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Transcripción

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Las murallas de
Manresa
Itinerarios por
la historia de la
ciudad
Manresa
Medieval
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3
Visita al circuito de
murallas de la
ciudad
Esta guía les acompañará en el recorrido en torno a los elementos
más destacables de lo que fueron las murallas de la ciudad.
Actualmente la ciudad de Manresa aún conserva algunos tramos de las antiguas fortificaciones. Todas ellas cuentan con la declaración de Bien Cultural de Interés Nacional.
Conocer cuáles son estos tramos y a qué
circuito pertenecían es imprescindible para
entender cómo la ciudad ha ido creciendo y
se ha convertido en lo que es hoy. El estudio
y la museización de las murallas permiten
disfrutar de unos testimonios medievales
y contemporáneos de primera categoría. Al
mismo tiempo, un recorrido por sus restos
permite dar a conocer cuál era el paisaje y los
edificios que daban personalidad a la ciudad
en otros períodos de su historia.
Como en otras ciudades catalanas, se conoce el trazado originario de las murallas de
Manresa pero se conservan pocos tramos de
la misma, y no todos pertenecen al período
medieval original, sino que en ocasiones se
trata de reconstrucciones de los siglos XVI o
XIX.
Es aconsejable empezar la visita en la Oficina de Turismo de Manresa, donde podrán
contar con la ayuda de una maqueta de lo
que fue la ciudad medieval del siglo XIV, que
permite identificar los diferentes elementos
que después se visitarán.
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El objetivo de la guía es, además de ofrecer
información fidedigna de los tramos aún visibles, aportar datos, noticias y acontecimientos, no sólo del fragmento de muralla que se
está observando, sino también del contexto
histórico y urbanístico en el cual fue construido y, especialmente, de cuál era el entorno paisajístico y urbano, con el fin de ayudar
a reconstruir el ambiente histórico y social
de la ciudad medieval.
Otros lugares imprescindibles durante la visita que
ayudan a percibir el ambiente de la Manresa medieval
son la basílica de la Seu de
Manresa, el Museo Comarcal, la calle del Balç e indudablemente la red de calles
y callejones del núcleo antiguo que configuran el entramado del urbanismo medieval de la ciudad.
Visita
recomendada
Museo
Comarcal
Visita
recomendada
Carrer
del Balç
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7 Portal y muralla de Sant Francesc
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1 Portal de Santa Llúcia o de les Cuireteries
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AJUNTAMENT
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Puntos de interés
3 Portal y muralla del Carme y Puigmercadal *
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Siglo XIX
2 Torre de Sobrerroca *
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COMARCAL DE
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Siglos XII - XIV
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Plano de localización
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PASSEIG DEL RIU
14 Portal de Sant Miquel
15 Portal de les Piques o de la Tria
16 Carrer del Balç - Centro de interpretación de
la ciudad medieval
* Punto de observación de la muralla
ESTACIÓ RENFE
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Manresa, una ciudad rodeada por las murallas
Antes de la ciudad: El Puig Cardener
Los antecedentes de la ciudad de Manresa están en
el Puigcardener. Se sabe de
la existencia de un poblado fortificado, un oppidum,
del período ibérico en esta
colina. La selección de un
lugar como este para levantar un poblado tuvo que ver
con la situación estratégica en el desfiladero del río
Cardener. Además, contaba
con unas formas abruptas
y riscos cortados en la roca
que facilitaban la defensa.
Como el resto de oppidum
ibéricos, cabe pensar que
este poblado debió contar
con algún tipo de muro que
lo protegía, pero no se conservan restos. Durante el período romano probablemente se mantuvo la ocupación
de la colina, aunque muy
reducida.
Las excavaciones arqueológicas de 1915 y 1986 pusieron
al descubierto tumbas y entierros que pueden fecharse
entre los siglos VI y VII. En
aquella época, un reducto de
población podría haber vivido en algún lugar cercano al
antiguo oppidum. El Puigcardener habría sido, en aquel
tiempo, un lugar destinado a
entierros.
Actualmente aún se desconoce
el nombre que recibía el antiguo oppidum situado sobre la
colina del Puigcardener. Los
historiadores antiguos hablan
de un lugar importante en el
Bages llamado Bacasis, pero
no se puede precisar dónde estaba.
Grabado histórico de Manresa amurallada de Bernat Espinalt, año 1786 (Arxiu Comarcal del Bages)
Hasta finales del siglo XIX,
los conflictos bélicos tenían
entre sus principales objetivos el asedio prologando de
las ciudades y su población.
Contar con un sistema de
murallas fuerte y bien diseñado se convertía en condición indispensable para la
supervivencia de cualquier
ciudad. También era importante para atraer inmigrantes y ser una ciudad bien
poblada. La prosperidad y
la tranquilidad de sus habitantes residían, en muchas
ocasiones, en la confianza
que proporcionaban las murallas. La Ciudad de Manresa,
como muchas otras ciudades de Cataluña, contó con
la protección que le ofrecía
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un sistema de murallas, torres y fosos bien construido
y consolidado.
Además de proteger, las murallas tenían múltiples funciones. Marcaban la línea de
división entre el campo y la
ciudad. Aquello que quedaba incluido dentro de ellas
se consideraba urbano, y lo
que quedaba fuera era considerado campo y arrabales.
Por otro lado, su presencia
fue uno de los elementos habituales del paisaje cotidiano. Tanto los habitantes de
la villa como los foráneos debían tenerlas presentes, ya
que el acceso o la salida de la
ciudad sólo podían hacerse
a través de sus portales. Para
los visitantes exteriores, la
imagen que la ciudad ofrecía
era, sin duda, la de sus murallas.
