`Canciones Para Matar a la Luna` (AUTO)BIOGRAFÍA `Canciones
Transcripción
`Canciones Para Matar a la Luna` (AUTO)BIOGRAFÍA `Canciones
LUNATICMAGAZINE R O C DAVID LITTLE Viaje al Rock Lunático ‘Canciones Para Matar a la Luna’ Entre Entre el el folk folk rock rock setentero setentero yy la la poesía poesía lunática lunática La La breve breve yy apasionante apasionante ((AUTO)BIOGRAFÍA K N M A G I C CONTACTO EMAIL: [email protected] TLF: 657 595 780 WEB OFICIAL: davidlittle.es FOTOS: davidlittle.es/fotos DAVID LITTLE VIAJE AL ROCK LUNÁTICO A medio camino entre lorquiano y sabinero, David Little es un músico de voz desgarrada y cálida que se atreve a mirar al pasado musical sin dejar de sonar actual. A viajar por el rock de los años 70 y el folk rock progresivo. A utilizar pinceladas étnicas sin dejar de ser auténtico. En su debut reivindica un rock heterogéneo que suena clásico y actual al mismo tiempo con unas canciones interrelacionadas entre sí. El lado salvaje, el conflicto sueño-realidad, el amor, el odio, la nocturnidad, la ebriedad... Estos son los temas de unas letras que en seguida el oyente hará suyas. Este trabajo viene con el ADN de una escena cultural malagueña en pleno crecimiento y ebullición, un lugar donde conviven con naturalidad los códigos anglosajones con los españoles. El propio David Little, de sangre española y estadounidense, es ejemplo de esa convivencia que se hace notar en unas canciones pegadizas donde el rock convive con referencias sutiles a la música de raíz. CANCIONES PARA MATAR A LA LUNA Entre el folk rock setentero y la poesía lunática POR JOLLY ROGER (EL TEMIBLE PIRATA) Este disco nace con el corazón dividido entre Norteamérica y España. ‘Canciones para matar a la luna’ remite al rock de los años 70 y a sonidos con sabor a blues, pero también al folk en su sentido más amplio, al rock español e incluso a pinceladas mediterráneas para aquellos que sepan escuchar. Las letras son una de las grandes bazas de un disco donde no solo importa el cómo, sino también el qué. Porque aunque este no es un disco conceptual, las canciones están interrelacionadas entre sí en unos textos que, a su manera, beben del simbolismo lorquiano y del canallismo sabinero. El lado salvaje, el conflicto sueñorealidad, el amor, el odio, la nocturnidad, la ebriedad. Estos son los temas de unas letras que en seguida el oyente hará suyas. Rock es la palabra, pero el rock que no se conforma solo con ser rock. Estamos ante un trabajo heterogéneo. Aquí hay espacio para el funk rock en ‘Sin brújula / sin reloj’, el rock exóticomediterráneo de ‘El hombre que mató a la luna’ y ‘Mentiras’, para una nueva mirada independiente en ‘Elevación’, el folk blues en ‘Sortilegio’, el swing rock de ‘Bruja’, el country de ‘Debo de ser un hombre realizado’, el folk rock progresivo en ‘A un bala perdida’ y el rock urbano en ‘Loco’. La grabación ha sido dirigida por el propio David Little entre Málaga y Granada, con la colaboración del productor musical Sergio Cascales (The Smokers, Estrella Morente). Después de una temporada en Madrid tocando en el circuito acústico “entre cables que no funcionan y salas que se quedan a oscuras”, David Little decide regresar momentáneamente al sur para grabar con músicos de su lugar de origen. Pero lo que él creyó que iban a ser tres semanas terminó siendo una aventura de ¡3 años! Hubo tiempo para todo: para grabar maquetas en un lugar idílico a orillas del río Genil, para grabar las baterías en un rinconcito de Málaga donde conviven música y teatro llamado la Caverna de Calle Amores de Málaga, para ir con el estudio a cuestas en un Seat Ibiza, para intentar llenar a-todo-esto la nevera (porque tampoco es plan de alimentarse del aire). El disco está mezclado en Guadalajara (México) en el nuevo estudio de Sergio Cascales. Por el camino han aportado enormes granos de arena músicos como el batería Antonio Carlos Miñán (Síndrome de Xauen, Javier Ojeda), el bajista cubanomalagueño Yohany Suárez (Síndrome de Xauen, Javier Ojeda), el violinista Darío José Pereira, el bajista Fran Bujalance (The Wives), el guitarrista Miguel Bau y el batería pamplonés Josu Erviti (Txarrena). MÚSICA David Little (Voz + Guitarras) Antonio Carlos Miñán (Batería) Yohany Suárez (Bajo) Miguel Bau (Guitarras) Darío José Pereiro (Violín) Josu Erviti (Batería) Fran Bujalance (Batería) Sara Dubois (Arreglos violín) PRODUCCIÓN ARTÍSTICA