aproximadamente el 42 por
40
ciento de los decesos ocurrieron en el primer mes de vida, a causa de
bajo peso al nacimiento, asfixia o septicemias.
La promulgación de leyes de la niñez en América Latina ocurre en la
década de los noventa en Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica,
Honduras, Nicaragua y Panamá. A partir del año 2000, se presentan
iniciativas en Argentina, Guatemala, México, Paraguay, Perú, República
Dominicana y Venezuela. Es preciso considerar que si existen leyes en
los países que vayan en contra de los derechos de la infancia
establecidos en la CDN, es responsabilidad de las autoridades modificar
esas leyes y crear nuevos medios para proteger los derechos de niñas y
niños. Cabe señalar que Chile fue el primer país en establecer, en 1979,
Servicio Nacional de Menores en Chile y el texto de Ley Orgánica.
Todos podemos contribuir responsablemente conociendo y respetando
los derechos de niños y niñas, practicando una comunicación más
abierta, cambiando las relaciones de poder por las de colaboración,
apoyándolos e impulsándonos a participar, sobre todo en la toma de
decisiones que les afectan.
Bibliografía
GAITÁN MUÑOZ, LOURDES. El espacio social de la infancia. Los niños en el
Estado de Bienestar. Comunidad de Madrid Instituto Madrileño del
Menor y la Familia. España, 1998.
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Niño, CDN. 1989. Disponible en:
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TROTTER, DUNCAN, coordinador. Haciendo lo correcto por los niños. Una
guía sobre programación de derechos del niño para profesionales.
Save the Children Suecia, Programa Regional para América Latina
y el Caribe, 2008.
UNICEF. Estado de la Infancia en América Latina y el Caribe 2008.
UNICEF, Nueva York.
Derechos humanos
Son todas aquellas facultades y libertades fundamentales inherentes a
los seres humanos por el sólo hecho de serlo, y cuyo efectivo ejercicio
es indispensable para favorecer el desarrollo integral de las personas.
Expresan el compromiso de garantizar que todos los individuos puedan
disfrutar de los bienes y libertades necesarios para vivir dignamente.
41
La defensa de los derechos humanos ha sido una muy extensa página
de la historia del mundo. Los derechos humanos son materia de
exigibilidad para la dignidad de las personas; se fundamentan en valores
tales como la igualdad, la seguridad, la vida, la libertad, el desarrollo y
la paz, entre otros.
Los derechos humanos se caracterizan por ser universales, en la medida
que se establecen para todas las personas, sin excepción. Buscan
impulsar una ética universal a partir del consenso de principios y valores
en un marco plural de culturas, creencias y sistemas sociales y
económicos.
Son también inalienables, dado que nadie puede renunciar a ellos ni es
posible que persona alguna despoje de ellos a otra.
Son indivisibles, en virtud de que todos los derechos son igualmente
necesarios para el desarrollo de una vida digna. Ningún derecho se
privilegia sobre otro para su ejercicio.
Y son históricos, por cuanto han resultado de movimientos sociales,
conflictos internacionales y transformaciones geopolíticas, tecnológicas y
culturales. Los derechos humanos se han concretado a lo largo de la
historia y en contextos y condiciones especificas.
En el ámbito de los derechos humanos se identifican tres generaciones
reconocidas por el derecho internacional: i) derechos civiles y políticos,
ii) derechos económicos, sociales y culturales, y iii)) derechos de los
pueblos.
Los Estados tienen la obligación de respetar, proteger y hacer cumplir
estos derechos, y de garantizar las condiciones para su ejercicio. A
pesar de ello, son innumerables las personas y los grupos que hoy en
día se enfrentan a la amenaza contra el ejercicio de sus derechos
humanos, de donde se vuelve indispensable que el Estado garantice su
cumplimiento y que la sociedad civil organizada impulse acciones de
monitoreo y seguimiento de tales acciones.
El personal de salud y los docentes deberán favorecer la reflexión
acerca de los derechos humanos, incluyendo los derechos sexuales y
reproductivos, destacar su dimensión y valorar y promover entre sus
alumnos y clientes conductas y prácticas cotidianas en las que se vea
reflejado su pleno ejercicio.
42
Bibliografía
COMISIÓN NACIONAL DE DERECHOS HUMANOS. Manual de derechos humanos.
Consejos elementales y consejos prácticos. CNDH y Cadenas
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PAPADIMITRIOU, GRETA, SINO CÁMARA et al. Capacidades y competencias
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Humanos del Distrito Federal. Mc Graw Hill Interamericana.
México, D.F., 2005.
OFICINA DEL ALTO COMISIONADO DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LOS DERECHOS
HUMANOS EN MÉXICO. Diagnóstico sobre la situación de los derechos
humanos en México. México, D.F., 2006.
Derechos reproductivos
Son los derechos básicos de todas las parejas e individuos a decidir libre
y responsablemente el número de hijos/as, el espaciamiento entre los
nacimientos, a disponer de la información y los medios para que ello
ocurra y a alcanzar el nivel más elevado de salud sexual y salud
reproductiva. Abarca también su derecho a adoptar decisiones relativas
a la reproducción sin sufrir discriminación, coacciones ni violencia.
Los derechos reproductivos están vinculados con la salud sexual y
pertenecen a los que se han denominado "derechos humanos de
segunda generación", que son específicamente derechos sociales y
económicos. Éstos contemplan la posibilidad de los hombres y las
mujeres de mejorar sus condiciones de vida dentro de la sociedad, en lo
económico y en lo cultural.
Los derechos reproductivos abarcan principalmente el derecho a la
autodeterminación reproductiva y a adoptar decisiones relativas a la
reproducción sin sufrir discriminación, coacciones ni violencia, de
conformidad con lo establecido en los documentos de derechos humanos
nacionales e internacionales (de la Organizaciones de Naciones Unidas y
otros tratados).
Los derechos reproductivos son una garantía individual; es obligación
del Estado, a través de las instituciones públicas de salud, que mujeres
y hombres decidan libremente cuántos hijas/os tener y cuándo y que,
sea cual fuere su decisión, el gobierno está obligado a proteger la salud
y bienestar de las personas, particularmente de la mujer adolescente,
43
joven o adulta en todos los aspectos ligados a la procreación, incluyendo
la interrupción voluntaria del embarazo y/o aborto legal.
Docentes y personal de salud deberán promover acciones y
campañas en las escuelas y los centros de salud que favorezcan el
conocimiento de los derechos reproductivos y el acceso a servicios de
calidad.
Bibliografía
CENTER FOR REPRODUCTIVE RIGHTS: http://www.reproductiverights.org
CENTRO DE DERECHOS REPRODUCTIVOS. Los derechos reproductivos a la
vanguardia. Disponible en: http://reproductiverights.org/es
FAMILY CARE INTERNACIONAL. Acción para el siglo XXI. Salud y derechos
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http://www.crr.org
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1996.
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Internacional sobre la Población y el Desarrollo. El Cairo, 5 al 13
septiembre 1994. Disponible en: http://www.cinu.org.mx
SECRETARÍA DE SALUD. Programa de Acción de Salud Reproductiva 20072012.
Derechos sexuales
El término se refiere a los derechos humanos relacionados con la vida
sexual, incluida la salud sexual y reproductiva, y la toma de decisiones
libre y responsable, sin coerción, discriminación ni violencia. Implica una
visión más amplia al favorecer relaciones igualitarias entre hombres y
mujeres, el respecto a las relaciones sexuales y la reproducción, la
integridad de las personas, el consentimiento recíproco y la voluntad
para asumir la responsabilidad del comportamiento sexual.
La Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (1994)
ha sido hasta ahora la más importante plataforma para sustentar la
construcción de los derechos sexuales, al afirmar que la salud sexual
comprende “… el disfrute de la sexualidad, el desarrollo de la vida y de
las relaciones personales, y no meramente el asesoramiento y la
atención en material de reproducción y de enfermedades de transmisión
sexual” (CIPD, párrafo 7.2). Un año después, la IV Conferencia Mundial
44
de la Mujer (Beijing, 1995) reconoció el derecho a ejercer la vida sexual
en condiciones libres de discriminación, coerción y violencia. En 2001,
las Directrices internacionales sobre el VIH/Sida y los derechos humanos
(2006), destacan la protección a los derechos de las personas con
VIH/sida para proporcionarles servicios de prevención, información y
atención, y el fortalecimiento al combate contra la discriminación hacia
las poblaciones de mayor riesgo, el respeto a la vida privada, la
confidencialidad y la ética en la investigación sobre seres humanos.
Hablar acerca de los derechos sexuales es relativamente reciente, sobre
todo en el ámbito de las Naciones Unidas, dado que ha sido un concepto
polémico por la oposición de los grupos fundamentalistas. Los derechos
sexuales son una construcción histórica en la que ha sido decisiva la
participación de los movimientos feminista, al igual que lésbico, gay,
bisexual, travestista, transgenérico, transexual e intersexual (LGBTTTI)
y los movimientos y redes juveniles.
Los derechos sexuales buscan el reconocimiento de las personas para
que puedan tomar decisiones sobre su integridad corporal y actividad
sexual, y asimismo la igualdad y respeto a la diversidad cultural y
sexual. El avance se centra en no subordinar la sexualidad a la
reproducción, en posicionar a niñas, niños, adolescentes, mujeres y
hombres como sujetos con derechos a acceder a la educación sexual, a
servicios de salud, a información científica y a la no discriminación por
edad, sexo y orientación sexual.
En América Latina ha habido esfuerzos por impulsar los derechos de los
adolescentes, cuya conquista representa todavía un reto en nuestros
días. En Uruguay, el Programa Nacional de Educación Sexual aborda
desde el año 2006 el tema del acceso de niños y adolescentes a la
educación de la sexualidad y la titularidad de sus derechos sexuales y
reproductivos. En el mismo país se viene realizando en 2009, la
campaña Las decisiones sobre tu cuerpo, tu salud y tu vida te
pertenecen. Son tus derechos, hacélos valer, que tiene como objetivo
impulsar la reflexión sobre la agenda de la salud y los derechos sexuales
y reproductivos.
En el caso de Perú, la organización civil INPARES propone 14 derechos
sexuales desde la perspectiva de los jóvenes. Se citan algunos a
continuación.
Derecho a decidir de forma libre sobre mi cuerpo y mi sexualidad.
Somos libres de tomar decisiones sobre nuestra imagen física e
45
identidad sexual, sin que esto signifique que seamos juzgados,
discriminados o excluidos.
Derecho a ejercer y disfrutar plenamente mi vida sexual. Somos libres
de expresar nuestra sexualidad como mejor nos haga sentir, sin
que nadie se aproveche, trate de explotarnos o abusar de
nosotros.
Derecho a manifestar públicamente mis afectos. Somos libres de
expresar nuestra afectividad en los espacios públicos y privados, si
temor a ser reprendidos, cuestionados, discriminados o excluidos.
Derecho a decidir con quién compartir mi vida y mi sexualidad. Somos
libres a elegir con quién y de qué forma queremos vivir, libres de
toda imposición y coacción.
Derecho a usar anticoncepción de emergencia. Somos libres de elegir
esta opción de forma informada como cualquier avance científico
que asegure nuestra salud sexual reproductiva y que facilite la
apropiación del cuerpo.
Derecho al respeto de mi intimidad y mi vida privada. Somos libres de
hacer todo aquello que nos haga sentir bien, solos, solas o
acompañados, sin interferencia de ningún juicio ajeno a nosotros.
Derecho al orgasmo. Somos libres de buscar la satisfacción máxima con
nuestras relaciones sexuales, libres de cualquier creencia,
mandato social o condición física.
Derecho a la participación de las políticas públicas sobre sexualidad.
Somos libres de intervenir en cualquier espacio público cuyas
decisiones influyan de forma parcial o colectiva a cualquier aspecto
de nuestra sexualidad
En México, las organizaciones civiles, las redes y los grupos de jóvenes
progresistas se han empeñado en un importante esfuerzo por lograr la
incorporación de los derechos sexuales en las políticas públicas dirigidas
a adolescentes, jóvenes, niñas y niños. Uno de tales esfuerzos, de los
más importantes, es la campaña “Hagamos un hechos nuestros
derechos” y la emisión de la Cartilla de los Derechos Sexuales y
Reproductivos de los Jóvenes, impulsada por organizaciones de la
sociedad civil con el aval de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Algunos de los derechos propuestos en esta cartilla son semejantes a los
citados por INPARES; otros son complementarios.
Derecho a la educación sexual. La educación sexual es necesaria para el
bienestar físico, mental y social, y para el desarrollo humano; de
ahí su importancia para las y los jóvenes. Tengo derecho a una
educación sexual sin prejuicios que fomente la toma de decisiones
libre e informada, la cultura de respeto a la dignidad humana, la
igualdad de oportunidades y la equidad.
46
Derecho a la libertad reproductiva. Las decisiones sobre mi vida
reproductividad forman parte del ejercicio y goce de mi
sexualidad. Como mujer u hombre joven tengo derecho a decidir
de acuerdo con mis deseos y necesidades, tener o no hijos,
cuántos, cuándo y con quién. El Estado debe respetar y apoyar
mis decisiones sobre mi vida reproductiva, brindándome la
información y los servicios de salud que requiero, haciendo
efectivo mi derecho a la confidencialidad.
Derecho a la igualdad de oportunidades y a la equidad. Las mujeres y
los hombres jóvenes, aunque diferentes, somos iguales ante la
ley. Como joven, tengo derecho a un trato digno y equitativo y a
gozar de las mismas oportunidades de desarrollo personal
integral. Nadie, bajo ninguna circunstancia, debe limitar,
condicionar o restringir el pleno goce de todos mis derechos
individuales, colectivos y sociales.
Derecho a los servicios de salud sexual y a la salud reproductiva. La
salud es el estado de bienestar físico, mental y social de las
personas. Tengo derecho a recibir los servicios de salud sexual
gratuitos, oportunos, confidenciales y de calidad. El personal de
los servicios de salud pública no debe negarme información o
atención bajo ninguna condición y éstas no deben ser sometidas a
ningún prejuicio.
Por otro lado, la Asociación Mundial de Salud Sexual, en el Congreso
Mundial de Valencia de 1997, dio a conocer su Declaración de Derechos
Sexuales, que fue aprobada dos años más tarde en el Congreso Mundial
de Sexología que se llevó a cabo en Hong Kong, China. En dicho
pronunciamiento se destacan los siguientes derechos:
Derecho a la libertad sexual. Comprende la posibilidad de la plena
expresión del potencial sexual de los individuos. Excluye toda
forma de coerción, explotación y abusos sexuales.
Derecho a la equidad sexual. Se refiere a la oposición a todas las formas
de discriminación, independientemente del sexo, género,
orientación sexual, edad, raza, clase social, religión, limitación
física y emocional.
Derecho a la libre asociación sexual. Significa la posibilidad de contraer
o no matrimonio, de divorciarse y de establecer otros tipos de
asociaciones sexuales responsables.
El personal de salud y los docentes deberán informar a sus clientes y
alumnos acerca de los derechos sexuales y favorecer su difusión
mediante foros y eventos con la población, para contribuir a visibilizar
47
tanto los derechos como los procedimientos necesarios para denunciar
su violación.
Bibliografía
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México, D.F., enero de 2005.
CORREA, SONIA. Aportes para el debate. Los derechos sexuales y
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INPARES. Manual fuerza joven; prohibido para mayores. Inpares, Perú, S/F.
MESA, ALICIA, CLAUDIA SUÁREZ et al. Marco Internacional y Nacional de los
Derechos Sexuales de Adolescentes. Afluentes, S.C. y Comisión de
Derechos Humanos del Distrito Federal. México, D.F., 2006.
OFICINA DEL ALTO COMISIONADO DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LOS DERECHOS
HUMANOS Y ONUSIDA. Directrices internacionales de VIH/sida y
derechos humanos. Versión 2006. Francia, 2007.
PAN AMERICAN HEALTH ORGANIZATION. Promotion of Sexual Health.
Recommendations for Action. Guatemala, 2000.
Discriminación
En su acepción más común, se refiere al trato inferior que recibe una
persona o colectividad por motivos raciales, políticos, religiosos y otros.
Es, entonces, la negación, exclusión, restricción por motivos de raza,
género, edad, religión, posición política, orientación sexual, económica o
social, que tenga por objeto anular o menoscabar el ejercicio de los
derechos humanos y las libertades fundamentales de cualquier persona
o grupo.
La discriminación es un acto ilegítimo, en la medida en que reproduce
una percepción desvalorizada de las personas a través de acciones y
hechos que degradan al otro. Pone de manifiesto una distinción injusta,
sin motivo y arbitraria. Las formas en que la discriminación se
manifiesta pueden ser sumamente heterogéneas, a través de actitudes
y conductas individuales, o de prácticas sociales e institucionales que en
forma intencionada dan un trato de inferioridad, inmerecido y arbitrario
a personas o grupos sociales que consideran que tienen poco valor. Se
consideran como actitudes discriminatorias la homofobia, la xenofobia y
el antisemitismo en cualquiera de sus manifestaciones.
48
Citamos el caso de México, entre otros países de la región, donde el
artículo 1 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos fue
reformulado en el año 2001 para prohibir todo tipo de discriminación.
Esta problemática se hace presente en otros países de la región de
América Latina, como es el caso de la discriminación por género hacia la
mujer en Chile y Ecuador y la discriminación por orientación sexual en el
caso de Honduras.
El personal de salud y los docentes deberán estar atentos para
favorecer en las y los adolescentes el derecho a la información, conocer
el marco legal de cada país e identificar el procedimiento a seguir ante
situaciones de discriminación para su tratamiento cuando sean
denunciadas.
Bibliografía
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GUTIÉRREZ JOSÉ L. Educación. Formación Cívica y Ética. Ediciones Cal y
Arena. México, 2007.
Disfunciones sexuales
Las disfunciones sexuales se conocen también como disfunciones
eróticas. Son síndromes recurrentes que afectan de manera negativa y
persistente la vida erótica de hombres y mujeres.
Para su evaluación clínica se emplea el modelo conocido como curva de
la respuesta sexual humana, o RSH. Este modelo fue originalmente
propuesto por Masters y Johnson (1966) y consistía de cuatro fases:
excitación, meseta, orgasmo y resolución. Posteriormente, Helen Kaplan
(1974) planteó una RSH bifásica (vasocongestión y mioclonia) que con el
paso del tiempo (1979) transformó en trifásica: deseo, excitación y
orgasmo. En la actualidad se emplea una RSH de seis fases: deseo,
excitación, meseta, orgasmo, resolución y período refractario. Los
terapeutas sexuales siguen considerando útil la curva trifásica de Kaplan
porque la mayoría de las disfunciones eróticas son clasificables bajo ese
49
modelo. Son ejemplos la inhibición del deseo, la disfunción eréctil y la
anorgasmia.
Las disfunciones pueden ser primarias cuando siempre han existido,
secundarias si aparecen después de un periodo de desempeño sexual
adecuado, y situacionales cuando sólo se manifiestan bajo determinadas
circunstancias. Sus determinantes pueden encontrarse en una variedad
de niveles de la naturaleza humana, desde la constitución biológica,
hasta la naturaleza psicológica y el ambiente social y cultural ante el
erotismo.
Experimentar una disfunción sexual es una situación que genera miedo
e incertidumbre en la persona; muchas veces, la influencia de factores
culturales hace que se padezcan en silencio, pues al estar relacionadas
con la vida íntima y privada no se busca ayuda adecuada para conocer
la causa de la disfunción y posibilitar un tratamiento. A menudo
deterioran la autoimagen y la autoestima de las personas e impiden el
desarrollo de una vida erótica plena.
El personal salud y los docentes deberán promover la búsqueda de
orientación y atención profesional sexológica, médica o psicológica, así
como la comunicación en pareja como factores importantes para el
ejercicio sano y responsable de la sexualidad.
Bibliografía
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__________ y M. J. DÍAZ. PAC PSIQUIATRÍA-1 Manejo clínico de la
problemática sexual. A3. Intersistemas. México 1997.
Diversidad sexual
Al hablar de diversidad sexual nos referimos a la pluralidad de prácticas
y creencias que determinan la expresión sexual de las personas en sus
culturas; a las diferentes formas de amar, de relacionarse sexualmente
y a las manifestaciones del género tales como: heterosexualidad,
homosexualidad masculina, lesbiandad, bisexualidad, transexualidad,
transgeneridad, intersexualidad, travestismo y otras. Esta diversidad se
refiere a los aspectos erótico-amorosos de nuestras vivencias, que van
mucho más allá de la genitalidad.
La diversidad sexual asegura un continuum de conductas, donde un
elemento no tiene un valor más fundamental que cualquier otro; por
contraste, en otros sistemas lo piramidal transgrede la verticalidad de lo
bueno y lo malo.
Para entender este concepto es necesario revisar el que de la sexualidad
tenemos. Esto quiere decir que si consideramos a la sexualidad como un
proceso sociocultural, capaz de ser modificado en función del contexto,
la diversidad, entonces, se expresará en el tiempo a partir de las formas
de relación y de los valores y significados prevalecientes en un momento
y contexto particular. En nuestras sociedades, la heterosexualidad ha
sido construida como una norma, existiendo todavía problemas para
aceptar otras formas de expresión de la sexualidad.
El concepto de diversidad sexual es también político, en virtud de que
cuestiona el orden sexual y de género que predomina, condensando la
aspiración de una sociedad hacia la no discriminación y la garantía de la
equidad para las diferentes variantes de la existencia sexual, de género
51
y erótica. Implica también el reconocimiento del significado y relación
con el cuerpo desde las tradiciones y valoraciones culturales y religiosas.
Puede afirmarse que la diversidad sexual no podrá comprenderse si no
se contempla la diversidad cultural.
El personal de salud y los docentes, habrán revisar, y en su caso
modificar, actitudes fóbicas; realizar acciones para promover la no
discriminación y sí la inclusión de las distintas orientaciones sexuales, y
fomentar un ambiente de respeto hacia la diversidad en cualquiera de
sus ámbitos.
Bibliografía
ALTMAN, DENNIS. Sexo global. Océano. México, 2006.
CÓRDOBA, DAVID, JAVIER SAEZ y PACO VIDARTE, editores. Teoría Queer.
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WEEKS, JEFFREY. El malestar de la sexualidad. Significados, mitos y
realidades modernas. Talasa. Madrid, 1993.
Educación integral en sexualidad
La educación integral en sexualidad busca un enfoque holístico basado
en el marco de los derechos humanos. Reconoce que la información en
sí misma es importante, si bien insuficiente, por lo que trata de vincular
los conocimientos, las aptitudes esenciales para la vida, el desarrollo de
actividades, y actitudes y valores positivos para el ejercicio de una
sexualidad física y emocionalmente placentera, pero también
responsable, sea que se refiera a una persona o a una colectividad. Este
proceso implica conocimientos, actitudes y habilidades que requieren
aprendizajes significativos en los educandos, a partir no sólo de los
elementos cognoscitivos, sino también y sobre todo de la construcción
de ideas y la expresión de sentimientos.
Desde este marco, todas las personas son seres sexuados que
construyen su sexualidad de forma subjetiva, a partir de sus cuerpos,
52
viéndose influidos por factores sociales, culturales, económicos y
políticos.
Los principales canales que ponen en marcha el proceso de enseñanzaaprendizaje de la educación integral en sexualidad son la familia, la
escuela, los amigos, las instituciones de salud y de desarrollo social, los
medios de comunicación, las iglesias y el Estado.
La educación integral en sexualidad considera la promoción de los
derechos sexuales, la ciudadanía sexual, el impulso a la equidad entre
hombre y mujeres, el fomento a la salud sexual, la responsabilidad ante
la reproducción, el placer, el respeto a la diversidad, la eliminación de
toda forma de violencia, e igualmente la necesidad de evitar la
discriminación, el abuso sexual y las actitudes racistas y sexistas.
La educación integral en sexualidad debe basarse en la evidencia
científica, en el marco de los derechos humanos y en el respeto a los
valores de una sociedad democrática y pluralista en cuyo seno se
desarrollan las familias y las comunidades, a fin de generar el respeto a
las diferencias, el rechazo a cualquier forma de discriminación y la
promoción de la toma de decisiones responsables e informadas acerca
de la sexualidad.
Esta educación es una responsabilidad común que atañe a las familias,
las escuelas, los profesionales, las organizaciones religiosas, las
instituciones de salud y los medios de comunicación, entre otros.
El derecho a la educación sexual es parte de un derecho humano más
amplio: el derecho a la educación, tal y como se expresa en la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, que confiere a toda
persona la posibilidad de recibir instrucción básica. Así también, este
derecho está plasmado en los resolutivos de la Conferencia Internacional
sobre la Población y el Desarrollo, cuyo Programa de Acción señala que
la educación sexual se deberá impartir en las escuelas, la comunidad, la
familia y en la educación no formal. Enfatiza la necesidad de desarrollar
programas preventivos que promuevan el respeto entre los sexos, una
conducta sexual responsable y otros.
El Estado está obligado a garantizar el derecho a la educación integral
en sexualidad, según lo establece la Declaración Ministerial Prevenir con
Educación signada por los representantes de las áreas de salud y
educación de los gobiernos de 33 países de América Latina y el Caribe.
53
El personal de salud y los docentes, con base en la Declaración
mencionada, estarán obligados a poner en marcha acciones que
promuevan la educación integral en sexualidad en sus espacios de
incidencia y proponer, asimismo, actividades de formación profesional
en torno a dicho tema.
Bibliografía
BARRIOS MARTÍNEZ, DAVID. Educación sexual y crítica a la tecnología
educativa. Someshi. México, 2003. Documento inédito.
CERRUTI, STELLA. La educación sexual en el contexto de la salud integral
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Secretaria de Educación Pública, Secretaria de Relaciones
Exteriores. México D.F. Disponible en: www.censida.salud.gob.mx
SIECUS, Desarrollo de pautas para la educación integral en sexualidad.
Disponible en: www.siecus.org/pubs/guidelines/guideintl.pdf
Educación para la salud
La Organización Mundial de la Salud señala que “la educación para la
salud aborda no solamente la transmisión de información, sino también
el fomento a la motivación, las habilidades personales y la autoestima,
necesarias para adoptar medidas destinadas a mejorar la salud. La
educación para la salud incluye no sólo la información relativa a las
condiciones sociales, económicas y ambientales subyacentes que
influyen en la salud, sino también la que se refiere a los factores de
riesgo y comportamientos de riesgo, además del uso del sistema de
asistencia sanitaria. Es decir, la educación para la salud supone
comunicación de información y desarrollo de habilidades personales que
demuestren la viabilidad política y las posibilidades organizativas de
diversas formas de actuación dirigidas a lograr cambios sociales,
económicos y ambientales que favorezcan la salud.” ( OMS 1998:13,14)
La educación para la salud es un componente de la promoción de la
salud. Su eje es proporcionar información a las personas para que se
apropien del conocimiento y lo puedan utilizar de una manera asertiva
54
en un problema específico de salud. Se subraya la prevención y se
concentra en los procesos de aprendizaje que lleven a fortalecer la
autonomía.
La escuela es un espacio propicio para construir la cultura de la
prevención, en la medida que permite influir sobre el comportamiento
en los estilos de vida de niños y niñas.
