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URBANISMO
Urbanizar el futuro barrio de la Budallera
costará 80 millones
La Junta de Compensación provisional entró ayer en el Ayuntamiento el proyecto de este
plan parcial de 133 hectáreas que servirán para cohesionar la ciudad con la zona de Llevant
Jordi Cabré | 
 Publicado: 21:14 - 24/09/2013
El Plan Parcial Urbanístico (PPU) 24, conocido popularmente como la Budellera, empezó ayer su andadura para convertirse en las
próximas décadas en la zona de cohesión entre la ciudad (Vall de l’Arrabassada) y barrios de Llevant. Desde la presentación del
proyecto en el Ayuntamiento a la venta de las primeras viviendas pueden pasar más de 15 años, según apuntan los 120 propietarios que
configuran la Junta de Compensación.
El presidente, José Luis García, aseguraba ayer que «el proceso que iniciamos es uno de los más importantes y significativos para el
término municipal de Tarragona y comportará la transformación urbanística de una amplia zona». García acompañado de uno de sus
hijos entró en la Plaça de la Font ayer por la mañana con las tres copias del proyecto obligatorias para que se inicie el trámite
burocrático.
Con el proyecto urbanístico aprobado, podrían pasar más de cuatro años hasta que este trámite sea una realidad según auguran los 120
propietarios de los terrenos, los cálculos de inversión a día de hoy se sitúa entre los 80 millones de euros que contemplaría la
urbanización de terrenos y las principales conexiones generales de energía que permitan en una segunda fase levantar viviendas y
recuperar la inversión inicial.
Este PPU abarca casi 133 hectáreas de superficie ubicado entre la Vall de L’Arrabassada, Cala Romana, Colls Majors y Boscos de
Tarragona (ver gráfico superior). Su ejecución permitirá colocar una de las piezas urbanas más importantes para la cohesión de la zona
de Llevant, demasiado diseminada en urbanizaciones y con falta de soluciones que mejoren tanto la habitabilidad como las
comunicaciones entre barrios y con la propia urbe.
Precisamente uno de los grandes atributos de este diseño, obra del arquitecto Josep Maria Milà, es la racionalización del espacio, la
importancia del nudo de comunicaciones y la conciencia de preservar la calidad con un aumento significativo de la zona verde total.
La rambla y el pulmón
La rambla principal que se ha dibujado en el centro del barrio está pensada para dos y tres carriles de circulación en cada sentido y
vertebra el conjunto principal de manzanas de cuatro bloques cada una y con plantas que oscilarán entre 4 y 5 alturas. Esta rambla debe
conectar con Tarragona de forma rápida y directa y convertirse en una alternativa de movilidad de la zona de Llevant hacia la urbe.
Descongestionar la actual N-340 que bordea la costa.
Para ello, sin embargo, hay una pieza del puzzle urbano del POUM que debe ejecutarse en términos parecidos a la Budellera. Se trata del
PEMU 34, la zona del Nou Estadi del Nàstic entre la Vall de l’Arrabassada y la futura zona de crecimiento –se estiman 15.600 vecinos a
largo plazo–.
Más verde que el previsto
Las normativas urbanísticas vigentes no dejan nada al azar. Incluso son demasiado estrictas una vez la burbuja inmobiliaria se ha
desinflado.
Por ello, la Budellera cuenta con todas las previsiones obligatorias: el 15% de zonas comerciales, las zonas de equipamientos (18,5
hectáreas) que pueden servir desde una escuela a un campo de fútbol pasando por un pabellón o un centro sanitario; o las zonas verdes
que ocupan 51,5 hectáreas.
«El POUM establece máximos y mínimos respecto el uso del suelo», explica el arquitecto. En caso del suelo máximo destinado a uso
privado era del 40%, pero el proyecto definitivo sólo usa el 21,5%. De esta forma, aumenta la zona destinada a viales, equipamientos y
zonas verdes.
Una de ellas será el gran pulmón que separará las zonas residenciales actuales de Cala Romana, Colls Majors, Boscos con la nueva
Budellera. Este parque se dotará de caminos peatonales, bocas antiincendios y señalización para el disfrute de todos.
Además con la reordenación de Milà, también se ha liberado una pastilla pegada a la N-340, justo encima de la Platja Llarga. «Esos
116.000 metros cuadrados será una zona libre de edificación», apunta José Luis García
El presidente de la Junta de Compensación alerta: «Que nadie piense que hoy (ayer para el lector) presentamos el estudio y mañana ya
podemos levantar pisos. Es un proyecto que en la última fase, la urbanización y desarrollo del ámbito no será inferior a 15 años. No sé si
lo veré», bromeaba ayer.
Con este Plan Parcial, el primero del actual POUM de la ciudad, se dibuja una de las ideas urbanísticas que busca Tarragona: la
cohesión de los barrios en una zona donde el urbanismo del pasado irracional pasa factura en la actualidad.

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