Tumbas tardo-antiguas encontradas en el Puigcardener a principios del siglo XX (Arxiu Comarcal del
Bages)
La colina del Puigcardener (Pere Santamaria)
Los últimos estudios históricos y arqueológicos han
demostrado la existencia en
Manresa de tres importantes
circuitos amurallados, que
se corresponden con tres
períodos de su evolución urbana. El primer circuito es de
los siglos IX – X, el segundo,
del siglo XII, y el tercero, del
siglo XIV. Su derribo a finales
del siglo XIX, también tiene
que ver con una nueva etapa
de crecimiento de la ciudad
y una nueva concepción del
urbanismo que se imponía
con fuerza.
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El primer núcleo poblado. Siglos IX i X
Hasta los siglos IX y X, ya en
plena época medieval, los
vizcondes catalanes no tuvieron interés alguno en volver a recuperar la colina del
Puigcardener como ciudad
fortificada. En su política
de expansión hacia el sur, el
Cardener y el Llobregat fueron las fronteras de la Catalunya Vella, y era necesario
contar con defensas cerca.
Entre los siglos IX y X, la ciudad nació como una colina
fortificada. El Puigcardener
probablemente acogió dentro de sus murallas los edificios religiosos y militares
más importantes.
Entre otros, estaban las iglesias de Santa María y San
El nombre Manresa lo encontramos por primera vez a principios del siglo X en referencia
a la fortificación medieval de
la colina, y quizá guardaba la
memoria del antiguo nombre
del oppidum. A mediados del
siglo XI el nombre fue traducido al latín y apareció el nombre Minorisa.
Martín, y los edificios de la
comunidad de canónigos.
Como edificio militar destacaba la Torre Vescomtal,
que hacia las funciones de
castillo y residencia del representante del vizconde de
Barcelona.
Alrededor de la colina amurallada crecieron algunos
burgs o barrios aislados de
casas. Estos barrios no contaban con ningún tipo de
planificación urbana y no tenían conexión entre ellos. La
población que vivía en ellos
confiaba en la protección
que ofrecían los muros de
la colina en caso de peligro.
Uno de los barrios más importantes fue el de Sant Miquel, que creció alrededor de
la pequeña iglesia dedicada
a este santo. Otros barrios
fueron el barrio Saragossà,
cercano a la capilla de Sant
Marc, el barrio de Les Escodines, y el barrio del Burg, situado a los pies del Puigcardener, en la zona de la actual
plaza d’En Creus.
A pesar de que los circuitos de
murallas de los siglos XII y XIV
unirían el Puig Cardener con
el resto de barrios de la ciudad,
las casas y edificios de la colina
eran conocidas aún en el siglo
XIV como La Ciutat.
Cabe pensar que inicialmente la colina del Puigcardener
ejercía las funciones de fortificación. A pesar de que no se
conservan restos, un primer
circuito de murallas reseguía
probablemente la parte superior de la colina, adaptándose a las irregularidades
del terreno y protegiendo de
forma exclusiva los edificios
levantados en la colina. En
caso de peligro, los habitantes de los barrios de los alrededores abandonaban sus
casas para refugiarse dentro
de las murallas.
El barrio de Les Escodines desde el Pont Vell (Ayuntamiento de Manresa)
El Puigcardener a principios del siglo XX (Arxiu Comarcal del Bages)
Lugares de interés
Coll Cardener o Coll
Castell
> En el mapa, punto 10
En el lado de poniente de la
colina se abría el portal del
coll Cardener, que permitía el
acceso al interior del recinto
amurallado. Dentro de este
primer recinto de murallas de
la Alta Edad Media conocemos, a través de la documentación, la existencia de una
torre importante llamada
Torre Vescomtal, ya que era la
residencia del vizconde, el representante condal en la ciudad. La torre iba unida a un
caserón y a una plaza situada
delante. Este conjunto podría
haber hecho las funciones de
punto fuerte dentro del Puigcardener, y el lugar era conocido como coll Castell.
Gracias a un documento del
año 1015 tenemos la certeza de que la iglesia de Sant
Miquel y el barrio de Sant
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Miquel estaban fuera de la
muralla. En el documento en
cuestión –la venta de un patio de casas cerca de la iglesia
de Sant Miquel– se dice que
la iglesia se encontraba en un
suburbio de la ciudad.
Hay que tener en cuenta que
el aspecto de la colina ha cambiado mucho a lo largo de los
siglos. Originariamente se
trataba de una colina mucho
más puntiaguda e irregular,
donde las construcciones se
levantaban de forma escalonada, aprovechando las cuevas y salientes de la roca. El
altiplano que apreciamos actualmente es del siglo XIV, y se
creó para tener una superficie
plana donde asentar el edificio de la Seu. La muralla debía
reseguir los riscos de la colina.
En el siglo XIII tanto el caserón
como la torre estaban abandonados, y se alquilaban a particulares como una vivienda
más de la ciudad. En 1377 el
rey autorizó su derribo, y en
1379 los consejeros consideraron oportuno utilizar las piedras para la construcción de la
iglesia de la Seu.
Sector de poniente del Puigcardener a principios del siglo XX (Archivo particular de Jaume Pons)
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La ciudad crece. La muralla del siglo XII: los muros viejos
Entre los siglos XI y XII, la
ciudad había ganado importancia y habitantes, debido,
especialmente, a la prosperidad que aportaba la celebración del mercado. El lugar
escogido para llevar a cabo
este mercado fue un llano
próximo al pie del Puigmercadal. A partir de aquel momento, el lugar se convirtió
en la plaza Major y llegó a
ser el corazón de la futura
ciudad.
De la plaza del mercado
partían los caminos que llevaban a otras poblaciones,
que pronto se convirtieron
en importantes calles de la
ciudad. El camino de Barcelona se convirtió en la calle de
Santa Llúcia. El camino de Vic
bordeó la parte superior de la
roca y se convirtió en la calle
de Sobrerroca. El camino de
Cardona se fue llenado de casas de lado a lado hasta convertirse en la calle del Carme.