La estrategia denominada “Escuela y salud” tienen como eje rector la
creación de una nueva cultura a través del desarrollo de competencias
para modificar los determinantes que influyen sobre la salud individual,
familiar y colectiva, el acceso a servicios de prevención, la construcción
de entornos favorables a la salud y la participación social en estrategias
que mejoren las condiciones de salud en el espacio escolar. Las
estrategias deberán impulsar la corresponsabilidad entre distintos
actores: maestros, directivos, padres y madres de familia, así como
autoridades federales y estatales, en la medida que contribuyan a
responder y resolver las necesidades de la comunidad educativa.
El personal de salud y los docentes deberán fomentar que las
clínicas, hospitales y escuelas sean un espacio que promueva el
cumplimiento de los derechos de niñas, niños y adolescentes para ser
respetados, cuidar su salud, alimentarse lo mejor posible y tener una
salud mental adecuada.
Bibliografía
LEÓN, GILDA, MARTHA LIRIO et al. Manual para el maestro del Programa
Escuela y Salud. Desarrollando competencias para una nueva
cultura de la salud. Contenidos y estrategias didácticas para
docentes. Primera edición, México, D.F., 2008.
ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD. Promoción de la Salud. Glosario.
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SECRETARÍA DE SALUD. SUBSECRETARÍA DE PREVENCIÓN Y PROMOCIÓN DE LA SALUD.
Programa de Acción Específico 2007-2012. Escuela y salud.
México, D.F., 2008.
DE
Embarazo
Se denomina embarazo, gestación o gravidez al proceso biológico que
transcurre entre la implantación del óvulo fecundado (zigoto) en la
matriz y la expulsión del producto de dicha gestación. Este proceso
55
termina en el momento del parto y el puerperio, o en el caso de que
ocurra un aborto.
Comprende todos los procesos fisiológicos, metabólicos e incluso
morfológicos que experimenta el cuerpo de la mujer y que favorecen el
crecimiento de la matriz para proteger, nutrir y permitir el desarrollo del
feto; entre estos cambios se encuentran la interrupción de los ciclos
menstruales y el aumento de tamaño de las mamas en preparación para
la lactancia. El embarazo, sin embargo, puede también poner en riesgo
la salud y la vida de la mujer, particularmente de las adolescentes, que
tienen mayores probabilidades de experimentar embarazos de alto
riesgo.
La falta de educación sexual, de prevención, de uso de métodos
anticonceptivos modernos y el inicio temprano de la vida sexual en
mujeres adolescentes, pueden dar como consecuencia un embarazo
precoz o temprano, que puede ser no planeado o no deseado.
El embarazo humano dura aproximadamente 40 semanas contadas a
partir del primer día de la última menstruación, o 38 desde la
implantación (aproximadamente nueve meses). El primer trimestre es el
momento de mayor riesgo de aborto espontáneo. El inicio del tercer
trimestre se considera el punto de viabilidad del feto; aquél a partir del
cual puede sobrevivir fuera de la matriz sin soporte médico. En la
especie humana, las gestaciones suelen ser únicas, aunque pueden
producirse embarazos múltiples (gemelares).
El puerperio normal es el proceso que se inicia al término de la
expulsión del recién nacido, el saco gestacional y la placenta, y finaliza
cuando los órganos genitales maternos (reproductivos) regresan a su
estado normal. Su duración aproximada es de seis semanas o 42 días.
El embarazo no planeado es aquél que se presenta sin haberse
premeditado, como consecuencia de una relación coital no protegida, un
accidente anticonceptivo o el uso inadecuado de un método
anticonceptivo.
El embarazo no deseado es el que ocurre en un momento poco propicio
o se presenta en una mujer que ya no quiere reproducirse.
El personal de salud y los docentes deberán promover la educación
sexual, la educación para la salud y la prevención de los embarazos no
deseados o no planeados a través del uso consistente de los métodos
anticonceptivos modernos.
56
Bibliografía
ALLER, JUAN Y GUSTAVO PAGÉS, editores. Obstetricia Moderna. McGraw Hill.
3ª. edición. México.
BEREK I. ADAMS, PAULA. Ginecología de Novak. McGraw Hill e
Interamericana. 13ª. edición, México, 2003
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MCARY, JAMES LESLIE Y STEPHEN P. MCARY et al. Sexualidad humana. El
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de atención. 1ª edición. México. 2001
WORLD HEALTH ORGANIZATION. Standards for Maternal and Neonatal Care
developed by the Department of Making Pregnancy Safer, WHO,
2002.
Empoderamiento
Es la capacidad de las personas de alcanzar su pleno potencial dentro de
la sociedad y de configurar su propio estilo de vida en función de sus
aspiraciones. El proceso implica cambiar las relaciones de poder
existentes y las fuerzas que marginan a la mujer y a otros sectores
desfavorecidos de la sociedad. Significa dar poder o conceder a alguien
el ejercicio del poder.
El empoderamiento de las mujeres es un proceso mediante el cual ellas
transitan de una situación de opresión dada –que puede ser de
desigualdad, discriminación, explotación o exclusión- a un estadio de
conciencia, autodeterminación y autonomía, mismo que se manifiesta en
el ejercicio del poder democrático que emana del goce pleno de sus
derechos y libertades.
57
Aparece como una estrategia cuyo objetivo es avanzar hacia el cambio
de vida de las mujeres y generar un proceso de transformación de las
estructuras sociales y políticas, particularmente en los imaginarios
sociales sobre la relación de la mujer con el poder. Como práctica para
el feminismo implica una alteración radical de los procesos que
reproducen la posición subordinada de las mujeres como género. Como
concepto de la teoría y práctica del feminismo tiene un enorme potencial
para ser utilizado en la planificación del desarrollo, de manera que se
garantice que las necesidades de las mujeres sean abordadas. Para ello,
el concepto tiene que definirse con precisión tanto en los términos que
constituyen el poder como en las especificidades del proceso. Sólo así
representará un concepto útil como herramienta de análisis y para la
planificación.
Los personal de salud y los docentes deberán ser sensibles para
reconocer que cuando respetan las necesidades de información y la
toma de decisiones de las y los usuarios de los servicios sanitarios
estarán contribuyendo a su empoderamiento. En el caso de los
docentes, deberán promover en las/os estudiantes habilidades para el
ejercicio ciudadano, dándoles a conocer sus derechos y generando el
dialogo en las aulas.
Bibliografía
CAZÉS, DANIEL. La perspectiva de género. UNAM, Centro de
Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades,
Consejo Nacional de Población e Instituto Nacional de las Mujeres.
México, 2005.
GARCÍA, EVANGELINA. Políticas de Igualdad, Equidad y Gender
Mainstreaming ¿De qué estamos hablando? Marco Conceptual.
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). San
Salvador, 2008.
Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia,
Artículo 5, inciso X. Diario Oficial de la Federación, México,
febrero, 2007.
Enfoque o perspectiva de género
Se trata de una visión científica, analítica y política sobre las mujeres y
los hombres. Propone eliminar las causas que dan origen a la opresión
de género, como son la desigualdad, la injusticia y la jerarquización de
las personas basada en el género. Promueve la igualdad entre los
58
géneros a través de la equidad, el avance y el bienestar de las mujeres;
la igualdad de derechos y las mismas oportunidades para acceder a los
recursos económicos y a la representación política y social en los
ámbitos de toma de decisiones. En tal sentido, resulta indispensable dar
nuevos significados a los conceptos tradicionales de feminidad y
masculinidad, renovar la vieja masculinidad patriarcal y transformar
equitativamente los vínculos inter-genéricos para avanzar, juntos, hacia
la equidad en la diferencia.
El enfoque o perspectiva de género significa incluir el concepto de
género en las acciones desarrolladas tanto en el ámbito práctico de las
políticas públicas como en el campo teórico de la producción de
conocimiento, analizando las condiciones desiguales de repercusión y
apropiación por parte de varones y mujeres dadas las diferencias y
jerarquías de género. Aplicar el enfoque de género implica tener
presente la condición de subordinación y exclusión de las mujeres con el
objetivo de realizar acciones que garanticen su visibilidad y
emancipación.
El personal de salud y los docentes deberán impulsar la
incorporación de la perspectiva de género a través de estrategias
diversas; por ejemplo: i) incorporando información sobre estos temas
en la/s asignatura/s ó áreas de trabajo, o mediante el análisis de textos
al observar cuáles son los estereotipos de hombres y mujeres que se
están destacando; ii) aplicando un instrumento observación para
conocer cómo se establecen las relaciones entre docentes y alumnos
que reproducen roles y prácticas discriminatorias, para modificar las
relaciones entre pares y la autoridad educativa o de salud; iii)
elaborando un diagnóstico dentro de la escuela ó el centro de salud, que
aborde las relaciones de género considerando como variables las
relaciones horizontales alumno-alumno, maestro-alumno, alumnomaestro, maestro-maestro, institución-alumno, así como entre el
personal de la escuela y las familias de los alumnos.
Los resultados de un diagnóstico como el que se propone permitirían
instrumentar estrategias de trabajo conjunto y participativo: i)
promoviendo la conformación de redes virtuales de docentes y personal
de salud para organizar acciones orientadas a la sensibilización y
captación de otros colegas y de la comunidad en general; ii)
organizando actividades como conferencias, pláticas, seminarios o a
través de concursos de trabajos, ensayos, artículos, trabajo
comunitarios y otras acciones que se consideren pertinentes.
59
Bibliografía
LAMAS, MARTA. Cuerpo: diferencia sexual y género. Taurus. México, 2005.
MÓDENA, MARÍA EUGENIA y ZUANILDA MENDOZA. Géneros y generaciones.
Population Council y Edamex. México, 2001.
PEREDA ALFONSO, ALICIA. Programa Género y Equidad. FLACCSO, Santiago
de Chile, 2008.
Epidemia
El término se refiere a una enfermedad, infección o similar, que se
propaga amplia y rápidamente por un territorio afectando a gran
número de personas. La definición de una epidemia es subjetiva y
depende en gran parte de lo que es “previsible”. Cuando la propagación
de una enfermedad o infección queda restringida a un sitio se le
denomina brote; pero si su alcance es más general, por ejemplo un
país, se le considera una epidemia; por añadidura, si su alcance es
mundial el término a usar es pandemia. Ejemplo de esto puede ser la
epidemia del VIH que se describe cada vez más como pandemia.
Los estudios epidemiológicos nos permiten conocer los comportamientos
y tendencias que puede mostrar una enfermedad o infección. En el caso
del VIH podemos saber, por ejemplo, cuántas nuevas infecciones se
presentan, en qué regiones del mundo existen mayor o menor número
de casos, y su frecuencia. Tales datos sirven para diseñar políticas y
estrategias que permitan de una forma más eficaz prevenir nuevas
infecciones y atender las ya existentes.
Desde 1998, ONUSIDA, que es la agencia de las Naciones Unidas que
promueve la acción mundial contra el sida, viene publicando con
periodicidad anual el informe Situación de la epidemia del sida. En su
edición de 2007, el informe plantea que las tendencias mundiales y
regionales sugieren que la epidemia ha formado dos patrones generales:
i) epidemias generalizadas, que se presentan en la población general de
muchos países de África subsahariana y ii) epidemias concentradas, que
ocurren en el resto del mundo y donde los casos del VIH se concentran
principalmente en poblaciones específicas, como son las de los hombres
que tienen sexo con hombres, trabajadoras/es del sexo y sus parejas
sexuales, y usuarias/os de drogas inyectables. El informe ofrece
también, entre otros datos, los referentes a las estimaciones más
recientes y su costo en vidas humanas.
60
El comportamiento de la epidemia tiene características propias en cada
región, y conocerlas será de gran utilidad para diseñar estrategias según
las necesidades reales de cada una de ellas, a fin de aprovechar mejor
los recursos.
El personal de salud y los docentes tendrán como uno de sus
objetivos básicos promover acciones preventivas y, en la medida de sus
posibilidades, frenar los avances de la epidemia del modo más eficaz a
su alcance.
Bibliografía
ONUSIDA. Orientaciones terminológicas del ONUSIDA, 2007. Disponible
en:
http://data.unaids.org/pub/Manual/2007/jc1336terminologyguide_es.pdf
ONUSIDA. Situación de la epidemia mundial de sida. 2008. Disponible
en:
www.unaids.org/es/KnowledgeCentre/HIVData/GlobalReport/2008
/2008_Global_report.asp
Erección
Incremento transitorio e involuntario de la firmeza y longitud del pene,
provocado por la acumulación de sangre en los cuerpos cavernosos y en
el cuerpo esponjoso, lo que facilita la penetración vaginal o anal.
La erección es parte de la fase de excitación de la respuesta sexual
humana ante estímulos físicos o psicológicos provocados por los juegos
sexuales, los sueños o la masturbación, si bien una erección puede
ocurrir en respuesta a mecanismos fisiológicos reflejos que no
necesariamente incluyen la excitación sexual. En ocasiones, los varones
experimentan erecciones nocturnas llegando incluso a eyacular; este
hecho se conoce como polución nocturna.
La frecuencia de las erecciones varía según la edad, la actividad sexual
y el estado emocional de la persona; juega un rol primordial en la vida
sexual de los varones. Entre los factores que pueden llegar a inhibir la
erección y, por ende, influir en el desempeño sexual masculino se
pueden mencionar los sentimientos de miedo, ira, culpa, ansiedad,
enojo o vergüenza, además de la calidad o dificultad del vínculo de
pareja que se establezca. El proceso fisiológico de la erección se ve
61
afectado también, de forma negativa, por complicaciones de
padecimientos orgánicos tales como diabetes mellitus, hipertensión
arterial, trastornos en lípidos, depresión y complicaciones de cirugía
prostática, entre otros.
Cuando se habla de erección, es común que se le asocie con una
reacción masculina; sin embargo, desde la sexología se habla también
de la erección femenina, que se presenta al agrandarse y endurecerse el
clítoris como producto de la excitación sexual que acompaña las
sensaciones placenteras.
El personal de salud y los docentes, deberán propiciar la reflexión
acerca de las falsas creencias en torno a la erección (tamaño del pene,
alimentos afrodisiacos y otros), y cómo es que ellas influyen sobre la
sexualidad y la actividad sexual de las personas.
Bibliografía
BARRIOS MARTÍNEZ, DAVID. La molécula que revoluciona la sexualidad. Ed.
Alfil. México, 2007.
DRAKE, RICHARD L. et al. Gray anatomía para estudiantes. Ed. Elsevier,
España, 2005.
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Ed. Morata. 1982.
RUBIO EUSEBIO Y M. J. DÍAZ . (1997) PAC PSIQUIATRÍA-1 Manejo clínico de
la problemática sexual. A3. Intersistemas. México 1997.
Erotismo
Es la potencialidad humana de generar y compartir una especial forma
de placer: la que emana del deseo, la excitación y el orgasmo. Incluye
los fenómenos sensoriales, subjetivos, cognitivos e ideológicos que lo
conforman y circundan.
El erotismo es una construcción permanente, resultado de procesos
complejos en los que intervienen las relaciones interpersonales
moldeadas culturalmente, tanto como las experiencias sensoriales que
activan la respuesta genital y corporal. Sus orígenes son la estimulación
de las zonas erógenas y las fantasías sexuales, y está regido por el
principio del placer; su expresión primordial ocurre a través del lenguaje
del cuerpo, aunque también es posible verbalizarlo. El erotismo
transcurre en el escenario de la representación, ya que se refiere a las
62
construcciones mentales y a las simbolizaciones; por todo ello, es una
característica eminentemente humana.
Toda expresión erótica se vincula fuertemente a la biografía de la
persona, en especial a sus relaciones tempranas; puede afirmarse que
la capacidad para el placer erótico se genera en el contacto cuerpo a
cuerpo con la madre que ocurre al iniciar la vida; tiene relación,
asimismo, con las actitudes de los padres hacia los genitales, hacia la
masculinidad y la feminidad, y hacia los aspectos reproductivos que
serán una forma de transmitir la aceptación o el rechazo, la comodidad
o el disgusto. El erotismo se vive de manera diferente en cada etapa de
la vida, y dependiendo de las necesidades afectivas, cada persona
configurará su forma de relación con los demás.
Al ser un tema íntimo eminentemente, pero de gran interés para todos
los seres humanos, se le debe abordar de manera natural y abierta,
considerando también la subjetividad de sus expresiones.
El personal de salud y los docentes deberán abordar las diversas
formas de manifestación del erotismo y analizar aquellos textos,
fotografías y pinturas que lo presenten como parte de la naturaleza
humana.
Bibliografía
ARNOTT, STEPHEN. Sexo. Manual del usuario. Editorial Vergara. Barcelona,
2003.
BARRIOS MARTÍNEZ, DAVID. En las alas del placer. Cómo aumentar nuestro
goce sexual. Pax-México. México, 2005.
KOMISARUK,BARRY, CARLOS BEYER-FLORES et al. La ciencia del orgasmo. La
naturaleza humana y los mecanismos del placer. Paidós. México,
2008.
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relación amorosa. Ediciones Libertarias/Prodhufi. Lerida, España,
1996.
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en: CONAPO, Antología de la Sexualidad Humana, Vol. 1,
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SANZ, FINA. Psicoerotismo femenino y masculino. Kairos. Barcelona,
2003.
63
Esperma o semen
Líquido viscoso y blanquecino producido por las glándulas sexuales
masculinas. Está compuesto en más de 90 por ciento de líquido seminal
y menos de 10 por ciento de espermatozoides. En una eyaculación, el
volumen promedio de semen que se expulsa es de 3 a 5 mililitros, con
un contenido aproximado de entre 100 y 300 millones de
espermatozoides.
La producción del semen comienza en la pubertad y dura toda la vida
del varón. Entre otros elementos, contiene fructuosa, potasio, sodio,
calcio y zinc, por lo que llega a tener un sabor agridulce o afrutado.
La expulsión del semen puede ir acompañada o no del orgasmo,
dependiendo de las condiciones y circunstancias de la persona y en las
que suceda el acto sexual o la masturbación.
El semen puede contener al VIH, al igual que el líquido pre-eyaculatorio,
lo que vuelve conveniente el uso del condón.
El personal de salud y los docentes, deberán informar a sus
pacientes y alumnos que el semen, además de espermatozoides, puede
contener el virus del VIH, de donde surge la necesidad de usar el condón
en todos y cada uno los encuentros sexuales, como una medida de
prevención para evitar embarazos y el contagio de las infecciones de
transmisión sexual, incluyendo el VIH/sida.
Bibliografía
AGUILAR, JOSÉ ÁNGEL. “Pubertad y reproducción”, en: Hablemos de
Sexualidad. Lecturas, Aguilar, José y Beatriz Mayén, compiladores.
Consejo Nacional de Población, Fundación Mexicana para la
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CROOKS, ROBERT Y KARLA BAUR. Nuestra sexualidad. Thomson. México,
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SHIBLEY HYDE, JANET Y JOHN DELAMATER. Sexualidad humana. McGraw Hill.
México, 2006.
64
Espermatozoides
Son las células germinales del macho (biológico) producidas por los
testículos. Capaces de una gran movilidad, poseen cabeza, cuello y cola.
Su producción se inicia en la pubertad y termina con la muerte.
Los espermatozoides conservan su capacidad de ingresar al óvulo por un
período de 24 a 72 horas. Aunque los espermatozoides que ingresan a la
vagina después de una sola eyaculación pueden llegar a ser hasta 100
millones o más, son unos cuantos miles los que llegan a las tubas
uterinas (trompas de Falopio), y unos 200 los que se aproximan al
óvulo. De ellos, y mediante un complejo proceso, sólo uno accede a su
interior y se fusiona con su núcleo. Se produce entonces una
impermeabilidad tal que es imposible que otro espermatozoide pueda
penetrar. A la unión del espermatozoide con el óvulo se le llama
fecundación.
El recorrido del espermatozoide inicia en los tubos seminíferos, pasando
por el epidídimo, los conductos deferentes, la próstata, las vesículas
seminales y la uretra; es expulsado en el líquido seminal durante la
eyaculación, a través del meato urinario.
Los espermatozoides que no logran fecundar son absorbidos por el
organismo.
El personal de salud y los docentes deben conocer las características
del espermatozoide y su trayecto, y considerar que una penetración sin
protección puede resultar en un embarazo no planificado. El semen
puede contener también el virus de inmunodeficiencia humana o VIH.
Bibliografía
AYALA, AQUILES. Medicina de la reproducción humana. Grupo Azabache.
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CROOKS, ROBERT y KARLA BAUER. Nuestra sexualidad. Thomson. México,
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RODRÍGUEZ, GABRIELA y JOSÉ ÁNGEL AGUILAR. Hablemos de la Sexualidad
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Profesionales que Trabajan con Jóvenes, Mexfam. México, 1999.
SHIBLEY HYDE, JANET y JOHN DELAMATER. Sexualidad humana. McGraw Hill.
México, 2006.
65
Estado laico
Estado de derecho democrático que tiene como fundamento los
principios de la libertad y la igualdad; por lo mismo, no responde ni está
al servicio de una doctrina religiosa o filosófica en particular, pero sí al
del interés de todos manifestado en la voluntad popular y el respeto a
los derechos humanos.
El Estado laico garantiza las libertades de cada persona en todos los
aspectos de la vida cultural, política, social y religiosa. Representa la
mayor garantía para la libertad y la defensa de los derechos humanos, y
es una protección a la libertad de conciencia de las personas.
El Estado laico tiene una estrecha vinculación con la educación laica, la
cual garantiza a los sujetos un marco de opciones amplias para elegir su
fe sin un canon fijo de preceptos religiosos que los condicionen, por lo
que ni la enseñanza religiosa ni la práctica de cualquier culto deben
incorporarse a la enseñanza pública. En el ámbito de lo privado, nada
impide la existencia de centros de enseñanza que brinden educación
dentro de los criterios de una religión determinada, lo cual colabora al
pluralismo dentro de la sociedad; pero en el caso de la educación que
imparte el Estado, éste debe ser capaz de articular de modo integrador
a todos los sectores sociales, sin privilegiar a ninguno en particular. La
educación pública y laica debe ser un espacio de diálogo entre personas
diferentes que se reconocen como iguales en cuanto a sus derechos, ya
que colabora decisivamente para establecerlas pautas elementales para
la convivencia democrática.
El personal de salud y los docentes deben tener muy claro que como
profesionales deben respetar el Estado laico y clarificar su significado a
las personas a las que ofrecen servicios educativos o de salud De lo
contrario, se podría correr el riesgo de generar ideas fundamentalistas al
promover una visión única, lo cual anula las libertades y genera la
discriminación.
Bibliografía
BLANCARTE, ROBERTO. El Estado Laico, Nostra Ediciones. 2008, México.
__________. Sexo, religión y democracia. Editorial Planeta Mexicana.
México, 2008.
FREEDMAN, DIEGO. “¿Estado laico o Estado liberal? Reflexiones sobre las
estrategias jurídico-políticas del feminismo en el mundo actual”,
66
en: Campaña 28 de septiembre et al. La Trampa de la moral
única. Argumentos para una democracia laica, Línea Andina. Perú,
2005.
SALAZAR UGARTE, PEDRO. Estado laico y derechos sexuales y reproductivos.
Grupo de Información en Reproducción Elegida, A.C. México,
2008.
Estado serológico
El término define el estado de una persona en función del resultado de
una prueba de detección de anticuerpos específicos practicada en su
organismo, lo cual pudiera indicar la presencia de un agente causal de
cierta enfermedad.
Un resultado positivo indica que se han encontrado los anticuerpos
específicos de algún padecimiento; se le conoce como seropositivo. Si el
resultado es negativo, es signo de que no se encontraron los
anticuerpos buscados; se le conoce como seronegativo.
En su origen, estas pruebas se realizaban en el suero de la sangre; de
ahí los términos serológico, seropositivo y seronegativo. En la
actualidad, sabemos que algunas de tales pruebas, como las del VIH, se
pueden hacer en saliva.
Estos exámenes se practican de manera específica para los diferentes
tipos de agentes, como el VIH, hepatitis, herpes y otros, por lo que al
momento de informar un resultado se deberá ser específico; por
ejemplo: seropositivo para VIH, seropositivo para hepatitis C y demás.
Debe aclararse que el estado seropositivo para el VIH en especial sólo
acusa la presencia del virus, pero no indica, de modo alguno, el grado
de avance de la enfermedad; de ahí que un resultado seropositivo al VIH
no implique, necesariamente, que la persona esté padeciendo sida.
El personal de salud y los docentes deberán empeñarse en que las
y los jóvenes usen correctamente el término para evitar calificar a una
persona como seropositiva como si fuera un padecimiento, en vez de
señalar que tuvo un resultado seropositivo a la prueba realizada.
67
Bibliografía
InfoSIDA. Glosario de VIH/SIDA, 6ª edición, diciembre, 2008. Disponible
en www.aidinfo.nih.gov/contentsfiles/spanishglosary_sp.pdf.
ORGANIZACIÓN PANAMERICANA DE LA SALUD. Terminología relacionada con el
VIH. Actualización 2006 de la OPS. E.U.A., 2006
Estigma
El estigma se refiere a la identificación que un grupo social crea sobre
una persona o grupo de personas a partir de un rasgo físico, conductual
o social que se percibe como diferente del grupo de pertenencia y por el
que es descalificado. Los estudios destacan que el estigma ha pasado de
ser una marca física a una marca simbólica cuyo potencial de
desprestigio y marginación es indudable.
Erving Goffman, sociólogo y creador de una teoría social sobre la
relación estigma-salud a partir de estudios en hospitales psiquiátricos,
enfatiza la importancia de analizar el estigma en términos de las
relaciones sociales en las que está presente el poder y no sólo los
atributos de las personas.
Otros autores señalan que para que el estigma sea posible deben
coincidir elementos para etiquetar, estereotipar, separar, perder estatus
y discriminar en una situación de poder. Mencionan cuatro componentes
del estigma en el que las personas: i) identifican y etiquetan las
diferencias humanas, ii) relacionan las creencias culturales dominantes
con las características indeseables o estereotipos negativos, iii)
etiquetan a las/os estigmatizados para distinguirlas/os entre “ellas/os” y
“nosotras/os”, y iv) etiquetan a quienes experimentan una pérdida de
estatus y discriminación que lleva a una condición de inequidad. La
estigmatización es contingente al acceso al poder económico, social y
político que permite la identificación de lo diferente y ejercer prácticas
discriminatorias.
Al llegar la década de los sesenta, Goffman desarrolla la teoría social
estigma-salud. Los primeros estudios relacionaron el estigma con la
salud mental; en los años sesenta surgen trabajos acerca de estigma y
enfermedades infecciosas como la lepra; en los ochenta, el estigma se
asocia al cáncer; en los noventa, aparecen estudios sobre estigma y
tuberculosis; y a finales de esa década y hasta el presente se produce
68
una amplia gama de estudios sobre la relación estigma, sida y
discriminación.
La movilización política y social surgida a partir de la aparición del sida
ha dirigido esfuerzos para contrarrestar el estigma y la discriminación
hacia las personas que viven con VIH/sida, en la medida que atentan
contra los derechos humanos de las personas y ponen en riesgo el
acceso a los servicios médicos, educativos y legales. Organismos
internacionales como el ONUSIDA y el Fondo de Población de las
Naciones Unidas, impulsan estrategias globales para disminuir los
efectos de la discriminación hacia las personas que viven con el VIH/sida;
un ejemplo de este esfuerzo es la Declaratoria Ministerial Prevenir con
Educación, firmada en México en 2008.