David Little PRODUCCIÓN David Little y Germán Pérez GRABACIÓN Sergio Cascales, Josu Erviti y Davd Little MEZCLA Y MASTERING Sergio Cascales 2 0 1 5 ‘Canciones Para Matar a la Luna’, A partir del 4 de Mayo disponible en las principales plataformas online. ADELANTO EN YOUTUBE La breve y apasionante (auto)biografía de... POR DAVID LITTLE «A los 8 años mi profesora de piano me reveló una de las grandes verdades del Universo: “Todo sabe mejor con una botella de vodka por las mañanas”. Desde entonces tuve claro que quería ser pianista» En mi casa había un gran baúl lleno de discos de vinilo que me encargué literalmente de pinchar: Pink Floyd, Bob Dylan, Queen, Dire Straits, Van Morrison, The Beatles, Creedence Clearwater Revival, The Beach Boys, Miles Davis, Muddy Watters, Mecano, Gary Moore, Paco de Lucía, música clásica... un poco de todo. Por aquel entonces practicaba con un piano de juguete, de esos que tienen un montón de sonidos y donde solo suenan dos teclas a la vez. Para mí era la cosa más maravillosa del mundo. Con él compuse mis primeras piezas musicales. Yo decía que eran sinfonías. A lo grande. Mis primeras canciones llegaron cuando cambié el piano de juguete por el de verdad y por la guitarra eléctrica. Empecé a escuchar música que no estaba en aquellos vinilos ni en las coplas que mi abuela escuchaba a todo volumen. AC/DC, Héroes del Silencio, Extremoduro, The Doors, Santana, Triana, Los Piratas, Platero y tú... Descubrí que podía tocar la guitarra y cantar al mismo tiempo. ¡Una gran noticia! Me habían dicho que ser músico era un pasaporte directo hacia el sexo. Era mentira, claro. Luego llegaron las jam sessions a la orilla de la playa, los conciertos, los bares. La Costa del Sol es un lugar de bohemia y rock and roll, donde los códigos anglosajones se entremezclan con la música de raíz. Su ADN es heterogéneo. Todos somos un poco forasteros, incluso aquellos que hemos crecido allí. Y eso se refleja en la música que se hace en el sur. La escena malagueña es un coctel agitado (que no revuelto) de rock, funk, bulerías, jazz, soul y pop. En poco tiempo me tocó alternar mi carrera musical con otra carrera, la de audiovisuales. En la universidad me pasé la mayor parte del tiempo jugando a las cartas y bebiendo mucha cerveza... Si te digo la verdad, no me acuerdo de casi nada. Lo que sí recuerdo es el precio de mis primeras maquetas. Cada CD costaba un tinto de verano o un gin tonic (dependiendo de la noche). Con ese panorama es normal que no me acuerde tampoco de cómo le pusimos el nombre a mi primera banda más o menos seria, V de Vodka. Era una banda de rock que no se conformaba solo con el rock. Ensayábamos en un local donde los vecinos nos pinchaban las ruedas de los coches para que nos calláramos. Nuestro vecino cool era un homeless con una pata de palo que traficaba con Dios sabe qué. Entre conciertos, ensayos y grabaciones, se forjaron las principales señas de identidad de lo que ahora es este primer disco: rock, folk, pop, blues, un toque exótico y letras en español. Después de dos años rodando por el circuito malagueño decidí largarme a Madrid. El plan era una mezcla entre estudiar música, lograr sobrevivir con un trabajo precario y triunfar como Los Chichos. Nada más llegar a la capital me llamó el programador de la sala Clamores. “Qué suerte”, pensé. Se había equivocado de número. Seguro que él no se acuerda. Yo sí. Realicé una gira por España... pero fue como técnico de sonido en una compañía de teatro. También logré trabajar en la industria musical, pero desde el lado del marketing. Y cómo no, algún concierto sí que hice en el circuito acústico. Todo esto entre cables que no funcionan y salas que se quedan a oscuras. En 2012, cuando estaba a punto de mandarlo a todo al carajo, tuve lo que los alcohólicos llaman ‘un momento de claridad’. Tenía que grabar mi primer disco y tenía que hacerlo ¡ya! Hice las maletas y volví al sur para grabar esas canciones que tanto necesitaba tener inmortalizadas. Creí que iba a tenerlo todo grabado en 3 semanas. Al final ha sido una aventura de ¡3 años! con el estudio a cuestas. Pero 3 años magníficos que me han llevado a grabar con Sergio Cascales (The Smokers), Antonio Carlos Miñán (Síndrome de Xauen), Yohany Suárez (Javier Ojeda), Darío José Pereira, Fran Bujalance (The Wives), Miguel Bau y Josu Erviti (Txarrena). DISCOS LUNÁTICOS Sin ellos no hubiese sido posible