Los mercados eran imprescindibles en la Edad Media. Sólo el conde o
el rey los podía autorizar y, a cambio, cobraba los impuestos (el Teloneum). Cada población importante celebraba mercado. El derecho de
poner una mesa se podía comprar, vender o arrendar.
Las calles que emergieron
alrededor del mercado se
anexaron más tarde a los antiguos barrios de Sant Miquel
y del Burg, creando así por
primera vez una red urbana.
A comienzos del siglo XII, las
autoridades de la ciudad consideraron oportuno proteger
a la población y el mercado
edificando un nuevo circuito de murallas que unirían
las antiguas de la colina del
Puigcardener con el Puigmercadal y la iglesia de Sant
Miquel. También era importante contar con portales en
cada arranque de los caminos que controlasen el paso
de personas y mercancías.
La Plaza Major un día de mercado (Arxiu Comarcal del Bages,
fondo F. Arola)
Visita
recomendada
Carrer del
Balç
Carrer del Balç. Se accede, desde el Centro de Interpretación medieval, por la Baixada del Pòpul.
(Ayuntamiento de Manresa)
Un documento del 1174 permite saber de la existencia de casas situadas en una calle que iba a la puerta del río Meder. Este portal
era el de Santa Lucía o de las Cuireteries, de modo que la ciudad
ya estaba cerrada o fortificada. En 1222 también aparecen casas
en el foso colindante con la iglesia de San Miguel. Estas murallas
del siglo XII serían conocidas en el siglo XIV como los muros viejos,
para distinguirlos de los nuevos que se construían en ese momento.
El carrer del Balç, que formaba parte del núcleo de la ciudad medieval
surgido en el entorno del mercado, es un magnífico ejemplo de urbanismo medieval. Emplazado en las dependencias de un antiguo casal, el
centro de interpretación, permite descubrir cómo era la Manresa del
siglo XIV.
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Lugares de interés
Muro del Puig Cardener o de la Ciutat
Muro d’en Jaffa
Debajo de la Seu, desde el
Camí dels Corrals (camino de
los Corrales), se observan restos de muro que sobresalen
unos metros por fuera de las
líneas del barranco. En este
tramo, también se aprecian los
restos de una puerta tapiada
formada por un arco de medio
punto. Esta puerta sería un
ejemplo de portezuela abierta
a la muralla. La obertura debía
comunicar la cima del Puigcardener con las casas de la
parte inferior de la mola y con
el río. Con la urbanización del
parque de la Seu, se rellenó de
tierras toda la zona interior de
la muralla dejando la puerta
tapiada.
Este fragmento de muralla
era conocido como el muro
d’En Jaffa por encontrarse
próximo a la casa de la familia Jaffa. En este tramo, a
pesar de la vegetación, se
aprecia claramente el segundo circuito de murallas del siglo XII. Actualmente, es uno
de los tramos más antiguos
conservados de la muralla.
En la parte posterior, aún se
aprecia lo que podría haber
sido el corredor interior del
muro, convertido en la actualidad en un callejón entre
el muro y las casas.
> En el mapa, punto 12
> En el mapa, punto 11b
Puerta medieval tapiada desde
el Camí dels Corrals (David Grau)
Portal de Galceran
Andreu
> En el mapa, punto 12
Muro d’en Jaffa (David Grau)
Al final de la actual calle de Galceran Andreu, sobre el barranco
del torrente de Sant Ignasi, se
abría uno de los portales de la
ciudad. Este portal formaba parte del circuito de las murallas del
siglo XII, pero en 1370 fue repartido y consolidado aprovechando
la revisión que se estaba haciendo de los muros viejos.
El camino de salida de la ciudad
desde el portal bajaba hasta el
pequeño puente que cruzaba
el torrente para encontrarse
con el camino de Barcelona. El
paso del torrente en este lugar
se conocía en el siglo XX como
“el salto de los perros”. El nombre del portal de Galceran Andreu se debe a la presencia de
la familia Andreu, que tenía su
residencia en la calle cercana al
portal. Galceran Andreu fue uno
de los miembros más conocidos
de esta familia, y ocupó importantes cargos en el Consell de
la Ciutat en el siglo XIV. Entre
los siglos XV y XIX el portal sería
conocido como el portal de Mossèn Bosch.
El sector fue conocido durante la Edad Media como la fosa del Puigcardener, y recibía el nombre de sotz val. Se trataba de una fosa natural no
excavada que aprovechaba el desnivel del terreno. La documentación
permite conocer la existencia de casas y corrales que se levantaban a la
falda de la mola, aprovechando las grutas. Las fotografías conservadas
desde los años 1930 y 1940 permiten ver casas y caminos aún construidos debajo de la colina. El sendero principal era conocido popularmente
con el nombre de Camí dels Corrals.
Sector del portal de Galceran Andreu a principios del segle XX (Arxiu
Comarcal del Bages)
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12
Portal de Santa Llúcia
o de les Cuireteries
> En el mapa, punto 1
Espacio de la calle Santa Llúcia dónde se encontraba el portal
(David Grau)
13
Los alrededores del portal eran
conocidos como las pellejerías
(les Cuireteries) soberanas o superiores, ya que era aquí donde
los pellejeros de la ciudad tenían
sus talleres que aprovechaban el
agua del torrente para su trabajo. Los talleres se extendían fuera del portal para evitar que el
hedor invadiese la ciudad. También se conocía como portal de
Santa Llúcia por la proximidad
al hospital inferior y a la capilla
de Santa Llúcia. Como todos los
hospitales medievales, estaba
destinado a atender a los enfermos pobres. En la Edad Media
se hallaban siempre fuera de la
ciudad para evitar contagios.
El Hospital de Santa Llúcia,
actualmente la Capilla del Rapto, fue el primer lugar en el qué
San Ignacio de Loyola se hospeVisita
dó durante su recomendada
estancia en
Capilla del
Rapto i Cueva de
Manresa el
San Ignacio
año 1522.