El personal de salud y los docentes deberán reflexionar con sus
pacientes y alumnos acerca de las actitudes discriminatorias
ocasionadas a partir del estigma hacia las personas con VIH/sida, y sobre
una situación tan actual como la influenza tipo A H1N1, compartiendo
experiencias y aprendizajes.
Bibliografía
CASTRO, ARACHU y PAUL FARMER. “El estigma del sida y su evolución social:
una visión desde Haití”, en: Revista de Antropología Social, No.
14, Universidad Complutense de Madrid. España, 2005.
CENTRO DE ESTUDIOS PARA LA PREVENCIÓN DEL SIDA (CAPS), INSTITUTO DE
INVESTIGACIONES SOBRE SIDA (ARI), UNIVERSIDAD DE CALIFORNIA EN SAN
FRANCISCO. ¿Cuál es el efecto del estigma en el tratamiento y
prevención del VIH? Mayo, 2006. Disponible en: www.cdcnpin.org
y www.caps.ucsf.edu
GOFFMAN, ERVING. Estigma. La identidad deteriorada. Amorrortu. Buenos
Aires, 1980.
GUTIÉRREZ, JOSÉ L. Educación. Formación cívica y ética. Ediciones Cal y
Arena. México, 2007.
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http://data.unaids.org/pub/Report/2009/20090112_jc1521_stigm
atisation_es.pdf
__________. Situación general del estigma y la discriminación
relacionados con el VIH/SIDA. Hoja informativa. ONUSIDA. 2002
69
Ética
Es la rama de la filosofía que se dedica a estudiar las morales. La moral
se refiere a las costumbres y normas que regulan la vida en las
sociedades. El término moral proviene del latín mor o mores, costumbre
o costumbres, y valora si una conducta es permitida o prohibida.
La ética es una reflexión crítica y racional sobre la moralidad en una
comunidad y tiempo determinados. La palabra ética proviene del griego
ethos, que significa modo de ser o carácter. Los sistemas morales se
modifican en el transcurso de la historia, y por ello tienen siempre una
vigencia acotada a un tiempo y lugar histórico específicos. De ahí que el
objetivo de la ética sea valorar las acciones humanas; pero
comprendiendo antes el contexto de las situaciones específicas en que
ocurren. Por ello, la ética es la evaluación crítica y racional de normas,
valores, juicios y acciones propias de las moralidades sociales. No es
ámbito de la ética emitir juicios de valor acerca de las prácticas morales
de otras sociedades; sin embargo, sí puede explicar la razón de ser de
esa diversidad de morales. La ética no crea la moral.
La ética permite a las personas tomar distancia de los códigos morales e
identificar los supuestos sobre los cuales se justifican creencias
religiosas, costumbres sociales milenarias, acuerdos sociales y demás.
Por ello, se vuelve fundamental que las/os jóvenes se conviertan en
sujetos éticos; es decir, que cuestionen las reglas morales para que
puedan actuar de forma responsable y autónoma en su vida
convirtiéndose en autoridades morales al momento de tomar decisiones.
El objetivo de la ética es desarrollar los mejores comportamientos
posibles para contribuir al bienestar y la felicidad de las personas. La
ética ayuda a preguntarnos por qué consideramos válidos unos
comportamientos y no otros, generando principios generales o
universales que tratan de ir más allá del juicio moral.
Uno de los principales elementos a considerar desde la perspectiva de la
ética es la libertad de conciencia, la cual no puede ser regulada por el
Estado; por el contrario, es su función garantizarla para que los
miembros de la sociedad actúen de acuerdo con pensamientos y
creencias distintas.
El abordaje de los temas relativos a la salud sexual y reproductiva
tendrá presente distintas posturas, sobre todo cuando se trata de
asuntos como la masturbación, la homosexualidad, la anticoncepción de
70
emergencia, la interrupción legal del embarazo. Cada persona deberá
reflexionar acerca de sus convicciones personales y tener presente que
lo más importante es que los servicios de salud y educativos garanticen
los derechos sexuales y reproductivos de las personas sin importar su
edad.
El personal de salud y los docentes, por desempeñar un rol
formativo, deberán reflexionar sobre cómo la ética permite hacer uso de
la libertad de conciencia y promover que las personas logren ser su
propia autoridad moral.
Bibliografía
BUBER, MARTIN. Sanación y encuentro. Colección Persona. Fundación
Emmanuel Mounier. Madrid, 2005.
EDELWICH, JERRY y ARCHIE BRODSKY. Sexual dilemmas for the helping
professional. Brunner Mazel, Nueva York, 1991.
FIGUEROA, JUAN GUILLERMO. Ética, religión y reproducción: apuntes para
una discusión. Católicas por el Derecho a Decidir. México, 2002.
GARCÍA, AIDE et al. Aborto: aspectos sociales, éticos y religiosos.
Invitación al debate. Observatorio Eclesial. México, 2008.
SÁNCHEZ VÁZQUEZ, ADOLFO. Ética. Crítica. España, 2005.
Evidencia científica
La evidencia científica es una relación que nace a raíz de un dato
extraído de la realidad que está conectado con alguna hipótesis dentro
de los límites de cierta teoría; se puede decir que es consecuencia de
una serie de relaciones entre hechos dados en la realidad y procesos
basados en teorías científicas.
La construcción de evidencia requiere de procedimientos concretos y
detallados con rigurosidad científica que permita, así, nombrarle
evidencia científica. El proceso para su construcción tiene diversas
etapas.
-
Identificar evidencia: es un paso preparatorio a la clasificación
de la evidencia; trata de buscar referentes bibliográficos
relevantes con rigor científico y con la menor presencia de
sesgos. También pueden existir consultas a expertos para
sustentar los datos recabados. Es importante señalar que esta
71
etapa permite descartar documentos que no tengan relevancia
entre los cuales podemos enumerar:
estudios con diseños poco adecuados;
material comercial;
folletos divulgativos;
artículos, comentarios y editoriales que interpretan los
resultados de lo publicado, y
o experiencias individuales salvo que formen parte de un
estudio bien diseñado.
o
o
o
o
-
Revisión y medición de la evidencia: en esta etapa se revisarán
los datos recabados para después seleccionar los de mejor
nivel. La revisión será mediante un proceso sistemático, que
incluye las siguientes fases:
o selección de estudios relevantes: antes de disponer de los
estudios completos se lleva a cabo una preselección a través
de los siguientes pasos: lectura de títulos, lectura de los
resúmenes, examen de los resúmenes en función de los
objetivos establecidos y revisión de documento completo.
Para esta selección es recomendable que dos personas
hagan la revisión individualmente;
o evaluación de la calidad de los estudios: una vez que los
estudios se han seleccionado, procede evaluar su calidad y
validez. La evaluación se realiza mediante una planilla de
lectura crítica que consta de preguntas específicas acerca del
diseño y resultados del estudio.
o Síntesis de resultados:
- obtención de datos y tabla de evidencia: los resultados
de la evaluación se incluirán en una tabla de evidencia
que permitan identificar las similitudes y diferencias entre
los estudios revisados;
- niveles de evidencia: a los estudios que reúnen un nivel
de calidad y validez se les asigna un nivel de evidencia
que será útil para que el equipo elaborador y los usuarios
finales conozcan el tipo de estudios en que se baso la
“evidencia científica” elaborada.
o Medición de la evidencia: al realizar la evaluación de la
calidad, a los artículos se les asigna “++” “+” ó “-“. Los
estudios incluidos en “-“, no suelen usarse para sentar
evidencias científicas.
72
-
Elaboración de recomendaciones: todo el material previo sirve
de base para elaborar las recomendaciones. Tal elaboración se
produce a partir de la interpretación de pruebas científicas
disponibles y se deriva de un método de consenso que
inevitablemente involucra valores de juicio por parte del grupo
que elabora.
Diferentes factores contribuyen al proceso de elaboración de las
recomendaciones:
o
o
o
o
o
naturaleza de la evidencia (susceptibilidad del sesgo),
aplicabilidad de la evidencia a la población de interés,
costos,
características del sistema de salud,
creencias y valores de grupo que confeccione
recomendaciones.
las
Es importante considerar que toda evidencia científica debe ser el
primer criterio que todo profesional debe tener en cuenta para la toma
de decisiones.
El personal de salud y los docentes deberán estar conscientes de
que la educación integral de la sexualidad basa sus argumentos en la
evidencia científica y no en opiniones, artículos, o propuestas
individuales; siendo así, procurarán contar siempre con la evidencia en
su trabajo cotidiano.
Referencias
BUNGE, M. La investigación científica. Ariel. Barcelona, 1981.
KELLY, T. (2006) “Evidence”, en: Stanford Encyclopedia of Philosophy,
2006. Disponible en: http://plato.stanford.edu/entries/evidence/
POPPER, K. La lógica de la investigación científica. Tecnos. Madrid, 1980.
Factores de riesgo
Todas aquellas condiciones físicas, psicológicas y sociales que
incrementan de modo significativo las posibilidades de que un individuo
incurra en una práctica insegura se conocen como factores de riesgo, y
pueden presentarse en tres ámbitos: individual, familiar y social.
73
Se consideran factores de riesgo la edad y el género, una baja
autoestima, limitada percepción de riesgo, niveles elevados de angustia,
depresión o de actitudes impulsivas, sensación de invulnerabilidad, baja
resistencia a presiones del grupo o grupos de pertenencia, aceptación
disminuida o franco rechazo del grupo de pares, problemas de
aprendizaje, dificultades, rebeldía y resistencia a la autoridad,
necesidad evidente de autonomía, pasividad, exposición crónica a
condiciones de presión y estrés, y falta de sentido de vida positivo
presente y de proyecto a futuro.
En contrapartida, es importante reforzar las habilidades para la vida y
los factores de protección, entendidos éstos como las variables
individuales que disminuyen la probabilidad de involucrarse en
conductas de riesgo, al fomentar la resiliencia y el autocuidado.
Entre los factores de protección cabe señalar:
-
una educación sexual temprana (retraso de inicio de la vida sexual
y uso de métodos anticonceptivos);
un proyecto y sentido de vida,
apoyo al empoderamiento, la autonomía, la toma de decisiones y
la solución de problemas (desarrollo de métodos eficaces para
encararlos);
autoconcepto y autoestima positivos;
asertividad;
promoción de estilos de vida saludables;
promoción y desarrollo del autocuidado;
desarrollo de destrezas sociales tales como habilidades de
comunicación y manejo de sentimientos;
fomento al establecimiento de redes de apoyo;
manejo adecuado del tiempo libre;
manejo saludable del estrés;
clarificación de variables.
El personal de salud y los docentes deberán conocer, discutir y
analizar los factores de riesgo y los factores de protección para
preservar la salud sexual.
Bibliografía
Acercándonos. El VIH/SIDA en América latina y el Caribe. Mitos,
realidades,
respuestas.
Visión
mundial.
Visión
Mundial
Internacional. San José Costa Rica, 2006.
74
AYALA, ADRIÁN, JAVIER BASÁN et al. “Factores de riesgo de transmisión
vertical (materno-fetal) de pacientes VIH positivas”, en: Revista
de Posgrado de la VI Cátedra de Medicina. No. 154, Buenos Aires,
febrero, 2006.
CENTRO DE ESTUDIOS DE POBLACIÓN, CENEP. Recomendaciones para la
atención integral de la salud de los adolescentes con énfasis en la
salud sexual y reproductiva. Centro de Estudios de Población
(CENEP) Buenos Aires, Argentina. Serie OPS/ FNUAP No.2.
Organización Panamericana de la Salud.
Prevención de la infección con el VIH, Promoción de la salud
reproductiva. Fondo de Población de las Naciones Unidas. México,
2003.
SECRETARIA DE SALUD. CENTRO NACIONAL PARA LA PREVENCIÓN Y EL CONTROL DEL
VIH/SIDA. Manual para Capacitadores en el Manejo Sindromático
de las Infecciones e Transmisión Sexual (ITS). 2ª. edición. México,
2004.
__________. Manual de Consejería en VIH/SIDA e ITS. México, 2006.
SECRETARÍA DE SALUD DEL GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL. Programa de VIH
de la Ciudad de México. Secretaría de salud. Gobierno del Distrito
Federal. México, 2005.
Familias
Se trata de un espacio de vinculación y afecto donde se transmite la
experiencia vital, los valores y las creencias y lazos amorosos a partir de
su propio ciclo y dinámica.
El concepto designa al grupo de convivencia, seguridad, protección y
afecto de las personas que ha sido producto de las transformaciones
históricas y culturales de las sociedades.
No se puede hablar genéricamente de la familia como unidad única, sino
de distintas formas de composición familiar en las que están presentes
transformaciones de género, demográficas, culturales, religiosas,
ideológicas y generacionales, así como avances tecnológicos, entre
otros aspectos.
Hablar de las familias en lugar de la familia, coloca al tema en la
emergencia del debate, en donde están presentes posturas que definen
modelos rebasados, tales como la familia nuclear, en la que el rol de la
mujer se subordina a ser esposa y madre, y el del hombre como único
proveedor económico. Otras posturas reconocen a las familias con
composiciones diversas y se ven influidas por las transformaciones y
75
condiciones sociales de la pobreza, la inequidad, la falta de libertad y los
retos que enfrentan en un contexto de crisis económica y violencia
generalizada, y en las que se buscan formas de relación más
democráticas.
El Programa de Acción de la Conferencia Internacional de Población y
Desarrollo (1994) señala la necesidad de ofrecer protección y apoyo a
los diferentes tipos de familias, particularmente a las que se encuentran
en condiciones de vulnerabilidad, para brindarles igualdad de
oportunidades, en especial para las mujeres, niñas y niños.
La Declaratoria de la Ciudad de México. Familias en el Siglo XXI,
producto del seminario internacional realizado en este 2009 en El
Colegio de México en colaboración con diversas organizaciones de la
sociedad civil, destaca la importancia de construir un nuevo pacto social
que surja de un diálogo amplio, incluyente y respetuoso que reconozca
la heterogeneidad de la sociedad mexicana y de las familias que la
integran, para impulsar políticas públicas, legislación, sistemas de
protección social y procuración de justicia hacia esas familias y sus
integrantes. Es prioritario impulsar un nuevo derecho de las familias
más allá de la consanguinidad, que preserve los derechos y la dignidad
de cada uno de sus integrantes, al igual que relaciones equitativas y
justas en su seno.
El personal de salud y los docentes deberán promover la realización
de foros y el intercambio de experiencias en donde los pacientes y las y
los estudiantes, niñas y niños y adolescentes reconozcan a sus familias
como valiosas, y se busque promover la libertad de expresión, el
respeto al cuerpo y la no discriminación por edad, sexo, orientación
sexual en apego a los derechos humanos.
Bibliografía
ALIANZA NACIONAL POR EL DERECHO A DECIDIR. “Familias: creciente pluralidad
y aspiración democrática”. Las hojas de Andar, No. 12. México,
noviembre, 2006.
BRUCKNER, PASCAL, MIGUEL REQUENA et al. Nuevos amores. Nuevas familias.
Edición Vicente Verdú. Tusquets editores. Barcelona, 1992.
EL COLEGIO DE MÉXICO. Declaratoria de la Ciudad de México. Familias en el
siglo XXI. México, D.F., 2009.
TROYA, ESTELA. De qué está hecho el amor. Organizaciones de la pareja
occidental entre el siglo XX y el siglo XXI. Editorial Lumen, Buenos
Aires, 2000.
76
Felación o sexo oral
Es la práctica del sexo oral acariciando el pene con la boca; el contacto
incluye los labios, la cavidad oral, la lengua, el paladar y, en ocasiones,
las encías y los dientes. La felación incluye estímulos como los besos, la
succión y el lengüeteo. Debe tenerse presente que el intercambio de
fluidos corporales no es, en caso alguno, una práctica sexual segura; en
razón de ello, es altamente recomendable la protección mediante el uso
del condón de látex o la cobertura con material plástico del tipo del
egga-pack.
El personal de salud y los docentes deberán tener conocimiento
acerca de estas prácticas, la forma como se les conoce en el lenguaje
popular y asumir que las personas las practican y disfrutan. Es muy
importante la recomendación de acudir siempre a
medidas de
prevención para evitar contagios.
Bibliografía
CROOKS, ROBERT Y KARLA BAUR. Nuestra sexualidad. Thomson. México,
2008.
GREGERSEN, EDGAR. Costumbres sexuales. Folio. Barcelona, 1988
LOVE, BRENDA. Enciclopedia de prácticas sexuales. Serres. Barcelona,
1994.
URBIOLA, OSCAR. Gran enciclopedia del sexo. Historia ilustrada de las
prácticas sexuales. RBA Libros. Barcelona, 2006.
Género
El género es una categoría de análisis que hace referencia a la
interrelación que existe entre las personas en tanto individuos de
distinto sexo. Evidencia cómo la construcción sociocultural de las
relaciones entre hombres y mujeres obliga a las personas a asumir
ciertas actitudes y determinados comportamientos.
La categoría de género permite entender que la dinámica entre hombres
y mujeres está socio históricamente construida y posibilita que sea
modificada. Otros autores amplían el concepto señalando que el género
abarca hipótesis, interpretaciones y conocimientos relativos al sexo.
77
La disciplina que primero utilizó la categoría de género para establecer
la diferencia con sexo fue la psicología médica. John Money la refirió en
1955; años más tarde, fue empleada por Robert Stoller en sus estudios
sobre trastornos de la identidad sexual. Los trabajos de Stoller destacan
que la identidad y el comportamiento de género no dependen del sexo
biológico sino de las experiencias vividas desde el nacimiento, así como
de los ritos y costumbres atribuidos a cierto género.
Desde la perspectiva psicológica, el género es una categoría en la que
se articulan tres instancias básicas: i) la asignación de género, que
ocurre al momento del nacimiento y a partir de la experiencia externa
de los genitales; ii) la identidad de género, que se establece entre los
dos y tres años de edad aproximadamente, cuando el niño adquiere el
lenguaje; precede al reconocimiento de las diferencias anatómicas entre
los sexos. Desde su experiencia vital, el infante se sabe y asume como
pertenecientes al masculino si es niño, y al femenino si es niña; iii) el
papel de género, que se forma a partir del conjunto de normas y
prescripciones que dicta la sociedad y la cultura respecto del
comportamiento femenino y el masculino. Existen diferencias en la
expresión del rol según la cultura, clase social, grupo étnico y nivel
generacional de las personas.
La historiadora Joan W. Scott destaca que el género es un elemento
constitutivo de las relaciones sociales basadas en las diferencias que
distinguen los sexos, y que el género es una forma primaria de
relaciones significantes de poder. Para Scott, el género se compone de
cuatro elementos interrelacionados: i) los símbolos culturales, que se
refieren a las representaciones culturales que evocan representaciones
múltiples de lo femenino o masculino en un contexto determinado; ii)
los conceptos normativos, que se expresan a través de lo que las
doctrinas religiosas, educativas, científicas, legales y políticas asignan a
los significados del varón y la mujer; iii) las nociones políticas e
institucionales, que amplían la visión del género no sólo a las relaciones
de parentesco, sino que toman en cuenta las relaciones económicas y el
mercado laboral, las políticas educativas y el sufragio universal, y iv) la
identidad subjetiva, que indaga cómo es que las identidades genéricas
se construyen esencialmente en su mundo interior para llevarlas a
asumirse en un contexto femenino o masculino.
El personal de salud y los docentes deberán analizar las
consecuencias de la construcción social del sexo-género en los sistemas
educativo y de salud, así como en la vida cotidiana escolar, con el
78
propósito de promover acciones que lleven a transformar prácticas que
permitan relaciones armónicas entre los géneros.
Bibliografía
BARBIERI, TERESITA. Certezas y malos entendidos sobre la categoría
género. San José de Costa Rica, 1996.
LAMAS, MARTA. “La antropología feminista y la categoría de ‘género’” en:
El género: una construcción cultural de la diferencia sexual. Lamas
Marta, compiladora. UNAM, PUEG, México, 1996.
MONEY JOHN. El desarrollo de la sexualidad humana. Diferencias y
dimorfismo de la identidad de género. Morata, Madrid, 1982.
NUÑEZ, MARÍA DE LOS ÁNGELES. “Equidad de género en el siglo XXI”.
Ponencia presentada en el XIV Congreso Latinoamericano de
Sexología y Educación Sexual. Guayaquil, 2008.
SCOTT W, JOAN. “El género: una categoría útil para el análisis histórico”,
en: El género: una construcción cultural de la diferencia sexual.
Lamas Marta, compiladora. UNAM, PUEG, México, 1996.
STOLLER, ROBERT. Sex and Gender: On the Develompent of Masculinity
and Femininity. Science House, Nueva York, 1968
TORRES, ROSA MARÍA. “Reformas educativas, docentes y organizaciones
docentes en América Latina y el Caribe”, en: Los docentes
protagonistas del cambio educativo. CAB/Editorial Magisterio
Nacional. Bogotá, 2000.
DE
Habilidades para la vida
El concepto se refiere al conjunto de destrezas, actitudes y
conocimientos que hombres y mujeres poseen y que, al conjugarse,
contribuyen a encontrar soluciones a los problemas a los que todo ser
humano se enfrenta en su vida cotidiana. Están vinculadas al
desempeño autónomo y flexible, al conocimiento aplicado y aplicable, al
conocimiento en acción, y al conocimiento que resulta de saber hacer y
saber explicar lo que se hace. Las habilidades abarcan tres esferas que
se interconectan: las habilidades sociales o interpersonales, las
cognitivas y las referentes al manejo de las emociones.
Recientemente, algunos programas educativos de la región vienen
empleando el enfoque por competencias, que propone superar la
enseñanza meramente informativa por el impulso al desarrollo de
herramientas que permitan a los estudiantes la capacidad de actuar libre
79
y responsablemente potenciando su desarrollo personal de manera que
puedan contribuir a la construcción de una sociedad plural y equitativa.
Para trabajar desde este enfoque, se recomienda identificar situaciones
concretas en las que tales competencias se pongan en práctica, e
igualmente realizar ejercicios de reflexión y sensibilización que
posibiliten el desarrollo de estas habilidades, a fin de alcanzar una
mejora en su calidad de vida.
El personal de salud y los docentes deberán incluir en el trabajo de
aula tareas que permitan promover habilidades tales como la toma
decisiones, la asertividad, la autoestima y la negociación. El personal de
salud puede contribuir igualmente al desarrollo de habilidades para la
vida cada vez que brinda servicios amigables e integrales a las y los
jóvenes, guiándolos en el proceso de aprendizaje para el autocuidado de
la salud.
Bibliografía
FERNÁNDEZ CÁCERES, CARMEN et al. Habilidades para la vida. Guía práctica
para educar en valores. Secretaría de Educación Pública, 36ª.
impresión. México, 2008.
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Ediciones Cal y Arena. México, 2007.
MACEDO, BEATRIZ. Habilidades para la vida, Contribución desde la
educación científica en el marco de la Década de la Educación para
el Desarrollo Sostenible. Ponencia presentada en el Congreso
Internacional de Didáctica de las Ciencias, OREAL/UNESCO, Chile
2006.
MANGRULKAR, LEENA, CHERYL VINCE et al. Enfoque de habilidades para la
vida para un desarrollo saludable de niños y adolescentes. OPS,
Washington, D.C., 2001.
Heterosexual
Es la persona cuya orientación sexual es hacia las personas del otro
género. La expresión heterosexual del erotismo tiene tres características
principales: i) es una forma que implica la inclusión de “otro”; ii) esa o
ese otro es de un sexo distinto; iii) esto provoca una respuesta
psicofisiológica característica.
80
La heterosexualidad está ligada ideológicamente a numerosos aspectos
de la vida social, tales como la formación de una familia o la adopción
de hijos; es por eso que en la mayoría de las culturas esta expresión es
reconocida solamente como legítima para la reproducción de la
sociedad.
Debe establecerse que ésta no es la única forma de expresión de la
sexualidad humana; debiéndose incluso hablar de heterosexualidades,
pues la forma de manifestarla varía de una persona a otra y de un
contexto a otro. Tampoco se puede privilegiar una visión dicotómica; es
decir, que exista un extremo donde se ubiquen los heterosexuales y otro
donde lo hagan los homosexuales. En este aspecto específico, una
aportación importante es la escala de Kinsey, la cual especifica que el
comportamiento sexual tiene siete graduaciones entre uno y otro
extremo. No obstante, una de las críticas recurrentes al trabajo de este
gran investigador, es que con el continuum que propuso, lo que en
realidad fue objeto de sus estudios fue el comportamiento sexual y no
necesariamente la atracción.
El personal de salud y los docentes deberán procurar un
acercamiento a los conceptos referentes a la orientación sexual desde el
marco del respeto a la diversidad. Aunque existan más personas que se
definen a sí mismas como heterosexuales, eso no es razón para
considerar que la diferencia cae en lo reprobable, anormal o insano. Es
importante desmitificar los estereotipos y enfatizar que la percepción de
las sociedades actuales respecto de las orientaciones sexuales de sus
integrantes está cambiando.
Bibliografía
INSTITUTO NACIONAL DE LAS MUJERES. Glosario. Disponible en:
http://cedoc.inmujeres.gob.mx/documentos_download/100904.pdf
MORGAN MALLOL, MARÍA ISABEL, HÉCTOR CARRIZO BARRERA et al. Hablemos de
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“La expresión heterosexual del
erotismo”, en: Conapo, Antología de la Sexualidad Humana, Vol.
1, Conapo-Miguel Ángel Porrúa. México, 1994.
81
Hombres que mantienen relaciones sexuales con
hombres (HSH)
El término es utilizado en la actualidad por la Organización Mundial de la
Salud (OMS) para definir a aquellos hombres que por cualquier razón
tienen relaciones sexuales con otros hombres. Se incluye tanto a los
homosexuales como a los que tienen relaciones sexuales ocasionales
con otros hombres; es el caso de quienes se enfrentan a situaciones que
los obligan a pasar largas temporadas en compañía masculina
exclusivamente y privados de su libertad, de aquéllos que trabajan en
plataformas petroleras o se desempeñan en misiones militares, y otros
casos.
La identidad sexual es distinta del comportamiento sexual. Muchos
hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres no se
consideran homosexuales; esto es, no se asumen con una orientación
sexual diferente a la heterosexual. Y aunque un comportamiento sexual
tal entre varones representa apenas una pequeña parte del conjunto de
HSH, puede revestir una gran importancia desde el punto de vista de la
epidemia del VIH/sida.
El término HSH se usa en epidemiología para incluir a todos aquellos
hombres que alguna vez han tenido una relación sexual con otro/s
hombre/s, y para poner en marcha campañas educativas y de
prevención dirigidas especialmente a dicho grupo.
El personal de salud y los docentes deberán estar conscientes y
enfatizar la importancia de este término, en consideración al hecho de
que muchos hombres no se asumen como homosexuales, a pesar de
haber tenido relaciones sexuales con otros varones, por distintas
circunstancias, lo que da por resultado la práctica de conductas de alto
riesgo no asumidas.
Bibliografía
MEDINA, EDGARDO JAVIER Y JOSÉ TORO. No más en el tintero. Editorial Apla.
México, 2006.
NUÑEZ NORIEGA, GUILLERMO. Sexo entre varones. 2ª. edición. El Colegio de
Sonora. México, 1999.
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Prácticas Óptimas del ONUSIDA, Actualización técnica, 1997.
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VIH. Actualización 2006 de la OPS. EUA, 2006
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PERRIN, HELLEN. Sexual orientation in child and adolescents health care.
Kluwer Academic, EUA, 2002
SZASZ, IVONNE y SUSANA LERNER, coordinadoras. Sexualidades en México.
El Colegio de México. México, D.F., 1998.
Homofobia
El término denota el odio, desprecio e intolerancia hacia conductas que
se sospecha revelan la homosexualidad; en general, se manifiesta con
insultos, discriminación, agresiones físicas e incluso asesinatos. La
homofobia puede expresarse, igualmente, contra niñas, niños, jóvenes,
mujeres y hombres adultos cuyos comportamientos no se ajustan a lo
que comúnmente se conoce como femenino o masculino. Afecta de
forma directamente a las personas cuyas orientaciones sexuales son
distintas a las que practican los individuos heterosexuales; se asocia
principalmente con el rechazo a los homosexuales y las lesbianas
(lesbofobia).
Una persona homofóbica puede llegar a sentir temor, enojo, odio,
angustia o impotencia cuando observa en los hombres actitudes o
conductas que se consideran femeninas, o bien actitudes consideradas
masculinas en las mujeres. Tales sentimientos pueden manifestarse a
los homosexuales o lesbianas mediante burlas, agresión verbal o física
y llegar incluso al asesinato.
La homofobia es un fenómeno sociocultural arraigado en prácticas
misóginas y machistas que pueden ser violatorias de los derechos
humanos. En sí misma, la homofobia es un problema más social que
individual, y más cultural que de hechos particulares. La homofobia
compromete la vida civilizada y la atención a problemas de salud, y
motiva prácticas represivas, intolerantes, discriminatorias o violentas.
La homofobia sólo se puede combatir de manera eficaz si se le inserta
en el contexto más amplio de las actitudes y conductas de desprecio que
muchas personas le deparan a todo aquello que por ser diferente les
resulta incomprensible y amenazante.
A partir del año 2007, se ha venido promoviendo la realización de una
jornada contra la homofobia los días 17 de mayo, dado que fue
precisamente ese día, en el año 1990, que la Organización Mundial de la
Salud suprimió la homosexualidad de su lista de enfermedades
83
mentales. En la actualidad lo que se considera patológico, y en muchas
sociedades un delito, es la homofobia.
El personal de salud y los docentes, deberán explorar maneras para
plantear acciones que hagan visible la diversidad que existe en nuestra
sociedad en cuanto a gustos, manifestaciones, ideologías, prácticas
culturales, lenguas y, en particular, respecto de la diversidad de
orientaciones sexuales, para hacer posible la reflexión y el cambio de
comportamientos negativos hacia las personas con orientaciones
distintas a la heterosexual. Además, será importante que promuevan la
lucha contra la homofobia y la discriminación.
Bibliografía
CONSEJO NACIONAL PARA PREVENIR LA DISCRIMINACIÓN. Encuesta Nacional
sobre Discriminación en México. México, D.F., 2005.
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GEORGES, LOUIS, compilador. Dictionnaire de l’ homophobie, Presses
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http://www.letraese.org.mx/documentosdiversidad.htm
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SOBERÓN, GUILLERMO, y DAFNA FEINHOLZ. Homofobia y salud, Comisión
Nacional de Boética. México, D.F., 2007.
Homosexual
Una persona homosexual es la que se relaciona erótica, afectiva y/o
emocionalmente con personas de su mismo sexo. La homosexualidad es
una condición humana que se da en todas las sociedades y grupos
humanos; esta orientación, como ocurre con otras, suele descubrirse y
/o aceptarse al llegar a la adolescencia o mucho antes. Las personas
homosexuales pueden elegir expresar o no expresar abiertamente esta
orientación; a este hecho se le conoce coloquialmente como “salir del
closet”.
84
Los orígenes de la homosexualidad han dado lugar a innumerables
hipótesis, que la han abordado desde la perspectiva de la genética y la
psicología. Sin embargo, lo cierto es que hasta nuestros días se ignora
cuál es la causa que da origen a las distintas orientaciones sexuales.
Lo que sí debe recordarse es que el marco de los derechos humanos es
el idóneo para entender y garantizar los de todas las personas,
independientemente de su orientación sexual.
En 1990, la homosexualidad fue eliminada por la OMS de su clasificación
internacional de enfermedades.
En la actualidad, la Asociación Psiquiátrica Americana ha determinado
que no existe evidencia suficiente para hacer terapias de conversión de
la homo a la heterosexualidad.
El personal de salud y los docentes deberán propiciar la reflexión
sobre la diversidad sexual, promover los derechos de las personas a
expresar su orientación sexual y eliminar mitos y prejuicios sobre la
homosexualidad.
Bibliografía
AMUCHÁSTEGUI, ANA. “La construcción social de la heterosexualidad y la
homosexualidad: elementos para una reflexión política”. Ponencia
presentada en el Foro sobre diversidad sexual y derechos
humanos, mesa “Diversidad sexual, educación y cultura”.
Asamblea Legislativa del Distrito Federal, México, D.F., 1998.
CASTAÑEDA, MARINA. La experiencia homosexual. Editorial Paidós, México,
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MASTERS, WILLIAM H. y VIRGINIA JOHNSON. Homosexuality in perspective.
Little, Brown and Company. Boston, 1979.
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Negative Health Outcomes in White and Latino Lesbian, Gay and
Bisexual Young Adults”, en: Pediatrics, Vol. 123, No. 1, January
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SHIDLY, ARIEL, MICHAEL SCHOEDER Y JACK DRESCHER, editores. Sexual
conversion therapy. The Haworth Medical Press. Binghamton, N.Y.
2001.
85
Identidad de género
La identidad de género es central a la identidad de una persona. Alude a
la convicción personal y subjetiva de pertenecer al género masculino, al
femenino o a una combinación de ambos, en una sociedad y un
momento dados.
Esta identidad determina de qué manera las personas experimentan su
género y contribuyen al sentido de identidad, singularidad y
pertenencia.
La identidad de género se conforma al ocurrir el nacimiento, y aun
antes, de conformidad con los órganos sexuales que cada individuo
posee. Se integra entre el año y medio y los tres años de edad, a partir
de la construcción de género presente en cada cultura o sociedad, y es
el resultado de factores biológicos, psíquicos y culturales.
Es inmodificable desde etapas muy tempranas del desarrollo y no
siempre coincide con el sexo.
Cuando un niño se asume perteneciente al grupo masculino y una niña
al femenino, su identidad es el filtro por el que atraviesan y se
estructuran todas sus experiencias vitales.
El género de pertenencia propicia la identificación en prácticamente
todas las manifestaciones, sentimientos o actitudes masculinas o
femeninas, a través de los comportamientos, los juegos, el lenguaje, las
tareas, el arreglo personal y demás.
El personal de salud y los docentes deberán promover la reflexión
acerca de la construcción social y cultural de lo masculino y lo femenino.
Bibliografía
BARRIOS MARTÍNEZ, DAVID y MARIA ANTONIETA GARCÍA RAMOS. Transexualidad.
La paradoja del cambio. Editorial Alfil. México, 2008.
LAMAS, MARTA. Cuerpo, diferencia y género. Editorial Taurus. México,
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Nueva antropología, Vol. VIII, Núm. 30, noviembre, citada por
Bustos Romero, Olga L., 1996.
86
NATERAS, ALFREDO, y cols. “Jóvenes, culturas e identidades urbanas”, en:
Masculinidad y juventud. La identidad genérica y sus conflictos.
Editorial Porrúa. México, D.F. 2002.
Incesto
En algunas culturas, el incesto es un delito que se refiere a la cópula
entre parientes consanguíneos, ascendientes con descendientes o entre
hermanos, con el conocimiento de quienes la practican.
La consideración del incesto como delito tiene diversos argumentos;
algunos van desde la preocupación de que las relaciones incestuosas
puedan procrear hijos con problemas genéticos, hasta los que tienen
que ver con un rechazo social hacia esa conducta.
Independientemente de tales argumentos, hoy en día existen criterios
que han sido tomados en cuenta para incrementar las penas a los
delitos de violación o abuso sexual, y tienen que ver con el respeto a la
integridad y a la libertad sexual de quienes conforman la familia, así
como con el uso de poder que el ascendiente pueda tener sobre la
víctima del núcleo familiar, ya que se presume el uso de la fuerza moral
como medio para obligar a un relación sexual; por ello, la línea divisoria
entre incesto y violación estará siempre cuestionada por la forma como
“se otorga el consentimiento”.
En México, los códigos penales de algunos estados –como Chiapas y
Zacatecas-, mencionan específicamente la edad de los descendientes,
siendo en Zacatecas menor de 12 años.
El personal de salud y los docentes deben ser sensibles a esta
problemática para que tengan posibilidades de generar en sus alumnos
signos de alerta que lleven a denunciar los delitos de este tipo, e
igualmente para y fomentar el empoderamiento que permita poner
límites a
los padres, tutores, u otros familiares cuando intenten
violentar la integridad física de sus parientes consanguíneos.
Referencias
OBSERVATORIO CIUDADANO NACIONAL DEL FEMINICIDIO. Una
Feminicidio en México 2007-2008, Observatorio
Nacional del Feminicidio. México, 2009.
Mirada al
Ciudadano
87
OLAMENDI TORRES, PATRICIA. Delitos contra las mujeres. Análisis de la
clasificación mexicana de delitos. UNIFEM. México, 2007.
Infecciones oportunistas
Las infecciones oportunistas son un grupo de enfermedades causadas
por microorganismos o gérmenes que están presentes en el organismo
humano o el ambiente; pueden convivir en el cuerpo humano sin llegar
a causar, necesariamente, una enfermedad. Ingresan al cuerpo por
contacto casual, a través del aire que respiramos, de lo que ingerimos, a
través del contacto sexual o porque nacimos con ellos. Cuando el
sistema inmunológico no está en condiciones óptimas, los
microorganismos o gérmenes aprovechan la oportunidad para causar un
padecimiento.
Cuando el sistema inmunológico se vulnera por el VIH o por el uso de
medicamentos, estos gérmenes pueden dar lugar a problemas de salud.
Existen alrededor de 25 enfermedades oportunistas y síntomas que
pueden apoyar un diagnóstico del síndrome de inmunodeficiencia
adquirida, o sida; pueden mencionarse entre ellas las complicaciones del
sistema respiratorio, hepatitis, herpes simple, inflamación pélvica,
neuropatía periférica, problemas ginecológicos, sinusitis.
Las infecciones oportunistas son causadas por grupos de agentes
infecciosos como bacterias, hongos, parásitos o protozoos, virus y
enfermedades como los cánceres; pueden tener su origen en:
-
la reactivación de una infección latente adquirida previamente,
siendo ésta la causa más frecuente (M. Tuberculosis, T. Gondii, P.
Carinii y virus del grupo Herpes);
una infección exógena adquirida por vía digestiva (Isospora Belli y
Criptosporidium) o por vía respiratoria (Criptococosis);
un sobrecrecimiento de microorganismos que se alimentan de la
piel y las mucosas. (Las Candidiasis oral, esofágica y vaginal son
las exponentes más características de este mecanismo).
A menudo, algunas de las infecciones oportunistas se relacionan con los
hábitos de ciertos individuos con el VIH: las endocarditis con los que
consumen drogas parenterales; la tuberculosis con los internados en
prisiones y la infección por Citomegalovirus con los homosexuales. Es
común que el área geográfica de residencia de la persona, o la localidad
88
a donde haya viajado puedan influir sobre el padecimiento. La única
enfermedad oportunista contagiosa conocida que se asocia con la
infección por el virus de inmunodeficiencia humana es la tuberculosis.
El personal de salud y los docentes, deben estar al tanto de que
existen estas infecciones, a fin de promover el autocuidado de las
personas, su canalización a los servicios de salud –en particularmente
las y los adolescentes con enfermedades crónicas y quienes son
portadores del VIH/sida.
Bibliografía
ANTELA, ANTONIO. Manual de capacitación en el manejo integral de
personas adultas que viven con el VIH/Sida para equipos de
atención primaria y comunitarios en Latinoamérica y el Caribe.
Organización Panamericana de la Salud, Washington, D.C., 2004.
AQUILA, SILVIA, ADELINA BRASELLI et al. Pautas para la prevención de
infecciones oportunistas en personas con VIH o Sida en América
Latina y el Caribe. Organización Panamericana de la Salud,
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Conjunto de Naciones Unidas sobre VIH-Sida. Washington, D.C.,
2000.
SECRETARÍA DE SALUD. Norma Oficial Mexicana NOM-010-SSA2-1993 para
la prevención y control de la infección por virus de la
inmunodeficiencia humana.
___________. Norma Oficial Mexicana NOM-039-SSA2-2002, para la
prevención y control de las infecciones de transmisión sexual.
SECRETARÍA DE SALUD Y CENTRO NACIONAL PARA LA PREVENCIÓN Y CONTROL DEL
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Sindromático de las Infecciones de Transmisión Sexual, ITS. 2ª.
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VIH/Sida en Chile. Infecciones oportunistas. Disponible en:
http://www.vihsida.cl/paginas/infecciones/infecciones_oportunistas.html
Infecciones de transmisión sexual (ITS)
La característica común y principal de estas infecciones es su forma de
transmisión, mediante el contacto sexual directo, sin protección, y el
intercambio de los fluidos corporales con una persona que ya padece
alguna de tales infecciones.
89
Debe resaltarse, sin embargo, que estas infecciones pueden también
transmitirse por vía sanguínea, a través de una transfusión de sangre o
de una madre a su hijo.
Las ITS son causadas por agentes biológicos tales como hongos,
bacterias, virus y parásitos. Se clasifican según sus manifestaciones en:
i) ulcerativas, como la sífilis y el herpes; ii) secretoras, como la
gonorrea; iii) proliferativas, como los condilomas; y iv) sistémicas,
como la hepatitis y la infección por el VIH.
Los síntomas y signos generales que indican la presencia de una ITS
pueden ser variados y de distinta intensidad; entre ellos es posible
mencionar las úlceras y/o verrugas en los genitales, el ano o la boca;
ardor y/o dolor al orinar, o necesidad de orinar frecuentemente;
comezón y/o inflamación en la zona de los genitales o sus alrededores;
garganta roja o inflamada, y síntomas de gripe incluyendo fiebre,
escalofrío y malestar general; molestias al momento de la relación
sexual, y en las mujeres sangrado vaginal fuera del periodo menstrual.
Algunas de las infecciones de transmisión sexual suelen ser
asintomáticas en sus fases tempranas. La falta de una atención
oportuna puede complicar su desarrollo y tener consecuencias como la
infertilidad o incluso llevar a la muerte.
Es importante recordar que la única manera de evitar una ITS es con una
vida erótica protegida sin intercambio de fluidos orgánicos, con la
abstinencia y, por supuesto, usando el condón masculino y el femenino.
El personal de salud y los docentes deberán informar claramente a
las y los jóvenes que ante la sospecha de haber contraído una infección
de transmisión sexual, o ante la presencia de uno o varios de los
síntomas o signos mencionados, deberán acudir al médico y evitar
automedicarse o emplear remedios caseros, pues ello pudiera acarrear
complicaciones.
Bibliografia
CASANOVA, GERARDO, FEDERICO ORTIZ et al. Infecciones de transmisión
sexual. Alfil. México, 2004.
ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD. Temas de salud. Enfermedades de
transmisión sexual. Disponible en:
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Sindromático de las Infecciones de Transmisión Sexual, 2ª edición.
90
Family Health Internacional, Implementing AIDS Prevention and
Care Project, USAID. México, 2004.
Interrupción voluntaria del embarazo (IVE)
La interrupción voluntaria del embarazo o aborto voluntario es el
proceso mediante el cual una mujer decide interrumpir un proceso de
gestación apoyada por un prestador o prestadora de servicios,
independientemente de si el procedimiento es legal o no. En algunos
países de América Latina y el Caribe, las leyes establecen el derecho de
las mujeres a interrumpir su embarazo bajo ciertas circunstancias. La
legislación más avanzada de la región es la de la ciudad de México, que
establece el derecho de las mujeres a la interrupción legal del
embarazo, o ILE, siempre que ellas así lo decidan, hasta la semana 12 de
la gestación, así como la obligación de los servicios de salud públicos de
garantizar la prestación del servicio de forma gratuita a las mujeres que
acudan a solicitar este servicio en la propia capital mexicana, y
específicamente en los servicios de salud del gobierno local.
La Organización Mundial de la Salud define el aborto como: “la
interrupción del embarazo antes de que el feto pueda llevar una vida
extrauterina. Se denomina aborto espontáneo aquél en el que la
interrupción del embarazo no es voluntaria, mientras que el aborto
provocado es el que se debe a una interferencia deliberada”. “Se
entiende por aborto provocado el resultante de maniobras practicadas
deliberadamente con ánimo de interrumpir un embarazo; todos los
demás abortos se consideran espontáneos aún cuando en ellos
intervengan causas externas tales como traumatismos o enfermedades
transmisibles.”
Por otra parte, el aborto inseguro es una práctica que continúa poniendo
en riesgo la vida de las mujeres en América Latina y el Caribe debido a
sus restricciones legales. Se encuentra penado por las leyes de casi
todos los países de la región, con excepción de Cuba, Guyana y Puerto
Rico. Está penalizado totalmente en Chile, El Salvador, Nicaragua y
República Dominicana. Algunos países permiten el aborto para salvar la
vida de las mujeres; ocurre así en Antigua y Barbuda, Dominica,
Guatemala, Haití, Honduras, Panamá, Paraguay, República Dominicana,
Surinam y Venezuela. En otros países, como Argentina y Brasil, se
permite por circunstancias tales como peligro para la salud de la mujer,
violación o incesto y/o malformaciones genéticas graves. Además, en
Colombia la Corte Constitucional despenalizó en 2006 el aborto en tres
91
circunstancias: cuando la continuación del embarazo represente un
peligro para la vida o la salud de la mujer; cuando exista una grave
malformación del feto que haga inviable su vida, y cuando el embarazo
sea por una violación, inseminación artificial o transferencia de óvulo
fecundado no consentida o incesto.
La IVE, ILE o aborto voluntario (provocado) ha sido una de las banderas
de lucha más importantes del movimiento feminista latinoamericano,
que ha enmarcado el derecho a la interrupción del embarazo en la
defensa de la maternidad voluntaria y de los derechos reproductivos
como derechos humanos. Después de la IV Conferencia Internacional de
Población y Desarrollo (El Cairo, 1994) y la V Conferencia Mundial de las
Mujeres (Beijing, 1995), en donde los gobiernos del mundo alcanzaron
diversos acuerdos que incluyen la implementación efectiva de las leyes
que permiten el aborto, así como la revisión de las leyes que lo
penalizan, las organizaciones feministas han fortalecido su trabajo y sus
campañas dirigidas a incrementar el acceso de las mujeres a servicios
de aborto legal y seguro, a través del trabajo de defensa y gestión, de la
promoción y apoyo de leyes más liberales y de la información y
educación pública.
Las organizaciones de América Latina y el Caribe defensoras de los
derechos reproductivos de la mujer y la maternidad voluntaria pusieron
en marcha desde 1990 la Campaña 28 de Septiembre por la
Despenalización del Aborto, fortaleciendo la toma de decisiones, el uso
de la libertad de conciencia, y el ejercicio de su autonomía y autoridad
moral. La consigna es “las mujeres deciden, la sociedad respeta, el
Estado garantiza”, a la que se añadió recientemente “y las Iglesias no
intervienen”.
Bibliografía
MEJÍA, MARÍA CONSUELO. “Un dilema ético en el tema del aborto”, en
Elementos para un análisis ético de la reproducción. Juan
Guillermo Figueroa, PUEG/PUIS/UNAM. Porrúa, México, 2001.
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informe de un grupo científico de la OMS. OMS. Ginebra, 1970.
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gestoriales de prevención y tratamiento. OMS. Ginebra, 1995.
92
Juventud
Para el diseño de políticas públicas y programas, el término se entiende
como el rango de edad que se encuentra entre los 15 y 24 años. En los
países de Iberoamérica, como se sabe, este rango se amplía; algunos,
como Colombia, lo inician a los 12 años; y otros, como México, España y
Portugal lo terminan a los 29. Para la Organización Mundial de la Salud,
la juventud se desarrolla entre los 15 y los 24 años 11 meses. Las
categorías de las OMS, si bien presentan una superposición étarea en la
medida que la adolescencia va de los 10 a 19 años, en quinquenio entre
15 y 19 años cae en ambas denominaciones. En este sentido, la
juventud engloba a la adolescencia, aunque la adolescencia no engloba
a la juventud.
El término juventud existe en Europa Occidental desde el siglo XVI; sin
embargo, como categoría social surge hasta fines del siglo XVIII,
mientras que lo que ahora conocemos como juventud aparece al
finalizar el siglo XX. De acuerdo con el historiador Sven Moch, la
sociedad asume a la juventud como una fase específica de la vida
durante la cual le son impuestas ciertas demandas y tareas que definen
a una persona como joven. Se trata de un concepto que puede ser
estudiado desde distintas perspectivas.
La antropóloga Maritza Arteaga destaca que la juventud puede ser
estudiada a partir de dos enfoques: i) la construcción sociocultural de lo
juvenil desde las formas institucionales a través de las cuales se
impulsan y desarrollan normas de conducta, valores, espacios, roles e
imágenes para definir la juventud, y donde los escenarios en los que se
construyen estas representaciones son la familia, la escuela, el trabajo,
las instituciones religiosas, los partidos políticos y los medios de
comunicación, entre otros; ii) la construcción juvenil de la cultura a
partir del estudio de los territorios y espacios de sociabilidad juvenil –
tales como el barrio, los lugares de diversión, la calle, la música y
demás-, que les permiten interactuar y encontrarse con sus pares,
identificarse con determinados comportamientos y valores, y desarrollar
identidades en el marco de proyectos culturales.
La atención a los y las jóvenes queda subsumida en las propuestas bajo
la categoría de adultos. De este modo, según lo señala Krauskopf, las
particularidades de este grupo tienden a diluirse en políticas sociales,
económicas, de salud y laborales dirigidas a la población adulta, sin
distingo alguno. Por ello, los gobiernos deberán fortalecer las garantías y
93
protección del sujeto juvenil, dirigiendo programas sociales acordes a
sus necesidades e intereses.
Los estudios sobre la juventud han abordado igualmente la relación con
los comportamientos y prácticas sexuales, de donde es posible saber
que las nuevas generaciones optan por conductas y prácticas más
seguras, buscan tener acceso a la información y reconocen las distintas
orientaciones sexuales.
Es recomendable que los programas educativos dirigidos a jóvenes,
incluyendo los programas de educación sexual, tomen en cuenta la
heterogeneidad de situaciones que ellos mismos viven en función de la
edad, sexo, origen social, etnia, región de pertenencia y escolaridad, así
como las formas diferenciadas de vivir el periodo juvenil y la infinidad de
identidades que las y los jóvenes asumen en función de variables
culturales.
Bibliografía
INSTITUTO MEXICANO DE LA JUVENTUD. Manual de Elementos Pedagógicos
para la Educación Sexual. IMJ, Departamento de Sexualidad.
México, D.F., 2006.
KRAUSKOPF, DINA. “La construcción de las políticas de juventud en
Centroamérica”, en: Políticas Públicas de la Juventud en América
Latina. Políticas Nacionales. Oscar Dávila editor. CIDPA ediciones.
Santiago de Chile, 2003.
PÉREZ, JOSÉ y ARTEAGA MARITZA, coordinadores. Historia de los jóvenes en
México. Su presencia en el siglo XX. SEP, Instituto Mexicano de la
Juventud, Archivo General de la Nación. Colección de Jóvenes No.
16. México, 2004.
UNESCO. Educación para el siglo XXI. Consulta del viernes 29 de marzo
de 2009: www.unesco.org.
Lesbiana
La mujer lesbiana posee una orientación sexual que le hace sentirse
atraída sexualmente por otra mujer pudiendo establecer con ella un
vínculo de amor, afecto y cariño. Dicha elección, descubierta en algún
momento de la vida, puede ser expresada o no por la mujer, en función
de las condiciones personales y del entorno social.
94
La antropóloga Ángela Alfarache afirma que para casi todas las lesbianas
sus familias son muy importantes núcleos de afecto, apoyo y relaciones.
La mayoría de las personas que son discriminadas por alguna condición
de raza, etnia, lengua o religión cuentan con el apoyo familiar, porque
en muchas ocasiones el motivo de la discriminación es compartido por
ese mismo núcleo. Pero con las mujeres lesbianas o con los varones
homosexuales no ocurre así; por el contrario, las lesbianas son de las
pocas personas, que en un mismo núcleo familiar no comparten el
paradigma dominante de la heterosexualidad.
Entre los principales miedos a los que las mujeres lesbianas se
enfrentan está el miedo a ser descubiertas; y no tanto que se sepa su
condición, sino ser reconocidas como tales por sus familias; ser
descubiertas y que la identidad lésbica totalice su identidad como
mujeres para pasar a ser, en vez de hijas, hermanas, tías o sobrinas, las
lesbianas de la familia. Esta situación se presenta en el seno de
numerosas familias y círculos de amistades sin que la gente pueda
comprender siempre qué es eso de la lesbofobia. Entonces, el eje
identitario de ser lesbiana se convierte en el eje totalizador de la
persona, lo que pone que evidencia la dificultad de ver integralmente a
las mujeres con sus defectos y virtudes.
La mayoría de las culturas han considerado a las lesbianas inexistentes
y las han marginado. Pero a partir de la década de los sesenta,
representantes del movimiento feminista han venido luchando por el
reconocimiento a los derechos de las mujeres.
El personal de salud y los docentes deberán tener una actitud
positiva y no discriminatoria hacia la lesbiandad. Este personal deberá
informarse y comprender lo que el concepto significa, y también
fomentar el respeto a las diferentes orientaciones sexuales y la
diversidad sexual, incluyendo la posibilidad de que existen familias con
madres lesbianas o padres homosexuales.
Bibliografía
ALFARACHE, ÁNGELA. “Lesbofobia y homofobia en las familias”. Ponencia
presentada en la Mesa V: Ética y valores en las relaciones
familiares del seminario Familias en el siglo XXI. Realidades
diversas y políticas públicas. El Colegio de México, México, 2009.
COYLE, ADRIAN y CELIA KITZINGER, editores. Lesbian and Gay Psychology.
BPS Blackwell. Oxford, UK, 2002.
95
PLATERO, RAQUEL y CRISTINA FERNÁNDEZ LASO, compiladoras. ONUSIDA.
Conceptos clave sobre homosexualidad y lesbianismo y VIH/SIDA.
Colección Prácticas Óptimas del ONUSIDA, 2003.
GONZÁLEZ DE ALBA, LUIS. La orientación sexual. Paidós, México, 2003.