El portal de Santa Llúcia estaba situado al final de la
calle de Santa Llúcia y hacía
esquina con la Baixada dels
Drets, y estaba formado por
dos torres cuadriculadas.
Este portal abría el circuito
de las murallas del siglo XII a
los talleres de los pellejeros
y al torrente. Debía su nombre a la proximidad del hos- Portal de Sant Miquel
pital de Santa Llúcia con el > En el mapa, punto 14
otro lado del torrente.
Un pontezuelo construido a
continuación del portal permitía cruzar el torrente y daba
acceso al hospital y a los caminos de Viladordis. El camino
de Barcelona también partía
desde este portal y subía por
el barrio de Les Escodines.
El barrio de Sant Miquel creció durante el siglo X alrededor de la iglesia de Sant
Miquel y su cementerio. El
barrio y la iglesia fueron incluidos dentro del circuito
de murallas del siglo XII. Los
documentos
medievales
hablan de la existencia de
un portal en este lugar de la
ciudad, seguramente antes
de llegar a la Plana de l’Om.
Cerca del foso había casas y
campos de cultivo.
Éste fue el último portal
que se mantuvo con sus dos
torres hasta el año 1860. Actualmente, sólo se conservan restos de una torre dentro del edificio del hostal La
El portal de Sant Miquel era,
Masía. A la altura del primer
en aquel momento, el punto
piso, se observan restos de la
de partida de los caminos
torre.
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El torrente de Sant Ignasi en el
año 1929 (Institut Cartogràfic de
Catalunya, fondo Josep Gaspar)
El torrente nacía en la zona de
Sant Joan d’en Coll, donde en
época moderna se construiría
una capilla, y transcurría por
los actuales terrenos de la Fàbrica Nova hasta la plaza de
Santa Llúcia y el Cardener. En
la Edad Media se le conocía por
diversos nombres: torrente del
río Meder, de la Cuireteria, o torrente de Mirabitlle o Mirabile.
de Lleida y de Urgell. A cada
lado de los caminos se iban
construyendo casas que a finales del siglo XIII se habían
convertido en las calles de
Vilanova y de Urgell.
En torno a 1370 se construyeron las nuevas murallas del
tercer circuito y el Consell de
la Ciutat consideró innecesario mantener este portal que
habría dividido la ciudad en
dos. El año 1380 se ordenó
derrocar la muralla de este
sector y aprovechar las piedras para reparar la parte de
la muralla que se extiende
sobre el torrente de Sant Ignasi. Las piedras del portal se
aprovecharon para la construcción de la Seu.
La iglesia de Sant Miquel, igual
que la Seu de Manresa, fue en
principio un edificio prerrománico. La iglesia primitiva debió ser
substituida hacia el siglo XII por
un edificio románico. Durante
el siglo XIV se construyó encima
una nueva iglesia gótica. Durante la guerra civil, el año 1936,
fue derribada junto con otros edificios religiosos de la ciudad.
Sector del final de la calle de les Piques entorno al 1920 (Archivo
particular Jaume Pons)
Portal de les Piques o
de la Tria
> En el mapa, punto 15
El final de la calle de Sant Miquel
y la Plana de l’Om a principios del siglo XX (Arxiu Comarcal del Bages)
En alguna ocasión la calle o
camino de les Piques aparece
nombrado como camí de la
Torre, en referencia a la Torre
Vescomtal situada a poniente
del Puig Cardener, que sería
bien visible desde este camino.
Se tienen noticias desde
1030 de la existencia de un
antiguo camino que bajaba
desde Puigmercadal hasta el
río. El camino pasaba por delante de la iglesia y del portal
de Sant Miquel. En aquel momento el lugar estaba rodeado de huertos y viñas. El camino recibía el nombre de la
calle de les Piques, nombre
que más tarde pasó a denominar toda la zona.
El portal de les Piques del
circuito de murallas del siglo
XV se levantó entre los años
1370 y 1380 en el final de la
calle de les Piques, a tocar de
la Reforma. A diferencia de
los otros, parece ser que no
tenía torres que lo protegieran, ya que, aquí, el desnivel
era bastante pronunciado. El
camino fue empedrado en el
siglo XVII. Otro nombre que
recibió fue el de portal de la
Tria.
El circuito de las murallas del
siglo XII tenía un portal en la
calle de les Piques, cercano a
la Plaça d’en Creus. Este portal fue la puerta de “mediodía” de la ciudad y permitía
la salida al río Cardener.
Imagen aérea del tramo de muralla encontrado durante la intervención arqueológica en la Reforma en el año 2009 (Ayuntamiento
de Manresa)
La iglesia de Sant Miquel a
principios del siglo XX (Archivo
Margot Vila, La Restauració, I)
03/01/2013 13:59:46
14
15
La expansión de la ciudad medieval. Siglo XIV
La prosperidad vivida a lo
largo de los siglos XIII y XIV
en todo del principado hizo
imparable el crecimiento de
las ciudades, y Manresa no
fue una excepción. A finales del siglo XIII la ciudad se
desbordaba por todos lados
en forma de burgos y nuevos
arrabales que crecían en las
afueras de sus murallas. En
el caso de Manresa, el crecimiento urbanístico se dirigía principalmente hacia
poniente, aprovechando la
llanura existente entre la
iglesia de Sant Miquel y el torrente dels Predicadors. Los
arrabales de la Vila nova y de
Urgell irían creciendo alrededor de los caminos de Lleida y de Urgell, que partían
del portal de Sant Miquel,
y pronto se convirtieron en
una de las zonas más pobladas de la ciudad. Alrededor
de 1360 la población que residía dentro de las murallas
era tan numerosa como la
que residía fuera.
En medio de esta situación
de prosperidad, en 1362 un
nuevo peligro amenazó a
Manresa y a sus habitantes.