Machismo
El machismo se refiere al conjunto de creencias, actitudes, conductas y
prácticas que promueven que la mujer sea devaluada, discriminada y
violentada. Es la expresión de la magnificación de lo masculino en
menoscabo de la condición e integridad de la mujer a través de
expresiones que exaltan la virilidad, la violencia, la sexualidad y el
alcoholismo en los hombres.
El machismo refleja problemáticas sociales y culturales en las que están
presentes los estereotipos de género así como la estigmatización y
desvalorización hacia lo femenino. En la base de esta visión se hace
presente la superioridad del poder masculino, no sólo respecto de la
mujer sino también en relación con las niñas, niños, adolescentes y
hombres que se consideran débiles o con modales femeninos.
Algunos estudios destacan que el machismo es producto del mestizaje y
de la transculturación y trato que los españoles daban a las mujeres;
aunque en el mundo prehispánico la mujer era considerada también un
ser inferior. El psicoanalista Santiago Ramírez destaca que la mujer ha
sido “…objeto de conquista y posesión violenta y sádica; su intimidad es
profundamente violentada y herida…”; añade: “…el machismo mexicano
no es en el fondo sino la inseguridad de la propia masculinidad, el
barroquismo de la virilidad, el alejamiento de la difusa paternidad
introyectada”.
El machismo no es un problema exclusivo de América Latina; en otras
partes del mundo asume formas semejantes o ligeramente diferentes. El
punto en común entre un continente y otro es que existe una asociación
entre el machismo y la violencia, según lo señala Otto Klineberg. Esta
vinculación pone de manifiesto no sólo la violencia hacia la mujer, sino
que la hace extensiva a miembros de la familia dependientes como
niñas, niños, adolescentes y ancianos. Cabe señalar que el machismo no
es sólo muestra de la exhibición o simulación del poder, sino que
demuestra, en el fondo, la falta de poderío y destreza para tratar a las
mujeres, y especialmente a aquéllas con las que se forma pareja.
96
El machismo es un problema de vastas dimensiones. En países de
América Latina se impulsan campañas para reducir la violencia contra
las mujeres, como es el caso de la Red Chilena contra la Violencia
Doméstica y Sexual, que lo hace bajo el lema Cuidado, ¡el machismo
mata!, realizada en 2007, y la de México, intitulada El que golpea a una
golpea a todas, que impulsó en el 2005 el Instituto Nacional de las
Mujeres, con imágenes de mujeres comunicadoras y líderes de opinión.
También en México se realizó en el 2008 la campaña De hombre a
hombre, pongamos el ejemplo, en donde líderes invitaban a reducir la
violencia hacia la mujer.
El personal de salud y
clientes y alumnos acerca
asumir para erradicar la
programas educativos en
favorezcan relaciones más
géneros.
los docentes deberán sensibilizar a sus
del gran compromiso que todos debemos
violencia contra las mujeres, e impulsar
el marco de los derechos humanos que
dignas, respetuosas y armónicas entre los
Bibliografía
BOURDIEU, PIERRE. La dominación masculina. Anagrama. Barcelona, 2007.
CASTAÑEDA, MARINA. El machismo invisible. Grijalbo. México, 2002.
GIRALDO OCTAVIO. “El machismo como fenómeno psicocultural”, en:
Revista Latinoamericana de Psicología. Vol. 4, No. 3. Fundación
Universitaria Honrad Lorenz, Bogotá, Colombia, 1972.
GUTTMAN, MATTEHEW “Traficando con hombres. La antropología de la
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Antropology, No. 26. 1997.
LUGO, CARMEN. “Machismo y violencia”, en: Revista Nueva Sociedad, No.
78. Agosto, 1985.
RAMIREZ, SANTIAGO. El mexicano, piscología de sus motivaciones.
Conacyt, México, 1980.
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Revista Latinoamericana de Psicología, Año/Vol. 25, No. 002.
Fundación Universitaria Konrad Lorenz, Bogotá, Colombia, 1993.
Red de Revistas Científicas de Latinoamérica y el Caribe, España y
Portugal.
Maltrato infantil
El maltrato infantil es un tipo de violencia que puede ser ejercida física o
psicológicamente mediante insultos, sacudidas, humillaciones, pellizcos,
97
patadas, quemaduras, abandono o discriminación; implica un trato
negligente o cualquier otra forma de violencia que cause daño a la
salud, a la sobrevivencia o la dignidad del niño o la niña.
Otra forma de someter a los menores a situaciones de violencia es
cuando son testigos de maltrato hacia terceros, dado que las
consecuencias que sufren son similares a las que experimentan quienes
viven la violencia en forma directa.
La mayor parte de los actos violentos contra niños y niñas los cometen
personas que los conocen y en quienes confían: progenitores, familiares,
novios o novias, parejas, compañeros de escuela y maestros, por
mencionar algunos. El maltrato infantil no se limita al hogar; puede
existir también en otros lugares, como las escuelas, los entornos
educativos, internados o en las prisiones.
El maltrato afecta la salud física y el desarrollo infantil, de donde surge
la necesidad de avanzar en su detección, prevención y tratamiento. Las
consecuencias del maltrato varían según la naturaleza y gravedad de la
violencia ejercida, si bien las repercusiones a corto y largo plazo para los
niños y niñas pueden llegar a ser irreversibles.
El derecho de la infancia a ser protegida contra los malos tratos está
establecido en el artículo 19 de la Convención sobre los Derechos del
Niño, que todos, familiares, autoridades y personas responsables de su
cuidado estamos obligados a asegurar.
Algunas consecuencias del maltrato infantil son una violencia física
evidente y ciertas actitudes como vergüenza, culpabilidad, enojo,
tristeza, angustia, apatía, incomprensión, miedo a las personas y otras.
Es necesaria la reflexión sobre la aceptación que existe en la mayoría de
las sociedades hacia el maltrato infantil. Argumentos como “las letras
con sangre entran” disfrazan como disciplina lo que en realidad es
violencia y generan intimidación o la idea de que por tratarse del hijo/a
propio/a nadie más tiene responsabilidad sobre él o ella. Una forma de
terminar con las relaciones de violencia es escuchando la opinión de
niños y niñas, lo que implica un acercamiento y la sensibilización hacia
las necesidades y preocupaciones de su propio presente.
El personal de salud y los docentes deben ser sensibles a la
gravedad de esta problemática. Para contribuir a solucionarla, buscarán
allegarse información y herramientas adecuadas que les permitan
identificar los signos de alerta que lleven a denunciar este delito.
98
Bibliografía
AZAOLA, ELENA et al. La infancia como mercancía sexual. Siglo XXI
Editores y Ciesas. Primera edición. México, 2003.
__________. “Maltrato, abuso y negligencia contra menores de edad”,
en: Informe Nacional sobre Violencia y Salud. Secretaría de Salud.
Primera edición. México, 2006.
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en: www.derechosinfancia.org.mx
PINHEIRO, SÉRGIO PAULO. Informe Mundial sobre la Violencia contra los
Niños y Niñas. ONU. Suiza, 2006.
Masculinidad
El término alude a los atributos, valores y comportamientos que
caracterizan el ser hombre; tales características se ven acotadas por el
contexto, lo cual quiere decir que cada sociedad o grupo social asigna
sus características a lo masculino, dependiendo de la época, la
educación, la cultura, la situación económica, las relaciones familiares y
la influencia de los grupos de pertenencia.
Existe lo que se conoce como modelo de masculinidad tradicional, que
reconoce en los hombres fortaleza, seguridad, competencia e
invulnerabilidad, características todas que les negarían cualquier
posibilidad de manifestar sentimientos, emociones y temores, por estar
tales expresiones socialmente apegadas a lo femenino.
Es así como surgen lugares comunes como que los hombres no lloran;
ultimo vieja; los hombres deben ser feos, fuertes y formales; los
hombres no se rinden; los hombres nunca tiene miedo, y otras.
En el modelo de masculinidad tradicional existen tres elementos
importantes: i) el poder, que tiene un rasgo central: ser hombre se
equipara con manifestar poder y control sobre los demás; ii) la violencia
–física, psicológica y/o sexual-, que aunada al poder buscará someter a
otros para que acaten sus órdenes; iii) la sexualidad, centrada
precisamente en el desempeño sexual y que contemplaría hombres con
una vida sexual muy activa, reducida a la genitalidad –esto es, a la
erección y la penetración-, dejando de lado cualquier otro tipo de
manifestación: caricias, besos, palabras. Esta construcción de la
masculinidad contribuye a la experiencia de mayores riesgos en la vida
99
sexual y reproductiva con la pareja o parejas, e igualmente a serias
limitaciones en el desarrollo del comportamiento paternal. La cultura
tradicional lleva también a las mujeres a demandar este modelo de
masculinidad, que es protector y proveedor.
Si bien el modelo de masculinidad tradicional puede generalizarse a
todos los hombres, es importante considerar que cada varón tiene la
posibilidad de modificar esas características, dado que existen múltiples
y diversas maneras de vivir la masculinidad. Recordemos que estos
patrones se conforman según el contexto social y cultural. De este
modo, los hombres tendrán siempre la posibilidad de construir su propia
masculinidad, trascendiendo los roles de género rígidos y
estereotipados. Por ello, muchos autores proponen usar el término en
plural: masculinidades.
El personal de salud y los docentes promoverán la reflexión en torno
a la construcción de “ser hombre”, identificarán los términos
masculinidad y masculinidades y, asimismo, los elementos primordiales
de la masculinidad tradicional, sus efectos sobre la vida de los varones y
en sus relaciones con los otros, así como la discusión y análisis sobre la
diferentes formas de ser hombre.
Bibliografía
AMUCHASTEGUI, ANA E IVONNE SZASZ, coordinadoras. Sucede que me canso
de ser hombre… Relatos y reflexiones sobre hombres y
masculinidades en México. El Colegio de México. México, 2007.
BARRIOS MARTÍNEZ, DAVID. Resignificar lo masculino. Guía de
supervivencia para varones del siglo XXI. Vila Editores. México,
2003.
BELL, DONALD. Ser varón: la paradoja de la masculinidad, Editorial
Tusquets. Barcelona, 1987.
KAUFMAN, MICHAEL. Hombres, poder, placer y cambio, CIPAF. Santo
Domingo, 1989.
KIMMEL, MICHAEL. “Los retos de una nueva masculinidad” Ponencia
presentada en el encuentro “Los varones frene a la salud sexual y
reproductiva”. Mimeo. México, 1989.
LARA, MARÍA ASUNCIÓN. “Masculinidad y femineidad”, en: CONAPO,
Antología de la sexualidad humana, Tomo I, CONAPO/FNUAP,
México, D.F., 1994.
100
Masturbación
La masturbación es el estímulo manual de distintas partes del cuerpo,
de su totalidad o de los órganos sexuales externos, o su frote con algún
objeto, con la intención de experimentar placer, independientemente de
si se alcanza o no el orgasmo. Se le puede acompañar de fantasías
sexuales que potencian el deseo y la excitación sexual. La masturbación
es una práctica sana y saludable, sea que la experimenten hombres o
mujeres, en cualquier edad. Es probable que durante la pubertad y la
adolescencia la práctica de la masturbación se incremente entre ellos,
en la búsqueda de conocer su cuerpo y experimentar situaciones de
ensayo propias del despertar sexual. Puede realizarse individualmente,
en cuyo caso se circunscribe al ámbito del autoerotismo; también puede
realizarse en pareja.
El personal de salud y los docentes deben enfatizar que la
masturbación es un acto libre, consciente y voluntario, que no causa
daños físicos ni psicológicos y que puede ayudar a fortalecer el
conocimiento del propio cuerpo. Será necesario, asimismo, recordar la
necesidad de buenas prácticas higiénicas (recortarse las uñas y lavarse
las manos), y cuidar de la privacidad al momento de practicarla.
Bibliografía
ESCALANTE, SIMÓN. Aprende a vivir sin complicaciones tu vida sexual,
Consejo Estatal de Población Campeche, México, s/f.
KATCHADOURIAN, HERANT A. Las bases de la sexualidad humana, 3ª
reimpresión, Cía. Editorial Continental, México, 1983.
URBIOLA, ÓSCAR. Gran enciclopedia del sexo. Historia ilustrada de las
prácticas sexuales. Ed. Integral. Barcelona, 2006.
Métodos anticonceptivos
Las sustancias, dispositivos o procedimientos que se utilizan para
impedir la capacidad reproductiva de un individuo o una pareja en forma
temporal o permanente se conocen como métodos anticonceptivos.
Existen métodos anticonceptivos temporales y permanentes.
101
Métodos temporales
- Hormonales: orales, inyectables, implantes subdérmicos, anillos
vaginales, antigestágenos.
- Intrauterinos: no medicados (inertes), medicados (activos),
hormonales.
- Barrera: condón masculino y femenino, espermicidas locales:
óvulos, jaleas y espumas, diafragma, esponjas vaginales.
- Naturales: abstinencia periódica, coito interrumpido, ritmo o
calendario, temperatura basal, moco cervical (Billings).
- Amenorrea y lactancia (MELA).
Métodos permanentes
- Oclusión tubaria bilateral (OTB) o salpingoclasia en la mujer.
- Vasectomía en el hombre.
Anticoncepción de emergencia, anticoncepción post-coital, pastilla
de anticoncepción de emergencia (PAE), píldora del día siguiente
- Se trata de un método anticonceptivo moderno que tiene
indicaciones específicas para su uso post-coital ocasional, en caso
de relaciones sexuales no protegidas, fallas anticonceptivas o de
relaciones sexuales forzadas (violación). La anticoncepción de
emergencia (AE) es efectiva dentro de los primeros cinco días o
120 horas después del coito no protegido, con una clara relación
inversa entre tiempo de ingesta y la efectividad anticonceptiva. Es
un método capaz de prevenir el embarazo, pero nunca de
interrumpirlo; es decir, no posee propiedades abortivas.
El personal de salud y los docentes deben aprovechar las
oportunidades de intervención con las personas para difundir el
conocimiento o reforzar el uso de los métodos anticonceptivos
modernos, enfatizar el proceso de toma de decisiones informadas, y
favorecer la doble protección, que ayuda a evitar la adquisición de
infecciones de transmisión sexual.
Bibliografía
AGUILAR, JOSÉ A. Y BEATRIZ MAYÉN. La salud sexual y reproductiva en la
adolescencia: Un derecho a conquistar. UNFPA, Pathfinder
International y Schering Mexicana. Primera edición. México, 2001.
102
CENTRO LATINOAMERICANO SALUD Y MUJER, A.C. Información en línea.
Disponible en:
http://www.celsam.org/home/interiorJov.asp?cve_cont=51
CENTRO NACIONAL DE EQUIDAD DE GÉNERO Y SALUD REPRODUCTIVA, SECRETARÍA
DE SALUD. DIsponible en:
http://www.generoysaludreproductiva.salud.gob.mx/paginas/mision.html
IPAS. Actualización clínica basada en la evidencia No.1: Anticoncepción
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en: http://www.ipas.org/Publications/asset_upload_file65_3253.pdf
ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD, UNIVERSIDAD JOHNS HOPKINS Y USAID.
Planificación familiar. Un manual mundial para proveedores.
OMS/Johns Hopkins/USAID. E.U.A, 2007.
SCHWARSZ RICARDO, et al. Guía para el uso de métodos anticonceptivos.
Ministerio de Salud de la Nación. Argentina, 2002.
TRUSSELL J, STEWART F et al. Emergency contraceptive pills: a simple
proposal to reduce unintended pregnancies. Fam Plann Perspect
1992; 24:269-273.
VILLANUEVA, ROCÍO. La anticoncepción oral de emergencia: el debate legal
en América Latina. Instituto Interamericano de Derechos
Humanos. San José, Costa Rica, 2008.
Misoginia
Se designa así a la conjugación de temor, rechazo y odio hacia las
mujeres. Hace referencia a todas las formas en que asigna sutil o
visiblemente lo que se considera negativo y nocivo. La misoginia tiene
como fin interiorizar en las mujeres lo que se relaciona con la convicción
masculina universal, es decir, que ser hombre es lo mejor que puede
sucederle a las personas. Algunos autores describen que en la
construcción masculina la consigna es: “no ser como las mujeres”.
En el fondo de esta concepción subyace la voluntad política en la que
todo lo que no sea atributo de los hombres debe ser inferiorizado,
deslegitimado, encubierto, estigmatizado, ridiculizado y si resulta
conveniente, condenado y suprimido. En sí misma, la misoginia es
violenta (Cazés, 2005).
Las expresiones más burdas y frecuentes de la misoginia son las que
proclaman y difunden todos los defectos, pecados y lacras que se
atribuyen a todas las mujeres por el hecho de serlo. Estas expresiones
validan que se sentencie a todas las mujeres como si fueran un solo ser
103
(Amorós, 2001), porque ninguna posee todas las virtudes que deberían
tener solo por el hecho de ser mujeres.
A manera de hipótesis, Nelson Minello destaca que: i) el modelo actual
de la misoginia se origina en los siglos XVIII y XIX con el desarrollo del
capitalismo, que impone una individualización a partir del género, lo cual
implica la oposición a la feminidad y se institucionaliza en el Estado
moderno; ii) en el mundo occidental coexisten formas de misoginia que
se relacionan con los diferentes órdenes del género de las distintas
épocas y regiones; iii) uno de los componentes más importantes de la
misoginia es una relación de poder y control; iv) la misoginia es una
categoría en construcción que exige realizar investigación de campo
para conocer con mayor precisión qué les significa a hombres y a
mujeres; v) la misoginia puede coexistir con otras características
masculinas de apoyo a la mujer, entre otras circunstancias, porque los
hombres “querámoslo o no en lo individual, somos estructuralmente
misóginos”.
El personal de salud y los docentes reflexionarán acerca de sus
propias actitudes, cuando asuman comportamientos sexistas y
descalificadores hacia las mujeres. Es recomendable sensibilizarse para
no reproducir estas prácticas con usuarios y alumnos, sino manejarse a
través del respeto y la equidad.
Bibliografía
AMORÓS, CELIA. “El discurso de la igualdad en el pensamiento de Poulain
de la Barré”, en Historia de la teoría feminista. Universidad
Computense. Dirección General de la Mujer. Madrid, 1994.
__________. Feminismo, igualdad y diferencia. UNAM. México, 2001.
CABALLÉ, ANNA. Una breve historia de la misoginia. Antología y crítica.
Lumen, Barcelona, 2006.
CAZÉS, DANIEL y FERNANDO HUERTA, Coordinadores. Hombres ante la
misoginia: miradas críticas. Serie Diversidad Feminista. Centro de
Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de
la UNAM. México, 2005.
__________. “La misoginia: ideología de las relaciones humanas. Una
introducción” en: Hombres ante la misoginia: miradas críticas.
Cazés, Daniel y Fernando Huerta, coordinadores. Diversidad
Feminista. Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en
Ciencias y Humanidades de la UNAM. México, 2005.
MINELLO, NELSON. De la misoginia y otras dominaciones en Hombres ante
la misoginia: miradas críticas. Cázes Daniel, Huerta Fernando,
coordinadores.
Serie
Diversidad
Feminista.
Centro
de
104
Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de
la UNAM. México, 2005.
Órganos sexuales
De modo tradicional, esta expresión alude a los órganos pélvicos
externos; en los hombres: pene, testículos y bolsa escrotal; y en las
mujeres la vulva, que incluye al monte de Venus, los labios mayores y
menores, el introito vaginal y el clítoris. En esta concepción no se
consideran los órganos pélvicos internos de las mujeres, como el útero,
las tubas uterinas y los ovarios; ni los de ellos: próstata, vesículas
seminales, epidídimo y conductos eyaculatorios.
Hay quienes al referirse a estas estructuras anatómicas emplean el
término genitales; pero esta denominación se refiere estrictamente a la
función reproductiva, que es una más de las que tienen dichos órganos.
En sexología, las visiones contemporáneas prefieren renunciar a los
reduccionismos y ampliar el concepto de órganos sexuales. En efecto, la
vivencia erótica de los seres humanos no es algo circunscrito a sus
órganos pélvicos; podríamos hablar de experiencias totales en el deseo,
la excitación y el orgasmo. De ahí que resulte común en el lenguaje
sexológico afirmar que el órgano sexual más grande es la piel, y el más
importante el cerebro. De esta forma, el ser humano es visto como
poseedor de una integralidad sexual y erótica que va más allá de
elementos anatómicos aislados. Así, los órganos sexuales no son sólo
los que están en la pelvis, sino también el cerebro, la piel, las mamas,
los pezones y cada uno de los órganos de los sentidos.
El personal de salud y los docentes deberán ampliar el concepto de
órganos sexuales y aprovechar el tema para enfatizar que el acceso al
placer erótico forma parte de los derechos sexuales y es fuente de
salud.
Bibliografia
ARNOTT, STEPHEN. Sexo. Manual del usuario. Ed. Vergara. Barcelona,
2003.
KOMISARUK, BARRY, CARLOS BEYER-FLORES et al. La ciencia del orgasmo. La
naturaleza humana y los mecanismos del placer. Paidós. México,
2008.
105
Orgasmo
Es la fase de la respuesta sexual humana en la que ocurren una serie de
contracciones involuntarias en la zona pélvica y en el resto del cuerpo,
que liberan de forma súbita la tensión sexual acumulada en las fases
anteriores, lo cual genera una sensación intensa de placer. Esta
sensación, sin embargo, puede variar de acuerdo con la experiencia
individual. Puede durar entre tres y diez segundos, y en el caso de los
hombres estar acompañada de la eyaculación. No obstante, debe
aclararse que orgasmo y eyaculación no son lo mismo. En las mujeres
puede presentarse aumento en las secreciones vaginales.
Al orgasmo se puede llegar a través de la masturbación, las caricias
enfocadas en zonas erógenas o por la relación coital, aunque haber
iniciado alguna de estas prácticas no implica, necesariamente, que se
deba llegar al orgasmo para experimentar el placer. Tampoco implica,
en el caso de la relación coital, que ambos miembros de la pareja deban
experimentarlo al mismo tiempo. Los componentes subjetivos,
emocionales o culturales tienen un papel muy importante e influyen
directamente sobre la intensidad con la que se siente el orgasmo y si se
alcanza o no; esto puede generar diferencias en la experiencia de
hombres y mujeres.
Con relación a este tema, existen muchos otros aspectos a considerar,
sobre todo aquellos que son investigados desde la experiencia subjetiva,
tales como la capacidad multiorgásmica en hombres y en mujeres, la
eyaculación femenina, y los tipos de orgasmo que pueden
experimentarse dependiendo de la zona específica en que se concentre
la estimulación –como son el punto G en las mujeres y la estimulación
prostática en los hombres.
El personal de salud y los docentes deben procurar resaltar la
diversidad de experiencias que acompañan al orgasmo, y ayudar a
erradicar creencias erróneas que pudieran llegar a interferir en la
relación sexual al causar angustia o preocupación. Es conveniente que
señalen también que para una vida sexual plena es necesario conocer el
propio cuerpo y establecer una adecuada comunicación con la pareja.
Bibliografía
BANCROFT, JOHN. Human sexuality and its problems. Second edition
Churchill Livingstone, 1989.
106
CORONA, ESTHER. ¡Hablemos de salud sexual! Manual para Profesionales
de Atención Primaria de la Salud. Información, herramientas
educativas y recursos. Organización Panamericana de la Salud.
México, 2000.
KOMISARUK, BARRY, CARLOS BEYER-FLORES et al. La ciencia del orgasmo. La
naturaleza humana y los mecanismos del placer. Paidós. México,
2008.
NUÑEZ, MARIA DE LOS ÁNGELES. Hacia una sexualidad integral. Documento
no publicado.
RUBIO AURIOLES, EUSEBIO y SARA A. REVUELTA ZÚÑIGA. “Fisiología del
Erotismo Humano”, en: CONAPO, Antología de la Sexualidad
Humana, Vol. 1, CONAPO-Miguel Ángel Porrúa, México, 1994.
Orientación sexual
La orientación sexual es la organización específica de la atracción
erótico-afectiva hacia otra persona; se puede manifestar en forma de
deseos, sentimientos, prácticas e identificación sexuales, y evidenciarse
hacia personas del mismo o de diferente sexo. Aunque la ciencia fáctica
no ha dilucidado con precisión el origen de la hetero, homo y
bisexualidad, ha puesto de manifiesto que la orientación sexual no se
elige.
La orientación sexual tiene tres componentes: atracción, preferencia y
elección sexual. El primero de ellos es qué me atrae, el segundo qué
prefiero como pareja y el tercero la elección real de la pareja.
Las orientaciones sexuales pueden ser de tres tipos: la homosexualidad,
que es la atracción por el mismo sexo; la bisexualidad, que es la
atracción por ambos sexos, y la heterosexualidad, que es la atracción
por el sexo opuesto.
En ocasiones, el término preferencia sexual se utiliza como sinónimo de
orientación sexual. Al respecto, el sexólogo mexicano Xabier Lizárraga
postula que es mejor usar el concepto preferencia; sin embargo, otros
sexólogos de América Latina opinan que dicho término ha generado
confusión porque habitualmente se le da una connotación volitiva, de
elección, cuando toda la evidencia científica señala lo contrario.
Las personas con una orientación sexual distinta a la heterosexual se
enfrentan a menudo con la discriminación, la violencia, la tortura, el
encarcelamiento e incluso la muerte. De ahí la importancia de
107
comprender que toda persona debe poder disfrutar de los derechos
humanos consagrados en la Declaración Universal de los Derechos
Humanos.
El personal de salud y los docentes propiciarán la reflexión sobre las
distintas maneras de expresar los afectos, las emociones, el erotismo y
el amor. Será oportuno comentar las orientaciones erótico-afectivas que
existen entre los seres humanos, y promover los derechos humanos
como herramienta para garantizar el respeto a la diversidad de
expresiones erótico–afectivas.
Bibliografía
CASTAÑEDA, MARINA. La experiencia homosexual. Editorial Paidós. México,
D.F., 2006.
HERNÁNDEZ, JUAN J. “Variantes sexuales: un acercamiento a las
manifestaciones no heterosexuales de la sexualidad”, en:
Antología de lecturas sobre género y educación sexual.
Democracia y Sexualidad, A.C., y Dirección General de Educación
Superior para Profesionales de la Educación. México, D.F., 2008.
MASTERS, WILLIAM H, VIRGINA E. JOHNSON et al. Heterosexuality. Harper
Collins Publishers, Inc. Nueva York, 1994.
ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS. “Declaración Universal de los
Derechos Humanos”, en: Compilación de instrumentos nacionales
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RUBIO, EUSEBIO y ALMA ALDANA. “La expresión homosexual del erotismo”,
en: Antología de la sexualidad humana. Vol. I, Miguel Ángel
Porrúa/ CONAPO. México, D.F., 1994.
Óvulo
Los óvulos son las células germinales situadas en los ovarios del aparato
sexual femenino en forma de folículos; se desarrollan desde el embrión
y su producción cesa con la menopausia. En cada mujer existen
alrededor de 400 mil folículos. Previo al nacimiento, el cerebro, las
glándulas endócrinas y los órganos sexuales internos experimentan una
especie de programación que conduce a la maduración y al inicio de la
liberación de óvulos susceptibles de ser fecundados durante la pubertad.
La liberación de un óvulo se conoce como ovulación y se produce
aproximadamente a la mitad del tiempo que transcurre entre el primer
día de una menstruación y el primero de la siguiente. Se calcula que el
108
tiempo en el que cada óvulo está disponible para la ovulación oscila
entre seis y 24 horas; por lo tanto, en cada ciclo reproductivo de un
mes, sólo existe un óvulo disponible para la fecundación durante un día
o unas horas.
Cuando el óvulo deja el ovario viaja a través de la tuba uterina o trompa
de Falopio hasta llegar a la matriz. Si el óvulo es fecundado, después de
diversas divisiones celulares se implanta en el endometrio o capa
interna del útero o matriz, a partir del sexto día después de la fusión del
espermatozoide y el óvulo; es así como se inicia el embarazo. Si la
fecundación no ocurre, el óvulo no fecundado degenera y se reabsorbe a
través de los tejidos del organismo. Se suceden entonces modificaciones
hormonales, sobre todo su descenso severo, lo cual produce la
menstruación, que es la salida del cuerpo de una capa de tejidos que
son parte del endometrio en el cual el huevo o cigoto no quedó
implantado.
El personal de salud y los docentes deberán explorar y difundir, a
través de imágenes o dibujos, el trayecto que sigue el óvulo una vez
liberado, para advertir de la probabilidad de un embarazo si se tienen
relaciones sexuales durante la ovulación.
Bibliografía
AGUILAR, JOSÉ A. “Pubertad y reproducción”, en: Hablemos de
Sexualidad. Lecturas. Aguilar, José A. y Beatriz Mayén,
compiladores. Consejo Nacional de Población, Fundación Mexicana
para la Planificación Familiar. Tercera edición, México, 1997.
AYALA, AQUILES. Medicina de la reproducción humana. Grupo Azabache,
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BASSO, MICHAEL J. La Guía Esencial sobre Sexualidad Adolescente: Un
Manual Indispensable para los Adolescentes y Padres de Hoy.
2005.
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REINISCH, JUNE y RUTH BEASLEY. Nuevo informe Kinsey sobre sexo. Paidós.
Barcelona, 1992.
RODRIGUEZ, RODOLFO. Sexualidad humana. Guayaquil, Ecuador, 2003.
SECRETARÍA DE EDUCACIÓN PÚBLICA, SEP. Sexualidad infantil y juvenil.
Nociones introductorias para maestras y maestros de educación
básica. SEP, México, 2000.
109
Papanicolaou
La prueba del Papanicolaou llamada también Pap o Frotis de Pap es un
estudio que se realiza en las células del cuello del útero para detectar
anomalías que pueden surgir a causa de un cáncer cervicouterino o
antes de que éste se presente, a fin de iniciar un tratamiento oportuno.
El Papanicolaou y el examen pélvico forman parte del cuidado integral
de la mujer. El examen pélvico, que ayuda a detectar anomalías en el
cérvix, consiste en palpar el útero, la vagina, los ovarios, las trompas de
Falopio, la vejiga y el recto con la finalidad de encontrar alguna
anomalía de forma o tamaño.
Las mujeres deben someterse a una prueba de Papanicolaou al menos
cada tres años. La primera se deberá hacer tres años después de haber
empezado a tener relaciones sexuales, pero antes de cumplir 21 años de
edad. Este estudio lo puede realizar personal capacitado, ya sea en un
consultorio médico o en un hospital.
Las mujeres deberán hacerse esta prueba cuando no estén
menstruando; el mejor momento es entre los 10 y 20 días después del
inicio del último período menstrual. Es recomendable que dos días
antes de realizarse la prueba de Papanicolaou la mujer no se realice
ningún lavado vaginal ni use medicamentos vaginales, espumas, cremas
o gelatinas espermicidas (excepto cuando sea indicado por el médico),
pues tales productos podrían lavar u ocultar las células anormales. La
mujer no deberá tampoco tener relaciones sexuales uno o dos días
antes de practicarse esta prueba, ya que ello pudiera dar origen a
resultados poco claros. Después de realizarse el Papanicolaou, la mujer
puede retomar sus actividades cotidianas.
La mayoría de los cánceres invasores del cérvix son prevenibles si la
mujer se practica el Papanicolaou con regularidad. Además, si se
detecta a tiempo, el cáncer de cuello uterino, al igual que otros tipos de
cáncer, puede ser tratado con mayor éxito.
El personal de salud y los docentes deben fomentar la prevención y
el cuidado a la salud y la determinación temprana del cáncer
cervicouterino. La escuela es un espacio adecuado para proporcionar a
los alumnos y alumnas elementos para su desarrollo integral y que
puedan adquirir un estilo de vida saludable.
110
Personal médico o técnico calificado puede realizar la prueba del
Papanicolaou en las condiciones de respeto y privacidad que se
requieren. En el sector salud la prueba es gratuita.
Bibliografía
ALLER, JUAN Y GUSTAVO PAGÉS, editores. Obstetricia Moderna. McGraw Hill.
3ª. edición. México.
INSTITUTO NACIONAL DE SALUD PÚBLICA. Importancia de la prueba del
Papanicolaou en la detección oportuna de cáncer. Disponible en:
http://www.insp.mx/Portal/cuidados_salud
CENTERS FOR DISEASE CONTROL. Cáncer de cuello uterino. División de
Prevención y Control del Cáncer, Centro Nacional para la
Prevención de Enfermedades Crónicas y de Prevención de la
Salud. CDC en español. Disponible en:
http://www.cdc.gov/spanish/cancer/cervical
Pederastia
Es el delito en el cual una persona, en virtud del poder que ejerce o
aprovechándose de la relación o la situación jerárquica o intrínseca de
poder que tiene sobre una persona menor de 18 años, ejecuta o le
obliga, induce o convence a realizar un acto de naturaleza sexual, con o
sin consentimiento del menor y en perjuicio de su sano desarrollo físico,
psicoemocional o psicosexual, derivado de su parentesco por afinidad o
consanguinidad, independiente del grado, o que ejerza la patria
potestad, tutela, cuartela, guarda o custodia, derivada de su relación
docente, religiosa, laboral, médica, domestica o de cualquier otra índole
que implique confianza, subordinación o superioridad, y que se haya
aprovechado de dicha posición, investidura o cargo, público o privado,
sea de carácter remunerado o voluntario.
Por sus raíces históricas y tomando en cuenta que en su origen este
concepto aludía simplemente a la relación de un hombre adulto con uno
más joven –sin la carga peyorativa que en la actualidad tiene-, el
especialista brasileño Mauro Cherobim ha propuesto que este vocablo
sea revisado y, si procede, resignificado.
Aunque la mayoría de los pederastas son varones, existen también
mujeres con un tipo de preferencia tal. Algunos pederastas manifiestan
interés en víctimas femeninas o masculinas; otros no tienen preferencia
de sexo. Hay quienes restringen esta preferencia sexual a la fantasía y
111
la realizan a través de la pornografía infantil, con lo que ocurre un tipo
de abuso indirecto. Otros lo realizan directamente a través de ver,
mostrar o hablar sobre el cuerpo o acerca de material pornográfico;
otros, finalmente, lo realizan por tocamiento, penetración u otros.
El personal de salud y los docentes deben ser sensibles a esta
problemática para que puedan generar en sus pacientes y alumnos
signos de alerta que lleven a denunciar este tipo de delito, y fomentar el
empoderamiento que permita poner límites a las personas que intentan
violentar la integridad física de menores.
Bibliografía
AZAOLA, ELENA et al. La infancia como mercancía sexual. Siglo XXI
Editores y Ciesas. 1. edición. México, 2003.
__________. “Maltrato, abuso y negligencia contra menores de edad”,
en: Informe Nacional sobre Violencia y Salud. Secretaría de Salud.
Primera edición. México, 2006.
CÁMARA DE DIPUTADOS DEL H. CONGRESO DE LA UNIÓN. Iniciativa para el delito
de pederastia y reformas adicionales al Código Penal Federal,
México, 2008.
SANTIAGO, PABLO. Alicia en el lado oscuro. La pedofilia desde la antigua
Grecia hasta la era internet. Imagine Ediciones. Madrid, 2004.
Pene
Es un órgano cilíndrico compuesto por dos cuerpos cavernosos y uno
esponjoso, con tejido eréctil, que contiene espacios vasculares que al
recibir estímulos sexuales produce la erección; lo integran: la raíz, el
cuerpo y el glande.
El glande es una continuación del cuerpo esponjoso; en su porción
terminal se encuentra el meato uretral, que es la abertura externa de la
uretra; la corona, y en particular el frenillo, representan una fuente de
placer sexual y de excitación cuando se les estimula de manera
adecuada. El glande puede estar cubierto de piel, llamada prepucio, que
puede ser eliminada mediante la circuncisión.
A la hormona masculina, llamada testosterona se debe el crecimiento
del pene, que habitualmente alcanza su tamaño máximo entre los 11 y
los 14 años. En un hombre saludable y normal, el tamaño del pene lo
determinan factores genéticos.
112
En los adultos, hay distintas medidas en longitud y diámetro del pene.
Se manifiesta un aumento de volumen merced a la erección originada
por el llenado de sangre de los cuerpos cavernosos. Es común que en
estado de erección un pene más pequeño alcance un tamaño semejante
al que obtiene un pene que es mayor en estado de flacidez; esto es,
existe una tendencia general a la estandarización en el tamaño.
El personal de salud y los docentes deben brindar información
adecuada y científica a fin de combatir las falsas creencias sobre el
tamaño del pene, su eficacia y la consideración de este órgano como
elemento de poder masculino. Igualmente, deberán hacer énfasis en la
importancia de la higiene del pene para evitar enfermedades y preservar
la salud sexual.
Bibliografía
BERGMAN RONALD A. Histología. McGraw–Hill Interamericana. 1ª. edición
en español. México, D.F., 1998.
COHEN, JOSEPH. El libro del pene. Konemann. Colonia, Alemania, 2000.
CHAPELA, LUZ MARÍA. Hablemos de sexualidad en familia. Consejo Nacional
de Población y Fundación Mexicana para la Planeación Familiar,
A.C. 1ª. edición, México, D.F., 2000.
MCARY, JAMES LESLIE y STEPHEN P. MCARY et al. Sexualidad humana. El
Manual Moderno. México, D.F., 1980.
RODRIGUEZ, RODOLFO. Sexualidad humana. Guayaquil, Ecuador, 2003.
Placer
El placer es sinónimo de goce, disfrute y satisfacción. El placer tiene que
ver con la interacción de la parte subjetiva de la persona, con el
funcionamiento de los cinco sentidos, con el entorno y con la presencia
de otra/s persona/s que se constituyen en estímulos eficaces.
En el ámbito de la sexualidad, las sensaciones de gran bienestar se
asocian con el placer erótico: aquel que procede al deseo, la excitación y
el orgasmo. En la actualidad, se considera que el placer general, tanto
como el específicamente erótico, son una fuente de salud orgánica y
emocional. Las evidencias científicas indican que el placer contribuye al
buen funcionamiento del aparato cardiovascular y del sistema
inmunológico, además de que mejora el talante o estado de ánimo.
113
Bibliografía
BARRIOS MARTÍNEZ, DAVID. En las alas del placer. Cómo aumentar nuestro
goce sexual. Pax-México. México, 2005.
SANZ, FINA. Psicoerotismo femenino y masculino. Kairós, Barcelona,
2003.
Planificación familiar
Es el derecho de toda persona a decidir de manera libre, responsable e
informada el número y espaciamiento de sus hijos, y a obtener la
información especializada y los servicios idóneos. Se le conoce también
como regulación informada de la fertilidad.
Algunos países consagran este derecho en documentos oficiales y
jurídicos.
Tradicionalmente, al aludir al concepto de planificación familiar se le cita
como si fuera sinónimo de proyecto reproductivo, de control de la
natalidad o de anticoncepción; pero esto no es así.
El proyecto reproductivo se refiere a todas las acciones dirigidas al
disfrute de la función erótica sexual, ejerciendo control voluntario y
responsable sobre la función reproductiva, sea que sirva o no a un plan
específico de construcción de la vida familiar. El proyecto reproductivo
previene el embarazo precoz y no planeado o no deseado, el aborto de
riesgo, las complicaciones del embarazo y el parto prematuro.
El control de la natalidad se relaciona con la implantación de políticas
públicas dirigidas a ejercer control sobre el crecimiento racional de la
población a fin de favorecer el desarrollo y el bienestar social. El hecho
de que una sociedad regule sus índices de natalidad no significa,
necesariamente, que se construyan y estructuren mejores personas o
familias, ni que se ejercite una paternidad y una maternidad
responsables y exitosas.
En cuanto al término
negativa, dado que se le
Por tal motivo, parecería
regular la fecundidad o
anticonceptivos.
anticoncepción, ha tenido una connotación
asocia con una postura contraria al embarazo.
ser más conveniente referirse a métodos para
a proyecto reproductivo, en vez de métodos
114
En el caso de las parejas que viven en uniones estables, la planificación
familiar hace referencia al proceso de toma de decisiones que una
pareja hace respecto al tipo de familia que desea conformar, al número
de hijos y al proyecto de vida familiar que desea construir. Sin embargo,
a pesar de las disposiciones jurídicas y sanitarias, lo cierto es que
existen grupos sociales que no tienen acceso a los métodos para regular
la fecundidad.
La proporción de mujeres expuestas a un embarazo y que no emplean
ningún método anticonceptivo, a pesar de su deseo de limitar o espaciar
sus nacimientos, se define como necesidad insatisfecha.
En la actualidad, el término planificación familiar ha sido sustituido por
el de salud reproductiva, incluso lo abarca el de derechos sexuales y
reproductivos.
El personal de salud y los docentes deberán estar conscientes de los
cambios en las preferencias reproductivas y acerca de la planificación
familiar como un valor en la vida de las personas, particularmente de las
y los adolescentes y jóvenes, para favorecer la toma de decisiones
conscientes.
Bibliografía
ALTMAN, DENISS. Sexo global. Del nuevo desorden amoroso a la
mundialización de los apetitos. Océano. México, 2006.
POTTS, MALCOM y ROGER SHORTH. Historia de la sexualidad desde Adán y
Eva. Cambridge University Press. Madrid, 2001.
Poligamia
Con este nombre se designa al matrimonio o unión consensual plural, de
la cual existen dos variedades: la poliandria, que es la forma de
matrimonio que admite la unión de una mujer con dos o más hombres,
y la poliginia, que consiente la unión de un varón con más de una
mujer. Las principales culturas de oriente y occidente han sido siempre
más tolerantes con la poliginia que con la poliandria, siendo esta última
mucho menos frecuente.
En las sociedades que permiten esta práctica se reserva a grupos
selectos de hombres de linaje o condición socioeconómica elevada. En
las sociedades contemporáneas, se ha abierto un debate en fecha
115
reciente acerca de la regulación que debe tener en ellas la poliginia. Las
legislaciones de los países occidentales la prohíben desde el momento
en que la bigamia (contraer matrimonio civil habiendo un matrimonio
vigente anterior) está penalizada en los ordenamientos jurídicos; sin
embargo, ello no significa que no se reconozcan como válidos los
matrimonios plurales que son lícitos en otros países.
En México, existen antecedentes de esta práctica en las sociedades
prehispánicas. En algunas de ellas, el matrimonio representaba para los
nobles un medio para arreglar alianzas políticas, incrementar la
descendencia y el honor del linaje; incluso llegaban a realizarse por
cuestiones económicas, aprovechando los servicios que cada mujer
prestaba en la casa. Durante la época colonial, la intervención de la
Iglesia católica hizo que el matrimonio se impusiera como única forma
válida de unión; se prohibió la poligamia, que fue severamente
castigada, más entre las mujeres que entre los hombres. La poliginia,
sin embargo, continúo dándose en algunos grupos indígenas, en virtud
de que se relacionaba con sus formas de vida y tradiciones.
En la actualidad, esta situación se estudia desde perspectivas diversas.
Los indicios de que existe un número significativo de varones que tienen
más de una mujer lo proporcionan los censos, que informan que más
mujeres que hombres declaran estar casadas o en unión libre. Para lo
anterior hay dos explicaciones como mínimo; por un lado, están los
hombres que viven en unión libre y se declaran solteros o en unión legal
si participan de una unión de este tipo además de una unión libre,
declarando así una de ellas solamente.
Por otro lado, son muchas las mujeres que deciden declararse como
casadas si es que tienen hijos y viven en unión libre. En ello influye la
moral sexual imperante, que es represiva con las mujeres y permisiva
con los hombres, en el sentido de que la mujer debe ser fiel a una única
relación, mientras que el hombre puede llegar a tener a dos o más
mujeres y a los hijos de ellas conviviendo en un solo núcleo familiar, o
bien en un mismo pueblo sólo que en diferentes barrios o distintas
ciudades.
El personal de salud y los docentes deberán tener en cuenta la
diversidad de formas de vida y culturas de nuestros países. El análisis
puede realizarse desde las diferencias que hay en la situación de los
hombres y las mujeres que viven este tipo de unión.
116
Bibliografía
FLAQUER, LLUÍS. El destino de la familia. Ariel. España, 1998.
GONZÁLEZ, SOLEDAD. “Novias pedidas, novias robadas, polígamos y
madres solteras. Un estudio de caso en el México rural, 19301990”, en: López Barajas, María de la Paz, compiladora, Hogares,
familias: desigualdad, conflicto, redes solidarias y parentales,
Sociedad Mexicana de Demografía, México, 1996.
PIZZIGONI, CATERINA, “’Para que le sirva de castigo y al pueblo de
ejemplo’. El pecado de la poligamia y la mujer indígena en el Valle
de Toluca (siglo XVIII)”, en: Gonzalbo, Pilar y Berta Ares,
coordinadoras, Las mujeres en la construcción de las sociedades
iberoamericanas, El Colegio de México y Consejo Superior de
Investigaciones Científicas, México, 2004.
Pornografía
El concepto alude al material sexualmente explícito y, más
específicamente, a la comercialización de diferentes expresiones del
erotismo.
En diferentes países y circunstancias, la pornografía ha sido legalmente
tipificada como delito cuando se obliga a una persona a realizar actos
sexuales reales o actuados, y se le exhibe por medios tales como los
electrónicos, fotografías, anuncios impresos, videos y otros. Conviene
enfatizar que la pornografía per se no es delictuosa.
La pornografía distorsiona la sensualidad y el erotismo, aunque también
es empleada por los sexólogos para tratar ciertos problemas
relacionados con disfunciones sexuales.
La pornografía infantil, por su parte, es la exhibición en medios
electrónicos, videos, fotografías, revistas, folletos y otros, de niños,
niñas o adolescentes teniendo relaciones sexuales reales o actuadas, o
exhibiendo sus genitales.
Se le considera también como una forma de explotación sexual y
violencia hacia los niños, que puede estar relacionada con situaciones de
expulsión del hogar, pobreza, discriminación o relaciones desiguales de
poder; en resumen, con situaciones en donde a los niños y niñas se les
considera objetos de intercambio comercial y no como seres humanos
poseedores de derechos.
117
La responsabilidad de garantizar y proteger estos derechos es de todos,
incluyendo a los padres y tutores, las autoridades, las instituciones
públicas y privadas, los ministerios públicos, los legisladores y toda
persona responsable del cuidado y la protección de niños, niñas y
adolescentes.
El personal de salud y los docentes deben mantenerse alertas para
detectar a los niños, niñas y adolescentes que han sido víctimas de
pornografía infantil, para que recurran a las autoridades y fomentar así
una cultura de denuncia que evite que situaciones tales continúen. En
cuanto a la exposición de los adolescentes a la pornografía, será
necesario analizar y cuestionar el tema conjuntamente con ellos, el
negocio que representa y las distorsiones que puede causar sobre la
sexualidad.
Bibliografía
La pornografía. Informe Longford. Grijalbo. Barcelona, 1975.
Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño
relativo a la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización
de niños en la pornografía, 2000.
Prácticas de riesgo
Son todas aquellas actividades relacionadas con la salud sexual y
reproductiva que alteran el equilibrio físico y mental de las mujeres y los
hombres, particularmente de las y los adolescentes y jóvenes, poniendo
en peligro su integridad física, mental y emocional, y produciendo
consecuencias indeseables que en algunos casos pueden llegar a
producir la muerte.
Las consecuencias indeseables de las prácticas de riesgo son el
embarazo no planeado y/o no deseado, la maternidad temprana y sus
peligros para la salud, el aborto inseguro y/o clandestino (en
condiciones de riesgo) y las ITS, incluido el VIH/sida.
Entre las prácticas de riesgo cabe mencionar:
- las relaciones sexuales precoces y sin doble protección, entendida
esta última como el uso simultáneo de un método anticonceptivo
moderno y eficaz para prevenir un embarazo y el uso del condón
118
(masculino o femenino), junto con barreras especiales para evitar
las ITS y el VIH/sida; las situaciones que impliquen violencia en la
relación de noviazgo y pareja; y el consumo de alcohol y otras
drogas durante las relaciones sexuales o en los lugares de
encuentro de grupos de adolescentes y jóvenes;
- las conductas depresivas o suicidas asociadas con relaciones
afectivas disfuncionales;
- el intercambio de agujas para el uso de sustancias inyectables
prohibidas y otros objetos, entre ellos los juguetes sexuales.
El personal de salud y los docentes deberán propiciar que los
programas educativos y de salud incluyan de manera enfática las
conductas de riesgo y las formas para prevenir estas conductas.
Bibliografía
EGREMY, GUILLERMO. “El virus de inmunodeficiencia humana, VIH, y sida”,
en Educación sexual en la escuela y género en educación. Vol. I.
Subsecretaría de Educación Superior para Profesionales de la
Educación. México, D.F., 2008.
NAVA, ALMA ARACELI, HÉCTOR ÁVILA et al. “Prácticas de riesgo para
infecciones de transmisión sexual en un grupo de mujeres
embarazadas y sus parejas”, en: Perinatología Reproducción
Humana, Vol. 18, No. 2. México, 2004.
Pubertad
La pubertad es una etapa que se ubica entre la infancia y la edad
adulta. Se trata de un periodo en el que se presentan cambios físicos
diversos y profundos, en varones y mujeres, con un impacto en los
ámbitos emocionales y de las relaciones con la familia, los amigos y los
profesores y compañeros de escuela.
Los cambios físicos se hacen evidentes en diferentes partes del cuerpo –
las cuerdas vocales y la laringe, por ejemplo, lo cual se manifiesta en un
tono de voz que en los hombres se vuelve más grave siendo más
notorio que en las mujeres, si bien en ellas se muestra con un timbre de
voz nuevo. Los cambios en las formas corporales de los varones se
traducen en el ensanchamiento de los hombros y el fortalecimiento de la
masa muscular; el pene y el escroto se hacen más grandes y adquieren
una tonalidad más oscura.
119
En las mujeres, las caderas se ensanchan y se aprecia un crecimiento de
las mamas; de igual forma, se producen cambios en la pigmentación y
tamaño de los labios vaginales y del clítoris.
En varones y muchachas, el vello se hace notorio en el pubis y las
axilas; pero en ellos puede cubrir otras partes del cuerpo, como la cara
o las piernas. En este periodo inicia la producción de sudor y ocurren
cambios en el cabello y la piel presentándose, en algunos casos, acné.
Estos cambios producen en el hombre la eyaculación y en la mujer la
menstruación, situaciones que anuncian, respectivamente, la producción
de espermatozoides y óvulos, y que marcan el inicio de la capacidad
reproductiva.
El personal de salud y los docentes deben generar un clima de
confianza en cuyo seno las y los adolescentes puedan expresar su
sentir e inquietudes respecto de los cambios que están suscitándose en
ellas/os. Es también crucial que el personal sanitario y docente facilite
comprensión de lo que sucede en la pubertad, y clarificar que es
un proceso por el cual todas las personas transitan y forma parte de
la construcción como seres humanos.
Bibliografía
MEJÍA SOTO, GUILLERMINA. Higiene de la Pubertad. Editorial EDAMEX.
México, D.F., 2000.
NUÑEZ, MARIA DE LOS ANGELES. Hacia una sexualidad integral. Documento
no publicado.
ULLOA AGUIRRE, ALFREDO, LAURA DÍAZ CUETO et al. “La pubertad” en:
Antología de la Sexualidad Humana, Tomo II, Editorial Porrúa y
CONAPO. México, D.F., 1994,
Relación sexual y coito
El concepto define los comportamientos que realizan dos o más
personas de distinto sexo o del mismo, con la finalidad de expresar
amor o cariño mutuo y experimentar placer. Puede consistir en el
tocamiento de diversas zonas del cuerpo, la estimulación manual de los
genitales, la expresión de palabras o frases, gestos y otras expresiones
corporales que busquen generar, mantener y aumentar la excitación
sexual que en algún momento pueden llevar a la cópula o coito.
120
Coito, del latín coitus, significa juntarse, ir juntos. Se refiere a la
introducción del pene erecto en la vagina o el ano, para que el hombre,
la mujer o ambos, realicen una serie de movimientos rítmicos en los que
el pene se retira y avanza dentro de la cavidad buscando con ello la
estimulación de las zonas más sensibles en ambas personas,
provocando el aumento de la tensión muscular y la excitación que, de
continuar, puede desencadenar el orgasmo.
A menudo, el placer que se logra experimentar durante la relación
sexual depende de la existencia de una comunicación eficaz entre las
personas que participan, y también de un clima de confianza entre
ambas. Es importante considerar que esto ocurra y que la relación
sexual sea consensuada; es decir, las personas que participan deben
desear realizarla sin ningún tipo de presión o manipulación externa.
Lo cierto es que toda relación sexual debe ser consentida e incluso
planeada, para que sea una relación sexual segura: aquella en la que
quienes participan toman precauciones para que la sangre, el semen, el
líquido pre-eyaculatorio y los fluidos vaginales no entren en contacto
con las mucosas o la sangre de la otra persona. Con este fin, es
altamente recomendable el uso del condón masculino o femenino
principalmente.
El personal de salud y los docentes deberán considerar un enfoque
preventivo y no coercitivo, evitando los juicios de valor y respetando el
derecho de toda persona a informarse, decidir sobre su vida sexual y
obtener los recursos necesarios para llevar a la práctica sus decisiones.
Bibliografía
ÁLVAREZ GAYOU, JUAN LUIS. La condición sexual del mexicano. Relaciones
humanas y sexología. Grijalbo. México, 1984.
MASTERS, WILLIAM H., VIRGINIA E. JOHNSON et al. La sexualidad humana.
Tomo 2. Grijalbo. España, 1987.
Respuesta sexual humana (RSH)
La serie de procesos fisiológicos y fenómenos de carácter subjetivo y
emocional que ocurren en el individuo a partir de estímulos sexuales
efectivos con la potencialidad de desencadenar un orgasmo es conocida
como respuesta sexual humana, o RSH. Hombres y mujeres coinciden en
las mismas fases que fueron descritas en forma sistemática por primera
121
vez en 1966 por Masters y Johnson: excitación, meseta, orgasmo y
resolución. Para realizar este modelo –que puede ser representado de
forma gráfica a través de curvas que indican la intensidad de los
fenómenos descritos- los autores se basaron en la observación de las
modificaciones anatómicas o fisiológicas que ocurrían en el organismo.