El Consell de la Ciutat se
hace eco, en esta fecha, del
paso de un peligroso grupo
de mercenarios denominados “Companyies Blanques”
que se disponía a atravesar
Cataluña. Su paso por caminos próximos a Manresa hizo
temer un posible ataque a la
ciudad. Los consejeros toma-
opuscle cast_nou.indd 14-15
ron entonces conciencia del
mal estado en que se encontraban las defensas de la ciudad y del hecho que buena
parte de la población vivía,
en aquellos momentos, fuera del recinto cerrado. Ante
esta situación se optó por
reforzar los muros existentes y por construir un nuevo
circuito de murallas. Se aprovecharían parte de las viejas
murallas en los sectores del
Puigcardener, torrente de
Sant Ignasi y Carme. Los tramos nuevos se construirían
rodeando el convento de
Sant Domènec, el torrente
dels Predicadors y el precipicio sobre el río Cardener. El
tramo de las viejas murallas
que bajaba desde el Puigmercadal por el Pedregar
hasta Sant Miquel y Piques
se derribó y no quedan restos de él.
Este nuevo y último circuito
de murallas, levantado entre
1362 y 1380, fue el tercero de
los construidos por la ciudad.
El nuevo espacio protegido
serían los barrios que crecieron a partir de la iglesia de
Sant Miquel. Ésta había sido
precisamente la zona de expansión urbana de los siglos
XIII y XIV. En aquel sector
habían nacido nuevas calles
como la de Talamanca, Arbonés, Òdena, Vilanova, Urgell,
Nou de Sant Miquel y otras.
Con todo, también era cierto
que las casas convivían con
espacios todavía sin urbanizar, con escasa población
como el Camp d’Urgell o los
huertos de els Predicadors.
El nuevo trazado de murallas incluyó también huertos
y campos a la espera de ser
urbanizados en el futuro.
Tramo de la muralla del sector occidental de la ciudad (David Grau)
La prosperidad en la que vivía la
Ciudad de Manresa a lo largo del
siglo XIV es la explicación de las
grandes construcciones que se llevaron a término en aquel momento.
Entre otras, destaca la construcción
de una basílica gótica, la Seu, que
se empezó a levantar en 1322 sobre
el espacio que ocupaba la antigua
iglesia románica. Para poder liberar el terreno del Puigcardener fue
necesario derruir las casas de los
vecinos que vivían allí, así como
otros edificios eclesiásticos y militares que ocupaban aquellos terrenos.
La construcción se empezó por el
sector del ábside, y hasta 1486 no
se llegó a la fachada. De la vieja
iglesia románica se aprovechó una
parte, que se convirtió en el muro
norte de la basílica gótica.
Visita
recomendada
Basílica de
la Seu
Basílica de la Seu (Ayuntamiento de Manresa)
Lugares de interés
Torre de Sobrerroca
> En el mapa, punto 2
La Torre de Sobrerroca, junto
con otra torre gemela situada
al otro lado de la calle, formaba
parte del portal que cerraba el
camino de Vic. La torre, al igual
que la calle, debe su nombre a
su situación sobre una roca o
codina natural. El portal formaba parte del circuito de murallas del siglo XII y fue reconstruido alrededor de 1370 junto
con el resto de muros viejos.
Las torres de este portal eran
cuadrangulares y se encontraban unidas por una arcada a nivel del segundo piso. El suelo de
delante del portal y su entorno
fueron adoquinados en 1384.
Cabe pensar que el foso, en este
tramo de la ciudad, era la to-
rrentera que bajaba de Puigmercadal hasta el torrente de
Sant Ignasi por la actual calle
del Joc de la Pilota. En 1464 se
levantó un puente levadizo que
permitía el paso por encima .
A lo largo de la Edad Media y
Moderna era habitual alquilar
las torres de los portales como
viviendas privadas. Los inquilinos tenían la obligación de cuidar del cierre y la apertura de
las puertas, así como de terminar de construir el piso superior
y el tejado, y de dejar libre la torre en caso de peligro. El primer
inquilino conocido fue Jaume
Solerferran, que fue convocado
a juicio el año 1380 por el Consell de la Ciutat, por negarse a
terminar el cubrimiento de la
torre. En 1382 el Consell rompió
los tratos con Solerferran y en-
tregó las dos torres del portal a
Jaume Puig, que se encargaría
de abrir y cerrar el portal.
>sigue
Torre de Sobrerroca (David
Grau)
03/01/2013 13:59:51
16
Algunas de las torres eran conocidas por el nombre de sus
inquilinos. En el siglo XV el portal de Sobrerroca fue conocido
como portal de Na Seniosa, y
más adelante con el nombre de
portal Na Camps.
En 1383 el Consell de la Ciutat
ordenó construir un abrevadero
al lado del portal de Sobrerroca.
Las excavaciones arqueológicas
han permitido encontrar restos
del abrevadero en el exterior de
la torre actual. Este abrevadero
En 1339 el Consell de la Ciutat
decidió construir un canal de
riego que tomara el agua del río
Llobregat y la llevara a la ciudad
de Manresa. Se quería así acabar
con los problemas de suministro de agua de la ciudad y regar
Portal del Carme
> En el mapa, punto 3
Los documentos medievales
dan noticias de cómo la muralla del siglo XII cerraba el
cerro de Puigmercadal. Aun
cuando no se han conservado restos de los viejos muros, cabe pensar que éstos
reseguían la parte superior
de la colina, adaptándose al
terreno. A partir de 1374, las
nuevas murallas arrancarían de este lugar y llegarían
hasta el convento de Sant
Domènec.
La muralla medieval se abriría aquí, al final de la calle
del Carme, con un portal que
recibía el nombre de portal
del Carme o portal d’en Planeta. Del portal del Carme
partía el camino que conducía a Cardona. A diferencia
opuscle cast_nou.indd 16-17
17
debía de llenarse con agua procedente de la Sèquia y desaguaba directamente a la torrentera.