Consideraron que existen algunas diferencias entre las curvas de
respuesta sexual de hombres y mujeres, la más importante de las
cuales es el periodo refractario que sucede al hombre después del
orgasmo, y que abarca un lapso en el que los estímulos sexuales dejan
de ser efectivos y los cambios en la tensión sexual dejan de ser
evidentes, hasta que termina la fase de resolución. En la mujer, en
cambio, esta situación no se presenta, lo que puede permitirle iniciar
una nueva respuesta orgásmica ininterrumpida; a esta condición se le
llama capacidad multiorgásmica.
Otro modelo de la respuesta sexual humana es el que plantea Helen S.
Kaplan, quien lo desarrolló entre 1974 y 1979 a partir de tres fases:
deseo, excitación y orgasmo.
En la actualidad, numerosos terapeutas sexuales de uno y otro género
emplean en su práctica clínica el modelo sextafásico de la RSH: deseo,
excitación, meseta, orgasmo, resolución y período refractario, en virtud
de las bondades que ofrece para el diagnóstico y tratamiento de las
disfunciones sexuales.
La forma en que hombres y mujeres viven la RSH en general, y la de
cada individuo en particular, está condicionada por todos los eventos
biológicos de tipo cardiovascular, neurológico y hormonal, pero además
por estímulos relacionados con aspectos psicológicos y sociales. Esto
hace que la experiencia sea eminentemente subjetiva y se de en
múltiples variaciones e incluso disfunciones. La complejidad de este
proceso hace evidente que hay todavía muchas preguntas por resolver.
El personal de salud y los docentes deberán informar a las y los
adolescentes sobre la importancia de conocer los cambios que cada
persona experimenta, y la importancia de los sentimientos y la cultura
como parte fundamental que permea las actitudes y experiencias en
torno a la respuesta sexual humana. El conocimiento sobre este tema
permite una aproximación al cuerpo y a la comprensión de sus procesos
para hacer posible una vivencia plena de la sexualidad.
122
Bibliografía
BARRIOS MARTÍNEZ, DAVID. En las alas del placer. Cómo aumentar nuestro
goce sexual. Pax-México. México, 2005.
CORONA, ESTHER. ¡Hablemos de salud sexual! Manual para Profesionales
de Atención Primaria de la Salud. Información, herramientas
educativas y recursos. Organización Panamericana de la Salud.
México, 2000.
RUBIO, EUSEBIO y SARA A. REVUELTA ZÚÑIGA. “Fisiología del erotismo
humano” en: CONAPO, Antología de la Sexualidad Humana, Vol. 1,
CONAPO-Miguel Ángel Porrúa, México, 1994.
Riesgo y vulnerabilidad
El riesgo, para los fines que nos ocupan, se define como la probabilidad
de que una persona se infecte con el VIH. Algunos comportamientos
crean, aumentan y perpetúan el riesgo. Los ejemplos incluyen tener
relaciones sexuales sin protección con una pareja cuyo estatus de VIH es
desconocido, parejas sexuales múltiples sin sexo protegido e inyectarse
drogas con jeringas o agujas contaminadas.
La vulnerabilidad resulta de un número de factores que están fuera del
control del individuo y que reducen su propia capacidad y la de la
comunidad para evitar el riesgo del virus citado. Estos factores pueden
incluir: i) falta del conocimiento y de las destrezas requeridas para
protegerse y proteger a otros; ii) factores relacionados con la calidad y
cobertura de los servicios (falta de acceso a servicios debido a la
distancia, los costos y otros factores), y iii) factores sociales como
violaciones a los derechos humanos, o normas sociales y culturales.
Tales normas pueden incluir prácticas, creencias y leyes que
estigmatizan y debilitan a ciertas poblaciones, limitando su habilidad
para acceder o utilizar la prevención del VIH, el tratamiento, cuidado y
los servicios de apoyo. Estos factores, solos o combinados, pueden crear
o empeorar la vulnerabilidad individual y colectiva al VIH.
Las poblaciones clave son aquéllas en las que convergen riesgos y
vulnerabilidad al virus. Es posible limitar las epidemias del VIH si se
concentran los esfuerzos de prevención en esas mismas poblaciones. El
concepto de poblaciones clave reconoce también que ellas mismas
pueden jugar un papel esencial en la respuesta al VIH; tales poblaciones
varían en función de los lugares y dependiendo del contexto y la
naturaleza de la epidemia local; pero en la mayoría de los lugares
123
incluyen a hombres que tienen sexo con otros hombres (HSH), a
trabajadoras/es sexuales y sus clientes, y a usuarias/os de drogas
inyectables.
El personal de salud y los docentes deberán ser sensibles a la
vulnerabilidad y los factores que la provocan, así como la forma de
combatirla.
Bibliografía
HERNÁNDEZ, DANIEL, GABRIELA SÁNCHEZ et al. “Del riesgo a la
vulnerabilidad. Bases metodológicas para comprender la relación
entre violencia sexual e infección por VIH/ITS en migrantes
clandestinos”. Salud Mental, Vol. 28, No. 5. México, 2005.
NAVA, ALMA ARACELI, HÉCTOR ÁVILA et al. “Prácticas de riesgo para
infecciones de transmisión sexual en un grupo de mujeres
embarazadas y sus parejas”, en: Perinatología Reproducción
Humana, Vol. 18, No. 2. México, 2004.
Salud pública
Es la ciencia dedicada a prevenir la enfermedad, promover la salud y
prolongar la vida de la población, mediante esfuerzos organizados con
pequeños grupos, comunidades o países enteros o a nivel mundial.
Identifica problemas de salud y gestiona la intervención del Estado para
lograr el bienestar de la población, estudiando y aplicando el
conocimiento de la ciencia, la sociedad, la economía y la política.
Podemos entender como salud pública aquellas iniciativas que
responden a situaciones de salud que afectan a la población en general
y que trascienden el ámbito de lo privado.
Desde sus inicios, la salud pública ha sido considerada una ciencia social
que para desarrollarse adecuadamente requiere de la colaboración
activa de un conjunto de disciplinas.
Entre sus funciones esenciales están:
-
monitorear la situación de la salud;
proteger el ambiente;
promover la salud;
prevenir, vigilar y controlar las enfermedades transmisibles;
legislar y regular la salud pública;
124
- administrar la salud pública y
- atender a las poblaciones vulnerables y de alto riesgo.
Es responsabilidad del Estado garantizar la salud pública y regular las
acciones que conlleven un impacto en ella. Con ese fin, establecerá
acciones reguladoras de la vida privada que puedan repercutir sobre la
salud pública, como sucede con la vigilancia epidemiológica, siguiendo
los principios de confidencialidad y consentimiento informado.
Podemos entender como salud pública aquellas iniciativas que
responden a situaciones de salud que afectan a la población en general
y que trascienden el ámbito de lo privado.
El personal de salud y los docentes deberán enfatizar la
responsabilidad de los gobiernos de cada país para garantizar que las y
los adolescentes tengan acceso a servicios de salud de calidad para
cuidar su salud sexual y reproductiva.
Bibliografía
LÓPEZ CERVANTES, MALAQUIAS Y RODRÍGUEZ JOSÉ. “Acerca de las funciones
esenciales de la salud pública”, en: Revista Salud Pública México.
Vol. 40, No.6, noviembre 1998.
OROZCO JULIO. Evaluación de la aplicación de las políticas públicas de la
salud en el Distrito de Cartagena de Indias. USAID, Casals &
Associates, Fundación ProCartagena, Cartagena de Indias 2006.
Salud reproductiva
La salud reproductiva debe entenderse como el estado general de
bienestar físico, mental y social, en todos los aspectos relacionados con
el sistema reproductor, sus funciones y sus procesos; es decir, la
capacidad de los individuos y las parejas de disfrutar de una vida sexual
y reproductiva satisfactoria, saludable y sin riesgos, con la absoluta
libertad de decidir de manera responsable y bien informada sobre el
número y espaciamiento de los hijos.
La salud reproductiva está directamente relacionada con la calidad de
vida, la sexualidad y la familia. Representa el ejercicio de la sexualidad
responsable y sin riesgos, el bienestar de la madre, del niño en
gestación, de los infantes y de los adolescentes, y se extiende más allá
del periodo reproductivo. Tiene que ver con las relaciones inter125
personales, con percepciones y con valores; su cuidado evita
enfermedades, abuso, embarazos no planeados y la muerte
prematura. Pocas decisiones son más importantes en la vida que
seleccionar con quién formamos una pareja, elegir cuándo y cuántos
hijos tener y cómo mantener la salud y gozar la sexualidad.
Fue en la IV Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo
(1994), cuando se introdujo por primera vez el concepto de salud
reproductiva, que ha permitido superar el enfoque demográfico de las
anteriores políticas mundiales de población; representó la plataforma
para resaltar la importancia y el compromiso para la calidad de los
servicios de salud sexual y reproductiva.
El término es relativamente nuevo; se entrelaza y relaciona con otros
conceptos, como el de los derechos sexuales, brindando importancia a la
sexualidad y, de esta manera, ampliando el horizonte hacia la atención
de la salud sexual y reproductiva.
El personal de salud y los docentes deberán ser sensibles a la
importancia de preservar la salud reproductiva a favor de la salud de
mujeres y hombres. Además, promoverán las ventajas de que existan
políticas públicas mundiales a favor de la salud reproductiva.
Bibliografía
LERNER, SUSANA, e IVONNE SZAESZ, coordinadoras. Salud reproductiva y
condiciones de vida en México. El Colegio de México y Afluentes
S.C. México, 2009.
SECRETARÍA DE SALUD. Programa de Acción: Salud Reproductiva, SSA,
México, Informe sobre la Conferencia Internacional de Población y
Desarrollo. ONU, El Cairo, 1994.
__________. El derecho a la libre decisión. La planificación familiar en el
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ZÚÑIGA, ELENA Y BEATRIZ ZUBIETA et al, coordinadoras. Serie Cuadernos de
Salud Reproductiva. CONAPO México, 2000.
126
Salud sexual
Se refiere al estado de bienestar físico, mental y social en todos los
aspectos relacionados con la sexualidad. Alude no sólo a la ausencia de
síntomas, enfermedad o disfunción, sino a la auténtica homeostasis de
los factores orgánicos, afectivos y sociales del ser humano sexual.
Requiere de un acercamiento positivo y respetuoso a la sexualidad y las
relaciones sexuales placenteras y seguras, libres de coerción,
discriminación y violencia. Para alcanzar y mantener la salud sexual, los
derechos sexuales de todas las personas deben ser protegidos,
respetados y garantizados.
La salud sexual es un derecho humano esencial para el bienestar
individual, interpersonal y social, que requiere del acceso a la educación
sexual integral a lo largo de todas las etapas de la vida, desde la niñez
hasta la vejez, garantizando el acceso a información científica, el
fomento a la equidad de género, la prevención y atención de problemas
y enfermedades sexuales, así como el respeto a la decisión libre y
responsable de tener o no hijos, su número y el momento de tenerlos.
Las iniciativas enfocadas a mejorar la salud sexual y reproductiva, al
unirse con aquellas orientadas a dar respuesta a la problemática que
plantea el VIH, se convierten en enormes oportunidades para la
prevención y tratamiento de infecciones de transmisión sexual
incluyendo la del virus citado, y para prestar servicios de planificación
familiar previniendo embarazos no deseados y favoreciendo embarazos
y partos en condiciones adecuadas.
En la CIPD de 1994, 179 gobiernos se comprometieron a lograr el acceso
universal a los servicios de salud reproductiva. De tal Conferencia surgió
el consenso mundial que considera que los derechos sexuales y
reproductivos son fundamentales para los derechos humanos, el
desarrollo sostenible, la igualdad entre mujeres y hombres y el
empoderamiento de las mujeres.
El personal de salud y los docentes deberán discutir en grupos de
trabajo las ventajas y los obstáculos a los que se enfrentan las y los
jóvenes para acceder a servicios de salud sexual y plantear
recomendaciones para mejorarlos.
127
Bibliografía
ONUSIDA. Salud Sexual y Reproductiva. Disponible en:
http://www.unaids.org/es/PolicyAndPractice/SexualAndReproductiveHeal
th/default.a
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países con ingresos bajos e intermedios. Foro Mundial para la
Investigación sobre la Salud y Organización Mundial de la Salud,
2007.
PAN AMERICAN HEALTH ORGANIZATION, WORLD HEALTH ORGANIZATION.
Promotion of Sexual Health. Recommendations for Action, Pan
American Health Organization, Guatemala, 2000.
Seroprevalencia
El número o proporción de personas de una población dada que han
tenido resultados positivos en las pruebas serológicas de detección de
una infección particular se le conoce como seroprevalencia. En el caso
del VIH, muestra la proporción de individuos a quienes el virus está
afectando en una población y un momento determinados.
A diferencia del término prevalencia, la seroprevalencia nos especifica
que existen pruebas serológicas que avalan la información.
Cuando utilizamos los términos seropositivo o seronegativo nos
referimos al resultado de la prueba de detección de anticuerpos que
busca identificar algún agente infeccioso como el VIH. El estado
seronegativo significa que la persona no tiene anticuerpos detectables,
no está infectada por el agente o no ha tenido la oportunidad de
producir anticuerpos contra una infección temprana. La condición de
seropositiva significa que la persona tiene anticuerpos detectables y está
infectada por el agente. El término, sin embargo, no es el adecuado
para referirse a una persona que vive con VIH.
La incidencia y la prevalencia son términos estrechamente relacionados.
La primera se refiere, normalmente, al número de personas que han
adquirido la infección durante el año anterior. Mientras tanto, la
prevalencia es como una fotografía: hace referencia al número de
infecciones en un momento particular. En estudios observacionales
específicos y en ensayos de prevención, el término tasa de incidencia se
utiliza para describir la incidencia por cien personas-año de observación.
128
El personal de salud y los docentes invitarán a sus pacientes y
estudiantes a revisar las estadísticas actuales acerca de la incidencia del
VIH/sida en la población adolescente en países de América Latina y el
Caribe.
Bibliografía
InfoSIDA. Glosario de VIH/SIDA, 6ª edición, diciembre, 2008. Disponible
en www.aidinfo.nih.gov/contentsfiles/spanishglosary_sp.pdf.
Sexo
Características del ser humano que lo diferencia como hombre, mujer o
perteneciente a algún estado intersexual. Las dimensiones o niveles del
sexo son: genético, cromosómico, gonadal, hormonal, de órganos
internos y externos pélvicos, de caracteres sexuales secundarios y
cerebral.
Los órganos sexuales y las funciones que caracterizan al sexo
representan el núcleo del componente biológico de la sexualidad, siendo
parte esencial del sexo, el cual tiene dos brotes de actividad
fundamentales: el primero, en la etapa prenatal –alrededor de la octava
semana después de la gestación-, cuando por acción de los cromosomas
las glándulas sexuales se empiezan a desarrollar hacia ovarios o
testículos hasta completar el aparato sexual. De tal manera, en el
momento del nacimiento y por la simple observación de los genitales
externos se asigna al recién nacido un sexo: masculino o femenino, que
algunos autores han llamado sexo de asignación o asignación social de
sexo. El aprendizaje de género, o aprender a comportarse como hombre
o mujer de acuerdo con lo que la sociedad considera adecuado para
cada uno, se inicia justamente a partir de este momento. El segundo
brote de actividad biológica ocurre en la pubertad, cuando por acción de
las hormonas sexuales aparece la diferenciación biológica definitiva
entre hombres y mujeres con la aparición de los caracteres sexuales
secundarios y la capacidad de la reproducción.
La palabra sexo entraña muchos significados en el habla común, en su
mayoría erróneos o descontextualizados: por ejemplo, se le utiliza
como sinónimo de género o de relación sexual; su significado se
confunde con el de sexualidad, y en los medios masivos suele ser una
garantía de atención y a la vez, irónicamente, de censura.
129
El personal de salud y los docentes deberán clarificar el verdadero
significado de este término, con el propósito de utilizarlo
adecuadamente.
Bibliografía
GONZÁLEZ DE ALBA, LUIS. Niño o niña. Las diferencias sexuales. Ediciones
Cal y Arena. México, 2006.
KATCHADDOURIAN, HERANT, compilador. La sexualidad humana. Un estudio
comparativo de su evolución. Fondo de Cultura Económica.
México, 1984.
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MORGAN, MARÍA ISABEL et al. Hablemos de sexualidad en la escuela
secundaria. Contenidos básicos, CONAPO, México, 2005.
Sexualidad
La sexualidad es una dimensión fundamental del
el sexo, incluye al género, las identidades
orientación sexual, el erotismo, la orientación
reproducción. Es el resultado de la interacción
psicológicos y socio-culturales e históricos.
ser humano. Basada en
sexual y genérica, la
afectiva, el amor y la
de factores biológicos,
Desde el punto de vista histórico y social, la sexualidad es un saber que
conforma las maneras en que pensamos y entendemos el cuerpo. La
sexualidad se refiere a “un conjunto de reglas y normas, en parte
tradicionales, en parte nuevas y a un conjunto de cambios en la manera
en que los individuos se ven llevados a dar sentido y valor a su
conducta, a sus deberes, a sus placeres, a sus sentimientos y
sensaciones, a sus sueños”. Michael Foucault lo refiere al conjunto de
significados dados al cuerpo y a ciertas prácticas, tomando en cuenta
una historia que tiene complejas raíces en el pasado cristiano y precristiano, y que alcanzó una unidad conceptual hasta después de la
modernidad.
En efecto, en todas las sociedades el instinto sexual se enfrenta a un
complicado y sutil sistema de prohibiciones, reglas y valores,
costumbres que van más allá de las necesidades biológicas y que
130
enmarcan a la sexualidad como una construcción cultural. Para el
historiador inglés Jeffrey Weeks, seguidor de los trabajos de Foucault, la
historia de la sexualidad no es la historia de un tema determinado, sino
la de un tema en constante cambio y recreación. Por ello, señala Weeks,
la sexualidad se evapora entre las manos, es un gesto o una sombra, es
la historia de nuestras preocupaciones cambiantes acerca de cómo
deberíamos vivir y cómo deberíamos disfrutar o negar nuestro cuerpo.
Desde una visión que se desprende de la biomedicina y que ha resultado
útil para la comprensión y enseñanza del concepto, Eusebio Rubio
afirma que la sexualidad es resultado de la integración de cuatro
potencialidades humanas que dan origen a los cuatro holones sexuales:
la reproducción, el género, el erotismo y la vinculación afectiva.
La reproducción se refiere al potencial para trascender la vida y apoyar
el crecimiento de los otros; no se limita al hecho biológico de poder
embarazar o embarazarse, sino que incluye las responsabilidades que
encierra la maternidad y la paternidad, a madres y padres por adopción,
y a quienes se ocupan del crecimiento de otros sin ser madres ni padres
biológicos.
El género son las ideas que cada sociedad construye sobre lo femenino y
lo masculino.
El erotismo se refiere al potencial que permite experimentar el deseo y
el placer sexual.
La vinculación afectiva se refiere a los sentimientos y emociones
vinculados a las prácticas sexuales, al deseo y a la atracción sexual, al
amor y al desamor.
La idea de integración es central en este modelo; cada elemento no
puede ser correctamente representado si se considera aisladamente,
porque su actuar depende de los otros elementos del sistema. Además
de los holones o potencialidades sexuales, en la compleja organización
social de la sexualidad Weeks destaca la influencia del los sistemas
familiares, de la organización económica, de la reglamentación social y
de las intervenciones políticas.
Bibliografía
FOUCAULT, MICHAEL. Historia de la sexualidad 2: el uso de los placeres.
Siglo XXI, Madrid, 1998.
131
GIRALDO NEIRA, OCTAVIO. Explorando las sexualidades humanas. OGN
Editorial. Cali, Colombia, 1985.
KATCHADOURIAN, HERANT, compilador. La sexualidad humana. Un estudio
comparativo de su evolución. Fondo de Cultura Económica.
México, 1984.
REINISCH, JUNE y BEASLEY, RUTH. Nuevo informe Kinsey sobre sexo. Paidós.
Barcelona, 1992.
RODRÍGUEZ, GABRIELA. Género, salud y sexualidad. Formación Cívica y
Ética. Diplomado a Distancia. Secretaría de Educación Pública y
Nexos Sociedad Ciencia y Literatura, S.A. de C.V. México, 2008.
RUBIO, EUSEBIO. “Sobre la sexualidad humana: los cuatro holones
sexuales”, en Antología de Lecturas sobre sexualidad humana. Red
Democracia y Sexualidad, México, s/f.
WEEKS, JEFFREY. Sexualidad. Paidós, PUEG, UNAM; México, 1998.
SIDA / Sida
El síndrome de inmunodeficiencia adquirida, o sida, representa la fase
avanzada de la infección por el virus de inmunodeficiencia humana, o
VIH, y se presenta al disminuir la capacidad de respuesta del sistema
inmunológico a causa de dicho virus, lo que provoca que la persona
afectada sea susceptible a contraer enfermedades oportunistas que son
las que suelen causar la muerte.
Los primeros casos de sida se notificaron en 1981 Los Ángeles,
California, en Estados Unidos; a partir de entonces se han extendido al
grado de convertirse en una pandemia.
El tiempo promedio para que una persona con VIH desarrolle el sida
depende de factores como la edad, el estado físico general y, sobre
todo, de la recepción o no de un tratamiento integral oportuno.
El diagnóstico del sida se debe hacer en base a parámetros establecidos
como son el conteo de células CD4, la carga viral y las manifestaciones
del paciente en determinado momento, mismas que varían en función
del estilo de vida personal, la edad, el estado físico general y el apego al
tratamiento.
En la actualidad, existen los antirretrovirales, que son medicamentos
muy efectivos que no solamente prolongan la vida de las y los
pacientes, sino que aunados a cuidados adecuados pueden mejorar la
132
calidad de vida del paciente. El sida se considera una enfermedad
crónica, pero no mortal.
Es muy importante tener claro la diferencia entre
VIH
y sida.
VIH es el virus de inmunodeficiencia humana, agente causal de la
enfermedad.
Infección por el VIH es “la enfermedad”, la cual puede cursar como
asintomática durante periodos prolongados que incluso pueden durar
años.
Sida es, como ya se mencionó, la fase avanzada de la infección por el
VIH, cuando suelen presentarse evidencias clínicas de la enfermedad.
El personal de salud y los docentes deberán tener claro tanto las
formas de transmisión del VIH y como aquéllas por las que no se
propaga. Igualmente, deberán ser capaces de despejar dudas para
evitar el estigma y la discriminación.
Bibliografía
InfoSIDA. Glosario de VIH/SIDA, 6ª edición, diciembre, 2008. Disponible
en www.aidinfo.nih.gov/contentsfiles/spanishglosary_sp.pdf.
AMIGOS CONTRA EL SIDA. SIDA hoy. Amigos contra el SIDA. México, D.F.,
2000
ORGANIZACIÓN PANAMERICANA DE LA SALUD. Terminología relacionada con el
VIH. Actualización 2006 de la OPS. E.U.A., 2006
Sistema inmunológico
Es el conjunto de células y órganos que protegen al organismo de los
microorganismos que puedan causarle infecciones o enfermedades. El
sistema inmunológico incluye al timo, el bazo, los ganglios linfáticos, los
linfocitos B y T y las células presentadoras de antígenos.
Cuando el sistema inmunológico carece de las defensas adecuadas para
hacer frente a infecciones o enfermedades se determina que existe una
inmunodeficiencia.
El sistema inmunológico puede deteriorase a raíz del uso de algunos
medicamentos, tales como la quimioterapia, o a causa de algunos tipos
133
de virus, como el de la inmunodeficiencia humana, que lo deterioran
permitiendo que ciertos microorganismos generen las enfermedades
llamadas oportunistas, que en un organismo sano casi nunca
aparecerían. El deterioro progresivo del sistema inmunológico a causa
de la replicación del VIH y la reducción de las células de defensa, llevan
al desarrollo del denominado síndrome de inmunodeficiencia adquirida o
sida.
Los cuidados en el estado anímico de las personas, el descanso y la
alimentación adecuada, aunados al uso adecuado y consistente de
medicamentos antirretrovirales, hacen más lenta la reproducción del
virus y permiten mejorar considerablemente la calidad de vida de las
personas afectadas por él. Sin embargo, es importante mencionar que
los medicamentos no eliminan, hasta ahora, la infección por el VIH, por
lo que, al paso del tiempo, el sistema inmunológico puede llegar a
perder por completo su capacidad de defenderse ante una infección.
El personal de salud y los docentes deben informar a las personas
de todas las medidas preventivas y nutricionales que puedan impedir un
daño al sistema inmunológico.
Bibliografía
InfoSIDA. Glosario de VIH/SIDA, 6ª edición, diciembre, 2008. Disponible
en www.aidinfo.nih.gov/contentsfiles/spanishglosary_sp.pdf.
Orientaciones Terminológicas del ONUSIDA, 2007. Disponible en:
http://data.unaids.org/pub/Manual/2007/jc1336terminologyguide_es.pdf
Terapia antirretroviral
Este es el nombre dado al régimen terapéutico recomendado por los
principales especialistas para tratar las infecciones causadas por
“retrovirus”. En el caso específico de la terapia antirretroviral para el
VIH, es el régimen terapéutico específico para el tratamiento de la
infección por dicho virus, para suspender directamente la replicación
viral e impedir el avance de la enfermedad. El régimen más común del
tratamiento consta de tres o más medicamentos distintos; por ejemplo,
dos inhibidores de la transcriptasa reversa análogos de los nucleósidos y
un inhibidor de la proteasa; dos inhibidores de la transcriptasa reversa
análogos de los nucleósidos, y un inhibidor de la transcriptasa reversa
no análogo de los nucleósidos, o bien otras combinaciones. Se ha
134
demostrado que estos regímenes terapéuticos, si se administran con
oportunidad, reducen la concentración del virus de tal forma que es
imposible detectarlo en la sangre del paciente (reducen la carga viral).
Existen otros tipos de terapias antirretrovirales para el VIH que se
pueden aplicar dependiendo de cada caso; por ejemplo, la llamada
“terapia de rescate”, es el tratamiento para personas con este virus y
cuyo régimen antirretroviral ha fracasado por lo menos dos veces,
habiendo tenido una amplia exposición previa a antirretrovirales; otro
tipo de tratamiento es el de “sostén”, o “profilaxis secundaria”, que evita
las complicaciones en una infección controlada.
Merece resaltarse que cualquier terapia antirretroviral se planea de
manera individual para cada paciente, basándose en las características
específicas de su caso, como son su carga viral, conteo de células CD4,
y los síntomas que presenta.
El personal de salud y los docentes deberá señalar que los
tratamientos antirretrovirales serán prescritos exclusivamente por el
médico especialista y que ello ocurrirá de acuerdo a la particularidad de
cada caso; esto quiere decir que para cada paciente hay un tratamiento
específico; del mismo modo, deberá recordarse que el sida es
considerada una enfermedad crónica y no mortal.
Bibliografía
InfoSIDA. Glosario de VIH/SIDA, 6ª edición, diciembre, 2008. Disponible
en www.aidinfo.nih.gov/contentsfiles/spanishglosary_sp.pdf.