Los abrevaderos eran unos elementos muy importantes que el
Consell de la Ciutat controlaba
directamente para garantizar la
calidad del agua y controlar las
epidemias.
En época moderna, entre los siglos XVI y XVII, la
torre medieval fue derruida y el portal fue objeto
de una reforma importante que comportó la construcción de otro portal de mayores dimensiones.
El derribo de la iglesia y parte del convento durante la guerra civil española dejó al descubierto la
actual plaza de Sant Domènec.
A partir de la construcción de las modernas carreteras de Vic y Cardona a finales del siglo XIX, el
paisaje de la zona cambió de manera importante.
Ambas carreteras se convertirían en los principales
focos de crecimiento urbano, en las afueras de una
ciudad amurallada y saturada. La canalización del
torrente dels Predicadors convirtió el espacio del
Passeig en la zona residencial de la burguesía manresana, que construyó allí sus lujosas casas.
La iglesia de Sant Domènec y la carretera de Cardona
a principios del s. XX (Archivo particular Jaume Pons)
El Passeig de Pere III en 1922 (Arxiu Comarcal
del Bages)
Hallazgo de la torre de Sobrerroca el año 1966, durante el derribo de las casas que la escondían
(Archivo particular Jaume Pons)
las llanuras agrícolas situadas
alrededor. El agua no llegó a la
ciudad hasta 1380 aproximadamente. Un sistema de acueductos
y puentes permitía salvar los importantes desniveles del terreno.
La entrada se realizaba por el sector de la actual plaza Infants, que
era uno de los lugares más altos
de la ciudad. Desde allá se distribuía al interior
de la ciudad
Visita
recomendada
mediante
Parc de la
canales y
Sèquia
Festes de
abrevaderos.
la Llum
de los otros portales, éste no
estaba formado por dos torres cuadrangulares sino por
una sola torre semicircular y
las casas adyacentes.
mente se encuentra la plaza
de Sant Domènec.
Alrededor de 1367, durante
la construcción del tercer
circuito de murallas, los consellers de la ciudad creyeron
oportuno incluir el convento
y sus huertos dentro de la
ciudad. Con este objetivo,
trazaron una larga línea de
muralla nueva entre los conventos del Carme y de Sant
Domènec. Cerca del convento se abrió un nuevo portal
que sería conocido como
portal dels Predicadors. En
la construcción, sólo fue necesario levantar una de las
torres, puesto que se aprovechó el campanario de la
iglesia de Sant Domènec
para la otra torre. El ábside
de la iglesia también pasó a
formar parte del muro.
Portal de Sant
Domènec
> En el mapa, punto 4
En 1318 el Consell de la Ciutat cedió unos terrenos en
las afueras de la ciudad a la
orden de los dominicos con
la finalidad de que se instalaran en Manresa. Pocos años
después, los padres dominicos o predicadores, como se
les conocía en la época, edificaron un convento y una
iglesia. El lugar escogido fueron unos campos próximos
a los nuevos barrios de Vilanova y Urgell, donde actual-
Portal d’Urgell o de
Valldaura
> En el mapa, punto 5
Este portal abría el circuito
de murallas del siglo XIV al
camino de Urgell, a nivel de
la actual plaza de Valldaura.
Delante del portal bajaba el
torrente dels Predicadors,
que se cruzaba mediante un
pequeño puente.
El portal estaba formado
por dos torres cuadrangulares que sobresalían exteriormente de la muralla.
En el siglo XVII el portal fue
reformado y se le añadió un
cuerpo cuadrangular en el
exterior. En 1853 todavía se
mantenía en uso y el ayuntamiento dio orden de rehacerlo tapiando las aberturas de
las casas que tenían salida a
la muralla.
El portal fue conocido también como portal de Valldaura o portal de les Monges,
por encontrarse próximo al
convento de las monjas de
Valldaura, situado justo fuera murallas, al otro lado del
torrente. En el año 1465, durante la guerra civil catalana, el Gobernador Militar de
Manresa ordenó derribar el
convento por la posibilidad
de que los enemigos se hicieran fuertes en dicho monasterio y atacaran la ciudad.
>sigue
Restos arqueológicos del portal
de Valldaura (Arqueociència Serveis Culturals)
03/01/2013 14:00:00
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L’Era d’en Codina
Detalle del sector occidental
del plano de Manresa dónde se
observa el trazado de murallas
y torres, de Rovira y Trias, año
1847 (Arxiu Comarcal del Bages)
> En el mapa, punto 8
A principios del siglo XIX se construyó la pequeña capilla de la Mare
de Déu de Valldaura adosada al interior del muro. En 1877 su estado
era ruinoso y fue derruida. La imagen de la Virgen fue trasladada
provisionalmente a la iglesia de Sant Pere Màrtir, del convento dels
Predicadors. Aquel año se construyó la nueva iglesia de Nostra Senyora de Valldaura, en la calle del Bruc, justo al lado del convento de
las hermanas dominicas.
Les Barreres
Restos arqueológicos de la torre
del sector Barreres
(Ayuntamiento de
Manresa)
> En el mapa, punto 6
El tramo de muralla entre el
portal d’Urgell y el de Lleida
fue levantado entre los años
1375 y 1380 y pertenecía al
circuito de murallas del siglo
XIV. Este tramo de murallas
cerraba uno de los sectores
más poblados de la ciudad,
conocido como a les barreres. Al tratarse de un lugar
poblado, el muro se abría al
final de la calle actual con
una portezuela. Esta puerta
habría permitido a los vecinos salir sin tener que ir a los
portales principales.
En los tramos largos de la
muralla, entre portal y portal, era normal encontrar intercaladas torres cuadrangulares y torres flanqueantes
semicirculares. Se trataba
de un recurso defensivo que
tenía como objetivo romper
la línea del muro haciéndolo más fuerte y facilitar la
defensa en caso de ataque.