Toma de decisiones informadas
La toma de decisiones informadas está ligada a una adecuada
autoestima, un proceso que se inicia en la infancia y se aprende en el
núcleo familiar. Durante la adolescencia, es natural que existan dudas
sobre las decisiones a tomar; por eso, es importante que cada decisión se
analice y reflexione una y otra vez hasta que la persona esté segura de
las ventajas y desventajas de las opciones a su alcance.
En la etapa de la adolescencia, la toma de decisiones se torna complicada
cuando se trata de determinaciones que se toman en el presente pero
afectan la vida futura, como es el caso del inicio de la vida sexual, la vida
135
laboral, la edad del matrimonio, un embarazo, la elección de un
anticonceptivo y otras.
Aunque para la toma de decisiones no es posible “aplicar recetas”, es
importante considerar algunos elementos que pueden propiciar
habilidades para tomar mejores decisiones.
-
-
-
La información. Se debe procurar disponer de la información
más amplia posible sobre el aspecto sobre el cual se va a decidir.
Las presiones sociales. Es importante analizar las influencias que
ejercen la familia, los amigos y lo medios masivos, analizando en
profundidad los valores y deseos propios, lo que permitirá
distinguir entre lo que quiere y siente la persona, y lo que el
medio que la circunda le presiona a hacer.
Las situaciones que se viven. Analizar las situaciones ayuda a no
tomar decisiones impulsivas. Es preciso reflexionar sobre los
riesgos que representan las situaciones que se están
experimentando para anticipar de este modo las consecuencias.
La experiencia personal. Los errores y aciertos de las decisiones
tomadas previamente son determinantes para tomar nuevas
decisiones.
Si bien es cierto que cada decisión tomada tendrá ventajas y desventajas,
lo importante es asumir de forma responsable el resultado de cada
determinación.
El personal de salud y los docentes deberá propiciar que tanto sus
consultantes como sus alumnos tomen decisiones personales informadas
en cuanto a su salud sexual y reproductiva.
Bibliografía
AGUILAR, JOSÉ ANGEL, LUIS BOTELLO LONNGI et al. Juntos planeamos el
futuro. Hablemos de la autoconciencia de la salud sexual y
reproductiva. Fundación Mexicana para la Planeación Familiar, A.C.
México, D.F., 1998.
MEJÍA, MARÍA CONSUELO et al. Tu futuro en libertad. Por una sexualidad y
salud reproductiva con responsabilidad, Gobierno del Distrito
Federal. México, D.F., 2008.
136
Trabajador/a sexual
Son aquellas/os mujeres y hombres que mediante pago en dinero o
especie establecen una relación sexual con cualquier persona, conocida
o no.
El término remplaza al de prostituta/o que hasta hace pocos años se
utilizaba, y que era estigmatizante y discriminatorio, aunque algunos
grupos no aceptan el nuevo término y reivindican que la prostitución sea
reconocida como profesión.
En su mayoría, las y los trabajadores sexuales se dedican a esta
actividad por razones económicas, para comprar droga o por estar
sometidas/os a los llamados tratantes de blancas.
El trabajo sexual de las mujeres es casi exclusivamente heterosexual –
el hombre le paga a la mujer-, mientras que el trabajo sexual masculino
es exclusivamente homosexual –el hombre paga a otro hombre.
El trabajo sexual se considera “la profesión más antigua del mundo”.
Algunas culturas incluso lo aceptan como una forma de ganarse la vida;
otras en cambio, como las judeo cristianas, lo consideran un pecado;
para otras más es motivo de persecución policial.
El personal de salud y los docentes deberán promover un lenguaje
que no de origen al estigma y que sí reconozca que muchas de las
personas que se dedican al trabajo sexual lo hacen para percibir
ingresos, pudiendo incluso llegar a ser una profesión.
Bibliografía
MADRID ROMERO, ELVIRA y JAIME MONTEJO. “Fuerza de Tarea para la
Prevención del VIH/SIDA y otras ITS”, en: Trabajo Sexual,
CENSIDA, México, 2004.
MASTERS, WILLIAM H., VIRGINA E. JOHNSON y ROBERT KOLODNY. La sexualidad
humana, Grijalbo, EUA, 1997.
ONUSIDA. Trabajo sexual y VIH/SIDA. Colección Prácticas Óptimas del
ONUSIDA, 2003.
137
Transgenérica (persona)
El orden de este tema y los dos siguientes no obedece estrictamente al alfabeto; se decidió la
alteración para una mejor comprensión de los lectores.
El concepto alude a las personas que se trasladan o transitan de un
género –masculino o femenino- al otro. Aunque en sexología clínica la
palabra tiene implicaciones más específicas, es común que el término
transgeneridad se utilice para abarcar a tres poblaciones que realizan
movimientos de representación genérica: las personas travestistas, las
transgenéricas y las transexuales.
No es recomendable el uso de la palabra transgénero, dado que es una
mala traducción del vocablo inglés transgender, que no debe emplearse
en español como sustantivo, sino como adjetivo. El sustantivo relativo a
la condición es transgeneridad.
La condición transgenérica es independiente de la orientación o
preferencia sexual; se presenta tanto en hombres como en mujeres.
El concepto sexológico se refiere a la persona que modifica
permanentemente su rol genérico, lo que casi siempre incluye aspectos
de la vestimenta y los cosméticos, sin que se busque, necesariamente,
la modificación de las características biológicas sexuales. Una persona
transgenérica podrá efectuarse cambios quirúrgicos, pero éstos no
incluirán sus órganos pélvicos.
Las personas transgenéricas pueden transitar de hombre a mujer, o de
mujer a hombre, sin importar la preferencia o la orientación sexual. La
persona asume los elementos del género opuesto, entendiendo el
género como un producto de la identidad social.
Las personas transgénericas visten y se comportan como el género
opuesto. Además, muchas tratan de asemejarse aun más a través de
cambios en su fisonomía, mediante terapias hormonales o de ciertas
operaciones estéticas, tales como la implantación de senos en el caso de
hombre a mujer. Las personas transgenéricas no siempre aspiran a
realizarse una operación de reasignación sexo-genérica, aunque en
muchos casos es un paso previo para que ello ocurra. Las personas
transexuales sí son transgenéricas, aunque no en todos los casos se
cumple la situación contraria.
En algunas ocasiones, y por cuestiones económicas, las personas
transgenéricas al carecer de posibilidades para someterse a esas
138
terapias u operaciones estéticas, se inyectan aceites, lo cual supone un
grave riesgo para su salud, tanto por los productos mismos como por el
hecho de compartir las agujas, lo que supone un riesgo de adquirir el
VIH.
En el caso de las personas transgenéricas con VIH, es importante
destacar que la terapia hormonal puede resultar en reacciones frente a
ciertos medicamentos antirretrovirales, por lo que debe llevarse a cabo
siempre bajo prescripción y vigilancia médica.
Las personas transgenéricas, así como las travestís y las transexuales,
suelen padecer estigma y discriminación. Para evitar que ello ocurra,
debemos recordar que se trata de personas que sienten diferencias de
asignación e identificación con su género, pero que no se trata de
personas que sufran trastornos psicológicos o psiquiátricos. El tema es
más bien una cuestión identitaria que no se relaciona con la
orientación ni la preferencia sexual.
El personal de salud y los docentes deberán promover el respeto y la
comprensión hacia estas personas, su trato desde el marco de los
derechos humanos y el respeto a su diversidad.
Bibliografia disponible al final de la sección sobre “Travetista”.
Transexual
Es la persona que experimenta una discordancia entre su cuerpo, su
identidad de género y la identidad asignada al nacer. Puede transitar de
mujer a hombre o de hombre a mujer. La orientación sexual puede ser
homosexual, bisexual o heterosexual.
Una descripción clásica de la persona transexual, que es un lugar común
pero que no deja de ser cierta, es quien ve atrapada en un cuerpo que
no le corresponde. La persona transexual busca modificar su anatomía
para acercarla lo más posible a la del otro sexo incorporándole sus
características sexuales, que pueden ser secundarias: senos y caderas
en la mujer transexual (hombre a mujer), o vello facial y musculatura
en el hombre transexual (mujer a hombre). Las características primarias
se refieren a la reconstrucción genital.
Las modificaciones anatómicas suelen realizarse a través de procesos
hormonales o quirúrgicos, o de ambos.
139
La persona transexual comparte con la transgénerica la necesidad de
vivir y desarrollarse con las características sociales del género que no
corresponde a su sexo. La diferencia entre ambas es la modificación del
cuerpo, la morfología, los procesos metabólicos y las cirugías a las que
se someten las personas transexuales.
Al igual que las personas transgenéricas, ciertos comportamientos que
buscan modificar la imagen pueden resultar en riesgos para la salud si
no se realizan bajo prescripción y vigilancia médica.
El personal de salud y los docentes deberán promover el respeto y la
comprensión hacia esas personas, así como su trato desde el marco de
los derechos humanos y el respeto a la diversidad sexual.
Bibliografia disponible al final de la sección sobre “Travestista”.
Travestista
Sinónimo de travesti, se refiere a la persona que modifica
temporalmente su expresión de género sin experimentar discordancia
entre su cuerpo y su identidad o el deseo de vivir permanentemente con
el género representado.
Esa modificación puede ser de hombre a mujer o de mujer a hombre, y
es independiente de la preferencia u orientación sexual.
Una persona travestista gusta de vestir con ropas del sexo opuesto por
razones lúdicas como las Drag Queen; con fines sexuales porque les
causa excitación; como una forma de exploración y expresión del lado
femenino o masculino, y otras. Lo importante a destacar es que la
persona no siente la necesidad de ir más allá de esa exploración; es
decir, se siente conforme con su sexo de nacimiento y no busca
someterse a terapia hormonal alguna o a una reasignación sexogenérica.
El personal de salud y los docentes deberán promover el respeto y la
comprensión hacia esas personas, así como su trato desde el marco de
los derechos humanos y el respeto a la diversidad sexual.
140
Bibliografía
BARRIOS MARTÍNEZ, DAVID y MARIA ANTONIETA GARCÍA RAMOS. Transexualidad,
la paradoja del cambio. Alfil. México, 2008.
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Haworth Clinical Practice Press. Binghamton, N.Y., 2004.
NIETO PIÑEROBA, JOSÉ ANTONIO. Transexualidad, intersexualidad y dualidad
de género. Ediciones Bellaterra. Barcelona, 2008
Usuario o consumidor de drogas inyectables ( UDI)
Estos términos se emplean para referirse a la persona que se inyecta
drogas por vía subcutánea, intramuscular o intravenosa.
El uso de agujas o jeringuillas utilizadas previamente por otra persona
representa un serio riesgo de contagio del VIH o del virus de la hepatitis,
que pueden dejar sus restos en tales implementos y que al emplearse
por otro usuario o consumidor puede introducir cualquiera de tales virus
directamente al torrente sanguíneo.
El uso de drogas se convierte en un factor de riesgo para la salud y la
vida, pues al encontrarse la persona en un estado alterado de
conciencia, puede tomar riesgos que en un estado consciente
posiblemente no tomaría.
El riesgo que corren los usuarios de drogas está vinculado también con
su condición social y jurídica, ya que el consumo de tales sustancias es
ilegal en muchos países y a menudo se castiga con la cárcel.
141
Las personas que se inyectan drogas por vía intravenosa enfrentan un
gran estigma por parte de la sociedad en general, tanto como del
personal de salud lo que agrava su marginación. Esto puede llegar a
significar falta de acceso a servicios relacionados con la salud sexual, y
especialmente con el VIH, o que las mismas personas no puedan o no se
atrevan a solicitarlos por miedo a ser recriminados.
El personal de salud y los docentes deben saber que la investigación
y la experiencia confirman que la epidemia del VIH entre los usuarios de
drogas inyectables puede prevenirse, estabilizarse e incluso revertirse si
se acude a programas integrales de actividades de atención y
prevención del virus, prestando atención, al mismo tiempo, al respeto
de sus derechos humanos.
Bibliografía
ONUSIDA. Orientaciones Terminológicas del ONUSIDA, 2007. Disponible
en: http://data.unaids.org/pub/Manual/2007/jc1336terminologyguide_es.pdf
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SECRETARÍA DE SALUD. Manual para la prevención del VIH/SIDA en
usuarios de Drogas Inyectadas. Secretaria de Salud. México, 2006.
Vida erótica protegida (VEP)
La VEP es el conjunto de medidas que impiden los embarazos no
deseados y el contagio de las infecciones de transmisión sexual durante
las prácticas eróticas. La vide erótica protegida incluye el llamado sexo
más seguro con el uso del condón masculino y el femenino, las caricias
eróticas que excluyen la penetración y los procedimientos que favorecen
el placer sin el intercambio de fluidos corporales.
El personal de salud y los docentes harán énfasis en las medidas
que promueven la prevención de riesgos y el cuidado de la salud sexual
y reproductiva.
142
Bibliografía
BARRIOS MARTINEZ, DAVID. En las alas del placer. Como aumentar nuestro
goce sexual. Pax-Mexico. Mexico, 2005.
__________. Resignificar lo masculino. Guía de supervivencia para
varones del siglo XXI. Vila Editores. México, 2003.
CABALLERO, JOSE RAMIRO. Fruto prohibido y plaga. Construccion social del
riesgto sexual del VIH/SIDA en adolescentes urbanos de diferentes
estratos socioeconómicos. IMSS, UIESSA. Guadalajara, Jalisco,
2007.
__________, CARLOS JESÚS CONDE y ALBERTO VILLASEÑOR, editores. ITS y
VIH/SIDA en adolescentes y adultos jóvenes. Gobierno de Jalisco,
Coesida, INSP, IMSS y UIESSA. Guadalajara, Jalisco, 2006.
Violencia
El uso intencional de la fuerza o el poder físico, de hecho o como
amenaza contra uno mismo, otra persona, un grupo o una comunidad,
que cause o tenga muchas posibilidades de causar lesiones, muerte,
daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones es violencia.
Son varias las definiciones de la violencia relacionada con la temática de
sexualidad y género.
La violencia sexual es todo acto con connotaciones sexuales que tienda
a invadir, agredir y dañar el cuerpo y la vida emocional de una persona
sin su consentimiento y/o en desventaja emocional, física o laboral. Las
formas de violencia sexual se manifiestan en actos que incluyen desde
conductas que no implican sometimiento físico –como el acoso y el
hostigamiento verbal-, hasta diversas prácticas sexuales no consentidas,
tales como caricias, besos y otras formas de contacto genital y corporal,
incluidas las relaciones sexuales.
La violencia basada en género es cualquier acto que resulte, o que es
probable que resulte, en daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico
para las personas que no cumplen con las normas de género
establecidas por la sociedad, incluyendo las amenazas de tales actos, la
coerción o la privación arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la
vida pública o privada.
La violencia contra las mujeres es cualquier acto que resulte, o que es
probable que resulte, en daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico
143
para las mujeres, incluyendo las amenazas de tales actos, la coerción o
la privación arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vida pública
o privada.
La violencia feminicida es la forma extrema de la violencia de género
contra las mujeres, producto de la violación de sus derechos humanos,
en los ámbitos público y privado; la conforma el conjunto de conductas
misóginas que pueden conllevar impunidad social y del Estado, pudiendo
culminar en homicidio y otras formas de muerte violenta de mujeres.
Frente a la violencia feminicida, los gobiernos de los diversos países de
América Latina y el Caribe deberán: i) resarcir el daño observando los
parámetros establecidos en el derecho internacional y los derechos
humanos, y considerar como reparación el derecho a la justicia pronta,
expedita e imparcial; la rehabilitación; la satisfacción, que incluye La
aceptación del Estado de su responsabilidad ante el daño causado y su
compromiso de repararlo; ii) realizar investigación y sancionar los actos
de autoridades omisas o negligentes que condujeron a la violación de los
derechos humanos de las víctimas a la impunidad; iii) diseñar e
instrumentar políticas públicas que eviten la comisión de delitos contra
las mujeres, y iv) verificar los hechos y asegurar la divulgación de la
verdad.
El personal de salud y los docentes deberán realizar acciones
directas para sensibilizar a la población acerca de la importancia de
contrarrestar la violencia no solo contra las mujeres sino también la que
se ejerce contra niñas, niños, adolescentes y ancianos.
Bibliografía
INSTITUTO MEXICANO DE LA JUVENTUD, IMJ. Encuesta Nacional de Violencia en
las Relaciones de noviazgo (ENVINOV). México, 2007.
Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
Diario Oficial de la Federación Nación, publicada el 1 de febrero de
2007. México.
Virginidad
Convencionalmente se entiende la virginidad como la situación de una
persona que no ha tenido relaciones sexuales con penetración; es decir,
que no ha efectuado el coito.
144
En América Latina y el Caribe, personas de ambos géneros continúan
asociando el hecho de perder la virginidad con la reducción del valor de
las mujeres. Lo anterior implica una situación absurda e injusta: se
desvaloriza a la persona y se cosifica su cuerpo, considerando buena
mujer a quien no ha tenido relaciones sexuales anteriores a su actual
vínculo de pareja, aceptando implícitamente que quien ya las tuvo dejó
de ser buena y confiable, su cuerpo ya no es puro y por ende está a la
disposición de cualquiera. En cambio, en el hombre, la condición de no
ser virgen se considera como de masculinidad hegemónica, lo que le
garantiza estatus y poder social.
Las razones para que esto ocurra están vinculadas históricamente con
aspectos socioeconómicos tales como que en el pasado remoto, luego
de la instauración de la propiedad privada, se requería garantizar la
monogamia femenina y asegurarse de que el primogénito era de un
hombre en particular, para que, en aras de la tradición del mayorazgo,
ese varón pudiera heredarle al primogénito los bienes materiales.
Todavía en la actualidad, subsisten estas ideas disfrazadas con
elementos de honor y moralidad que tienden, cada vez menos, a
apuntalar la hegemonía machista.
Algunos autores plantean que la virginidad no es una condición
anatómica identificable, pues es imposible, de hecho, certificar que
alguien haya tenido o no relaciones sexuales con penetración, además
de que no es posible dotar de valor a una persona por la real o supuesta
integridad de un reborde membranoso, un simple vestigio embrionario
(no siempre existente) conocido como himen.
El personal de salud y los docentes habrán de desmitificar el
término, subrayando en todo momento que el valor de las mujeres y los
hombres no se relaciona con el hecho de haber tenido o no relaciones
sexuales.
Bibliografía
CHÁVEZ LANZ, OSCAR. Disertación sobre la virginidad. México, 2000.
Documento no publicado.
FERNÁNDEZ DE CASTRO, CHIMO. La otra historia de la sexualidad. Ediciones
Roca. Barcelona, 1990.
VIEYRA RAMÍREZ, I. y OSCAR CHÁVEZ LANZ. Encuesta a más de 350 mujeres
sobre el sangrado en la primera relación coital. México, 2004.
Documento no publicado
145
Virus de inmunodeficiencia humana (VIH)
El virus de la inmunodeficiencia humana, o VIH, es el causante del
síndrome de inmunodeficiencia adquirida, o sida. Se han identificado dos
tipos: el VIH-1 y el VIH-2. El primero es causa la mayoría de las
infecciones por este virus en todo el mundo, mientras que el segundo
está presente sobre todo en África Occidental.
El VIH pertenece a la familia de los retrovirus, que tienen como
característica común que su material genético es el ácido ribonucleico o
ARN El VIH introduce su ARN en el ácido desoxirribonucleico, o ADN, de
la célula huésped, impidiéndole al mismo tiempo cumplir con sus
funciones naturales.
El virus de inmunodeficiencia humana sólo puede ingresar al torrente
sanguíneo, si se conjugan tres condiciones: i) que el virus este presente
–lo que no podemos saber a simple vista pero que debemos considerar
siempre; ii) que exista un fluido que lo transporte –como sangre,
semen, líquido pre-eyaculatorio, fluidos vaginales y leche materna; iii)
que el fluido entre en contacto directo con un punto de entrada –como
sólo pueden ser las mucosas (ojos, boca, ano, pene o vagina) o una
herida en el cuerpo.
Por lo tanto, de presentarse las tres condiciones antes descritas, la
transmisión del virus puede ocurrir por vía sanguínea, por transfusión o
al compartir jeringas u objetos punzo cortantes que hayan estado en
contacto con fluidos infectados; por tener relaciones sexuales orales,
vaginales o anales, sin protección; o por transmisión materno infantil
(TMI), de la madre a su hijo, durante el embarazo, el parto o la
lactancia.
El personal de salud y los docentes deben mantenerse informados
de las formas de transmisión y de las condiciones necesarias para que
una práctica se considere de riesgo para contraer el VIH. Igualmente, es
necesario que den a conocer las formas de protección que existen para
cada una de las vías mencionadas y su eficacia en la prevención de la
infección por este virus.
Bibliografía
CENTRO DE CONTROL DE ENFERMEDADES DE ATLANTA, CDC. Información básica
sobre VIH/SIDA. Disponible en:
http://www.cdc.gov/hiv/spanish/topics/basic/index.htm
146
InfoSIDA. Glosario de VIH/SIDA, 6ª edición, diciembre, 2008. Disponible
en www.aidinfo.nih.gov/contentsfiles/spanishglosary_sp.pdf.
Virus del papiloma humano (VPH)
Este virus produce una infección que se transmite a través del contacto
sexual; pertenece a un grupo mayor de los cuales se han identificado
más de 100 tipos, la mayoría benignos. Los del tipo 16 y 18, sin
embargo, son los causantes del cáncer cérvico-uterino. El virus del
papiloma humano produce infecciones cutáneas y afecta también las
mucosas del tracto oral (boca y garganta), respiratorio y anogenital. Es
altamente recomendable la realización de pruebas de diagnóstico que
permitan identificar el virus, como pueden ser el Papanicolaou y la
colposcopía. En la actualidad, existen diversos tratamientos con los que
es posible controlar el virus.
El personal de salud y los docentes deben capacitarse acerca de las
implicaciones y riesgos que represente para las mujeres este virus, y
sobre la responsabilidad de los hombres en su transmisión. De ahí la
importancia de fomentar una cultura de la prevención que incluya una
educación sexual integral que permita tomar decisiones libres,
responsables e informadas.
Bibliografía
CASANOVA, GERARDO, FEDERICO ORTIZ y JESÚS REYNA. Infecciones de
transmisión sexual. Alfil. México, 2004.
CENTERS FOR DISEASE CONTROL. Cáncer de cuello uterino. División de
Prevención y Control del Cáncer, Centro Nacional para la
Prevención de Enfermedades Crónicas y de Prevención de la
Salud. CDC en español. Disponible en:
http://www.cdc.gov/spanish/cancer/cervical
FERNÁNDEZ SANDÍ, MAURO y JORGE GILBERTO SOTO PÉREZ. Guía sobre el virus
del papiloma humano, Demac, México, 2008.
INSTITUTO NACIONAL DE SALUD PÚBLICA. Importancia de la prueba del
Papanicolaou en la detección oportuna de cáncer. Disponible en:
http://www.insp.mx/Portal/cuidados_salud
SHIBLEY HYDE, JANET y JOHN DELAMATER. Sexualidad humana. McGraw Hill.
México, 2006.
147
Vulva
Nombre colectivo que se da a los órganos sexuales externos de la
mujer. Incluyen el monte de Venus, los labios mayores y menores, el
clítoris y la entrada de la vagina o vestíbulo.
El monte de Venus está compuesto por tejido graso que se encuentra
por debajo de la piel sobre el pubis; esta zona está cubierta por vello
ensortijado y áspero. La región alberga ciertas terminaciones nerviosas
que al ser estimuladas por el peso, presión o condiciones similares,
puede provocar excitación sexual. Desde este promontorio parten dos
pliegues longitudinales de piel que tienen pelos, los cuales corren
lateralmente y forman los bordes externos de la vulva.
Los labios mayores son los dos pliegues de piel ya descritos que rodean
a la hendidura vulvar. Sus bordes internos contienen folículos sebáceos
y glándulas sudoríparas; carecen de pelo.
Los labios menores –muy vasculzarizados, muy inervados y con
abundantes
glándulas
sebáceasson
también
dos
pliegues
longitudinales localizados al interior de los labios mayores. Estos
pequeños labios constituyen los bordes laterales e inferiores del
vestíbulo; se fusionan en la cima para formar el prepucio y rodear al
clítoris.
El clítoris es una pequeña estructura cilíndrica eréctil situada encima del
vestíbulo y en el borde inferior del pubis. Contiene dos cuerpos
cavernosos (estructuras esponjosas y eréctiles). Con la estimulación de
estos cuerpos pueden ingurgitarse con sangre y volverse eréctiles.
Habitualmente, el clítoris mide menos de 2,5 cm. Pero al ser estimulado
sexualmente puede agrandarse considerablemente hasta doblar su
tamaño en estado fláccido, aumentando en especial el diámetro de su
diáfisis.
EI vestíbulo es la región como hendidura rodeada por los labios
menores. Alberga la abertura de la vagina y de la uretra. Esta zona es
igualmente rica en terminaciones nerviosas y vasos sanguíneos, y
responde muy intensamente a una estimulación adecuada. EI meato
uretral está situado a la mitad de la distancia entre el clítoris y la
vagina; siendo la abertura del conducto uretral permite la salida de la
orina de la vejiga al exterior. Las glándulas vestibulares mayores, o
glándulas de Bartholin, se localizan a cada lado del orificio vaginal.
148
El personal de salud y los docentes deberán conocer y difundir las
características de la vulva a fin de que sus clientes y alumnos conozcan
la importancia erótica de esta zona y el placer que genera como fuente
de salud emocional y orgánica, así como promover en las mujeres el
autocuidado y auto-conocimiento de su cuerpo.
Bibliografía
KATCHADOURIAN, H.A. y LUNDE, D.T. Las bases de la sexualidad humana.
Compañía Editorial Continental. México, 1979.
Zonas erógenas
Partes del cuerpo más sensibles a la estimulación erótica que varían de
persona a persona, ya que son producto de relacionar subjetivamente
las sensaciones placenteras con las experiencias. En la delimitación de
estas zonas están presentes también aspectos sociales y culturales
relativos a la forma de concebir el cuerpo masculino y femenino. Se dice
que la zona erógena más importante es la piel.
Por mucho tiempo se pensó que la estimulación sexual se concentraba
en los genitales, debido a la gran cantidad de terminaciones nerviosas
con que cuentan. Ejemplos de este tipo de zonas en los hombres son el
glande, el pene y el perineo; en la mujer está la vulva, particularmente
el clítoris. Sin embargo, existen otras partes del cuerpo que son
sensibles a los estímulos.
El personal de salud y los docentes se deberán informar a las
personas sobre la importancia de reconocer su cuerpo con naturalidad,
saber cuáles partes son más sensibles y dar a conocer a la pareja qué le
es placentero y qué no, a fin de mejorar la comunicación, dando así un
valor positivo a la sexualidad.
Bibliografía
BARRIOS MARTÍNEZ, DAVID. En las alas del placer. Pax-México. México,
2005.
CORONA, ESTHER. ¡Hablemos de salud sexual! Manual para Profesionales
de Atención Primaria de la Salud. Información, herramientas
educativas y recursos. Organización Panamericana de la Salud,
México, 2000.
149
KOMISARUK, BARRY, CARLOS BEYER-FLORES y BEVERLY WHIPPLE. La ciencia del
orgasmo. La naturaleza humana y los mecanismos del placer.
Paidós. México, 2008.
150

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