Algunas de estas torres también fueron alquiladas como
viviendas.
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Partiendo del portal de
Lleida el muro del siglo XIV
rodeaba el espacio sobre
la roca, a nivel de las actuales calles de l’Apotecari y
Passeig del Riu. Se trataba
de un lugar llano destinado seguramente a trabajos
agrícolas que era conocido
popularmente como Era d’en
Muralla de Sant
Francesc
> En el mapa, punto 7
Al final del tramo se abría el
nuevo portal de Lleida, desde donde partía el camino
hacia esa población. Las últimas excavaciones arqueológicas han permitido sacar a
la luz una parte de este camino, que estaba adoquinado
y bajaba hasta el Cardener.
El río era atravesado por
una pasarela de madera. El
nombre de muralla y portal
de Sant Francesc se remonta
al siglo XVII, cuando se construyó la iglesia de Sant Francesc de Paula. En el siglo XIX
el muro se encontraba muy
deteriorado y en 1857 los vecinos de la zona solicitaron
permiso para derrocar las
dos torres.
Tramo de muralla desde la calle
Apotecari (David Grau)
En este tramo de muralla se aprecian claramente las técnicas de construcción del muro del siglo XIV. Se
trata de un paramento de bloques de piedra de tamaño medio, rectangulares y escuadrados casi todos ellos,
formando hileras muy regulares. No se observan falcas entre bloques y se unían con mortero de cal. Esta
mezcla se utilizaba para unir los sillares de piedra y dar solidez.
Muro d’Arbonés.
Nuevos juzgados
> En el mapa, punto 9
Dibujo del alzado
de los restos de la
torre del portal de
Sant Francesc (Arqueociència, Serveis
Culturals)
Codina. Poco a poco el espacio fue ocupado por casas,
y a partir del siglo XVII, por
los edificios de la iglesia y el
convento de Sant Francesc
de Paula. En el siglo XX se
instaló la orden de las monjas de la Enseñanza. El muro
corría por encima de la roca,
a unos metros de distancia
del precipicio, y contaba con
un corredor o paso de ronda
interior.
Este tramo de muralla fue
levantado en torno a 1380
para proteger las casas de la
calle d’en Narbonés. Desde
el siglo XII, en la parte superior del barranco, se habían
construido casas que habían
formado una calle paralela
al precipicio. Muchas de las
casas contaban con algunos
huertos y patios en la parte
trasera. Una parte de estos
patios fueron expropiados
para poder construir la muralla.
Entre las casas y la muralla
pasaba el corredor del muro,
convertido en un camino de
ronda interior. Un tramo de
este corredor podría haber
sobrevivido en la actualidad
con el nombre de la calle de
els Llops.
La calle Llops a principios del
siglo XX (Archivo particular Jaume
Pons)
En el siglo XV gran parte de
la calle fue abandonada debido a las crisis y a la mortalidad. En los siglos XVI y
XVII, cuando la calle fue nuevamente ocupada, las casas
construidas aprovecharon la
muralla como pared y abrieron ventanas en el muro.
Restos arqueológicos del barrio
medieval de la calle Arbonès (Arqueociència Serveis Culturals)
El muro de la calle Arbonès en
el interior de los Juzgados (David
Grau)
La construcción del edificio
de los nuevos juzgados ha
permitido conservar, restaurar y museizar un tramo de
muralla integrándola al nuevo edificio.
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Reparaciones y conflictos. Siglos XVI - XIX
Lugares de interés
La muralla del siglo XIX
es una construcción muy
distinta de la de los siglos
XII-XIV. El tramo de la calle
Muralla del Carme es un
paramento formado por
sillares muy irregulares de
tamaño bastante grande. La
esquina de la plaza Europa
presenta, además, un zócalo formado por grandes bloques de piedra sin trabajar,
falcas de piedra pequeña y
contrafuertes. >sigue
El muro d’en Valls (David Grau)
Muro d’en Valls
> En el mapa, punto 13
Casas levantadas sobre el muro de la calle Arbonès a mediados del siglo XX (Archivo particular Jaume Pons).
Al acabar los barullos y las
guerras del siglo XV, la función de las murallas empezó
a perder importancia. A lo
largo de los siglos XVII y XVIII
algunos de los muros fueron
utilizados como pared de las
casas que se fueron construyendo adosadas al muro. Se
abrieron puertas y ventanas,
y poco a poco se desfiguró el
aspecto original.
Algunos tramos, como los de
la calle Apotecari y del Passeig del Riu fueron recrecidos y utilizados como muro
de contención de tierras. Los
portales de Sant Domènec
y de Valldaura también sufrieron importantes cambios
durante el siglo XVII. Otros
tramos, como el del Carme o
el del Puigcardener, fueron
totalmente reconstruidos.
opuscle cast_nou.indd 20-21
Al llegar al siglo XIX la ciudad
se vio afectada por varias
guerras y conflictos. La revuelta popular de 1808, con
el episodio de la quema del
papel sellado francés, provocó el inicio de la guerra de
Napoleón contra Cataluña.
Como represalia, la ciudad
fue incendiada por el general
McDonald, en 1811, provocando una grave destrucción.
Nuevos conflictos tuvieron
lugar durante las siguientes
décadas. En 1822 Manresa fue
ocupada por las tropas constitucionales del brigadier Rotten, que estableció un fortín
sobre el cerro de Puigterrà
y reconstruyó las murallas
del sector de Puigmercadal,
añadiendo un contrafuerte
triangular.
La última utilización de las
murallas tuvo lugar durante
los episodios finales de las
guerras carlistas. En 1853 se
obligó a algunos vecinos a tapiar puertas y ventanas para
hacerlas más firmes y resistir
en caso de ataque. Con todo,
las tácticas bélicas también
fueron cambiando a finales
del siglo XIX. La introducción
de nuevo armamento, más
moderno y destructivo, así
como la modernización de
los transportes, dio importancia a la idea de una guerra
de movimientos de ejércitos,
mucho más rápida y efectiva,
en la que el viejo sistema defensivo a base de murallas era
totalmente inoperante.
El tramo del muro situado
entre el portal de Galceran
Andreu y el portal de la Cuireteria era conocido como
muro d’en Valls, seguramente en referencia a algún
vecino que tenía su casa
en aquel lugar. Aun cuando
formaba parte del circuito
de murallas del siglo XII, fue
reconstruido alrededor de
1370, cuando el Consell de la
Ciutat ordenó revisar los muros viejos.
Se trataba de un muro levantado directamente sobre el precipicio natural del
torrente de Sant Ignasi. Posiblemente en este tramo
no existía corredor interior,
ya que se tienen noticias de
casas que aprovechaban el
muro como pared posterior.
Tampoco contaba con un
foso excavado, puesto que
el precipicio y el torrente
protegían debidamente la
muralla.
Actualmente, los primeros
seis metros son obra de una
reparación del siglo XIX.
Muralla del Carme i
Puigmercadal
> En el mapa, punto 3
Las últimas reformas de las
murallas, realizadas en 1822,
modificaron especialmente
este sector. Sobre el espolón
que la montaña tenía originalmente y que ocupaba el
solar de la actual plaza de
Europa, se construyeron tres
nuevas torres.
En 1850 un fuerte desprendimiento hizo caer esta parte
del cerro y en 1859 fue necesaria una nueva reparación.
En esta ocasión, el monte
fue cortado en ángulo recto
y así se creó el espacio de la
actual plaza, donde se construyeron mondongueras y
bomberos. El derribo del edificio del mercado de las Mandongueres, que ocupaba la
plaza, permitió la visión actual de la muralla.
Mapa de la muralla en la Plaça
Europa, correspondiente a la reparación de 1859 (Arxiu Comarcal del Bages)
La muralla en la Plaza Europa
(David Grau)
03/01/2013 14:00:27
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El nombre de Puigmercadal se debe seguramente a la proximidad del mercado que se celebraba a los pies
del cerro desde el siglo XI. Parece ser que inicialmente no era un lugar especialmente poblado, sino más
bien una colina ocupada por campos de cultivo, viñas y algunas casas diseminadas. incluido en el siglo XII
dentro del circuito de murallas convirtiéndose así en el segundo punto fuerte de la ciudad, junto con el Puigcardener. Contaba con una torre de piedra fortificada de grandes dimensiones, denominada de l’Àliga, que
se convirtió en el otro vértice defensivo de la ciudad, junto con la Torre Vescomtal del Puigcardener. Debía
de tratarse de una construcción importante y sólida, puesto que es la única torre que se halla totalmente
construida con piedra. En 1308 el Consell General de la Ciutat hizo donación a los frailes carmelitanos de
los terrenos próximos a la Torre de l’Àliga para que edificaran allí su convento y su iglesia.
Los diferentes usos, religiosos y militares, que ha
tenido el Puigmercadal así
como la última ocupación
urbanística, han transformado
considerablemente
el relieve original del cerro,
especialmente en su vertiente nororiental. Hay que
tener en cuenta que en 1840
el convento del Carme fue
exclaustrado a raíz de la desamortización eclesiástica y
fue utilizado como cuartel
militar.
Mur del Puig Cardener
> En el mapa, punto 11a
Bajo el parque de la Seu, desde la plaza de la Reforma se
puede apreciar actualmente
un muro que protege el precipicio a lo largo de toda la
vertiente del río. Este tramo
de muralla fue levantado en
el siglo XIX como muro de
contención de tierras. Se trata de un muro situado en el
exterior de la muralla medieval, que se encontraba unos
metros más adentro del cerro. La construcción está formada por un paramento muy
opuscle cast_nou.indd 22-23
La muralla del Carme (David
Grau)
El derribo. Siglo XIX
A medida que avanzaba el
siglo, el urbanismo apostaba
por una ciudad abierta, lejos
del cierre medieval, que era
considerado poco saludable y fuente de infecciones.
Los nuevos planteamientos
urbanos de finales del siglo
XIX propiciaron en Cataluña
el derribo de las murallas y
la creación de ensanches. El
Ayuntamiento de Manresa
ordenó el derribo de los malogrados restos que todavía
quedaban en pie en el año
1877 y proyectó la conversión de los antiguos fosos
en grandes avenidas arboladas.
Después de estar en el olvido
durante casi todo un siglo,
las viejas fortificaciones de
la ciudad han sido nuevamente un tema de interés. En
los últimos años han abundado los estudios históricos
sobre su trazado y construcción. La arqueología, por su
parte, también ha aportado
nuevos e interesantes datos.
Se trata pues, de recuperar
un viejo elemento olvidado,
que tan importante fue para
la supervivencia de la ciudad
y su configuración urbana y
que actualmente se ha constituido como un elemento
singular que caracteriza y da
personalidad al paisaje manresano.
La caserna del Carme entorno
al 1920 (Archivo particular Jaume
Pons)
irregular que mezcla sillares
de tamaños diferentes. En
algunos tramos se pueden
apreciar incluso fragmentos
de ladrillo, fruto de reparaciones más modernas.
Paseo previsto en la Muralla del Carme según Rovira i Trias, año 1847 (Arxiu Comarcal del Bages)
Bajo esta vertiente del mediodía se pueden observar
restos de muros que recorren esta parte del cerro. Estos muros pertenecen a los
caminos que conducían a los
huertos y casas levantadas
en los espacios de la colina.
Créditos:
Texto: Raquel Valdenebro
Diseño: Laia Olivé
Impresión: Inomsa
La muralla bajo el Parque de la
Seu (David Grau)
03/01/2013 14:00:40
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